La Voz y El Fenómeno (Derrida)

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JACQUES DERRIDA ZYVUTSRQPONM LA VOZ Y EL FENOMENO zyxwvutsrqpon Introducción al problema del signo en la fenomenología de Husserl PRETEXTOS

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La Voz y El Fenómeno (Derrida)

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  • JACQUES D E R R I D A ZYVUTSRQPONMLJIGFEDCA

    LA VOZ Y EL

    FENOMENO zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBAIntroduccin al problema del signo

    en la fenomenologa de Husserl

    PRETEXTOS

  • C A P T U L O P R I M E R O zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

    SIGNO Y LOS SIGNOS

  • Husserl comienza denunciando una confusin: la palabra signozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA (Zeichen) recubre, siempre en el lenguaje ordinario y a veces en el lenguaje filosfico, dos conceptos heterogneos: el de expresin (Ausdruck), que se tiene a menudo equivocada-mente por sinnimo de signo en general, y el de seal (Anzei-chen). Ahora bien, segn Husserl, hay signos que no expresan nada porque no transportan debemos decirlo todava en alemn nada que pueda llamarse Bedeutung o Sinn. Tal es la seal. Ciertamente la seal es un signo, como la expresin. Pero a diferencia de sta ltima, est, en tanto que seal, priva-da de Bedeutung o de Sinn: bedeutungslos, sinnlos. No es sin embargo un signo sin significacin. No puede haber, por esen-cia, signo sin significacin, significante sin significado. Por esto es por lo que la traduccin tradicional de Bedeutung por significacin, aunque est consagrada y sea casi inevitable, arriesga con embrollar todo el texto de Husserl y con hacerlo ininteligible en su intencin axial, con hacer por consiguiente ininteligible todo lo que depender de estas primeras disposi-ciones esenciales. Se puede decir en alemn, con Husserl, sin absurdo, que un signo (Zeichen) est privado de Bedeutung (es bedeutungslos, no es bedeutsam), no se puede decir en francs, sin contradiccin, que un signo est privado de significacin. Se puede hablar en alemn de la expresin (Ausdruck) como bedeutsame Zeichen, cmo hace Husserl; no se puede, sin re-dundancia, traducir bedeutsame Zeichen por signo significan-te, lo que deja imaginar, contra la evidencia y contra la inten-cin de Husserl, que podra haber signos no significantes. Aun

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  • sospechando as de las traducciones francesas consagradas, de-bemos confesar de todas formas que siempre ser difcil reem-plazarlas. Por esto, nuestras observaciones son cualquier cosa menos crticas frente a traducciones existentes y preciosas. In-tentaremos, no obstante, proponer soluciones que se man-tendrn a medio camino entre el comentario y la traduccin. Adems no valdrn ms que en el lmite de los textos husserlia-nos. Lo ms frecuentemente, ante la dificultad, segn un pro-cedimiento cuyo valor es discutible a veces, conservaremos la palabra alemana, intentando aclararla mediante el anlisis.

    Se confirmar as muy pronto que, para Husserl, la expresi-vidad de la expresin que supone siempre la idealidad de una zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBABedeutung tiene un lazo irreductible con la posibilidad del discurso hablado (Rede). La expresin es un signo puramente lingstico, y es precisamente lo que lo distingue en primer an-lisis de la seal. Aunque el discurso hablado sea una estructura muy compleja, al comportar siempre, de hecho, una capa indi-cativa que, lo veremos, costar el mayor esfuerzo contener en sus lmites, Husserl le reserva la exclusividad del derecho a la expresin. Y, en consecuencia, de la logicidad pura. Se podra, pues, quizs, sin forzar la intencin de Husserl, definir, si no traducir, bedeuten por querer-decir, a la vez en el sentido en que un sujeto hablante, expresndose, como dice Husserl, sobre algo, quiere decir, y en el sentido en que una expresin quiere decir;1 y asegurarse de que la Bedeutung es siempre lo que alguien o un discurso quieren decir: siempre un sentido del discurso, un contenido discursivo.

    Se sabe que, a diferencia de Frege, Husserl no distingue, en las Investigaciones, entre Sinn y Bedeutung: Bedeutung vale para nosotros, adems, como sinnima de sentido (gilt ais gleichbedeutend mit Sinn). Por una parte, es muy agradable, justamente en este concepto, disponer de trminos paralelos con que poder alternar; sobre todo, en investigaciones por el estilo de las presentes, donde ha de indagarse precisamente el

    ' To mean, meaning, son, para bedeuten, Bedeutung, esos felices equivalen-tes de los que no disponemos en francs.

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  • sentido del trminozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Bedeutung. Pero mucho ms importa otra cosa, que es la costumbre firmemente arraigada de usar ambas palabras como sinnimas. Esta circunstancia hace no poco pe-ligroso todo intento de diferenciar sus Bedeutungen y (como ha propuesto, por ejemplo, G. Frege) emplear un trmino para la Bedeutung en nuestro sentido y el otro para los objetos expre-sados ( 15). En Ideas I, la disociacin que interviene entre las dos nociones no tiene en absoluto la misma funcin que en Fre-ge, y confirma nuestra lectura: Bedeutung est reservada al contenido de sentido ideal de la expresin verbal, del discurso hablado, mientras que el sentido (Sinn) cubre toda la esfera noemtica hasta en su capa no-expresiva: Partimos de la co-nocida distincin entre el lado sensible o, por decirlo as, cor-poral de la expresin y su lado no sensible, espiritual. En la detallada discusin del primero no necesitamos entrar, como tampoco en el modo de estar unidos ambos lados. Como se comprende, son tambin estos rtulos para problemas fenome-nolgicos no sin importancia. Vamos a fijarnos exclusivamente en el querer-decir (bedeuten) y la Bedeutung. Original-mente tienen estos trminos una exclusiva relacin con la esfera del lenguaje (sprachliche Sphre) o del expresar (des Aus-drckens). Pero es prcticamente inevitable, a la vez que un importante progreso del conocimiento, ensanchar y modificar adecuadamente la Bedeutung de estas palabras, con lo que resultan aplicables en cierta forma a toda la esfera notico-noemtica, o sea, a todos los actos, hllense stos o no entrete-jidos (verflochten) con actos de expresin. As hemos hablado tambin constantemente del sentido (Sinn) una palabra que en general se usa como equivalente de Bedeutung en todas las vivencias intencionales. En gracia a la distincin, va-mos a preferir el trmino Bedeutung para designar el viejo con-cepto, en especial en las expresiones complejas Bedeutung lgica o expresiva. La palabra sentido la emplearemos en adelante como anteriormente, en la ms amplia latitud. Y, en un paso sobre el que deberemos volver, tras haber afirmado que exista, especialmente en la percepcin, una capa pre-expresiva de la vivencia o del sentido, puesto que esta capa de

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  • sentido poda siempre recibir expresin yzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Bedeutung, Husserl propone que la Bedeutung lgica es una expresin (Ideas I, 124).

    La diferencia entre la seal y la expresin aparece muy pronto, en el curso de la descripcin, como una diferencia ms funcional que sustancial. La seal y la expresin son funciones o relaciones significantes, no trminos. Un nico y mismo fe-nmeno puede ser aprehendido como expresin o como seal, como signo discursivo o no discursivo. Esto depende de la vi-vencia intencional que lo anima. El carcter funcional de la descripcin da enseguida la medida de la dificultad y nos hace acceder a su centro. Dos funciones pueden entrelazarse, enca-bestrarse en el mismo encadenamiento de signos, en la misma significacin. Husserl habla en primer lugar de la adicin o de la yuxtaposicin de una funcin a otra: ...los signos en el sen-tido de indicaciones (Anzeichen) (seales, notas, distintivos, etc.) no expresan nada, a no ser que, adems de la funcin indi-cativa [neben, al lado de; subraya Husserl] cumplan una fun-cin de Bedeutung. Pero unas lneas ms adelante, hablar de intricacin ntima, de encabestramiento (Verflechtung). Esta palabra reaparecer con frecuencia, en momentos decisivos, y no ser fortuito. En el primer pargrafo, ya: El querer-decir (bedeuten) en el discurso comunicativo (in mitteilender Rede) va siempre entrelazado (verflochten) con cierta canti-dad o proporcin de seal....

    Sabemos ya, pues, que, de hecho, el signo discursivo, y por consiguiente el querer-decir est siempre encabestrado, cogido en un sistema indicativo. Cogido, es decir, contaminado: es la pureza expresiva y lgica de la Bedeutung lo que Husserl quiere recuperar como posibilidad del Logos. De hecho y siempre (all-zeit verflochten ist) en la medida en que la Bedeutung est cogi-da en un discurso comunicativo. Ciertamente, lo veremos, la comunicacin misma es una capa extrnseca de la expresin para Husserl. Pero cada vez que se produce de hecho, una ex-presin comporta un valor de comunicacin, incluso si no se agota en ello, o si este valor le est simplemente asociado.

    Habr que precisar las modalidades de este entrelazamien-

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  • to. Pero ya desde ahora es evidente que esta necesidad factual del encabestramiento que asocia ntimamente la expresin y la seal no debe, a los ojos de Husserl, encentar la posibilidad de una rigurosa distincin de esencia. Esta posibilidad es pura-mente jurdica y fenomenolgica. Todo el anlisis avanzar, pues, dentro de esta separacin entre el hecho y el derecho, la existencia y la esencia, la realidad y la funcin intencional. Sal-tando por encima de las mediaciones e invirtiendo el orden aparente, estaramos tentados de decir que esta separacin, que define el espacio mismo de la fenomenologa, no preexiste a la cuestin del lenguaje, no se introduce en l como en el interior de un dominio o un problema entre otros. No se abre, por el contrario, ms que dentro de y por la posibilidad del lenguaje. Y su valor jurdico, el derecho a una distincin entre el hecho y el derecho intencional, depende todo l del lenguaje, y en l, de la validez de una distincin radical entre la seal y la ex-presin.

    Prosigamos nuestra lectura. Toda expresin estara, pues, cogida, como a pesar suyo, en un proceso indicativo. Pero lo contrario, reconoce Husserl, no es verdadero. Se podra, pues, estar tentado de hacer del signo expresivo una especie del gne-ro seal. En este caso, se debera acabar diciendo del habla, por ms que se le atribuya an algn tipo de dignidad o de ori-ginalidad, que no es ms que una forma de gesto. En su centro esencial, y no slo por lo que Husserl considera como sus acci-dentes (su cara fsica, su funcin de comunicacin), aquella pertenece, sin excederlo, al sistema general de la significacin. Este ltimo se confundira con el sistema de la indicacin.

    Es precisamente lo que discute Husserl. Para hacerlo, debe, pues, demostrar que la expresin no es una especie de la indica-cin, aunque todas las expresiones estn mezcladas de indi-cacin, no siendo verdadera la inversa. Limitmonos, por de pronto como solemos hacerlo involuntariamente al hablar de expresiones, a expresiones que funcionan en la conversacin viviente. Vemos entonces que el concepto de seal, comparado con el concepto de expresin, tiene ms amplia extensin. Pero de ninguna manera constituye el gnero, por lo que se refiere

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  • al contenido.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA ElzyxvutsrqponmljigfedcbaVMLIHFEC querer-decir (bedeuten) no es una especie de la cual sea gnero el ser-signo (Zeichenseins) en el sentido de la indicacin (Anzeige). Si su extensin es ms reducida es por-que el querer-decir (bedeuten) en el discurso comunicativo va siempre encabestrado (verflochten) con cierta cantidad o proporcin de este ser-seal (Anzeichenseins), el cual funda, por su parte un concepto ms amplio, porque justamente pue-de presentarse fuera de este encabestramiento ( 1).

    Para probar la ruptura de la relacin gnero-especie, hace falta, pues, volver a encontrar, si la hay, una situacin fenome-nolgica en la que la expresin no est obstaculizada en este en-cabestramiento, no est entrelazada con la seal. Como esta contaminacin se produce siempre en la conversacin real (a la vez porque la expresin indica en ella un contenido sustrado para siempre a la intuicin, a saber, la vivencia de otro, y por-que el contenido ideal de la Bedeutung y la cara espiritual de la expresin se unen ah a la cara sensible), es en un lenguaje sin comunicacin, en un discurso monologado, en la voz abso-lutamente baja de la vida solitaria del alma (im einsamen Seelenleben) donde hay que acosar la pureza no encentada de la expresin. Por una extraa paradoja, el querer-decir no ais-lara la pureza concentrada de su ex-presividad ms que en el momento en que fuera suspendida la relacin con un cierto afuera. Con un cierto afuera solamente, pues esta reduccin no borrar, revelar, por el contrario, en la pura expresividad, una relacin con el objeto, el enfoque de una idealidad objeti-va, que hace frente a la intencin del querer-decir, a la Bedeu-tungsintention. Lo que acabamos de llamar paradoja no es en verdad ms que el proyecto fenomenolgico en su esencia. Ms all de la oposicin del idealismo o del realismo, del sub-jetivismo y del objetivismo, etc., el idealismo transcenden-tal fenomenolgico responde a la necesidad de describir la ob-jetividad del objeto (Gegenstand) y la presencia del presente (Gegenwart) y la objetividad en la presencia a partir de una interioridad, o ms bien de una proximidad a s, de un propio (Eigenheit) que no es un simple adentro, sino la posibili-dad ntima de la relacin con un ah y un afuera en general. Por

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  • esto, la esencia de la consciencia intencional no se revelar (por ejemplo, enzyxvutsrqponmljigfedcbaVMLIHFEC Ideas I, 49) ms que en la reduccin de la totali-dad del mundo existente en general.

    Este gesto est ya bosquejado en la primera de laszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Investi-gaciones a propsito de la expresin y el querer-decir como re-lacin con el objeto. Pero las expresiones desenvuelven tam-bin su funcin de querer-decir (Bedeutungsintention) en la vida solitaria del alma; y en stas no funcionan ya como sea-les. As, pues, los dos conceptos de signo no estn en verdad en relacin de mayor y menor extensin ( 1).

    Antes de abrir el campo de esta vida solitaria del alma para recuperar en ellas la expresividad, hay, pues, que determinar y reducir el dominio de la indicacin. Es lo que comienza por hacer Husserl. Pero antes de seguirle en este anlisis, marque-mos una pausa.

    El movimiento que acabamos de comentar se ofrece, en efecto, a dos lecturas posibles.

    Por una parte, Husserl parece reprimir, con una prisa dog-mtica, una cuestin sobre la estructura del signo en general. Al proponer desde el principio una disociacin radical entre dos tipos heterogneos de signo, entre la seal y la expresin, no se pregunta lo que es el signo en general. El concepto de sig-no en general, que tiene que utilizar en el comienzo, y al que tiene que reconocer un foco de sentido, no puede recibir su uni-dad ms que de una esencia; no puede regularse ms que sobre ella. Y sta debe ser reconocida en una estructura esencial de la experiencia y en la familiaridad de un horizonte. Para en-tender la palabra signo en la apertura de la problemtica, debemos tener ya una relacin de pre-comprensin con la esen-cia, la funcin o la estructura del signo en general. Es solamen-te despus cuando podremos eventualmente distinguir entre el signo como seal y el signo como expresin, incluso si estos dos tipos de signos no se ordenan segn relaciones de gnero y es-pecie. Segn una distincin, husserliana ella misma, (cfr. 13), se puede decir que la categora de signo en general no es un g-nero sino una forma.

    Ques, pues, un signo en general? Esta cuestin, no tene-

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  • mos la ambicin de responderla, por varios tipos de razones. Queremos solamente sugerir en qu sentido puede parecer elu-dirla Husserl. Todo signo es signo de algo..., para algozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA (fr etwas), tales son las primeras palabras de Husserl, que intro-duce entonces inmediatamente la disociacin: ...pero todo signo no tiene una Bedeutung, un sentido (Sinn) que sea expresado con el signo. Esto supone que sepamos implci-tamente lo que ser-para quiere decir, en el sentido de estar-en-el-lugar-de; debemos comprender familiarmente esta es-tructura de sustitucin o de un remitir para que despus llegue a ser inteligible en ella, incluso demostrada, la heterogeneidad entre el remitir indicativo y el remitir expresivo; e incluso para que la evidencia de sus relaciones nos sea accesible, aunque fuese en el sentido en que lo entiende Husserl. Un poco ms le-jos, en efecto ( 8), Husserl demostrar que el remitir expresivo (Hinzulenken, Hinzeigen) no es el remitir indicativo (Anzei-gen). Pero sobre el sentido del Zeigen en general, que, mos-trando as lo invisible con el dedo, puede modificarse despus en Hinzeigen o en Anzeigen, no se propone ninguna cuestin original. Sin embargo, se puede ya adivinar y quizs lo veri-ficaremos ms adelante que este Zeigen es el lugar en que se anuncia la raz y la necesidad de todo encabestramiento entre seal y expresin. Lugar en que todas oposiciones y las diferencias que surcarn en adelante el anlisis de Husserl (y que estarn todas informadas dentro de los conceptos de la me-tafsica tradicional) no estn todava dibujadas. Pero Husserl, al escoger como tema la logicidad de la significacin, al creer poder ya aislar el a priori lgico de la gramtica pura en el a priori general de la gramtica, se compromete resueltamente en una de las modificaciones de la estructura general del Zeigen: Hinzeigen y no Anzeigen.

    Esta ausencia de cuestin sobre el punto de partida y sobre la precomprensin de un concepto operatorio, traduce nece-sariamente un dogmatismo? No se lo puede interpretar, por otra parte, como vigilancia crtica? No se trata precisamente de rehusar o de borrar la precomprensin como punto de parti-da aparente, incluso como prejuicio o presuncin? Con qu

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  • derecho presumir de la unidad de esencia de algo como el sig-no? Y si Husserl quisiera dislocar la unidad del signo, des-montar su apariencia, reducirla a una verbalidad sin concepto? Y si no hubierazyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA un concepto de signo y unos tipos de signo, sino dos conceptos irreductibles a los que se ha unido abusiva-mente una sola palabra? Husserl habla precisamente, al con-mienzo del segundo pargrafo, de los dos conceptos unidos a la palabra "signo". Al reprocharle que no comience inte-rrogndose sobre el ser-signo del signo en general, no se da una confianza precipitada a la unidad de una palabra?

    Ms gravemente: al preguntar qu es el signo en gene-ral? se somete la cuestin del signo a un designio ontolgico, se pretende asignar a la significacin un lugar, fundamental o regional, en una ontologa. Lo que sera un movimiento clsi-co. Se sometera el signo a la verdad, el lenguaje al ser, el habla al pensamiento, y la escritura al habla. Decir que puede haber ah una verdad del signo en general, no es suponer que el sig-no no es la posibilidad de la verdad, que no la constituye, que se contenta con significarla? con reproducirla, encarnarla, inscribirla secundariamente o remitir a ella? Pues si el signo precediera de alguna manera a lo que se llama la verdad o la esencia, no tendra ningn sentido hablar de la verdad o de la esencia del signo. No se puede pensar y Husserl lo ha hecho, sin duda que el signo, por ejemplo si se lo considera como estructura de un movimiento intencional, no cae bajo la categora de cosa en general (Sache), no es un ente sobre el ser del cual se llegara a plantear una cuestin? No es el signo otra cosa que un ente? no es la nica cosa, que al no ser una cosa, no cae bajo la cuestin qu es? No la produce, por el contrario, llegado el caso? No produce as la filoso-fa como imperio del ti estf

    Al afirmar que la Bedeutung lgica es una expresin, que no hay verdad terica ms que en un enunciado,2 al compro-meterse resueltamente en una cuestin sobre la expresin lin-

    2 Afirmacin muy frecuente, desde las Investigaciones lgicas (cf., por ejem-

    plo, Introduccin, 2) hasta el Origen de la geometra. zyxvutsrqponmljigfedcbaVMLIHFEC

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  • gstica como posibilidad de la verdad, al no presuponer la uni-dad de esencia del signo, podra parecer que Husserl invierte el sentido del orden tradicional y que respeta, en la actividad de la significacin, aquello que sin tener en s verdad, condicio-na el movimiento y el concepto de la verdad. Y de hecho, a todo lo largo de un itinerario que acaba en elzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Origen de la geo-metra, Husserl atribuir una atencin creciente a aquello que, en la significacin, en el lenguaje y en la inscripcin que consig-na la objetividad ideal, ms bien produce la verdad o la ideali-dad que la registra.

    Pero este ltimo movimiento no es simple. Es nuestro pro-blema aqu, y deberemos volver sobre ello. El destino histrico de la fenomenologa parece en todo caso comprendido entre es-tos dos motivos: por un lado, la fenomenologa es la reduccin de la ontologa ingenua, el retorno a una constitucin activa del sentido y del valor, a la actividad de una vida que produce la verdad y el valor en general a travs de sus signos. Pero al mismo tiempo, sin yuxtaponerse simplemente a este movi-miento 3 otra necesidad confirma tambin la metafsica clsica de la presencia y marca la pertenencia de la fenomenologa a la ontologa clsica.

    Es en esta pertenencia en lo que hemos escogido intere-sarnos.

    1 Movimiento cuya relacin con la metafsica o la ontologa clsicas puede in-

    terpretarse diversamente. Crtica que tendra afinidades determinadas, limi-tadas pero ciertas, con la de Nietzsche y la de Bergson. Pertenece, en todo caso, a la unidad de una configuracin histrica. Aquello que en la configu-racin histrica de estas inversiones contina la metafsica, tal es uno de los temas ms permanentes de la meditacin de Heidegger. Adems, sobre es-tos problemas (punto de partida en la precomprensin del sentido de una palabra, privilegio de la cuestin qu es, relaciones entre lenguaje y ser o verdad; pertenencia a la ontologa clsica, etc.), es slo a partir de una lectura superficial de los textos de Heidegger como podra concluirse que estos ltimos caen bajo el efecto de estas objeciones. Pensamos, por el con-trario, sin podernos extender aqu, que jams se haba escapado mejor a aqul, antes de estos textos. Lo que no quiere decir, claro est, que se escape con frecuencia a l, despus de stos.

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  • C A P T U L O I I

    R E D U C C I O NzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA DE LA SESAL

  • L a pertenencia metafsica se revela sin duda en el tema al que volvemos ahora: la exterioridad de la seal a la expresin. Husserl consagra solamente tres pargrafos a zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBAla esencia de la indicacin y, en el mismo captulo, once pargrafos a la expresin. Como se trata, segn un propsito lgico y episte-molgico, de ceirse a la originalidad de la expresin como querer-decir, y como relacin con el objeto ideal, el trata-miento de la indicacin debe ser breve, preliminar y reduc-tor. Hay que apartar, abstraer, reducir la indicacin como fenmeno extrnseco y emprico, incluso si una relacin estre-cha la une de hecho a la expresin, la entrelaza empricamente con ella. Pero una reduccin as es difcil. Slo aparentemente se ha llevado a cabo al final del tercer pargrafo. No cesarn de aparecer ms adelante adherencias indicativas, a veces de otro tipo, y borrarlas ser una tarea infinita. Toda la empresa de Husserl y mucho ms all de las Investigaciones estara amenazada si la Verflechtung que acopla la seal a la expresin fuera absolutamente irreductible, inextricable en principio, si la indicacin no se aadiese a la expresin como una adheren-cia ms o menos tenaz, sino que habitase la intimidad esencial de su movimiento.

    Qu es un signo indicativo? Puede, en primer lugar, ser natural (los canales de Marte indican la presencia posible de se-res inteligentes) tanto como artifical (la marca de tiza, la ins-cripcin del estigma, to'dos los instrumentos de designacin convencional).1 La oposicin de la naturaleza y de la institu-1 En la lgica de sus ejemplos y de sus anlisis, Husserl habra podido citar

    la grafa en general. Aunque la escritura sea para l, sin duda, indicativa

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  • cin no tiene aqu ninguna pertinencia y no divide la unidad de la funcin indicativa. Cul es esta unidad? Husserl la describe como la de una cierta motivacinzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA (Motivierung): lo que da a algo as como un ser pensante el movimiento para pasar de algo a algo. Por el momento, esta definicin debe mante-nerse en tal generalidad. Este paso puede ser de conviccin (berzeugung) o de presuncin (Vermutung), y liga siempre un conocimiento actual a un conocimiento inactual. En la mo-tivacin considerada en este grado de generalidad, este conoci-miento puede concernir a todo objeto (Gegenstand) o situacin objetiva (Sachverhalt), y no necesariamente a existentes emp-ricos, es decir, individuales. Para designar la categora de lo co-nocido (actual o inactual) Husserl se sirve, pues, a propsito, de conceptos muy generales (Sein, Bestand), que pueden cubrir el ser o la consistencia, la estructura de los objetos ideales como tambin la de los existentes empricos, Sein, bestehen, Bestand palabras frecuentes y fundamentales en este comien-zo del pargrafo no se reducen a Dasein, existieren, Realitt, y esta diferencia importa mucho a Husserl, vamos a verificarlo al instante.

    Husserl define as la comunidad de esencia ms general que rene todas las funciones indicativas: Y encontramos que ese quid comn es la circunstancia de que ciertos objetos o situa-ciones objetivas, de cuya consistencia (Bestand) alguien tiene conocimiento actual le indican (anzeigen) a ese alguien la con-sistencia de ciertos otros objetos o situaciones objetivas en el sentido de que la conviccin del ser (Sein) de los unos es vivida por dicho alguien como motivo (motivo no basado en

    en su capa propia, aquella plantea un problema temible que explica proba-blemente aqu el silencio prudente de Husserl. Es que, suponiendo que sea indicativa en el sentido que da a esta palabra, aquella tiene un extrao privilegio que arriesga con desordenar todas estas distinciones esencia-les: escritura fontica (o mejor: en la parte puramente fontica de la es-critura llamada abusiva y globalmente fontica), lo que aquella indicara sera una expresin; escritura no fontica, sustituira al discurso expresi-vo en lo que lo que lo une inmediatamente al querer-decir (bedeuten). No insistimos aqu sobre este problema: pertenece al ltimo horizonte de este ensayo.

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  • inteleccin) para la conviccin o presuncin del ser de los otrosZYVUTSRQPONMLJIGFEDCA ( 2). zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

    Pero esta comunidad de esencia es todava tan general que cubre todo el campo de la indicacin y otra cosa todava. O ms bien, puesto que es claramente un Anzeigen lo que se des-cribe aqu, digamos que esta comunidad de esencia desborda la indicacin en el sentido estricto, a lo que habr que aproxi-marse ahora. Y vemos entonces por qu era importante distin-guir entre Sein o Best and por una parte, y Existenz, Dasein o Realitt por otra parte: la motivacin general as definida es la de un porque que puede tener tanto el sentido de la alusin indicativa (Hinweis) como de la demostracin (Beweis) deduc-tiva, evidente, apodctica. En este ltimo caso, el porque en-cadena necesidades evidentes e ideales, permanentes, persisten-tes ms all de todo hic et nunc emprico. Manifistase en esto una regularidad ideal, que rebasa los juicios enlazados hic et nunc por motivacin y comprende, con generalidad superem-prica, todos los juicios del mismo contenido, y aun todos los juicios de las misma forma (Form) como tales. Las moti-vaciones que encadenan las vivencias, los actos que enfocan las idealidades necesarias y evidentes, ideal-objetivas, pueden ser del orden de la indicacin contingente y emprica, no-evidente; pero las relaciones que unen los contenidos de los objetos ideales, en la demostracin evidente, no dependen de la indicacin. Todo el anlisis del pargrafo 3 demuestra: 1, que incluso si A indica B con una certeza emprica completa (con la ms alta probabilidad), esta indicacin no ser jams una demostracin de necesidades apodcticas, y, por volver a encontrar aqu el esquema clsico, verdades de razn por oposicin a verdades de hecho; 2, que incluso si la indica-cin parece en cambio intervenir en una demostracin, aquella estar siempre del lado de las motivaciones psquicas, de los ac-tos, de las convicciones, etc., jams del lado del contenido de las verdades encadenadas.

    Esta indispensable distincin entre Hinweis y Beweis, indi-cacin y demostracin, no plantea solamente un problema de forma anlogo a aquel que abramos ms arriba a propsito

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  • delzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Zeigen. Qu es la mostracin (Weisen) en general antes de distribuirse en indicacin que muestra con el dedo (Hinweis) lo no-visto, y en demostracin (Beweis) que da a ver en la eviden-cia de la prueba? Esta distincin agudiza adems la dificultad ya sealada del encabestramiento.

    Se sabe ahora, en efecto, que en el orden de la significacin en general, toda vivencia psquica, bajo la cara de sus actos, in-cluso cuando enfocan idealidades y necesidades objetivas, no conoce ms que encadenamientos indicativos. La seal cae fue-ra del contenido de la objetividad absolutamente ideal, es de-cir, de la verdad. Aqu todava, esta exterioridad, o ms bien este carcter extrnseco de la seal es inseparable, en su posibi-lidad, de la posibilidad de todas las reducciones por venir, sean eidticas o transcendentales. Al tener su origen en los fen-menos de asociacin,2 que ligan siempre existentes empricos dentro del mundo, la significacin indicativa cubrir, en el len-guaje, todo lo que cae bajo el rgimen de las reducciones: la factualidad, la existencia mundana, la no-necesidad esencial, la no-evidencia, etc. No se tendr ya el derecho de decir que toda

    2 Cf. 4: Los hechos psquicos, en que tiene su "or igen" el concepto de la

    seal, es decir, en que este concepto puede ser aprehendido abstractivamen-te, pertenecen a ese grupo ms amplio de hechos que se pueden reunir bajo el ttulo histrico de "asociacin de ideas", etc. Se sabe que, aun renovn-dolo y utilizndolo en el campo de la experiencia transcendental, Husserl no ha cesado jams de operar con este concepto de asociacin. Aqu, lo que est excluido de la expresividad pura, es la indicacin, y por ello, la aso-ciacin en el sentido de la psicologa emprica. Son las vivencias psquicas empricas lo que debe ponerse entre parntesis para reconocer la idealidad de la Bedeutung que rige la expresin. La distincin entre seal y expresin aparece, pues, en primer lugar, en la fase necesariamente y provisionalmen-te objetivista de la fenomenologa, cuando hay que neutralizar la subjeti-vidad emprica. Guardar todo su valor cuando la temtica transcendental profundice el anlisis?, y cuando se regrese a la subjetividad constituyen-te? Esta es la cuestin. Despus, Husserl no la ha abierto jams. Ha conti-nuado sirvindose de las distinciones esenciales de la primera de las n-vestiagaciones. Sin embargo, no ha recomenzado jams, no ha repetido, a propsito de ellas, ese trabajo de tematizacin por el que todos sus dems conceptos han sido incansablemente recogidos, verificados, confirmados, reapareciendo sin cesar en el centro de una descripcin.

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  • la problemtica futura de la reduccin y todas las diferencias conceptuales en las que aquella se pronuncia (hecho/esencia, transcendentalidad/mundanidad, y todas las oposiciones que hacen sistema con ella) se despliegan en unazyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA separacin entre dos tipos de signos? Al mismo tiempo que ella, si no en ella y gracias a ella? No se anuncia aqu bajo la forma de una rela-cin entre dos modos de significacin el concepto de paralelis-mo, que define las relaciones entre lo psquico puro que est dentro del mundo y lo transcendental puro que no est ah y que concentra as todo el enigma de la fenomenologa husserliana? Y sin embargo, Husserl, que no ha querido asi-milar jams experiencia en general (emprica o transcendental) y lenguaje, va a esforzarse sin cesar en contener la significacin fuera de la presencia a s de la vida transcendental. La cuestin que acabamos de plantear, en efecto, nos hara pasar del co-mentario a la interpretacin. Si pudiramos responder afirma-tivamente, hara falta concluir de ello, contra la intencin expresa de Husserl, que la reduccin, antes incluso de llegar a ser mtodo, se confundira con el acto ms espontneo del discurso hablado, la simple prctica del habla, el poder de la expresin. Esta conclusin, aunque debe constituir, ante nues-tros ojos, en un cierto sentido, la verdad de la fenomenolo-ga, contradira, en un cierto nivel, la intencin expresa de Husserl por dos tipos de razones. Por una parte, lo recordba-mos ms arriba, porque Husserl cree en la existencia de una capa pre-expresiva y pre-lingistica del sentido, que la reduc-cin deber a veces desvelar, excluyendo la capa del lenguaje. Por otra parte, si no hay expresin y querer-decir sin discurso, no todo el discurso es expresivo. Aunque no haya discurso posible sin ncleo expresivo, se podra, casi, decir, que la tota-lidad del discurso est cogida en una trama indicativa.

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