Nuestro país se reconoce como una nación pluricultural, sustentada originalmente en sus pueblos indígenas, ya que en el territorio na-cional se asientan más de 60 grupos étnicos.

Esta diversidad se re�eja en las diferentes lenguas que se hablan, en las tradiciones, en las formas de organización, en la solución de con�ictos y en los diversos saberes y conoci-mientos tradicionales; sin embargo, la rique-za cultural de nuestro país no ha sido debida-mente reconocida y mucho menos valorada.

Desde la conquista los pueblos indígenas han sido marginados y discriminados, por lo que en los últimos años se ha fomentado una nueva forma de relacionarse con los pueblos indígenas, que fomente y promueva un diálo-go en el que se reconozca a las otras culturas como iguales, es decir, la interculturalidad.

La interculturalidad implica el reconocimiento y la aceptación de las otras culturas, y se fun-damenta en el respeto de las diferencias. La perspectiva intercultural es esencial para pro-mover el respeto a los derechos humanos de los pueblos indígenas.

La lucha por el respeto de sus derechos hu-manos continúa siendo una tarea inacabada.

La discriminación sigue siendo uno de los proble-mas más graves en nuestro país; hay quienes aún creen y fomentan la idea de que existen personas que valen más que otras.

La discriminación se da cuando a partir de una característica elegida de una manera arbitraria e in-justi�cada se realizan actos de distinción, exclusión y restricción que tienen por objeto impedir o anular el re-conocimiento o ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades.2

La discriminación se compone de prejuicios y es-tereotipos que muchas veces aprendemos en la fa-milia y en los medios de comunicación.

Los prejuicios son creencias que se generan sin sustento real y que provocan rechazo o exclusión.

Los estereotipos son ideas o creencias impuestas por la sociedad que tomamos como verdaderas.

Cuando los prejuicios y los estereotipos se combi-nan dan lugar a actos de rechazo, exclusión y margi-nación, es decir, a conductas discriminatorias.

Niños, niñas, jóvenes y adolescentes indígenas son discriminados en las escuelas, no sólo en sus comunidades, sino cuando éstos migran a las ciu-dades para continuar con sus estudios.

La discriminación se relaciona directamente con la violencia escolar, ya que el acoso escolar inicia con un acto discriminatorio.

La violencia escolar consiste en el maltrato verbal o físico que de manera continua e intencional reciben niños, niñas, jóvenes o adolescentes, por parte de sus compañeros de clase o de escuela, con objeto de provocar daño, someter, intimidar u obtener algo mediante chantajes, y que atenta contra su dignidad y, por lo tanto, contra sus derechos humanos.

El rechazo y la exclusión en los juegos y equipos de trabajo también es violencia.

La violencia es cíclica y siempre va en aumento, la violencia escolar inicia con burlas, chismes y juegos pesados, o con acciones como esconder, maltratar o robar objetos personales, y va en aumento a situa-ciones más violentas, como golpes y empujones que pueden provocar lesiones e incluso la privación de la vida.

La violencia escolar no se da únicamente en el salón de clases. Si al terminar el horario esco-lar se presenta un acto violento en las inmedia-ciones de tu escuela por parte de compañeros o compañeras, también es violencia escolar.

1Artículo 1o. de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Existen muchas prácticas discriminatorias que natura-lizamos, por lo que cuando las vivimos creemos que son normales, que son juegos y que debemos acep-tarlas, como los apodos o los juegos pesados. Sin em-bargo, estas prácticas a corto o largo plazos ocasionan daños en nuestra persona, que pueden ser psicológi-cos, como baja autoestima, o físicos, como moretones.

Si los actos que realizan los compañeros de clase o escuela me provocan tristeza, enojo, daño físico, bajar mis cali�caciones o no querer ir a la escuela, son signos de que estoy viviendo violencia escolar.

Debemos aprender a poner límites, aún con nues-tros amigos.

Consecuencias de la violencia escolar en la víctima

• Baja autoestima• Ansiedad• Bajas cali�caciones• Pérdida de apetito• No tener deseos de ir a la escuela• Miedo • Lesiones, incluso aquellas que pueden llevar a la

pérdida de la vida

¿Qué puedo hacer si soy víctimade violencia escolar?

• Recurrir a mis profesores• Contárselo a mis padres• Pedir orientación en la CNDH

Trabajar para la eliminación de la discriminación y la violencia escolar es tarea de todas las perso-nas. Cuando se da una situación de este tipo es responsabilidad de los agresores y sus padres, los testigos que presenciaron el hecho y permanecie-ron en silencio, los profesores y personal adminis-trativo de la escuela.

La Comisión Nacional de los Derechos Huma-nos está comprometida con el fortalecimiento de la observancia del pleno respeto a los derechos humanos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes indígenas y realiza actividades tendentes a pro-mover y difundir sus derechos humanos.

COMISIÓN NACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

Cuarta Visitaduría General

Periférico Sur núm. 3469, colonia San Jerónimo Lídice, Delegación Magdalena Contreras, C. P. 10200, México, D. F.

Teléfono: (01 55) 56 81 81 25Lada sin costo: 01 800 715 2000

www.cndh.org.mx

Elaborado por Rita Magdalena Flores Herrera

D. R. © COMISIÓN NACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Periférico Sur 3469, esquina Luis Cabrera, Col. San Jerónimo Lídice, C. P. 10200, México, D. F.

Edición: octubre, 2014, Diseño: Flavio López Alcocer Impreso en México

Discriminación y violencia escolar

Discriminación

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternal-

mente los unos con los otros”.1

Interculturalidad y derechos humanos

2 Con base en la cartilla La discriminación y el derecho a la no discriminación. México, CNDH.

Discriminación, Interculturalidad y DH.pdf 1 10/22/14 12:24 PM

COMISIÓN NACIONAL DE LOSDERECHOS HUMANOS

MÉXICOXV AÑOS DE AUTONOMÍA CONSTITUCIONAL

COMISIÓN NACIONAL DE LOSDERECHOS HUMANOS

MÉXICOXV AÑOS DE AUTONOMÍA CONSTITUCIONAL

Nuestro país se reconoce como una nación pluricultural, sustentada originalmente en sus pueblos indígenas, ya que en el territorio na-cional se asientan más de 60 grupos étnicos.

Esta diversidad se re�eja en las diferentes lenguas que se hablan, en las tradiciones, en las formas de organización, en la solución de con�ictos y en los diversos saberes y conoci-mientos tradicionales; sin embargo, la rique-za cultural de nuestro país no ha sido debida-mente reconocida y mucho menos valorada.

Desde la conquista los pueblos indígenas han sido marginados y discriminados, por lo que en los últimos años se ha fomentado una nueva forma de relacionarse con los pueblos indígenas, que fomente y promueva un diálo-go en el que se reconozca a las otras culturas como iguales, es decir, la interculturalidad.

La interculturalidad implica el reconocimiento y la aceptación de las otras culturas, y se fun-damenta en el respeto de las diferencias. La perspectiva intercultural es esencial para pro-mover el respeto a los derechos humanos de los pueblos indígenas.

La lucha por el respeto de sus derechos hu-manos continúa siendo una tarea inacabada.

La discriminación sigue siendo uno de los proble-mas más graves en nuestro país; hay quienes aún creen y fomentan la idea de que existen personas que valen más que otras.

La discriminación se da cuando a partir de una característica elegida de una manera arbitraria e in-justi�cada se realizan actos de distinción, exclusión y restricción que tienen por objeto impedir o anular el re-conocimiento o ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades.2

La discriminación se compone de prejuicios y es-tereotipos que muchas veces aprendemos en la fa-milia y en los medios de comunicación.

Los prejuicios son creencias que se generan sin sustento real y que provocan rechazo o exclusión.

Los estereotipos son ideas o creencias impuestas por la sociedad que tomamos como verdaderas.

Cuando los prejuicios y los estereotipos se combi-nan dan lugar a actos de rechazo, exclusión y margi-nación, es decir, a conductas discriminatorias.

Niños, niñas, jóvenes y adolescentes indígenas son discriminados en las escuelas, no sólo en sus comunidades, sino cuando éstos migran a las ciu-dades para continuar con sus estudios.

La discriminación se relaciona directamente con la violencia escolar, ya que el acoso escolar inicia con un acto discriminatorio.

La violencia escolar consiste en el maltrato verbal o físico que de manera continua e intencional reciben niños, niñas, jóvenes o adolescentes, por parte de sus compañeros de clase o de escuela, con objeto de provocar daño, someter, intimidar u obtener algo mediante chantajes, y que atenta contra su dignidad y, por lo tanto, contra sus derechos humanos.

El rechazo y la exclusión en los juegos y equipos de trabajo también es violencia.

La violencia es cíclica y siempre va en aumento, la violencia escolar inicia con burlas, chismes y juegos pesados, o con acciones como esconder, maltratar o robar objetos personales, y va en aumento a situa-ciones más violentas, como golpes y empujones que pueden provocar lesiones e incluso la privación de la vida.

La violencia escolar no se da únicamente en el salón de clases. Si al terminar el horario esco-lar se presenta un acto violento en las inmedia-ciones de tu escuela por parte de compañeros o compañeras, también es violencia escolar.

¿Cómo saber si estoy viviendo violencia escolar?

Existen muchas prácticas discriminatorias que natura-lizamos, por lo que cuando las vivimos creemos que son normales, que son juegos y que debemos acep-tarlas, como los apodos o los juegos pesados. Sin em-bargo, estas prácticas a corto o largo plazos ocasionan daños en nuestra persona, que pueden ser psicológi-cos, como baja autoestima, o físicos, como moretones.

Si los actos que realizan los compañeros de clase o escuela me provocan tristeza, enojo, daño físico, bajar mis cali�caciones o no querer ir a la escuela, son signos de que estoy viviendo violencia escolar.

Debemos aprender a poner límites, aún con nues-tros amigos.

Consecuencias de la violencia escolar en la víctima

• Baja autoestima• Ansiedad• Bajas cali�caciones• Pérdida de apetito• No tener deseos de ir a la escuela• Miedo • Lesiones, incluso aquellas que pueden llevar a la

pérdida de la vida

¿Qué puedo hacer si soy víctimade violencia escolar?

• Recurrir a mis profesores• Contárselo a mis padres• Pedir orientación en la CNDH

Trabajar para la eliminación de la discriminación y la violencia escolar es tarea de todas las perso-nas. Cuando se da una situación de este tipo es responsabilidad de los agresores y sus padres, los testigos que presenciaron el hecho y permanecie-ron en silencio, los profesores y personal adminis-trativo de la escuela.

La Comisión Nacional de los Derechos Huma-nos está comprometida con el fortalecimiento de la observancia del pleno respeto a los derechos humanos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes indígenas y realiza actividades tendentes a pro-mover y difundir sus derechos humanos.

COMISIÓN NACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

Cuarta Visitaduría General

Periférico Sur núm. 3469, colonia San Jerónimo Lídice, Delegación Magdalena Contreras, C. P. 10200, México, D. F.

Teléfono: (01 55) 56 81 81 25Lada sin costo: 01 800 715 2000

www.cndh.org.mx

Elaborado por Rita Magdalena Flores Herrera

D. R. © COMISIÓN NACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Periférico Sur 3469, esquina Luis Cabrera, Col. San Jerónimo Lídice, C. P. 10200, México, D. F.

Edición: octubre, 2014, Diseño: Flavio López Alcocer Impreso en México

Discriminación, interculturalidad

y derechos humanos

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternal-

mente los unos con los otros”.1

Discriminación, Interculturalidad y DH.pdf 2 10/22/14 12:24 PM