INTERCULTURALIDAD Y DESARROLLO EN...

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La Paz - Bolivia julio 2011 J. Fernando Galindo, Xavier Albo y Equipo IDES-CIPCA INTERCULTURALIDAD Y DESARROLLO EN ANZALDO, BOLIVIA Entre el clientelismo y el poder campesino Investigadores Shirley Rasguido Hilarión Arias Gabriela Canedo Karen Mercado Palabras claves: Anzaldo, Bolivia, Clientelismo, Cochabamba, Conflicto Campo-Pueblo, Interculturalidad, Régimen Intercultural, Relaciones Interculturales, Desarrollo Rural

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La Paz - Boliviajulio 2011

J. Fernando Galindo, Xavier Albo y Equipo IDES-CIPCA

INTERCULTURALIDAD Y DESARROLLO EN ANZALDO, BOLIVIA

Entre el clientelismo y el poder campesino

Investigadores

Shirley RasguidoHilarión Arias

Gabriela CanedoKaren Mercado

Palabras claves: Anzaldo, Bolivia, Clientelismo, Cochabamba, Conflicto Campo-Pueblo, Interculturalidad, Régimen Intercultural, Relaciones Interculturales, Desarrollo Rural

D.R. © 2011 Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA)Casilla 5854, La Paz – BoliviaTeléfono: (591-2) 2910797 – Fax (591-2) 2910796Calle Claudio Peñaranda Nº 2706, esquina Vincenti, SopocachiCorreo electrónico: [email protected]: www.cipca.org.bo Corrección de estilo: Cecilia Fernández

Producción: Grupo Design

Diciembre 2011

Impreso en BoliviaPrinted in Bolivia

Galindo, Fernando Interculturalidad y desarrollo en Anzaldo, Bolivia: entre el clientelismo y poder campesino / Fernando Galindo; Xavier Albó; IDES-CIPCA.-- La Paz: Centro de Investigación y Promoción del Campesinado, 2011. 232 p.; mapas; tbls.; grafs.; 21 x 16 cm. – (Cuadernos de Investigación; Nº 75

D.L.: 4-2-4-1-2702-11ISBN: 978-99954-35-66-0

/ Municipios rurales / Clientelismo / Campesinado / Empoderamiento / Relaciones campo – pueblo / interculturalidad / Dinámica intercultural / Relaciones interculturales / intraculturalidad / Desarrollo rural / Anzal-do – Cochabamba / Bolivia /

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1. INTRODUCCIÓN 11.1. El argumento central 21.2. Marco de Análisis 3

1.2.1. Regímenes interculturales 31.2.2. Procesos interculturales: continuidad y cambio 61.2.3. Relaciones y redes interculturales 71.2.4. La interculturalidad como estructura 91.2.5. El espacio y territorio en la dinámica intercultural 10

1.3. Metodología 111.4. Organización de este volumen 12

2. EL ESPACIO-TERRITORIO DE ANZALDO 152.1. Orígenes, ubicación y población 152.2. Actividades económico-productivas 20

3. RÉGIMEN INTERCULTURAL PATRONAL PRE-1953 253.1. Pongueaje o Servidumbre: Relaciones de servidumbre hacendado-colono 253.2. Competencia y subordinación: Relaciones hacendados-piqueros 283.3. Afirmación intra-cultural: La transición de colono a piquero 343.4. Conclusiones 35

4. RÉGIMEN CLIENTELAR EN LA ÉPOCA DE LA REFORMA AGRARIA DE 1953 374.1. Los precursores de la Reforma Agraria 374.2. Reforma Agraria: Interculturalidad Estado-campesinos 40

4.2.1. Los primeros pasos 404.2.2. Pegujaleros y piqueros en la Reforma 424.2.3. Conclusión 44

4.3. Nuevo clientelismo sindicato –partido – Estado, 1953-1964 454.3.1. Los sindicatos 454.3.2. La Ch’ampa Guerra 484.3.3. Desarrollo de Comunidades 494.3.4. La educación rural 52

4.4. El clientelismo del Pacto Militar Campesino 534.5. Interculturalidad campo-pueblo entre vecinos y campesinos 58

ÍNDICE DE CONTENIDO

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4.5.1. Los campesinos se avecinan 594.5.2. Interculturalidad campo-pueblo en lo político-organizativo 604.5.3. Interculturalidad campo-pueblo en el comercio 624.5.4. Interculturalidad campo-pueblo en el acceso a tierra 66

4.6. Conclusiones 68

5. NUEVOS ACTORES Y FORTALECIMIENTO INTRA-CULTURAL DEL CAMPESINO 735.1. Un notable precursor: Casto Rojas 745.2. Un nuevo estilo de intermediarios 745.3. Interculturalidad entre terceros actores y campesinos 82

5.3.1. Fortalecimiento ¿Para emigrar? 875.3.2. Fortalecimiento para empoderarse 90

5.4. Conclusiones 90

6. PUEBLO Y CAMPO EN POS DEL PODER LOCAL 936.1. Nueva relación entre actores locales rurales y Estado 93

6.1.1. La LPP descentraliza poder y recursos 946.1.2. La nueva organización municipal 96

6.2. Los actores sociales locales 996.2.1. Los campesinos 1006.2.2. Vecinos del pueblo 1016.2.3. Residentes 1026.2.4. Los “nuevos actores”, instituciones y ONG 1036.2.5. Los partidos políticos 105

6.3. ¿Quién se apropió de la LPP en Anzaldo? 1076.3.1. LPP y fortalecimiento de la organización sindical 1076.3.2. Vecinos y residentes al gobierno municipal 110

6.4. El empoderamiento indígena-campesino con Evo Morales 1146.4.1. El ascenso de Evo Morales y el MAS 1146.4.2. Conflicto vecinos-campesinos para la elección de 2004 115

6.5. Conflicto abierto campo-pueblo 1206.6. Conclusiones 122

6.6.1. Epilogo 2011 123

7. LO NUEVO Y LO VIEJO, EN EL CONTEXTO ACTUAL 1257.1. El conflicto campo-pueblo en la organización sindical 1257.2. Los “miramientos” 1277.3. De la discriminación “solapada” a la abierta 129

7.3.1. Discriminación solapada 1297.3.2. Discriminación abierta en reacción al empoderamiento 1307.3.3. Vertiente generacional de la discriminación 1317.3.4. Signos de esperanza: educación y recambio generacional 132

7.4. Vínculos de los residentes con el pueblo y campo 1337.4.1. Vínculos entre vecinos residentes y locales 1337.4.2. Vínculos de campesinos-residentes con sus comunidades 136

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7.5. Redes sociales intra- e interculturales 1387.6. Redes, alianzas, instituciones y asociaciones 1397.7. Conclusiones 141

8. EL DESARROLLO: ESCENARIO DEL CONFLICTO 1438.1. Lo que estaba en juego 1438.2. Discrepancias sobre visiones de desarrollo 1458.3. El acceso a la tierra 148

8.3.1. Los persistentes arreglos tradicionales al partir 1508.3.2. Hacia un nuevo saneamiento 153

8.4. Conexión caminera y expansión del comercio 1548.5. Ampliando la visión: hacia la mancomunidad o región 157

8.5.1. Los planes municipales 1578.5.2. La mancomunidad de municipios del Caine 158

9. CONCLUSIONES: HALLAZGOS Y DESAFÍOS 1639.1. Regímenes interculturales 1639.2. Continuidad y Cambio Intercultural en Anzaldo 1659.3. Desafíos 169

9.3.1. Nuevas institucionalidades 1699.3.2. Visión “compartida” de desarrollo 1739.3.3. Discriminación y miramiento 174

10. Referencias Bibliográficas 177

11. ANEXOS IAnexo 1: Mujeres en la toma de decisiones: limitantes y desafíos IAnexo 2: Lista de personas entrevistadas VIIAnexo 3: fragmentos selectos de entrevistas y talleres IX

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Tabla 1: Distribución de la población del municipio de Anzaldo por Distritos 19Tabla 2: Ingreso Familiar Anual: gestión 2003-2004 22Tabla 3: Estructura de la Tenencia de la Tierra Cantón Paredón, 1912 32Tabla 4: Equivalencias para algunos trueques en Sacabamba 65Tabla 5: Instituciones de promoción del desarrollo que trabajan (ron) en Anzaldo y actividades que desarrollan 76Tabla 6: Resultados electorales Municipio de Anzaldo 1999 106Tabla 7: Lista de personas que ocuparon el puesto de alcalde, afiliación partidaria, profesión y lugar de origen: 1995-2010 111Tabla 8: Composición de los Consejos Municipales de Anzaldo: 1995-2010 112Tabla 9: Lista de candidatos para las elecciones municipales del 2004 elegidos orgánicamente y en alianza con el MAS-IPSP 117Tabla 10: Resultados de las elecciones municipales de Anzaldo 2004 118Tabla 11: Resultados de las elecciones municipales de Anzaldo 2010 123Tabla 12: Ingresos, inversiones y gastos en B$, municipio de Anzaldo 1994-2007 144Tabla 13: Resumen de las características de los regímenes interculturales 164

ÍNDICE DE MAPAS

Mapa 1: Los 16 ex cantones del Valle Alto de Cochabamba 16Mapa 2: División Política de la Provincia Esteban Arze 18

ÍNDICE DE DIAGRAMAS

Diagrama 1: Relaciones interculturales en Anzaldo antes de la Reforma Agraria 35Diagrama 2: Estructura de poder en el Valle Alto de Cochabamba, pre y post Reforma Agraria. 60Diagrama 3: Relaciones Estado-Campesinos: 1952-1980 69Diagrama 4: Relaciones Vecinos (Comerciantes, Rescatistas) - Campesinos 70Diagrama 5: Relaciones interculturales de los campesinos con otros actores para el cambio o continuidad de su situación de subordinación: Pre 1953-Post 2005 168

ÍNDICE DE TABLAS

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AGRUCO Agricultura Cochabamba (Programa de Agroecología de la Univer-sidad Mayor de San Simón)

AMUJALL Asociación Musoj Jallp’a [‘Tierra Nueva”], egresados del colegio de los padres escolapios.

APT Asociación de Productores de Trigo

ARSARA Asociación de Regantes y Servicios Agropecuarios de Represas y Atajados

BID Banco Inter-Americano de Desarrollo

CCF Fondo Cristiano de Ayuda a los Niños

CEBIAE Centro Boliviano de Investigación y Acción Educativa

CEDEAGRO Centro de Desarrollo Agropecuario

CEPRUJEM Centro de Promoción Rural Jesús María

CESAT Centro de Servicios y Acompañamiento Técnico

CIPCA Centro de Investigación y Promoción del Campesinado

CODEMA Consejo de Desarrollo Municipal de Anzaldo, desde 2007

COMPAS Red para Comparar y Apoyar el Desarrollo Endógeno

CORDECO Corporación Regional de Desarrollo de Cochabamba

DTR-IC Desarrollo Territorial con Identidad Cultural

ENTEL Empresa Nacional de Telecomunicaciones

FAM-BO Federación de Asociaciones Municipales de Bolivia

FFAA Fuerzas Armadas

FPS Fondo de Proyectos Sociales

HIPC II Programa de Alivio de Deuda para Países Altamente Endeudados

IDES Interculturalidad Desarrollo Rural y Sostenibilidad

IDH Impuestos Directo a los Hidrocarburos

LPP Ley de Participación Popular

MEDICUS MUNDI Organización No Gubernamental de Promoción de la Salud e Inci-dencia

Siglas o Acrónimos

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MIP Movimiento Indígena Pachakuti

MMCRC Mancomunidad de Municipios de la Cuenca del Río Caine

MNR Movimiento Nacionalista Revolucionario

MNRA Movimiento Nacionalista Revolucionario-Autentico

MSM Movimiento Sin Miedo

NFR Nueva Fuerza Republicana

NOVIB Organización Holandesa para la Cooperación Internacional al Desa-rrollo

ONG Organización no Gubernamental de Desarrollo

OTB Organización Territorial de Base

PDM Plan de Desarrollo Municipal

PIR Partido de Izquierda Revolucionaria

PMC Pacto Militar Campesino

POA Plan Operativo Anual

PRATEC Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas

RIMISP Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural

SAFCO Ley de Administración y Control Gubernamentales

SCIDE Servicio Cooperativo Interamericano de Educación

SEPADES Servicios de Promoción y Apoyo al Desarrollo Sostenible

SNDC Servicio Nacional de Desarrollo de Comunidades

SONU Sociedad Nueva

SUS.DIV Red de Desarrollo Sostenible en un Mundo Diverso

TDC Técnicos en Desarrollo de Comunidades

TIGO Empresa Privada de Prestación de servicios de telefonía celular

UDAPE Unidad de Análisis de Políticas Económicas

UDP Unidad Democrática y Popular

UNESCO Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura

UNICEF Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia

USAID Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional

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En las últimas dos décadas (1990-2010) la sociedad boliviana ha atravesado cambios fundamentales en su ordenamiento cultural, social y político que aún siguen configurándose a partir de previas experiencias y estructuras que no pueden ignorarse. Uno de los cambios más visibles es la construcción de nue-vas instituciones estatales expresadas en las reformas multiculturales de la dé-cada de los noventa y recientemente en los procesos de reformas del estado, expresados en la aprobación e implementación de una Nueva Constitución Po-lítica (2009), que reconoce el carácter pluricultural, plurinacional e intercultural de Bolivia. A su modo, estos procesos han visibilizado e institucionalizado los múltiples pluralismos de la sociedad boliviana y han contribuido a construir un nuevo lenguaje para comprender Bolivia, en el que los términos intercultura-lidad, intraculturalidad y descolonización han cobrado carta de ciudadanía y son profusamente utilizados en posicionamientos discursivos estatales y so-ciales.

Sin embargo, si bien estos nuevos procesos y el lenguaje que los legitima enfa-tizan la dimensión de cambio, son más visibles en términos macro y plantean al mismo tiempo interrogantes como:

• ¿Quétipodeprocesossehandadoanivellocalyquécontinuidadesper-sisten detrás de la retórica del cambio?

• ¿Quéimplicahablardeinterculturalidad,enlaespecificidaddelolocal,ycómo se manifiesta en las prácticas de los actores locales?

• ¿Cómo abordar la problemática intercultural enprocesos dedesarrollolocal?

En el presente estudio, se exploran estas preguntas generales centrando la atención en el impacto de la interculturalidad en el desarrollo rural del munici-pio de Anzaldo, en la periferia del Valle Alto del departamento de Cochabamba.

1. INTRODUCCIÓN

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Introducción

1.1. El argumento central

En ese sentido, este estudio hace una lectura estructural de las dinámicas in-terculturales centrándose en la identificación y descripción de regímenes u órdenes interculturales1 y su impacto en el desarrollo rural del municipio de Anzaldo. Desde este enfoque estructural, se plantea el siguiente argumento:

En la actualidad (2010), en Anzaldo se gesta un “nuevo” orden intercultural que se construye de elementos provenientes de diferentes momentos históricos: la pre y post Reforma Agraria de 1953, las reformas multiculturales de los go-biernos neoliberales y la re-emergencia política campesina de la década de los noventa y, desde el 2005, el emergente poder local fortalecido por el gobierno pro-indígena y campesino de Evo Morales. Dos características centrales de este régimen emergente son: la persistencia del clientelismo (relaciones desigua-les mediadas por favores entre actores con vínculos personales) y la lucha por transcenderlo.

Desde la Reforma Agraria, el régimen intercultural en Anzaldo ha atravesado por tres momentos: a) configuración (1953-1974); b) cuestionamiento (1975-1990); y c) crisis y emergencia de un régimen local alternativo (1994 hasta la actualidad). A pesar del empoderamiento campesino alrededor de la tierra, du-rante la Reforma Agraria de 1953, este régimen intercultural configuró ‘redes de patronaje’ compuestas por caudillos sindicales y padrinos en alianza con los poderes de turno (MNR, dictaduras militares, partidos políticos). Este sistema clientelar de caudillos y padrinos, actuaba como un sistema de intermediación política, económica y cultural entre la población local (campesinos y vecinos del pueblo) y las burocracias estatales de turno. Estas redes, principalmente en las zonas de ex-hacienda, mantuvieron una situación privilegiada y domi-nante. En términos de impacto en el desarrollo local, este régimen intercultural y sus redes clientelares contribuyeron a mantener la pobreza de los sectores campesinos. Los beneficios del incipiente desarrollo contribuyeron al bienes-tar de quienes formaban parte de las redes, o fueron transferidos al pueblo o a las ciudades intermedias (rescatistas de ciudades intermedias como Cliza) y residentes de Cochabamba.

En perspectiva de introducir mayor equidad en el municipio, desde mediados de la década de los 70, se han generado múltiples procesos que cuestionan el orden intercultural clientelar: a) la presencia de terceros actores (instituciones religiosas, organizaciones no gubernamentales y personalidades) que suplen

1 Preliminarmente y de manera tentativa usamos el término ‘régimen intercultural’ para referirnos a las estructuras (reglas y recursos) que subyacen los procesos de configuración de relaciones entre actores que se adscriben a diferentes culturas.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

y complementan al estado centralizado en la promoción del desarrollo local. Contribuyen a la construcción de visiones y practicas locales de desarrollo, y sirven de puentes interculturales entre el campo y la ciudad; b) la intensifica-ción de los flujos migratorios campo-ciudad y viceversa; c) la transformación de la organización sindical basada en relaciones clientelares, caudillistas y de rígida disciplina hacia un estilo más democrático, y el surgimiento de nuevos liderazgos, incluyendo mujeres (género) y jóvenes (generación).

Finalmente, desde mediados de los noventa, confluyen varios procesos y fac-tores que contribuyen a la crisis del régimen intercultural clientelar y a la emer-gencia de un régimen intercultural alternativo como: a) las reformas multicul-turales de los gobiernos neoliberales que generan un espacio de encuentro y pugnas entre actores locales en torno a las prioridades y/o visiones de desa-rrollo local; b) la interconectividad campo-ciudad expresada en la vinculación caminera y la difusión de medios de comunicación; y c) el ascenso al gobierno de Evo Morales.

Los procesos en marcha –desde mediados de los 70– han ayudado al empode-ramiento simbólico, político, organizativo y económico campesino, a través de la creación y/o movilización de recursos antes no disponibles, que contribuyen a cuestionar profundamente elementos centrales del orden intercultural clien-telar. En conjunto, estos factores evidencian un impacto positivo de los terce-ros actores y espacios (municipio) en el fortalecimiento intracultural campesi-no, base para su reposicionamiento respecto a otros actores con mayor poder.

Como resultado, desde mediados de la década de los noventa, se viene reha-ciendo el orden intercultural clientelar dando lugar al surgimiento de un orden intercultural local alternativo con las siguientes tendencias: a) un nuevo o se-gundo proceso de empoderamiento campesino, con contrastes y similitudes al proceso de empoderamiento campesino post Reforma Agraria; b) una defini-ción todavía precaria de su sistema común de creencias; y c) la intensificación de conflictos abiertos y latentes entre campo-pueblo en varios frentes como la organización sindical, la toma de decisiones políticas (municipio), el ámbito económico-productivo, el ámbito simbólico y las visiones de desarrollo. Esta re-configuración conflictiva del orden intercultural clientelar plantea desafíos interesantes a la construcción de una sociedad local con un desarrollo rural inclusivo (intercultural).

1.2. Marco de Análisis

En un documento separado (Albó, Galindo y Pellens, 2007) se desarrolló, en de-talle, las preocupaciones teóricas en torno a las que se han armado los diversos

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Introducción

estudios de caso del proyecto Interculturalidad, Desarrollo Rural, Sostenibili-dad (IDES), del que, el presente volumen forma parte. Por eso, aquí sólo nos limitaremos a hacer un breve resumen de aquellos elementos más indispensa-bles para comprender nuestro enfoque.

En general, se ha procedido de manera inductiva. En lugar de aplicar enfoques y conceptos de análisis a-priori, se han privilegiado los datos cuya lectura e interpretación han sugerido pistas analíticas y conceptuales para su interpre-tación. El marco analítico de este estudio, ha ido surgiendo paralelamente a la recolección, organización e interpretación de los datos.

La comprensión del fenómeno de la interculturalidad en el desarrollo rural de Anzaldo, a partir de los datos de este y otros estudios de caso, sugiere una estrategia analítica considerando los siguientes aspectos: 1) los espacios arti-culadores de las dinámicas interculturales locales; 2) las dimensiones estructu-rales de la interculturalidad; 3) los procesos de cambio y continuidad; y 4) y las relaciones y redes establecidas entre actores sociales que se adscriben a dife-rentes culturas. Puestos en relación estas dimensiones, articulan y configuran regímenes u órdenes interculturales los cuales, si bien se transforman también persisten en el tiempo.

1.2.1. Regímenes interculturales

Nuestro acercamiento al fenómeno de la interculturalidad en el desarrollo rural de Anzaldo sugiere que ésta transcurre al interior de sistemas sociales carac-terizados por la tensión entre la reproducción de desigualdades y la búsqueda de la equidad. Esto da pie a abordar la interculturalidad como parte de un com-plejo conglomerado de sistemas de producción y reproducción de menores o mayores desigualdades sociales (económicas, políticas, de clase, etnia, géne-ro y generación, entre otras) a las cuales podemos referirnos con el término general de ‘regímenes (u órdenes) de desigualdad’. Desde esta perspectiva, la interculturalidad o las relaciones entre individuos o grupos que se adscriben a diferentes culturas, subculturas, e identidades, puede ser abordada como otro régimen de desigualdad imbricado a otros regímenes de desigualdad como los de género, etnia, clase, etc.

Desde la perspectiva de los regímenes interculturales, el abordaje de la diver-sidad cultural nos permite unir dos perspectivas: diversidad cultural y poder.

Con relación a la diversidad cultural, en el caso de Anzaldo –que podría ex-tenderse a otras situaciones semejantes dentro de la región andina o dentro y fuera de Cochabamba y de Bolivia– la primera gran diferencia está entre las

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

personas y los estilos de vida de la cultura originaria quechua y, en otras par-tes también, aymara y las personas pertenecientes a la cultura “criolla” que, de alguna manera, reflejan a quienes, con la conquista y la colonia, se asentaron en estas latitudes proviniendo de España. Sin embargo, al hablar de regímenes interculturales se distingue toda una gama de relaciones intermedias que re-flejan diversas subculturas, como la del pueblo y el campo y, en éste, los que tienen o todavía no tienen tierra propia; los que siguen en Anzaldo (pueblo o campo) y los que se han establecido en la ciudad o quizás en otro país.

Por otra parte, al observar dentro de esos regímenes relaciones de desigual-dad o de mayor equidad, en el fondo, inevitablemente entramos en el ámbito de las relaciones de menor o mayor poder mediante el acceso y control de diversos recursos sean económicos, políticos, de conocimientos y otras expre-siones, llamado también capital simbólico.

En este contexto, tentativamente se podría definir un régimen intercultural como un conjunto interrelacionado de espacios, prácticas, estructuras, proce-sos, discursos, relaciones y redes que contribuyen a mantener o transformar las desigualdades y diferencias entre actores culturalmente diversos, en un con-texto temporal y espacial específico.

Este abordaje de la interculturalidad como un régimen de desigualdad, permi-te ir más allá de consideraciones sólo normativas (deber ser) que asumen que la interculturalidad implica necesariamente la presencia de relaciones de aper-tura, tolerancia y mutuo respeto entre actores (personas o grupos) pertene-cientes o adscritos a diferentes culturas. Por lo mismo, nos permite ir también más allá de visiones ideologizadas que conciben la interculturalidad como una tarea vinculada con el proyecto o la agenda política de ciertos actores (movi-mientos indígenas-campesinos, Estado); más que en la interculturalidad como una utopía, nos concentramos en la interculturalidad como un fenómeno que puede tener diversas tensiones entre determinados regímenes de desigualdad y la búsqueda de mayor equidad.

Esto no implica desconocer que la interculturalidad es parte de la agenda política y del discurso de actores sociales específicos como los movimientos indígenas y campesinos en Bolivia y América Latina, ni tampoco que ésta ha sido un poderoso marco para legitimar políticas estatales de inclusión y re-conocimiento de minorías y/o mayorías indígenas promovidas por gobiernos neoliberales en la década de los noventa. Aunque, dicha información pase a ser parte de los datos que ayudan a explicar el paso de un régimen de intercul-turalidad a otro, después se la analiza con todo el sistema de relaciones que en ella se crean o se reproducen.

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Introducción

Así, este enfoque resulta ser un primer intento de construir la interculturali-dad como una herramienta conceptual y analítica que ayude a observar aspectos frecuentemente invisibles de la reproducción de las desigualdades, ocultas bajo la retórica normativa interculturalidad entendida como apertura y tolerancia. A futuro, se espera que nos permita explorar su intersección o imbricación con otros regímenes de desigualdad como género, etnia, clase, entre otros.

1.2.2. Procesos interculturales: continuidad y cambio

Los regímenes interculturales deben ser comprendidos al interior de procesos históricos específicos. Esta perspectiva permite comprender la particularidad del régimen intercultural objeto de este estudio, ya que si bien el interés es sólo comprender la configuración y características de un régimen intercultu-ral específico, es importante asumir una perspectiva de proceso temporal que permita comprender los elementos que lo definen, en comparación a sus an-tecedentes o elementos emergentes. Desde esta perspectiva, es crucial consi-derar elementos de continuidad y de cambio que se entrelazan en el tiempo a lo largo del proceso. Así lo iremos viendo desde el tercer capítulo hasta el sexto.

Con relación a las continuidades, es muy común en los procesos sociales – y los regímenes interculturales no son una excepción – que, más allá de la retórica utilizada, persistan estructuras previas que solamente han cambiado de nom-bre. No siempre es sólo un cambio de nombre, pero es muy poco frecuente que los cambios sean totales. Por ejemplo, cuando los españoles pensaron que habían “evangelizado” a los indígenas, éstos adoptaron algunas innovaciones en sus creencias y conductas, pero, a su vez, persistió mucho de lo anterior a pesar de los nuevos nombres y ritos. Otro ejemplo es cuando Bolivia se inde-pendizó del antiguo régimen colonial y se rompieron formalmente los vínculos políticos con la metrópoli española, aunque la nueva República mantuvo –con otros nombres y mecanismos– mucho de lo anterior. De modo que, no sor-prende que se hable de un régimen neo-colonial y así, sucesivamente.

Dentro de un período temporal y espacial mucho más reducido, que va des-de la época inmediatamente anterior a la Revolución Nacional de 1952 y la Reforma Agraria del año siguiente hasta fines de 2009, se observará el mismo fenómeno en el ámbito más localizado de Anzaldo.

Enfatizando la dimensión de cambio, es posible abordar la transición de un régimen intercultural a otro. En este trabajo, el aspecto crucial es la descrip-ción/comprensión de los mecanismos, factores y actores que permiten dicha transición (el cómo). Para comprender esto, el desafío es identificar y describir

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

los factores y actores de cambio, los recursos alternativos que éstos movilizan (cómo alteran el orden intercultural vigente) y los impactos sobre los actores y sus relaciones específicas. Estos factores y actores no pueden definirse a-priori, sino en función de la situación específica analizada.

En suma, al abordar la interculturalidad desde una perspectiva de procesos, es importante atender tanto a los factores de cambio o la emergencia de elemen-tos novedosos, como a las permanencias o persistencia de elementos previos. Por una parte, demasiado énfasis en el cambio podría dar la ilusión de que, cualquier novedad, implica una transformación fundamental en el régimen in-tercultural analizado; y por otro, una excesiva atención en las continuidades, podría darnos la ilusión de una ausencia de dinamismo en un régimen intercul-tural, los procesos y las relaciones interculturales.

1.2.3. Relaciones y redes interculturales

Tal como su nombre lo indica, la interculturalidad sólo se puede realizar a tra-vés de relaciones –que tengan o representen culturas o subculturas diversas– entre personas, instituciones y otros. Un régimen intercultural será un con-junto o sistema de relaciones relativamente estable en distintas situaciones y diversos momentos.

En cada régimen intercultural, se establecen relaciones interculturales entre diferentes actores. En su análisis, es importante considerar su carácter multidi-mensional, es decir, los actores no estructuran un sólo tipo de relaciones, sino relaciones múltiples complementarias y contradictorias, dependiendo de:

• Losámbitosynivelesenlosqueinteractúan.• Losinteresesqueestánenjuegoenlarelación.• Lahistoriaotrayectoriadesusrelaciones.• Lasituaciónespecíficayelmomentohistóricoparticular.

Una estrategia para describir la multi-dimensionalidad de relaciones inter-culturales entre actores es verlas en continuos de relaciones que varían entre polos opuestos y/o complementarios, dentro de los que puede encontrarse una gran variedad de situaciones intermedias. En este proceso de descripción, una tarea importante es determinar los principales polos de variación de la relación, que pueden considerarse como tipos ideales de relaciones caracte-rísticas entre determinados actores. Por ejemplo, las relaciones interculturales entre los habitantes del pueblo y los campesinos en Anzaldo oscilan entre el conflicto y la colaboración; polos entre los que es posible encontrar una varie-dad de situaciones intermedias como alianzas, cooptaciones, entre otras.

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Introducción

Asimismo, al analizar relaciones interculturales específicas es importante dis-tinguir entre relaciones establecidas entre grupos. Por ejemplo, entre cam-pesinos y vecinos del pueblo, y relaciones establecidas entre individuos o familias. Entre grupos, las relaciones interculturales pueden ser conflictivas, en cambio entre individuos y familias, las relaciones interculturales podrían caracterizarse por la cooptación y la colaboración, pero sobre la base de ten-siones potenciales. Por ejemplo, el acuerdo, trabajo al partir o en compañía, establecido entre un vecino del pueblo (dueño de la tierra) y una familia cam-pesina legitimado por relaciones de parentesco ritual (compadrazgo), es una relación de interés mutuo que se establece sobre una tensión potencial sobre las ganancias (beneficios) en el momento de la cosecha.

Es importante también, considerar que los regímenes interculturales estable-cen jerarquías en las relaciones. Estas jerarquías en parte determinan por qué se establecen cierto tipo de relaciones y no otras. Esto permite comprender como las relaciones interculturales contribuyen a mantener o cambiar un régi-men intercultural. Ahí aparecen otros factores explicativos, como la estructura de poder y de clases.

Sin embargo, es importante no asumir per se ciertos cambios en un patrón de comportamiento como elementos emergentes que dinamizan el régimen intercultural. Por ejemplo, la relación que se establece entre un patrón pro-testante –cuya conducta está basada en un imperativo moral religioso– y un peón –dentro de un orden intercultural patronal que da la impresión de la emergencia de relaciones interculturales más equitativas–, no debe tomarse como expresión de la aparición de nuevas formas de relaciones en el orden in-tercultural, sino como una anomalía. Sin embargo, esta anomalía puede tener efectos simbólicos y políticos específicos en los procesos de concientización, organización y movilización de los sectores subordinados en un orden inter-cultural dado.

También, hay que poner atención a la imbricación entre diferentes niveles y/o escalas de análisis incluyendo lo local, regional, nacional (incluidas sus políti-cas) y la dimensión internacional.

Las personas y los grupos no sólo establecen relaciones interculturales por medio de vínculos directos, sino también indirectos a través de redes con densidades y niveles de institucionalización variables. Éstas, trascienden los espacios más inmediatos de las relaciones; por ejemplo, las conformadas en-tre poblaciones locales y sus miembros, y parientes emigrados al exterior. En determinadas situaciones, las redes permiten a las personas o grupos actuar como un solo actor, aunque cada actor mantenga sus propios intereses y es-trategias.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Los actores hacen uso de redes existentes o construyen nuevas redes cuando las tareas superan sus capacidades o recursos. Una red puede cumplir varios fines: aumentar la propia seguridad, fortalecer una u otra identidad, brindar soporte emocional o material, proporcionar servicios e información, generar nuevos contactos sociales, entre otros. (Smith 1999: 5).

1.2.4. La interculturalidad como estructura

El fenómeno intercultural es complejo y su entendimiento demanda una com-prensión multidimensional. Aquí, principalmente, se abordan entre dos de estas dimensiones íntimamente entreveradas. Una fenomenológica que son las diversas relaciones y actitudes entre determinadas personas y grupos, que llamamos interpersonal; y otra que llamamos estructural, que es la síntesis e interpretación explicativa de las múltiples expresiones interpersonales. En este sentido, esta perspectiva estructural de la interculturalidad subsume la otra dimensión más descriptiva.

Este segundo abordaje, lleva a considerar la interculturalidad como un “ele-mento de estructuración” (Sewell 1992: 2) del desarrollo rural, pero con un per-manente doble sentido de causa y efecto. Ciertos regímenes interculturales explican determinados enfoques del desarrollo al mismo tiempo que aparecen otras dimensiones de estructuración, en particular la del poder, que moldean la persistencia de determinados regímenes interculturales aunque aparezcan con un nuevo ropaje.

El concepto de régimen intercultural como estructura, permite capturar la di-mensión estructural y/o contextual de las relaciones que se estructuran en de-terminado período histórico entre grupos y/o actores sociales pertenecientes o adscritos a diferentes culturas. Un régimen intercultural es el contexto de estructuración de las relaciones que permiten comprender por qué algunas relaciones, entre actores sociales específicos, se estructuran de cierto modo.

La interculturalidad como estructura está caracterizada por dos elementos: 1) un conjunto de esquemas o reglas de ordenamiento social que estructuran y hacen más previsibles las relaciones, actitudes y prácticas entre actores con adscripciones culturales distintas; y 2) formas de acceso y control a recursos humanos (e.g. educación) y materiales (tierra) social culturalmente determina-dos por el régimen intercultural.

También, la interculturalidad como estructura, puede ser concebida como un campo de relaciones de fuerza y de poder, en el que actores –con diferentes adscripciones culturales, pero también económicas, políticas y otras– compi-

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Introducción

ten y negocian por imponer el monopolio de los principios, normas y reglas definitorias de las relaciones de dominación y/o interdependencia que se esta-blecen y organizan entre los mismos. La definición de estos arreglos definito-rios y las subsecuentes relaciones que se estructuran, están dadas por los acto-res que tienen control sobre recursos escasos como el poder y otros recursos simbólicos y materiales que se concretizan en ámbitos específicos de la vida social (toma de decisiones, economía, desarrollo, etc.). Sin embargo, el hecho de que un actor determinado tenga la capacidad o los recursos para definir los términos de relación con otros actores, no significa que los últimos no ofrezcan resistencia. Al contrario, los actores en situación subordinada articularán for-mas de resistencia abiertas o latentes.

Dependiendo del contexto y del período analizado, algunos recursos a consi-derar en la descripción de la interculturalidad como estructura son: los siste-mas económicos, políticos, sociales e institucionales y simbólicos. El ámbito económico hace alusión a tierra, bienes de consumo, capital, trabajo y acceso a mercados que permiten la reproducción de la vida material de los grupos y personas. Los sistemas sociales, se refieren al acceso y control de servicios (educación, salud y otros), canales de comunicación e información y organiza-ciones (formales e informales) existentes en el período de análisis. Los recursos políticos se refieren a las instancias y dispositivos de toma de decisiones y a la imposición del cumplimiento de las reglas (formales e informales) vigentes en un determinado orden intercultural. El ámbito institucional, se refiere al con-junto de reglas que rigen las interacciones de la vida cotidiana de los actores. Finalmente, lo simbólico se refiere al sistema de creencias dominantes (valores, ideologías y otros) en el orden intercultural en cuestión.

1.2.5. El espacio y territorio en la dinámica intercultural

Para poder comprender el análisis de regímenes interculturales, además de la propia dimensión temporal de todo proceso, hay que considerar también los espacios articuladores de relaciones y específicas dinámicas interculturales. En una primera instancia, hay una dimensión geográfica de espacio físico que, al ser apropiada por determinada sociedad y sus diversos actores, se convierte en un territorio con distintas instituciones dentro de él; por ejemplo, la ha-cienda, el pueblo, el municipio o incluso el Estado. Sin embargo, debido a lo mencionado anteriormente sobre las relaciones y sus redes, un determinado régimen intercultural también puede extenderse más allá del territorio me-diante agrupaciones, instituciones y reglas.

En la presente investigación, por razones prácticas y metodológicas, en prin-cipio, se ha concentrado nuestro análisis en el espacio-territorio del pueblo y

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

campo de Anzaldo. Hoy estructurado territorialmente como un municipio con límites y jurisdicción determinados (ver el capítulo 2). Pero, como se verá en los siguientes capítulos, no se trata de un espacio-territorio cuya delimitación ha finalizado, sino que a lo largo del proceso temporal se irá modificando y sus redes llegarán más lejos.

1.3. Metodología

Este estudio, se desarrolló incorporando algunos elementos del enfoque de investigación acción participativa. La información, se recolectó por medio de entrevistas –varias de ellas en quechua– a diferentes actores locales del mu-nicipio, a través de un pequeño equipo de investigación compuesto por dos técnicos de la regional CIPCA-Cochabamba (Cristina Lipa y Shirley Rasguido), un co-investigador local del municipio de Anzaldo (Hilarión Arias) y uno de los responsables del proyecto de investigación IDES-SUS.DIV (Fernando Galin-do). La recolección de los datos se realizó paralelamente a las actividades de promoción de desarrollo realizadas por los técnicos de CIPCA-Regional Cocha-bamba y las actividades de capacitación realizadas en comunidades rurales por el co-investigador local. Esta información, fue transcrita y, en los casos res-pectivos, traducida del quechua al castellano por el equipo de investigación. Asimismo, fue compilada en un dossier de información (véase Anexo 3) que sirvió de base para plantear las primeras interpretaciones de este estudio que fueron compartidas y discutidas en tres talleres diferentes. A ellos asistieron informantes claves del municipio de quienes se pudo recoger información adi-cional. Este informe final es resultado del esfuerzo colectivo de los participan-tes del estudio.

Para la redacción final, se hizo uso de las siguientes fuentes de información: a) información primaria de entrevistas y talleres; b) informes de investigaciones preliminares del equipo; c) revisión de documentos institucionales del munici-pio; y d) revisión de literatura.

En el análisis de la información se privilegiaron los datos primarios que fueron objeto de múltiples lecturas para identificar ejes temáticos y plantear posibles argumentos del estudio de caso2. Los ejes temáticos identificados y argumen-tos planteados, sirvieron de guía en la búsqueda y la revisión de literatura para contextualizar y dar una visión comparativa al estudio. Por ejemplo, las ten-

2 En el análisis de los datos se siguieron algunas pautas del enfoque de la teoría fundamentada (Glaser y Straus 1965) planteadas por Charmaz (1988) y Strauss y Corbin (1998) codificando, ca-tegorizando y conceptualizando aspectos centrales de los datos, y planteando preguntas sobre el qué (estructura) y el cómo (procesos) de los fenómenos representados en los datos.

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Introducción

siones campo-pueblo identificadas en los datos primarios abrieron paso a la revisión de material bibliográfico sobre relaciones urbano-rurales. Específica-mente, sobre el rol de los pequeños pueblos en la promoción o bloqueo de los procesos de modernización y desarrollo de zonas rurales. Asimismo, tanto las continuas referencias en los datos respecto al trabajo en compañía, así como las características caudillistas de la organización sindical, sugirieron la revisión de bibliografía sobre las relaciones patrón-cliente que aquí hemos denomi-nado como clientelares, para evitar confusiones con el régimen patronal de las haciendas. Los informes preliminares del Proyecto IDES fueron un insumo fundamental para la elaboración de este texto final. Los documentos institu-cionales, sobre todo las diferentes versiones de los Planes de Desarrollo Muni-cipal (PDM) de Anzaldo, fueron un complemento importante para conocer la situación actual del municipio.

En función del tiempo y los recursos disponibles, se hizo un particular esfuer-zo por comprender la especificidad de los antecedentes históricos de Anzal-do (conocido antiguamente como cantón Paredón) a través de la revisión de estudios históricos sobre el tema de tenencia de la tierra y los antecedentes y efectos de la Reforma Agraria en el Valle Alto cochabambino.

En la redacción de este informe final, constantemente, se realizaron consul-tas con los técnicos de CIPCA Regional-Cochabamba, quienes contribuyeron a llenar vacíos de información y proporcionar contexto para la comprensión de datos aislados. En especial se agradece a Fernando Iriarte, Cristina Lipa, Shirley Rasguido, Corina Miranda, Elsa Suárez, Javier Rocha, Victor Peñarrieta, Guido Escobar, Nancy Camacho, Judith Marca, Alfredo Montecinos y Merardo Pozo quienes respondieron amablemente a nuestras preguntas a pesar de sus aje-treadas actividades. Asimismo, se agradece a Carolina Jordán y Petronila Hurta-do por su apoyo en varios aspectos logísticos y a Eduardo Acevedo –ex director de CIPCA-Regional Cochabamba– por sus críticas y el apoyo a esta investiga-ción. Finalmente, un agradecimiento a Lola Paredes y Marcelo Vargas Paniagua quienes nos abrieron las puertas de la Biblioteca de la Fundación Xavier Albó para la consulta de literatura.

1.4. Organización de este volumen

Este libro, se desarrolla en nueve capítulos. Después de la introducción el si-guiente capítulo describe el espacio-territorio de Anzaldo. Los capítulos tres y cuatro, describen características generales del régimen intercultural patronal (pre-Reforma Agraria) y clientelar (post-Reforma Agraria) respectivamente. Tie-nen el propósito de identificar elementos de cambio y continuidad que persis-

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

ten en el régimen intercultural actual. El capítulo cinco, describe la llegada y el rol de terceros actores que contribuyen a dinamizar las relaciones intercultu-rales locales y al fortalecimiento intracultural campesino. El capítulo seis, des-cribe la pugna campo-pueblo por el control del poder local. El capítulo siete, describe lo nuevo y lo viejo en las relaciones interculturales locales de Anzaldo. El capítulo ocho, describe el desarrollo local como un ámbito de conflicto cam-po-pueblo. Finalmente, el capítulo nueve resume los hallazgos de este estudio y plantea algunos desafíos sobre la interculturalidad en el desarrollo rural.

Se incluyen tres anexos: el primero es una breve descripción sobre la partici-pación de las mujeres en la toma de decisiones; el segundo, es el listado de las personas entrevistadas durante este estudio; y tercero son fragmentos de las entrevistas y los talleres.

Actualmente, este trabajo constituye parte de un extenso estudio que el Cen-tro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) está desarrollando en siete regiones de Bolivia dentro del marco de la red de Investigación de Desarrollo Sostenible en un Mundo Diverso (SUS.DIV, en sus siglas en inglés). En ese sentido, la realización de esta investigación se llevó a cabo mediante el siguiente proceso: Xavier Albó y Fernando Galindo plantearon las ideas inicia-les del estudio de caso (Galindo y Albó, 2007); Cristina Lipa y Shirley Rasguido –en base a su experiencia de campo en el municipio de Anzaldo y con el apoyo local de Hilarión Arias– iniciaron la recolección de datos que dio cuerpo a las primeras ideas del estudio (Lipa y Rasguido, 2008); posteriormente, Fernando Galindo elaboró un primer documento, con información todavía parcial, con el propósito de clarificar el foco de atención y el argumento del estudio (Galindo, 2009).

Con mayor información primaria disponible, Shirley Rasguido e Hilarión Arias elaboraron un primer informe global (Rasguido y Arias, 2009). Asimismo, Ga-briela Canedo, una consultora externa, enriqueció el primer informe global incorporando las voces de los actores y otros datos (Canedo, 2009). Con toda esta información, Fernando Galindo –con el apoyo de Xavier Albó– redactó este documento final.

El presente escrito ha pasado por varias versiones que han sido revisadas como parte de la estancia Postdoctoral de Fernando Galindo apoyada por el Progra-ma ERASMUS MUNDUS, ventana de cooperación 18, ARBOPEUE en el Depar-tamento de Educación de la Universidad de Bath, Inglaterra entre septiembre 2010 y junio 2011.

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Para entender el escenario en el que ocurren los procesos y las relaciones aquí descritas, en el presente apartado, se describen algunas características actua-les del municipio de Anzaldo. Básicamente, se hizo uso de los documentos de los Planes de Desarrollo Municipal [PDM] y otra información secundaria dispo-nible para este propósito.

2.1. Orígenes, ubicación y población

El nombre histórico de lo que actualmente es Anzaldo ha sido durante siglos Santiago de Paredón. En la época colonial, era parte del “Partido” de Cliza que cubría todo el Valle Alto más las alturas y valles circundantes; y su capital era Tarata. Después de la Independencia, todo este conjunto, se llamó Provincia de Cliza permaneciendo Tarata como su capital.

Los valles centrales de Cochabamba están conformados por tres sub-cuencas densamente pobladas (incluso por encima de los 100 habitantes por km2). Precisamente, el de mayor en población es el Valle Alto, ubicado en la parte sudoeste, que incluye los pueblos históricos de Arani, Punata, Cliza y Tarata. Dentro de este último, se encuentra Santiago de Paredón posteriormente lla-mado Anzaldo. En la confluencia entre el Valle Alto y Sacaba, que se encuentra más al norte, está la ciudad de Cochabamba. Desde allí empieza el Valle Bajo.

2. EL ESPACIO-TERRITORIO DE ANZALDO

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El Espacio-Territorio de Anzaldo

Fuente: http://www.aynisuyu.net/mapa_valle_alto.htm

En 1862, la entonces provincia de Cliza, se dividió en dos secciones: Tarata y Punata. De esta manera, Paredón pasó a ser uno de los cinco cantones de la primera sección, junto con Tarata, Izata, Toco y Orihuela (Cliza)3. En 1872, todos estos, se denominaron Provincia de Tarata.

En 1906, bajo el gobierno de Ismael Montes, la Ley del 20 de octubre su regla-mentación del 27 del mismo mes, determinó lo siguiente:

Se erige, en la provincia de Tarata, una tercera Sección municipal compuesta del cantón Paredón y la vice-parroquia de Quiriría que se eleva al rango de vi-cecantón (...) La capital de la nueva sección, será el pueblo de Paredón que en lo sucesivo se denominará ‘Villa Anzaldo’ en honor al intrépido guerrillero de la independencia.

La referencia es al prócer Francisco Anselmo Anzaldo, originario de esta zona y que sirvió en las filas del ejército comandado por Esteban Arze.

En 1912, la provincia de Tarata se subdividió en dos provincias: la de Tarata (posteriormente llamada Esteban Arze) y la de Cliza (posteriormente llamada

1 . Santivañez 2 . Arbieto 3 . Tarata 4 . Anzaldo 5 . Sacabamba 6 . Tolata 7 . Cliza 8 . Toco 9 . San Benito 10. Punata 11. Villa Rivero 12. Tacachi13. V. G. Villarroel14. Arani15. Vacas16. Tiraque Valle

Mapa 1: Los 16 ex cantones del Valle Alto de Cochabamba

3 Temporalmente, durante la presidencia del General Melgarejo (oriundo de Tarata) esta provincia y la vecina de Mizque adquirió el rango ‘Departamento de Tarata’.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Germán Jordán). Con ello, Anzaldo pasó a ser la 2ª sección de la nueva pro-vincia, teniendo bajo su jurisdicción los nuevos cantones de Anzaldo, Quiriria y La Viña (Leyes del 21de septiembre y 18 de noviembre de 1912, más la Ley aclaratoria de 24de noviembre de1914).

Aparentemente, hasta la década de 1990, Anzaldo no tuvo otros cambios or-ganizativos como sección municipal. En 1990, Sacabamba, entonces cantón de Anzaldo, se constituía en la cuarta sección de la Provincia Esteban Arze (Go-bierno Municipal de Sacabamba et al. Vol. III, parte 5, 1996: 46). Por lo tanto, desde 1990 hasta el año 2010, la provincia Esteban Arze ha estado conformada por los siguientes cuatro municipios:

• Tarata(PrimeraSección)• Anzaldo(SegundaSección)• Arbieto(TerceraSección)• Sacabamba(CuartaSección)

Como resultado, Anzaldo perdió 242 km2 quedando con sólo 542 km2 o, si es más correcta la ficha municipal de la Federación de Asociaciones Municipales de Bolivia (FAM-BO), quizás 640 km2. Pese a esta reducción, Anzaldo sigue sien-do el más extenso de los cuatro municipios de la provincia Arze (ver Mapa 2) y también es el más extenso en relación a los demás municipios que se encuen-tran en el corazón del Valle Alto, que tienen una densidad demográfica signifi-cativamente mayor como se muestra en el Mapa 1. Su menor densidad se debe a que ha quedado en los márgenes de la parte plana y más fértil del Valle Alto.

La sede central del municipio de Anzaldo, queda a una distancia aproximada de 62 km. al sudoeste de la ciudad de Cochabamba y de 20 a30 km. de las po-blaciones mayores y más cercanas del Valle Alto (Tarata y Cliza).

En la actualidad (2009), el municipio está dividido en seis distritos municipales y conformado por 69 comunidades distribuidas en dos eco-regiones claramen-te distinguibles: la primera es la zona alta, entre unos 3300 y 2700 metros de altura y la segunda es la zona de valles que llega hasta orillas del río Caine, a unos 2200 metros.

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El Espacio-Territorio de Anzaldo

Mapa 2: División Política de la Provincia Esteban Arze

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Mapa_Politico_Prov._Esteban_Arce.jpg

De acuerdo a los dos últimos censos, la población del municipio de Anzaldo ha ido descendiendo de 9.717 habitantes (según el Censo Nacional de Pobla-ción y Vivienda de 1992) a sólo 9.126 personas (según el Censo de 2001). Esto

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

significa que si el ritmo de expulsión de población emigrante se mantuvo, el municipio contaría solamente con 8.440 habitantes para el año 2010.

El Plan de Desarrollo Municipal [PDM] de 2009, ya muestra una ligera dismi-nución de la población: 9.035 personas. Sin embargo, es más moderada que la que podría preverse (ver Tabla 1), pero no sabemos cómo se tabuló esta cifra ni tampoco en qué momento concretamente. Cabe señalar que, por lo general, los PDM registran la población de derecho, es decir, quienes figuran en los registros de las diversas comunidades, así estén o no en la comunidad; mien-tras que los censos, se realizan sobre la población de hecho en determinado momento y lugar.

En 1992, sólo un 8% (779 personas) vivía en el pueblo central, pero en 2001, el porcentaje de habitantes subió ligeramente al 13% (1.188 personas). Sin em-bargo, el grueso de la población (87%) sigue asentada en el área rural. La Tabla 1 muestra la distribución de esta población entre los 6 distritos municipales, según el PDM 2009.

Las anteriores cifras muestran que los que más emigran son los del campo. Incluso una parte de ellos se instala en el pueblo central, ya que desde 1994 existen más oportunidades tras la Ley de Participación Popular (LPP). Al pare-cer, emigran tanto hombres como mujeres. El equilibrio de género se ha man-tenido bastante bien (49 % hombres y 51% mujeres). Pese a esa merma, su población sigue siendo relativamente joven. Según el censo 2001, aproxima-damente el 50% de la población del municipio de Anzaldo se encontraba entre las edades de 0 a 19 años (4.558 personas) y dentro de ese rango de edad el 51% eran varones y el 49% mujeres.

Tabla 1: Distribución de la población del municipio de Anzaldo por Distritos

Fuente: Elaboración propia en base a datos del PDM Anzaldo 2009

Distrito Numero de Subcentrales

Numero comuni-dades Población %

1 Centro poblado 1188 132 1 8 1004 113 2 15 2007 224 2 11 1277 145 3 12 1643 186 3 18 1916 21Total 11 subcentrales 64 cdds 9035 hbs 100%

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El Espacio-Territorio de Anzaldo

La razón de ese éxodo es, obviamente, su bajo nivel económico. Considerando el índice de necesidades básicas insatisfechas, el municipio de Anzaldo es un municipio pobre. De acuerdo con el censo de 1992, el 97,6% de la población era considerada pobre; y, según el Censo 2001, la población había disminuido al 92,6% (8.452 personas), del cual un 74% (6.777 personas) representaba a habitantes en situación de extrema pobreza. Su índice de desarrollo humano [IDH] era 0,410 en 1992 y apenas subió a 0,420 en el año 2001. No obstante, para el 2005, bajó nuevamente a 0,416 y ese año fue la última vez que se lo calculó. Por este motivo, en el 2005, ocupaba el puesto 311 entre los 327 muni-cipios más pobres del país. Dicho de otro modo, sólo había 16 municipios más pobres que Anzaldo y, por cierto, cinco de ellos también en Cochabamba4. Sin embargo, es el único del Valle Alto con tan bajo ranking. Incluso Sacabamba, que se desprendió de Anzaldo en 1990, ocupa el puesto 287.

La esperanza de vida, según datos del Viceministerio de Participación Popular y Fortalecimiento Municipal, es de 57 años (Municipio de Anzaldo 2009). Esta cifra también está por debajo del promedio nacional que, para el año 2004, era de 64,4 años. La cantidad de muertes de niños y niñas menores a un año de vida es de 109,9 por cada mil nacidos vivos.

2.2. Actividades económico-productivas

En Anzaldo, se pueden distinguir tres tipos de actividades económicas según el tipo de familia y unidad:

1) Las que no involucran intercambio. 2) Las que conllevan a un intercambio dentro de la comunidad. 3) Las que buscan un intercambio fuera de la comunidad.

El primer tipo involucra actividades agrícolas y ganaderas de consumo domés-tico. El segundo tipo involucra el intercambio constante de productos agrícolas (trueque) y el intercambio de trabajo en la forma de ayni (trabajo recíproco), y pago de jornal como peón. Finalmente, en el tercer tipo están incluidas la ven-ta de productos agrícolas hacia las ciudades y la compra de bienes de consumo e insumos agrícolas (abonos fertilizantes y otros), así como las migraciones de largo plazo de los jóvenes en época de sequía hacia el Chapare y Santa Cruz y los trabajos que demandan la alcaldía y la iglesia (Miyachi, 2008: 20).

De la extensión total del municipio (542 km2), sólo un 25% es utilizado en algún tipo de actividad económica productiva. La precipitación anual es de

4 Bolívar (puesto 315), Tapacarí (316), Tacopaya (321), Vila Vila (323) y Arque (327, el último del país).

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

aproximadamente 500 mm., cifra que es considerada mínima para el desarrollo de actividades agrícolas. En la zona de altura se produce principalmente tu-bérculos (papa, oca), granos (cebada, trigo duro y avena) y leguminosas (haba, tarwi), y se practica una ganadería tradicional diversificada. Para paliar un poco la falta de agua en época de estiaje, se han construido una gran cantidad de pequeños depósitos de agua (atajados) con el apoyo de organizaciones no gubernamentales (ONG) e instituciones del estado (prefectura). En la zona de valles, hacia y junto al río Caine que marca toda la frontera sur, se cultiva maíz y trigo a secano, hortalizas, papas y frutas. En las comunidades con riego, se cultiva principalmente y predomina la cría de ganado caprino, ovino y vacuno (Véase Mapa 2; Municipio de Anzaldo 2009: 10, 18, 31).

El municipio también cuenta con recursos forestales (eucalipto, kiswara, aca-cia, ciprés, pino, chacatia, y molle). Este rubro, es apoyado por varias ONG a través de la construcción de viveros, dotación de plantines y capacitación en actividades de reforestación. Varias zonas de Anzaldo también cuentan con re-cursos minerales metálicos y no metálicos5. El sílice –un mineral no metálico, materia prima básica para la fabricación de vidrios, que se encuentra en las comunidades de Pajcha Pata Lux y La Viña– es explotado desde tiempo atrás por la empresa Vidrio Lux (Municipio de Anzaldo 2009: 26-28).

La confección de tejidos, con el uso de materiales locales como lana de oveja y tintes naturales de molle y eucalipto, es otra actividad productiva de las fa-milias campesinas en Anzaldo. Principalmente, esta actividad, es desarrollada por las mujeres y se destina, sobre todo, al autoconsumo. Los hombres son res-ponsables de la fabricación de instrumentos de labranza, como arados, yugos y mangos para herramientas (Municipio de Anzaldo, 2009: 118).

A pesar de que gran parte de la producción en Anzaldo está destinada al au-toconsumo, algunos excedentes se destinan al mercado. La producción para el mercado varía en función de la zona, la productividad de la tierra y las fa-cilidades de transporte. Los productos son comercializados en las ferias de Anzaldo (viernes), de Cliza (domingo) y de Cochabamba (miércoles y sábado). Las comunidades locales también tienen ferias, en varios casos siguiendo el calendario de días festivos. La principal forma de comercialización es la venta, aunque todavía se mantiene el intercambio o trueque. En la feria de Anzaldo se nota la presencia de productores locales, mientras que en las ferias más distan-tes –como la de Cliza y Cochabamba– el intermediario (rescatista) juega un rol central. Sin embargo, con la mejora del camino de Anzaldo a Cliza y Tarata que

5 Los primeros en el sur del municipio (Distritos 4 y 5) donde se ha identificado minerales como baritina, siderita, hierro, plomo y zinc. Los minerales no metálicos como sílice, yeso, calizas, bari-tina, pigmentos, pizarras ornamentales, arcillas, arena-grava-piedra y carbol vegetal.

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El Espacio-Territorio de Anzaldo

se inició en la década de los noventa, los productores optaron por vender sus productos directamente en las ferias de Cliza e incluso de Cochabamba, ya que pueden acceder a mejores precios para sus productos y también adquirir bie-nes de consumo (azúcar, arroz, fideos, sal, aceite, coca, hortalizas, etc.), insumos agrícolas, herramientas y material escolar para sus hijos a precios más bajos.

Un estudio sobre el ingreso familiar anual (IFA) realizado por CIPCA (Pellens y Navia, 2005) en determinadas comunidades del municipio de Anzaldo conclu-ye que en el período 2003-2004 el ingreso anual de las familias fue de 4.920 bolivianos distribuidos de la siguiente manera6:

Tabla 2: Ingreso Familiar Anual: gestión 2003-2004

6 Este estudio se realizó en 11 comunidades del municipio de Anzaldo: Mollini, Phinquina, Qalallust’a, Torankali, Tijrasga Lagunitas, Villa San Isidro, Sivingani, Phajchapata, Tara K’uchu, Uma Pirua, sobre una muestra de 35 encuestas.

7 Callallusta, Mollini “A”, Phinquina, Tijrasga, T’ara K’uchu, Torancali, Botijani, Llallaguani, Macias y Pucara Muña Mayu.

Fuente: elaboración propia en base a datos de Pellens y Navia 2005: 97

Un estudio similar realizado el 2007, en las 10 comunidades7 en las cuales trabaja CIPCA, revela que el IFA en el municipio se redujo a 4.785 bolivianos (Pellens 2008). Las muestras y metodología de los estudios no pueden com-pararse, pero posiblemente el descenso en la cifra monetaria podría ser una indicación de que las condiciones de vida en la zona siguen deteriorándose.

En el centro poblado y sede municipal de Anzaldo, la elaboración de chicha es una actividad económica central que involucra tanto a hombres como a mu-

Actividad Valor en B$ %

Agrícola 1.913.18 38,89

Pecuario 234,87 4,77

Artesanía y transformación 505.76 10.28

Forestal 431 8,76

Caza y pesca 3,74 0,08

Venta de Fuerza de trabajo 1380,68 28,06

Transferencias 450,84 9,16

TOTAL 4.920,05 100

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

jeres. Sin embargo, su comercialización parece ser más una responsabilidad femenina que masculina. Durante la feria semanal del día viernes funcionan aproximadamente 85 chicherías en el pueblo (Marca 2007), lo que evidencia la importancia de esta actividad para la gente del pueblo.

El transporte, las comunicaciones, el hospedaje y la alimentación son otras actividades económicas de la gente del pueblo de Anzaldo. En la actualidad (2009), se cuenta con dos sindicatos de transporte público para el traslado de pasajeros y productos entre Anzaldo y Cochabamba. Asimismo, el centro po-blado cuenta con cabinas telefónicas de las empresas ENTEL y TIGO, y reciben señales de radios de municipios vecinos (Tarata y Punata) con amplia cobertura en Anzaldo. También, es posible captar señales de televisión de determinados canales. Unas cuantas familias se dedican a brindar servicios de alojamiento y alimentación. Al momento de realización de esta investigación existían cuatro alojamientos en el centro poblado, tres bares y seis pensiones de comida (Mu-nicipio de Anzaldo 2009: 56, 121-122).

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El orden intercultural, antes de la Reforma Agraria de 1953, estaba caracteri-zado por un sistema patronal que estructuraba fuertes relaciones de domina-ción-subordinación y explotación alrededor del control de la tierra, control de la fuerza de trabajo y acceso a mercados, en los que la hacienda y sus redes constituían la unidad de organización central de estas relaciones. Consideran-do a los actores centrales de este período, en este capítulo se describen algu-nos elementos del régimen intercultural patronal distinguiendo tres situacio-nes: a) la relación hacendado-colono estructurada principalmente alrededor de las haciendas y sus redes; b) las relaciones hacendado-piquero estructura-das en la interfase hacienda-comunidad piquera-mercado; y c) las relaciones piquero-colono.

3.1. Pongueaje o Servidumbre: Relaciones de servidumbre hacendado-colono

Durante el período colonial y parte del republicano, la zona de Anzaldo era co-nocida con el nombre de Santiago del Paredón8. Este era un distrito dominado por haciendas, es decir, propiedades agrícolas privadas o corporativas de ex-tensión variable en las que se producía con mano de obra indígena de colonos o también llamados pegujaleros.

En estas haciendas –que en Anzaldo eran mayormente en tierras de secano que producían trigo9, cebada, papas y otros tubérculos– los hacendados otorgaban a los colonos una parcela de tierra dentro de la hacienda, que a menudo era de menor calidad y de extensión variable para que fuese cultivada por ellos y sus

3. RÉGIMEN INTERCULTURAL PATRONAL PRE-1953

8 El nombre de Paredón parece tener varios significados. Uno vinculado a sus características geo-gráficas, los farallones existentes en las riberas del río Caine. El segundo como lugar de ejecucio-nes durante el período de la guerra de la independencia cuando se volvió común la expresión “al paredón”.

9 De ahí viene el apodo popular de los anzaldeños: phiri maletas, en referencia a un preparado de trigo tostado y molido consumido en la región.

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Régimen Intercultural Patronal Pre -1953

familias a la que se la denominaba pegujal10. En compensación, los hacendados extraían de los colonos una renta de trabajo expresada en un cierto número de días de trabajo en la hacienda, así como el cumplimiento de varios servicios, tales como el colonato y el pongueaje. El colonato o trabajo en grupos, estaba orientado a desarrollar diferentes trabajos en la hacienda tales como mante-nimiento de caminos, reparación de paredes, cuidado de los campos y otros. Estos colonos eran también llamados pongos11 (y de ahí, todo este sistema, pongueaje) porque los distintos miembros de la familia también debían servir de manera periódica en la casa de hacienda o en la casa del hacendado en el pueblo o la ciudad; las mujeres ayudaban en la cocina y los hombres cumplían una diversidad de mandados (limpieza, construcción, traslado de productos, entre otros). Además, como obligaciones de los colonos a los hacendados tam-bién estaba el proporcionar huevos, recolectar leña, conducir las mulas a las ferias, etc. Todas estas obligaciones o servicios eran proporcionadas de forma gratuita (Dandler 1987, Heath 1973, Reyeros 1949).

En la zona de altura, también existían estancias o puestos de ganado. Los ha-cendados de Paredón poseían tierras en otras partes del Valle Alto. Los libros de tributos indican que, al final del período colonial, existían 19 haciendas y estancias coloniales en Paredon-Izata y 34 a inicios del período republicano (1831). Esto sugiere que ya desde entonces las haciendas atravesaban un pro-ceso de fragmentación. Varias haciendas de Paredón, como Tijrasca y Morocha-ta, pertenecían a instituciones corporativas como el Convento de las Monjas de Santa Clara (Jackson 1994: 187-188) y se las conocía también como capella-nías.12 En otros lugares del Valle Alto de Cochabamba, como en Vacas, también existían propiedades corporativas pertenecientes a los municipios, conocidas como ‘propiedades públicas’ (Dandler 1987). Es posible que en Anzaldo haya existido este tipo de propiedad, pero no se ha podido verificar el dato.

Los dueños de las haciendas administraban directamente sus propiedades. En otros casos, cuando un hacendado poseía varias haciendas en diferentes luga-res, la administración de las mismas era delegada a administradores contrata-dos por el hacendado; los administradores reportaban a los propietarios sobre la marcha de la hacienda a través del envío de cartas periódicamente.

10 Término castizo castellano que, en el diccionario clásico de María Moliner (Vol. II, 2007: 2230), se define como: “Porción de terreno que el dueño de una finca cede al guarda o encargado de ella para que la cultive por su cuenta como parte de su remuneración”. En el caso de los valles de Cochabamba, la parcela de tierra era la única remuneración de los colonos por su trabajo regular en la finca y en la casa del patrón. En lenguaje popular también se lo llamaba piojal o peojal.

11 De punku ‘puerta’ en quechua; en la Sierra del Ecuador se llamaba también wasipungu al equiva-lente local del pegujal y del pegujalero.

12 En algunos casos, las capellanías eran producto de la cesión de tierras de hacienda realizada por hacendados que no tenían descendencia, que entregaban sus tierras a la iglesia a cambio de recibir una renta o pensión (Camacho 1990).

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Este era el caso de las propiedades corporativas del Convento de las Monjas de Santa Clara y de las tierras públicas. Hacendados y/o administradores asumían las decisiones respecto a los negocios de la hacienda: producción, organiza-ción de la fuerza de trabajo, comercialización, mantención de la infraestruc-tura, etc. Debajo del administrador estaba el mayordomo, generalmente una persona mestiza, que ayudaba al administrador en la supervisión del trabajo de la hacienda. Inmediatamente después en rango estaban los capataces de campo o curacas13, responsables del nombramiento y vigilancia de los colo-nos en los diversos servicios que éstos prestaban al patrón. Los curacas eran elegidos por los colonos para representarlos, aunque en la práctica éste era nombrado por el patrón.

La estructura de poder en la hacienda se complementaba con la presencia del corregidor, el representante del gobierno nacional en un cantón (división de una provincia) y responsable de “la recaudación de impuestos, el arbitraje de litigios entre los indios y otras tareas del gobierno” (Dandler 1987: 162). Los co-rregidores eran gente de pueblo y sus ingresos provenían de multas, comercio, posesión de tierras y de los servicios extraídos a los indígenas.

En el orden intercultural pre-Reforma Agraria, orgullosos de su herencia blan-ca, los hacendados consideraban su posición superior casi como un derecho natural y veían a los indios como incivilizados. Resulta ilustrativo mencionar que, a inicios de la década del 40, luego de que los colonos arrendaron tie-rras de hacienda en la cercana zona de Ucureña, los hacendados reaccionaron alarmados indicando que este hecho “arruinaría económicamente al convento, ya que los ‘indios’ eran flojos, mentirosos, mezquinos y nadie podía confiar en ellos” (Dandler 1987: 85). Sin embargo, en lo cotidiano, el trato de los hacenda-dos hacia los colonos parece haber variado entre el maltrato y la consideración dentro de los marcos del sistema de servidumbre o pongueaje.

Un antiguo profesor de Anzaldo recuerda el trato de los hacendados a los pe-gujaleros antes de la Reforma Agraria de esta manera:

“Algunos eran rebeldes que los trataban muy mal a los pegujaleros y otros eran caritativos; otros no siempre. No se puede justificar o generalizar. En Llavini era un señor Gustavo Antezana bastante bueno, en Chaupicollo Abel Antezana. Después otros patrones…la familia Salinas eran rebeldes en Sacabamba” (Hugo Zapata).

En términos estructurales, en el orden intercultural pre-Reforma Agraria, el ha-cendado y sus representantes cumplían el rol de intermediarios-represen-tantes culturales de los colonos en una relación de dependencia y obedien-

13 Antes de la conquista española el curaca era la cabeza administrativa y ceremonial de un grupo de familias en el imperio inca. Desde la Colonia este nombre ha persistido hasta hoy como un cargo superior en ayllus del área quechua, con un sentido muy distinto del que adquirió en las haciendas.

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cia (Dandler 1987: 13). El hacendado intermediaba entre el mundo local de la hacienda y el mundo exterior, entre los colonos y las instituciones o espacios a nivel provincial. Por ejemplo, si un colono necesitaba atención médica espe-cializada, el hacendado lo llevaba a la clínica más cercana del gobierno o a la farmacia del pueblo. También, si el colono tenía que lidiar con alguna autori-dad o la policía, lo hacía a través de la mediación del hacendado. Por su rol de intermediario, los hacendados consideraban a los colonos como niños, a quie-nes les proporcionaban primeros auxilios en casos de necesidad e inclusive, a unos pocos elegidos, una educación rudimentaria. Tal es el caso de los curacas.

En el orden intercultural pre-Reforma Agraria, los hacendados eran parte de un complejo grupo de intermediarios en las áreas rurales conformados por hacendados, administradores de haciendas, curia, funcionarios del gobierno provincial o departamental y comerciantes. Sin embargo, este rol de interme-diación y las relaciones que establecían con los colonos “sirvió para reforzar las distinciones sociales, culturales y económicas que existían entre los ‘indios’ y ‘no indios’” (Dandler 1987: 8).

3.2 Competencia y subordinación: Relaciones hacendados-piqueros

A diferencia del Altiplano, donde los colonos estaban sujetos a las haciendas y co-munidades, en Cochabamba tenían mayor movilidad geográfica y viajaban con cierta frecuencia de la hacienda al pueblo e inclusive, en algunos casos, a lugares de la ciudad donde se desarrollaba una intensa actividad comercial. Asimismo, a finales del siglo XVIII, en la región apareció una nueva categoría de pequeño pro-ductor campesino denominado piquero que poseía tierra propia –adquirida por compra o antigua herencia como comunario– que no excedían las 2 o 3 hectáreas (Dandler 1987: 167). Éstas se denominaban picos de donde se deriva el denomina-tivo de ‘piquero’ (Barnes y Torrico 1971: 21). Antes de la Reforma Agraria, los pique-ros ya competían por mercados y tierra con los hacendados.

La existencia de ferias importantes ponían en una situación ventajosa la pro-ducción agrícola de los valles de Cochabamba.14 Por ejemplo, hasta 1870

14 Desde el tiempo de la colonia funcionaban importantes ferias como las de Cochabamba, Quilla-collo, Cliza, Arque y Tapacari. La feria central de la región era la de Cochabamba realizada los días sábados en las afueras de la ciudad que a finales de 1780 contaba con una población aproxima-da de 22,300 personas. Los días domingos operaban dos otros mercados, el de Quillacollo en el valle Bajo, a pocos kilómetros de la ciudad de Cochabamba, y el de Cliza en el valle alto, en la ruta hacia la zona de Santa Cruz. Hacia el oeste en la ruta hacia el Altiplano del país funcionaban las ferias de Arque y Tapacari. Los mercados de Arque y Tapacari servían también como lugares de acopio de productos en tránsito hacia o provenientes del Altiplano. Por ejemplo, “los hacen-dados del Valle de Cliza gradualmente desarrollaron un sistema de acopio de granos en y los alrededores de Arque y (probablemente Tapacarí)” (Larson 1980: 421).

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aproximadamente, el 70% de harina de trigo consumida en la ciudad de La Paz se producía en Cochabamba (Jackson 1989). Según Silvia Rivera (1984) en 1874, los valles de Cochabamba exportaron 15 mil quintales de harina de trigo, 20 mil quintales de harina de maíz y muc’o15, 20 mil quintales de maíz en grano y 10 mil quintales de trigo en grano a la ciudad de La Paz (citado en Herbas 2008: 8). No tenemos datos sobre la contribución de la producción de Anzaldo, pero el dato post Reforma Agraria que se muestra a continuación proporciona una idea general del potencial aporte de esta zona.

De mayo a junio, cuando principia la cosecha, los seis camiones –dos de Co-chabamba y cuatro de Cliza–, que habitualmente acuden a esa feria sacan un volumen estimado en unas 200 a 250 pesadas (unas 25 toneladas) de papa y algo así como unas 1.000 fanegadas (unos 160 toneladas) de trigo, volúmenes que se incrementan sustancialmente entre julio y agosto cuando la cosecha se halla en su apogeo (Barnes y Torrico 1971: 15).

En el Valle Alto la principal feria era la de Cliza:

La población de Cliza era la residencia de todos los patrones que tenían pro-piedades en este Valle y en sus alturas. Eligieron esta residencia en vista de que Cliza tenía una de las ferias más grandes de Cochabamba… Llegaban arrieros que traían ganado desde el oriente… Tanto los campesinos como los patrones vendían sus cosechas en este mercado… Las producciones eran transportadas por los campesinos a lomo de bestias… Algunos de los patrones hacían cargar directamente sus productos en vagones de ferrocarril para remitirlos hacia Oru-ro desde donde se despachaba a las minas. La operación de embarque era reali-zada por los campesinos de las haciendas. Las producciones que no eran envia-das a otras plazas, eran vendidas en las ferias dominicales que tradicionalmente se realizaban en esta población. Otra parte de las producciones que no llegaba a ser puesta en venta en la “playa”, era vendida directamente a comerciantes, que llegaban con sus camiones para sacarlos a otras regiones o departamentos del país en operaciones que tenían lugar en cualquier día de la semana. Un número apreciable de patrones que disponían de camiones llevaban sus producciones directamente a Cochabamba o a las zonas mineras y los que no disponían de vehículos propios, se veían obligados a vender sus productos en la feria de Cliza (citado en Barnes y Torrico 1971: 4-5).

Antes de la Reforma Agraria, Anzaldo también tenía su propia feria (dos días a la semana) a la que acudían comerciantes a intercambiar productos con los campesinos de alrededor bajo el sistema de trueque:

En la zona, antes de la Reforma Agraria, había la feria de Anzaldo que se realiza-ba los días lunes y miércoles, días que coincidían con el paso del tren del Valle.

15 Muk’u: harina de maíz mascada y compactada con saliva (otra labor típica de los colonos) como materia prima para elaborar chicha.

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Los campesinos concurrían a esta feria con sus productos para cambiarlos con mercaderías que traían los comerciantes de Cliza y de Cochabamba, el sistema de trueque tenía mayor vigor que la venta propiamente dicha (citado en Barnes y Torrico 1971: 13).

Una característica común de estas ferias era la importante presencia de pe-queños productores, piqueros, arrenderos16 y colonos, aunque es posible que estos dos últimos grupos actuaran como intermediarios de sus patrones o des-empeñando funciones como cargadores y sirvientes.

Aunque todavía en pequeña escala, la presencia campesina en las ferias era una competencia para los hacendados. A fin de contrarrestar esta competen-cia, desde fines del siglo XVIII, los hacendados apelaron a la imposición de tri-buto para expropiar la producción de granos de los pequeños productores, situación que continuó hasta el siglo XIX (Larson 1980: 412)17. La presencia de los pequeños productores en los mercados les permitía a ellos acceder a re-cursos (bienes, información, etc.) que no estaban disponibles para los colonos encapsulados en las haciendas y entablar relaciones con otros grupos como los vecinos de los pueblos, comerciantes locales y de otras regiones del país, y autoridades con quienes no sólo establecían relaciones comerciales sino tam-bién de parentesco simbólico.

Con el segundo auge de la producción minera de plata y la implementación de políticas de liberalización de la economía a finales del siglo XIX (1870-1880), que implicó la importación de crecientes volúmenes de harina de trigo (princi-palmente de Chile), se puso en crisis la producción de granos en las haciendas de los Valles de Cochabamba. Asimismo, también a finales del siglo XIX, factores climáticos como sequías, continuas divisiones de la tierra por herencia y venta contribuyeron a la crisis de producción y fragmentación en las haciendas y al crecimiento del número de piqueros, o pequeños propietarios. De modo que, en este período, a la competencia mercantil se añadirá una paulatina compe-tencia por el control de las tierras entre hacendados y pequeños campesinos.

16 Este término se refiere a la persona “que renta una parcela en la hacienda y que paga su renta en forma de trabajo o, algunas veces, en especie. En contraste con el colono, no tiene obligaciones características del colonato (aunque la distinción es borrosa entre las obligaciones de un colono y las de un arrendero)” (Dandler 1987: 160).

17 La vulnerabilidad de los mercados de exportación debido a las condiciones climáticas y de culti-vo, y las imposibilidades del hacendado de predecir adecuadamente la cantidad de producción, convirtieron al tributo en una aventura especulativa debido a la oportunidad de acumulación mercantil que ofrecía. Cada año, cerca de veinte hacendados, competían por el derecho de re-colectar aproximadamente la décima parte de la producción de granos del distrito o parroquia, excepto en comunidades indígenas donde se recolectaba una cantidad menor (Larson 1980: 423).

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A inicios del siglo XIX, las haciendas de Paredón atravesaban un proceso de fragmentación debido a herencias y ventas. Los casos de las haciendas de Lla-llahuani y Khala Llusta son ilustrativos de este proceso:

Antes de 1846, la hacienda Llallahuani de propiedad de José Gandarillas fue dividida entre sus herederos. A inicios del siglo XX, la familia Gandarillas aparen-temente vendió o perdió interés en la propiedad debido a que ningún miembro de esta familia aparece en la lista del censo catastral de 1912 como propietario de tierra. Treinta y seis pequeñas y medianas propiedades con una extensión menor a las cincuenta hectáreas controlaban la mayoría de la tierra de esta ha-cienda y la propiedad más grande ocupaba 60 hectáreas de tierra. La Hacienda Khala Llusta fue dividida en dos antes de 1831 y la sección de la hacienda que perteneció a la familia Ferrufino fue posteriormente subdividida por herencia entre 1855 y 1872. Como en el caso anterior, los antiguos propietarios de Khala Llusta, las familias Ferrufino y Angulo, no aparecen en el censo catastral de 1912. Noventa propiedades con un área menor a las cincuenta hectáreas controlaban un 70 % de la tierra (Jackson 1994: 188).

A fines del siglo XIX, una fuerte crisis golpeó la producción agrícola de Cocha-bamba debido a:

1) La importación de granos y harina de trigo principalmente de Chile. 2) Las continúas sequías. 3) La poca inversión en infraestructura productiva agrícola. 4) Los crecientes niveles de endeudamiento de los hacendados.

Esta situación forzó a los terratenientes de Paredón a hipotecar sus tierras a los bancos o vender, o arrendar pequeñas parcelas –no siempre las mejores– a los piqueros, dando continuidad al proceso de fragmentación de la tierra de ha-cienda. Por ejemplo, entre 1870 y 1905, se registraron 258 ventas de tierra. Du-rante la década de 1890-1899, se registró el mayor número de ventas 112 (43 %), siendo el punto máximo de la crisis en la economía regional (Galindo 1986).

La disponibilidad de tierra permitió a los piqueros comprar varias parcelas de tierra ubicadas en diferentes lugares dentro de un área pequeña. Una estra-tegia diseñada para distribuir los riesgos sobre varias parcelas de terreno que perdieron la potencialidad de cultivo debido a heladas u otros factores ecoló-gicos. En las primeras décadas del siglo XX, las haciendas todavía dominaban en Paredón, pero con un significativo y creciente número de piqueros que en 1912 ocupaban alrededor del 22% de la tierra registrada. “Campesinos sin tie-rras, pequeños propietarios y artesanos de los centros urbanos en la región frecuentemente compraron tierras de hacienda” (Jackson 1989: 276).

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Fuente: Jackson 1994: 191

La fragmentación de la tierra “aceleró el proceso de mestizaje en términos legales y fiscales, pero no en términos culturales” (Jackson 1994: 191). Como resultado del acceso a la tierra, varios pequeños productores cambiaron su sta-tus legal de indios a mestizos. A fines del siglo XIX (1880) se abolió el tributo y se generalizó el pago de impuestos a la propiedad de la tierra. Para cumplir con este requerimiento, los pequeños propietarios se vieron forzados a ingresar a una economía de mercado (Jackson 1993: 193).

Paralelo al proceso de acceder a la tierra, los pequeños propietarios continua-ron compitiendo con los terratenientes por mercados durante el siglo XX. Al respecto es ilustrativo lo acontecido el día de la llegada del ferrocarril a Cocha-bamba en 1914. Entusiasmados por los potenciales prospectos de ganancias que traería la llegada del ferrocarril, los hacendados consiguieron préstamos bancarios para incrementar su participación en los mercados. El día de la llega-da del ferrocarril fue grande su sorpresa cuando encontraron que tanto la es-tación como sus alrededores estaban atiborrados de pequeños comerciantes que les disputaban estos mercados emergentes.

Respecto a los mecanismos utilizados por los pequeños propietarios en el mer-cado y la adquisición de tierras es ilustrativa la siguiente cita:

En 1931, el prominente hacendado y abogado cochabambino, Octavio Sala-manca comentaba sobre las estrategias utilizadas, a finales de 1920, por los hogares campesinos para acumular dinero, incluyendo la venta de productos sobrantes y el trabajo en mercados locales y regionales por arrendatarios y pe-queños propietarios independientes. De acuerdo con Salamanca, existía una

Tabla 3: Estructura de la Tenencia de la Tierra Cantón Paredón, 1912

Tamaño de la parcela Número de Propiedades

% Área en Hectáreas %

0-99 1.005 61.9 293.46 9.9

1-49.99 570 35.1 3,673.00 12.4

50-99.99 18 1.1 1,294.00 4.4

100-499.99 20 1.2 3,763.00 12.7

500-999.99 5 .31 3,788.00 12.8

1,000-4,999.99 5 .31 16,800.00 56.7

Total 1,623 29,611.46

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clara división del trabajo por género en la economía de la familia campesina, tendencia que persiste en la actualidad. Los hombres trabajaban en los campos, pero la mujer estaba ocupada en la producción artesanal de chicha y otros pro-ductos para la venta en el mercado. Generalmente las mujeres comercializaban la chicha y los productos excedentes. Esto, en ciertos tiempos del año, incluía viajes a los centros mineros del altiplano en el occidente de Bolivia. Al inicio del siglo XX, muchos hombres migraron a trabajar en las plantaciones de azúcar del norte argentino, en las minas de estaño, en las alturas de Bolivia o en las minas de nitrato, en el norte de Chile. Finalmente, era común para los hombres trabajar en las haciendas de valle de manera temporal, sobre todo durante los períodos de alta demanda para obtener dinero adicional. De modo que sus fa-milias pudieran ahorrar dinero suficiente para comprar tierra por primera vez o para expandir su base de tierra, a través de la compra de parcelas adicionales (Jackson y Maddox 1993: 273).

Esta tendencia de fragmentación de la tierra continuó durante las subsiguien-tes décadas. Como sugiere adecuadamente Kohl (1982: 613), para el caso de Ucureña, antes de la Reforma Agraria “No existían grandes haciendas con es-tatus económico exclusivo, sino un conjunto de propiedades que recibían los denominativos de quintas, recreos y villas”. Una situación similar parece haber ocurrido en Anzaldo, como sugiere uno de nuestros entrevistados: “Antes de la reforma las haciendas tenían una extensión de unas 80 o 100 hectáreas y quizás un poquito más. Eran serranías casi improductivas” (Hugo Zapata 2009: 84). Por consiguiente, se puede concluir que:

La división de la hacienda en el departamento de Cochabamba fue única en Bolivia y la Reforma Agraria de 1953 no eliminó la hacienda tradicional, sino que meramente concluyó un proceso de transformación de la tenencia de la tierra que comenzó mucho antes (Jackson 1989: 277).

Sin embargo, lo más importante –al menos, para el propósito de este estudio– es que el temprano surgimiento de los piqueros fue una expresión patente del deterioro del sistema de control social estamental construido en la colonia alrededor de distinciones étnicas entre europeos e indios (Larson 1980: 410). En el orden intercultural pre-Reforma Agraria, el piquero desafía el rol de inter-mediación-representación cultural de los hacendados y representantes entre el mundo rural y el mundo exterior (pueblos, ciudades, espacio transnacional), asumiendo por sí mismo este rol dentro las limitaciones impuestas por el sis-tema estamental. El hecho de disputar tierra y mercados a los hacendados fue un ejemplo inicial de desafiar las rígidas distinciones sociales, culturales y eco-nómicas entre los “no indios” y los “indios” que, posteriormente, se cristalizará con la Reforma Agraria de 1953.

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3.3. Afirmación intra-cultural: La transición de colono a piquero

En los valles de Cochabamba, culturalmente, los colonos y piqueros tienen un origen común: extracción rural quechua. Sin embargo, éstos constituían una expresión de la diferenciación social en proceso dentro del orden patronal an-tes de la Reforma Agraria, la cual, como se vio anteriormente, se inició a fines del siglo XVIII y se intensificó durante el siglo XX18. En este orden intercultural, los piqueros y su independencia de la hacienda, basada en la propiedad de pequeñas parcelas de tierra, representaban el contrapunto o el horizonte de-seado por los colonos atados a las haciendas. Con la propiedad de la tierra, no solo venía la independencia económica, la relativa libertad de moverse entre el espacio rural, los pueblos y las ciudades, la incursión en otras actividades como el comercio u otros oficios, sino fundamentalmente la adquisición de un status diferente. El inicio del proceso de dejar de ser “indios” o ser lo más bajo en la escala social y cultural de la época, tanto ante los ojos de los otros como ante sí mismos.

Respecto a este proceso de afirmación es significativo lo ocurrido en Ucureña antes de la Reforma Agraria, ya que en ese orden intercultural, los colonos eran considerados por los hacendados como seres en los que no se podía confiar. Por lo tanto, los colonos de Ucureña al arrendar las tierras de la hacienda del Con-vento de las Monjas de Santa Clara en 1937 y al comprarlas posteriormente en 1941, a precios mayores al pagado antes por los hacendados “demostraron que se podía confiar en ellos” (Dandler 1987: 100). Pero, además de afirmarse ante los otros, el convertirse en piqueros representó un proceso de afirmación interna.

Desde 1942, los colonos de Ana Rancho y la Loma y sus descendientes llegaron a considerarse piqueros o pequeños propietarios: campesinos que adquirieron un mejor status social y económico, ya que eran independientes del patrón. Dejaron de ser pegujaleros en tierras para usufructo y ya no se los podía des-ahuciar o mudar al capricho del terrateniente. Se sentían más seguros como propietarios, porque tanto ellos como los miembros de su familia tenían liber-tad para viajar y buscar trabajo temporal en cualquier lugar, aprender un oficio

18 La diferenciación campesina en el Valle Alto de Cochabamba antes de la Reforma Agraria presen-taba más o menos el siguiente perfil: “A un extremo e incluyendo a una población mayoritaria estaban los “colonos” (usufructuarios de tierras de la hacienda). Al otro extremo estaban los pi-queros, campesinos propietarios de pequeñas parcelas e independientes de la hacienda. Si bien entre estos habían ‘kulaks’ incipientes (campesinos independientes ricos), la mayoría tuvieron posesión de tierras con una extensión menor a la de los colonos, lo cual no contribuyó a un proceso acentuado de acumulación. Entre los dos extremos mencionados e inclusive algunas categorías a un nivel económico inferior al del colono, se dieron otros: arrendero, piquero/arrendero y arrimante (dependiente del colono y que cumplía parte de las obligaciones de éste con la hacienda) y sitiajero (campesino con sólo acceso a un lote de terreno para su vivien-da por lo cual tenía obligaciones al patrón)” (Dandler 1986: 257, énfasis nuestros).

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

o asistir a la escuela. En general, tomar ventaja de las oportunidades que se les negaba cuando eran simples pegujaleros. Las implicaciones de estos cambios eran muy significativas, porque estas personas ya no conformaban como “in-dios” en el tradicional sistema socio-cultural (Dandler 1987: 101).

En suma, para el colono dependiente de la hacienda, convertirse en piquero significó romper con la cadena de sujeción servil al sistema de la hacienda. El convertirse en piquero, sea por esfuerzo o iniciativa individual o colectiva, re-presentó un proceso de afirmación social y cultural por negación de su condi-ción presente: ser indio. De esta manera, pudo entrar en un espacio de libertad, posibilidad y búsqueda de mayor ascenso social dentro de lo que la estructura social y cultural de la época permitía; y luego de volverse piquero, la posibi-lidad de convertirse en “mestizo”, “valluno” o “cholo”. Finalmente, la transición de indio a piquero representó un interesante caso de afirmación intra-cultu-ral por negación de la condición presente y búsqueda de otra condición. Antes de la Reforma Agraria, los campesinos del Valle Alto se afirmaron como personas y grupo negando su condición de colonos buscando constituirse en piqueros: pequeños propietarios de tierra.

3.4. Conclusiones

En el orden social pre-Reforma Agraria, la hacienda no era simplemente una institución económica, sino la principal institución rural que garantizaba la do-minación y el ejercicio del poder del hacendado. Como lugares de feria y resi-dencia de los hacendados, los pueblos también eran otro importante espacio de este orden.

En la interfase entre estos espacios se estructuraron las relaciones ilustradas en el diagrama 1.

Diagrama 1: Relaciones interculturales en Anzaldo antes de la Reforma Agraria

Fuente: Elaboración propia

Hacendado

Afirmación intracultural

CompetenciaSubordinación

PiqueroColono

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La relación entre hacendado-colono estaba caracterizada por la subordinación de los colonos hacia los hacendados. El poder de los hacendados se basaba en el control de la tierra y los mercados, espacios a los que el colono tenía un acce-so nulo o limitado. En este último caso, sólo como una extensión de la hacien-da. Esta relación, basada en un acceso desigual a recursos, era legitimada por una visión negativa del colono como ser inferior en el que no se podía confiar. En esta relación, el hacendado era el nexo decisivo entre el mundo rural de la hacienda y el mundo exterior: pueblos, ferias, instituciones del estado y otros.

Por otro lado, más de un siglo antes de la Reforma Agraria debido, entre otros factores, a la dinámica de los mercados de granos en los Valles de Cochabamba fue emergiendo una categoría distinta de campesino: el piquero o pequeño propietario campesino, quien comenzó a desafiar el control exclusivo o do-minante de tierras y mercados por parte del hacendado y asumió un estatus social y cultural distinto. El crecimiento de los piqueros y su creciente impor-tancia económica y comercial fue una expresión del deterioro del sistema es-tamental dual (indios versus no indios) establecido en la colonia y continuado durante la República. Sin embargo, como sugiere Larson (1980:206), la compe-tencia por el control de mercados tuvo un carácter “más clasista que étnico”. No obstante, hay algunos indicios de que antes de la Reforma Agraria, la lucha por el acceso a la tierra asumió un carácter étnico: de afirmación de lo indígena como no indígena.

Finalmente, mucho antes de la Reforma Agraria, se comenzó a generar un pro-ceso intra-cultural de afirmación en el tránsito de colono a piquero. Dentro de los límites establecidos por el orden intercultural patronal, el convertirse en colono de forma individual o colectiva representaba una posibilidad real de cambio e independencia para el colono. Este proceso de transición fue la manera, de los colonos, de lidiar con los cambios y las restricciones impuestas por el sistema colonial y republicano (Jackson y Maddox 1993). Si bien, los pi-queros asumieron un estatus cultural distinto, como mestizos, el mestizaje fue también una construcción estatal orientada por fines pragmáticos: el cobro de impuestos a la propiedad. Finalmente, aunque el tránsito a piquero represen-taba un cambio en la condición del colono, éste todavía era visto como inferior dentro del orden intercultural vigente.

La distinción entre piqueros y colonos es importante aún en la actualidad, dada la distinta trayectoria que éstos tendrán luego de la Reforma Agraria de 1953. Como se podrá observar posteriormente, durante décadas en Anzaldo, el máximo liderato sindical local en niveles superiores, subcentrales y centrales estuvo fundamentalmente dominado por ex piqueros (hechos nuevos veci-nos), lo que posiblemente está vinculado con el hecho de haber tenido ante-riores oportunidades de acceso a recursos que los ex colonos.

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Este capítulo se enfoca en el orden intercultural post-Reforma Agraria de 1953 que, en este estudio, se ha denominado como clientelar. Sin embargo, para entenderlo se debe iniciar el análisis con los precursores de años anteriores, en los que éste empezó a perfilarse.

Se exploraron las relaciones interculturales establecidas por quienes, en aquel entonces empezaron a llamarse “campesinos” con tres tipos de actores: los no indígenas antes de la reforma y, desde 1953, con el Estado y con los ve-cinos. Así, se desarrolló el argumento de que estas relaciones interculturales, se mueven en la tensión entre el cambio y la continuidad de una situación de subordinación de los campesinos. Por este motivo, la descripción iniciará unos años antes de la reforma y concluirá a fines de los años 70 y principios de los ochenta.

El propósito es similar al del capítulo anterior: identificar aquellas relaciones in-terculturales que nos permitan comprender el orden intercultural actual, dado que varios elementos estructurados en esos años persisten hasta el presente.

4.1. Los precursores de la Reforma Agraria

La Reforma Agraria es resultado de un proceso que involucró a varios acto-res. Este apartado, brevemente se referirá al rol de la interculturalidad entre colonos y ciertos sectores no campesinos, distintos de los patrones, en el sur-gimiento del sindicato agrario, organización que fue central en el proceso de Reforma Agraria.

Dentro del proceso ya descrito en el capítulo 3 –de fragmentación de la tierra de hacienda y de competencia por mercados agrícolas entre hacendados y pi-queros– luego de la Guerra del Chaco (1932-1935) entra en escena un nuevo actor que va a contribuir decididamente en la destrucción del sistema de ha-cienda: los colonos organizados en sindicatos agrarios campesinos.

4. RÉGIMEN CLIENTELAR EN LA ÉPOCA DE LA REFORMA AGRARIA DE 1953

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Régimen clientelar en la época de la Reforma Agraria de 1953

Como antecedente, inmediatamente después de la derrota de Bolivia en el Chaco, los primeros gobiernos militares socialistas de Toro y Bush ya habían dado algunas señales de cambio, para este tema sobresale el decreto ley de sindicalización obligatoria del 19 de agosto de 1936, el decreto de prohibición de desahucio arbitrario de colonos de 1937. Ambas medidas tenían mucha re-lación con los primeros sindicatos campesinos que, en esos mismos años y por procesos más locales, surgieron en la hacienda Ana Rancho (después, Ucureña) junto a Cliza –el municipio colindante con Anzaldo, más al sur– por una alianza entre colonos y grupos urbanos asociados sobre todo al Partido de Izquier-da Revolucionario (PIR), entre los que habían surgido los primeros contactos como combatientes en la guerra del Chaco (Dandler 1987). Es decir, este pro-ceso de organización de sindicatos agrarios tuvo su epicentro en el Valle Alto de Cochabamba:

Las semillas del sindicalismo fueron plantadas en el Valle Alto, inmediatamente después de la Guerra del Chaco, a la cabeza de José Rojas y otros dirigentes que organizaron el primer sindicato agrario en Ana Rancho. Obtuvieron tierras en arriendo y organizaron la primera escuela para sus hijos. La reacción de los patrones condujo a la deportación de Rojas a la Argentina, quien luego de la revolución de 1952 retornó al Valle Alto y se dedicó a la organización de sindica-tos incluidos el de Ucureña, Kekoma, Rumi Rumi, Punata, Anzaldo, y Pili Cocha (Kohl 1982: 613; énfasis nuestro).

Todo ello estuvo vinculado a mejorar las condiciones de acceso de los colonos a sus pegujales y la demanda de educación. En este proceso, si bien fue crucial el rol de los excombatientes indígenas de la Guerra del Chaco, de igual modo lo fueron las relaciones de éstos con algunas personas no campesinas de los pueblos, las ciudades y el gobierno, simpatizantes de la causa de los colonos.

Sobre todo, se trataba de “una generación joven de diferentes clases sociales y posiciones económicas” que luego de la guerra fue impulsada “a reevaluar su nación, sus problemas y posibilidades” y a buscar cómo mejorar la situación del indio a través de la educación (Dandler 1987: 14). Sumado al idealismo so-cial de estas personas no campesinas, también estaba el hecho de que en el sistema social de hacienda estos tenían muy pocas posibilidades de movilidad social. Vinculados con nuevos oficios, a menudo desarrollados en zonas rurales como en el caso de los profesores, estaban en contacto directo con la realidad del campo y sus problemas. En el contexto rural, tenían su propio status social y cultural entre la población, incluidos los colonos, por lo que a menudo eran considerados por los actores tradicionales dominanates, como “intrusos” y po-tenciales antagonistas del orden intercultural de la hacienda.

La interculturalidad entre “no indios” (“gente de pueblo” y “gente decente”) y colonos fue más evidente en el caso de la organización del sindicato agrario en

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

el Valle Alto, llamado primero Ana Rancho y después Ucureña. La siguiente cita captura bien esta dinámica intercultural:

A mediados de junio de 1936, Francisco Delgadillo y varios colonos de Ana Ran-cho se reunieron con Andrés Dávalos (un maestro de Cliza), Antonio Revuelta (hijo de un pequeño hacendado en Toco y hermano de Wálter Revuelta, futuro líder cliceño del MNR y prefecto de Cochabamba) y un Dr. Cuellar (abogado re-sidente de Cliza), para hablar sobre las posibilidades de fundar un sindicato y arrendar tierras. La iniciativa para estas conversaciones partió de los mismos colonos. Según Desiderio Delgadillo, los campesinos se reunieron con estos se-ñores porque también eran excombatientes, conocían a Francisco Delgadillo y otros colonos de Ana Rancho, y se podía confiar en ellos como amigos. Además, estos señores consideraban que la hacienda del monasterio era un ejemplo extremo de un latifundio en los valles de Cochabamba. Estos tres consejeros, animaron a Francisco Delgadillo y a su grupo a ver al cochabambino Eduardo Arze Loureiro, quien recientemente había sido nombrado secretario de Asuntos Campesinos en el nuevo Ministerio de Trabajo y Previsión Social en La Paz. Este último era hijo de un antiguo propietario de Cliza y era primo de dos líderes intelectuales y políticos: José Antonio Arze (Fundador del PIR y sociólogo mar-xista) y Wálter Guevara Arze (uno de los fundadores del MNR) (Dandler 1987: 68-69).

Este proceso, iniciado en 1936, pronto cristalizará no sólo en la organización del primer sindicato agrario, sino también en la organización de una primera escuela y después un núcleo escolar19, el arriendo y posterior compra de tierras por parte de los colonos (1941), proceso que es descrito en detalle por Jorge Dandler (1987). Para los propósitos de este trabajo es importante destacar que, incluso antes de la Reforma Agraria, las relaciones interculturales entre colonos y no campesinos ubicados en diferentes instancias de la sociedad, incluido el gobierno, fue instrumental en el proceso de introducir las primeras semillas de cambio en la situación de los colonos.

Esta relación se enmarcó dentro de un sistema clientelar en el que los no cam-pesinos cumplen la función de representantes e intermediarios culturales y po-líticos, y los colonos la función de clientes. Este sistema contribuyó a la mejora de las condiciones de los colonos hasta convertirlos en piqueros o pequeños propietarios de la tierra. Fue el inicio de un profundo proceso de cambio cris-talizado en la Reforma Agraria de 1953. En este sentido, la relación intercul-tural entre colonos y determinados sectores de “la gente del pueblo” y “gente decente” contribuyó a cambiar la situación del campesino, en contraste de la relación intercultural entre hacendados y colonos orientada a la reproducción y mantención de desigualdades.

19 Centro administrativo de varias escuelas en zonas rurales.

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Años después, tras un sexenio de una regresión conservadora, otro militar, Gualberto Villarroel junto con el naciente MNR, convocó el Primer Congreso Indigenal de 1945 en el que decretó la abolición del pongueaje (pero aún no el régimen de hacienda) y la promoción de la educación indigenal, aunque estos cambios no llegaron a implementarse porque poco después Villarroel fue col-gado y siguió una nueva involución restauradora.

4.2. Reforma Agraria: Interculturalidad Estado-campesinos

Finalmente, todo desembocó en la Revolución Nacional de 1952, que instauró un nuevo paradigma que ha pasado a la historia como “El Estado del 52”, con numerosas transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales. De ellas, la que aquí más interesa es la Reforma Agraria de 1953, dentro de la que el Valle Alto de Cochabamba jugó un rol protagónico.

4.2.1. Los primeros pasos

Limitándonos a nuestra temática, el nuevo gobierno revolucionario oficializó el nombre de “campesinos” en vez de indígenas. También fomentó la sindica-lización de este campesinado y empezó a hablar de Reforma Agraria, aunque esta se fue retrasando porque dentro del gobierno también existían sectores terratenientes. Fueron los campesinos de Ucureña y otras partes del Valle Alto quienes, gracias a sus experiencias previas, tomaron medidas y aceleraron el cambio.

Esta movilización campesina por la Reforma Agraria de 1953 puso en cuestión fundamentalmente dos temas del orden social vigente: 1) la propiedad de la tierra y 2) el sistema de valores que regulaba la relación entre terratenientes y campesinos (Kohl 1982). Los sindicatos agrarios sirvieron de instrumento po-lítico para la destrucción de la clase terrateniente y la propiedad de hacienda, y para el surgimiento de nuevas instituciones y un cambio en el sistema de creencias y valores campesinos.

El orden social pre-Reforma Agraria se organizaba alrededor de la hacienda. Inicialmente, el nuevo sindicato campesino tuvo como objetivo destruir el ré-gimen patronal de la hacienda y recuperar la propiedad campesina de la tierra.

En los valles centrales de Cochabamba tuvieron mucho éxito. Sobre todo al inicio, porque el nuevo Gobierno era todavía lento en cumplir sus promesas de Reforma Agraria. Los nuevos sindicatos del Valle Alto fueron apoderándose por su cuenta de varias haciendas. En muy pocos casos ocurrieron muertes du-rante el proceso. Debido a las presiones y amenazas de los sindicatos agrarios,

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los hacendados tuvieron que abandonar sus tierras y otras posesiones de sus haciendas, y migrar a las ciudades o pueblos intermedios como Cliza, aunque varios tuvieron el tiempo de llevar consigo algunas de sus pertenencias y pro-ducción.

En las ciudades y pueblos intermedios no faltaron ex hacendados, sobre todo aquellos con vínculos políticos con el MNR y con ciertas capacidades profesio-nales, que paulatinamente comenzaron a vincularse a la creciente estructura institucional del naciente estado.

De esta forma, la solemne firma del Decreto-Ley de Reforma Agraria el 2 de agosto de 1953 –realizado en la ex-hacienda de Ucureña, junto a Cliza y a unos 20 kms. de Anzaldo, con una participación multitudinaria de campesinos de todo el país para el caso del Valle Alto– sólo era, en buena medida, la formaliza-ción de una reforma que de hecho ya se había consumado.

Logrado su objetivo, el sindicato pasó a ser, al nivel más local, la institución de gobierno local comunal; y, a niveles superiores, la instancia clave de articula-ción con el gobierno revolucionario.

Esta transformación del sindicato local en la organización de la comunidad resultaba particularmente novedosa y funcional en las (ex) haciendas de los valles centrales de Cochabamba, donde no quedaba rastro de la antigua orga-nización comunal desde la Colonia y menos del ayllu, salvo quizás como una especie de “comunidades cautivas” dentro de la hacienda.

Sin embargo, a pesar de la novedad del término, en otros casos bajo el nombre de sindicato “se esconde la organización comunitaria tradicional” (Iriarte 1980: 80), con sus roles de administración local de justicia, promoción del desarrollo comunal a través de obras públicas (por ejemplo escuelas) y la coordinación de actividades económicas. La fortaleza del sindicato en el cumplimiento de es-tas funciones “dependía generalmente de situaciones antes vigentes, así como de la fuerza y personalidad de los líderes locales” (Malloy 1989: 272). En todo caso, en sus instancias intermedias y superior (subcentral, central, federación y confederación) la organización sindical extendió a todos ellos una nueva y sólida red de articulación y comunicación intercomunal hasta el nivel nacional y de relación colectiva con los diversos niveles del Estado y con otros actores sociales.

No obstante la cercanía de Anzaldo con el foco insurreccional campesino de Ucureña, que lideró la Reforma Agraria en el valle Alto de Cochabamba, no se registraron hechos violentos contra los hacendados de parte de los campesi-nos. Los siguientes testimonios así lo expresan:

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P: ¿Como ha llegado la Reforma Agraria a Anzaldo?

R: Las actividades en el campo continuaban, se realizaban asambleas, organi-zación de las centrales, se reunían en su área centros para atenderlos. Vinieron, vinieron con mayor brío el 51 y no les han hecho llegar más [a los hacendados]. [Los campesinos] se han quedado con todo. En Tijrasga, yo estaba en la escuela y he visto que los productos se lo han llevado los patrones, sus administradores. Y luego se han distribuido los terrenos y nunca han vuelto.

P: ¿Hubo peleas?

R: No ha habido en ningún lado. Ya no han vuelto más porque les amenazaban. (Hugo Zapata)

La Reforma Agraria removió a los pocos grandes terratenientes individuales y corporativos de la escena de Anzaldo.

Los colonos se sintieron propietarios de las parcelas que cultivaban bajo la administración de la hacienda y, algunas veces, obtuvieron acceso a parcelas adicionales de tierra. Además, ganaron mucho más tiempo para dedicarse a ellas, la libertad de decidir qué producir y qué hacer con su producción y la de movilizarse geográficamente, incluyendo con el correr de los años su posible emigración a la ciudad.

4.2.2. Pegujaleros y piqueros en la Reforma

Hay visiones distintas sobre la actitud de los piqueros, o en general, de los cam-pesinos que ya poseían su propia tierra, frente a la Reforma. Reflexionando res-pecto al conjunto de Bolivia, David Preston concluye:

En algunos casos los campesinos individuales no tuvieron más acceso a tierra de cultivo, en otros casos algunos recibieron títulos a más tierra de la que podrían cultivar. El cambio más notable en el uso de la tierra es resultado del acceso a tierra a la cual antes no se les permitía utilizar: que en la mayoría de los casos eran tierras pobres en laderas, o en bosque alto con gran inclinación (1970: 8).

Un importante dirigente campesino de la época, José Rojas, afirmaba que “los piqueros eran gente satisfecha y que los colonos sin tierra querían estar orga-nizados” (Citado en Kohl 1982: 613). Esta idea es refrendada por uno de nues-tros informantes de Anzaldo: “Parece que a los piqueros no les importaba la Reforma Agraria, en cambio a los otros, sí. Hay personas que han visto” (Alberto García).

El principal dirigente campesino histórico de Anzaldo, Juvenal Castro, es hijo de un ex-colono que se hizo piquero por matrimonio y se fue a estudiar a la

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ciudad de Cochabamba desde sus once años y que retornó a cultivar su parce-la poco antes de la Reforma, en 1997 cuando el MNR resumió su perspectiva ulterior a todo ese proceso del siguiente modo:

La Reforma Agraria ha sido muy bien acogida por el campesinado. Fue un logro que satisfizo, no sólo a los pegujaleros sino, a todos los que tenían la tierra y ese era un gran logro. Nuestros hijos también fueron partícipes en alguna medida de esos logros, para ellos fue como al preso que se le da la libertad, cada uno hace lo que quiere. Nuestros hijos no querían tener más obligaciones, ni siquiera con los dirigentes. Es decir, ya no obedecían a los dirigentes, porque éstos más bien les corrompían. Nuestros hijos se sentían libres, nadie podía obligarlos, a los dirigentes les decían: “¿Acaso tú eres patrón?” (En Gordillo, coord. 1998: 120).

De todos modos, es significativo que, al instaurarse los sindicatos en Anzaldo, se evitó –como en el caso de Ucureña frente a Cliza y en otras varias partes del campo– que la sede inicial estuviera en el mismo pueblo central: “No se llama-ba Central Especial Campesina, se llamaba Central Paredón, la sede estaba en la comunidad de Llallaguani” (Ernesto Ramírez), que colinda con el pueblo, en el actual distrito 6.

Los piqueros o pequeños propietarios campesinos con acceso a la tierra, an-tes de la Reforma Agraria, no recibieron tierra, pero ganaron la posibilidad de comprar tierra y de expandir su participación en los mercados de productos agropecuarios, así como incursionar en otras actividades como el rescate de productos agropecuarios y el transporte. Además, al igual que los ex colonos, rápidamente adoptaron el “sindicato” como su nueva forma de organización comunal y de articulación inter- y supra-comunal.

Por otro lado, dada su relativa mejor situación y acceso a recursos, varios de los piqueros asumirán el liderato de la nueva estructura institucional en el campo tanto en sus niveles intermedios como superiores: las subcentrales, centrales y federaciones.

Desde la perspectiva de los colonos, la Reforma supuso también, a ese nivel local, poner fin a la diferencia entre los pegujaleros o colonos y los piqueros, más allá del recuerdo histórico que ambos mantenían sobre sus distintos orí-genes previos. Los entonces dirigentes Sinforoso Rivas, del Valle Bajo y Miguel Veizaga, de Cliza junto a Anzaldo, explican cómo la idea inicial de transformar los terrenos que antes ocupaban los cultivos de la hacienda en cooperativa, tuvo que ceder ante la presión de los ex-pegujaleros para transformarse más bien en piqueros:

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SR: Cuando salió la Reforma Agraria, nosotros teníamos la pretensión de que nos entreguen las tierras a los campesinos en propiedad. Una vez consolidado este hecho, queríamos también la organización de cooperativas para aumentar la producción... Primero estábamos trabajando de forma “colectiva” en las tierras que eran de los patrones, pero no así en las parcelas [que pasaron a propie-dad individual de los ex-colonos]. Como las tierras de las haciendas... quedaron abandonadas después que sacamos a todos los propietarios, entonces se las hizo trabajar en forma “colectiva”. Esto quiere decir trabajar uno para todos, to-dos para uno y luego distribuir. Al principio, el fruto de este trabajo se vendía en los mercados... y luego se distribuía la ganancia entre todos; pero eso fue sólo la primera vez; a la segunda y la tercera ocasión ya no, la idea fracasó. Luego del fracaso, yo he distribuido la tierra a todos, he repartido las tierras de las hacien-das a los campesinos, algunos aceptaron trabajar en forma colectiva y repartirse los productos en el mismo lugar.

MV: La palabra “cooperativista” ha salido de las bases. En una asamblea, cuando José Rojas y yo aún no estábamos divididos... Se hablaba de que nos iban a ase-sorar los técnicos. Como no había gente para colocar en esos sitios, esos terrenos sobrantes se daban en colectivo. No hay que hablar de la palabra “cooperativa”, sino más bien de “colectivo”. Como ven, estos compañeros campesinos eran astu-tos, habían visto a los piqueros y todos los piqueros tenían títulos. Entonces ellos también han querido que les den títulos, se hicieron repartir la tierra con un topó-grafo agrimensor que ganaba dinero de ello. A cada uno le tocaba una arroba20 más o menos. En el lugar en que yo vivía lo primero que han hecho son linderos y acequias. Pero no los había autorizado ni la Federación ni la Central Campesina sino los sindicatos campesinos en una asamblea... Han comenzado a parcelar y parcelar la tierra. Se han vuelto piqueros. (En Gordillo, coord. 1998: 118-120).

En la práctica, la única superficie que siguió trabajando de manera colectiva fue la parcela escolar, para conseguir recursos para la escuela y, ocasionalmen-te también, algunas que otra parcela para gastos comunes semejantes. De esta forma y con el correr de los años, en las nuevas generaciones se ha ido mini-mizando la diferencia entre estas dos formas históricas de tenencia de la tierra.

4.2.3. Conclusión

Entre la finalización de la Guerra del Chaco (1935) y los primeros momentos de la Reforma Agraria (1953), paulatinamente se fue generando una intercultura-lidad entre Estado y colonos/campesinos para el cambio del orden rural impe-rante, pero más por la fuerza e iniciativa de la organización sindical campesina que por iniciativa del Estado.

20 Medida castellana y valluna de superficie inicialmente correspondiente al terreno que ocupa una arroba de semilla de determinado producto.

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En 1952 los líderes revolucionarios consideraron la inclusión de las masas cam-pesinas en la insurrección solo en las circunstancias más extremas. Cualquier consideración del campesinado y la revolución debe tomar en cuenta una rea-lidad cultural: el miedo eterno de la minoría blanca del levantamiento de las masas campesinas (Kohl 1982: 608).

Como sugiere la cita precedente, esta interculturalidad estaba basada en el miedo de los de arriba –los líderes de la revolución– hacia los de abajo, los cam-pesinos. Sin embargo, tendrá una duración muy corta, dando lugar a formas de relación intercultural clientelares y de cooptación orientadas a la manten-ción de la situación de desigualdad de los campesinos, las cuales describimos a continuación.

4.3. Nuevo clientelismo sindicato – partido – Estado, 1953-1964

La interculturalidad entre el Estado y los campesinos –para un cambio a fondo– tuvo una duración muy efímera. Luego de la Reforma Agraria, se es-tructuró una organización campesina que pronto se expandió hasta el nivel nacional que reflejaba la misma organización territorial del Estado en sus ini-cios: los sindicatos campesinos de cada comunidad (o ex hacienda) se agru-paban en una central provincial; éstas en una federación departamental y todo el conjunto en la Confederación Nacional. Por entonces, el nivel muni-cipal tenía poca importancia. Pero poco a poco la organización fue tomando su propia identidad. Por ejemplo, surgieron numerosas subcentrales; o, en el otro extremo, el sindicato histórico de Ucureña, en el cual surgió la organiza-ción y después se firmó la Reforma Agraria. Por lo mismo, adquirió el rango simbólico de “Federación Especial de Ucureña” como si se tratara de todo un departamento.

4.3.1. Los sindicatos

Las agrupaciones de sindicatos estuvieron vinculadas a poderosos caciques, en determinados niveles intermedios, que permanentemente lucharon entre sí por el poder regional y por ganar jurisdicción (Malloy 1989: 274), sobre todo cuando la tarea inicial movilizadora de pelear juntos para expulsar a los pa-trones y recuperar las tierras de haciendas había concluido. De modo que las pugnas internas pasaron a un primer plano para una mayor hegemonía local en alianza con el partido gobernante.

Un cacique puede definirse, en este contexto, como un “líder local quien tiene total o casi total control político, económico y social en una área geográfica”

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(Ugalde 1973: 124, citado en Villarreal 2002: 480)21. El tipo de relaciones clien-telares que así se generaron ha recibido el nombre de pongueaje político, ex-plicitando, de esta manera, la semejanza que la gente percibía con el anterior régimen patronal.

A menudo los dirigentes eran elegidos por hablar castellano y por su capaci-dad de intermediación con el exterior. Esto sucedía, no sólo en las instancias sindicales superiores sino también en las comunales. Tampoco era extraño que, en las comunidades, los profesores fuesen elegidos para los cargos sin-dicales, una expresión del estrecho vínculo entre los sindicatos y la escuela22.

Los líderes sindicales no sólo cumplieron roles de toma de decisiones en sus respectivas jurisdicciones sino también de intermediación con el estado y sus instituciones, reproduciendo los antiguos roles cumplidos por los hacendados, dando lugar a la re-funcionalización de estructuras de mediación clientelar similares a las del régimen anterior. El secretario general, sobre todo de nive-les intermedios, asumía la posición de poder y autoridad por su capacidad de intermediación con el mundo exterior de la comunidad; particularmente por “su capacidad de manipular la burocracia del MNR para obtener caminos, es-cuelas, agua potable, electricidad y mediar en disputas de linderos de tierras en las comunidades” (Kohl 1982: 610)23 a cambio de apoyo político y lealtad personal. “Este carácter personalista y vertical de alianzas operaba dentro del mismo MNR, generando rivalidades y divisiones en el escenario político” (Dan-dler 1986: 254).

Por la importancia política del voto campesino, luego de la revolución del 52 que introdujo el voto universal, el sector campesino comenzó a ser visto como

21 El nombre provenía de las primeras autoridades indígenas que los españoles encontraron en el Caribe y pronto se lo apropiaron para referirse, en todo el continente, a las autoridades indígenas con que se relacionaban directamente las autoridades coloniales, sentido que persiste hasta hoy en varias regiones indígenas de Bolivia. De ahí, ha pasado a significar lo anteriormente señalado, con o sin referencias a un origen indígena. Villarreal (2002: 479) muestra que durante el siglo XIX en México, se utilizó el término para referirse a los jefes militares que controlaban un área de territorio. Luego de la Revolución Mexicana, emergió un nuevo tipo de cacique cuya legitimidad estaba basada en su participación en la lucha por la restitución de la tierra de las villas campesi-nas y su conexión con la revolución y el nuevo partido (PRI) lo cual dio a su accionar mucha im-punidad; actuaban en beneficio de los líderes nacionales para que éstos consolidaran su control en áreas rurales. Algo semejante ocurrió en la Revolución Nacional boliviana.

22 Al respecto Dandler afirma: “La participación de no campesinos como líderes de la organización sindical ya estuvo presente antes de la Reforma Agraria cuando en 1942 se eligió al maestro de la escuela local Juan Guerra como secretario ejecutivo del “Sindicato de Agricultores y Educadores de Cliza” (1986: 105-106)

23 Reflexionando sobre las implicaciones más amplias del rol de intermediación de los dirigentes sindicales, Kohl afirma: “La institucionalización de la revolución implicó el desarrollo de una bu-rocracia rural de dirigentes fieles al liderato del MNR” (1982: 610).

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

un importante bastión electoral por el partido de gobierno (MNR) y las dife-rentes facciones en su interior. Como resultado, se fue desarrollando una es-tructura de relación clientelar entre la dirigencia política del MNR y los líderes sindicales.

En el caso de Anzaldo, el más notable de estos intermediarios políticos fue Ju-venal Castro Torrico. Se ha extractado información relevante de los datos bio-gráficos publicados en Gordillo (coord. 1998: 153-155) y se ha complementado con intervenciones del mismo Juvenal en ese conversatorio24:

Juvenal Castro, nació el 7 de Mayo de 1926 en Pichakqani, Segunda Sección de Anzaldo, provincia Esteban Arze. Sus padres fueron Justiniano Castro Claros y Matilde Torrico Muñoz, ambos ex colonos de la hacienda Tak´oni (...) Años des-pués Juvenal aclarará: “Si bien he sido hijo de un ex-colono, ya estaba liberado, ya era piquero mi papá, ya estaba liberado porque se casó con mi mamá que era independiente y no pertenecía a la cuestión de las haciendas” (id. p. 84).

A la edad de dos años, viajó junto a sus padres, al pueblo de Anzaldo. Ingresó a la escuela mixta del pueblo hasta el tercer año y posteriormente continuó sus estudios en la ciudad de Cochabamba hasta cursar quinto de secundaria.

Recuerda Juvenal que en 1945, por grado de preparación, mientras estaba de vacaciones en su pueblo, le encargaron leer en voz alta y explicar los decretos y resoluciones del Gobierno del Cnl. Gualberto Villarroel [1945] aboliendo el pon-gueaje.

Concluido el servicio militar, en 1949 retornó a Anzaldo para trabajar en los te-rrenos heredados de su finado padre.

En 1952, después de la Revolución de abril, se involucró en la labor de la organi-zación de sindicatos campesinos en la jurisdicción de Anzaldo. Fue poco después de los conflictos iniciales entre las centrales de Ucureña, con José Rojas y de Sipe Sipe, con Sinforoso Rivas. Añade Juvenal: “Nosotros también teníamos nuestras relaciones con Ucureña, acá con José Rojas, Salvador Vásquez, después don Cri-sóstomo Inturias... También los de Cliza, había Agapito Vallejos” (p. 86-87).

En el I Congreso Departamental de Campesinos (1953), lo nombran secretario de actas y estadísticas de la Federación Sindical de Trabajadores Campesinos de Cochabamba (FSTCC) y en el II, de 1954, secretario de conflictos y justicia.

En 1960, al principio de la segunda presidencia de Víctor Paz, que supuso un giro a la derecha, fue apresado. Sin embargo, en julio 1961 aparece de nuevo en una foto con la plana mayor de dirigentes de Cliza (reproducida en Gordillo, coord. 1998: 92).

24 Ver también la nota basada en este resumen, pero menos completa y con más interpretaciones de la redactora, publicada con ocasión del fallecimiento de Juvenal Castro a los 86 años, el 20 de febrero 2011. En http://libremente-bolivia.blogspot.com/2011/02/homenaje-al-companero-juvenal-castro.html

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En 1962, fue residenciado en La Paz junto con otros dirigentes de Ucureña. De ahí, pasó a la clandestinidad y poco se oye de él hasta 1979 después del ciclo militar25.

Testimonios actuales así lo caracterizan:

Juvenal Castro nunca no salía. A él le ponían para 5 años o para 10 años y se mantenía en la central, buscando sólo sus beneficios... Es verdad que antes re-presentaba la izquierda, pero después se metió con la derecha... Se aprovechó de muchas cosas, hasta se compró casas, negocios, etc. (Eugenio Vallejos).

Es verdad que él ha organizado la central, sobre el problema de la hacienda y todo eso. Ya no era necesario que mantenga la central campesina. Por eso, le dijimos que debía dejar la central campesina. Eso hemos hecho, no por ‘quito-nearse’ el cargo sino por cambiar la historia y para que gente se prepare, para que se formen nuevos líderes (Alberto García).

4.3.2. La Ch’ampa Guerra

Volviendo al conjunto del Valle Alto, durante los años 50, estas relaciones de padrinazgo y clientelismo sindical partidario del MNR condujeron a un brutal faccionalismo campesino cuando el propio MNR, en el que todos se cobijaban, se fragmentó en dos ramas: el MNR, leal a Paz Estenssoro y el MNRA [‘Autén-tico’] de Guevara Arze. En el Valle Alto, esta división se amplificó al máximo y también lo hizo el conflicto preexistente entre caciques sindicales. A un nivel de bases, reapareció la vieja división entre “pueblo y ranchería, o entre vecinos y campesinos” y también las tensiones entre piqueros (más cercanos a Cliza) y los ex colonos de hacienda (más cercanos a Ucureña). Todo se juntó y desem-bocó de manera perversa en la denominada Ch’ampa Guerra (1959-1960) que enfrentó a dos caciques, José Rojas y Miguel Veizaga, seguidores respectiva-mente de la fracción revolucionaria (Victor Paz) y moderada (Walter Guevara) del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y que tuvo como epicentro Ucureña-Cliza, apenas 20 km al norte de Anzaldo (Dandler 1986: 255-257).

Jorge Dandler identifica los siguientes factores estructurales subyacentes en esta confrontación: las divergencias y conflictos previos entre dirigentes (José Rojas y Sinforoso Rivas) y la confrontación entre el faccionalismo en el seno del MNR.

25 Cuando concluyó la dictadura de Bánzer (1971-1978) y se rompió el Pacto Militar Campesino, en 1979, Juvenal Castro reaparece sorpresivamente como miembro del MNRI quedando elegido secretario general de la CSUTCB, segundo cargo después del secretario ejecutivo Jenaro Flores. En 1981, fue encarcelado durante el gobierno golpista del general García y finalmente, exiliado a Suecia hasta 1983. En 1993-1997 fue senador por Cochabamba por el MNR-MRTK de Gonzalo Sánchez de Lozada y Víctor Hugo Cárdenas.

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Por su cercanía, Anzaldo también fue escenario de esta confrontación. En con-creto, el principal líder local y de Tarata, Juvenal Castro, se alió con Veizaga y los de Cliza e incluso comandó milicias campesinas del Norte de Potosí (Gordillo, coord. 1998: 38). Durante la segunda presidencia de Víctor Paz (1960-1964), la situación se pacificó y el gobierno se derechizó. Se persiguió a algunos dirigen-tes e incluso hubo varios asesinatos selectivos entre dirigentes de uno u otro bando. Entre ellos “fue acribillado el campesino Primitivo Ferrufino, dirigente de Anzaldo y brazo derecho de Juvenal Castro, quien tuvo que entrar en la clandestinidad” (id. p. 53).

Algunos de nuestros entrevistados así recuerdan aquellos tiempos:

Se fracturó en dos el sindicalismo, unos eran Veizaguistas, de Miguel, y otros seguían a José Rojas, y por ahí venían los incidentes entre ellos, Y nosotros ha-cíamos a lo que decían los seguidores de Veizaga, era del Valle también. Rojas era un dictador (Hugo Zapata).

Dentro el municipio, había toda estas problemas, se peleaban entre Veizaguis-tas y los Rojistas. Del Norte Potosí también con Causiri que desafiaba a los va-llunos, donde la gente del valle salían bien organizados e incluso se dice que en Anzaldo se ha instalado un puesto de ejército, en el año 1962, justamente para acabar con todo estas problemas. De acuerdo a lo que me acuerdo había un sindicato agrario bien organizado, donde esta gente iba al lado de la Viña, al lado de Toco, y a otros lados, también al lado del norte Potosí. Esta gente mane-jaban los dirigentes, quien encabezaba era el señor Juvenal Castro, este hombre bastante manejaba la organización (Juan Correa).

Este conflicto de facciones llegó a su fin en 1964, cuando se inician los gobier-nos militares bajo la égida de René Barrientos que pacificó el campo a través del “pacto militar-campesino”.

No conozco. Sin embargo mi padre en aquellos tiempos era dirigente y era per-seguido por todo eso. Mi persona aun estaba pequeña, seguro apenas había nacido para eso en Villa Totoral. Y quienes salen como salvadores de ese pro-blema, salen los militares. De ese modo los militares conducen la organización sindical, donde estos también no dieron ningún cambio, a lo contrario se pe-learon ‘quitoneándose’ el poder entre ellos y la organización aparece atrasada (Alberto García).

4.3.3. Desarrollo de Comunidades

Luego de la Reforma Agraria, la relación clientelar entre el Estado y los campe-sinos no sólo se limitó al ámbito político sino también se extendió al ámbito de la promoción del desarrollo. El naciente estado nacionalista, adoptó el mode-lo denominado entonces Desarrollo de Comunidades, que fue traído por la

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cooperación norteamericana y orientado a la integración y modernización de poblaciones indígena-campesinas consideradas en situación marginal de de-sarrollo. Este enfoque, tenía su origen en el colonialismo inglés de los años 20 y se prolonga hasta 1942 en las colonias británicas del Asia y, en África, más allá de la independencia de éstas. Paralelamente, es aplicado en Estados Unidos y luego, en la década de los 50, es institucionalizado por organizaciones interna-cionales como las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y otras organizaciones (Gómez Hernández 2008: 521).

En Bolivia, este enfoque de desarrollo fue adoptado por los gobiernos del MNR (1952-1964) y los gobiernos militares (1964-1978). El Desarrollo de Comunida-des tenía el propósito de generar transformaciones económicas (e.g. formas de producción), sociales (e.g. organización para la producción por ejemplo a tra-vés de cooperativas, salud), tecnológicas (e.g. construcción de infraestructura, saneamiento básico) y culturales (e.g. modernización de valores y comporta-mientos) de los campesinos.

Desde una visión centralista, el Estado asumió la responsabilidad de imple-mentar las iniciativas de desarrollo de la comunidad. Para ello, creó el Servicio Nacional de Comunidades (SNC) como instancia de coordinación e implemen-tación de proyectos y canalización de la ayuda extranjera. Primero la ayuda bilateral con los Estados Unidos a través de SCIDE (Servicio Cooperativo Inte-ramericano de Educación) y el Programa Punto IV y, desde los años 60, a través de USAID26, y de organizaciones de voluntarios, sobre todo el Cuerpo de Paz; e inmediatamente después la ayuda multilateral como el BID y el Banco Mun-dial. A niveles sub-estatales, también habían oficinas de Desarrollo de Comu-nidades y se incentivaba, a través de ellas, que en las comunidades hubiera los llamados TDC (técnicos en desarrollo de comunidades), que recibían una remuneración y eran el vínculo regular con aquellas instancias del Estado.

Un estudio comparativo realizado en 1967, proporcionaba los siguientes da-tos sobre la implementación de programas de desarrollo de comunidades en Bolivia:

En Bolivia, existen organizaciones dedicadas al desarrollo de la comunidad des-de 1953. En la actualidad, con fundamento en disposiciones promulgadas du-rante 1962, el Plan Nacional de Desarrollo Rural promueve la incorporación de aproximadamente 500,000 familias campesinas que habitan en el altiplano y

26 A fines de los años 60, estando en su auge este programa de Desarrollo de Comunidades, uno de nosotros pudo ver los formularios que debían llenar entonces los llamados TDC (Técnicos en Desarrollo de Comunidades), que se buscaba tener en cada comunidad del programa y quedó sorprendido al ver que eran bilingüe pero no en castellano y la lengua local sino en castellano e inglés.

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valles adyacentes del país; para ello, se busca realizar la Reforma Agraria, incre-mentar la productividad de la mano de obra rural, facilitar el crédito, fomentar la cooperación y, en general, estimular la elevación de los niveles de vida median-te un mejor aprovechamiento de los recursos humanos y materiales y la colabo-ración y apoyo de la población a los planes nacionales de desarrollo económico y social. El Plan Nacional de Desarrollo Rural, se concibe como “complementario respecto a los planes sectoriales de desarrollo agropecuario, industrial, de salud pública, educacional, de vivienda y servicios públicos” y, por esto, se le da el carácter de un plan intersectorial. El trabajo concreto, se lleva adelante a través de los centros de rehabilitación campesina y de colonización; (…) Con anterio-ridad al Plan Rural y a partir de 1959, se establecieron cooperativas agrícolas, in-dustriales, de consumo, crédito y ahorro que, para mediados de 1962, sumaban 167 con más de 14,000 miembros y un capital suscrito de 1.342,000 dólares y pagado en 356,000 dólares. Con el apoyo financiero del BID, se estimula un pro-grama de colonización conectado con el Plan Nacional de Desarrollo Rural, para movilizar 11,000 familias de la región andina al extenso y rico territorio oriental. Por otra parte, se lleva a la práctica un proyecto experimental en el Alto Beni. El desarrollo urbano cuenta con diversos proyectos en la capital de Bolivia y en la ciudad de Trinidad (Labastida 1967: 55-56).

Las iniciativas de desarrollo de la comunidad tuvieron mayor impacto en el oriente del territorio boliviano. Esto debido al interés, de los diferentes gobier-nos, de integrar esta inmensa región con la parte occidental del país. En el pro-ceso de integración, en las zonas rurales, se apeló al mecanismo de coloniza-ción dirigida en las zonas orientales de Bolivia, fomentado por Barrientos en los años 60, a partir del cual el gobierno intentó prohibir, aunque sin mucho éxito, la creación de sindicatos enfatizando solamente en la dimensión productiva.

En la parte andina, principalmente en los valles, la ausencia de incentivos (créditos, maquinaria, insumos y asistencia técnica), integración vial, y el fac-cionalismo sindical campesino promovido por intereses políticos nacionales, impidieron que estas iniciativas llegaran a muchas comunidades. Sobre todo a aquellas alejadas de los centros urbanos, tal es el caso de la periferia de An-zaldo. La siguiente declaración de Miguel Veizaga, uno de los protagonistas centrales de la “Ch’ampa Guerra”, realizada en 1960, en ocasión de su retorno a las filas del MNR liderizadas por Victor Paz ilustra lo mencionado:

La revolución del 9 de abril prometió una resurgencia de la clase campesina y ofreció un futuro floreciente para los pueblos; ofreció a los campesinos escuelas, hospitales, arados, semillas, descuentos, préstamos y muchas otras cosas para el progreso del país; pero ¿dónde están esas promesas de la Revolución Nacional? ¿Dónde están las escuelas, hospitales, y el progreso? Y ¿dónde está la colabora-ción al campesino en su resurgencia cultural y económica? Hasta ahora vemos solo muerte y miseria en nuestros pueblos y el campo (Miguel Veizaga, citado en Kohl 1982: 626).

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Por otro lado, las posibilidades de las comunidades rurales de beneficiarse de las iniciativas de desarrollo de la comunidad no estaban orientadas por po-líticas de Estado, excepto en lo referido a la integración del oriente del país, sino que dependían de la estructura clientelar mediada por caudillos sindica-les vinculados con el MNR que servían de puente entre las comunidades y las burocracias del estado.

Este escenario de desarrollo configuró relaciones interculturales entre Estado y campesinos mediada por una compleja trama de intermediarios políticos (caciques sindicales y dirigentes de los comandos del MNR). En este contexto, generar desarrollo en las comunidades dependía de la habilidad de los inter-mediarios de capturar la atención de las élites políticas del MNR a cambio de apoyo político.

4.3.4. La educación rural

Otro elemento que entra en juego en las dinámicas del desarrollo y la intercul-turalidad luego de la Reforma Agraria, es el acceso a los beneficios sociales de la modernidad, educación y, en menor grado, la salud. Se ilustra brevemente este aspecto refiriéndonos a la educación que era lo más desarrollado por en-tonces.

En el orden social pre-52, la educación, a la cuál se denominaba “instrucción”, era un privilegio de las élites terratenientes. En el Valle Alto, la organización sindical se planteó crear escuelas rurales, desde muy temprano, como parte de su lucha social y política (Véase Dandler 1987, Kohl 1982).

La revolución del 52, a través del Código de la Educación Boliviana (1955), universalizó formalmente la educación promesa que, sin embargo, tardaría décadas en concretarse en Anzaldo. No tanto de la mano del estado, sino de instituciones de apoyo al desarrollo como veremos más adelante. El siguiente testimonio da una idea del clima de la educación rural posterior a la Reforma Agraria.

Ese entonces lo rural estaba separado de lo urbano. Allá (en el campo) los que hemos tenido consciencia, valor civil y la confianza, hemos trabajado no solo en la educación, sino ayudando: cómo se puede hacer, cómo mejorarían. (…) Hice cursos nocturnos en Tijrasga con 40 padres, quienes aprendieron sus pri-meras letras en un año. El 54, he trabajado en diferentes comunidades como Puca Pampa, Loro Wachana (Hugo Zapata).

La escuela en las zonas rurales como Anzaldo, cumplió varias funciones luego de la Reforma Agraria. Dos de sus principales funciones fueron: a) su rol mo-

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dernizador e integrador de los niños y padres campesinos en el proyecto de la nación boliviana, a través de la inculcación de valores de ciudadanía, respeto por la autoridad y la adopción de la lengua castellana27 y b) su rol en la promo-ción del desarrollo.

Además, hay que subrayar cómo, incluso antes de la Reforma Agraria, la escue-la quedó integrada al sindicato de forma inmediata, a través de la cartera de educación (o alcalde escolar). A través de ésta, por una parte, se aseguraba la asistencia de los niños y, por otra, la participación de los comunarios en traba-jos y otros servicios en beneficio de la escuela y de los maestros.

Casi inmediatamente después de la Reforma Agraria, la interculturalidad Esta-do-campesinos orientada al cambio de la situación social, económica y política de éstos últimos, rápidamente se transformó en una interculturalidad utilitaria. De ser un actor central en la transformación del orden social de la hacienda, el campesino y sus organizaciones se convirtieron en una “extensión del partido y el Estado” (Dandler 1986: 252) para apoyar el naciente régimen nacional bur-gués dependiente. Esta dimensión se volverá más evidente con el Pacto Militar Campesino durante los regímenes militares.

4.4. El clientelismo del Pacto Militar Campesino

Los conflictos entre facciones campesinas llegaron a su fin en 1964, cuando se inician los gobiernos militares bajo la égida de René Barrientos que pacificó el campo del Valle Alto de Cochabamba, a través del “Pacto Militar-Campesino”28 [PMC]. Simbólicamente, el PMC, se suscribió al pie del monumento a la Refor-ma Agraria el 9 de abril de 1964 en Ucureña, entre la fracción militar del MNR a la cabeza de René Barrientos Ortuño y los dirigentes campesinos del Valle Alto, José Rojas y otros.

Un factor clave en la consolidación de este pacto fue la cercanía espacial, cul-tural y lingüística entre los protagonistas del mismo. Barrientos, era oriundo de Tarata con un manejo fluido del quechua y un conocimiento, de primera mano, de la cultura campesina del Valle Alto, lo que creó un sentido de cercanía y confianza con los dirigentes campesinos. Por su lado, los dirigentes campe-sinos (por ejemplo, José Rojas) ya tenían la experiencia de haber establecido alianzas con gente no campesina antes de la Reforma Agraria para avanzar la

27 El Código normaba que la educación debe ser sólo en castellano. Sólo aceptó que se podrían “usar los idiomas aborígenes como vehículos para la inmediata castellanización” para alfabetizar en los lugares donde aún no se hablara esa lengua (art. 115) (Citado en Albó 2002: 29)

28 Para una historia general de este fenómeno véase el trabajo de Cesar Soto, Historia del Pacto Militar Campesino, Cochabamba, CERES, 1994.

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agenda de organizar sindicatos y luchar por el acceso a la tierra, proceso que fue apoyado por personas no campesinas vinculadas a los gobiernos militares progresistas (Toro, Bush, Villarroel).

En este contexto y desde la perspectiva de los líderes, el PMC aquello podía representar otra ocasión para avanzar la agenda campesina. Sin embargo, este Pacto tomó también el sentido contrario: sirvió para mantener la situación de subordinación del sector campesino.

A través del PMC, “todo el aparato montado por el MNR va pasando a manos de las FF.AA. y con ella los mecanismos de mediación política e ideológica” (Soto 1994: 6). En cuanto a su relación con los sindicatos agrarios, “el PMC vino a sus-tituir la relación sindicato-partido vigente durante la época del MNR por una estructura institucional que ligaba los sindicatos al ejército” (Rivera 1984: 118, citado en Soto 1994: 16).

Aparte de los acuerdos entre las cúpulas militares y sindicales, un mecanismo fundamental que contribuyó a legitimar este pacto fue la llamada Acción Cívi-ca de las Fuerzas Armadas (FF.AA.), en zonas rurales, desde inicios de la déca-da del 60. Esta acción cívica, se concretó en el desarrollo de diversas tareas de desarrollo en comunidades rurales como la construcción de escuelas, postas sanitarias e infraestructura productiva en coordinación con el Servicio de De-sarrollo de Comunidades. De este período, también data la introducción del sistema de auto-ayuda utilizado posteriormente por otros agentes de desarro-llo como las ONG y otras agencias del estado.

La Acción Cívica de las FF.AA. fue fundamental para crear un sentido de proxi-midad y reciprocidad entre actores de estatus desigual (militares y campesi-nos), bases para el establecimiento de relaciones de clientelismo. El sentido de proximidad en las FF.AA. se fue cultivando entre los rangos intermedios de ese período debido a los procesos internos de renovación en la formación de los nuevos oficiales promovidos gracias a la revolución de 195229.

29 Luego de la Revolución de 1952, un estudio sobre la institucionalidad militar concluía lo siguien-te respecto a los prospectos de las FF.AA. para la década del 70. “Probablemente el mayor poten-cial de cambio en la orientación política está en los rangos intermedios de oficiales, quienes se moverán a los círculos de élite durante los 70. Su relación con la sociedad no es simbiótica, pero sí lo es el alto grado de socialización institucional inherente en el sistema de carrera. Los oficiales jóvenes se relacionan con los estudiantes y, más frecuentemente, con intelectuales radicales, pero que tienen pocos vínculos comunes con los mineros o trabajadores urbanos. El potencial de cooperación con los campesinos es particularmente alto. El currículo de las escuelas militares y los estudios sobre la construcción de la nación realizada en el exterior les otorgan una sensibi-lidad político-social que varía significativamente de la experiencia de la élite dominante actual que formó su filosofía en el relativo aislamiento y ambiente apolítico de los cincuenta” (Corbett 1972: 431).

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De manera complementaria, por el lado campesino el sentido de cercanía con las FF.AA. se fue creando a través del proceso de socialización operado en los cuarteles con el servicio militar obligatorio. El servicio militar, cumplió la fun-ción de inculcar valores de ciudadanía y civilizatorios en los jóvenes campesi-nos, muy similar al rol cumplido por la escuela, con el propósito de reproducir las relaciones de reciprocidad campesinado-estado30. El paso por el cuartel representaba, para muchos jóvenes, el alcanzar la mayoría de edad, que se ha-bilitaban para casarse y para ser elegidos como líderes de los sindicatos cam-pesinos.

En lugar de los comandos del MNR, dentro de las FF.AA, el PMC introdujo el cargo de coordinadores del PMC quienes, junto a los caciques sindicales, se constituyeron en los mediadores de la relación campesinos-Estado. Sin embar-go, las FF.AA. desconfiaban de los antiguos dirigentes por su adherencia con el MNR y promovieron la renovación del viejo liderato o su adherencia a los go-biernos militares. En ambos casos, la práctica extensiva del padrinazgo-com-padrazgo cimentó la reproducción de relaciones clientelares. El padrinazgo en el caso de dirigentes jóvenes o nuevos y el compadrazgo en el caso de viejos dirigentes. El sistema clientelar de padrinazgo-compadrazgo alcanzó su máxi-ma expresión en el gobierno de Barrientos y continuó con menor intensidad bajo otros gobiernos militares31. Barrientos, tenía una extensa red de ahijados y compadres sobre todo en la región de Cochabamba, que además incluía a viejos dirigentes de la talla de José Rojas como compadres.

Durante este período (1964-1978), era común que muchos dirigentes sindica-les no fueran propiamente campesinos que vivieran de la actividad agrícola. Varios de ellos se dedicaban a actividades de transporte y comercio. Activi-dades cuya movilidad geográfica los fortalecía en su rol como intermediarios políticos. Por ejemplo, José Rojas fue rescatista de papa durante un tiempo (Soto 1994: 17). Asimismo, durante el periodo del PMC, la dirigencia sindical campesina adoptó un estilo rígido, vertical, disciplinario y excluyente.

30 Un estudio realizado a mediados de la década del 90 reportaba que el 83% de los soldados pro-venían de zonas rurales (Quintana 2001:1) que evidencia el fuerte compromiso de los jóvenes campesinos con esta estructura de mediación. Respecto a la percepción de los jóvenes cam-pesinos del servicio militar Quintana (1998: 69) concluye que “el cuartel proporciona prestigio y respeto ante la comunidad (…) es una manera de acceder a la ciudadanía y (…) desarrolla conocimientos y aptitudes laborales útiles para el futuro”, lo cual refuerza la función mediadora del cuartel entre campesinado y Estado.

31 Sin embargo, es importante mencionar que el gobierno de Juan José Torres (1970-71) hizo un giro hacia la izquierda obrerista e intentó cambiar los términos de relación entre Estado y cam-pesinos hacia una organización sindical campesina más autónoma. No obstante, dada la fuerte adherencia de estos últimos con el “estado militar” bajo el manto del PMC, este cambio redundó en contra de los intentos autonomistas de Torres y condujo a la adhesión campesina al golpe de Banzer contra Torres en agosto de 1971.

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Si hablamos de la organización era duro y fuerte en aquellos tiempos, además había disciplina sindical, y si una persona se equivocaba algo, inmediatamente le ponían a su lugar (Efraín Ucieda).

El PMC asumió un estilo más duro con la entrada de Banzer en el gobierno:

Barrientos tuvo el tacto y el tino de promover y apoyar dirigentes que gozaban de la confianza y el apoyo de sus bases, o en el caso de los caciques, que tenían fuertes bases de poder local. Es con Banzer que se pierde esto (Soto 1994: 18).

En parte este cambio de estilo tiene una explicación en la cercanía cultural y espacial entre militares y campesinos: Barrientos era una persona de pueblo (Tarata) que comprendía mejor la cultura del campesinado del Valle Alto. En cambio Banzer, aunque nació en un pueblo, provenía de una condición seño-rial (las élites de Santa Cruz) y era distante a la cultura campesina del Valle.

El PMC, comenzó a resquebrajarse a inicios de 1974 cuando los campesinos del valle de Cochabamba bloquearon caminos como protesta por el alza en los precios del arroz, azúcar, café, trigo, fideos y harina (alimentos producidos en el oriente del país) y el congelamiento de precios de productos elabora-dos en los valles. Claramente, la medida tenía el propósito de beneficiar a los productores agroindustriales del oriente (Ramos 1983: 248). En términos más generales, esta medida era un intento del Estado de expropiar o apropiarse del valor de la producción agrícola campesina de los valles, en beneficio del sector agroindustrial del oriente y de la población urbana32.

El bloqueo concluyó en una masacre en el Valle Alto de Cochabamba (Tolata) con alrededor de un centenar de campesinos fallecidos (APDHB 1979). Este hecho marca el comienzo de la caída del PMC. La magnitud de la violencia estatal “quiebra el sustento ideológico de la subordinación campesina al Es-tado” (Rivera, 1984: 137) y se inicia la ruptura del pacto de reciprocidad. No sólo la masacre sino la irrupción del estilo duro de relación estado-campesinos del gobierno de Banzer –culturalmente muy distinto al de Barrientos– contri-

32 Otro ejemplo notable de este prejuicio estructural hacia los pequeños productores son los cré-ditos. Entre 1973 y 1978, el 68% de los créditos no comerciales fueron a Santa Cruz. Entre 1971 y 1978, el 64% del volumen de préstamos del Banco Agrícola de Bolivia fueron a Santa Cruz que representan el 23% del número de préstamos total, lo que indica que más del 50% de los pres-tamos fueron a menos del 25% de prestatarios. En contraste, de acuerdo con el Censo General de Población de 1976, sólo el 12,6% de la población rural vivía en ese departamento. Más aún, para el período 1964-1971, el 43% del crédito regular del Banco Agrícola de Bolivia fue a parar a Santa Cruz (Ladman y Tinnermeier 1981: 69). Tres factores que en parte explican esta situación son: a) el boom agrícola y petrolero en la zona que liderizaría la economía de Bolivia, b) factores geopolíticos que harían de Santa Cruz una zona de acolchonamiento con el Brasil y c) el fuerte apoyo de estos sectores al gobierno de Banzer (Ladman y Tinnermeier 1981: 69-70).

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buyeron a socavar el pacto como lo atestigua el siguiente testimonio de un dirigente de Anzaldo.

En el año de 1971, mi persona, ha sido perseguida, cuando Banzer entró con golpe de estado. Entonces a todos los dirigentes de izquierda ha comenzado a perseguir, incluso les hacía ejecutar con los militares a todos los dirigentes de la izquierda. Mi persona, también se vio afectado por todos estos problemas. Entonces, he tenido que escapar al país de Argentina, estuve en allá durante dos años; después regrese de allá, pero las cosas no habían cambiado aún, por eso otra vez me escapé a Santa Cruz (Alejandro Cabrera).

Durante los gobiernos militares, se crea otra instancia de gobierno para la pro-moción de iniciativas de desarrollo con orientación regional y cierta incidencia a nivel local: las Corporaciones Departamentales de Desarrollo33. La Corpora-ción de Desarrollo de Cochabamba (CORDECO) fue establecida en noviembre de 1970 y desarrolló actividades de promoción de desarrollo con impacto de-partamental, como la apertura de caminos, construcción de infraestructura productiva en coordinación con otras instituciones como la Prefectura e insti-tuciones privadas de desarrollo. Sin embargo, en la percepción de los campesi-nos de Anzaldo, el impacto de CORDECO parece haber sido mínimo. “En Anzal-do se ejecutaron 10 proyectos, pero la dificultad principal es que la CORDECO es burocrática” (Alberto García).

Después de la Reforma Agraria de 1953 y en términos de la interculturalidad en el desarrollo, instituciones como CORDECO y otras como el Servicio Nacional de Comunidades, Servicio Nacional de Reforma Agraria, escuelas y postas sa-nitarias son espacios donde viejos terratenientes (o sus descendientes) y gen-te de los pueblos se mimetizaron como funcionarios públicos y en tal calidad retornaron a las áreas rurales, constituyéndose en mecanismos de mediación burocrática entre Estado y campesinos. Aunque no contamos con evidencia, planteamos la hipótesis de que esta mediación burocrática de los funcionarios públicos con los campesinos se constituyó en una de las bases de desposesión de la tierra a los campesinos y su gestión bajo modalidades como el arriendo y

33 Las nueve corporaciones departamentales de desarrollo fueron estableciéndose de acuerdo al siguiente orden cronológico:1. Noviembre 1945: Comité Departamental de Obras Públicas de Santa Cruz2. Mayo 1967: Corporación Regional de Desarrollo del Noroeste3. Septiembre 1967: Comité de Obras Públicas de Chuquisaca4. Febrero 1968: Comité de Obras Públicas del Beni5. Octubre 1968: Comité Departamental de Obras Públicas de Potosí.6. Noviembre 1970: Corporación de Desarrollo de Cochabamba.7. Diciembre 1970: Corporación de Desarrollo de Oruro8. Abril 1971: Comité Departamental de Desarrollo de Tarija9. Julio 1971: Corporación de Desarrollo de La Paz (Arze Cuadros 2002: 307)

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el trabajo en compañía sustentado por el sistema de padrinazgo-compadraz-go. Es muy posible que el ejercicio de la mediación burocrática en instituciones públicas, permitiera a quienes tenían una situación privilegiada en el orden so-cial de la hacienda, capitalizarse para recapturar el control de parte de la tierra en lugares como Anzaldo34. Sin embargo, estas son hipótesis que necesitan ser investigadas a futuro35.

En suma, con el Pacto Militar Campesino, se intensifica y amplia la relación clientelar entre Estado-campesinos iniciada durante el período anterior. Los militares toman el lugar del MNR y el campesinado y sus organizaciones se convierten en una extensión del Estado para contener a otras organizaciones sociales y, en un factor productivo, para la producción de alimentos baratos en el mercado interno y sostener el proceso de desarrollo agroindustrial en el oriente del país.

4.5. Interculturalidad campo-pueblo entre vecinos y campesinos

Posterior a la Reforma Agraria, las relaciones entre los pueblos históricos y las comunidades de su contorno se reconfiguran de diversas maneras según los lugares. Lo más común fue que las familias de los más notables patrones se fueran a la ciudad o incluso al exterior. Por eso, algunos pueblos perdieron su antiguo esplendor. Sin embargo, en otros lugares el espacio de los desapa-recidos fue ocupado sobre todo por un nuevo grupo de comerciantes, fun-cionarios y otros intermediarios. Algunos de ellos, emparentados con la vieja guardia, promovidos desde el campo o quizás por ser dirigentes. Así surgió con nueva fuerza un conjunto de relaciones interculturales campo-pueblo como expresión de la tensión entre tradición y modernidad.

En esta relación, pese a los notables cambios que había implicado la salida de los patrones, la nueva organización sindical campesina y la multiplicación de las escuelas, el pueblo era visto como una avanzada de la modernidad y el pro-greso, y el campo estaba atado a la visión de atraso y tradición. Esta emergente interculturalidad, se expresa de manera muy evidente en las relaciones entre

34 Un artículo reciente (Goutsmith 2008) en la comunidad de Toracarí en el Norte de Potosí, sugiere que allí efectivamente se ha dado un proceso de este tipo. Los ex patrones a través de diversos mecanismos, como recompra de tierras, trabajo en compañía, arriendo de tierras y otros, reto-maron el control de hasta dos tercios de las antiguas propiedades de hacienda. En términos históricos, la nacionalización de las minas de 1952 contribuyó a este proceso brindando a los ex terratenientes una fuente continua de recursos y empleo para la recompra de tierras. Sobre esta relación mina-campo en el Norte de Potosí ver también Harris y Albó (1986: 11-14, 36-54).

35 Probablemente el proceso de saneamiento de la tierra iniciado en Anzaldo el 2010 proporcione algunos elementos de juicio para sustentar o desechar estas hipótesis.

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vecinos del pueblo y campesinos, distinción que, sin embargo, en muchos ca-sos no tenía límites muy definidos.

4.5.1. Los campesinos se avecinan

En el orden social pre-Reforma Agraria, la hacienda era uno de los ejes articula-dores fundamentales de las relaciones sociales. Rota la sujeción del colono a la hacienda, éstos comienzan a moverse con mayor libertad entre el campo y el pueblo, así como también espacios más amplios.

Inmediatamente después de la Reforma Agraria, dependiendo de sus redes y recursos, algunos campesinos comienzan un proceso de “avecinamiento” paulatino en dos espacios. Primero, en pequeños poblados, a la vera de los caminos denominados rancherías (varios de éstos, existentes con anterio-ridad a la Reforma Agraria), que tenían establecidos algunos servicios como educación y salud en ellos, la posibilidad de incursionar en alguna actividad comercial (tienda, chichería, etc.) incrementando o diversificando sus ingresos, la facilidad de acceder a transporte, el deseo de replicar, en el campo, un tipo de vida semejante al de los pueblos provinciales y finalmente las presiones de instituciones del gobierno y organizaciones campesinas para la mejora de las condiciones de vida en la población rural (Preston 1969: 3-4; 1970). Como consecuencia, luego de la Reforma Agraria en Anzaldo, se consolidan varios poblados pequeños como Tijrasga, Quiriria, La Viña, Pajcha Pata Lux, Blanco Rancho (Juraj Corral) y Umapirhua. Sin embargo, estos campesinos avecinados en estos pequeños poblados o rancherías no perdían vínculo con sus parcelas. De hecho en los primeros años de la reforma, éstos mantuvieron o construye-ron sus viviendas en sus parcelas, como una manera de asegurar la propiedad sobre ellas. Por otro lado, dependiendo de sus recursos y redes pre-existentes, algunos campesinos optaron por avecinarse en el pueblo de Anzaldo o en pue-blos provinciales más grandes como Cliza y Punata, incursionando en activida-des vinculadas con el comercio, transporte y la artesanía, donde poco a poco fueron adquiriendo mentalidades más “urbanas”.

Este proceso de avecindamiento paulatino de los campesinos amplió y compleji-zó la categoría de vecinos en los pueblos. Al grupo tradicional de vecinos o “gente del pueblo” compuesta por comerciantes, profesionales, autoridades y pequeños y medianos propietarios de tierra se fueron sumando estos nuevos vecinos cam-pesinos con una mezcla de mentalidades urbanas y rurales. Asimismo, este proce-so de creciente avecinamiento configura relaciones interculturales entre vecinos y campesinos como expresión de las convergencias y tensiones entre el campo y el pueblo. En lo que resta de esta sección, se enfatizará sobre dichas relaciones a tres niveles: el político-organizativo, el comercio y el acceso a la tierra.

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4.5.2. Interculturalidad campo-pueblo en lo político-organizativo

Como ya se mencionaba, antes de la Reforma Agraria, en mayor o menor gra-do, los pueblos provinciales y rurales, y su población eran considerados como avanzadas de la civilización o, en el discurso post-Reforma Agraria, de la mo-dernidad y lo urbano. Al contrario, el campo y su población eran considerados como atrasados y tradicionales, a pesar del peso político adquirido por los sin-dicatos agrarios luego de la Reforma Agraria o quizás debido a eso, es decir por el peligro que éstos representaban al poder de la gente de los pueblos. El proyecto social y político de la Revolución Nacional, claramente tenía un dis-curso e intención modernizadora de las áreas rurales que, paradójicamente, favorecía la posición de los pueblos en contraste al campo.

Destruido el orden social de la hacienda, los dirigentes sindicales de niveles intermedios y superiores ocuparan el lugar del hacendado en la toma de deci-siones. Los siguientes diagramas claramente muestran este cambio:

Diagrama 2: Estructura de Poder en el Valle Alto de Cochabamba, pre y post Reforma Agraria

Fuente: Barnes y Torrico (1971: 35-36)

El Diagrama 2 claramente muestra la inversión en las relaciones de poder en el ámbito político, entre otras cosas sugiere el dominio político del campo o concretamente de los sindicatos agrarios sobre el pueblo y los vecinos. Sin em-bargo, en varios casos, los dirigentes sindicales también provenían del campo siendo campesinos avecinados, ya sea como resultado de la Reforma Agraria o

Estancias - RunasEstancias - Runas

Patrones

Vallunos

Campesinos

Vallunos

Indios del Valle

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incluso antes de ella. Después de la Reforma, era común hallar, entre la dirigen-cia sindical superior, a antiguos o nuevos piqueros, que debido a su trayectoria de moverse entre estos espacios estaban en mejores condiciones, que los ex colonos, para ocupar la interfase campo-pueblo y la nueva institución rural do-minante: el sindicato. Varios de nuestros entrevistados indican que el liderato de las organizaciones sindicales de Anzaldo, a nivel de la central, han prove-nido principalmente de comunidades de piquería y que, sólo recientemente (1990), ha ido emergiendo un liderato de las antiguas zonas de ex hacienda. “De las piquerías la gente ha tenido más posibilidades de estudiar y de ser líde-res, y la gente de la (ex)hacienda somos la primera generación” (Nelson Virreyra). La relativa mejor situación de los piqueros en comparación a los colonos, antes de la Reforma Agraria, será reforzada por la construcción ideológica del Estado del 52 que se plantea el desafío de construir un país mestizo y moderno.

La incursión campesina en la toma de decisiones configura una articulación campo-pueblo conflictiva que, políticamente, encuentra su punto de expre-sión más alto durante la “Ch’ampa Guerra” (1959-1960): Cliza versus Ucureña, pueblo versus ranchería, vecino versus campesino. Al respecto, son muy suge-rentes las siguientes citas del estudio de Jorge Dandler sobre la organización sindical en el Valle Alto y, que en parte, consideramos expresa bien la situación de Anzaldo:

El resentimiento contra Ucureña llegó a cobrar especial fuerza en Cliza donde, más nítidamente, se contraponía la ranchería y la ascendencia política del cam-pesino frente al pueblo, símbolo del dominio gamonal y de privilegios.

Además de que Ucureña simbolizaba la Reforma Agraria, para el vecino de Cliza representaba también el ascenso del “cholo campesino” y de Rojas, su máximo cacique. Esta oposición contra Rojas y Ucureña aumentó al sumarse con los años un creciente número de “piqueros” que, si bien estaban organizados en sindicatos y apoyaban al MNR, no se beneficiaron con la distribución de la tierra.

Por lo tanto, al interior de la región y de las fuerzas que apoyaban al MNR y la Revolución, existían diferencias sociales y económicas: 1) los campesinos sin tie-rra y colonos dependientes de la hacienda, que se organizaron militantemente y cuyo liderazgo más articulado fue Rojas; 2) una alianza de grupos no cam-pesinos arraigados en pueblos que apoyaban la Revolución, pero defendían la pequeña y mediana propiedad y se oponían a la primacía del campesino sobre el pueblo. Estos últimos explotaron las diferencias internas del campesinado, apoyándose en el resentimiento del piquero frente al ex colono beneficiado por la Reforma Agraria (Dandler 1986: 256-258).

Esta relación conflictiva campo-pueblo, es una expresión del largo y continuo proceso de cooptación y subordinación política de los intereses y visiones de la ciudad sobre el campo, mediadas por el pueblo y cuyos artífices fueron el

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MNR (entre 1952-1964), los distintos gobiernos militares (entre 1964-1978), las instituciones de gobierno (desde la escuelas, las diversas instancias de desarro-llo y servicios hasta la actualidad), y los partidos políticos tradicionales (entre 1986-2005). Sin embargo, este largo período de cooptación urbana de lo rural, estará salpicado de momentos de conflicto nacional y local. La cooptación y subordinación política de los intereses del campo a la ciudad, desde inicio de la Reforma, cumplió la función de establecer un intercambio económico des-igual, a través del cual, el campo ha subsidiado con productos agrícolas de bajo precio el relativo bienestar de la población urbana. A continuación, se verá al-gunos de sus mecanismos: el comercio y el uso de la tierra.

4.5.3. Interculturalidad campo-pueblo en el comercio36

En el Valle Alto de Cochabamba, antes de la Reforma Agraria los hacendados mantuvieron, aunque no siempre con éxito debido a la competencia de los pi-queros, un control vertical sobre el comercio de productos agrícolas. En aque-lla época, los comerciantes no accedían a las haciendas ni a las comunidades. El rescate de productos se realizaba, sobre todo, en las ferias de los pueblos. Este control estaba, en gran parte, facilitado por la libre disponibilidad de mano de obra gratuita (colonos) para el transporte de productos hacia las ferias de los pueblos provinciales. Al lado de los hacendados co-existían los “vallunos” o gente de clase media de los pueblos, que se dedicaban a la fabricación de chicha y al rescate de productos traídos por los campesinos al pueblo.

Con la Reforma Agraria, esta situación cambió substancialmente dando lugar a: 1) el crecimiento del sector de comerciantes; 2) la decaída, emergencia o for-talecimiento de diversas ferias; y 3) la ampliación horizontal del comercio y/o rescate de productos agrícolas con la incorporación de zonas rurales alejadas y aisladas.

El éxodo de los hacendados de los pueblos fortaleció a los “vallunos” y permitió el libre acceso de los comerciantes de la ciudad de Cochabamba, a quienes se denominaba “cholos”. Dependiendo de sus recursos y redes ambos grupos combinaban las actividades de rescate-comercio de productos, el transporte, la elaboración y la venta de chicha y provisión de facilidades de alojamiento (Barnes y Torrico 1971: 5). Luego de la Reforma Agraria, algunos campesinos migraron a los pueblos dedicándose a la fabricación y venta de chicha, en algu-nos casos, con mucho éxito. Estos grupos generalmente seguían la siguiente trayectoria: se iniciaban como rescatistas de productos, luego instalaban una

36 Para esta época y temática contamos con el excelente estudio de Barnes y Torrico (1971), del que proviene la mayor parte de nuestra información.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

chichería y agrandaban sus actividades con la adquisición del camión (Ibi-dem.).37

Desde la promulgación de la ley de Reforma Agraria, el Valle se llenó de camiones, no solo de los pueblos vecinos sino también de la misma ciudad de Cochabamba, con los que se fueron abriendo caminos hacia distintos lugares. Éstos entraban para comprar productos de los campesinos que luego llevaban a vender a la ciu-dad. Asimismo, los campesinos se acostumbraron a utilizar estos camiones para llevar sus propios productos hacia los mercados de la ciudad de Cochabamba a fin de venderlos a mejores precios, oportunidad que aprovechaban para comprar los artículos que necesitaban pagando precios menores que los que estaban obli-gados a pagar en los pueblos provinciales (citado en Barnes y Torrico 1971: 10)

Destruido el control vertical del hacendado sobre el comercio y facilitado éste por los camiones, los campesinos (ex colonos) comenzaron a comercializar sus productos en distintas ferias, accediendo de este modo al intercambio mercan-til. Si bien el comercio directo de sus productos constituía una ventaja substan-cial en relación a su situación anterior, en muchos casos, su acceso al comercio representó también ingresar en nuevas formas de subordinación y explotación respecto a los vecinos, relación que estaba legitimada por el “compadrazgo” o parentesco ritual.

Anoche llegué en el camión de mi compadre Cornelio, y me alojé en su casa por no contar con otro lugar donde ir a dormir. A esta casa, llegan campesinos de Tururuyo, Toralapa, Boqueron-K’asa, Senkeyani [Sank’ayani] y otros a los que también les hacen pasar la noche bajo el alero, que sobre el patio tiene la casa. Todos traíamos productos que nos habían sobrado para venderlos en el merca-do, pero el dueño no nos dejo salir ni sacar nada para vender afuera, quedando así obligados a venderle a él todo lo que trajimos los que fuimos alojados en su casa (citado en Barnes y Torrico 1971: 28).

Esta lógica de subordinación e intercambio desigual entre campo-pueblo, fue paulatinamente extendiéndose con la creación de nuevas ferias cantonales en regiones relativamente aisladas. Tal es el caso de Sacabamba, que corres-pondía al municipio de Anzaldo hasta la década de 1990. Hasta la Reforma Agraria, la producción controlada por los hacendados era transportada hacia Cliza, Cochabamba o los centros mineros a través del ferrocarril, lo que pospu-so la necesidad de la apertura de caminos. A inicios de la década del 60, con la construcción del oleoducto Sucre-Cochabamba-Santa Cruz se comenzó a abrir nuevos caminos y rehabilitar viejos caminos de herradura, en muchos ca-sos, con mano de obra campesina. Esto permitió el ingreso de camiones hacia

37 Junto a este grupo por relaciones familiares o coincidencia de intereses estaban los dirigentes sindicales.

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muchas zonas alejadas que, a la larga, afectó la viabilidad del ferrocarril para el transporte de productos:

Los comerciantes, que antes recurrían a los servicios ferroviarios, vieron la con-veniencia de utilizar camiones porque éstos recogían la carga en el mismo sitio de compra, y podían entregarla en los mercados de venta o en la misma casa del comprador, evitando el doble manipuleo, con sus respectivos costos en el caso del transporte ferroviario. Como los patrones abandonaron sus ex haciendas, después de la Reforma Agraria, no hubo suficiente volumen de carga para el transporte ferroviario, ya que para este servicio solo quedaban las producciones de las inmediaciones de Cliza que solo permitían cargar unos pocos vagones con los que se hacía envíos a las minas de Oruro y del Norte de Potosí (citado en Barnes y Torrico 1971: 14).

La paulatina apertura de caminos y el ingreso de camiones contribuyó a la creación de nuevas ferias, a la extensión de las actividades de comercio y/o rescate de productos agrícolas y el ingreso de algunos campesinos en la acti-vidad del comercio:

Con motivo de la realización de la feria en Sacabamba, algunos campesinos estamos construyendo nuestras casas en este lugar. La mayoría somos ex colonos. Algunas de estas casas han sido alquiladas por los comerciantes que habitualmente concurren a esta feria semanal y, no solo las usan para alojarse, sino también como depósito para los productos que han comprado (citado en Barnes y Torrico 1971: 14).

Por la cercanía a sus parcelas, en las ferias cantonales a diferencia de las ferias en pueblos provinciales, los campesinos tenían mayores grados de libertad en el intercambio y/o venta de sus productos. Antes de que se constituyera la feria, los campesinos se hallaban sometidos al trueque, pero luego se dieron cuenta que podían obtener buenos precios pasadas las épocas de la cosecha. “Antes el rescatista ponía el precio, ahora son los campesinos que ponen el precio” (Barnes y Torrico 1971: 15).

Sin embargo, en contraste con ese surgimiento de nuevas ferias, la del pueblo central de Anzaldo se debilitó debido a la Ch’ampa Guerra:

Ya después de la Reforma Agraria, cuando el tren del Valle fue suprimido por diversas causas, los campesinos estábamos obligados a ir hasta la feria de Cliza, debido a que a la feria de Anzaldo llegaban pocos comerciantes porque tenían miedo cruzar Cliza por las frecuentes baleadoras que se suscitaban entre cam-pesinos de Cliza y Ucureña (citado en Barnes y Torrico 1971: 13)

Por esa misma razón, se fortaleció la inmensa feria y mercado de Punata luego del 53, sobre todo debido al asentamiento de transportistas y las pugnas entre Cliza y Ucureña (id. 7-8).

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Paralela a la constitución de ferias cantonales, la paulatina apertura de cami-nos, permitió la extensión del comercio a las comunidades alejadas a través de la presencia de los comerciantes-rescatistas.

Los campesinos preferimos vender nuestros productos en las ferias de las al-turas cuando no lo hacemos en nuestros mismos terrenos, para no tener que llevarlos hasta las ferias grandes. Como muchos campesinos, no disponemos de bestias para el traslado o carecemos de tiempo. La venta en las ferias cantonales nos ahorra tiempo, debido a que se realizan en lugares próximos a nuestros ranchos, haciendo posible la vuelta inmediata al trabajo una vez concluida la venta. El traslado de nuestros productos hasta las ferias grandes nos significa uno o más días, debido a que no faltan ocasiones ni motivos para comenzar a beber haciéndonos perder la movilidad de retorno. En las ferias cantonales, esto es más difícil que ocurra porque es menos frecuente que nos encontremos con amigos y compadres. Además de estos peligros, nos conviene vender en nues-tros propios lugares porque los compradores no alegan tanto por el precio ni escogen demasiado los productos como hacen en las ferias provinciales. Cuan-do las ventas las realizamos en nuestra propia casa, todo se vende por igual y a un solo precio (Citado en Barnes y Torrico 1971: 16).

Sin embargo, sea en la feria cantonal o en la parcela del campesino, todavía la relación vecino-comerciante con el campesino tenía rasgos de intercambio desigual como se evidencia en la Tabla 4 de comparación de equivalencias uti-lizada por aquellos años en la práctica del “trueque”.

Tabla 4: Equivalencias para algunos trueques en Sacabamba

Productos del Campesino

Precio en Cochabamba ($b)

Cambiado por Precio en Cochabamba

3 libras de papa 2.40-3.00 8-9 cabezas de cebolla 1.003 libras de papa 2.40-3.00 10 locotos 1.003 libras de papa 2.40-3.00 3 cajas de fósforos 0.603 latas(*) de papa 1 litro de alcohol 8.003 libras de papaliza (**), oca(***) o papas

4 limones 0.30

6 libras combinado de paraliza oca y papa

1 litro de kerosene 0.25

(*) Lata: Recipiente de hojalata, originalmente utilizado como envase de alcohol, con capacidad para 16 litros, aprovechado como medida de volumen para áridos. El peso aproximado de papas en este envase es de una arroba de 25 libras (11 kilos y 502 gramos)(**) Papaliza: Tubérculo típico que se come cocido. (***) Oca: Tubérculo oxalídeo tuberoso, que se come cocido.(Fuente: Barnes y Torrico 1971: 17)

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Los artículos más utilizados por los rescatistas en los trueques son productos agrícolas que no se producen en la zona (hortalizas, cebollas, ajíes, locotos, sultana o cáscara de la baya del café, frutas del trópico como plátanos y cítri-cos, y especies), productos manufacturados (jabones de lavandería, fósforos, kerosene, pan de batalla, dulces baratos) y herramientas de labranza de con-fección artesanal (Barnes y Torrico 1971: 18).

Si bien el acceso a la comercialización de sus productos para el campesino re-presentó un grado de libertad significativo en relación a su situación anterior en la hacienda, al mismo tiempo representó el ingreso en un nuevo circuito de subordinación respecto a los comerciantes y vecinos. Una expresión del in-tercambio desigual entre el campo y la ciudad mediada por los pueblos que contribuyó al subsidio con alimentos baratos del campo a la ciudad. En esta relación, se expresa –nuevamente con sus excepciones– una interculturalidad asimétrica entre campo y ciudad mediada por los pueblos y legitimada por formas de parentesco ritual como el compadrazgo.

4.5.4. Interculturalidad campo-pueblo en el acceso a tierra

Con la Reforma Agraria los ex colonos, se convirtieron en propietarios de las parcelas que cultivaban bajo el régimen de la hacienda, equiparándose prácti-camente a los antiguos piqueros. Sin embargo, muy pronto, muchos campesi-nos quedaron atrapados en una espiral de deuda con los vecinos comerciantes que provenían de tres fuentes: consumo de chicha, préstamos de mercaderías y préstamos de dinero.

Luego de la Reforma Agraria, se incrementó considerablemente la producción y el consumo de chicha debido a dos factores: el crecimiento de la actividad comercial y la eliminación de restricciones impuestas por el régimen de la ha-cienda a su expendio (Barnes y Torrico, 1971: 23).

(…) el negocio de chicha era bastante remunerativo en los primeros años de la revolución. Los campesinos, algunas veces, se quedaban durante varios días a beber en la población, no siendo extraño que comenzaran un domingo y termi-naran el domingo siguiente, aunque por lo general bebían sólo hasta terminar la plata conseguida con la venta de sus productos (citado en Barnes y Torrico 1971: 23)

Asimismo, los campesinos iban contrayendo deudas con los vecinos comer-ciantes por préstamos de mercaderías y de dinero (para la compra de semillas o insumos y para ocasiones festivas, como matrimonios y prestes religiosos) más allá de su capacidad de pago. En muchos casos, ante la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones de pago, los campesinos se vieron forzados a pa-gar sus deudas con su propia producción.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Las rescatistas y chicheras llevan mercaderías y bebidas en ocasión de las fiestas de los pueblos para dejarlas al crédito hasta la próxima cosecha, que es cuando se redimen las deudas con la entrega de producciones. En los casos de préstamos en dinero, los intereses son pagados de la siguiente forma: unas veces cobran en productos; otras veces los intereses son compensados con la siembra de una ro-mana de papas en una extensión de un cuarto de hectárea por cada 100 pesos prestados en efectivo, siendo frecuentes los casos en que se “da ventaja” al cam-pesino cuando se hace el arreglo por hectáreas completas, para lo que se requiere cinco o seis romanas de papa por hectárea por cada 500 pesos de préstamo en efectivo. Cada romana, alcanza a unas 150 libras que son suministradas por los prestamistas al igual que el abono, mientras que al campesino le toca poner la tierra y el trabajo. Toda la cosecha recogida es para el prestamista, sin quedar nada para el campesino. Estos arreglos nunca se hacen por menos de dos años, debido a que si solo fuera por un solo año, el campesino podría utilizar tierras cansadas que darían cosecha pobre, mientras siendo por dos años el prestamista se bene-ficia con la re fertilización de las abonaduras (citado en Barnes y Torrico 1971: 26).

De modo que, en muchos casos, las deudas de los campesinos con los vecinos-comerciantes contribuyeron a la generalización de un tipo de arreglo produc-tivo vigente hasta la actualidad: el trabajo en compañía o al partir. Como sugie-re la cita precedente, dependiendo de las situaciones y los contextos locales, existen diferentes arreglos de este tipo, siendo el más común aquel en el que el vecino-comerciante participa con semillas y, a veces, abono y el campesino con sus tierras, fuerza de trabajo y herramientas. Al final del ciclo, la producción es repartida a medias entre ambas partes.

Es posible que en algunos casos, las deudas hayan conducido a la desposesión del campesino de sus tierras. Una variante del trabajo en compañía, en ese en-tonces, era la producción al partido en las tierras de los prestamistas (vecinos-comerciantes), situación que se mantiene en la actualidad.

Estos arreglos productivos, en muchos casos, fueron iniciados por relaciones de parentesco ritual entre los prestamistas vecinos-comerciantes y los campe-sinos; que le dieron su legitimidad y su continuidad en el tiempo. Aunque este tipo de arreglos productivos estaban prohibidos por la Ley de Reforma Agraria de 195338, éstos están muy extendidos en varios lugares del Valle Alto de Co-chabamba y continúan en la actualidad.

38 El Título X, “Régimen del Trabajo Campesino” en su artículo 144 indica: Queda abolido el sis-tema de colonato, así como toda otra forma de prestación de servicios personales gratuitos o compensatorios. Se incorpora al trabajador campesino al régimen jurídico-social de la Nación, con todos los derechos reconocidos por la ley”. A lo que el artículo 145 añade: “Se establece el sistema de salario, en todos los contratos individuales o colectivos, como norma de remunera-ción. Se condonan en favor de los trabajadores todas las deudas provenientes de obligaciones personales”. (Gobierno de Bolivia 1953: 31-32)

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Este tipo de arreglos productivos, estructuran relaciones de subordinación y desposesión de los campesinos de su producción y, en algunos casos extremos, de sus tierras. Ésta es otra expresión de una relación intercultural subordinada del campo hacia la ciudad mediada por los prestamistas vecinos-comerciantes, a través de la cual los beneficios de la producción agrícola se transfieren del campo hacia los pueblos en forma de ganancias para los intermediarios y en forma de productos baratos para la ciudad. De modo que, el acceso de los ex colonos al comercio, el consumo de bienes manufacturados en las ciudades y, en muchos casos, el dinero no sirvió para su propio fortalecimiento productivo y cultural, sino para mantener su situación de subordinación económica, social y cultural. A pesar de la revolución y la Reforma Agraria, los que se beneficiaron del trabajo campesino fueron los pueblos y las ciudades en vez del campo.

4.6. Conclusiones

En este capítulo, hemos desarrollado el argumento de que las relaciones inter-culturales que establece el campesino con diferentes actores desde antes de la Reforma Agraria hasta el final de los gobierno militares (1980) se mueven en la tensión entre el cambio y la continuidad de la situación de subordinación de los campesinos.

Antes de la Reforma Agraria, la interculturalidad entre campesinos y “no cam-pesinos” contribuyó a sembrar las semillas del cambio del régimen de la ha-cienda a través de la organización de sindicatos agrarios, con el propósito de mejorar las condiciones de acceso a la tierra y a la educación. En este sentido, la organización sindical se constituyó como un medio para otros fines.

El rol del sindicato, como medio para otros fines, cristalizará en el movimiento de Reforma Agraria que transformará el orden social de la hacienda. En este proceso, los sindicatos agrarios establecen relaciones interculturales con el Es-tado los cuales, sin embargo, están basados en el miedo de los líderes de la revolución hacia el potencial revolucionario de los campesinos organizados en sindicatos. El siguiente diagrama resume las relaciones entre Estado-Campesi-nos entre 1952-1980.

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Cambio: 1952 - 1953

Clientelismo Sindicato-Partido: 1952-1964

Clientelismo Sindicato-FFAA: 1964-1980

Fuente: Elaboración propia

Casi paralelamente a la euforia de cambiar la situación subordinada del cam-pesino a través de la Reforma Agraria, desde mediados de la década del cin-cuenta, la relación Estado-sindicatos asumió un carácter utilitario en función de las nuevas élites en el poder: partido y burocracia. Desde el Estado, los cam-pesinos fueron vistos como un importante bastión político de votos a cambio de la promesa del desarrollo de sus comunidades. En este proceso, los líderes sindicales (caciques) cumplieron una función crucial de intermediación entre Estado y campesinado. Intermediación que, sin embargo, fue en beneficio de pocos sectores y en detrimento de la mayoría campesina. Situación que, con ciertos matices, continuó en las siguientes décadas. Sumado al clientelismo, el Estado asumió una visión desarrollista y modernizante que seguía concibien-do al campesino como atrasado y marginalizado y que debería ser objeto de integración a través del desarrollo de comunidades.

Durante los gobiernos militares (1964-1978), continúa el proceso de subordi-nación campesina al Estado facilitada por el Pacto Militar Campesino que co-opta a las organizaciones y líderes sindicales creando un sentido de recipro-cidad entre Estado y campesinos, facilitado por la cercanía entre militares y campesinos a través de la acción cívica de las FF.AA. en el campo y el proceso de socialización de los jóvenes campesinos en los cuarteles. Como consecuen-cia, las organizaciones sindicales son consideradas como una extensión del Estado. Esta reciprocidad, se fractura a mediados de los 70 cuando el Estado intenta expropiar valor de la producción campesina a través del alza de precios de productos producidos en el oriente y la congelación de precios de produc-tos producidos por los campesinos, cambio dramatizado por la Masacre del Valle de enero 1974.

Diagrama 3: Relaciones Estado-Campesinos: 1952-1980

CampesinosEstado

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Régimen clientelar en la época de la Reforma Agraria de 1953

Entre el inicio de la revolución (1952) y el final de los gobiernos militares (1980), las relaciones entre Estado y campesinos fueron fundamentalmente cliente-lares: un intercambio o flujo de recursos entre actores con estatus desigual, de carácter recíproco y proximidad, operacionalizado por intermediarios que acortaban la distancia entre Estado y campesinos. Estas relaciones clientelares, asumieron dos formas y momentos:

1. Clientelismo mediado por caciques sindicales, propio de los gobiernos del MNR.

2. Clientelismo mediado por padrinos sindicales y militares, propio de los gobiernos militares.

En ambos casos, esta intermediación sirvió para mantener la situación de sub-ordinación del campesino al proyecto modernizador.

A nivel mas cotidiano, luego de la Reforma Agraria, se estructuran relaciones de intercambio desigual entre el campo y la ciudad mediadas por el pueblo y expresadas en las relaciones entre vecinos/comerciantes de los pueblos y los campesinos ex colonos. Dos expresiones patentes de este intercambio des-igual fueron: el comercio y el uso de la tierra. A través de ellas, el campo o los campesinos han subsidiado con productos agrícolas de bajo precio el relativo bienestar de la población urbana por décadas.

Diagrama 4: Relaciones Vecinos (Comerciantes, Rescatistas) - Campesinos

VecinosComerciantesRescatistas(PUEBLO)

Conflicto: Político-Organizativo

Intermediarios

Cooptación-subordinación-intercambio desigual: Comercialización

Subordinación/desposesión: Producción

Campesinos

(CAMPO)CIUDAD

Fuente: Elaboración propia

En el período descrito, si bien las relaciones entre actores adscritos a diferen-tes culturas tiene características clientelares, el clientelismo cumplió un doble rol: contribuir a cambiar y mantener la situación de subordinación del colono-campesino. Con el pasar del tiempo, el término campesino se volvió sinónimo

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

de pobreza y marginalidad. A pesar de que aquello fuera una construcción so-cial, reflejaba la situación de una gran mayoría. Ante esta situación, las familias optaron por dos alternativas: migrar o esperar la llegada de alguna ayuda ex-terna. A ambos aspectos se refiere el siguiente capítulo.

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Antes de la Reforma Agraria, los distintos gobiernos dejaron en manos de los hacendados el desarrollo o no desarrollo de las comunidades rurales. Luego de la Reforma Agraria, con el apoyo de organismos internacionales, el Estado bo-liviano comenzó a estructurar esquemas institucionales y programas para apo-yar el desarrollo rural a través de créditos, asistencia técnica, organización de cooperativas y otros. Sin embargo, estas iniciativas se focalizaron, sobre todo, en zonas de colonización del oriente, zonas del altiplano y valles con relativo acceso caminero o zonas con fuertes vínculos políticos con los gobiernos de turno. La mayoría del resto de las zonas rurales fueron dejadas a su suerte. Lue-go de más de dos décadas de Reforma Agraria, era notoria la ausencia del Es-tado o sus instituciones de promoción del desarrollo en el campo. Así sucedió en Anzaldo y otras zonas rurales alejadas por la falta de vinculación caminera. Ante este contexto, el campesino se confrontó con dos opciones: emigrar o esperar la llegada de algún apoyo externo.

A inicios de los años 70, Anzaldo se caracterizaba por la falta de respeto entre sus habitantes y la ausencia de una visión de desarrollo. Así lo expresa uno de nuestros entrevistados:

En ese momento yo veía Anzaldo: ¡Ah! Éramos como demonios, no nos enten-díamos bien, éramos como malcriados, no había ese respeto, no había una vi-sión del desarrollo, vivíamos así nomás (Alberto García).

En este contexto empieza a entrar en escena un nuevo tipo de actores: las Or-ganizaciones No Gubernamentales (ONG) de desarrollo. Primero las de carác-ter religioso y después otras más laicas. Desde entonces, de manera lenta y paulatina, las ONG contribuyen a crear un sentido de respeto y una visión de desarrollo local entre los campesinos. En este capítulo, se centra la atención en la relación entre campesinos y estos nuevos actores que, en gran manera, contribuyen a un fortalecimiento intra-cultural de los campesinos.

5. NUEVOS ACTORES Y FORTALECIMIENTO INTRA-CULTURAL DEL CAMPESINO

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Nuevos actores y fortalecimiento intra-cultural del campesino

5.1. Un notable precursor: Casto Rojas

La presencia de terceros actores, que no encajan plenamente en los esquemas clientelares descritos en los capítulos anteriores, tuvo en el pasado algunos precursores que no se deben ignorar. Es decir, individuos con capacidad de intermediación entre el mundo rural y el “mundo exterior” que han jugado un rol importante en la promoción de iniciativas de desarrollo en el campo.

En Anzaldo, el caso más notable es seguramente Casto Rojas (1879-1973). Su primera infancia transcurrió en lo que entonces todavía se llamaba Santiago de Paredón (ver Mapa 2.1) donde cursó la primaria en la pequeña y pobre escue-lita del pueblo que estaba desprovista de lo más imprescindible. Pese a esos humildes inicios, logró abrirse camino en la ciudad y con el correr de los años formó parte de los gobiernos liberales de Augusto Montes y Eliodoro Villazón. En 1941, fundó la biblioteca del Banco Central de Bolivia mientras se desempe-ñaba como presidente de esta entidad.

Don Casto, nunca olvidó aquella escuelita local que hoy lleva su nombre. Pasa-dos los años, la evocaría con nostalgia y, en la adultez, la holgura económica le permitió dotarla con tres camionadas de pupitres, morigerando, de esta mane-ra, la insufrible incomodidad de los niños anzaldeños (Inch 1989).

Casto Rojas expresa el tipo de intermediario benefactor o aquella persona que, sin tener segundas intenciones como patrón latifundista ni como dirigen-te político, dispone de sus propios recursos para beneficiar a su lugar de origen.

5.2. Un nuevo estilo de intermediarios

Sin embargo, lo que empieza a ocurrir desde fines de los años 1970, es la emer-gencia de un nuevo estilo de actores con una institucionalidad menos ligada a las estructuras estatales y de gobierno.

Concluido el ciclo del MNR (1952-1964) y de los gobiernos militares (1965-1978), las estructuras de mediación clientelar sindicato-partido, sindicato-militares comienzan a debilitarse. En los años 80, con la auto-exoneración de las responsabilidades del Estado de promover desarrollo local en el campo, los actores de la previa estructura de mediación clientelar comienzan a re-posicionarse. En algunos casos, ex funcionarios de instituciones estatales de promoción del desarrollo –con experiencia y competencias de trabajo en co-munidades rurales– comienzan a vincularse con las nacientes instituciones de

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

promoción del desarrollo en calidad de técnicos o inician sus propias institu-ciones de desarrollo.

Ante el debilitamiento de las viejas formas de mediación clientelar, principal-mente de carácter político, las instituciones de promoción de desarrollo co-mienzan a ocupar ese espacio disponible de intermediación entre campesinos-estado-entidades de cooperación internacional (ONG y otras). De esta manera, se dio lugar al surgimiento de una nueva categoría: los intermediarios del desarrollo. Siendo éstos tanto nacionales como internacionales añadían ma-yor complejidad en la estructura de mediación. En este contexto, los líderes campesinos entran en un círculo de dependencia más localizada, pues dejan de mediar entre sus comunidades y las instituciones del Estado para mediar entre sus comunidades y las instituciones de promoción de desarrollo.

Sin ser exhaustivo, la Tabla 5 identifica y describe brevemente las actividades de las diversas instituciones de promoción del desarrollo, según su año de lle-gada a Anzaldo.

Aunque no es una institución, hemos incluido y resaltado la Ley de Participa-ción Popular aprobada el año 1994 y puesta en marcha el año 1995 en todo el país, porque marca un hito significativo, antes y después, en el rol, incidencia y recursos con que éste y prácticamente todos los municipios rurales del país funcionan.

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Nuevos actores y fortalecimiento intra-cultural del campesino

Tabla 5: Instituciones de promoción del desarrollo que trabajan (ron) en Anzaldo y actividades que Desarrollan

Institución Empezóel año

Actividades

Centro de Promoción Jesús María (CEPRUJEM)

1976- Institución a cargo de la orden religiosa “Jesús María” que desarrolla actividades de evangelización y promoción del desarrollo en las áreas de salud, reforestación, y educación no formal, con un énfasis especial en las mujeres jóvenes.

Fundación Humanitaria Pietro Gamba

1986- Apoyo al sector salud, con un hospital muy reconocido que presta servicios no sólo al municipio sino a municipios vecinos incluida la ciudad de Cochabamba.

Padres Escolapios 1993- Responsables de la parroquia de Anzaldo. Llevan el Internado, Escuela y Colegio con cerca de 800 alumnos.

UNICEF / PROANDES 1992-2007

Dotación de agua potable y saneamiento, educación pre-escolar (Wawa-Wasi), alfabetización (Yuyay J’apina), capacitación en temas agrícolas y pecuarios.

Sociedad Nueva (SONU) Sin dato Programas de salud, educación no formal y seguridad alimentaria.ATICA Sin dato Estudios de microriego en el municipio.LEY DE PARTICIPACIÓN POPULAR

1994-1995

MODIFICA SIGNIFICATIVAMENTE LA IMPORTANCIA, LOS RECURSOS Y PATICIPACIÓN EN EL MUNICIPIO

Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA)

1997 Apoyo en la gestión de distintos proyectos productivos en las comunidades campesinas y el fortalecimiento municipal. Apoyo a la Mancomunidad de Municipios (ver la siguiente fila).

Mancomunidad de Municipios de la Cuenca del Rio Caine (MMCRC)

1997 Asociación de 11 municipios de los departamentos de Cochabamba (Tarata, Anzaldo, Arbieto, Sacabamba y Capinota), Potosí (Sacaca, Acacio, San Pedro, Toro Toro y Arampampa) y Chuquisaca (Poroma) para promover el desarrollo de esta región.

Centro de Desarrollo Agrope-cuario (CEDEAGRO)

2000* Apoyo al Ajuste al PDM y varios proyectos estratégicos para el desarrollo económico del Municipio.

Centro Boliviano de Investiga-ción y Acción Educativa-Centro de Educación Técnico Huma-nístico (CEBIAE-CETHA)

2006 Apoyo en la mejora de la calidad educativa en las escuelas del muni-cipio de Anzaldo y otros municipios aledaños para fortalecer procesos de desarrollo local con una visión productiva e intercultural.

Fondo de Proyectos Sociales (FPS)

Sin dato Financiamiento de proyectos de infraestructura en contrapartida con el Gobierno Municipal.

SEPADES Sin dato Capacitación sobre interculturalidad al personal de salud.Construcción de sistemas de agua potable en las comunidades.

MEDICUS MUNDI 2005 Apoyo a la conformación y consolidación de un Consejo de Desarrollo Municipal que aglutine a todas las entidades públicas y privadas vinculas con actividades de desarrollo.

Consejo de Desarrollo Munici-pal (CODEMA)

2008 Agrupa a autoridades municipales, de los servicios de educación y salud e instituciones que trabajan en el municipio. Sirve como instan-cia de socialización de información periódica sobre las actividades y proyectos que desarrollan en el municipio

* Posteriormente se ha retirado Fuente: Elaboración propia en base a Gobierno Municipal de Anzaldo, 2004, 2005.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

El año 1976, en pleno período de dictadura militar, el Centro de Promoción Rural Jesús María (CEPRUJEM) inicia sus actividades en Anzaldo, una orden re-ligiosa femenina especializada en educación. A partir del Centro Ave María en el barrio popular Alalay de Cochabamba, expandieron su acción en Anzaldo y Sacabamba. Inicialmente concentraron su atención en la evangelización e hi-cieron un énfasis especial en la promoción femenina. Posteriormente, extiende sus actividades a la atención de la salud y salubridad, creación de centros de capacitación, caminos y extensión agrícola. Las dos iniciadoras de este trabajo pionero fueron las hermanas argentina y española respectivamente: Esperan-za Galotti, fallecida en 2005 y Teresa María Boada. Esta última nos recuerda:

Cuando entramos a Anzaldo era otra cosa, no había caminos, llegamos hasta Lagunitas Totoral. Fuimos a la escuela, les dimos material, íbamos solo para la catequesis, pero nos dimos cuenta que no era suficiente, por eso buscamos al agrónomo Froilán Pardo (Teresa María Boada).

Por más de media década (1976-1983), CEPRUJEM desarrolló una labor pionera y solitaria. Un aspecto a destacar en el trabajo educativo y organizativo con las mujeres del municipio a través de clubes de madres, trabajo que continúa en la actualidad.

Jesús María ha trabajado en educación y también ha fortalecido el liderazgo de las mujeres” (Cristina Lipa)

CEPRUJEM nos ayuda en la alfabetización (lectura y escritura) y la capacitación en artesanía, cerámica fría con maicena, tejidos y costura; todos estos productos los exponemos en la feria de Anzaldo” (María Panozo).39

La presencia de las monjas para la educación y salud, y en otros campos ha sido fuerte; además que ellas han permitido la entrada de otras instituciones” (Taller de Torotoro)

La sequía de 1983, que afectó fuertemente las áreas rurales del Altiplano y Va-lles del país, volcará la atención de instituciones públicas, privadas y de coope-ración internacional para atenuar los efectos de la misma sobre la economía campesina y la producción agrícola a nivel nacional.

Este desastre natural, coincidió con un momento de grave crisis económica en el país iniciada a finales de la dictadura de Banzer (1971-1978) y amplificada en los largos y agitados años de transición (1978-1982), y el primer período democrático de Siles Suazo y la UDP (1982-1985) en que se produjeron astro-nómicas devaluaciones y pérdida de poder adquisitivo de la moneda. En estas circunstancias, no era muy viable esperar fuertes ayudas provenientes del Es-

39 “Memoria III taller nacional de mujeres en la conservación de suelos”. 2004

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tado que, cada vez más, se había inclinado hacia los grandes y medianos pro-ductores agropecuarios dejando a su suerte a los pequeños productores. Este vacío, será llenado en parte por las ONG de desarrollo que, desde los años 70, habían empezado a proliferarse en áreas rurales, catalizando hacia esas áreas más empobrecidas recursos, en su mayoría, de la cooperación internacional privada o incluso pública.

Como resultado de la sequía de 1983, en Anzaldo se creó la Asociación de Pro-ductores de Trigo (APT) promovida por una ONG (CESAT) que aunque no tra-bajaba en el municipio generó en aquel entonces una dinámica productiva y organizativa en la zona, a través del ya mencionado agrónomo Froilán Pardo:

[La APT] nació como resultado de la sequía el 83, no había producción, Froilán Pardo ha viabilizado de obtener semilla de cebada de Taquiña, él nos ha hecho pensar el precio y peso. Para entonces, se estaba haciendo en Totora y nosotros nos hemos acoplado. Era bueno asociarnos. En esos momentos CESAT apoyaba a los trigueros. Ha llegado una donación de Holanda, semilla de trigo. Nos han dado semilla y teníamos que devolver semilla con un pequeño interés en espe-cie (Alberto García).

La siguiente instancia, también de cooperación religiosa internacional, fue la del médico italiano Pietro Gamba, que empezó como una vocación personal de servicio y, con los años, se convirtió en un notable intermediario del desa-rrollo extranjero en Anzaldo. Él creó una notable institución local de salud40. Así cuenta él mismo su experiencia:

Conocí Bolivia y precisamente Cochabamba el año 1975. Trabajé como volunta-rio colaborando a los padres de Bérgamo en Sacaba, eligiendo sus estancias ale-jadas, permaneciendo y viviendo junto al campesino en las alturas de Challviri por espacio de dos años. La experiencia vivida, muerte por abandono absoluto de las Autoridades de Salud, la comunidad arrasada por epidemias, me dio el coraje de definirme, regresar a Italia a mis 26 años y empezar a estudiar medi-cina con el fin de ponerme al servicio de la gente olvidada y postergada. Fue-ron seis años compartidos entre las materias que debía aprobar con la mirada puesta hacia Bolivia. Regresé a Cochabamba en 1985 como Médico, dispuesto a trabajar en servicio de los campesinos, en una población abandonada por las autoridades de salud.

En mi calidad de Médico, en Suiza tuve contacto con colegas amigos, quienes al conocer mis intenciones de proyectar un nosocomio que debía servir de base

40 El año 2008, este hospital alcanzó una cobertura de 3.500 consultas, 80% adultos. También, este centro brinda el servicio de seguro escolar municipal. No disponemos de datos sobre su perso-nal. Este hospital tiene un reconocimiento regional y atiende pacientes de municipios y provin-cias aledañas e inclusive de la ciudad de Cochabamba (Gobierno Municipal de Anzaldo 2009: 51).

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

para mis futuras actividades, me ayudaron a concretizar dándome el respectivo apoyo económico. Solo que no podía ser Challviri el centro de mis actividades sanitarias por razones de su [baja] densidad de población, dificultades en su accesibilidad, falta de camino estable; razón por lo que se debería buscar otra zona carente de servicios de sanidad y sin ninguna infraestructura sanitaria. La búsqueda cayó en Anzaldo gracias a las orientaciones recibidas por el Dr. Jorge Trigo Andia, Rector de la Universidad [y oriundo de Anzaldo], por el Dr. Fernan-do Mendoza, Director de la Unidad Sanitaria y el Mons, Genaro Prata, Arzobispo de la Diócesis que conocía el trabajo que estaban realizando las religiosas de la Orden “Jesús María”.

En cuatro meses se construyó el Hospital, desde Suiza se estaba multiplicando esfuerzos. Desde Italia llegó el primer amigo voluntario con un container que contenía una ambulancia y material para la instalación sanitaria, regalo de los amigos de Suiza. Después de tres meses llegó otro voluntario italiano, Giusep-pe; realizó toda la instalación eléctrica montando un equipo de 12 elementos de baterías alimentadas por un motor generador iluminando al Hospital en su integridad.

Fue en esta oportunidad que el pueblo me pidió que no sólo sea iluminado el Hospital sino toda la población. Este deseo convertido en sueño elevé a consi-deración del Señor Ministro del Exterior de Italia, Giulio Andreotti, quién envió una Comisión para constatar en el terreno la factibilidad del proyecto, encontra-ron el Hospital Modelo funcionando.

Las autoridades y los vecinos unidos en haz de voluntades para cristalizar el sueño acariciado resuelven aportar la parte que les corresponde para la electri-ficación. Se consiguió el financiamiento y se hace realidad la electrificación de Anzaldo. Este servicio ha hecho que la población tome conciencia cívica hacia la búsqueda de su desarrollo definitivo.

Se abre otra fase de servicios, el pueblo me llama a que presida su Comité Cívico, si la mayoría así lo ha dicho, estoy en el puesto del deber. Debemos ver la solu-ción definitiva del agua potable, estamos en ese camino y diciendo que llegará otra ayudita. Los Anzaldeños están en marcha.

El hospital sigue creciendo, se ha implementado la Ecografía, la Radiología. Está en construcción la “Casa del Personal”. Luego se construirán los ambientes para Radiología y Quirófano, pasos concretos siempre con la ayuda de muchos ami-gos italianos y suizos.

No quiero olvidar a Elizabeth que trabaja desde hace tres años como Adminis-tradora del Hospital, una voluntaria magnifica con fidelidad Suiza y Alejandro, su futuro marido actuando y desarrollando su labor en bien de la comunidad (Citado en Camacho 1990).

Un primer elemento que, a primera vista, resalta en este testimonio es cómo, a partir de una vocación muy personal, se va armando una gran moviliza-

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ción de recursos para promover iniciativas de desarrollo local a través del establecimiento de redes de intermediarios que empezaron con un pres-tigioso hijo de Anzaldo, rector de la universidad de Cochabamba y por el arzobispo de Cochabamba –un salesiano italiano célebre por su dinámica empresarial41– y después fueron trascendiendo fronteras locales y nacio-nales, involucrando a personalidades e instituciones, tanto locales como in-ternacionales, eclesiales y estatales. Este caso claramente ilustra el rol de los intermediarios en la configuración de redes interculturales de carácter local y global.

El segundo, asociado al anterior, es la fuerte dependencia de recursos tanto materiales como humanos llegados del exterior. En otras partes del campo de Cochabamba, sobre todo en la llamada prelatura de Aiquile, se ha creado una alianza comparable entre diversas áreas rurales y las regiones de Italia de donde provienen sus sacerdotes y voluntarios. Así, también ha sucedido en muchas otras áreas rurales del país y con diversos países del primer mundo que les proveía misioneros, voluntarios y recursos durante las largas décadas en que el Estado dejó abandonado el campo a su propia suerte sin cumplir su función.

El riesgo entonces es que, si de este apoyo e impulso inicial no se pasa al for-talecimiento y empoderamiento de la población y organizaciones locales, el desarrollo material así logrado siga siempre dependiente de estas ayudas sin hacerse sostenible.

La tercera instancia es quizás la que está logrando la incidencia más directa en el empoderamiento de la población rural local. Ésta fue el establecimiento de los Padres Escolapios, de origen español, que inició a partir de 1992. Aparte de la atención regular de la parroquia, que también cubre todo el municipio, dando honor a su vocación específica –Escuelas Pías– dieron un impulso muy notable al tema educativo que, como vimos en el capítulo 2, era uno de los aspectos más descuidados en el municipio pese a encontrarse en pleno Valle Alto. Montaron para ello, en el centro poblado, la unidad educativa San José de Calasanz, la única del municipio que cubre todos los niveles educativos: inicial, primaria y secundaria. Ésta última con una matrícula de alrededor de 283 es-

41 Mons. Genaro Prata (1923-2005), salesiano italiano que llegó a Bolivia y fue nombrado obispo auxiliar de La Paz en 1961. También fue secretario de la Conferencia Episcopal y entre 1981 y 1987 fue arzobispo de Cochabamba. Entre otras actividades empresariales eclesiásticas, jugó un rol importante en el fortalecimiento del periódico Presencia y de la Universidad Católica. En Cochabamba, con sus gestiones ante el gobierno italiano y en concreto con Giulio Andreoti, contribuyó a la ejecución del nuevo aeropuerto. Al final, tuvo algunos problemas en esos em-prendimientos, renunció y retornó a su tierra natal.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

tudiantes42. La clave para su objetivo fue establecer un internado para jóvenes del campo que, de esta forma, logran acceso a una excelente colegiatura. Con los años, varios de los egresados jugarán importantes roles de liderazgo local e incluso nacional.

En 1992, se inició también la presencia de UNICEF PROANDES que, si bien cu-bría también Anzaldo, se concentraba mucho más en todo el Norte de Potosí, cubriendo tanto el área de la salud como el programa llamado Yuyay Jap’ina (‘apropiándose el conocimiento’), definido como alfabetización intercultural bilingüe para la vida y la producción”, programa que ha continuó hasta 2007. Tenía también como objetivo promover la mayor participación y poder de de-cisión de las mujeres mayores de 15 años. En Anzaldo, este programa trabajó en las 66 comunidades del municipio alcanzando una cobertura de 1300 mu-jeres (Marca 2007: 102)43.

El Yuyay Jap’ina se constituye en una de las pocas experiencias que se orientan hacia el apoyo y reivindicación de la mujer indígena campesina, un sector social que muestra los peores indicadores de rezago social y educativo dentro de la por sí rezagada y marginada sociedad indígena” (López 2000:79).

Este enfoque intercultural y bilingüe de la alfabetización de adultos rurales ha sido muy pertinente y ha producido bellos materiales tanto impresos como au-diovisuales aprovechando los abundantes recursos humanos y materiales de este programa internacional. Sin embargo, con relación al tema del surgimien-to de un nuevo régimen alternativo en el sistema de relaciones interculturales entre los actores sociales dentro del municipio, no ha incidido tanto como los

42 Los servicios educativos en Anzaldo se dividen en dos: educación formal y educación informal. La administración de la educación formal en el Municipio de Anzaldo esta a cargo de la Dirección Distrital de Educación que se encarga de dirigir y supervisar la ejecución de los programas y polí-ticas de educación y cuidar por la conservación de la infraestructura educativa, el equipamiento y mobiliario. Administra actualmente 6 núcleos educativos que agrupan a 46 unidades educa-tivas, 45 fiscales y 1 de convenio, que durante la gestión 2008 han matriculado 2.098 alumnos, 8% de nivel inicial, 77% de nivel primario y 15% de nivel secundario. En el municipio, la tasa de deserción escolar por abandono asciende a aproximadamente 5,1% (Gobierno Municipal de Anzaldo 2009: 39-45). Por otro lado, la educación informal está a cargo de varias instituciones de promoción de desarrollo, que desarrollan actividades de formación y capacitación en diferentes áreas tales como producción, participación ciudadana, seguridad alimentaria, gestión municipal y otras.

43 En un estudio realizado a fines del 2000 (Albó y Romero, 2009) se encontró que el 65% de la po-blación respondió que sabía leer y escribir, siendo mayor el porcentaje de hombres (74,5%) que el de mujeres (47,2%). Comparado con el porcentaje nacional de alfabetismo (86,7%) Anzaldo está por debajo del mismo. El restante 35% de la población respondió que era analfabeta. Esta situación probablemente ha comenzado a cambiar el año 2008, a través del programa guberna-mental “Yo sí puedo” cuando el municipio de Anzaldo fue declarado libre de analfabetismo. Sin embargo este es un dato todavía a ser confirmado por el próximo censo.

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otros mencionados mucho más modestos pero más localizados en el munici-pio y sus organizaciones.

Es significativo que, en este nuevo contexto, algunos funcionarios de institu-ciones estatales de servicio, como profesores y trabajadores de salud, comien-zan a establecer relaciones y recibir apoyos y/o incentivos de instituciones privadas de desarrollo como las mencionadas. Este es el caso de muchos pro-fesores en Anzaldo que, aunque recibían salarios del Estado, recibían también apoyos e incentivos en su labor de parte de CEPRUJEM o de UNICEF.

Como ya se ha señalado en la Tabla 5, el año 1995 marca un hito particular ya que se puso en marcha la Ley de Participación Popular en todo el país. Esta ley, supuso un fortalecimiento nunca antes visto de la instancia municipal en el área rural, como se explicará en los próximos capítulos.

Aquí solamente se adelante que esta nueva situación facilitó una relación más proactiva entre estas instituciones y otras nuevas que siguieron entrando. Po-dían combinar mejor los recursos de ambas fuentes, generando juntos un efec-to multiplicador.

5.3. Interculturalidad entre terceros actores y campesinos

Estos nuevos actores y los campesinos, establecen una compleja red de rela-ciones sociales, políticas, económicas y culturales en torno a la definición e im-plementación de iniciativas de desarrollo local en sentido amplio (desarrollo humano, productivo, etc.), la sujeción de la población rural en el campo para detener la migración, apoyo político, sobre todo luego de la reestructuración del sistema de partidos y el fortalecimiento organizacional de los campesinos con el retorno de la democracia en los años ochenta.

Asimismo, a pesar de los significativos recursos invertidos en el fortalecimiento productivo, el efecto más visible de la interacción de terceros actores y campe-sinos en Anzaldo es el fortalecimiento de los recursos humanos con dos efec-tos paradójicos: fortalecimiento para emigrar y fortalecimiento para quedarse. A éstos se refiere el siguiente apartado.

5.3.1. Fortalecimiento ¿Para emigrar?

La emigración desde las zonas altas de Bolivia es un fenómeno estructural an-tiguo muy anterior a la presencia de estos nuevos actores. Desde mediados de la década de 1960, las nuevas generaciones comenzaron a emigrar a las ciudades donde sus escasas habilidades y educación los limitaban a competir

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por empleos poco calificados. En aquella misma década, se abrió como otra posible meta migratoria las tierras bajas de Santa Cruz y la región tropical del Chapare en Cochabamba donde encontraron tierra disponible para la agricul-tura (Weil 1983). A inicios de la década del 80 la migración se intensificó debido a desastres naturales (sequías) que afectaron la parte Andina de Bolivia. Esta práctica migratoria espontánea, distinta a la migración dirigida por políticas de colonización promovidas por el Estado, ha continuado hasta la actualidad y, en la década del 90, se ha extendido incluso más allá de nuestras fronteras.

Con relación a las partes más densamente pobladas y más intensamente culti-vadas del Valle Alto, siempre ha habido emigración a otras partes como las mi-nas, colonización, otras ciudades e incluso a la Argentina, principalmente debi-do al minifundio o –como otros llaman– “surcofundio”. En Anzaldo, que es algo más periférico, las superficies por familia son algo mayores, pero también hay sobreexplotación y erosión de las mismas por deforestación y sobre-pastoreo, y la ausencia de políticas estatales de promoción de la pequeña producción agrícola. Para muchos, se hace entonces insostenible la reproducción de las condiciones de vida campesinas y las perspectivas de desarrollo de las comu-nidades campesinas son limitadas, excepto en zonas con acceso a fuentes de agua y mercados. Como se observa en los datos demográficos del capítulo 2, el resultado en Anzaldo es una tasa de crecimiento negativo, a diferencia de los otros municipios cercanos del Valle Alto que, pese a su alta densidad, siguen creciendo44.

¿Cómo incide en ello, el advenimiento de estos terceros actores que han pro-movido desarrollo productivo y humano en las comunidades rurales de An-zaldo? Sin embargo, ha tenido un efecto limitado en detener la migración. No tenemos datos cuantificados para poder saber si con su presencia y proyectos han logrado disminuir la larga tendencia emigratoria, aunque tenemos algu-nas percepciones como las siguientes:

La migración era mayor hace diez años, pero ahora ha disminuido un poco y es en parte efecto del trabajo de las instituciones (Fortunato Herbas).

Hay bastante tierra, pero no acompaña la producción, hay suficiente para comer pero la economía [ingresos monetarios] no es suficiente. A veces equilibramos, con lo que aquí producimos para la comida, pero con la migración para la eco-nomía (Taller de Acullico).

En este sentido, los proyectos productivos de algunas instituciones pueden haber frenado un poco el éxodo. Pero es probable que, al mismo tiempo, las

44 Inesperadamente, también han perdido población los importantes municipios de Punata, Arani y Villa Rivero en la parte occidental del Valle Alto.

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mayores posibilidades de formación ofrecidas por algunas de esas nuevas instancias hayan contribuido, a veces de manera indirecta, a generar en los pobladores otra mentalidad, aspiraciones y expectativas de futuro, que no po-drían ser satisfechas bajo las condiciones de la economía agrícola de la cual for-man parte. Aun cuando se capacite a los participantes en técnicas orientadas al campo, al sentirse más capacitados un sector busca su futuro en la ciudad. Ocurre mucho más cuando la capacitación orienta directamente hacia formas de vida urbana, sea por sus mismos contenidos formales o, de una manera aún más eficaz, por el llamado “currículum oculto”45. Este ha sido siempre un típico desafío dentro del desarrollo y la educación rural:

Los que se capacitan como técnicos agarran bien, otros no. Pero yo creo que un 50% [de los así formados] migra. Antes el campesinado no salía ni bachiller, aho-ra por lo menos salen técnicos. Pero cuando son profesionales ya no vuelven a su región y se van a otros países, dejan la producción. Hace diez años había gen-te en las casas, pero ahora ya no hay ni uno (Taller con dirigentes de Anzaldo).

Por tanto, a pesar de estos esfuerzos la población de Anzaldo continúa mi-grando dentro y fuera del país como una estrategia de ampliar sus ingresos monetarios y oportunidades. Mientras los mayores optan por la migración interna, quizás en una re-actualización de lógicas económicas ancestrales de acceder a diversos pisos ecológicos o haciendo uso de redes de parentesco. En las últimas décadas los más jóvenes también optan por saltos migratorios más distantes hacia el exterior del país, tanto para complementar sus ingresos monetarios como para satisfacer expectativas y niveles de vida en los cuales fueron socializados como resultado de sus procesos de formación escolar o capacitación.

La migración de varones adultos y jóvenes implica disminución de fuerza de trabajo y una mayor sobrecarga para las y los que quedan en las comu-nidades, principalmente mujeres-madres que asumen estas tareas. Incluso en casos de migración temporal, luego de la responsabilidad compartida de la siembra y cosecha, gran parte de las actividades agrícolas recaen sobre las mujeres. Asimismo, la asistencia de los niños y jóvenes al internado de los Padres Escolapios limita la participación de los hijos e hijas en el proceso agro-productivo.

Todo ello hace recuerdo a la diferencia fundamental que existe entre la in-versión en infraestructura de servicios y la inversión en capital humano. Los

45 Es decir los valores, actitudes y conductas que no aparecen escritos como objetivos y competen-cias a conseguir en los planes de estudios, pero que se viven y proponen en la vida y relaciones cotidianas de los participantes y acompañantes.

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resultados de la primera son obras que, una vez realizadas, siguen allí inmó-viles como parte del paisaje de un espacio y territorio. En los productos de la inversión en capital humano son eso, seres humanos con todo su potencial de moverse y seguir cambiando de lugares y actitudes. La consecuencia de este hecho son comunidades vacías: “En nuestras comunidades sólo han quedado los viejos”.

Esta migración puede ser temporal, orientada a la diversificación de su produc-ción e ingresos, sobre todo la orientada hacia el Chapare, pero en otros casos se constituye en una migración definitiva, tanto a centros poblados cercanos como hacia las ciudades.

El campo está cambiando más aceleradamente que antes. Por ejemplo, en una comunidad el [19]96 había 45 afiliados, hoy día son 32. Los que están en el campo son los mayores y los niños. Gente joven, muy poca. En los eventos se ve esto. ¿Por qué la gente se está yendo? Son migraciones temporales, pero también hay definitivas. Cliza está creciendo porque están saliendo de los mu-nicipios más pequeños. Hoy es frecuente escuchar “vivir en el campo ya no vale la pena”. Mínimo están en Cliza, otros en España, Estados Unidos. Hay un instituto de técnicos superiores de producción agrícola pecuaria que Jesús María ha armado. Tiene una hermosa infraestructura. No han tenido respuesta de la gente joven, prefieren irse a buscar mejores posibilidades afuera46 (Alfre-do Montecinos).

Sin embargo, es probable que varias familias campesinas hayan optado por una doble residencia, cabalgando entre los centros poblados o la ciudad y sus comunidades rurales de origen.

¿Qué impacto tiene la migración en las relaciones interculturales? Ésta presen-ta a los migrantes opciones alternativas de vida, recursos adicionales o com-plementarios y nuevos horizontes y proyectos de vida. Su impacto es paradóji-co, pues depende con qué proyecto se alinea el migrante y el tipo de migración que practica. Si es temporal, el migrante retorna a su comunidad con ingresos extras y con nuevas visiones, y experiencias que pueden ser volcadas tanto en sus prácticas productivas, culturales y organizaciones. Por otro lado, si es de-finitiva y el migrante se establece en un centro poblado o la ciudad, establece otro tipo de relaciones con el campo en su calidad de residente. Finalmente, si este migra al exterior, envía recursos adicionales y extraordinarios que pueden ser invertidos en actividades productivas en el campo o en una ampliación del consumo.

46 Nótese que en este último caso quienes emigran no lo hacen como resultado de la mayor ca-pacitación que les pueda dar tal Instituto sino a pesar de tener más a mano esta otra opción educativa.

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Los recursos adicionales de la migración retornan en algunos casos a la produc-ción. Ejemplo, en Torancali [hay un matrimonio cuyos] hijos han migrado a Es-paña y recibe mensual un pequeño dinerito y lo está invirtiendo en la mejora de la producción. Otros están destinando más para la construcción de la vivienda en Cochabamba pensando en el futuro de los hijos concluida la secundaria. Hay algunas familias que dejan totalmente las comunidades (Cristina Lipa).

El ejemplo de Torancali no es el único en el Valle Alto. De la Torre (2007) ha es-tudiado el efecto de migraciones al exterior del país en los municipios cercanos de Arbieto (prov. Esteban Arze) y Toco (prov. Jordán) y muestra cierta tendencia a invertir recursos de remesas de los migrantes en la reactivación productiva. En el primero, a unos 20 kilómetros de Anzaldo, las remesas han contribuido a revitalizar la producción frutícola de la zona a través de la inversión de capital en la perforación de pozos de agua. Por tanto, es una alternativa posible.

En la migración campo-ciudad, el rol de los antiguos residentes y la mejora en la infraestructura caminera parecen haber sido cruciales. Los primeros como puntos de contacto iniciales con la ciudad y los segundos facilitando los viajes e intercambios campo-ciudad. En el primer caso, es posible que los vínculos de parentesco simbólico hayan jugado también un papel, ya que varios residen-tes antiguos muy posiblemente son padrinos de campesinos migrantes.

El caso de Anzaldo, como muchos otros, muestra que uno de los resultados no deseados de las iniciativas de desarrollo rural puede ser también contribuir al proceso de descampesinación de la población, sin duda un proceso en marcha desde tiempo atrás. Sin embargo, es importante preguntarse si este proceso hubiera ocurrido de todas maneras sin la presencia de estas instituciones y, también, si estas iniciativas de desarrollo han contribuido para que el proceso de descampesinación de la población sea más lento.

De manera más general, es pertinente preguntarse sobre el futuro de las co-munidades rurales en Anzaldo. Considerando experiencias similares, algunas en zonas aledañas a Anzaldo, avizoramos tres escenarios. Primero, la continui-dad de este proceso de despoblamiento de las comunidades rurales; segundo, el retorno de los migrantes y la inyección de capital para el aprovechamiento de la tierra como ya viene ocurriendo en Arbieto; y tercero, un cambio en la composición de la población de la zona, mediante la que paulatinamente los pequeños propietarios campesinos vayan deshaciéndose de sus parcelas dan-do paso a un nuevo tipo de productor rural con capital cuya actividad no esté exclusivamente centrada en la agricultura, sino que combine la misma con una variedad de otras actividades (ganadería, artesanía, comercio, servicios rurales, servicios ambientales, entre otros).

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5.3.2. Fortalecimiento para empoderarse

Por un breve período de tiempo, inmediatamente después de la Reforma Agra-ria, la organización sindical gozó de cierta autonomía y poder con el objetivo de la toma de tierras. Sin embargo, desde finales de la década de los 50 hasta finales de los 70, la organización sindical fue capturada por la red clientelar de los comandos del MNR y luego por la red de padrinazgo-compadrazgo del pacto militar-campesino. Desde entonces, la organización y liderazgo sindical han estado inmersos en un proceso contradictorio de dependencia-autono-mía. Desde inicios de los 80, la organización sindical inicia un nuevo proceso de autonomía y renovación, proceso en el que su relación con los terceros actores cumplió un rol crucial. La renovación de la organización sindical, básicamente ha implicado su democratización con la incursión de las mujeres en la vida sindical y la renovación generacional.

En Anzaldo, el proceso hacia la autonomía y la renovación ha sido un largo camino. Desde la década de los 70, varios partidos políticos incursionaron en el área rural con el objetivo específico, aunque encubierto con proyectos de desarrollo debido al contexto de la dictadura, de organizar a los campesinos para la toma del poder bajo la égida de los partidos de izquierda. Por ejemplo, la organización de la Asociación de Productores de Trigo (APT) perseguía un objetivo político.

Órdenes religiosas como el Centro Jesús María, los Padres Escolapios y al-gunas ONG también contribuyeron de manera indirecta a este propósito, a través de procesos educativos formales (escuelas, colegios, internados) e informales (capacitación de liderazgos). La formación de catequistas, en el caso de Jesús María, fue una primera instancia de formación de nuevos líde-res, que contribuyó a generar un sentido de auto-respeto campesino. Shirley Rasguido, de CIPCA comenta: “Como resultado de estos proyectos han que-dado también liderazgos. Por ejemplo, ¿Qué líder no ha sido catequista? Hay varios que han sido formados por los Padres Escolapios y también por Jesús María”.

Hasta la década de los 80, los miembros de los sindicatos eran los jefes de hogar, generalmente hombres. Lo que excluía o limitaba la participación de mujeres y jóvenes. Antes, la participación de la mujer en la vida sindical era limitada, como un soporte en los trabajos comunitarios o movilización sindical, o sólo indirecta a través de su esposo, con quien, en el seno de la familia, inter-cambiaban opiniones sobre los asuntos de la comunidad. Un líder campesino del municipio comenta al respecto:

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Más que todo, la participación era de las personas mayores, pero indirectamen-te las mujeres ayudaban, por lo menos llevando la comida (sama) a sus esposos cuando ellos estaban en la movilización, desde luego tenían una gran partici-pación y, además, hablaban en sus casas de los problemas sindicales. Digo esto porque mi padre le contaba todo a mi madre acerca de la organización. De toda la situación (...) mi madre a mi padre le recomendaba “hagan de esta forma”. Había participación de las mujeres en la organización aunque no sea directa. (Alberto García).

La organización de clubes de madres, pese a concentrarse bastante en asuntos más domésticos y depender mucho de la distribución de alimentos donados, fue la base para generar, a la larga, organizaciones sindicales de mujeres.

Había organización de las mujeres, porque había instituciones que ayudaban en la organización de las mujeres. Las instituciones organizaban lo que son los tejidos, talleres, etc. La institución de SONU manejaba la organización de las mujeres con tejidos, (Silvano Caballero).

A finales de la década de los 80, en algunas comunidades, existe organización sindical de mujeres, pero al parecer éstas están más debilitadas que las organi-zaciones sindicales comunales.

P. ¿Las mujeres antes tenían más poder que los hombres por la presencia y tra-bajo de las monjas?

R. No, Si bien existe una fuerte presencia de monjas y éstas han ayudado o han trabajado con las mujeres, ellas (las monjas) están fuera de las organizaciones. Su presencia es externa y, por lo tanto, no influye en lo que es la equidad de género (Ruben-Comunario Anzaldo. Taller de Torotoro 31/08/08)

Las mujeres también un tiempito se han organizado mucho, más que todo reu-niéndose en el club de madres. En ese tiempo era aprovechar esta organización para fortalecer la organización de mujeres (Efraín Ucieda). “Ahora la gente se organiza por interés nomás, ya cuando hay algún interés y no existe la participa-ción de las mujeres” (Efraín Ucieda).

Factores culturales y estructurales, como los celos de los esposos y la carga de la actividad doméstica en el hogar, también limitan su participación. Las mujeres solteras parecen participar más en los sindicatos comunales o las or-ganizaciones sindicales femeninas y, en varios casos, el matrimonio parece ser una limitación en el desarrollo de liderazgos femeninos y son frecuentes las historias de mujeres líderes que “se han perdido” luego de casarse. La situación es similar en niveles supra-comunales. A nivel regional, la organización de mu-jeres se paró. (Taller de Anzaldo).

Todavía son débiles estas organizaciones. Por ejemplo, las señoras a nivel na-cional todavía no están interiorizadas, tienen miedo todavía, les falta capacidad

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

para enfrentar a las situaciones. Es verdad que ahora se esta trabajando mucho con las mujeres. Por ejemplo, en mi distrito ya hay participación de las señoras. Por ejemplo, ya saben discutir dentro la organización y otras todavía no, creo que falta más capacitaciones. El gobierno municipal debe apoyar en todo estos aspectos (Eugenio Vallejos).

En algunos lugares, se ha desarrollado la organización de mujeres y en otros no. A nivel nacional, una de las primeras organizaciones matrices de mujeres se gestó en La Paz, desde donde se irradió hacia otros departamentos. En An-zaldo, en las comunidades de Morochata y Thago K’asa existe organización de mujeres.

Un proceso comparable ha ocurrido con la participación de los jóvenes en la organización sindical. En sus orígenes, los miembros natos de la organización sindical, que era también la organización matriz de la comunidad, eran los jefes de familia asociados además a su acceso autónomo a determinadas parcelas de tierra, tuvieran o no todavía un título legal. Por tanto, los jóvenes solteros que aún no cumplieran estas condiciones, a igual que las mujeres, quedaban fue-ra. Pero poco a poco, hubo una mayor participación al menos como oyentes o como apoyo.

Los jóvenes también participaban, aunque no claramente pero participaban. Más que todo arriba de 18 años y los que estaban afiliados al sindicato fueron quienes más participaban, y ayudaban indirectamente (Alberto García).

Posteriormente, la educación de los Padres Escolapios jugó un rol central en la formación de nuevos liderazgos con arraigo y compromiso campesino:

Estoy viendo que existe participación de jóvenes y por el avance de los estu-dios gracias a los padres escolapios quienes están colaborando mucho en la educación. También ya hay jóvenes dirigentes y estos nuevos dirigentes ya no son como los anteriores dirigentes. Seguro que ya no se harán comprar con la plata y creo que tienen también mucha voluntad para ayudar a los campesinos (Ernesto Ramírez).

La participación de los jóvenes dentro la organización es relativa puesto que, si bien se percibe un gran interés de los jóvenes en la organización matriz, otros no participan con el sector campesino y comulgan con otra ideología que lla-man “de derecha”. Por otro lado, la falta de trabajo hace que los jóvenes migren y prioricen “ir en busca de ganarse la vida”.

Eso falta todavía, pero veo que ya existe participación de los jóvenes. Hay inte-rés de los jóvenes para llevar adelante la organización. Pero de algunos nada, más bien se meten con los derechistas, y los derechistas a los jóvenes les hacen tomar chicha o cerveza y los jóvenes comienzan a hacer sus fechorías. También, existe mucha migración de los compañeros (Eugenio Vallejos).

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Nuevos actores y fortalecimiento intra-cultural del campesino

Este proceso de autonomía y renovación de la organización sindical es resumi-do del siguiente modo por uno de sus protagonistas.

La toma de la organización matriz se ha logrado, pero con mucho trabajo a través de la organización de los talleres, discutiendo y debatiendo con todos los compañeros para que se acabe la permanencia de algunos caudillos en la central campesina. Si no ellos tenían que ceder la organización a los jóvenes. Eso han aceptado, y nosotros hemos asumido la central campesina. Desde ese momento, con más fuerza hemos comenzado con las organizaciones y con las capacitaciones. Es verdad que se ha acabado con el caudillismo porque éramos gente nueva y joven (Alberto García).

En la actualidad, hay mayor apertura a la participación de mujeres y jóvenes, sobre todo en funciones como la de secretaria de actas. Debido a su nivel de educación, los jóvenes, tanto hombres como mujeres, tendrían mayor compe-tencia.

Sin embargo, debido a la migración temporal o definitiva de las nuevas gene-raciones, las organizaciones sindicales comunales en Anzaldo confrontan difi-cultades como la reducción en el número de sus afiliados, tal como ya se vió en el anterior apartado. Por lo mismo, también son menos las personas dispuestas a asumir los diferentes cargos. Un antiguo dirigente comenta:

Los jóvenes están desapareciendo poco a poco, porque ya no hay como antes participación. Más que todo existe mucha migración. Por ejemplo, en mi distrito ya no hay jóvenes ni para señalar para autoridad (Silvano Caballero).

Por esas diversas vías la autonomía y renovación sindical en Anzaldo permitió la emergencia de nuevos liderazgos, tanto de mujeres como de jóvenes. A su vez, esto ha tenido un impacto importante en el orden intercultural clientelar en el ámbito organizativo, al contribuir también a una mayor democratización de la organización frente a las anteriores tendencias más autoritarias.

5.4. Conclusiones

En Anzaldo, los nuevos actores mencionados a lo largo de este capítulo y sus instituciones han modificado significativamente las anteriores formas y estilos de mediación para movilizar recursos humanos y materiales no existentes pre-viamente o relativamente escasos para el desarrollo rural. Esta movilización de recursos, contribuye al fortalecimiento interno de los vecinos del pueblo y del sector campesino tanto en términos culturales como organizacionales.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Por el lado campesino, contribuyen culturalmente a generar un mayor sentido de autoestima y de respeto entre campesinos, y a cambiar la mentalidad de pongeaje, persistente desde el orden intercultural patronal anterior a 1953, de-bido al clientelismo de estilo político-sindical creando por fin un mayor sentido de igualdad con el otro.

Las nuevas ofertas de educación formal o informal de estos nuevos actores, abren nuevos horizontes a las generaciones jóvenes para promover el desarro-llo de sus comunidades, generando al mismo tiempo, como un contrapunto paradójico, deseos en los jóvenes de migrar fuera de la comunidad para acce-der a las promesas de la modernidad.

En lo político-organizacional, hacen un buen aporte en el proceso de indepen-dencia política campesina respecto de las estructuras de mediación del MNR, de las dictaduras y de los partidos políticos. Es evidente que estos cambios, no son resultado exclusivo del trabajo de las organizaciones de promoción del de-sarrollo, sino de un conjunto de factores más amplios. Pero, ciertamente estas organizaciones por su vínculo directo con las comunidades campesinas y el centro poblado han contribuido a esto.

En términos estructurales, éstos nuevos actores llenan el vacío dejado por las estructuras de mediación previas (sindicato-partido, sindicato-militares) entre campesinado y Estado en el ámbito del desarrollo rural. Finalmente, a diferen-cia de estructuras de mediación anteriores, que intermediaban para mantener la situación de subordinación del campesinado, los terceros actores interme-dian para cambiar o mejorar la situación del campesinado con resultados pa-radójicos: fortaleciéndolos para migrar o para ser instrumentos de mejora en sus comunidades.

Se observó en la Tabla 5 que la llegada de otras ONG ha seguido, con caracte-rísticas semejantes, después de la promulgación y puesta en marcha de la Ley de Participación Popular de 1994, a la que se dedicará mayor atención en el próximo capítulo.

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En Anzaldo, los procesos anteriores, alimentados por la implementación de la Ley de Participación Popular [LPP] de 1994 y posteriormente por la ascensión al poder nacional de Evo Morales en diciembre de 2005, están apuntando a un orden intercultural alternativo al orden clientelar. De momento (2009), se ca-racteriza por fuertes tensiones entre campo y pueblo, entre vecinos/residentes y campesinos.

En este capítulo, tras una breve contextualización del nuevo panorama, se des-cribe el conflicto campo-pueblo en el ámbito de la toma de decisiones polí-ticas que expresa tensiones de visiones de desarrollo local: una modernidad pro-urbana y una modernidad campesina todavía incipiente.

6.1. Nueva relación entre actores locales rurales y Estado

El Estado nacionalista que emergió de la revolución de 1952, que estaba ca-racterizado por su intervención en la economía, una visión centralista de de-sarrollo y relaciones clientelares con los actores rurales locales, entró en crisis a fines de los años 70 y, sobre todo, al inicio de la década de los 80, época en la que, entre elecciones y golpes de Estado, sucedieron una serie de gobiernos inestables; y cuando en 1982 finalmente se estabilizó la democracia, llegó una de las mayores inflaciones y pérdida de valor adquisitivo.

En respuesta a la crisis, las élites neoliberales, que se consolidaron en el poder desde 1985, implementaron políticas de ajuste estructural –cuyo hito histórico y simbólico es el célebre Decreto 21060– caracterizadas por la privatización de la previa economía de Estado, una amplia apertura a capitales y empresas privadas extranjeras, la reducción de servicios públicos y el fortalecimiento de estructuras de democracia formal a nivel nacional y local. También, a nivel re-gional, se transfirieron algunas funciones del Estado a través de procesos de descentralización administrativa (Kohl y Farthing 2005: 42). Era el fin del Esta-do de 1952 y el principio de otros 15 años de enfoque neoliberal globalizador. Paradójicamente, quien presidió todo este giro de 180 grados fue el mismo Víc-

6. PUEBLO Y CAMPO EN POS DEL PODER LOCAL

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Pueblo y campo en pos del poder local

tor Paz Estenssoro y su partido (MNR), que en 1952 habían puesto en marcha el modelo de economía estatal y la Reforma Agraria.

En un segundo momento, desde 1990 y, en gran parte, como respuesta a las demandas y luchas de organizaciones indígenas y campesinas, los gobiernos a cargo del estado neoliberal promulgaron varias reformas con el propósito de contener el cuestionamiento de las políticas neoliberales por parte de indíge-nas y campesinos. En 1991, después de una larga marcha de los pueblos indí-genas orientales, se ratificó el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas. No obstante, fue en el período 1993-1997, bajo la presidencia de Gonzalo Sán-chez de Lozada y su vicepresidente aymara Víctor Hugo Cárdenas, cuando se promulgó todo un paquete de reformas. En 1994, se modificaron los artículos 1 y 171 de la Constitución Política del Estado que, por primera vez, reconocen el carácter multiétnico y pluricultural de la sociedad boliviana y se aprueban nuevas leyes entre las que destacan: la Ley de Participación Popular, que des-centraliza recursos del Estado a nivel municipal, la Ley de Reforma Educativa que promueve la educación intercultural bilingüe; y, en 1996, la Ley del Institu-to Nacional de Reforma Agraria [INRA] y la Ley Forestal, que intentan paliar las limitaciones de la Ley de Reforma Agraria de 1953.

Este modelo neoliberal reformado, entrará en crisis el año 2000 con la llamada “Guerra del Agua” de Cochabamba, que movilizó tanto al campo como a la ciudad contra una multinacional que iba aumentando los costos del agua sin visibles mejoras en el servicio. De ahí siguieron varios años de crisis e inestabi-lidad que, en un hecho sin precedentes, finalmente llevó a la elección masiva47 del aymara y cocalero Evo Morales, quien profundiza la reconfiguración de re-laciones entre Estado y actores locales rurales.

En lo que resta de esta sección se hablará sobre esta cambiante relación entre Estado y actores rurales, centrándose sobre todo en los efectos de la Ley de Participación Popular (1994) y del gobierno de Evo Morales (2006 al presente).

6.1.1. La LPP descentraliza poder y recursos

La LPP de 1994, apuntó a dos objetivos: descentralización de los recursos y la participación social en la toma de decisiones. En el primer ámbito, hasta antes de la promulgación e implementación de la LPP, tres urbes, La Paz, Santa Cruz y Cochabamba centralizaban entre el 85 a 90% de los ingresos municipales provenientes, entre otros, de los impuestos al Valor Agregado (RC-IVA), de las utilidades de las empresas, impuestos al consumo específico y a las transaccio-

47 54% frente al candidato neoliberal que apenas logró un 28%.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

nes, creados en 1986, y del impuesto de salida al extranjero, creado en 1989. El restante 10 al 15% de los ingresos era administrado por las Corporaciones Regionales de Desarrollo (CORDECO en Cochabamba, CORDEPAZ en La Paz, etc.) para atender diversas demandas en otras ciudades y en las zonas rurales.

La LPP modificó substancialmente la distribución de recursos de coparticipa-ción tributaria y dio vitalidad, y viabilidad a más de 300 municipios (327 en el 2005 y 337 en el 2010), que ya eran “secciones municipales” anterior a la ley, aunque por falta de recursos la mayoría apenas cumplía con sus funciones. Los recursos, antes administrados por las Corporaciones Regionales de Desarrollo (CORDES), pasan a ser administrados por los municipios con el propósito de:

Mejorar la calidad de vida de la mujer y el hombre boliviano, con una más justa distribución y mejor administración de los recursos públicos. Fortalecer los ins-trumentos políticos y económicos necesarios para perfeccionar la democracia representativa, facilitando la participación ciudadana y garantizando la igual-dad de oportunidades en los niveles de representación a mujeres y hombres. (Secretaria Nacional de Participación Popular 1994, Art. 1).

En los años siguientes, los municipios reciben estos recursos en base a tres criterios: población, pobreza e índice de desarrollo humano. La magnitud de la transferencia de recursos del nivel central a nivel municipal, se puede apreciar mejor a lo largo del tiempo. En la gestión de 1994, los municipios recibieron un total de 177 millones de dólares, incluyendo transferencias del Tesoro General de la Nación [TGN], ingresos propios y otros ingresos. Catorce años después (2007) estos ingresos se incrementaron a 970 millones. En gran medida este incremento, realizado en la presidencia de Evo Morales (2006-2010), se debió al Impuesto Directo a los Hidrocarburos [IDH] desde 2005 (SIAM, 2008). Des-contando los gastos de funcionamiento de los municipios, en 1994, se invirtió 18,8 dólares por persona y, en el 2007, esta inversión se elevó a 77,3 dólares para diferentes proyectos de desarrollo (Ibíd.).

La LPP promueve la participación social de comunidades campesinas e indíge-nas, pueblos indígenas y juntas vecinales a través de la figura de Organizacio-nes Territoriales de Base (OTB), a las que se les reconoce personalidad jurídica. También, incorpora procedimientos y metodologías de planificación partici-pativa para la preparación y formulación de planes quinquenales de desarro-llo municipal (PDM), programación de operaciones anuales (Plan Operativo Anual, POA), seguimiento y evaluación. Para este último, se crea la figura del Comité de Vigilancia, instancia representativa de la sociedad civil.

Durante la más de una década y media que duró la implementación, la LPP ha tenido un importante impacto en la consolidación de los actuales gobiernos

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Pueblo y campo en pos del poder local

municipales, la inclusión social en la toma de decisiones locales y ha sentado las bases para la descentralización del Estado48. En un contexto paradójico de políticas orientadas a la privatización, el Estado reasume su responsabilidad de promover desarrollo a través de la descentralización de recursos y decisiones. Sin embargo, la descentralización de recursos y decisiones generó nuevas y complejas formas de dependencia e intermediación de los actores sociales lo-cales respecto al Estado, instituciones de desarrollo y partidos políticos, como se observa luego en este capítulo.

6.1.2. La nueva organización municipal

Anzaldo, ya era una sección municipal desde 1906, con diversas modificacio-nes en su jurisdicción, hasta la última década de los 90 cuando de ella se des-prendió Sacabamba. Sin embargo, sus recursos eran sólo simbólicos, sin que su rango de “sección municipal” implicara que ésta fuera realmente una unidad espacial y territorial de desarrollo local. A lo más, servía para organizar el desa-rrollo del pueblo central del mismo nombre de donde procedían las autorida-des municipales, que además se renovaban cada dos años y las que estuvieron nombradas desde arriba durante mucho tiempo y, sólo desde el retorno de la democracia en 1982, mediante unas elecciones. Pero, aún entonces, la elección de las autoridades municipales iba ligada a la de las autoridades nacionales y departamentales. Recién desde 1987, las autoridades municipales fueron ele-gidas en eventos separados de la elecciones nacionales y, en esos eventos al ser muy poco el poder real y los recursos que entraban en juego, la participa-ción popular era muy inferior a la de las elecciones generales, sobre todo en las áreas rurales49.

Por lo mismo, incluso en esa época democrática previa a la LPP, las elecciones municipales eran asuntos entre vecinos del pueblo central con incidencia prác-ticamente sólo para el pueblo central50.

48 Existe una abundante literatura que aborda este tema. Para una visión general de sus primeros años puede consultarse Blanes (1999). Para una evaluación más actual de las tensiones entre la propuesta de modernización de la Ley y las prácticas locales puede consultarse Ayo (2004) y Liendo (2009).

49 Valda (1994), citado en Ticona, Rojas y Albó (1995: 174-184), contabiliza estas tendencias en las áreas rurales de Cochabamba. Por ejemplo, en 1993, las elecciones inmediatamente anteriores a la LPP, en el conjunto de las sedes-capital de las seccionales municipales el ausentismo fue del 34,0% para las elecciones generales de aquel año, pero subió al 58,5% en las elecciones muni-cipales de unos meses después; en cambio en los cantones el ausentismo fue semejante en las generales (34,5%) pero subió al 63,4% en las municipales (en Ticona, Rojas, Albó 1995: 181).

50 Nuestros entrevistados mencionan a los alcaldes Julio Delgadillo, Gerardo Antezana, Mario Chi-mila y más recientemente, a Félix Fuentes y Rubén Uriona, que facilitaron la creación del hospital Pietro Gamba.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Recién con la LPP, el acceso al gobierno municipal se hizo apetecible por sus mayores recursos. Aquel primer año (1994), Anzaldo recibió 456,989 bolivianos y, en los años siguientes, estos recursos se incrementaron aproximadamente diez veces hasta llegar a los 4,487.091 de bolivianos del presupuesto 2007 (FAM-Bolivia, Ficha Municipal de Anzaldo).

Con este fortalecimiento del nivel local municipal, la estructura administrativa en Anzaldo, según el Plan de Desarrollo Municipal [PDM] de 2009, ha quedado compuesta por las siguientes instancias, que sólo varían en cuestiones de de-talle de los demás municipios rurales:

Concejo Municipal: Es la máxima autoridad del gobierno municipal y cumple funciones normativas y fiscalizadoras de las acciones del poder ejecutivo muni-cipal y de representación y relación con la sociedad civil, a través de audiencias públicas y el trabajo de comisiones. Está compuesto por cinco miembros elegi-dos a través de elecciones.

Alcalde Municipal: Es la máxima autoridad ejecutiva. Administra los recursos del municipio de acuerdo a LPP, coordina y operativiza las decisiones del PDM concretadas en los Planes Operativos Anuales [POA] y, también, cumple la fun-ción de representación del gobierno municipal.

Asesoría legal: Apoya el trabajo del órgano ejecutivo en el cumplimiento de procedimientos establecidos por leyes y normas vigentes, apoyando reformas y la transparencia del gobierno municipal y del ejecutivo en pleno.

Dirección Administrativa financiera: Lleva adelante las funciones propias de administración pública y el manejo económico financiero del municipio. Tam-bién, tiene a su cargo la Jefatura de Turismo y Desarrollo y a los responsables municipales de Educación y Salud, con sus respectivos dependientes.

Dirección Técnica: Tiene a su cargo la ejecución y gestión de los proyectos de infraestructura del municipio, entre los que se destacan las obras civiles de sa-neamiento básico, infraestructura caminera, productiva, educativa, de salud, etc.

Vinculadas con esta estructura existen otras instancias que no son propiamen-te del gobierno municipal, pero que desarrollan funciones complementarias orientadas al mismo. La LPP previó las dos primeras:

Organizaciones territoriales de Base [OTB]: Es el nuevo nombre genérico que la LPP dio a las organizaciones populares que tienen una base territorial, sea cual fuere su nombre local. En el caso de Anzaldo, son los sindicatos y sus niveles intermedios de subcentrales y central campesina en el área rural; y las juntas vecinales en el área urbana. La LPP, les da personalidad jurídica de una manera casi automática.

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Pueblo y campo en pos del poder local

Comité de Vigilancia: Representa a la sociedad civil en el control social de la gestión municipal y cuida por el cumplimiento de las prioridades y objetivos del PDM y de los POA. Es un grupo relativamente reducido elegido cada dos años por las OTB de acuerdo a la estructura de éstas.

Consejo de Desarrollo Municipal de Anzaldo (CODEMA): Reúne a todas las instituciones públicas y privadas y promueve los intereses de desarrollo del mu-nicipio de Anzaldo. A diferencia de las dos anteriores, ésta no estaba prevista por la LPP, pero fue creada al interior del municipio en el año 2007 como se explica en el texto.

Además, están todas las otras organizaciones de los diversos actores sociales locales. Por ejemplo, los sindicatos funcionales que no tienen una base te-rritorial propiamente dicha, sino que responden a diversos sectores sociales, como los maestros o los comerciantes. O, en otro ámbito, el Comité Cívico, con representantes de estos diversos sectores.

Para implementar iniciativas de desarrollo, el municipio formula su PDM cada cinco años y, para implementarlo, un Plan Operativo Anual [POA]. La formu-lación de estos planes, reúne a estas distintas instancias y organizaciones. Se consulta con la población y finalmente, son consensuados con el concejo mu-nicipal y el Comité de Vigilancia. El POA detalla las actividades y proyectos a ser ejecutados anualmente y, por ley, debe ser presentado al Ministerio de Ha-cienda hasta el 31 de diciembre de cada año. En Anzaldo, el POA actualmente se elabora en tres etapas: presentación de demandas de proyectos, selección y asignación de presupuesto.

El período de elaboración del POA, es un espacio de disputas entre vecinos/re-sidentes y campesinos porque ambos sectores tienen intereses y necesidades distintas que pretenden introducir en el POA. A pesar de que en los municipios hay una alta participación en la definición del POA y prepuesto, en la práctica, éstos quedan en ocasiones sujetos a la discreción de las autoridades y negocia-ciones, y acuerdos con determinados actores.

Para fines de planificación y ejecución, el territorio municipal de Anzaldo está dividido en seis distritos municipales (ver Tabla 1). Cada uno con su propia subalcaldía. Uno lo conforma el Centro Poblado nucleado (pueblo de Anzal-do) y los otros cinco son rurales, cada uno con una, dos o incluso tres subcen-trales agrarias. El nivel estatal de cantón tenía poca funcionalidad y, finalmen-te en la CPE de 2009, ha desaparecido.

Desde la aprobación de la LPP, la dinámica de gobierno municipal ha atravesa-do por dos etapas. Un primer período de inestabilidad y aprendizaje caracteri-zado por el control del gobierno municipal de parte de los vecinos del pueblo,

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

residentes y partidos políticos (1994-2007); y un período de transición hacia una relativa estabilidad con tendencias hacia el control del gobierno municipal de parte de los campesinos (2008 hasta la actualidad).

Para concluir, cabe resaltar que, en algunas de estas nuevas instancias del go-bierno local y sus instituciones complementarias de servicios, se han “recicla-do” algunos de los antiguos vecinos e incluso algunos descendientes de los antiguos patrones –que tras una o varias generaciones reaparecen en el esce-nario local– que son incluso contratados por el Estado o por municipios rurales que ahora tienen muchos más recursos, pero aún poca experiencia. Por ejem-plo, para apoyarles en sus planes municipales de desarrollo.

Descrito este nuevo contexto en la relación campesinos-estado en lo que resta de este capítulo, se centra la atención en las tensiones y conflictos entre los actores locales de Anzaldo: campesinos y vecinos.

6.2. Los actores sociales locales

Tres actores sociales, cada uno con sus propias características culturales y sus propios niveles organizativos, son los protagonistas centrales que, en el nuevo escenario local de Anzaldo, pugnarán por acceder a la toma de decisiones y, en última instancia, al control del poder local, reconfigurado a partir de la aproba-ción de la LPP, en el control del municipio:

1) Los campesinos vinculados principalmente con la comunidades rurales,

2) los vecinos habitantes del pueblo, y

3) los residentes que habitan ya en las ciudades, particularmente Cliza y Cochabamba y que, a su vez, –se asocian con el campo o el pueblo.

Éstos no constituyen compartimentos estancos, sino que configuran una com-pleja trama en la que se sobreponen las anteriores categorías. A ellos cabe aña-dir otras instancias complementarias, entre las que resaltamos:

4) los “nuevos actores”, instituciones y ONG mencionados en el capítulo 5, que incluyen varios otros que se añadieron después de 1995.

5) los diversos partidos políticos con los que se vincula un sector significa-tivo de los anteriores.

Como punto de partida, a continuación se detalla un poco más las característi-cas de algunos de estos actores a partir de 1995.

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Pueblo y campo en pos del poder local

6.2.1. Los campesinos

Como se pudo ver en los capítulos anteriores, incluso antes de la Reforma Agraria de 1953, la categoría campesino ha atravesado por una diferenciación creciente. Sin pretender ser exhaustivos, para este último período que aquí se expone, se identifican los siguientes grupos considerando la variables produc-ción-comercio y espacio de residencia.

Por su mayor vínculo con la producción o el comercio, se podrían distinguir entre:

Campesinos productores: vinculados históricamente con las haciendas o las piquerías. Reproducen su modo de vida, sobre todo, a través de la agricultura y algunas actividades pecuarias. Pero, suelen combinarlo con otras actividades complementarias como la venta de fuerza de trabajo dentro o fuera de sus comunidades e incluso en la ciudad, y el comercio. En función de la cantidad de recursos que disponen y de su ubicación (zonas con mayores o menores re-cursos productivos) éstos, a su vez, están diferenciados. Por ejemplo, entre los productores de zonas altas, quienes anteriormente recibían el denominativo de “estancia-runas” y los de cabeceras de valle (e.g. La Viña).

Campesinos comerciantes: combinan su actividad principal como comer-ciantes o rescatistas con la actividad agrícola. Desde la década del 80, estos presentan sub-categorías tales como: 1) “rankhera” de la feria; 2) “rankhera” que encarga; 3) la “shalera” (se ocupa de venta de abarrotes y hace el intercambio en la comunidad); 4) el “rankhero chico” o campesino comerciante en la co-munidad (lo llaman también agarrador); y 5) el “lari” viene del altiplano para intercambiar sal por papa y granos (Ustariz y Mendoza, 1980: 29-30).

Por su lugar de residencia en el campo, el pueblo o la ciudad, se podrían distin-guir entre los siguientes grupos:

Campesinos: Aquellos que tienen su lugar de residencia en una de las 64 co-munidades rurales de Anzaldo. Aparentemente, en la actualidad, esta pobla-ción es en su mayoría población principalmente adulta.

Campesinos “avecinados” en el pueblo: aquellas personas y/o familias que han migrado de las comunidades rurales al pueblo de Anzaldo y que repro-ducen su modo de vida combinando actividades vinculadas con el centro poblado y sus comunidades de origen. Este proceso de avecinamiento, como se pudo conocer en el capítulo 4 (apartado 4.5.1.), tiene sus antecedentes en el período post Reforma Agraria, en el agrupamiento de los campesinos en pequeños poblados rurales alrededor de una escuela, un camino, una posta

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

sanitaria o una iglesia, los cuales eran considerados por los pobladores de las comunidades como “miembros respetados de la comunidad” (Preston 1970: 17). De hecho, es posible que varios de los campesinos vecinos hayan sido ex pegujaleros.

Más recientemente tres factores han contribuido al avecinamiento de los cam-pesinos:

• LasmejorasenlosserviciosdeeducaciónysaludenelcentropobladodeAnzaldo, desde la década de los 80 y 90, como resultado del trabajo de diferentes instituciones públicas y privadas (ver capítulo 5) y, en la actuali-dad (2010), las nuevas urbanizaciones que se construyen con el programa de gobierno “Evo Cumple”.

• Lasoportunidadesdeincursionarenelcomercioparadiversificarsusin-gresos.

• DesdelapromulgacióndelaLPPde1994,elhabersidoelegidoscomoau-toridades del gobierno municipal que demanda establecer una residencia temporal o definitiva en el pueblo.

Campesinos residentes: personas o familias que debido a la migración han establecido su lugar de residencia en algún pueblo provincial, la ciudad, o el exterior del país y que mantienen vínculos familiares, rituales y de recursos con sus comunidades de origen.

6.2.2. Vecinos del pueblo

Este apartado se refiere, sobre todo, a los que siendo parte del pueblo central desde tiempo atrás, se autodenominan así para diferenciarse de todos los an-teriores. Antes de la Reforma Agraria de 1953, los habitantes de los pueblos como Anzaldo, eran categorizados por los hacendados como gente del pueblo y/o cholos. Luego de la Reforma Agraria fue emergiendo paulatinamente la categoría de vecino para referirse a los habitantes de los pueblos.

En Anzaldo, la gente que poseía tierra (hacendados y piqueros) antes de la Re-forma, parece haber seguido tres trayectorias. Primero los ex hacendados con suficientes recursos migraron fuera de Bolivia y, varios de ellos, no regresaron al país. Un segundo grupo migró hacia las ciudades o pueblos cercanos donde, sobre todo aquellos con ciertas capacidades y destrezas, se vincularon con la administración pública o se dedicaron a alguna actividad independiente como el comercio y el transporte. Finalmente, un tercer grupo, quizás aquellos con menores recursos o un fuerte vínculo con su lugar de origen, se quedaron en el

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Pueblo y campo en pos del poder local

pueblo asumiendo diferentes roles de servicios como carpinteros, panaderos, comerciantes, camioneros, profesores, sanitarios, chicheros, o funcionarios del estado (agentes cantonales y otros). El siguiente testimonio ilustra este hecho:

Soy oriundo de este lugar, he vivido toda mi juventud, trabajo muchísimo espe-rando un voto de alegría para mi pueblo. Estuve 41 años en el magisterio, 8 años en el campo y 33 en lo urbano. He terminado toda mi juventud en mi pueblo. El pueblo estaba olvidado. (Hugo Zapata)

En las décadas de los 60 y 70, los descendientes de los antiguos vecinos que migran a las ciudades y pueblos cercanos, y de los que se quedan en el pueblo adquieren una formación profesional, sobre todo, como profesores o enferme-ras y algunos retornan a Anzaldo para ejercer su profesión. Asimismo, otros logran una formación académica universitaria, aunque la mayoría de éstos se quedan en los pueblos más grandes cercanos a las ciudades o en las ciudades. Aquellos que vuelven al pueblo o zonas rurales, lo hacen como parte de las ins-tituciones de desarrollo estatal (escuela, postas sanitarias, desarrollo de comu-nidades, Corporación de Desarrollo, Prefectura, Consejo Nacional de Reforma Agraria, entre otros).

A partir de la década de los 80 y, sobre todo, desde la aprobación de la LPP (1994), y la creciente importancia de los gobiernos municipales, algunos de los que adquirieron una formación profesional en la ciudad retornan al pueblo donde ocupan algunos puestos técnicos en el todavía incipiente gobierno mu-nicipal; o comienzan a desarrollar alguna actividad profesional independiente prestando servicios al municipio.

Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de los vecinos del pueblo se dedican al sector de servicios (transporte, comunicaciones, hospedaje y alimentación), comercio, prestación de servicios profesionales y actividades productivas agrícolas. En este último caso, hay un sector significativo de avanzada edad que tiene otra actividad económica principal y lo hacen de manera indirecta a través de contratos de arrendamiento, al partir o otros arreglos laborales con campesinos en sus tierras.

6.2.3. Residentes

De manera similar a la de los campesinos residentes, este grupo tiene su lugar de residencia en la ciudad de Cochabamba, otras ciudades de Bolivia o el exte-rior del país. Reproduce su modo de vida en actividades distintas a la agricul-tura y mantiene vínculos familiares, económicos, políticos y simbólicos con el pueblo de Anzaldo y las comunidades.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Naturalmente, la ciudad y sus otros lugares de residencia van modificando sus intereses, sobre todo si, transcurridos los años pierden sus vínculos familiares de parentesco con su terruño de origen.

Sin embargo, esto aún no ocurre con un buen sector de residentes y son éstos lo que aquí más interesan. Como se desprende de los párrafos anteriores, en ellos hay que distinguir sobre todo dos subsectores:

a) los que provienen de las comunidades campesinas, y b) los que provienen del sector de vecinos históricos.

En la medida que unos y otros mantienen vínculos con sus respectivos sectores diferenciados dentro del municipio, se convierten en importantes grupos de referencia y apoyo de uno y otro, cuando surgen conflictos entre ambos.

Es posible que varios de éstos sean descendientes de los sectores que tenían control de la tierra antes de la Reforma Agraria (pequeños y medianos hacen-dados y piqueros).

6.2.4. Los “nuevos actores”, instituciones y ONG

Las ONG y otras instituciones mencionadas en el capítulo anterior, tanto las que ya existían antes de la LPP como las que se añadieron después de la Ley, han adquirido nuevos roles y perfiles.

La Tabla 5, mostraba que prácticamente todas las llegadas o creadas después de la LPP incluyen, como un componente importante dentro de sus activida-des, un apoyo o relación con el Gobierno Municipal, porque a partir de 1995 éste pasa a ser el principal interlocutor y con mayores recursos.

Las que estaban desde antes también se acoplaron a la nueva situación. En el caso de UNICEF, que ya es una institución pública de alcance internacional, su articulación con la instancia pública local era un acople muy natural. CEPRU-JEM, que en el pasado había incursionado en la mejora caminos y el prestigio-so hospital de Pietro Gamba, ahora ha visto que sus esfuerzos pioneros tienen la posibilidad de ampliarse notablemente con los nuevos recursos del munici-pio –ahora hay incluso otro hospital de 2º nivel creado con recursos del progra-ma “Evo Cumple” (ver infra)– y pueden concentrarse mejor en sus servicios de capacitación. Los padres escolapios, pronto establecen una nueva relación con el municipio y su planteamiento de todo el desarrollo educativo y, gracias a sus vínculos con España, han facilitado una buena relación entre el municipio y la diputación de Barcelona, España.

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Pueblo y campo en pos del poder local

Otras instituciones recién llegadas –como CEDEAGRO y CIPCA– contaban pre-viamente con una larga historia de apoyo a la organización sindical campesina en diversas regiones de Cochabamba, incluido –en el caso de CIPCA– un largo trabajo en Sacabamba. Sin embargo, llegaron a Anzaldo, en este nuevo esce-nario, cuando daban una gran prioridad de apoyo a la eficiente gestión de los, ahora tan priorizados, gobiernos municipales, como una nueva instancia clave del desarrollo local y a la participación en ello, de las organizaciones campesi-nas locales.

Algunas como CEBIAE y Medicus Mundi, que tienen finalidades mucho más específicas en educación y salud respectivamente, también se compraron los nuevos desafíos conscientes de su trascendencia para el desarrollo local. Por ejemplo, Medicus Mundi, fue un buen apoyo para la conformación y consolida-ción de un Consejo de Desarrollo Municipal que aglutine a todas las entidades públicas y privadas vinculadas con actividades de desarrollo.

Otras instituciones, incluso nacen como un resultado directo de este nuevo es-cenario, sobresale el Fondo de Proyectos Sociales para financiar los proyectos de infraestructura de los PDM o la institución surgida para estimular y apoyar la nueva Mancomunidad de Municipios de la Cuenca del Río Caine para encarar proyectos de mayor envergadura como la electrificación, caminos y la mejor articulación caminera que incluía costosos puentes (y quizás represas) sobre este río que divide Cochabamba y Potosí. A la última institución mencionada, se le dedicará un comentario especial al final del capítulo 8 porque, en reali-dad, no nació con la intención de transformarse en una institución, sino que surgió para hacer planes de desarrollo a un nivel superior al municipal.

De esta forma, en los años siguientes, todos estos actores e instituciones de-ben enfrentar nuevos desafíos como: 1) el fortalecimiento de la gestión muni-cipal; 2) visiones de desarrollo integradoras y con equidad; y 3) la necesidad de instancias de diálogo y concertación de actores. Como resultado del esfuerzo de estos actores, el año 2007, se creó el Consejo de Desarrollo Municipal de Anzaldo (CODEMA), como instancia de socialización periódica de información sobre las actividades y proyectos que desarrollan las instancias públicas y las instituciones de promoción del desarrollo en el municipio.

En síntesis, si también tomamos en cuenta el trabajo previo, durante las aproxi-madamente tres décadas y media de presencia en Anzaldo, de varias de las instituciones, estos nuevos actores han contribuido de manera pionera a su desarrollo tanto en la mejora de sus recursos humanos como en la infraestruc-tura básica y productiva del municipio.

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Su labor pionera en el ámbito de servicios básicos (escuelas, colegios, sedes sociales, viviendas, postas sanitarias, dotación de agua potable) desde 1994, fructifica y se amplía con los mayores recursos municipales. Por ejemplo, es notorio que el pueblo de Anzaldo sea, en la actualidad, la base de dos hospita-les de segundo nivel que son referencia, no solo en el municipio, sino en toda la región del Valle Alto, aunque no haya mucha coordinación entre ellos sino más bien competencia. Pero, ahora resulta mucho más importante el trabajo hormiga que varias de estas instituciones realizaron y siguen realizando, tanto en la formación de recursos humanos y promoción de liderazgos campesinos a nivel municipal, como en su acompañamiento al propio gobierno municipal y otras instituciones públicas de servicios básicos.

Asimismo, el trabajo de estos nuevos actores ha apoyado a la construcción de infraestructura productiva en las comunidades, algo en lo que todavía el nuevo gobierno municipal no logra incidir significativamente. La asistencia técnica, la promoción de ciertos cultivos como el trigo, la construcción de infraestructura productiva (atajados para riego) y otros, han contribuido a la seguridad ali-mentaria de las familias productoras de la zona, cuya producción se realiza en condiciones climáticas adversas; en medio de una creciente fragmentación de la tierra (“surcofundio”) y una alta migración de la fuerza de trabajo joven. Por otro lado, si bien la infraestructura productiva también ha contribuido a la pro-ducción para el mercado, ésta todavía es vista por los productores de la zona como una tarea y desafío hacia el futuro.

6.2.5. Los partidos políticos

Varios de los actores sociales hasta aquí enumerados han tenido vinculaciones directas o indirectas con diversos partidos políticos, esto resulta lógico debido a que a partir de 1982 el país finalmente había recuperado la democracia y para aquel entonces el único mecanismo legal para poder llegar a ser parte del gobierno formal, incluso a estos niveles locales municipales, era a través de algún partido político.

En el área rural, seguían pesando más las organizaciones de base, en particular los sindicatos campesinos en sus diversos niveles. Pero éstos, desde su naci-miento tuvieron una relación directa con el partido MNR en un principio y des-pués con los gobiernos militares, a través del Pacto Militar Campesino [PMC]. Era natural que una vez roto el PMC nuevamente desarrollaran relaciones con diversos partidos, pese a que en ellos persistiera, de alguna forma, cierta acti-tud de superioridad y de padrinazgo frente a los campesinos quechuas.

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Pueblo y campo en pos del poder local

En el caso de Anzaldo, los partidos políticos que tuvieron más peso, asociados principalmente con la minoría de vecinos que seguían controlando el muni-cipio, fueron los denominados “partidos tradicionales” MNR, ADN, UCS y MIR.

El primer dato detallado que se ha logrado obtener sobre las elecciones muni-cipales corresponde a las de diciembre de 1999, el segundo dato corresponde a el período después de la LPP y, en ambos casos, se observa que sigue exis-tiendo un notorio predominio de partidos como la UCS, MIR, ADN y MNR, aun-que también el PCB alcanzó una votación notable de cerca del 15% y el MAS todavía no tenía mucha significación.

Tabla 6: Resultados electorales Municipio de Anzaldo 1999

NFR UCS ADN PCB MNR PS PDC MAS50 525 134 214 114 7 16 18

3.47% 36.48% 9.31% 14.87% 7.92% 0.49% 1.11% 1.25%

Partido MBL FSB MIR VR9 CONDEPA MSM FRIVotos 12 12 227 8 14 14 74% 0.83% 0.83% 15.77% 0.56% 0.97% 0.97% 5.14%

Fuente: Corte Nacional Electoral, sf. Elecciones Municipales 1999. Resultados electorales, departa-mento de Cochabamba.

Sin embargo, en la organización campesina CSUTCB, que surgió en 1979 del rompimiento del PMC, se hablaba, cada vez más, de la necesidad de que la or-ganización también tuviera su propio “instrumento político”. En Cochabamba, éste finalmente se logró, en 1995 al calor de la nueva LPP, a través de una alian-za entre la Federación Departamental y las organizaciones de los productores de coca en el Chapare y otras partes del trópico cochabambino que inicialmen-te se llamó la Asamblea por la Soberanía de los Pueblos (ASP).

Frente a otros sectores del movimiento popular, que en aquel momento inicial todavía llamaban a ésta y otras leyes promulgadas por el neoliberal Gonzalo Sánchez de Lozada las “leyes malditas del Banco Mundial”, los campesinos y cocaleros cochabambinos pensaron que podían aprovechar el novedoso es-cenario de la nueva ley para formar un partido local y, con él, pasar a contro-lar diversos municipios rurales. La Corte Electoral, no les aceptó sus firmas y solicitud alegando algún error procedimental, pero fue entonces cuando los campesinos se aliaron al reconocido partido de Izquierda Unida (IU).

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Tuvieron un éxito superior a toda expectativa y se convirtieron, de la noche a la mañana, en el partido más votado en el área rural de Cochabamba logrando 10 alcaldías, 49 concejales y 6 consejeros departamentales. Una de las alcan-días era la de Tarata (colindante con Anzaldo) donde la alianza IU/ASP ganó y nombró alcalde al único concejal campesino. En cambio en Anzaldo, no se logró ni lo uno ni lo otro51. Allí hubo que esperar otras dos elecciones para que los campesinos y un partido con el que se sintieran representados lograran una significativa presencia.

Entre tanto, en 1997, el “instrumento político” de la CSUTCB se presentó tam-bién en las elecciones nacionales y logró cuatro diputados, todos ellos por Co-chabamba, encabezados por Evo Morales. Al final, acabó adoptando el nom-bre de MAS – IPSP: Movimiento al Socialismo – Instrumento por la Soberanía de los Pueblos.

6.3. ¿Quién se apropió de la LPP en Anzaldo?

En una primera fase hay que distinguir dos componentes de la LPP: por un lado, el reconocimiento de las comunidades campesinas como OTB con su personería jurídica y su participación automática en el “Comité de Vigilancia” de los nuevos gobiernos municipales”; y, por otro lado, el acceso al gobierno municipal por la vía electoral y participativa.

6.3.1. LPP y fortalecimiento de la organización sindical

Las directivas nacionales y departamentales de la organización campesina, al igual que muchos otros sectores populares, inicialmente vieron con des-confianza la apertura y devolución estatal de decisiones y recursos debido a su previa relación con el Estado en 1953, caracterizada por el clientelismo y la subordinación. Es de conocimiento de muchos que, al principio, muchos propalaron que esta ley –junto con la Ley de Reforma Educativa y la Ley de “Capitalización” de las anteriores empresas estatales, asociándolas a empresas multinacionales– eran “las tres leyes malditas del Banco Mundial” y, por tanto, las rechazaban por completo.

Sólo de manera paulatina fueron cambiando de parecer, por lo menos en rela-ción a la LPP, reconociendo los nuevos recursos que asignaba a los municipios rurales y el potencial que con la participación en esa instancia del poder local

51 En los otros municipios de la provincia Esteban Arze – Arbieto y Sacabamba – también se logró un alcalde campesino pero con el MNR (Albó y CIPCA 1999: 139).

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municipal podían configurar y avanzar sobre su propia agenda de desarrollo, a través de sus organizaciones sindicales.

De la Participación Popular otros decían que no está bien y para otros era bue-no. Y los que decían no, eran los más aplaudidos; y los que decían sí, eran los menos aplaudidos en los ampliados. Después, los compañeros campesinos del todo se han apropiado. Dijeron que era muy bueno después cuando se ha perfeccionado en cuatro años. Claro, cuando se han apropiado, la organización comienza a fortalecerse, aunque a pesar de eso era duro, pero gracias a esa ley el desarrollo comienza a mejorarse (Alberto García).

El cambio de perspectiva empezó con una mejor comprensión del lugar de las organizaciones sociales. En este caso particular, de los sindicatos como su-jetos de la LPP. Como se observó en el apartado 6.2.1., esta ley señala como interlocutores directos de las instancias municipales a las llamadas OTB que, por ser “organizaciones territoriales”, pueden ser juntas vecinales, comunida-des, sindicatos campesinos, etc. a las que la LPP además les otorga personería jurídica y les da un papel muy preciso en el Comité d Vigilancia. Al principio, este nuevo nombre genérico de OTB despertó mucha sospecha en muchas organizaciones campesinas en distintas partes del país, Temían que esas OTB pretendan sustituir a su organización de siempre, para imponer un nuevo esti-lo más controlado desde el gobierno. Fue incluso necesaria una ley aclaratoria para resolver esa duda. Pero, una vez resuelta, empezaron a participar en la LPP y, con ella, a vincularse con los remozados municipios. Todo ello, fortaleció de alguna manera a la organización campesina.

Desde la llegada de la Participación Popular, el sindicalismo comienza a orga-nizarse de nuevo. Antes, cualquier obra pedían sin solicitud. Pero, a partir [de] 1994, se manejan las solicitudes con firma del dirigente, ya sea para la ejecución de cualquier obra. Además, la plata ya no se maneja como antes por que existen leyes que nos impiden que manejemos como sea. Si no manejamos bien los dineros fiscales, la cárcel nos puede pillar hasta en diez años y si un alcalde o alcaldesa no maneja bien el dinero del pueblo, se gana un juicio por parte de la contraloría (Ernesto Ramírez).

Es interesante que, en el caso de Cochabamba incluido Anzaldo, en la práctica, las centrales campesinas con el fin de mantener su independencia, aglutinar a los sindicatos y mantener su convocatoria, resolvieron que las comunidades, a través de sus sindicatos, obtengan primero el visto bueno de la central antes de dirigirse a la alcaldía municipal. Esta estrategia, expresa un uso y apropia-ción de la normativa en función de los intereses de la propia organización para evitar que las organizaciones comunales caigan en una mayor dependencia del gobierno municipal.

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La comprensión del origen de los recursos económicos de la LPP y de la nor-mativa que rige el uso de los mismos, fue otro elemento para la apropiación de este marco normativo ligado al fortalecimiento de la organización sindical. Por ello, luego de aquel rechazo inicial, la LPP es vista por los campesinos como una conquista de las organizaciones sociales.

Más aún, con los años y la práctica, dieron un paso más que los condujo tam-bién a la decisión de una ocupación orgánica del gobierno municipal. Comien-zan a asumir el reto de ser actores en la toma de decisiones políticas, proceso que, como se observará más adelante, está marcado por la intensificación del conflicto local. Sin duda, también influyeron, para dar ese paso más audaz, los buenos resultados que, el “instrumento político” –entonces llamado aún ASP/IU– de la Federación Campesina y las organizaciones de los productores de coca lograron por todo el campo de Cochabamba en aquellas primera eleccio-nes, bajo la nueva LPP en diciembre de 1995, cuando alcanzaron un 12% de los votos, muy cercano a los obtenidos por los partidos tradicionales como la UCS (14%), MNR (13%) y el MBL (13%) (CNE, 1997).52

Hasta 1994, cambió algunos pensamientos y los pensamientos fueron que ‘no-sotros debemos gobernar’ y si miramos las conclusiones de las federaciones y confederación ese era su pensamiento. Pensando en su petición se hizo la par-ticipación popular me parece. Nosotros, pensábamos siempre, que alguien de los campesinos tenía que llegar a gobernar. Eso era la discusión de nosotros en toda las reuniones y con la LPP se ha enrectado [incorporado] esos pensamien-tos (Alberto García).

Entonces, siguieron apelando, como a un aliado oportuno, a las instituciones con las que habían desarrollado cierta confianza.

Su ingreso de los campesinos, en la arena de toma de decisiones, es facilitada por las instituciones de promoción del desarrollo, quienes proporcionan capa-citación y recursos de diversa índole para la capacitación de liderazgos campe-sinos y el empoderamiento político de las organizaciones sindicales. Viendo el pasado y lo actual, ha habido mucho desarrollo humano. Antes los líderes no sabían qué hacer frente a la política nacional, pero gracias a las instituciones con intención de ir adelante ha habido un despertar y ha cambiado el modo de vida (Fortunato Herbas).

Con los años, en la práctica cotidiana y las diversas experiencias, en muchas partes del campo, se comentaba que la LPP no era más una “ley maldita” sino una “ley bendita”.

52 Mayor información sobre los resultados de estas elecciones pueden hallarse en el siguiente si-tio web: http://www.cne.org.bo/proces_electoral/procesos1985_1995/Estadisticas2_Municipa-les_1995.pdf (accedido el 9 de Abril de 2011).

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6.3.2. Vecinos y residentes al gobierno municipal

Ahora se abordará cómo evolucionó la otra dimensión de la LPP, a saber, el acceso al mismo gobierno municipal. En Alzaldo, el proceso fue más lento y tardío que en otras partes, por lo que toca a las organizaciones campesinas.

En efecto, luego de la aprobación de la Ley en 1994, los vecinos y residentes rápidamente se adaptaron a este nuevo escenario y se subieron al vagón de la participación. Es decir, dieron por supuesto que, como siempre en el pasado, era a ellos a quienes correspondía seguir ejerciendo el control sobre los espa-cios de toma de decisión local.

Antes de la participación popular, los alcaldes se elegían a base de cabildos abiertos y este cabildo solo lo elegía el pueblo; a la persona que hablaba más o al más ricachón, pero jamás a las organizaciones sindicales hacían valer (Euge-nio Vallejos).

En el nuevo escenario, el gobierno municipal fue visto por los vecinos, como extensión natural de un derecho previo sobre lo público, con una diferencia que hacía este derecho mucho más atractivo. Si bien, anteriormente el cargo de alcalde era un puesto honorífico que no despertaba pugnas por los escasos recursos con que se contaba, después de la LPP, la disponibilidad de recursos, la posibilidad de administrar los mismos y la accesibilidad a una fuente de em-pleo en el pueblo se convirtieron en incentivos poderosos y en fuentes de po-tenciales conflictos, y competencias.

Antes nadie quería ocupar el cargo de alcalde, pero con la llegada de la participa-ción popular todos quieren ser alcalde porque saben que hay recursos para mane-jar en el municipio y, además, ahora todos se pelean de ser alcalde (Efraín Ucieda).

Las dietas de aquel tiempo sólo eran unos 300 bolivianos. Ahora las dietas so-brepasan los 1400 bolivianos (Juan Correa)53.

Los primeros años de gobierno municipal estuvieron marcados por temores y “malversación de fondos” debido a la cultura política local, al uso indiscrimina-do de fondos públicos y al desconocimiento de la ley.

Con la Ley de Participación Popular los recursos del municipio no se llevaban en su cabalidad, tal vez por el poco conocimiento que tenían de la ley, porque la ley era nueva, por eso ni la autoridad ni las bases conocían de fondo esta ley. Las autoridades teníamos miedo a mover cualquier dinero del municipio y gastába-mos poca plata. Y por eso los dineros se revertían (Juan Correa).

53 La ficha municipal de Anzaldo de la FAM-Bolivia indica que el sueldo del alcalde el 2006 era de 2,575 bolivianos y las dietas de los concejales de 1,648 bolivianos.

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La entrada de vecinos y residentes en el gobierno municipal fue facilitada, como en el pasado, por los partidos políticos “tradicionales” interesados en te-ner una presencia electoral en el campo, que reproduce relaciones clientelares entre los partidos (“padrinos”) y los vecinos (clientes) y de ambos con los cam-pesinos. El vínculo entre los partidos políticos, con base y orientación funda-mentalmente urbana, y los vecinos del pueblo fue facilitado por los residentes en las ciudades. La alianza vecinos, residentes y partidos políticos expresa los intereses y visiones de la ciudad, mediados por el pueblo, en contraposición a las del campo.

Estaba manejado por los que siempre manejan, la gente del pueblo y había poca participación de la gente del campo (…) Antes no conocíamos partidos que defendían a las organizaciones, partidos que estaban a favor de los campe-sinos, sólo llegaban los partidos de MNR, ADN, UCS y MIR (Abel Álvarez).

Aparentemente, durante la primera década de gobierno municipal (1995-2005) no existían pugnas entre campo-pueblo en buena medida debido a: 1) el rechazo a la ley por una parte del sector campesino, 2) el desconocimiento del origen de los fondos, 3) falta de información sobre la participación campe-sina, 4) la exclusión subrepticia de la participación campesina por parte de los vecinos y 5) el dominio de los partidos políticos tradicionales.

Tabla 7: Lista de personas que ocuparon el puesto de alcalde, afiliación partidaria, profesión y lugar de origen: 1995-2010

Gestión Nombre Partido Profesión Lugar de origen1995 Fernando Salazar MNR Profesor Pueblo de Anzaldo1996-1999 Rubén Uriona MIR Profesor Pueblo de Anzaldo2000-2001 Rómulo Uriona UCS Abogado Pueblo de Anzaldo2002-2003 Eugenio Vallejos UCS Transportista Uma Pirwa D22004 Gabriel Flores UCS Agricultor Tarak’uchu2005-2007 Asterio Camacho NFR Estudiante de Derecho Pueblo de Anzaldo2008-2009 Lidia Suarez MSM Dueña de marmolera Huerta Mayu2010 Alberto García MIP Agricultor Tijrasqa2010 Grover Vallejos Zarate MAS Pedagogo Distrito 1

Fuente: Elaboración propia

Dado aquel rechazo inicial de la LPP y, posteriormente, el desconocimiento de sus mecanismos, tomando en cuenta el poco interés de la élite de vecinos para perder su histórico monopolio del gobierno municipal, la participación cam-pesina local tomó su tiempo:

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En este tiempo, la central campesina estaba pensando cómo se podían organi-zar y tenían dudas. Para eso, necesitaban muchas capacitaciones. Las máximas autoridades poco conocimiento tenían, además en ese tiempo no había mucha discriminación, vivían casi como hermanos y no había conflictos porque no sa-bían de donde llegaba la plata y poco sabían de su manejo (Fortunato Herbas).

Había poco conocimiento del manejo. Después he leído muy bien la ley de parti-cipación popular y les decía (a los vecinos) que todos los ciudadanos podían par-ticipar, sea de cualquier rincón, no siempre del centro poblado (Alberto García).

Además, en las dos primeras gestiones municipales, los campesinos que se-guían considerándose “originarios” seguían siendo minoría. En la primera ges-tión 1995, sólo había uno dentro del Concejo Municipal, como había ocurrido, alguna vez, con partidos tradicionales, incluso antes de la LPP; y se tardó en poner en marcha el propio Comité de Vigilancia. En las elecciones de diciembre 1999, subieron a tres como parte de la UCS y el PCB, por mucho que los cinco –al igual que el alcalde– supieran quechua, ya que prácticamente toda la po-blación del municipio también sabía54. Uno de ellos – Eugenio Vallejos, trans-portista – nacido en Uma Pirwa (D2), llegó a ser de hecho el primer alcalde en la gestión 2002-2003 al reemplazar al alcalde titular Rómulo Uriona. Aunque el control municipal seguía en manos de la minoría más vinculada al núcleo central urbano, la presencia de este campesino transportista a la cabeza de la alcaldía influyó, seguramente, en su mayor dedicación al mejoramiento de los caminos vecinales y atajados rurales (ver apartado 7.4.).

Tabla 8: Composición de los Consejos Municipales de Anzaldo: 1995-2010

Nombre Partido Profesión Lugar de origenGestión 1995: Alcalde Fernando SalazarHugo Zapata MNR Profesor Pueblo de AnzaldoJuan Correa MIR Profesor Pueblo de AnzaldoRubén Uriona MIR Profesor Pueblo de AnzaldoAlberto García MNR Agricultor TijrasqaÁngel Orellana MNR Profesor Pueblo de AnzaldoGestión 1996-1999: Alcalde Ruben UrionaSinforiano Salazar ADN Profesor Pueblo de AnzaldoHugo Zapata MNR Profesor Pueblo de AnzaldoJuan Correa MIR Profesor Pueblo de AnzaldoJaime Hidalgo Pardo MIR Estudiante Pueblo de AnzaldoJesus Álvarez MBL Sanitario Pueblo de Anzaldo

54 Datos de la encuesta nacional a alcaldes y concejales realizada en 2002 por la Dirección General de Participación Popular. En Albó y Quispe (2004: 169).

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Gestión 2000-2001: Alcalde Rómulo UrionaEugenio Vallejos UCS Transportista Uma PiwaAlberto García PCB Agricultor TijrasqaRuben Uriona (4 meses) Ruth Castro MIR Labores de Casa Pueblo de Anzaldo

Candelaria Alarcón Soria UCS Labores de Casa Llallaguani Florencia Cardona Rojas UCS Labores de Casa Pueblo de Anzaldo Gestión 2002-2003: Alcalde Eugenio VallejosAlberto García PSB Agricultor TijrasqaCandelaria Alarcon UCS Labores de Casa LlallaguaniGabriel Flores UCS Agricultor Tarak’uchuRuth Castro MIR Labores de Casa Pueblo de AnzaldoFlorencia Cardona UCS Labores de Casa Pueblo de AnzaldoGestión 2004: Alcalde Gabriel Flores*Alberto García PSB Agricultor TijrasqaCandelaria Alarcón UCS Labores de Casa LlallaguaniRuth Castro MIR Labores de Casa Pueblo de AnzaldoGabino Zurita UCS Cerrajero Residente en Cbba. nacido en

Huerta Mayu BajoGestión 2005-2007: Alcalde Asterio CamachoAlberto García MIP Agricultor TijrasqaEsterfila Terceros NFR Labores de Casa Blanco RanchoDelfin Camacho Vega MAS Técnico Agrónomo CalallustaEugenio Vallejos Camacho MIP Transportistas Uma PirwaJuan Correa Bascope MSM Profesor AnzaldoGestión 2008-2009: Alcalde Lidia Suarez*Alberto García MIP Agricultor TijrasqaÁngela Soto NFR Labores de Casa AnzaldoDelfin Camacho Vega MAS Técnico Agrónomo CalallustaEugenio Vallejos Camacho MIP Transportistas Uma PirwaGestión 2010-: Grover Vallejos ZarateFortunato Hérbas MAS Agricultor TorancalíElena Rodriguez Amargo MAS Labores de Casa TolaharaFilomeno Herrera FPV Albañil contratista Blanco RanchoOlga Galarza MAS Labores de Casa CaranotaGrover Vallejos Franco MAS Agricultor Blanco Rancho

Nombre Partido Profesión Lugar de origen

* Consejo municipal compuesto sólo por cuatro miembrosFuente: Elaboración propia

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Recién en la campaña para las siguientes elecciones municipales de diciembre 2004, el sector campesino, empezó a tomar en serio su posibilidad de llegar también a ser gobierno. Pero, por entonces, había cambiado notablemente el contexto político nacional, como se muestra a continuación.

6.4. El empoderamiento indígena-campesino con Evo Morales

En Anzaldo, lo que estimuló una actitud más audaz de la organización campe-sina hacia llegar a ser parte del gobierno municipal fue el propio empodera-miento que tuvo Evo Morales y su partido MAS a nivel departamental y nacio-nal. Primero se repasará este ascenso y luego se analizarán sus repercusiones en el escenario local de Anzaldo.

6.4.1. El ascenso de Evo Morales y el MAS

El año 2000, marcó un giro muy notable en el país con “la guerra del agua” en Cochabamba, que involucró tanto a la población urbana como a sectores de regantes rurales, en protesta contra el fuerte ascenso de precios del servicio de agua por parte de una multinacional, mientras Manfred Reyes Villa era alcalde de la ciudad.

Fue el principio de reiteradas protestas en otras varias partes del país, incluyen-do bloqueos rurales, sobre todo, en el altiplano aymara y de los productores de hoja de coca en el trópico de Cochabamba. En enero de 2002, se añadió un nuevo conflicto con estos últimos, a los que se pretendía impedir vender su hoja. Marcharon hasta la ciudad de Cochabamba, hubo un fuerte enfren-tamiento contra la policía en Sacaba en el que murieron dos policías. El Parla-mento, acusó de ello al diputado Evo Morales y lo expulsó en una sesión ex-pedita y sin pruebas. Pero, esto lo catapultó más bien ante la opinión pública. De modo que, al llegar las elecciones generales de julio del mismo año, Evo con el MAS quedó segundo, apenas un 1,4% por debajo del primero que fue Gonzalo Sánchez de Lozada (22%), e incluso 700 votos por encima de Manfred Reyes Villa y su nuevo partido NFR, al que muchos habían pronosticado futuro presidente. Los parlamentarios indígenas campesinos del MAS y algunos del MIP llegaron a ser, por primera vez en la historia, casi un tercio del total.

Poco antes de esas elecciones, una marcha de indígenas de tierras bajas más el CONAMAQ (Coordinadora Nacional de Markas y Ayllus del Qullasuyu, creada en 1997), colocó también en la agenda pública el tema de una nueva Consti-tución, que refundara el país a partir de su diversidad cultural. Efectivamente, días antes de las elecciones lograron del Parlamento cesante una ley de necesi-dad de reforma de la Constitución, que debería implementarse en la siguiente

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gestión. Pero, el nuevo gobierno no le dio curso a esto una vez elegido.

En su segunda presidencia, iniciada en agosto 2002, Gonzalo Sánchez de Lo-zada estuvo débil desde el principio, por el triple empate. Tuvo que hacer una alianza nada fácil con el cuarto partido (MIR, 17%) y con esta debilidad interna debió afrontar tanto la oposición del NFR, particularmente fuerte en Cocha-bamba, como la de Evo y los movimientos sociales y campesinos. En febrero 2003, hubo una primera asonada y en octubre otra, conocida como la “guerra del gas”, que, al ser duramente reprimida por el ejército con decenas de muer-tos en torno a La Paz y El Alto, originó más bien un levantamiento general que obligó a Gonzalo Sánchez de Lozada a renunciar y escaparse.

Le sucedieron constitucionalmente, para completar la misma gestión presi-dencial, primero su vicepresidente Carlos Mesa (desde octubre 2003) y des-pués el presidente de la Corte Suprema Eduardo Rodríguez Veltzé (desde junio 2005). Fueron ellos, quienes por fin dieron curso a cambios constitucionales para facilitar una futura Constituyente, que también abrió paso a que pudiera haber candidatos electorales que no provinieran de partidos políticos y, final-mente, adelantaron las nuevas elecciones generales a diciembre 2005. En ellas, el MAS y Evo Morales triunfaron con un apoyo sin precedentes del 54%.

Desde entonces, Bolivia se ha embarcado en un proceso de transformación del país y el Estado, que incluyó la tan deseada Asamblea Constituyente, muchos de cuyos miembros electos fueron de extracción campesina y popular, la cual funcionó entre agosto 2006 y diciembre 2007 y que, después de un año de pugnas y negociaciones con la oposición, fue finalmente aprobado en referén-dum por un 61% y promulgado a principios de 2009.

6.4.2. Conflicto vecinos-campesinos para la elección de 200455

El creciente fortalecimiento de Evo Morales, el MAS y sus organizaciones socia-les en Cochabamba y el país, a partir de 2002, repercutió también en la organi-zación campesina de Anzaldo, como lo relata Hilarión Arias:

Hacemos talleres primero con el Nelson [Virreyra], antes que entre Evo ya está-bamos en las comunidades, salíamos a dar charlas sobre los problemas de los 90, el 2003, la guerra del gas, ahí hemos dicho bien claro, decíamos: “estamos con miras a una asamblea constituyente”. También con la situación de coyuntu-ra: qué han hecho los gobiernos, el Goni [Gonzalo Sánchez de Lozada], el pro-blema del agua con Manfred.

55 Esta sección es una reelaboración de una descripción más extensa realizada por Rasguido y Arias (2009).

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El mencionado Nelson Virreyra, al igual que Hilarión Arias, era antiguo alum-no del colegio de los padres escolapios y era parte del nuevo liderazgo rural que entonces emerge. En 2006, Nelson será también elegido miembro de la Asamblea Constituyente (el único de Anzaldo) y en las elecciones de 2009 será electo diputado por el MAS.

De esta forma, a medida que se acercaban las elecciones municipales de di-ciembre de 2004 ya había una clara decisión de disputar el poder municipal a los vecinos de siempre. A esas alturas ya era presidente interino Carlos Mesa y se había aprobado la Ley de Asociaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas (2004) que, por primera vez, permitía la participación de asociaciones ciudada-nas y organizaciones indígenas en elecciones municipales y nacionales, rom-piendo así el monopolio que hasta entonces tenían los partidos políticos.

El conflicto por el control del gobierno municipal entre vecinos-residentes y campesinos, si bien latente desde inicios de la LPP, se hace explícito una vez que los campesinos incursionan en la contienda electoral a través de sus orga-nizaciones sindicales en el año 2004.

Ya desde antes en el V Congreso de la Central Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Anzaldo, realizado del 4 al 6 de Septiembre del año 2002, ape-nas un mes después de la irrupción de numerosos diputados del MAS y varios del MIP al nuevo Parlamento Nacional instaurado en agosto, se resolvió:

1) que los candidatos (as) para las elecciones municipales 2004 deben ser elegidos por las bases;

2) establecer una alianza con el Movimiento al Socialismo-Instrumento por la Soberanía de los Pueblos (MAS-ISP);

3) en caso de ser elegidos, que los candidatos aporten a la central y sub-centrales el 15% y 10% de su sueldo si son elegidos alcalde o concejales respectivamente, o si son contratados como funcionarios municipales; y

4) la alternancia en la duración de funciones de los concejales titulares y suplentes, dos y medio año cada uno.

Sin embargo, razones personales, disputas por liderazgo entre campesinos y la presión del comité cívico de Anzaldo, provoca la renuncia de tres candidatos ti-tulares: Zenón Alarcón, Donata Flores y Antonio Delgadillo. Por ejemplo, el pri-mero consiguió trabajo en Cochabamba y fue objeto de amedrentamiento de parte de dirigentes influyentes del Distrito 3 que argumentaban que no tenía trayectoria personal. Por otro lado, el Comité Cívico de Anzaldo envió una carta a la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Cochabamba (FSUTCC) deslegitimando a los candidatos elegidos orgánicamente.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Posteriormente, el 21 de septiembre de 2004, la FSUTCC y la Dirección Pro-vincial del MAS-IPSP de la provincia Esteban Arce, convocan a un Ampliado extraordinario para conformar la lista de candidatos y la elección de la Direc-ción del MAS-IPSP Regional Anzaldo. A pesar del malestar de los dirigentes de la Central Campesina de Anzaldo, las subcentrales deciden proceder a elegir a nuevos candidatos. Pero, dada la cercanía de las elecciones (diciembre 2004), éstos son nominados en una reunión de emergencia con participación de po-cos dirigentes.

Tabla 9: Lista de Candidatos para las elecciones municipales del 2004 elegi-dos orgánicamente y en alianza con el MAS-IPSP

Elegidos orgánicamente Elegidos en Alianza con el MAS-ISP

Titulares Suplentes Titulares Suplentes

Zenón Alarcón* D6 Aurelia Villarroel D4 Delfín Camacho Vega D3 Aurelia Villarroel Pérez D4

Donata Flores* D3 Emiliano Zurita D3 Gabina Villarroel Vega D5 Emiliano Zurita Pardo D3

Julián Vallejos D2 Esterfila Terceros D2 Julián Vallejos Camacho D2 Olga Uriona D1

Antonio Delgadillo* D1 Miriam Ugarte D1 Ernesto Ramírez Paniagua D6 Benito Soria Vela D6

Gabina Villarroel D5 Paulino García D5 José Sánchez Terrazas D1 Modesto Meneces Ramírez D5

D1: Pueblo, D2-D6: Campo. * Candidato que, al ser objetado por los vecinos, fue retirado.Fuente: Elaboración propia en base a Rasguido y Arias 2009

Este proceso de nominación de candidatos, es un interesante ejemplo de ten-siones de liderato intra-sindical, campo-pueblo y organización sindical-parti-dos. A pesar que, inicialmente, los candidatos son elegidos orgánicamente, es evidente la influencia del pueblo a través del Comité Cívico. Asimismo, a pesar de ser el MAS-IPSP un partido político pro-campesino es evidente que, en este caso, hay un desencuentro entre la lógica de la organización sindical y la lógica del partido.

Otro aspecto interesante de este proceso de elección de candidatos, es el com-ponente de género, aunque conviene aclarar que este cambio no fue por op-ciones locales espontáneas sino para cumplir la Ley de Cuotas incorporada en la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos indígenas, que obliga a, que tan-to los partidos como las agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas, incluir una cuota no menos al 50% para las mujeres en todas sus candidaturas. Para estas elecciones, 18 mujeres fueron incluidas en las listas de todos los fren-tes, de las cuales 8 fueron en calidad de titulares. El MAS-IPSP tenía una mujer como segunda candidata titular en tanto que los otros partidos incluyeron mu-jeres a partir de la tercera concejalía.

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Pueblo y campo en pos del poder local

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Rasguido y Arias 2009.

En estos resultados, llaman la atención varios elementos. Ante todo, pese a la posibilidad abierta de presentarse también con asociaciones ciudadanas o pueblos indígenas, quienes de hecho siguieron dominando el escenario fue-ron los partidos políticos. La única asociación ciudadana (CT-1) logró sólo un 3% y ningún concejal.

Segundo, dos partidos históricos (MNR y MIR) habían quedado fuera de juego, con la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada el año anterior. En cambio el NFR, de Manfred, que más se había aliado a los anteriores dentro de aquel gobierno, se salvó, quedando segundo.

Tercero y quizás lo más sorprendente: pese a la alianza de la Central Campesina con el MAS, este partido, que ya tanto había logrado a nivel nacional desde 2002 en Anzaldo, quedó tercero y con sólo un concejal. En cambio, el que dio la sorpresa fue otro frente de ascendencia campesina: el Movimiento Indígena Pachakuti (MIP), cuyo fuerte no estaba en los valles de Cochabamba, sino más bien en el altiplano aymara de La Paz y Oruro que logró dos concejales: Alberto García y Eugenio Vallejos.

El apoyo al MIP, expresa la afirmación de autonomía de la Central Campesi-na de Anzaldo para tomar decisiones ante la imposición de candidatos en un ampliado convocado por la FSUTCC, sobrepasando la autoridad de la Central Regional. Ante esta situación, los dirigentes de las diferentes subcentrales re-solvieron analizar el problema en cada una de sus Subcentrales y proponer nuevos candidatos con experiencia sindical y gestión municipal.

Tabla 10: Resultados de las elecciones municipales de Anzaldo 2004

Sigla Nombre Votos Obtenidos

% Concejales electos

CT-1 Cambio Total-1 62 3.2 Ninguno

MIR-NM Movimiento de la Izquierda Revolucionaria - Nueva Mayoría

140 7.4 Ninguno

MAS Movimiento al Socialismo 364 19.2 Delfín Camacho VegaMIP Movimiento Indígena Pachakuti 655 34.6 Alberto García (1er.)

Eugenio Vallejos (2do.)MNR Movimiento Nacionalista Revolucionario 12 0.6 Ninguno

NFR Nueva Fuerza Republicana 404 21.3 Asterio Camacho UgarteMSM Movimiento Sin Miedo 254 13.4 Juan Correa Bascopé

Total Votos Válidos 1,891 100

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Durante la elección de los candidatos el 2001 y haciendo seguimiento a los am-pliados don Alberto pudo evidenciar que fue nominado por sus organizaciones y ahí es que deciden presentar una fórmula electoral paralela avalada por el Distrito 3 y el Distrito 2. Distritos de los cuales son miembros tanto don Alber-to como don Eugenio Vallejos. Como don Alberto es ex central, ex concejal, le conoce la mayoría de la gente y por eso le han apoyado. Para entonces, el MAS recién se estaba fortaleciendo en el municipio de Anzaldo, por eso el MAS solo ha sacado un concejal (Ernesto Ramírez)

Viendo nuestra gestión, nuestra gente nos ha exigido para que nos volvamos a presentar como candidatos (…) no hemos entrado con el MAS porque alguna gente se ha adueñado del partido, nos han querido achicar, pero nuestra misma gente nos ha dicho el MAS no es el único partido de los campesinos, con otro presentensé que se identifique con la izquierda y con los campesinos (Eugenio Vallejos).

Si bien las elecciones fueron ganadas por el MIP, debido a una negociación interna entre el MAS-IPSP, el MSM y NFR, el concejal del NFR (Asterio Camacho) es elegido Alcalde Municipal y su suplente Esterfila Terceros habilitada como concejal56.

Todo estaba listo para festejar la elección del Alcalde del Movimiento Indígena Pachakuti (MIP), Alberto García, que había obtenido la mayoría de votos; pero… ¡Qué decepción!, antes de la votación, los transportistas y residentes del pueblo sacan de la sala de sesiones del Concejo Municipal al candidato del MAS y cuan-do vuelven este le da su apoyo a la NFR” (Marca 2007: 45)

De esta manera, se constata la persistencia de la práctica de pactos entre fuer-zas políticas distintas, donde priman intereses políticos, sobre los intereses campesinos. Si bien, el MIP obtuvo dos concejales recibe la espalda del MAS-IPSP y MSM, que en el discurso dicen ser representantes del movimiento cam-pesino.

Las alianzas solo se han hecho entre candidatos, no sabía ni la central, ni la Fe-deración. Se enteraron después de un mes. Delfín nos ha fallado, pero hasta el final se ha negado tener una alianza con el Asterio, también tenía un convenio de aporte de su sueldo, pero no ha cumplido (Ernesto Ramirez).

El Candidato del MAS, no ha querido aliarse con nosotros, pese a que teníamos experiencia por influencia del actual vicepresidente del MAS en Cochabamba (Emiliano Zurita), él le ha instruido al Delfín para que se alíe con el NFR (Eugenio Vallejos).

56 Inicialmente esta última suplente estaba como candidata suplente en la lista elaborada por la Central Campesina, que luego fue modificada por la intervención del MAS-IPSP.

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Pueblo y campo en pos del poder local

6.5. Conflicto abierto campo-pueblo

La gestión municipal 2005-2009, se inició con una contradicción implícita, la imposición de los intereses de los partidos y del pueblo sobre los intereses del campo. A pesar que los candidatos del campo obtuvieron, por fin, la mayoría en los comicios electorales, primó la lógica partidaria sobre la voluntad popu-lar, lo cual implicaba entre otras cosas postergar las prioridades campesinas en la gestión municipal.

El nuevo alcalde electo, priorizó, en su gestión, los intereses y necesidades del pueblo, (e.g. asfaltado de la plaza y calles adyacentes) afectando inclusive re-cursos destinados a otros proyectos principalmente de las comunidades cam-pesinas. La gestión municipal, al parecer no era del todo transparente, ya que el alcalde se negaba a brindar información respecto a su gestión tanto al consejo municipal como al comité de vigilancia. Asimismo, se ensañó con las institucio-nes de promoción del desarrollo (ONG) con el argumento de que éstas “sólo se dedicaban a hacer política”. Ante esta situación, el consejo que lo eligió emitió el Voto Constructivo de Censura57.

El primer concejal del MIP (Alberto García), mantuvo una actitud neutral, pues estuvo ausente en los dos primeros intentos de censura al alcalde y no votó en el tercer intento. El voto de censura se efectivizó con los votos de los concejales de MSM (Lidia Suárez), MAS (Delfín Camacho) y el segundo concejal del MIP (Eugenio Vallejos).

El voto constructivo de censura, se inició cuando se ha cumplido 1 año de ges-tión de Asterio, viendo eso se ha dividido a la organización y con ello el conflicto y no nos han dejado hacer el voto constructivo de censura. El año 2006 – 2007 el MSM, MAS y MIP logramos sacar al Asterio legalmente de su cargo, por los malos manejos (Entrevista Eugenio Vallejos)

Este señor Asterio Camacho, legalmente no cumplía con los informes de acuer-do a la ley, no respetaba la ley SAFCO, no presentaba informes cuatrimestrales. Si pasaba informes, sus informes no nos convencía a la sociedad civil. Con sus informes se veía malversación de fondos. Me parece éste señor hacía lo que le daba la gana con la plata del pueblo. Por eso, ha tenido y causado todo esos problemas a la sociedad civil poniendo a algunos en su favor y en su contra (José Sánchez).

El alcalde censurado, apeló a mecanismos de la política partidaria tradicional como la cooptación de dirigentes, el compadrazgo, prebendas (regalos de be-

57 El voto constructivo de censura, se encuentra estipulado en la ley de municipalidades. Al cabo de un año de gestión, el alcalde es evaluado por el concejo municipal y en base a su desempeño se decide su continuidad o su remoción del cargo.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

bida alcohólica), el clientelismo y convocó a sus partidarios locales y regionales a defender su gestión. Por ejemplo, la concejal del MSM (Lidia Suárez) fue casti-gada por la Asociación de Chicheras del Pueblo por apoyar el voto de censura.

En ese entonces (2007) Manfred Reyes Villa, jefe del NFR y un fuerte opositor del gobierno de Evo Morales, era prefecto del departamento de Cochabam-ba. En este contexto, se genera un conflicto abierto entre campo-pueblo, que aunque tiene sus propios antecedentes y dinámica, en cierto modo, hace eco del conflicto regional campo-ciudad del 11 de enero de 2007, en la ciudad de Cochabamba el cual también tuvo como uno de sus protagonistas centrales al partido NFR.58 Al igual que el conflicto de Cochabamba, el conflicto local de Anzaldo tuvo también ribetes racistas y discriminatorios.

Si hablamos de Anzaldo, hay discriminación entre campo y el pueblo, más que todo políticamente. Estamos divididos entre la izquierda y la derecha. Por eso, desde 2006, incluso desde cuando asumió el Asterio Camacho llega mucha di-visión. Por ejemplo, en el año 2007, se vio mucha preocupación e incluso casi hubo enfrentamientos. Con todo esto, no se ha hecho lejos la discriminación y casi incluso entre campesinos, pero algunos del pueblo eran más radicales en esto y ésto ha sido dirigido desde arriba, seguro desde la prefectura, quienes influían con dinero. Más que todo el prefecto Manfred Reyes Villa y todos los de la derecha, quienes hacen que se peleen pueblos pequeños como nuestro pueblo. Si nos damos cuenta no sé por qué nos estamos discriminando entre los pobres a veces. Y todo esto, claramente puedo decir que se dio gracias a la mala política del señor Asterio Camacho (Fortunato Herbas).

En la base del conflicto campo-pueblo está la reacción de los vecinos del pue-blo y de los partidos políticos tradicionales, al acceso al gobierno municipal de los campesinos, lo que implicaba un desafío a su secular dominio de las instancias de toma de decisión local.

Esta gente del pueblo, no quieren siempre que la gente del campo ocupe al-gún cargo de autoridad, más que todo, esto ha salido a la luz en estos últimos tiempos, porque anteriormente, estaba esta discriminación en la clandestinidad (Alberto García).

La presencia campesina en las instancias de toma de decisión reactivó el se-cular sentimiento de discriminación de los vecinos del pueblo hacia los cam-pesinos, sentimiento que como lo expresa bellamente el anterior testimonio: estaba antes en la clandestinidad.

58 El 11 de Enero de 2007, la ciudad de Cochabamba fue escenario de violentos enfrentamientos con ribetes racistas alrededor del control de la prefectura del departamento, cuestionada por los cocaleros y apoyada por sectores de la población urbana (ver, Camacho et al. 2007).

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Pueblo y campo en pos del poder local

Durante el conflicto, salió también a relucir la molestia de los vecinos con la invasión campesina de su espacio: el pueblo y la plaza. “Nos decían: indios, váyanse de la plaza” (Nelson Virreyra 2009: 89), una actitud muy similar a la ocurrida en la ciudad de Cochabamba durante el conflicto campo-ciudad del 11 de enero del 2007.

Si bien el conflicto del 2007, por el control del gobierno municipal, expresaba las tensiones irresueltas campo-pueblo, éste tuvo también el efecto de debilitar a la organización campesina. El grupo de apoyo al alcalde, estaba constituido por los residentes de Anzaldo, habitantes del centro poblado como transpor-tistas, asociación de chicheras, funcionarios de la alcaldía y gente campesina.

Él pensaba buscar apoyo para que permanezca en el manejo del municipio, di-ciendo “yo trabajo muy bien, nadie ha hecho como yo, ni siquiera durante 12 años de participación popular se ha hecho y yo solo hice en un año gestión.” Todo esto, hacía girar la cabeza de los compañeros y nuestra gente también le creía eso porque les regalaba una libra de macarrón, medio litro de aceite, un jabón y un poco de azúcar. Con todos estos sobornos, los pobladores paraban en su favor, pero no en su mayoría. Inclusive, metía en el problema a los mismos jóvenes inocentes organizando grupos de choque, quienes pateaban puertas de algunas personas que no seguían a sus políticas (Juan Correa).

En su afán de mantenerse en el gobierno municipal, el alcalde apeló no sólo a la prebenda, sino también al amedrentamiento de dirigentes a través de gru-pos de choque. Razón por la cual, algunos dirigentes campesinos tenían temor de llegar hasta el centro poblado. En última instancia, apeló al cierre o tapiado del edificio de la alcaldía en una suerte de golpe de estado.

Luego de un año de conflicto, a inicios del 2008, se reconfigura el gobierno mu-nicipal eligiendo como alcaldesa a una concejal suplente del MSM, la señora Lidia Suárez. En este proceso, los concejales del NFR, MAS y MSM establecieron una alianza con la consigna de que ninguno de los concejales del MIP sea ele-gido como alcalde, postergándose nuevamente a los sectores campesinos de tener su propio alcalde.

6.6. Conclusiones

La LPP, genera un nuevo espacio de encuentro intercultural local: el gobier-no municipal, alrededor del cual se reactivan viejas tensiones y conflictos no resueltos por el proceso de Reforma Agraria y también se generan nuevos conflictos. En este nuevo escenario, los actores principales son los vecinos del pueblo y campesinos articulados y apoyados por sus respectivas redes. Las tensiones se configuran, principalmente, alrededor de dos ejes relacionados:

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

el control del gobierno local y los recursos para la definición e implementación de iniciativas de desarrollo.

Las relaciones interculturales en Anzaldo, atraviesan un proceso de transforma-ción caracterizado por continuidades y resistencias. Este proceso de cambio, es liderado por los sectores campesinos. Sin embargo, la construcción de su hegemonía es resistida por los vecinos y residentes, lo que ocasiona conflictos. A futuro, un desafío crucial es la consolidación de una tendencia que incluya a ambos actores y apueste por una sociedad local más equitativa.

6.6.1. Epilogo 2011

En abril del 2010, se realizaron elecciones municipales en Anzaldo, momento en el que esta investigación ya se había cerrado, pero estos datos mostraron los siguientes resultados:

Tabla 11: Resultados de las elecciones municipales de Anzaldo 2010

Sigla Nombre Votos Obtenidos

% Concejales electos y Distritos a los que pertenecen

FPV Frente para la Victoria 581 22,4 Filomeno Herrera (D2)

UN-CP Unidad Nacional 179 6,9 Ninguno

MSM Movimiento Sin Miedo 86 3,3 Ninguno

MAS-IPSP Movimiento al Socialismo 1.752 67,4 Fortunato Herbas (D6)Elena Rodriguez (D4)

Olga Galarza (D4)Grover Vallejos Franco (D2)

Fuente: Elaboración propia con datos provenientes de: http://www.boliviademocratica.net/elecciones2010cbba/Lista%20de%20Alcaldes-anzaldo-180681-0-0.html, accedido el 07/10/2011.

En términos de la tensión pueblo-campo, los datos evidencian una clara hege-monía del campo sobre el pueblo en el nuevo gobierno municipal. Los actua-les concejales, que fueron elegidos orgánicamente, es decir, conjuntamente con las organizaciones sociales, sólo provienen de los distritos rurales (2, 4, 5 y 6) y en su mayoría pertenecen al MAS – IPSP. De acuerdo con Hilarión Arias, co-investigador de este trabajo, la tensión pueblo-campo por el control del poder local finalmente ha amainado y ha abierto la posibilidad para responder a las necesidades de desarrollo de las poblaciones rurales del municipio.

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A la luz de la pugna y los cambios descritos en el capítulo anterior, aquí se mostrará como la vieja y nueva lógica intercultural siguen expresándose en la propia organización sindical, en los diversos ámbitos de la vida cotidiana y, también, en redes y asociaciones antiguas y actuales. De esa forma, se ilustra de nuevo, la interacción entre las dimensiones interpersonales de la intercultu-ralidad y sus raíces más estructurales.

7.1. El conflicto campo-pueblo en la organización sindical

Desde la LPP, la organización sindical se ha convertido en un espacio de dis-puta entre el campo y el pueblo. Hasta antes de la LPP, la organización sindical estuvo inmersa en la tensión entre su dependencia o independencia frente al Estado. De una situación de dependencia, durante el período del MNR y de los gobiernos militares, paulatinamente fue ganando niveles de mayor indepen-dencia y libertad de movimiento. Al mismo tiempo internamente ha transitado de un estilo sindical de fuerte disciplina, y de participación limitada a los jefes varones de hogar, hacia un proceso de democratización y de apertura de gé-nero y generación.

Luego de la Reforma Agraria, la organización sindical en Anzaldo estuvo, por un largo período, manipulada por gente del pueblo, sea de forma directa o indirecta, sobre todo en su máximo nivel local. Por ejemplo, a través del paren-tesco ritual, aunque no todos se dejaban:

La gente del pueblo siempre eran problemáticos, a nosotros nos manejaban a garrotes, nos esperaban en las noches para pegarnos. Don Lucio [Zárate, diri-gente de la central], era un poco más atrevido y a él no le decían nada fácilmen-te; nosotros como dirigentes éramos unidos y si algo pasaba rápidamente nos llamábamos para arreglar cualquier asunto y arreglarlo, pese a que no había comunicación como ahora. Sin embargo, nosotros hacíamos una comunicación táctica y así se ha logrado tomar la central campesina (Alberto García).

7. LO NUEVO Y LO VIEJO, EN EL CONTEXTO ACTUAL

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Lo nuevo y lo viejo, en el contexto actual

Esta situación cambió, sobre todo, desde mediados de la década del 90 con la LPP. Los campesinos comenzaron a gestionar sus niveles organizacionales superiores sin la injerencia de la gente del pueblo. Con esta Ley, la organización sindical fue ganando terreno paulatinamente en el espacio de toma de deci-siones municipales hasta convertirse en el actor central para acceder al espacio municipal en la actualidad.

Ahora hay cierto empoderamiento, tenemos concejales del campo, los dirigen-tes participan más. Eso ha cambiado la relación entre el centro poblado y las comunidades campesinas, en la toma de decisiones. Ahora tienen más fuerza las comunidades (Nelson Virreyra).

Esta nueva situación de la organización sindical, ha reactivado el interés de la gente del pueblo por retornar al seno de la central campesina. En el distrito 1, que corresponde al centro poblado de Anzaldo, existen dos comunidades, Anzaldo y Caracollo, en las que está afiliada gran parte de la gente del pueblo. Sin embargo, éstas no son reconocidas como subcentral, lo que las limita a ser parte de la dinámica de la central campesina. Recientemente, han pedido a la central campesina ser incorporadas como sindicatos, lo cual es todavía objeto de discusión en la central. Al respecto, don Alberto García, ex dirigente de la central y concejal desde el 2005, sostiene:

Quieren entrar para no perder el control. Antes siempre tenían sindicato Anzal-do. Pero, cuando se requería unidad, ellos no hacían caso; no participaban en lo que requeríamos. Es un momento de cambio. Ellos quieren sí o sí rearticularse, no les queda otra, si no se meten a la organización quedarían rezagados. De todo lado quieren entrar al sindicato. Es un asunto delicado, siguen buscando el antagonismo.

El interés de la gente del pueblo de ser parte de la organización campesina, no sólo viene de las dos comunidades del distrito 1, sino también de otros dos frentes. El año 2009, la Asociación de Chicheras que aglutina a casi un centenar de socias y que fue un grupo de soporte del alcalde vetado en la gestión 2007, se ha convertido en el Sindicato 27 de Mayo e igualmente hace lobby para ser parte de la central. Asimismo, los residentes campesinos y no campesinos que viven en la ciudad o los pueblos aledaños han comenzado a expresar un fuerte interés de participar de la dinámica de las organizaciones sindicales en las co-munidades, aunque quizás más como reacción al proceso de saneamiento de tierra iniciado el año 2010.

En la actualidad, la organización sindical todavía confronta el desafío de su independencia frente a los partidos políticos tradicionales y no tradicionales (pro-campesinos), así como, en la última década, la profundización de su pro-ceso de democratización y, de forma cada vez más creciente, confronta el desa-

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

fío de la inclusión en la organización de aquellos que tradicionalmente los ex-cluyeron: los vecinos y residentes; situación que ha tornado a la organización en un espacio de disputa. El hecho de que la organización campesina y, sobre todo, la central se hayan convertido en un factor actual de poder sugiere que, en el futuro, éste será objeto de disputa y, por tanto, de tensión, no sólo entre los liderazgos campesinos, sino también entre la gente del pueblo, vecinos y residentes, y campesinos.

7.2. Los “miramientos”

Antes de la aprobación de la LPP, las iniciativas y propuestas de desarrollo se focalizaban en comunidades y proyectos puntuales promovidos por institucio-nes públicas (CORDECO) o privadas (ONG). Con la LPP, los municipios reciben el mandato de promover desarrollo en su espacio territorial para lo cual reci-ben fondos primero de coparticipación tributaria y, posteriormente, de otras fuentes (HIPC e IDH) para responder a los requerimientos de desarrollo de los pueblos y comunidades de los municipios.

En Anzaldo, hay un reconocimiento generalizado de que la LPP trajo desarrollo al municipio. “Con la participación popular ha empezado el desarrollo, aunque poco a poco, pero se ha comenzado” (Nicolás Terrazas). Sin embargo, en su inicio, debido a que la gente del pueblo estaba en ejercicio del gobierno muni-cipal, los proyectos de desarrollo tienden a concentrarse en el centro poblado de Anzaldo y los alrededores:

En el pueblo sí se vió rápidamente el impacto [de la LPP], porque ellos pertene-cían a los partidos de la derecha y esa camarilla del pueblo utilizaron a los com-pañeros de las comunidades. Después de 3 años, hemos empezado a recibir obras de construcción de escuelas, postas de salud, mejoramiento de canchas (Abel Álvarez).

Ello comenzó a generar disconformidad y, lo que localmente sobre todo la gente del campo suele llamar, miramiento. Aquí, se interpreta el miramiento también como un mecanismo relacional de control social comunitario. Puede tener entonces dimensiones positivas en sentido de mantener cierta equidad y equilibrio en las comunidades. Pero, en su lado negativo, este miramiento también puede funcionar como una negación de la propia interculturalidad. Por ejemplo, cuando es utilizado para marginar o para frenar la innovación o el crecimiento de liderazgos.

Es muy probable que las primeras comunidades campesinas beneficiadas hayan sido aquellas espacial o políticamente cercanas a las autoridades del

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Lo nuevo y lo viejo, en el contexto actual

gobierno municipal, lo que generó disconformidad de las comunidades más distantes que no recibían proyectos.

Desde 1994, la organización ha caminado muy bien, pero después de eso la organización ha tenido muchos fracasos, porque ha entrado en división. Parece por la administración de dineros de la participación y cada comunidad pedía trabajo, por eso había estas divisiones, cuando no alcanzaba la plata, la gente entraba en miramientos (Silvano Caballero).

Posteriormente, los beneficios del desarrollo se extienden a gran parte del mu-nicipio y se reconoce que el mismo ha tenido un doble efecto paradójico sobre la población campesina: concientización y desorganización-miramiento.

Era un gran beneficio la participación popular, porque las obras se han em-pezado a ver. Por ejemplo, en mi distrito no había nada de postas ni escuelas, [pero] desde ese momento se ha mejorado postas y wawa wasis, y los caminos también ha llegado a las comunidades. Aunque con algunos miramientos, lo importante es que se ha hecho, pero ni aún eso también seguía campeando la desorganización. Según a lo que veo, me parece la participación popular a los compañeros les concientiza, pero con todo eso los compañeros entraban más en miramientos, diciendo: “¿por qué para nosotros no hay y para ellos hay?” (Silvano Caballero).

Por otro lado, si bien la implementación de proyectos de desarrollo, en gran medida es función del ejercicio del poder municipal, también en ocasiones, la ausencia de ellas es producto de 1) las competencias de liderazgo entre cam-pesinos, 2) las pocas potencialidades productivas de una comunidad y 3) la falta de iniciativa de los propios campesinos para promover el desarrollo de sus comunidades.

A veces, no dejan que uno surja lo tienen que poner cualquier traba (serruchar, poner pies al gato). Ese líder tiene buen pensamiento de desarrollo, pero no lo dejan como envidia. Es el miramiento más que todo económico. Él otro percibe sueldo y el otro también quiere...

En Jatún Ciénaga decían: “¿por qué para nosotros no hay plata?” Pero, no tenían qué plantear. Al final, han planteado cementerio, pero no hemos aceptado. Sin embargo, tenían problema de agua potable. Eso no es bueno. Hay comunida-des que tienen oportunidades y otras no. Hay factores como pendientes y otros. En otros casos hay distancias. Otros no quieren ceder lugar (Alberto García).

En suma la LPP, si bien promueve desarrollo en el municipio, también crea divi-sión entre el pueblo y las comunidades y entre las propias comunidades debi-do a la asignación de recursos para proyectos de desarrollo.

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7.3. De la discriminación “solapada” a la abierta

La implementación de la LPP ha tenido también un efecto secundario no pre-tendido y perverso al haber intensificado la discriminación. Principalmente, en el sentido de limitar el derecho de participación campesina en la toma de de-cisiones municipales. La disputa del espacio municipal ha reactivado otras for-mas de discriminación cotidianas y de más larga data, como la de considerar al campesino como inferior por su lugar de origen, origen racial, nivel socio-eco-nómico o educativo. Esta sección se refiere a ambos tipos de discriminación.

7.3.1. Discriminación solapada

Si bien antes de la LPP, las relaciones entre la gente del pueblo y los campesi-nos tenían ribetes discriminatorios, éstos tenían un carácter solapado o eran aceptados como parte del orden y régimen social heredado del período patro-nal pre-Reforma Agraria. Un vecino del pueblo se refiere a este aspecto:

Según mi punto de vista, sí había unidad. No se veía muchos problemas porque los comunarios siempre venían a este pueblo. No había mucha discriminación porque el pueblo vivía de las comunidades y las comunidades con el pueblo (Silvano Caballero).

Por ejemplo, la discriminación de la gente del pueblo hacia los campesinos se expresaba en mantener (sin una prohibición formal, como en el pasado) ciertas limitaciones de ingreso de los campesinos a la plaza o en el derecho de pedir el cumplimiento de algún mandado a favor del pueblerino, situación que no ha desaparecido del todo:

¡Cómo manejaba la gente del pueblo a los campesinos! Cuando vienen al pue-blo les dicen: “¿Me has traído huevito?, ¿Me has traído gallinita?” Se aprovechan y les dan. Se ha visto esa forma de ponerle chiquitito al campesino. Hace unos días una señora me dijo “Ay, ya no puedo, llevamelo esto”. Y yo, tuve que llevar una carga (Hilarión Arias).

Esta forma de infantilizar al campesino (“ponerle chiquitito”) se reprodujo en varios ámbitos (económico, político, cultural y la vida cotidiana) y fue la base de una discriminación solapada.

Si bien, desde la Reforma Agraria, el espacio municipal y otros espacios de toma de decisiones estaban abiertos formalmente a los campesinos, éstos no podían acceder a ellos todavía debido a “su falta de educación”.

En consecuencia al inicio de la LPP, los vecinos del pueblo con mejores compe-tencias educativas, lingüísticas, redes sociales o vínculos con partidos políticos

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Lo nuevo y lo viejo, en el contexto actual

y su propia condición social, asumieron como algo natural y propio de ellos, la responsabilidad de gobierno municipal. En este primer momento, las relacio-nes vecinos-campesinos reprodujeron esa discriminación solapada, pues éstos últimos no pugnaban por cargos políticos y no implicaban una competencia para los vecinos. “No había mucha discriminación porque los partidos tradicio-nales manejaban el municipio” (Silvano Caballero).

Sin embargo, este orden de discriminación solapada comenzó a cambiar; esto sucedió cuando los campesinos comenzaron a disputar a los vecinos los espa-cios de poder local.

7.3.2. Discriminación abierta en reacción al empoderamiento

En Anzaldo, la resurgencia abierta de la discriminación es un resultado reactivo no pretendido de la incursión política de los campesinos en el espacio de toma de decisiones políticas municipales, anteriormente territorio casi exclusivo de los residentes del pueblo.

Eso está claro, existe discriminación porque esta gente del pueblo no quieren siempre que la gente del campo ocupe algún cargo de autoridad. Más que todo ésto ha salido a la luz en estos últimos tiempos, porque anteriormente estaba esta discriminación clandestinamente. Estos años, se ha aclarado totalmente (Alberto García).

La principal causa de la discriminación abierta de los vecinos hacia los campe-sinos, no es sólo la incursión, sino el empoderamiento campesino en el espacio municipal y la perspectiva o temor por parte de los vecinos, que hasta hace poco monopolizaban este espacio, de que en el futuro queden desplazados definitivamente.

Seguimos arrastrando [esa relación conflictiva campo-pueblo]. No hemos podi-do romper. Ahora hay cierto empoderamiento... Tienen más fuerza las comuni-dades y a nivel político. Les duele, es una herida que queda y por eso esas reac-ciones racistas que ha habido en el pueblo. Han perdido poder político y por eso yo creo que ha habido estos problemas. En este último problema, la gente del pueblo ha estado defendiendo: “¿Cómo los campesinos nos van a dominar?” Nos decían: “¡Indios, váyanse de la plaza!” (Nelson Virreyra).

Sin embargo, el empoderamiento campesino en Anzaldo, no ha sido sólo po-lítico, sino también educativo. Debido al trabajo de las instituciones religiosas, hoy se cuenta con un importante y creciente número de jóvenes campesinos bachilleres y profesionales que han comenzado a disputar espacios a los veci-nos.

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Había un viejito, don Hugo Zapata, que hacía escritos como si fuera abogado. Con la educación, ya no iban a don Hugo, ya no había trabajito, les han quitado privilegios. Antes iban y le decían: “Ay, compadrito, papito”. Yo ya no le digo así, “ay éste” reclaman. La educación me ha hecho eso, ¿no? (Hilarión Arias).

Si bien la mayor exasperación de expresiones de discriminación de los vecinos tiene como antecedente inmediato el contexto de participación y empodera-miento generado por la LPP y la incursión campesina en los espacios de toma de decisión, ésta no hace más que sacar de nuevo a la luz lo que persistía muy adentro en el inconsciente colectivo de bases históricas más antiguas. Es una actualización del principio de relacionamiento superior-inferior heredado del tiempo de la Colonia y de la primera República. Comenta Judith Marca: “Ellos se consideran como hijos de colonizadores”.

Nótese que lo que aquí se menciona, sólo para el caso de los vecinos del centro poblado de Anzaldo, ha estado ocurriendo con expresiones mucho más agre-sivas en muchas otras partes del país, a partir del empoderamiento colectivo que ha supuesto la llegada y consolidación del presidente aymara Evo Morales al poder. Por ejemplo, recordemos, la humillación colectiva a un grupo de cam-pesinos, incluido un alcalde rural, frente a la Casa de la Libertad en Sucre el 24 de mayo de 2008.

7.3.3. Vertiente generacional de la discriminación

La intensificación de la discriminación de los vecinos hacia los campesinos en Anzaldo tiene también distinta expresión por generaciones. La discriminación es más marcada entre las viejas generaciones que entre las nuevas. Es ilustra-tiva la siguiente respuesta a la pregunta de cómo se podría revertir la discrimi-nación:

Es algo simbólico. La gente de la plaza o cerca del templo creen tener cierto estatus y creo que viene de la colonia y eso se mantiene ahora, Hay todavía ex-presiones. Un compañero campesino es maltratado, salen y maltratan: “Indios, campesinos, ¿Por qué no se van a sus comunidades”. He visto, han golpeado a dos dirigentes campesinos a principios de este año. Va relacionado con el tema de la alcaldía. (Nelson Virreyra)

La mayor apertura de las nuevas generaciones, se expresó también en el mo-mento del fuerte conflicto de gobernabilidad del año 2007, cuando algunos jóvenes de la asociación AMUJALL contemplaban perplejos el mismo.

En generaciones jóvenes hay mayor apertura, en generaciones antiguas se nota todavía. El 2007, cuando hubo el problema con el Asterio [el alcalde censurado], los jóvenes de AMUJALL que son profesionales del pueblo y de las comunidades

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decían: “Yo no entiendo por qué se pelean”. En el pueblo hay resistencia de los antiguos (Cristina Lipa).

Siendo real este sesgo superior en la generación mayor, cierta discriminación aún se reproduce entre las nuevas generaciones. Así lo describe el siguiente testimonio de un residente campesino:

Tenemos un chico del colegio que explica mejor que yo. Es abandonado, sin padre, pero es increíble. Soy su profesor, se ha radicalizado, lo pegaron en la plaza. Tenía que desfilar con una chica y él no tenía zapatos, estaba con abarcas. La chica se fue.

A mi hijo también le ha pasado. La señora ha preferido no mandar a su hija para que no sea pareja con mi hijo, ellos son “blanconcitos”. Hay todavía discrimi-nación. Le pregunté a su hermana, “¿Mi hijito nomás no tenia parejita no?” Es que mi hermanita había sido su pareja. Es un problema que pasa en un pueblo pequeño, un poco de racismo (Hilarión Arias).

A pesar de que la educación permite la socialización e integración de la gente del campo y la ciudad, tendiendo puentes entre las diferencias reales e ima-ginadas, la discriminación entre las nuevas generaciones de Anzaldo, todavía persiste.

¿Por qué? El testimonio precedente sugiere una interesante pista de respuesta vinculada con el estatus basado en la apariencia de la piel de los vecinos: “son blanconcitos”, lo que todavía parece ser un fuerte elemento de distinción en pueblos pequeños como Anzaldo. Sin embargo, como se sugiere en el anterior apartado, otra posible base de la discriminación en Anzaldo, reactivada por los conflictos de gobernabilidad, es la persistencia de la separación y distancia más social y cultural que física, entre campo y pueblo. Esta distancia, reactua-liza el arquetipo colonial de campo como sinónimo de inferior y pueblo como sinónimo de superior.

7.3.4. Signos de esperanza: educación y recambio generacional

A pesar de la persistencia de la discriminación, no sólo entre las viejas genera-ciones sino también entre las nuevas, intensificada por la política, en Anzaldo existen signos de esperanza para superar este problema: el recambio genera-cional y la educación.

Apuntamos a las nuevas generaciones. Hay más apertura porque hemos con-vivido en el colegio, nos hemos conocido, [hemos] interactuado comunidad-pueblo la gente joven. Ahora también nuestros papás están peleados. Pero ellos [los papás], se mantienen a un lado. Hay que esperar que los papás se mueran (Hilarión Arias).

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Hay que esperar que se mueran los viejos. Es difícil de cambiar la mentalidad de esa gente, son mayores, es parte de su formación (Nelson Virreyra).

La educación proporcionada por las órdenes religiosas en Anzaldo, ha contri-buido a crear un sentido de igualdad entre los jóvenes del campo y la ciudad, como lo indica una de las hermanas de CEPRUJEM:

Las generaciones jóvenes ya tienen otra mentalidad, tenemos que llegar a esa igualdad. Que estudien. Todos somos iguales aunque sin educación, pero la educación hará la igualdad. Que todos salgan profesionales y no tienen por qué sentirse menos o más. Toda esa juventud es fruto de la educación. Es algo a que tenemos que tender para que no haya diferencia tan grande entre campesinos y pueblerinos (María Teresa Boada).

Esta nueva actitud de respeto e igualdad se expresa en algunos aspectos de la vida cotidiana en los que se da una mayor apertura y comunicación entre los jóvenes. Incluso comienzan a conducir a matrimonios entre jóvenes del campo y el pueblo, hecho casi imposible en el pasado por las diferencias económicas y la discriminación.

En nuestra asociación [AMUJALL] hay gente del pueblo. Cuando jugamos al fút-bol, cuando vamos al baile no hay discriminación. Por lo menos, yo no he sido rechazado o no creo ya con las mismas características como las antiguas gene-raciones. Incluso hay un acercamiento, por el capital político que tenemos, se nos acercan, nos hablan nos saludan, nos han estado llamando por el tema de conseguirle algún trabajito. Hay cierta relación igualitaria, pero queda. Creo que incluso hay matrimonios. Apodaca con la hija del Fernando. Hace diez años no hubiera ocurrido, un compañero que viene del campo con alguien de la plaza, imposible (Nelson Virreyra).

7.4. Vínculos de los residentes con el pueblo y campo

Los residentes tanto de origen pueblerino como campesino mantienen vín-culos continuos con Anzaldo y las comunidades a través de los cuales se es-tablecen y reproducen relaciones interculturales campo-pueblo-ciudad. Se mantienen así tanto vínculos familiares con los vecinos del pueblo como vín-culos clientelares con los campesinos. Aquí distinguiremos principalmente las relaciones y eventos priorizados por los residentes ex-vecinos con el pueblo y las de residentes provenientes de las comunidades campesinas con éstas.

7.4.1. Vínculos entre vecinos residentes y locales

Las relaciones de los vecinos residentes en la ciudad y los que siguen en el pueblo de Anzaldo se reactivan en diferentes momentos. Los más informales y

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cotidianos son los intercambios y visitas entre familiares, en uno y otro sentido, sea éste con ocasión de celebraciones domésticas o de cualquier otro acon-tecimiento positivo o también negativo. Por ejemplo, conflictos por herencia.

La LPP reavivó también el interés de los residentes con el pueblo, que ahora tenía un municipio con poder real y recursos. Algo semejante había ocurrido ya en los años 50. Por ejemplo, el célebre Juvenal Castro, que retornó a sus pagos después de haber estudiado y residido muchos años en la ciudad. Así ha ocurrido también en las últimas décadas. Algunos residentes reactivan su vín-culo con Anzaldo en momentos de toma de decisiones respecto al desarrollo del municipio, como la definición de los POA, por su interés de continuar pro-moviendo la mejora del pueblo59 como en los casos de Gabino Zurita de UCS (concejal en la gestión 2004) y Lidia Suárez del MSM (alcaldesa en la gestión 2008-2009).

El caso más célebre y reciente de un residente encaramado al nuevo gobierno municipal es seguramente Asterio Camacho del NFR. Diversos entrevistados nos recuerdan:

El Asterio, no es tanto campesino, ha nacido en Anzaldo, [pero] vivía en Cocha-bamba, la gente de allá no le conocía.

Trabajó en la universidad como administrativo y luego fue diputado.

Nos han dicho que sí, en su campaña electoral se presentaba como campesino, era sólo por interés político. Era además ahijado de Manfred Reyes Villa.

Fue precisamente entonces con el empoderamiento campesino amplificado, sobre todo, a partir del desgobierno durante la gestión de Asterio, sobre todo en 2007, cuando los vecinos residentes y locales hicieron una alianza política más abierta en defensa de sus comunes intereses. En esa ocasión, se activó la red de antiguos residentes-vecinos del pueblo en oposición a las organiza-ciones campesinas. Judith Marca recuerda: “En el conflicto del enfrentamiento incluso estaba la juventud cochala [del NFR], estaba en Anzaldo con chicotes, cinturones, dispuestos a enfrentarse”.

Pero, la expresión simbólica más elaborada y estructurada de esta relación, desde tiempos pasados hasta hoy, es la fiesta patronal del Señor de Santiago, del 23 al 26 de Julio. Es un momento crucial de reactivación del vínculo de los antiguos residentes con Anzaldo60.

59 Comunicación personal con Javier Rocha, técnico de CIPCA - Cochabamba, 2009.60 Lo que aquí relatamos sobre Anzaldo, es muy común en otros muchos pueblos rurales y, más

recientemente, también en algunas fiestas patronales de comunidades.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

De hecho durante esta celebración, se evidencian dos momentos, primero los días de la fiesta de los residentes y vecinos del pueblo (23 y 24), y segundo los días de la fiesta de los campesinos: vecinos campesinos y campesinos residen-tes (25 y 26). El miramiento entre estos dos grupos ha adquirido así, y mantiene hasta hoy, una expresión ritualizada. Comenta Alberto García:

En la fiesta, mayormente, es casi dividido también. La convivencia en la fiesta es separada, no se convive entre campo y pueblo en la fiesta de Santiago o en cualquier fiesta. Pero –añade enseguida don Alberto– también se ve que hay cambio entre las nuevas generaciones, se ha visto bien claramente.

Limitándonos, a los dos primeros días, reservados a los vecinos, la fiesta se ha convertido en un ámbito de despliegue de recursos, prestigio y de poder eco-nómico de parte de los antiguos residentes, los cuales como pasantes entran en competencia. Durante este día, el pueblo del Anzaldo es inundado de gente de las ciudades que a la vez reafirman su “anzalditud” – si vale el término – expresada en su devoción al Señor de Santiago y refuerzan también su ma-yor status como residentes buscando reproducir en menor magnitud la forma como se hacen las fiestas en la ciudad.

El primer día vienen con sus fraternidades, se posesionan en el pueblo, traen su conjunto y hacen su fiesta, y el tercer día recién es la fiesta del campo. Este año también ocurrió. La gente que vuelve son los que tenían haciendas. Se sienten dueños (Cristina Lipa).

Cada vez, va creciendo la fiesta. Es un momento para demostrar el poder econó-mico de la familia, es como una pelea entre familias, cuánto se ha invertido, que grupos se ha traído, etc., son momentos en que las familias muestran su poder económico (Judith Marca).

Vinculado con la fiesta, a finales de la década de los 70, los antiguos residentes conformaron la “Fraternidad Caporales Santiago de Anzaldo”, que hace poco cumplió tres décadas.

Se trata de un tipo de baile sólo recientemente desmembrado del baile más antiguo de la “morenada”, que tenía algunos rasgos semejantes y se ha hecho muy popular incluso más allá de la región andina y de Bolivia. Por una parte, este desmembramiento ha facilitado pasar de los ritmos mucho más solem-nes de la morenada (más propios de gente mayor) a los mucho más ágiles de los caporales. Pero, por otra parte, sus connotaciones simbólicas son también distintas.

Las figuras mismas del caporal, que caracterizan a estos conjuntos, represen-tan a una persona negra supuestamente escogida por los patrones españoles

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para servir de capataz de los esclavos en las faenas agrícolas en la zona de Los Yungas de Bolivia. Desde fines de los 70 esta danza se ha convertido –al menos en contextos como el de Anzaldo– en una danza de élite, riqueza y prestigio social por el costo de los trajes y la participación en las fraternidades. Asimismo, el pertenecer a una fraternidad de caporales expresa la actitud am-bivalente, moderna y tradicional de las clases altas, “cuya estética reproduce la herencia paternalista, vertical y autoritaria de los antiguos caporales” (Sánchez 2000). En otros contextos, citadinos y estudiantiles, más que este elitismo, lo que sobresale es la agilidad de los movimientos que este baile exige.

Es muy posible que la Fraternidad Caporales Santiago de Anzaldo sea una me-táfora actual de las relaciones pre-Reforma Agraria entre patrones y campesi-nos, y que el grupo de residentes de Anzaldo, asuman una actitud caporalista inconsciente (“se sienten dueños”) en relación a los campesinos: la represen-tación de los antiguos colonos de sus padres y abuelos.

Un dato adicional importante respecto a la fiesta patronal de Anzaldo es su ré-plica en la ciudad. Por ejemplo, en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS). “En la gestión de Tonchy Marinkovic la fiesta de Anzaldo todavía se celebraba tanto allá como aquí. Incluso hay una fraternidad de caporales” (Jorge Guevara comunicación personal 2009)

[La fiesta] tiene su repercusión en Cochabamba. El grupo de los caporales San-tiago de Anzaldo, lo trasladan a Cochabamba. No son gente de clase media baja, sino de profesionales con posicionamiento. El Trigo era rector de la UMSS, jugó un papel importante para la educación, entrar en los espacios de poder, la UMSS es una logia, es un grupo bastante organizado en aspectos culturales, de fiesta, sentido de pertenencia, como grupo de profesionales, tienen poder económico para movilizarse (Judith Marca).

7.4.2. Vínculos de campesinos-residentes con sus comunidades

En el caso de los campesinos residentes en la ciudad, el vínculo con sus co-munidades de origen se reactivan por situaciones semejantes, como motivos familiares de toda índole (enfermedad, fiestas domésticas, siembra o cosecha al partir...), como las fiestas de sus comunidades, para participar en algún bene-ficio externo, para ejercer su derecho ciudadano en momentos de elecciones y mantener derecho propietario sobre la tierra61.

En las fiestas de sus comunidades de origen, algunos lo hacen como pasantes

61 Agradecemos a técnicos de CIPCA-Cochabamba Javier Rocha y Victor Peñarrieta por su apoyo en este tema.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

de la fiesta y la mayoría como participantes. Si bien cada comunidad puede tener su fiesta particular, todas celebran la fiesta de San Isidro Labrador (15 de mayo), como en muchas otras partes de los valles de Cochabamba. Es inte-resante el proceso que ha seguido esta celebración. Anteriormente, los cam-pesinos traían al pueblo sus animales para ser bendecidos por el párroco, lo que generaba una interesante dinámica intercultural y comercial en el pueblo. Sin embargo, algunos sectores del pueblo comenzaron a molestarse con la suciedad de los animales y se dispuso, a nivel municipal, la prohibición de la entrada de los animales en el pueblo. Como resultado, se generó una dinámica diferente, el párroco comenzó a ir a las comunidades para la bendición de los animales. Finalmente, en las dos últimas gestiones municipales, con presencia campesina dentro del gobierno municipal, la fiesta ha vuelto al pueblo, gene-rándose un sincretismo interesante con la marcha de bueyes adornados y sus padrinos seguidos de tractores de la alcaldía en la plaza central de Anzaldo (Judith Marca y Nancy Camacho)62.

Los residentes campesinos vuelven también a sus comunidades para recibir algún beneficio externo, sea en casos de desastres o la presencia de algún proyecto gubernamental o no gubernamental en su comunidad. “Aunque no viven en las comunidades, no sé cómo se enteran, pero aparecen en las comu-nidades” (Víctor Peñarrieta).

El retorno de los residentes-campesinos, en estas ocasiones, parece estar vin-culado con la actitud ya mencionada del miramiento (ver apartado 7.2.), muy difundida en las comunidades de la zona63. En función de ella, se procura que los beneficios de algún proyecto externo no sean sólo para un grupo, sino para el conjunto de la comunidad. Algunos dirigentes sindicales, ante la posibilidad de algún beneficio o proyecto externo preguntan: “Ingeniera, ¿Es para todos o para algunas familias? Si no es para todos entonces lléveselo a otro lado” (Cristina Lipa).

Otro momento colectivo para el retorno de los residentes campesinos a sus comunidades es para ejercer sus derechos ciudadanos como votantes en elec-ciones municipales y/o nacionales. Desde la LPP y la creciente conciencia de la diferencia que hace el voto campesino en las instancias municipales y ahora con la emergencia al poder del Estado boliviano del Movimiento al Socialismo (MAS) en el 2006, las organizaciones sindicales exigen a sus afiliados, tanto los

62 Otra ocasión festiva en la que retornan los campesinos residentes es la Fiesta de Todos Santos a inicios de noviembre.

63 Existen varias dimensiones de la práctica del miramiento. Aquí sólo nos referimos a su dimensión de cohesión social. Más adelante, en la sección “desafíos futuros de la interculturalidad en Anzal-do” se trata en más detalle este aspecto.

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Lo nuevo y lo viejo, en el contexto actual

que viven en la comunidad como fuera, a ejercer su voto en sus comunidades. “Cuando hay elecciones los obligan para retornar, es una medida controlada” (Judith Marca).

La principal razón para tales requerimientos, está asociada a la posible reduc-ción de los fondos de coparticipación tributaria si disminuye el porcentaje de población. Por eso mismo, también en el último censo de 2001 –el primero después de la LPP– la población rural disminuyó a un ritmo menor que las pro-yecciones estadísticas previas64.

También, con estos mismos asuntos, suele relacionarse otro motivo fuerte para el retorno periódico de los campesinos residentes a sus comunidades, a sa-ber: mantener el derecho propietario sobre la tierra (la cual en varios casos está alquilada o es utilizada con fines agrícolas bajo el sistema de producción al partir). Por mucho que tengan títulos individuales, si no acuden en las cir-cunstancias en que se requiere su presencia, podrían arriesgar su derecho si no cumplen sus obligaciones comunales. Se retomará este tema en el capítulo 8.

7.5. Redes sociales intra- e interculturales

Los actores antes descritos, no sólo establecen relaciones entre ellos como ca-tegorías discretas, sino que también estructuran redes sociales intra- e inter-culturales. Por ejemplo, en situaciones de polarización, como la ocurrida en Anzaldo en los conflictos por el control del gobierno municipal en 2007, se ac-tivó la red de vecinos y residentes, que sin compartir necesariamente un origen social similar, compartían intereses y una visión común de desarrollo: mejora del pueblo y sus alrededores. Se confrontaron, a su vez, con la red campesinos-instituciones de apoyo, una red social intercultural, por el diferente origen cul-tural de los participantes. En este caso particular, esta polarización entre dos redes de aliados se expresó en términos peyorativos como el de “pueblo” ver-sus “indios”

Sin embargo, en otras situaciones, los actores antes descritos establecen re-laciones y redes interculturales. Por ejemplo, en el caso de las fiestas o cere-monias como matrimonios, bautizos, etc. donde los vecinos pueden oficiar de pasantes de fiestas comunales o padrinos de los matrimonios.

64 Lamentablemente, el INE todavía no ha contemplado la oportunidad de poder registrar de al-guna manera la doble residencia urbana-rural, un fenómeno cada vez más extendido. Por otra parte, los censos sólo registran la población “de hecho” en un determinado día, por lo que sus cifras no suelen coincidir con las de los afiliados registrados en cada comunidad.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Hay otras fiestas donde hay un encuentro intercultural. Ya no se fijan en las dife-rencias, porque es la fiesta, en el pueblo están ahí, Ha ido cambiando ¿no? Los del centro poblado no se hacen problema de ir a la fiesta del pasante, hay rela-ciones familiares, compadres. Se sientan a compartir, no hay reparo de tomar la chicha. Los del pueblo cerveza y los del campo chicha (Judith Marca).

Algunas veces peleamos, pero otras veces también compartimos. Cuando se trata de fiestas estamos más cerca. Pero, cuando ya se trata de proyectos que tienen que ver con la comunidad, participamos con más interés en defender la comunidad. Algunas veces, no nos entienden y nos quieren orientar. Pero, sabemos que cuando se quiere hacer daño a la comunidad y aprovecharse, eso no dura. (Fortunato Herbas).

Sin embargo, estas relaciones y redes sociales siguen atravesadas por inten-cionalidades y relaciones de poder entre los actores, basadas en un control diferenciado de recursos físicos (tierra, agua), políticos (influencias), económi-cos (dinero), tecnológicos (acceso a semillas, etc.), sociales (diferentes niveles educativos), culturales, etc. Nuevamente, en estas relaciones y redes intercul-turales, el componente generacional parece jugar un rol importante de cara a una mayor polarización o hacia el encuentro, como ya se explicó en el aparta-do 7.3.3.

7.6. Redes, alianzas, instituciones y asociaciones

Muchas de las instituciones y asociaciones, no son más que cristalizaciones de algunas de esas redes. A lo largo de todas estas páginas, se han observado muchas de ellas. La principal, desde la mitad del siglo XX, es sin duda la vasta organización sindical campesina que, con diversas modalidades y posiciones políticas, hasta hoy aglutina a todo el campesinado y comunidades dentro de Anzaldo y, de ahí, a las del resto del país. Es además la instancia vista ahora como “natural” para que este campesinado se vincule, a su vez, con toda la red estatal, en relaciones a veces muy clientelares u otras más antagónicas y tam-bién con los diversos partidos, ONG y otras instituciones de desarrollo. A estas redes, a partir de la LPP se añade el municipio como nueva instancia estatal local con sus propias instituciones; las cuales a veces no son más que las mis-mas instancias anteriores, pero con nuevos nombres, como los sindicatos de siempre denominados también OTB y aglutinados en distritos que, en buena parte, coinciden con una o dos subcentrales y que proporcionan sus represen-tantes al Comité de Vigilancia, interlocutor formal de la sociedad civil ante el gobierno municipal.

Otras redes e instituciones son más específicas. Por ejemplo, desde la década de los 80 comenzaron a surgir asociaciones de productores como la Asociación

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Lo nuevo y lo viejo, en el contexto actual

de Productores de Trigo (ATP, 1983) y, más recientemente, la Asociación de Re-gantes y Servicios Agropecuarios de Represas y Atajados (ARSARA, 2009) con el propósito de generar alternativas económicas para las comunidades rurales.

En el ámbito educativo, al existir varias promociones de egresados del colegio San José de Calasanz, administrado por los Padres Escolapios, se organizó la Asociación Musoj Jallp’a [AMUJALL] con la función de informar sobre temas coyunturales a la población campesina y de servir de contraparte local de los Padres Escolapios en la búsqueda de fondos para proyectos de desarrollo de la comunidad. Pero, la red escolapia es mucho más amplia y trasciende fronteras. En 1994, los mismos padres escolapios habían constituido en España diversas instancias de la Asociación Amigos de Anzaldo (por ejemplo, en Málaga y en Barcelona) para apoyar a la educación y alimentación en los internados de An-zaldo.

En la anterior sección 7.4.1 se ha comentado cómo la red entre vecinos del pueblo y los que residen en la ciudad dio lugar a la Fraternidad Caporales de Anzaldo que se organizó y vinculó con la Universidad Mayor de San Simón. Ésta, está conformada por residentes y se hacen presentes en Anzaldo en días festivos. Esta cumple el rol de ser guardián de ciertos valores y de medio de expresión de los residentes de Anzaldo

Las nuevas alianzas entre residentes, vecinos y el partido NFR del entonces alcalde, para confrontar juntos el empoderamiento campesino del año 2007, llevó también a nuevas redes, alianzas y asociaciones. En el pueblo existía la “Asociación 27 de Mayo” que aglutina al casi centenar de productoras y vende-doras de chicha del centro poblado de Anzaldo, pero entonces el alcalde las cooptó para que cumplieran un rol político de apoyo como grupo de choque. Pasada aquella coyuntura y ante el emergente empoderamiento campesino es significativo que ahora más bien busquen un acercamiento a través del forta-lecimiento de dos sindicatos campesinos en el ámbito urbano o periurbano...

...Así sucesivamente. Como se puede ver, los roles de las asociaciones de An-zaldo cumplen funciones diversas en relación al tipo de población que agluti-nan. Podríamos ampliar ad infinitum el recuento. Según la composición de sus miembros, algunas podrían jugar un rol de puentes. Sin embargo, hasta ahora parece que han jugado más el rol de recursos y aliados a favor de alguno de los actores en conflicto. Entonces un desafío de las mismas, en vistas de construir sistemas sostenibles, es cómo servir de puntos de encuentro y puente entre actores con diferentes intereses y visiones.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

7.7. Conclusiones

En la actualidad, las relaciones interculturales en Anzaldo están atravesadas por tensiones y conflictos entre actores locales que expresan las tensiones entre visiones y mentalidades urbanas mediadas por el pueblo y visiones y mentalidades campesinas. Aunque es posible la persistencia de tensiones so-bre todo en referencia al control de recursos escasos, como tierra, recursos del Estado y, en última instancia, su participación en el poder local para la toma de diversas decisiones; existen también indicios de un escenario alternativo: con-vivencia del campo y pueblo. La posibilidad de este segundo escenario está muy vinculada al recambio generacional en instancias locales (organizaciones sindicales, redes, asociaciones y otros) y procesos de socialización educativos. Las nuevas generaciones de vecinos y campesinos tienen el desafío de cons-truir una sociedad local mas inclusiva y tolerante para beneficio del conjunto.

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Todo el conflicto entre actores, descrito en el capítulo anterior, en el fondo tiene que ver con quién controla y toma decisiones sobre los recursos, ahora mucho más ingentes, del municipio para asignarlos a qué fines. Así, nos lo sin-tetiza Alfredo Montecinos, de CIPCA:

Es un conflicto eso de residentes y comunarios. Siempre ha sido esto. Estos re-sidentes creen que Anzaldo o Torotoro es de ellos, pero no se dan cuenta que es más grande. El residente quiere mostrar lo lindo que es el pueblo. Le interesa mostrar en la fiesta, que la gente le reconozca. En cambio, al campesino le in-teresa más allá… el campesino vive allí. Es muy importante que la feria tenga resultados. Al residente no le interesa tanto. En las ferias productivas hay más gente de las comunidades. Pero, a la gente del pueblo, le interesa el aniversario, el desfile. En cambio, las ferias productivas es un espacio donde se socializa.

La pugna por el acceso al poder y a los recursos del municipio en Anzaldo es, por tanto, también una tensión entre diferentes visiones de desarrollo: una vi-sión de desarrollo centrada en el pueblo y que mira a la ciudad como referente, y una visión de desarrollo agropecuario.

8.1. Lo que estaba en juego

Como punto de partida, la Tabla 12 sintetiza los datos básicos que nos intro-ducen cuánto estaba en juego, con relación a los ingresos, inversiones y gastos del municipio de Anzaldo en el período 1994 (año del inicio de implementa-ción de la LPP) y 2007 (año del conflicto de gobernabilidad en el municipio). Lamentablemente, para varios años de la serie, no se ha logrado el desglose por rubros, lo que ya comunica algo sobre el manejo de las correspondientes gestiones municipales65.

8. EL DESARROLLO: ESCENARIO DEL CONFLICTO

65 Aun así, hay que seguir tomando estas cifras con cautela porque en las estadísticas municipales de todo el país, existen todavía notables divergencias de una fuente a otra. Esto puede deberse a muchas causas no explicadas. Por eso, no añadimos mayores interpretaciones sobre los giros que aparecen de un año a otro.

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El desarrollo: escenario del conflicto

Las casillas en blanco indican la ausencia de datos.* El porcentaje de inversión total para este año (2002) no es consistente, ya que supera el total de ingresos del municipio.Fuente: Elaboración propia en base a datos de FAM-Bolivia: Ficha Municipal de Anzaldo

Un primer elemento, que resalta en estos datos, es que entre 1994 y el 2007 los ingresos del municipio se multiplicaron por diez, de 456,989 a 4, 487,091 bolivianos. Esto, se debió, sobre todo, al incremento de la coparticipación tributaria, del HIPC II66 (desde la gestión 2003) y del Impuesto Directo a los Hidrocarburos-IDH (desde la gestión del 2006). Este incremento, en la dispo-nibilidad de recursos, convirtió al gobierno municipal en una instancia mucho más atractiva en la perspectiva de administrar esos recursos.

Tabla 12: Ingresos, inversiones y gastos en bs, municipio de Anzaldo 1994-2007

Ges-tión

IngresoTotal

InversiónProduc-

ción

InversiónInfraestr.

Inver-sión

Social

Inversiónotros

Total de inversio-

nes

% totalInver-siones

Gastos de funcio-nam.

2007 4,487,091

2006 3,268,623

2005 2,468,435

2004 2,540,221

2003 2,428,422 423,542 347,448 430,276 42,094 1,243,360 51.2 522,714

2002 1,468,625 602,199 143,205 702,654 58,924 1,506,982 *102.6 397,215

2001 1,745,482 21,539 148,217 334,434 188,854 693,044 39.7 370,814

2000 1,816,279 8,448 712,056 159,239 88,221 967,964 53.2 309,382

1999 1,559,474

1998 1,736,452 79,687 463,806 398,802 355,209 1,297,504 74.7 195,351

1997 1,456,175 72,525 2,299 697,348 197,975 970,147 25.4 331,035

1996 1,261,364

1995 1,019,436

1994 456,989

66 Programa de alivio a la deuda externa para países altamente endeudados implementado a ini-ciativa del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y los siete países más industrializa-dos del mundo (G-7). En septiembre de 1999, Bolivia ingresó a la fase I de este programa (HIPC I) resultado del cual 1.100 millones de dólares de deuda le fueron condonados. El HIPC II, implicó la condonación de 1.300 millones de dólares, efectivo desde el 2003 y durante los siguientes 10 a 15 años.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Segundo, considerando las gestiones para las que disponemos de datos sobre gastos de funcionamiento (1997-2003; última columna de la Tabla) en prome-dio éstos involucraban un 20% de los ingresos totales del municipio, lo que dejaba un promedio de un 80% para ser invertido en apoyo a la producción, infraestructura, inversión y otros rubros, en beneficio de la población de todo el territorio municipal de Anzaldo. Pero, por otra parte, durante el período indi-cado, el promedio de inversiones sólo alcanzó a un 48,8% (equivalente a unos 2.189.700 bolivianos) debido a la baja ejecución presupuestaria, sea por des-conocimiento de la ley, por miedo o por problemas de gobernabilidad en el municipio. Sin embargo, es evidente que desde la LPP el municipio dispone de recursos significativos en continuo crecimiento para ser invertidos en proyec-tos de desarrollo. Es precisamente sobre estos recursos que surgen tensiones entre los diversos actores y potenciales beneficiarios.

8.2. Discrepancias sobre visiones de desarrollo

En principio, los recursos del municipio se destinaron principalmente a la in-versión social e infraestructura y no tanto a la inversión productiva. Compa-rando los datos disponibles de gastos totales durante el período 1997-2001, según la Tabla 12, se evidencia lo siguiente:

Para inversión social: 1.590.157 bolivianos, Para inversión en infraestructura: 1.326.378 bolivianosPara inversión en apoyo a la producción: 182.199 bolivianos

Esta distribución de los recursos por rubros, no se debe sólo a decisiones he-chas al nivel local, sino también a que una parte significativa de los recursos vienen ya condicionados para determinadas actividades, sobre todo, en el área social de educación y salud. Por ejemplo, se reciben fondos específicamente destinados a servicios de alimentación escolar o para el pago de determina-dos bonos de salud. Asimismo, condicionamientos fiscales que prohíben a los gobiernos municipales asignar recursos para la producción familiar, que es por mucho la más dominante, pero sí facilitan obras públicas de infraestructura (edificios, caminos y otros) y la compra de maquinaria municipal. Pero, dentro de esos límites quedan todavía significativos márgenes de maniobra a ser de-finidos por las autoridades municipales y los diversos grupos sociales en los respectivos POA.

La situación antes descrita es corroborada por los testimonios:

Es verdad que hay desarrollo, pero antes sólo se hacían murallas [perimetrales], sedes sindicales, canchas múltiples, posta sanitaria, también mejoramiento de caminos y no pensaban así, como en los atajados metálicos. (Ernesto Ramírez).

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El desarrollo: escenario del conflicto

Han llegado algunas mejoras en nuestro municipio. En estos tiempos como al-calde, estaba el profesor Rubén Uriona, estoy hablando de los años 1997-1998-1999 [...] Hablaban de capacidad de gobernar, pero sus gestiones no registraron ninguna capacidad, ¿Por qué critico esto? Porque ellos no se preocuparon del desarrollo de las comunidades, solamente se preocupaban en el centro urbano, ahora en el asunto del agro nada hicieron y si trabajaron también. Trabajaron construyendo canchas, sedes y con estas pequeñas obras ha ido engañando a los campesinos (Eugenio Vallejos).

De modo que en Anzaldo, existe discrepancia en cuanto a la concepción de lo que significa el desarrollo, entre una visión de desarrollo de cemento y una visión de desarrollo productivo. Estas diferentes visiones estaban también en la base de los conflictos en Anzaldo:

Los conflictos tienen que ver con visiones de desarrollo. La visión de desarrollo integral, es más sentido en el campo que en la ciudad. No sólo es el tema econó-mico, sino social, cultural incluso organizativo. ¡Qué les interesa a los residentes tener la plaza asfaltada! y es lo que han hecho en Anzaldo. Y se ve en el POA, más iluminación, más empedrado. O el desarrollo humano, escuelas, calles, postas. Y a la gente del campo, micro-riego, apoyo a la producción, artesanía en cua-tro distritos. Cuando hay encuentro en cumbres municipales unos jalan para un lado y otros para otro lado. Y el alcalde [está] con la visión de la gente del pueblo. Eso ha ido conflictuando (Alfredo Montecinos, CIPCA).

Para los vecinos y residentes del pueblo, desarrollo es básicamente la mejora de la infraestructura y servicios del centro poblado de Anzaldo y, sólo por ex-tensión, de las comunidades. Esto, se debe a que gran parte de los vecinos de-sarrollan sus actividades y su vida cotidiana en el pueblo y, si ya son residentes en la ciudad, cuando retornan al pueblo, en días festivos, tienen interés de que éste tenga la infraestructura y servicios necesarios como en la ciudad.

Por su lado, los campesinos, aunque inicialmente envueltos también en esta visión de desarrollo ampliada quizás a obras de infraestructura semejante a la urbana, como una gran escuela, una posta de salud, una cancha o una sede sindical, están en un proceso de articular su propia visión de desarrollo. En este proceso, recuperan experiencias previas de las iniciativas de desarrollo imple-mentadas por las ONG y otras instituciones promotoras del desarrollo.

He aquí, como contraste, la perspectiva más productiva de algunos entrevista-dos provenientes del área rural:

Yo creo que ya no faltan ni canchas, ni escuelas, ni postas, porque ya hay en todas las comunidades. Más que todo, nosotros necesitamos agua. Ahora noso-tros queremos proyectos que mejoren la agricultura (Abel Álvarez).

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Dentro de este enfoque, el tema que con más insistencia se ha repetido en numerosas entrevistas y en los talleres, efectivamente ha sido la necesidad de superar la crónica falta de agua para riego, como la transformación infraestruc-tural que permitiría una mayor seguridad de las cosechas e incluso una mayor diversificación productiva. He aquí algunas de esas muchas referencias:

Para el desarrollo es necesario recuperar agua, realizando represas, y así habrá vida y desarrollo, esto es lo primordial, buscar la producción a través de los rie-gos, en vez que comprar productos de la ciudad que producen a base de la química, que son muy contaminados para nosotros. Y, sin embargo, en nuestras huertas puede producir productos naturalizados. Nosotros, no sembramos por falta de lluvia, pero últimamente hay todo tipo de ayudas, más que todo, del gobierno para construir represas, además no sólo para mi sector, sino, a lo con-trario, a nivel municipal... Podemos elevar agua hasta las alturas para que, por lo menos, tomen agua los animales porque la lluvia también ya no quiere llover (Ernesto Ramírez)

Más que todo, nosotros necesitamos agua, más que todo, en este sector del río. Solamente el agua existe para tomar nomás y no para regar, y pienso que harían proyectos de recuperación de aguas, sea galería filtrantes, pozos o micro riegos para traer de donde sea el agua (Abel Antezana).

Antes se pedía más escuelas, sedes y cementerios. Pero, ya se han dado cuenta que para mejorar son necesarios atajados, represas y cerca de los ríos para bom-bear agua. Este año, es un año seco y hay razón para pedir eso. Necesitamos apoyo para bombear agua en el río Caine (Taller en Anzaldo).

No es que se haya ignorado previamente esta necesidad. Con diversas ayudas, no necesariamente del presupuesto municipal, según el taller IDES de junio de 2009, ya existían 110 atajados de diversas características y 5 represas, aunque no se los ha podido mantener en buen uso por diversas dificultades técnicas.

La prefectura ha arrasado con atajados. Las familias dicen “tengo un atajado con CIPCA”, o “uno con la Prefectura”, o “con la mancomunidad”. La mancomunidad, ha ido haciendo huertos y el sistema de riego por aspersión, pero no hay condi-ciones técnicas, se tapa. (Cristina Lipa, CIPCA).

Con este punto de partida, son muchos más los temas en que hay que seguir pensando:

Debemos apuntar a recuperar las aguas y el agua pues trae producción, y con todo esto en igualdad podemos salir adelante. Posteriormente, se debe mejo-rarse los caminos vecinales y si tiene, todo esto, calidad hasta se puede exportar y las instituciones nos pueden cooperar porque las instituciones están prestos en ayudarnos. También tenemos que mirar toda las áreas (Fortunato Herbas).

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Un tema en lo productivo es la seguridad alimentaria. Hay que seguir, buscar si tenemos mucha producción, quizás pensar en hacer cambios de trigo, procesar por ejemplo. Tenemos una idea de presentar un proyecto de trigo para el desa-yuno escolar mismo. En vez de estar comprando de otra parte, comprar de los mismos productores. Hay que pensar como municipios productivos. Tenemos presa, atajados, pero transformar. Si la gente tiene recursos puede mandar a sus hijos a la universidad (Gerardo Blanco, Sacabamba).

En el gobierno municipal, consumir lo nuestro ya no comprar. Tenemos rela-cionamiento con la asociación de productores de trigo, pan, galletas, ya está encaminado la cosa, seguir fortaleciendo. Pero, nos falta todavía porque la gen-te está migrando. En caso de Anzaldo, aumentando producción de trigo con gallinaza, buen rendimiento. Cosechábamos algo de 8 fanegas ahora es de 30 fanegas (Alberto García).

Estamos viendo, con el gobierno municipal, yacimientos de piedra para cemen-to y de conformar asociaciones productivas comunitarias. Tenemos piedra para yeso, algún mineral, plomo. Hay materia, lo que nos falta es hacer más investi-gación y sacarlo. En realidad, no hemos logrado concretizar porque no tenemos un gobierno municipal responsable de velar por el desarrollo del municipio y hacer una política de largo plazo para resolver la migración y otros problemas (Nelson Virreyra).

Doña Fidelia Álvarez, añade unos matices que no eran suficientemente toma-dos en cuenta por los varones:

Quisiera aumentar afirmando que hace falta mucho la electrificación rural por-que seguimos utilizando el mechero en nuestras casas. También, puedo decir que hace falta mucho implementar los buses escolares.

Esta visión campesina de desarrollo apunta a la reactivación productiva del agro donde el acceso al agua sigue siendo central. Sin embargo, también in-cluye otros componentes como la transformación (industrias, creación de mi-croempresas), la educación, electrificación rural y caminos. En estas visiones, llama también la atención una distinción de género; mientras los hombres hacen énfasis en actividades productivas y extractivas, las mujeres enfatizan aspectos vinculados con lo doméstico, electricidad y buses escolares.

Sin poder entrar aquí a esbozar en detalle todo un programa de desarrollo ru-ral, en las siguientes secciones se enfocará la mirada en dos aspectos que pue-den tener una mayor incidencia en el énfasis sobre la relación pueblo-campo, a saber: la tenencia de la tierra y la red caminera.

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8.3. El acceso a la tierra

La Reforma Agraria de 1953, había logrado un importante cambio estructural en la tenencia de la tierra de toda la región andina del país, con un fuerte lide-razgo de los sindicatos campesinos del Valle Alto de Cochabamba, en cuyos márgenes se encuentra Anzaldo. Pero, como se ha desarrollado en el capítulo 4, con los años esto desembocó, en el mismo ámbito de la tenencia, en la ge-neralización de pequeñas propiedades agrarias al estilo de las piquerías que ya iban ganando terreno, desde antes de la Reforma, más pequeños saldos toda-vía en manos de vecinos e incluso de descendientes de los antiguos patronos.

Por otra parte, transcurrido más de medio siglo y varias generaciones desde aquella Reforma, han ocurrido muchas transferencias de tierra, sobre todo por herencia y matrimonios, pero también por compraventa u otras transacciones, incluidas algunas de campesinos para apropiarse de algunos de los terrenos que habían quedado para ex patrones que perdieron el interés para hacerlos trabajar. Con ellas, no se ha dado una nueva concentración de la tierra en pocas manos, como para hacer resucitar un sistema de hacienda comparable al de antes de aquella Reforma. Además, muchas de esas transferencias se han reali-zado sin actualizar los datos en los juzgados agrarios ni en el catastro. Incluso, compraventas internas a veces sólo quedan registradas en el libro de actas del sindicato. Además, la emigración o el hecho de que algunos ya tengan otras ocupaciones (funcionarios, comerciantes e incluso varios descendientes de los antiguos patrones) ha mantenido o ampliado las desigualdades, aunque siem-pre en proporciones mucho menores a las de antes de 1953.

En medio de todo ello, es evidente que en el área rural predominante en todo el municipio, el acceso a la tierra sigue siendo un factor fundamental para el desarrollo. Sin embargo, todo lo anterior junto con la ausencia de políticas de gobierno de promoción de la pequeña producción, dieron lugar a la continui-dad y ampliación de formas previas de producción y de acceso a los recursos naturales, como el arrendamiento y el trabajo en compañía o al partir67, que ya existían incluso desde antes de la Reforma Agraria de 1953 (ver su art. 168). Con frecuencia, estos últimos se refuerzan con lazos de parentesco ritual (pa-drinazgo y compadrazgo).

Por otra parte, ni la LPP con su empoderamiento del gobierno local municipal, ni tampoco la Ley INRA de 1996, centrada en la tenencia de la tierra, han provo-cado en estos valles tan densamente poblados significativos cambios estructu-

67 Conocidos también con muchos otros nombres y modalidades dentro y fuera de Bolivia: al partir o partido, mediería, aparcería...

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rales en la tenencia. Pero, con esta Ley INRA y su reajuste de noviembre 2006, llamado Ley de Reconducción de la Reforma Agraria y su largo reglamento, se ha vuelto a poner en la agenda rural la necesidad de poner mayor orden jurídico a los títulos de propiedad, ya que después de tantas transferencias los otorgados posterior a aquella Reforma poco responden a la realidad actual. Sin embargo, recién en 2010 en Anzaldo, se han dado los primeros pasos hacia el saneamiento de esos títulos.

A continuación, se muestra cómo, con esas formas precarias de tenencia al partir –que son las más comunes– se reproducen, también en este escenario, las relaciones campo/pueblo/ciudad mencionadas en los capítulos anteriores; y, a continuación, los primeros pasos hacia un saneamiento de las tierras que podrían modificar esta situación.

8.3.1. Los persistentes arreglos tradicionales al partir

En el área rural del municipio de Anzaldo, las diversas modalidades de trabajo al partir, o en compañía, existen en casi todas las comunidades de Anzaldo.

El tamaño de superficie de tierra cultivable promedio por familia es de 1,7 Has. a 3,2 Has., entre terreno a secano o temporal, terrenos en descanso y con rie-go. La venta de tierras sólo se da en casos de que los comunarios cambien de residencia en forma definitiva (Gobierno Municipal de Anzaldo 2009: 60-61).

No tenemos la intención de profundizar o describir con detalle todos estos arreglos productivos, sino básicamente identificar los mismos, y sobre todo, el arreglo de trabajo en compañía, en sus modalidades actuales, como otro posible ámbito de conflicto en el futuro inmediato.

Estos arreglos se establecen sobre todo entre vecinos del pueblo y residentes (antiguos y nuevos), y campesinos locales. Incluso, se indica que en zonas de ex hacienda todavía hay presencia de los hijos de patrones (Judith Marca y Alberto García). Pero, ulteriores indagaciones sobre este tema podrán aportar más elementos sobre sus orígenes, modalidades y funciones.

La persistencia, e inclusive extensión de este arreglo productivo, está vincu-lado con la mutualidad de intereses de campesinos y propietarios de la tierra, como respuesta ante los vacíos de la Reforma Agraria, la escasez de capital y las limitadas condiciones productivas del suelo en Anzaldo. Por un lado, para los dueños de la tierra grandes o pequeños, es una forma de mantener la pro-piedad de la tierra y hacerla producir a menor costo, en tanto que, para los campesinos con poca (o quizás ya ninguna) tierra, es una forma de acceder a recursos productivos escasos.

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Existen muchas variantes de este tipo de acuerdos. El más común es que ve-cinos y residentes ponen la tierra, las semillas y, a veces, insumos agrícolas (abonos, etc.), y los campesinos la fuerza de trabajo, herramientas y, a veces, también insumos. Al final del ciclo, la cosecha es repartida mitad a mitad. En algunos vecinos de edad puede ser su única posibilidad:

Los que están en la ciudad mandan las semillas y el que está allá se lo siembra y se lo reparte mita a mita (Alberto García).

Los vecinos entran al partido, mayormente porque son viejitos (Judith Marca).

Este tipo de arreglo productivo está con frecuencia legitimado y reforzado por el sistema de parentesco ritual, es decir, el compadrazgo-padrinazgo, muy difundido en el municipio de Anzaldo. Sigue siendo corriente que los campesinos nombren padrinos de al menos uno de sus hijos (para el ma-trimonio) a vecinos o residentes, aunque, al mismo tiempo, también suele interesarles reforzar formas más horizontales de parentesco ritual con otros comunarios más cercanos68. La intención del compadrazgo (o padrinazgo) más vertical es entablar lazos con quienes tienen poder económico para que les ayuden, ya sea con la educación de los hijos o en situaciones de emergen-cia. En el pasado, como en la actualidad, era muy común que los campesinos dejen a sus hijos en casa de los compadres para que asistan a la escuela, en el pueblo.

Es una cosa normal, que han establecido las familias campesinas. Tiene un po-quito más de economía, piensan que va a ayudar. Pero no ocurre, más bien en las comunidades campesinas existe padrinos responsables de los ahijados, sí ayudan en la educación. Pero aquí en el pueblo no ocurre. (Nelson Virreyra).

Ciertamente, muchas veces en estas relaciones más verticales son los ahijados y compadres quienes deben cumplir con el padrino, ya sea a través del regalo de productos agrícolas o pecuarios. A esto, se suma que los residentes buscan después a sus ahijados o compadres para que trabajen la tierra al partido, las mayoría de las veces el residente es quien saca más ventaja, pues aprovecha las relaciones de parentesco que tiene con determinadas familias.

La compadrería, alcaldes antiguos que han existido, en todas las comunidades vas a ver compadres ahijados. Han dominado nomás y existe ahora. La mayo-ría de la gente tiene sus compadres y ahijados en las comunidades. Ya no hay

68 Desde el clásico estudio de Mintz y Wolf (1950) los estudios sobre el compadrazgo, sobre todo en América Latina, suelen distinguir estas dos formas de parentesco ritual, entre quienes son social y culturalmente superior/inferior (compadrazgo vertical) y entre los que son iguales (com-padrazgo horizontal). Es frecuente que las familias combinen ambas formas. Así lo hemos obser-vado también en el mundo aymara del altiplano y Yungas (Albó y Mamani 1976).

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pongueaje político [Ver 4.3.1], pero otras formas de subordinación económica y social. El ahijado, tiene que trabajar primero las tierras de los dueños (Nelson Virreyra).

La producción al partido, se constituye en una forma de dominación econó-mica, puesto que son los campesinos quienes trabajan la tierra de los vecinos, residentes, a cambio de que les toque la mitad de la producción.

Si bien muchos campesinos están inconformes, de que no hay buena ganancia, pero sienten que no hay otra opción. Tanto los productores como los dueños de la tierra, admiten su necesidad (Judith Marca).

Esta relación económica, por las relaciones de parentesco que median entre campesinos y vecinos/residentes, hace que no exista cuestionamiento e inclu-so se naturalice esta forma de relación.

Sin embargo, en la actualidad, debido al nuevo contexto político y los ajustes a la política de tierras del gobierno de Evo Morales (Ley de Reconducción comu-nitaria 2006), hay un contexto propicio para el ajuste de este tipo de relación y una fuente potencial de conflicto local. En Anzaldo, se evidencian casos de familias campesinas que han trabajado tierras bajo el sistema en compañía por más de tres décadas y que, en el contexto actual, se sienten con el derecho de propiedad a las mismas. Judith Marca indica al respecto:

Esto habría que investigarlo más y relacionarlo con la actual ley INRA que plan-tea la expropiación. Los campesinos dicen: “He trabajado la tierra y también me corresponde”. No se lo ve como un servilismo, sienten que tienen derecho sobre las tierras y los propios dueños están temerosos. En otros casos, los dueños de la tierra no quieren vender. A una familia que trabaja al partido más de 30 años su dueña les dijo: “Ya no quiero trabajar con ustedes”, por temor de que le quiten su tierra. Quieren cambiar de cliente. Una señora me preguntó: “Tengo mis tierras, ¿Hago trabajar?, ¿Lo vendo de una vez?”

Las nuevas generaciones de líderes campesinos, tienen una consciencia clara sobre la dominación implícita en los arreglos de trabajo en compañía, donde existe una relación paternalista del vecino que tiene el poder de “ayudar” al campesino a través del padrinazgo. Uno de los líderes campesinos más pro-minentes, Nelson Virreyra, actual diputado nacional, plantea que esta relación debe cambiar a través de un proceso de toma de conciencia y que, estas re-laciones de parentesco, se deben entablar entre familiares o amigos, es decir entre iguales y no entre diferentes.

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8.3.2. Hacia un nuevo saneamiento

El PDM 2001-2004 al referirse a los aspectos económico-productivos del mu-nicipio, particularmente tierra, indicaba que en Anzaldo “No existe cuantifica-ción territorial de cada comunidad [y que] [l]a propiedad de la tierra no está legalmente establecida en más del 50% de los casos” (PDM, pág. 101). Con las nuevas previsiones de la Ley de Reconducción Comunitaria (2006) y el sanea-miento de tierras iniciado en el municipio de Anzaldo, en enero del 2010, se ha iniciado el proceso de saneamiento con los siguientes criterios apuntados por un funcionario del INRA Cochabamba.

¿Que estamos pensando para Anzaldo? el saneamiento interno, reconocimien-to, que las comunidades reconozcan sus límites al interior de una comunidad y delegar acuerdos y definir cómo van a hacer el proceso, reconocer el derecho propietario. Y, al interior, ellos pueden decidir cuál va a ser el destino de esas tierras de los que no tengan derecho propietario. Ellos, son los que conocen la tierra y se organizan, a veces, se cometen abusos. Y se los hace responsables respecto a la tenencia de la tierra, el saneamiento se hace a través de libros de actas. En caso de conflictos intervendrá el INRA (Cristian Roda)

Asimismo, se ha intensificado también el interés de los campesinos residentes de mantener su derecho propietario sobre la tierra. Un técnico de CIPCA-Co-chabamba que trabaja en comunidades de la zona nos cuenta:

En un taller que realicé en la comunidad de Blanco Rancho (Yuraj Corral) en el mes de mayo 2009 sobre el tema de saneamiento, de manera curiosa aparecie-ron en el taller 92 personas. Cincuenta por ciento de las mismas eran residen-tes, que tienen interés en consolidar sus tierras y, varios de ellos, han ofrecido aportar hasta con dos mil bolivianos para tener el derecho de tener voz en este proceso. Hay nomás un interés de no perder el control sobre la tierra (Guido Escobar).

Es pertinente la siguiente conclusión de Miguel Urioste (2004: 29) que da una perspectiva comparativa que evidencia que la situación, no es sólo propia del municipio de Anzaldo, sino una problemática más general de los Valles y Alti-plano:

No está claro qué tipo de control ejercen los residentes sobre los recursos na-turales y, específicamente, sobre el acceso y propiedad de la tierra en sus co-munidades de origen. No se sabe, con certeza, si los ex campesinos, que antes vivían en el altiplano o los valles y que ahora viven en las ciudades, impiden la reconstitución de parcelas de tamaños ambiental y económicamente sosteni-bles en las comunidades. Al mantener la propiedad de las tierras que recibie-ron de la Reforma Agraria de 1953, los residentes han “perjudicado” a los que se quedan en el campo. Es necesario, averiguar si los “usos y costumbres” son, en

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este caso, un pretexto para acumular tierras en manos de quien no las trabaja directamente o si, más bien, son elementos de cohesión social y cultural que entran en contradicción con aspectos de sostenibilidad ambiental y de equidad. No se sabe, si los residentes son los que están creando y controlando desde las ciudades un mercado de tierras en el altiplano y los valles. No por el mecanismo “definitivo” de la compra-venta, sino mediante formas temporales y encubiertas de arriendo (“al partir”, aparcería, alquiler).

Urioste, escribía lo anterior muchos años antes de que el asunto tomara un nuevo cariz tras la aprobación y puesta en marcha de la nueva CPE 2009, que reconoce, entre otras formas de autonomía, la municipal y también la indígena originaria campesina [IOC] que añade otras competencias a las que ya tienen y mantienen como municipios (art. 302-304). Esta autonomía IOC, ha empezado a ponerse ya en marcha en varios municipios rurales pioneros del país y en ellos, al elaborar sus nuevos estatutos, suelen dar mucha importancia al tema de los residentes a los que suelen reconocer como miembros con derecho a tierra siempre que cumplan sus obligaciones comunales, aunque aceptando que las adapten de alguna manera a su condición especial de residentes.

En suma, luego de la Reforma Agraria de 1953, tanto los antiguos como los nuevos residentes juegan un papel ambivalente en la configuración de las for-mas de propiedad de la tierra, relaciones de poder y desarrollo en las comuni-dades. Por un lado, tienen interés de mantener la situación actual de tenencia de la tierra, que los exime de poseer tierra sin realmente trabajar en ella, pero al mismo tiempo, dados los recursos que son capaces de movilizar (influencias, información, educación, redes sociales y políticas, etc.), siguen siendo impor-tantes agentes en el desarrollo de sus comunidades.

Aunque en Anzaldo, por el momento, no se plantea la conveniencia o ni si-quiera la posibilidad de transformar el municipio en una autonomía IOC puede ser oportuno tomar en cuenta esas otras experiencias. También, en su PDM sería oportuno, para cualquier planificación, poder precisar cuántas familias siguen de hecho en cada comunidad y cuántas ya no viven o sólo lo hacen temporalmente, pero mantienen sus terrenos y quiénes se los trabajan bajo qué modalidad.

8.4. Conexión caminera y expansión del comercio

La integración de la zona de Anzaldo y sus comunidades, alejadas con otros municipios vecinos y la ciudad de Cochabamba a través de caminos y servicios de transporte, es un factor que dinamiza las relaciones campo-pueblo-ciudad y que intensifica las actividades de comercio y la movilidad de las personas.

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Antes de la Reforma Agraria de 1953, la responsabilidad de la apertura y man-tenimiento de caminos vecinales se hacía mayormente a través de la llamada prestación vial, que limpiaba los caminos locales a pulso mediante trabajo comunitario. Tras la Reforma, este sistema ha seguido siendo uno de los prin-cipales objetos de trabajo comunal, junto con la construcción de escuelas. Sin embargo, a la vez, la existencia de sindicatos y centrales campesinas, abrió la posibilidad de que sus autoridades gestionaran apoyo de maquinaria de las instituciones de desarrollo estatal, sobre todo, desde que en los años 70, esta responsabilidad pasó a las corporaciones departamentales de desarrollo como CORDECO, en el caso de de Cochabamba.

Sin embargo, las gestiones de las organizaciones no siempre eran exitosas, “las autoridades departamentales no les hacían caso”, comenta el concejal Alberto García. Por eso hasta mediados de los 70, Anzaldo era todavía una zona relativa-mente aislada de los centros y pueblos comerciales del Valle Alto de Cochabam-ba. El mismo Alberto García recuerda que “se tardaba todo el día en llegar a Cliza”, distante aproximadamente 20 kilómetros. Este aislamiento, contribuía a mante-ner a las comunidades alejadas de los beneficios de la modernidad. En varias partes, se tardó todavía más tiempo en tener caminos aunque sea temporales e incluso para establecer escuelas y más aún para postas de salud. En las siguientes dos décadas, fueron más bien las instituciones de promoción de desarrollo las que contribuyeron de forma directa e indirecta a crear las condiciones de conec-tividad: “Cuando llegó Jesús María comenzamos con caminos” (Alberto García).

Recién con los mayores recursos municipales trasferidos con la LPP de 1994, se da un impulso particularmente importante a la vinculación caminera. A fines de la década del 90, se concluye el empedrado, que trajo consigo algunos be-neficios de la modernidad:

Desde ese momento se ha mejorado postas y wawa wasis y los caminos tam-bién han llegado a las comunidades, aunque con algunos miramientos, lo im-portante es que se ha hecho (Silvano Caballero).

A inicios de la década del 2000, la vinculación caminera recibe un mayor én-fasis debido a que el municipio recibe más recursos y que, además, en 2002, asumió la alcaldía un transportista:

[El 2002] mi persona ha sido alcalde. Como no administraban bien los profesiona-les, asumí como transportista, y, en mi gestión, mayormente trabajé con la cons-trucción de caminos y atajados (…) Y fundamentalmente, he atacado al sector del campo, más que todo, hice esto porque conocía la situación del campo porque poco producía. Incluso del mercado nos comprábamos maíz también. Más bien, ahora también ya maíz hay, lo que comprábamos era el maíz cubano. Por esa ex-periencia, me decidí más a apoyar a las comunidades (Eugenio Vallejos).

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Con estos avances, se estableció también un servicio regular de transporte público y se creó el primer sindicato de auto-transporte “25 de Julio”, que con-sistía en taxi-colectivos. Posteriormente, se creó un segundo sindicato, “10 de Noviembre” compuesto por los nuevos residentes del pueblo o los residentes campesinos, capitalizados quizás por las remesas llegadas de España o Estados Unidos. De esta forma, desde aquel entonces hay mucha más facilidad por co-nectar Anzaldo con la ciudad durante todo el día y los precios son asequibles (10 bs).

Por un lado, una mejor conectividad crea condiciones para que los campesinos puedan ganar niveles de autonomía respecto a los comerciantes, trasladan-do sus productos agrícolas a mercados locales en el municipio o fuera de él, así como movilizarse a los centros poblados o la ciudad para obtener insumos agrícolas, realizar trámites, adquirir material escolar y obtener información. Al respecto, es ilustrativa la conclusión del PDM 2009 (p. 154) que identifica como una necesidad y prioridad del municipio en el área de transporte que “la ma-yoría de las comunidades cuenta con caminos que facilita el transporte de sus productos al mercado”.

Por otro lado, una mayor conectividad amplía la actividad comercial con el in-greso de los comerciantes-rescatistas a las comunidades alejadas. Los caminos, permiten la salida de los productores y la entrada de los rescatistas.

Un papel importante es la conexión caminera. El rescatista entra y los compa-ñeros no pueden salir con facilidad para este cambio. Mientras no era fácil tras-ladar lo vendían (en su mismo lugar) y ahora lo venden en Cliza. Incluso en las entrevistas del IFA, mencionaban que iban gente para intercambiar, rejas, medicinas, q’owa cosas no usuales de encontrar en Anzaldo. Es una especie de rescate de primera mano, del productor al consumidor (Judith Marca).

Desde mediados de la década de los 70 hasta la actualidad, se ha pasado de una situación de aislamiento a una de conectividad creciente. Primero, gracias al esfuerzo de la propia organización campesina, después de instituciones de desarrollo y finalmente del gobierno municipal. En la actualidad, gran parte de las comunidades de Anzaldo tienen conexión caminera, aunque la transi-tabilidad y estado de las mismas no sea óptima durante todo el año. El viaje del centro poblado de Anzaldo a Cliza, se ha reducido de un día a aproximada-mente una hora y además los pobladores cuentan con servicio de transporte público a diario a la ciudad de Cochabamba, a través de los dos sindicatos de transporte y a un costo asequible. Esta mayor conectividad caminera sumada a la ampliación de la telefonía celular, ha intensificado los intercambios campo-ciudad.

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8.5. Ampliando la visión: hacia la mancomunidad o región

Las diversas pistas señaladas hasta aquí, que no son exhaustivas, muestran más interesante la propuesta rural, aunque en muchos aspectos siguen siendo to-davía apenas pistas y sueños. No se puede hablar aún de un cuerpo articulado que forme una visión propia y pluridimensional de desarrollo. Esto ocurre aún menos en la visión de los vecinos, sean del pueblo o residentes. Por supuesto, está pendiente un diálogo más a fondo e intercultural entre estos dos sectores más polarizados.

8.5.1. Los planes municipales

Sin embargo, el hecho de estar ambos grupos en pugna dentro de un mismo gobierno municipal, con sus respectivos PDM quinquenales y POA anuales, a los que nos hemos referido en el capítulo 6, debería facilitar el que se llegue a articular, dentro de este diálogo intercultural, una propuesta coherente y pluri-dimensional de desarrollo local.

En un taller realizado en 2008, para el presente estudio, Shirley Rasguido, de CIPCA, recordó a los participantes que “en los planes municipales hay cuatro ejes, humano, productivo, medio ambiente, institucional” y propuso hacer un balance de cómo se evaluaba la manera en que éstos se habían cumplido y articulado entre 1994 y 2008. Pero, el debate no mostró grandes avances, en particular para el municipio de Anzaldo.

Esta débil visión global quedó plasmada, sobre todo, en el PDM 2004, para el quinquenio 2005-9, con sus respectivos POA en los que ya aterrizan planes operativos anuales, con frecuencia muy distintos a lo soñado en el PDM ini-cial. Además, a los pocos meses cada POA, se debe reajustar en función de los fondos realmente conseguidos y después, en la rendición final de cuentas, hay que ver qué es lo que realmente se ha ejecutado. Para eso último, muchas veces ni siquiera se guardan registros detallados. Seguramente por eso, como ya se vio al principio de este capítulo, no ha sido posible llegar a conocer los detalles de estos POA iniciales, revisados o realmente ejecutados.

Sin embargo en 2009, se redactó el nuevo PDM para el siguiente quinquenio 2010-14, cuando ya había una mayor presencia campesina dentro del gobier-no municipal. Este plan, básicamente sigue el molde de los anteriores, con dos nuevos elementos, un esbozo todavía ténue y genérico de estrategia de desa-rrollo municipal y la participación de los comunarios:

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El desarrollo: escenario del conflicto

La estrategia del Plan Desarrollo Municipal, presenta una táctica general de desarrollo basada en el diagnóstico y las demandas, así como los programas y subprogramas sectoriales que contribuyen a la estrategia general. Incluye el análisis de la definición de objetivos, es decir, la descripción de la situación futu-ra que se pretende alcanzar mediante la solución de problemas, la identificación de resultados o metas concretas. En este acápite, contiene el Plan Multianual de Inversiones (PMI) que identifica las fuentes de financiamiento para cada uno de los programas, subprogramas y proyectos, de acuerdo a la priorización de la eje-cución por cada gestión anual, elaborada conjuntamente con los comunarios que son los directos beneficiarios. (PDM, pág. 3)

8.5.2. La mancomunidad de municipios del Caine

Además, en el caso de Anzaldo, poco después de ponerse en marcha la LPP, se abrió otro horizonte en el que mucho se soñó inicialmente: conformar la man-comunidad de municipios. En este caso, en torno a la cuenca del río Caine.

La mancomunidad nació, más que todo después de cuatro años de la llegada de la participación popular. Fue una organización de varios municipios, como una asociación de varios municipios. (Alberto García)

La sugerencia de formar mancomunidades de municipios, se menciona en la misma LPP y sus reglamentaciones, como un mecanismo para unir esfuerzos, sobre todo, en el caso de municipios pequeños, desde la distribución de los recursos de la coparticipación, hasta la planificación conjunta de aquellos as-pectos que exigen el esfuerzo conjunto de varios municipios que comparten un mismo problema y, posteriormente, para lograr un efecto multiplicador en la captación de recursos adicionales.

La idea cuajó rápidamente por todo el país, quizás más en las instituciones de apoyo que en las mismas bases de los municipios implicados. Incluso algu-nas instituciones internacionales, como USAID y la GTZ, se compraron el pleito de fomentar estas mancomunidades69. De esta forma, hasta fines del 2008, en toda Bolivia, se podían contabilizar 84 mancomunidades, aunque de ellas sólo 30 estaban activas. De este conjunto, en el departamento había 7, pero sólo 2 activas. Además estaban registradas 7 mancomunidades interdepartamenta-les, de las cuales 4 seguían activas. Una de ellas es precisamente nuestra Man-

69 CEPAD (2009), institución fundada por Carlos Hugo Molina, principal ideólogo y primer ejecutor de la LPP, es una de las mejores síntesis tanto para sistematizar los datos básicos sobre las man-comunidades de municipios en Bolivia como para mostrar didácticamente sus posibilidades y limitaciones. En ese texto nos basamos aquí para la síntesis que sigue.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

comunidad de la Cuenca del Caine, que tiene municipios de Cochabamba en la banda norte de ese río y del departamento de Potosí en la banda sur (CEPAD 2009: 20-30).

Según los momentos, en esta Mancomunidad de la Cuenca del Caine, se ha hablado de más o menos municipios en el lado de Cochabamba. Inicialmente se invitó a las cuatro municipios de la Provincia Esteban Arze, a saber: Tarata, Arbieto, Anzaldo y Sacabamba, más Capinota, aguas arriba; pero a la hora de la verdad sólo Sacabamba y Anzaldo han tenido intereses reales para mante-nerse asociados. En la banda potosina del río, están sobre todo los municipios de Arampampa, Acacio y Torotoro, los cuales mantienen interés, más otros dos más distantes que se han ido desligando: Sacaca y San Pedro de Buenavista. El principal aglutinante de todos ellos, es la consolidación de su red caminera, incluidos tres puentes sobre el río Caine. A partir de allí, se plantean también mejoras agropecuarias, incluidas captaciones de agua para riego.

Esta mancomunidad está flanqueada, por el lado de Cochabamba, por dos mancomunidades ahora inactivas: la del Valle Alto y la de Conosur, creada antes, aguas abajo de los ríos Caine y Mizque. Por el lado de Potosí, confluía con la man-comunidad del Norte de Potosí, que audazmente pretende aglutinar a 12 mu-nicipios, incluidos los tres más norteños que están en la de la Cuenca del Caine.

La primera iniciativa surgió de Sacabamba, el municipio más chico, en el que ha estado trabajando CIPCA desde, que enseguida se interesó en esta idea. Así lo cuenta el dirigente de Sacabamba Gerardo Blanco:

El municipio de Sacabamba no llegaba a 5 mil habitantes. El 94, 96 muy poco dinero llegaba y no se podía hacer proyectos, don Miguel Uriona estaba de al-calde y en una chupa dijimos: “¿Por qué no nos mancomunamos?”. Habían tam-bién alcaldes activos de Tarata... don Guido Nogales. Esa vez, el CIPCA también estaba en Sacabamba. De esa manera, empezó a organizarse la mancomunidad. De CIPCA estaba René Plata y aquella vez los cuatro municipios de Esteban Arce y otros de Potosí. La idea era de captar más fondos, porque a nivel de las man-comunidades se captan más fondos: electrificación, caminos, turismo y otros que el 96, 97 no se dedicaban más a la producción. Pedían más sedes sindicales. Como la iniciativa era de hacer en Sacabamba la represa de Chiaraqhochi, las comunidades han pensado hacer atajados.

La mancomunidad ha sido reconocida como la mejor. Al inicio, funcionaba bien, lo más importante era cumplir con las reuniones, a veces fallaban y había sanciones. En mi gestión, dos gestiones me fue bien, estuve como secretario y luego como vocal. ¿Qué proyectos?, René Plata hizo contactos con otras orga-nizaciones... Hacían proyectos para cada municipio, cinco son los que se han ejecutado, en Sacabamba se han cumplido; como municipio pequeño, no se

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El desarrollo: escenario del conflicto

tenía un técnico. El 97 contraté un técnico con un contrato, pagamos 500 dóla-res, tener técnicos es una ventaja, los técnicos fueron un apoyo, marchaba bien y luego apoyó la cooperación...

También vinieron de otros municipios del Norte Potosí. La primera reunión fue en un aniversario en Anzaldo, el 20 de octubre se hizo la carta de intenciones, el año 98. Aquí deben tener. Al inicio éramos siete [municipios]. Don Facundo Cho-que, fue el primer director... Él es muy activo y tiene conocimiento, ha trabajado en fortalecimiento municipal...

Pero, los ánimos iniciales se fueron enfriando por lo ulteriores cambios de alcal-des, cuando los nuevos no habían sido partícipes de aquellos planes iniciales más ambiciosos. Cada uno se fijaba más en su lugar, aunque seguía habiendo temas de común interés, entre los que sobresalieron siempre los caminos, in-cluidos costosos puentes sobre el río Caine, que de alguna manera facilitaban la comunicación interdepartamental en una región muy montañosa y, hasta entonces, muy mal comunicada. Inclusive el distante municipio de Poroma, en Chuquisaca y colindante con el de Torotoro, se ha asociado a la Mancomuni-dad, pensando en una mejor vinculación caminera e incluso en la creación de un posible circuito turístico.

No obstante, esta visión era estratégica en la práctica ya que la Mancomunidad, en su institucionalización, se convirtió en una entidad ejecutora de proyectos, similar a una alcaldía o una ONG. ¿Por qué ocurrió esto? Los datos sugieren los siguientes factores:

1) beneficios desigualmente distribuidos (por ejemplo electricidad), 2) disputas y falta de coordinación entre instituciones (ejemplo entre mé-

dicos en Anzaldo que antes que fortalecer el hospital italiano, prefieren construir otro hospital),

3) Desinterés de los alcaldes de participar en la Mancomunidad porque no ven un beneficio inmediato y además representa un costo (0.7% de sus fondos de coparticipación).

4) Inestabilidad de los gobiernos municipales. 5) Dinámica interna conflictiva del municipio de Anzaldo que, por su ubi-

cación y su liderato, es un pivote en la Mancomunidad. 6) Diferentes visiones ideológicas (política partidaria, que se caracteriza

por dos momentos: el momento de los partidos tradicionales y el mo-mento del MAS) que no permiten concretar acciones políticas a nivel de Mancomunidad.

7) Presencia de múltiples líneas de cooperación internacional con fondos para ejecutar proyectos no siempre concordantes.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

En torno a todo ello, se han realizado también diversos proyectos productivos como viveros, propuestas medioambientales... Pero la gran idea inicial de jun-tar fuerzas y hacer planes conjuntos, por lo menos, en los cinco municipios más motivados fue quedando en un segundo plano. En alguna manera, la oficina de la Mancomunidad ya no era la instancia ejecutora de decisiones tomadas conjuntamente por estos municipios y se fue pareciendo más a otra ONG, con sus propias ofertas de servicios y recursos que cada municipio tomaba según sus propias conveniencias. Así lo veía en 2008, Alberto García, entonces conce-jal y Presidente del Concejo Municipal de Alzaldo:

El problema del cambio de autoridades es negativo. La autoridad debería con-tinuar por varias gestiones, pero no se da. En Anzaldo... cuando entró Rómulo Uriona dijo que era perder tiempo porque la Mancomunidad de Municipios no tenia proyectos, le puso a un lado y no aportaba el 0,7% [porcentaje fijado entre todos para la Mancomunidad]. Los otros municipios se esforzaban. El alcalde decía: “¿Para qué?” El otro alcalde también no asistía a las reuniones, se acercaba más a la prefectura, creo que es ahijado de Manfred. Esto no pasó en el Norte de Potosí. Este cambio ha desmoralizado...

Un poquito tal vez hemos desviado, la Mancomunidad de Municipios se ha vuel-to como una ONG... A veces la visión distorsiona lo que pensaban más antes: la Mancomunidad de Municipios. Eso trae también que pelen entre municipios. Ahora los municipios están pidiendo a la Mancomunidad como a una ONG.

La pregunta que ahora se hacen es cómo debería enfocarse este tema, con la Constitución Política promulgada a principios de 2009, la cual habla más bien de autonomías regionales. Hay incertidumbre en nuestros interlocutores. Al-berto García sostiene:

Con la Nueva Constitución Política del Estado, pienso que se diluya la manco-munidad. He escuchado que Esteban Arze será autonomía regional. Pienso que el Norte de Potosí también, están más organizados. Esta parte hay que discutir con la Mancomunidad de Municipios, hay cierta susceptibilidad.. [Reflexiona y después se corrige:].

...Como siempre ha nacido, pienso que va a continuar. A medida que cambia el tiempo llegan otras necesidades. La necesidad nos va a obligar a seguir manco-munándonos.

... Con el saneamiento de tierras ya se ha visto. Se ha logrado el financiamiento con la Mancomunidad y el BID va a pagar.

Y Gerardo Blanco, de Sacabamba, lo remacha:

También, como municipios pobres, es lo que nos une, son gente humilde, pobre mayormente, la gente son agricultores y pobres y hay que seguir buscando el progreso de la mancomunidad con proyectos grandes. Por ejemplo, para Anzal-

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El desarrollo: escenario del conflicto

do proyecto de riego de bombear agua del río Caine. En Sacabamba, podemos hacer dos represas más. A nivel de la Mancomunidad, se tiene más apoyo y a nivel de política de gobierno, se puede buscar financiamiento vía gobierno des-de las comunidades. Por ejemplo en el Valle Alto, la comunidad ha conseguido financiamiento.

El énfasis sigue poniéndose en obras y “proyectos grandes”, que sin duda son necesarios y que, en este caso, ya no apuntan a adornar los principales centros urbanos sino a mejorar la infraestructura rural. Pero, no se queda ahí. Por ejem-plo, el saneamiento de tierras puede sacudir un punto clave de la persistente dependencia clientelista de muchos comunarios frente a vecinos tradicionales e incluso residentes en la ciudad.

Si bien el sueño de la primera mancomunidad fue quedando rebajado, nunca se ha perdido del todo, a diferencia de lo ocurrido en otras partes. La alian-za particularmente estrecha con Sacabamba, un municipio aún más rural que Anzaldo, al igual que los del Norte de Potosí, más bien puede ayudar a forta-lecer la visión más campesina. Para ello, el nuevo concepto de región no es tan distinto del anterior de Mancomunidad y más bien le da mayor coherencia como una instancia territorial, aunque posiblemente, si se mantienen ciertas restricciones de la nueva Constitución, tenderá más bien a fortalecer regiones dentro de un mismo departamento. Pero, esto no impide que se mantengan lazos al otro lado del río-frontera que, en términos de comunicación, ahora va resultando mucho más cercano y asequible gracias a los mejores caminos y sólidos puentes.

Tanto la ampliación espacial hacia la Mancomunidad y ahora la región, como la mejor vinculación caminera, colocan en un primer plano la necesidad de actitudes y enfoques estructurados de apertura intercultural.

En este nuevo escenario, más amplio siguen existiendo los dilemas que nos hemos planteado anteriormente. Si antes eran los campesinos quienes queda-ban marginados y “achicados” por los vecinos y residentes. ¿No se corre aho-ra el riesgo de que ocurra lo contrario? ¿Cómo los que estaban secularmente excluidos afrontarán el desafío de incluir a aquellos que antes los excluían? ¿Cómo armonizar las dos visiones de desarrollo dentro de un claro objetivo de velar por el conjunto del territorio municipal y, ahora, también de la región?

Lo primero que resulta evidente es que, si no se avanza hacia una visión mayor tanto en términos espaciales como en términos de visiones y temáticas, segui-rá prevaleciendo el éxodo migratorio hacia la ciudad. Entonces, habrá que des-pedirse del desarrollo rural en esos lugares que siguen expulsando población.

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En este capítulo, a la luz de los elementos bosquejados en capítulos previos, se intenta dar una respuesta al propósito central de este estudio: el impacto de las relaciones interculturales en el desarrollo rural. Iniciamos este capítulo con una descripción comparativa de los elementos centrales de los regímenes interculturales, luego se describen los cambios y continuidades y se finaliza el capítulo planteando un conjunto de ideas sobre los desafíos de construir una sociedad local intercultural y con desarrollo local equitativo en Anzaldo.

9.1. Regímenes interculturales

Las relaciones interculturales actuales en Anzaldo transcurren dentro de una estructura a la que se ha denominado regímenes interculturales. De manera exploratoria y tentativa se han identificado tres regímenes: el patronal, el clien-telar y el emergente, cuyos elementos centrales son descritos de manera com-parativa en este apartado. La Tabla 13, resume de forma esquemática estos regímenes.

El régimen intercultural patronal es anterior a la Reforma Agraria (1953) y sus orígenes se extienden al período de la colonia y la república. La hacienda y sus redes son el principal espacio articulador de las relaciones entre terratenientes (o sus representantes), colonos y piqueros. El control de la tierra, la fuerza de trabajo y los mercados son los principales recursos en torno a los cuales se estructuran relaciones de subordinación y competencia entre esos actores. La distinción superior-inferior, configurada durante la colonia y reproducida du-rante la república, se constituye en el principio o la lógica que subyace en las relaciones entre estos actores. En este contexto el desarrollo tiene dos senti-dos: reproducción de la hacienda y disputa entre terratenientes y campesinos piqueros por el control de escasos recursos como la tierra, mercados y fuerza de trabajo.

9. CONCLUSIONES: HALLAZGOS Y DESAFÍOS

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Conclusiones: hallazgos y desafíos

El régimen intercultural clientelar es posterior a la Reforma Agraria (1953), pero incorpora o refuncionaliza elementos del previo orden intercultural como se verá en el apartado 9.2. El continuo traslado entre campo-pueblo-ciudad es el espacio articulador de las relaciones entre estado y campesinos, cuyas rela-ciones están mediadas por un conjunto de intermediarios sobre todo político-sindicales complementados por la escuela, comerciantes y algunos agentes de desarrollo sobre todo estatales que, más allá de la retórica formal de igualdad, establecen o reproducen relaciones clientelares. El control de la nueva insti-tucionalidad sindicato, de la tierra, mercados y servicios se constituyen en los principales recursos que se ponen en juego en las relaciones entre campesinos y “no campesinos”. En este contexto, el desarrollo básicamente implica la capa-cidad y destreza de las estructuras y actores clientelares de obtener beneficios del estado a cambio de apoyo político campesino. A nivel local, las posibilida-des de desarrollo abiertas por el acceso de los campesinos a mercados y tierra son capturadas por los vecinos/ intermediarios/ comerciantes que estructuran relaciones de intercambio desigual entre el campo y la ciudad, que conducen a la cooptación/subordinación y desposesión de los recursos campesinos com-prometiendo sus posibilidades de desarrollo.

REGIMEN INTERCULTURALCARACTERISTICA Patronal Clientelar Emergente

Periodo Pre-52 Post-53 Post-94Referencia Temporal Larga Memoria corta Actual Espacio Hacienda-pueblo Campo-pueblo-ciudad Campo-pueblo-ciudad-

transnacionalActores Terratenientes

Colonos/pegujalerosPiqueros

Estado primero con MNR y después con militaresSindicatos CampesinosIntermediarios político-sindicales y comerciales

Estado/municipioVecinos-residentesCampesinos-residentesONG desde los 80

Principio de relacionamiento Superior/inferior “Igualdad” formal Iguales aunque diferentes Recursos Tierra

Fuerza de trabajoMercados

TierraMercadosServicios: educaciónMigración Desde los 80: ONG

Los anteriores +Recursos de copartici-pación yToma de decisiones

Visión y práctica de desarrollo

Reproducción de la hacienda y disputa de recursos

Desarrollo de comuni-dades

Desarrollo local y quizás regional

Tabla 13: Resumen de las características de los regímenes interculturales

Fuente: Elaboración propia

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Un régimen intercultural alternativo comienza a emerger a partir de la LPP (1994) e incorpora una nueva instancia de relacionamiento local: el gobierno municipal. Los actores centrales de este nuevo régimen son los campesinos y vecinos del pueblo, cuyas relaciones interculturales se expresan en el ámbito municipal, movilizando redes que transcienden el espacio local, alcanzando incluso un nivel transnacional. Los recursos en juego en este nuevo orden in-tercultural son el control de las instancias de toma de decisión local y recursos para la promoción del desarrollo local que han generado una intensificación del conflicto entre los actores locales. Estos conflictos, son más evidentes en el ámbito de toma de decisiones políticas, en el cual asume un carácter más abierto marcado por el resurgimiento de actitudes discriminatorias, pero tam-bién se expresan en otros ámbitos como el cultural y el económico-productivo en el que las relaciones de poder y el conflicto aparecen de manera implícita, velada y menos frontal.

En este régimen emergente, de manera paulatina, se va configurando un prin-cipio alternativo de relacionamiento intercultural: iguales aunque diferentes, o, si se prefiere, iguales siendo diversos.70 Sin embargo, este principio entra en tensión con los anteriores principios de acción: superior-inferior e igualdad formal, lo que sugiere la coexistencia actual de estos distintos órdenes inter-culturales.

Las tensiones y conflictos actuales expresan la tensión entre dos tendencias de sociedad y desarrollo local: una tendencia de continuidad de los regíme-nes patronal y clientelar articulada por los vecinos-residentes y una tenden-cia de cambio articulada por el empoderamiento campesino que todavía no concluye de decantarse, tanto en su sistema de creencias como en su visión de desarrollo. Es una fase en la que, desde ambos lados, la pugna y el deseo de imponerse un bando o una visión a la otra prevalece todavía por encima de la capacidad de ser iguales y crecer conjuntamente en medio de sus dife-rencias.

9.2. Continuidad y Cambio Intercultural en Anzaldo

Históricamente las relaciones interculturales en Anzaldo están atravesadas por la dialéctica de continuidad y cambio. Si bien, desde antes de la Reforma

70 Este principio tiene tres fuentes: 1) las políticas multiculturales de la década de los 90 que reco-nocen los derechos jurídicos y políticos de indígenas y campesinos, 2) el proceso de empodera-miento indígena y campesino a nivel local y nacional, como resultado de un proceso endógeno y, al mismo tiempo, fruto de la LPP, y 3) las políticas de equidad del gobierno de Evo Morales (2005 hasta la actualidad).

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Conclusiones: hallazgos y desafíos

Agraria, han ido emergiendo elementos novedosos que alteran los elementos sustantivos del régimen intercultural previo, son también evidentes las con-tinuidades, o más bien la imbricación de las continuidades en el cambio. Si bien, cada uno de estos regímenes tiene un período de duración particular, elementos del régimen patronal y clientelar persisten en la actualidad bajo di-ferentes modalidades, lo que sugiere que la estructura intercultural actual es un conglomerado complejo de elementos que corresponden a distintas tem-poralidades, el tiempo, o si se prefiere, la memoria larga de la colonia y repú-blica. El tiempo o memoria corta de la post Reforma Agraria y el tiempo actual de la post LPP ampliada por el fenómeno Evo-MAS sobre todo a partir de 2006.

Un cambio notorio es que, desde la Reforma Agraria, se ha ampliado conside-rablemente el espacio donde se desarrollan las relaciones interculturales. De haber estado las mismas confinadas al espacio de la hacienda y sus ámbitos de control, con la reforma, el espacio de interacción intercultural, se ha extendido más allá de los confines rurales para incluir el espacio urbano e inclusive el espacio transnacional, aspecto que, no abordamos a fondo en este estudio. En el período patronal, la hacienda y su entorno era el espacio de desarrollo; con la Reforma Agraria de 1953, éste se extiende más allá del espacio rural local a partir de los sindicatos campesinos y su asociación primero con el MNR y des-pués con el Pacto Militar Campesino; y con la LPP se devuelve protagonismo al campo y sus actores locales, como los vecinos-residentes y los campesinos con sus propios residentes.

Desde el período patronal hasta la actualidad, el universo de actores indivi-duales y colectivos se ha ampliado. Por un lado, han emergido nuevos actores colectivos como los sindicatos y los “terceros” actores (instituciones de pro-moción del desarrollo) y, por otro, se han reposicionado algunos “nietos” de los terratenientes, en respuesta a los cambiantes contextos, en tanto que, los actores campesinos han seguido diversificándose continuando una larga ten-dencia que se inicia a fines de la colonia.

Sin embargo, a pesar de la presencia de nuevos actores o el reposicionamiento de los mismos, los actores han reproducido roles estructurales. Por ejemplo, este es el caso de la función de intermediación, antes cumplida por el hacen-dado, vinculando el espacio urbano y rural, seguida luego por el sindicato y por los terceros actores vinculando al Estado y los campesinos. Una novedad significativa es que luego de la LPP y su fortalecimiento del gobierno local mu-nicipal recobran protagonismo actores locales como los vecinos-residentes y campesinos en un contexto de paulatino debilitamiento de las estructuras de mediación lo que, sin embargo, conduce a una intensificación del conflicto.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Una continuidad muy patente en el régimen intercultural emergente, aunque marginalmente descrita en este estudio, es la persistencia de formas de rela-cionamiento previas como el compadrazgo-padrinazgo, propia del régimen intercultural clientelar, así como de las formas de producción al partir, cuyos antecedentes son anteriores a la Reforma Agraria. Ambos, expresan la repro-ducción de relaciones de dependencia campesina respecto a su alter local: ve-cinos y residentes.

La intensificación del conflicto por el control del espacio municipal durante el período post LPP y el surgimiento de actitudes discriminatorias enmarcadas en la oposición campo-pueblo muestran una continuidad de largo plazo muy su-gerente: el principio de relación superior-inferior, que correspondería más a un régimen intercultural previo, se ha reactivado en momentos de fuerte conflicto alrededor del tema del control de espacios de poder local y las consecuencias de su control: acceso y distribución de recursos para el desarrollo local.

Finalmente, las relaciones interculturales estructuradas por los campesinos con otros actores no-campesinos se mueven al interior de un sistema de rela-ciones clientelares o intermediación de doble valencia: un clientelismo orien-tado a mantener la situación de subordinación de los campesinos respecto a los actores “no campesinos” (incluido el estado) y un clientelismo orientado a cambiar esta situación de subordinación.

Por su misma situación de subordinación, históricamente las relaciones esta-blecidas por los campesinos con otros actores no-campesinos en el sentido amplio, se han desarrollado dentro de un sistema de relaciones de interme-diación de doble sentido y valencia. A su turno, sectores “no campesinos”, el Estado en diferentes momentos y las organizaciones de desarrollo – desde de-sarrollo de comunidades hasta las ONG – han establecido relaciones de inter-mediación y clientelismo para cambiar la situación de subordinación de los campesinos. Por otro lado, es evidente que otros actores como los hacenda-dos, comerciantes, el Estado en diferentes momentos, los partidos políticos y los vecinos de los pueblos han mantenido y a veces hasta reforzado relaciones de clientelismo para mantener la situación de subordinación del campesi-no. Sin ser exhaustivo, el siguiente diagrama resume la tensión entre estas dos tendencias de relaciones interculturales en la historia de Anzaldo.

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Conclusiones: hallazgos y desafíos

Diagrama 5: Relaciones interculturales de los campesinos con otros actores para el cambio o continuidad de su situación de subordinación: Pre 1953-

Post 2005

Estado: Reforma Agraria

Estado Clientelar: MNR y PMC: 1953-1980

Campesino como clien-tela política y fuerza de trabajo

De colono a campesino

Terceros Actores(ONG)

Estado Neoliberal y Partidos Políticos

Campesino como clien-tela política de partidos y fuerza de trabajo

Campesino pobre: autoafirmación + visión de desarrollo local

Estado Multicultural Descentraliza-do (LPP)

Campesino como actor político local

Vecino como actor local

Cambio

CONTINUIDAD

Estado Pro-CampesinoEvo Morales

Campesino actor político empoderado

Intermediarios “no campesi-nos”1936 - 1952

Hacendados Pre 53

Colono en servidumbre

De colono a piquero

1953 1985 1994 2005

Fuente: Elaboración propia

Asimismo, cuando se habla de interculturalidad en Anzaldo, básicamente se refiere a las complementariedades y tensiones entre una mentalidad –valores, intereses urbanos mediados por sus avanzadas históricas, la hacienda y los pueblos– y otra mentalidad –valores e intereses rurales o de campo–. En esta tensión se articulan diferentes actores que, en diferentes momentos y situa-ciones, establecen relaciones de conflicto que re-actualizan contradicciones históricas no resueltas entre el campo y la ciudad, entre la colonización y lo indígena.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

En suma, la dialéctica continuidad y cambio en Anzaldo, nos da una idea de un complejo intercultural hecho de elementos correspondientes a diferen-tes tiempos históricos que coexisten en el ordenamiento cultural actual. Este escenario, nos da algunas pistas para entender mejor la complejidad de las relaciones interculturales, pues estas no son de una sola valencia, positivas o negativas, sino que más bien configuran situaciones que expresan la coexis-tencia de distintos órdenes interculturales. Esta coexistencia permite compren-der la aparente ambigüedad de las actitudes y relaciones de los actores, ya que los mismos operan en un contexto caracterizado por la superposición de principios contradictorios. De hecho podría concluirse que, en sus relaciones y tensiones, los actores activan por lo menos estos tres principios de relaciona-miento: 1) superior-inferior; 2) igualdad formal; e 3) iguales aunque diferentes, al movilizar conjuntamente distintos recursos que tienen a su alcance.

9.3. Desafíos

Sobre la base de los hallazgos de este estudio, esta sección se refiere a tres de-safíos pendientes en Anzaldo: la construcción de nuevas institucionalidades, la construcción de una visión compartida de desarrollo y la superación de la discriminación y el miramiento.

9.3.1. Nuevas institucionalidades

Debido al empoderamiento campesino, en Anzaldo y en otras regiones rura-les del país, se han creado condiciones para el establecimiento de un régimen intercultural alternativo en el cual la definición de las relaciones esté determi-nada, no sólo por los actores que históricamente cuenten con más poder, sino también por los campesinos. Sin embargo, el establecimiento de un régimen alternativo pasa por la construcción de nuevas institucionalidades que permi-tan superar las relaciones patronales y clientelares que han subsistido, a pesar de los cambios, las cuales se constituyen en una institucionalidad profunda que se reproduce de manera inconsciente independientemente de quien de-termina las reglas de las relaciones interculturales.

a) Gobierno Municipal

Desde la promulgación de la Ley de Participación Popular (1994) el gobierno municipal de Anzaldo, es un espacio de encuentro intercultural. Sin embargo, en sus inicios este ha respondido a los intereses de los partidos políticos tra-dicionales y uno de los actores locales: vecinos y residentes del centro pobla-do. Desde hace aproximadamente media década, el gobierno municipal se ha

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Conclusiones: hallazgos y desafíos

convertido en un espacio de disputas irresueltas entre campo y pueblo, o entre campesinos y vecinos-residentes.

Los resultados electorales municipales de abril del 2010 (véase Epílogo 2011 al final del capítulo seis), que han dado la victoria al MAS-IPSP con un 67,4%, sugiere el inicio de un nuevo periodo; un periodo de hegemonía campesina que plantea dos desafíos: el desafío de la equidad y el desafío de la inclusión. El primer desafío es un reto histórico pendiente que debe ser profundizado sobre todo para los sectores más pobres y marginados como los sectores cam-pesinos de zonas alejadas y las comunidades de ex hacienda. Por otro lado, el desafío de la inclusión asume un nuevo carácter, como incluir en la gestión municipal y una visión de desarrollo a aquellos sectores (vecinos y residentes) que secularmente excluyeron a los campesinos de este espacio de la toma de decisiones. La creación desde hace un par de años del Consejo de Desarrollo Municipal de Anzaldo (CODEMA), que reúne a todos los actores involucrados con el desarrollo local de Anzaldo, es un interesante espacio de encuentro in-tercultural para ir concertando visiones de desarrollo equitativas e inclusivas.

En el ámbito nacional, la Nueva Constitución Política del Estado reconoce la diversidad cultural como un elemento central en la construcción del estado y la sociedad. Su paulatina implementación y apropiación a nivel local podría ser un elemento crucial en la construcción de nuevas institucionalidades a nivel del gobierno municipal.

A futuro, una vez resueltas las tensiones en el ámbito del gobierno municipal y decantada una hegemonía local con signo campesino, hay indicios de emer-gencia de otros frentes de conflicto, como el control de la tierra, sobre todo azuzado por dos factores: el escenario político nacional favorable al sector campesino y el proceso de saneamiento de la tierra del presente año (2010). Pero esta es una historia que rebasa los límites de este estudio.

b) Sindicatos

Desde sus inicios la organización sindical ha seguido tres orientaciones estra-tégicas:

Una orientación de movimiento social, antes y luego de la Reforma Agraria, para consolidar el derecho propietario campesino sobre la tierra. Posterior-mente, tras haber logrado ese objetivo y al ser cooptado por los partidos y grupos de poder, continuó esta orientación, pero no siempre con objetivos propios, sino con objetivos ajenos (MNR, dictaduras militares y partidos tradi-cionales del periodo democrático de los 80 y 90), que en el contexto político local se conoce como “pongueaje político”.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Una orientación de alivio de necesidades inmediatas en dos situaciones. Pri-mero, como parte del sistema de clientelismo con las esferas de poder regional y nacional, cuando los líderes de los sindicatos, sobre todo de las instancias mayores, operaban como intermediarios con el mundo exterior para conse-guir algún recurso para la comunidad. Segundo, en situaciones de emergencia como la sequía de inicios de los 80 que afectó fuertemente a las comunidades de Anzaldo.

Una orientación de fortalecimiento de la comunidad en sus diversas dimen-siones. Esta orientación se fortaleció con la presencia de las instituciones de promoción del desarrollo (ONG y otras) y los distintos proyectos y programas ejecutados por estos últimos en las comunidades.

Un desafío pendiente para la organización sindical en sus varios niveles es la construcción de sistemas sostenibles para desarrollar las comunidades locales y del municipio en su conjunto. Esto está claramente vinculado con una mayor presencia en instancias de toma de decisión como el gobierno municipal, y la capacidad de construir organizaciones democráticas que combinen la equi-dad y la inclusión (interculturalidad). Respecto al tema de la equidad un desa-fío todavía pendiente es la inclusión de las mujeres en la toma de decisiones, lo cual pasa también por procesos de capacitación y la superación de prácticas y relaciones intra-familiares que limitan el desarrollo de las mismas.

A nivel de la inclusión queda una tarea pendiente de cómo incluir a nivel de la central sindical a:

Las dos comunidades del distrito 1, conformado principalmente por veci-nos,

Al recientemente creado sindicato de Mujeres 27 de Mayo que agrupa a las chicheras del pueblo de Anzaldo.

A los residentes campesinos y no campesinos que viven fuera del munici-pio o de sus comunidades en las organizaciones sindicales campesinas de las comunidades.

c) Instituciones de Promoción del Desarrollo

Durante estas más de tres décadas (1976-2009) las instituciones de promoción del desarrollo en Anzaldo han generado un conjunto de iniciativas con las si-guientes orientaciones estratégicas:

Alivio inmediato sobre todo en situaciones de emergencia colectiva como la sequía de inicios de los 80 y de emergencia personal y familiar, característica que sin embargo es una constante en el trabajo de estas instituciones.

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Conclusiones: hallazgos y desafíos

Fortalecimiento de comunidades para construir un sentido de respeto y vi-sión de desarrollo. Los trabajos de evangelización (catequesis), educación for-mal (apoyo a las escuelas de las comunidades y el colegio apoyado por los Padres Escolapios) e informal (alfabetización) y capacitación de liderazgo han contribuido a la creación de un sentido de respeto y valoración entre la pobla-ción campesina. Por otro lado, el apoyo al fortalecimiento de la organización sindical campesina y su proceso de empoderamiento político ha generado un sentido de respeto del sector campesino por parte de otros actores como los vecinos y residentes del pueblo.

Los diferentes proyectos han contribuido a generar prácticas y visiones de de-sarrollo local, sobre las cuales es posible construir una visión más amplia e in-tegral de desarrollo. Sin embargo el trabajo de las instituciones de promoción del desarrollo ha generado también, de manera directa o indirecta, efectos no deseados tales como la dependencia y la migración. Por ejemplo, la educación de los jóvenes campesinos amplía sus horizontes y genera en ellos expectati-vas de ser parte de la modernidad, cuya permanencia en el campo no puede satisfacer, lo cual en cierto modo los induce a abandonar el campo en busca de otras oportunidades71.

Apoyo a movimientos sociales, a través de procesos de capacitación de líde-res de las organizaciones sindicales y apoyo al empoderamiento de los mismos para acceder a instancias de toma de decisiones como el gobierno municipal. Asimismo, en situaciones de conflicto algunas han apoyado indirectamente, como aliados, a una de las partes en conflicto.

Sin embargo, el desafío en el trabajo de las instituciones de promoción del desarrollo en Anzaldo, es también contribuir en la construcción de sistemas sostenibles de desarrollo en los cuales dos claras tareas son: 1) el apoyo a la construcción de una visión integral y compartida de desarrollo rural y 2) el fortalecimiento económico-productivo, garantizando la seguridad y sobera-nía alimentaria, pero avanzando un paso más. Hay algunos indicios hacia la construcción de visiones integrales y compartidas de desarrollo como la or-ganización del CODEMA (Consejo de Desarrollo Municipal de Anzaldo), como instancia de información y futura posible coordinación de esfuerzos institucio-nales. Sin embargo todavía queda un largo camino por recorrer para superar el aislamiento de los esfuerzos de promoción del desarrollo. Cada institución,

71 Esto no quiere decir que el factor cultural es el único factor que induce a la migración y “des-campesinización”, otros factores como la falta de oportunidades de empleo, las limitaciones de acceso a tierra, etc. tienen quizás un impacto mayor. Con este ejemplo nuestro propósito es simplemente llamar la atención a los efectos paradójicos o no-deseados del desarrollo rural.

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

tiene ritmos y agendas propias y tender puentes entre los mismos implicara construir sistemas interinstitucionales o redes para apuntar a objetivos y prio-ridades compartidas.

Por otro lado, hasta ahora los efectos más visibles de estas iniciativas están en el área de capacitación y formación de recursos humanos (capital humano) y la construcción de caminos y mejora de la infraestructura productiva. Sin embar-go, lo productivo, no sólo para llenar el estómago sino para producir también un plus, es todavía un desafío como bien lo resume uno de nuestros entrevista-dos: “primero el estómago y sobre eso un poquito la economía (dinero).”

9.3.2. Visión “compartida” de desarrollo

La construcción de una visión compartida de desarrollo es un desafío pendien-te en Anzaldo. Hasta ahora, se han enfrentado dos visiones de desarrollo, una visión de desarrollo centrada en la mejora de la infraestructura de servicios sobre todo urbanos, y una visión de desarrollo centrada en lo productivo agro-pecuario. La primera, expresada más por los vecinos y residentes y la segunda por los campesinos. Considerando el contexto conflictivo, ¿cómo imaginar una visión compartida de desarrollo? En esta sección, se plantean algunas ideas generales al respecto.

Primero, es importante considerar que toda visión de desarrollo es resultado de la correlación de fuerzas entre actores con intereses y visiones distintas. Que lo que se presenta como visión compartida es simplemente un efecto del poder del sector que ha sido capaz de imponer su visión como la “visión com-partida”. Bajo este supuesto, es necesario considerar la actual correlación de fuerzas en el municipio a nivel de toma de decisiones. Esta correlación, cier-tamente es ahora favorable a los sectores campesinos, por lo que lo que se venga a denominar una visión compartida expresara sobre todo los intereses y tensiones de este sector. Posiblemente, en un momento posterior – el cual es difícil de predecir cuándo – haya una apertura de cada actor hacia las necesi-dades e intereses de los otros actores. Sin embargo, dado que no se empieza de cero, sino en el marco de prácticas profundas, como el clientelismo de do-ble valencia, es posible que en la implementación práctica de iniciativas de desarrollo, los actores no campesinos puedan obtener beneficios acorde a sus intereses y visiones.

Segundo, al imaginar una visión compartida de desarrollo es importante con-siderar la experiencia acumulada con sus aciertos y sus errores. En esta pers-pectiva, es importante una valoración de las distintas iniciativas de desarrollo implementadas en el municipio durante los últimos treinta años. Los atajados

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Conclusiones: hallazgos y desafíos

de agua son un caso al punto. Si bien, estos han servido para atender las ne-cesidades de agua para riego, en algunos casos han generado conflictos entre familias debido a la falta de mantenimiento lo que a desmotivado a las mismas en esta alternativa productiva.

Tercero, otro aspecto a considerar son las necesidades y visiones de los actores, sobre todo de aquellos históricamente en mayor desventaja. Aunque todavía escasamente articulada, la visión campesina de desarrollo apunta a la reacti-vación productiva del agro para la seguridad alimentaria y la generación de excedentes. También, incluye otros componentes como la educación, electri-ficación rural y caminos, creación de microempresas, comercialización, arte-sanía, turismo, y el tema forestal. Sin embargo, dada la limitación en recursos será necesario priorizar los esfuerzos.

Cuarto, en la imaginación de una visión de desarrollo será importante consi-derar los efectos no deseados provocados por las iniciativas de desarrollo. La educación, es un caso al punto. Si bien, la educación ha generado un proceso de fortalecimiento de liderazgos y ha contribuido al fortalecimiento intra-cul-tural del sector campesino, al mismo tiempo, al ampliar los horizontes de las personas, sobre todo de los jóvenes ha generado expectativas que no pueden satisfacerse localmente, por lo que éstos optan por saltos migratorios para go-zar de las promesas de la modernidad.

Finalmente, será importante considerar el tema de la sostenibilidad. El siguien-te testimonio ofrece una reflexión interesante sobre quien recae la responsabi-lidad en caso del retiro de una institución de promoción del desarrollo.

Los responsables son cada beneficiario o de la organización. Los que aprende-mos tenemos que ejecutar dentro de la organización y también transmitir a los jóvenes. Tiene que haber continuidad, si lo dejamos vamos a volver a lo mismo. El responsable de la continuidad es cada beneficiario. Hay más ventajas que desventajas. Gracias a las instituciones con las capacitaciones, se va a buscar tie-rras en otros lados para evitar el problema del surcofundio (Fortunato Herbas).

9.3.3. Discriminación y miramiento

Pero, todo esto se está superando, me parece: los que humillaban me parece que están callando. Pero sí o sí tiene que haber equidad para todos y tienen que dejar participar a los compañeros campesinos, y tiene que haber nomás cambio de vida, hasta cambio de actitud moral. Es un poco difícil, pero tiene que haber. De esa forma, llevaremos adelante el desarrollo. (Alberto García)

Dos expresiones de la persistencia de desigualdades estructurales en Anzaldo, intensificadas por los conflictos por el control del gobierno municipal, son las

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

actitudes de discriminación y miramiento; la primera activada más desde el lado de los vecinos-residentes y la segunda desde el lado campesino.

Si bien, la superación de las mismas demanda cambios de actitud de ambos lados, es crucial reconocer que estas actitudes son expresión de la persistencia de la desigualdad de oportunidades generadas por iniciativas de desarrollo implementadas históricamente en la zona, que serán superadas paulatina-mente a medida que se construyan institucionalidades que superen las des-iguales estructurales.

Sin embargo, paralelo a lo anterior es importante la construcción de puentes o espacios de relacionamiento intercultural que contribuyan a superar tanto la discriminación como el miramiento. Si bien, la discriminación está anclada en aspectos estructurales como el tema del poder y el acceso a los beneficios que este permite, existen espacios de encuentro y relacionamiento cotidiano entre los actores locales en conflicto donde las relaciones son más cordiales y abiertas, aunque en muchos casos expresan relaciones encubiertas o solapa-das de desigualdad, como las fiestas, y el intercambio comercial en las ferias. Sin embargo, estos espacios de relacionamiento son importantes puentes para superar diferencias y procesos de estigmatización como la discriminación.

Por otro lado, el miramiento puede ser aminorado introduciendo en las activi-dades y proyectos de promoción de desarrollo mayor equidad y transparencia en la toma de decisiones respecto a los beneficios del desarrollo, para que es-tos lleguen también a aquellos sectores tradicionalmente marginados en su relación con otros diferentes o iguales (campesinos). En el caso particular de Anzaldo, esto implica, por ejemplo, el operar con cierto criterio de discrimina-ción positiva con aquellas comunidades alejadas, varias de las cuales histórica-mente fueron parte de las ex haciendas, y en las cuales hay todavía un rezago en varios niveles, como el educativo, y el acceso a los beneficios del desarrollo.

Finalmente, a nivel de la vida cotidiana parece ser que los jóvenes imbuidos de una nueva educación y valores están en el proceso de construir nuevas re-laciones interculturales y nuevas institucionalidades que superen la dicotomía campo-pueblo y los antagonismos residente/pueblo-campesino, que abren la esperanza para el futuro.

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I

Anexo 1: Mujeres en la toma de decisiones: limitantes y desafíos*

Karen Mercado

En Anzaldo, la representación en el sindicato comunal es por unidad familiar o unidad doméstica. El representante tradicional ha sido el varón ‘mayor’, es decir, el padre o marido o, en otros casos, el hijo mayor. Como representan-tes, éstos asisten a las reuniones sindicales, cumplen las actividades desig-nadas en los trabajos comunales, participan de marchas, bloqueos y otras actividades.

Por su parte la participación sindical de la mujer no siempre ha sido reconoci-da. La participación de las mujeres se ha dado de dos formas: 1) ante ausencias del representante varón, sea por viaje o enfermedad y 2) acompañando el pro-ceso de constitución, lucha, reivindicación y movilización sindical. Las mujeres participaban indirectamente en la vida sindical desde el ámbito familiar, influ-yendo en las decisiones que el esposo llevaría a la reunión sindical. Asimismo, el apoyo a las movilizaciones se daba a partir de su rol doméstico, asignado socio-culturalmente –por ejemplo, el cuidado de la alimentación-, ampliado al espacio público.

Actualmente, con ciertas restricciones, dificultades y debilidades, comienza a ser reconocida la presencia de las mujeres en instancias de toma de decisiones, organizaciones campesinas propias y consejos municipales. Con particularida-des entre unas y otras comunidades, unas y otras líderes, su accionar es cada vez más visible y reconocido por ellas mismas y por los varones.

…caminando ya se han dado cuenta, ya estamos organizadas, un poco más or-ganizadas y estamos yendo hacia arriba (Evangelina Mamani citado en Rasgui-do y Arias 2009).

11. ANEXOS

* Este anexo es parte de un trabajo mas amplio realizado por la autora sobre genero e intercultu-ralidad dentro el marco del presente proyecto de investigación.

II

Anexos

Se está viendo mucho la participación de las mujeres, incluso de las más ancia-nas y de las jovencitas; en nuestra comunidad la organización está fortalecido nomás, tal vez en otras comunidades se ve debilidad (Abel Álvarez).

Las organizaciones sindicales no están funcionado bien, más que todo en algu-nas comunidades como también en mi comunidad. Algunos años sí funciona bien porque algunos comunarios manejan bien pero otros hacen fracasar la organización. De la misma manera, la organización de las mujeres casi es lo mis-mo: en algunas gestiones hay señoras que trabajan muy bien pero otras señoras llevan al fracaso. Podemos decir que depende de cada líder. Con todo esto, se puede afirmar que la organización va nomás regularmente y tampoco podemos decir que va fracasando (Nicolás Terrazas).

En este proceso de mayor participación de las mujeres se debe considerar la importancia de la participación popular (1994) y la ley de cuotas (1997). Esta última establecía un mínimo del 30% en la representación para las mujeres** (Baldez y Brañez 2005). La exigencia de la ley y la asignación de derecho per-miten incrementar la participación de las mujeres no sólo en los espacios que considera la ley sino también replantearse el rol y la importancia de la mujer dentro de las organizaciones tradicionales.

Desde la llegada de la participación popular, hombres y mujeres ya se han or-ganizado. Por ejemplo, antes las mujeres siempre estaban discriminados y poco participaban en la organización pero, actualmente, las mujeres tienen mucha participación en la organización sindical (Abel Álvarez).

Tampoco a las mujeres nos hacían valer la organización de varones. Pero ahora hay ley: cada persona tenemos derechos; mujer y hombre con nuestros dere-chos podemos estar en cualquier lugar” (Vicenta Blanco citada en Rasguido y Arias 2009)

Últimamente hay más participación de mujeres (…), las mujeres tienen que par-ticipar obligatoriamente porque se consta en la ley (Alberto García)

La ley de cuotas es importante para la participación política de las mujeres, pues ésta no solo afecta al ámbito municipal, sino también en la organización sindi-cal, pues el sindicato es el lugar donde se capacita y se reconoce que la fuerza

** La ley de cuotas políticas para las mujeres fue implementada a través de cuatro instrumentos: i) la reforma de la ley electoral de 1997 que incorpora la participación femenina con el mínimo de 30%; ii) modificación al código electoral de 1995, donde se consolida el 30% de participación en las listas de los candidatos a los concejos municipales; iii) se introduce en la ley de partidos polí-ticos la obligatoriedad de promover la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, así como la efectiva participación de la mujer en la dirección de los partidos y iv) en la ley de agru-paciones ciudadanas y pueblos indígenas de 2004 (Ley No. 12771) se introduce, en su artículo 8, que “las agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas establecerán una cuota no menos al 50% para la mujeres en todas sus candidaturas para los cargos de representación popular” (Baldez y Brañez 2005:144).

III

Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

para la lucha del poder tiene que ser de ambos; esto permite la apertura hacia las mujeres en la incorporación de este espacio (Shirley Rasguido).

La base legal que permite y obliga a la participación de las mujeres ha sido un elemento fundamental para incrementar su participación. Sin embargo, el análisis normativo es insuficiente pues, como veremos más adelante, en la apropiación y el ejercicio del derecho de participación, las mujeres se han en-contrado con dificultades y situaciones que limitan y cohíben su participación más amplia y real.

Otro de los factores que ha potenciado la participación de las mujeres es la capacitación-educación. Esta ha permitido que las mujeres adquieran conoci-mientos y tengan confianza en su participación, proceso en el cual la presencia institucional jugó un rol importante. Pero, si bien se han logrado avances, aún queda un largo camino por recorrer como reconocen los propios actores:

P: ¿La organización sindical tanto de hombres y mujeres está fuerte en nuestro municipio?

R: Todavía son débiles estas organizaciones; por ejemplo, las señoras a nivel na-cional todavía no están interiorizadas, tienen miedo todavía, les falta capacidad para enfrentar a las situaciones. Es verdad que ahora se está trabajando mucho con la mujeres; por ejemplo, en mi distrito ya hay participación de las señoras, por ejemplo, ya saben discutir dentro la organización y otras todavía no; creo que falta más capacitaciones; el gobierno municipal debe apoyar en todos estos aspectos” (Ernesto Ramírez).

“Está cambiando. Se nota mayor participación de mujeres. Para empezar son educadas, están al mismo nivel o habrán todavía mejores [mujeres] que los hombres, pero todavía es un proceso. Yo creo que de aquí a unos cinco años recién se van a ver los cambios cualitativos” (Ruth Castro. Ex-concejala del Mu-nicipio de Anzaldo).

Si bien la generación de mayor capacitación y confianza en las mujeres como actoras políticas es una tarea pendiente, ésta debería desarrollarse desde otra perspectiva: el ser mujer o la posibilidad de otro actuar. Según lo indagado, una de las principales características femeninas es una apreciación más integral de las necesidades y un trabajo más comprometido, solidario y menos politizado, a partir de la búsqueda de un bienestar general. Es necesario desarrollar capa-cidades y el accionar propio de las mujeres como una posibilidad de alcanzar mayor integridad, apertura y convivencia.

Una diferencia con la política que ejerce la mujer es que ellas son más senti-mientos; no es tan fría, entonces siente más las necesidades, conoce con más convicción; el hombre es más frío, es más calculador, la mujer no es egoísta en

IV

Anexos

ese sentido. Pero el mayor obstáculo que veo es la presión política cuando hay decisiones que tomar: ya son normas o el cabecilla dice una cosa y nosotros como corderitos tenemos que seguir (Ruth Castro).

Actualmente existe una mayor presencia de mujeres dentro del ámbito de la toma de decisiones. Pero estos avances cuantitativos son insuficientes. Pues si bien la aplicación de la ley de cuotas garantiza la representación de las mujeres, no necesariamente significa una real participación en la toma de decisiones.

Pero más que participación veo, siento, que es usar a la mujer, porque ahora, como a nivel internacional y nacional se exige la participación de la mujer, in-cluso en la ley está un porcentaje definido, (la mujer) es más como un artículo de relleno (Ruth Castro).

La participación de mujeres es numéricamente aceptable (…) pero al momento de cualificar la proposición, el planteamiento de propuestas por parte de las mujeres es reducido… (Shirley Rasguido)

Considerar la participación real de las mujeres implica no solo ver la presencia de éstas en espacios de decisión. Es necesario ver cuánto participan de las de-cisiones, cuánto proponen y cuánto son escuchadas, lo cual, al parecer, aún es una tarea pendiente ya sea debido a sus propias inseguridades o miedos o a la falta de apertura de los varones, expresada en la desconfianza de su capacidad y falta de experiencia para asumir cargos de dirección o representación. Al res-pecto Ruth Castro, ex-concejala del municipio, señala “tienen sus sentimientos, sus pensamientos pero se cohíben” y añade que:

Principalmente una gran limitante es que no sepan leer ni escribir; uno es eso, les dicen has esto, pon tu impresión aquí; ellas no saben qué están haciendo. Dos, el apoyo familiar es también importante. El otro es que cada una, hasta yo desde chiquita, tenía el concepto de que una estaba subordinada, o en mi épo-ca habían muchas compañeras que les decían: tú, como mujercita, te quedas en la casa y tu hermano afuera porque no podemos educar a los dos, eso sigue todavía.

Estas limitaciones concretas, dificultades para leer y escribir (que sirven tam-bién como elemento diferenciador inter e intracultural), el no contar con el apoyo de la familia para desenvolverse como dirigente y las responsabilidades domésticas y el cuidado de los hijos, amplían las diferencias en las condiciones de participación entre varones y mujeres. A esto se suma la consideración de que, frente a la migración, principalmente de los hombres en busca de fuentes de trabajo, las responsabilidades de las mujeres se incrementan dificultando aún más su participación. Asimismo están presentes limitaciones más subjeti-vas, como su condición de subordinadas y el estereotipo del ámbito domésti-co como espacio femenino exclusivo, las cuales dificultan una mayor y mejor

V

Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

socialización de las mujeres con el ámbito público de la toma decisiones y la apropiación de los códigos vigentes en él. Sin embargo las mujeres tienen un rol central en otro espacio público: el comercio y los mercados.

Las construcciones socioculturales sobre las actividades y espacios propios de mujeres aún están en proceso de cambio. Las mujeres transgreden estas nor-mativas todavía con miedos e inseguridades, pues deben enfrentarse a una constante prueba y control de su desempeño en espacios públicos por parte de los varones.

(C)on el machismo aquí la mujer se menosprecia por sí misma para poder par-ticipar. Hay miedo todavía a participar; se quiere apabullar a las iniciativas que puedan salir.

El control es continuo, de lo que haces, de lo que no has hecho, te quieren hacer pisar el palito (Ruth Castro).

Mas allá de las presiones y el control de los varones, las mujeres deben lidiar también con las críticas de otras mujeres: “todavía la mujer es la primera ene-miga cuando alguien quiere surgir.” Además, aparte de enfrentar presiones para desistir de asumir cargos, las mujeres, principalmente las jóvenes, enfren-tan formas abiertas o encubiertas de violencia como el acoso sexual.

El acoso sexual hay también; es una forma de presionarlas. Las mismas activi-dades, intercambios y si por casualidad, azares del destino, llegan hacer algo, se deslumbran y es un mal precedente para la mujer (Ruth Castro).

Finalmente, según la percepción de algunos entrevistados, las mujeres tienen un rol activo hasta antes de casarse. Después, su liderazgo se diluye o pierde fuerza. Esto nos muestra una vez más que, aunque las mujeres tengan la capa-cidad y actitud de liderazgo, al no contar con el apoyo familiar, al no existir una corresponsabilidad en el ámbito doméstico, sean absorbidas por estas activi-dades y estén imposibilitadas de ejercer su rol en la toma de decisiones. Esto muestra claramente que las condiciones de igualdad de oportunidades entre varones y mujeres no solo pasan por la apertura de espacios antes restringidos para las mujeres, sino por un cambio de actitud y de las reglas culturales que rigen el sistema de género.

VI

VII

Abel Álvarez: agricultor de la comunidad de Chapini, ocupó varios cargos sindicales en Chapare y es miembro de la junta escolar de su comunidad.

Fidelia Álvarez: líder de la comunidad de T’ago K’asa y actual corregidora de la comunidad de Morochata.

Hilarión Arias: activista, miembro de la OTB y del comité de vigilancia, pro-fesor del colegio San José de Calasanz, co-investigador del proyecto IDES-SUS.DIV Anzaldo.

Teresa María Boada: religiosa española, iniciadora del trabajo de CEPRU-JEM en Anzaldo.

Silvano Caballero: exagente cantonal, líder de la comunidad Jatun P’ujru, subcentral San Isidro.

Alejandro Cabrera: antiguo exdirigente sindical de la comunidad Cabrera. Ocupó cargos en la Central Campesina de Anzaldo y actual líder de su comu-nidad

Nancy Camacho: agrónoma, extécnica de CIPCA

Ruth Castro: exconcejala del municipio de Anzaldo.

Daniel Córdova: exsecretario de la central campesina de Anzaldo, actual director del internado de Anzaldo.

Juan Correa: profesor, ocupó el cargo de concejal por el MIR en las gestio-nes 1995 y 1996-1999. Actualmente es director del colegio San José de Cala-sanz.

Máximo Fernández: dirigente sindical de la comunidad Pajchapata Lux, se-cretario general de la subcentral 15 de Agosto.

Alberto García, agricultor de la comunidad de Tijrasga, ex dirigente de la central campesina de Anzaldo y concejal del municipio de Anzaldo en varias gestiones representando al MNR, PCB y al MIP.

Anexo 2: Lista de personas entrevistadas

VIII

Anexos

Fortunato Hérbas: agricultor de la comunidad de Torancali, secretario ge-neral de la subcentral Linde K’asa, secretario de hacienda de la central campe-sina de Anzaldo, secretario interinstitucional del MAS-IPSP, exoficial mayor y actual presidente del concejal del gobierno municipal de Anzaldo.

Cristina Lipa, pedagoga, técnica de CIPCA, co-investigadora del proyecto IDES-SUS.DIV Anzaldo.

Judith Marca, pedagoga, extecnica de CIPCA.

Alfredo Montecinos: sociólogo, extécnico de CIPCA

Adelio Padini: sacerdote escolapio italiano, vinculado con la parroquia y el colegio San José de Calasanz de Anzaldo

Olimpio Camacho: auxiliar de enfermeria, ex dirigente de la comunidad de Alfa Mayu.

Ernesto Ramírez: agricultor de la comunidad de Cabrera, subcentral 10 de diciembre, actual miembro del Comité de Vigilancia

Shirley Rasguido, socióloga, técnica de CIPCA, co-investigadora del pro-yecto IDES-SUS.DIV Anzaldo.

José Sánchez: agricultor y dirigente de la comunidad de Jatun P’ujru B. Fue miembro del comité de vigilancia de Anzaldo y actualmente es secretario eje-cutivo de la Central Campesina de Anzaldo.

Nicolás Terrazas: agricultor y dirigente sindical de la comunidad de Thago K’asa; ex agente cantonal y fue también parte de la central campesina de An-zaldo.

Eugenio Vallejos: transportista de la comunidad de Umapirhua (Distrito 2), ocupó el cargo de alcalde en la gestión 2002-2003 con la UCS y de concejal representando al MNR y al MIP en otras gestiones.

Nelson Virreyra: sociólogo y líder campesino de Anzaldo, exconstituyente, actual diputado nacional.

Efraín Ucieda: dirigente campesino de la comunidad de Callallusta y líder del municipio.

Hugo Zapata: profesor, antiguo vecino del pueblo de Anzaldo, ocupó el puesto de juez parroquial, concejal por el MNR en las gestiones 1997 y 1996-1999 y actual presidente de la asociación de la tercera edad.

Taller con dirigentes de Anzaldo (Febrero 2009)

Taller de Acullico (Noviembre 2009)

IX

Las haciendas

Yo soy del 1930. Existían haciendas: un círculo de terrenos ha habido en Ti-jrasca, Santa Clara, Morochata también, Llavíni, Chaupicollo, Apillapa. Antes pertenecía Sacabamba a Anzaldo. Era el tercer cantón, la Quiriria, La Viña. Se ha separado por ser otra sección municipal. Las grandes haciendas estaban en Sacamba, Challaque y Matarani. Anzaldo, casi no ha tenido, no eran grandes. Trataban mal a los colonos. Aguada era una hacienda grande, inmensa, com-puesta de Molle P’ujru, Saldo, Pucara Bajo, Jatun Ciénega. Quiriria no ha sido hacienda, eran parcelas particulares. Antiguamente dice que era un centro de padres. Y en Huerta Mayu han dejado descendencia de donde vienen apellidos raros: Suárez no había, Villarroel también, dejando sus travesuras, Rodríguez, Vallejo, Vallejos, Lara, Nava. [Algunos hacendados eran] rebeldes, que los trata-ban muy mal, y otros caritativos, otros no siempre. No se puede justificar o ge-neralizar. En Llavíni era un señor Gustavo Antezana bastante bueno, en Chau-picollo Abel Antezana. Después otros patrones, la familia Salinas eran rebeldes, en Sacabamba. [Las haciendas eran de] unas 80 o 100 hectáreas y quizás un poquito más. Eran serranías casi improductivas. Han producido, por excelencia, trigo, papa, papalisa, oca, maíz y casi haba y arveja en poca cantidad, para el uso y para el mercado. No hubo artesanía en la hacienda; sólo vivían los comu-narios. Trabajan cinco días y para ellos dos días. Los pegujales eran de diferen-tes tamaños pero les alcanzaba para la subsistencia (Hugo Zapata).

Hay diferencias. No creo tanto, por ejemplo la gente del pueblo quiere pavi-mentado su calle y son diferentes las necesidades del campo. El problema de la hacienda es historia, pero había dos clases: piquería, San José, Callallusta, había más libertad en piquería, podían estudiar y la educación siempre fue in-fluyente. Pero en la zona de haciendas, Torancali, no hay todavía profesionales de 60 años o de 40 años. La influencia ha sido fuerte. Recién han estudiado y están saliendo profesionales, ahora ya no hay diferencia entre piquería y ha-cienda (Alberto García).

Anexo 3: Fragmentos selectos de entrevistas y talleres

X

Anexos

La Reforma agraria

En esos tiempos, de acuerdo a la historia, habitaban solo los patrones nomás todavía; por ejemplo, en los lugares que vivía eran conocidos como haciendas de monjas y hubo poca organización seguro cuando se ha dictado la ley por Víctor Paz Estensoro desde ese momento dice que han tomado las tierras y se han empezado a organizarse (Nicolás Terrazas).

Las actividades en el campo: se realizaban asambleas, organización de las cen-trales; se reunían en su área, centro, para atenderlos; vinieron con mayor brío el 51 y no les han hecho llegar más [a los hacendados], se han quedado con todo, en Tijrasga estaba en la escuela, y he visto que los productos se lo han lleva-do los patrones, sus administradores, y luego se han distribuido los terrenos y nunca han vuelto. No ha habido peleas en ningún lado, los patrones ya no han vuelto más, porque les amenazaban (Hugo Zapata).

La historia cuenta (que) antes en nuestro municipio era manejado por un hombre llamado Juvenal Castro; después por el compañero Lucio Angulo; y en aquellos tiempos no se rogaban como ahora nos haremos caso nomás; se mandaban, se manejaban a chicotazos. Y además no se llamaba central espe-cial campesina, se llamaba Central Paredón, la sede estaba en la comunidad de Llallaguani. Si hablamos de las mujeres también la participación era regular, los jóvenes también participaban, ahora más bien tienen miedo a participar, hasta en el mismo sindicato, pero poco a poco hay participación de los jóvenes (Ernesto Ramirez).

La “Ch’ampa Guerra”

Cuando la reforma agraria se iniciaba en la población, elegimos a nuestros re-presentantes, teníamos sindicatos todavía, pusimos a la cabeza a Juvenal Cas-tro. Fui elegido secretario de relaciones pero no me alcanzaba el tiempo. Em-pezó bien, estaba de acuerdo con hacer organizaciones, lo echaron a perder cuando la separación. Se fracturó en dos el sindicalismo: Veizaguistas, de Mi-guel, y otros seguían a José Rojas, y por ahí venían los incidentes entre ellos. Y nosotros lo que decían los de Veizaga hacíamos… era del Valle también, Rojas era un dictador [que dominó por] unos 10 años por lo menos (Hugo Zapata).

Como te decía, más que todo te informare desde la década de 60 para ade-lante. Te cuento que en este tiempo había muchos problemas en lo que es la organización sindical y a nivel nacional. Posiblemente todos estos problemas se han originado en el año de 1952. Por ejemplo, dentro el municipio había

XI

Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

todas estas problemas: se peleaban entre Veizaguistas y los Rojistas, del norte Potosí también con (Rosendo) Causiri que desafiaba a los vallunos, donde la gente del valle salían bien organizados e incluso se dice que en Anzaldo se ha instalado un puesto de ejército en el año 1962, justamente para acabar con todos estos problemas. De acuerdo a lo que me acuerdo había un sindicato agrario bien organizado, donde esta gente iba al lado de la Viña, al lado de Toco y a otros lados, también al lado del norte Potosí. Esta gente manejaban los di-rigentes, quien encabezaba era el señor Juvenal Castro. Este hombre bastante manejaba la organización. La organización de las mujeres casi no veía mucho, los hombres si eran bien organizados. Después de un tiempo más adelante ya no caminaban mucho porque seguramente ya no había muchos motivos; sin embargo, en las comunidades rurales se han mantenido las organizacio-nes sindicales, porque en el municipio era una organización los sindicatos para buscar cualquier proyecto o desarrollo. Todas las solicitudes de la comunidad manejaban los dirigentes de acuerdo a sus necesidades. De acuerdo a mi co-nocimiento, no se ha logrado ningún desarrollo, sólo entre ellos se manejaban y las tierras ya se apoderaron en el año 1952 (…) Si había discriminación (…) hasta había matanzas, por ejemplo en 1963 los comunarios de Calallusta en-traron y fusilaron a un hombre con una pistola más o menos a las 2 de la tarde. No había unidad y esto han hecho los políticos. (Juan Correa).

La educación

Ese entonces estaba separada de lo urbano. Allá los que hemos tenido cons-ciencia, valor civil y la confianza hemos trabajado, no solo en la educación (sino) ayudando como se puede hacer, como mejorarían; muy honestamente, hoy cualquiera es profesor ha decaído, más que todo en el sector rural. Eso va en contra del maestro, alumnos y la comunidad. He trabajado educando a los de la comunidad con cursos nocturnos en Tijrasga con 40 padres, enseñando las primeras letras en un año. El 54, he trabajado en diferentes comunidades Puca Pampa, Loro Wachana… [La educación era] en castellano, de que hubiera servido que sea en quechua, hemos hecho así siempre en castellano. Había que darse modos, ser miembro de familia, como un padre, estimarles a los ni-ños, tenerles en una confianza, el respeto de los niños bien, no por el hecho de por ser del campo. Siguen hablando de mis actividades en Puca Pampa. Tengo alumnos que son profesionales, gracias a los profesores (Hugo Zapata).

De 1952, no tengo ningún conocimiento, porque yo nací en 1962, pero de to-dos modos cuando era chico, esos movimientos he visto un poco porque me mandaban mis mayores diciendo que tienes que ir a decir, para que vayan de comisión, además no tenia padre, mi padre ha fallecido cuando tenía unos cin-

XII

Anexos

co años, casi no me acuerdo esto, yo vivía con mi hermano mayor, de su cuenta iba a las reuniones. A pesar de lo que participaba en ello, me desconocían porque era menor de edad, me decían ¿A qué vienes? Eres menor de edad to-davía. Para eso tenía unos doce años y cuando tenía esa edad me botaban de la organización. Fueron los años de 1972, pero tan poco yo no activaba mucho porque yo iba a estudiar a Cochabamba. Seguramente en el campo no había una educación adecuada, por eso me llevaron hacia la ciudad. En la ciudad he estudiado solamente hasta quinto grado y después de retornar a casa, me fui al cuartel de ese modo, ya después, me aceptaron en la organización. Además la organización, ha comenzado a partir 1982. Desde esta temporada, me metí a la organización (Silvano Caballero).

El Pacto Militar Campesino

He participado, desde joven, y entré como dirigente en mi comunidad. Fue el año 1959, desde ese año he estado sirviendo al sindicato, incluso sigo sirvien-do hasta ahora, y mi visión política siempre es el pensamiento ideológico de iz-quierda. Jamás me metí con la derecha y así no traicione a mi comunidad. Res-peto a las organizaciones. Por otro lado, conozco muy bien el funcionamiento del sindicalismo, he visto la persecución de los dirigentes, más que todo en los tiempos de la dictadura (…) en el año de 1971, mi persona ha sido perseguido cuando Banzer entró con golpe de estado, entonces a todos los dirigentes de izquierda ha comenzado a perseguir, incluso les hacia ejecutar con los militares a todo los dirigentes de la izquierda. Mi persona, también se vio afectado por todos estos problemas. Entonces he tenido que escapar al país de Argentina. Estuve en allá durante dos años, después regrese de allá, pero las cosas no habían cambiado aún, por eso, otra vez me escapé a Santa Cruz, durante un año más. Ni aún eso me callaron, porque continué peleando como dirigente sindicalista, no me fui al otro lado. Eso se había llamado ser un dirigente, pero otra gente se vuelca rápidamente a la derecha. En aquellos tiempos, habían grandes dirigentes, pero muchos de los dirigentes, sólo se habían sabido in-teresarse por dinero y perdieron su dignidad política esto no es conciencia. Además un dirigente tiene que ser de lucha, tiene que conducir con digni-dad el sindicato y sus bases, pero hasta ahora se está viendo dirigentes que sólo piensan en sus intereses personales. Pero, también hay dirigentes muy comprometidos con su comunidad, por otro lado, nosotros los que sabemos sufrir los que hemos luchado por la liberación del sindicalismo, somos pocas personas. La gente consciente seguimos llevando adelante el sindicalismo, sin engañar y sin hacerse engañar. Sólo trabajamos por el desarrollo de nuestras comunidades (Alejandro Cabrera).

XIII

Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

No conozco [de la Ch’ampa Guerra], sin embargo, mi padre en aquellos tiem-pos era dirigente y era perseguido por todo eso. Mi persona aún estaba peque-ño, seguro apenas había nacido para eso en Villa Totoral y quienes salen como salvadores de ese problema, salen los militares. De ese modo, los militares con-ducen la organización sindical donde éstos también, no dieron ningún cambio, a lo contrario, se pelearon quitoneándose el poder entre ellos y la organización aparece atrasada. La clase trabajadora, quienes seguían reclamando sus dere-chos ha seguido habiendo problema para los compañeros campesinos, líos, pobreza, etc., También había más humillación, pero los campesinos con todo eso se han preparado más y se han organizado. Formaron, en este tiempo, la Confederación Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia. Esto hablo por-que mi persona era jovencito y ya conocía estos asuntos, a pesar de todo aun había otro confederación paralela. De todos modos, la confederación nacional se ha recuperado en el 1982, más que todo y esa unidad ha sido muy benefi-cioso (Alberto García).

La organización sindical, siempre me ha gustado, como te decía participé des-de mis 18 años. Es verdad que no he participado de fondo, pero cuando mis padres iban a la reunión, yo también iba a sentarme con ellos donde hacían la reunión. La Asamblea realizaban en la escuelita de la comunidad y, más antes, no había organización sindical, solamente manejaban algunas personas a su criterio. Estoy hablando del año 1968 [a] 1975 (Eugenio Vallejos).

Primeras instituciones de desarrollo: Jesús María…

Hasta la década de 60, no había ninguna institución, (…) pero desde sesenta y tantos llegó una institución llamada Alianza para la Pobreza [el Progreso], para ayudar a los pobres y esto ha conducido Estados Unidos (…) Jesús María, llegó después (durante) la dictadura, viendo la parte de la cultura más que todo. Era una institución de las religiosas que querían enseñar el respeto, porque se dice que antes había muchos problemas y esta institución culturizaba diciendo que debemos vivir sin pelear. Ellos han trabajo mucho al principio y también llegaron otras instituciones con otras ideas (…) (P)asado las dictaduras han empezado a llegar distintas ONGs y todas las ONGs hablaban en contra de la dictadura. Entonces la dictadura estaba visto muy mal. Justo en esos tiempos ha nacido una organización como productores de trigo [Asociación de Produc-tores de Trigo, APT], justo en esta organización he activado como presidente de esta organización de la zona de Anzaldo; al mismo tiempo, como produc-tor. En esta organización me capacité mucho, ya sea políticamente como or-gánicamente, también en lo asociativo y en el cooperativismo. También, nos capacitamos en la administración de los dineros, o sea como manejar la plata

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de la organización, muchas veces nos damos cuenta que el problema de la comunidades no es solo de tener poca plata, la pobreza sino también en el conocimiento, en tener una capacidad. Por eso, hemos pensado que debemos fortalecer la organización sindical, manejar bien las actas, documentos, como estatutos, reglamentos. Mas eso era nuestro trabajo y sea acompañado por la parte productiva. De esta forma, ha avanzado la organización de producto-res, sin dejar al lado a la organización. De esa manera nos hemos capacitado y hemos visto que todo esto no debía ser así nomás. También, hemos estado viendo acerca de la organización matriz y la organización (Alberto García).

Cuando entrábamos a Anzaldo era otra cosa. No había caminos, llegamos has-ta Lagunitas, Totoral. Fuimos a la escuela, les dimos material, íbamos solo para la catequesis, pero nos dimos cuenta que no era suficiente. Por eso buscamos al agrónomo, nos hacia también de chofer. El Alberto era joven, con el grupo de catequistas hicimos el Centro de Anzaldo; las camas eran hechas de adobe. Empezamos para que puedan venir y dormir una noche. Entre comunarios y profesores fueron catequizando, no había párroco. Pusimos un médico, tam-bién un internado (Teresa María Boada).

De acuerdo a mi conocimiento, llegaron las instituciones de Jesús María y esta institución llegó en el año 1976. Esta institución apoyaba a la gente más nece-sitada y esta institución ha apoyado en lo que es la salud, la educación y en la producción (Juan Correa).

Renovación de la organización sindical años 80 y 90

En aquellos tiempos estaba Juvenal Castro y nunca no salía, a él le ponían para 5 años o para 10 años y se mantenía en la central, buscando solo sus beneficios (Eugenio Vallejos).

El compañero Juvenal Castro, de acuerdo a nuestro conocimiento y de acuerdo a la historia también es verdad que él ha organizado la central, sobre el proble-ma de la hacienda todo eso. [Pero] tampoco ya no era necesario que mantenga la central campesina. Por eso dijimos que debes dejar la central campesina. Eso hemos hecho no por quitonearse el cargo sino por cambiar la historia y para que la gente se prepare, para que se formen nuevos líderes, como también la coyuntura estaba cambiando y no tenían ese pensamiento de liberación, sino tenían un pensamiento de caudillismo. Inclusive esta situación se ha discutido con todo los dirigentes, a través de reuniones generales porque en aquellos tiempos no se llamaba todavía ampliados. (…) En esos tiempos, estaba la cen-tral campesina de Anzaldo y la idea era tomar la organización, desde eso salir adelante con nuestras organizaciones. La toma de la organización matriz, se

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ha logrado, pero con mucho trabajo, a través de la organización de los talleres, discutiendo, debatiendo con todos los compañeros para que se acabe la per-manencia de algunos caudillos en la central campesina, sino ellos tenían que ceder la organización. Más que todo a los jóvenes y eso han aceptado. Noso-tros hemos asumido la central campesina y desde ese momento con más fuer-za hemos comenzado con las organizaciones y con las capacitaciones. Incluso hemos realizado talleres tomando en cuenta la Federación Departamental de los Campesinos, y también con la Confederación Nacional de Campesinos. Por ejemplo, hemos tenido la oportunidad de conversar con el compañero, Ciro Rivas, quien ha llegado personalmente a Anzaldo para impartir algunos pensa-mientos sobre la organización sindical. Después Felipe Cáceres como vocalero ha venido a capacitar, inclusive ha llegado el actual presidente de la República quien nos hablaba sobre la dominación Norte Americana, quien nos explicaba toda esas situaciones y también había dificultades, había problemas no era tan fácil tomar (el) poder sindical, nosotros hemos trabajado coordinando con el Lucio Zarate, con quien planificábamos o coordinábamos, y un dirigente siem-pre tiene un compañero de confianza, o de lucha, para con quien compartir todos los problemas, por ejemplo la gente del pueblo siempre eran proble-máticos, porque a nosotros nos manejaban a garrotes, nos esperaban en las noches para pegarnos, y don Lucio era un poco más atrevido y a él no le decían nada fácilmente y nosotros como dirigentes éramos unidos y si algo pasaba rápidamente nos llamábamos para arreglar cualquier asunto y arreglarlo, pese que no había comunicación como ahora y sin embargo nosotros hacíamos una comunicación táctica y así se ha logrado tomar la central campesina. Es verdad que se ha acabado con el caudillismo porque éramos gente nueva y joven (Al-berto García).

En la década de 1982, las organizaciones eran duros, porque los antiguos di-rigentes eran duros, manejaban bien la organización, pero lamentablemente las organización de las mujeres no se veía mucho todavía, porque en aquellos tiempos aún no había instituciones que apoyen en la organizaciones, si había alguna instituciones no iban a los lugares lejanos. Como sabemos el distrito 4, está colindando con el Norte de Potosí, por eso seguramente ninguna institu-ción llegaba tan fácilmente (Silvano Caballero).

En mis 17 años, fui a realizar mi servicio militar, una vez cuando regrese del cuartel, ni a su un año las comunidades decidieron que participe en la orga-nización sindical Sin embargo, no sabía, pero sin miedo entre a participar en la organización de la comunidad de Quiriria como dirigente. Eso fue cuando tenía 18 años, estuve casi más de un año, pero cuando estaba ahí hubo una di-ficultad [división de las comunidades], como miramientos, de esa forma hubo problemas más que todo de la organización, porque las comunidades donde

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vivía eran dispersas, por eso había una gran dificultad para reunirlo, porque además en la comunidades, la gente vive en lugares lejanas, y para llevar una reunión venimos desde detrás de las montañas, más o menos 2 o 3 kilómetros. Seguramente con todos estos problemas, los comunarios ven que es necesario crear otras comunidades y se crean nuevas comunidades. Todo eso a veces yo considero que he hecho cosas malas, pero en realidad no es así, sino creo que he ayudado más a los compañeros al crear nuevas comunidades, porque los compañeros sufrían menos, de esta manera las organizaciones se han fortale-cido y hasta mantienen todo eso. Estuve en la comunidad de Quiriria porque solamente era la única comunidad en el cantón. Por eso pertenecían los 11 sindicatos actuales, pero después se separaron, y eran estos sindicatos: Quiri-ria, Villa San José, Wajini, Huerta Mayu, Bajo y Alto, Villa Carmen, Jatun P’ujru, Chapini, San Isidro, Tolahara, Sivigani. Toda estas comunidades, se han sepa-rado por causas justas, porque las personas se cansaban en ir a reuniones le-janos. Justo en ese tiempo se divide también la subcentral de Quiriria en dos subcentrales, uno se queda como subcentral Quiriria y otro con nombre de subcentral de San Isidro, y después nosotros hemos pertenecido al subcentral de San Isidro. De esa forma aparecieron dos subcentrales en el distrito 4 (Silva-no Caballero).

En esos años [1980] participaban los jóvenes casi en 90% porque había todavía vida en las comunidades y también producía todavía el maíz, el trigo o todo lo que sembrábamos. Entonces en esos tiempos hubo participación de los jóve-nes más que todo los de mi edad; por ejemplo en esos tiempos un sindicato tenía más de 60 afiliados, entre mayores y jóvenes, ahora mas bien no se por-que se están desapareciendo, poco estase viendo la participación de hombres, mujeres jóvenes en la organización, mejorarlo es un reto (Silvano Caballero).

Había poca participación de las mujeres, pero después poco a poco se han or-ganizado las mujeres, como por ejemplo se ha creado la federación de Bartoli-na Sisa. Había participación de los jóvenes y respetaban a la organización, pero después ha cambiado la situación, porque los jóvenes ya no se preocupaban, me parece esto pasaba por la formación que recibían, ó sea eran creídos con su formación y no hacían valer mucho a la organización pese que eran hijos de los campesinos (Alejandro Cabrera).

Llegan otras instituciones: Pietro Gamba, Padres Escolapios…

Pietro Gamba vino después y posteriormente se hizo el hospital, le cedimos el terreno en una esquina. El estuvo de voluntario en Sacaba y vio que los niños se morían de sarampión. Regreso a Italia y estudio medicina y volvió. Nosotros

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encantados de tener un médico. Se caso con una italiana y tiene cuatro hijas. Ha hecho un trabajo que llega más allá de Anzaldo inclusive a la ciudad (Teresa María Boada).

(M)as después llego el docto Pietro, el era italiano, ahora también tiene un hos-pital grande y de prestigio, y el llego en el año 1986, entonces este hombre a través de las monjas ha trabajado mucho en sector de la salud, en este hospital la atención esta muy barata, y tiene buena atención, posteriormente llegaron, los Padres Escolapios, en el año de 1993, se dice gracias a las gestiones de Jesús María, quienes también están asentadas dentro el municipio, donde crearon un colegio completo con los niveles de primaria y secundaria, gracias a ellos existen en nuestro pueblo y las comunidades muchos bachilleres e incluso profesionales, y algunos ya están trabajando en el colegio como profesores ya sea en primaria como en nivel secundaria (Juan Correa).

El Caine divide la parte sur de Cochabamba y norte de Potosí. Cuando llega-mos era una de las zonas mas deprimidas de Bolivia. En la parte norte cuando llegamos la edad media era 28 años, allí hay otros padres, Oblatos, que han trabajado para mejorar la población, hospitales. Vine el primero de septiembre de 1992. Junto a Carlos Moreno. Somos escolapios, una congregación nacida para la educación de los niños pobres. Hemos venido eligiendo las partes más pobres de Bolivia. [En Cochabamba] la que nos parecía con mas necesidad era esta, cuando llegamos no había nada. La iglesia se estaba derrumbando tam-bién. Había una situación de abandono, no había párroco por quince años. Ve-nia un sacerdote de abajo, también la parte de la educación que era deficiente en varios sentidos, era en parte debido a los maestros que había, se emborra-chaban en la clase, tanto así que algunas familias enviaban a sus hijos a Llalla-guani. Hemos llegado aquí con la intención de la educación cuando la gente del lugar se dio cuenta de nosotros, que teníamos como finalidad la educación para hacernos cargo de la dirección de la escuela, y fueron hasta SEDUCA todo un grupo de padres, el ministerio nos dio la dirección de la escuela, dando la posibilidad de apoyar, el apoyo se fue dando con la familia. Nos sorprendió que los padres iban inclusive hasta La Paz. El 92 nos dio la dirección de la escuela. La escuela, cuando llegamos era una pequeñísima parte, tenia hasta octavo, pri-mero medio. Los padres querían hasta bachiller y tuvimos que ir hasta el minis-terio. Tuvimos la suerte de conocer un amigo que había ocupado la asistencia al ministerio de educación, hizo todo. Así empezó la cosa. Cuando los padres se dieron cuenta que las cosas se hacían en serio empezaron a enviar todos los niños. Se hizo un internado y luego se aumento más aulas, llegando hasta 830 niños. Los campesinos son bien particulares, por su vínculo con la tierra, sien-ten la tierra y la manejan, se dieron cuenta y enviaron a los niños. Esto fue una gran revolución, era la primera vez que se atendía de verdad a los campesinos.

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Es parte de nuestra misión. El Fundador de nuestra orden es San José de Ca-lazans. Hemos empezado con todas las dificultades, los niños no tienen libros, no tienen nada, no estaban acostumbrados al estudio. Se empezó exigiendo a los profesores no emborracharse, no golpear a los niños, un comportamiento correcto. Los niños crecían como hongos. Hicimos una escuela de madera, lue-go otra estructura y se hizo el medio. La primera promoción fue el 96. Este año (2009) son 45 [estudiantes bachilleres]. Este es el motivo por el cual estamos como educadores (Adelio Padini).

Llega la Participación Popular: 1994

Antes de la participación popular los alcaldes se elegían a base de cabildos abiertos, y este cabildo sólo elegía el pueblo, por ejemplo como por decir que sea el, a la persona que hablaba mas o al más ricachón, pero jamás a las orga-nizaciones sindicales hacían valer, y desde cuando había participación popular es verdad que se comienza la participación de las organizaciones sindicales (Eugenio Vallejos).

[Antes de la LPP] la población [la alcaldía] hacia remates, las chicherias, amasijo de pan, impuesto a pulperías, carbón, cereales, eso era lo único que existía y con eso como iba a mejorar. Trabajaban cuatro personas [en la alcaldía], he trabajado como oficial mayor, alcalde, intendente. El pueblo estaba olvidado. Anzaldo ha sido cuna de grandes hombres, algunos están en el reino de Dios y algunos en la ciudad. Pero no se ha engranado el deseo de este pueblo. Había muchos intelectuales, el Dr. Casto Rojas, Jorge Trigo Andía, buscaban en que podemos ayudar y hacer. Antes se trabajaba ad honoren, no había para cubrir algún bien (Hugo Zapata).

Antes nadie quería ocupar el cargo de alcalde, pero con la llegada de la par-ticipación popular todos quieren se alcalde, porque saben que hay recursos para manejar en el municipio, y además ahora todos se pelean de ser alcalde, antes no había nada de peleas, por ejemplo los alcaldes los mas viejitos, como don Julio Delgadillo, como don Gerardo Antezana, después don Mario Chimi-lla, pero después cuando llego plata al municipio, todos quieren ser alcaldes, si había mas de desarrollo antes seguramente había poco dinero para desarro-llar el municipio, porque seguro que los ingresos al municipio eran solamente de algunos pequeños impuestos de vendedoras, de venta de leñas, etc. Y esta gente que entraban decían que solamente se aprovechaban ellos, después, no se en que año, el municipio estaba totalmente sin movimiento (Efraín Ucieda).

Tal vez con la ley de participación popular, los recursos del municipio no se llevaban en su cabalidad, tal vez por el poco conocimiento que tenían de la ley,

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porque la ley era nueva, por eso ni la autoridad ni los bases conocían de fondo esta ley, eso ha llevado al fracaso y si íbamos a conocer la ley seguramente el municipio iba ir desarrollar positivamente, con todo eso no se ha visto muchas obras. (…) Teníamos miedo a mover cualquier dinero, del municipio, y gastába-mos poca plata y por eso los dineros se revertían, y las dietas de aquel tiempo solo eran unos 300 bolivianos, ahora las dietas sobrepasan los 1400 bolivianos (Juan Correa).

La Participación Popular y el Desarrollo

A las comunidades aledañas no llegó con facilidad la partición popular, pero en el pueblo si se vio rápidamente el impacto porque ellos pertenecían a los partidos de la derecha, y esa camarilla del pueblo primeramente utilizaron a los compañeros de las comunidades, después de 3 años por lo menos hemos empezado a recibir cualquier apoyo, pero últimamente si recibimos el impacto de la participación popular, ya sea en las obras de construcción de escuelas postas de salud, mejoramiento de canchas (Abel Álvarez).

A nuestra comunidad la ley de participación popular ha traído muchos benefi-cios, desde 1993 se ha empezado hablarse mucho de la participación popular, por ejemplo en ese tiempo mi persona estaba como yachachij en el proyecto de yuyay japína entonces en uno de los talleres que teníamos llego una comi-sión desde La Paz y nos hablaba de talleres, mi persona planteaba diciendo talleres y talleres, no necesitamos muchos talleres a lo contrario necesitamos apoyo en el agro, y necesitamos también maquinas y porque no nos traen, dice que han comprado, justo en ese tiempo era el representante de yuyay purichis, de los municipio de Sacabamba, Anzaldo y parte de Tarata mas o menos de 70 facilitadores de esta tema, como mi persona era hablador entonces me decían que era profesor, director distrital. Todo estas ideas no tenían los de la central campesina, por ese el vice ministro de estudiantes de alternativos dijo vaya y fíjese en el municipio de Tapacari como esta funcionando todo estos pen-samientos, se ha construido atajados, también se ha hecho el primer atajado metálicos en nuestra comunidad que mantiene el vivero de wawa wasi, y como también de la escuela, después se ha hecho nuestro templo de nuestra comu-nidad, motivo fue por justo en ese tiempo mi esposa ha fallecido y a la misa de mi esposa vinieron mucha gente y el padre ha visto toda esta unidad a si que decidió que construyera una capilla, en esos tiempos estaba como párroco el padre Juan Santillán, fue quien nos ayudo para construir nuestro templo, y algunos de nuestros compañeros venían a desmoralizar en la construcción de la obra pese a eso se ha hecho el templo, justo en esos tiempos se ha comen-zado la electrificación, y yo como dirigente he presentado solicitudes, cuando

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se trabaja con seriedad se consigue muchos beneficios, después se ha hecho plantaciones, después se ha hecho cementerio y a nuestro cementerio ha ben-decido el padre Revollo, la realización del cementerio ha encabezado el com-pañero Alberto Arias, después mi persona y un hombre de Wichay Rancho, no si era don Epifanio (Efraín Ucieda).

La Participación Popular y la Organización

Hasta 1994 cambio algunos pensamientos y los pensamientos fueron que no-sotros debemos gobernar, y si miramos las conclusiones de las federaciones y confederación eso era su pensamiento, y pensando a su petición se hizo la participación popular me parece, nosotros pensábamos siempre que alguien de los campesinos tenía que llegar a gobernar, eso era la discusión de nosotros, en toda las reuniones, y con la ley de participación se ha enrectado esos pen-samientos. Ahora la organización sindical esta un poco débil, y teníamos que hablar del dinero de la participación popular, otros decían que esta no esta bien y para otros era bueno, y los que decían no, eran los mas aplaudidos y los que decían si eran los menos aplaudidos, en los ampliados y todo, después los compañeros campesinos del todo se han apropiado: dijeron que era muy bueno; después cuando se ha perfeccionado, en cuatro años, claro cuando se han apropiado, la organización comienza a fortalecerse, aunque, a pesar era duro, pero gracias a esa ley el desarrollo comienza a mejorarse (Alberto García).

Como siempre la organización central estaba manejado por los que siempre manejan, la gente del pueblo y había poca participación de la gente del cam-po, pero gracias a la participación popular la gente recién se da cuenta de todo esto, y comienzan a escoger sus autoridades democráticamente, antes no co-nocíamos partidos que defendían a las organizaciones, partidos que estaban a favor de los campesinos, sólo llegaban los partidos de MNR, ADN, UCS y MIR. Gracias a la ley de participación popular los campesinos nos hemos preparado en estos temas, y sabemos a quien vamos a elegir (Abel Álvarez).

Desde 1994 la organización ha caminado muy bien, pero después de eso la organización ha tenido muchos fracasos, porque ha entrado en división, pa-rece por la administración de dineros de la participación y cada comunidad pedía trabajo Por eso había estas divisiones cuando no alcanzaba la plata, la gente entraba en miramientos, pero por otra parte era un gran beneficio la participación popular, porque las obras se han empezado a ver, aunque poco dinero que había, por ejemplo en mi distrito no había nada de postas ni es-cuelas, desde ese momento se ha mejorado postas y wawa wasis y los cami-nos también han llegado a las comunidades, aunque con algunos miramiento

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lo importante es que se ha hecho, ni aún eso también seguía campeando la desorganización, según a lo que veo me parece la participación popular a los compañeros les concientiza, pero me parece con todo eso los compañeros en-traban mas en miramientos, diciendo porque para nosotros no hay y para ellos hay (Silvano Caballero).

Desde la llegada de la participación popular el sindicalismo comienza a organi-zarse de nuevo, antes cualquier obra pedían sin solicitud, pero a partir de 1994 ya se manejan las solicitudes con firma del dirigente, sea para la ejecución de cualquier obra. Y además manejan la plata, ya no se maneja como antes por-que ya existen leyes que nos impiden que manejemos como sea, si no mane-jamos bien los dineros fiscales, la cárcel nos puede pillar hasta en diez años, y si un alcalde o alcaldesa no maneja bien el dinero del pueblo se gana un juicio, por parte de la contraloría (Ernesto Ramírez).

Después de la participaron popular, ya había la organización de las mujeres, pero no activaron en cien por cien, pero había. (…) Había también la orga-nización de los jóvenes, además ha cambiado la historia, entonces dentro la participación popular decía sobre la participación de las mujeres, organización sindical también ya había siempre, también hemos organizado a las mujeres incluso con el exterior ya había. ¿Jóvenes? También había aunque podemos decir en mínima porción, pero había, poco a poco se ha ido viendo esta situa-ción, también dentro el municipio había recursos para los jóvenes, incluso del colegio venían a preguntar sobre algunas leyes y esto quiere decir que había ya entusiasmo de participación. Por lo que tenían esa inquietud los jóvenes, no-sotros les decíamos que ustedes después tienen que trabajar (Alberto García).

Estoy viendo que existe participación de jóvenes, y por el avance de los estu-dios gracias a los padres escolapios quienes están colaborando mucho en la educación y también ya hay jóvenes dirigentes, y estos nuevos dirigentes ya no son como los anteriores dirigentes, seguro que ya no se harán comprar con la plata y creo que tienen también mucha voluntad para ayudar a los campe-sinos (Ernesto Ramírez).

La Participación popular trae más instituciones

Antes del 1994 conocíamos a la institución de Jesús María, después llegaron los padres escolapios quienes construyeron infraestructuras educativas. Como hemos dicho antes llegó Jesús María, PCI, CIPCA, la PCI ayudaba con el de-sayuno escolar, para los niños menores de edad, también llego la institución PADEN, después la institución CIPCA, y esta institución ayuda en distintos pro-

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yectos no simplemente en el apoyo del sindicalismo, también la mejora de la agricultura (Ernesto Ramírez).

Una organización que se aumentado es CIPCA, con apoyo al manejo de agro y también en la organización de los compañeros y con el fortalecimiento al go-bierno municipal, en el aspecto de los cultivos mas que todo con el fomento de los riegos, también con la asistencia técnica, en el aspecto de la organización más que todo apoyaba la central campesina, ya sea con talleres sobre la ley de tierras, de la ley de participación, ley 1178, Constitución Política del Estado, con eso mucha gente se ha informado en lo que es la parte del fortalecimiento municipal, en lo que es el manejo de los recursos, que gastos pueden hacer con las distintas partidas asignadas de los recursos del municipio, en que se pue-de gastar o no se puede gastar la plata del municipio. (…) La mancomunidad [Mancomunidad de la Cuenca del Caine] nació mas que todo después desde de 4 años de la llegada de la participación popular, fue una organización de varios municipios, como una asociación de varios municipios (Alberto García).

El municipio de Sacabamba no llegaba a 5 mil habitantes. El 94, 96 muy poco dinero llegaba y no se podía hacer proyectos. Don Miguel Uriona estaba de al-calde y en una chupa dijimos porque no nos mancomunamos. Había también alcaldes activos de Tarata, se fue a España y ya ha llegado, Don Guido Nogales. En esa vez CIPCA también estaba en Sacabamba. De esa manera empezó a organizarse la mancomunidad. (…) La idea era de captar mas fondos, porque a nivel de las mancomunidades se captan mas fondos, electrificación, caminos, turismo y otros que el 96, 97, no se dedicaban mas a la producción, pedían mas sedes sindicales. (…) La mancomunidad ha sido reconocida como la mejor. Al inicio funcionaba bien, lo más importante de cumplir con las reuniones, a ve-ces fallaban y habían sanciones (Gerardo Blanco).

La idea era hacer la fuerza ante el gobierno para que nos hagan caso. A un municipio como Anzaldo con 9 mil habitantes no le hacían caso, pero cuando éramos más grueso nos escuchaban. También la intención era gestionar pro-yectos. Con el tiempo se consiguió dinero. Los municipios vieron que había dinero de la cooperación española, desarrollo alternativo (Alberto García).

Últimamente llego la institución Medicus Mundi también CEBIAE, quienes es-tán apoyando con las capacitaciones a las organizaciones sociales, sean diri-gentes ya sea bases, concientizando como tiene que ser el manejo del muni-cipio, sobre la coyuntura nacional, sobre el calentamiento global, y capacitan en toda área. También apoyan mucho a las organizaciones (Fortunato Herbas).

La asociación Musuj Jallp’a, tierra nueva (AMUJALL) ha surgido por la necesi-dad, los padres escolapios así nomás no pueden buscar financiamiento, es una

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semi ONG, como asociación ponemos nuestra contraparte para ayudar al cole-gio y las comunidades. También para mantener la relación de los estudiantes, para que se reúnan y organicen, y mas que todo para ayudar a las comunida-des, concienciar. El padre nos decía están terminando bachilleres, en sus comu-nidades tienen que orientar. Se ha creado el 2003. Hay más de 120 miembros. Esta creciendo, como los padres estaban en Anzaldo, han creado otro colegio en Cocapata, Morochata, nos aglutinamos con ellos, se asocian con nosotros para apoyar en las comunidades. Los compañeros no pueden hacer sus actas, para hacer entender [y nosotros apoyamos] (Hilarion Arias).

Este ultimo llego la institución de CIAPROT mas que todo esta apoyando en las comunidades cercanas del rió Caine, esta apoyando en la producción de maní, después llego Medicus Mundi, que esta apoyando en la parte de fortale-cimiento municipal y a las organizaciones sociales, juntamente con la institu-ción Medicus Mundi vienen otros componentes, como IPADES y CADES y estos tienen otros trabajos como en la parte productiva, también están apoyando en la salud integral intercultural, medicina natural, también esta la institución de CEBIAE que esta cooperando en lo que es la educación, formando debates organizando talleres, etc. (Alberto García).

Se ha aumentado la institución de Medicus Mundi, SONU esta trabajando des-de mas antes y CEBIAE, por ejemplo Medicus Mundi trabaja en el trabajo del gestión municipal, y ellos están promoviendo una participación total de todas las instituciones del municipio, yo creo de esa manera se van a realizar trabajos positivos para el municipio, y CEBIAE como institución esta trabajando casi dos años aproximadamente, y ellos están apoyando mucho dentro la educación, mas que todo están capacitando a los docentes y a los estudiantes, de todo tipo de actividades están llevando adelante, son las instituciones que trabajan coordinadamente (Juan Correa).

Impacto del trabajo de las instituciones

Los de Jesús María y los Padres escolapios han construido infraestructura. Tam-bién gracias a esa formación se ha apoyado la formación de recursos humanos. (…) El municipio estaba muerto educacionalmente, había como 40 alumnos en la educación urbana. Pero cuando han llegado los Padres Escolapios se ha superado la educación. Por eso dicen el compañero Fortunato y Fermin, ellos no hubieran salido bachilleres. No solo en el área urbana sino también se ha construido infraestructura en varias comunidades. Eso es un gran logro de los padres escolapios (Taller Anzaldo Febrero 2009).

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De acuerdo a mi punto de vista hay pocas instituciones, por ejemplo la manco-munidad mejoraba caminos, todo eso un tiempito nomás aparecen y después se van, no han hecho nada de desarrollo (Silvano Caballero).

También ha quedado liderazgos, ¿qué líder no ha sido catequista por ejemplo? Hay varios que han sido formados por los padres escolapios y también por Je-sús María (Taller Anzaldo Febrero 2009).

Jesús María ha traído mucha ayuda tanto en desarrollo humano para la gente pobre, pequeñas infraestructuras (…) combatir las vinchucas. Desde que co-nozco CIPCA (…) en las buenas en las malas siempre sirve al municipio. Nos dieron capacitación a la organización sindical, de ese modo los dirigentes aprendimos como llegar adelante la organización sindical (Taller Anzaldo Fe-brero 2009).

No solo es necesario desarrollo humano hay también necesidad de apuntar al agro, el asunto productivo. Han empezado con los atajados metálicos, para el provecho de los campesinos, aunque no en 100% es un gran costo. (…) Esto ha sido un logro para las comunidades para hacer comer a los hijos, para los animales, y esto es un beneficio de las comunidades (Taller Anzaldo Febrero 2009).

Viendo a lo que han dejado las instituciones y la continuidad, traen ventajas y desventajas. Los que se capacitan como técnicos agarran bien otros no, pero yo creo que un 50% migra. Antes el campesino no salía ni bachiller, ahora sa-len por lo menos técnicos. Pero cuando son profesionales ya no vuelven a su región y se van a otros países, dejan la producción. Hace diez años había gente en las casas, pero ahora ya no hay ni uno. Esto tiene sus ventajas y desventajas. Económicamente hay que ver como desarrollar, cuando no es suficiente para alimentarse la gente migra, la tierra no ayuda, los desastres hace que no haya continuidad. Hay también instituciones que se manejan políticamente y por eso el desarrollo vuelve al punto cero. Por eso los lideres, migran, solo quedan los mayores (Taller Anzaldo Febrero 2009).

Hablando sobre desarrollo humano y productivo con la entrada de las insti-tuciones viendo el pasado y lo actual. Ha habido mucho desarrollo humano, antes los líderes no sabían que hacer frente a la política nacional, pero gracias a las instituciones con intención de ir adelante, con eso ha habido un desper-tar y ha cambiado el modo de vida. Las instituciones quizás han venido con copias de modos de vida de otro lado, los compañeros del campo una vez que han despertando, a veces sin pensar bien han buscado opciones fuera de su comunidad. Una persona se va de la comunidad no solo para vivir, también

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por la política nacional. A nivel de desarrollo productivo hay desventajas, antes se producía con semillas propias, y la innovación tecnológica trae desventa-jas, enfermedades, no solo en Anzaldo sino a nivel mundial. Por ejemplo en el caso de los eucaliptos, Jesús María trajo, plantaron al lado de los terrenos de cultivo, pero ahora no hay producción. Pero hay también resultados de las mismas plantas hay madera. Antes traían el eucalipto de otras partes lejanas, tienen inclusive para vender. Por otro lado para generar producción han traído riego, agua potable con esto comienza la vida. Jesús María trajo salud, agua, pero últimamente no se ha dado seguimiento. También hay miramiento entre la gente. En lo productivo se han hecho atajados y sigue la asistencia técnica, sino hubiera seguimiento trae desventajas. En mi comunidad hay ahora pro-ducción de papas, antes no se veía florecer la papa en octubre. Antes la migra-ción era mayor hace diez años, pero ahora ha disminuido un poco y es en parte efecto del trabajo de las instituciones. Ahora hay que apuntar a la producción alimentaria y eso vamos a lograr con sistemas de riego y agua potable (Fortu-nato Hérbas).

¿Que pasaría si se van las instituciones? Los responsables son cada beneficiario o de la organización. Lo que aprendemos tenemos que ejecutar dentro de la organización y también transmitir a los jóvenes. Tiene que haber continuidad, si lo dejamos vamos a volver a lo mismo. El responsable de la continuidad es cada beneficiario. Hay más ventajas que desventajas. Gracias a las instituciones con las capacitaciones se va a buscar tierras en otros lados para evitar el pro-blema del surcofundio (Taller Anzaldo Febrero 2009).

En las instituciones lo más importante es la producción. Gracias a la institu-ción se dieron capacitación como debe funcionar el gobierno municipal, las organizaciones naturales. Las organizaciones sociales se dieron cuenta, antes no sabían que era gobierno municipal, que es control social. Esto último es im-portante para las organizaciones sociales, para saber cuanto cuestan las obras. Ahora inclusive con la entrada de Medicus Mundi, en coordinación con otras instituciones también (Taller Anzaldo Febrero 2009).

Un poquito talvez hemos desviado. La Mancomunidad se ha vuelto como una ONG más, a veces la visión distorsiona lo que pensaban más antes la MM al principio. Eso trae también que pelen entre municipios. Ahora los municipios están pidiendo como una ONG a la mancomunidad (Alberto García).

Gobierno de Evo Morales

Siempre han sido engañados. 1825, 1952, y nos quedamos ahora con Evo, veo que sigue el camino del 52. Con desengaño siempre, explotado en todo los

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sentidos. Los curas, todos se han aprovechado de los campesinos. Tengo un miedo terrible que si Evo no logra librarlo esta vez se hace la revolución. Siem-pre he dicho a los niños. Cuando era la única escuela donde se hacia educación cívica se leía la constitución de Bolivia. A través de la educación crear la cons-ciencia de clase. Tienen todas las causas para hacer la revolución. No tengo miedo de las armas (Adelio Padini).

Creo que la LPP ha sido buena, las autoridades rurales han tomado el poder. Hasta el Evo Morales ha llegado al gobierno por eso, han tomado los gobier-nos locales y se ha podido. Si no hubiera habido no hubiéramos llegado a este momento de cambio (Alberto García).

Gracias a los movimientos se ha conseguido muchos beneficios para la propia comunidad y para el país. Como la asamblea constituyente y también muchas reformas a las leyes, y por eso yo diría que los movimientos sociales traen mu-chas ventajas, claro en algunas veces desventajas. Y los movimientos sociales son una instancia donde se toma decisiones, luego para hacer cumplir, eso quiere decir que el pueblo debe gobernar y los autoridades deben hacer cum-plir todo eso, incluso se practica todo esto desde las comunidades de acuerdo a lo que sacan las decisiones, se hace cumplir, (Fortunato Herbas).

Con el proceso que esta llevando el gobierno [Evo Morales] la gente quiere ser campesina. La gente dice cuanto no quisiera ir a Anzaldo pero no hay trabajito. En ayudar si todos, pero en trabajar, permanecer en el pueblo están buscando de ganarse la vida (Hilarión Arias).

El desarrollo desde cuando asumió el presidente Evo Morales avanzo mucho mas, ya sea orgánicamente, como también a nivel municipal, todos saben que nuestro presidente ha salido gracias a la organización, y ahora esta trabajando mas que los otros presidentes, casi juntamente con las organizaciones, tam-bién se ve mas incremento en los recursos, por los mismos recursos naturales, como también con los recursos donados de otros países, y con todo eso se esta viendo mas el desarrollo en los municipios. (Fortunato Herbas).

Había muchos movimientos, incluso gracias a los movimientos nace la asam-blea constituyente y la nueva constitución política del estado, y ahora segui-mos con esa esperanza de que nuestras vidas va a cambiar (Máximo Fernán-dez).

Últimamente se esta viendo desarrollo porque apareció un nuevo partido pre-parado por los mas pobres de Bolivia, pero también continua las discrimina-ciones a base de la política, y la derecha se pone fuerte y no quieren que ese partido triunfe. (Silvano Caballero).

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Problemas y/o conflictos: tensión campo pueblo, migración, desarrollo…

Según mi punto de vista [antes] si había unidad, no se veía muchas problemas porque los comunarios siempre venían a este pueblo, no había mucha discri-minación, porque el pueblo vivía de las comunidades y las comunidades con el pueblo (…) y esos tiempos había coordinación con todas las personas sea del pueblo y las comunidades. [Entre 1994-2004] No había mucho discrimina-ción por que los partidos tradicionales manejaban el municipio y del lado de la alcaldía poco se veía el apoyo, o de los fondos de la participación popular, hacia nuestras comunidades. (…) Yo no quisiera que haya estos problemas, tiene que haber unidad, no separación, con estos problemas nosotros mismos nos castigamos, tampoco tiene que haber gente que quiera lo que le da la gana, como antes hacían lo que querían, con los recursos del municipio, de esa forma puede haber desarrollo, si hay problemas existen desorganizaciones en las comunidades y las organizaciones van disminuyendo, en los sindicatos solamente están los de la tercera edad, los jóvenes ya no hay, como decía ni para elegir alguna autoridad, ni para capacitar, todo estas cosas para mejorar todo esto, Las autoridades tienen que ver todo esto, podemos recuperar todo esto realizando obras grandes como la recuperación de suelos, entonces yo no quisiera que haya desorganizaciones, ni divisiones (Silvano Caballero).

Más que todo los problemas fueron porque en el gobierno municipal no había un trabajo satisfactorio y el alcalde ni al consejo ni a la sociedad civil no infor-maba bien, y por eso ha venido todos los problemas de separación [campo-pueblo]. (Nicolás Terrazas).

Si hablamos de Anzaldo, hay discriminación entre campo y el pueblo más que todo políticamente y estamos divididos entre la izquierda y derecha. Por eso desde el 2006, incluso desde cuando asumió el Asterio Camacho, pues llega mucha división, por ejemplo en el año 2007 se vio mucha preocupación e in-cluso casi hubo enfrentamientos. Con todo esto no se ha hecho lejos la discri-minación y casi incluso entre campesinos, pero algunos del pueblo eran mas radicales en esto, y esto ha sido dirigido desde arriba, seguro desde la prefectu-ra quienes influían con dinero mas que todo, el prefecto Manfred Reyes Villa, y todos los de la derecha, quienes hacen que se peleen pueblos pequeños como nuestro pueblo, si nos damos cuenta no se por que nos estamos discriminan-do entre los pobres a veces, y todo esto claramente puedo decir que se dio gracias a la mala política del señor Asterio Camacho (Fortunato Herbas).

… existe un poco de miramiento y esto es a causa de los políticos de la derecha (…) sigue nos quieren dividir (Abel Álvarez).

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Anexos

Seguimos arrastrando, no hemos podido romper; ahora hay cierto empodera-miento, tenemos concejales del campo, los dirigentes participan más y eso ha cambiado la relación entre el centro poblado y las comunidades campesinas en la toma de decisiones. Ahora tienen mas fuerza las comunidades. Y a nivel político les duele, es una herida que queda y por eso esas reacciones racistas que ha habido en el pueblo, han perdido poder político y por eso yo creo que ha habido estos problemas. En este ultimo problema, la gente del pueblo ha estado defendiendo, como los campesinos nos van a dominar, nos decían “in-dios váyanse de la plaza” (Nelson Virreyra).

Sistemáticamente los campesinos no se han dado cuenta de cultivar los terre-nos en su poder, (…) y no habiendo fondos han tenido que dejar sus casas e irse al oriente o a donde han podido. Desde tiempito en el chapare han dado trabajos, terrenos, en el 70 uno que otro, ahora con mucho furor (Hugo Zapata).

Los jóvenes se están desapareciendo poco apoco porque ya no hay como antes participación, mas que todo existe mucha migración, por ejemplo en mi dis-trito ya no hay jóvenes ni para señalar para una autoridad (Silvano Caballero).

Antes si participaba [en la organización] ahora ya poco por que nosotros tam-bién nos vamos a buscar vida a otros lugares, porque no hay producción en nuestras comunidades (Fidelia Álvarez).

Anzaldo es un municipio pobre no hay trabajo por los efectos climáticos, el 2008 no había producción, maíz para nada, ni para producir chicha. Por lo que no renta el municipio no hay producción (Hilarión Arias).

Hasta ahora también hay lucha por la tierra. En los campos no alcanza la tierra, pero como no hay tierra hay migración la gente se va, hay que mirar la tierra y como mejorar el producto (José Sánchez).

Hay bastante tierra, pero no acompaña la producción, hay suficiente para co-mer pero la economía (dinero) no es suficiente, la gente se va a la Argentina, 5% y a España 4%. A veces equilibramos con lo que producimos aquí para la comida, pero con la migración para la economía (dinero). Solo los viejos están en el campo, los jóvenes se van a la ciudad. ¿Cómo se puede llevar concientiza-ción a estos jóvenes? Salen bachilleres y se pierden (…) Decían que se van a la ciudad a estudiar, salen profesionales, pero tampoco encuentran trabajo y se van a otros países donde trabajan en otra cosa. El campo se ha vaciado. Si va a continuar esto, quien va a hacer producir la comida, allí a quien vamos a echar la culpa, al gobierno, vamos a fortalecer a los opositores. La papa va a subir de precio. Falta la concientización para que la gente no se vaya a la ciudad. En la ciudad se cree que se va a ganar, pero si no se produce comida, ¿vamos a

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

comer el dinero? Si no vamos a hacer esto se viene un gran problema (Taller Anzaldo febrero 2009).

Anzaldo es un pueblo chico pero es un poco racista. (…) ahí vivían los hijos de los patrones, han dejado sus tierras pero vienen a las fiestas, pero no nos tratan bien. Yo me daba cuenta, se reían, te insultaban de uno mismo, había siempre esa separación. Con el Asterio han sacado a la luz ese sentimiento que tenían ellos. Pero había también gente de las comunidades que lo apoyaban debido al padrinazgo. Como los manejaban, me has traído huevito, me has traído ga-llinita, se aprovechan y les dan eso y ya no sirven para nada. Cuando hemos estudiado hemos parado esto, hasta ahí nomás, estos llokallas que se creen pues, dicen. (…) Se forman los hijos, las instituciones van, se cambia la cabeza. (…) Para aumentar sobre el padrinazgo, había un viejito Hugo Zapata, hacia escritos como si fuera abogado. Con la educación ya no iban a don Hugo, ya no había trabajito, les han quitado privilegios. Hay compadrito, papito, yo ya no le digo así, hay este reclaman. La educación me ha hecho eso, no. La educación ha hecho que los que siempre eran privilegiados en el pueblo no nos quie-ren. Nosotros no vamos a llegar, pero otros llegaran, con la coyuntura actual. Tenemos un chico del colegio que explica mejor que yo, es abandonado, sin padre, es increíble. (…) Tenia que desfilar con una chica, y el no tenia zapatos, estaba con abarcas, la chica se fue. A mi hijo también le ha pasado, la señora ha preferido no mandar a su hija para que no sea pareja con mi hijo, ellos son blancorcitos (Hilarión Arias).

Hay problema de gobernabilidad entre la central campesina, la organización campesina y el pueblo. Otro problema visible es la división en la organización campesina de varones. Lo que ocasiona esta división. También dentro están los partidos políticos. Otro problema es la capacidad de sus líderes. Otro problema es la construcción de infraestructura productiva, pero poco acopio de agua y tampoco hay apropiación. No valoran, porque no han aportado, no es de ellos. En cambio cuando uno lo apropia lo cuida (Cristina Lipa).

Nosotros hemos elegido a un comité de vigilancia y se ha hecho comprar por el ejecutivo del municipio Asterio Camacho, el compro a nuestro autoridad de la sociedad civil con prebenda o con bebida alcohólica, también a las organi-zaciones han dividido las autoridades ya sea los concejales o el mismo alcalde, para que hacían esto para engañar en sus fondos, y después para realizar la corrupción y la política, todo esto creo que porque no conocen el fondo de la ley de participación popular como también la ley SAFCO. En la construcción de las obras hay problemas muy graves, por ejemplo en una construcción en mi comunidad (…) de canal de riego, (…) se ha presupuestado unos 35000 boli-vianos con esta plata solo construyeron solamente 180 metros de distancia, y

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Anexos

en cambio nosotros solo teníamos unos 20000 bolivianos lo que ha adminis-trado el sindicato, que ha conseguida esa plata de otro lado, y se ha construido 240 metros lineales, incluso nos sobro 20 bolsas de cemento y 4000 bolivia-nos, todo esto hemos hecho nosotros pagando a peones albañil, comprando material, donde solamente gastamos 4000 bolivianos, y si hacemos esta com-paración la situación del manejo del municipio demuestra que existe mucha corrupción (Daniel Córdova).

Eso falta todavía pero veo que ya existe participación de los jóvenes, hay inte-rés de los jóvenes para llevar adelante la organización, pero de algunos nada, mas bien se meten con los derechistas, y los derechistas a los jóvenes hacen to-mar chicha, cerveza y los jóvenes comienzas a hacer sus fechorías, algunas ve-ces actos vandálicos, mas que todo en 2007, esto ha hecho un alcalde, donde estos jóvenes comienzan a patear puertas, pero otros jóvenes son concientes y no podemos generalizarlo, todo eso podría decir pero los actos vandálicos se tiene que perderse y no podemos vivir a si en problemas, también existe mucho migración de los compañeros (Eugenio Vallejos).

Existe discriminación porque esta gente del pueblo no quieren siempre que la gente del campo ocupe algún cargo de autoridad, mas que todo esto ha salido a la luz en estos últimos tiempos, porque anteriormente estaba esta discrimi-nación en la clandestinamente, estos años se ha aclarado totalmente (Alberto García).

Ahora hay pugnas y divisiones, todavía no se puede hacer perder en las or-ganizaciones sindicales, la envidia no se puede hacer perder, algunos están pensando en el asunto político, otros en lo productivo. Tenemos que poner-nos de acuerdo donde va a estar el desarrollo humano y donde lo productivo. Quisiéramos desarrollo humanos para superar la envidia y la división (Taller Anzaldo Feb 2009).

Si hablamos de la desunidad es por problemas de la gente de derecha y ellos manejaban a su gusto y a su antojo el municipio y creo que en el municipio ha-bían en un 40 %, también sus buscaban solo sus intereses, con todo esto había debilidad en el municipio, eso incluso ha durado hasta los años pasados, con todo eso podemos decir que había divisiones, como discriminaciones, y son los que apoyan a la derecha son quienes dividen a las organizaciones (Máximo Fernández).

Hoy es un peligro grande que esta perdiendo la conciencia de clase campesi-na. Los que viven en la ciudad o viven cerca de la ciudad, con la moda (Adelio Padini).

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

Futuro

• ¿Cómotienequeserlaorganizaciónsindical?

Yo quiero que la organización sindical se garantice a llevar adelante los sueños de nuestros padres, saber como se ha conseguido la tierra, con todas estas experiencias debemos buscar, para buscar mas desarrollo desde nuestras co-munidades, debe haber más unidad, incluso nosotros debemos invitar a la confederación nacional para que nos capacite más (Máximo Fernández).

La organización sindical debe mantenerse, todos no nos podemos ir hacia la ciudad, tal vez si hacemos obras de impacto, pueden retornar, además tiene que haber instituciones, que den trabajo y así nomás, los jóvenes estarían re-tornando. Por ejemplo, hacemos estudiar a nuestros hijos, nuestros hijos se quedan en la ciudades, en la ciudad hay tantos profesionales que trabajan, y a veces no hay trabajo para nuestros hijos. Asi que tendrán que retornar si o si. Para mantener todo estas migraciones tiene que haber en el municipio obras de desarrollo (Silvano Caballero).

De acuerdo a mi punto de vista yo quisiera que las cabezas de la organización deben organizar de nuevo como la federación, de hombres y mujeres, como el mismo de la central campesina, y los subcentrales, centrales deben conti-nuar organizando y se deben fortalecerse para de aquí en adelante camine-mos como una sola persona, también para elegir la autoridad, sea municipal y nacional, para que ya nunca mas haya discriminación y como una sola persona levantarse en cualquier situación (Abel Álvarez).

Igualmente la organización tiene que ser fuerte y duro y no puede manejar solo uno, todos tenemos que estar dentro la organización y manejar manco-munadamente, todos tenemos que trabajar en este municipio (Ernesto Ramí-rez).

Dentro la organización no tiene que haber división, ni desprecios, y además tiene que ser fuerte y duro, la organización sindical, y para la central tiene que ser duro, organizado, y además tiene que haber un solo camino, trabajando en-tre todos hablándonos, para salir adelante, todos debatiendo en las reuniones (Nicolás Terrazas).

Donde sea la organización tiene que ser fuerte, para buscar un desarrollo fruc-tífero, en ese sentido puedo afirmar, que las organizaciones deben ser unidos tanto de hombres como de las mujeres o de otras instituciones, para llegar a

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un solo consenso, y así superar toda las dificultades que se han nos ha presen-tado, también en nuestras vidas siempre existe esos altibajos, y el desarrollo debe ser paralela como en la salud en la educación, y en la agropecuaria. Pri-mero es la educación y salud después viene todo lo demás sobre el desarrollo, además con todo esto tenemos que olvidar todos los problemas suscitados dentro el municipio, y respetando nuestra religión (Juan Correa).

Ahora ya no hay miedo, la organización sindical esta organizado, entonces ya participa en lo político que quiere decir que ya saben plantear, por ejemplo antes nos decían que la organización no debe participar políticamente pues esta idea era para que fracase la organización y sin embargo hoy por hoy todo eso cambio a lo contrario la organización debe participar en esto activamente, además en las otras instituciones no nos confiamos, y en la organización de la central si existe esa confiabilidad de participación (Alberto García).

Las organizaciones tiene que ser firmes, además fortalecidos y mixtas, esto lo que yo planteo siempre, como decía hace rato de una sola casa no pueden asistir a la organización porque dejarían a sus hijos, y esto es difícil, entonces tiene que ser mixta si es así entre marido y la mujer tiene que informarse. A pesar que existe dinero, para la organización de mujeres en el POA pero aun no se pueden organizarse (Fortunato Herbas).

Yo quisiera que sea el más respetado el secretario general de la organización, sea departamental, sea nacional por que el actual gobierno es el fruto de esas organizaciones (Máximo Fernández).

El municipio va ha cambiar, cuando la organizaron va estar bien organizado y sabiendo bien el porque de las causas de los problemas, por ejemplo con lo que las CODEMA podemos errar si manejamos mal la organización sino ma-nejamos la institución, con los cuatro sentidos, nos podemos equivocar con facilidad (José Sánchez).

La organización tiene que ser fuerte además nosotros también nos vamos a apretar los cinturones para que la organización camine bien (Juan Correa).

• ¿Cómoseestapensandoeneldesarrollo?

Debemos buscar mas desarrollo, hoy por hoy lo mas importante es mejorar riego porque últimamente ya no hay lluvias y por la escasez de lluvia la chacra no produce nada, y nosotros debemos interesarnos en los riegos, en nuestro ríos de Anzaldo nosotros tenemos que construir represas, tal vez desde aquello podemos elevar agua hasta las alturas, para que por menos tomen agua los animales, porque la lluvia también ya no quiere llover (Ernesto Ramírez).

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

El desarrollo avanza paulatinamente, pero falta porque en realidad todavía no sea superado la pobreza, ¿por que digo esto? es que continua la migración, esto quiere decir que algo falta, y para superar todo esto dependemos siempre de recursos propios, con la capital propia se puede hacerse muchas cosas, con esto quiero decir que la política de desarrollo debe cambiarse para mejorar la economía, y tiene que haber empleos, entonces tenemos que hacer funcionar los dineros de la alcaldía para buscar empleos, y si no mantenemos y produci-mos mas economía, no habrá progreso (Alberto García).

En el municipio no hay mucha actividad económica, vemos que hay potencia-lidades, oportunidades que se pueden generar en el municipio (…) Si bien te-nemos una central, campesina, comité de vigilancia, todavía cuando hablamos de políticas no hemos tenido el poder de decisión aunque salga de nosotros. Talvez ha faltado visión, cual es la vocación económica productiva, mas nos hemos dedicado a arreglar canchas de fulbito, cementerios. En Quiriria su ce-menterio esta bien hecho y sus casas son lo peor, no tenemos la visión del de-sarrollo productivo, lo que si tenemos son recursos. Estoy investigando cosas en el río Caine, teníamos anteriormente industria de vidrio (Nelson Virreyra).

Para mejorar la producción debemos mejorar lo que son los atajados, en los lugares que sean factibles para estos proyectos, después podemos hacer tam-bién canales de riego en los lugares aptos (Fortunato Herbas).

Yo planteo porque no capacitar a la gente en cuestiones técnicas, la gente se va a ir. Expulsar gente pero calificada. Apoyo al productor, a la organización, a la producción. ¿Valdrá la pena seguir trabajando para que la gente pueda quedarse en las comunidades y en el municipio? Es algo que nos cuestiona (…) La gente quizás continué migrando. ¿Cambiara esta visión de desarrollo, el tra-bajo de las instituciones? (…) Esta bien también cuestionarse. Lo que tu estas haciendo esta bien, pero también hay otras cosas. Sacabamba ha mejorado, pero pese a las mejoras la gente se va (Alfredo Montecinos).

Bueno el desarrollo tiene ser con proyectos de impacto y no así con esas pe-queñas cositas, primeramente tenemos que recuperar agua, por ejemplo he-mos implementado al proyecto de riego desde el bombeo de río Caine, ese proyecto hemos hecho aumentar nuestra petición, y ahora esta dentro de esa petición, en tiempos de lluvia tenemos que recibir agua, en grandes represas, y con eso habrá vida para los comunarios y además sabemos que el estado ya tiene mas plata gracias a la nacionalización y debemos elaborar grandes proyectos de riegos, porque hemos hecho incluir al proyecto del valle que las aguas debían ir directo, hemos visto que nuestras comunidades de Blanco Rancho, Humapirhua, Lloque Mayu, Chaupi Molino, Pajchapata Lux, Botijani son los lugares mas secos (Máximo Fernández).

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Yo soy un dirigente que pertenezco a central regional de Anzaldo, por eso es-toy pensando en obras grandes y sin que miramientos podemos todos trabajar en estos temas, mas que todo en las comunidades, para que haya mas produc-ción, mas educación y salud en nuestras comunidades, y pensamiento no es dividir a las bases, los proyectos tiene que ser de impacto, las autoridades tie-ne que colaborar en estos temas. Tiene que haber trabajo de recuperación de aguas, se tienen que hacerse represas, tajamares, y canales de riego, con esto se estaría dándose el desarrollo en nuestras comunidades (Alejandro Cabrera).

Falta fomentar el mercado campesino pese que falta espacio, porque esto be-neficia a toda la gente sea del campo o del pueblo, también debemos fomen-tar la parte artesanal (Juan Correa).

Mas que todo hablare de todo lo que es mi sector, primeramente seria trabajar por la recuperación de las aguas, riegos, existe en mi comunidad pero falta, de-bemos ampliarlo mas por que se puede recuperarse aun, también queremos fortalecer nuestra feria, por que todo esto esta en funcionamiento, pero tene-mos que mejorar mas y si existe agua pues a de haber productos para vender en nuestra feria, y también queremos que nuestra tenga murallas, por motivos de robos (Nicolás Terrazas).

Yo creo que ya no faltan ni canchas ni escuelas, ni postas, por que ya hay en todo las comunidades, mas que todo nosotros necesitamos agua, mas que todo en este sector del río, solamente el agua existe para tomar nomás y no para regar, y pienso que harían proyectos de recuperación de aguas, sea gale-ría filtrantes, pozos o micro riegos para traer de donde sea el agua, me parece, en esta situación nada están mirando las autoridades, por que estoy viendo que solo se están preocupando en la construcción de caminos y sedes multi-funcionales, etc., ahora nosotros queremos proyectos que mejoren la agricul-tura (Abel Álvarez).

Para desarrollo, es necesario recuperar agua realizando represas porque si llue-ve solo se pasa por los ríos. Hay hartos lugares para este trabajo y así habrá vida y desarrollo. Ésto es lo primordial, buscar la producción a través de los riegos. En vez que comprar productos de la ciudad que producen a base de la química que son muy contaminados para nosotros. Sin embargo, en nuestras huertas puede producir productos naturalizados. Nosotros no sembramos por falta de lluvia, pero últimamente hay todo tipo de ayudas, más que todo del gobierno para construir represas. Además, no sólo para mi sector sino, a lo contrario, a nivel municipal (Ernesto Ramírez).

A nivel municipal y a nivel comunal, por ejemplo, se puede crear criadero de granjas y otros animales. También, tiene que haber obras de riego para plantar

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Interculturalidad y Desarrollo en Anzaldo, Bolivia

plantas frutales. En el caso de nuestras comunidades, tendríamos que traba-jar mucho para nuestro desarrollo porque son terrenos muy pendientes. En nuestro distrito, por ejemplo, hay proyecto grande que queremos realizar: la represa Nieblin Wachana, en la comunidad de Villa San José. Como este tipo de proyectos, tiene que haber mucho; con todo esto podemos mejorar la vida en las comunidades (Silvano Caballero).

En la parte de desarrollo tenemos que discutir de fondo. Tenemos que mejorar el desayuno escolar para mejorar la educación. Eso nosotros mismos podemos producir y la economía se puede quedar casi solo en el municipio. Es necesario que veamos mucho sobre el desarrollo de nuestro municipio, las obras del mu-nicipio tienen que ser rentables. Ahora, todo esto puede funcionar, porque si nosotros invertimos dinero en estos proyectos rentables, con estos proyectos rentables podemos generar plata. Al mismo tiempo, puede haber plata, más que todo, con las micro empresas y la parte de riego. Por ejemplo, sí o sí tene-mos que trabajar y los atajados tiene que ser más grandes. Por ejemplo, estos atajados que tenemos son pequeños y las que hay se secan rápidamente y si construimos atajados de ese tamaño nos puede llevar al fracaso, y eso no esta-ría bien. Y por otra parte, por ejemplo, en el rió Caine aún hay terreno para sem-brar más que todo fui a La Viña donde he visto que los terrenos son recupera-bles, además en grandes extensiones, incluso (…) y así con facilidad se puede recuperarse unos 20 hectáreas de huerta (…) Me parece todo lo que pensamos se va ha lograr porque las políticas nacionales están cambiando, mas creo que debemos colaborar al gobierno central con ideas (Alberto García).

• ¿Cómosepuedemejorarnuestromunicipio?

Bueno a nadie nos gustaría que vivamos así enojados entre campo y las co-munidades, a lo contrario, tiene que haber unidad, así para encontrar unidad y para desarrollar como los otros países que desarrollaron porque seguramente no se pelearon. Trabajar en unidad quiere decir progreso (Fortunato Herbas).

En nuestra asociación [AMUJALL] hay gente del pueblo. Cuando jugamos fútbol, cuando vamos al baile, no hay discriminación. Por lo menos yo, no he sido rechazado, no creo que ya con las mismas características que con las an-tiguas generaciones. Incluso, hay un acercamiento por el capital político que tenemos. Se nos acercan, nos hablan nos saludan. Nos han estado llamando por el tema de conseguirle algún trabajito, hay cierta relación igualitaria, pero queda. Creo que incluso hay matrimonios. Apodaca con la hija del Fernando. Hace diez años, no hubiera ocurrido un compañero que viene del campo con alguien de la plaza (Nelson Virreyra).

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Anexos

Según a lo que veo, el progreso sería de esta forma, quizás podemos crear pe-queñas empresas, porque tenemos todo en Anzaldo, pero se necesita plata y debemos conseguir todo esta plata. La plata se puede conseguir prestándose de otros lados, tal vez hipotecando nuestras tierras, pero para ésto nuestras tierras tienen que ser saneados y desde la pequeña empresa podemos generar plata y, con eso, al mismo tiempo debemos fomentar proyectos productivos. La plata que llega al municipio, eso también tiene que estar bajo normas y de-bemos apuntar a recuperar las aguas. El agua pues trae producción y con todo esto en igualdad, podemos salir adelante. Posteriormente, se debe mejorarse los caminos vecinales y si tiene todo éstos calidad, hasta se puede exportar y las instituciones nos pueden cooperar porque las instituciones están prestos en ayudarnos. También, tenemos que mirar toda las áreas, las infraestructuras por ahora no son los primordiales porque no generan dinero y si recogemos plata de la alcaldía o del estado, eso no debemos desperdiciarlo, a lo contra-rio, debemos administrarlo bien para que dé buenos resultados de desarrollo (Fortunato Herbas).

Con la nueva CPE, pienso que se diluya la mancomunidad. He escuchado que Esteban Arze plantea autonomía regional. Pienso que norte de Potosí también, están más organizados. Esta parte, hay que discutir con la MM, hay cierta sus-ceptibilidad (Alberto García).

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Foto 1: Vista panorámica del pueblo de Anzaldo, año 2007

Anexo 4: Fotografías de Anzaldo

Foto 2: Frontis de la Alcaldía de Anzaldo, Año 2007

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Foto 3: Escudo de Anzaldo

Foto 4: Consejo Municipal de Anzaldo, Gestión 2005. De izquierda a derecha: Ester-fila Terceros, Alberto García, Delfín Camacho, Eugenio Vallejos.

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Foto 5: Comité de Vigilancia del gobierno municipal de Anzaldo, Gestión 2006. De izquierda a derecha: Juan Zurita, Paulino García, Olimpio Panozo, Zenón Alarcón,

José Sánchez.

Foto 6: Emiliano Zurita, Secretario General de la Central Sindical Única de Traba-jadores Campesinos de Anzaldo (CSUTCA), durante un taller de capacitación en la

gestión 2006.

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Foto 7: Resguardo policial de la Alcaldía de Anzaldo, año 2006.

Foto 8: Delegación de Anzaldo al Congreso de Mujeres Campesinas, Mizque, abril 2007. Detrás de la Wiphala, de izquierda a derecha, Celia Hérbas, Casilda Cabezas,

Dolores Becerra.

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Foto 9: Ampliado de la Central Campesina de Anzaldo, abril 2007. De izquierda a derecha: Hilarión Inturias, Nelson Virreyra, Paulino García, Dolores Becerra.

Foto 10: Congreso de la Central Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Anzaldo (CSUTCA), mayo 2008.

XLII

Foto 11: Informe de los directivos en la Asamblea del Consejo de Desarrollo de An-zaldo (CODEMA), octubre 2008. De izquierda a derecha: Fernando Salazar, profesor

Oscar, Dolores Becerra, Lidia Suarez, Emiliano Zurita.

Foto 12: Inauguración de atajado metálico, comunidad de Caranota, gestión 2009.

XLIII

Foto 13: Atajado de tierra, comunidad de Muña Mayu.

Foto 14: Cultivo de alfa alfa, comunidad de Tarak’ucho.

XLIV

Foto 15: Fiesta de San Isidro Labrador, 15 de mayo 2007.

Foto 16: Estudiantes del Colegio San José de Calasanz de Anzaldo.

XLV

La presente edición de1000 ejemplares se terminó de imprimir

en el mes de diciembre de 2011 en los talleres de:

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La Paz, Bolivia