Intentando concluir

Después del recorrido introductorio hecho aquí resulta bastante arriesgado intentar establecer algo así como una conclusión. Hagamos el esfuerzo.

l. Tal como el título lo enuncia, nuestro propósito consistía en desarrollar una cartografia del pensamiento latinoamericano centrada en los horizontes teóricos contemporáneos. Para ello priorizamos el recorrido en Latinoamérica de los estudios culturales, postcoloniales y subalternos. Esta propuesta tiene un carácter eminentemente introductorio y no exhaustivo. La cartografia ha sido propuesta; ampliarla y profundizarla será una tarea venidera. El logro aquÍ alcanzado está determinado, en forma general, por una aproximación a las principales figuras del complejo campo de los estudios culturales, sus propuestas teóricas y sus proyectos intelectuales. En esto ha consistido nuestro objetivo general.

2. Los estudios culturales son un campo difícil de definir unívocamente. En él quedan comprendidas las más diversas perspectivas teóricas y metodológicas. Por ello, el inventario de características señaladas se convierte en un intento de comprensión bastante general de los estudios culturales. Esta dificultad, más que representar una limitante significativa, demuestra la vitalidad y apertura que dicho campo tiene hacia los más diversos objetos de estudios y paradigmas epistemológicos. La trans e interdisciplinariedad de los estudios culturales hacen factible el abordaje de una amplia serie de fenómenos culturales, sociales, políticos, económico, etc., que las disciplinas canónicas son incapaces de abordar en sus esquemáticas y rígidas configuraciones.

3. Es fundamental reconocer el compromiso político presente en cada esfuerzo teórico y práctico llevado a cabo por los miembros de los diferentes grupos que configuran el entramado de los estudios culturales. La teoría crítica se renueva desde la diferencia

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epistémica a la que tienden los horizontes de interpretación , expues tos aqu í, en el seno de la conte mpo raneidad . Los fenómenos migrato rios, los temas de género, las luchas por y con el subalterno, las reivi ndicaciones identi tarias estratégicas, etc., constituyen algunos de los intereses de estudio y compromiso político manifl estos en la agenda de los estudios culturales. Las fron teras teóricas o metodológicas de las disciplinas tradicionales estallan en los esfu erzos de comprensión de las nuevas realidades contemporáneas ll evadas a cabo por los es tudios culturales, postcoloniales y subalternos.

4. Los estudios culturales han abi erto un nuevo paradi gm a académico-político. La complejidad de los actuales fenómenos empuj an a las di sciplinas a abrirse y renovar los esquemas interpretativos. Los estudios cul tura les proponen inten tos dive rsos de ace rcarse a la realidad sociocultural actual. La dive rgencia de muchas de sus perspectivas son el ejemplo de la riqu eza qu e le otorga la apertura y fl exibilidad que les constituye . Vivimos en una época donde los paradigmas de interpretación dete rministas no arrojan resultados pertinentes para la comprensión de realidades que se escapan de ser "puras" o " transparen tes" . Los estudios cul turales, postcoloniales y subalternos no pretenden erigi rse como el más auténtico modo de abordar la realidad actual -esto implicaría continuar inmerso en el paradigma disciplinar de las ciencias sociales surgidas con la modernidad. La posmodernidad, las teorías y metodologías del postes tructura li smo, el antiesenciali smo ecuánime y la comprensión de la contextuali zación de los saberes, han hecho posible la revisión concienzuda de los dogmas disciplinarios tradi cionales. Las nu evas realidades exigen esquem as de interpretación otros, alternativos, conscientes de sus limitaciones y sin la expectativa absolu tista de considerarse "el" paradigma a seguir por las demás disciplinas.

5. Los estudios cul turales son un espacio alternativo en donde no sólo se pretende "collocer" y "obj etualizar" al otro, propio de las disciplinas coloni alistas surgidas en la modernidad, sino

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entablar una dialogía ética desde la cual el otro hable, sea escuchado y se le reconozcan sus aportes. Todo esto no desde la posición del intelectual "pastor", sino desde la del intelectual cómplice de las luchas sociales y de los procesos de liberación anti-hegemónicos a través de perspectivas menos neutralizantes y cada vez más incluyentes. El compromiso de los estudios culturales con los grupos no hegemónicos son una oportunidad para renovar los procesos de cambios sociales, políticos y económicos que fracasaron debido a una intrínseca tendencia a la reproducción de esquemas de dominación hegemónicos. Los estudios postcoloniales y subalternos son un llamado de atención a las presunciones verticalistas desde donde se piensa el cambio social y político. El subalterno tiene sus propias estrategias anti-hegemónicas, sus propias adecuaciones estratégicas en la realidad global. Descubrir esas dinámicas alternativas y apoyarlas, más que protagonizarlas cual mesías redentor, parece ser la tarea del intelectual contemporáneo.

6. Las posibilidades de los estudios culturales son inmensas. Este carácter abierto de los estudios culturales les permiten renovarse en cada contexto de aplicación y reflexión. La realidad da de sí sus verdades, verdades contextuales, a las cuales los estudios culturales estarán volcados por estar insertos en dichas contextualidades. La finalidad parece ser la misma: la ruptura con el paradigma hegemónico occidental, escondido en las estrategias de conocimientos disciplinarios. Los medios para lograr dicha ruptura serán situados y respectivos al contexto, es decir, geopolíticamente ubicados.

7. Las propuestas de Walter Mignolo abren un horizonte alterno a lo aportes de los estudios culturales, postcoloniales y subalternos. La configuración de un «paradigma otro» que se aleje de los esquemas hegemónicos es la tarea propuesta por el filólogo argentino. Para ello, el conocimiento y consideración de la tradición contrahegemónica, surgida en el seno de la colonialidad, se vuelve una tarea urgente: esta es la meta del «giro decolonial».

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8. Esta introducción ha pretendido ser una provocación que estimule el descubrimiento, estudio y profundización del campo de los estudios culturales y de los aportes decoloniales. El lugar de reflexión está claro: Latinoamérica. La tradición intelectual espera ser re-abordada, re-pensada y re-articulada desde los paradigmas alternativos a la modernidad. Además, yace en el subcontinente la tradición no letrada, una tradición escondida, a su vez, por nuestros particulares modos letrados de conocimiento. Los esfuerzos hechos por los intelectuales para el cambio social y político nunca serán suficientes sin el compromiso y la participación del subalterno. Si bien las grandes metanarrativas han sucumbido, al demostrar la violencia intrínseca que guardaban, el sufrimiento de los subalternos originado por la discriminación, el racismo y la exclusión no ha sucumbido junto a las metanarrativas, sigue tan presente como antes. Que los grandes relatos hayan caído, y las mega­utopías se desvanezcan, no implica que el compromiso político contextualizado no siga exigiendo de nosotros alternativas como las que encontramos en los estudios culturales, postcoloniales y subalternos, todas ellas encaminadas a la configuración solidaria de un «paradi gma otro».

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