Vitaminas Diarias Para El Espiritu Vol 1

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Índice general VITAMINAS INTRODUCTORIAS La perla Las cosas importantes Reportaje a Dios Primero lo primero Cuida tus pensamientos 1. VITAMINAS PARA EL ORDEN Como hijo pobre Empieza por ti 2. VITAMINAS PARA LA SINCERIDAD Algo no anda bien Yo puedo hacer la diferencia El discípulo de Sócrates Carta de Navidad El vendedor de globos ¿Qué eligirías? 3. VITAMINAS PARA LA OBEDIENCIA Cuando Dios creó a las madres La mamá más mala del mundo Las piedrecitas azules 4. VITAMINAS PARA LA GENEROSIDAD Ceguera del alma Dar vale más que recibir Dirección Donando sangre Comparte Auxilio bajo la lluvia Ahora que estoy vivo Los mares de Palestina Jesús guardó silencio

Transcript of Vitaminas Diarias Para El Espiritu Vol 1

ndice generalVITAMINAS INTRODUCTORIAS La perla Las cosas importantes Reportaje a Dios Primero lo primero Cuida tus pensamientos 1. VITAMINAS PARA EL ORDEN Como hijo pobre Empieza por ti 2. VITAMINAS PARA LA SINCERIDAD Algo no anda bien Yo puedo hacer la diferencia El discpulo de Scrates Carta de Navidad El vendedor de globos Qu eligiras? 3. VITAMINAS PARA LA OBEDIENCIA Cuando Dios cre a las madres La mam ms mala del mundo Las piedrecitas azules 4. VITAMINAS PARA LA GENEROSIDAD Ceguera del alma Dar vale ms que recibir Direccin Donando sangre Comparte Auxilio bajo la lluvia Ahora que estoy vivo Los mares de Palestina Jess guard silencio Una bolsa para agua caliente Un error perfecto Lo primero y lo ltimo El viajero y el moribundo Representacin navidea 5. VITAMINAS PARA LA BONDAD

Da sin que te pidan 6. VITAMINAS PARA LA RESPONSABILIDAD Grandes metas Prximo a nacer Triste historia La paz perfecta Oracin de los Indios Sioux 7. VITAMINAS PARA LA PACIENCIA Declogo de la serenidad La lucha de la mariposa Juicio Injusto 8. VITAMINAS PARA EL TRABAJO Dios sabe lo que hace Sers un triunfador Cuestionario A los 85 aos El vendedor de semillas El placer de servir El porvenir 9. VITAMINAS PARA LA PERSEVERANCIA Conseguir objetivos Es bueno saber El verdadero amo Sueo de gusano Esfurzate 10. VITAMINAS PARA LA GRATITUD Homenaje a un padre especial Tu valor no cambia Valorando lo que tenemos Hganlo ahora Fleming Cuando creste que no vea Amar la vida A ti, maestro La mano Recuerda dar gracias El plan de clase Cunto cuesta un helado?

Rosita 11. VITAMINAS PARA EL PERDON Olvidemos los que nos hace dao Carta de un padre a su hijo Recib flores hoy! Parbola del caballo Urna historia para meditar La otra mejilla Los dos hermanos Historia de un samurai 12. VITAMINAS PARA EL PATRIOTISMO Import un carro con chofer Terremoto 13. VITAMINAS PARA LA SENCILLEZ La turista y el rey De dnde tanto ttulo? 14. VITAMINAS PARA EL RESPETO Tan cerca de m Mensaje Ama a tus padres Lo que significa no 15. VITAMINAS PARA LA AMISTAD Estaba seguro de que vendras El mejor doctor Dos hermanos agricultores La historia de Marcos La medalla olmpica El rbol de manzanas Muri por m 16. VITAMINAS PARA LA SOCIABILIDAD Mecnica del alma Ms all de lo fsico El eco de la vida 17. VITAMINAS PARA LA SOBRIEDAD Ten calma Estos son los caminos de Dios? El valor de la vida

Conocer la pobreza Hospital del Seor 18. VITAMINAS PARA EL RESPETO A S MISMO Pasaje del sabio Consejos para ser bella Lo que vale una vida Querida Sarah El anillo 19. VITAMINAS PARA LA TOLERANCIA Asamblea en la carpintera Comer en familia ngel guardin Sin murmuraciones Por qu es tan difcil tener verdaderos amigos? Todo por un alfiler 20. VITAMINAS PARA EL OPTIMISMO Acurdate de lo bueno Saber elegir El crculo del 99 Fracaso Abandono total El afortunado 21. VITAMINAS PARA LA HUMILDAD Amigos La ltima Cena S cauto por el brillo que ofrece el mundo Cunto vales? 22. VITAMINAS PARA LA AUDACIA Arriesgarse a vivir La escuela del hambre El conductor Lo que puedes lograr 23. VITAMINAS PARA LA LEALTAD Amor en los detalles Amistad Al maestro con amor Belleza y fealdad El perro fiel

Si muero antes que t 24. VITAMINAS PARA LA COMPRESIN El bordado de Dios El equilibrista Mara Jos Cuando sea viejo Amor sin condicin Pide un deseo 25. VITAMINAS PARA LA FLEXIBILIDAD El paquete de galletas Qu es la riqueza Dios sabe lo que necesito Comparacin Los 1.000 perritos 26. VITAMINAS PARA LA JUSTICIA Que donde haya odio ponga yo amor Ms que un anillo de compromiso Ver sin obstculos Comodidad Mensaje de una madre 27. VITAMINAS PARA LA FORTALEZA Una historia especial Hoy ser dueo de mis emociones Afrrate Actitudes para asumir Aunque no seas artista Consejos para ser feliz Cmo vencer el miedo Juventud Fortaleza Dame fuerzas 28. VITAMINAS PARA LA TEMPLANZA Miedo de volar La esencia del xito 29. VITAMINAS PARA LA PRUDENCIA El cristiano y el peluquero Desgracia o bendicin Cristo de la ermita

La sabidura del guila 30. VITAMINAS PARA LA FE Emilia Kaczarowka El nufrago El deportista El gis que cay Eres valioso Doce propsitos El andinista Una historia de milagros Dos bebs en un pesebre La jaula vaca Un faro en el desierto Un seguidor autntico Rindiendo cuentas 31. VITAMINAS PARA LA ESPERANZA Las estrellas Todo depende Compra venta de Cristos Coraje Todos somos vasijas agrietadas Dimas, Gestas o Jess Jeremas El cuarto rey mago Momento de reflexin 32. VITAMINAS PARA EL AMOR Un pjaro color marrn Mientras esperas Demostrar el amor Cuando yo me vaya Corazn que arde Cuento colombiano Besos en el aire El santo rosario Los tres ancianos La marioneta La leccin Necesidades

VITAMINAS INTRODUCTORASLa perlaJenny era una linda nia de cinco aos de ojos relucientes. Un da, mientras visitaba la tienda con su mam, vio un collar de perlas de plstico que costaba 2.50 dlares. Cunto deseaba poseerlo! Pregunt a su mam si se lo comprara, y ella le respondi: "Hagamos un trato, yo te comprar el collar y cuando lleguemos a casa haremos una lista de tareas que podrs realizar para pagar el collar, est bien?". Jenny estuvo de acuerdo, y su mam le compr el collar de perlas. Jenny trabaj con entusiasmo todos los das para cumplir con sus tareas. En poco tiempo pag su deuda. Jenny amaba sus perlas! las llevaba puestas a todas partes: Al kinder, a la cama, y cuando sala con su mam. Jenny tena un padre que la quera muchsimo. Cuando ella iba a su cama, l se levantaba de su silln favorito para leerle su cuento preferido. Una noche, cuando termin el cuento, le dijo: "Jenny, t me quieres?". -"Oh, s pap". -"Entonces, reglame tus perlas", le pidi l. "Oh, pap! Mis perlas no -dijo Jenny-. Pero te doy a Rosita, mi mueca favorita. La recuerdas? T me la regalaste el ao pasado para mi cumpleaos. Y te doy su ajuar tambin. Est bien, pap?". -"Oh, no hijita, est bien, no importa", y dndole un beso en la mejilla, aadi: "Buenas noches, pequea". Una semana despus, nuevamente su pap le pregunt al terminar el cuento diario: "Jenny, t me quieres?". -"Oh, s pap, t sabes que te quiero!", le dijo ella. -"Entonces reglame tus perlas". Oh, pap Mis perlas no; pero te doy a Lazos, mi caballo de juguete. Es mi favorito, su pelo es tan suave y t puedes jugar con l y hacerle trencitas". -"Oh, no hijita, est bien -le dijo su pap en la mejilla-. Felices sueos". Algunos das despus, cuando el pap entr a su dormitorio para leerle un cuento, Jenny estaba sentada en su cama y con los labios temblorosos dijo: "Toma pap", y estir su mano. La abri y en su interior estaba su tan querido collar, el cual entreg a su padre. Con una mano l tom las perlas de plstico y con la otra extrajo de su bolsillo una cajita de

terciopelo azul. Dentro de la cajita haba unas hermosas perlas genuinas. l las haba tenido all, esperando que Jenny renunciara a la baratija para poder darle la pieza de valor. Lo mismo sucede con nuestro Padre Celestial. l est esperando que renunciemos a las cosas sin valor en nuestras vidas para darnos preciosos tesoros. No es bueno el Seor? Esto me hace pensar en las cosas a las cuales me aferro y me pregunto: qu es lo que Dios me quiere dar en su lugar? (Annimo) Agradecemos esta aportacin a Felicidad Garza

Las cosas importantesUn experto de empresas en Gestin del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia. Sac de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha; lo coloc sobre la mesa junto a una bandeja que contena piedras del tamao de un puo y pregunt: "Cuntas piedras creen que caben en el frasco?". Luego que los asistentes hicieron sus conjeturas, empez a meter piedras que llenaron el frasco. De nuevo pregunt el experto: "Est lleno?". Todo el mundo lo mir y asinti. Entonces, sac de debajo de la mesa un cubo con piedras ms pequeas, meti parte de esas piedras en el frasco, y lo agit; las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonri con irona y repiti: "Est lleno?". Esta vez los oyentes dudaron: "Tal vez no!". -"Bien!". Y puso en la mesa un cubo con arena que comenz a volcar en el frasco. La arena se filtr en los pequeos recovecos que dejaban las piedrecillas y la grava. "Est lleno?", pregunt de nuevo. "No!", exclamaron los asistentes. "Bien", dijo y cogi una jarra con un litro de agua y la comenz a verter en el frasco. El frasco an no rebosaba. "Bueno. -Pregunt- Qu hemos demostrado hoy?". Un participante respondi: "Que no importa lo llena que est tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan ms cosas". "No! -concluy el experto-. Lo que esta demostracin nos ensea es que si no colocas las

piedras grandes primero, no podrs colocarlas despus". Cules son las grandes piedras en tu vida, Dios, tu fe, tu prctica religiosa, tus valores morales, tus hijos, tus padres, tus amigos, tus sueos, tu salud, la persona amada, tus hermanos carnales y tus semejantes ms prximos? Recuerda: pon las primero, y el resto encontrar su lugar. (Annimo)

Reportaje a DiosCon mi ttulo de periodista recin obtenido, decid realizar una gran entrevista, y mi deseo fue concedido, permitindoseme una reunin con Dios. "Pasa", me dijo Dios, "as que quieres entrevistarme?". "Bueno", le contest, "si tienes tiempo...". Se sonri por entre la barba y dijo: "Mi tiempo se llama eternidad y alcanza para todo; qu preguntas quieres hacerme?". "Ninguna nueva ni difcil para ti: Qu es lo que ms te sorprende de los hombres?". Y dijo: "Que se aburren de ser nios apurados por crecer, luego suspiran por regresar a ser nios. Que primero pierden la salud para tener dinero y enseguida pierden el dinero para recuperar la salud. Que por pensar ansiosamente en el futuro descuidan su hora actual, con lo que no viven ni el presente ni el futuro. Que viven como si no fueran a morirse, y se mueren como si no hubieran vivido, y pensar que Yo...". Con los ojos llenos de lgrimas y la voz entrecortada dej de hablar. Sus manos tomaron fuertemente las mas y seguimos en silencio. Despus de un largo tiempo en silencio, le dije: "Me dejas hacerte otra pregunta? Como Padre, qu es lo que le pediras a tus hijos?". No me respondi con palabras sino con su tierna mirada. -"Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame, lo que s pueden hacer es dejarse amar. Que aprendan que toma aos construir la confianza, y slo segundos para destruirla. Que lo ms valioso no es lo que tienen en sus vidas, sino a quin tienen en sus vidas. Que no es bueno compararse con los dems, pues siempre habr alguien

mejor o peor que ellos. Que rico no es el que ms tiene, sino el que menos necesita. Que aprendan que deben controlar sus actitudes, o sus actitudes lo controlarn. Que bastan unos solos segundos para producir heridas profundas en las personas que amamos, y pueden tomar aos en ser sanadas. Que aprendan que a perdonar se aprende practicando. Que hay gente que los quiere mucho, pero que simplemente no sabe cmo demostrarlo. Que aprendan que el dinero lo compra todo menos la felicidad. Que a veces cuando estn molestos tienen derecho a estarlo, pero eso no les da derecho a molestar a quienes los rodean. Que los grandes sueos no requieren de grandes alas, sino de un tren de aterrizaje para lograrlos. Que los amigos de verdad son tan escasos que, quien ha encontrado uno, ha encontrado un verdadero tesoro. Que no siempre es suficiente ser perdonado por los otros, algunas veces deben perdonarse a s mismos. Que aprendan que son dueos de lo que callan y esclavos de lo que dicen. Que lo que siembran cosechan, si siembran chismes cosecharn intrigas, si siembran amor cosecharn felicidad. Que aprendan que la verdadera felicidad no es lograr sus metas, sino ser feliz con lo que tienen. Que aprendan que la felicidad no es cuestin de suerte, sino producto de sus decisiones. Ellos deciden ser felices con lo que tienen, o morir de envidia y celos por lo que les falta y carecen. Que sin importar las consecuencias, aquellos que son honestos consigo mismos llegan lejos en la vida. Que cuando un amigo llora con ellos encuentran la fortaleza para vencer sus dolores. Que aprendan que querer y amar no son sinnimos, sino antnimos, el querer lo exige todo, el amar lo entrega todo. Que nunca harn nada tan grande para que Dios los ame ms, ni tan malo para que los ame menos, simplemente los ama, a pesar de sus

conductas. Que aprendan que la distancia ms lejos que pueden estar de m es la distancia de una simple oracin". Y as, en un encuentro profundo, tomados de las manos, continuamos en silencio. Ser posible que alguna vez aprendamos? Agradecemos esta aportacin a Romina Temperini

Primero lo primero

Juan estaba lavando su auto en la acera, frente a su casa. Pas por ah, como de costumbre, el seor Cura; se detuvo y felicit a Juan: -Qu bonito se ve tu automvil! Tiene sus aos pero lo veo siempre limpio y brillante. -Si supiera usted, seor Cura -coment Juan- cunto tiempo y trabajo me cuesta! Por lo menos una hora diaria. El seor Cura se puso serio y dijo: "Y para tener limpia y brillante tu alma, Juan cunto tiempo gastas diariamente?". Juan no contest, pues l casi nunca se da momentos para la intimidad con Dios y la reflexin. Entonces el Cura concluy: "Juan, francamente yo no quisiera ser tu alma, sino... tu automvil...". Pregunta Jess: "De qu le sirve al hombre ganar el mundo, si se pierde a s mismo?" (Mt 16, 26).

Cuida tus pensamientosTen cuidado con tus pensamientos, porque se volvern palabras. Ten cuidado con tus palabras, porque se volvern actos. Ten cuidado con tus actos, porque se volvern costumbres. Ten cuidado con tus costumbres, porque sern tu carcter. Cuida tu carcter, porque ser tu destino, ser tu vida... (Franck Outiaw)

1. VITAMINAS PARA EL ORDEN

Como hijo pobre

Es absolutamente necesario que se comprenda el error de aquellos padres que se proponen darle al hijo la felicidad, como quien da un regalito. Lo ms que se puede hacer, es encaminarlo hacia ella, para que l la conquiste. Difcil, casi imposible, ser despus. Cuanto menos trabajo se tomen los padres en los primeros aos, ms, muchsimo ms, tendrn en lo futuro. Habitalo, madre, a poner cada cosa en su sitio y a realizar cada accin a su tiempo. El orden es la primera ley del cielo. Que no est ocioso; que lea, que dibuje, que te ayude en alguna tarea, que se acostumbre a ser atento y servicial. Deja algo en el suelo para que l te lo recoja; inctalo a limpiar, arreglar, cuidar o componer alguna cosa, que te alcance ciertos objetos que necesitas. Brndale, en fin, las oportunidades para que emplee sus energas, su actividad, su voluntad y lo har con placer. Cralo como hijo pobre y lo enriquecers! Cralo como hijo rico y lo empobrecers para toda la vida!

Empieza por ti

Las siguientes palabras fueron escritas en la tumba de un obispo anglicano (1100) en las criptas de la abada de Westminster: Cuando era joven y libre, y mi imaginacin no tena lmites, soaba con cambiar al mundo. Al volverme ms viejo y ms sabio, descubr que el mundo no cambiara. Entonces acort un poco mis objetivos y decid cambiar slo mi pas. Pero tambin, l pareca inamovible. Al ingresar en mis aos de ocaso, en un ltimo intento desesperado, me propuse cambiar slo a mi familia, a mis allegados; pero, por desgracia, no me quedaba ninguno. Y ahora que estoy en mi lecho de muerte, de pronto me doy cuenta: Si me hubiera cambiado primero a m mismo, con el ejemplo habra cambiado a mi familia; a partir de su inspiracin y estmulo, podra haber hecho un bien a mi pas y quin sabe, tal vez incluso habra cambiado el mundo. (Annimo) Agradecemos esta aportacin a Roberto Azuero Valbuena

2. VITAMINAS PARA LA SINCERIDADAlgo no anda bienYo tena 16 aos y estaba viviendo con mis padres en el instituto que mi abuelo haba fundado a 18 millas en las afueras de la ciudad de Durban, en Sudfrica, en medio de plantaciones de azcar. Estbamos bien dentro del pas y no tenamos vecinos, as que a mis dos hermanas y a m siempre nos entusiasmaba el poder ir a la ciudad a visitar amigos o ir al cine. Un da mi padre me pidi que le llevara a la ciudad para atender una conferencia que duraba el da entero y yo salt a la oportunidad. Como iba a la ciudad, mi madre me dio una lista de cosas del supermercado que necesitaba y, como iba a pasar todo el da en la ciudad, mi padre me pidi que me hiciera cargo de algunas cosas pendientes como llevar el auto al taller. Cuando desped a mi padre l me dijo: "Nos vemos aqu a las 5:00 p.m. para irnos a casa". Despus de completar todos los encargos, rpidamente, me fui hasta el cine ms cercano. Me concentr tanto con una pelcula de John Wayne que me olvid del tiempo. Eran las 5:30 p.m. cuando me acord. Corr al taller, consegu el auto y me apur hasta donde mi padre me estaba esperando. Eran casi las 6:00 p.m. Me pregunt con ansiedad: "Por qu llegas tarde?". Me senta mal por eso y no le poda decir que estaba viendo una pelcula de John Wayne. Le contest que el auto no estaba listo y tuve que esperar... Esto lo dije sin saber que mi padre ya haba llamado al taller. Cuando se dio cuenta que haba mentido, me dijo: "Algo no anda bien en la manera que te he criado: que no te ha dado la confianza de decirme la verdad. Vaya reflexionar qu es lo que hice mal contigo. Vaya caminar las 18 millas (unos 27 kilmetros) a la casa y pensar sobre esto". As que vestido con su traje y sus zapatos elegantes, empez a caminar

hasta la casa por caminos de tierra, sin iluminacin. No lo poda dejar solo... as que yo manej 5 horas y media detrs de l... viendo a mi padre sufrir la agona de una mentira estpida que yo haba dicho. Decid desde ah que nunca ms iba a mentir. (Dr. Arun Gandhi) Agradecemos esta aportacin a Rodrigo Villarreal

Yo puedo hacer la diferencia

Su nombre era Mrs. Thompson. Mientras estuvo al frente de su clase de 5o. grado, el primer da de clase lo iniciaba diciendo a los nios una mentira. Como la mayor parte de los profesores, ella miraba a sus alumnos y les deca que a todos los quera por igual. Pero eso no era posible, porque ah en la primera fila, desparramado sobre su asiento, estaba un nio llamado Teddy Stoddard. Mrs. Thompson haba observado a Teddy desde el ao anterior y haba notado que l no jugaba muy bien con otros nios, su ropa estaba muy descuidada y constantemente necesitaba darse un buen bao. El nio comenzaba a ser un tanto desagradable. En la escuela donde Mrs. Thompson enseaba, le era requerido revisar el historial de cada nio. Ella dej el expediente de Teddy para el final. Cuando lo revis, se llev una gran sorpresa. La profesora de primer grado escribi: "Teddy es un nio muy brillante con una sonrisa sin igual. Hace su trabajo de una manera limpia y tiene muy buenos modales... es un placer tenerlo cerca", Su profesora de segundo grado escribi: "Teddy es un excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compaeros, pero se nota preocupado porque su madre tiene una enfermedad incurable y el ambiente en su casa debe ser muy difcil". La profesora de tercer grado escribi: "Su madre ha muerto, ha sido muy duro para l. Trata de hacer su mejor esfuerzo, pero su padre no muestra mucho inters y el ambiente en su casa le afectar pronto si no se toman ciertas medidas". Su profesora de cuarto grado escribi: "Teddy se encuentra atrasado con respecto a sus compaeros y no muestra mucho inters en la escuela. No

tiene muchos amigos y en ocasiones duerme en clase". Ahora Mrs. Thompson se haba dado cuenta del problema y estaba apenada con ella misma. Comenz a sentirse peor cuando sus alumnos le llevaron sus regalos de Navidad, envueltos con preciosos moos y papel brillante, excepto Teddy. Su regalo estaba mal envuelto con un papel amarillento que haba tomado de una bolsa de papel. Algunos nios comenzaron a rer cuando ella encontr un viejo brazalete y un frasco de perfume con slo un cuarto de su contenido. Ella detuvo las burlas de los nios al exclamar lo precioso que era el brazalete mientras se colocaba un poco del perfume en su mueca. Teddy Stoddard se qued ese da al final de la clase el tiempo suficiente para decir: "Mrs. Thompson, el da de hoy usted huele como sola oler mi mam". Desde ese da, ella dej de ensearles a los nios aritmtica, a leer y a escribir. En lugar de eso, comenz a educar a los nios. Mrs. Thompson puso atencin especial en Teddy. Conforme comenz a trabajar con l, su cerebro comenz a revivir. Mientras ms lo apoyaba, l responda ms rpido. Para el final del ciclo escolar, Teddy se haba convertido en uno de los nios ms aplicados de la clase. Un ao despus, ella encontr una nota debajo de su puerta, era de Teddy, dicindole que ella haba sido la mejor maestra que haba tenido en toda su vida. Catorce aos despus recibi otra nota. En esta ocasin le explicaba que cuando concluy su carrera, decidi viajar un poco. La carta le explicaba que ella segua siendo la mejor maestra que haba tenido y su favorita. Ahora su nombre se haba alargado un poco, la carta estaba firmada por Dr. Theodore F. Stoddard. La historia no termina aqu, existe una carta ms para leer, Teddy ahora deca que haba conocido a una chica con la cual iba a casarse. Explicaba que su padre haba muerto haca un par de aos y le preguntaba a Mrs. Thompson si le gustara ocupar en su boda el lugar que usualmente es reservado para la madre del novio... Por supuesto Mrs. Thompson acept. Lleg usando el viejo brazalete y se asegur de usar el perfume que Teddy recordaba que us su madre en la ltima Navidad que pasaron juntos. Se dieron un gran abrazo y el Dr. Stoddard le susurr al odo: "Gracias Mrs. Thompson por creer en m. Muchas gracias por hacerme sentir importante y mostrarme que yo

puedo hacer la diferencia". Mrs. Thompson tom aire y dijo: "Teddy, te equivocas, t fuiste quien me ense que yo puedo hacer la diferencia. No saba cmo educar hasta cuando te conoc. Agradecemos esta aportacin a Edna Karina Moncada

El discpulo de ScratesUn discpulo lleg muy agitado a casa de Scrates, y empez a hablar de esta manera: -Maestro, quiero contarte que un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia... Scrates lo interrumpi diciendo: "Espera! Ya hiciste pasar a travs de las tres cercas lo que me vas a decir?". -Las tres cercas? -S replic Scrates- La primera es la VERDAD. Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir, es verdadero en todos los puntos? -No... Lo o decir a unos vecinos. -Pero al menos lo habrs hecho pasar por la segunda cerca que es la BONDAD. Lo que me quieres decir es, por lo menos, bueno? -No, en realidad no; al contrario... -Ah! -interrumpi Scrates- Entonces vamos a la ltima cerca: Es NECESARIO que me cuentes eso? -Para ser sincero, no; necesario no es.

-Entonces -sonri el sabio- si no es verdadero, ni bueno, ni necesario... Sepultmoslo en el olvido. (Annimo)

Carta de NavidadNio Jess: Me dicen que no se debe mentir, y cuando se me escapa una verdad se enfurecen. Ayer se molest mucho mi pap porque dije delante de sus amigos que maltrata a mi mam. Es que no es peor hacerla que contarlo? l se enoja cuando yo lo cuento. Yo no puedo enojarme cuando l lo hace. Me dicen que no est bien que me junte con "ciertos nios" y al dormir me obligan a rezarte a ti Diosito que nos enseas que todos somos iguales y hermanos. Mam dice que debo parecerme a mi pap, pero mi padre dice por telfono que est enfermo para no ir al trabajo, Y se gasta todo el sueldo tomando. Yo s pensar, tengo mis gustos propios que son distintos de los de mis padres y a veces me dan ganas de gritar y de protestar. Por ejemplo, cuando mi pap me manda callar slo porque l no tiene ganas de hablar o porque pienso distinto; cuando me obliga a jugar en la calle slo porque l quiere ver la televisin en paz. Cargan mi vida de prohibiciones, negaciones: No hagas, no hagas y no hagas! y obligaciones debes, debes y debes! Para nosotros los nios slo existe el verbo "DEBER", nunca el "PODER". Juegan conmigo como un mueco cuando tienen ganas. Si yo no tengo ganas, juegan lo mismo y encima me llaman caprichoso o engredo. Ellos deciden siempre cundo jugar conmigo; pero

yo no puedo elegir nunca el horario para jugar con ellos. Y cuando ellos dicen no, yo no puedo llamarles la atencin, porque soy un nio! Sin embargo, t Cristo, naces para decir: "Si no se hacen como nios no entrarn en el Reino de los Cielos". Y a nosotros no nos dejan serio. Nos obligan a tener la malicia, el egosmo y la hipocresa de los mayores; nos obligan a decir lo que no sentimos. Diles que ser nio no es un defecto, ni un pecado, ni una limitacin, ni un juguete bonito para los mayores: Tal vez por eso en la Navidad nos compran muchos juguetes, para hacemos como ellos. Que nos den su tiempo, su comprensin, que nos respeten. Diles, en esta Navidad, que un nio es un valor nico, irrepetible en la vida y, ciertamente -t mismo lo afirmaste- un valor que no puede morir en el 'hombre'. Tu amiguito. Agradecemos esta aportacin a Jorge Lpez Alcedo (Per)

El vendedor de globos

Una vez haba una gran fiesta en un pueblo. Toda la gente haba dejado sus trabajos y ocupaciones de cada da para reunirse en la plaza principal, en donde estaban los juegos y los puestitos de venta de cuanta cosa linda uno pudiera imaginarse. Los nios eran quienes gozaban con aquellos festejos populares. Haba venido de lejos todo un circo, con payasos y equilibristas, con animales amaestrados y domadores que les hacan hacer pruebas y cabriolas. Tambin se haban acercado hasta el pueblo toda clase de vendedores, que ofrecan golosinas, alimentos y juguetes para que los chicos gastaran all los pesos que sus padres o padrinos les haban regalado con motivo de sus cumpleaos, o pagndoles trabajitos extras.

Entre todas estas personas haba un vendedor de globos. Los tena de todos los colores y formas. Haba algunos que se distinguan por su tamao. Otros eran bonitos porque imitaban a algn animal conocido, o extrao. Grandes, chicos, vistosos o raros, todos los globos eran originales y ninguno se pareca al otro. Sin embargo, eran pocas las personas que se acercaban a mirarlos, y menos an los que pedan para comprar algunos. Pero se trataba de un gran vendedor. Por eso, en un momento en que toda la gente estaba ocupada en curiosear y detenerse, hizo algo extrao. Tom uno de sus mejores globos y lo solt. Como estaba lleno de aire muy liviano, el globo comenz a elevarse rpidamente y pronto estuvo por encima de todo lo que haba en la plaza. El cielo estaba clarito, y el sol radiante de la maana iluminaba aquel globo que trepaba y trepaba, rumbo hacia el cielo, empujado lentamente hacia el oeste por el suave viento de aquella hora. El primer nio grit: "Mira mam, un globo!". Inmediatamente fueron varios ms que lo vieron y lo sealaron a sus chicos o a sus ms cercanos. Para entonces, el vendedor ya haba soltado un nuevo globo de otro color y tamao mucho ms grande. Esto hizo que prcticamente todo el mundo dejara de mirar lo que estaba haciendo, y se pusiera a contemplar aquel sencillo y magnfico espectculo de ver cmo un globo persegua al otro en su subida al cielo. Para completar la cosa, el vendedor solt dos globos con los mejores colores que tena, pero atados entre s. Con esto consigui que un grupo de nios pequeos lo rodeara, y pidiera a gritos que su pap o su mam le comprara un globo como aquellos que estaban subiendo y subiendo. Al gastar gratuitamente algunos de sus mejores globos, consigui que la gente le valorara todos los que an le quedaban y que eran muchos. Porque realmente tena globos de todas formas, tamaos y colores. En poco tiempo ya eran muchsimos los nios que se paseaban con ellos, y hasta haba alguno que imitando lo que viera, haba dejado que el suyo trepara en libertad por el aire. Haba all cerca un nio negro, que con dos lagrimones en los ojos, miraba con tristeza todo aquello. Pareca como si una honda angustia se hubiera apoderado de l. El vendedor, que era un buen hombre, se dio cuenta de ello y llamndolo le ofreci un globo. El pequeo movi la cabeza negativamente, y se rehus a tomarlo. "Se lo regalo, pequeo", le dijo el hombre con cario, insistindole para que lo tomara.

Pero el nio negro, de pelo corto y ensortijado, con dos grandes ojos tristes, hizo nuevamente un ademn negativo rehusando aceptar lo que se le estaba ofreciendo. Extraado el buen hombre le pregunt al pequeo qu era entonces lo que lo entristeca. Y el negrito le contest, en forma de pregunta: "Seor, si usted suelta ese globo negro que tiene ah, ser que sube tan alto como los otros globos de colores?". Entonces el vendedor entendi. Tom un hermoso globo negro, que nadie haba comprado, y desatndolo se lo entreg al pequeo, mientras le deca: "Haga usted mismo la prueba: Sultelo y ver cmo tambin su globo sube igual que todos los dems". Con ansiedad y esperanza, el negrito solt lo que haba recibido, y su alegra fue inmensa al ver que tambin el suyo trepaba velozmente, lo mismo que haban hecho los dems globos. Se puso a bailar, a palmotear, a rerse de puro contento y felicidad. Entonces el vendedor, mirndolo a los ojos y acariciando su cabecita enrulada, le dijo con cario: "Mire, pequeo, lo que hace subir a los globos no es la forma ni el color, sino lo que tienen dentro". (Annimo)

Qu eligiras?

Una vez, un padre se sent con sus tres hijos en el jardn y les pregunt: "Supongamos que pudieran tener cualquier cosa que su corazn deseara, qu elegiran?". "Yo, deseara ser hermosa, repuso su hija-. A todo el mundo le gusta lo hermoso y a todo el mundo le gustara yo". "Que tonta eres", agreg su hermano. "Recuerdas qu bonita era tu amiga Lolita antes de que le diera viruela? La belleza es una cosa pasajera. Mi deseo sera ser rico. El dinero regula al mundo y con l comprara todo lo que quisiera". El tercero, entonces dio su opinin: "Yo creo que eres tan ignorante como nuestra hermana. La riqueza se pierde tan fcilmente como la belleza. Mi deseo sera tener sabidura. Nadie me la podra quitar". El padre que haba estado escuchando silenciosamente, se levant y con

una varita escribi un gran nmero de ceros en la tierra y les dijo: "Todas las cosas que han dicho: belleza, riqueza y sabidura, no son nada para un hombre inteligente. Son como muchos ceros, pero pnganle un nmero antes de los ceros y los convertirn en un gran tesoro. La nica cosa que realmente importa es la virtud, que es un regalo de Dios. La virtud por s sola har a las personas hermosas, ricas y sabias. (Javier Gonzlez Ramrez) Agradecemos esta aportacin a Jess Gonzlez

3. VITAMINAS PARA LA OBEDIENCIA

Cuando Dios cre a las madres

Cuando Dios estaba creando a la madre, se encontraba trabajando horas extras en el sexto da. En ese momento apareci un ngel y le dijo: "Seor, no crees que ests ponindole demasiadas cosas a esta obra?". "Acaso no has notado todo lo que necesita?" -contest el Seor-. Requiere ser completamente lavable, pero no puede ser de plstico, tener 180 partes mviles... todas reemplazables; tener un--regazo que desaparezca cuando ella se para, poseer un beso capaz de sanar desde una pierna rota hasta un desengao amoroso y por supuesto tener tres pares de manos", Con un ademn el ngel dijo: "Tres pares de manos... de ninguna manera!". "No son las manos las que me estn causando problemas -respondi el Seor- son ms bien los tres pares de ojos que ellas deben tener". "En el modelo estndar?", pregunt el ngel. El Seor respondi: "Un par que pueda ver a travs de puertas cerradas para cuando ella pregunte: qu estn haciendo ah, nios?, aunque ella ya lo sepa. El segundo par en la parte de atrs de la cabeza para ver lo que no quiere ver, pero que tiene que saber y por supuesto los que tiene enfrente para ver al nio travieso y decir con la mirada y sin hablar: lo entiendo y te amo". Seor -dijo el ngel gentil mente- ve a la cama, maana ser otro da". "No puedo -dijo el Seor-, estoy tan cerca de crear algo muy parecido a m, ahora mismo estoy introduciendo un dispositivo para que se autocure cuando est enferma, pueda alimentar a una familia de seis con slo medio kilo de carne y pueda mantener a un nio de tres aos en la regadera". El ngel revis cuidadosamente al molde y dijo: Me parece que es muy suave". "Pero muy resistente -contest el Seor-. No puedes imaginar lo que esta obra ma puede hacer o soportar". "Puede pensar?, pregunt el ngel. "No slo piensa, sino que es intuitiva y llega a acuerdos", sostuvo el Creador. Finalmente el ngel se inclin, recorri con su dedo la mejilla e inform al Seor: "Hay una gotera Te lo dije, has puesto demasiadas cosas en este modelo". "No es una gotera -explic el Seor- es una lgrima". "Para qu?", pregunt el ngel. "Es para manifestar alegra, tristeza, dolor, decepcin, soledad y orgullo", contest el Seor. "Seor, eres un genio", dijo el ngel. El Seor mir asombrado y dijo: "No recuerdo haberla puesto ah".

La mam ms mala del mundo

Siempre estuve segura de que me haba tocado la mam ms mala del

mundo. Desde que era muy pequea, me obligaba a desayunar o a tomar algo por la maana. Antes de ir a la escuela, por lo menos deba tomar leche, mientras que otras madres ni se ocupaban de eso. Me haca un sndwich o me daba una fruta, cuando los dems nios podan comprar papitas y comer otras cosas ricas. Cmo me molestaba eso! Y tambin sus palabras: "Come. Anda! i No dejes sin terminar! Acaba! Hazlo bien! Vuelve a hacerlo!". Y as siempre... Viol las reglas al poner a trabajar a menores de edad, y me obligaba a tender mi cama, a ayudar en la preparacin de la comida y hacer algunos mandados. El ms horrible era ir por las tortillas con ese calor y las largas filas. Cunto trabajo! Fui creciendo y mi mam se meta en todo: "Quines son tus amigas? Quines son sus mams? Dnde viven?..". Lo peor fue cuando empec a tener amigos. Mientras las otras amigas los podan ver a escondidas, yo los tena que pasar a la sala y presentarlos. Era el colmo! Y el interrogatorio de costumbre: "Cmo te llamas? Dnde vives? Qu estudias? Trabajas?..". Los quehaceres fueron en aumento... que barre, que arregla el clset, todo eso era enfadossimo. Los aos tambin pasaron. Me cas e inici una nueva familia. Ahora soy madre tambin, y en este 10 de mayo me he acercado a comulgar y con gran satisfaccin le he dado gracias al Seor por mi mam. Gracias al cuidado que tuvo con mis alimentos crec sana y fuerte, y cuando llegu a enfermarme me cuid con mucho cario. Gracias a la atencin que puso en mis tareas logr terminar mi carrera. Gracias a que me ense a hacer labores en la casa ahora tengo mi hogar limpio y ordenado y s administrar mi hogar. Gracias al cuidado que puso para que yo escogiera a mis amigas an conservo algunas, que son un verdadero tesoro... Gracias a que conoci a mis amigos, pude darme cuenta quin era el mejor y ahora es mi esposo. "Gracias, Seor", le dije desde el fondo de mi corazn, "por darme' a mi mam, a mi mam querida, a quien slo le vi defectos y no cualidades, a esa mam, que me ha amado tanto y me form tan bien. Slo te pido, Seor, que ahora que tengo mis hijos, me consideren la mam ms mala del mundo". (Annimo)

Las piedrecitas azules

Dos piedrecitas vivan en medio de otras, en el lecho de un torrente. Se distinguan entre todas porque eran de un intenso color azul. Cuando les llegaba el sol, brillaban como dos pedacitos de cielo cados al agua. Conversaban sobre lo que seran cuando alguien las descubriera: "Acabaremos en la corona de una reina" se decan. Un da fueron recogidas por una mano humana. Durante un tiempo estuvieron sofocndose en diversas cajas, hasta que alguien las tom y oprimi contra una pared, igual que otras, introducindolas en un lecho de cemento pegajoso. Lloraron, suplicaron, insultaron, amenazaron, pero dos golpes de martillo las hundieron todava ms en aquel cemento. A partir de entonces slo pensaban en huir. Trabaron amistad con un hilo de agua que, de cuando en cuando, corra por encima de ellas y le decan: "Fltrate por debajo de nosotras y arrncanos de est maldita pared". As lo hizo el hilo de agua y al cabo de unos meses las piedrecitas ya bailaban un poco en su lecho. Finalmente, en una noche hmeda, las dos piedrecitas cayeron al suelo y yaciendo por tierra echaron una mirada a lo que haba sido su prisin. La luz de la luna iluminaba un esplndido mosaico. Miles de piedrecitas de oro y de colores formaban la figura de Cristo. Pero en el rostro del Seor haba algo raro, estaba ciego. Sus ojos carecan de pupilas. Las dos piedrecitas comprendieron. Eran ellas las pupilas de Cristo. Por la maana un sacristn distrado tropez con algo extrao en el suelo. En la penumbra pas la escoba y las ech al cubo de basura. Cristo tiene un plan maravilloso para cada uno y, a veces, no lo entendemos y por hacer nuestra propia obra, malogramos lo que l haba trazado. Somos las pupilas de Cristo. l nos necesita para que, a travs de nosotros, pueda llevar el amor al mundo.

4. VITAMINAS PARA LA GENEROSIDADCeguera del almaLa familia Corona era una familia de seis hijos. El padre la mantena unida por medio del amor y la comprensin, pero de un da para otro el pap falt. Con la gran pena que tenan todos, dejaron que uno de los hijos arreglara los papeles del testamento y dems. Sin que se dieran cuenta el muchacho se apoder de los negocios del padre, y no le import dejar a la mam sin nada. La familia no entendi a este hermano, y desde entonces vio con tristeza cmo su vida era totalmente vaca e incomprendida por los dems, pues lo nico que lo mova era el dinero y la ambicin de ser muy rico. Para l cada peso era un peso, y se las ingeniaba para averiguar la manera de despedir a sus trabajadores sin liquidacin alguna, y cobraba lo que l llamaba favores, descontando el sueldo o de alguna otra manera. Su mam se le acerc a l para decirle que su alma estaba vaca, y que estaba ciego de los dones que Dios le haba dado; que se estaba quedando solo, pues la gran inteligencia que tena la usaba en contra de los dems. Dios nos da las habilidades para ayudar y ver por el bien de los otros, no para cegarnos creyendo que slo nosotros importamos y que el mundo es el que est mal. En una reflexin familiar la mam les dijo a los dems hermanos que los verdaderos ciegos son los que no encuentran la paz, porque ese afn de almacenar y almacenar dinero pese a quien le pese no es ms que el vaco que se tiene en el alma, y que no se llenar hasta que se d cuenta que se no es el camino, hasta que abra los ojos dejando la ceguera que se ha provocado y encuentre el camino de Dios amando a los adems, y entregndose, ayudando a salir adelante a quien ms lo necesita, aportando su granito de arena para que todos los que colaboran con l tengan un mejor nivel de vida. La seora Corona pidi a sus hijos ayudar a su hermano a reflexionar cmo debemos ser con los dems, y por lo tanto, con nuestra familia, y a ver que esto depende de nosotros. Si entendemos que nuestro hermano est ciego, ayudmoslo como ayudaramos a un ciego a cruzar la calle y sigamos el ejemplo de Jess, que nos ensea a amarlos y a ayudarlos.

Agradecemos esta aportacin a la Comisin Episcopal de Pastoral Familiar

Dar vale ms que recibirTodo hombre que te busca va a pedirte algo... El rico aburrido, la amenidad de tu conversacin; el, pobre, tu dinero; el triste, un consuelo; el dbil, un estmulo; el que lucha, una ayuda moral. Todo hombre que te busca, de seguro va a pedirte algo. Y t te vuelves impaciente!, y t piensas, qu fastidio! Infeliz! La ley escondida que reparte misteriosamente las excelencias, se ha dignado otorgarte el privilegio de los privilegios, el bien de los bienes, la prerrogativa de las prerrogativas: DAR! T PUEQES DAR! En cuntas horas tiene el da, t das, aunque sea una sonrisa, aunque sea un apretn de manos, aunque sea una palabra de aliento! En cuntas horas que tiene el da te pareces a Jess, que no es sino donacin perpetua y regalo perpetuo! Debieras caer de rodillas ante el Padre y decirle: "Gracias porque puedo dar, Padre mo! Nunca ms pasar por mi semblante la sombra de una impaciencia!". "EN VERDAD LES DIGO QUE VALE MS DAR QUE RECIBIR!" (Amado Nervo)

DireccinRecibo direccin de la luz radiante de Dios de amor y entendimiento. 'Un reflector en un teatro es usado para enfocar la atencin de una audiencia en un artista o un escenario. Siguiendo el reflector, la audiencia enfoca su atencin en lo que es ms importante para ver y or. Obtengo mayor entendimiento de cualquier situacin ponindola en la luz

de Dios, su manera de pensar, su manera de actuar. Y como el reflector en el teatro, la luz de Dios toma mi mente fuera de distracciones y en lo que necesito saber. Con la direccin de Dios, s que las palabras y acciones que tomo son sabias y compasivas. La direccin de Dios es una luz de amor y entendimiento que brilla en la gente; eventos que son una parte importante de mi vida. "No habr all ms noche y no tienen necesidad de luz de lmpara, ni de sol, porque Dios, el Seor los iluminar" (Ap 22,5). Agradecemos esta aportacin a Ricardo Flores

Donando sangre

"Hace muchos aos, cuando trabajaba como voluntario en un Hospital de Stanford, conoc a una niita llamada Liz, ell sufra de una extraa enfermedad. Su nica oportunidad de recuperarse era una transfusin de sangre de su hermano de cinco aos, quien haba sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y haba desarrollado anticuerpos necesarios para combatir la enfermedad. El doctor explic la situacin al hermano de la nia, y le pregunt si estara dispuesto a dar su sangre para su hermana. Yo lo vi dudar por slo un momento antes de tomar un gran suspiro y decir: 'S; yo lo har, sieso salva a Liz'. Mientras la transfusin continuaba, l estaba acostado en una cama al lado de la de su hermana Y sonriente mientras nosotros lo asistamos a l y a su hermana, viendo retornar el color a las mejillas de la nia. Entonces la cara del nio se puso plida y su sonrisa desapareci. l mir al doctor y le pregunt con voz temblorosa: "A qu hora empezar a morirme?". Siendo slo un nio, no haba comprendido al doctor; l pensaba que le dara toda su sangre a su hermana, Y aun as estuvo dispuesto a drsela". Da todo por quien amas; y cuida a tu familia.

Comparte

El avaro muere de hambre hoy, por miedo a morir de hambre maana (san Bernardo de Clairvaux). Conozco a un anciano con mucho dinero, pero avaro; tan avaro que coloca sus billetes delante del espejo, para mirar duplicado su capital. Entonces dice: "Los billetes que veo en el espejo, quiero darlos de limosna; los otros billetes debo guardarlos pues hay que ser precavido. Y a estos ltimos los encierra en la caja fuerte" (Trilussa). "Necio! Esta noche morirs; y de quin ser lo que amontonaste?" (Lc 12, 13ss; 12, 22ss; St 5, 1ss). (Hermenegildo Zanuso)

Auxilio bajo la lluviaUna noche, a las 11:30 p.m., una mujer afro-americana, de edad avanzada estaba parada en el hombrillo de una autopista de Alabama, tratando de soportar una fuerte tormenta. Su carro se haba descompuesto y ella necesitaba desesperadamente que la llevaran. Toda mojada, ella decidi detener el prximo carro. Un joven blanco se detuvo a ayudarla, a pesar de todo los conflictos que haban ocurrido durante los 60. El joven la llev a un lugar seguro, la ayud a obtener asistencia y la puso en un taxi. Ella pareca estar bastante apurada. Anot la direccin del joven, le agradeci y se fue. Siete das pasaron, cuando tocaron a la puerta. Para sorpresa del joven, un televisor pantalla gigante a color le fue entregado por correo en su casa. Tena una nota especial adjunta al paquete: "Muchsimas gracias por ayudarme en la autopista la otra noche. La lluvia aneg no slo mi ropa sino mi espritu. Entonces apareci usted. Gracias

a ello, pude llegar al lado de la cama de mi marido agonizante, justo antes de que muriera. Dios lo bendiga por ayudarme y por servir a otros desinteresadamente. Sinceramente, la Seora de Nat King Cole".

Ahora que estoy vivoMis queridos amigos: S que esta lista es para compartir muchas de las cosas que nos llenen el espritu y nos alegren el da. Pero tambin hay momentos en los que debemos pensar que, muchas veces, no apreciamos a la gente que tenemos a nuestro lado y nos lamentamos cuando ya no la tenemos. Quisiera, si me lo permiten, compartir una reflexin escrita por el to que ms quise en mi vida y que, lamentablemente, falleci el 25 de Diciembre de 1998. Esta reflexin la encontramos al pie de su cama y dice: "Prefiero que compartas conmigo unos pocos minutos ahora que estoy vivo y no una noche entera cuando yo muera. Prefiero que estreches suavemente mi mano ahora que estoy vivo, y no apoyes tu cuerpo sobre m cuando yo muera. Prefiero que hagas una sola llamada ahora que estoy vivo y no emprendas un inesperado viaje cuando yo muera. Prefiero que me regales una sola flor ahora que estoy vivo y no me enves un hermoso ramo cuando yo muera. Prefiero que elevemos al cielo una oracin ahora que estoy vivo y no una misa cantada y concelebrada cuando yo muera. Prefiero que me digas unas palabras de aliento ahora que estoy vivo y no un desgarrador poema cuando yo muera. Prefiero escuchar un solo acorde de guitarra (a mi to siempre le gust que le tocara una cancin) ahora que estoy vivo, y no una conmovedora serenata cuando yo muera. Prefiero me dediques una leve plegaria ahora que estoy vivo y no un potico epitafio sobre mi tumba cuando yo muera.

Prefiero disfrutar de los ms mnimos detalles ahora que estoy vivo y no de grandes manifestaciones cuando yo muera...". Aprovechemos a nuestros seres queridos... ahora... que estn entre nosotros!! Agradecemos esta aportacin a Mili Rodrguez

Los mares de PalestinaHay dos mares en Palestina. Uno es fresco y lleno de peces, hermosas plantas adornan sus orillas; los rboles extienden sus ramas sobre l y alargan sus sedientas races para beber sus saludables aguas y en sus playas los nios juegan. El ro Jordn hace este mar con burbujeantes aguas de las colinas, que ren en el atardecer. Los hombres construyen sus casas en la cercana y los pjaros sus nidos y toda clase de vida es feliz por estar all. El ro Jordn corre hacia el sur a otro mar. Aqu no hay trazas de vida, ni murmullos de hojas, ni cantos de pjaros ni risas de nios. Los viajeros escogen otra ruta, solamente por urgencia lo cruzan. El aire es espeso sobre sus aguas y ningn hombre, ni bestias, ni aves la beben. Qu hace esta gran diferencia entre mares vecinos? No es el ro Jordn. l lleva la misma agua a los dos. No es el suelo sobre el que estn, ni el campo que los rodea, la diferencia es esta: El mar de Galilea recibe al ro pero no lo retiene. Por cada gota que le llega, sale otra. El dar y recibir son en igual manera. El otro mar es un AVARO... guarda su ingreso celosamente. No tiene un generoso impulso. Cada gota que llega, all queda. El mar de Galilea da y VIVE. El otro mar no da nada. Le llaman el mar MUERTO. Agradecemos esta aportacin a ngeles Luna

Jess guard silencio

An no llego a comprender cmo ocurri, si fue real o un sueo. Slo recuerdo que de pronto me encontr en aquel inmenso saln con una pared llena de tarjeteros, como los que tienen las grandes bibliotecas. Los ficheros parecan interminables. Al acercarme, me llam la atencin un cajn titulado: "Muchachas que me han gustado", Lo abr y empec a pasar las fichas. Tuve que detenerme por la impresin, haba reconocido el nombre de cada una de ellas. Se trataba de las muchachas que a m me haban gustado! En el resto de los ficheros estaban escritas las acciones de cada momento de mi vida, pequeos y grandes detalles, momentos que mi memoria haba ya olvidado. Algunos me trajeron alegra y otros, por el contrario, un sentimiento de vergenza y culpa. El archivo "Amigos" estaba aliado de "Amigos que traicion" y "Amigos que abandon cuando ms me necesitaban". Los ttulos iban de lo mundano a lo ridculo: "Libros que he ledo", "Mentiras que he dicho", "Consuelo que he dado", "Chistes que cont"; otros ttulos eran: "Asuntos por los que he peleado con mis hermanos", "Cosas hechas cuando estaba molesto", "Videos que he visto". Cada tarjeta confirmaba la verdad y llevaba mi firma. Cuando llegu al archivo "Pensamientos lujuriosos", un escalofro recorri mi cuerpo. Slo abr el cajn unos centmetros. Me avergonzara conocer su tamao. Saqu una ficha al azar y me conmov por su contenido. Un pensamiento dominaba mi mente: Nadie debe ver estas tarjetas jams. Tengo que destruir este saln! Pero descubr que no poda siquiera sacar los cajones. Me desesper y trat de tirar con ms fuerza, pero fue intil. En eso, el ttulo de un cajn pareci aliviar en algo mi situacin: "Personas a las que les he compartido el Evangelio". Al abrirlo encontr menos de 10 tarjetas. Ca al suelo llorando amargamente de vergenza. Y mientras me limpiaba las lgrimas, lo vi. Oh no! Por favor, no! Cualquiera menos Jess! Impotente vi cmo Jess abra los cajones y lea cada una de mis fichas. Intuitivamente se acerc a los peores archivos. Con tristeza en sus ojos, busc mi mirada y yo me llev las manos al rostro y empec a llorar de nuevo. Pudo haber dicho muchas cosas, pero l no dijo una sola palabra. All estaba junto a m, en silencio.

Fue el da en que Jess guard silencio... y llor conmigo. Volvi a los archivadores y, desde un lado del saln, empez a abrirlos, uno por uno, y en cada tarjeta firmaba su nombre sobre el mo. Me mir con ternura a los ojos y me dijo: "He terminado, yo he cargado con tu vergenza y culpa". En eso salimos juntos del saln, que an permanece abierto porque todava faltan ms tarjetas que escribir. Aun no s si fue un sueo, una visin, o una realidad... De lo que s estoy convencido es que la prxima vez que Jess vuelva a ese saln encontrar ms fichas de qu alegrarse, menos tiempo perdido y menos fichas vanas y vergonzosas.

Una bolsa para agua calienteUna noche yo haba trabajado mucho ayudando a una madre en su parto; pero a pesar de todo lo que hicimos, muri dejndonos un beb prematuro y una hija de dos aos. Nos iba a resultar difcil mantener el beb con vida porque no tenamos incubadora (no haba electricidad para hacerla funcionar!), ni facilidades especiales para alimentarlo. Aunque vivamos en el ecuador africano, las noches frecuentemente eran fras y con vientos traicioneros. Una estudiante de partera fue a buscar una cuna que tenamos para tales bebs, y la manta de lana con la que lo arroparamos. Otra fue a llenar la bolsa de agua caliente. Volvi enseguida dicindome irritada que al llenar la bolsa, haba reventado. La goma se deteriora fcilmente en el clima tropical. "Y era la ltima bolsa que nos quejaba!", exclam, y no hay farmacias en los senderos del bosque. "Muy bien -dije- pongan al beb lo ms cerca posible del fuego y duerman entre l y el viento para protegerlo de ste. Su trabajo es mantener al beb abrigado". Al medioda siguiente, como hago muchas veces, fui a orar con los nios del orfanato que se queran reunir conmigo. Les hice a los nios varias sugerencias de motivos para orar y les cont del beb prematuro. Les dije el problema que tenamos para mantenerlo abrigado y les mencion que se haba roto la bolsa de agua caliente y el beb se poda morir fcilmente si tomaba fro. Tambin les dije que su hermanita de 2 aos estaba llorando porque su mam haba muerto. Durante el tiempo de oracin, Ruth, una nia de 10 aos or con la acostumbrada seguridad

consciente de los nios africanos: "Por favor Dios, mndanos una bolsa para agua caliente. Maana no servir porque el beb ya estar muerto. Por eso, Dios, MNDALA ESTA TARDE". Mientras yo contena el aliento por la audacia de su oracin la nia agreg: "Y mientras te encargas de ello, podras mandar una mueca para la pequea, y as pueda ver que t le amas realmente?". Frecuentemente las oraciones de los chicos me ponen en evidencia. Podra decir honestamente "amn" a esa oracin? No crea que Dios pudiese hacerla. S, claro s que l puede hacer cualquier cosa. Pero hay lmites no?, y yo tena algunos GRANDES "peros...". La nica forma en la que Dios poda contestar esta oracin en particular, era envindome un paquete de mi tierra natal. Haba ya estado en frica casi 4 aos y nunca jams recib un paquete de mi casa. De todas maneras, si alguien llegara a mandar alguno, quin iba a poner una bolsa de agua caliente? A media tarde cuando estaba enseando en la escuela de enfermeras, me avisaron que haba llegado un auto a la puerta de mi casa. Cuando llegu, el auto ya se haba ido, pero en la puerta haba un enorme paquete de once kilos. Se me llenaron los ojos de lgrimas. Por supuesto no iba a abrir el paquete yo sola, as que invit a los chicos del orfanato a que juntos lo abriramos. La emocin iba en aumento. Treinta o cuarenta pares de ojos estaban enfocados en la gran caja. Haba vendas para los pacientes de la leprosera y los chicos parecan estar un poco aburridos. Luego saqu una caja con pasas de uvas variadas, lo que servira para hacer una buena tanda de panecitos el fin de semana. Volv meter la mano y sent... sera posible? La agarr y la saqu... S, era UNA BOLSA PARA AGUA CALIENTE NUEVA! Llor... Yo no le haba pedido a Dios que mandase una bolsa de agua caliente, ni siquiera crea que l poda hacerla. Ruth estaba sentada en la primera fila, y se abalanz gritando: "Si Dios mando la bolsa, tambin tuvo que mandar la mueca!". Escarb el fondo de la caja y sac una hermosa muequita. A Ruth le brillaban los ojos. Ella nunca haba dudado. Me mir y dijo: "Puedo ir contigo a entregarle la mueca a la niita para que sepa que Dios la ama en verdad?". Ese paquete haba estado en camino por 5 meses. Lo haba preparado mi antigua escuela dominical, cuya maestra haba escuchado y obedecido la voz de Dios que la impuls a mandarme la bolsa de agua caliente, a pesar de estar en el ecuador africano. Y una de las nias haba puesto una muequita para

alguna niita africana cinco meses antes en respuesta a la oracin de fe de una nia de 10 aos que la haba pedido para esa misma tarde. Esto nos habla de la fuerza que tiene la oracin que se hace con fe y confianza. Y t, tienes esa confianza?.. Tienes esa actitud orante? (Annimo) Y a ti... qu te dice el Seor?: Han odos ustedes que se dijo a los antiguos: No matars y el que mate ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, ser llevado tambin ante el tribunal; el que insulte a su hermano, ser llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, ser llevado al fuego del lugar de castigo. Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas all mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda" (Mt 5,22-24).

Un error perfectoMi abuelo amaba la vida, especialmente cuando poda hacerle una broma a alguien. Hasta que un fro domingo en Chicago, mi abuelo pens que Dios le haba jugado una broma. Entonces no le caus mucha gracia. l era carpintero. Ese da particularmente l haba estado en la Iglesia haciendo unos bales de madera para la ropa y otros artculos que enviaran a un orfelinato a China. Cuando regresaba a su casa, meti la mano al bolsillo de su camisa para sacar sus lentes, pero no estaban ah. Estaba seguro de haberlos puesto ah esa maana, as que se regres a la Iglesia. Los busc, pero no los encontr. Entonces se dio cuenta de que los lentes se haban cado del bolsillo de su camisa, sin l darse cuenta, mientras trabajaba en los bales que ya haba cerrado y empacado. Sus nuevos lentes iban camino a China! La Gran Depresin estaba en su apogeo y mi abuelo tena 6 hijos. Haba gastado 20 dlares en esos lentes. "No es justo -le dijo a Dios mientras manejaba frustrado de regreso a su casa-. Yo he hecho una obra buena donando mi tiempo y dinero y ahora esto".

Varios meses despus, el Director del orfelinato estaba de visita en Estados Unidos. Quera visitar todas las Iglesias que lo haban ayudado cuando estaba en China, as que lleg un domingo en la noche a la pequea Iglesia a donde asista mi abuelo en Chicago. Mi abuelo y su familia estaban sentados entre los fieles, como de costumbre. El misionero empez por agradecer a la gente por su bondad al apoyar al orfelinato con sus donaciones. "Pero ms que nada -dijo- debo agradecerles por los lentes que mandaron. Vern, los comunistas haban entrado al orfelinato, destruyendo todo lo que tenamos, incluyendo mis lentes. Estaba desesperado! An y cuando tuviera el dinero para comprar otros, no haba dnde. Adems de no poder ver bien, todos los das tena fuertes dolores de cabeza, as que mis compaeros y yo estuvimos pidiendo mucho a Dios por esto. Entonces llegaron sus donaciones. Cuando mis compaeros sacaron todo, encontraron unos lentes encima de una de las cajas". El misionero hizo una larga pausa, como permitiendo que todos digirieran sus palabras. Luego, an maravillado, continu: "Amigos, cuando me puse los lentes, eran como si los hubieran mandado hacer justo para m! Quiero agradecerles por ser parte de esto!". Todas las personas escucharon, y estaban contentos por los lentes milagrosos. Pero el misionero debi haberse confundido de Iglesia, pensaron. No haba ningunos lentes en la lista de productos que haban enviado a China. Pero sentado atrs en silencio, con lgrimas en sus ojos, un carpintero ordinario se daba cuenta de que el Carpintero Maestro lo haba utilizado de una manera extraordinaria.

(Cheryl Walterman Stewart) Agradecemos esta aportacin a Gabriela Mansilla

Lo primero y lo ltimoEl obispo y escritor francs Francisco Feneln llam a sus tres criados y les dijo: "Es Nochebuena, y quiero entregarles mis regalos. Aqu sobre mi escritorio ustedes ven tres monedas de oro, y tres libros muy buenos; escoja cada uno lo que prefiere". Dos criados tomaron inmediatamente cada cual una moneda de oro; el

tercer criado tom un libro. Feneln sonri y dijo al tercer criado: "Abre, por favor, el libro". All en el reverso de la portada estaban pegadas tres monedas de oro. Feneln concluy: "Busquen en primer lugar el Reino de Dios; y lo dems se les dar por aadidura". "Ya que fuiste fiel en cosas pequeas, te dar cosas grandes" (Mt 25, 24; 6, 33; 19,21). (Hermenegildo Zanuso)

El viajero y el moribundoHace tiempo, un viajero visitaba el desierto de Egipto. Llevaba consigo mucho dinero, ropaje lujoso y varios saquitos llenos de monedas de oro. Sucedi que, visitando una de las pirmides, el hombre dej olvidados dos saquitos de monedas de oro. El viajero se dio cuenta de su olvido cuando ya llevaba varias horas de haber abandonado aquella pirmide. Con gran enojo decidi regresar en busca de su oro. Cuando estaba cerca de la pirmide descubri a un hombre moribundo que haba agotado toda su comida y sufra desesperadamente por algo de comida y agua. Estaba a punto de morir y no haba nadie que le pudiera prodigar auxilio. El viajero se baj de su camello y l mismo le dio alimento y bebida al pobre hombre. Despus, los dos regresaron a la ciudad y, desde entonces, fueron muy buenos amigos. Aos ms tarde, cuando el viajero contaba esta ancdota, exclamaba con jbilo: "Pensar que me lamentaba de haber olvidado aquellos sacos de oro en las pirmides. Si no hubiera sido por eso, yo no hubiera regresado para ayudar a aquel hombre y, seguramente, l habra muerto". Los acontecimientos de la vida son misteriosos, pero si de algo debemos estar seguros es de que en cada situacin que vivimos se nos presentan siempre dos opciones: Tenemos la oportunidad de huir, odiar o traicionar... o la oportunidad de crecer, madurar, amar y ayudar a los dems. (Lupita Cervantes)

Representacin navidea

Era Navidad y en el pueblo iban a hacer la representacin del nacimiento de Jess. Todos estaban muy entusiasmados, queran que la obra fuera un xito. Los nios la iban a representar, pero entre ellos haba un nio con problemas; quin sabe por qu causa, era ms lento en aprender que los dems. l quera estar en la obra, y a la maestra le dio lstima verlo con tanto entusiasmo, que le dio un papel pequeo: El del posadero que rechazaba a la Virgen y a Jos porque la posada estaba llena. El da de la obra el teatro estaba a reventar, hasta haba gente de pie. Y cuando estaban en la parte en la que llegan Jos y Mara a la posada, en la que este nio con problemas tena que hablar, pas algo inesperado. Jos toc la puerta y sali el posadero, y cuando ya los iba a rechazar, al ver a la joven pareja y sobre todo a la mujer, embarazada de quien iba a ser nuestra salvacin, al nio se le llenaron los ojos de lgrimas y les dijo: "Pasen, pasen, la seora puede dormir en mi cama y yo dormir en el suelo". Hubo un silencio intenso en la sala y a mucha gente se le salieron las lgrimas. La obra fue un xito, a pesar de que no fue fiel representacin de lo que realmente pas en esa noche de Navidad, pero sentimos que algo haba cambiado en nuestras vidas, pues ese nio nos ense una leccin de amor; en su inocencia nos ense que debemos amar y ayudar a otros, no importa quines sean, porque somos hijos de Dios y estamos aqu para hacer el bien, sin pedir nada a cambio. Agradecemos esta aportacin a Reina Semprm

5. VITAMINAS PARA LA BONDAD

Da sin que te pidan

Uno de los santos ms entraables en la historia de la Iglesia es san Francisco de Ass. Todos sabemos de l algo importante: su humildad y su alegra de vivir. Cuentan de l y de la comunidad en la que viva, que en Cuaresma realizaban tremendos ayunos. Una noche, cuando todos los frailes se encontraban retirados en las celdas del convento, escuch los gemidos de un hermano; se levant y fue donde estaba el hermano que lloraba. Se acerc y le pregunt: "Hermano, qu te pasa?". El fraile respondi: "Lloro porque me muero de hambre". Francisco ni corto ni perezoso, despert a todos los hermanos y les explic que el ayuno estaba muy bien; pero que no podan dejar que un hermano se muriera de hambre. Pero como no estaba bien que dejaran al hermano comer solo, para que ste no pasara vergenza, todos deban acompaarlo. As que los hizo levantarse a todos y se dirigieron al comedor. Y la comida se convirti en una fiesta. Es verdad que en la mesa no haba ms que un pan y unos pocos rbanos, pero, eso s, estaban bien regados por la alegra comn. Est bien dar de comer al hambriento; est mucho mejor compartir todos juntos la humilde alegra que tenemos. Es verdad que uno se pone a pensar que repartir un pan hoy, me reporta un sano gozo cristiano, pero nos inunda la desesperacin de cmo vamos a realizarlo maana. Es evidente que nadie, nunca, ser capaz de curar todo el mal del mundo, pero yo me atrevo a decirte: si importante es compartir el pan, ms importante lo es si ste lo acompaamos con alegra. Quien tenga pan, que lo reparta; quien tenga pan y una sonrisa, que distribuya los dos. Quien tenga slo una sonrisa, que no se sienta pobre e impotente: que reparta sonrisa y amor". Esto lo dice Jos Luis Martn Descalzo. No pierdas en tu vida la capacidad de amar, no pierdas en tu vida la

capacidad de apreciar el amor; porque el planeta tierra es redondo como el dinero, bueno, el de antes, y todo ello te indica que el mundo da muchas vueltas y todo corre muy aprisa; hoy eres t el que da el pan, maana puede ser que seas t quien lo est recibiendo. Pero si hay algo que no cambia e ir donde vaya tu destino, ser la sonrisa y el amor con que t das lo que recibes. Porque el hambre volver maana, pero el recuerdo de haber sido querido por alguien permanecer floreciendo en el alma. El hambre del buen fraile seguro que volvi, pero de lo que nunca se olvidar ser del gesto de amor que tuvieron sus hermanos al compartir con l la mesa a esas horas de la noche. Gracias por llegar hasta aqu. Que Dios nos bendiga! Agradecemos esta aportacin al Padre Pablo Larrn Garca, Sacerdote agustino. Colegio San Agustn (Lima - Per).

6. VITAMINAS PARA LA RESPONSABILIDAD

Grandes metas

Un maestro quera ensearles una leccin a sus alumnos. Les dio la oportunidad de escoger entre tres exmenes, uno de 50 preguntas, otro de 40 y un ltimo de 30. A los que escogieron el de 30 les puso una "C" sin importar que hubieran contestado todas bien. A los que escogieron el de 40, les puso una "B" an cuando ms de la mitad estuvieran incorrectas. Y alas que escogieron el de 50, les puso una "A" no obstante que se hubieran equivocado en casi todas. Los estudiantes no entendan. El maestro respondi: "Queridos alumnos, no estaba examinando sus conocimientos, pero s su determinacin de apuntarle a lo alto". Le apunto a lo alto, sabiendo que as estar ms cerca de mis sueos, que si me conformo con pequeos objetivos. Le apunto a lo alto, sabiendo que Dios me ha capacitado para florecer donde estoy ahora, si busco dar mi mayor esfuerzo. Le apunto a lo alto, con fe en que Dios terminar la obra que comenz en m, si prosigo adelante con determinacin y no me doy por vencido. Dios, segn su bondadosa determinacin, es quien hace nacer en ustedes los buenos deseos y quien los ayuda a llevarlos a cabo" (Flp 2,13). Agradecemos esta aportacin a Rich Flores

Prximo a nacer

Refiere una antigua leyenda que un nio prximo a nacer, le dijo a Dios:

"Me vas a enviar maana a la tierra pero, cmo vivir all siendo tan pequeo y tan dbil?". "Entre los muchos ngeles escog a dos que te esperan", contest Dios. -"Pero aqu en el cielo no hago ms que cantar y sonrer y eso basta para mi felicidad Podr hacerlo all?". - "Esos ngeles te cantarn y sonreirn todos los das y te sentirs muy feliz con sus canciones y sonrisas". - "Y cmo entender cuando me hablen si no conozco el extrao idioma de los hombres?". - "Esos ngeles te hablarn Y te ensearn las palabras ms dulces y tiernas que escuchan los humanos". - "Qu har cuando quiera hablar contigo?". - "Esos ngeles juntarn tus pequeas manos y te ensearn a orar". - "He odo que en la tierra hay hombres malos, quin me defender?" - "Esos ngeles te defendern, aunque les cueste la vida". - "Pero estar siempre triste porque no te ver ms, Seor; sin verte me sentir muy solo". - "Esos ngeles te hablarn de m y te mostrarn el camino para volver a mi presencia". En ese instante una paz inmensa reinaba en el cielo, no se oan voces terrestres, el nio deca suavemente: "Dime sus nombres, Seor". Dios le contest: "Esos ngeles se llaman: MAM y PAP". Ser padres es un privilegio y una responsabilidad que Dios nos da. Enfrentemos este reto y cumplamos las expectativas de l. (Annimo)

Triste historia

Jenny pens que sus padres no le daran permiso para irse de fiesta con esos amigos, de manera que les minti y les dijo a sus padres que se iba a quedar a dormir con una compaera. Aunque se sinti un poco mal

porque no les dijo la verdad, tampoco le dio mucha mente al asunto y se dispuso a divertirse. La pizza estuvo bien y la fiesta genial; al final su amigo Pedro, que ya estaba medio borracho, la invit a dar un paseo, pero primero quiso darse una fumadita... Jenny no poda creer que l estuviera fumando eso, pero aun as subi al carro con l. De repente Pedro comenz a propasarse. Eso no era lo que Jenny quera del todo. "Tal vez mis padres tienen razn -pens-, quizs soy muy joven para salir as. Cmo pude ser tan tonta?". Y en seguida dijo: "Por favor, Pedro, llvame a casa, no me quiero quedar". Molesto, Pedro arranc el carro y comenz a conducir a toda velocidad. Jenny, asustada, le rog que fuera ms despacio pero mientras ella le suplicaba, ms pisaba l el acelerador. De repente, vio un gran resplandor. "Oh Dios, por favor aydanos! Vamos a chocar!". Ella recibi toda la fuerza del impacto, todo de repente se puso negro, semiinconsciente, sinti que alguien la sac del carro retorcido, y escuch voces: "Llamen a una ambulancia! Estos jvenes estn en problemas". Le pareci or que haba dos carros involucrados en el choque. Despert en el hospital viendo caras tristes. "Estuviste en un choque terrible", dijo alguien. En medio de la confusin se enter de que Pedro estaba muerto. . Le dijeron: "Jenny, hacemos todo lo que podemos, pero parece ser que te perderemos a ti tambin". "Y la gente del otro carro?", pregunt Jenny llorando. "Tambin murieron", le contestaron. Jenny rez: "Dios perdname por lo que he hecho; yo slo quera una noche de diversin". Y dirigindose a una de las enfermeras pidi: "Dgale a la familia de los que iban en el otro carro que me perdonen, que yo quisiera regresarles a sus seres queridos. Dgales a mi pap y a mi mam que lo siento porque ment, y que me siento culpable porque varios hayan muerto. Por favor, enfermera, les podr decir esto de mi parte?". La enfermera se qued callada, como una estatua. Instantes despus, Jenny muri. Un hombre le habl duramente a la enfermera: "Por qu no hizo lo posible para cumplir la ltima voluntad de esa nia?". La enfermera mir al hombre con ojos llenos de tristeza, y le dijo: "Porque la gente que iba en el otro carro eran su pap y su mam". Piensa siempre dos veces antes de hacer las cosas. Detente y pinsalo bien. (Annimo)

La paz perfectaHaba una vez un rey que ofreci un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron. El rey observ y admir todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a l realmente le gustaron y tuvo que escoger una entre ellas. La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plcidas montaas que lo rodeaban. Sobre stas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos los que miraron esta pintura pensaron que sta reflejaba la paz perfecta. La segunda pintura tambin tena montaas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas haba un cielo furioso del cual caa un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaa abajo pareca retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba, para nada, pacfico. Pero cuando el rey observ cuidadosamente, mir tras la cascada un delicado arbusto que creca en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. All, en medio del rugir de la violenta cada de agua, estaba sentado plcidamente un pajarito en me dio de su nido... Paz perfecta! Cul crees que fue la pintura ganadora? El Rey escogi la segunda. Sabes por qu? "Porque, -explicaba el rey- paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazn. Este es el verdadero significado de la paz". Y t... ya sabes Quin te da la verdadera paz del corazn? Agradecemos esta aportacin a Guillermo Lora Santos (Mxico)

Oracin de los Indios SiouxGran Espritu, cuya voz barrunto en los vientos, cuyo aliento da vida al mundo entero, escchame! Me presento ante tu rostro como uno de tus muchos hijos; mira, soy pequeo y dbil; necesito tu fuerza y tu sabidura... Hazme sabio para poder reconocer las cosas que t has enseado a mi pueblo, las enseanzas que t en cada hoja y en cada roca has escondido. Deseo tu fuerza, no para elevarme sobre mis hermanos, sino para poder luchar contra mi mayor enemigo: yo mismo. (W. Lindenberg)

7. VITAMINAS PARA LA PACIENCIA

Declogo de la serenidad

1. Slo por hoy tratar de vivir exclusivamente el da, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez. 2. Slo por hoy tendr el mximo cuidado de mi aspecto: corts en mis maneras, no criticar a nadie y no pretender mejorar o disciplinar a nadie, sino a m mismo. 3. Slo por hoy ser feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no slo en el otro mundo, sino en ste tambin. 4. Slo por hoy me adaptar a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos. 5. Slo por hoy dedicar diez minutos de mi tiempo a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, as la buena lectura es necesaria para la vida del alma. 6. Slo por hoy har una buena accin y no lo dir a nadie. 7. Slo por hoy har por lo menos una cosa que no deseo hacer, y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procurar que nadie se entere. 8. Slo por hoy har un programa detallado. Quizs no lo cumplir cabalmente, pero lo redactar, y me guardar de dos calamidades: la prisa y la indecisin. 9. Slo por hoy creer firmemente, aunque las circunstancias demuestren

lo contrario, que la buena providencia de Dios se ocupa de m como si nadie existiera en el mundo. 10. Slo por hoy no tendr temores. De manera particular no tendr miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad. (Beato Juan XXIII) Agradecemos esta aportacin a Glenda Ruiz (Guayaquil - Ecuador)

La lucha de la mariposa

Un hombre encontr un capullo de una mariposa y se lo llev a casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo. Un da vio que haba un pequeo orificio y entonces se sent a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir del capullo. El hombre vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a travs del pequeo orificio en el capullo, hasta que lleg un momento en el que pareci haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Pareci que se haba atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidi ayudar a la mariposa y con una pequea tijera cort al lado del orificio del capullo para hacerlo ms grande y as fue que por fin la mariposa pudo salir. Sin embargo, al salir la mariposa tena el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeas y dobladas. El hombre continu observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblaran y creceran lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraera al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente poda arrastrarse en crculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas... Nunca pudo llegar a volar. Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendi, fue que la restriccin de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para

que estuviesen grandes y fuentes y luego pudiese volar. Libertad y el volar solamente podrn llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, tambin le fue privada su salud. Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si Dios nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstculos, nos convertira en invlidos. No podramos crecer y ser tan fuertes como podamos haberlo sido. Cunta verdad hay en esto! Cuntas veces hemos querido tomar el camino corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser libres. Necesitamos recordar que nunca recibimos ms de lo que podemos soportar y que a travs de nuestros esfuerzos y cadas, somos fortalecidos, as como el oro es refinado con el fuego. Nunca permitamos que las cosas que no podemos tener, o que no tenemos, o que no debemos tener, interrumpan nuestro gozo de las cosas que tenemos y podemos tener. No pensemos ni nos enfoquemos en lo que no tenemos, disfrutemos cada instante de cada da por lo que tenemos y nos ha sido dado. Agracemos esta aportacin a Hilda Martnez

Juicio injusto

Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procur un "chivo expiatorio", para encubrir al culpable. El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendra escasas o nulas esperanzas de escapar al terrible veredicto: La horca! El juez, tambin comprado, cuid no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: "Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Seor, vamos a dejar en manos de l tu

destino: Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras 'culpable' e 'inocente'. T escogers y ser la mano de Dios la que decida tu destino". Por supuesto, el mal funcionario haba preparado dos papeles con la misma leyenda: 'CULPABLE'. Y la pobre vctima, an sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No haba escapatoria. El juez orden al hombre tomar uno de los papeles doblados. Este respir profundamente, qued en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abri los ojos y con una extraa sonrisa, tom uno de los papeles y llevndolo a su boca, lo engull rpidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon... "Pero, qu hizo...?, y ahora...?, cmo vamos a saber el veredicto...?". "Es muy sencillo, -respondi el hombre- es cuestin de leer el papel que queda, y sabremos lo que deca el que me tragu". Con un gran coraje disimulado, tuvieron que liberar al acusado y jams volvieron a molestarlo. Por ms difcil que se nos presente una situacin, nunca dejemos de buscar la salida, ni de luchar hasta el ltimo momento. Muchas veces creemos que los problemas no tienen solucin y nos resignamos a perder y no luchar, olvidando aquellas palabras de: "Lo que es imposible para el ser humano, es posible para Dios". (Annimo)

8. VITAMINAS PARA EL TRABAJO

Dios sabe lo que hace

Se cuenta que alguna vez en Inglaterra, exista una pareja que gustaba de visitar las pequeas tiendas del centro de Londres. Una de sus tiendas favoritas era una en donde vendan vajillas antiguas. En una de sus visitas a la tienda vieron una hermosa tacita. "Me permite ver esa taza?", pregunt la seora. Y aadi: "Nunca he visto nada tan fino como eso!". En cuanto tuvo en sus manos la taza, escuch que la tacita comenz a hablar. La tacita le coment: "Usted no entiende! Yo no he sido siempre esta taza que usted est sosteniendo! Hace mucho tiempo yo slo era un montn de barro amorfo. Mi creador me tom entre sus manos y me golpe y me amold cariosamente. Lleg un momento en que me desesper y le grit: 'Por favor! Va djame en paz!'. Pero slo me sonri y me dijo: 'Aguanta un poco ms, todava no es tiempo'. Despus me puso en un horno. Yo nunca haba sentido tanto calor! Me pregunt por qu mi creador querra quemarme, as que toqu la puerta del horno. A travs de la ventana del horno pude leer los labios de mi creador que me decan: 'Aguanta un poco ms, todava no es tiempo'. Finalmente se abri la puerta. Mi creador me tom y me puso en una repisa para que me enfriara. 'As est mucho mejor!', me dije a m misma, pero apenas me haba refrescado cuando mi creador ya me estaba cepillando y pintndome. El olor de la pintura era horrible! Senta que me ahogara! 'Por favor, detente!', le gritaba yo a mi creador, pero l slo mova la cabeza haciendo un gesto negativo y deca: 'Aguanta un poco ms, todava no es tiempo'. Al fin dej de pintarme; pero esta vez me tom y me meti nuevamente a otro horno! No era un horno como el primero, sino que era mucho ms

caliente! Ahora s estaba segura que me sofocara! Le rogu y le implor que me sacara! Grit, llor, pero mi creador slo me miraba diciendo: 'Aguanta un poco ms, todava no es tiempo'. En ese momento me di cuenta que no haba esperanza! Nunca lograra sobrevivir a ese horno! Justo cuando estaba a punto de darme por vencida se abri la puerta y mi creador me tom cariosamente y me puso en una repisa que era an ms alta que la primera. All me dej un momento para que me refrescara. Despus de una hora de haber salido del segundo horno, me dio un espejo y me dijo: 'Mrate! Esta eres t!'. Yo no poda creerlo! Esa no poda ser yo! Lo que vea era hermoso! Mi creador nuevamente me dijo: 'Yo s que te doli haber sido golpeada y amoldada por mis manos, pero si te hubiera dejado como estabas, te hubieras secado. S que te caus mucho calor y dolor estar en el primer horno, pero de no haberte puesto all, seguramente te hubieras estrellado. Tambin s que los gases de la pintura te provocaron muchas molestias, pero de no haberte pintado tu vida no tendra color. Y si yo no te hubiera puesto en ese segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo, porque tu dureza no habra sido la suficiente para que subsistieras. Ahora t eres un producto terminado! i Eres lo que yo tena en mente cuando te comenc a formar!"'. Igual pasa con nosotros. Dios nunca nos va a obligar a que vivamos algo que no podamos soportar. Dios sabe lo que est haciendo con cada uno de nosotros. l es el artesano y nosotros somos el barro con el cual l trabaja. Nos amolda y nos da forma para que lleguemos a ser una pieza perfecta y podamos cumplir con su voluntad. (Annimo)

Sers un triunfador

Cuando el egosmo no limite tu capacidad de amar. Cuando confes en ti mismo aunque todos duden de ti y dejes de preocuparte por el qu dirn. Cuando tus acciones sean tan concisas en duracin como largas en resultados. Cuando puedas renunciar a la rutina sin que ello altere el metabolismo de tu vida. Cuando sepas distinguir una sonrisa de una burla, y prefieras la eterna lucha que la compra de la falsa victoria. Cuando actes por conviccin y no por adulacin. Cuando puedas ser pobre sin perder tu riqueza y rico sin perder tu humildad. Cuando sepas perdonar tan fcilmente como ahora te disculpas. Cuando puedas caminar junto al pobre sin olvidar que es un hombre, y junto al rico sin pensar que es un dios. Cuando sepas enfrentar tus errores tan fcil y positivamente como tus aciertos. Cuando halles satisfaccin compartiendo tu riqueza. Cuando sepas obsequiar tu silencio a quien no te pide palabras, y u ausencia a quien no te aprecia. Cuando ya no debas sufrir por conocer la felicidad y no seas capaz de cambiar tus sentimientos o tus metas por el placer. Cuando no trates de hallar las respuestas en las cosas que te rodean, sino en Dios y en tu propia persona. Cuando aceptes los errores, cuando no pierdas la calma, entonces y slo

entonces, sers... UN TRIUNFADOR! (Annimo)

CuestionarioCul es el da ms bello? -Hoy Cul es la cosa ms fcil? -Equivocarse Cul es el obstculo ms grande? -El miedo Cul es el mayor error? -Abandonarse Cul es la raz de todos los males? -El egosmo Cul es la distraccin ms bella? -El trabajo Cul es la peor derrota? -El desaliento Quines son los mejores profesores? -Los nios Cul es la primera necesidad? -Comunicarse Qu es lo que hace ms feliz? -Ser til a los dems Cul es el misterio ms grande? -La muerte Cul es el peor defecto? -El mal humor Cul es la persona ms peligrosa? -La mentirosa Cul es el sentimiento ms ruin? -El rencor Cul es el regalo ms bello? -El perdn Qu es lo ms imprescindible? -El hogar Cul es la ruta ms rpida? -El camino recto Cul es la sensacin ms grata? -La paz interior Cul es el resguardo ms eficaz? -El optimismo Cul es la mayor satisfaccin? -El deber cumplido Cul es la fuerza ms potente del mundo? -La fe Quines son las personas ms necesarias? -Los padres

Cul es la cosa ms bella de todas? -El amor. (Madre Teresa de Calcuta)

A los 85 aos

Una anciana de 85 aos estaba siendo entrevistada con motivo da su cumpleaos. La periodista le pregunt qu consejo dara a las personas de su edad. Bueno -dijo la anciana- a nuestra edad es muy importante no dejar de usar todo nuestro potencial; de lo contrario, ste se marchita. Es muy importante estar con la gente y, siempre que sea posible, ganarse la vida prestando un servicio. Eso es lo que nos mantiene con vida y salud". Puedo preguntarle qu es lo que hace para ganarse la vida a su edad?", le dice la periodista. -"Cuido de una anciana que vive en mi barrio", fue su inesperada y deliciosa respuesta. En ocasiones tendemos a olvidar el valor de las personas mayores porque no estamos conscientes de lo mucho que tienen por damos. Ellos poseen algo que nosotros slo adquiriremos con el paso del tiempo: experiencia. Si tus padres o abuelos son personas de 85 aos y tienes la bendicin de contar con su compaa, no pierdas la oportunidad de mostrarles tu amor, de escucharlos y de llenarte de su sabidura. Y a ti... qu te dice el Seor?: Cuando se acercaba la Pascua de los judos, Jess lleg a Jerusaln y encontr en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un ltigo de cordeles y los ech del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volc las mesas y les tir al suelo las monedas; y a los que vendan palomas les dijo: Quiten todo de aqu y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre" (Jn 2, 13- 17). (Annimo)

El vendedor de semillasUn joven so que entraba en un supermercado recin inaugurado y, para su sorpresa, descubri que Jesucristo se encontraba detrs del mostrador. -"Qu vendes aqu?", le pregunt. -"Todo lo que tu corazn desee", respondi Jesucristo. Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, el joven emocionado se decidi a pedir lo mejor que un ser humano podra desear: "Quiero tener amor, felicidad, sabidura, paz de espritu y ausencia de todo temor. Deseo que en el mundo se acaben las guerras, el terrorismo, el narcotrfico, las injusticias sociales, la corrupcin y las violaciones a los derechos humanos". Cuando el joven termin de hablar, Jesucristo le dice: "Amigo, creo que no me has entendido. Aqu no vendemos frutos; solamente vendemos semillas". "Convierte en frutos las semillas que hay en ti". Agradecemos esta aportacin a David Rodrguez Gonzlez

El placer de servir

Toda la naturaleza es un anhelo de servir. Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco. Donde haya un rbol que plantar, plntalo; donde haya un error que enmendar, enmindalo; donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acptalo. S el que aparta la piedra del camino, el odio de los corazones y las dificultades del problema. Hay la alegra de ser sano y la de ser justo; pero hay la hermosa, la inmensa alegra de servir. Qu triste sera el mundo si todo en l estuviera hecho, si no hubiera en l un rosal que plantar, una empresa que emprender... No caigas en el error de creer que slo se hace mrito con los grandes

trabajos; hay pequeos servicios: regar un jardn, ordenar unos libros, peinar a una nia. El servir no es slo tarea de seres inferiores. Dios, que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamrsele as: El que sirve. Y tiene sus ojos en nuestras manos y nos pregunta cada da: Serviste hoy? A quin? A qu rbol, a tu amigo, a tu madre? (Gabriela Mistral)

El porvenir

Augusto y Laureano eran hermanos mellizos, jvenes y fuertes, recin salidos del colegio. Tal como anda un joven cuando termina un ciclo de escolaridad, Augusto y Laureano andaban como distrados del mundo, vueltos hacia dentro de s mismos averiguando cmo embarcarse hacia el incierto porvenir de la madurez. Una maana Laureano grit que, por fin, haba encontrado su verdadera vocacin y que iba estudiar medicina. Diez minutos despus Augusto anunci: "Encontr mi vocacin: Voy a ser asaltante". Laureano se zambull en la anatoma, la fisiologa y la ciruga. Mientras Augusto perdi el sueo estudiando los movimientos de las casas de la gente rica, anotando caractersticas de los comercios y merodeando Bancos en sus momentos clave. No es por decir y sin desmerecer a nadie, pero ambos mellizos se quemaron las pestaas estudiando: Laureano escrutando el microscopio, Augusto revisando combinaciones de cajas fuertes. Uno memorizaba frmacos y frmulas de qumica; el otro aprenda precios y lugares para reventa de joyas, electrodomsticos y obras de arte. Apenas dorman. -Voy a la facultad para dar un final de histologa. No me esperen para comer, adems que estoy con una prctica de fisiologa". -"A m tampoco me esperen. Hoy tengo un curso de tiro al blanco y de cerrajera, adems tengo que visitar e inspeccionar la zona". Un da Laureano recibi su ttulo de mdico, y al da siguiente Augusto hizo su primer robo a mano armada. Mientras uno cumpla guardias

hospitalarias agotadoras, el otro haca rondas nocturnas interminables a la pesca de incautos. "Esta maana salv a una anciana", deca uno. "Esta maana me salv de los policas", deca el otro. La fama del mdico creca, lo mismo que la fama de su hermano. Pero mientras al mdico el trabajo se le haca cada vez ms llevadero por el cario y el reconocimiento de la gente, al otro la vida se le volva cada vez ms solitaria y desconfiada. El da que nombraron a Laureano director del hospital, los vecinos hicieron un asado. El da que llevaron preso a Augusto, la familia le llev a la comisara unos versos de Jos Hernndez: "Ms cuesta aprender un vicio que aprender a trabajar". Agradecemos esta aportacin a Karlos Reges

9. VITAMINAS PARA LA PERSEVERANCIA

Conseguir objetivos

Ciertas fechas marcan de forma clara ciclos en nuestra vida: cumpleaos, fines de ao, nacimientos, comienzos de aos escolares... Esos ciclos pueden ser comienzos o finales. Hemos terminado las fiestas navideas y de fin de ao, y muchas personas se llenan de sus mejores deseos para llevar a cabo cambios positivos en sus vidas, comenzar un nuevo ao, con renovada fe y energa para lograr nuevas metas y propsitos. La realidad es que al transcurrir del tiempo se va diluyendo ese "impulso" inicial que nos anim a emprender ese esfuerzo y al final del ao son muy pocos los que pueden decir que cumplieron sus deseos y alcanzaron las metas propuestas. Cmo poder perseverar y vencer el lastre de volver a una vida cmoda y dejar de hacer el esfuerzo? Cmo conservar el "impulso" inicial de nuestros propsitos y sostenerlo a lo largo de los meses? "El valor de la perseverancia radica en tener la disciplina para realizar sistemticamente pequeas acciones por un determinado perodo de tiempo para alcanzar un objetivo claro". El secreto anterior tiene tres elementos claves: 1. Pequeas acciones 2. Sistemticamente 3. Objetivo claro

Analicemos una por una: Pequeas acciones Este es quizs el cincuenta por ciento del valor de la perseverancia. No son los actos espectaculares los que logran alcanzar las metas, sino pequeas dosis de un trabajo ms sistemtico lo que nos permite alcanzar nuestro objetivo. Recordemos el refrn: "Ms vale paso que dure, que trote que canse". Es precisamente eso, el esfuerzo diario, dosificado, que puedo realizar y que est a mi alcance. Ejemplos de lo anterior podran ser los siguientes: En las relaciones interpersonales ya sean de amistad, conyugales, con los hijos, es la frecuente comunicacin para conocer qu pasa en sus vidas, lo que fortalece los lazos de unin, y esto a su vez genera una mutua confianza haciendo el proceso comunicativo ms sencillo y fluido. En el deporte, por ej