Pensamiento pedagógico Latinoamericano III

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Módulo: Pensamiento Pedagógico Latinoamericano Clase 1: Para cambiar el orden establecido: anarquistas, escolanovistas y socialistas ¡Hola a todos y todas! ¿Cómo están? Nos toca seguir nuestro viaje... En las clases anteriores hemos transitado por siglos pasados y por todo el continente. Esta clase nos encuentra en un recorrido que va y viene entre el final del siglo XIX y las primeras décadas del XX, y en nuestro país. ¿Cómo era el contexto? Argentina había recibido a más de dos millones de inmigrantes que llegaron a representar el 20% de la población total del país, y más del 50% de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires. ¡Más del 60% de los trabajadores porteños eran inmigrantes hacia fines del siglo XIX! Si bien la mayoría eran italianos y españoles, también habían llegado alemanes, sirios, franceses, británicos, austríacos, uruguayos, árabes, polacos, rusos, suizos... ¿Se imaginan la diversidad de idiomas que circulaban en los ámbitos públicos, las dificultades y estrategias que implicaba eso para la comunicación cotidiana? Trabajos, comercios, transportes... Imaginen el papel que tenía y podría llegar a tener la escuela en ese territorio. Hagan una pausa, miren a su alrededor: a sus alumnos o a sus compañeros: ¿cuántos han nacido en Argentina y cuántos en países hermanos, o incluso lejanos? “Escribe sobre las viudas abandonadas, las viejas, las inválidas, las locas. Detrás de las Grandes Guerras y los Grandes Negocios que conmueven al mundo están ellas. Viviendo al día, pidiendo dinero prestado, estudiando las pequeñas manchas rojas de nuestras ciudades, de nuestros deportes, de nuestras canciones." Roberto Bolaño, "La Universidad desconocida" Hermanos Emilio y Jose Pinót Mercol (1903/1904). Fuente: https://flic.kr/p/5GmF6s

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Pensamiento pedagógico Latinoamericano III

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  • Mdulo: Pensamiento Pedaggico

    Latinoamericano

    Clase 1: Para cambiar el orden establecido:

    anarquistas, escolanovistas y socialistas

    Hola a todos y todas! Cmo estn?

    Nos toca seguir nuestro viaje... En las clases

    anteriores hemos

    transitado por siglos pasados y por todo el

    continente. Esta clase nos encuentra en un recorrido que va y viene entre el final del siglo XIX y las primeras dcadas del XX, y en nuestro pas. Cmo era el

    contexto? Argentina haba recibido a ms de dos millones de inmigrantes que llegaron a representar el 20% de la poblacin total del pas, y ms del 50% de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires. Ms del 60% de los trabajadores porteos eran inmigrantes hacia fines del siglo XIX! Si bien la mayora eran italianos y espaoles, tambin haban llegado alemanes, sirios, franceses, britnicos, austracos, uruguayos, rabes, polacos, rusos, suizos... Se

    imaginan la diversidad de idiomas que circulaban en los mbitos pblicos, las dificultades y estrategias que implicaba eso para la comunicacin cotidiana? Trabajos, comercios, transportes... Imaginen el papel que tena y podra llegar a tener la escuela en ese territorio. Hagan una pausa, miren a su alrededor: a sus alumnos o a sus compaeros: cuntos han nacido en Argentina y cuntos en pases hermanos, o incluso lejanos?

    Escribe sobre las viudas abandonadas, las viejas, las invlidas, las locas. Detrs de las Grandes Guerras y los Grandes Negocios que conmueven al mundo estn ellas.

    Viviendo al da, pidiendo dinero

    prestado, estudiando las pequeas manchas rojas de nuestras ciudades, de nuestros deportes, de nuestras canciones."

    Roberto Bolao, "La Universidad desconocida"

    Hermanos Emilio y Jose Pint

    Mercol (1903/1904). Fuente: https://flic.kr/p/5GmF6s

  • La pedagoga anarquista

    Volvamos al pasado. Entre 1880 y 1890 surge una creciente militancia de la clase trabajadora, en

    especial, alrededor del anarquismo. Esta se expresa en poltica y acciones culturales: manifestaciones, huelgas, peridicos, obras de teatro, bibliotecas populares. Los trabajadores como el del tango: Giuseppe, el zapatero- sufren condiciones laborales muy precarias, pero suean con progresar en tierras americanas. El auge de este movimiento libertario se dio en la primera dcada del siglo XX cuando su poltica social se vuelve un franco enemigo de la oligarqua hegemnica agro-exportadora que gobernaba el pas; esa misma que se expresaba en la pedagoga hegemnica sarmientina. A estas iniciativas de la clase trabajadora el poder poltico-econmico respondi con represin, como en el caso del acto de la Federacin Obrera Regional Argentina (FORA) del 1 de mayo de 1909, en el que fueron asesinados siete obreros y hubo centenares de heridos.

    Pueden ver un fragmento del documental Huellas de un siglo La Semana Trgica, de la Televisin Pblica-Mayo 2010, que ilustra el clima de poca, https://www.youtube.com/watch?v=2a_YMOsVVpA

    En ese contexto, se desarroll el proyecto de la educacin anarquista. Qu caractersticas tuvo?

    el laicismo a ultranza, la sujecin objetivista a contenidos cientficos, la apertura de la escuela al medio ambiente, el respeto por los estudios sobre desarrollo infantil, la coeducacin social y sexual, la oposicin a la educacin gobernada por el Estado y la Iglesia, la autogestin y la oposicin a los dogmatismos y smbolos patriticos

    (Barrancos, 1990).

    En relacin con las disputas planteadas a la posicin pedaggica hegemnica, uno de los pedagogos ms importantes fue Julio R. Barcos (1883-1960), enmarcado dentro

    E tique, taque, tuque, se pasa todo el da Giuseppe el zapatero, alegre remendn; masticando el toscano y haciendo economa, pues quiere que su hijo estudie de doctor"

    Guillermo Del Ciancio, Giuseppe el zapatero tango compuesto en 1930

  • del anarquismo. En una lnea diferente, consideramos la obra de Carlos N. Vergara (1859-1929), que tuvo una fuerte presencia en la discusin con la forma que la educacin pblica haba cobrado en la rbita del Estado nacional, defendiendo posiciones democratizadoras dentro del marco polticopedaggico hegemnico, que en la historia de la educacin argentina se visibiliza en la expresin del escolanovismo. Por qu se da esta oposicin? Cabe aclarar que hablamos de un modelo de Estado -y de escuela- que responda al proyecto de las clases dominantes:

    una escuela oligrquica y nacionalista. Nacionalista? Veamos a qu nos referimos.

    La cuestin nacional, popular y regional

    Hablar del nacionalismo en Amrica Latina exige una aclaracin respecto a la cuestin

    nacional. Hay por lo menos dos nacionalismos: uno conservador y aristocratizante, y otro popular y reformista o revolucionario. La corriente del nacionalismo popular, que es una fuerza democrtica y revolucionaria (Oporto, 2011: 53) es una fuerza profundamente antiimperialista y antioligrquica que vincula la problemtica social y nacional, y se nutre de los sectores populares de inmigrantes y trabajadores.

    Esta tendencia ha tenido varias expresiones. En algunos casos, el anti imperialismo

    se ha identificado con posiciones anti burguesas ms radicalizadas (en sectores del anarquismo, el socialismo y el comunismo). Por lo general, la preocupacin por la cuestin nacional y social latinoamericana ha tenido, a la vez, una preocupacin por la unidad e integracin regional, por ejemplo, en los peruanos Jos Maritegui (1894-1930) y Ral Haya De la Torre (1895-1979). Se ha expresado tambin en el nacionalismo popular del movimiento radical yrigoyenista, en la Reforma Universitaria de 1918, en intelectuales como Juan Jos Hernndez Arregui (1913-1974) y su famosa frase: La salvacin de Amrica es su pueblo, que retoma otra fuerza nacionalista popular pro latinoamericana que surge en 1935: FORJA (Fuerza de Orientacin Radical de la Joven Argentina). Una dcada despus, esta corriente se integra al movimiento nacional justicialista. Para entonces, los sectores docentes ms liberales -socialistas, radicales, demcratas progresistas-, nucleados en organizaciones profesionales, universidades e Institutos del Profesorado Secundario, entrarn en tensin con el proyecto nacional estatista del peronismo de los aos 40, que veremos en la prxima clase.

    En especial, esto se ver en () un sector del movimiento de la Escuela Nueva, aquel ms vinculado con las estructuras educacionales burocrticas del gobierno y con las organizaciones internacionales del movimiento activista. (Puiggrs, Bernetti, 2006: 79).Por qu? La tradicin liberal, anti estatal (de aquel modelo de Estado que representaba los intereses de los sectores oligrquicos) no les permiti comprender

    quizs que el nuevo modelo de Estado expresaba las expectativas de la sociedad civil. Muchos de estos sectores de la educacin argentina -y de otros pases de la regin- se vincularon con las dictaduras y desde el aparato estatal de esos gobiernos desarrollaron sus modelos educativos.

    Una figura que simboliza como pocas estas tensiones que atravesaron a la docencia argentina identificada con las corrientes escolanovistas y de la Escuela Activa es la del Inspector Horacio Ratier.

  • Quin era Horacio Ratier? Era un personaje que se enfrentaba a un dilema moral. [...] Se debate entre dos morales, la autoritaria, disciplinadora, de largos antecedentes, que haba quedado inscripta en el trabajo pedaggico desde los largos aos en que Jos Mara Ramos Meja presidi el Honorable Consejo Nacional de Educacin, y la que hilvanaban sus pensamientos [Como muchos de sus colegas] tena serias diferencias con los criterios polticos dominantes, y no slo en trminos de poltica educativa, tambin se trasladaban las mismas a los criterios didcticos

    imperantes [...] (Mercado, 2012)

    Pero nos estamos anticipando.

    Por otro lado, hay un nacionalismo aristocratizante, conservador y anti inmigratorio, cuya expresin ms intolerante de la poca seguramente fue la Liga Patritica Argentina, que persigue, reprime y hostiga mediante estrategias paramilitares a los inmigrantes (otra vez ese otro salvaje, brbaro, feo, sucio, malo); a los militantes del campo anarquista, socialista y comunista, y a muchos educadores que sostenan ideas revolucionarias, reformistas, consideradas anti argentinas o subversivas.

    Julio Barcos fue un maestro que se destac en su rol de inspector de escuelas normales y, por su adscripcin

    poltica al anarquismo, desde donde defendi las posiciones libertarias sobre educacin y fue () uno de los pocos pedagogos argentinos que manifest abierta simpata por la formacin de una escuela alternativa a la estatal. (Arata, 2013:14)

    El ncleo narrativo de su obra educativa fue la escuela,

    a la que deplor como nadie. Sus trabajos eran un espejo donde la imagen de la escuela slo reflejaba sus defectos. No sin un dejo de irona, Barcos contribuy a elaborar una representacin de la cultura escolar a contrapelo del relato pedaggico oficial, donde las escuelas eran representadas como presidios y la atmsfera que la rodeaba conventual y carcelaria; desde su perspectiva una marcha escolar era un plantn en la calle, el pupitre la evolucin del cepo y

    el examen un crimen; para el educador santafecino, el maestro era un anacoreta de la cultura moderna, las escuelas normales fbricas de maestros y el Consejo Nacional de Educacin el ms perfecto de los laberintos administrativos (Arata, 2013:15)

    Hay en Barcos una articulacin de pensamiento tan importante como extraa a los

    tiempos de su produccin. En l se articulan el trabajo, el espacio de su accin el Estado en el mbito educativo- y la ms frrea crtica a lo que representaba para ese momento la educacin estatal. Aos despus, la crisis atravesar al anarquismo como a las distintas versiones de la izquierda nacional, ya que no les resulta posible articular en polticas concretas los postulados ideolgicos. Entonces Barcos se unir a las filas de la Unin Cvica Radical, en la corriente yrigoyenista, que expresaba a los sectores nacionalistas populares en ascenso.

    Para saber ms sobre la vida de Julio Barcos, haz

    clic en la imagen

  • Escuela y Estado como instituciones opresoras del orden oligrquico

    El anarquismo sostena que el Estado era una entidad abstracta que, al anular al individuo, se apropiaba de su educacin, bajo el pretexto de uniformizarla en todo el pas para defender el patriotismo que, en ese discurso, equivale al sentido exclusivo

    que le daba la clase dominante. La uniformidad estatal oligrquica se expresaba en el discurso educativo hegemnico que incluye, como hemos sealado en las clases anteriores, sus diversas prcticas: la didctica, los rituales y fiestas escolares, los cantos patriticos, la subordinacin a determinados prceres (como Roca, Mitre, Sarmiento) y las prcticas de lectura y escritura correcta del idioma nacional.

    Fuentes de las ideas anarquistas

    De dnde provienen las ideas educativas del anarquismo? Por un lado, se nutren de Jean Jaques Rousseau (1712-1778) y Francisco Ferrer Guardia (1859-1909), entre otros. En la base de la propuesta de estos pensadores se hallaba la idea de que la educacin es el principal elemento de liberacin individual y, en consecuencia, se establece como:

    un agente liberador, mediante el cual se reivindica el derecho de todos y cada uno de los individuos a acceder a iguales niveles de instruccin y cultura;

    se dirige hacia una sociedad libre e igualitaria, sin privilegios ni jerarquas; contraria a la sociedad capitalista que desestructuraba y divida a los hombres

    que naturalmente son iguales.

    Para el anarquismo, la educacin oficial constitua una de las principales herramientas de dominacin y alienacin para someter a las masas trabajadoras. Por eso, disputaban el monopolio de la enseanza ejercido por el Estado, ya que:

    tenda a reproducir las desigualdades sociales, mantener los privilegios y garantizarlos y a avalar la reproduccin de los grupos dominantes,

    difunda una educacin patritica y nacional que construa ficticias opciones sociales y polticas (Sardu, 2008).

    La posicin anti estatal del anarquismo es una posicin libertaria y que se opone a un modelo de Estado que excluye a los trabajadores y los sectores populares como sujetos protagonistas de la poltica, la cultura y la educacin. Por otro lado, quizs el rasgo diferencial de la pedagoga anarquista radic en la valoracin tanto del legado de la ciencia como del arte, con lo cual introduce una perspectiva orientada hacia la esttica.

  • Sujetos de derechos: mujeres, nios

    Por su lado, la pedagoga de Carlos Vergara, por ejemplo, tiene un contenido poltico explcito y una concepcin muy inclusiva de los sujetos sociales. Algunos aspectos son innovadores incluso hoy, como su concepcin de la naturaleza y el ser humano en un mismo plano: no hay superioridad ni subordinacin. Eso lo lleva a defender los derechos de la naturaleza y del cuerpo, as como los derechos del nio y de las

    mujeres, y el respeto por los animales. Hay que situarse en aquel contexto para comprender mejor el grado disruptivo de estos postulados. Piensen que son banderas que muchas dcadas despus levantarn los

    movimientos ambientalistas y ecologistas. Y las mujeres! En tiempos de Vergara, no eran

    consideradas sujetos de derechos polticos (no votaban); ni siquiera, en muchos casos, sujetos de derechos civiles.

    Mucho menos los nios, por entonces muy lejos de ser considerados sujetos de derecho siquiera. Por su parte, Errico Malatesta (1853-1932), que fue uno de los

    representantes de esta corriente del anarquismo clsico de fines del siglo XIX, sostuvo posiciones optimistas, contrarias al individualismo de otros anarquistas; ideas que lo llevaron a sostener que el hombre se forma socialmente. Debido a ello, apuesta a la organizacin frente a las tendencias individualistas y anti-organizacionistas de otros anarquistas (Bayer, 2008).

    El debate quedaba planteado: el anarquismo debe sostener una educacin centrada

    en el individuo o centrada en la organizacin solidaria?

    A pesar de su racionalismo de cuo cientificista, en el discurso pedaggico de Julio Barcos, por ejemplo, se articular la valoracin del individuo y su pertenencia a una sociedad asociada y solidaria. Por su parte, en el Congreso de la Federacin Obrera Argentina de 1902, se plantea la importancia de la participacin en organizaciones populares; all se afirma, entre otras cosas, que el obrero que pertenece a alguna asociacin no se embriaga y se instruye, y por eso est menos dispuesto a delinquir.

    En esta lnea resulta relevante en la educacin popular el sentido de pertenencia, as como el carcter educativo de las organizaciones. Este ltimo punto es muy importante: es todo un posicionamiento respecto a la diversidad de mbitos en los que nos educamos ms all del sistema escolar. En la Clase 4 retomaremos esta idea, que desarrolla Taborda.

    La Ley 11.357 De los derechos civiles de la mujer, sancionada en 1926 en Argentina, otorg a la mujer capacidad

    plena para la administracin de sus bienes y le permiti trabajar y ejercer el comercio, eliminndola de la calidad de incapaz que estableca el art. 55 del Cdigo Civil de Vlez Sarsfield. Sin embargo, estableca una suerte de mandato presunto a favor del marido, persistiendo todas las otras

    incapacidades y diferencias de gnero establecidas por el Cdigo. Recin con el gobierno de Pern, y a instancias de Evita, que impulsara hasta convertir en ley una bandera sostenida por aos por las feministas y los movimientos libertarios, las mujeres accedieron al derecho al voto.

  • Las escuelas libertarias y la autogestin: espacios educativos

    Cul es el ncleo educador? Para los anarquistas, el ncleo educador fundamental es la comunidad y rechazan totalmente al Estado. Tal como seal Adriana Puiggrs (1990), Julio Barcos presidi la Liga Nacional de Maestros en 1911 y sostuvo que el magisterio, dependiente de las instituciones y polticas educativas oficiales, es conservador y anafrodita (carece espiritualmente de sexo).

    Qu otro espacio es educador, segn esta corriente? En los documentos de la Federacin Obrera Argentina se sostiene que, adems de la comunidad, la asociacin, la organizacin obrera son a la vez educadoras y propician el desarrollo de las buenas cualidades en los trabajadores. Para Vergara, entonces, no hay un educador, sino que el educador es complejo y mltiple: las sociedades populares, las familias, la colectividad. Fjense qu interesante si lo trasladamos a esta poca de escenarios sociales tan dinmicos, complejos y mltiples. En las escuelas hay maestros y, al igual que en la sociedad, en las escuelas tambin hay tiranos que son precisamente los maestros. Dice:

    El castigo, la fuerza bruta y el temor, en las escuelas y en los pueblos, son agentes que se emplean solo a falta de la capacidad necesaria para comprender y utilizar los resortes de la inteligencia, inmensamente ms eficaces en todos sentidos. [] Slo se comprende lo que se practica (Vergara, 1913).

    En consecuencia, los anarquistas impulsaron escuelas alternativas. En esta lnea, tanto anarquistas como socialistas se interesaron por la educacin de la clase ms numerosa y pobre e intentaron desarrollar una escuela fuera del sistema oficial que los oprima y no reconoca la diversidad ni los derechos de las mujeres, entre otros. (Huergo)

    Qu les parece que ha perdurado de estas propuestas pedaggicas alternativas? Por qu se oponen a la educacin estatal? Cmo es, entonces, el modelo escolar que ellos proponen?

    El proyecto anarquista, aunque con matices, insisti en la necesidad de construir una escuela autogestiva propia, opuesta a la hegemnica modernizante (positivista, racionalista), en especial durante el periodo de 1890-1913. En mayo de 1901 se celebr el congreso fundacional de la Federacin Obrera Regional Argentina (FORA)

    que estaba integrada principalmente por anarquistas. Estos consideraban que la Federacin era una organizacin en la que todos los trabajadores deban tener la misma participacin, sin dirigentes con poder resolutivo. Del mismo modo, entendan, deban organizarse las escuelas: bajo la forma autogestiva y asamblearia.

  • En sntesis El discurso anarquista contiene imbricados importantes elementos libertarios, aunque conjugados con aspectos cristianos, krausistas, evolucionistas no racistas y naturalistas optimistas. El sujeto educativo planteado es () toda la humanidad, sin distincin de clase, raza, sexo o nacionalidad (Puiggrs, 1990). Es, pues, un sujeto complejo. Sin embargo, en sus posiciones respecto a la sociedad, gran parte del anarquismo fue iluminista y bastante cercano a la pedagoga oficial debido al menosprecio de las culturas nativas y de los analfabetos, as como de su adhesin al ideario

    sarmientino, como es el caso de Julio Barcos (Puiggrs, 1990).

    El escolanovismo argentino

    Otro corriente importante de las pedagogas latinoamericanas es la llamada Escuela nueva o escolanovismo. Una de las principales fuentes son las ideas del pensador alemn Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832).

    Krause es considerado un post kantiano. Sus ideas se encuadran en el pantesmo como marco terico bsico, lo que implica que todo saber est dirigido a conocer a Dios en tanto Dios es conocible para el espritu. La religin no se reduce a la oralidad. Debido al panentesmo se concibe a un Dios personal, se ubica la religiosidad por encima de la moral, se sostiene la necesidad de un culto pblico. Por otra parte, Krause recibe una fuerte influencia de la masonera, la que tiene como principio que es tiempo de fundar una Alianza para la Humanidad que rena a todos los hombres buenos que han llegado al verdadero conocimiento de la Humanidad y de su vida, y al amor a ella. La hermandad masnica es reconocida como el nico intento social hecho hasta ahora para poner ante los hombres las ideas de la Humanidad, para vivir un espritu humanista en toda su pureza. Las ideas pedaggicas de Krause se refieren a la transformacin de la sociedad por la educacin no por la revolucin. El sujeto de transformacin

    histrica no se centra en pueblos, Estados o clases sociales, sino que comienza en el individuo, abarca armnicamente todos los grupos sociales intermedios y llega a la unin mundial. Dignifica a la mujer en paridad con el hombre. Imagina la sociedad ideal mundial como Gran Logia de la Tierra semejante a la Sociedad Comunista Mundial en Marx. (Menndez Urea, 1989)

  • Segn afirma Adriana Puiggrs, los escolanovistas argentinos del principio del siglo XX se dividieron en dos grandes grupos: aquellos adeptos a las ideas de Enrique Pestalozzi (como se conoce al suizo Johann Heinrich Pestalozzi, 1746 - 1827), como el maestro Jos Rezzano, director de la revista La Obra e impulsor de reformas pedaggicas contundentes junto a su esposa, Clotilde Guilln de Rezzano; y aquellos influenciados por las ideas anarquistas y socialistas, como la militante comunista mendocina Florencia Fossatti y el uruguayo Jesualdo Sosa (Jess Aldo Sosa

    Prieto,1905 - 1982); el anarquista Julio Barcos y socialistas como Olga Cossettini. Puiggrs establece una diferencia fundamental entre unos y otros.

    Las ideas de Vergara

    De acuerdo a su propio relato en su autobiografa Recuerdos (Terigi y Arata, 2012), su infancia oscil entre la escuela, el juego y el trabajo con su padre en la quinta familiar. Esta experiencia de trabajo fsico, manual, ser fundamental, como l relata:

    All tambin,

    trabajando con mi padre, desde siglos pregonado, pero poco practicado an, y si que se basa en el mejor principio: desarrollar simultnea y armnicamente las facultades fsicas, intelectuales y morales [...] Sin

    esa labor fsica creo que mis estudios en la escuela habran valido poco o nada para mi porvenir. (Terigi y Arata, 2012:13)

    Ntese el impacto de las vivencias, de la experiencia subjetiva en la forma en que construimos nuestras ideas y prcticas

    pedaggicas. Reconocen ustedes en su memoria experiencias de la infancia o la adolescencia que los hayan marcado de este modo en su relacin con la docencia? Piensan en esto cuando observan y evalan a sus estudiantes, a esos otros? Qu sabemos de ellos?

    Para saber ms sobre la vida de Carlos Vergara, haz clic en la imagen

    Todos los principios y todas las reglas pedaggicas estn en los impulsos legtimos del nio, como toda ciencia social est en

    las aspiraciones populares.

    Carlos Vergara La evolucin de la disciplina

  • El proyecto de Vergara no se limit a las ideas pedaggicas sino que incluy la administracin del sistema y una idea revolucionaria respecto de cmo gobernar las instituciones educativas: incluir la participacin de los nios para que, desde pequeos, cualtivaran la responsabilidad y la moral a partir de la prctica de gobierno.Sin embargo, y aunque revolucionario en lo ideolgico, no pas los lmites de su propia experiencia en la Escuela Normal de Mercedes. Al igual que otros pedagogos, Vergara dedic gran parte de su tiempo al periodismo pedaggico, a

    fundar y dirigir revistas especializadas y escribir sobre sus ideas y experiencias y al igual que a Simn Rodrguez, a Vergara se lo trat de loco y se lo invisibiliz. Se fijaron en eso? Otra vez la locura. El loco, parece ser, es quien sostiene ideas pedaggicas revolucionarias, principalmente, por criticar e intentar modificar el orden establecido.

    La tarea del maestro, para Vergara, es rodear al alumno con aquellos elementos

    que le faciliten su desarrollo, a la vez que aquellos que se lo obstaculicen. El maestro, como se conoca en aquel momento -el del escenario normalista normalizador que vimos en la clase 2 cuando hablbamos de Sarmiento, la recuerdan?-, debera desaparecer. Sin embargo, en otros aspectos, Vergara admira al sanjuanino.

    Defensor del valor pedaggico del trabajo manual, de la libertad -en cuanto a disciplina y horarios- y de las prcticas, y las experiencias, as como de la intervencin y participacin de los nios, nias y jvenes en el vnculo pedaggico, se lo acusaba de ser enemigo de los libros y de la disciplina escolar. Tena ideas muy precisas en relacin a la disciplina en el mbito escolar. Para l, los cdigos disciplinarios no deban basarse en castigos y, en lugar de pensar la disciplina como un factor aislado, la piensa como uno de los componentes bsicos de las condiciones para el aprendizaje y propone

    la eliminacin de todo tipo de sanciones.

    Quines son los sujetos de la educacin para Vergara?

    Para l, todos deben recibir educacin, pero solo deban inscribirse aquellos que probaran su moralidad y buenas costumbres que, en su discurso, se vincula con quienes llevan formas de vida austeras, sin vicios, ni delitos, ya que considera a los criminales como enfermos morales. Existe en este pedagogo una suerte de determinismo optimista, sostiene Puiggrs, ya que le otorga a la educacin un rol que, a nuestro criterio, esta no puede cumplir por s sola sin una articulacin con lo social, econmico y poltico. Vergara no fue un terico de la educacin. No escribi un tratado de pedagoga. Entonces, por qu trasciende? Por qu se lo recupera en el Mdulo? Porque sintetiza y expresa en sus ideas vertientes diversas, pensamientos contradictorios que hacen, sin embargo, una sntesis, una amalgama que registra en sus experiencias, en sus escritos y en sus acciones.

    Vergara deseaba producir una revolucin pedaggica, instituir una nueva praxis educativa en abierta contradiccin con las experiencias pedaggicas argentinas establecidas a partir de 1870. Por entonces todo tena un carcter fundacional.

    Vergara mantena la conviccin de que la nica va para lograrlo era asumir el ttulo

  • de Reformador, para lo cual se precisaba, segn escribi, tener algo del genio de Moreno, y de los alientos gigantes de Sarmiento (RP: 333) (Arata y Terigi, 2012:22)

    El pensamiento de Jos Carlos Maritegui

    Ahora cambiamos el destino de nuestro recorrido y nos vamos hacia Per. All nos encontraremos para recorrer y explorar el pensamiento de otro de los referentes obligados de la pedagoga latinoamericana por su enorme y valiossimo aporte: Jos Carlos Maritegui.

    Maritegui no fue un maestro o un pedagogo de carrera profesional, sino que lleg a la pedagoga como muchos intelectuales latinoamericanos: desde el periodismo, la crtica cultural y la militancia poltica (socialista, en su caso). Sin embargo, ha aportado a la construccin de la pedagoga con, tal vez, uno de los pilares ms slidos para pensarla, analizarla y transformarla. En sus reflexiones se ocup de la enseanza en sus diversas expresiones: la educacin primaria, la educacin artstica, la laicidad, la libertad de enseanza, los mtodos pedaggicos y las condiciones de trabajo docente (Cano, 2012) y comprendi la educacin como un hecho social en una compleja relacin que iba ms all de las instituciones de educacin formal.

    Amauta: la vigencia de pensar lo social y lo popular desde Amrica Latina

    La vigencia de Maritegui para pensar el presente latinoamericano es indiscutible. Socialista militante, los comunistas peruanos lo acusaron de ser populista y desestimaron su legado intelectual y poltico. Sin embargo, fund una editorial y una imprenta desde la cual sostuvo varias publicaciones educativo-culturales. La ms conocida, la revista Amauta, fue el medio donde se difundieron algunas de las producciones del campo educativo, filosfico, artstico, cientfico y literario ms significativas de su tiempo para Amrica Latina desde otros continentes, y desde Amrica Latina hacia ese

    mundo. All publicaron Jorge Luis Borges, Vicente Huidobro, Alberto Hidalgo, Bernard Shaw, Ortega y Gasset, Trotsky, Mximo Gorki, Romain Rolland, entre otros y solo por mencionar algunos autores que publicaron all durante los 32 nmeros. All se public tambin la primera traduccin al castellano de una obra de Sigmund Freud, Resistencias al psicoanlisis.

    Con el pesimismo de la razn y el optimismo de la

    pasin

    Frase citada por Maritegui, quien la atribuye a Jos Vasconcelos, y por Gramsci, quien la atribuye a Romain Rolland

  • All se manifestaba la visin de este pensador, en cuanto a la pluralidad de dimensiones de lo social. Maritegui suea con construir un sujeto latinoamericano revolucionario y plural y, para eso, al igual que su contemporneo, el italiano Gramsci, cree que lo previo es una intensa actividad hegemnica.

    Los viajes son formativos, hemos dicho en la primera clase. As lo fue el de Maritegui en Europa, sobre todo en tierra italiana, entre 1919 y 1923, donde se forj su ideologa marxista y sus ideas respecto del rol de la educacin y la cultura en las revoluciones. All conoci a Gramsci y a Gobetti, determinantes en este sentido.

    Influenciado tambin por cierto misticismo -que se agrega a su formacin marxista- cree que la revolucin llegar solo precedida de una () operacin cuidadosa sobre corazones y mentes, algo

    as como el momento tico-poltico de Gramsci (Maritegui, 2010: 28). Para que eso sea posible es necesaria la circulacin de la palabra (aunque no lo dice con estas

    palabras, desde ya), debe construirse un espacio inter-discursivo. A la vez, debe articularse la dimensin espacial -la dimensin poltica por excelencia- con la temporal. Como lo har ms adelante el argentino Taborda, Maritegui cree que el futuro socialista y justo llegar de la mano de una relectura de las tradiciones americanas.

    En l la tradicin y la revolucin articulan; y es en la identidad indgena all donde se desarrolla la tradicin comunitaria y donde hay que articular el proyecto de la modernidad.

    Junto con su coterrneo Ral Haya de la Torre pensarn juntos, desde una visin

    latinoamericana nueva, el problema del imperialismo como etapa del desarrollo capitalista, en la tensin con el dilema: civilizacin o barbarie, que planteaba la cuestin de cmo ubicarse desde la Regin, frente a la Modernidad. (Oporto, 2011:59)

    La visin pedaggica

    La educacin para Maritegui es un fenmeno social y, como tal, debe ser analizado desde sus cimientos polticos y econmicos. Desestima, por eso, la propuesta pedaggica modernizadora que prescinda de la dimensin econmica y social. Qu dira de la experiencia de Vergara? Para el peruano, educar es un proceso que debe desarrollar en los educandos, dentro de una visin nacionalista -democrtica- valores ticos, sentimientos de responsabilidad ciudadana,

    Para saber ms sobre la

    vida de Jos Maritegui, haz clic en la imagen

  • buenos modelos y valores personales. Posicionado en el marxismo, cree que existen fuertes articulaciones entre educacin y economa. Qu sujeto imagina? Un sujeto pedaggico conformado por los sectores populares que deben formarse no solo para la lucha por la distribucin de lo producido sino que deben aspirar, en esta lucha, a la direccin de la produccin.

    Conocedor de la realidad continental y peruana, estaba convencido de que el problema educativo era, en su tiempo como en las otras pocas, solo un aspecto de la problemtica social, pero consideraba prioritario reformar la economa antes de emprender una transformacin educativa.

    As lo expresa en una de sus ideas ms conocidas: No es posible democratizar la enseanza de un pas sin democratizar su economa y sin democratizar, por ende, su

    superestructura poltica.

    Deca Maritegui que:

    El problema de la enseanza no puede ser bien comprendido al no ser considerado como un problema econmico y como un problema social. El error de muchos reformadores ha estado en su mtodo abstractamente idealista, en su doctrina exclusivamente pedaggica; sus proyectos han ignorado el ntimo engranaje que hay entre la economa y la enseanza, y han pretendido modificar sta, sin conocer las leyes de aqulla. Por ende, no han acertado a reformar nada sino en la medida que las menospreciadas, o simplemente ignoradas leyes econmico - sociales, les han

    consentido. (Maritegui, 32 edic.1975)

    Al igual que otras pedagogas crticas que examinamos, sostena Maritegui que la educacin haba estado siempre al servicio, como agente regulador y enmascarado, de formas y mtodos escolares que divulgaban los patrones normativos de los grupos sociales dominantes. Se desprende del pensamiento de Maritegui que, para que se lleve a cabo una verdadera reforma de la educacin, el proyecto educativo tiene que estar ligado a un nuevo proyecto nacional. Seala las limitaciones de las doctrinas y

    los mtodos que pretenden cambiar la educacin sin alterar las condiciones econmico - sociales y propugna un ideal de educacin gratuita y obligatoria vinculada al trabajo, y a los intereses de las grandes mayoras.

    Otra categora significativa del pensamiento de Jos Carlos Maritegui: el concepto de mito. En ese sentido, se acerc al lugar central que le atribua a la niez en su construccin polticopedaggica, particularmente en vnculo con la cosmovisin propia de los pueblos originarios:

    El mito mueve al hombre en la historia. Sin un mito la existencia del hombre no tiene ningn sentido histrico. La historia la hacen los hombres posedos e iluminados por una creencia superior, por una esperanza sper-humana; los dems hombres son el coro annimo del drama. La crisis de la civilizacin burguesa apareci evidente desde el instante en que esta civilizacin constat su carencia de un mito () Lo que ms

  • neta y claramente diferencia en esta poca a la burguesa y al proletariado es el mito. () El proletariado tiene un mito: la revolucin social (Maritegui, 1925)

    Maritegui se ocup tambin de la Reforma Universitaria en su pas, movimiento iniciado en la Universidad Nacional de Crdoba, Argentina, en 1918 e irradiado a casi toda Amrica Latina. Pero Maritegui le suma un plus a la cuestin universitaria que pone de relieve los verdaderos mrgenes o lmites de los procesos de Reforma Universitaria:

    Diferenciar el problema de la Universidad del problema de la escuela es caer en un viejo privilegio de clase. No existe un problema de la Universidad, independiente de la escuela primaria o secundaria. Existe un problema de la educacin pblica que abarca todos sus compartimentos y comprende todos sus grados. (Maritegui, [1925]-2001, p. 62 en Cano, 2012:2)

    Educacin superior y formacin docente

    Pensar la Universidad como parte de un sistema integral de educacin rompa, en principio, con las bases de la autonoma universitaria y, adems, pona de manifiesto

    las bases elitistas de su composicin y de su reproduccin. Dcadas antes de que Freire nos hablara de la pedagoga del oprimido Maritegui denostaba con furia los mtodos de enseanza tradicionales basados en la transmisin pasiva del saber del catedrtico, a lo que Freire llamar luego educacin bancaria. Maritegui advirti, sin embargo, que era necesario poner la mirada y el foco de atencin en los mtodos que se utilizaban para ensear ms que en los docentes. Considera que las luchas pedaggicas que se propongan ir en contra de los malos profesores, en lugar de atentar contra los malos mtodos, fracasarn. Para revisarlos propona prestar especial atencin a que lo fundamental en todo acto educativo es la relacin pedaggica, el vnculo entre maestros y alumnos, en el que los maestros tienen un lugar fundamental pero no nico.

    En sntesis Desde un pensamiento original, marxista latinoamericano, Maritegui abord una preocupacin central en educacin: la cuestin de la desigualdad. Para ello aport una mirada ms amplia, que consider el proyecto poltico econmico como determinantes de las posibilidades revolucionarias de la educacin. Sus ideas se

    expresan claramente en la siguiente afirmacin con relacin al analfabetismo indgena: El problema del analfabetismo del indio resulta ser, en fin, un problema mucho mayor que desborda del restringido marco de un plan meramente pedaggico. Cada da se comprueba ms que alfabetizar no es educar. La escuela elemental no redime moral y socialmente al indio. El primer paso real hacia su redencin tiene que ser el de abolir su servidumbre (Maritegui, [1928]-2007:133 en Cano, 2012:8).

  • Hasta la prxima clase!

    BIBLIOGRAFA

    Bibliografa obligatoria:

    Arata, Nicols Julio R. Barcos. Cmo educa el Estado a tu hijo y otros escritos, Presentacin, 2013. Recuperado de: http://editorial.unipe.edu.ar/wp-content/uploads/2013/10/C%C3%B3mo-educa-el-Estado-a-tu-hijo-y-otros-escritos.-Julio-R.-Barcos.-UNIPE.pdf, consultado 22 de septiembre de 2014, Pp

    54-60. Audiovisual: Carlos Norberto Vergara Coleccin Ideas de la educacin

    argentina de la Universidad Pedaggica de la Provincia de Buenos Aires. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=wr319lmHhCw

    Bibliografa y material complementario:

    Bayer, Osvaldo (2008), La influencia de la inmigracin italiana en el movimiento obrero argentino, en Los anarquistas expropiadores y otros ensayos, Buenos Aires, Booklet.

    Cano, Agustn Maritegui y la educacin, comunicacin realizada para Jornadas Amrica Latina: Redes intelectuales y editoriales (homenaje a Jos Carlos Maritegui), organizadas por la Universidad de la Repblica, el

    Instituto de Profesores Artigas (IPA) y la Fundacin Vivin Tras, 15 de Agosto de 2012.

    Huergo, Jorge, La educacin y la vida. Un libro para maestros de escuela y educadores populares, en prensa, EPC, Facultad de Periodismo y Comunicacin Social, UNLP.

    Maritegui, Juan Carlos, La tarea americana. Seleccin y estudio introductorio a cargo de Hctor Alimonda, CLACSO, Prometeo, Buenos Aires, 2010.

    Maritegui, Jos Carlos. 7 Ensayos de Interpretacin de la Realidad Peruana, 32 edic.1975. Edit. Amauta. Lima, Per.

    Maritegui, Jos Carlos El hombre y el mito, publicado en El Mundial, Lima, 16/01/1925

    Menndez Urea, Enrique El krausismo como filosofa de la modernidad en Biagini, Hugo, Orgenes de la democracia argentina. El trasfondo krausista, Buenos Aires, Legasa, 1989.

    Mercado, Beln, Resea de Puiggrs, Adriana, El inspector Ratier y los maestros de tierra adentro, Anuario de la Sociedad Argentina de Historia de la Educacin, Vol 13, No 2 (2012), en http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/anuario/article/view/2357/pdf.

    Oporto, Mario, De Moreno a Pern, Planeta, Bs. As., 2011, Puiggrs, Adriana (1990), Sujetos, disciplina y curriculum en los orgenes del

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    (1945-1955), Galerna, Buenos Aires, 2006.

  • Tedesco, Juan Carlos Educacin y sociedad en la Argentina (1880-1945), Buenos Aires, Siglo XXI, 2003.

    Vergara, Carlos N. (1913), Proyecciones Pedaggicas, en La Escuela Popular, Buenos Aires, N 10.

    Documental Huellas de un siglo- La Semana Trgica Televisin Pblica, Mayo 2010. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=2a_YMOsVVpA, consultado febrero 2015.

    Tern, Oscar, Amauta: vanguardia y revolucin, texto fue preparado por Oscar Tern para el proyecto "Hacia una historia de los intelectuales", Carlos Altamirano (dir.), Entre cultura y poltica: historia de los intelectuales en Amrica Latina, Buenos Aires, Katz Editores, vol. 1. Recuperado de: http://goo.gl/nzxfSc , consultado febrero 2015.

    Weinberg, Gregorio, Maritegui y la educacin, comunicacin realizada para Jornadas Amrica Latina: Redes intelectuales y editoriales (homenaje a Jos

    Carlos Maritegui), organizadas por la Universidad de la Repblica, el Instituto de Profesores Artigas (IPA) y la Fundacin Vivin Tras, 15 de Agosto de 2012. Recuperado de: http://goo.gl/0Pb0ee, en Weinberg, G. Sarmiento, Bello, Maritegui y otros ensayos. Recuperado de: http://goo.gl/lSRbvW, consultado febrero 2015. Pp 154-164

    Las imgenes utilizadas fueron tomadas de https://www.flickr.com/ bajo licencia

    ACTIVIDADES

    Participar en el Foro La disciplina segn Vergara

    Para seguir pensando colectivamente les proponemos la participacin en el Foro La disciplina segn Vergara. La importancia de la actividad radica en pensar y repensar, desde la Pedagoga Latinoamericana, ese aspecto nodular del sistema educativo hegemnico que, junto a otros aspectos, imposibilitan pensar otras prcticas docentes que sean inclusivas y situadas en la cultura y tiempos actuales.

    El disparador de la discusin ser un extracto del reglamento de la Escuela Normal de Mercedes (elaborado por Carlos Vergara). Es importante que la participacin de cada uno (opiniones y argumentaciones) estn fundamentadas con los materiales que leyeron y miraron en la clase. Esto implica que pueden apelar tanto a los conceptos de Vergara pero tambin a los otros autores presentados.

  • Escuela Normal de Mercedes. Resolucin sobre disciplina (Tedesco, 1986: p. 278)

    1) Que todos los profesores del establecimiento deben tratar a todo alumno que cometa una falta, con entera consideracin, proponiendose hacerle ver que ha cometido un

    error, no una accin con el deseo de hacer el mal.

    2) Que todos los medios disciplinarios que afecten en lo ms mnimo la dignidad del alumno, sean considerados contraproducentes y como que propenden a desorganizar la escuela.

    3) Que ningn profesor dirija palabras ni miradas imperiosas a los alumnos, ni aun al ms culpable.

    7) Todos los alumnos deben tener la conviccin de que nadie tiene derecho de tocarles su dignidad, ni con una mirada fuerte, y si no tuvieran esa conviccin, los profesores estn en el deber de drselas, porque ste es el medio ms eficaz de asegurar la disciplina de toda la escuela. (nfasis agregado)

    TEDESCO, J.C. (1986): Directivismo y espontanesmo en los orgenes del sistema educativo argentino, en Ibdem: Educacin y sociedad en la Argentina

    (1880-1945). Dimensin argentina, Bs.As.: Ediciones Solar. pp 261-284.

    Con este extracto del reglamento como disparador los invitamos a participar del Foro La disciplina segn Vergara, en el que debatiremos sobre lo disciplinario en las instituciones educativas y el posicionamiento del docente al respecto.

    Tiempo para su entrega: dos semanas despus de su publicacin

    Leer la bibliografa obligatoria de la clase

    Completar el diario de viaje.

    Les acercamos las consignas del trabajo final.

  • Cmo citar este texto:

    rea de Derechos Humanos y Pedagoga de la Memoria, INFD (2015). Pensamiento

    Pedaggico Latinoamericano: Clase 03: Para cambiar el orden establecido:

    anarquistas, escolanovistas y socialistas. Buenos Aires: Ministerio de Educacin

    de la Nacin.

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