BUEN SEXO EN MALAS RELACIONES

¿Cómo puede ser tan bueno el sexo entre nosotros, hacernos sentir algotan maravilloso y acercarnos tanto cuando en realidad no había nadamás que nos uniera? Esta frase merece ser analizada, primero porque es el dilema que seles presenta muy a menudo a las mujeres codependientes. Buen sexo enuna relación infeliz. A muchas de nosotras nos han enseñado que buen sexo significaverdadero amor y que, a la inversa. El sexo no podía serverdaderamente gratificante y satisfactorio si la relación entera noestaba bien para nosotras. Nada puede estar más lejos de la verdad...En nuestra realidad una mala relación puede contribuir a que el sexosea excitante, apasionado y apremiante. Las mujeres codependientes a menudo se dicen que el hombre con quienestán involucradas nunca ha sido realmente amado antes, ni por suspadres, ni por sus anteriores esposas o novias. Los vemos como un serdañado y de inmediato, asumimos la tarea de recomponer todo lo que leha faltado en su vida. Vendríamos a ser como una suerte de salvadora y liberadora de todossus males. Interpretamos su inaccesibilidad emocional, su ira, sudepresión, su crueldad o su indiferencia, su deshonestidad o suadicción, como señales de que no lo han amado lo suficiente. Oponemosnuestro amor a sus defectos, a sus flaquezas, e incluso a supatología. Estábamos decididas a salvarlo mediante el poder de nuestroamor. El SEXO es una de las formas principales en las que tratamos dellevarle a la salud mental con nuestro amor. Cada encuentro sexuallleva toda nuestra lucha por cambiarlo. Con cada beso y cada caricia,tratamos de comunicarle lo especial y digno que es, cuanto leadmiramos y adoramos. Sentimos la seguridad de que, una vez de queeste convencido de nuestro amor, se transformará en su verdadero yo, ydespertará a todo lo que queremos y necesitamos que sea. Ciertamente el sexo en esas circunstancias es bueno, porque ponemostodo de nosotras, demasiada energía para que así sea, y cualquierreacción de él, esperamos expectantes y nos alienta a seguir cuandoson positivas, es lo que buscamos en su reacción para cumplir elcometido, Pero que pasa en las parejas normales...Lo normal será que una mujerevite todo contacto sexual con su pareja cuando existen en ellaconflictos y tensiones; mientras que para una mujer que vive unarelación infeliz o tiene una pareja que no es la más adecuada paraella, el acto sexual puede ser el único aspecto gratificante de larelación, y la única manera efectiva de relacionarse con el otro. De hecho muchas parejas tengan o no una relación sana, experimentan uncontacto sexual particularmente bueno después de una pelea.

El acto sexual cuando es muy gratificante es el aspecto físico tieneel poder de crear lazos profundamente sentidos entre dos personas. Enespecial en las mujeres codependientes, la intensidad de su lucha conun hombre puede contribuir a la intensidad de su experiencia sexualcon él y por consiguiente al vínculo que la une con él. Cuando nos enfrentamos a un hombre que no representa un desafío muygrande, es posible que a la relación sexual le falte fuego y pasión.Debido a que no estamos en un estado casi constante de excitación porél, y a que el sexo no se usa para demostrar nada. Si debe haber un desafío y una excitación constantes en la relaciónluego del compromiso, estos deben basarse NO EN LA FRUSTRACIÖN; ELANSIA; O LA MANIPULACIÖN A TRAVËS DE SEXO, sino en una exploracióncada vez más profunda de lo que el doctor Lawrence llama "losmisterios gozosos" entre un hombre y una mujer que están comprometidosmutuamente. La excitación y la emoción que se obtienen, no al excitar y excitarnossexualmente, sino al conocer y ser conocidos es demasiado infrecuente,La mayoría de quienes tenemos una relación comprometida y estable nosconformamos con lo previsible, el bienestar, el compañerismo, porquetenemos miedo a explorar los misterios que personificamos como hombrey mujer, la exposición a nuestro yo más profundo. Sin embargo, es esetemor a lo desconocido que existe dentro de nosotros y entre nosotros,y así ignoramos y evitamos el mismo don que nuestro compromiso pone anuestro alcance: LA VERDADERA INTIMIDAD. Extraído del libro: Las mujeres que aman demasiado.