FILOSOFÍA Y ARTE POÉTICOReflexiones filosóficas acerca de la poesía
La sesión pasado tuvo como eje la exposición de las ideas principales del escrito
Reflexiones filosóficas acerca de la poesía de Alejandro Teófilo Baumgarten. Éste en la
introducción de su libro manifiesta que se le ha encomendado la preparación de los jóvenes
aptos para los estudios universitarios tanto en poética cómo en filosofía racional. Surge
entonces la pregunta, ¿qué se puede decir desde la filosofía acerca de la poesía?, ¿no es
éste arte poético una disciplina indigna para un filósofo? Por lo tanto, su trabajo será
mostrar que la filosofía y el arte de componer un poema están en una estrecha unión y que
por eso motivo, no se pueden considerar temas incompatibles1.
Para Baumgarten el arte de componer un poema, además de comunicar una realidad
acerca del mundo, permite un estudio de las facultades sensibles. En esa medida, el poema
nos devela y nos permite acceder a una ciencia general del conocimiento sensible. Así el
discurso poético, es un discurso sensible. Por lo tanto, el poema al ser un discurso
sensible, es una relación de representaciones sensibles conectadas que tienen como signos
las palabras. Para Baumgarten la posibilidad de hablar de representaciones sensibles, es
una posibilidad necesaria puesto que, así como un filósofo por más que lo intente no tendrá
la posibilidad de acceder al conocimiento de todas las cosas por el puro intelecto, sin
detenerse en el conocimiento confuso, “así ningún discurso puede considerarse tan
científico e intelectual que no sobrevenga, siquiera unido con una representación sensible”2
De lo anterior, surge entonces que las representaciones sensibles constituyen las
partes del poema. Pero se debe hacer un aclaración: “en verdad, representaciones de una
1 Cfr., Baumgarten, A. Reflexiones filosóficas acerca de la poesía. Trad. José Antonio Miguez. Aguilar,Buenos Aires , 1994,pp. 29.2 Ibídem. Pg., 32
1
misma cosa pueden ser oscuras para éste, claras para aquél o, en fin, distintas para un
tercero”3. Y esta afirmación conlleva que:
En las representaciones oscuras no se contienen las suficientes representaciones de las cosas
conocidas como para reconocer y distinguir lo representado de todo lo demás, pero se
contienen en las representaciones claras (por definición); por consiguiente, éstas, siendo
claras, proporcionarán más elementos para dar a conocer las representaciones sensibles que
si fueran oscuras. Así, pues, un poema cuyas representaciones son claras, es más perfecto
que otro cuyas representaciones son oscuras, y las representaciones claras son más poéticas4
Asi mismo, teniendo como núcleo la distinción que Leibniz hace de las ideas,
Baumgarten se adentra en lo que él distingue como claridad intensiva y claridad extensiva,
en un objeto A se puede representar más cosas que un objeto B,C o D. El objeto A por lo
tanto, se presenta como una representación extensivamente más clara y, a su vez, más
poética5. Logrando así que una de las características del poema es que las cosas deban ser
representadas cuanto sea posible. En esa medida, la claridad intensiva, definición que no le
sirve a la estética, es una profundización analítica y que, por lo tanto, está centrada en las
cosas claras y distintas impidiendo el uso de las imágenes y de las metaforas. Claridad
extensiva, por el contrario, es una organización de representaciones a las que se adhieren
otras representaciones (las representaciones de especies inferiores se presentan más
poéticas que las de genero), y es común el uso de metáforas e imágenes. Además, en el
poema las ejemplificaciones que se pueden hacer no sobran, sino que ésta claridad
extensiva contribuye en la perfección del poema, pero el uso de estas se debe hacer en un
adecuado orden logico donde una cosa lleve a otra.
Ahora bien, se hace una acotación sobre el lugar ontológico que ocupa el poema.
Basándose en la composibilidad de los mundos de Leibniz, Baumgarten afirma que la
representación de cosas extraordinarias entran en el ámbito de la poesía. Pero éstos objetos
de tales representaciones pueden ser posibles o imposibles en el mundo real. Éstas
representaciones llevan el nombre de ficciones. Así, Baumgarten enumera tres tipos de
3 Ibídem. Pg., 354 Ibídem. PG., 355 Cfr., Ibídem. Pg., 35
2
ficciones: utópicas, las cosas que son absolutamente imposibles; heterocósmicas, son las
ficciones que pueden darse en cualquiera de los mundos posibles, y, verdaderas, ficciones
posibles en el mejor de los mundos posibles. Baumgarten afirma que las ficciones
verdaderas y heterocósmicas son condiciones necesarias en el poema.
Si un tema cualquiera, filosófico o universal, ha de ser representado poéticamente, es
prudente precisarlo lo más posible, (XVIII), e introducir ejemplos, (XXII), limitándolo en el
lugar y en el tiempo, (XXVIII), enumerando en la descripción todos cuantos detalles sean
posibles, XLIX. Si la experiencia no basta, serán provechosas las ficciones verdaderas, lo
mismo que si la historia no es suficientemente rica en ejemplos, resultará probablemente
necesarias las ficciones herocósmicas, XLIV, XLVII6.
Las ficciones utópicas, por el contrario, no son necesarias en el poema puesto que
en ellas se presenta un rechazo mutuo, que impide que en las ficciones poéticas haya una
narración coherente. Baumgarden al afirmar que las ficciones verdaderas y heterocósmicas
son necesarias en el poema se adentra en el arduo problema de lo verosímil. En la relatoría
correspondiente a la sesión pasada, se afirma que el mundo de lo humano es lo de lo
verosimil y que por lo tanto, puede ser abordado por la estética pues, el ámbito de ésta
disciplina no es el de la verdad sino el de lo posible.
Pues bien, surge uno de los temas arduos que se presenta en la filosofía de
Giambattista Vico pues, éste presenta el mundo de lo humano como el mundo de lo
verosímil. En el arte poético como en el arte de lo retórico, el artista no espera hacer una
exposición de la verdad al público, sino lo que busca es convencer al público de algo. Se
debe así entender que lo verosímil esta lejos de una adecuación del contenido mental con el
mundo. Por eso, se puede decir que lo verosímil es lo creíble, de donde surge la forma
como esta construido un poema; en otras palabras, que algo sea o no verosímil implica la
coherencia interna del relato. Además, el poema se ubica en un tiempo y en un lugar
determinado como ayuda para una mejor comprensión por parte del receptor. De ahí que la
poética clásica implique tiempo, lugar y personaje, permitiendo así que el poema sea más
perfecto que la pintura, pues aquél transcurre en el tiempo.
6 Ibídem., Pg. 59
3
De igual manera, para Baumgarten es importante distinguir cómo se recibe el
discurso. Así, pues es del arte poético hacer uso de las representaciones sensuales que
excitan la sensibilidad del que recibe el discurso. Estas representaciones se pueden
presentar en distintos niveles. Las impresiones más fuertes son las impresiones más claras.
Por tanto, las impresiones más fuertes son las que determinan los afectos más vehementes.
En esa medida, “es poético en alto grado excitar los afectos más vehementes”7
Con todo, la filosofía poética supone que el poeta agudice las facultades inferiores
de conocimiento para acceder aquello que posiblemente se esconde y queda apartado de
aquello claro y distinto. Así pues la Aesthetica se define como la ciencia que dirige las
facultades inferiores cognoscitivas para el conocimiento sensible de las cosas. En esa
medida, la filosofía no puede prescindir del pensamiento poético sino que hace uso de
como la posibilidad de acceder a unas dimensiones de lo real que de otra manera serian
vedadas y escondidas.
7 Ibídem. Pg., 44
4
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