Sofistas. Testimonios y Fragmentos, Antonio Melero Bellido Trad., Editorial Grados, Madrid, 1996.

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  • SOFISTASTESTIMONIOS Y FRAGMENTOS

    INTRODUCCIN, TRADUCCIN Y NOTAS DE ANTONIO MELERO BELLIDO

    &EDITORIAL GREDOS

  • BIBLIOTECA CLSICA GREDOS, 221

    ArmauirumqueNuevo sello
  • Asesor para la seccin griega: C a r lo s G a rc a G u a l.

    Segn las normas de la B. C. G ., la traduccin de este volumen ha sido revisada por A l e ja n d ro A . Go n z le z T e n iza y Rafael Herrera M o n t in o .

    EDITORIAL GREDOS, S. A.

    Snchez Pacheco, 81, Madrid, 1996.

    Depsito Legal: M. 15163-1996.

    ISBN 84-249-1806-1.Impreso en Espaa. Printed in Spain.Grficas Cndor, S. A., Snchez Pacheco; 81, Madrid, 1996. 6820.

  • INTRODUCCIN

    Quines fueron los sofistas?

    Aunque desde la Antigedad es habitual hablar de la Sofstica o de los sofistas, stos no constituyeron nunca una escuela filosfica, en el sentido tradicional del trmino, ni siquiera un movimiento unitario; ms bien se trat de un talante intelectual y de un movimiento de renovacin pedaggica, que detectamos no slo en los sofistas, sino tambin en otros filsofos, artistas o escritores. Por ello, los criterios de inclusin o exclusin que se han utilizado para construir nuestro corpus de sofistas son, hasta cierto punto, arbitrarios. Por qu se pregunta, no sin razn, Kerferd1 incluimos a Critias entre los sofistas? La nica razn para ello es que as lo hace Filstrato en su Vida de los sofistas. No obstante, si lo que nos ha llegado del Ssifo no sali de su pluma, poco es con lo que contamos que justifique su inclusin entre los sofistas. Por qu, en cambio, excluimos de nuestras colecciones a personajes como Calicles, Eutidemo o Dionisodoro, que son presentados explcitamente por Platn con todos los rasgos que caracterizan al resto de la profesin?

    1 The Sophistic Movement, pgs. 52-53.

  • SOFISTAS

    El nuevo espritu que los sofistas encaman y que, en ocasiones, ha sido calificado de espritu ilustrado, debe mucho a la ciencia, la filosofa y la historiografa jnicas. En Herdoto, por ejemplo, se puede detectar ya un nuevo espritu, en su deseo de exponer racionalmente los acontecimientos recientes, en su afn de controlar, con juicio crtico, los testimonios de unos y otros, as como en su relativismo moral, implcito en sus rudimentarios registros an- tropolglcos2.

    La ciencia y la filosofa jnicas dejaron tambin su impronta en la actividad intelectual de los sofistas. El esquema tradicional que asignaba a los filsofos la naturaleza como objeto de estudio, frente a los sofistas que se habran ocupado exclusivamente del hombre es sencillamente falso. Los sofistas se ocuparon de cuestiones naturales. Gorgias, por ejemplo, se ocup de la naturaleza del color. Los filsofos, por otro lado, se ocuparon de lo que podramos llamar Filosofa de la razn o Gnoseologa. Entre unos y otros hubo, sin duda, mucha ms continuidad e influencia mutua de lo que puede parecer en un principio3. La influencia de Anaxgoras, por ejemplo, en algunos sofistas parece hoy fuera de toda duda4.

    2 Vid. C. S c h r a d e r Tipologa y orgenes de la historiografa griega en L p e z E i r e - S c h r a e d e r , L os orgenes de la oratoria y la h is to r io g ra f a c l s ica , Zaragoza, 1994, pgs. 130 ss.

    3 Cf. Er ik W o l f , Rechisphilosophie und Recktsdichtung im Zeitalter der Sophistik (Griechsches Rechtsdenken, Tom. ), Francfort, 1952, pgs. 9-6.

    4 Vid: C. Ga rc a G ua l Los sofistas y Scrates en Historia de la tica, ed. V. Camps, Barcelona, 1988, pgs. 36 ss. Ke r fer d , op. cit., pg. 13 arguye que se ha exagerado la influencia del filsofo en los sofistas. En su nocin de nous, se ha querido ver el principio mental, subjetivo, que los sofistas extendieron a todos los campos de la filosofa. Kerferd recuerda, de un lado, que Anaxgoras concedi un papel muy limitado a la

  • INTRODUCCIN 9

    Por otro lado, los sofistas-se sintieron herederos de los antiguos rapsodos5. Ocasionalmente Hipias y Gorgias adoptaron el manto de prpura de los rapsodos, para subrayar la continuidad de la funcin de los poetas antiguos6. Los rapsodos recitaban e interpretaban la poesa tradicional7, una actividad que, a los ojos de Scrates, no entraba dentro de las categoras de tkhn ni de epistem*'. Pues bien, los sofistas se servan igualmente, para sus propios fines educativos, de los poetas, sin que haya pruebas claras de que su recurso a la poesa implicara una interpretacin de la misma9, tal como hacan los rapsodos. La poesa para ellos tena una finalidad fundamentalmente retrica o educativa, no literaria. No practicaron de modo sistemtico la hermenea ton poitn.

    En todo caso, no podemos prescindir de las caracterizaciones, malvolas o no, de los sofistas por Platn. En el

    nois (cf. P l a t n Fedn 97b-98c) y, de otro, que el concepto de nous era para Anaxgoras algo material, no individual o personal. Por otro lado la cronologa hace difcil establecer relaciones entre el filsofo y los sofistas.

    5 Vid. R. P fe iffer , Historia de la Filologa Clsica, pg. 113, quien cita en n. 93 el estudio de B. T s ir im bas , Die Stellung der Sophistik zur Poesie im V und IV Jahrhunderf bis zu Isokrates (tesis doctoral), Munich, 1936.

    6 Cf. D. K 82 A 9.7 En la labor interpretativa del rapsodo hace especial hincapi el ln

    platnico (Ion 350 c).8 Cf. Ion 536.9 A nt stenes , discpulo de Gorgias y quizs tambin de Metrodoro de

    Lmpsaco, compuso una obra Sobre los exgetas de Homero, ampliamente utilizada en los escolios homricos. Parece que, en dicha obra, Antstenes recurri al mtodo de interpretacin alegrico. Segn D in C riss - tom o (Orat. 53, 5) fue el primero en establecer la distincin entre verdad y opinin en los poemas homricos, para explicar algunas contradicciones de los mismos. A l corresponde el dicho el examen de las palabras es el comienzo de la educacin.

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    Gorgias (462b3-465e6) Platn opone a las artes (tkhnai), en las que puede alcanzarse el mayor grado de perfeccin y excelencia en una esfera determinada de la actividad humana y de las que la nomoihetik, que es el arte de reglar la conducta humana, constituye el arte supremo las actividades engaosas de los sofistas, que ni son cientficas ni estn basadas en principios racionales. Su nico objetivo es complacer y no son, en el fondo, ms que imitaciones de las autnticas tkhnai.

    En diferentes pasajes, Platn define sucesivamente al sofista como a) un cazador a sueldo de jvenes pudientes;b) un mercader de paidea; c) un detallista del conocimiento; d) un vendedor de bienes que l mismo ha fabricado; e) un individuo que mantiene controversias del tipo de las que cultivaba la Erstica; f) alguien que mediante el len- khos libera al alma del vano concepto de sabidura; g) una falsa rplica del filsofo, por cuanto construye contradicciones basadas ms en apariencias y opiniones que en la realidad.

    La educacin sofstica

    Generalizando mucho podemos decir que la educacin sofstica tena una doble vertiente: una retrica10, tendente a dotar al individuo de la preparacin necesaria para salir airoso en los debates polticos y forenses, y otra que podramos llamar, en sentido muy ampli, poltica: un mtodo capaz de asegurar la recta administracin de los asuntos propios as como los de la ciudad11. Los primeros sofistas se

    10 Cf. Gorgias 449a.11 Cf. Protgoras 319a.

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    anuncian como especialistas de la accin poltica. Poseen una habilidad o tcnica para los asuntos de la ciudad y una inteligencia prctica12 y responden a aquel tipo humano que Mnesfiles, el sabio consejero de Pericles, alabaral3.

    Lo que los sofistas ofrecan, en lugar de la educacin aristocrtica tradicional, era una formacin intelectual sistemtica, un plan de estudios que, por decirlo con palabras de J. de Romilly, confera competencia intelectual.

    Los sofistas venan a cubrir las crecientes necesidades de educacin superior que la cultura democrtica exiga cada vez ms. Lo que los sofistas ofrecan vena a ser algo as como una enseanza secundaria privada. La enseanza pblica primaria en Atenas se limitaba a ensear los rudimentos de la escritura y a suministrar una escueta formacin musical y literaria, junto con los elementos del clculo y la aritmtica. Por decirlo con palabras nuestras: leer, escribir y las cuatro reglas. Pues bien, la educacin sofstica abra ms amplios horizontes a quienes deseaban iniciar una carrera pblica. Ante todo enseaban el arte de hablar persuasivamente en pblico, mediante la prctica de la argumentacin y el ejercicio continuado en debates sobre cuestiones ticas o polticas, algo absolutamente indispensable en Atenas, cuyo sistema poltico y judicial, basado en la participacin directa del ciudadano, exiga de ste un dominio del arte de la palabra.

    Un aspecto nada anecdtico de los sofistas es que enseaban por dinero. Este hecho, para nosotros natural, significaba de hecho una revolucin en la sociedad griega y, a ojos

    12 Vid. G. B. K e r f e r d , The First Greek Sophists, CR 6 4 ( 1 9 5 0 ) , 8 -1 0 . y W. N e s t l e , Gab es eine ionische Sophistik?, Philol. 7 0 (1 9 1 1 ) , 2 5 8 ss.

    13 H e r d o t o , VIII 5 7 -5 8 . Cmo atractivos profesores de cultura y arete los describe G a r c a G u a l , op.-cit., pg. 3 8 .

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    de muchos, un serio peligro para la estabilidad del sistema poltico. La educacin tradicional estaba limitada al entrenamiento deportivo en la palestra4, confiado a un paidotr- bs y a una iniciacin en el canto y la danza a cargo de un kitharistes as como en la lectura y aprendizaje de los poetas, de la que era responsable el grcimmatistes. Esta educacin tradicional, que no parece que fuera obligatoria, no supona una verdadera formacin intelectual. Para la concepcin aristocrtica la formacin del individuo se efectuaba en el seno mismo de la ciudad, sin necesidad de intermediarios. Esta es la queja y el reproche que Scrates dirige a los sofistas15: los jvenes pueden llegar a ser buenos ciudadanos frecuentando gratis a aquellos ciudadanos dignos de estima y, en todo caso, la ciudad es en s misma una escuela de ciudadana. El reproche tradicional que una y otra vez leemos en los textos de sus adversarios es que vendan instruccin en cuestiones de sabidura y de virtud, cosas inapreciables, para las cuales la amistad y la gratitud son recompensa suficiente16. La verdadera razn del escndalo radicaba en el hecho de que los sofistas vendan sabidura a cualquiera que pudiera pagarlesl7.

    14 Que hubo una oposicin contra la educacin y prctica deportiva, sentida, en cierto modo, como un obstculo u oposicin a la formacin intelectual, parecen probarlo algunos textos de inspiracin sofstica como, v. g un fragmento del Autlico de R urum d e s .

    15 Cf. Apologia 19e.16 Cf. Jen o fon te , Recuerdos de Scrates, I 2, 7-8.17 Cf. P rotgora s 319a 1-2, donde explcitamente se formula el rece

    lo ante la posibilidad de que cualquiera, mediante la instruccin sofstica, pueda convertirse en un poltico eficaz y de xito. Cf. P la t n , Hipias mayor 282 di y Jeno fonte , Recuerdos de Scrates, I 2, 6; 5, 6; 6, 5, 13. Otro argumento en contra de la enseanza remunerada, que no debemos, sin embargo, tomar muy en serio, aluda al riesgo de que el maestro se convierta en esclavo de quien le paga. Sin embargo, en el Protgoras

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    La documentacin sobre el coste de un curso es confusa y los resultados que su anlisis arroja contradictorios. Parece razonable la inferencia de Kerferd18 de que un curso normal poda estar alrededor de las tres minas por ano, lo que haca que no estuviera al alcance de los artesanosl9, pero que tampoco resultara excesivamente oneroso para los ciudadanos pudientes.

    Necesariamente los sofistas, que se presentaban a s mismos como maestros de virtud y sabidura poltica, debieron de reflexionar sobre una de las cuestiones que ms preocup a los pensadores polticos y a los filsofos de la poca, a saber, la de si se puede o no ensear la virtud. La cuestin, como es sabido, ocupa no pocas pginas de los dilogos platnicos. En el fondo la cuestin encierra otra de ms largo alcance, como es la de quin est capacitado para participar y dirigir la vida pblica. La posicin tradicional, ciertamente aristocrtica, es que la virtud es algo natural, fruto de la herencia, al igual que los rasgos fsicos, que, a lo ms, puede desarrollarse mediante la imitacin de la conducta de los antepasados20. La posicin de los sofistas respecto a ella no es unnime. Pero, en todo caso, no se encuentran, salvo excepciones como Antifonte y Critias,, posturas radicales. En la mayora de los sofistas la oposicin physisfpaidea no es radical ni excluyente. Protgoras, por ejemplo21; concede importancia a la naturaleza. El Annimo de Jntblico atribuye a la naturaleza algunos de los requisitos necesarios para una buena educacin: deseo

    (3 lOd 6-e 3), el joven Hipcrates no est seguro de que el sofista lo acepte como alumno y busca la recomendacin de Scrates.

    18 Op. cit., pgs. 27 ss.19 El sueldo de un artesano oscilaba entre 3 y 4 minas por ao.20 Cf. Sfocles , Filoctetes 1310.21 B 3. Cf. E u r p id e s , Hcuba 592-602.

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    de bien, gusto por el esfuerzo, estudio prolongado. J. de Romilly22 insiste en el hecho de que la novedad de los sofistas consisti en defender la idea de que ciertos conocimientos intelectuales pueden efectivamente transmitirse y son directamente tiles. En cierto modo sta fue tambin la creencia de Scrates, que consideraba a la virtud un valor de orden intelectual. Scrates, sin embargo, jams especul con el uso prctico, digamos poltico, que de ella poda hacerse. Por el contrario, algunos sofistas eran conscientes y se sentan orgullosos de ello de que su misin ltima consista en ser educadores23.

    Mtodos de enseanza

    Cada sofista imparta a su manera su curso, que por lo general sola ser rpido y eficaz24. Un curso poda contener muchas materias, pero todos ellos contenan una iniciacin al arte retrica y una ejercitacin en el arte de la argumentacin...:

    As Gorgias se preciaba de ser capaz de responder a cualquier pregunta que se le hiciera25, lo que debe ser interpretado como prueba no de una cultura enciclopdica, sino de su habilidad para argumentar sobre cualquier tema.

    Los cursos eran objeto de una publicidd previa, una epangela, cuya formulacin poda ser muy general; por

    22 Op. cit., pg. 25.23 Cf. P l a t n , Protgoras 317a, donde Protgoras proclama admito

    ser un sofista y educador de hombres.24 Protgoras 31 Od; Eutidemo 303e..25 Gorgias 441 d.

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    ejemplo, Protgoras prometa el perfeccionamiento moral26 o la excelencia poltica.

    Dentro de la variedad de mtodos que podemos inferir a partir de los testimonios conservados, podemos enumerar algunos de los ms habituales:

    a) Uno de los sistemas que parece haber seguido la mayora de los sofistas en sus cursos, consista en la declamacin de epidexeis o discursos demostrativos, si bien el trmino parece abarcar un amplio abanico de posibilidades oratorias. Sabemos, por ejemplo, que Hipias27, en su demostracin en Olimpia, se ofreca para hablar sobre un tema de una lista previamente presentada y prometa, adems, responder a cualquier pregunta que se le formulara. Lo mismo se nos cuenta de Gorgias que se crea capacitado para responder a cualquier pregunta28. De l hemos conservado fragmentos de sus discursos de aparato o epidexeis pronunciados con ocasin de los juegos Olmpicos y Pticos.

    En ocasiones, las demostraciones de elocuencia tenan lugar en plazas o edificios pblicos29 e, incluso* en casas privadas30.

    En otros casos la epdeixis consista en un ejercicio retrico sobre un tpico mtico, del tipo de la Helena o el Palamedes de Gorgias. En ocasiones, los ejercicios estaban ms directamente relacionados con la formacin del orador,

    26 Protgoras 318a ser cada da mejor; 319a formar buenos ciudadanos.

    27 Cf. Hipias menor 363c 7-d 4. Cf. L s ia s XXXIII, 2.28 Cf. D. K. 82 A la.29 Prdico, por ejemplo, realiz una demostracin en el Liceo (D. K:

    84 B 8); Hipias en la escuela de Fidstrato (D. K. 86 A 9), Gorgias en el gimnasio (Platn, Gorgias 447a 1-b 3).

    30 As Prdico en casa de Calas (D. K. 84 B 9).

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    como es el caso de las Tetralogas de Antifonte, modelos para la oratoria forense.

    b) Elemento importante en la formacin retrica del futuro orador, era la ejercitacin y aprendizaje de los topo i o loci communes31. Sabemos que Protgoras prepar debates escritos sobre cuestiones importantes, a los que se llam loci communes. Gorgias compuso tambin eulogias e invectivas para personajes y casos concretos32. La teora subyacente a estas prcticas consista en considerar como una funcin importante del orador la capacidad de aumentar el mrito por medio de la alabanza o bien de disminuirlo por la invectiva33.

    c) Algunos de estos lugares comunes tenan carcter antittico. Se hicieron colecciones de ellos. Protgoras escribi una tkhn eristikn (Arte de la Eristica). Los Discursos dobles reproducen bien la tcnica de las antilogas. Aristteles en la Retrica34, citando el Tiestes de Eurpides, se hace eco tambin de la paradoja de que los hombres, que desconfan frecuentemente de la verdad, ganen crdito y prestigio, mediante afirmaciones falsas.

    3! C f. C ic e r n , Bruto 46-47, que bebe de la Tekhnn synagg de A ristteles , coleccin de manuales de retrica antiguos.

    32 De Eveno de Paros (D. K. 80 A 26) se nos dice que fue inventor de insinuaciones, alabanzas indirectas y censuras indirectas, compuestas en verso, como ayuda para la memoria.

    33 Cf. D. K. 82 B 14. El origen de la palabra topos no est claro. Se ha supuesto, en su origen, una metfora blica: lugar desde el que atacar o defender la posicin de uno. Otros prefieren entender el trmino como el lugar donde el orador encuentra su argumento. Los Tpicos aristotlicos son algo diferente: designan lneas de argumentacin (argumento a contrario,, argumento de definiciones, argumento de mala interpretacin), se trata, por tanto, de procedimientos puramente formales, distintos, por tanto, a los loci communes de Cicern.

    34 II 32.

  • INTRODUCCIN 17

    d) La instruccin sofstica se imparta tambin por el procedimiento de preguntas y respuestas. No est de ms recordar que este procedimiento era tambin el habitual en Scrates35. Ya hemos visto cmo algunos sofistas se preciaban de su capacidad de responder a cualquier pregunta. Y esta capacidad iba frecuentemente asociada a la de responder concisamente36. Contestar a las preguntas que se plantean y hablar con concisin son los rasgos que definen a quien conoce la verdad de las cosas37. Protgoras dominaba ambos mtodos38, al igual que Gorgias39 y quizs Polo40. En el Fedro41 se menciona a Tisias y a Gorgias en relacin con los argumentos de verosimilitud (eoikta), que hacen que lo pequeo parezca grande, lo viejo, nuevo y viceversa. En el Protgoras platnico podemos encontrar una estampa de cmo se desarrollaban estas clases o seminarios: en la casa del rico Calas, adonde ha acudido el joven Hipcrates

    35 La cuestin de s el mtodo de preguntas y respuestas es socrtico o sofstico quizs no tenga sentido plantearla. Como seala K e r f e r d (op. cit., pg. 34) el mtodo, si se origin con Scrates, lo hizo tambin en el seno del movimiento sofstico. Para esta cuestin vid. H e n r y S id g w ic k , Journal o f Philology A (1872), 298-300, que estimaba que el retrato de Protgoras en el dilogo homnimo de Platn es prueba evidente de que Scrates fue el inventor del mtodo; de lo contrario no habra presentado al sofista del modo en que lo hizo. Cf. N o r m a n G u l l e y , The Philosophy o f Socrates, Londres, 1968, pgs. 28-37, quien, ms matizadamente, considera que los sofistas desarrollaron una tcnica de preguntas y respuestas, pero que, en su formulacin, dicha tcnica estuvo influenciada por Scrates.

    36 Ker fer d , op. cit., pg. 32, seala que responder concisamente no consista tanto en hacerlo lacnicamente cuanto mediante una determinada tcnica de argumentacin y exposicin.

    37 Cf. Discursos dobles, 8, 1 ; 8, i 3.38 Protgoras 329b 1-5; 334e 4-335a 3.39 Gorgias 449c 1-8.40 Gorgias 461 d 6-462b 3." 267a 6 -b9 ,

  • 18 SOFISTAS

    para seguir el curso de Protgoras, nos aparecen Hipias - sentado, disertando sobre cuestiones astronmicas, mientras Prdico habla con su voz grave y Protgoras departe con sus discpulos, que le siguen en procesin.

    La estrecha relacin entre el maestro y los discpulos, durante el perodo de instruccin, formaba parte tambin del proceso educativo42.

    La enseanza sofstica, fundamentalmente oral, se serva ocasionalmente tambin del libro. Algunos sofistas distribuan copias de sus propios escritos a modo de para- degmata o modelos43 o bien componan libros de texto de carcter eminentemente prctico.

    Por lo que hace a las materias que los sofistas impartan comprendan un amplsimo abanico de temas, dependiendo de la especializacin de cada uno. En el Sofista^ el extranjero eletico da una lista de las cuestiones de las que los sofistas se ocupaban: cosas divinas, objetos visibles sobre la tierra y el cielo, el ser y el devenir de todas las cosas, las leyes, los asuntos polticos en gnral y, en fin, todas y cada una de las artes. En el Protgoras45 se mencionan el clculo, la geometra46, la astronoma47, la msica v la literatu-

    42 Algunos discpulos seguan al sofista en sus viajes. K e r f e r d (op . cit., pg. 30) sugiere que, si los gastos de viaje corran a cargo del sofista, este hecho podra explicar lo elevado de sus honorarios.

    43 Para tales discursos modlicos vid W. St e id le , Redekunst und Bildung bei Isocrates, Hermes 80 (1952), 271-275. Cf. P fe iffer , op. cit., pgs. 71 ss.

    44 232b 11-e 2.45 31 Sd 7 -326a 2.46 Adems del ataque de Protgoras a los gemetras (D. . 80 B 7),

    toda una serie de testimonios muestran sin lugar a dudas que los sofistas se ocuparon de cuestiones de Geometra. As A n t ifo n t e (D. K. 87 B 13) crey resolver la cuadratura del crculo, una cuestin que haba interesado

  • INTRODUCCIN 19

    A la formacin literaria conceda Protgoras49 una importancia extrema: la finalidad suprema de la educacin radica en ser experto en versos, saber distinguir los buenos de los malos, entenderlos y comentarlos. Tambin Hipias se ocup de cuestiones de crtica homrica y de otros poetas50 y lo mismo parecen haber hecho otros sofistas51.

    Cicern52 atestigua el inters de sofistas como Prdico, Trasmaco o Protgoras por cuestiones de Filosofa Natural. A Protgoras atribuye Sexto Emprico53 una doctrina de efluvios fsicos semejante las de Empdocles y los atomistas. Gorgias parece haber estado interesado en la teora de los poros y los efluvios de Empdocles54. Tambin se le atribuye la afirmacin de que el sol no es ms que una masa incandescente55 y, sin duda, que su inters por la Fsica fue la razn por la que se le represent en la tumba de

    tambin a A naxagora s (D. K. 59 A 38). Hipias descubri la cuadratriz, que emple para intentar la cuadratura del crculo y la triseccin de ngulos. La diagonal que se menciona en Menn (85b 4. Cf. A r istfanes , Ranas 801) es de posible origen sofstico.

    47 Cf. la burla de A r istfanes en las Nubes de los meteorosophista, especialmente de Prdico.

    48 Otros pasajes ilustrativos de la cuestin son Menn 91a 1-b 8; Gorgias 520e 2-6; Repblica 600c 7-d 2; Jen o fon te , Recuerdos de Scrates I 2, 15.

    49 Cf. Protgoras 33 8e 6-33 9a 3, que recoge, a propsito de un poema de Simnides, una pormenorizada discusin en la que intervienen Scrates, Prdico, Hipias y Protgoras. Cf. D. K. 80 A 30, en donde se alude a Protgoras como crtico de Homero.

    50 Cf. Hipias menor 363aI~c3, que contiene una referencia a una ep- deixis de Hipias sobre Homero y otros poetas.

    51 Cf. Iscrates XII, 18 que hace mencin de discusiones literarias por parte de sofistas en el Liceo.

    52 D. K. 84 B 3.53 D. K. 80 A 14. Cf. la stira de EPOLis en D. K. 80 A II.54 Cf D. K. 31 A 92 y 82 B 6.55 D. K. 82 B 31.

  • 20 SOFISTAS

    Iscrates observando una estrella56. Prdico identific los cuatro elementos (tierra, agua, fuego y aire) con dioses y tambin con el sol y la luna, como fuente de la fuerza vital que anima a todas las cosas51. La curiosidad de Prdico parece haberse extendido tambin a la medicina: Galeno58 le atribuye una teora especial del phlgma.

    Y muchos sofistas trataron en sus obras temas teolgicos. Protgoras compuso un tratado Sobre los dioses y otro Sobre la existencia en el Hades. Prdico discuti el origen de la creencia humana en dioses59 en trminos psicolgicos y naturalistas. Critias60 produjo una teora utilitarista de la divinidad.

    Los sofistas y el estudio del lenguaje

    Nada debe de extraar que, dada la finalidad de su enseanza, los sofistas abordaran el estudio de toda una serie de cuestiones del lenguaje, que abarca desde lo que podramos calificar como filosofa del lenguaje hasta la reflexin gramatical61. Muchos de ellos mostraron un inters general por la definicin62 y se ocuparon de la correccin del lengua

    56 D. K. 82 A 17.57 Una posible parodia de esta doctrina en A r ist fan es , Aves 655 ss.58 D .K .84B 4 .59 D .K .84B 5 .60 D .K .88B 25 . ; ;61 Vid. C. J. C lassen , The Study of Language amongst Socrates

    Contemporaries en Sophistik, ed. H. J. C lassen , Darmstadt, 1976, pgs. 215-248 y recientemente G. V ervaecke , .Logodaidaloi. La critique du langage dans la Grce classique en Le Langage dans l Antiquit, ed. P. Sw ig o er s y A. W outers , Lovaina, 1990, pgs. 134-163.

    62 Vid. A. L pe z E ir e , Orgenes de la Potica, Salamanca, 1980, pgs. 57 ss.

  • IN TRO D U CCI N 21

    je, la nocin de orthtes u orthopeia, cuestin sta de la correccin de los nombres, de la que se ocuparon todos los sofistas. En este sentido se les ha definido como los pioneros de la filologa63.

    Hipias trat de la correccin de las letras, es decir, la forma en que deban ser escritas correctamente las palabras64. Bajo la rbrica de correccin estaban comprendidas dos cuestiones diferentes: a) la discusin sobre el empleo correcto de las palabras, la distincin entre sinnimos, etc... y b) otra ms formal que tendi a la clasificacin de las palabras, atendiendo a su forma y funcin gramatical. Desde este segundo punto de vista, los sofistas hicieron contribuciones notables a la teora gramatical, estableciendo categoras gramaticales. Protgoras, por ejemplo, parece haber producido una teora de las partes del discurso65 as como la distincin entre los tres gneros gramaticales66.

    En el caso de Protgoras esta preocupacin por a orthopeia transciende los lmites de la correccin, para examinar las relaciones existentes entre el pensamiento y la expresin. Protgoras defini el gnero gramatical, distingui las partes del tiempo y analiz la nocin de kairs.

    Hipias se ocup de cuestiones de gramtica y prosodia: cantidad de las slabas, ritmos, mtrica.

    Prdico se afan en distinguir cuidadosamente entre sinnimos, contribuyendo, con ello, sin duda, a la puesta a

    63 Cf. P. B. R. Forbes , Greek Pioneers in Philology and Grammar, Class. Rev. 47 (1933) 105 ss. Conviene recordar, sin embargo, que entre la iista de obras de D em cr ito aparece tambin una Orthopeia.

    M Cf. D. K. 86 A 12.65 D .K .80 A 1.66 D. K. 80 A 27.

  • 2 2 SOFISTAS

    punto de un aparato conceptual, al que debi mucho la filosofa67.

    Por otro lado, los sofistas reflexionaron sobre los orgenes y naturaleza del lenguaje. Continuaban as una vieja cuestin filosfica que haba enfrentado ya a Herclito y Parmnides y que encontramos plenamente desarrollada en el Crtlo platnico68. Se trataba de decidir si el lenguaje es algo natural (physei) o fruto de la convencin humana69. En el supuesto de que el lenguaje sea un fenmeno natural,, la identificacin entre ste y la realidad acarreaba consecuencias sorprendentes, en especial por lo que hace a cuestiones de predicacin. Si la lengua es igual a la realidad, toda predicacin negativa, del tipo algo no es x, carece de todo sentido. La doctrina se basa, sin embargo, en una confusin entre el plano lgico y el ontolgico. Desde un punto de vista estrictamente lgico, decir que algo no es carece de sentido. Mas si se le reconoce a esti valor existencia!70 la proposicin puede ser verdadera o falsa. Esta primera con-; elusion llevar a la doctrina que algunos sofistas sostienen de que la contradiccin es imposible, ya que lo que no es no puede ser contradictorio. Esta doctrina del ouk sti anti-

    67 La influencia de Prdico es visible en T u c d id e s , I 69, 6. Para Protgoras cf. P l a t n , Protgoras, passim. Que las especulaciones lingsticas de los sofistas fueron del dominio del gran pblico lo demuestran las parodias aristofnicas de Las Nubes.

    68 Vid. . D u ra n , Concepto platnico del signo en Rev. esp. Ling. 18, 1 (1981), 129-148.

    69 Vid, sobre la cuestin, F. R. A d rado s , Lengua, ontologa y lgica en los Sofistas y Platn, Revista de Occidente, 96 (1971), 340-365.

    70 Algo que resulta difcil, como se ha pretendido, negar. Cf. C. H. Ka h n , The Greek Verb to be and the Concept of Being, Foundations o f Language, 2 (1966), 245-265.

  • IN TR O D U CC I N 23

    lgein71 es atribuida por Aristteles72 a Antstenes. Sin embargo, en el Eutidemo13, Scrates atribuye ya la doctrina a Protgoras74. En el Crtilo75 se hace referencia tambin a dicha doctrina. Un papiro, que contiene un comentario de Ddimo el Ciego al Eclesiasts76, atribuye tambin la doctrina a Gorgias77. En su tratado Sobre el no ser Gorgias se rebel contra la idea eletica de que el Ser es permanente, inmutable y eterno78. El descubrimiento de las reglas lgicas que rigen el lenguaje79, llev a Gorgias a la construccin de frases, lgicamente correctas, del tipo lo que no es es, haciendo hincapi en que los contenidos del pensamiento (t phronomena) no son iguales a la realidad (t nta) S.

    Si el lgos puede expresar contradicciones, stas son un reflejo de la realidad, tal como defenda Herclito. Mas, como sostena Parmnides, un mundo contradictorio no

    71 ntilgein significa en griego tanto contradecir como negar.72 Metafsica 1024b32; Tpicos 104b21.73 286c 1.74 Tambin Prdico parece haber mantenido la misma posicin; Vid.

    G. B in d e r ' y L. L iesenborghs , Eine Zuweisung der Sentenz ouk stin ntilgein an Prodikos von Keos, Museum Helveticum (1966), 37-43.

    75 429c 9-d 3.76 Editado por G. B in d en y L. L iesenborghs en un trabajo recogido

    ahora en Sophist ik, ed. C lassen , Darmstadt, 1976, pgs. 452-462.77 Vid. H. D. R a n k in , Ouk estin antilegein, en The Sophists and

    their Legacy, ed. G. B. K e r f e r d , Hermes (Einzelschr. 44), 1981, 25-37.78 Vid. G. B. Ke r fer d , Gorgias on Nature or that which is not, Fro-

    nes is, I (1955), 3-25. Cf. W. K , C. G u th r ie , The Sophists, Cambridge, 1971, pgs: 270 ss.

    79 Vid. W. W ie land , Znr Problemgeschichte dr formalen Logik, en Sophistik, pgs. 258 ss.

    80 Vid. F. R. A d rado s , La teora del signo en Gorgias de Leontinos, en Logos Semantiks. Studia Lingistica in Honorem Eugenio Coseriu I, Madrid, 1981, pgs. 9-19.

  • 24 SOFISTAS

    puede ser pensado, luego no existe81. Este contraste entre Herclito y Parmnides es el punto de partida para las discusiones sofsticas de la teora del lenguaje82.

    La retrica sofistica

    Resulta prcticamente imposible separar la instruccin sofstica de la Retrica83. En ltimo trmino toda ella era una instruccin sobre lgoi. De ah que los sofistas desarrollaran una doctrina del logos, que comprenda desde cuestiones gramaticales a otras lgicas u ontolgicas.

    Kerferd84 ha sealado que el trmino logos, entre lois sofistas y sus contemporneos, se aplica a tres reas conexas, aunque distintas: a) al campo de la lengua y la formulacin lingstica, b) al campo del pensamiento y de los procesos mentales (pensar, razonar, explicar) y c) al campo

    81 Para el intento platnico de resolver la contradiccin entre la teora de las Ideas y los problemas lgicos de la predicacin, vid. A. D ea o , El Sofista de Platn y la prehistoria de la lgica formal. Emrita 38, 1 (1970), 131-147. A la cuestin planteada en el Parmnides de cmo participan las cosas sensibles de las Ideas puras, se pretende dar una respuesta en el Sofista, planteando en trminos metafsicos un problema lgico. Proposiciones del tipo algo es otro o algo no es otro, para no ser tautolgicas, deben de conceder al predicado existencia o participacin con el sujeto. Tal es el origen lgico de la sympiok ton gen on.

    82 Vid. A. G raeser , On Language, Thought and Reality in Ancient Greek Philosophy, Dialectica, 31 (1977), 360-388.

    83 La obra clsica sobre esta cuestin es de H. G o m p e r z , Sophistik und Rhetorik, Leipzig, 1914, para quien ambos trminos son prcticamente sinnimos. La nica diferencia que cabe establecer estriba en que el ideal educativo de la Sofstica era ms general, por cuanto se propona educar para a actividad poltica, mientras la retrica formaba, sobre todo, para el debate judicial.

    84 Op. cit., pg. 83.

  • IN TRO D U CCI N 25

    dei mundo real: todo aquello de lo que podemos hablar (principios estructurales, frmulas, leyes naturales). Por lo general, el trmino logos remite siempre, en distintos grados, a los tres campos.

    Un concepto central de la teora y de la prctica retricas sofsticas es la nocin de kairs85. No sabemos cunto debieron los primeros sofistas a sus predecesores en materia de teora o prctica retricas. Algunas fuentes nos hablan de las tkhnai compuestas por Tisias y Crax, que comprendan probablemente una teora elemental de las partes del discurso (narracin, elogio, ataque personal...) ejemplificadas con fragmentos de discursos modelos86. Aristteles87 evoca la situacin creada en Sicilia, con posterioridad a la cada de los tiranos, en el primer tercio del siglo v, como el marco social y poltico, por la abundancia de procesos que tuvieron lugar, adecuado para el desarrollo de la retrica. En sus orgenes sta era un arte fundamentalmente pragmtico vinculado a los procesos judiciales88. De Tisias creemos saber que fue el inventor de los argumentos de verosimilitud (eoikta). Algunas de las historias y ancdotas transmitidas bajo su nombre muestran que reflexion sobre el poder de

    85 Para el significado y origen del trmino vid. W. Sss, Ethos, Leipzig, 1910. J. R om illy , Histoire et Raison chez Thucydide, Paris, 1956, pgs. 180 ss. P. M. Sc h u h l , De linstant propice, Rev. Philos. 152-1 (1962), pgs. 69-72. P. K u ch a r sk y , Sur la notion pythagoricienne de kairs, Rev. Philos. 153-2 (1963), pgs. 141-169. P. A ubenque , La prudence chez Aristote, Paris, 963, pgs. 95-103. M. Ke r k h o f f , Zum antiken Begriff des kairs", Zeitschrift fiir philosoph. Forschungen, 27-2 (1973), 256-274. J. R. W ilson , Kairos as Due Mesure, Glotta 58, 3-4 (1980), 177-204. M. Va l lo z za , Kars nella teora retorica di Alcidamante e di Isocrate, ovvero nelP oratoria orale e scritta QUCCl n. s. 21, 3 (1985), 119-123.

    86 Cf. Fedro 266d ss. y 273b.87 Apud C ic e r n , Bruto 46.88 Para Crax cf. A r istteles , Retrica III 24d.

  • 26 SOFISTAS

    conviccin de los argumentos basados en la verosimilitud y no en pruebas. Por ejemplo, la paradoja del individuo dbil pero osado, que roba y ataca al fuerte y cobarde: ninguno de los dos debe decir la verdad en los tribunales. Sabemos que Trasmaco compuso una tkhn, adems de una coleccin de discursos deliberativos y de Recursos retricos. En realidad sabemos muy poco de estas primeras Artes retricas. Recientemente se ha argumentado89 que algunos de los rasgos formales que caracterizan las primeras piezas retricas griegas rigidez formal90, falta de eufona, monotona, complejidad, ausencia de thos del orador, abstraccin se explican bien, si se considera que son composiciones destinadas no a los odos, sino a los ojos y la mente de los destinatarios: en otras palabras, van destinadas no a un auditorio, sino au n lector a solas con su texto. Las primeras tkhnai eran, pues, textos para ser ledos y memorizados como preparacin para las competiciones jurdicas, polticas o dialcticas. Como modelos que son, no deben tener ninguna concrecin. Las asonancias y rimas sirven a un fin mnemo- tcnico. Tal fue el carcter de las tkhnai de Crax, Tisias, Teodoro, Trasmaco, Gorgias, Polo, Licimnio. No son tratados, sino ejercicios91. Una tkhn poda contener varias piezas oratorias. Polo, un discpulo de Gorgias, llam a estas colecciones mousea logon, coros de piezas en prosa o colecciones de modos elegantes de hablar92. Estos mode

    89 . C o l , Le Origini dela retorica, QIJCC, n. s., 23, 2 (1986), 7-21 y ms extensamente The Origins o f Rhetoric in Ancient Greece, Baltimore & Londres, 1991. 90 Es notable en tal sentido la falta o pobreza en el uso de las partculas.

    91 Los testimonios que dan a tkhn el sentido de tratado son muy tardos, del siglo i i d. C.

    92 Ejemplos de estos modos o procedimientos, entre los que cabe citar la gnomologia, iconologa, dipasioiogia, en Fedro 267b 10-11.

  • IN TR O D U C C I N 27

    los retricos debieron de tener el aspecto de una serie de lugares comunes o tpoi93.

    Punto central en la educacin sofstica era la preparacin para participar capazmente en los debates pblicos. Esta preparacin no era simplemente formal, basada en una ejercitacin de procedimientos y recetas retricas, sino que consista en un ejercicio intelectual, que implicaba naturalmente un examen riguroso de los temas de debate.

    Platn en el Sofista94 seala como rasgos distintivos de los sofistas el que eran antilogikoii es decir que su forma de argumentar y debatir consista frecuentemente en oponer un logos o argumento a otro. El mtodo de examen que los sofistas pusieron a punto es lo que suele denominarse Antilgica. Protgoras pasa por haber sido el primero95 en proclamar que sobre cualquier asunto hay dos razonamientos, capaces de formulacin verbal, mutuamente opuestos. A l se debe el desarrollo del mtodo antilgico, consistente en defender sucesivamente dos puntos de vista opuestos: elogio/censura; acusacin/defensa96. Los cmicos percibieron el peligro moral inherente a un sistema de razonamiento que no tomaba en consideracin ninguna verdad absoluta. Ahora bien, como seala J. de Romilly97, la oposicin de tesis y de argumentos permita ponderar mejor lassituado-

    93 Cole , art. cit., pretende que topos designaba el lugar del papiro de una tkhn donde se encontraba la parte que deba servir como modelo. Ello explicara el uso amplsimo que del trmino hacan la Retrica y la Filosofa: un topos era todo aquello que poda situarse en lina tkhn en un rollo de papiro.

    94 232b.93 D igenes L aerc io , IX 5, 1; C lem ente de A l e ja n d r a , Miscel

    neas, V I65. .96 Para la utilizacin del mtodo por los trgicos y muy especialmente

    por E u r p id e s , cf. Antope, frag. 189 N.97 Op. cit., 124 ss.

  • 28 SOFISTAS

    nes, analizar en detalle los conflictos, examinar las distintas responsabilidades. En este sentido, el mtodo antilgico transciende los lmites de la retrica prctica, para convertirse en un poderoso instrumento de anlisis y de conocimiento.

    De la lectura de los textos antiguos, especialmente los platnicos, no resulta fcil establecer una distincin entre erstica, antilgica y dialctica98, trminos todos ellos relacionados con la retrica sofstica.

    El ms fcil de distinguir, por el sentido peyorativo con que siempre es mencionado, es la erstica. La finalidad del arte erstico es la bsqueda de la victoria en la argumenta- cin, por cualquier medio y con independencia de la verdad. El fin es vencer en la argumentacin por encima de todo. Las tcnicas de las que puede echar mano la erstica son numerosas: falacia, ambigedad, amplias exposiciones, etc. Eristas sealados fueron Eutidemo99 y Dionisodoro100.

    La antilgica es bsicamente un mtodo de argumentacin. Consiste en oponer dos argumentos opuestos, para producir, con ello, una contradiccin. Es pues una tcnica especfica de argumentacin, consistente en encontrar un logos diferente del del oponente, de modo que ste debe aceptar los dos lgoi o abandonar el suyo. Este ue tambin el mtodo de Zenn101. Para Platn la antilgica es inferior

    98 Vid., p a ra u n a a m p lia d iscu s in d e lo s t rm in o s , K e r f e r d , op. cit., pg s . 6 2 ss.

    99 Cf. Eutidemo 272a 7-b 1.100 Cf. Teeteto 167c 3-6.101 La relacin de la antilgica con Zenn y los sofistas ha sido objeto

    de un amplio debate. Co rn fo rd , Plato and Parmenides, Londres, 1939, pgs. 67-68 y H. F ra n k el , Wegen und Formen friihgriech. Denkens, Munich2, I960, pgs. 198-236, concluyeron que los sofistas no fueron pensadores serios, que Platn atribuye a Zenn la Antilgica, un arte retrico del engao, que ignora la verdad y busca slo la dxa y, en conclu-

  • IN TR O D U CC I N 29

    a la dialctica, por no pasar de ser un mtodo puramente verbal, basado en oposiciones verbales. Adems vea en ella un instrumento que poda ser peligrosamente usado, especialmente en manos de los jvenesl02.

    Sin embargo, Platn no condena la antilgica, a la que considera como una etapa necesaria para llegar al mtodo dialctico. En el fondo Platn vea en la antilgica una manifestacin del mundo fenomnico, en su eterno estado de cambio y flujo 303. De hecho una de las razones por las que Platn rechaza a la sofstica estriba en que los sofistas confunden parte de la verdad, es decir, el carcter antilgico del mundo fenomnico, con la verdad entera104. La antilgica es, pues, slo el primer paso que lleva a la dialctica.

    sin, que Platn trata a Zenn como un sofista. G. V lastos , Platos testimony concerning Zeno of Elea, Journal o f Hellen. Studies 95 (1975), 150-155, basndose en pasajes como Fedro 261d6-8, considera la Antilgica una tcnica de anlisis que construye predicados contradictorios para los mismos sujetos. Rechaza los puntos de vista de Comford y Frnkel. En su opinin Platn nunca consider a Zenn como un sofista. Por ejemplo, en el Parmnides no aparece retratado como tal, sino, ms bien, como un seguidor de Parmnides. Aunque Platn tena una pobre opinin de la antilgica, ello no supone que quienes la practicaban fueran sofistas, ni que la considerara como algo deshonesto en s. Por otro lado, A ristteles atribua en su dilogo perdido Sofista (D. K. 29 A 10) la invencin de la dialctica a Zenn. Cf. Refutaciones sofisticas 10, 170b 19 (= D. K. 29 A 14). Esta noticia concuerda con aquella otra que nos trasmite D igenes La erc io (IH 48) de que Zenn fiie el primero en escribir dilogos, lo cual est contra toda a evidencia que poseemos de los escritos de Zenn. La exgesis moderna tiende a interpretar el pasaje de Digenes en el sentido de que Zenn pudo aparecer como personaje de dilogos perdidos. Cf., por ejemplo, D. K. 29 A 29, que reproduce un pasaje de un dilogo entre Zenn y Protgoras.

    102 Cf. Repblica 537e 1 -539a 4.!r'3 Cf. Fedn 89d !-90c7.!

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    En distintos pasajes105 aprueba Platn el buen uso del lenkhos. Mediante el lenkhos un aserto determinado conduce a una contradiccin, a dos asertos que son mutuamente contradictorios. Por ejemplo, a una pregunta como qu es el valor?, se responde con una determinada afirmacin e, inmediatamente, se examinan las inconsistencias de dicha afirmacinl06. Dos asertos mutuamente contradictorios es el rasgo esencial de la antilgica.

    La Dialctica, en cambio, discurre sobre la base de la divisin de los objetos en clases, si bien, Platn no la define i07. Generalmente el mtodo dialctico supone una aproximacin a las Formas platnicas. Frente al mundo cambiante y contradictorio de la antilgica, el verdadero conocimiento debe ser firme e inmutable y, en consecuencia, necesita de objetos de la misma naturaleza que l. Desde el punto de vista metodolgico, la dialctica incluye procesos como la hiptesis, la induccin, la sntesis y la clasificacin.

    La retrica sofstica, basada frecuentemente en argumentos de verosimilitud (eoikta), necesitaba de un conocimiento en profundidad de los caracteres, las reacciones

    105 Cf. Fedn 85c-d; Repblica 534b-c.106 Vid. R . Rob in son , Platos Earlier Dialectic, Oxford2, 1953, pgs.

    7-32.: : ' . - :107 A r istteles , en su dilogo perdido Sofista (frag. 65 Rose - D. K .

    29 A 10) atribuye su invencin a Zenn, si bien en otros pasajes la considera fruto de Platn o de Scrates. Cabe inferir de ello que el trmino no era univoco en Aristteles. Cf. P. W il p e r t , Aristoteles und die Dia- lektik, Kant-Studien 58 (1956-57), 247-257, y J. D. G. E vans , Aristotles Concept o f Dialectic, Cambridge, 1977, pgs. 17-30. K erferd , op. cit., pg. 60, llama la atencin sobre el hecho de que Aristteles, siempre que usa la palabra dialctica, parece referirse a mtodos de argumentacin. Es decir Aristteles hizo con el trmino dialctica lo que con otros trminos preexistentes, redefnirlos y mostrar que sus conceptos e ideas estaban ya, aunque imperfectos, en sus predecesores.

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    humanas habituales, sus mviles, debilidades y comportamientos. En algn caso, como en el de Hipias, se consider necesario un conocimiento enciclopdico y universal. Los sofistas fueron los primeros en constatar cmo el comportamiento humano vara segn las circunstancias: en la guerra y en la paz, en el mbito de lo privado o de lo pblico. Ello llev, en la prctica, al estudio y descubrimiento de la psicologa general y colectiva.

    J, de Romilly108 ha intentando demostrar que la retrica sofstica, como artfice de persuasin109 buscaba influir en los espritus sirvindose de los medios de expresin propios de los ensalmos y conjuros mgicos. Kairs, en su opinin, no es ms que la utilizacin de todo aquello que poda contribuir al poder mgico de la palabra.

    La reflexin retrica de Gorgias, le llev a poner los rudimentos de una potica, como cuando define la retrica como artifice de persuasin o la poesa como discursos en verso110./

    La epistemologa de los sofistas

    Entre los muchos cambios que Grecia presenci a inicios del siglo v, no fue el menor de ellos la revolucin en la mentalidad que empieza a insinuarse ya en las artes plsti-

    10S Magic and Rhetoric, pgs. 102 ss. Cf. M, G arc a T e ije ro , Retrica, oratoria y magia, en Estudios de drama y retrica en Grecia y Roma, Len, 1987, 143-

    109 Peitho dmiourgs en expresin de Gorgias, quien tambin hablade psykhagga.

    110 Cf. E. L led I ig o , El concepto poiesis en la filosofa griega. Herclito-Sofistas-Platn, Madrid, 1961, esp. pgs. 43-53.

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    cas1 1 obra de poetas como Simnides. El poeta deja de ser considerado como un maestro de verdad, un depositario e intrprete del saber de la comunidad, para convertirse en un artfice, un creador hacedor es la palabra que literalmente traducira el griego poites de ilusiones, de realidades artificiales, que, gracias a su oficio, realiza obras frecuentemente por encargo. Frente a la concepcin tradicional de la pintura concebida como ilusin, Simnides afirma ahora que la pintura es poesa silenciosa, la poesa, pintura que habla. Hay un igualacin de la vista y del odo. Ambos son sentidos y como tales sujetos a ilusin y engao. Por todo ello Simnides fue considerado por numerosos autores antiguos como un precursor de Gorgias112.

    Simnides descubri el carcter artificial de la palabra potica113. Miguel Psello114 atribuye a Simnides la afirmacin de que la palabra es la imagen de la realidad. La estatua deja de ser un signo religioso para convertirse en una imagen de una realidad exterior (aparecen las primeras firmas de autor). El artista est a medio camino entre la realidad y la imagen. Un fragmento de Simnides reza t do-

    111 Desde comienzos del siglo v comienzan a desaparecer de la escultura los monstruos y formas fantsticas, para dejar paso a la figura humana, que acapara ahora el centro de la composicin.

    112 Cf. P lu ta r co , De audiend. poet. 15 d. Cf. A. B. van G r o n in g e n , Simonide et les thessaliens, Mnemosyne I (1948), 1-7: los tesalios estaban faltos de sensibilidad para la poesa ya que si no hay apt no hay poesa. La ancdota, falsa, ha sido significativamente atribuida al mismo Gorgias (vid. W il a m ow it z , Sappto und Simonides, pg. 143). P fe iffer , op. cit., pg. 75 ha llamado tambin a atencin sobre la afinidad conceptual entre algunos fragmentos de Simnides, al que califica como proto- sofista (frags. 36 y 37 PMG) y los sofistas.

    113 Cf. M. D e t e n n e , L os maestros de verdad en la Grecia arcaica, trad, esp., Madrid, 1983.

    114 P. energ. diam. 821 M ig n e :

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    ken kai tn altheian bitai115. La verdad empieza a ceder sitio a la dxa, a la opinion. Paralelamente, facultades como la memoria que haban sido objeto de un cultivo inicitico son ahora secularizadas y puestas al servicio del arte. La opinin no es necesariamente engaosa, pero hay toda una corriente de pensamiento griego que asocia opinin y engao116. En la Repblica de Platn el adolescente que se sita en la encrucijada, decide que t doken es ms fuerte que la aletheia. Estas afinidades de dxa y apt encuentran fun- damentacin en ciertas significaciones esenciales de dxa. Para Gorgias la dxa es frgil e inestable (sphaler kai ab- baios). Est sometida a peith (persuasin) y no pertenece al orden de la epistem, sino al del kairs, el tiempo de la accin humana posible, de la contingencia y de la ambigedad. Las dxai son como las estatuas de Ddalo emprenden la huida y se van117. Para Platn phildoxos es el amante de bellas voces, colores hermosos, cosas que se encuentran a medio camino entre el ser y el no ser. La dxa es verdadera y falsa al tiempo. Es, pues, una forma de conocimiento que conviene al mundo del cambio, al movimiento, a la ambigedad, a la contingencia118. Su significado bsico es el de conformarse con lo que se considera una norma, de donde: tomar el partido que se considera mejor

    115 La apariencia violenta incluso a la verdad, frag. 77 Lyra GraecaII, ed. J. M. E dm ond s .

    116 Vid. W. J. V erd en iu s , Gorgias Doctrine of Deception, The Sophists and their Legacy, 1J 6-128.

    117 Pla tn , Menn 97D. C f. J. S pru t e , Der Begrijf der Doxa in der platonischen Philosophie, Gotinga, 1962.

    1IS C. R ed a rd , Dli grec dkhomai... au sanskrit tka... Sens de la racine *dek-, Sprachgeschichte und Wortbedeutung, Festschrift A. De- brunner, Berna, 1954, pgs. 359-362. Vid. E. L led ig o en Platon. Dilogos I, ed. J. Calong e , E . L led , C . G arc ia G u a l , Madrid, Gredos, 1990, pgs. 77 ss.

  • 34 SOFISTAS

    adecuado a una situacin. En su significado dos son ios semas ms importantes: el de eleccin y el de eleccin variable segn la situacin. Simnides sustituye el ideal aristocrtico del agathos anr por el de hygies aner, que es eidos g onaspolin dkan119,y a que polis ndra didskei120. Do- ken es el verbo de la decisin poltica. Dxa an no est abiertamente opuesta a epistem, pero s a aletheia en el seno del pensamiento potico. En cierto modo, Simnides anuncia al sofista: cultiva la anttesis, juega con la ambigedad de las palabras, vende la poesa por dinero, engaa a los dems. Pero, sobre todo, desarrolla una teora de la dxa, la lgica de la ambigedad que permite, sin embargo, actuar con eficacia sobre ese plano de ambigedad.

    Los primeros sofistas se afirman como especialistas de la accin poltica. Poseen una habilidad poltica y una inteligencia prctica121. Son las cualidades que sobresalen, por ejemplo, en Mnesfiles, el sabio consejero de Pericles122. El plano del sofista, como el del poltico, est en las antpodas del filsofo. Su esfera es la de la contingencia, la del kairs. En este plano el sofista es el que hace lgico lo ambiguo y con su lgica es capaz de fascinar al adversario, de hacer grande lo pequeo. El fin de la sofstica, como el de la retrica, es la persuasin (peitho), el engao (apt).

    El lgos sofstico es, pues, un instrumento de persuasin, no de conocimiento de la realidad. La realidad a la que se aplica es una realidad autnoma, no un significante por referencia a un significado. Ese lgos, en el caso de Gor-

    119 Frag. 29 Lyra Graeca, ed. J. M. Edm ond s , II, pgs. 284 ss.120 F ra g . 9 5 , Lyra Graeca I I , E d m o n d s .121 G. B. K e r f e r d , The First Greek sophists, Class. Rev., 64 (1950),

    8-10 y W. N e s t l e , Gab es eine ionische Sophistik?, Philologus 79 (191), 258

    122 H e r d o t o , VIII 5 7 -5 8 .

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    gias, violenta, por medio de la persuasin, las almasl23. La memoria juega ya un papel totalmente secularizado, diferente al que jugaba en el plano de la aleheia. El poeta no habla ya por gracia de las Musas o de los dioses, para revelar una verdad. Deja de ser un vates, para afirmar su conciencia creadora. Simnides afirma ya que la palabra es la imagen de la realidad.

    Hay indicios de que algunos sofistas elaboraron algo semejante a una teora del conocimiento, aunque las evidencias son muy escasas. Protgoras124 conceba el mundo fsico en continuo flujo, en razn de continuas emisiones y adiciones, que nosotros podemos percibir gracias a nuestros sentidos!25. Gorgias defenda una doctrina de la percepcin semejante a la de Empdocles: los objetos emiten unos efluvios materiales que penetran por los caminos o poros de nuestros sentidos.

    El debate nmos/physis

    Una de las cuestiones que con mayor inters debatieron los sofistas y sus oponentes fue el origen de las leyes, instituciones y costumbres sociales; en ltimo trmino tambin, la legitimidad del poder. La cuestin fue examinada desde un doble punto de vista. Por un lado se interrogaron los sofistas, para dar respuesta a la organizacin social, sobre el

    m Cf. H. K o ller , Die Mimesis in deranti/ce, Berna, 1954, pgs. 88-203. Para las capacidades del lgos, persuadir, aliviar, fascinar, procurar placer, etc., cf. Ch. P. Seg a l , Gorgias and the Psychology of the Logos, H. St. Cl. Ph. 66 (1962), 99-155.

    124 D. .. 80 A 14.12:1 En el Teeteto se sugiere que Protgoras posea una doctrina secreta

    de la percepcin;

  • 36 SOFISTAS

    origen mismo de la sociedad y la civilizacin humanas, suscitando, indirectamente, la cuestin del progreso humano126.

    Por otro lado cuestionaron las fuentes de legitimidad del poder establecido. Frecuentemente ambos enfoques aparecen implicados. Y, por lo general, el anlisis de las instituciones o costumbres es reducido a la cuestin de si son por naturaleza o por convencin127. Esta oposicin entre ley o costumbre/naturaleza tiene su origen en concepciones griegas.,: :

    Physis posee en griego, casi siempre, un aspecto dinmico128 y se aplica a seres que poseen, como tales, en s mismos una fuente de movimiento, es decir de crecimiento y de cambio. Nomos, por su parte, tiene habitualmente un aspecto prescriptivo y normativo. Apunta, por lo general, a orientaciones o disposiciones que afectan a la vida o a la conducta de las personas o de las cosas129. No debe parecemos pues paradjica la expresin nomos phses, que

    126 Para la historia de la idea de progreso, vid. M. S. R u ip r e z , La aparicin de la idea de progreso en Grecia, Salamanca, 19872 y E. R. D o d d s , The Ancient Concept o f Progress and Other Essays on Greek Literature and Belief, Oxford, 1973, pgs. 92-105." 127 La obra clsica es de F. H e in im an n , Nomos und Physis. Herlainft und Bedeutung einer Antithese im griechischen Denken des 5. Jahrhun- derts, Basilea, 1945, que seala cmo la oposicin aparece tambin en los primeros escritos hipocrticos, de donde los sofistas la tomaron.

    128 Cf. A r istteles , Metafsica V 4, 1015a 13-15.129 No resulta por ello fcil la traduccin de ciertos trminos emparen

    tados con nomos. Nomzetai designa lo que es considerado justo, lo que es apreciado o tiene valor. Este aspecto valorativo aparece claramente en nmetai para sealar que algo es asignado como porcin justa, correcta u ordenada. fmesis, el sustantivo de accin correspondiente, designa el reparto correcto o la correccin de una situacin considerada injusta, de ah correccin divina > venganza. Nmisma lo que tiene valor > leyes o costumbres tradicionales, de donde moneda.

  • IN TR O D U CC I N 37

    designa no slo los procesos naturales, sino tambin todo aquello que la naturaleza urge o exige hacer. En algn pasaje nomos, al designar la ley comn, universal, designa tambin la ley natural.

    La controversia nmos/physis no tiene, por tanto, en s misma nada de moralmente perverso. Las consecuencias ltimas que de ella se sacaron ruptura con los valores tradicionales, bsqueda racional del propio inters y exigencia de la autonoma de la voluntad y rechazo de la dependencia ciega son buenas, desde una ptica moderna. Los sofistas buscaban un principio racional y consistente que explicara satisfactoriamente la naturaleza de las leyes humanas y del ser humano130. No fueron los primeros en el intento de fundar las instituciones en principios racionales y de validez universal. Herclito censura la ceguera y locura de la mayora de los hombres, que les lleva a vivir como si tuvieran inteligencia propia. Todas las leyes humanas, segn el filsofo de Efeso, se alimentan de una ley divina que es la que se debe seguir01. Encontramos, por tanto, ya en Herclito la bsqueda d un principio permanente e inmutable del que derivan las leyes humanas, el deseo de establecer unos criterios, a la luz de los cuales las leyes humanas puedan ser corregidas o mejoradas.

    Sin duda que, en manos de algunos sofistas, la oposicin nmos/physis, se convirti en un peligroso instrumento de

    i3 En este aspecto insiste el estudio de I. M u o z V alle , El Racionalismo griego. Los sofistas. Su concepto dei hombre y de la sociedad, R. Fil. (Madrid), 27 (1968), 201-212.

    i31 Cf. D. . 22B 2 y 114. Cf. Ma r c o v ic h , Heraclitus, 1967, frag. 23. Sn ell , Heraklit, 1989, frag. 1 14. Vid. M . G arc a Q u n te la , El Rey Melanclico. Antropologa de los fragmentos de Herclito, Madrid, Taurus, 1992,esp. pgs. 143-144.

  • 38 SOFISTAS

    anlisis. As en el Gorgias platnico132 Scrates, tras lograr que Polo admita que obrar injustamente es moralmente peor que ser objeto de injusticia, provoca la intervencin airada de Calicles. Este recuerda que el argumento de Scrates ignora la distincin nmos/physis. Por naturaleza, lo que es peor es tambin ms vergonzoso: sufrir injusticia, en consecuencia, es ms vergonzoso que cometerla. Las leyes convencionales, contina, estn hechas por la mayora de los dbiles, para defenderse de los fuertes y en inters propio. La prescripcin de la naturaleza es buscar el mayor grado posible de satisfaccin de los deseos. No parece, sin embargo, que esta teora fuera exclusiva de Calicles. En un pasaje de las Refutaciones Sofisticas133 Aristteles parece atribuir un origen sofstico a la doctrina de que la justicia es buena nmi, pero no physei. Fue, sin duda, Antifonte quien mejor penetr en la contradiccin entre ley y naturaleza, sentando las bases de una moral utilitarista134. Segn su anlisis, el principio supremo es la vida y todo lo que no contribuye a la supervivencia es moralmente irrelevante. Contrariamente, lo que ayuda a la supervivencia es bueno. De ello se sigue la constatacin de que, cuando obramos justamente, lo hacemos en contra de nuestro propio inters. Nuestra existencia colectiva nos impone un sentido de la justicia, que nos mueve a obedecer a las leyes. Nuestros instintos y deseos ms profundos nos mueven a evitar todo dao. La nocin de justicia, por tanto, es en s misma contradictoria.

    El debate nmos/physis movi la curiosidad de los griegos y los llev a examinar las costumbres de otros pueblos,

    132 482c 4-486d 1. Cf. el Apndice de a edicin de D od d s , Platos Gorgias, Oxford, 1959, pgs. 386-91.

    133 1 73a 7-18.134 Vid. D. J. F in ley , Antiphons Case against Justice, en The So

    phists and their Legacy, 81-91.

  • IN TRO D U CCI N 39

    en su deseo de encontrar principios naturales de validez universal. Este afn motiv una cierta literatura, que podemos considerar, con toda razn, como el comienzo de la etnografa y antropologa occidentales. Los loggrafos jonios, especialmente Hecateo, Herdoto, Los Discursos dobles, etc... recogen abundantes ejemplos de nmima barbarik. El propio Aristteles en la Retrica135 recoge y sistematiza estas investigaciones, cuando distingue entre lo que es particular y propio de cada pueblo, de aquello que es comn a todos ellos, por estar de acuerdo con la naturaleza. En apoyo y como ilustracin de estos segundos principios cita a Antigona, cuya accin, aunque prohibida, es naturalmente justa136.

    Pero conviene sistematizar algo ms los resultados de este debate por lo que al origen y justificacin de las leyes hace.

    Empecemos recordando cmo Scrates es el campen de una justicia absoluta, si bien, en ningn pasaje, encontramos una fundamentacin para tal nocin. Slo en el Cri- tn137, y en el contexto de una sumisin total a las leyes de la ciudad, hasta el punto que rechaza la posibilidad que se le ofrece de escapar a la muerte por respeto hacia las leyes de Atenas, explcita Scrates algo ms su pensamiento, cuando afirma que su obediencia a las leyes es fruto de un pacto o acuerdo personal entre l y la ciudad. Esta idea de pacto o acuerdo entre el ciudadano individual y la ciudad no tiene precedentes en la antigedad y debe de ser interpretado, en un sentido kantiano, desde una vertiente moral, como la.fi-

    135 1 37b 4-11.136 De hecho Antigona no apela a la naturaleza para justificar su con

    ducta.157 849e.

  • 40 SOFISTAS

    deiidad a un compromiso libremente aceptado y no como una institucin til y benfica.

    En Protgoras encontramos ya in nuce la teora del contrato social138. Su nocin de justicia es ambivalente. Por un lado la ley no tiene ningn fundamento absoluto, es pura convencin. Pero, de otro, es fruto de un acuerdo social, al cual debemos la supervivencia y, en tal sentido, es algo esencial.

    Trasmaco, en la Repblica platnica139 declara que la justicia es el inters del ms fuerte. La justicia, pues, es algo convencional que no est al servicio de todos, sino slo de una minora. Ahora bien, en esta constatacin de que la justicia puede ser un mal negocio, J. de Romilly ha visto no tanto la formulacin de un aristcrata ambicioso, cuanto la reflexin desesperanzada de un espritu apasionado por la justicia. Puede ser, pero su formulacin recuerda mucho la del Calicles del Gorgias, para el que las leyes son un invento de los dbiles contra los fuertes, con lo que se afirma la legitimidad de su transgresin, una idea que tuvo peligrosas consecuencias en la prctica poltica. En la Repblica tambin Glaucn140 habla del origen de la ley en trminos muy prximos a los de la sofstica, por cuanto recurre al anlisis physis/nmos: segn la naturaleza, sufrir la injusticia es un mal; por tal razn, los hombres juzgan til entenderse unos con otros (synthsthai) para no cometer ni sufrir injusticia. Tal es el origen de las leyes o acuerdos. La ley se sita en un punto medio entre el mayor bien, la impunidad de la in

    138 Para un estudio sobre los orgenes de la teora en la Antigedad vid. Cu. H. Ka h n , The Origins of Social Contract Theory, en The Sophists and their Legacy, Hermes (Einzelsch. Heft 4 4 ) ed. G. B. Ker fer d , 1981, 92-108.

    139 348c-d.no 259_

  • INTRODUCCIN 41

    justicia, y el mayor mal, la imposibilidad de la venganza. Como tal, la ley es fruto de un pacto o acuerdo til y benfico. Las ideas de Glaucn recuerdan muy de cerca la formulacin de Hipias14 de que la justicia es lo que los ciudadanos han convenido (synthmenoi) que debe o no debe hacerse.

    Los sofistas y la religin

    La comedia antigua muestra bien cmo, con fundamento o sin l, el vulgo identificaba el ambiente de creciente irreligiosidad de la Atenas del ltimo tercio del siglo V con las especulaciones de los filsofos y de los sofistas142. Con la desenvoltura propia de la comedia antigua, Aristfanes sustituye a los antiguos dioses por entidades tales como el torbellino o Las Nubes en la comedia homnima. Y en esta misma comedia se proclama, entre chanzas y veras, que creer en Zeus es ya un, sentimiento arcaico143.

    La influencia de las especulaciones sofsticas sobre el origen y la naturaleza de la religin es claramente perceptible en Eurpides, en algunas de cuyas obras leemos pasajes inspirados por lo que J. de Romilly ha llamado una religin de tono filosfico144. Y no otro origen tuvo el novedoso tratamiento del mito, con su rechazo de algunas de las

    141 J e n o f o n t e , Recuerdos de Scrates, IV 4, 123.142 Para un ataque a los intelectuales cf. Nubes 103, 120, 186, 199,

    1002-1019.143 Nubes,366-367; 818-819 y 1469-1470.144 Cf. Troyan as 884 s.; Orestes 318. En un pasaje conservado del

    Belerofonfe, ste da rienda suelta a su dolor, en una condena explcita de la justicia divina.

  • 42 SOFISTAS

    leyendas tradicionales o, al menos, de algunos de los aspectos ms monstruosos y criticables de las mismas145.

    Sin embargo, no debemos de exagerar la influencia ejercida por la sofstica en el teatro de Eurpides. Ms bien lo que es perceptible en sus obras es una influencia creciente de la retrica. Eurpides est al final de una evolucin que, sobre la escena tica, debati todo el abanico de problemas referentes a las relaciones entre los hombres y los dioses. Ya en el teatro de Esquilo el coro se interroga continuamente por la justicia divina. Quiere verificar su equidad. En La Oresta se rechaza formalmente la ley del talion, que haba sido uno de los principios rectores de la conducta intertribal, sustituida ahora por un principio ms justo y solidario: el de la justicia ciudadana, sancionada por los dioses y simbolizada por el tribunal de Arepago: los hombres y la ciudad sern en adelante los encargados de velar por la justicia146. En las tragedias de Sfocles el herosmo de sus protagonistas centra la accin en el lado humano, en debates en donde se examinan, alternativamente, las razones de las actitudes opuestas.

    Tambin Tucdides se dej penetrar por un pensamiento que le ayudaba a concebir los acontecimientos histricos no como el mero capricho de los dioses, sino como un juego de intereses humanos, regido por principios laicos de fuerza y de derechol47.

    Sin duda que los procesos de impiedad que se intentaron contra algunos sofistas como Protgoras o contra pensado

    145 Cf. ln 435; Heracles 1341 s.; Ifigenia entre los Tauros 391.146 Vid. F. R. A drados , Ilustracin y Poltica en la Grecia clsica,

    Madrid, 1966, pgs. 181 ss. Vid. tambin G. T hom son , Aeschylus and Athens, Londres, 1966, pgs. 229 ss. y C. M ira lles , Tragedia y Poltica en Esquilo, Barcelona, 1968, pgs. 208 ss.

    147 Cf. Tue., V 105,2.

  • IN TRO D U CCI N 43

    res como Anaxgoras, Digoras de Melos o Teodoro de Ci- rene, al margen de las posibles implicaciones polticas, ponan en evidencia tambin la reaccin popular contra un pensamiento que atacaba no la fe en los dioses, sino que socavaba los cimientos mismos en los que se fundamentaba la moral y las normas de convivencia ciudadana.

    Pero, sin duda, los sofistas ejercieron una crtica afilada contra las creencias tradicionales. A Gorgias se le atribuye la afirmacin de que el sol no es ms que una masa incandescente148 y Prdico identific a los dioses con los elementos naturales, el sol y la luna. Protgoras compuso un tratado Sobre los dioses y otro Sobre las cosas en el Hades. Prdico discuti el origen de la creencia humana en dioses 149 en trminos psicolgicos y naturalistas. Critias150 produjo una teora utilitarista de la divinidad.

    Sofistica y moral

    Sin duda, una de las razones, no quizs la ms importante, pero s determinante, por la que los sofistas merecieron, ya desde la Antigedad, el juicio adverso, cuando no la condena de contemporneos e historiadores, radica en el hecho de que sometieran a anlisis racional lo que G. Murray llamara el conglomerado heredado151, es decir, todo el cmulo de creencias, normas de conducta y sistemas de vida, sobre los que se basaba la vida de la ciudad.

    !4S D. . 82B 31.149 D. K. 84 B 5.!s0 D. K. 88 B 25.bl Vid. E. R. Dodd s , Los griegos y lo irracional, Madrid, trad, esp.,

    1960, pgs. 169 ss. ; i;

  • 44 SOFISTAS

    No debe extraar, pues, que algunos autores modernos 152 hagan verdaderos esfuerzos para, desde lo que podemos llamar una posicin conservadora, distinguir dos clases de sofistas, correspondientes a dos generaciones sucesivas de pensadores. Entre la primera generacin de sofistas y sus seguidores hay el paso de la teora a la prctica y del anlisis neutral (?) y la constatacin objetiva de los hechos a la interpretacin laica de los mismos. Los discpulos simplifican y banalizan las doctrinas de sus maestros, que, examinadas de cerca, muestran un profundo respeto por la moral, defendiendo los valores morales y la virtud.

    Lo cierto es que algunos sofistas, mediante el anlisis d la diversidad de las conductas humanas, minaron los fundamentos de la moral tradicional. Las consecuencias que extrajeron, por lo que hace a los principios morales y del derecho se pueden resumir en los siguientes puntos:

    1) Los dioses no son el fundamento de la justicia.2) Lo legal no coincide siempre con lo justo y, en todo

    caso, se trata de convenciones cambiantes. En este anlisis fueron de gran ayuda las observaciones antropolgicas de los historiadores jnicos153.

    3) Lo justo e injusto no tienen existencia objetivable.En el Gorgias platnico el sofista, acuciado por Scra

    tes, admite que efectivamente la retrica sofstica puede servir para el bien o para el mal. Pero aade que, en su caso, es el sentido y el respeto por la justicia lo que puede aprenderse 154. Fue Platn quien capt el peligro para la moral que la enseanza sofstica implicaba y lo ejemplific en las figu

    152 Cf. J. de Rom illy , op. cit., pgs. 179 ss.I>3 Cf. H erdo to , III 38. Tambin los Discursos dobles ofrecen

    ejemplos tomados de una rudimentaria etnologa (cf. II 18).,;>4 Cf. Gorgias 455a y 460a. En contra de tal opinin Menn 95c.

  • IN TR O D U CC I N 45

    ras de Calicles y Polo. Iscrates intentar reconciliar esta oposicin entre retrica y moral155.

    No obstante, en algunos sofistas el relativismo moral tena unos fundamentos basados en una concepcin de la realidad y una teora del conocimiento. La cuestin puede plantearse as: si todas las percepciones y juicios morales son igualmente verdaderos, como pretenda el antropocen- trismo protagoreo, cmo es posible decir de un logos que es superior a otro? Ya hemos visto que para algunos sofistas la cuestin no tena sentido, por cuanto toda contradiccin era imposible. Sin embargo Protgoras, que parece haber defendido tambin la imposibilidad de la contradiccin, parece haber presentado una explicacin diferentei56. Probablemente Protgoras desarroll una especie de sociologa del conocimiento, un medio de comparar juicios sobre temas de valores morales, no en trminos de verdad o falsedad, sino en trminos de sus consecuencias ticas157. En el Teeteto15* Protgoras pone algunos ejemplos de cmo lograr que el logos ms dbil resulte ms fuerte. El mdico hace que el alimento, amargo para el enfermo, le resulte a ste agradable, provocando, para ello, un cambio. En la educacin el sofista hace con palabras lo que el mdico con las drogas: sustituye, no lo falso por lo verdadero, sino la opinin ms endeble por la ms fuerte. Ello supone, en el fondo, una modificacin del principio protagoreo de las

    155 Antdosis 84.156 La cuestin ocup tambin a Scrates. Vid. G. C a log ero , La Re

    gola di Socrate, La Cultura 1 (1963), 182-196. A. Sza bo y G. C a loge r o , Bliistos logos, ibidem, 607-630, que muestran cmo en el Critn (46b) Scrates rechaza la propuesta de huir, porque no se adeca a la orillles, no es el bltislos logos, en expresin que parece tomada de los sofistas.

    157 C f. K e r f e r d , op. d i . , pgs. 101 ss.158 166d 1-8.

  • 46 SOFISTAS

    cosas son como me parecen ser. De hecho algunos son ms sabios que otros en juzgar lo que es mejor o peor. Cabe concluir, por tanto, que algunos juicios son falsos. Esta conclusin se compadece bien con el relativismo de Protgoras, si entendemos que ste nunca neg la existencia de realidades objetivas. El relativismo de Protgoras tiene una base en su teora de la percepcin. El hombre percibe cualidades existentes en las cosas. Por ejemplo, el calor existe en el viento; el fro existe en el viento. Unos perciben el calor y otros, el fro. Estas cualidades no son contradictorias: si para A el viento es x, para B puede ser y. Hay dos lgoi distintos en cada sujetoi59. Ahora bien, donde no hay dos lgoi es en la valoracin moral de esas cualidades. El calor puede ser bueno o malo o ventajoso, etc..., dependiendo del mo- ment, el estado, la disposicin, etc... Y, en tal caso, no hay ya una nica verdad160. A pesar de este relativismo moral, tericamente fundamentado, los sofistas contribuyeron a poner las bases de lo que llamaramos hoy una moral democrtica, basada en la conviccin de que la arete (virtud) no es una cualidad innata, dependiente del nacimiento y la estirpe, sino un conjunto de saberes y de valoraciones que puede ser enseado y ejercitado en la vida colectiva. Con su aguda crtica los sofistas no cuestionaron tanto el orden establecido, cuanto los valores sobre los que este orden se mantena. Sus anlisis sobre la justicia, lo justo, la equidad, la ley o la legitimacin del poder contribuyeron en no pe

    159 As K ir k k rd , op. cif., pgs. 101 ss.160 Vid. J. M a n s f e l d , Protagoras on Epistemological Obstacles and

    Persons, en The Sophists and their Legacy, pgs. 38-53, que aplica la nocin de Gaston Bachelard de obstacle pistmoiogique, para demostrar que el relativismo de Protgoras contenido en su doctrina de! homo- mensura afecta al conocimiento individual. As parece confnnario el nuevo fragmento.

  • IN TRO D U CCI N 47

    quea medida a elevar los estndares de moralidad en la Atenas clsica161. Si no deja de ser cierto que el pensamiento de Critias o Calicles fue fruto de las ideas sofsticas, no lo es menos que tales ideas aberrantes surgen cuando la razn dimite del control efectivo de la vida colectiva. Y frente a Calicles o Critias podemos oponer siempre la figura de Pe- rieles como exponente del gobierno de un ilustrado, imbuido de ideas sofsticas.

    Sofistas y poltica

    En cierto modo, puede decirse que los sofistas eran apolticos, en el sentido de que lo que ellos enseaban era ms una tkhn que un programa concreto de actuacin poltica.

    No puede negarse, sin embargo, que en el profundo relativismo moral que las enseanzas sofisticas implicaban, exista, ms o menos explcita, una doctrina poltica: la de quien sostiene que la poltica ha de ser patrimonio de los ms capacitados o de los ms poderosos. Sin embargo, las doctrinas polticas de los sofistas fueron, ms bien, efecto de determinadas circunstancias histricas que no causa de ellas. Espritus lcidos, como Tucdides, nos han legado una detallada relacin de la profunda crisis de valores morales que sufri Atenas, en el ltimo tercio del siglo v, como consecuencia de la guerra162, la peste163, las facciones en lucha l64, en el mbito de la polis, as cmo las consecuencias perversas de un imperio ejercido, con no poca frecuencia,

    161 Vid. E. L led, La memoria del Logos, Madrid, 1992, pgs. 92 ss.162 T u c d i d e s , III 82, 2.163 T u c d id es , II 53.!frl T u c d id e s , II f 8 3 , 2 .

  • 48 SOFISTAS

    con intolerancia y crueldad165 y dominado por las ambiciones de polticos aventureros u oportunistas.

    De otro lado, cabe sealar que los sofistas defendieron un modelo de vida activa, claramente opuesto al de la vida contemplativa de los filsofos y de Scrates166.

    Fueron algunos de los hombres ms poderoso e influyentes en la vida ateniense del siglo v los que acogieron y fomentaron las enseanzas de los sofistas167. Podemos decir que algunos de ellos actuaron como autnticos mecenas de las figuras ms conocidas. La accin del Protgoras platnico se desarrolla en casa del rico Calas, hombre poderoso, de familia nobilsima, cuya madre estuvo casada con Pericles. All se albergan tambin Hipias y Prdico y sabemos, por otro pasaje platnico168, que Calas gast autnticas fortunas en seguir las enseanzas sofsticas. Otro tanto podra decirse de personajes como Pericles169, Calicles170 o Eurpides171.

    Reaccin contra la sofistica

    El recelo y animosidad que la actividad sofstica levant en determinados crculos y que tan bien reflejan las parodias

    165 Cf. el programa moderado de Pericles en T u c d id e s , II 63, 2 y los debates a propsito de los melios (libro V) o de Camarino (libro VI).

    166 Para esta oposicin vid. Gorgias (485c-d), donde Calicles defiende el modelo de accin poltica y la posicin de Scrates en 527e. En el Euti- demo (305e) los sofistas aparecen como una gura intermedia entre el filsofo y el poltico. Cf. Ferfro 279a.

    167 Vid. D. P l a c id o , Protgoras y Pericles, Hispania Antiqua 2 (1972), 7-19.

    168 Apologa 20a 4-5.169 Cf. P l u ta r co , Pericles 36 , 2 .!7 Cf. Gorgias 447b 7, 8.171 Para su relacin con Protgoras vid. D genes La erc io , IX 54.

  • IN TRO D U CCI N 49

    de los comedigrafos, se tradujeron, en ocasiones, en peligrosos procesos judiciales, en que la acusacin ms frecuente era la de impiedad. La persecucin no se circunscribi a los sofistas, sino que afect a muchos miembros de lo que ha dado en llamarse la Ilustracin ateniense172, sospechosos de estar bajo la influencia de los sofistas o de los filsofos ateos.

    En el Protgoras de Platn173 leemos, un poco de pasada, lo que pudo ser una lnea de defensa de los sofistas contra las imputaciones que se les hacan, a saber, que los sofistas antiguos y entre estos se citan a Homero, Hesodo, Simnides, Orfeo, Museo, Ico de Tarento (atleta), Herdico de Selimbria, Agatocles y Pitclides de Ceos disimulaban su profesin para escapar de los celos y persecuciones que su actividad suscitaba.

    En el siglo iv Iscrates, l mismo discpulo de Gorgias y representante del espritu sofistico en su poca, abri su escuela con la publicacin de un Contra los sofistas, en el que no se habla mal de ningn sofista en particular. Jenofonte, en el Cinegtico174, ataca a los sofistas de hoy.

    172 La obra clsica sobre la cuestin es la de E. D erennes , Les procs d'impit intents aux philosophes Athnes au Vtne et au Vme sicles, Nueva York, 19762. Cf. Dodd s , Los griegos y lo irracional, trad, esp., Madrid, 1960, pgs. 169 ss. y L. G il , La censura en el mundo antiguo, Madrid, 19852, pgs. 29-76. Tenemos noticias, por diversas fuentes, de procesos seguidos contra Anaxgoras, Digoras de Melos, Scrates, Aspasia, Protgoras, Eurpides, Fidias, Damn. P lu ta r co (Pericles 31-32) asocia estos procesos con un decreto de Diopites, que estableca un proceso pblico (eisangelia) contra quienes no creyeran en los dioses o dieran lecciones de astronoma. Aristteles recuerda an en la Retrica (1397b 24) la peligrosidad de tales procesos, cuando afirma que los riesgos de la profesin sofistica eran grandes, pero no tanto como la de general.

    173 316c 5-e 5.

  • 50 SOFISTAS

    Pero la reaccin se tradujo tambin, en el terreno intelectual, en una cierta idealizacin de la amatha lo que hoy llamaramos franqueza y naturalidad contra las sutilezas de la inteligencia. As en Tucdides I 84, 3 el rey de Esparta alaba la formacin de sus ciudadanos en un espritu de amatha, que les haca sentirse superiores a las leyes175.

    Y pronto la opinin ms comn en la doxografa fue la que repetidas veces encontramos en Aristteles176: los sofistas son poseedores de una sabidura aparente que no es sabidura.

    Problemas de periodization de la sofistica

    Los historiadores de la literatura o de la filosofa han hecho diferentes propuestas para establecer una cronologa del nacimiento y evolucin del movimiento sofstico. La cuestin, sin embargo, sigue abierta a posturas extremas. Se ha pretendido distinguir entre una sofstica eletca y otra protagorea, correspondindose cada una de ellas a dos generaciones sucesivas de sofistas (Rey, Romilly). Frente a la antigua sofstica, la sofstica reciente es una degeneracin de la primera, que llev a extremos de exageracin las sutilezas retricas y dialcticas de sta177. Contra esta sofstica

    175 Cf. III 37, 3, donde Clen prefiere la amatha acompaada de sabidura a la destreza acompaada de demasiada libertad. J. M oreau , Quest-ce qu'un sophiste?, en Platon devant les sophistes, Pars, i 987, pgs. 7 ss., seala tambin entre las causas del descrdito, ei recelo que suele sentir el vulgo hacia los que imparten enseanzas tericas y que grficamente expresa ei dicho ingls who can does, who cannot teaches.

    ,7& Refutaciones sofsticas 165a 22-23; Metafsica 3, 1004 25 ss.177 Cf. Rom illy , op. cit., pg. 238 quien habla, sin ambages, de so fis

    tas buenos y malos. La primera generacin de sofistas buenos representa una lnea de pensamiento en la que cabe situar a Protgoras, El

  • IN TR O D U CC I N 51

    es contra la que Platon (Eutidemo, Sofista) y Aristteles (Refutaciones sofisticas) dirigieron sus ataques. Los sofistas de la segunda generacin fueron, efectivamente, corruptores de la moral y de la poltica y responsables de las graves acusaciones que se alzaron contra los sofistas, as como de la oposicin sofista/filsofo elaborada en el seno de las escuelas socrticas.

    Al final de la poca clsica el ideal del sofista revive con fuerza en la figura del maestro de cultura literaria, basada, sobre todo, en la enseanza de la retrica.

    Prdida de la literatura sofistica

    A diferencia de lo que ocurri con otros gneros oratorios o historiogrficos, el propsito de los sofistas no era el de componer obras eruditas destinadas a sobrevivir eternamente en el tiempo. No eran eruditos ni investigadores, sino hombres prcticos con un programa educativo que buscaban ante todo encantar los odos de sus contemporneos y educarlos para la accin poltica178. Por ello, una vez que las condiciones polticas para las que las doctrinas sofsticas haban sido creadas desaparecieron, cayeron en el olvido179.Y al olvido contribuy el hecho de que se incluyeran resmenes de tales doctrinas en obras de carcter sistemtico como la synagoge tekhnn de Aristteles o la retrica de

    Annimo de Jmblico, Demcrito y Scrates. Entre los malos Antifonte y Critias.

    178 Cf. W. Jaeger , Paideia, Mxico, 19622, pgs. 273 ss.179 Para la pervivencia de las ideas sofsticas y la influencia que ejer

    cieron, vid. E. L. Bow ie , The importance of Sophists, en Laler Greek Literature, Yale Classical Studies, 27 (1982), 29-59. Cf. G. Bow er so ck , Greek Sophists in the Roman Empire, Oxford, 1969.

  • 52 SOFISTAS

    Anaximenes. Tales obras, cuyo propsito era el de abarcar todo el conocimiento anterior a ellas, son unos de los mayores enemigos del conocimiento mismo. Y an ms, cuando tales obras salan de plumas movidas por planteamientos filosficos en abierta oposicin, cuando no francamente hostiles a las especulaciones o prcticas de los sofistas.

    Los antiguos no sentan la misma veneracin que los modernos por el ttulo de los libros. Es posible que sus sistemas de citas dependieran en gran medida de la forma en que los libros circulaban. Pero como nuestra informacin al respecto es escasa no podemos extraer de ello conclusiones firmes. No obstante, s que nos es permitido suponer que su forma de citar que prestaba, como hemos dicho, poca atencin a los ttulos y que, al multiplicarlos, acababa creando confusin fue una de las causas que influyeron en la prdida de algunas obras.

    No obstante no parece que las obras de los sofistas desaparecieran tan rpidamente como generalmente se piensa. Es cierto que los sofistas estn casi por completo ausentes de las recopilaciones doxogrficas, pero ello puede deberse al enorme influjo de Aristteles en la doxografa tarda. Probablemente el estagirita incluy a los sofistas en sus informes retricos y ello determin que el inters se centrara en este aspecto de su obra. Cuando la Segunda Sofstica renov el inters por los grandes sofistas del pasado, lo hizo movida por el inters lingstico, literario y retrico que caracteriza al movimiento.

    No obstante, hay signos de que los escritos de los sofistas sobrevivieron hasta poca muy tarda180. Protgoras es todava bien conocido en la Antigedad tarda: Digenes Laercio da una lista de 12 obras existentes, procedente qui

    180 Vid. K e r f e r d , op. cit., pg. 35.

  • IN TR O D U CC I N 53

    zs de un catlogo de una biblioteca contempornea, probablemente la de Alejandra. Porfirio181 pudo manejar an una copia de una obra suya. Un papiro de Oxirrinco del siglo i d. C .!82, que contiene un comentario bblico de Ddimo el Ciego, muestra que' la obra crtica de Protgoras (concretamente a Homero) era an bien conocida1S3.

    Los papiros de Antifonte muestran que este autor era bien conocido en el Egipto grecorromano. Estobeo, en el siglo v d. C., cita an profusamente su obra Sobre la Concordia. De Gorgias nos han llegado completos dos encomios y dos resmenes de su obra Sobre la Naturaleza 184y El Annimo de Jmblico es del c. 300 d. C. En fin, un papiro de Menfis, del siglo ni d. C., contiene los ttulos de sendas obras de Hipias y Prdico.

    Valoraciones de la sofistica

    El punto de vista tradicional sobre la Sofistica est lastrado por la adversa opinin que Platn tuvo sobre todo el movimiento y que queda claramente manifiesta en la descripcin de los diferentes sofistas en sus dilogos. Los prejuicios que, durante siglos, se han mantenido en vigor se pueden resumir en dos grandes reproches hacia su actividad y su pensamiento, a saber: a) los sofistas no eran pensadores serios, sino una suerte de charlatanes, sin ningn conocimiento serio d materia filosfica alguna y b) eran profundamente inmorales.

    181 Cf. D .K .8 0 B 2 .182 D. K. 80 A 30.183 La cita puede proceder de una obra doxogrfca escptica y no di

    rectamente de las obras de Protgoras. Cf. K erfbrd , op. cit., pgs. 35-36.184 E l re sum en de Sexto Em p r ico es del siglo n d. C.

  • 54 SOFISTAS

    Slo en poca moderna y, por obra de Hegel1S5, fueron incorporados los sofistas a la Historia de la Filosofa. No obstante, Hegel, al considerar a los sofistas como subjetivis- tas puros, para los que toda verdad o norma moral eran relativas, les reconoci una funcin puramente negativa: la de anttesis de la Filosofa natural jonia. En cierto modo Hegel reafirmaba la opinin tradicionalm .

    Fue Grote187 quien reivindic, por vez primera, las aportaciones de la Sofstica al pensamiento occidental. Como utilitarista militante, vio en los sofistas no una profesin, sino autnticos campeones del progreso intelectual, unos educadores que representaban, de modo insigne, los puntos de vista generalizados de su tiempo. Ni siquiera Trasmaco o Calicles debieron de ensear pblicamente las doctrinas antisociales que Platn pone en sus bocas. En rigor no constituyeron un movimiento unitario, si bien todos ellos compartieron la misma actitud crtica y el mismo sentido de misin pedaggica: enciclopedistas ilustrados, movidos por un ideal educativo basado en la retrica, maestros de virtud poltica y, en cierto sentido, humanistas.

    En su Historia de la Filosofa griega18S, Zeller, influenciado por las ideas hegelianas, present a los sofistas

    185 En sus Lecciones de Filosofa de lo Historia} y dentro del esquema general que el filsofo disea para explicar dialcticamente la evolucin de la Filosofa griega, inserta a los sofistas en la primera fase de la misma, como anttesis de la filosofa jonia: si sta aprehendi el Pensamiento Universal en sus determinaciones naturales (agua, aire, etc.), los sofistas pusieron el acento en el Sujeto, que determina, por s slo, sus pensamientos y percepciones. De este modo los sofistas entraban en la Historia de la Filosofa como subjetivistas puros.

    186 Para toda esta seccin, vid. Ke r f e r d , op. cit., pgs. 6 ss.137 En su Hisfojy o f Greece, Londres, i 846, pg. 56.188 Die Philosophie der Griechen in ihrer geschichtlichen Entwick-

    litng, 111, Tubiuga, 1844, pg. 52.

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    como un movimiento unitario, caracterizado tanto por rasgos negativos como positivos. Entre los rasgos negativos enumera su cuestionamiento sistemtico de todas las opiniones y creencias tradicionales, la negacin del mtodo cientfico, la prctica de una retrica de la apariencia, basada en la ambigedad y al servicio del engao y la mentira, el poco valor concedido al conocimiento cientfico y la defensa de unos principios morales peligrosos. Entre los rasgos positivos, Zeller sealaba la validez del principio de subjetividad, el cuestionamiento de lo que Dodds llamara el conglomerado heredado, la afirmacin de la independencia intelectual, representada por el aprecio al juicio propio. En todo caso, Zeller vea en los sofistas una suerte de fase necesaria y preparatoria, al igual que Hegel, de la filosofa socrtica.

    En su edicin de la obra de Zeller189