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IV ENCUENTRO HACIA UNA PEDAGOGÍA EMANCIPATORIA EN NUESTRA AMÉRICA 17, 18 y 19 de septiembre 2018 – Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. Av Corrientes 1543, Ciudad de Buenos Aires. La Margarita Una experiencia pedagógica en el Bajo Flores Mesa temática: Reflexión sobre la práctica docente Hugo Marcial Benítez Jimena Cullen Marcos Christian Schmeling Pablo Sigal Programa Puentes Escolares / Ministerio de Educación de la CABA Sede Madre del Pueblo. Villa 1-11-14 Bajo Flores [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] La educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo. Paulo Freire Puentes Escolares nació a principios del emblemático 2001 con el objetivo de revincular a un espacio educativo a niños, niñas y jóvenes en situación de calle. Este equipo realizó un trabajo territorial inicial muy importante en el barrio de La Boca a partir del 2009, que se mantuvo hasta principios del 2014. En abril del 2014 la gestión de Esteban Bullrich ordena el traslado al Bajo Flores, villa 1-11-14 en el marco del trabajo que realizan los curas villeros. El gobierno no aceptó nuestra propuesta de contratar otro equipo educativo para afrontar este nuevo desafío y así poder seguir trabajando junto a nuestros 32 chicos y chicas de La Boca. Aunque recibimos el apoyo de vecinos/as y referentes del barrio no pudimos torcer la voluntad de arbitrariedad del Gobierno. En el nuevo espacio, nos encontramos con una población de jóvenes y adultos, inédita para la historia de Puentes Escolares. El Hogar Santa María, en el marco de la Parroquia Madre del Pueblo, aloja a esta población que lucha contra el dolor de las adicciones. Historias de exclusión, pobreza y falta de proyectos son denominadores comunes de los alumnos/as de nuestro espacio. Este dispositivo terapéutico se ajusta a normas y criterios que lo hacen un dispositivo
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IV ENCUENTRO HACIA UNA PEDAGOGÍA EMANCIPATORIA EN NUESTRA AMÉRICA17, 18 y 19 de septiembre 2018 – Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. Av Corrientes 1543, Ciudad de Buenos Aires.
La MargaritaUna experiencia pedagógica en el Bajo Flores
Mesa temática: Reflexión sobre la práctica docente
Hugo Marcial BenítezJimena Cullen
Marcos Christian SchmelingPablo Sigal
Programa Puentes Escolares / Ministerio de Educación de la CABASede Madre del Pueblo. Villa 1-11-14 Bajo Flores
[email protected]@[email protected]
La educación verdadera es praxis, reflexión y acción
del hombre sobre el mundo para transformarlo. Paulo Freire
Puentes Escolares nació a principios del emblemático 2001 con el objetivo de revincular a
un espacio educativo a niños, niñas y jóvenes en situación de calle.
Este equipo realizó un trabajo territorial inicial muy importante en el barrio de La Boca a
partir del 2009, que se mantuvo hasta principios del 2014. En abril del 2014 la gestión de
Esteban Bullrich ordena el traslado al Bajo Flores, villa 1-11-14 en el marco del trabajo que
realizan los curas villeros. El gobierno no aceptó nuestra propuesta de contratar otro equipo
educativo para afrontar este nuevo desafío y así poder seguir trabajando junto a nuestros 32
chicos y chicas de La Boca. Aunque recibimos el apoyo de vecinos/as y referentes del barrio
no pudimos torcer la voluntad de arbitrariedad del Gobierno.
En el nuevo espacio, nos encontramos con una población de jóvenes y adultos, inédita para
la historia de Puentes Escolares. El Hogar Santa María, en el marco de la Parroquia Madre
del Pueblo, aloja a esta población que lucha contra el dolor de las adicciones. Historias de
exclusión, pobreza y falta de proyectos son denominadores comunes de los alumnos/as de
nuestro espacio.
Este dispositivo terapéutico se ajusta a normas y criterios que lo hacen un dispositivo
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convivencial y al mismo tiempo guarda relación con aquellas instituciones que tienen una
carga ligada al encierro: horarios, trayectos de tratamiento vigilado y supervisado por
referente, metas y objetivos pautados de antemano, etc.
Mañanas de poesía, de encuentros con las matemáticas, con la historia, la plástica, con la
educación física y la recreación; una tarea pensada desde la pedagogía del vínculo, la
confianza, la empatía definen nuestro trabajo.
Desde un inicio nos propusimos pensar el aula desde las nociones de hedor y pulcritud
desarrollada por Rodolfo Kush, entendiendo que nuestros/as pibes/as para la cultura
colonizadora son el hedor de América, lo que huele mal, mientras el sentido común de esta
sociedad se percibe como lo pulcro, ser parte de la pulcritud heredada de los
conquistadores.
Nuestras/os pibas y pibes, en su tratamiento y en nuestra aula presentan una resistencia a
su “infierno cotidiano”. Y nuevamente el “estar siendo” de Kusch en oposición al “estar
quieto” colonizador.
En ese “estar quieto o sentado”, nosotros como maestros también en la resistencia, decimos
con Kusch, “estar de pie, dispuesto a la marcha. Y en esa resistencia, crear el mundo de
vuelta.
El Bajo Flores es un barrio pluricultural. Por nuestras aulas han pasado alumnos de Bolivia,
Brasil, Colombia, Chile, Paraguay, Perú, Uruguay, que convivieron su desarraigo con otros
de nuestro país que a pesar de haber crecido en La Rioja, Soldati o Lugano compartían el
no ser visibilizados.
Nuestros estudiantes están poco tiempo en el espacio-aula, protagonizan trayectorias
educativas discontinuas e irregulares. Hoy pueden estar haciendo una cuenta en un
cuaderno y mañana pueden estar revolviendo la basura. Al tiempo, quizás se “rescaten” y lo
encontremos nuevamente en el aula.
Con el correr del tiempo fuimos advirtiendo que la gran mayoría de nuestros/as estudiantes,
en algún momento de su vida, habían transitado por dispositivos de encierro, se
encontraban mutilados por la violencia social y la condena a un mundo sin derechos. Esta
situación sumado a la falta de experiencia con esta población nos llevó a preguntamos
seriamente qué hacer.
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Fue por ello que recurrimos a una experiencia pedagógica que habíamos desarrollado
previamente que consideramos un acto de resistencia Nos propusimos, entonces, trabajar
los poemas escritos por Mauricio Rosencof mientras se encontraba detenido por la dictadura
uruguaya. Esos poemas que luego fueron libro tuvieron como nombre La Margarita. Fueron
escritos estando él detenido en una suerte de cárcel-tumba pensando en su novia de los 15
años.
Rosencof formó parte del grupo de los nueve “rehenes” del Movimiento Nacional de
Liberación Tupamaros que eran trasladados por distintos calabozos de las cárceles del
Uruguay. Eduardo Galeano en su prólogo para Memorias del calabozo, libro-diálogo entre
Eleuterio Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof, manifiesta con certera descripción ese
momento histórico: “…Dormían sobre el suelo helado, sobresaltados por cualquier ruido de
botas que al otro lado anunciara otra ronda de torturas. A veces no les daban ni agua y ellos
bebían sus propios orines. A veces les negaban la comida y ellos comían moscas, gusanos
papeles y tierra. Y a veces ocurría un milagro: una ráfaga de aire fresco traía un aroma de
naranjas por algún agujerito de la ventana tapiada o entraba un bichito de luz o una pluma
de pájaro… y a veces resonaba en la pared algún mensaje del preso vecino: un mensaje
dicho con los nudillos de los dedos… ese diálogo alucinante es además, el más certero
símbolo del fracaso de un sistema que quiso convertir a todo el Uruguay en un país de
sordomudos”
De modo que, comenzamos trabajando la dictadura uruguaya (1973-1985) en el marco de la
represión continental.
Así, leímos "La celebración de la voz humana/2", de Eduardo Galeano y tomando la
experiencia de resistencia de los presos tupamaros les propusimos que escriban sus
nombres en código Morse.
En oportunidades hay autores que logran conformar una producción integral de su obra,
sucede esto con Mauricio Rosencof, es por eso que recurrimos a la lectura de ciertos
fragmentos de Las cartas que no llegaron, donde se puede ver la repetición de la
experiencia de su familia en Polonia en la cárcel que él debe sufrir posteriormente, lo que da
idea a esta frase de cómo la historia debe pensarse para no volver a repetirla.
Les pasamos el reportaje que le hicieron en canal Encuentro y con Piedritas bajo la
almohada, también del escritor uruguayo, conocieron a esa niña, su hija, que guardaba una
piedra que le dio su padre en la cárcel, para que este hombre mayor no se olvidara como
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volver cuando saliera.
Escuchamos a Jaime Ross cantando La Margarita y les mostramos el momento en que,
aquellos presos políticos salían libres, la improvisada e histórica conferencia de prensa y los
festejos de libertad.
Las experiencias de otros, la literatura como forma de imaginar nuevos espacios, la poesía
como lugar de libertad, la música como una voz a la vida puede ser un espacio de
transformación y resistencia pero para ello no basta con estar en contacto a través de los
sentidos, como si la lectura liberara por ósmosis. Se trata de lograr que los alumnos/as
tomen para sí esos legados y experiencia de la cultura: de en sí a para sí. La cultura y el
lenguaje hegemónico debe poder ser dominado para poder transformarse bajo la propia
cultura y lograr una verdadera emancipación que no sea repetición de la conciencia del
dominador.
Es por esto que una propuesta pedagógica para que los alumnos/as hagan propia estas
formas de resistencia es el trabajo con la producción de materiales estéticos, en donde ellos
comprometan su propias formas culturales con las de otros/as autores, textos, materiales.
Así, este año retomamos algunas de las ideas y autores del año anterior para pensar un
proyecto basado en la lectura y escritura de cartas. Es así como pensamos la carta como
lugar de resistencia, como tránsito del amor y del desamor, como bitácora de viaje, como
una forma de la literatura. Es que las cartas han servido para unir y separar amores, iniciar y
terminar guerras, sobrevivir al dolor y la soledad, contar, especular, incidir, recalcular,
ironizar, burlar, cantar y hasta matar (recordemos a unabomber).
Por otro lado, el género epistolar, es una de las formas del lenguaje escrito que más ha
sabido aggiornarse a la vida moderna al transformar la pluma en tinta electrónica y
convertirse, por ejemplo, en e-mail. En este sentido es difícil estimar el límite de la carta
como género: ¿El papelito por debajo de la mesa que se pasan los chicos y chicas en la
escuela entra? ¿y un whatssap es un tipo de carta?
A su vez, las cartas fueron entrecruzados por otros lenguajes como el cine, mediante la
película Il postino, de Michael Radford, o Loving Vincent (una película hecha enteramente de
oleos). También, al leer fragmentos de Cartas a Theo, de Van Gogh, seguimos las huellas
del pintor holandés en su derrotero técnico, estético y amoroso.
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Pero lo que queremos explicitar es que ambos proyectos (el de cartas y la Margarita) no se
centraban en cuestiones teóricas o informativas, esas son cuestiones secundarias, frente al
verdadero sentido de que nuestros/as alumnas/os puedan recrear, transformar eso legados
culturales a través de la experimentación y el trabajo. Así, la mirada de Van Gogh fue
recreada en paisajes de la villa 1-11-14 pintados en tablitas al acrílico, y en murales papel
obra y las cartas de Kafka a Milena se transformaron en propias cartas de amor. También la
recorrida histórica por el Holocausto fueron cartas ficcionales donde el yo enunciativo supo
colocarse en la piel de un nazi o de un judío de campo de concentración.
Las cartas que no llegaron, esta vez sí llegaron… a manos de Rosencof: en uno de los
espacios de escritura, Marcela, una de nuestras alumnas, a través de una consigna de
escritura, tuvo la ocurrencia de escribir una carta imaginaria de aquella novia de Rosencof, y
poniéndose en la piel de Margarita escribió:
Querido Mauricio: No pienses que soy irrespetuosa, pero mi sentimiento es
muy fuerte y supera todo lo irrespetuosa que pueda ser.
Todas las tardes cuando paso frente a vos por esa esquina, no puedo ni
mirarte por vergüenza de que te dieras cuenta de lo que siento. Por eso te
quiero decir que solo sueño con vos todas las noches y que mi pecho se agita
al verte No le muestres esta carta a nadie por favor. Me daría mucha timidez.
Un Beso, Margarita.
Dias después, con emoción, recibimos una respuesta para Marcela:
Les mando, le mando a la piba que me escribe un poema Canero, que salió
en hojillas de fumar. Era para mi Margarita:
Nunca se acabará
El verso que te escribo.
Una tarde quedará suspensa
La palabra que no cierra el punto,
Y serán sus letras solo tinta fría
Pero tú comprenderás mi amor
Aun en el verso
Que no escriba”.
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de Buenos Aires.
Marcela logra protagonizar un intercambio en donde su escritura toma un estatus relevante
para la vida social, para sí misma y para otros. Algo se ha transformado en Marcela…algo
se ha transformado en Rosencof.
