PENSAMIENTO COMPLEJO
La noción de pensamiento complejo fue acuñada por
el filósofo francés Edgar Morin y se refiere a
la capacidad de interconectar distintas dimensiones
de lo real.
Este concepto se opone a la división disciplinaria y
promueve un enfoque transdisciplinario y holístico,
aunque sin abandonar la noción de las partes
constituyentes del todo.
El pensamiento de Edgar Morin ha influido en la
educación al señalar que es necesario reformar el
pensamiento y las instituciones educativas con el fin de
promover una educación acorde con las necesidades de
la sociedad contemporánea.
Invitado por la UNESCO en el marco del debate
internacional sobre la forma de reorientar la educación
para el desarrollo sostenible, presenta siete principios
básicos para la educación del futuro.
ENSEÑAR A IDENTIFICAR EL ERROR Y LA ILUSIÓN.
La educación debe mostrar que no hay conocimiento que no
esté en algún grado amenazado por el error y la ilusión.
Un conocimiento no es el espejo del mundo exterior, nuestras
percepciones son reconstrucciones y traducciones de los
estímulos externos captados por nuestros sentidos, los cuales
son falibles.
ENSEÑAR LA TRANSVERSALIDAD DEL CONOCIMIENTO
Es necesario promover en los estudiantes métodos que
permitan aprehender las relaciones mutuas y las influencias
recíprocas entre las partes y el todo en un mundo
complejo.
ENSEÑAR LA CONDICIÓN HUMANA
El ser humano es a la vez físico, psicológico, cultural, biológico, social e
histórico. Es un ser maravilloso en el que convergen todas estas áreas que
son interdependientes y que permanecen unidas dando sentido y
significado al término: humano.
El estudio de las diferentes disciplinas ha fragmentado la visión del ser
humano y es necesario restaurarla para tomar conciencia de nuestra
identidad compleja y nuestra identidad común a todos los demás humanos.
ENSEÑAR LA IDENTIDAD TERRENAL
Nos hace falta aprender a ser, vivir, compartir, comulgar también como
humanos del planeta tierra; no solamente ser de una cultura sino también
ser habitantes de la tierra.
Debemos practicar:
La conciencia antropológica: reconocer nuestra unidad en nuestra
diversidad.
La conciencia ecológica: cambiar la dominación sobre la biósfera por la
convivencia armónica.
La conciencia cívica terrenal: responsabilidad y solidaridad con los hijos de
la tierra.
La conciencia espiritual de la condición humana: autocriticarnos, criticarnos
mutuamente y comprendernos entre sí.
ENSEÑAR A ENFRENTAR LAS INCERTIDUMBRES
Se tendrían que enseñar principios de estrategia que permitan
afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto, y modificar su
desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el
camino.
ENSEÑAR LA COMPRENSIÓN
La comprensión no excusa ni acusa: ella nos pide evitar la
condena irremediable como si uno mismo no hubiera conocido
nunca la flaqueza ni cometido errores.
Si sabemos comprender antes de condenar estaremos en la
vía de la humanización de las relaciones humanas.
ENSEÑAR LA ÉTICA DEL GÉNERO HUMANO
Edgar Morín llama a esta ética la antropo-ética , es decir, una ética de la
conciencia y el espíritu propiamente humanos que supone la decisión
consciente y clara (entre otras ) de:
Asumir la condición individuo – sociedad – especie en la complejidad de
nuestra era.
Lograr la humanidad en nosotros mismos en nuestra conciencia personal.
Trabajar para la humanización de la humanidad.
Efectuar el doble pilotaje del planeta: obedecer la vida, guiar la vida.
Lograr la unidad planetaria en la diversidad.
Desarrollar la ética de la comprensión.
Desarrollar la ética de la solidaridad.
Bibliografía:
Morin, Edgar. (1999) Los siete saberes necesarios para la
educación del futuro. París, UNESCO.
www.multiversidadreal.edu.mx
BARBEROUSSE, Paulette (2008), Fundamentos teóricos del
pensamiento complejo de Edgar Morin. Revista electrónica
educare. Vol. XII, núm.2. pp. 95 a 113, Universidad de Costa Rica.
(Encontrado en Redalyc.org).