La Filosofia en Cuba Guadarrama Pablo

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Principales etapas y rasgos de la filosofía en Cuba . Pablo Guadarrama González. En Cuba, como en el resto las islas caribeñas, no se desarrollaron culturas al grado como la maya, la inca o la azteca que alcanzaron en el continente niveles tan altos en todos los ordenes de la vida material y espiritual que permite debatir hoy, con mayor o menos razón, la existencia de ideas filosóficas antes de la llegada de los conquistadores europeos. Por tal razón, los estudios sobre el devenir de la filosofía en Cuba durante los tres primeros siglos coloniales son aún muy limitados por las dificultades que se presentan con sus fuentes, no cabe dudas que durante la primera etapa del devenir de la filosofía en este país la escolástica contrarreformista española en sus diversas manifestaciones fue prácticamente la única que se cultivo en las instituciones religiosas así como en la Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de La Habana- fundada en 1728- hasta las primeras décadas del siglo XIX 1 . La filosofía escolástica se caracterizaba por subordinar la razón a la fe cristiana y por tanto la filosofía a la teología de tal manera que su postura teocéntrica no permitía el libre desarrollo del pensamiento lógico y científico. Se reducía a reproducir dogmáticamente las interpretaciones idealistas que en lo 1 Véase: Borge Legrá, Félix. "Las primeras manifestaciones del pensamiento filosófico en Cuba: la escolástica como teorización de criollismo", en Islas, Revista de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas. Santa Clara, n. 96, (1990). p. 150. 1

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El texto desarrolla el análisis del pensamiento filosófico a partir de la realidad cubana, las expectativas y desafíos de la misma en un régimen socialista que lucha por sostenerse en el mundo globalizado.

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Principales etapas y rasgos de la filosofía en Cuba.

Pablo Guadarrama González.

En Cuba, como en el resto las islas caribeñas, no se desarrollaron culturas

al grado como la maya, la inca o la azteca que alcanzaron en el continente niveles

tan altos en todos los ordenes de la vida material y espiritual que permite debatir

hoy, con mayor o menos razón, la existencia de ideas filosóficas antes de la llegada

de los conquistadores europeos.

Por tal razón, los estudios sobre el devenir de la filosofía en Cuba durante los

tres primeros siglos coloniales son aún muy limitados por las dificultades que se

presentan con sus fuentes, no cabe dudas que durante la primera etapa del devenir

de la filosofía en este país la escolástica contrarreformista española en sus diversas

manifestaciones fue prácticamente la única que se cultivo en las instituciones

religiosas así como en la Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de La

Habana- fundada en 1728- hasta las primeras décadas del siglo XIX1.

La filosofía escolástica se caracterizaba por subordinar la razón a la fe

cristiana y por tanto la filosofía a la teología de tal manera que su postura

teocéntrica no permitía el libre desarrollo del pensamiento lógico y científico. Se

reducía a reproducir dogmáticamente las interpretaciones idealistas que en lo

esencial Tomas de Aquino había elaborado de la controvertida filosofía de

Aristóteles tratando de argumentar la existencia se Dios y la jerarquización tanto de

la naturaleza como de la sociedad a un orden divino preestablecido en el cual la

Iglesia católica gozaba de un privilegiado lugar. La escolástica tanto en Cuba, como

todas partes, freno la libre creación intelectual y convertía la filosofía en mera

retórica de artificios discursivos para justificar el poder eclesiástico. En el plano

político y social trataba de eternizar el poder monárquico y feudal que ya comenzaba

a resquebrajarse desde la irrupción del humanismo renacentista con el auge de la

filosofía moderna e ilustrada y en particular del racionalismo y el empirismo que

sobreponían el valor de la experiencia y la razón a la fe.

Pero la isla mayor de las Antillas desde su entrada en la modernidad no 1 Véase: Borge Legrá, Félix. "Las primeras manifestaciones del pensamiento filosófico

en Cuba: la escolástica como teorización del criollismo", en Islas, Revista de la

Universidad Central Marta Abreu de Las Villas. Santa Clara, n. 96, (1990). p. 150.

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estuvo aislada de las corrientes filosóficas e ideológicas que circulaban en el

mundo. Desde el siglo XVI Cuba había sido punto necesario de tránsito entre la

península y el continente americano no sólo de soldados y mercancías, sino

también de libros, sacerdotes- fundamentalmente dominicos y jesuitas2-

funcionarios y profesionales que de algún modo contribuyeron a la divulgación de

gran parte de la producción filosófica elaborada por la humanidad hasta entonces.

Así la polémica sobre la condición humana sobre los aborígenes americanos, de

eminente raigambre filosófica, que tomo fuerza tanto en la Península como en

algunas partes del continente es de suponer que debió haber tenido alguna

repercusión en estas islas caribeñas donde la población autóctona había sido

virtualmente aniquilada. Sin embargo, las fuentes documentales para fundamentar

esta tesis son insuficientes.

Durante los siglos XVI y XVII Cuba no contó con una universidad, pero sí con

varios colegios religiosos de las distintas órdenes, como el de San Juan de Letrán,

en los que la filosofía se cultivó3. También en algunas de las otras villas como

Santiago, Bayamo y Puerto Príncipe existen testimonios de que era objeto de

estudio de seminaristas y sacerdotes 4 .

Seminarios religiosos como los de San Carlos en La Habana y San Basilio el

Magno en Santiago de Cuba, así como la Universidad de La Habana,

constituyeron los centros principales en los que la escolástica desplegó su

hegemonía5. Del seno del primero surgieron los sacerdotes José Agustín

2 "Ya a fines del siglo XVII la situación se había vuelto favorable a los jesuitas,

pues -a menos en la Nueva España, de donde irradiaba hacia el Caribe la autoridad

política, financiera y religiosa- la compañía había logrado dominar la educación

superior." Pruna Goodgall, Pedro M. Los jesuitas en Cuba hasta 1767. La Habana.

Editorial Ciencias Sociales. 1991. p. 26.

3 Guadarrama, P. "La filosofía en Las Antillas bajo la dominación española" en La

filosofía en la América Colonial . Colectivo de autores bajo la dirección de Germán

Marquínez Argote y Mauricio Beuchot. Editorial El Búho. Bogotá. 1996. p. 124.

4 Bachiller y Morales, Antonio. Apuntes para la historia de las letras y la instrucción

pública en la isla de Cuba. La Habana. Editorial Cultural. 1936. p. 95.

5 Véase: Arce, de Luis. A. "La enseñanza filosófica del siglo XVIII en la Real y

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Caballero y Félix Varela, encargados de la superación de la escolástica con la

introducción del pensamiento moderno emancipatorio en mmúltiples sentidos, pues

como ha planteado Leopoldo Zea “los pensadores cubanos saben, o han aprendido,

lo insuficiente que es la pura emancipación política. Esta, si ha de ser realmente

valiosa, no ha de verse sino en función de una emancipación mas plena, la mental”6.

Esta nueva etapa de la filosofía en Cuba se caracteriza por cultivar las ideas

de la Ilustración acorde con las transformaciones socioeconómica que se

produjeron en la Isla especialmente en la industria azucarera desde la ultima década

del siglo XVIII y como expresión también de los cambios de la política colonial

propiciadora de un despotismo ilustrado ante la posibilidad inminente de las luchas

independentistas de los pueblos latinoamericanos.

Las transformaciones que se fueron operando a raíz de las revoluciones

burguesa en Europa y en especial la francesa incidieron recíprocamente en el

impulso a la filosofía moderna que a su vez las había alimentando ideológicamente.

El impulso de las investigaciones científicas y de la filosofía sobre bases seculares

estimulo el auge de concepciones materialistas, sensualistas, experimentales,

dialécticas así como el cultivo de la tolerancia, la subjetividad, la individualidad y

en el plano político de los derechos civiles, la igualdad, la libertad, la fraternidad, la

ciudadanía, el cosmopolitismo, etc., ideas que encontrarían favorable acogida en los

ilustrados cubanos.

Entre ellos José Agustín Caballero quien había permanecido en gran medida atrapado en

las redes de la escolástica, de la que autocríticamente se emancipó llego a declarar: "Yo fui en primeros

años de esta secta [se refiere a los escolásticos], y la amaba tiernamente; más la recomendé y enseñé a

mis discípulos. ¡Qué vanidad no tenía del poder de mi entendimiento! ¡Cómo resolvía todo el universo y

lo sujetaba al discurso! ¡Experiencia! Lo mismo era oírla nombrar que cerraba y apretaba los ojos hasta

arrugarlos. Pero los abrí al fin, y la vi con tiempo; me avergoncé mucho de no haberla visto antes.

Deserté de las banderas del engaño, y pasé a las de la verdad. "7. Fue el iniciador del pensamiento

Pontifica Universidad de San Gerónimo" en la Revista Universidad de La Habana. n.

179. mayo-junio de 1966 p. 41; "El seminario de San Basilio el Magno en Santiago de

Cuba" en la Revista Universidad de La Habana. n. 180. julio- agosto 1966. p. 165.

6 Zea, L. El pensamiento latinoamericano. Editorial Pormaca. México. DF. 1965. 154-

155.

7

? Caballero, J.A., Escritos varios, Universidad de La Habana, La Habana. 1956 p. 133.

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ilustrado y propulsor de una nueva concepción del hombre en la Isla, a fines del siglo XVIII8, al dar el

paso decisivo para que la problemática filosófica alcanzase la autonomía necesaria como reflexión en

relación con la teología.

Las reflexiones filosóficas de José Agustín no permanecieron enclaustradas en la docencia del

Seminario de San Carlos. Trascendieron a la opinión pública a través del Papel periódico de la Habana y

muy especialmente en su intento de presentación de un proyecto político reformista de transformación

del poder colonial español9. Este vínculo orgánico de la actividad filosófica con la praxis social y

especialmente política se convertiría en rasgo común predominante en el pensamiento cubano y

latinoamericano de los dos últimos siglos.

En las polémicas que desarrolló José Agustín con la escolástica, hasta ese momento dominante

en la isla, se expresó la lucha entre las ideas progresistas y las ideas retrógradas en la filosofía cubana de

esa época. Su interés se centró básicamente en la perspectiva metodológica, a tono con las polémicas que

se desarrollaban por entonces en el pensamiento moderno. Asumió una postura crítica ante toda la

producción filosófica existente hasta ese momento, sin caer en posiciones nihilistas, sino, por el contrario,

asumiéndola dialécticamente, es decir, asimilándola y tratando de superarla. En tal sentido sostenía que

"Es más conveniente al filósofo, incluso al cristiano, seguir varias escuelas a voluntad, que elegir una sola

a que escribirse"10. De tal manera se consideraba consecuente con las ideas de Santo Tomás, que había

inducido a tomar esa actitud receptiva ante otras posturas filosóficas, cosa que al parecer no fue muy

tomada en consideración por los que se proclamaban sus seguidores más inquisitivos. José Agustín, en

cambio, recomendaba "cuanto nos conviene seleccionar de todos los filósofos, incluso de los paganos" 11.

Ese sería el espíritu electivo del cual estaría impregnada toda su obra.

En la búsqueda de las vías para la eliminación de los obstáculos, que de una forma u otra

enajenaban al hombre, José Agustín se apoyó mucho en el empirismo de Francis Bacon. A la vez planteó

los posibles errores a que puede conducir el sensualismo, y en ese aspecto fue decisiva la huella del

racionalismo de Renato Descartes.

Se destaco en José Agustín la preocupación por reivindicar el lugar de la filosofía y su

significado como enriquecimiento espiritual de la vida del hombre. "La filosofía es necesaria -sostenía-

con necesidad de medio para completar la perfección natural del hombre... El hombre, para ser

8 "Su acción filosófica y pedagógica estuvo estrechamente relacionada entre sí, y tuvieron por objeto

servir a la formación de un hombre ilustrado, de amplios conocimientos y de superior estatura moral"

Gerstenberg, Birgit, 1985, "El inicio de la ilustración filosófica cubana: José Agustín

Caballero", en: Islas no. 82, sep-dic., Universidad Central de Las Villas, Santa Clara l985.

p. 138. 9 "Porque el prócer quiso reformar la enseñanza y su plan era orgánico; se propuso adoctrinar, aunque

con prudencia de ortodoxo, en teorías filosóficas modernas; y como pensador político, ideó todo un

proyecto que alteraba el status colonial", Vitier, Medardo, 1970, Las ideas y la filosofía en Cuba.

Editorial Ciencias Sociales, La Habana. 1970.p. 337.

10 Caballero, José Agustín, Filosofía Electiva, Universidad de la Habana, La Habana. , 1944 p. 20911 Idem. P. 211.

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perfectamente completo en el orden natural, debe adornar su entendimiento con verdades y su voluntad de

buenas costumbres; pero el hombre no puede lograr esto de manera cabal sin la filosofía, que distingue la

verdad de la mentira y lo bueno de lo malo..."12. Para él, el hombre necesita ser completado con el

conocimiento y para ese fin la filosofía es la vía más idónea, por cuanto ella "constituye una de las

mayores perfecciones del espíritu humano". 13No se puede ignorar que en definitiva sus concepciones

antropológicas coincidían con la visión naturalizada que existía por entonces del hombre. Según esta,

desde Aristóteles se veía a este como un "animal político", que aún era prevaleciente en la filosofía de la

ilustración y que Marx, en sus conocidas tesis sobre Feuerbach, criticaría posteriormente por su carácter

extraordinariamente limitado para comprender la verdadera esencia humana.

Resulta interesante que un sacerdote, que en ningún momento puso en entredicho el lugar de la

religión o de la teología -al contrario, para él la filosofía en última instancia era útil a la religión 14-

insistiese tanto en la función enriquecedora de la condición humana que cumplía la filosofía,

especialmente en relación con las virtudes ciudadanas.

La atención que José Agustín le otorga a la filosofía en su vínculo con el Estado 15 constituye otro

indicio de que su pensamiento se articulaba más con la modernidad, que con la época anterior, cuando el

individuo quedaba aplastado por fuerzas tan enajenantes como la arbitrariedad del despotismo feudal.

Pero en realidad, la obra filosófica de José Agustín Caballero tuvo menos trascendencia en el

plano político-social16 que la huella que dejó en cuanto al nexo que a partir de ese momento se reconoció

como imprescindible entre la filosofía y las ciencias naturales, especialmente la física17.

Esta postura se observa también en el cubano José Agustín Caballero, quien llegó a admitir la posibilidad

de que un ateo fuese virtuoso. Este planteamiento en aquella época era muy avanzado, ya que sólo se

consideraba digno de la virtud aquel que practicase su moralidad sobre la base de la ética cristiana.

El hecho de que José Agustín Caballero plantease que los epicúreos pudiesen ser considerados hombres

normales con su ética específica, era una muestra de que el espíritu de la tolerancia llegaba a límites

mayores. Esta idea puede contribuir a la fundamentación de la tesis según la cual la postura humanista del

pensamiento latinoamericano fue permitiendo una emancipación gradual de la tutela religiosa y a la larga

permitió que se preparasen mucho mejor las condiciones ideológicas para el proceso de liberación que se

avecinaba.

12 Ídem. P. 201. 13 Idem. P. 185.14 Idem. P. 205.15 Idem. P. 203.16 Busch, R. 17 . Oleg Ternevoi sostiene que "Caballero quebró la confianza en la vieja metafísica y elevó la filosofía y

la ciencia de su época. Fue el primero que investigó los fundamentos de la interrelación entre filosofía y

ciencias concretas, preparando así el terreno para el establecimiento de una firme alianza entre ellas en

Cuba" Ternevoi, Oleg C., La Filosofía en Cuba. 1790–1878, Editorial Ciencias Sociales, La

Habana. 1981. p. 89-90.

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Varela trascendió - como lo demuestran múltiples estudios sobre su

pensamiento no sólo por sus avanzadas ideas filosóficas, sino por su articulación

con las renovadoras ideas pedagógicas(8) y políticas(9) de la tradición humanista

propia de ilustración latinoamericana(10). Mientras tanto en la Universidad de la

Habana se mantuvo hasta casi finales del siglo XIX el espíritu metafísico más

trasnochado.

La ilustración cubana, que tuvo entre sus mayores representantes a José de la

Luz y Caballero, (11) constituyó un esfuerzo propio por asimilar y a la vez integrar

armónicamente el empirismo y el racionalismo pujantes de la época. Esta etapa ha

sido objeto de múltiples estudios (12) por parte de investigadores cubanos y

extranjeros.

Algunas de estas investigaciones realizadas por extranjeros, con objetividad,

reconocen -como en el caso de la alemana Birgit Gerstenberg- que "la etapa de la

ilustración constituye un momento histórico relativamente breve en el desarrollo de

la filosofía en Cuba, pero ha tenido, sin embargo, un efecto durable y esencial para

el desarrollo de esta disciplina" (13).

Otros, en cambio, han trasladado a la situación cubana algunos esquemas de

análisis y ciertas periodizaciones propias de otros contextos culturales. En ese

caso se encuentra la analítica obra del bielorruso Oleg Ternevoi, La filosofía en

Cuba (14). No obstante es imposible desconocer el valor y la riqueza de la mayor

parte de sus conclusiones.

Impresionado tal vez por la riqueza de la producción filosófica cubana el

norteamericano Dale Riepe la ha hiperbolizado (15) en el contexto de América

Latina.

La historia de las ideas filosóficas en Cuba comenzó su sistematización a

mediados del siglo XIX con la labor de José Manuel Mestre en la que reflejaba el

carácter que había tomado este aspecto de la cultura cubana. Mestre deseaba

enaltecerlo y criticar “el indiferentismo que va poco a poco minando nuestra

escasa vida intelectual” (16). En su análisis se destacaba el culto al saber

científico y a la experimentación, así como el sentido humanista que es propio a

todo pensamiento ilustrado.

Tales antecedentes prepararon la recepción de un positivismo sui géneris (17)

que arribaría por diversas fuentes y que se convirtió en la filosofía dominante en la

Cuba finisecular.

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Algo que debe apuntarse significativamente en favor de nuestros

positivistas como Enrique José Varona y Manuel Sanguily fue el culto que

rindieron a los pensadores cubanos que los antecedieron. No se dejaron cautivar

por la exclusiva xenofilia anglosajona, que Rodó caracterizó como "nordomanía", y

que fue propia de otros seguidores del positivismo en el continente.

Se sentían continuadores de una tradición de pensamiento nacional que de

ningún modo contraponían arbitrariamente a la filosofía europea. En estos

pensadores del siglo XIX cubano no se manifestaron complejos ni de inferioridad ni

de superioridad respecto a la vida filosófica de otras latitudes. Sabían admirar lo

que era digno de elogio en la cultura filosófica de otros pueblos, pero también

eran fervientes admiradores de la producción filosófica nacional.

Los estudios sobre la influencia del eclecticismo, la filosofía clásica alemana y el

krausismo, desarrollados, por Medardo Vitier y Antonio Sánchez de Bustamante y

Montoro (18) hoy reclaman una continuación como ellos mismos demandaron a

las nuevas generaciones de investigadores a fin de explicar las causas por las

cuales estas corrientes en particular no tomaron tanta fuerza en la Isla en

comparación con el positivismo.

La expresión superior de la postura reivindicadora de los valores de la cultura

y en especial del pensamiento de "nuestra América" ha sido, sin dudas, la obra de

José Martí cuya raigambre filosófica en ocasiones ha sido subestimada o

encasillada en escuelas y corrientes que limitan la comprensión de su especificidad.

Afortunadamente en los últimos años -impulsadas en gran medida por el Centro

de Estudios Martianos y las cátedras martianas de las universidades-, se han

incrementado las investigaciones sobre la dimensión filosófica de su pensamiento,

(19) algunas de las cuales han sido sustentadas incluso como tesis doctorales en

filosofía (20) .

Tanto sus criterios sobre algunos de los representantes de la filosofía

universal, como sus reflexiones más profundas sobre el pensamiento gestado en

estas tierras, expresan el reconocimiento a la producción de ideas en general y, en

especial, las filosóficas, de esta región.

Su vocación emancipatoria se asentaba en la existencia de un inagotable

manantial de recursos teóricos elaborados por manos propias aun cuando muchos

de sus ingredientes fuesen adquiridos en otros contextos culturales, como

siempre ha sucedido en la historia de las ideas.

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Las preocupaciones más metafísicas, estuvieron presentes en distintos

momentos de la vida de aquel profesor de filosofía en Guatemala, que fue José

Martí. Ellas no obstaculizaron, por el contrario facilitaron las proyecciones de su

pensamiento volcado hacia las urgencias más concretas del hombre

latinoamericano.

Sus inquietudes sobre la correlación entre el ser y el pensar, así como otras

preocupaciones de profundo carácter filosófico, como son la cuestión de la

naturaleza humana y la dimensión ética de la actividad del hombre, estuvieron

muy presentes en toda la obra martiana no por simples razones académicas.

Además de los estudios eminentemente filosóficos con anterioridad

referenciados existen numerosas investigaciones que abordan el pensamiento

martiano en su perspectiva política, literaria, científica, artística, religiosa, jurídica,

económica, etc.(21), que han tomado mayor auge después del triunfo de la

Revolución Cubana y que resultan muy aportativas a la valoración de la dimensión

filosófica de sus ideas .

El nacimiento de la república neocolonial a principios del siglo no implicó un

incremento significativo en el estudio de la historia de las ideas en Cuba. Una cierta

indiferencia y descuido cómplice se apreció durante las primeras décadas, en las

que incluso la obra de José Martí prácticamente no fue promovida.

Algunos estudios aislados como los efectuados por Sergio Cuevas Zequeira

sobre la labor filosófica de Varona y Varela en El Dr. Enrique José Varona (1917) y

El padre Varela, contribución a la historia de la filosofía en Cuba (1923) indican que

no desaparecieron del todo tales preocupaciones, pero sí es un hecho que la

historia de las ideas en Cuba no ocupaba los primeros planos de la atención en la

vida filosófica nacional.

Ello no significa que hubiese una carencia de producción filosófica como

algunos han sostenido. Es cierto que la injerencia cultural norteamericana sobre la

Isla se hizo sentir ya en esa época, pero eso no significó un predominio de las

ideas filosóficas emanadas del poderoso vecino. Una reciente investigación sobre

la filosofía en Cuba durante la primera mitad del siglo XX (22) demuestra la riqueza

de la continuidad de la filosofía en Cuba de este período con la anterior.

Hubo que esperar a la década crítica de los años veinte para que se

despertara la promoción de la conciencia nacional y junto al espíritu

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antiimperialista se produjera la revitalización de los estudios del pensamiento

cubano. Fue ese el momento en que Julio Antonio Mella insistió en la necesidad de

escribir un libro sobre Martí. Es también cuando Juan Marinello y Emilio Roig de

Leuschenring definen su proyección rescatadora del pensamiento martiano. Del

mismo modo que Carlos Rafael Rodríguez (23) impulsó el análisis de otras

personalidades y líneas del pensamiento cubano decimonónico.

Ya en esa época Medardo Vitier alcanza un merecido reconocimiento

internacional, especialmente latinoamericano, no solo por sus más conocidas obras

Las ideas en Cuba(1938) y La filosofía en Cuba (1948), sino por otros estudios

dedicados a Varona, Martí (24) y otros temas de la vida filosófica cubana y del

pensamiento de Kant. .

El estudio de los librepensadores (25) y de otras figuras menos conocidas por

su trascendencia filosófica en el pensamiento cubano del siglo XIX ha encontrado

escasa atención.

Estudios antropológicos, etnológicos, sociológicos, históricos sobre la

cultura cubana desarrollados por Fernando Ortíz, Ramiro Guerra, Jorge Mañach,

etc., mostraban que la preocupación por el autoconocimiento también se expandía

con acierto y éxito a distintos planos intelectuales. Es necesario tener presente que

algunos de estos intelectuales cuya actividad básica no era la filosofía, (26) sin

embargo en algún momento incursionaron también en ella incluso con trabajos

específicos con este perfil.

Las motivaciones por investigar sobre la historia de las ideas,

específicamente filosóficas, en Cuba tomaron cada vez mayor carta de ciudadanía

no sólo con la obra de Medardo Vitier, sino también se revelaron en Humberto

Piñera Llera, en Panorama de la filosofía cubana. (Washington. 1960), además de

otros trabajos (27), en Elías Entralgo, en El ideario de Varona en la filosofía

social (La Habana. 1937) y La paradoja de Luz y Caballero (La Habana. 1945);

Félix Lizaso, Salvador Bueno, José Antonio Portuondo (28), etc., así como

autores menos conocidos, -ese es el caso de Pánfilo D. Camacho, autor de

Varona, un escéptico creador (La Habana. 1949), quienes también publicaron sus

análisis sobre algunos momentos y personalidades de la vida filosófica nacional.

El inicio de la década del cuarenta la publicación de la colección Biblioteca de

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Autores Cubanos por parte de la Universidad de La Habana, dirigida por Roberto

Agramonte, - quien además publicó varios trabajos sobre la historia de la filosofía

en Cuba (29), -constituyó un acontecimiento cultural de extraordinaria

significación que se revierte en la docencia y en el trabajo investigativo con

múltiples aportes. Cada obra de esa colección fue precedida de un estudio

preliminar que demostraba la riqueza contenida en el pensamiento cubano,

fundamentalmente del siglo XIX.

Es indudable que cierto reflujo se había observado en la producción filosófica

cubana después de las célebres Conferencias filosóficas de Varona (1880-1882)

dedicadas a la lógica, la ética y la psicología. El propio filósofo menguó

significativamente su producción académica en favor de la actualidad política y

literaria a principios del siglo XX.

Una mayor reanimación en la vida filosófica en Cuba se produjo a fines de

la década del cuarenta. Este hecho se plasma con la creación de la Sociedad

Cubana de Filosofía y la Revista Cubana de Filosofía, que juega un papel relevante

también en la revalorización del estudio de las ideas filosóficas en la Isla.

No era similar la situación en relación con otras esferas de la producción

intelectual cubana. Las ideas políticas, literarias, pedagógicas y jurídicas,

científicas, etc. fueron incrementando a un ritmo más acelerado su reconstrucción

histórico nacional.

En cuanto a las ideas propiamente filosóficas, algunos miembros de la

nueva generación que se instalaba en la década del cuarenta, como se indicó

anteriormente, dedicarían parte de sus preocupaciones a la revalorización de

algunos aspectos de la herencia filosófica nacional(30), sin abandonar los

temas respectivos de investigación filosófica.

Paulatinamente se fue produciendo un ascendente proceso de toma de

conciencia sobre los valores de la cultura filosófica latinoamericana, en

correspondencia con los reclamos que en otros países latinoamericanos, José

Gaos, Leopoldo Zea, Arturo Ardao, y otros, planteaban de una revalorización de la

historia de las ideas en América Latina.

El triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959, no fue simplemente un

hecho político. Era un acontecimiento cultural de extraordinaria magnitud para la

Isla y la región como la historia se ha encargado de demostrar.

Desde un inicio quedó evidenciada la profunda raigambre martiana de su

10

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proyecto al constituirse en síntesis de las aspiraciones y proyectos de múltiples

generaciones de pensadores y revolucionarios cubanos. Las fuentes teóricas y

las líneas ideológicas de las que se nutrió la Revolución naciente eran

heterogéneas, desde el democratismo revolucionario de José Martí, el

pensamiento liberal nacional y antiimperialista, hasta el marxismo.

Ya en los primeros años la confrontación de proyecciones se plasmó no sólo

en el proyecto político cubano, sino en todo el ambiente educativo y cultural.

El proceso de reforma universitaria llevado a cabo a inicios de los años

sesenta, tras la proclamación del carácter socialista de la Revolución, incidió

significativamente en toda la actividad filosófica del país.

Ya desde el primer año de la Revolución se produjo el éxodo de filósofos

comprometidos con el régimen anterior. Entre algunos de los permanecieron en el

país se manifestaron enquistamientos de algunos por sus desavenencias con el

rumbo socialista tomado por la Revolución. En tanto que otros sin abandonar

consolidadas posiciones filosóficas o asumiendo una posición respetuosamente

transigente ante el marxismo no encontraron conflicto con el nuevo gobierno y se

han mantenido hasta sus últimos días incorporados a la vida filosófica nacional.

Algunos de incluso por sus simpatías con el proceso revolucionario articularon

mejor con la nueva época de predominio del marxismo en el proceso ideológico e

intelectual cubano.

Finalmente el despliegue y radicalización de una intelectualidad cubana

de izquierda ha dado lugar a una recepción muy propia del marxismo durante más

de tres décadas con perspectivas de continuidad y enriquecimiento muy lejos de

los masivos "suicidios teóricos e ideológicos" que se han producido recientemente

en muchos países tras la caída del muro de Berlín..

En cuanto al estudio de las ideas en Cuba en general, hay que destacar que

se produjo a partir del triunfo revolucionario una explosión de publicaciones e

investigaciones que mostraban una riqueza extraordinaria de la producción

intelectual cubana, parte de la cual había sido tergiversada y refrenada por sus

proyecciones ideológicas.

En ese rescate hay que destacar la obra de Martí. La edición múltiple de las

obras completas del Héroe Nacional y la proliferación de estudios sobre su obra

que había sido emprendida ya con anterioridad por Juan Marinello, Emilio Roig de

Leuschering, Raúl Roa, José Antonio Portuondo, Julio L. Riverend, Roberto

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Fernández Retamar, Cintio Vitier, etc., produjeron un significativo viraje en el

estudio de las ideas martianas hasta nuestros días.

Debe apuntarse el hecho que la labor de revalorización del pensamiento

martiano no se ha circunscripto exclusivamente a una élite de intelectuales, sino

que se convirtió en un amplio proceso de estudio y divulgación de su

pensamiento.

La continuación de la edición de la Biblioteca de Autores Cubanos durante

la década de los sesenta, así como la amplia reedición o edición de obras sobre

los entonces "cien años de lucha" del pueblo cubano (1868-1978) por su

independencia, produjeron una amplia divulgación de las ideas de Antonio Maceo,

Máximo Gómez y otros líderes revolucionarios e intelectuales de la época.

También se promovió el estudio de otras personalidades de posiciones

reformistas, liberales, positivistas, etc., que habían contribuido de distinto

modo a enriquecer la cultura cubana como Francisco de Arango y Parreño, José

Antonio Saco, Fernando Ortíz, etc.

Una atmósfera amplia de circulación de ideas se respiró durante la década del

sesenta, que permitió incluso la divulgación de las obras de prestigiosos

investigadores más allá de sus posiciones ideológicas.

En el plano de la vida filosófica ese período se caracterizó por constituir un

perenne hervidero de ideas que se evidenció desde la temprana visita de Sartre a

la Isla y sus propuestas ideológicas y filosóficas, hasta las paradigmáticas

posiciones del Che Guevara respecto al estado del marxismo, pasando por la

marcada huella de Althusser, Gramsci y en general del "marxismo occidental"

sobre el país.

Desde los años sesenta un marxismo manualesco dejaba sentir su influencia

en determinadas esferas de la docencia y la investigación filosófica del país. Pero

su predominio se haría sentir mucho más durante la década del setenta y principios

de la del ochenta, que produjo cierto enquistamiento en la producción filosófica

así como en otras esferas de las ciencias sociales. El efecto de las interpretaciones

simplificadoras del desarrollo de las ideas filosóficas se hizo sentir de algún modo

también en los estudios sobre sus manifestaciones y la historia de las ideas en

general en Cuba.

Una relativa transformación y reorientación comenzó a observarse desde

fines de los años setenta y principalmente a inicios de los ochenta cuando se

12

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incrementó el proceso de revalorización de la herencia filosófica nacional y

latinoamericana. Esta labor la emprendió un grupo de investigadores de varias

universidades e instituciones del país empeñados en escribir una nueva visión de la

historia de las ideas filosóficas en Cuba y Latinoamérica que parcialmente ha sido

publicada en varias publicaciones periódicas así como en algunos libros ya

publicados (31) en particular algunos dedicados a estudiar las transformaciones que

se han operado en el pensamiento marxista en América Latina especialmente en los

últimos años tras el derrumbe del socialismo real (32) y otros trabajos presentados

en numerosos eventos académicos(33).

Desde inicios de los ochenta se evidencia una nueva etapa tanto en

relación con la historia de las ideas filosóficas en Cuba como en la conformación

de grupos de investigación que permiten adelantar estudios pormenorizados

posteriores que hoy en día se emprenden sobre el estado actual de la filosofía en

la isla.

Un esbozo de los rasgos principales del estado actual de la filosofía en Cuba

puede inducir a apuntar las siguientes características, que reclaman una mayor

fundamentación en investigaciones sobre el tema que actualmente se desarrollan:

1. Prevalece una declaración oficial de la orientación marxista-leninista de la

enseñanza de la filosofía en los distintos niveles de la educación. Los textos que

usualmente se utilizan así lo atestiguan. Sin embargo, en comparación con

programas anteriores hay una mayor amplitud de contenidos a tratar,

interpretándose desde el marxismo, problemas de actualidad, condicionados por la

desaparición del socialismo este europeo, la globalización, la ofensiva neoliberal, la

problemática de la identidad cultura, etc., En los nuevos programas de estudio de

filosofía para la enseñanza general existe relativa unidad por medio de los "temas

invariantes" , teniendo la posibilidad cada Universidad y cada Departamento o

profesor de adecuar los mismos a sus especificidades.

2. Se ha ido delimitando posturas ortodoxas y heterodoxas dentro de la propia

teoría marxista en correspondencia con distintas interpretaciones de lo que se

entiende por marxismo y la admisión o no de la crisis del mismo como filosofía.

3. . El rigor académico posibilita una mayor producción intelectual que por

paradójico que pueda resultar se crece en momentos difíciles de carencias

materiales y dificultades de publicación, lo que da lugar a que estas ideas circulen

en mayor medida a través de eventos, talleres, tertulias, etc.

13

Page 14: La Filosofia en Cuba Guadarrama Pablo

4. La limitación en cuanto al acceso bibliográfico a obras filosóficas más

recientes impide que haya una mayor comunicación y sobre todo nivel de

profundización y actualización sobre los nuevos desarrollos teóricos de la filosofía

contemporánea, agudizándose más esta situación en determinados centros de

educación superior. Este obstáculo es frecuentemente superado, aunque no en

forma generalizada, por algunos colectivos filosóficos. En tal caso, el primer

aspecto genera una proyección reproductiva mecánica de lo consabido y no más

allá de esto. En cuanto al último aspecto señalado gracias a frecuentes invitaciones

a conferencias, eventos, cursos de postgrado e intercambio bibliográfico se tiene

acceso a las nuevas corrientes y problemas de la filosofía contemporánea, en un

esfuerzo de actualización.

5. Prevalece una marcada tendencia hacia el predominio de la filosofía

política, motivada por las urgencias y condicionamientos generados por la difícil

situación socioeconómica del país y su contextualidad socialista. Mas en lo

académico se imparten también la ética, la historia de la filosofía y la estética. La

lógica, la epistemología, la filosofía de la ciencia y la axiología han encontrado una

recepción relativamente inferior, aunque cuentan con cultivadores significativos.

6. La labor investigativa por lo regular se revierte en la docencia universitaria de

manera directa, aunque no quede plasmada siempre en textos y otras

publicaciones de amplio acceso. La oralidad, como en la antigüedad, desempeña

nuevamente una función esencial en la formación del pensamiento filosófico. No

deja de existir, como en todas partes un sector de profesores meramente

reproductivo de la filosofía, que la asumen como modus vivendi y resultan poco

aportadores y creativos.

7. Las visitas de filósofos extranjeros de distintas corrientes de pensamiento

nunca se interrumpieron totalmente, pero disminuyeron durante la década del

setenta y parte de los ochenta, en que prevaleció la mayor influencia del

pensamiento soviético. En los últimos años el intercambio tanto en el país con

representantes fundamentalmente latinoamericanos y españoles, y en alguna

medida norteamericanos de diferentes posturas filosóficas, así como la

participación de intelectuales cubanos en eventos en el exterior han posibilitado un

14

Page 15: La Filosofia en Cuba Guadarrama Pablo

recíproco estudio de las distintas corrientes filosóficas que demandan ser

justipreciadas. A la vez se aprecia una mejor comprensión de las particularidades de

la vida filosófica cubana en el exterior a partir de tales intercambios.

8. Pensar que la vida filosófica en Cuba se reduce a las instituciones académicas

exclusivamente es un error, pues también existe en seminarios religiosos y otras

instituciones de la sociedad. También ella tiene lugar en centros de investigación

como el Instituto de Filosofía y el Instituto de Investigaciones Psicológicas y

Sociológicas, en el Centro de Estudios Martianos, en el Centro de Investigación y

Desarrollo de la Cultura Cubana “Juan Marinello” , entre otros. Asimismo se

manifiesta en publicaciones no especializadas como las revistas Casa de Las

Américas, Islas, Temas, Contracorriente, Debates americanos, Santiago, Universidad

de La Habana, etcétera.

9. La actividad filosófica en Cuba no ha sido tampoco, como en todas las época y

circunstancias, actividad exclusiva de filósofos profesionales. Tanto la

obligatoriedad de la enseñanza de la filosofía en todas las carreras universitarias,

como los cursos de postgrado de filosofía para todo tipo de profesionales , así

como la lógica preocupación intelectual que motiva a muchos de ellos a abordar

problemas cosmológicos, epistemológicos, éticos, etc., ha dado lugar a que la

filosofía en Cuba haya alcanzado un determinado reconocimiento social. Esta no ha

dejado de ser afectada en su status en los últimos tiempos, como en general ha

sucedido con las ciencias sociales y las humanidades dado el triunfo de criterios

pragmáticos ante la crisis de valores provocada por el desastre del socialismo.

10. No parece ser apropiada la denominación de escuela de pensamiento para

clasificar el ambiente filosófico cubano. Fue propio del mismo desde el siglo

pasado no dejarse seducir por grupos formales conformados, ni siquiera por

pensadores o corrientes de pensamiento exclusivos. Tal vez por esa razón el propio

marxismo ha tenido diversas lecturas en la Isla.

Por último es necesario ofrecer una visión muy sintetizada, sobre algunos de los

que han cultivado distintos problemas filosóficos, que han preocupado en los

últimos años a la intelectualidad cubana.

15

Page 16: La Filosofia en Cuba Guadarrama Pablo

Una atención especial sobre el desarrollo del pensamiento filosófico cubano y

latinoamericano se apreció desde los años sesenta en la obra de Isabel Monal

quien ha estudiado las ideas de los ilustrados cubanos y el democratismo

revolucionario de José Martí, así como en su periodización de la filosofía

latinoamericana en Las ideas en América Latina (1985)(34). Posteriormente ha

investigado sobre las particularidades del marxismo en Cuba y la significación y

validez actual de las ideas filosóficas de Marx, Engels y Lenin, en particular en estos

años de crisis del socialismo. (35).

Thalía Fung en el cultivo de la filosofía política ha investigado sobre el

período de transición en la Revolución Cubana, las particularidades de la lucha de

clases en el socialismo, la naturaleza de la democracia y sus diversas formas, el

papel del Estado en el capitalismo y en socialismo, las significación de lo ideológico

en la filosofía, así como la articulación entre esta y el pensamiento político, en su

libro En torno a las regularidades y particularidades de la revolución socialista en

Cuba. (1982) y otros trabajos. En la presidencia de la Sociedad Cubana de

Investigaciones Filosóficas ha desempeñado una notable función en la estimulación

de la actividad filosófica en el país, propiciando eventos y publicaciones como las

Jornadas sobre la filosofía y cultura griega. (1999) y los Encuentros entre filósofos

cubanos y norteamericanos durante los últimos doce años.

El tema de la naturaleza de la filosofía y su relación con la ciencias y la

ideología ha tenido muchos estudiosos, entre ellos Felipe Sánchez en su libro ¿Es

ciencia la filosofía? (1988), así como en el colectivo bajo su dirección Lecciones de

Filosofía Marxista-leninista. (1985).

Las investigaciones sobre la filosofía clásica alemana y en particular sobre la

Lógica dialéctica (1982) y la naturaleza del saber filosófico encontraron en Zayra

Rodríguez Ugidos un impulso significativo. El tema de la axiología motivó su obra

principal Filosofía, ciencia y valor (1985) en la que enjuicia críticamente el

althusserianismo, especialmente en México. En sus últimos años también se

interesó por el pensamiento del ilustrado cubano José de la Luz y Caballero, otros

temas de la historia de las ideas filosóficas en Cuba y Latinoamérica.

Este tema centró también el interés de Daysy Rivero e Ileana Rojas Requena

en Justo Sierra y el positivismo en México (1987. Así como de Lourdez Rensoli

Laliga en El positivismo en Argentina (1988), quien investigó también las

particularidades del desarrollo del racionalismo en la filosofía moderna, en Quimera

16

Page 17: La Filosofia en Cuba Guadarrama Pablo

y realidad de la razón. El racionalismo del siglo XVII (1987), así como el vínculo

entre Historia de las ciencias e historia de la filosofía. (1986).

El estudio de la ilustración inglesa y francesa ha ocupado el interés de los

trabajos de Florinda Marón, en tanto la antropología filosófica del siglo XX ha sido

estudiada por Jorge Luis Villate, Eduardo Freyre, Lissette Mendoza, y Olga Santos,

en El existencialismo de Nicola Abbagnano (1988, entre otros.

La esencial cuestión de La práctica y la filosofía marxista (1986), así como La

actividad como categoría filosófica (1990) han sido objeto de análisis por parte de

Rigoberto Pupo, quien también se ocupó de investigar los aportes teóricos al

marxismo de Eli de Gortari y Adolfo Sánchez Vázquez. En los últimos años se ha

dedicado al análisis de las ideas filosóficas de José Martí y otros pensadores

cubanos como Juan Marinello.

En la investigación sobre Félix Varela. Su pensamiento político y su época

(1984), así como se ha ocupado Olivia Miranda del análisis de los Ecos de la

Revolución Francesa en Cuba ( 1989) y de la evolución de las ideas marxistas y

leninistas en Carlos Rafael Rodríguez , Tradición y universalidad(1997) y otros

trabajos.

Al estudio de las ideas filosóficas en Cuba y en Latinoamérica se ha

dedicado, el autor de este trabajo Pablo Guadarrama González, en particular con

análisis sobre la evolución de las ideas humanistas en estos países y en especial al

análisis de algunas de las particularidades del positivismo, el marxismo, la filosofía

de la liberación el postmodernismo, así como de algunos problemas metodológicos

para el estudio de las ideas filosóficas y la cultura latinoamericanas en los libros

Valoraciones sobre el pensamiento filosófico cubano y latinoamericano (1984), El

pensamiento filosófico de Enrique José Varona (1986), escrito con Edel Tussel, Lo

universal y lo específico en la cultura (1987), escrito con Nikolai Pereliguin,

Marxismo y antimarxismo en América Latina (1990) y Humanismo y autenticidad en

el pensamiento latinoamericano (1997) Humanismo, marxismo y posmodernidad

(1998), Historia de la filosofía latinoamericana. Tomo I. (2000) y de colectivos de

autores bajo su dirección, El pensamiento filosófico e Cuba Siglo XX (1900-1960),

(1995); Filosofía en América Latina (1998) y Despojados de todo fetiche. La

autenticidad del pensamiento marxista en América Latina. (1999).

Participan también en estas investigaciones del equipo de investigadores

sobre pensamiento filosófico latinoamericano en la Universidad Central de Las

17

Page 18: La Filosofia en Cuba Guadarrama Pablo

Villas en Santa Clara entre ellos Miguel Rojas con estudios sobre la filosofía cubana

de la primera mitad del siglo XX, así como sobre Mariátegui, la contemporaneidad y

América Latina. (1994) y el tema de la identidad cultural. Paul Ravelo con El debate

de lo moderno-posmoderno(1996) , Xiomara García Machado y Lidia Cano con El

posmodernismo esa fachada de vidrio.(1994), entre otros han abordado el tema del

postmodernismo; Rafael Plá León en Una lógica para pensar la liberación (1994),

así como María Teresa Vila, Leonardo Pérez, Vilma Figueroa, Irsa Teresa García,

Cira Romero, Israel López, Mirta Casaña, Yoanka León, Félix Valdés, Eunices Rossel

y otros colaboradores de ese grupo, quienes se han dedicado al estudio de la

filosofía e Cuba, la filosofía de la liberación y el marxismo en Latinoamérica, y

últimamente al análisis de la intelectualidad iberoamericana del siglo XX ante la

condición humana,

El tema de la identidad cultural cubana y latinoamericana ha sido objeto de

Enrique Ubieta en Ensayos de Identidad (1993), quien ha investigado a la vez la

evolución de las ideas filosóficas cubanas, especialmente de José Martí. Otros

investigadores también que se han ocupado en los últimos años del estudio de las

ideas filosóficas del héroe nacional cubano, entre ellos se encuentran Roberto

Fernández Retamar, Cintio Vitier, Luis Toledo Sande, Pedro Pablo Rodríguez,

Adalberto Ronda, José Antonio Escalona, Ordenel Heredia, Ibrahim Hodalgo, y

otros.

Los estudios sobre la filosofía en América Latina también tienen cultivadores

en Jorge Luis Acanda con su tesis doctoral sobre Adolfo Sánchez Vázquez.

También se ha dedicado al tema de la crisis del marxismo y al pensamiento de

Gramsci, en varios trabajos entre ellos Filosofar con el martillo (1997) junto a

Fernando Martínez Heredia. Este último se destacó desde los años sesenta en la

dirección de la revista Pensamiento Crítico que desempeñó un significativo papel

en la vida intelectual cubana y latinoamericana de esa época. Martínez Heredia se ha

destacado por sus obras sobre el pensamiento del Che, sobre la crisis del

socialismo y del marxismo en Desafíos del socialismo cubano (1988) y sobre la

evolución de este en el ámbito cubano y latinoamericano.

El pensamiento filosófico, económico y político de Ernesto Guevara ha tenido

serios estudios en Carlos Tablada con El pensamiento económico de Ernesto Che

Guevara (1987), Maria del Carmen Ariete, con Che pensamiento político. (1988),

Luis Suarez y un colectivo de Autores del Centro de Estudios de América en Pensar

18

Page 19: La Filosofia en Cuba Guadarrama Pablo

al Che. (1989), así como en la tesis doctoral en filosofía de Carlos Delgado y

numeroso trabajos aparecidos con motivo del trigésimo aniversario de su muerte

El pensamiento de Mariátegui y otros problemas del desarrollo de la filosofía

en Cuba y en América Latina han sido objeto de análisis de Joaquín Santana.

También los estudios sobre el desarrollo de la filosofía en Cuba y en otros países

latinoamericanos han sido cultivados por Antonio Sánchez de Bustamante y

Montoro, quien estudio la influencia de la filosofía clásica alemana en Cuba, así

como la obra de José de la Luz y Caballero. Por su parte Gabino La Rosa ha

estudiado el librepensamiento, el materialismo científico natural y el positivismo en

Cuba. Carmen Gómez se ha dedicado al estudio del marxismo en Cuba. En tanto

han combinado tales estudios sobre filosofía latinoamericana en la Universidad de

Oriente, Alisa Delgado con los de la identidad cultural. Carmen Barandela dedicó su

tesis doctoral a la filosofía de José Ingenieros y a la vez estudio algunos problemas

del objeto del materialismo histórico. Jorge González dedicó al pensamiento de

Rodó su tesis doctoral, mientras que Héctor Pupo disertó sobre José de la Luz y

Caballero, Francisco Cano sobre la filosofía en Cuba en durante las décadas del

cuarenta y el cincuenta y Antonio de Armas al análisis del pragmatismo en Cuba.

Este último se ha dedicado en los últimos tiempos al tema de la bioética.

Algunos temas de filosofía política como la democracia, la globalización, la

ofensiva neoliberal, el derrumbe del socialismo y la crisis del marxismo, la sociedad

civil, etc., han sido abordados por Rafael Hernández, Juan Valdéz Paz, Gilberto

Valdés, Hernán Yanez, así como por economistas, sociólogos e historiadores que

conjugan el análisis filosófico con sus disciplinas como Enrique Molina, Víctor

Figueroa, Ramón Sánchez Noda, Roman García, Darío Machado, Esteban Morales,

Juan Triana, Hiram Marquetti, Haroldo Dilla, Julio Carranza, Silvio Baró, Pedro

Monreal Antonio Aja, Jorge Hernández, María Isabel Domínguez, Maria Espina,

Juan Luis Martín, Isabel Rauber, etc.

Algunos problemas relacionados con los temas de la especificidad de la

filosofía, su objeto y nexos con la ideología, la crisis del marxismo, etc., han

encontrado adecuado cultivo también en Rubén Sardoya, Miguel Limia David, quien

ha prestado interés especial a la cuestión de los derechos humanos, la

individualidad, la estructura sociopolítica y la sociedad civil cubana, entre otros

temas. Los estudios sobre los derechos humanos se han encontrado atención entre

otros en Hugo Ascuy. El tema del Estado en la teoría marxista y la cuestión de la

19

Page 20: La Filosofia en Cuba Guadarrama Pablo

democracia, la sociedad civil, así como su correlación con las diferentes formas de

la lucha de clases ha sido objeto de Olga Fernández Ríos en Formación y desarrollo

del estado socialista en Cuba (1988) ,Eddy Trimiño, Arnaldo Silva, Raúl Valdés

Vivó, Romelia Pino, entre otros.

Los problemas metodológicos y pedagógicos del estudio de la filosofía han

sido desarrollados por Marta Martínez Llantada y otros profesores que han

aportados notables resultados a la elaboración de textos docentes para la

enseñanza de la filosofía, entre ellos se destacó la obra de Gaspar Jorge García

Galló, en sus libros Algunas conferencias de filosofía. (1979), Glosas sobre el libro

de Lenin Materialismo y empiriocriticismo (1979) Filosofía, ciencia e ideología

(1980), y Filosofía y economía política en el Anti-Dühring (1982). En la elaboración

de textos para la docencia han participado la mayoría de los nombrados por sus

respectivas áreas de investigación y habría que añadir, entre otros a Juan Francisco

Fuentes, Gerardo Ramos, José Cardentey, Cándido Aguilar, etc.

El tema axiológico ha encontrado cultivadores en José Ramón Fabelo en

Práctica, conocimiento y valoración (1989).así como en América Pérez y Georgina

Alfonso quienes también han abordado el tema del pensamiento axiológico

latinoamericano.

Los problemas filosóficos de la ciencia y la tecnología han sido

desarrollados por Jorge Nuñez Jover en su Interpretación teórica de la ciencia

(1987) y otros libros dedicados al efecto del desarrollo tecnológico en América

Latina. Las cuestiones epistemológicas y de metodología de la investigación

científica han sido cultivadas entre otros por Luisa Redondo Botella, José Luis

Sotolongo, Edel Tussel Oropesa, Francisco Figaredo, Julián Mateo, este último en

Tipos históricos de unidad del conocimiento científico. (1986), así como en su

colaboración con Mariano Rodríguez Solveira y un colectivo de autores sobre La

dialéctica y los métodos científicos generales de investigación (1982).

Algunos científicos cubanos han incursionado también en los temas

filosóficos, como es el caso de Gastón Casanova en La Matemática y el

materialismo dialéctico (1965), Fidel Castro Diáz-Balart en Espacio y tiempo en la

filosofía y la física. (1988) y en Energía nuclear y desarrollo (1990) desde la física,

en tanto otros lo han hecho desde la medicina, la lingüística, la psicología como

20

Page 21: La Filosofia en Cuba Guadarrama Pablo

Diego González Serra, Fernando González Rey, Albertina Mitjans o el derecho como

Miguel A. D’Estefano y Julio Fernandez Bulte, entre otros . .

En el terreno de la ética se encuentran los trabajos de Luis López Bombino,

Lourdes Fernández, Armando Chávez, Mercedes Dumpierre, Juan Mari Lois, Juan

Antonio Blanco, Nancy Chacón, fundamentalmente profesores de la Universidad de

la Habana y del Instituto Pedagógico Enrique José Varona.

El tema de la religión y la valoración filosófica de algunos de sus problemas

ha sido abordado por Jorge Ramírez Calzadilla, Aurelio Alonso, Manuel Martínez,

Enrique López Oliva, Gaspar Montaigne, José Aróstegui, y otros.

En el terreno de la estética y la teoría de la cultura, especialmente las

cuestiones de la literatura y el arte han sido reconocidos como destacados los

trabajos de José Antonio Portuondo, en Estética y revolución (1963), Crítica de la

época y otros ensayos (1965) y La emancipación literaria de Hispanoamérica (1975);

Roberto Fernández Retamar, entre los que se destacan en este aspecto Calibán y

otros ensayos. (1979) y Para el perfil definitivo del hombre (1985) y Armando

Hart, quien recogió algunos de sus trabajos sobre el tema en Del trabajo cultural

(1979) y en Perfiles. Figuras cubanas. (1994) Por otra parte Desiderio Navarro en

Cultura y marxismo (1986).y numerosos profesores e investigadores incursionan

frecuentemente en el terreno de la estética desde sus diferentes disciplinas

artísticas y literarias como Graciela Pogolotti, Alfredo Guevara, Salvador Bueno,

Abel Prieto, , Luisa Campuzano, Armando Cristoball Pérez, Dolores Nieves, Dyoni

Durán, Ana Cairo, Denia García Ronda, Sergio Chaple, Sergio Valdés, Aymee

González Bolaños, Adelaida de Juan, Eliades Acosta, Jorge de la Fuente, Pablo

René Estevez, Nancy Morejón, Yolanda Wood, y varios profesores del Instituto

Superior de Arte y otros centros de educación superior e investigación del país.

Los problemas metodológicos y pedagógicos de la enseñanza de

la filosofía han tenido esmerada atención en múltiples eventos de ese carácter y

entre sus resultados se encuentran los de Marta Martínez Llantada y Luis Prado.

Finalmente hay que destacar que la filosofía en Cuba, como en otros países

se destila en la labor teórica de muchos dirigentes políticos y no se reduce a la labor

de los académicos. Hasta sus adversarios tienen que reconocer que del

pensamiento del Che Guevara y de Fidel Castro , como en otros dirigentes entre

los que se destacan Carlos Rafael Rodríguez y Armando Hart fluye un manantial de

ideas filosóficas, económicas, políticas de profundo significado ético y axiológico

21

Page 22: La Filosofia en Cuba Guadarrama Pablo

en ocasiones más amplio y efectivo que la labor de algunos filósofos de

profesión.

Si el pueblo cubano se mantiene en sus proyectos de realización del

humanismo socialista no sólo se debe a la recuperación de su conciencia histórica

y en especial de los valores de su pensamiento nacional, fundamentalmente

martiano articulado por la Revolución al ideario marxista, sino a la labor educativo-

filosófica de sus líderes políticos y a la labor de intelectuales y profesionales que

cultivan con amor la filosofía y la ciencia .

Nadie podrá negar que la filosofía se realiza verdaderamente cuando toma la

vida de un pueblo en una época y en una circunstancia y la hace trascender

valorando, -que es siempre criticar dialécticamente- su razón de ser.

Referencias:

1. Véase: Borge Legrá, Félix. "Las primeras manifestaciones del pensamiento

filosófico en Cuba: la escolástica como teorización del criollismo", en Islas, Santa

Clara, Universidad Central de Las Villas. n. 96, (1990). p. 150.

2. "Ya a fines del siglo XVII la situación se había vuelto favorable a los jesuitas,

pues -a menos en la Nueva España, de donde irradiaba hacia el Caribe la autoridad

política, financiera y religiosa- la compañía había logrado dominar la educación

superior." Pruna Goodgall, Pedro M. Los jesuitas en Cuba hasta 1767. La Habana.

Editorial Ciencias Sociales. 1991. p. 26.

3. Guadarrama, P. "La filosofía en Las Antillas bajo la dominación española" en La

filosofía en la América Colonial. Colectivo de autores bajo la dirección de Germán

Marquínez Argote y Mauricio Beuchot. Editorial El Buho. Bogotá. 1996. p. 124.

4. Bachiller y Morales, Antonio. Apuntes para la historia de las letras y la

instrucción pública en la isla de Cuba. La Habana. Editorial Cultural. 1936. p. 95.

5. Véase: Arce, de Luis. A. "La enseñanza filosófica del siglo XVIII en la Real y

Pontifica Universidad de San Gerónimo" en la Revista Universidad de La Habana. n.

179. mayo-junio de 1966 p. 41; "El seminario de San Basilio el Magno en Santiago de

Cuba" en la Revista Universidad de La Habana. n. 180. julio- agosto 1966. p. 165.

6. Véase: Agramonte, R. José Agustín Caballero y los orígenes de la conciencia

cubana. La Habana. 1952.

22

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7. Zea, L. El pensamiento latinoamericano. Editorial pormaca. México. DF. 1965.

154-155.

8. "Estriba la grandeza del magisterio de Varela en haber vivido pedagógicamente

en perfecta consonancia con la filosofía que propugnara”. Hernández Travieso, A.

Varela y la reforma filosófica en Cuba. Editor Jesús Montero. La Habana. 1942. p. 88.

9. Véase: Santana, Joaquín G. ¿Quién fue ...? Félix Varela. La Habana. Ediciones

UNION. 1982. Serpa, G. Apuntes sobre la filosofía de Félix Varela. Editorial Ciencias

Sociales. La Habana. 1983; Miranda, O. Félix Varela, su pensamiento político y

su época. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1984; Reyes Fernández,

Eusebio Félix Varela. 1788-1853. Editora Política. La Habana. 1989; Torres-Cuevas,

E. "La autenticidad del pensamiento filosófico de Félix Varela". Revista Universidad

de La Habana. n. 235. mayo-agosto 1989.p. 11-40.

10. Guadarrama, P. “Varela y el humanismo de la filosofía ilustrada latinoamericana”

en Memorias del Coloquio Internacional de la Habana. Félix Varela. Ética y

anticipación del pensamiento de la emancipación cubana. Imagen Contemporánea.

La Habana. 1999. p. p. 60-71.

11. Véase: Gerstenberg, B. Grundzüge der philosophischen Aufklärung in

Kuba. Eine Untersuchung am Beispiel des philosophischen Werkes von José de la

Luz y Caballero. Tesis doctoral. Universidad de Rostock. 1986.

12. Además de los anteriores los representantes de la ilustración cubana han sido

objeto de análisis en su dimensión filosófica, entre otros, por parte de: Mestre,

José Manuel. De la filosofía en la Habana (1862). Publicaciones del Ministerio de

Educación. La Habana. 1952; Sanguily, M. José de la Luz y Caballero. Estudio

Crítico (1890). Consejo Nacional de Cultura. La Habana. 1962; Vitier, M. Las ideas y

la filosofía en Cuba (1948). Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1970; Menocal,

Raymundo. Origen y desarrollo del pensamiento cubano. (dos volúmenes).

Editorial Lex. La Habana. 1947; Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia

de Ciencias de Cuba. Perfil Histórico de las Letras Cubanas. Editorial Letras

Cubanas. La Habana. 1983. A esta lista se podrían añadir numerosos estudios de

carácter literario, pedagógico, histórico, etc. que han abordado también de algún

modo el perfil filosófico de los ilustrados cubanos.

13. Gerstenberg, B. "El inicio de la ilustración filosófica cubana". en Islas.

Revista de la Universidad Central de Las Villas. Santa Clara. n.82. sep. dic. 1985. p.

136.

23

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14. Ternevoi, O. La filosofía en Cuba. 1790- 1878. Editorial Ciencias Socialers. La

Habana. 1981. p. 39.

15. "Cuba has the distinction of possessing the oldest and the most vigorous

philosophical tradition in Latin America". Riepe, D. "Philosophy in Cuba: then and

now". Ideology and independence in the Americas. Editado por April Ane Knutson.

University of Minnesota. MEP. Publications. Minneapolis. 1989.

16. Mestre, J.M. De la filosofía en La Habana. Publicaciones del Ministerio de

Educación. La Habana, Dirección de Cultura. p.73.

17. Véase: Guadarrama, P. Valoraciones sobre el pensamiento filosófico cubano

y latinoamericano. Editora Política. La Habana. 1985. p. 60-87; Guadarrama, P. y

Tussel, E. El pensamiento filosófico de Enrique José Varona. Editorial Ciencias

Sociales. La Habana. 1986; Guadarrama, P. "El positivismo comtiano de Andrés

Poey" en Islas. #72. l982. p.61-84.; " La influencia del positivismo en Emilio

Bobadilla" (Coautor Omar George), en Islas. #68. l981.p.117-136.; "La huella del

positivismo en la obra de Fernando Ortíz", en Islas. #70.l981.p.37-70; "Die

philosophische Aufassung Enrique José Varonas uber die gesellschafltiche

Entwicklung", en Referateblatt Philosophie. Reihe E. Berlin. 17 (1981) 2, Bl.15

(204); "El positivismo de Manuel Sanguily", en Islas.#64.l979.p.155- 184; "El papel

de Enrique Piñeiro en la introducción del positivismo en Cuba", en Islas. #65.

l980. p.157-170; Positivismo y antipositivismo en Am érica Latina. Universidad

Nacional Abierta a Distancia. Bogota. 2000. (en edición).

18. Antonio Sánchez de Bustamante y Montoro ofreció un ciclo de conferencias

entre 1971 y 1972 en el Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de Cuba

del cual posteriormente elaboraría su libro: La filosofía clásica alemana en Cuba.

(1841-1898). Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1984. Otros estudios

dedicados al tema son el de Piñera Llera, H. "La filosofía de Don Rafael Montoro".

Revista Cubana de filosofía. n. 10. La Habana. Enero-junio. 1952. p. 27-37; "Ignacio

Delgado González: " El pensador cubano Rafael Montoro (1852-1923) y su

presencia filosófica en España. Actas del IV Seminario de Historia de la Filosofía

Española. Salamanca. 1986. y el de Raúl Gómez Treto "Influencia del krausismo en

Cuba" en El krausismo y su influencia en América Latina. Fundación Friedrich Ebert.

Instituto Fe y Secularidad. Salamanca. 1989.p. 187-210.

19. ¨Martí: valoración de los contemporáneos”. José Martí: valoraciones en la

república neocolonial; T. 2. (José Martí: valoraciones posteriores al triunfo

24

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revolucionario de 1959). Editorial Pueblo y Educación La Habana. 1989; Martínez

Bello, A. Las ideas filosóficas de José Martí. Editorial Ciencias Sociales. La Habana.

1990; Fornet-Betancourt, R. "José Martí y la filosofía". en José Martí 1895-1995.

Literatura-política-filosofía-estética. Universitát Erlangen-Nürnberg. Lateinamerika -

Studien 34. Vervuert Verlag, Frankfurt am Main. 1994: Guadarrama, P. "Humanismo

práctico y desalienación en José Martí" en José Martí 1895-1995. Literatura- política-

filosofía-estética. edición citada. p.29-42; Jardines, A. y J.C. González. Reflexiones

en torno al espiritualismo de José Martí. Editorial Ciencias Sociales. 1990;

Rodríguez de Lecea, T. "José M. y la filosofía española”, en Concordia n. 27.

Aachen- 1995. p. 101-108.

20. Ronda, A. "Acerca de la filiación filosófica de José Martí". Anuario del Centro

de Estudios Martianos N. 6. 1983. p. 43-81; "La unidad de la teoría y la práctica:

rasgos característicos de la dialéctica en José Martí" en Revista Cubana de Ciencias

Sociales. La Habana n. 1. 1983. p. 50-64.; Escalona, E. En torno a los aspectos

filosóficos del pensamiento martiano. Universidad de Oriente. 1987.

21. Véase: Marinello, J. Ensayos martianos. Universidad Central de Las Villas. Santa

Clara. 1961; Cantón Navaro, J. Algunas ideas de José Martí en relación con la clase

obrera y el socialismo. Instituto Cubano del Libro. La Habana. 1970.; Vitier, C. Ese

sol del mundo moral. Siglo XXI. México. 1975; Fernández Retamar, R. Introducción

a José Martí. Centro de Estudios Martianos-Casa de Las Américas. La Habana.

1978; Castro, F. José Martí: el autor intelectual. Editora Política. La Habana. 1983;

Morales, S. Ideología y luchas revolucionarias de José Martí. Editorial Ciencias

Sociales. 1984; Colectivo de autores Siete enfoques marxistas sobre José Martí.

Editora Política. La Habana. 1985; Almanza Alonso, R. En torno al pensamiento

económico de José Martí. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1990; Hidalgo

Paz, I. Incursiones en la obra de José Martí. Editorial Ciencias Sociales. La Habana.

1989.; Toledo Sande, L. José Martí, con el remo de proa. Editorial Ciencias

Sociales. La Habana. 1990; Arce Valentin, R. Religion: Poesie der kommenden

Welt. Theologische Implikationen im Werk José Martís Concordia Reihe

Monographien Band. 10. . Verlag der Augustinus Buchhandlung. Aachen. 1993;

Cepeda, R. Lo ético-cristiano en la obra de José Martí. CEHILA. La Habana. s.f.

22. Véase: Guadarrama, P. Rojas, M. y colectivo de autores de la Universidad

Central de las Villas. El pensamiento filosófico en Cuba en el siglo XX. (1900-1960).

Universidad Autónoma del Estado de México. 1995. 426.p.; reedición cubana

25

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Editorial Félix Varela. La Habana. 1996.

23. Carlos Rafael Rodríguez en su multilateral obra ha dedicado atención no sólo

a las grandes personalidades del pensamiento cubano del siglo XIX como Martí,

Varona, Luz y Varela, sino también a estas de menor talla como el caso de José

Manuel Mestre. Véase: Rodríguez, C. R. Letra con filo. Ediciones Unión. La Habana.

1987.

24. Véase: Entralgo, E., Vitier, M. y Agramonte, R. Enrique José Varona: su vida, su

obra, su influencia. Obras de E.J. Varona. Edición oficial. La Habana. 1937; Vitier,

M. Varona, maestro de juventudes. Editorial Trópico. La Habana. 1937.; Enrique

José Varona, su pensamiento representativo. Editorial Lex. La Habana. 1949;

Valoraciones Universidad Central de Las Villas. Santa Clara. T I (1960), T. II (1961).

Un reciente valioso análisis de la obra de Medardo Vitier se encuentra en Arcos,

Jorge Luis. "Medardo Vitier: vivir es creer" en Revolución y cultura. La Habana.

no. 3 mayo-junio 1996.p. 4-10.

25. Véase: Rosa, G. de la. "El libre pensamiento en la segunda mitad del siglo XIX

en Cuba" Revista Cubana de Ciencias Sociales. n. 6. La Habana. 1984. p. 14-35.

26. Con la excepción de Mañach que sí dedicó gran parte de su obra intelectual

al cultivo de la filosofía sus conferencias de Historia de la Filosofía (1947) y Para

una filosofía de la vida y otros ensayos (1951), es significativo que otros como

Fernando Ortíz en La filosofía penal de los espiritistas (1915), Ramiro Guerra, en

Filosofía de la producción cubana (1944) y otros incursionaran a su manera en

este terreno.

27. Véase: Piñera Llera, H. "Idea del hombre y la cultura en Varona". Revista

Cubana de Filosofía. no. 4. La Habana. enero-junio de 1949.p. 14-18; "Sobre la

filosofía y la primera mitad del siglo veinte". Ídem. no. 7. enero-marzo. 1951.

28. Véase: Portuondo, J.A. Crítica de la época y otros ensayos. Universidad Central

de Las Villas. Santa Clara. 1965.

29. Además de su libro sobre José Agustín Caballero publicó entre otros: “Prefacio

a la filosofías cubana". Revista Cubana de Filosofía. La Habana. enero-diciembre

de 1948. no. 3. p. 4-11.;"Situación de la filosofía cubana". Ídem. no. 4. enero-junio

1949.p.4-8; "Los grandes momentos de la filosofía en Cuba". Revista Universidad

de La Habana. no. 91-93.julio- dic. 1950. p. 7-20: Varona, el filósofo de escepticismo

creador. Editorial Jesús Montalvo. La Habana. 1949.

30. En este grupo se encuentran también Rosaura García Tudurí, "Influencia de

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Descartes en Varela" Revista cubana de Filosofía. no. 11. La Habana. Enero-abril

1955. p.28-35; Mercedes García Tudurí, "Vocación íntima de Varona" Revista Cubana

de Filosofía. La Habana enero-junio 1949 p. p. 31.-34 y otros.

31. Véase: La filosofía en América Latina. Colectivo de autores dirigido por Pablo

Guadarrama. Editorial Félix Varela. La Habana. 1998. Pp. 517.

32. Véase: Despojados de todo fetiche. La autenticidad del pensamiento marxista en

América Latina. Universidad INCCA de Colombia. Bogotá Universidad Central de las

Villas. 1999. Pp 450.

33. En los últimos años se han efectuado varios eventos científicos específicos

para debatir estos temas. En 1986 se efectuó un taller nacional sobre filosofía en

Cuba y América Latina en el Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de

Cuba algunos de cuyos trabajos aparecen en Revista Cubana de Ciencias

Sociales. n. 13. La Habana. Enero-abril. 1987. Luego se sistematizaron los

simposios internacionales sobre pensamiento filosófico latinoamericano en la

Universidad Central de Las Villas, Santa Clara, de cuyas seis ediciones (1987,

1990, 1992, 1994, 1996, 1998 y 2000) aparecen sus memorias en Islas, no. 90, 92,96,

108, 114 y 119. También en esa universidad villaclareña se han efectuado cuatro

talleres de pensamiento cubano en 1994, 1995, 1997 y 2000 cuyas primeras tres

memorias han sido editadas. Véase: Memorias del I Taller de Pensamiento Cubano.

Historia y destino. Ediciones Creart. La Habana. 1994, Memorias del II Taller de

Pensamiento cubano. Ediciones Creart. La Habana. 1996, Memorias del III taller de

Pensamiento Cubano. Editorial Capiro. Santa Clara, 1999.En 1997 se efectuó el

Coloquio Internacional Felix Varela. Ética y anticipación del pensamiento de la

emancipación cubana. Imagen Contemporánea. La Habana. 1999. En 1999 la

Sociedad Económica de Amigos del País efectuó un Simposio en Homenaje a

Enrique José Varona con motivo del 150 aniversario de su nacimiento. En enero del

2000 la Universidad de La Habana efectuó el Simposio de sobre las Ideas de la

emancipación en Cuba de Varela a Martí y el la Sociedad Económica de Amigos del

País y la Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas desarrollo otro evento

dedicado al José de la Luz y Caballero con motivo del 200 aniversario de su

nacimiento.

34. Véase: Las ideas en la América Latina. Una antología del pensamiento filosófico,

político y social. Selección e introducción de Isabel. Monal. Casa de las Américas.

La Habana. 1985. (dos tomos).

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35. . Véase: Monal, I. "Breve bosquejo de la filosofía en Cuba hasta el

advenimiento de la república". p. 111-120. en Lecturas de filosofía. Colectivo de

autores. Estudios. La Habana. 1968. t. I.; "Tres filósofos del centenario”, “José

Martí: del liberalismo al democratismo antimperialista”, "Bosquejo de las ideas en

Cuba hasta finales del siglo XIX" en Monal, I. y O. Miranda. Filosofía e ideología en

Cuba. (Siglo XIX). UNAM. México. 1994.

Pablo Guadarrama González (1949)

Académico Titular de la Academia de Ciencias de Cuba. Doctor en Ciencias (Cuba) y Doctor en Filosofía (Leipzig). Profesor Titular de la Cátedra de Pensamiento Latinoamericano de la Universidad Central de Las Villas. Santa Clara. Cuba. Autor de varios libros sobre teoría de la cultura y el pensamiento filosófico latinoamericano, así como numerosos artículos publicados en Cuba y en otros países. Ha dirigido varios proyectos de investigación y tesis doctorales en su país y en el exterior. Ponente en múltiples congresos internacionales. Ha impartido cursos de postgrado y conferencias en varias universidades latinoamericanas, de España, Estados Unidos, Rusia y Alemania. Ha obtenido varios premios y distinciones por su labor intelectual.

Resumen:

El articulo La filosofía en Cuba ofrece una breve panorámica del desarrollo del

pensamiento filosófico en la isla caribeña desde la época colonial hasta la

actualidad con el objetivo de destacar sus momentos, personalidades y obras mas

significativas. Posibilita una información resumida con algunas de las fuentes

bibliográficas imprescindibles para el estudio de la vida filosófica en ese país.

Efectúa un balance actualizado de la situación de la enseñanza y la investigación

filosófica en las últimas décadas del siglo XX en su correlación con las

transformaciones sociopolíticas del mundo contemporáneo y en especial en ese

país decidido a mantener su orientación socialista en tiempos tan adversos a esa

doctrina.

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