CUENTOS SOBRE:
EL OTOÑO
EL CUERPO
LA NAVIDAD
EL FRÍO Y EL INVIERNO
LOS JUGUETES
EL CARNAVAL
LA CASA.
LAS PLANTAS / LA PRIMAVERA
LOS ANIMALES
LAS VACACIONES
EL OTOÑO
Eolito, el mago de los vientos.
La golondrina solitaria.
La hormiga presumida.
El pequeño abeto.
¿Porqué algunos árboles...?
1
Eolito, el mago de los vientos
Eolito era el hijo travieso de un
mago. Un día jugando con las
cosas de su padre, encontró la
caja de los vientos. Recordó las
palabras mágicas "Abracadabra,
pata de cabra, caja quiero que te
abras, tontiloqui, carrasclascas".
Nada más acabar de decirlo,
salieron todas las brisas, vientos,
huracanes, etc.; resoplaban, 2
golpeaban, buscaban las rendijas
y poco a poco todos iban
consiguiendo escapar de la
habitación dejando tras de sí una
larga cola de polvo. El niño los
quería coger pero ninguno se
dejaba, al final cogió a uno
pequeño, azul y que cojeaba. Era
el viento del reuma, después de
revolverse, intentar escapar y
llamarle abusón se ofreció a
ayudarle a cambio de que
también a el le dejará dar una
vueltecita. Le explicó como tenía
que irlos capturando. Tenían que 3
salir a la calle con la caja e irlos
buscando, luego sabiendo el
nombre era sencillo, sólo tenían
que decir la fórmula y el viento se
veía obligado a meterse de nuevo
en la caja. Al primero que vieron
fue a Levante y el niño dijo:
¡Levante, Levanteras a la caja o te
enteras!. Levante no tuvo más
remedio que irse a la caja. Así
fueron cogiendo a Poniente
Ponienteras, Norte Norteras, Sur
Sureras y a todos los demás. A
muchos los cogieron poniendo
una hoja de papel en el suelo y 4
cuando el viento iba corriendo a
moverla de un lado a otro, a los
vientos les encanta jugar a eso, le
atrapaban. Al final consiguieron
capturarlos a todos y el pillo
cojuelo se fue a soplar por el
mundo durante unos días.
Santiago Calvo (Adaptación)
La Hormiga presumida
Había una vez una hormiga tan
presumida que en vez de buscar
comida siempre estaba buscando
cosas para ponerse guapa.
5
Cuando por la noche todas
contaban lo que habían recogido,
ella no hacía más que pavonearse
de lo guapa que estaba. Sus
compañeras le llamaban la
atención pero no había manera,
un día se hacía un traja con un
trocito de tela, otro día se lo
pasaba peinándose con una
espina de pescado, al siguiente
encontraba un trozo de espejo y
no paraba de mirarse, etc.
Un día encontró un sombrero
de copa y ya no hubo nada más
para ella. Casi no se la veía pero 6
ella se encontraba guapísima. De
pronto el cielo se puso negro y
empezó a llover, todas se
refugiaron pero ella no podía
correr por culpa del sombrero. Por
fin llegó al hormiguero pero el
sombrero no cabía, se subió
encima para empujarlo y el agua
lo arrastro con ella subida. Todas
se quedaron muy apenadas
pensando que se iba a ahogar
pero al día siguiente apareció
mojada, cansada y sucia.
Después de este susto fue una
hormiga casi normal ya que 7
siempre llevaba una bonita cinta
en la cabeza.
La golondrina solitaria
Érase una golondrina que
perdió su nido porque derribaron
la casa donde lo tenía. Volando,
volando llegó a un sitio
maravillosos, una ermita
abandonada en medio de un
bosque, junto a una laguna. Allí
con barro y ramas hizo su nido
nuevo. Tenía mucha comida, el
sitio era bonito y se hizo amiga de
8
una ardilla muy simpática y
juguetona.
Charlaban de todo y la
golondrina le confesó a su amiga
que tenía miedo de no saber
cuando tenía que irse ya que
siempre había seguido a sus
compañeras y ahora estaba sola.
La ardilla le dijo que no se
preocupase que ella le avisaría.
Cuando el tiempo empezó a
refrescar, las hojas amarillearon,
las uvas estaban maduras, etc. La
ardilla subió a un pino que estaba
9
muy cerca del nido de su amiga y
le dijo que su amigo el lagarto
había hecho más profundo su
agujero, que cada vez había
menos ranas en la charca y que
ella pensaba que había llegado el
momento de que la golondrina se
marchara.
La golondrina le dio las gracias,
se despidió de ella con mucha
pena y le prometió volver al año
siguiente. Después se fue al
pueblo y se junto con sus
compañeras que se estaban
reuniendo para irse en los cables 10
del teléfono, al rato una arranco y
todas la siguieron para buscar un
sitio más cálido para pasar el
invierno.
Guía Didáctica "Mi Libro" H.S.R.
El Pequeño Abeto
Érase una vez un pequeño
abeto. Solo, en el bosque, en
medio de los demás árboles
cubiertos de hojas, el sólo tenía
agujas, nada más que agujas.
El siempre se quejaba de que
todos los demás tenían hermosas
11
hojas verdes, una noche deseo
tener hojas de oro para poder dar
envidia a los demás. A la mañana
siguiente se despertó cubierto de
las hojas que tanto había deseado
y se puso loco de contento, todos
sus vecinos se pusieron a
comentar lo guapo que estaba
con sus hojas de oro. Un ladrón
que estaba por el bosque lo oyó y
esa misma noche fue y le arrancó
las hojas sin dejar ni una.
A la mañana siguiente el abeto
se vio y se puso a llorar
desconsolado y a pensar que lo 12
mejor era que hubiese pedido sus
hojas de cristal bien brillante. A la
mañana siguiente el abeto estaba
resplandeciente, su deseo se
había cumplido y en todo el
bosque no se hablaba de otra
cosa. Pero esa noche hubo una
tempestad y el viento sacudió las
hojas con tal fuerza que todas se
rompieron y el pequeño abeto
volvió a pasar un mal rato. Pensó
que lo que de verdad quería era
tener hojas de un bonito color
verde, igual que sus vecinos y al
igual que los días anteriores 13
cuando amaneció tenía las hojas
más verdes de todo el bosque y
sus vecinos le felicitaron, sólo
había un problema, como el abeto
era muy pequeño y una cabra y
sus hijos acertaron a pasar por allí
y se comieron todas sus hojas.
El pequeño abeto, desnudo, frío
y triste lo único que deseaba era
ser como siempre había sido, al
día siguiente se despertó con sus
agujas y su aspecto habitual.
Nada mas verse se puso
contentísimo y se echo a reir y a
llamar a sus vecinos que se 14
alegraron mucho de verle tan
feliz.
A partir de entonces el pequeño
abeto no volvió a quejarse de su
suerte.
N. Willer (Recogido por Sara Cone Bryant)
Por que algunos árboles...
Una vez, hace mucho tiempo,
empezó a hacer mucho frío
porque el invierno se acercaba.
Todos los pájaros que se iban
cuando llegaba este momento en
busca de sitios más cálidos ya
habían partido. Sólo quedaba un 15
pobre pajarito que tenía un ala
rota. El pobre pensaba que si no
encontraba pronto un lugar donde
refugiarse se moriría de frío, miró
alrededor y vio un montón de
árboles que seguro que le
prestarían cobijo.
Saltando y aleteando cuando
podía, llegó al bosque y encontró
un árbol que le impresionó por lo
grande que era y lo fuerte que
parecía, era un roble, el pájaro le
pidió permiso para refugiarse
entre sus ramas hasta la llegada
del buen tiempo. El roble le dijo, 16
muy enfadado, que si le dejaba
picotearía sus bellotas y le echó
de mala manera.
El pájaro vio un árbol precioso
de hojas plateadas y tronco
blanco, era un álamo y pensó que
le daría refugio. Le contó su
problema y el álamo le echó con
cajas destempladas diciéndole
que iba a manchar sus bonitas
hojas y su blanquísimo tronco.
Cerca de allí había un sauce
que con sus largas ramas
colgando hasta el suelo le pareció
17
al pajarito que sería una buena
casa para los fríos que se
avecinaban. Pero igual que los
demás le rechazó argumentando
que no trataba nunca con
desconocidos y pidiéndole que se
marchara cuanto antes.
El pajarito empezó a saltar
como podía con su ala rota sin
llevar un rumbo fijo, un abeto le
vio y le preguntó que le pasaba, el
pobre se lo contó y el abeto le
ofreció sus ramas mientras le
indicaba donde hacía más
calorcito. El pájaro le explicó que 18
sería para todo el invierno y el
árbol le dijo que así tendría
compañía. El pino, que estaba
cerca de su primo el abeto, se
ofreció para rotegerle del viento
ya que sus ramas eran más
grandes y fuertes.
El pájaro se preparo un lugar
bien abrigadito en la rama más
grande del abeto y protegido del
viento por el pino se dispuso a
pasar el invierno. El enebro se
ofreció para que pudiera comer de
sus bayas y no muriera de
hambre.19
Estaba muy contento y
charlaba con sus amigos, los
demás árboles hacían
comentarios despectivos sobre
ellos.
Aquella noche empezó a soplar
el Viento del Norte fuerte y frío,
iba pasando de árbol a árbol y sus
hojas iban cayendo una tras otra.
De pronto giró y de dirigió hacia
donde estaban los amigos del
pajarito, el Rey de los Vientos le
frenó y le dijo que podía desnudar
a todos los árboles menos a los
que habían ayudado al pájaro.20
El Viento del Norte los dejó en
paz y conservaron sus hojas
durante todo el invierno y desde
entonces siempre ha sido así.
Miss Florence Holbroock
Los cuatro hermanos.
Los dos hermanos.
Juan Sucio.
El Ratoncito Pérez.
Los tres sastres.
Juan Sucio
21
Juan era un niño que nunca se
quería lavar, peinar, cortar las
uñas, ni hacer nada que fuera
para estar limpio. Su madre ya no
sabía que hacer para convencerle
para que se diera cuenta de lo
sucio que iba.
Le mandó a buscar un amigo
para jugar. Salió y vio una ardilla
que era alegre, saltarina, divertida
y muy limpia... pero no quiso
jugar con el porque estaba muy
sucio.
22
Esperó a que pasará alguien y
fueron pasando muchos niños
(emplear nombres de los niños de
la clase) y ninguno quiso jugar
con el.
Pasaron muchos animales (ir
nombrando) y con todos le
pasaba lo mismo.
De pronto oyó una voz detrás
de el que le decía que quería ser
su amigo. Se volvió muy contento
y se encontró con un cerdo lleno
de barro y porquería. Puso mucha
cara de asco y le dijo que no. El
23
cerdo le contesto que no lo
entendía ya que el estaba igual de
sucio. Al darse cuenta de que era
verdad se fue corriendo a su casa,
le pidió a su mamá que lo
arreglará y nunca más volvió a
estar tan sucio.
Los dos hermanos
Leal y Desleal salieron a correr
mundo. Desleal era malo y robó a
su hermano y la abandonó. Leal
se fue andando por el bosque y se
puso a comer las pocas
provisiones que le quedaban poco 24
después fueron llegando un oso,
un zorro y una liebre a los que fue
invitando, le contaron que el rey
estaba ciego y sólo se curaría con
las gotas de rocío recogidas de
un árbol del patio de palacio y que
la princesa que era sordomuda se
curaría si echaban a un sapo que
vivía oculto bajo una baldosa de
su habitación.
El joven fue a palacio, primero
curó al rey y le dijo que también
podía curar a la princesa.
Llamaron a un montón de
soldados y fueron levantando las 25
baldosas hasta encontrar al sapo
y echarle del reino.
La princesa se curó y se
enamoro del joven, se casaron y
vivieron felices para siempre.
El príncipe iba al bosque de vez
en cuando con mucha comida que
compartía con sus amigos los
animales que le habían ayudado
con su información.
Los tres sastres
Había una princesa que no
se quería casar y despreciaba a 26
todos los pretendientes.
Finalmente y presionada por sus
padres, dijo que se casaría con el
que adivinase un acertijo.
Consistía en decir de que dos
colores tenía el pelo la princesa.
Unos hermanos, que eran
sastres, pensaron que quien
mejor que ellos iba a distinguir los
colores de un pelo que, al fin y al
cabo, era lo más parecido a un
hilo. Primero fue el mayor y no
supo dar una contestación, al
segundo le pasó lo mismo. El
tercero insistió en ir, después de 27
observarlo durante un rato,
aseguró que eran plata y oro y
acertó. A la princesa no la parecía
bien casarse con un sastre y le
puso como condición que pasará
la noche con un oso que estaba
en el establo y el sastre aceptó.
El sastre entró comiendo
nueces y el oso, al que le
gustaban mucho, le pidió, le dio
unas piedras en forma de nueces
y el oso intento partirlas con los
dientes y se hizo tanto daño que
no podía ni pensar en morder a
nadie. Al momento el sastre sacó 28
un violín y se puso a tocarlo con
mucha gracia, Al oso le dio mucha
envidia y le pidió que le enseñara.
El sastre le explicó que para tocar
el violín tenía que cortarse las
uñas, el oso estuvo de acuerdo y
se las dejó cortar. Ahora ya no
podía ni morder ni cogerle con sus
zarpas y el sastre pudo dormir
tranquilo.
Al día siguiente la princesa
accedió a casarse con él admirada
de su ingenio y valentía. El oso
nunca aprendió a tocar el violín.
29
Los Cuatro Hermanos
Cuatro hermanos muy pobres se
fueron a correr mundo a aprender
un oficio y quedaron en volver a
los cuatro años. Uno de ellos se
fue con un astrónomo que le
enseño su ciencia y le facilitó
instrumentos para su trabajo, otro
estuvo con un cazador, el tercero
con un sastre y el último con un
ladrón que le enseñó a coger lo
que fuera sin que nadie se
enterase.
30
Cuando volvieron cada uno
demostró al padre sus
habilidades; el astrónomo localizo
un huevo con su telescopio, el
que había estado con el ladrón
quito un huevo sin que la madre
se enterase, el cazador lo
atravesó desde muy lejos con un
sólo disparo y el sastre lo cosió sin
que se notase el agujero.
El rey que se había enterado se
su destreza, les pidió que fueran a
rescatar a su hija que estaba
secuestrada en una isla.
31
El astrónomo encontró la isla y
vio que la custodiaba un dragón,
el ladrón fue a la isla se la llevó y
la subió al barco sin que el dragón
se despertara, cuando finalmente
se dio cuenta los persiguió pero el
cazador le mató de un sólo
disparo, cayó sobre la nave
destrozándola pero el sastre la
cosió y pudieron seguir
navegando.
Cuando se la devolvieron al rey
les dio un gran rescate a cada
uno.
El Ratoncito Pérez
32
Cuando a Elsa se le cae un
diente, tiene por costumbre
colocarlo debajo de la almohada y
durante la noche el ratoncito
Pérez viene a buscarlo.
Desde que comenzó de nuevo
el curso, a Elsa se le han caído ya
tres dientes. Y cada vez, el
ratoncito se lo llevó sin decir a
dónde, naturalmente.
-¿Pero qué puede hacer este
ratoncito con todos mis dientes?
¿Para qué quieren los ratoncitos
todos los dientes que recogen en 33
la casa de la gente?- le preguntó
Elsa a su padre un día- ¿Acaso los
utilizan para sustituir los que a
ellos se les han roto? ¿O los tiran
dentro de un foso?
-Nada más simple- respondió el
padre-, busca un agujero de ratón
a ras del suelo, estírate boca
abajo y mira por el. Veras que
pasa dentro.
Dicho y hecho. Elsa encontró
un orificio de ratón debajo del
aparador del comedor. Abrió muy
bien un ojo y lo pegó al agujero.
34
Que sorpresa descubrir a través
del orificio, al otro lado del muro,
una verdadera ciudad de ratones.
Los hay delgados, grises, blancos,
con los ojos verdes y algunos
hasta con ojos rojos ¡Pero si
detrás de la pared del comedor de
Elsa hay una autentica ciudad de
ratoncitos! Corrían en todas
direcciones, empujando
carretillas, estirando cordeles. Un
gran ratón marrón lanzó un silbido
y gritó.
35
- Atención, cada uno a su lugar
de trabajo, aquí llega el convoy de
la noche.
Los ratoncitos y las ratitas se
alinearon a lo largo de las calles.
El convoy se aproximaba.
Decenas de ratoncitos y ratitas
arrastraban carros repletos de
dientes recolectados debajo de
las almohadas. Los había para
todos los gustos: dientes jóvenes,
viejos, dientes blancos, con
caries, con plomo, puntiagudos y
planos.
36
Cada ratoncito descargó su
carretilla en la plaza, apilándolos
en forma de pirámide. A la hora
del mercado los ratoncitos
gritaban:
-Vengan a ver mi lote de
dientes. Por aquí, un diente
nuevo...¡Dientes frescos, dientes
frescos!
Elsa retuvo la respiración y no
se movió. Los ratoncitos acudían
de todas partes de la ciudad con
sus cestos. Una pequeña ratita
dijo:
37
-Quiero tres dientes huecos
para hacer tazas de café. Y un
ratón gordo gruñó:
-Le he encargado cinco dientes
dorados para terminar mi palacio.
Dese prisa en dármelos.
Una mamá ratita, acompañada
por todos sus pequeños, se llevó
ocho muelas para hacer
taburetes. Y un ratón de largo
morro pidió:
-¿Tendría un gran canino?
38
- Lo siento, no me queda más
que un diente de leche -respondió
la vendedora.
Elsa se sobresalto:
-¡Es mi diente! Lo reconozco-
gritó
Pero los ratoncitos no la oían. El
agujero era demasiado pequeño
para dejar pasar su voz
Ahora un joven ratoncito se
acercó y preguntó con aire
interesado:
39
-¿Está en venta este magnífico
diente de leche? Es precisamente
lo que estaba buscando. Tierno y
limpio, como deseo. Haré con él
cuatro anillos para las patas de mi
novia.
Y se lo llevó encantado. Elsa
estaba sorprendida. -¡Hacer
cuatro anillos con mi diente de
leche! Es una idea extraña...
Aunque también estaba
contenta de saber lo que los
ratoncitos hacen con todos los
dientes. Y al alejarse del agujero
40
de la pared, se preguntó un poco
preocupada:
-¿Será mi diente de leche
suficientemente bonito para un
anillo de prometida?
(Texto de Chantal Crov. Revista Parastú)
LA NAVID AD
El regalo de la araña.
Papa Noel y Rodolfo.
La estrella juguetona.
El mejor regalo.
El árbol de Navidad.
Calixto y el pesebre.
El leñador y los animales del bosque.
41
El cuento de Navidad de Hogol.
Calixto y el pesebre
La puerta se abre despacio y
Calixto asoma la nariz. El olor
familiar de la habitación le da
confianza, pero aún así, Calixto
pega un salto y aterriza en el
interior de una zapatilla. Éste es
un escondrijo seguro. ¡Lo sabe
bien!.Y desde ahí inspecciona la
habitación hasta que lo ve.
42
Si, ve aquello que la niña de
la casa ha estado preparando
toda la tarde. El corazón empieza
a palpitarle muy deprisa. ¿Será
capaz de subirse hasta la mesa
para verlo de cerca?. El es un
ratón muy pequeño, nunca se ha
atrevido a husmear más allá del
suelo... Pero ahora la curiosidad lo
rodea con sus finas alas y es más
fuerte que el temor que siente.
Silenciosamente sale del calzado,
pasa veloz por debajo de la cama
de la niña que duerme
placidamente y llega a su 43
objetivo. Y con cuatro saltos
planta sus patitas en la superficie
de la mesa. Encima de ella hay un
pesebre. Pero Calixto no sabe que
es. Y admira, fascinado, esas
montañas nevadas, esos arbolillos
que son tan altos como el, y esas
figuras que, de pie en medio del
camino, parecen que quieran
echar a correr hacia el portal.
El ratón se ha quedado tan
impresionado que no se atreve a
moverse, además, si lo hace, sus
patitas se hundirán en el musgo
suave y aún húmedo. De pronto 44
oye un ruido y sin detenerse a
comprobar si encierra algún
peligro o no, salta al suelo y sale
disparado de la habitación. Al
galope cruza el vestíbulo, trepa
por las escaleras, llega a su
escondrijo y no se detiene hasta
que tropieza con el abuelo
Pascual, que duerme cerca de la
chimenea.
-Abuelo -dice Calixto
jadeando-. ¿Qué es lo que ha
hecho la niña de la casa? Hay
montañas, árboles, muñecos...
45
El abuelo abre los ojos y lo
mira con las cejas fruncidas hasta
que, bajo el poblado bigote, nace
una ancha sonrisa. -¡Ah!-
exclama-. Es el pesebre. Las
personas lo ponen cuando llega la
Navidad.
Calixto abre los ojos de par
en par.
¿ Por qué ?.
Esta noche Calixto no ha
querido acostarse hasta que el
abuelo le ha explicado con todo
detalle todo lo referente al
46
pesebre y sus figuras. Lo que mas
le ha emocionado ha sido lo de los
Reyes Magos. Al final le ha
preguntado al abuelo si el podía
escribir les su carta y el le ha
dicho que si.
Ahora el abuelo esta
preocupado porque los Reyes
nunca han traído juguetes a los
ratones.
Por fin llega la noche de
Reyes y el ratón esta tan excitado
y feliz que no puede dormir, por
fin cae rendido.
47
El abuelo se prepara para
llevar a cabo su idea. Se pone una
capa roja, una corona y coge el
regalo que ha preparado para su
nieto. Con el a cuestas sale por un
agujerito para ir a ponérselo en la
ventana a su nieto. Cuando pone
sus patitas en la nieve del
alfeizar, aparece ante sí el rey
Baltasar en persona que le pega
un buen susto.
El rey Baltasar se dirige a el
amablemente y le pregunta:
48
-Buenas noches, ¿es aquí
donde vive Calixto el ratón?
-Sss...sssi- tartamudea el
abuelo.
El rey mira un pequeño
papelito y le dice que han recibido
su carta y le pregunta donde
prefiere que dejen los juguetes de
Calixto.
El abuelo le señala donde
espera encontrarlos el ratoncito,
el Rey los deposita con suavidad y
se despide hasta el año siguiente.
49
El abuelo le contesta emocionado
y tembloroso.
Al día siguiente se puede ver
a un ratón pequeño, pequeño,
pequeño que, envuelto en una
larga bufanda, chilla y brinca de
alegría en medio de la nieve y los
juguetes que hay en el vano de la
ventana.
Mercè Company (Revista Parastú)
El leñador y los animales del bosque
Érase una vez un leñador
que vivía con su mujer en una
50
vieja cabaña en lo más profundo
del bosque.
Era la víspera de Navidad y
estaban muy tristes porque no
tenían nada para comer y el
tiempo era malísimo para salir a
caza. Así que se tumbaron junto al
fuego y se prepararon para
dormir. De pronto alguien llamó a
la puerta. El leñador, un poco
asustado pregunto que quien era.
Le contestó una liebre que estaba
muerta de frío y quería pasar la
noche dentro de la casa, al
leñador no le gustaba dejar entrar 51
a extraños en su cabaña pero le
dio pena y la dejó pasar.
Al rato volvió a sonar la
puerta, esta vez era un lobo y
ahora el leñador se negó por
miedo a que se los comiera, el
lobo le rogó tanto y le prometió
tan solemnemente que no les
atacaría, que el leñador se
ablandó y también le dejó entrar.
Cuando parecía que
finalmente iban a poder dormir se
oyeron unos fuertes golpes en la
puerta. El leñador se acercó a ver
52
quien era. Se encontró con un oso
enorme que, muerto de frío,
también quería entrar. El leñador,
que tenía mucho miedo, le dijo
que no. Pero el oso juro y perjuró
que no les iba a hacer daño y al
final le convenció.
Durmieron calientes toda la
noche juntos alrededor del fuego.
A la mañana siguiente los
animales preguntaron al leñador
como podían agradecérselo y el
les explicó que era el día de
Navidad y no tenían nada para
comer. Los animales se 53
comprometieron a traer algo cada
uno y se fueron.
(Final 1)
Antes de la hora de comer se
fueron presentando, la liebre trajo
coles y zanahorias, el lobo tajo un
carnero y el oso un cordero. La
mujer del leñador lo guisó todo y
se dieron una gran comilona.
Desde entonces fueron muy
amigos, de vez en cuando, en las
noches mas frías del año, los
animales dormían en la cabaña y
54
todas las navidades comían
juntos.
(Final 2. Tradicional).
La primera en llegar fue la
liebre que traía coles y
zanahorias, el leñador la invitó a
tumbarse junto al fuego y cuando
estaba descuidada le echo un
puñado de brasas en la tripa y la
liebre huyo chillando.
El siguiente fue el lobo con
un carnero, al igual que a la
liebre, el leñador le invitó a echar
un sueñecito junto al fuego, en
55
cuanto estuvo dormido, el leñador
cogió un hacha y le cortó la cola.
El lobo salió aullando tan deprisa
como pudo.
Por último llegó el oso que
traía un cordero, venía cansado,
se sentó junto al fuego y cuando
se durmió el leñador le dio con un
mazo un fuerte golpe en la
cabeza, el oso salió aturdido y
haciendo eses.
El leñador se quedo con la
comida y tranquilo ya que temía
que si los animales seguían
56
volviendo acabarían
devorándolos. El leñador y su
mujer pasaron una feliz Navidad y
los animales nunca volvieron a
acercarse a la casa.
Papá Noel y Rodolfo
Papá Noel miró por la ventana
el paisaje nevado mientras oía
silbar el aire helado y pensó lo
estupendo que sería poder
quedarse sentado junto al fuego
mientras cenaba algo calentito.
Pero no tenía mas remedio que
57
salir, era la noche de Navidad y
todo el mundo esperaba su
regalo.
Se puso su ropa interior más
caliente y luego un montón de
prendas, unas sobre otras, para
combatir el frío, para rematar se
coloco sus pantalones y
chaquetón rojos y se miró al
espejo pensando que era normal
que todo el mundo creyera que
era muy gordo ¡con toda esa
ropa!
58
Cuando salió, Rodolfo ya le
estaba esperando, Papá Noel
comprobó que los regalos estaban
bien sujetos y arrancó a volar
antes de que los patines se
pegaran al suelo por culpa del
hielo. Mientras iban hacia la
primera casa comentó con el reno
que cada vez lo pasaba peor y
que estaba cansado de pasar frío,
Rodolfo estuvo de acuerdo.
Se pararon en el primer tejado
y Papá Noel casi no cabía por la
chimenea, se quedo atascado y
solo se libró cuando Rodolfo le 59
echó el saco y este le empujo
hacia abajo. Salió disparado y
quedó en medio de la alfombra
rodeado de juguetes y dulces.
Dejó sus paquetes y subió
gruñendo.
Rodolfo y el se pusieron de
acuerdo en que al año siguiente el
reparto lo harían en verano.
Cuando llegó el verano
prepararon un carro, no hacia
falta el trineo, Papá Noel se puso
ropa fresquita, se afeito y allá se
fueron volando con el carro. Los
60
tejados estaban secos y era fácil
trepar a ellos, bajar por la
chimenea sin tanta ropa fue
facilísimo... pero allí pasaba algo
raro, no había copita de jerez, ni
adornos, ni tarjetas, ni guirnaldas.
Todo parecía un poco triste y
solitario. Papá Noel entendió lo
que pasaba ¡La familia se había
ido de vacaciones! Como no había
zapatos donde dejar los regalos
tuvo que volver a subir con ellos
por la chimenea. En casi todas las
casas ocurrió igual, en algunas
fue peor porque los niños estaban 61
despiertos por el calor y casi le
pillan, en una hasta llamaron a la
policía al oir ruidos en la
chimenea.
Papá Noel y Rodolfo salieron
corriendo y totalmente
convencidos de que el reparto
nunca mas se haría en verano.
Cuando llegó Navidad se repitió
el rito de siempre, Papá Noel se
abrigó todo lo que pudo y Rodolfo
y el salieron con su trineo sin
hablar ni una palabra, disgustados
por el frío y el fracaso de su
62
anterior expedición. Cuando
llegaron a la primera casa, Papá
Noel bajo gruñendo y protestando
pero cuando llegó al salón y vio
todas las guirnaldas, el árbol
adornado con montones de
bombillas, los paquetes... y su
vasito de jerez con un trozo de
pastel con un cartel "Para Papá
Noel". Comió y bebió muy
emocionado. Fue a las
habitaciones y vio a los niños
durmiendo, puso sus regalos en
todos los zapatos y recogió las
tarjetas que los niños le habían 63
escrito. Mientras iba pensando en
lo maravillosa que era la Navidad.
Iba tan entusiasmado que subió
por la chimenea sin darse cuenta,
cuando llego arriba vio a Rodolfo
sonriendo y se dio cuenta de que
el reno pensaba como el. El resto
de la noche lo pasaron divertidos,
hablando, recordando otras
noches parecidas y sabiendo que
nunca más se iban a quejar del
frío ni de nada.
El Mejor Regalo.
(Es un resumen de una obra de guiñol).
64
Cuando el rey Baltasar
descubre la estrella que le llevará
hasta el lugar donde ha nacido el
niño Jesús su hijo Irenus esta con
el y Baltasar le explica lo que
significa la estrella. Irenus intenta
convencerle de que le deje ir pero
el Rey se niega.
Cuando Baltasar se ha ido con
su regalo, Irenus piensa que el no
va a ser menos y se prepara para
hacer el también el viaje, cuando
va a partir se da cuenta de que le
falta algo fundamental: EL
REGALO. Cogió la pelota que mas 65
le gustaba y un libro de estampas
precioso y salió siguiendo la
estrella y esperando que su padre
no se enfadara mucho con el.
Ya llevaba recorrido un buen
trecho cuando se encontró con
una niña que estaba llorando al
lado del camino y que parecía
estar muy triste. Le preguntó que
le pasaba y ella le explicó que no
tenía ningún juguete y que los
demás niños no querían jugar con
ella. En el momento en que Irenus
le dijo que el era hijo de un rey
fue todavía peor pues le hizo 66
sentirse aun mas desgraciada.
Irenus sacó su maravillosa pelota
y la invito a jugar. Lo pasaron muy
bien y se hicieron amigos, pero
Irenus tenía que seguir su viaje y
así se lo explicó a la niña que se
puso inmediatamente a llorar.
Irenus la regaló su pelota y ella se
puso muy contenta porque los
demás niños ya si jugarían con
ella. Irenus siguió su camino
detrás de la estrella.
Estaba muy cansado de tanto
andar y a lo lejos vio una cabaña.
Se acercó y llamó a la puerta. Le 67
abrió un anciano muy amable que
le invito a pasar y a cenar con el.
Le contó que había sido marinero,
pero que ahora no podía alejarse
de su casa por motivo de su edad
y se sentía muy mal ya que nunca
podría visitar los lejanos lugares
por donde tanto había viajado.
Irenus sacó su libro de estampas y
se pusieron a verlo juntos, el
anciano conocía muchos de los
lugares que aparecían y se fue
entusiasmando mientras le
contaba cosas a Irenus. Al final se
fueron a dormir muy cansados. Al 68
día siguiente Irenus le explicó que
tenía que seguir su viaje , el
anciano se puso muy triste y el
niño le dio su libro de estampas
para que se pudiera entretener
mirándolas cuando se sintiera
solo. El anciano se quedo mas
conforme y se despidieron.
Tras mucho andar consiguió
llegar a donde había nacido ese
niño tan especial y se acercó a
verle. A la Virgen María le hizo
gracia verle tan pequeño y se
acercó a preguntarle quien era,
como había venido... Irenus le 69
contó su historia y la razón por la
cual no traía ningún regalo. La
Virgen María se agacho a darle un
beso y le dijo que el le había
traído el regalo mas valioso con
su generosidad.
El regalo de la araña
La vida era tranquila para la
araña que vivía en el techo del
portal y que sólo tenía que
preocuparse de poner su tela en
algún sitio nuevo de vez en
cuando para cazar su comida.
70
Una noche aparecieron,
acompañados del dueño, un
hombre con una gran barba y una
mujer embarazada, parecían muy
cansados y se acomodaron como
pudieron para pasar la noche.
Cuando la araña se había
quedado medio dormida
empezaron a pasar cosas, la
mujer dio a luz y el niño debía ser
alguien muy especial porque una
gran estrella con una cola
resplandeciente estaba parada
sobre el portal y de todas partes
empezó a aparecer gente. Todos 71
llevaban regalos, los del pueblo le
llevaban ropa, mantas y toda
clase de cosas útiles para un
recién nacido, los pastores venían
con leche, queso y contando que
un ángel les había dicho lo del
nacimiento del niño. Lo mas
espectacular fue cuando
aparecieron tres reyes venidos de
lejanas tierras y que decían haber
seguido a la estrella hasta allí,
ellos le regalaron oro, incienso y
mirra.
La araña estaba triste porque
ella no tenía regalo. De pronto 72
noto un gesto de preocupación en
la cara de la madre, en una de las
paredes había un agujero por el
que entraba un chorro de aire frío
que le daba al niño, intentó
taparlo con un chal pero se
resbalaba y el frío seguía
entrando. La araña se puso a
trabajar e hizo una tela tapando el
agujero, sobre esa hizo otra y
otra... hasta que no pudo entrar ni
el más ligero soplo. La araña se
columpió agotada pero contenta,
se dio cuenta de que la madre la
estaba mirando y le daba las 73
gracias con una sonrisa, La araña
supo que también ella había
hecho su regalo a ese niño tan
especial.
El Árbol de Navidad
Cuando el Niño Jesús nació en
Belén, el mundo se llenó de
alegría y a Belén llegaban gentes
de todas partes para ofrecer
regalos al Niño.
74
Cerca del establo donde el Niño
Dios descansaba, se dice que
había tres árboles: una palmera,
un olivo y un pino. Al ver tanta
gente que iba y venía, ellos
también sintieron deseos de
ofrecer algo al Niño Jesús.
-Yo- dijo la palmera- voy a
desgajar una de mis ramas. La
voy a colocar cerca de la cuna y
cuando el Niño Jesús tenga calor,
yo, suavemente, dulcemente, le
abanicaré. No puedo hacer otra
cosa.
75
-Pues yo- dijo el olivo- pienso
hacer aceite de mis olivas y
ofrecérselo a su madre, la Virgen,
para que haga comida y puede
ungir los piececitos del Niño.
El pino estaba tristísimo. No
sabía que ofrecer. Además, la
palmera y el olivo se burlaban de
el y le decían: -No, tu no tienes
nada que regalar. Con tus hojas,
que parecen agujas, pincharías al
Niño. Nadie te quiere ni te querrá.
Y el pino tenía mucha pena.
76
Pero un ángel que contemplaba
la escena, se compadeció de él y
decidió ayudarle
-No tengas pena- le dijo- Yo te
voy a ayudar. Pediré a las
estrellas que bajen del cielo y se
posen en tus ramas y con su luz
alumbrarás al Niño y además
servirás de guía a todos los
caminantes que acudan a la
cueva.
Así lo hizo, y al poco tiempo el
pino se vio todo lleno de luces de
colores, porque muchas estrellas
77
bajaron del cielo y se posaron en
sus ramas.
Y hasta el Niño Jesús desde su
cunita se fijó en el pino. Sus ojitos
brillaron al contemplar luces tan
bellas. El pino se llenó de alegría.
La gente que llegaba a la cueva
vio aquel pino tan adornado, tan
lleno de luces, tan bonito... Y al
llegar a sus casas ponían un pino
tan bonito en recuerdo de la
cueva de Belén. Desde entonces,
el pino es elemento de adorno en
todos los hogares del mundo en la
78
época de Navidad, como recuerdo
de aquel pino que un día brillo
ante la cuna del Niño Jesús.
(Leyenda alemana)
La Estrella Juguetona (guiñol)
(Se les presentan a los niños los diferentes personajes y se les explica que Baltasar esta dormido en un rincón y que tienen que despertarlo).
NIÑOS: ¡Baltasar! ¡Baltasar!
BALTASAR: ¡Eh! ¿Quién me llama? ¡Ah! Sois vosotros. ¡Buenas tardes!
79
NIÑOS: ¡Buenas tardes!
BALTASAR: Me había quedado dormido cansado de tanto mirar al cielo esperando que aparezca la estrella. Porque estoy esperando que aparezca una estrella que me guíe... Bueno, luego os lo explico. Vamos a hacer una cosa para que pueda echar un sueñecito. Si aparece la estrella me llamáis ¿vale?. Me tenéis que decir ¡La estrella! ¡La estrella! Vamos a hacer un ensayo. Cuando yo diga tres melo decis ¡Una, dos y tres!
NIÑOS: ¡La estrella! ¡La estrella!
BALTASAR: ¿Dónde está? No la veo. ¡Ah, si era un ensayo! No me acordaba. Bueno voy a dormir y vosotros me avisáis. (Se duerme)
(Aparece la estrella juguetona)
NIÑOS: ¡La estrella! ¡La estrella!
BALTASAR: ¿Dónde? ¿Dónde? (Mira por todos lados menos donde está)
¡No la veo (Hacer que se callen). Yo os pregunto y vosotros me decís donde está.¿Abajo?
NIÑOS: ¡No!
BALTASAR: ¿Arriba?
NIÑOS: ¡Si!
BALTASAR: (Señalando mal) ¿Allí?
NIÑOS: ¡No!
BALTASAR: (Señalando bien) ¿Allí?
NIÑOS: ¡Si!
BALTASAR: ¡Ay, ay, ay...! Que esta no es la que esperaba. Esta es una estrella fugaz y juguetona que le gusta perseguirme y hacerme correr. ¡Ya viene! (La estrella le persigue y Baltasar corre) ¡Socorro! ¡Déjame en paz! ¡Vete de una vez! (La estrella se va) Menos mal. Voy a dormir y vosotros me avisáis. (Se duerme y aparece la estrella de verdad)
NIÑOS: ¡La estrella! ¡La estrella!
BALTASAR: ¿Dónde? ¿Dónde? ¡No la veo!. Vamos a hacer como antes. (Hacer que se callen). ¿Está ahí debajo?
NIÑOS: ¡No!
BALTASAR: (Señalando mal) ¿Está por allí?
80
NIÑOS: ¡No!
BALTASAR: (Señalando la estrella) ¿Está por allí?
NIÑOS: ¡Si!
BALTASAR: ¡Esta si que es! Vamos a saludarla. Decidla todos: ¡Buenas tardes estrella!
NIÑOS: ¡Buenas tardes estrella!
BALTASAR: Espera estrella que me voy contigo. (Echa a andar detrás de la estrella). ¡Adiós niños y niñas!
NIÑOS: ¡Adiós! (Desaparecen la estrella y el rey por un lado del escenario).
(Se les explica a los niños que va a aparecer Melchor, entra cantando)
MELCHOR: Soy Melchor, de los reyes el mejor. Soy Melchorcete, de los reyes el mas currete. (Se para y mira a los niños) ¡Buenas tardes!
NIÑOS: ¡Buenas tardes!
MELCHOR: ¿Me conocéis?
NIÑOS: ¡Si!
MELCHOR: ¿Quién soy?
NIÑOS: ¡Melchor!
MELCHOR: ¡Muy bien! Estoy buscando una estrella... ¿Habéis visto una estrella?
NIÑOS: ¡Si!
MELCHOR: ¿Por dónde se ha ido?
NIÑOS: ¡Por allí!
MELCHOR: (Señalando el extremo opuesto) ¿Por allí?
NIÑOS: ¡No!
MELCHOR: (Señalando bien) ¿Por allí?
NIÑOS: ¡Si!
(Va andando en esa dirección cuando aparece la estrella juguetona)
MELCHOR: ¿Es esa, verdad?.
NIÑOS: ¡No!
81
MELCHOR: Entonces ¿Quién es esa?
NIÑOS: ¡La estrella juguetona!
MELCHOR: ¿Porqué se llamará así? (La estrella baja y le persigue por todo el escenario) ¡Socorro! ¡Qué me pincha en el culo! ¡Ay! (Siguen un rato hasta que desaparecen por un lado)
(Aparece la estrella buena y después Baltasar, cuando van por el medio de la escena aparece Melchor)
MELCHOR: ¡Eh! ¡Tu! Si, no te hagas el tonto que te estoy llamando
BALTASAR: (Volviéndose a mirar a Melchor) ¿Quién eres tu?
MELCHOR: No lo sabe el tontorrón este. Decídselo niños. ¡Yo soy...!
NIÑOS: ¡Melchor!
BALTASAR: ¡Y qué quieres?
MELCHOR: Que dejes en paz a mi estrella.
BALTASAR: ¡Esa es mi estrella!
MELCHOR; ¡Es mía!
BALTASAR: ¡No! ¡Es mía!
(Siguen discutiendo y al final se pelean. Cuando están peleando aparece Gaspar)
GASPAR: ¡Alto! Por favor no discutáis mas! ¡Parad la pelea!
(Dejan de pelear y se le quedan mirando)
MELCHOR: ¿Y este de dónde ha salido?
BALTASAR: A este paso no vamos a caber en el escenario. ¿Quién eres tu?
GASPAR: Niños ¿vosotros lo sabéis?
NIÑOS: ¡Si!
GASPAR: ¿Quién soy?
NIÑOS: ¡Gaspar!
GASPAR: En lugar de discutir podíamos seguir el viaje los tres juntos detrás de la estrella. Sería más entretenido y podríamos hacernos muy amigos.
MELCHOR: Se lo podíamos preguntar a los niños. ¡Niños! ¿Seguimos juntos?
82
NIÑOS: ¡Si!
BALTASAR: Vale seguimos juntos y así entre los tres podemos vigilar mejor para que no nos pille descuidados la estrella juguetona.
MELCHOR: Avisadnos si la veis aparecer. ¿Vale?
NIÑOS: ¡Si!
(Salen los tres andando detrás de la estrella, enseguida aparece la juguetona por el extremo opuesto. Los niños chillan y la juguetona desaparece).
GASPAR: ¿Qué pasaba? No veo nada que me asuste.
NIÑOS: ¡La estrella juguetona!
BALTASAR: ¿Por dónde?
(Mientras están mirando a un extremo aparece por el otro y se repite el juego con los niños hasta que de pronto la ven y gritan).
MELCHOR: ¡Cuidado que viene! (Gritan y corren por el escenario uno detrás de otro perseguidos por la estrella hasta que uno tropieza y los otros le caen encima. La estrella juguetona se va y los reyes se levantan).
GASPAR: M e tiene harto. Esperad un momento que esto lo arreglo yo. (Se agacha y sale con una estaca bien grande). Cuando venga otra vez se va a llevar una sorpresa. Vamos a seguir.
(Siguen caminando y aparece la estrella juguetona. Melchor y Baltasar se ponen a gritar y a correr)
GASPAR: ¡Meteos detrás de mi! (Cuando la estrella llega a su altura le da un garrotazo y la persigue por todo el escenario). ¡Toma y toma y toma! (La estrella sube y se queda medio escondida)
MELCHOR Y BALTASAR: ¡Bien! ¡Bravo!
GASPAR: ¡Baja, vamos, atrévete! (La estrella se va)
MELCHOR: Ya podemos seguir tranquilos
BALTASAR: No me fío. La estrella juguetona igual nos hace una mala pasada. (Siguen caminando detrás de su estrella)
(De pronto aparece la juguetona con una cuerda, ata a la estrella buena y la obliga a ir en dirección contraria)
GASPAR: Me parece que vamos al revés... (La juguetona cambia de rumbo y los reyes van detrás)
83
MELCHOR: ¿Sabéis lo que os digo?. Yo me he cansado de dar vueltas, vamos a dormir un poco. (Los tres reyes se tumban y duermen, las estrellas se paran a esperar)
(Aparece el Ángel)
ANGEL: ¿Que pasa aquí? ¿Qué hacen estos dormidos? Así como iban a llegar a Belén. Niños, ayudadme a despertarlos. Cuando yo diga tres, decimos ¡Gaspar, Melchor, Baltasar! Venga. ¡A la una, a las dos y a las tres!
NIÑOS: ¡Gaspar, Melchor, Baltasar! (No se despiertan)
ÁNGEL: Así no. Mucho más fuerte. ¡A la una, a las dos, a las tres!
NIÑOS: ¡Gaspar, Melchor, Baltasar! (Los reyes se despiertan).
GASPAR: ¿Qué pasa? ¿Porqué gritáis?
ÁNGEL: ¿Qué hacéis aquí y encima durmiendo? El Niño Jesús está esperando sus regalos y vosotros aquí dormidos. Pero...
MELCHOR: (Le interrumpe). ¡Espera, espera! No es culpa nuestra. La estrella se ha vuelto loca y no hace más que dar vueltas.
ÁNGEL: ¿La estrella se ha vuelto loca? Me extraña mucho, voy a ver que ha pasado. (Sube y ve lo que ha hecho la juguetona) Así que has sido tu otra vez, la estrella juguetona. ¿No te da vergüenza? Niños ¿esto está bien?
NIÑOS: ¡Nooo!
ÁNGEL: ¡Quita ahora mismo la cuerda a la pobre estrella y ayúdala a guiar a los Reyes al portal! (Le quita la cuerda, se pone a su lado y empiezan a moverse despacito en dirección correcta)
GASPAR: ¿Ya está todo arreglado?
MELCHOR: ¿Podemos seguir?
ÁNGEL: Si, podéis seguir, y más vale que vayáis deprisa, que estarán cansados de esperaros. Niños me han dicho que os sabéis un villancico de los Reyes, vamos a cantarlo mientras ellos siguen su camino.
(Los niños cantan y los Reyes y las estrellas salen del escenario).
Fernando Moreno
El cuento de Navidad de Hogol.
84
Cuenta una leyenda que hace ya
mucho tiempo un joven hogol
llegó al mundo de los humanos,
en busca de un nuevo lugar
donde vivir. Allí encontró ríos y
lagos, montañas y llanuras,
marismas y desiertos, nieve,
agua, nubes, y el mar... que
bonito es el mar (pensaba el
hogol). Pero lo que más abundaba
allí era la gente. El mundo de los
humanos está repleto de gente y
la gran mayoría viven en pueblos
y ciudades. A buen seguro que
son buenas personas para poder 85
convivir todos juntos, y con este
pensamiento el hogol decidió
quedarse a vivir con los humanos.
Pero rápidamente se dio cuenta
que las cosas no eran tan bonitas
como él imaginaba. La gente que
allí vivía era físicamente igual que
él y externamente no se podían
diferenciar. Pero el interior, la
esencia de su ser tenía algo
desconocido para él.
Se dio cuenta que los humanos no
decían lo que pensaban. Muchas
veces incluso decían lo contrario
de lo que pensaban. Se enteró 86
que muchas personas luchaban
contra otras personas por motivos
que él no entendía, que la
ignorancia y el desconocimiento
provocaba el miedo y el odio. El
hogol no comprendía nada... allí
nadie hacía nada por el mero
placer de hacerlo. Todas las cosas
tenían un precio. Alguien le dijo
que incluso la amistad tenía un
precio. ¿Como se pueden comprar
los sentimientos, y con que
moneda se pueden pagar? Poco a
poco, la pequeña lamparita que
iluminaba su corazón se fue 87
apagando cada vez más. Aquello
era muy diferente de lo que él
había imaginado y se sentía
atrapado en un mundo cruel y
despiadado. La gente lo miraba
de reojo y a veces podía
sorprender a alguien que lo
señalaba con el dedo tras de si.
'Aquí el primero es uno mismo y
el resto importa poco', pensó
Hogol mientras una lágrima se
resistía a salir de sus ojos
Aun así, había una cosa de aquel
mundo que él amaba: el mar. Era
tan inmenso, tan misterioso, tan 88
tranquilo cuando estaba en
calma, y tan poderoso cuando se
enojaba... Siempre que se sentía
triste iba hasta la playa y allí,
solo, mirando el horizonte a
menudo lloraba su tristeza.
Pero un día, mientras el hogol se
encontraba en la playa,
repentinamente un viento suave y
lejano acarició sus mejillas. Y
entre el rumor del viento pudo
reconocer la voz del Hermano
Árbol, el árbol sabio que vive en
Hogoland y gran amigo de todos
los hogol. 89
- Hermano! Que alegría poder
escuchar tu voz!
- Hace tiempo que te veo en esta
playa, joven hogol. Y cada vez que
lo hago te veo llorando. ¿Cual es
el mal que ha ahogado tu
corazón?
- Tengo mucho miedo Gran
Hermano...
- De que tienes miedo?
- La gente... aquí la gente es
diferente. No dicen lo que piensan
y no hacen lo que sienten. Tengo
miedo de volverme como ellos,
Hermano. 90
- No creas que son tan diferentes
de vosotros pero tienes razón:
podrías convertirte en uno de
ellos. Ten cuidado.
- ¿Quizás tú podrías ayudarme
Hermano?
- ¿Ayudarte como, joven hogol?
- Quizás podrías evitar que me
vuelva como ellos y hacer que sea
feliz para siempre y que nunca
más vuelva a llorar. O aun mejor,
¿por que no los cambias a todos?
Este mundo sería mucho mejor,
Gran Hermano!
91
- Sí, realmente seria un sitio
maravilloso para vivir, pero
aunque tengo poderes mágicos,
no son tan poderosos como para
conseguirlo.
La expresión de ilusión que por un
momento se había dibujado en la
cara del Hogol se volvió a
convertir en tristeza y volvió a
bajar su mirada.
- No llores, joven hogol. Así no
solucionarás tu problema.
-¿Yqué quieres que haga,
Hermano? Ni siquiera tú, con tus
92
poderes puedes hacer nada! ¿Que
puede hacer este pobre Hogol?
- Puedes hacer muchas cosas (le
sonrió la voz). Tu mismo lo has
dicho antes, piénsalo un poco.
- ¿Qué es lo que he dicho antes?
- Que tenías miedo de volverte
como ellos. Si te puedes volver
como ellos, no crees que ellos se
pueden volver como tú?
- ¿Como?
- Los humanos son como vosotros
en una cosa muy importante: no
son malos por instinto. Los hacen
volverse así. Por los motivos que 93
sean se vuelven así pero no lo son
por naturaleza. Ahora piensa un
poco: si a ti te sorprende su
manera de ser, de vivir, de sentir,
no crees que ellos también se
sorprenden cuando te ven a ti?
Quizás les puedas enseñar a ver
las cosas de otro modo, a hacer
sonreír cuando alguien está triste,
a abrazar cuando alguien tiene
miedo, a dar amor cuando
encuentras un corazón roto.
- ¿Crees que serviría de algo? Aquí
hay muchísima gente y yo
conozco a muy pocas personas. 94
- No te preocupes por la cantidad,
lo importante es que contagies tu
felicidad a la gente que conozcas.
La felicidad de uno mismo nunca
lo es del todo si la gente que te
rodea no es feliz. Si haces lo que
te pido Hogol, yo te concederé lo
que me has pedido antes.
- Hacer feliz todo este mundo?
- Hacer feliz todo este mundo, sí,
pero únicamente un día al año.
Mis poderes no son tan grandes,
pero puedo hacer feliz a todos
una vez al añol, siempre que tu
cumplas tu parte del trato. 95
- Parece muy difícil eso que me
pides Hermano, los humanos
tienen un mundo maravilloso pero
viven de espaldas a él. Pero lo
intentaré, Gran Hermano.
- Has hablado con mucha
sabiduría joven hogol, recuerda:
mientras tu hagas lo que has
prometido yo cumpliré mi parte,
¿de acuerdo?
- Sí, de acuerdo!
El hogol se descubrió de pié en la
playa con los brazos extendidos,
igual que hacía cuando era
pequeño allá en Hogoland, junto 96
al Gran Hermano cuando el viento
soplaba.
Ya no lloraba, se sentía muy bien.
El Gran Hermano había venido de
muy lejos para hablar con él. Esto
no era muy corriente... Quizás era
una persona especialmente
querida por el Gran Hermano. Por
primera vez en mucho tiempo el
hogol sonrió mientras miraba
como el sol se hundía en el
horizonte y la Luna empezaba a
perseguirle.
¿Que le habrá hecho el Sol a la
Luna para que siempre lo esté 97
persiguiendo? (se preguntaba el
Hogol) Y con este enigma en su
cabeza volvió a casa para pasar la
noche.
Al día siguiente por la mañana, el
hogol salió a la calle y se quedó
maravillado. Había nevado! Todo
era de color blanco, que bonito!
Pero algo extraño pasaba... todas
las personas que caminaban por
la calle llevaban una sonrisa en su
cara, y cuando se cruzaban se
saludaban. Y mirándolos a los ojos
mientras lo hacían el hogol vio
que esta vez sí decían lo que 98
pensaban y sí hacían lo que
sentían. Las calles estaban llenas
de luces y colores y los niños
corrían de un lugar a otro para
poder verlas todas, igual que las
mariposas que vuelan hasta la luz
de un farol.
- ¿Que sucede? (preguntó el hogol
a un hombre que paseaba por la
calle)
- Hoy es Navidad!
- ¿ Navidad ?
- Claro! Hoy es un día de felicidad
para todos. Nos reunimos en
nuestras casas y pasamos el día 99
con la gente que queremos y
deseamos a todos que sean
felices.
El hogol sonrió al darse cuenta
que el Gran Hermano había
cumplido su palabra y que al
menos, una vez al año aquel
mundo se parecía a Hogoland.
Y desde entonces aquel hogol ha
estado viajando por aquel mundo,
siempre intentando compartir su
felicidad con la gente que ha ido
conociendo. Haciendo sonreír al
que está triste, abrazando al que
tiene miedo y dando amor al que 100
tiene el corazón roto, tal como le
pidió el Gran Árbol. El Gran
Hermano a cambio, cada año
envía un día de felicidad para
todos. Y así será mientras el hogol
cumpla su parte del trato. Fin.
101
EL FRÍO Y EL INVIERNO
La abuela.
Las castañas asadas.
La reina de las nieves.
Morozko.
Baira y el fuego.
La invernada de los animales
La Reina de las Nieves
Un día el demonio hizo un
espejo que sólo mostraba lo más
feo del mundo y además
transformaba lo bonito en 102
horrible. Cuando lo llevaba al
cielo se rompió y se hizo trocitos
pequeños que cayeron al suelo,
cuando uno se esos trozos se
metía en el ojo de alguien, sólo
podía ver lo peor y se volvía frío e
insensible.
En una gran ciudad vivían
dos niños que se querían como
hermanos, el niño se llamaba Kay
y la niña Gerda. Vivian en dos
áticos que estaban enfrente y
casi se tocaban. Un día a Kay se
le metió un trozo de espejo en el
ojo y todo le parecía feo y 103
desagradable , poco a poco se
convirtió en un niño odioso.
Un día de invierno se fue a la
plaza para jugar con el trineo y
engancho el suyo a uno muy
lujoso que pasaba, fue cogiendo
velocidad y cuando quiso soltarse
no podía, cuando estaban lejos de
la ciudad el trineo paró y se le
acercó una hermosa mujer que le
invitó a subir al trineo, le abrazo y
su abrazo era frío como la nieve,
cuando le besó olvidó todo lo que
había sido su vida anterior y se
104
fue con ella. Era la Reina de las
Nieves.
Gerda, mientras tanto, sufría
buscándole pensó que estaba en
el río y cuando se lo estaba
preguntando subida en una
barca, la barca se soltó y fue rio
abajo hasta la casa de una
anciana muy amable pero que no
quería estar sola y como era
medio bruja se puso a peinarla y
consiguió que olvidará todo,
arrancó los rosales para que no
le recordaran su pasado, sin
saber la razón Gerda estaba 105
triste, se puso a llorar donde
habían estado los rosales y
salieron de nuevo. Recordó todo y
se fue a buscar a Kay .
Se encontró con un cuervo al
que contó su historia, el le dijo
que conocía a un joven que podía
ser Kay. La princesa de ese país,
que era muy inteligente, decidió
buscar un pretendiente a su
altura, cuando conversaba con
ellos ninguno la convencía, por fin
uno que se correspondía con las
señas de Kay la impresionó tanto
que se casó con el. El cuervo le 106
dijo que la podía colar en el
palacio (su novia estaba
domesticada y vivía en el), una
noche se colaron y Gerda fue
hasta la cama del príncipe, por
detrás le pareció Kay pero cuando
le vio la cara se llevo una gran
decepción, no era el. La
descubrieron, les contó su
historia y como les dio pena la
dieron una carroza, ropa y comida
para que siguiera su viaje.
Unos ladrones la asaltaron y
cuando iban a matarla una niña
que era hija de uno de ellos les 107
pidió que la dejarán con ella.
Hacía lo que quería, era
caprichosa y tenía animales
encerrados, palomas, un reno,
conejos, etc. Le contó su historia
y la pequeña se quedo dormida,
las palomas le contaron que
habían visto a Kay sentado en el
trineo de la Reina de las Nieves
rumbo a Laponia donde el hielo y
la nieve son permanentes. El reno
le explicó que vivía en Laponia,
pero que también tenía un
palacio muy cerca del Polo Norte
Consiguió hacerse amiga de la 108
pequeña y un día la ayudó a
escapar montada en el reno.
Cabalgaron durante mucho
tiempo, finalmente llegaron a una
pequeña casa donde una anciana
les dejó calentarse y les dio de
comer. les explicó que el palacio
estaba muy cerca pero que lo
defendían copos de nieve
embrujados que atacaban a todo
el que se acercaba. El reno la
llevó hasta la orilla de un lago
helado en cuyo centro estaba el
palacio, luego siguió sola, cuando
los copos la atacaron empezó a 109
cantar y los copos se deshacían y
estallaban. Consiguió llegar al
palacio que era inmenso, todo de
hielo y nieve. Todo era fastuoso
pero resultaba frío, vacío y poco
acogedor. En el centro del palacio
había un salón enorme con un
trono en el medio. En el se
sentaba la Reina de las Nieves y a
su lado, sentado en el suelo,
estaba Kay su cara era
totalmente inexpresiva y estaba
intentando montar un puzzle de
piezas de hielo, enorme y sin
ningún dibujo.110
La Reina de las Nieves le dijo
que se iba a dar una vuelta por
los países cálidos para blanquear
los de nieve. Cuando Kay se
quedo solo ella salió y se abrazó a
el llorando de alegría, el no
reaccionó pero poco a poco su
cara fue cambiando y unas
grandes lágrimas rodaron por su
rostro, con una de ellas salió el
trozo de espejo que se le había
metido y de pronto recordó a
Gerda y toda su vida anterior. Se
dió cuenta del frío que hacía en
aquel lugar y le pidió a Gerda que 111
salieran cuanto antes de allí.
Fueron hasta donde se
encontraba el reno que estaba en
compañía de una joven hembra.
Saltaron sobre ellos que les
llevaron hacia sitios más cálidos,
cuando llegaron donde ya no
había nieve se separaron de los
renos y volvieron caminando a su
ciudad donde vivieron felices
para siempre.
(Hay muchas versiones de este
cuento de Ándersen que el
subtitulo como Cuento de los
siete cuentos.)112
La Abuela.
Había una abuela que siempre
estaba triste y sola en casa. No
sabía cuentos, ni juegos, ni
canciones, ni nada para
entretener a los niños. La pobre
abuela no hacía nada más que
coser y aburrirse. Un día que
hacía mucho frío y llovía, la
abuela oyó unos golpes en el
cristal, era un pajarito que se
estaba helando y tenía mucha
hambre. La abuela le dejo entrar
y le dio miguitas y leche, el pájaro
113
se quedo todo el invierno con ella
y estuvieron muy bien juntos.
Cuando llegó el verano y el
pajarito se iba a ir, la abuela se
echó a llorar. El pájaro la explicó
que tenía que irse con sus
compañeros, ella le explicó que
los podía llevar al jardín. Ella les
haría una fuente y les echaría
comida. El pájaro fue a buscar a
sus amigos y pasaban largos
ratos en el jardín de la abuela que
ya nunca estuvo sola. La abuela y
y su jardín se hicieron famosos
porque siempre estaba lleno de 114
pájaros y la gente acudía a
verlos y oírlos. La abuela hizo
muchos amigos y siempre estaba
alegre y optimista.
Las castañas asadas.
La vieja castañera tiene su
puesto desde hace mucho
tiempo, ya no le hace falta para
vivir pero se ha hecho amiga de
muchos de los que todos los días 115
pasan y unas veces le compran y
otras no, pero siempre le dicen
algo e incluso se paran a charlar
un rato con ella. Además se ha
acostumbrado a levantarse, irse a
su puesto y preparar todo lo
necesario, las castañas, los
cucuruchos, el carbón, el horno,
etc.
Su familia ya no quiere que
ella vaya al puesto y la han dicho
que cuando tenga algún
problema tendrá que dejarlo, de
pronto se da cuenta de que no se
ha llevado cerillas y que si no 116
puede encender el horno tendrá
que pensar en dejarlo. El Sol que
se ha acostumbrado a ver
aparecer a aquella viejecita tan
amable cuando sus rayos pierden
fuerza y no pueden calentar a la
gente, le da mucha pena y
haciendo un gran esfuerzo, tiene
muy poca fuerza, extiende un
dedo muy largo y poniendo en el
todo el calor que puede lo mete
en el horno de la castañera y
sopla con cuidado; de pronto una
llamita sale y el carbón empieza a
arder. La castañera no sabe muy 117
bien lo que ha pasado pero esta
muy contenta y siente un
calorcito que no sabe bien de
donde sale pero que le resulta
muy agradable.
(Aurora Díaz Plaja).
Baira y el fuego
Hace muchos años las personas
no conocían el fuego y vivían muy
mal. Un enorme cuervo negro,
Urubu, se había apoderado del
fuego y lo escondía bajo sus alas
para que no se lo robaran y el aire
no lo apagara.
118
Baira era el jefe de una tribu.
Era valiente, generoso,
bondadoso e inteligente. Se
propuso robarle el fuego a Urubu.
Caminó y caminó por la selva
hasta que llegó a la cueva donde
dormía Urubu y se escondió.
Cuando llegó Urubu con todos sus
hijos le descubrió y decidió
cocinarle y comérsele. Fue a por
más leña para hacer un fuego
más grande. Baira aprovechó y
salió corriendo con el fuego tan
rápido como pudo. Los hijos de
Urubu se pusieron a chillar y 119
Urubu salió volando detrás de
Baira. El jefe de la tribu iba tan
deprisa que el cuervo no podía
alcanzarle.
Justo antes de llegar a la tribu
había un río y Baira iba tan
cansado que no podía cruzarlo.
Pidió a una culebra de agua que
pasase el fuego al otro lado pero
no aguantó el calor, se lo dijo a un
cangrejo que tampoco fue capaz,
finalmente un sapo lo cruzo
saltando rápidamente cuando ya
estaba llegando Urubu . Todos los
guerreros de la tribu cogieron sus 120
arcos y flechas y Urubu tuvo que
irse temblando de rabia.
Desde entonces los hombres
pudieron utilizar el fuego y su vida
cambió totalmente.
(Fernando Alonso) (Resumido)
Morozko
Érase una vez una madrastra
que además tenía una hija. Todo
lo que hacía la hija estaba bien y
sin embargo la hijastra, por más
que se esforzaba, nunca lograba
que estuviera satisfecha. La
madrastra se empeñó en echarla
de casa y finalmente consiguió 121
convencer a su marido de que
abandonase a la niña en la nieve.
El la metió en el trineo la llevo a
un campo desierto y la dejo en un
montón de nieve mientras volvía
llorando a su casa. La niña se
sentó bajo un pino sin saber que
hacer. De pronto oyó un ruido
extraño. Morozko (una especie de
genio del hielo) estaba en un
árbol vecino haciendo chasquear
los dedos, cada vez que lo hacia
el frío era mas intenso. Se acercó
a la niña y le dijo - ¡Mocita que
haces aquí, yo soy Moroz!122
La niña le contesto -¡Buenos
días Moroz!
Moroz chasqueaba los dedos y
le preguntaba si tenía frío. La niña
contestaba que estaba a gusto
con el y que no le importaba el
frío. La verdad es que casi no
podía respirar, cuando estaba a
punto de morir, Morozko se
ablandó, la envolvió en pieles
para hacerla entrar en calor,
después cargó un cofre lleno de
riquezas en un gran trineo, le dio
un vestido de novia lleno de oro y
plata y con el puesto la llevo a su 123
casa. Cuando abrió la puerta y
entró, la madrastra se puso mala
del susto, cuando se recuperó y
se enteró de lo que había pasado,
mandó a su marido que cogiera a
su hija y la llevara al mismo sitio.
El marido cumplió sus ordenes
y cuando la hija de la madrastra
estaba sola apareció Morozko
chasqueando sus dedos y
preguntándola si estaba a gusto,
ella lo mando al cuerno. El se
esforzaba en hace cabriolas y
chasqueaba los dedos y la niña no
hacía mas que insultarlo. Al final 124
la niña murió de frío. La
madrastra viendo que no volvía
mandó al marido a por ella.
Cuando volvió con ella muerta
lloro de arrepentimiento al ver
que su hija había muerto por su
culpa.
(Cuento ruso clásico).
La Invernada de los Animales
Un toro que pasaba por un bosque
se encontró con un cordero.
-¿Adónde vas, Cordero? -le
preguntó.125
-Busco un refugio para
resguardarme del frío en el
invierno que se aproxima -
contestó el Cordero.
-Pues vamos juntos en su busca.
Continuaron andando los dos y se
encontraron con un cerdo.
-¿Adónde vas, Cerdo? -preguntó el
Toro.
-Busco un refugio para el crudo
invierno -contestó el Cerdo.
-Pues ven con nosotros.
126
Siguieron andando los tres y a
poco se les acercó un ganso.
-¿Adónde vas, Ganso? -le
preguntó el Toro.
-Voy buscando un refugio para el
invierno -contestó el Ganso.
-Pues síguenos.
Y el ganso continuó con ellos.
Anduvieron un ratito y tropezaron
con un gallo.
-¿Adónde vas, Gallo? -le preguntó
el Toro.
127
-Busco un refugio para invernar -
contestó el Gallo.
-Pues todos buscamos lo mismo.
Síguenos -repuso el Toro.
Y juntos los cinco siguieron el
camino, hablando entre sí.
-¿Qué haremos? El invierno está
empezando y ya se sienten los
primeros fríos. ¿Dónde
encontraremos un albergue para
todos?
Entonces el Toro les propuso:
128
-Mi parecer es que hay que
construir una cabaña, porque si
no, es seguro que nos helaremos
en la primera noche fría. Si
trabajamos todos, pronto la
veremos hecha.
Pero el Cordero repuso:
-Yo tengo un abrigo muy calentito.
¡Miren qué lana! Podré invernar
sin necesidad de cabaña.
El Cerdo dijo a su vez:
-A mí el frío no me preocupa; me
esconderé entre la tierra y no
necesitaré otro refugio.129
El Ganso dijo:
-Pues yo me sentaré entre las
ramas de un abeto, un ala me
servirá de cama y la otra de
manta, y no habrá frío capaz de
molestarme; no necesito, pues,
trabajar en la cabaña.
El Gallo exclamó:
-¿Acaso no tengo yo también alas
para preservarme contra el frío?
Podré invernar muy bien al
descubierto.
El Toro, viendo que no podía
contar con la ayuda de sus 130
compañeros y que tendría que
trabajar solo, les dijo:
-Pues bien, como quieran; yo me
haré una casita bien caliente que
me resguardará; pero ya que la
hago yo solo, no vengan luego a
pedirme amparo.
Y poniendo en práctica su idea,
construyó una cabaña y se
estableció en ella.
Pronto llegó el invierno, y cada día
que pasaba el frío se hacía más
intenso. Entonces el Cordero fue a
pedir albergue al Toro, diciéndole:
131
-Déjame entrar, amigo Toro, para
calentarme un poquito.
-No, Cordero; tú tienes un buen
abrigo en tu lana y puedes
invernar al descubierto. No me
supliques más, porque no te
dejaré entrar.
-Pues si no me dejas entrar -
contestó el Cordero- daré un
topetazo con toda mi fuerza y
derribaré una viga de tu cabaña y
pasarás frío como yo.
132
El Toro reflexionó un rato y se
dijo: «Lo dejaré entrar, porque si
no será peor para mí.»
Y dejó entrar al Cordero. Al poco
rato el Cerdo, que estaba helado
de frío, vino a su vez a pedir
albergue al Toro.
-Déjame entrar, amigo, tengo frío.
-No. Tú puedes esconderte entre
la tierra y de ese modo invernar
sin tener frío.
-Pues si no me dejas entrar
hozaré con mi hocico el pie de los
133
postes que sostienen tu cabaña y
se caerá.
No hubo más remedio que dejar
entrar al Cerdo. Al fin vinieron el
Ganso y el Gallo a pedir
protección.
-Déjanos entrar, buen Toro;
tenemos mucho frío.
-No, amigos míos; cada uno de
ustedes tiene un par de alas que
les sirven de cama y de manta
para pasar el invierno calentitos.
-Si no me dejas entrar -dijo el
Ganso- arrancaré todo el musgo 134
que tapa las rendijas de las
paredes y ya verás el frío que va a
hacer en tu cabaña.
-¿Que no me dejas entrar? -
exclamó el Gallo-. Pues me subiré
sobre la cabaña y con las patas
echaré abajo toda la tierra que
cubre el techo.
El Toro no pudo hacer otra cosa
sino dar alojamiento al Ganso y al
Gallo. Se reunieron, pues, los
cinco compañeros, y el Gallo,
cuando se hubo calentado,
empezó a cantar sus canciones.
135
La Zorra, al oírlo cantar, se le
abrió un apetito enorme y sintió
deseos de darse un banquete con
carne de gallo; pero se quedó
pensando en el modo de cazarlo.
Recurriendo a sus amigos, se
dirigió a ver al Oso y al Lobo, y les
dijo:
-Queridos amigos: he encontrado
una cabaña en que hay un
excelente botín para los tres. Para
ti, Oso, un toro; para ti, Lobo, un
cordero, y para mí, un gallo.
136
-Muy bien, amigo -le contestaron
ambos-. No olvidaremos nunca
tus buenos servicios; llévanos
pronto adonde sea para matarlos
y comérnoslos.
La Zorra los condujo a la cabaña y
el Oso dijo al Lobo:
-Ve tú delante.
Pero éste repuso:
-No. Tú eres más fuerte que yo.
Ve tú delante.
El Oso se dejó convencer y se
dirigió hacia la entrada de la
137
cabaña; pero apenas había
entrado en ella, el Toro embistió y
lo clavó con sus cuernos a la
pared; el Cordero le dio un fuerte
topetazo en el vientre que lo hizo
caer al suelo; el Cerdo empezó a
arrancarle el pellejo; el Ganso le
picoteaba los ojos y no lo dejaba
defenderse, y, mientras tanto, el
Gallo, sentado en una viga,
gritaba a grito pelado:
-¡Déjenmelo a mí! ¡Déjenmelo a
mí!
138
El Lobo y la Zorra, al oír aquel
grito guerrero, se asustaron y
echaron a correr. El Oso, con gran
dificultad, se libró de sus
enemigos, y alcanzando al Lobo le
contó sus desdichas:
-¡Si supieras lo que me ha
ocurrido! En mi vida he pasado un
susto semejante. Apenas entré en
la cabaña se me echó encima una
mujer con un gran tenedor y me
clavó a la pared; acudió luego una
gran muchedumbre, que empezó
a darme golpes, pinchazos y
hasta picotazos en los ojos; pero 139
el más terrible de todos era uno
que estaba sentado en lo más alto
y que no dejaba de gritar:
«¡Déjenmelo a mí!» Si éste me
llega a coger por su cuenta,
seguramente que me ahorca.
A. N. Afanasiev
LOS JUGUETES
El juguete de madera.
140
El juguete de madera
Cuando Quimet nació,
su padre plantó un árbol
como siempre habían
hecho en su familia.
Cuando el niño
cumplía cinco años se
hacía una fiesta para
cortar el árbol y preparar
141
la madera para hacer un
juguete. Cuidaron el árbol,
regándole, enderezándole
y librándole de todas las
plagas. Finalmente llegó el
día y después de guardar
la única semilla que daba
(era un árbol muy
especial) para poder
seguir la costumbre, lo
cortó.
142
Todo en el taller
estaba preparado, limpio y
engrasado.
El padre empezó a
serrar y el niño iba
quitando las virutas,
miraba a su padre y sabia
que el sería el próximo
que prepararía un juguete
para su hijo.
143
Olía a madera recién
cortada y el sol
atravesaba el polvo
haciendo que el taller
pareciera un sitio mágico.
Al padre le parecía
que algo iba mal y el trozo
de madera era cada vez
más pequeño, de pronto
se encontró con que en la
mano solo tenía un
144
pequeño triángulo de
madera, se volvió muy
triste y vio que su hijo le
miraba lleno de orgullo y
felicidad. El triángulo que
tenia en la mano servia
para rematar el más
hermoso paisaje jamás
soñado y que el niño había
ido formando con los
restos de madera y
virutas.145
Horacio Elena
E L CARNAVAL
El caballo encantado.
Clavel Hermoso.
La princesa encantada.
Clavel hermoso.
Una joven reina tenía un hijo
pequeño que tenía el poder de
convertir en realidad lo que 146
pensaba y el cocinero se lo llevo.
El rey creyó que la reina no había
tenido cuidado y se lo habían
comido las fieras. Enfadado
encerró a la reina en una torre.
Pasaron unos años y el niño iba
convirtiendo en realidad todo lo
que le pedía el cocinero. Como se
aburría pensó en una niña para
que jugase con el, a pesar de todo
estaba triste sin saber porque. Un
pájaro que iba todas las tardes se
enterneció y le contó toda su
historia.
147
El niño convirtió al cocinero en
un perro y a la niña en un
hermoso clavel y se fue a su casa,
se presentó como un príncipe
extranjero que venía a cazar. El
rey le dijo que en sus tierras no
había caza y el príncipe la hizo
aparecer. Dieron una gran cacería
y después el rey dio una fiesta, el
príncipe puso como condición que
asistiera la reina.
En la fiesta convirtió al clavel
en la niña y contó todo lo que
había pasado demostrando su
poder.148
Vivieron todos felices menos el
cocinero que fue para siempre
perro vagabundo.
El Caballo Encantado.
Sulima y Abukimbad eran hijos
del sultán y les gustaba mucho
salir los días del mercado. Uno de
esos días vieron a un mercader
que maltrataba a un caballo
blanco. El príncipe se lo recriminó,
le recordó que estaba prohibido
149
pegar a los animales y se lo
compró para que no volviese a
ocurrir.
Cuando salieron del mercado se
encontraron a un viejo que les
pidió algo de comer, se pararon y
compartieron con el la comida
que llevaban, al finalizar el les dio
una vela mágica.
Los jóvenes estaban
encantados con el caballo y le
querían y cuidaban mucho.
Una noche encendieron la vela
y el caballo se convirtió en
150
príncipe, les explicó que era
victima de un encantamiento y
que sólo sería príncipe si le
devolvían la vela y la conservaba
en su poder. Los dos hermanos se
la dieron inmediatamente y el se
marchó muy agradecido a su
reino.
Al poco tiempo volvió a pedir la
mano de Sulima y se caso con
ella.
La Princesa Encantada.
151
Había una vez un rey que tenía
tres hijos. Un día les dijo que
tenían que buscar esposa. El
procedimiento sería que cada uno
lanzaría una flecha en distinta
dirección y la que recogiera su
flecha sería su mujer. Así lo
hicieron, la flecha del primero
cayo en el jardín de un general, la
recogió su hija y le pidió la mano;
la del segundo cayo en el patio de
un comerciante y su hija, que la
recogió, fue pedida en
matrimonio. El tercer hermano
mando la flecha a una ciénaga y 152
cuando fue a buscarla la tenía una
rana en la boca. La rana le dijo
que tendría que cumplir su
compromiso y casarse con ella. Se
presentaron los tres hermanos
ante el rey y este les dijo que
debían casarse cada uno con la
que había encontrado la flecha,
incluso el pequeño.
El rey, pasados unos días, les
pidió a las princesas que tejieran
unos tapices para ver cual era
mas hábil. Las dos de los mayores
se habían vuelto perezosas y les
dijeron a los sirvientes que las 153
hicieran ellos. La rana le dijo al
pequeño que se fuera a dormir
tranquilo. Cuando se hubo
dormido, la rana se transformó en
una princesa bellísima, se acercó
a la ventana y le pidió a una
araña seda de su tela, a la luna le
pidió un rayo de plata y de un
jarrón cogió un puñado de flores.
Con todo esto tejió su tapiz.
Al día siguiente, otra vez
convertida en rana, se lo dio al
príncipe metido en un cofre y con
la recomendación de que lo
enseñara el último. Los dos 154
hermanos mayores mostraron los
suyos y el rey comentó que sus
sirvientes los hacían iguales a
esos. Cuando el pequeño enseño
el suyo, suave como la seda,
brillante como la luna y con el
color y la fragancia de las flores;
el rey se quedo encantado y
felicitó a su hijo, Después los
invitó a todos a un baile.
El pequeño llegó a su casa muy
apenado y le contó a su esposa lo
que ocurría. Ella le dijo que se
fuera tranquilo que el rey
quedaría tan satisfecho con su 155
baile como había quedado con el
tapiz.
Cuando entró al salón de baile
solo, el príncipe tuvo que soportar
las burlas de sus hermanos y sus
esposas que le reprochaban que
no hubiera traído a la rana. Pero
mientras la princesa había
recuperado su forma humana y
llego al baile como la mas bella de
todas las presentes. Su esposo se
dio cuenta inmediatamente de
quien era y le ofreció su mano
llevándola a la mesa del rey.
156
Las otras dos tuvieron muchos
celos y la espiaron. En un
momento vieron que se echaba
unos huesos de pollo en una
manga y vino en la otra, ellas
hicieron lo mismo. El rey invito al
hijo pequeño a que abriera el
baile con su esposa, cuando se
puso a bailar, la princesa hacia un
leve gesto y de su manga salían
bandadas de pájaros de bellos
colores, si lo hacía con la otra se
entreveían hermosos paisajes con
grandes cascadas. Las otras dos
intentaron hacer lo mismo y 157
llenaron a todo el mundo de
sobras de pollo y manchas de
vino. El rey, muy enfadado, las
mandó sentar.
Cuando acabó el baile, que fue
todo un triunfo para la
princesa, todos los caballeros de
la corte querían bailar con ella,
volvieron a casa. El príncipe
encontró la piel de rana y la
quemó, acabando así con la
maldición.
A partir de entonces vivieron
felices para siempre.
158
(Cuento tradicional ruso).
LA CASA.
Los piratas en casa.
Puff el elefante que no tenía casa.
Hermanito y Hermanita.
Zarevna, la belleza inextinguible .
La casa de los muñecos de pan.
159
Los piratas en casa
Mi abuelo era marino. Su casa
estaba llena de recuerdos. Me
gustaba ir a su casa y que me
contara historias. Lo que mas me
gustaba era un velero encerrado
en una botella. Una noche me
desperté y sin saber como me
encontré con la botella del barco
en la mano y delante de la pila de
la cocina. Cuando di el grifo
160
estalló una tormenta que el barco
resistió, de pronto me di cuenta
de que era un barco pirata. Los
piratas salieron de la botella en
sus botes y su capitán empezó a
dar ordenes. Saltaron de un
mueble a otro y trepaban por los
cables de los electrodomésticos,
Saquearon toda la casa:
monederos, cristalería, cubiertos,
relojes, etc. Mi abuelo se
despertó, al oírlo los piratas
volvieron corriendo a su barco y
yo lo coloque en su sitio. Mi
161
abuelo no me regañó, parecía
como si lo supiera todo.
Puff, el elefante que no tenía casa.
A Puff no le gustaba la selva
porque cuando llovía o hacía frío
no tenía una casa donde meterse.
Por eso se fue a buscar una.
Andando, andando llegó al bosque
y se encontró con un caracol y le
preguntó como podía hacer una
casa, el caracol le explicó que no
podía ayudarle porque el nacía
con su casa puesta. Después se
encontró con un pájaro que le
162
enseñó como se hacía un nido.
Tardó mucho y le costó mucho
trabajo, cuando acabó y se metió
dentro el nido se aplastó, la rama
se rompió y se pego un golpazo.
Siguió andando y se encontró un
conejo, este le enseñó su
madriguera y el elefante empezó
a hacerse una. Cuando empezó a
escarbar y a sacar tierra y rocas,
toda la montaña tembló y los
demás animales fueron a pedirle
que parará, la montaña se hundía.
Después se encontró con un
hombre que le llevó al pueblo, allí 163
entre todos le hicieron una casa,
el a cambio ayudaba a los
hombres con su gran fuerza.
La casa de los muñecos de pan.
La señora Remedios hacía
muñecas de trapo muy bonitas y
con el pelo de lana. También iba a
la montaña a buscar seta, un día,
con la cesta ya llena, olió a pan
recién hecho y al seguirlo, llegó a
una casita que estaba en un claro
del bosque. Llamó y merendó un
pan riquísimo y habló mucho con
la señora de la casa que vivía
164
sola, se llamaba Lucía y quería
tener compañía, se hicieron muy
amigas y la invitó a quedarse a
vivir con ella. Remedios, que
estaba harta de vivir en la ciudad,
aceptó. Se fue a recoger las
muñecas que más quería y regaló
las demás, cerró su casa de la
ciudad y se fue a vivir con Lucía.
Aprendió a hacer panes, barras,
bollos, etc. Un día se le ocurrió
hacer muñecos de pan. Los hizo
sonrientes y con los brazos
abiertos, todo el mundo quería
comprarlos y Lucía y Milagros iban 165
vendiendo su pan por los
mercadillos de los pueblos
cercanos. A su casa la llamaron
desde entonces "La Casa de los
Muñecos de Pan"
Valentina Cruz (Teide).
La Zarevna Belleza Inextinguible.
Hace mucho tiempo un
famoso Zar iba viendo como
envejecía y esto le preocupaba,
un día tuvo un sueño, la Zarevna
Belleza Inextinguible que
gobernaba en algún desconocido
y lejano lugar, tenía bajo la
166
almohada un frasco de agua de la
vida, si bebía de ese frasco
rejuvenecería treinta años.
Cuando se despertó pregunto a
sus consejeros y ninguno sabía
donde se hallaba ese lugar, sus
hijos se ofrecieron para ir a
buscarlo. Partieron al día
siguiente, el pequeño se fue por
un camino y los demás por otro,
los mayores se encontraron con
un anciano que les preguntó
donde iban, le contestaron de
mala manera y siguieron su
camino, mas adelante se 167
encontraron perdidos y
preguntaron a otro anciano que
encontraron, este les explicó cual
era el camino pero les advirtió
que tendrían que cruzar tres ríos,
en el primero los barqueros les
cortarían un brazo, en el segundo
el otro y en el tercero la cabeza.
Los hermanos pensaron que era
una tontería arriesgarse y se
instalaron en una gran tienda
comiendo y bebiendo hasta que
llegara su hermano.
El pequeño se encontró con el
mismo anciano y le explicó donde 168
iba, este agradecido, le dice que
tiene que volver y elegir el caballo
mas brioso y pedirle a su padre su
espada para poder vencer los
peligros del camino. Cabalgó
durante mucho tiempo hasta que
encontró una cabaña sobre una
gran pata de gallina de la bruja
Baba Yaga. Esta le explicó lo de
los tres ríos y que tendría que
luchar para poder escapar de los
barqueros. Le fueron pasando los
ríos y cuando intentaron cortarle
los brazos y la cabeza tuvo que
luchar y matar a algunos para 169
poder seguir su viaje. Se encontró
con un gigante que no le dejo
pasar, viendo que sería imposible
vencerle se interno en el bosque y
una vieja que vivía en una cabaña
le dio unas hierbas, debía
encender un fuego y arrojar las
hierbas cuidando que el humo
fuera hacía el gigante que se
debilitaría, cuando le hubiera
vencido tenía que quitarle una
pelota que al arrojarla ante el le
llevaría hasta donde se
encontraba el elixir. Llegó a
robarlo de debajo de la almohada 170
de la Zarevna y al ir a cogerlo se
quedo prendado de su belleza.
Cogió el frasco y salió huyendo en
su corcel, la Zarevna le persiguió
y le atravesó con su espada. Pero
se enamoró de el y con el agua de
la vida le curó y le dijo que iría a
buscarlo a su reino. El volvió para
llevar a su padre el agua, cuando
se encontró con sus hermanos y
les contó la historia, le robaron el
frasco y le dejaron abandonado.
Después de muchas aventuras
logró llegar a su casa justo
cuando la Zarevna iba a buscarle, 171
se aclaró todo y los hermanos
fueron expulsados del reino y
ellos vivieron felices para siempre.
Hermanito y hermanita.
Eran dos hermanos que desde
que se habían quedado huérfanos
eran muy desgraciados ya que su
madrastra los maltrataba y
decidieron irse de casa.
Anduvieron mucho tiempo hasta
que se internaron en un inmenso
bosque, tenían mucha sed y por
fin encontraron una fuente, pero
la madrastra, que además era una
172
bruja, había hechizado todas las
fuentes. Cuando ya iban a beber
la niña oyó un murmullo del agua
que decía: "Quien me beba se
convertirá en tigre". Sujetó a su
hermano justo a tiempo. En la
siguiente pasó lo mismo solo que
la fuente decía: "Quien me beba
se convertirá en lobo", la niña
también lo sujetó pero en la
siguiente no le dio tiempo y el
niño se convirtió en un corzo. Le
consoló y siguieron andando por
el bosque, encontraron una
pequeña casita con la puerta 173
abierta y se instalaron en ella, la
niña salía todas las mañanas a
buscar comida para ella y para el
corzo y vivían felices con la única
pena de no saber cuanto duraría
el hechizo.
Un día el rey salió de caza y el
bosque se llenó de ladridos de
perros y de llamadas de los
cazadores y sus cuernos. El corzo
pidió a su hermana que lo dejará
salir, ella no quería pero al final la
convenció. Le dijo: "Cuando
vuelvas me tienes que decir:
Hermanita déjame entrar". El 174
corzo se paso el día huyendo de
los cazadores y cuando
anochecía volvió y le dijo a su
hermana las palabras para que le
abriera. Le contó lo bien que lo
había pasado esquivando a los
cazadores y al día siguiente hizo
lo mismo. Todos los cazadores
estaban ansiosos por dar al
pequeño corzo e intentaron
acorralarle, uno consiguió herirle
en una pata, aprovechando que
corría menos, le siguió y le oyó
decirle a su hermana que le
abriera la puerta de la casita. Se 175
lo contó al rey. Al día siguiente el
corzo que se había repuesto, salió
de nuevo y le persiguieron,
cuando se estaba haciendo de
noche, el rey le dijo al cazador
que le llevase a la casita, llegaron
y el rey dijo:"Hermanita déjame
entrar". La joven abrió la puerta y
se encontró con el rey en vez de
con su hermano, el rey se prendó
de su belleza y le pidió que se
casase con ella, le puso como
condición que tenían que llevarse
al corzo con ellos, el rey acepto y
se fueron a palacio, hicieron los 176
preparativos y se casaron poco
después y vivieron felices para
siempre.
Segunda parte.
La malvada madrastra se
enteró de que se había casado
con el rey y empezó a planear
como hacerlos desgraciados.
Cuando la reina tuvo un hijo y
aprovechando que el rey se había
ido de caza, la bruja adopto el
aspecto de una sirvienta del
palacio y la dijo que iba a darla un
baño, la llevo a donde estaba la
177
bañera y la encerró. La bruja tenía
una hija muy fea y con un sólo
ojo, le dio la apariencia de la
joven reina pero no pudo arreglar
lo del ojo, le dijo que se acostara
de lado para que el rey no se
diese cuenta del engaño. La
sirvienta convenció al rey de que
no corriera las cortinas porque la
reina estaba cansada. Había una
niñera que velaba al niño por las
noches, la reina salía de su
encierro a dar de mamar al niño y
la niñera que lo vio se lo contó al
rey, este se escondió una noche y 178
se dio cuenta del engaño. Cogió a
la madrastra y a su hija y las
desterró, cuando salió la bruja del
país se rompió el hechizo y el
corzo volvió a ser un joven A
partir de ese momento todos
fueron totalmente felices.
LAS PLANTAS / LA PRIMAVERA
179
El árbol viejo.
El árbol que no quiso crecer.
Historia de una amapola.
El Ogro y la bestia desconocida.
El árbol que no quiso crecer.
Había una vez en un bosque,
un árbol pequeñito que hacía muy
pocos días que había sacado su
cabeza de debajo de la tierra. Se
hizo amigo del caracol, de la
hormiga, gusanos, mariposas,
flores, etc. Tanto le gustaba jugar
con ellos que se olvido de crecer.
Los árboles que habían salido con
el se lo dijeron, le explicaron las
180
ventajas: el cielo estaba más
cerca, los pájaros y sus nidos, el
paisaje, el mar, el sol, etc. Pero el
arbolito no quería crecer ya que
eso le apartaría de sus amigos y
todo lo demás no le importaba.
Así el arbolito se quedo
pequeño para siempre y si un día
vais al bosque y miráis al suelo
veréis arbolitos como los de este
cuento.
(Guia didáctica "Puff". Ed Casals S.A.)
181
Historia de una amapola
En un inmenso campo de trigo
dorado, nació una amapola.
Cuando era una semilla, soñaba
con ser una flor especial y única.
Cuando se abrió el capullo vio el
cielo azul, el trigo dorado y
muchas flores, todas eran
iguales. Llovió y en un charco que
se hizo a su lado pudo ver que
ella era igual a las demás.
Intentaba parecer distinta
poniendo posturas muy difíciles,
pero se cansaba y volvía a ser una
más. Un día un gusanito que 182
estaba enfermo, subió por su tallo
y se refugió en sus pétalos,
empezó a llover y a hacer viento.
La amapola notó que el gusanito
temblaba y cerró sus pétalos para
abrigarle. Cuando pasó el viento y
la lluvia, el gusanito se sintió
mejor y le dio las gracias a la flor
prometiéndola que al día
siguiente volvería a visitarla. Ella
le dijo que no sería capaz de
reconocerla. El gusanito le dijo
que si porque para el era
diferente ya que le había
resguardado y protegido. Y volvió 183
un día tras otro y la flor supo que,
efectivamente, era distinta.
El ogro y la bestia desconocida.
Había una vez un campesino
que vivía de cultivar las tierras de
un ogro que continuamente le
robaba animales de la granja y
pretendía engañarle en los tratos
sobre la cosecha. Un día apareció
por la granja y le dijo al
campesino que ese año, para no
complicarse la vida el ogro se
184
quedaría con lo que naciera
encima de la tierra y lo de debajo
sería para el granjero.
El campesino se lo contó a su
mujer con gran desesperación ya
que pensaba que con esas
condiciones toda su familia
moriría de hambre. La mujer le
dijo que no se preocupase y
plantaron rábanos, zanahorias,
remolachas, nabos y patatas.
Cuando se recogió la cosecha le
dieron al ogro un montón de hojas
y ellos se quedaron con lo que
valía.185
A la temporada siguiente el
ogro cambio el trato y dijo que se
quedaría con lo de debajo, pero el
campesino sembró trigo, avena,
centeno y maíz. Esta vez el ogro
se enfadó mucho cuando se volvió
a quedar sin nada.
Pensó una manera de quitarle
las tierras. Le dijo que se las
jugaba a cambio de que adivinara
el nombre de una bestia
desconocida que iba a traer. El
campesino también debería traer
una bestia y el ogro adivinar su
nombre. 186
El campesino vio todo perdido
ya que el ogro, que era rico, podía
traer la bestia que quisiera y el no
tenia nada. La mujer le dijo que
no se preocupase. Mando a sus
hijos a espiar la casa del ogro. Los
chicos vieron llegar un carro con
una jaula y oyeron a los criados
decir que por fin había llegado el
unicornio de Pampaluna.
Volvieron corriendo y se lo
contaron a su padre.
Al día siguiente era el juego, la
mujer se unto de miel, se revolcó
en un montón de plumas, se ató 187
un par de cuernos en la cabeza y
se puso a cuatro patas.
Al cabo de un rato llegó el ogro
con su bestia sujeta con una
cuerda, el campesino se acercó y
le dijo que como se lo había
puesto tan fácil trayendo un
unicornio de Pampaluna. El ogro
no se podía creer que hubiera
acertado, le dijo al granjero que
ahora le tocaba a el adivinar.
Cuando entró en el establo no
pudo reconocer lo que allí había,
se acercó lleno de curiosidad y la
mujer le gruñó con tal ferocidad 188
que el ogro salió huyendo tan
deprisa que cayó en una charca y
se ahogó. A partir de aquel
momento la familia de campesino
pudo vivir feliz.
El árbol viejo.
Lo plantó un ermitaño a la
puerta de su ermita y poco a poco
fue creciendo. Cuando era tierno y
joven parecía una caña y ni los
189
pájaros se atrevían a posarse,
solo las hormigas y las lagartijas
trepaban por su tronco. Echó su
primera flor a los tres años y se
puso muy orgulloso. El árbol
siguió creciendo y cuando había
romería, los hombres y mujeres
bailaban a su alrededor y los
niños jugaban. Llegó a ser tan alto
que casi tapaba la ermita y daba
una sombra fresquita y muy
agradable. Vivió tantos años que
conoció muchos ermitaños. Al que
más cariño tuvo fue al que le
plantó y le cuidó cuando era 190
pequeño. Uno tocaba la flauta
durante largas horas a la sombra
y los pájaros le acompañaban con
sus trinos. Otro siempre rezaba
debajo de el y espantaba con
palmadas a los cuervos y los
grajos para que no se comiesen la
fruta, también hubo uno gruñón y
con mal genio que daba
garrotazos en su tronco para
espantar una lechuza que no le
dejaba dormir.
Un día una tormenta lo arrancó
y al ermitaño le dio mucha pena
quedarse sin su amigo, como era 191
muy mañoso se dedicó a hacer
rosarios, botones, mangos y con
el tronco hicieron la quilla de un
barco y el árbol vio mundo.
(Guía didáctica Mi Libro. H.S.R.)
LOS ANIMAL ES
192
La cabra montesina
Érase una vez una madre y tres
hijas que estaban cosiendo. Dijo
la madre que la que antes
terminase subiría a la cámara y
comería lo que quisiera. Acabó la
mayor, subió y se encontró con
una cabra que le dijo: -¡Uuuuu! yo
soy la cabra montesina que corro
por montes y valles y me como a
las chicas a pares. La chica no se
lo creyó, subió y se la comió.
Como no bajaba, subió la segunda
que se encontró con la cabra, esta
le repitió lo suyo y también se la 193
comió. Subió la tercera que
cuando escucho a la cabra bajó
corriendo a contárselo a su
madre, esta no se lo creyó, subió
y la cabra también se la comió.
La pequeña se puso a llorar a la
puerta de su casa. Una hormiguita
pasó y le preguntó. La chica se lo
contó todo.
La hormiguita subió y la cabra
repitió su canción. La hormiguita
dijo: - Y yo soy la hormiguita de
mi hormigar, que si te pego un
picotazo te hago de rebailar.
194
Subió por una pata a la oreja y la
pico tanto que se tiró por la
ventana y se reventó. Salieron
muy contentas la madre y las
hermanas.
Le pagaron con trigo, le
quisieron dar mucho y ella decía: -
No cabe tanto en mi costalillo ni
muele tanto mi molinillo. Al final
con tres granos se conformo y
decía: -Esto si cabe en mi
costalillo y lo muele mi molinillo.
El gusanito de luz.
195
El rey León se había cansado y
pidió a los demás animales que
eligieran otro rey. Se reunieron y
el primer voluntario fue el gallo,
dijo que el ya tenía la corona. los
otros dijeron que no porque los
iba a despertar muy temprano. El
gusanito de la luz se presento
pero se rieron de el ya que era
pequeño y feo. La mariposa
argumentó que con sus alas de
colores parecía una reina, la
rechazaron por presumida. La
rana dijo que ella vivía en la tierra
y en el agua y saltaba muy bien 196
pero todos estuvieron de acuerdo
en que cantaba muy mal y no
quisieron. La tortuga tampoco
porque llegaría siempre tarde. El
ratón tenía cara de rey y era listo
pero le dijeron que era muy
pequeño y nunca estaba quieto.
Se estaba haciendo de noche,
miraron las estrellas y estuvieron
de acuerdo en que les gustaría
mucho que una de ellas fuera su
rey pero estaban tan altas... Por la
noche el gallo se despertó y vio
que una de las estrellas estaba
muy bajita, llamo a los demás y le 197
pidieron que fuera su reina, la
estrella contestó que si. Cuando
se hizo de día vieron que habían
hecho rey al gusanito de luz.
Reino muy sabiamente y todos se
alegraron de su decisión.
Mi señora Tigresa.
Cuando en la India los
cazadores se pasaban el día
persiguiendo a los tigres,
Miseñora salió a pasear con sus
cachorros. Eran las doce y hacía
mucho sol, iban al río a bañarse y
a jugar un rato. Estando cerca del
198
río vieron a un cazador que
también iba a bañarse y
decidieron darle un susto. Le
robaron su ropa y Miseñora la
tigresa se la puso, también su
salakof, su cartuchera y, como no,
su escopeta. Cuando el cazador
salió del agua y se encontró con
la escopeta apuntándole se
asustó, pero cuando Miseñora
empezó a rugir y a disparar salió
corriendo por la selva con sus
graciosos calzoncillos de
corazones y todos los animales
salían a ver lo que pasaba y se 199
morían de risa, todavía cuando se
acuerdan pasan un buen rato.
Miseñora y sus cachorros colgaron
el traje del cazador bañista como
un trofeo en su casa.
Montse Ginesta
Los Perros Amigos
Al principio de los tiempos las
personas vivían en cuevas y todos
los animales eran salvajes. Los
hombres sólo pensaban en
cazarlos y evitar que los cazaran a
ellos. Todos atacaban a todos.
Nacieron dos perros salvajes que
200
se fueron haciendo amigos y, a
pesar de que eran pequeños,
vivieron muchas aventuras juntos.
Un día un cazador se encontró a
uno de ellos dormido, lo cogió y lo
metió en un saco para llevarlo a
casa. Lo ató a la puerta de la casa
y al principio el perrito no quería
ni comer. Poco a poco se fue
acostumbrando al cazador ya su
familia y se hizo amigo suyo. Un
día le soltó y no se escapó,
empezó a salir a cazar con el y le
ayudaba. Se hizo grande. El perro
salvaje también era grande y 201
poderoso, peleaba y cazaba su
propia comida. El otro hacía
compañía al hombre, vigilaba su
casa, le ayudaba y era su amigo.
Un día se encontraron en el
bosque e iban a ponerse a pelear
pero se reconocieron, jugaron, se
contaron todo lo que les había
sucedido y no querían separarse
pero no se ponían de acuerdo en
que vida era mejor. Al final se
separaron. Quedaron de acuerdo
en que se encontrarían las noches
de Luna llena y así lo hicieron.
Aun ahora los perros aúllan 202
llamando a sus amigos las noches
de Luna llena.
(Ed. Edebe)
El Pollito de la Avellaneda.
Un pollito estaba comiendo con
la gallina y se le atranco una
avellana y se iba a ahogar. Corrió
la gallina a casa de la dueña y
esta le dijo:
- Pero no tengo zapatos. Dile al
zapatero que te los de.
Fue corriendo al zapatero.
203
- No tengo cuero, di a la cabra que
te lo de.
La cabra le dijo.
- Tengo hambre di al prado que te
de hierba.
El prado le contestó.
- No tengo agua di a las nubes
que te la den.
La gallina, desesperada, subió a
las nubes y les dijo.
- Nubecitas dad agua al prado,
para que el prado de hierba a la
cabra, para que la cabra de cuero
204
al zapatero, para que el zapatero
haga los zapatos a mi dueña, para
que saque la avellana a mi pollito
que esta en la avellaneda y se va
a ahogar.
Y las nubes dieron agua al
prado, y el prado hierba a la
cabra, y la cabra cuero al
zapatero, y el zapatero hizo los
zapatos a la dueña, y la dueña
corrió a la avellaneda y sacó la
avellana de la boca del pollito que
canto revoloteando.
Los Siete Cuervos.
205
Un hombre tenía siete hijos y
ninguna hija. Nació una niña pero
estaba muy enferma y su padre
quería bautizarla cuanto antes.
Los siete fueron corriendo a por
agua con una jarra, con las prisas
se les cayo al fondo de la fuente y
no podían cogerla. El padre se
creyó que estaban jugando, se
enfadó mucho y dijo -¡Ojalá se
conviertan en cuervos! No había
acabado de decirlo cuando vio
pasar siete cuervos negros. La
niña se curó y ellos nunca le
dijeron que había tenido siete 206
hermanos. Un día oyó una
conservación y se enteró de todo
sintiéndose muy culpable. Pensó
que por si por su culpa había
pasado, era ella quien debía
arreglarlo.
Pregunto a una anciana sabia
del pueblo y siguiendo su consejo
se fue llevando sólo una sortija de
su madre, una hogaza de pan y
una sillita. Anduvo hasta el fin del
mundo y se acercó tanto al Sol
que casi se quema, pero el Sol no
pudo ayudarla, fue a ver a la Luna
que era cruel, fría y malvada y no 207
la ayudó. Por último fue a ver a
las estrellas que la explicaron
como llegar a la montaña de
cristal, que era donde estaban, el
Lucero del Alba le dio un hueso de
pollo que servía para abrirla. El
camino era muy largo y le
ocurrieron muchas cosas, cuando
finalmente llegó a la montaña de
cristal había perdido el hueso pero
había pasado tantas penalidades
que estaba muy delgada y su
propio dedo le sirvió para abrirla.
Nada más entrar salió un enano a
preguntarla que quería, Ella le dijo 208
quien era y el enano le explico
que los señores cuervos llegarían
enseguida a cenar. Sirvió siete
platos y siete copas, ella puso su
sortija en la última copa y probó
un sorbo de cada una, tal como le
había dicho el sabio, los cuervos
llegaron y notaron que alguien
había bebido de sus copas, el
último vio la sortija, la reconoció
y dijo - ¡Nuestra hermana esta
aquí! Ella salió de su escondite y
los fue besando a todos.
Inmediatamente recuperaron su
apariencia humana y volvieron 209
muy contentos a casa de sus
padres.
Chiquitina.
Una mujer quería una hija y
recurrió a una hechicera que le
dio una semilla, de ella salió un
tulipán con una niña chiquitita. Le
hizo una cama con una cáscara de
nuez y pétalos de flores. Un plato
con agua y una hoja le servían de
barca. Una noche entró un sapo y
la raptó y la raptó y la dejó en una
hoja, lloraba y los peces cortaron
el rabo para que la corriente la
210
arrastrara y pudiera escapar, una
mariposa la ayudó a llegar a la
orilla. Un escarabajo volador se la
llevó pero las señoras escarabajos
le convencieron para que la
abandonara. El verano y el otoño
lo pasó en el bosque pero en
invierno busco cobijo con una rata
silvestre que se hizo su amiga, se
ayudaban, se contaban historias e
iba pasando el tiempo. Un día les
visitó el viejo y rico topo que
odiaba las flores, los pájaros, etc.
La niña cantó y se enamoró de
ella, las invitó a su casa, en el 211
camino se encontró una
golondrina casi muerta, la cuidó,
la abrigó y se curó. El topo se
quería casar con ella y se dedicó
todo el verano a preparar su ajuar
con las arañas. Estaba triste
porque no se quería casar, el día
se la boda salió a despedirse del
Sol y vio a la golondrina, le contó
sus penas y se escapó con ella. La
llevó, tras días y días, a un lago
donde había un palacio pequeñito.
Allí vivía el rey de las flores que
era de su tamaño. Se enamoraron
y se casaron. Allí todos tenían alas 212
y a Chiquitina también le salieron
al casarse con el rey. La llamaron
Maya, la reina de las flores. La
golondrina volvió y me contó la
historia como yo os la cuento.
(Andersen)
La Lagartija Trabajadora
En lo mas alto del monte vivía
una lagartija muy trabajadora,
que todos los días barría su casa y
todos los alrededores y luego iba
a buscar su comida, cuando
acababa se iba a ver a su amigo
el lagarto que vivía cerca de allí.
213
Parecía un dragón todo verde y
enorme. Estaba siempre parado y
cazaba lo que pasaba por allí sin
darse cuenta de su presencia. El
lagarto le decía que ella hiciera lo
mismo, que se pusiera cerca de
un hormiguero y no tendría que
buscar comida, la lagartija
prefería elegir lo que comía y
guardar algo para más adelante.
Un día la lagartija, en uno de sus
paseos, encontró una sortija de
plata con una piedra muy bonita y
fue a enseñársela a su amigo.
Este era muy envidioso y le dijo 214
que era suya, la lagartija se la dio
y el lagarto se la puso en una pata
y se fue a pasear y presumir. Un
ave de presa vio brillar la sortija y
se tiró hacía el lagarto, que como
era tan perezoso no podía correr
ni esconderse, tuvo que tirar la
sortija para despistar al ave, logró
escapar de milagro. La lagartija
volvió a encontrar la sortija y se la
llevó al lagarto que le dijo que ya
no la quería y se la regalaba. La
lagartija la cogió e hizo un adorno
muy bonito para su casa que
215
desde entonces le pareció más
bonita todavía.
La Liebre y el Erizo
Un día el erizo salió a dar un
paseo y encontró una liebre. La
saludo cortésmente, pero ella no
le devolvió el saludo sino que de
una manera despectiva le
preguntó que hacía tan temprano
por el campo. El erizo le contesto
que estaba dando un paseo y
entonces la liebre se burlo de el
diciéndole que mejor sería que no
216
se cansase con esas patas tan
cortas.
El erizo se sintió humillado ya
que no le gustaba que se rieran
de sus cortas patas y le retó a una
carrera en la que apostaron una
botella de buen vino. Quedaron al
día siguiente y se fueron cada uno
a su casa.
El erizo le contó a su mujer lo
que había pasado y le dijo que la
carrera tendría lugar en un campo
en el que correrían la liebre por
un lado de un surco y el erizo por
217
el otro, la mujer del erizo se
pondría al final del surco y cuando
la liebre estuviera llegando saldría
y diría que había llegado antes. El
engaño era posible ya que los dos
erizos eran iguales y la liebre no
los distinguiría.
Al día siguiente así lo hicieron,
el erizo hecho a correr unos pasos
y se escondió, cuando la liebre
estaba llegando, la mujer del erizo
salto al final del surco diciendo
que ya había llegado; la liebre no
podía creerlo y repitieron la
carrera hasta que se rindió 218
agotada y los erizos se fueron
muy contentos de haberle dado
una lección a la presuntuosa
liebre.
La liebre les llevó una botella
de vino a su casa y estuvo una
buena temporada sin salir a
pasear porque todos se reían de
que hubiera perdido su apuesta.
LAS VACACION ES
Historia del sol.
Hace mucho tiempo, cuando
aun existían animales
monstruosos y el hombre no 219
conocía el fuego, lo único que
calentaba el mundo era el Sol.
Poco a poco se fue envaneciendo
y no quería ponerse nunca, no
dejaba salir a la Luna y las
estrellas y abrasaba las nubes
que se atrevían a cruzarse en su
camino.
Los días eran cada vez más
l7argos, hacía más calor y la
Tierra se iba secando poco a
poco.
Se reunieron todos los hombres
y animales y decidieron hablar
220
con el Sol, pero ninguno se
atrevía. Por fin un pequeño
dragón volador decidió intentarlo.
Voló hacia arriba durante
muchísimo tiempo estaba
agotado y medio abrasado y al Sol
le dio pena y aflojo sus rayos para
que pudiera acercarse. El
pequeño dragón le contó todas las
penalidades que estaban
ocurriendo en la Tierra y el Sol lo
comprendió y todo volvió a la
normalidad. El Sol cogió parte de
su luz y su fuerza y formo la
constelación del dragón. Desde 221
entonces el Sol tiene prisa porque
se haga de noche para poder
hablar con su amigo y nunca ha
vuelto a tener la tentación de
alargar su presencia en el cielo.
La nube y el sol
Había una vez una nube que era
muy envidiosa y quería que todo
el mundo la quisiera más que al
Sol. Un día se puso delante de él y
le dijo que nunca más le dejaría
ver la Tierra. El Sol le pidió que no
lo hiciera porque quería ver a los
niños jugando, hacer crecer las
222
flores y las cosechas, calentar a
los viejecitos, ver el mar, etc. Pero
la nube no le escucho y le tapo
del todo. Al cabo de un rato todo
el mundo le pedía a la nube que
se apartase pero ella no hacia
ningún caso. Al final una niña muy
lista empezó a decirla lo guapa
que estaba y que cuando más le
gustaba era cuando hacía llover.
La nube dejo soltar una gotas y la
niña aplaudió, la nube siguió
soltando lluvia y poco a poco fue
haciéndose más pequeña hasta
223
que el Sol pudo brillar de nuevo y
todo volvió a la normalidad.
El collar de conchas
Hace mucho tiempo, en una
pequeña isla de Oceanía, vivía un
niño con sus padres, eran de los
más pobres de la isla. En esta isla
no había dinero y se empleaban
las conchas marinas para pagar.
Los ricos tenían muchas conchas
y la familia del niño no tenía
ninguna.
224
Un día el niño iba paseando por
el poblado y vio a un grupo de
hombres que estaban comiendo,
se paró y se puso a mirar con
envidia a los platos de comida. El
más gordo de los hombres le gritó
recriminándole que se quedara
mirándolos. El niño se fijo en que
llevaba un montón de collares de
conchas y el hombre se enfadó
aun mas, cogió uno de sus
collares y lo agitó delante de las
narices del chico . Este se enfadó
y le dijo que algún día tendría mas
conchas que el y se convertiría en 225
el jefe de la isla. El gordo, que era
el jefe de la isla, rompió una de
sus conchas y le tiró un trozo con
desprecio. El chico cogió el
pedazo y se fue hacia la salida del
pueblo, allí se encontró con una
mujer que vendía naranjas, le dio
el trozo de concha y ella le dijo
que por ese trozo sólo podía darle
un gajo.
Cuando llegó a su casa lo
plantó en detrás de su cabaña, al
día siguiente se encontró con que
había salido un árbol gigantesco,
trepó por sus ramas y en la copa 226
se topó con una casa muy bonita,
salió a recibirle una mujer muy
agradable que le escondió ya que
en la casa vivía un espíritu que si
se enfadaba podía ser muy malo.
Cuando llegó el espíritu se dio
cuenta de que había venido
alguien y lo buscó, cuando le
encontró le cayo muy bien y le
invitó a comer. Le dieron una
escudilla llena de comida y por
más que comía siempre estaba
llena, cuando acabó de comer, el
espíritu le dio un arcón, un hacha
y le dijo que se podía quedar con 227
la escudilla. Le puso como
condición que al llegar abajo
cortara el árbol ya que no quería
que nadie mas subiera a su casa.
El chico cuando llegó a su casa
y abrió el arcón se dio cuenta de
que estaba lleno de las mas
maravillosas conchas, dejó a sus
padres comiendo de la escudilla y
se fue con el arcón a la plaza del
pueblo, busco al jefe de la tribu
delante de todos lo abrió. El jefe
avergonzado le dijo que a partir
de ese momento él era el jefe de
228
la tribu y se fue a esconder su
humillación a su cabaña.
El Agua de la Vida
El rey estaba enfermo y nadie
podía curarle. Paso por el reino un
sabio vagabundo que les dijo que
sólo se curaría con el "agua de la
vida" que se encontraba en algún
lugar situado al sur del reino.
El primer hijo del rey partió y se
encontró con un viejo enano que
le pidió que le llevará, se negó y
el viejo le convirtió en roca de un
roquedal. Al segundo le paso lo 229
mismo. El tercero convenció a su
padre y también se fue. Se
encontró con el enano y lo llevó
en su caballo. En premio le dio un
palo y una hogaza y lo encaminó
al palacio del "agua de la vida".
Llegó a la puerta y había un león ,
le dio el pan y con el palo golpeó
la puerta que se abrió como si
estuviera viva. Atravesó muchas
estancias y en la última había una
joven de la que se quedó
prendado. La joven le dio el "agua
de la vida", el marchó pero quedó
con ella para después de un año.230
Al volver a pasar por el
roquedal vio al enano y le
preguntó por sus hermanos. Le
contó lo que les había pasado y el
pìdió una oportunidad para
salvarlos. Tuvo que luchar con
tres soldados, los venció y todas
las rocas se convirtieron en
caballeros al romperse el hechizo.
Todos le escoltaron hasta palacio
donde curó a su padre con el
"agua de la vida".
Cuando contó a su padre y
hermanos lo de la princesa
231
partieron antes que el para
ocupar su lugar.
La princesa había mandado a
sus soldados poner una alfombra
de oro y les dio orden de que sólo
dejasen pasar al que la pisase con
su caballo. El primero llegó y
cuando vio la alfombra se paró,
bajó del caballo y la rodeó
pensando en no estropear una
riqueza que pronto sería suya. Los
soldados lo encarcelaron. Al
segundo le pasó lo mismo. El más
pequeño, ansioso por ver a su
amada, no reparó en la alfombra 232
y la atravesó al galope. Entró al
palacio, se caso con la princesa y
vivieron felices para siempre.
(Con los hermanos puede hacer lo
que te apetezca).
233