Jesús Terán 28

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Los artículos de la edición número 28 del suplemento Jesús Terán, conmemoran a Don Porfirio, en la idea de hacer memoria. La primera colabo- ración que es de quien suscribe estas líneas está dedicada a la necesidad de consolidar una imagen de progreso y modernidad ante las otras naciones, por medio de las exposiciones universales; en la segunda colaboración Caridad García aborda el tema del ferrocarril como uno de los legados indiscutibles de Porfirio Díaz para los mexicanos en general y los hidrocálidos en particular; finalmente Mariana Terán Fuentes expone un tema que todavía es espinoso, el asunto del traslado de los restos de Don Porfirio de Francia a México, que tiene que ver con la idea que se construye desde los relatos edificantes de los persona- jes de nuestra historia nacional. Esperamos que sea de su interés, y agradecemos al periódico La Jornada Aguascalientes, que ha permitido la consolidación de este espacio de opinión y expresión. El pasado 2 de julio se conmemoró el centenario luctuoso de Porfirio Díaz, personaje de la historia nacional que desde una visión maniquea en donde nos cuentan relatos de buenos y malos, se ha consolidado como un villano. Liberal o conservador, no es sencillo responder, lo que sí, es que con el pretexto del aniversario luctuoso podemos repensar a Don Porfirio, desde una posición crítica, no se trata de irnos al otro extremo, repensar y discutir sus acier- tos y sus errores, como menciona Enrique Krauze, se le debe reconocer lo que hizo en materia económica, educativa (con la introducción del positivismo), pero el problema fue en la esfera política, en donde no fue capaz de ver a México con madurez democrática y tratar a los mexicanos como ciudadanos. Se trata de analizar de forma global su proyecto de México, el contexto nacional e inter- nacional, y las políticas que implementó, para reconocer su legado, que es parte de una tendencia del siglo XIX relacionada con la tradición liberal. JESÚS TERÁN AURORA TERÁN FUENTES Suplemento sobre Estudios Internacionales para La Jornada Aguascalientes Julio 2015 Coordinadores: Aurora Terán Fuentes Soren Héctor de Velasco Galván Diseño: Alejandro Márquez Díaz del Castillo No. 28 Editorial Martín Ludin Ávila García Porfirio Diaz http://contenido.com.mx/revis- ta/wp-content/uploads/2015/07/25.jpg Moneda de un centavo de 1888 http://mlm-s1-p.mlstatic.com/mone- da-de-un-centavo-porfiria- no-de-1888-en-bronce-008-13350-ML M3002152920_082012-F.jpg

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Suplemento de La Jornada Aguascalientes

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Los artículos de la edición número 28 del suplemento Jesús Terán, conmemoran a Don Porfirio, en la idea de hacer memoria. La primera colabo-ración que es de quien suscribe estas líneas está dedicada a la necesidad de consolidar una imagen de progreso y modernidad ante las otras naciones, por medio de las exposiciones universales; en la segunda colaboración Caridad García aborda el tema del ferrocarril como uno de los legados indiscutibles de Porfirio Díaz para los mexicanos en general y los hidrocálidos en particular; finalmente Mariana Terán Fuentes expone un tema que todavía es espinoso, el asunto del traslado de los restos de Don Porfirio de Francia a México, que tiene que ver con la idea que se construye desde los relatos edificantes de los persona-jes de nuestra historia nacional.

Esperamos que sea de su interés, y agradecemos al periódico La Jornada Aguascalientes, que ha permitido la consolidación de este espacio de opinión y expresión.

El pasado 2 de julio se conmemoró el centenario luctuoso de Porfirio Díaz, personaje de la historia nacional que desde una visión maniquea en donde nos cuentan relatos de buenos y malos, se ha consolidado como un villano.

Liberal o conservador, no es sencillo responder, lo que sí, es que con el pretexto del aniversario luctuoso podemos repensar a Don Porfirio, desde una posición crítica, no se trata de irnos al otro extremo, repensar y discutir sus acier-tos y sus errores, como menciona Enrique Krauze, se le debe reconocer lo que hizo en materia económica, educativa (con la introducción del positivismo), pero el problema fue en la esfera política, en donde no fue capaz de ver a México con madurez democrática y tratar a los mexicanos como ciudadanos. Se trata de analizar de forma global su proyecto de México, el contexto nacional e inter-nacional, y las políticas que implementó, para reconocer su legado, que es parte de una tendencia del siglo XIX relacionada con la tradición liberal.

JESÚSTERÁN

AURORA TERÁN FUENTES

Suplemento sobre Estudios Internacionales para La Jornada Aguascalientes

Julio 2015

Coordinadores: Aurora Terán Fuentes Soren Héctor de Velasco GalvánDiseño: Alejandro Márquez Díaz del Castillo

No. 28

EditorialMartín Ludin Ávila García

Porfirio Diazh t tp : / / con ten ido .com.mx/ rev i s -ta/wp-content/uploads/2015/07/25.jpg

Moneda de un centavo de 1888http://mlm-s1-p.mlstatic.com/mone-d a - d e - u n - c e n t a v o - p o r f i r i a -no-de-1888-en-bronce-008-13350-MLM3002152920_082012-F.jpg

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Bellas Artes de 1891, que se celebró en Aguascalientes, Contreras, en su ciudad natal fue reconocido con premios extraordinarios por parte del jurado de la exposición por su participación en la Exposición Universal de París de1889.

Así como en las grandes ciudades de las potencias de aquel tiempo se celebra-ron este tipo de exhibiciones, en México también se organizaron, Aguascalientes fue punta de lanza, y luego siguieron Puebla o la misma Ciudad de México, precisamente para los festejos por el Centenario de la Independencia se tenía proyectada una exposición universal.

Las exposiciones fueron escaparates para transmitir una imagen armónica y moderna de mundo, no obstante, como lo menciona Tenorio Trillo, eran efímeras, eran ensayos. Eran proyecciones de un mundo donde se llegaría al progreso, donde el arte era lo más valioso porque significaba lo más elevado de los pueblos, donde se mostraba una cara amable del capitalismo e imperialismo que eliminaba las contradicciones entre potencias, naciones recientemente inde-pendientes y colonias.

México vivió un sueño al acercarse a París, como lo hizo el mismo Don Porfirio tanto en su vida como en su muerte.

El XIX, es el siglo de las grandes exposiciones universales que se celebraron en ciudades europeas y norteamericanas, dichas exposiciones fueron una forma de mostrar al mundo los logros y adelantos producto de la Revolución Industrial y del mismo modo proyectar el concierto de las naciones en completa armonía, que daban una imagen de diplomacia, civilidad y progreso.

La primera exposición universal se llevó a cabo en la ciudad de Londres en 1850, y de ahí se inauguró una tradición relacionada con la organización y celebración de exposiciones en las grandes ciudades del mundo. Las ciudades anfitrionas además de la capital inglesa, fueron Chicago, París, Barcelona, Amsterdam y Philadelphia entre otras, abrían sus puertas para que participaran en sus respectivas exhibiciones las naciones del mundo, no obstante, la armonía y relaciones de amistad entre las naciones no dejó de ser una ilusión.

México participó en algunos de dichos eventos y, aunque no lo hizo con avances científicos y tecnológicos, ni mostró grandes inventos que produjeran la admiración de los asistentes (como lo fue el cine o la bombilla eléctrica), sí tenía mucho que presumir en relación a las artes y a un pasado indígena glorioso.

De este modo dos exposiciones universales fueron emblemáticas para México en general y para Aguascalientes en particular, durante el periodo de gobierno de Porfirio Díaz: las dos exposiciones de París, la de 1889 y la de 1900. No es gratuita la participación de México en estas dos exposiciones, sabiendo de antemano la admiración de Don Porfirio por lo francés y cómo México vivió un afrancesamiento, por ende, era casi obligado involucrarse en estos dos eventos (aunque existieron dificultades), ya que era un excelente escenario para proyectarse hacia el mundo, para dar una imagen de un México de orden y paz, además refinado y civilizado; como lo menciona el historiador Mauricio Tenorio Trillo, era transmitir la imagen de un México moderno.

Por lo tanto, ¿qué exhibió México en un esfuerzo por ser reconocido, y trans-mitir dicha imagen? Por un lado la grandeza de un pasado glorioso indígena, en la exposición de 1889 México mostró al mundo el Palacio Azteca: una pirámide con altorrelieves de los emperadores aztecas, esculturas de alegorías, representó una versión occidentalizada de la cultura indígena y explotó el gusto por lo exóti-co. Y por otro lado, las artes en general y la escultura en particular, considerada como un arte mayor en aquel tiempo, en la exposición de 1900, se exhibió la Malgré tout, escultura que mereció el máximo premio. Muchos mexicanos estuvieron involucrados en los proyectos de las exposiciones, ya sea como organizadores o como participantes, solamente mencionaré a uno.

En líneas anteriores escribí que las exposiciones fueron significativas para Aguascalientes, la razón es muy sencilla, el escultor Jesús F. Contreras, de cuna hidrocálida participó en ambos eventos las esculturas del Palacio Azteca y por supuesto, la Malgré tout son producto de su ingenio y del trabajo con su cincel. Tan orgullosos se sintieron de los logros obtenidos, que en la Exposición de

AURORA TERÁN FUENTESDoctora en HistoriaUniversidad Pedagógica Nacional

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La imagen del México de Don Porfirio a través

de las exposiciones

Foto tomada en la Exposición del Museo de San Carlos https://jorgalbrtotranseunte.files.wordpress.com/2011/12/dsc02225.jpg

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El ferrocarril es considerado el símbolo del progreso por excelencia, acortó distancias, comunicó regiones, aceleró la vida, asimismo es símbolo de modernidad. Dentro de los proyectos del gobierno de Porfirio Díaz fue comu-nicar al país por medio del ferrocarril.

Aunque la historia del ferrocarril en México va de la mano de un convulsio-nado siglo XIX, el avance en el tendido de vías es una muestra de la historia política de nuestro país. Desde 1837, inicia la historia, que terminó en fiesta en 1873, al quedar comunicado Veracruz con México, poco más de tres décadas llevó concluir el proyecto, constantemente fue interrumpido, se avanzaba poco a poco, de seis kilómetros en seis. Reflejó lo que pasaba en un México que estaba construyéndose como nación, y que no quedó exento de los procesos violentos políticos y sociales.

Es importante también mencionar que la necesidad de comunicar a la Ciudad de México con el puerto de Veracruz, respondía a una tradición comer-cial que se dio desde los tiempos coloniales, en donde solamente por el puerto veracruzano podía salir y entrar las mercancías del Atlántico. También existió el proyecto para comunicar al otro puerto relacionado con el Pacífico, me refiero a Acapulco.

Con un México inestable y convulsionado, se logró la ruta Veracruz-Méxi-co, aparentemente poco con respecto al tiempo que se llevó su concreción. Y en el México del orden, paz y progreso, la ejecución de proyectos relacionados con el ferrocarril fue constante al igual que Don Porfirio, estabilidad y continuidad para que los proyectos avanzaran.

Si la prioridad había sido comunicar rutas de gran tradición y, por lo tanto,

CARIDAD GARCÍA TERÁN

Estudiante de Ciencias Políticas yAdministración Pública / UAA

JESÚSTERÁN

se comenzó por el sur de la República, en tiempos de Don Porfirio otra ruta era importante, lo que llevaría hasta los Estados Unidos, y le tocó su turno al norte del país.

Con el proyecto del ferrocarril, Aguascalientes como región cobró vitalidad, ya que debido a su posición geográfica estratégica, en el centro del país, jugó un papel nodal.

No solamente Aguascalientes quedó comunicado con Lagos de Moreno, San Luis Potosí, Zacatecas y Guadalajara en los 80 del siglo XIX, sino que también fue el lugar en donde se instalaron los Talleres Generales de Construcción y Reparación del Ferrocarril Central.

Aguascalientes cambió urbanística, reactivó sus zonas mineras, además de los Talleres estaban la Gran Fundición Central Mexicana y el molino La Perla, eran las tres grandes industrias en la entidad que respondían a la política de modernización y progreso del país. Algunos discursos de la época mencionan que el motor del progreso para México, precisamente era el ferrocarril.

El ferrocarril modificó dinámicas económicas, comerciales y regionales, a unos benefició y a otros perjudicó. Además fue un proyecto entre otros que enar-boló un valor porfiriano: el trabajo, que era necesario para consolidar una patria moderna, el trabajo como valor del progreso.

Sin embargo, desde otra óptica, también transformó prácticas culturales, para el caso de Aguascalientes, se construyó una identidad a lo largo del siglo XX, con respecto a los rieleros y los trenes. Muchas familias hidrocálidas tienen entre sus antepasados parientes que trabajaron en los Talleres o en los ferro-carriles. Para Aguascalientes, es un legado de tiempos de Don Porfirio.

En la estación de trenes de Tierra Blanca, Veracruz, a principios del siglo XXh t t p s : / / a g u a p a s a d a . f i l e s . w o r d p r e s s . c o m / 2 0 1 3 / 0 2 / t i e r r a - b l a n -ca-station-ver-descripcion-en-word-3-aguapasada-2.jpg

Aguascalientes

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El ferrocarril y

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La historia de México fue transmitida de generación en generación a través de periodos, parece ser que a través de periodos se puede comprender de mejor manera la historia, eso es un acierto, sin embargo, nos acostumbramos a pensar la historia del siglo XIX como un espejo donde se reflejaban tradiciones ocultas que llevaban a la modernidad o lentes claras que entendieron la modernización que impulsó el general Díaz.

Ahora se ha destacado en los medios de comunicación la conveniencia de traer los restos del general Díaz a México o dejarlos descansar en el cementerio de París, su última morada. Por las redes todo mundo satanizó la idea primera, sin embargo, no estoy tan convencida de por qué negarle el regreso al general.

Hemos entendido la historia como un juego claro oscuro de buenos y malos. No puedo defender al general Félix María Calleja, en primer lugar porque no es mi papel, en segundo porque no se trata de la independencia; este episodio del que me convocan recordar tampoco me obliga a recordar don Lucas Alamán porque se trata del más pergeñado conservador. Sin embargo ahora que estudio su tiempo, me doy cuenta de que planteó el proyecto de recomposición hacendística de México, de restarle poder a las legislaturas en pos de consolidar un poder nacional, importante para el México que él vivió.

El gobernante liberal de Zacateas, Francisco García Salinas, tuvo mucho en común con Lucas Alamán, sin embargo, no conviene a estas alturas reconocer su parecido ideológico

Todos los discursos cívicos del siglo XIX enaltecieron a la patria, de ahí que se generara un tipo textual específico, el dedicado a las oraciones cívicas. Venían

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MARIANA TERÁN FUENTESDoctora en HistoriaUniversidad Autónoma de Zacatecas

del sermón novohispano, asunto dilucidado con maestría por Carlos Herrejón. Pero poco se le reconoce en su mérito y valía desde nuestra tradición republicana a todos los que no pasaron a la historia como liberales.

Creo que lo mismo le pasó a Porfirio, se le juzgó por sus acontecimientos políticos y sociales a tal grado que representó una parte de la historia nacional, pero no se le consideró en el proceso de larga duración que bien podía medirse desde el esfuerzo por la modernización con las reformas borbónicas hasta el clímax por reconocer que México era una república moderna. El positivismo fue su aliado. La tradición cívica republicana ayudó a legitimar el papel político del general, según los discursos cívicos todo fue un caos después de consumar la independencia, las décadas siguientes se definieron por el azar y no por el cálculo político. Intervenciones, revueltas, asonadas y pronunciamientos; tal pareciera que fue lo que caracterizó esa primera mitad del siglo XIX. Pero faltan muchos estudios por dilucidar cómo aquellas generaciones de políticos y letrados trataron de entender y legitimar aquellos años de búsqueda por constituir una nación.

Sería impropio de mi parte seducir a aquel aprendiz a reconocer la valía del general Díaz, me dirían que soy dictatorial, nada más lejos de ello. Ahora he aprendido a ver a don Porfirio como vi al general Calleja, como militares que trataron de entender, encausar y promover una mejor idea del virreinato y de la república respectivamente.

Seguro me equivoco, pero asumo el riesgo: Vengan las voces que digan lo contrario, por el momento, guardo los testimonios que hablan de liberalismo en estos personajes tan injustamente tachados de conservadores.

La tumba de Porfirio Díaz en el Cementerio de Montparnasse en París, Francia.https://c1.staticflickr.com/1/39/127858605_878c11ddd0_b.jpg

Don Porfirio