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ArmAs
6Publicación Nº
armas Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, 2011
Textos: Kristel Guirado, Jesús Caraballo, Oswaldo González, Jalexi Rangel, Carlos Dolores, Glorimar Reyes, Luis Vásquez, Ramiro Ramírez, Jorge Dávalos, Jorfel Ochoa, Edgar Alpacedo y Emira BritoCorrección de estilo: María José GalluciDiseño gráfico: Oscar E. Vásquez Foto de portada: Claudia CovaImpresión: Imprenta UNES
mInIsTerIo Del PoDer PoPular Para las relaCIones InTerIores y JusTICIaMinistro Tareck El Aissami
mInIsTerIo Del PoDer PoPular Para la eDuCaCIón unIVersITarIaMinistra Yadira Córdova
auTorIDaDes unIVersIDaD naCIonal eXPerImenTal De la seGurIDaD
Rectora Soraya Beatriz El Achkar Gousoub
Vicerrectora de Desarrollo Académico Aimara Aguilar
Vicerrector de Creación Intelectual y Vinculación Social Antonio González Plessmann
Secretario Frank Bermúdez Sanabria
atribución-noComercial-CompartirIgual. Todas y todos somos libres de compartir, copiar, distribuir y comunicar públicamente los contenidos de esta publicación; bajo las condiciones de reconocer la fuente y de hacerlo sin fines comerciales. De alterarla o generar obras derivadas, prelan idénticas condiciones.
unIVersIDaD naCIonal eXPerImenTal De la seGurIDaD (unes)Dirección: Calle La Línea, zona industrial L, Catia.Apartado postal: Caracas 1030 – Venezuela | Caracas, noviembre de 2011. WWW.unes.eDu.Ve
INTrODUCCIÓN
BIBLIOGrAFÍA
ANEXOs
ArmAs
PrImErA APrOXImACIÓN A LA vIOLENCIA POr vENTA y UsO ILÍCITO
DE ArmAs EN LA PArrOqUIA sUCrE
pag
6
42
44
11
31
6
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
El presente documento constituye una revisión
analítico-descriptiva que contiene información
teórica y datos documentados de la realidad,
que puedan servir para que los aspirantes a Po-
licía Nacional Bolivariana (PNB) desarrollen el Proyecto
Educativo Integral Comunitario de la UNES (PEIC). Se
trata de una propuesta complementaria a la metodología
tradicional, para la formulación de proyectos sociales,
que incorpora como fenómeno central del análisis la des-
cripción y caracterización de situaciones y factores rela-
cionados y de influencia en la existencia y/o generación
de violencia en la Parroquia Sucre.
La aproximación al fenómeno de la violencia se hace a
partir de un prisma de problemáticas que exige una aproxi-
mación metodológica desde la investigación-acción. Este
grupo de problemas lo denominaremos categorías de pro-
blematización y en su elección ha privado el propósito de
atender y brindar soluciones a los principales problemas
de seguridad ciudadana en el área de intervención geoes-
tratégica de la UNES, espacio que, a su vez, se funda como
territorio socio-cultural de la Ciudad Educadora. Inicial-
mente, se han identificado, como de interés para la UNES,
las siguientes categorías de problematización: violencia
intrafamiliar, violencia escolar, violencia juvenil y construc-
ción de identidades, venta y consumo de alcohol, microtráfico
y consumo de drogas, armas, y la (de)construcción del espacio
y la congestión vial.
En virtud de que la organización curricular de la UNES
tiene un enfoque teórico-práctico y su base epistemológi-
INTrODUCCIÓN
armas
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ca es la Teoría Crítica, el diseño de la malla está centrado
en estas categorías y no en contenidos programáticos des-
contextualizados. Con este abordaje, en el que los proble-
mas no son solo de los discentes sino también de la UNES,
el Plan Nacional de Formación (PNF) busca romper los
estereotipos de la “extensión universitaria” y el “servicio
comunitario” implantados en la universidad tradicional.
Por ello es necesario hacer un cruce entre la malla curri-
cular, las categorías de problematización y la Ciudad Edu-
cadora, de forma que el diseño curricular esté orientado a
transformar las expresiones de la violencia en un ámbito
geográfico determinado:
La planificación por proyecto y los proyectos de aula
La planificación por proyecto en la UNES debería par-
tir de las siguientes premisas:
• El discente también es fuente del conocimiento, centro
y sujeto del proceso de aprendizaje
• La universidad está integrada a la Ciudad Educadora
8
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
(CE) como escenario operativo y generador del cono-
cimiento
• El docente es un vehículo entre el discente y la CE
Esta visión exige que el docente cuente con el apoyo de
otros actores sociales, a fin de orientar el proceso de en-
señanza-aprendizaje. De esta forma, el proceso de plani-
ficación no puede ser exclusivo del aula, sino que se hace
necesario involucrar al resto de la comunidad UNES y a
las fuerzas vivas de la CE, entre las cuales hay que darle
especial relevancia a la organización comunal.
En estos términos, la construcción del Proyecto Edu-
cativo Integral Comunitario (PEIC) requiere establecer
algunas fases para la contextualización colectiva de sabe-
res y consensos (reconstrucción histórica de la memoria
social, cultural, geográfica-ambiental, política y pedagó-
gica de la CE). Hablamos de fases y no de pasos, porque
su articulación de forma simultánea contribuye al logro
de los objetivos globales de la planificación, de modo que
la enumeración y presentación individual de las mismas
responde a evidentes razones expositivas de la metodolo-
gía. Las fases podrían ser:
• Fundamentación y formulación
• Caracterización
• Implementación
• Ejecución
• Evaluación
• Retorno
Es importante tener presente en la construcción del
PEIC las bases filosóficas que fundamentan el modelo edu-
cativo de la UNES y los principios de la educación popu-
lar rectores de su enfoque educativo, ambos claramente
expuestos en nuestro documento fundacional. Especial-
mente, en el momento de decidir los temas a desarrollar
en los Proyectos de Aprendizaje (PA), es necesario tener
presente que:
armas
9
En la perspectiva freireana que impregna nuestro mo-
delo educativo, entendemos que hombres y mujeres son
protagonistas de su época creando, recreando y decidien-
do sobre los temas fundamentales que marcan su tiem-
po y de los cuales se derivan tareas concretas que deben
asumir con perspectiva y reflexión crítica. En este caso,
particularmente desde la UNES, los temas vinculados a
brindar seguridad integral al pueblo venezolano y a quie-
nes moran en este país (Cap. II, Fundacional UNES).
Es responsabilidad de la Unidad de Vinculación Socio-
Comunitaria la caracterización de los principales temas de
seguridad ciudadana para el PEIC, con los cuales cada
docente puede desarrollar PA que permitan aproximar-
nos a la realidad de la CE, problematizarla e incidir en ella
para transformarla. La idea es que el discente, a partir del
diagnóstico comunitario, cuente con propuestas para la
ejecución de proyectos en temas puntuales a atender, así
como con una base teórica que le permita hacer el análi-
sis de coyuntura para determinar las acciones específicas
para la transformación de esa realidad. De esta forma, es-
tamos asegurando el diseño y la ejecución de la estrategia
de vinculación social diseñada en las políticas fundacio-
nales de la UNES.
Estructura del documentoEl documento de caracterización se estructura en cin-
co partes. A la presente introducción le sigue una des-
cripción general del área de intervención geoestratégica,
que contiene los aspectos territoriales, poblacionales,
históricos y los agentes dinamizadores de la zona. Poste-
riormente, se describe la metodología de trabajo para la
contextualización de los problemas, que incluye las es-
trategias para el diagnóstico sociocomunitario (conocer
para actuar) y los objetivos del mismo. Luego, se continúa
con la descripción de las categorías de problematización.
10
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
Las siete categorías seleccionadas para este primer docu-
mento se desarrollan como cuerpos integrales que, uni-
dos, conforman un documento general; de modo que al
separarlas puedan ser usadas como documento autóno-
mo. La estructura de cada categoría va a depender de la
naturaleza del tema, pero en general se desarrollan tres
áreas: perspectiva histórica, conceptos asociados y tipolo-
gías, y violencia e imaginario. Una vez conceptualizadas,
se procede a hacer la caracterización de las categorías de
problematización en la CE, para lo cual se hace uso de to-
dos los datos obtenidos a través del diagnóstico de la zona
de intervención geoestratégica. Finalmente, dentro de lo
que hemos llamado el ámbito de lo transformable, pre-
sentamos puntualmente los indicadores de cada uno de
los problemas caracterizados, la fórmula que los permite
medir y evaluar en el tiempo y la situación deseada que
esperamos como resultado de la implementación del PEIC
y los respectivos PA.
armas
11
ArmAs
La actual accesibilidad a las armas también cuestiona el concepto tradi-
cional de Estado, de convivencia y de pacto social. En estos momentos,
la proliferación masiva de armas plantea, por primera vez, la pérdida por
parte de los Gobiernos del monopolio de la coacción y del control sobre el
armamento. Los Estados ya no son los únicos poseedores de armas con
capacidad de coacción.
Pérez Mellado
Bien sea por la imagen de excesiva masculinidad asociada a las armas
y el machismo imperante en nuestra sociedad […] bien sea por el culto
al héroe armado de películas, series y juegos de video, y su penetración
indiscriminada en los más jóvenes, las armas no suelen ser ni vistas ni
valoradas como lo que son: peligrosos instrumentos diseñados exclusiva-
mente para matar.
Vivian Díaz
Es grave… porque con rabia se puede disparar a cualquiera, excepto a la
madre.
El problema es grave porque con las pistolas se hacen cosas malas.
Las armas son malas y ya yo estoy con mi cristín.
Testimonios de jóvenes (En Gabaldón, 1999)
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CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
Las armas de fuego: ¿un avance tecnológico?
Piedra, flecha, espada o bala, el desarrollo de las ar-
mas ha marcado la historia del ser humano. Pero de to-
das las etapas, sin duda, la Edad Media marca un hito,
porque en ella se perfecciona el uso de las armas de fue-
go. Si tomamos en cuenta que la espada y el escudo eran
armas muy pesadas y, por ende, poco efectivas compa-
radas con las actuales, entenderemos las importantísi-
mas implicaciones militares, políticas y sociales que tuvo
la aparición de las armas de fuego. Una de las primeras
fue el fuego griego, un arma rudimentaria que consistía
en un recipiente repleto de explosivos que se lanzaba y
explotaba al caer, incendiándolo todo a su alrededor. El
sarraceno (siglo XI) era un pequeño barril lleno con una
mezcla de betún, azufre, petróleo, alcanfor, resina y pol-
vo de carbón que explotaba, y ni el agua podía apagar
las llamas. Los chinos inventaron la pólvora y los ára-
bes la llevaron a Europa. Así, las armas de fuego fueron
evolucionando y se hicieron más ligeras: la culebrina,
el arcabuz, los morteros, las bombardas. La bombarda
(XIII) fue el primer lanza proyectiles. El cañón era carga-
do con pólvora, a la cual se la hacía explotar después de
haber colocado grandes bolas de piedra o de fundición al
proyectil. Las armas de fuego resultaron ser, entonces,
más destructivas y mortales y desplazaron al escudo, la
lanza, el arco y flecha, las catapultas, arietes y balles-
tas. Esto estuvo acompañado de un avance técnico en el
campo de la metalurgia: como resultado del progreso del
horno de fundición, el hierro colado podía ser vaciado en
moldes. De esta forma, la construcción de máquinas de
guerra se unió a la invención de la pólvora.
La presencia de armas de fuego no es reciente en
América Latina. Justamente, las armas de fuego y el
acero fueron algunas ventajas que los conquistadores
tuvieron sobre nuestros pueblos originarios. Buena
armas
13
parte de los procesos independentistas y de liberación
de los estados latinoamericanos, así como de otros
acontecimientos políticos de la historia de los países de
la región, han estado protagonizados por las armas. Sin
embargo, para Gómez Valdebenito (s/f) la proliferación
masiva de armas pequeñas, asociadas a la criminali-
dad, es un acontecimiento más reciente: “a partir de
la década de los 70, se comenzaron a dar una serie de
fenómenos que tuvieron como consecuencia una pro-
liferación masiva de armas pequeñas en las ciudades
en poder la población civil”. Entre estos fenómenos el
autor resalta:
• La migración masiva de personas desde el campo ha-
cia las ciudades, que generó sectores altamente empo-
brecidos y excluidos, asociados a la creciente de delin-
cuencia.
• Los movimientos de liberación que usaron la guerrilla
como estrategias. La mayoría de estos grupos cuales
reprimidos violentamente por las fuerzas armadas de
dictaduras militares, lo que devino en un fuerte arma-
mentismo por parte de la población civil.
• El aumento de la producción y tráfico de drogas en
Suramérica, a partir de la década de los ochenta y
noventa, para satisfacer el consumo de Europa y Es-
tados Unidos. Desde entonces, narcotráfico y violen-
cia armada son dos caras de una misma realidad en
la región.
Dreyfus 2003 señala que la sobrepoblación de zonas
urbanas se da en contextos de exclusión social, concen-
tración del ingreso y alto índice de desempleo, “condicio-
nes que se han agravado particularmente en la década del
90 e incentivan el ingreso de capas de la población cada
vez más jóvenes a actividades criminales, lo cual refuerza
el ciclo de violencia”.
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CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
Armas: origen, destino y tiposEl Código Orgánico Penal (2005, Art. 274) entiende
por armas, en general, todos los instrumentos propios
usados para maltratar o herir a una persona. Vistas como
tal, cualquier herramienta puede servir como instrumen-
to de coacción directo (un puño, un palo, una piedra) o in-
directo (una piedra, un dardo, un proyectil). Sin embargo,
para los efectos del Capítulo I de los Delitos contra el orden
público, solo se considerarán armas las que se enuncian
en el Artículo 3º de la Ley sobre Armas y Explosivos:
Son armas de guerra todas las que se usen o puedan
usarse en el Ejército, la Guardia Nacional y demás
Cuerpos de Seguridad, para la defensa de la Nación
y resguardo del orden público, tales como: cañones,
obuses, morteros, ametralladoras, fusiles-ametralla-
doras, fusiles, carabinas y mosquetones; pistolas y re-
vólveres de largo alcance; y, en general, todas aquellas
armas que pudieren ser útiles en la guerra, de todas
clases y calibres, de un tiro, de repetición, automáti-
cas y semiautomáticas y sus respectivas municiones
y aparejos para ponerlas en actividad; sables, espadas,
espadines, lanzas y bayonetas; aparatos lanzallamas;
bombas, granadas de mano; gases y sustancias agre-
sivas, así como las armas y dispositivos que puedan
arrojarlos o los envases que puedan contenerlos.
Pérez Mellado 2007 hace referencia a tres tipos de
transferencias de armas: las lícitas, las ilícitas y, un tercer
tipo, que él denomina mercado gris:
• Por mercado lícito se entiende el conjunto de transfe-
rencias legales o lícitas entre los productores y clientes
tanto domésticos como internacionales, siendo estas
transferencias debidamente sancionadas, tramitadas
y acordes a las legislaciones mutuas.
• Por mercado ilícito se entiende a aquellas transaccio-
nes no sancionadas apropiadamente por las autorida-
armas
15
des gubernamentales. Incluye las “fugas” de armas le-
gales (robos, pérdidas, transferencias ilícitas) así como
las retransferencias no autorizadas.
• Adicionalmente, también se puede hablar del deno-
minado “mercado gris”, que se refiere a una “área
intermedia” entre lo legal y lo ilegal que comprende
transferencias encubiertas realizadas por gobiernos
o intermediarios que trabajan para gobiernos u otras
entidades, o al aprovechamiento de vacíos legales en
ciertos países para realizar la triangulación de armas
que en principio fueron legalmente exportadas hacia
el primer comprador, pero que luego son desviadas ilí-
citamente hacia un segundo destino.
Godnick 2006 señala que, normalmente, la mayoría
de los países latinoamericanos importaba indistintamen-
te armas pequeñas, para fines civiles o militares, de países
como Estados Unidos, Italia, Alemania, Bélgica e Israel.
Sin embargo, recientemente Brasil ha pasado a ser, des-
pués de EEUU, el exportador más importante de armas de
fuego del continente, mientras Argentina y México com-
piten por el tercer lugar.
Fleitas 2008 coincide en que tres países monopolizan
el negocio de las exportaciones de armas en Latinoaméri-
ca: Brasil (79%), México (11%) y Argentina (6%). Según
el tipo de exportación, los porcentajes varían de un país
a otro:
mercancía de exportación
Armas de puño y largas partes de armas municiones
BrasIl 59% -- 31%
mÉXICo -- 43% 30%
arGenTIna 73% -- 16%
16
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
Los países del Sur tienen una mayor venta de armas,
sean largar o cortas, mientras para México el fuerte es el
comercio de las partes; los tres países exportan municio-
nes. Respecto a las importaciones, el autor nos informa
que Colombia es el mayor comprador de armas de la re-
gión (37%), seguido de México (18%) y Brasil (10%). Los
porcentajes según la mercancía importada varían de un
país a otro:
Podemos observar en ambos cuadros cómo la impor-
tación y exportación de municiones juega un papel fun-
damental dentro del negocio de las armas:
las municiones, además de ser un componente esen-
cial para la utilización de las armas de fuego, por su
carácter fungible y una vida útil relativamente corta
requieren una renovación constante. Por lo cual, si se
tiene por objetivo limitar el uso de armas de fuego, por
ejemplo por el crimen organizado o por un gobierno
que está cometiendo un genocidio, el control de trans-
ferencia de municiones es una herramienta esencial
(Fleitas 2008).
Aunque Venezuela no se encuentra dentro de estas
estadísticas gruesas, Fleitas 2008 destaca el aumento de
las importaciones colombianas (158%) y venezolanas
(482%) entre 1994 y 2006 en lo concerniente a la “evo-
lución de las importaciones por el país latinoamericano
de destino”.
mercancía de ImPorTaCIón
Armas de puño y largas
Partes de armas
Armamaneto pesado
Tanques y otras armas militares municiones
ColomBIa -- -- 31% 47% --
mÉXICo 15% -- -- 39% 32%
BrasIl -- 33% -- -- 26%
armas
17
En lo que respecta al tráfico de armas pequeñas y lige-
ras, Godnick 2006 identifica las fuentes más importantes:
• Armas recicladas de los conflictos armados de los años
80 y 90.
• Nuevo tráfico asociado con el tráfico de drogas y per-
sonas.
• Importaciones y ventas legales desviadas a personas y
grupos distintos al destinatario inicial.
• Desvíos de arsenales estatales y de la seguridad priva-
da.
• Robo de armas de fuego de particulares.
En su estudio sobre el tráfico de armas en el cono Sur,
Dreyfus 2003 nos ofrece lo que él llama los patrones más
comunes de tráfico ilícito y proliferación de armas peque-
ñas en la región. El autor señala:
• robo a propietarios legales;
• compra por fuera de lo establecido en las leyes de con-
trol de armas;
• tráfico transnacional mediante canales enteramen-
te ilegales desde fuera de la sub-región (Asia, Europa
Oriental, Medio Oriente, América Central, Estados
Unidos, Colombia, Surinam);
• triangulación de armas previamente importadas de
manera legal por un país dentro de la región;
• desvío de armas pertenecientes al inventario o a exce-
dentes (surplus) pertenecientes a las fuerzas armadas
y/o policiales;
• desvío de armas previamente incautadas por la policía.
Estas últimas, a su vez, pueden ser desviadas según los
siguientes patrones:
• Robo de unidades militares o policiales;
• Venta de este tipo de armas del inventario militar o po-
licial por elementos corruptos en las fuerzas armadas y
policiales;
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CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
• Venta de material excedente (surplus) por parte de ele-
mentos corruptos en las fuerzas armadas o policiales;
• Tráfico de estas armas a través de coleccionistas auto-
rizados que, según la ley, están autorizados a comprar
aunque no utilizar una cantidad limitada armas auto-
máticas (pero no granadas); y
• Exportación de estas armas a las fuerzas armadas y po-
liciales de terceros países (en especial países limítrofes)
y vuelta de este material a Venezuela a causa de desvíos
en los países compradores.
Dreyfus también señala que, cada vez más, son mayores
el número de armas de fuego incautadas en las operaciones
policiales destinadas a reprimir el tráfico y consumo de dro-
gas, especialmente de cocaína y sus derivados. Las armas
incautadas en estos procedimientos tienen cuatro orígenes:
• son robadas a particulares que las tenían legalmente
registradas;
• en menor proporción son traficadas desde países limí-
trofes;
• proceden de células terroristas que estuvieron activas
hasta mediados de la década del 90; y
• son armas hechizas o de manufactura casera.
Proveedor específico del arma
Categorías frecuencia %
un pana 66 47,8
Por mi cuenta 27 19,6
De alguien mas 15 10,9
la policía 10 7,2
Traficante de droga 9 6,5
Padres o parientes 7 5,1
una casa de empeño 2 1,4
algún contrabando 1 0,7
un vecino 1 0,7
ToTal 138 100
armas
19
En un estudio realizado en adolescentes intervenidos
por el sistema de justicia juvenil, Gabaldón 2003 analizó
la procedencia de las armas de aquellos que habían he-
cho uso de las mismas, así como la percepción de todos los
jóvenes sobre quiénes son los principales proveedores de
armamento en la zona metropolitana:
violencia, criminalidad y proliferación de armas de fuego
Para Pérez Mellado 2007, las razones de la prolifera-
ción de armas de fuego son mucho más complejas que las
de otros tipos de armamento, ya que el circuito de produc-
ción y comercialización es diferente. Fundamentalmente,
la violencia asociada al empleo de armas pequeñas y lige-
ras está determinada por la criminalidad:
La violencia se manifiesta principalmente en la for-
ma de choques armados entre distintas organizacio-
nes criminales […] que luchan por ganar o mantener
el control territorial por acceso a puntos de abaste-
cimiento y venta de cocaína y marihuana. Los altos
beneficios generados por la venta de drogas y la com-
Percepción de los principales proveedoes
Categorías frecuencia %
los panas 125 29,9
los traficantes 80 19,1
Por su cuenta 74 17,7
los policías 59 14,1
el contrabando 32 7,7
otros 21 5,0
las tiendas 13 3,1
las casas de empeño 10 2,4
los vecinos 3 0,7
los padres 1 0,2
ToTal 418 100
20
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
petencia violenta por el control de este negocio ilegal
generan, a su vez, un círculo vicioso de compra de
armas. Por otra parte, técnicas policiales en las que
predomina el abuso de la fuerza letal por parte del Es-
tado refuerzan la “espiral armamentista” por parte
del crimen organizado (Dreyfus 2003).
Cada vez hay más consenso que la violencia armada
tiene muchas caras, incluyendo las guerras y grupos
armados, la criminalidad organizada y no organiza-
da, los narcotraficantes, los pandilleros, la violencia
vecinal e intrafamiliar (Godnick 2006).
La proliferación de armas de fuego atenta de forma di-
recta contra la paz individual y social y violenta los DDHH
de los habitantes. El daño causado a personas, familias y
comunidades no solo se evidencia en el aumento brutal de
los homicidios, hay que sumar a las estadísticas el elevado
número de heridos de balas y de lesionados permanentes
“principalmente niños son lesionados por balas perdidas
y frecuentemente se ocasionan muertes e incapacidad fí-
sica y mental en los menores en esta loca carrera arma-
mentista” (Brea de Cabral y Cabral 2007).
El daño que causan las armas pequeñas se puede clasificar en dos categorías gene-
rales: costos directos y efectos indirectos.
Entre los costos directos se incluyen la cantidad de muertos y heridos. Las inves-
tigaciones actuales calculan que las armas pequeñas y ligeras provocan aproximada-
mente 500.000 muertes directas por año, de las cuales cerca de 300.000 tienen lugar
en conflictos armados y 200.000 en otras situaciones, tales como homicidios, suici-
dios, homicidios culposos y disparos de la policía. Se desconoce la cantidad de víctimas
no fatales que provocan las armas pequeñas, pero es posible que sea incluso mayor.
Los costos indirectos de las armas pequeñas son más difíciles de cuantificar, pero
sus consecuencias son profundas y de gran alcance. La salud, la seguridad, la edu-
cación y el crecimiento económico, entre otros, se ven afectados donde dominan las
armas (Pérez Mellado 2007).
armas
21
Esta realidad también trae consecuencias en el desa-
rrollo económico y socio-cultural de nuestras naciones.
Como bien resaltan Aguirre, Restrepo y Villamarín 2010:
en un contexto de violencia armada existen menores
incentivos para la inversión en capital humano (me-
nos incentivos para invertir en la educación) y físico
(menos incentivos para la inversión en capital físico),
pues tanto uno como otro están sometidos a un mayor
riesgo de desaparición.
El porte y uso ilícito de armas de fuego es considerado
como uno de los problemas que causa inseguridad y afec-
ta a las comunidades de manera notoria, tanto por el nú-
mero de vidas que ha cobrado, como por la participación
de los cuerpos policiales en las redes de comercialización
de armas y municiones.
Entre los principales problemas para el control de ar-
mas, Fleitas 2008 señala:
• Falta de voluntad política.
• Falta de interés de la opinión pública.
• Vacíos legales.
• Recursos insuficientes.
• Controles solamente formales/no implementación.
• Ausencia de mecanismos de rendición de cuentas.
• Debilidades organizacionales o corrupción de las
agencias de control.
• Falta de Coordinación entre Jurisdicciones.
El 87% de los delitos que nosotros hemos cuantificado y hemos evalua-
do se ha cometido con armas de fuego y el 13% con armas blancas […] la
Asamblea Nacional lo está discutiendo […] el control de armas y de muni-
ciones, una ley que tiene un salto cualitativo y que nos va a permitir atender
este tema pero desde una perspectiva responsable, integral y además seria,
sistemática” (Tareck El Aissami, En José Vicente Hoy, 13 de septiembre de
2010).
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CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
Falla en la aplicación de la Ley en el interior de los países.
¿más armas = más seguridad?Para Dreyfus 2003, la proliferación de armas y el cri-
men organizado constituyen síntomas de otros males, en
cuyo centro está “la crisis del modelo tradicional de segu-
ridad basado en la pura y exclusiva prevención y repre-
sión policial”. Si a esto se suma la falta de confianza que
tiene la población civil en las instituciones responsables
de garantizar la seguridad, la ecuación es resuelta con la
formula +armas= +protección:
La región centro y sudamericana se encuentra aún
inundada de armas. Frente al sostenido crecimiento
de la delincuencia, se ha comenzado a dar un peligroso
espiral de armamentismo dentro de la población civil,
motivado por la creciente sensación de inseguridad
que siente la ciudadanía frente a este fenómeno […]
En Sudamérica […] un 42% de los crímenes son co-
metidos con armas de fuego, un récord como región
si lo consideramos comparativamente con el resto del
mundo (Gómez Valdebenito s/f).
Además de factores como la pobreza y exclusión, en
nuestra América, la percepción de inseguridad es sobre-
En la encuesta de victimización 2009, un 70,97% de los encuestados
ha sido víctima de robo con arma de fuego y un 90,5% de robo a vehículo.
n de detenciones por porte IlÍCITo de armas
2009 20104.518 3.140
Fuente CICPC
armas
23
dimensionada por los medios de comunicación, para sa-
tisfacer intereses de mercado, entre otros, por ejemplo, el
negocio de empresas de seguridad:
La posesión y proclividad hacia el uso de armas de fue-
go está estrechamente relacionada con las variables
socio demográficas, vivencias violentas personales y
barriales; a la percepción de inseguridad o desconfian-
za en los mecanismos oficiales de protección ciudada-
na; a las creencias y actitudes personales que incitan
a la búsqueda de autoprotección, e instigada por los
medios de comunicación y las oportunidades reales
para su adquisición y legalización, así como también
por otros factores de tipo educativo, religioso y socio-
culturales (Brea de Cabral y Cabral 2007).
En la actualidad, el uso y tráfico ilegal de armas pro-
porciona a terroristas, narcotraficantes, grupos paramili-
tares y delincuentes comunes un poder que amenaza, no
solo la vida, la paz y la libertad de las sociedades, sino el
papel mismo del marco jurídico y del diálogo como herra-
mientas efectivas para la resolución de conflictos:
La existencia de armas en manos de la población ci-
vil, además de incrementar la cantidad de unidades
producidas y en circulación, genera otras cuestiones
como puede ser la aceptación en la convivencia con
dichos instrumentos de violencia. La presencia de
armas se ha convertido en una constante en muchos
canales de transmisión cultural, ya sea el cine, la
televisión, la literatura o incluso en los juegos. Esto
genera una elevada visibilidad que se plasma en una
amplia aceptabilidad social y cultural de las armas.
Estos productos se han convertido en elementos pre-
sentes y constantes en nuestra vida cotidiana (Pérez
Mellado 2007).
24
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDoraCONOCIÉNDONOSCONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
Mucha gente tiene acceso directo constante u
ocasional a las armas de fuego, su uso nor-
malmente no está mediado por factores nor-
males de seguridad de uso ni de uso escalado
ni con razones justificadas. Justamente, la disponibilidad hace
que estos objetos de muerte y su uso constante, para dirimir
cualquier tipo de conflictos, para exhibirse, para reafirmar
posiciones de dominio sea esperable, normal y tolerado legal,
social, y culturalmente […] Son los hombres los que más las
utilizan, los que más matan, y los que más mueren […] Enten-
der que los hombres son portadores y víctimas principales de
la violencia armada en Venezuela puede dar muchas pistas
en cuanto a las intervenciones que podrían realizarse a nivel
societal para motivar masculinidades alejadas de la violencia.
entrevista de unes a Vivian Díaz, Antropóloga y representante de Amnistía Internacional
Venezuela (AIVEN)
armas
25
Factores asociados a la adquisición y uso de armas de fuego
Vemos entonces cómo la proliferación de imaginarios,
vinculados a poder, fuerza y dominio, incentiva y justifica
el uso de armas por parte de la población civil en diferen-
tes situaciones, así como su comercio ilegal:
La presencia del arma contribuye además a que la ne-
cesidad de armarse se multiplique y se expanda, sobre
todo en los grupos masculinos de diversos sectores so-
ciales, puesto que la proliferación de armas de fuego
y la generalización de su uso en la resolución de con-
flictos produce una actitud de anticipación de que el
otro está armado y, en consecuencia, hay que armar-
se para defenderse (Briceño León y Zubillaga 2001).
mayoritariamente formados por hombres muy jóve-
nes alimentados por la frustración y el resentimiento
[…] los nuevos actores armados pretenden construir
un entorno desfavorable para todo aquel a quien no
puedan controlar. El dominio del propio bando tam-
bién se basa en un sistema de distribución de castigos
y de recompensas con el objetivo de mantener el miedo
y la inseguridad, y así perpetuar los odios recíprocos.
Por eso cobra una destacada importancia la necesidad
de cometer atrocidades desmesuradas y espectacula-
res, en muchas ocasiones de manera gratuita, pero
que se realizan con el objetivo de realizar demostra-
ciones de fuerza (Pérez Mellado 2007).
A propósito de esto último, la industria armamentista
contribuye cada día a la configuración de estos perfiles de
violencia con productos de una probada efectividad mortí-
fera que fomentan las imágenes de poderío de las armas. Se-
gún fuentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas Pena-
les y Criminalísticas (CICPC), consultadas por Cedeño 2008,
los calibres encontrados con más frecuencia en Venezuela
26
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
son 9mm, .45 y .38. Estos calibres tienen como caracterís-
tica principal un alto nivel de impacto mortífero. De los tres,
el arma preferida por los delincuentes es la 9 mm., por su
versatilidad, alcance, capacidad y velocidad de las balas y la
posibilidad de atravesar su blanco y causar daños a terceros.
Cedeño también nos ofrece una tipología de las municiones
más mortíferas que han llegado al país por vía del mercado
ilegal de las armas “traídas por particulares en busca de te-
ner algún tipo de ventaja contra el auge delincuencial”:
Dumdum (Black Tallon): recubiertas de negro, ex-
plotan al impactar su blanco.
Hollow point: se abren como una flor al impactar su
blanco, causando mayor daño.
Hidra-shock: tienen un efecto similar.
Mientras algunos autores buscan el origen de la agre-
sión en frustraciones individuales, otros investigadores
(Skinner 1969; Bandura 1973 y Berkowitz, 1996) in-
terpretan las conductas violentas “como una forma de
aprendizaje en el medio social”, donde la apropiación y
la tolerancia a los métodos violentos justifican y explican
el fenómeno de la delincuencia como “un mecanismos de
supervivencia” (Brea de Cabral y Cabral 2007). Al respec-
to, Gabaldón 1999 cita a Beritman y a Llorens:
Las actividades delictivas de los niños de la calle con-
figuran formas no institucionalizadas de estrategia
de supervivencia acordes a sus recursos, así como de
resistencia a las opciones que les son ofrecidas (Breit-
man 1994).
La violencia se convierte en un marco de referencia
a través de la cual se puede comprender el mundo y
se puede esperar predecir las relaciones humanas.
Aprender a defenderse de esta violencia y poder usar
la agresión propia se convierte en un elemento esen-
cial de sobrevivencia y los controles a esa expresión
violenta con frecuencia son laxos (Llorens 1998).
armas
27
Sin embargo, para Gabaldón 1999 y 2003, aún desde
esta perspectiva se le da poca atención a “los condicio-
nantes situacionales y a la disponibilidad de instrumentos
para herir o matar en la explicación de la violencia misma
y sus resultados”. En su estudio sobre armas de fuego en
jóvenes en conflicto con la ley penal, el autor identifica
algunas de las motivaciones que justifican el empleo de
armas por parte de los adolescentes entrevistados:
Asimismo, en cada uno de los relatos, analizó las si-
tuaciones en las que los jóvenes hacen uso frecuente de
armas. Los casos imprecisos, la resolución de “culebras” y
el robo fueron los más frecuentes:
Categorías frecuencia %
Para protegerse 122 25,3
Para obtener plata 116 24,0
Por venganza 107 22,2
obtener respeto 27 5,6
Joder a la gente 23 4,8
mostrar que son arrechos 23 4,8
otra razón 17 3,5
Para divertirse 16 3,3
los amigos llevan armas 11 2,3
mostrar que están en algo 11 2,3
los obligan los adultos 7 1,4
Demostrar que son finos 3 0,6
ToTal 483 100
28
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
Los casos imprecisos agrupan todos los supuestos en
los cuales no fue posible identificar la respuesta con una
categoría específica. Una posible explicación para este he-
cho tiene que ver con el grado de instrucción de los mu-
chachos. Hasta un 85% del total ha logrado llegar apenas
hasta el sexto grado, sin contar que el lapso transcurrido
entre el último año escolar aprobado y el momento de la
aplicación del instrumento puede ser bastante grande.
Tal hecho permite inferir la dificultad de exponer ideas
con sindéresis y hace del uso del arma contra alguien
una situación poco clara. Ejemplos de esas respuestas se
muestran a continuación:
• No he usado muchas armas, son pocas veces.
• Lo que pasó fue que yo estaba en mi casa, y de repente
bi alguien pasar coriendo asia el patio de mi casa y me
ovligo a que le guardara el arma o si no me daba un
tiro.
• La bendí.
• Cuando la tuve en mi mano quice erir un perro.
• Me robaron unas prendas de oro y una gorra unos
sapatos un reloj y una bisicleta.
• La última ves que use un arma salieron eridas perso-
nas que no tenian nada que ver.
A continuación, presentamos un modelo propuesto
por Brea de Cabral y Cabral 2007 que intenta explicar
la dinámica de los factores que están relacionados con la
violencia y que determinan la proclividad hacia la pose-
sión y el uso de armas de fuego:
armas
29
El modelo descrito anteriormente muestra que los
factores sociodemográficos y el historial personal
(sexo, edad, trabajo, ingreso, religión, etc.) influyen
sobre la cognición y la formación de actitudes del in-
dividuo, lo que a su vez está matizado por los factores
vivenciales (experiencias de violencia y con armas)
ocurridos en el hábitat; y, en segundo lugar, por la
influencia de otros acontecimientos, como son la inte-
racción con instituciones de seguridad, con los medios
de comunicación y las facilidades objetivas y subjeti-
vas existentes para la adquisición de un arma de fue-
go, lo que contribuye a la creación de la percepción de
riesgo o inseguridad ante una situación determinada.
Por otro lado, de lo cognitivo y actitudinal se genera
30
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
la conducta preventiva (búsqueda de mecanismos de protección) de donde
fluye lo comportamental, antesala para la acción de poseer o predisponer
hacia el uso de un arma de fuego. Este modelo fácilmente podría ser usado
para explicar cómo un determinado medio de comunicación es capaz de
crear una falsa imagen de la realidad, inducir actitudes y desencadenar el
mecanismo de protección-acción que se da en los individuos.
[…]
Muchas variables relacionadas con la posesión de armas también lo fue-
ron a la proclividad hacia su uso. Se encontró una mayor significación
estadística en el sexo (femenino y masculino), el trabajo y la religión;
las experiencias vivenciales violentas (alguien en la casa posee armas de
fuego, estar entrenado para usar armas, haber sido víctima de violencia,
vivir en barrio inseguro, oír disparos en el barrio, conocer un muerto por
delincuencia); el conocimiento de las facilidades de obtención del arma en
los barrios; los medios de comunicación, principalmente oír noticias en la
radio y leerlas en los periódicos; la desconfianza en el sistema penitencia-
rio, judicial, las Fuerzas Armadas y la Secretaría de Estado de Interior
y Policía. Finalmente, entre los factores actitudinales se encontró que el
derecho a tomar la justicia por su propia cuenta se asoció muy significati-
vamente con ser proclive hacia el uso de armas de fuego.
armas
31
El uso ilícito de armas se con-
vierte en uno de los principales
problemas en la parroquia, aun
cuando en el imaginario del ca-
tiense la posesión ilícita no es
concientizada como factor funda-
mental de la problemática. No obs-
tante, es de notar que situaciones
delictivas en las que se encuentran
presentes armas, especialmente de
fuego, están, ante la percepción de
problemática de seguridad, entre
las situaciones más sentidas: de
las 2.873 personas encuestadas
en distintas zonas de la parroquia
un 40% considera como una gran
problemática el “robo a personas”.
Al promediar los tipos de robos
señalados (a personas, vivienda,
vehículos, transporte público) el
25% coincide en la presencia de la
problemática.
De igual forma, el uso de ar-
mas de fuego se relaciona di-
rectamente con variables socio
demográficas, la convivencia en
ambientes violentos, la sensa-
ción de inseguridad o desconfian-
za hacia los órganos a cargo de la
seguridad y de protección ciuda-
dana, el bombardeo comunica-
cional que exacerba la sensación
de necesidad de autoprotección
y miedo, la expectativa de poder
tener la adquisición legal de la
misma, la “normalización” de la
presencia del arma en el barrio,
así como con elementos de corte
educativo y culturales.
La presencia de armas entre
la población civil, legales e ilega-
les, incide en el incremento de su
circulación, así como en la acep-
tación de convivencia con esta he-
PrImErA APrOXImACIÓN A LA vIOLENCIA POr vENTA y UsO ILÍCITO DE ArmAs EN LA PArrOqUIA sUCrE
32
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
rramienta de violencia. El arma es
una constante en nuestra indus-
tria cultural, se asocia a poder, de-
fensa, héroes armados, pero tam-
bién se inserta en el imaginario de
inseguridad de forma indirecta, a
partir de la acción delictiva a la
que le sirven de vehículo:
Percepción de problemáticas de inseguridadParroquia sucre
Encuesta de percepción de problemas de seguridad, UNES, octubre 2010
armas
33
De 26 aspectos relacionados con
problemáticas de inseguridad men-
cionados por los pobladores catien-
ses, en el 50% de los casos (13, rojo)
se trata de situaciones vinculadas
al uso de armas. Entre los indica-
dores que recrean el flujo de armas
ilegales dentro de la parroquia nos
encontramos, por un lado, las si-
tuaciones de violencia relacionadas
con el uso de armas de las que re-
conocen han sido víctimas comer-
ciantes y transportistas de la zona
más populosa de la parroquia (la
Avenida Sucre):
Fuente: Problemáticas de seguridad, comerciantes (103) y transportistas (111) Avenida Sucre, UNES, octubre 2010
situaciones de violencia de las que han sido víctimas comerciantes y transportistas
sector Presencia de personas en situación de calle robo Atracos robos y atracos por
motorizados
Comerciantes 12% 60% 21% 15%Transportistas 7% 88% 27% 56%
Es de notar que el 60% de los
comerciantes y el 88% de los trans-
portistas han sido víctimas de situa-
ciones con armas. Es importante
destacar en este sentido que el sec-
tor transportista suma y separa el
robo por parte de los motorizados
(56%). A pesar de que esta avenida
cuenta con un alto flujo de personas
y presencia policial, la puesta en es-
cena del uso del arma sigue estando
presente, aunque, según los entre-
vistados, en menor medida.
Según información proporcio-
nada por el actual Director de la Po-
licía Nacional Bolivariana (PNB), en
entrevista dada al Correo del Orino-
co, desde la creación de este cuerpo
(diciembre 2009) hasta agosto del
presente año han sido incautadas
en la Parroquia Sucre 103 armas
de fuego vinculadas a situaciones
de violencia como homicidios y ro-
bos. En la revisión hemerográfica,
se pudo observar que gran parte de
las armas que son incautadas son
provenientes de la desmantelación
de bandas que operan en las zonas
de intervención de la PNB.
En este orden de ideas, un ele-
mento de interés que recrea y des-
cribe la actual situación del flujo de
armas en la zona es la información
aportada por el grupo focal de fun-
cionarios PNB que cumple, dentro
del cuerpo, actividades relaciona-
das con el tema. Estos manifiestan
que en las zonas donde interviene
34
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
actualmente este cuerpo la venta y
uso de armas de fuego ha disminui-
do significativamente, entre las más
resaltantes se encuentran: Blandín,
Macayapa, Plan de Manzano, El Li-
món, Gramoven, Nuevo Horizonte,
Alta Vista, Los Flores, Los Frailes,
entre otras. Sin embargo, se ha ob-
servado el incremento del uso de
armas blancas (especialmente cu-
chillos y botellas rotas). De igual
modo, en zonas donde aún no se
cuenta con dicha presencia policial
(El Cuartel, Los Magallanes, Propa-
tria, Federico Quiroz, El Amparo,
Boquerón, Casalta, entre otros), se
observa un incremento de uso ilegal
y situaciones delictivas con presen-
cia de armas de fuego, encontrándo-
nos, en algunos puntos, un margen
de coherencia entre esta informa-
ción y la percepción del catiense con
respecto a las zonas con mayor ven-
ta ilícita de armas.
sectores con venta ilícita de armas,según percepción de pobladores de la Parroquia sucre
Encuesta de percepción de problemas de seguridad, UNES, octubre 2010
Como se puede observar, Propa-
tria y El Cuartel son percibidos como
las zonas (de las revisadas) con ma-
yor venta ilícita de armas (48% y
22%, respectivamente). Sin embar-
go, a su vez, estos aportes podrían
ser pensados como indicadores que
muestran un desplazamiento de la
venta y uso, más que la desapari-
ción de la problemática.
En virtud de lo antes expuesto
con respecto al tema de armas, la
presencia y acción policial en la pa-
rroquia, aun cuando ha contribuido
armas
35
en la atención de la problemática,
en solitario, no da garantía del dere-
cho a la seguridad de sus poblado-
res. Profundizar en la problemática
pasa por la revisión de factores que
puedan contribuir a la generación
de la seguridad.
Según las estadísticas arrojadas
por el CICPC Sub-delegación Oeste,
tanto las victimas como victimarios
de situaciones de violencia son jóve-
nes con edades comprendidas entre
15 y 25 años aproximadamente
(85%), lo que nos induce a concluir
que es en esta población donde se
aloja, principalmente, el uso ilícito
de armas.
Según el grupo focal de la PNB,
la mayoría de los jóvenes vinculados
a hechos de violencia, relacionados
especialmente con el uso de armas
de fuego, son de sexo masculino y,
además, forman parte de algún tipo
de banda.
A fin de recrear lo que caracte-
riza a las bandas identificadas en la
zona, este grupo considera que en
la Parroquia Sucre, al igual que en
parroquias aledañas, la composi-
ción de las bandas se caracteriza, en
cuanto a su actividad, según “lo que
se mueva en el sector” y, en el caso
particular de la parroquia, “ven-
ta de drogas ilícitas” y “resguardo
del barrio” se encuentran entre las
principales razones para unirse a
una banda. También se menciona
que en trabajos de inteligencia rea-
lizados en la zona encuentran que
algunos jóvenes se unen por miedo
(“estás conmigo o estás en mi con-
tra”), otros son jóvenes solitarios,
víctimas del ocio improductivo que
“se unen y se convierten en los po-
licías del sector”; lo que para los en-
trevistados trae como consecuencia
un tercer elemento: jóvenes que se
unen porque ven en “los protectores
del barrio” valores de fuerza, respe-
to, dominio y poder. Por último, se
encuentran los jóvenes que, envuel-
tos en situaciones de desempleo,
ocio improductivo, violencia intra-
familiar, drogas y/o alcohol encuen-
tran en la banda un medio de respe-
to ante la conducta transgresora y
de poder, para solventar la situación
de precariedad.
Con respecto a la obtención ini-
cial de armas por parte de estos jóve-
nes, nos comentan que, en jóvenes
iniciándose en el uso de armas en-
cuentran principalmente dos vías:
el robo de armas licitas a particu-
lares y el uso de “chopos” (arma de
creación artesanal o “casera”, que
puede ser un tubo de distintos ca-
libres -según el impacto que espere
causar-, que con una liga sujetada a
una punta de salida sostiene un cla-
vo u otro objeto pulsante, el cual es
disparado desde la boca del tubo). La
36
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
obtención inicial del arma responde
a dos elementos. Por un lado, la falta
de recursos para comprarla y, por el
otro, la muestra de poder por la ob-
tención con medios propios.
Tomando en cuenta las caracte-
rísticas del joven victimario, men-
cionadas por el grupo focal de la
PNB, describir la situación de vio-
lencia relacionada con el uso ilícito
de armas pasa por identificar situa-
ciones presentes en la parroquia
que, de una u otra forma, contribu-
yan en la problematización de la raíz
de factores que conllevan a jóvenes
del sector a la opción de incursionar
en prácticas armadas generadoras
de violencia.
Si bien aspectos como el miedo,
el respeto, el poder y la fuerza son
valores más complejos de indagar,
es un hecho resaltante que un joven
en condiciones más favorables a su
desarrollo personal, psíquico, fami-
liar, educativo y cultural pudiera
ser menos proclive a incursionar en
grupos y situaciones generadoras
de violencia, tanto por la consolida-
ción de su personalidad, como por
no contar con la mayor parte de su
tiempo para el ocio improductivo.
En el caso de la Parroquia Sucre,
entre otros aspectos, se pudo obte-
ner información acerca de algunas
condiciones que pueden inducir al
ocio improductivo a jóvenes, hom-
bres, entre 12 y 24 años. En la pri-
mera aproximación realizada a la
realidad de las familias catienses,
con una muestra de 2.179 fami-
lias consultadas, lo que aloja una
población de aproximadamente
9.164 personas, ubicadas en al-
gunas de las zonas aparentemente
menos vulnerables del sector (ejes
1 y 9), en tanto se encuentran más
próximas a las vías de acceso, a los
centros de estudios, a los medios de
transporte, etc., nos encontramos
con la siguiente situación:
Censo comunitario, ejes 2 y 9, Parroquia Sucre, UNES 2010
Factores que pueden incidir en el ocio improductivo
rango de edadPoblación total que no estudia
actualmenteHombres Practica al-
gún deporteParticipan en
actividades culturales
Participan en al-guna organización
comunitaria
12 a 17 178 78 12 3 1018 a 24 463 245 4 1 0ToTales 641 323 16 4 10
armas
37
De 641 jóvenes, hombres y mu-
jeres que no estudian actualmente,
bien porque interrumpieron sus
estudios o porque no continuaron
al siguiente nivel, 323 son jóvenes
hombres, de los cuales apenas 16
practican algún deporte, 4 partici-
pan en algún tipo de actividad cul-
tural y solo 10 participan en orga-
nizaciones comunitarias (consejos
comunales, grupos deportivos, me-
dios alternativos, entre otros). De
igual forma, de los jóvenes con edad
laboral, rango entre 18 a 24 años,
nos encontramos que:
Censo comunitario, ejes 2 y 9, Parroquia Sucre, UNES 2010
Factores que pueden incidir en el ocio improductivo
rango de edad
Población total que
desertó de estudios
en algún nivel
educativo
Hombres No soltero soltero Trabaja No trabajaNo busca
trabajo
Busca
trabajoNo respondió
18 a 24 463 245 40 205 127 118 16 36 66
Tenemos entonces que el 48%
(118) de estos jóvenes no trabaja,
además de no estudiar y no practi-
car ningún tipo de actividad en su
comunidad. De igual forma, apenas
el 14% (36) manifestó estar intere-
sado en conseguir empleo. Final-
mente, se puede inferir que dichos
jóvenes no cuentan con responsabi-
lidades por carga familiar, pues 205
(84%) son solteros.
Al ser zonas que no son conside-
radas como las más vulnerables de
Catia (Los Flores, Nueva Caracas,
Alta Vista, entre otras) nos encon-
tramos jóvenes con cuadros que
indican un desuso de tiempo en ac-
tividades productivas y que, por lo
descrito en líneas anteriores, con
un alto grado de probabilidades de
recurrir a hechos delictivos, bandas
y, por ende, uso de armas como vía
de “superación”. En este punto es
importante resaltar que los medios
de indagación aplicados no nos per-
miten identificar si algunos ya están
incursos en estas prácticas.
Entre otras situaciones que pue-
den ser sumadas a la construcción
de valores de poder, fuerza, dominio
y protección, a través del uso del
arma en el imaginario juvenil ca-
tiense, está la presencia de armas en
su entorno cercano, en el escolari-
zado, dentro y fuera de sus centros
educativos. De la revisión en algu-
nos centros educativos en la zona, a
partir de la entrevista a 75 personas
38
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
entre directores y subdirectores del
plantel, personal obrero, profesoral
y administrativo, se indagó acerca
del conocimiento de un conjunto de
situaciones de violencia o que inci-
ten a la violencia, tanto dentro de la
unidad educativa como en sus alre-
dedores. Entre lo hallado que pueda
ser relacionado con el uso de arma
y/o elementos que incidan al interés
de poseer esta herramienta, nos en-
contramos:
situaciones relacionadas con armas dentro y fuera de unidades escolares
Fuente: Indagación violencia escolar, Parroquia Sucre, UNES, octubre 2010
Como se puede observar, el
25% de los entrevistados consi-
dera que existen bandas dentro
de los planteles en los que labo-
ran, así que, aún cuando apa-
rentemente bajo (4%), este por-
centaje de entrevistados afirma
la existencia de estudiantes con
armas de fuego en instituciones
públicas, a lo que se le suma un
porcentaje significativo de en-
trevistados que aseguran la exis-
tencia de estudiantes con armas
blancas (22%). Así mismo, en el
entorno de los centros estudian-
tiles, por un lado, el 54% de los
entrevistados ha sido víctimas de
situaciones violentas. Además, el
63% manifiesta que tiene cono-
cimiento de robos ocurridos en
los alrededores. Por ser jóvenes
menores de edad no fue permi-
armas
39
tido aplicar el instrumento a los
estudiantes.
Bien sea por ser de la banda,
por protegerse de esos grupos o
por sentirse inseguro en los alre-
dedores, los jóvenes catienses en
mayor o menor medida están ro-
deados de situaciones que los in-
vita, de manera errada, al uso del
arma o a ver en este recurso una
vía de sobrevivencia o superación.
Otro elemento, digno de revi-
sión y problematización, es la po-
sible normalización de la presen-
cia de armas en la comunidad. A
través de las familias entrevistadas
con la aplicación del censo co-
munitario, se pudo observar que,
por cada 100 familias, al menos 4
manifestaron situaciones de alla-
namientos por armas en sus ho-
gares, peleas con armas en fiestas
y saboteos por grupos armados
desconocidos. De igual forma, en
la encuesta de percepción de pro-
blemáticas de inseguridad el 23%
de los entrevistados señaló el en-
frentamiento entre bandas como
problemática en la zona.
La presencia de armas se con-
vierte, entonces, en parte de la co-
tidianidad del catiense, situación
que nos lleva a otro elemento de
problematización acerca de los
factores estructurales del proble-
ma de violencia por armas, la ven-
ta ilegal y/o tráfico de las mismas.
Al igual que en resto del país,
en la Parroquia Sucre el uso ile-
gal de armas (blancas y de fuego)
se convierte en una de las herra-
mientas más usuales en la gene-
ración de violencia, aun cuando
en la percepción del catiense, la
venta y, por ende su uso ilegal,
no es considerado entre los prin-
cipales factores de inseguridad.
Nótese que de 26 situaciones iden-
tificadas como problemáticas de
inseguridad por 2.873 vecinos de
distintos sectores de la parroquia,
la venta ilícita de armas es consi-
derada como el décimo factor de
inseguridad (cf. Encuesta sobre
percepción de inseguridad, Parro-
quia Sucre, UNES, octubre 2010).
Efectivamente, un elemento que
recrea dicha percepción es el he-
cho de que la venta, obtención o
vía de obtención de armamentos
no genera, en sí mismo, la acción
directa y/o sentida de violencia en
el ciudadano común.
Al extraer de la revisión de la
percepción de problemáticas de se-
guridad los aspectos mencionados
que pueden ser vinculados con el
uso de armas se puede evidenciar
que, efectivamente, las ventas ilí-
citas continúan siendo de poca im-
portancia según la percepción que
se tiene en la parroquia:
40
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
Aun cuando en promedio el 46%
de los encuestados (2.873) percibe
como problemas fundamentales de
inseguridad situaciones relaciona-
das con el uso de armas, una de las
principales causas del flujo de las
mismas no cala en el imaginario ca-
tiense como situación que requiere
atención.
En el mismo orden de ideas, los
entrevistados del grupo focal de la
PNB coinciden en que otro elemen-
to que contribuye a alejar del ima-
ginario del catiense la venta y res-
pectivo tráfico de armas, como una
problemática seria que conlleva a la
inseguridad, es que, en muchos ca-
sos, quien vende y/o genera el trá-
fico no es necesariamente poblador
de la zona. Por esta razón, lo que es
percibido como venta ilícita es el flu-
jo de armas de aquellos que hacen
uso de las mismas y no necesaria-
mente redes dentro de la parroquia
destinadas a este fin; esta situación
muestra que el poblador común, en
muchos casos, no convive con esta
dinámica en su barrio.
Finalmente, con miras al trabajo
a realizar en estas comunidades en
lo relativo a un tema tan complejo y
delicado como los es el uso ilícito de
armas, la atención debe centrarse
en los jóvenes catienses, que desde
la perspectiva de la transgresión pu-
dieran ser objeto de situaciones que
los conviertan en agentes portado-
res y usuarios de armas ilícitas en
algún momento de sus vidas. De allí
que, por una parte, como alternati-
vas de atención y desde la perspecti-
va del abordaje estructural, y de otro
Percepción de causas de inseguridad entre renglones vinculados con el uso de armas
Encuesta de percepción de problemas de seguridad, UNES, octubre 2010
armas
41
lado, desde la raíz del problema, se-
ría de importancia abordar trabajos
de concientización de la incidencia
del uso, venta y tráfico de armas en
las situaciones delictivas de la zona,
así como la necesidad de frenar es-
tas prácticas. Igualmente, indagar
en el origen de las bandas podría ser
una vía para conocer acciones posi-
bles para dar alternativas a la trans-
gresión, lo que lleva a otro centro de
investigación – acción, como lo es el
combate al ocio improductivo, a tra-
vés del desarrollo de proyectos que
lo reduzcan considerablemente.
42
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CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
marco Legal LEy DE rEFOrmA PArCIAL DEL CÓDIGO PENAL. Gaceta Oficial del Nº 5.768 de
fecha 13 de abril de 2005
Libro primero
Disposiciones generales sobre los
delitos y las faltas, las personas res-
ponsables y las penas
Título I
De la aplicación de la ley penal
Capítulo III
De los delitos contra el derecho
internacional
Artículo 153° Los venezolanos o
extranjeros que en Venezuela recluten
gente o acopien armas, o formen jun-
tas o preparen expediciones o salgan
del espacio geográfico de la República
en actitud hostil para acometer o inva-
dir el de una nación amiga o neutral,
serán castigados con pena de tres a seis
años de arresto en fortaleza o cárcel
política.
En la misma pena determinada en
este artículo incurren los venezolanos
o extranjeros que en Venezuela cons-
truyan buques, los armen en guerra o
aumenten sus fuerzas o pertrechos, su
dotación o el número de sus marineros
para hacer la guerra a una nación con
la cual esté en paz la República.
Título V
De los Delitos Contra el Orden
Público
Capítulo I
De la importación, fabricación,
comercio, detentación y porte de
armas
Artículo 274° El comercio, la
importación, la fabricación, el porte,
la posesión, el suministro y el oculta-
miento de las armas clasificadas como
de guerra según la Ley sobre Armas y
Explosivos y demás disposiciones lega-
les concernientes a la materia, se cas-
tigarán con pena de prisión de cinco a
ocho años.
Artículo 277 ° El porte, la deten-
tación o el ocultamiento de las armas
a que se refiere el artículo anterior se
castigará con pena de prisión de tres a
cinco años.
Artículo 278° En los casos previs-
ANEXOs
armas
45
tos en los artículos 274, 276 y 277, las
armas materia del proceso se confisca-
ran y se destinaran al parque nacional.
Artículo 296° Todo individuo que
ilegítimamente importe, fabrique, porte,
detente, suministre u oculte sustancias
o artefactos explosivos o incendiarios,
se castigará con pena de prisión de dos
a cinco años.
Quienes con el solo objeto de pro-
ducir terror en el público, de suscitar
un tumulto o de causar desordenes
públicos, disparen armas de fuego o
lancen sustancias explosivas o incen-
diarias, contra gentes o propiedades,
serán penados con prisión de tres a
seis años, sin perjuicio de las penas
correspondientes al delito en que
hubieren incurrido usando dichas
armas.
LEy DE ArmAs y EXPLOsIvOs.Gaceta Oficial N° 19.900 del
lunes 12 de junio de 1939.
Congreso de los Estados Uni-
dos de Venezuela
Disposición General
De las Armas
Artículo 1° Se consideran de-
lictuosos la introducción, fabrica-
ción, comercio, detención, porte y
ocultamiento de armas y explosi-
vos que se efectúen en contraven-
ción de las disposiciones del Código
Penal y de la presente Ley.
Artículo 7° La importación,
fabricación, porte, detención y ocul-
tamiento de las armas y municiones
de guerra, por particulares, se casti-
gará de conformidad con las disposi-
ciones pertinentes del Código Penal.
Artículo 8° No incurren en la
pena prevista en las aludidas dispo-
siciones, las personas que posean
colecciones de armas consideradas
como objetos históricos o de estudio,
siempre que para formar, conservar
o enajenar tales colecciones, se ci-
ñan a los Reglamentos que dicte el
Ejecutivo Federal.
Instituciones:Dirección de armamento de la Fuerza armada nacional (DarFa).
46
CONOCIENDOla CIuDaD eDuCaDora CaTIaCONOCIÉNDONOS
Indicadores de armas y el marco legal relacionado
Indicador marco legalArmAs Código Penal Venezolano (abril de
2005):Artículos 3, 145, 153, 272, 273, 274, 275, 276, 277, 278, 279, 280, 281, 282, 294, 296, 513, 516Ley de Armas y Explosivos.
Decomiso de armas de porte ilícito Ley de Armas y Explosivos. Título I: Disposición General. De las Armas.
Decomiso de municiones
Número de muertes, atracos y hechos de violencia vinculadas al uso ilícito de ar-mas
Capítulo III. De los Derechos Civiles. Art. 43.
Ley de Armas y Explosivos. Título I: Disposición General. De las Armas.
Atracos para la obtención armas y muni-ciones
Ley de Armas y Explosivos. Título I: Disposición General. De las Armas.
Efectivos policiales involucrados en el trá-fico de armas y municiones
Código Orgánico Procesal Penal. Libro Segundo. Capítulo II. Sección Segunda: De la denuncia.Ley de Armas y Explosivos. Título I: Disposición General. De las Armas.
La inserción paramilitar Código Orgánico Procesal Penal. Libro Segundo. Capítulo II. Sección Segunda: De la denuncia.Ley de Armas y Explosivos. Título I: Disposición General. De las Armas.
La justificación del uso de armas por parte de civiles
armas
47