Post on 06-Jun-2015
description
El estilo de vida de un conquistador
Salmo 144:1
Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra.
Aquí hallamos a un salmista diciendo: “Es Dios quien me prepara para la batalla”. Si te das cuenta, hay una batalla
que se está librando en todo el mundo. Por el corazón de esta generación y la fuerza de las tinieblas, está teniendo
más impacto, porque está utilizando la tecnología, a través de los juegos de video, la letra espantosa de algunas
canciones o los programas televisivos, pero la Biblia dice que donde el pecado abundó, la gracia fue mayor.
Vamos hablar sobre el estilo de vida de un seguidor de Cristo, porque sabemos que tenemos que ser conquistadores.
Primero: Debes ser un guerrero
La batalla está a nuestro alrededor, pero es muy fácil consumirnos en otras cosas, como a dónde vamos a ir a comer,
a pasear o qué vestiremos. Si eres un verdadero soldado y estás en medio de una guerra, lo único que consume tu
mente es lo que está ocurriendo en la batalla. He visto a gente que ha estado en la guerra, ya ni tienen una pierna y
les preguntan qué piensan, y ellos dicen que quieren regresar porque ahí están sus amigos, porque esa es la
mentalidad de un guerrero.
Hay personas que están siendo consumidas por el enemigo, porque creen que por mutilar su cuerpo con un cuchillo,
van a agradar a sus dioses. Un grupo de jóvenes en la India estaban enterrando a una niña de 4 años, porque no
querían una niña sino a un niño; hacían una procesión para luego matarla, pero un grupo de jóvenes les rogaban para
que no lo hicieran. Finalmente, al último momento decidieron ya no matarla; esta niña estaba en medio de una
batalla. Hay religiones en las que no creen que existe un Dios amoroso que los pueda amar; gente que vive
atemorizada por espíritus, ellos tienen que saber de Jesús.
Hay toda clase de batallas en este mundo y si tú quieres ser un conquistador, es necesario que mantengas tu mirada
en la guerra. Hay gente en tu colegio o universidad que está bebiendo, que es drogadicta, que está en pecado,
luchando con el mismo diablo por sus almas. Tú puedes asistir a tu iglesia, a tu discipulado, iglesia, y eso está bien,
pero si vas a ser un seguidor, todos los días tienes que estar buscando la batalla para involucrarte y ganarla para
Cristo. Piensa en dónde te quiere utilizar Cristo. Hay lugares donde tú puedes ir, sueña en grande en dónde será que
Dios anhela usarte.
Un verdadero soldado siempre anda buscando la batalla. Hay algunos que tienen la idea que esta guerra espiritual es
algo simbólico o que es un juego. Pero un soldado, un conquistador verdadero, no; un seguidor de Cristo que lo
busca apasionadamente, no se queda viendo todo lo que hace el diablo con la gente que los rodea, sino que actúa.
Segundo: Un soldado vive conforme el código
Cuando tú entras a un entrenamiento, se apoderan de tu vida, te visten igual, te cortan el pelo. Todo ejército tiene un
código, tiene un parámetro de vida, y cuando te inscribes en él, estás aceptando ese estilo de vida, te conviertes en
un conquistador de Cristo, el también te entrega un manual de vida (la Biblia). Pero algunos creen que es como una
sugerencia de Dios y de vez en cuando cumplen lo que dice, y otras, no lo hacen porque no la entienden.
Dios anda buscando soldados que le obedezcan aunque no entiendan el porqué. Dios nos da toda clase de órdenes y
mandamientos en la Biblia. Podemos preguntar por qué, y Dios nos dará las razones, pero tal vez no las entendamos,
hasta que lleguemos al cielo. En vez de dar excusas por no hacerlo, cuando tenemos alguna actitud que no le agrada
a Dios, hay que pedirle que nos cambie, porque no significa que somos perfectos, sino que cada vez que hay algo
malo en mi vida, yo me arrepiento.
Tercero: Un verdadero soldado, rinde su vida
La rendición tiene un significado más profundo que sólo seguir a Cristo. En realidad, no puedes unirte al ejército
simplemente, sino que te tienes que inscribir y firmar, ahí dejas de ser tuyo.
1 Corintios 6:20
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los
cuales son de Dios.
He sido adquirido por un precio, y mi viejo ser ya no dispone de mi manera de actuar. Dios tiene toda mi vida, mi
tiempo libre, mi carrera, mi futuro, porque cuando tú te inscribes, alguien más se adueña de ti las 24 horas al día y
los siete días de la semana, no sólo los domingos. Así como fuimos inscritos, ahora recibiremos las órdenes de
nuestro jefe, y como soldados, ponemos todas nuestras fuerzas y nuestro enfoque para ganar la batalla, el enfoque es
apartarnos lo más posible de toda malicia.
Cuarto: No deja de crecer
Cuando te inscribes por primera vez en un ejército, entras en la clase más baja, y tú eres la persona indicada que van
a elegir para ir al frente y te maten, pero si vas creyendo que tu enfoque es crecer al momento que te inscribes, no
vas a querer que te manden para que te maten. Hay mucha gente que vive 20 años en el mismo lugar, pero Dios
mide tu nivel de obediencia, tu madurez es confirmada por ese nivel. Hay personas que viven en la iglesia años y no
han pasado de ser bebés llenos de canas. Continúan en lo mismo durante mucho tiempo, se ensucian a sí mismos, y
le dicen al Señor que los perdone, porque no lo han podido vencer.
Como conquistadores anhelamos crecer en carácter, madurez, en el camino que Dios nos ha encomendado, y los que
éramos débiles queremos ser fuertes ahora. Tú tienes que establecer una visión, prepararte para crecer. Lees la
Biblia, escuchas grabaciones, tomas notas, tienes mentores, tienes discipuladores que te ayudan a crecer; dado que
un conquistador ha decidido de una vez por todas que tú crezcas.
Quinto: Un conquistador anda buscando su asignación
El Señor prepara nuestras manos, y nos pone una armadura para poder pelear. Hay muchas imágenes de la milicia.
Jamás he conocido a nadie que se haya inscrito en el ejército para hacer nuevos amigos, ¡no! El te pone ahí para
pelear, tienes que pedirle tu asignación, que te diga lo que quiere que hagas ahora, no cuando seas viejo. Tal vez sea
en tu colegio, tu iglesia, en otro pueblo; pregúntale cuál es tu asignación. Esa es una actitud normal si eres un
guerrero, pero no lo es para aquellos que sólo calientan las bancas, porque creen que sólo es para los súper
espirituales. Esa no es la mentalidad de un guerrero. Conforme le pides al Señor que te muestre tu asignación, sueña
en grande. El Señor te quiere para que provoques una revolución en tu colegio o universidad, o para que traigas a
mucha gente a sus pies, para fundar una banda que viaje por todo el mundo, para escribir libros que millones de
gente leerán.
Empieza a soñar, porque el Señor está viendo algo mayor dentro de ti.
Me invitaron a una convención y estaba firmando unos libros. Una señorita me pidió que le firmara uno de mis
libros, y luego me mostró uno que ella escribió, y sólo tenía 12 años, y ya era su tercer libro.
¡Pídele al Señor que te dé esa asignación!