UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE ARTES
EL RETABLO URBANO Y SU INFLUENCIA EN LA CULTURA POPULAR EN EL SECTOR DE CHILLOGALLO (BARRIO SAN JOSÉ
DE RÍO GRANDE, DEL DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO EN EL PERÍODO 2011 – 2012)
TESIS PREVIA A LA OBTENCIÓN DE LA MAESTRÍA EN ESTUDIOS DEL ARTE
ALEX PATRICIO VELATA CEPEDA
TUTOR: PhD RAFAEL BENIGNO POLO BONILLA
QUITO, JUNIO 2015
ii
DEDICATORIA
Dedico esta investigación a quienes permitieron adentrarme en parte de su vida, su intimidad religiosa, en este terreno nuboso de la religiosidad popular que es el complemento de su identidad cultural, que a la vez es una resistencia ante el sistema hegemónico.
iii
AGRADECIMIENTO
Agradezco a mi Madre Gabriela, por la existencia y su ejemplo ante la vida, a mis hermanos por su apoyo incondicional desde siempre, a mis amigos que comprendieron el objetivo de este proceso investigativo, a las personas que permitieron compartir el tiempo en las entrevistas y gratitud a Andrés Sánchez con su aporte en el último proceso de la investigación, y a Rafael Polo por su tutoría.
AUTORIZACIÓN DE LA AUTORÍA INTELECTUAL
Yo, ALEX PATRICIO VELATA CEPEDA, en calidad de autor del trabajo de
investigación o tesis realizada sobre “
cultura popular en el sector de Chillogallo, barrio San José de Río Grande, del Distrito
Metropolitano de Quito en el período 2011
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR, hacer uso de todos los
pertenecen o de parte de los que contienen esta obra, con fines estrictamente académicos o
de investigación.
Los derechos que como autor me corresponden, con excepción de la presente autorización,
seguirán vigentes a mi favor, de conformi
y demás pertinentes de la Ley de Propiedad Intelectual y su Reglamento.
Quito, 30 de Junio de 2015
_____________________
FIRMA
C.C. 0602883704
Teléfonos: 0984099109
iv
AUTORIZACIÓN DE LA AUTORÍA INTELECTUAL
Yo, ALEX PATRICIO VELATA CEPEDA, en calidad de autor del trabajo de
investigación o tesis realizada sobre “Estudio del retablo urbano y su influencia en la
cultura popular en el sector de Chillogallo, barrio San José de Río Grande, del Distrito
Metropolitano de Quito en el período 2011 – 2012”, por la presente autorizo a la
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR, hacer uso de todos los
pertenecen o de parte de los que contienen esta obra, con fines estrictamente académicos o
Los derechos que como autor me corresponden, con excepción de la presente autorización,
seguirán vigentes a mi favor, de conformidad con lo establecido en los artículos 5, 6, 8, 19
y demás pertinentes de la Ley de Propiedad Intelectual y su Reglamento.
Email: [email protected]
AUTORIZACIÓN DE LA AUTORÍA INTELECTUAL
Yo, ALEX PATRICIO VELATA CEPEDA, en calidad de autor del trabajo de
urbano y su influencia en la
cultura popular en el sector de Chillogallo, barrio San José de Río Grande, del Distrito
2012”, por la presente autorizo a la
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR, hacer uso de todos los contenidos que me
pertenecen o de parte de los que contienen esta obra, con fines estrictamente académicos o
Los derechos que como autor me corresponden, con excepción de la presente autorización,
dad con lo establecido en los artículos 5, 6, 8, 19
y demás pertinentes de la Ley de Propiedad Intelectual y su Reglamento.
Email: [email protected]
v
APROBACIÓN DEL TUTOR
En mi carácter de Tutor de la Tesis de Grado, presentada por Alex Patricio Velata Cepeda
para optar el Título de Magister en Estudios del Arte, cuyo título es: “Estudio del retablo
urbano y su influencia en la cultura popular en el sector de Chillogallo, barrio San José de
Río Grande, del Distrito Metropolitano de Quito en el período 2011 – 2012”. Considero
que dicha Tesis reúne los requisitos y méritos suficientes para ser sometida a la
presentación pública y evaluación por parte del jurado examinador que se designe.
La línea de investigación en la que se enmarca este trabajo es: Integración de las artes al
contexto social.
En la ciudad de Quito, a los 30 días del mes de junio de 2015
…………………………..
Firma
Dr. Rafael Polo
Cd. Nº
vi
TABLA DE CONTENIDOS
DEDICATORIA .................................................................................................................. II
AGRADECIMIENTO ....................................................................................................... III
AUTORIZACIÓN DE LA AUTORÍA INTELECTUAL ............................................... IV
APROBACIÓN DEL TUTOR ........................................................................................... V
TABLA DE CONTENIDOS .............................................................................................. VI
ÍNDICE DE ANEXOS………………………………………………………………….VIII
ÍNDICE DE FOTOGRAFÍAS…………………………………………………………...IX
RESUMEN ........................................................................................................................... X
INTRODUCCION .............................................................................................................. XI
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA ................................................................................................................... 5
1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ............................................................................. 5 1.2 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA ................................................................................. 6 1.3 PREGUNTAS DIRECTRICES ......................................................................................... 6 1.4 OBJETIVOS ................................................................................................................ 7 1.5 JUSTIFICACIÓN .......................................................................................................... 8
CAPÍTULO II
LA RELIGIOSIDAD POPULAR: EL RETABLO ........................................................... 9
2.1 LA ESTÉTICA Y LA CULTURA RELIGIOSA POPULAR ........................................................ 9 2.2 LA RELIGIOSIDAD POPULAR ..................................................................................... 12
2.2.1 Rasgos de la Religiosidad Popular ..................................................................... 19 2.3 LA RELIGIOSIDAD POPULAR EN LATINOAMÉRICA ................................................... 21 2.4 RETABLO Y ESTÉTICA POPULAR ................................................................................ 25
2.4.1 Cultura Popular y su puesta en escena en el retablo ......................................... 28 2.4.2 Características Estéticas del retablo ................................................................... 31 2.4.3 Gremios y cofradías ............................................................................................. 34
2.5 LENGUAJE SIMBÓLICO ....................................................................................... 40 2.5.1 Mundo simbólico ................................................................................................ 40
CAPITULO III
vii
EL RETABLO DEL JESÚS NAZARENO, HISTORIA, CONTEXTO E INFLUENCIA EN LA RELIGIOSIDAD POPULAR .................................................... 47
3.1 REALIDAD LOCAL ....................................................................................................... 47 3.2 HISTORIA DEL RETABLO SEÑOR JESÚS NAZARENO .................................................. 50
3.2.1 La imagen religiosa del Señor Jesús Nazareno ................................................. 61 3.3 TRADICIÓN, MEMORIA Y CULTURA ........................................................................... 63
3.3.1 Memoria y huellas de la Tradición .................................................................... 70 3.3.2 El retablo religioso y su relación con la memoria ............................................. 73
3.4 LA IMAGEN COMO VALOR DE USO ESTÉTICO ............................................................. 74 3.5 LA FIESTA .................................................................................................................. 84
CAPITULO IV
CONCLUSIONES .............................................................................................................. 96
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................. 100
ANEXOS ........................................................................................................................... 102
viii
ÍNDICE DE ANEXOS
ANEXO 1……………………………………………………………………………….102
Personas entrevistadas…………………….……………………………………………102
ANEXO 2…………………………………………………………………...…………..103
Entrevista a Monseñor Víctor Corral M.……...………………………………...…….103
Entrevista a la Señora Sandra Torres …………………...…………………...………..111
ANEXO 3………………………………….…………...……………………………….114
Fotografías……………………………….…………………...………………………...114
ix
ÍNDICE DE FOTOGRAFÍAS
Imagen del Señor Jesús Nazareno……………………….………………………………..51
Imagen de la fachada del retablo con detalle de placa……………………………………52
Imagen de la fachada frontal del retablo………………………………………………… 53
Imagen del retablo con arreglos florales………………………………………………… 54
Imagen del retablo en procesión………...………………………………………………..55
Vista desde el interior de la imagen con arreglos florales………………………………..56
Vista del retablo en procesión con priostes………………………………………………57
Fotografía de la Señora Sandra Torres (propietaria de la casa)………………………….58
Fotografía del joven Luis Collahuazo……………………………………………………59
Celebración urbana en el Domingo de Ramos…………………………………………...78
Fotografías de la Virgen de Guadalupe y el Divino Niño………………………………..81
Imagen del Señor Jesús Nazareno en reposo……………………………………………..82
x
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE ARTES
MAESTRÍA EN ESTUDIOS DEL ARTE
Estudio del retablo urbano y su influencia en la cultura popular en el sector de Chillogallo, barrio San José de Río Grande, del Distrito Metropolitano de Quito en el
período 2011 – 2012 Study of urban retable and its influence on popular culture in the sector Chillogallo,
in the Metropolitan District of Quito in the period 2011 - 2012
Autor: Alex Patricio Velata
Tutor: PhD. Rafael Polo
Quito, junio 2015
RESUMEN
El trabajo trata acerca de cómo el sentido de religiosidad constituye uno de los motivos
anímicos de la convivencia cotidiana de la mayoría de ecuatorianos devotos de una
imagen religiosa. De forma concreta esa actitud se expresa en simbolismos como
expresión estética, es decir, el altar religioso. El objetivo general es investigar a través de
las formas estéticas del altar del Señor Jesús Nazareno desde la religiosidad popular y, su
influencia en la cotidianidad del barrio San José de Río Grande del sector de Solanda en la
ciudad de Quito, la cultura religiosa popular en los años 2011 – 2012.La metodología
utiliza los elementos: investigación bibliográfica, entrevistas, observaciones fotográficas.
La conclusión radica en explicar cómo la religiosidad popular con toda su carga de
tradición, aún en estos momentos en donde las características culturales marcan los
comportamientos, ha sobrevivido a los avatares de la modernidad, donde son los actores
sociales quienes sellan la pauta de reinterpretar yreactualizarla.
PALABRAS CLAVES
<RELIGIOSIDAD POPULAR><RETABLO><MEMORIA HISTÓRICA><SIMBOLISMO
RELIGIOSO><VENERACIÓN DE IMAGEN>
1
INTRODUCCION
Ventajosamenteen América Latina y de forma específica, en Ecuador y en el Distrito Metropolitano de Quito, se han realizado cuantiosos esfuerzos interdisciplinarios para reconstruir su memoria histórica, cultural, y social. Estos han surgido como iniciativa de investigación académica institucional o a partir de modelos de gestión de entidades gubernamentales. Más allá de la intencionalidad que se demuestre en el trabajo de campo, lo trascendental es la necesidad de recuperar espacios, modalidades, temporalidades, etc., que junto a la realidad histórica de nuestros pueblos, se ha permitido obtener innumerables avances en estudios específicos de la riqueza patrimonial existente en nuestros territorios.
Esta investigación pretende recuperar –para futuros planteamientos profesionales- un elemento sustancial de la riqueza patrimonial en el actual territorio del sur de la ciudad de Quito, específicamente en la parroquia urbana de Solanda, barrio San José. Este es el retablo del Señor Jesús Nazareno, imagen que, por desgracia, no cuenta con datos exactos de sus orígenes, sin embargo, en el transcurso de la investigación, se determina una probabilidad de más de cien años y, su presencia en este barrio de unos 70 años.
Mediante la observación en vivo y en directo de los rituales acontecidos alrededor del retablo, se realizaron varias entrevistas, sesiones de fotografía, resúmenes bibliográficos, y la asistencia a los eventos celebrativos religiosos suscitados en las fiestas propias de esta imagen, que varían cada año de acuerdo a las celebraciones de la Semana Mayor del calendario litúrgico de la Iglesia Católica, conocida como Semana Santa.
Para introducir este trabajo, aparecen de forma aleatoria varios cuestionamientos en cuanto la relación existente entre los estudios del arte y la religiosidad popular, específicamente hablando de este retablo histórico. Así se establece el siguiente cuestionamiento: ¿de qué forma están asociados la estética en las formas bellas y, la religiosidad popular en la forma en que deben y tienen que ser consumados, preservadas y transmitidas a las siguientes generaciones?
La respuesta que intentaré esbozar en esta tesis es que: en primera instancia, está el ser humano que tiene una creencia y demanda el cumplimiento de actos específicos para su preservación; luego, las formas en que ello se cumple de forma física y material para cerrar el círculo de actualizar, a la vez el mito y el rito, para dar paso al conocimiento que formará parte de la vida de los participantes que serán portadores de las siguientes generaciones.
Uno de los componentes desde donde se puede establecer una reflexión inicial, es el simbolismo o la representación construida de un macrosignificado sobre un hecho vivencial necesario y humano, que requiere ser socializado y comunicado a una determinada comunidad para su preservación.
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Para acercarnos a los orígenes de este simbolismo y sus correspondientes hechos vivenciales, desde el relato histórico, el territorio americano fue conquistado por occidente, y como resultado de este proceso bárbaro, la población local ha sufrido un maltrato profundo en varios aspectos: desde lo humano hasta las diferentes formas de deliberar y sus políticas culturales planteadas desde lo propio, una de las políticas de revolución local, es la resistencia, pero la religión institucional desde la iglesia impuso todas sus de actuar y pensar.
Como resultado de este proceso, surge lo no oficial, lo encubierto, lo anónimo, que no son más que las manifestaciones individuales clandestinas; el sincretismo en todos sus aspectos desde lo cotidiano hasta lo sagrado. Por sobre todas las cosas, la religión cristiana, salió triunfante, a todo precio, dejando de ser –en su momento- sometedora, para ser la auspiciante principal del alma, que vivifica el cuerpo y fortalece el espíritu, esta es una forma de seguir teniendo poder sobre el Ser.
Utilizando los diferentes sistemas de catequización para las personas, y como fruto de esta carrera de imposición de tradición religiosa, que fue interviniendo, manipulando y, en algunos lugares eliminando el rito y la celebración local, se impone la eucaristía (misa católica), siendo este un sistema pedagógico que mejor ha trascendido en las conciencias humanas, desde el choque cultural hasta hoy, todo este sumario, ha hecho que las prácticas andinas sean tapadas/yuxtapuestas y algunas borradas, se encajó haciendo coincidir las fiestas religiosas sobre celebraciones locales andinas, en palabras de Josef Esterman, la semana santa, por ejemplo, se impuso sobre el tiempo de la primera cosecha, que son los granos tiernos que es el tiempo del mushug nina (fuego nuevo), todos estos acontecimientos involucró grandes desvanecimientos culturales locales.
Los cambios en el significado del uso pragmático de las celebraciones religiosas pueden variar, pero los rectores o constitutivos permanecen porque ellos son depositarios del legado ancestral y su continuidad tendrá que seguirse por muchas generaciones más hasta que cambie o desaparezca en su propósito de componente vivencial.
Las prácticas religiosas por su vivencialidad y poder de contener el significado en la existencia humana puede engendrarse, según sea el caso en una serie de elementos y objetos, bajo las condiciones de lo sagrado y profano, lo divino y lo demoníaco, lo bueno y lo malo, es decir, en una serie de dualidades que expresan la búsqueda del equilibrio que proponen pero que no lo realizan.
De hecho el exceso en cualquiera de sus formas es una de las constantes que marca el ritual ya sea de iniciación, de seguimiento o prosecución o del final cuando la muerte aparece, que es algo relativo y temporal para luego establecer la reivindicación adecuada con la imagen religiosa, si se realizó lo que en la vida física fue las observancias del cumplimiento
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de veneración, que se expresa desde un comportamiento de legalidad religiosa, es decir aceptado por una comunidad.
Si es necesario esa condición en el paso de esta vida a la siguiente los objetos religiosos, son necesarios como la actitud del creyente para proyectarlos, estéticamente o no, se constituyen en los depositarios de un valor, pero que en un conjunto dispuesto estrictamente según los mandatos de la tradición adquieren “poder especial”. Así cabe uno preguntarse: ¿Cómo se adquiere ese poder especial y se pasa de lo humano a lo divino? ¿Cuál es valor del mito y la necesidad de rito en ese momento vivencial, y si no se cumple con suma religiosidad esta relación, el castigo y la proscripción para los portadores de iniquidad?
Son los cuestionamientos que la presente investigación se propone, aportar una respuesta tentativa para su discusión, mediante el análisis de su conjunto en las prácticas religiosas y objetos que anexados en lo que se denomina como un altar y la influencia que este ejerce en la vida cotidiana de sus seguidores o creyentes.
De igual forma, se propone una aproximación explicativa del por qué ésta práctica sociocultural está arraigada y forma parte de la cotidianidad de la “gente de pueblo”. Sin establecer un ensayo sobre esta problemática, lo que se busca es comprender por qué el sentido no solo religioso sino vivencial tiene esta práctica religiosa, que en su expresión más consumada se puede denominar como tradición popular.
Y de lo religioso a lo artístico y estético, ¿cuál es la mediación simbólica que se establece?, ¿por qué un orden asociado con los objetos para simular o tratar de representar la belleza de lo divino? La conjunción de lo sagrado y ciertos elementos que podríamos llamar profanos, como parte de la multiplicidad de ritos y tradiciones, es lo que constituye el tema nuclear de la presente investigación.
La religión, como todos los demás aspectos de la vida es un elemento activo de la cultura, hasta en las culturas ágrafas, la religión está representada por su Cosmología, Teología, es el fin que alcanza los deseos humanos, a través de la misma, dando como resultado los Ritos – Ceremonialismo, que influyen en la vida humana al servicio del hombre, como custodios indulgentes ha creado amuletos que protegen de toda mala intención o peligro.
En los pueblos ágrafos dan por afirmada la Creencia, que siempre ofrecen parte de suyo a sus Dioses, y estos están representados por algún tipo de amuleto, que representa las fuerzas intangibles, por medio de la invocación o plegaria, para pedir protección. Es determinar las potencialidades que emite el sólo hecho de un juego de palabras y actos simbólicos que se elevan y trascienden una creencia en particular, en este caso, la devoción a la imagen del Señor Jesús Nazareno.
Es necesario y valedero acercarnos a estos aspectos de investigación para recuperar no sólo el valor histórico que pueda tener el patrimonio físico de un territorio, como por ejemplo,
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este retablo; sino también el valor intangible del tejido social como centro de la vida en comunidad, la riqueza espiritual de un pueblo, los valores sociales y religiosos que se extienden a través de los tiempos como herencia para las futuras generaciones de una nación.
La presente investigación se encuentra distribuida en tres capítulos temáticos, el primero, que tiene que ver con la presentación del problema, el segundo se refiere a la estética y su relación con la religiosidad popular, aquí nos adentraremos en los acercamientos teóricos de las relaciones entre arte y religión, cultura y religiosidad popular. El tercer capítulo nos adentrará a profundidad en los elementos que acercan el relato histórico-cultural del retablo del Señor Jesús Nazareno, sus valores cronológicos, los elementos que constituyen las tradiciones locales y, los principales ritos que acontecen alrededor de este elemento patrimonial y su devoción religiosa.
Finalizaremos la investigación con un cuarto capítulo, donde se exponen las diferentes conclusiones a las que, como profesional, y partiendo de los estudios del arte, se ha llegado y pretenden ser herramienta de trabajo para futuras intervenciones y estudios complementarios.
En esta introducción pretendo también otorgar un fervoroso agradecimiento a las instituciones involucradas en el proceso de investigación, a los vecinos del barrio San José, a los profesionales de la Universidad Central del Ecuador y a todas las personas en particular que acompañaron este trabajo.
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CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
1.1 Planteamiento del problema
Frente a laimpericia del valor simbólico, cultural y artístico en torno a los retablos urbanos, se plantea la siguiente pregunta de investigación: ¿cuál es la influencia de estos sobre la cultura popular, en el Barrio San José de Río Grande, ubicado en el sector de Chillogallo entre el 2011 y 2012?
El presente proyecto de investigación establece la falta de conocimiento sobre el uso de los altares urbanos, desde un aspecto estético-religioso, simbólico-cultural, dentro de la religiosidad popular, la relación entre lo oficial y lo no oficial, lo divino y lo profano.
¿Cómo nació el retablo urbano religioso del Señor Jesús Nazareno, que acontecimientos se suscitaron y de qué forma se instauran el retablo urbano como un componente ceremonial festivo que mantiene la tradición? ¿Cómo se construye un retablo urbano y cuál es su valor estético? ¿Cuáles son las devociones al Señor Jesús Nazareno, novenas grupos de oración? ¿Cuáles son las fiestas en el transcurso del año, que se asocian a lo ceremonial religioso, donde interviene el altar urbano? ¿Cuál es su influencia sobre la cultura popular, en su vivencialidad sagrada, en su imaginario sobre lo divino? ¿Cómo la religión usa la obra de arte, recrea, reeimagina, reinventa, el sentimiento de religiosidad en el tiempo actual? ¿Quién se encarga de darle mantenimiento durante todo el año este lugar sagrado? ¿De qué manera influye la presencia de este retablo urbano religioso en la población del barrio San José de Rio Grande, sector de Chillogallo?
Es preciso señalar que cuando suceden estos acontecimientos, devienen acciones de los actores sociales que llevan estos procesos hasta su culminación, de cómo el pueblo está relacionado intrínsecamente y organizado por medio de cofradías y grupos sociales, desde un enfoque de los componentes de lo sagrado. Esto se aprecia por medio de una experiencia religiosa vivencial.
La representación religiosa a través de los altares urbanos como parte de la cotidianidad hace un referente de una actitudsobre el performance, al enaltecer una relación entre sujeto-morada, dado que este espacio es una representación del templo, en una actitud religiosa y
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una experiencia individual, pero siempre está la otredad, lo que hace que se tenga una relación social cotidiana permanente.
1.2 Formulación del problema
En el presente proyecto de investigación en relación al planteamiento del problema y la relación entre el altar urbano y su influencia en la cultura popular se plantea dos preguntas.
¿Cómo influye el retablo religioso urbano en la cotidianidad de la población del sector de Chillogallo, específicamente, del barrio San José de Río Grande? Y cuáles son los sucesos religiosos dados por la presencia de la imagen del Señor Jesús Nazareno, ¿en qué aportan en la vida diaria de los habitantes de este sector?
1.3 Preguntas directrices
En el siguiente proyecto de investigación se plantean las siguientes preguntas a desarrollar.
� ¿Qué características en cuanto a lo estético, tendencia artística, época, etc., tiene el altar urbano del barrio?
� ¿Cuál es el valor simbólico que la población de Chillogallo le otorga a los altares urbanos de su barrio San José de Rio Grande?
� ¿Cuáles son los factores que inciden en el desconocimiento del valor cultural y simbólico de los altares urbanos, por parte la población del barrio San José de Río Grande?
� ¿Cuál es la importancia de generar conciencia y reconocimiento en la población barrial, sobre el valor de la tradición y sus prácticas religiosas?
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1.4 Objetivos
Objetivo General:
Estudiar el altar urbano del Señor Jesús Nazareno desde la estética y la religiosidad popular y, su influencia en la cultura tradicional del barrio San José de Río Grande en la parroquia urbana de Solanda de la ciudad de Quito.
Objetivos Específicos:
1. Identificar las características en cuanto a lo estético, tendencia artística, época, etc.
Que tiene el retablo urbano del Señor Jesús Nazareno, dentro de la relación entre
estética, cultura y religiosidad popular.
2. Analizar el valor simbólico que la población del barrio San José de Río Grande le
otorga al altar urbano de su barrio.
3. Investigar y explicar cuáles son los factores que inciden en el desconocimiento del
valor cultural y simbólico de los altares urbanos, por parte la población circundante
al retablo urbano del Señor Jesús Nazareno.
4. Realizar un análisis crítico sobre la importancia de generar conciencia y
reconocimiento en la población barrial, sobre el valor de los altares urbanos del
barrio Chillogallo.
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1.5 Justificación
El presente proyecto de investigación centra su importancia en la diversidad de temáticas como la estética, la religiosidad popular, la cultura, entre otros elementos, y que arraigados en las tradiciones, costumbres, creencias y devociones privadas, han influido en la cotidianidad de un barrio en específico. Estos actúan como ejes transversales en la vida de la gente y sus diferentes manifestaciones se evidencian en diferentes acciones sociales como las fiestas y celebraciones oficiales y populares.
Frente a la posible ausencia de estudios históricos y de rigidez académica sobre este retablo y, ante el desconocimiento de las instituciones religiosas y estatales de la importancia de éste, se plantea la necesidad de realizar una investigación sobre este elemento que debe ser reconocido como patrimonio de la ciudad y del país, para memoria histórica de los acontecimientos, devociones, rituales y celebraciones que se suscitan en las comunidades populares del sur Quito.
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CAPÍTULO II
LA RELIGIOSIDAD POPULAR: EL RETABLO
2.1 La Estética y la Cultura Religiosa Popular
Lo bello natural es reflejo del espíritu.
Kant
Cultura, según los estudios antropológicos,es toda actividad del sujeto inscrito en un
determinado grupo social, que contribuye a transformar los acontecimientos que mutan la
expresión simbólica temporal y espacialmenteen las diferentes manifestaciones humanas,
sean estas individuales o colectivas, tangibles e intangibles. El término “cultura” hace
referencia tanto a la construcción de la memoria histórica, como a la suma de riquezas
culturales de un colectivo social, que sereproducen en sentido generacional y cobran forma
en: tradiciones, costumbres, ritos, hábitos, educación, política, arte,religión y economía. En
cuanto que, la cultura es aquello que el hombre añade a la naturaleza sea en sí mismo sea en
otros objetos –cultura como suma de bienes materiales-. Mientras, según esto, naturaleza
significa lo que es innato en el hombre y además lo que existe fuera de él sin su
intervención, cultura abarca todo aquello que debe su origen a la intervención consciente y
libre de aquél. Entonces, tanto el origen como el fin enlazan entre sí naturaleza y cultura.
10
Segúnel Diccionario de filosofía, Cultura proviene del latín colere, que quiere decir
cultivar, esto implica que el término Cultura lleva al perfeccionamiento de las aptitudes
propiamente humanas, es decir, al cultivo del espíritu.(Brugger, 1953, pág. 87).
Con la aproximación a la definición del término “Cultura”, es posible acercarnos al
fenómeno de “la cultura”,para comprenderla como parte sensible de todo ser humanoque
experimenta diferentes sensaciones como la vida y la muerte, lo sublime y el arte, lo
sagrado y lo profano, la materia y el espíritu. Entonces, es una construcción espacio
temporal que motiva la lucha de intereses con el fin de establecer un poder que dirija el
sentir de la sociedad, a la vez que es producción también transfiere códigos culturales
locales.
Por otro lado, el término “Estética” proviene del griego, ¨aísthesisque significa percepción
sensorial; segúnBaumgarten, “la estética implica la perfección del conocimiento
sensorialcomo tal, en el cual reside la belleza”(Brugger, 1953, pág. 138). De esta manera, la
apreciación de lo bello se forma enel perfeccionamiento del gusto y del sentimiento por las
cosas con carácter ontológico orientado bajo principios razonados y libres de cada sujeto.
La estética considera como elementos de relación a la naturaleza y a la belleza, al creadory
al espectador, al placer y al gusto. Preguntas como:¿Si es más bella la naturaleza o las
creaciones humanas? ¿Si el creador de una obra siente lo mismo que el espectador?¿Si el
placer está atado al gusto? dan forma a las indagaciones estéticas.
Kant, en laCrítica del juicio(Kant, 1968) indaga sobre el juicio del gusto y el sentimiento
de placer, o, el juicio del objeto.Este filósofo sostiene que el placer en el objeto, no es otra
cosa que mero agrado, definido como “lo que place a los sentidos en la sensación”, según
este juicio los objetos no existen sin el ser, ya que el ser objetiva en sí los objetos. De este
modo, donde incide el carácter sentimental es en la representación artística.
La contemplación estética es desinteresada, por tanto, nos hace desear al objeto en tanto no
hay finalidad, ni interés alguno. El arte, de este modo, es libre juego de la imaginación,
como sostieneKant, aunque la imaginación cree “otras naturalezas”, otros mundos para la
contemplación estética, estos se nutren de la naturaleza propia, el arte es imitación de la
naturaleza. (Kant, 1968).
11
De las ideas de Kant, se desprenden muchas interrogantes, entre ellas ¿Lo bello es parte de
lo natural? ¿Dónde se presenta lo bello? ¿Cómo se presenta lo bello? El Ser, como hacedor
de formas artísticas motiva lo bello en todos los contextos y en diferentes formas, así, el
arte se vincula íntimamente con la religión con el fin de que el sujeto proyecte sus ideas
más elevadas en la memoria de los pueblos, por ejemplo, las concepciones religiosas,
surgidas del espíritu, para “objetuar”lo bello en las imágenes religiosas que muestran el
devenir de lo divino que se sostiene en la estructura de un orden espiritual.En consecuencia,
el arte unifica al sujeto, a la naturaleza y al Espíritu, formando parte integral de las
personas.
Por su parte, Hegel, en“Lecciones sobre Estética”(Hegel, 1977, p. 120), sostiene que“lo
bello artístico es superior a lo bello natural porque es producto del Espíritu”. El ser
humano al poner de manifiesto al Espíritu, a partir del lenguaje, hace posible que éste se
exprese de varios modos.
Según Hegel, el arte es, entre la religión y la ciencia, un modo elevado de manifestación del
Espíritu, de esto se desprende que, todo aquello que es construido por el hombre, entre esto,
las obras artísticas alcancen mayor belleza que las obras de la naturaleza, simplemente
porque las obras de arte son más complejas. La naturaleza es bella, como lo afirma Hegel,
pero más bellas son las obras artísticas creadas por el Espíritu y que se ponen en evidencia
por la sensibilidad del artista.
Hegel relaciona las estaciones elevadas del Espíritu: Arte, Religión y Ciencia. Por medio de
estas relaciones es posible comprender el diálogo entre el Arte y la Religión. El arte al
evocar sentimientos, implica la construcción de representaciones alegóricas que
narransentimientos como la pasión,el éxtasis, el perdón.
Los sentimientos, al ser “objetuados” por la religión ayudan a fortalecer las tendencias
morales de la tradición, así el arte, sirve para catequizar a la masa por medio de imágenes
religiosas, que a la vez permiten controlar y dirigir los sentimientos, pues, expresan un
contenido moral, de esta manera afirma Hegel que el arte debe contener algo superior a lo
cual se subordinen las inclinaciones y las pasiones.(Hegel, 1977) Por tanto, el arte cumple
12
con la creación de formas y la religión las dota de contenido, pero el arte debe mantenerse
alejado de interpretaciones y consideraciones ajenas a su función que es motivar lo bello.
El objeto artístico, de acuerdo con Hegel, debe mantener una incidencia concreta sobre los
sentidos, de no ser así será solo forma, de no haber comunicación entre contenido y forma
perderá su esencia de obra de arte, “la imagen sino comunica, anula su presencia”.(Hegel,
1977)
La función del arte es mostrar lo bello, al entrar en contacto con la religión, esta función se
transforma y da lugar al cumplimiento de otro rol que es moral. Entonces surge la pregunta
¿Disimulan las obras artísticas la función moralizante?La imaginería religiosa incide sobre
lo más íntimo del ser humano, pues en ellas se anuncia la unión del hombre con lo divino,
en este caso, la relación arte-religión es muy útil para logar fines extra-estéticos.
La obra de arte,tiene un sentido moralizador, si el interés religioso la utiliza como vehículo
para su servicio. En este caso, el arte sirve para aleccionar masivamente y llevar a cabo un
proyecto evangelizador que se postula como verdadero. La religión, así, dota al objeto
artístico de contenido extra-estético y motiva en la sensibilidad humana el deseo de
transformación de lo mortal en inmortal, de lo terreno en meta o ultra-terreno.
En consecuencia, por medio de las imágenes artísticas, la religión encontró la manera de
representar lo espiritual, así el arte se convierte en un medio para conocer lo divino.
2.2LaReligiosidad Popular
La religión, como todos los demás aspectos de la vida es un elemento activo de la cultura, hasta en las culturas en las cuales un grado relativamente de especialización nos permite distinguir entre la religión oficial y la popular, la religión no es cosa aparte de la vida.
(J. Herskovits)
El fenómenode la religiosidad popular es una respuesta a la coexistencia de las personas en
relación a sus contextos, sostiene Dussel, “la religiosidad popular debe enmarcarse dentro
de la cultura popular” (citado en Kohut, K., Meyers A., Eds. 1988, p. 13),que irrumpe en
13
nuestra cotidianidad, cubierto por una cortina de humo que va proyectando nuevas
dialécticas en base a las ritualidades y manifestaciones simbólicas, determinado un
comportamiento cultural y de identidad,propio de cada localidad, contraponiéndose con la
oficialidad y relación con el otro, personificándose dentro de un grupo social, en todas sus
representaciones, en base a sus creencias, leyendas, mitos y costumbres.
La vida cotidiana gira alrededor de la religiosidad, y lo popular toma de lo oficial y
viceversa, son conceptos que se complementan entre sí, en relación a una deidad, en el cual
las personas tiene un papel protagónico como interprete, de las prácticas socio-históricas-
religiosas, al margen de institucionalidad se resisten a lo comunitario a un ritmo que se
consolida en las creencias.
Estos acontecimientos mantienen una mediación hermenéutica, que le permite salir de la
verticalidad oficial, que permiten dar una estructura autónoma para mantenerse viva,
como indicadores culturales y sociales en el fortuito desenlace y relacióncon la religiosidad
que va integrando anillos sociales, que a la vez marca los niveles culturales al margen de la
ortodoxia acosadora, como señala Tamayo, ¨las religiones viven sometidas de manera
permanente al acoso de los fundamentalismos que ponen en peligro la convivencia” (2004,
p. 65).
Para entender mejor la religiosidad popular que las personasexperimentan, hay una
interpretación que mantiene una dimensión relacional con su deidad, como dice
Scanone“aunque sin alcanzar un saber absoluto” (2003, p. 177). Por lo consiguiente hay
“una hermenéutica a partir de la Biblia”, como lo define Tamayo:
El ser humano vive y actúa, piensa y delibera, comprende y cree, juzga y experimenta, bajo el signo de la interpretación. El acto de comprender es interpretación, como lo es también experimentar en un sentido distinto del meramente pasivo, hasta el punto de que ser una persona experimentada consiste en haber conseguido ser un buen interprete (2004, p. 66).
Siendo la religión el eje transversal en la existencia de la mayoría de grupos sociales las
personas mantiene una forma de expresión propia, como sostiene Maldonado, ¨se trata de la
forma o de la existencia cultural que la religión adopta en un pueblo determinado (1990,
p, 24).
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El ser humano originario tenía como único interés la resistencia, conforme el desarrollo de
la cultura surgieron muchas inquietudes, muchas de ellas sin respuesta: La lluvia, los ciclos
climáticos, embates naturales, el fuego, etc.La observación de estas irregularidades implicó
a su vez que el ser humano se aproxime a la naturaleza, no de forma instintiva sino con
aproximaciones y posibilidades reflexivas con base en la realidad.
La toma de conciencia de lo que rodea al hombre, implica que éste se introduzca en una
nueva dimensión, distinta a la natural sino con un sentido de cultura e identidad,
condensada en un ethos, y sus manifestaciones religiosas simbólicas, como señala Duseel:
La actitud global ante la existencia, personal o social, histórica, es trágica, pasiva. Una cierta teología de la resignación lo tiñe todo, ¡Dios así lo quiere! La muerte del niño, la enfermedad, la pérdida del trabajo, la muerte. De todas maneras para la religiosidad popular todo tiene sentido, pero, como hemos dicho, es a veces introyección de la ideología dominante en el dominado. (Kohut K., Meyers A., p, 22).
Partiendo de esta “actitud global”, la religión de un pueblo está expresada en la cultura
que se caracteriza por ser un proceso de construcción de conocimientos y saberes
humanos, que conlleva sistemas políticos, miedos, temores, experiencias, que se canalizan
con el aparecimiento del animismo, la magia, y posteriormente la religión. Estas prácticas
que implican mitos, creencias, leyendas que dependen de la “interacción” de los humanos
al interior de grupos sociales.
Al respecto, sostiene Lunacharski:
Los primeros pasos de la religión están indisolublemente ligados a la ciencia y poesía. El animismo, la explicación de los fenómenos del mundo por analogía con el hombre como manifestación de voluntad y de espíritus exteriores de él, constituye la religión la poesía y la ciencia del hombre primitivo. Poesía y ciencia se confunden, porque sus hipótesis adquieren el carácter vivo del mito, y porque, en cuanto le ha satisfecho, no distingue ya la hipótesis de la verdad. La mitología, esa ciencia poética, se convierte en religión porque no solo explica objetivamente la naturaleza al hombre (como hace la ciencia moderna), sino establece relaciones entre hombre y los seres poderosos que le rodean. Al hombre primitivo no le guía la mera curiosidad, ni el deseo de la fantasía sino una necesidad práctica. (1976, pág. 50).
15
De este modo, los seres divinos presentes en las tradiciones, están representados en
alegorías, por ejemplo, el arte escultórico que lleva al hombre a erigir sistemas simbólicos
complejos motivados, principalmente, por las prácticas religiosas cuya función es cumplir
el deseo de religarse con el infinito. El religar instaura actos concretos como: poner el
cuerpo de rodillas ante una hierofanía –figura sagrada-, inclinar la cabeza, alzar las manos,
etc., estos actos devocionales son rituales que las personas cumplen con su divinidad.
Los rituales, que se encargan de actualizar la tradición, pueden ser dirigidos desde el anillo
social más alta de la población hegemónica, en ese caso, se puede hablar de una
religiosidad con sentido oficial. Frente a ésta hay una reactualización de los símbolos y el
cumplimiento de rituales que surgen de manera espontánea desde la población media y baja
de la población, como es el caso de la religiosidad popular.
De este modo, tanto la religiosidad oficial, como la religiosidad popular cumplen actos
devocionales cuyo fin es establecer la relación entre lo divino y lo terrenal. Esta relación
cobra formas diferentes en las distintas culturas y épocas, y se la puede visualizar por
medio de los objetos escultóricos religiosos y sus creencias.
Según Parker, “Las prácticas religiosas populares mantiene un carácter comunitario y no
individual, por tanto, son productoras de sentido”(Parker, 1993: 124),especialmente de
carácter simbólico que diferencia entre: el espacio sagrado y el espacio profano; la
religiosidad oficial y la religiosidad popular; lo cotidiano y lo extraordinario, es decir, están
en igualdad de equilibrio trascendental en la persona, de una manera oscilantes entre la
impresión del sentido de culpa y el perdón,pero que estas dos entradas perennizan un
perdón eternizado.
La institución-iglesia, específicamente en el caso de la Iglesia Católica tiene derivaciones
judías, cristianas y romanas, el oficialismo usa el andamiaje de lo popular para sustentarse,
como afirma Dussel:
La romanización de la iglesia católica desde la segunda mitad del siglo XIX la separo de la religiosidad popular. En realidad existen dos prácticas religiosas: unas populares y otras oficiales. El pueblo, el mayordomo o la cofradía lleva al santo en procesión para que el ¨padre¨ (el sacerdote oficial) le celebre una misa. Son como dos religiones diversas. Pero la
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iglesia católica jerárquica sigue controlando los centros de peregrinación, las romerías, (citado en Kohut, K., Meyers A., Eds. 1988, p, 22).
Este conjunto de prácticasse dan en un escenario donde se ponen en juego diferentes
formas de expresión.Como resultado de estos actos hay una proforma cultural, que va
normando la realidad, lejos de ser una alegoría a la costumbre, la misma va marcando la
vida de sus actores, en relación con su deidad suprema, que rige sus vidas, en palabras de
German Neira, dice que las “prácticas populares deben ser liberadoras”.
La religiosidad popular es identidad en cada localidad en las que van definiendo en palabras
de Dussel, las “subjetividades”, expresadas en símbolos religiosos, que se puede teñir de
cierta manera como resistencia a lo cultural hegemónico y la institución iglesia, como
dictaminadores de líneas verticales sacramentales, sería “antipopular”,por lo consiguiente
sostiene Dussel, que:
Es el núcleo fundamental de sentido de la totalidad de la cultura popular porque se encuentran ahí las prácticas que enmarcan la significación última de la existencia. La vida cotidiana el sufriente pueblo, (Kohut, K., Meyers A., Eds. 1988, p, 14).
Este proceso de tradiciones al margen de lo oficial, propio del siglo XIX en el que sus
prácticas estabanafincadas dentro del marco y venia ortodoxa, por consiguiente, las
prácticasreligiosas populares tienen presencia histórica-cultural-identitaria, como señala
Dussel, donde el mismo pueblo era el sujeto y actor. Es decir, la religiosidad popular quedó
bajo el control del pueblo mismo. En sus diversas formas de expresión religiosa, como
afirma Dussel,
Es esta actoría, el ser actor, tener el control y el conocimiento de su estructura, lo que define a la religiosidad popular como un campo privilegiado del protagonismo popular, aunque frecuentemente sea simbólico. (Kohut, K., Meyers A., Eds. 1988, p, 15).
17
Dado que las tradiciones son propias de un grupo social y que no pueden fundirse o
perderse con las prácticasoficialistas auspiciadas por la institución-iglesia y el cuerpo
clerical.
En este punto habría que aclarar que religiosidad popular, tiene que ver con las prácticas
que nacen dentro del grupo social y que son afirmación para sí mismo, como un hecho de
un deber cumplido, bajo el término de una estructura de castigo, que se sostiene en un
marco de identidad cultural, en que la bendición es parte de un todo, por ejemplo no se
puede salir a la calle sin haberse realizado la cruz, la persignación desde el tiempo histórico
que se mantiene como tradición. Al respecto sostiene Dussel,
En fin los santos. Los santos patronos de familia, del barrio, de la aldea, de todos los lugares, de las comunidades. Muchos de ellos vienen a sobreponerse a las antiguas divinidades, fuerzas o principios de la naturaleza. Los hay para para todas las ocasiones: para buscar marido, para la fidelidad, la fecundidad, para encontrar objetos perdidos, etc.(Kohut, K., Meyers A., Eds. 1988, p, 15).
Además de mencionar que la tradición es parte de la convivencia,forman un cuerpo cultural
que ha resistido los embates del tiempoy los sistemas de homogenización, valdría
esclarecer entre catolicismo popular y religiosidad popular, los datos más breves son
posteriores como señala Maldonado, al respecto delVaticano II, ya que el Concilio no se
ocupó de ella porque no hubo una conciencia eclesial, (1990, p, 19).Hay datos certeros que
fortalecen este fenómeno nuevo, sin cuerpo y sin rostro a partir del documento de Medellín
en el año de 1968, la cual será bandera Latinoamericana y objeto de estudios e
investigaciones posteriores para comprender esta realidad, como sostiene Maldonado,
Por lo consiguiente, religiosidad popular es pues, según lo anterior un hecho sincrético de encuentro e interacción de realidades distintas pero convergentes. Es un hecho de encarnación de la fe. En realidad podemos llamarlo catolicismo popular (1990, p, 22).
Como parte de este conglomerado las diferentes concepciones en el campo de la
religiosidad popular o catolicismo popular, en sentido lógico pueden funcionar como
sinónimo, en este punto hay una mezcla de saberes y tradiciones rituales que sigue vigente,
a lo que señala Maldonado,“no hablamos de sincretismo sino de sincretización.El
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sincretismo suele tener un sentido peyorativo. Alude a la unión o, mistificación
híbrida”,(1990, p., 22). Es una personificación de hechos en la cultura popular.
En esta dimensión de la religiosidad popular, a diferencia de lo oficial, que conmemora en
este marco de lo popular, es un estilo de vida, como sostiene, Dussel, tienen ciertapráctica
fundamental, se sacraliza el tiempo y el espacio, como una promesa que cada año en la
fiesta se restablecerse como una renovación de promesas, en este conjunto de hibridación
de hechos, hay una articulación que sobresale la alteridad y reciprocidad comunitaria, como
afirma Marzal, “la religiosidad popular presente sólo se comprende plenamente a partir
de su pasado”, (2002, p, 265).
En este grupo social se vive este sentido religioso más a nivel vivencial y por la experiencia
diaria de lo divino o trascendental, que los conceptos institucionalizados, ya que sólo
quedan a nivel de discurso, volviéndose terreno movedizo donde la tradición pervive día a
día, por lo que uno de los recursos utópicos es la religión, siendo parte de este anillo social,
“las personas excluidas que han perdido la esperanza en el futuro y ni siquiera se esfuerzan por gritar están tan exhaustas que ni siquiera tiene fuerzas para protestar. Pero aun para qué gritar si nadie los va escuchar (Tamayo, 2004, p. 203).
Esto puede hacer un desvanecimiento de las esperanzas de un mejor estilo de vida, debido a
que la fisura social se va ensanchando cada vez más, conformando así un nuevo anillo
social,el de los sin bandera social y lugar propio en las diferentes capas sociales, como
afirma Tamayo:
“Un cuarto mundo de miseria que tiene múltiples manifestaciones: desempleo que afecta mayoritariamente a las mujeres y a los jóvenes, y a veces a todos los miembros adultos de la familia; prostitución, como medio de supervivencia; violencia contra las mujeres; delincuencia…, inmigrantes y refugiados que son objeto de xenofobia y racismo, presos personas sin hogar, ni familia ni trabajo.., personas solas abandonadas sin recursos; personas alcohólicas; niños y niñas sin familia, sometidos al tráfico sexual, etc.
Es aquí donde partiendo de este “cuarto mundo” donde estos actores sociales aterrizan en
el terreno de la religiosidad popular siendo la bandera de esperanza que pervive en su
19
memoria, pues cada imagen religiosa cobra vida por un instante, que se descubren en cada
testimonio, manifestaciones de la razón de ser en sí mismo.
2.2.1Rasgos de la Religiosidad Popular
Las deliberaciones sobre este tema tienen sus propios contextos, partiendo de un cuerpo sin
rostro, siendo tema de investigación y estudios para aproximarse a entender estos
comportamientos sociales, tienesu génesis en el año 1968, con el documento de Medellín,
siendo una comunidad ampliada la cristiana con derivaciones y procesos seculares, con un
sentido de religiosidad con varios indicadores y normas a partir de la romanas con
derivaciones judeo-cristianas,de cómo en base a una estructura social, inicióeste tratado
sobre un sentido de revalorizar los anillos sociales marginados que es el terreno donde
surge los símbolos y tradiciones que religiosidad popular, se nutre: como cita Jürgen Hans,
En el documento No. 6 ¨Pastoral Popular¨ definió ¨religiosidad popular¨ como fruto de una evangelización de la época de la conquista con rasgos específicos. Se trata de una devoción de votos, promesas, romerías con una pluriformidad de expresiones que se basan en la recepción de los sacramentos principalmente del bautismo y de la primera comunión, recepción que tiene más implicaciones sociales de impacto sobre una práctica de vida cristiana. No obstante recalca que la fe llega al hombre envuelta siempre en un lenguaje cultural,(citado, en Kohut, K., Meyers A., Eds. 1988, p, 51).
De acuerdo a este documento y como para comprender esta discusión, no sirven las
visiones de carácter accidental, sino concepciones apuntaladas desde lo endógeno, ya que
de serlo en situ, serían miradas estructuralistas totalizadoras, la cual sitúa contenidos fríos y
ortodoxos al contario de latino América“contenidos humanizantes de la religiosidad
popular”,(íbid), que se enmarcan dentro de este contexto y desarrollo cultural, las
tradiciones están llenas de sentimiento y reciprocidad comunitaria.
Luego del primer encuentro latinoamericano episcopal, organizado y presidido por el
CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), le sucede el documento de Puebla de 1979,
donde se tratan puntos como: signos y constructores de unidad, defensores y promotores de
la dignidad, evangelización en América Latina, la familia, la juventud entre otros temas, de
20
sensibilidad con la sociedad, donde tienen inclinación a lo humano y su convivencia en
relación con el otro.
La religiosidad popular no sólo es objeto de evangelización, sino que, en cuanto contiene encarnada la palabra de Dios, es una forma activa con la cual el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo. (Documento de Puebla, citado Maldonado, en catolicismo popular, n.450, p, 24).
Está por demás decir que el objetivo principal del documento, es el de expresar quela
estructura que sostiene al ser humanoen su religiosidad, que en coexistencia va
reinventando su simbología,cuya materialidadle permite proyectarse en base a sus
creencias, en diferentes imágenes religiosas estéticas como las esculturas, y se vivificanen
el acto,en tanto reinterpretacióndel símbolo, este se activa en unidad y ritmo colectivo, la
memoria permanece, en relación de la familia que es núcleo, la sociedad y sus anillos
sociales, entorno a su historicidad y, en relación a su deidad suprema o sagrada, que
reforzando y reorganizando en andamiaje social.
El orden de la religiosidad popular, en palabras de Tamayo, es “la reflexión sobre la
racionalidad de las creencias religiosasdebería tomar el nombre de religiosidad natural en el
siglo XXI”, ya que está vulnerable a nuevos derroteros, frente a diferentes corrientes de
carácter vertical, homogenizantes, totalitarios y nuevos sistemas de comunicación que
dictaminan el consumo de cultura. Es decir hay sucesos sobre hechos que marcan la
expresión en el marco de la religiosidad popular manifestación interior de manera fluida
que adhiere sentimientos y actitudesradicadas en la cultura del pueblo.
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2.3La Religiosidad Popular en Latinoamérica
Tras la llegada de los Ibéricos a Mesoamérica en 1492, el continente sufrió un proceso de
re-simbolización en el terreno de religiosidad y espiritualidad. Este produjo un “choque de
civilizaciones” en el que no existió intercambio entre iguales, sino imposición simbólica de
los europeos sobre los pobladores del Abya-Yala.
En este contexto, se produjo además un exterminio simbólico que dio paso a lo que hoy se
conocecomo hibridez cultural, que no es sino juntar elementos culturales propios y
extranjeros para lograr una especie de sincretismo simbólico y cultural. Sin embargo, de
este sincretismo que se vive en Latinoamérica, hay que considerar que los elementos de las
culturas prehispánicas que hoy quedan visibles responden al despojo que quedó luego de
las masacres sociales tanto físicas como religiosas y espirituales.
Por este proceso determinante para la realidad prehispánica, el sincretismo, por tanto,
expresa el resultado de una lucha desigual entre los conquistadores y los conquistados. Los
primeros legitimaron sus prácticas violentas de la mano de un proceso de evangelización
cuyo alcance ha sido muy exitoso debido al manejo simbólico. El principal objetivo de la
evangelización en América Latina es que los “nativos” escuchen al Dios, es la proclama
de los Ibéricos, el monoteísmo como única posibilidad de salvación.
El sincretismo, como sistema filosófico, procura conciliar distintas doctrinas. En el ambiente religioso se refiere a la presencia de elementos o creencias diferentes o de diverso origen dentro de una misma religión o secta. Un ejemplo de sincretismo lo encontramos en las religiones afrocubanas o afroantillanas que combinan elementos de cristianismo o catolicismo con las creencias de las diversas tribus del África. Pero, a decir verdad, cierto grado de sincretismo ha estado presente en infinidad de sistemas religiosos, (http://www.medioscan.com/pdf/religionesysectas.pdf, (Descargado, 1-12-15).
Al referirse al sincretismo no puede quedar al margen la vida y su religión ya que se da una
evangelización impuesta, una cultura sobre la otra, el país Ibérico sobre Latinoamérica
sobretodo en Sudamérica, logrando una religión homogenizante, resultado de este
22
acontecimiento, una religiosidad popular paralela a la oficial, así lo define Ramos Marcos
en su Nuevo Diccionario de religiones Denominaciones y Sectas:
Creencias de la población. Según Enrique Dussel, se trata «de un momento de la cultura popular… creencias subjetivas populares, símbolos y ritos, junto a comportamientos o prácticas objetivascon sentido, producto de historia… que no debe confundirse con la religión oficial».En el contexto latinoamericano, puede entenderse como todo lo anterior, pero en relación directacon una población de origen católico-romano. Sus críticos señalan las formas idolátricas y supersticiosas de practicar la fe (con elementos de superstición, magia, fatalismo, fetichismo,ritualismo y de evangelización parcial prevalecen en ese ambiente), y apuntan generalmente a la toleranciacon la que la iglesia oficial contempla el fenómeno. En realidad, el sincretismo religioso predomina en grandes sectores de la población latinoamericana y de otras regiones del mundo. No puede estudiarse la cultura de esos pueblos sin observar su religiosidad popular, contrastada con la religión oficial, (http://www.medioscan.com/pdf/religionesysectas.pdf, (Descargado, 18-11-14).
El monoteísmo, en Latinoamérica, ha sido posible por la yuxtaposición de elementos
simbólicos que narran, por un lado, los mitos religiosos europeo-occidentales, y por otro
lado, narran los mitos religiosos amerindios. El sincretismo cultural, por tanto, implica un
combate a nivel simbólico que se expresa en las figuras artístico-religiosas. Como ejemplo
podemos mencionar a los retablos, tanto oficiales como populares. Los primeros se
exponen en las Iglesias católicas, los segundos, en las casas privadas o barrios de las urbes
latinoamericanas.
Los artistas encargados de la “decoración” de las iglesias de modo consciente encriptaron
ciertos elementos paganos que fueron incorporados a la imaginería oficial: el sol, la luna,
árboles considerados sagrados, las estrellas… de esta particularidad surge un estilo estético
que se identifica con un imaginario que contiene e integra universos de sentido distintos
pero que dan lugar a una forma estética singular: el Barroco latinoamericano.
El barroco latinoamericano se caracteriza por la incorporación de elementos tanto oficiales como populares, así, se ponen en juego las relaciones simbólico-religiosas que afirman a la vez la cultura hegemónica y la cultura popular. De este modo, lo popular se ancla y se encubre en lo oficial para no perecer, con el fin de que la institucionalidad oficial le permita “seguir viviendo”. Como afirma Enrique Dussel: “el mismo pueblo es sujeto y actor, es decir la religiosidad popular quedo bajo el control del mismo pueblo, donde la religión oficial no tiene dominio ni conocimiento”.
23
http://www.enriquedussel.com/DVD%20Obras%20Enrique%20Dussel/Textos/c/166.%201986/articulo.pdf. (Descargado: 12-09-14).Por tanto, lo popular sobrevive mutando y confundiéndose con lo oficial para que surja, de esta manera, el mestizaje cultural.
El mestizaje como elemento de transversalidad, demuestra la mezcla de distintos sentidos
en prácticas de ritualidades tanto religiosas como festivas. Se puede argumentar, en
consecuencia, que mestizaje es mezclar imaginarios, que en Latinoamérica, establecen
relación entre: campo-urbe, campesino-ciudadano, indio-blanco, negro-blanco, indio-negro,
sagrado-profano… De este modo, el mestizaje responde a la construcción de una memoria
histórica en la que el pueblo enfrentado a lo oficial se proyecta. Al respecto, Luis
Maldonado afirma:
…la historia va haciendo el pueblo porque genera cierta memoria colectiva, que se torna en tradición, viviente. Esa memoria actúa como impulso fundamental para comprender el presente y programar el futuro. Y ese pasado y ese futuro activamente presentes estructuran la conciencia de un pueblo en cada etapa de su devenir. (Maldonado, 1990, pág. 11) …la verdadera sabiduría, tiene el pueblo que ha sentido el sabor que tiene la vida, el sufrimiento, la muerte, la justicia o la injusticia, la guerra, la paz.(Maldonado, 1990, pág. 11)
Por tanto, la religiosidad popular surge el momento en el que la iglesia oficial no logra
establecer conexiones entre la vida y la realidad. Estas conexiones son hechas por las
ritualidades practicadas por el pueblo que, en manos de una narrativa oficial, fortalecen los
mitos que corresponden a un determinado grupo social pero que, a lo largo de la historia se
han constituido como los mitos “oficiales”, estos han sido reproducidos por el proceso de
evangelización que en un afán de dominio y control sintetiza ciertos mitos, leyendas y
ritualidades amerindias.
De esta manera la religiosidad popular, permite mutar y actualizar la simbología que se
acopla a sus necesidades cotidianas en labúsqueda de símbolos que son el puente entre lo
divino con lo terrenal. Cristian Parker, anota:“las creencias en los poderes milagrosos de
Dios, la Virgen, los santos y las almas benditas. La religiosidad, en el medio popular,
tomaría el carácter de un poder sobrenatural”.(Parker, 1993). Así, la religiosidad popular,
al ser controlada por los intereses de poder, trastoca en un dispositivo de “resignación y
24
alienación popular”(Parker, 1993),que se muestra, siguiendo a Parker en el conjunto de
rituales y devociones de corte tradicional como son: las peregrinaciones, las promesas a los
santos, las devociones y oraciones, los rituales de posesión de espíritus y de sanación, que
al tener un significado social (Parker, 1993), es absorbido por el poder con fines
mercantilistas.
Por consiguiente, se produce un intercambio que, amparado en el decir popular “dar para
recibir”, hace que los seres humanos se despojen de sus pertenencias con el objetivo de no
estar solos, es decir, abandonados, desolados frente al mundo que les rodea. La vida del
creyente, por tanto, transcurre en medio de la relación “dar para recibir” y, sentir que
siempre está la presencia de seres celestiales rodeando la coexistencia. De este modo, las
personas se sienten protegidas y con fe para enfrentar el cotidiano vivir.
Quizá, este afán de intercambio entre lo oficial y lo popular es un medio de sobrevivencia
para ambos. Si estas manifestaciones saltan desdeel pueblo y las consume el pueblo el
vehículo de ida y vuelta es la memoria que mantiene viva la tradición que la actualiza. Al
respecto, Luis Maldonado menciona a Rousseau: “el pueblo no muere nunca”(Maldonado,
1990, pág. 13), porque éste está activo y su sentido de comunicación generacional se
reafirma en las fiestas y celebraciones religiosas masivas.
Estas manifestaciones simbólicas, festivas y religiosas, desembocan en diferentes
expresiones singulares, que se complementan en expresiones estéticas, alrededor del retablo
y su simbología.
El retablo pone, en consecuencia, de manifiesto la dialéctica entre lo popular y lo oficial,
que, a pesar de ser dos líneas paralelas se corresponden al momento de mantener viva la
tradición que no es sino la riqueza cultural de un pueblo que queda en evidencia por sus
relatos en la historia, mitos, leyendas. La diferencia está en que, mientras en lo popular, la
tradición fluye de modo vital-horizontal, en lo oficial, la tradición pervive de modo
autoritario-vertical.
25
En conclusión, por medio del retablo es posible recrear los distintos imaginarios que se
mezclan y ocasionan un sincretismo cuyo objetivo es mantener las prácticas simbólicas
culturales, como afirma Maldonado ¨de cada pueblo¨, (1990, p. 19).
2.4 Retablo y Estética Popular
La belleza es el criterio que determina el arte auténtico: lo bello constituye El lenguaje que nos libera de la servidumbre y lo subalterno, nos conduce
con inteligencia y mesura a la dimensión lúdica y traslada lo infinito a formas finitas. Lo bello no tiene una finalidad fuera de sí mismo ni menos aún una utilidad
Profana: se satisface representándose a sí mismo Gadamer
El retablo es destinado al culto de lo sagrado, se encuentra en el interior de los templos
religiosos, escenario donde el ser humano pone en evidencia su ser íntimo en el encuentro
con la divinidad. De este modo, el retablo es como la “casa del espíritu”, que se carga de
energía día tras día.
El término “retablo” proviene del latín Tabularum, o tabla que se coloca detrás, es una
complicada estructura en la que se relacionan la arquitectura, la escultura y la pintura.
(Fatás & Borrás, 1999).
Los retablos no sólo se encuentran al interior de la arquitectura religiosa, también se los
puede observar en el exterior de casas particulares. Así, el retablo, al ser alegórico permite
visualizar los valores morales familiares con el fin de comunicar una determinada creencia
religiosa.
Los retablos cobran distintas características, por tanto, se los puede clasificar en:
26
- Ermita:
Capillaoiglesiapequeñasituadageneralmenteenunazonadeshabitadaoenlasafuerasdeu
napoblaciónydedicadaalavirgenoaunsanto,enlaquenosuelehabercultopermanente.http
://www.es.thefreedictionary.com/ermita (descargado 14-09-14).
- Gruta: cavidad subterránea en riscos y peñas sea natural o artificial.(Fatás & Borrás,
1999).
- El púlpito, el altar, el tribunal de la penitencia, hacen la calle de honor a espacios
importantes dentro de la magia mística que envuelve la iglesia, se integran como
parte de la arquitectura religiosa, van marcando el ritmo del altar mayor y sus naves
laterales, y sirven para el culto de determinada imagen o santo.(Fatás & Borrás,
1999)
La existencia del retablo, data del siglo XIII, su uso implica la decoración de las iglesias en
su parte interior como una manera de ensalzar el espíritu del ser trascendente.La
arquitectura del retablo se desarrolló en Occidente. Entre los siglos XV al XVIII, este estilo
complementario de la arquitectura religiosa, fue desplegando su utilización en los más
variados y diversos materiales, para su ornamenta, así se despliega en diversos géneros
como el gótico, manierista, barroco, entre otros estilos. El estilo barroco fue el más
difundido por su exuberancia, cuya estética calzó de manera ideal en América Latina tras la
llegada de los españoles.
La presencia de imágenes religiosas al interior de las iglesias, sobre todo en las ciudades,
obedece a la cédula firmada por Felipe II, del 12 de julio de 1564, se decreta sobre el culto
a los santos, declara, que se deben tener y conservar, principalmente en los templos,las
imágenes de Cristo, de la Virgen Madre de Dios, y de otros santos, que se debe dar
correspondiente honor, no porque se crea que haya en sí mismos divinidad”.(Vargas,
1989).
El retablo del “Jesús Nazareno”, en su interior, consta de una estructura mixta con paredes
de bloque y recubrimiento de enlucido, las paredes son pintadas de azul. En el exterior, las
paredes enlucidas y pintadas de color blanco; en la fachada frontal consta de acabados de
cerámica en forma de rombos; el ventanal es de perfiles de aluminio con vidrio
27
transparente; a los costados laterales se pueden visualizar floreros independientes,
además, tiene una bacina incrustada en la pared para que los feligreses den las limosnas.
El retablo esprovisto de materiales de defensa como el metal que resguarda todo el
ventanal, la cubierta termina en forma de triángulo con vidrio catedral color azul. En la
fachada lateral izquierdase ubica el acceso al interior del retablo urbano, con puerta de
metal y doble cerradura, además tiene alimentación de energía para la iluminación tanto
interna como externa.
En los retablos queda grabada, a manera de memoria histórica, la relación entre la cultura
dominante y la cultura popular. Las tradiciones direccionadas por los intereses dominantes
actualizan los imaginarios haciendo uso del arte.
Las manifestaciones artísticas van de la mano con las fiestas para hacer visible la
experiencia de la construcción social colectiva, conjugando un gusto común por los
objetos. El gusto por los objetos se refleja en la suma de símbolos que generan
escenarioscon sobrecargas alegóricas que anuncian el espacio religioso de lo sagrado. Esto
enaltece lo ceremonial del santo que es expuesto sobrecogido con recursos
ornamentales:cintas de papel perforado coninfinidad de gamas de colores, arreglos florares
familiares, serpentinas, globos, cintas de tono blanco, placas de agradecimiento por los
milagros recibidos, fotos personales y familiares.
Por tanto, estos símbolos tienenuna alta carga de historicidad y significado alegórico, aún
másen la fachada principal del retablo urbano,generando sentidos de apropiación de las
personas en atención a lo sagrado, en palabras de Dussel, la “sacralización del espacio”,
que es motivo de veneración, como lo afirma Dussel,
El sujeto popular (la familia, la aldea, la comunidad, el barrio) guarda una cierta ¨centralidad¨; lo demás es periférico. El pasaje de uno a otro espacio es de prueba: de la casa a la fábrica o a otro pueblo (peligro de viaje), etc.; y por ello hay que ¨encomendarse¨ a algún santo aliado, etc. Las procesiones y aún peregrinaciones son un ¨camino¨ por el espacio profano – hacia la centralidad del espacio sagrado por excelencia, (citado en Kohut, K., Meyers A., Eds. 1988, p, 20).
28
Por lo tanto, para el pueblo, estos espacios son lugares de veneración y representación
simbólica en la convivencia diaria, lo que afirma Dussel, “el pueblo ocupa el espacio con
multitudes y como afirmación de sí mismo”.
2.4.1Cultura Popular y su puesta en escena en el retablo
Se entiende por “cultura” toda actividad del ser inscrito en un grupo social determinado,
que contribuye a transformar los acontecimientos que van mutando la expresión simbólica
en tiempo y espacio, “no es solo lo creado, lo formado y lo transformado, es también el
acto de esta transformación, el procesode la actividad humana que se objetiva en los
bienes”,(Ferrater, 1994).
La cultura puede también corresponderse con diferentes manifestaciones humanas,
individuales y colectivas, tangibles e intangibles, adscritas a una memoria colectiva,
como la suma de riquezas antropológicas que se reproducen en diferentes generaciones, las
tradiciones, las costumbres, la lengua, los ritos, los hábitos, la educación, el arte y la
religión; el fin de la cultura es, por lo tanto, comunicar y satisfacer las necesidades
humanas.
Sin embargo, como sostiene García Canclini, “la creación espontánea del pueblo, su
memoria convertida en mercancía o en espectáculo exótico de un atraso que la industria va
reduciendo”. (Kennedy, I Simposio de Historiadel Arte: artes "académicas" y populares del
Ecuador, 1995). Hace falta comprender el espacio de la cultura popular en el entramado de
las sociedades contemporáneas, insertadas en la globalización, el marketing y el consumo,
para poder entender el proceso de cambios que evidencian las tradiciones locales.
En ese sentido, cabe preguntarse: ¿Sobrevive lo popular al margen de lo hegemónico o es el
andamiaje de su estructura? La respuesta parece simple: lo hegemónico, entendido como lo
cotidiano o común para la mayoría de las personas, no podría regir sin lo popular, la
diversidad cultural y sus formas de consumo y expresión son las que marcan los ejes de
cada estrato en la sociedad, tanto lo popular como lo hegemónico mantienen fronteras
29
permeables de ida y vuelta, lo que hace que en un mismo entramado puedan existir culturas
paralelas.
Las tradiciones son representaciones culturales que se reproducen y actualizan en una
dimensión tiempo-espacio. Por ejemplo, cuando se entrelazan lo religioso, las devociones,
las costumbres, con las diferentes formas de actuar y ser de los individuos dentro de una
colectividad, que son las que mantienen su propia estructura social, y que va estableciendo
relación de sus actores y sus habitus como afirma Bourdieu “sistema de disposiciones
duraderas, que funcionan como esquemas de clasificación para orientar las valoraciones,
percepciones y acciones de los sujetos” (Bourdieu, 1990, pág. 74).
La dimensión de estos referentes, dentro de la cultura popular, no sigue una disposición
vertical sino que toman significado de acuerdo a su nivel de trascendencia en relación con
el individuo, no sigue jerarquías, sino se ensambla de acuerdo a las circunstancias y
necesidades en cada caso, la tradición se encarga transmitir como una especie de puesta en
escena, una carga de pasado (tiempo), instaurando su (espacio) en el momento presente.
¿Cómo identificar la cultura popular? Habría que mirar desde el ángulo de la tradición,
ésta se adjudica un cúmulo de experiencias, como afirma Maldonado, “cada uno se siente
dueño, lo repite como suyo con autoridad de coautor y al repetirlo se ajusta a sus
necesidades”(Maldonado, 1990), estos debates y sucesos, hacen que se realicen acciones
con característica de obras colectivas o comunitarias, cuya autoría se vuelve anónima,
pierde el registro individual, aún si alguna de ellas es una expresión o experiencia
unipersonal, la comunidad la absorbe, la adopta y la hace suya, parafraseando a Maldonado,
ante lo popular estos sucesos se convierten en tesoros culturales, que se van incorporando y
reproduciendo en el imaginario de sus actores y se van adaptando a sus necesidades
individuales y colectivas en su cotidianidad, transformándolas en experiencias de nuevas
formas de vida locales.
A pesar de estos lineamientos, se puede entrar en conceptualizaciones idealistas, sin
embargo, estos casos se producen a partir de experiencias de vida, de la convivencia
diaria, e inevitablemente van a estar relacionadas con el ser social, los códigos que se
30
derivan de estas experiencias se hacen presentes como parte de la identidad cultural, como
parte de un “anillo social”.
Al analizar los escritos sobre religiosidad popular de Gramsci, se puede afirmar que: “hay
una religión del pueblo especialmente en los países católicos ortodoxos que vive y ha sido
organizada por en niveles jerárquicos a diferencia de lo popular”(Gramsci, 1995, pág. 13),
se puede llegar a la conclusión de que la tradición popular mantiene un dinamismo
horizontal, frente a lo vertical oficial, también lo sostiene Werner Post, al concebir este
fenómeno como fenómeno de resistencia, “porque va introduciendo una ideología cuando
la teoría y práctica se disocian” (Post, 1972, pág. 15); esto se lograría por medio de
imágenes que representan diversos motivos y que se objetivan en imágenes concebidas con
pretensiones simbólicas en busca de lo divino, tal es el caso de algún santo o virgen en
particular.
Por tanto, la cultura popular se ve representada en el retablo cuando se plantea la vida
íntima religiosa en una simbología propia por medio de actos devocionales cargados
simbólicamente, tal como persignarse o tomar una posición inclinada ante el santo, el rito
se va repitiendo, y a lo largo del tiempo este acto se imprime en la tradición.
El pueblo no es un sector, un subgrupo, una fracción, una clase, sino la
totalidad, el conjunto de un grupo humano. Es el sujeto colectivo, poseedor y
protagonista de una historia, una tradición y una cultura comunes. (Post, 1972,
p, 54).
Los procesos sígnicos que desatan en la sociedad interpretaciones propias, hacen que los
actos compartidos se unifiquen en la colectividad. Por este motivo, la cultura popular, se
vuelve un tema de análisis, a partir de las estratificaciones en las grandes urbes, la
introducción de nuevos sistemas de comunicación permite que las clases populares se
junten a las clases altas hegemónicas, que son quienes institucionalizan los modelos de
consumo, de esta forma ordenan la cultura. Ya que existe la posibilidad que éstas pretendan
imponer sus modelos, la urbe encubre los diferentes comportamientos citadinos, que por
31
sentido de relación y parentesco se identifican con las tradiciones y costumbres de las
realidades que los ancestros transmiten a las generaciones subsiguientes: remembranza de
hechos, mundo rural, procesos migratorios, nacimiento de las grandes metrópolis,
nacimiento de nuevos anillos sociales y su asimilación al modelo urbano, en donde se
reproduce el modelo tradicional (indígena en el caso de las sociedades latinoamericanas).
Muchas de estas tradiciones llevan consigo una potente carga religiosa, tal es el caso de
los santos heredados por tradición, como el Señor del Buen Suceso, a través del cual se
canaliza el sentido de comunidad, incluso de familia, donde se genera y transmite lo
aprendido, por sentido generacional y se actualiza la tradición. La memoria así,
contribuye al sentido de pertenencia e identidad cultural, que sobrevive en el tiempo y
espacio por medio de los diferentes anillos familiares.
Un caso de análisis de este tipo de relación es la decoración del retablo (ermita), que se
inicia con la limpieza del espacio hasta la colocación de la última flor puesta en escena, la
disposición de los elementos alrededor de la escultura religiosa (santo) juegan un rol
simbólico cargado de significado, el mismo que se renueva a lo largo del tiempo.
2.4.2Características Estéticas del retablo
Durante el siglo XVI, cuando las primeras órdenes religiosas llegan a Quitoy se inicia
oficialmenteel relato de la historia colonial, se habla de las diferentes hazañas de
conquistadores y conquistados; en este relato, existe una parte faltante, que la historia
calló, se trata de un relato de resistencia, el relato de los indígenas, esto es un factor
determinante en el momento de permear en un análisis sobre las demostraciones estéticas
que aparecieron en los territorios coloniales de ese entonces.
El suceso histórico al que se hace referencia y que se le ha denominado “la conquista”; se
trata de un caso de hibridación cultural, como sostiene García Canclini en este proceso, es
trascendental el hecho de las fusiones étnicas, que generaron desde el primer momento de
contacto el mestizaje. A partir del mestizaje se produce el sincretismo cultural de creencias,
32
“y también otras mezclas modernas entre lo artesanal y lo industrial, lo culto y lo popular,
lo escrito y lo visual” (García Canclini, 2005, p. 20).
Las sociedades se desarrollan en diferentes cotidianidades y su producción económica,
social, y política que se pertenecen a su tiempo y espacio. Frente a las realidades regionales
marcadas entre la costa y la sierra, entre el siglo XVII- XVIII, Quito se desarrolla entre lo
pobre y mínima explotación de sus recursos naturales, si a esta desigualdad le añadimos
“una precaria red de comunicaciones y la posición intermedia de la Real Audiencia de
Quito entre estos dos centros de fuerte actividad económica y de poder político”
(Kennedy, 2002, pág. 72).
Las irregularidades existentes en la sociedad tanto geográfico, político y económico
hicieron que se resquebraje la situación regional acentuando más la brecha de coexistencia
surgiendo una lucha regional desde una localidad compartida con problemas diferentes.
Frente a la diversidad de capas sociales locales, los que tiene protagonismo incidental sobre
los grupo particulares, están los españoles versus la localidad. Para entonces los datos
estadísticos señalan lo siguiente: “450.000 habitantes de los cuales el 65% eran indígenas,
el 26.6% blancos y mestizos, el 6.5% libres y castas, y el 1% esclavos” (íbidem), estos
datos cuantitativos afirman la fisura social y regional marcada desde entonces, que ha
pervivido hasta actualidad, siendo la sierra la que congrega un alto porcentaje de movilidad
a lo que sostiene Alexandra Kennedy que las ciudades de mayor concentración social son
Quito, Cuenca Guayaquil, y Riobamba con un alto porcentaje de Indígenas.
La migración, tiene diversos aspectos que inciden en la movilidad del ser, de un lugar a
otro, ya sea por diversas situaciones, crisis económica, pérdida del empleo, mejoras de
recursos económicos, a nivel social juega un punto angular ya que debido a esta situación
se van conformando un indiscutible desorden de grupos sociales, y consigo van
apareciendo nuevos grupos envueltos en un neblineado y oscuro grupo social, lo que hace
que no se pueda hablar de integración social y étnico. Como resultado de la simbiosis y, las
nuevas características familiares y estratos económicos, surgen estos nuevos anillos
sociales, que reflejan características tradicionales en su cotidianidad, transmitidas
33
oralmente, las cuales se reproducen por cada uno de sus actores sociales, como el ir a misa,
hasta la tradición de ir al mercado y a la plaza.
La fragmentación dentro de los diversos grupos sociales, hace que exista una fisura
profunda entre diferentes anillos sociales y esto hace que irrumpa a los colectivos de
blancos, mestizos, indígenas.
El poder tiene su andamiaje en la estructura económica y aquí en el Ecuador“las economías
regionales engarzadas entre sí por vínculos comerciales favorecían al siglo XVII la
consolidación de diferentes élites en las que influyó el poder económico, poder social, y en
gran medida el poder político” (Kennedy, 2002, pág. 23). El poder de las clases sociales
dominantes localmente ha sido y estaba dado por la adquisición de grandes extensiones de
tierras (haciendas, incluidos sus indios), y esto es un reconocimiento de poder ante la
sociedad.
Los diferentes recursos utilizados por sobre todo de violencia y explotación laboral,
hicieron que amasen poder político-económico y de disposición y decisión en aspectos
significativos propios de cada región, a lo que se vino un marcado desnivel y diferencia
sociales de todo rango, entre costa y sierra, como sostiene Alexandra Kennedy, Mientras
Guayaquil estaba abierta a la agro-exportación Europea, Quito se ahogaba en la
manufactura y la utilización constante del término plebe, a la gente común. Esto hizo que
vaya incrementándose cada vez una brecha más amplia y profunda (Kennedy, 2002, págs.
23, 24)
Los numerosos y múltiples cruces sociales hicieron que vayan apareciendo nuevas grupos
sociales no con poder sino con posiciones marcadas dentro de los anillos sociales, como
comerciantes, sacerdotes artesanos, peluqueros, hojalateros, etc., que imprimieron un
marcado protagonismo en su entorno local y cotidiano, al verse cuantitativamente presentes
en la sociedad, estos fenómenos dieron como resultado la institucionalización de gremios y
cofradías que se demuestra su aporte en el campo de las artes y otros géneros.
34
2.4.3 Gremios y cofradías
2.4.3.1Los gremios
Los gremios, concepto de instituciones constituidas que reprodujo el mismo paradigma de
los españoles que llegaron a nuestra región y América, lo propio en la Real Audiencia de
Quito, revisten vital importancia para comprender el retablo en latinoamérica, ya que
representan el estilo organizativo y la estructura teórica-académica en la que se desarrollan
las principales expresiones y diseños del retablo quiteño en este caso.
Estos espacios se fundaron en todas las localidades urbanas, tanto periféricas como
céntricas, “instituciones que agrupaban a artesanos de un mismo oficio, se regía por reglas,
por ordenanzas expedidas por la corona, las cuales tenían pautas a seguir en lo que se
refiere al conocimiento teórico-práctico, jerarquía y comportamiento”(Kennedy, 1995, pág.
31).
Los gremios estaban sujetos a reglas asignadas para su funcionamiento a lo que A.
Kennedy cita a Carlos Lazo y Javier Tora, los reglamentos tenían seis literales.
a) El nombramiento de alcaldes o veedores que debían verificar que en los talleres se cumpliera con lo estipulado.
b) Los alcaldes veedores debían examinar a los futuros maestros. c) Un reglamento determinaba las características de la producción. d) El control de abastecimiento de materias primas para evitar los monopolios. e) El reglamento que protegía al artesano agremiado de aquel que no participaba del
mismo. f) Era política de los gremios artesanales el mantener frecuentes contactos con
hacendados y comerciantes locales. (Lazo Carlos, Tord Javier,( 1984) Una reseña Critica de la Denominación en el Perú Virreynal, Perú, Histórica citado Kennedy Alexandra, 1995.pp.14,15).
En la Real audiencia de Quito, se designaba oficios mecánicos a oficios asalariados, que
mantenían un maestro mayor y cumplían con ordenanzas, y estas categorías se designaban
como gremios, como sostiene (Kennedy, 1995, p.15). Los gremios agrupaban numerosos
integrantes, por lo que no podía ser una fabricación aislada de productos artísticos, estas
instituciones congregaban pintores-escultores y los que no pertenecían a gremio alguno se
35
sujetaba a ordenanzas vigentes, además que cada gremio tenía su supervisor y se
caracterizaba por ser “un aparato ideológico de Estado y un medio de orientar y supervisar
la producción artística que podía ser un maestro o veedor, pero ya para el siglo XVII era un
docente capacitado, la base del reconocimiento profesional era la carta de examen”.
(Monteforte, 1984, pág. 65).
Según las actas del cabildo del año 1746 los gremios con representación de un maestro mayor fueron:
Herreros cerrajeros y armeros Herradores Sombrereros
Carpinteros y ensambladores Latoneros Ebanistas
Pintores y encarnadores Botoneros Tintoreros
Escultores y doradores Coheteros Bordadores
Plateros Calzateros Floreros
Batihojas Curtidores Tiradores
Silleros Rengueros y tejedores Calaneros
Tejeros de ladrillos Damasqueros Guitarreros
Paileros Espaderos Arperos y rabaleros
Afareros Torneros Peluqueros
Cereros Cafeteros y lanterneros Barberos
Archivo Municipal de Quito, (1746), Actas del Cabildo, citado en Kennedy, 1995.
Los procesos de aprendizaje y perfeccionamiento, de los enlistados, requerían períodos
extendidos, en afianzamiento de los diferentes géneros, así la platería seis años para oficial
y dos más para maestro, escultura (igual tiempo): los pintores se graduaban en cuatro años
y los constructores en tres,(Monteforte, 1984, pág. 65), los aprendices eran reclutados
aproximadamente a la edad de los 12 años, bajo firma de un documento entre el
representante y el maestro mayor del gremio, y éste se hacía responsable de vestirlo y en
casos extremos de reprenderlo y castigarlo, y éstos no podían trabajar de manera libre, en
caso de incurrir soportaban castigos fuertes.
36
Los gremios sufrían políticas desiguales no podían competir en contratos abiertos,
quedaban al flujo del libre mercado, y las políticas de las reformas borbónicas hizo
incrementar la tributación impuestas por el reyes Fernando IV y Carlos V por decreto
frenaron este tipo de actividad ya que esto puede ser atentatorias al poder, debiendo
cumplir su objetivo claramente espiritual , estos sucesos hicieron que la fisura al interior de
estas instituciones fuera creciendo cada vez más, ya que ¨casi todos los oficios tenían sus
aranceles, excepto la escultura y la pintura y la arquitectura.(Monteforte, 1984, pág. 66).
La Iglesia siendo la auspiciante principal del arte religioso y de todas sus derivaciones y
géneros artísticos, se beneficia perennemente; en este caso, de los gremios que sobrevivían
a los desaires de los reglamentos impuestos, desde fuera, para el siglo XVIII se ve en
decadencia los gremios debido a la demanda de obras de arte para su comercialización
abierta.
Y es por eso que sucede un fenómeno para citar un ejemplo, para el año de 1700 los
maestros Francisco Gallardo dorador y pintor, Francisco Goribar se les contrata para tazar
obras de pintura, marcos y joyas, compitiendo con los agremiados y teniendo contratos
directamente con los clientes”.(Kennedy, 1995, pág. 21) La institución eclesial viendo este
suceso de los gremios, en contrariedades se impone y recicla estas instituciones como base
para formar cofradías.
2.4.3.2Las cofradías
El auge de las cofradías tiene su partida de nacimiento con el carácter meramente religioso
que guarda protección. Las cofradías se remiten al siglo XIII, cuando en España adquiere
apogeo, las cofradías de oficio, cuyos miembros operaban en protección de su profesión.
Cofradía, congregación o hermandad que forma algunos devotos para ejercitarse en obras
de piedad y caridad, (diccionario de Autoridades, 1979 citado en revista Quitumbe, las
cofradías seráficas: Estudio de caso, M. Porras y R. Terán, PP:57 1994)
Para el siglo XVI, estos espacios se encontraban presentes en cada sitio urbano, a lo que
cada institución era el resultado de su idiosincrasia local, la génesis de las cofradías estaban
37
dadas por la iglesia, quienes auspiciaban su creación de manera incidental, en conjunto
con los Españoles, ¨El rol primordial de la cofradía era espiritual: promovía la devoción
cristiana a través de actividades públicas y privadas tales como el pago de misas,
procesiones o celebraciones en días de fiesta (Verdi, 2002, p. 67, citado en Kennedy,
2002, p. 67).
Estas congregaciones privilegiadas canalizaban las diferentes devociones propias de la
colonia, tenían la característica principal de adornar, ayudar en las celebraciones,
procesiones de los santos, así como también de los actos funerales y bienestar de sus
integrantes, buena parte de sus funciones en referencia a la imagen y quehaceres eclesiales,
así encomendadas a todos sus integrantes.
Las cofradías tenían como principal objetivo el culto, a las imágenes, propias de las
devociones populares, las mismas que compartían espacios en los conventos de sus
respectivas órdenes religiosas; cuando estaban dirigidas por un clérigo mantenía
administración autónoma pero con reglas vigentes dadas por el cabildo, en esta medida el
clero logra integrar la vida cotidiana y lo religioso, así la cofradía estaba representada con
su respectivo patrono, y sus fiestas correspondientes cada año, para siempre, en esta
consecuencia las cofradías juegan un papel incidental en la promoción y producción del
arte religioso; estás instituciones me atrevería a dar un hipótesis que se transformaron en
centros de cristianización, observación y vigilancia, de todos los acontecimientos que ahí
sucedan, en relación con lo social y religioso.
Paralelamente, se conformaron cofradías para indios, “en los pueblos de indios casi todo el
mundo pertenecía a una cofradía” (Kennedy, 2002, pág. 65), estas servían como vehículo
para la asignación de su respectivo patrono, lo cual era el instrumento para mantener su
formación conductista evangélica, así mediante este recurso sus integrantes estaban
vigilados y formados.
Además, estas cofradías que estaban al margen del centro, tenían organización diferente
debido a su formación social y de producción debido a que su fuente económica es la
agricultura, “tales cofradías trabajaban usualmente la tierra de la comunidad o mantenían
38
ganado; sus ganancias se utilizaban para el mantenimiento de los altares de la cofradía, las
procesiones, la cera y otros elementos necesarios para el culto”.(Kennedy, 2002, pág. 70).
Los recursos obtenidos mediante este proceso financiero se distribuían para la
remuneración de diversos sacramentos, festividades y pago de actividades referentes a la
cofradía. Con estas conformaciones comunitarias de alguna manera se mantenía diversas
tradiciones mantenidas desde antes de la llegada de los españoles.
Para el siglo XVIII, en el cabildo Quiteño solo estaban autorizadas, las celebraciones del
“Santísimo Sacramento, la Virgen María, las Almas benditas, y el Santo Patrono de la
Comunidad”,(Freile,1997, pp.81 citado en Kennedy, 2002, pp.72), debido a este proceso
cada institución debía tener un santo con sus respectivo retablo y su correspondiente
celebración y fiesta cada año.
Así la iglesia, se impuso a mantener un solo Dios, versus los diferentes dioses que
mantenían los indios, de esta manera se apoyó en la estructura religiosa, hizo coincidir
las fiestas religiosas, sobre las celebraciones indígenas, así es el caso del, Fuego Nuevo
(Mushug Nina), que es el periodo de las primeras cosechas de los granos tiernos, que la
princesa Quilago repartía a sus miembros, un plato de granos tiernos cocidos; los
españoles instauraron las semana santa en la misma fecha, desde entonces para siempre.
En la actualidad, sobreviven pero como hermandad de los fieles de determinado santo o
virgen, que son quienes se encargan de elegir el priostazgo, decoraciones, limosnas,
devociones, caridad, misas correspondientes a la imagen y misas de réquiem.
De esta manera, quedan instauradas las instituciones con sus respectivos patronos, y la
necesidad de mantener, colocar y conservar la necesidad de imágenes religiosas, que
representan devoción en particular determinada imagen así se propagan un sinnúmero de
las mismas, que puede llegar a ser la iglesia, la que auspició una farmacia de santos, cada
uno de estos con decoraciones alegóricas, y otros incluso con finos metales, que
personifican la representación de cada devoción, así logrando incidir en decisiones políticas
en favor de las clases pudientes ampliando la fisura entre las clases sociales y el sentido
religioso como cómplice social, complicando más la coexistencia colonial entre blancos e
indios, cobijado por la Iglesia que siempre estaba aliada al poder, salvaguardando los
39
intereses, volcándose contra los indios de mantener inmune de frente a una realidad
desgastante y sometida por el poder y la Iglesia, así confundiendo utilizando como vehículo
de este fin a la Divinidad.
GREMIOS PATRONO
Pintores y escultores San Lucas
Plateros y Batihojas San Eloy
Notarios Dulce Nombre de Jesús
Tejedores Nuestros Señora de la Presentación
Zapateros Nuestros Señora de los Reyes
Barberos San Cosme y San Damián
Agricultores San Isidro Labrador
Mercaderes Santa Vera Cruz
Religiosos San Pedro
(Kennedy, 2002, pág. 69)
Toda la gran capacidad de producción de objetos e imágenes religiosas producidas en esta
época en Quito, como también en otras latitudes, no son comparables con la calidad y
minuciosidad con que se realizaban estos procesos de producción. Se crea la escuela de
Artes y Oficios en el convento de San Francisco por el padre Bedón. Y desde entonces hay
una vasta producción de imaginería, pintura, pulpitos, en especial de retablos que son parte
de la decoración interior de cada iglesia, capilla, recoleta, etc.
Esta construcción como parte de lo arquitectónico que es su decoración interna mantiene
dualidad estética entre estos dos géneros, a lo que la Institución Iglesia y su sentido
40
religioso, corresponde a un lugar especialque se diferencia de la estructura mobiliaria
interna.
2.5 LENGUAJE SIMBÓLICO
2.5.1 Mundo simbólico
“El símbolo se ubica en el horizonte de la utopía. Ayuda a recuperar la
identidad perdida, pero no mirando al pasado con añoranza, sino poniendo la
mirada en el futuro con intención anticipadora”. (Tamayo,2004, p, 170).
Lo simbólico ayuda a construir y transferir información en relación a la alteridad, en
relación de apropiarse de los símbolos y escenas simbólicas, que van marcando un
reordenamiento social sincrónico, pero que varían al cambio de acuerdo al tiempo en que se
desarrolla en palabras de Bauman, “perdura a través del cambio”, (2002, p, 50). En que el
centro de la cultura es el símbolo y sus interpretaciones que añaden cambios ya que la
imagen es símbolo por lo tanto es materia y forma por lo tanto las personas tienen la
necesidad de consumir imagen o alegorías en mención del símbolo que rememoran a las
palabras, como señala Vitta:
Las cosas se conocían a través de sus imágenes; pero cada una de esas imágenes representaba otras cosas; y con esta visión, que pone abiertamente de manifiesto su territorio mítico, el mundo aparece diseñado como un mecanismo perfecto en perfecto equilibrio en que cada una de sus partes remite a todas las demás, (2003, p, 37).
La expresión es propia de las personas, la misma constituye articulación social, en lo
religioso, como señala Ranciére,
Los hombrees viven de la verdad y necesitan expresarla. En el amor, el arte, la codicia, el trabajo, los juegos, tratamos de enunciar nuestro doloroso secreto. El
41
hombre no es más que la mitad de sí mismo; la otra mitad es su expresión, (Citado, Aisthesis, Emerson, 2013, p,84).
Entonces, la unidad hace que tenga ritmotoda expresión, dentro de una realidad cultural
simbólica, las mismas se van adaptando a su contexto, en este caso toda expresión gira
alrededor de la imagen religiosa Jesús Nazareno, dado que su carga de contenido está
dotado por la institución, cargado de contenido sensible, lo cual permite que el mismo
contenga proyectada una representación a partir de la persona en la imagen, como afirma,
Vitta, se trata, por lo consiguiente, del carácter de universalidad que convierte un simple
signo en símbolo, (2003, p, 40).
Las imágenes religiosas en sí mismas tienen expresión, esto causa impresión sensible en
las personas provocada por la imagen, como sostiene Vitta, el significado de la expresión,
es decir la representación de la existencia sensible, (ibid, p. 40). Este tipo de relación visual
es el medio para expresar el sentido simbólico cargado de historicidad Judeo-cristiano.
En cada fiesta, en cada acto religioso popular u oficial las personas se preparan para un
símbolo, no al que ya han asimilado sino para uno nuevo, es por eso que el mismo se va
reinventando, reactualizando visualmente queda guardado en la memoria colectiva de gran
valor intangible.
La imagen religiosa en general de por sí misma es símbolo propio, es por eso que las
personas siempre esperan nuevos tipos de lenguajesa partir de la interpretación, por lo que
hace que se diferencie del anterior, de no ser mutable, sería un símbolo muerto.
Para una mejor comprensión de este tratado cultural, la fuente es el espíritu histórico que
recurre en cada persona en el terreno de las operaciones donde se fragua el significado y se
afirma su existencia, en mención de la interpretación simbólica, en base a cada experiencia
religiosa.El objetivo del arte es comunicar en cualquier género.
El símbolo está presente desde que el hombre existe, por tanto el hombre es en sí mismo ser
simbólico-expresivo, como lo afirma Cassirer, “el hombre es un animal simbólico”,
42
(1973.p. 87). En estas circunstancias, toman sentido los objetos que circunvalan al ser,
cuando son objetados, con esta manera de accionar forman un apartado esencial en la
existencia del ser, a través de los tiempos y para siempre, es un lenguaje universal, y en lo
religioso, es clave porque nosotros pertenecemos a una cultura simbólica, es más, nacemos
en una cultura de símbolos, que está en lo más íntimo del ser, su coexistencia en relación
con el mundo es una batea de símbolos, la vida y muerte es un símbolo para el ser. La
modernidad sirvió para favorecer el valor de uso del ser-símbolo por medio de la imagen,
la globalización lo volvió mercancía, planteado así, en varios géneros, el uso del mismo
como valor cultural, desde cada geografía, como sostiene Cassirer, “el símbolo proporciona
vínculo con lo sagrado, plasmación del sentido, cuando se habla de sentido se habla de
conciencia, y una conciencia encierra un yo”. (Cassirer, 1967, pág. 90).
El símbolo está relacionado con las creencias y las diferentes formas de transmitir en base
a experiencias religiosas para la vida, querepresentan algo, o algún suceso de la vida
cotidiano y propio de su contexto, que se caracterizan por interactuar en el escenario de los
sucesos, como sostiene Víctor Turner “el símbolo es la más pequeña unidad del ritual que
todavía conserva las propiedades específicas de la conducta ritual” (Turner, 1980, pág. 2),
estos sucesos simbólicos van acompañados de señas, gestos y ademanes, pero vale citar que
son propios de su tiempo, si el tiempo cambia, estos también, pero los símbolos para
sobrevivir dependen del ser, que se encriptan en el tiempo.
Los sucesos que corresponden a un escenario en particular están cargados de
acontecimientos simbólicos locales, en que los partícipes son la comunidad, el barrio, la
orden, la familia, el prioste, grupo de mujeres, grupo de hombres, grupo de jóvenes, estos
sucesos son caracterizados por un sentido de solidaridad, pero también tienen una
característica particular, unos actos son los para varones y otros para mujeres, y otros para
jóvenes, pero en si la simbología unifica al grupo social, la simbología son saberes locales
que perviven en la tradición.
El signo, proviene del latín signum, que se caracteriza por una representación gráfica de
un apalabra y es por convención.
43
El símbolo, proviene de una derivación del latín symbolum, que es una representación
gráfica por convención.
La señal, sirve como información y es por convención,
Ahora vale aclarar la siguiente estructura semiótica:
Significante, es la imagen dada, ejemplo: perro. Significado, la interpretación que da la
misma, ejemplo: cuidado con el perro.
Estas percepciones dependen de determinados grupos sociales y esta valoración es por
convención y por estas representaciones el ser toma ciertas actitudes frente a las realidades
diferentes, con presencia directa e indirecta de la imagen o conceptos, pero pueden ser de
interpretación arbitraria, que de algún modo debe haber conocimiento anterior.
En tanto que, una interpretación alegórica es de libre albedrío, que no es un concepto
directo de interpretación, sino se vuelve en algo, abstracto, que se nutre de varios
indicadores propios a una geografía que se evidencia en un objeto o imagen, como afirma
Luis Galárraga, “la alegoría parte de una idea para llegar a ilustrar en una figura, el símbolo
es de por si figura”(1990, p. 50). Es por aquello que el símbolo se vuelve un puente social
de convivencia. Galárraga lo define como, “lo inefable, aquello para lo cual no existe
ningún concepto verbal, se manifiesta, se encarna en y por la imagen, se expresa en una
figura” (ibídem, p. 50).
La imagen religiosa, por ejemplo, estáhecha para ser venerada, en la cual se proyecta la
subjetividad del ser y eternizado su sueño o pedido espiritual o material, recreado como
idea y exteriorizado en su efigie, manteniendo una dialéctica, ser-imagen, entonces se
puede aseverar que la existencia del símbolo existirá mientras el ser coexista, en tanto
intérprete-productor de símbolos y consumidor, ya que el símbolo mantiene vita (vida), en
proyección dinámica en cadenas en diferentes manifestaciones que mantienen el objetivo
de comunicar y afirmar algún hecho de interpretación particular.
Esta dialéctica ontológica simbólica, en interpretación particular de la divinidad incide en
un abanico de posibilidades de instrumentos simbólicos, que permiten la conexión, ser-
44
espíritu, el cual está situado en un sentido metafórico, en este espacio el mundo simbólico
tiene su incubadora de rasgos y perfiles sociales.
El símbolo, es todo lo que no tiene acceso a ser explicado, es un todo en sí, como sostiene
Raimon Panikkar, referente al símbolo, “cuando el símbolo necesita una explicación es
porque está acabado,ha dejado de ser símbolo”(Panikkar, 1994, pág. 390), entonces se
puede afirmar que el símbolo es existencia en sí mismo del ser, por medio de una cosa-
objeto.
Todo acontecimiento que sucede en la existencia del ser, es representado a nivel simbólico,
por ejemplo, el nacimiento de un wawa, como comenta la Sra. Rocio Cachimuel, casada
hace 38 años, se simula coser la boca, para que no sea hablador, este acontecimiento vive
en la memoria social.
El símbolo en otra dimensión, Don Medardo, 50 años casado, comenta que en la compra de
un auto, se necesita de una bendición, para que sea protegido por Dios o santo de su
inclinación, lo mismo sucede en la compra de una casa o departamento, para queproteja de
envidias, de pobreza, de problemas y reine la felicidad, estos acontecimientos son previo al
suceso, donde se evidencia el símbolo, sea cual fuere su significación y su puesta en escena,
entonces previo estos sucesos existe la necesidad de una presencia simbólica importante en
la vida del ser, hay una ante sala para que el símbolo se presente, no hay un inicio de algún
suceso sin la presencia de un símbolo, por ejemplo, la bendición se hace presente en cuanto
símbolo, para dar inicio a una fiesta, el fin de este camino termina en una triada entre
escenario-sujeto-símbolo, cuando se venera alguna imagen se produce, símbolo y esto tiene
contenido de idolatría, hay un diálogo dialéctico.
No se puede construir un símbolo sin reinventar su proceso, al repetirse el mismo se
construye su proceso, ya que el mismo está saturado de sentimientos, tensiones y
emociones que desencadenan en choque emocional entonces se va a actualizar el proceso
simbólico, como sostiene Raimon Panikkar, el símbolo sin “participación no es un símbolo.
Si al tocar el símbolo no me tocó a mí mismo, no es símbolo”(Panikkar, 1994, pág. 398).
El símbolo puede dar muchas interpretaciones, pero si cae en una sola interpretación
entonces es el encuentro, con la nada, un símbolo es social y no individual, el símbolo se
45
vive en la experiencia, y por eso que un “símbolo pueda estar vivo en unas épocas y muerto
en otras” (Panikkar, 1994, pág. 398), y que pueden incurrir en cambios culturales, sociales
y temporales, ya que son referentes de sucesos sociales, que pueden ser fuerzas de tensión
que invariablemente deja de ser pasivo es acción, que es parte del ritual, y hace presencia
inevitable del símbolo, que es parte de las creencias de determinado grupo social.
Durkheim Emile señala que “las religiones primitivas se afirman en la realidad y la
expresan, hay que aprender a mirar por debajo del símbolo, a la realidad que el símbolo
representa y da su sentido” (Durkheim, 2003, pág. 2), entonces el símbolo no se entiende
por su presencia sino por la función -acción, que causa en la determinado grupo social.
Los acontecimientos religiosos personales, están representados desde la simbología,
imágenes y actos de religiosidad popular, estos sucesos son inalterables lo que hace que
reafirme su existencia omnipresente en su cotidianidad, como lo cultural e identidad,
tradición que pervive y recrea, podemos citar un ejemplo, la Biblia es la presencia Divina,
para unos y para otros solo es palabra heredada, lo que nos hace creyentes entre lo divino y
lo terrenal, lo sagrado y lo prohibido, haciendo perenne a estos acontecimientos, que solo
cumpliendo el primer ciclo de vida, con el triunfo de muerte, como sostiene Heidegger, la
vida es el encuentro con la nada.
Estos acontecimientos culturales, simbólicos, tradiciones y leyendas, he podido observar y
dar seguimiento en el sector de Chillogallo, barrio San José pertenecientes a la ciudad de
Quito, donde hay un asentamiento de actores sociales venidos desde la ciudad de Latacunga
(Prov. Cotopaxi), y algunas parroquias de la misma, otros son de la provincia de Santo
Domingo de los Tsachilas y muy pocos de la provincia de Chimborazo, lo cual forman un
enriquecido conglomerado cultural mestizo, el cual se va acumulando en la vivencia
cotidiana. La tradición incrustada en la memoria y su puesta en escena en su necesidad
vivencial individual que se ajusta en una interpretación individual, pero a la vez va
cohesionando socialmente en un carácter funcional propio de cada acto complementario y
“altérico”, enriqueciendo desde lo vivencial en una experiencia suministrada.
La necesidad de adquirir el uso simbólico, radica desde lo exógeno, haciendo que el
consumo del símbolo se sienta desdelo endógeno, así se vuelve una necesidad, que es
46
resultado de la asimilación social, mediante este recurso el ser utiliza este puente para
alinearse espiritualmente con lo divino.
El arte (imagen religiosa, santo) conduce, desarticula en un bálsamo de estados
emocionales, suscitados en el ser, por medio de la imagen, en una emancipación del yo,
proyectada en la imagen obra de arte, (santo), ya que esta implica caminos dinámicos en la
subjetividad del ser. Entonces, las devociones, son una fuente de integración de un grupo
social.
47
CAPITULO III
EL RETABLO DEL JESÚS NAZARENO, HISTORIA, CONTEXTO E INFLUENCIA EN LA RELIGIOSIDAD POPULAR
3.1 Realidad local
Para entender la religiosidad popular en la Parroquia Urbana de Solanda, acerquémonos a
un breve resumen histórico:“ubicada en el sur de Quito hay que volver a los orígenes de la
ciudad de Quito, que inició como un señorío étnico, importante para el comercio de la
región, que más tarde se transformó en una ciudad inca, con un sistema jerárquico de
cacicazgos o llajtakunam, entre los que estaban los de Añaquito o Iñaquito, Cotocollao,
Pisulí y Collaguazo, en el norte, y los de Machángara, Machangarilla, Guajaló y
Chillogallo, en el sur”. http://www.quitofun.com/ADondeIr-LosQuitosDelSur.html
(descargado 2-01-2015).
“La historia del Norte y el Sur es la historia de una segregación espacial que nació
con la misma fundación española de Quito, cuando el centro de mando y las
iglesias eran el referente de una centralidad excluyente. Esta división fue
progresiva y casi imperceptible pero se asentó oficialmente con “el primer plan
regulador de la ciudad de Quito, elaborado por Jones Odriozola y presentado por
el alcalde Carlos Andrade Marín en 1945: mientras en el norte se localizaban
“barrios jardines”, con viviendas de alta calidad para una población acomodada y
de clase media, en el sur se preveía la instalación de una zona industrial rodeada
por barrios obreros, habitados por una población de clase media baja”.
48
http://www.quitofun.com/ADondeIr-LosQuitosDelSur.html (descargado, 2-01-
2015).
Solanda es una parroquia urbana ubicada en el sur del Distrito Metropolitano de Quito, se
concibió con la idea para construir una ciudadela teniendo como objetivo el de vivienda
social, en los terrenos donados por la Sra. María Augusta Urrutia, una famosa aristócrata
quiteña de mucha influencia en la capital y de apoyo de las artes Quiteñas de la época,
donación hecha a favor de la fundación Mariana de Jesús en el año 1982, “quienes se
encargaron de lotizar y vender a familias de escasos recursos económicos”
http://www.fmdj.org/fmdj/ (descargado 06-9-2014).
Solanda en la actualidad está integrada por los barrios: “el Comercio, la Isla, Turubamba
Alto y Bajo, Santa Rita, Las Cuadras, Quito Sur, Unión Popular, limitando con las
parroquias urbanas de la Mena, parroquia urbana La Argelia, parroquia urbana San Bartolo
y Parroquia urbana Quitumbe” (fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos).
La población que alberga esta parroquia urbana de Solanda consta de 78.279 habitantes,
hombres, 37.738, mujeres 40.541, según el último censo realizado por el Instituto Nacional
de Estadísticas y Censos (INEC) en el año del 2010, las estaciones climáticas que soporta
este sector son invierno y verano, además consta con vías de acceso de primer orden,
igualmente tiene servicio público de movilización, como el sistema de transporte urbano
trolebus, el corredor suroccidental, y otros circuitos de buses particulares.
La Municipalidad del Distrito Metropolitano ha rescatado e intervenido espacios
emblemáticos del sector, los cuales han tornado en parques, canchas de futbol y centros
de recreación familiar e infantil, además cuenta con una UPC (Unidad de Policía
Comunitaria) de servicio a la comunidad.
Cabe resaltar que al ser una parroquia urbana joven está en vías de desarrollo tanto a nivel
urbanístico como demográfico, la alcaldía por medio de sus secretarías, ha realizado varias
intervenciones en obras públicas, de orden urbanístico, lo que ha hecho que tenga mayor
afluencia decirculación automotriz y peatonal, haciendo que se incrementen negocios
pequeños y familiares de toda índole.
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Su arteria principal, la calle Japodo de la calle José María Alemán, es una de sus atractivos
comerciales y junto a sus incontables restaurantes activan el sector y barrios aledaños.
Cabe recalcar que el lugar donde se encuentra situado el retablo urbano pertenece a la
parroquia Eclesiástica de Chillogallo, la que consta de una población de 57.253habitantes,
hombres 27.944, mujeres 29.304, datos tomados del último censo del 2010, (fuente Inec).
Mapa de la parroquia urbana Solanda - Quito
http://wikimapia.org/#lang=en&lat=0.266595&lon=78.550610&z=18&m=b&show=/1448363/es/S
olanda-(Parroquia-Urbana-de-Quito)
50
Ubicación geográfica del Retablo Urbano, parroquia urbana Solanda - Quito
http://wikimapia.org/#lang=en&lat=0.266595&lon=78.550610&z=18&m=b&show=/1448363/es/S
olanda-(Parroquia-Urbana-de-Quito)
3.2 Historia del retablo Señor Jesús Nazareno
EL nombre del retablode Jesús Nazareno, lo adquiere debido a su lugar de nacimiento así lo
afirma Monseñor Corral, se refiere a la forma en que era conocido Jesucristo en medio del
pueblo judío, Jesús de Nazaret, oriundo de la provincia de Galilea, al norte de Israel.
Se encuentra ubicado en la parroquia urbana de Solanda, al sur del Distrito Metropolitano
de Quito, en la calle principal Alfredo Escudero entre Alóag y Ambuquí, barrio de San José
de Río Grande, entre los barrios Santa Rita y La Gatazo. La escultura policromada mide
1.75 cm de alto, está en posición sentada, por 85 cm de ancho, por jurisdicción religiosa
pertenece a la Parroquia Eclesiástica de Chillogallo.
Ha permanecido por más de cien años en la casa de la señora Sandra Torres, quien
comenta que la casa que habita perteneció a sus tatarabuelos, don Marcelino Torres y doña
Juana Calderón, quienes donaron el espacio para la imagen religiosa con la siguientes
medidas: 200 cm de ancho por 185 cm de alto con una de profundidad 262 cm, compuesta
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de un ventanal piso-techo, dotado de una defensa de hierro forjado, que da hacia la calle
Escudero, el mismo que está provisto de dos envases de cola, que hacen las veces de
maceteros que sirven para depositar flores naturales o artificiales de sus feligreses que
pasan todos los días pidiendo una plegaria o en gratitud.
Fotografía del autor Alex Velata, marzo 2012
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Hacia la parte inferior del ventanal, hay un orificio que sirve para depositar limosnas de sus
devotos, costumbre que se mantiene por varias décadas originado por la influencia de la
calle Escudero que servía a la vez como vía hacia Chiriboga para llegar hacia Santo
Domingo de los Colorados en la actualidad identificada como la Provincia de Santo
Domingo de los Tsáchilas. Los devotos de la imagen por la influencia vial de la época y
actual son los choferes de buses interprovinciales y urbanos respectivamente quienes a su
paso depositan su contribución económica, motivo por el que le denominan el Señor del
Viaje, mediante esta acción sentían protección divina durante el periplo a su destino.
Fotografía del autor Alex Velata, octubre 13 2012 (Señora Sandra Torres y nieto).
Los vecinos y moradores sienten ser protegidos por la imagen religiosa, esto hace que todos
se preocupen por mantener limpio y dar mantenimiento al lugar, así comenta el señor
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Oswaldo Chicaiza, quien vive en Santa Rita, él va una vez por semana a dejar flores o una
velita en señal de agradecimiento por los favores recibidos por su salud.
La señora Rocío Martínez vecina del barrio, afirma que siempre pasa a rezar los días
viernes desde hace ya 20 años, ya que asegura haber obtenido favores y bendiciones para su
familia en especial para su hijo que emigró en el año de 1998 a España, y todos los
viandantes propios del lugar o lejanos al pasar por la calle Escudero hacen el signo de la
cruz en señal de protección o agradecimiento al Señor Jesús Nazareno, cuyo nombre
permanece en una placa en el exterior del lugar.
El joven Luis Collaguazo de 26 años, hace un alto con su moto al pasar frente a la imagen,
manteniendo la costumbre de todos los días en la mañana, se detiene, hace una plegaria e
implora protección en el trayecto hasta su lugar de trabajo ysalud para su familia,
inclinando su cabeza en señal de veneración a la imagen.
Fotografía del autor Alex Velata, noviembre 29 de 2012
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El señor Luis Trujillo, autor de “Memorias de Chillogallo”, también comenta que antes esa
calle era de polvo, algunas partes empedrada de tierra, era una vía muy transitada y estrecha
para los buses, desde aquel entonces hasta hoy es doble vía, luego ya con el trazo vial
nuevo de la Av. Mariscal Sucre, también conocida como Vencedores, esta calle quedó
relegada a circulación menor de segundo orden.
Los vecinos y habitantes aledaños al sitio religioso, que están asentados por generaciones se
han comprometido a mantenerlo a pesar del criterio contrario de los sacerdotes de la
parroquia de Chillogallo, quienes pretendían trasladar la imagen a otro lugar, así comenta el
señor Carlos Tipán de 63 años y vecinos, quienes están dispuestos a luchar contra
cualquier imposición política, ya que sería matar –según ellos- su tradición y la del barrio.
Don Tipan, finalmente argumenta que nunca va dejar salir la imagen del Señor Jesús
Nazareno, ya que ha sido una bendición y tranquilidad para las familias que viven en el
barrio alrededor de seis generaciones.
Hechas las indagaciones pertinentes al respecto, no existe registro alguno que arroje datos
acertados, ni en el Instituto de Patrimonio Cultural (INPC), ni en los inventarios de la
parroquia eclesiástica de Chillogallo, ni en la en la parroquia urbana de Solanda.
Nadie sabe con exactitud cómo llego la imagen religiosa a este sitio, no hay datos, a lo que
por medio de esta investigación se ha recurrido a las entrevistas, con la dueña de casa
donde permanece la imagen religiosa y vecinos, cuyos tributos orales ayudan de acercarse a
sus inicios.
El punto relevante al respecto a que todos apuntan es que “se puso en la casa de la familia
Torres para el cuidado de dicha imagen”. Hechas las investigaciones y seguimientos sobre
la imagen se puede indagar que la imagen fue prestada de la iglesia de Chillogallo por el
cura de aquel entonces a partir de la primera mitad del siglo XX.
…, nosotros mismos no sabemos cuándo y por qué vino la imagen, no tenemos papeles firmados, pero de algo estamos seguros, es que no dejaremos que se lleven la imagen ya que es parte de nuestra vida. (…), por aquellas épocas las imágenes salían prestadas de las iglesias, a recorrer las casas de muchas familias, para las novenas ofrecidas por las familias, por aquellos tiempos el sentido religioso era más
61
profundo, pienso pudo ser así, que llegó a nuestro barrio, y se quedó para siempre, sino como más, (…). (Testimonio de la señora Sandra Torres, dueña de casa donde permanece la imagen religiosa, Jesús Nazareno, mayo 2014).
Entonces, se puede entender el sentido religioso de este barrio, como apunta Trigo, “como
la causa de un símbolo de realización histórica” (citado en, Duran V., Scanone C., E. Silva,
2003. Problemas de filosofía de la religión desde América Latina, p. 37), que gira alrededor
de la imagen religiosa, Jesús Nazareno, el lugar donde permanece la imagen se ha
convertido en espacio sagrado que integra y activa el sentido religioso cultural del barrio.
3.2.1 La imagen religiosa del Señor Jesús Nazareno
A continuación observaremos una lista de las principales características del retablo del
Señor Jesús Nazareno, se observan ciertas especificaciones de carácter estético y también
técnico:
a. Mantiene una posición sentada.
b. La cabeza soporta tres potencias de bronce.
c. El rostro mantiene una expresión de recogimiento.
d. Las manos en posición de absolución de culpa.
e. Los pies descalzos simbolizan la coexistencia con el mundo.
f. Escultura policromada.
g. Técnicas de encarnado.
h. Los ojos están elaborados en vidrio.
i. El tamaño aproximado de la imagen, posición sentado 1.65 cm por 85cm de ancho.
j. Silla de madera, tallada.
k. Siempre está cubierto de atuendos de terciopelo en la que se encuentran escritos los
nombres de los últimos priostes, quienes donaron las vestimentas.
l. El espacio en el que permanece la imagen, es de doscientos veinte centímetros de
ancho por dos metros cincuenta centímetros de alto, doscientos cincuenta
centímetros de profundidad, construcción mixta, los acabados constan de piso de
62
cerámica, una ventana frontal de ciento setenta de ancho por doscientos veinte
centímetros de alto, ángulo con vidrio, protección de hierro forjado, está provisto de
iluminación interna de cuatro lámparas y una luz puntual que resalta la imagen
religiosa.
m. En la parte interior de este espacio físico, hay un cubículo de aluminio y vidrio de
noventa y seis centímetros de ancho por doscientos centímetros de alto y de
profundidad noventa y seis en la que permanece la imagen religiosa.
Además la imagen está rodeada por muchas flores artificiales y naturales, complementado
la decoración con guirnaldas. En la parte inferior del ventanal se inscribe una placa en la
que consta el nombre de un grupo de devotos de Jesús Nazareno.
…, es muy milagroso, todos los vecinos cuentan sus favores recibidos, hace un año un sobrino se accidento los doctores no sabían si despertaría, nosotros encomendamos a Jesusito la vida y vea luego de unas semanas ahora hasta juega futbol, (testimonio de Señora María del Roció, noviembre 2013).
Los vecinos y moradores sienten estar protegidos por la imagen de Jesús Nazareno, esto
hace que todos se preocupen por dar mantenimiento al lugar, así comenta el Sr. Oswaldo
Chicaiza que vive en Santa Rita, afirma que “va una vez por semana a dejar flores o una
velita en señal de agradecimiento por los favores recibidos por su salud”.
A partir de esta imagen religiosa hay una estructura que se caracteriza por unificar
familias y fortalecer la unión de carácter civil y de participación ciudadana en la
cotidianidad barrial.
A partir de estos hechos que dan sentido a esta realidad barrial se traduce en tradición
vivencial del barrio, lo cual salpica a sus barrios aledaños al mismo, volviéndose sui
generis y comunitario en todo el sur.
Este espacio es prueba que se va poniendo de manifiesto las diferentes prácticas sociales y
culturales, estético-religiosas, como parte de la tradición popular, inmersa en un conjunto
de hábitosque se representan en la misma sociedad como proveedora de símbolos
religiosos, de esta manera el barrio se vuelve a experimentar la vivencia en comunidad
participativa, donde se gesta y pervive la tradición en base a los lazos de solidaridad y
convivencia a partir del santo que ha sido la piedra angular de este barrio.
63
Mientras tanto, la proyección de comunidad que encaja en el barrio, da una significación de
mantener los proceso de tradición, está de por medio las prácticas estético-religiosas que
identifica a este barrio San José de Río Grande más conocido en la convivencia cotidiana
como “Jesús Nazareno”, comentan los vecinos.
Además, estos sucesos van formando parte de la identidad personal y comunitaria como
una especie de biografía social, que rememoran relatos de participación barrial, más aún
estas experiencias de vida producen cambios en el contexto barrial, que hacen más
digeribles y más aún se recuperan prácticas olvidadas en los nuevos sistemas de vida, como
la globalización, que pese a estos sistemas absolutistas sobrevive la tradición por sobre
todas las cosas.
Hechas las entrevistas a varias personas, recopilando información, al párroco del
Chillogallo y Santa Rita, nadie sabe la historia verdadera sobre el origen del retablo,
buscado información en la bibliografía correspondiente no hay datos que se aproximen sino
los obtenidos mediante las entrevistas realizadas a las personas mencionadas, vecinos del
barrio.
3.3 Tradición, Memoria y Cultura
Todos los sentidos se despiertan y armonizan la ensoñación creadora.
B. Gastón
El tiempo es el transcurso en que se desarrollan la vida y las actividades culturales, el
espacio donde se guardan los hechos, la memoria como sostiene Ricoeur, es “el factor de
historización integral”, (Ricoeur, 2010, p, 398), de un pueblo, cuyas prácticas estético
religiosas, se apoyan en el cristianismo con andamiaje de la Teología rememorando los
principios institucionalizados del sistema Judeo-Romano.
64
La memoria está ligada a la cultura en conjunto con sus prácticas culturales, hechos y
comportamientos sociales en relación con su historicidad, como afirma Ricoeur, “es la
referencia del pasado que nos une lo que ocurrió” (Ricoeur, 2013, p. 40).
Siendo la historia un relato no busca reconstruir los hechos, sino resignificar los
acontecimientos, como señala Ricoeur, es “el testimonio constituye la estructura
fundamental de transición entre la memoria y la historia” (2013, p. 41). Por lo tanto, se
puede mencionar como un ritual que ha sobrevivido en la memoria comunitaria, ya que en
los contextos de coexistencia social surgen diversos sistemas multiculturales y apego como
afirma Seibold “como un retorno a lo religioso” (Duran, Scanone, Silva, 2013, p. 229),
… este nuevo despertar de lo religioso está íntimamente ligado al desencanto que se siente en todos los niveles de la vida social, frente a unas formas institucionales que ya no convocan ni representan al sujeto. De ahí que los actores sociales emprenden la búsqueda de una mayor participación y protagonismo en la sociedad. En el ámbito religioso esto se percibe en el nacimiento de nuevas formas de vivir lo religioso… (Seibold, 2013, p.229-230).
Por lo tanto,el testimonio es la transmisión entre el pasado y el presente conservando la
naturaleza en el suceder de los hechos que conforman la tradición, como dice, Ricoeur “el
caso del recuerdo de un acontecimiento único ocurrido en pasado” (Ricoeur, 2013, p. 41).
Tanto los acontecimientos religiosos como los rituales en su contexto religioso tiene una
transitada historicidad, y sus funciones implica como un reordenamiento y preservación
social de la identidad local. Por lo que la religiosidad ha influido y construido la memoria
colectiva del comportamiento social en base a las creencias religiosas, que dan secuencia a
la interpretación de símbolos religiosos que configuran e identifican la satisfacción de sus
necesidades.
La religiosidad es un engrasante cultural identitario al considerarse como conductor y
custodio del comportamiento social-cultural, por lo tanto, puede ser riesgoso ya que solo se
preocupa de manera personal y no del otro, de esta manera afirmaSeibold, “la experiencia
religiosa, al centrarse casi exclusivamente en la satisfacción y ¨cura¨ del sujeto se
desvincule del compromiso social” (Seibold, 2013, p. 230), de esta manera la simbología y
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la memoria colectiva, van tomando un ordenamiento social y cada símbolo tiene contenido
in situ, como sostiene Tamayo,
El símbolo es una especie de puente que relaciona dos sentidos: el literal y aquel al que remite al literal; la relación entre ambos es profunda e interna, y no meramente circunstancial y externa. El símbolo hace presente una ausencia y actualiza algo que no puede alcanzarse, que imposible percibir o que es desconocido. (2004, p.170).
El símbolo tiene un carácter meramente interpretativo, tiene un plus ultra que trasciende en
la persona que reordena la manera de convivir, y tutela la construcción simbólica de
mediación cultural que da sentido a la convivencia:
El símbolo revela aspectos de la realidad –los más profundos- que se niegan a cualquier otro medio de conocimiento. Imágenes, símbolos, mitos no son creaciones irresponsables de la psique, responden a una necesidad y llevan a una función: dejar al desnudo las modalidades más secretas del ser. (Citado, Eliade, en Nuevo paradigma teológico, 2004,p 170).
Por lo tanto, se puede mencionar que el símbolo es una forma de comunicación eficaz,
creando respuestas rápidas, propias y de autoría comunitaria, convirtiéndose como parte
esencial de la tradición.
La tradición es un bien identitario cultural inmaterial, que se desarrolla en la medida de sus
propios actores, es propio de un grupo social o comunidad, es un conjunto de saberes,
conocimientos, costumbres, tradiciones, cuentos, leyendas, etc., que se transmiten por
sentido generacional, dependiendo del tiempo y espacio, dentro de la vida cotidiana, es un
bien que se va heredando de manera intangible, que se evidencia en la ejecución de cada
acto y se va actualizando por la memoria colectiva y autónoma, que va marcando hitos, es
la columna de las sociedades para sobrevivir al sistema hegemónico, sin embargo debe
imponerse en la actualidad para reclamar su espacio y terreno propio, que se enriquece del
acontecer, de su entorno, en suma a las adversidades de las nuevas tecnologías y sistemas
totalizantes.
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La cultura se inscribe en la historia y es ahí donde se inscriben los actos y las actitudes y las
formas de relación vivencial, que dan oxígeno a la memoria en la tradición, y la tradición
en la memoria, donde se activan los recuerdos.
En el sistema de las expresiones estético-religiosas estas se inscriben en la memoria a través
de ciertas manifestaciones que se van sumando a la imaginación, se entre trama en una
atmosfera de utopías, se tornan símbolo, y que el sujeto lo vuelve tangible por medio de la
imagen.
Sin embargo, este carácter tiene indicador subjetivo, que lo vuelve símbolo y acto, se ancla
en su cotidianidad con una carga sentimental, cosificándolo para tener registro de su
imaginación.
Estos resultados reales, son producto de la imaginación del ser, la mayoría de actos y
representaciones tienen carga emocional, ésta estructura es la que da andamiaje a la
religiosidad popular en su diversa gama de expresiones estéticas, que van desde los
arreglos florales, decoraciones, y a veces con sobre carga de objetos alrededor del santo de
su devoción.
En el caso específico del retablo urbano del Señor Jesús Nazareno, es notable y perfecta la
conjugación del símbolo con el acto, resultado de una exposición cultural constituida por
una carga sentimental, ésta a su vez se convierte en indicadores de la tradición de un pueblo
que registra la memoria colectiva individual, según Hegel, “la imaginación desempeña un
papel histórico, en un momento del desarrollo del espíritu absoluto”, en base a esta
aseveración, según los actos de expresión que se ajustan a las necesidades que van labrando
nuevos patrones, de expresión y otros se van actualizando, en mención del tiempo-espacio,
local.
La fiesta como resultado de la celebración permite arbitrariedades que vigorizan al ser, de
ahí viene la importancia en cuanto facto de rescate, memoria histórica y revitalización de
las comunidades. Cuando se pone en evidencia un sinnúmero de ritos menores y otras cotas
altas de esteticidad, se pone sobre el terreno de operaciones de diversos actos desde lo
ritual, a partir de lo íntimo exteriorizado, con sentido de fusión socio comunitario, es lo
que se evidencia en la celebración del Señor Jesús Nazareno.
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Esta imbricación esta cobijado por la religiosidad popular, que se manifiesta en la víspera
del domingo de ramos, estos sucesos se sostienen en el andamiaje propio del pueblo, va
reactualizando e imaginando la tradición, lo que torna en un sistema dinámico de ida y
vuelta y sus fenómenos que se suceden, desde el último acto y para siempre, la memoria se
torna en las reminiscencias como la tradición al rito, lo que hace un sin fin de hechos
culturales, que solo fenecerán cuando el ser deje de respirar.
Los hechos actuales que se experimentan responden a los anteriores, de no ser así sería
imposible que exista esa cadena de sucesos y expresiones culturales, haciendo que lo
anterior sea resultado de lo actual.
Las representaciones se desencadenan en imágenes simbólicas, estas se vuelven
transmisoras de emociones frente a la imagen religiosa a la cual se rinde veneración.El ser
necesita de evidencias que le permitan palpar, tocar y sentir para crear su proceso cognitivo
que da origen a la creación de símbolos, expresado en imágenes artísticas conservando la
armonía y la estética visual, para encontrar sensaciones de serenidad, tranquilidad e
intimidad que se guardan en la imaginación dando origen a una tradición, parafraseando a
Bachelard, la imaginación tiene la facultad de formar imágenes que comienzan en la
memoria, por medio de los objetos utilizados en diversas representaciones propias de estos
actos, que dependen unas de otras y el vehículo conector son sus propios actores.
A través de la memoria se transmiten diversos hechos, que se suceden al presente, estos
sucesos son los que activan los ethos históricos, que en presente se reactualizan y se cargan
de contenido sígnico, estos límites hacen que la sociedad se active y trascienda en el relato
histórico y tengan valor de patrimonio humano y memoria.
El devenir de las imágenes, inscritas en la memoria, va sin fondo independiente, mantiene
un fenómeno común ya que en la autoría de los sucesos y expresiones culturales religiosas,
es el pueblo el que hace que se generen experiencias multidimensionales a la realidad, esto
puede generarse dentro de la religiosidad popular en todas sus manifestaciones integradas al
ser en sí mismo.
Las imágenes que se producen en lo íntimo, se exteriorizan en símbolos propios, en cada
vivencialidad, dentro de cada acto de la religiosidad popular, mantienen una conectividad
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que se activa con el pasado-presente, reconocido en la celebración por el ritual, que puede
ser íntimo o comunitario, el rito siempre será el mismo lo que mutan son sus accionantes
por los ademanes, que se replican en el acto, como argumenta Maldonado,
…tiene un margen de improvisación, permanece fiel a ciertas reglas las cuales constituyen la especificidad de su ser-ritual. Un gesto que no repitiera alguna cosa de otro gesto o que no tuviera ningún elemento destinado a ser repetido, podría ser un acto religioso, pero no un ritual, (1975, p. 133).
Todos estos signos que en América Latina, tomaron raíz a través de llegadas de los Ibéricos
y su evangelización de la masa, como afirma Marzal, “estableció nuevas formas religiosas”
(Marzal, 2002, p. 196), dio como resultado el sincretismo de las religiones, con el elemento
humano que lleva al desenlace a través de la representación física de los símbolos,
activando una imagen, proyectada por el ser en las imágenes religiosas, maneja la dinámica
de comunicador, estos sucesos se enriquecen por recursos expresivos que marcan la
diferencia a los manejados por la oficialidad, en las diferentes formas de expresión a nivel
simbólico, sumando un valor justificado y su relación en sí mismo con sus actantes.
Según la bibliografía especializada y los datos recogidos, se reflexiona que, hubo un
interés de transformar los sistemas de expresión de la religión, del pueblo es por eso,
como sostiene Marzal, “que dicha evangelización produjo cambios no solo en la
identidad religiosa del pueblo (sincretismo), sino también en su identidad cultural,
(ibídem, p, 196-197).
Estos acontecimientos sin duda desencadenaron indicadores para una aproximación de una
amalgama cultural, propia de los acontecimientos del cristianismo en América Latina,
como plantea Vogt, “el sincretismo es un proceso, que da cinco indicadores, (citado en
Tierra Encantada por Marzal),:
Se fusionan, se combinan, se hibridan o se mezclan en partes iguales tanto en sus formas como en sus significados.
Los rasgos están encapsulados en los modelos culturales indios preexistentes. Los indios han llegado a ser básicamente católicos.
El sincretismo actual es resultado de la dominación colonial de los españoles sobre los indios.
69
Finalmente el actual sincretismo es fruto de un proceso que entraña una creativa y muy selectiva recombinación de formas, (ibídem, p. 197).
Por lo tanto esta inculturación1 es un fenómeno como respuesta a la realidad y su contexto
en relación a sus creencias y formas de expresión siendo la religiosidad el terreno de las
operaciones donde surge y se reinventa, reinterpreta el símbolo.
La teatralidad como soporte de en los rituales, se apoyan en las expresiones culturales, que
ayudan a sostener y repetirse en las fiestas con algún rasgo adquirido de la tradición, he
influenciado por nuevos conceptos de la globalización, que van organizando una identidad
desde lo local, quedando en el imaginario autónomo y comunitario de todos sus actores.
El sujeto, enmarcado en el horizonte de la religiosidad popular se encuentra en una
circunstancia de habitad propio por lo que se le es familiar toda expresión, liberada de toda
relación externa ya que todo es relacional, y mantiene una causa de reciprocidad, por lo
tanto su interpretación no es ajena, le es familiar por que le pertenece y a la vez se
identifica.
El arquetipo de tiempo y espacio, está ligado a la memoria de las personas, que reproducen
de manera fugaz imágenes en reminiscencia que se activan cuando se las ve o se siente de
acuerdo a su volumen, materia, textura o intensidad de iluminación, que pueden perdurar en
la memoria mucho tiempo como pueden ser efímeras, se vuelven imágenes a partir de las
representaciones objetuales, a lo que Zamora sostiene que hay “imágenes que están en
algún lugar y no precisamente en el cerebro los llama imágenes inmateriales” (Zamora,
2007, p.148), que alguna circunstancia o hecho los recuerda en imagen existente, que se
encuentra almacenada en la memoria por el símbolo representado, cuando se pintó la casa
que permanece la imagen religiosa, cuando se realizó la minga de limpieza, cuando se
cambió la ropa del santo, etc., cuando se reúnen para realizar alguna actividad en mención
del santo, se crean hitos que se guardan como tradición en la memoria, consolida su función
en mención del barrio y de sus moradores de esta costumbre estético religiosa.
1Se refiere al proceso en el que la Iglesia Católica ha aceptado formas culturales de los pueblos, en las que
había elementos religioso-mágicos. MARZAL, Manuel, Tratado de Antropología Religiosa de América Latina,
2002, p. 116.
70
Por lo consiguiente la práctica inmersa en la memoria, va sumando experiencia que se
acumulan en mención del tiempo, adquieren nuevos significados e interpretaciones,
manteniendo su naturaleza. Mediante la tradición y la cultura se debe trabajar en la
recuperación de la memoria, para superar el pasado y su versión filtrada por los poderes
oficiales.
3.3.1 Memoria y huellas de la Tradición
Las personas mantienen una conexión con el tiempo por medio de la memoria histórica, lo
que permite un encantamiento con cada experiencia realizada, de suyo y en conexión con el
pasado, manteniéndose en el horizonte del olvido, en contraste con el presente, es por eso
que el antes –como espacio temporal- es esencia de la tradición,
Sin embargo, no tenemos nada mejor que la memoria para garantizar que algo ocurrió antes de que nos formásemos el recuerdo de ello. La propia historiografía digámoslo ya no logrará modificar la convicción, continuamente zaherida y continuamente reafirmada, de que el referente último de la memoria sigue siendo el pasado, cualquiera que pueda ser la significación de la “paseidad” del pasado, (Ricoeur, 2010, p, 23).
Por lo tanto, la tradición es memoria y relato, está ligada a los acontecimientos que se
suceden en la cotidianidad de determinada persona o grupo social, ligada a toda expresión
estético-religiosa y cultural, que muchas veces puede ser a partir de lo sagrado, que se van
sujetando a recursos personales, sociales y políticos, que pueden ser a partir de las
necesidades y circunstancias cotidianas propias de su contexto en mención al rasgo que
pervive por medio de la percepción, se traduce en imagen y está en recuerdo.
En palabras de Aristóteles, menciona que “memoria es tiempo” (ibídem, p. 24), entonces,
la memoria mantiene el carácter de escenario temporal de las acciones ontológicas, donde
la tradición es comunicación y la misma imagen se asimila y conserva por medio de la
percepción, pero que a la vez es olvido-recuerdo, en palabras de Ricoeur, lo llama “vínculo
entre lugar y fecha”.
71
De esta manera, se va marcando un rastro en la memoria y construyendo el espacio
histórico superpuesto en el tiempo, como referencia de lo anterior en los recuerdos que
recupera como referencia de lo que sucedió, el legado de los griegos sobre la anamnesis
hace que tenga una ruta de datos en los recuerdos,
Así la rememoración, se acentúa el retorno a la conciencia despierta de un acontecimiento reconocido como que tuvo lugar antes del momento en que esta declara que lo percibió, lo conoció.
La memorización, consiste en maneras de aprender que tienen como objeto saberes, destrezas, posibilidades de hacer, de tal modo que estos sean estables, que permanezcan disponibles, (ibídem, p, 83).
En este sentido los recuerdos se actualizan en el escenario de la memoria ya sean
individuales o colectivos por necesidad de sí mismo o de los otros actores, que ponen de
manifiesto la historicidad de los acontecimientos.
Todas las manifestaciones que las personas exteriorizan por tradiciones culturales han
mantenido una relación íntima con la memoria y sus diversas representaciones, que han
sido registrados por diversos sucesos en la memoria individual y colectiva, como escribe
Platón desde la tablilla de cera en el diálogo con Teeteto, que están en constante relación
memoria-olvido, a lo que Sócrates comenta, los recuerdos son una relación con Mnemosine
la diosa de la musas,
…si queremos recordar algo que hayamos visto u oído o que hayamos pensado
nosotros mismos, aplicando a esta cera las percepciones y pensamientos, los
grabamos en ella, como si imprimiéramos en un sello de un anillo. Lo que haya
quedado grabado lo recordamos y lo sabemos en tanto permanezca su imagen.
(Metáforas de la Memoria).
La memoria es una constante en construcción, desde el relato, que ha servido para construir
sociedades que va otorgando identidad colectiva e individual, desde diferentes expresiones,
acumula vivencias, con una mirada del pasado al presente, se crea un trazo en la memoria
marcado a través del tiempo, es la relación eternizada que tiene toda persona, ya que es la
razón de su identidad, la construcción de la memoria se va realizando a través de la
percepción que da conocimiento de la forma en lo cotidiano de la persona.
72
Hay una herencia desde los griegos con la memoria y su representación por medio de la
imaginación, en diferentes acontecimientos como puede apreciarse en Protágoras que habla
del recuerdo como la presencia de lo ausente, no saber del presente, y saber del pasado, la
memoria lo actualiza en algún acontecimiento que experimenta la persona, como afirma
Ricoeur “lo que se sabe y se percibe, conservando con fidelidad el recuerdo es imposible
confundirlo con lo que se conoce” (2010, p. 25), como escribe Platón “el saber es
percepción”, esta información se guarda en la memoria, y lo que no se guarda es porque no
se conoce.
La memoria está en una constante relación con el pasado, por lo tanto el presente es lo que
obtuvimos del pasado. Todo acontecimiento necesita ser transmitido, recordado, de acuerdo
a las necesidades individuales y colectivas que se van guardando en la memoria, sin dejar
de lado los relatos escritos que acompañan a los relatos orales.
En la nueva era tecnológica, de información y comunicación, ayudan a conservar,
mantener, alimentar y guardar los diferentes soportes del desarrollo cultural los que
facilitan los recuerdos de manera instantánea que hace inmediatista la información, que sin
esfuerzo atrofia la memoria, lo que causa en la sociedad son representaciones vaciadas de
contenido siendo cómplices los medios masivos y las industrias culturales.
Si se pierde la memoria se ha perdido su historicidad y su reconciliación representativa con
el pasado haciendo imposible reconstruir la tradición cultural y artística de un grupo social
que le identifica de un todo globalizado.
La cultura al ser representaciónsimbólica pasa a ser construcción de saberes y reactivación
de tradiciones, como sostiene Guerrero, que
El lenguaje, verbal y simbólico han sido capaces de aprender, transmitir lo aprendido, almacenarlo, procesarlo y utilizarlo esa información en la planificación de su presente y su futuro. Pero sobre todo el lenguaje simbólico le ha permitido al ser humano construirse un sentido sobre su existencia y le ha dado la posibilidad de actuar en el mundo.
Los símbolos son fuente de información externa que los humanos utilizan para comprender y ordenar su mundo físico, (2002, p, 75).
73
Por lo tanto, la cultura se condensa de contenido y significación, entretejiendo relaciones
sociales que constituyen la unidad de los imaginarios que son protagonistas de la
convivencia y pertenencia local, como señala Seibold, “el símbolo juega un papel de
mediador. Permite visualizar y exteriorizar, de otro modo sería invisible” (2013, p, 232).
La relación que desencadena lo simbólico en la coexistencia de las personas, es mantener
viva todas las manifestaciones estético-culturales dentro de la tradición como pueden ser, la
religión, el arte, la fiesta, la gastronomía, etc., como sostiene Eliade, en mención del
símbolo,
El símbolo revela ciertos aspectos de la realidad –los más profundos- que se niegan a cualquier otro medio de conocimiento. Imágenes símbolos, mitos, no son creaciones irresponsables de al spique, responden a una necesidad y llevan una función: dejar al desnudo las modalidades más secretas del ser, (citado en Tamayo, J. Nuevo paradigma teológico, 2004, p, 170).
Lo simbólico habita y surge en la cultura, por lo consiguiente, tiene contenido y es fuente
de vida, dando armonía a sus actores, por eso hay que experimentar su vivencia, como
afirma Tamayo, “hay que implicarse en su dinámica, y no con la cabeza sino con la
totalidad del ser humano” (2004, p. 171), de esta manera se puede aseverar que el símbolo
está vivo, por lo consiguiente, en la religiosidad “lo que son símbolos los convierte en
dogma eliminando así la polisemia para imponer un significado único”(ibídem, p. 171), lo
que desemboca en praxis de la fiesta de un patrono o santo en especial y no una fiesta para
dos o varios santos, apuntalado por la teología.
El símbolo se ubica en el horizonte de la utopía. Ayuda a recuperar la identidad perdida, pero no mirando al pasado como añoranza sino poniendo la mirada en el futuro con intención anticipadora, (Tamayo, 2004, p. 170).
3.3.2 El retablo religioso y su relación con la memoria
El retablo urbano religiosocomporta una historicidad de la sociedad exteriorizada en la
que reposa la tradición, como señala Ballester, “en ellos hay una parte de la historia de la
ciudad” https://books.google.com.ec/books?id= retablos%20urbanos&f=false(descargado
3-01-2015).
74
Como afirma Palomero, “símbolos públicos de la religiosidad popular, retablos callejeros”
(Palomero, J., 1987, p.34), esto reafirma la existencia del espacio religiosos donde
permanece Jesús Nazareno.
El retablo urbano religioso se ha transformado en un bien que transmite belleza, trasciende
en la memoria de los habitantes del barrio donde residen, hace concluir que es la tradición
en su sentido simbólico estético, es el espacio religioso convertido en imagen estética a
partir de la relación directa con sus devotos.
La fiesta religiosa del domingo de ramos de semana Santa enmarcado en la religiosidad
popular es el ángulo de las interpretaciones estético-religiosas, en base a experiencias
transmitidas, a través de los diferentes espacios que son parte del barrio, que se replica en
la tradición que une lazos comunicacionales para conservar y preservar sus costumbres que
por el sistema se vuelven vulnerables e identifica culturalmente a un grupo social en esta
realidad globalizante.
3.4 La imagen como valor de uso estético
La imagen se separa del texto en forma semejante a las palabras del sonido, aun así
perviven en eterna convivencia dando origen a las cosas, como señala Foucault, “lo que no
es nombrado no existe”, pero cada lenguaje comprende el mundo a su manera y de esta
manera nos comunicamos, entonces una idea es un pensamiento que se puede mirar cuando
se representa en imagen, ya que ésta existió primero en la imaginación.
La imagen se deriva de la palabra griega eikon y mediante esta mantenemos diversos
sistemas de comunicación, entonces las imágenes habitan en la persona.
Ante todo, la información que asimilamos la percibimos mediante los sentidos, de forma
semejante se va guardando la información proporcionada por el entorno en que se
desarrolla el sujeto, sin duda, va clasificando y almacenando la información en el cerebro.
En relación a lo estético religioso hay un fenómeno insondable de experiencias y
representaciones misteriosas a partir de la realidad, la cual tiene una riqueza estética que se
75
pueden asimilar y representar mediante el desarrollado de sensibilidad y entendimiento,
ahora bien todas, las representaciones tienen una carga marcada por un eje transversal que
es la emoción y los sentidos que habitan en cada sujeto.
Entonces, se puede mencionar que la imagen posee contenido que transmite información,
de esta manera la imagen existe cuando el sujeto es afectado, entonces tiene significado,
consiguientemente toda imagen tiene mensajes ocultos que el sujeto va descifrando en
relación a sus necesidades, al respecto Zamora sostiene que “el ser humano es el único
lugar en el que las imágenes reciben un sentido vivo” (2009, p. 70), e interpretación
personal.
Las imágenes se transmiten a través del sujeto, ya que es único en asimilar y darle
representatividad simbólica individual y comunitaria que también lo dota de materialidad y
significado que cada sujeto experimenta a nivel interior dejándose afectar desde lo exógeno
en relación con los objetos y su contexto.
Ante todo la imagen es comunicación y los diferentes sistemas del mundo se apoyan en
este medio según intereses propios ayudados por el marketing. La publicidad y los nuevos
sistemas tecnológicos han permitido manejar la imagen de una forma instantánea.
El sujeto al relacionarse con las mismas pone en juego las emociones, así “aprendemos a
aceptar que las imágenes visuales no contienen mensajes verbales sino que son enunciados
visuales” (citado en Zamora, p. 99), por lo consiguiente, el viandante común mantiene un
dialogo visual completo en menos tiempo ya que las imágenes están trabajadas pensando en
este suceso.
Desde siempre la imagen ha sido pensada como puente comunicador entre el mundo y el
sujeto, cuando no se da este diálogo hay un corto circuito y el sujeto necesita de las
imágenes para asimilar su realidad, recurriendo a la memoria e imaginación, de lo contrario
se ve huérfano de argumentos. Este ejercicio es el conector de imágenes pasadas y actuales,
una imagen rememora el relato.
Por consiguiente, el consumo de imágenes es parte de la coexistencia del sujeto, el mismo
que da sentido otorgándole contenido, puesto que en la cotidianidad toda imagen tiene su
76
significado propio. Por lo tanto, la persona crea imágenes en su memoria a través de la
evocación y ésta toma vida a la hora de conectarse con su necesidad interior por medio de
una conexión ontológica y de las relaciones que implican con los objetos y formas
diferentes.
De igual manera, siendo el sujeto consumidor de imágenes, la percepción visual es una
herramienta que la persona experimenta, por lo tanto,las imágenes existen porque el sujeto
existe, siendo parte de la estructura de la comunicación, a lo que Balzac menciona “todo es
forma, y la vida misma es forma” (citado en ibídem, p. 106), sin duda todo lo que existe
tiene forma ligado a las relaciones persona-objeto.
El sujeto siendo materia se transforma, por lo tanto todas las formas mutan según su
interpretación.La imagen se estructura de forma y contenido complementándose al mismo
tiempo de diferentes recursos: color, texto, composición, etc., lo que hace que tenga
oxigeno propio en sí mismo y su pertenencia a una época propia.
El elemento que funciona en un contexto, no funcionará en otro, es dependiente del tiempo
y el espacio, por lo consiguiente, sus características no están escritas en piedra, su
estructura muta al igual que los sistemas sociales, pero pervive en la memoria individual o
comunitaria, permitiendo que vuelvan a aparecer según la necesidad interior o material del
sujeto, simultáneamente es parte de su identidad cultural en base de sus propios
lineamientos culturales.
Es preciso señalar que toda imagen se conecta con el recuerdo mientras la memoria lo
actualiza, por la experiencia vivida. Las formas existentes se conectan con alguna
remembranza, por lo consiguiente las historias contadas por nuestros abuelos son el
ejemplo del recuerdo y memoria, en este enfoque la memoria es el ángulo de los recuerdos,
mientras que lo imaginado es propio de un proceso cultural-identitario frente al sistema
hegemónico, que fomenta el principio de consumo visual, direccionado por sus políticas
negativas y positivas, sabiendo que todo tiene el carácter de efímero, ante esto pervive la
tradición.
La imagen religiosa se sostiene por su sentido religioso en sí misma y por ende su
consumo masivo crea la dependencia de un referente religioso. El pueblo tiene la necesidad
77
de la imagen religiosa y su apropiación, por lo consiguiente, su interpretación y uso
individual de manera que las imágenes adquieren atmosfera y vida propia en lo íntimo de la
persona, en cuanto que el sujeto mantiene relación imagen-recuerdo, la imagen rememora y
personifica a la imagen religiosa, de esta manera se crea una dialéctica entre sujeto-imagen,
éste es el resultado de su símbolo estético dado por la experiencia religiosa individual.
En la modernidad hay una mayor necesidad de búsqueda de lo religioso-espiritual en
cuanto que las imágenes nos acompañan, mientras que el recuerdo actualiza el vínculo que
hay entre la ausencia y el ritual mostrando así un nuevo culto a lo simbólico.
Al ser las imágenes, símbolos que representan y rememoran experiencias, a la vez son el
puente comunicador que une una imagen con otra, por lo que tienen contenido significante.
La imagen se integra a su mundo cotidiano por medio de las necesidades proyectadas en la
imagen religiosa y sirve como un rito de advenimiento de alguna necesidad material o
inmaterial.
Por consiguiente, la imagen es la permanencia del recuerdo en la memoria, así por ejemplo
la imagen de algún ser querido que no está, por medio de la imagen toma el sentido de
rememorar su presencia por lo que se actualiza la imagen, de esta manera el puente
conector entre sujeto e imagen es el recuerdo, por lo tanto la realidad está en relación con
lo histórico de cada sujeto.
El sujeto transgrede su realidad a través de la imagen porque esta le permite imaginar, por
lo tanto, el sujeto vive su realidad a través de la imagen, en cuanto que las imágenes residen
en la persona-memoria y éste le da las características estéticas de uso íntimo a partir de la
carga de religiosidad que tenga la imagen y sus cualidades utópicas.
De esta manera, las imágenes religiosas son forma y sentido de ser, en consecuencia su
materialidad tiene significado de libre uso e interpretación, por medio de la cual la persona
se proyecta en la imagen religiosa y su deseo, cargándolo de contenido, es por eso que la
religión necesita de realidades y experiencias que encubren su subjetividad, de no ser así, se
aniquila por sí sola. Esta es la base de la experiencia religiosa, que va cambiando a la
persona en su sentido religioso y conversión, tomando como base a sus creencias, siendo la
78
plataforma de toda religión y su convencimiento de la existencia de lo Divino, concurriendo
este un valor moral propio de la religión y se aleja del valor estético.
Fotografía del autor Alex Velata, abril 2012.
Ahora bien la imagen religiosa (estampa, reproducción en base de un original), que llega a
las manos de un peregrino común, toma importancia por la tradición y memoria que
preexiste en él, es por eso que el valor de uso estético está salpicado de moral religiosa y se
convierte en objeto sagrado, ya que lo religioso está rodeado casi siempre de atmósfera
sagrada y esto hace a la persona que no sea libre de acto y pensamiento, así la ética sea
cómplice de lo malo.
Entonces se puede decir que, las obras de arte de carácter religioso siempre están por fuera
del contexto, nunca representan el escenario real del mundanal ruido, solo son alegorías de
las mismas referencias, esto hace que tenga carácter moral en sí mismo y lo perverso sea
considerado como culpabilidad perennizado por la religión que ha calificado como
pecaminoso, por lo tanto, no tendría valor estético, entonces la imagen religiosa tiene su
79
lugar por fuera de la realidad que siempre está en las nubes y le es indiferente a este
mundo.
El arte religioso no es la realidad, solo la representa con ejemplificaciones alegóricas,
dentro de estos parámetros es válido para toda producción artística, religiosa o no, pero este
es el motivo que hace de puente para conectar la persona y su religión inmersa en su
cotidianidad.
Por lo consiguiente, una obra de arte religiosa tiene más teatralidad por su objetividad que
por su religiosidad en la cual se escenifica la persona, por lo tanto las personas son el lugar
donde residen las imágenes, pero en estas circunstancias el sistema actual y la
configuración globalizante amenazan el consumo de imágenes individuales o comunitarias
por ser totalizantes.
En este caso,la estética y la religión deben complementarse marchando alineadas y
respaldando toda expresión trasmitida por sus partidarios/seguidores como parte de una
recomposición social idealizada y no cuestionada, a partir de la religiosidad popular
ninguna expresión tradicional religiosa debe ser violentada a causa de una lesión de
identidad cultural local en donde la religión deba fisurar su memoria la misma que debe
sumar a mantener este sendero.
El proceso globalizado en el que coexistimos ha hecho que ocurra un proceso bélico visual,
por lo consiguiente, la persona se aleja del horizonte del proceso religioso institucional y
consume el comercio cultural religioso generando la necesidad de imágenes. El productor
oferta su mercancía de esta manera logra imponer el canal de consumo visual, lo que hace
que tenga más diálogo visual asistido por innumerables imágenes creadas desde la
religiosidad popular. Este proceso debilita la estructura social y solamente crean cada vez
imágenes pobres en contenido, como sostiene Ballez “la globalización actual provoca un
enriquecimiento del productor y un empobrecimiento del producto¨ (Lepe y Granda, p. 11),
por lo que cada una de las ofertas visuales deben respetar y ser incluyentes en sus creencias
individuales–comunitarias y mantener una diversidad visual y cultural.
Este enmarañamiento causado por el mercado reproductor de imágenes y no productor,
hace que las tradiciones se vuelvan frágiles de contenido y corran el riesgo de desaparecer
80
en las nuevas generaciones que están al margen de la tradición, en algunos casos solo se
conserva como relato y su rastro se pierda en el tiempo. Estos acontecimientos vuelven
activar a determinada cultura o grupo social frente a la globalización que va
homogenizando en alineación al crecimiento y transformación social de cara a los embates
de nuevos productos que alienan a la persona.
Es importante rescatar, estudiar y preservar las tradiciones que ayudadas por lo visual,
apuntalan como parte del andamiaje social que va constituyendo como unos de los sistemas
de comunicación social entre sí, cada manifestación, cada leyenda, cada ficción, enriquecen
a una cultura determinada, esto hace que existan conexiones afines por prácticas y
costumbres con distintas culturas, de esta manera se enriquece la diversidad cultural rica en
manifestaciones escritas u orales, siendo los autores de toda manifestación en su
cotidianidad todos los integrantes de un determinado grupo social, el conocimiento se hace
en comunidad.
“Siendo un paradigma de respeto perfecto de la diversidad cultural y lingüística más
grande (porque se utilizan también idiomas no oficiales) y, a la vez, son un ejemplo
de globalización cultural antes de la letra¨ (ibídem, p. 11).
A partir de esta realidad se mantienen sistemas de comunicación endógenos que permiten
diversasinterpretaciones de sus actores sociales, esta diversidad de sistemas de
comunicación articula la compresión de su realidad local y global aun coexistiendo con
otros grupos sociales al otro lado del mundo en igualdad de creencias y tradiciones, esto
apuntala a conservar sus tradiciones, sistemas políticos, económicos y sobre todo su
religiosidad siendo el vehículo de existencia que prevalece en las personas.
Estos acontecimientos son asimilados por otros grupos sociales, lo cual hace que la frontera
sea permeable que existannuevas manifestaciones religiosas y culturales, por citar un
ejemplo: la virgen de Guadalupe es venerada en nuestra localidad, siendo que su espacio
original es México, pero un indicador en común, la protección de sus fieles devotos, como
lo es también el divino Niño que es propio de Colombia, ahora es venerado aquí en nuestra
localidad, este es un indicador que se transmiten entre las diversas tradiciones pero con
81
diferentes representaciones e interpretaciones en cada acto, en otras realidades llevada por
sus actores que se internan en el tiempo mutando conforme al espacio en que se escenifican
que se archivan en la memoria colectiva e individual que se insertan en la cultura que
identifica a cada pueblo acorde a cada necesidad generada de acuerdo al momento y
entorno a su cotidianidad, por lo consiguiente la imagen mental sufre ajustes de acuerdo al
tiempo y espacio, como consecuencia de la imagen visual realizada por los productores, y
su consumo se hace más intensivo en significado de texto e imagen en base al producto
final, por lo tanto es imprescindible el valor vaciado de contenido.
Fuente: Imágenes descargadas de www.google.com (mayo 2014)
“El aporte artístico del narrador y la interpretaciónde los oyentes con múltiples
facetas y niveles de compresión, las metáforas y los símbolos expresados en los
relatos junto al dinamismo inherente de la tradición oral como transmisión verbal,
engendran un abánico de versiones, interpretaciones y representaciones. Al mismo
tiempo existe cierta unidad cultural en estas concepciones, por lo que el público
interpreta ciertos eventos de la misma manera” (Lepe, Granda, p. 21).
Referente a estas interpretaciones, cada suceso tiene su propia reflexión particular a partir
de sus actores desde sus diversas convivencias, relatos y metáforas que edifican su propio
significado desde la realidad en el devenir de la existencia de las personas se complementan
con representaciones y actos conmemorativos desde la localidad, se suceden además en
82
narraciones del barrio y todos sus vecinos que son parte de acontecimientos religiosos de
carácter colectivo, quienes mantienen vigente este suceso religioso transformando el lugar
y la carga vital que despierta la imagen de Jesús Nazareno.
Fotografía del autor Alex Velata, abril 2012.
Estos sitios que tienen carga de sagrado son prohibidos de agredir e incluso los ladrones
hacen reverencia al lugar. Al ser éste un lugar sagrado, aumenta su potencial de seguidores
hacia el interior de su barrio y al exterior que son los otros barrios circundantes, la
importancia marca un punto relevante entre los barrios aledaños al dar la valoración
correspondiente de este sector del sur del Distrito Metropolitano de Quito. Así como había
la necesidad de los pueblos ancestrales de asentarse cerca de alguna vertiente de agua, los
invasores Ibéricos impusieron imágenes sagradas como patrones protectores de estos
pueblos, ya que se ha ido transmitiendo hasta nuestros días como una tradición heredada.
Es por eso que este barrio tiene su protector, y por lo consiguiente la imagen es reproducida
en la mayoría de las casas que se encuentran alrededor de la imagen religiosa Jesús
Nazareno, “el vecino mayor”, como lo llaman los habitantes del sector, de esta manera es
83
quien mantiene “la armonía” del barrio San José de Rio Grande como comenta la Sra.
Sandra Torres (propietaria de la casa).
En este tiempo en que la globalización es parte de nuestras relaciones sociales, lo visual se
ancla a nuestras costumbres y tradiciones, tornándose como un mecanismo de activación de
las diferentes formas de representación religiosa entre las tantas existentes. De esta manera
la imagen religiosa con la cual nos identificamos es parte de nuestra relación con la
religión, siendo así una especie de catalizador en la existencia de las personas, de esta
manera la tradición local es parte de lo global que marca el ritmo y activa este generador
que es la memoria individual y comunitaria o colectiva en que cada suceso se va
institucionalizando, por ejemplo, la imagen de la virgen de Agua Santa, cuando es
adquirida en su propia iglesia tiene más valor mágico y milagroso, pero cuando se adquiere
en otro lugar pierde su valor religioso sagrado, esto explica que las personas dependan de
imágenes religiosas representadas en esculturas, pinturas, grabados, murales, etc.
Las imágenes religiosas que tienen nuevos espacios de interrelación a través de las
practicas simbólicas en cuanto pervive la tradición, en el caso del barrio San José de Río
Grande, existe una representación comunitaria dentro de sus prácticas de religiosidad
popular, donde se dan diversos diálogos de representación y consumo visual por parte de
sus actores sociales que se van modificando de acuerdo al tiempo y el espacio en que se
desarrolla la tradición barrial.
Las representaciones sociales que emanan de la tradición van articulando los anillos
sociales que son parte del engranaje cultural que enlazan los hechos en diversas formas de
representación, a la vez que son la base de nuevas interpretaciones y representaciones
sociales.
Los diferentes tipos de representación existen porque se soportan en la imagen que en
posesión de sus actores toman diferentes argumentaciones en su performance estético que
promueven diversas experiencias religiosas, como sostiene Wittgenstein en sus palabras,
“el enunciado es una forma de la realidad tal como nosotros pensamos”.
Se puede decir que las imágenes existen adaptadas a nuestra necesidad en base a un modelo
prefabricado por la persona, por lo consiguiente, existen cuando se señala o tiene alguna
84
bisagra que permite articular entre el sonido o forma a su vez es utilizada en alguna
articulación deíctica como éste, esto, aquél, allá, etc., entonces existe la representación de
la imagen, que a su vez, es presencia de la ausencia de la forma, a veces las palabras no
alcanzan a describir o representar toda la connotación de la imagen en su concepto y
naturaleza.
Toda representación (sino que sólo se puede sugerirlo), con imágenes sí se puede hacerlo: una tela en blanco o en negro son una imagen son también la ausencia de la imagen. El silencio verbal puede serlo todo o no serlo nada. Pero el silencio visual expresado en la superficie vacía que se presenta como tal, es un silencio pleno: la claridad o la blancura totales, la oscuridad absoluta están ahí, presentes, y no son únicamente representaciones de una ausencia (Zamora, 2007, p. 322).
Entonces se podría decir que la imagen y su consumo estético tienen presencia de lo
ausente, pero ante todo hay un goce más allá de los límites formales, pero que constituye en
sí mismo por su representatividad absoluta.
Experiencia estética en la desagregación misma del arte, en la resistencia de su forma a cualquier transformación en forma de vida. Esta tensión no proviene de los desastrosos compromisos del arte con la política. Estas dos «políticas» se encuentran en efecto inaplicadas en las formas mismas con las cuales identificamos el arte como objeto de una experiencia especifica. No hay ninguna razón por tanto para suponer una captación fatal del arte por la, estéticas. Una vez mas no hay arte sin una forma específica de visibilidad y de discursividad que lo identifica como tal. No hay arte sin una determinada división de lo sensible que lo liga a una determinada forma de política. La estética es esa división. La tensión de las dos políticas amenaza el régimen estético del arte. Pero a la vez es lo que le hace funcionar, (Rancier, 2005, p. 33).
Por lo expuesto anteriormente, la estética es la que nos permite gozar de la experiencia del
arte, lo que nos permite “alejarnos” por un momento de la realidad.
3.5La Fiesta
En los momentos actuales en que la vida se despliega de manera versátil, la misma se
configura en diversas áreas a la vez, siendo parte de un sistema global y de políticas
homogenizantes, cuyos nuevos sistemas de economía y consumismo inciden en la
85
coexistencia de las personas, se amoldan a nuevos lineamientos sociales que afectan la
vida cotidiana.
La cultura como expresión, en palabras de Guerra, “es lo que une a los hombres”, en la
actualidad soporta transgresiones que impactan en los anillos sociales más permeables y de
escasos recursos socioeconómicos, que empobrecen y reducen el conocimiento,
convirtiéndose en terreno débil y susceptible a contaminarse de las nuevas políticas que
dictaminan las industrias culturales, como afirma Tamayo,
“Una población sobrante e indefensa, lo que caracteriza al fenómeno de la exclusión hoy y lo diferencia de épocas anteriores- es que las personas, los colectivos y los pueblos excluidos son colocados fuera del sistema, no tienen lugar en la sociedad, carecen de relevancia e influencia social e incluso se ven privados de poder para negociar y de la capacidad de presión. No cuentan a efectos de derechos sociales en de satisfacción de las necesidades básicas”, (Tamayo, 2004, p. 202).
Por ende, ante los sistemas hegemónicos, los símbolos religiosos han logradopermanecer
en la memoria de la sociedad, sosteniéndose en la tradición y religiosidad que desemboca
en la fiesta, la misma que conecta con la existencia de las personas, siendo este el terreno
fértil de incubación de sus creencias, que pervive como expresión cultural, como sostiene
Bauman, se “refiere tanto a la invención como a la preservación, a la discontinuidad como a
la continuidad a la novedad como a la tradición” (2002, p. 22).
La fiesta como parte de la cultura e identidad, es caos y orden creandouna atmósfera que
detiene las actividades cotidianas y de trabajo, aleja a las personas de su realidad en la que
se sustrae, la vida por un tiempo. El tiempo pierde su dimensión por un lapso efímero de
goce estético catártico, por tanto, la fiesta es sólo una respuesta ante la vida, como el día
a la noche y viceversa, como sostiene Maldonado, “se desarrolla mediante rituales o
secuencias de ritos, los cuales reflejan las leyes propias” (1990, p. 105). Entonces la fiesta
necesita de ciertos parámetros a seguir en el que sus actores son quienes lo representan en
escena.
El ritualismo es la versión deformada de la ritualidad. Es el hieratismo. La ritualidad es una necesidad humana, una característica humana una de sus dimensiones fundamentales en el orden de la comunicación y expresión es decir la realización existencial de la persona, (ibídem., p. 105).
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La fiesta en su sentido religioso es la expresión del pueblo proyectada a la imagen religiosa,
es la manifestación de una fe transmitida y heredada, la misma que mantiene ciertos rasgos
alineados con la cultura indígena, a su vez mantiene de cierta manera resistencia ante la
globalización, este trabajo no profundiza en una opinión absoluta, sino en una experiencia
desde lo cultural, con indicadores relevantes en relación de sus actores, como sostiene
Carrasco, “al analizar sus manifestaciones sobre el hecho religioso, sin penetrar en lo
doctrinal o teológico ni diferenciar en su contenido lo ortodoxo” (Rueda, M. 1982,p. 55).
El sentidode celebración toma en cuenta al otro como igual, siendo un acontecimiento
social de interacción suspendidas en espacio y tiempo, que rompe con lo rutinario y la
frialdad del trabajo.
La fiesta es el encuentro de unión, alegría, desorden, música, baile, solidaridad en la que los
participantes fomentan alianzas y fortalecen el tejido cultural o simplemente arriman el
hombro en cualquier actividad en favor de los actos festivos de recrear y reinventar cada
acto, donde se practica la reciprocidad, rati rant (dar mutuamente), en cuyo acto se
rememora el pasado, el presente, de lo aprendido por los mayores, elementos que
construyen el futuro en base a estos hechos y experiencias.
Estos sucesos se han mantenido mediante estas prácticas de reinvención geo-local, siendo
la unidad característica comunitaria, que acompaña a determinados ritos sociales como es el
caso de la fiesta religiosa que ha permeando la frontera de los mestizos en palabras de
Canclini, “es una hibridación cultural”. Estos son los actores, los que arrastran consigo este
rasgo cultural marcado por la migración, los mismos que al trasladarse de un lugar a otro
llevan consigo toda la carga identitaria-cultural constituyéndose en nuevos espacios
geográficos que transforman las diferentes realidades y, se moldean a sus necesidades a
través de estas experiencias, permitiendo que las personas se acerquen a sus deidades
existentes en su imaginario ancladas en la tradición. Ésta prevalece superponiéndose al
tiempo, escenificando un performance de tradiciones de carácter efímero, que se guarda en
una memoria colectiva e individual.
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Siendo la fiesta una manifestación identitaria de gran significado comunitario, condensa
diferentes expresiones culturales que sintetiza la concepción del universo en una visión de
orden político, económico, social y de control, donde se pone de manifiesto regímenes
éticos y estéticos producto de la tradición.
Los principales personajes comprometidos con la fiesta son los asignados con algún cargo
especial como por ejemplo, elprioste, quien es elegido dentro de un grupo de actores
relevantes del barrio es considerado un privilegio ser prioste. Este tipo de reconocimiento
social dentro de la comunidad integra al grupo de elegidos por el prioste, (Moya, L., 1995).
La fiesta religiosa indígena en el Ecuador, Revista Pueblos Indígenas y Educación, N° 33-
34 p. 261- 262.
El síndico, es el principal invitado a la casa del prioste la persona que se encarga de hacer rezar y vela porque toda la gente tenga comida para saciar el hambre; es, además, el responsable de todas las actividades de la fiesta.
El fundador, es el encargado de que los priostes arreglen y vistan a la imagen.
El mayordomo, es la persona más cercana en colaboración al prioste y más confianza.
Los muñidores, son personas jóvenes de menor rango, se encargan del aseo del local, para eso piden agua a las muñidoras de la priosta y de la mayordoma y la riegan para barrer el sitio sagrado. El agua (hervida con romero y congona) que llevan las muñidoras se prepara en la casa de la muñidora, pues tiene que estar caliente caso contrario se paga una pena con una botella, están dispuestos ayudar en todo, se encargan de contratar a los músicos, vacas locas, chamiceros, en los días de fiesta son encargados de servir la comida mientras el otro sirve chicha a todos.
En los días de fiesta la chicha y el trago son bebidas que se convierten en símbolos de reciprocidad, respeto, unidad y solidaridad.
Los músicos, son contratados por los muñidores, con dos o tres meses de anticipación.
Anteriormente, los músicos prestaban sus servicios a cambio de la comida y bebida que les brindaban en los días de fiesta y de al sirvinaque se realizaba al final de la misma, y que consistía en un uchumati (una bandeja grande papas o arroz, un cuy, un queso de tres o cuatro libras, panes, una pequeña canasta de mote pelado, una botella de agua ardiente), en agradecimiento a su labor. Actualmente se les paga con dinero y se les proporciona con bebida y comida, pero ya no se hace la sirvina con el uchumati. Por la experiencia compartida se pudo observar que la banda de música ha sido remplazada por los discos móviles.
Los chamiceros, se realizan en las vísperas. Los chamiceros son personas encargadas de recoger y portar la chamiza para quemar en distintos momentos de
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la fiesta, al cabo de la cual reciben el “uchumati” por su labor realizada. La quema de la chamiza significa en esos momentos se está liberando todo lo malo que hubo hasta las vísperas y que se busca las purificación de los priostes, mayordomos y muñidores para el día de al fiesta.
Los “torogentes” (vacas locas), es un aporte del prioste y mayordomos. Su función es distraer y solemnizar la víspera con la danza.
Los cocineros, son las personas encargadas de preparar la comida, en la casa del prioste y de otros que tiene cargos mayores. Atienden a las personas que asisten a la fiesta con caldo y chicha, pueden ser tres y cuatro entre hombres y mujeres. En la mayoría de los casos son parientes de los priostes, fundador o mayordomo, generalmente son personas de confianza de los dueños de la fiesta escogidas para evita cualquier descontento entre sus invitados.
Moya, L. (1995). La fiesta religiosa indígena en el Ecuador, Revista Pueblos Indígenas y Educación, N° 33-34 (p. 261 - 267).
En este grupo de ayudantes también es importante mencionar en estos actos a los Volateros,
quienes también se encargan de anunciar el inicio de las fiestas y el clímax de la misma.
Estos acontecimientos activan lazos familiares, vecinales y barriales generando una
comunicación más fluida.Por lo tanto, la fiesta es la huella en la memoria.
La fiesta se enriquece de un sinnúmero de actos como danzas, disfraces, pirotecnia, corrida
de toros y otros actos conmemorativos en mención, la banda de pueblo armoniza la fiesta,
para esta ocasión siempre contratan la Banda de Santa Bárbara número uno de Chillogallo.
El señor Arceño Iñaquiza, asevera que,“en estos tiempos se trata de un nuevo sistema de
fiestas, reflexiona sobre la situación económica que en los momentos actuales no nos
permite realizar lo que en años anteriores se acostumbraba hacer: las vísperas, la fiesta en
sí, el jolgorio de celebraciones, etc.” El prioste era quien se encargaba de todo, era un
honor ser nombrado.“Este año, todos fuimos priostes. El dinero no avanza y todo esta caro,
por lo que Diosito sabe nuestras situaciones. No es que no queramos dar, la verdad no
tenemos mucho, no nos alcanza más que para vivir y alguna cosita por ahí, esto ha hecho
que la fiesta en honor a Jesús Nazareno no tenga muchas características tradicionales sobre
todo en las vísperas y festejos. Este año nos organizamos todo el barrio, todos pusimos y
todos festejamos nuestra protección y bendición. Nosotros asistimos a la fiesta por la fe que
tenemos y no para pedir favores”. (Testimonio del Señor Luis Collaguazo).
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El prioste
La elección del prioste es un caso particular entre los integrantes del barrio o comunidad “la
elección del prioste se hace de varias maneras: voluntaria y electiva, o sea, se reúnen las
familias y se designa, antes era, al que tiene más dinero o influencia, (testimonio de
Fernando Villarroel, marzo 2014).
El prioste, es la persona de mayor rango en jerarquía del barrio, en este caso, es quien está
a cargo de todo el desarrollo de la fiesta, bajo su potestad está en financiamiento económico
para: comida, bebidas, disfraces, volatería, banda de música y los gastos imprevistos, el día
mismo de la fiesta debe tener en el bolsillo no menos de mil dólares para imprevistos y para
cubrir todo el andamiaje de los diferentes actos que demandan los festejos.
Detrás de la imagen del prioste que se presenta ante la sociedad, se maneja un nivel de
reconocimiento social de status y respeto, pero a nivel interior, personal lleva una ansiedad
y preocupación de que todo debe salir como lo acordado y planificado con antelación de
un año, y que debe ser mejor que la fiesta del año anterior.
En todo el barrio las familias tienen un integrante al menos que ha podido experimentar
este reconociendo y que han pagado sus deudas luego de cinco, seis y hasta ocho tiempo en
el que viven endeudados, comenta el Señor Fernando Villarroel (…), pero es un lujo haber
sido prioste de lo contrario uno pasa desapercibido y no es tomado en cuenta para integrar
alguna comitiva: la presidencia del barrio o comisiones en bien del mismo, o formar parte
de la liga de futbol, o la asamblea donde se toma decisiones.
Vísperas (Preparación de la Fiesta)
El día anterior a la fiesta se celebran las vísperas que en esta ocasión se realizó el día
sábado 12 de abril del 2014, dando inicio a las mismas a las 08h00 con el adornamiento de
la calle Escudero, con arcos engalanados de flores, cintas, globos, serpentinas, siendo ésta
la vía por donde transitará la imagen religiosa. Esta es la fiesta que dedica el barrio en
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homenaje al Señor Jesús Nazareno. Mientras recorre un alto parlante por los barrios, se
escucha la invitación a todos los moradores, vecino y amigos que se congreguen a la fiesta,
que dará inicio aproximadamente a eso de las 15h00.
En tanto que la banda de pueblo amenizaba el escenario apostada frente al sitio donde
permanece la imagen religiosa Jesús Nazareno, concurren alrededor de unas 200 personas
que se hicieron presentes en este acto, donde se brindó: chicha, caramelos y galletas,
durante este tiempo se preparan las andas para la procesión.
Siendo las 17h30, inicia la ceremonia con el recibimiento de un representante de los
priostes quien se encarga de dar saludos de agradecimiento y bienvenida a todos las
personas asistentes, enseguida inicia la Misa al aire libre presidida por tres sacerdotes
venidos de la Parroquia de Chillogallo.
El punto más relevante de la Misa es que reciben la bendición primero los priostes a
quienes se les coloca una cinta blanca como símbolo de reconocimiento y responsabilidad
ante la sociedad, seguidamente el sacerdote les impone las manos en la cabeza a cada uno,
mencionando los nombres y aspergeando agua bendita y luego a todos los participantes
celebrando así con la solemnidad del caso.
Posterior de este acto inicia la procesión por las calles límites del barrio, encabezando la
policía nacional para brindar apoyo y resguardo a la imagen y los feligreses, seguido del
volatero quien se encargaba de activar a cada media cuadra un sonido estremecedor
advirtiendo el paso de la procesión, distribuida de la siguiente manera: la banda de música,
el sacerdote y 14 monaguillos siete apostados a cada lado haciendo una calle de honor,
seguido la imagen religiosa, los concurrentes y al final un automóvil con un parlante que
emite música religiosa que es coreado por los feligreses.
Alrededor de las 20h00 llega a la iglesia La Inmaculada Concepción en el barrio la Isla,
lugar donde pasa la noche la imagen religiosa del Señor Jesús Nazareno y desde ahí sale el
día 13 de abril del 2014 hacia la iglesia de Chillogallo, nuevamente en procesión. Se
comentaba en volumen bajo,“así es la tradición”.
91
Luego de ese acto la multitud se dirigió al parque para seguir con el festejo de las vísperas,
se dio paso a las quema de castillos, vaca loca, mientras la banda da armonía y ambiente de
fiesta, seguido de los priostes que son los primeros en bailar, son quienes dan inicio al
baile para luego complementarse con el baile comunitario, se reparte el canelazo entre los
asistentes, evidenciando el encuentro con los vecinos, amigos, familias y foráneos
generando un ambiente de camaradería que termina alrededor de las 23h30, momento en el
que todos los concurrentes se retiran a sus casas.
Día de fiesta
Domingo 13 de abril de 2014, en las primeras horas de la mañana a eso de las 05h00 la
gente se congrega para dar inicio con el Rosario de la Aurora. Es Domingo de Ramos,
marca el calendario religioso el inicio de la Semana Santa, las calles por donde recorrería la
imagen religiosa fueron decoradas con flores, globos de colores, ramas de ciprés, olivo.
La misa inició a las 08h00, presidida por tres sacerdotes mientras comentaba la gente en
volumen bajo “¡como nunca iglesia llena!”, como es Misa de fiesta… demora más tiempo,
porque hay participación de priostes, los cantos son completos, las preses son completas,
ofrendas participativas, anuncios e invitaciones.
Algo muy importante es el anuncio del prioste del próximo año, agradecimiento especial a
la participación de la comunidad, invitación al convite (compartir comida), a eso de las
09h50 salen en procesión nuevamente a la Iglesia de Chillogallo, a la misa grande así
llamada por los concurrentes. Luego a las 11h30 entran a misa en Chillogallo siendo las
13h00 de donde parten en procesión en dirección de la casa donde permanece la imagen
religiosa del Señor Jesús Nazareno.
Los priostes son quienes se encargan de guardar la imagen en el retablo, dejan la imagen en
su retablo urbano siendo las 14h30 donde permanecerá hasta el próximo año hasta que el
nuevo prioste nuevamente conmemore la próxima celebración y fiesta.
Todos los participantes son invitados a compartir alimentos preparados por los priostes,
acompañado de una escenografía con fondo musical amenizado. Se vuelve a repetir
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simultáneamente la melodía Soldado de Cristo que pone emoción y anima al baile, hay
mucho humor que incita a bromear, se cuentan historias y milagros referentes a la imagen
religiosa, se brinda chicha y comida a los acompañantes.
Se van retirando del lugar a eso de las 17h:00, quedando solo los priostes y sus familias en
el compartir más íntimo y relato de historias en memorias de los fallecidos, y evaluación de
todas las actividades, se puede mencionar que en estas experiencias compartidas, las
palabras no avanzan, las palabras ni las áreas especializadas, para describir todo lo vivido
con la gente, quedará guardada en la memoria de los participantes y la mía, que pude
compartir los diferentes actos, que se actualizará y se conectan con algún recuerdo, en
alguna necesidad cotidiana como una experiencia pasada que es parte del olvido, pero que
está presente en cada necesidad intima en relación con la vida.
La fiesta y la religión son dos de las expresiones más íntimas dentro de la espiritualidad de
cada persona y de cada comunidad, que van expresando y produciendo nuevas
manifestaciones simbólicas en un entorno de identidad y religión propias de cada localidad
y cultura.
En todo este acontecer de fiesta, la vida se vuelve fugaz, la efeméride invade e intensifica la
atmósfera que llena de compromisos, acompañamiento, festejos y un sinnúmero de actos,
que mantiene un conglomerado sincrético en el desarrollo de los festejos y ofrendas.
Las religiones, tanto europeas como americanas estaban marcadas por diferentes periodos,
unas determinadas por los ciclos del calendario agrícola, diversos periodos como los
solsticios, equinoccios y otros rituales importantes, en tanto que el calendario gregoriano,
cuyo impulsador fue el papa Gregorio XIII, marcan las fiestas más representativas de las
tradiciones culturales del pueblo latinoamericano influenciado por el cristianismo.
En América los evangelizadores trataron de hacer coincidir progresivamente las fiestas, en
las celebraciones indígenas sobre las cuales se superpusieron las fiestas como, el mushuc
nina,fuego nuevo, en la semana santa, el corpus christi sobre el inti raymi, así como en
Europa la virgen María sustituyo a Diana, diosa Romana, como parte del cristianismo.
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Por lo tanto la fiesta como parte de la religiosidad popular es parte integral de la tradición,
esto hace que trascienda en las personas y se emparejen con las fiestas y actos de
conmemoración frente a la vida, proyectándose en alguna imagen religiosa para así
venerarla, expresados en varias simbologías y practicas estéticas por sus actores, que son el
puente de la expresión condensada en la fe (creer en algo que no existe, a través de
adoctrinamiento), en palabras de Rueda es “un simbolismo vivo y activo” que va
estimulando la tradición, y obteniendo un reconocimiento, van normando ciertas prácticas
entorno a la religiosidad popular como la veneración de imágenes religiosas y sus fiestas, y
toda su corte que sirve como estructura para el sostén de la misma.
Lo que identifica a un pueblo es su cultura, que se construye por las expresiones de su
gente, se transmiten en los procesos que constituyen las creencias que mantiene la tradición
en la memoria colectiva, de época en época se va reinterpretando y reinventando, así por
ejemplo hay expresiones idiomáticas que son parte de la memoria del pueblo y que han
prevalecido en el tiempo como lo señala el Señor Luis Collaguazo, al referirse a
expresiones que hemos heredado y que son parte de la tradición que está viva, como las
siguientes: Dios quiso que fuera así, desgracias con felicidad, gracias a Dios no fue tan
grave, Dios da lo que nos merecemos, Dios nunca nos olvida, estas frases siempre estarán
con el pueblo día a día porque los abuelos, los padres y las madres dejaron una herencia
espiritual enriquecida desde las creencias cristianas-católicas, “por lo tanto nunca vamos a
cambiar de religión, si cambiamos seguro Diosito nos castiga”.
La vecina Carmen T. que tiene la tienda acá a la vuelta, después de la casa verde, de
repente ha cambiado de religión, se ha hecho Mormona, su marido dejo de tomar, antes
tomaba todos los viernes y sábados, acudían a los cultos que así lo denominan, asistían
tres veces por semana. Decía que tiene que ir bien vestidos porque se van a la fiesta del
Señor. Parecía que mejoraban, su marido dejo de tomar, pero pasó como siete meses y la
tiendita iba de mal en peor ya no vendían como antes, la vecina hasta se enfermó, la gente
se iba a la otra tienda de más arriba, el efecto fue que la Señora Carmen, no vendía trago
ni cerveza, casi quiebran, sabiendo que esa es la única fuente de ingreso, le dijimos que
venda nomas, la gente ha de saber si toma o no, volvió a vender lo de siempre y volvió a
ser normal, lo que pasa es que después del vóley y del futbol, siempre nos vamos a
94
pegarnos unas dos que tres para la sed y la música también pues es buena..!, todo ahí es
chévere no ve que aquí, sabía venir el chucho Bolaños cuando jugaba en la cancha de la
cuarenta y uno; es bien conocido este lugar, hay tradición aquí,lo bueno de eso es que fue
una desgracias con felicidad, ele vio ahí está, Dios nunca nos deja solos, eso les pasa por
cambiarse de religión, hay que morir siendo católicos, es la herencia de nuestros padres y
la misma les dejamos a nuestros hijos, además Dios sabe lo que pensamos, lo que
hacemos, (testimonio de don Luis Collaguazo, noviembre 2013).
De esta manera se puede apreciar que la tradición está presente en el sentir cotidiano del
barrio y, gira alrededor de la imagen religiosa del Señor Jesús Nazareno, siendo este un
símbolo de unidad comunitaria.
La religiosidad popular se vuelve más cotidiana, acude a diferentes necesidades propias de
cada persona que al acercarse más a la imagen aumenta y crece su creencia que responde a
sus necesidades, pero advirtiendo también en contrapartida que si se reniega de participar o
en ir a la fiesta, procesión, rosario de la aurora, etc. en honor a la imagen de Jesús
Nazareno, reciben castigo, formando así una concepción fatalista de la imagen religiosa en
relación de los integrantes de cada familia.
La interpretación de la imagen religiosa de justiciero y castigador es una, a diferencia de la
efigie que está en la iglesia parroquial, parte del oficialismo, ésta perdona, recurriendo a
una imagen protectora pero también castigadora, cada persona tiene una de preferencia,
quizás la que mejor se acomode a sus necesidades espirituales coyunturales, como sostiene
Rueda,
La religiosidad popular es más vivencial que doctrinal. Sin que deje de influir en concepción misma del cosmos, en el ethos real (Geertz, 1973), es evidente que ella se refiere más a la fe, y a su reflexión primaria. De ahí que toque con tanto vigor todo el sistema simbólico que actúa en lo religioso. Naturalmente al modificar el significante, el símbolo, es evidente que se matiza todo el significado, mas no como algo primario, sino como un reflejo vital, (1982, p. 29)
Cada acto tiene su representación, siendo una oportunidad de crear una variante en la
continua evolución simbólica de expresión personal exteriorizada, en una nueva concepción
de expresión local.
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Todos los hombres viven de la verdad y necesitan expresarla. En el amor, el arte, la codicia, el trabajo, los juegos, tratamos de enunciar nuestro doloroso secreto. El hombre no es más que la mitad de sí mismo; la otra mitad es su expresión […]. (Ranciére, Citado, Escenas del régimen estético del arte, p. 84, 2013)
Sin duda los acontecimientos actuales y los ya sucedidos son el andamiaje de lo que puede
pasar hoy en una recuperación de un sistema expresivo, de sentimientos, emociones y
voluntades en relación con el drama existencial, dejando de lado la expresión romantizada,
dando así paso a una celebración dentro de una realidad espiritual propia del barrio o
comunidad que ofrenda la vida en cada acto religiosos.
La simbología en la tradición constituye vivencias que ayudan a sintonizar la vida en una
manifestación relacional, conmemorativa apoyados por los imaginarios de sus actores que
están al margen de cualquier institución, como afirma Nietzsche, “dependen de nosotros”,
(2005, p. 137). Porque en la memoria y la tradición se emplean símbolos que se evidencian
en la fiesta, que reinventa y alimenta su contenido por fuera de la institución, misma que
al ser normada se vacía de contenido, por lo tanto todo lo que está al margen renace-
reinventa y es parte de una identidad local que conectan con sus actores que escenifican en
sí mismo en su convivencia diaria.
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CAPITULO IV
CONCLUSIONES
En esta investigación se analizaron las características de la tradición religiosa a través de
las prácticas enmarcadas en la religiosidad popular como elemento de identidad cultural,
individual y colectiva en el barrio San José de Río Grande sector Chillogallo, alrededor de
la imagen religiosa Jesús Nazareno.
Esta tradición toma connotaciones fervorosas especialmente el Domingo de Ramos,
coexistiendo expresiones sagradas y aptitudes de libre interpretación con sentido picaresco
y crítico. Lejos de ser una conglomeración en masa es una reunión donde la intensidad
religiosa marca la pauta de los festejos reafirmando la tradición, con un legado histórico
que pervive en la memoria social del barrio como identidad cultural.
La fiesta que se realiza en veneración a la imagen de Jesús Nazareno es un espacio en el
tiempo en el que se permean las capas sociales, como continuación el de una figura
religiosa intercesora entre lo divino y lo profano como una experiencia vivida.
Toda cultura y religión se complementan entre sí dando un soporte de identidad. Dentro de
este marco se encuentra la religiosidad popular que es imprescindible dejar de abordar
porque mantiene hitos como la tradición que pervive a través de la memoria como rasgos
de identidad cultural reflejada a través de la imagen religiosa heredada por una
historicidad que forma parte vivencial de cada grupo social.
Estas manifestaciones culturales religiosas populares, lejos de ser un problema, es una
respuesta a este fenómeno social, es así que esta investigación no da concepciones
absolutas, son aportaciones desde una experiencia cultural y religiosa compartida con los
actores sociales que dinamizan las prácticas, rituales y sus creencias religiosas, tributando
a la fiesta, que se escenifica en el terreno de las operaciones a partir de la religiosidad
popular y que tienen puntos congruentes como la región, idioma, geografía, lo económico,
lo político y el sentido religioso que no puede quedar al margen de la vida de las personas.
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Este ethos cultural tiene puntos de encuentros entre la oficialidad y lo popular entre lo
sagrado y lo profano, se traduce en expresiones que se manifiestan en símbolos y ofrendas
que perviven en el imaginario colectivo.
Estos sucesos religiosos marcan la existencia de las personas mediadas por imágenes
religiosas, estampas religiosas, crucifijos, llaveros, adornos para el auto, escapularios,
flores, veladoras, etc., y se vuelven representaciones de lo sagrado, amparado por el
paraguas de las necesidades cotidianas.
La veneración a las imágenes religiosas se realiza por necesidades cotidianas desde el
pasado hasta el presente las mismas que han sido adoptadas por la tradición, es el caso del
barrio San José de Río Grande, donde se encuban estos acontecimientos religiosos y, que se
entrelazan con la vida de las personas, como un legado histórico.
Estos acontecimientos históricos, religiosos y populares son los que marcan la experiencia
religiosa que no está en lo sucedido como parte de la historia tradicional. Está en el
presente y en sus acciones cotidianas coexistiendo, ya que conviven con los actores
sociales, activando su propia realidad, por creencias, tradiciones, condiciones económicas,
políticas y, sentimiento religioso.
La religiosidad popular siendo un conjunto de significaciones e interpretaciones personales
permite construir modelos de creencias vinculados con la religión oficial, por intereses y
finalidades de conocimiento religioso con el fin resolver vacíos y problemas en relación a la
existencia de las personas, por ejemplo, se dice que: “no se habla pero se sabe que vamos a
morir”, para entender la relación entre vida y muerte.
Estas incógnitas trascendentales que son las grandes preguntas de la humanidad no
desparecerán, al contrario, se convive con ello. Es por eso, que algunas creencias religiosas
toman un tinte de carácter arcaico, no es más que un artificio de interpretación del
simbolismo existente.
Las representaciones culturales colectivas, en definitiva, son las que proporcionan identidad
cultural a una población y/o territorio y, que a través de representaciones simbólicas
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religiosas constituyen un consumo de imágenes religiosas a través de los rituales,
celebraciones, etc.
Como artista he venido abordando esta temática en la representación gráfica de mi obra
personal al interesarme en cómo la religiosidad popular siendo interpretación simbólica,
determina a un grupo social, y las mismas son la expresión del sentir de un pueblo, porque
hay cosas que el intelecto no avanza a asimilar, quizás por la afectación de la modernidad
pero el corazón sí, estos rasgos culturales se caracterizan por las interpretaciones
personales, que son los perfiles que hacen el cambio en las dinámicas de comportamiento
de un determinado grupo social, con sentido de historicidad.
A partir del retablo urbano, el impacto social desde las tradiciones que genera en el barrio
San José de Rio Grande y, la experiencia investigativa realizada, aportan a los valores
culturales locales, la sinergia entre pueblo e imagen, giran alrededor de la fiesta y se
celebran en honor a la imagen religiosa, como una forma de expresión social, ya que
religión y manifestación cultural están en comunión.
El aporte de esta investigación realizada y los instrumentos asimilados en la maestría
ayudaron a desarrollar el objetivo principal, el estudio y la influencia de la religiosidad
popular en la cultura como identidad local. La dialéctica entre religiosidad popular y cultura
marcan las creencias y sus prácticas tradicionales, que perviven en la memoria colectiva e
individual.
Lo que concluyo en esta investigación es cómo la religiosidad popular con toda su carga de
tradición aún en estos momentos en donde la cultura hegemónica es la que va marcando los
comportamientos culturales, homogenizando de cierta forma en las maneras de consumo y
comportamiento social, la tradición religiosa ha sobrevivido a los avatares de la
modernidad, en donde la los actores sociales son quienes van marcando la pauta de
reinterpretar, reactualizar a través del tiempo.
La simbología religiosa, que está presente en las familias, en el barrio y en lo íntimo de
cada persona, se presenta en los vínculos con la tradición, con un lenguaje simbólico a
partir de la realidad local que se guarda en la memoria y la huella en la tradición. Como
99
consecuencia de estas características, la presencia de la imagen religiosa como valor de uso
estético está presente en cada actor social integrante del barrio.
La fiesta es parte simbólica y celebrativa de la tradición, pero a la vez es un espacio donde
se evidencia los anillos sociales y espacios de poder desde lo político hasta lo económico,
que están llevados por grupos rememorando a las cofradías.
La religión es parte de la vida que dinamiza la coexistencia de la humanidad que rigen
aspectos de la vida y los amuletos constituyen las plegarias íntimas de las personas. Sin
embargo, se vuelve herramienta y/o puente entre las tradiciones-devociones y, las
realidades locales de una población.
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26. Ricoeur, P. (2010). La memoria, la historia, el olvido, Ed. Fondo de Cultura
Económica, Argentina.
27. Tamayo, J. (2003). Nuevo Paradigma Teológico, Madrid, Ed. Trotta
28. Turner, V. (1980). La selva de los símbolos. Madrid: siglo XXI.
29. Vargas, J. F. (1989). El Arte Ecuatoriano. Quito: Fondo Nacional de Cultura.
30. Zamora, F. (2007). Filosofía de la Imagen, Ed. Escuela Nacional de Artes Plásticas,
México.
Internet
1. Vivienda popular, Fundación Mariana de Jesús, 13 de Agosto del 2014,
http://www.fmdj.org/fmdj/index.php?option=com_content&view=article&id=104
2. Metáforas de la memoria, La memoria como estructura, 20 de agosto, del 2014,
http://www.ice.udl.es/udv/demoassig/recursos/pragma/fitxers/modul3/draaisma.pdf
3. Mapas del lugar, 22 de febrero 2013 4. http://wikimapia.org/#lang=en&lat=0.266595&lon=78.550610&z=18&m=b&show
=/1448363/es/Solanda-(Parroquia-Urbana-de-Quito)
102
ANEXOS
Anexo 1:
Personas entrevistadas
Señora. Sandra Torres, dueña de la casa en la cual permanece la escultura policromada
conocida como Señor Jesús Nazareno.
Señor. Luis Trujillo, autor de las Memorias de Chillogallo
Señor, Armando Suarez, vecino del barrio
Señora Roció Martínez, vecino del barrio
Señor Carlos Tipan, vecino del barrio
Señor Oswaldo Chicaiza, vecino del barrio
Señor Arseño Inaquiza, vecino del barrio
Señor Fernando Villarroel, vecino del barrio
Señor Luis Collaguazo, vecino del barrio
Señora María del Rocío, vecina del barrio
Anexo 2
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ENTREVISTA 1
Monseñor Víctor Corral M.
Obispo Emérito de Riobamba
1. ¿Cómo ve las imágenes religiosas en estos tiempos?
Las imágenes religiosas dentro de la iglesia católica, son una expresión concreta de la
religiosidad del pueblo. La religiosidad del pueblo no es otra cosa sino la relación del
pueblo creyente, sencillo con Dios con la divinidad. En la iglesia católica esto se da dentro
de la tradición, y la tradición se explica solamente por la memoria histórica que va
transmitiendo de generación en generación.
2. Entonces mientras haya memoria, ¿van a ver imágenes?
En la iglesia católica, la imagen es una expresión de la religiosidad popular porque esa
expresión está conteniendo toda una fe, que viene desde el nacimiento del cristianismo hace
más de 2000 años. Entonces el cristianismo a su vez nace dentro de una corriente en busca
de una relación con Dios que ya tuvieron los pueblos antiguos del judaísmo y de todos
pueblos semitas antiguos que narra la biblia y que esta concretado en el antiguo testamento,
el cristianismo es todo lo que está narrado en la Biblia en el nuevo testamento. Entonces
esta relación con Dios esta tradición judío cristiana, antes de cristo, esta tradición viene
desde el génesis, como dios se manifiesta a través de los profetas antiguos como Abraham,
Moisés. Ese dios que busca algo que organiza un pueblo y así nace el pueblo de Israel, se
relaciona con este pueblo, entonces inspira a algunas personas que hablen en nombre de él,
en nombre de dios y así es como nace con Moisés , uno de los profetas, los mandamientos
por ejemplo que hasta ahora es ley universal. Entonces va naciendo así, entonces tiene su
expresión. Y ahí esas tradiciones esta que precisamente Dios crea un pueblo, se quiere
relacionar con el hombre, ya va a tener una alianza con el ser humano, pero a base de
convenios, yo seré tu Dios tú serás mi pueblo, pero si guardas mis mandamientos. Como
falla el hombre tiene problemas en la historia humana, hay la muerte, las guerras, las
104
calamidades la esclavitud. Es dios se compadece y ofrece enviar un salvador, y el pueblo a
través de los siglos espera un salvador, en la tradición Judía. Y llega un salvador, para
nosotros los cristianos es Jesús de Nazaret, entonces desde ahí viene lo que se llama la
imagen, y después la tradición, Dios que se hace humano en un hombre. Y entonces desde
Jesús el hombre ya es imagen de Dios. Por eso se dice Dios creo al hombre a imagen y
semejanza suya. Pero en Jesús el hijo de Dios se hace humano y tiene una vida concreta
histórica hace mas de dos mil años naciendo en una cultura, en un pueblo, el pueblo judío,
entonces ahí nace Jesús que está anunciado como salvador y nace en Nazaret , y de ahí
viene el nombre de Jesús Nazareno. Entonces la principal imagen de Dios, es Jesús el hijo
de Dios hecho humano, y es el salvador que nace en Belén, muere, revive, y entrega su vida
por nosotros, lo crucifican, porque está por parte del pueblo. Pero Dios lo resucita y sus
discípulos forman un grupo de seguidores para mantener la fe en Jesús como imagen viva
de dios, de un Jesús no muerto sino que resucitado y vive en sus seguidores, pero para que
para hacer el reino de dios en el mundo, un mundo que haya humanidad, fraternidad,
justicia. Este punto que está en la Biblia, y en los evangelios, se mantiene la tradición se
mantiene, desde los apóstoles va pasando la tradición en la iglesia católica de los apóstoles
a los obispos de los obispos a los sacerdotes, ya va a seguir esa tradición desde el siglo
primero.
3. ¿Osea que el cristianismo también lleva consigo la imagen y la tradición?
Nace en la imagen de que dios se concreta, dios no solo es espíritu, es inmenso, es enorme,
que si lo es pero se concretiza en Jesús su hijo, que es la imagen viva de él y que nos indica
que los hombres también somos imagen de dios y que nos da derecho a los que creemos ser
hijos de dios, entonces esa fe, Dios que es padre, envía a su hijo, muere y resucita, esa fe
recoge a los apóstoles y la transmite y ahí va naciendo la tradición cristina. Tiene su origen
antes en el antiguo testamento pero comienza la verdadera tradición cristiana en cristo en
Jesús nacido en belén que es imagen viva de dios. Y esta fe es creer en que Jesús de
Nazaret hijo de dios, que nació, vivió entre nosotros, estuvo de parte de los pobres eh invito
a unirse al mundo de dios. Esta fe es transmitida y así nace la tradición en la iglesia
católica. Los apóstoles escriben y nace la tradición transmitiéndose en la iglesia católica
romana universal es así entonces que, esta fe se encarna en los pueblos que creen en esto,
105
pueblos sobre todo que naciendo en Judea en Israel, transmite a diversos sitios donde nacen
las comunidades cristianas que agarran esa tradición, la mantienen, la viven y la transmiten.
Y nacen comunidades cristianas en Roma, Egipto, África y va y se extiende por toda
Europa. Y esa tradición cristiana, con la fe que es, creer en Jesús, en la palabra que él ha
dejado en los evangelios, en la biblia. También se va a expresar a través de personas los
apóstoles, los obispos, los sacerdotes, los bautizados, se va transmitiendo. Y hay gente que
sigue más fuertemente a Jesús, que lucha y trabaja. Y les recuerdan a ellos. La imagen de
Jesús tiene también en la iglesia católica se recupera la imagen de Jesús, la imagen de
María, la imagen de los apóstoles, entonces allí el pueblo cristiano su relación con dios y
con esta fe va expresando su fe en el Arte, entonces comienzan a pintar, como era
prohibido, nació sorpresivamente, dentro del imperio romano. Vas a encontrar en roma
catacumbas, que eran cementerios bajo tierra ahí pintaron los primeros, y sale la imagen de
cristo el buen pastor por ejemplo. Y luego va a crearse de cristo el pantoca el rey del
universo, creador. Y va naciendo, artistas y van expresándose, y después del siglo tercero
ya se convierten en un famoso rey que dominaba esa parte de Asia menor, de comienzos de
Europa, dominaba este rey Constantino en el años 325 dc y asume para el reinado la fe
cristiana. Y entonces desde allí toma su fuerza enorme la tradición y la memoria que vienen
desde los apóstoles y se va a transmitir fuerte. Pero haciéndose una organización fuerte no
débil cuando era sencilla en expresar a la región popular los panaderos los campesinos ya
se hacen una religión de corte de los intelectuales desde el rey Constantino. Entonces desde
ahí viene, la tradición ya no es solo en el pueblo sino en los sectores más poderosos más
fuertes más intelectuales. Pero el arte para expresar su fe, la viene sobretodo de los pueblos
de los pobres, pero van a pagar este arte sobretodo la gente con poder, el mecenazgo en la
edad media, y nacen las enormes pinturas, famosas de Leonardo da vinci, Miguel Ángel de
Caravaggio. La tradición la memoria de la fe cristiana va manifestándose y esto se hace
para expresar la fe cristiana. La imagen por lo tanto es no solamente un fruto y material de
la fe que se tiene sino también la imagen se hace para expresar la religiosidad y mantener la
fe del pueblo y la relación con dios, y para mantener la memoria de cristo con la imagen
viva de ahí nace la imágenes de Jesús crucificado de nazareno nacen los famoso vitrales de
las iglesias antiguas, la gento no sabía ni leer ni escribir pero la lectura que tenía el pueblo
era viendo los vitrales. Viendo los vitrales entendí y comprendí el nacimiento de Jesús no
106
había la lectura de la biblia pero ahí se veía que Jesús había nacido de María, nacido en un
pesebre, Jesús fue crucificado y que Jesús había resucitado. Y después va a nacer este santo
que le siguió a Jesús san pedro que era el apóstol de él, imagen de él y la imagen del
predicando y de pablo predicando en varios sitios de países lejanos y va muriendo san
pedro y va a quedar la imagen de san pedro y mantiene la memoria y refuerza la
religiosidad popular, la relación del pueblo con él.
Entonces viene la imagen es expresión de la memoria llevada por la tradición de la iglesia
católica y es expresión de enseñanza también de lo que es la base de la fe y lo que mantiene
la fe la fe cristiana que es en cristo y María en su iglesia.
4. ¿Tiene vigencia o ha perdido su presencia?
Tiene plena vigencia. Esto que es expresado a nivel general es trasladado a América los
españoles eran cristianos y con los conquistadores vienen misioneros católicos y ellos les
conquistan para que esas tierras pertenezcan a España pero al mismo tiempo se da un
arrasamiento de sus culturas ya se desconoce y se condena la religiosidad popular que
tenían esos pueblos antiguos a base de sus tradiciones. Y entonces de alguna manera se
impone, junto con los conquistadores también de una manera la fe católica. Pero también
hay misioneros que actúan como conquistadores, de querer doctrinar a la fuerza pero
también actitud de misioneras que se dan cuento que eso es injusto y que no hay que
tratarles a la fuerza y condenarlos a la fe a los latinos. Y así hay que darse cuenta que va
naciendo una religiosidad latinoamericana mas propia, que es cristiano, pero unido a lo que
está aquí. Los nativos aceptan la religión cristiana pero en su expresión de religiosidad
popular de relacionarse con la divinidad no, mantienen una doble cara , por un lado para no
confrontarse con los españoles participan en las fiestas que ellos traen pero también ponen
de su parte su tradición religiosa, que era en el monte en el cerro, expresaban su creencia en
dios, y así mezclan, entonces de ahí va a nacer un caso por ejemplo el Corpus Cristi es una
fiesta de tradición de religiosidad de tradición de la iglesia católica que mantiene la
memoria de Jesús que hizo el sacramento de la eucaristía en la última cena, como este es mi
pan es mi cuerpo. Los españoles hacían grandes fiestas de eucaristía, y los nativos
107
aceptaban pero ponían su parte los danzantes que es un baile típico que hacían y expresaban
a su dios en la fiesta de la cosecha, hacían también su regocijo su alabanza y su gratitud a
dios y una las dos cosas. Y se ve cómo se va haciendo una simbiosis entre la tradición y la
memoria cristiana que viene y se asienta aquí y la memoria y tradición primitiva de los
pueblos de aquí. Y naciendo un catolicismo y una religiosidad popular latinoamericana
propia. Entonces hay mestizaje cultural.
5. ¿Qué es la tradición?
La tradición es la memoria histórica que va teniendo un pueblo, que es transmitida entre
generación y generación dentro de una cultura y dentro de un pueblo. La tradición de la
iglesia católica es la memoria nacida desde Jesús tomada por los apóstoles y mantenida por
la iglesia católica y difundida por todo el mundo. Esta tradición esta memoria es recogida y
es vivenciada por cada pueblo en su vida propia y este pueblo se expresa festivamente hace
fiesta para expresar su gratitud su identidad su relación con dios en un momento celebrativo
fuerte como pueblo para expresar su gratitud su relación con dios. A base de lo que ha
recogido las generaciones una tradición a eso se le llama fiesta. Acción celebrativa festiva.
6. ¿Cuál es el sentido de la tradición?
La tradición tiene su origen es recogida por los pueblos es transmitida de generación en
generación a base de la memoria histórica es mantenida la tradición. Y la tradición que es
un conjunto de expresiones religiosas que tiene un pueblo para relacionarse con dios.
Es ir rememorando toda la expresión signica a través de los tiempos entonces cada época
cada año se conmemora fiesta de un santo, y así se van reactualizando se van cargando de
contenido cada simbología que va expresando el pueblo.
7. ¿La memoria ayuda a prevalecer la tradición?
Sin la memoria no hay tradición y viceversa. La memoria son los mensajes orales o escritos
o celebrativos que vivieron una generación que se trasmite a otra generación y eso se
recuerda y por eso va haber una manera de celebrarse un tiempo un contenido un sujeto de
esa celebración. Entonces lo símbolos de expresión van cambiando de tiempo en tiempo de
108
época en época. Pueden ir cambiando ciertos símbolos y se van realimentando por la
cultura mismo, tiene su manera de expresarse.
8. ¿La tradición la relación a los sistemas de comunicación se ha perdido?
A través de los tiempos, se habla de la globalización de la homogeneidad de la cultura de
las culturas liquidas de que todo fluye que todo está pero que nada esta para siempre
tampoco todo está en constante movimiento. Sin embargo, la tradición se ha mantenido
firme, firme ante todos los avatares de todos los sistemas incluso del sistema hegemónico
de querer cambiar el sentido cultural del consumismo que son los cuales dictaminan la
cultura que sólo se debe hacer lo que se debe consumir, de lo que se debe hablar, incluso,
de lo que no se puede hablar. Y sin embargo, la tradición versus estos sistemas nuevos de
comunicación, la tradición está firme no se ha movido como en los tiempos pasados.
Esta firmeza va a mantenerse mientras haya una institución que la mantenga que es la
iglesia católica y mientras haya personas que crean que tengan fe en lo que esta institución
dice. A pesar de la globalización homogeneidad y relativismo que va habiendo, porque la
tradición tiene un sustrato permanente no relativo, la fe tiene cosas permanentes
fundamentales pero la manera de expresarse con sus símbolos sus fiestas va cambiando
pero las bases siempre serán las mismas Jesús siempre será el mismo de siempre la fe en
Jesucristo lo mismo en su imagen histórica se mantiene firme.
9. ¿La fiesta ayuda a que se mantenga la tradición aunque de manera
moribunda?
Ayuda en qué sentido las fiesta religiosa cristiana, ayuda en el sentido de que sea una
celebración festiva comunitaria alegre que expresa una relación con dios en Jesucristo y
una relación con lo que ha venido la memoria histórica en la tradición celebrado
festivamente comunitariamente alegremente sin imposiciones sin exageraciones ni
dogmatismos esta fiesta se debe mantener pero se está perdiendo. Y las misma iglesia parte
renovado se está pidiendo una fiesta que sea una celebración social en la que se aproveche
de unos priostes para que ellos sean los que gasten todo se trate de quien tiene mas quien
tiene un status o denominación esta tipo de fiestas ya se está perdiendo porque la iglesia
cristiana no fomenta no quiere ese tipo de fiestas. El nuevo sentido se mantiene la fiesta
109
pero lo hace la comunidad y en todo se ponen de acuerdo y es expresión de fe una fe
enraizada en la cultura de un pueblo a base de la tradición que tiene. Doy el caso de
Riobamba dos fiestas del 6 de enero el rey de reyes, fiesta antigua que no fue fomentada
porque ya no queremos ese tipo de fiestas con gastos y priostes. Una fiesta nueva donde la
comunidad se reúne hace su novena su fiesta no se pierde la alegría la unidad del pueblo y
el enganche con la tradición, pero ya no es una fiesta para sobresalir de estatus ni
reconocimiento. Es el pueblo que se expresa con más sentido comunitario. Entonces las
fiestas ayudan en este sentido más comunitario ya no económico la iglesia no promueve
eso.
10. ¿Las imágenes religiosas que tenemos en casa ayudan a reafirmar la tradición
de manera súbita?
Ayudan sí, de manera súbita no, pero siempre dentro de las convicciones y enseñanzas de la
iglesia católica. La imagen para los católicos es solamente una fotografía es un recuerdo de
María, por ejemplo, no es la virgen María. Es un instrumento que ayuda a conectarse con
su fe con su realidad más profunda que es dios. No es Jesús que esta existe ahí sino solo un
recuerdo ayuda a conectarse. Pero en nuestra fe nos relacionamos con ella no con lo que
está en el cuadro en lo que crees.
11. ¿Cuál es la labor de la iglesia en relación a la tradición para mantener la
tradición no le interesa el sentir del pueblo?
A la iglesia lo que le interesa no es en primer lugar la tradición si no transmitir la fe
verdadera en dios como padre y en Jesucristo su hijo esa es mano para salvarnos para
enseñarnos a ser hermanos y luchar por la humanidad la justicia por la verdad entonces eso
es para mantener la fe. Esta fe hacerle entender que no es inventada, esta fe tiene su historia
la recogemos de la tradición, dentro de la iglesia católica. Lo UE nos interesa a la iglesia es
vivir la fe con el pueblo está fe que hemos recibido desde la tradición se la expresa con la
iglesia católica.
12. ¿Qué papel juegan las imágenes religiosas en la vivencia sagrada?
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Su papel es ser instrumentos ser medios para comunicarnos con dios con Jesucristo con
María con en ser sagrado que sobresalió en santidad, son medios que nos ayudan a
comunicarnos con Jesucristo o estos seres privilegiados que llamamos santos y esto sin
duda alguna nos ayudan a recordarnos que están presentes como dios que vive con nosotros
la vivencia nuestra nos ayuda a ser más humanos más hermanos más confiados en dios que
es padre con esperanza de ser mejores y ser rescatados por el en caso de que estemos caídos
y saber que tenemos un dios que es como un pastor que nos guía nos levanta nos ayuda en
la vida concreta entonces la imagen nos ayuda es un instrumento un medio nada más.
111
ENTREVISTA 2
Señora Sandra Torres
Dueña de la casa donde se encuentra el retablo del Señor Jesús Nazareno
¿Cuántos años lleva de casada?
32 años
¿Estado civil?
Casada
¿Cuántos hijos tiene?
3
¿Cómo llego a vivir en esta casa?
Aquí nací, crecimos aquí con mis ocho hermanos juntos, y esta casa es una herencia de papá luego crecimos y nos fuimos pero, está casa es de nosotros y aquí seguirá quedara de herencia otra vez, aquí vivieron mis tatarabuelos. Esta casa tiene mucha historia.
¿Cómo llegó el Jesusito acá?
Nos contaba nuestro papá que pasaban por el antiguo camino de santo domingo y le trajeron de la iglesia de chillo galló acá y le pusieron en ese cuartito. El primer Jesusito se quemó y la abuela mando hacer otro Jesusito prácticamente es nuevo. Así nos contaba mi mama y mi abuela. Este Jesusito está más de 100 años.
Su nombre el Jesús viajero, también, lo llaman así.
¿Usted qué piensa de cómo llego?¿Un milagro?
Si, fue algo grandioso que llego a nuestro barrio porque todos le veneramos al Jesusito y todos nos oponemos a que se lo lleven porque pertenece a este barrio de San José.
¿Usted cree que el santito ha influenciado en esta cuadra en la paz, en la tranquilidad en estos tiempos de tecnología, sigue influenciando Jesús Nazareno?
112
Sí, claro bastante a todo el barrio mismo, nos ayuda nos cuida nos protege cada día de la vida.
¿Quién se encarga de dar mantenimiento de limpiarle cuidarle de ponerle flores?
Todas las personas van dejando florcitas, la señora que vive aquí llamada Teresa está encargada, recibe las velitas, el agua y también de prender los focos igual cuando quema alguno de ellos cambia.
¿La ropa de Jesús Nazareno que le ponen para la fiesta se queda con ella después de la fiesta?
Sí, todo el año pasa con esa ropita, viene los nuevos priostes y le da la ropa y esa ropita pasa al vestuario de la iglesia.
¿Y cómo se elige al prioste?
Van y piden y se hacen anotar con el padre de Chillogallo.
¿Y cómo así decidieron hacerle una nueva capillita?
Ya venían desde hace años que le den un pedacito de terreno, pero ella compró el terreno y les dio, fue por pedido del barrio. Y todos colaboraron por medio de donaciones. Fueron a pedir de Chillogallo, de la Isla.
¿De qué actos se encarga el prioste?
Se prepara con algunos meses y luego de lo primero, de pasar la misma, de la banda, del vestuario de los bailarines de Jesusito. Los días sábado y domingo siempre el domingo de ramos. Y así para los próximos años.
El padre de santa Rita quería llevarse a la iglesia. Pero el barrio cómo iba a dejar que se lo lleve, nunca.
¿Usted piensa que el Jesús Nazareno sigue en estos últimos tiempos influenciado en la religiosidad de las familias y de cada uno?
Sí, claro por supuesto que sí, si Jesusito bendice nos ayuda nos protege a todas las familias no solo a las familias de este barrió sino a todo el país y al mundo entero, porque Jesusito es bien milagroso.
¿Las contribuciones (limosnas) que le dejan a Jesús Nazareno sirven para dar el mantenimiento del mismo?
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Sí, pero todo lo que le dejan a Jesusito va a las iglesias ellos administran pero no es mucho, antes cuando pasaban los colectivos ahí era más, pero ahora es poquito y con eso dan los padres ayuda a los ancianitos y a los niños pobres. Y solo prenden la luz de noche.
¿Para el próximo año que ya tienen el prioste, él se encarga solito de todos los gastos?
Claro se encarga solito, solo cuando no hay priostes se encarga el barrio. El padre pide que coordinen y hace llegar unos sobres para los gastos.
¿Cuántas veces sale Jesusito de su casa?
Solo los días festivos y para retocarle. De ahí no sale solo el día de la procesión.
¿Usted cree que la imagen de Jesús es fuente para mantener la tradición religiosa?
Pues claro que sí, de no estar aquí Jesús, no hubiera nada y sería un barrio más con delincuencia, drogadictos como es en otros lados aquí no pasa nada de eso, gracias a Dios él nos cuida siempre, más bien esos males que daña la gente se han ido. Alrededor de Jesús giran todas las fiestas y así se mantiene la tradición desde siempre nove que es una herencia eso no cambiara.
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