Estimada comunidad Ursulina, Estamos a pocos días … · Cuando ponemos al niño, todos...

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Estimada comunidad Ursulina, Estamos a pocos días de iniciar el Adviento, tiempo que nos conducirá a la Navidad. La Pastoral del colegio quiere invitar a vivir con tranquilidad este tiempo que se nos regala. El Adviento y la Navidad nos sitúan ante la venida del Mesías, y ante el desafío del Reino de Dios. Es una ocasión muy propicia para considerar el significado profundo de Jesús como Salvador, y el modo de vida y compromiso que nos corresponde a sus seguidores. En Adviento-Navidad todos los cristianos hacemos memoria agradecida de Jesús, Dios hecho hombre como nosotros, y de cómo participamos de aquella esperanza del pueblo de Israel, y de nuestro mundo de hoy que aguardaba la venida del Mesías. Iniciemos este camino nuevamente, con la mirada puesta en el Dios de la misericordia, para celebrar con profundidad y alegría la experiencia del amor. No dejemos de soñar, de alimentar la esperanza. Presentamos este material para la preparación de las celebraciones y oraciones que ayuden a cada familia a conocer, profundizar y vivir en el significado de este tiempo litúrgico del Adviento. Pastoral

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Page 1: Estimada comunidad Ursulina, Estamos a pocos días … · Cuando ponemos al niño, todos aplaudimos. Lectura del Evangelio: Lucas 2:1-14. Meditación: Leer pausadamente la siguiente

Estimada comunidad Ursulina, Estamos a pocos días de iniciar el Adviento, tiempo que nos conducirá a la Navidad. La Pastoral del colegio quiere invitar a vivir con tranquilidad este tiempo que se nos regala. El Adviento y la Navidad nos sitúan ante la venida del Mesías, y ante el desafío del Reino de Dios. Es una ocasión muy propicia para considerar el significado profundo de Jesús como Salvador, y el modo de vida y compromiso que nos corresponde a sus seguidores. En Adviento-Navidad todos los cristianos hacemos memoria agradecida de Jesús, Dios hecho hombre como nosotros, y de cómo participamos de aquella esperanza del pueblo de Israel, y de nuestro mundo de hoy que aguardaba la venida del Mesías. Iniciemos este camino nuevamente, con la mirada puesta en el Dios de la misericordia, para celebrar con profundidad y alegría la experiencia del amor. No dejemos de soñar, de alimentar la esperanza. Presentamos este material para la preparación de las celebraciones y oraciones que ayuden a cada familia a conocer, profundizar y vivir en el significado de este tiempo litúrgico del Adviento.

Pastoral

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Celebración para la Noche de Navidad (Antes de comenzar a cenar) Ambientación: Esta Navidad queremos aprovecharla como un tiempo de gracia, para sentir que Dios quiere habitar en este hogar y nacer en cada uno de nuestros corazones. Oración inicial: “Concede, Señor todopoderoso, que hoy brille para nosotros y todas las familias del mundo, la luz de tu Palabra. Amén”. Canto: Entonamos una estrofa de algún canto conocido Encendemos la Corona de Adviento y una vela blanca: Encendemos las cuatro velas de la Corona de Adviento y una vela blanca que ponemos al lado de la imagen de la Virgen (en el pesebre). Canto: Entonamos algún alegre villancico mientras nos disponemos a agregar al Niño Dios en el pesebre. Cuando ponemos al niño, todos aplaudimos.

Lectura del Evangelio: Lucas 2:1-14. Meditación: Leer pausadamente la siguiente meditación. “Esperábamos la gloria deslumbrante del Señor y tú nos mandaste un tierno niño, en el silencio de la noche. Esperábamos un guerrero y tú nos has enviado un príncipe de la paz. Esperábamos al Dios fuerte y omnipotente, y tú nos has dado un manso cordero. Teníamos mucho miedo y tú nos has dado el amor, la paz y la vida. Esperábamos recibir mucho de ti y tú has superado nuestra capacidad y deseo, tú mismo te nos has dado, todo entero y para siempre” Peticiones: Mientras el Niño Dios pasa de mano en mano, la persona que le toca tenerlo, hace una petición y todos responden: ¡Hoy nos ha nacido el Mesías, el Señor! Rezamos juntos: 1 Padrenuestro y 1 Avemaría. Oración final: “Hoy la Virgen da a luz al Trascendente. Y la tierra ofrece una cueva al inaccesible. Los ángeles y los pastores le alaban. Los magos caminan con la estrella; porque ha nacido por nosotros, niño pequeñito, el Dios de antes de los siglos. Amén” Canto: Terminamos con un canto mientras disponemos en el centro de la mesa familiar la Corona de Adviento con sus cuatro velas encendidas (más la quinta vela blanca también encendida cerca de la Virgen y el Niño Jesús, en el pesebre).

"Ven y enciende, Señor, mi Fe para vivir en

el amor"

ADVIENTO 2016

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PRESENTACIÓN

Estamos a pocos días de iniciar el Adviento, tiempo que nos conducirá a la Navidad.

La Pastoral del colegio quiere invitar a vivir con tranquilidad este tiempo que se nos

regala.

El Adviento y la Navidad nos sitúan ante la venida del Mesías, y ante el desafío del

Reino de Dios. Es una ocasión muy propicia para considerar el significado profundo

de Jesús como Salvador, y el modo de vida y compromiso que nos corresponde a sus

seguidores.

En Adviento-Navidad todos los cristianos hacemos memoria agradecida de Jesús,

Dios hecho hombre como nosotros, y de cómo participamos de aquella esperanza

del pueblo de Israel, y de nuestro mundo de hoy que aguardaba la venida del

Mesías.

Iniciemos este camino nuevamente, con la mirada puesta en el Dios de la

misericordia, para celebrar con profundidad y alegría la experiencia del amor. No

dejemos de soñar, de alimentar la esperanza.

Presentamos este material para la preparación de las celebraciones y oraciones que

ayuden a cada familia a conocer, profundizar y vivir en el significado de este tiempo

litúrgico del Adviento.

“Mirar hacia el interior no significa dejar de volver nuestros ojos hacia la tierra.

Dios, en muchos casos, se presenta en el rostro de aquellos prójimos

que padecen soledad, tristeza, angustia, pobreza”.

+Cuarto domingo Ambientación: En el cuarto domingo de Adviento nuestros ojos miran a María, ya que se aproxima el momento en que dará a luz al Hijo de Dios. Por eso al lado de la corona vamos a poner una imagen de la Virgen con una vela encendida (que no sea ninguna de las velas de la corona). Oración inicial: “Señor Jesús, hoy la liturgia nos invita a mirar a María embarazada, que te ha llevado en su seno durante nueve meses y que pronto te dará a luz. Ayúdanos a vivir con fe este misterio llamado “Encarnación”. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”. Canto: Entonamos algún canto de Adviento Oración: “Señor Jesús, nuestros corazones y también nuestro hogar te abren las puertas, para que así como entraste en el seno de María, puedas entrar en nuestra vida personal y familiar. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”. Oración frente a la corona: (algún integrante de la familia enciende las cuatro velas de la corona tomando luz de la vela que está delante de la Virgen).“Al encender estas cuatro velas, en el último domingo de Adviento, pensamos en ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre. Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. Te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. En sus brazos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. ¡Ven pronto, Señor.!” Lectura del Evangelio: Lucas 1:39-45. Reflexión: ¿Cuáles son los motivos por los que Isabel se alegra ante la visita de María? Peticiones: A cada petición respondemos: ¡Virgen María, danos a Jesús! -En este momento de dolor y angustia que vive nuestra patria. -En esta Navidad que hemos venido preparando en familia. -En los momentos en que sentimos la tentación de abandonar todo. Rezamos juntos: 1 Padrenuestro y 1 Avemaría. Oración final: “Querida Madre de Dios, te pedimos que nos hagas sentir aquella misma alegría y gozo que sentiste al dar la vida humana a Jesús. Nuestra familia quiere llevar esta felicidad a todas las personas que más sufren. Amén”.

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+Tercer domingo Ambientación: La razón más grande de nuestra alegría es Jesús que ya está entre nosotros y esperamos su segunda venida. Este domingo nos recuerda que la Navidad que festejamos todos los años nos trae a la memoria, que Jesús vino al mundo a través de María. Oración inicial: “Señor Jesús, no dejes que la alegría de tu presencia se borre de nuestro corazón, a pesar de los acontecimientos dolorosos que estamos viviendo en nuestra patria. Que la razón de nuestra alegría sea siempre el sentirnos amados por Ti. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”. Canto: Entonamos algún canto de Adviento Oración: “Señor Jesús, nosotros queremos ser portadores de alegría, llevando en nosotros mismos una profunda alegría, una alegría que tenga su fuente en la fe y en el amor que nos tiene el Padre Celestial. Oscuridades e inseguridades no nos pueden quitar la alegría. Señor, te pedimos que seas la causa de nuestra alegría. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.” Oración frente a la corona: (algún integrante de la familia enciende la vela rosa, además de las que ya se encendieron los otros dos domingos). “En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: el Señor va a llegar. Preparad sus caminos, porque ya se acerca. Adornad vuestra alma como una novia se engalana el día de su boda. Ya llega el mensajero. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos! Lectura del Evangelio: Lucas 3:10-18. Reflexión: ¿Qué actitudes y gestos son las que alegran nuestro corazón? Peticiones: A cada petición respondemos: ¡Señor, que no perdamos la alegría! -Cuando el dolor nos golpea y nos cuesta levantarnos. -Cuando sentimos que somos despreciados y maltratados. -Cuando nos falta el trabajo y el pan de cada día. Rezamos juntos: 1 Padrenuestro y 1 Avemaría. Oración final: “Querida Madre de Dios, que viviste con alegría los nueve meses de tu Adviento llevando al Niño Dios en tu seno, ayúdanos con tu oración para que no se borre nunca de nuestro corazón la alegría que nos trae Jesús. Amén”.

SENTIDO DEL ADVIENTO Y DE LA NAVIDAD

La palabra Adviento tiene su origen en el término latino “adventus”, que significa

“venida” o “advenimiento”. Desde el principio, el Adviento es considerado un tiempo

de “espera”. En los escritos del Nuevo Testamento constatamos cómo los cristianos

de los primeros siglos esperaban el regreso glorioso del Señor al final de la historia.

El primer dato que tenemos sobre el Adviento es de san Hilario y se remonta al año

360 de la era cristiana. Habla de un período de tres semanas, que empezaba el 16

de diciembre y terminaría el 6 de enero, fiesta de la Epifanía del Señor.

A finales del siglo V se empieza a perfilar el Adviento como un período de cuarenta

días, que comenzaba el 15 de noviembre, fiesta de san Martín, y se prolongaba

hasta el día de Navidad. San Gregorio Magno es quien establece la duración de

cuatro semanas, tal como lo tenemos hoy. En los siglos siguientes se afianzó el

Adviento como “tiempo de espera”: espera del Señor en su venida histórica en su

nacimiento en el portal de Belén, espera presente del Señor que viene en cada

momento a nuestra vida y quiere que reconozcamos su presencia.

Nuevamente se nos regala el tiempo del Adviento. Tradicionalmente, el Adviento es

visto como un tiempo de espera, un tiempo para la esperanza. Es un tiempo de

espera porque a pesar de todo lo que aparentemente se nos muestra, ocurre de

nuevo uno de los acontecimientos más importantes para la humanidad: la

encarnación de Dios.

Dios se ha compadecido de nosotros, de nuestros sufrimientos, de nuestra vida y se

ha hecho hombre como nosotros. Todo eso está muy bien y una vez al año lo

celebramos. Pero no podemos quedarnos ahí. El Adviento nos habla de un Dios

volcado a la humanidad, apasionado por el ser humano y sus cosas. Y eso vuelve a

traer la esperanza donde no la hay.

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+Primer domingo Ambientación: No dejemos que los acontecimientos que padece el mundo y la crisis que vive nuestro país nos hagan adormecer y perder conciencia de lo que sucede. Jesús viene a nuestro encuentro y nos dice: ¡permanezcan despiertos! Oración inicial: “Señor Jesús, queremos hoy armar la Corona de Adviento y encender la primera vela para reconocerte como la luz del mundo que ha triunfado sobre las tinieblas y la muerte. Amén”. Canto: Entonamos algún canto de Adviento Bendición de la corona: “Señor, te pedimos que derrames tu bendición sobre esta corona, para que nos recuerde domingo a domingo que debemos estar despiertos esperando a Cristo que nos trae la salvación. No dejes que los males que nos rodean nos impidan comprometernos con la realidad para cambiarla. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.” Oración frente a la corona: (algún integrante de la familia enciende la primera vela). “Encendemos Señor esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche al encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús!” Lectura del Evangelio: Lucas 21,25-36. Reflexión: ¿Qué propósito nos puede ayudar a tener un corazón mejor dispuesto para recibir a Jesús en esta Navidad? Peticiones: A cada petición respondemos: ¡Ven, Señor, te esperamos! -Para que tu luz nos haga salir de la oscuridad. -Para que tu presencia nos quite los temores. -Para que tus enseñanzas orienten nuestra vida. Rezamos juntos: 1 Padrenuestro y 1 Avemaría. Oración final: “Querida Madre, se te ha encomendado la misión de estar siempre despierta para atender a todas nuestras necesidades, particularmente cuando el peso de las responsabilidades nos agobian. Camina junto a nosotros en este Adviento. Amén”.

+Segundo domingo Ambientación: Al iniciar este segundo domingo de Adviento nos hemos reunido alrededor de la corona para dejarnos iluminar por la Palabra de Dios y rezar en familia, esperando con alegría que Jesús nazca en nuestro corazón. Oración inicial: “Señor Jesús, estamos cerca de vivir un gran acontecimiento: tu nacimiento en medio de nosotros. Juan el Bautista anunció tu llegada pidiendo a los hombres que se arrepintieran de corazón. Hoy, nosotros, arrepentidos, te pedimos perdón a Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”. Canto: Entonamos algún canto de Adviento Oración frente a la corona: (algún integrante de la familia enciende la segunda vela morada, además de la semana anterior). “Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando, florece el desierto. La humildad entera se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven pronto, Señor! Lectura del Evangelio: Lucas 3:1-6. Reflexión: ¿Qué piedras encontramos en el camino a nuestro corazón que le impiden llegar a Jesús? ¿Por qué es necesaria la conversión para el perdón de los pecados? Peticiones: A cada petición respondemos: ¡Señor, cambia nuestro corazón! -Porque somos egoístas y orgullosos. -Porque nos cuesta perdonar las ofensas. -Porque somos envidiosos y celosos. Rezamos juntos: 1 Padrenuestro y 1 Avemaría. Oración final: “Querida Virgen María, Tú sabes que nuestro camino al corazón está lleno de piedras, que no dejan que tu Hijo Jesús pueda venir a nosotros. Te pedimos tu ayuda para sacar estos obstáculos del camino y permitir que Él pueda nacer en nosotros esta Navidad. Amén”.

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Celebración para la Noche de Navidad (Antes de comenzar a cenar) Ambientación: Esta Navidad queremos aprovecharla como un tiempo de gracia, para sentir que Dios quiere habitar en este hogar y nacer en cada uno de nuestros corazones. Oración inicial: “Concede, Señor todopoderoso, que hoy brille para nosotros y todas las familias del mundo, la luz de tu Palabra. Amén”. Canto: Entonamos una estrofa de algún canto conocido Encendemos la Corona de Adviento y una vela blanca: Encendemos las cuatro velas de la Corona de Adviento y una vela blanca que ponemos al lado de la imagen de la Virgen (en el pesebre). Canto: Entonamos algún alegre villancico mientras nos disponemos a agregar al Niño Dios en el pesebre. Cuando ponemos al niño, todos aplaudimos.

Lectura del Evangelio: Lucas 2:1-14. Meditación: Leer pausadamente la siguiente meditación. “Esperábamos la gloria deslumbrante del Señor y tú nos mandaste un tierno niño, en el silencio de la noche. Esperábamos un guerrero y tú nos has enviado un príncipe de la paz. Esperábamos al Dios fuerte y omnipotente, y tú nos has dado un manso cordero. Teníamos mucho miedo y tú nos has dado el amor, la paz y la vida. Esperábamos recibir mucho de ti y tú has superado nuestra capacidad y deseo, tú mismo te nos has dado, todo entero y para siempre” Peticiones: Mientras el Niño Dios pasa de mano en mano, la persona que le toca tenerlo, hace una petición y todos responden: ¡Hoy nos ha nacido el Mesías, el Señor! Rezamos juntos: 1 Padrenuestro y 1 Avemaría. Oración final: “Hoy la Virgen da a luz al Trascendente. Y la tierra ofrece una cueva al inaccesible. Los ángeles y los pastores le alaban. Los magos caminan con la estrella; porque ha nacido por nosotros, niño pequeñito, el Dios de antes de los siglos. Amén” Canto: Terminamos con un canto mientras disponemos en el centro de la mesa familiar la Corona de Adviento con sus cuatro velas encendidas (más la quinta vela blanca también encendida cerca de la Virgen y el Niño Jesús, en el pesebre).

"Ven y enciende, Señor, mi Fe para vivir en

el amor"

ADVIENTO 2016

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PRESENTACIÓN

Estamos a pocos días de iniciar el Adviento, tiempo que nos conducirá a la Navidad.

La Pastoral del colegio quiere invitar a vivir con tranquilidad este tiempo que se nos

regala.

El Adviento y la Navidad nos sitúan ante la venida del Mesías, y ante el desafío del

Reino de Dios. Es una ocasión muy propicia para considerar el significado profundo

de Jesús como Salvador, y el modo de vida y compromiso que nos corresponde a sus

seguidores.

En Adviento-Navidad todos los cristianos hacemos memoria agradecida de Jesús,

Dios hecho hombre como nosotros, y de cómo participamos de aquella esperanza

del pueblo de Israel, y de nuestro mundo de hoy que aguardaba la venida del

Mesías.

Iniciemos este camino nuevamente, con la mirada puesta en el Dios de la

misericordia, para celebrar con profundidad y alegría la experiencia del amor. No

dejemos de soñar, de alimentar la esperanza.

Presentamos este material para la preparación de las celebraciones y oraciones que

ayuden a cada familia a conocer, profundizar y vivir en el significado de este tiempo

litúrgico del Adviento.

“Mirar hacia el interior no significa dejar de volver nuestros ojos hacia la tierra.

Dios, en muchos casos, se presenta en el rostro de aquellos prójimos

que padecen soledad, tristeza, angustia, pobreza”.

+Cuarto domingo Ambientación: En el cuarto domingo de Adviento nuestros ojos miran a María, ya que se aproxima el momento en que dará a luz al Hijo de Dios. Por eso al lado de la corona vamos a poner una imagen de la Virgen con una vela encendida (que no sea ninguna de las velas de la corona). Oración inicial: “Señor Jesús, hoy la liturgia nos invita a mirar a María embarazada, que te ha llevado en su seno durante nueve meses y que pronto te dará a luz. Ayúdanos a vivir con fe este misterio llamado “Encarnación”. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”. Canto: Entonamos algún canto de Adviento Oración: “Señor Jesús, nuestros corazones y también nuestro hogar te abren las puertas, para que así como entraste en el seno de María, puedas entrar en nuestra vida personal y familiar. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”. Oración frente a la corona: (algún integrante de la familia enciende las cuatro velas de la corona tomando luz de la vela que está delante de la Virgen).“Al encender estas cuatro velas, en el último domingo de Adviento, pensamos en ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre. Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. Te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. En sus brazos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. ¡Ven pronto, Señor.!” Lectura del Evangelio: Lucas 1:39-45. Reflexión: ¿Cuáles son los motivos por los que Isabel se alegra ante la visita de María? Peticiones: A cada petición respondemos: ¡Virgen María, danos a Jesús! -En este momento de dolor y angustia que vive nuestra patria. -En esta Navidad que hemos venido preparando en familia. -En los momentos en que sentimos la tentación de abandonar todo. Rezamos juntos: 1 Padrenuestro y 1 Avemaría. Oración final: “Querida Madre de Dios, te pedimos que nos hagas sentir aquella misma alegría y gozo que sentiste al dar la vida humana a Jesús. Nuestra familia quiere llevar esta felicidad a todas las personas que más sufren. Amén”.

Page 8: Estimada comunidad Ursulina, Estamos a pocos días … · Cuando ponemos al niño, todos aplaudimos. Lectura del Evangelio: Lucas 2:1-14. Meditación: Leer pausadamente la siguiente

+Tercer domingo Ambientación: La razón más grande de nuestra alegría es Jesús que ya está entre nosotros y esperamos su segunda venida. Este domingo nos recuerda que la Navidad que festejamos todos los años nos trae a la memoria, que Jesús vino al mundo a través de María. Oración inicial: “Señor Jesús, no dejes que la alegría de tu presencia se borre de nuestro corazón, a pesar de los acontecimientos dolorosos que estamos viviendo en nuestra patria. Que la razón de nuestra alegría sea siempre el sentirnos amados por Ti. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”. Canto: Entonamos algún canto de Adviento Oración: “Señor Jesús, nosotros queremos ser portadores de alegría, llevando en nosotros mismos una profunda alegría, una alegría que tenga su fuente en la fe y en el amor que nos tiene el Padre Celestial. Oscuridades e inseguridades no nos pueden quitar la alegría. Señor, te pedimos que seas la causa de nuestra alegría. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.” Oración frente a la corona: (algún integrante de la familia enciende la vela rosa, además de las que ya se encendieron los otros dos domingos). “En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: el Señor va a llegar. Preparad sus caminos, porque ya se acerca. Adornad vuestra alma como una novia se engalana el día de su boda. Ya llega el mensajero. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos! Lectura del Evangelio: Lucas 3:10-18. Reflexión: ¿Qué actitudes y gestos son las que alegran nuestro corazón? Peticiones: A cada petición respondemos: ¡Señor, que no perdamos la alegría! -Cuando el dolor nos golpea y nos cuesta levantarnos. -Cuando sentimos que somos despreciados y maltratados. -Cuando nos falta el trabajo y el pan de cada día. Rezamos juntos: 1 Padrenuestro y 1 Avemaría. Oración final: “Querida Madre de Dios, que viviste con alegría los nueve meses de tu Adviento llevando al Niño Dios en tu seno, ayúdanos con tu oración para que no se borre nunca de nuestro corazón la alegría que nos trae Jesús. Amén”.

SENTIDO DEL ADVIENTO Y DE LA NAVIDAD

La palabra Adviento tiene su origen en el término latino “adventus”, que significa

“venida” o “advenimiento”. Desde el principio, el Adviento es considerado un tiempo

de “espera”. En los escritos del Nuevo Testamento constatamos cómo los cristianos

de los primeros siglos esperaban el regreso glorioso del Señor al final de la historia.

El primer dato que tenemos sobre el Adviento es de san Hilario y se remonta al año

360 de la era cristiana. Habla de un período de tres semanas, que empezaba el 16

de diciembre y terminaría el 6 de enero, fiesta de la Epifanía del Señor.

A finales del siglo V se empieza a perfilar el Adviento como un período de cuarenta

días, que comenzaba el 15 de noviembre, fiesta de san Martín, y se prolongaba

hasta el día de Navidad. San Gregorio Magno es quien establece la duración de

cuatro semanas, tal como lo tenemos hoy. En los siglos siguientes se afianzó el

Adviento como “tiempo de espera”: espera del Señor en su venida histórica en su

nacimiento en el portal de Belén, espera presente del Señor que viene en cada

momento a nuestra vida y quiere que reconozcamos su presencia.

Nuevamente se nos regala el tiempo del Adviento. Tradicionalmente, el Adviento es

visto como un tiempo de espera, un tiempo para la esperanza. Es un tiempo de

espera porque a pesar de todo lo que aparentemente se nos muestra, ocurre de

nuevo uno de los acontecimientos más importantes para la humanidad: la

encarnación de Dios.

Dios se ha compadecido de nosotros, de nuestros sufrimientos, de nuestra vida y se

ha hecho hombre como nosotros. Todo eso está muy bien y una vez al año lo

celebramos. Pero no podemos quedarnos ahí. El Adviento nos habla de un Dios

volcado a la humanidad, apasionado por el ser humano y sus cosas. Y eso vuelve a

traer la esperanza donde no la hay.

Page 9: Estimada comunidad Ursulina, Estamos a pocos días … · Cuando ponemos al niño, todos aplaudimos. Lectura del Evangelio: Lucas 2:1-14. Meditación: Leer pausadamente la siguiente

+Primer domingo Ambientación: No dejemos que los acontecimientos que padece el mundo y la crisis que vive nuestro país nos hagan adormecer y perder conciencia de lo que sucede. Jesús viene a nuestro encuentro y nos dice: ¡permanezcan despiertos! Oración inicial: “Señor Jesús, queremos hoy armar la Corona de Adviento y encender la primera vela para reconocerte como la luz del mundo que ha triunfado sobre las tinieblas y la muerte. Amén”. Canto: Entonamos algún canto de Adviento Bendición de la corona: “Señor, te pedimos que derrames tu bendición sobre esta corona, para que nos recuerde domingo a domingo que debemos estar despiertos esperando a Cristo que nos trae la salvación. No dejes que los males que nos rodean nos impidan comprometernos con la realidad para cambiarla. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.” Oración frente a la corona: (algún integrante de la familia enciende la primera vela). “Encendemos Señor esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche al encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús!” Lectura del Evangelio: Lucas 21,25-36. Reflexión: ¿Qué propósito nos puede ayudar a tener un corazón mejor dispuesto para recibir a Jesús en esta Navidad? Peticiones: A cada petición respondemos: ¡Ven, Señor, te esperamos! -Para que tu luz nos haga salir de la oscuridad. -Para que tu presencia nos quite los temores. -Para que tus enseñanzas orienten nuestra vida. Rezamos juntos: 1 Padrenuestro y 1 Avemaría. Oración final: “Querida Madre, se te ha encomendado la misión de estar siempre despierta para atender a todas nuestras necesidades, particularmente cuando el peso de las responsabilidades nos agobian. Camina junto a nosotros en este Adviento. Amén”.

+Segundo domingo Ambientación: Al iniciar este segundo domingo de Adviento nos hemos reunido alrededor de la corona para dejarnos iluminar por la Palabra de Dios y rezar en familia, esperando con alegría que Jesús nazca en nuestro corazón. Oración inicial: “Señor Jesús, estamos cerca de vivir un gran acontecimiento: tu nacimiento en medio de nosotros. Juan el Bautista anunció tu llegada pidiendo a los hombres que se arrepintieran de corazón. Hoy, nosotros, arrepentidos, te pedimos perdón a Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”. Canto: Entonamos algún canto de Adviento Oración frente a la corona: (algún integrante de la familia enciende la segunda vela morada, además de la semana anterior). “Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando, florece el desierto. La humildad entera se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven pronto, Señor! Lectura del Evangelio: Lucas 3:1-6. Reflexión: ¿Qué piedras encontramos en el camino a nuestro corazón que le impiden llegar a Jesús? ¿Por qué es necesaria la conversión para el perdón de los pecados? Peticiones: A cada petición respondemos: ¡Señor, cambia nuestro corazón! -Porque somos egoístas y orgullosos. -Porque nos cuesta perdonar las ofensas. -Porque somos envidiosos y celosos. Rezamos juntos: 1 Padrenuestro y 1 Avemaría. Oración final: “Querida Virgen María, Tú sabes que nuestro camino al corazón está lleno de piedras, que no dejan que tu Hijo Jesús pueda venir a nosotros. Te pedimos tu ayuda para sacar estos obstáculos del camino y permitir que Él pueda nacer en nosotros esta Navidad. Amén”.