Revista Entre Líneas. Septiembre 2012

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1 Entre Líneas Revista literaria―septiembre―2012 Miami― Florida― Estados Unidos. Veintiuno Sumario: Peña cultural Antes que anochezca/ 3 Poemas de Ailen Betania/ 5 Palabras calladas (Sobre el libro del doctor José Álvarez) por Pedro Pablo Pérez S. / 9 Tres poemas de José Cardín/ 13 ¿Pero las vacas no ponen huevos? nuevo libro de Publicaciones Entre Líneas/ 15 La casa de Mamá Paula, un cuento de Enrique A. Meitín/ 18 Yo alucino, por Sara Suejen (Profesión)/ 25 Sobre Vulom, nuevo poemario de la Editorial Voces de Hoy Por Mercedes Eleine González/ 28

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Revista literaria y cultural

Transcript of Revista Entre Líneas. Septiembre 2012

1

Entre Líneas Revista literaria―septiembre―2012

Miami― Florida― Estados Unidos.

Veintiuno

Sumario:

Peña cultural Antes que anochezca/ 3

Poemas de Ailen Betania/ 5

Palabras calladas (Sobre el libro del doctor José Álvarez)

por Pedro Pablo Pérez S. / 9

Tres poemas de José Cardín/ 13

¿Pero las vacas no ponen huevos?

nuevo libro de Publicaciones Entre Líneas/ 15

La casa de Mamá Paula, un cuento de Enrique A. Meitín/ 18

Yo alucino, por Sara Suejen (Profesión)/ 25

Sobre Vulom, nuevo poemario de la Editorial Voces de Hoy

Por Mercedes Eleine González/ 28

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Entre Líneas

Pintura de Diego Rivera

Entre líneas es una revista literaria, que lleva como única finalidad

promover a todos los autores de habla hispana, que deseen colaborar con

sus trabajos, los cuales tendrán una evaluación previa. Su colaboración

puede ser enviada a: [email protected]

3

Un nuevo encuentro para escritores, poetas, cantantes y artistas en

general es la Peña cultura, Antes que anochezca, auspiciada por

Publicaciones Entre Líneas y la Editorial Voces de Hoy. La cita es a las 3

y 30 de la tarde, en Planet Linux Caffe, ubicado en el 1430 Ponce de León,

ciudad de Coral Gables.

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Recuérdalo: último domingo de cada mes a las 3 30 PM, tu cita es en

la Peña cultural Antes que anochezca, la entrada es libre y podrás

disfrutar también de un buen servicio gastronómico que oferta Planet

Linux Caffe…

¡Te esperamos!

Disfruta de este maravilloso video en:

http://www.youtube.com/watch?v=wKrNpzwAd7o

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Poemas de Ailen Betania

La noche bajó sobre los techos

Esto que ya no es…

una trascripción de algo dicho tiempo atrás

[no importa cuánto tiempo: La noche bajó sobre los techos,

como una balacera de ametralladora

cayó sobre las casas y edificios de la ciudad

sobre los cráneos de cada transeúnte cercano a mí

cerca o lejos lo mismo me rodean sin importar nada

nada más]

Te amo.

Espero lo recuerdes como un obsequio en la noche de Epifanía

Te amo

Oílo cuando el cielo oscurezca cada día

Entre las voces del viento está mi ofrenda susurrada

-entonces seré el oro, el incienso, la mirra...

Yo siempre seré ofrenda

persiguiendoté en las muecas de la estrella de Belén.-

Se esperan lluvias para el fin de semana

un café cortado rapidito en un bar sobre avenida Pellegrini

la reproducción de «Noche estrellada» de Vincent Van Gogh

cuelga en una de las paredes como en tantos otros bares que posiblemente

también lo crean muy oportuno y decorativo

Imagino el museo de Ámsterdam y los preciosos originales del artista

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Pienso en Vinc, y su generosidad sin límites para con toda la humanidad

sin dudas, amo toda su obra, la cual no he acabado de ver entre las cientos

de reproducciones que se hayan tanto en libros,

Internet,

marquerías

galerías, negocios, oficinas

y más bares anónimos,

de ciudades anónimas,

de diversos países y diversos idiomas.

Muchas veces me ocurren cosas como estas: Nada por pensar

pero, mucho por sentir.

no tengo que explicar algo si una imagen vale más que mil palabras

―«Se esperan lluvias para el fin de semana. Son exactamente las doce y tres

minutos

del mediodía en Rosario»― informa la locutora de la radio,

para que la muchacha que trabaja como moza pueda protestar con ganas

y a mí me da lo mismo al acabar estas pobres líneas y apuro el cortadito

sabiendo que las estrellas me iluminan en pleno mediodía

si pudiera hablar holandés para agradecer a los cielos nocturnos que Vincent

pintó...

aun así, en algún lugar del que no soy parte, él lo sabe

por eso le dije gracias en español antes de partir.

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Te destrozaré las sienes (parte I)

te destrozaré las sienes con la ventisca de un helado

silencio

y una mirada rencorosa

y tal vez dolida

Te destrozaré las sienes II

De la nada mis manos echan al fuego sus garabatos de magia

No tengas miedo de la extraña manía estrafalaria

Antes de esto me hallaba completamente desarmada y desamparada

Así pues, mientras la cerveza de tú vaso se calienta por la densidad del aire

del verano

Te destrozaré las sienes en una sola mirada que tan débil, como frágil

olvidarás quién sos por un instante

martillándote al suspiro de la sinceridad más brutal

en el alumbramiento nocturno que nos rodea.

Ailén Betania, seudónimo de Ailén Betania Rodríguez, nacida en Rosario de

Santa Fe, en Argentina (octubre de 1985).

Desde niña la actividad literaria formó parte de su vida, marcando y

acompañando sus diversas experiencias de vida, no sólo como herramienta

de expresión, sino también como un lugar de culto para la reconstrucción y

el reencuentro para con los otros, y el propio ser.

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Publicó sus primeros poemas en forma independiente, colaboró en revistas

y diarios literarios de su país, como “El ángel azul” (Rosario, Argentina) y

“Diario de poesía” (Bs. As. Argentina).

En 2010 participó del certamen internacional de poesía organizado por

Latin Heritage Fundation, EEUU, a través del cual consigue su primer

publicación en el extranjero. Se trata de su poema "Dibujarte" que fue

incluido en la antología poética "Con otra voz", febrero 2011.

Poemarios:

"Oro demencia y escoria" (2010)

"Lilium" (2011)

“Papeles de Amasijo” (2012)

PUBLICA TU LIBRO… REALIZA TU SUEÑO

786-307-4839

www.vocesdehoy.net

www.revistaliterariaentrelineas.blogspot.com

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Palabras calladas

Sobre el libro del doctor José Álvarez, próximamente disponible

por el sitio web de la Editorial Voces de Hoy

Por Pedro Pablo Pérez Santiesteban

Cuántas palabras podrán escribirse sobre un libro que lleva como título

Palabras calladas. Será justamente eso lo que habrá que hacer, entregarnos

a un mutismo total o deambular por los pasillos internos del alma, para llegar

a comprender la esencia pura de la fe, del amor, de la devoción, de la

complicidad, de la valentía, de la tristeza y de la

alegría, cuando un día la vida le regala a un joven

matrimonio la dicha divina de ser padres, y

deposita en sus brazos a una niña de condiciones

especiales. ¿Cómo podrá enfrentarse una

situación semejante? ¿Qué motiva a continuar

por el camino de espinas para llegar a la rosa?

¿Qué piensa esa niña, ya hoy mujer, en su

lenguaje interno de palabras calladas, sobre esos

padres y sobre el mundo que le rodea?

Las respuestas a esas interrogantes y mucho

más, las brinda Mercita, a través de la magistral

escritura de su padre, quien ha puesto oído

atento al murmullo casi silente de su hija, para

que ella pueda contar su historia al universo

entero y, aquello que en su momento fuera una historia de familia, hoy

rompa las fronteras del silencio, del tiempo y la distancia, y se convierta en

un libro que inspira, que de tan calladas que lleva las palabras, se escuchan

tan altas como vuelo de palomas.

José Álvarez, cariñosamente conocido como Pepín, hace una vez más gala

de su oficio de escritor para atraparnos en la lectura de este libro, que desde

el primer renglón hasta el último, lleva la savia que nutre y profundiza, tal

raíz de frondoso árbol que nos regala la sombra. Pepín nos cuenta en boca de

su hija toda su historia, y en ella va narrando también la historia de su

familia, los pormenores de la discapacidad que presenta Mercita, algo que

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nos ilustra y también nos conmueve… nos habla de la historia de su patria de

origen, de su interpretación a los postulados de la fe que se reflejan en la

Biblia, y de su llegada y andar por los suelos americanos. El éxodo a los

Estados Unidos representó para esa familia un momento de desarraigo y

dolor, que el lector podrá sentir en el momento en que despega el avión

desde el aeropuerto de la playa de Varadero.

En términos literarios, la técnica usada por su autor es fantástica, porque

lleva un hilo conductor donde la cadencia y el ritmo se diluyen en una sola

frecuencia. De total acierto ha sido incluir las palabras de terceras personas,

que cuentan sus experiencias con Mercita, cada una de ellas ha estado en los

lares de su vida, respirando muy cerca de ese mundo sigiloso, pero inquieto.

Otra condición que lleva el protagonismo en esta historia, es sin lugar a

dudas el gran sentido del humor, que en varios momentos es capaz de

arrancarnos una sonrisa, después de que una lágrima humedeciera nuestros

ojos. Momentos cruciales que se cuentan entre anécdotas de familia, van en

un ir y venir, desplegando una lucha irrevocable por aquello que amamos,

mostrando al mundo la valentía que se procrea en los corazones de este

matrimonio, cuando toman la firme decisión de: «Todos para uno y uno para

todos». Tal y como nos cuenta Mercedes en su ejercicio de madre a la hora

de decidir:

He tenido muchas opiniones de diferentes personas con relación a nuestra

decisión de no haberla internado. Familiares y amigos alegaban que

tenerla con nosotros representaba una tremenda carga, que repercutía en

nuestros futuros hijos. Casi todos reconocían que ellos no hubieran podido

soportar algo parecido y por eso nos admiran. Yo creo que nosotros no

somos diferentes, ni nos sentimos héroes ni mucho menos. La explicación

reside en que nos hemos ido preparando poco a poco para esto. Y lo

hemos hecho los dos juntos, con alegría, y nos sentimos humildes llevando

la carga que vino aparejada con nuestra decisión.

Palabras calladas es algo más que un libro, es un canto de amor a personas

con discapacidades, en este caso con un diagnóstico irreversible de

toxoplasmosis, pero no importa cual sea el dictamen de un médico, para

poner un nombre a una condición especial en un ser humano, lo que importa

es el cariño y la valentía que debemos entregarles los que supuestamente

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somos «normales», y es justo eso lo que Mercita nos cuenta que ha recibido

de Mercedes y Pepín, y de toda esa gran familia, donde sangre y amistad

dejan de tener un lugar de preferencia, para convertirse en un solo

sentimiento: AMOR.

A Pepín y a Mercedes mi gratitud eterna por haberme pedido que

escribiera estas palabras para un libro que ha marcado profundo mi camino,

y por haber escogido a nuestra casa editorial Voces de Hoy, para salir a volar

con alas propias. Y si resulta aprobado por Mercita, Mercedes y Pepín, me

gustaría dejar de colofón a este prólogo, unos versos que me brotaron al

cerrar la última página de este prodigioso libro.

A Mercita

Hay silencio dentro de mí,

palabras que se callan unas sobre otras.

Te miro a distancia y conozco tu secreto,

aunque no pueda decirte que te amo.

PEDRO PABLO PÉREZ SANTIESTEBAN

Editorial Voces de Hoy

Pedro Pablo Pérez Santiesteban. Holguín, Cuba,

1957. [Escritor y Periodista]. Estudió Licenciatura

en Contabilidad y Técnica Periodística, en las

Universidades de Holguín y de La Habana. Ha

publicado varios libros de poesía, cuentos y novela,

entre los que se encuentran: Detrás de la ventana y

Lenguaje interno, (Poesía). En primera persona,

(Cuentos). Frente al espejo y Amparo la hija de

Jacinta y Recaredo (Novelas). Es Promotor Cultural

y colabora con varias Revistas digitales e impresas

de diferentes países como: Argentina, Venezuela,

España, y Estados Unidos. Es Merecedor de varios reconocimientos; entre

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ellos el Premio de Poesía AG 2007 y AG 2012 Literatura Internacional.

Actualmente dirige la Editorial Voces de Hoy y la Revista literaria digital,

Entre Líneas.

Ya está a la venta en www.vocesdehoy.net

A Tale of Two Villages

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Tres poemas de José Cardín

XIII

Te busco irremediablemente

en todas mis horas…

pero me quedo con el deseo

de saturarme con tus mentiras

y tus pecados.

Te imagino en posiciones deseadas

y eyaculaciones secas me revuelven.

XIV

Recuerdo cuando me invitabas

a compartir las miradas de la Luna…

Juntábamos las manos

y vivíamos toda clase de fantasías

para que los perros nos hablaran en las calles

de las alegrías nacidas en noches de invierno.

Las aceras se hacían infinitas

para reproducir nuestra despreocupación

en nombre de un amor incomparable;

las voces de los arboles

se volvían confidentes

de todas nuestras caricias

y los besos saturaban

el espacio desigual que nos pertenecía.

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XVI

Me siento diferente…

Me siento con ganas de verte

e imagino todo lleno de amor y dolor;

destrozo mi orgullo

para regresar como un palomo cansado

y como siempre,

todo termina con la palabra adiós…

José Cardín, nació en un pueblo del sur de la Habana, Güira de Melena.

Es médico de profesión, pero paralelamente le gustaba escribir. Ha puesto en

escena dos obras, y ha ganado premios en el género de cuento. También

escribe poesía.

En estos momentos está sacando su audio libro de cuento y poesía, titulado:

La noche nos lleva a los sueños, bajo el sello de NJV Records y

la Editorial Voces de Hoy

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¿Pero las vacas no ponen huevos?

Rodolfo Torres, el exitoso autor del libro Un cementerio que agoniza, nos

regala próximamente ¿Pero las vacas no ponen huevos?, bajo el sello de

Publicaciones Entre Líneas y estará disponible en la 29 Feria Internacional del

libro de Miami 2012, y por su página personal en nuestro sitio web:

www.vocesdehoy.net y www.revistaliterariaentrelineas.blogspot.com

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Ya está a la venta en: www.vocesdehoy.net

Un libro de Arelys Bazán García.

Evelyn juró separarse del mundo sobrenatural para siempre, enterrar sus

raíces de brujería y vivir desapercibida entre los humanos para escapar

del pasado que la atormenta. Sin embargo su destino la ha encontrado

una vez más, y lo hace nada menos que en la forma de un apuesto

príncipe lobo con una misión. Su hermoso rostro la tienta, el alma fiera

en sus ojos la compele, y su resolución y su inquebrantable honor

amenazan con envolverla en un manto de pasión sin límites que la

pondrá en una encrucijada.

Cuando el momento llegue… ¿Podrá Evy dejar el pasado atrás y darse

una oportunidad de ser feliz? o sucumbirá inevitablemente bajo el peso

de los recuerdos de miedo y desolación que la acechan?

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NUEVOS AUDIO LIBROS…

Usted puede ser el próximo en tener el suyo…

www.puntoyseguido.us o llame al 786-307-4839

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La casa de Mamá Paula

Por Enrique A. Meitín

Hoy hace algo más de diez años que abandoné mi querida

Habana Vieja, en la que pasé casi toda mi entera e ilegitima

existencia y hoy mientras el afiebrado sol tropical, implacable

juguetea por entre columnas y portales, a mí alrededor, me siento

como participe obligado de un sueño barroco. De nuevo, observo a

su gente, oigo sus conversaciones e indirectamente participo en su

quehacer diario, aunque no logro esta vez evitar que mi vista

recorra plenamente el litoral marítimo de la ciudad y casi

recreándome en la visión del panorama, me siento preso de una

nostalgia avasalladora que me sumerge en el recuerdo de una

época, que ahora al pisar nuevamente mi terruño, me parece muy

lejana en el tiempo.

Sin proponérmelo me detengo ante una especie de palacio,

era un edificio de principios del Siglo 19, convertido por el tiempo

en una sucia vecindad, donde hoy viven hacinadas decenas de

familias… parece ser el lugar que busco, a pesar de que existen

tantos iguales, por lo que el temor a confundir aquel con otros que

conozco o que he visitado, me preocupa. No obstante todo en este

me resulta familiar. Tal vez este ahora algo más sucio, manchado y

ajado por el tiempo debido al abandono a que ha sido sometido por

los nuevos y tumultuosos ocupantes, pero a pesar de todo, lo

siento mío.

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Noto en él que al parecer las ventanas las habían pintado de

blanco unos treinta años atrás y estaban salpicadas con manchas

oscuras. Lo cual sumado a la falta de pintura en general de las

paredes y las manchas que presentaba por la mugre acumulada

hacían de aquella mansión de la época de la colonia, una de las

tantas ciudadelas oscuras y sórdidas, que conforman los barrios de

la verdadera Habana Vieja.

Encima de la fachada, descansaban dos balcones con

balaustrada de hierro forjado, apoyados en sendos y gruesos

listones de madera carcomida, que mostraban al intruso

observador alguna que otra rajadura. Me pregunté cómo portadas

como la de este edificio que se repiten en toda la añeja Habana

construidos siglos atrás, donde se acusa la influencia española se

habían depauperado tanto ¿Quién o de quien era la culpa?...

resultaba inútil indagar.

Con el concurso de un puntapié empuje la puerta... se abrió,

rechinando sobre unos goznes ligeramente dormidos y doblándose

en una reverencia me cedió el paso, para entrar en un frio y muy

poco espacioso vestíbulo... en el momento en que un perro

esquelético levantó la pata contra la tambaleante puerta de aquello

“que en vida fuese un antiguo palacio” para hacer sus necesidades.

De inmediato se lanzó tras una rata que había bajado por la

escalera de mármol que daba acceso al piso superior... al parecer

como un gesto de bienvenida al que llegaba.

Como era común en todas las ciudadelas de Mi Habana Vieja

allí en la pared de frente a la entrada se encontraba el desarreglado

y nunca actualizado mural, con amarillos recortes de periódicos y

propaganda revolucionaria, unido a viejos afiches de Camilo y del

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“Che”... los dos cuadros de siempre, el de Castro y el otro de Martí.

Me llamó la atención, y me sonreí irrespetuosamente, al ver como

la imagen del apóstol, apoyado en el marco del cuadro, parecía

inclinarse para no caer, mientras me sonreía desde su ebriedad de

hacía más de un siglo…

Una vez dentro observé que las paredes todas se hallaban

revocadas con yeso y pulcramente blanqueadas, restregado en las

escaleras y sobre las desvencijadas tablas que formaban el piso de

la galería. Debía subir por las escaleras, pues el apartamento de la

señora Paula, a quien buscaba, estaba en la segunda planta... pero

un tufo penetrante que procedía del interior del inmueble, mezcla

de olor trapo humedecido puesto a orearse, orines y excrementos,

que ya se había adueñado de todo el espacio, terminó por

bloquearme las fosas nasales, adherirse a mi cuerpo y a mis ropas y

detenerme por un instante.

Al llegar a la segunda planta, un anciano que podía rondar los

ochenta años, con el cabello blanco y un rostro endurecido y

bronceado por el sol, extremadamente delgado, aunque de

conflación fuerte y fibrosa musculatura, ligeramente punteado por

una barbacana de tres o cuatro días me observó sin reservas y

confiado me indicó, señalando con el dedo índice, que la persona a

quien yo buscaba vivía al final del pasillo... oscuro y silencioso.

Como todo el piso superior.

Al llegar a su puerta tenía yo la ropa pegada al cuerpo. Gotas

de sudor me cubrían la frente, los brazos y las piernas, y me

resbalaban por la curva de la espalda cuando al fin Paula... o mejor

dicho mamá Paula, como la nombran todos, debido a su

hospitalidad me permitió ingresar en su humilde hogar. Tuve que

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hacerlo a través de un improvisado puente de tablas, ubicado sobre

un enorme hoyo, al parecer provocado por una rotura de cañerías y

unas deficientes obras de reparación...

Precedido de aquella señora “de color” ---como suelen llamar

a los negros en Cuba---, de un gran número de años, limpiecita y

“entalcada”, toda vestida de blanco entré, donde lo primero que

noté fue un olor diferente al del vestíbulo, que aunque algo fuerte,

brindaba al ambiente una atmósfera mucho más agradable que la

existente en el exterior. La vivienda de unos siete metros cuadrados

aproximadamente, se hallaba dividida en dos por un tabique.

Donde mamá Paula, me invitó a sentarme en una especie de sala-

comedor-cocina improvisada... la otra predeciblemente era su

habitación.

Como buen observador, al ver lo reducido del espacio, los

deshilachados muebles de la sala y las desvencijadas sillas del

comedor, pensé con tristeza en lo infeliz tal vez que había sido allí

mi amigo... habanero como yo y residente en Miami... también

como yo, que me había dado la encomienda de visitar a su madre y

entregarle algún dinero.,

Pensé que vivir en semejante lugar ---como hube de vivir yo

también en mi querida Habana Vieja---, donde trascurre día a día la

terrible tragedia del hacinado habitante de la ciudadela habanera,

tiene su precio, pues no es tan sólo una locura necesaria, sino la

tendencia a la violencia. Aunque vale decir, no obstante que

también tienen lugar en ese ambiente increíbles atisbos de alegría y

felicidad, pues debido al bullicio constante no es posible sentirse

sólo... pero si realmente confuso en muchos sentidos.

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Tras de mi presentación, hablar de mi amigo... su hijo, de los

pormenores de su estadía en Estados Unidos, de cómo se

encontraba y de cuanto la extrañaba, como era de esperarse e

imposible de rechazar, mamá Paula me invitó a almorzar, y al

suponer que yo estaría acostumbrado a lavarme las manos antes de

comer me indicó donde se encontraba el cuarto de baño... al fondo

de la reducida habitación... sin puertas, pero con una cortina de

nylon que hacía esa función y daba acceso al mismo...

Entré, para de inmediato ---tal y como me lo esperaba---,

descubrir en su interior además del lavabo y el inodoro, la salida de

un enjambre de tuberías procedentes de un tanque de cincuenta y

tantos galones empotrado en la pared, que denotaba la consabida

falta de agua de mi Habana Vieja y la necesidad de acopiarla

cuando llegaba ---tal vez una vez al día cuando ponían el motor---,

donde estaba la ducha y en el centro del suelo, un agujero

destapado a modo de desagüe.

Durante el humilde almuerzo me habló sobre todas las

versiones en cuento a la salida ilegal de su hijo de Cuba, y por lo

que tuvo que “aguantar” de las autoridades castrista, y que en

cierto sentido aquella casa se había convertido en parte de su vida

tras la huida de su hijo. Aprecié como los recuerdos fluían de su

mente y se hacían palabras mientras sus ojos se humedecían.

Mientras hablaba algo de mamá Paula, me hacía recordar a

mi madre... cuando siendo yo muy niño, en las tardes de lluvia, me

sentaba a observarla mientras manejando magistralmente su

máquina de coser Singer, convertía las telas en ropa para todos

nosotros... Me sentí a su lado como si estuviera compartiendo con

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mi madre fallecida años atrás sin que yo pudiese despedirme de

ella... pues no podía entonces viajar a Cuba.

Una vez terminada la familiar conversación y habiendo

cumplido con el objetivo de mi visita, le tomé algunas fotos y como

no soy amante de las despedidas, hice un acucioso recorrido con la

vista... para llevarle a mi amigo todos los recuerdos de aquella

visita. Acto seguido deje caer mi mano izquierda sobre el hombro

de “mamá Paula”, aquella genuina habanera que bien podía haber

sido mi madre y que un amigo la visitara en mi nombre trayéndole

una encomienda... Recuerdo que le dije al retirarme, no adiós...

sino hasta luego, me incliné hacia ella... la besé y salí así sin más,

para encaminarme a la Iglesia más cercana a darle gracias a Dios

por aquel maravilloso encuentro.

Enrique A. Meitín

Según sus padres nació en La Habana Vieja, Cuba en 1943, y tuvo una niñez feliz de “mata perro” con la gente de su barrio. Después de mucho trabajo, más bien estudio, logró graduarse de Historia y de Periodismo, que casi es lo mismo pero no es igual, y contra viento y marea ha dedicado la vida a escribir. Tal vez por suerte, no por amiguismo, obtuvo a pesar de la crítica de algunos de sus colegas cinco premios nacionales en igual número de investigaciones históricas, destacándose en el género de ensayo, que se convertirían luego en sus primeros libros: El sindicalismo libre en América Latina: Un engendro de la CIA; Editorial de Letras Cubanas, La Habana, Cuba

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1984 Panamá 1989: Dependencia vs. Soberanía; Editorial Universitaria, Panamá 1998, De Reagan a Clinton: La Guerra contra las drogas España 2001. Ya en Estados Unidos escribiría de otros temas menos reales, incursionando en la novelística y en el cuento. Muestra de ello son sus novelas Pensando en Alta Voz (2010), Reencuentro... (2011), Sentimiento de Culpa (2012) y las recopilaciones de cuentos: Cuentos cortos en yo personal (2011); y Mujeres de Extremos (2011) y Experiencias (2012).

PRÓXIMANTE PUBLICACIONES ENTRE LÍNEAS, PRESENTA UN LIBRO DE BLANCA CABALLERO.

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YO ALUCINO

PROFESIÓN NOBLE

Por Sara Suejen

Allá, en la historia de esta tierra, cuando el

hombre primitivo salía a cazar, en la cueva se

quedaban los hijos pequeños y su mujer

primitiva, para ella el tiempo de luz solar era

largo, no tenía que ir a trabajo alguno, lavar

ropas, limpiar casa, educar hijos, y menos

cocinar, para cuando regresaba su primitivo

esposo con la caza del día, él encendía el fuego

y asaba la carne y después FANTÁSTICO, ni un

tenedor que fregar, pero eso cambió bien

pronto y a través de las centurias, de repente ella estaba haciendo todo eso

junto y con un esposo casi aún primitivo exigiéndoselo, entonces se

convirtió en una cocinera mal humorada. Pero la historia siguió y para

cuando los romanos iniciaban su imperio comenzaron los hombres a ser

cocineros, cocineros imperiales, entonces las mujeres más felices fueron

sus esposas.

Las mujeres por naturaleza saben cocinar, darle el sazón al alimento y lo de-

licado del trabajo, pero no hay duda que un hombre cocinando es algo

único, tienen pasión y fijación por lo perfecto en lo que hacen, inventan y

les queda bien.

Desde hace años se reconoce a la gastronomía como profesión de respeto

y la guía Michelin así lo afirma y hay más, los tres mejores Master Chef son

hombres, los he visto trabajar, o sea cocinar y hasta he sentido el aroma de

su cocido desde mi butacón, muy aparte conozco cocineros no tan chef,

pero apasionados por su profesión, y estos al igual que los tres mejores

coinciden en la misma forma de reír, con gusto.

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¿Conocen algún chef mal humorado?, yo no, son personas seguras, bona-

chonas y engreídas, con razón, sabe que lo que hace le gusta a todo el

mundo, ¿conocen de alguien que va a un restaurant a degustar algún

exquisito manjar con el alma llena de ira? no creo, cuando una persona

decide ingerir alimentos trata de ir al lugar que sabe cocinan bien.

Cocinar es una Profesión Noble y de meritos, personalmente me caen de

maravillas todos los chef, aunque me hagan recordar lo mal que cocino.

El triunfo que espera, esos son los aplausos de su labor, labor que realiza

con encanto y deseando oír el sonido universal de cuando algo nos gusta….

HUMMM... y cerrando los ojos.

Sé, Rey

Sé, Rey

de qué se me acusa,

si, de hombre bullanguero ,

amigo de parrandas,

majadero y bailador.

Sé, Rey

de qué se me acusa,

por doquiera que voy

dejo lágrimas de mujeres

y maridos en traición.

Ya sé, Rey

por qué se me acusa,

pues aparte de todo eso

soy el cocinero

de vos.

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Sara Méndez Rojas, nacida en Cuba bajo el signo de Capricornio, escogió un

seudónimo literario: Sara Suejen. No para esconderse, sino todo lo contrario.

Con él ha deseado honrar su ascen-dencia libanesa.

Amante de la literatura, lectora insaciable y admiradora de Fedor Dostoievski,

Carlos Loveira y Gibrán Jalil Gibrán, entre otros, siempre se ha sentido atraída

por la escritura en prosa. Ha publicado el poemario Alcyon bajo el sello de

Entre Líneas y su obra poética ha sido publicada en Antologías de poesías.

Disponible en www.revistaliterariaentrelineas.blogspot.com

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SOBRE VULOM, UN NUEVO POEMARIO DE LA

EDITORIAL VOCES DE HOY

Por Mercedes Eleine González

El poeta español Antonio Machado dijo en

una ocasión que «hacer un poema es un

milagro», por lo que acometer el intento de

escribir un poema es una acción fallida para

muchos, un anhelo que a veces solo queda

en lo intangible, un pensamiento-sen-

timiento sin concretar, un propósito insatis-

fecho para otros y un milagro para los pocos

elegidos.

Por eso cuando tenemos delante un libro

«hecho y derecho» de poesía, no nos queda

otra opción que admirar ese sueño

convertido en realidad y asimilar con la sabia

lectura ese pensamiento-sentimiento ya

tangible y concreto de un universo pleno,

porque entonces el poema al cual se refería

el insigne poeta español ha devenido bello milagro.

Yo diría que un milagro ético-estético por cuanto toda obra poético-

literaria debe llevar intrínseca la feliz idea de lo bello y de lo bueno, sutil

mensaje de amor que anida en el alma y cubre, alimenta, siega y cultiva para

bien.

En Vulom tenemos esto y mucho más. Cuando la autora, la chilena Marina

Guermain, dice en uno de sus bellos versos que la acepción de la palabra que

da título al volumen es como un horizonte de besos, desde ya sabemos que

nos estamos enfrentando a una obra en la que el vigor, la espontaneidad, la

praxis de la aplicación del conocimiento llevado al término justo de la poesía,

se nos hace presentes.

«Te diré», uno de los más hermosos poemas que conforman este

cuaderno de más de cien «milagros» concebidos con la pasión de la experta

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en el difícil arte de la poesía, esboza con un poder de síntesis casi

inconcebible la definición de quien es esa que te escribe y que al final no es

nada, solo un Soplo de un viento /que desaparece /y en su desaparición /se

hace canción.

¿Hay una forma más clara, precisa y lirica de explicar que «del polvo

vinimos y al polvo regresamos»? Y en un envío de amor al alma del ser que

me besa /que busca encontrarme en su calma acude a la más exquisita

expresión para decir lo que son estigmas de Artes, en una sabia utilización del

símil.

Un erotismo subyacente y pleno permea la obra al sugerir, en ese lenguaje

depurado y sencillo, sin grandes rebuscamientos que podrían oscurecer la

dialéctica del mensaje, un avizoramiento de la imagen que nos presenta:

Del ancho deseo

que me trajo tu espalda

no me quiero mover,

del papel y la pluma

del ave rapaz

te cosiste una historia

que acaricia cinturas.

Para corroborar lo dicho, léase también el siguiente poema, nítido y perfecto:

He clavado una bandera en territorio destrabado

inventando una Nación.

La cremallera accidentada

de subida hacia esta cumbre

no atajó mi cometido.

Y con las vértebras erguidas

empalmé los territorios

de cabeza y corazón.

Cada poema está concebido con el lúcido y fino acabado de una obra de arte.

Cada pensamiento-sentimiento es un hecho concreto convertido en imagen

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que desborda el sabio oficio de expresar, sin convencionalismos que lastren

la comprensión y el mensaje de lo que se da más allá de «la línea del tiempo»

en la que la poeta simboliza el tramo de vida que ofrece.

Vulom, además de ser la palabra que define el campo de atracción

magnético, vocablo extraído del Libro del conocimiento, regalo de la Anatolia

Turca, pretende y logra ser un cuaderno de poemas que destilan un

conocimiento de causa preciso, un sentimiento de amor liberado de ataduras

convencionales y una obra en la que la autora expresa de manera directa y

sin tapujos toda una serie de acontecimientos vivenciales que convierten el

volumen en un libro de obligatoria lectura para enriquecer un poco más el

amplio mundo cognoscitivo del lector.

Lo invito pues a que viaje en este maravilloso campo magnético de

atracción que es Vulom.

Mercedes Eleine González Terrero (Santiago de Cuba, Cuba).- Licenciada en

Letras Hispánicas por la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La

Habana, Cuba, 1981.

Se ha desempeñado como Profesora de Literatura y Español, Profesora de

Literatura Infantil, Asesora Cultural, Especialista Literaria, Relacionista

Pública, periodista y editora en prensa plana (Prensa Latina) y radial (Radio

Reloj) en su país de origen, Cuba. Desarrolla toda

su vida profesional en La Habana hasta emigrar

por reunificación familiar a los Estados Unidos en

marzo del 2006.

A los doce años ganó el Primer Premio en un

Concurso Literario Infantil con un cuento de

ciencia-ficción: “La Visita de un Ser Extraño”; a los

veintiun obtuvoo un Segundo Premio con otro

cuento: “Dolores”. A los dieciocho –sin haber

iniciado aún la carrera de Letras- escribe críticas

de cine en una revista especializada, Arte 7.Tiene

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publicado el libro para niños: El Mundo de Laura, Editorial Palibrio, 2011 y

Mamá me voy, Editorial Voces de Hoy, 2011.