Valle Inclán Ramon Maria Del - Cara de Plata

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RAMN M DEL

VALLE-INCLN

Cara de Plata

DRAMATIS PERSONAE........................................................................................................................... JORNADA PRIMERA................................................................................................................................ ESCENA PRIMERA............................................................................................................................... ESCENA SEGUNDA.............................................................................................................................. ESCENA TERCERA............................................................................................................................... ESCENA CUARTA................................................................................................................................. ESCENA QUINTA.................................................................................................................................. JORNADA SEGUNDA.............................................................................................................................. ESCENA PRIMERA............................................................................................................................... ESCENA SEGUNDA.............................................................................................................................. ESCENA TERCERA............................................................................................................................... ESCENA CUARTA................................................................................................................................. ESCENA QUINTA.................................................................................................................................. ESCENA SEXTA.................................................................................................................................... ESCENA SEPTIMA................................................................................................................................ JORNADA TERCERA............................................................................................................................... ESCENA PRIMERA............................................................................................................................... ESCENA SEGUNDA.............................................................................................................................. ESCENA TERCERA............................................................................................................................... ESCENA CUARTA................................................................................................................................. ESCENA LTIMA.................................................................................................................................

DRAMATIS PERSONAEEL CABALLERO DON JUAN MANUEL MONTENEGRO. SUS HIJOS CARA DE PLATA, DON PEDRITO, DON ROSENDO, DON MAURO, DON GONZALITO Y DON FARRUQUIO. SABELITA, AHIJADA DEL CABALLERO. EL ABAD DE LANTAN Y SU HERMANA DOA JEROMITA. EL SACRISTAN, LA SACRISTANA, LA HIJA BIGARDONA Y EL CORO DE CRIANZAS. FUSO NEGRO, LOCO. DON GALN, CRIADO DEL CABALLERO. UNA TROPA DE CINCO CHALANES: PEDRO ABUIN, RAMIRO MANUEL FONSECA Y SEBASTIN DE XOGAS. EL VIEJO DE CURES Y UN PASTOR. PICHONA LA BISBISERA, LUDOVINA LA VENTORRILLERA Y LA COIMA DE OTRO MESN. UN MARAGATO, UN PENITENTE, EL CIEGO LESN. UNA VIEJA COTILLONA. VOZ EN UNA CHIMENEA. OTRAS VIEJAS, GRITOS Y DENUESTOS, PREGONES, CLAMOR DE MUJERUCAS, SALMODIA DE BEATAS, RENIEGOS Y ESPANTOS, LA LUCES DEL SANTO VITICO.DE DE

BEALO, MANUEL TOVO,

GONDAR, UN INDIANO, EL DIACONO

DE

JORNADA PRIMERAESCENA PRIMERAAlegres albores. Luengas braas comunales, en los montes de Lantao. Sobre el roquedo, la ruina de un castillo, y en el verde regazo, las Arcas de Bradomn. Acampa una tropa de chalanes, al abrigo de aquellas piedras insignes MANUEL TOVIO, MANUEL FONSECA, PEDRO ABUIN, RAMIRO DE BEALO y SEBASTIAN DE XOGAS. A la redonda, los caballos se esparcen mordiendo la yerba sagrada de las clticas mamaos. En la altura, una vaca montesa embravecida muge por el vitelo que se lleva a la feria un rabadn. PEDRO ABUIN RAMIRO DE BEALO PEDRO ABUIN RAMIRO DE BEALO PEDRO ABUIN SEBASTIAN DE XOGAS RAMIRO DE BEALO MANUEL FONSECA PEDRO ABUIN EL VIEJO DE CURES PEDRO ABUIN EL VIEJO DE CURES SEBASTIAN DE XOGAS EL VIEJO DE CURES PEDRO ABUIN EL VIEJO DE CURES PEDRO ABUIN EL VIEJO DE CURES RAMIRO DE BEALO MANUEL TOVIO PEDRO ABUIN EL VIEJO DE CURES Ganados de Lantao, siempre tuvieron paso por Lantan. Hoy se lo niegan. Perdieron el pleito los alcaldes y no vale contraponerse. Eso an hemos de ventilarlo. No te metas a pleito con hombre de almenas. Casta de soberbios! El fuero que tienen pronto lo perdan si todos nos juntsemos. No es ms tirano el fuero del Rey! Ya hubo reyes que acabaron ahorcados. En otras tierras. Montenegros! Negros de corazn! Fue mal sentenciado! Y todos a una puestos en la de pasar, nos remos de papeles. Donde hay sentencia de juez, mala o buena, tuerta o derecha, le toca perder al rebelde. Siempre lo he visto en los aos que tengo! Con sentencia o sin sentencia, no tiene poder contra todos el Montenegro. Esa es la ma! Arrogancias nunca ganaron pleitos. Qu cuentas son las vuestras? Llevar el ganado por la barca? Acercarnos a las puertas del Pazo y pedirle su venia al Vinculero. Es mucha la soberbia que tiene! Pues nos, all vamos con ese concierto, y a ser vos conformes, podemos ir todos, que ms fuerza hacemos. Y si se niega, qu procede? Esperar una mudanza de su genio. T propones juntarnos para la rebelda. As es! Yo para las mediaciones que transigen guerras. Quin tuvo razn, lo diga el tiempo! Con ir all nada se nos pierde. Si lo atrapamos en la hora renegada nos echa con rayos y centellas. Si mala palabra me dice, mala palabra le respondo. Con ese dictamen no vengas all!

Un pastor, escotero y remoto sobre una pea, asiste al concilio haciendo crculos con el regatn del cayado en los lquenes milenos del roquedo. EL PASTOR La idea vuestra ya otros la pusieron en obra. Y qu sacaron? Or malos textos! Yo fui con buenas palabras. Y qu saqu? Escarnios!

MANUEL FONSECA EL PASTOR RAMIRO DE BEALO EL PASTOR PEDRO ABUIN RAMIRO DE BEALO PEDRO ABUIN

EL PASTOR PEDRO ABUIN EL VIEJO DE CURES PEDRO ABUIN EL VIEJO DE CURES VOCES DE FERIANTES MANUEL FONSECA RAMIRO DE BEALO EL PASTOR PEDRO ABUIN SEBASTIAN DE XOGAS

PEDRO ABUIN SEBASTIAN DE XOGAS EL PASTOR

Me oy tirndose de las barbas y acab con que fuese a pedrselo la mi parienta. Con ella en la cama sentenciaba el pleito! No sentenciase su fin! Es el fuero que tiene. Pues llvale la vaca de tu corte. Ya se la habr llevado. Un rayo que os parta. Qu resolucin tomamos, compaeros? La ma es meter el ganado por las Arcas. Pero habamos de ser todos a una. Si como dicen, hubo ya tiempos donde fueron quemadas las casas de torre, pudieran volver tales tiempos. Vamos y no lo demoremos, que est solo en la cueva el lobo cano. Que respondis los feriantes? Nos juntamos para hacer valer nuestro derecho? Tengo una carga de aos, y os confirmo que ms ganaremos con palabras de poltica que con acciones rebeldes. Los de ese dictamen que vayan delante y hablen primero. Amn! Sin concordia entre altos y bajos, el mundo no se gobierna. Too! Marela! Too! Bermella! Esperemos a ver lo que saca Quinto de Cures. El no, ya lo lleva. Sacar lo que otros sacaron. Sacar voces y denuestos! Atencin pido! De ir a un levante tiempo tenemos. Y para mi discurso, nos cuadra dejar cualquier querella hasta pasado el Corpus de Viana. Busquemos ahora la vida en la feria, sin contratiempos, que a la vuelta lugar hay de abanderarnos contra la sentencia del Vinculero. Montenegro, emplazado quedas! Ya te llegar tu malaventura, Montenegro! No hay otra salvacin que quemarle los campos!

El tropel de chalanes parte en cabalgada, y EL PASTOR en lo alto de la pea, silueteado sobre el cielo, los despide con un grito, agitando los brazos. A lo lejos, en el cristal de la maana, un vuelo de palomas abre sus crculos sobre la torre de Lantan.

ESCENA SEGUNDALuces matinales en el Pazo de Lantan. Sobre el atrio de limoneros, la arcada de una solana, con escalera de piedra. Sabelita est en lo alto, de pechos al arambol, rubia de mieles, el cabello en dos trenzas, la frente bombeada y pulida, el hbito Nazareno. En el lindero del atrio clamorea una ringla de mujerucas con frutos y tenderetes. CLAMOR DE LAS MUJERUCAS Es verdad que se quit el paso? Miren que es mucho el arrodeo! Madre de Dios! Madre de Dios! Con el camino tan largo que traemos! Madre Bendita! Que venimos de muy distante! Ms arriba de San Quinto de Cures!

Las mujerucas se apartan para dejar paso a un jinete, mancebo muy gentil que, cercado de galgos y perdigueros, entra al galope. Basculada con gritos y espantos, cestos torcidos sobre las cofias, manos aspadas protegiendo los tenderetes. DON MIGUEL MONTENEGRO, el hermoso segundn, salta de la silla y ata el caballo a una argolla empotrada en el muro. Por su buena gracia, los suyos y los ajenos le dicen CARA DE PLATA. CLAMOR DE LAS MUJERUCAS PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CLAMOR DE LAS MUJERUCAS Don Miguelito, djenos pasar! Tenga compasin, Seor Carita de Plata! Que venimos de la fin del mundo! Tenga buen corazn! Tngalo de plata como la cara hermosa, Seor Don Miguelito! Pasad con mil demonios! Viva el Seor Carita de Plata! Cundo me lo das, Pichona? Ay, qu trueno! Dios le florezca! Dios le florezca!

La ringla de mujerucas penetra en el atrio por el gran arco con escudo y cadenas. SABELITA deja or el ceceo cantarn de su voz, y sobre las piedras viejas de la solana, entre el verde de los limoneros se enciende la nota morada y dramtica del hbito Nazareno. SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA Cmo queda la madrina? Rezando el trisagio. Y t, cundo vuelves all? Cuando el padrino lo ordene. Mi madre te espera. Por qu no me manda ir? Yo bien lo deseo. Ahora que yo he venido? No comiences. Aydame a ver que tiene esta maldito cadelo, pues viene cojo. Si entr por las tojeras, ser alguna espina. Ven aqu, Carabel!

El can se acerca con un brazuelo en el aire, y el hermoso segundn le vuelca mirndole las pezuas. SABELITA est a su vera, arrodillada sobre las losas, risuea y atenta. SABELITA CARA DE PLATA SABELITA No te clave los dientes! Ya veras t de curarme. No soy cirujana.

CARA DE PLATA mete el puo en la boca del alano, que gime hostigado, pero sin morderle. SABELITA le mira fijamente, los ojos ingenuos y francos como los de una nia. SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA No tienes los cabales! Muerde, Carabel! El animal discierne ms que t! Pues que siga con la espina!

CARA DE PLATA salta en pie, con gentil y violento alarde. Tiene el cabello de oro, los ojos de alegre verde, la nariz de guila imperial. SABELITA, arrodillada al pie del can, sobre el suelo de piedra, se afana por sacarle la espina que tiene clavada en el brazuelo. El hermoso segundn vuelve a su lado. SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA Loco! Ponme t cuerdo. Con qu yerbas? Con palabras. No soy saludadora. Esta noche tengo que hablarte, Isabel. Y no es hablar lo que estamos haciendo? Ser otro hablar, a la luz de la luna. Eres t muy luntico! No me quieres, Isabel? Al modo tuyo, no. Pues no me quieres. Eso ser. Esta noche te deshago la cama. Qu falto ests de sentido! Me abrirs la puerta? No seas pirata! Si la encuentro cerrada, cuenta que la derribo. Brbaro! Cuando me veas aparecer, no grites! Pero para ti no hay honestidad! Y qu sucedera si esta noche entrase en tu alcoba? Cmo te gusta cavilar en el pecado! Y no me das miedo, Carita de Plata... Pero si me quieres, quireme honesta.

DON JUAN MANUEL MONTENEGRO, con la escopeta y el galgo, rufo y madrugador, aparece por el huerto de frutales y se detiene en la cancela. Es un hidalgo mujeriego y desptico, hospitalario y violento, rey suevo en su Pazo de Lantan. EL CABALLERO CARA DE PLATA EL CABALLERO Cara de Plata, deja la buena compaa y ven a rendir tu cuenta. Ayer te esperaba. Muy largo se ha vuelto el camino de Viana! Tuve el caballo con un torzn. Mand en tu busca para hacer en el monte recuento del ganado y poner el hierro a los novillos del ao. Tus hermanos all estn. El ganado ms lucido hay que bajarlo a la feria de Viana. Irs con tus hermanos mayores, que ellos estn cados en picardas de chalanes... Pero el dinero lo guardas t. Espero que no te lo juegues como suelen hacer los otros Barrabases. Nadie est libre de una tentacin. Pues si eres tentado, procura ganar, y si pierdes, no te aparezcas ante

CARA DE PLATA EL CABALLERO

CARA DE PLATA

mis ojos. Lo tendr presente.

DON JUAN MANUEL le mira con enojo risueo: Siente por aquel hijo una afeccin indulgente y ruda. El gentil mancebo est en pie delante de su padre, la boca seria y un alegre mpetu en el verde cristal de los ojos. EL CABALLERO CARA DE PLATA EL CABALLERO CARA DE PLATA EL CABALLERO CARA DE PLATA EL CABALLERO CARA DE PLATA EL CABALLERO CARA DE PLATA EL CABALLERO CARA DE PLATA EL CABALLERO CARA DE PLATA EL CABALLERO CARA DE PLATA EL CABALLERO Queda en buena salud tu madre? Si, seor. Qu hace? Lo de siempre: Novenas. Aqu me tiene abandonado! De algo parecido se duele mi madre all en Viana. Son sus romances. Y ahora sepamos qu historia es esa con que me ha venido Pedro Rey? Se le fue al ro una vaca brava y me tir a salvrsela. No son esas mis noticias. Parece ser que t has montado sobre la vaca, y que contigo encima se sumergi y trag tanta agua, que ha muerto bajo el puente. No ha muerto. Est para morir. Pedro Rey pretende que yo le pague la res. Ya le he dicho que me la traiga viva o muerta. Quiero proponerle un cambio. Le roba a usted el dinero. Cuando yo me tir al ro la vaca estaba ahogndose. No se la pague usted. No habl de pagrsela. Quiero proponerle un cambio: Que me deje la res y cargue contigo. Te parece bien? Yo soy un hijo obediente. Hablemos en veras. Yo querra que t fueses un caballero que respondiese en todo a las obligaciones de su sangre! Ya correspondo, padre. Tus hermanos te pervierten con sus malos ejemplos. Escchame. No te pido que seas un santo, cada edad reclama lo suyo, pero no olvides las obligaciones de tu sangre, como hacen los otros perversos.

El linajudo acab de hablar con un gran suspiro, los brazos sobre los hombros del mancebo, que pronto y liberal se arranca y besa la mano del viejo. CARA DE PLATA EL CABALLERO CARA DE PLATA EL CABALLERO Padre, yo aquello que hago, bueno o malo, lo hago sin consejo. Pues ahora, sube al monte, y cumple con arreglo a mis rdenes. Amn. A qu hora se fueron mis hermanos? Con el alba.

El hermoso segundn desata el caballo, que piafa atado en la sombra del rudo arco de piedra, cabalga de un salto y sale al galope, bajo la mirada orgullosa del viejo genitor. En lo alto de la solana, rubia como una espiga, infantil y risuea, est la ahijada del Vinculero. SABELITA CARA DE PLATA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO Que tengas sentido, Carita de Plata! Por ti lo pierdo. Te enamora mi rapaz? Son ventoleras. De qu te hablaba? Cundo? Hace un momento. Ya ni recuerdo de qu me hablaba! Y lo que t le respondiste, tampoco?

SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO

Yo no le escuch. No eres t para l. Tampoco lo pretendo. T eres para ms. Yo soy para llorar muchas penas. Quin puede drtelas? Quien lo da todo. Cuando se es joven no hay penas. A m todas me acudieron de viejo... Y no caigas con mi rapaz! Si no le escucho, padrino. Como yo tuviese diez aos menos! Yo no los quera diez aos menos. Yo, s! Para hacerte levantar los ojos. Maldita costumbre de monja, tenerlos siempre por tierra!

En el lindero del atrio alla con tuerto visajes un mendigo alunado.- Aquel Fuso Negro, roto, greudo y cismtico, que lleno de guijarros el bonete, corra los caminos entre Lugar de Condes y Lugar de Freyres. FUSO NEGRO Touporroutou! Se junt una tropo de irmandios! Touporroutou! Para ac viene! La torre entre todos nos han de quemar! Touporroutou!

FUSO NEGRO se esguinza con una espantada, sacando la lengua. Una nalga negruzca le palpita entre jirones de remiendos. Touporroutou! De pronto se vuelve, y comienza a bailar, trenzando las piernas. Touporroutou!

ESCENA TERCERAEntre Lugar de Condes y Lugar de Freyres, el Pazo de Lantan. Braas, castaares, agros de pan. Lugar de Condes en el abrigo de la iglesia, y cavado en el monte Lugar de Freyres. La Puente de Lantan reina en medio: A uno y otro lado son orgullosas entradas, arcos barrocos con escudos y cadenas. Por los pretiles, en los claros ojos de la maana, se estrecha una punta de vacas, con el sol en las astas. Y contra el sol, rostro al monte, viene al galope CARA DE PLATA. Le saluda placentera la voz del viejo de CURES. EL VIEJO DE CURES CARA DE PLATA EL VIEJO DE CURES CARA DE PLATA EL VIEJO DE CURES CARA DE PLATA EL VIEJO DE CURES CARA DE PLATA EL VIEJO DE CURES Galn Vinculero! Es verdad que al presente est privado el trnsito? Es verdad. Y hemos de llevar el ganado por la vuelta del ro, y pasar la barca, al ir y al volver de esta gran feria de Viana? As es la sentencia. A duras leyes, jueces clementes, dice el saber de los antiguos. Mi padre se cans de ser clemente. A lo menos furanos permitido el trnsito para estas ferias anuales del Corpus! A lo menos furanos eso concedido, que segn luces de curiales, es lo que vinieron gozando los pasados! Eso os daba mi padre, y fuisteis al pleito. Los de Cures no fuimos. En ese referente est engaado el Seor Mayorazgo. Yo soy el rbol de ms aos. Contando los hijos y nietos casados, suben de treinta las puertas donde puede morar Quinto Po. As es! Y por ms sealado, Quinto de Cures. Cristiano viejo, an cuando en los das presentes no se reconoce diferencia entre nuevos y viejos. As es! Hoy no queda por esta tierra otro judo que el ingls de los Evangelios. Pues era aquel decir, que no pleiteamos los de Cures. Pero fuisteis de testigos falsos. Est mal informado! No somos de esa condicin! Le inclinaron en contra las orejas! Sangre de Montenegro, el trnsito a todos nunca podr quitarse! Es la costumbre del tiempo de los viejos, y las costumbres hacen la ley. Los de Cures no seremos rebeldes, y de hoy ms caminaremos por la vuelta. As es! Pero aquel jinete que viene trotando no quedar sin paso. El mismo rey, ante otros reyes baja la espada. Viejo de Cures, si no pasan los que caminan a pie, no pasarn los que vienen a caballo. As cumpla! Y as es la doctrina de mi padre. Amn! Nieves paternas para el hijo espejos. As es! Y grillos de bronce sus mandamientos.

CARA DE PLATA CLAMOR DE LOS VAQUEROS EL VIEJO DE CURES

CARA DE PLATA EL VIEJO DE CURES CARA DE PLATA EL VIEJO DE CURES

EL VIEJO con la vara en alto, hace retroceder el tropel de sus vacas que entrechoca las cuernas, entornado por las voces y las picas de tantos hijos y nietos, sangre de Quinto de Cures. Y aquel negro jinete que sobre el sol llega trotando es el ABAD de San Clemente de Lantan. CARA DE PLATA Seor Abad, tuerza el caballo!

EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA VOCES REMOTAS CARA DE PLATA

Pues qu ocurre? Seor Abad, que no hay vereda. Joven Absaln, no me detengas con chanzas, que voy apremiado para encaminar un alma en Lugar de Freyres! Ojal fueran chanzas! Mal vino traes, tunante! No lo he catado! Aprtate, y djame camino! No puedo! Considera, brbaro, la afrenta que haces a mi tonsura! No es afrenta, sino justicia que debo a Quinto de Cures. Si no pasan los que vienen a pie, no deben pasar los que vienen a caballo! Deja las burlas para otra hora, que la muerte no espera. Pues habr que romperle una pata. Aprtate, grandsimo renegado. Ya te he dicho que voy a encaminar un alma. Aprtate en nombre de Dios! No puedo! Muchacho! En ti est revestido Satans! Hoy me santigu con el rabo. Mira lo que haces! Mirado est. Que no soy un rapaz de tus aos, y esas burlas tampoco estn bien con un ministro del Seor. Mi padre gan el pleito y hace valer la sentencia, Seor Abad. Quijoteras! Conmigo no reza esa sentencia. Con usted y con el mismo Rey. Quijoteras! En Lantan guardis una paloma de mi palomar. Tenlo presente! No lo haba olvidado! Ir por ella! Ya lo s! Hazle la cruz. Se la hago. Veremos si tu padre autoriza este escarnio. El paso para todos o para ninguno. Mi padre no puede dar otro ejemplo. Sacrlego, considera que un pecador espera la absolucin! Que est en trance de muerte! Que entregas tu alma al Infierno! Que incurres en pena de excomunin! Todo lo considero! Y te condenas tan impvido? Si no hay otro remedio! Es camino del Rey! El paso es libre! Libre es el paso! No hay ley que lo cierre! Venid a ganarlo!

EL ABAD vuelve grupas y pone espuelas. Sobre los roquedos, giles siluetas pastoriles gritan agitando los brazos, y esparcidos rebaos pacen en torno: Voces y ladridos se prolongan y encadenan por la quebrada.

ESCENA CUARTAEL ABAD de Lantan con escolta de chalanes y boyeros, entra por la verde quintana de su iglesia, y ante el portn de la rectoral, descabalga. BLAS DE MIGUEZ, el sacristn, acude a tenerle el bridn de la montura. Tumulto de voces quiebra el verde y aldeano silencio. El tonsurado esquivo y sin hablar palabra, se mete por las puertas de la sacrista. Negro, zancudo, angosto, desaparece en la tiniebla de arcones y santos viejos. A poco retorna, y en el quicio de la puerta hace disimulo de no mirar a los chalanes, atento al tempero. Disputa el tropel de feriantes y se mueven las picas entre gritos y gestos. De pronto, sobre el patn de la rectoral, aparece una duea pilonga, muy halduda, que con la rueca en la cinta tuerce el huso y escupe en el dedo. Es DOA JEROMITA, la hermana del ABAD. DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA Jess, con las voces! Pues aunque estuvieseis a la puerta de un ventorrillo! No hablis todos a una, selvticos! Hermano, ponga paz! No me sale del bonete. Ave Mara! Mi tonsura ha sido ultrajada por un carajuelo. Jess, mil veces!

EL ABAD vuelve a entrarse por la puerta de la sacrista. BLAS DE MIGUEZ le sigue sonando las llaves de la iglesia. DOA JEROMITA, con la rueca en la cintura y los brazos en aspa, baja la escalera del patn. DOA JEROMITA SEBASTIAN DE XOGAS DOA JEROMITA PEDRO ABUIN DOA JEROMITA MANUEL TOVIO DOA JEROMITA MANUEL TOVIO DOA JEROMITA PEDRO ABUIN DOA JEROMITA PEDRO ABUIN SEBASTIAN DE XOGAS No hablis todos a una. Ay, Dios, que me entere! Con quin tuvo mi hermano ese mal encuentro? Con un hijo del Mayorazgo. Si an somos parentela! En Lantan no saben de parentescos. All todo es fuero y altanera. Es que volvis a cuestionar el paso por los arcos? Cundo tendr fin ese pleito! Lo heredarn nuestros hijos. Cmo ha mediado el Abad? El Seor Carita de Plata le neg la vereda cuando iba a encomendar un alma. Qu sacrilegio! Y vosotros aqu qu buscis? La cabeza que nos acaudille. A mi hermano? Justamente. No es otro mi clamor! Y el nuestro por el igual. No eres t el solo. T eres uno como los ms, y no te pongas el primero. El clamor de todos es tener por cabeza a nuestro Abad.

EL ABAD, negro y escueto, reaparece en la puerta de la sacrista, con el breviario entre las manos. La tropa de chalanes y boyeros queda silenciosa, esperando que hable, y la duea pilonga, con la rueca en la cinta y el huso bailndole al flanco, se espanta en el ruedo del halda, los brazos abiertos, aspadas las manos. EL ABAD Qu esperis? SEBASTIAN DE XOGAS Su resolucin esperamos. EL ABAD Y yo espero a saber si sostiene la mala accin del hijo el viejo Montenegro.

DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD PEDRO ABUIN AL ABAD SEBASTIAN DE XOGAS EL ABAD SEBASTIAN DE XOGAS PEDRO ABUIN SEBASTIAN DE XOGAS EL ABAD RAMIRO DE BEALO DOA JEROMITA PEDRO ABUIN EL ABAD SEBASTIAN DE XOGAS EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD

Ay, hermano, para este sofoco le har bien sangrarse! Por la Virgen!, diga, cmo ocurri ese desavo? Qu preguntas, si ests enterada? Jess, mil veces! Y ha sido con Carita de Plata? Con ese Luzbel. Estara alumbrado! Maldita casta! Ay, hermano, no la reniegue, que an nos alcanza una gota de esa sangre! Recuerde que demora nuestra sobrina bajo las tejas de Lantan! Que all la criaron! Pues la sacar de esa cueva. Si el padre autoriza la violencia del hijo, romper para siempre las amistades. Por el padre pongo en la lumbre las manos! No me extraara de los otros bigardotes, pero s de Carita de Plata. Ya sabe cmo anda enamorado. Alma de Lucifer! De cierto que estaba bebido. Si como iba a encomendar un alma hubiera llevado el Santolio! Jess, mil veces! Condenado! Irremisiblemente condenado! Seor Abad, pngase, como es ley de justicia, a la cabeza de sus feligreses! Ya os he dicho que espero. Viene a significarse que su consejo es la prudencia. Yo espero, espero, espero. Y a todos nos conviene ese parigual, en tanto transcurren estas grandes ferias de Viana. Despus se ver. Todo es visto. Hay que meter los ganados por Lantan. Hay que meterlos y venga lo que venga! Pedro Abun, no hay cordura donde falta prudencia. Cul viene a ser el consejo de nuestro Abad? Yo no he dado ningn consejo. Cada uno es libre de reclamar como mejor le cuadre, por la mala o por la buena. El Seor Mayorazgo, si le rogamos, mudar de idea. Hay que esperar una virazn de su genio. Pues id a verle. Otros fueron y solamente sacaron malos textos. Pues yo ir y no me los dir. Por levantado que sea, tiene que respetar la corona. Me la arranco. Muera el cuento. Jeromita, saca un jarro de vino para que estos amigos se refresquen. Yo voy a rezar mi breviario.

EL ABAD, signndose de prisa, y paseando a la sombra del muro, comienza el rezo cannico. La tropa de chalanes se reparte por el murete de la quintana, en espera del jarro de mosto. Era famoso el vino de la rectoral.

ESCENA QUINTAEl atrio de limoneros en el Pazo de Lantan. DOA JEROMITA aparece sobre un borriquillo con jamugas, saltante al trote titiritero, bien repartido por los bastes el vuelo de su falda, y el manto con alfileres. BLAS DE MIGUEZ, el sacristn, que viene como espolique, azota el anca del borriquillo con una vara de verde avellano. Entran por el gran arca feudal con escudos y cadenas. La duea pilonga descabalga en un poyo, tapndose las canillas, y el sacristn, con los brazos abiertos, est atento, sin tocarla, respetando aquella honesta pulcritud de abadesa. DOA JEROMITA EL SACRISTAN DOA JEROMITA EL SACRISTAN DOA JEROMITA EL SACRISTAN DOA JEROMITA EL SACRISTAN DOA JEROMITA EL SACRISTAN DOA JEROMITA EL SACRISTAN DOA JEROMITA EL SACRISTAN DOA JEROMITA EL SACRISTAN DOA JEROMITA EL SACRISTAN DOA JEROMITA Jess, mil veces! Solamente falta que nos echen los perros! No me sobresaltes! Pues otra cosa no sacamos, Doa Jeromita. Eso ha de verse. Hay que considerar que venimos dos ovejas contra un lobo. Dos cativas ovejas! No me quites nimo con esos romances. Este era pleito para el Seor Abad. Son genios iguales mi hermano y el Mayorazgo. Pues mismamente! A un fiero, otro fiero. De un acaloro entre hombres, hasta puede sobrevenir un patbulo. Si as se considera!... Yo creo que me oir el viejo Montenegro. Para mi cuenta era mejor no haber venido, y esperar una virazn. Pero en el nterin no puedo dejar a mi sobrina bajo estas tejas. Ni por mala ni por buenas entrega la paloma el Mayorazgo. Como a hija la tiene! La ley me ampara. Se re de leyes el Vinculero. Jess, mil veces!

SABELITA aparece por la sombra de los limoneros. Canta la nota popular y dramtica del hbito morado, en la penumbra verde. Tiene la nia esa expresin triste que tienen las dalias en los floreros. Viendo a la duea pilonga, corre a ella. SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA Ocurre algo, mi ta? Nada sabes? Nada! Te mand un aviso. Pues no ha llegado. Vengo para llevarte. Disponte. Qu sucede? A tu to, cuando iba a encomendar un alma, se le opuso como un ngel rebelde el malvado Carita de Plata. Santsimo Seor! Y vengo para llevarte. Mi padrino lo sabe? Si lo sabe y lo consiente vamos a ponerlo de manifiesto. El to cmo queda?

DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA

Hubo precisin de sangrarlo. Ay Dios! Y me llevan para siempre? Para siempre ser, si t padrino no contralleva la mala accin de ese Barrabs. Cara de Plata!... Vena de loco! Alma de trueno! Un condenado! No es malo, aunque lo parece. Un rprobo! Escuche mi ta: No se entreviste con el padrino. Qu recelas? Vulvase a la rectoral. Y t conmigo. Tenga espera, mi ta. No me lleve! Ya ests llorando! Guardas a los tuyos menos ley que a estos Judas! Me criaron! Reblate contra tu sangre! Qudate! No me rebelo! Jess, mil veces! Seca esas lgrimas, no quiero verlas! Acaso... No s... Cara de Plata, si yo le hablase... Porque l no es malo. Perverso! Pero cmo le hablo? Jess, mil veces! Responde, nia, qu media entre vosotros? Nada! No es tu cortejo? Inventos! Lo juraras? Para qu me pregunta, si luego no me cree? Y el propsito de mediar con ese descomulgado, qu representa? Una idea que me acudi. Tendr algn fundamento. Que desagraviase al to. Esa esperanza tienes? No s. Tanto es tu influjo sobre ese Satans? Pobre de m! Me acudi esa idea. Sin fundamento? Sin fundamento. Hazle la cruz, nia! Hazle para siempre la cruz a ese malvado, y lo que tengas en el corazn sepltalo bajo siete estados de tierra! Disponte a seguirme. Ay, mi ta, tenga espera! Y t miramiento! Todo puede arreglarse. A eso vengo. Dnde mora tu padrino? Ay, mi ta, no le hable, no le vea! Qu temes? Su genio altivo! No me sobresaltes! Mi padrino es un rey! Pues yo ser una reina. Me ver con ese lobo cano, para saber si ampara la mala accin de su lobezno. Ay, mi ta, si est por llevarme, llveme sin que me vea! Sin que lo sepa!

DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA

Jess, mil veces! Pronto mudaste! Declara tu recelo! Pudiera oponerse! La ley me ampara! Me ver con tu padrino, y a sus palabras correspondern mis procederes. El padrino! Djale llegar. No cuestione, mi ta. Ponte a mi vera.

EL MAYORAZGO, al salir por la puerta de su torre, se ha detenido en la gran sombra de piedra. BLAS DE MIGUEZ, el sacristn, salta y gime al flanco del linajudo, que le prende de una oreja con mofa feudal, cercado de perdigueros y galgos. EL CABALLERO EL SACRISTAN DOA JEROMITA EL SACRISTAN DOA JEROMITA EL SACRISTAN SABELITA EL SACRISTAN EL CABALLERO DOA JEROMITA EL SACRISTAN EL CABALLERO EL SACRISTAN EL CABALLERO EL SACRISTAN Este chupacirios me ha trado una embajada. Por tu santo servicio lo hice, Jess Crucificado! Entrometimientos, Blas! Ay, que me rachan la ropa los canes! Por tener el pico largo. Quise evitar una guerra civil! Ay, que la ropa los canes me rachan! Sultele, padrino, que est espantado! Ay, mi ropa rachada! Calla, maldito, que an no te llegan a las carnes! Jess, mil veces! Ms me duele la ropa que las carnes! Eres un filsofo. Un pobre desamparado! Entra en la cocina y amprate con un jarro de vino. Ay, mi ropa rachada!

EL SACRISTAN, renqueando, ntrase por el enlosado zagun, y en la sombra sonora del arco, re con su ruda risa feudal el viejo MONTENEGRO. DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO Qu genio fantico! Cmo queda mi amigo el clrigo? Con arrebato de sangre, pienso que lo sabe. Siempre ha sido en la mesa un templario. Jess, mil veces! Otra causa motiva su achaque, y es el oprobio que le hizo un vstago de esta casa. Ya conozco ese pleito. Y cmo lo sentencia? No puedo romper la vara de juez que me ha puesto en la mano el Diablo! Jess, mil veces! No puedo dar ese mal ejemplo en mi casa. Y da otros peores. Conforme! Pero ste no puedo darlo. Jess, mil veces! Quiere decirse que sostiene la hereja de su rapaz? Estoy obligado. Sabe bien lo que hizo? Y lo lamento. Entonces por qu lo sostiene y rompe as las amistades? Yo no las rompo! Pero tengo que llevar recta mi vara. Tarde o temprano habr de doblarla. No lo esperes. Conozco el propsito que traes. S a lo que vienes.

DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO DOA JEROMITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO

Y qu dice? Nada! Algo dir! Nada! No extraar que le reclame la oveja de mi corte! No lo extrao. No se opondr a entregrmela? No me opongo! Puestas en discordia las familias, hasta por miramiento me cumple reclamar la sobrina. No lo estima de esa conformidad? Un rayo te parta! Jess, mil veces! Adis, piedras de Lantan! Seca prontamente esas lgrimas! No llores, nia. T volvers, que el tiempo es mudanza. Y muerte tambin. Tambin. Y castigo. Acaso! Acrcate, ahijada. Bsale la mano a tu padrino, y vamos caminando. No llores, nia! Comprende que no puedo torcer mi vara. No la tuerza. Adis para siempre, padrino! Para siempre, no. T volvers. Quin sabe! Si Dios no lo quiere, lo querr el Diablo!

BLAS DE MIGUEZ sale por la puerta de la torre con un jarro de vino, borracho y bailando. La vieja pilonga se espanta en el ruedo de su falda, y renueva la risa el viejo linajudo, mientras halaga blandamente la cabeza de la nia, que se arrodilla para besarle la mano. En la penumbra verde de los limoneros, la nota morada es un grito dramtico.

JORNADA SEGUNDAESCENA PRIMERAViana del Prior: fue villa de seoro, como lo declaran sus piedras insignes. Est llena de prestigio la ruda sonoridad de sus atrios y quintanas. Tiene su crnica en piedras sonoras, candoroso romance de rapias feudales y banderas de gremios rebeldes, frente a condes y mitrados. Viejas casonas, viejos linajes, pergaminos viejos, escudos en arcos, pregonan las gticas fbulas de la Armera Galaica. Viana del Prior! Feria renombrada en la Octava del Corpus. Nunca faltan lusos y castellanos. Un campo verde con robledo. Velarios. Gento. Ganados. Vistosos tendales. Portugueses talabartes, jalmas zamoranas, pardas estameas. En las bayetas de los refajos cantan amarillos, verdes y granas. El azul en las calzas y en los recortes del sayo. Tenderetes de espejillos, navajas y sartales, fulgen al sol, y bajan en dos carreros por la cuesta enlosada con prosapia romana, y aun trasponen el arco que comunica la iglesia de un convento y un palacio. Bajo grandes parasoles tienen el tabanque tunos buhoneros que el barato y la suerte pregonan, y con arte gitana engaan a los maravillados aldeanos. Ciegos y lazarillos cantan sus romances. UN PREGON OTRO OTRO EL MARAGATO PICHONA LA BISBISERA El Ciprianillo! Libro para toda casa y persona! Sanguijuelas de la Limia! Sanguijuelas! El zamorano! Lienzos y mantas! Mal rayo te parta, Lucero! Soo!... A cuarto la suerte! Rosarios, naipes, verduguillos, alfileres! A cuarto rabelo!

Frente al mesn, un labriego cetrino y endrino, con hbito de ermitao, salmodia la confesin de su vida, si ahora penitente, antes disipada. Pecado, sangre y candor de milagro. EL PENITENTE PICHONA LA BISBISERA EL CIEGO DE GONDAR Mirad aqu el ejemplo de un calificado pecador, que por seales y presagios fue amonestado para que se apartase de la vida de juego y mujeres! Agua de rosas para los ojos! Petaquillas del presidio de Ceuta! A la rueda del biribis, que a todos contenta! Amigos, ya desconocis a Pichona la Bisbisera! A cuarto la suerte! A cartio rabelo! Se cansa la boca de cantar! Se cansa el pie de bailar! Se cansa el hombre de picar en la misma mujer! Y los ojos nunca cansos en su aquel de mirar y contemplar!

Sonora de feudo y espuela una tropa de seis jinetes, galanes achalanados, entra por la quintana y a la puerta del mesn descabalga. Son CARA DE PLATA y sus hermanos, DON PEDRO, DON ROSENDO, DON MAURO, DON GONZALO y DON FARRUQUIO, el menor de los seis, que luce tricornio y beca, perdurables divisas de los colegiales en el seminario de Viana del Prior. Con las varas golpean la puerta, y reclaman al mesonero. Acude la coima. LA COIMA Qu se ofrece?

CARA DE PLATA LA COIMA DON PEDRITO LA COIMA DON MAURO LA COIMA DON ROSENDO EL MARAGATO DON PEDRITO EL MARAGATO DON FARRUQUIO

CARA DE PLATA

Apronta un jarro. Del Rivero o de la tierra? Sea moro, y sea del infierno. Todo l es moro. Un jarro de cada cual, Marela! Don Mauro fall el pleito. Sobra el de la tierra donde est el Rivero! Buenos mostos, en Castilla! A los mostos castellanos los mata el gusto a la corambre. No lo cuento yo como tacha. Cada vino reclama su sacramento. Rueda blanco, propio para acompaar una tortilla de chorizos. Espadeiro de Salns, bueno para refrescar en el monte, o en una romera o en un juego de bolos. Rivero de Avia, para las empanadas de lamprea y las magras de Lugo. Cada vino tiene su correspondencia en la vida, igual que todas las cosas. El mundo es armona y concierto pitagrico. Y nadie me rebata si no est ordenado de telogo! Cmo se conoce que andas entre abades!

FUSO NEGRO, con su media sotana hecha jirones, al sol una nalga y el bonete lleno de guijarros, blasfema y dogmatiza en el atrio de la iglesia. FUSO NEGRO EL CIEGO DE GONDAR El mundo est para acabarse. Talmente finalizado! Para qu mudar de costumbres y echarse nuevos cargos? Pero me hacan obispo! Hay pocos telogos, y los pocos que hay, amancebados. Se cansa la boca de comer! Se cansa el cuerpo de dormir! Solamente los ojos no son cansos en su aquel de mirar!

DON MAURO MONTENEGRO, un gigante bermejo y atrabiliario, sale del mesn contando dineros. Para abravar su figura se conciertan pica vaquera, espuelas y galgos. DON FARRUQUIO DON MAURO CARA DE PLATA DON MAURO CARA DE PLATA DON MAURO CARA DE PLATA DON FARRUQUIO EL MARAGATO DON FARRUQUIO DON PEDRITO EL MARAGATO CARA DE PLATA DON PEDRITO PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA Hay juego dentro? Un burlote. Quin tira? El abad de Lantan. Voy a coparle. T le has hecho volver del camino, pero no le hars tirar una sota cargada. Voy a coparle. Es un taumaturgo barajando. Juega leal, pero la suerte le favorece. Tira siempre la descargada con dialctica escolstica. Supiera Teologa como sabe amarrarlas... No lo he visto, y estuve reparndole como barajaba. Voy a coparle! Todos levantamos una parte. Es dinero de mi padre. Seor Carita de Plata, mrqueme alguna cosa. Esta gargantilla, que no le faltar a quien regalarla. Para ti es, y no te la pago.

Con las tazas del vino en la mano, penetra en el mesn la tropa de MONTENEGRO. CARA DE PLATA queda un momento suspenso en la puerta, oyendo al mozo penitente y al maragato. PENITENTE Del demonio revestido, dej la casa de mis padres y sal a correr mundo. Me junt con malas compaas. Llev el juego fullero por las

EL MARAGATO PENITENTE CARA DE PLATA PENITENTE CARA DE PLATA PENITENTE

CARA DE PLATA PENITENTE CARA DE PLATA

ferias, y con una mujer de mala vida pas mis escndalos. Por muchos caminos fui llamado! Por muchos signos amonestado! Anda, aparenta cuentos, que con la industria del hbito holgazaneas, y de engaos vives como el Real Gobierno! Hago penitencia por mi salvacin. De qu eres reo? De muerte. Peor que Can! Tuve el hacha suspendida sobre la cabeza de mi padre! Mataste a tu padre? Espantado de verme, cay fulminado. Mat a mi padre con el aire del hacha! Bast mi saa para matarle! Me criaron mis padres con el vicio del hijo nico, donde fue la mayor causa de mi perdicin. Sal a mozo desenfrenado. Cmo te llamas? Maldito me llamo! Mala intencin! Mal pensamiento! Negro Infierno! Reo de Satans! Embustero.

Gracioso en el desagravio, deja una moneda de plata en la mano del pordiosero, al tiempo que la palabra en el aire. Y entra por el mesn con gentiles pasos, llevndose al hombro las jalmas del caballo. FUSO NEGRO Celos con rabia a la puerta de la casa. Matas a tu padre y libras del verdugo. Touporroutou! Ese s que es milagro del diablo. Tenis conocimiento? Bueno! Te saludas con ese sujeto? Ahora est publicado su gobierno sobre el mundo. El clero lo pasar mal, y las putas beatas, todas en camisa irn a una hoguera. Si no repelan al Diablo! Sabes quin soy? Los estudios que tengo? Te pones conmigo? No te pongas que saldrs perdiendo! Todo anda mal! El mundo visto es como est descaminado. Entre un viernes y martes se escachiza en mil pedazos. El Ciprianillo! Libro para toda casa y persona! Sanguijuelas de la Limia! Sanguijuelas! Agua de rosas para los ojos! Petaquillas del presidio de Ceuta! A la rueda de la biribis que a todos contenta! A cuarto la suerte! A cartio rabelo!

EL MARAGATO FUSO NEGRO

UN PREGON OTRO PICHONA LA BISBISERA

ESCENA SEGUNDAUn huerto con parral, a espaldas de la venta. Trajinantes, arrieros, maragatos, chalanes y rufos clrigos, en una rinconada, tiran al naipe, el juego clsico de las ferias espaolas, gallos y albures que dicen los doctos. EL ABAD DE LANTAON EL INDIANO UN CHALAN DON FARRUQUIO PEDRO ABUIN DON FARRUQUIO PEDRO ABUIN DON FARRUQUIO As en puerta! Horita quebr juego. Se daban judas. No he visto eso! Quin tena el corte? Yo lo tena. Qu se ofrece? Benditas tus manos! Gana usted? Indulgencias!

El Abad, lento y socarrn, apila los dineros, peina el naipe y lo pone al corte. DON MAURO tiende su brazo de gigante, y el clerigote queda mirndole, con la mano sobre las cartas. EL ABAD EL CAPELLAN EL INDIANO EL VIEJO DE CURES Lo tiene pedido el capelln de Lesn. Se lo cedo a Don Mauro. Qu jueguecito, ch! Recin quebr con el rey! Cabrn! Ya lo dijo el refranero: Con maricones y putas, no te metas en disputas. Por sota y rey nunca jures, ni tu dinero aventures.

DON MAURO, soberbio y callado, asesta los ojos sobre el naipe y juega su dinero en un rey. EL ABAD acastillado y enjuto, la nariz torcida, la boca dibujada como una boca de piedra, corre la pinta y oficia dramtico y lento. DON MAURO DON FARRUQUIO DON MAURO CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD Me quedo a la luna si ese rey me falla. Que te falla! Pues en l voy. Qu hay en el monte, Seor Abad? Desalmado! A cunto sube? No respondo a preguntas impertinentes.

EL ABAD habla oscuro, entornando los ojos. Tiene vuelta sobre el tapete la baraja, y encima cruzadas las dos manos. CARA DE PLATA sonre, rubio y bello, apoyado en la pica vaquera, al hombro las jalmas cantndole alegres. CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA Seor Abad, con lo que yo le quiero! Tengo los ejemplos! Dgalo el venir a dejarle las vacas paternas. Treinta onzas portuguesas. Ests demente. Quiero que tenga usted de m un buen recuerdo. Desalmado! Va usted a ganarme las treinta portuguesas? Yo se las juego.

Audaz y alegre, el hermoso segundn arroja sobre la mesa una bolsa sonora de oro. El tonsurado la sopesa. EL ABAD CARA DE PLATA Estn aqu? Contarlas puede.

EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA DON MAURO EL ABAD EL INDIANO CARA DE PLATA DON MAURO CARA DE PLATA EL ABAD DON FARRUQUIO CARA DE PLATA EL ABAD DON MAURO EL ABAD DON MAURO

No te admito la jugada. Tienes la leche en los labios. No es la edad lo que se tercia. Rprobo! Tire usted. Voy a complacerte. Las treinta onzas en la doble, matando la pinta de espadas. Mi carta es el rey. Juego! Rey en puerta. Estaba oyndonos el pendejo. Palo de espadas. No pierdo ni gano. Sigo en iguales jugando el blanquillo. Recuerda al orculo de Cures: Con maricones y putas no te metas a disputas. All veremos. An ests a tiempo de retirarte. Ctalo visto! El rey de copas. Esa maldita baraja no tiene ms que reyes. Advertido estabas. No dirs que te robo los dineros... Quien eso dice soy yo. Tiene usted la baraja amarrada y tira el pego. Insolente atrabiliario! Ladrn!

El rojo gigante levanta la bolsa de las treinta portuguesas, y la rueda de jugadores se apasiona y revuelve. Tiene un acento dramtico, una ruda correspondencia de voces y ademanes. El tonsurado saca un pistoln. CARA DE PLATA se interpone y arrebata a su hermano la bolsa. CARA DE PLATA DON MAURO EL ABAD DON MAURO EL ABAD Gan el Abad. Con trampa. Goliat, que te abraso. Tahr! Judas!

DON MAURO restalla su vara. El fogonazo de un tiro, charamuscas del taco, olor de plvora, ladridos, denuestos, espantos. DON MAURO pelea por desasirse entre clerigotes y chalanes que le amonestan y traban. EL ABAD con la sotana rota y la pistola humeante, caminando de espalda, pega con la puerta del huerto y escapa. Repentinamente se aclara el tropel. CARA DE PLATA tiene en la frente el rasguo rojo de una bala, y todo un lado del rostro, negro del fogonazo. Se lava con vino, y sus hermanos, con sorda brama, hacen rueda mirndole.

ESCENA TERCERALa verde quintana de San Clemente de Lantan, con la rectoral al flanco, y su ABAD negro y escueto, que despide a tres viejos ceremoniosos sobre la solana de dorados sillares, regalada y monstica. Capas largas, varas y monteras, los tres viejos se vuelven con un mismo comps y hacen su genuflexin en la verde Quintana. EL ABAD SEBASTIAN DE XOGAS EL VIEJO DE CURES EL DIACONO DE LESON EL ABAD EL VIEJO DE CURES EL ABAD EL DIACONO DE LESON EL ABAD SEBASTIAN DE XOGAS EL DIACONO DE LESON EL VIEJO DE CURES EL DIACONO DE LESON EL VIEJO DE CURES EL ABAD SEBASTIAN DE XOGAS EL DIACONO DE LESON SEBASTIAN DE XOGAS EL VIEJO DE CURES SEBASTIAN DE XOGAS EL DIACONO DE LESON Dios os acompae! Con saludia se mantenga! Y el Rey del Cielo nos libre a todos de colricos y soberbios! Faltan leyes! Y sobran malos jueces. Y con ser tan malos, a cuntos pcaros no mandan a la horca! Dejemos el renegar de jueces y sentencias para aquel que no labra un mal ferrado de pan. Caso de ser llamados a declaraciones... Que no lo seremos... Si el caso llega... Si llega... Ninguna cosa hemos presenciado! Por mi parte, a lo menos, nada he visto! Ni tampoco se pas cosa que pudiramos ver! Esa es la mxima: Ninguna cosa sabemos, ni hemos visto cosa ninguna. Con declarar la verdad, no hay pleito. Escribanos y alguaciles no quiero que por la puerta me vengan. La Curia es la peor ralea. Va la ley do quiere el Rey. Y gobierna el de oros. En el da se llama rey la moneda. Abade, con Dios le dejamos! Celebrando no pase el caso a papeles! Montenegros! Brbaros selvticos!

Se alejan con esta pltica dorada de latn, como las piedras de la quintana. Ya son idos, y grazna EL SACRISTAN, que hace la corneja, acechando el ocaso en el arco de las campanas. EL SACRISTAN EL ABAD EL SACRISTAN EL ABAD El tiempo no tiene duda! Aquellas nubes... Aquellas se van. Tiempo bueno y seguro. Baja a ponerme sanguijuelas, Blas.

La hermana y la sobrina del clrigo mueven el huso, y en banquillos parejos, sentadas frente a frente, ocupan el quicio de una puerta y gozan de la solana. DOA JEROMITA SABELITA EL ABAD EL SACRISTAN DOA JEROMITA Mala ganancia nos trae ese Lucifer! Alma de trueno! Baja, Blas! De cabeza bajo! Sabelita, carabel hermoso, maana cuadra la Misa en San Martio. Mientras queda un rabo de tarde, quieres llegarte, paloma, a poner paos en el altar y renovar la cera? Tambin la cera?

EL SACRISTAN DOA JEROMITA SABELITA DOA JEROMITA

Se va con el aire. Aire excomulgado, que siempre derramas la vela y nunca jams la apagas! Dnde guardan ahora la cera? En el arca de las tas Pedrayes.

EL ABAD pasea de un lado al otro, barullando latn sobre el breviario, negro y escueto en la sotana. Cruza la sobrina con el manojo de cera terciado en los brazos, al abrigo de la mantilla. EL ABAD SABELITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA Adnde vas? A Freyres. No te coja la noche. Date prisa. Me arranco el alzacuello si no le pongo la ceniza en la frente a esa casta soberbia! No se acalore, hermano. Llevaba el libro de rezos para encomendar un alma, y poda haber llevado la Eucarista! Qu espanto! Y qu sacrilegio! Montenegros! Almas negras! Pedernales!

BLAS DE MIGUEZ sale por la puerta de la sacrista sonando un llavero. BLAS DE MIGUEZ, hombre de cuentos y mentiras, la cara de sebo rancio, la boca larga, la enca sin dientes, muy repelado de las cejas, los ojos tiernos, un gran bellaco aquel sacristn de San Clemente. Sobre la escalera de la solana, el tonsurado le recoge las llaves. EL SACRISTAN EL ABAD EL SACRISTAN EL ABAD EL SACRISTAN EL ABAD DOA JEROMITA Montenegros! Lobos fieros! Yo lo soy ms! Mucho hay que serlo! Al cabo humillarn la cabeza, y si no la humillan, condenados al infierno. Ya lo estn. Lo estaran con dobles cadenas. Cadenas de llamas y de serpientes!

De cara a la iglesia, un jinete viene galopando. Resalta por negro sobre el sol poniente. DOA JEROMITA, alzndose del banquillo, con los brazos en aspa, cacarea una escala de espantos. DOA JEROMITA EL ABAD EL SACRISTAN DOA JEROMITA EL SACRISTAN El malvado! Busca que me pierda! Tres noches llevo soando con jureles asados! Y la sobrina sin recogerse. A prevenirla me alargo.

EL SACRISTAN, arraposado y medroso, salta por el muro al camino, la cabeza vuelta para inquirir lo que se pasa en la quintana. Torcido el bonete, escueto y ensotanado, el clrigo se mete por una puerta, y asoma, apuntando con el trabuco, en el ventano del fayado. EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA Soberbio Absaln, sigue tu camino. Mira que te encaono y te mando al infierno! Seor Abad, que vengo de paces! Rprobo! No hay paces con mala conciencia. Que le traigo la bolsa con los treinta dineros!

EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA DOA JEROMITA CARA DE PLATA EL ABAD CARA DE PLATA

Alguna perversa intencin encubres. Hacer mritos para ganar el cielo. Seor Abad, baje el trabuco y tenga las treinta portuguesas. No las quiero! Gurdalas y con ellas te condenes! Seor Abad, no maldiga y demos por muerto el pleito! Ese manso hablar no te sale del corazn! De tus intenciones reniego! Seor Abad, reciba su ganancia y convide con un jarro de vino! Vete de nuestra puerta, Satans! Arrdrate, enemigo malo, que te haces el humilde para robar la flor de una doncella! Vete de aqu! Espntate! No tientes la virtud, Satans! Un rayo me parta si no entro en la casa y me llevo en el caballo la prenda que me niega! Soberbio Tarquino, sigue vereda y no busques que te mate! Seor Abad, que le parta un rayo! Ah va la bolsa. Una! Dos! Tres!

Levantado en los estribos, el hermoso segundn revuelve el brazo y arroja la bolsa al ventano donde asoma el cornudo bonete. Como un pjaro negro va la bolsa por el cielo nocturno, y el tonsurado la recoge con hosco bramido, sacando fuera los brazos de sombra. EL ABAD Vuelve soberbio! Toma tu bolsa! Si eres altivo, yo lo soy ms! No vuelves? Al camino la tiro! Al camino va! En el camino se queda! Vuelve a recogerla, brbaro! Diez mil reales! As te condenes, verdugo! El mundo se acaba!

DOA JEROMITA

EL ABAD, palpitando con ronca brama, arroja la bolsa al camino, por donde, al galope de su caballo, se aleja CARA DE PLATA. DOA JEROMITA cae de rodillas abriendo los brazos, y el bonete espanta sus cuatro cuernos en el ventanuco.

ESCENA CUARTAHuerto de luceros la tarde, y entre cuatro cipreses negros, las piedras romnicas de San Martio de Freyres. Son remotas lumbres las cimas de los montes, y las faldas sinfnicas violetas. Pasa el rezo del viento por los maizales ya nocturnos, y se estn transportando a la clave del morado los caminos que an son al crepsculo almagres y cadmios. San Martio de Freyres, por la virtud crepuscular, acendra su karma de suplicaciones, milagros y cirios de muerte. Manos de mujer encienden la lmpara del presbiterio. Vuela asustada una lechuza. SABELITA, en sombra, aparece bajo la lmpara, y en la puerta, refrenando el caballo, CARA DE PLATA. CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA CARA DE PLATA SABELITA Isabel! No me hables! Levanta los ojos para mi. No quiero mirarte. Tanto me aborreces? Espanto me das! Sabes de dnde vengo? De alguna obra mala. De brindarle las paces a tu to. Eres t muy soberbio para ello. Soy ms enamorado. Tarde del amor acordaste! Y mi to, a tus paces, qu ha respondido? El trabuco sac de la sotana como si fuese un Santo Cristo. Lstima no haberte matado! Por qu quieres vestirte de luto? Me vestira de grana! Embustera! Isabel, bodas sellan paces! Las cruces te hago! Por el asilo de la iglesia no te prendo ahora por la cintura y te llevo robada sobre mi caballo! Pirata! Isabel, adis! Adis, Carita de Plata!

Entra FUSO NEGRO, con el bonete lleno de piedras, por la puerta de la sacrista, y se extingue el sonoro galope con que se aleja CARA DE PLATA. FUSO NEGRO Touporroutou! Juntando para una casa. No bastan siete mil bonetes! No bastan! Si bastasen! Tengo que hacerme la casa, y prontamente: Me viene una moza embarcada de Amrica. Touporroutou! La tengo preada! An no la he visto y trabajo todas las noches con ella. Pecamos a las escuras. Hay que pecar! El que no peca se condena! Respeta la Iglesia, Fuso Negro. Ya la respeto. Espera que tenga la casa levantada, y nos ajuntamos. Touporroutou! A la otra tengo preada: Trae en el bandullo treinta y siete varones y treinta y siete hembras. Esta noche voy en el caballo del viento, trabajo contigo y a ella la degello. Fuso Negro, no me asustes! Qu quieres aqu? Mirarte. Vete!

SABELITA FUSO NEGRO

SABELITA FUSO NEGRO SABELITA

FUSO NEGRO SABELITA FUSO NEGRO SABELITA FUSO NEGRO SABELITA FUSO NEGRO

SABELITA FUSO NEGRO SABELITA FUSO NEGRO SABELITA FUSO NEGRO SABELITA FUSO NEGRO

Me das para un vaso? Vete! Si no me das para un vaso, ensame las piernas. No me asustes, Fuso Negro! Touporroutou! Ay, canela! Dame para un vaso! No tengo. Qu buena idea, de mala idea, soltar el vino todo que hay en el mundo, todo a correr en una fuente de cien mil tornos! Qu idea ms buena! Y que las vacas, en vez de bostas, vertiesen panes por bajo del rabo! Otra buena idea! Pero de mrito! Todo anda mal. El mundo va descaminado. Yo s el remedio, y otros lo saben: Ninguno lo declara. Al primero que hable, cuatro tiros, mandamiento del cabrn Gobierno. Satans poda gobernar el mundo a satisfaccin de unos y otros. Touporroutou! Siendo, como es, tan lagarto, poda darse con todos la lengua. Respeta la Iglesia! Vete que me asustas, Fuso Negro! Reinando Satans, las mujeres andaran en cueros. De punta de viernes a punta de viernes, beber y comer con fornicamento. Mal gobernado, el mundo, sera algo de mrito. Cara bonita, amustrame las piernas! Vete! No quiero. Vete, o doy voces! Amustrame las piernas, puela! No me asustes, Fuso Negro! Touporroutou! Qu blanca eres! Dame una vicada, concho! Madre Santsima, que virgo tienes!

En el romnico prtico, bajo los santos de piedra, el flico triunfo, la risa en baladros, los ojos en lumbre, la grea frentica. SABELITA, con un grito, invoca al lejano caminante de los caminos crepusculares. SABELITA FUSO NEGRO SABELITA Socorro! Concho, que te como la lengua. Socorro!

Imprecador y violento, por el muro del atrio salta impensadamente un negro jinete, y el loco se revuelve bajo las herraduras, greudo y espantable, como los moros del Seor Santiago. Despus, convulsa y blanca, levantada en el arzn, la nia desmaya la frente sobre el hombro del CABALLERO. SABELITA EL CABALLERO SABELITA Padrino, adnde me lleva? Conmigo para siempre! Para siempre!...

En el camino, una vieja halduda se aparta casi bajo las patas del caballo, y se hace la cruz.

ESCENA QUINTAVentorrillo sobre un ribazo atalayando el mar y los faros lejanos, que se encienden y se apagan con el ritmo de las estrellas. Ventorrillo de Ludovina. Medio postigo alcahuete entorna sobre el camino la luz del zagun tabernero. Un quinqu de latn, rajado el tubo y el cuerno de la luz amarillo y negro, alumbra colgado sobre el mostrador que rezuma olores de vino y aguardiente. Detrs, pueblan el srdido anaquel velas de sebo y serones de higos, botillera, especies y tachuelas. LUDOVINA dormita tras el mostrador, con el gato en la falda. Resuena a lo lejos por el camino el paso de un caballo. PICHONA LA BISBISERA saca la cabeza y el hombro desnudo, por la cortinilla gaitera de una puerta muy pequea con tres escalones de cadalso. Salt el gato del regazo de LUDOVINA. PICHONA se oculta y cierra. En el camino est un jinete. LUDOVINA abre los ojos nublados de sueo, y se mete por la puerta de la taberna CARA DE PLATA. El hermoso segundn, plido, adementado y bello, encorvado sobre la silla an tocaba el techo con la cabeza. LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA Madre Santsima! Un vaso de aguardiente. As me entierren, si al entrar le reconoc! As te entierren! Y la nube de los otros truenos, por dnde rueda? No s. Tienen encargada una empanada. Con ella revienten! Si piensa demorar, ate la bestia fuera. Est sudada. Tengo que cerrar. Imponen ese miramiento unos que arriba tienen la jugueta. Usted no es amigo de probar la suerte? Otra copa. Si en amores es afortunado, no lo ser en el juego. Llevo conmigo la negra! Refrene la bestia, conia! Si se le espanta, me hace cachizas el furricallo. Probablemente. Quin re tras esa puerta? Quien tiene boca. Es una mujer? No la vi en cueros. Por qu se esconde? Ser recelo. Es algn virgo? Seor Carita de Plata, los virgos y el buen vino se acabaron en este quintero! Llname la copa. Van tres. No le da vueltas la cabeza? El mundo me da vueltas! Llname la copa. No se la lleno. Me est molestando esa cortinilla alcahueta! No la mire.

CARA DE PLATA LUDOVINA CARA DE PLATA LUDOVINA

Quin est dentro? Un escorpin. Voy a sacarlo de las orejas. Madre Santsima, balda y tulle a ste ante Cristo!

CARA DE PLATA vuelve en corveta el caballo. Lucen un momento las herraduras en la sombra del zagun, y sonoras y brbaras caen sobre la escalerilla de cadalso. PICHONA, en justillo y zagalejo, sale por un lado de la cortinilla. Sobre los hombros desnudos, ncares y leche, tuerce el pico una paoleta. PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA LUDOVINA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA LUDOVINA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA Qu se ofrece? Verte la cara. Poco que ver tiene. Hace ms dao que una nube de piedra! Ven a beber una copa, Pichona. Dispnseme. Bebe, o te bautizo. Est bueno! No se enfade, Seor Carita de Plata! Venga la copa! A la salud de usted y del amor que tiene oculto. No es amor. Sern celos! Otras copas, Ludovina. Para usted solamente. Y para ti. Yo ms no bebo. Bebe! Ya la cabeza me da vueltas. Bebe! T qu dices de la fuerza que me hacen, Ludovina? Que bebas y que te alegres! Buena ayuda me prestas contra este rey moro. Esta noche vas a bailar en camisa. En todo sale usted Montenegro! Bebe! Por complacerle. Es divertida tu vida, Pichona? Correr caminos! Divertida conforme al pensamiento que cada uno lleve. Qu pensamiento es el tuyo? No mirar atrs, Seor Carita de Plata, y tener en el bolsillo una peseta. Quieres que nos juntemos para correr mundo? An cuando le parezca mentira, alguno me lo tiene propuesto. Alguno que no hablaba de burlas! Decdete, y llevamos juntos el boliche. Va usted a poner mucho dinero? El que t me prestes. Entonces qu me trae! Mi buena compaa. Ay, qu divertido! Doy lo que tengo! Y lo recibo mejor que una lotera. Te pasear por las ferias a la grupa de mi caballo. Yo no soy mujer para ir a su lado.

LUDOVINA tras el mostrador cabecea, y en el ruedo de la falda, el gato con los ojos en ciernes, sopla un ronquido sobre los bigotes. PICHONA re con lumbres en el rostro, y ajusta sobre los hombros la paoleta. CARA DE PLATA le hunde una mano en los pechos. LUDOVINA, restregndose los ojos, se mete por una puerta. CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA Para qu eres t mujer? No comience! Estn duros. Djelos. Para qu eres t mujer? Puede comprenderlo. Pues no lo comprendo. Soy mujer habiendo inters, para que me visite un da, y un ao, si le dura tanto. Para gastarme contigo una onza, si la tengo. Pero que lo publiques, no lo apruebo. Por qu te escondiste cundo entr? Por no cegar. Dame un beso. Aqu, no. En mi buratia de Cures. Si va alguna vez, pondr para recibirlo sbanas con puntillas. No te vas sin bailar un fandango. Aqu es pecado. Ludovina, otras copas para que sta baile. Seor Carita de Plata, no me haga beber, que con el sol de todo el da, ya tengo loca la cabeza. Bebe para bailar. Bailar si eso le contenta. Nada me contenta. Tesorn! Que te lleve el diablo!

CARA DE PLATA, encorvndose sobre la silla, de un bote sale al camino y desaparece en la noche. PICHONA y LUDOVINA, que vuelve, se miran y sonren con el gesto pcaro de un mismo pensar secreto. PICHONA LA BISBISERA LUDOVINA PICHONA LA BISBISERA LUDOVINA PICHONA LA BISBISERA LUDOVINA PICHONA LA BISBISERA LUDOVINA PICHONA LA BISBISERA Me voy, que an llego con luna a mi burata de Cures. Quin te espera? El gato me espera. No me contaste si haba estado rumboso el Indiano. Un machacante! Muchos iguales! Condenado beato, qu miedo tiene a la muerte! Vir la color de la cera por que le sealaba el tres de copas contrapuesto con el siete, que son mdicos. Le has ledo las cartas? Quiso que se las leyese.

Se iba PICHONA. Hablaba ya encapuchada con el mantelo. Cubre el luar de la puerta su figura negra. Y al pisar el umbral, se espanta. Por el camino, en una rfaga de violencia, ha cruzado un jinete, una negra centella que hace santiguar a la moza del biribis. LUDOVINA PICHONA LA BISBISERA LUDOVINA Pichoneta, va desbocado el caballo! Lo parece! Todo el camino es lumbres! Quin va montado?

PICHONA LA BISBISERA LUDOVINA PICHONA LA BISBISERA LUDOVINA PICHONA LA BISBISERA LUDOVINA PICHONA LA BISBISERA

Un hombre con una mujer desmayada! Madre de Dios! Arrenegado sea el pecado! A ninguno reconociste? No quiero condenarme. El Vinculero me ha parecido. Viejo ms gallo! Si el padre y el hijo se encuentran!

ESCENA SEXTALa rectoral. A la luz de un veln, el zagun encalado y desguarnido, con arcas antaonas y negra viguera. Pasea el tonsurado: Trabuco, sotana, bonete. Los reflejos del veln llenan de aladas inquietudes las paredes, y en el temblor de la luz y a sombra se hace visible el viento sobre las lvidas cales. Colgado de un clava baila el solideo, y solfea sobre el arcn de los diezmos la cola de un perrillo que runfla y bosteza. La Quintana, silenciosa y nocharniega, se prolonga por el vano de la puerta, y en el claro de luna, con los brazos abiertos, se espanta la vieja pilonga hermana del ABAD. Estremece e viento la llama del veln, y calca su negro baile en la pared la borla del solideo. EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD DOA JEROMITA EL ABAD Vuelve ese Satans? El rabo! Un rayo le parta! Y la bolsa luciendo en el camino! Jess, mil veces! As se vea pidiendo limosna ese altanero! Hay otro que se pasa de altanero, y es usted, mi hermano! A mi me entierra! Se llevar la bolsa el primero que pase! La declara la luna malvada! Deja esos rezos y mtete adentro, que quiero echar la llave Luna sin ansias, ya podas esconderte en una nube negra! Luna cismtica! Calla con esos reniegos de bruja! Y sin pasar alma viviente! Jess, mil veces! Lo lamentas? Este sobresalto me acaba! Tantsimo dinero! Hermano, considere que condena su alma! Calla, serpiente! No le corresponde en justicia la bolsa? No se la dio el naipe? El naipe marcado! Se lleva de un escrpulo y por soberbio condena su alma. Es orgullo, el cadelo que le come! Acaso... Puesto en disputa no quiere que ninguno le supere. Hermano, haga cuenta de sus canas, y no tire el dinero como ese malvado sin aos! Tengo de superarle. Mtete adentro y no hablemos ms! Mteme! Pero me rebelo contra su dictado, y la bolsa recojo y la bolsa me guardo. De un trabucazo te doblo! Por un pique de orgullo sera asesino de su hermana! Me horrorizo! Entra y calla! Esto me entierra! Y a m! Pero no me vence ese Satans. Entra que quiero echar la llave.

DOA JEROMITA cae de rodillas suplicante, con los brazos abiertos bajo la luna clara. EL ABAD, negro y escueto, est en el umbral-. Bonete, trabuco, sotana-. La sombra parda de una vieja por el camino. LA VIEJA Sabelia! Sabel! Asmate un momento, paloma. No est Sabelia?

DOA JEROMITA LA VIEJA EL ABAD LA VIEJA DOA JEROMITA LA VIEJA DOA JEROMITA LA VIEJA DOA JEROMITA LA VIEJA DOA JEROMITA LA VIEJA

Qu enredo traes? No quiero cuentos a la oreja. Conozco tus malas artes. La madre bendita me valga, y no me pone de alcahueta! Por qu buscas a la rapaza? No la busco. Por ella llamabas. Llamaba para cerciorarme. De qu cerciorarte? De si la era o no la era. En el camino tuve el encuentro, y a carrerada me vine... Algn aguinaldo me dar. Tan siquiera un puo de harina para el caldo de la cena! Dnde dejas a la nia? Jess, mil veces! El mundo se acaba! No me sobresaltes. Responde! Con los aos, la vista muchas veces se engaa.

EL SACRISTAN, por una ruina de piedras calvas, salta el muro de la Quintana. Asustado y acezando aparece en la niebla lunar. EL SACRISTAN EL ABAD EL SACRISTAN DOA JEROMITA LA VIEJA DOA JEROMITA EL ABAD EL SACRISTAN LA VIEJA EL ABAD DOA JEROMITA EL SACRISTAN EL ABAD EL SACRISTAN EL ABAD DOA JEROMITA LA VIEJA EL ABAD DOA JEROMITA Anda suelto el pecado! Aquel negro sueo! La sartn rabela, jureles asados! Aquel negro sueo! La sobrina, dnde queda? Anda suelto el pecado! Arrebatada en su caballo se la lleva un negro Satans! Jess, mil veces! Sabelia en los brazos de aquel turqus, era una despeinada Madanela! La nia disoluta tenalo tramado! Me ceg la malvada! Qu hora negra! Desencadense el Infierno! Buen quiebra virgos es el diablo! La mala oveja esta noche vuelve a su corte: Arrastrada la traigo. Acompame, Blas! Y maana sepulta en un convento, hermano! Requies in pace! Qu camino llevaban esos criminales? Mis vientos son que se hallan en el Pazo. Vamos all! No se pierda, mi hermano! Inda se pudiera encontrar alguno con quien casarla! No habr para m un aguinaldo, Seor Abade? As la lengua se te caiga! La Virgen Santa! Hermano!... All!... La bolsa!... Esto me mata! Treinta portuguesas de mis entraas!

DOA JEROMITA abre los brazos para alcanzar el cielo, y con un grito traspasa el nocturno silencio de estrellas. En la niebla lunar, por el camino de plata, FUSO NEGRO. Touporroutou! Ha tropezado con la bolsa y escapa con ella. EL ABAD dispara su trabuco. Ladridos lejanos.

ESCENA SEPTIMANocturnos cantos ruanos, lejanas risas de foliadas, panderos, brincos y aturujos repenicados, tienen alertada en la cama a PICHONA LA BISBISERA. Los ojos brillantes y grandes, el fulvo cabello esparcido por la almohada, atenta al concierto, se desvela la moza andariega. Colgado en el rincn del horno alumbra un sainero candilejo, se agarima debajo una clueca, y en el crculo de la penumbra el gato abre el sacrilegio de sus ojos verdes. Resuena el paso de un caballo, suspira la moza, rebulle la clueca, se enarca el gato y se desvanece. Por la sombra del muro, lo anuncia la lumbre de los ojos verdes. Un golpe en la puerta. CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA Abre, Pichona! Estoy desnuda en la cama. Trabajo adelantado. Ay qu rey moro! Di quin eres? Harto lo sabes. De verdad te desconozco. Abre! Espera que me eche un refajo. No me hundas la puerta, tesorn!

Responde la risa impa de CARA DE PLATA. Cesan los golpes. PICHONA, apresurada y sin atarse las jaretas, levanta las trancas. Bajo la luna, el hermoso segundn tiene el caballo de las riendas en el camino solitario, con un fondo lejano de estrellas y panderos de foliada. PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA Ahora al darte la luna, tienes la cara propiamente de plata. Me esperabas? Casi te esperaba. Entra y toma mi cuerpo si lo quieres, pero no me maltrates, tesorn. Aparta!

CARA DE PLATA empuja a la moza y se mete por la puerta tirando de las riendas al caballo. Bufa el gato, cacarea la clueca, respinga el cuerno del candil, y el caballo se recoge y la enorme pupila espanta. PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA Dnde quieres dejar el caballo? Debajo de la cama. El aguardiente te ha mareado. Lo atar a la puerta de pregonero! Qu pregona? Que tengo la cama muy bien ocupada? Somos mozos y nos divertimos. Entra, que cierre.

El hermoso segundn, para entrar por la puerta, tiene que doblarse. PICHONA pone las trancas y fuera relincha el caballo. CARA DE PLATA, va derecho a sentarse en el camastro: Se vuelve a sonrerle la moza casi desnuda, fulva y blanca. CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA Pichona, qutame las espuelas y calla. Con mil demonios, calla! T puedes rasgarme la sobrecama con las espuelas, y la carne, si eso te divierte. Pgame! Algrate! No me alegro con eso! Es que no te gusto? Yo deba rerme porque eres divertida, y no me ro... T tienes una pena y por eso bebas copa tras copa en casa de

CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA

Ludovina. Es verdad lo que digo? No quieres responderme? Ni s lo que me hablas! Deja ese negro cavilar y abrzame. Ese cuidado pasar y t sers el primero en rerte. As es el mundo! No hay pena duradera. Tienes el fro de la muerte en los labios! Ya me cansas. Pues echa la pena de ti. La suerte muda. Quieres que te lea las cartas? De qu bruja aprendiste tu arte? No fue de bruja ninguna. Lo aprend de una compaera en casa de la monfortina. Buena ctedra!

PICHONA, la camisa resbalando por los hombros, cachea en la hucha y torna al pie del camastro con el candil y el libro de Vilham. Por tres veces se lo presenta para el corte al hermoso segundn y lo tiende sobre la colcha floreada. PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA Dame lo secreto, libro de Villano, si no quieres que lo pida a las rayas de la mano. Seala caminos, alumbra destinos, por las varillas de Mosn, brete, naipe para que lea el mal y el bien. En el introito no tropiezas. Alza con la mano izquierda. Vuelve una carta. Voy a lertelas a la portuguesa. Oros y detrs espadas. Celos con rabia. Repara el tres de copas por bajo del siete de espadas, copas aqu son campanas y espadas, ansias de muerte. No sacas hilo ninguno? Maldita jerigonza! Este dos, este cuatro, este seis, pares contrapeados, para m representan las luces de un entierro. Este caballo de oros es un enamorado. Si no eres t, otro no veo. Esta sota de espadas cabeza para bajo es una llorosa Madanela: Tal se me representa! Y este cinco de copas es licencia, y pecado contra este rey del palo de bastos, que vino encima de todas las cartas. Hay aqu tres ases, que son poderes y luego tres caballos contrapuestos. Caballos son caballeros. Te explicas alguna cosa? Nada! Voy a echarlas encubiertas por ver si se clarean.

CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA

CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA

Comenz PICHONA a recoger las cartas extendidas sobre la colcha del camastro, y al levantar el caballo de espadas queda con l en suspenso, recordando. PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA T has pensado alguna vez en hacer una muerte? De haberlo pensado la hubiera hecho. Eres otro Diego Corrientes. Soy ms. Pero no robas ni matas! Las cartas te ligan con un muerto. Est representado en este dos de copas, aun cuando nunca es carta de fundamento. Pero me lo hace decir que haya venido el caballo pisando sobre ella. Y el montado de oros, galn enamorado, eres t. Manifiesto! Acaba! Por acabado! Abrzame, tesorn. Abrzame, mi rey moro castellano. Es la primera vez que me buscas! Por dnde consumes la flor de tu sangre? Tienes la boca fra! Tesorn, abrzame!

CARA DE PLATA PICHONA LA BISBISERA

JORNADA TERCERAESCENA PRIMERASala grande y oscura en el Pazo de Lantan. Un Santo Cristo con enagillas, en la tiniebla del muro encalado, sugiere su lvida tragedia. Hipnotiza el clavo amarillo de una luz de aceite. Por el vano de un arco se advierte la mesa con recado de manteles. Rondan en torno gatos y perros. EL MAYORAZGO, en su silln, levanta la copa. SABELITA, en el fondo de una puerta, se cubre la cara. Blancura de aquellas manos! EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO Descubre los ojos y mrame. No puedo! Obedece, Isabel! Padrino, vulvame a San Clemente. Despus de la cena. Sintate. Permtame que le sirva. No llores y obedece. Mi destino es llorar. Toma mi copa y bebe. No me avergence, padrino! Aborrecida vergenza!

EL CABALLERO estrella la copa y se alza del silln bamboleando la mesa. Largo y sobresaltado temblor del ajuar loceo, se derrama el vino y se apaga el veln. En la sala oscura, como si naciese de pronto, la luna argent una vidriera. Con las figuras diluidas en la oscuridad, creca el prestigio de las voces y de las sombras. SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO SABELITA Padrino, permtame volver a San Clemente. Franca tienes la puerta. Vete, y no vuelvas! Malvado Fuso Negro! Por qu te detienes? Espanto me da! Vete! Alma sobresaltada, sosiega! Aljate, espanto! No me ates en estos umbrales, imn del infierno! Mal rayo me parta! Huye! No te detengas! Rey del Cielo, desencadname, que aqu me pierdo! No te vas? No puedo. Me perteneces. Mi alma condeno! Entrgamela! Para qu quiere mi alma? Para m la quiero. Entrgamela! A Satans se la entrego. Ma es! Padrino, no me pierda!

EL CABALLERO SABELITA EL CABALLERO

Soy Satans y te pierdo! Padrino! Llmame monstruo infernal. Maldito mil veces, que ni la flor de tu inocencia respeto.

Por la puerta lunera, escueto y negro, el tonsurado atropella, y detrs se encoge y mima un gesto de terror y lascivia el repelado sacristn de San Clemente. EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD SABELITA EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD EL CABALLERO SABELITA EL ABAD SABELITA EL ABAD SABELITA EL ABAD SABELITA EL CABALLERO SABELITA Rey Faran, vengo por mi oveja! Mrala! Mal pens de ti, brbaro Montenegro, mal y con saa! Nunca tan bajo que acogieses a las mancebas de tus hijos y cenases con ellas! Clrigo bellaco, de ningn hijo de puta es manceba mi ahijada! Habla t, impdica mozuela. De nada soy culpada. Quin aqu te trajo, pues te han visto arrebatada en un caballo? Tu liviandad declara! Yo la traje! Vade retro! De qu te espantas? T la robaste? S. Con qu mira? Porque mis soledades acompaase. Montenegro, te amonesto para que me vuelvas la oveja de mi corte. Fue su voluntad el cambio de vara. Montenegro, de paces vengo. Yo tampoco te muevo guerra. ramos amigos, con trato de parientes, y me negaste el paso cuando iba a encomendar un alma. Yo, no. Uno de mis rapaces. Pero t lo has sostenido. No estaba a menos obligado. Aquel pecador muri sin auxilios, y es de suponer que pene en el infierno. Eso tendr que agradecerle a mi rapaz el Diablo. Blasfemo! Sacrlego! Deseas la moza para tu regalo! Nos conocemos! Brbaro Montenegro, tendrs la guerra, pues la guerra provocas! Pisar por tu dominio y cobrar la mala oveja. Puedes cobrarla, de paz te la entrego. Isabel, de quedarte o de irte eres libre. Elige. Elijo mi muerte! Calla, malvada! No publiques tu licencia! Sgueme! Los pies me atan. Andar no puedo. Estoy daada del malo! Ven conmigo! Tengo grillos. Los pies me atan! Te sacar arrastrada de las trenzas. Padrino, no me ponga cadenas! Rompa el negro imn con que me prende! Djeme libre! Librteme! Libre eres. Brrate, espanto! Alma ma, avalintate! Suprate! Padrino, rompa este atribulado cautiverio! Y si no lo rompe, ordene que me quede, si

EL CABALLERO EL ABAD EL CABALLERO EL ABAD

es mi suerte perderme. Caiga el pecado sobre mi conciencia. Qudate! Montenegro, poder de brujo tienes! En l te amparas! No me espantas, Montenegro! Emplazado quedas! An nos veremos! El Diablo te lleve! Por castigar tu soberbia soy capaz de encenderle una vela. Tiembla!

Sale el tonsurado como una rfaga negra por la puerta lunera. EL MAYORAZGO levanta su copa y la ofrece, a la sombra, arrodillado de su nueva manceba.

ESCENA SEGUNDALa encrucijada de San Martio de Freyres. Cielo con estrellas. Rumor de viento en las mieses. La queja del molino, en un grupo de rboles, alarga las vocales del miedo. La luna en la balsa hila nieblas de plata. Sobre la cruz de los albos caminos enmagrece el bulto ensotanado del ABAD. Bajo el cielo estrellado el bonete perfila sus cuernos y el brazo perfila su trazo negro de maldicin y anatema. BLAS DE MIGUEZ se encoge como un perro sobre la sombra alargada del tonsurado. EL ABAD EL SACRISTAN EL ABAD EL SACRISTAN Casta de soberbios! Maldita seas! Qu gallo el Vinculero! Brbaro Montenegro, yo te dar en la cara una bofetada como sta! Justo juez!

El ordenado se azota la mejilla, y EL SACRISTAN se santigua muchas veces con gemidos y golpes de pecho. Ladran, lejanos, los perros de una aldea. EL ABAD Satans, te vendo el alma si me vales en esta hora. No me espanta ni el sacrilegio! EL SACRISTAN Seor Abad, no pida ayuda al Infierno! EL ABAD Hoy me juego el alma! EL SACRISTAN No la juegue, que la pierde. EL ABAD Y t te condenars conmigo! EL SACRISTAN Que falta le hace compaero? EL ABAD T seguirs mi suerte. EL SACRISTAN Caso de no tener influjo con San Pedro. EL ABAD T hars cuanto yo te ordene. EL SACRISTAN Salvando mi alma! y a ella te sujetas. EL ABAD Llegado a tu casa, te pones a morir. EL SACRISTAN Madre Santsima! EL ABAD Y, puesto a morir, te despides de los hijos y de la parienta. Pides confesin! EL SACRISTAN Me pongo a morir y no muero. EL ABAD Qu achaque padeces? EL SACRISTAN Mal de ijada! EL ABAD Desde que pises el quintero empiezas a dolerte y a implorar los Divinos. EL SACRISTAN Susto me da de penetrarle la idea. EL ABAD Es preciso que me obedezcas ciegamente. EL SACRISTAN Me pongo a morir... Confieso y comulgo, que nunca est por dems... As es. Pero de agonizante no paso... A morir me rebelo. EL ABAD T obedeces! EL SACRISTAN Como tal se malicie la parienta! EL ABAD Vete! EL SACRISTAN Tendr que zurrarle el pandero. EL ABAD Si es preciso, te mueres. EL SACRISTAN De un ojo solamente. A ms no me comprometo! EL ABAD Camina! EL SACRISTAN A ms me rebelo. EL ABAD Obedece! EL SACRISTAN Morir, ni de pensamiento!

EL ABAD EL SACRISTAN EL ABAD EL SACRISTAN EL ABAD EL SACRISTAN EL ABAD EL SACRISTAN EL ABAD EL SACRISTAN

A morir te pones, y si es preciso, te mueres. Esta es la leccin Cativa letra! Ya le declaro que no es para cumplida! A Satans te encomiendas. Para que luego me chamusque! Arrenigole! Vete! Concho! Pudiera suceder que estuvisemos abrindonos el Infierno! Impulsos me vienen de hundirte el puo entre los cuernos. Imbcil, golpate los ojos! Negra conciencia, no ves a tus plantas el Infierno? Excomulgados nos hacemos! Los Sacramentos profanamos! Horrorzate! Tiembla! Dies Irae! Dies Illa!

Con aullidos de can se azotaba las mejillas el sacrlego tonsurado y el sacristn, encogido, medroso, con la cabeza vuelta, corra sobre los zuecos, bailn a la luna del camino aldeano. Cuando entra por el quintero, almiares y cielo lunario, empiezan los clamores. EL SACRISTAN EL ABAD Ay, que muero! Ay, que acabo! Muero de un mal repentino! Repentino y excolmulgado! Vida, no te vayas! Djame ver las luces del da! Satans, aydame y el alma te entrego! Aydame, Rey del Infierno, que todo el mal puedes! Satans, te llamo con votos! Satans, por ti rezar el negro breviario! De Cristo reniego y en ti comulgo! Rey del Infierno, desencadena tus aquilones! Enciende tus serpientes! Sacude tus furias! Acdeme, Satans! Presente, mi Capitn!

FUSO NEGRO

Sobre el albo camino baila el loco su baile frentico, y una bolsa de monedas hace saltar en el roto bonete cismtico. Pasa en una rfaga ante el sacrlego ABAD de San Clemente.

ESCENA TERCERAQuintn de San Martio. Almiares y tejados luneros. Ladridos lejanos. Tendida parra de morada sombra, ante alguna puerta. Una casa sola al confn del quintero. Negro y rojo el hogar donde una vieja encuerada se espulga. Sale en bocana por las tejas humo de pinocha y olor de sardinas asadas. La vieja se espulga, un cro gimotea y una bigardona, bajo el candil, se remienda el manteo. LA SACRISTANA LA BIGARDONA LA SACRISTANA LA BIGARDONA LA SACRISTANA LA BIGARDONA LA SACRISTANA Qu ilusin condenada! Otra vez me trajo el viento la voz de tu padre! Arrenigote! Estate atenta Oyes? Remeda una cierta voz acongojada. Oyes? El viento en el tejado. No te representa una voz? Como est de alumbrada, mi madre! Ya que el pecado me recuerdas, voy a tirarle del teto!

La vieja encuerada alcanza del vasar el pichel pringoso. Caen unas trbedes. Se espanta el gato. Cruje el camastro, y por el borde de la cobija remendada sacan la cabeza tres cros. La vieja apura el pichel, morosa y deleitada. CORO DE CRIANZAS LA SACRISTANA CORO DE CRIANZAS LA SACRISTANA LA BIGARDONA LA SACRISTANA Una pinga mi m! Una pinga mi m! Una horca, centelln! Una pinga! Celonio! Gabina! Mingote! Venenos! Buscais que os visite San Benitio de Palermo! Quieres t echar un trago, Ginera? Luego los mozos me sienten el aliento. Ten la boca desapartada, gran sinvergenza! Arrmate mucho a los mozos y vers lo que sacas. Ay, qu condicin ms renegada la tuya! Si te hacen una barriga, vas para fuera de casa. Es ans doble, condenacin! Bebe un trago, rapaza!

LA BIGARDONA, con remangue, toma el pichel que le ofrece la vieja, y tras de catarlo, se frota los labios con el pauelo majo que lleva al pecho. LA BIGARDONA CORO DE CRIANZAS LA SACRISTANA Resolio! Una pinga mi m! Una pinga mi m! Dale una pinga a esos aborrecidos.

Sobre el camastro, saliendo de la cobija remendada, implora el coro de nimas. CELONIO, GABINA, MINGOTE se disputan el pichel con las manos tendidas y las uas de fuera. Al drselo LA BIGARDONA, el pichel se quiebra entre tantas manos. LA SACRISTANA LA BIGARDONA Ay, venenos! Mala centella os abrase! Habis de acabar en una horca! Casta renegada! Sanguinarios! Vstase la camisa, mi madre.

La vieja acompasa los gritos repicando las tenazas sobre las asustadas cabezas del retablo que se desbarata. Plaidera torna al hogar. Entre un burujo de ropas cachea por la faltriquera y cuenta unos ochavos. LA SACRISTANA LA BIGARDONA Era de lo bueno! Un resolio que mejor no lo bebe la reina de Espaa! Ginera, tate las enaguas y ve por un cortadillo. Holanda o anisado?

LA SACRISTANA LA BIGARDONA VOZ LEJANA LA SACRISTANA

Anisado, grandsima bribona! Arrenigote, que no piensas ms que en los mozos! Anisado, condenada! Anisado! Enciende un fachizo. Hay luna! Muero! Acabo! Ass! Pues no me vuelve la tema pasada! Viento inventor! Talmente el lamento de tu padre!

GINERA, estremecida, abre la puerta, y bajo el encaje lunario del emparrado, aparece la sombra del sacristn, de rodillas y con los brazos abiertos en cruz. EL SACRISTAN LA SACRISTANA EL SACRISTAN LA SACRISTANA EL SACRISTAN LA BIGARDONA EL SACRISTAN LA SACRISTANA EL SACRISTAN LA SACRISTANA EL SACRISTAN LA SACRISTANA LA BIGARDONA EL SACRISTAN LA SACRISTANA LA BIGARDONA LA SACRISTANA EL SACRISTAN LA BIGARDONA EL SACRISTAN LA SACRISTANA CORO DE CRIANZAS EL SACRISTAN Dnde me hallo? El dolor me nubla la vista y no reconozco los parajes! Qu copla condenada traes? Confesi pido! Por los Divinos clamo! An no es la tuya! Tengo las borras de los humores revueltas. Cumple que esa hija amada se cubra con la mantilla y lleve aviso a San Clemente! No alele, mi padre! Un dolor repentino me lleva de esta vida! No lo querr mi suerte arrastrada! Los dolores repentinos estos tiempos reinantes, son muy traidores. Pues acaba! Has de ir por delante, puela! Borrachn! Acustese, mi padre! Te doy mi bendicin, hija amada! Muy poltico te hallas! Parece como si estuviese tomado de delirio. De la bebida est tomado! Mala mujer, respeta el vnculo del matrimonio, pues me hallo en el momento concursivo de irme del mundo! Nunca mi padre tanto saber tuvo! Mi bendicin te doy, hija amada, y juntamente a esos tres nios vstagos. Ya podis llamaros hurfanos! Celonio, Gabino, Mingote! Venenos! Arrodillarvos! Mi padre Blas! Mi padre Blas! Madre del Verbo, ven en auxilio de este devoto, que a comparecer ante el Supremo Tribunal! Me roe como un de la rabia este dolor que me acometi en calidad de repentino, Madre de los Pecadores! Me roe en los dos cadriles, Madre Soberana! Dolor de ijada repentino es el apelativo que aqu le damos, Mater Immaculata! Calla, grandsimo ladrn! Calla y no llames ms a la chupona! Quieres unas friegas? El Santolio quiero! Ay, condenado, no te vayas de este mundo, que haces en l mucha falta! El Seor me llama. Estoy propiamente acabando. Que la hija se apresure. Muy conforme te hallas. Como cumple a todo fiel cristiano. Ay, Blas, nunca tanta poltica tuviste! Visto es que a la muerte te hallas! Ay, Blas, no dejes esta vida! Blas de Mguez, acaso sabes la que te aguarda?

LA SACRISTANA EL SACRISTAN LA SACRISTANA EL SACRISTAN LA SACRISTANA EL SACRISTAN LA SACRISTANA

EL SACRISTAN

Cllate esos textos hasta que visite el Santolio.

BLAS DE MIGUEZ guia el ojo, tuerce la boca, saca la lengua, componiendo una mueca tragicmica de antruejo. La vieja pelona empavorida se santigua, y temblndole las manos, se viste la camisa. LA SACRISTANA CORO DE CRIANZAS LA BIGARDONA EL SACRISTAN LA SACRISTANA EL SACRISTAN LA SACRISTANA EL SACRISTAN LA SACRISTANA EL SACRISTAN LA SACRISTANA CORO DE CRIANZAS EL SACRISTAN LA BIGARDONA Ay, muerte, qu bien andabas por lejos! Ginera, toma soleta! Ay, o noso paisio! Ay, o noso paisio! Mi padre Blas, no se vaya de este mundo, que es mucha su falta! No me atolondres! Blas, no te vayas! Muerte chupona, por qu te lo llevas? Ya ests hablando muy dems! Era tan mala la vida que te daba? Responde, pellejo! No me faltes en este trance, puela! Responde! Reconozco tus mritos y te bendigo igualmente! Ya entra en el delirio! Aprntate, Ginera! O noso paisio! O noso paisio! Callarvos la boca, ngeles bienaventurados! Espntate, muerte! Propio delirio!

Cubierta con un manteo y en la mano un farolico de aceite, se escapa la BIGARDONA. Del camino llega su planto. LA BIGARDONA EL SACRISTAN LA SACRISTANA EL SACRISTAN CORO DE CRIANZAS EL SACRISTAN Adis, mi padre! Ya nunca ms recibir sus enseanzas! Concho, qu tunda te daba! No reniegues en este trance, mal hombre! Dnde se fue aquella conformidad que prometas? Estoy propiamente a morir de todo, y no es extrao que alguna cosa hable delirando. O noso paisio! O noso paisio! Grandsimos ladrones, callarvos!

BLAS DE MIGUEZ, con sbito alarido, se descalza de un zueco, y cojitranco, salta de la yacija, majando la pelambre de cros, que se encadilla con lloro de espanto, a