Análisis de la Situación Política Actual Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de

uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.

John Donne.

Una fotografía de la situación actual en el mundo muestra guerras de ocupación, guerras de liberación, terrorismo transnacional, movimientos nacionalistas, movimientos separatistas y movimientos integracionistas intra-nacionales e intra-estatales. Los movimientos separatistas ocurren al interior de Estados plurinacionales considerados estables por algún tiempo, cobijados por banderas de diversos signos, generalmente nacionalistas, étnicas, o religiosas. Algunos movimientos surgen como resistencia a la ocupación de potencias extranjeras, explícita o simulada bajo un vasallaje, o a la inversa, inducidos por potencias extranjeras para crear nuevos Estados y modificar deliberadamente el mapamundi. Al lado de estos movimientos disgregacionistas coexisten movimientos de defensa de la integridad territorial de los Estados plurinacionales, también inducidos por las potencias extranjeras o, por contrario, como resistencia a la presión de potencias extranjeras. Simultáneamente, en medio de los conflictos, abundan los llamados a la paz y a las soluciones diplomáticas, muchas veces -contradictoriamente- por parte de los bandos que están en guerra. Este panorama presenta un mundo caótico, donde fuerzas centripetas y centrifugas operaran al unísono. Subyacente a muchos de esos conflictos es posible entrever, aun en forma borrosa pero cada vez mas perfilada, unas veces cobijada con banderas ajenas y otras con banderas propias, una fuerza que apunta directamente contra la causa última del caos. Es el comunismo revolucionario, expresión de la creciente toma de conciencia de los trabajadores del mundo acerca de la necesidad de extirpar el desigual y belicoso sistema capitalista.La violencia, la guerra y la muerte se han entronizado en la conciencia cotidiana de billones de personas en el planeta. La gran mayoría no participa en la guerra, pero a través de la difusión global de los medios de información de masas, sea pasiva como la prensa tradicional o interactiva como las redes sociales, se tropieza con sus horrores e interpretaciones sesgadas, tornándola insensible al sufrimiento humano y aceptando el sentido de lo justo o lo injusto inducidos por estas gigantescas corporaciones del capital. Este mensaje consistente es también una eficaz arma de guerra de las potencias agresoras, conocida como intoxicación mediática, probada y perfeccionada sistemáticamente por el imperialismo alemán en la Segunda Guerra Mundial, el imperialismo francés en Argelia y el imperialismo estadounidense en Vietnam, Chile, Nicaragua, Irak y Yugoslavia. El objetivo de esta intoxicación es preparar a ciertos sectores de la población, particularmente a la pequeña burguesía aprisionada por las contradicciones sociales pero encandilada por el sueño cosmopolita yuxtapuesto a las imágenes violentas difundidas incesantemente por los medios, para un futuro vasallaje u ocupación extranjera en aquellas regiones donde el imperialismo haya descubierto negocios lucrativos.

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A la exitosa combinación de la tradicional lucha armada y la no menos eficaz lucha ideológico-publicitaria, se le suma una tercera forma de lucha: la guerra económica. En realidad esta variante no es tan nueva. En forma de bloqueo fue utilizada por el Imperio Otomano en el Mar Mediterráneo en el siglo XV después de la toma de Constantinopla, por Australia en la República de Bougainville y Estados Unidos en Nicaragua en la década de 1990 al 2000, y por los mismos Estados Unidos y la Unión Europea en Cuba, Corea del Norte e Irán desde el siglo pasado. En forma de saboteo a las redes de distribución fue utilizada en Alemania Oriental por los aliados occidentales recién finalizada la Segunda Guerra Mundial, Chile en 1970 y Venezuela en la actualidad. Pero la actual guerra económica adquiere en estos momentos una magnitud sin precedentes: por una parte, va dirigida contra la sexta economía del mundo y probablemente primera potencia militar-nuclear del orbe, y por otra se hace por primera vez en forma abierta y declarada. La troika sionista-europea-estadounidense, conocida como WASP’s,1 deja explícita su intención de torcer la conducta de la Federación Rusa y recibe la no menos explícita respuesta de las potencias emergentes a las que va dirigida indirectamente la guerra. Resulta ya obvio a un observador de cualquier signo ideológico, que la especie humana está en presencia de conmociones sociales significativas, lejos de la proclamación del fin de la historia y un nuevo orden mundial hegemonizado por el capitalismo anglosajón, simbolizado mediáticamente en su momento por el derrumbe del muro de Berlín y el proclamado fin del comunismo. La prometida paz de los sepulcros del Grupo Binderbing, que debería seguir a la hegemonía mundial del capitalismo anglosajón pertenece hoy al mundo de los deseos. Un nuevo acontecimiento, en nuestra opinión, simboliza una nueva correlación de fuerzas a nivel mundial: la integración orgánica de la República de Crimea a la Federación Rusa. A partir de este acto, las fuerzas que se disputan la hegemonía mundial mostraron sus caras y revelaron sus cartas, redefiniendo las alianzas, reacomodando las fuerzas y forzando a los actores menores a realinearse y asociarse al mismo tiempo. En este nuevo tablero no hay lugar para las autarquías nacionales. Hace mucho tiempo que la circulación de capitales, mercancías y agentes económicos transnacionales ocupó todos los nichos disponibles del planeta, aún en los lugares más remotos donde hay una población mínima de consumidores. Esto explica por qué las fuerzas nacionalistas e independentistas de la actualidad se orientan al mismo tiempo hacia la integración de los bloques económicos internacionales. Si alguna vez hubo alguna duda sobre el carácter universal del modo de producción capitalista, y por lo tanto, del carácter internacional de la revolución proletaria, la fotografía anterior debería disiparla. Lo mismo cabría esperarse de los actores políticos convencidos que somos ajenos a las agresiones del imperialismo y su actual capacidad de desestabilizar las situaciones locales. Recordemos la frase dirigida por del difunto Mouammar Kadhafi a todos los miembros de la Liga Árabe después de la invasión de Irak: si ahora no hacemos nada por defender a Irak, luego vendrán por todos nosotros. Y vinieron a Libia, Egipto, Túnez, Siria, Ucrania, Hong Kong y Venezuela. Y de paso asesinaron a Kadhafi por su insolencia.

1 Blancos Anglosajones Protestantes, nación profunda o Therty Party, en todo caso y pese a tener un presidente negro, los representantes del complejo industrial militar estadounidense dirigido por blancos protestantes y judíos askenazis.

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Es un lugar común afirmar que la situación internacional afecta la situación nacional. Esto era una verdad para el siglo XV, cuando el capitalismo inició su expansión a través de todos los mares del planeta. De hecho, como nación y como pueblo somos resultado de sus ambiciones. Pero es más verdad en la actualidad, cuando las mercancías viajan de un rincón a otro del plantea en unos pocos días y las telecomunicaciones acercan las personas de un continente a otro en segundos. Pero en Venezuela en particular el reflejo de la situación internacional no es pasivo ni inercial. Somos actores protagónicos de la dinámica política mundial. Somos pioneros en la construcción de un mundo pluripolar y engranaje fundamental de los procesos de integración anti-imperialista del continente. Por eso mismo somos el blanco predilecto de los centros imperiales, los cuales no perdonan que a menos de una década de haber decretado el fin de la historia, nuestro pueblo haya decidido escribir su propia historia, y menos aún perdonan el hecho de haber sobrevivido a la desproporcionada ofensiva lanzada contra el pueblo por tres lustros. Pero no estamos solos, los espíritus de Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Samuel Robinson y Hugo Chávez han encarnado en los pueblos de América y Europa, los cuales comienzan a inventarse sus propios líderes para conducir las luchas de liberación contra el imperialismo.

1 Plano Internacional

Tenemos el ejército más fuerte del mundo y en ocasiones tenemos que torcer el brazo a los países si no quieren hacer lo que queremos a través de métodos económicos, diplomáticos y a veces militares (...) Pienso que si no

tuviéramos el punto de vista realista de que hay gente mala alrededor nuestro que está tratando de hacernos daño (...) si no tuviéramos esa dosis de realismo no alcanzaríamos nuestros objetivos.

Barak Obama

1.1 Fracaso definitivo del proyecto capitalista anglosajón de dominio del mundo a través de la hegemonía del mercado

El fin de la Segunda Guerra Inter-Imperialista, conocida como Segunda Guerra Mundial, legitimó el reconocimiento de los Estados Unidos como potencia hegemónica del capitalismo mundial. Para esa época, Estados Unidos generaba dentro de sus fronteras el 50% del PIB mundial, concentraba el 80% de las reservas mundiales de oro y dos tercios del petróleo mundial se extraía de su subsuelo. Consciente de su poderío, la dirigencia norteamericana se planteó convertir el resto del planeta en un mercado natural para sus exportaciones y un proveedor seguro de materias primas, abriendo incluso mercados que hasta entonces le habían cerrado las puertas.El primer paso en la construcción de ese orden de postguerra fue la conferencia de Bretton Woods, realizada en 1944, aún antes de finalizar la guerra. El objetivo de la dirigencia estadounidense fue establecer unilateralmente las reglas comerciales y financieras a nivel internacional. En consecuencia, se acordó la creación del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, con el dólar norteamericano como referente monetario y el liberalismo como derecho regulatorio del intercambio entre las naciones.

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Estas tres instituciones, controladas integralmente por capitales norteamericanos, se convirtieron a partir de entonces en los principales instrumentos de dominación mundial del imperialismo. La difusión ideológica del liberalismo como piso teórico de la expansión del saqueo capitalista fue acompañada necesariamente por una propaganda anticomunista. A partir de la negativa de la Unión Soviética de suscribir los acuerdos de Bretton Woods, el imperialismo redefinió la geopolítica: el planeta estaba dividido entre el mundo libre y el comunismo. Estas consignas encerraban un claro y contundente mensaje: debía imponerse la superioridad de las fuerzas del mercado, de la competencia económico-social interpersonal y las formas de Estado particular que administraba ese orden social. Pero en tanto mensajes ideológicos, constituían al mismo tiempo una declaración de guerra total contra el considerado mundo no-libre, es decir, la Unión Soviética y los países del este europeo que habían emergido de la guerra victoriosos pero con sus fuerzas productivas debilitadas. A partir de ese momento, la promoción del anticomunismo y del mercado como lo entiende Occidente, marchan de la mano. La Guerra Fría había sido decretada.Para efectos de propaganda, era indiferente si el bloque soviético era comunista o no. Era suficiente con que no aceptara la hegemonía mercantil de los Estados Unidos y no reivindicara el liberalismo económico como sinónimo de libertad. Más allá de la opinión que nos merezca hoy la naturaleza de ese sistema, lo cierto es que, en términos simbólicos y oficiales, la Unión Soviética se auto-definía como socialista, tenía un ejército y una bandera roja, y se asumía como el autogobierno de los trabajadores. Mucho más grave era que, en efecto, la circulación de mercancías estaba regulada, la planificación sustituía la competencia y las empresas pertenecían al Estado, quien la administraba a nombre de los trabajadores y no de la burguesía. Por añadidura, el virus comunista se propagó a China e incubaba en los crecientes movimientos anticolonialistas del Tercer Mundo, lo cual en términos liberales se traducía en pérdida de potenciales mercados para los capitales occidentales.Bajo esta hegemonía se reconstruyó Europa y Japón, que no sólo se integraron al mercado en condiciones de subordinación, sino que, bajo la conducción de sus propios capitales, se sumaron a la cruzada de expansión del mundo libre. Con el tiempo los capitales europeos, bajo la presión norteamericana, decidieron unificar la ciudadanía y adoptar una moneda común, a fin de facilitar la circulación de mercancías y la fuerza de trabajo. La comunidad resultante pasó a la postre a estar a la par con los Estados Unidos, pero subordinada a los intereses económicos, políticos y militares de este último país. En estrecha asociación, se aseguraron la mayoría de las fuentes de materias primas y combustible fósil del planeta, integrando cada vez más a los llamados países en desarrollo de Asia, África y América Latina al mundo libre mediante la expansión del mercado, siempre hegemonizado por el imperialismo anglosajón.Con la acumulación de capitales en Europa Occidental y Japón, Estados Unidos perdió gran parte de su contribución al PIB mundial. La competencia de sus socios en el terreno industrial y financiero le restó dinámica a los capitales norteamericanos. A esto se sumó la expatriación de capitales ocasionado por los gastos de la guerra de Vietnan. A comienzos de la década del 70 del siglo pasado Estados Unidos comenzó a experimental déficit en la balanza comercial y pasó de acreedor a deudor. El sistema forjado en Bretton Woods quebró definitivamente. Los capitales europeos comenzaron a cambiar los dólares devaluados por monedas nacionales y exigieron a Estados Unidos pagar con oro. Pero

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esto no significó el fin de la hegemonía anglosajona. El entonces presidente Richard Nixon ordenó desanclar el dólar del oro y devaluar la moneda para abaratar las exportaciones, equilibrando temporalmente el déficit comercial. Aunque desde entonces no existe un sistema internacional de cambio fijo, el dólar, pese a las flutuaciones, funciona de hecho como patrón de cambio. Han ocurrido luego muchas crisis económicas en los Estados Unidos -en la actualidad es el país más endeudado del mundo-, pero la manipulación a conveniencia de las fluctuaciones del dólar, las guerras económicas y las campañas militares para abrirle nuevos campos de inversión a sus capitales ha permito correr la arruga, aunque nunca resolver la crisis estructural del sistema. El derrumbe de la Unión Soviética en la década de los 90 del siglo pasado creó la ilusión en las mentes liberalistas que había fracasado en forma definitiva la amenaza de las revoluciones proletarias anti-capitalistas y pro comunistas. Se promulgó el fin de la historia, el fracaso de las grandes utopías, el triunfo del laissez faire, laissez passer social posmoderno y la pax americana infinita. Se creyó que las regiones del planeta que aún no habían sido conquistadas por los capitales anglosajones, sobre todo Europa del Este, Rusia, China y la India caerían inexorablemente bajo su dominio. Y así fue parcialmente. Pero no se contaba con el impulso y los tintes nacionalistas de los capitales que en tanto se acumulaban en otras partes del mundo.En los albores del siglo XXI no hay un poder hegemónico unipolar. Y si lo habrá en el trascurso del siglo, no será liderado por los WASP’s. Al menos que haya una catástrofe nuclear. Veamos. Estados Unidos posee el 16% de PBI mundial. Estados Unidos y la Unión Europea coaligados el 32%. China posee el 17% del PBI mundial. Los Brics (China, la India, Rusia, Brasil y Suráfrica) poseen el 32%. Del mismo modo, la Organización de Cooperación de Shanghai (con China, la India y Rusia a la cabeza) poseen el 31%. Y cuando sumamos todas las combinaciones donde China lidera, se llega al 40% del PBI mundial. Las proyecciones indican que en las próximas décadas del siglo la brecha se ensanchará a favor de China y la India, con Rusia como bisagra equilibrante en lo energético-militar.Los porcentajes anteriores sugieren cierta paridad. Pero es una apariencia engañosa. Las economías de los países emergentes son reales porque están fundadas sobre el desarrollo industrial. China, Rusia y Brasil son exportadores de capital. Estados Unidos, por contraste, posee una deuda pública que para el 2014 superaba los 18 billones de dolares, equivalente al 105% de su PIB. Eso no es todo, sin embargo: cuando se agrega la deuda privada, alrededor de 58 billones de dolares, el déficit alcanza el 360% del PIB. Esto es igual a la bicoca de 72% del PIB mundial. Ese es el trasfondo de los dos defauls técnicos de los Estados Unidos en la década pasada. La dirigencia política ha esquivado el colapso trasladando el financiamiento de su deuda a otras economías del mundo, especialmente de los países dependientes. Esto se hace a través de dos mecanismos perversos. El primero es la emisión de papel-dolar sin soporte en bienes materiales reales para captar inversiones extranjeras, socializando de ese modo las pérdidas de las grandes empresas. El segundo es el saqueo, mediante guerras, de los recursos naturales de la periferia, especialmente energéticos, a fin de bajar los costos de producción y mantener, en consecuencia, tasas de ganancias aceptables. Paul Craig Roberts, ex-subsecretario del Tesoro de EE.UU durante la era Regan lo expresa del siguiente modo: "La consecuencia de emitir tantos billones de dólares nuevos para apoyar

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los precios de los bonos del Tesoro de EE.UU. sería destruir la moneda fiduciaria: detrás de estos dólares no hay servicios ni mercancías. Desde el 2008, los servicios y mercancías no han crecido en proporción a los dólares que la Reserva Federal ha creado".2

Por lo tanto, si el acuerdo de Bretton Woods y sus instituciones derivadas, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional tuvieron como soporte el poderío económico de los Estados Unidos, en este momento no se justifica la hegemonía estadounidense basada en el dólar. Esa lectura ya la tomaron los poderes emergentes.

1.2 Emergencia de nuevos polos de poder mundial que desafían la hegemonía de Estados Unidos y la Unión Europea

La restauración capitalista en China en los años 70 del siglo XX coincidió con el estancamiento estructural del crecimiento del capitalismo en Estados Unidos y Europa Occidental. Con un mercado interior de dimensionales colosales en comparación con los disponibles para el capital occidental en su fase originaria, era cuestión de tiempo alcanzar los niveles de acumulación occidentales, siempre y cuando el crecimiento fuera sostenido y la sociedad no experimentara convulsiones sociales. Durante varias décadas, los gobiernos de las potencias occidentales jugaron a aislar a China de los mercados internacionales poniendo sobre el tapete el expediente de la violación de los derechos humanos. Fracasada esta estrategia, trataron de montarse en el carro de la acumulación de capitales chinos, para lo cual no encontraron oposición. Pero la iniciativa e inventiva de la burguesía china sorteó la trampa de la dependencia: encontró sus propios nichos y se las arregló para alcanzar la autonomía tecnológica. La política adoptada por la dirigencia política logró tasas de crecimiento económico cercanas al 10% durante 30 años consecutivos. Esto llevó a un desplazamiento de Estados Unidos y la Unión Europea del primer lugar 15 años antes de lo previsto. En la actualidad China no es sólo la mayor economía nacional del mundo, sino el principal país acreedor y con las mayores reservas internacionales. Aunque al mercado interior le restan décadas para estancarse, la burguesía China -aproximadamente un 5% de su población- posee excedentes financieros para emprender cualquier tipo de proyectos de inversión fuera de sus fronteras. Más importante aún, esta acumulación de capitales ocurre en la industria, diversificada a todas las ramas de la producción, y no en una dimensión financiera divorciada de la economía real, como en Occidente. El suelo chino alberga hoy la factoría más grande que haya conocido la humanidad. En comparación con el espectacular crecimiento del capitalismo chino, el capitalismo hindú ha sido más modesto, pero igualmente sostenido. Cuenta igualmente con un mercado interno colosal y es previsible que en pocas décadas alcance el segundo lugar en el ranking mundial. Por lo pronto dejó atrás a Japón y a Alemania y alcanza el equivalente al 40% de la economía estadounidense. Con mercados interiores más pequeños que estos dos gigantes, Rusia, Brasil e Indonesia también han experimentado crecimientos sostenidos en las últimas décadas y ya comienzan a desplazar a los países emblemáticos de Europa Occidental de los primeros lugares.

2 Un tratamiento a fondo de la quiebra del capitalismo occidental lo encontramos en Beinstein, Jorge: Comunismo o nada, Editorial Trinchera, 2014.

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Este creciente protagonismo posee ya expresiones concretas en el ámbito internacional. Veamos las principales expresiones:

1.2.1 En lo geopolítico

Las potencias emergentes han irrumpido con la conformación bloques y alianzas económico-político-militares, superando la diversidad cultural, religiosa y las distancias continentales. Tenemos:

• La Organización de Cooperación de Sanghai (OCS), originalmente formado por China, Rusia y las naciones de Asia Central, pero a la que se han integrado la India, Irán y Pakistán.

• La Asociación Euroasiática, formada por Rusia, Bielorrusia, Armenia, Azerbaiyan, Kirguistán, recientemente Egipto y pronto probablemente Turquía.

• La UNASUR, conformada por todas las naciones suramericanas.

• Por sobre estos bloques gravita una organización supra-continental, el BRICS, formada por Brasil, Rusia, India, China, Suráfrica y probablemente también Indonesia y Argentina.

• El relanzamiento chino -apoyado en su poderoso músculo financiero- del Movimiento de Países No Alineados y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). La existencia misma de estos organismos es un contrapeso a la influencia estadounidense en el Tercer Mundo.

Lo inédito de estos bloques es que no se basan -al menos en la carta de intenciones- en la subordinación forzosa de los capitales y gobiernos nacionales a las nuevas metrópolis. La base programática se basa en la integración, complementaridad y ventajas compartidas. La consigna central es una relación de iguales donde todos ganan. Es, ciertamente, una vía distinta de expansión de capitales a la adoptada por la burguesía occidental, que en el mejor de los casos, se repartían los territorios y recursos naturales de la periferia. Junto a estas medidas se adelantan cuatro grandes obras para abrir nuevas vías de circulación de mercancías a gran escala: el Canal de Nicaragua, el Corredor Ferroviario Bioceánico de Suramérica, la reapertura de la ruta de navegación del Océano Glacial Ártico (Pasaje del Noroeste) y la Nueva Ruta de la Seda. El primero será una alternativa al Canal de Panamá, controlado por Estados Unidos. El segundo una vía férrea que unirá los puertos de Brasil en el Atlántico y de Perú en el Pacífico, a través de Bolivia, reduciendo sustancialmente el tiempo y los costes de la exportación de grano, gas natural y otras materias primas del Nordeste Brasileño a los puertos chinos. El tercero es la ruta marítima más corta entre Europa y el Sudeste Asiático, transcurrida casi totalmente por mares rusos. Y la cuarta, una moderna vía terrestre, formada por un impresionante sistema de autopistas y vías férreas para trenes de alta velocidad que unirá Pekín y Berlín a través de Rusia y Asia Central.3 Esta última vía es una respuesta al posible bloqueo de

3 La primera prueba fue gran éxito: el 9 de noviembre partió un tren con 1000 toneladas de mercancías de Yiwu, una ciudad china al sur de Shangai. Después de recorrer 13.000 kilómetros, utilizando vías férreas convencionales, arribó a Madrid 22 días después. Este tiempo se reducirá a menos de un tercio con los trenes de alta velocidad. En barco se tarda aproximadamente 30 días, pero debe tenerse en cuenta que la apertura de la Nueva Ruta de la Seda no está motivada por ahorros de tiempo, sino por

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los mares del sudeste asiático por la marina estadounidense, la cual posee más de 200 bases militares en la región, pero también un salvavidas para la agonizante economía europea que se alejaría así del yugo estadounidense. La nueva ruta tiene una variante acuática llamada Ruta de Seda Marítima. Este es un proyecto aún mayor que implica la construcción de una moderna infraestructura energética y una red de puertos en la región Asia-Pacífico. Involucrará un mercado de 4.400 millones de personas y un volumen económico inicial de 21 billones de dólares. Este cuadro quedaría incompleto si no se mencionara el silencioso pero progresivo posicionamiento de las empresas chinas y rusas en la Faja Petrolífera del Orinoco y los yacimientos gasíferos del Caribe venezolano, la reserva de hidrocarburos más grande del planeta, cuyos extratos cruzarán el futuro Canal de Nicaragua rumbo al Sudeste Asiático. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la demanda china de petróleo hacia el 2030 representará más del 40% del total mundial. Y eso es suponiendo que China crecerá solamente a una tasa anual del 6%, lo que, sobre la base de crecimiento actual, está bajo las expectativas. De allí la creciente inversión, a mano con las empresas rusas, en el llamado Pipelineistán4 centro-euro-asiático y la Faja Petrolífera del Orinoco.5

1.2.2 En lo económico

La acción más significativa es la sustitución del dólar como divisa. Esta medida apunta directamente a quebrar el control que tienen las organizaciones financieras anglosajonas sobre los circuitos financieros mundiales, base de su dominio sobre la circulación de mercancías de todas las naciones. Por ahora, no se habla de utilizar una moneda nacional en lugar del dólar o volver al patrón oro, aunque el yuan ya comienza a cotizarse como divisa y China y Rusia aumentan en forma acelerada sus reservas en oro. En cambio, se comienza a expandir la práctica de intercambiar grandes volúmenes de mercancías en monedas nacionales. Tal es el caso de China, Japón, Rusia, la India, Irán, Brasil y más recientemente Egipto con la Unión Euroasiática. En nuestro continente, lo hacen Brasil y Uruguay, práctica que probablemente se expandirá a todo el Mercosur.6

La sustitución del dolar como medio único de intercambio mundial va acompañada de la creación de los propios organismos financieros de las potencias emergentes. Nacen así el Banco de los Brics y el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura. Este último, constituido en principio por 32 países del Sudeste asiático, apunta a sustituir al Banco

razones geoestratégicas. 4 Se trata de un gran oleoducto que acarreará petróleo desde Turkmenistán -a través de Kazajstán y

Uzbekistán- a la provincia China de Xinjiang. Los constructores también proveen la mediata interconexión con los oleoductos iraníes, donde las compañías chinas han invertido 120 mil millones de dolares en los últimos cinco años. Y no sólo Irán, el gasoducto South Stream, que debería llevar más gas natural de Rusia a Europa, fue totalmente cancelado para darle paso a la construcción de un gaseoducto a través de Turquía vía el Pipelineistán.

5 Pepe Escobar amplia este análisis en su artículo Eurasian Integration vs. the Empire of Chaos del portal http://www.tomdispatch.com

6 El Banco de Pagos Internacionales (BIS), organismo que unifica los métodos de conversión de todos los Bancos Centrales del mundo, en cuya Junta Directiva participa un representante del Banco Popular de China, estudia la implantación de una moneda internacional llamada Derecho Especial de Giro, parecida al sistema ideado por Keynes derrotado en Bretton Woods y al SUCRE utilizado en las transacciones de los países del ALBA. Es previsible que si esta iniciativa no prospera, el yuan se convertirá en la principal divisa mundial.

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Mundial en esa región del mundo, al igual que el Banco de los Brics en África y América Latina. Y estos son complementos del Banco Chino de Desarrollo, el principal organismo de inversiones en América Latina, África y Asia Central. En este rol el Banco Chino de Desarrollo sustituyó hace tiempo al Banco Mundial. Un dato que no debe pasarse por alto es que a diferencia del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que condicionan los préstamos al ajuste de la economía y el equilibrio de la balanza de pagos, la oferta china va precedida siempre por la frase justicia, equidad y apertura.De especial interés para nuestra situación es el reforzamiento de los planes de inversiones chinas en América Latina y el Caribe. En la reciente Cumbre China-CELAC se acordó poner en marcha un esquema económico para el período 2015-2019 llamado 1+3+6. El presidente chino, Xi Jiping, describió este esquema en lenguaje metafórico como un plan, tres motores y seis campos. Al traducir, tenemos que plan significa convenio de cooperación para el crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible; tres motores hace referencia al comercio, las inversiones y las finanzas; y los "seis campos" son la energía, la agricultura, la manufactura, la construcción de infraestructuras, la innovación tecnológica y la tecnología de la información. Total, una inversión de 250 mil millones de dólares en los próximos diez años y un intercambio comercial estimado de 500.000 millones de dólares anuales. El esquema chino dedica un capítulo especial a Venezuela, Nicaragua y Cuba, encubierto bajo la cooperación con Centroamérica y el Caribe. Las fuertes inversiones en estos los tres países, combinada con la sorpresiva visita Xi Jiping a México y Costa Rica en el 20137, indica un generoso uso de la llamada diplomacia del yuan para torcerle el brazo a los doce gobiernos del patio trasero de los EE UU que aún mantienen relaciones diplomáticas con Taiwan. Se trata de la replica tropical de la contienda político-militar que libra China con Estados Unidos a propósito de Taiwán a más de 60 años de la guerra civil librada entre comunistas y nacionalistas. Es una muestra, por cierto, de la imposibilidad de desligar en estos tiempos política, guerra y economía, así como la fatua ilusión de proclamar el fin de la historia por parte de un vencedor temporal. Cuando relacionamos la inevitable sustitución del dolar como patrón monetario de referencia internacional con la exportación neta de capitales chinos hacia todos los puntos cardinales, observamos claramente la configuración de una nueva Arquitectura Financiera Internacional que va sustituyendo paulatinamente los acuerdos de la Conferencia de Bretton Woods. De hecho, China también superó a Estados Unidos en captación de inversiones extranjeras: en 2014 fluyeron hacia China 127.600 millones de dólares de inversión extranjera, mientras que en los Estados Unidos se invirtieron 86.000 millones

7 Los cuidadosos movimientos chinos están llenos de significados. El Tratado de Libre Comercio que une a México con los Estados Unidos ha llevado a los manitos a constituirse en la onceava economía del mundo. Pero el 80% de las exportaciones son generadas por transnacionales de Estados Unidos y van a ese país. Es decir, México es la típica neocolonia donde las transnacionales venden y se dan el vuelto. En contraste, el déficit comercial de México con China fue 58 mil millones de dolares en el 2014, una proporción desfavorable de 6 a 1 en la balanza comercial. Los resultados sociales de este modelo están a la vista: según la CEPAL, México integra el exclusivo club, junto a Honduras, de países latinoamericanos donde aumentó la pobreza y de indigencia. Por otro lado, Costa Rica, un país tan pequeño que una fracción de inversiones chinas significaría un torrente para su economía, había anunciado su incorporación al Grupo del Pacífico, el bloque neocolonial opuesto al Mercosur. Seguramente Xi Jiping puso sobre la mesa una mejor oferta para ambos gobiernos.

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de dólares.8 Esto sugiere que la emisión inorgánica de dolares y su devaluación periódica para financiar la economía norteamericana con los fondos provenientes de las otras economías del globo ya no muestra la eficacia del pasado.Hay un dato menos llamativo pero igualmente doloroso para la economía de los EE UU: la pérdida del control del ciberespacio. Como propietario de Internet, y por lo tanto del sistema de escuchas ilegales, la nación norteamericana tenía el monopolio del espionaje industrial. Pero sobre todo, le garantizaba el control de las patentes, los derechos de autor y los derechos sobre las marcas, lo cual constituye su primera fuente de ingresos. Hoy Rusia, China, la India e Irán parecen superarla en espionaje industrial y utilizan el ciberespacio para evadir el pago de derechos intelectuales. Según el documento Estrategia de Seguridad Nacional para 2015, la pérdida de este monopolio es una de las principales amenazas a la seguridad de los Estados Unidos.Más visible es un dato que raya en la espectacularidad: las inversiones conjuntas chino-rusas. El año pasado se firmaron dos gigantescos acuerdos por 725.000 millones de dólares para la construcción de los gasoductos Poder de Siberia y Altai.9 A esto hay que sumarle los 38 acuerdos de interacción económica total firmados el año pasado, incluyendo los acuerdos fiscales aduaneros. Estos acuerdos, junto a la Nueva Ruta de la Seda llevan a los observadores a afirmar que la integración Rusia-China es la mayor maniobra estratégica de los últimos 100 años. Y es apenas el comienzo de la expansión del capitalismo asiático, pues, a la vista de los hechos, la India ya solicitó la integración a la Organización de Cooperación de Shanghai.

1.2.3 En lo político

El trazamiento de una raya a la presencia de Estados Unidos en el Oriente Medio. Desde la invasión de Irak, Estados Unidos, aprovechando el desconcierto causado por la implosión de la Unión Soviética había sido el único actor en la región, con la sola contesta de un Irán agobiado por el embargo económico. Así, tuvo las manos libres para desestabilizar Egipto, Siria, Túnez y desintegrar Libia. En todos estos países sembró las llamadas primaveras árabes y promovió al poder una antigua filial de la CIA en Oriente Medio llamada Hermanos Musulmanes. Ahora la situación es otra: los vetos de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU a las iniciativas occidentales de darles visos de legalidad a la invasión de Siria, tal como había ocurrido en Libia, forzaron al gobierno de Estados Unidos a quitarse la careta e intentar bombardear unilateralmente. Este intento fracasó por la firme posición de Rusia y el temor de Estados Unidos de verse arrastrado a una confrontación indirecta con ese país. En la actualidad, Rusia moderniza los ejércitos de Siria, Irak y Egipto (que expulsó a los Hermanos Musulmanes del poder) y coopera militarmente con Irak. Las empresas rusas se involucran cada vez más en los negocios petroleros de Siria e Irán.En otro contexto, era impensable hasta hace poco la pérdida de influencia de los Estados Unidos en la ONU. Pero las votaciones récord alcanzadas por Venezuela para entrar al Consejo de Seguridad y el rechazo también récord al bloqueo a Cuba ilustran este nuevo

8 Las cifras pertenecen la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.9 400.000 y 325.000 millones respectivamente. La firma de estos contratos, en medio de las sanciones

occidentales contra Rusia, le dio a Vladimir Putin el título la persona más influyente del mundo de la revista Forbes.

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escenario. Fuera de la ONU, el rechazo unánime a las sanciones descabelladas de los Estados Unidos contra Venezuela por parte de la Unasur, Mercosur, Alba, los Países No Alineados, China y Rusia son una muestra más de esta tendencia.

1.2.4 En lo militar

Hay que anotar la vuelta del Ejército Ruso a los niveles de los primeros tiempos de la Guerra Fría. Sus barcos, aviones y submarinos vuelven a patrullar el territorio internacional. Su rápida modernización lo eleva nuevamente a niveles disuasivos de antaño y está preparando centros logísticos en varios países, entre ellos algunos del Caribe.En Asia, las fuerzas armadas chinas e hindú, con la colaboración de la industria militar rusa, cierran cada vez más la brecha con la marina estadounidense en el pacífico. Además del anuncio de ejercicios militares conjuntos a gran escala, la nueva alianza contempla el suministro de la última generación del sistema de misiles de defensa aérea S-400 de Rusia hacia China e India, la construcción conjunta de cazas de quinta generación y la cooperación en la exploración del espacio. Pero más temible para los Estados Unidos es que el hermanamiento de estos tres ejércitos, de por sí tanto o más fuerte que la OTAN, va acompañado del relanzamiento público de la doctrina de la era soviética conocida como seguridad colectiva, o, en palabras poéticas del presidente chino Xi Jinping, el árbol de hoja perenne de la amistad. En el Levante, bajo el paraguas ruso-chino, Irán y sus aliados en Oriente Medio (el Irak chita, Siria y Hezbollat) se erigen como una fuerza militar regional, capaz de ponerle límite a la amenaza israelí. La reciente disposición de Estados Unidos de reconocer su derecho al desarrollo de la energía nuclear es un reconocimiento implícito a esta realidad. A los ojos internacionales, la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra el Estado Islamico luego de haberse retirado de Irak y Afganistán, parece más un signo de debilidad que de fortaleza.En el mismísimo Caribe es ya un hecho el establecimiento de una base permanente de las fuerzas navales rusas en Nicaragua. El acuerdo, camuflado bajo la frase aparentemente aséptica un régimen simplificado para la entrada de buques militares rusos en los puertos de Nicaragua, fue firmado por el mismo Vladímir Putin en Managua el 2014, e incluye, por supuesto, un rol nada secundario de la Fuerza Armada Venezolana. De hecho, las armadas de Rusia y Venezuela se aprestan a realizar sus primeros ejercicios conjuntos en aguas del Caribe este mismo año. En la superficie, el acuerdo se limita a prestarle la debida seguridad al Canal de Nicaragua, pero en el fondo, como siempre, se persiguen objetivos de connotaciones más profundas. Tanto la flota rusa como el enjambre de submarinos chinos, el mayor del mundo, podrán desplazarse rápidamente entre el Pacífico y el Atlántico, llevando su poder disuasivo al propio patio trasero estadounidense. Esta fuerza servirá de paraguas a los cargamentos de petroleo provenientes de la Faja del Orinoco, extraídos por empresas chino-venezolanas y ruso-venezolanas, acortando la ruta al Sudeste Asiático y evitando la insegura Península Malaca.El acuerdo se explica porque Nicaragua, con un PIB de apenas 30 mil millones de dolares, no está en capacidad por ahora de adquirir costosos aviones y barcos rusos, así como satélites chinos, únicos instrumentos capaces de garantizar la construcción y

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posterior operación del canal. En cambio, su economía tomará el ascensor del crecimiento, abriendo una brecha en relación los países vecinos y alterando definitivamente la correlación de fuerzas en la sub-región.Es significativo que esto ocurra en las narices de los Estados Unidos, algo impensable años atrás. Pero también era impensable la realización de ejercicios militares conjuntos de un país del patio trasero, como Venezuela, con una fuerza militar de un país hostil, como Rusia. Por ahora, Estados Unidos se limita a aumentar sus tropas de respuesta rápida en Perú y pellizcar al gobierno colombiano para que le gruña a Nicaragua. La Doctrina Monroe luce devaluada en estos tiempos.10

1.3 Situación mundial de preguerra y posibilidades reales de una revolución internacional

La emergencia de estos nuevos líderes del capitalismo alteró el equilibrio de poder mundial, sumiendo a la humanidad y al ecosistema planetario en un futuro incierto. El proceso de acumulación del capitalismo occidental está signado por guerras entre los capitales nacionales, ora por la protección del mercado interior, ora por penetración hostil del mercado de la competencia, y al mismo tiempo, de guerras de colonización de las demás naciones del planeta para saquear sus recursos naturales. La nueva correlación de fuerzas tiene precedentes funestos: dos guerras mundiales, ambas en el siglo XX, la última apenas siete décadas atrás. Con el agravante que tanto los viejos como los nuevos líderes poseen armas capaces de exterminar la especie humana y la biodiversidad planetaria. No está todavía lejano el holocausto nuclear desatado sobre Hiroshima. No olvidemos que el general MacArthur, el héroe de la guerra contra Japón, cinco años después pidió un bombardeo atómico sobre China para vengar la humillante derrota que le propinó el Ejército de Liberación de ese país en Corea. La diferencia es que ahora las potencias emergentes tienen la misma capacidad nuclear. No olvidemos tampoco que estas guerras comenzaron por el control de los mercados, aunque hayan sido detonadas por motivos tan fútiles que hoy nos parecen ridículos.Por lo pronto, las potencias occidentales hacen lo único que saben hacer: guerras de invasión, presión a gobiernos anti-hegemónicos, desestabilización de gobiernos, desintegración de sociedades compactas e intoxicación ideológica de los pueblos. Y siempre por los mismos motivos: asalto de nuevos mercados y liquidación de la competencia. Además con los mismos argumentos: defensa de la libertad, la democracia y el bienestar de los pueblos. Por lo general han tenido éxito. Pero en algunos episodios recientes han fracasado: el intento de crear una medialuna en Bolivia, el paro petrolero y golpe de Estado en Venezuela en el 2002 y la heroica resistencia del pueblo sirio a la invasión mejor armada y financiada de la historia, similar a la resistencia del pueblo vietnamita 50 años atrás. Siria, Ucrania, Honk Kong y Venezuela son los últimos países que el imperialismo anglosajón ha tratado de desestabilizar. No por los países en si mismos, sino por intereses

10 La preocupación expresada por los Estados Unidos acerca de la base militar rusa permanente en Nicaragua oculta emociones más profundas. La doctrina militar rusa post-crimea trae la novedad de una estrategia de disuasión no nuclear basada en armas de precisión de largo alcance y gran poder destructivo. Estas armas, emplazadas en el Caribe, pueden alcanzar objetivos en cualquier lugar del continente, incluyendo el territorio norteamericano.

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geopolíticos desesperados de fijarle nuevas fronteras al avance inexorable de las potencias emergentes y sus nuevas alianzas. En los tres casos se han encontrado con una resistencia denodada de los pueblos, lo cual ha facilitado las maniobras de los gobiernos y los nuevos actores mundiales para conservar la correlación de fuerzas.Todo indica que Occidente fue sorprendido por la rápida respuesta política y militar de Rusia al golpe de Estado urdido en Ucrania con la integración de Crimea, la capacidad combativa del pueblo de Novorrusia, pero por sobre todo el espíritu de cuerpo del pueblo ruso para enfrentar cualquier agresión externa. Esto último frustró los planes de una largamente preparada primavera rusa. También le abrió los ojos a los gobiernos de la Unión Europea sobre un factor que no estaba en sus planes: la fortaleza económica y militar rusa y su capacidad de tejer alianzas geoestratégicas más allá de su proporción en la torta del mercado.Estados Unidos y sus aliados occidentales han respondido con sanciones económicas que, aunque lucen ineficaces para torcer la voluntad del pueblo y el gobierno ruso, han causado grandes daños a la economía de ese país. Mucho más dañina parece ser la guerra de precios del petroleo, que afecta también a Venezuela, dado que Estados Unidos controla a la mayoría de los países de la OPEP, sea a través de gobiernos títeres como las monarquías de Qatar y Arabia Saudita o la ocupación territorial, como Libia e Irak. En estos momentos la OPEP exporta el 43% del petróleo mundial, pero la mitad está bajo control estadounidenses. Aún así, Rusia parece capaz de aguantar la crisis económica, disminuir la dependencia de los mercados externos en el mediano plazo y contraatacar acelerando la consolidación del nuevo orden mundial multipolar que se está gestando.11

No hay dudas que esta posición tensará mucho más los conflictos abiertos por el imperialismo anglosajón.El pueblo sirio, confundido en principio por los engañosos aires primaverales, fue capaz de organizar a tiempo una sacrificada resistencia en torno a las milicias populares y al Ejército Árabe Sirio. Esto ha detenido temporalmente los planes del sionismo anglosajón de apoderarse de los yacimientos de gas sirio y crear al mismo tiempo un Medio Oriente Ampliado, proyecto que tuvo su clímax con el desmembramiento de Irak y Libia. Como consecuencia, el llamado Eje de la Resistencia, formado al principio por Irán, Hezbollah y Hammas, se ha ampliado a Egipto e Irak, abriéndole las puertas a Rusia y China en la región. Estos re-alineamientos, lejos de estabilizar la región, amenazan con desatar una guerra con repercusiones mundiales.Ante estos escenarios, es oportuno preguntarse, ¿renunciará el imperialismo anglosajón a la guerra para volver a imponer su hegemonía? ¿aceptará compartir el liderazgo mundial en un mundo cada vez más pluripolar? Hasta ahora sabemos qué dos tendencias se disputan el gobierno de los EE UU, los imperialistas que proponen repartirse el mundo con China y eventualmente Rusia, y los imperialistas que plantean la expansión infinita mediante la guerra. La tendencia reparticionista estima que mientras Estados Unidos estaba entretenido con sus juegos de guerra en Afganistán e Irak y celebraba la expansión de la OTAN en la Europa eslava, China, silenciosamente, le tomaba los espacios geoestratégicos en Asia Central y América Latina. A estas alturas creen inevitable el ascenso Chino y consideran que es hora de reconocer los méritos de la competencia,

11 Para una comprensión más profunda de la situación rusa, véase el artículo de James Petras: Vulnerabilidades de Rusia ante las sanciones de Estados Unidos, la Unión Europea y la rapiña militar de la OTAN, publicado en http://www.voltairenet.org.

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deponer la actitud guerrerista, y sentarse en la mesa a negociar antes que la brecha se torne inalcanzable.Por lo pronto, la tendencia guerrerista picó adelante: En el 2001 se publicó la Revisión del Pentágono de la Postura Nuclear 1, que sienta las bases de un primer ataque preventivo" con armas nucleares contra Rusia, China, Irán y Corea del Norte. En el 2004 el Congreso estadounidense le asignó 6.000 millones de dólares al Pentágono para usar armas termonucleares de guerra convencional en Oriente Medio y Asia Central. Antes de la guerra de Ucrania, que le abrió los ojos a Occidente respecto al latente poderío ruso, Washington aseguraba que la irrupción de China en el orden internacional pone en peligro el orden y la prosperidad en Asia, constituyéndose en una nueva amenaza global para los Estados Unidos. Esto llevó a Obama a promover el llamado pivote asiático para retomar el liderazgo de Estados Unidos en la región, que contempla, aparte de presionar a Japón, Australia y Taiwan para modernizar sus fuerzas armadas, taponar militarmente el estrecho de Malaca, por donde fluyen el 80% de las importaciones de petróleo de China. En cuanto a Rusia, fue colocada como la segunda amenaza para la paz mundial, detrás de la epidemia de ébola y por delante del terrorismo islamista.La mala fe estadounidense tiene un trasfondo estructural. Dada la evidente intención de las potencias emergentes de dar al traste con el sistema derivado de Bretton Woods, la guerra parece un recurso lógico para restaurar la hegemonía del dolar-patrón. La Primera Guerra Mundial sirvió para que los Estados Unidos pasara de ser el país más endeudado del mundo a convertirse en el principal acreedor del orbe. La Segunda Guerra Mundial le permitió a Estados Unidos, como ya señalamos, emerger con las mayores reservas de oro del planeta, fortaleciendo aún más el dolar e imponiendo su transabilidad universal. En este momento la economía estadounidense está quebrada, pero el petróleo, que pertenece parcialmente a otros países, es la base del dolar, como anteriormente lo fue el oro. No es que la dirigencia norteamericana considere equivocadamente que tiene derecho a explotar los yacimientos de hidrocarburos del planeta para su beneficio exclusivo. Es que el control del petróleo es el único respaldo del papel-dolar que sostiene el castillo de naipes de la economía occidental. Una guerra para tratar de sostener este control parece lógica después que Rusia, Venezuela y Asia Central se contaminaron con el virus de la soberanía y comenzaron a enseñar los dientes.12

También es pertinente preguntarse, ¿es sostenible un mundo pluripolar, sin precedentes en la historia del capitalismo? Hasta ahora el único equilibrio conocido en el mundo capitalista fue la guerra fría, que gravitaba sobre los pueblos del mundo cual espada de Damocles, dada la disuasión nuclear bipolar. Las noticias que llegan del Lejano Oriente no son en absoluto tranquilizadoras: a la chita callando, el ejército chino se está homologando con el estadounidense, a pesar que invierte cuatro veces menos que Estados Unidos en este rubro. Esto incluye portaviones, fuerzas aerospaciales, submarinos y misiles balísticos. Expertos en esta área afirman que en cinco años veremos los primeros frutos, y dentro de diez años el Ejército chino no cederá ante el Pentágono, al igual que ahora la economía china no cede ante la economía estadounidense. Para The Diplomat y el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales por primera vez en la historia, el arsenal nuclear de China será invulnerable a un primer

12 Incluso Nigeria, un país petrolero en ascenso que ya desplazó a Australia en magnitud económica, ocupando en este momento la casilla 19, inició el año pasado la conversión de sus reservas internacionales de dolares a yuanes.

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golpe (...) China ha asegurado el último salto hacia la capacidad nuclear de ejercer represalias.13

Los rusos suelen ser más elocuentes. El discurso de Vladimir Putín en noviembre del 2014 en Sochi, uno de los lugares de la antigua Unión Soviética donde se venera a Stalin, es ya referencia obligatoria en los círculos diplomáticos. El Robot Pescador nos muestra el resumen de realizado por un blogger ruso de las nuevas reglas del juego expuestas por Putin, de las cuales destacamos cuatro puntos:

• Rusia no intentará volver a formatear el mundo a su propia imagen e interés, pero tampoco le permitirá a nadie que lo reformatee a su imagen e interés. Rusia no se cerrará a sí misma al resto del mundo, pero cualquier persona que intente excluir a Rusia del resto del mundo, puede estar segura de que se enfrentará a un vendaval.

• Rusia no desea que el caos se extienda, no quiere la guerra, y no tiene intención de iniciar ninguna. Sin embargo, hoy en día Rusia ve el estallido de la guerra mundial como casi inevitable, está preparada para ella y continúa preparándose para ella. Rusia no hace la guerra, pero tampoco la teme.

• Rusia no tiene intención de tomar un papel activo en frustrar los planes de aquellos que todavía están tratando de construir su deseado Nuevo Orden Mundial, a no ser que sus esfuerzos empiecen a afectar a los intereses fundamentales de Rusia. Rusia preferiría esperar pacientemente y asistir al espectáculo de ver como ellos mismos se van dando golpes y provocándose tantos chichones en sus pobres cabezas como puedan soportar. Pero aquellos que intenten arrastrar a Rusia hacia este proceso, despreciando sus intereses, se enfrentarán al verdadero significado de la palabra dolor.

• Aún existe la oportunidad de construir un Nuevo Orden Mundial que evite el estallido de una guerra mundial. Este nuevo orden mundial, necesariamente incluye a los Estados Unidos, pero sólo podrán hacerlo si EEUU acepta participar en las mismas condiciones que todos los demás: con sujeción a la ley internacional y a los acuerdos internacionales; absteniéndose de realizar acciones unilaterales; y con pleno respeto por la soberanía de las otras naciones.14

Parece pronto para decirlo, pero la situación se parece cada vez más a una Guerra Fría, esta vez en el formato 1 versus 3.En cuanto al supuesto declive del imperialismo estadounidense también caben unas cuantas preguntas ¿El vigoroso capitalismo asiático implicará por igual la hegemonía de as burguesías chinas e hindú sobre los pueblos del mundo? ¿Es posible un Imperio sin Imperialismo, tal como caracterizara el Presidente Nicolás Maduro en relación a China?15

13 La afirmación pertenece David M. Finkelstein, vicepresidente y director de investigación de China en la organización CNA Corporation. Véanse también los artículos China’s Military Is about to Go Global en portal The National Interest (http://nationalinterest.org) y China Takes Nuclear Weapons Undersea Away From Prying Eyes, en el portal Bloomber Bussines (http://www.bloomberg.com).

14 La última maniobra de Putin para destruir a la unión europea y a la OTAN (http://elrobotpescador.com/)

15 China optó por la integración y no por llevar la guerra como hace Estados Unidos, abusando de los recursos naturales hasta mucho más allá de sus fronteras, inventando siempre excusas para hacer la guerra (...) Hoy China es la gran potencia económica del siglo XXI, sin necesidad de incurrir en la

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Los acontecimientos porvenir traerán también la respuesta a estas preguntas, pero nos gustaría especular con la única posibilidad segura de detener la amenaza que las pugnas inter-burguesas ciernen sobre la humanidad: la revolución proletaria en los países occidentales, sobre todo en los Estados Unidos.16

2 Plano Nacional

Gabriel García Márquez, en uno de sus Cuentos peregrinos, relata la historia de una vieja de mal agüero que va de compras muy temprano a la bodega del pueblo y le dice al dependiente: hoy el día está raro, estoy segura que

va a pasar algo. El bodeguero le comenta a su vez a los siguientes clientes: hoy va a pasar algo. Hacia el mediodía un gran ruido motiva al vendedor a asomarse a la calle. Observa con sorpresa una estampida de

personas y bestias de carga, llevando cualquier cantidad de bultos, desplazándose atropelladamente hacia la salida del pueblo. Al preguntar qué pasa, le contestan: ¿es qué no lo sabe? Se acerca una desgracia. Cuando el bodeguero comienza a organizar su propia huida, escucha un ruido estrepitoso en dirección al río. Corre hacia allá y ve con asombro que el puente se desplomó por el sobrepeso de la multitud. A su lado escucha la voz de la

vieja agorera que, mirando al fondo del precipicio, dice tranquilamente: yo lo dije: iba a pasar algo.

El relato anterior pareciera haber inspirado a los laboratorios de guerra psicológica del Pentágono. Como señala un reciente informe de la encuestadora Hinterlaces: No hay duda acerca de la existencia de una estrategia de desestabilización socioemocional que pretende caotizar a la sociedad venezolana y neurotizar a los ciudadanos para ocasionar una ruptura social violenta del orden establecido… La actual campaña ejecutada por una clínica de masas altamente experimentada y profesional constituye un capítulo más de un largo proceso programado de acumulación de angustias colectivas que busca activar la incertidumbre y la sensación de desprotección así como también provocar respuestas irracionales y desbordamiento. La eficacia de esta modalidad de desarticular la sociedad no debe subestimarse: en las dos primeras semanas del año acudieron a los automercados cuatro millones de compradores, cuando normalmente concurren para esa fecha 800 mil. Para la primera semana de febrero la avalancha ya alcanzaba las 16 millones de personas. Las cifras, para despejar cualquier duda, son de la Asociación Nacional de Automercados (ANDA), red privada, qué señala además que en tales circunstancias ni siquiera da tiempo de reponer el inventario. Ciertamente, unos cientos de miles de tuits concatenados con la fábrica de rumor sistemática de los medios privados fue suficiente para provocar el derrumbe del puente. Y como en el cuento garciamarquino, el problema virtual se tornó real. Esta modalidad de desestabilización no es nueva, pero aún así logra sorprender al gobierno bolivariano. Peor aún, el chavismo de base, que coexiste día a día en la calle con

dominación, los saqueos y las guerras económicas. Nicolás Maduro, 9 de enero de 2015.16 Tal vez no sea una especulación tan descabellada. Al menos así lo creen expertos economistas

estadounidenses, y no precisamente de orientación izquierdista. Martin Armstrong, por ejemplo, afirma: Parece cada vez más probable que en 2016 se desencadene una severa revuelta política mientras la economía se viene abajo (...) Es la fórmula mágica: si pones patas arriba la economía obtendrás revolución y disturbios (http://armstrongeconomics.com). Lo mismo opina el Centro de Pronósticos Jerome Levy en Predictors of 29 Crash See 65% Chance of 2015 Recession (http://www.bloomberg.com), Michael T. Snyder en Why Are So Many Smart People Forecasting Disaster? (http://www.investing.com) y John Hussman en el Keiser Report (http://www.maxkeiser.com).

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la colas y es también víctima de la escasez, luce desmoralizado. Y es que el laboratorio de guerra total, que incluye la modalidad psicológica, acumula ya 16 años de ofensiva sin cesar, pero siempre con variantes nuevas capaces de agarrar a las fuerzas bolivarianas desprevenidas. Tal como reza un dicho popular: no es lo que joden, sino lo seguido.Una mirada en retrospectiva nos muestra un territorio donde transcurre un persistente conflicto social por el control del poder. En esta pugna se alteran como formas de lucha, elecciones a todas las escalas en magnitudes e intervalos sin precedentes en la historia mundial, con saboteos, amenazas, golpes de estado, perturbación sistemática de la paz pública y, como acabamos de ver, guerra sicológica de masas. Si a inicios del siglo era evidente que la crisis política era una magnificación virtual de la prensa burguesa, lo que llevó al comandante Chávez a tachar a la oposición de escuálida, ahora está claro que la crisis es real, al menos en el terreno económico y en los resultados electorales.Cabe la pregunta entonces ¿por qué no se consolida el proceso bolivariano? ¿por qué no goza de la estabilidad económica de otros países que también han iniciado proceso de cambios? ¿Cómo puede revertirse esa situación? Creemos que la respuesta hay que buscarla en la estructura socioeconómica de la sociedad venezolana.

2.1 Crecimiento sin desarrollo

El pensamiento de izquierda marxista venezolano hizo una radiografía acertada en los años 70 del siglo pasado de la sociedad venezolana. Cuarenta años después esta radiografía mantiene plena vigencia. Veamos:

• Dependencia de las metrópolis del circuito capitalista mundial. Nuestro país surgió como un magro eslabón del proyecto expansionista del capitalismo mercantilista iniciado en el siglo XV en Europa. En ese circuito se ha mantenido durante 500 años, primero como colonia, luego como neo-colonia republicana.

• La división internacional del trabajo impuesta por las metrópolis capitalistas le asignó a Venezuela un rol de país monoproductor y monoexportador, en principio de productos agrícolas, luego de productos mineros. Ese rol se mantiene hasta el presente, pese a esporádica retórica de sembrar el petróleo, diversificar la economía, etc. Esto hace la economía vulnerable a las vicisitudes del mercado internacional y un blanco fácil para los capitales depredadores que gobiernan el planeta.

• A partir del siglo XX, las transnacionales norteamericanas se apoderan de la extracción minera (petroleo), que a la postre sustituye totalmente las exportaciones agrícolas. La población, mayormente campesina, migra en parte hacia los campos petroleros, trocándose en obreros, y en parte hacia las ciudades, donde se convierte en una población flotante desclasada, ajena a cualquier aparato productivo. Con el tiempo esta población se divide en una minoría pequeño-burguesa encargada de reproducir y disfrutar los valores culturales de los Estados Unidos y una gran mayoría, también desclasada, pero que deriva en un lumpenproletariado. Esto acentúa la llamada economía de puertos, que nos convierte en exportadores de materias primas e importador de bienes finales, dando lugar a una burguesía comercial-importadora que comienza a captar por esa vía parte de la renta petrolera.

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• Ante el ingente crecimiento del mercado interno, los capitales norteamericanos excedentarios se asientan en el país, tejiendo alianzas con lacayos nacionales, creando algunas industrias de transformación de bienes finales de consumo masivo destinadas al mercado urbano. Este fenómeno sólo acentúa la dependencia, pues a la importación de bienes nacionales se le suma la de materias primas, maquinarias y repuestos para la industria transformadora. Caso típico de estas empresas son las farmacéuticas, de artículos de limpieza y ensamblaje de vehículos.

• La agricultura también migra hacia la producción de rubros para la agroindustria, adoptando formas asalariadas y tecnologías propias del capitalismo. La agroindustria es ahora la encargada de suministrar el grueso de los alimentos a la creciente población urbana de las ciudades. Esto cambia el patrón de consumo de la población, caracterizado hasta entonces por una dieta variada que estimulaba la producción para el autoconsumo. La dieta se conforma a partir de ese momento de un pocos rubros, ajenos a las necesidades de la población, pero funcionales a la acumulación de capitales de la neo-burguesía del campo. Caso típico es la industria empacadora y procesadora de cereales, salsas, aceites, huevos artificiales, leche pausterizada, pastas, etc.

• Como consecuencia, la economía no es sólo dependiente, sino completamente deformada: el sector terciario de la economía (servicios, comercio y empleados del Estado) se hiperdesarrolla por el consumo urbano a la vez que se estanca el sector primario (minero y agrícola). El sector secundario, el industrial, barómetro para medir el desarrollo económico de una sociedad, nunca despegó. Se redujo a una industria empacadora y ensambladora. Este fenómeno fue bautizado como crecimiento sin desarrollo.

• La dependencia económica del circuito capitalista mundial, más el control de la economía por las transaccionales norteamericanas, se expresa en un proceso de desacumulación estructural de la economía. Con esta grilla encima, es imposible cualquier tipo de desarrollo hacia adentro. Este fenómeno, conocido superficialmente como fuga de capitales, es típico de los países que se integraron al capitalismo en calidad de colonias. Cualquier plan de desarrollo auténtico pasa por quebrar la dependencia y acumular y reproducir la riqueza al interior de la sociedad.

2.2 El Plan de Barranquilla

Siendo el petróleo la única fuente de riquezas, desde la creación del Estado gomecista (liberal-burgués) hasta el presente, la lucha de los actores económicos se centró en el grado de participación en la renta petrolera. En los primeros años del siglo XX la renta se distribuía entre las transaccionales norteamericanas (que se llevaban la parte del león), la burguesía importadora y los funcionarios corruptos de los gobiernos de turno. Pero la creación de un Estado moderno a cargo de la construcción de la infraestructura que necesitaba la burguesía y de un discurso social para mantener la paz social dio paso al nacimiento de una burocracia nacional que demandaba cada vez más recursos para la administración pública y el desarrollo de sus instituciones. Esta burocracia entró de

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manera decidida a finales de los años 40 en una puja abierta con las transnacionales por aumentar la cuota de renta percibida por el Estado. Estas aspiraciones fueron plasmadas en el Plan de Barranquilla, un programa de gobierno redactado en 1931 por Rómulo Betancourt, caracterizado por el uso de categorías marxistas pero con un contenido socialdemócrata. En 1943 el gobierno de Isaías Medina Angarita promulga una Ley Petrolera que establece que las ganancias del Estado no podían ser inferiores a las ganancias de las empresas petroleras y la suma de los impuestos a las mismas tampoco podían ser inferiores a la mitad de sus ganancias. No obstante, esta ley, conocida como 50/50 o Fifty-Fifty no se llevó a la práctica hasta 1948, cuando Acción Democrática, con Rómulo Gallegos como Presidente y Juan Pablo Pérez Alfonso como Ministro de Fomento, impulsó la reforma a la Ley de Impuesto Sobre la Renta. Por cierto, Medina Angarita y Gallegos fueron derrocados mediante sendos golpes de Estado en 1945 y 1948.Fue en 1959, cuando Rómulo Betancourt asumió la Presidencia por segunda vez, que el Plan de Barranquilla alcanzó la concreción plena con la imposición del modelo clientelar-rentista de administración pública. La característica principal de este modelo es la conciliación de clases, sellada mediante el Pacto de Punto Fijo, y cuyo trasfondo es el reparto de las grandes porciones de la renta petrolera entre la burguesía y la burocracia, y las migajas entre el resto de la población. La represión pura y simple servía como elemento disuasorio del descontento del pueblo. Para el mantenimiento de la paz social se le asignaron roles a los representantes de las clases sociales:

• La burguesía, representados oficialmente por Fedecámaras.

• Los trabajadores, representados oficialmente por la CTV.

• La Iglesia católica, representada por el Episcopado.

• Los partidos políticos Acción Democrática, COPEI y URD.

El Partido Comunista y la Juventud de Acción Democrática, que dirigieron la resistencia contra Pérez Jiménez y pusieron la carne en el asador para derrocarlo, fueron excluidos del pacto de las élites pro-estadounidenses.Las Fuerzas Armadas fueron modeladas como un apéndice de la marina estadounidense y la policía política fue entrenada por agentes cubanos de la CIA para ejercer la tortura sistemática. Los partidos políticos tenían el rol de mediar entre la burguesía y la población. Su rol era comprar periódicamente mediante alguna prebenda los votos del lumpenproletariado urbano. En ausencia de un desarrollo industrial y un crecimiento económico concomitante, la solución fue emplear parte de esta población en el propio Estado. Este sistema, al comienzo muy inestable, se consolidó con los aumentos internacionales de los precios del petroleo y la nacionalización de la industria petrolera a comienzos de los años 70. El modelo clientelar-rentista, aunque compartió el programa económico desarrollista liderado por las burguesías populistas latinoamericanas, tuvo un carácter altamente represivo.

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2.3 La agenda bolivariana

El comandante Chávez irrumpió en la historia con un programa de Refundación de la República. El núcleo de ese programa era le eliminación de la corrupción, la erradicación de la pobreza, el aumento de la participación de la población en los asuntos públicos, el desmontaje de las estructuras represivas del Estado y la soberanía política y económica. Esta última debía expresarse en el desmontaje de la apertura petrolera, un eufemismo utilizado en los años 90 por los portavoces de las transnacionales para encubrir la re-privatización de la industria. Ese programa se plasmó en la Constitución de 1999. Con el tiempo el discurso gubernamental evolucionó hacia el socialismo, pero la mayoría del pueblo no aprobó la enmienda para darle rango constitucional. De todos modos, la enmienda no tocaba la contradicción de fondo de la Constitución del 99, entre el rol participativo y protagónico de la población y la protección de la propiedad privada de los medios de producción y la existencia del Estado liberal. Introducía una nueva forma de propiedad, la social, con su variante directa (comunas y empresas de producción social) e indirecta, administración delegada del Estado. Posteriormente la Asamblea Nacional aprobó un compendio de leyes, llamadas del Poder Popular, que intentan dotar de marco jurídico las nuevas formas de propiedad, pero igualmente fueron recibidas con apatía por la mayoría de la población. En materia de participación y derechos humanos los avances no dejan margen a dudas. Pese a la supervivencia de algunos resabios represivos, la sociedad venezolana es una de las más libres del mundo. El articulado constitucional de protección de los derechos colectivos e individuales del pueblo es también la más avanzada del mundo.Lo mismo puede decirse de la erradicación de la pobreza. Venezuela será el primer país en alcanzar anticipadamente la meta del milenio fijado por la ONU. En apenas 15 años la pobreza general fue reducida de 45% a 10% y la pobreza extrema de 10,8% a 5,4%. El coeficiente GINI, que mide el porcentaje de distribución de la riqueza en una sociedad, alcanzó el 0,382, lo cual, combinado con un Índice de Desarrollo Humano de 0,748, nos convierte en el país menos desigual de América Latina.17 El Estado ha construido en el mismo período 670 mil viviendas de primera calidad, lo cual beneficia a casi tres millones de personas, y el trascurso del año se alcanzará el 1.000.000 de viviendas. En este último aspecto se suele afirmar que el gobierno bolivariano sólo ha profundizado la política puntofijista de repartir migajas de la renta petrolera a cambio de la obtención de votos. Esta afirmación tiene fundamento cualitativo, pero no cuantitativo. El retorno de la renta petrolera a la población se aproxima al billón de dólares en apenas 15 años, diez veces más que lo invertido en el Plan Marshall para recuperar Europa después de la posguerra. En ningún caso son migajas, pues esta cantidad es el equivalente aproximado a lo que dejó de percibir directamente la burguesía parasitaria en ese período. No obstante, la duda sobre la eficacia de este gasto persiste, pues, indirectamente, esta porción de la renta petrolera de todos modos ha ido a parar a manos de la burguesía parasitaria de siempre, la burguesía industrial china o la burguesía agroindustrial suramericana. Y es que en el fondo persiste el carácter dependiente, deformado, monoproductor-monoexportador, rentista y ensamblador de la economía. Aún cuando es incuestionable la ruptura con el imperio estadounidense y la integración simultánea a un

17 Cifras oficiales del PNUD

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entorno internacional cada vez más multipolar, los indicadores económicos y la actual crisis económica muestran que estos éxitos diplomáticos no han conducido a la construcción de un desarrollo endógeno capaz de reproducir la riqueza. Así pues, las tres instituciones decisivas del moderno capitalismo del siglo XX persisten en la sociedad actual: 1) dependencia de los viejos y nuevos centros metropolitanos del circuito capitalista mundial; 2) el rol monoproductor-monoexportador asignado por los centros metropolitanos y 3) el rentismo clientelar heredado del Plan de Barranquilla. El proceso de desacumulación, y por lo tanto, de crecimiento sin desarrollo, está intacto. La primera década del siglo XXI agarra a un gobierno con un discurso anti-imperialista, anti-capitalista y socialista, enfrentado a los actores políticos que forjaron el puntofijismo, a saber, Fedecámaras, los partidos (AD, COPEI y sus derivados actuales) y la Iglesia católica. Este discurso, sin embargo, no tiene un fundamento real. Jamás ocurrió una ruptura revolucionaria contra el dominio del capital, pues la Constitución de 1999 se limitó a la democratización del capital, haciendo énfasis en la garantía de la propiedad privada. Por otra parte, el sistema político se sigue sustentando en la compra de votos a cargo de la renta petrolera. El grueso de la población electoral, ayer como hoy, no es partícipe de ningún proceso productivo real. Su lealtad es directamente proporcional al poder de compra de los subsidios del Estado. No parece posible forjar una fuerza revolucionaria con una población ajena al acto productivo. El conflicto que enfrenta entonces a las fuerzas del gobierno con las viudas del puntofijismo es el control de la administración de la renta petrolera. La naturaleza de este conflicto en absoluto es insustancial. Tengamos en cuenta que las guerras mundiales del siglo XX y las guerras del presente siglo fueron y son por el control de mercados y fuentes de materias primas. Pero fuera del control de la renta petrolera, los hilos de la economía siguen en mano de la burguesía parasitaria. Por eso son ineficaces las medidas administrativas o legales para detener el saboteo de la burguesía. Su control de la economía no-petrolera les permite actuar como una guerrilla económica o simplemente no hacer nada. En todo caso, a menos que el gobierno claudique y le entregue el control de la renta petrolera, el gobierno no puede hacer nada para ganar esta guerra en los términos establecidos por la socialdemocracia adeco-copeyana.

2.4 Imperio y petróleo

Una apreciación superficial podría dar la impresión que se trata de un juego a veces democrático, a veces anti-democrático, entre camarillas que se disputan el poder. Ciertamente, la situación tiene algo de esto: la élite que fue desplazada del control del monopolio de la industria petrolera lucha por volver y la élite que la desplazó hace todo lo posible por conservar su posición. Para muchos actores políticos, consciente o inconscientemente, la lucha se reduce a este escenario. Pero un análisis menos superficial nos muestra que detrás de la pugna existen dos proyectos de organización social bien diferenciados. Uno propugna el fortalecimiento de la industria para expandir su crecimiento, maximizar la ganancia y orientar la renta hacia el financiamiento de las grandes infraestructuras que necesita el capital privado. En este proyecto, la mayoría de las actividades generadas por la industria, excepto la exploración, cuyo retorno de la inversión no esta garantizada, deben ser asumidas por el capital privado. Es el sector que representa a las transnacionales estadounidenses y que había tomado el control de

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PDVSA en la década de los 90 del siglo pasado. Otro sector es portador del viejo concepto puntofijista que sostiene que la renta petrolera debe orientarse no al negocio mismo, sino a la distribución e inversión social, garantizando por esta vía un mejor nivel de vida de la población. Este última concepción nació en el seno de la socialdemocracia mejicana en los años 20 del siglo pasado y se implantó en Venezuela y Libia en años 60 del mismo siglo. Es la concepción que puso en práctica el puntofijismo durante 50 años y restituyó el actual gobierno después de un intento neoliberal de privatizar la mayoría de las operaciones de la industria a finales de los años 90. El proyecto petrolero rentista no es la única causa de la enconada lucha actual en Venezuela, pero si uno de los factores de mayor peso. Para comprenderlo sería suficiente tener en cuenta la reciente privatización de la emblemática industria petrolera mexicana, durante décadas portaestandarte de este proyecto, o los intentos de desestabilización de los gobiernos de Bolivia y Ecuador, y más recientemente, de Argentina, que años atrás nacionalizó su industria petrolera. Es evidente que esta renovada tendencia socialdemócrata de inclusión social molesta a los círculos de poder de Estados Unidos y la Unión Europea, que aún ven a nuestros países con ojos coloniales, teniendo como modelos los regímenes de Colombia, México, Perú y Chile. Pero la variante venezolana porta un elemento intolerable para el imperialismo anglosajón: la utilización del petróleo como instrumento geopolítico. Y es que esta particularidad, sabiamente manejada por el comandante Chávez como parte de un proyecto soberano e integracionista, apunta directamente contra las fuerzas neocoloniales que hoy requieren más que nunca de la dominación del Tercer Mundo para poder sobrevivir como proyecto hegemónico. En la actualidad Venezuela ejerce una gran influencia en el Caribe y Centroamérica a través de Petrocaribe. Se trata de un bloque de facto de 115 millones de habitantes y una posición geoestratégica privilegiada que, salvo excepciones, se solidariza con el gobierno de Venezuela en los foros internacionales. Petrocaribe es a su vez el capital de Venezuela en su integración al Mercosur y uno de los motores que impulsa a la UNASUR y la CELAC, donde ha prendido la idea venezolana de soberanía antimperialista. Esto se debe a que Petrocaribe aporta un PIB combinado de 1.108.577,00 de dólares, cifra superior a al PIB de Argentina, y, con el aporte adicional del ALBA, supera también el PIB combinado de Colombia-Perú-Chile, la tacita de plata de la propaganda neoliberal.En forma paralela, el comandante Chávez se planteó la diversificación de los mercados para disminuir progresivamente la dependencia del mercado estadounidense. Esa dependencia ha disminuido en un 50% en la medida que la otra mitad del petróleo se exporta a China y la India. Hoy ambos países se necesitan menos en esta área en la medida que Estados Unidos alcanzó la autosuficiencia energética y mantiene ocupados los campos petroleros de Irak y Libia, además de controlar el petróleo mexicano, mientras Venezuela puede redirigir la totalidad de las exportaciones a China y la India. Esto no significa, sin embargo, que Estados Unidos haya renunciado a los campos petroleros venezolanos, pues mientras el petróleo sea el combustible que alimenta las gigantescas factorías chinas e hindués, cualquier control de su producción o comercialización será un arma geopolítica formidable en manos norteamericanas. De hecho, la inversión directa de los capitales chinos y rusos en la Faja del Orinoco, sin la mediación de las transnacionales occidentales, es un factor tan irritante como la existencia de Petrocaribe y la Unasur. A esto hay que sumarle la disposición del gobierno de los EE UU a no permitir que Rusia se

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haga con el control de los yacimientos de gas natural del planeta, lo cual incluye a Venezuela y Bolivia. En conclusión, aún dentro del marco de un proyecto socialdemócrata, el uso del petróleo como un instrumento integracionista soberano y de contribución a la gestación de un mundo pluripolar, en decir, antimperialista, constituye una causa suficiente para que las fuerzas occidentales no cejen en su empeño de cambiar el sistema y el gobierno venezolano. Aún cuando pudiéramos caracterizar la situación como resultado de las contradicciones interburguesas, el pueblo está siendo agredido permanentemente en variadas formas y gran parte de nuestra población, especialmente la juventud, está siendo envenenada con mensajes antinacionales, antipopulares, racistas y violentos. Hay una clara determinación de la troika sionista-europea-estadounidense de sustituir el modelo rentista-clientelar por un Para-Estado al estilo de Mexico y Colombia. Es esta una situación especial dentro del concierto de naciones que han optado por vías soberanas, como Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Argentina e incluso Cuba, pues la influencia geopolítica de Venezuela va más allá de su peso económico: es, como tratamos de mostrar, el engranaje que une a Petrocaribe, el Alba, la Unasur y contribuye significativamente a posicionar en el continente a los nuevos poderes emergentes mundiales, pero sobre todo, es la fragua que aviva el fuego liberador de los pueblos de América y Europa. Precisamente, las urgencias del imperialismo respecto a Venezuela se incrementan ante la emergencia de los llamados movimientos de liberación nacional eurochavistas, los cuales ya comienzan a cobrar saldos electorales en el podrido sistema imperialista europeo. El programa de estos movimientos es simple pero contundente: rechazo al liberalismo, al keynesianismo y a la reproducción del capitalismo. Novorrusia nació como Estado socialista y su ejemplo se extiende a Hungría, Serbia, Bulgaria y Escocia. Por si este horror no fuera suficiente, hay una pesadilla más grande en la cabeza de la dirigencia norteamericana: la potencial expansión de los vientos soberanos hacia Colombia y México. Luego, más allá de los intereses estrictamente económicos, el empeño estadounidense de acabar con el sistema venezolano, al margen de sus aciertos y desaciertos, es también simbólico: busca desestimular las luchas de emancipación de los pueblos oprimidos del mundo. Así pues, el imperialismo estadounidense tiene una agenda desestabilizadora para Venezuela independiente de las viudas del Pacto de Punto Fijo y la va a tratar de cumplir al margen de los éxitos o fracasos de sus aliados internos. Para la viudas, la agenda desestabilizadora es un delirio del gobierno. Pero ya no hace falta que lo oculten: en el documento Estrategia de Seguridad Nacional para 2015 presentado por Obama recientemente al congreso estadounidense define al gobierno venezolano como objetivo específico del Pentágono. Y en noviembre pasado ese mismo congreso promulgó la Ley de protección de los derechos humanos y de la sociedad civil de Venezuela. Documentos, por cierto, rechazados unánimente por el ALBA, la UNASUR y la CELAC.

2.5 El hara-kiri de la agenda bolivariana

La situación actual no es ni distinta ni más grave que las vividas en los últimos 16 años. Simplemente es la continuidad en un etapa de desgaste acumulado. El imperialismo norteamericano y la burguesía nacional intacta, insistimos- poseen recursos logísticos

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infinitos para seguir jugando al desgaste de las fuerzas revolucionarias. La paradoja es que esa logística proviene del mismo Estado, es decir, el pueblo. Como vimos, los recursos, provenientes de la renta petrolera, los proporciona el mismo gobierno a la burguesía indirectamente a través de los programas sociales. También los entrega directamente a la burguesía a través de la misión vivienda, las obras de infraestructuras, el contrato de servicios o suministros a la empresa privada. En esta transferencia se deben incluir también los 5.000 millones de dolares (¡una cuarta parte de nuestro PIB!) provenientes del contrabando de gasolina hacia Colombia.18

Según cifras del BCV, hay 2 billones de bolívares circulando en la calle como producto de esta política económico-social. Otro mecanismo de transferencia de la renta petrolera a la burguesía es la venta de divisas, patrimonio de todos los venezolanos pero que el Estado desde la época de Juan Vicente Gómez, administra a favor de la acumulación privada de capitales. Nunca hemos observado que este sistema haya sido cuestionado. Incluso los recursos destinados a las empresas de propiedad familiar o las comunas van a parar a las arcas de la burguesía, importadora o productora de algún bien.

2.6 La disposición de las fuerzas en pugna

No vamos a detallar aquí los mecanismos de la guerra combinada del imperialismo y la mafia desplazada de la conducción de PDVSA contra el gobierno. Todos la hemos experimentado en carne propia a los largo de 15 años en sus diversas variantes: económica, militar, comunicacional, sicológica, etc. En este sentido no observamos ninguna variante cualitativa. Nos parece más de lo mismo, a no ser que el grueso de la población flotante de las ciudades no es capaz de recordar más allá de unos pocos meses, tal vez como producto de la incesante intoxicación mediática. Vamos a resaltar, sin embargo, los dispositivos estratégicos de ambos bandos y el rol (activo o pasivo), de los trabajadores, razón de ser de nuestra organización.

2.6.1 El imperialismo y sus lacayos nacionales

• Mantiene desde hace 16 años un saboteo constante, pertinaz, sobre la actuación del gobierno. En lo interno, financiando actividades desestabilizadoras de todo signo, perturbando la libre circulación de mercancías y atacando las reservas internacionales. En lo externo, fomentando una matriz mediática internacional contra el gobierno de Venezuela y generando sanciones preparatorias de una futura declaración de Estado fallido, narco-estado, etc.

• Intentan debilitar la influencia de Petrocaribe a través de presiones sobre los gobiernos de la zona y ofertas de sustituir a Venezuela como suplidor. A tales efectos, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, dirigió recientemente Primera Cumbre de la Seguridad Energética en el Caribe, con asistencia de representantes de las Naciones Unidas, la Unión Europea, del Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional. Allí Biden acusó a Venezuela de utilizar el petróleo como arma política y prometió sustituirla como suplidor con ayuda estadounidense.

18 Denuncia fundada del Dr. David Parivisini, de la cual apenas comenzamos a tener consciencia. En http://albaciudad.org/ encontramos más detalles.

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• Banalizan en términos absolutos todo cuanto rodea al gobierno e invisibilizan cualquier logro. Se trata de restarle importancia y ridiculizar mediante la prensa y su vocería política cualquier obra o mensaje del gobierno.

• Descalifican al presidente Maduro como ayer lo hicieron con el comandante Chávez. Tratan de mostrarlo como incapaz de gobernar. Esta estrategia ha llegado incluso a presentar a Chávez como un gran gobernante -cuando hasta hace dos años se burlaban y lo ridiculizaban- para contrastarlo con la supuesta ineptitud de su sucesor.

2.6.2 El presidente Maduro y sus aliados

• Denuncia de la guerra económica. Es un intento, hasta ahora vano, de que la población identifique al enemigo detrás del bombardeo diario de mensajes tóxicos.

• Renovación de los cuadros del PSUV: 50% de jóvenes/50% mujeres. Es un intento de quitarse de encima el lastre burocrático que frustra cualquier intento de cambio.

• Creación de los Consejos Presidenciales de Gobierno, especialmente el de trabajadores y de estudiantes de educación media. Es un intento de constituir una fuerza social de calle politizada capaz de sumarse a una lucha frontal contra la burocracia y la burguesía.

• En lo externo, amarre a los intereses geopolíticos chino y ruso, tanto en los económico como en lo militar. Es un mecanismo de disuasión a la intervención directa del imperialismo estadounidense en el país. Esta medida se complementa con el fortalecimiento de los lazos al Mercosur y la UNASUR.

• Una nueva alianza petrolera estratégica con Rusia y Arabia Saudita, en un intento de contrarrestar el control de Estados Unidos sobre la OPEP y el mercado petrolero mundial.

Una observación aguda nos muestra que las estrategias se reducen a dos puntos: el imperialismo trata de demostrar que el desabastecimiento y la inflación se debe a la incapacidad de Maduro; este por su parte intenta demostrar que el desabastecimiento y la inflación es producto de una guerra económica de la burguesía. La misma observación nos indica que la población mayoritaria es más proclive a creerle al imperialismo, pues, cultural e ideológicamente ha identificado al socialismo con programas sociales y aumentos periódicos de salarios que ya no le permiten mantener el mismo nivel de vida. El sondeo de opinión más reciente de la encuestadora Hinterlaces revela que un 57% de la población atribuye el desabastecimiento a la política económica del gobierno y sólo el 35% a una guerra económica. A esto hay que atribuirle que a ocho de cada diez venezolanos y venezolanas le preocupa más la economía que la política y siete de cada diez piensan que el país va por mal camino.Como el poder adquisitivo alcanzado no es producto de un esfuerzo productivo, la clientela electoral del chavismo no se siente obligada a guardar lealtad a sus benefactores. A estas alturas es evidente la reversión del populismo clientelar contra el Presidente Maduro, pero dicha reversión era ya una tendencia progresiva en los últimos años del comandante Chávez.

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Paradójicamente, donde el presidente Maduro consigue mayor apoyo es en los bloques emergentes: los Brics, Movimiento No Alineados y la UNASUR. Los líderes de esos países parecen percibir que la guerra va dirigida contra todos y tratan de no perder la posición estrategica de Venezuela en el concierto geopolítico mundial. Este apoyo puede contrarrestar un golpe de Estado pero no garantiza la continuidad del gobierno mediante elecciones.

2.6.3 El Movimiento Popular

En general, el pueblo organizado, pese a sus duros cuestionamientos contra el gobierno, ha cerrado filas con el presidente Maduro. En su seno se agrupan varias fuerzas, algunas de ellas muy críticas con su gestión. Sin embargo, no ha perdido de vista al enemigo principal: el imperialismo y sus lacayos nacionales. Sus características más resartantes son:

• Alta politización. Dispuestos a librar la guerra en cualquier terreno, al margen de su variedad de posiciones sobre la situación, proliferación de organizaciones, dispersión y falta de capacidad de auto-convocatoria.

• Responde unánimemente a la convocatoria del presidente Maduro, lo cual abre la posibilidad por primera vez en la historia reciente de conformar una fuerza social autónoma capaz de retar el control efectivo de la burguesía.

La noticia del momento es la conformación de los Consejos Presidenciales de Gobierno, sobre todo el de trabajadores. Es legítimo preguntarse para qué quiere Maduro Consejos Presidenciales de Gobierno, si como veremos en el apartado siguiente, su política hacia el pueblo es contradictoria. Ha dicho que para derrotar a la burocracia y la burguesía. Nos conviene creerle, pero más importante es preguntarse para que le sirven estos Consejos al pueblo y a los trabajadores. Al margen del grado de enajenamiento de la clase, la posibilidad de una práctica de poder efectivo sobre los destinos del país abre la posibilidad del desarrollo de la conciencia de clase. También es de gran importancia la difusión que está alcanzando una consigna: la toma de fábricas y la conformación de Consejos Autónomos de Trabajadores. El centro de gravedad del Movimiento Popular todavía no se dirige hacia allá, pues sigue prevaleciendo entre la izquierda la concepción gramsciana-posmodernista de frente amplio y sujeto-multitud, pero el planteamiento está en la mesa.

3 El quehacer

Nadie es una isla, completo en sí mismo; Los "Prácticos" vulgares (...) respetan la experiencia pero desprecian la teoría, y en consecuencia no pueden tener una visión que abarque un proceso objetivo en su totalidad, carecen

de una orientación clara y de una perspectiva de largo alcance, y se contentan con sus éxitos ocasionales y con fragmentos de la verdad. Si esas personas dirigen una revolución, la a un callejón sin salida.

Mao Ze-Dong

Para Insurgencia Comunista la revolución también es anticapitalista y antimperialista. Por anticapitalismo entendemos la expropiación de los medios de producción por parte de los

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trabajadores. Esta es una tarea cualitativamente distinta a las llevadas hasta ahora por los gobiernos socialdemócratas latinoamericanos, incluyendo el venezolano, que sustituyeron a los gobiernos neoliberales de las últimas décadas de los años 90 del siglo pasado. De hecho, esta substitución fue la contaofensiva socialdemócrata a la privatización sistemática de grandes empresas y recursos naturales que estaban estatizados por varias razones, pero nunca bajo el control de los trabajadores. Llamar socialismo a la socialdemocracia pudiera ser una revolución semántica, pero jamás una revolución de las relaciones sociales de producción. También es discutible el hecho de que el socialismo, tal como lo conocemos en la historia, alguna vez haya representado los intereses de los trabajadores. Hemos conocido sistemas donde la totalidad de los medios de producción pertenecen al Estado, pero los trabajadores son igualmente obreros asalariados, productores de plusvalor y en ningún caso participan en las decisiones de ese Estado. Una particularidad venezolana es la distinción entre propiedad social directa y propiedad social indirecta, donde propiedad social es sinónimo de socialismo. Las leyes sectoriales permiten asimilar las Empresas Comunales y los Consejos Autónomos de Trabajadores a la propiedad social directa. Estas leyes, sin embargo, son apenas tachaduras dentro del entramado constitucional y jurídico que garantiza la coexistencia de clases antagónicas. Su existencia aislada y descoyuntada es un mero reflejo jurídico de las relaciones de producción capitalistas que prevalecen en la sociedad. Son meras concesiones -como tantas otras que ha recibido la población en los últimos 60 años- de las clases dominantes para mantener el consenso en torno a unas relaciones sociales donde las minorías son más iguales que las mayorías. Y es justo en este punto donde entra en juego la concepción de la revolución que propugnamos. No podía esperarse más de la burocracia de un Estado liberal -es decir, bajo el dominio de la burguesía en una sociedad policlasista- que jamás se va a negar así misma. Era lo máximo que podía dar un liderazgo mesiánico. Y no es que neguemos el valor de las Comunas y los Consejos Autónomos de Trabajadores, tal como están dados, sino que consideramos que jamás podrán construirse desde arriba, bajo la tutela de la burocracia esclerotizada que dirige el Estado. Más aún, el amarre al entramado jurídico liberal-burgués es una barrera para impedir los esfuerzos de la libre auto-movilización y auto-organización de los trabajadores con miras a la construcción de relaciones sociales basadas en la solidaridad, el apoyo mutuo y el esfuerzo propio, esto es, la sociedad comunista. Para Insurgencia Comunista la tarea del momento es la movilización de todos los sectores sociales anticapitalistas de la sociedad en aras de contribuir al proceso de auto-movilización y auto-organización de los trabajadores. Y esta tarea tiene un sólo nombre: formación y autoformación, des-ideologización y desarrollo de la conciencia. Ciertamente, es la tarea de siempre, pero consideramos que, a diferencia de los años recientes, existen condiciones subjetivas. Es una oportunidad de oro que no se debe dejar pasar. El liderazgo socialdemócrata no tiene más nada que ofrecer y una porción significativa de la población luce preparada para el salto cualitativo. En tanto, el Movimiento Popular tiene varios debates pendientes desde hace años: la identidad del sujeto revolucionario, el carácter mundial o nacional de la revolución proletaria, la verdadera concepción del socialismo, las modalidades de la organización revolucionaria, las formas de lucha adecuada, la oposición democracia/socialismo, la vigencia o no del marxismo, la teoría de la transición, luchas espontáneas o planificación

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de las luchas, Estado comunal, etc. Consideramos que esta niebla intelectual se irá despejando en la medida que el proceso de auto-organización/auto-movilización de los trabajadores le vaya dando forma a las nuevas relaciones sociales de producción y por ende, a la nueva organización de la sociedad. En todo caso, la participación en esta tarea no impide el debate, sino que más bien el debate mismo forma parte y estimula la lucha de clases. ¿Cómo hacerlo?

3.1 Desatar la guerra económica de los trabajadores contra la burguesía

Sobre los problemas económicos inmediatos gravitan las mismas interpretaciones polares del resto de la sociedad. Para el gobierno la escasez de productos básicos y la alta inflación es producto de una guerra económica de los enemigos de la patria. Para la oposición es el resultado de políticas erróneas del gobierno.La solución de ambos sectores también es opuesta. Para el gobierno pasa por aislar a los empresarios apátridas, apresar a los funcionarios de las redes de distribución pública incursos en corrupción, convocar a los empresarios honestos y entregarle la fiscalización de la cadena de comercialización al Poder Popular. Para la oposición la solución pasa por cambiar el modelo económico, es decir, restituir las políticas neoliberales de privatizaciones del patrimonio público, regresar a la apertura petrolera de los años 90 del siglo pasado,19eliminar los controles del Estado sobre la circulación de mercancías, unificar los tipos de cambio o dejar flotar libremente las divisas pertenecientes al tesoro nacional y, por último, flexiblilizar las leyes laborales para despedir los trabajadores a discreción. Ambos programas económicos merecen una reflexión de parte de los trabajadores. Veamos:La oposición antichavista siempre negó las cifras de las Naciones Unidas que mostraban una reducción de la pobreza en Venezuela. Fueron reiterativos a lo largo de los años sosteniendo que esas cifras estaban amañadas por funcionarios cubanos enquistados en el PNUD. En cambio, contraponían mediciones de la UCAB (trinchera del Episcopado, una de la viudas más prominentes del puntofijismo) que negaban los resultados del Programa de la ONU. Contradictoriamente, de la noche a la mañana y sin reconocer que estaban equivocados, dan ahora como buenas las cifras del PNUD. A continuación dicen que los logros en la reducción de la pobreza se han revertido a los niveles de 1998. Estamos hablando de un 45% de pobreza entre el total de la población, a todas luces, un espectacular salto atrás en apenas un año. Cabría esperarse, en aras de la coherencia, que fundamentaran su nueva afirmación con mediciones actualizadas del PNUD. Pero no. La fuente sigue siendo la UCAB, que según el punto de vista actual de la oposición, estuvo equivocada en los años anteriores. ¿Por qué la UCAB si acierta ahora?. 20

19 El punto de honor del documento de transición de los golpistas descubiertos recientemente plantea sin tapujos la modificación de los artículos 302 y 303 de la Constitución Nacional y la derogación de la Ley de Hidrocarburos para poder privatizar la industria petrolera. El mismo objetivo estaba manifiesto en el golpe de Estado y el paro petrolero del 2002.

20 No estamos contradiciendo a la oposición, sólo estamos señalando la incoherencia de los argumentos con que pretende fundamentar su política para convencer a millones de venezolanos que ellos lo harían

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Pero más allá de esta manipulación ramplona, la oposición tiene razón en lo esencial: la reducción de la pobreza en los últimos 15 años es un hecho coyuntural, sostenida por los altos precios del petróleo y no por un desarrollo productivo estructural. Como vimos, la genda chavista es una reedición -Constitución Nacional y Plan de la Patria incluido21- del programa socialdemócrata formulado en el Plan de Barranquilla, y como tal, dependiente de los vaivenes del mercado petrolero mundial. Al margen de si el gobierno será o no capaz -dada la baja coyuntural de los precios del petróleo- de mantener la tasa de pobreza al menos a los niveles actuales, sostener el sistema cambiario y el control de los precios de los bienes básicos, estamos de acuerdo que el modelo económico-social no es sostenible, pues hoy como ayer, no hay ni habrá suficiente renta petrolera para mantener una población flotante improductiva. Incluso, en un escenario mediato de aumento sustancial de precios o en uno a más largo plazo donde se alcance la meta de producir siete millones de barriles diarios de petróleo, la deformación del sistema económico, asentado en la dinámica monoproductora-importadora, igual volverá sal y agua los ingresos de la población. El chavismo llevó el modelo clientelar-rentista socialdemócrata hasta sus últimas posibilidades. En su fase terminal, el modelo es incapaz de satisfacer las necesidades de la población a largo plazo. La oposición grita que los precios actuales no permiten adquirir la canasta básica, pero sostienen al mismo tiempo que se mantienen artificialmente bajos debido al subsidio del dolar a Bs. 6,30 y la represión gubernamental de esos mismos precios por debajo de los costos de producción. Conscientes que sus políticas liberales llevarían de un sólo golpe a la miseria a los 28 millones de venezolanos, proponen compensar a los más afectados con subsidios directos al consumo, pero -y vuelven a la tautología neoliberal de siempre- para financiar esa inversión social primero hay que producir. Mientras la economía se recupera del shock (desempleo y miseria generalizada), un gobierno de unidad nacional se encargaría de mantener la reacción popular a raya. Este programa no estaría completo si el gobierno de transición no acude inmediatamente al Fondo Monetario Internacional a pedir un rescate, lo que ubicaría a Venezuela nuevamente en el patio trasero neocolonial de los Estados Unidos, metiéndole así una cuña al irresistible ascenso chino en la región.22

mejor que el gobierno de Maduro. La oposición ha sido constante cazando fallas del gobierno, lo cual es legítimo, pero evidentemente, este es otro caso de hiper-magnificación inscrito en la campaña de intoxicación mediática.

21 Lo decimos con claridad. El Plan de la Patria tiene muchas bondades, pero el cordón que amarra todas sus ideas es la extracción minera para servir al mercado mundial dentro de una estrategia desarrollista que clona el proyecto económico formulado por la CEPAL en los años 50 del siglo XX e impulsado decididamente en nuestro país por Marcos Pérez Jiménez. Para este proyecto es indiferente la forma concreta de gobierno: se trata de utilizar los excedentes generados por la extracción petrolera para industrializar el país, básicamente importando tecnologías y agregando valor a las materias primas. Este proyecto fracasó porque hizo abstracción de dos elementos: 1) la tendencia de los capitales nacionales llamados a liderar la industrialización a asociarse con los capitales trasnacionales que no tienen interés en desarrollar el país sino aumentar sus ganancias y 2) el rol dependiente y monoproductor asignado a nuestra economía dentro del circuito capitalista mundial. Y es que el desequilibrio de los términos de intercambio y por ende la transferencia de valor, términos utilizados por la CEPAL para designar el saqueo de nuestras riquezas por el capital transnacional, partía (y parte) de una premisa netamente ideológica: en la sociedad no hay clases sociales sino excluídos y falta de democracia en la distribución del capital. Otra vez la incoherencia de la agenda bolivariana: combate contra el capital al lado de políticas para garantizar la reproducción del capital.

22 La oposición sabe que no hay ni habrá déficit en el flujo de caja del gobierno. Sabe que el financiamiento chino tapara cualquier hueco en el presupuesto nacional. Sabe que los términos de

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Luego entonces, el modelo productivo que nos propone la oposición no sirve a los intereses del pueblo trabajador. Ha sido ensayado una y otra vez en America Latina. El caso más emblemático es Chile, incluida la transición violenta y hambrienta. Es verdad que ha tenido un crecimiento sostenido, pero al mismo tiempo es el país más desigual del mundo. A los ilusos debería llamarle la atención los esfuerzos de la actual presidenta de Chile para tratar de compensar a la población menos beneficiada con medidas de inclusión social al estilo chavista.Claramente la disputa por el control de la renta petrolera apunta a soluciones condicionadas por una visión de clase. Estas visiones desembocan en algunos dilemas:

3.1.1 Producir o importar

En la concepción del gobierno la escasez y los altos precios es producto de la falta de producción nacional. No se explica entonces por qué las importaciones de la burguesía comercial -y parcialmente de la burguesía industrial- durante los últimos 100 años no condujeron durante ese periodo a la escasez y la inflación desbordada. Tampoco se explica como las importaciones directas del gobierno desde el 2007 destinadas a las redes públicas de distribución de alimentos colocaron en la calle productos con precios más bajos que los producidos en el país. Esta política fue fundamental para mantener la inflación controlada hasta el 2012. Precisamente para esa época los empresarios venezolanos denunciaban una competencia desleal del gobierno y exigían la eliminación de estas importaciones. Esta medida debía ir acompañada con la liberación de precios para hacer competitiva la producción nacional. Ciertamente, la carencia de producción nacional es un factor que siempre influirá en la escasez, pero no es la única causa coyuntural. Los voceros de la burguesía tratan de convernos de la influencia de dos factores: la carencia de divisas desde el 2003, cuando desaparecieron 20 mil millones de dólares destinados a las importaciones, y la la alta liquidez en manos de la población producto de los programas sociales. Es verdad que, según datos del BCV, hay dos billones de bolívares circulando en la calle, lo que se traduce en doce unidades adquisitivas por cada bien disponible. Pero esto igual no explica por qué el mayor poder adquisitivo de la población no va acompañado de un mayor crecimiento de la oferta, habida cuenta que la liquidez también está disponible para la inversión empresarial.23 Aquí también tienen una respuesta preparada: el gobierno, en vez de sincerar los precios para estimular las inversiones, los rezaga hasta el umbral de las pérdidas. Estamos convencidos, aunque suene como un eco del discurso gubernamental, que se debe simplemente a una guerra económica, por los demás expresión de la guerra de clases sostenida del imperialismo y la burguesía local contra el pueblo venezolano. Si asumimos que la guerra económica es parte de la guerra de clases de la burguesía, también tendremos que asumir que el gobierno no tiene las armas adecuadas para contrarrestarla, que es el control absoluto de los medios de producción y distribución, pues es precisamente la propiedad de estos últimos lo que pone al pueblo y al gobierno contra la

intercambio con los chinos no son leoninos. Pero se inventa una de Winnie Pooh: los intereses cobrados por los bancos chinos son de 30%, en contraste con los del FMI, que son de apenas 3% ¡Le echan un mundo para defender los intereses de las petroleras estadounidenses!

23 Es la concepción keynesiana subyacente a los programas socialdemócratas latinoamericanos, que, al menos en los casos de Argentina y Brasil, logró impulsar el crecimiento aparato productivo.

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pared. Utilizando la propiedad de los medios de producción de los bienes de consumo básico de la población, la burguesía planifica la escasez y manipula los precios a discreción. Como demuestra Tony Boza en un excelente trabajo publicado recientemente, la inflación no es fenómeno externo ni independiente de la conducta de los actores económicos de un país. La inflación tampoco es un fenómeno espontáneo, como un huracan, un terremoto o un tsunami, que se desencadena producto de una mano invisible o de las oscuras fuerzas del mercado. Los precios no se mueven solos, no caminan de noche y trepan la escalera del alza (...) La inflación es la transferencia generalizada de ingresos de un sector a otro utilizando el mecanismo de aumentos de precios (...) No es lo mismo decir ’combatamos la inflación’ que decir ’combatamos a los que aumentan los precios’.24 Es uno de los mecanismos predilectos de la burguesía para apropiarse de la renta petrolera cuando no tiene el control directo de su administración. Aquí de nuevo queda en evidencia como la redistribución puntofijista de la renta petrolera a través de los programas sociales va a parar de todos modos a manos de la burguesía. Dadas las circunstancias, resulta lógico admitir la necesidad de un plan inmediato de importaciones de bienes finales, insumos y materias primas. Pero surge una pregunta obligatoria ¿quienes serán los beneficiarios de la asignación de divisas? Hasta ahora los gobiernos bolivarianos han diferenciado entre empresarios taimados y empresarios honestos. Han invitado, y sigue invitando, a los empresarios honestos a construir la patria. El gobierno del presidente Maduro ha seguido esa tradición. Ha constituido un Estado Mayor de la Economía que tiene como misión garantizar que los empresarios que reciban las divisas del Estado no se salgan de la línea de la honestidad. Es decir, pese a las burlas recibidas de los empresarios, sigue contando con las buenas intenciones de esta fracción de la burguesía.Consideramos, al igual que la totalidad del movimiento popular, que esta política es errónea. La alianza con la burguesía es la alianza con los enemigos del pueblo. Si tiene éxito, exigirán más beneficios del gobierno, en una espiral interminable. Si fracasan, culparán al gobierno. ¿Hacia dónde dirigir entonces los recursos para las importaciones? Queda el recurso de nacionalizar el comercio exterior. Esta no es per se una medida anti-capitalista, pero si es una condición para una revolución anti-capitalista. Ciertamente, con el Estado que tenemos, una mayor corrupción pública estaría al día. Pero no tendría tiempo de desarrollarse: la burguesía y el imperialismo desatarían su furia y el gobierno tendría que apoyarse en la insurrección de los trabajadores. Esta implica desatar la revolución. ¿Están los trabajadores preparados para constituirse en fuerza social organizada para respaldar esa medida? La respuesta no es clara, pero el Presidente Maduro ha dicho, respecto a la composición juvenil del PSUV, que hay que asumir los riesgos de una práctica formativa. ¡La escuela de formación de los trabajadores es la lucha de clases misma!.

24 Tony Boza: La guerra contra el pueblo, reflexiones para el contraataque popular, Fundación Construyendo Ciudadanía, Enero de 2015. En este trabajo se explica cuál es el mecanismo de formación de los precios utilizados por la burguesía parasitaria.

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3.1.2 Producir con quién

El plan de producción nacional que ha anunciado el Presidente Maduro tiene como sujeto productivo la burguesía nacional y la burguesía de las potencias emergentes. Al respecto, se ha prometido financiamiento de la banca pública y la creación de zonas especiales libre de gravámenes. No sabemos si estas medidas le darán impuso a un desarrollo industrial nacional, tal como se viene promulgando desde los años 20 del siglo pasado. Pero si contrastamos estas medidas con el contenido anti-capitalista del discurso oficial, pareciera que existe una burguesía anti-capitalista y antimperialista. O que la original teoría de la transición del capitalismo al socialismo pasa por la constitución y fortalecimiento de una burguesía patriótica, por añadidura benefactora de los trabajadores.En la acera del frente tenemos miles de millones de dólares desperdiciados en ensayos comunales, empresas de producción social, créditos blandos a pequeños productores y rescates a empresas públicas que quiebran una y otra vez. Este despilfarro, que de acuerdo a algunas fuentes equivale a 5 planes Marshall, ha ocurrido a lo largo de 16 años ante la mirada de todos. No vamos a analizar las causas, pero a estas alturas nadie apostaría por la capacidad gerencial de los funcionarios del Estado y el espíritu emprendedor de la pequeña burguesía del campo y la ciudad. De modo que razones no le faltan al Presidente de evitar esta vía.Pero hay una tercera experiencia en estos últimos años: los Consejos Autónomos de Trabajadores. Con dificultades y tropiezos, con escasa o ninguna experiencia, con el intervencionismo, el saboteo y hasta la represión del gobierno, son experiencias exitosas. Existen los números para respaldar esta afirmación. En contra se puede decir que son experiencias marginales y en industrias de poca importancia estratégica. Pero esto es una verdad parcial: durante el paro petrolero del 2002, cuando las transnacionales abandonaron las empresas mejoradoras de la Faja del Orinoco, los trabajadores tomaron el control de la producción, garantizando el flujo normal de las operaciones. Aun así no vamos a pecar de ilusos. Aquí también cabe la pregunta: ¿están los trabajadores en preparados para tomar el control de la gestión de las empresas estratégicas nacionales? Pensamos que si lo estuvieran no haría falta que el Ejecutivo tomara la iniciativa de llamar a la conformación de los Consejos Presidenciales de Gobierno: ya los trabajadores hubieran constituido por si mismos sus propios órganos de autogobierno y desencadenado la revolución. Pero la experiencia histórica muestra que si los revolucionarios esperaran el alineamiento perfecto de las condiciones objetivas con las condiciones subjetivas, jamás darían un paso hacia la insurrección.Total, en el corto plazo la burguesía impone sus intereses al gobierno. En el largo hay una posibilidad para el autogobierno de los trabajadores, pero esto no depende del Ejecutivo, sino del grado desarrollo de la conciencia de los trabajadores.Conclusiones sobre las medidas anticrisis del gobierno:

• En el corto plazo, con las importaciones, ganar tiempo y correr la arruga. Se deja la solución de los problemas del pueblo a una burguesía parásita honesta.

• En el mediano plazo, resolver la crisis en términos del enemigo de los trabajadores. En las condiciones actuales, eso sólo es posible con empresarios chinos, rusos y árabes, pues la burguesía del Mercosur nos ve como competencia en el campo industrial.

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El gobierno trabaja en esos dos escenarios. Y también trabaja, hay que reconocerlo, en un tercer escenario: la organización de una fuerza social de trabajadores a través de los Consejos Presidenciales de Gobierno. Ha prometido que estos Consejos serán parte de las decisiones del gobierno, que sus decisiones serán vinculantes para todos los organismos del Estado. Es decir, órganos de poder popular para-estatales a la vieja usanza y no apéndices del Estado como se desprenden de las infortunadas Leyes del Poder Popular. Pese a la desconfianza que nos suscite esta iniciativa presidencial, precisamente porque viene desde arriba, debemos de reconocer que es un cambio cualitativo en relación a los gobiernos del comandante Chávez. Durante ese período la autonomía y la autogestión de las organizaciones autónomas del pueblo fueron sistemáticamente negadas. La participación sólo fue permitida en el marco de las estructuras que creaba el Ejecutivo. Igual ratificamos: si esta fuerza se autoconstituye o no, si terminará o no como un sigüí más de las políticas impulsadas desde arriba en los últimos 16 años, no dependerá de la voluntad del Presidente Maduro, sino de los esfuerzos de los propios trabajadores.

3.2 Autoconstitución del sujeto revolucionario mediante la lucha

En una coyuntura donde gravita sobre la conciencia del pueblo la escasez y el alto costo de la vida, la posible respuesta de los trabajadores a la guerra económica es también la posibilitad de erigirse en sujeto revolucionario, rompiendo con el dominio del capital transnacional en el territorio venezolano y abriéndole un importante boquete a su dominio monolítico mundial. Esto pondría a los trabajadores venezolanos a la vanguardia del movimiento revolucionario mundial y desataría un efecto dominó en la mayoría de países del mundo. Como vimos más arriba, Venezuela se ha convertido en un faro para el mundo, en principio en Latinoamérica y ahora en Europa. Esto lo hace objeto de furibundos ataques por parte del imperialismo pero también la vanguardia de las luchas mundiales contra el capital. Esto resolvería la contradicción entre producción o importación, abastecimiento o desabastecimiento, porque la víctima de la guerra económica de la burguesía, el pueblo trabajador, se apropiaría de la principal arma de esa guerra, los medios y las condiciones de producción, colocando la economía a su servicio. Como han demostrado todos los procesos auténticamente revolucionarios, el pueblo soporta cualquier guerra cuando se sabe protagonista de las transformaciones sociales. ¿Y cómo será esa apropiación? Ya lo hemos dicho, tomando todos los centros de producción del campo, la ciudad y el mar, de las empresas públicas y privadas por igual, y constituyendo en ellos Consejos Autónomos de Trabajadores. Los recursos del Estado, incluyendo las divisas, seguirán fluyendo hacia las empresas de siempre, sólo que ahora no están en manos de la burguesía y el Estado, sino de los trabajadores. Sólo entonces mostrarán la cara los verdaderos enemigos de los trabajadores, dentro y fuera del gobierno, en el Estado, en las Fuerzas Armadas, en el propio Movimiento Popular, y los supuestos aliados internacionales. Será el inicio de la guerra de clases. En este nuevo proceso empezaría a gestarse un nuevo modelo económico, más concretamente, un nuevo modelo de producción, sobre el cual no vamos a teorizar por ahora, pero si estaría claro que no será ni liberal ni keynesiano, esto es, no será capitalista, sino de productores (léase trabajadores) libremente asociados. A partir de allí

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-y este es nuestro programa- comenzaría la reconstrucción de la sociedad en su conjunto sobre bases comunales. Se nos dirá que esto es socialismo o comunismo. Podemos admitirlo, pero esta vez no es más de lo mismo. Sabemos lo difícil que es convencer a los pueblos del mundo, incluyendo al venezolano, que lo que le han vendido como socialismo y comunismo es una impostura. Pero no tenemos otra opción. Peor es engañar y autoengañarnos haciendo cambios cosméticos en los conceptos esenciales. Debemos repetir una y otra vez que los regímenes que han cooptado el socialismo o el comunismo, han impedido sistemáticamente, sea por coacción o por coerción, de modo similar a los regímenes capitalistas y a veces en conjunto con ellos, todas las experiencias autogestionarias de los trabajadores. La diferencia es que esta vez, al menos en Venezuela, los trabajadores nos podemos defender.Es en este punto donde le tomamos la palabra al Presidente Maduro. El paso inmediato es aprovechar su poder de convocatoria sobre los trabajadores y su iniciativa de constituir una fuerza social mediante los Consejos Presidenciales para destruir el Estado gomecista-bentancourista, la burocracia parásitaria y el acoso económico de la burguesía transnacional y sus lacayos criollos. Esta medida debe estar acompañada -y le volvemos a tomar la palabra al Presidente Maduro- de la organización y entrenamiento de la milicias obreras en los centros de trabajo, pues va a hacer falta su poder disuasivo y su capacidad de autodefensa.Como revolucionarios debemos asumir esta tarea como nuestra principal actividad en esta coyuntura. De los Consejos Autónomos de Trabajadores depende la ruptura revolucionaria. Es la vía para la constitución de un poder paralelo (producción comunal versus economía capitalista) desde abajo. No para tomar el poder al estilo leninista, reorganizando la sociedad desde arriba, sino destruyendo el poder, cualquier tipo de poder, y reorganizar la sociedad desde abajo. Sólo así, cortándole las patas, podemos destruir el Estado burgués y, dadas las condiciones rentistas de la economía venezolana, aniquilar a la propia burguesía. Y sólo así le cerraremos las brechas a los zorros y camaleones que aparecerán eventualmente a capitalizar el sacrificio de los trabajadores.Esta es -apropiándonos temporalmente del lenguaje militar leninista- una táctica y una estrategia al mismo tiempo. Es la destrucción de una sociedad obsoleta y la construcción de una sociedad nueva al mismo tiempo. Por eso las especulaciones teóricas sobre la transición y las etapas de la revolución están fuera de lugar: la transición es el momento concreto del enfrentamiento directo de clase contra clase. La etapa es el estado de la correlación de fuerzas en un momento dado. la correlación tendrá la cara del choque directo de clases, no de las categorías abstractas atemporales o de los decretos iluminados de algún grupo social trasnochado. Por eso mismo la revolución no es antes o después: es la lucha de clases misma contra el capital. Y esa lucha trascurre siempre en tiempo presente. Es ahora.La primeras tomas de fábricas serán una provocación al imperialismo, la burguesía y sus agentes agazapados. Si se desesperan o se creen fuertes, empujarán a las bases obreras a la revolución. Pero también es la acción concreta que podría despertar la conciencia de la mayoría de la clase y empujarla a la confrontación directa. En resumidas cuentas, es la vía que proponemos en este momento para incorporar millones de trabajadores a la revolución. Estando clara la línea de trabajo general, es pertinente precisar un poco más el contexto.

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En Insurgencia Comunista consideramos que la organización revolucionaria es un proceso en constitución permanente. La organización es una dimensión del movimiento de los trabajadores en lucha contra el capital. Cuando este movimiento adquiere consciencia de sus objetivos y su potencial, la organización obedece también al propósito consciente de lograr la mayor eficacia en la lucha. Sin consciencia de objetivos, plasmado en un programa propio de reorganización radical de la sociedad de acuerdo a los intereses del trabajo emancipado, la organización revolucionaria carece de sentido. En una sociedad donde impere el capital y no haya una clase trabajadora con un programa propio para destruir el capital y construir una sociedad libre de explotación, la única tarea de los revolucionarios es contribuir, desde cualquier trinchera de lucha, con el desarrollo de la conciencia de clase de los trabajadores. Esta tarea estaba vigente hace 100 años, cuando surgió el Movimiento de Trabajadores en Venezuela personificado en los primeros obreros petroleros, y está mucho más vigente en la actualidad, cuando unos miles de obreros petroleros sostienen con su trabajo la economía y las instituciones de toda la sociedad. Las cifras son claras: el sector de los hidrocarburos genera directamente el 15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela, proporciona 50% de los ingresos del Estado y constituye el 90% de sus exportaciones. Pero eso es una imagen superficial: 70% del PIB restante se genera casi todo en el sector terciario (comercio y servicios) de la economía como resultado del reciclaje de la riqueza petrolera. 5% se genera en una industria sostenida por la demanda de los petrobolívares provenientes del sector terciario. El otro 50% de los ingresos del Estado proviene de impuestos re-reciclados de la industria petrolera. Inclusive, los préstamos internos y externos que adquiere la nación tienen como respaldo la producción petrolera. De suerte, el 100% de la riqueza que circula en la ciudad tiene su origen en las manos de los trabajadores petroleros.Visto así, cualquiera que sea el origen de la revolución, cualquiera que sea el sector social que prenda la mecha, el incendio sólo arrasará con el capital si los trabajadores petroleros asumen la lucha. Aunque la mayoría de los grupos sociales quieran ignorarlo, la burguesía (cuya intelectualidad si lee a Marx) tiene plena consciencia de este potencial. Eso explica porqué desde 1958 las clases dominantes han invertido una parte significativa de la renta petrolera en elevar el nivel de vida material de los trabajadores petroleros muy por encima de la media del resto de la clase.25 Esta medida ha sido tan eficaz a lo largo de décadas, que la enajenación de los trabajadores petroleros llega hasta la negación de su propia condición de clase. Es irónico, pero no casual, que el perfil de los trabajadores petroleros sea el que más se acerca a los ideales de la pequeña burguesía cosmopolita pro-estadounidense. Nunca sabremos la posición del Estado, de los gobiernos y de las Fuerzas

25 El Pacto de Avenimiento Obrero-Patronal de 1958 marca un hito en el éxito de la burguesía para enajenar a los trabajadores petroleros. Concebido por Rómulo Betancourt -para variar- entre 1945 y 1948, es firmado finalmente 24 de noviembre de 1958 por representantes de Fedecámaras, el Comité Sindical Unificado y el Gobierno Provisional. Rómulo Betancourt lo celebró así en su toma de posesión como Presidente de la República: los venezolanos sellamos un pacto de unidad nacional, escrito en la conciencia de todos, para preservar la libertad recién recobrada. Patronos y obreros llegaron a fórmulas de avenimiento, y ni una sola huelga de envergadura ha entorpecido en los últimos tiempos el normal proceso de la producción. La domesticación definitiva de la hasta entonces aguerrida clase obrera se da con la firma de los cinco contratos colectivos firmados entre 1960 y 1973 entre Fedepetrol y Fetrahidrocarburos por una parte, y las transnacionales anglo-estadounidenses por otra. De esa época datan las polémicas costas sindicales y los progresivos beneficios económico-sociales de los trabajadores petroleros a contrapelo de la media en las demás ramas de la clase.

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Armadas hasta que no haya una conmoción en la industria petrolera. No estamos diciendo que sólo en el seno de los trabajadores petroleros deba hacerse el trabajo de formación, sino que cualquiera que sea nuestro frente de trabajo, nuestra actividad debe orientarse hacia la industria petrolera. Además, siendo prácticamente la única fuente de riqueza que sostiene la sociedad venezolana, más vale que las fuerzas revolucionarias comencemos a aprender de una buena vez a administrar y gestionar su hacer.

3.3 Formación del líder de la clase

Decíamos antes que una de las características del Movimiento Popular es su dispersión y atomización. En la medida que en los últimos 15 años han aparecido nuevas expresiones de organización popular ha aumentado la diáspora. Una buena parte de esos nuevos movimientos ni siquiera ha oído hablar jamás de instancias unitarias del Movimiento Popular. Y es comprensible, porque su iniciativa nació al calor de los conceptos de participación y protagonismos puestos en el tapete por el comandante Chávez, los cuales habrían de servir de piso social a la consigna con Chávez el pueblo manda.Por otro lado, es un lugar común entre las más antiguas organizaciones de izquierda, con maceradas prácticas democráticas en la toma de decisiones, aludir a la dirección colectiva. El presidente Maduro sacó de allí el concepto y lo puso sobre el tapete a una escala mayor. Todos sabemos que esta dirección colectiva se reduce a un llamado Estado Mayor de la Revolución, que -otra vez- contradictoriamente, es el vértice de una pirámide de poder que niega en lo conceptual y lo práctico la toma democrática de decisiones.No obstante, nuestra propia práctica tampoco escapa a la crítica. Todos nuestros esfuerzos de unificación del movimiento terminan en frustración. No estamos hablando del Club de Amigos con diversas banderas que nos reunimos de vez en cuando para hacer catarsis. Estamos hablando de las más de 30 mil organizaciones de diversa índole que hay en el país y que mueven una masa -amorfa, en el sentido leninista- de aproximadamente medio millón de personas. Y esto, dejando por fuera a las organizaciones sindicales, a las que consideramos cascarones vacíos. Vemos el caso de organizaciones que, estando en un mismo Municipio, ni siquiera se encuentran por iniciativa propia. Cualquiera sea la causa, hay un hecho incuestionable: el Movimiento Popular no tiene en este momento capacidad de autoconvocatoria. Como también vimos, las organizaciones de toda índole han respondido a la convocatoria del Presidente Maduro a constituir los Consejos Presidenciales de Gobierno. Se podría pensar, y no sin razón, que se trata de otra correa de trasmisión de los intereses de las cúpulas. Pero hay varios elementos distintivos. En el caso de los Consejos Presidenciales de los Movimientos Sociales, se ha respetado la diversidad y los propósitos de cada movimiento. Salvo algunos resabios burocráticos de uno que otro funcionario desubicado, hasta ahora no se ha tratado de imponer ningún condicionamiento o estructura. Lo mismo ha ocurrido en el Movimiento Sindical y el Movimiento Estudiantil. Se ha prometido la vinculación de las decisiones de los Consejos a la acción del Estado. Lamentablemente, los Consejos no han decidido nada significativo porque carecen de un verdadero programa anti-capitalista. Sin que se lo estén exigiendo tienden a convertirse en un coro del discurso oficial.La capacidad de autoconvocatoria no existe y el Presidente Maduro ha demostrado poder de convocatoria. Pero como hemos visto a lo largo de este análisis, en el discurso del

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Presidente convergen intereses de clase contrapuestos. Siendo la empresa privada la receptora directa e indirecta de la inversión pública, podría pensarse que la constitución de una fuerza social de trabajadores a partir del liderazgo del Presidente serviría eventualmente a las políticas pro-burguesas del gobierno. Pero la vasta experiencia histórica nos ha enseñado que los acontecimientos no necesariamente ocurren de esa manera. Si la clase se constituye en fuerza social inevitablemente habrá enfrentamientos de clase y tenderá a desarrollar conciencia. En todo caso, tenemos una tarea que cumplir para que esto ocurra. Nos parece un sinsentido oponerse a esta iniciativa del Presidente sólo porque su gestión esté llena de contradicciones. Todo lo contrario, debemos aprovechar el poder de convocatoria del Presidente y difundir en el seno de esos Consejos Presidenciales el programa consejista para agudizar las contradicciones. Si la amplia mayoría de trabajadores se reapropia del legado internacional de las revoluciones proletarias y elabora su propio programa de reorganización social para Venezuela, forzará el despeje de las contradicciones en el discurso del Presidente. En modo absoluto la participación en los Consejos Presidenciales aparta o retrasa el esfuerzo de auto-organización de la clase. Es un eslabón más de ese complejo proceso.En tal sentido, dejamos claro que apoyamos decididamente las políticas del Presidente Maduro para la organización y la movilización popular: la sociedad comunal, los Consejos de Presidenciales y la Milicia Obrera. Dejamos claro también que este apoyo no implica la convalidación de los llamados Cinco Jinetes del Apocalipsis: ineficacia, ineptitud, corrupción, burocracia y reformismo, los cuales infectan todas las instituciones del Estado pero cabalgan también sobre los lomos del partido de gobierno. Entendemos que estas lacras burocráticas son consustanciales a la existencia misma del Estado y la ideología burguesa impregnada en la conciencia cultural de la nación a la sombra del colonialismo español primero y el neocolonialismo norteamericano después. Por lo tanto, su erradicación definitiva de la sociedad pasa por la destrucción del Estado y su fundamento: las clases sociales. Por eso la lucha para generalizar los Consejos Autónomos de Trabajadores, en sí mismos un modo distinto de administración pública del patrimonio común de la sociedad, es la lucha por la erradicación definitiva de los Cinco Jinetes del Apocalipsis.

3.4 Plan de Acción Inmediato

Tal como se desprende del razonamiento anterior, el siguiente plan no va dirigido al gobierno de la nación, sino al Movimiento Popular y los revolucionarios en general:

• Llamamos a todos los trabajadores a tomar el control de los centros de producción, a constituir Consejos Autónomos de Trabajadores para gestionar y administrar la producción, especialmente a los trabajadores de la industria petrolera, electricidad, telecomunicaciones, la agro-industria, puertos y aeropuertos, tanto en las empresas públicas como en las privadas.

• Llamamos a todos los revolucionarios, de cualquier corriente de pensamiento y de cualquier frente de trabajo, a contribuir con el esfuerzo de movilización y auto-organización de la clase trabajadora. Partimos de la premisa que el origen de todos los males de la sociedad están en las relaciones de producción capitalistas. Para eliminar estas relaciones hace falta la resistencia de todos los sectores sociales oprimidos y explotados, pero sin la participación de los trabajadores asalariados,

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sobre todo de los sectores claves de la economía, ninguna revolución tendrá posibilidad de éxito, pues es la única fuerza capaz de cambiar la correlación de fuerzas y evitar la reproducción del capital.

• Llamamos a todos los revolucionarios, de cualquier corriente de pensamiento y de cualquier frente de trabajo, a unirse a una organización común para impulsar y fortalecer los Consejos Autónomos de Trabajadores y las milicias populares, particularmente la obrera. Vemos las diferencias como el motor que impulsa el movimiento de los trabajadores, nunca como obstáculos que paralizan la acción conjunta. Hoy más que nunca nuestra consigna debe ser Unidad en la diversidad. Pero recordemos que en política la unidad sólo es posible en torno a un objetivo concreto y no a principios abstractos.

A partir de la fuerza de los Consejos Autónomos de Trabajadores en los sectores claves de la economía, comenzar a presionar a los enemigos de clase, dondequiera que estén, para:

• Eliminar los controles de la burguesía sobre la economía venezolana a través de la apropiación del patrimonio nacional en dólares. La venta de petróleo debe ser en bolívares o a través del intercambio de monedas nacionales, enmarcada en la pauta internacional iniciada por los gobierno de China, Japón, Rusia, India y Brasil.

• Cambiar porciones del petroleo, hierro y aluminio directamente por bienes (nunca servicios) de otros países. El sistema SUCRE del ALBA es un buen punto de partida.

• Condicionar la venta de divisas del Estado a privados, con la excepción de turistas, estudiantes y pacientes en exterior. En este sentido se debe nacionalizar el comercio exterior y la venta de divisas a empresas privadas debe realizarse sólo cuando la administración esté bajo control obrero.

• Nacionalización de la banca para evitar la demanda ficticia de dólares de ese sector y dirigir los depósitos hacia el crédito productivo en función del cumplimiento del punto siguiente.

• Iniciar la elaboración de un plan de desarrollo nacional para aumentar el bienestar colectivo aprovechando los cuantiosos recursos naturales del país. La ciencia y la tecnología debe estar dirigida a la transformación de esos recursos a la producción de insumos para la industria y la agricultura comunal. En ese plan lo central debe ser la producción de bienes para el auto-consumo y no la exportación. Debe contemplar la eliminación gradual de la explotación petrolera y la sustitución por fuentes de energía limpia.

¡Ni un dólar para la burguesía!

¡Nacionalización de la banca ya!

¡Comunismo o nada!

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SECRETARIADO POLÍTICO DE INSURGENCIA COMUNISTA

Marzo de 2015

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