Protocolo de Kioto

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PROTOCOLO DE KIOTO Reducir las emisiones de gases contaminantes responsables del calentamiento global de la Tierra es el objetivo del Protocolo de Kioto que entró en vigor el 16 de febrero de 2005 con el compromiso de 141 países. Pese al retraso en su entrada en operaciones y a que todavía cuenta con la resistencia de algunos países emblemáticos como Australia y Estados Unidos, el Protocolo de Kioto es un paso adelante en la lucha contra el llamado efecto invernadero y el calentamiento global del planeta. El acuerdo que se puso finalmente en marcha el 16 de febrero de 2005, se inscribe en el contexto de la "Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático" (UNFCCC). Pero, ¿en qué consiste este tratado de nombre japonés y qué efectos concretos se espera lograr a través de su entrada en operaciones? ¿Qué puedo hacer para ayudar a disminuir el efecto invernadero? En el siguiente texto podrás encontrar algunas claves del acuerdo y algunas preguntas respecto a lo que viene. No olvides que respecto al medioambiente que habitamos todos somos responsables: reciclar, no utilizar aerosoles, no provocar quemas innecesarias ayuda mucho y evitar incendios forestales es un gran aporte. ¿QUÉ ES EL PROTOCOLO DE KIOTO? Es un pacto al que llegaron los gobiernos en la conferencia de las Naciones Unidas celebrada en Kioto, Japón, en 1997 para reducir la cantidad de gases emitidos por los países desarrollados -los grandes emisores- en un 5,2 por ciento respecto a los niveles registrados en 1990 durante el período de cinco años comprendido entre 2008 y 2012. Un total de 141 naciones han ratificado el pacto, de acuerdo a los datos de las Naciones Unidas. El protocolo de Kioto será legalmente vinculante para los países que lo han ratificado a partir del 16 de febrero después de que se hayan cumplido dos condiciones: el respaldo de al menos 55 países y que estos países representen al menos el 55 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono de los países desarrollados. La segunda condición se vio cumplida en noviembre de 2004 cuando Rusia ratificó el protocolo y actualmente los países que lo respaldan representan el 61,6 por ciento de las emisiones. Estados Unidos, el mayor contaminador mundial, no ha ratificado el tratado alegando que el protocolo de Kioto es demasiado caro y omite equivocadamente a algunas naciones en vías de desarrollo. ¿CÓMO SE ASEGURARÁ SU CUMPLIMIENTO? A través de un acuerdo alcanzado el año 2001 por los ministros de medioambiente en Alemania, los países que excedan las cuotas marcadas como objetivo en 2012 deberán cumplir con los recortes y un 30 por ciento más en un segundo período a partir de 2013. Los países rechazaron la idea. ¿QUÉ PROVOCA EL EFECTO INVERNADERO? Los gases responsables del llamado "efecto invernadero" provocan el calentamiento de la atmósfera terrestre, con una subida de temperatura de más de 0.6° C desde los últimos años del siglo XIX. Uno de los principales responsables es el dióxido de carbono (CO2), la mayoría del cual procede del consumo de combustibles fósiles. El protocolo también llama la atención sobre el metano (CH4), procedente en su mayoría de la agricultura, y sobre el óxido nítrico (N2O), empleado en su mayoría en fertilizantes. Tres gases industriales empleados en diversas aplicaciones, como refrigerantes, conductores del calor y aislantes, también están incluidos: son el carbón hidrofluorico (HFC), el carbón perfluorico (PFC) y el sulfuro hexafluorico (SF6). ¿COMO OBEDECERÁN LOS PAÍSES? La Unión Europea estableció un nuevo mercado en enero de 2005 en el cual cerca de 12.000 industrias y centrales eléctricas recibirán cuotas de dióxido de carbono. Si estas industrias superan sus cuotas pueden ampliarlas en el mercado o pagar una sanción financiera; si por el contrario no llegan a cubrir la cuota, podrán vender el excedente. Actualmente los precios en la Unión Europea están aproximadamente en los 7,2 euros por tonelada. ¿QUÉ SON LAS EMISIONES TRANSABLES?

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PROTOCOLO DE KIOTOReducir las emisiones de gases contaminantes responsables del calentamiento global de la Tierra es el objetivo del Protocolo de Kioto que entró en vigor el 16 de febrero de 2005 con el compromiso de 141 países.Pese al retraso en su entrada en operaciones y a que todavía cuenta con la resistencia de algunos países emblemáticos como Australia y Estados Unidos, el Protocolo de Kioto es un paso adelante en la lucha contra el llamado efecto invernadero y el calentamiento global del planeta. El acuerdo que se puso finalmente en marcha el 16 de febrero de 2005, se inscribe en el contexto de la "Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático" (UNFCCC). Pero, ¿en qué consiste este tratado de nombre japonés y qué efectos concretos se espera lograr a través de su entrada en operaciones? ¿Qué puedo hacer para ayudar a disminuir el efecto invernadero? En el siguiente texto podrás encontrar algunas claves del acuerdo y algunas preguntas respecto a lo que viene. No olvides que respecto al medioambiente que habitamos todos somos responsables: reciclar, no utilizar aerosoles, no provocar quemas innecesarias ayuda mucho y evitar incendios forestales es un gran aporte. ¿QUÉ ES EL PROTOCOLO DE KIOTO? Es un pacto al que llegaron los gobiernos en la conferencia de las Naciones Unidas celebrada en Kioto, Japón, en 1997 para reducir la cantidad de gases emitidos por los países desarrollados -los grandes emisores- en un 5,2 por ciento respecto a los niveles registrados en 1990 durante el período de cinco años comprendido entre 2008 y 2012. Un total de 141 naciones han ratificado el pacto, de acuerdo a los datos de las Naciones Unidas. El protocolo de Kioto será legalmente vinculante para los países que lo han ratificado a partir del 16 de febrero después de que se hayan cumplido dos condiciones: el respaldo de al menos 55 países y que estos países representen al menos el 55 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono de los países desarrollados. La segunda condición se vio cumplida en noviembre de 2004 cuando Rusia ratificó el protocolo y actualmente los países que lo respaldan representan el 61,6 por ciento de las emisiones. Estados Unidos, el mayor contaminador mundial, no ha ratificado el tratado alegando que el protocolo de Kioto es demasiado caro y omite equivocadamente a algunas naciones en vías de desarrollo.  ¿CÓMO SE ASEGURARÁ SU CUMPLIMIENTO? A través de un acuerdo alcanzado el año 2001 por los ministros de medioambiente en Alemania, los países que excedan las cuotas marcadas como objetivo en 2012 deberán cumplir con los recortes y un 30 por ciento más en un segundo período a partir de 2013. Los países rechazaron la idea.

¿QUÉ PROVOCA EL EFECTO INVERNADERO?Los gases responsables del llamado "efecto invernadero" provocan el calentamiento de la atmósfera terrestre, con una subida de temperatura de más de 0.6° C desde los últimos años del siglo XIX. Uno de los principales responsables es el dióxido de carbono (CO2), la mayoría del cual procede del consumo de combustibles fósiles. El protocolo también llama la atención sobre el metano (CH4), procedente en su mayoría de la agricultura, y sobre el óxido nítrico (N2O), empleado en su mayoría en fertilizantes. Tres gases industriales empleados en diversas aplicaciones, como refrigerantes, conductores del calor y aislantes, también están incluidos: son el carbón hidrofluorico (HFC), el carbón perfluorico (PFC) y el sulfuro hexafluorico (SF6).

¿COMO OBEDECERÁN LOS PAÍSES?La Unión Europea estableció un nuevo mercado en enero de 2005 en el cual cerca de 12.000 industrias y centrales eléctricas recibirán cuotas de dióxido de carbono. Si estas industrias superan sus cuotas pueden ampliarlas en el mercado o pagar una sanción financiera; si por el contrario no llegan a cubrir la cuota, podrán vender el excedente. Actualmente los precios en la Unión Europea están aproximadamente en los 7,2 euros por tonelada. ¿QUÉ SON LAS EMISIONES TRANSABLES?El protocolo proporciona otros "mecanismos flexibles" - permitiendo a los países alcanzar los objetivos sin reducir las emisiones nacionales. Estos incluyen el "mecanismo de desarrollo limpio", con el cual los países desarrollados pueden obtener créditos para compensar sus objetivos construyendo tecnologías respetuosas con el medio ambiente, como aquellas que emplean la energía solar, en los países menos desarrollados. Los países también pueden reclamar créditos para la plantación de árboles en el tercer mundo que "absorban" el dióxido de carbono.

PROTOCOLO DE KIOTO SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICOEl Protocolo de Kioto, sucesor de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, es uno de los instrumentos jurídicos internacionales más importantes destinado a luchar contra el cambio climático. Contiene los compromisos asumidos por los países industrializados de reducir sus emisiones de algunos gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global. Las emisiones totales de los países desarrollados deben reducirse durante el periodo 2008-2012 al menos en un 5 % respecto a los niveles de 1990.ACTODecisión 2002/358/CE del Consejo de 25 de abril de 2002 relativa a la aprobación, en nombre de la Comunidad Europea, del Protocolo de Kioto de la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y al cumplimiento conjunto de los compromisos contraídos con arreglo al mismo.SÍNTESISEl 4 de febrero de 1991, el Consejo autorizó a la Comisión para que participara, en nombre de la Comunidad Europea, en las negociaciones sobre la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, adoptada en Nueva York el 9  de mayo de 1992. La Comunidad Europea ratificó la Convención marco mediante la Decisión 94/69/CE, de 15 de diciembre de 1993. La Convención, por su parte, entró en vigor el 21 de marzo de 1994.

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La Convención marco contribuyó de manera decisiva al establecimiento de los principios clave de la lucha internacional contra el cambio climático. Concretamente, definió el principio de las «responsabilidades comunes pero diferenciadas». Asimismo, contribuyó a reforzar la concienciación pública, a escala mundial, sobre los problemas relacionados con el cambio climático. No obstante, la Convención no contempla compromisos en términos de cifras detalladas por países respecto a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.Por consiguiente, las Partes de la Convención decidieron, en la primera Conferencia de las Partes, que se celebró en Berlín en marzo de 1995, negociar un protocolo que contuviera medidas de reducción de las emisiones de los países industrializados en el período posterior al año 2000. Tras una larga preparación, el 11 de diciembre de 1997 se aprobó el Protocolo de Kioto.El 29 de abril de 1998, la Comunidad Europea firmó el Protocolo, y en diciembre de 2001, el Consejo Europeo de Laeken confirmó la voluntad de la Unión de que el Protocolo de Kioto entrara en vigor antes de la cumbre mundial de desarrollo sostenible de Johannesburgo (del 26 de agosto al 4 de septiembre). Así, y para alcanzar este objetivo, la presente Decisión aprueba el Protocolo en nombre de la Comunidad. Los Estados miembros se comprometieron a depositar sus instrumentos de ratificación al mismo tiempo que la Comunidad y, en la medida de lo posible, antes del 1 de junio de 2002.El anexo II de la Decisión indica los compromisos en materia de limitación y reducción de las emisiones acordados por la Comunidad y sus Estados miembros para el primer período de compromiso (2008-2012).CONTENIDO DEL PROTOCOLOEl Protocolo de Kioto se aplica a las emisiones de seis gases de efecto invernadero:

• dióxido de carbono (CO2);• metano (CH4);• óxido nitroso (N2O);• hidrofluorocarbonos (HFC);• perfluorocarbonos (PFC);• hexafluoruro de azufre (SF6).

El Protocolo representa un importante paso hacia adelante en la lucha contra el calentamiento del planeta, ya que contiene objetivos obligatorios y cuantificados de limitación y reducción de gases de efecto invernadero.Globalmente, los Estados Partes en el Acuerdo del anexo I de la Convención marco (esto es, los países industrializados) se comprometen conjuntamente a reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero para lograr que las emisiones totales de los países desarrollados disminuyan, al menos, un 5 % con respecto al nivel de 1990 durante el período 2008-2012. El anexo B del Protocolo contiene los compromisos cuantificados suscritos por los Estados Partes en el Acuerdo.Los Estados que eran miembros de la UE antes de 2004 deberán reducir conjuntamente sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 8 % entre los años 2008 y 2012. Los Estados miembros que se hayan incorporado a la UE después de esa fecha se comprometen a reducir sus emisiones en un 8 %, a excepción de Polonia y Hungría (6 %), así como de Malta y Chipre, que no se encuentran incluidos en el Anexo I de la Convención Marco.Para el período anterior a 2008, las Partes se comprometen a realizar progresos en el cumplimiento de sus compromisos, a más tardar, en el año 2005, y a facilitar las pruebas correspondientes.El año 1995 puede considerarse el año de referencia para los Estados Partes en el Acuerdo que lo deseen en lo que respecta a las emisiones de HFC, PFC y SF6.Para alcanzar estos objetivos, el Protocolo propone una serie de medios:

• reforzar o establecer políticas nacionales de reducción de las emisiones (aumento de la eficacia energética, fomento de formas de agricultura sostenibles, desarrollo de fuentes de energías renovables, etc.);

• cooperar con las otras Partes contratantes (intercambio de experiencias o información, coordinación de las políticas nacionales por medio de permisos de emisión, aplicación conjunta y mecanismo de desarrollo limpio).

Los Estados Partes en el Acuerdo establecerán un sistema nacional de estimación de las emisiones de origen humano y de absorción por sumideros de todos los gases de efecto invernadero (no regulados por el Protocolo de Montreal), a más tardar, un año antes del primer período de compromiso.Para el segundo período de compromisos, se prevé un examen de los mismos, a más tardar, en el año 2005.El 31 de mayo de 2002, la Unión Europea ratificó el protocolo de Kioto, que entró en vigor el 16 de febrero de 2005, tras la ratificación de Rusia. Sin embargo, varios países industrializados se negaron a ratificar el protocolo, entre ellos, Estados Unidos y Australia.

http://www.timetoast.com/timelines/21453http://www.miliarium.com/monografias/kioto/cumbres_mundiales.htm#Berlin

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UN LARGO RECORRIDO PARA SALVAR EL CLIMAUn resumen de las fechas clave en la lucha de los distintos países en la reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero.La Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se celebra en estos días en Doha tiene entre sus objetivos el evaluar los progresos de los distintos países en la reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero. Este ha sido el largo camino aún por concluir.Junio de 1972. Estocolmo acoge la primera Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano. Un año después, Naciones Unidas crea el Programa para el Medio Ambiente (PNUMA).Febrero de 1979. Primera Conferencia Mundial sobre el clima en Ginebra (Suiza).Agosto de 1990. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publica en Sundsvall (Suecia) el primer Informe de Evaluación que confirma científicamente evidencias sobre el cambio climático.Junio de 1992, se celebra en Río de Janeiro (Brasil) la Cumbre de la Tierra, en la que se firma el Convenio Marco que compromete a los países firmantes a adoptar medidas para mitigar las emanaciones de gases responsables del calentamiento atmosférico.21 de marzo de 1994. Entra en vigor el Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, declaración de principios realizada en 1992.Diciembre de 1997. Se celebra en Kioto (Japón) la tercera cumbre sobre cambio climático en la que se adopta el Protocolo de Kioto, un acuerdo sin precedentes para frenar la degradación medioambiental. El Tratado obliga a 38 países industrializados, más la Unión Europea (UE), a reducir las emisiones de seis gases responsables del efecto invernadero sobre los niveles de 1990 entre los años 2008 y 2012.29 de abril de 1998. Los países de la UE, incluida España, firman conjuntamente el Protocolo de Kioto.Marzo de 2001. EEUU decide no ratificar el Protocolo de Kioto. Rusia, Australia, Canadá y Japón se distancian del país estadounidense en la cumbre de julio en Bonn, Alemania y se alían con la UE para que pueda aprobarse el Protocolo de Kioto.Febrero de 2005. entra en vigor el Protocolo de Kioto con la ausencia de países contaminantes como EEUU, China y la India, que junto con el anterior son los países más contaminantes, y que han ratificado el Tratado, pero no están obligados a recortar sus emisiones por ser países en vías de desarrollo. Se inaugura en Oslo (Noruega) la primera bolsa mundial para la compra-venta de emisiones de CO2.Noviembre de 2007. Se presenta en Valencia (España) el IV informe de síntesis del IPCC que afirma que el cambio climático es un fenómeno "inequívoco" y que algunos de sus efectos son ya irreversibles.Diciembre 2009. En la cumbre de Copenhague se alcanza bajo polémica un acuerdo de mínimos no vinculante, que no fija objetivos de reducción de gases y sólo incluye la "intención" de limitar a 2 grados el aumento de la temperatura en la Tierra.Diciembre de 2011. Se firma la Plataforma de Durban que incluye un segundo periodo para el protocolo de Kioto, una hoja de ruta para un acuerdo global de reducción de emisiones y el mecanismo que debe regir para el Fondo Verde para el Clima. Canadá anuncia que abandona el Protocolo de Kioto.Noviembre de 2012. La concentración de gases efecto invernadero en la atmósfera alcanza un nuevo récord histórico en 2011, según la OMM, a un mes de que finalice la aplicación del Protocolo de Kioto.

LAS POSICIONES DE PARTIDADoha abre sus puertas a la XVIII Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático con el reto de que conseguir sobre la mesa de negociaciones los compromisos para extender el Protocolo de Kioto  — el acuerdo internacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que expira a finales de este año— por un segundo periodo y concretar la ayuda a los países más desfavorecidos. Tras el fracaso de la anterior cumbre en Durbán, los participantes en la cumbre deberán sortear la falta de compromiso para participar en un “Kioto II”. Por el momento los países que tomarían parte en el mismo sólo generan un 15% del total de emisiones contaminantes mundiales. Un informe reciente del Banco Mundial predice que las temperaturas van camino de subir 4 grados centígrados en este siglo. La cumbre, además, evaluará los avances de los distintos países en la reducción de emisiones contaminantes. Estas son las posturas de los principales bloques:

LA UNIÓN EUROPEAAunque dispuesta a avanzar hacia la adopción de un nuevo acuerdo internacional contra el cambio climático en 2015, la Unión Europea acude a la cumbre de la ONU sobre cambio climático en Doha sin una posición común que defender, debido a las diferencias sobre las emisiones de gases de efecto invernadero de los Estados miembros. Los Veintisiete persiguen lograr un avance palpable en las negociaciones de cara a un acuerdo global en 2015 que entraría en vigor en 2020, tal como se pactó el año pasado en la cumbre de Durban (Sudáfrica) y firmar un segundo periodo del Protocolo de Kioto, junto con Australia, que comience a funcionar desde el próximo año hasta 2020, se crearía un puente hasta la entrada en vigor del perseguido acuerdo global sobre el cambio climático de carácter vinculante.. Pero el panorama no es optimista. Fuentes comunitarias dijeron a Efe que no hay que esperar “decisiones espectaculares” de esta nueva conferencia.Varios países del este de Europa, liderados por Polonia, se niegan a renunciar a los derechos de emisión sobrantes del primer periodo del protocolo de Kioto, en contra de la opinión del resto de sus socios comunitarios.Una de las principales interrogantes es cómo mantener la financiación de la lucha contra el cambio climático para 2013 y 2014, punto en el que la Unión Europea espera que los países en desarrollo más industrializados, como China, asuman un mayor protagonismo.

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CHINAEl gigante asiático no asume su posición como segunda economía mundial. La mayor emisora mundial de dióxido de carbono defiende que los países desarrollados son los que deben tener obligaciones concretas de reducción de emisiones, y ayudar a los países en desarrollo a que lo hagan pero en menor medida. El máximo negociador chino, XieZhehua, ha asegurado que China va a Doha con “mentalidad abierta”, aunque casi con la misma estrategia que abanderó en otras cumbres (que los países desarrollados deben hacer mayores esfuerzos que las naciones emergentes, por haber contaminado durante más tiempo). El gigante asiático sostiene que aunque no tenga la obligación externa para reducir las emisiones, va a hacerlo mediante sus políticas nacionales, debido al aumento de la concienciación sobre la degradación ambiental. Y a las protestas ciudadanas por ello.

ESTADOS UNIDOSCon una mayor sensibilidad pero pocas novedades. A pesar de haber vivido este año la peor sequía en décadas y el embate de un ciclón que devastó la costa nordeste, Estados Unidos sigue sin dedicar gran atención al problema del calentamiento global. El tema estuvo prácticamente ausente de la campaña presidencial hasta que el huracán Sandy inundó Nueva York, dejando a miles de personas sin hogar. Y aunque es cierto que en su discurso de victoria Obama hizo una referencia al “poder destructivo de un planeta que se calienta”, habrá que ver como consigue sortear la oposición de la mayoría republicana, que ya hizo fracasar su propuesta para reducir las emisiones en 2010.Uno de los problemas del país, que no ratificó el Protocolo de Kioto pese a ser uno de los mayores emisores de CO2 del planeta, es que a un 48% de sus ciudadanos no les preocupa demasiado el calentamiento global y un 61% opina que el cambio climático no les afectará en el curso de sus vidas, según los últimos datos de Gallup. La inminente crisis presupuestaria a la que se enfrenta la administración de Barack Obama hace improbable que se anuncien mayores contribuciones a los fondos de ayuda contra los efectos del calentamiento para los países en vías de desarrollo.

JAPÓNLa tercera economía mundial reniega del Protocolo que lleva el nombre de su antigua capital imperial, Kioto, al que no considera justo ni efectivo, y llega a Catar con la determinación de no aceptar nuevos compromisos a menos que grandes contaminantes como China, EEUU y la India estén sujetos a restricciones similares. El país nipón rechaza suscribir una extensión del Protocolo de Kioto porque considera que no tiene sentido fijar un segundo periodo de obligaciones sólo para un pequeño grupo de países desarrollados que generan el 26% de las emisiones globales.Tokio defenderá un nuevo documento legal más amplio que el de Kioto, aunque tampoco descarta algún tipo de implicación, que no ha definido, en un acuerdo que no le obligue a aceptar un objetivo concreto de reducción. El principal problema del país es definirt una estrategia energética sin depender de la enegía nuclear. Aunque en 2009 el Gobierno nipón reducir las emisiones un 25 % para el año 2020, tras el desastre de marzo de 2011 en la central nuclear de Fukushima, que ha llevado a paralizar casi todas las plantas atómicas del país y a las centrales térmicas, no hay modo de que el país pueda mantener la meta establecida en las condiciones actuales.

AMÉRICA LATINADe forma unánime, los países de Latinoamérica, una de las zonas del mundo más afectadas por el cambio climático, llevan a la cumbre de Doha un mensaje de apoyo a las iniciativas para reducir las emisiones de gases y para que los países industrializados asuman su responsabilidad de forma más “ambiciosa”. Buscan la renovación del Protocolo de Kioto por ser “un paso indispensable” que facilitará el proceso de negociación encaminado a concluir en 2015 un nuevo instrumento vinculante aplicable a todos los países y que permita estabilizar cuanto antes la temperatura terrestre.Entre las propuestas individuales destaca la de Nicaragua, que abogará porque la región centroamericana sea tratada como una de las zonas más amenazadas por el cambio climático. Ecuador, a su vez, propondrá un sistema de monitoreo, reporte y verificación de los recursos financieros que los países desarrollados asignen a las naciones en desarrollo para combatir el cambio climático. Colombia retoma el planteamiento de un proyecto contra el cambio climático formado por cinco ejes: agua, seguridad alimentaria, ciudades sostenibles, océanos y patrones de consumo y producción.

LAS POTENCIAS EMERGENTESEl foro de los cuatro principales países emergentes industrializados, Brasil, Sudáfrica, India y China, considera que la renovación del Protocolo de Kioto debe ser la principal responsabilidad de la cumbre de Doha. Brasil, el país con más territorio en la Amazonia, considerada el “pulmón del mundo”, acude a esta cumbre con sus socios del foro BASIC, con quienes coincide en que las naciones más desarrolladas se deben comprometer con metas más “ambiciosas” y “creíbles” de reducción de emisiones. De forma individual, Brasil, defenderá el cumplimiento de las metas “voluntarias” que se fijó en Copenhague en 2009, cuando garantizó para 2020 una reducción en torno al 36 % de sus emisiones de gases contaminantes.

DESPUÉS DE KIOTO, EL ABISMOEl emirato de Catar acogió hace 11 años el inicio de las negociaciones para liberalizar el comercio mundial. La llamada Ronda de Doha fracaso después de ocupar años y años de negociaciones. El precedente planea sobre la 18 cumbre del clima, cuyo tramo ministerial comienza el lunes de nuevo en Doha. No es solo el mal augurio de que el país anfitrión sea el mayor emisor de CO2 por habitante del planeta, sino que las posiciones siguen estancadas. Ante eso, la única opción que queda es prorrogar el protocolo de Kioto -cuyo primer periodo de cumplimiento acaba a final de este año-, aunque se bajen de él Japón, Canadá y Rusia. Así, solo la UE y Australia quedarían con obligaciones vinculantes a la espera de que en 2015 mejore la economía, la concienciación ciudadana o se alineen los astros para firmar un nuevo acuerdo que entre en vigor en 2020 y que, esta vez sí, incluya a todo el mundo.

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"Este año tendría que ser un año clave, un Rubicón, al terminar el primer periodo del protocolo de Kioto, pero va a quedar descafeinado", asume José Luis Blasco, socio de Cambio Climático de la consultora KPMG. En 2007, en la Cumbre de Bali, los más de 190 países que se reúnen bajo la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC, en sus siglas en inglés) acordaron que en 2009 tendrían un nuevo acuerdo que entraría en vigor en 2013 y que sustituiría a Kioto. Nada de eso ha funcionado. En Copenhague, en 2009, ni la presencia de todos los jefes de Estado desatascó la situación."Las acusaciones siguen siendo las mismas", añade Blasco. Los gigantes en desarrollo (China e India, principalmente, pero con el apoyo de Brasil y Sudáfrica) temen que les impongan un sistema de verificación de sus emisiones que destripe su economía, además piden más dinero y mayores objetivos de reducción de emisiones para los países desarrollados, especialmente a EEUU. Mientras, Washington insiste en que no puede moverse si no hay objetivos vinculantes para China e India. "Vemos el mismo debate desde 2009", resume Blasco. Bajo una negociación llena de documentos muy técnicos subyace una vieja pugna: ricos contra pobres.

La dificultad radica en que este no es un tratado de medio ambiente, ni siquiera sectorial -como el exitoso Protocolo de Montreal, que hace 25 años puso coto a la destrucción de la capa de ozono-. Las emisiones de CO2 tienen relación con el sector energético, la industria, el transporte, la agricultura, la deforestación...Cada vez que una central térmica quema carbón en China o que un estadounidense arranca su coche emite CO2. Este gas, principal responsable del efecto invernadero, se acumula en la atmósfera y retiene parte del calor que emite la Tierra. Según la Organización Meteorológica Mundial, desde la Revolución Industrial, la humanidad ha emitido unos 375.000 millones de toneladas de CO2. Eso ha hecho que la concentración de CO2 en la atmósfera suba de 280 partes por millón a 390 actualmente. Y seguirá subiendo durante décadas. Nadie planea recortarlas drásticamente porque eso acabaría con la economía mundial.El acuerdo alcanzado en Copenhage por todos los países es limitar el calentamiento a dos grados centígrados, para lo que hay que estabilizar la concentración en la atmósfera en 450 partes por millón. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, ya se notan en el continente alteraciones debido al cambio climático: como aumento de lluvias torrenciales en el norte y sequías en el sur y aumento de la frecuencia de las olas de calor.

Con la crisis económica, el clima ha pasado a un tercer plano, aunque cada vez hay más organismos que avisan del grave problema que afronta la humanidad si no se hace nada. El último fue el Banco Mundial, que en un informe calcula, de seguir así, a final de siglo la temperatura media subirá cuatro grados centígrados. Y que eso traerá un mundo "con olas de calor sin precedentes, severas sequías y grandes inundaciones en muchas regiones, con graves impactos en ecosistemas y sus servicios asociados”.La principal esperanza es que en su segundo mandato, el presidente de EEUU, Barack Obama, sí que tome medidas para limitar las emisiones. La paradoja es que sin legislar, Estados Unidos ha reducido sus emisiones debido al auge del gas no convencional, que ha sustituido al carbón en la producción eléctrica. Aún así, EEUU aún dobla a la UE en emisiones per cápita.Europa, tradicionalmente la región que más empuja en estas negociaciones, llega dividida. La crisis económica hace que ninguno de sus líderes -quizá solo François Hollande- tenga el calentamiento entre sus prioridades y Polonia veta cualquier intento por endurecer las normas europeas. Hace unos años se daba por seguro que Europa endurecería su objetivo de reducción de emisiones del 20% al 30% (en 2020 respecto a 1990), pero hoy parece inviable. Además, Bruselas ha tenido que retirar la directiva que obligaba a las aerolíneas por sus emisiones incluso aunque fuesen de un tercer país por el enfrentamiento con China e India y la amenaza de represalias comerciales.

La UE acepta ir a un segundo periodo del Protocolo de Kioto que cubra el periodo 2012-2020, pero hay graves discrepancias por solventar. El secretario de Estado de Cambio Climático, Federico Ramos, destaca el problema del llamado “aire caliente”. Se trata de millones de derechos de emisión asignados a los países de Europa del Este y que nunca usaron debido al desplome de la pesada e ineficiente industria soviética. Algunos países han hecho caja con esos derechos (como Polonia, a la que España le ha comprado CO2 para cumplir su parte), pero otros, como Rusia, aún esperan para venderlos.El problema es que si esos millones de derechos de papel sirven para los próximos años la reducción de emisiones solo será virtual. “España piensa que hay que ser restrictivo en el arrastre de derechos, pero entendemos las posturas de ciertos países”, añade Ramos. “Si el mercado [de CO2] está inundado es difícil que merezca la pena reducir las emisiones”, añade el secretario de Estado, que a partir del miércoles estará en Doha acompañado por el ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete.Ese mercado inundado de derechos ya se da en la UE, por lo que la tonelada de CO2 está en mínimos (el viernes cerró a 6,65 euros, muy lejos de los aproximadamente 20 euros para los que se diseñó el sistema de compraventa.España está entre los países que aceptan un segundo periodo de Kioto. “La primera fase ha sido útil, ha funcionado bien aunque podía haber funcionado mejor”, opina Ramos. Pero incluso aunque la UE acepte, su efectividad de una segunda parte es dudosa. Japón, Canadá y Rusia ya han anunciado que no se sumarán. Estados Unidos, que no llegó a ratificar el primer periodo, ni se lo plantea. El principal emisor del mundo, China, está considerado como un país en desarrollo y por lo tanto está exento. El resultado es que los países con objetivos vinculantes hasta 2020 solo sumarán el 15% de las emisiones mundiales (la UE, Australia, Noruega, Suiza y alguno más).Una prórroga de Kioto permitiría al menos mantener los mecanismos de desarrollo limpio, el sistema que ha llevado miles de millones en tecnología limpia a los países en desarrollo para compensar las emisiones de los ricos. El mecanismo ha estado plagado de agujeros y de inversiones con un dudoso efecto sobre la atmósfera, pero los países consideran que desmontarlo empeoraría la situación.Esos mecanismos son básicos para que los países en desarrollo acepten cualquier nuevo acuerdo, el que se debe acordar en 2015 –probablemente en París- para que entre en vigor en 2020. Pero para eso falta mucho.Tomado de http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/11/26/actualidad/1353950836_252312.html