Estudio_del_libro_de_Deuteronomio.pdf

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 LIBRO DE DEUTERONOMIO 1. 2. INTRODUCCION GENERAL 3. EL ANÁLISIS, ALGUNAS OBJECIONES CONTESTADAS 4. PRIMER DISCURSO Y SEGUNDO DISCURSO 5. SEGUNDO GRAN DISCURSO, Deuteronomio 12:1-26:19. 6. TERCERO, CUARTO Y QUINTO DISCURSOS, Deuteronomio 27:1-31:13. 7. EL CANTO, LA ORACION Y LA BENDICION DE MOISES, Deuteronomio 31:14-33:29: Salmo 90 8. EL CARACTER Y LA GRANDEZA DE MOISES, Deuteronomio 34:1-12. 9. VALOR HOMILITICO DE DEUTERONOMIO I INTRODUCCION GENERAL En ningún otro libro de la Biblia se pueden hallar tales ejemplos y tal modelo de servicios religiosos como los que se hallan en Deuteronomio. El predicador cuyo corazón no llega a arder por el estudio del libro de Deuteronomio, no tiene corazón. Nuestro tema para este estudio es una introducción general al libro de Deuteronomio. En un sentido primario Deuteronomio es la última división del Pentateuco. El Pentateuco debe considerarse como un sólo libro, artificialmente dividido en las partes que ahora tenemos. Cada división precedente demanda todas las subsecuentes, y cada subsiguiente presupone todos los precedentes. La unidad del Pentateuco está manifiesta como la del cuerpo humano. En su forma literaria Deuteronomio es muy distinto de todas las divisiones precedentes. Génesis es en lo general narrativo: Éxodo es narrativo y legislativo; Levítico es legislativo; Números es generalmente narrativo; pero Deuteronomio consiste del todo de narraciones y poemas, y en todas partes es expositivo y oratorio. En los otros libros del Pentateuco tuvimos los historiadores y los legisladores. Pero aquí tenemos el profeta, el orador y el poeta, y este hecho es suficiente para dar cuenta de la diferencia en estilo y método e influye mucho en la interpretación. Se distingue también de Levítico en que éste se limita a una sola tribu y trata solamente de servicios religiosos en sus sacerdotes, sacrificios, tipos, días santos y rituales; pero Deuteronomio es dirigido a la nación como una unidad, y toca la justicia cívica y la vida nacional a causa de las relaciones peculiares del pueblo de Jehová. En un buen sentido, Levítico  juntamente con Éxodo desde el capítulo 25 hasta el Cuarenta, puede llamarse el código del sacer- dote. Pero no podríamos pretender al sentido literario y espiritual si procuráramos deducir de este hecho distintos autores o fechas de composición muy retiradas la una de la obra para los dos códigos. Deuteronomio, así como toda historia subsiguiente, presupone la existencia de Levítico. Alguien puede hallar que es un estudio provechoso el trazar en Deuteronomio su dependencia

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  • LIBRO DE DEUTERONOMIO 1. 2. INTRODUCCION GENERAL 3. EL ANLISIS, ALGUNAS OBJECIONES CONTESTADAS 4. PRIMER DISCURSO Y SEGUNDO DISCURSO 5. SEGUNDO GRAN DISCURSO, Deuteronomio 12:1-26:19. 6. TERCERO, CUARTO Y QUINTO DISCURSOS, Deuteronomio 27:1-31:13. 7. EL CANTO, LA ORACION Y LA BENDICION DE MOISES, Deuteronomio

    31:14-33:29: Salmo 90 8. EL CARACTER Y LA GRANDEZA DE MOISES, Deuteronomio 34:1-12. 9. VALOR HOMILITICO DE DEUTERONOMIO

    I

    INTRODUCCION GENERAL

    En ningn otro libro de la Biblia se pueden hallar tales ejemplos y tal modelo de servicios religiosos como los que se hallan en Deuteronomio. El predicador cuyo corazn no llega a arder por el estudio del libro de Deuteronomio, no tiene corazn. Nuestro tema para este estudio es una introduccin general al libro de Deuteronomio. En un sentido primario Deuteronomio es la ltima divisin del Pentateuco. El Pentateuco debe considerarse como un slo libro, artificialmente dividido en las partes que ahora tenemos. Cada divisin precedente demanda todas las subsecuentes, y cada subsiguiente presupone todos los precedentes. La unidad del Pentateuco est manifiesta como la del cuerpo humano.

    En su forma literaria Deuteronomio es muy distinto de todas las divisiones precedentes. Gnesis es en lo general narrativo: xodo es narrativo y legislativo; Levtico es legislativo; Nmeros es generalmente narrativo; pero Deuteronomio consiste del todo de narraciones y poemas, y en todas partes es expositivo y oratorio. En los otros libros del Pentateuco tuvimos los historiadores y los legisladores. Pero aqu tenemos el profeta, el orador y el poeta, y este hecho es suficiente para dar cuenta de la diferencia en estilo y mtodo e influye mucho en la interpretacin. Se distingue tambin de Levtico en que ste se limita a una sola tribu y trata solamente de servicios religiosos en sus sacerdotes, sacrificios, tipos, das santos y rituales; pero Deuteronomio es dirigido a la nacin como una unidad, y toca la justicia cvica y la vida nacional a causa de las relaciones peculiares del pueblo de Jehov. En un buen sentido, Levtico juntamente con xodo desde el captulo 25 hasta el Cuarenta, puede llamarse el cdigo del sacer-dote. Pero no podramos pretender al sentido literario y espiritual si procurramos deducir de este hecho distintos autores o fechas de composicin muy retiradas la una de la obra para los dos cdigos. Deuteronomio, as como toda historia subsiguiente, presupone la existencia de Levtico. Alguien puede hallar que es un estudio provechoso el trazar en Deuteronomio su dependencia

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  • histrica de cada una de las divisiones precedentes del Pentateuco. Para m, por cierto, fue un estudio provechoso. Bsquese en Deuteronomio cunto de l depende del libro de Gnesis, cunto de l depende de la historia contenida en xodo; cunto de l depende de la legislacin contenida en el libro de Nmeros. Esta es una de las mejores maneras para probar la relacin de este libro con los otros libros. Cualquier estudiante inteligente que tenga un ejemplar de mi anlisis cronolgico de Nmeros, que presenta vnculos indisolubles que unen xodo, Levtico y Deuteronomio, tendr una ventaja en esta lnea de estudio.

    Consideremos ahora el ttulo de este libro. Tiene cuatro ttulos judaicos. Primero, en el canon hebreo se encuentra el nombre "Debarim." En mi Biblia Juda esto encabeza el libro de Deuteronomio. Significa sencillamente "Las Palabras," o "Estas son las Palabras." El segundo nombre judo es "El quinto de los quintos de la Ley," esto es, la quinta parte de las cinco divi-siones de la ley. Su tercer nombre Judaico es "El libro de Reprensiones," por tantas amonestaciones que hay en l. El cuarto nombre dado por ciertos Rabes es, "La reiteracin de la ley." Estos son los cuatro nombres judaicos aplicados al libro de Deuteronomio. El griego -la Versin de los Setenta y otras versiones griegas--adoptan el cuarto ttulo judaico, llamado el libro "Deuteronomion," o "La segunda promulgacin de la ley."

    La latina -la vulgata- meramente latiniza el griego, de modo que tenemos "Deuteronomium." Las versiones inglesas meramente transliteran el griego y el latn de modo que tenemos "Deuteronomy." De modo que el nombre de este libro como lo tenemos ahora vino del cuarto nombre judaico, "Reiteracin de la ley." Y se supone que derivaron el nombre de una parte del verso 18, del captulo decimosptimo, "Una copia de esta ley." Si lo tomaron de all, interpretaron mal la frase, que sencillamente significa y se refiere a todo el Pentateuco. As es que, por un mal entendimiento de Deuteronomio 17 verso 18, derivamos nuestro nombre del libro. Este nombre Deuteronomio es hasta cierto punto equivocado, porque el libro no recapitula toda la ley precedente: omite muchas secciones importantes, y aumenta la ley previo por estatutos suplementarios y necesarios; por eso el llamarlo "Una segunda promulgacin de la ley" es una equivocacin. El orador, al mismo tiempo que reconoce toda la ley e historia previas como base de sus exhortaciones, sencillamente recita de aquella ley e historia lo que conviene a sus propsitos, y entonces promulga la legislacin adicional que era necesaria para los futuros habitantes de la Tierra Prometida, todo esto para que sirviera como base de exhortacin y pro-feca. Vosotros os acordaris de que cuando comenzamos a comentar lo que es llamado "El libro del Pacto," esto es> del captulo 19 de xodo hasta el 23, el Pacto de Sina, se explic claramente que este pacto estaba dividido en tres partes distintas; En primer lugar, El Declogo o las diez palabras de la ley moral: Segundo, los estatutos civiles y criminales que son necesarios para la vida nacional; tercero, al Altar, o la manera de acercarse a Dios. Toda la parte subsiguiente del Pentateuco es solamente un desarrollo de aquel pacto. Por ejemplo, el libro de Deuteronomio es sencillamente un desarrollo de las dos primeras secciones, esto es, el Declogo y los estatutos Civiles y Criminales de la vida nacional. El libro original del pacto, tal como es manifestado en xodo 19 al 23, puede llamarse la constitucin y el resto, legislacin derivada de la constitucin. Deuteronomio, pues, se refiere en su mayor parte a las dos primeras secciones, el Declogo y los Estatutos Civiles y Criminales, y es un desarrollo de ellos. Este es el origen del nombre.

    Llegamos a la escena donde se verific la discusin. Quisiera saber si podis localizar la escena del libro teniendo ste delante. No serais desviados por los dos primeros versculos que son retrospectivos, y darais las escenas de Nmeros? Mi respuesta a la pregunta acerca de la escena es sencillamente sta: las llanuras de Moab, al este del Jordn, enfrente de Jeric.

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  • Enseguida, el tiempo ocupado por el libro. Podis determinarlo con el libro abierto delante de vosotros. Qu tiempo cubre el libro? Os dir cmo podis determinarlo. Notad estas Escrituras: Deuteronomio 1:3, que dice, "Y aconteci a fines de los cuarenta aos" ( esto es del xodo ), "en el mes undcimo, el primero del mes, que habl Moiss a los hijos de Israel." Esta es la primera fecha. Buscad Josu 4:19 que dice que cruzaron el Jordn el da dcimo del ao nuevo, de modo que entre el principio de Deuteronomio y el paso del Jordn, hubo dos meses ms diez das o sea setenta das. Tenis ahora dos elementos distintos que os ayudarn a fijar el tiempo. Otra escritura es Deuteronomio 34:8, que dice que Israel llor la muerte de Moiss treinta das; restando treinta de setenta tenemos cuarenta. Todava no tenis la fecha. Ahora, leyendo Josu 1: 11, y 3:2, hallaris que tenis que restar otros tres das, de modo que esto deja para el libro de Deuteronomio justamente treinta y siete das. Debis entender que, con excepcin del ltimo captulo, que fue escrito por Josu despus de la muerte de Moiss, conectndolo con el libro de Josu, los treinta y tres captulos de Deuteronomio abarcan lo que ocurri en el ltimo mes de la vida de Moiss. Puede decirse que en ese ltimo mes haban de hacerse siete discursos y haba de haber un poco de historia.

    Cul fue la ocasin del libro de Deuteronomio? El primer elemento es que haban completado sus peregrinaciones y haban llegado al lugar preciso del Jordn donde haban de pasar hasta la Tierra Prometida. Acordaos de que treinta y ocho aos antes de este tiempo haban llegado al lmite de la Tierra Prometida, en Cades-barnea, en la parte meridional de lo que es ahora Jud. Ahora estn de nuevo en el lmite de la Tierra Prometida, pero en un lugar distinto. Este es el primer elemento de la ocasin. Ahora estn para pasar ala Tierra Prometida y cualesquiera discursos que se hagan y poemas que se reciten, necesariamente se referiran a la Tierra Prometida. El segundo elemento de la ocasin es que todo el territorio de la Tierra Prometida al este del ro Jordn, que ms tarde fue llamado Perea, haba sido quitado de Sehn de Og, el rey Amorreo, de Basn y de los madianitas, y dividida entre dos y media tribus; de modo, pues, que una parte de la Tierra Prometida, todo al este del Jordn, ya estaba poseda. El tercer elemento es que ahora han de instalar el sucesor de Moiss, su maravilloso caudillo de los ltimos cuarenta aos, que sin duda haba sido mirado como el libertador de los ltimos ochenta aos. El gran hroe del pasado ha de morir y no ha de pasar con ellos a la Tierra Prometida. Hemos de considerar pues, los discursos y poemas de un hombre que sabe que no tiene sino un mes de vida. Son, por lo tanto, las palabras de despedida de un hombre moribundo. Otro elemento de la ocasin es que antes de morir, Moiss quera que renovaran el pacto con Dios. Acordaos que el pacto en Sina haba sido violado cuando adoraron el becerro de oro. Os acordaris que haba sido violado tambin en Cadesbarnea y haba sido, hasta cierto punto, suspendido por treinta y ocho aos. No adoraron a Dios ni circuncidaron a sus hijos, pero ahora, como los hijos de los hombres que perecieron en el desierto estn para entrar a poseer la Tierra Prometida, es necesario que renueven el pacto del pueblo, con exhortaciones basadas sobre l. El ltimo elemento de la ocasin es que era preciso hacerles entender el pacto. De aqu el carcter expositivo del libro. Procurad agrupar en vuestra mente los elementos de la ocasin del libro de Deuteronomio. En primer lugar, los viajes finalizados; segundo, el territorio al este del Jordn capturado y ocupado; tercero, nombramiento de un sucesor para ser un caudillo, y despedida de Moiss; cuarto, alistamiento para cruzar el ltimo lmite que los separa de la Tierra Prometida; quinto, necesidad de renovar el pacto de una manera inteligible; sexto, necesidad de entenderlo. Me parece que estos elementos constituyen la ocasin del libro.

    Se puede adivinar el propsito del libro por la ocasin. En general el propsito es magnificar las relaciones del pueblo con Jehov y compeler el pueblo a la obediencia. Ningn

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  • orador ha tenido jams propsito ms definido que Moiss al hacer estos discursos que llamamos Deuteronomio.

    Qu es Deuteronomio? Esta es una gran pregunta. Ya os he demostrado que no es meramente una recapitulacin de leyes. Antes es un comentario inspirado y autoritativo sobre la ley y la historia pasadas, con exhortaciones basadas sobre aquella ley e historia. Esta es la primera cosa que es. El libro de Deuteronomio es una exposicin o comentario inspirado y autoritativo de las leyes e historia pasadas del pueblo, con exhortaciones basadas sobre stas. Segundo, consiste de profecas acerca del futuro con exhortaciones basadas sobre las profecas. Algunas de las ms notables profecas del mundo se hallan en Deuteronomio. Tercero, consiste de galardones prometidos para la obediencia y castigos denunciados contra la desobediencia. Esto es lo que es el Deuteronomio.

    Los elementos histricos de Deuteronomio son meramente vnculos que conectan los discursos y poemas. Aunque Moiss recit algo de la historia pasada, aadi muy poco a ella. Esta historia se halla en 1:1-5; 4:44-49; la mayor parte del captulo 31, 32:44-52, y todo el captulo 34. Estos son los elementos histricos del libro.

    Los elementos profticos--"Profeta" en el Antiguo Testamento significaba tanto el que enseaba como el que predeca, pero cuando hablo de las profecas de este libro, no me refiero a las enseanzas sino a los pronsticos del futuro. El velo que Moiss tena delante de los ojos, fue removido de modo que poda mirar casi el fin del tiempo. En el captulo 18 hay una profeca Mesinica de tremenda significacin. Dice as: "Jehov tu Dios levantar para ti un profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como a m.... y suceder que el hombre que no obedeciere aquel profeta ser cortado de su pueblo." Acordaos de la escena sobre el Monte de la Transfiguracin donde Pedro dijo, "Hagamos tres tiendas, una para ti, otra para Moiss, y otra para Elas," y la respuesta de Dios "odle a l." El hombre que no obedeciere a aquel profeta ser cortado de en medio de su pueblo. Desde el captulo 28 hasta el fin del 33, hay maravillosas profecas acerca del futuro del pueblo judaico. Si Moiss hubiera estado presente viendo la destruccin de Jerusaln, no podra haberla descrito ms vivamente. Josefo la vio y describi una parte de ella, pero Moiss la describe ms fielmente que lo hace el testigo de vista. Tambin nos dice algunas cosas que no se han cumplido todava, esto es: la restauracin de los judos, y ensea ciertamente la recepcin de los gentiles a misericordia. As pues, veis lo que tenis delante en este libro.

    Otra pregunta es -Quin es el autor de Deuteronomio? Para decirlo de una vez, ningn otro hombre que ha vivido desde la creacin de Adn hasta estos das, con excepcin de Moiss, podra haber sido el autor de estos treinta y tres captulos. Digan lo que quieran los altos crticos, el que atribuye este libro a cualquier otro hombre carece tanto de sentido literario como espiritual. Puede ser un erudito en cuanto a libros, pero enfticamente es un tonto en cuanto al sentido literario y espiritual. El comentario de los altos crticos sobre Deuteronomio por uno en el "Expositora Bible" es tan vergonzoso como venenoso. El "Bible Comentary" sobre la introduccin en Deuteronomio da este ejemplo del valor de la crtica radical: "En verdad no podra aducirse evidencia ms convincente de que este mtodo de crtica no merece confianza que los resultados de su aplicacin a Deuteronomio. Los eruditos de antao, Gesennius, de Wette, Ewald, Bleek, etc., no vacilan en afirmar que Deuteronomio fue escrito mucho tiempo despus de que existiera el resto del Pentateuco en su presente forma. La nueva escuela ve con igual certidumbre que Deuteronomio fue la cantera original del cual los escritores que se dedicaban a producir los libros precedentes sacaron sus materiales." Algunos de los altos crticos

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  • dicen una cosa, otros dicen lo contrario. Con esto pongo fin a mi discusin sobre la introduccin del libro de Deuteronomio.

    ***

    II EL ANLISIS

    EL ANLISIS, ALGUNAS OBJECIONES CONTESTADAS

    Deuteronomio 1:1-5 y referencias.

    ANLISIS

    Introduccin 1:1-5. I . Relacin retrospectiva con Nmeros I : I , 2.

    2. Tiempo, lugar y circunstancias del primer discurso, 1:3-5. 3. El texto que fija el carcter del libro y la significacin de "la ley," 1:5.

    II. Primer gran discurso, 1 :6-4:40. 1. Una revista de la historia nacional desde Sina hasta el Jordn, 1:6; 3:29. 2. Exhortacin basada sobre esa narracin, 4:I-40.

    II. Designacin de tres ciudades de refugio en el territorio al este del Jordn, 4:41.43. IV. Segundo gran discurso. 4:44-26:19.

    Parte I. Captulos 4:44-i 1:32. 1. Introduccin, 4:44-49. 2. Repeticin del Declogo, 5:1-21. 3. Comentario sobre la historia, exposicin y exhortacin, 5:22-11:32. Parte II. Captulos 12-26, varios estatutos y juicios con comentarios y exhortacin.

    V. Tercer Gran Discurso, captulos 27, 28. Parte I. Captulo 27, provisin para la renovacin del pacto despus de entrar a Canan. 1. Registro de la ley sobre piedras monumentales, 27:1-4. 2. Construccin de un altar segn el modelo dado en xodo 20 y su ratificacin por

    medio de holocaustos. 27:5, 6. 3. Ofrendas pacficas y fiestas de gozo y comunin, 27:7. 4. Provisiones para el anuncio del resultado en la renovacin del pacto, 27:9-10.

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  • 5. Arreglos solemnes y sublimes para entregar todo el pueblo a las bendiciones y maldiciones de la ley, 27:11-26.

    6. El Cuarto Gran Discurso, captulos 29-30. Parte I. Provisin para la renovacin presente del juramento del pacto, 29:1-15. 1. Introduccin, relacin histrica, 29:1-9. 2. Los que prestan el juramento, 29:10-15. Parte II. Comentario y exhortacin, 29:16-30:20.

    VII. El Quinto Gran Discurso, 31:1-13. 1. Sus palabras al pueblo, 31:1-6. 2. Sus palabras a Josu 31:7-9. 3. Provisin para la instruccin del pueblo en el lugar cntrico de culto cada sptimo ao,

    31 :9-13. VIII. Moiss y Josu ante el Seor, captulo 31.

    1. Moiss presenta a su sucesor ante Jehov, 31: 14. 15. 2. Jehov manda a Moiss que escriba y entone un cntico, y por qu, 31:16-22. 3. La orden de Jehov a Josu, 31:23. 4. El Pentateuco completado y archivado para su conservacin, y por qu, 31 :24-29.

    IX. El Cntico o sea El Sexto Discurso de Moiss, captulo 32. 1. La invocacin, 32:1. 2. Su carcter, 32:2. 3. Su tema, 32:3-6. 4. Su argumento, 32:7-33 5. Su profeca, 32:34-43. 6. Su exhortacin, 32:44-47.

    X. La direccin final de Jehov a Moiss, 32:48-52. 1. Vista de la Tierra Prometida, versos 48, 49. 2. Preparacin de Moiss para morir, verso 50. 3. Por qu no le fue permitido a Moiss entrar en la Tierra Prometida? versos 51, 52.

    XI. Bendiciones profticas sobre las tribus, o sea el Sptimo Discurso de Moiss, captulo 33. 1. Introduccin, 33:1-5. 2. Cada tribu por separado, Simen es omitido y el por qu de su omisin, 33:6-25. 3. El pueblo como una unidad, 33:26-29.

    XII. El Deuteronomio vinculado con el libro de Josu, captulo 34.

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  • 1. Singular muerte y sepultura de Moiss, 34:1-7. 2. Israel llora a su finado hroe, 34:8. 3. Su sucesor, 34:9. 4. Su lugar en la historia, 34:10-12.

    Abrid vuestras Biblias y seguidme cuidadosamente mientras sealo algunos pasajes sobre los que los altos crticos basan algunas objeciones a la integridad del libro. Alegan en primer lugar, que hay una contradiccin entre los primeros dos versculos de Deuteronomio y los siguientes tres versculos en cuanto a la escena. Lemoslos: "Estas son las palabras que habl Moiss a todo Israel de este lado del Jordn en el desierto, en el Arab al extremo opuesto del mar Rojo, entre Parn y Tofel y Labn y Azeroth y Di-zahab." Estas palabras se refieren a cuatro o cinco distintos lugares. El tercero comienza: "Y aconteci a fines de los cuarenta aos, en el mes undcimo, al primero del mes, que habl Moiss a los hijos de Israel, etc." Dicen que los primeros dos versculos localizan la escena en varios lugares que se extienden aun hasta el mar Rojo, mientras que los siguientes versculos la localizan frente a Jeric, en las llanuras de Moab, lo cual constituye una contradiccin. Ntese mi contestacin. Los primeros dos versculos en el libro de Deuteronomio son retrospectivos, y meramente establecen la relacin con el libro de Nmeros, es decir, es justamente la recapitulacin del fin del libro de Nmeros; y el verdadero principio de Deuteronomio se halla en el tercer versculo. De la misma manera, si miris los ltimos versculos de Gnesis hallaris que los ltimos versculos tratan de la entrada de Jacob y todos sus hijos en Egipto. Luego, leyendo el principio de xodo hallaris que comienza citando el fin de Gnesis. "Estos son los nombres de los hijos de Israel, etc." Tornemos ahora al II libro de Crnicas 36: 22: "Ahora en el primer ao de Ciro rey de Persia." Abrase el primer captulo de Esdras; el libro que le sigue, y veris que repite la ltima declaracin de Crnicas. En otras palabras, es la costumbre, cuando estos libros se relacionan, mostrar aquella relacin repitiendo en el principio del nuevo libro el fin del que lo precede. Por esto no hay contradiccin entre los primeros dos versculos, que son meramente retrospectivos y forman un vnculo que lo une con Nmeros. La declaracin en los tres versculos siguientes de que la escena del libro de Deuteronomio se desarrolla en las llanuras de Moab es el primer punto, y el hombre que tiene mente estudiosa debe ver que no deban hacer que esto sea base de crtica en contra de la palabra de Dios. La segunda objecin se basa sobre la frase "Ms all del Jordn. ( Vase la nota, Versin Moderna). Deuteronomio dice, "Estas son las palabras que habl Moiss a todo Israel, de este lado del Jordn. ( O "ms all del Jordn)." Dicen que esta expresin "ms all del Jordn," significa que un hombre escribi el libro al lado occidental del Jordn. En el Nuevo Testamento donde se habla de Juan el Bautista bautizando ms all del Jordn, se significa que lo haca en Perea, por lo cual dicen que algn hombre que no era Moiss, escribi esto, dado al caso de que Moiss no estuvo en el lado occidental del Jordn. Ustedes ven claramente el punto. La contestacin sobre este punto es que esta frase era una expresin geogrfica fijada antes del tiempo de Moiss para describir una seccin del pas y que no tena referencia alguna a la posicin del que la usaba. "La tierra del Medioda," usada as sin referencia, significa la tierra al Sur sin importar en dnde est el que usa esa expresin. "Y la tierra hacia el gran mar" significa al occidente del Jordn, sea que el que hable est al occidente o al oriente de l. Era, pues, una expresin geogrfica, precisamente as "Ms all del Jordn" era una frase fija en la historia y la geografa antes de que escribiese Moiss. Se refera a aquella seccin del pas al este del ro

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  • Jordn. Me disgusta tener que hablar de cosas tan pequeas; pero tengo que hacerlo si hablo de cosa alguna que pretendan los altos crticos.

    El siguiente punto se basa sobre algunas clusulas parentticas 1 :2; 2:10-12; 20-23; 3:9 y 11; que dicen no tener relacin con la materia que se considera. Leed estas clusulas parentticas. Sobre estos parntesis basan los crticos una objecin. Dicen que destruyen la relacin por lo que ms bien deben de ser interpolaciones por un escritor ms moderno. Esto es lo que afirman. Mi contestacin es que cada una de estas expresiones parentticas se relaciona intensamente con el asunto de que se trata, y acentan mucho el nfasis del que habla. Considermoslas en orden. La marcha desde Sina hasta Cades-barnea era de slo once das. El hecho de que gastaron treinta y siete das en hacer la marcha de once das muestra que cometieron algn pecado. El reprendi severamente aquel pecado que los hizo dilatar. La prxima vez, la dilacin fue treinta y ocho aos a causa de su pecado. Es muy importante que al hacer Moiss un discurso, discurso que haba de terminar en una exhortacin, llame atencin parentticamente, a estos hechos, y en el segundo versculo menciona todos los lugares a que quiere dar nfasis. "Os detuvisteis en este lugar tanto tiempo.--en otro tanto y en otro todava." Ya veis que esta declaracin parenttica se relaciona perfectamente con el asunto de que trataba. Consideremos la clusula parenttica que sigue, la del segundo captulo. 10-12 y tambin los versculos 20-23. Veamos lo que es. El parntesis dice as, "Los emitas antes habitaban all, etc." Tambin en Seir habitan los hroes de antao, etc." Dicen que este es evidentemente una interpolacin de un escritor ms moderno. Contesto que la referencia tnica a aquellas naciones unidas es de suma importancia en su relacin al asunto de que se trata. Si aquellas naciones unidas haban sido expulsadas de su territorio anterior por los idumeos, amorreos y moabitas, cun poco temor deban los israelitas guiados por el Todopoderoso tener de semejantes adversarios. Su historia demanda exactamente esta referencia. Y consideremos el siguiente parntesis (3:9) que dice, "Los sidonios llaman Sirin al Hermn, pero los amorreos lo llaman Senir." Dicen que estos nombres fueron dados al monte Sina en un tiempo mucho ms moderno, por esto el hombre que escribi esto, debi de haber vivido en un tiempo posterior a Moiss. Pero los nombres dados al monte Hermn son todos pertinentes, y expresan hechos histricos bien sabidos por Moiss, y ayudan a identificar el monte. Moiss lo llam el monte Hermn no Sina. Los fenicios le dieron el nombre de Sirin. Otros le dieron otro nombre distinto. Todos estos nombres fueron dados antes del tiempo de Moiss. Slo se equivocan pensando que estos nombres le fueron dados en un perodo posterior.

    Consideremos otra objecin, 3:11. Es la descripcin de la cama de Og. Esta objecin no hace ms que expresar desconfianza en la veracidad del historiador y es el resultado de su propia ignorancia. Pues bien, gente tan pequea como los altos crticos nunca necesitan una cama grande. Tendran que ser estirados y extendidos para que les conviniera semejante cama. Pero es un hecho histrico que los huesos de una persona del tamao para aquella cama han sido excavados recientemente cerca de ese lugar. Me consideran como un hombre bastante alto, pero cuando un amigo mo me vio bajar del tren con unos gigantes, se ech a rer y me dijo. "B. H. Siempre me pareca que usted era hombre grande, pero usted es enano; mire aquella gente." Sabemos por la historia de gente bastante grande para llenar aquella cama. Las referencias a gigantes en el Pentateuco son sostenidas antes que desacreditadas por los descubrimientos modernos en la escena de la historia.

    Consideremos la otra referencia, 3:14. Dice, "hasta el da de hoy." Dicen de esta expresin, "hasta el da de hoy," que el que la escribi debe haber vivido en un tiempo muy

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  • remoto de ste, muchos centenares de aos despus. El que el escritor diga "hasta el da de hoy," evidencia que otro hombre que no fue Moiss escribi el libro. Su crtica es una mera suposicin. La frase, "hasta el da de hoy," no implica necesariamente un tiempo grande, y la hallaremos usada en el libro de Josu para significar un tiempo muy corto. Moiss poda decir "hasta el da de hoy," puesto que su razn para usar esa expresin es que a veces se refiere a un lugar cuyo nombre haba sido cambiado, dice que antes era llamado por cierto nombre; que mucho antes era llamado Refaim, o en tal tiempo fue llamado de cierto nombre. Tiene todava, hasta el presente, el nombre ---hasta el da de hoy." Esta es sencillamente la significacin de la frase, sea que se refiera a un intervalo largo o a un intervalo corto.

    Os dar otro ejemplo, 4:41-43: "Entonces Moiss hizo separar tres ciudades de este lado del Jordn, hacia el nacimiento del sol, para que el homicida huyera a ellas." En otras palabras, all separa tres ciudades de refugio antes de cruzar el Jordn. La objecin a este discurso es que Moiss rompe la relacin. Mi respuesta es que no interrumpe la relacin del discurso. Ya haba acabado su discurso, pero menciona un hecho histrico antes de principiar otro discurso. Os parecer que stos son asuntos muy pequeos, pero hombres cubiertos de medallas de las universidades de Europa se sientan gravemente y atacan el Pentateuco sobre estas cosas.

    Todo conferencista pblico, sea predicador o poltico, puede sacar provecho del estudio del "Essay on Stump Speaking," (Ensayos sobre el orador callejero), en que presenta substancialmente las siguientes condiciones para un gran discurso:

    En primer lugar, debe haber una gran ocasin que lo demande. Se sabe que hay una gran diferencia entre el discutir en una sociedad de debates y hablar sobre un caso verdadero en la vida. Esta es una ocasin verdadera y aqul es un caso fingido. Debe haber, pues, una gran ocasin.

    Segundo, el orador debe llegar a la medida de la ocasin. Tercero, debe osar aprovechar la oportunidad que est pasando al vuelo. Si no es capaz

    de valerse de esta oportunidad nunca puede ser un gran orador. Cuarto, debe tener algo que decir. Ni vanidad, ni frivolidades, ni arenga retrica

    convienen a una grande ocasin. Su pensamiento debe tener materia y cuerpo. Quinto, ( y este es el punto que estudio en todas las grandes ocasiones cuando tengo que

    hacer discursos), debe decir las cosas de un modo que se queden en la memoria, que ardan en la mente del oyente. Estos son los puntos que hizo Carlyle sobre el orador callejero; y quiero aplicarlos al libro de Deuteronomio.

    En primer lugar, se ha mostrado que Moiss tena una grande ocasin; en segundo, se ha mostrado que era el nico hombre en el mundo que llegaba a la medida de aquella ocasin; en tercero, se ha mostrado que en los ltimos das de su vida se aprovech de la oportunidad de utilizar la ocasin. Y ahora tenemos que ver por los discursos mismos y la historia subsiguiente si tena algo qu decir y si lo dijo de modo que quedara en la memoria de los oyentes.

    Ahora prestad vuestra atencin a una frase, que es la ms importante en todo el libro, puesto que determina el carcter del mismo. Solamente seis palabras del primer captulo, verso quince: "Encargse Moiss de explicar esta ley." No se debe entender con esto, que Moiss comenz a decretar nuevas leyes. "Explicar" aqu significa desarrollar, escarbar, sacar leyes ya dadas. El libro no dice cmo el legislador hizo las leyes, sino que relata cmo un orador las explic, dio el sentido de ellas y aplic su sentido. Este texto es un tema sin igual para un sermn

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  • cuando se deseamos tratar como Moiss comenz a tratar esta ley, explicarla y declararla. Significa que la Biblia no es tanto un libro para leerse cmo un libro para estudiarse. Que se debe abrir el corazn. Un estudiante puede hacer esto. Un idiota puede leer la Biblia pero no puede cavar en ella. Damos un ejemplo: Cuando nuestro Seor encontr aquellos dos hombres que iban a Emas les dijo, "Oh insensatos y tardos de corazn para creer todo lo que los profetas han dicho de m." en seguida sac y explic todas las significaciones de esta escritura. "Vosotros no cresteis estas cosas; sencillamente las lesteis; ahora voy a explicroslas; las sacar y os dejar ver la verdadera significacin de ellas." Por lo cual digo que esto es lo que nos ensea el carcter del libro. Es una exposicin y no una legislacin. Repito, esta enseanza es un tema sin igual cuando se desea mostrar la necesidad de estudiar la Biblia; que las Escrituras no son tanto para leerse como para estudiarse.

    Otro punto es que Moiss us la frase, "la ley," y no la limita meramente a la legislacin previa, sino que incluye todas las circunstancias histricas. Todo el primer discurso que es llamado una exposicin de la ley no es sino una explicacin de la historia que la conecta. Para los judos de tiempos posteriores y para Cristo y sus apstoles, la Torah, la ley, significa todo el Pentateuco, tanto la historia como la legislacin. Tiene esta significacin en la historia notable que se halla en 11 de Reyes 12; y 11 Crnicas 34. El libro encontrado era el Pentateuco. Nunca se puede dar demasiado nfasis a la unidad del Pentateuco. Moiss, en su discurso de exposicin, volver a la historia de Abraham en Gnesis, Isaac y Jacob, y an a la primera creacin del hombre. Volver al Exodo, Levtico y Nmeros tanto en la historia como en la legislacin. Y como veremos al fin de este libro, acabar el registro continuo y lo pondr como un testigo perdurable en el arca al cuidado de los sacerdotes. Ms tarde debis estudiar la obra del Dr. Green de Princeton sobre la "Introduccin Bblica" donde trata de la unidad del Gnesis, del Pentateuco y del Antiguo Testamento.

    ***

    III PRIMER DISCURSO Y SEGUNDO DISCURSO

    PARTE I. Deuteronomio 1:6-11:32.

    PRIMER DISCURSO Vamos a considerar en esta discusin el primero y segundo discursos: La ocasin es grande y abrumadora. El orador va a morir pronto, como al fin de un mes,

    y, sin embargo, el anciano se ve con el vigor de la juventud. No muere por el decaimiento de sus poderes fsicos o mentales, sino sencillamente porque Dios va a tomarlo. Y haba llevado a este pueblo en su corazn ochenta aos y, de hecho, los ha conducido durante cuarenta aos llenos de acontecimientos; ha sufrido indeciblemente por su amor hacia ellos, y ahora se siente agobiado por el espritu de la profeca que revela a su vista penetrante el futuro desastroso del pueblo por miles de aos, iluminando temporalmente el advenimiento del Profeta, como l mismo, pero infinitamente ms grande, y, por fin, la perspectiva de su restauracin final. Comienza refirindose a Horeb donde entraron en el pacto con Dios, y donde l mismo se sent con los

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  • jefes de las tribus, de miles, de centenares, de decenas, para or todas las causas menores, apelando a l solamente en los grandes negocios. Las cualidades de estos jueces se manifiestan en xodo 18:21, y "Eran hombres hbiles, temerosos de Dios, hombres de verdad que aborrecen la avaricia," y estuvieron. Aqu, como "hombres sabios, bien conocidos, jefes de las tribus, llenos de entendimiento." Repite su encargo original a estos jueces: deban juzgar todos los pleitos con justicia, deban ser imparciales; no deban temer el rostro del hombre, deban acordarse que el juicio es de Dios. El objeto de la referencia es el de mostrar que partieron de Sina bien organizados y habilitados; partieron de all en nmero ms que las estrellas mostradas a Abraham mientras su caudillo oraba, "Jehov, el Dios de vuestros padres, os haga ms numerosos mil veces de lo que sois y os bendiga, segn os ha prometido."

    Partieron de all por el mandato de Dios de que fuesen inmediatamente a posesionarse de su tierra por tanto tiempo prometida. Pero, a causa de sus pecados gastaron treinta y siete das en llegar a Cades-barnea y entonces de nuevo oyeron sonar en sus odos, como antes, la voz del Seor dicindoles: "Venid y posesionaos de la tierra;" de nuevo sufren una dilacin de cuarenta das esperando el informe de los espas, y despus de este informe y una terrible violacin del pacto tuvieron que padecer otros treinta y ocho aos de cansadas peregrinaciones. Despus, cuando de nuevo se reunieron en Cades-barnea, volvieron a pecar y tambin hicieron pecar a Moiss, excluyndole as de la tierra prometida. Enseguida, por desconfianza en Dios, por temor al hombre, por presuncin hacia Dios, por la concupiscencia de la carne, haban dejado por completo de entrar en la tierra. Adems de esto haban mentido atribuyendo su actitud de rebelin al cuidado que como padres tenan de sus hijos, lo cual Dios reprendi mostrndoles que poda conducir a aquellos nios impotentes a la Tierra Prometida sin perder ni uno slo, mientras los huesos de los padres se emblanquecieran en el desierto. Y ahora, no obstante que estaban de nuevo en Cades-barnea, cuando para entrar no tendran que hacer ms que pasar una lnea trazada en la arena, tenan que volverse hacia el mar Rojo, y, por una marcha larga, cansada y tortuosa, acercarse al pas por el otro lado; habran de seguir un camino que tena que rodear el monte Seir, y Edom. Moab y Ammn y que los metera en un conflicto terrible con Sehn, rey de los amorreos, Og rey de Basn, y todas las huestes de Madin. Aquella marcha tortuosa fue sealada por grandes pecados y hecha memorable por grandes libramientos. Aarn muri en el monte Hor. Moiss est para morir sin pasar a la Tierra Prometida.

    Habiendo recordado as brevemente la legislacin, este discurso hace que esta revista sea la base de su exhortacin por va de aplicacin. Aprended vosotros predicadores, por este modelo cmo avivar el arte perdido de la exhortacin. Antes era la costumbre reconocer que haba hombres llamados a exhortar aunque no podan predicar. No podan predicar un sermn pero podan sentarse a escuchar mientras expona el predicador y despus podan conmover mucho al pueblo con su exhortacin. He odo a hombres muy ignorantes en cuanto a libros que podan hacer brillar las estrellas con sus exhortaciones. El Dr. Burleson predic un sermn en Huntsville y cuando acab J. W. D. Greath se levant y comenz golpendose la pierna, cuyos golpes podan haberse odo desde la distancia de setenta y cinco metros. Dijo. "El espritu de Dios est aqu y el diablo est luchando mucho." Centenares del pueblo fueron convertidos y el ms grande de ellos fue Sam Houston. Un muchacho negro que estaba afuera, fue convencido de pecado y entr y se adelant hasta cerca del plpito, no entendiendo sino sintiendo el poder de Dios, se arrodill a los pies de Sam Houston diciendo, "Mi amo Houston, slvame." Sam Houston dijo al muchacho, "Suplica al predicador. Yo mismo soy un pobre pecador perdido." Tuvimos al Dicono Prewett; nunca predicaba, pero el juez Baylor nunca tuvo un avivamiento sin suplicar al hermano Prewett que le ayudara. Siempre quera que exhortara despus de su

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  • predicacin. Moiss resolvi exhortar a este pueblo, y con el fin de exhortarlos, hace esta revista. Siguen olvidando los tiempos de exhortacin. Los puntos son los siguientes:

    ( I ) Od la palabra de Dios y obedecedla. ( 2 ) No aadis a su ley ni la disminuyis. "El cielo y la tierra," dice nuestro Seor,

    "pasarn, mas mi palabra no pasar." ( 3 ) Sed amonestados por vuestra propia historia. La historia ensea lecciones e impone

    obligaciones. Los predicadores especialmente debemos estudiar la historia con el fin de entender cmo Dios gobierna las naciones y el camino de su providencia.

    ( 4 ) A vista de su impresin en las otras naciones la obediencia ser vuestra mayor sabidura. Haciendo esto ellas reconocern nuestras relaciones con Jehov y se admirarn de vuestra prosperidad y temern vuestro poder.

    ( 5 ) No os olvidis. Ensead esta ley diligentemente a vuestros hijos. ( 6 ) Acordaos que vosotros mismos y vuestra nacin osteis la terrible voz de Dios

    mismo cuando pronunci vuestro Declogo y que tenis su copia Autgrafa conservada como testimonio.

    ( 7 ) Acordaos de que cuando osteis su voz no visteis semejanza alguna de l y cuidaos de no hacer ninguna semejanza de cosa alguna que est arriba en el cielo, o abajo en la tierra; no os postris para adorarlas. Debemos todos hacernos" Iconoclastas," quebrantadores de imgenes. "Icon," la imagen; "Iconoclast," el quebrantador de imgenes.

    ( 8 ) Acordaos de que Jehov es un Dios celoso y que no puede permitir el pecado, y estad seguros de que l ver vuestros pecados. No os hagis tan dulcemente sentimentales que lleguis a pensar que es descorts decir la palabra "infierno."

    Acordaos de las terribles palabras de nuestro Seor, quien era ms grande que Moiss, como dijo, "Temed a aquel que tiene poder para destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno" que dijo, "Apartaos de m, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ngeles." De modo que esta es, pues, la primera exhortacin de Moiss.

    SEGUNDO DISCURSO-PARTE 1

    La escritura de esta parte es el captulo 4:44, hasta el fin del captulo 11. Como el primer discurso, el segundo tiene una introduccin dando el tiempo, el lugar y las circunstancias en que se hizo. El prrafo final del captulo 4 da est introduccin en los versculos 44-49. No hay nada en ella que necesite un comentario adicional con excepcin del hecho de que seala un indeterminado intervalo entre los dos discursos.

    Esta primera parte del discurso consiste de una revista de todo el Declogo, manifestado de una manera retrica informal, sin procurar citar verbalmente; de una exposicin de la primera tabla, esto es, los cuatro mandamientos que ensean nuestra relacin a Dios, y en seguida, una exhortacin ferviente a manera de aplicacin. Notad las diferencias verbales entre esta recitacin informal del Declogo por Moiss y su registro en xodo tal como fue dicho en las mismas palabras de Jehov, y escritos por l en tablas de piedra. Leed en la Versin Moderna de xodo 20:2-17, y enseguida leed los mandamientos correspondientes en la misma versin en

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  • Deuteronomio 5:6-21. Habis de considerar la forma de xodo como el verdadero original, y la forma de Deuteronomio como un resumen de la sustancia por un orador pblico, y notad que Deuteronomio 5:15, no es un esfuerzo para citar el cuarto mandamiento como se dio originalmente, sino que es meramente una exhortacin pasajera asignando un motivo adicional para la observancia del da sbado. La clase notar tambin que los romanistas unieron el primero y el segundo mandamientos de nuestra divisin, para hacer su primero, y despus dividen nuestro dcimo para hacer su noveno y dcimo mandamientos, Esto no afecta el asunto sino solamente la numeracin de las partes. Os suplico que leis el Declogo en xodo y Deuteronomio alternativamente, porque los enemigos de la Biblia han dado tanto nfasis al hecho de que no hay un acuerdo verbal exacto, y que han negado la inspiracin verbal de las Escrituras. La contestacin es que los mandamientos, tal como fueron dados, son el original divino con la misma escritura de Dios. Adems, en este caso hay una segunda manifestacin inspirada del original en forma retrica. Acordaos del sbado porque Dios descans en ese da y porque es proftico, en una manera indirecta, del sbado del Nuevo Testamento. As como Dios descans de la creacin despus de haber acabado su obra y el da conmemoraba el hecho, as jess, habiendo efectuado la grande redencin (de modo que el sbado judaico est clavado ala cruz de Cristo), descans de su obra y queda an un sabatismo para el pueblo de Dios. Jess entr en este descanso, como Dios entr en el suyo.

    Aqu me detengo para encomiar, primero, la exposicin del Declogo en la Confesin de Fe de los presbiterianos. Esta exposicin catequstica ha sido enseada a ms nios tal vez que ningunos otros en el mundo. No dejemos de alabar a los presbiterianos por su fidelidad en la instruccin de la familia, y confesemos siempre y lamentemos la delincuencia de los bautistas sobre este punto hasta que nos arrepintamos y obremos mejor. Segundo, tengo placer en recomendar una exposicin bautista del Declogo, que, en mi juicio, es la mejor en toda la literatura. No hace mucho que un hombre venerable que haba pronto de pasar a la otra vida, fue ayudado a subir la plataforma en la Convencin de los Bautistas del Sur, y recibi la salutacin de Chautauqua. Era Jorge Dana Boardman, hijo de famosos misioneros. Es el autor de "University Lectures on the Ten Commandments." Las conferencias fueron dadas en presencia de los estudiantes de la Universidad de Pennsylvania, y el libro fue publicado por la Sociedad Bautista Americana de Publicaciones. Escribid a la Sociedad y comprad este libro y hacedlo una parte permanente de vuestra biblioteca. Estudiadlo cuidadosamente y asimiladlo para que forme parte de vuestra misma vida. Sobre el cuarto mandamiento, tal vez sin ser culpable de inmodestia, os suplico que leis los tres sermones sobre el sbado en el primer volumen publicado de mis sermones. Mi razn de hablar de estos libros es que Moiss mismo ha de dedicar ahora ocho captulos a una exposicin del Declogo en el discurso que vamos tratando. Notaris especialmente que Moiss da nfasis al hecho de que el Declogo era la nica parte del pacto hablado por la misma voz de Jehov, y que este autgrafo divino fue archivado en el arca como un testigo eterno. Tambin se hace nfasis al hecho de que ningn otro pueblo haba odo la voz de Dios o posedo su Autgrafo. Millares de la generacin de jvenes a quien se dirigi Moiss estuvieron presentes en aquel espantoso da cuando Sina humeaba y temblaba y era coronado de fuego. El recio sonido de la trompeta hera sus odos como ninguna otra trompeta herir los odos del hombre hasta el gran da del juicio. Bien se acordaran de su terror cuando desde en medio de los fuegos de Sina esta voz tan terrible y penetrante pronunci en tonos de trueno uno tras otro aquellos mandamientos. Ellos mismos se acordaban de cmo rogaron a Moi-

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  • ss no les permitiera or ms aquella voz y suplicaron a Moiss que oyera por ellos como mediador y les repitiera con voz humana las palabras de Dios.

    Ya he procurado haceros entender que Deuteronomio es una exposicin de la ley en lugar de una promulgacin de la misma. El orador y expositor no slo procura ensearles que estos mandamientos de Dios son sobremanera anchos, sino que procura mostrar su profundidad y su altura, y an trata de descubrir su mismo corazn y espritu.

    Este corazn y espritu los halla en la palabra "amor." "Oye Israel: Jehov nuestro Dios, Jehov uno slo es; Y amars a Jehov tu Dios con todo tu corazn, con toda tu alma y con todas tus fuerzas." Comprime los primeros cuatro mandamientos en las palabras "Amars a Jehov," as como ms tarde en este libro comprime los ltimos tres en: "Amars a tu prjimo como a ti mismo." Cuando Nuestro Seor contesta la pregunta, "Cul es el primer gran mandamiento de la ley?" cita Deuteronomio en su respuesta: "Este es el primer y grande mandamiento, Amars al Seor tu Dios de todo tu corazn y de toda tu alma y de todo tu entendimiento, y el segundo es semejante a ste: amars a tu prjimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos pende toda la ley y los profetas.

    Y como el segundo es imposible sin el primero, bien puede decir un escritor del Nuevo Testamento, "Porque toda la ley se cumple en una sola palabra, es decir, en sta: Amars a tu prjimo como a ti mismo." y otro dice, "El amor es el cumplimiento de la ley." O como Pablo, escribiendo a Timoteo, declara su ms amplio alcance: "Porque el fin del mandamiento es el amor, procedente de un corazn puro, y de una buena conciencia, y de fe no fingida." Sobre una sola palabra, pues, la ms grande del mundo, la palabra AMOR, Moiss explica el Declogo. Sobre este punto basa su exhortacin as:

    1. "Y las inculcars a tus hijos, y hablars de ellas sentado en tu casa, y andando por el camino y al sentarte y al acostarte, y estarn por frontales entre tus ojos, y las escribirs sobre los postes en tu casa y sobre las puertas." Qu curso de instruccin familiar! Qu tema para conversacin familiar! Qu salvaguardia en el hogar, en el portal, en la puerta, junto a la chimenea, en la cama! A1 despertarse en la maana el judo, la primera cosa que vea era la ley; al pasar la puerta le saludaba; al pasar por el portal, le hablaba; en todo su andar fuera del portal le acompaaba. Gobernaba las palabras de su lengua; se quedaba entre sus ojos para regularizar su vista; moraba en su corazn para regularizar sus emociones; y se quedaba en su mente para prescribir y proscribir el pensamiento, propsito y plan. Su mano de autoridad tocaba la balanza y la vara de medir y restringa dentro de sus lmites todos sus negocios. Su fruto, su grano, sus rebaos, y todos sus dems tesoros reconocan su supremaca. Provocaba las preguntas de los nios por sus lecciones objetivas y daba las respuestas a las preguntas.

    2. Cuando venga la prosperidad con su plenitud de bendiciones, no os olvidis de Dios, 6:10-15.

    3. Cuando os sobrevengan la adversidad y las pruebas no tentis a Dios como le tentasteis en Massah, diciendo, "Est entre nosotros Dios?" (6:16). Justamente aqu dice el Salmista, "Poco falt para que resbalaran mis pasos, porque tuve envidia de los soberbios al ver la iniquidad de los inicuos, y dije: Completamente en vano es que yo haya limpiado mi corazn y lavado mis manos en inocencia y rodeado tu altar, Oh Jehov." Con cunta frecuencia hemos estado amargados de corazn pensando que Dios es nuestro adversario y que nosotros somos el blanco de sus saetas y relmpagos.

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  • 4. "Acordaos de que la destruccin de los Cananeos es esencial para que seis fieles a esta ley. Os corrompern si los perdonareis. No tendris piedad para ellos, porque han llenado la medida de su iniquidad." Sois el alguacil de Dios para ejecutar su voluntad y no la vuestra. Obedeced su voluntad sin discriminacin, tan sin piedad como la pestilencia, el cicln, el terre-moto, o el diluvio. No hagis pacto con esta nacin incorregible y condenada. No os casis con ellas. No codiciis ninguna de sus posesiones que estn bajo la anatema de Dios. Si tan solo Acn se hubiera acordado de esto para no traer derrota sobre Israel y ruinas sobre su casa!

    5. Acordaos de la influencia de esta ley sobre s: ( a ) Cuando los muros se derrumben delante de vosotros y el sol y la luna se detengan

    para que completis vuestra victoria, cuidaos de atribuir vuestras victoria a vuestras propias fuerzas.

    ( b ) O vuestros nmeros. (c) Y especialmente evitad la confianza en la justicia propia. Toda vuestra historia prueba

    que erais un pueblo rebelde y duro de corazn. No hubo bien en vuestro origen. "Un Siro a punto de perecer fue vuestro padre." En el mar Rojo, en las aguas del Mara, cuando tenais sed, cuando tenais hambre, en todo el desierto y en Cades-barnea, por la astucia de Balaam an hasta ahora habis pecado y segus pecando, y an seguiris pecando, existiendo como monumentos de gracia y misericordia. Quines sois vosotros para que seis henchidos de vanagloria y orgullo de vuestra propia justicia?

    6. Considerad cun razonables son todos los mandamientos de Jehov: "Y ahora Oh Israel, qu es lo que Jehov tu Dios pide de ti> sino solamente que temas a Jehov tu Dios, que andes en todos sus caminos y que le ames, y que sirvas a Jehov tu Dios con todo tu corazn y con toda tu alma, y que guardes los mandamientos de Jehov y sus estatutos que te escribo hoy para provecho tuyo?" (10:12. 13).

    Un profeta posterior repiti el pensamiento: "El te ha dicho, Oh hombre, lo que es bueno, y qu es lo que Jehov pide de ti, sino hacer justicia y amar la misericordia y andar humildemente con tu Dios."

    7. Finalmente, Bendiciones coronen vuestra obediencia y maldiciones sigan vuestra desobediencia. Es manifestado ante vuestros ojos el alternativo inexorable. Obedeced y vivid; desobedeced y morid. Y vosotros mismos al otro lado, os pararis sobre montes opuestos mientras esta ley es leda en el valle entre vosotros, y los que estn sobre Gerizim leern las bendiciones, y los que estn sobre Ebal anunciarn las maldiciones. y en una fuerte voz diris, "Amn, as sea."

    ***

    IV SEGUNDO GRAN DISCURSO, PARTE I

    Deuteronomio 12:1-26:19.

    Esta seccin trata de la segunda parte del segundo gran discurso de Moiss, como se halla en los captulos 12 al 26 inclusivamente, del libro de Deuteronomio. Si habis ledo cuidadosamente esta seccin, me ser ms fcil acentuar en los breves lmites de este captulo los

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  • puntos ms salientes y ms fciles para que los comprendis y retengis. Agrupando materias correlacionadas bajo puntos especficos llegarn a ser manifiestos, la distincin importante entre muchos estatutos y el principio constitucional de que lgicamente se derivan. Una constitucin es un documento relativamente breve de grandes principios, pero los estatutos que los desarrollan y los aumentan llegan a ser una biblioteca, que se aumenta de continuo, al paso que nuevas con-diciones exigen nuevas manifestaciones y aplicaciones.

    Tambin debis notar que mientras una discusin presenta en su orden muchos estatutos, necesariamente omite mucho de la homiltica de cada estatuto especial. Cada una de ellas puede usarse como un texto para un sermn provechoso. En verdad estos quince captulos constituyen una mina de oro de textos para el predicador estudioso.

    En primer lugar, debe notarse que Moiss est hablando aqu a todo el pueblo como una unidad nacional en la Tierra Prometida que estn para ocupar. Les presenta cuidadosamente el ideal nacional de un pueblo que pertenece a Jehov, separado de otras naciones y dedicado a una misin especial. Porque, dirigindose a todo el pueblo, recuerda la historia y la ley en Gnesis, xodo, y Nmeros mucho ms particularmente que la legislacin de Levtico que se relaciona en su mayor parte a los deberes oficiales de una sola tribu.

    En segundo lugar, cuando habla de la tribu de Lev en Deuteronomio, la trata como una parte de la nacin antes que tratar de sus deberes especficos como sacerdotes y levitas. A causa de esto, Deuteronomio es llamado el cdigo del pueblo y levtico el cdigo de los sacerdotes. Este hecho nos ayudar mucho a entender los del diezmo en comparacin con el diezmo en los libros precedentes. Notad cuidadosamente este punto. Aunque es difcil clasificar una tan grande multitud de tpicos y leyes, podemos, con provecho, agrupar toda la seccin bajo los siguientes puntos:

    I. La Unidad en el Lugar del Culto Nacional, 12:5. En la historia de su peregrinacin, la nube y el arca movindose de lugar en lugar segn

    las demandas del viaje, designaban da tras da el lugar central de culto. Pero aqu el pueblo es amonestado de que cuando conquisten una tierra y lleguen a ser un pueblo establecido, Dios mismo sealar una localidad fija, como el centro de su unidad nacional y un lugar permanente del culto nacional. Cuando lleguemos a estudiar Josu, jueces, Ruth y 1 de Samuel, no hallaremos sino un lugar central temporneo, y a veces ms de uno al mismo tiempo, porque la tierra no estaba conquistada an en su totalidad ni el pueblo estaba todava bien establecido; pero en el tiempo de David se cumple todo lo prescrito acerca del lugar central de culto. Jerusaln es el lugar escogido desde entonces en su historia hasta que venga Jess, aquel profeta semejante a Moiss, que viene y dice a la mujer de Samaria, "Creme, que viene tiempo que ni en este monte ni en Jerusaln adoraris al Padre. Vosotros adoris lo que no conocis; nosotros adoramos lo que conocemos; porque la salvacin procede de los judos. Tiempo empero viene, y ahora es en que los verdaderos adoradores adorarn al Padre en espritu y en verdad." A este lugar que ser el lugar cntrico de culto, deben venir las tribus tres veces al ao en reunin nacional para guardar las grandes fiestas de la Pascua, Pentecosts y tabernculos. Como nacin deban guardar el gran da de la Expiacin. En esta relacin obsrvese especialmente que el diezmo de Deuteronomio, a que hemos hecho referencia antes, no es el primer diezmo de los otros libros, que era la herencia de Dios y dedicado al sostenimiento general de las grandes fiestas, en que por cierto los levitas participaron como una parte del pueblo. Por esto la parte que de este diezmo

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  • tenan los levitas no corresponde a su derecho ala totalidad del primer diezmo y por lo cual, la provisin del tercer ao en Deuteronomio para los pobres no es semejante a ninguna provisin del primer diezmo. Si tenis fijo en la mente este punto, podis contestar an de las objeciones ms serias que se ha presentado contra Deuteronomio, esto es, que contradice, en cuanto a los diezmos, lo que se haba dicho previamente en otros libros.

    El efecto maravilloso de este lugar nico y fijo de culto, y de estas grandes fiestas, sobre la unidad nacional, sobre la conservacin de un culto puro, se ve en toda su historia subsiguiente y llega a ser el tema de cnticos, y elegas. Cuando lleguemos a estudiar los Salmos y las Lamentaciones de Jeremas, encontraremos referencias a este lugar cntrico de culto. Es a la luz de esta ley que descubrimos el pecado en la emigracin posterior de los danitas y en su acto de establecer un nuevo lugar de culto (Jueces 18, particularmente versos 27-31) el pecado de Jeroboam (1 de Reyes 12 :26-33) ; el pecado de los samaritanos despus, y el pecado de erigir un templo en Egipto. Para la historia del templo samaritano vase Josefo, "Antiquities" (An-tigedades), Libro 11, Captulo 8, y para la historia del templo egipcio vase "Antigedades," Libro 13, Captulo 3, que mal interpreta Isaas 21 :19.

    II. Unidad en el Objeto del Culto. El segundo pensamiento en el discurso 3 la unidad en cuanto al objeto de culto, el culto

    exclusivo de Jehov. Bajo este punto la seccin prescribe la pena de muerte en los siguientes casos:

    1. El profeta falso, el cual, por ms que est atestiguado por seales y maravillas, procurare desviar al pueblo al culto de otro dios.

    2. Cualquier miembro de una familia, por ms cercano que fuese el parentesco o por ms arpado que fuese, que procurare persuadir al resto de la familia a que deje el culto de Jehov para adorar a otro dios, aquel miembro de la familia tendr que morir.

    3. Cualquiera ciudad que, como una municipalidad se desviara a otro culto, deba ser puesta bajo anatema y destruida completamente. Si habis estudiado mucho la literatura clsica, habris notado cmo cada ciudad hace nfasis al culto de alguna divinidad patrona, como Minerva en Atenas, Diana en la ciudad de Efeso y Venus en Corinto. Pues bien, esta ley ensea que cualquiera ciudad, en su vida municipal, que se vuelva del culto de Jehov para adorar a un dios falso por alguna ventaja local, debe ser rada del mapa. El principio fundamental es de inmensa importancia en nuestro tiempo. Las ciudades son tentadas de continuo a sacrificar sus ms importantes intereses espirituales y morales a fin de promover sus intereses materiales. De modo que en sus ferias anuales que traen ventajas locales a los negocios comerciales, pierden de vista a Dios y ponen trabas a lo que es recomendable en estas empresas cargndoles con adiciones, y tienen por enemigo a su lugar nativo, por ms que apruebe lo bueno, si protesta contra el mal. Vanselos ejemplos e ilustraciones notables en los casos de Filipos y Efeso, Hechos 16 y 19.

    4. Para acentuar an ms el hecho de que Jehov es Dios a quien se debe adorar. se decret la pena de muerte sobre todo nigromante, adivino o brujo que procurara, por modos ilcitos, entender e interpretar el futuro. A Jehov slo deba venir el pueblo para conocer las cosas secretas. Lo que a l le pareca bien revelar era para ellos y para sus hijos. Pero lo que l negaba comunicar deba quedarse oculto. Toda penetracin imprudente en el dominio de la

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  • revelacin de Dios deba ser reprendida; todo esfuerzo para comunicarse con los muertos, todo sortilegio y adivinaciones eran pecados mortales que deban castigarse con la muerte en todo caso.

    5. Todos los que cometieron pecados contra la naturaleza; la naturaleza del asunto me prohbe especificarlos. Eran violaciones atroces de la dignidad del hombre hecho a la imagen de Dios, e indicaban tan poco respeto para Jehov que slo la pena capital les era adecuada.

    6. Todo violador del pacto deba ser muerto. Si alguno saba que otro haba violado el pacto, era su deber investigar el caso y llamar la atencin de los magistrados. Hay una referencia a esto en la carta a los Hebreos, donde deca, "Aquel que ha desechado la ley de Moiss por el testimonio de dos o tres testigos muere sin misericordia alguna: de cunto ms severo castigo pensis que ser tenido por digno aquel que ha hollado bajo sus pies al Hijo de Dios? (ofensa contra el Padre), y ha estimado como inmunda la sangre del pacto (pecado contra .el Hijo), conque haba sido consagrado al servicio de Dios y ha hecho ultraje al Espritu de Gracia (pecado contra el Espritu Santo y un pecado imperdonable). (Hebreos 10:28, 29) .

    7. Para acentuar an ms este pensamiento del culto exclusivo de Jehov: No se permiti tomar nada de otras religiones en materia de llorar los muertos; la ley de Jehov era la nica que deba obedecerse. Se prohbe aqu positivamente la costumbre de cortarse y desfigurarse durante los das de su luto como lo practicaban las otras religiones.

    Me detengo aqu para observar que fue una gran lstima que tan poco despus de los tiempos apostlicos, en la gran Apostasa predicha por Pablo y que se verific en el desarrollo de la Iglesia Catlica Romana, sta pidiera prestada las viejas vestiduras de todas las religiones del mundo.

    III. Todas las Administraciones de Ley estaban sujetas a Jehov. Sea que fuera ley ceremonial, ley moral, o civil y criminal, toda administracin de ley

    estaba sujeta a Jehov. El gobierno era una teocracia pura y sencilla; ya fuese que se quedara como repblica o llegara a ser un reino, como fue en los das de Sal, era una teocracia, Dios era el nico y verdadero rey y l mismo gobernaba a todos los oficiales, ya fueran stos ejecutivos, judiciales o religiosos.

    1. Eran representantes de Jehov y ante todo deban considerar su honor, justicia y misericordia. Este hecho determinaba el carcter y las calificaciones prescritas de todo prncipe, gobernador, anciano, juez, alguacil o escriba. Estos oficiales deban ser hombres temerosos de Dios, que odiaran la avaricia, que fuesen imparciales y que no temieran del rostro de nadie.

    2. Al juzgar deban or con imparcialidad toda la evidencia. 3. No deban condenar sino por testimonio adecuado. 4. Se necesitaban dos testigos buenos para probar cualquier punto. 5. Deban justificar a los inocentes y condenar a los culpables, sin considerar edad, sexo,

    posicin social, o posicin financiera. La justicia exacta deba administrarse a todos. 6. La decisin, despus de ser pronunciada, deba ejecutarse pronto.

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  • 7. Si el caso les era demasiado difcil deban apelar a Jehov y no a ningn otro para tener luz, Se haca una provisin por la cual Jehov dara la recta respuesta en todo caso de apelacin. Qu lstima que no tengamos hoy esta especie de supremo tribunal.

    8. La direccin de todas sus guerras deba hacerse conforme a las leyes prescritas por Jehov. No deban declarar guerra contra ninguna nacin sino por mandato de l. Su historia posterior contiene muchos ejemplos de este hecho de referir la declaracin de guerra a Jehov, y contiene muchos casos en que les sobrevino el desastre cuando hicieran guerra por su propia sabidura y fuerza. Las reglamentaciones respecto de la guerra cubran todos los puntos materiales, tales como las medidas higinicas en el campamento, tratamiento de los prisioneros, direccin de sitios, y cuidado de los rboles frutales durante el sitio de una ciudad. El jactancioso progreso de la civilizacin moderna no alcanza, ni con mucho al cdigo Mosaico en mitigar los padecimientos de la guerra. Un gran general de nuestra guerra civil dijo en vista de su propia prctica para conducirla, "La guerra es el infierno."

    9. A causa de esta subordinacin a Jehov, ntese el notable prrafo 21:1-9, tocante a la responsabilidad cvica en el caso de asesinato cuando no se conoce el ofensor. En mi discurso sobre la prohibicin en la ltima lucha a favor de la prohibicin en Waco, us este prrafo como el principio sobre el cual se basa la prohibicin. Buscando el pasaje en la Biblia y estudindolo, se notar que el caso es este: Se halla un hombre asesinado y no se sabe quin le ha matado. Se determina midiendo cul es la ciudad ms cercana al lugar y tiene que librarse de la responsabilidad del crimen. Los oficiales municipales de aquella ciudad deben venir a presencia de aquel cuerpo muerto, levantar sus manos delante de Dios y jurar que son inocentes de la sangre. En mi discurso record el caso del abogado del Condado de Tarrant que fue asesinado en las calles de Fort Worth, habiendo muerto tambin el asesino: nadie poda ser tenido como directamente responsable del asesinato. Dije, "Supongamos que el Mayor o el consejo de la Ciudad y todos los dems oficiales municipales, hubieran sido mandados a poner sus manos sobre aquel cadver y jurar que ninguna negligencia de parte de ellos era responsable por aquel asesinato. No habran podido prestar juramento. Cada uno de ellos habra sido convencido de pecado, porque eran responsables de las condiciones que no slo hicieron posible aquel asesinato particular, sino que hicieron que el asesinato en algunos casos fuese cierto."

    10. Los numerosos estatutos acerca de las caridades, la misericordia y la humanidad constrien al pueblo a imitar a Jehov mismo en su trato con los pobres y los desdichados. En verdad algunas de las ms hermosas y patticas de estas leyes con respecto al trato de los ani-males inferiores expresan principios que son capaces de ser aplicados en una esfera ms amplia y ms alta. Ellos reprueban toda crueldad y el infligimiento de todo padecimiento innecesario como aborrecido de Jehov, por ejemplo: "No embozars al buey que trilla:" y "No cocers el cabrito en la leche de su misma madre." Una vez en Waco, un joven a quien haba conocido cuando era nio me vino trayendo una carta dando a entender que era de su padre, recomendndome a este joven y suplicndome que le ayudara en cuanto pudiera. Cuando vino en seguida y me suplic que endosara un cheque por $30.00 pesos, lo endors. Cuando fue vencido, yo tuve que pagarlo. Escrib al padre y me dijo que su hijo haba falsificado la carta, y que no era sino un caso entre muchos. Ese hijo lo haba empobrecido. El joven fue arrestado por un caso semejante en Corsicana y enviado a la Penitenciara. Cuando se sugiri que yo diera testimonio en contra de l, no quise hacerlo a causa de esta escritura, "No cocers el cabrito en la leche de su misma madre." La nica manera en que poda ayudar a condenar a aquel joven sera presentar el testimonio de su padre que probaba que era un falsificador.

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  • 11. De la misma manera fueron regularizados todos los negocios, tales como pesas y medidas. Una vez fui a ver a un hombre cuyo nombre no quiero dar, y le pregunt por qu cuando compraba mercanca la pesaba en una balanza y cuando la venda la pesaba en otra. Dijo: "Ambas estn buenas." Yo le contest: "No seor, usted ha puesto peso en la que usa para vender y el que compra de usted no recibe la justa cantidad." Todas las leyes tocante a negocio, tales como pesas y medidas, las limitaciones puestas a las costumbres de tomar prendas de los deudores, el de retener el sueldo ganado honradamente por los jornaleros, las limitaciones sobre el logro y otras leyes como stas no son sino expresiones de la misericordia y justicia divinas y tendan a desarrollar a un pueblo justo y honrado, que no se olvidaran de la misericordia.

    12. Las leyes sociales acerca del matrimonio, la esclavitud, el poder de padres sobre los hijos, aunque estn lejos de expresar plenamente la voluntad de Dios, sin embargo prohben muchos males comunes en otras naciones. Nuestro Seor mismo explica que a causa de su dureza de corazn y su imperfecto desarrollo tuvieron que hacerse leyes imperfectas. Hasta haca muy poco el pueblo era esclavo, y les quedaba mucho del espritu de la esclavitud. No puede negarse que an los cdigos civiles y criminales eran muy superiores a los de otras naciones. La seguridad de la vida humana, la seguridad del hogar, y la seguridad de la familia son maravillosamente protegidas por estas leyes. Y siempre que este cdigo trataba de una mala costumbre, nunca aprob el mal sino que limit el poder y el alcance del mal, hasta donde el pueblo inculto poda soportarlo.

    13. Las restricciones sobre la entrada al pacto, 23:14., constituyen un prrafo que muy pocos entienden. Estos se aplicaban a proslitos de otras naciones. El cuerpo poltico no deba contaminarse por adiciones extranjeras que no podan asimilar fcilmente. Sobre este punto nuestra gran nacin est gravemente perturbada por leyes mal estudiadas de naturalizacin que permiten que la escoria y deshecho de otras naciones sean absorbidas, en nuestra vida nacional, no obstante que peligran tanto la perpetuidad de las instituciones libres y hacen que nuestras grandes ciudades sean sumideros de iniquidad. En una ocasin un orador exclam, "Ojal que mediara entre nosotros y Europa un ocano de fuego!" Parece que la costa del Pacfico tambin clama: "Ojal que mediara entre nosotros y el oriente un ocano de fuego!"

    14. La idea de Jehov como gobernador aparece tambin enfticamente en el prrafo 26:1-11, donde, por medio de un canasto de los primeros frutos, los israelitas deban confesar que Dios posea absolutamente todos sus productos y su propio origen indigno.

    El discurso concluye con este resultado general: "Has declarado solemnemente hoy que Jehov es Dios tuyo, y que andars en sus caminos y guardars sus estatutos y sus mandamientos y sus leyes, y que escuchars su voz. Y Jehov ha declarado solemnemente hoy que t eres pueblo suyo de exclusiva posesin, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos, etc."

    ***

    V

    TERCERO, CUARTO Y QUINTO DISCURSOS

    Deuteronomio 27:1-31:13.

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  • Es costumbre dividir las palabras de Moiss en Deuteronomio en tres discursos, un cntico y una bendicin, pero esta divisin no es exacta. Su tercer discurso se halla en los captulos 27, 28. Un cuarto discurso distinto con su introduccin est referido en los captulos 29, 30. Un quinto discurso distinto en cuanto a su introduccin y materia se halla en el captulo 31, que no cubre sino trece versculos. De modo que hay al menos cinco discursos distintos, adems del cntico y la bendicin, cada uno con una introduccin histrica apropiada. Vamos a considerar en esta discusin los discursos tercero, cuarto y quinto.

    Este discurso, en primer lugar, dispuso una renovacin y ratificacin muy elaborada e impresiva del pacto cuando Israel hubiera entrado en la Tierra Prometida, y concluye con una exhortacin muy ferviente a la obediencia, incluyendo una profeca notable y de mucho alcance de las maldiciones que ciertamente seguirn la desobediencia. Las partes de este tercer discurso son muy distintas:

    1. Asociando consigo los ancianos de Israel, manda que, habiendo entrado en la Tierra Prometida, sean erigidos sobre el monte Ebal piedras monumentales revocadas con cal y claramente escritas sobre ellas todas las leyes del pacto, como un memorial perpetuo y como testigo de la posesin de la tierra por el poder y la gracia de Jehov, con la condicin los trminos del pacto. Qu biblioteca perdurable de piedra! Qu testigo de las condiciones de su posesin de la tierra!

    2. La ereccin de un altar segn el modelo dado en el pacto original de Sina (xodo 20:24-26) y el sacrificio sobre l de holocaustos conforme fue mandado originalmente, renovando as la ratificacin del pacto.

    3. El sacrificio de ofrendas pacficas seguido de una fiesta gozosa de comunin mostrando paz con Jehov (resultando de la sangre del pacto) y su gozo en l.

    4. En seguida, asocindose con los sacerdotes y Levitas, hace el anuncio solemne de que son el pueblo de Jehov y que deben obedecerle.

    5. Entonces manda a todo el pueblo que en este da deben reunirse en dos grandes divisiones, estando seis tribus en Gerizim y seis en Ebal, preparadas para repetir, siguiendo a los levitas, las bendiciones y maldiciones en responsos de la ley.

    6. Manda que en este gran da los levitas se paren en el valle entre los dos montes y pronuncien solemnemente doce bendiciones, y doce maldiciones, siendo las primeras once de cada lista de estatutos especiales ejemplares de toda la ley, y tocando la duodcima de cada lista, a la ley entera como una unidad. Que cuando cada maldicin sobre la desobediencia fuese pro-nunciada por los levitas, las seis tribus sobre Ebal la repetiran, y cuando la bendicin alternativa sobre la obediencia fuera pronunciada, las otras seis tribus sobre Gerizim la repetiran, y cuando la duodcima bendicin y maldicin que se aplican a todo el pacto fuesen repetidas, entonces todas las tribus en ambos montes diran en un coro recio y unido, "Amn." Hallaremos en Josu cmo todas estas direcciones se hicieron histricas. La historia del mundo no tiene paralelo en solemnidad y sublimidad con esta gran transaccin como fue concebida aqu y cumplida posteriormente, en el captulo veintisiete.

    El captulo 28 se dedica a exhortaciones basadas sobre estas direcciones y profecas. Es difcil hacer un resumen de esta terrible exhortacin, pero con provecho podemos acentuar estos siguientes puntos de ella:

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  • 1. Si guardis este pacto seris bendecidos en posicin nacional y para con Dios. Jehov ser vuestro Dios y vosotros seris la cabeza y no la cola; estaris arriba y no abajo. Jehov herir todos vuestros enemigos. Viniendo en contra de vosotros por un camino huirn por siete caminos. Todas las naciones vern que sois llamados del nombre de Jehov y temern. Jehov os establecer como un pueblo santo para s mismo.

    2. Si guardareis este pacto seris bendecidos en todos los lugares: en la ciudad, en el campo, en el hogar, en la bodega y en la cocina.

    3. Seris benditos en todo: en hijos, en cosechas, en ganados, en vias, en las estaciones, y en los negocios "prestando a otros pero no pidiendo prestado," en salud, en vuestras salidas y vuestras entradas, y especialmente en paz de nimo, y mente y gozo de corazn.

    Pero si desobedeciereis este pacto y lo quebrantareis, todos estos grupos de bendiciones sern trocados en sus opuestas

    1. Perderis vuestra exaltada posicin entre las naciones, y para con Dios. Seris desechados por Dios; seris la cola de todas las naciones y no la cabeza. Seris vencidos en guerras; huiris en toda batalla; seris dispersados por siete caminos aunque hubiereis entrado por uno. Se ve que esta maldicin es nacional, justamente como era nacional la bendicin.

    2. Seris malditos en todas las cosas: en hijos, en cosechas, en ganados, en vias, guerras, en salidas, entradas, y especialmente seris malditos en mente y corazn. No tendris ni paz de nimo ni gozo de corazn. Aqu est la maldicin de mente y corazn; nunca en mi vida he ledo cosa ms terrible:

    "Y entre aquellas naciones no tendrs reposo, ni habr descanso para la planta de tu pie; pues all te dar Jehov corazn tembloroso, y desfallecimiento de ojos, y languidez de espritu. Y tu vida estar a tu vista como colgada de un hilo; pues te espantars de noche y de da, y nunca tendrs seguridad de tu vida. Por la maana dirs: 'Ojal que fuera la tarde!' y por la tarde dirs: 'Ojal fuera la maana!' por el susto de tu corazn conque te asustars, y a causa de lo que con tus mismos ojos vers" (Deuteronomio 28:65-67).

    Ntese particularmente el terrible cuadro de su desastre cuando sean sitiados por enemigos, como se manifiesta en los versculos 49-57 tan literalmente cumplidos cuando Jerusaln fue sitiada por Tito en 70 d. de C., sitio descrito de una manera tan horrible por Josefo. La profeca concluye con una reversin de su libramiento de Egipto puesto que como cautivos sern devueltos all en navos para llegar a ser de nuevo una nacin de esclavos en Egipto. Esta vuelta a la esclavitud en Egipto la hallaremos cumplida en los ltimos das de Jeremas. Su libro de Lamentaciones es un comentario sobre una parte de esta profeca. Pobre hombre! l mismo fue llevado all, y muri all al tiempo de la cada de la monarqua judaica.

    El cuarto discurso est contenido en los captulos 29, 30, segn nuestras divisiones en captulos. La ocasin de este discurso, como es manifestado en el versculo introductorio, es una renovacin especial del pacto de Sina por juramento, pero no est seguido por una ratificacin por medio de sacrificio. El discurso vuelve a recitar su milagroso libramiento de Egipto por medio de seales y maravillas, su providencia misericordiosa en suplir milagrosamente todas sus necesidades en todas sus peregrinaciones, aunque no tenan ojos para ver ni corazn para apreciar. Estas bendiciones eran luz de noche y sombras de da, direccin en sus viajes, agua de la pea, pan del cielo, vestidos y zapatos que no se envejecan ni se gastaban, orculos para resolver sus perplejidades, el perdn de los pecados por la fe en el ante tipo de los sacrificios,

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  • curados cuando envenenados, salud tan milagrosa que no haba uno dbil en toda la hueste, libramiento en batalla. Y despus de recitar acerca de la liberacin de Egipto y los milagros providenciales mientras peregrinaban, les dice que todos ellos estn delante de Jehov con el fin de renovar el pacto. Ntese particularmente cun comprensiva es la manifestacin de las partes humanas del pacto:

    "Estis hoy todos vosotros en presencia de Jehov vuestro Dios, las cabezas de vuestras tribus, vuestros ancianos y vuestros magistrados, con todos los hombres de Israel, vuestros nios, vuestras mujeres y el extranjero que est en medio de vuestro campamento, desde tu leador hasta tu aguador; para que entres en el pacto de Jehov tu Dios y en el juramento que Jehov tu Dios celebra hoy contigo a fin de confirmarte hoy por pueblo suyo, y para que l sea tu Dios, como te ha prometido, y como l ha jurado a tus padres, a Abraham, Isaac y Jacob. Y no solamente con vosotros hago este pacto y este juramento, etc."

    Ancianos, tribus, oficiales, hombres, mujeres, nios, extranjeros, y esclavos y sus hijos hasta la ltima generacin, todos como una nacin y unidad, y tocando todo a cada individuo, son obligados por este pacto. Ahora, despus de hacer esta declaracin del pacto, comienza su exhortacin: 1. Amonesta contra toda raz o germen de amargura (versculo 18) . Cun radical es la ley! No espera para condenar el tallo, o las ramas, o las flores, o el fruto, sino que hiere la raz escondida de la vista. De este modo nuestro Salvador interpreta la ley condenando la fuente del corazn de donde fluyen todas las corrientes de blasfemia, asesinato, adulterio y otros actos abiertos. Y as el hombre sabio dijo, "Ms que toda cosa guardada guarda tu corazn, porque de l fluyen las corrientes de la vida." Y as la carta a los Hebreos cita este mismo pasaje (12:15) . "Mirando solcitamente que ninguno quede privado de la Gracia de Dios; que no brote ninguna raz de amargura, y os perturbe, y por medio de ella muchos sean contaminados."

    2. El segundo punto en su discurso es la amonestacin contra la vana confianza de seguridad cuando hubieren quebrantado la ley. Describe a un hombre o a una mujer diciendo en confianza a su corazn: "A m va bien no obstante que quebrant la ley," con aquella vana confianza de seguridad no obstante de haber quebrantado la ley; y luego sigue mostrando de que no hay cosa tan cierta debajo del cielo como sta de que Jehov vio aquella violacin del pacto y la castigar.

    3. Predice que otras naciones en tiempos futuros, viendo la espantosa desolacin de su tierra que antes era tan hermosa, la tendrn como tierra maldita de Dios a causa de los pecados del pueblo de Israel. Es exactamente lo que dirais si fuerais all para ver el pas. Os admirara de que semejante tierra fuese descrita alguna vez como fluyendo leche y miel; no podrais entender cmo semejante tierra fue antes tan bella y tan frtil como ha sido descrita. La verais bajo una maldicin.

    4. Los amonesta que mientras algunas cosas sean ocultas e inescrutables por pertenecer slo a Dios, las cosas reveladas tocantes tanto a las bendiciones como a las maldiciones pertenecen a ellos y a sus hijos. Todo cuanto revela Dios, merece estudiarse; lo que l esconde, dejadlo.

    5. En seguida desarrolla bondadosamente esta misericordia de Dios, de que si cuando estn heridos, esparcidos y oprimidos por todas las otras naciones se arrepintieren y volvieren a Dios en aquellas lejanas tierras donde estn heridos y esparcidos, Dios los perdonar y los restaurar. Fue esta promesa de restauracin la que motiv el prrafo notable en la oracin de Salomn en la dedicacin del templo (1 de Reyes 8: 3340) , y anim a los profetas posteriores,

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  • como Zacaras, Ezequiel y Daniel en los das del destierro, y ms tarde los apstoles, como Pablo en su discusin, Romanos 11, acerca de la restauracin de los judos.

    6. Entonces les asegura de que la obediencia a esta ley ni es demasiado difcil ni est lejos, sino muy cercana a ellos. Pero triste es decirlo, que era demasiado difcil y estaba demasiado lejos para que fuese obedecida por corazones no renovados por la fe en Cristo. Fue concedido a Pablo, un judo de tiempos posteriores, y el nico otro hombre en la historia que era ms grande que Moiss, citar este mismo pasaje y mostrar que slo por fe esta salvacin es tan cercana como fcil. (Vase Romanos 10).

    Concluye de una manera conmovedora poniendo tanto a tierra como el cielo por testigos de que ese mismo da les pona delante esta terrible e inexorable alternativa: La vida y el bien andan juntos; la muerte y el mal son indisolubles.

    Este discurso que es el ltimo y ms corto, se halla en 31:1-13. La primera parte, versculos 1-8, se refiere de un modo conmovedor a su edad, "Y les dijo: yo soy de ciento veinte aos'," y a la renuncia de su oficio. El gran caudillo ya no puede salir ni entrar delante de ellos. Pero no deban desesperar ni temer a causa de esto. La causa de Dios no muere cuando mueren sus grandes defensores. Por cierto, Moiss estar ausente, pero Dios mismo ser su gua y protector. Y aun un sucesor humano que es Josu ha sido preparado para que fuese su caudillo. La segunda parte de este discurso ordena que cada sptimo ao, el ao del libramiento, el da del Gran Sbado de la tierra, un sbado que dura un ao, todo el pueblo, hombres, mujeres y nios deban reunirse, y en ese mismo ao en que no tenan que hacer labores por.. que la tierra se quedaba sin labrar, haban de dedicarse a estudiar y entender todo el Pentateuco. A veces me culpan por dedicar tanto tiempo al Pentateuco. Esta es mi defensa. El ao del Sbado de la Tierra haba de usarse as. Esta obra demanda un ao. Feliz el hombre que pueda aprenderla en un ao. Qu escuela dominical tenemos aqu, en que hombres, mujeres y nios dedican todo un ao al estudio de la ley! Aqu hallamos la idea original de la escuela dominical que no es escuela solamente para los nios. La idea de la escuela dominical es que se renan hombres, mujeres y nios para or y llegar a entender la palabra de Dios. Por un ejemplo del cumplimiento, vase la notable historia en Nehemas 7:1-8.

    Pueden darse ilustraciones del tremendo poder de la concentracin de mente aun por un mes, por ejemplo, el caso de una escuela de treinta das para el estudio de Geografa, Aritmtica, Escritura o Matemticas. Quisiera sugerir que se dedique un mes del verano al estudio del Pentateuco, Los Evangelios, Las Epstolas de Pablo, La Escatologa, Los Profetas, Los Libros Poticos o la Monarqua.

    ***

    IV EL CANTO, LA ORACION Y LA BENDICION

    DE MOISES Deuteronomio 31:14-33:29: Salmo 90

    Este pasaje se halla en el captulo 31:14-33:29, y en relacin con l estudiamos el Salmo 90. El tema de esta seccin es el canto de Moiss, su oracin, y su bendicin.

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  • La introduccin da el origen, la razn y el propsito del canto. El origen es Dios; Dios lo mand y Dios lo inspir. La razn es que vio la apostasa de Israel. El propsito era que el canto fuese un testigo.

    La forma potica y proftica de esta Escritura inspirada se adaptaba bien para asegurar el objeto que Dios se propona. Los cantos del pueblo fueron aprendidos de memoria por el pueblo. Supongo que todo nio israelita aprendi de memoria este cntico, de mdo que en los labios de cada nio del pueblo habra una recitacin que testificara en contra de la nacin si apostataba de Jehov.

    No es mi propsito discutir aqu la oracin de Moiss sino quiero decir nuevamente que el Salmo 90 atribuido a Moiss, y con razn, fue escrito poco ms o menos en este tiempo. Contrasta la eternidad de Jehov con la vida transitoria de los hombres, y atribuye la vida transitoria del hombre a su pecado. El pecado le hizo la vida corta. El Salmo concluye con la oracin de que Dios nos ensee a contar nuestros das de tal manera que alcancemos un corazn dotado de sabidura, y de que confirme la obra de nuestras manos sobre nosotros. Es una obra maestra. Os suplico que leis la exposicin de l por Alejandro Maclaren. Aunque no me gusta referiros a la "Biblia de los Expositores" a causa de las partes venenosas de ella, en partes es excelente; la parte que trata de Levtico es esplndida. La parte que trata de Deuteronomio es absolutamente sin valor y los publicadores deberan disculparse ante la raza humana por incluirla.

    La bendicin es tambin potica. y proftica. Suaviza las partes duras del cntico. Es de ms esperanza pero no alcanza tanto del futuro.

    Antes de concluir estas observaciones introductorias, es necesario comparar el cntico, el Salmo 90 y la bendicin con el cntico previo de Moiss que se encontrar en el libro de xodo, y que consideramos al estudiar ese libro, y con el libro de Job, que este autor atribuye a Moiss. Moiss escribi el cntico de xodo para con-. memorar el libramiento de los hijos de Israel de Faran y la destruccin de Faran en el mar Rojo. En el captulo 15 de Apocalipsis tenemos referencia a este primer cntico de Moiss: "Y vi como si fuese un mar de vidrio revuelto con fuego; y los que haban salido victoriosos de la prueba, de la bestia y de su imagen y del nmero de su nombre, estaban sobre aquel mar de vidrio teniendo arpas de Dios. Y cantan el cntico de Moiss, siervo de Dios y el cntico del Cordero diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, oh Seor Dios Todopoderoso, justos y verdaderos son tus caminos, Oh Rey de los Siglos!

    El mar de vidrio mezclado con fuego era el mar Rojo en un tipo. El mar Rojo se dividi, y present muros helados, Israel pas por en medio de esta caada sepulcral, y la columna de fuego que los guiaba brillaba sobre los muros de agua y se reflejaba de uno a otro, de modo que se pareca a un mar de vidrio mezclado con fuego. Fueron bautizados en aquel mar y en aquella nube, y como escaparon de esa manera Moiss escribe el cntico del libramiento. En el libro de Apocalipsis, Juan usa aquel pasaje por en medio de aquellos muros congelados mezclados con fuego y el cntico que lo conmemoraba para simbolizar el libramiento de los santos al resistir la opresin de una iglesia apstata. De modo que tenemos esta clara afirmacin de que Moiss es el autor de un cntico que se entonar en el cielo. Es una cosa grande ser el autor de los cantos de una nacin aqu en la tierra; es cosa ms grande ser el autor de cantos que cantaremos en la tierra de libramiento eterno.

    Todos estos cnticos sin iguales muestran que tienen el mismo autor; el cntico del libramiento de xodo, el cntico que estamos para estudiar ahora, el Salmo 90, compuesto cerca

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  • del mismo tiempo, y la bendicin. Estos himnos poticos y profticos no tienen superiores en la poesa del mundo. Era grande en la prosa, grande en la historia, era tan grande como cualquier otro sobre quien descansara el aflato como escritor de poesa.

    La prxima cosa en la introduccin es que se describe a Moiss como habiendo acabado el Pentateuco, incluyendo el cntico, y confiando el libro a los sacerdotes, guardndolo dentro del arca del pacto, a fin de que por todo su futuro fuese un testigo. Al estudiar el libro de 11 de Reyes veremos que el hallazgo en los das de Josas del libro que se haba perdido y la lectura de l, trajo una grande reformacin entre el pueblo de Jud. Despus de que cay esa monarqua, despus de que Jud fue al cautiverio, y despus de su vuelta mediante los decretos del rey Persa en los das de Esdras y Nehemas, el mismo Pentateuco, una copia del cual Esdras trajo consigo, se lee a odos de todo el pueblo, hacindoles volver a establecer el gobierno de Israel.

    Un cntico no es tan susceptible de anlisis como lo es un argumento, por lo cual todos los esfuerzos para analizar este cntico dejan de satisfacernos, pero estoy seguro de que estaremos de acuerdo sobre estas cosas:

    El cntico comienza invocando al cielo y a la tierra como oyentes. Todo el cielo y toda la tierra haran bien en escuchar, deban escuchar este cntico, tan dulce que podra compararse a la cada de lluvia en tiempo de seca, o al roco que destila sobre la tierra quemada.

    Es evidente el tema del cntico: La fidelidad de Jehov y la infidelidad de Israel. No slo comienza con una declaracin de ese hecho sino que sigue desarrollando el pensamiento de lo que hizo Jehov para probar que era fiel, y lo que hizo Israel para probar que era infiel.

    Hay dos ilustraciones en ese cntico que necesitan estudiarse por un conferencista pblico. Nueve veces en el cntico Jehov es comparado con una roca, que indica estabilidad, el hecho que es el lugar de refugio. El guila sobre la cresta de la montaa, deseando ensear a volar a sus chicuelos, esparce los palos de su nido y empuje a los pajaritos sobre el precipicio, y estos gritando parecen caerse a su destruccin, pero ella se precipita debajo de ellos y los toma en sus alas y parte en su rpido vuelo; luego desciende debajo de ellos dejndolos volver a caer. Pronto aprenden a volar y tienen mucho orgullo en hacerlo. Esta ilustracin se emplea para mostrar cmo Jehov ha llevado sobre sus alas a este pueblo tan propenso a caer. Ambas ilustraciones son muy bellas.

    Este cntico muestra el carcter de Jehov en su severidad, en su santidad, en su justicia, en su fidelidad y en su misericordia. El cntico tambin manifiesta el carcter del pueblo como fatuo, perverso, ingrato, dbil y rebelde. En seguida el cntico presenta evidencias para probar estas declaraciones de distincin entre el carcter de Jehov y el carcter de su pueblo. Nos dice lo que hizo Jehov y lo que ellos hicieron.

    Jehov, cuando dividi las naciones en la antigedad, poco despus de los das de No, como aprendimos cuando estudiamos el Gnesis, al tiempo cuando dividi las naciones de la tierra. seal Palestina, la cual nosotros llamamos la Tierra Santa. a su pueblo previsto.

    Era su propsito en ese tiempo que tuvieran este territorio. Todava no existan sino sus progenitores, y Abraham, su progenitor directo todava no naca, pero aun entonces Dios, que era dueo de toda la tierra escogi aquella orilla oriental y estratgica del mar Mediterrneo que una Mesopotamia con sus grandes ciudades, Babilonia y Nnive, con Egipto. Los caminos entre las naciones septentrionales y meridionales pasaban por ella, as como los del comercio y de