Cultura Campesina Santandereana ::: Su historia y arraigo

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Cultura Campesina Santandereana y su arraigo en el departamento de Santander Historia de la Fidel Castillo Blanco

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Un recorrido por la cultura del campesino santandereano y su influencia en la vida moderna

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Cultura CampesinaSantandereana

y su arraigo en el departamento de Santander

Historia de la

Fidel Castillo Blanco

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Paisaje típico rovirense

“Más tarde cual relámpago vivaz, de noche en duelo,rasga el pavor con gesto soberbio la beltrán.

Y un grito, que aún retumba por el cárdeno cielo,vibra desde la mútila cabeza de Galán”

(Tomado del libro “Temas Históricos” de Horacio Rodríguez Plata

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Con el apoyo de la

Gobernación de Santander

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Dirección General:Ing. Fidel Castillo Blanco

Coordinación Editorial:riatiga creatividad & estrategiawww.riatigacreatividad.co.cc

Apoyo periodístico:Marly Jasmín Corzo Rodrí[email protected]

Concepto gráfico y diagramación:Christian O. Riátiga [email protected]

Fotografía:Christian O. Riátiga NovoaVíctor Hugo Morales N.

Supervisión:Magdalena Hernández Gutiérrez

Preprensa e Impresión:PRODUCCIONES GRAFICAS PROGRAF / 2012Carrera 23 No 32 - 53 PBX: (7) [email protected] - Santander - Colombia

Todos los derechos reservados. 2012

La reproducción total o parcial de esta obra debe hacerse citando la fuente.

Primera EdiciónFebrero de 2012

Campesino del Magdalena Medio

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Cultura Campesina Santandereana

Historia de la

y su arraigo en el departamento de Santander

Fidel Castillo Blanco

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:::4Aprisco típico en la región del Cañón del Chicamocha

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“A la memoria de mis padres y de mi hermano Alberto. A mis hermanos. A María Cristina por su invaluable compañia. A mis

hijos. A mis nietos y en especial a Juan Pablo. A mis sobrinos y en especial a Javier Enrique, por su querer tan hermoso de mantener

unida la familia. A toda mi familia. ”

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A Horacio Serpa Uribe, el amigo de más de 60 años y en donde nos ha unido el trabajo por disminuir la injusticia social imperante en nuestro pais, el querer de todo corazón la paz para Colombia y el eterno agradecimiento a nuestro inolvidable Colegio de Santander y a las calles del barrio Modelo, donde transcurrió nuestra primera infancia.

Especial agradecimiento al colega Víctor Hugo Morales, con el cual en largas sesiones estudiamos documentos de historia y de la cultura de la utilización de la tierra en Santander. Por la corrección del texto y por facilitarme valiosas fotografías sobre la vida del campo en Santander. Mil gracias Víctor Hugo.

A los colegas Carlos Peluha, Luis Martin Uribe, Gustavo Bedoya y Pedro María Sánchez, por los aportes en los temas de sus especialidades.

A las personas que me colaboran en la oficina y conviven con mi arraigo santandereano, en especial Blanca Manrique, persona muy valiosa

en el desarrollo de mis actividades profesionales, a Melissa Ortega, Oscar Mauricio Rivera, Kandy Johanna Rincón, practicantes del Colegio de Nuestra Señora Del Pilar y a Damerson Villalba Núñez.

Al Gerente del Banco de la República, Luis Fernando Blanco y a la Coordinadora del Area Cultural, Carolina Rueda, por su eficaz colaboración y palabras de aliento.

Damos gracias a Juan Corzo, Roberto Villamizar y Eli Prada Camacho, los cuales nos llevaron a conocer a través de la tradición oral, la forma sencilla y sincera de su diario vivir.

A Christian Orlando Riátiga Novoa, por su valiosa e invaluable colaboración

A la periodista Marly Jasmín Corzo por su corrección en redacción.

A la Gobernación de Santander, por cuanto sin su colaboración no se hubiese hecho posible la edición de esta obra.

Agradecimientos

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El AutorFidel Castillo Blanco.

Oriundo de Bucaramanga, nace en mayo de 1939, inicia su formaciòn en el Colegio de Santander, de alli pasa a la Universidad Nacional de Medellín, donde se gradua de Ingeniero Fores-tal; posteriormente en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colom-bia, con sede en Tunja, obtiene el gra-do de Ingeniro Agrónomo.

Durante su epoca de estudiante, ya era polemico por su participaciòn como representante de los estudiantes y por su interes por plasmar en palabras sus pensamientos, anhelos, recuerdos y dudas, lo que le ha permitido partici-par en diferentes escenarios de la eco-nomía y política regional y nacional.

En su vida profesional ha estado vinculado con el sector ecológico y agronómico del país a través de la Secretaría de Agricultura del Depar-tamento, en la Universidad de Wis-consin (Estados Unidos), al hoy des-aparecido Inderena y al Banco de la República, a través de Proexpo, como Promotor de exportaciones de frutas y maderas.

Panorámica del Cañón del Chicamocha

Adicionalmemte ha sido miembro de la Junta Directiva de la Corporación Autónoma Regional de Santander -CAS-; Presidente de Asohofrucol de Santander y miembro de su Junta Di-rectiva Nacional; Integrante del Con-sejo Profesional Nacional de Ingenie-ría y Afines -COPNIA- por el Sector Agropecuario; miembro de la Junta Directiva de la Sociedad de Agricul-tores de Santander; miembro del Co-mité de Gremios de Santander; Secre-tario de la Fundación de Ex-alumnos del Colegio de Santander; Presidente de la Sociedad de Ingenieros Agróno-mos de Santander -SIAS- y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Ingenieros Forestales, entre otras distinciones.

Hoy, llega con esta obra, con la cual quiere que se siga conservando la osadia y pujanza de su querido sector campesino. (Nota del Editor)

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Memorias del Autor / 9 Prólogo. / 12 Origen e historia. / 15El campesino y su diario vivir. / 25Costumbres y tradiciones. / 37Creencias, mitos y leyendas. / 47La tierra y sus labranzas. / 55Sones y cantares de nuestra tierra. / 71Cocinas y terruño. / 79Al abrigo de nuestras tierras. / 89La mujer y la familia. / 95El legado cultural campesino. / 99Las hablas de nuestra tierra. / 105Referencias bibliográficas. / 115

Contenido

Cocina típica campesina

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Cuando pensé en relatar la historia de la cultura campesina desde el inicio de nuestra historia, comencé a recopilar las memorias de histo-riadores, las crónicas de la época, las entrevistas a nuestra gente del campo, es decir no quería dejar de-talle por sencillo que fuera, pero que transmitieran un mensaje que debía ser conocido por las genera-ciones futuras. Cuando empecé a escribir, supe que ninguna cantidad de hojas seria suficiente para en-tregar por completo la visión de la vida en el campo, de los afectos de su gente, de sus actividades cotidia-nas y que sus relatos llegan hasta donde nace el horizonte. Y al em-pezar a narrar, he encontrado que su memoria, se vuelve retozona, alegre y dicharachera, al hablar de su niñez, luego se vuelve sincera, alegre y emotiva al recordar su his-toria familiar y luego es dolorosa por los hechos desbordados contra su familia y su comunidad, por las actuaciones de gente sin corazón y las más de las veces procedentes de otras regiones, alterando la serena calma de sus días y que no pueden expresarlos por diversas y perso-nales razones y solo esperan en el

Memorias del Autor

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fondo de su alma, como creyentes a su doctrina católica y amor a sus antepasados, que no vuelvan a ocu-rrir actuaciones que les han marca-do la vida.

Quien no conoce la historia está condenado a repetirla y cuando no conocemos nuestro origen, no sabe-mos a donde ir y es aquí, que se dice como es la cultura santandereana y como se construyó y se encuentra la realidad, que como hijos de esta tierra hemos tenido en nuestras ma-nos la riqueza, la oportunidad de ser de los pueblos más pujantes, más aguerridos y más osados, pero al mismo tiempo hemos fallado al ignorar la forma de ser de nuestro vecino, de nuestro amigo y de la comunidad en general y pensamos que solos podemos hacerlo todo, es decir que no necesitamos ninguna ayuda, que somos autosuficientes y esta actitud nos ha traído con-secuencias graves para nosotros y los cuales han perdurado a través de los años.

Santander, mi tierra, ha visto cre-cer en su seno a grandes héroes, ha visto levantar monumentos, impe-rios, hemos estado en la cima de la ingeniería. Al construir telares con maquinaria francesa, en una época que no existían vías, puertos y a lomo de mula se construyó esta

tecnología y hemos producido café para abastecer ciudades y conti-nentes y de todo esto en Santander no queda nada de nada, porque nos hemos negado la oportunidad de trabajar conjuntamente, es decir en equipo, quitándonos la oportunidad de construir colectivamente.

Reconozco, que no he hablado de todo lo que significa cultura cam-pesina, de momentos exitosos y ruinosos como el caso de la quina, en describir la práctica tecnología utilizada y hacer un parangón con la eficiente maquinaria que hoy se tiene en el mundo de la agricultura. Quedan varios temas para un próxi-mo trabajo.

Si puedo asegurar, que he sido uno de los pocos técnicos de la tierra, que ha tratado este tema de por sí muy difícil y lo he realizado con toda la verraquera del santanderea-no, al querer que las actuales gene-raciones conozcan las vicisitudes a las cuales se encuentra abocado el campesino santandereano a lo largo de su tortuosa y meritoria existen-cia y estoy convencido de que este escrito va a ser el inicio, para que otras personas se interesen en el tema y lo narren, para bien de San-tander y de sus gentes.

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11 :::Camino Real en Barichara

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Prólogo.

Por: Víctor Hugo Morales N.Ingeniero Agrónomo

En pleno comienzos de este siglo XXI, de la alta tecnología en la in-formación y la comunicación, que alguien se motive a escribir sobre la cultura campesina de nuestra re-gión santandereana, suena como de extraterrestres. Cuando la guabina, la copla, el bolo criollo y el jijue-puerca, sólo van quedando en los anecdotarios de quienes encontra-mos en nuestra cultura campesina, la esencia de los principios y va-lores, que han labrado el sentido de la diversidad y autenticidad de sus gentes, para preparar sus futuras generaciones hacia lo impredecible.Por esta razón, el trabajo que nos presenta el Ingeniero Agrónomo e Ingeniero Forestal, para más aña-didura, Fidel Castillo, santande-reano que con su trasegar durante más de 50 años por los oficios de la agronomía, bajo la sombra de los

bosques y su contacto con el co-mercio internacional en la promo-ción de Colombia en el extranjero; además de su labor gremial como Presidente de la Sociedad de Inge-nieros Agrónomos de Santander y su apoyo al desarrollo empresarial del sector hortifrutícola; permite recrearnos en poco tiempo de lec-tura, partiendo de los laberintos en la conformación y desarrollo de la cultura campesina santandereana; desde las raíces del mestizaje re-gional y su trasegar por senderos, caminos, estancias, hatos, hacien-das y minifundios en los oficios de artesanos y jornadas de campe-sinos en la explotación del tabaco, el café, el algodón, el fique, la caña panelera, el cacao y las frutas; al ritmo de pasillos, y bambucos, bajo el brindis de un guarapo en totuma o un aguardiente, ojalá del Supe-

Semblanza de nuestro campesino

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rior, en compañía de un mute o un plato de cabrito con todas las herra-mientas, como dicen; para enfilarse de la montaña al valle y contemplar la belleza de nuestra región santan-dereana.

Protagonistas de este trabajo son las ariscas tierras de nuestras montañas andinas y el trabajo de la familia; son el fundamento en la confor-mación de nuestra cultura; no hay campesino santandereano “arre-cho” que no encuentre en su mujer santandereana el ímpetu aguerrido con su flor de romero, que le den el reposo para continuar en su lucha por la existencia campesina para sa-car adelante sus calabazos.

Gracias Fidel por recordarnos en estos breves pasajes, que hoy más que antes, necesitamos revalorizar la palabra como parte de nuestra herencia cultural campesina; para sobreponernos con valor a las pre-ocupaciones de la vida moderna y encontrar el sendero para alcanzar una sociedad más justa, donde el papel del campesino deje de ser sueño y añoranza; convirtiéndose en real protagonista de su futuro y de una sociedad santandereana que marcha a nuevos horizontes sin de-jar el arraigo en su origen común; la cultura campesina.

Curioseando el fruto del café

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:::14Niño campesino Santandereano

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Una de las regiones de Colombia con mayor riqueza histórica y cul-tural es el Departamento de Santan-der. Desde la época prehispánica el territorio estaba habitado por indí-genas Yarigüíes, Chitareros, Laches y Guanes. El primer conquistador español en llegar al territorio fue Antonio de Lebrija, en 1529. Pos-teriormente ingresaron el alemán Ambrosio Alfinger (1532), Mar-tín Galeano y Gonzalo Jiménez de Quesada, quien fundó el municipio más antiguo de la región, Chipatá, en 1537.

A partir de entonces, los santande-reanos han estado presentes en la totalidad de pasajes históricos del país, siendo escenario de la revo-lución de los Comuneros, primer movimiento armado durante la in-dependencia en contra del dominio español.

Durante la época colonial los hombres de los actuales Santanderes se concentraron sólo en el estrecho corredor central

“Desde los confines de Vélez hasta los de Bucaramanga, en lo que pudiera llamarse el corazón

del territorio, constituido por tierras templadas, se extendía el pueblo de los GUANES, el que más contribuyó con su sangre y sus costumbres, a la formación de lo que hoy se llama, con más orgullo que propiedad, la raza

santandereana”.

Eduardo Sierra Barreneche. (Santander tierra con pasado, presente y futuro). 1986

I.Origen e historia.

Manos campesinas

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formado por las cuencas de los ríos Suárez, Chicamocha, Pamplonita y Cucutilla. Por lo cual, el espacio histórico del poblamiento santandereano se localizó sólo en las cuencas de la vertiente occidental de la Cordillera Oriental. El resto del territorio estaba en su estado natural; al occidente, los bosques y las ciénagas del valle medio del río Magdalena, asolados por las fiebres y los indios flecheros (Guanes) al oriente, los fríos y húmedos páramos que se interponían como una pared en la ruta hacia los llanos orientales y hacia las selvas de la cuenca del río Zulia, asoladas también por indios flecheros. 1

La zona santandereana tradicional ha sido su parte montañosa, mez-clando la belleza con la rudeza de sus paisajes, como puede apreciarse en el gran cañón del río Chicamo-cha, en las estrechas cuencas de San Joaquín y Onzaga, en el páramo de Guantiva o en los muros que domi-nan el río Sogamoso en la jurisdic-ción de Betulia. Fue en este terreno donde se trazaron los dos caminos en dirección norte-sur, que concen-traron la circulación de los hombres y las mercancías por siglos. El pri-mero entraba a la región por Capi-tanejo y paralelo al río Servitá se dirigía hacia Pamplona, desde don-de conectaba con Cúcuta para pro-

seguir hacia Caracas o Maracaibo. El segundo ingresaba por Vélez y corriendo paralelamente al río Suá-rez pasaba por las villas del Socorro y San Gil, cruzando el río Chica-mocha por Sube para ascender a la Mesa de los Santos y de allí bajar a Girón o a Bucaramanga, desde don-de podía proyectarse hacia la Costa por los ríos Sogamoso o Lebrija.

Al occidente de Santander los ríos Carare, Opón, Sogamoso y Lebri-ja entran en contacto con la cuen-ca media del río Magdalena, zona con mayores niveles de fertilidad y abundancia de bosques. Su po-blamiento sólo se produjo en este siglo después de la instalación del enclave de la explotación petrolera en Barrancabermeja. Sin embargo, el aumento de la población hispa-

Socorro - Camino Real

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na de la región tuvo su origen por dos motivos principales, en primer lugar controlar la entrada al Nuevo Reino, fundando la primera ciudad con el nombre de Vélez, y en se-gunda instancia la búsqueda de oro.

En este entonces, 1539, se dio ini-cio al reparto de los indios y de las tierras de la provincia de Vé-lez entre los soldados quesadistas. Pronto hicieron su negocio con el abastecimiento de conservas, car-nes, quesos y panes a los pasajeros que entraban y salían del territorio del Nuevo Reino por el río Magda-lena. A partir de ese momento, la manufactura del dulce (conservas, azúcares y mieles) definió la voca-ción del trabajo veleño, junto con la ganadería.

Pero es a finales del siglo XVI cuando termina la expansión mi-nera y la economía regional se orienta a la producción de los frutos que daba la tierra. Como resultado se suscita una movilización de los indios desde sus asentamientos ori-ginales hacia el nuevo territorio de producción. Allí, los estancieros o hacendados, no pararon en buscar domésticos y aparceros para sus trapiches, mercados urbanos, ga-nadería y minería. No obstante, la base de la economía eran los bienes de consumo, proceso por el cual se siguió el curso de la artesanía en los hogares campesinos, subsidiada con la producción de las parcelas familiares.

De esta manera, surgieron centros de depósito impulsados por nuevos grupos de comerciantes. La forma administrativa que el vecindario blanco y mestizo usó con mayor

Socorro - Calle 15

Panorámica de Vélez

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facilidad para establecer trazas ur-banas fue la parroquia, mercado de acopio de la producción artesanal y agrícola, experimentada temprana-mente por los feligreses de Capita-nejo, San Gil y Socorro. Sumado a ello, las colonizaciones santande-reanas de los siglos XVIII y XIX, ayudaron a completar el pobla-miento del actual territorio.

La minería fue una de las actividades más importantes en la prematura economía colonial de la región, todo gracias a la presencia del Río de Oro y las vetas existentes cerca de Pamplona, lugar donde se dió inicio a la extracción de tan deseado metal. Pero, con el paso de los días la abundancia del oro desapareció, dejando como resultado el surgimiento de nuevos centros urbanos como Ocaña,

Girón, Málaga, Villa de San Gil y la parroquia del Socorro, además de la conformación de rutas comerciales que levantarían en un futuro la economía colonial, por medio de la agricultura campesina y el auge de la artesanía doméstica.

Campesino laborando en la extracción artesanal de oro

Niño campesino transportando fique

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Ya en el siglo XVIII la Dinastía Borbónica, lo cual significaba el retorno de una nueva forma de gobierno al renovar la administración y la economía, tanto en la Península como en América, donde Santander no fue la excepción. Nuevas actividades, actores y centros de desarrollo se orientaron hacia la producción campesina y artesanal.

En consecuencia, la agricultura es-tuvo principalmente en manos de pequeños y medianos campesinos que en sus parcelas y estancias pro-ducían lo necesario para su propia subsistencia. Por su parte, la pro-ducción artesanal fue creciendo, convirtiendo a la provincia del So-corro en la más dinámica, poblada y rica de la región. Los motivos que fortalecieron tal fin, radican en la estratégica ubicación en relación con las vías de comunicación, el estado de las tierras o la habilidad en la mano de obra, las cuales po-seía en su totalidad la provincia del Socorro, pues producía algodón y fique, y además contaba con per-sonal capacitado en el manejo del azadón, la rueca y el telar.

Es así como las provincias de San Gil y especialmente la del Socorro, antiguo asiento de los Guanes y con una numerosa población mes-

tiza de agricultores y artesanos, se especializaron en la producción de tejidos de algodón, fique y alparga-tas, de clara estirpe prehispánica, y abastecieron durante todo el siglo XVIII y buena parte del XIX más del 75% de la demanda neograna-dina. 2

Mientras tanto, Vélez, que antigua-mente era poseedora de una impor-tante economía sustentada en las haciendas, el ganado, cueros, mu-las, panela, miel, azúcar y conser-vas, pudo hacerle frente a su econo-mía, a través del mercado de Tunja, Santa Fe y Antioquia.

Alpargata típica campesina

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Ya fortalecido el periodo de la in-dependencia, la apertura comercial tuvo efectos diferenciados sobre los distintos sectores en que se dividía por ese entonces la producción ar-tesanal santandereana. Mientras los productos socorranos entraban en crisis, los sombreros jipijapa y los

sacos de fique estaban próximos a vivir su mayor auge. Sin embar-go, con la quiebra de los textiles, aumentó la ruina para numerosas familias de agricultores y artesa-nos, lesionando mayormente a la

población femenina de la provin-cia, que realizaba este oficio como única fuente de ocupación remune-rada que conocían. Por su parte, los hombres se refugiaron en sus parce-las y se dedicaron a producir lo ne-cesario para sostener a sus familias.La crisis del textil, dio apertura a nuevos sectores de producción ar-tesanal, que surgieron en reempla-zo de los tejidos. Así, las zonas que vieron en la producción de som-breros jipijapa una alternativa con-quistaron mercados internacionales en ese entonces. Las principales razones del éxito fueron el incre-mento de la producción algodonera en la zona esclavista de los Estados Unidos y con destino a las grandes fábricas textileras del norte y de In-glaterra, hicieron crecer la deman-da de sombreros baratos. Dentro de ese contexto quienes producían el algodón para las fábricas de telas que llevaron a la quiebra a los teje-dores socorranos, los compensaban comprándoles los sombreros para sus esclavos.

El segundo factor de crecimiento de la demanda de sombreros, fue el auge de las plantaciones de caña de las islas caribeñas y los prime-ros intentos de independencia de Cuba, pues tanto los esclavos de las plantaciones como los soldados españoles encargados de sofocar

Producción artesanal de tabacos

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la insurrección cubana se convir-tieron en habituales consumidores de sombreros para aminorar la se-veridad del sol antillano. A su ela-boración se dedicaban unas 15 mil mujeres de Barichara, Bucaraman-ga, Zapatoca y Girón. Pero además del sombrero jipijapa, el costal de fique logró soportar las agresiones del libre comercio, debido a la re-lación con el crecimiento cafetero y el volumen de sacos exportados, producto de la producción artesanal santandereana.

Con el triunfo del libre comercio, amplios sectores de la economía de la región debieron orientarse hacia la explotación y comercialización de aquellos productos agrícolas y silvestres de mayor demanda en el mercado internacional. Más tarde, en efecto durante el siglo XIX las exportaciones regionales se incli-naron hacia el tabaco, la quina y el café.

Respecto al tabaco la mayor parte de la producción regional estaba destinada a abastecer la industria artesanal de cigarros, supliendo las necesidades del mercado nacional. Sorprende comprobar que existió un transitorio incremento exporta-dor tabacalero entre el periodo de 1863 y 1866, pero dada la irregular calidad del tabaco santandereano,

producido, procesado y empacado en las dispersas parcelas campesi-nas de la región, no se cumplieron las exigencias impuestas por el es-tricto mercado externo, razón por la cual se tuvo que seguir incursio-nando en el mercado nacional más flexible y seguro.

Por su parte la quina, tuvo su mayor auge durante el periodo de 1877 y 1882, llegando al punto de conver-tirse en el principal producto de ex-portación nacional, principalmente por sus bondades curativas, pues su amarga corteza fue, durante varios siglos, uno de los remedios más efectivos para tratar la malaria. En esta bonanza, la quina en Santander movilizó aproximadamente unos

Campesino cultivador de café

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7 mil trabajadores, que se encar-garon de enriquecer a los exporta-dores afincados en Bucaramanga, aumentando así el crecimiento co-mercial de la ciudad. Sin embargo, como había ocurrido con el tabaco la quina entró en declive debido al establecimiento de grandes planta-ciones por parte de los ingleses en sus colonias del sureste asiático, particularmente en Java y Ceilán, las cuales comenzaron a ser preferi-das por sus menores costos y mayor productividad.

En cuanto al cultivo del café, el cual representó una notable fuerza agra-ria y de prosperidad comercial de la región, durante el periodo com-prendido entre 1863 y 1915, San-tander figuró como el primer pro-ductor nacional del precioso grano, gracias a un crecimiento de 60 mil a más de 300 mil sacos aproximada-mente, lo cual permitió el desarro-llo de vías, así como la consolida-ción de las ciudades capitales como centros urbanos. Infortunadamen-te las guerras civiles y la carencia de vías, despojaron a Santander a comienzos del presente siglo de su lugar de privilegio en la producción cafetera nacional.

Un nuevo avance tecnológico de la época lo protagonizó la llegada del ferrocarril, pues anteriormente

el sistema de transporte era costoso y poco efectivo para llevar los pro-ductos y mercancías de los puertos fluviales a las ciudades del interior, de esta manera fue con los trenes como se hizo posible que entre 1885 y 1914 se tendieran más de 500 kilómetros de rieles. Avance que significó para la región inte-grarse con el resto del país.

Ya en la segunda mitad del siglo XIX, la acumulación de capital fue la que hizo posible el surgimiento del sector financiero, primer intento serio de modernización económica en la región. Fruto de ello fueron los bancos fundados en Bucara-manga y Cúcuta y los frustrados intentos de industrialización en la producción de bebidas y alimentos que realizaron audaces empresarios extranjeros.

Locomotora de Ferrocarriles de Colombia

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Ya el siglo XX, marca un nuevo rumbo en la región, pues aunque la existencia de yacimientos petrole-ros era conocida desde la Colonia, fue durante el gobierno de Rafael Reyes que se otorgaron las prime-ras concesiones. Tras esta situación, los beneficiarios optaron por nego-ciarlas con empresas norteamerica-nas frente a la indiscutible incapa-cidad de ponerlas a producir. Estos hechos dan inicio a la llamada épo-ca dorada del petróleo santanderea-no, donde el mayor favorecido fue Barrancabermeja, que no dudó en convertirse en un dinámico puerto petrolero por su ubicación. Tanto así, que logró posicionarse como la sede principal de la primera re-finería nacional. Con su puesta en marcha se consiguió abastecer de combustible al país, contando con una infraestructura industrial que permitiera servir de motor a la eco-

nomía regional. Cabe resaltar que la modernización que venía acom-pañada del auge petrolero, permitió además rediseñar el estado de las vías por unas más eficientes, esto se evidencia en el cruce de rieles del ferrocarril de Puerto Wilches y el Magdalena, y el desarrollo de empresas de transporte terrestre, sumado al avance en la agricultura de la región del Magdalena Medio con los cultivos de palma de aceite, arroz, sorgo y la ganadería.

Santander hoy, concentra su econo-mía en los sectores primario y ter-ciario, de los cuales se resaltan la minería, el petróleo, el comercio, el transporte, las finanzas, pero sigue siendo la agricultura y su agroin-dustria el gran potencial. La palma de aceite, el cacao, el café, el cau-cho, la avicultura, la caña y las fru-tas entre otros lo confirma.

Rio Magdalena en el puerto de Barrancabermeja

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:::24 Campesino de la provincia de Mares

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Son las 5:00 a.m., como de costum-bre don Juan Corzo se despierta, antes de que el sol ilumine el nuevo día, y se prepara para salir a paso lento de su humilde hogar, con el alma llena de viva esperanza, a rea-lizar la labor que desde hace más de 50 años ejecuta con placentera pasión.

Este campesino nacido en la Pro-vincia de García Rovira, el 1 de di-ciembre de 1932, de estatura media, rostro envejecido por el correr de los años, cuenta con tímida amabi-lidad, la historia que lleva marcada en sus manos, ya fruncidas por el azadón.

“Mi pasado está embadurnado de labranza, este oficio lo aprendí des-de pequeño, gracias a mi padre, pues como ellos vivían de la agri-cultura nos enseñaron a labrar la tierra desde niños. Los terrenos de los cultivos eran de mi papá, por eso no recibíamos remuneración, porque era una empresa familiar. La finca estaba ubicada cerca de

“Desde las primeras luces que despuntan al alba hasta los

últimos reflejos del atardecer, la vida del campesino no conoce

otro horizonte que el de su labranza, su pequeña era, el

corral o el atajo, que lo lleva al bosque o aquel que señala la

ruta hacia el mercado. Así, lenta, paciente, humildemente, día tras día el campesino ha forjado un país rural que a decir verdad ha sido desplazado a medida

que la nación se industrializa y sus ciudades nacen a un ritmo

vertiginoso”.

Manuel Mejía Vallejo(Colombia Campesina)

II.El campesino y su diario

vivir.

Manos campesinas en día de descanso

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Enciso, más o menos reunía unas 12 hectáreas. Allí cultivábamos ta-baco, maíz y frijol.

Para el cultivo del tabaco se hacía el semillero, se preparaba la tie-rra, hacíamos los lomos, después se echaba la semilla, se asistía con agua durante un mes, o mes y me-dio. Cuando ya estaba para tras-plantar, entonces se preparaba la tierra, con bueyes, porque cuando eso no existían los tractores. Y una vez preparada la tierra, se regaba y se sembraba con barretón. Ya a los 25 ó 30 días se deshierbaba, después se le ponía una cantidad de abono, químicos y dentro de 15 días se le ponía otro deshierbo. A medida que iba creciendo tocaba fumigarlo, luego venía la recolec-ción de la hoja. Después de eso se picaba con agujas y en cabuya de fique se colgaba en caney, una vez se marchitaba entonces se secaba. Recuerdo que en esa época lo reci-bían alisado, entonces tocaba abrir la hoja y se llevaba a la Colombia-na de Tabaco y allá nos lo compra-ban.

En cuanto al maíz, se prepara la tierra, se sembraban tres granos de mata, al mes se deshierbaba, se abonaba. Ya a los 3 ó 4 meses había mazorca y a los 5 meses se hacía la recogida en seco.

Para la labor diaria nosotros nos alimentábamos con sopa de maíz, arepa, papa y yuca. En el trabajo, cuando eso uno desayunaba a las 6 de la mañana, a las nueve daban la media, que era un chocolate o café con pan, al mediodía el almuerzo, sopa de maíz con alverja y papa. El puntal, que era a las 3 de la tarde, papa cocida con aguapanela o café y arroz. Y a la comida ya era en la casa generalmente sopa o lo que prepararan.

Mientras tanto mi mujer, que toda la vida se dedicó a las labores del hogar, criaba a nuestros 9 hijos, producto de un matrimonio de ya 57 años.”

Jornada de molienda de caña de azucar

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Muchos de los campesinos del país, tienen que abandonar el lugar que los vió nacer y partir a las grandes ciudades en búsqueda de una mejor calidad de vida, es así como relata don Juan, con mirada de desconsue-lo, cómo por motivos personales tuvo que dejar su “tierrita”, y venir a encontrar nuevas oportunidades de vida y trabajo en Bucaramanga.

“Este cambio me asentó, porque venir del campo a la ciudad es tem-plado. Aquí teníamos que pagar arriendo, ya no me beneficiaba de mi propia vaca lechera, ni mis pro-

ductos para la alimentación diaria, que yo podía sembrar en la huerta. Sin embargo, buscando trabajo me di cuenta que podía seguir ejercien-do las labores del agro. Desde hace ya varios años trabajo en una finca ubicada en el municipio de Piede-cuesta, es grande y queda cerca del Seminario. La tarea es en cultivos de aguacate, naranja tangelo y ba-nano. Ahí nos toca fumigar, echar abono, ahora incluso están aca-bando de hacer el riego gota a gota, por manguera se riega el aguacate y el naranjo, al plátano no le tienen riego. El patrón va cada ocho días

Campesino santandereano en su diario vivir

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a traer el resultado de la cosecha, para luego venderlo en las plazas de mercado. La forma de pago es semanal, nos dan $ 140.000 por la semana y sábado a medio día. Ya el domingo, día de descanso, asisto a la sagrada eucaristía y comparto el tiempo libre con mi familia”.

Evaluando lo que ha sido su vida, don Juan se detiene a pensar y ex-presa que la sociedad ha tenido mu-chos cambios. Asegura que ya no se consigue gente para trabajar en el campo, en palabras más sencillas “nadie quiere ponerle las costillas al sol”. Por eso, afirma que él tie-ne una parte del cielo heredada con su experiencia, pues supo ganarse “la mazamorrita con el sudor de la frente”, no le hizo mal a nadie, y con ese sacrificio pudo sacar a sus hijos adelante, con poco estudio, pero sí con una formación llena de valores y respeto hacia la familia. Lo cual le ha permitido gozar de sus 18 nietos y 3 biznietos que le alegran la existencia y son su motor para seguir adelante.

Nacido en Charta, en 1930, Rober-to Villamizar Sánchez, campesino de la vereda la Cristalina, lleva en su sangre la viva expresión de una raza humilde, extrovertida, traba-jadora, que se caracteriza por el respeto, sin importar el andar de los

años, por las buenas costumbres y las tradiciones que dejaron sus an-tepasados. Este vivo representante del hombre rural de la Provincia de Soto Norte, relata, con extrema lucidez y natural agrado, cómo ha sido su vida en el campo santande-reano.

“Mi niñez fue al lado de mis pa-dres, desde que tenía 8 años me enviaron a la escuela, distante del pueblo, porque era como a hora y media de camino, a estudiar. Rea-

Caficultor seleccionando el grano

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licé hasta cuarto de primaria por falta de recursos y tiempo. Enton-ces, me dediqué a trabajar en el campo y ahí estoy todavía.

Así empecé a laborar desde muy pequeño, colaborándoles a mis pa-pás, mi mamá me decía - mijo trái-game un palito de leña-, y cuando eso, tocaba cargar el agua para el consumo humano. Ya estando más grandecito entonces mi papá me dijo, - bueno mijo camine conmi-go vamos a trabajar-, me arregló un azadón pequeñito y nos fuimos para el campo.

Nosotros trabajábamos en la finca propia, en ese lugar mi padre na-ció, creció, ahí vivió con mi mamá, esa era la herencia que le habían dejado los viejos, por eso no nos trasladamos nunca, allí nos crió y ahí mismo murió. Éramos 4 herma-nos, sólo quedamos dos. En la finca se cultivaba el maíz, la arveja, la arracacha o apio, cebolla y repollo.

Normalmente solíamos despertar-nos muy temprano, las comidas del día eran las que nos daban la fuer-za para labrar la tierra con agrado, por eso desde temprano en la ma-ñana nos daban café con un trocito de pan o de maduro cocinado, al cabo del rato, por ahí a las 7 de la mañana, nos servían el caldito de

papa o caldito con leche de desa-yuno, dos pedazos de arepa hechas con el mismo maíz que se cultivaba. Luego su buen pocillado de café o aguapanela, a las 9 y media otro pocilladito de café con un trozo de arepa con queso, a las 11 era el al-muerzo, un plato de sopa de maíz y arveja. Después a eso de las 3 de la tarde un plato de sopa de maíz, a veces de dulce o de sal, y finalmente la comida.

Para el trabajo en el cultivo, en ese tiempo no se utilizaban fumigan-tes, sólo se preparaba la tierra con bueyes, se pasaba el azadón, luego

Hacia la labranza

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se sembraba la mata, eso no había que fumigar porque no existían ni plagas, ni enfermedades, todo era sano. Recuerdo que en ese enton-ces eran los tiempos medidos para cultivar. En enero y febrero no se cultivaba porque era verano, no se utilizaba riego, tocaba esperar a que “Diosito Santo” nos enviara el agua. Luego en marzo y abril se preparaba la tierra, se sembraba, ya en agosto, septiembre y a veces

hasta octubre se recolectaban los productos. Por eso, nuestros pa-dres nos enseñaron que la cosecha que se sembraba de marzo, abril y mayo se le llamaba cosecha del año, y la que se sembraba de oc-tubre, noviembre y diciembre era atraviesa, porque cruzaba el año. Entonces, se trabajaba de lunes a sábado, el domingo no, porque recuerdo que papá no nos dejaba ni ir a buscar leña, él decía - el

Rostros de nuestra tierra

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domingo es día de descanso, des-tinado a Dios, hay que hacer más bien oración-. Con lo que se pro-ducía en la finca hacíamos para nuestro consumo propio, porque en ese tiempo casi no se vendían las cosechas, todo el mundo tenía y en abundantes cantidades.

En cuanto a la labor de la mujer era solamente la cocina, tanto mi madre y luego mi esposa, tenían que prepara la comida para la fa-milia y los obreros.

Yo me casé a los 24 años, entonces mi papá me dijo,- bueno hijo usted construya su casita allá en esa loma de este mismo terreno- , y allí cons-truí mi casa. Anteriormente para edificar se cortaban postas de palo, se llamaban horcones, se hacían los trazos, luego se techaba, habían tres clases de techos, se utilizaba primero paja, extraída del trigo, con eso se hacia la cubierta, se cor-taban palos de nogal en trozos de 50 cm de largo, se rajaba, se saca-ban tablitas y se ponían en la casa. Luego se clavaban esos cuatro pos-tas, se le ponían palos a través, se hacían de piedras cimientos en la base, de un metro o metro y medio, de ahí para arriba se le amarraban palos en los postas de lado a lado y luego se sacaba tierra, se hacía lodo o barro y se llenaba todo has-

ta la parte alta. Después se inventó hacer tableros de madera, se arma-ba una especie de cajón, entonces se le echaba una tierra especial, luego poníamos palos, se machuca-ba y se hacían bloques, y de ahí se iban construyendo las casas. Ahora ya no se utiliza eso, ahora es con bloques de cemento.

Cuando construí mi hogar, las ca-sas no tenían luz ni agua, enton-ces, cuando se acababa la tela de la cotiza de caucho, la suela servía para las velas, se le metía candela y daba luz. Otra forma era con la pepa de la higuerilla, de la cual se sacaba el aceite de recino. Para eso se partían palitos, se colocaban las pepas ahí y se prendía y esa era la luz. Ya después vino el petróleo, después el ACPM y finalmente el bombillo eléctrico.”

Cuenta Roberto Villamizar, que una de sus pasiones, además de culti-var los campos de su tierra, era la elaboración de artesanías en fique, motivo por el cual decidió apren-der una técnica traída del exterior y aprovecharla para abastecer las ne-cesidades de su hogar y obtener un dinero extra para poder sacar ade-lante a sus hijos.

“Ya con mi hogar formado, llegó un sacerdote al pueblo que le gus-

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taba mucho la artesanía, entonces se pudo comunicar con una mucha-cha por allá de los Estados Unidos y vino a enseñarnos a elaborar el fique, esto hablando de los años cincuenta. Aprendimos a realizar costales, mochilas, pero para eso, como yo siempre he sido inteligen-te, fui y me fijé como era el trabajo. Ahí me di cuenta que la muchacha lo hilaba con el torno, aprendí a ha-cer el telar, se hacía con la técnica de urdido, elaborando un paño de hebras, una tira larga, que se envol-vía en un palo. Sin embargo, había problema porque de todas formas se desperdiciaba mucho. Con los días, vino otra modalidad de telar donde se trabajaba por carretas, es decir, un costal común y corriente para echar un bulto de papa. Para ello, se necesitaban 150 hilos, en-tonces se hacía el telar y en una mesita se ponía la carretica con el hilo, uno rodeaba la carreta en un aparato especial, envolvía el hilo ahí y seguía tejiendo, a medida que se terminaba la carretilla, se ataba y se seguía el oficio.

Confieso que a mí me encantó ese trabajo, sacábamos costales en fi-que y en lana hacia cobijas de dis-tintos colores, con figuras. Pero dejé a un lado las artesanías por-que lo tuve mientras levantaba la familia, después que mis hijos cre-

cieron y se casaron, no tenía tanto gasto , entonces cuando se casó mi segunda hija para la fiesta del ma-trimonio lo orillé a un ladito y ahí se quedó orillado.

Recuerdo que para esas fiestas de casorio, como lo menciona las sa-gradas escrituras en la Boda de Caná, se preparaba la bebida, en ese tiempo el masato, se molía el maíz, se cocinaba un poco de masa, se ponía a fermentar guarapo, a lo que estaba fuerte se echaba a una vasija, luego se ponía el cocimiento del maíz y el guarapo en una mo-lla y se tomaba a ver qué tan dulce, que tan fuerte, hasta que llegara al punto. Y se preparaban de dos hasta tres términos, uno fresco, uno medio y uno fuerte. En ese tiempo no había discos, sólo era con tiple, chuchas y cucharas, se cogían dos

El machete, la herramienta del campesino

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cucharas, se ponían en medio de los dedos y espalda con espalda daban la música. El baile movien-do los pies y el cuerpo. Ya para la comida se daba papa, arracacha, gallina y ovejito.

Pero las épocas han cambiado, ahora es diferente, cuando yo esta-ba pequeño en la navidad se apos-taban los aguinaldos, un dulce, todo el mundo festejaba en familia, programas de teatro, pero ya no es igual. En cuanto al respeto, ya los hijos ni saludan, antes de rodillas uno tenía que quitarse el sombre-

ro y pedir la bendición y no se de-cía nono y nona sino papá señor y mamá señora. Las costumbres y tradiciones se han perdido”.

En Potrero Grande Molagavita, en los terrenos que colindan con San José de Miranda, nació Campo Elí Prada Camacho, un campesino de 72 años, de noble corazón, quien narra con añoranza, sentado en una de las bancas del parque principal del municipio de Piedecuesta, la historia de su vida.

Compadres en dia de mercado

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“Mi familia estaba conformada por 11 hermanos y mis padres. Mi papá siempre trabajó en el campo, en esa época se cultivaba café, caña, yuca, plátano, maíz, papa, alverja y cebada. La finca donde vivíamos tenía más o menos unas 30 ó 40 hectáreas.

Yo viví con mis papás hasta que se murieron. Luego me vine para Pam-plonita, allá estuve administrando una hacienda de 650 hectáreas, me arrendaron 30 hectáreas para cul-tivar lo que quisiera, entonces tenía cultivos de trigo, cebada, alverja, maíz, tenía un frijol andino, mejor

dicho de todo. Pero cuando eso el dueño vendió y se fue para Cali. Me pagaban en esa época 900 pesos, eso fue en el año 1972. Luego me vine para La Vega, me casé, tuve 4 hijos. Compré una finca de 36 hectáreas me costó 150 mil pesos, cuando la compré estaba abando-nada, después sembré café, agua-cate, tomate, alverja, frijol, habi-chuela. La producción que se saca de ahí la traíamos y aún la traemos a los cafeteros, a veces recogemos 20 ó 30 cargas, dependiendo del verano, si hay buen verano recoge-mos buena cosecha, porque florece el café.

Caminos de la Provincia de Soto

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Recuerdo que en mi tiempo libre, cuando estaba aún en Molagavita, se hacían fiestas de gallera, pelea de gallos, para eso nosotros hacía-mos un cerco de madera, de “guau-da”, ahí se metían los gallos y los ponían a competir y se apostaba. Tomábamos guarapo de caldo de pata, ese era el que se preparaba moliendo la caña en el trapiche, y luego se hervía el guarapo.

Para la música tocaba cargarse una vitrola con una maleta de dis-cos al hombro, y eso teníamos que

hacerle con aguja y darle cuerda. Se bailaba toda la noche y se ma-taban gallinas para el sancocho, o cabro sudado con cerveza.

Pienso que ahora se han perdi-do las costumbres. Ya no se puede corregir como se debe a los hijos, no se ve ese respeto por el sagra-do matrimonio. Por eso yo sí le doy gracias a Dios y a mi padre porque me enseñó todo lo que sé, me en-señó a trabajar, conseguir todo con esfuerzo, no robarle nada a nadie, a ser una persona de bien”.

Molienda tradicional

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:::36Campesinos rovirenses

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Las costumbres y tradiciones de un pueblo aglutinan el conjunto de cualidades, vocaciones y ritos que forman el carácter distintivo del ha-bitante de una región. Estos modos de vida se van transmitiendo de ge-neración en generación, alrededor de las creencias populares, la mú-sica, los bailes típicos, trajes, la li-teratura popular, y la comida típica.

Las manifestaciones más sobresa-lientes de las costumbres y tradicio-nes santandereanas, se reflejan en cada una de las provincias que con-forman el departamento, las cuales tienen su origen en las formas ad-ministrativas de los españoles en la época de la colonia y hoy represen-tan los núcleos de desarrollo y pla-nificación departamental.

TRAJES TÍPICOS

Trajes Guane

En la época de los Guanes, hombres y mujeres vestían con mantas de hilo de algodón, una ceñida a la cin-

“Santander es así: contradictorio, antitético. Con frecuencia veis cómo

una inmensa extensión desierta y asolada, la industria del hombre se

ha hecho un pequeño mundo aparte, pulido, tierno, suave. Pues debe

advertirse aquí que todo lo que en Santander existe es cultura: cultura

ese naranjo que hunde sus raíces en una tierra estéril y sin embargo se cubre en mayo de su fragante azahar; cultura aquel regato que desciende por la loma calcinada a fecundar un valle mínimo; cultura aquella maceta de rosas que alegra el portal de un rancho campesino”.

Tomás Vargas Osorio, Segundo Agelvis (Santander, alma y paisaje) 2001

III.Costumbres y tradiciones.

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tura y otra colgada del hombro iz-quierdo. Los principales de la tribu y sus mujeres unían la manta con un alfiler de oro. Por su parte, las mu-jeres usaban una manta cuadrada conocida como chirgate, que junto con una faja o chumbe iba apretado a la cintura. Sobre los hombros se usaba una manta pequeña llamada líquira, prendida en el pecho junto con un alfiler grande de oro-plata en forma de cascabel, quedando el busto casi al descubierto. El color cotidiano era el blanco y para el luto se usaba el rojo. El calzado no se usó hasta la época de la conquis-

ta, cuando se dió inicio a la fabri-cación de alpargates. Los gorros de fique, algodón o piel acompañados de adornos como narigueras, oreje-ras, collares, brazaletes diseñados en oro, cobre o piedra complemen-taban el atuendo.

Trajes Campesinos

El campesino en Santander utili-zaba para sus trabajos el traje de laboreo, el cual se encuentra con-formado por un delantal, usado generalmente por las mujeres para evitar ensuciar la falda. En el caso de los hombres su uso es ocasional para la recolección del café o fique protegiendo así el pantalón, acom-pañado de camisas generalmen-te con pecheras. Un componente primordial que no puede faltar es el sombrero, catalogado como el amigo fiel del campesino, con él no sólo se resguarda del fuerte sol, sino además sirve para guardar dinero e indicar el estatus social de quien lo lleva puesto. Existen diferentes cla-ses, entre los más usados se desta-can los de iraca, de lana o jipa, el cinta negra y el sombrero de fieltro en colores negro, verde, azul, gris y café. En cuanto al calzado, las co-tizas o alpargates son un elemento que identifica a la región. Sumado a ello, no pueden faltar los accesorios que complementan el traje como el

Campesino típico

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cinturón elaborado en tejido de fi-que o correas con hebillas fabrica-das en cuero crudo; el pañuelo in-dispensable para limpiarse el sudor; raboegallo en climas cálidos y las ruanas en los fríos, habitualmente elaborados en lana virgen.

Un elemento indispensable en el traje de laboreo es el machete, por su importancia en los trabajos del campo, por cuanto es herramien-ta de trabajo y además se emplea como medio de protección.

En cuanto a la vestimenta femenina, se usaban las enaguas, camisas bor-dadas y ajustadas con caída en los hombros, pañuelo cruzado, som-brero jipijapa y alpargatas. Pero en las clases altas las damas vestían de muselina o lino, de colores claros, elegantemente confeccionados.

Trajes tradicionales de fiesta

Los atuendos usados por las mujeres en las fiestas estaban compuestos por el sombrero jipa, adornado con cinta negra y pluma de pavo, aretes pequeños de oro, una cinta negra que cumple la función de garganti-lla con una medalla, blusa siempre blanca o pastel, manga ¾ bordada, falda negra de paño de gran vuelo, con pliegues en la cintura logrados al ceñir la jareta ( dobladillo), larga

hasta el tobillo, alpargates de fique atados con cinta negra de seda o al-godón, pañolón negro con flecos en contorno. Asimismo, adornaban la cabeza con moños, cintas de colo-res y peinetas, o se hacían las tradi-cionales trenzas.

Por su parte, los hombres usaban camisa blanca de manga larga, cue-llo cerrado, amplios pliegues en la espalda, pechera y puños dorados, sombrero de jipa con cinta negra, alpargates iguales a los de la mujer, pantalón de paño en colores oscu-

Campesina típica39 :::

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ros amarrados con cordel de fique, de bota holgada y rematados en guardapolvo y ruana de lana.

MÚSICA Y DANZAS

Desde el siglo XVII aparecieron nuevos lenguajes de habla, músi-ca y danza en todas las regiones

del país. Pero, en cada pueblo esta mezcla adquirió matices especiales. En el contexto de la música tradi-cional, el valor del sonido instru-mentales resultó fundamental para la creación de cada ritmo regional.3

En el departamento el torbellino, música tradicional arraigada princi-palmente en la provincia de Vélez, posee una estructura básica instru-mental que puede ser complemen-tada con el orden poético-musical, al alternar segmentos con coplas recitadas. Por lo tanto, existen di-ferentes clases de torbellino, el ins-trumental, compuesto por el tiple y requinto como base melódica, una pequeña percusión constituida por pandereta, zambumbia, quiribillos, carraca, cuesca de armadillo, chu-cho, raspa, esterilla y la flauta; el cantado, acompañado de coplas con múltiples sonadas.

La guabina es otro de los legados musicales de Santander, en sus me-lodías la copla juega un papel tras-cendental, por medio de la cual se expresa toda clase de emociones, alegría, desamores, historias pica-rescas, entre otros componentes que integran la lírica de tan pegajo-so ritmo, interpretado con guitarra, tiple, requintos, caña, chucho, ca-rrasca, quiribillo, aspa, pandereta, cucharas y puerca.

No se puede olvidar el bambuco como género musical, pues ha sido catalogado como uno de los más importantes del país. Para algunos historiadores su origen se deriva de raíces africanas, para otros chibcha

Campesina veleña

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o español, lo que sí se tiene claro es que cuenta con un estilo netamente colombiano adaptado según sus in-térpretes a cada una de las regiones del país.

El pasillo por su parte, surge de la síntesis entre el vals colombiano y el torbellino, este ritmo significa el aire de la libertad, pues se originó como expresión de alegría durante el periodo de la independencia. En él, las guitarras, bandolas, liras, ar-pas y violines, además de las flau-tas, piano y bajos se conjugan para que con su melodía los danzantes alegren las reuniones.

Uno de los fenómenos más impor-tantes de la ribera santandereana son los cantos de tambora, que sur-gieron en el departamento durante el festival regional de 1984 en el municipio de Barrancabermeja, ca-pital de la Provincia de Mares. Este ritmo cantado se convierte en una sinfonía de versos que identifican los pueblos, veredas y rancherías.

LITERATURA POPULAR

El alma santandereana, tan españo-la y tan india, al correr de los siglos ha ido recogiendo en trovas y co-plas todo aquello que interpreta de su gente, desde Vélez hasta Pincho-

te, desde la ardiente ladera hasta la paradisiaca región de García Rovi-ra. 4

La literatura tradicional del depar-tamento se refleja en sus innume-rables leyendas, cuentos folclóricos y sin lugar a dudas el romance po-pular, sin embargo, es la copla la expresión más típica de la tradición oral santandereana, la cual tiene una estructura rígida, con giros elabora-dos en un amplio abanico temático. Comúnmente puede improvisarse con ritmos como la guabina y el torbellino, por lo tanto, existen pro-vincias catalogadas como copleras como Vélez, García Rovira y la Co-munera. Dentro de las coplas más conocidas se encuentran:

No quiero aguardiente en copa ni amasijo en servilleta,

no quiero que por tu amor otra me arrisque la jeta.

Esta es la dicha guabina que cantamos puallá abajo, por aquí también la cantan

pero con mucho trabajo.

Aquí me siento a cantar en esta piedra caliente, a ver si la dueña ‘e casa se porta con aguardiente.

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Yo canto por divertirme, no por divertir a nadie, el que quiera divertirse

que lo divierta su madre.

Pedío le tengo a Dios y a las ánimas benditas, que mi mujer y la otra

se queran como hermanitas.

Cierto jue que yo la quise y en ella tuve un chiquillo, si Dios me priesta la vida

le acotejo el paresito.

Este tiple ya no suenaporque tiene cucarachas, la vergüenza no me deja

darle un beso a las muchachas.

Si me siguen molestando y me la hacen calentar, bajo los santos al suelo y me trepo yo al altar.

Para cantar y bailar pa ‘eso sí que valgo,

yo, cuando es para trabajar mi hermano el que se murió.

FIESTAS POPULARES

La diversidad cultural del departa-mento es el vivo reflejo de su tra-dición folclórica, religiosa e histó-rica. Importantes eventos reúnen a

los habitantes de cada municipio en torno sus fiestas populares. Carna-vales, danzas, festivales de música, peregrinaciones religiosas, mues-tras gastronómicas, comparsas y cantos que evocan la verdadera esencia del folclor campesino. En-tre las principales festividades que forman parte de la rica expresión cultural de Santander se encuentra:

La Feria Bonita, como la conocen nacionalmente, la cual se celebra durante el mes de Septiembre, allí se realizan actividades como el Festival Nacional de Colonias, el Carnaval de la Santandereanidad, la Elección y Coronación de la Rei-

Feria de las Florez - Velez

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na de la Feria, La Feria Ganadera, Equina, de Especies Menores y Ar-tesanal en Cenfer.

El Festival Nacional de la Guabi-na y el Tiple, en Vélez, dentro de sus principales eventos se destaca la Ronda Folclórica, La Parranda Veleña, el desfile de las Flores y la Exposición Nacional de Bocadillo.Las Fiestas y Reinado Nacional del

Petróleo, en Barrancabermeja, es-tas festividades cuentan con activi-dades como el reinado nacional del Petróleo, presentación de Orques-tas, desfiles de carrozas alusivas al petróleo, la cultura y la paz.

Festival del Rio Suárez y Concurso Miss Tanga Latina, en Barbosa, allí el visitante puede disfrutar en el día de actividades culturales y deporti-vas, y en la noche de la presenta-ción de artistas y grupos musicales nacionales e internacionales. Ade-más el concurso Miss Tanga reúne candidatas del país y el exterior.

Concurso Nacional de la Canción Inédita José A. Morales, en el So-corro, el cual busca exaltar la vida y obra del maestro José A. Morales por su gran aporte a la música tra-dicional colombiana, con el fin de estimular a los nuevos composito-res de aires tradicionales y nuevas expresiones musicales en el país.

La Semana Santa en Piedecuesta, considerada una de las fiestas reli-giosas más famosas que se celebran en Santander, por sus procesiones y celebraciones litúrgicas que re-cuerdan la vida, pasión y muerte de Jesús.

Festival del Torbellino y el Requin-to, en Puente Nacional, del cual cabe destacar el Concurso Nacional de Intérpretes del Requinto, el Rei-nado Nacional del Torbellino y el Requinto, el Concierto de Música Colombiana al Aire Libre y El Des-file de Andas.

Semana Santa en Piedecuesta

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El Carnaval Onzagueño, el cual se realiza cada año en el mes de di-ciembre, allí se realiza el desfile de comparsas y disfraces tradiciona-les por las calles del municipio de Onzaga. Cada día de feria es ame-nizado por reconocidas orquestas y grupos musicales, acompañado de espectaculares juegos pirotécnicos.

DEPORTES POPULARES

El bolo criollo es el deporte tradi-cional de Santander por excelencia, su capital mundial es Bucaramanga y en algunas poblaciones rurales del departamento la práctica es per-manente al son de un buen éxito po-pular y una cerveza para mejorar la puntería, como lo aseguran quienes lo practican.

Esta disciplina consiste en tumbar tres palos con una bola de aluminio o madera, arrojada a 20 metros del tablero, actividad similar al conoci-do bolo americano. Las condicio-nes para jugar se determinan depen-diendo de la selección de un buen lugar, la llegada y la asignación del carril, pero primordialmente por la pedida de la primera ronda de cerveza. Luego comienza el juego de la fuerza y precisión, cada bola cuenta con una especie de conca-vidad suave que permite colocar la

yema del dedo corazón y darle un efecto a la bola a la hora de lanzar-se. Sin embargo, lo más importante del bolo es pasar una tarde agrada-ble y diferente.

Para conocer mejor las reglas de este deporte santandereano de pura cepa, que nació en la Provincia de García Rovira, cuando unos campe-sinos de la región desarrollaron un

juego para pasar su tiempo libre, se debe tener claro que la cancha debe tener una medida de 20 a 24 metros, las bolas deben estar hechas de ma-dera o aluminio, los palos elabora-dos en maderas duras. Cada equipo decide el número de jugadores que quiere tener, los cuales deben estar apostar la partida.

Jugando tute

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La pelea de gallos, combate que se lleva a cabo entre dos gallos de un mismo género o raza de aves deno-minada “aves finas de combate”, es una práctica traída a América por los conquistadores españoles. Ha-bitualmente se realiza en un ruedo, palenque o coliseo donde el ave que demuestre mejores cualidades y deje a su rival inhabilitado para seguir peleando se declara ganado-

ra. Lo atrayente de este deporte o afición tradicional son las apuestas que se realizan sobre el resultado de la pelea.

El tute, más que un deporte es un juego de naipes, el cual posee va-rias modalidades y se puede dispu-tar entre dos, tres o cuatro jugado-res. Su objetivo principal es sumar tantos, para lo cual se emplea la

baraja española de 40 cartas. Su or-den de mayor a menor es as, 3, rey, caballo, sota, 7, 6, 5, 4 y 2.

Dentro de las reglas básicas el tute se juega por bazas, en una baza cada jugador por turnos juega una carta. El jugador que comienza se llama “mano”, el orden del jugador continúa de acuerdo al que esté ubi-cado a su derecha y la primera carta se denomina “carta de salida’’. La carta más alta del mismo palo de salida gana la baza, pero si la baza contiene cartas del palo de triunfo gana la carta de mayor valor. Los jugadores están en la obligación de ganar la baza si tienen cartas para hacerlo, de manera que, en orden de prioridad deben asistir (jugar una carta del palo de salida) y mon-tar (superar el valor de la carta de salida), en caso de no poder asistir, un jugador deberá fallar, es decir que tendrá que jugar una carta del palo de triunfo. Si ya ha sido juga-da alguna otra carta del triunfo, el jugador tendrá la obligación de pi-sar (jugar una carta de triunfo su-perior), pero si no se puede pisar, todavía se está en la obligación de fallar. Finalmente si no se tiene una carta que permita asistir o fallar se podrá contrafallar, es decir, se po-drá jugar cualquier otra carta. Si se descubre que un jugador no cumple con la obligación de asistir, montar, fallar y pisar, pudiendo hacerlo, se dice que comete renuncio y pierde la partida.

Pelea de gallos

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:::46Cementerio en Puente Nacional

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Los mitos y leyendas son las na-rraciones que tienen más acogida en la literatura popular. Cuando se habla de mito, se hace referencia a una situación viviente, que la gen-te cree y siente, por lo tanto, no es simplemente una historia contada en forma legendaria, ya que se ha encargado de influir en las creen-cias de los pueblos y el campo. 5

Por su parte, las leyendas son narraciones de sucesos, personajes o hechos históricos que ocurrieron en un lugar y tiempo determinado, pero con una explicación fantástica que hace parte de la cultura popular. Por tal razón, la mayoría de historias tienen que ver con la naturaleza, dando un especial protagonismo al sol, los ríos, las montañas, el viento, los animales, entre otros.

Estos relatos, que se transmiten de generación en generación, en forma oral o escrita, describen historias sobre los orígenes de los pueblos, creencias, fenómenos naturales y hechos legendarios, cuya explica-

“Yo soy más que la Sirena, en el mundo vivo sola: y nadie se me

resiste porque soy la Patasola. En el camino, en la casa, en el monte

y en el río, en el aire y en las nubes todo lo que existe es mío”.

Javier Ocampo López (Leyendas Populares Colombianas)2006

IV.Creencias, Mitos y Leyendas.

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ción se realiza en forma mitológi-ca por la carencia de documentos y testimonios que puedan comprobar su veracidad.

En su mentalidad popular el San-tandereano tiene numerosos mitos y leyendas. En esta tierra se cree en los duendes, brujas y espantos. Asi-mismo, las lagunas tienen su miste-rio como la Laguna de Galápagos en Rionegro, el Pozo de San An-tonio en California, la Cascada del Duende en Los Santos. Unas histo-rias están relacionadas con las cue-vas misteriosas que guardan tesoros o son lugares de fantasmas, como las cuevas de San Gil, el Tesoro de la cueva de Jéridas en la Mesa de

Los Santos y el Hoyo de Mamayo en San Vicente. Sumado a ello, están las narraciones de persona-jes como La Serrana del Opón, el Conde de Cuchicute en San Gil y el Mohán de los Hoyos en Málaga.

Para los campesinos de la región, son comunes los mitos folclóricos de La Mancarita, mujer manca que distrae a las gentes inventado cuen-tos. La Madre Monte, deidad de las selvas y los montes, rige los vientos, las lluvias y todo el mundo vegetal. Cuando se enfurece es la causante de las inundaciones y borrascas de los ríos, su aspecto es desagradable, pues se caracteriza por sus ojos bro-tados como de candela, colmillos

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grandes como los saínos y manos largas. La Patasola, se manifiesta como una mujer con una sola pata que termina en pezuña de bovino, es metamórfica, puesto que cambia según las circunstancias.

Existen también mitos con perso-najes que se revelan como espantos en los campos y caminos de las ve-redas, entre ellos La Llorona, mu-jer identificada por sus lloriqueos angustiosos y profundos, que va deambulando en busca de sus niños perdidos. La Rodillona, bruja ator-mentada por sus enormes rodillas, a quien le gusta asustar los aman-tes en las campiñas. La Mechuda, quien debe su nombre a su larga ca-

bellera y uñas largas, asusta sólo a las mujeres.

Otro de los mitos populares entre los pescadores de Santander es el Subiendero, quien se presenta en las épocas de la subienda. Los cua-les cuentan que escuchan un silbido aterrador que invade el ambiente, seguido de una luz penetrante que se expande por las regiones ribere-ñas. El Subiendero sigue por el río indicando a los pescadores que co-mienza la época de la subienda.

Dentro de las leyendas más cono-cidas y legendarias de Santander se encuentran:

Salto del Duende - Mesa de los Santos

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LA SERRANA DEL OPÓN

Durante el viaje de la conquista por el río Opón, los expedicionarios españoles encontraron un pueblito con ocho cabañas de bejuco y paja, cuyos moradores eran tributarios del Cacique del Opón, un joven apuesto que tenía enamoradas a las indígenas más bellas de la región. Una de ellas, La Serrana del Opón, quedó hechizada por aquel Caci-que, pues desde que recibió su mi-rada lo amó con pasión.

Cuenta la tradición indígena de la región, que un día nefasto para la Serrana llegó el rumor del matrimo-

nio del Cacique con una mujer ex-traña. La india enamorada entró en desesperación, motivo por el cual juró venganza ante el viejo jeque.

Cuando pasaron los españoles por el pueblito indígena tomaron varios prisioneros, entre ellos La Serrana del Opón, quien denunció al Caci-que traicionero y señaló el cami-no para que lo hicieran prisionero. A pocas horas, atados a los codos llegó sorpresivamente el Cacique, ignorando que el corazón de la Se-rrana del Opón, con celos de amor, le había hecho la traición. 6

Casa del Conde de Cuchicute

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LA MANCARITA

Hace muchos años existió en esta tierra una mujer manca llamada Rita, que distraía mucho a las gen-tes inventando cuentos, haciendo chismes y atizando discordias.

En las noches, cuando la oscuridad es intensa, la Manca Rita se con-vierte en el terror de los desolados caminos. De lejos se perciben sus alaridos que son una extraña mez-cla de llanto de mujer y aullidos de perro en pena.

Según la creencia campesina, la Manca Rita es la encargada de fo-mentar la discordia influyendo en los chismes de la gente. Y son los campesinos los que la describen como una especie de mujer salva-je, de cabellera larga y desgreñada, y de un sólo seno en la mitad del pecho. De cuerpo peludo como el de los animales selváticos y los pies vueltos hacia atrás. 7

EL CONDE DE CUCHICUTE

“Hijo de grandes señores con per-gaminos y golas, nació don José María en tiempos de gratos soles: mujeriego, adinerado, con hacien-das y valiente, de Napoleón fue soldado y en Madrid muy aprecia-

do por la Corte de los Reales. Una tarde de cigarras y horizontes des-pejados en la ciudad de abolengo y de los grises tejados, vi al caballero audaz con binóculo empinado, con sus zapatillas negras y calzón em-bombachado, con capa, guante y bastón de empuñadura de oro que parecía en mi ilusión gentil hombre en su decoro.

Mírelo de cerca ahora, me sorpren-de con un guiño, pues en la cuenca de un ojo tiene en vez de uno de vi-drio, porque un día de un explosivo a cambio de quedar cojo dijo: - Por ver a otro tuerto yo, por gracia me saco un ojo-. Unos decían que era “Don Juan”, otros “Casanova”, pero la verdad que no: era Quevedo de Agora.

Un día se fue para España, la Espa-ña de sus mayores, y título allí ad-quirió de todas sus ilusiones. Volvió a San Gil hecho Conde y pásmense las mujeres, que los hombres rabien donde hay golilla en las paredes. Era el seductor de oficio y provo-cador de duelos, elegancia de arti-ficio y de hombría sin señuelos. El otro día en San Gil, en su condado ilusorio de “Majavita” flor de lis le alzaban para el velorio. Cruzado su cuerpo augusto por un puñal asesi-no, murió el Conde desangrado en la vera del camino. El Conde José

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María de San Gil, nadie discute, era oriundo y a porfía, “El Conde de Cuchicute”.

(Poesía popular - Anónima)

LA PATASOLA

Algunos campesinos creen que la Patasola es la personificación de una madre, que mató a su hijo y fue condenada a vagar por los montes. Pero según cuenta la leyenda, era una bella mujer pretendida por los hombres, pero perversa y cruel, que se dio al libertinaje. Por esta razón, le amputaron una pierna con un ha-cha y la arrojaron al fuego en una hoguera hecha con tuzas de maíz.

LA LLORONA

Es una mujer con rostro huesudo de calavera, de ojos rojizos, cabello desgreñado, con largas vestiduras, sucias y deshilachadas, llevando en sus brazos un niño muerto. Se distingue por sus lloriqueos angus-tiantes y profundos. Se trata de un espíritu de una mujer que mató a su hijo y como castigo fue condenada a vivir llorando y con lamentos que provocan inmenso terror.

LAS BRUJAS

Ellas son protagonistas en cada uno de los pueblos de Santander, nadie las ha visto, ni mucho menos creen en ellas, pero se dice que “de que

las hay, las hay”. Según cuentan los campesinos, suelen aparecer en forma de chulos en las casas donde hay muchachos bien parecidos, y en las noches caen sobre el tejado una y otra vez. Se dice que son mu-jeres enamoradas de hombres aje-nos, que se desdoblan de su cuerpo y en estado de inconsciencia salen a visitarlos en noches de luna llena. Aseguran además, que hay quienes les han dado tremendas golpizas y al día siguiente la bruja de carne y hueso aparece con enormes more-tones.

EL JINETE ANTÓN GARCÍA.

Cuenta la leyenda que cada cua-resma en su caballo Antón García, abandona su morada para recorrer las orillas del Río de Oro, y las prin-cipales calles de Girón, cuidando las reliquias que fueron abandona-das por sus antepasados. Quienes lo han visto deambular aseguran que primero se oyen los cascos del ca-ballo y cuando voltean la mirada no hay nadie, luego en frente de ellos aparece la sombra de tan misterioso jinete.

LA LAGUNA DE LOS ORTICES

Relatan los habitantes del lugar, que sus antepasados contaban que la la-

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guna fue “creada” por una señora de nombre Juana de Ortices, quien se enamoró de la tierra donde hoy está ubicada esta maravilla natural.

Doña Juana, al parecer, recibió una herencia que constaba de unas na-ranjas de oro, tabaco y aguardiente. Sin embargo, el dueño del terreno no quería vender por ningún moti-vo, por lo que la señora tuvo que embriagarlo y tras darle una naranja de oro se quedó con las tierras. En-tonces la mujer cavó un hueco para llenarlo de agua y darle de beber

a los animales, y con el tiempo se convirtió en la laguna.

Al principio, aseguran los campe-sinos de la zona, la laguna era tan brava que sus aguas turbulentas impedían el paso por el lugar, hasta un día en el que un sacerdote que viajaba desde el municipio de San Andrés, para oficiar una misa en el caserío, se vio obligado a lanzar a las aguas el cáliz y las hostias, que no sólo le permitieron el paso, sino que además la calmaron de manera definitiva.

Laguna de los Ortices

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:::54Transporte de madera en Santa Helena del opón

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Los primeros habitantes de nuestro país, fueron integrantes de la fami-lia Chibcha e ingresaron a este terri-torio a través del istmo de Panamá en el siglo V, a. C. Este grupo por tener diferencias religiosas, físicas, de lenguaje y de costumbres, se se-pararon en tres grandes familias: Muisca, Caribe y Arawak.

Los Muiscas se ubicaron en las zo-nas frías y templadas del país, en los actuales departamentos de Cun-dinamarca, Boyacá y Santander. Su cultura y organización social fue la más avanzada de todas y su acti-vidad económica fue la agricultura, especialmente el cultivo de maíz y de la papa.

Los Indígenas Guanes, ubicados en el centro del territorio, hoy el de-partamento de Santander, eran agri-cultores y desarrollaron un sistema de riego que les permitía obtener abundantes cosechas y sembraban maíz, ahuyama, habas, frijol, ají, yuca, fique, coca, tabaco y algodón, que les permitió tener un comercio

“El porvenir de Santander está vinculado a la feracidad de sus

valles y a la exuberancia de sus bosques, que el esfuerzo

persistente y tenaz de sus hijos habrá de remover y descuajar, para cimentar sólidamente, no

ya su engrandecimiento material y su riqueza, sino el progreso moral, pues como ha dicho Tolstoy: “El olor de la tierra

removida purifica las almas”.

Juan F. Pestico (Estado Actual de la Agricultura en el Departamento de

Santander)

V.La Tierra y sus labranzas.

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activo con otras etnias y con las cul-turas del litoral Atlántico, en donde la forma de mercado era el trueque.Además de la agricultura, los Gua-nes impulsaron el aprovechamien-to de las “hormigas culonas” y su consumo a nivel local fue bastante importante, tal como sucede hoy en día y muy seguramente fue una ac-tividad económica que se involucró en el comercio de manera regional.En la comarca de Santander como en el resto del territorio nacional la población precolombina practicaba una agricultura de ́ ´autoconsumo´´, cuyos principales productos eran el maíz y la papa, tenían menor im-portancia la batata, el tomate, la yuca, el cacao, el tabaco y se tenía grandes variedades de frutas tropi-cales entre las que se destacaban el aguacate, el ciruelo, la granadilla, la piña, la guayaba y la chirimoya entre otros.

Con la llegada de los españoles, la agricultura se intensifica, se extien-de a nuevas tierras y se diversifica. En efecto, a partir de entonces se in-troducen los Cereales como arroz, millo, avena, cebada, centeno y tri-go; entre leguminosas y hortalizas encontramos arveja, cebolla, ajo, acelga, alcachofa, apio, haba, nabo, entre otras; en frutales ya se cono-cía el limón, mango, naranjo, cirue-lo, cerezo, manzano. Los españoles

importaron además, animales de tiro y carga, como el bovino, caba-llar, mular, cerdos, ovejas y cabras ausentes en la cultura Prehispánica. En el siglo XII aparece el árbol de la chinchona, que crece espontá-neo en los bosques de la región de Santander y de la cual se extrae la quinina.

A partir de la segunda mitad del si-glo XVIII, comienzan a presentarse grandes cambios en la explotación agrícola, provocados por causas externas e internas, que van a de-

Caficultor Santandereano

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terminar el desarrollo económico del país, durante el siglo XIX y las reformas borbónicas iniciadas, la extinción de los resguardos, la producción de alimentos comienza a ser realizada por la hacienda y la expansión territorial efectuada por la misma hacienda, lleva a la pér-dida de las áreas territoriales de los indios.

Simultáneamente con la disminu-ción de los resguardos, se presen-to un aumento considerable de la concentración de las tierras, debi-do a la adjudicación de baldíos por

venta o por remate, lo que provoco la rápida adquisición de las tierras del reino por una pequeña minoría. De esta manera la gran masa de la población rural y desposeída, tenía que transformarse en gran fuerza de trabajo disponible para la hacienda es decir, la brecha entre pobres y ri-cos empiezan con nuestros tiempos primitivos y sigue su curso a través de los tiempos.

El café

El Café se conoció por primera vez en África y el uso de la bebida se propago por Europa, Asia y Améri-ca en los siglos XVII y XVIII. Di-cen los cronistas, que los sacerdotes de la Compañía de Jesús, introduje-ron el café a la Región del Orinoco en 1723 y que fuimos el principal productor en Colombia durante el siglo XIX. Por el año de 1874, San-tander y el Norte de Santander pro-cesaban el 87% de la producción cafetera colombiana y así continua-mos hasta 1932, en donde por falta de vías de comunicación y caren-cia de una clase dirigente pujante y emprendedora, nos han relevado a el noveno puesto en la producción nacional.

Digno de recordar al respecto, es el impulso dado a la caficultura por el sacerdote Francisco Romero, quien

Secado del tabaco

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primero como Capellán del Ejército en 1859 y luego como párroco de San Laureano en 1896, tuvo la felíz ocurrencia de colocar como peni-tencia a las personas que acudían a confesarse, la obligación de sem-brar matas de café y según la grave-dad de las faltas confesadas, era el número de plantas que debían sem-brar. De esta manera el cultivo se generalizo en todo el departamento y los alemanes y extranjeros resi-dentes en el área de Bucaramanga, compraron grandes extensiones de tierra en Matanza y Rionegro para la plantación de café.

Para el año de 1.890, ya se tenían en el departamento, una área plan-tada de 13.400 hectáreas y en la actualidad se siembra el café en 73 municipios del departamento, hay 31.000 familias cafeteras, 41.000 hectáreas plantadas y se hacen to-

dos los esfuerzos para ubicarlo en los primeros lugares en la economía del Departamento.

Los hermanos Eugenio y Mariano Penagos, de procedencia españo-la, empezaron a fabricar maquinas descerezadoras o despulpadoras, que cumplían la misión de limpiar el café, para su posterior secamien-to y con gran éxito en el cultivo, en la industria cafetera y en la oferta exportadora. Debemos anotar, que en la década 1920 y 1930, Santan-der se consolidó como el primer ex-portador de café colombiano.

El café representó la fuerza agraria y bonanza comercial en las zonas climáticas plantadas principales y fomento una cultura de arraigó po-pular, ya sea en la siembra o en la recolección, por cuanto habían es-pacios para las relaciones humanas

Despulpando café

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entre aparceros, mediadores, reco-lectores , arrieros, portadores de las comidas, fonderas, lavanderas, pesadores del grano entre otros y en los días de fiesta y en las noches, en reuniones amistosas se contaban chistes, se tejían matrimonios, se deshacían matrimonios, se empeza-ban amores, se tomaba, se bailaba, se fumaba, se discutían ideas, pero todo dentro de un ambiente de ca-maradería; a excepción de cuando los excesos en el consumo del gua-rapo o el aguardiente acaloraban los ánimos.

La caña de azúcar

La caña de azúcar es uno de los cultivos más antiguos del mundo. Según historiadores se cree que empezó hace unos 3000 años, como

un tipo de césped en las islas de Nueva Guinea, Borneo, Sumatra y la India. Cristóbal Colon introdujo la caña en América en su segundo viaje realizado en 1493 y estas ca-ñas no prosperaron al plantarlas en la isla la Española; en 1501 fueron introducidas nuevas plantas, que se desarrollaron en la isla de Santo Domingo y luego el cultivo se ex-pandió a la zona Caribe y América del sur.

Merece especial atención, la uti-lización de la caña para la elabo-ración del aguardiente, hecho que impulsó una nueva bebida alcohó-lica, bastante apetecida en todas las actividades de la época, tanto reli-giosas, cómo de trabajo, en bailes, fiestas, amores y desamores.

Trapiche santandereano en Barbosa

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En Bucaramanga, Piedecuesta, Rionegro, Floridablanca, Girón y la zona conocida como la Hoya del río Suárez, sitio este último donde convergen los municipios del sur de Santander y Norte de Boyacá, están localizadas unas 50.000 hec-táreas en producción del cultivo. Debemos anotar que en la zona del río Suárez, se encuentran presente dos culturas comunes, ignorando los limites departamentales, en toda la extensión de la palabra, pues nos olvidamos del origen de donde pro-venimos, usamos el mismo vestido, la misma comida, las mismas cos-tumbres, es decir es la expresión de la cultura de una región, basada en los cultivos, y en este caso la caña de azúcar.

La caña de azúcar ofreció un gran aporte a la industria trapichera en las provincias de Los Santos, Gua-nentá y Comunera, donde existían numerosos trapiches, cuya produc-ción alcanzaba a abastecer los mer-cados del departamento.

Las moliendas, que duraban aproxi-madamente quince días laborando día y noche, se empezaba una se-mana antes con la actividad llama-da apronte, en donde los corteros cortan la caña, para que los carga-dores la lleven en las mulas hasta el trapiche; consiguen cocineras, pro-

visiones, entre otros. En el proceso de la molienda trabajan tres prense-ros, uno se encarga de alimentar el molino que extrae el jugo de la caña y lo conduce a una paila o fondo, el otro recoge el bagazo depositán-dolo en la zona de secado y el otro lleva caña al que está alimentando el molino y estas actividades son rotatorias entre ellos. El hornillero prende el fuego y empieza a repartir el jugo en las pailas.

Luego cuando el jugo está listo para hacer la panela, entra el re-limpia-dor, que es la persona que coge el jugo de la fonda y lo lleva hasta el punto de ebullición, agregándole baba de valso que es un limpiador natural, cal o bicarbonato y se lleva al punto de ebullición o de melado, transfiriéndolo a la batea donde el tolincero, es el encargado del bati-do y moldeo de la panela, deposita el melado en las gaveras, dejando enfriar el producto, luego desocupa las gaveras y empaca la panela.

El trigo

El trigo tiene sus orígenes en la an-tigua Mesopotamia y data del año 6700 a. C. según los rastros de res-tos carbonizados encontrados en Iraq. La importancia lo confirma la biblia, por cuanto se contaron en su texto, 40 veces la palabra trigo, 264 veces la palabra pan y 17 veces la palabra panes.

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La provincia de García Rovira se constituyó, por su clima, en un lugar ideal para el cultivo del trigo, junto con varios municipios en la Provin-cia de Soto. La industria harinera en Santander tuvo un notable incre-mento, gracias al establecimiento de molinos de gran rendimiento, equipados con los elementos nece-sarios para producir un artículo de calidad igual al ofrecido en el ex-terior, gracias a las pulidoras, clasi-ficadora y cilindros que preparaban el grano y lo iban transformando en harina de diversas clases.

Es un cultivo que prácticamente desapareció de la economía re-gional y solo se reportan siembras como cultivo de pancoger en los municipios de San Miguel, San José de Miranda, Carcasí, Maca-ravita, Cerrito y Málaga. En esta

ciudad se celebran a principio de año las ferias de San Jerónimo, que datan de la época de la Colonia y en donde se reunían los habitantes de la región para ofrecer los frutos de la tierra.

El cacao

El árbol de cacao, se cree que es originario de la Cuenca Amazónica de donde se propago, a México an-tes de la llegada de los españoles, que cuando ingresaron a México en 1516 encontraron, que los indios aztecas usaban sus semillas como moneda. Los españoles considera-ron el chocolate como un licor re-confortante y los aztecas decían que las semillas provenían del sol y que habían venido a la tierra para darles a los humanos un manjar propio de los dioses.

El fruto del cacao

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Santander ocupa el primer pues-to en la producción del cacao, con casi 50% de la producción nacional y los principales productores son el Carmen de Chucurí, San Vicente de Chucurí, Landázuri, Rionegro, Lebrija, El Playón y Cimitarra, con un área aproximada a 50.000 hec-táreas. La industria santandereana de chocolates procesa de 6 a 8% de la producción nacional, en peque-ñas y medianas fábricas en Buca-ramanga, Girón y San Vicente. Es digno de mencionar la producción del cacao de bola, con asiento prin-cipal en el municipio de Girón y las mujeres, eran las encargadas de su producción en un alto porcentaje. Su comercio, tuvo un gran impul-so en la época de la Colonia, hasta finales del siglo XX, en donde fue reemplazado por compañías econó-micamente más solventes.

Todavía priman en los recuerdos de las personas adultas, las palabras de la estancia de cacao, que es un cul-tivo cercano a los centros poblados y tiene como sombra al árbol llama-do caracolí.

El tabaco

Es una planta de origen americano al parecer de las Islas Antillas. Sus hojas se fuman, se mastican, se as-piran en polvo, sirven de medicina

y han sido el renglón más económi-co de algunos países del mundo y en Santander, con los habanos, fue la fuente de mayores ingresos de la Colonia, por cuanto se consideraba como cultivó oficial.

En 1776, el gobierno español esta-bleció el monopolio del tabaco en parte del territorio de Ambalema, Palmira, Zapatoca y Pore. El 13 de Agosto de 1778, el virrey Manuel Antonio Flores, proclamó una real prohibición dirigidas a las autorida-des de la villa de San Gil y la villa del Socorro, prohibiendo la siembra del tabaco a sus pobladores y única-mente era permitido cultivar, don-de hubiesen autoridades de aduana para cobrar el impuesto sobre la co-secha.

Caney para secado del tabaco en Girón

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Este cultivo que desde épocas an-cestrales despertó el interés de vulgos y nobles, atraídos por su apetecida demanda y valor, al pun-to que al alto gravamen impuesto por la corona española, al tabaco y al aguardiente, generó entre otros aspectos uno de los motivos de la revuelta comunera. Desde enton-ces Santander ha mantenido amplio predominio en el cultivo, sostenién-dose como el primer productor del tabaco negro del país.

Su agroindustria que es artesanal, ha logrado importantes avances gracias a la adaptación de tecnolo-gías, tanto en la fase de producción como en procesos postcosecha, los cuales fueron traídos de Cuba y

República Dominicana y jalonados por un gremio fuerte y organizado, le han permitido elaborar puros de buena calidad, logrando llegar a mercados internacionales con des-tacado grado de aceptación

Santander produce más del 90% del tabaco negro en Colombia y por el año de 1929 la afición al tabaco y al cigarrillo era muy grande en el departamento y a pesar de compe-tir con el famoso cigarrillo Pielroja, las fábricas de cigarros o chicotes eran muy abundantes en Santan-der. En Bucaramanga estaba la de David Puyana y 57 más, en el So-corro estaba la fábrica la Patria y cinco más, en Barichara estaba la Deliciosa y seis mas, en Zapatoca estaba la cubana y trece fábricas más y en Piedecuesta se encontraba la fábrica la Estrella y veinticinco más. Desde esa época, la industria artesanal en el tabaco, ha logrado importantes avances basado en la tecnología de producción y en los procesos post-cosecha en la indus-tria tabacalera.

Con la admiración, que se tiene en nuestra tierra por esta planta, entra por decisión oficial a formar parte del Escudo de Santander. En cuan-to al tabaco y la mujer santande-reana, debemos hacer especial én-fasis en la cultura del trabajo, que

Caney para secado del tabaco en Girón

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le llegó intempestivamente a la mujer, pues era la encargada de la elaboración de los cigarros en todos sus procesos. En Bucaramanga, las 20.000 cigarreras, solicitan al go-bierno educación a la cual pudieran tener acceso sus hijos y fruto de esta necesidad, fue la creación del Colegio de Santander de Bucara-manga, impulsado por el cambio de gobierno de 1930 y abriendo paso a la educación gratuita para las clases menos favorecidas y lo mismo pasa en Socorro, Zapatoca, Barichara y Piedecuesta y además demandan mas servicios públicos, que el go-bierno tenía que atender.

El algodón

Esta valiosa planta ocupa un lugar esencial en la agricultura santande-reana, por ser base del tejido, oficio de mayor desarrollo desde lejanas épocas y se remonta su historia en-tre los años 800 a 1500 D.C.

Debemos recordar aquí que la hoya del río Suárez, cuya ubicación in-cluye a Santander y Boyacá, fue una de las mayores zonas agricultura de algodón y figura de un sorpresivo desarrollo en la industria textil. En la región se cultivaban varias espe-cies de algodón, tejían sus mantas y las exportaban a tierras frías.

En la Colonia la industria casera de tejidos y el cultivo del algodón proporcionaron bienestar en la po-blación. Dicen los historiadores que los tejidos fueron símbolo de traba-jo, tradición y cultura en las muje-res, a las cuales se les conoce con el nombre de artesanas y descienden de los guanes, primeros pobladores

de la región. La mujer para obtener el diario vivir, ayudaba en los gas-tos de la casa con la fabricación de los tejidos, esa firmeza y esas ganas de salir adelante de la mujer San-tandereana, es la base de nuestra cultura.

La historia en San José de Suaita, comienza en 1912, cuando Lucas Caballero Barrera, Ministró de Ha-

El fruto del algodón

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cienda del Presidente Reyes, admi-nistración conocida como la era de la industrialización en Colombia, adquirió un préstamo para fundar la empresa textil, convenciendo de su viabilidad a banqueros Franco-Bel-gas con quienes pactaron un mutuo comercial para sacar adelante el proyecto. Este proyecto agroindus-trial de comienzos del siglo XX, en las tierras de esta comarca de San-tander, las cuales fueron conside-radas hasta el año 1940, como una de las mejores para el cultivo del algodón, material que fuera alta-mente estimado como tributo en las primeras empresas colonizadoras. Fue así como nació la fábrica de hi-lados y tejidos de Suaita. La empre-sa participó del periodo más prós-pero de toda la economía nacional del siglo XX. Llegó la década de 1970 y también la crisis mundial de los precios de la energía, el auge de las fibras sintéticas, el ímpetu de las plagas y la inclinación hacia el desmonte industrial en favor de la industria terciaria, junto a medio-cres administraciones, en donde los sindicatos adquirían exagerados de-rechos laborales, dada la situación de la empresa. La falta de disciplina laboral y de manejo de los recursos, reflejaron el destino de la compa-ñía, cerrada en 1980, entre otras ra-zones como resultado de una larga huelga laboral.

Actualmente se retomo la siembra del cultivo del algodón en muy pe-queña escala en el municipio de Charalá, para la fabricación artesa-nal de lienzo.

El maíz

El origen de la planta del maíz si-gue en el misterio. Existen dos teo-rías diferentes con respecto a su origen. La primera y más creíble, tuvo su origen en una evolución de la planta Teosinte, cultivo anual que posiblemente sea el más cercano al maíz y la segunda teoría comenta que se desarrollo a partir de un maíz silvestre, hoy desaparecido.

Con las pruebas del carbono 14, se concluye que el maíz era consu-mido en México desde hace 7000 años. Unos mil años más tarde éste maíz ya estaba domesticado y según los cronistas el maíz, era un alimen-to básico de las culturas indígenas americanas, antes que los europeos llegaran a América. En Colombia se han recolectado 2.000 razas o es-pecies de maíz, de las cuales 76 son de origen Santandereano y las razas plantadas eran pira, sabanero co-mún, costeño, puya y el maíz cacao.

Se utiliza como fuente de nutri-ción en seres humanos y animales

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y es materia prima indispensable en la fabricación de productos ali-menticios, farmacéuticos y de uso industrial. Sus granos, sus hojas, sus tallos, es decir toda la planta es aprovechada para la fabricación de muchos productos entre otros el al-midón, el aceite, bebidas alcohóli-cos, papel, endulzante alimenticio, pegamentos, cosméticos, forraje , levaduras, jabones, antibióticos, ca-ramelos, plásticos e incluso se em-plea como combustible alterno a la gasolina.

El cultivo de maíz tradicional en Santander ha sido el principal pro-ductos de colonización de las tie-rras. El maíz fue el producto ali-

menticio más popular, debido, sin duda, a sus cualidades nutritivas, al uso de sus granos tanto verdes como maduros, a su adaptabilidad a diferentes pisos térmicos y a su facilidad para el almacenamiento, siembra y cosecha. A pesar de ser las tierras templadas las más aptas para su cultivo, pudiéndose recoger dos cosechas anuales, los Muiscas al habitar los valles fríos, probable-mente lo cultivaron anualmente por la facilidad en el almacenamiento del grano y por las condiciones sa-ludables de las regiones.

Siendo el departamento, destacado productor avícola, sector que de-manda importantes volúmenes de

Cocecha de maiz

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maíz, existe un rezago en su pro-ducción, situación muy lamenta-ble, por cuanto Santander consume 700.000 toneladas de maíz anuales.

Otros cultivos

Igualmente existen otros cultivos que aunque no han tenido la tras-cendencia histórica de los anterio-res, en la actualidad tienen arraigo e importancia socioeconómica y son representativos de la agricultura re-gional mereciendo reconocimiento en el contexto nacional. Entre los principales se destacan:

Palma aceitera

Cultivo de rápida expansión locali-zados especialmente en el Magda-lena medio Santandereano y en los municipios de Puerto Wilches, Sa-bana de Torres, Barrancabermeja, San Vicente de Chucurí, Bajo Rio-negro y Bajo Simacota. El cultivo dió origen a una próspera agroin-dustria que se destaca a nivel nacio-nal.

Mora

Piedecuesta es el primer productor a nivel departamental y le sigue Matanza junto con Tona, Florida-blanca, Surata, Santa Bárbara, San Vicente, El Peñón y Bolívar. San-tander se posiciona en el segundo lugar a nivel nacional.

Piña

Cultivo que identifica al Departa-mento, especialmente por la varie-dad perolera, de excelente aroma y exquisito sabor, ancestralmente desarrollado en los municipios de

Lebrija y Girón y posteriormente incursionó en Rionegro, Los San-tos y Villanueva. Santander se dis-tingue por ser el primer productor nacional.

Cultivo de palma aceitera

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:::68

Guayaba

Cultivo líder y representativo de la provincia de Vélez, especialmente por la agroindustria del bocadillo, que goza de reconocimiento na-cional e internacional. Son frutales silvestres regionales de gran cali-dad agroindustrial, pero ha tenido problemas fitosanitarios que han diezmado más de un 30% de los huertos. El cultivo está localizado en los municipios de Guavata, Je-sús María, Puente Nacional, Vélez, Bolívar, Barbosa, San Vicente de Chucurí, Mogotes, Oiba y Guada-lupe. Santander es el primer pro-ductor nacional.

Mandarina

Cultivos localizados en la mayoría de los municipios de las provincias de Soto, Comunera y Vélez. Se ubica como primer productor en el contexto nacional. Los municipios de Lebrija y Rionegro producen la reconocida mandarina criolla, lisa o santandereana que se distribuye a todos los rincones del país y Vene-zuela.

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69 :::

Guayaba lista para el consumo

Dulce mandarina santandereana

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:::70Tipleros santandereanos

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71 :::

En la etapa primitiva nuestros abo-rígenes danzaban al ritmo de tam-bores y palmas, ejecutadas con sencillez y espontaneidad, sin em-bargo, la primera mención conoci-da sobre la música en Santander es de finales del siglo XVIII, en donde se habla de las espléndidas celebra-ciones que en el Socorro se realiza-ron entre el 7 y el 15 de febrero de 1784 con motivo del nombramien-to como Virrey y Capitán General de Santa Fe del arzobispo Antonio Caballero y Góngora. Se cuenta que hubo toda suerte de manifesta-ciones escénicas: teatro (Caer para levantar, Con amor no hay amistad, Primero es la honra), un sainete y una zarzuela (El veneno de la her-mosura). 8

La música en el folclor santande-reano puede considerarse como el patrimonio más querido del pueblo, ya que a través de sus letras y ritmos se expresan modos y circunstancias de la vida local, con vigor y fuerza, como fruto de aquella herencia an-cestral que dejaron los antepasados

“Campesina Santandereana, eres mi flor de romero,

por tu amor yo vivo loco, si no me besas me muero,

me muero porque en tus labios, tienes miel de mis cañales,

que saben a lo que huelen, las rosas de mis rosales,

que saben a lo que huelen, las rosas de mis rosales…”.

José A. Morales (Bambuco Santandereano)

VI.Sones y cantares de nuestra

tierra.

Ferias de San Isidro en Guavatá

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:::72

en el correr de la historia. Esta tra-dición oral colectiva, es patrimonio de un pueblo que la canta, danza y ejecuta con verdadero orgullo re-gional y nacionalista; su espíritu de autenticidad se puede percibir con gusto en las fiestas campesinas, en los bailes de casorios, fiestas vere-dales, romerías, carnavales, fiestas tribales, y otras expresiones de ale-gría popular.

En el folclor santandereano predo-mina la cultura mestiza, con influen-cia de las supervivencias españolas sobre las indígenas. La mayoría de

sus cantos, danzas y ritmos tienen origen hispánico, con adaptaciones y creaciones autóctonas, en las cua-les se emplean instrumentos como el tiple y la guitarra.

En esta tierra se escuchan torbe-llinos, bambucos, guabinas y pa-sillos, que el campesino interpreta a su gusto, compone al oído y eje-cuta por tradición. Muchos de ellos lo han aprendido de sus padres y abuelos, y estos de sus antiguas ge-neraciones, llegando a formar par-te de las melodías, ritmos y danzas que componen el saber popular de la región. Es común además, en los conjuntos folclóricos campesinos, confeccionar sus bailes por medio de canciones anónimas que se han transmitido por tradición, pero tam-bién de artistas reconocidos que han dejado su legado.

El torbellino

Es la danza más representativa del departamento, popularmente suele acompañar los bailes de casorios, fiestas patronales, entre otros. Con-siderada la tonada por medio de la cual los campesinos expresan, en sus coplas, la sencillez de sus reac-ciones ante el amor, la desilusión, el sentimiento religioso y el paisa-je variado. Su origen se le atribuye a los cantos de viajes de los indios

Presentación del torbellino

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73 :::

motilones de la Serranía del Perijá y a la danza española del galerón. Sin embargo, como la expresión torbellino, indica movimiento ace-lerado, algunos le encuentran seme-janza con las tonadas andaluzas.

En general el torbellino es una dan-za que se realiza entre dos personas, en donde los bailarines dan vueltas, con la particularidad del movimien-to femenino como el de un trompo. El hombre por su parte, persigue a la mujer, pero ella se escapa hacien-do giros en remolino. Es común que mientras se realiza la presentación se cante, se entone una copla y se siga bailando.

Los instrumentos musicales que más se utilizan para su interpreta-

ción son el tiple, el requinto, el chu-cho, las carracas o quijadas. 9

Bambuco

Baile folclórico mestizo, conside-rado la danza nacional. Sobre su origen se destaca la fusión entre el aporte indígena, africano y español. En las primeras décadas del siglo XIX se empieza a mencionar este ritmo como un aire criollo de espe-cial autenticidad nacional. El mejor bambuco interpretado es aquel que se desarrolla en los bailes campesi-nos de garrote y en las fiestas vere-dales de auténtico sabor folclórico. Respecto a los tonos utilizados se ha llegado a describir el estilo de los más antiguos, en donde se inicia en tono menor, triste y nostálgico, y se culmina con un tono mayor, ale-gre y juguetón.

La coreografía del bambuco tiene diferentes formas, entre las más co-munes se encuentra la invitación, el hombre incita a la mujer a danzar con él; los ochos, en donde los bai-larines se entrecruzan describiendo la figura del ocho; los codos, allí los danzantes con las manos en la cin-tura se mueven en círculo tocándose los codos derechos, para luego girar entre sí y hacerlo con los izquier-dos; los coqueteos, se realiza el si-mulacro del beso; la perseguida, en

Al son de nuestro bambuco

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la cual la mujer huye formando un círculo; el pañuelo, la mujer entra a perseguir al hombre que hace el simulacro de burla con el pañuelo; la arrodillada, dando paso a la mu-jer que danza alrededor del hombre y finalmente el abrazo, con el cual culmina la presentación.

La guabina

Es una danza típica del folclor mu-sical andino, el cual incluye a San-tander. Este aire folclórico con as-cendencia europea y adaptaciones regionales se presenta como un bai-le popular acompañado de coplas. El instrumento típico para su ejecu-ción es el tiple y el requinto, la ban-dola y el chucho o guache, a veces reemplazado por la pandereta.

El pasillo

Popular desde el siglo XIX, es una de las variantes del vals europeo. En su interpretación se destacan dos clases de pasillo. El primero, fiestero instrumental, considerado el más característico de las fiestas populares, se confunde con la típica banda de música de los pueblos. El segundo, pasillo lento vocal o ins-trumental, es característico de los cantos de enamoramiento, desilu-siones, luto y recuerdos, típico en reuniones y serenatas. De este ritmo musical se origina la contradanza.

Conocido como el ritmo de la liber-tad, pues se gestó como expresión de alegría durante el periodo de la independencia, se baila en pareja tomándose las puntas de los dedos o en “capuchinada”, donde los dan-zantes se convierten en poseídos por el ritmo y toda extravagancia es bien recibida.

Estas son algunas de las cancio-nes, más representativas, legado de

Pasillo fiestero

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exitosos compositores que con sus letras y melodías describen las más profundas tradiciones, paisajes y sentimientos de los santandereanos.

Campesina SantandereanaAutor: José A. Morales

Ritmo: Bambuco

Campesina santandereana,eres mi flor de romero,

por tu amor yo vivo loco,si no me besas me muero.

Me muero porque tus labios,tienen miel de mis cañales,que saben a lo que huelen,las rosas de mis rosales,

que saben a lo que huelen,las rosas de mis rosales.

Cuando bailas la guabina,

con tu camisón de olán,hay algo entre tu corpiño,

que tiembla como un volcán.

Es el volcán de tus senos,al ritmo de tu cintura,

campesina santandereana,sabor de fruta madura,

campesina santandereana,sabor de fruta madura.

Si pasas por San GilAutor: Jorge Villamil

Ritmo: Vals

Si pasas por San Gil, amigo mío,por las bravas tierras de

Santander,ahí tu paso al detener

admirarás el Fonce en su raudo transcurrir

y cruzarás por el puente que no olvido,

que conduce hacia el caminodel parque Gallineral.

Y cruzarás por el puente que no olvido,

que conduce hacia el caminodel parque Gallineral.

Intérpretes de nuestro folclor

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:::76

Sus ceibas gigantescas adornadas,con musgos de magníficos festones,

que el rio temblando besará,o copian los lagos de cristal.

Paseando por entre las avenidasque forman retorcidos gallineros.

Se escucha del requinto su rasgar,voces lejanas entonar guabinas

santandereanas,visitarás el Cerro de la Cruz,

a Bella Isla y Pozo Azul,y le llevas mis recuerdos.

Al paso por sus calles empedradasse adornan sus iglesias coloniales,

balcones de clásico españolportales que invitan al amor.

En noches van errantes cabalgando

espíritus de nobles y escuderos,

se oye el grito de la rebeliónque a esa tierra estremeció,

grito de los Comuneros.

El fuego de Galán y de Alcantuzque en fiera llama se extendió

hacia las tierras del sur.

Se oye el grito de la rebelión.....

Señora BucaramangaAutor: José A. Morales

Ritmo: Pasillo

Señora Bucaramanga Señora de las cigarras

que tienes mujeres bellas y esbeltas como sus palmas.

De piel color de tabaco y ojos de cielo en calma Ay caramba carambita ayayay caray caramba.

Señora Bucaramanga Señora de las cigarras

que tienes mujeres bellas y esbeltas como sus palmas

De piel color de tabaco y ojos de cielo en calma Ay caramba carambita ayayay caray caramba.

Quien ha pisado tu suelo nunca te podrá olvidar en su corazón señora

para ti tendrá un altar.

Suspirando porque un día como cantara el trovero

pueda dormirse por siempre frente a tu parque Romero.

Señora Bucaramanga

Siguiendo el paso de los mayores

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Señora de Palonegro la de don Gabriel Turbay y don Camacho Carreño dejad que con emoción yo te cante con el alma

Ay caramba ay!carambita ayayay caray caramba.

Quien ha pisado tu suelo nunca te podrá olvidar en su corazón señora

para ti tendrá un altar.

Suspirando porque un día como cantara el trovero

pueda dormirse por siempre frente a tu parque Romero.

Preciosa SantandereanaAutor: Carlos Castillo Zabala

Ritmo: Bambuco

Vengo a decirte mujer que estoypreso entre tus ojos apiádatede mi querer no desoiga mis

antojos porque si tú me negarasla miel de tus labios rojos

yo tendría que morir de llantopena y enojos.

Despierta si estás dormiday escucha mi serenata

que a ti te vengo a cantarlos bambucos de mi patria.

Porque eres sencilla y buenapreciosa santandereanaquiero decirte al oído

que te quiero con el alma.

Pueblito ViejoAutor: José A. MoralesRitmo: vals- canción.

Lunita consentida colgada del cielo

como un farolito que puso mi Dios,para que alumbrara las noches

calladasde este pueblo viejo de mi corazón.

Pueblito de mis cuitas, de casas

pequeñitas,por tus calles tranquilas corrió mi

juventud;por ti aprendí a querer por la

primera vezy nunca me enseñaste lo que es la

ingratitud.

Hoy que vuelvo a tus lares trayendo mis cantares

y con el alma enferma de tanto padecer

quiero pueblito viejo morirme aquí, en tu suelo,

bajo la luz del cielo que un día me vió nacer.

El renacer de los recuerdos77 :::

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:::78Como cambian los tiempos

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79 :::

El régimen aborigen se fundaba en el maíz y la yuca, complementados con alguna proteína animal produc-to de la caza y de la pesca, y con el edulcorante natural de la miel. No incluía grasas en sus preparaciones culinarias y el condimento por ex-celencia era el ají. Al depender la mayoría de las tribus de la caza, la pesca y la recolección, no existía entre ellas un horario fijo de comi-das, ni se hacían preparaciones cu-linarias sofisticadas. Por el contra-rio, el patrón de consumo europeo, que era el que caracterizaba a las huestes conquistadoras, tenía como base la carne (vacuna, porcina y ovina), el trigo, el vino y las grasas vegetales (aceite de oliva) o anima-les (manteca de res o de cerdo) y empleaba el azúcar de caña, la sal y las especias de uso tradicional en el Viejo Continente.

En este sentido, la gastronomía san-tandereana reúne herencias cultura-les, esencialmente indígenas y es-pañolas, que se reflejan en cada uno de los ingredientes utilizados para

“Un consejo magistral, en la época moderna, a la mujer de hoy,

aquí se los voy a dar.Déjense de dietas feas que las

puedan adelgazar, volverlas como un chamizo, de una manera brutal. Y verán el resultado si aprenden bien la lección,

que tendrán lindo su cuerpo y contento su corazón…Si quieren estar alegres y tomar la vida en

broma, métanse sus aguardientes y coman hormiga culona”.

Horacio Rodríguez Plata. (Las hormigas culonas en la historia y el folklore)

VII.Cocinas y Terruño.

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:::80

elaborar los platos que hoy forman la comida típica de la región. Las verduras, especias, carnes, pesca-dos, dulces, pero en especial las hormigas culonas, constituyen un inmemorable y nutritivo regalo al paladar para buena parte de los co-lombianos y extranjeros que no du-dan en probar y llevar como mues-tra representativa del departamento a sus familiares, amigos y conoci-dos.

El menú típico en Santander es qui-zá uno de los más ricos del país, existen platos representativos que marcan la diferencia frente a otras regiones. Entre los más destacados se encuentra el cabrito, su carne se pude comer asada, a la plancha, su-dada o frita, acompañado con yuca o papa; los campesinos de Cepitá han logrado posicionar la prepa-ración del cabrito del Cañón del Chicamocha porque se alimenta de “oreganillo” una especie endémica que le confiere un agradable sabor condimentado a su carne, es decir cuando se sacrifica el cabrito ya va suficientemente adobado; carne oreada o seca, adobada con espe-cias, sal, limón o naranja y cerveza, para luego dejarla al sol por uno o dos días; el mute, sopa preparada con carne de res, cerdo, maíz blan-co, papa, pasta, yuca, garbanzo, to-mate y especias; la pepitoria, plato

hecho con las vísceras y la sangre del cabro, se prepara mezclando es-tos ingredientes con huevo, queso, arroz, miga de pan y especias.

Si de postres se trata, Santander fa-brica el mejor bocadillo de guayaba que se prepara en el país e infinidad de dulces caseros con variados sa-bores y texturas, como los dulces en pastilla, de apio, de cidra, de piña, de arroz; la fruta cristalizada con azúcar, las maicenitas y las panu-chas, dulces cuyos orígenes se re-montan tal vez a la fabricación ar-tesanal del pan de azúcar o azúcar en bloque en las haciendas del siglo XVII.

Preparación típica de nuestros alimentos

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No debemos olvidar el ingrediente típico de la comida santandereana, el ají, no hay campesino en nuestra tierra que no lo agregue a un “pi-quete” de carne asada con yuca o en general a todas las comidas. La provincia de Vélez es famosa por la producción de diferentes clases de ají, el más famoso el ají campana, servido con sal y crudo al paladar, hasta el más valiente escupe cande-la y se obliga a pedir un “totumao” de guarapo para apagar el fuego.

Para conocer en profundidad la elaboración y los ingredientes que identifican la cocina tradicional de este vasto territorio, es necesario describir la forma de preparación típica campesina que hace especial y deliciosa cada una de las recetas.

Arepa Santandereana

La arepa forma parte de nuestro pa-trimonio cultural y puede ser consi-derada como un símbolo de unidad gastronómica nacional. En Colom-bia existen 75 recetas para prepa-rarla y Santander tiene la suya. 10

“Cúpula digna de estar en el Duo-mo de Florencia (o de Milán, que es allí donde tal pasmo se encuentra) viene la arepa amarilla – que es la sabrosa y la auténtica quien quitó la lejía, el hollejo y la dureza y so-bre el tiesto se dora a fuego lento en la hoguera-. Diera Brillat-Savarin todos sus platos por ella y consa-grara un capítulo de la “Memoria” arcangélica para decir sus virtudes y loar sus excelencias el gran Gu-tiérrez González, emperador de las letras, a quien llaman los sabios “Virgilio en lenguas de América”.

Aurelio Martínez Mutis

Mute

“Desde el viernes por la tarde se pone en agua el maíz blanco, que se pila en el pilón ( para que no se con-funda con el maíz pelado con lejía, que es el amarillo, el de la arepa santandereana…). Al día siguiente se pone a cocer el maíz en la olla con el menudo y la pata de res. A medida que va hirviendo, se va po-

Arepa santandereana

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niendo agua, cada rato, porque los granos esponjosos se la chupan. Se cuece todo el día. El domingo, tempranito, se le pone la carne de cerdo, y el garbanzo ( el cual se ha echado en agua la noche anterior). En seguida, sin bajar la olla, se le va poniendo la papa, el repollo, la auyama. Se hace, aparte, un guiso de cebolla cabezona, tomate, cu-lantro y perejil, el guiso se fríe en la sartén. Se pica en pequeños tro-zos la pata, el menudo y la carne de cerdo, y se les pone un poco de caldo de la misma olla. Se revuelve todo esto en una sopera, y, servidos ya los platos de sopa, se aderezan con este picadillo, a voluntad… y según la demanda, gusto y apetito de cada uno. En la enumeración me faltó la sal… Pero ésa se la pondrá al mute el lector benévolo”.

Aurelio Martínez Mutis

Carne oreada o seca

Para elaborar este plato se reco-mienda utilizar carne de capón con un grosor uniforme de un centíme-tro, la cual se debe adobar con ajo machacado, cebolla cabezona ralla-da, sal y comino. Una vez adereza-da se le agrega el jugo de una na-ranja y un poco de panela raspada. Se deja conservando una noche y luego se expone al sol durante uno o dos días. Se consume asada a la brasa.

Cabro

Se mata un cabro introduciéndole el cuchillo al borde del cuello, con el fin de no cortar el tragadero y de esta manera evitar el almizcle en la carne. Seguido a ello se recoge la

Mute santanderano

Cabrito con pepitoria

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83 :::

sangre en una vasija para preparar luego la pepitoria. Posteriormen-te se quita el cuero, se abre por la panza para sacarle el menudo y por último se despresa. Se pone a coci-nar por tres horas y media con sal,

ajo, cebolla y cilantro. Después se deja enfriar y se adoba con comino, ajo machacado, color y manteca de cerdo.

Pepitoria

Se cocina la sangre del cabro con agua y sal, luego se desmorona. En una olla aparte se cocina la tripa, el hígado y el corazón, por una hora y media aproximadamente. Una vez cocidos se pican en pedacitos y se revuelve con la sangre desmoro-nada. Se agrega comino, pimienta, color, ajo machacado, manteca de cerdo y huevos cocidos y picados. Se pone la mezcla a baño de maría y para servir se cubre con tostado semimolido. Este plato sirve para acompañar las carnes, junto con yuca frita o cocida, arepa santande-reana, ají y cebollas picantes.

Callos con garbanzo

Luego de remojar los garbanzos desde la noche anterior, se cocinan en una olla a presión con suficiente agua, bicarbonato y sal durante 45 minutos. Una vez cocidos los ca-llos se pican en trozos pequeños y se sofríen con tomate, cebolla, ajo, pimentón, achiote, sal, comino y pi-mienta. Finalmente se mezclan los callos y el guiso con los garbanzos y una cerveza, dejándolos cocinar por 20 minutos.

Callos con garbanzo

Carne oreada

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Capón relleno

Carne de contextura dura, se pre-senta en forma de rollo alargado, cubierto por una membrana blan-ca que debe ser retirada y tiene un peso que oscila entre las tres y ocho libras. Para su elaboración, el capón debe tener una pizca de sal de nitro, la cual le da el color rojo caracterís-tico. Al comprar el capón se reco-mienda que sea perforado en el cen-tro, de extremo a extremo. La carne que se extrae de la perforación se muele y se mezcla con cebolla ca-bezona, ajo, pimentón, zanahoria, habichuela, huevos, cubos de caldo de gallina y sal. Una vez mezclados los ingredientes con la carne moli-da, se procede a rellenar el interior del capón con zanahoria, habichue-las y huevos cocidos. Terminado este proceso, con una aguja grande e hilo grueso se cosen los extremos. Se coloca la carne envuelta en lien-zo de algodón, se vierte caldo de gallina hasta que cubra la mitad del capón y se lleva a cocción durante 3 horas, terminada esta, se deja en-friar y lista para el consumo.

Tamal santandereano

Para preparar este plato, se sanco-cha el maíz amarillo, se deja en-friar, se muele y se cuela con agua,

dejándolo en reposo una noche. Al siguiente día se bota el agua y se recoge el almidón que se encuentra en el fondo. Este almidón se con-dimenta con ajo molido, comino, chicharrón frito, sal, achiote, color y manteca de cerdo. Se cocina el

Capón relleno

Tamal santandereano

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85 :::

almidón condimentado, revolvien-do continuamente para que no se pegue, hasta que la masa empieza a espesar. Luego se moldea a mano la masa y se rellena con garbanzos, cebolla cabezona, perejil, pimentón rojo, tocino, pierna de cerdo y po-llo. La masa ya rellena se tapa bien para que no se salgan los ingredien-tes y se envuelve en hojas de pláta-no soasadas, dándole la forma rec-tangular característica. Se amarra con una cabuya y se pone a cocinar durante tres horas.

Sancocho

En una olla se ponen las carnes, tomate picado, cebolla picada, za-nahoria partida en cuatro, las ma-zorcas, cominos, repollo, berenje-

na partida, ajo, ahuyama, cilantro, perejil, sal y caldo de gallina. Estos ingredientes se cubren con suficien-te agua y se llevan a cocinar en una hoguera de leña, hasta que empie-cen a ablandar las carnes. Después se agrega plátano verde, yuca, papa pelada, apio, cilantro y se deja her-vir hasta que todo esté blando.

Sopa de venas

A una olla de agua fría, se agrega un hueso carnudo de res, garbanzo, venas picadas en pedacitos, cebo-lla cabezona, tomates previamente picados, perejil, cilantro y sal al gusto. Se pone a fuego medio, hasta que el garbanzo esté blando, se le agrega arveja verde y papa pelada. Cuando se cocina todo, se adiciona

Sancocho de gallina

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pan desmenuzado y se saca el hue-so antes de servir.

Hormigas culonas

Considerado el más excéntrico y curioso plato del menú santande-reano, tiene su origen en la tradi-ción indígena. Son hormigas del género Atta, de las cuales sólo son comestibles las hormigas reinas y se capturan durante nueve semanas del año en las temporadas de lluvia. Su preparación consiste en dorar las hormigas, previamente condimen-tadas, a las cuales se les quita la ca-beza, las patas, las alas y se ponen a azar en lozas delgadas que permi-

ten su manipulación y evitan que se quemen en el proceso. Mientras se asan, se mojan esporádicamente con agua sal.

Bocadillo veleño

Conserva realizada con guayaba y azúcar, considerado el postre más representativo de la región. El bo-cadillo se puede consumir solo o acompañado con arequipe, cuajada, pan y galletas.

Obleas

Delgada tortilla de harina rellena de arequipe, queso y dulce de mora. Las más famosas se pueden conse-guir en el parque principal del mu-nicipio de Floridablanca, el cual es catalogado como “La ciudad dulce de Colombia”.

Comiendo hormigas culonas

Bocadillo veleño

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87 :::

Panuchas

Empanadillas de arequipe tradicio-nales del municipio de Málaga, las cuales traen tiras de coco en su inte-rior y se recubren con azúcar.

Cortados de cabra

Delicioso postre elaborado con le-che de cabra, limón y azúcar.

Chicha

Bebida tradicional del departa-mento y el país, tiene como base el maíz, al que se le mezcla azúcar o panela, después de hervir, se pone a fermentar en un recipiente de ba-rro. Es ideal para acompañar los al-muerzos típicos.

Masato

Para esta deliciosa bebida, se pone a cocinar el arroz con suficiente agua para que quede blandito, se le adiciona clavos y canela al gus-to. Aparte, se disuelve el azúcar en agua. Luego se procede a batir el arroz con el agua hasta que se mezcle y quede espeso. Se vierte en una vasija de barro y se deja un día tapado con un lienzo.

“Ta´ güena” la chicha

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:::88 Casa campesina en Concepción

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89 :::

Los primeros inicios de la vivienda rural, del siglo XVII, hacen referen-cia a aquellas construcciones mo-destas que no eran diseñadas, sino que se construían para aprovechar los recursos naturales.

La razón principal de su origen es la forzosa presencia de una vivien-da provisional, aposentos de los encomendaderos, que le permitie-ra al indígena, tener una conexión con las ciudades. Pero también, se muestran otras condiciones en los centros dedicados a la producción agraria, que influyeron notable-mente en el tipo de construcciones de la época. 11

Las condiciones climáticas de la región, fueron determinantes en las construcciones por los cultivos que se producían en la zona. En las tie-rras frías, la producción de papa o de maíz sólo requería de espacios de almacenaje. Este tipo de cons-trucciones no involucraban a la vi-vienda, sino que se situaban en un lugar adecuado topográficamente.

“Un camino polvoriento, un patio untado del mismo barro seco y un corredor tan largo como la

casa misma. Helechos colgantes, helechos y helechos en el corredor

de la casa. La puerta abierta de par en par y las ventanas abiertas

a pleno sol del día. Un viento fresco pasa de largo y anida en el jardín del patio. Un perro criollo

que dormitaba bajo la sombra de un brevo, se levanta y exhibe

sus colmillos con un gruñido desafiante…”

Armando Martínez Garnica, Amado Guerrero Rincón.

(Libro de Girón)

VIII.Al Abrigo de Nuestras

Tierras.

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:::90Casa típica campesina

Este sistema de construcción im-ponía la participación de operarios conocedores de las labores especia-lizadas (canteros, carpinteros, alba-ñiles, entre otros). 12

Para el caso del aprovechamiento de tierras templadas y cálidas, pue-de señalarse que cuando se trataba de cultivos tradicionales como tu-bérculos y plantaciones de cacao, las necesidades generadas por el cultivo se reducían a proporcionar ocasionalmente alojamiento a los indígenas.

No obstante, con la aparición de la caña de azúcar, la cual requería de una labor intensiva, compleja y variada, en la cual, debía interve-nir un grupo numeroso de traba-jadores, para atender cada una de las etapas del proceso de transfor-mación, desde la recolección de la cosecha, hasta lograr la obtención de mieles, panelas y azúcares, se da como resultado la conformación de un complejo de edificios destina-dos a cumplir con un claro objetivo funcional. De manera que, se crean los trapiches cubiertos, dotados de hornillas, fondos y chimeneas, para la cocción del jugo, canoas para el batido, mesas y moldes para el producto final, sitios abiertos para el secado del bagazo, y cuando se trataba de obtener azúcares, salones especiales para las hornas.

Asimismo, surgen los Hatos, para poder atender la ganadería vacuna, junto con lugares de albergue para los vaqueros.

Las técnicas y materiales utilizados durante este siglo fueron la tapia, empleada en las iglesias, casas y haciendas. Las paredes de barro se convirtieron en una técnica funda-mental; la utilización de las made-ras en puertas, ventanas, tablados. El ladrillo por su parte, ofrecía una

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91 :::

solución para la realización de for-mas y acabado de los pisos, mien-tras que en los techos se intensifica el uso de la teja de barro y la paja.

Si en los primeros años bastaba con satisfacer las necesidades de los dueños de los predios, con espacios para realizar las labores específi-cas, y separar a los terratenientes de la servidumbre. Ya en el siglo XVIII, el incremento paulatino de la actividad agraria, desemboca en

la creación de amplios conjuntos conformados por la vivienda de los señores de la tierra, los trabajadores y las instalaciones necesarias para realizar trabajos en el campo.

Por tal razón, se empiezan a crear las haciendas, diseñadas arquitec-tónicamente por sus dueños. Estas contaban con una especialización en los recintos, para lo cual se es-tablecía un salón, estudio u oficina, comedor, alcobas, cocina, depósi-tos y patio interior. Esta zonifica-ción, respondía a la estratificación social en las viviendas de los amos de la época.

Por otra parte, se construyeron los ranchos, que por lo general empe-zaron a aparecer dentro de las gran-des haciendas, cuando el proceso de transformación étnica permitió la aparición de mestizos. De allí surge el trabajador rural como apar-cero o partidario, o simplemente como arrendatario, quien construye la vivienda con esfuerzo propio en tierras ajenas, a cambio de poder sembrar alguna parcela, o cuidar animales.

La solución arquitectónica adopta-da, resume la experiencia indígena con la española. De los primeros, el empleo de los materiales naturales del lugar, la ausencia de ventanas,

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la utilización de una sola puerta para el ingreso, y de los hispanos el uso de la planta rectangular.

En cuanto a los materiales emplea-dos, se manejaban los mismos uti-lizados en el siglo XVII, como la tapia, el adobe, la piedra tosca, la piedra labrada y la madera, entre otros. Cabe anotar que se evidencia un mayor empleo de la teja de barro, destinándola no sólo a obras como los conventos, iglesias, sino que su uso alcanzó niveles más populares, sin que ello significara la elimina-ción de la paja como material para las cubiertas. También se evidencia el empleo del hierro en las cerradu-ras, pero lo más significativo fue la aparición del vidrio, dándole un es-pecial protagonismo a las ventanas.

En la actualidad, la vivienda rural en Santander cumple una variedad de roles, por una parte es el alo-jamiento familiar y por otra el es-pacio para cultivar los alimentos, en algunos casos los animales se alojan en ella o en sus inmediacio-nes. Cuando se presenta actividad artesanal, como la elaboración de tejidos, así como realizar el proce-samiento de productos agrícolas en el mismo predio, la vivienda es el lugar de trabajo.

Balcón santandereano :::92

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En el aspecto de la noción de dis-posición y uso de las partes de la vivienda, se reconoce, que el lími-te influye considerablemente en la manera como el campesino aprecia el espacio habitable. La zona de la vivienda que no se destina a habita-ciones, es en la mayoría de los ca-sos lugar de trabajo, de las cuales la más utilizada es la cocina, puesto que la preparación de los alimentos constituye una actividad de gran importancia relacionada directa-mente con las labores agrícolas. En algunas viviendas existe espacio para el depósito de víveres y herra-mientas utilizadas en los cultivos. 13

Los materiales que se evidencian en las construcciones de las fincas campesinas en el departamento son los techos de paja, teja de barro y caña brava, paredes de bahareque, con amplios patios, jardines y co-rredores.

Las macetas de flores que penden de los techos y se mecen en los co-rredores de la casa campesina, son símbolos de identidad. Las puertas y las ventanas permanecen siempre abiertas de par en par, para que el viento entre y salga libremente por ellas, sin pedir permiso. 14

Fachada típica campesina

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:::94Campesina santandereana en el mercado

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El trabajo en el campo casi siem-pre ha sido como una extensión del trabajo doméstico y por tanto, formaba parte de las actividades de las mujeres. La contribución de la mujer a las faenas agrícolas es una constante en todas las sociedades a lo largo de la historia. La mujer campesina se despierta muy tem-prano en la mañana y dedica los primeros minutos de su día a orarle a Dios. Reza por sus hijos, por su marido, por su cosecha.

Sobre esta mujer campesina gra-vitan grandes responsabilidades como esposa, madre, ama de casa y eje de la economía familiar. La mujer del campo es una trabajadora incansable, una mujer de señorial porte y sonrisa franca, de recia per-sonalidad y gran corazón humano, es testigo excepcional de la memo-ria histórica de nuestro desarrollo y pilar fundamental de nuestra cultu-ra, valores y tradición, la vida del campo es impensable sin una mujer.

“Vengo a decirte mujer, que estoy preso entre tus ojos, apiádate de mi querer, no desoigas mis

antojos, porque si tú me negaras la miel de tus labios rojos, yo tendría que morir de llanto,

pena y enojo. Despierta si estás dormida, y escucha mi serenata,

que a ti te vengo a cantar los bambucos de mi patria, porque eres sencilla y buena, preciosa

santandereana, quiero decirte al oído que te quiero con el alma.”

Carlos Castillo Zabala (Preciosa Santandereana)

IX.La mujer y la familia.

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Como productora la mujer cam-pesina ayuda a cultivar y a cose-char. El 80% del cultivo de flores, el segundo renglón de exportación en Colombia, lo hacen las muje-res. Pero, igualmente, toma parte importante en la cría y levante de animales, tareas de secado y lava-do de café, fique, cacao, molienda de caña y desgrane de maíz; son las

procesadoras de alimentos lácteos, de frutas y verduras; son jornaleras en café, cacao, tabaco, cebolla, son productoras también de cestería, esteras, costales, artesanías, cerá-mica y tejidos; esa mujer rural es vital para el desarrollo de nuestro país, nadie mejor que la mujer para fomentar la convivencia pacífica, para enseñar las buenas costum-bres y valores que han sido la base e identidad de nuestra raza santan-dereana.

Por tal razón, el hogar campesino fue una empresa que siempre in-volucró a todos sus miembros, sin distingo de edad o sexo, y en ella la producción de una parte del susten-to, cultivos de yuca, ají, frutas, en-tre otros, aumentaba el ingreso fa-miliar. Con la disciplina, el ahorro, la templanza y el sacrificio perso-nal, se forjaba el sustento familiar. Entorno en el cual, nuestra mujer campesina siempre juegó un papel predominante, no solo en la forma-ción de la familia, sino además en la economía familiar y el trabajo artesanal. 15

Uno de los oficios en donde las mu-jeres santandereanas tuvieron un fuerte impacto y aún lo conservan, es el de los tejidos, herencia de la cultura Guane. De igual manera, los trabajos con fibras sombrere-Semblanza de la mujer campesina

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ras como el jipijapa, se realizaron con gran auge en los pueblos san-tandereanos de cordillera, con la finalidad que las mujeres pudieran aportar al ingreso de sus maridos, quienes cultivaban la tierra. Estos trabajos se llevaba a cabo durante las horas de descanso, intercalado con las labores domésticas. Aunque en municipios como Zapatoca, mu-nicipio catalogado en ese entonces como “la tierra de los sombreros”, las mujeres se negaban a lavar la ropa o a cocinar para otras familias, pues su posición de sombrereras les daba prestigio.

Ellas trabajaban todo el día y usual-mente terminaban el sombrero a la luz de la vela, para que estuviese listo el día de mercado, que era para las mujeres como el día de fies-ta. Vestidas con sus mejores galas caminaban hasta la plaza, donde iban de comprador en comprador buscando la mejor oferta. Con la llegada de la noche, finalizadas las transacciones, retornaban a sus ca-sas cargadas con atados de nacuma, que compraban en el mercado para la labor de la semana siguiente.

Es de resaltar el rol social de la mu-jer campesina en Santander, pues ha tenido doble valor, en primer lugar, porque en la conformación del ho-gar su presencia ha dado seguridad

a los hijos y es ella la que cohesiona el núcleo familiar, y en segundo lu-gar, porque su figura ha sido visible y determinante en el trabajo. En el campo desde muy niña se ha venido formando en el manejo del hogar y las labores domésticas. Si el San-tandereano se caracteriza por ser un trabajador infatigable, para el cual su núcleo familiar lo es todo, las mujeres de la región han construido la memoria popular de las costum-bres familiares de lucha, respeto, tradición y constancia.

Herencia campesina

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:::98Todo el legado de nuestra raza santandereana

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Durante épocas pasadas, el campe-sino habitaba su finca, era en ese te-rreno donde cultivaba y producía lo necesario para vivir. Ahí creció, vio envejecer a sus padres, aprendió a labrar la tierra y dejó el legado a sus hijos, los cuales educaba de manera estricta, pero con una formación en valores y respeto hacia el trabajo, las personas y la vida misma.

Para el campesino actual el pueblo es parte complementaria de su terri-torio. Allí hace sus fiestas, viven al-gunos familiares y ocupa una frac-ción de su trabajo. En él, construye algunos de sus espacios vitales: el parque, la cafetería, la plaza, la tienda, la casa de sus parientes. Por lo tanto, no significa sólo el sitio donde compra su mercado y vende sus productos, sino que es una parte fundamental de su identidad como ciudadano. 16

Quizá la principal deuda que tiene la sociedad de hoy con el campesi-nado es reconocerlo como un im-portante productor, que contribuye

“Cada pueblo tiene sus características que lo hacen diferente a los otros.

Es la identidad. A pesar de las transformaciones que sufre el

mundo por virtud de la tecnología, la educación y los diferentes procesos de cambio, se conservan situaciones

que lo hacen especial… En Colombia tenemos un país de regiones con

características propias e identidad regional... Santander es una región

de amplias tradiciones y con una identidad regional muy definida...

Infortunadamente, mientras en otros lugares del país se fortalece la identidad

regional, nosotros hemos volatilizado nuestra forma de ser”.

Gustavo Galvis Arenas. (Columna de opinión Vanguardia Liberal, enero 2012)

X.El legado cultural

campesino.

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esencialmente en la alimentación, la economía, la cultura regional y en las buenas tradiciones, que pare-cieran olvidadas en el tiempo.

Si se recuerda la historia, se puede decir que las principales labores que sacaron adelante a Santander y le dieron su protagonismo, se deben indudablemente a los hombres ru-rales, humildes y trabajadores, que cultivando sus parcelas con técni-cas primitivas, marcaron el destino económico del departamento.

Por lo tanto, la tierra para un cam-pesino ha sido desde siempre su patrimonio económico, familiar y única opción de vida. Sin embar-go, el desplazamiento forzado, el cual han tenido que vivir numero-sas familias rurales, ha significado el desarraigo de múltiples seres que tenían su propio mundo y habían construido una parte de nación en los campos de este vasto territorio.

Pero a pesar de los notables cam-bios, sería erróneo pensar que todo está olvidado, porque la herencia de los antepasados, en Santander se lleva en la sangre. Empezando por el habla popular y el movimien-to de las manos, que caracteriza a esta región del resto del país. Aquí se posee un inconfundible acento, sobrio y muy marcado, reflejo del Niño campesino de Guaca

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temperamento regional. Asi mismo, la raza santandereana se moldeó en las laderas de la cordillera del tra-bajo, por tanto es un trabajador in-fatigable, para el cual su estructura familiar ha sido el pilar fundamen-tal y la razón de ser. En este núcleo se construye la memoria popular, se edifican los sueños y se proyecta la cultura empresarial, herencia del hogar campesino, que siempre fue una empresa que involucró a todos sus miembros, sin diferenciar sexo

o edad, pues las mujeres desde ni-ñas aprendieron las labores del ho-gar y los hombres por su parte, a tomar con firmeza el azadón.

Pero todo no ha sido trabajo, el sentido del humor de las gentes de Santander tiene manifestaciones particulares en cada una de las pro-vincias que conforman la región, por eso el legado de la literatura popular conserva sus raíces en las coplas, música y bailes típicos que

Herederos de nuestro legado cultural campesino

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engalanaban las fiestas veredales y hoy forman parte de las representa-ciones artísticas más destacadas del departamento. En esta tierra se es-cuchan torbellinos, bambucos, gua-binas y pasillos, representación del campesino que los interpretaba a su gusto, componía al oído y ejecuta-ba por tradición. Muchos de ellos lo habían aprendido de sus padres y abuelos, y estos de sus antiguas ge-neraciones, llegando a formar par-te de las melodías, ritmos y danzas que componían el saber popular.

Y qué decir de la comida santande-reana, tan auténtica en el país. Aquí se come carne, yuca, productos a base de maíz y hormigas culonas, únicas en el mundo. Este menú típi-co se lo debemos a la tradición in-dígena y española, a la producción agrícola del campesino y su legado de recetas tradicionales que hoy son un manjar para el paladar.

Esto es Santander, tierra de profun-da belleza natural, reflejada en cada una de las Provincias que confor-man el territorio, el cual se ha cons-truido con la pujanza de sus cam-pesinos, quienes caminan siempre adelante y no dan un paso atrás.

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103 :::Niños campesinos en Zapatoca

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:::104El ordeño, iniciando el día

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La lengua presenta variantes en las diversas zonas donde se emplea. Esas diferencias se llaman varian-tes regionales o dialectales. En Latinoamérica este influjo hacia el fraccionamiento, está impuesto por la extensión del territorio.

Así podemos observar en las distin-tas zonas geográficas, el desarrollo de variantes del español latinoame-ricano, como el dialecto santande-reano, que por su acento, para los oídos de los habitantes de las demás regiones, puede sonar un tanto seco y fuerte. Entre sus principales ca-racterísticas se destaca el uso casi exclusivo de “usted”, tanto en cir-cunstancias formales como infor-males, al igual que, la ausencia de yeísmo, diferenciando la pronun-ciación entre la “y” y la “ll”. Otra es que no hay diferencia en la pronun-ciación entre “S” y “C”, de la “S” se hace siempre, aunque en la zona norte, no es extraña la eliminación de la “S” final debido a la cercanía con la región costeña. Este dialecto se reconoce también por la sonori-dad de su pronunciación. Aquí un resumen de algunos términos pro-pios de la región:

XI.Las hablas de nuestra tierra

“Las patas pa’ dar patadas;las manos pa’ manotear;los dedos pa’ persinarsey el machete pa’ matar!

Yo soy claro como el aguade firme como el acero;que palabra que yo diga

de no cumplida me muero”

Refran popular Santanderano(Anónimo)

Sonrisa campesina

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A. A JURO: Obligado.A LA CIEGA: Va sin saberA LA PATA: Seguir muy de cerca.A LA TOPA TOLONDRA: Hacer una cosa sin pensar.A LO QUE: Cuando.A MEDIO VIOLIN BANDOLA: A medias.A PATA: Caminarr a pieA TIRO: A puntoA TIRO DE CAÑON: CercaA TUCHE: Cargar a alguien en la espaldaA UN TABACO O CHICOTE: Respuesta dada cuando se pregunta sobre una distanciaA VER?: Expresión usada para contestar el teléfono.ABRIGAR: CalentarACHACAO: Estar enfermo. Estar débilACHANTAR: ApenarACHICOPALADO: DesanimadoACHILAO: Triste, Desmadejado. AtrasadoACOTEJAR: Arreglar una cosaACURRUCARSE: Poner el cuerpo en posición fetal. EncogerseAGUARDE TANTICO: EspereAGUADULCE: GuarapoAGUELITO(A): Abuelito(a)AGUEVAO: Atontado, AsustadoAH GRANJIJUELAPUIRCA: AdmiraciónAH GRANITO DE ORO: Admi-raciónAHORITA: En este momentoAHUCHAR: IncitarAJUERA: AfueraAL PELO: Preciso, a la medidaALARGAR: AlcanzarALBERCA: Tanque de aguaALBIRISCADO: AlborotadoALCANZADO: Le hace faltaALEBRESTARSE: Agitarse ALGOTRA: Alguna otraALISTA EL PERRO: Alistar maletasAMACHINADO: Pareja que vive en la misma casa sin ser casadosALMAGALAFA: Prenda real en GuaneAMAGAR: Hacer que va a intentar

algoAMAÑARSE: EncariñarseAMAÑAO: Estar a gusto en el sitioAMARGAR: Causar molestia, disgustoAMARRADO O AMARRETE: TacañoAMARRAR CONEJO: No pagar una cuentaAMASIJO: Pudin. TortaANDA CON EL ARREMUESCO: Anda con el novio(a)ANDO: AnduvoANTIER: Ante ayerANTON: EntoncesAPAÑAR: Coger una cosa con la mano APENITAS: Justo. Completo. CabalAPEÑUSCADO: Apretado. IncomodoAPERARSE: ComprarseAPETO: ApetitoAPIARSE: BajarseAPICHAR(SE): Dañarse la comida. Las frutasAPILAR: AmontonarAPLASTARSE: SentarseAPOSENTO: HabitaciónAPOSTA: Adrede. Hacen algo con malas intencionesAPURE MANO: Vámonos rápido. AQUI NOMASITO: CerquitaAREPAZO: PalmadaAREPIAR: Dar PalmadasARISCA: Persona áspera, ARGOLLERO: Amigo de sacar ventajaARMATOSTE: Mueble grande y viejoARTAS: BastantesARRECHA LA JODA: ComplicadoARRECHAR: DisgustarARRECHO: Bravo. Fuerte. ValienteARREJUNTAO: ConviviendoARREMEDA: ImitaARREMUESCO: FastidiosoARREQUINTADO: ApretadoARRETRONCA: Parte de los aparejos de las mulas de cargaARREVOLVERADO: Insolente. Estar de mal genioARRIAO: Estar quebrado.ARRISCAR: Atreverse. Lograr.ARROPAO: Estar cubierto con una cobija

ARROPARSE CON LA MISMA COBIJA: Disculparse mutuamente. EncubrirseARRUGARSE: Darle miedoARRUMACOS: Cariños. ConsentirARRUMARSE: Acostarse al lado de alguienARRUNCHAITO: Estar acostado o sentado bien pegado a una personaARRRUNCHAR: Abrazar. ConsentirASENTARSE: SentarseASINA SEMOS: Así somosASUETO: Puente festivo. VacaciónATALAYAR: Mirar, Observar, EsperarATAIMADO: Medio BoboATARVAN: Mal educado. DescortésATENTO: Estar pendiente. Cortez. ATISBAR: Encontrar. Ver de lejosATIZAR: Mover la leña cuando hay fuegoATOLONDRADO: AturdidoATORTOLAO: AsustadoATULAMPADO: Tonto. Bobo. Pobre de espírituATURUGAR: Rellenar. LlenarAVICHUCHOS: Pollos. Patos. De-más aves que se tienen en una fincaAVIO: Comida para llevarAVION: SagazAVISPADO: InteligenteAVISPON: InteligenteAYACO: Envuelto. Bollo de maíz con carne en el interior

B.BAJAR EL MORRO: HumillarseBALURDO: OrdinarioBARBACHAS: Unos pesos de masBASTOS: Ordinarios. Mal educadosBATIR CACAO: Molestar. Mortifi-car muchoBEBETA: FiestaBECHEREQUE: Se refiere a un animal que no está en las mejores condiciones de desarrollo, estatura, etc.BEJUCO: DisgustadoBENDAJE: Poner algo más. ÑapaBERENJENO: Niño que molestaBERRINCHERA: Hacer ostenta-ción de mal genio. Mala educaciónBERRIONDERA: Mal genio.

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BICHO: Palabra despectiva.BIEN SAPO QUE ES: Metido en lo que no le importaBITUTE: ComidaBIZCOCHO: Hombre, mujer, buen(a) mozo(a)BOCHINCHE: Tumulto, Bulla, RuidoBOCHORNO NI EL VERRACO: Se refiere a estar muy caliente el día y sin brisaBOLERA: Dificultad, MolestiaBOJOTE: Bulto, PaqueteBOLO: PiedraBOLSON: Palabra despectiva para referirse a una personaBONCHE: Pelea, TrifulcaBREGAR: Intentar. TratarBREGUE: Intente. TrateBRENCHA: Piquete producido por una picada de insecto. BRILLA HEBILLA: Baila PegadoBRIZNA: LloviznaBUCHE: Estomago, BarrigaBUENA PAPA: Buena personaBUSCARLE LA COMBA AL PALO: Buscarle solución a un problemaBUTACA: Silla

C.- CH.CABRESTO: Asa o agarradera de los canastosCACA: Voz para apartar a los niños al contacto con algo.CACHAPLA: Arepa de mazorca tierna, rellena de queso, azada en hoja de plátanoCACHAR: No asistir, FaltarCACHIPORRO: Persona que pertenece al Partido LiberalCACHUMBO: Bucle, Rizo del cabelloCAIDO DEL ZARZO: DespistadoCALABAZO: Persona Tonta, OfensivaCALABAZOS: NiñosCAMASTRON: Voz despectiva para referirse a alguien, Joven altoCAMPECHE: CampesinoCAMPO: FincaCANCHARSE: PonerseCANGALETO: Flaco

CANILLAS: Se le dice a los huesos de las PiernasCANILLUDO: Persona flaca, altaCAPORAS: Macheta cortaCARAMELIAR: Engañar.ARCANAL: TalónCARGUE LA MALETA Y NO ARRUGUE LA JETA: No proteste, después de haber tomado una decisiónCARAJO: Tiene varios significados, puede expresar admiracion, se usa en vez del nombre de una persona, expresa susto.CARILARGO: Estar triste. Desilu-sionadoCARRACAS: Mandíbula. Quijada. Mentón. Instrumento musicalCARRANCIO: Muñeco de tamaño real, relleno de pólvora, que se quema el 31 de Dic.CARRACO: EsqueletoCARRAMAN: Con esta palabra se refiere despectivamente a una personaCARRANCHIN: AlergiaCARRAMPLÓN: Media luna metá-lica que se pone en la suela del zapato para evitar su desgasteCARRETA: MentiraCARTABÓN: Instrumento para medirCARRUMBO: AlcohólicoCASCAR: Pegarle a algo o a alguienCASORIO: MatrimonioCATABRA: Canasto de caña para recoger caféCATANO(A): Viejo(a)CATORCERA: Muchas cosasCATRE: CamaCATURRO: De baja estaturaCENEGUERO: Variedad de BananoCEPILLAR: AdularCERRADO DE CACHOS: Torpe. Tarado. IgnoranteCERRERO: Sin dulceCHABACAN: Tosco. Rudo. De mal gustoCHACOTA: RelajoCHAGUALA: Cicatriz. HeridaCHAGUALOS: Zapatos viejos, feosCHALEQUIAR: Molestar. Mor-tificarCHALOMITA: Transporte por un trayecto cortoCHAMBA: Oportunidad. Canal. Desagüe

CHAMBON: Poco hábilCHANCLETAS: PantuflasCHANCHIRO: Ropa vieja, haraposCHANCHITOS: Pedazos de ropa, AndrajosCHANFAINA: Nombre de un plato de diferentes tipos de tripa de resCHANGALETO: Persona que cojeaCHANTARSE: Ponerse algo.CHAPA: Caja de dientesCHATO: De nariz pequeñaCHANGUA: Caldo CHÉCHERE: Trasto viejoCHENGO: Persona cojaCHICHIGUA: Pequeña. EscasaCHICHONERA: Pelea. DesordenCHICHO: Bravo. MolestoCHICHÓN: HematomaCHICOTE: TabacoCHICOTEAR: Fumar tabacoCHICUCA: MentiraCHIFLORETO: Que padece locura benignaCHIFONIER: Closet. AlacenaCHINGUA: Caldo con papa, natas y huevoCHITE: RetíreseCHILINGOS: Ropa vieja. Restos, Palabra despreciativaCHILLAR: LlorarCHILLETAS: Que llora muchoCHILOSA: DesaliñadaCHIMBO: De mala calidad. FalsificadoCHINA: Niño, niña. Especie de lagartija pequeña que se encuentra en las casasCHINITA: Aparejo para avivar el fuego en el fogónCHINCHOSO: Antipático. Repul-sivoCHINGUE: Traje de bañoCHIPOLO: Manojo de pelo que cae sobre la frenteCHIQUERO: Lugar sucio y desor-denadoCHIRIPA: CasualidadCHISGA: OportunidadCHISGUETE: Que se mete en todas partes, que interviene en todoCHIPA: Medida que se emplea para alambre o soga CHIQUERO: Suciedad, lugar llenoCHIRRINCHE: Aguardiente destila-do clandestinamente

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CHITA: OrinesCHITA CON CHEVA: Expresión que se usa para indicar que se reúnen dos personas opuestas o enemigasCHITIARSE: GrietarseCHITO: CálleseCHOCATOS: Alpargatas, CotizasCHOCHO: De mal genio, NecioCHOMPA: ChaquetaCHONETO: Torcido, DesviadoCHORACA: CaraCHOROTA: Masa de maíz que se rellena para sancochoCHOROTE: Vasija de barro para hacer chocolateCHORRERA: Fila, muchos.CHUCHO: Tinaja pequeña. Tienda pequeña y poco surtidaCHUECO(A): Niño(a), Persona me-nor, Muchacho, Cojo, Patán, Persona que no es de confiar en los negociosCHULO: GallinazoCHUNCHULLAS: Intestino de res.CHUPAFLOR: Enamorado o EnamoradorCHUPARSE: No cumplir con un compromisoCHUPE CHURUPE: Me alegro, Bien hecho, Cuando alguien se cae o le sucede algoCHUPE: Sóbese CHURRIAS: DiarreaCHURUMBA: BocaCHURUBICO: Cono, Embudo CHURUMBELA: Boca, Pipa de fumarCHUTA: Patea la pelotaCHUZO: Almacén de mercancías caras y de mala calidadCHUZOS: Brochetas, Pedazos de carne insertadas en un pincho.CICLA: BicicletaCIERTAS YERBAS: Se usa para no mencionar el nombre de una persona que está cerca o conocidaCLAVAR EL PICO: DormirseCLOSER: ClosetCOCO: Le dicen a una persona muy inteligenteCOCOROTA: Hormiga grande y roja, También le dicen a la cabeza COGER A BOTES: Rodar, Deslizar-seCOGER LA CAÑA: AceptarCOGOTE: Parte baja de la cabeza

COJAME ESE TROMPO CON LA UÑA: AdmiraciónCOLGAR EL CACHO: Colgar el teléfonoCOLOCA: Puesto, EmpleoCOMER PAVO: Cuando una mujer se queda sin bailar en una fiestaCOMIENDO FLECHA: Ir en contravíaCOMISO: Pequeña porción de alimentosCOMO NO!: Equivale a una afirmaciónCOMO SE TOPA?: Como estas?COMO VA SER?: Sorpresa, AdmiraciónCOMODA: Closet, GuardarropaCONCHUDO: Sinvergüenza, DescaradoCONTRATA: ObligaciónCOÑAZO: PuñoCORCHETO: Persona que no cumple lo prometidoCOROTIAR: TrastearCOROTOS: Cosas de la casaCORTAR LA CARA: Negar, Dar evasivasCOSA(SO): Reemplaza el nombre de un objetoCOSCORRIA: Persona de mala feCOSCORRON: Golpe dado con la mano cerrada en la cabezaCOSIANFARO: Persona. Parte especifica de algoCOSIANFIROLO : CosaCOSTILLA: Esposa(o)COTIZA: AlpargataCOTORRA: Guacamaya, Persona que habla mucho o hace bullaCOTUDO: Que tiene Coto, Que le ponen los cuernosCUADRIL: CaderaCUAL ES LA BOLERA?: Que pasa?CUAL ES LA JODA?: Que pasaCUANDO TOQUE: Cuando sea, En el momento precisoCHUSPA: Talego o Bolsa CUCAYO: Pega del arrozCUCHO(A): Persona viejaCUELLO: PreferenciaCUESCAZO: PuñoCULEQUEAR: Dar vueltas sin un fin, IndecisiónCULICAGAOS: Hijos, Niños

CULILLO: Miedo, TemorCULI PRONTA: Mujer promiscuaCUNCHOS: Restos, Poquito, SaldoCURA: Fruto del árbol del AguacateCURRUCA: Pequeño, DiminutoCURSIENTO: Malo del estomagoCUSPETEADERO: Baño. Inodoro. SanitarioCUTARROS: OllasCUTES: Trastos

D.DANDO LA PATICA: Poniéndose de acuerdo, AceptandoDANDO PATADAS DE AHOGA-DO: Usando el último recurso, pero casi imposible de conseguirDAR EN EL CLAVO: AcertarDAR MUELA: ComerDAR LATA: FastidiarDARLE POR LA MULA: Darle por la cabezaDARSE UN TOTAZO: CaerseDARSELAS: Aparentar lo que no es, VanidosoDE APOSTAS: AdredeDE A DEVERAS: VerdadDE GOLPE: De imprevistoDE MALAS PULGAS: De mal genioDE TODAS CUATRO: Estar muy ocupadoDEJAR MAMANDO: Quedar mal, No cumplirDEJAR PLANTADO: Quedar mal, No cumplirDEJE LA BOLERA: No molesteDEJE LA JODA: No molesteDELICAR(SE): Disgustar, Disgus-tarseDESBORONARCE: Caerse a pedacitosDESCOCOROTAR: Quitar la cabeza en los objetos, juguetes etc.DESECHO: Camino para acortar la distanciaDESENTEJARSE: Quedarse calvoDESGALAMIA: Sin gracia. SimpleDESGUALAJAO: Mal vestidoDESPAVILADO: Salir huyendo rápido. Medio sonsoDESPABILAR: Despertar, Entender algo

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DESPOTRICAR: Hablar mal de algo o de alguienDESTAPESE A VER: Frase utiliza-da como retoDESTORTOLADO: DespistadoDESVARE: Salir de un problema. DIGA A VER: HableDIIIIGAME: Cierto, Claro que si, Respuesta afirmativa enfáticaDIZQUE: Duda, Dar un Dato,

E.ECHAO PA’ LANTE: ArriesgadoECHAR CEPILLO: AdularECHAR OJO: Mirar, VerECHAR PATA: CaminarECHAR PUYAS: OfenderECHAR QUIMBA: CaminarECHAR VAINAS: Decir indirectas, EL MUERTO YA ESTA LISTO: Terminado un trabajoEMBARRADA: Quedar mal.EMBEJUCADO: DisgustadoEMBUTIR: Meter a la fuerza.ENCABRONARSE: Desconfiar. Embejucar. Sacar la PiedraENCARAMAPINGOS: Se refiere a la persona que le gusta montársela a otrosENCIME: Dar de más EMPACHADO: Indigesto, LlenoEMPELOTO(A): Desnudo(a)EMPUERCARSE: EnsuciarseEMPUTARSE: DisgustarseEN EL CULECO DE LA MULA: Se refiere a cuando un sitio queda lejosEN UN DESPABILAR: En un momento, En un instanteEN UNA PEA: Esta BorrachoENCHICHARSE: DisgustarseENCHOCOLAR: Meter un objeto dentro de un orificioENCHUFLE: Toma CorrienteENCOPETAO: Persona que se las da de mejor claseENDE: DesdeENGARIPOLAO: Estar bien vesti-do. Bien arregladoENGÜESADO: Engañado. Que no tiene salidaENJERIDO: Débil, EnfermoENJUTO: Flaco en extremoENLOCA: Enloquece

EPALE: Opale, AdmiraciónEMPEÑON : EmpujarENROSCARSE: Llenarse de iraENSEÑAR AL TAITA A HACER HIJOS: No es posible menospreciar la experienciaESTA BUSCANDO QUE LE VOL-TEE EL MASCADERO: Se usa en una discusion.ENTECARSE: Desmejorar, Enfla-quecerseENTERAMENTE: Adverbio que utilizamos para dar a entender que no es mas o procurar ser mas hábilENVAINADO: EmproblemadoENVERRACARSE: DisgustarseES CORRIENTE: AfirmaciónES MUCHO: Superlativo.ES PA’LAS MERAS VERGÜEN-ZAS: Algo penoso o de no mostrarESAS ZANCAS DE MIRLA EN PALITO: Flaca. Para referirse a una persona despectivamente ESBIROLAO: Distrido.ESCACHALANDRADO: Desorde-nado, DesajustadoESCALZURRIADO: Mal vestido, descuidado, con los calzones caídosESCAPARATE: Closet, Guarda-rropaESCORCHADOR: Saca corchosESCOTE: DescoteESCUNCHADO: ExprimidoESCUERAR: Hablar de alguienESCULCAR: RegistrarESGUALAMBILAO: Mal vestido, descuidadoENCARAMARSE: Montarse. SubirseESOJAR: DeshojarESPATARRADO: Abierto de piernasESPELOTAO: A toda velocidadESPEREME UN TANTICO: EspéremeESO FUE EN VALDE : Eso fue en vanoESPICHAR: PresionarESTA ARRECHA LA JODA: DifícilESTA COSA CUAJA: Esto se llevara a caboESTA PIPONA: Esta embarazadaESTAN ALTAS Y EL PALO VER-DE: Todavía no se puede

ESTAR ENVARADO: Tener moles-tias estomacalesESTAR MAMAO: Estar cansadoESTE, QUE MOSCO LE PICO: No se meta donde no lo llamanESTORCIJON: CólicoESTRANCAO: AbiertoESTREGARSE: Frotar con fuerza una cosa contra otra, Restregarse

F.FAROLEAR: Chicanear, Creerse más que otroFILIMISCA: Creída, OrgullosaFILO: HambreFINAO: MuertoFREGAO: Difícil, ComplicadoFREGAR: MolestarFRESQUIAR: Recibir frescoFUNDAMENTO: Juicio. Motivo

G.GAJO: RacimoGANADIAR: Cuidar el ganadoGANAR CREDOS CON AVEMA-RIAS AJENAS: Que se aprovecha del esfuerzo ajenoGASNATE: GargantaGARABATO: Implemento para colgar o mover cosasGARLA: HablaGAZAPERA: PeleaGOROBETO: HambreGORRERO: Persona coladaGOTA: Algo en cantidad pequeña.GORGORIAR: Hacer gárgarasGRAMAR: LlorarGRIMA: LastimaGUACHAFITA: Relajo, Desorden, RuidoGUACHE: Grosero, Persona pesadaGUAMAZO: Golpe fuerte, CaídaGUAMBITO: Niño pequeñoGUANDOLO: Guarapo, Agua dulce fermentadaGUAPUCHA: Bebedor, Amigo de borracheraGUARAPERIA: Tienda de mala muerte, Venta de licorGUARAPIAO: BorrachoGUARICHO: Término para referirse a una persona de mala calaña

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GUARGUERO: GargantaGUASAJARA: Macheta, Rula GUMARRAS: GallinasGURBIA O GURRIA: Hambre. Agonía

H.HABLAN PAJA: Dicen mentirasHAIGA: Degeneración del verbo haberHASTA LOS TUETANOS: Hasta lo más profundoHAY TELA D’ONDE CORTAR: Hay mucho de qué hablar. SobraHIJUEMIL: Gran CantidadHIJUEMADRE: Palabra despre-ciativaHIJUELA GRAN PELONA: Adverbio de admiración. HIJUEPUERCA: Palabra que de-nota admiración, desprecio, dolor, etc. Un eufemismo y de las más usadas en nuestra tierraHORA SI FUE LA MUERTESITA DE LA CONEJA: Se usa cuando alguien se metió en un lioHORITA: Otra forma del adverbio ahoraHUY GRANJIJUELAMADRE: Admiración

I.INGRIMO: Solo, AbandonadoINSORNIA: Expresión usada para referirse a una persona fastidiosa, cansona, que molesta.

J.JAILOSO: AristocráticoJALSO: Puerta de un potreroJARTAR: Beber, Tomar tragoJASPIADO: Con pintasJAYANASO: Joven o muchacho que ha crecidoJECHO: Maduro. Viejo. RespetableJEDER: Oler.JEDIONDO: Persona que molesta. Problemática. OlorosoJERINGAR: MolestarJETA: Boca

JETON: Habla demasiadoJIESTAS: FiestasJINCHO: BorrachoJODA: Cosa. MolestiaJODIDO: Persona de mal genio. VentajosoJONDIAR: Botar, LanzarJONJOLIAR: Consentir, PreferirJOTIADA: Mal hecha, Mal presentadaJOTOS: Paquetes o bolsasJUAGAR: EnjuagarJUELAPELONA: Expresión de admiración. ExclamaciónJUELDIABLO: Expresión de admiración. ExclamaciónJUELITA: Expresión de admiración. ExclamaciónJUEMICHICA: AdmiraciónJUEPUCHA: Expresión de excla-maciónJUEPUCHICA: AdmiracionJUEPUENTE: Expresión de exclamaciónJUEPUERCA: Expresión excla-mativaJUETE: Cinturón. CorreaJUGAR RUNCHO: Jugar trompoJUGARRETA: El juego constante de los niños. Juego de naipesJUMA: Rasca. BorracheraJURGO: Montón. AbundanciaJUSTELE: Ustele. Admiración. Sorpresa

K.KIKIRICA: Se le dice a la persona que comete muchas embarradas

L.- LL.-LA EMBARRO: Cometió un errorLA GENTE LE CREYE: La gente le cree.LA PAILA GOCHA: El InfiernoLAMBER: LamerLAMBON: Persona aduladora. metida.LANGARUTO: Persona muy flaca. También se le dice al perroLARGAR: Alcanzar una cosa.LARGUEME ESA JODA: Pásame esa cosa

LE CANTARON LAS 40: Le dije-ron la verdad, Le llamaron la atención.LE COGIO LA TARDE: Le coge la nocheLE DIO SOPA Y SECO: Usado cuando se refiere a que se propaso en algoLE SACAN LA PIEDRA: Lo hacen disgustarLE TIENEN TIRRIA: Lo envidian. Lo acosanLE TOCA: Obligarlo a algoLECHOSA: PapayaLEJURA: LejaníaLIGERO: RápidoLISO: Que no tiene intensiones de casarse. No se comprometeLO DEJARON POR PUERTAS: No lo tuvieron en cuentaLO DEJARON MIRANDO UN CHISPERO: No le cumplieronLO HACEN ARRECHAR: Lo hacen disgustarLO TIENEN ENTRE OJOS: Lo vigilan. Le tienen envidiaLO TUMBARON: Lo engañaronLO VIDE: Lo víQUE BOLERA: AdmiracionLOS TOPE: Los encontré

M.MACHACO: Mal hechoMACHETA: MacheteMACHETA ESTATE EN TU VAI-NA: Quédese quieto. No intervengaMACHIN-MACHON: Juego del sube y bajaMAJADERIAS: Decir cosas sin ningún valorMAL DE OJOS: Daño o enferme-dad. BrujeríaMALANGA: Persona despreocupa-da. OciosaMALDINGA SEA: Expresión de fastidio. DisgustoMALHAYA: Palabra de sorpresa. DisgustoMAMAO: CansadoMAMÁ SENORA: AbuelaMAMAR GALLO: Tomar el pelo. Molestar. BurlarseMAMERA: Cansancio. PerezaMAMOLA: Interjección. Ni crea que

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se vaya a hacerMAMON: CansónMANO: Término para referirse a un amigoMANDINGA SEA: Impaciencia. DisgustoMANGUALA: Trama. Confabu-laciónMANIAR: AtarMANIFLOJO: Pródigo. Generoso. BotaratasMAQUETIAR: No estudiar. VagarMARAS: CanicasMARUZA: BolsoMARRANEAR: Causar problemasMASCADERA: BocaMASCAR PERO NO PASAR: Poca simpatía por una personaMATA: PlantaMATACHITOS: Dibujos animadosMATACHO: Palabra despectiva. Juguete. Estampa o figura de los álbumes de colecciónMATADA: Fea. Sin GraciaME LA PUSO DE PA’ RRIBA: Poner trabasMECATO: Alimento que se come entre comidasMEDIA PANELA: Mediocre. RegularMENESTER- MENESTIAR: Hacer falta, Faltar. NecesitarMENTAR: Decir. NombrarMERAS(OS): Solos. ÚnicosMESMA(O): Mismo. IgualMETASE DEBAJO DE LAS COBIJAS: Váyase a acostarMESTIZA: Pan de salvado que se amasa con panelaMETIO LA PATA: Cometió un errorMICA: VasinillaMIGAJA: Un poquito de algoMIJA: Palabra que se usa para llamar a la esposa, hija o persona queridaMINCHA(ITA): Cosa pequeña. InsignificanteMIRAR RAYADO: Mirar feoMISIA: Para referirse a una mujer casada o de edadMOCOSO: Niño. Joven. PersonaMOIMA: CabezaMOLESTOSA: FastidiosaMOLIENDO: TrabajandoMOGOLLO: Fácil. PosibleMONO: Persona de pelo Rubio

MORRACO: PersonaMOSQUIARSE: Estar atento. Darse cuentaMOTOLA: CabezaMOTOSO: Sueño o siesta corticaMUCHA GUEVA: Muy tontoMUCHA PAVA: Mala suerteMUCHA SAL: Mala suerteMUCHAREJO: Muchachito. Joven-cito. Niño grandeMUCHILIAR: Recoger carga o pasajeros en el viajeMUCHO FREGAO: De mal genioMUCHO LO....: Termino que se usa cuando una persona ha hecho algo mal. Cuando a actuado pendejamenteMUCHO LO BUENO: Muy bueno. Mejor. Me gustaMUCHO LO PERRO: Persona viva. VentajosaMUCHO LO VIVO: Tipo SagazMUCHO MATRACO: Embo-bado. La embarroMUCHO PINGO: BoboMUCHO SER ORDINARIOS Y CALABAZOS: Ser muy mal educados y ofensivosMUENDA: CastigoMUERGANO: Déspota. Creí-do. Sinvergüenza. Pillo MUERTO QUERES MISA?: Cosa obviaMUGRE: Mala personaMUGROSA: Persona descui-dada y mal educada

N.NI DANDOLE CON QUE: Dicho que significa pereza, desinterésNI PUEL DIABLO: Negación enfáticaNO ARRISCA: No es capaz. No se atreveNO DA PIE CON BOLAS: Una persona incapazNO REBUSNE: No alegueNO SE ME ADELANTE, PERO TAMPOCO SE ME ATRASE: Se le dice a una per-sona cuando es muy apurada.NOMACITO: Cerquita

NOVELIAR: Curiosear

Ñ.ÑAPA: Poner algo mas. Aña-diduraNEJA: Vieja

O.OIGA: Palabra muy utilizada para llamar la atenciónOLE: Llamar a alguien. Pro-nombre. AfirmaciónOLER EL TOCINO: Prever el peligroONTA? Donde está?OOORA!: Que vaOPALE: AdmiraciónORITA: AhoraOTIAR: Mirar. Ver

P.PACIENCIA PIOJOS QUE LA NOCHE ES LARGA: Es-tudiar con detenimiento alguna cosa que merece atenciónPA’CHUCHO BENDITO: Por Dios. Para dar fuerza a una afirmación.PALANCA: InfluenciaPAILAS: Estar mal económica-mente. SentimentalmentePALOMIAR: Atacar a alguien en despobladoPAÑAR: (Verbo) Agarrar. Atrapar. CogePALO DE AGUA: Aguacero fuertePARIENDO BORUGOS: Resistir. SufrirPARAR BOLAS: Prestar atención.PARTO DE MULA: Cuando una cosa es demorada o ExtrañaPATORICAS: Piernas. PiesPATI PAL MONTE: Persona que camina echando los pies hacia los ladosPATOJOS: PersonasPAYO: Cuando un alimento sale doble.

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PECUECO: De mala calidadPEGACHENTO: Inoportuno. Que no se desprende fácilmentePEGAR CON BABAS: Arre-glar a medias. Cosa mal hechaPEINILLA: MachetePELARSE: EquivocarsePELERA: Bonita. AgradablePELOTERA: Pelea. DesordenPENCA: Buena. Hermosa. ElogioPENDEJO: Palabra desprecia-tiva. TontoPEPA: Persona inteligente. SemillaPERCATAR: NotarPERCHA: Lujo. AdornoPEREQUE: Molestia. Morti-ficaciónPERO A TRONCAS Y MOCHAS: Término usado cuando se termina algo con poca o mucha dificultad. Ej.: “paso el año pero a troncas y mochas”PEROLES: OllasPESA: Expendio de Carne o FamaPESCUESO: CuelloPETUSTE: Palabra ofensivaPICHAS: LagañasPICHO: Dañado. Mal oliente. Fácil de hacerPICHON: Se le dice a una persona bastante jovenPILINCHOS: Pedacitos de carne o de alguna cosaPIMPINA: Galón o recipiente para almacenar leche, agua etc.PINGADA: Cosa vana. TonteríaPIQUETE: Fiambre o comida de llevar pequena.PISTIAR: MirarPITOSO: Creído. Remilgado. Engreído. PatánPONER ALTAR PARA QUE OTRO DIGA MISA: Hacer un oficio para que otro disfrutePONER ARANDELAS: Poner trabasPONERSE LA DE BAJAR AL PUEBLO: Vestirse elegantePONERSE LA PINTA: Vestir-se elegantePONGASE LOS PANTA-

LONES!! Llamar la atención a alguien para que haga valer sus derechos.POSTIGO: En las ventanas an-tiguas de madera que se abrían por la mitad, había otra ventanita en cada uno de sus lados y que se podía abrir tambiénPRENDA EL FOCO: Encien-da el bombilloPRESTO: TempranoPRINCIPIO: Nombre dado al primera plato de la comidaPRETIL: PretinaPUCHO: Resto. PartePURRUNDUM: Término utili-zado para contar de una caída.PUYE EL BURRO: Término de aliento

Q.QUE BOLERA: Expresión de disgustoQUE CARAJOS: Que importaQUE CASPITA: Se le dice a la persona que molesta. Que no es correctaQUE ME COMA EL TIGRE: Frase usada cuando unos se siente defraudadoQUE SE CALLEN LA JETA!: SilencioQUE VAINA TAN ARRE-CHA: DificultadQUEDAR COMO DOS DE QUESO: Fracasado, ArruinadoQUEDAR COMO UN PITO: Comer hasta llenarseQUESQUE: DudaQUI’UBO: Saludo. Qué hay de nuevoQUITAR EL PELLEJO: Hablar contra el honor de una personaQUITE: RetíreseQUIUBO MANO: Hola amigo

R.RABIALEGRE: Persona muy alegreRAJAR: DesaprobarRAMAL: Carretera secundaria

RAMPLA: RampaRANCIO: Olor desagradableRANCHO: Casa feaRAPAR: Corta el cabello muy bajitoRASPACHO: Residuo que se queda pegado en las ollasRAGAÑONA: Galleta hecha de harina de maíz y panelaREPECHO: Subida corta y pendienteREPELENTE: AntipáticoRESONGAR: Reclamar. Pro-testar en privadoRESUME: SumergeROMBOI: GlorietaRULA: MacheteRUSIO: Pálido, Descolorido

S.SABER A CACHO: Hostigar. Estar cansado de lo mismoSABRA MOYA!: IncredulidadSACARSE EL CLAVO: VengarseSALIR CON EL RABO ENTRE LAS PIERNAS: Humillado. RegañadoSAMPAO: Entrado. MetidoSAMPAR: Pegar a alguienSAPORRETO: De cuerpo pequeñoSARAVIADO: Raza de polloSE ARRUGA: Se asustaSE LE METIO AL RAN-CHO: Se piso su intimidadSE LE SALE LA ANEMIA: Cuando una persona come y sudaSE VA DE JETA: Se caeSECO: Nombre dado a la comida sólidaSERRERO: Falto de dulceSINAJIL: Cordón de los zapatosSORBER: Tomar algo caliente de manera que no se queme la bocaSORONGO: Tonto. BoboSUICHE: Interruptor eléctricoSURRUNGUIAR: Hablar en voz bajaSURA: Enfermedad en los

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niños que produce fuegos alre-dedor de la bocaSUTE: Nina o niño desnutrido. de baja estatura

T.TACAR BURRO: No lograr lo que se persigueTAITA: PapaTAIMADOS: Calmados. SolapadosTALEGO: Saco largo y estrechoTANDA DE JUETE: Castigo con correaTANGANAZO: Golpe. TotazoTANGARA: Juego de la rayuelaTAQUIAO: LlenoTATUCO: Caja angosta en forma de cilindroTENIDO: TacañoTANTICO: Un pocoTARATIN: Tienda. Miscelánea no muy grande creada para solucionar el desempleoTASTASIARSE: Encontrase. EntrevistarseTATARETO: TartamudoTAYMAOS: BobosTENTAR AL DIABLO: Hacer o decir algo que pueda traer consecuencias malasTESE: Inflexión santandereana del verbo estarTIESTAZO: Golpe. PunoTIRADERA: Burla. PicardíaTIRAR LA BURRA: Desechar algoTIRARSE: Irse. LargarseTIRRIA: Aversión a otra personaTINTIAR: Tomar café negro.TOCA O TOCARA: Hacer algo por qué no hay remedio. Es preciso. ObligaciónTOCHADA: Tontería. Sin importanciaTOCHINGO: Medio Toche. Medio pingoTODO LOS MAS: Principal-mente. GeneralmenteTOMENONOS UNA VOLA-

DORA: Invitar a una cerveza.TOPA TOLONDRA: Va sin saber a dóndeTOPAR: EncontrarTOPETEAR: Dar golpes con la cabezaTOREAR: ProvocarTOTAZO: Golpe fuerte.TRUJIERON: Inflexiones santandereanas del verbo traerTRIPONES: Niños pequeñosTROILO: TontoTROMPIARRIESCADO: Cara seriaTURMAS: TestículosTURURIAR: Mecer a los niñosTURUPE: Absceso. Inflama-ción

U.UCHAR: Instar a los perros que ataquenULTIMADAMENTE: Últi-mamenteUN TANTICO: Un momento. Una cosa pequeñaUNA LINGA: Un poquito. Una migajaUPALE: Palabra de admiración. SorpresaURGAR: EsculcarURIBISTA: Amasijo de maíz se fabrica en Bucaramanga

V.VACIAR: ReganarVAINA: Molestia. ContrariedadVALE UNA GUACA: Cosa costosaVAMOS A VER SI CUAJA: Expresión que se usa para ver si se puede realizar un negocioVAYA COMA MUTE: Expre-sión de rechazoVAYASE A LA PORRA: Significa que esta mortificado, que se vayaVEJIGOS: NiñosVEJUCO: De mal genioVENDAJE: Dar de mas VERGAJO: De mal carácter. Déspota. Individuo

VERIJAS: Nombre dado a los testículos.VERRACO: Estar de mal genio. Estar excitado. También se usa para magnificar una cosa, una personaVERRAQUERA: Excelente. Muy buenoVISITA DE MEDICO: Visita social muy cortaVITUTE: ComidaVIVIR DE GORRA: Persona aprovechada, que vive de lo que pueda quitarle a otraVUELTOS: Devolución de dinero

Y.Y PORQUE TANTO BRIN-CO, SI EL EL SUELO TA PAREJO: Especie de reclamo en una discusionYA CASISITO: Diminutivo del adverbio casi, Muy prontoY SE TIRARON: Se fueron. Se largaron

Z.ZANCAS: PiernasZAPATOS DE MATERIAL: Zapatos de cueroZARNICARO: Persona flacuchentaZARZO: Desván traseroZOPETÓN: De repenteZOQUETE: Impertinente, tontoZURRON: Persona desleal. Malvada. Cansona. Recipiente para líquidos, hecho de cuero cosido con rejo y se tapa con una tusaZURRONES: Niños

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:::114Prensa rudimentaria para queso

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Referencias Biblio

gráficas

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El trigo... otro cultivo en decadencia

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1. CINEP. Colombia País de Regiones Tomo II. Santa Fe de Bogotá. COLCIENCIAS 1998. Consultar en: http://www.banrepcultural.org/book/export/html/75589

2. Ídem.3. Instrumentos de la música

tradicional. Consultar en www.colombiaaprende.edu.co/html/.../articles-83197

4. Arias, Juan de Dios. Folklore Santandereano, Volúmen 1. Fondo Rotatorio de Publicaciones. Universidad de Texas. 5 Sep. 2007. Pág. 9.

5. Ocampo López, Javier. Mitos, Leyendas y Relatos Colombianos. Editores Colombia S.A 2006.

6. Fray Pedro de Aguado. Recopilación historial. Bogotá. Presidencia de la República, 1956.

7. Juan Crisóstomo García, Juan de Dios Arias: “ La MancaRita, interpretación del mito”.

8. CINEP. Colombia País de Regiones Tomo II. Santa Fe de Bogotá. COLCIENCIAS 1998. Consultar en: http://www.banrepcultural.org/book/export/html/75589

9. Ocampo López, Javier. Música y Folclor de Colombia. PLAZA Y JANES.

10. Consultar en : http://www.s e m a n a . c o m / e s p e c i a l e s /arepa/95469-3.aspx

11. Corradine Alberto. Historia de la Arquitectura Colombiana. Biblioteca de Cundinamarca. Agosto de 1989. Pág 128- 220.

12. ídem.13. Orozco Farfán, Blanca Rubí;

Rojas Otero Eduardo. Vivienda Rural y Medio Ambiente. Pág. 2-5. Consular en: http://lunazul.ucaldas .edu.co/downloads/a2d1fe54Revista9_10_6.pdf

14. Martínez Carreño Ayda, Armando Martínez Garníca,… Santander la Aventura de Pensarnos. Publicaciones UIS 2005.

15. Consultar en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/region2/cap4a.htm

16. Forero Álvarez, Jaime. El Campesino Colombiano. Entre el Protagonismo Económico y el Desconocimiento de la Sociedad. Pontificia Universidad Javeriana. 2009. Pág 7-12

Notas al Pie de

Página

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:::118Ventanas de mi tierra

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:::120A la sombra del cafetal

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Apoyo Institucional

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