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Maracay, Sábado 30 de abril de 2011 Crónicas del Olvido El viaje eterno de Gonzalo Rojas -O S C U R O- -ALBERTO HERNÁNDEZ- 1.- C aminamos por una calle y nos tropezamos con narices que respiran y flotan en el aire, como en aquel texto de Gonzalo Rojas, "Epís- tola explosiva para que la oiga Lefebvre (1917-1971)", y en- tonces, cansado de mirar cielos y amar la vida y la muerte, sen- timos que el tiempo ha pasado tan rápido desde aquel 1977 cuando supimos de este poeta chileno que trabajó en Vene- zuela como docente en la UCV. Al escribir en ese mayestá- tico hincado por el calor so- cial que nos envuelve, inten- to salirme del ruedo para pa- sar inadvertido. Pero no pue- do con el plural y me hago in- dividuo, pese al desgaste de quienes aún creen saberse parte del vientre colectivo. Me interesa el tono de ese poema, me subleva pensar que soy yo quien camina por Valparaíso, feliz en Cerro Ale- gre. Me complace saberme objeto de las miradas que pa- san a mi lado mientras con- verso con Gonzalo Rojas en el poema: "...el aire mismo es un exceso/ de nada, tú me en- tiendes, todo está lleno de nada,/ lleno/ como ese hueco del que nos reíamos/ leyendo a Kafka con el loco Borchers, ¿lo has vuelto a ver/ Juan Borchers?, hueco/ y rehueco todo, no hay piel para escon- derse, no hay,/ por mucho lujo que chille, por mucho ce- mento/ que ondee en la cres- ta del cielo...". Sí, toco leve- mente su saco de relleno y siento que me mira sobre la marea que alivia un poco la caminata por esa ciudad de pescadores y artistas. 2.- Aquel año 77, joven aún, esta ciudad era un remedo de nuestras nostalgias. Una hora cualquiera cayó en mis manos Oscuro, una bella edición, como la mayoría de las hechas por Monte Ávila, donde vacié la angustia de no conocerlo hasta ese instante. Me acercó a Juan Sánchez Peláez y agre- gué a mi felicidad que ambos habían sido parte de las costi- llas del grupo la Mandrágora. Por ahí enfilé mi lectura, por la de saberme conquistado por esa sombra donde el su- rrealismo pergeñaba la pre- sencia de un poeta chileno, retratado en el cuadro de Vi- cente Huidobro, publicado en la colección Altazor, para más felicidad. Me inclino por los últimos poemas de la antología don- de brillan Entre el sentido y el sonido, Qué se ama cuan- do se ama, Los días van tan rápidos y varios inéditos que forman parte del gusto de este instante. Por ejem- plo, "Pericoloso", dedicado a Manuel Bermúdez en Roma en 1974: "Qué rápida la calle vista de golpe, los espejos de los autos/ multiplicados por el sol, qué sucio/ el aire: / y esto era el Mundo?". La pre- gunta queda colgada del ro- pero, en medio del hollín de aquella ciudad endemonia- da, mientras la poesía conti- nuaba su azar, su peligrosa intrusión en la cotidianidad del mundo. Tanto tiempo el libro aban- donado. Se deshoja con facili- dad, se le caen las alas, pero sigue diciendo en cada texto lo que el poeta de 85 años nos quiso alertar o sacudir, ahora cuando estrena Premio Cer- vantes y sigue vivo bajo el te- cho de un pasillo donde hay un patio central y varios pája- ros dementes en una fuente apagada. 3.- Exiliado en nuestro país, Gonzalo Rojas es hombre de constantes, como afirmara Reinaldo Villegas Estudillo: "Entre estas constantes des- tacaremos las que a nuestro juicio cobran mayor relevan- cia en el ejercicio creativo del autor... Es, en primera instan- cia, la preocupación dramá- tica por ese correr vertigino- so, por ese transcurrir to- rrencial del tiempo... Asimis- mo, la angustia existencial universal, la inquietud que surge de la brevedad, de lo efímero de la vida, por lo fu- gaz que resulta el paso del hombre terreno...". Con razón lo sigo, a paso lento. Valparaíso nos aus- culta, pregunta por el olor del mar en nuestra gargan- ta. Un solo espasmo es sufi- ciente para leer este poema y seguir vivo: "Del aire soy, del aire, todo mortal,/ del gran vuelo terrible y estoy aquí de paso a las estrellas,/ pero vuelvo a decirte que los hombres estamos ya tan cerca/ los unos de los otros/ que sería un error, si el es- tallido mismo es un error,/ que sería un error el que nos amáramos". A esta altura, a 25 años de la primera lectura de este poeta hoy anciano, sabio y hondo, vuelvo en primera persona a lidiar con sus pa- sos y a tratar de alcanzar su tono mientras lee en voz alta el término del mundo, tan in- finito como la mirada verti- ginosa y lenta en el lomo de un poema a punto de explo- tar el universo. Hoy, cuando el poeta de Oscuro se despide, casi cente- nario, se nos recoge el mundo en los ojos, en la carne que nos queda para afirmar que se tra- ta de una voz universal, muy nuestra. Sí, oscuro y alejado a esta hora menguada, saludamos la eternidad de Gonzalo Rojas.

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Edición 30-04-2011

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Maracay, Sábado 30de abril de 2011

Crónicas del Olvido

El viaje eterno de Gonzalo Rojas-O S C U R O-

-ALBERTO HERNÁNDEZ-

1.-

Caminamos por una calley nos tropezamos con narices que respiran y

flotan en el aire, como en aqueltexto de Gonzalo Rojas, "Epís-tola explosiva para que la oigaLefebvre (1917-1971)", y en-tonces, cansado de mirar cielosy amar la vida y la muerte, sen-timos que el tiempo ha pasadotan rápido desde aquel 1977cuando supimos de este poetachileno que trabajó en Vene-zuela como docente en la UCV.

Al escribir en ese mayestá-tico hincado por el calor so-cial que nos envuelve, inten-to salirme del ruedo para pa-sar inadvertido. Pero no pue-do con el plural y me hago in-dividuo, pese al desgaste dequienes aún creen saberseparte del vientre colectivo.

Me interesa el tono de esepoema, me subleva pensarque soy yo quien camina porValparaíso, feliz en Cerro Ale-gre. Me complace sabermeobjeto de las miradas que pa-san a mi lado mientras con-verso con Gonzalo Rojas en elpoema: "...el aire mismo es unexceso/ de nada, tú me en-tiendes, todo está lleno denada,/ lleno/ como ese huecodel que nos reíamos/ leyendoa Kafka con el loco Borchers,¿lo has vuelto a ver/ JuanBorchers?, hueco/ y rehuecotodo, no hay piel para escon-derse, no hay,/ por mucholujo que chille, por mucho ce-mento/ que ondee en la cres-ta del cielo...". Sí, toco leve-mente su saco de relleno ysiento que me mira sobre lamarea que alivia un poco lacaminata por esa ciudad depescadores y artistas.

2.-Aquel año 77, joven aún,

esta ciudad era un remedo denuestras nostalgias. Una horacualquiera cayó en mis manosOscuro, una bella edición,como la mayoría de las hechaspor Monte Ávila, donde vaciéla angustia de no conocerlohasta ese instante. Me acercóa Juan Sánchez Peláez y agre-gué a mi felicidad que amboshabían sido parte de las costi-llas del grupo la Mandrágora.Por ahí enfilé mi lectura, porla de saberme conquistadopor esa sombra donde el su-rrealismo pergeñaba la pre-sencia de un poeta chileno,retratado en el cuadro de Vi-cente Huidobro, publicado enla colección Altazor, para másfelicidad.

Me inclino por los últimospoemas de la antología don-de brillan Entre el sentido yel sonido, Qué se ama cuan-do se ama, Los días van tanrápidos y varios inéditosque forman parte del gustode este instante. Por ejem-

plo, "Pericoloso", dedicado aManuel Bermúdez en Romaen 1974: "Qué rápida la callevista de golpe, los espejos delos autos/ multiplicados porel sol, qué sucio/ el aire: / yesto era el Mundo?". La pre-gunta queda colgada del ro-pero, en medio del hollín deaquella ciudad endemonia-da, mientras la poesía conti-nuaba su azar, su peligrosaintrusión en la cotidianidaddel mundo.

Tanto tiempo el libro aban-donado. Se deshoja con facili-dad, se le caen las alas, perosigue diciendo en cada textolo que el poeta de 85 años nosquiso alertar o sacudir, ahoracuando estrena Premio Cer-vantes y sigue vivo bajo el te-cho de un pasillo donde hayun patio central y varios pája-ros dementes en una fuenteapagada.

3.-Exiliado en nuestro país,

Gonzalo Rojas es hombre deconstantes, como afirmaraReinaldo Villegas Estudillo:"Entre estas constantes des-tacaremos las que a nuestrojuicio cobran mayor relevan-cia en el ejercicio creativo delautor... Es, en primera instan-cia, la preocupación dramá-tica por ese correr vertigino-so, por ese transcurrir to-rrencial del tiempo... Asimis-mo, la angustia existencialuniversal, la inquietud quesurge de la brevedad, de loefímero de la vida, por lo fu-gaz que resulta el paso delhombre terreno...".

Con razón lo sigo, a pasolento. Valparaíso nos aus-culta, pregunta por el olordel mar en nuestra gargan-ta. Un solo espasmo es sufi-ciente para leer este poemay seguir vivo: "Del aire soy,del aire, todo mortal,/ delgran vuelo terrible y estoyaquí de paso a las estrellas,/pero vuelvo a decirte que loshombres estamos ya tancerca/ los unos de los otros/que sería un error, si el es-tallido mismo es un error,/que sería un error el que nosamáramos".

A esta altura, a 25 años dela primera lectura de estepoeta hoy anciano, sabio yhondo, vuelvo en primerapersona a lidiar con sus pa-sos y a tratar de alcanzar sutono mientras lee en voz altael término del mundo, tan in-finito como la mirada verti-ginosa y lenta en el lomo deun poema a punto de explo-tar el universo.

Hoy, cuando el poeta deOscuro se despide, casi cente-nario, se nos recoge el mundoen los ojos, en la carne que nosqueda para afirmar que se tra-ta de una voz universal, muynuestra.

Sí, oscuro y alejado a estahora menguada, saludamos laeternidad de Gonzalo Rojas.

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Contenido Maracay, Sábado 30 de abril de 201110

Arturo Croce,olvidado, abandonado

-EDUARDO CASANOVA -

El caso extremo de injus-ticia con un buen escri- tor venezolano es el de

Arturo Croce, que más que ol-vidado parece haber sidoabandonado del todo por suscompatriotas. Fue (es) un muybuen novelista, cuentista y en-sayista, y sin embargo pare-cería que nadie lo recuerda.Conseguir información sobresu vida es muy difícil. Hay queapelar a fuentes nada litera-rias, como un extraño librollamado Valores Humanos dela Gran Colombia, editado en1952, en el que los autores sonlos mismos biografiados que,por lo general pagaron parafigurar en sus páginas. O a otraobra tan extraña como, edita-da cuarenta años después enCaracas por Jorge MaldonadoParilli, ex-policía que fue nadamenos que jefe de la Seguri-dad Nacional en tiempos de ladictadura de Carlos DelgadoChalbaud, con el título deGente de Venezuela, en dostomos. Allí, en el segundotomo, en el espacio dedicadoa la gente del Táchira, se pue-de leer un texto muy pareci-do al de Valores Humanos dela Gran Colombia, que hay quepresumir lo redactado por elpropio Croce. Si apelamos afuentes y medios más de estemomento, es decir, al famosoGoogle, podemos caer en elmás absoluto de los descon-ciertos: aparecen entradascontradictorias, una de 2010,en el Periódico La Voz, sec-ción efemérides, diciendo queCroce cumplió 103 años, yotra, firmada por Freddy Cas-tillo Castellanos, que dice en-tre otras cosas lo siguiente: Elazar concurrente no se quedóahí y volvió rápidamente porsus fueros. Ayer, en la libreríade Rafael Ramón Castellanoscompré la novela en la edi-ción de Biblioteca de AutoresTachirenses. Le pregunté aCastellanos por Croce. Lo creevivo y a punto de cumplir 100años. "Por lo menos para mar-zo de este año no había muer-to", me dijo. Revisamos la notabiográfica del ejemplar de Ta-lud Derrumbado que me aca-baba de vender. Allí se infor-ma que Croce nació en abril

de 1907. De estar vivo, ya ha-bría cumplido 100 años. Ni desu probable muerte ni de larareza de su centenario hemosleído nada Castellanos y yo.Reviso en el Delal y lo prime-ro que me asombra es que hayuna entrada para Croce. Real-mente no pensaba conseguir-la. El diccionario fue publica-do en 1995 cuando Arturo Cro-ce tenía 88 años. Indago en in-ternet y encuentro el dato deque nuestro autor falleció enel 2002. Tenía para ese mo-mento 95 años. (Delal es el Dic-cionario Enciclopédico de lasletras de América Latina, dela Biblioteca Ayacucho). Cuan-do quise averiguar sobre Cro-ce, a quien conocí personal-mente cuando fui presidentedel Círculo de Escritores deVenezuela, en 1999, enviémensajes a varios escritoresconocidos. Sólo me respondióJosé Tomás Angola, cumplidoy competente como siempre,y entre otras cosas me dijo:Luis Beltrán asegura de quemurió hace como 10 años.Croce le hizo el prólogo a unpoemario suyo, "Del agua y dela lluvia", y piensa que fue loúltimo que hizo antes de mo-

rir. (Luis Beltrán es el poeta LuisBeltrán Mago, que fue mi ante-cesor y mi sucesor en la presi-dencia del Círculo). La pregun-ta obligada es: ¿Cómo es posi-ble que se haya olvidado, aban-donado, a un escritor de la ta-lla de Croce, al extremo de queno se sepa si está vivo o no?¿Qué clase de pueblo olvida yabandona así a sus buenos es-critores? Los escritores son laconciencia de los pueblos, dedonde hay que inferir que Ve-nezuela no quiere tener con-ciencia.

El 29 de abril de 1907 na-ció en La Grita, en el estadoTáchira, Arturo Croce Orozco,hijo del general FranciscoCroce y nieto del italiano Án-gel Francisco Croce, que llegóal bucólico pueblo andino,testigo privilegiado del pasode Bolívar durante la Campa-ña Admirable, a mediados delsiglo XIX. El italiano recién lle-gado se casó con DomitilaMoreno, madre del "GeneralCivilista" Francisco Croce, quenació el 12 de octubre de 1860y se casó dos veces. Arturo fuehijo del segundo matrimonio,y luego de completar su edu-cación primaria en el Colegio

Maya, viajó a Caracas a estu-diar bachillerato en el ColegioSucre. Los sucesos del carna-val de 1928, en los que parti-cipó con entusiasmo, le signi-ficaron la suspensión de labeca que le permitía estudiar,por lo que se vio forzado a re-gresar a las montañas Andi-nas, luego de intentar ganarsela vida en actividades comer-ciales y literarias. En Méridafue fundador de un grupo lite-rario llamado Guanahaní y seempleó como profesor de cas-tellano en colegios privados.Pasó a Maracaibo, en dondetambién se relacionó con losgrupos literarios de la época,y volvió a Caracas por un bre-ve lapso. En San Cristóbal fun-dó la Gaceta de Occidente, y acomienzos de 1936, luego dela muerte del general Gómez,volvió a Caracas, en donde seincorporó a la organizaciónpolítica ORVE y fundó un pe-riódico llamado Acción Socia-lista, en una de cuyas páginaspublicó un texto que lo llevópor un par de meses a la cár-cel. No obstante, el gobiernodel general Eleazar López Con-treras terminó ayudándolo ensus estudios, que lo llevaron alos Estados Unidos a comple-tar la carrera de EconomíaAgrícola entre 1937 y 1940.A su regreso a Venezuela fueJefe de Divulgación y Publica-ciones del Ministerio deAgricultura y Cría y poco des-pués Jefe de la Sección de Cré-dito y Adjunto a la Sección deInvestigaciones Económicas.De allí pasó a trabajar directa-mente en la Presidencia de laRepública en el departamen-to de Información y Publica-ciones. También, luego de lacaída del gobierno de RómuloGallegos, fue Jefe del Departa-mento de Relaciones Públicasdel Instituto Agrario Nacio-nal. Posteriormente, a la caí-da de la dictadura de Pérez Ji-ménez, ocupó el cargo de Di-rector de Cultura del Ministe-rio de Educación, en donde sulabor fue notable en todos lossentidos. Entre 1958 y 1960fue Director de la Revista Na-cional de Cultura.

Su obra literaria es vasta,incluye las novelas Cuento deamor, Talud derrumbado, LosDiablos Danzantes, Por Turénpasa el Acarigua, La Roca Des-nuda, El Nudo, Petróleo, miGeneral (1977), El Techo Ran-cha, Manuel Valles, La Chica

Chévere, El Caballero delTamá, el reportaje noveladoHipódromo y varios libros depoemas, además de un par debiografías (una de ellas de supadre, Francisco Croce Mo-reno, y varios libros de cuen-tos (uno de sus cuentos reci-bió el premio de El Nacionalen 1961). En 1960 recibió elPremio Nacional de Literatu-ra. También fue autor deobras de teatro y de numero-sos ensayos. En su prosa seentremezclaron la poesía yuna notable calidad de narra-dor, especialmente en el cuen-to, pero que también se notaen sus novelas.

Domingo Miliani, en su tra-bajo sobre la narrativa vene-zolana, se expresó en formamuy positiva acerca de estegran escritor tachirense:

Arturo Croce (1907). Per-teneció a la generación de1928. Comenzó haciendo poe-sía. Publicó un primer relato,"La carretera", en Cultura Ve-nezolana. Su primer libro,Chimó y otros cuentos, es de1942. Allí está plasmada suideología social de comba-tiente en favor de los obrerosy campesinos de su región: elTáchira. Sus relatos inicialesson pequeños himnos telúri-cos de aquellas serranías,donde está presente la huelladel magisterio galleguiano. Lamadurez del narrador tardaen afianzarse a través de libroscomo Taladro (1943), Lamuerte baja de la montaña(1947), hasta que "Un negro ala luz de la luna", obtiene se-gundo premio de El Nacionalen 1947. Con La montaña la-briega (1958) explora un te-lurismo más legítimo. Tierrarevuelta (1952) y Surimán(1955), habían reiterado ha-llazgos parciales de sus prime-ros libros. Vino después unanovela agrisada de folkloris-mo: Los diablos danzantes(1961), luego Talud derrum-bado (1961), para alcanzardespués dos éxitos de concur-so: El nudo (1968) y La rocadesnuda (1968), esta última,ampliación de un cuento delmismo nombre, resulta unode sus mejores libros. No seatreve a llegar al elogio abier-to, pero asoma un cierto halode aprobación.

¿Cómo es posible que Ve-nezuela haya olvidado a unescritor de los méritos deArturo Croce?

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Maracay, Sábado 30 de abril de 2011 Contenido 31

Ensayos de Paul Valéry

sobre lapoesía

-ALFREDO FRESSIA -

Reflexiones

SE PUEDE afirmar que PaulValéry (Sète, 1871-1945) fue un poeta más respe-

tado que realmente querido.Simbolista, creador de un"arte difícil", es autor de unaobra poética relativamentebreve, sobre todo si se com-para a la inmensidad de su tra-bajo como teórico de la lite-ratura, como memorialista ycomo "pensador". Pertenecióa esa generación que pudo co-nocer a Leconte de Lisle o aVerlaine, pero que frecuenta-ba sobre todo las reuniones delos martes en casa de Mallar-mé, en la calle Rome. De he-cho su obra poética es la deun simbolista a ultranza, quepotencia los principios teóri-cos y la práctica poética deMallarmé.

Limbo para universitarios.Osciló entre la poesía y lasmatemáticas. En gran parteinstigado por André Gide,creará en los años ´20 unaobra poética que lo transfor-ma muy rápidamente en unaespecie de poeta oficial de laTercera República. Dará con-ferencias dentro y fuera deFrancia, será recibido en to-das partes con honras de Es-tado. Desde 1937 ocupará lacátedra de Poética del Collègede France, se manifestará con-tra la ocupación alemana ensu país y sólo morirá despuésde la Liberación.

En los años `50, Francia,que era todavía un lugar cul-turalmente central y relativa-mente hegemónico, asistirápor un lado a las disputas deSartre y Camus, a la descolo-nización, y por otro, verá na-cer el estructuralismo, con lalingüística en primer plano, loque llevará a una especie deinflación del valor Signo comoobjeto-llave para leer el mun-do. Se puede entender que lapoesía exigente, difícil y a ve-ces cerebral de Valéry hayapasado rápidamente a esa es-pecie de limbo frecuentadopor estudiantes universita-rios, pero no por el público.

LO MISMO OCURRE CON LAOBRA TEÓRICA DE VALÉRY. Sinduda, su misma naturaleza re-flexiva no hace de esa produc-ción un objeto "popular", peroes evidente que fue perdien-do lectores. Además de losCahiers, en los que trabajó co-tidianamente durante déca-das, y de otros libros dondereunía sus reflexiones, Valé-ry juntó sus conferencias yartículos diversos en Variété(y habrá cinco tomos entre1924 y 1944). En las apreta-das ediciones La Pléiade, elconjunto de las Variétés ocu-pa 1.100 páginas.

En la Variété de 1944, el autorpropone un orden temático parasus ensayos, organizado en seisgrupos: "Estudios literarios", "Es-tudios filosóficos", "Ensayos cuasipolíticos", "Teoría poética y esté-tica", "Enseñanza" y "Memoriasdel poeta". En el presente De Poe

a Mallarmé, ensayos de poéticay estética, el poeta y profesor ar-gentino Silvio Mattoni (Córdoba,1969) elige y traduce una vein-tena de estos ensayos de Valé-ry, con hincapié en los temasliterarios o de teoría literaria,aunque el libro cubra casi to-dos los grupos temáticos.

PARA UNA TEORÍA POÉTICA.De hecho el lector encuentra enesta mínima antología los tex-tos más revisitados de las Va-riétés, desde ensayos sobre elsueño o sobre el cuerpo, hastalas reflexiones del autor sobreel Mediterráneo, o recuerdosde Verlaine o de la intimidad deMallarmé. Comparece siemprela inteligencia y la elegancia delrazonamiento de Valéry, la iro-nía (sin grandes maldades,como llamar a "Verlaine,Stéphane Mallarmé, ArthurRimbaud, los tres Reyes Magosde la poética moderna"), lascontradicciones de un espíritucrítico como el suyo, capaz depintar con erudición la biogra-fía de Villon después de decla-rar que la biografía es un datoinútil y aún perjudicial ("por-que demasiado a menudoproporciona la ocasión, elpretexto, el medio para noafrontar el estudio preciso yorgánico de una poesía").

En sus ensayos sobre teo-ría poética, Valéry insiste enun nítido distingo de poesía yprosa. La prosa, dice, es el len-guaje que muere después decumplir su función (una ideapróxima a la de la función de-notativa del lenguaje en Ro-

man Jakobson), mientras que"el poema no muere por habervivido, está hecho expresa-mente para renacer de sus ce-nizas y volver a ser infinita-mente lo que acaba de ser"("Poesía y pensamiento abs-tracto"). De ahí proviene sualarma al verificar esa especiede incapacidad de los críticos(y los profesores, ya que elproblema se reproduce en es-cala pedagógica) de contem-plar el poema como unidad(fónica, de sentido, visual, etc)y de reducirlo a los niveles quepueden ser por un lado, anali-zados, y, por otro, reducidosa la prosa y la paráfrasis("Cuestiones de poesía").

DEMASIADO INMEDIATO. Lasituación de la crítica de poe-sía resulta delicada, en el me-jor de los casos, y es dable pre-guntarse si sería siquiera legí-timo el discurso crítico (pro-saico) aplicado sobre la mate-ria poética. Valéry no se lopregunta, y menciona la tareade la crítica con este desdén:"[Los críticos] enumeran, porejemplo, los medios visiblesque usan los poetas; destacanfrecuencias o ausencias en susvocabularios; se señalan se-mejanzas entre uno y otro, einfluencias. Algunos procuranrestituir sus designios secre-tos, y leer en una engañosatransparencia intencioneso alusiones en sus obras. Es-crutan gustosamente, con unacomplacencia que hace visi-ble cuánto se extravían, lo quese sabe (o lo que se cree sa-

ber) de la vida de los auto-res(...)". Leída casi un siglodespués, esa pintura del críti-co podría confundir a un lec-tor desavisado porque, vistala indigente situación actualdel discurso crítico, parecemás bien un elogio.

Pero tal vez el problema seamás grave y Valéry nos anun-ciaba desde 1935 algo quepuede también explicar el des-amor que el autor parece su-frir en los días que corren:"Hasta ahora, y desde la másremota antigüedad, la lecturay la escritura eran los únicosmodos de intercambio asícomo los únicos procedimien-tos de trabajo y de conserva-ción de la expresión por me-dio del lenguaje. No podemosresponder por su futuro. Encuanto a las mentes, ya vemosque son solicitadas y seduci-das por tantos prestigios inme-diatos, tantos estimulantes di-rectos (...) que les representanla vida misma y la naturalezacomo totalmente presente,que podemos dudar que nues-tros nietos encuentren el me-nor gusto por las gracias cadu-cas de nuestros poetas másextraordinarios y de toda lapoesía en general" (pág. 205).

Detalle: el presente libroestá financiado por el Minis-terio de Asuntos Extranjerosde Francia y la embajada fran-cesa en Buenos Aires.

DE POE A MALLARMÉ, en-sayos de poética y estética, dePaul Valéry. El cuenco de pla-ta, 2010. Buenos Aires, 271págs. Distribuye Gussi.

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de Ana CastroSeis poemas

ANA CASTRO nació en Córdoba, España. Estudia periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, ciudaddonde reside actualmente. Sus poemas han aparecido en diversos medios impresos y electrónicos y en la antología Sais,19 poetas desde la Bella Varsovia. Posee un blog titulado Autovía del Sur (http://autoviadelsur.blogspot.com/).Respecto a su origen y personalidad la misma autora dice lo siguiente: "Un jueves de noviembre de finales de otoño.Córdoba como primer hogar. Madrid también. La poesía en la punta de los dedos. El café, la cerveza. A veces se mepierden los ojos dentro de la cara. Tal vez el periodismo como profesión. Debería aprender a contar las historias desdeel principio."

CASASEn mi casa todo es sencillo.La nevera se abre por la izquierday las pelusas se acumulan en los mismos rincones.Las camisetas no consiguen mantenerse en el segundo cajóndel armario más de cuatro días seguidos. Asaltan mi silla.Me asaltan a mí. Los botes de café apenas danpara diez días. La lavadora se pone los sábados por la tarde.

A mi casa llegan las cartas que reciben mis amigosmientras están de viaje.Se amontonan en una pequeña mesa del recibidor.(Parece que me miran desde allí, absortas,pensando que también a ellas las olvidaron algún día).

El día que la nevera se abra por el lado derecho,las pelusas comiencen a acumularse dentro del armarioy no se derrame el café,mi casa dejará de ser mi casa.

Seguirá sonando el teléfono.Continuarán llegando cartas de personas a las que echo de menos.

Y mi casa será otra casa.

Construiré un hogar en otra parte.Me llevaré mi casa conmigo.

POÉTICA IPara escribirtuve que llegar a conocerme.

Al estirar el brazo, allí,justo allí, estaba yo.

Pero estoy sin acabar.Necesito tiempo.

AUTORRETRATOQuerría ser capaz de encontrar mis ojos cada mañanaal despertarmepero no duermo lo suficiente.Un temor nos deforma el rostro y nos increpa.

Sólo cuando nos mostramos deformes podríamos ser cualquiercosa.

ELLOSPensamos que era el tiempo, la edad,las estaciones o la costumbre de sentarsea esperar que pasara algo.Que la vida diera un salto hacia atrás y de repente volvera los 20 y a los bailes de verano.Que no hiciera frío en las ciudades del Norte.Que no dolieran los huesos de caminar despacio.Volver a tener prisa.

También ellos estaban enamorados.

BREVE INTRODUCCIÓN A MI DESORDENPara construirme un hogartuve que empezar por el desorden.Ensuciar baldosas para escuchar mis ruidos.Hubo que tallar poros,imprimir el gotelé de la pared.Colocar los libros en el borde de la estanteríapara tener la convicción de que si daba un salto grande(y gritaba a la vez)se vendrían abajo.Mi hogar tenía que estar preparado para autodestruirseen cualquier momento sin previo avisoy pillarme dentro.Cuando todo está limpio quiere decir que está demasiado sucio.Hay un vacío (de polvo) encima de la mesa.

Mi desorden establece una escala en cuanto a mí.Me llevo mi desorden en el bolso.

TRAICIÓNComencemos por hablar claro y ser honestos.Aún podemos hacer cualquier cosa,aunque resulte deplorable para el resto del mundo.Podemos hacer cualquier cosa que no nos haga odiarnos.No importan los propósitos. No importa el año nuevo.Hablemos claro. Seamos honestos.Casi todo tiene un nombre.

Lo impredecible es que nos traicionen los espejoscuando aún no nos odiamos lo suficiente.Hay espejos en los que no llegaremos a reflejarnos nunca.