Por Percy Correa, Director de MAXIMIXE Learning
Contra lo previsto por diversos “expertos” y firmas asesoras, las
cotizaciones del petróleo continúan descendiendo, al registrarse en el
mercado un permanente exceso de oferta. En este sentido, las últimas
cotizaciones West Texas Intermediate y Brent se asemejan a los niveles
mínimos que se alcanzaron en el pasado mes de enero, después del
desplome de los precios en el mes de junio del año pasado. Y es
probable que en los próximos días y semanas, las cotizaciones sean aún
menores. (1)
La explicación de dicho comportamiento reside en cuatro factores
principales. En primer término, se tiene la continua desaceleración de la
economía mundial en su conjunto, y en particular la de la República
Popular China. Como se sabe, las estadísticas sobre la evolución del PBI
chino muestran una economía que ha perdido gran parte el dinamismo
que solía mostrar para admiración del resto de países. Y más
recientemente, se ha presentado en dicho país una crisis en las bolsas
de Shanghai y Shenzhen, que han determinado la adopción de medidas
extraordinarias por parte de las autoridades chinas a fin de conjurar un
gran colapso, cuyas consecuencias negativas sobre los sectores
financiero y real, son difíciles de prever (2). Este último desarrollo
evidentemente tiene consecuencias deprimentes sobre las expectativas
de una recuperación de las actividades productivas del país en el corto
plazo, al margen de los enormes problemas que el excesivo
endeudamiento de las empresas y el estancamiento de sectores claves
como el de la construcción, les presentan a las autoridades chinas.
En segundo lugar, se puede mencionar la sólida marcha de la oferta
mundial de petróleo, a pesar del entorno económico mundial poco
alentador. En julio pasado, los países miembros de la OPEP registraron
un nuevo record de extracción de petróleo, reflejando la lucha que existe
en el mercado por las participaciones en las compras de los mayores
países importadores. A ello hay que agregar como un tercer factor
explicativo, la consolidación de la producción de los Estados Unidos, en
alrededor de 9,5 millones de barriles diarios, debido al sostenimiento de
la producción de petróleo extraído de las rocas “shale” por medio de la
tecnología del “fracking”, que en contra de los previsto, después del
cierre de un número importante de plataformas de perforación, han
comenzado a elevar su producción y a crecer nuevamente. Al respecto
de esto último, los analistas previeron que la extracción de petróleo por
medio de la nueva tecnología colapsaría una vez que los precios del
petróleo cayeran por debajo de los $70/barril. Dicha previsión de
naturaleza estática no tomó en cuenta las innovaciones tecnológicas que
la industria ha desarrollado y aplicado, y que le ha permitido a los
operadores reducir los costos de extracción sustantivamente (3). Cabe
señalar que la estrategia de la OPEP, liderada por Arabia Saudita, habría
fracasado en el intento de provocar el colapso de este segmento de la
industria petrolera norteamericana. Por lo que se aprecia, dicho
segmento se renovó, introduciendo desarrollos que han permitido
prolongar la vida útil de las plataformas de extracción; se ajustaron los
costos y el resultado ha sido una mayor producción de petróleo “shale”,
con un número menor de plataformas.
Y en cuarto lugar, se tiene un factor de raíces geopolíticas que se refiere
al levantamiento de las sanciones a Irán. Este país, según se afirma,
podría elevar la oferta mundial de petróleo en 500 mil barriles día en el
corto plazo y en otro monto similar en menos de un año. Adicionalmente,
se sostiene que Irán posee almacenados varios millones de barriles de
petróleo. Actualmente el país produce unos 2,8 millones de barriles/día,
un millón menos que lo que solía producir antes de las sanciones que le
impusieran las Naciones Unidas, la Unión Europea y diversos países
liderados por los Estados Unidos. Al respecto, el pasado domingo, el
ministro del petróleo iraní, Bijan Zanganeh, declaró que había escrito
una carta a la OPEP comunicándole el levantamiento de las sanciones y
que estarían recuperando sus niveles de producción. Y agregó,
ominosamente, que “no le estamos pidiendo permiso a nadie para
recuperar nuestros derechos”. (4)
En resumen, frente a un consumo que crece lentamente y una oferta
que al parecer lo hace a un ritmo mayor, las cotizaciones de petróleo
continuarán deprimidas por un tiempo, y es previsible que las mismas el
próximo año no registren avances significativos.
Notas.-
(1) Las cotizaciones en junio del año pasado bordeaban los $115/barril,
las que se redujeron a niveles de $50/barril a principios de este año. El
pasado 3 de Agosto, las cotizaciones WTI y Brent cerraron el día en
45,17 y 49,52 $/barril, respectivamente.
(2) Específicamente, el Índice Compuesto de la Bolsa de Shanghai entre
el 12 de junio y el pasado 31 de julio cayó en 29%, después de un “rally”
que elevó el índice en un 108% entre el 21 de abril de año pasado y el
12 de junio de ese año, gracias a la política monetaria expansiva que el
Banco Central de China aprobó en su afán de prestar apoyo a la
economía del país. Además, existe un gran riesgo financiero puesto que
un monto importante de los préstamos otorgados por los bancos ha sido
garantizado con acciones.
(3) Recientes estimados señalan ahora que el precio de equilibrio para
los productores se ha reducido a $30/barril, sin considerar los costos
financieros. Se trata de un nuevo ejemplo donde los avances
tecnológicos redefinen las curvas de costos.
(4) Irán, socio fundador de la OPEP con otros 4 países y segundo mayor
productor de la Organización antes de las sanciones, cuenta con 158 mil
millones de barriles de petróleo de reserva, la cuarta mayor del mundo;
también, posee la segunda mayor reserva de gas del mundo. El retorno
de Irán al mercado petrolero seguramente tendrá repercusiones
geopolíticas importantes, que indudablemente reforzará la posición de
los Estados Unidos en la esfera de las relaciones internacionales.