Concepto de etimología
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XII - La etimología en las gramáticas latinasirlandesas de los siglos VII al IX
1 - Panorama gramatical de los siglos VII al IX
1. 1 - La enseñanza del latín
Aunque en el siglo VII la organización de la escuela antigua ya no
existía, la enseñanza continuó en las escuelas monásticas. En ellas la
gramática latina seguía siendo parte indispensable de la formación. La
lectura de la Biblia y de los santos Padres era el fin que se perseguía.
No obstante, a juzgar por los testimonios con los que contamos, la
enseñanza de la gramática no corrió la misma suerte en la Galia, Hispania e
Italia. En territorio hispano puede hablarse de una continuidad de la enseñanza
gramatical. Ello se colige de la existencia de distintas obras gramaticales en
el siglo VII. La más importante es el libro I de las Etymologiae de Isidoro de
Sevilla. Además de esta obra contamos también con el ars grammatica de
Juliano de Toledo y el tratado sobre las figuras de Isidoro júnior. El que
Juliano de Toledo recurriera a las mismas fuentes que antes utilizara Isidoro
es un indicio de esa continuidad en la enseñanza de la gramática.
Diferente es la situación en los reinos merovingio y ostrogodo. En
ninguno de esos territorios se puede hablar de continuidad. En el primero, por
ejemplo, entre los años 500 y 700 son muy raros tanto los testimonios de
redacción de nuevas gramáticas como las copias de antiguas gramáticas. Se
puede decir que en ambos territorios la enseñanza de la gramática se vio
reducida a la nada.
Frente a la situación en el continente, en las islas Británicas, en especial
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
277
en Irlanda, la enseñanza de la gramática latina experimentó un desarrollo
específico durante el último tercio del siglo VII y el siglo VIII. Dicho
desarrollo no surgió de la nada sino que fue el resultado de un proceso de
adaptación pedagógica. La conversión de los irlandeses al cristianismo fue
el motivo que les impulsó a aprender latín, la lengua de la Iglesia. Su
conocimiento era necesario para la liturgia y el ritual cristianos así como para
leer las Sagradas Escrituras y a los padres de la Iglesia.
Como el latín no era la lengua que ellos hablaban dependían de los
libros para aprender su morfología, sus estructuras y su vocabulario. En un
principio los monjes irlandeses debieron servirse del salterio. No obstante,
rápidamente sintieron la necesidad de utilizar un material más didáctico.
Comenzaron entonces a escribirse gramáticas que tomaron como modelo
aquella otra gramática, la de Donato, que había sido considerada la mejor
durante los siglos IV y V en el continente.
Sin embargo, las gramáticas de Donato, al igual que las restantes
gramáticas de la antigüedad tardía, habían sido escritas para hablantes
latinos. Sus tres partes, dedicadas a la lexis, a las partes del discurso y a los
vicios y virtudes, de poco o nada servían a los hablantes no latinos. Habían
sido redactadas para que los alumnos latinoparlantes reflexionaran sobre
nociones lingüísticas y no para aprender su lengua materna. Los irlandeses
necesitaban una relación completa de la morfología latina, sus declinaciones,
sus conjugaciones, así como ejemplos expuestos con orden y claridad. Como
eso no lo ofrecía ninguna obra gramatical, se vieron avocados a redactar
gramáticas elementales con las que no se intentaba ni ser originales, ni
reflexionar sobre la lengua sino tan sólo resolver un problema de índole
pedagógica.
La gramática más antigua que nos ha llegado es el ars Asporii, una
paráfrasis cristiana del ars minor de Donato que ofrecía una mayor
comprensión de los paradigmas y que se divulgó rápidamente por las islas en
el siglo VII. En ella no hay alusiones a Prisciano, Casiodoro o Isidoro, tan
sólo ecos de los comentaristas donacianos más antiguos.
Concepto de etimología
278
Pero esta gramática resultaba también insuficiente en la descripción de
las formas latinas pues carecía de criterios formales en la exposición de los
paradigmas. Así por ejemplo, los diferentes paradigmas nominales estaban
clasificados por géneros y no por declinaciones. La introducción de esos
criterios formales sería un préstamo tomado de la Institutio de nomine et
pronomine et uerbo de Prisciano y tendría lugar poco antes del 700 (cf. Law,
1992: 83). En el siglo IX, en los comentarios de Muretach y Sedulio Escoto,
así como en el ars Laureshamensis encontramos referencias a esa falta de
descripción formal en el manual donaciano y a cómo se suple gracias a
Prisciano1.
Junto a la obra mencionada de Prisciano los gramáticos insulares, tanto
irlandeses como anglosajones, tuvieron acceso también a otros autores
gramaticales como Sacerdote, Carisio, Diomedes, Probo, Consencio, Servio,
Pompeyo, Isidoro y Juliano de Toledo. Las obras de estos autores llegaron a
Irlanda en el segundo cuarto del siglo VI (cf. Holtz, 1981b: 146). Su
conocimiento facilitaría la adaptación de la gramática a su propias necesidades.
A finales del siglo VII y durante el siglo VIII la enseñanza elemental
del latín como lengua extranjera, si bien era una necesidad, no era la única
ocupación de los gramáticos. Los gramáticos insulares también comentaron
el ars más avanzada de Donato, el ars maior.
El papel del comentarista era mostrar la perfección del ars donaciana
y desvelar las intenciones sutiles y secretas que están presentes en su concisa
redacción. Con los comentarios se intentaba comprender el sentido literal del
texto donaciano, así como esclarecerlo y justificarlo.
Los irlandeses reestructuraron el comentario de la obra de Donato
introduciendo en ellos la controversia gramatical y la distinción de definiciones
al modo de la retórica y la dialéctica. El primer hecho favoreció la inclusión
de nuevas etimologías en el desarrollo de la gramática y el segundo la
presencia de una pequeña reflexión teórica sobre la etimología inexistente en
los comentarios de siglos anteriores.
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
279
1. 2 - Papel mediador de las gramáticas insulares
En los primeros años del siglo IX gramáticos de origen insular o
influidos por su doctrina acudieron a ejercer su docencia en la corte de
Carlomagno. La gramática insular se convirtió, de este modo, en intermediaria
entre la gramática antigua y la carolingia.
El modo de obrar de los círculos irlandeses se trasladó al continente
donde los dos tipos de gramáticas mencionados, la gramática elemental y el
comentario, corrieron diferente suerte. El influjo de las gramáticas elementales
comenzó a decaer en torno al año 825. Serían sustituidas por los llamados
tratados meristas basados en una obra de Prisciano reintroducida por esas
fechas, las Partitiones (Law, 1992: 88). Mejor suerte corrieron las gramáticas
exegéticas que continuarían escribiéndose según el tipo tradicional. Un
ejemplo de ello son los comentarios de Muretach y de Sedulio Escoto y las
artes Laureshamensis y Brugensis.
A lo largo del siglo IX comenzaron también a cobrar gran popularidad
las Institutiones grammaticae de Prisciano. Para favorecer su lectura se
prepararon colecciones de extractos de gramáticas clásicas y compilaciones
de versiones abreviadas de antiguas obras gramaticales. La presencia de esta
obra se deja sentir también en los comentaristas antes mencionados en
especial en Sedulio Escoto.
La vuelta a los clásicos favoreció también la entrada en circulación de
las obras de Aristóteles, Boecio y Porfirio acerca de la dialéctica. Su
conocimiento permitió el comienzo de las tentativas de comparar y reconciliar
las opiniones divergentes de la gramática y la dialectica concernientes al
lenguaje. Se comenzó así a escribir un nuevo tipo de gramáticas más
interesadas en la reflexión sobre el lenguaje.
Concepto de etimología
280
2 - La clasificación de las obras gramaticales insulares y de influjo insular
Una vez trazada en lineas generales la evolución de las obras gramaticales
en los siglos VII al IX en las Islas Británicas y el continente es el momento
de examinar de qué manera pueden clasificarse aquellas que nos han llegado
y que van a ser objeto de nuestro estudio.
2. 1 - La propuesta de Holtz
Holtz (1977b: 70 s.) distingue tres categorías de obras gramaticales.
Una primera serían los comentarios al libro II del ars maior de Donato.
Pertenecen a ella el anonymus ad Cuimnanum y el ars Ambrosiana, ambos
anteriores al año 700.
La segunda categoría estaría integrada por lo que él llama “chaînes
grammaticales” que no son sino compilaciones gramaticales escritas según
el esquema del manual donaciano. Incluye en ella las gramáticas de Nancy
y de Amiens y el llamado Donatus ortigraphus.
Por último, formarían parte de la tercera categoría las obras originales
como los Epitomae y Epistolae de Virgilio gramático, mediados del siglo
VII, el ars Malsachani, datada a finales del siglo VII, y la gramática de
Clemente Escoto, de finales del siglo VIII o principios del IX.
Esta clasificación incluye tan sólo las gramáticas irlandesas.
2. 2 - La propuesta de Law
La clasificación de Holtz no es compartida por Law (1982: 110), quien
rechaza, por un lado, la existencia de obras originales en la gramática insular
y, por otro, distingue un tipo de obra gramatical, la gramática elemental, no
incluida por Holtz en su descripción tipológica. Además, Law no se
circunscribe a las obras irlandesas sino que abarca toda la producción de las
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
281
Islas Británicas.
Esta estudiosa señala la existencia de tres tipos de gramáticas, la
elemental, la exegética y los florilegios gramaticales. En su opinión las
gramáticas exegéticas y los florilegios gramaticales podrían equipararse con
las dos primeras categorías distinguidas por Holtz (cf. Law, 1982: 110). Law
estudia tan sólo las gramáticas elementales y las exegéticas. Ambos términos,
"elemental" y "exegético", aplicados al sustantivo "gramática" fueron
utilizados con anterioridad a ella por Löfsted el primero (cf. Mals. 82 nota
2) y por Holtz el segundo (cf. Mur. XXIX y XXX) en contextos similares.
Sin embargo es ella, así lo indica expresamente (1982: 53 nota 4 y 55 ss.), la
que por primera vez distingue claramente uno del otro ambos términos y los
define.
La distinción entre gramáticas elementales y exegéticas se basa en el
contenido y finalidad de unas y otras. Las primeras tienen como tema único
las partes orationis. En ocasiones se excluyen de ellas las partes invariables,
proceder que cuenta con precedentes en Prisciano, Eutico, Consencio y
Focas. Prisciano dedicó su Institutio de nomine et pronomine et uerbo al
nombre, al pronombre y al verbo. Eutico escribió un ars sobre el verbo,el ars
de uerbo. Consencio y Focas redactaron sendas artes sobre las dos principales
partes de la oración tituladas ars de duabus partibus orationis nomine et
uerbo y ars de nomine et uerbo respectivamente. Dado su carácter elemental
(su intención no es otra que propiciar al estudiante el conocimiento suficiente
como para entender un texto escrito en latín) están llenas de paradigmas y
ejemplos.
Por su parte, las gramáticas exegéticas tienen como tema el comentario
de la de obra de Donato. Su texto sirve de referencia y su doctrina bien es
defendida, bien cuestionada, bien corregida.
Los florilegios gramaticales no son sino compilaciones de textos
gramaticales de diferentes autores introducidos por una breve frase explicativa.
En ellos no hay preocupación alguna por la repeticiones.
Pertenecen a las gramáticas elementales las Declinationes nominum, el
Concepto de etimología
282
ars Tatuini, el ars Ambianensis, el ars Bernensis y el ars Bonifacii. Todas
ellas datan de finales del siglo VII o principios del VIII. A las gramáticas
exegéticas corresponden quae sunt quae omnem ueritatem scripturae
commendant, el anonymus ad Cuimnanum, el ars Ambrosiana, la congregatio
Salcani filii de uerbo, el commentum in Donati artem maiorem de Muretach,
el commentum in Donati artem maiorem de Sedulio Escoto y el ars
Laureshamensis. Entre los florilegios sólo cita dos obras, las únicas que
considera tales, el sapientia ex sapore y el Donatus ortigraphus.
2. 3 - La clasificación de Amsler
Frente a las clasificaciones de Holtz y Law, Amsler no ofrece una
propuesta tan clara. En sus estudios sobre la etimología en la Edad Media,
The Theory of Latin Etymologia in the Middle Ages: from Donatus to Isidore
(1976) y Etymologie and Grammatical Discourse in Late Antiquity and
Early Middle Ages (1989), no habla de tipos distintos de obras gramaticales
sino de diferentes discursos. Las gramáticas elementales y exegéticas de Law
se corresponden en parte con lo que él denomina discurso técnico y discurso
exegético. Ambos derivan de la descripción tradicional del oficio gramatical.
Sin embargo, en un artículo posterior (1990: 177 s.) distingue entre
gramáticas técnicas y exegéticas. Las primeras se corresponden con las
gramáticas elementales de Law. Amsler ofrece un único ejemplo de este tipo
de obra, el ars Tatuini. Dentro de las gramáticas exegéticas diferencia varios
subgrupos, las gramáticas profesionales, las gramáticas enciclopédicas y las
gramáticas dialécticas. Al primer tipo, que es equiparable a las gramáticas
exegéticas de Law, corresponden el ars Bonifatii, la congregatio Salcani, el
ars Ambianensis. Al segundo el anonymus ad Cuimnanum.
No figuran en este artículo los llamados florilegios. Sin embargo, este
tercer tipo de obra gramatical curiosamente aparece nombrado en sus
estudios sobre la etimología latina, en los que, tal y como ya hemos señalado,
habla de diferentes discursos pero no de distintos tipos de obras gramaticales.
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
283
Amsler (1989: 208 y 216) califica como florilegios el ars Bernensis, el ars
Ambrosiana, el ars Ambianensis y el Donatus ortigraphus.
2. 4 - Nuestra propuesta
Como se puede apreciar no existe una completa unanimidad en la
tipología de obras gramaticales, ni tampoco en la adscripción de las diferentes
obras a un grupo o a otro. Para Holtz el ars Ambianensis es una compilación,
mientras que para Law es una gramática elemental y para Amsler un
florilegio; el ars Bonifatii es una gramática de tipo elemental para Law y
exegética para Amsler, etc.
Si nos hemos detenido en esta cuestión es porque la etimología y el
discurso relacionado con ella puede, de alguna manera, ayudar también a
clasificar estas obras. Ni Holtz, ni Law se han detenido en este aspecto. Sí lo
hace Amsler (1989: 178) quien apunta como crítica a la clasificación ofrecida
por Law el no tener en cuenta ni los criterios explicativos ni las estrategias
discursivas. No nos parece una crítica desencaminada. De hecho, el uso de
la etimología, el tema de nuestro trabajo, podría ayudar a aclarar en cierta
medida esta situación.
Creemos que es posible distinguir al menos dos tipos de obras
gramaticales, uno formado por obras de carácter eminentemente didáctico
cuya finalidad es enseñar la morfología latina y otro de carácter más teórico
en las que a partir de un texto base, el ars maior de Donato, al intentar
justificar lo que en ella se dice de alguna manera se está especulando sobre
la lengua.
Pertenecerían al primer grupo, que llamaremos gramáticas elementales,
el ars Asporii, el ars Tatuini, el ars Bonifatii y la congregatio Salcani filii
también conocida como ars Malsachani. Forman parte del segundo grupo,
al que designaremos como gramáticas exegéticas, el anonymus ad Cuimnanum,
el ars Ambrosiana, el comentario in Donati artem maiorem de Muretach, los
Concepto de etimología
284
comentarios in Donati artem maiorem e in Donati artem minorem de Sedulio
Escoto, el ars Laureshamensis, así como el ars Bernensis y el Donatus
ortigraphus2.
En esta clasificación incluimos sólo aquellas artes que van a ser objeto
de nuestro estudio. Quedan excluidas el ars Ambianensis, la gramática quae
sunt quae y las obras de Virgilio gramático. Las dos primeras, que pertenecerían
al primer grupo, por no disponer del texto y las de Virgilio por ser éstas únicas
con relación al resto de las gramáticas insulares.
Si algo caracteriza a las gramáticas elementales es la inclusión de
extensas listas de paradigmas de declinaciones y conjugaciones y la exposición
de un texto sin apenas preguntas acerca de la doctrina gramatical de Donato.
Cuando por necesidades didácticas se recurre a otro autor, porque su
exposición en un punto determinado es más clara o más específica que la de
Donato, su doctrina se incluye en el texto de modo que queda éste perfectamente
hilvanado.
Frente a estas obras, las gramáticas exegéticas se caracterizan por no
ofrecer listas de paradigmas, por la preeminencia de la controversia gramatical
y por la inclusión en el texto de las definiciones gramaticales, entre las que
se encuentra la definitio soni, estrechamente relacionada con la etimología.
Casi todas las obras que forman parte de este grupo son comentarios con la
excepción del ars Bernensis y el Donatus ortigraphus, ambas obras
compilatorias.
3 - La etimologia en las gramáticas insulares
En los dos tipos de gramáticas que hemos distinguido se recurre en
mayor o menor medida a la etimología de una forma práctica, tal y como
habían hecho los artígrafos de los siglos IV, V y VI e Isidoro.
En las gramáticas elementales las etimologías corresponden en todos
los casos, salvo en uno (Bon. 15. 245), a términos técnicos, es decir, a la
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
285
explicación del metalenguaje, mientras que en las gramáticas exegéticas esta
práctica afecta también a los términos no técnicos. En ambos tipos de obras
con su empleo no se pretende sino que la doctrina gramatical sea más
comprensible e instructiva.
El que la etimología sea más frecuente en las gramáticas exegéticas que
en las gramáticas elementales responde a cuatro motivos. Primeramente
debemos nombrar el propio objetivo de estas obras, que no es sino comentar
el texto donaciano aclarando lo más posible aquello que pueda suponer una
dificultad. En segundo lugar su contenido pues, mientras que las gramáticas
elementales, basadas en el ars minor de Donato, abarcan tan sólo las partes
de la oración, las gramáticas exegéticas suelen comprender las tres partes de
su ars maior, propiciando la existencia de un mayor número de términos
técnicos de los que ofrecer etimologías. Un tercer motivo es el conocimiento,
cada vez mayor, con el paso de los siglos de autores gramaticales de la
antigüedad tardía que sirven de fuente para las etimologías. El cuarto y último
es el influjo ejercido por dos rasgos propios de los comentarios insulares: el
desarrollo de la controversia gramatical y la distinción de definiciones al
modo de la retórica y la dialéctica entre las que figuran la definitio soni y la
definitio ethimologiae.
Visto su empleo en el plano práctico es el momento de plantear su
presencia en el plano teórico. ¿Se mantiene el silencio que caracterizaba las
artes de los siglos IV y V en esta materia?
Conviene distinguir nuevamente entre las gramáticas elementales y las
gramáticas exegéticas. En las primeras la reflexión teórica acerca de la
etimología es inexistente. En las segundas la etimología aparece encubierta
en la llamada definitio soni ya desde el siglo VII. A ello se une el hecho de
que en dos de las obras objeto del presente estudio, el Donatus ortigraphus
y el ars Laureshamensis, la etimología vuelve a figurar como uno de los
apartados de la gramática tal y como ya había sucedido en el incipit de
Sergio, en las Institutiones de Casiodoro y en las Etymologiae de Isidoro.
Concepto de etimología
286
El propio término etymologia, que en estas obras adopta, por lo general,
la grafía ethimologia, tan sólo se registra en las gramáticas que hemos dado
en llamar exegéticas.
4 - La etimología en las gramáticas elementales
El uso de la etimología en este tipo de obras gramaticales es, como
acabamos de reseñar, meramente práctico. Se emplea en la explicación de los
diferentes términos técnicos que aparecen en ellas. Aunque se registran
ejemplos en las diferentes gramáticas incluidas en este grupo, la frecuencia
de su uso no es igual en todas ellas.
4. 1 - Las gramáticas del siglo VII: El ars Asporii
Antes de abordar las gramáticas elementales de finales del siglo VII y
principios del VIII debemos tratar el as Asporii, el primer ejemplo conocido
de gramática elemental en las islas y sobre la que no existe una opinión común
acerca de la fecha de su redacción ni del origen latino parlante de su redactor.
Pueden compararse al respecto las opiniones de Holtz (1977: 59 s. y 1981b:
144), Law (1982: 35 ss.; 1992: 83) y Amsler (1989: 178).
El ars Asporii no es sino una versión cristianizada del ars minor de
Donato. Pese a las innovaciones que presenta, pues en el ars Asporii se
cambian los ejemplos clásicos por ejemplos cristianos y se añaden listas de
ejemplos y paradigmas ausentes en Donato, la obra resulta insuficiente en la
descripción de las formas latinas de acuerdo con las necesidades pedagógicas
de los irlandeses. Aún así, su importancia viene dada por el hecho de que a
través de ella se conoció este nuevo tipo de obra gramatical en las islas.
El ars Asporii sería muy utilizada en Inglaterra y en los círculos
anglosajones durante los siglos VIII y IX.
El número de etimologías registrado en esta obra se reduce a cinco.
Cuatro corresponden a las formas del verbo, perfecta, meditatiua, inchoatiua
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
287
y frequentatiua, y una al término participium3. Las referidas a las formas del
verbo serán seguidas más tarde por otros gramáticos insulares como
Malsacano, el autor del ars Ambrosiana y el del ars Laureshamensis4.
La escasa presencia de etimologías podría explicarse como un eco de
la obra que le sirve de fuente, el ars minor de Donato. En ella no hay
etimología alguna.
Las posibles fuentes de tres de las etimologías registradas en el ars
Asporii son el ars maior donaciana y el ars grammatica de Audaz. La
etimología de participium es casi una copia literal de la que figura en el ars
maior de Donato (cf. G. L. 4. 387. 18 s.). Las etimologías de meditatiua y
frequentatiua guardan una curiosa similitud con las ofrecidas por Audaz (cf.
G. L 7. 345. 4 y 9). La similitud no sólo afecta a la etimología sino también
al orden en que dichos términos son expuestos, que es el mismo que ofrece
Donato en su ars maior pero no su comentarista Pompeyo quien ofrece otra
explicación etimológica parecida pero no igual para meditatiua (G. L. 5. 219.
13 s.). De los términos inchoatiua y perfecta no hemos podido rastrear su
posible fuente.
4. 2 - Las gramáticas insulares del siglo VIII
En siglos siguientes el conocimiento de un mayor número de fuentes
gramaticales permitirá ampliar el número de etimologías. Así se aprecia en
las gramáticas de Malsacano y de Tatuino. Ambas obras están datadas en
torno al año 700 (cf. Löfstedt, 1965: 25 y 65). El primero fue un autor irlandés
y el segundo anglosajón. En ambas obras las etimologías que aparecen
pertenecen exclusivamente a términos técnicos.
Algo más tardía es la gramática de Bonifacio, que se caracteriza, frente
a las dos obras nombradas, por la escasísima presencia de la etimología.
Concepto de etimología
288
4. 2. 1 - El ars Malsachani
Malsacano sigue el texto del ars minor de Donato. Repite sus preguntas
y respuestas y en ocasiones interrumpe el texto para completarlo con
aportaciones de otros autores como Probo, Pompeyo, Prisciano o Isidoro y
también del ars maior de Donato.
Sus explicaciones corresponden tan sólo a las cuatro partes variables
de la oración, nomen, pronomen, uerbum y participium. En opinión de
Löfsted (cf. Mal., 29), Malsacano escribió una obra sobre las ocho partes del
discurso de la que el texto referido a las partes invariables se ha perdido. Holtz
(1981: 295 ss.) también considera a Malsacano autor de todo el texto que nos
ha llegado. Sin embargo Law (cf. Amsler, 1989: 180) mantiene que este
irlandés sólo escribió la parte dedicada al verbo y que la correspondiente al
nomen-pronomen es una versión del ars Ambianensis. Amsler (1989: 182)
incide en el carácter distinto de la parte dedicada al verbo. En su opinión dicha
parte no fue escrita para principiantes.
La distribución de las etimologías a lo largo de la obra no es regular.
Ofrece la etimología de oratio en las lineas que sirven de introducción, cinco
en el nomen, una en el pronomen, dieciséis en el verbo y ninguna en el
participium. Este aumento del número de etimologías registrado en los
capítulos dedicados al uerbum tal vez podría avalar la opinión mantenida por
Law en el sentido de que Malsacano tan sólo es autor de la parte dedicada al
verbo. Al no haber podido consultar su artículo “Malsachanus Reconsidereder:
A Fresh Look at a Hiberno-Latin Grammarian” en Cambridge Medieval
Celtic Studies 1, 83-93, no sabemos si éste es uno de los argumentos a los que
recurre para defender su opinión en esta cuestión.
Las etimologías que encontramos en el nomen corresponden todas
ellas a nombres de casos5. Falta tan sólo la del vocativo. En el pronomen hay
una única etimología, la de los (pronomina) finita6.
Llama la atención que no habiendo ofrecido etimología alguna para los
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
289
términos técnicos que designan las dos primeras partes del discurso incluidas
en su obra, nomen y pronomen, si la ofrezca para el uerbum. Podría ser una
prueba más de la sola autoría de la parte correspondiente al verbo. Las
restantes etimologías correspondientes a esta parte del discurso corresponden
a las cuatro formas del verbo, meditatiua, inchoatiua, perfecta y frequentatiua,
a los modos, indicatiuus, imperatiuus, optatiuus, coniunctatiuus, infinitiuus,
impersonalis, concessiuus y el gerendi modus, y a los términos deponens,
persona y coniugatio7.
Las diferentes etimologías tienen su fuente en gramáticos anteriores:
la de oratio en Pompeyo8 ; los nombres de los casos en Pompeyo y Prisciano9;
los nombres de las formas verbales en el ars Asporii (G. L. 7. 3452 ss.), salvo
inchoatiua que lo toma de Pompeyo (G. L. 5. 219); los términos referidos a
los modos tendrían como fuente Servio (G. L. 4. 411. 28 ss.), Pompeyo (5.
215. 19 y 29, 216. 8 y 217. 27) y Consencio (G. L. 5. 374 y 375); el término
deponens las etimologías propuestas por Servio (4. 417. 18), Pompeyo (5.
22. 28) e Isidoro (Orig. 1. 9. 7) y coniugatio la de Consencio (5. 380. 29). La
etimología de persona coincide con la ofrecida por Gavio Baso y que recoge
Gelio en sus noctes Atticae 5. 7. Tan sólo para gerendi modus no hemos
podido rastrear una posible fuente.
4. 2. 2 - Tatuino
En su ars, Tatuino sigue no el texto del ars minor de Donato sino el libro
II del ars maior, dedicado también a las partes orationis. Como Malsacano
y Bonifacio incorpora al texto aportaciones de otros gramáticos. En su caso
se trata de Carisio, Diomedes, Probo, Pompeyo, Consencio, Servio, Sergio,
Focas, Cledonio, Prisciano e Isidoro.
Las etimologías se distribuyen a lo largo de toda la obra. Corresponden
todas ellas a términos técnicos. Se encuentran etimologías de las diferentes
partes orationis salvo dos, nomen e interiectio10. Encontramos más etimologías
Concepto de etimología
290
en las explicaciones de los diferentes accidentes del nomen y del uerbum: en
el nombre se registran en la tipología de los nombres propios, praenomen,
nomen, cognomen (en Malsacano no aparecen, ya que esta clasificación es
del ars maior y no del ars minor de Donato), en los grados del adjetivo
positiuus, en el género, genus, en los casos, nominatiuus, genetiuus, datiuus,
accusatiuus, uocatiuus, ablatiuus; en el verbo las etimologías aparecen en los
nombres de los diferentes géneros verbales, actiua, passiua, deponens, en el
modo, modus, imperatiuus, coniunctatiuus, infinitiuus, en los tiempos,
tempus, en la persona, persona y en la conjugación, coniugatio11.
Como para Malsacano, también para Tatuino puede rastrearse la fuente
de las distintas etimologías en artígrafos de siglos pasados que le han servido
para completar el texto de su gramática: los tipos de nombres propios
pranomen y nomen en Consencio (G. L. 5. 339. 16) e Isidoro (Orig. 1. 7. 1
- 2); positiuus en Isidoro (1. 7. 27), genus en Consencio (5. 343. 7); los
nombres de los casos en Pompeyo (G. L. 5. 182. 24-183. 10); uerbum en
Consencio (5. 367. 2 ss.) y Prisciano (G. L. 2. 369. 7s.); los nombres de los
modos imperatiuus, coniunctatiuus en Pompeyo (5. 214. 6 ss.) y en Consencio
(5. 375), e infinitiuus en Isidoro (1. 9. 5); tempus en Isidoro (5. 31. 1); passiua
en Consencio (5. 367. 20 ss.); deponens en Carisio (G. L. 215. 10),
Consencio (ib. 5. 367. 28ss.) e Isidoro (1. 9. 7); coniugatio en Consencio (5.
380. 29) e Isidoro ( 1. 9. 6). Tan sólo las dos etimologías que ofrece de modus
parecen ser propias.
Tatuino presenta una particularidad. Tras enumerar y describir los
distintos tipos de nomina appellatiua siguiendo en su relación a Donato,
añade dos tipos nuevos, los nomina aetatis y los nomina de sono facta12. El
propio gramático señala que los primeros los distingue Jerónimo, pero de los
segundos nada dice. De Marco (Mals. p. 106 nota 190) en las notas que siguen
a su edición del texto de Malsacano señala, apoyándose en Sabbadini, que la
fuente podría ser el gramático Jerónimo. Se trata de un gramático cuya
identidad no está clara. Aparece citado también en el ars Ambrosiana que es
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
291
el único texto de los comentarios insulares que ofrece igualmente la inclusión
de los nomina a sonis et uocibus en la tipología de los nomina appellatiua.
El autor del ars Ambrosiana (Ambros. 22. 383 ss.) indica que toma ese tipo
de nombres de Hieronimus. Tatuino ofrece como ejemplos los términos
mugitus y rugitus.
La mención de los nombres onomatopéyicos como un subtipo de los
nomina appellativa no es exclusiva de Malsacano y el ars Ambrosiana. Se
encuentra también en Diomedes quien los nombra después de los que indican
número y orden13. A diferencia de los gramáticos irlandeses, este artígrafo no
mencionó ninguna fuente. Otro artígrafo del siglo V, Dositeo, también los
incluye en su gramática, pero no figuran en el catálogo de los apelativos sino
en una mención posterior dentro de sus explicaciones dedicadas al nomen14.
Tanto en estas explicaciones de Diomedes y Dositeo como en aquellas
otras que el mismo Diomedes ofrece al hablar de la onomatopeya como tropo
los ejemplos coinciden. Estos, a su vez, son los mismos que figuraban en las
gramáticas de Sacerdote y Carisio al hablar del tropo onomatopeya y que se
repetirían en esas mismas explicaciones en Donato, en sus comentaristas y
en Isidoro15. En el listado de dichos ejemplos figura mugitus pero nunca
rugitus. Así pues, el segundo ejemplo propuesto por Tatuino podría ser una
aportación propia.
4. 2. 3 - Bonifacio
Frente a las gramáticas de Tatuino y de Malsacano, la de Bonifacio es
más tardía. Fue redactada con anterioridad al 716 (cf. Law, 1997: 169).
Bonifacio sigue el esquema del ars minor de Donato introduciendo en él
elementos del ars maior y de otros autores como Diomedes, Probo, Focas,
Audaz, Prisciano (Institutio de nomine) o Isidoro. Su intención al servirse de
las opiniones de otros autores es la de ofrecer al lector una gramática que no
choque con la lengua de la Biblia pero que a la vez corresponda siempre a la
doctrina gramatical de alguna autoridad16.
Concepto de etimología
292
La obra de Bonifacio se separa de las restantes gramáticas elementales
en varios aspectos: la adaptación de la definición del nomen a la lengua
inglesa (sustituye la disyunción aut corpus aut rem significans por rem
corporalem aut incorporalem proprie communiterue significans, cf. Law,
1997: 194), la existencia de un único ejemplo declinado de cada declinación
frente a los abundantes ejemplos de Tatuino y Malsacano, la importancia
dada al final de los nombres (tomado de Focas) y los usos de la conjunción
(tomado de Diomedes) y, el que más nos interesa, el escaso empleo de la
etimología.
A la hora de definir y explicar los distintos términos técnicos Bonifacio
ofrece una información parecida a la Tatuino y Malsacano pero sin recurrir
a la etimología. Aunque los autores que le sirven de fuente, en especial
Isidoro, recurrieron a ella en la explicación de los diferentes términos
técnicos, Bonifacio parece, sin embargo, rechazar su uso. Sólo la utiliza en
dos ocasiones, la primera para explicar el término Creticus que ofrece como
ejemplo de agnomen y la segunda al definir el pronomen17. La primera
etimología tiene como fuente a Isidoro y la segunda a Audaz18.
El escaso uso de la etimología registrada en esta obra creemos que está
en estrecha relación con el hecho de que se trata de una obra escrita, tal como
apunta Law (1997: 182), no para principiantes sino para gente con alguna
idea de latín. La gramática está escrita y dedicada a Sigiberto, al que hay
ciertas referencias a lo largo de la obra19. Dado que el lector de la obra tendría
ya ciertas nociones de latín y que la obra no pretendía ser un comentario de
la gramática de Donato sería superfluo justificar mediante la etimología los
diferentes términos técnicos.
4. 3 - Rasgos del empleo de la etimología en las gramáticas elementales
El examen de las gramáticas elementales escritas en los siglo VII y VIII
nos permite concluir que, como en las artes descriptivas del siglo IV y V, la
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
293
etimología no es objeto de estudio en este tipo de obras cuya finalidad es la
descripción de la lengua latina, en concreto de las partes orationis, porque a
eso es a lo que queda reducida la gramática para un hablante no latino.
Los autores de estas artes no parecen conocer ni su mención en el incipit
de Sergio, ni su incorporación como una de las partes de la gramática en la
gramática de Casiodoro, ni la reducción isidoriana de la cultura a la gramática
a través de la etimología. Hay un hiato en la consideración de la etimología
dentro de la gramática. Se sirven de ella pero no la nombran nunca y mucho
menos teorizan sobre ella.
Al igual que los artígrafos de los siglos IV, V y VI, los gramáticos
irlandeses recurren a la etimología exclusivamente como técnica auxiliar de
carácter práctico. Limitan su empleo a las definiciones de términos técnicos
y en el capítulo de figuris. No hay rastro de ella en sus explicaciones
gramaticales. Las etimologías que los diferentes autores ofrecen no siempre
coinciden. Este hecho afecta sobre todo al verbo, parte del discurso en la que
se registran una mayor variedad de etimologías.
El método más utilizado en las explicaciones etimológicas es la
derivación y junto con ella los esquemas causales, “B (ab) eo quod”, “B
quod”, “B quia”. Dicho predominio ha de entenderse como una consecuencia
de la herencia gramatical de las artes de siglos anteriores que le sirven de
modelo.
En Tatuino registramos seis ejemplos de esquema derivativo y tres del
esquema mixto frente a veinte del esquema causal20. Malsacano ofrece
dieciocho ejemplos de esquema causal, dos de esquema mixto y cuatro de
esquema derivativo21. Estos cuatro ejemplos corresponden a cuatro etimologías
inexistentes en Tatuino referidas a las formas del verbo, tres de las cuales
coinciden con las que aparecen en el ars Asporii. Los dos ejemplos de
Bonifacio siguen el esquema causal.
En las diferentes etimologías registradas en estas gramáticas insulares
Concepto de etimología
294
elementales no se registra el uso de las quaternae causae ni de los nomina
ficta. Asimismo, salvo el ejemplo ya tradicional de deponens, no ofrecen
ninguna etimología que siga los tropos estoicos. Con relación a esta última
etimología conviene decir que sólo la incluyen en sus gramáticas Malsacano
y Tatuino, pero mientras que éste último ofrece esa única posibilidad
etimológica, Malsacano ofrece una segunda y advierte que aquella etimología
antifrástica no es la correcta22.
Pese a servirse de la etimología, nunca la nombran. No emplean ningún
término que haga referencia a ella. Las etimologías aparecen en la mayoría
de los casos introducidas por el verbo dicere, que es el único empleado en en
este tipo de obras en este uso.
La mayor parte de las etimologías registradas en las artes de Malsacano,
Tatuino y Bonifacio las proporcionan los artígrafos de épocas pasadas.
Corresponden a aquellas empleadas por gramáticos coetáneos a Donato, por
los comentaristas de las artes donacianas de los siglos IV y V, por Consencio,
Prisciano, Audaz y también por Isidoro, pues, pese a la ausencia de influjo
de la concepción etimológica isidoriana, el libro I de sus Etymologiae fue
utilizado también como manual a tener en cuenta. De hecho, Law (1984a: 81)
considera que el uso de la obra mencionada de Isidoro, junto con el ars
Asporii y las Epistolae y Epitomae de Virgilio gramático, es uno de los rasgos
que caracterizan las gramáticas irlandesas.
Estas etimologías unas veces reproducen tal cual aquellas de siglos
anteriores y otras ofrecen pequeñas variaciones23. Rara vez se trata de
etimologías nuevas. Sí parecen serlo las correspondientes a los términos
inchoatiua y perfecta del ars Asporii, gerendi modus de Malsacano y las dos
etimologías de modus de Tatuino24.
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
295
5 - La etimologia en las gramáticas exegéticas
5. 1 - El segundo nivel de enseñanza: el comentario exegético yla compilación gramatical
La primera necesidad que movía al alumno irlandés a aprender latín era
poder leer la Biblia y seguir la liturgia de la misa. Una vez alcanzada este
objetivo podía seguir estudiando la lengua latina con el fin de conocerla en
sí misma. Accedía entonces a los comentarios exegéticos y a las compilaciones
gramaticales.
Al igual que las gramáticas elementales también los comentarios y las
obras compilatorias se basan en Donato, pero sólo en su versión más
completa de la gramática, el ars maior.
El comentario podía abarcar todo el texto o bien reducirse a su segunda
parte, la dedicada a las partes orationis. Holtz (1992a: 44) insiste en la idea
de que si Isidoro había reducido la cultura a la gramática los irlandeses
redujeron la gramática a las partes del discurso. Su interés por las partes el
discurso no fue sino una consecuencia de una tendencia general presente ya
en el siglo V según la cual se consideraba la palabra la unidad fundamental
del lenguaje (cf. Holtz, 1981: 270).
Los comentarios más antiguos que conservamos, el anonymus ad
Cuimnanum y el ars Ambrosiana, sólo comentan la segunda parte del ars
maior de Donato. Por el contrario, los comentarios de Muretach y Sedulio
Escoto, así como el ars Laureshamensis, todos ellos del siglo IX, comentan
toda la obra. Los dos primeros comentarios están datados en el año 700 o
antes (cf. Löfsted, 1965: 25; Holtz, 1981b: 137) y se basan en la misma
versión del ars Donati (cf. Holtz: 1981: 311, 1981b: 144s. y 1992a: 48).
Sobre el origen irlandés del anonymus ad Cuimnanum no hay dudas, pero
no ocurre lo mismo con el ars Ambrosiana. Su origen irlandés fue propuesto
por Sabadinni, seguido por Löfsted (1965: 21) y Holtz (1977b: 70, 1981b:
Concepto de etimología
296
137 y 1997: 61). Por su parte Law (1982: 97) postula un origen mediterráneo.
Los comentarios de Muretach y Sedulio y el ars Laureshamensis
tienen como fuente un comentario perdido escrito en el primer cuarto del sigo
IX. La versión del ars maior seguida en dicho comentario es diferente a la
que utilizaron los autores del anonymus ad Cuimnanum y del ars Ambrosiana
(cf. Holtz, 1972: passim y 1977b: 71). Muretach y Sedulio ofrecen en su
comentario el orden del ars maior de Donato. Sin embargo, el ars
Laureshamensis innova e invierte el orden tradicional comentando
primeramente la segunda parte y después la primera y la tercera. Este nuevo
orden se convertirá en época carolingia en el más común (cf. Holtz, 1972: 68).
Sedulio realizó también comentario al ars minor de Donato. En las obra del
siglo IX se observa el influjo de las Institutiones grammaticae de Prisciano
desconocidas hasta entonces.
En cuanto a las obras compilatorias el ars Bernensis, redactada en la
primera parte del siglo VIII (cf. Holtz, 1981b: 137), toma como fuente la
segunda parte de esa arte y el Donatus ortigraphus, fechada en el primer
cuarto del siglo IX, comprende las dos primeras secciones. Hay dudas acerca
del origen del ars Bernensis. Según Löfsted (1965: 20) y Holtz (1981: 434)
es de origen irlandés. Sin embargo, Law (1982: 74 ss.) postula su pertenencia
a los círculos anglosajones del continente. En cuanto a su datación fue escrita
en el siglo VIII. El Donatus ortigraphus es una obra compilada, según
Chittenden (1982: XXIV), en Francia en torno al año 815.
5. 2 - Estructura del comentario exegético y empleo de lacontroversia gramatical
Donato es el texto de referencia. Su ars maior, seguido paso a paso, es
recordado en forma de lemas. A estos sigue un comentario literal del sentido
del texto. Se insiste en la comprensión del lema ya que en ocasiones el texto
de referencia es muy conciso. El alumno debe comprender lo que Donato
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
297
quería decir en cada ocasión.
El comentario inicial sirve de punto de partida para la proposición de
ciertas cuestiones acerca de lo dicho por el artígrafo del siglo IV. No basta
con entender el sentido del texto, hay que llegar a justificarlo. Asimismo
también es necesario que los alumnos conozcan las críticas que se le hacían
a Donato y las teorías que la gramática antigua había rechazado. Todo ello
se desarrolla a través de unas quaestiones que permiten el desarrollo de una
controversia gramatical organizada en torno a la ampliación, defensa, crítica
y corrección, en su caso, de la doctrina donaciana. Este método de las
cuestiones deriva de la escuela antigua y fue un recurso largamente utilizado
por los padres de la Iglesia (cf. Holtz, 1977b: 73 nota 2). La quaestio se
registra ya en ciertas gramáticas de los siglos IV y V, como por ejemplo en
las instituta artium de Probo o en las Partitiones y las Institutiones grammaticae
de Prisciano (cf. Holtz, 1977c: XXXI).
Las preguntas pueden formularse de forma directa, en cuyo caso está
introducidas por cur, quare, quid est, o de forma indirecta mediante quaeritur,
quarendum est, interrogandum est. Las cuestiones planteadas no conforman
discusiones abstractas sino que reposan sobre el conocimiento gramatical de
épocas pasadas. La presencia de adverbios del tipo hic o del uso de la
perifrástica pasiva constituyen una prueba de que la controversia se desarrolla
en puntos concretos del texto donaciano y que por lo tanto no es algo original
de los comentaristas irlandeses (cf. Holtz, 1977c: XVI nota 16). Algunas
están ya presentes en los comentaristas de los siglos IV y V, como lo es, por
ejemplo, el porqué el término uerbum se aplica sólo a esa pars orationis
cuando por su etimología podría ser válido para todas ellas25. Para más
ejemplos de quaestio en estos comentarios uid. infra 300 ss.
Es frecuente que se apele a pronombres indefinidos o a nombres
propios para indicar distintas opiniones en torno a una cuestión concreta.
El límite que separa el comentario literal y la controversia gramatical
no siempre está claro. En muchas ocasiones ambos aspectos aparecen
entremezclados. El comentario de un mismo lema puede variar de un autor
Concepto de etimología
298
a otro en su extensión, en las alusiones a otros autores gramaticales o incluso
en el uso de la etimología.
El empleo de esta última es una práctica común tanto en el comentario
literal como en la controversia gramatical. Por un lado, con ella se favorece
la comprensión del sentido literal del lema propuesto. Por otro, sirve para
demostrar la autoridad y exactitud del texto de referencia. En el comentario
literal pueden ser objeto de indagación etimológica tanto los términos
técnicos de los lemas como los restantes términos que en ellos aparecen,
incluidos los ejemplos propuestos. En las quaestiones, referidas en exclusiva
a la doctrina gramatical, las palabras comentadas son siempre términos
técnicos.
El comentario de los lemas admite diferentes desarrollos. Unas veces
se reduce a la simple explicación de las palabras que lo componen, lo cual
favorece la comprensión de su sentido. Otras se entremezcla con esa
explicación la controversia gramatical. También puede darse el caso de que
el comentario sea todo él un ejemplo de controversia.
El examen de algunos lemas puede ayudar a explicar esta variedad de
posibilidades y ver cómo estás evolucionan con el paso de los siglos y de un
autor a otro. En dicho examen incluimos también referencias a las obras
compilatorias.
Cuando se trata de un comentario literal las explicaciones se limitan en
numerosas ocasiones a las etimologías de los términos técnicos que en el
aparecen. Así por ejemplo, en un lema correspondiente a la primera parte del
ars maior, TONOS ALII ACCENTUS ALII TENORES NOMINANT (Donat.
370. 1), Muretach y el ars Laureshamensis ofrecen las etimologías de los dos
primeros términos técnicos, tonus y accentus, mientras que Sedulio ofrece
también la de tenor26.
Pero las etimologías no siempre corresponden a esos términos técnicos.
Y así puede ser objeto de explicación etimológica cualquier palabra que
forme parte del lema independientemente de su carácter técnico. En el lema
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
299
CORAM TESTIBUS, que pertenece a la segunda parte del ars maior (Donat.
390. 19), Sedulio comenta no la etimología de la preposición, que es lo que
en ese momento está tratando, sino la del sustantivo con el que ejemplifica
el uso de dicha preposición27. Ese es el proceder que sigue en casi todas las
preposiciones. El resto de los comentaristas, tanto los del siglo VII como los
del IX, ofrece el listado de las preposiciones que van con acusativo y con
ablativo sin recurrir a etimología alguna28.
El lema PARTES ORATIONIS SUNT OCTO, (Donat. 372. 25)
perteneciente a la segunda parte del ars maior, es un ejemplo de cómo el
comentario de un lema no tiene por qué ceñirse al mero comentario literal y
cómo puede éste verse enriquecido por la quaestio. Aparece en los diferentes
comentarios que estamos estudiando.
En el anonymus ad Cuimnanum el desarrollo del lema lo componen la
etimología de oratio y un pequeño comentario sobre cuántas son en verdad
las partes orationis29. El ars Ambrosiana, tras señalar cuál es la intención de
este lema, ofrece la etimología de pars y los tres motivos por los cuales
Donato enumera las ocho partes para concluir finalmente con su orden30.
El Donatus ortigraphus con su sistema de preguntas y respuestas va
ofreciendo una explicación similar a la de los comentarios del siglo IX. Como
ellos ofrece las etimologías de pars y oratio. Aborda primeramente la
cuestión de la función de las diferentes partes del discurso y después pasa a
tratar su número31.
En su comentario Muretach indica la etimología de pars y oratio. A
renglón seguido de cada una de esas etimologías ofrece otro tipo de
consideraciones referidas esos vocablos. Pasa después al término octo, del
que no señala etimología alguna. Es en este momento cuando dice que el lema
en cuestión es una definitio numeri. Este comentario le da pie para distinguir
los distintos tipos de definiciones. Tras ello indica la variedad de opiniones
en torno al número de las partes del discurso, el nombre de cada una de las
ocho partes con sus respectivas etimologías, la función de cada una de ellas
y, por último, su orden. En el tratamiento de estos temas no faltan las
Concepto de etimología
300
quaestiones que dan pie a distintas consideraciones relacionadas con el lema
en cuestión y a algunas etimologías32.
De una forma similar, aunque más extensamente, se desarrolla el
comentario de Sedulio en el que se registran las mismas etimologías que en
el de Muretach33. Por su parte, el ars Laureshamensis comienza directamente
con quaestiones relacionadas con las definiciones de substancia y sonido del
término pars. Pregunta cuáles son sus definiciones secundum substantiae y
secundum soni. Este último tipo de definición no es sino su etimología34.
El empleo de la etimología en el comentario de la gramática de Donato
fue una práctica común entre sus comentaristas. En este sentido los irlandeses
no hacen sino continuar una tradición. Es su uso en la controversia gramatical
lo novedoso y lo es en tanto que ésta es algo nuevo en este tipo de obras.
La etimología actúa como detonante de la controversia y a la vez puede
ser un medio para ayudar a resolverla. Así se puede ver en los desarrollos de
los lemas referidos al accidente persona en el verbo y en el pronombre, a la
definición de la preposición y a las conjunciones disyuntivas. Por lo que
respecta al primero de ellos, en Muretach y en el ars Laureshamensis la
pregunta que suscita la controversia, cur dixit tres cum non sit amplius quam
una?, sigue al lema objeto de comentario. La etimología ofrecida del término
persona aclara la pregunta y es a la vez la base de la respuesta35. Muretach
ofrece después una explicación acerca del caso vocativo en los pronombres
que no figura en el ars Laureshamensis. Por su parte, Sedulio define primero
cada una de las tres personas y luego ofrece la etimología del término en
cuestión. Aprovecha la ocasión para equiparar dicho vocablo con el griego
prosopon y explicar por qué se emplea la máscara. Tras esta pequeña
digresión retoma la etimología de persona y plantea la misma cuestión que
Muretach y el ars Laureshamensis, resolviéndola de forma similar36. La
misma controversia tiene lugar al hablar de las personas en el verbo37.
Por lo que respecta al segundo ejemplo propuesto, en los tres comentarios
se plantea la cuestión de por qué, si la etimología del término praepositio
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
301
viene dada por su colocación en la frase, entonces no recibe el nombre de
suppositio aquella preposición que se pospone al nombre38.
En el último ejemplo, el referido a las conjunciones disyuntivas, los
tres comentarios del siglo IX aluden a la etimología de coniugatio para
preguntar cómo puede haber una conjunción que precisamente tenga el valor
contrario al que esa etimología postula39.
El examen de estos lemas y de otros que no hemos incluido en este
estudio nos permite extraer varias conclusiones:
1ª - el uso de la controversia y de la etimología aumentan con el paso de
los siglos;
2ª - Sedulio es el autor que con mayor frecuencia recurre a la etimología;
3ª - en el desarrollo tanto del comentario literal como de las quaestiones
se puede apreciar cómo la reflexión lingüística reviste en ocasiones un
aspecto enciclopédico.
5. 3 - El aumento de etimologías, rasgo característico de lasgramáticas exegéticas
La presencia de etimologías de términos técnicos es una constante a
lo largo de los distintos comentarios. Su número es menor en aquellos que
corresponden al siglo VII, aumentando significativamente en los del siglo
IX.
Entre los comentarios anteriores al año 700 el uso de la etimología es
mayor en el ars Ambrosiana que en el anonymus ad Cuimnanum, frente a
ochenta y una etimologías registradas en el primero de ellos sólo aparecen
treinta y ocho en el segundo.
Entre los comentarios del siglo IX el que menos etimologías reune es
el ars Laureshamensis y el que más el comentario de Sedulio. Un ejemplo de
ello es el número de etimologías registradas en los tres comentarios en el
capítulo referido al nomen, que es junto con el del verbo el más largo en las
Concepto de etimología
302
tres obras. Mientras que en Sedulio el total de etimologías alcanza las ciento
cuarenta y seis, en el ars Laureshamensis registramos sólo veintisiete y en
Muretach cuarenta y dos. En las obras compilatorias el número de etimologías
registrado es similar a la de estos dos últimos comentarios. Así en ese mismo
capítulo, el dedicado al nomen, en el ars Bernensis contabilizamos treinta y
cinco etimologías y en el Donatus ortigraphus veintiséis.
Amsler (1989: 235) reseña el carácter significativo de este aumento.
El aumento del que hablamos afecta tanto al número de tecnicismos
objeto de explicación etimológica como al número de etimologías ofrecido
de un mismo término técnico.
En las gramáticas exegéticas irlandesas se observa que, a medida que
pasa el tiempo, aumenta el número de tecnicismos de los que se ofrece una
etimología. El anonymus ad Cuimnanum, por ejemplo, no ofrece ninguna
etimología para los términos accidens, praenomen, nomen, cognomen,
agnomen, positiuus, comparatiuus, superlatiuus, genus y figura en el capítulo
dedicado al nombre, mientras que sí aparecen en los tres comentarios del
siglo IX.
El aumento del número de etimologías para un mismo término técnico
podemos ejemplificarlo con dos de ellos, numerus y nomen. Frente a la única
etimología ofrecida en el anonymus ad Cuimnanum del primero de ellos, en
las obras del siglo IX registramos cuatro diferentes40. En cuanto a nomen, en
el anonymus registramos una sola etimología, mientras que en Sedulio
encontramos cuatro41.
La diferencia en el número de etimologías ofrecidas de un mismo
término técnico no se da exclusivamente entre los comentarios del siglo VII
y aquellos del siglo IX. También se registra entre estas últimas obras. Así por
ejemplo, Muretach señala una única etimología para barbarismus, mientras
que el ars Laureshamensis ofrece dos y Sedulio cuatro42.
La evolución descrita afecta también al vocabulario no técnico. El
aumento tiene lugar especialmente en Sedulio. Las etimologías corresponden
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
303
en su mayoría a aquellos vocablos que Donato emplea como ejemplos. Ello
se ve especialmente en el capítulo dedicado al nomen. Del total de las ciento
cuarenta y seis etimologías que en él aparecen ciento cuatro corresponden a
esos ejemplos. En el resto de los comentaristas no se aprecia esta profusión
de etimologías de términos no técnicos. Parece como si Sedulio considerara
un deber ofrecer etimologías de todos ellos. La fuente de sus etimologías es
fundamentalmente Isidoro y junto con él Casiodoro, Servio y Prisciano.
Éste aumento en el número de etimologías del vocabulario no técnico
es, precisamente, uno de los rasgos que distingue el uso de la etimología en
los comentarios irlandeses con relación a aquellos que les sirven como
fuente. Mientras que en los comentarios de los siglos IV y V las etimologías
que no corresponden a términos técnicos se encuentran en el desarrollo de
alguna explicación gramatical justificando una regla o su excepción (uid.
supra 90-93), en los gramáticos irlandeses corresponden a los distintos
ejemplos que ofrece Donato.
El empleo de la etimología no se limita al vocabulario técnico y a los
ejemplos de las diferentes explicaciones gramaticales. También se recurre a
ella en los desarrollos enciclopédicos. Su uso se registra en especial en los
comentarios del siglo IX y sobre todo en Sedulio.
Algunos de esos desarrollos y las etimologías incluidas en ellos vienen
de antiguo. Así ocurre con la disquisición sobre el origen de las letras latinas
y la etimología de Carmenta que podemos leer en Muretach y en el ars
Laureshamensis43. En ambas obras las referencias a Carmenta están incluidas
dentro de una serie de explicaciones más largas sobre el descubrimiento de
las letras y de las artes liberales antes del diluvio (en este sentido el pasaje en
cuestión es un ejemplo de la asunción de la presencia de las artes liberales en
la Biblia antes de que los maestros profanos las enseñasen). La etimología de
Carmenta cierra el excursus. Las referencias a la invención de las letras es
bastante más breve en Servio y en Pompeyo, quienes se limitan a indicar que
las letras latinas fueron inventadas por la ninfa Carmenta sin ofrecer
Concepto de etimología
304
etimología alguna para esta divinidad44. El único que señala su etimología es
Sergio45.
El excursus sobre las letras no figura en Sedulio. Ello no es óbice para
que nuevamente sea este autor el que ofrezca un mayor número de ejemplos
del uso de la etimología en este enciclopedismo erudito.
Al hablar de los diferentes pies métricos este autor ofrece numerosas
etimologías procedentes de Sacerdote cuyas explicaciones amplía con datos
tomados de Audaz y de Isidoro que hacen referencia a los personajes o
situaciones que motivan sus etimología46.
Al abordar los praenomina ofrece como ejemplo Caesar para el que
indica tres etimologías diferentes47. Al tratar de los géneros de los nombres
se detiene en la palabra musa. Además de ofrecer su etimología explica
quiénes son y por qué son nueve. En sus explicaciones aparece la palabra
arteria cuya etimología no duda en señalar48.
Asimismo también ofrece explicaciones extragramaticales sobre los
dioses Cástor, Pólux y Hércules al abordar los adverbios exclamativos
Edepol, Castor, Hercles y el giro medius fidius. En ellas incluye, puesto que
así lo estima oportuno, varias etimologías49. Los ejemplos podrían
multiplicarse.
5.4 - Consideración de la etimología como parte integrante delcomentario
¿Qué causa puede haber motivado este aumento significativo del
empleo de la etimología en los comentarios con el paso de los siglos? La
respuesta la encontramos en los comentarios del siglo IX. En ellos la
etimología está considerada como una parte integrante del comentario, lo
cual está a su vez estrechamente relacionado con la distinción de definiciones
al modo de la dialéctica y la retórica.
En las explicaciones del nombre y del verbo encontramos ejemplos de
ello. En el lema PARTES ORATIONIS SUNT OCTO Muretach señala que,
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
305
después de haber enumerado las ocho partes del discurso y antes de indagar
más sobre ellas, es necesario ofrecer sus etimologías. Una vez que las ha
hecho indica que ya puede pasar a tratar su orden. De forma parecida se
expresa también Sedulio50. Una consideración similar está presente en el
capítulo de los modos verbales. En los tres comentarios del siglo IX se indica
que primero hay que dar a conocer sus etimologías y después ya se puede
pasar a explicar su orden51.
Aunque ningún gramático irlandés lo señale de forma expresa, la
insistencia en la etimología podría ser una consecuencia de la distinción de
tipos de definiciones. Ya hemos visto como en el lema PARTES ORATIONIS
SUNT OCTO (uid. supra 299) el término octo permite a Muretach y a Sedulio
exponer los distintos tipos de definiciones, mientras que el ars Laureshamensis
apela directamente a ellas preguntando cuáles son las definiciones de
sustancia y sonido de los términos pars y oratio.
Esta distinción de definiciones está presente ya en los primeros
comentarios irlandeses. No es, sin embargo, un rasgo específico de los
comentarios.También encontramos ejemplos de ella en las obras compilatorias.
5. 5 - Las definiciones gramaticales y su relación con la etimología
Las referencias teóricas de los tipos de definiciones gramaticales se
ubican en dos lugares concretos del texto: bien al referirse a las partes
orationis, bien al abordar de forma individual la primera de ellas, el nomen.
Aparecen al hablar de las partes orationis en Muretach52. Se encuentran al
tratar el nomen en el ars Ambrosiana, en el ars Bernensis, en el Donatus
ortigraphus y en el ars Laureshamensis 53.
Sedulio en su comentario al ars maior de Donato ofrece las dos
posibilidades. Los tipos de definiciones incluidos en cada una de ellas no
coinciden54. La primera de las menciones lo acerca al comentario de Muretach
y la segunda al ars Laureshamensis. La existencia de esas dos clasificaciones
podría poner en duda la homogeneidad de su comentario. También Holtz
Concepto de etimología
306
(1977b: 77 nota 3) lo cuestiona, pero con relación a otro aspecto, la
etimología de pater. En el comentario de Sedulio al ars minor no hay ninguna
mención de los tipos de definición, pero sí de las isagogías55.
El número de definiciones distinguidas en las descripciones tipológicas
varía de unas obras a otras. Pueden ser dos como en el ars Ambrosiana o en
el ars Bernensis, tres como en los comentarios de Muretach o Sedulio
(primera explicación), e incluso seis como en el Donatus ortigraphus, en el
ars Laureshamensis o en la segunda explicación de Sedulio. El número de
definiciones no guarda relación alguna con su ubicación en el texto.
Cuando sólo se distinguen dos tipos, éstos son la definitio substantiae
y la definitio soni. Muretach y Sedulio añaden un tercero, la definitio numeri.
Cuando se trata de una enumeración séxtuple, además de los tres tipos
nombrados, aparecen también la definitio specialis, la definitio accidentalis
y definitio ethimologiae.
La mención de las definiciones empleadas en la gramática es algo
nuevo y su origen hay que buscarlo en la distinción de los diferentes tipos de
definiciones del ámbito retórico-dialéctico.
Según Law (1997: 138 y 145) se trata de un influjo ejercido a través de
la gramática carolingia. En su opinión fueron los gramáticos de la primera
generación carolingia los que catalogaron los tipos de definiciones
gramaticales y distinguieron entre definitio substantiae y definitio soni. De
ellos, así lo afirma, las tomaron los gramáticos escoceses que trabajaron en
el continente. Ciertamente Alcuino (P. L. CI 859B) distingue en su gramática
la definición filosófica de la etimología, y Clemente (Barwick, 33. 6-13)
ofrece una séxtuple enumeración de tipos de definiciones gramaticales. Sin
embargo, hay pruebas de la existencia de definiciones aplicadas a la gramática
antes de que comenzara desarrollarse la gramática carolingia. Al igual que
Law, también Holtz y Amsler centran sus testimonios y opiniones acerca de
las definiciones gramaticales en los comentarios del siglo IX, olvidándose de
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
307
los siglos precedentes. Ninguno de estos estudiosos parece tener en cuenta el
testimonio del ars Ambrosiana, fechada a fines del siglo VII. En esta obra
no se menciona directamente el origen retórico de las definiciones pero da
una pista acerca de ello al decir haec dictio difinitio nominatur, cuius genera
sunt XV56.
Muretach y Sedulio (sólo en su primera explicación) sí especifican su
origen retórico e inciden, como el autor del ars Ambrosiana, en que las
definiciones retóricas son quince57. Los dos comentristas insisten en que las
definiciones de los gramáticos son tres. El origen retórico de las definiciones
gramaticales aparece exclusivamente en aquellas enumeraciones triples. Sin
embargo, pese a la información ofrecida por estos dos comentaristas, las
definiciones distinguidas en la gramática, salvo la definitio substantiae,
llamada también definitio substantialis, no coinciden con los tipos de
definición que Mario Victorino, Boecio o Isidoro incluyen en sus respectivas
obras retórico-dialécticas58.
La mención del tipo de definición es una práctica tan común en estas
obras que en el siglo IX en los comentarios de Muretach y Sedulio y en el
Donatus ortigraphus hay alusiones a ellas incluso antes de ofrecer su
enumeración. Muretach alude a la definitio substantiae en el comentario de
la primera parte del ars maior donaciana al definir littera, semiuocales, muta,
syllaba y pes59. En las definiciones de muta y pes insiste, incluso, en los rasgos
que caracterizan a este tipo de definición. Señala igualmente casos de
definitio numeri al indicar cuántas son las semiuocales y las mutae60. Sedulio,
si bien no indica en cada caso de qué tipo de definición se trata, sí insiste en
que estamos ante ella. Así lo hace al definir los términos mutae, syllabae y
pes61. En el Donatus ortigraphus se pregunta por la definitio substantia al
definir el término littera62.
El ars Laureshamensis, al comentar en primer lugar la segunda parte
del ars maior (uid. supra 295 s.), es el único comentario que ofrece primero
la enumeración de los diferentes tipos de definiciones.
Concepto de etimología
308
Contamos, pues, con tres enumeraciones diferentes de los tipos de
definiciones gramaticales, una doble, una triple y una séxtuple. Si bien la
enumeración que ofrece el ars Ambrosiana es doble hay que decir que
cuando este comentario fue redactado ya se se distinguía también la definitio
numeri. Hallamos menciones de ella en una obra coetánea, el anonymus ad
Cuimnanum obra en la que curiosamente no se mencionan, como tales,
ninguna de las otras dos definiciones. Al hablar de los tipos de nomina
appellatiua el autor de este comentario se pregunta por qué Donato no
ofreció una definición de número de ellos63.
La doble enumeración del ars Ambrosiana se encuentra repetida en el
ars Bernensis. En ninguna de estas dos obras se registra mención alguna de
la definitio numeri. Habrá que esperar a los comentarios del siglo IX para
registrar una referencia conjunta de los tres tipos de definiciones, definitio
substantiae, definitio soni y definitio numeri, tal y como ocurre en Muretach
y en Sedulio (primera mención).
En ese mismo siglo circula también la enumeración séxtuple que
atestiguan el ars Laureshamensis, Sedulio (segunda explicación) y el Donatus
ortigraphus y que también se registra en el gramático carolingio Clemente
Escoto.
En el ars Laureshamensis y en Sedulio (segunda explicación) nos
encontramos con que, pese a ofrecer una séxtuple enumeración, en el
desarrollo de sus comentarios sólo se recurre a tres tipos de definiciones,
precisamente aquellos tres que componen la triple enumeración, esto es, la
definitio substantiae, la definitio soni y la definitio numeri.
Cabe preguntarse si ambas enumeraciones se acuñaron de forma
paralela y por separado o si aquella de seis tipos de definiciones es una
ampliación de la de tres o todo lo contrario, la de tres es una reducción
operada sobre la de seis. Ayudaría a resolver esta cuestión el contar con una
cronología exacta para las gramáticas insulares. Los tres comentarios del
siglo IX, el de Muretach, el ars Laureshamensis y el de Sedulio, tienen como
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
309
fuente común un comentario datado en la primera quincena del siglo IX. En
dicho comentario debía figurar la triple enumeración que es la que tienen en
común Muretach y Sedulio. A la vez Sedulio y el autor del ars Laureshamensis
contaron con otra fuente en la que figuraba la séxtuple enumeración. Cuál
fuera ésta es algo que desconocemos. Tal vez podría haber sido Clemente,
que escribió su gramática también en esos primeros años del siglo IX. El que
sí debió de tomarlo como fuente fue el autor del Donatus ortigraphus,
redactado según Chittenden en torno al 815, quien sigue en diversos temas
a dicho gramático carolingio sin indicarlo expresamente en ninguno de ellos.
Law ( 1997: 138) considera que la enumeración de tres definiciones es
una versión truncada de la de seis. Por el contrario, nosotros creemos que
fueron dos elaboraciones más o menos paralelas que acabaron confluyendo.
El nulo uso de las definiciones accidental, especial y etimológica, así como
la ausencia de referencias al origen retórico en la séxtuple enumeración, nos
invitan a pensar en ello. Ayudaría en esa confluencia el que algunas de las
definiciones de la séxtuple enumeración podían ser subsumidas en algunas
de aquellas que conforman la triple. Eso habría ocurrido con la definitio
specialis, la definitio accidentalis y la definitio ethimologia.
Comencemos por la definitio specialis. Para ello consideremos el
testimonio de Sedulio, el único autor que ofrece testimonio de ambas
enumeraciones. En la explicación de la definitio substantiae del término
nomen señala que con este tipo de definición se indica lo propio y lo común.
Descompone la definición que Donato ofrece de dicho término en dos partes
y, curiosamente, aquella que indica lo que nombre tiene de propio coincide
con el ejemplo expuesto pocas lineas antes para la definitio specialis64. A ello
se une el hecho de que en los tres comentarios del siglo IX y también en el
Donatus ortigraphus, se remite a los conceptos de lo propio y lo común cada
vez que señalan que se está ante una definitio substantiae65.
Así pues, en tanto que lo especial, o dicho de otra manera lo propio,
forma parte de la substancia, la definitio specialis ha de ser parte de la
Concepto de etimología
310
definitio substantiae.
Las tres obras que ofrecen la séxtuple enumeración ejemplifican de
igual manera la definitio accidentalis66. Atendiendo al ejemplo propuesto
podría decirse que la definitio accidentalis tiene lugar cada vez que se utilice
la palabra accidens con la que se indica tanto los accidentes de una parte
variable del discurso como lo que acaece en una parte invariable del discurso.
Siendo esto así, ¿cómo se explica entonces que también en esas tres artes se
señalen como definitiones numeri los lemas PRONOMINI ACCIDUNT VI,
VERBO ACCIDUNT SEPTEM, ADVERBIO ACCIDUNT TRIA y
PARTICIPIIS ACCIDUNT SEX? Eso es lo que ocurre en el ars Laureshamensis
y en Sedulio67. Coinciden al decirlo con Muretach quien no había distinguido
entre definitio accidentalis y definitio numeri.
En los lemas correspondientes al pronombre y al verbo Sedulio señala
que después de haber ofrecido la definición sustancial conviene definir sus
accidentes y dicho esto señala que ambos lemas son definitiones numeri.
¿Acaso no son afirmaciones semejantes a la que ha servido como ejemplo
para indicar cuándo se está ante una definitio accidentalis? La definitio
accidentalis es, pues, una definitio numeri.
Si la definitio accidentalis es una definitio numeri y la definitio
specialis parte de la definitio substantiae, ¿ocurre algo similar con la definitio
ethimologiae en relación con la definitio soni?
Creemos que sí. No sólo nos encontramos con que algunos de los
ejemplos que Muretach ofrece de los diferentes modos de la definitio soni
coinciden con los que ofrecen de la definitio ethimologiae las tres obras que
la distinguen68, sino que además cuando en el ars Laureshamensis se indica
expresamente que se está ante una definitio soni ésta es una derivación
etimológica semejante a las ofrecidas como ejemplos de la definitio
ethimologiae. Así ocurre con los términos pars y oratio69.
Al igual que ocurre con las definitio specialis y la definitio accidentalis,
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
311
la definitio ethimologiae sólo aparece en la enumeración de los tipos de
definiciones gramaticales. En el resto de la obra sólo se alude a la definitio
soni y los ejemplos que de ella se ofrecen son semejantes a los de aquella otra.
Esta similitud nos lleva a pensar que, en verdad, la distinción entre ambas
definiciones no existe. Una y otra son dos formas de decir lo mismo.
Amsler (1989: 247) afirma que Sedulio distingue de forma ambigua la
definitio soni y la definitio ethimologiae sin aclarar ni especificar nada al
respecto. Asimismo señala (1990: 184) que esa distinción degrada la relación
fonológica entre dos palabras en favor de su relación semántica.
Así pues, tras este análisis podemos concluir que:
1ª - la triple clasificación, definitio substantiae, definitio soni y definitio
numeri sería la que se impondría. De hecho es la que se registra en obras
de autores posteriores como, por ejemplo, Erchanberto;
2ª - debía figurar ya en el comentario de principios del siglo IX que sirvió
de base a los realizados por Muretach y Sedulio algunos años más tarde.
5. 6 - La definitio substantiae y la definitio soni
Sea cual fuere la enumeración, doble, triple o séxtuple, hay dos tipos
de definiciones que no faltan nunca, la definitio substantiae y la definitio
soni. La distinción entre sonus y substantia aparece ya a finales del siglo VII
en el anonymus ad Cuimnanum. La referencia a la distinción está, además,
encubierta70. Ya indicamos anteriormente (uid. supra 306) que en este
comentario la única definición que parece mencionada como tal es la
definitio numeri.
En el ars Ambrosiana aparecen por primera vez la diffinitio soni y la
diffinitio substantiae aplicadas a la definición que Donato ofrece del término
nomen en su ars maior71. A lo largo de esta obra se recurre en otras seis
ocasiones a la distinción sonus /substantia que también puede designarse
como nuntiatio o uox/intellectus o sensus72.
Concepto de etimología
312
En qué consiste cada una de estas definiciones se explica tan sólo en el
Ars Bernensis y en el Donatus ortigraphus. Ambos insisten en que la definitio
soni hace referencia a la forma de la palabra y la definitio substantiae a la
sustancia o esencia73 .
El autor del ars Bernensis incluye una explicación referente a cómo
distinguir ambos tipos de definiciones. Se trata de una distinción formal. La
definitio soni está siempre introducida por el verbo dicere, bajo las formas
dictus, dicta, dictum, mientras que la definitio sensus lo está por el verbo esse,
en la forma est74.
Esta aclaración se encuentra repetida en el Donatus ortigraphus y en
el comentario de Muretach75. También aparece en Sedulio, quien ofrece
asimismo las pautas para distinguir la definitio numeri76. En este mismo autor
y en el Ars Laureshamensis encontramos repetida la indicación de esta
distinción formal aplicada tan sólo a la definitio soni en la etimología que
ofrecen del término participium77.
Amsler (1989: 246 y 1990: 184) señala que la distinción entre las
definiciones de sustancia y de sonido se basa en un pasaje de Agustín, aunque
no indica de cuál se trata. Tal vez se refiera al que, precisamente aparece
recogido en el Donatus ortigraphus como criterio de autoridad en el que
basar esta distinción. En él se señala que cuando aparecen las formas dictus,
dicta o dictum no se está definiendo la naturaleza de la cosa, esto es su
substantia, y que para ello es necesario servirse del verbo esse78. Pero, por
mucho que el Donatus ortigraphus lo alegue como criterio de autoridad, no
creemos que este texto pueda ser el precedente de esta distinción precisamente
porque en él se indica que la presencia del verbo esse sirve tanto para expresar
la natura sensus uel soni uel sensus et uocis.
Las explicaciones del ars Bernensis acerca de la manera de distinguir
los diferentes tipos de definiciones van acompañadas de ejemplos inexistentes
en las restantes obras. Estos no son sino dos etimologías presentes ya en las
gramáticas de los siglos IV y V, littera y nomen79. En ambos casos se trata
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
313
de etimologías en las que está presente un nomen fictum. La última de ellas
se repetirá en la enumeración séxtuple al ejemplificar la definitio soni pero
sin la oración causal que sirve para justificar la presencia del nomen fictum.
5. 7 - La definitio soni
En el sigo IX Muretach y Sedulio señalan en sus comentarios que la
definitio soni consta de cuatro modos: deriuatio, compositio, cognatio e
interpretatio pero no aclara nada sobre ninguno de ellos80. Tan sólo ofrecen
ejemplos que no se corresponden con los que aparecen en el ars Bernensis al
hablar de la definitio soni ( uid. supra 312). Sí coinciden con etimologías que
se pueden leer en autores de épocas anteriores, como Varrón, Quintiliano,
Diomedes, Donato, Pompeyo, Prisciano o Isidoro y con los ofrecidos en la
séxtuple enumeración para ejemplificar la definitio ethimologiae81.
Como ejemplos de derivación Muretach ofrece dux y rex y Sedulio
solamente el primero de ellos. La composición queda ejemplificada en
ambos autores con las etimologías de participium y municeps. También
coinciden los ejemplos de parentesco, terra, homo y humus. Y para la
interpretación Muretach ofrece tres ejemplos, ars, Christus y Daniel, y
Sedulio sólo los dos primeros.
5. 7. 1 - Los cuatro modos de la definitio soni
La mención de los diferentes modos no aparece acompañada de
ninguna aclaración de carácter teórico, tan sólo de los ejemplos mencionados.
Esta ausencia dificulta la comprensión de la diferencia existente entre dos de
ellos, la derivación y el parentesco. Formalmente derivación y parentesco no
se diferencian. En ambos casos, según los ejemplos, se recurre al esquema
derivativo “B ab A”. La dificultad quedaría solventada si el parentesco se
entiende como los tropos estoicos de vecindad y similitud.
Para establecer esta equiparación nos basamos en la coincidencia de
Concepto de etimología
314
los ejemplos ofrecidos por los gramáticos irlandeses con etimologías
registradas anteriormente en otros autores82 que han sido consideradas por
los estudiosos como ejemplos de etimologías trópicas. En sus consideraciones
sobre las etimologías estoicas de Varrón, Van Rooij (uid. infra 353 nota 10)
señala que la etimología de terra es un ejemplo de vecindad per efficientiam
y Schröter y Klinck (uid. infra 354) señalan que las etimologías ex origine
de la tipología isidoriana, donde aparece el término homo, son equiparables
a la relación per effectum.
Aun siendo válida esta equiparación, en ningún momento a lo largo del
comentario en las diferentes etimologías que pudieran englobarse dentro de
este tipo de definición hay mención alguna a la similitud o a la vecindad como
sí ocurre en Varrón o en Isidoro. Sí encontramos menciones, aunque muy
escasas, de los otros dos tipos de etimologías trópicas, la onomatopeya y la
antífrasis83.
La interpretación siempre se aplica a palabras de origen extranjero.
Había sido un método muy utilizado por los comentaristas de las Escrituras
para explicar los nomina sacra. Los gramáticos irlandeses la utilizan, además
de para los nombres propios, que corresponden no a personajes bíblicos sino
a divinidades paganas, también para términos técnicos. Los ejemplos de este
tipo de definitio soni son en su mayoría palabras de origen griego, pero
también contamos con algún que otro ejemplo hebreo84. Sedulio, que es el
autor que acude a este tipo de definitio en un mayor número de ocasiones,
al hablar de los tropos llega a indicar la conveniencia de su uso dado el
desconocimiento por parte de algunos de la lengua griega85.
Así pues, los cuatro modos de definitio soni no son sino modos de hacer
etimologías y la definitio soni es equiparable a la etimología.
Amsler (1989: 183) equipara definitio soni y etymologia y señala
(1990: 184) que los gramáticos insulares al equiparar etymologia y definitio
soni hacen filosóficamente explícita la identificación clásica y medieval de
las letras y los sonidos.
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
315
Admitiendo como posible la equiparación de la cognatio con los
tropos estoicos los cuatro modos de definitio soni descritos por Muretach y
Sedulio representarían de forma resumida los distintos métodos empleados
hasta ahora por los diferentes autores latinos que han ofrecido etimologías.
Asimismo esa equiparación también podría resolver una cuestión no
mencionada hasta el momento, el orden de exposición de los cuatro modos.
Pudiera ser que éste respondiera a la frecuencia de uso de cada uno de ellos.
Ni Muretach ni Sedulio aportan información alguna al respecto. Sin embargo,
la ordenación ofrecida, que iría de más usado a menos, se corresponde con
la visión que el tiempo y la distancia nos permite colegir en relación a este
tema.
5. 7. 2 - Falta de correspondencia entre teoría y práctica
Muretach y Sedulio señalan en sus explicaciones que cada definitio
soni sólo admite uno de de los cuatro modos86. Sin embargo, en la práctica
de un mismo término se puede ofrecer más de una explicación correspondiendo
éstas a varios modos de la definitio soni.
Es el caso de corpus cuya etimología es explicada de dos formas por
Sedulio, como producto de una derivación y de una composición o la triple
etimología que Muretach, Sedulio y el ars Laureshamensis ofrecen de
littera87. En estos casos de más de una posible etimología no es raro que el
propio autor señala cuál de las opciones le parece mejor. Encontramos
también ejemplos de explicaciones etimológicas múltiples de un mismo
término. En estos casos las diferentes explicaciones corresponden al mismo
modo de definitio soni. Así ocurre con numerus, explicado en las cuatro
etimologías por derivación, y accidens, término del que se ofrecen tres
etimologías, las tres por composición88 .
De los tres autores, Sedulio es el que ofrece un mayor número de casos
de etimologías múltiples89 .
Concepto de etimología
316
5. 7. 3 - Vocabulario técnico
A diferencia de las definiciones de sustancia y de número que suelen
indicarse expresamente, las definiciones de sonido o etimológicas no suelen
estar reseñadas de forma explícita. Las referencias a este tipo de definición
son escasas. Tan sólo encontramos tres ejemplos en el ars Laureshamensis
y uno en Muretach y Sedulio90.
Más frecuente es indicar alguno de sus cuatro modos. La composición
se señala con el verbo componere o con el sintagma per compositionem, la
interpretación con el verbo interpretare y la derivación con el verbo deriuare.
Tan sólo el parentesco carece de una notación verbal especial relacionada con
el propio término.
La indicación expresa de la composición no suele faltar en el capítulo
dedicado a la figura91. Se encuentran también ejemplos en otros contextos92.
Los ejemplos de derivación son más escasos que los de composición93.
Pese a la existencia de un metalenguaje específico, los diferentes
modos se indican mayoritariamente con el verbo dicere que es el más
genérico y el único que señalan explícitamente los propios gramáticos
insulares. No es sin embargo el único. Encontramos también verbos y giros
utilizados anteriormente por otros autores como appellare, facere, nuncupare,
sortiri uenire, uocare, nominare, nomen accipere o nomen trahere, e incluso
también contamos con ejemplos en los que la etimología no está introducida
por ningún verbo94. No obstante, insistimos en que lo mayoritario (más de un
87% de los casos) es el uso del verbo dicere.
5. 7. 4 - Esquemas etimológicos
Los esquemas empleados por los gramáticos irlandeses son los ya
conocidos “B eo quod”, “B ab A” y “B ab A eo quod”. En los términos
considerados producto de una composición, los dos elementos del compuesto
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
317
pueden estar introducidos por el adverbio quasi.
La persistencia del esquema causal llama la atención pues, de alguna
manera, se contradice con el presupuesto teórico que subyace a la distinción
de los tipos de definiciones en la gramática.
El desarrollo de esta distinción, y en especial la distinción entre
definitio soni y definitio substantiae imposibilita la persistencia de la
etimología tal y como la había entendido Isidoro, esto es como fuente de
conocimiento. Al separar la forma, sonus, del significado, substantia, no
cabe ya la interpretación de la palabra para alcanzar mediante ella la res que
con ella se representa. La etimología deja de ser la fuente de conocimiento,
almenos al modo de Isidoro.
Sin embargo, aunque la distinción sonus /substantia está presente
como una innovación teórica en la elaboración de las artes insulares, la
práctica etimológica está aún anclada en el pasado. Si bien ofrecen un nuevo
principio teórico siguen insertas, en cuanto a ejemplos se refiere, en la
tradición que han heredado. Ello conlleva que en ocasiones esa herencia se
haga patente en alguna explicación. Así ocurre cuando Sedulio ofrece la
etimología del término positiuus. En sus explicaciones indica que la naturaleza
es lo que da nombre a las cosas. La distinción entre sonus y substantia tendría
que haber impedido una afirmación semejante.
Con el paso del tiempo esta distinción favorecería el desarrollo de los
universales, uno de los grandes problemas dialéctico-filosóficos de la Edad
Media.
5. 8 - Fuentes de las etimologías de los comentarios irlandeses
Una gran mayoría de las etimologías de términos técnicos que
encontramos en los comentarios irlandeses están registradas en los artígrafos
de siglos anteriores. Así ocurre con el vocabulario referente a las partes
orationis, los tipos de nombres propios, los nombres de los casos o los modos
de los verbos. Otras tienen su origen en las gramáticas elementales95.
Concepto de etimología
318
Junto a ellas registramos etimologías de términos técnicos que no
habían recibido este tratamiento con anterioridad en los textos que se nos han
conservado. En Muretach y en Sedulio registramos por primera vez las
etimologías de (nomina) propria, (nomina) appellatiua y latinitas96. Dichas
etimologías debían figurar en el comentario que les sirvió de fuente.
En lo que atañe al resto del vocabulario la situación es similar. Algunas
etimologías proceden de épocas anteriores y otras se registran ahora por vez
primera. Son ejemplos de esto último alter, faxo, forma, corpus, pars, soror,
Valentia, casi todos ellos registrados en el comentario de Sedulio. De algunos
de los términos nombrados existía ya una etimología, pero en estas obras se
ofrece una nueva explicación. Así ocurre con soror, término del que
encontramos en Sedulio dos etimologías, a solacio y a solando, distintas a
la ya tradicional de quasi seorsum97.
Lo mismo ocurre con pars o corpus . Para la primera de estas palabras
contábamos con una etimología propuesta por Isidoro, pero la que ahora
ofrecen Muretach y Sedulio es distinta98. De corpus conocíamos la etimología
propuesta por Isidoro. Sedulio en lugar de la derivación a partir de verbo
corrumpere prefiere, y así lo indica, la composición99. No contamos con una
etimología anterior para los términos alter, faxo y Valentia100.
Todo ello hace que el número de etimologías sea elevado en este tipo
de obras. El número final varía de unos comentaristas a otros y, en cualquier
caso, su presencia es siempre mayor que en las gramáticas elementales.
5. 9 - Diferencias entre las gramáticas elementales y lasgramáticas exegéticas
Frente a las gramáticas elementales, donde predomina claramente el
esquema “B quod”, en los comentarios se recurre en una proporción semejante
a los esquemas derivativo y al causal.
Otra diferencia con relación a las gramáticas elementales es la alusión
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
319
a las quaternae causae. En áquellas las alusiones a las modificaciones
fonéticas sufridas en ciertas palabras eran inexistentes. Por contra, en los
comentarios contamos con algunos ejemplos. Se trata en casi todos los casos
de menciones que vienen de antiguo101. En ocasiones aunque la etimología
sea ya tradicional, la consignación expresa del cambio no lo es. Así ocurre
con el paso de β a u o con el cierre de e en i 102.
Sedulio y el autor del ars Laureshamensis son los únicos que emplean
en ocasiones los términos técnicos apheresis, syneresis o syncopa para
designar un determinado cambio fonético103.
También se registran en los comentarios ejemplos de nomina ficta. Y,
como ocurre con la alusión a los cambios fonéticos, casi todos ellos se
encuentran ya en autores de siglos pasados. Contamos con ejemplos de
nomina ficta tanto para términos técnicos como no técnicos.
En los comentarios y obras compilatorias se encuentran los cuatro
nomina ficta que ya registramos con anterioridad en los artígrafos. Nos
referimos a adcantus, legitera, nomen y particapium (uid. supra 92)104. Los
ejemplos de nomina ficta del vocabulario no técnico son más abundantes.
Muchos de ellos cuentan con una tradición de siglos, otros son más recientes
pues fueron acuñados por Isidoro105. Pero también registramos nomina ficta
para los que no contamos con una tradición anterior106.
En cuanto al origen del término inductor de las diferentes etimologías
predomina el término inductor latino. Así ocurre también en las gramáticas
elementales. En estas son raros por no decir inexistentes los ejemplos de
etimologías con término inductor procedente de una lengua extranjera.
En las gramáticas exegéticas el número de ejemplos es escaso, pero en
cualquier modo son más numerosos que en las gramáticas elementales.
Corresponden, por lo general, a términos que aparecen como ejemplos en el
ars maior de Donato. En aquellos casos en los que la etimología se explica
a partir de una lengua extranjera unas veces es la griega y otras el sirio.
Concepto de etimología
320
Las etimologías de origen griego son las más abundantes. Unas veces
es la única posibilidad que se ofrece, mientras que otras forma parte de
pequeños catálogos etimológicos en los que el origen a partir del griego es
ofrecido como una posibilidad más107. Son raros los casos como oceanum en
los que Sedulio recurre a dos explicaciones distintas, las dos a partir de un
término inductor griego108.
De etimologías de origen sirio sólo contamos con un ejemplo, el
término barbarismus. Forma parte de un pequeño catálogo etimológico109.
Una última diferencia es el empleo del término etymologia que aparece
tan sólo en las obras exegéticas, en el anonimum ad Cuimnanum, el Donatus
ortigraphus, en los comentarios de Muretach y de Sedulio Escoto y en el ars
Laureshamensis. Se trata siempre de la transcripción latina del término
griego, que puede ofrecer tres variantes gráficas, la ya nombrada etymologia,
ethimologia y aethimologia. La primera se encuentra sólo en Sedulio, la
segunda en Muretach y en el ars Laureshamensis. y la tercera en el
anonimum ad Cuimnanum y en el Donatus ortigraphus 110.
El término en cuestión,sea cual fuere su grafía, tiene varios usos en
estas obras. Bien aparece acompañado del gentilicio Graeca111, bien se
emplea solo112. En el primer caso sirve para designar el origen extranjero de
una palabra. En su uso absoluto etymologia es un término técnico con el que
se designa tanto un tipo de definición, como una de las partes de la gramática.
Por lo que respecta a su empleo como designación de un determinado tipo de
definición remitimos a lo dicho anteriormente (uid. supra 308 ss.). En cuanto
a su acepción ‘parte de la gramática’ debemos indicar que sólo se encuentra
en el ars Laureshamensis y en el Donatus ortigraphus. Ambas obras ofrecen
la división de la gramática en apartados. Pero mientras que en el Donatus se
reproduce la división de Isidoro, en el ars Laureshamensis se añaden tres
nuevas divisiones, dictio, oratio y definitio113. En el Donatus no se define
ninguno de esos apartados, cosa que sí ocurre en el ars Laureshamensis. La
definición de ethimologia coincide con la que Alcuino ofreciera en su
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
321
gramática114. En ella, las referencias al origo y la ratio recuerdan las
preguntas unde y cur de Varrón.
Además de estos usos contamos con otros dos pasajes incluidos en el
anonymus ad Cuimnanum y el ars Laureshamensis que no tienen nada que
ver con los mencionados hasta el momento. En el anonymus este término es
empleado una única vez en el prólogo de la obra, en la descripción que hace
de las diferentes artes liberales al referirse a la medicina, una de las siete
disciplinas que conforman la física, que es a su vez una de las tres partes en
que se divide la filosofía. En dicho pasaje se indica que conocer la etimología
del término medicina puede ofrecer más información acerca de la misma115.
Es una concepción muy isidoriana lejana aún a lo que implica la distinción
de la definitio soni y la definitio substantiae. Recordemos que en esta obra
dicha distinción aparece tan sólo de forma encubierta. En el ars
Laureshamensis se registra en un pasaje en el que se corrige una afirmación
de Donato que dice sunt sine origine perfectae formae, ut pitisso uacillo
(Donat. 382. 4). El autor de este comentario copia el texto de Pompeyo en el
que este autor remitía a una explicación etimológica que sí daba cuenta del
origen de las palabras en cuestión116. Su uso en plural parece remitir a un
florilegio etimológico tal y como apuntamos al comentar es texto de
Pompeyo (uid. supra 94).
5. 10 - Conclusiones
El examen de las obras gramaticales irlandesas o de influjo irlandés
nos permite concluir lo siguiente:
1º - Los gramáticos irlandeses escribieron dos tipos de obras distintas,
unas de carácter elemental y otras de carácter exegético. Entre unas y otras
existen diferencias de modelo, de contenido y de finalidad;
2º - Las gramáticas elementales toman como modelo el ars minor de
Donato mientras que las exegéticas se basan en el ars maior. Unas y otras
pueden ver completado su contenido con aportaciones de otros gramáticos.
Concepto de etimología
322
A partir del siglo IX hay que destacar el influjo ejercido por las Institutiones
grammaticae de Prisciano desconocidas en las islas hasta ese momento.
Su influjo se aprecia particularmente en los comentarios de Muretach, el
autor del ars Laureshamensis y en Sedulio. Destacan como aportaciones
de ese influjo la introducción de criterios formales para la exposición de
los paradigmas nominales y sus consideraciones en torno a la figura;
3º - La finalidad de las gramáticas elementales es describir la lengua latina
para que la puedan aprender hablantes no latinos, mientras que la de las
gramáticas exegéticas es comprender el sentido literal del ars de Donato,
esclarecerlo y justificarlo;
4º - La consideración de la etimología como una de las partes de la
gramática, presente ya desde el siglo V, parece haberse olvidado. Tan sólo
se registra en dos obras exegéticas del siglo IX, el Donatus ortigraphus y
el ars Laureshamensis;
5º - En las gramáticas exegéticas la etimología aparece como materia de
consideración teórica encubierta en la llamada definitio soni desde finales
del siglo VII principios del VIII;
6º - En las gramáticas elementales la ausencia de referencias teóricas corre
pareja con la ausencia de términos que sirven para designarla pese a contar
con ejemplos de su uso. El término etymologia o las variantes aethimologia
y ethimologia sólo aparecen en las gramáticas exegéticas. Con él se alude
al origen formal de una palabra (uso en el que siempre aparece determinado
por el gentilicio Graeca), a una de las partes de la gramática o a la definitio
soni;
7º - La etimología está presente en ambos tipos de obras, si bien su uso
tiene un alcance diferente. En las gramáticas elementales las únicas
etimologías que se registran corresponden a términos técnicos mientras
que en las gramáticas exegéticas corresponden también a términos no
técnicos que, en el caso de Sedulio, superan con creces a aquellas otras.
Esta abundancia de etimologías de términos no técnicos distancia a los
comentaristas irlandeses de aquellos otros de siglos anteriores;
Gramáticas latinas insulares de los siglos VII al IX
323
8º - El esquema predominante en las etimologías de las gramáticas
elementales es el causal, lo cual ha de entenderse como una continuidad
con relación a las artes que les sirven de modelo. En las gramáticas
exegéticas aumenta considerablemente el número de ejemplos que siguen
el esquema derivativo lo cual está estrechamente relacionado con el
aumento del número de etimologías de términos no técnicos;
9º - En las gramáticas elementales no se registra ni el uso de las quaternae
causae ni de los nomina ficta. Por el contrario, ambos recursos sí se
registran en las gramáticas exegéticas;
10º - En el comentario irlandés la práctica de la controversia es una
constante y aunque es un rasgo típico no es algo original de los irlandeses.
El germen de esta práctica hay que buscarlo en la escuela antigua;
11º - Los comentarios irlandeses se desarrollan en dos niveles, el literal y
la controversia. El límite que separa uno y otro no siempre está claro;
12º - El uso de la controversia y de la etimología aumentan con el paso de
los siglos;
13º- En las gramáticas exegéticas se emplean las definiciones gramaticales
desde finales del siglo VII. Dichas definiciones tienen su origen en las
definiciones retóricas;
14º - De las tres clasificaciones de definiciones gramaticales existentes,
doble, triple o séxtuple, se impone la triple. Está formada por la definitio
substantiae, la definitio soni y la definitio numeri;
15º - La definitio soni es equiparable a la etimología. Consta de cuatro
modos, deriuatio, compositio, agnatio e interpretatio, que no son sino los
métodos empleados por los autores latinos hasta ese momento;
16º - La distinción entre sonus y substantia establecida con las definiciones
gramaticales favorecerá con el paso del tiempo el desarrollo de los
universales.
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