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| 250 Capítulo 16. MUNDO MARINO Héctor Hugo Nava Bravo 1 E l territorio marítimo mexicano está definido por la Ley Federal del Mar de 1986. Abarca el mar territorial de 12 millas náuticas, la zona contigua que termina a 24 millas de la costa, y la zona económica exclusiva, que se extiende hasta las 200 millas más allá de la costa (Lara et al. , 2008). El litoral mexicano se extiende por alrededor de 11 122 km de línea de costa, de los cuales 70% está rodeado por el Océano Pacífico y 30 corresponde al Golfo de México y el Mar Caribe (Inegi, 2003). El ecosistema marino no se encuentra aislado del terrestre, pues mantiene una interacción es- trecha con el continente y la atmósfera. Algunos ambientes con estas características son las lagunas, esteros, marismas, bahías, caletas, ensenadas, cenotes, aguadas y sartenejas. Existen diferencias muy marcadas entre los sistemas costeros del Golfo de México y los del Pacífico, e incluso entre los del Golfo de California y los del lado occidental de la península, resultado de las diferencias de clima, los aportes fluviales y los continentales (Lara et al. , 2008). Subdivisiones del ambiente marino De acuerdo con su historia de vida, las distintas especies marinas pueden encontrarse en dos am- bientes claramente diferenciados: el ambiente pelágico y el ambiente bentónico (Tait y Dipper, 1998). El pelágico incluye todo el volumen de agua del océano y se extiende desde la parte más so- mera hasta la parte oceánica. Las adaptaciones de los organismos para habitar este entorno incluyen la capacidad de flotar y en muchos casos, la de moverse a voluntad a través de la columna de agua. Aquellas especies que flotan sin poder contrarrestar las corrientes constituyen el plancton: los vege- tales conforman el fitoplancton y los animales el zooplancton; las especies que pueden desplazarse en el agua forman parte del necton. Las comunidades del entorno marino comprenden especies cuyo tamaño varía desde unas pocas micras hasta decenas de metros de longitud, entre las que se encuentran invertebrados como las medusas, los corales, los crustáceos, los moluscos, los peces, muchas especies de reptiles y mamíferos marinos (Castro y Huber, 1997). El ambiente bentónico lo conforma toda la superficie del fondo oceánico, desde la zona de sal- picadura hasta las profundidades abisales. Las comunidades en este escenario están integradas por vegetales y animales que viven anclados al fondo (sésiles), como algas, pastos marinos, manglares, esponjas, corales duros y gorgonias, anémonas y ostras, por citar algunos. Muchos animales adapta- dos al bentos han desarrollado formas aplanadas y en muchos casos, aunque limitada, poseen cierta capacidad de locomoción. Los erizos, las estrellas y pepinos de mar son un ejemplo, pero también encontramos caracoles, pulpos, cangrejos, camarones, langostas y peces (Tait y Dipper, 1998). Diversidad en los mares y Áreas Naturales Protegidas (ANP) México es un país con una alta diversidad marina (Reyes et al ., 2012), muy probablemente gracias a la extensión geográfica del territorio marino, que incluye al menos cinco regiones biogeográficas 1 Departamento de Zoología, Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Michoacán. Correo electrónico: [email protected]

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Capítulo 16. MUNDO MARINO

Héctor Hugo Nava Bravo1

El territorio marítimo mexicano está definido por la Ley Federal del Mar de 1986. Abarca el mar territorial de 12 millas náuticas, la zona contigua que termina a 24 millas de la costa, y la zona económica exclusiva, que se extiende hasta las 200 millas más allá de la costa (Lara et al., 2008). El litoral mexicano se extiende por alrededor de 11 122 km de línea de

costa, de los cuales 70% está rodeado por el Océano Pacífico y 30 corresponde al Golfo de México y el Mar Caribe (Inegi, 2003).

El ecosistema marino no se encuentra aislado del terrestre, pues mantiene una interacción es-trecha con el continente y la atmósfera. Algunos ambientes con estas características son las lagunas, esteros, marismas, bahías, caletas, ensenadas, cenotes, aguadas y sartenejas. Existen diferencias muy marcadas entre los sistemas costeros del Golfo de México y los del Pacífico, e incluso entre los del Golfo de California y los del lado occidental de la península, resultado de las diferencias de clima, los aportes fluviales y los continentales (Lara et al., 2008).

Subdivisiones del ambiente marino

De acuerdo con su historia de vida, las distintas especies marinas pueden encontrarse en dos am-bientes claramente diferenciados: el ambiente pelágico y el ambiente bentónico (Tait y Dipper, 1998). El pelágico incluye todo el volumen de agua del océano y se extiende desde la parte más so-mera hasta la parte oceánica. Las adaptaciones de los organismos para habitar este entorno incluyen la capacidad de flotar y en muchos casos, la de moverse a voluntad a través de la columna de agua. Aquellas especies que flotan sin poder contrarrestar las corrientes constituyen el plancton: los vege-tales conforman el fitoplancton y los animales el zooplancton; las especies que pueden desplazarse en el agua forman parte del necton. Las comunidades del entorno marino comprenden especies cuyo tamaño varía desde unas pocas micras hasta decenas de metros de longitud, entre las que se encuentran invertebrados como las medusas, los corales, los crustáceos, los moluscos, los peces, muchas especies de reptiles y mamíferos marinos (Castro y Huber, 1997).

El ambiente bentónico lo conforma toda la superficie del fondo oceánico, desde la zona de sal-picadura hasta las profundidades abisales. Las comunidades en este escenario están integradas por vegetales y animales que viven anclados al fondo (sésiles), como algas, pastos marinos, manglares, esponjas, corales duros y gorgonias, anémonas y ostras, por citar algunos. Muchos animales adapta-dos al bentos han desarrollado formas aplanadas y en muchos casos, aunque limitada, poseen cierta capacidad de locomoción. Los erizos, las estrellas y pepinos de mar son un ejemplo, pero también encontramos caracoles, pulpos, cangrejos, camarones, langostas y peces (Tait y Dipper, 1998).

Diversidad en los mares y Áreas Naturales Protegidas (ANP)

México es un país con una alta diversidad marina (Reyes et al., 2012), muy probablemente gracias a la extensión geográfica del territorio marino, que incluye al menos cinco regiones biogeográficas

1 Departamento de Zoología, Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Michoacán. Correo electrónico: [email protected]

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marinas de latitudes tropicales y templadas (Robertson y Cramer, 2009). Según estudios recientes, tan solo el Golfo de California y el Golfo de México albergan alrededor de 11 000 especies de invertebrados y 2 500 especies de pe-ces, de los cuales al menos 1 835 son endémicas. Esta alta variedad en muchos casos ha apoyado los argumentos para la creación de Áreas Naturales Protegidas (anp; Figura 1). Actualmente, de las más de 160 anp existentes en Méxi-co, al menos 68 tienen un componente marino o costero (Cuadro 1; Aguilar et al., 2007), entre las que se cuentan 13 Reservas de la Biósfera, tres Áreas de Protección de Flora y Fauna y once Parques Nacionales, que cubren un total de 4.2 millones de ha de territorio marino y hasta 12 millones ha, si se considera el margen costero (Reyes et al., 2012).

Otra iniciativa de conservación es la identificación de las Regiones Marinas Prioritarias (rmp), tomando como cri-terio su alta diversidad e integridad ecológica, la presencia de especies endémicas y/o amenazadas, así como su alto valor económico por la presencia de recursos importantes (Arriaga et al., 1998). Estas áreas surgen ante la necesidad de conocer el uso de la biodiversidad en ambientes marinos, a fin de conservar e identificar las principales amenazas para sus especies animales y vegetales. Algunos de los ecosiste-mas más representativos incluidos en estas anp y rmp son los arrecifes de coral, los manglares, las marismas costeras y las lagunas costeras. Estos ecosistemas y algunos otros de gran importancia (Figura 2) se describen a continuación.

Arrecifes de coral

Los arrecifes de coral son una de las estructuras de origen biológico más grandes en la naturaleza, compuestos de material calcáreo depositado por distintos organismos que toman el carbonato disuelto en el agua y lo precipitan en forma de cristales minerales de aragonita o calcita (Spalding et al., 2001). Las algas calcáreas, los corales, algunos molus-cos, los equinodermos, los foraminíferos y cocolitofóridos son algunos grupos cuyos restos calcáreos forman parte del material depositado en los arrecifes. Los corales pétreos o escleractinios son el grupo más relevante en la construcción de arrecifes, ya que tienen la capacidad de depositar hasta cuatro kilogramos de carbonato por metro cuadrado en un año (Silverman et al., 2007). Estos arrecifes sostienen uno de los ecosistemas más productivos y diversos del planeta (Figura 3); a los seres humanos brindan bienes y servicios ecosistémicos, como registro paleoclimático y sumidero de carbono. Esto último ayuda a regular la concentración de CO2 en la atmósfera, contribuyendo a la contención del

cambio climático (Spalding et al., 2001). Otros servicios son la protección de la zona costera contra la erosión y el embate de las tormentas, además de constituir ambientes de un alto valor paisajístico que atraen inversiones económicas y promueven la generación de empleos relacionados con la industria turística. Tan solo en 2006, el estado de Quintana Roo captó 30% de las divisas nacionales por las actividades turísticas vinculadas a estos ecosistemas (Secretaría de Tu-rismo de Quintana Roo, 2007). Además, proveen grandes cantidades de proteína animal de un alto valor nutricional y son una fuente altamente potencial de compuestos farmaco-lógicos para los seres humanos. México cuenta con arrecifes coralinos, algunos de los cuales están entre los más impor-tantes a nivel mundial, por la presencia de endemismos y por su extensión.

Distribución de las zonas arrecifales A lo largo de las costas mexicanas, los arrecifes de coral cu-bren un área de más de 1 780 km2, que representan cerca de 0.6% de la superficie cubierta por estos ecosistemas en todo el mundo (Spalding et al., 2001).

La zona arrecifal del Caribe Mexicano, del estado de Quintana Roo, es la más relevante en extensión. Allí existe una barrera coralina que se extiende de forma intermitente a lo largo de más de 370 km de litoral, desde Isla Contoy, en la costa noreste de la península de Yucatán, hasta Xca-lak, en la frontera sur de México con Belice. Esta área alberga uno de los atolones más grandes del mundo: Ban-co Chinchorro, cuya longitud y amplitud alcanza los 43 y 28 km, respectivamente.

En la zona del Golfo de México, los estados de Vera- cruz, Campeche y Yucatán alojan alrededor de 38 arrecifes de coral emergentes de tipo plataforma, algunos arrecifes sumergidos y bancos arrecifales (Tunnell, 1988; Jordán, 2005). La zona arrecifal de Veracruz la constituye princi-palmente el Sistema Arrecifal Veracruzano (sav), con una extensión de más de 52 238 ha (Conanp, 2004), que con-tiene los arrecifes de Lobos y Tuxpan. En el estado de Cam-peche se encuentra la barrera coralina de Banco Campeche, con estructuras arrecifales de 20 a 30 m de altura. Frente a la costa noroeste de Yucatán se ubica el Parque Nacional Arrecife Alacranes, una estructura arrecifal de plataforma o falso atolón, con una extensión de más de 334 113.25 ha.

En el Pacífico mexicano, el rango de distribución de las comunidades arrecifales se divide en tres zonas principales: Golfo de California, Archipiélago de Revillagigedo y Pacífi- co Mexicano Tropical (Reyes, 2003). En el Golfo de Califor-nia las localidades con estructuras arrecifales son escasas, pero algunas especies de corales endémicos se pueden en-contrar, como es el caso de Porites sverdrupi (Durham, 1947).

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Cuadro. 1. Número de áreas naturales protegidas por entidad. APFF= Área de Protección de Flora y Fauna, PN= Parque Nacional, S=Santuario, RB= Reserva de la Biósfera

Entidad Federativa Categoría anp Extensión Especies/ecosistemas de importancia

Baja California APFF Valle de los Cirios 257 600 Plantas vasculares, mamíferos y reptiles endémicos.

Baja California PN Archipiélago de San Lorenzo 58 442

Ballena azul, ballena jorobada, rorcual tropical, orca, cachalote, cachalote enano, delfín común, delfín tursión, delfín mular, lobo marino de California, tortuga jabalina, tortuga prieta, tortuga de carey, tortuga golfina y tortuga laúd.

Baja California RB Isla Guadalupe 303 000 Lobo fino de Guadalupe (endémico, único sitio de reproducción), ballena gris, lobo marino de California.

Baja California RBBahía de los Ángeles, Canales de Ballenas y Salsipuedes

387 956

Ballena azul, rorcual común, rorcual tropical, ballena jorobada, orca, pseudorca, cachalote, delfín de rostro largo, calderón de aletas cortas, lobo marino de California, tiburón ballena, pepino de mar duro, almeja burra y madre perla.

Baja California Sur APFF Cabo San Lucas 3 996 Pez damisela azul y cabrilla rosa, ave pardela de Revillagigedo, mamíferos marinos yubarta, delfín nariz de botella, delfín tornillo y coral Pocillopora capitata.

Baja California Sur APFF Balandra 2 512 Mangle rojo, mangle blanco y mangle negro. Sitio de crianza, alimentación y protección de pargo y camarón.

Baja California Sur PN Bahía de Loreto 206 580.8 Mantos de rodolitos, bosques de zargazos, almeja burra, madreperla, concha nácar, caracol púrpura, pepino de mar y coral negro

Baja California Sur PN Cabo Pulmo 7 111 Tortuga negra, tortuga caguama, tortuga laúd, tortuga de carey y tortuga golfina, arrecifes de coral, ballena jorobada.

Baja California Sur PN Archipiélago Espíritu Santo 58 700 Mantos de rodolitos, sitio de reproducción del lobo marino de California, mantaraya gigante.

Baja California Sur RBComplejo Lagunar Ojo de Liebre

60 343 Branta negra, sitio de reproducción de ballena gris, lobos marinos, pez raya Urobatis concentricus (endémico).

Baja California Sur RB El Vizcaíno 2 546 790 Águila pescadora, ballena gris, tortuga laúd, tortuga verde, tortuga carey y tortuga caguama, pelícano blanco, foca común de California, lobo marino y elefante marino.

Baja California Sur SVentilas hidrotermales de la cuenca de Guaymas y de la doral del Pacífico Oriental

145 564 Zona de ventilas hidrotermales, especies endémicas de ambientes extremos: moluscos, poliquetos tubículas, equinodermos y bacterias quimiotróficas.

Baja California Sur y Sonora

RBAlto Golfo de California y Delta del Río Colorado

954 756 Vaquita marina, pez totoaba, delfín nariz de botella, ballena piloto, cachalote, ballena de aleta, ballena azul, ballena jorobada, ballena gris y lobo marino.

Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa

APFF Islas del Golfo de Californa 420 809 Ballena azul, ballena jorobada, orca, cachalote, tortuga jabalina, tortuga prieta, tortuga de carey, tortuga golfina, pez totoaba, anidación de aves como el charrán elegante y gaviota ploma.

Campeche APFF Laguna de Términos 705 016 Manatí, pastos marinos, tortuga de carey y delfín nariz de botella.

Campeche RB Los Petenes 282 857 Manglar, pastos marinos, cacerolita de mar, pulpo, pelícano blanco y flamenco rosado.

Campeche RB Ría Celestún 59 139 Manglar, golondrina marina, camarón café, jaiba azul y cacerolita de mar.

Chiapas RB La Encrucijada 144 868 Manglares, camarón blanco, camarón azul y camarón café, pejelagarto, pargo, tortuga laúd, tortuga de carey, tortuga golfina, pelícano blanco, águila pescadora, ibis blanco, espátula rosada.

Chiapas S Playa de Puerto Arista 51.21 Rabijunco pico rojo, cigüeña americana, tortuga golfina, tortuga verde, tortuga laúd y tortuga de carey.

Colima RBArchipiélago de Revillagigedo

636 685 Tortuga laúd, tortuga golfina, tortuga carey, tortuga prieta, delfín nariz de botella y cangrejo terrestre.

Guerrero S Playa de Tierra Colorada 54 Tortuga verde, tortuga golfina y tortuga laúd.

Guerrero S Playa Piedra de Tlacoyunque 29 Tortuga golfina.

Jalisco RB Chamela-Cuixmala 13 Tortuga prieta y tortuga laúd.

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Islas la Pajarera, Cocinas, Mamut, Colorada, San Pedro, San Agustín, San Andrés y Negrita y los Islotes los Anegados, Novillas, Mosca y Submarino (Islas de la Bahía de Chamela)

981 Tortuga golfina, tortuga prieta, tortuga carey, tortuga laúd, delfín común, ballena gris y ballena jorobada.

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Cuadro. 1. Número de áreas naturales protegidas por entidad. APFF= Área de Protección de Flora y Fauna, PN= Parque Nacional, S=Santuario, RB= Reserva de la Biósfera

Jalisco S Playa Cuixmala 20.92 Tortuga golfina, tortuga laúd, tortuga carey, torguga negra, charrán mínimo.

Jalisco S Playa de Mismaloya 628.44 Selva caducifolia, vegetación de dunas costeras, vegetación hidrófila.

Jalisco S Playa el Tecuán 36.33 Tortuga golfina, tortuga laúd, tortuga prieta, cocodrilo de río.

Jalisco S Playa Teopa 30.28 Tortuga golfina, tortuga laúd, tortuga de carey, tortuga negra, cocodrilo americano, iguana verde, iguana negra, bobo café, pelícano blanco y pelícano café.

Michoacán S Playa de Maruata y Colola 219.93 Tortuga golfina, tortuga laúd, tortuga negra.

Michoacán S Playa el Mexiquillo 73.63 Tortuga laúd, tortuga verde, tortuga golfina, iguana verde, tlacuache, zorrillo pinto, cocodrilo americano.

Nayarit PN Isla Isabel 194.17 Caballito de mar, tiburón ballena, orca, delfín nariz de botella, fragata, bobo patas azules, bobo café, gaviota ploma y rabijunco pico rojo.

Nayarit PN Islas Marietas 1 383 Corales del género Pocillopora, coral de copa anaranjado, ballena jorobada, ballena de Bryde, ballena gris, tortuga golfina, tortuga de carey.

Nayarit RB Islas Marías 641 284 Manglar, arrecifes coralinos, tortuga de carey, tortuga golfina, tortuga prieta.

Nayarit RBMarismas Nacionales de Nayarit

133 854 Manglar, tortuga golfina, tortuga negra, tortuga laúd, tortuga carey.

Oaxaca PN Huatulco 11 890 Manglar, arrecifes coralinos, delfín nariz de botella, delfín moteado, orca pigmea, orca falsa, calderón negro, ballena jorobada.

Oaxaca PN Lagunas de Chacahua 834.6 Manglar, bancos de ostión, tortuga carey, tortuga laúd, tortuga golfina, cocodrilo de pantano.

Oaxaca S Playa de Escobilla 146.09 Selva subcaducifolia, vegetación hidrófila.

Oaxaca SPlaya de la Bahía de Chacahua

92.65 Tortuga verde, tortuga laúd, tortuga carey, tortuga golfina.

Quintana Roo APFF Yum Balam 154.052 Espátula rosada, flamenco, manatí, tortuga caguama, tortuga de carey, tortuga blanca, tortuga laúd, cocodrilo de río, cocodrilo de pantano y cigüeña jaribú.

Quintana Roo APFF Isla Cozumel 5 042.51 Manglar, arrecifes coralinos, pastos marinos, langosta espinosa, caracol rosado, manatí.

Quintana Roo APFF Bala’an Ka’ax 128 390 Arrecifes de coral, cenotes, cigüeña jaribú, cocodrilo de pantano.

Quintana Roo APFF Uaymil 89 118 Petenes, manglares, cenotes, fragata, pelícano café, águila pescadora, flamenco, pájaro bobo, cigüeña jaribú, cocodrilo de pantano, cocodrilo de río.

Quintana Roo APFF Manglares de Nichupte 4 257 Manglar, tular, petenes, pastos marinos, cocodrilo de río, cocodrilo de pantano, tortuga blanca, cacerolita de mar, halcón cenizo, cigüeña americana.

Quintana Roo PN Arrecife de Puerto Morelos 9 066 Arrecifes de coral, pastos marinos, tortuga caguama, tortuga blanca, tortuga de carey, caracol rosado, langosta espinosa.

Quintana Roo PN Arrecifes de Cozumel 11 987 Arrecifes de coral, pastos marinos, pelícano café, tortuga caguama, tortuga verde, tortuga carey, cocodrilo de pantano, águila pescadora, flamenco, manatí.

Quintana Roo PN Arrecifes de Xcalac 17 949.456 Arrecifes de coral, lagunas costeras, caracol rosado, langosta espinosa

Quintana Roo PNCosta occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc

8 673 Manglar, arrecifes coralinos, pastos marinos, golondrina de mar, águila pescadora, pelícano café, orca, calderón negro, cachalote, cachalote pigmeo.

Quintana Roo PN Isla Contoy 5 128

Manglar,arrecifes coralinos, tortuga carey, pelícano café, garceta rojiza, halcón peregrino, pato bobo, fragata, langosta espinosa, cocodrilo de río, caracol rosado, tortuga carey, tortuga caguama, tortuga blanca, tortuga laúd.

Quintana Roo PN Tulum 431.5 Manglares, orquídea Enciclia alata, orquídea de manglar, tortuga blanca, tortuga caguama, tortuga carey, pelícano café y fragata.

Quintana Roo RB Arrecifes de Sian Ka’an 528 000

Manglares, marismas, arrecifes de coral, cigüeña americana, pelícano café, cormorán camacho, ibis blanco, espátula rosada, flamenco, jaribú, manatí, cachalote, tortuga blanca, tortuga carey, tortuga laúd, tortuga caguama, cocodrilo de pantano y cocodrilo de río.

Quintana Roo RB Banco Chinchorro 144 360

Manglares, arrecifes coralinos, praderas de pastos marinos, cerceta ala azul, cigüeña americana, rabihorcado, delfín nariz de botella, falsa orca, tortuga caguama, tortuga de carey, tortuga blanca, cocodrilo de río, caracol rosado, langosta espinosa.

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SECCIÓN II. LA NATURALEZA Y SU INTERACCIÓN CON EL SER HUMANO | 255

Sus arrecifes más importantes son Cabo Pulmo (con más de dos kilómetros de longitud y cien metros de ancho), San Ga- briel y Bahía Chileno, con cerca de cinco hectáreas cada uno (Reyes, 1993). En el Archipiélago de Revillagigedo es posi-ble encontrar ambientes coralinos en las Islas Socorro, Cla-rión, San Benedicto y Roca Partida. Si bien se consideran estructuras arrecifales poco desarrolladas, de menos de una

hectárea, juntas albergan alrededor de 21 especies, la mayor diversidad coralina registrada en el Pacífico de México. La zona del Pacífico Tropical Mexicano tiene ambientes corali-nos en el área costera de los estados de Nayarit, Jalisco, Co-lima, Michoacán, Guerrero y Oaxaca (Reyes, 2003). Aquí se localizan estructuras arrecifales de hasta cinco hectáreas, principalmente en las entidades de Guerrero y Oaxaca.

Cuadro. 1. Número de áreas naturales protegidas por entidad. APFF= Área de Protección de Flora y Fauna, PN= Parque Nacional, S=Santuario, RB= Reserva de la Biósfera

Quintana Roo RB Sian Ka’an 528 147

Manglares, orquídeas, Jaribú, cigüeña americana, ibis blanco, garza melenuda, ibis oscuro, flamenco, bobo café, bobo patas rojas, garza rojiza, halcón pescador, cocodrilo de río, cocodrilo de pantano, manatí, tortuga blanca, tortuga caguama.

Quintana Roo RB Tiburón Ballena 145 988 Tiburón ballena, camarón, langosta espinosa, tortuga de carey, tortuga blanca, tortuga laúd, tortuga caguama, sardinas, mantaraya, raya águila.

Quintana Roo S Playa de Isla Contoy 10.21 Tortuga de carey, tortuga caguama, tortuga verde, tortuga laúd, cocodrilo americano, fragata, cormorán orejudo, bobo café, pelícano café, gaviota reidora, garza roja, charrán real.

Sinaloa APFF Meseta de Cacaxtla 50 862 Manglares, águila pescadora, halcón peregrino, pelícano café, cerceta de alas verdes, cerceta de alas azules.

Sinaloa S Playa Ceuta 144.15 Espátula rosada, tortuga golfina, charrán mínimo,tortuga laúd, golondrina marina, tortuga negra.

Sinaloa S Playa el Verde Camacho 96.64 Garza roja, halcón peregrino, cigüeña americana, bobo patas azules, cocodrilo americano, tortuga laúd, tortuga golfina, tortuga negra, tortuga de carey.

Sonora RB Isla San Pedo Mártir 30 165

Bosques de sargazo, bosques de coral negro, almeja burra, madreperla, concha nácar, pepino de mar, caballito de mar, tortuga negra, lobo marino, cachalote, calamar gigante, bobo patas azules, bobo café y rabijunco de pico rojo.

Tabasco RB Pantanos de Centla 302 706 Manglar, cigüeña jaribú, cigüeña americana, halcón peregrino, águila pescadora, manatí, cocodrilo de pantano, camarón blanco.

Tamaulipas APFFLaguna Madre y Delta del Río Bravo

572 808 Manglar, pelícano blanco, pelícano café, espátula rosada, halcón peregrino, garceta rojiza y tonina.

Tamaulipas S Playa de Rancho Nuevo 90.65 Mangle rojo, mangle blanco, mangle negro, mangle botoncillo, espátula rosada, tortuga verde, tortuga caguama, tortuga laúd, tortuga carey.

Veracruz APFFSistema Arrecifal Lobos-Tuxpan

30 571

Pastos marinos, arrecifes coralinos, coral cuerno de alce, coral cuerno de ciervo, pulpo común, caracol casco, raya jaspeada, toninas negras, delfín nariz de botella, pelícano blanco, pelícano pardo, gaviota pico anillado.

Veracruz PNSistema Arrecifal Veracruzano

52 238

Arrecifes coralinos, pastos marinos, manglares, coral cerebro, coral cuerno de alce, coral cuerno de ciervo, delfín nariz de botella, tortuga caguama, tortuga blanca, tortuga de carey, tortuga laúd, tortuga lora, halcón peregrino.

Veracruz RB Los Tuxtlas 155 122 Manglar, pastos marinos.

Yucatán PN Arrecife Alacranes 333 768 Manglar, pájaro bobo enmascarado, langosta espinosa, mero, tortuga carey, tortuga laúd, tortuga caguama, tortuga blanca, coral cuerno de alce, coral cuerno de ciervo.

Yucatán RB Ría Lagartos 56 999

Manglares, pastos marinos, petenes, cigüeña jaribú, garza rojiza, flamenco rosado, golondrina marina, halcón peregrino, tortuga carey, tortuga caguama, tortuga verde, tortuga laúd, pelícano café, cocodrilo de pantano y cocodrilo de río.

Yucatán SPlaya adyacente a la localidad denominada Río Lagartos

606.39 Tortuga verde, tortuga caguama, tortuga carey.

Fuente: Profepa

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SECCIÓN II. LA NATURALEZA Y SU INTERACCIÓN CON EL SER HUMANO| 256

Servicios ecosistémicosMuchos organismos arrecifales depositan el carbono en es-tructuras de carbonato de calcio, con lo que contribuyen a atrapar parte del CO2 emitido a la atmósfera, mitigando así el calentamiento global. El depósito de carbonato de calcio en los arrecifes de coral constituye un registro climático que

puede almacenar información de periodos tan amplios de hasta miles de años (Cesar, 2000). Otras especies –desde bacterias hasta invertebrados asociados a simbiontes unice-lulares– fijan importantes cantidades de nitrógeno, nitróge-no, haciéndolo disponible en los niveles tróficos superiores. Los organismos filtradores, que son abundantes en estos

Figura 2. Ecosistemas marinos: a) arrecife de coral, Zihuatanaejo, Guerrero (imagen: Héctor Nava); b) laguna costera de

Bacalar, Quintana Roo (imagen: Conabio y Humberto Bahena); c) marisma de El Vizcaíno, Baja California Sur (imagen:

Conabio y Miguel Ángel Sicilia); d) manglar de Tecolutla, Veracruz (imagen: Conabio e Iván Montes de Oca); e) pastos marinos

de Othón P. Blanco, Quintana Roo (imagen: Conabio y Octavio Aburto); f) ventilas hidrotermales de la Cuenca de Guaymas,

Sonora (imagen: Boletín unam).

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SECCIÓN II. LA NATURALEZA Y SU INTERACCIÓN CON EL SER HUMANO | 257

ambientes (esponjas y moluscos, por ejemplo), ayudan a pu-rificar el agua, aun de materia orgánica y nutrientes verti-dos por las actividades humanas. El valor paisajístico en las zonas costeras incrementa en presencia de los arrecifes de coral, lo cual produce beneficios económicos derivados del turismo. Las estructuras arrecifales también colaboran en la formación de nuevo territorio terrestre, un ejemplo son muchas de las islas del Indopacífico que han dado origen a naciones enteras (Ibid.). Alrededor del mundo, cerca de un millón de especies habitan estos ecosistemas, lo cual cons-tituye una fuente importante de proteína animal para las poblaciones humanas, que anualmente consumen alrededor de 80 millones de toneladas métricas de productos marinos (Naciones Unidas); además de que también aprovechan las especies productoras de metabolitos en la industria farma-céutica, a lo que se suma su importancia comercial en la industria de ornato y joyería.

Amenazas Los arrecifes coralinos suelen ser ecosistemas robustos; pueden tolerar los impactos estacionales causados por las tormentas durante los periodos de verano y han sobrevi-vido los cambios climáticos globales naturales durante los últimos 200 millones de años. No obstante, en las últimas décadas han enfrentado modificaciones ambientales ocurri-das en una escala de tiempo tan corta, que no tiene prece-dentes (Buddemeier et al., 2004). Hasta 2008 se calculaba que 19% de la cobertura arrecifal mundial y los servicios ecosistémicos asociados a ella se había perdido completa-mente, mientras que 15% se encontraba seriamente ame-nazado con desaparecer en los siguientes diez a veinte años (Wilkinson, 2008).

Una de las primeras señales de alerta de los efectos de estas alteraciones de origen antropogénico fueron los even-

Figura 3. Los sistemas coralinos alberguan una gran diversidad de especies, muchas de un alto valor económico, a) gorgonias o abanicos

de mar, b) peces arrecifales o candiles, c) estrella de mar, d) erizo de mar Diadema mexicanum (izq.) y esponja azul Amphimedon texotli

(der.), (imágenes: Héctor Nava).

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SECCIÓN II. LA NATURALEZA Y SU INTERACCIÓN CON EL SER HUMANO| 258

tos masivos de mortalidad coralina ocurridos a principios de la década de 1980 y a finales de la de 1990, los cuales coincidieron con periodos anómalos de temperatura elevada en las aguas someras del Pacífico, a causa de dos de los fe-nómenos El Niño más intensos de los que se tenga registro (Glynn, 1984; Glynn et al., 2001). En los corales, las prime-ras consecuencias fueron el blanqueamiento de las colonias por la pérdida de los simbiontes; posteriormente ocurrió la mortalidad coralina extendida en localidades como Punta de Mita, en el estado de Nayarit, donde prácticamente des-aparecieron estructuras arrecifales de más de 80 ha (Carri-quiry et al., 2001).

Actualmente el aumento en la frecuencia e intensidad de estos fenómenos se relaciona con el cambio climático, que ha alterado globalmente los patrones meteorológicos y oceanográficos; los efectos locales de las actividades huma-nas en los arrecifes de coral también llamaron la atención hacia su estudio. Algunos factores relevantes que se han re-lacionado con el deterioro de estos ecosistemas en nuestro país son la sobrepesca, el turismo, el desecho de contami-nantes urbanos y agrícolas, además de la alteración de la zona costera (Reyes, 2003; Granja y López, 2008; Nava y Ramírez, 2012). Uno de los problemas del deterioro de las estructuras arrecifales es que una vez que su crecimiento se detiene o ralentiza, pueden ser sobrepasadas por la ero-sión, tanto biológica como física (Nava, 2008). Cuando se alcanza este umbral, es probable que el arrecife avance ha-cia su desaparición progresiva o que la comunidad cambie a un estado diferente, en el que las principales especies que colonicen el sustrato no restituyan la estructura arrecifal. Estos estados alternativos, conocidos como cambios de fase, pueden ser comunidades dominadas por algas, esponjas u otros invertebrados (Norstrom et al., 2009). Lo preocupante es que este fenómeno está sucediendo en zonas importantes como el Caribe y podría extenderse a los arrecifes coralinos de todo el mundo. Ante tal escenario, las iniciativas para menguar los daños de origen antropogénico y de rehabilita-ción arrecifal son cada vez más importantes.

Manglares

Los manglares son humedales costeros en los que la vegeta-ción que destaca es el bosque de mangle (Figura 2). En Mé-xico, estos árboles crecen desde unos cuantos metros hasta más de 25 m de altura. Una de sus adaptaciones son sus raíces aéreas, que en diferente grado les permiten resistir la inmersión en agua marina (Figura 4); al mismo tiempo, su capacidad para tolerar la salinidad se debe a su especializada microfiltración que selecciona los iones que pasan a través

de sus paredes celulares; la excreción de sal también se lleva a cabo a través de sus hojas. Estos bosques subsisten como ambientes altamente productivos, debido a la mezcla de nu-trientes que provienen del ambiente marino y de los flujos continentales (Loa, 1994; Kathiresan y Bingham, 2001).

Distribución de los manglares México es uno de los países con mayor superficie de manglar, junto con otras naciones tropicales como Indonesia, Brasil, Nigeria y Australia (fao, 2003). En total, en la República Mexicana hay cuatro de las 55 especies que existen en todo el mundo: el mangle negro (Avicennia germinans), mangle bo-toncillo (Conocarpus erectus), mangle blanco (Laguncularia racemosa) y mangle rojo (Rizophora mangle), (Conabio, 2009). Dichas especies se encuentran en un estado especial de pro-tección por la Norma Oficial Mexicana (nom) 059 Semar-nat, 2001. En nuestro país, los manglares cubren alrededor de 770 057 ha (Conabio, 2009); en el litoral del Atlánti-co ocupan alrededor de 3 127 km2 desde Tamaulipas hasta Quintana Roo, en forma de bosques fragmentados (Hel-gueraset al., 1975; Inegi, 2000; Agraz et al., 2006). Según estimaciones de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp, 2009), la mayor proporción cubierta por manglar está en la península de Yucatán, con un regis-tro de 55%. En segundo lugar se encuentra el Pacífico norte, con 24.5%, mientras que el Golfo de México abarca 11% y el Pacífico sur solamente 8.6; en el Pacífico centro, la cobertura de manglar solo alcanza 0.9%. Casi la mitad de la cobertura nacional (348 065 ha) se ubica en anp federales (Cuadro 2, Conanp, 2008 y 2009) y junto con las anp estatales, el área total resguardada de manglares suma 413 749 ha (Conanp, 2009). Actualmente, a nivel nacional se han identificado al menos 81 sitios de manglar, que debido a su importancia biológica y su exposición al impacto humano, son ecosis-temas con necesidades de restauración ecológica (Ibid.).

Cuadro 2. Porcentaje de cobertura de bosque de manglar protegido en Áreas Naturales Protegidas federales* y

estatales‡ por entidad

Estado Cobertura de manglar protegido (%)

Baja California 100*

Campeche 90.3*, 35.4‡

Chiapas 66.9*, 71.3‡

Quintana Roo 64.5‡

Yucatán 45.8‡

Fuente: Conabio (2009).

Servicios ecosistémicosLos servicios ecosistémicos que proveen abarcan la fijación de nitrógeno y carbono (Figura 4); la fijación del CO2 contribuye

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SECCIÓN II. LA NATURALEZA Y SU INTERACCIÓN CON EL SER HUMANO | 259

a regular este gas de efecto invernadero, mientras genera la vegetación que protege la línea de costa de la erosión por el oleaje y el viento (Hogart, 2009). Sus raíces contribuyen a atrapar los sedimentos y a dosificar lentamente los nutrien-tes al ambiente acuático (Hogart y Hogart, 2007), cualidad que coadyuva a la retención de contaminantes derivados de la agricultura, así como a filtrar agua y dosificarla a los mantos freáticos (Ibid.). Los bosques de manglar estabili-zan la zona costera al fijar los sedimentos y generar suelo nuevo, también la protegen de los resultados negativos de las marejadas y las tormentas (Hogart, 2009). La estructura del manglar sustenta otras especies vegetales, incluyendo bejucos, bromelias y orquídeas (Conabio, 2009), es sitio de anidación y descanso de diversas especies de aves migrato-rias, muchas en categoría de riesgo; algunas son la cigüeña americana (Mycteria americana) y al menos tres especies de halcón (Falco femoralis, F. columbarius y F. peregrinus), (Co-

nanp, 2003). Otras especies importantes beneficiadas por los manglares son reptiles como las iguanas y los cocodrilos, y mamíferos como el jaguar, los monos, los coatíes y los ma-paches. Muchas de las especies que los habitan, incluidos los peces, moluscos y crustáceos, proporcionan un valioso re-curso alimenticio (Figura 4; Kathiresan y Bingham, 2001). Esta riqueza también hace que en nuestro país cuantiosas localidades sean aprovechadas como sitios ecoturísticos, donde los recorridos guiados a turistas proveen recursos económicos y son una fuente alternativa de sustento para las comunidades costeras (Lara et al., 2008). Por otro lado, la madera obtenida de los mangles es de utilidad para los se-res humanos como material de construcción y combustible; dado que los manglares se desarrollan en la desembocadura de las lagunas costeras, esteros y ríos, éstos representan una transición entre el ambiente dulceacuícola y el marino. De hecho, en sus raíces se aloja una gran cantidad de especies,

Figura 4. Los bosques de manglar son ambientes caracterizados por vegetación adaptada a la inmersión en aguas con una salinidad

elevada (a y b); c) a través de su follaje se exporta una gran cantidad de carbono y nutrientes al ambiente acuático; d) son hábitat de un

número considerable de especies (imágenes: Héctor Nava).

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que en sus primeras fases de desarrollo encuentran protec-ción y alimento (Tair y Dipper, 1998).

AmenazasEstos ambientes están amenazados por el aumento de la demanda de territorio por parte de las poblaciones huma-nas. A nivel mundial, se ha perdido 50% de la cobertura de manglares y el resto se encuentra seriamente amenazado (Wilkinson, 2008). Un impacto común es la deforestación debido al aumento de las áreas agrícolas, de acuacultura, ganaderas y urbanas (Wilkinson, 2008; Conanp, 2003). Alrededor del mundo, la contaminación con pesticidas y metales pesados como plomo, cadmio, zinc y cobre se acumula en los sedimentos retenidos entre las raíces; aun-que aparentemente los árboles son inmunes, la fauna aso-ciada a estos hábitats suele ser vulnerable, pues en muchos casos las especies destinadas al consumo humano los acu-mulan en grandes cantidades en sus tejidos (Peters et al., 1997). En los organismos afectados, algunos efectos se pue-den observar en el comportamiento, el desarrollo, el éxito reproductivo y el crecimiento (Hogart y Hogart, 2007). Por otro lado, el exceso de aguas residuales urbanas, cargadas de nutrientes, pueden provocar un aumento desmedido de algas en las raíces del manglar, entorpeciendo el inter-cambio de gases (Hogart, 2009). Algo similar sucede du-rante los derrames de petróleo, que asfixian a los árboles de manglar.

Pastos marinos

Los constituyen plantas angiospermas sumergidas que pue-den alcanzar una altura de hasta 1.5 m de longitud. Simi-lares a una planta terrestre, los pastos marinos cuentan con flores, hojas, rizoma y raíces (Figura 5). En los ambientes marinos forman densos manchones (praderas) monoespe-cíficos o en asociaciones de dos o más especies, produciendo en un año hasta 4 000 gramos de carbono por cada metro cuadrado. En México existen 16 ANP que custodian las pra-deras de pastos marinos (Cuadro 3), las cuales se encuen-tran en los estados de Veracruz, Quintana Roo, Campeche, Yucatán, Baja California y Baja California Sur.

Distribución de los pastos marinos Las praderas de pastos marinos se encuentran en ambientes estuarinos (desembocaduras de cuerpos de agua dulce en el mar), marismas, lagunas costeras y plataformas costeras con poca energía. México cuenta con nueve especies per-tenecientes a los géneros Zostera, Phyllospadix, Thalassia, Halodule, Syringodium y Halophila. En el Pacífico mexicano las praderas de pastos se localizan a lo largo de las costas de Baja California Sur, Sonora y Sinaloa, región en la que hay cuatro especies registradas y Zostera marina es la dominan-te. En la costa del Golfo de México se han registrado cinco especies que se distribuyen entre las costas de Tamaulipas y Yucatán.

Figura 5. Los ambientes de pastos marinos son sumideros importantes de carbono, estabilizadores del

sustrato, así como alimento y refugio de un gran número de especies marinas (imágenes: www.cec.org).

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SECCIÓN II. LA NATURALEZA Y SU INTERACCIÓN CON EL SER HUMANO | 261

Servicios ecosistémicosEntre los beneficios que obtiene el ser humano de estos ambientes se puede mencionar que son un reservorio im-portante de carbono y una valiosa fuente de oxígeno en el ambiente marino, además de que brindan refugio y hábitat permanente a diversas especies; los nutrientes que gene-ran son exportados a entornos aledaños, como manglares y arrecifes de coral; son un venero de energía para las cadenas tróficas marinas, pues alimentan a muchas especies de her-bívoros, incluidos reptiles, mamíferos marinos y peces. Su alta complejidad estructural crea microambientes con dis-tintas condiciones ambientales, favoreciendo la coexistencia de especies con distintos requerimientos de hábitat, aumen-tando así la diversidad. Debido a que los pastos marinos se establecen en sustratos sedimentarios, sus raíces contribu-yen a estabilizar el fondo marino, reteniendo las partículas que de otra manera estarían suspendidas, enturbiando el agua; asimismo, sus frondas dispersan la energía del movi-miento del agua, reduciendo la intensidad de las corrientes y el oleaje. Otra función importante es la protección contra la radiación solar a los organismos que viven en ellos.

Entre las especies asociadas a los pastos marinos es-tán aquéllas que los usan temporalmente como sitio de re-producción y refugio durante sus etapas larvarias: pargos y mojarras en el grupo de los peces, langostinos jaibas y ca-marones, entre los crustáceos. Otras visitan estos ambien-tes para alimentarse, como los manatíes, el ganso de collar y la tortuga verde; algunas permanentes son invertebrados como las anémonas de mar, las esponjas, los balanos, los caracoles, las ostras, los cangrejos, los pepinos, las estrellas y los erizos de mar (Figura 5).

Amenazas Las principales amenazas para la subsistencia de las prade-ras de pastos marinos provienen de las actividades huma-nas, tales como la deforestación, erosión y transformación de la línea costera, que genera un aumento de la cantidad de material suspendido, disminuyendo la transparencia del agua y la penetración de la luz. El vertido de nutrientes y materia orgánica de las actividades agropecuarias promueve el crecimiento de algas que pueden sofocar a las praderas. El dragado de la zona litoral y el uso de redes de arrastre modifican el sustrato y desprende las plantas, perjudicando notablemente a la biota asociada.

Lagunas costeras

Las lagunas costeras son cuerpos de agua semicerrados que en al menos durante un periodo del año se encuentranen co-municación con el mar. Generalmente, cuando se acumu- lan sedimentos en su desembocadura, se puede formar una barrera llamada barra, que aísla a la laguna. Debido a que pueden tener comunicación permanente o intermiten-te con ríos, es posible clasificar a las lagunas costeras por su salinidad de oligohalinas a mesohalinas (<5-18 ups). No obstante, el aislamiento de estas lagunas puede hacer que la salinidad de la laguna llegue a niveles hipersalinos (>35 ups) en virtud de la evaporación, condiciones comunes en localidades de clima árido y seco extremoso (Cuadro 4; Lara et al., 2008). La productividad primaria en estos am-bientes es muy alta, gracias al fitoplancton (1 g C m-2d-1) y a los pastos marinos, las algas y el manglar sumergidos (más de 2-5 g C m-2d-1), (Ibid.).

Distribución de las lagunas costeras La importancia de las lagunas costeras en nuestro país es tal, que cerca de una tercera parte de la zona costera se en-cuentra bordeando estos ambientes (Ibid.). México cuenta con alrededor de 137 lagunas costeras (Conabio, 2009).

A nivel país, las lagunas más importantes son la La-guna Madre de Tamaulipas, Bahía Magdalena, en Baja Ca-lifornia Sur, y Laguna de Términos, en Campeche (Tovilla, 1998).

Servicios ecosistémicosPoseen una de las comunidades fitoplanctónicas más pro-ductivas del mundo, además de que en los sedimentos acumulados en el fondo retienen una gran cantidad de nutrientes y materia orgánica, vertidos por las actividades humanas. En sitios como la Laguna de Términos, la produc-tividad por parte de los pastos marinos y los manglares de

Cuadro 3. ANP marinas que resguardan ambientes de pastos marinos

ANP Estado

Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos Quintana Roo

Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano Veracruz

Parque Nacional Arrecifes de Xcalak Quintana Roo

Parque Nacional Arrecifes de Cozumel Quintana Roo

Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas Veracruz

Reserva de la Biósfera Los Petenes Campeche

Reserva de la Biósfera Ría Celestún Yucatán

Reserva de la Biósfera Ría Lagartos Yucatán

Reserva de la Biósfera Sian Ka’an Quintana Roo

Reserva de la Biósfera Banco Chinchorro Quintana Roo

Reserva de la Biósfera Isla Guadalupe Baja California

Reserva de la Biósfera El Vizcaíno Baja California Sur

Reserva de la Biósfera Complejo Lagunar Ojo de Liebre

Baja California Sur

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SECCIÓN II. LA NATURALEZA Y SU INTERACCIÓN CON EL SER HUMANO| 262

la laguna alcanzan 260 y 45.6 toneladas anuales de carbono por hectárea, respectivamente. También contribuyen a co-nectar ambientes como los pastos marinos, los manglares y las marismas (Anthony et al., 2009); son sitios de reproduc-ción de especies de importancia comercial, como las jaibas, la langosta, el camarón, el caracol y otras, incluidas algunas de escama, como la lisa y el pargo. En estados como Yu-catán, las lagunas costeras de Celestún, Chelem y Dzilam proveen recursos como sal comestible; de hecho, la Laguna Ojo de Liebre, en Baja California Sur, sustenta una de las industrias salineras más grandes del mundo. En estos cuer-pos de agua se pueden realizar actividades acuícolas y en sus riberas descansan y anidan aves migratorias. La Laguna Ojo de Liebre forma parte del sitio Ramsar Laguna Ojo de Liebre, debido a su importancia ecológica y económica por constituir un criadero de la ballena gris. Por otro lado, tam-bién es atraído a estos ecosistemas el turismo que acude en busca de inspiración y recreación, con actividades que van desde la observación de aves hasta actividades deportivas (Herrera y Morales, 2010).

AmenazasEl crecimiento urbano, que produce polución por aguas resi-duales domésticas y residuos sólidos; las actividades agríco-las y de acuacultura producen pesticidas; vertido de nutrien-tes en exceso y otros contaminantes; la sobreexplotación de los recursos hídricos; el tráfico ilegal de especies animales y vegetales, así como la introducción de especies invasoras afectan la biota. La modificación de la zona de ribera cau-sa erosión, deforestación y alteración del hábitat de aves migratorias y residentes. Es frecuente que la vegetación de manglar sea transformada en pastizales para el ganado; las actividades de dragado alteran la calidad del agua, aumen-tando la sedimentación y pueden provocar azolvamiento en ciertas zonas. Algunas actividades turísticas pueden pertur-bar las poblaciones de animales locales.

Marismas

Son ambientes inundados con vegetación halófita (resisten-te a la salinidad), típicos de las zonas costeras. Se encuen-tran en latitudes subtropicales, desempeñando una función equivalente a la de los manglares tropicales. Las marismas se desarrollan en las áreas intermareales de las bahías, ense-nadas, estuarios, lagunas costeras, o frente al mar abierto, donde prevalecen atmósferas estables de baja energía. Estas regiones inundadas se forman por la acumulación de sedi-mentos finos y materia orgánica arrastrada por las mareas atrapada entre las raíces de la vegetación, promovida por una suave inclinación del terreno (Tait y Dipper, 1998).

Distribución en MéxicoUno de los ambientes de marismas más importantes en México es Marismas Nacionales, ubicado en la costa sur de Sinaloa y norte de Nayarit. Con una superficie de más de 920 km2, al menos 113 000 ha corresponden a mangla- res y estuarios, y cerca de 14 especies se encuentran en al-guna categoría de riesgo (endémicas, amenazadas y/o en peligro de extinción).

Servicios ecosistémicosDebido a que son una zona de transición entre el ambiente marino y el terrestre, suelen ser entornos altamente produc-tivos. No obstante, este ambiente es intermareal y la acu-mulación de materia orgánica en los sedimentos mantiene muy bajos los niveles de oxígeno debajo de la superficie del sustrato, razón por la que las condiciones difíciles pueden generar pocas oportunidades para el desarrollo de una alta diversidad (Castro y Huber, 1997). En México, las marismas tienen una gran importancia para las poblaciones huma-nas; en Marismas Nacionales, por ejemplo, los manglares y otros árboles tropicales constituyen un recurso maderable. La vegetación que se desarrolla en estos ambientes es un sumidero natural de carbono, donde el CO2 atmosférico se acumula en la vegetación, colaborando a aminorar el cam-bio climático. Son sitio de anidación, descanso y alimenta-ción de numerosas especies de aves acuáticas y migratorias;

Cuadro 4. Ubicación y características de las lagunas costeras más importantes del país

Lagunas costeras Estado Región Salinidad (ups) Tipo Extensión (km2)

Laguna de Alvarado Veracruz Golfo de México 2.2-14.3 Oligo-mesohalino 80.6

Laguna de Términos Campeche Golfo de México 10-29 Oligo-mesohalino 1 566.5

Teacapán-Agua Brava-Marismas Nacionales Nayarit Pacífico <5->30 Eurihalino 1.13

Laguna Tres Palos Guerrero Pacífico 2-4 Oligohalino 61 000

Laguna Huizache y Caimanero Sinaloa Pacífico hasta 100 Hipersalino 482.88

Fuente: Lara et al. (2008).

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ahí se practica la pesca, pues casi 75% de todas las especies sujetas a la pesca comercial se alimentan, refugian y repro-ducen en las marismas. Otras actividades que se realizan son el turismo, la acuacultura, la agricultura y la ganadería (WHSM.ORG, 2014).

Amenazas La contaminación por aguas residuales urbanas, la construc-ción de carreteras, presas y bordos para las granjas camaro-neras fragmentan el hábitat y modifican considerablemente estos ecosistemas. A nivel global, el aumento de la tempera-tura, del CO2 y el régimen de lluvia también los dañan. En los límites donde confluyen los manglares y las marismas, el incremento de la temperatura ambiental puede alterar las interacciones de competencia, favoreciendo la proliferación de manglar sobre la vegetación de las marismas. La concen-tración de CO2 se ha elevado desde 280 partes por millón en la era preindustrial hasta 390 partes por millón en la actua-lidad, con una proyección de duplicar los niveles al final de este siglo (Solomon et al., 2007). La respuesta diferencial de algunas especies de las marismas al incremento de este gas puede causar un desequilibrio en aspectos como la tasa fotosintética; un ejemplo es la Spartina sp., que aparente-mente no es reactiva al aumento de CO2, lo cual la podría poner en desventaja respecto de la vegetación de manglar, que sí responde a estos cambios (McKee y Rooth, 2008).

Ventilas hidrotermales

Estos ambientes fueron descubiertos a finales de la década de 1970 en la Dorsal de Galápagos, a una profundidad de 1 500 m (Corliss et al., 1979; Van Dover, 2000). Hasta ese entonces, el océano profundo se había considerado como un vasto desierto incapaz de sostener comunidades de organis-mos más complejos que las bacterias. A partir del descubri-miento e investigación en las ventilas hidrotermales se han registrado hallazgos sorprendentes sobre la fauna asociada a ellas, uno de los cuales ha surgido del estudio de las bac-terias extremófilas de estos ambientes, que genéticamente han sido relacionadas al ancestro universal que dio origen a las tres ramas filogenéticas primarias representantes de los actuales seres vivos: Archaea, Bacteria y Eucarya (Pace, 1991). Otros descubrimientos sorprendentes incluyen los mecanismos novedosos de las asociaciones simbióticas en-tre bacterias quimiosintéticas e invertebrados, que sostie-nen comunidades de organismos en ambientes donde la fo-tosíntesis está ausente y las condiciones de temperatura son extremas (Corliss y Dymon, 1979). Estos entornos suelen surgir como géiseres submarinos donde las temperaturas

superan los 300° C, rodeadas de aguas profundas en las que predominan temperaturas entre dos y cuatro grados cen-tígrados. Las ventilas hidrotermales se han encontrado en profundidades de hasta 4 000 m hasta unas cuantas decenas de metros, y se caracterizan por estar asociadas a sitios de fisuras de la corteza terrestre, en las que la actividad volcá-nica es muy cercana a la superficie del fondo oceánico (Lara et al., 2008).

Distribución A pesar que en nuestro país aún es incipiente la investiga-ción en el mar profundo, se tienen identificados sitios donde existen ventilas hidrotermales. La zona localizada más al norte es el Sector de Ventilas Hidrotermales de la Cuenca de Guaymas del Golfo de California, que tentativamente ha sido cartografiada en un área de 47 607 ha. Otra área importante se encuentra frente a las costas de Manzanillo, denominada Sector de Ventilas Hidrotermales 21°N o Dor-sal del Pacífico Oriental, con un extensión aproximada de 97 957 ha y presencia de al menos 26 ventilas hidroter-males activas interconectadas (Conanp, 2006). Estos am-bientes se pueden encontrar a profundidades cercanas a los 2 000 m, en los que se tiene un registro de aproximadamen-te 24 y 25 especies para las ventilas de la Cuenca de Guay-mas y de la Dorsal del Pacífico Oriental, respectivamente. Entre estas especies destacan el anélido Riftia pachyptila y el molusco bivalvo Vesicomya gigas, ambos altamente depen-dientes del carbono orgánico de origen quimiosintético (Lara et al., 2008).

Servicios ecosistémicosEn México estos ambientes han sido declarados de extrema importancia. Son sitios donde se sintetiza materia orgáni-ca a partir de los compuestos minerales provenientes del material magmático, lo cual los convierte en exportadores de biomasa al océano profundo y en corredores migrato-rios importantes de muchas especies marinas. Son refugio de organismos endémicos altamente especializados que no se encuentran en otros ecosistemas marinos. Al ser sitios de depósito de carbonato, se tornan importantes para la re-tención de carbono, además de registro de climático a gran escala. Las ventilas hidrotermales son vitales en el balance biogeoquímico del planeta, al grado que se ha indicado que toda el agua del océano circula a través de ellas en un pro-medio de 108 años (Elderfield y Schultz, 1996). Disueltos en el agua, que es emitida en estas ventilas, se encuentran materiales valiosos para la industria; por ejemplo, metales preciosos como el oro, por lo que son sitios potenciales para la extracción de recursos minerales.

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AmenazasEn nuestro país, la pesca profunda de arrastre constituye una de las principales amenazas para estos ecosistemas, pues las artes de la pesca destruyen el fondo marino y con ello las estructuras de estas ventilas y la fauna asociada a ellas. Otra fuente de daño es la extracción científica in-ternacional no regulada, de la cual no se tiene un registro adecuado en las bases de datos nacionales. No obstante, a nivel mundial, se sabe que la extracción de minerales tiene un alto efecto en el fondo marino, por lo que esta actividad destructiva debería evitarse (Ibid.).

Conclusiones

México es un país rico en recursos naturales provenientes del ambiente marino. Esta riqueza biológica genera una gran cantidad de beneficios a las poblaciones humanas, tan-to económicas como socioculturales. No obstante, los lito-rales mexicanos, al igual que en todo el mundo, están en los inicios de una crisis ambiental a causa de las perturbaciones humanas provocadas por el mal manejo de estos recursos. Hoy más que nunca es importante que la información gene-rada por los avances de las ciencias del mar esté disponible en todos los niveles de la sociedad, de manera que quienes se benefician de esta diversidad biológica puedan tomar la iniciativa de administrarlos de manera responsable.

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Glosario

Biomasa. Cantidad total de materia orgánica viva acumula-da y presente en un nivel de organización biológica de-finido, ya sea a nivel individuo, población, comunidad, ecosistema, paisaje, etcétera.

Diversidad biológica. De acuerdo con las Naciones Uni-das y el Convenio sobre la Divesidad Biológica (cdb), la diversidad biológica o biodiversidad hace referencia a la amplia variedad de seres vivos sobre la Tierra y los patrones naturales que conforma, fruto de miles de millones de años de evolución, moldeada por proce-sos naturales y, cada vez más, por la influencia del ser humano.

Ecosistema. Es el conjunto de componentes biológicos (co-munidad) que interactúan con el ambiente (elementos físicos y químicos) intercambiando materia y energía.

Especies endémicas. Especies cuya distribución está limita-da a un área geográfica muy restringida, y no se encuen-tran de manera natural en otras regiones del mundo.

Servicios ecosistémicos. Son los beneficios directos e indirectos que los seres humanos obtienen de los eco-sistemas. Los servicios directos incluyen el aprovi-sionamiento de materias primas y los indirectos, los procesos que generan los servicios directos: fotosínte-sis, ciclo de nutrientes, generación y regeneración del suelo, etcétera.