Foroesther y nuestro mundo
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INDICE DE CONTENIDOS
-Valentina en Blanco y Negro………………………………………………………….pág. 3
-El Fin de Bruguera (II)………………………………………………………………pág. 10
-Cocina con Riesgo…………………………………………………………..……….pág. 30
-La biblioteca……………………………………………………………….…………pág. 32
-Capitán Améica, la Saga de la Bomba Loca……………………………………...pág. 34
-Las Gemelas se Pasan de Listas (cómic)……………………………………….….pág. 36
Manualidades a Todo Riesgo………………………………………………………..pág 40
-Una Posibilidad entre Mil…………………………………………………………...pág. 42
-Cris, Detective ne París (cómic)…………………………………………………….pág. 46
-Borra……………………………………………………………………………….…pág. 76
-Tina, del RU a Holanda……………………………………………………………..pág. 77
-Desde el Taburete del Wimpy……………………………………………………….pág. 82
VALENTINA EN BLANCO Y NEGRO
Por Geno Mesa
Aunque un par de semanas más tarde de lo
que venía siendo habitual, con el mes de
julio llegó a Gijón por vigesimocuarta vez
el tren de la Semana Negra. Ubicada este
año en el Campus Universitario de
Viesques, volvieron a aparecer los stands
cargados de libros, las conferencias, las
presentaciones y, cómo no, las
exposiciones.
Entre estas últimas pudimos encontrar el
15º Encuentro Internacional de
Fotoperiodismo Ciudad de Gijón que bajo
el nombre de “2011, el año de la rebelión”
nos ofreció una muestra de imágenes
sacadas en varios de los conflictos que han
acontecido en lo que va de 2011 como en
Libia, Egipto, Marruecos e incluso del
Movimiento del 15M español.
Entre los fotógrafos que contribuyeron con
su trabajo a la realización de esta
exposición encontramos nombres como los
de Emilio Morenatti, Javier Bauluz
director del Encuentro, Lefteris Pitarakis,
y Manu Brabo, que también formaron
parte de las conferencias que sobre el tema
hubo a lo largo de los diez días que duró el
evento.
Casi pegada a la carpa anterior
encontramos otra más o menos gemela
pero con un contenido muy diferente. En
su interior nos esperan unos cuarenta
originales del dibujante Guido Crepax
bajo el nombre de Valentina en blanco y
negro, exposición presentada e inaugurada
por Caterina Crepax, hija del artista.
Guido Crepax nació en Milán el 15 de
julio de 1933 donde vivió hasta diez años
después en que, a causa de la guerra, su
familia debe mudarse a Venecia por
espacio de dos años tras los cuales
volverán a su ciudad natal.
Empezó a dibujar cómic con 12 años
siguiendo las ilustraciones de Mandrake y
El Hombre Enmascarado, publicaciones
americanas que llegaban a Italia. De los
personajes oriundos el único que llamaba
la atención de Guido era Asso Di Picche
de Hugo Pratt y Dino Battaglia.
Unos años después deja aparcado el cómic
para dibujar coches y motos que formarían
parte de juegos de estrategia que él mismo
inventaba.
Se graduó en arquitectura aunque nunca
ejerció puesto que ya se ganaba la vida
haciendo ilustraciones que servirían de
portadas a discos, sobre todo de jazz,
revistas y anuncios publicitarios, labor que
nunca abandonó y por lo que recibió varios
premios como la Palma de Oro en
Publicidad por sus dibujos para la campaña
de Shell en 1959.
A finales del ’58 empezó a colaborar con
sus portadas en la revista Tempo Medico
para la que realizó cerca de trescientas y en
la que también tuvo una sección llamada
Circuito interno, historias de cómic
autoconclusivas e inspiradas en famosos
casos médicos. Más adelante también
contó con el espacio Le Clinicommedie.
Años después las dos secciones dieron
lugar a sendos libros.
En el número dos de la revista Linus
fundada por Giovanni Gandini, Crepax
empieza a publicar la historia titulada La
curva di Lesmo en la que aparecía por
primera vez Philip Rembrandt, alias
Neutron, un héroe con poderes y
conocimientos científicos que prometía ser
su gran éxito hasta que entre sus páginas
apareció Valentina Rosselli, fotógrafa y
novia del protagonista.
A partir de estos años son muchas las obras
que salen de su mano entre las que cabe
destacar su primer cómic largo publicado
en España titulado L’Astronave Pirata de
1967, historia de ciencia ficción situada en
un hipotético año 2570.
También para la revista Linus se dedicó a
adaptar clásicos de la literatura al cómic
como ciertos relatos cortos de Edgar
Allan Poe o la vida de Bonnie & Clyde.
Esta última fue objeto de censura en el
momento de su publicación en nuestro
país.
Con el final de la década de los ’60, el
artista crea nuevos personajes como
Belinda y Bianca, a la par que el
publicitario Terry para la marca Dunlop.
Destaca en 1969 La calata di Mac
Similiano XXXVI, una alegoría de la guerra
del Vietnam, conflicto en pleno auge en
aquellos momentos.
Con los años ´70 llega Anita y además, las
adaptaciones de Historia de O,
Emmanuelle y ya en los ’80, Justine, Venus
de las pieles o Juliette, todas ellas
pertenecientes al género de la literatura
erótica clásica, aunque no es el único tipo
de novela con el que se atreve. En su
interminable lista de trabajos encontramos,
entre otros, el Conte Dracula, basado en la
novela de Bram Stoker, Dr. Jekill y Mr.
Hyde o Il Processo de Franz Kafka.
A la vez intentó acercar a un público más
joven la vida de varios personajes
históricos como Francis Drake o Charles
Darwin y, siguiendo los cánones más
clásicos del cómic en su género de
aventuras, aparecen publicados en 1977 y
1979 L’Uomo di Pskov dentro de la
revolución rusa, y L’Uomo de Harlem, con
el jazz y el género negro como base.
Su última adaptación fue para el
Frankenstein de Mary Shelley en el que
hace desaparecer las viñetas y que es
publicado un año antes de su muerte
acontecida el 31 de julio de 2003.
Valentina, el personaje protagonista de la
exposición nace, como ya hemos dicho
antes, en las páginas de Neutron pero poco
a poco va cobrando relevancia dejando al
héroe relegado a un segundo plano y
convirtiéndose en el personaje más famoso
de Crepax. Aparece en principio como
fotógrafa y cicerone de Philip en Italia y,
con el tiempo se convierte en su novia
ganando protagonismo capítulo a capítulo,
protagonismo que no se quedó solo en ese
aspecto sino que llegó al diseño y a la
moda.
Inspirada en la actriz de cine mudo Louise
Brooks, Valentina es un personaje de
cómic con carnet de identidad. Nace el 25
de diciembre de 1942 en la calle De
Amicis en Milán y es con 23 años cuando
hace su primera aparición en La curva di
Lesmo como guía turística del protagonista
de la historieta.
Sus aventuras en un principio son
detectivescas y aunque no pierden ese
sentido con el tiempo se van acercando al
erotismo y a la ciencia ficción, en este caso
con la aparición de unos seres subterráneos
que Valentina conoce en un viaje a
Toitatnam y que resultan ser son los
antepasados de Neutrón.
A lo largo de los títulos que conforman la
colección de este personaje podemos ver
como pierde a sus padres en un accidente
aéreo, las distintas facetas de su trabajo
con la cámara, el nacimiento y primeros
años de su hijo Mattia, su evolución como
persona y la de la gente que la rodea bien
sea en forma de familiares, amigos,
compañeros o amantes, todo ello
hábilmente entremezclado con las tramas
en las que se ve envuelta, unas en la
realidad y otras solo en su imaginación o
en sus sueños. Para diferenciar unas de
otras Crepax recurre a cambiar la forma de
la línea externa de las viñetas. Así, las
escenas pertenecientes a la vida real venían
cerradas por ángulos de 90º; Si estas
esquinas eran redondeadas estábamos
asistiendo a un sueño y si, en cambio, se
formaban por líneas punteadas formaban
parte de un recuerdo o eran fruto de la
imaginación de Valentina.
Aclarar que es recomendable leer la
historia como un todo, de principio a fin y
no en capítulos aislados que le harían
perder esencia e incluso podrían ser
incomprensibles si no se ha leído lo
anterior.
Valentina desaparece en 1999 a la edad de
57 años.
Pero no solo en el papel se quedó esta
intrépida fotógrafa. En 1973 dio el salto a
la gran pantalla de la mano de Corrado
Farina, director y novelista italiano, y en
1989 una serie con guiones de Gianfranco
Manfredi se inspira en este personaje a lo
largo de trece capítulos que serán emitidos
en la cadena de Berlusconi.
En España se publicó en la revista Tótem
en el año 1977 aunque capítulos sueltos y
con una mal traducción. También la
editorial Lumen y Norma Editorial han
sacado a la luz algunos volúmenes con este
personaje como protagonista.
En el año 2007 el periódico italiano Il
Corriere della Sera publicó la serie en 18
volúmenes en tapa dura y siguiendo la
cronología del personaje.
EL FIN DE BRUGUERA (II)
Por Peúbe
A comienzos de año apareció en escena un
tal Leo Antúnez, que anunció que iba a
comprar el 90% de las acciones del grupo
editorial mientras el 10% restante
permanecería en manos de la familia
Bruguera. Este señor se negó a facilitar
alguna información sobre el precio de la
transacción a los periodistas ya que no
podía dar unos datos que “desconocen
hasta mis socios”, aunque se estimaba que
debía de rondar los 2.300 millones de
pesetas en pasivo a pagar en 10 años.
¿Quién era este misterioso financiero?
Se quedó en un intento: entre marzo y mayo Bruguera publicó
la primera revista de Superlópez, pero se canceló después de
sólo tres números
Carlos José “Leo” Antúnez llevaba ya
cuatro años en España, donde se había
alzado en 1984 como el presidente de
DUSA (Diarios Unidos S.A.) En los años
70 ganó el II Festival de Música de su
país natal, Uruguay, donde también grabó
un LP como vocalista (existe acualmente
un ¿poeta? con el mismo nombre, ¿es el
mismo Leo Antúnez?). Licenciado en
Historia Medieval y miembro de la secta
Moon o Iglesia de la Unificación, emigró
con el comienzo de la dictadura uruguaya
dando comienzo a una carrera de locutor
de radio y televisión en diferentes países
de Suramérica. En España se asoció con
Joan Gaspart (director general del grupo
hotelero HUSA y vicepresidente en aquel
entonces del FC Barcelona), con gente
próxima y leal a Adolfo Suárez (como
Aurelio Delgado, cuñado de Suárez) y
con el conocido Javier de la Rosa, un
financiero implicado en estafas,
corrupción (se apropió de 500 millones de
dólares del Grupo KIO), fraudes a
Hacienda (unos 100.000 millones de
pesetas) y que también estuvo implicado
en irregularidades del mismo nivel en la
sociedad Grand Tibidabo.
Foto de Leo Antúnez de El País, 12 de mayo de 1985. "Es un hombre bajo, de pelo -y hasta hace poco, barba- canoso y
aspecto alborotado
Portada de su disco
Este misterioso uruguayo comenzó su
trayectoria empresarial en nuestro país en
octubre de 1983 con la compra de la
empresa publicitaria madrileña Valeriano
Pérez (VP) por un valor estimado de 52
millones de pesetas. Después compró otra
pequeña empresa de publicidad, 2A. En
mayo del 84 se hizo cargo de una empresa
más del sector, Publicidad
Mediterránea, por 14 millones de
pesetas, y posteriormente con una
distribuidora de vallas publicitarias,
Promex. La revista Mercado también le
atribuyó la compra de una empresa de
promociones llamada Gema por 2,5
millones de pesetas.
Al mismo tiempo se dedicó a “comprar”
las publicaciones del grupo editorial
Mencheta: El noticiero universal (diario
barcelonés de la tarde), Dicen (diario
deportivo), y Destino (un semanario),
todos ellos con bajísimas ventas o
recientemente cerrados. La única
publicación de esta editorial que Antúnez
no compró y que era la más rentable, el
diario deportivo Sport, le fue arrebatada
por el mencionado Joan Gaspart.
Si algo transmitía Antúnez en la mayoría
de analistas económicos de la época era
una profunda desconfianza, ya que nadie
sabía realmente de dónde salía el dinero
con el que respaldaba sus compras. Su
oficio era, ahora lo sabemos, la
especulación: comprar a bajo precio
empresas a pique con la esperanza de que
otra persona financiase su futuro.
En mayo los trabajadores se pusieron en
huelga por el retraso en los pagos al
mismo tiempo que solicitaron una reunión
con Antúnez para conocer sus planes de
inversión. Para tranquilizar a los
trabajadores, Leo Antúnez se reunió con
el comité de empresa y con el
Departamento de Trabajo de la
Generalitat de Cataluña, con los cuáles
se comprometió a invertir entre uno y dos
millones de dólares entre junio y
septiembre de ese año. Como el
empresario no quiso explicar de dónde
conseguiría el dinero, los trabajadores
decidieron mantener el paro.
A finales de mayo, después de dos
semanas de huelga, finalmente se dio por
imposible la compra de Bruguera. El
uruguayo no asistió al acto de transacción
de acciones y el pago del segundo plazo de
la compra, en el que debía pagar 15
millones de pesetas y presentar avales
bancarios de otros 70 millones (estos 85
millones totales supondrían el 50% de la
compra). Parece ser que Juan Bruguera
tuvo que sufrir un plantón durante todo el
día, tras el cual lo único que recibió fue
una carta de Antúnez en la que intentaba
modificar las condiciones de compra.
El tomo dedicado a Mortadelo en 1983 debió de funcionar bien,
porque en 1985
repitieron la jugada: cinco Olés y un Super Humor
recopilatorio dedicados a Escobar
Juan Bruguera estudió una reclamación
de daños y perjuicios, mientras que los
trabajadores consideraron responsables de
la situación tanto al empresario uruguayo
como a la familia Bruguera por firmar un
precontrato sin tener garantías. También
denunciaron que Antúnez tuvo tiempo de
utilizar sus talleres para editar varios
números de la revista Destino utilizando
papel de Bruguera.
Con la fuerte reducción de plantilla, la
Organización Interna de Trabajadores
(OITEBSA) perdió poder frente a la
candidatura conjunta de CCOO y UGT,
que representó a partir de ese momento a
los trabajadores de Bruguera.
Por su parte, los escritores y dibujantes de
la editorial también se unieron a la huelga.
A estas 200 personas se les debían unos 60
millones de pesetas por sus colaboraciones
y 300 más por derechos de autor. Mientras
durase la huelga acordaron no entregar
ningún trabajo más a la editorial.
En junio se convocó la primera huelga general de la
democracia. El paro seguía subiendo (22%) y se recortaron las
pensiones. Foto de ABC
Sin embargo, ésta acabó pronto. En la
primera semana de junio los trabajadores la
desconvocaron al comprobar la deplorable
situación en la que había quedado la
editorial después de la estafa de Leo
Antúnez. Por su parte, la familia
Bruguera decidió crear un comité de
salvación formado por un representante de
la familia, uno del consejo de
administración, dos de los trabajadores y
uno en representación de la empresa. En
las manos de este grupo estarían la
totalidad de las acciones de la empresa.
Para comprobar la catadura moral del
financiero uruguayo, viajamos a julio de
ese mismo año: los trabajadores de la
editorial Mencheta también se pusieron en
huelga. Por un lado, ellos no habían
cobrado la mensualidad del mes de mayo,
y por otro los dueños de la empresa no se
presentaron a la cita con la Inspección de
Trabajo para levantar el acta de deudas
que tenía con la Seguridad Social. Los
expertos denunciaron que la etapa de
Antúnez sólo había servido para acelerar
la crisis de la empresa, algo que también se
puede decir de la situación de Bruguera.
En octubre, cuando Antúnez se encontraba
totalmente desvinculado de este negocio, el
uruguayo entró en el edificio y después de
una reunión con los directivos de la
editorial Mencheta se encerró en un
despacho. Tras bloquear la puerta, anunció
que empezaba una huelga de hambre y
amenazó con autolesionarse con unas
tijeras si intentaban desalojarle. Esta
ridícula situación terminó a las 10 de la
noche, cuando la policía se lo llevó a
comisaría para tomarle declaración.
Otra nueva revista, Pulgarcito. La editorial la numeró como 3ª etapa, pero
los coleccionistas la consideran la 8ª etapa de la revista. Aguantó 25 números
Se rumoreó que Jesús de Polanco (grupo
PRISA) quería comprar Bruguera, pero lo
desmintió inmediatamente. Mientras tanto,
muchas agencias literarias rescindieron sus
contratos con la empresa y se los
transfirieron a otras editoriales.
En septiembre el Banco de Crédito
Industrial (BCI) propuso una solución a
la crisis de la editorial que consistió en una
intervención pública que al mismo tiempo
mantenía el carácter privado del negocio:
que el importe de la rescisión de los
contratos de los trabajadores sirviese para
financiar la reflotación de la empresa, que
estaría obligada a volver a contratarlos de
nuevo. Esto significaría crear una sociedad
anónima laboral de carácter provisional,
Librebsa (no confundir con Libresa, la
distribuidora de Bruguera) a excepción de
12 cargos directivos de Bruguera que se
mantendrían. Con el seguro de desempleo
de los 757 trabajadores de la editorial (30
prefirieron acogerse a jubilaciones o bajas
voluntarias antes de esta operación) se
conseguiría acumular 1.400 millones de
pesetas. Al cabo de cuatro años, los
trabajadores recuperarían el seguro de
desempleo y la deuda entre empresa y
trabajadores quedaría zanjada.
La cuarta cabecera creada en 1985. Duró 25 números
El papel del BCI sería avalar a los
trabajadores de Bruguera a partir de 1986
en el caso de que el reflotamiento acabase
en quiebra o liquidación, de modo que se
reservaba la opción de compra, la
transmisión de la misma a terceros y de las
acciones de la sociedad Bruguera.
En la nueva dirección se situarán como
consejero delegado a Javier Nieto, antiguo
directivo de Bruguera, y de vocal a José
Manuel Delgado, vinculado con la
editorial Anaya. La presidencia y
secretaría estarán en manos de la familia
Bruguera en las figuras de Guillermo
Molinas y Francisco Uarajeada.
Gabriel García Márquez, que ya fue una
mención importante en el primer post
sobre la crisis de Bruguera, vuelve a
cobrar importancia en octubre. Bruguera
tiene en su catálogo la obra completa del
escritor colombiano, que pone como
condición para imprimir su último libro (El
amor en los tiempos del cólera) pagar
antes de acabar el año las deudas por
derechos de autor de más de 70 escritores
por valor de 50 millones de pesetas. Entre
unas cosas y otras, la operación le acabaría
costando a Bruguera 80 millones, pero
este pago nunca llegó a realizarse.
Es posible que haya olvidado mencionar
algo antes: Ibáñez dejó Bruguera en
algún momento de 1985, dejando
inconclusa la historia El preboste de
seguridad. Atención al detalle: en
Alemania se publicó completa alrededor
de esta misma fecha. Y otra rareza: aunque
El preboste de seguridad fue
interrumpida a la mitad, a continuación de
ésta se publicó íntegra El cocherito leré,
con dibujo y guión de Ibáñez. Mientras
esperamos que alguien nos explique todo
este lío yo aviso que pronto tendremos
más noticias del humilde pintamonas.
Portada de Casanyes para un álbum escrito y dibujado por
Ibáñez
Esas navidades los Reyes Magos trajeron
la noticia de que Ibáñez había sido
contratado por Grijalbo para producir
nuevas historietas. La secuencia de los
hechos parece ser la siguiente: Ana María
Palé (la directora editorial que sustituyó a
Rafael González) le había aconsejado a
Ibáñez que dejase Bruguera junto a ella
para buscar trabajo en esta otra editorial.
Allí el dibujante planteó la idea de la
revista Guai, y tras el visto bueno de sus
nuevos jefes (que parece que sólo estaban
interesados en serializar el material
francobelga que ya tenían editado en
álbumes), decidió traerse con él a sus
compañeros Raf, Segura, Martz-Schmidt
y Efepé (más tarde se uniría también
Escobar). Ana María Palé se encargaría
de la dirección de esta nueva publicación
que se publicaría bajo el sello de
Ediciones Junior.
Primer número de la nueva cabecera
Estos autores se vieron obligados a crear
nuevos personajes para esta revista, ya que
debido a una curiosa triquiñuela legal se
suponía que todos éstos habían sido
creados originalmente por la familia
Bruguera y después cedidos a los
dibujantes para que pudiesen trabajar en la
empresa. Ibáñez intentó arreglar en esos
meses la situación amistosamente, pero la
editorial no le correspondió a ese trato. En
su lugar, desde que Ibáñez dejó Bruguera,
la editorial intentó sustituirle por un
Dos detalles. Uno: como respuesta a la salida de dibujantes de la editorial (Ibáñez, Raf, Vázquez, Escobar, Segura, Rovira...), Bruguera contrató a nueva gente: Maikel (Seguridasosiá), Joaquín
Cera (Pafman), etc. Dos: en 1986, para ahorrar tinta, los fondos de las páginas se dejan en blanco
equipo de varios dibujantes y guionistas de
una calidad menor, arrebatándole sus
personajes.
Otro asunto diferente que Ibáñez también
denunció fue la situación de los derechos
de autor: “Al margen de que no recibía
notificación oficial de las reediciones, al
principio los derechos de autor eran de un
2%. Posteriormente fueron creciendo hasta
un 5%, pero sin llegar jamás al 10%
habitual en este tipo de trabajo”. Con las
ventas al extranjero este dibujante
consideraba que la situación era peor, ya
que percibía un 15% cuando en otros
países el autor llegaba a percibir un 66%
en concepto de derechos.
Como digo, los autores tuvieron que idear
nuevas series. Ibáñez creó para la nueva
cabecera a Chicha, Tato y Clodoveo, un
trío de personajes en el paro que debían
aceptar diferentes empleos para ganarse la
vida. Clodoveo mantenía la manía de
disfrazarse de Mortadelo, mientras que
Tato era tan miope como Rompetechos e
inventor como Bacterio. Bastantes de los
gags que aparecen en sus aventuras son
reciclajes de situaciones ya vividas por
Mortadelo y Filemón, pero aún así Ibáñez
realizó con ellos un trabajo fresco y
original. Por otra parte, creó 7, Rebolling
Street, que suponía una revisión y
ampliación de la 13 Rúe del Percebe
brugueriana. En esta misma época
precisamente Ibáñez empieza a contar con
ayudantes directos que dibujan y entintan
las aventuras que él escribe (o dicta), gente
como Ramón Bernadó, Juan Manuel
Muñoz y Lourdes Martín.
El resto de compañeros realizó también
una versión similar de su trabajo en
Bruguera. Raf creó a otro equipo de
detectives en Mirlowe, una serie
protagonizada por el bajito imitador de
Humphrey Bogart que da nombre a la
serie (despistado como Sir Tim O’Theo) y
su voluminosa secretaria Violeta
(inteligente como Patson). Segura creó los
Muchamarcha‟s, que recogía el espíritu
de Los señores de Alcorcón y el
holgazán de Pepón. Escobar acabaría
colaborando en la revista con Terre &
Moto, hermanos, una retorcida parodia
ingenua de Zipi y Zape. Por su parte,
Martz-Schmidt dibujó con guiones de
Pérez Navarro las aventuras de una
sugerente Cleopatra, que quedaron
desgraciadamente inconclusas.
Raf comentaría que después de dejar Bruguera por fin pudo
dibujar como le gustaba
Apenas tres semanas después de este
anuncio la editorial Bruguera y los 750
trabajadores y accionistas de Librebsa
presentaron una querella criminal contra
Ana María Palé, a la que acusaban de
espionaje industrial, violación del secreto
profesional y apropiación indebida, y le
exigían una reclamación de 10 millones de
pesetas. Por su parte, ella se defendía
diciendo que sólo se había llevado una
caja con objetos personales. Cuando se
realizó un registro, autorizado por un juez,
se encontraron en el despacho de la
directora de Guai guiones de Mortadelo y
Filemón y el botones Sacarino, originales
de una revista y 22 originales de portadas
que Bruguera reclamó como suyos, cartas
comerciales, 45 dibujos de Astronicks
(una marca registrada por Bruguera en
España) y correspondencia de Ana María
Palé con la empresa juguetera alemana
Bully, creadora de los Astronicks.
En mayo de 1986 empezó el principio del
fin. El Banco de Crédito Industrial
(BCI) decidió finalmente vender la
editorial ante las evidentes muestras de
incapacidad de la nueva dirección, que
había acumulado 1.500 millones de
pesetas más de deuda. Entre los candidatos
para adquirir la editorial estaba el grupo
Zeta (editor de El Periódico de Catalunya,
Interviú, La Revista, Tiempo, etc.) El BCI
se encargaría de velar por el futuro de los
trabajadores, mientras que éstos intentaron
que se les devolviese la inversión que
hicieron y recuperar así sus seguros de
desempleo.
¿Escobar se parodia a sí mismo?
La transacción, sin embargo, no se realizó
con la normalidad que debería. El 11 de
junio los trabajadores se encerraron en la
sede del BCI para protestar por el silencio
de la Administración Central. El 1 de julio
repitieron el encierro durante cuatro días
para exigir que el BCI mantuviese la
ayuda financiera y facilitase la compra de
la empresa.
Uno de los últimos coletazos de Bruguera, dirigida por Joan
Navarro. duró 7 números
El grupo Zeta acabó echándose para atrás
durante esa misma semana ya que entre sus
condiciones de compra se encontraba
cerrar el taller y despedir a 500
trabajadores, a lo que se opusieron la
mayoría de éstos. Poco tiempo antes el
grupo Anaya había tomado la misma
decisión. Asumido que era imposible
continuar como empresa cooperativa o
encontrar un socio comprador, los
trabajadores aceptaron el 18 de julio el
cierre definitivo de la empresa y
disolvieron la Sociedad Anónima Laboral
(SAL) Bruguera.
Una excepción de entre 50 y 90 personas
pertenecientes al sindicato de la empresa,
OITEBSA, se mantuvieron al margen del
resto de trabajadores, ya que consideraban
que ninguna fuerza sindical les podía
obligar a perder su empleo e insistían en
mantener la editorial como cooperativa.
Estos últimos decidieron encerrarse desde
el 28 de julio junto con sus familias en la
factoría de Parets del Vallès. Emitieron un
informe al BCI en el que explicaban otro
plan de viabilidad (diseñado por el
economista David Santacana) que consistía
en revisar los sistemas de distribución y
reducir sus publicaciones: seis títulos
semanales de bolsilibro con una tirada de
12.000 ejemplares, una revista semanal de
Mortadelo Especial (sin Ibáñez) con una
tirada de 50.000 unidades, otra revista
infantil semanal más (otras 50.000
unidades), la edición de un libro de bolsillo
semanal y varias ediciones más de
periodicidad quincenal y mensual.
Revista satírica más que humorística, dirigida por Alfons
López. 17 entregas.
En total sería necesaria solamente una
plantilla de 85 personas, el 50% de la
maquinaria de la factoría de Parets, y una
ayuda de 252 millones de pesetas de los
cuáles la mitad se conseguiría con un
préstamo y la otra mitad provendría de
fondos propios. De este modo las ventas
ascenderían a 2.452 millones de pesetas
anuales. Otra alternativa sería que los
trabajadores fuesen los beneficiarios de la
venta del fondo editorial de Bruguera,
valorado en 6.000 millones. Una última
opción mucho más factible sería formar
parte de la plantilla de las editoriales que
compren el fondo de Bruguera.
A estas alturas vamos a hacer un paréntesis
y olvidar momentáneamente a los
trabajadores de Bruguera para pensar en
los artistas que colaboraban con la
editorial. Estos escritores (de novelas o
guiones de historietas) y dibujantes
llevaban desde 1982 sin cobrar y nunca
habían figurado en ninguna nómina. No
tenían seguro de desempleo, y se les debía
millones de pesetas y los originales de su
trabajo. Su situación era completamente
incierta: ¿conseguirán que se les pagasen
los atrasos? ¿Alguna editorial compraría
las propiedades de Bruguera y les
contrataría de nuevo?
El único número de Monstruos & Co., dirigido por Josep María
Beá. La producción de estas revistas
la llevaban a cabo equipos externos a los de la editorial para
ahorrarse los gastos de la Seguridad Social
El conjunto de acreedores de Bruguera, en
la cual destacaba el propio BCI, decidió
formar una comisión liquidadora. Las
condiciones de liquidación fueron menos
favorables que las que el BCI daba a los
trabajadores cuando existía la posibilidad
de compra por parte del grupo Zeta. El
comité de empresa se manifestó para
reclamar las deudas salariales y finiquitos
que les correspondían, para lo que
acamparon en la plaza Sant Jaume de
Barcelona. El BCI propuso el pago de 200
millones de pesetas a los trabajadores, pero
éstos no lo consideraron aceptable ya que
las deudas eran de 700 millones.
Finalmente los trabajadores aceptaron un
acuerdo por el cual el BCI se encargaría de
los subsidios de desempleo y se quedaría
con el fondo editorial.
El 21 de agosto el BCI procedió a la
liquidación total de la editorial Bruguera
al mismo tiempo que los empleados
firmaban su despido. Mientras tanto, los
trabajadores del sindicato OITEBSA
continuaban encerrados en los talleres de
Parets des Vallès. Después de desalojar a
alrededor de 100 personas, 20
permanecieron en los tejados de las naves
de la factoría. El juez Manuel Ledesma del
Juzgado de Primera Instancia autorizó a los
encerrados que permanecieran dentro de la
factoría hasta el 4 de septiembre para que
protegieran los fotolitos archivados,
propiedad de todos los trabajadores de
Bruguera.
El Capitán Trueno cortando las calles de Barcelona durante una manifestación
de los trabajadores de Bruguera (La Vanguardia, 14/6/1986)
Por su parte, Víctor Mora, el creador del
Capitán Trueno, criticó el desprecio a los
derechos de autor mostrado por el BCI y
que en la comisión liquidadora no hubiese
representantes de los autores. Se anunció
que los dibujantes y escritores se unirían
para pleitear al comprador del fondo
Bruguera para recuperar los derechos sobre
sus creaciones.
El 5 de septiembre tiene lugar el desalojo
de los últimos 10 trabajadores de Bruguera
encerrados, respaldados por otros 70 que
permanecían fuera. Se produjeron
bastantes altercados y momentos violentos
en el que los trabajadores llegaron a
paralizar la carretera N-152. Estos 80
trabajadores realizaron una marcha en
Madrid los días 9 y 10 de septiembre para
dar a conocer el mencionado plan de
viabilidad directamente al Ministro de
Trabajo y al presidente del BCI, Rafael
Suñol. La marcha comenzó cerca del
estadio Santiago Bernabéu desde donde se
dirigieron hacia el Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social y el Banco de Crédito
Industrial.
Un trabajador de Bruguera forcejea con la Policía Nacional a su llegada a los patios de los Nuevos Ministerios, Madrid (El
País 10/9/1986)
Tenemos que volver a hablar de Ruiz-
Mateos ya que, según cuatro
representantes del colectivo de OITEBSA
(Francisco Hernández, Valentín Valencia,
José María García y José Antonio
Rodríguez), estaba interesado en reiniciar
su actividad empresarial comprando los
fondos de Bruguera y contratando a los 68
trabajadores que no habían aceptado la
liquidación de la empresa. Este empresario
andaluz ya había estado interesado en
comprar la editorial antes de que le fuese
expropiada Rumasa, por lo que ya conocía
bien su fondo editorial. Las negociaciones
debieron acabar en nada
(afortunadamente).
El 2 de octubre 10 trabajadores se
encadenaron delante de la sede del BCI
mientras otros 30 trabajadores se
manifestaron con pancartas, bombos y
otros instrumentos para llamar la atención
de los transeúntes entre los que repartieron
octavillas. El día 5 siete trabajadores
comienzan una huelga de hambre en la
iglesia de Sant Medir, en el barrio de
Sants, hasta que el BCI no recibiese a
representantes de estos trabajadores. A lo
largo de esta huelga de hambre uno de
estos trabajadores tendría que ser
hospitalizado. Al día siguiente se produjo
en Barcelona una manifestación conjunta
de estibadores (que se oponían a la reforma
de la Organización de Trabajos
Portuarios), trabajadores de Correos (que
intentaban evitar los traslados forzosos) y
el grupo minoritario de empleados de
Bruguera que reclamaban el
mantenimiento de sus puestos de trabajo.
Los trabajadores de Bruguera se manifiestan en Madrid (ABC
10/09/1986)
Ese mismo día el presidente del BCI
anunció que tenían por fin un comprador
del fondo de la editorial Bruguera, pero
prefirió mantenerlo en secreto para no
arruinar la negociación. Al mismo tiempo
rechazó tener en cuenta al grupo de
OITEBSA que, según él, no estaba tan
desamparado como decía ya que habían
recibido las mismas liquidaciones que los
otros 700 empleados de la disuelta
Bruguera.
Este comprador resultó ser, obviamente, el
grupo Zeta. El 14 de octubre anunció que
pondría en marcha una nueva editorial a
partir de la sociedad Ediciones B, S.A. Lo
que el grupo Zeta compró consistía en los
stocks y el fondo editorial, que incluía las
numerosas cabeceras de Bruguera. José
Luis Erviti, director de publicaciones del
grupo no quiso hacer público el precio de
la transacción (que se supone que debió de
ser irrisorio), pero se insistió en que el BCI
había cumplido su parte en mantener en el
mercado las revistas y los personajes de la
difunta Bruguera, al mismo tiempo que se
recordaba que el grupo Zeta ayudaría a
conservar el acervo cultural español. Los
responsables de la nueva editorial serán
Eduardo Álvarez Puga y Silvia Querini.
Poco después José Luis Erviti explicó que
durante las negociaciones el BCI no hizo
ninguna mención a los 70 trabajadores de
Bruguera. Al saber de su situación quiso
ponerse en contacto con ellos para estudiar
su posible incorporación a la nueva
sociedad Ediciones B. El día 17
terminaron su huelga de hambre y, aunque
no lo sé, es muy probable que fuesen
contratados.
A finales de año apareció en el mercado
Garibolo y Bichos (continuadora del
primer número de Monstruos &Co de
Bruguera), editadas por CGE (Compañía
General de Ediciones), una empresa
formada por los antiguos trabajadores de
Bruguera. Garibolo fue una revista
semanal que duró 23 números y estuvo
dirigida por Montse Vives, directora de
Bruguera.
Entre sus autores se encontraban Ramón
Casanyes que reinventó la serie Paco
Tecla y Lafayette presentada en Bruguera
para hacer una versión descarada de
Mortadelo y Filemón. Vázquez se
convirtió en el principal activo de la nueva
editorial, reciclando las páginas de Ana y
Cleto de la revista JauJa (1982)
cambiando algunos detalles para
convertirlos en Tita & Nic, y cambiando
el nombre de su bebé Angelito a Gu-gú.
Miguel y Jesús de Cos convirtieron a
Ricky y “los Desahuciados” en Bum-Bum
y los Desahuciados, Jaume Rovira
transformó el brugueriano Hotel
Mediaestrella en Hotel Bombay, Gosset
continuó sus prehistóricas historietas de
Hug el troglodita con Burrus and
Sapiens, y Nebot mantuvo el aspecto
gráfico de Yolanda cambiándole el
nombre a Nina. Por su parte, March
siguió con el Mini Rey. Entre el resto de
autores se encontraban Carrillo, Ribera,
Marco, Esegé y Domenech entre otros.
Bichos por su parte empezó siendo
dirigida de nuevo por Josep María Beá,
aunque acabó cediendo su puesto a
Monserrat Vives. La revista duró 43
números semanales en el mercado, y su
contenido consistía en historias
protagonizadas por monstruos y… bichos.
Las portadas corrían a cargo de Vázquez,
que llegó a ser redactor jefe de la revista y
que, en palabras de Jesús de Cos, “pasaba
de todo”.
Al mismo tiempo otra histórica de
Bruguera, Corín Tellado, declarada por la
UNESCO en 1962 como la segunda
escritora española más leída en todo el
mundo (por detrás de Cervantes) regresó a
los quioscos. Después de 2 años de
silencio debido a la crisis de Bruguera, sus
novelas románticas de aparición semanal
serían publicadas por la editorial catalana
Libros y Publicaciones. Una situación
similar es la de Víctor Mora, que anunció
que volvería a trabajar en los guiones del
Capitán Trueno para la editorial Planeta
durante 1987.
Posiblemente sea un buen momento para
hablar sobre Víctor Mora y sus litigios
con Bruguera…
www.entodoelcolodrillo.blogspot.com
No te pierdas en el próximo número el
final de este interesante artículo.
COCINA CON RIESGO
Por Remi Riesgo
Bonito con tomate
Ingredientes para seis personas
1 kg de bonito del norte
1 cebolla
2 latas de tomate natural triturado
Sal
Aceite
Elaboración:
Ponemos la cebolla a pochar en una sartén con tres cucharadas de aceite. Tiene que
quedar transparente, pero sin llegar a oscurecer.
Cuando esté lista, añadimos el tomate y dejamos hacer a fuego lento. Este paso os
llevará unos 30 minutos.
Si no nos gusta encontrar la cebollita, pasamos por el pasapurés.
Ya en su punto el tomate, añadimos las rodajas de bonito, lo cubrimos y dejamos
que se vaya haciendo a fuego lento unos 10 minutos. Añadimos un poquito de agua
si notamos que la salsa de tomate espesa o reduce en exceso, generalmente a la
mitad de la cocción.
Retiramos del fuego y servimos en cazuela de barro.
Tiempo de elaboración: 50 minutos
Dificultad: fácil
Calorías aprox. por 100 grs.: 283 Kcal
Sugerencias:
Podemos ahorrar tiempo de elaboración, si en lugar de tomate triturado utilizamos
latas de tomate triturado con cebolla.
El bonito estará hecho cuando cambie de color. No es necesario cocinarlo en exceso,
porque quedará muy seco.
Otra forma de cocinar bonito en tomate es freír las rodajas de pescado y luego
añadirlas al tomate. Si además, cambiamos el tomate natural por tomate frito de lata
tan solo tendremos que tenerlo 5 minutos en el tomate para que se mezclen los sabores
y habremos reducido a la mitad el tiempo de elaboración. Sin embargo hay que tener
en cuenta que las calorías se habrán incrementado.
LA BIBLIOTECA Por Darthpitufina
He aquí una novela de ficción creada a partir de
documentos reales que la escritora Sheridan Hay
encontró mientras investigaba sobre Herman
Melville, el autor de Moby Dick:
El personaje principal, Rosemary Savage, (si se
tradujera su nombre al castellano, resultaría algo
así como Romero Silvestre) nació en Tasmania,
Australia, el 25 de abril de un año no
especificado. En esa fecha, el día de Anzac, los
australianos llevan prendida en el pecho una
ramita de romero para rememorar a los que
murieron en la guerra en las playas de Galípoli en
1915. El detalle revela la simpleza del personaje;
su nombre tan sólo se corresponde con el día en
que nació.
La infancia de Rosemary no resulta fácil; vive
sola con su madre, apenas tienen aceptación
social debido a la inexistencia de un señor
Savage, y se las tienen que arreglar con escaso
dinero. En otro 25 de abril, cuando Rosemary
cumple 18 años, su madre fallece. Es entonces
cuando Esther Chapman, la única amiga que
parece tener en el mundo, insiste en que
Rosemary se emancipe. Con apenas una maleta,
las cenizas de su madre y un libro sin
desempaquetar que le ha regalado Chapman,
Rosemary desembarca en Nueva York.
Pronto consigue un trabajo en la librería Arcade;
la propia autora reconoce que existe bastante
semejanza entre el Arcade que describe y una
tienda donde trabajó cuando tenía veintipocos
años.
El excéntrico dueño, el señor Pike, gobierna cual
tirano desde su tarima, donde fija el precio de los
libros de segunda mano que llegan a su poder,
bajo unas normas que sólo él entiende. Rosemary
irá aprendiendo los entresijos de este submundo,
un lugar donde la mayoría de las obras que se
venden ya están descatalogadas. Pronto
comprenderá que Arcade es el último recurso
para aquellas personas con cierto poder
adquisitivo que buscan ejemplares raros. Las idas
y venidas de la novata por la tienda nos servirán
para conocer a los empleados. Cada sección
parece un feudo; el segundo al mando es un
albino, Geist - que en alemán significa
"fantasma"-. Un inmigrante irlandés llamado
Jack, se dedica a admirar y mostrar fotos de
desnudos en los libros de arte. En la caja
registradora trabaja Pearl, un transexual no
operado. Hay un salón de libros raros, del que se
ocupa el señor Mitchell. Oscar domina el
departamento de no-ficción, y es también el
experto en dictaminar qué material se ha utilizado
en la restauración de los tomos.
La subtrama sobre el manuscrito de Melville,
aparece con la novela ya avanzada. Geist, está
perdiendo visión, aunque hace lo posible para
disimularlo, y le pide a Rosemary que lea una
carta anónima que descubre que alguien está
dispuesto a vender el manuscrito de una novela
perdida de Melville. En teoría, esta carta debería
haber sido enviada al señor Mitchell, del salón de
libros raros, pero Geist se ha apropiado de la
misiva para su beneficio. Le pide a Rosemary
confidencialidad, pero ella, enamorada de Oscar,
le confía el asunto de la carta, convirtiéndose en
una especie de agente doble.
Tras una tarde de consultas exhaustivas en la
biblioteca, Rosemary y Oscar averiguan que ese
manuscrito puede ser la Isla de la Cruz, un libro
destruido en un incendio tras ser rechazada su
publicación. En un principio, Herman Melville
había deseado que su amigo Nathaniel Hawthorne
escribiera la historia, pero finalmente la redactó el
propio Melville. En la novela se utilizan las cartas
(reales) que Melville envió a Hawthorne, llenas
de pasión, un espejo para las emociones que
embargan a Rosemary. Sin embargo, Oscar no le
corresponde, sencillamente la utiliza para sus
propios fines. A partir de ahí, aflorarán las
rivalidades hasta ahora ocultas en la librería, y las
lealtades entre los personajes se pondrán a
prueba.
La estructura puede resultar lenta (es preciso ser
paciente para simpatizar con la protagonista). La
novela no es especialmente sustanciosa ni
trascendente, sin embargo, a todas las personas
que les entusiasme leer, este libro les resultará
gratificante. No por la historia en sí, que evoca un
ligero homenaje a Dickens, sino porque la pasión
por la literatura, la investigación, y todo lo
inherente a la lectura desborda sus líneas. Bien
documentada, no sólo en cuanto a Melville, sino
en todos los datos históricos, literarios o políticos
que puedan aportar profundidad a los personajes,
encontraremos la historia de la madre de un
desaparecido de Argentina, alusiones a Borges, a
Shakespeare, a la mitología griega… temas que la
autora conoce bien.
Sheridan Hay es australiana, ha trabajado en
librerías durante años y actualmente enseña
Literatura Creativa. Publicó El secreto de las
cosas perdidas en 2010.
Capitán América, la saga de la
Bomba loca, de Jack Kirby
Por Javier Mesón
El legendario Capitán América, con más
de setenta años a sus espaldas (Captain
America Comics nº 1, del 20 de diciembre
de 1940), es sin duda uno de los grandes
pilares en los que se cimenta la dilatada
historia de las publicaciones de Marvel
Comics. Con motivo de la recién
estrenada película del “Centinela de la
libertad”, Panini ha recuperado para los
aficionados dos tomos con algunas de sus
mejores historias: “Marvel Gold.
Capitán América 1: la leyenda
viviente”, y “Marvel Gold. Capitán
América: la saga de la Bomba loca”.
Este último tiene su importancia, porque
supuso la vuelta a Marvel de uno de los
grandes padres de los personajes de la
editorial, tras cinco años de ausencia en la
DC Comics, el gran Jack Kirby, creador
junto con Joe Simon del personaje.
“Capitán América: la saga de la Bomba
loca”, narra la gran amenaza que se cierne
sobre Estados Unidos, poco antes de la
celebración del Bicentenario de su
independencia, gracias a una sotisficada
arma que puede destruir a todo un país;
debido a unas ondas imperceptibles que
vuelven loca a la gente, llevándolos a
luchar a unos contra otros. Uno de los
primeros afectados, será uno de los
grandes amigos del Capitán: El Halcón,
percatándose de inmediato, que toda la
ciudad está sumergida en el caos más
absoluto. La aparición de un agente de
Shield reclamándoles ayuda desde el
gobierno ante tal amenaza, pondrá a los
héroes en busca de los responsables de tal
ignominia, unas fuerzas monárquicas, que
se hacen llamar la “Elite”, bajo el mando
del general Taurey y su hija Cheer
Chadwick. Su propósito fundar una nueva
sociedad y de nuevo la esclavitud, como
hace doscientos años. Desde ese momento
la historia entra en un espiral de acción,
peleas, y persecuciones, al más puro estilo
Kirby, que años atrás llevara a cabo en la
editorial. Una aventura en estado puro, que
trataba de revitalizar a una franquicia
como Capitán América.
Joe Simon y Jack Kirby
Tanto en el apartado artístico, como en los
guiones, Kirby nos presenta una obra
entretenida, con grandes splash pages, que
funciona en determinados momentos. No
es su mejor trabajo en el Capitán
América, pero cumple su función, la de
deleitarnos con un dibujo lleno de fuerza,
al servicio de una historia que servía de
conmemoración de los Estados Unidos, a
la vez de un punto de inflexión en la
carrera del artista, en el que asumía el
papel de guionista y editor de la serie.
En “Capitán América: la saga de la
Bomba loca”, seremos testigos de una las
sagas más nombradas del héroe, realizada
por el Rey, apodo por el que se le
denominaba principalmente durante los
años sesenta y setenta. Sin duda una buena
oportunidad para reencontrarse con parte
de la historia de Marvel.
Guión y dibujos: Jack Kirby
Entintado: Frank Giacoia, D. Bruce Berry
Colección: Marvel Gold
Editorial: Panini Comics
Formato: Rústica con solapas, 152
páginas, 17 x 26, color
Edición original: Captain America 193 a
200, Marvel
Traducción: Uriel López
PVP: 15 €
Valoración: *** ½
MANUALIDADES A TODO RIESGO
Por Susana Riesgo
ROSAS CON CÁPSULAS DE CAFÉ
Materiales: cápsulas de café, pegamento rápido (tipo loctite), tijeras, bolígrafo y cartón.
Antes de nada, tenemos que preparar la cápsula para poder trabajar con ella. Con la tijera le
cortamos el aro superior. Luego hacemos un corte perpendicular al borde y recortamos
también la base circular del recipiente. Una vez hecho, extendemos y alisamos con la mano
el cuerpo de la cápsula. Ya tenemos una lámina sobre la que trabajar.
Sobre un cartón dibujamos la plantilla de una flor de seis pétalos. Tenemos que tener en
cuenta que no puede ser más grande que el ancho de la lámina metálica.
Sobreponemos la plantilla sobre la lámina de cápsula y trazamos tres veces su contorno con
la ayuda de un bolígrafo. Recortamos la primera flor y trazamos unos cortes para separar los
pétalos sin llegar hasta el centro. Separamos con dos cortes un pétalo de la primera flor. Con
la segunda flor, hacemos lo mismo, pero esta vez separamos dos pétalos juntos. La tercera la
dejamos entera, pero uno de los cortes que delimitan los pétalos lo llevamos hasta el centro
de la flor.
Cogemos la tercera flor y la "cerramos" sobreponiendo los pétalos que están separados por el
corte más largo. Hacemos lo mismo con las otras dos. Los dos pétalos los doblamos
formando una "V" y el pétalo suelto lo enroscamos con la ayuda de un palillo sobre sí
mismo.
Con ayuda de un lápiz rizamos el borde superior de la flor más grande. Hacemos lo mismo
con toda las partes, pero con la ayuda de un palillo o alambre.
Ahora solo nos queda montar la rosa. En el centro de los dos pétalos fijamos el pétalo suelto
con una gota de pegamento. En el centro de la flor más grande, fijamos la segunda flor y
sobre esta la tercera. Por último en el centro del "cogollo" que hemos creado, le echamos
una gota de pegamento y colocamos los tres pétalos del principio.
Ya tenemos una pequeña flor para decorar pendientes, anillos o cualquier otra cosa que se
nos ocurra.
Una posibilidad entre mil
Por Elphaba
Siempre se ha dicho que una imagen vale
más que mil palabras. Sin embargo, hay
rincones del alma a los que es muy difícil
llegar sólo con imágenes, y es en el cómic
en el que se fusiona lo mejor de cada casa,
haciendo de este medio no sólo una forma
de expresión artística, sino un vehículo
incomparable de difusión.
Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou
quisieron transformar su dolor y compartir
con el mundo una experiencia personal.
Algo que quizás ayudaría a muchas
personas como ellos y, por qué no, a ellos
mismos.
Cristina y Miguel Ángel se conocieron
cuando estudiaban en la Facultad de Bellas
Artes de Valencia. Unidos en primer
momento por su pasión por el dibujo y el
cómic, ya no se separaron más.
Profesionalmente emprendieron una
trayectoria envidiable, primero académica
y posteriormente profesional, en la que han
tocado la ilustración editorial, la animación
y la publicidad para entidades de bastante
renombre.
Sin embargo detrás del artista está la
persona. Cristina y Miguel Ángel son los
padres de Laia, una niña muy especial, y es
que Laia sufrió una parálisis cerebral a los
pocos días de nacer. Nadie está preparado
para algo así, para ver sufrir a un ser
indefenso al que quieres con todo tu
corazón, y para emprender un largo camino
lleno de incertidumbre que nunca pensaste
que te tocaría andar a ti.
A través de sus poco más de ciento veinte
páginas nos convertimos en testigos de
primera fila de cómo estas dos personas
normales y corrientes emprendieron un
camino valiente y lleno de escollos, aun
cuando sólo tenían una posibilidad entre
mil.
A través del dolor y el desconcierto, del
amor e incluso del humor nos acercan con
mucha franqueza, naturalidad y acierto a
una realidad que a menudo no vemos, en la
que un hospital llega a convertirse en tu
segunda casa. Alejados del
sensacionalismo, retratan el sistema
sanitario tal cual es, con las experiencias
tanto positivas como negativas que tanto
ellos como sus familias han vivido en
primera persona, sus miedos, sus luchas y
su determinación para conseguir esa
posibilidad entre mil sin renunciar a vivir
una vida completa tanto personal como
profesional.
„Una posibilidad entre mil‟ no es un
relato triste sino conmovedor, que además
no ha terminado todavía. Hoy Laia tiene
ocho años, y anda, juega, ríe y se comunica
con una vitalidad que nos dejaría agotados
a algunos. Cristina y Miguel Ángel
continúan muy activamente en sus
trayectorias profesionales y, aunque sus
trabajos por encargo en el mundo del
cómic son numerosos, esta ha sido la
primera novela gráfica que han hecho
juntos.
Publicada en 2009 en España por
Ediciones Sins Entido y traducida en 2010
al francés por Editorial Dargaud, en estos
dos años ha obtenido méritos tales como
ser Finalista del Premio Nacional del
Cómic 2010 entre otros.
Su impacto ha sido tal que esta pareja de
autores ha sido invitada a participar en
multitud de conferencias y eventos tanto
sobre cómic como sobre discapacidades, y
en la actualidad se negocia la publicación
de esta obra en más países.
A finales de septiembre de 2011 saldrá una
tercera edición ampliada y con prólogo
nada menos que de Eduard Punset, y
además de eso se prepara una segunda
parte. Y es que Laia tiene energía para
rato.
http://unaposibilidadentremil.com/
http://lagruaestudio.com/
CRIS: DETECTIVE EN PARIS, de Giorgio Giorgetti
BORRA
Después de casi dos años de muchísimo
trabajo por parte de LuisD (Luis
Dominguez), ya está aquí la novela gráfica
"Borra".
Una cuidada edición en tapa dura que
encierra dentro melancolía, humor,
recuerdos y mucho arte.
Además el autor ha hecho un blog sobre la
novela donde va recuperando elementos
que le sirvieron en la narración
y composición de la historia, fotografías de
los lugares que aparecen, música que le
inspira, bocetos y otras referencias.
www.borracomic.blogspot.com
Os invito a que lo visiteis y sobre todo a
que compreis y disfrutéis del libro.
Título: Borra
Editorial: La Cúpula
124 páginas
Más información aquí abajo:
http://www.lacupula.com/web/articulo.do;j
sessionid=F74CB228C218A84FC692B02
A6CA04758?idArt=332
BORRA
Un grupo de niños juega entre escombros.
Una pareja busca un lugar tranquilo.
Un grupo de adolescentes se divierte
alrededor de las vías del tren.
Un adulto y un anciano mantienen una
conversación sobre tiempos pasados.
Los recuerdos de varios personajes se
cruzan en una fábrica abandonada...
Borra nos habla de los recuerdos, de lo que
significa crecer y también de cambiar.
Nos habla de la amistad, el silencio, la
tranquilidad, las dudas y, sobre todo, de lo
rápido que pasa el tiempo.
TINA: DEL REINO UNIDO A HOLANDA
Tina fue, y sigue siendo, una revista
dirigida a niñas y adolescentes que nació
en Holanda en 1967 de cara a unas
lectoras de entre 7 y 13 años. Y si el título
y su cabecera os parece exactamente igual
que la revista de mismo nombre Británica
es porque están, en cierto modo,
relacionadas, aunque no tuvieran nada que
ver entre sí.
John Sanders, representativo de IPC,
explicó el concepto de Tina a Mr.
Stuifbergen, director de publicaciones de
Spaarnestad en Haarlem. Llegados a un
acuerdo, se procedió a llevar la idea al
papel y editar una “versión” holandesa de
la revista.
El primer editor de esta nueva Tina del
país del tulipán (la flor, no la mantequilla),
fue Jack Klaarenbeek, que seleccionó
varias de las historietas de mano británica
que tanto éxito habían conocido en el país
de la Reina, como “Barbie, the Model
Girl” (Candy, Modelo en Apuros), “Jane
Bond, secret agant” (Jane Bond, agente
secreto) y The Trolls.
El éxito de la revista fue inminente y dos
años después de aquel 10 de Junio de
1967, la imprenta ya alcanzaba las
200,000 copias semanales. Se contrató a
más personal para la editorial y los artistas
holandeses comenzaron a publicar sus
historias en sus páginas. Uno de los
primeros artistas de la casa fue Nico van
Dam, trabajando codo a codo con el
guionista Bert Bus y más tarde con Patty
Klein.
Sin embargo no es hasta principios de los
setenta que comienza a tener un gran
número de artistas nacionales. Su objetivo
ahora son las chicas de 10 a 15 años y
éstas prefieren dibujos de corte realista
frente a los de tipo caricatura. Quieren un
contenido más maduro y una imagen que
lo acompañe. La mayoría de historieras de
autores holandeses estaban realizadas por
antiguos empleados del estudio Toonder,
como Gideon Brugman, George Mazure,
Piet Wijn, Dick Vlottes, Jan Steeman, y
más tarde Carry Brugman, Aloys
Oosterwijk, etc.
En cuanto a los guiones, suelen correr de
la mano de Patty Klein, Andries Brandt y
Lo Hartog van Banda, pero también por
artistas británicos. De hecho, siempre
fueron muy populares la historias de niñas
en internados o escuelas británicas con
estilosos uniformes, que las lectoras de la
época devoraban con ansia, a la vez que
historias de tipo más actual y moderno
como Internet, el uso de móviles, el medio
ambiente, etc.
Series de éxito (que en España se
publicarían años después en la revista
Jana), serían Patty, de Lo Hartog van
Banda con dibujo de Gideon Brugman, que
comenzó a publicarse a partir de 1971,
Ineke van Rijswijk, de Dick Vlottes (desde
1973) y Leonie, The Zodiac Girls (1977).
Piet Wijn produjo Jennifer Scott (1973-
1975), Heidi (1976) y Gloria Goes. Otras
series de los setenta fueron Mignon, de
Georges Mazure (también publicada en los
ochenta en Jana), Fleurtje, de Joannika y
Borgë Ring con texto de Patty Klein,
Winny de Wilde, de Jack Vermeij y
Andreas Brandt, Conny Wildschut, de
Dino Attanasio y Patty Klein y Vera van
de Risico, de Nico van Dam y Patty Klein.
Los artistas españoles tampoco faltaron, de
hecho muchos aún continúan a día de hoy.
Cuando Tina cumplió sus diez años de
vida, en 1977, reunió en su redacción a
todo el elenco español, y hay documento
gráfico para demostrarlo:
Vivas, Freixas, Redondo, Balcells, Purita
Campos, Comos, Trini Tinturé, Edmond, y
Angeles Felices posaron felices para
inmortalizar el momento.
La historieta que da título a la revista
(Tina, o Tina y Debbie como también es
conocida, Jana en España), tuvo guión de
Andreas Brandt, Marjolein Winkle y Patty
Klein por ese orden y fueron dibujadas por
Purita Campos, aunque desde el 2008 Tina
tiene una nueva mano que le da vida, la de
otro artista español que ha sabido adaptarse
al personaje y a la vez, concederle estilo
propio: Edmond. Junto a Tina, comparten
páginas los Doebidoes (de Angeles
Felices), Pension Woefmiauw (Casanovas)
y Madelon. Todas ellas fueron publicadas
en Jana.
Otro personaje que solía cerrar Jana fue
Nora, que provenía también de la Revista
Tina, aunque allí se llamó Noortje, del
artista Jan Steeman sobre guiones de Patty
Klein. Noortje es, ahora mismo, la
historieta más antigua que se ha publicado
en Holanda, desde 1978 hasta la actualidad
ininterrumpidamente y por los mismos
autores, que además tiene sus propios
álbumes.
Durante todos estos años, Tina ha tenido
muchas caras. Y me refiero a los rostros de
la portadas, que en su mayoría, como
sucediera en Princess Tina en Gran
Bretaña, fueron dibujadas por Purita
Campos. Sin embargo, en 1983 se dio un
cambio radical a la presentación de la
revista y, como otras muchas publicaciones
de la época, las portadas se componían de
fotos de modelos o chicas jóvenes, lectoras
o no de Tina. En 1985 también cambia el
número de páginas, aumentando de 32 a
40.
En los setenta, Spaarnestad se había
fusionado con Oberon y dado el éxito de
Tina, deciden lanzar otras revistas para
chicas, como Club en 1973 y Anita en
1977.
En 2007 celebraron el 40 aniversario de
Tina con una canción especial de
cumpleaños. Sin embargo, las
celebraciones no podían enmascarar el
hecho de la disminución en las ventas de la
revista y finalmente la editorial se vio
forzada a reemplazar a la mayoría de
antiguas series. A mediados de 2008 se
decide atajar los problemas con un cambio
radical y enfocar la nueva Tina a niñas más
jóvenes.
Sin embargo, la influencia de esta
publicación en todo su furor aún se deja
notar, ya que cada año se celebra el Dia de
Tina, en el que los fans de la revista
pueden acudir al evento y conseguir
dibujos y firmas de sus autores favoritos,
con desfiles de moda y actuaciones de
estrellas del pop más actual. Para todo lo
demás, tienen página web:
www.tina.nl
DESDE EL TABURETE DEL WIMPY
Por Doreen Snyder
Queridísimos míos, ¿me habéis echado de menos?
Yo a vosotros, no. Y mucho menos a esa pavisosa
de Esther, siempre fastidiándome en todo lo que
puede…
Sí que he echado muchísimo de menos a mi
adorado Juanito, porque el pobre ha tenido que
estar entrenando para sus múltiples partidos de
futbol y entre enfrentamientos amistosos, torneos,
trofeos y no sé qué liguillas y títulos varios, la
verdad es que el pobre, poco tiempo ha tenido
para mí. Tan enfrascado ha estado en sus
entrenamientos que ni siquiera me cogía el
teléfono, ¿os lo podéis creer? ¡Pobrecillo mío!
Está hecho un tarzán, pero cuánto sacrificio ha
tenido que hacer… Así está el pobre, que luego
llega la noche y no tiene ni tiempo para ir a tomar
un cocktail ni nada y se me cae por los rincones y
lo único que quiere es cama… pero no conmigo…
En cuanto a mí, me he pasado el verano en los
lugares de rigor… St. Tropez, Montecarlo,
Bahamas, Villajabugos del… no, espera. Ahí no
he estado, ejem.
Probablemente queráis ver el posado de
costumbre, pero este año me pareció hasta
obsceno eclipsar a Anita Obregon. Pobrecilla, le
quedan ya pocos años en los que hacer el posado,
y no me refiero a años de vida, sino a pellejos
reciclables… que en un par de años más acabará
una de dos: o pareciéndose a la madre de
Sylvester Stallone o a Carmen de Mairena, no
estoy segura… pero tanto estiramiento y tanta
prótesis se va a cobrar su canon por algún lao y a
Anita no le va a quedar otro remedio que quedarse
en casa y rezar para que un paparazzi no le coja
algún pellizco de mas en la cintura o toda la
celulitis del culete.
Sí que estoy pensando el próximo año, quizá, o
ahora ya de cara a las navidades, en hacer un
Pataky. ¡¿Cómo?! ¡No me digáis que no sabéis lo
que es hacer un pataky…! Pues ponerse de
espalditas a la foto, sacar culito de oro y poner
morritos por encima del hobro. ¡Si estoy hecha
una experta yo en el arte del posao!
Estuve de invitada en la boda de Albertico. Allí en
Mónaco, ya sabeis. Se susurraba por los pasillos
de palacio que a la princesa la tenían encerrada en
la torre, pero el dia de la boda allí estaba ella,
tristísima pero lustrosa de los pies a la cabeza. ¡Lo
que hace un buen talonario! Ya lo quisiera yo para
mí. Y el Albertito tiene su puntillo, no crean. Su
puntillo y todos los ceros que vienen detrás,
naturalmente.
En fin, que ha sido un verano fan-tas-ti-co.
Genial! Relajadito, pero con muchas fiestas de
lujo. Es lo que tiene una, que es pura elegancia y
saber estar. Me he tenido que quitar los moscones
a tortazos, porque una tiene una edad pero está de
requesón. ¡Hasta una propuesta matrimonial he
tenido! ¿Qué os voy a contar que ya no sepáis? Si
es que soy irresitible… ya veréis cuando se entere
Esther… vamos, va a ir lijando el suelo con los
incisivos… Me parece que la pobrecita ha tenido
que contentarse con irse a un camping porque no
tenía para más, con eso os lo digo todo. Con su
toallita del Pound Shop y una tienda de campaña
vieja. Me da tanta pena que a lo mejor la invito el
año que viene al yate de papá para vea cómo se
vive de verdad y lo que hacen las clases pudientes.
Seguro que es la noticia del año para ella…
Aprovecho para reivindicar unos anillos, unos
colgantes y unos pendientes con mi bello careto,
que parece que Esther sea la única que tiene
derecho a salir en el merchandising no oficial,
puñetas. ¡Con lo fotogénica que soy yo! Seguro
que cuando haga mi pataky se me rifan. ¡Entonces
os vais a enterar de lo que vale un peine! ¡Quiero
mi colgante! ¡Y lo quiero ahora!
Enhorabuena de nuevo a las Riesgo, ya llegan la
nuevas generaciones arrasando, ya hasta se
atreven a jugar a ser mama hace 30 años y
ponernos calentadores y maillots al más puro
estilo ochentero. Habrá que congratularlas, claro,
no se tiene la oportunidad de vivir la magia de los
ochenta dos veces… ¡ay, que tiempos! Recuerdo
que hice una dieta milagro, que se ría Dukan,
seguro que me la copió, y perdí muuuchos kilos…
lugo los cogí, luego los perdí, luego los volvía
coger y me tomaron tanto cariño que no querían
irse, pero ahora estoy buenísima... buenísima de la
muerte, ya querríais muchas pareceros a mí… En
fin, lo que decía, que recuerdo yo mis tiempos de
dieta, mi cambio de look con las fabulosas
lentillas que me compró papá, mi nuevo
peinado… ¡qué tiempos! Lo que pasa es que ese
peinado era muy difícil de mantener y me decidí
por mi peinado a lo Virtudes que me queda de
dulce, lo mismo que las gafas. ¡A dónde vamos a
parar!
Bueno chicos, sed buenos y espero veros a todos
aquí en el próximo número. Ta-dá!