Acoglanis

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Acoglanis - Luces y sombras del Rasputín de América Latina - Diego Arandojo Hoy en Crónica Subterránea se vuelve abordar la controvertida figura de Angel Cristo Acoglanis, uno de los protagonistas más importantes de la llamada saga capillense, quién retoma la palestra pública a través de Diego Arandojo, entregando en exclusiva para el blog, una visión descarnada e inédita, acerca del bautizado portero de Erks. Atienda el lector! ACOGLANIS: Luces y sombras del Rasputín de América Latina Por Diego Arandojo Angel Cristo Acoglanis La ciudad más allá En los últimos 30 años, ERKS se ha convertido en un imán de atracción para todos los interesados en acceder al conocimiento metafísico en Argentina. Una suerte de invitación a vivir una experiencia fuera de este mundo, atisbando una ciudad intraterrena que alterna lapsos “físicos” (luces a la distancia que configuran su extraña arquitectura, o sus también extraños habitantes)

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Acoglanis - Luces y sombras del Rasputín de América Latina - Diego ArandojoHoy en Crónica Subterránea se vuelve abordar la controvertida figura de Angel

Cristo Acoglanis, uno de los protagonistas más importantes de la llamada saga

capillense, quién retoma la palestra pública a través de Diego Arandojo, entregando

en exclusiva para el blog, una visión descarnada e inédita, acerca del bautizado

portero de Erks.

Atienda el lector!

ACOGLANIS:

Luces y sombras del

Rasputín de América Latina

Por Diego Arandojo

Angel Cristo Acoglanis

         La ciudad más allá

        

       

En los últimos 30 años, ERKS se ha convertido en un imán de atracción para todos

los interesados en acceder al conocimiento metafísico en Argentina. Una suerte de

invitación a vivir una experiencia fuera de este mundo, atisbando una ciudad

intraterrena que alterna lapsos “físicos” (luces a la distancia que configuran su

extraña arquitectura, o sus también extraños habitantes) con los “mitológicos”

(visiones o revelaciones transmitidas a través de canalización o del canto de mantras

en la lengua extraterrestre irdín).

        La sigla responde a distintas interpretaciones: Encuentros de Remanentes

Kósmicos Siderales; Encuentro del Remanente Kósmico Sideral; Encuentro de los

Restos Kósmicos de Sirio, etc. Pero, ¿a qué remanentes nos referimos

específicamente? En “Los Diarios de Erks” leemos:

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“Comprenderá usted, que asisten al encuentro porque son remanentes de una

civilización dispersa por el Kosmos, hoy, nuevamente convocados se realizan las

contactaciones en busca de la información para servir en silencio. Si usted, ha

visitado la zona de encuentro, ¿qué experiencias recogió? Si no ha tenido respuesta,

BÚSQUELA en su interior hasta clarificar sus preguntas.”

(…)

“Las revelaciones kármicas están sujetas a la ley universal, estas los

disciplinan en el conocimiento supremo como hijos de la gran Hermandad Blanca.

Sabemos que los secretos y misterios eran revelados entre los elegidos para

compartir los destinos y disciplinas transmitidas por las entidades de Luz, viajeros

que entre nosotros compartimos los encuentros en las puertas de la Esférica Ciudad

Secreta de ERKS.”

       

        El acceso a esta información nos conduce a la primera persona que comienza,

durante la década del 80, a expresarse sobre esta urbe cósmica, y a la vez telúrica:

Ángel Cristo Acoglanis.

        Una vida enigmática

        Si la vida y obra del proclamado “Portero de ERKS” ya conlleva una alta dosis

de enigma, de misterio,

también lo es su natalicio.

        Principalmente existen dos versiones sobre el lugar de nacimiento: una apunta a

Grecia y otra a la Argentina. La primera busca una justificación en la

particular forma de hablar de Acoglanis, un tono que generaba una imagen sonora

de estar en presencia de un extranjero.

Indagando en un viejo padrón electoral argentino hallamos una fecha: 4 de

diciembre de 1925, departamento de Colón, provincia de Córdoba. Otra fuente

apunta ha que habría nacido en Rosario. Otra en Ramallo.

Pero este no es el único obstáculo para intentar comprender los hechos

fácticos en la existencia de Acoglanis. También lo es su formación

como sanador, o médico, profesión que lo convirtió en una figura altamente

concurrida.

 En el libro “Las luces de ERKS y las ciudades subterráneas” de Roberto

Villamil y Ricardo González, leemos:

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“Según la tradición, Ángel Cristo Acoglanis había nacido en Grecia, en

donde transcurrió su infancia, realizando sus estudios primarios y parte del

secundario. En ese momento, por los sucesos políticos que vivía el país, su familia

decide enviarlo a Cachemira, una región ubicada en la zona norte del subcontinente

Indio…”

(…)

“Terminó el secundario y decidió seguir la carrera de medicina. Para ello se

inscribió en la universidad y en ese momento el tío, que tenía relaciones con monjes

budistas que lo visitaban frecuentemente, le propone realizar los estudios en el

Tíbet.”

(…)

       

        “En Lhassa, su capital, Acoglanis habría ingresado a un monasterio con la

intención de iniciarse en el camino espiritual.”

        Siguiendo este relato, en aquellos años se habría formado en conocimientos

médicos ancestrales, tanto en acupuntura como en quiropraxia, que décadas después

le permitirían en Argentina atender tanto a particulares como a personajes del

espectáculo y la política.

        En una obra previa de Villamil, titulada “Luces Kósmicas en la magia del

Uritorco”, encontramos el relato del Dr. Egidio M. Antinucci, en el cual detalla su

experiencia:

        “El Dr. Acoglanis, que fue de gran ayuda para mi, tenía fama de hacer

curaciones milagrosas y así era realmente, según pude comprobar durante los once

años que trabajamos juntos, de 1978 a 1989. Lo que aprendí junto a él

científicamente es muy valioso y hoy puedo ayudar a mucha gente que necesita

sanarse realmente”.

       

        Pero no se trató de un caso aislado. Al parecer, y según nos explica el

investigador Daniel García Molt en su libro “Todo sobre el Cerro Uritorco y la

ciudad de ERKS”, Acoglanis –sin un título médico que lo habilitara a ejercer la

medicina– poseía un grupo íntimo de discípulos a los que formaba en sus prácticas

de curación:

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        “Se dice que Acoglanis formó en su particular método a siete médicos. Mi lista

incluye sólo a tres porque fueron ellos quienes lo han declarado a través de

Internet, entrevistas públicas o es conocido públicamente, mientras el resto parece

querer mantener cierta discreción sobre el asunto”.

        En lo profundo de la noche

               

       

Desde el año 1984 a 1989, año de su asesinato a manos de Rubén Elías Antonio,

transcurrió la etapa más fructífera de Ángel Cristo Acoglanis. Llevaba una doble

vida: por un lado realizaba sus consultas particulares, donde atendía a distintos

concurrentes por dolencias o problemas óseos; y por el otro realizaba las ceremonias

esotéricas en la zona de “Los Terrones”, donde en su rol de Porterocantaba e

invocaba a las luces cósmicas, y, si los hermanos metafísicos lo permitían, se podía

observar la ciudad intraterrena, esférica, mitológica, de ERKS. En estos encuentros

nocturnos, Acoglanis se hacía llamar Sarumah; una entidad sobrenatural que lo

poseía físicamente y era el verdadero vocero, el idóneo, para atraer las

energías erkianas.

Si bien algunas fuentes apuntan que Sarumah habría sido un maestro físico,

real, que habría iniciado a Ángel Cristo en su juventud en los años del Tíbet, los

participantes de las ceremonias subrayan su carácter de entidad celestial. Así lo

explica una testigo, Elsa Tear, en su libro “El alma despierta”:

“Partimos hacia Los Terrones en varios automóviles, guiados por

Akoglanis…”

(…)

“En la cima, junto a un rancho de paja donde durante el día se venden

gaseosas y pañuelitos de filtiré, se levantaba una especie de mirador. Supimos que

allí vivía Don Ramón, un anciano indígena que cuidaba el lugar.”

(…)

“El Dr. Akoglanis se colocó al llegar una especie de túnica blanca.

Permanecimos junto a él en respetuoso silencio hasta que, de pronto, se puso a

entonar unos hermosos mantras. Los mantras eran cantados en Irdín. A medida que

las vibraciones de su canto aumentaban, aparecieron sobre las sierras y la

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vegetación unas extrañas luces –similares a faros de automóvil– que se elevaban,

bajaban, corrían entre los matorrales por encima y a los costados de las sierras…”

Más entrado el relato, Tear sintetiza la obra de Acoglanis-Sarumah en el

plano terrenal:

        “Debo decir aquí que el Dr. Akoglanis, habiendo completado su karma y su

misión o dharma en la Tierra, donó su cuerpo a la entidad cósmica Sarumah, un ser

o jerarquía cósmica de luz que tomó durante un breve tiempo la materia en forma

de maestro tibetano. El espíritu de Akoglanis partió a su plano dejando su cuerpo a

la entidad de luz Sarumah, quien lo ocupó para realizar importantísimas tareas en

la Tierra durante cuatro años. Se fue en 1989, luego de haber organizado el Plan

Cósmico para la Tierra en este final de ciclo.”

        (…)

        “La entidad cósmica Sarumah era uno de los tantos extraterrestres que

transitan junto a nosotros adquiriendo con nuestro mismo aspecto y realizando,

aparentemente, labores como las nuestras, aunque ellos hacen otras tareas

simultáneas ya que están en misión especial”.

        Inicialmente el conocimiento de ERKS yacía depositado en unos pocos

seguidores de Acoglanis. Sin embargo, en el año 1985 esta situación cambia cuando

toma contacto con el Prof. Dr. Guillermo Alfredo Terrera.

        En la obra “Saruma, un ser cósmico”, el profesor nos explica:

        “En el año 1985, daba un curso de Antropología General, en un local ubicado

en la Avenida Cabildo del barrio de Belgrano y allí concurrían, entre otros

alumnos, los señores Rubén Elías Antonio, hermano del financista don Jorge

Antonio, acompañado por un arquitecto llamado Peirano, con quién mantenían una

gran amistad y un deseo incalculable de conocer las grandes verdades de la

hermética metafísica.”

        “En una oportunidad, el señor Antonio, me comentó que el Dr. Ángel Cristo

Acoglanis, persona de su conocimiento, deseaba conocerme, pues conocía mi obra

de investigador y estudioso, especialmente en lo referido a la Antropología

Metafísica y a todo aquello que se relaciona con el Cerro Uritorco y las Entidades

Cósmicas que aparecen en esos lugares”.

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        “Para que ambos nos conociéramos, se efectuó una reunión, en el restaurant

llamado La Cantina del Riojano, situado en la Avenida Maipú esquina Mariano

Pelliza, ya que ese lugar quedaba cerca de mi casa de San Isidro y a mitad del

camino, del local donde daba mis clases de antropología”.

        A partir de este encuentro, celebrado en febrero de 1985, y hasta septiembre de

1986, se unen los caminos de ambos metafísicos.

Una información relevante es que el Prof. Dr. Terrera era el custodio de una

pieza metafísica denominada “El Bastón de Mando”, o “Piedra de la sabiduría”,

perteneciente a la etnia de los indios comechingones, cuyo líder Vultán la había

hecho forjar a partir de una piedra meteórica caída en la falda del Cerro Uritorco en

un tiempo pretérito.

        Es por intermedio de Acoglanis que Terrera recibe la visita de su maestro

tibetano Saruma (sin “h”). Así lo explica en la obra previamente citada:

        “Las primeras noticias sobre el Maestro Saruma, las recibí directamente del

Dr. Acoglanis, quien me comentó que en cualquier momento, iría a mi casa un

maestro tibetano de excepcionales condiciones”.

        Durante dos meses estuvieron relacionados hasta que el maestro partió en

completo misterio. Nunca más se supo de él.

        Como fruto de esta experiencia, el Prof. Dr. Terrera publica “El Valle de los

Espíritus”, primeramente en forma artesanal, y posteriormente a través de la

editorial KIER, permitiendo que ERKS se conozca en los restantes círculos

herméticos de Hispanoamérica. También en esta nueva etapa de difusión tomó un

rol activo el místico brasileño José Trigueirinho Netto con “Erks, mundo Interno”,

también editado en KIER.

        Si bien Terrera diferenciaba físicamente a Saruma de Acoglanis (para él se

trataba de dos personas distintas), es un debate que permanece activo. Para los

acólitos del griego, se trataba de la misma persona: Acoglanis en las ceremonias

transmutaba en el otro ser, Sarumah. Para los seguidores del profesor, e incluso para

la propia familia de éste, se trató de dos humanos completamente diferentes.

       

        La zona crepuscular

       

Con el asesinato de Ángel Cristo Acoglanis en 1989, su imagen se potenció al igual

que la de ERKS. Muchos discípulos –por temor a correr la misma suerte– se

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llamaron al silencio y a las sombras. Capilla del Monte (que en 1986 había sufrido

ya una experiencia OVNI en el Cerro del Pajarilllo, que la disparó a nivel

internacional), el Cerro Uritorco y Los Terrones se convirtieron en el eje de

peregrinación de todos aquellos que buscan vivir una experiencia metafísica.

Situación que persiste hasta la actualidad.

        Al repasar los libros y testimonios de allegados o investigadores, encontré en

Acoglanis una serie de características que me permiten bautizarlo como “El

Rasputín de América Latina”: una formación esotérica y sanadora no convencional;

sus vínculos estrechos con personalidades de la política; una vida personal intensa,

en todo sentido; y por último, el fatal desenlace, la muerte por el asesinato.

        A fin de tener una nueva mirada sobre los hechos que hemos relatado, expongo

la entrevista que le realizamos a Sebastián Cescato, un investigador, periodista y

escritor español independiente, con una formación universitaria en ciencias sociales.

Desde 1995 investiga –entre otros temas similares– el fenómeno social de matriz

esotérica que se viene generando en torno al Cerro Uritorco.

        

L: ¿Quién fue Ángel Cristo Acoglanis?

S: Creo que la respuesta más precisa y sincera sería: no lo sabemos.

En rigor, entiendo que nadie sabe realmente quién fue Ángel Cristo Acoglanis –ni

siquiera su familia– y posiblemente nunca lleguemos a entender cabalmente de

quién se trataba. La mejor fuente de información, que era él mismo, terminó siendo

la peor (como veremos más adelante) y, en cualquier caso, fue acallada a balazos en

abril de 1989.

Lo que podemos hacer, trabajando “por descarte” y con mucha paciencia, es ir

determinando fehacientemente qué no fue Acoglanis, qué es lo que no hizo (pese a

que a menudo él afirmara justo lo contrario); una vez descartado todo eso –y

eliminados los errores, las imprecisiones, los engaños, las confusiones– nos quedará

un abanico de posibilidades un poco más acotado, a partir del cual hipotizar quién

fue realmente este personaje tan singular y misterioso… que, irónicamente, parecía

destinado a ser más conocido ya muerto que durante su vida.

    

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  L: ¿Cuáles son, dentro de su investigación, los datos erróneos que se

repiten al repasar la vida 

       y la obra de Ángel Acoglanis?

S: Los datos erróneos son muy numerosos, de hecho lamentablemente son la

mayoría.

Ello se debe a un factor tan determinante como sencillo: Ángel Acoglanis comenzó

a hacerse conocido y a tener un determinado círculo humano estable –familiar,

profesional y de amistades– cuando empezó su “vida pública” como exitoso

terapeuta (entre fines de los años ’70 y los primeros años ’80). Para entonces, las

personas que conocían el pasado de Acoglanis, es decir sus primeros cincuenta años

de vida, se contaban con los dedos de las manos y no mantenían trato con él ni con

su nuevo entorno.

Aprovechando esta circunstancia, y por razones que de momento podemos sólo

imaginar, Acoglanis inventó una historia para ese primer medio siglo de vida; una

historia que contó con lujo de detalles y sin mayores contradicciones a

absolutamente todas las personas que lo rodeaban: amigos, pacientes, discípulos y

hasta a parte de su propia familia… decenas y decenas de personas, que jamás

imaginaron que les estaba mintiendo con absoluta desenvoltura.

Entonces, no es casualidad que hoy prácticamente todas las fuentes de información –

sean testimonios orales o fuentes impresas y audiovisuales (incluyendo artículos,

libros, documentales, programas radiales y televisivos)– digan lo mismo: porque

todas las personas que trataron a Ángel en sus últimos diez años de vida escucharon

de él la misma historia, la tomaron como real y la reprodujeron ante quienes más

tarde les preguntaron al respecto. Por eso todas las fuentes coinciden. Pero en este

caso, la fuente de todas las fuentes es la misma y la información es falsa.

Para descubrir que esa información –esa “biografía oficial” de Acoglanis– no es

real, naturalmente, hubo que investigar y no limitarse a repetir lo que otros dijeron o

escribieron. Y así pudo descubrirse que todo el relato de Acoglanis es falso: no

nació en Grecia, no era doctor en medicina, no estudió en el Tíbet, no visitó la India

y Albania, no recibió una misión directamente del Dalai Lama, no hablaba sánscrito,

no se casó en primeras nupcias en 1974, no tuvo su primer hijo poco después, y un

largo e inquietante etcétera.

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 L: ¿Cómo surge Erks? ¿Se inspiró Acoglanis en alguna otra ciudad

intraterrena previa, 

      sea Shambala, Shangri-la, etcétera?

S: La primera vez que alguien pronunció la palabra “Erks” y dijo que se trataba de

una ciudad intraterrena fue en 1983 o 1984 y el que hizo ambas cosas fue el propio

Acoglanis. Hay que desmentir sin temor a equivocarse tanto a quienes escribieron

que muchas décadas antes el supuesto maestro hermético argentino Orfelio Ulises

Terrera la mencionaba en sus poemas, como a quienes hipnotizan que Acoglanis ya

hablaba de Erks en la década del ’70.

    Acoglanis y su viuda Beatriz Mühn hicieron explícita referencia a estas fechas y

explicaron cómo comenzó la historia, que surgió a raíz de una visita de Acoglanis a

la estancia uruguaya “La Aurora”, propiedad de un personaje con varios puntos en

común con Acoglanis (incluyendo su primer nombre de pila): Ángel María Tonna,

que se decía contactado por extraterrestres que vivían en una ciudad subterránea

ubicada precisamente bajo su propiedad. De modo que ya tomando por bueno el

relato “oficial”, aquí tenemos una primera fuente –si se quiere– de “inspiración”.

    Por lo demás, el propio Acoglanis mencionaba a Erks como una Shambala

latinoamericana, de modo que en este caso el símil es evidente. El propio Guillermo

Terrera no se cansaba de recalcar – oralmente y por escrito – la relación entre

Shambala y Erks.

    Otras fuentes de inspiración son igualmente claras y la principal es indudablemente

cierto esoterismo de matriz teosófica (aún muy en boga, por cierto, cuando

Acoglanis era joven, en la década del ’50). Blavatsky, Besant, Bailey eran

evidentemente el pan de cada día para Acoglanis y de hecho lo siguen siendo para

sus discípulos y continuadores (reales y supuestos), empezando por Trigueirinho.

 L: ¿En qué consistían las ceremonias celebradas en Los Terrones?

S: Esto hoy es bastante sencillo de reconstruir, pues todos los testimonios

generalmente coinciden, la única diferencia es el nivel de detalle en cada relato.

En Capilla del Monte, por la noche, Ángel Acoglanis (y, después de su muerte, otras

personas directa o indirectamente ligadas a él) llevaba en caravana de automóviles a

una serie de invitados desde el hotel Roma hasta la explanada de Los Terrones.

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Allí se ponía una túnica blanca y comenzaba a cantar lo que él denominaba mantras,

pero en rigor eran cánticos bastante largos, inclusive estróficos, algunos en

castellano, otros en un idioma que él llamaba “irdín” y que – afirmaba – hablaban

los extraterrestres. Al llamado de su voz aparecían y se acercaban numerosas luces,

que él identificaba alternativamente como naves o como seres incorpóreos.

Ocasionalmente Acoglanis decía que cierta estrella – Sirio, generalmente – no era un

astro sino una enorme nave y ante su pedido la estrella parecía apagarse.

Luego la caravana descendía un trecho del camino recorrido y, en un recodo del

mismo camino, Acoglanis entonaba otra serie de cánticos. Acto seguido, indicaba un

punto algo alejado de la geografía serrana sobre el que se podía ver una ciudad

iluminada; decía que aquella era Erks, la antigua ciudad intraterrena habitada por

seres superiores.

Finalmente, los autos descendían a un tercer punto del camino, había más cánticos y

se podía apreciar nuevamente la ciudad, con numerosas luces entrando y saliendo de

ella.

La enorme mayoría de quienes participaron de estas ceremonias bajó de Los

Terrones convencida de haber tenido contacto con otra realidad y de que Acoglanis

(o quien, luego de su muerte, tomó su lugar) era un ser superior. Un par de ellos, por

el contrario, no quedaron nada impresionados y sacaron otro tipo de conclusiones.

   L: ¿Qué opina usted sobre la dicotomía entre Saruma y Acoglanis? 

   ¿Cuál es su postura sobre si eran dos personas o una?

S: La situación me parece muy clara. Absolutamente toda la evidencia – tanto la

directa como la circunstancial – apunta a que el Saruma con cuerpo propio tal como

lo describía Terrera nunca existió. Aún si decidimos creer en la existencia de un ser

llamado Saruma, se trataba de algo que Acoglanis tenía incorporado o decía tener

incorporado, no de una persona de carne y hueso.

Existen varias filmaciones, fotos y grabaciones de audio donde se puede ver y

escuchar a Acoglanis, pero ninguna donde se pueda ver a Saruma (palabra que en

principio, además, denomina una localidad de la India y no es un nombre de pila). El

único que afirmó por escrito haber tratado a un Saruma de carne y hueso distinto de

Acoglanis – y hasta en presencia del propio Acoglanis – fue Guillermo Terrera. Hoy

en día, hasta donde tengo conocimiento, hay una única persona que lo sigue

sosteniendo, su hijo Nicolás, y sin presentar prueba alguna.

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Una grabación de la voz de Saruma provista por una fuente fidedigna deja escuchar,

precisamente, la voz de Acoglanis entonando uno de sus textos en irdín. Esta voz,

inconfundible por cierto (dado que Acoglanis tenía tanto un timbre de voz como una

fonación y una dicción muy particulares), fue además reconocida por su viuda

Beatriz como la de su difunto esposo.

El propio Acoglanis terminó haciéndose una mala opinión de Terrera y esta cuestión

con Saruma es posiblemente una de las razones por las que dejaron de frecuentarse.

 L: ¿Qué características cree usted que poseía Acoglanis a nivel

sobrenatural?

S: No puedo negar y sobre todo afirmar nada al respecto. Lo único que me consta –

pero es algo que no tiene porqué ser calificado como sobrenatural – es que

Acoglanis, sin ser doctor en medicina, tenía una impresionante habilidad para curar

en poco tiempo muchos males relacionados con huesos, músculos y nervios,

problemas que la medicina tradicional no lograba paliar.

Cómo, dónde, cuándo y de quién exactamente aprendió técnicas alternativas de

curación tan eficaces es algo que aún no fue dilucidado, pese a que se están haciendo

esfuerzos en ese sentido. Hoy en día hay varios osteópatas y hasta médicos – en la

Argentina, Brasil y España – que utilizan con éxito el método que Acoglanis

practicaba y que les enseñó personalmente.

Si Ángel Acoglanis realmente podía conjurar con su voz entidades lumínicas de

procedencia inexplicable, indudablemente poseía habilidades sobrenaturales. Pero es

algo que no me consta y todo indicaría que no nos podrá constar jamás a quienes no

subimos a Los Terrones de noche en su compañía.

 L: ¿La formación médica de Acoglanis era académica o más bien informal?

S: Acoglanis no estudió medicina en universidad alguna y menos que menos en

Grecia, donde afirmaba haber nacido y haberse recibido. Pese a ello, hay esquelas

impresas en las que firmaba “Dr. Ángel C. Acoglanis”. Casi todos se referían a él

como “médico griego” y lo llamaban “doctor Acoglanis”. Pero no era doctor en

medicina.

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¿Cómo logró por años ejercer impunemente la medicina sin estar legalmente

habilitado para hacerlo (más allá de que sus tratamientos fueran generalmente muy

efectivos)? He aquí una pregunta interesante cuya respuesta puede ser aún más

interesante…

 L: ¿Cree usted que la vida privada de Acoglanis terminó “opacando” su

actividad como 

       sanador y “portero de Erks”?

S: No sé si me expresaría en esos términos, pero indudablemente la vida y la

actividad de Acoglanis, una vez que se descartan las historias de fantasía inventadas

por él mismo y sólo recientemente aclaradas, son como mínimo contradictorias.

Tenemos aquí a una persona que fabuló sin cesar al menos durante los últimos

quince años de su vida (incluyendo mentiras acerca de sus credenciales académicas),

pero que está comprobado que tenía una extraordinaria capacidad para curar.

Tenemos a una persona recordada por su círculo íntimo de los últimos años como de

una generosidad, bondad y ternura sin par, pero que abandonó a su primera familia y

renegó de ella, dejando en el más absoluto desamparo y sin la menor explicación a

una joven esposa, a un hijo de siete años y a otro de cuatro.

En el medio de todo ello se ubica su actividad como maestro espiritual y “portero de

Erks”, que es la faceta de su vida más difícilmente comprobable y menos pasible de

estudio objetivo.

¿Qué hacer, entonces? Cuando nos dicen que Acoglanis había incorporado a un ser

espiritual superior y conjuraba a su antojo naves extraterrestres, seres de luz y hasta

una ciudad intraterrena, ¿confiamos, pensando en el sabio y generoso sanador… o

desconfiamos, teniendo presente al fabulador que abandonó a un hijo de cuatro

años? Yo no tengo respuesta.

 L: ¿Cuál es su versión sobre el asesinato que sufrió Acoglanis en el año

1989?

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S: No tengo una versión, sólo intento reconstruir las piezas de un rompecabezas

complejo que hasta ahora nadie ha logrado completar. Lo que tengo claro es que

obraron varios factores y no sólo uno. La supuesta locura del asesino, su íntimo

amigo Rubén Antonio, y su satisfacción por “matar a un brujo” (así se expresó el

propio homicida) es un elemento. El drama pasional – había allí un triángulo

amoroso – es otro.

Pero evidentemente existían otros aún, de naturaleza más sensible y seguramente

muy relacionados con el poder (sea político, militar o económico). Aunque su

muerte es el hecho más contundente y documentado en la vida de Acoglanis – fue la

primera vez que su nombre apareció en los diarios – también parece el más arduo de

desentrañar. No debe ser casual.

 L: ¿Cuál es el legado, en la actualidad, de Acoglanis en Capilla del Monte y

alrededores?

                                                                

    S: No es exagerado decir que Ángel Cristo Acoglanis terminó refundando Capilla del

Monte. (Si era o no lo que se proponía ya es otro tema y absolutamente abierto al

debate).

    En un plano muy concreto, a su llegada a la Quebrada de Luna Acoglanis trabó

amistad con Ramón Verón, el dueño de Los Terrones, y de su bolsillo hizo el

camino transitable por automotores que existe hoy para acceder al predio. Por una

gestión suya se llevó energía eléctrica a la zona. También por su iniciativa se

iniciaron gestiones para paliar la escasez de agua en el verano. Está fuera de toda

duda: Los Terrones no serían el conocido atractivo turístico que son hoy sin la

intervención de Acoglanis.

Pero los planes de Ángel iban aún más allá. En 150 hectáreas adquiridas al pie de

Los Terrones iba a levantar – con una inversión que imaginamos millonaria – un

gran centro de salud integral, donde se atendieran tanto las enfermedades del cuerpo

como los problemas del espíritu; todo ello, a la sombra del cerro Uritorco y a

minutos de Los Terrones, el “altar mayor” para el contacto con Erks… una

combinación explosiva. Este proyecto quedó trunco con su muerte, pero puede

imaginarse fácilmente el impacto que hubiera significado para la zona de Capilla del

Monte.

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Las vueltas del destino pueden ser muy curiosas: finalmente en vez de un único

centro holístico de sanación hoy Capilla está repleta de terapeutas alternativos de

todo tipo, pero trabajando cada uno por su cuenta y el proyecto del gran centro de

salud es sólo un recuerdo.

Ya en otro plano de análisis, recordemos que Capilla del Monte era un destino

turístico absolutamente menor hasta la década del ’80 inclusive. Si hoy el pueblo se

ha vuelto ciudad, si un porcentaje altísimo de su actual población proviene de

grandes ciudades, si ahora todos los veranos estalla de turistas, si recientemente se

ha transformado en una meca de buscadores espirituales de toda índole, se debe a la

historia de Erks, que es algo enteramente generado por Ángel Acoglanis.

Permítaseme un juego de palabras: Acoglanis terminó siendo el ángel de Capilla del

Monte. Hoy muchas personas viven allí por él y algunas viven de lo que él generó.