Y con tu espíritu. Las relaciones entre la(s) Ciencia(s) y la Espiritualidad
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7/30/2019 Y con tu espritu. Las relaciones entre la(s) Ciencia(s) y la Espiritualidad
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Y con tu esprituLas relaciones entre las ciencia(s) y la espiritualidad
Leonardo Piscoya R.
La totalidad es la no verdad.Theodor Adorno
Edgar Morin, uno de los ms entusiastas propulsores del pensamiento complejo suele citar aTheodor Adorno recordando que la aspiracin a la totalidad es una aspiracin a la verdad y que el
reconocimiento de la imposibilidad de la totalidad es una verdad muy importante.Por eso es que la totalidad es, a la vez, la verdad y la no verdad.
EDGAR MORIN. Epistemologa de la complejidad. Lisboa, diciembre de 1983.
Mi intencin no es aqu argumentar sobre este punto, sino intentar mirar las relaciones entre
ciencia y espiritualidad desde esa perspectiva: la de la totalidad y la verdad, pero ambas como
legtimas aspiraciones que son al mismo tiempo imposibles de alcanzar.
Y t, en qu crees?
Cuando mis estudiantes me preguntan si soy creyente suelo afirmar en tono de broma quecada quien tiene derecho a creer en lo que quiera (incluso a costa de parecer irracional), pero que yo
he decidido creer en la Ciencia. La mayora sonre y me dice no nos has respondido, yo creo que s.
Muchos de ellos suelen decir que siempre tengo explicaciones para todo. Si me dicen que
estn impresionados por una montaa, puedo explicarles los procesos de geodinmica interna que
dieron lugar a la cadena montaosa; puedo luego contarles cmo los agentes del modelado terrestre
fueron desgastando el relieve, de qu manera seguir cambiando y tantas otras cosas.
Si me preguntan por qu se producen plegamientos y fracturas en la corteza terrestre, puedo
explicarles las teoras acerca de las placas tectnicas, hablarles de los flujos del magma bajo la
corteza y de la resistencia de ciertos suelos y rocas.
Si vuelven a la carga preguntando por qu existen esos flujos, puedo hasta llegar a contarles
algunas cosas que s sobre el comportamiento de los fluidos a altas temperaturas e incluso saltar a
las leyes de la termodinmica
Pero si me preguntan por qu existen esas leyes y por qu parecen existir patrones que se
repiten en diferentes niveles del Universo, no me queda otra salida que apelar a mi fe en la Ciencia.
Una especie de diosa de la que obtengo muchas explicaciones, pero que no llega a decir mucho sobre
sus propias leyes inmutables.
Y he aqu lo que mis estudiantes acaso no notan, que finalmente Fe y Ciencia parecen tener
preguntas parecidas si nos dedicamos a profundizar en ellas. Por eso siempre suelo replicarles, ahora
t cuntame en qu crees. Y me sorprendo de que no siempre puedan darme razn de las cosas en
las que creen y su articulacin interna. Y eso me preocupa, porque siempre he pensado que no hay
nada peor que una creencia poco informada.
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Fe, Ciencia y Culturas
La Institucin Teresiana tiene desde su fundacin una interesante preocupacin por eldilogo Fe, Ciencia, Culturas. Creo que esto no es casual, sino que responde justamente a lo que
sucede con la afirmacin de Adorno y con mis conversaciones con los estudiantes que se atreven a
preguntarme por mis creencias personales: el sentido de la totalidad. S, la intencin de entender el
todo y tambin las partes que lo conforman. Eso que solemos llamar verdad.
Para muchos de nosotros, criados y educados durante el siglo XX; existe una divisin natural
entre Ciencia y Fe. Y Al interior de la Ciencia hay tambin una clara divisoria entre Ciencias Naturales
y Ciencias Sociales. El campo de la Fe, en cambio, parece ser ms compacto. Aunque claro, algunos
dirn que en ese campo caben desde las supersticiones populares hasta los sistemas de creencia ms
estructurados e institucionalizados.
Pero esas divisiones son artificiales. Porque los cientficos sean del campo que sean tienen
sus creencias generales sobre diferentes cosas: desde concepciones acerca del conocimiento (una
epistemologa) hasta ideas fuertemente enraizadas acerca de cmo deben ser el mundo y loshumanos. La preocupacin por la objetividad ha sido, por eso, un asunto clave para los hombres de
Ciencia, y en consecuencia muchos han optado por estudiar slo lo demostrable, lo cuantificable,
lo medible.
Sin embargo, eso no puedo ocultar que al interior de las ciencias hay antagonismos de ideas,
conflictos de teoras, dificultades para lograr unanimidad y aceptar reglas de verificacin y
argumentacin. La ciencia es a fin de cuentas resultado del consenso, pero tambin del conflicto.
El problema es que la tentacin del reduccionismo de lo cientfico a lo verificable termina por
alejarnos de la posibilidad de comprender la existencia de una totalidad en la que las creencias y la
imaginacin no estn ausentes.
A esto hay que sumarle que el inters por el campo de la Fe parece haber decado.Tiziano Terzani, escriba poco despus de la cada de las torres gemelas en Nueva York:
As es el mundo ahora, []: ningn principio, pero muchos recursos; ninguna
aspiracin espiritual, slo el deseo de pequeas o grandes ventajas materiales.
TIZIANO TERZANI. Hei Ram, Carta desde Delhi. En: Cartas contra la guerra. RBA Libros,
Barcelona, 2002.
Y en esa aseveracin parece repetirse la vieja tentacin humana de oponer a la materialidad
lo espiritual. Una divisin y oposicin que venimos heredando desde los griegos. Pero, existe real
oposicin entre ellas? O de lo que se trata es de una prdida de balance en la manera en que
intentamos conocer la totalidad y la verdad de lo que nos rodea?
La espiritualidad: una integradora
Parece que si uno tiene creencias profundas, una fe enraizada, no puede creer en la cienciade lo material y lo tangible. Y viceversa. Al menos es lo que parece ser el sentido comn
mayoritario, pero el mismo Terzani pone el equilibrio cuando nos dice:
Me gusta estar en un cuerpo que envejece. Puedo mirar las montaas sin el deseo de
escalarlas. Cuando era joven habra querido conquistarlas; ahora puedo dejarme
conquistar por ellas. Las montaas, como el mar, recuerdan una grandeza por la cual
el hombre se siente inspirado, elevado. Esa misma grandeza est tambin en cadauno de nosotros, pero all nos es difcil reconocerla. Por eso nos atraen las montaas.
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Por eso a travs de los siglos, tantsimos hombres y mujeres han venido aqu arriba, al
Himalaya, esperando encontrar en estas alturas las respuestas que se les escapaban
permaneciendo en las llanuras. Siguen viniendo.
TIZIANO TERZANI. Qu hacer?, Carta desde el Himalaya. En: Cartas contra la guerra. RBA
Libros, Barcelona, 2002.
Me gusta mucho ese texto de Terzani porque nos remite a algo que hemos olvidado: que laFe no es un sistema cerrado y dogmtico, sino el resultado de una determinada forma de
comprenderse como parte del universo.
Fritjof Capra, un fsico austraco que vive en Estados Unidos, puede darnos una pista til al
respecto. Su preocupacin durante aos fue definir qu es la vida. As es, algo que puede parecernos
muy simple, pero que en realidad no lo es. Los nios pequeos suelen asociar la vida a caractersticas
objetivas y verificables. Los cientficos tambin.
Capra encontr a lo largo de sus investigaciones que la vida poda ser definida por varias
caractersticas que deban ser simultneas. Por un lado, que las primeras formas de vida fueron el
resultado de un espacio interno (definido por una membrana) con una compleja red qumica que
dotaba de potencial de crecer y evolucionar a estructurasautorreplicantes
. Esas estructuras se
fueron haciendo complejas y respondieron continuamente a las influencias del entorno, y lo hicieron
de manera autnoma y segn sus respectivas naturalezas. Esas interacciones cognitivas fueron
creciendo en complejidad hasta que dieron lugar a la percepcin consciente, al lenguaje y al
pensamiento conceptual.
Muchos cientficos y gente de a pie pueden tener la tentacin de ver en esto un asunto
slo de molculas, pero los mismos bilogos moleculares sealan que ese reduccionismo es errado.
La comprensin de la vida pasa adems de por el anlisis de las estructuras moleculares, por la
bsqueda de patrones de relacin entre esas estructuras y los procesos que estn debajo de su
formacin: ese orden espontneo que surge en los seres vivos, esa creatividad que parecen tener
todas las formas de vida que conocemos.
Comprender la vida de este modo, de una manera sistmica y compleja, nos lleva de retorno
a aquello que mis alumnos preguntan cuando deciden llevarme lejos con sus interrogatorios: y por
qu eso sucede? Por qu algunas estructuras cobran vida y se portan de modo tal que pueden
regenerarse, crecer, evolucionar?
Dice Capra,
Dnde encaja el espritu humano en este escenario? Para responder a esta
pregunta es necesario revisar antes el significado original de la palabra espritu.
Como ya hemos visto, el latn spiritus significa soplo, aliento, como sucede con
anima, con el griego psych y el snscrito atman. El sentido corriente de estos
trminos clave nos indica que, en numerosas tradiciones filosficas y religiosas
antiguas, tanto de Oriente como de Occidente, el significado original de la palabraespritu no es otro que el de soplo de vida.
FRITJOF CAPRA. Las conexiones ocultas. Ed. Anagrama, Barcelona, 2002.
Lo que Caprael fsico insina, coincide con la manera en que David Steindl-Rastun monje
benedictino y psiclogo define la experiencia espiritual: como momentos de exaltacin de la
sensacin de estar vivo. Lo que va en sintona con A. Maslow cuando habla de las experiencias
cumbre o de lo que los budistas llaman iluminacin enraizada en el cuerpo.
Y es aqu donde quera llegar. Ese aparente antagonismo entre materia y espritu no es tal.
Nuestra mente est encarnada fsicamente en un cuerpo. La experiencia espiritual trasciende esa
unidad y nos conecta con el mundo, nos genera sentido de pertenencia al universo.
Vuelvo a una historia con mis estudiantes.
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Cuando me preguntan por mis experiencias espirituales suelo narrarles que una de las cosas
que ms disfruto es ir a la Reserva de Paracas. Pero no a broncearme en un hotel caro, ni tampoco a
disfrutar de comida marina fresca o de variedad de bebidas. Lo que ms disfruto es poderme
adentrar en las aguas fras de la playa El Raspn. Dejar que poco a poco mis pies se separen del
fondo marino. Sentir que la corriente me mece. Dejar asomada solamente mi cara mientras el resto
de mi cuerpo flota con el suave vaivn que tiene el mar en esa playa tranquila. Apenas sentir el sol enmi rostro, mientras voy perdiendo por completo la nocin de dnde acaba mi cuerpo y dnde
empieza el ocano. Es una sensacin extraa. Tal vez se deba a lo fro del agua. Tal vez a lo relajante
que me resulta el mar y el sonido de las olas. O a que asocio Paracas con muchos recuerdos. Puede
que sea todo eso a la vez, pero no hay otro momento en el que me sienta ms parte del Universo
que cuando estoy en esa situacin.
Et cum spiritu tuo
Vayamos terminando. Las Ciencias Naturales, esas a las que hemos decidido como
humanidad con un recorrido particular darles ciertos rasgos y tareas, nos permiten comprender los
procesos fsicos y qumicos que estn detrs de lo que llamamos la realidad y la vida. Las CienciasSociales con su recorrido propio, tal como las Ciencias Naturales nos permiten entender que
existen una serie de procesos de cognicin y construccin de conciencia, lenguaje y aparicin de
conceptos capaces de abstraer la realidad y la vida. Pero la trama de la vida, y la complejidad de la
totalidad de lo que nos rodea la realidad verdadera es mayor de lo que nuestras Ciencias pueden
explicar y describir.
Ciencias y espiritualidad necesitan de un continuo dilogo an. Porque no hay que olvidarnos
de la dimensin trascendente de las Ciencias: sirven para comprendernos a nosotros mismos, a los
otros, las relaciones entre todos los elementos que formamos parte de la realidad y nuestra
propia relacin con el Universo.
Miraflores, 30 de diciembre de 2012