LAS NEGOCIACIONES ENTRE LA UNIÓN EUROPEA Y AMÉRICA LATINA.docx

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#LAS NEGOCIACIONES ENTRE LA UNIN EUROPEA Y AMRICA LATINA (I). DOS VISIONES COMPLEMENTARIAS

universidades.indd 112/12/2008 11:21:56universidades.indd 2-ffc}-12/12/2008 11:21:56LAS NEGOCIACIONES ENTRE LA UNIN EUROPEA Y AMRICA LATINA (I). DOS VISIONES COMPLEMENTARIASGerardo Caetano - Deisy Ventura Janina Onuki - Liza Sant'Ana Lima 2008ns, cef rIdTEGRACIN REGIONALuniversidades.indd 4-fdfe}12/12/2008 11:21:57CEFIRFundado en 1993, el Centro de Formacin para la Integracin Regional -CEFIR- ha sido testigo y partcipe activo de los procesos de integracin en Amrica Latina y en la constitucin del MERCOSUR. Desde su sede, propicia el intercambio creativo de ideas y prcticas de integracin, facilita el desarrollo de experiencias y la participacin social y refuerza la capacidad de negociacin y toma de decisiones a travs de la formacin permanente de actores claves en el proceso.Dedicado a la investigacin, reflexin, impulso del dilogo, comunicacin, formacin y accin poltica en materia de integracin regional, y abierto a la participacin de los distintos actores de la sociedad civil, el CEFIR tiene por objetivo contribuir a democratizar y profundizar los procesos de integracin regional en Amrica Latina, en particular el MERCOSUR, y a fortalecer sus dimensiones social, cultural y ciudadana.Las actividades del CEFIR estn basadas en los objetivos de impulsar la formacin y la investigacin sobre los procesos de integracin regional en Amrica Latina; contribuir al estudio de los problemas de inters general, especialmente; sensibilizar a la ciudadana del MERCOSUR sobre los aspectos positivos de la integracin; establecer mecanismos de prevencin y resolucin de conflictos; incubar iniciativas innovadoras que ordenen, impulsen y refuercen la integracin regional; defender los valores morales y los principios de justicia, igualdad y libertad, as como las formas democrticas de gobierno.Centro de Formacin para la Integracin Regional - CEFIRAv. Joaqun Surez 3568Montevideo 11700 - URUGUAYTel. (++ 598 2) 336 5232 / 33Fax (++ 598 2) 336 3695E.mail: [email protected]

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#http://www.cefir.org.uy

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universidades.indd 512/12/2008 11:21:56InWEntInWEnt -Internationale Weiterbildung undEntwicklunggGmbH- es una organizacin de desarrollo de recursos humanos, formacin continua y dilogo. Creada en el ao 2002 por la fusin entre la CDG (Carl Duisberg Gesellschaft) y la DSE (Deutschen Stiftung fr internationale Entwicklung), su labor se sustenta en la experiencia de ambas instituciones en varios decenios de cooperacin internacional. Sus programas internacionales de capacitacin y de dilogo estn destinados a cuadros tcnicos, ejecutivos y directivos del sector privado, la poltica, la administracin pblica y la sociedad civil.Gracias a sus programas de formacin, de intercambio y de dilogo para unas 35.000 personas por ao originarias de pases en vas de desarrollo o transformacin, InWEnt constituye la mayor iniciativa alemana comn de la Federacin, los Estados Federados y el sector privado para formacin y cooperacin a nivel internacional. InWEnt cuenta con alrededor de 900 empleados en sus sedes centrales de Bonn y Colonia y en otras 30 localizaciones en Alemania y el extranjero. El socio principal es el Gobierno Federal, el principal comitente es el Ministerio Federal de Cooperacin Econmica y Desarrollo, que financia las actividades de InWEnt.InWEnt - Internationale Weiterbildung und Entwicklung gGmbHFriedrich-Ebert-A llee 4053113 BonnFon +49 228 4460-0Fax +49 228 4460-1766http://www.inwent.orgNegociaciones entre Unin Europea y Amrica Latina: dos visiones complementariasEstamos llegando al final de 2008.Para CEFIR es el momento de publicar los resultados de los trabajos realizados dentro de los proyectos que impulsamos con la colaboracin de InWENT de Alemania.En la cumbre de Baha presentaremos nuestros aportes sobre formacin, comunicacin, gnero y un mapa del MERCOSUR que lo vemos como un aporte sustancial para que la ciudadana en general tenga una aproximacin visual e integral de lo que es el espacio geogrfico que ste abarca y todas sus potencialidades, en materia humana y social, en sus riquezas y su biodiversidad.El trabajo que estamos entregando hoy es el nico que no tiene como referencia exclusiva nuestra regin.Sin embargo es uno de los ms importantes. Es imperiosa la necesidad del MER- COSUR de abrirse al mundo.Las negociaciones bloque a bloque con la Unin Europea ya tienen demasiados aos, se han caracterizado por su lentitud.Es por esto que asistimos a la cumbre de Lima y asumimos la necesidad de trabajar tambin en este tema.Hemos realizado acuerdos con otras instituciones especializadas en el tema como el CELARE (Centro Latinoamericano para las Relaciones con Europa) para potenciar nuestra experiencia y ya hemos comenzado a recorrer un camino de actividades conjuntas.^Este documento aporta dos encares complementarios del estado actual de lasrelaciones AL-UE. Nos parece fundamental conocer con exactitud el estado de la misma para comprender hacia donde se encamina.Esperamos que estos aportes contribuyan a la mejor comprensin del momento en que vivimos.Si de las crisis nacen a veces las mejores oportunidades, aprovechemos sta para lograr que nuestra regin hable con una voz nica y logre con una rapidez razonable avances en el relacionamiento con la Unin Europea logrando avances comerciales que nos beneficien mutuamente.Federico Gomensoro Secretario Ejecutivo CEFIR

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universidades.indd 712/12/2008 11:21:56NDICEI Universidades nuevas formas de cooperacinentre Europa y Amrica Latina31 Introduccin102 Notas sobre algunos perfiles actuales de la cooperacin internacional entre Europa y Amrica Latina273 Las universidades en las relaciones entre la Unin Europeay Amrica Latina y el Caribe 3644 Notas finales43^I Las negociaciones agrcolas entre la Unin Europea y el MERCOSUR521 Introduccin622 El estado de las negociaciones agrcolas en la OMCy la confortable posicin de la Unin Europea623 Los desafos de las negociaciones UE-MERCOSUR62universidades.indd 10-fdfe}12/12/2008 11:21:58UNIVERSIDADES Y NUEVAS FORMAS DE COOPERACIN ENTRE EUROPA Y AMRICA LATINAGerardo CaetanoI IntroduccinEn el texto que sigue se analiza el tema de los marcos ms contemporneos de las relaciones entre la Unin Europea y Amrica Latina a travs de un prisma especial y relevante: el de las nuevas matrices de la cooperacin a nivel de las redes universitarias de ambos continentes. A partir de una jerarquizacin del componente de la cooperacin y de una consideracin especfica de algunos de sus nuevos giros, se trabaja en torno a la hiptesis de los posibles aportes de un fortalecimiento efectivo de la colaboracin interuniversitaria como soporte de un vnculo ms maduro e integral entre ambos bloques. De este modo, el tratamiento de un tema monogrfico deviene en un observatorio privilegiado para registrar ciertas posibilidades de la proyectada asociacin birregional entre Europa y Amrica Latina.0-II Notas sobre algunos perfles actuales de la Cooperacin Internacional entre Europa y Amrica Latina Relaciones entre Europa y Amrica Latina: nuevos contextos, nuevos problemas y oportunidadesComo punto original de anlisis habra que partir de la nueva estrategia de la Unin Europea aprobada en la Cumbre de Essen (1994), de la que ya han pasado casi 15 aos sin resultados como los entonces esperados. Esas pautas que se orientaban a la concrecin de un nuevo tipo de alianza ms profundo entre ambos bloques continentales, estrategia luego refrendada en la I Cumbre Unin Europea - Amrica Latina realizada en Ro de Janeiro en 1999, se definan en un nuevo concepto de posibilidades para acuerdos birregionales en procura de un contexto internacional multipolar. Ambos bloques reconocan aquella circunstancia internacional como un escenario propicio para la profundizacin de sus relaciones como consecuencia del fin de la Guerra Fra. Debe advertirse que esa base ya no existe y que el nuevo contexto dominado por las consecuencias de una dcada larga de pretensin de hegemonismo unipolar presidido por los Estados Unidos de Norteamrica (EEUU), por el empantanamiento de las negociaciones multilaterales, por los cambios operados en ambos subcontinentes (Unin Europea (UE ) y Amrica Latina y el Caribe (ALC)) y por la crisis financiera internacional desatada no facilita particularmente esta perspectiva de relaciones.En una orientacin negativa ha operado sin duda la fragmentacin actual del concepto y de las prcticas regionalistas en Amrica Latina. Esa multiplicidad de apuestas, lejos de reforzar la posicin negociadora del continente y de sus partes como interlocutores en la escena internacional, no ha hecho ms que debilitarla en forma clara. A ello se han sumado en la misma direccin los avatares de la iniciativa hemisfrica de los EEUU (detenido el proyecto del rea de Libre Comercio de las Amricas (ALCA) hacia fines de 2005 en la Cumbre de Mar del Plata, ha seguido avanzando sin embargo por la va de los Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados en forma bilateral, pese a la detente actual y a su previsible continuidad tras las elecciones norteamericanas del 4 de noviembre pasado) y la constatacin de que en Amrica Latina persisten la inestabilidad poltica, la pobreza y una conflictividad multidimensional (interna a los Estados, binacional en algunas fronteras "calientes") cargada de violencia. Ya no est nada clara pues la prevista coordinacin de las polticas birregionales y multilaterales entre la Unin Europea y Amrica Latina y el Caribe. Asimismo, la idea misma de cooperar entre bloques para ganar ms poder de negociacin ante terceros, si bien ha tenido un hito con la concrecin de la iniciativa del G20-plus liderada por Brasil, no ha terminado de perfilarse en el logro impostergable de acuerdos positivos, sin una agenda nica y testimonial de contestacin a la agenda de los pases desarrollados.En suma, las tres lgicas originarias de aquel acuerdo estratgico de 1994 que buscaba una autntica profundizacin de las relaciones birregionales parecen haberse debilitado en forma convergente: i) la lgica de integracin ha debido enfrentar obstculos, entre los que uno de los ms negativos ha sido la falta de voluntad poltica real de los bloques ^latinoamericanos y del MERCOSUR en especial por avanzar en diseos institucionales de unperfil de "supranacionalidad realista" que facilitaran los acuerdos; ii) la lgica econmica tampoco ha mantenido sus avances, ya que si bien entre 1992 y 1997 lleg ms capital europeo a Amrica que en cualquier otro quinquenio del siglo XX, la situacin vari en los aos siguientes, en algunos casos dramticamente, de la mano tambin de la fuerte crisis econmica y financiera de los pases del MERCOSUR, sin que las nuevas mejoras del ltimo lustro hayan podido recuperar plenamente la situacin precedente; iii) la lgica poltica tambin se ha deteriorado, entre una Europa que no quiere interpelar o provocar de modo directo al hegemonismo norteamericano y que a lo sumo -como es el caso tpico de sus iniciativas de cara al MERCOSUR- acta reactivamente (cuando avanza EEUU hacia la regin, lo mismo hace un poco ms tarde la UE), pero que en los foros multilaterales como la Organizacin Mundial de Comercio (OMC) no abandona un formato rgido de alianza bsica Europa-EEUU.Sin embargo, pese a la persistencia y, en algunos casos, a la profundizacin de estos y otros problemas, siguen pesando favorablemente factores cuyo influjo no debe menoscabarse: i) la singularidad de los vnculos histricos entre Europa y Amrica Latina;ii) el hecho de que la Unin Europea sigue siendo un socio comercial y una fuente de inversiones muy importante para el continente en general y para la regin mercosurea en particular; iii) si bien la Unin Europea es ms importante para Amrica Latina que a la inversa, tambin pesan las amenazas de la ausencia de cooperacin (incremento exponencial de la inmigracin, narcotrfico, giro hacia los EEUU en poltica internacional de la mano de los TLC o de otro tipo de acuerdos, etc.); iv) el objetivo comn e histrico de contestar el hegemonismo norteamericano y de apostar a un multilateralismo y a una comunidad internacional fortalecidos constituye un objetivo comn y estratgico entre ambas regiones, podra decirse que hoy ms que nunca.A ello se suma una suerte de "ruptura" o de renovacin de agendas que, con una buena base de interlocucin y pese a lo ocurrido recientemente en foros internacionales (Cumbre de Lima, Directiva de Retorno votada en el Parlamento Europeo, confrontacin en la finalmente fracasada Ronda de Doha en la OMC), podra configurar un escenario propicio para un nuevo tipo de alianzas sustentado en apuestas ms audaces: ante el rechazo norteamericano -convertido casi en dogma- a aceptar compromisos multilaterales, la Unin Europea y Amrica Latina, con el MERCOSUR a la cabeza, podran (tal vez"deberan" hacerlo en trminos de costo-oportunidad) intentar alianzas inditas de cara a los nuevos temas globales (medio ambiente, cambio climtico, derechos humanos, cohesin social, etc.), con posturas ms flexibles en relacin a la negociacin de problemas siempre conflictivos como el de los subsidios agrcolas, el tratamiento de la deuda, la modificacin de la arquitectura financiera internacional, la llamada Agenda Singapur y en especial el tema de la propiedad intelectual, etc., en escenarios multilaterales. En principio y a la luz de lo ocurrido en los ltimos tiempos, las reflexiones anteriores pueden parecer una apuesta poco realista, pero un examen riguroso de los contextos internacionales y de sus retos aun inmediatos debera producir fuertes argumentos a su favor en trminos de estrategia compartida.Por cierto que existen evidencias acerca de que no necesariamente Amrica Latina y el Caribe seguirn siendo como hasta ahora objetivos de relieve dentro de la mirada internacional de la Unin Europea. A ello se suman otros factores conflictivos como los ^derivados de la ampliacin de la UE (en muchos rubros resulta ms difcil negociar concesiones con la Europa de los 27 que con la de los 15). Pero no parece caber duda acerca de que uno de los aspectos que ms complejiza la negociacin birregional entre Europa y Amrica Latina radica en la debilidad de los formatos integracionistas latinoamericanos y la asimetra que emerge en negociaciones que perfilan una UE afiatada frente a una AL dispersa y heterognea. Las dificultades recientes de las negociaciones con la Comunidad Andina (CAN) y la dispensa que parece confirmarse para que pases como Colombia y Per entablen una negociacin bilateral con la UE en temas comerciales a "otras velocidades" constituyen una buena prueba de lo que sealamos. En el MERCOSUR, como lo revela la divisin final en la postura de sus integrantes en la Ronda de Doha, parece perfilarse una situacin similar.De todos modos y con el teln de fondo de la crisis financiera internacional en curso, con el gran proyecto de una globalizacin menos excluyente y ms multipolar y desde una ponderacin ms madura acerca de sus intereses y posibilidades en los nuevos contextos, Europa y Amrica Latina podran encontrar factores de estmulo en la direccin de avanzar en sus negociaciones en diversos aspectos. Reseemos algunos de ellos:i) una mayor confianza en lo que puede surgir de esa emergente"sociedad global total" y sus redes (en donde la cultura y sus vectores juegan un rol favorable para la profundizacin de los vnculos), sin abandonar por cierto la primaca de las articulaciones intergubernamentales;ii) la constatacin comn, por procesos muy diversos y contrastantes pero vividos in situ por ambos bloques, de los crecientes problemas de viabilidad del "nuevo capitalismo" y de sus soportes ideolgicos;iii) la relevancia histrica y estratgica que hoy contendra un acuerdo central en defensa del multilateralismo y de la plena vigencia del Derecho Internacional;iv) la posibilidad tambin estratgica y viable de articular, en clave alternativa a los EEUU de los ltimos aos, polticas integrales de seguridad y de lucha contra el terrorismo, sin la militarizacin excluyente y catastrfica (con los resultados bien a la vista para Europa) de las opciones dominantes por lo menos hasta la actualidad;v) la trascendencia de acuerdos fuertes en apostar a objetivos comunes o por lo menos negociables, en la impostergable reformulacin de las instituciones del orden internacional;vi) la necesidad de construir bases firmes de apoyo para acciones proactivas contra los avances cada vez ms dramticos y peligrosos de la marginacin de sociedades y culturas menguadas y asediadas, con sus consecuencias dursimas en el muy sensible tema de las migraciones internacionales, entre otros.No cabe duda que lo ocurrido en las ltimas Cumbres no permite apostar con fuerza al optimismo. Sin embargo, persisten procesos y factores que"empujan" en la perspectiva necesaria de acercar a Amrica Latina en general y al MERCOSUR en particular, a la Unin Europea. En esta perspectiva, la situacin de Chile es sin duda mucho ms avanzada que la que presentan los pases del MERCOSUR, puesto que ya tiene un gran acuerdo de libre comercio y otros vnculos permanentes y auspiciosos con la Unin Europea. Sin ^embargo, constituira un grave error postular la experiencia chilena como un "modelo" acopiar por el resto de los pases latinoamericanos (uno ms en una larga serie, una vez ms el infrtil modelo de la copia), as como que la UE suponga que sus interlocutores latinoamericanos negociarn con los mismos perfiles que el pas transandino. El tomar cualquiera de estos dos atajos llevara a la frustracin de un nuevo callejn sin salida, y advertirlo desde ya configura un imperativo estratgico.No parece caber duda de que el MERCOSUR debera retomar con vigor la bsqueda afanosa de acuerdos con pases y bloques externos a la regin. Sus logros positivos en esta direccin son realmente esculidos: apenas un acuerdo con Israel en casi 18 aos de vida del bloque desde el Tratado de Asuncin de marzo de 1991. El escaso dinamismo y la falta de logros en la agenda exterior del bloque empuja actualmente a sus socios (en especial a los ms pequeos pero no necesariamente slo a ellos) a intentar los acuerdos ante terceros por la siempre riesgosa (y tentadora) va bilateral. En un escenario en el que convergen rumores sobre apuestas bilaterales y emergen grandes dificultades en el bloque MERCOSUR para asumir una postura comn en los escenarios de la negociacin internacional, dentro de un marco general de gran inestabilidad en la escena internacional, los trascendidos sobre la posibilidad de un movimiento fuerte de Brasil en esa direccin comienzan a sucederse.

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UNIVERSIDADES Y NUEVAS FORMAS DE COOPERACIN ENTRE EUROPA Y AMRICA LATINA13#En un artculo firmado por Silvia Naishtat en la edicin del influyente diario Clarn de Buenos Aires del pasado 8 de octubre de 2008, se sealaba sobre ese particular: "Desde que existe, la Unin Europea cocin todo tipo de acuerdos. Pero algo pasa con el MERCOSUR. Despus de una negociacin que ya lleva 12 aos an no puede cerrar el trato.

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universidades.indd 3712/12/2008 11:21:59Sin embargo, en Bruselas no se dan por vencidos y en diciembre firmarn un ambicioso protocolo. La novedad es que ser slo con Brasil. Lo que se estaba armando con el MERCOSUR era considerado emblemtico ya que se trata de es tablecer una zona de in tegracin poltica, comercial y de cooperacin entre dos bloques econmicos. Bsicamente permita acceder al codiciado mercado europeo. Adems, tena un significativo contenido poltico ya que la regin se considera bajo el ala de influencia de EE.UU. Se barajaron varios tipos de recetas pero todo termin en fracaso. Fuentes de la cancillera francesa, que hoy ejerce la presidencia de la Unin Europa, lo atribuyen a que el MERCOSUR no tiene instituciones y posee varias voces. Lo cierto es que Brasil se convirti en el gran referente y pese a la crisis que lo sacude firmar un acuerdo con la Unin Europea en el que por ahora se excluye la parte comercial pero incluye la cooperacin. Para la Argentina es un sacudn. Despus de los pases del MERCOSUR a los que se destina el 22% de las exportaciones, la Unin Europea es el segundo en importancia con el 20%. En Pars reprochan la posicin de Buenos Aires en la ronda Doha de la Organizacin Mundial de Comercio. El gobierno de Cristina Kirchner 'prefiri proteger a su industria. Brasil con un sector industrial ms desarrollado se ali con Europa en la negociacin, sealaron. Por lo visto, tendr su premio. 'Brasil busca ser un actor global, no es considerado uno ms en la lista, dijo Olivier Dabene, del Instituto de Estudios Polticos de Pars. Gerald Martin, de la Cancillera gala, intent bajar decibeles y habl de acuerdos vigentes como el que refuerza las estadsticas del bloque curiosamente a cargo de la Argentina".[footnoteRef:1] [1: Cfr. Clarn, Buenos Aires, 8 de octubre de 2008. ("Brasil, el socio elegido por Pars y Bruselas. Cae el acuer]

Pese a que los desmentidos tambin se suceden, tanto por parte del presidente Luiz Incio Lula da Silva como de las autoridades de la Unin Europea, y a que hay informaciones que se orientan en un sentido absolutamente opuesto, ms all incluso de los rumores, lo cierto es que de un anlisis objetivo de la coyuntura no podra descartarse la eventualidad de una iniciativa de este tipo. Lo central es que no faltan razones para que, desde la Unin Europea y desde Brasil, haya quienes estn pensando en este tipo de estrategias. Pero si no es nada descabellada la idea como hiptesis de anlisis, constituira la mejor opcin en los actuales contextos? Cabe al menos ponerlo en cuestin. En un extenso reportaje al presidente Luiz Incio Lula da Silva publicado tambin por Clarn el 7 de setiembre de 2008, se le inquiri precisamente a propsito de las versiones que indicaban que, luego de las ltimas reuniones de la Ronda de Doha, Brasil haba optado por "jugar en solitario"en la escena internacional. El primer mandatario norteo se esforz en desmentir en forma tajante esa posibilidad: "No existe esta posibilidad. Primero porque personalmente creo, trabajo y apuesto a la integracin de Amrica del Sur y con ms empeo todava en el fortalecimiento del MERCOSUR. (...) Segundo, como dije en el seminario que se hizo en Buenos Aires, es muy importante que Brasil y Argentina no se miren como competidores, sino como socios. (...) En funcin de esa realidad argentina, Brasil tiene conciencia del papel que juega en la Ronda de Doha y de cmo combinar eso con la cooperacin con Argentina para su recuperacin industrial. Por eso, no existe ninguna hiptesis ni posibilidad de que Brasil se juegue slo. Brasil tiene claridad que su relacin con Argentina, cuanto ms armnica y ms productiva sea, ms contribuir para fortalecer elMERCOSUR y la integracin sudamericana. (...) No debemos ver, en nuestras divergencias, situaciones de conflicto sino situaciones de diferencias; diferencias econmicas y de potencial industrial. Vea, cuando Brasil es tuvo dispuesto en la Ronda de Doha a realizar un acuerdo con los trminos negociados para agricultura y productos industriales, es porque el pas estaba dispuesto a realizar, en el mbito del MERCOSUR, las compensaciones que exigiera Argentina para no tener problemas.(...) Ocurre que Brasil trabaj todo el tiempo teniendo en cuenta que Doha debera tener un instrumento: favorecer a los ms pobres del mundo, que dependen casi exclusivamen te de la agricultura y con un mercado europeo prcticamente cerrado para ellos. Lo que nosotros queramos es que ese mercado se abriese un poco"[footnoteRef:2] [2: do entre Europa y el MERCOSUR", por Silvia Naishtat.)]

Como seal de que las versiones periodsticas sobre este particular reiteran la incertidumbre y las versiones encontradas que se perciben en los medios diplomticos y acadmicos, apenas un da despus, en el semanario uruguayo Bsqueda, bajo el ttulo de "Crisis global y fracaso de Doha reavivaron inters de Unin Europea en un acuerdo poltico y comercial con el MERCOSUR", el periodista Edison Lanza sealaba, como enviado especial a Bruselas para realizar un informe acerca de las opiniones prevalecientes a nivel de las autoridades comunitarias: "La Unin Europea (UE) tiene un alto 'inters poltico y econmico' en cerrar 'un acuerdo birregional equilibrado y amplio' con el MERCOSUR, porque pese al estancamien to de este l timo, se lo considera un proceso de in tegracin 'exitoso'y con potencial de crecimiento, dijo a Bsqueda ngel Carro Castrillo, director general de Relaciones Exteriores de la Comisin Europea y jefe de la Unidad MERCOSUR y Chile de ese organismo, durante una reunin con periodistas de Amrica del Sur que tuvo lugar en Bruselas el viernes 3. (...) El fracaso de la ronda de Doha, la crisis financiera mundial y el comienzo de un perodo ^de recesin en Europa, parecen haber acicateado a la burocracia de Bruselas en la bsquedade ampliar los mercados y desempolvar la dilatada negociacin con el MERCOSUR, que hasta el momento se mantena en el congelador y va rumbo a cumplir una dcada. 'Ahora hay ms razones econmicas que antes, porque podemos superar el percance juntos, confi una fuente de la 'capital'de Europa"?Por cierto que en este terreno de la opinin tambin cabe la pluralidad de visiones. Daremos la nuestra. La Unin Europea puede, en clave de realismo, encontrar razones para retomar con ms fuerza y audacia la iniciativa en el campo de las relaciones inter-bloques, ms all incluso -como vimos- de que su ampliacin reciente con la incorporacin de doce nuevos socios sin duda reorienta las prioridades y dificulta aun ms las negociaciones birregionales. En el sentido de la necesidad de apostar a la oportunidad de relaciones ms fuertes y renovadas pesan sin duda con especial vigor los factores polticos. Existe un peligro comn a ambos bloques en la consolidacin del unipolarismo norteamericano y del nuevo "capitalismo sin reglas', cada vez ms excluyente e imprevisible en sus conse-2 Cfr. Clarn, Buenos Aires, 7 de setiembre de 2008. Lula, en exclusiva con Clarn: "No existe ninguna hiptesis de que Brasil se juegue solo." Por Marcelo Cantelmi, Ricardo Kirschbaum, Eleonora Gosman. Brasilia, Enviados especiales.cuencias. Como vimos, pueden visibilizarse temas globales de agenda compartida y, en algunos casos, de impacto inmediato. En ms de una oportunidad ha podido reforzarse la nocin de la reciprocidad de intereses en diversas reas. Asimismo, como veremos ms adelante en el siguiente punto, la alternativa de la sensatez (que sin duda pasa por una profundizacin de vnculos de todo tipo) encuentra el antecedente favorable de la implementacin creciente de estilos de cooperacin ms dialogada y respetuosa.En esa precisa direccin, los obstculos a vencer, que muchas veces se refieren a prcticas concretas y ms o menos formalizadas, son en verdad mltiples. En ese sentido por cierto que no ayuda, como ya se ha dicho, la fragmentacin y debilidad de los procesos de integracin actualmente en curso en Amrica Latina. Tampoco coadyuva en la mejor perspectiva la inclusin de propuestas rgidas en las ofertas europeas respecto al tema de las disciplinas en temas especialmente sensibles (propiedad intelectual, compras gubernamentales, normas de competitividad, regulacin de servicios, etc.), que mucho hacen recordar a los formatos clsicos de los "TLCs norteamericanos" bilaterales y que han llevado a varios pases latinoamericanos (como Ecuador, Bolivia y Venezuela) y a organizaciones sociales latinoamericanas a denunciar la posibilidad de un "ALCA europeo". El fracaso reiterado de las negociaciones consolida la tentacin del bilateralismo, con el menoscabo de la estrategia de la negociacin bloque a bloque, que siempre ha sido defendida por la Unin Europea para afirmar su postura pro-integracionista. Asimismo y en esa misma lnea de privilegiar a los procesos de integracin como centros estratgicos de la negociacin y de la agenda internacionales, la utilizacin de procedimientos y estrategias que la propia UE ha confirmado en su proceso (como el reconocimiento de las ^asimetras, el tratamiento preferencial de las economas pequeas, la participacin socialy la transparencia como claves de la negociacin birregional) sera muy importante para ampliar las posibilidades de xito. Pero resulta bastante obvio que no se pueden exigir estos comportamientos "virtuosos" y "sensatos" a la Unin Europea cuando en Amrica Latina priman la fragmentacin, la dispersin, cuando no la perplejidad en relacin a las prioridades y objetivos centrales en temas clave como integracin y estrategias compartidas de insercin internacional.El contexto general de la cooperacin europeaDe la triloga clsica de los componentes de los Acuerdos de Asociacin que la Unin Europea ha propuesto y negociado con Amrica Latina y el Caribe, el de la Cooperacin ha sido considerado como de menor relevancia que los otros dos tpicos del Comercio y del Dilogo Poltico. Sin embargo, nuestra opinin es que el menoscabo de este componente comporta un error de consideracin. Los datos respaldan esta aseveracin. No se trata slo de que la Unin Europea desde hace tiempo es el primer contribuyente en trminos de ayuda oficial al desarrollo para Amrica Latina, sino de que cualquier anlisis histrico acerca de las relaciones y negociaciones entre ambos bloques pone de manifiesto la necesidad de sinergias fuertes y diversas entre la cooperacin y el dilogo poltico, as como en relacin a los temas ms comerciales y econmicos. Como lo prueba la evolucin del acuerdo entre la UE y Chile, por ejemplo, la cooperacin muchas veces ayuda a consolidar capacidades y habilitaciones para la penetracin de mercados. Esta circunstancia se profundiza aun ms, como veremos ms adelante, en relacin al tema de las relaciones interuniversitarias. Pero trabajemos en esa direccin del anlisis.Resulta a esta altura prcticamente un lugar comn en las ciencias sociales afirmar que las sociedades contemporneas atraviesan un tiempo de globalizacin, una poca pautada por distintas transformaciones econmicas, polticas, sociales y culturales que han ido redefiniendo los contornos de las comunidades nacionales y regionales, as como, naturalmente, la silueta de las estructuras estatales. Sin pretender ser exhaustivos, cabe consignar las siguientes tendencias o procesos para caracterizar este giro de poca: el incremento en los flujos de intercambio econmico y comercial entre las naciones; la erosin de las identidades polticas tradicionales; la redefinicin o crisis de la figura del Estado nacin y de los modelos de bienestar; la emergencia de los bloques suprana- cionales o transnacionales, as como la implosin de los localismos en el interior de los Estados nacionales; la creciente uniformidad y, al mismo tiempo, la especificidad en las patrones de consumo a escala global; la "massmediatizacin" de la cultura; entre otros.En particular, el debilitamiento de la autonoma del Estado nacin, a partir del establecimiento de acuerdos polticos, econmicos y comerciales supranacionales, as como la vulnerabilidad de las economas nacionales frente a los flujos comerciales y financieros globales, ubican la discusin sobre los mecanismos de cooperacin internacional, interregional y descentralizada en un nuevo escenario. En esta direccin, ha comentado el politlogo alemn Klaus Bodemer: "A finales del siglo XXel rol de los Estados nacionales se ve debilitado por la creciente liberacin del mercado y el consecuente aumento del peso de las empresas multinacionales, el aumento de la competencia entre las empresas y de la ^competencia indirecta en el mercado laboral mundial, y el surgimiento de instancias supra-nacionales, como por ejemplo la Unin Europea y la influencia creciente de los organismos financieros internacionales sobre los Estados de Amrica Latina" (Bodemer et al. 1999: 11)Los alcances efectivos de toda forma de cooperacin no pueden ser analizados sin considerar tambin la evolucin en los ltimos diez a quince aos de los recursos dedicados por los pases industrializados a la asistencia oficial al desarrollo, en tanto constituyen una expresin del compromiso real con el futuro de las sociedades menos desarrolladas. En tal sentido, es necesario recordar que en los ltimos aos el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y otras agencias del sistema de las Naciones Unidas han alertado a la comunidad internacional acerca del debilitamiento del compromiso con la asistencia al desarrollo de los pases ms ricos. Segn recoge uno de los ms recientes informes sobre el Desarrollo Humano del PNUD (2005: 9): "La Conferencia de Monterrey sobre la Financiacin para el Desarrollo celebrada en 2002 marc el comienzo de la recuperacin en materia de ayuda internacional y, desde entonces, se ha registrado un crecimiento anual del 4% en trminos reales o de U$S 12.000 millones (en dlares constantes de 2003). En conjunto los pases ricos gastan hoy 0,25% de su ingreso nacional bruto (INB) en asistencia, cifra inferior a la de 1990, aunque con tendencia al alza desde 1997. El compromiso de la Comunidad Europea de llegar al umbral de 0,51% antes de 2010 es particularmente alentador"Sin embargo, como se puede apreciar en el Cuadro 1, ms de las dos terceras partes de los pases desarrollados en la ltima dcada y media no han aumentado los recursos destinados a la asistencia de los pases menos desarrollados en trminos rela-tivos al ingreso de sus ciudadanos, revelando incluso altibajos que suponen un menor compromiso de muchos Estados en este campo. Al mismo tiempo, la distribucin entre los pases europeos de la asistencia a Amrica Latina y el Caribe durante este perodo se ha mantenido tambin relativamente estable (Cuadro 2).Cuadro1Pases ricos segn desembolsos para la Asistencia Oficial para el Desarrollo. Serie 1990-2005Pases clasificados segnndice de Desarrollo Humano 2003Total en millones de U$SPorcentaje del ingreso nacional bruto

20032005199020032005

1. Noruega2.0422.7861,170,920,94

3. Australia1.2191.6800,340,250,25

4. Luxemburgo1942560,210,810,82

5. Canad2.0313.7560,440,240,34

6. Suecia2.4003.3620,910,790,94

7. Suiza1.2991.7670,320,390,44

8. Irlanda5047190,160,390,42

9. Blgica1.8531.9630,460,600,53

10. Estados Unidos16.25427.6220,210,150,22

11. Japn8.88013.1470,310,200,28

12. Pases Bajos3.9815.1150,920,800,82

13. Finlandia5589020,650,350,46

14. Dinamarca1.7482.1090,940,840,81

15. Reino Unido6.28210.7670,270,340,47

16. Francia7.25310.0260,600,410,47

17. Austria5051.5730,110,200,52

18. Italia2.4335.0910,310,170,28

19. Nueva Zelanda1652740,230,230,27

20. Alemania6.78410.0820,420,280,36

21. Espaa1.9613.0180,200,230,27

24. Grecia3623840,210,17

27. Portugal3203770,240,220,21

Comit de Asistencia

para el Desarrollo69.029106.7770,330.250,33

Fuente: elaboracin propia en base a Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Informe sobre Desarrollo Humano, 2005. La cooperacin internacional ante una encrucijada: Ayuda al desarrollo, comercio y seguridad en un mundo desigual e Informe sobre Desarrollo Humano 2008, La lucha contra el cambio climtico: solidaridad frente un mundo dividido. PNUD, Ediciones Mundi-Prensa, Madrid.Cuadro 2

#Asistencia Oficial al Desarrollo: desembolso neto total destinado a pases de Amrica Latina y el Caribe, segn su distribucin entre pases donantes Serie 1994-2002. En porcentaje.199419951996199719981999200020012002Prom.1994-2002

Alemania18,120,527,920,418,818,720,613,817,919,6

Blgica23,23,42,62,92,72,71,62,92,7

Dinamarca1,51,64,433,33,74,634,63,3

Espaa1713,312,310,613,214,615,828,919,316,1

Francia8,79,58,17,66,97,96,44,58,57,6

Italia12,73,33,91,55,50,73,1

Pases Bajos11,613,312,81514,27,98,911,411,611,9

Reino Unido4,86,33,711,95,312,510,1511,27,9

Suecia4,34,23,7435,98,255,64,9

Otros(1)2,12,61,82,12,53,42,64,33,12,7

ComisinEuropea17,322,21821,424,322,720,122,514,620,3

Fuente: Godnez Ziga (2004)Notas: (1) Austria, Finlandia, Grecia, Irlanda, Luxemburgo y Portugal.Hacia un nuevo paradigma de la cooperacin en el contexto de la globalizacin: el caso de la cooperacin descentralizada y la renovada vinculacin entre ciudades europeas y latinoamericanasEn este nuevo escenario cobran particular relevancia algunas modalidades nuevas de cooperacin, que en ms de un sentido revelan que el reconocimiento de los retos implcitos en los nuevos contextos promueve la experimentacin en la bsqueda de nuevos rumbos.Tomemos un ejemplo paradigmtico por varios motivos, particularmente ilustrativo en referencia a las innovaciones de las relaciones entre la Unin Europea y Amrica Latina. Nos referimos a la llamada "Cooperacin descentralizada" establecida principalmente entre ciudades y municipios. Las grandes urbes o metrpolis como agentes de cooperacin, con iniciativa propia, relativamente independientes o autnomos frente a los Estados, constituyen en efecto un fenmeno en ascenso. Lejos de perder peso en el orden globalizado, las regiones, localidades y municipios se convierten cada vez ms en espacios ms prximos a los ciudadanos, en mbitos donde los actores sociales pueden incidir en los procesos de elaboracin, ejecucin y evaluacin de las polticas pblicas. En cierto sentido, se podra decir que en este nuevo orden global, en el que la figura del Estado nacin es sometida a cuestionamientos desde los polos de los espacios supranacionales y las demandas de mayor autonoma de los Estados subnacionales, las regiones o los municipios, se abre un amplio espacio para el protagonismo de las ciudades como agentes de cooperacin.[footnoteRef:3] En palabras de Gallichio y Camejo (2005: 25): "A pesar de que en el discurso del desarrollo muchas veces est implcito -y a veces explcito- que lo ^local no tiene sentido en un mundo globalizado, dado que los territorios estn condenados a [3: En esta direccin, sostiene Romero (2004: 21): "El fenmeno de la globalizacin subray la importancia de las interconexiones mundiales y plante nuevas relaciones entre procesos internacionales y domsticos. En el marco de esta reestructuracin, la vinculacin global-local se constituye a partir de una tensin: 'la desterritorializacin se da en paralelo a una reinvencin del territorio como requisito funcional y como principio poltico dentro del nuevo orden global.'"]

perder toda especificidad y caractersticas propias, (...) es posible afirmar que, por el contrario, lo local tiene an ms sentido en un contexto de globalizacin".Resulta particularmente interesante analizar el momento histrico en el que las ciudades latinoamericanas de mayor envergadura multiplicaron sus lazos de cooperacin con otros Estados nacin, regiones y urbes. Ese proceso tuvo lugar como expresin y corolario del proceso de globalizacin, en particular en referencia directa a la tendencia al debilitamiento de los Estados nacionales y al paralelo fortalecimiento de las estructuras polticas supra y subnacionales. Por otra parte, esa renovacin de roles de las ciudades latinoamericanas se dio en forma casi simultnea a los procesos de empobrecimiento, fragmentacin social y, por ltimo, ruptura del espacio pblico urbano ocurridos en las ltimas dcadas en el continente. Esta suerte de paradoja que muchas grandes urbes de la regin estn experimentando (por un lado, su transformacin o su aspiracin de transformacin en "global cities" y, por otro, el empobrecimiento que una gran porcin de sus ciudadanos padece) puede resultar muy peligrosa, si no operan a mediano y largo plazo polticas sociales -apoyadas en recursos propios en la cooperacin horizontal- quepermitan que el acceso a los beneficios de la globalizacin no est reservado a una pequea elite urbana cosmopolita. En otras palabras, no tiene el mismo tipo de implicaciones la transformacin de una gran urbe en una ciudad global cuando sus ciudadanos tienen el Producto Bruto Interno (PBI) per cpita, la expectativa de vida y el acceso a la educacin de un tpico pas de ndice de Desarrollo Humano (IDH) alto, que cuando se trata de una ciudad en la que algunos barrios presentan indicadores de desarrollo humano no muy diferentes a los de un pas africano o centroamericano, como ocurre de hecho en buena parte de las metrpolis de Amrica Latina. Precisamente, sobre el papel que les cabe a las polticas sociales y, ms en general, a la accin del Estado como factor catalizador de estos procesos de transformacin alentados por la globalizacin, ha sealado Jos Luis Coraggio (2001: 40): "No toda ciudad puede pensar o aspirar por s misma a ser una ciudad global, a insertarse en este nuevo mundo que se est gestando. (...) El contexto de la globalizacin, aunque en lo inmediato resulta hostil para este tipo de poltica urbana, ampla a la larga el campo de posibilidades. La cooperacin interlocal a escala regional, nacional, internacional o intercontinental, actuando con un paradigma compartido, parece ser una condicin indispensable para pensar la accin conjunta dirigida a influir con fuerza en espacios regionales y globales de decisin"A partir de estas transformaciones ha ido ganando terreno en las relaciones de cooperacin un nuevo paradigma (en paralelo, es justo reconocerlo, al cuestionamiento y redefinicin lenta de los mecanismos de asistencia multilateral y bilateral entre naciones). Se trata de un nuevo modelo que percibe la cooperacin entre las estructuras polticas subnacionales no como asistencia unidireccional de los ms ricos hacia los ms pobres, sino como el intercambio entre unidades territoriales diferentes, que establecen vnculos de mutuo beneficio. Es as que se ha ido gestando lo que algunos han llamado la "paradi- plomacia": "(La paradiplomacia) puede ser definida como 'el involucramiento de los gobiernos subestatales en las relaciones internacionales, por medio del establecimiento de contactos formales e informales, permanentes o provisorios (ad hoc), con entidades extranjeras, pblicas o privadas, con el objeto de promover resul tados econmicos o polticos, tan to como cualquier otra dimensin externa de su propia competencia constitucional'". (Romero 2004: 24)Estos nuevos instrumentos de cooperacin entre agentes subnacionales parten de la definicin de los actores como sujetos activos, no como meros receptores de asistencia, que, a su vez, promueven la participacin de sus habitantes en la definicin de estas lneas de cooperacin. Segn Romero (2004: 33): "Lacooperacin internacional al desarrollo se concibi en sus inicios como una expresin e instrumento de 'ayuda' hacia los pases menos desarrollados (carcter unilateral, del donante al receptor). Este modelo fue pensado predominantemente como una poltica entre estados centrales, que otorga a la sociedad civil y al sector privado un papel de meros observadores y que utiliza un instrumento bsico: la transferencia de recursos realizada a ttulo de subvencin a fondo perdido o donaciones sin contraprestacin".La Unin Europea ha definido esta nueva forma de cooperacin, precisamente, como un "nuevo enfoque en las relaciones de cooperacin que busca establecer relaciones directas con los rganos de representacin local y estimular sus propias capacidades de proyectar y llevar a cabo iniciativas de desarrollo con la participacin directa de los grupos de poblacin interesados, tomando en consideracin sus intereses y sus puntos de vista sobreel desarrollo". (Romero 2004: 40)[footnoteRef:4] Desde esta perspectiva, la cooperacin opera como un factor de movilizacin de las capacidades locales, lo que la acerca al enfoque de los desarrollos humanos -entendidos como ampliacin de las capacidades y libertades de los ciudadanos- que en los ltimos quince aos han promovido las agencias del sistema de las Naciones Unidas, bajo el liderazgo del PNUD. [4: Precisando esta definicin de cooperacin descentralizada, agrega Romero (2004: 41): "... se entiende la cooperacin descentralizada como el conjunto de acciones que son llevadas a cabo por agentes e instituciones. sean pblicas o privadas, del Norte y del Sur, que no forman parte de una administracin central del estado. Esta lectura se corresponde con la adoptada por la Unin Europea en su poltica de cooperacin (...) se entiende que los actores -de la Comunidad Europea y de los pases en desarrollo- son todos agentes o instituciones -tanto oficiales como de la sociedad civil- que no forman parte del gobierno central: poderes pblicos locales; organizaciones no gubernamentales; agrupaciones profesionales y grupos de iniciativas locales, cooperativas, sindicatos, organizaciones de mujeres o jvenes... En sentido estricto, la cooperacin descentralizada sera la llevada a cabo por los niveles de la administracin pblica distintos del gobierno y de las instituciones centrales, con autonoma para tomar decisiones-"'.]

Desde esta perspectiva, los actores sociales y los ciudadanos en general, pasan a ser los agentes principales en los procesos de definicin de la agenda de la cooperacin, as como en el seguimiento y evaluacin de los proyectos desarrollados con estos apoyos. En tal sentido, ha planteado Marie Virapatirin (2004: 62): "La cooperacin descentralizada (visin europea) es un nuevo enfoque de la cooperacin para el desarrollo, cuyo objetivo es pasar de una lgica de proyectos a una lgica de actores, involucrados a lo largo de todo el ciclo de la intervencin".La cooperacin descentralizada, a diferencia de los mecanismos convencionales o tradicionales de cooperacin bilateral y multilateral, no slo apunta a generar condiciones para mejorar la calidad de vida o los niveles de bienestar de los ciudadanos, aspira tambin a fortalecer la capacidad de gestin de los actores locales: "La cooperacin descentralizada (...) se sustenta y cobra sentido en la instrumentacin de dispositivos de apoyo y fomento de las iniciativas locales (...) contribuye con la construccin de una institucionalidad local (...) propicia un mayor protagonismo ciudadano (...) puede ayudar a profundizar o incluso a desencadenar procesos de solidaridad social (...) incide de manera positiva en el fortalecimiento de las estructuras y capacidades locales de gobierno (...) favorece la lucha contra la pobreza y la promocin de la cohesin social (...) no se plantea como sustitutivo de la cooperacin ^entre los estados sino como complementario (...)" (Romero 2004: 47-8)Ante este cuadro de situacin, signado por la irrupcin de nuevos paradigmas sobre la cooperacin y por la preocupante reduccin de los recursos dirigidos por los pases ms desarrollados a la asistencia, las estructuras estatales nacionales y subnacionales de los pases latinoamericanos deben asumir nuevos desafos, en particular aquellos orientados a cmo fortalecer sus capacidades institucionales para convertirse en agentes efectivos en los procesos de cooperacin. Todo este campo de innovacin que vale tanto para la renovada accin de las ciudades y gobiernos subnacionales en las nuevas matrices de la cooperacin entre la Unin Europea y Amrica Latina resulta tambin aplicable para el escenario de la cooperacin a nivel de la enseanza superior y reforzamiento de los vnculos interuniversitarios europeos y latinoamericanos. Las consideraciones que siguen exploran en esa direccin.III. Las universidades en las relaciones entre la Unin Europea y Amrica Latina y el Caribe Los nuevos roles de las redes interuniversitarias en la cooperacin internacional y en el desarrollo sostenibleLa necesidad de promover nuevas formas de cooperacin de perfil birregional entre la Unin Europea y Amrica Latina se vincula de inmediato con el requerimiento de la construccin de nuevos roles y objetivos para el trabajo de las redes interuniversitarias. Si de lo que se trata es de seguir intentando una negociacin bloque a bloque, que suponga una consideracin privilegiada de las asimetras y una atencin al formato de tratamiento diferencial (propio del "modelo" de integracin europeo) para viabilizar un verdadero acuerdo de asociacin estratgico entre regiones, si no se abandona el norte del desarrollo autosustentado de la parte ms dbil de la negociacin como un objetivo beneficioso en clave de reciprocidad inteligente de los agentes y estructuras que cooperan, las universidades pueden realizar muchos y muy buenos aportes en esa direccin. Por lo pronto, pueden contribuir con masa crtica y conocimiento especializado en un conocimiento mutuo afinado, en la consolidacin de las instituciones y de los equipos humanos que lideran las negociaciones, en la profundizacin de esquemas eficaces de "buena gobernanza" que sustentan los acuerdos posibles y exitosos.Si cuando se habla de cooperacin interuniversitaria se lo hace en la perspectiva de consolidar un camino de ida y vuelta, con intercambio paritario de aprendizajes y con el ^objetivo explcito de reforzar capacidades institucionales y habilitaciones reales entre ambas partes, un enfoque similar al de la cooperacin descentralizada se impone claramente. En esa misma direccin, puede decirse que con las universidades pasa algo similar a lo que ha pasado en los ltimo aos con los Estados: la exigencia de un reforzamiento de sus capacidades institucionales resulta una condicin cada vez ms sustantiva para viabilizar un buen ejercicio de cooperacin internacional, capaz de redundar en clave favorable en la sinergia con otros planos conexos. Realicemos algunas consideraciones en esa direccin, utilizando este prisma anotado del smil entre la necesidad de fortalecimiento institucional de los Estados y de las universidades como condiciones de xito en procesos de cooperacin internacional que los involucren de manera ms integral.En las ltimas dcadas, la Ciencia Poltica y los estudios sobre los procesos de reforma estructural han comenzado a enfatizar el hecho de que resulta imposible comprender y explicar el ciclo de las estrategias de cooperacin (desde la etapa de diseo, pasando por las fases de implementacin hasta la de evaluacin) sin considerar como una de sus variables principales la capacidad poltica e institucional de los agentes cooperantes. Este enfoque, que en su perspectiva central ha apuntado al llamado "regreso del Estado" como factor explicativo principal en los procesos de formulacin, ejecucin, evaluacin y correccin o ajuste de las policies, tambin aparece referido a otros tipos de instituciones actuantes en procesos de cooperacin como es el caso de las universidades o de las entidades subnacionales. Frente a los modelos politolgicos, sociolgicos y econmicos que tendan a subestimar el peso de los actores, los recursos y capacidades institucionales en los procesos de cooperacin, as como las lgicas y las racionalidades burocrticas en unsentido amplio, aparece un conjunto de corrientes tericas que subrayan, precisamente, la incidencia de estas variables en la definicin de los contenidos, formatos y alcances de estas dimensiones para el xito de esos procesos.En este sentido, el desbalance entre las facultades y los recursos de las entidades cooperantes (en sentido estricto, que co-operan, que actan en acuerdo) constituye una de las dimensiones de anlisis a considerar cuando se estudian los alcances y las asignaturas pendientes de los procesos de descentralizacin y, en particular, de las experiencias de "cooperacin descentralizada". Otro de los aportes que esta perspectiva terica puede brindarnos para comprender los procesos de elaboracin de polticas de cooperacin de nuevo cuo es el vnculo que se establece entre la capacidad de accin de los actores e instituciones sociales y las capacidades de las estructuras estatales. Precisamente, el concepto de "autonoma enraizada" propuesto por Evans permite comprender la relacin entre la fortaleza estatal y la participacin social para el xito de iniciativas de cooperacin.Las dos dimensiones que explican, por ejemplo, las posibilidades para la fortaleza de un Estado "desarrollista" de nuevo tipo son, por un lado, su consistencia interna, el carcter corporativo -no en el sentido de grupo de presin- y el sentido de compromiso profesional de la burocracia y, por el otro, las conexiones externas que ese Estado establece con los actores econmicos y sociales. El cruce de estas dos dimensiones da lugar a esa nocin pertinente de "autonomaenraizada", la que segn Evans (1996: 555) podra ser definida de la siguiente manera: "la capacidad transformadora requiere una mezcla de coherencia interna y de conexiones externas a la que puede denominarse autonoma enraizada".Para contribuir de la mejor forma a procesos de cooperacin efectivos, resulta muy til que las universidades participen en experiencias que tengan como norte ese concepto clave de "autonoma enraizada" Para ello se vuelve imperioso que las universidades participen de manera protagnica en la calificacin de las negociaciones globales entre ambos bloques, aportando conocimiento especializado y know how concreto. Tambin resulta muy til que desde ambos "lados" se coopere en la facilitacin de la negociacin de las agendas y en la promocin de acciones que viabilicen la objetivacin ms persuasiva de las diferencias. Las universidades, por su parte, pueden ser motores efectivos para concretar buenas sinergias entre el componente de la cooperacin y los del comercio y del dilogo poltico, aportando buenos perfiles de asesoramiento a los decisores en esos campos. Se trata en suma del reconocimiento de un nuevo escenario ineludible para concretar la dimensin regional e internacional del sentido pblico de la labor de los intelectuales, desde la fuerza que resulta de considerarlos desde sus mbitos institucionales fundamentales como son los de las universidades.Asimismo, en el marco desafiante de "sociedades de la informacin", el papel que las universidades -en particular en pases emergentes- pueden jugar para viabilizar estrategias slidas para el desarrollo y como puntales de sistemas nacionales y regionales de innovacin resulta de la mayor trascendencia. Si se toma, por ejemplo, el tema de la propiedad intelectual como uno de los tpicos de creciente relevancia y de mayor controversia en el marco ms actual de las negociaciones internacionales, incluidas aquellas vinculadas con la concrecin de Acuerdos de Asociacin Estratgicos entre la UE y ALC, el aporte de las redes interuniversitarias de ambos continentes puede operar como promotor de acuerdos serios y perdurables, recprocamente beneficiosos sobre todo en el mediano y largo plazo.Precisamente sobre este punto estratgico ha sealado el economista uruguayo Jos Manuel Quijano, actualmente Director de la Secretara Tcnica del MERCOSUR: "Instituciones con el cometido de formar profesionales y realizar investigacin, las universidades estn sometidas, cada vez ms, a una fuerte presin para que se involucren de manera mas directa en el desarrollo econmico y social. El papel es particularmente relevante en un contexto de escasa inversin empresarial en I + D; de pocas empresas innovadoras; y de relativamente escasa presencia de los investigadores en la industria y los nuevos servicios. El nuevo papel de las universidades publicas (...) para convertirse en instituciones volcadas al desarrollo y, por lo tan to, a la innovacin debera apoyarse en: a) el fortalecimien to de las actividades de docencia e investigacin; b) la atencin puesta en la solucin de los problemas de las industrias locales;y c) la evaluacin crecientemente rigurosa de la investigacin universitaria"[footnoteRef:5] [5: Jos Manuel Quijano, "Innovacin y estrategias para el desarrollo" ponencia presentada al Seminario Internacional sobre "Propiedade Intelectual: tensoes entre a logica do capital e as demandas socias e desenvolvimentistas", realizado en San Pablo en marzo de 20077- (indito).]

En esa perspectiva, que apunta en clave estratgica a la promocin de sistemas de innovacin que permitan acortar la brecha y las asimetras existentes en materias como informacin, investigacin y propiedad intelectual, la cooperacin interuniversitaria entre la Unin Europea y Amrica Latina puede configurar un puente fundamental para un acuerdo birregional entre ambos continentes. Por cierto, este resulta un camino bien distinto al de los acuerdos bilaterales tipo TLC y sus posibilidades dependen de la voluntad poltica de los bloques y de sus Estados parte. Existen chances efectivas para que se consolide una perspectiva negociadora de esa ndole? Resulta ineluctable que la UE incorpore en sus agendas de negociacin con los pases latinoamericanos, como lo hacen los EEUU en sus tratados bilaterales, la agenda de los llamados"temas Singapur" en un formato "OMC plus"? Si hay realmente espacio para que estas preguntas no suenen ingenuas o retricas, entonces a las redes interuniversitarias les puede corresponder un papel decisivo.El marco general de algunos de los programas de cooperacin en cursoEn esta direccin, el anlisis de las orientaciones y de las trayectorias de varios de los programas de cooperacin en curso puede resultar un indicador valioso. Advirtamos, por ejemplo, que tanto en los respectivos tratados bilaterales celebrados entre la Unin Europea con Mxico y Chile, como en la tramitacin del otorgamiento a Brasil de la condicin de socio privilegiado, las propuestas de cooperacin en materia de "Enseanza Superior"como en "Ciencia, Tecnologa eInnovacin"fueron en verdad importantes. En este sentido, por ejemplo, en la Comunicacin de la Comisin al Parlamento Europeo y al Consejo titulada "Hacia una Asociacin Estratgica UE - Brasil", de fecha 30 de abril de 2007, en el apartado 2.10 de la propuesta de agenda comn, titulado "Potenciar el entendimiento mutuo", se estableca en forma expresa: "En la cooperacin UE-Brasil enmateria de enseanza superior hay considerable inters y enormes posibilidades de ensanchar el conocimiento acadmico y acercar a las futuras elites intelectuales". [footnoteRef:6] [6: Cfr. Bruselas, 30.5.2007. COM (2007) 281 final.]

Luego de registrar la activa participacin de Brasil en los programas de enseanza superior UEAlban y Erasmus Mundus, as como en programas bilaterales y en el programa Alfa, el Consejo de la UE realizaba la siguiente propuesta: "La UE propone estimular ms los intercambios y el dilogo entre nuestras culturas, intensificando los intercambios universitarios en un futuro prximo, con fondos del documento estratgico sobre el pas de la UE para 2007-2013: se prev destinar 30,5 millones de euros a becas adicionales de Erasmus Mundus para estudiantes brasileos"[footnoteRef:7] En el mismo documento, en el apartado 2.8 dedicado al "Fomento de las relaciones comerciales y econmicas", se incorporaba el rubro "Ciencia, Tecnologa e Innovacin", instndose a una consolidacin del dilogo sectorial y a una ms comprometida participacin del gigante sudamericano en el VII Programa Marco de Investigacin 2007-2013, entre otras iniciativas.[footnoteRef:8] [7: Ibidem, p. 15.] [8: Ibidem, pp. 13 y 14.]

Entre los programas de cooperacin acadmica ms importantes en el marco de las relaciones UE-ALC se destacan los ya mencionados Erasmus Mundus, Alban y Alfa. El primero surgi a partir de una propuesta puesta en marcha por la Comisin en julio de 2002, por la que se promova el objetivo de hacer de Europa un "centro de excelencia del aprendizaje en todo el mundo", apoyando cursos de mster organizados por universidades en distintos pases miembros de la Unin Europea, as como proporcionando becas financiadas tanto para ciudadanos de terceros pases que participaran en estos programas europeos de tercer ciclo como a los ciudadanos de la UE que estudiasen en terceros pases. Este programa se aprob formalmente el 5 de diciembre de 2003 y entr en vigor el 20 de enero ^de 2004. En su primera edicin se proyect para el cuatrienio 2004-2008, aprobndose acontinuacin un programa Erasmus Mundus II para el perodo 2009-2013.En la presentacin de los principales objetivos del programa Erasmus Mundus II, se ratifican los mismos principios orientados a hacer de este el "programa comunitario de referencia para la cooperacin con terceros pases en este mbito", anuncindose la disposicin de ms de 950 millones de euros para asociaciones de colaboracin y becas. Al respecto, Benita Ferrero-Waldner, Comisaria Europea de Relaciones Exteriores y Poltica de Vecindad, expres lo que sigue: "Queremos que Erasmus Mundus II nos sirva para aprovechar plenamente el potencial de cooperacin entre universidades europeas y de terceros pases en todo el mundo. El nuevo programa va a ampliar su campo de actividades en trminos de participantes, programas de enseanza superior disponibles y becas. Mejorar la calidad de la enseanza superior europea, fomentar los objetivos de la poltica exterior comunitaria, apoyar el desarrollo sostenible de terceros pases en el campo de la enseanza superior y favorecer el dilogo y la comprensin entre pueblos y culturas".[footnoteRef:9] [9: Cfr. http://ec.europa.eu/unex/servicios/comunicacion/archivo/2007/072007/23072007/art2/view]

Luego de informarse que en los tres primeros cursos acadmicos de este programa haban participado con xito 2.325 estudiantes de terceros pases (ms de cien) y 323 universidades de dentro y de fuera de Europa, se ratificaban los objetivos y actividades sealados con anterioridad y se anunciaba que el nuevo programa entrara en vigor en enero de 2009.11 En el "Informe de la Comisin al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comit Econmico y Social Europeo y al Comit de las Regiones" titulado "Informe sobre la Evaluacin Intermedia del programa Erasmus Mundus 2004-2008", se formulaban una serie de recomendaciones y comentarios, entre los que destacaban la posibilidad de ampliacin a los niveles de doctorado de la cooperacin y la necesidad de promover una asociacin ms estructurada con los centros de enseanza superior de terceros pases.12Por su parte, en la "Propuesta de decisin del Parlamento Europeo y del Consejo para que se estabilice un programa de accin para la mejora de la calidad de la enseanza superior y la promocin del entendimiento intercultural mediante la cooperacin con terceros pases (Erasmus Mundus) (2009-2013)"se avanzaba en una serie de sealamientos, algunos de los cuales conviene registrar: se ratificaba el objetivo de que la implementacin de estos programas tena como objetivo directo "apoyar los objetivos de la poltica exterior de la UE y contribuir al desarrollo sostenible de terceros pases en el mbito de la enseanza superior"; se adverta sobre el hecho de que la UE segua a la zaga de los EEUU si se tenan en cuenta determinados indicadores acadmicos fundamentales (por ejemplo, el nmero de doctorados otorgados anualmente o el nmero de investigadores por cada mil personas de la poblacin activa, entre otros); se instaba a abrir nuevas posibilidades de cooperacin con las instituciones de enseanza superior de terceros pases y de articular debidamente las acciones con programas y objetivos comunitarios conexos; entre otros.13 En la "Propuesta de Decisin del Parlamento Europeo y del Consejo"finalmente considerada, se estableca en forma expresa en los considerandos: "la mejora de la calidad de la enseanza superior europea, la promocin del entendimiento entre los pueblos y la contribucin al desarrollo sostenible de terceros pases en el mbito de la enseanza superior, a la vez que se evita la fuga de cerebros y se favorece a los grupos vulnerables, constituyen los principales objetivos de un programa de cooperacin en materia de enseanza superior a terceros pases".[footnoteRef:10] [10: Ibidem, p. 12.]

En relacin al Programa Alfan de Becas de estudio Alto Nivel, el mismo comenz a implementarse por una decisin de la Comisin Europea y desde un comienzo estuvo destinado a ciudadanos latinoamericanos, con una duracin estimada hasta el 2010. A lo largo de las cinco convocatorias anuales, para inicio de estudios entre 2003 y 2007, fueron seleccionados 3.319 candidatos oriundos de 18 pases de Amrica Latina para recibir11 Ibidem.12 "Informe de la Comisin al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comit Econmico y Social Europeo y al Comit de las Regiones" titulado "Informe sobre la Evaluacin Intermedia del programa Erasmus Mundus 2004-2008". Bruselas 2.7.2007. COM (2007) 375 final.13 "Propuesta de decisin del Parlamento Europeo y del Consejo para que se estabilice un programa de accin para la mejora de la calidad de la enseanza superior y la promocin del entendimiento intercultural mediante la cooperacin con terceros pases (Erasmus Mundus) (2009-2013)". Bruselas, 12.7.2007. COM (2007) 395 final. 2007/0145 (COD).una beca Alfan para la realizacin de estudios de Maestra, Doctorados o Especializacin Avanzada, en instituciones de 17 de los Estados Miembros de la Unin Europea. Con el cierre de la 5ta. Convocatoria, en diciembre de 2006, terminaron las convocatorias anuales para candidaturas al ProgramaAlfan. Desde entonces no se han abierto nuevas convocatorias para este programa de becas.En relacin a la implementacin de este programa de becas se apost tambin fuertemente al fortalecimiento de las redes que vincularan a las instituciones de educacin superior en ambos continentes, reafirmndose esa pauta poltica comn a la accin de la UE en este campo. Los candidatos deban forzosamente ser aceptados tanto por una Universidad de origen, como de una receptora, ambas aceptadas por las partes cooperantes e insertas en una lista de elegibilidad acordada de comn acuerdo. Otro rasgo distintivo de este programa de becas estuvo dado por la conformacin de una Red Alumni de exbecarios, tambin abierta a beneficiarios de otros programas de cooperacin entre las dos regiones, orientada a"potenciar el mantenimiento de contactos y el establecimiento de sinergias entre todos los latinoamericanos que se hayan beneficiado de una beca de educacin/formacin en la Unin Europea, una vez hayan regresado a sus pases de origen" Cabe consignar tambin que este Programa AlBan se llev a cabo por un consorcio liderado por la Asociacin Grupo Santander, una asociacin de 45 universidades e instituciones de educacin superior de la Unin Europea, en estrecha cooperacin con la Direccin General EuropeAid - Oficina de Cooperacin, Direccin Amrica Latina de la Comisin Europea. Los restantes miembros del consorcio son la Universidade do Porto, UDUAL (Unin de Universidades de Amrica Latina) y el GRUPO MONTEVIDEO.15^Pero no cabe duda que en la actualidad es el Programa Alfa el que remite msdirectamente a las relaciones entre la UE y ALC en este tema de las universidades y la enseanza superior. Formalizado por primera vez en 1994, en su primera fase este programa financi un conjunto de 846 proyectos entre ese ao y 1999, a travs de una contribucin comunitaria de 32,41 millones de euros. En la segunda fase del programa (2000-2006), el aporte de la UE alcanz la suma de 55,5 millones de euros, lo que permiti financiar un total de 225 proyectos. El programa Alfa III se estableci como Instrumento de Financiacin de Cooperacin al Desarrollo, manteniendo los objetivos originarios de "promover la Educacin Superior en Amrica Latina (AL) como medio de contribuir al desarrollo econmico y social mediante la mejora de las condiciones en las que se desarrolla la formacin de recursos humanos calificados".[footnoteRef:11] [11: Cfr. "Alfa III. Gua para los solicitantes de subvenciones. Lnea presupuestaria 19.09.01. Referencia: EURO- PEAID/126-821/C/ACT/RAL]

Tomando como referencia las decisiones y recomendaciones adoptadas en las declaraciones de las Cumbres de Guadalajara (2005) y de Viena (2006), en el sentido de reconocer el llamado "proceso de ALCUE"como elemento estratgico para el fortalecimiento de las relaciones bilaterales y multilaterales entre los Estados, as como de las universidades y dems instituciones de educacin superior de AL y de la UE,15 Para un desarrollo ampliado de todos los datos concernientes a la implementacin de este programa, se debe consultar ala pgina web respectiva dentro de la red de servicios universitarios de la Unin Europea.este programa enfatiza de manera especial en la cooperacin para el desarrollo y el fortalecimiento institucional, as como en la necesidad de un "refuerzo de la Educacin Superior en el desarrollo global, equilibrado y equitativo de la sociedad latinoamericana".[footnoteRef:12] En la misma lnea, entre las prioridades de este programa figura la de "promover la cooperacin y el establecimiento de redes y relaciones duraderas entre las instituciones de Educacin Superior de ambas regiones', implementndose a travs de tres componentes diferentes: "proyectos conjuntos" (llevados a cabo por redes formadas por instituciones de enseanza superior de AL y de la UE); "proyectos estructurales" (impulsados por las redes anteriormente referidas y otras instituciones regionales); y "medidas de acompaamiento" (que apuntarn a articular las acciones llevadas a cabo en el marco de los dos componentes precedentes). [footnoteRef:13] Cabe consignar que en relacin a los "criterios de elegibilidad de las acciones", respecto de aquellas vinculadas al Componente II se establece en forma expresa: "Los Proyectos Estructurales debern actuar en los sectores o temas mencionados a con tinuacin imperativamente a nivel regional. Apun tarn principalmen te a promover la convergencia y/o armonizacin a nivel intrarregional y donde sea posible su conexin con los progresos hechos en la UE en la materia. Podrn implicar la reflexin sobre los desafos de la Educacin Superior para afron tar los problemas regionales actuales con vis tas a con tribuir a un desarrollo ms equilibrado y equitativo de la sociedad latinoamericana".[footnoteRef:14] [12: Ibidem.] [13: Ibidem.] [14: Ibidem. Las negritas y subrayados de la cita estn en el original.]

Ms all de algunos acentos algo diferentes entre los programas antes referidos y de su asimetra evidente en posibilidades y alcances, se advierte sin duda un ncleo comn fuerte en la poltica comunitaria referida a la cooperacin en enseanza superior. El registro de esta identidad dista de contradecirse con los planteamientos sealados con ^anterioridad en este texto en relacin a los roles renovados de las redes universitariasde la UE y de AL respecto del futuro de la negociacin de los acuerdos de asociacin estratgica de proyeccin birregional. Antes bien, parecen contemplar con fuerza esos requerimientos, ms an en el marco de las oportunidades y del carcter crucial de las negociaciones en curso.El tema de la enseanza superior y de la promocin de la investigacin para el desarrollo en la V Cumbre UE - ALC de LimaA partir de estos antecedentes y del registro de algunos de los principales programas de cooperacin en el campo de la enseanza superior y de las universidades, cabe referir ahora algunos documentos actuales de carcter estratgico y programtico. El primero de ellos es el "Documento Estratgico Regional 2007-2013"elaborado por la Comisin Europea en relacin directa al MERCOSUR.[footnoteRef:15] En este documento, en el apartado [15: Comisin Europea, "MERCOSUR. Documento estratgico regional2007-2013."02.08.2007 (E/2007/1640)]

3 dedicado a realizar un balance de la cooperacin anterior y actual de la CE, se hace mencin expresa al impacto de los programas en el campo de la enseanza, al tiempo que se alude en forma directa a que en el captulo comercial se incluyen temas como los derechos de propiedad intelectual, sealando que en todos los casos se ha puesto en marcha una evaluacin del impacto de las agendas comerciales y conexas sobre las posibilidades de desarrollo sostenible de los pases mercosureos. En el punto dedicado a "La estrategia de respuesta 2007-2013 de la Comisin Europea", as como en el siguiente dedicado al "Programa Indicativo Regional", se toma como prioridad la promocin de los "esfuerzos para consolidar y aumentar la participacin de la sociedad civil, el conocimiento del proceso regional de integracin, la comprensin y la visibilidad mutuas".En esa direccin se propone la "creacin de 10 centros de estudio UE-MERCOSURy ayudas a la implementacin del Plan operativo del sector educativo del MERCOSUR 20062010". A partir del objetivo general de "aumentar el conocimiento y la conciencia sobre el proceso de integracin regional a travs de la creacin de centros de excelencia y ayuda a la cooperacin reforzada intra-MERCOSUR en el mbito de la educacin" se registran distintos ejemplos de actividades entre las que se citan: creacin de ctedras para el estudio de la Unin Europea y el MERCOSUR; la creacin de msters sobre la UE y el MERCOSUR; la organizacin de seminarios, conferencias y talleres; la organizacin de centros de documentacin europea/MERCOSUR; la "consolidacin de capacidades locales de cooperacin interinstitucional regional y de gestin de la movilidad para aumentar la movilidad intrarregional entre estudiantes y profesores universitarios para el desarrollo de estudios, programas y proyectos apropiados".[footnoteRef:16] [16: Ibidem.]

En una direccin similar se propone la realizacin de "talleres, seminarios y otras actividades dirigidos a proporcionar experiencia y ayuda en todos los problemas relativos ^a la integracin regional, experiencia de la UE y transferencia de esta experiencia". Entrelos resultados previstos en este apartado figuran la "formulacin e implementacin de recomendaciones para la realizacin del Mercado nico del MERCOSUR" as como la "formulacin de recomendaciones para la implementacin del futuro Acuerdo de asociacin UE-MERCOSUR"[footnoteRef:17] Interesa destacar este ltimo sealamiento pues el mismo atiende y enfatiza una de las funciones ms relevantes que a nuestro juicio, como se ha venido sealando en el presente texto, corresponde a las universidades y a otras instituciones de enseanza superior a los efectos de contribuir de la manera ms eficaz al progreso de las negociaciones birregionales. [17: Ibidem.]

Las definiciones contenidas en el "Documento de Programacin Regional para Amrica Latina 2007-2013"de la Comisin Europea resultan coincidentes en esa misma perspectiva general. Se enfatiza en la necesidad de profundizar la inversin en recursos humanos y en el apoyo de la comprensin mutua, a travs de los programas de educacin abiertos a los pases de Amrica Latina, as como en un programa especfico de becas de enseanza superior dentro de la fase en curso del programa Erasmus Mundus ya mencionado, en alusin a su Captulo cooperacin exterior. Sobre ese particular, se seala el objetivo de lograr, mediante el apoyo a proyectos conjuntos, el reforzamiento de los vnculos entre las instituciones acadmicas de las dos regiones en procura del desarrollo de un "espacio de enseanza superior comn" como una de las vas ms eficaces para profundizar los nexos culturales entre los dos continentes. Es en ese sentido que se apuesta en forma clara y especfica al "apoyo a proyectos llevados a cabo por organizaciones implicadas en la comprensin mutua entre la UE y Amrica Latina".23 Dentro de este rubro se refieren actividades como "proyectos de informacin y de promocin de las polticas llevadas a cabo en el marco de la asociacin estratgica; estudios y anlisis de estas polticas con elaboracin de documentos de reflexin; organizacin de eventos/acciones de visibilidad para la promocin de estas polticas (...); elaboracin y difusin de publicaciones (...); cooperacin con los medios de comunicacin"24Finalmente, en lo que hace a la Declaracin Final de la "Quinta Cumbre Amrica Latina y Caribe - Unin Europea", como es sabido la agenda estaba orientada en otros focos de inters tambin prioritario (I. erradicacin de la pobreza, la desigualdad y la exclusin; II. desarrollo sostenible, medio ambiente, cambio climtico y energa). Sin embargo, ello no fue obstculo para que en el punto vinculado al "diseo y la implementacin de polticas sociales efectivas"se hiciera mencin directa al imperativo de "unlversalizar la educacin preescolar, mejorar la calidad de la educacin bsica y ampliar la calidad y cobertura de la educacin secundaria y superior" dentro de la apuesta al logro de los "Objetivos de Desarrollo del Milenio para el 2015 y, en el caso de las metas adicionales asumidas por los pases ALC, para el ao 2020"25Asimismo, es de destacar tambin el punto 53 de la "Declaracin de Lima", por el que se propone la creacin de una Fundacin Eurolatinoamericana, con el objetivo especfico de "deliberar sobre estrategias comunes y acciones orientadas al fortalecimiento de nuestra asociacin birregional, as como a aumentar su visibilidad". Por su parte, en la Declaracin Conjunta UE-Mxico, en la que se estableci el compromiso de profundizar las ^relaciones bilaterales a travs de la concrecin de una asociacin estratgica, se enfatizen la necesidad de impulsar en el corto plazo un dilogo sectorial sobre educacin y cultura. En una direccin similar y aun ms explcita se perfil la Declaracin Conjunta UE-Chile, en la que en su punto 9 se record de manera expresa que los ejes prioritarios de la cooperacin eran los temas de la cohesin social, la innovacin y competencia, as como la educacin superior.[footnoteRef:18] En la implementacin de esas iniciativas, como tambin en relacin a la promocin de polticas pblicas eficaces y concertadas en relacin a los temas prioritarios de la Cumbre de Lima, el papel potenciador de las universidades y de sus redes birregionales resulta innegable. [18: Cfr. CELARE, "Eurolat. Revista de Relaciones Eurolatinoamericanas". N 75. Ao 15. Vol. 2. Julio 2008.]

23 Cfr. Comisin Europea, "Amrica Latina. Documento de programacin regional (2007-2013)." 12.07.2007. (E/2007/1417)24 Ibidem, p. 27 y 28.25 "Quinta Cumbre Amrica Latina y caribe Caribe - Unin Europea. Lima, 16 de mayo de 2008. Declaracin de Lima. "Respondiendo juntos a las prioridades de nuestros pueblos-"'.IV. Notas finalesEn este texto se han querido poner de manifiesto algunas interrelaciones juzgadas como relevantes: en particular, las que vinculan las potenciales evoluciones de las negociaciones para acuerdos birregionales entre la Unin Europea y Amrica Latina con la reconceptualizacin e implementacin de nuevas formas de cooperacin internacional, en este caso entre redes universitarias de ambos continentes. Si la cooperacin, como se ha querido enfatizar, no es un componente menor en los acuerdos de asociacin entre ambos bloques, el fortalecimiento recproco y la consolidacin de vnculos estructurados entre universidades puede resultar un objetivo de proyeccin estratgica. Si la apuesta a la comprensin mutua se sostiene de manera efectiva, los institutos de enseanza superior pueden contribuir desde sus redes a perfilar esas sinergias complejas que estn faltando para empujar los acuerdos impostergables. La produccin de una masa crtica genuina en torno a estos emprendimientos birregionales debe ser asumida como una prioridad de poltica internacional.Bibliografa bsica utilizadaAlcntara, M., Crespo, I., "Los lmites de la consolidacin democrtica en Amrica Latina". Salamanca, Ediciones Universidad Salamanca, 1995.lvarez, Carlos, (compilador) "La Argentina de Kirchnery el Brasil de Lula". Buenos Aires, CEPES - CEDEC - Prometeo, 2003.Amsden, A., "La sustitucin de importaciones en las industrias de alta tecnologa: Prebisch renace en Asia. Revista de la CEPAL Na 82, Santiago, 2004.ANPEI, "A inovacao tecnologica no Brasil;A industria em Busca da Competitividade Global". 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