Algunas relaciones entre tecnología y sociedad

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Teórico 1. Tensiones de la red: de las audiencias participativas al posthumanismo En 1949, el filósofo Gilbert Ryle denominó, críticamente, como “fantasma en la máquina” a la concepción cartesiana del hombre. Acusaba al filósofo francés de ocultar bajo su dualismo las relaciones entre mente y cuerpo. El fantasma en la máquina es para Ryle, un dogma a derribar. En informática, cuando una máquina o un programa dejan de producir los resultados para los cuales fueron diseñados, pero producen otros diferentes, y el programador no conoce las causas del error, se dice que la causa del mal funcionamiento es “el fantasma en la máquina”. Es como si ésta actuara sola, independientemente de las instrucciones que le fueron dadas. https://www.youtube.com/watch?v=XVtmORKqU1M Digamos para comenzar que nos ha tocado vivir en un mundo de tensiones: la sociedad contemporánea de debate constantemente entre lo global y lo local, entre la red y el yo, entre la diversidad y el totalitarismo. Esas mismas tensiones se manifiestan en los uso de nuestros dispositivos cotidianos, especialmente los que usamos para acceder, producir y compartir información. Nos ha tocado vivir un momento en que proliferan las alianzas entre sujetos y tecnologías. Desde la observación más pedestre de nuestra cada vez mayor dependencia del teléfono celular hasta la sofisticada pero posible creación de órganos con impresoras 3D , parece que los cuasi-sujetos de Bruno Latour -el descarriado filósofo francés que hace años viene insistiendo en superar las dicotomías sujeto-objeto, naturaleza-cultura, y últimamente humano-digital – no sólo se han materializado, sino que ejercen un gran nivel de performatividad en nuestras vidas, aún en aquellos aspectos que, seguramente creemos, reservamos a nuestras emociones, nuestras preferencias estéticas, nuestra sociabilidad. Nos gusta pensar todas estas cuestiones “libres de tecnología”

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Introducción a los nuevos medios. Teórico Nro 1 de la Cátedra de Datos Segundo cuatrimestre 2015

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Terico 1. Tensiones de la red: de las audiencias participativas al posthumanismo

En 1949, el filsofo Gilbert Ryle denomin, crticamente, como fantasma en la mquina a la concepcin cartesiana del hombre. Acusaba al filsofo francs de ocultar bajo su dualismo las relaciones entre mente y cuerpo. El fantasma en la mquina es para Ryle, un dogma a derribar.

En informtica, cuando una mquina o un programa dejan de producir los resultados para los cuales fueron diseados, pero producen otros diferentes, y el programador no conoce las causas del error, se dice que la causa del mal funcionamiento es el fantasma en la mquina. Es como si sta actuara sola, independientemente de las instrucciones que le fueron dadas.

https://www.youtube.com/watch?v=XVtmORKqU1M

Digamos para comenzar que nos ha tocado vivir en un mundo de tensiones: la sociedad contempornea de debate constantemente entre lo global y lo local, entre la red y el yo, entre la diversidad y el totalitarismo. Esas mismas tensiones se manifiestan en los uso de nuestros dispositivos cotidianos, especialmente los que usamos para acceder, producir y compartir informacin. Nos ha tocado vivir un momento en que proliferan las alianzas entre sujetos y tecnologas. Desde laobservacin ms pedestre de nuestra cada vez mayor dependencia del telfono celularhasta la sofisticada peroposible creacin de rganos con impresoras 3D, parece que los cuasi-sujetos de Bruno Latour -el descarriado filsofo francs que hace aos viene insistiendo en superar las dicotomas sujeto-objeto, naturaleza-cultura, y ltimamente humano-digital no slo se han materializado, sino que ejercen un gran nivel de performatividad en nuestras vidas, an en aquellos aspectos que, seguramente creemos, reservamos a nuestras emociones, nuestras preferencias estticas, nuestra sociabilidad. Nos gusta pensar todas estas cuestiones libres de tecnologa Pero es esto posible? Los objetos que proliferan en nuestra vida cotidiana lo hacen slo instrumentalmente, o intervienen activamente en la construccin de nuestra subjetividad, nuestro pensamiento, y ltimamente, de nuestras emociones? Indudablemente, de la interrelacin entre la materia viva y la digital emerge, o est por emerger, una nueva materialidad. Con esta reflexin inicial les damos la bienvenida a nuestra edicin nro 19 de la materia, y a la primera de nuestro nuevo proyecto: Fantasma en la mquina.Histricamente, ninguna sociedad pudo prescindir de instrumentos tcnicos para construirse como tal: Mc Luchan hablaba de la impronta de la imprenta para la creacin de las sociedades modernas, as como de los medios elctricos para la creacin de las sociedades de masas. https://www.youtube.com/watch?v=Fetmhm4_OXA El papel central de la tecnologia en las configuraciones sociales, culturales, econmicas de cada poca ha llevado a enunciar a Latour una definicin en todo provocadora : la tecnologia es la sociedad hecha para que dure.Esta frase no denota ms que la estrecha interrelacin entre sociedad y tecnologa, donde este ltimo trmino, tecnologa, excede la simple definicin de artefacto, incorporando a los actores que producen y usan las tecnologas, las disposiciones sociales, polticas y culturales que configuran su uso, y tambin los significados que los dispositivos adquieren en diversos contextos sociales y culturales. Es por eso muy adecuado el nombre de sistema sociotcnico, adoptado por las diversas corrientes de los estudios sociales y culturales de la tecnologa. Mientras tanto, la actual es una sociedad que no puede, o no sabe, prescindir de los medios digitales para organizar sus experiencias cognitivas, productivas, identitarias, y de relacin. Pero si, como decamos antes, tecnologa y cultura se encuentran tan estrechamente relacionadas, las mismas tensiones entre opuestos que encontramos en la sociedad contempornea se repiten, en efecto, en las configuraciones sociotcnicas contemporneas. Comprender esas tensiones presentan un desafo para las ciencias sociales actuales, que es el de comprender los procesos sociales en funcin de la deconstruccin, el desmontaje o la comprensin de los sistemas sociotcnicos. Podemos decir entonces que se es el objetivo de esta materia en este cuatrimestre: deconstruir tensiones, paradojas y entramados inseparables entre humanos y sistemas digitales. Trataremos de hacerlo usando herramientas de desmontaje, diseo, imaginacin, y en lo posible, creatividad. Pero tambin trataremos de no hacerlo desde el prejuicio o el juicio de valor. Ms all de las posturas tecno-optimistas o tecno-pesimistas, intentaremos comprender diversos entramados complejos que anclan en el cotidiano digital que nos rodea, al que tan habituados estamos que poco nos detenemos en tratar de comprender. No se trata entonces de hablar de si Facebook s o Facebook no, o si Google nos hace ms inteligentes o ms estpidos, o si el Watsapp reemplaza a la conversacin cara a cara. No se trata de emitir juicios positivos o negativos sobre la conexin permanente, porque la poca que nos ha tocado vivir organiza nuestra percepcin digitalmente, en red y a distancia. Nuestra experiencia, juicio personal o individual sobre esos dispositivos (usado el concepto como le gusta a Agamben[footnoteRef:1]) poco importa en este caso, porque de lo que s se trata es de construir una actitud de comprensin anclada en la formacin en comunicacin social que ustedes estn recibiendo, en primer lugar hacia lo que llamamos un ecosistema meditico, y en segundo lugar, hacia la sociedad contempornea, y en cmo la sociotcnica digital interviene en la constitucin de identidades subjetivas, lazos sociales, percepciones cognitivas, y relaciones de poder. Y esas intervenciones son heterogneas y multidireccionales. Abarcan desde la publicacin de un estado en Facebook, o de una foto en Instagram o una bsqueda en Google o un like en YouTube, o de un twit en un hashtag de Twitter, hasta el uso poltico real o potencial que plataformas tecnolgicas o estados hacen de nuestros datos personales, que casualmente emergen de las interacciones que primero mencion. Y si hasta hace poco, comprender la sociotcnica digital se trataba de construir sentido sobre lo que los usuarios hacen en Internet como parte de una audiencia participativa y en convergencia con las plataformas mediticas (Jenkins, 2008), ahora, comprender la sociotcnica digital significa, adems, entender aquello que las mquinas, sea su materialidad hardware o software, pueden hacer por nosotros. Y parece que ltimamente las mquinas pueden hacer por nosotros mucho ms de lo que alguna vez hubiramos imaginado. Entonces, atravesar comprensivamente la sociotcnica digital actual significa atravesar [1: Agamben remarca tres cuestiones sobre el trmino dispositivo, usado originalmente por Foucault a partir de la mitad de a dcada de los setenta.1) Es un conjunto heterogneo, que incluye virtualmente cualquier cosa, lo lingstico y lo no-lingstico, al mismo ttulo: discursos, instituciones, edificios, leyes, medidas de polica, proposiciones filosficas, etc. El dispositivo en s mismo es la red que se establece entre estos elementos.2) El dispositivo siempre tiene una funcin estratgica concreta y siempre se inscribe en una relacin de poder.3) Es algo general, un reseau, una "red", porque incluye en s la episteme, que es, para Foucault, aquello que en determinada sociedad permite distinguir lo que es aceptado como un enunciado cientfico de lo que no es cientfico.]

Cmo contar una historia muy larga.Hay diferentes maneras de contar la historia post-parntesis de Gutenberg. Podemos narrarla cronolgicamente, y entender la tecnologa como el desarrollo lineal de un dispositivo o varios, cuyas sucesivas mejoras derraman un progreso seguro sobre la sociedad que las adopta. A este enfoque se le llama determinismo tecnolgico y si bien podemos reconocer que las tecnologas provocan cambios en las sociedades que las adoptan, stos son mucho ms complejos que el progreso lineal. Por otro lado, la difusin de una tecnologa nunca es lineal, sino un fenmeno complejo que puede ser visto desde muchos lugares. El proceso es, muy por el contrario, no lineal.Del otro lado, podemos ver la emergencia de la tecnologa como determinista social. El surgimiento de la tecnologa empujado por la demanda o la necesidad de un grupo social. Un punto de vista tampoco demasiado feliz en tanto las tecnologas una vez creadas adoptan usos diferentes a los previstos, emergen pero luego desaparecen, y en trminos generales tienen por s mismas, sin estar asociadas a otros procesos sociales, econmicos o culturales o tcnicos.Un tercer enfoque puede ser llamado informacionalista. ste enfoca a los nuevos medios como un producto y a la vez un insumo de un nuevo tipo de produccin capitalista donde la informacin es central al sistema productivo. Visin macro social derivada de los estudios econmicos, analiza accesos, brechas, relaciones con la economa y con la educacin.El enfoque que nosotros preferimos es en verdad una mixtura de que surge de largos aos de contar a historia: entre la ecologa de los medios, pensamiento sistmico derivado del pensamiento de Marshall Mc Luhan, la co-construccin sociotcnica entre dispositivos y actores sociales, y los estudios de audiencias participativas derivados en verdad de la escuela inglesa de estudios de comunicacin, y el condimento actual y necesario de la analtica cultural y las humanidades digitales que nos permitirn atrapar el fantasma en la mquina. una zona de tensiones, de luces y de sombras, de claros y oscuros de las prcticas sociotcnicas digitales.Lo que este equipo de trabajo ha hecho en los ltimos aos ha sido, en buena medida, identificar y darle un sentido a las prcticas sociotcnicas propias de los nuevos medios. Y es tambin lo que vamos a seguir haciendo en este cuatrimestre. Y para comenzar a conocernos un poco, les propongo que hagamos un recorrido temtico y casustico por un conjunto de ejemplos que puedan mostrarles lo que hicimos hasta el momento y lo que haremos en este cuatrimestre.https://prezi.com/yfo7ksipusk6/copy-of-de-las-audiencias-participativas-al-posthumanismo/ Audiencias participativas Unos aos despus de que los cibernautas o los navegantes comenzaran a la WWW como espacio de consulta no lineal de informacin archivada, dos importantes cambios modelaron la Web como la conocemos: la Web 2.0 (O Reilly, 2005) y Google (Vaidhyanathan, 2010). La primera surgi como respuesta entrpica al desmoronamiento de las grandes empresas proveedoras de contenidos que en 1999 cotizaban en la bolsa de Nueva York, y deposit la produccin de contenido en manos de los usuarios finales. La World Wide Web se reinvent a s misma cambiando al gran portal concentrador de audiencia por la larga cola de audiencias atomizadas, sustituyendo al usuario navegante por el usuario productor de blogs, wikis y fotologs, padres fundadores de las actuales redes sociales. Desde nuestro grupo de trabajo observamos con atencin el pasaje de la lectura a la produccin, andamiada sobre una economa de la atencin diferente, donde tal vez por primera vez en la historia de las mediaciones, la oferta de contenidos superaba a la demanda, y donde la autopublicacin volva simple el proceso de escribir, y complejo el de encontrar lectores. Las primeras formas de audiencias productoras tuvieron lugar en el periodismo participativo, impulsado adems por la difusin de las tecnologas mviles, algunos movimientos sociales aislados, coordinados por mviles, y por la participacin de fanticos de ficciones en foros ad-hoc. Durante algunos aos estuvimos metidos all, o dentro de las culturas participativas en general: exploramos muy de cerca las narrativas confesionales, multimediales, egocntricas, descentradas, persuasivas y transmediales de las audiencias digitales. Nos guiaron la teora de las audiencias participativas de Jenkins (2008), las teoras de la inmersin de Murray (1999), las de la subjetividad mediadas por tecnologas de Turkle (1997). Big dataPero las redes sociales ponan en foco un problema que hasta ese momento no habamos abordado ms que en la develacin de datos cuantitativos: el problema de la escala de la informacin producida cotidianamente en la Web, presionaba fuertemente sobre varios aspectos: las prcticas socioculturales de repente devinieron prcticas virtuales mviles, dinmicas, en tiempo real y cuantitativamente gigantescas. De repente, la cultura no poda pensarse sin software, sin mvil y sin escala (Manovich, 2011).A diferencia de los generados por otros perodos culturales, los objetos digitales tienen dos particularidades: son producto de la convergencia entre la accin de corporaciones mediticas con sede total o parcial en la red Internet, y la participacin activa y colectiva de los usuarios de tecnologas digitales. Pero adems son producidos mediante lo que Manovich (2013) denomina software cultural: en el sentido de que es usado por cientos de millones de personas y que acarrea tomos de cultura (medios e informacin, adems de interaccin humana en torno a estos medios e informacin) - es slo la parte visible de un universo de software mucho ms amplio.Las participaciones de los usuarios en las redes sociales biogrficas como Facebook, de microblogging, como Twitter, de produccin audiovisual, como YouTube, de fotografa, como Instagram, o las recurrentes prcticas de bsqueda en plataformas como Google son paradigmticas de la convergencia cultural, y constituyen prcticas habituales y significativas para los propios usuarios, para otros destinatarios y hasta para los medios masivos de comunicacin, que recurren a ellos para producir noticia de varios modos. Siendo que los mltiples espacios de la comunicacin individual y social se encuentran atravesados por prcticas de este tipo, su anlisis y comprensin se hacen necesarias. Pero dada la gran escala y la velocidad con que se concretan estas prcticas, las miradas cualitativas e interpretativas sobre estos fenmenos suelen ser insuficientes a la hora de su anlisis. En los ltimos aos surgieron abordajes trans-disciplinarios que tienen en cuenta tanto el problema de la cantidad de la informacin producida como el significado de las prcticas culturales que puede atribuirse a esa produccin. Pero en estos ltimos ejemplos, la dimensin de la escala de las interacciones es sumamente trascendente. Segn el sitio LiveStats, que brinda estadsticas de Internet en tiempo real, cada da se suben cerca de 60 millones de fotos a Instagram, se escriben 350 millones de twits, se ven tres mil ochocientos millones de videos en YouTube, se postean cerca de dos millones de publicaciones en Blogger. La interaccin entre produccin de informacin a gran escala, software y usuarios se instala cotidianamente en nuestras prcticas culturales, cada vez ms modeladas por un software del que poco conocemos. En consecuencia, los investigadores sociales tambin necesitamos de un uso intensivo de software para poder comenzar a dar cuenta y a comprender la importancia cultural de estas recientes producciones digitales. Algoritmos socialesPero de este ejemplo, donde la mquina ayuda al humano a construir sus propios poemas, pasamos uno, donde el programa construye su propio poema, y logra engaarlo, logrando su publicacin en una revista literaria. En el lenguaje de la Inteligencia Artificial se suele decir que una mquina es inteligente si pasa el test de Turing, es decir, si no logramos saber si el que ejecut la accin es un humano o una mquina. Claramente las mquinas logran pasar el test de Turing en muchsimas situaciones que tienen que ver con operaciones estructuradas, clculos matemticos, procesos industriales de fabricacin, por ejemplo, pero hasta el momento, no haba habido demasiados avances sobre los aspectos humanos que requieren una adecuacin al contexto inmediato a partir del uso de lo que llamamos el sentido comn, manejar un auto, escribir una obra literaria, pintar una obra de arte. Pero, nos estamos acercando. Esta experiencia muestra cmo a partir de una base de datos de 60.000 obras, un algoritmo fue encontrando las obras de arte ms creativas para un perodo dado. Un programa de computacin puede dar por tierra con siglos de crtica de arte, con el accionar de gente muy formada, con las instituciones como los museos o los centros de arte, o las universidades. Pero adems, este algoritmo da por tierra con el concepto de humanismo mismo, en el que la humanidad iluminista se logra mediante la lectura, el cultivo de la esttica, la apreciacin del arte, porque estos seran los elementos que contienen los valores humanos ms altos. De all entonces podemos comenzar a ver cmo nuestras vidas se van entretejiendo de a poco y la mayora de las veces sin darnos cuenta, con programas que modelan aquellos aspectos de nuestra vida que creamos alejados de la tecnologa: los estados de nimo, las anticipaciones de los algoritmos a los embarazos de las mujeres en Estado Unidos en el anlisis de sus compras en Internet, y lo difcil que resulta salir, aunque realmente lo querramos, de la telaraa que las redes y los algoritmos construyen en torno nuestro. PosthumanismoEl humanismo como objetivo ha sido superado por una nueva inteligencia post-humana, que encuentra en la tcnica la prolongacin de la inteligencia, el cuerpo y los sentimientos. Al pensar en el post-humanismo, no hace falta pensar en un extrao ser, mezcla de humano y robot, porque el post humanismo es antes que nada un concepto. Un concepto que superador de la mentalidad letrada, basada en la tcnica escrita de la imprenta, para pasar a definir la inteligencia humana en la interrelacin entre humanos y mquinas que procesan informacin. En esa lnea, tenemos dos preguntas que se abren es posible crear una mquina que pueda hacer todo aquello que los humanos hacen, enamorarse por ejemplo? Esa lnea es la llamada singularidad tecnolgica, promovida por el ingeniero de Google Kurtzweil. La segunda pregunta es es posible pensar en nuevo ser humano, cuyas fronteras superen los lmites hoy conocidos, a partir de inteligencias aumentadas mediante artificios tcnicos? El mejoramiento tecnolgico es, hoy por hoy, una poltica de desarrollo cientfico-tecnolgico ya delineada y seguramente posible en un futuro cercano. Disear el futuro La ciencia ficcin ha funcionado anticipando y advirtiendo sobre el desarrollo tecnolgico. As como las ficciones de la dcada del cincuenta se centraban en robots, las del setenta aludan a la conquista del espacio, las actuales se orientan directamente a la singularidad tecnolgica y el mejoramiento humano. Es posible decir no a estos cambios? Tal vez, pero qu precios estaramos pagando? Son estas tecnologas liberadoras, o sujetan cada vez ms nuestros cuerpos a dispositivos tcnicos, creando nuevas dependencias? Quedan abiertos estos interrogantes.Habiendo alisado el terreno, dejamos aqu para encontrarnos la semana que viene ya de lleno con la unidad 1.Avisos parroquiales.Bibliografa, pgina web, comunicacin con docentesObligatoriedad Terico/PrcticoParcial individual domiciliarioDesarrollo de proyectoCongreso Latinoamericano de Comunicacin- Panel de Humanidades digitales