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Versiones de cuentos populares 2.J Versiones de cuentos populares Érase una vez un cuento al revés Érase una vez un cuento al revés Érase una vez un cuento al revés Érase una vez un cuento al revés Érase una vez, en un reino muy lejano, una loba llamada Shakira. Era muy buena y honrada, pero sobre todo era presumida. Siempre estaba mirándose en el espejo y le preguntaba quién era la más guapa del reino. Este siempre le contestaba que ella era la más guapa, pero un día, aquel espejo mágico le dijo que había una niña, que acababa de nacer junto a sus otros 6 hermanitos cabritillos, que era la más guapa del reino. Shakira la loba, enfadada, decidió que tenía que hacer algo para que aquello no pudiera ser verdad y les pidió ayuda a sus tres mayordomos los cerditos. Les preguntó a ver qué podía hacer ella para que aquella pequeña cabritilla dejara de ser la más guapa del reino. El primer cerdito le propuso hacerse la cirugía estética, para que ella volviera a ser la más guapa del reino. Aquella idea no le gustó nada, ya que a la loba Shakira le gustaba su cara tal y como era. El segundo cerdito le sugirió que podía darle un jarabe mágico para afearla. El tercer cerdito le propuso envenenar a la cabritilla con una manzana. A Shakira le costó mucho decidirse entre la segunda y la tercera idea, y como no lo conseguía, escogió hacer una mezcla de estas dos. Decidió hacer una poción mágica que introduciría dentro de una manzana, la cabritilla la mordería y se convertiría en el ser más horrible del reino. Shakira fue a su laboratorio secreto y comenzó a crear su invento. Al día siguiente Shakira metió la manzana en una cestita y se adentró en el bosque a buscar la casita de chocolate, en la que vivían los 7 cabritillos. Al cabo de horas caminando, Shakira se encontró con una graciosilla niñita a la que llamaban Caperucita Roja o Caperu. Le preguntó si ella sabía dónde estaba aquella casita de chocolate donde vivían aquellos recién nacidos cabritillos. Caperu contestó que sí, que ella también iba hacia allá y le propuso una carrera. Le dijo que ella iría por el camino de la derecha y que Shakira fuera por el de la izquierda. A Shakira, la loba, le pareció una idea estupenda, ya que así podría demostrar que ella era también la más rápida. Por el camino pensó que podía ir derramando miguitas de pan para, a la vuelta, no perderse. Caperu, por el camino, se encontró con un minúsculo niño al que llamaban Pulgarcito; se conocieron de una manera algo trágica. Caperu

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Érase una vez un cuento al revésÉrase una vez un cuento al revésÉrase una vez un cuento al revésÉrase una vez un cuento al revés

Érase una vez, en un reino muy lejano, una loba llamada Shakira. Era muy buena y honrada, pero sobre todo era presumida. Siempre estaba mirándose en el espejo y le preguntaba quién era la más guapa del reino. Este siempre le contestaba que ella era la más guapa, pero un día, aquel espejo mágico le dijo que había una niña, que acababa de nacer junto a sus otros 6 hermanitos cabritillos, que era la más guapa del reino.

Shakira la loba, enfadada, decidió que tenía que hacer algo para que

aquello no pudiera ser verdad y les pidió ayuda a sus tres mayordomos los cerditos. Les preguntó a ver qué podía hacer ella para que aquella pequeña cabritilla dejara de ser la más guapa del reino. El primer cerdito le propuso hacerse la cirugía estética, para que ella volviera a ser la más guapa del reino. Aquella idea no le gustó nada, ya que a la loba Shakira le gustaba su cara tal y como era. El segundo cerdito le sugirió que podía darle un jarabe mágico para afearla. El tercer cerdito le propuso envenenar a la cabritilla con una manzana. A Shakira le costó mucho decidirse entre la segunda y la tercera idea, y como no lo conseguía, escogió hacer una mezcla de estas dos. Decidió hacer una poción mágica que introduciría dentro de una manzana, la cabritilla la mordería y se convertiría en el ser más horrible del reino. Shakira fue a su laboratorio secreto y comenzó a crear su invento.

Al día siguiente Shakira metió la

manzana en una cestita y se adentró en el bosque a buscar la casita de chocolate, en la que vivían los 7 cabritillos. Al cabo de horas caminando, Shakira se encontró con una graciosilla niñita a la que llamaban Caperucita Roja o Caperu. Le preguntó si ella sabía dónde estaba aquella casita de chocolate donde vivían aquellos recién nacidos cabritillos. Caperu contestó que sí, que ella también iba hacia allá y le propuso una carrera. Le dijo que ella iría por el camino de la derecha y que Shakira fuera por el de la izquierda. A Shakira, la loba, le pareció

una idea estupenda, ya que así podría demostrar que ella era también la más rápida. Por el camino pensó que podía ir derramando miguitas de pan para, a la vuelta, no perderse. Caperu, por el camino, se encontró con un minúsculo niño al que llamaban Pulgarcito; se conocieron de una manera algo trágica. Caperu

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no vio al pequeño Pulgarcito, y a pocas lo pisa. Cuando fue a apoyar el pie en el suelo una vocecita la detuvo.

-¡Por favor, no! ¡no lo hagas! – rogó con una vocecita muy muy aguda. Caperu apartó el pie y le pidió mil perdones a Pulgarcito. Este le perdonó

y juntos siguieron el camino hacia la casita de chocolate de los siete cabritillos. Shakira la loba fue quien llegó primero. Llamó a la puerta, toc, toc. -¿Quién es? –preguntaron todos los cabritillos. -Soy Shakira, la loba más guapa del reino –respondió. Y aunque la mamá de los cabritillos les había avisado de que no abrieran la

puerta, el mayor de los hermanos la abrió. Shakira entró y se encontró a seis preciosos cabritillos y a su mayordomo el pequeño cerdito; ella no tenía ni idea de qué hacía el pequeño cerdito en la casa, ni tampoco tiempo de andar preguntando. La loba estaba ansiosa de darle aquella manzana a la pequeña miss Cabritilla. Todos miraron a Shakira extrañados pues no sabían a quién estaba buscando. El cabritillo mayor se lo preguntó y Shakira, enfadada, le dijo que a su hermanita menor. Los demás cabritillos contestaron a coro:

-No te lo vamos a decir, porque sabemos lo que quieres hacerle. Shakira la loba miró fijamente al cerdito con mirada asesina, porque sabía

que el único que podía habérselo contado era él. La loba estaba muy furiosa y lo único que quiso hacer en aquel momento fue comerse al cerdito. Después de comérselo estaba tan tan llena que fue a echarse un ratito al campo, bajo la sombra de un árbol. Estaba tan a gusto que se quedó dormida. Los siete cabritillos y los hermanitos de aquel pequeño cerdito fueron donde Shakira, y con mucho cuidado de no despertarla le abrieron la tripa y sacaron al pequeño cerdito. Pero tuvieron un pequeño problemilla, ¿cómo iban a cerrarle la tripa? La pequeña cabritilla tuvo una idea: irían al castillo de la Bella Durmiente, que casualmente había despertado ese mismo día por aquel fantástico beso que el príncipe le dio, a pedirle la aguja con la que se pinchó. Con ella coserían su tripa y dormiría a gusto para siempre hasta que un Príncipe Azul la despertara con un beso de amor.

Por el camino se toparon con Caperu y Pulgarcito que aún no habían

llegado a la casita de chocolate. Les contaron lo sucedido y Caperu asombrada siguió el camino al palacio junto a sus amigos: Pulgarcito, los tres cerditos y los siete cabritillos. Caperu no daba crédito, con lo maja y simpática que parecía, pensó disgustada.

Al cabo de un largo viaje llegaron por fin al castillo. Allí conversaron con

la Bella Durmiente y ésta les dejó su aguja con la condición de acompañarles ya que era la nueva máquina de coser Pro 2.000 con aguja encantada incorporada y no quería que la estropearan y además tenía un funcionamiento algo difícil. Comenzaron de nuevo el viaje hacia el árbol donde se encontraba Shakira. Cuando llegaron, la Bella empezó con mucho cuidado a coserla. Después hicieron una macro fiesta para celebrar que Shakira jamás volvería a hacer daño

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a nadie. A esa fiesta también acudió el espejo mágico y todos se lo pasaron bomba bailando y jugando.

Amaia Urrutia

Hansel y GretelHansel y GretelHansel y GretelHansel y Gretel Érase una vez dos niños llamados Hansel y Gretel. Eran maleducados y

cuando querían, se iban de casa. Un día Hansel le preguntó a Gretel si quería ir al bosque a jugar y Gretel le respondió que sí; eso sí, todo sin consultárselo a nadie, ni a su madre ni a su padre. Cuando estaban en el bosque, para no perderse, Hansel, que era listo, cogió un puñado de botones para poner por el camino, para luego poder regresar bien a casa. Anduvieron mucho hasta que se encontraron con una casa repleta de chuches, es decir, hecha de chuches.

Cuando llegaron a estar enfrente de la casa, Gretel llamó a la puerta y

contestó una ancianita muy simpática: -Hola, bonitos ¿Qué queréis?-dijo la anciana feliz. -Queremos tu casa y tus chuches-contestó Hansel de malas maneras.-

Y de repente, la abuela que parecía muy buena, cogió a los niños y les

encerró en su casa. En verdad la abuelita era buena pero quería que aprendieran una lección. Cómo no, Hansel y Gretel estaban asustados intentando abrir la puerta. De repente, apareció la anciana con un bol que parecía una poción, pero en verdad era una sopa de huevos, que era para cenar. La anciana les empezó a hablar y a decir que eran unos niños malos y que eso no era bueno, que con eso no conseguían nada. Así hasta que empezaron a llorar. Se sentían fatal por todo lo que habían hecho. La anciana se sintió feliz porque convirtió a dos

niños malos en dos en dos buenas personas.

Cuando Hansel y Grettel llegaron a casa, le dijeron a su madre que sentían mucho todo lo que habían hecho y dicho. La madre, asombrada igual que el padre, fue a darles un gran abrazo, y así vivieron felices y comieron perdices.

Iratxe Navarro

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Blancanieves y la bruja envenenadaBlancanieves y la bruja envenenadaBlancanieves y la bruja envenenadaBlancanieves y la bruja envenenada

Hace mucho tiempo, había una princesa llamada Blancanieves. Blancanieves decía que ella era la más malvada de todas, pero su espejo no le decía lo mismo.

-Espejito espejito, ¿quién es la más malvada de todas?- preguntaba Blancanieves a su espejo.

-La más malvada de todas es… la mala bruja que vive en el bosque- contestaba el espejo.

-¡Pues la encontraré!

-Tendrás que recorrer un camino muy largo para encontrar a la bruja.

- Me da igual, ¡voy a matar a esa maldita bruja! Y así seré yo la más malvada de todas.

Blancanieves fue en busca de la bruja malvada por la inmensa oscuridad del bosque. Hizo un largo camino en el que no encontró nada, hasta que vio una casita pequeña, y pensó que ahí podría refugiarse durante la noche. Se agachó y entró por la pequeña puerta que había. Una vez dentro, vio siete camas pequeñitas y escuchó voces que venían del armario. Tranquilamente, se acercó y lo abrió con cuidado. Había siete enanitos parlantes. Blancanieves al principio se dio un gran susto, pero luego empezó a hablar con ellos y les contó su plan.

Resulta que los enanitos también odiaban a la bruja. Ella les convirtió en enanitos, y si consiguieran matarle, el hechizo se rompería; así todos volverían a ser hombres normales. Blancanieves tenía este plan: preparar una rica poción e introducirla en una fruta, algo como una manzana.

Blancanieves mandó a los enanitos a buscar manzanos al bosque. A la media hora, la joven había preparado la poción venenosa, y en seguida vinieron los enanos a traer la manzana. Inyectó el veneno en la manzana y se bebió otra que tenía hechizada; esta la convirtió en otra joven totalmente inofensiva, o eso parecía. Blancanieves fue a buscar a la bruja para matarla. Cuando se la

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encontró, dijo educadamente:

-Oiga señora, ¿quiere usted una manzana de mi propia cosecha? Me agradaría mucho que la probara.

-Por supuesto, joven.- respondió la vieja, pensando que era una joven cualquiera.

La anciana probó, y al instante cayó redonda al suelo. Los enanitos empezaron a crecer, hasta que volvieron a ser normales. Blancanieves, que volvió a ser la de antes, se enamoró de uno de los hombres.

Juntos vivieron felices y comieron perdices.

Irati Vergara

Los tres cerdazos y el lobitoLos tres cerdazos y el lobitoLos tres cerdazos y el lobitoLos tres cerdazos y el lobito

Érase una vez un lobo bueno que vivía en una casa en el bosque. Allí también vivían tres enormes cerdos.

Un día, los cerdos tenían tanta hambre que decidieron comerse al lobo.

Salieron de su casa y fueron a la casa del lobo. Cuando el pobre lobo abrió la puerta, los cerdos no pudieron pasar ya que no cabían debido a su gordura. Así el lobo escapó corriendo a través de la ventana. Corrió por el bosque hasta que llegó a casa de una ancianita. Entró en la casa y vio un lobo metido en la cama. El lobo le preguntó:

-¿Qué haces metido en esa cama y disfrazado de ancianita? El lobo le contestó: -Estoy esperando a Caperucita para comérmela. El lobito bueno le propuso

un cambio de comidas: -¿No te apetece más comerte a tres obesos cerdos en vez de a una niña?

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-Sí. ¿Qué tengo que hacer? -contestó el lobo. Los dos lobos pensaron un plan. Se escondieron detrás de un árbol. Cuando los cerdos llegaron a la casa de la ancianita, el lobo saltó sobre ellos y se los comió. El lobito bueno también probó un poco.

Asier Rodríguez

Los tres lobitos y el cerdoLos tres lobitos y el cerdoLos tres lobitos y el cerdoLos tres lobitos y el cerdo

Érase una vez tres cerditos que vivían con su madre en una cueva. Llegó el

invierno y los lobitos pasaban mucho frío. Entonces pensaron en hacerse una casa para no pasar tantas penalidades. Por fin hicieron una casita de paja.

El cerdo era el más temido por los animales del pueblo. Nadie sabía por

qué pero tampoco nadie se atrevía a enfrentarse a él. El cerdo destrozó la casa de los pobres lobitos, comiéndosela a pedazos.

Los lobitos sin rechistar hicieron otra casita de madera, pero el cerdo la destrozó otra vez.

El lobito más mayor tuvo una

buena idea y se la comentó a su madre y a sus hermanos.

-¡Oye mamá!, tenemos que acabar ya con este cerdo de pacotilla. No podemos seguir así. Os propongo un plan. Hacemos una casa mucho mejor, que no la pueda destruir.

-Sí, pero entonces, ¿cómo vamos a acabar con él? Ya lo tengo. Hacemos una chimenea por la que él intentará entrar. Encenderemos el fuego y por fin morirá de una vez- dijo el lobito mediano.

Y como al lobo pequeño le encantaba construir cosas, él mismo hizo la casa

de ladrillos enorme. Todo salió de maravilla. Cuando el cerdo se enteró de que habían hecho

otra casa nueva, inmediatamente fue a destrozarla. Pero no podía romperla. Entonces vio una chimenea enorme y pensó que entraría por ahí y mataría a los lobitos. Pasó lo que tenía que pasar, el cerdo se murió en la chimenea y todos los del pueblo fueron felices desde aquel día.

Amaia Reta

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Los tres cerditos y el loboLos tres cerditos y el loboLos tres cerditos y el loboLos tres cerditos y el lobo

Había tres cerditos que vivían en una gran mansión al lado de la chabola del lobo. La chabola del lobo estaba hecha con paja y cartón. Un día los tres cerditos hicieron una gran fiesta con dj y gogós. El lobo se enfureció e intentó derribar la casa de los tres cerditos. El lobo lo intentó soplando pero no pudo. Al rato se le ocurrió que podía cantar. Cuando cantó, la casa se vino abajo y los tres cerditos huyeron. El lobo hizo dos esprínteres y se comió a dos de los tres cerditos. El último de ellos (Acelanceturix) le hizo el ataque del guiño infernal y atrajo al lobo. El ataque del guiño infernal consistía en atraerlo, besarle e

inyectarle un líquido que lo paralizase y muriera a la media hora. El cerdito lo hizo así y paralizó al lobo. Luego el cerdito se fue corriendo hasta que un cazador lo vio. El cazador pensó que era un conejo y le pegó tres tiros. Luego el cerdito murió como el lobo.

Asier Robles

PPPPinochoinochoinochoinocho

Érase una vez un niño que vivía con su padre. El niño se llamaba

Pinocho. Tenía siete años y era muy travieso y mentiroso. Cada vez que mentía le crecía la nariz.

Un día fue el circo al pueblo y Pinocho quería ir pero su padre le dijo que

no, porque no tenían dinero. Pinocho, enfadado, le dijo a su padre que se iba al colegio. Pero no fue así. Se fue directo al circo. Allí se encontró con sus amigos y un hombre les dijo si querían entrar. Le dijeron que sí y se lo pasaron muy bien

viendo a los payasos, a los leones, acróbatas, magos...

Cuando llegó la hora de comer no

querían ir a casa y el hombre les invitó a comer. Pinocho y sus amigos se quedaron encantados.

Mientras, el padre de Pinocho, Manolo,

estaba preocupado porque su hijo no venía a casa. Fue a buscarle por el pueblo pero no lo encontró. Pinocho seguía divirtiéndose en el

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circo. A la noche se despidieron del hombre y se fueron a casa. Cuando

Pinocho llegó le esperaba su padre muy enfadado. Le preguntó dónde había estado. Pinocho le respondió que a la mañana había estado en la escuela y a la tarde en casa de un amigo haciendo los deberes. Entonces su nariz empezó a crecer y a crecer hasta que llegó a medir un metro. Pinocho se puso a llorar y su padre le dijo que estaba castigado por mentir.

De repente apareció el hada madrina de Cenicienta y convirtió a Pinocho

en un muñeco de madera. Nunca más volvió a mentir porque era un muñeco.

Bidarte Larrasoain

Los tres cerdacos y el pobre loboLos tres cerdacos y el pobre loboLos tres cerdacos y el pobre loboLos tres cerdacos y el pobre lobo

Había una vez una familia de cerdos muy, muy ricos. La familia estaba

formada por Richard, el padre, Carmen, la madre y tres malvados cerdos llamados el "Jonan" el "Chori" y Beñat. Estos tres cerdos se dedicaban a robar bancos y tiendas, por eso la familia era tan rica.

Una vez los tres cerdacos decidieron independizarse y se fueron a vivir

al campo. Tenían suficiente dinero como para vivir toda la vida sin trabajar ni robar más. Un día sonó el timbre de la casa, ding-dong -Los tres cerdacos se miraron mutuamente.

-¿Quién será? -preguntó uno -Madonna-comentó otro.

Beñat abrió la puerta y..... no, no era

Madonna, era un lobo y traía una tarta en sus manos.

-¿Tú quién eres? -dijo sorprendido Beñat.

-Soy vuestro vecino Tomás y este es el regalo de bienvenida -dijo el lobo extendiendo los brazos.

Un profundo y duradero silencio se

escuchó en la sala y los tres cerdacos a la vez lo rompieron de una carcajada.

-A ver tú "Tomate" o como quieras llamarte, déjanos en paz, nos has estropeado la juerga -dijo el "Chori" tirándole el pastel a la cara y cerrando de un portazo.

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El lobo se quedó pensativo y recordó aquel cartel, en el aparecían esos tres cerdos. Nada más llegar a casa cogió el teléfono y llamó a la policía pero como no cogieron decidió capturarlos con sus propias manos. Al día siguiente el lobo ideó un plan y lo puso en marcha. El plan consistía en colarse en su casa y echarles unos polvos para dormir en la comida. Los cerdos nada más llegar a casa se atiborraron de comida y enseguida se durmieron. El lobo aprovechó ese momento para llevarlos a comisaría y se sacó una buena pasta.

Iker Eguaras

Historia de la abuelita rojaHistoria de la abuelita rojaHistoria de la abuelita rojaHistoria de la abuelita roja

Érase una vez una abuelita que iba a casa de su nieta, Caperucita Roja. La abuelita iba en silla de ruedas y llevaba una cesta con un biberón. Por el camino, la abuelita se encontró con el lobo y empezaron a hablar:

-Hola-dijo la abuelita. -Buenos días, señorita roja -respondió el

lobo. -¿Qué tal estás?¿Te has recuperado de tu

lesión? -preguntó la abuelita. -Estoy mejor que nunca. Me dio ayer el

médico el alta -afirmó el lobo. -Pues entonces no me extraña que estés tan

contento -comentó la abuelita. -Y encima he sacado un nueve en

matemáticas-añadió el lobo. -Muy bien, y tu hermana ¿qué nota ha sacado?-preguntó la abuelita. -Un nueve también-respondió el lobo. -Menudo par, el gusano y el calamar. Me voy a casa que mi nieta me está

esperando-dijo la abuelita. -Adiós y que pases un buen día-se despidió el lobo. -Adiós y felicita a tu hermana-le dijo la abuelita al lobo. La abuelita se fue a casa y allá en la cama estaba Caperucita Roja: -¿Por qué tienes los ojos tan grandes?-preguntó la abuelita. -Para verte mejor- respondió Caperucita. -¿Por qué tienes la nariz tan grande? -Para olerte mejor. -¿Por qué tienes la boca tan grande? -¡ Para besarte mejor!

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Caperucita se lanzó hacia la abuelita para besarla y los dos se cayeron con la silla de ruedas hacia atrás.

EneKo Seriola

MULAN MULAN MULAN MULAN pasotapasotapasotapasota

En un pueblecito de China vivía una familia que tenía una hija llamada Mulan.

Mulan era grosera y maleducada, las notas del colegio eran cada vez

peores y ya tenía desesperados a sus padres y a la abuela. La abuela también vivía con ellos y Mulan era a la única que hacía caso y que trataba con respeto.

Un día empezó la guerra contra China y los soldados del emperador

fueron al pueblo a por gente para luchar. Nadie de la familia de Mulan podía ir, excepto ella, si se disfrazaba de chico. Mulan se negaba y por eso decía:

-Que vaya el viejo y así, si muere, no lo echaremos de menos. Todos se quedaron asombrados. Fue entonces cuando la abuela

tranquilamente convenció a Mulan para que fuera en el lugar de su anciano padre.

Mulan fue a la guerra. De repente le salió un bichejo con forma de lagarto

que se hacía llamar dragón. Él reclamaba su ayuda pero ella como no le hacía caso, el lagardón (lagarto- dragón) se le acopló y no la dejó en paz.

La guerra había terminado y Mulan había permanecido todo el tiempo

sentada sin hacer nada, pues el lagardón, así era como lo llamaba ella, había estado todo el tiempo incordiando, día y noche.

Ella con su caballo regresó a casa. Todos estaban muy preocupados por

ella, pero de pronto Mulan respondió como nunca lo había hecho: -Os quiero mucho, padres, y estoy muy contenta de volver a estar en casa. Al final el lagardón había cumplido con su trabajo y había hecho ver a

Mulan lo bueno que es llevarse bien con la familia.”Todos fueron felices y comieron lagardones.

Isabel Rangel

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El sueño de Caperucita NegraEl sueño de Caperucita NegraEl sueño de Caperucita NegraEl sueño de Caperucita Negra Érase una vez una niña que odiaba el mundo. Siempre vestía de negro, ya

que era emo. Sus padres estaban divorciados y sus hermanos se murieron al ahogarse

en el río de pequeños. A causa de eso, su comportamiento empezó a cambiar hasta que no aguantó más. Un día pensó en suicidarse. Mientras estaba buscando un buen sitio donde poner la cuerda para ahogarse se encontró con un cerdito:

-¡Hola! ¿Quién eres?-preguntó Caperucita. -Soy Porki-respondió el cerdito.

El cerdito le contó que odiaba el mundo. Los dos se dieron cuenta de que pensaban igual. El cerdo le contó que había escapado de un lobo feroz y que todavía lo buscaba. El cerdo parecía asustado.

Al tener los dos los mismos

pensamientos, pensaron en suicidarse juntos. Cuando iban a suicidarse, llegó el lobo que perseguía al cerdito y le explicó que no le perseguía. Aclaró que escapaba de un cazador. Los dos se hicieron amigos.

-Despierta-gritaron los Siete Enanitos. Blancanieves pensó que sería un sueño y se fue a vivir con el príncipe.

Imanol Gorriti

TxanogorritxoTxanogorritxoTxanogorritxoTxanogorritxo

Hola, soy el lobo y un día, estando

en el bosque, pasó una niña cantando. Como esa niña iba rompiendo ramas de los árboles, yo le pregunté por qué rompía las ramas de los árboles. Ella me dijo que iba a casa de su abuela y que esas ramas molestaban.

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Yo le empecé a seguir a escondidas y descubrí que no fue a casa de su abuela, sino a una taberna. Se pegó dentro un montón de horas. Cuando salió a la calle, perdió el equilibrio y se cayó al suelo ( estaba muy borracha).

Luego fui a donde ella y le pregunté a dónde iba. Me dijo que se iba para

su pueblo. Ella me insultó y me enfadé. Entonces le mandé para el pueblo equivocado.

La niña, toda borracha, acabó en el pueblo de al lado y por desgracia le

atropelló un coche.

Gaizka Legarra

El guitarrista de HameliEl guitarrista de HameliEl guitarrista de HameliEl guitarrista de Hamelinnnn

La hermosa ciudad de Hamelin era un lugar muy tranquilo hasta que un día una plaga de arañas la invadió. El alcalde de la ciudad estaba muy desesperado porque tenía pánico a todo tipo de insectos y ofreció 10.000€ a quien librara a la ciudad de la terrible plaga. Pasaban los días y nadie encontraba el remedio hasta que apareció un joven muy extraño que siempre

iba con su guitarra. Este pidió hablar con el alcalde y dijo que tenía el secreto para librarles de las arañas, y que antes de que anocheciera no quedaría ninguna sola araña en Hamelin. El joven fue a la plaza, donde empezó a tocar a la guitarra lo más fuerte que pudo, una melodía horrenda. Era tan

horroroso el ruido que las arañas se murieron al rato de escucharlo. Cuando fue a hablar con el alcalde de su recompensa, este solo le dio 1.000€.

-Señor, este no fue el trato que hicimos, no me iré hasta que no me dé el

resto-protestó el guitarrista. -¿Cómo te atreves a pedir tanto? Con lo mal que tocas, esto es mucho más

de lo que te mereces.-respondió el alcalde. El guitarrista se enfadó, y le dijo que iba a pagar por lo que le hizo. Se fue

al parque donde todos los niños estaban jugando, y todos fueron tras él como embobados hacia la colina. La colina se abrió con una enorme grieta y los niños se iban tirando de uno en uno. El guitarrista también entró. Un niño ciego

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quedó último y para cuando llegó, la grieta se había cerrado. El niño fue acogido por todas las madres de Hamelin, y aunque le llenaban

de caricias y regalos, él estaba triste porque no tenía con quién jugar.

Amaia Ekiza

Las tres Caperucitas RojasLas tres Caperucitas RojasLas tres Caperucitas RojasLas tres Caperucitas Rojas

Hace muchos años había tres hermanas que cosían a todas horas. Vivían con su madre en una casa de campo, en el pueblo llamado Bellavista. Eran muy pobres y apenas tenían dinero para vivir. Siempre vestían con un vestido rojo y blanco con una capa roja por encima.

Desde pequeñas las tres habían

aprendido a coser, tenían una habilidad especial para diseñar vestidos preciosos para las fiestas. Su madre era costurera, vendía vestidos y telas los domingos en el mercadillo del pueblo.

Cuando su madre envejeció, fueron sus hijas las que siguieron con el negocio. Ese año estaban solas para coser los trajes de la fiesta de primavera. Tendrían que trabajar muy duro.

Un día vinieron tres clientes. El primero, Don Quijote, le pidió a la

hermana mayor que le cosiera una malla para su traje de caballero. Ella le cortó las mallas de un cuero de vaca.

El emperador le pidió a la segunda hermana un traje exclusivo. Le preparó un traje como nadie había visto nunca.

Cenicienta le pidió a la hermana pequeña un vestido sencillo. Le diseñó un vestido de estilo princesa en seda, con bordados de flores, que quedó precioso. La noche anterior a la fiesta, entró en el taller de costura la madrastra de Cenicienta dispuesta a robar un vestido para su hija. El de Cenicienta le encantó y lo cogió pero antes de marcharse destrozó el resto de los trajes. Siempre había sido muy envidiosa. Llegó el día y al ver lo ocurrido, las hermanas lloraban y no sabían qué hacer. No se imaginaban quién había podido cometer tanto desastre.

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A pesar de lo sucedido, todos fueron a la fiesta. Cenicienta vio llegar a su madrastra y a la hija de ésta con su vestido. Le entró mucha rabia, ya que se había gastado todos sus ahorros en aquel vestido que ahora llevaba otra. Disgustada, abandonó la fiesta. La madrastra sonrió satisfecha. Había conseguido su objetivo, que Cenicienta no disfrutase de la fiesta.

Ainhoa Gallués

Hansel y GretelHansel y GretelHansel y GretelHansel y Gretel

Un día los hermanos Hansel y Gretel tuvieron una idea para no pasar tanta hambre. Su plan era preparar una casa de hierbas aromáticas para intentar atraer a alguna bruja, con el fin de comérsela. La casa quedó perfecta y en una hora ya había una bruja rondando.

Hansel y Gretel le dijeron que dentro había más hierbas. La bruja entró y les dijo que les compraba la casa por un millón de euros. Hansel y Gretel aceptaron. La bruja les pagó pero tenía ganas de orinar y les preguntó dónde estaba el baño. Los hermanos aprovecharon y le dijeron que abriera la puerta que había en la cocina, que se metiera, ya que era una ascensor que iba directo al baño. La bruja se metió en el horno y Hansel la empezó a cocinar mientras que Gretel pelaba patatas. La bruja se dio cuenta, y les convirtió en ranas. La bruja salió y se quedó con la casa y el dinero.

Unai Gil