PRONUNCIAMIENTO SOBRE EL PROYECTO DE LEY QUE PROPONE LA UNIÓN CIVIL NO MATRIMONIAL DE PERSONAS DEL MISMO SEXO
El CONCILIO NACIONAL EVANGÉLICO DEL PERÚ (CONEP), institución que representa a la mayoría de las iglesias y organizaciones evangélicas que desarrollan su labor pastoral y misionera en el país, se dirige a la comunidad evangélica, al Congreso de la República, a los medios de comunicación y a la opinión pública en general, con motivo de la presentación del proyecto de ley que propone la unión civil de personas del mismo sexo, para manifestar lo siguiente:
1. Cree firmemente que Dios ha creado al ser humano a su imagen y semejanza, y ha instituido el matrimonio entre un varón y una mujer para el bien de ser humano (Génesis 1.27-28; 2.24; Marcos 10.6-9). Este hecho es reconocido por la Constitución Política del Estado (Art. 4, Protección a la familia. Promoción del matrimonio), el Código Civil y los tratados internacionales de derechos humanos al establecer el derecho del varón y la mujer a contraer matrimonio donde la diferencia de sexo es el principal elemento. Si este no fuera el principio básico, el Art. 5 de la Carta Magna no exigiría el requisito de la heterosexualidad a la unión de hecho que es “la unión estable de un varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial, que forman un hogar de hecho”.
2. Afirma que la familia es la unidad básica y natural de la sociedad basada en el matrimonio o la unión estable entre un varón y una mujer, y es el espacio fundamental para el desarrollo integral del ser humano, como es reconocida en el ordenamiento jurídico nacional. La sociedad y el Estado están en la obligación y responsabilidad de brindarle su protección (Constitución Política Arts. 4 y 5; Código Civil Art. 234).
3. El proyecto de Ley que propone la unión civil para personas del mismo sexo, pretende establecer un conjunto de derechos y deberes como si esta unión fuera un matrimonio entre un varón y una mujer; sin embargo, al equiparar el matrimonio y la unión civil entre personas del mismo sexo se debilitan los cimientos, propósitos y dignidad del matrimonio, y la familia; y constituye una flagrante negación del compromiso constitucional del Estado de proteger a la familia y promover el matrimonio. Por tanto, se menoscaba la solidez del fundamento de la sociedad.
4. Como iglesia evangélica estamos llamados a la acción pastoral para la cual todas las personas son titulares de dignidad y derechos humanos porque han sido creadas a imagen y semejanza de Dios, como varón y mujer. El amor y la gracia de Dios alcanzan a todos los seres humanos para que se realicen en su identidad y vocación de varón y mujer (Juan 3.16-17).
5. Por las consideraciones previas, hacemos un llamado al Congreso de la República para que su función legislativa sea cumplida con respeto estricto a la Constitución Política del Estado y el ordenamiento jurídico vigente referido al matrimonio y la familia, institutos naturales y fundamentales de la sociedad.
Lima, 28 de abril de 2014
El Consejo Directivo
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