Kauffmann, Estudioso Del Perú

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 viernes7 deagostodel2015 elcomercio.A15 TemáTica miércoles Democracia jueves tenDencias viernes aDulto mayor sábAdo la semana en fotos di i s tuv “Mu d qu pubd p Fdi Kufm Dig  El libro ue reeditado entre 1980 y 1994, por ello recibió el Premio Nacional de Cultura Inca GarcilasodelaVega. 1 0 Tbj d mp  Entre las investigacio nes de Kaumann Doig destacan las realizadas en Chavín, las Necrópolis de Ancón, Chuquibamba(Arequip a)yel territorioChachapoyas(Pajatén,Los Pinchudos, Karajía, Laguna de las Momias y otros). obrAs destAcAdAs Pasión. Fede Kfm D g de. E ñ pd pbó b de d tm be Mh Ph y epe tem be ex dd y e g ó e t pemb e te mee. e l primer recuerdo que tiene Federico Kau- mann Doig de sí mis- mo es el de andar des- calzo alrededor de la pequeña casa paterna en Vilaya, cercade Cocochillo(hoy ,distri- to Camporredondo, en Amazo- nas): “En esa época, todos an- dábamos descalzos, solo nos calzábamos para ir a misa. Mi padre quería que yo me integre, que no me vean dierente. Un día me preguntó si quería cami- nar así, descalzo, alrededor de la casa. Yo corrí por la emoción y luego me dijo que podía quedar- me así”. Aquel ue el primer con- tacto elemental con la tierra de la que Kaumann nunca habría de despegarse por completo. Kaufmann, estudioso del Perú De colegial desprolijo a uno de los arqueólogos más r eputados del país: Federico Kaufmann Doig es un inatigable inquisidor de la historia. La cultura Chachapoyas ha sido parte de la vida de Fede- rico Kaufmann Doig desde antes de que venga al mundo,  y es por el estud io de esta por lo que ha recibido la mayoría de sus reconocimientos. El estudioso no descansa y pre- para un nuevo libro. convencerlo de que estudie algo oencuentrealgúnocio. –¿Quéhaspensadohacer? –Quiero saber más de esas ruinas que he visto en mi viaje, respondió lacónico Federico. Las ruinas eran las mismas que vio con su padre –eran las de Kuélap– y otras más que obser-  cua ndo atra vesó la cor dil lera . –Eso se llama arqueología.  Va mos ahor a mis mo a la univ er - sidad, dijo con entusiasmo el pa- dre. Lo tomó del brazo y lo llevó ese día a San Marcos. Desdeesemomento,unapa- siónseapoderóde Federico.Es- tudiaba en la casa y en la calle. Leía cuanto podía, señala. Co- menzó a sobresalir con sus cali- caciones. Terminó y continuó estudiando, cada vez más emo- cionado, hasta doctorarse. Lue- go, casi naturalmente, terminó investigandoaloschachapoyas  y los míti cos sarc óag os de Kara-  jía, colocados cuidad osamente dentro de grutas en un risco. Federico Kaumann es ina- tigable. La memoria no le alla al recordar echas y nombres, tan- to de proesores o académicos, como de personas que lo hospe- daron algunas noches en aquel lugar que su hijo estudiaría mu- chos años después. Tras cumplir diez años, cuen- ta Kaumann Doig que llegó a Lima y vivió con su amilia ma- terna, ya mudada a la capital. El colegio lo aburría y era un alumno más bien desprolijo.  Al acabar sus estudi os en 1947, decidió volver a la selva –“Fui el primer hippie”, dice entre ri- sas–. Llegó meses después a Mo-  yoba mba,donde conoci ó el pa- ludismo y el amor. Unos policías lo encontraron y lo devolvieron a Lima en un avión que tenía ca- pacidad para dos pasajeros: era aún menor de edad. Fue en 1949 que descubrió suvocación.Supadreintentaba Federico Kaumann Doig obtu- voen1955elgradode doctorenAr- queología y, en 1961, en Historia. Ha recibidoladistincióndeAmautapor elEstadoPeruano,elPremioNa- cionaldeCultura(1955y1962)yla becaGuggenheim.Fuedirectordel MuseodeArtedeLima,del Patrimo- nioCulturaldelaNaciónydelMuseo NacionaldeArqueología. premios y trAyectoriA Kaumann es uno d e los ar- queólogos más reconocidos del país. Sus trabajos sobre la cul- tura Chachapoyas son vastos y se estudian ahora en el colegio, aunque su curiosidad lo ha lle-  vado a ver div ersas cult uras pre- colombinas. Kaumann –la pa- labra amable lista, un impecable traje beige– recuerda esa carrera original sentado en su sala. Las  vent anas dan a un par que en Au- rora, una de las zonas más resi- denciales de Mirafores. Desde estas se ven las copas de los árbo- les y el rumor del juego de unos niños entra como la luz o el can- todealgunaave. Los diez primeros años de esa inancia elizydescalzalosvivió en la selva –en el monte–. Su pa- dre era un alemán nacido el pri- mer año del siglo pasado, que emigró tras el n de la Primera GuerraMundial;sumadre,una lambayecana descendiente de mochicas y escoceses. El padre llegó al Perú impulsado por al- gúnespírituaventurero.Trabajó como comerciante entre Coco- chillo y la costa piurana. En esos años, conoció a la que se conver- tiría en su esposa y se instaló en la selva, muy cerca de Kuélap,  via je deni tiv o de adol escen cia.  Al acaba r esta entre vis ta, se irá a una gala de la Embajada de Es- tados Unidos, pero antes recibi- rá a una prima hermana alema- na en su casa para el lonche. Al día siguiente, su agenda consiste enrevisarapuntesyescribiruna nueva versión de sus estudios sobre los chachapoyas. A la par, hacelasúltimascorreccionesde un libro sobre magia y sexuali- dad en el Perú precolombino. En tres meses espera terminar eselibroquecomenzóen1986. Su curiosidad parece no dis- minuir. ¿Qué deinió a la reli- gión en el antiguo Perú? e s la pregunta que hoy lo persigue.  Años de viajes, lecturas y con-  versaciones le deja n la certeza de la incertidumbre. “Nuestro rol, por qué estamos aquí nos sigue siendo ignoto”, dice. A pe- sar de ello, continúa –continua- mos– en la carrera por conocer más. Federico Kaumann se le-  vanta. E strecha c on irmeza la mano. Se despide con una cita del antropólogo Ralph Linton para resumir la raíz de su inte- rés cientíco: “El hombre no es un ángel caído, es un antropoi- deerguido”. inimitAblesconstructores La cultura Chachapoyas foreció en el actual departamento de Amazo- nas,principalmente,entrelosaños 700 d.C. y 1400 d.C., en los Andes amazónicos. Fue contemporá- nea con las culturas Lambayeque y Chimú. Unadelas construc cionesque sobreviv ió,yque esacasolamás amosa,esKuélap,llamadaporal- gunos ortaleza,aunqueFede- ricoKaumannDoigdescreede ello.Paraél, estaimponentecons- trucción(ubicadaenla pro vinciade Luya, Amazonas) ue un centro de almacenamient ode alimentosy,a la vez, lugar administrativo y reli- gioso, dos concept os usualmente inseparables en las diversas cultu- ras precolombinas. Los chachapoyas también de- sarrollaron sepulcros únicos lla- mados‘purunmachu’.Losmásco- nocidossonlos deKarajía,también en Luya, descubiertos por Kau- mann Doig en 1984. Los chachapoyas, señores de los Andes amazónicos FernanDo González-olaechea T. alEssanDrocurrarino

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El Comercio 7 agosto 2015

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  • viernes 7 de agosto del 2015 el comercio .A15

    TemTica

    mircolesDemocracia

    juevestenDencias

    viernesaDulto mayor

    sbAdola semana en fotos

    ediciones tuvo el Manual de arqueologa peruana elaborado por Federico Kauffmann Doig El libro fue reeditado entre 1980 y 1994, por ello recibi el Premio Nacional de Cultura Inca Garcilaso de la Vega.10Trabajo de campo Entre las investigaciones de Kauffmann Doig destacan las realizadas en Chavn, las Necrpolis de Ancn, Chuquibamba (Arequipa) y el territorio Chachapoyas (Pajatn, Los Pinchudos, Karaja, Laguna de las Momias y otros).

    obrAs destAcAdAs

    Sexo en el anTiguo PerQuebecor World Per S.A. (2001), 231 pginas.

    Pasin. Federico Kauffman Doig no descansa. El ao pasado public un libro de dos tomos sobre Machu Picchu y espera terminar uno sobre sexualidad y religin en culturas precolombinas en tres meses.

    el primer recuerdo que tiene Federico Kauff-mann Doig de s mis-mo es el de andar des-calzo alrededor de la pequea casa paterna en Vilaya, cerca de Cocochillo (hoy, distri-to Camporredondo, en Amazo-nas): En esa poca, todos an-dbamos descalzos, solo nos calzbamos para ir a misa. Mi padre quera que yo me integre, que no me vean diferente. Un da me pregunt si quera cami-nar as, descalzo, alrededor de la casa. Yo corr por la emocin y luego me dijo que poda quedar-me as. Aquel fue el primer con-tacto elemental con la tierra de la que Kauffmann nunca habra de despegarse por completo.

    Kauffmann, estudioso del PerDe colegial desprolijo a uno de los arquelogos ms reputados del pas: Federico Kauffmann Doig es un infatigable inquisidor de la historia.

    La cultura Chachapoyas ha sido parte de la vida de Fede-rico Kauffmann Doig desde antes de que venga al mundo, y es por el estudio de esta por lo que ha recibido la mayora de sus reconocimientos. El estudioso no descansa y pre-para un nuevo libro.

    convencerlo de que estudie algo o encuentre algn oficio.

    Qu has pensado hacer? Quiero saber ms de esas

    ruinas que he visto en mi viaje, respondi lacnico Federico.

    Las ruinas eran las mismas que vio con su padre eran las de Kulap y otras ms que obser-v cuando atraves la cordillera.

    Eso se llama arqueologa. Vamos ahora mismo a la univer-sidad, dijo con entusiasmo el pa-dre. Lo tom del brazo y lo llev ese da a San Marcos.

    Desde ese momento, una pa-sin se apoder de Federico. Es-tudiaba en la casa y en la calle. Lea cuanto poda, seala. Co-menz a sobresalir con sus cali-ficaciones. Termin y continu estudiando, cada vez ms emo-cionado, hasta doctorarse. Lue-go, casi naturalmente, termin investigando a los chachapoyas y los mticos sarcfagos de Kara-ja, colocados cuidadosamente dentro de grutas en un risco.

    Federico Kauffmann es infa-tigable. La memoria no le falla al recordar fechas y nombres, tan-to de profesores o acadmicos, como de personas que lo hospe-daron algunas noches en aquel

    lugar que su hijo estudiara mu-chos aos despus.

    Tras cumplir diez aos, cuen-ta Kauffmann Doig que lleg a Lima y vivi con su familia ma-terna, ya mudada a la capital. El colegio lo aburra y era un alumno ms bien desprolijo. Al acabar sus estudios en 1947, decidi volver a la selva Fui el primer hippie, dice entre ri-sas. Lleg meses despus a Mo-yobamba, donde conoci el pa-ludismo y el amor. Unos policas lo encontraron y lo devolvieron a Lima en un avin que tena ca-pacidad para dos pasajeros: era an menor de edad.

    Fue en 1949 que descubri su vocacin. Su padre intentaba

    Federico Kauffmann Doig obtu-vo en 1955 el grado de doctor en Ar-queologa y, en 1961, en Historia. Ha recibido la distincin de Amauta por el Estado Peruano, el Premio Na-cional de Cultura (1955 y 1962) y la beca Guggenheim. Fue director del Museo de Arte de Lima, del Patrimo-nio Cultural de la Nacin y del Museo Nacional de Arqueologa.

    premios y trAyectoriA

    Kauffmann es uno de los ar-quelogos ms reconocidos del pas. Sus trabajos sobre la cul-tura Chachapoyas son vastos y se estudian ahora en el colegio, aunque su curiosidad lo ha lle-vado a ver diversas culturas pre-colombinas. Kauffmann la pa-labra amable lista, un impecable traje beige recuerda esa carrera original sentado en su sala. Las ventanas dan a un parque en Au-rora, una de las zonas ms resi-denciales de Miraflores. Desde estas se ven las copas de los rbo-les y el rumor del juego de unos nios entra como la luz o el can-to de alguna ave.

    Los diez primeros aos de esa infancia feliz y descalza los vivi en la selva en el monte. Su pa-dre era un alemn nacido el pri-mer ao del siglo pasado, que emigr tras el fin de la Primera Guerra Mundial; su madre, una lambayecana descendiente de mochicas y escoceses. El padre lleg al Per impulsado por al-gn espritu aventurero. Trabaj como comerciante entre Coco-chillo y la costa piurana. En esos aos, conoci a la que se conver-tira en su esposa y se instal en la selva, muy cerca de Kulap,

    viaje definitivo de adolescencia. Al acabar esta entrevista, se ir a una gala de la Embajada de Es-tados Unidos, pero antes recibi-r a una prima hermana alema-na en su casa para el lonche. Al da siguiente, su agenda consiste en revisar apuntes y escribir una nueva versin de sus estudios sobre los chachapoyas. A la par, hace las ltimas correcciones de un libro sobre magia y sexuali-dad en el Per precolombino. En tres meses espera terminar ese libro que comenz en 1986.

    Su curiosidad parece no dis-minuir. Qu defini a la reli-gin en el antiguo Per? es la pregunta que hoy lo persigue. Aos de viajes, lecturas y con-versaciones le dejan la certeza de la incertidumbre. Nuestro rol, por qu estamos aqu nos sigue siendo ignoto, dice. A pe-sar de ello, contina continua-mos en la carrera por conocer ms. Federico Kauffmann se le-vanta. Estrecha con firmeza la mano. Se despide con una cita del antroplogo Ralph Linton para resumir la raz de su inte-rs cientfico: El hombre no es un ngel cado, es un antropoi-de erguido.

    inimitAbles constructores

    La cultura Chachapoyas floreci en el actual departamento de Amazo-nas, principalmente, entre los aos 700 d.C. y 1400 d.C., en los Andes amaznicos. Fue contempor-nea con las culturas Lambayeque y Chim.

    Una de las construcciones que sobrevivi, y que es acaso la ms famosa, es Kulap, llamada por al-gunos fortaleza, aunque Fede-rico Kauffmann Doig descree de ello. Para l, esta imponente cons-truccin (ubicada en la provincia de Luya, Amazonas) fue un centro de almacenamiento de alimentos y, a la vez, lugar administrativo y reli-gioso, dos conceptos usualmente inseparables en las diversas cultu-ras precolombinas.

    Los chachapoyas tambin de-sarrollaron sepulcros nicos lla-mados purunmachu. Los ms co-nocidos son los de Karaja, tambin en Luya, descubiertos por Kauff-mann Doig en 1984.

    Los chachapoyas, seores de los

    Andes amaznicos

    FernanDo Gonzlez-olaechea T.

    Luego de investigaciones y estudios sobre la religiosidad en sociedades precolom-binas, a raz del pedido de un ensayo en 1986 para una publicacin extranjera, Federico Kauffmann Doig escribe este li-bro. El arquelogo sostiene que en el ima-ginario prehispnico peruano se conce-ban dos divinidades fundamentales: el Dios del Agua y la Diosa Tierra, consor-te del primero y que solo poda ofrecer alimentos a la humanidad de haber sido fecundada por el agua de las lluvias en su medida ms precisa, puesto que tanto las lluvias torrenciales como las sequas arruinaban los campos de cultivos. Se exploran las formas de expresin de los pueblos antiguos sobre estos temas.

    Cmo los antiguos peruanos comprendieron el sexo y el universo

    loS chachaPoyaSUniversidad Alas Peruanas - Instituto de Arqueologa Amaznica (2003), 488 pginas.

    El libro es un resumen de las investigacio-nes de Kauffmann en el que fuera el terri-torio de la cultura Chachapoyas, reco-nocida por la construccin del complejo arqueolgico de Kulap. Se realizaron 12 expediciones formales auspiciadas por el Centro Studi Ricerche Ligabue de Ve-necia. El libro sostiene que Kulap fue un centro de administracin de la produccin agraria en el que se almacenaron comesti-bles en la mayora de sus 400 recintos cir-culares, previendo las catstrofes climti-cas que desataba el fenmeno de El Nio. Tambin se hace una considerable men-cin a los sarcfagos de Karaja, as como un estudio sobre la denominada Laguna de los Cndores o Laguna de las Momias.

    Una mirada profunda a los misteriosos chachapoyas

    machu Picchu SorTilegio en PiedraUniversidad Alas Peruanas - Instituto de Arqueologa Amaznica (2014), 850 pginas.

    Federico Kauffmann Doig dedica este li-bro al monumento ms clebre del Per: Machu Picchu. El libro enmarca a la ciu-dadela en un proceso de crecimiento del imperio inca que dur miles de aos. Tras una precisa descripcin del lugar, defien-de la hiptesis que plantea que Machu Picchu y otros testimonios arquitectni-cos de la comarca de Vilcabamba (en los Andes amaznicos) fueron una mani-festacin de la expansin agraria incaica hacia nuevos territorios. Adems de ser centro administrativo, Machu Picchu fue un centro de culto y ceremonias, por ello su belleza en honor a los dioses. Los ritua-les ah hechos habran estado dirigidos a conseguir el favor de las divinidades.

    Un nuevo vistazo a la maravilla: el sentido Machu Picchu

    alEssanDro currarino