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Económicas y Sociales

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Federación Internacional de Asociaciones de Personas Mayores (FIAPA: Fédération Internationale des Associations de Personnes Agées)

Los Cuadernos de la FIAPAInvestigación - Acción sobre el Envejecimiento

¿El poder gris?VOLUMEN II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS

Y SOCIALES

Número 3 - diciembre de 2004

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El Instituto de Mayores y Servicios Socialesno comparte necesariamente las opiniones y juiciosexpuestos, y en ningún caso asume responsabilidadesderivadas de la autoría de los trabajos que publica.

Primera edición, 2006© Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO)

EDITA:

Ministerio de Trabajo y Asuntos SocialesSecretaría de Estado de Servicios Sociales, Familias y DiscapacidadInstituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO)Avda. de la Ilustración, s/n. 28029 MadridTel. 913 638 526 - Fax: 913 638 880e-mail: [email protected]://www.seg-social.es/imserso

NIPO: BI-216-06-031-6D.L.: BI-1.791-06Impresión: GRAFO, S.A.

Federación Internacional de Asociaciones de Personas Mayores (FIAPA: Fédération Internationale des Associations de Personnes Agées)

Los Cuadernos de la FIAPAInvestigación - Acción sobre el Envejecimiento

¿El poder gris?Volumen II: influencias económicas y sociales

Número 3 - diciembre de 2004

Catálogo general de publicaciones oficiales:http://publicaciones.administracion.es

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Prólogo

Introducción

Las nuevas perspectivas del “poder gris” en el espacio públicoJUAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

OBERTURA: JUBILADOS Y PERSONAS MAYORES ANTE UNMUNDO EN TRANSFORMACIÓN

El efecto de los grupos de personas mayores y de los medios decomunicación en la elaboración de las políticas en materia de

vejez en AustraliaELISABETH OZANNE (traducido del ingés)

“El complot de Matusalén”. Frank Schirrmacher,das Metusalem-komplot, Ediciones Blessing, Munich 2004

LECTURA CRÍTICA DE STEFAN KRAUSS

El peso económico y social de las personas mayores en losEstados Unidos

ROBERT N. BUTLER (traducido del inglés)

1. PODER E INFLUENCIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

La influencia de los mayores en los medios de comunicación:una relación de reciprocidad

JUAN-YVES RUAUX

SUMARIO

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La prensa para mayores: ¿una potencia sin poder?SERGE GUÉRIN

¡Los “Panteras Grises” y la guerra mediática! El caso del “MediaWatch Program” en los Estados Unidos. Entrevista a TIM FULLER

POR JUAN-PHILLIPE VIRIOT DURANDAL (traducido del nglés)

La revista 50 y Más: los jubilados, a la cabeza del gran mensualitaliano

LANFRANCO MORGANTI

Cómo se comunica la AA.RP. con sus miembros y con el públicoLEIGH BAILEY Y TOM OTTWELL (traducido del inglés)

OK Senior, el magacín fenómenoSERGE GUÉRIN

2. PODER E INFLUENCIA SOCIAL DE LOS JUBILADOS

Las personas mayores y su influencia en el desarrollo de losservicios gerontológicos: la perspectiva británica

NORMA Y RAYNES, HEATHER CLARK, JENNIFER BEECHAM (traducido del inglés)

La cara oculta del poder gris o cómo influye en la utilización delos servicios sociales sanitarios

MARC-ANDRÉ DELISLE

Empowerment y creatividad.Una experiencia en contextos rurales en el Norte de España

PILAR RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ

La integración social y económica de las personas mayores.Una fuerza nueva

ROSITA KORNFELD MATTE

El voluntariado de los mayores: una fuerza social y económica afavor de las personas mayores en el medio rural

CINDY LOMBARD

El poder gris, en cuestión en HungríaZSUSA SZEMAN (traducido del inglés)

Organizar a los mayores para el poderEDWARD M. GERLOCK (traducido del inglés)

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La actividad de utilidad social,el voluntariado de los jubilados y el poder social

MONIQUE LEGRAND

Participación social e influencia económica:los mayores “jóvenes” en Dinamarca

PER H. JENSEN (traducido del inglés)

3. PODER E INFLUENCIA ECONÓMICOS Y FINANCIEROS

El peso económico y la influencia de los mayoresANNICK TAMARO-HANS

El márketing senior es una evidenciaJUAN-PAUL TRÉGUER

Poder e influencia en los fondos de pensiones: el caso danésPER H. JENSEN (traducido del inglés)

Cómo tomar el control de una sociedadALBERT MAGARIAN

La jubilación: un dato fundamental del poder económico y social de los ancianos

MÓNICA FERREIRA (traducido del inglés)

El envejecimiento activo: un factor esencial de integraciónsocioeconómica para los mayores

ROSY PEREYRA (traducido del inglés)

El trabajo y la protección social, dos claves del análisis del podereconómico de los mayores: el caso de China

DEL PENG (traducido del inglés)

Las cooperativas de personas mayores en EcuadorNELSON JURADO (traducido al español por ALINE PEYRIC)

Perspectivas...Replantearse el “poder gris” en el espacio público

JUAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

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Hace cuatro años que la FIAPA decidió afrontar un reto de envergadura con el intentode hacer de esta revista una plataforma de encuentro entre el mundo universitario y los gran-des protagonistas del ámbito del sector gerontológico en el plano internacional (responsablespolíticos, responsables de las organizaciones no gubernamentales, profesionales del sector geron-tológico, periodistas...) Desde su creación, se ha creado la versión inglesa y hemos ampliado lapaleta de contribuidores. Hasta tal punto que los dos últimos números sobre el "Poder Gris"han reunido 50 firmas procedentes de 24 países, lo que representa, en total, más del 50 % dela población mundial.

Se han creado nuevas columnas con el fin de alternar los artículos académicos y las demásfuentes de conocimiento. Así pues, en este nuevo número las notas de lectura y los extractos delibros se consignan en la columna "Ex libris". Las informaciones procedentes de distintossitios de Internet y que presentan ilustraciones especialmente adecuadas de nuestros temas ador-narán los artículos en breves encartes titulados "en la Red". Hemos decidido también poner elénfasis en iniciativas de campo apasionantes, desarrolladas en distintos puntos del planeta, enla columna "Focus". Una última innovación, finalmente, para este nuevo número: la intro-ducción de dos "ficciones sociales" que nos sumergirán en ejercicios de anticipación. Otras tan-tas proyecciones futuristas que facilitan la reflexión sobre las potencialidades, pero también, aveces, sobre los riesgos del "poder gris" a un plazo más o menos breve.

El segundo compromiso asumido al principio de este proyecto editorial sobre el poder grisserá continuar la reflexión sobre el lugar de los mayores en la sociedad. Por consiguiente, unproyecto tan ambicioso como la revista va a prolongar y a mejorar el trabajo ya comenzado.Un nuevo reto ha nacido y pedimos sin demora a todos los compañeros y patrocinadores poten-ciales que se asocien a nosotros en la Red de Estudios Internacionales sobre la Edad y laCiudadanía (REIACT: Réseau d'Etudes Internationales sur l'Age et la CitoyenneTé).

Me había comprometido a acompañar a la revista en los dos números. En consecuencia,deseo dar las gracias a todos los colaboradores y compañeros que lo han hecho posible.

Jean Philippe VIRIOT DURANDAL Redactor jefe y coordinador del número

Prólogo

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En Francia, como en un buen número de países ricos, los baby boomers que alcanza-rán la edad de la jubilación en los próximos años dispondrán, por término medio, de uncapital físico (salud, capacidades funcionales...), económico (ingresos y patrimonio) y social(nivel de educación, afiliación a una asociación...) sensiblemente superior al de sus padres.Además, deberían disfrutar de un horizonte temporal posterior a los 60 años sin preceden-te. La conjunción de estos factores podría permitir a la futura generación de jubiladosinventar nuevos espacios de intervención en la sociedad contemporánea y de implicarse enlos ámbitos cívicos y políticos. Tanto más cuanto que dicha generación ya se ha destacadoen el pasado por su compromiso activo en los grandes movimientos colectivos de la décadade 1970. ¿Va a utilizar sus numerosos recursos cuando se jubile para cercar de nuevo elespacio público e intentar así mantener un dominio sobre los asuntos del mundo, aunqueabandone la actividad profesional?

La entrada en materia de este nuevo volumen de la revista se inscribe en el contexto de lasreformas de las políticas sociales que representan un desafío eminentemente político en la mayorparte de los países desarrollados. Es lo que recuerda Elizabeth Ozanne para el caso austra-liano. Los recientes enfrentamientos en torno a la evolución de los derechos sociales enAustralia, como en Europa, han determinado los debates acerca de las reformas de los siste-mas de jubilación y también sobre la evolución del sistema sanitario y la cobertura del riesgode dependencia para las personas mayores. Son otros tantos desafíos financieros y políticosimportantes a los cuales son especialmente sensibles los mayores y las personas de edad avan-zada. La Europa continental está sujeta a una exposición especial, como subraya StefanKrauss a través de su lectura del “Complot de Matusalén”, reciente obra alemana del redac-tor jefe del Frankfurter Allgemeine Zeitung. Efectivamente, las reformas alemanas en mate-ria de política social han suscitado bastantes controversias en torno a los remedios aplicablespara conservar las bases de un sistema de protección social inventado en ese mismo país por elcanciller Bismarck más de un siglo antes. Sin olvidar este debate, hemos pedido a Robert

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IntroducciónLas nuevas perspectivas del “poder gris” en el espacio público

JEAN PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

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Butler que nos amplíe la reflexión acerca del poder y de la influencia de los mayores más alláde la mera esfera de las políticas públicas.

Así pues, ¿qué es ese “poder gris” que analizamos?

En este volumen, el “poder gris” se entiende como la expresión concreta de un grupo socialmediante la movilización de sus recursos para actuar en su entorno material e inmaterial. Nosólo interviene en el campo político, sino también en los ámbitos económicos, sociales y cultura-les. Los contornos del grupo social al cual remite este poder son bastante borrosos, porque estácircunscrito a los estigmas muy subjetivos del tiempo (el poder es “gris”).

Convenimos en que los poseedores de este “poder” están definidos por su avanzada edad ypor el estatus material o inmaterial que se les ha asignado por ello (jubilados, personas mayo-res, ancianos...)

De este nuevo número se desprenden tres ejes principales.

La primera parte prolonga la reflexión del volumen precedente en torno a la esfera polí-tica, pero se interesa con mayor amplitud en relación con la acción de los jubilados en el “ágoragerontológica” en general. Esta ágora se entiende aquí en el sentido amplio de un espacio deconstrucción de las representaciones y de las opiniones en torno a la edad y sus desafíos.

Jean-Yves Ruaux, y luego Serge Guérin, como expertos y observadores sagaces de losmedios de comunicación, han analizado las relaciones entre la prensa y los lectores mayores.Subrayan la complejidad de las relaciones compuestas de interacciones y de controles mutuosmás o menos implícitos. Determinadas organizaciones ejercen presión desde el exterior delmicrocosmos mediático, mientras que otras se asocian convirtiéndose en verdaderos empresarios.

Tim Fuller, en su condición de Director ejecutivo de los Panteras Grises de los EstadosUnidos, ha accionado la primera palanca. Su organización ejerce presión sobre los medios decomunicación a través de una célula de vigilancia destinada a reaccionar ante la difusión deestereotipos, de imágenes degradantes o de falsedades relativas a las personas mayores y a lapolítica en materia de vejez. La organización actúa aquí como grupo de presión cuando dirigesus acciones no ya hacia el poder político, sino hacia los protagonistas del mundo mediático.

La segunda estrategia consiste en intentar el dominio de los vectores, los canales y loscontenidos de la información desde su plataforma de converso en operador de medios decomunicación. Una primera ilustración es la que presenta Lanfranco Morganti con elmagacín 50 e Più1. Esta revista está controlada por una asociación de pensionistas trans-alpinos. En los Estados Unidos, Leigh Bailey y Tom Ottwell recuperan este fenómeno

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cuando trazan un breve retrato del imperio mediático constituido por la asociación de jubi-lados AARP.

Estos dos casos de figuras demuestran que el poder mediático de las organizaciones demayores puede igualar a veces la ficción e, incluso, sobrepasarla, como ha sacado a relucir SergeGuérin para el caso francés.

En la segunda parte de la revista, analizamos el poder gris a partir del “poder social”de los jubilados y de las personas mayores. Este tipo de poder consiste, para los jubilados, en elejercicio de una influencia directa sobre las respuestas dadas a sus necesidades mediante su pro-pia acción sobre sus gestiones. El poder de influir en su propia situación reside también en lacapacidad de acción sobre la concepción y la organización de los servicios destinados a las per-sonas mayores por los propios mayores. En el Reino Unido, Norma Raynes, Heather Clarky Jennifer Beecham desarrollan una reflexión original en torno a una investigación-acción diri-gida a asociar a las personas mayores con sociólogos y economistas en la evaluación y la concep-ción de los servicios a domicilio. Este dispositivo pone a disposición de los usuarios medios téc-nicos especializados (sociológicos, económicos, jurídicos) para estudiar sus propuestas y elaborarsoluciones operativas que integren las limitaciones institucionales, organizativas y financieras.

En Francia, Mehmet Dumangoz recuerda una experiencia de toma de “poder social” porparte de los jubilados. Esta acción atípica, emprendida por personas mayores de Brest con elapoyo de la Fundación de Francia, aspira a crear un debate entre los usuarios de los transpor-tes colectivos de la aglomeración y los responsables de las políticas que rigen esta faceta de lapolítica de la ciudad. Con filmaciones de las dificultades de acceso y con los testimonios de losusuarios, este grupo de mayores ha realizado un documental y ha presentado a los cargos elec-tos y a los habitantes de los distintos barrios de la ciudad un inventario de las dificultades yde las soluciones concretas que hay que procurar. Marc André Delisle y Hector Ouellet tam-bién recuerdan el papel de los mayores en la circulación de la información y su influencia, sobretodo en el comportamiento de los miembros de clubes de mayores. Estos grupos constituyen redesformales e informales de usuarios de servicios médicos y sociales que se inscriben en sistemas deinformación en los cuales son, a la vez, receptores y emisores.

Pero la implicación de los mayores en la ciudad no es sólo una cuestión de voluntad y deautoorganización de los grupos que los representan. La experiencia desarrollada en España,en el macizo Cantábrico, en un contexto a priori hostil en el plano de la geografía física yhumana, demuestra el papel primordial de la voluntad política. Esta iniciativa descansa enuna arquitectura de conjunto de la acción gerontológica que implica una reflexión en torno alas movilidades, las necesidades de los diferentes públicos, las formas de aislamiento y losmedios de remediarlos mediante acciones concertadas en un territorio habitado concreto. Estambién el método de “investigación-acción-participación” que es preciso saludar aquí en el

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balance esbozado por Pilar Rodríguez. El poder de actuar sobre sí mismo y sobre el propioentorno no es evidente, en especial para muchas personas mayores cuyo nivel de capital mate-rial y simbólico es escaso. Para Rosita Kornfeld, la sensibilización y la formación constituyenfactores clave para la integración de las personas mayores en una dinámica de apropiación deun poder social. La experiencia que ha desarrollado en Chile, en la Universidad de Santiago,va dirigida, precisamente, a motivar, estimular y formar a los mayores que desean dar impor-tancia a la acción gerontológica. En Francia, la asociación de Ayuda a Domicilio en el MedioRural (ADMR) ha establecido también una política de afiliación y de apoyo al voluntariado.A través de su acción de encargada de misión profesional, Cindy Lombard atestigua la impor-tancia de estos dispositivos de acompañamiento. La institución facilita la acción de los volun-tarios, no sólo porque contribuye a la reducción del coste de las prestaciones, sino también, sobretodo, porque participa en la construcción o en la consolidación de un tejido social y relacionalen torno a las personas mayores. Envejecer mejor es también contribuir a consolidar este tipode entorno. El análisis de Zsuzsa Szeman aporta una iluminación suplementaria a través delcaso húngaro con respecto a la importancia capital de la función de enlace adoptada por lasasociaciones en la acción deficiente del Estado en los países con economía en transición. Estetipo de enfoque constituye una de las palancas posibles, entre otras, para responder a las nece-sidades crecientes de apoyo destinado a personas mayores dependientes. Pero no puede sustituirpermanentemente a una verdadera política estructural en materia de dependencia.

En determinados casos, los jubilados y sus organizaciones abandonan el estatus de auxiliar de laacción pública para transformarse directamente en prestadores de servicios. Entonces se convierten en“empresarios” sociales, como ilustra la experiencia comenzada en Filipinas por Edward Gerlock.

Pero los jubilados y las personas mayores orientan también su poder social hacia otros públi-cos distintos de los miembros de su propio grupo. Monique Legrand abre una perspectiva sobrelas organizaciones de jubilados cuando pone de relieve cómo sus recursos se expresan tambiénen modelos de “jubilación solidaria” destinados a todas las generaciones. Los jubilados, graciasa su potencial (tiempo disponible, capacidades físicas, experiencia profesional y extraprofesional,nivel de estudios...) disponen de la capacidad de actuar directamente sobre el cambio de su entor-no social. Porque el desarrollo de su compromiso en el seno de las organizaciones no guberna-mentales representa también una forma de poder en el mundo. La inversión en las asociacionesde apoyo escolar, de reinserción o de ayuda a los países en vías de desarrollo, por ejemplo, ¿noes una forma de recuperación de una capacidad para participar pragmáticamente en los cambiosmediante una acción directa sobre los asuntos sociales? Per Jensen examina también el podersocial bajo este ángulo, en el caso danés, pero amplía el ángulo de análisis y lo relaciona con elconjunto de las condiciones políticas, económicas y culturales que van unidas a él.

La tercera parte aborda el tema del poder y de la influencia económica. En los paísesricos, los jubilados disponen de un poder social, económico y financiero no despreciable, fruto de

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la riqueza económica, pero también de una fuerte voluntad política que ha impuesto la aplica-ción de sistemas de protección social. Entonces, ¿vamos a asistir al fin del "culto de los valoresjuveniles" y a una concentración del mercado en las expectativas más próximas a las de los con-sumidores acomodados mayores de 50 años? Si la supuesta transformación de los valores domi-nantes de los consumidores senescentes (búsqueda de seguridad, de sosiego, de lazos afectivos confamiliares o amigos...) se revelase exacta, ¿influirá en las opciones de los medios de comunica-ción y de los anunciantes? En definitiva, ¿sellaría el siglo XXI una revolución tranquila de lasnormas a través de un doble fenómeno: de "feminización" y de "maduración"? En torno a estafaceta hemos consultado a Jean-Paul Treguer, especialista en márketing senior, a AnnickTamaro-Hans, economista, y a Frédéric Serriere, responsable de sitios de informaciones para losmayores. Si bien reconocen el peso económico de los mayores, algunos permanecen todavía escép-ticos en relación con su influencia real en las decisiones de los agentes económicos... al menos porahora. El "poder gris", en este ámbito, ¿no sería, al final, más que un mito?

Jensen comparte este escepticismo, aunque lo suaviza con la mención de las nuevas formasde movilización del poder económico de los mayores. Menciona la experiencia danesa en mate-ria de control de las inversiones financieras de los fondos de jubilación. Siguiendo sus pasos,Albert Magarian aceptó entregarse a un ejercicio de ficción social para inducirnos a reflexio-nar en torno al eventual poder de los jubilados y de los mayores en la gobernanza económica.Dadas sus posiciones especiales en el accionariado de las grandes empresas, este poder podríadejar de ser ficticio en la próxima década. Mito o realidad, nos encontramos aquí entre el reco-nocimiento y el cuestionamiento del futuro de una fuerza potencial a la vez económica, finan-ciera y ética.

Por último, las preguntas que planteamos en este nuevo número acerca del "poder gris" seintegran en un panorama mundial sumamente contrastado, que conviene recordar. En las econo-mías en transición y, más todavía, en los países en vías de desarrollo, la debilidad de la protec-ción social, incluso su ausencia, recuerda el lazo de dependencia estrecha entre el poder económi-co y social de las personas mayores y los dispositivos de política pública que les garantizan unaseguridad material, sanitaria y social. ¿Cómo entender el poder económico en estas condiciones?Monica Ferreira subraya la importancia de las pensiones de jubilación en África del Sur parafomentar y consolidar el papel social y económico de los mayores en el seno de la familia y de lasociedad. Cuando los sistemas de pensiones son débiles o, incluso, inexistentes, la actividad eco-nómica de los mayores se convierte en primordial. Rosy Pereyra, en la República Dominicana, yDel Peng, en el contexto de la China contemporánea, insisten en la necesidad de replantearse elpoder económico de los mayores a partir de sus recursos, ya procedan éstos de ingresos de transfe-rencia o de ingresos de actividad. Consciente de los problemas de integración económica, NelsonJurado ha participado en el desarrollo de cooperativas en Ecuador para facilitar la actividad eco-nómica y financiera de los mayores. Esta experiencia, que integra también la consideración de las

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necesidades sanitarias y sociales, permite restituir poder a los mayores en los distintos comparti-mentos de su vida: económico, social, cultural y político. Este volumen termina, por último, conuna serie de perspectivas transversales de las formas del poder político, mediático, económico ysocial de los jubilados y las personas mayores y de los nuevos desafíos planteados a la investiga-ción y a los responsables de las políticas, públicos o privados, para entenderlos.

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JUBILADOS Y PERSONAS MAYORES ANTE UN

MUNDO EN TRANSFORMACIÓN

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En Australia, en el transcurso de las últimas décadas, los asuntos de envejecimiento hanabandonado los debates de los expertos para situarse en el centro de las preocupaciones del debatepúblico. Y ello, sobre todo, a causa de los costes crecientes de la sanidad y de la protección social,sin olvidar determinadas inquietudes en cuanto al porvenir del dispositivo actual a partir del año2040. Esta situación ha dado lugar a numerosas agrupaciones entre las asociaciones de personasmayores, asociaciones que pueden ser la expresión directa de los interesados o la emanación deimportantes prestatarios de servicios. En este contexto, asistimos a la formación de nuevasalianzas y a negociaciones de fusión entre algunas de las organizaciones australianas másimportantes.

El presente artículo analiza cinco cuestiones de actualidad tomadas del contexto australiano.Explora los papeles respectivos del gobierno, de las asociaciones de defensa de las personasmayores y de los medios de comunicación en la orientación del debate político.

En estos últimos años, las publicaciones especializadas han emitido numero-sas comunicaciones relativas al papel de las organizaciones de personas mayoresen la elaboración de las políticas en materia de vejez o en relación a las evolu-ciones demográficas recientes (Binstock y Pratt, 1997; Hudson, 1999; Walker yNaegele, 1999; Vincent Paterson y Wale, 2001). Este artículo explorará breve-mente cinco casos, identificará sus protagonistas principales e intentará conocersi éstos últimos han ejercido un efecto significativo en la conducción de losacontecimientos. En cada uno de estos casos se evocará brevemente el papel delos medios de comunicación.

Se abordarán los cinco casos siguientes:1. El debate relativo a la igualdad entre las generaciones.2. La financiación de la asistencia de larga duración.

El efecto de los grupos de personas mayoresy de los medios de comunicaciónen la elaboración de las políticas en materiade vejez en Australia

DRA. ELISABET OZANNE

Profesora. Directora de la Unidad de Investigación sobre el Envejecimiento y la

Asistencia de Larga Duración. Universidad de Melbourne

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3. La racionalización de la asistencia sanitaria.4. El debate en torno al empleo de las personas mayores.5. El acceso de las personas de edad más avanzada a los servicios de urgen-

cia.

Para situar estas cuestiones en su contexto, y como introducción, haremosalgunos comentarios breves sobre la demografía y la política en materia de enve-jecimiento en Australia.

El efecto del envejecimiento de las poblacionesen el contexto australiano

El 12% de la población australiana tiene 65 o más años. En el transcurso dela última década, los asuntos del envejecimiento han pasado a ocupar un pues-to central en el debate político. Esta evolución está vinculada al aumento cons-tante del número de personas mayores o de edad muy avanzada, pero tambiéna la inquietud creciente de los medios gubernamentales en relación con la viabi-lidad económica de los sistemas de protección social en este contexto. En 1999,el gobierno liberal conservador hizo pública la “National Strategy for an OlderAustralia” 2, documento en seis volúmenes destinado a preparar al gobierno, a lasfamilias y a los particulares para un cambio de situación. En 2002, el MinistroFederal de Finanzas publicó un informe relativo al efecto social del envejeci-miento de la población. Dicho informe se inscribe en una perspectiva interge-neracional que toma como horizonte para sus proyecciones el año 2042.

En este contexto, diferentes grupos de personas mayores se han encontrado,en unión con el gobierno, en el núcleo del debate sobre el futuro de unaAustralia que envejece. Estos grupos han conocido transformaciones rápidas,algunas de ellas orientadas a ampliar su mandato desde una actividad sectoriallimitada para encontrarse en una coalición nacional. Otros se habían compro-metido en grandes proyectos de fusión con el fin de ampliar la base de sus acti-vidades y ganar influencia en la puesta en marcha de las políticas públicas.

La creación reciente de la “National Aged Care Alliance” 3, representante de lamayoría de los grandes prestatarios de servicios del país, ha constituido la expre-sión de una primera estrategia. Esta coalición ha ejercido una fuerte influencia

2Estrategia Nacional para una Australia Senil [N. del T.].3Alianza Nacional de Asistencia a las Personas Mayores [N. del T.].

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sobre el gobierno, porque permite a los coaligados hablar con una sola voz. Lasegunda estrategia ha consistido en establecer instancias de diálogo (2002-2003)entre el “Council on the Ageing” 4 australiano, una federación reconocida por elEstado y compuesta por organizaciones que representan a los prestatarios deservicios y a los consumidores, y la “National Seniors” 5, un grupo independientede jubilados dotado de un gran número de afiliados. La agrupación de estas dosúltimas organizaciones tendrá, sin duda, una fuerte influencia sobre el gobierno.

EL DEBATE ENTRE LAS GENERACIONES

Este debate se ha iniciado desde que el Ministro Federal de Finanzas publi-cara, en 2002, un informe sobre la estimación del coste de la población de edadavanzada hacia 2042 (Commonwealth of Australia 2002). Este informe ha suscita-do muchos comentarios, tanto en los círculos universitarios como en la opiniónpública de todo el país. Ha sido objeto de gran cantidad de artículos de prensadebido a que era la primera vez, en el contexto australiano, que los intereses delas generaciones jóvenes se presentaban como opuestos a los intereses de las deedad avanzada en un documento oficial.

Este informe ha sacado a la luz el dato de que los gastos del presupuestofederal comenzarían a sobrepasar a los ingresos en alrededor de quince añosy generarían hacia 2041-2042 un déficit presupuestario del orden de 87 millar-dos de dólares (5% del PNB australiano). El informe concluía que, si no sehacía nada, con un nivel de imposición invariable y en un contexto de bajacombinada de los índices de natalidad y de mortalidad, las proyecciones sobreproductividad, edad de los trabajadores, coste de la sanidad e incidencias pre-supuestarias de la vejez, incluidos los gastos suplementarios provocados por elempleo de tecnologías médicas y farmacéuticas nuevas, se llegaría inexorable-mente a un déficit del presupuesto federal. El informe añadía que, si las polí-ticas de vejez no se modificaban, las nuevas generaciones tendrían que pagarunos impuestos más elevados para hacer frente a un déficit del orden de 87millardos de dólares.

Para responder a esta situación, las estrategias preconizadas en el informeson las siguientes: la continuación de un nivel débil de imposición, la limitaciónde los gastos del gobierno y la estimulación de la economía para generar másingresos y promover financiaciones procedentes del sector privado.

4Consejo sobre el Envejecimiento; más conocido por el acrónimo COTA [N. del T.].5Asociación Nacional de Personas Mayores; el nombre completo es National Seniors Association Ltd., pero se dan aconocer como National Seniors [N. del T.].

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Este informe ha sido muy criticado con motivo de su enfoque puramente fis-cal. Ha provocado mucho debate en torno a lo que una generación debe a la pre-cedente y qué ventajas o inconvenientes sería legítimo o moral transmitir a lageneración siguiente (Thompson, 2003). Dos universitarios (Dowrick y McDo-nald, 2002) han sido los primeros en impugnar los argumentos de este informe,al que culpan de enfrentar a las generaciones entre sí en lugar de subrayar suinterdependencia. También se impugnaba el análisis estadístico y puramente fis-cal del informe, así como la ausencia de toda dinámica social susceptible demodificar favorablemente las perspectivas. Se evocaban también en este infor-me posibles economías realizadas gracias a una mejora de la salud pública, unamanera más eficaz de conservar en el trabajo durante más tiempo la mano deobra de edad avanzada y el recurso a nuevas tecnologías. También hubo nume-rosos debates sobre nuevos enfoques de la política fiscal (McAuley, 2002).

Bajo el título “Los expertos impugnan el informe sobre el envejecimiento”,Josh Gordon, periodista económico del Age Newspaper escribía en el Age Saturdayde 22 de junio:

“El informe intergeneracional del Ministerio Federal de Finanzas, ampliamente utilizadopor el gobierno para justificar cortes salvajes en los presupuestos de sanidad y protección social,exagera las previsiones de costes de una población de edad avanzada, estiman los expertos enuna crítica de este mismo informe.

Según este documento, en 40 años, el gobierno federal acumularía un déficit de 87 millardosde dólares (en dólares australianos actuales) con motivo del aumento de los gastos de la sanidad yde la protección social.

Los profesores Peter McDonald y Steve Dowrick de la Australian National University6

han afirmado que el Ministerio había pintado un cuadro particularmente pesimista cuandopostulaba que la demografía, la economía, la sanidad y los grandes orientaciones políticas seríansimilares en 40 años a como son en la actualidad.

Los universitarios estiman que el Tesoro ha despreciado el dato de que con una población deedad más avanzada hay menos paro, lo que permite un mejor equilibrio presupuestario. Tambiénconsideran que el informe ha subestimado notablemente los efectos de la mejora de la salud y dela longevidad sobre la capacidad para trabajar durante más tiempo. Añaden que elinforme ha producido estimaciones de los costes futuros de sanidad y de envejecimientopresentadas equivocadamente como certidumbres.

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6Universidad Nacional de Australia [N. del T.].

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El informe del gobierno indica, además, que el envejecimiento provocaría costes considerablespara el presupuesto federal aunque, según el profesor McDonald, las condiciones de vida de loshogares australianos habrán mejorado, incluidas las personas de más edad, así como los ingresosdel Estado, que, por su parte, también habrán aumentado sustancialmente.

Existe un alto grado de incertidumbre, dicen los críticos, relativo al uso de los medicamentosgracias al PBS7 (Farmaceutical Benefit Scheme)8 y, a este respecto, el informe comunica unaimpresión de certidumbre engañosa. Peter Costello, Ministro de Finanzas Federales9, hautilizado a menudo este informe como pretexto para promover su proyecto de aumento del preciode los medicamentos y hacer frente a una explosión del presupuesto en el futuro. Se estima queeste proyecto podría costar 4,7 millones de dólares en el presente año fiscal, pero el Tesoropretende que si los consumidores no pagan más o no disminuyen su consumo de medicamentos,costaría cinco veces más en 2041”.

La propia prensa estaba dividida, como indican los dos extractos siguientes,tomados de la Australian Financial Review:

“Juventud contra vejez - vuelta del bastón contra los baby boomers”. “Generación dichosa,criada a fuerza de subvenciones y todavía y siempre cebada con subvenciones” (AustralianFinancial Review - 30 de agosto, Tim Dodd, p. 22).

“Una carga superlativa para la generación siguiente”. “Las generaciones jóvenes no sólodeben financiar sus propias jubilaciones, sino que deben financiar las de los baby boomersdurante mucho tiempo todavía” (Australian Financial Review. Brian Toohey - 30 deagosto, p. 23.)

Basada principalmente en preocupaciones económicas, una de las conse-cuencias a largo plazo de este informe habría sido suscitar un debate nacionalen torno a las relaciones entre las generaciones, las consecuencias del envejeci-miento y la necesidad de tomar disposiciones a largo plazo.

El informe ha merecido respuestas por parte de los principales grupos deintereses vinculados al envejecimiento, entre los cuales se incluyen “SeniorsNational Aged Care Alliance” 10, “COTA/National Seniors” y “Aged Care Austra-lia” 11. Estos debates contradictorios han permitido exponer a la opinión públi-

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7Es un programa gubernamental que financia la puesta a disposición de productos farmacéuticos a un precio inferioral coste real.8Plan de prestaciones farmacéuticas [N. del T.].9En el resto del artículo aparece como 'Ministro Federal de Finanzas' [N. del T.].10No consta la existencia, en Australia, de una organización con este nombre; ni a National Aged Care Alliance le pre-cede Seniors; posiblemente se trata de esta última, transcrita erróneamente [N. del T.].11Es posible que se trate de Aged Care Association Australia (Asociación de Asistencia a las Personas Mayores enAustralia), también conocida por las siglas ACAA [N. del T.].

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ca los aspectos de viabilidad de los sistemas de jubilación y de protección social.Y ha obligado también a los australianos a pensar en el porvenir de las relacio-nes entre las generaciones en este ámbito.

LA FINANCIACIÓN DE LA ASISTENCIA DE LARGA DURACIÓN

Uno de los debates más importantes asociados a la preservación en el tiem-po de los sistemas de pensiones y de protección social ha sido el de la financia-ción de las residencias de ancianos, y ello a continuación de un estudio solicita-do por el gobierno y realizado en dos años por el profesor Len Gray (Gray,2001a). El estudio indicaba que, a largo plazo, lo esencial de este sector carecíade viabilidad financiera y que, por lo tanto, era necesario prever una racionaliza-ción y reformas radicales de la financiación. A continuación, en 2002, elMinistro Federal responsable del Envejecimiento, Kevin Andrews, ha lanzado la“Hogan Review” 12 con el fin de investigar en torno a una financiación duradera delas residencias de ancianos y explorar nuevas vías para financiar el alojamiento yla asistencia de las personas mayores (Commonwealth of Australia 2003). La “HoganReview” ha solicitado las opiniones de las diferentes partes interesadas y ha finan-ciado un determinado número de estudios sobre el estado de las residencias deancianos, las bases legales de su funcionamiento y un estudio comparativo rela-tivo a cinco países.

En este marco, las residencias de ancianos y sus asociaciones representati-vas han presentado sus contribuciones a la “Hogan Review”. Ha habido deba-tes importantes en los medios de comunicación relativos a la urgencia deencontrar nuevas soluciones. En esta campaña, los grupos más importanteshan sido la “National Aged Care Alliance”, “Age Care Australia” 13 y “VictorianAged and Exten-ded Care Association” 14. Estas asociaciones y sus afiliados handesarrollado una activa campaña mediática con títulos como “Baby boomers,los nuevos reclutas en la batalla de la asistencia a las personas mayores” des-tinada al público en general, a los futuros baby boomers y a la generación X parala continuidad en el tiempo de un sistema viable de atención a las personasmayores.

Un comunicado reciente presentaba las cosas de la manera siguiente:

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12Revisión Hohan, por el nombre del economista Prof. Warren Hogana, que fue el encargado de acometer la revisión[N. del T.].13Debe de tratarse de la ya citada Aged Care Association Australia [N. del T.].14No consta la existencia, en Australia, de una organización con este nombre; puede tratarse de Victorian Associationof Health and Extended Care (Asociación de Asistencia Sanitaria y de Larga Duración de Victoria) [N. del T.].

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15Asistencia Sanitaria y en Residencias [N. del T.].

“La generación de los baby boomers debe hacer llegar con toda urgencia un mensaje algobierno federal sobre la cuestión de las residencias de ancianos. Esta generación representa nosólo una fuerza política, sino que constituye también la de los futuros “viejos” australianos.Necesitan movilizarse desde ahora para exigir que el gobierno tome en serio la cuestión de laasistencia a las personas mayores y tenga en cuenta las indicaciones de la “Hogan Review”aparecida en diciembre. Si no se hace nada ahora, en el momento en que los baby boomers seanviejos, el sistema de las residencias de ancianos estará en ruinas y se derrumbará sobre sucabeza” (Victorian Health and Extended Care Association Media Release - 9 deseptiembre de 2003).

CREAR UN SISTEMA DE ASISTENCIA COMUNITARIA VIABLE.

Considerada a menudo como parte integrante de la asistencia de larga dura-ción, la asistencia comunitaria está financiada conjuntamente por el Estadofederal y el gobierno local, siendo el Estado el que toma a su cargo lo esencialde la responsabilidad administrativa. Sin embargo, en comparación con Healthand Residential Care15, la asistencia comunitaria sigue siendo el pariente pobre encuanto a gastos federales. Con la tendencia creciente que consiste en mantenera las personas mayores en su domicilio tanto tiempo como sea posible, Australiaha experimentado, desde la década de 1980, una expansión considerable de suprograma de asistencia comunitaria.

A partir de una serie de informes independientes producidos por diferentesgrupos de profesionales que demuestran la necesidad de racionalizar los diferen-tes programas de asistencia comunitaria impulsados por organismos federales yestatales (en 2002), el Ministro responsable de la asistencia a las personas mayo-res ha lanzado una importante consulta a este respecto. Algunas de las pregun-tas más importantes giraban en torno al papel del Estado federal y de los gobier-nos de los diferentes estados, a la definición de las necesidades de las personasmayores en comparación con las de las personas con discapacidad (dado queestos dos grupos dependen de los mismos programas) y a una mejor “orienta-ción” de los diferentes niveles de necesidades.

El gobierno ha reaccionado con el lanzamiento de un documento nacionalde discusión relativo a la asistencia comunitaria, documento que desemboca enla propuesta de un nuevo centro de acceso regional para racionalizar la informa-ción y estimar mejor las necesidades. En sus conclusiones, el documento propo-

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ne tres niveles de asistencias, desde las más complejas hasta las más simples, conel fin de determinar una base equitativa de asignación de los recursos.

El gobierno se preocupa de neutralizar los grupos de presión para establecersus propios grupos de referencias; grupos o individuos independientes de lasorganizaciones que aconsejen al Ministro acerca de las vías y medios de unareforma.

Los servicios de asistencia comunitaria en Australia movilizan a numerososagentes procedentes de diversas organizaciones. Uno de los problemas es el deconseguir que los diferentes intervinientes hablen con una sola voz. Muchasorganizaciones, como “National Careers” 16 y “Alzheimers Australia” se han reuni-do para ir en el sentido de las reformas necesarias, porque sus afiliados estabanafectados directamente por insuficiencias presupuestarias y carencia de servi-cios. Al final, una amplia coalición de asociaciones ha presentado aportacionespara una reforma de los servicios de asistencia comunitaria. En esta coalición seencuentran National Aged Care Alliance, COTA/National Seniors, Aged CareAustralia, Catholic Health17 y la Fundación Myer.

En agosto de 2003, la Fundación Myer (una fundación filantrópica indepen-diente) subvencionó una cumbre nacional de servicios de asistencia comunitariaen la capital nacional para subrayar determinados asuntos y ejercer presionessobre el gobierno para hacerlo evolucionar en el sentido de las recomendacio-nes de su propio grupo de reflexión, así como las de grupos comparables.

Una carta titulada “desafío a los baby boomers”, que fue enviada a la redacciónde “The Age” el 14 de septiembre de 2003 por el Presidente de una asociaciónque representa los intereses de una gran industria y destinada a ejercer presiónsobre el Residential and Community Care Reviews, abordaba la situación de la mane-ra siguiente:

“Descubro con interés las opiniones de Peter Costello, Ministro Federal de Finanzas, segúnlas cuales el envejecimiento de la población australiana impone acciones urgentes para 'mantenerla prosperidad de la economía y la cohesión de la sociedad y para no imponer una cargademasiado pesada a las generaciones futuras'.

La presente generación de personas mayores y sus familias tropiezan ya con numerosasdificultades cuando buscan plazas en las residencias de ancianos. Muchos esperan un año para

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16Vacantes nacionales [N. del T.].17Hay dos organizaciones que incluyen este nombre: Catholic Health Australia (Sanidad Católica en Australia) yCatholic Health Care Services (Servicios Católicos de Asistencia Sanitaria) [N. del T.].

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obtener una respuesta de los servicios de asistencia comunitaria, de tres a seis meses para unacama en una residencia de ancianos y tres meses para una hora por semana de asistencia adomicilio. Si este sistema no se reforma inmediatamente, los baby boomers conocerán díasdifíciles. La asistencia a las personas mayores se habrá degradado considerablemente o habrádesaparecido en el momento en que la necesitan.

El Sr. Costello está en lo cierto cuando explica que estos problemas no se solucionarán por símismos. Sin embargo, los 5,5 millones de baby boomers australianos pueden ejercer presióngracias a su número y disponen de la influencia política necesaria para actuar de manera quenuestro sistema de asistencia a las personas mayores prospere”.

EL DEBATE SOBRE EL EMPLEO Y LAS PERSONAS MAYORES

El gobierno federal ha comprendido que la tendencia a la salida anticipadade la actividad profesional de los trabajadores de edad avanzada, en especial loshombres, provocaría una escasez de mano de obra hacia 2010 (Commonwealth ofAustralia 2000a). A partir de esta constatación, ha puesto en marcha un determi-nado número de foros que reúnen a empresarios, asesores en recursos humanosy grupos de presión para hablar de la necesidad de mantener en actividad a lostrabajadores de edad avanzada. Estos foros han considerado prever condicionesde trabajo más ergonómicas, pero también el establecimiento de leyes y la ins-tauración de medidas antidiscriminatorias.

Esta cuestión ha sido revelada en un informe de “Estrategia Nacional parauna Australia que envejece. Informe sobre el empleo de los trabajadores deedad avanzada en 1999” (“National Strategy for an Ageing Australia. Reports onEmployment of Mature Age Workers”) (Commonwealth of Australia, 1999). En el año2000, el diputado Brandan Nelson, Presidente de la Comisión de la Cámara deRepresentantes sobre el empleo en la educación y las relaciones de trabajo, pre-sentó el informe titulado: “Edad: Una encuesta sobre los asuntos específicosdel trabajo de las personas mayores” (“Age Counts - An inquiry into issues Specificto Mature-Age Workers”) (Commonwealth of Australia, 2000a). El presidente de laComisión de los Derechos del Hombre, Chris Sidoti, también se ha ocupadodel asunto de las discriminaciones por edad en los lugares de trabajo en uninforme titulado “La edad cuenta: Un informe sobre las discriminaciones poredad” (“Age Matters: A report on Age Discrimination”) (Commonwealth of Australia,2000b). Un informe destinado al gobierno federal ha visto la luz con numero-sas propuestas para hacer frente al problema. Se titula: “Informe al GobiernoFederal sobre las consecuencias económicas de una Australia que envejece”(“Access Economics Report to the Federal Government on The Economic Impact of an

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Older Australia”) y que se ha terminado en 2001 (Access Economics, 2001). Elmantenimiento en el empleo de trabajadores de edad avanzada se ha converti-do en un tema importante tratado en el “Informe Intergeneracional”(“Intergenerational Report”) en 2002 (Commonwealth of Australia, 2002).

Para un país que hasta la década de 1990 perseguía casi sistemáticamente unapolítica de paso a la jubilación de los trabajadores de edad avanzada, en unmundo laboral en plena reestructuración, la perspectiva de una escasez de manode obra en los grandes sectores industriales ha actuado como una revelaciónpara el gobierno y para los empresarios. Desde entonces, ha sido necesarioreconsiderar la cuestión de la edad de las personas en el trabajo, establecer pro-gramas para conservar a los trabajadores de edad avanzada y volver a pensar enun entorno laboral para todas las edades.

Entre los primeros grupos implicados en el grupo de presión de los trabaja-dores de edad avanzada se encontraban: COTA/National Seniors, la Convention onBusiness, Work and Ageing18, la Human Right Comission19, la Comissión for EqualOportunity20, importantes empresas regionales de contratación y, más tardíamen-te, el Australian Council of Trade Unions21 y el Business Council of Australia22, querepresentan a los sindicatos y a la patronal (Encel, 2003).

Los primeros argumentos para justificar el mantenimiento de las personas mayo-res en el trabajo se han apoyado en prácticas discriminatorias aparecidas con moti-vo de las reestructuraciones empresariales, pero también en una reflexión relativa alos parados de larga duración despedidos con motivo de importantes reduccionesde personal a finales de la década de 1980. En la mayor parte de las sociedades, elempleo está en el origen de derechos políticos, civiles y sociales. El hecho de tenerun empleo permite beneficiarse de promociones, formaciones, etc.; en resumen, unempleo permite acceder a derechos ampliamente reconocidos, pero que, por des-gracia, se niegan a las personas mayores. Otros argumentos a favor del manteni-miento de las personas mayores en el trabajo se han basado en determinadas pro-yecciones que han permitido pensar que la sociedad se encaminaba hacia una esca-sez de mano de obra hacia 2010. Esta reflexión ha conducido a gobiernos y empre-sarios (con determinados estímulos) a mantener a las personas mayores en el traba-jo y a limitar las jubilaciones anticipadas (Taylor 2001, 2002).

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18Convención sobre Negocios, Trabajo y Envejecimiento [N. del T.].19Comisión de Derechos Humanos [N. del T.].20Comisión para la Igualdad de Oportunidades [N. del T.].21Consejo Australiano de Sindicatos [N. del T.].22Consejo Empresarial de Australia [N. del T.].

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23Consejo para el Desarrollo Económico de Australia [N. del T.].

En 2003, el Ministro Federal responsable del envejecimiento ha decidido lacreación de un comité consultivo sobre la población activa (“Age WorkforceAdvisory Commitee”) y ha inaugurado, en colaboración con COTA / NationalSeniors, el “Council for the Economic Development of Australia” 23 y el “Business Councilof Australia”, un foro nacional sobre: una población activa sin edad: posibilida-des de desarrollo (“An Ageless Workforce - Opportunities for Business”) en el trans-curso del cual el Primer Ministro, un hombre de 64 años, ha pronunciado unaalocución sobre la importancia que tenía, para el porvenir económico de laAustralia, frenar el paso a la jubilación de los trabajadores de edad más avanza-da (Howard, 2003).

Debido a las preocupaciones de un pequeño número de militantes de losDerechos del Hombre, junto con la lucha contra la discriminación por motivosde edad y contra otras causas de discriminación, el mantenimiento de las perso-nas mayores en el trabajo se ha convertido en una prioridad del gobierno y delmundo empresarial. Se trata de estudiar un enfoque más racional de las necesi-dades de los trabajadores de edad avanzada, todo ello a la luz de una débil nata-lidad y de una débil mortalidad.

Los medios de comunicación disfrutaron con el “cambio de mensaje”; algu-nos de ellos se preguntaban, incluso, por qué una existencia más larga deberíadesembocar necesariamente en una vida profesional prolongada. ¿En nombrede qué intereses, decían, se efectuaría dicha reducción de los gastos públicos?Sin embargo, se han escrito artículos más positivos, como atestigua este extrac-to del Australian Newspaper:

“Solución de un viejo problema: los trabajadores de edad avanzada representan unaoportunidad, no un inconveniente”. Las poblaciones de las economías más desarrolladas envejeceny, aparte de la excepción japonesa, en el transcurso de los 25 últimos años han experimentadouna fuerte disminución de los trabajadores de edad más avanzada.

Las inquietudes referentes a los costes crecientes de la inactividad de la población de edadavanzada significan que esta cuestión de la discriminación por motivos de edad y su influencia enel índice de empleo, y el mantenimiento en el trabajo de las personas mayores, forman parte de laspreocupaciones de los gobiernos. Las empresas se inquietan porque, cuanto más agotan lareserva, limitada en cantidad, de los trabajadores jóvenes cualificados, más amenazan aumentarlos costes del trabajo.

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Hasta ahora, algunos gobiernos han dejado hacer, más o menos, a los empresarios quedeseaban reducir el número de sus trabajadores de edad avanzada. Pero los tiempos cambian.Los gobiernos de la mayor parte de los países industrializados empiezan a establecer políticas queprevén mantener en el trabajo o contratar de nuevo a los trabajadores de edad avanzada.

Existe una voluntad creciente de modificar los sistemas de jubilación en el sentido de unaprolongación de la duración de la vida activa y de reducir el número de bajas por jubilaciónanticipada. Algunos gobiernos, enfrentados a una población que envejece y a una escasez demano de obra cualificada, intentan resolver el problema de la discriminación por razones de edaden el mercado del trabajo” (Australian Newspaper, miércoles 27 de agosto de 2003, p.11, Philip Taylor).

Los medios de comunicación pueden ser tan “discriminatorios por motivosde edad” como el público en general, y los gobiernos, a menudo, han sido escép-ticos en cuanto a la necesidad de una revolución cultural que afecte a la maneraen que consideramos el trabajo en las últimas partes de la vida activa.

UN ACCESO APROPIADO A LA ASISTENCIA SANITARIA

En los primeros años de la década de 2000, con la reducción de los mediosasignados a la asistencia sanitaria, en especial a las urgencias, el acceso de las per-sonas mayores a estos servicios se ha convertido en objeto de controversia.Estereotipos negativos, que mostraban personas de edad muy avanzada que inmo-vilizaban camas en las urgencias, han provocado la aparición de políticas naciona-les nuevas en todos los estados, para ayudar a las personas mayores a superar conmás facilidad el obstáculo de las urgencias. Estas medidas han provocado debatesconsiderables acerca del derecho de los más viejos a acceder a la asistencia y de lanecesidad de servicios sanitarios mejor adaptados a sus necesidades.

Manifestación de Anna Howe en el Australian Health Review 2003:

“Las personas de 65 y más años representan el 12% de la población australiana, el 30% delas admisiones en los hospitales y el 43% de la ocupación de las camas. De los 1.624 millonesde personas dadas de alta en cuidados intensivos durante 1997/98, 840.000 tenían entre 65 y74 años; 606.000 tenían entre 75 y 84 años y 177.000 tenían edades de 85 y más años(Nichol, Lonegan y Mould, 2000). Estos pocos datos estadísticos pueden inducir a pensar quelas personas mayores hacen un uso desproporcionado y, a menudo, abusivo de los servicios deurgencia y que esta situación sólo podría agravarse a medida que la población envejezca. Lasolución del problema reside en el aumento del número de camas en residencias de ancianosatendidas por médicos.

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24Consejos Estatales sobre el Envejecimiento [N. del T.].25Grupo Nacional de Trabajo [N. del T.].26Consejo Asesor de los Ministros de Sanidad Australianos [N. del T.].27Interrelación de los Cuidados de los Procesos Agudos / Comunitarios [N. del T.].

Como alternativa, los australianos de edad avanzada deberían tener los mismos derechos deacceso que los demás ciudadanos al conjunto de los servicios de Medicare, lo que incluiría loshospitales públicos. Esta concepción de las cosas ha suscitado la búsqueda de medios más vastospara permitir el acceso a la asistencia de urgencia y a otras formas de asistencia que incluyan losservicios de rehabilitación, de convalecencia y de geriatría, teniendo en cuenta las necesidadesestimadas. El corolario de dicho cambio es que los responsables de las políticas y los serviciosencargados de su puesta en marcha deberían ser informados del volumen y de las característicasde los diferentes flujos de personas mayores que se dan de alta y de baja en los servicios deurgencia. Sin esta información, es imposible establecer el efecto potencial de las intervencionesnecesarias en diferentes puntos de estos flujos (Howe 2003)”.

Aunque los hospitales australianos estén financiados a escala federal, sonadministrados por los estados. Las dificultades de acceso a la asistencia con quetropiezan las personas mayores han aparecido en el “State Councils on Ageing”24

que reúne a estos estados. No obstante, el Gobierno Fderal ha creado un“National Working Group”25 bajo la autoridad del Australian Health MinistersAdvisory Council (AHMAC, 2001)26 para analizar dichas dificultades en la “Acute /Community Care Interface”27, pero también para financiar un programa nacionalpara la innovación de los hospitales (National Hospital Innovation Program) quefacilite y acelere las innovaciones de manera que se consigan servicios más efi-caces. A escala estatal, se habían dirigido ataques políticos contra los gobiernoscuando las ambulancias tenían que circular de un hospital a otro con motivo deuna escasez de camas en las urgencias. Esta situación ha suscitado el estableci-miento, en el Estado de Victoria, por 582 millones de dólares, de la estrategia degestión de la demanda hospitalaria (Hospital Demand Management Strategy) y delprograma de riesgo de admisión en hospitales (Hospital Admission Risk Program)con el objetivo de crear una estructura de análisis detallados de los grupos queutilizan con más frecuencia los servicios hospitalarios, y ello con el fin de adap-tar mejor las posibilidades del hospital a las diferentes necesidades y de incre-mentar la eficacia de los servicios.

Los medios de comunicación y los grupos de presión han recomendado algobierno que las personas mayores puedan acceder a las urgencias y han estu-diado la posibilidad de un régimen más adecuado a sus necesidades dentro yfuera del hospital. Con gobiernos entorpecidos políticamente por escaseces

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continuas en los servicios sanitarios, el derecho a la asistencia de las personasmayores sigue siendo insuficiente, sin un debate permanente bajo el control delpúblico y de las organizaciones de jubilados.

Reflexiones en torno al papel de los grupos de presióndel envejecimiento y al de los medios de comunicaciónen el debate político contemporáneo

Es difícil saber cómo empezaron las cosas en relación con las reformas en elsector del envejecimiento. ¿Han promovido el gobierno o los altos funcionariosla elaboración de nuevas políticas, o bien los intervinientes afectados han reac-cionado a estas solicitudes, o más aún, ha habido grupos importantes, surgidosde la industria del envejecimiento, que han contribuido a definir las necesidadesy ejercido las presiones necesarias para llegar a tales reformas?

Lo esencial de las campañas antes mencionadas demuestra que el gobiernoha sido relativamente activo, tanto en la promoción de determinados programascomo en sus respuestas a las expectativas de los australianos de edad avanzada.Ello ha podido tomar la forma de reacciones a las exigencias de las asociacionesde consumidores o de reacciones a las presiones procedentes de las asociacio-nes de profesionales. A veces, se trataba de acciones desarrolladas en concerta-ción y, más recientemente, de formas de coaliciones de oposición.

El expediente del envejecimiento ha sido muy delicado para cinco ministrossucesivos en el transcurso de los diez últimos años. La complejidad de las polí-ticas existentes ha exigido muchos conocimientos especializados para analizarlas necesidades y proponer soluciones. En cada uno de los casos antes expues-tos, el gobierno y los grupos de presión han contratado los servicios de aseso-res exteriores y de centros de estudio para reunir las informaciones necesariasque dieran validez a sus argumentos; sin embargo, es el gobierno el que tenía lasmayores posibilidades de estudio y, por último, el poder político para hacer pre-valecer sus concepciones.

El papel de los medios de comunicación tampoco ha dejado de tener interés.En el transcurso de estos diez últimos años, las encuestas y los artículos relati-vos a los asuntos del envejecimiento han sido más complejos y especializados.Durante la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento de 2002 y elAño Internacional de las Personas mayores de 1999, el tratamiento, algo ambi-valente, de las personas mayores y de los asuntos del envejecimiento por partede los medios de comunicación ha conducido a un cierto número de publicacio-

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nes destinadas a mejorar el nivel y el tono de los reportajes (InternationalLongevity Center 2002, Danish Paper 1999).

En el transcurso de estas últimas décadas, el envejecimiento no se considera-ba atractivo por lo general. La prensa, en su conjunto, se ha sentido afectada demodo creciente por la revolución de la longevidad y las preocupaciones delgobierno en torno al efecto del envejecimiento en el porvenir económico deAustralia a corto y largo plazo.

Algunos de los diarios nacionales australianos de más difusión han destinadoperiodistas de calidad a los problemas del envejecimiento. Estos periodistas handesarrollado una considerable especialización en estos temas. Sin embargo, paraelaborar sus artículos, estos profesionales (en general, bajo la presión del tiempo)han recurrido muchas veces a investigaciones limitadas, a informaciones proce-dentes de fuentes limitadas, a comunicados oficiales y a informaciones de algu-nos grupos de presión. A menudo, en lugar de preocuparse de los detalles, pre-fieren insistir en lo pintoresco de las situaciones. Pero la consecuencia de ellopuede ser individualizar las situaciones en exceso y “hacer sensacionalismo” conlos asuntos de interés general. Sin duda, los medios de comunicación actúancomo comunicadores, educadores y críticos; también pueden repercutir los pre-juicios del público general, así como las concepciones ilustradas de especialistasbien informados. Los medios de comunicación también pueden ser “antiviejos”y estar tan mal informados como el resto de la sociedad, así como polarizar hastala saciedad el debate en curso acerca de las divergencias entre generaciones.

El Gobierno y los grupos de presión vinculados al envejecimiento tratan alos medios de comunicación con una sofisticación creciente. Estos últimos estánen general mejor informados que en otro tiempo en torno a los problemas delenvejecimiento. Queda por ver qué provecho le sacará el público.

Bibliografía

(Véase la Bibliografía completa en el sitio: www.fiapa.org)AUSTRALIAN HEALTH MINISTERS ADVISORY COUNCIL (AHMAC) (2001): “Working Group on Care of Older

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“El complot de Matusalén”Frank Schirrmacher, das Metusalem-komplot, EdicionesBlessing, Munich 2004

LECTURA CRÍTICA DE STEFAN KRAUSS

Doctor en Ciencias Políticas, Bruselas

Vamos derechos hacia una catástrofe sin ni siquiera darnos cuenta. Frente auna esperanza de vida creciente y un índice de natalidad en caída, se dibuja laemergencia de una “nueva fase en la historia del mundo”, un choque compara-ble a las grandes guerras mundiales y que nos sumirá en un “estado de urgen-cia”. A un sistema de pensiones en descomposición y a la inevitable catástrofesocial se añadirá la conmoción psicológica de toda una sociedad.

No estamos preparados para enfrentarnos a la edad ni al envejecimiento denuestra sociedad y corremos el riesgo de una “guerra de generaciones”: guerraen el interior de nuestra sociedad, que opondrá un número decreciente de jóve-nes a una mayoría de viejos o considerados como tales, estigmatizados por elracismo de la edad; guerra en el exterior, puesto que las viejas sociedades occi-dentales se opondrán al dinamismo demográfico y a las reivindicaciones violen-tas de un mundo musulmán dominado por la juventud.

Para evitar que, como último recurso, se les pida un día a las personas mayo-res su propio sacrificio físico en interés de la colectividad, un solo remedio seimpone: una revolución que, paradójicamente, será desarrollada por aquellos aquienes se debe el “culto de la juventud”: las generaciones del baby boom. Debidoa su número y a su poder adquisitivo, ya durante su juventud revolucionaronnuestros hábitos alimentarios, la moda, las costumbres, la economía, la política,en resumen: la sociedad en su conjunto. Desde ahora, nos obligarán a interesar-nos en la edad y en el envejecimiento.

La solución será el famoso “complot” insinuado por el título del libro y que,en primer lugar, invita a los futuros “viejos” a pensar en sí mismos de otromodo, a aprender a envejecer con el horizonte de una esperanza de vida prolon-gada que romperá las concepciones heredadas de la cronología formación-pro-

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fesión-jubilación, y después a superar, por instinto de supervivencia, la discrimi-nación y la exclusión y terminar por agruparse.

De una dramaturgia escalofriante, el libro quiere ser provocador. Por lodemás, el momento elegido para intervenir no es anodino: después de los añosde hartazgo ante lo sustancial del problema demográfico (cf. el credo “los jubi-lados están seguros” en los años 1982 a 1998), Alemania da a luz con dolor uncompromiso de reforma de las pensiones que pretende garantizar la viabilidaddel sistema en el futuro.

Lo cierto es que esta toma de conciencia tardía se limita al efecto económi-co del envejecimiento y adolece de la falta de un debate público en torno a lacomplejidad del asunto con todas sus implicaciones sociales, psicológicas y geo-políticas incluidas en el libro. Quizás sea este vacío de razonamiento lo queexplica que el libro se haya encontrado durante varias semanas a la cabeza de lasventas y que su autor, periodista y editor del diario Frankfurter Allgemeine Zeitung,haya sido el preferido en los debates televisados.

Ensayo de vulgarización ante todo, el libro se hace eco de los trabajos de inves-tigación recientes relativos al envejecimiento (sobre todo, del norteamericano P.G.Peterson: “Grey dawn”) y revela así, de manera sintomática, hasta qué punto las dis-ciplinas de Europa son tributarias de la evolución en los Estados Unidos; obser-vación tanto más verdadera cuanto que el conflicto geopolítico proyectado por elautor se inscribe fielmente en la trayectoria bien conocida de S. Huntington.

¿Cómo actuará esta nueva mayoría de personas mayores en los planos político yeconómico? El autor no se propone profundizar en esta pregunta, pero da algunaspistas. La condición de viejo en toda su diversidad y sus matices, que van desde elinformático que roza la cuarentena hasta el centenario, ¿bastará para hacer “de losviejos” una fuerza política organizada? Está permitido dudarlo. En cambio, sería jui-cioso aceptar que se tratará de la primera generación que envejecerá con el dominiode tecnologías que transgreden los obstáculos físicos de la edad y que le permitiránparticipar, manifestar su presencia y, dado el caso, moverse en la escena política.

Por último, el argumento del poder económico de los “baby boomers” en sen-tido amplio no parece desprovisto de importancia. A pesar de la incertidumbrepersistente de la financiación de las jubilaciones en el futuro, las generaciones encuestión dispondrán de medios financieros considerables y nadie duda de que elmercado se adaptara a sus necesidades. Nacido en 1959, Schirrmacher pertene-ce también a la generación de la que se nombra defensor y confirma así que elproceso de concienciación que dibuja acaba de ser lanzado.

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28Centro Internacional de la Longevidad [N. del T.].29Alianza para la Salud y el Futuro [N. del T.].

El peso económico y social de las personasmayores en los Estados Unidos

ROBERT N. BUTLER

Doctor en Medicina, Presidente y Director Gerente del International Longevity

Center28, Estados Unidos. Profesor de Geriatría. Copresidente de la Alliance for

Health & the Future29

Las características de las personas mayores en los Estados Unidos son tan diversas como lapropia nación. Cuanto más aumente la edad de los baby boomers, mayor será la influenciaelectoral que ejerzan en la puesta en marcha de las políticas sociales. Aunque así sea endeterminados ámbitos, la influencia de las personas mayores es más aparente que real. En elámbito de los medios de comunicación, la existencia de un “poder gris” no es todavía evidente.En realidad, este poder está por demostrar. Pocos periodistas están formados para comprender losmuy numerosos aspectos del envejecimiento.

Por otra parte, la capacidad del “poder gris” para influir en el legislador y en la opiniónpública está sobrestimada. Por todos estos motivos, las organizaciones de fines no lucrativos, comoel ILC (International Longevity Center) se han dirigido al gobierno y a las empresas con el finde que estas cuestiones del envejecimiento puedan ser mejor comprendidas y tenidas en cuenta.

Este número de los Cuadernos de la FIAPA sobre el envejecimiento en elmundo analiza la capacidad de las personas mayores para influir en el cuerposocial. Investiga el lugar que ocupa este grupo de edad en un determinadonúmero de ámbitos. En realidad, las personas mayores (en los Estados Unidos,las personas de 65 y más años) no representan un conjunto homogéneo, sino ungrupo formado en condiciones históricas, morales, culturales y políticas muydiversas; su composición experimenta cambios continuos, de una generación aotra.

En los Estados Unidos, la generación actual de las personas mayores, enespecial las de más edad, conservan impresas las marcas de la gran depresión ydel New Deal del presidente Roosevelt, sin olvidar la creación de la seguridadsocial “Social Security”, que instaura un importante contrato intergeneracional

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gracias al sistema de pensiones. La mayor parte de los responsables políticosnorteamericanos hacen una distinción entre las diferentes generaciones quecomponen los jubilados. Quienes de entre ellos desearían cambiar las políticaspúblicas no cesan de decir a la cohorte de las personas de edad muy avanzadaque los cambios proyectados no van destinados a ellas y que, en definitiva, sóloafectarían a las generaciones futuras.

En su juventud, estas personas participaron en la guerra y, luego, en la últimaparte de su vida, no siempre han aprobado las operaciones militares emprendi-das por su país. Conviene subrayar que la mayor oposición a la guerra de Vietnamfue más respaldada por los mayores de 55 años que por los más jóvenes.

Otra cohorte más joven se distingue: los baby boomers

Los baby boomers norteamericanos nacieron entre 1946 y 1964 y han acredita-do una gran influencia en la vida política y económica; una influencia manifes-tada tanto por su oposición a la guerra de Vietnam como por su poder adquisi-tivo. En los Estados Unidos, los primeros baby boomers tendrán 65 años en 2011y esta cohorte alcanzará la cresta de esta ola demográfica concreta alrededor de2025. Entonces representarán cerca del 20 % de la población.

Con importantes variaciones geográficas, étnicas y raciales, las característicasde esta generación son tan variadas como el propio paisaje político. Además, laspersonas mayores no actúan solas, sino en conjunto y con sus familias, siempreque tengan una. Las interacciones familiares son complejas y pueden llegar a serproblemáticas con la entrada en una residencia de personas de edad avanzada.La enfermedad de Alzheimer, asuntos financieros y otros problemas que afec-tan a los más ancianos de entre nosotros no dejan de inquietar a la generaciónsiguiente.

Dado que las personas mayores se inscriben en mayor número en las listas elec-torales y que votan en mayor proporción que otros grupos de edad (esto podríacambiar), constituyen en torno al 30 % del electorado nacional y estarían, pues, encondiciones de ejercer una influencia política considerable, sobre todo sobre losasuntos relativos a la dependencia y la sanidad. En efecto, sus necesidades serántomadas en consideración tanto mejor cuanto más perdure una determinadademocracia social. Además, a menos que ocurra una catástrofe natural o un apo-calipsis, el porcentaje de quienes tienen 65 y más años en la población no está pró-ximo a decrecer e, incluso, es probable que se incremente después de 2025.Entonces, en este período, quedará libre el camino para una política de envejeci-

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30Sociedad del Envejecimiento de los Estados Unidos [N. del T.].31Intercambio de Periodistas sobre el Envejecimiento [N. del T.].32Literalmente, 'pulso/latido de la edad' [N. del T.].33Academia del Auge de la Edad [N. del T.].34Medicare y Medicaid son de los programas destinados a cubrir los gastos médicos de los mayores de 65 años y, enuna cierta medida, su institucionalización (para los más pobres.)

miento más activa (el 20 % de la población habrá alcanzado 65 y más años.). Enlos Estados Unidos, 10 estados reúnen el 50 % de los mayores de 65 años y el 50%de los votos en el momento de la elección presidencial, lo que provoca una impor-tante competencia política entre las fuerzas presentes. En los demás estados, y endeterminados distritos, las personas mayores podrán representar también unafuerza considerable. En Arizona, por ejemplo, las personas mayores se han pro-nunciado contra la financiación de las escuelas públicas.

Sin embargo, la influencia política de los mayores de 60 años no se limita alámbito electoral. Su influencia puede pasar también por su capacidad para lle-var el debate público al terreno de sus intereses y a poner por delante determi-nadas reivindicaciones suyas mediante presiones sobre la opinión pública ysobre los responsables de las políticas.

En estas condiciones, el “poder gris” en los medios de comunicación y enotros sectores necesitaría que se le dedicasen análisis serios.

Los medios de comunicación

Es paradójico que en los Estados Unidos haya tan pocos periodistas (prensaescrita, Internet, etc.) que cubran el campo del envejecimiento y sus numerososaspectos: políticos, científicos, económicos y culturales. En efecto, pocos deellos disponen de la formación necesaria para tratar este asunto. Paul Kleyman,de la American Society on Ageing30, ha fundado el Journalist Exchange on Ageing31, alque califica de “Age Beat” 32. El New York Times y el International Longevity Centerhan establecido un programa destinado a los periodistas, denominado Age BoomAcademy33. Este programa está centrado en la salud y en los medios de conser-varla, pero también en las políticas sociales (“Social Security”, “Medicare” y“Medicaid” )34. Describe los últimos descubrimientos médicos, las corrientes cul-turales más recientes y muchos otros temas más. La Age Boom Academy proponeun seminario intensivo, de duración semanal, destinado a mejorar la calidad delos reportajes referidos a aspectos esenciales del envejecimiento. Se selecciona aprofesionales de las revistas escritas, de la radio, de la televisión y de las publi-caciones electrónicas para que vayan a informarse junto a los mejores especia-

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listas del envejecimiento, así como economistas, expertos en comunicación,sociólogos, científicos, gerontólogos y numerosos expertos. Subvencionadaspor la fundación del New York Times y organizadas por el International LongevityCenter-USA (www.ilcusa.org), las sesiones tienen lugar en la sede social del ILC-USA situada en Nueva York.

Por su parte, la American Medical Writers Association35 concede un interés cre-ciente al envejecimiento. En relación con el pasado, la cobertura que los mediosde comunicación conceden a estas cuestiones está en neta progresión. Sería inte-resante analizar sus contenidos, ya sean éstos positivos o negativos.

Por lo demás, algunos han sido muy negativos. Pienso en particular en unaforma casi clásica de “discriminación por motivos de edad” en The New Republic.En 1988, esta publicación había publicado, en lugar destacado, un artículo ¡sobrelos... “viejos glotones” o los “viejos vividores ávidos”! (greedy geezer).

Dado que esta revolución de la longevidad es uno de los fenómenos másimportantes de nuestra época y representa un progreso considerable, podríaparecer normal que los medios de comunicación formen periodistas para inte-resar al mayor número posible de lectores de todas las edades en los asuntos deenvejecimiento. Los grupos de personas mayores no son los únicos partícipesimplicados en esta vasta tarea; en este sector del envejecimiento, otros protago-nistas han tomado también iniciativas similares.

El poder de las personas mayoresy de sus organizaciones representativas

En los Estados Unidos se ha oído hablar mucho de la capacidad del “grupo depresión gris” para influir en el legislador y en la opinión pública. Esta percepciónes muy exagerada. La banca, los seguros, la industria del acero y otros sectores eco-nómicos tienen mucha más de influencia que el “grupo de presión gris”. La AARP(anteriormente American Association of Retired Persons), cuyos miembros tienen 50 ymás años, se ha atribuido la misión de influir en las políticas públicas para preser-var, en concreto, instituciones como la “Social Security” y “Medicare”. Esta organiza-ción ha conseguido cierto éxito. La AARP milita, por ejemplo, para que “Medicare”cubra también los medicamentos de las consultas externas. Tras el fracaso de laAARP en 1988, en relación con la cobertura de la dependencia, algunos de sus

35Asociación de Médicos Escritores de los Estados Unidos [N. del T.].

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miembros se han rebelado y esta organización ha perdido parte de su potencia.Mientras que la AARP desafiaba a la industria farmacéutica, descuidaba otros obje-tivos igual de importantes, como las industrias del tabaco o de la alimentación, lasresidencias de ancianos o las pompas fúnebres.

El actual dirigente de la AARP, William Novelli, ha contribuido amplia-mente al desarrollo del márketing social en los Estados Unidos. Más allá de losmiembros de su asociación, aspira a hacer de la AARP una agencia del cam-

“DE LOS JUBILADOS AL NÚCLEO DE LA VIDA ASOCIATIVA:EL CASO DE FRANCIA”

“Henri Mendras anunciaba, en los primeros años de la década de 1980, que el peso de losjubilados aumentaría en el voluntariado y contribuiría a animar la vida cívica y asociativa. 'Comotienen sus recursos asegurados, (los jubilados) van a encargarse de las tareas voluntarias de todoslos órdenes y contribuir así a desarrollar actividades diversas en el seno de las asociaciones einstituciones más variadas. Los jubilados jóvenes, activos en todos los ámbitos de la vida cívica ycultural, estarán en el centro de toda una trama de vínculos, de informes y de actividades pocoorganizadas, a veces de corta duración, pero renacientes sin cesar, que se desarrollan al margen delas grandes instituciones' (MENDRAS, 1988, p.203). El análisis de Henri Mendras parece habersido confirmado, en los primeros años de la década de 1990, por las encuestas sobre la ocupacióndurante la jubilación de las nuevas cohortes de jubilados. El desarrollo del fenómeno asociativoestá detectado en los estudios dirigidos por Hélène Riffault, quien observa una fuerteparticipación asociativa en el grupo de edad de 65 a 74 años en 1990. Y concluye: 'una nuevageneración de jubilados de edad avanzada está en fase de constituirse, que no tiene mucho quever con los “viejecitos” de otro tiempo y que está llamada a protagonizar un papel creciente en laciudad. En efecto, ha tenido lugar la “explosión asociativa”. Entre los últimos años de la décadade 1970 y los finales de la de 1990, los mayores de 60 años tienen el récord de progresión enmateria de afiliación asociativa. Incluso el aumento más espectacular se sitúa entre losseptuagenarios. Un resultado que, por lo demás, podría confirmar la idea de un retraso de la edadde abandono, tal como ha constatado ya el equipo de Christian Lalive d'Épinay en Suiza. Con elretroceso de la edad biológica, el retroceso de la vejez física se traduciría por un desplazamientoconcomitante del envejecimiento social”.

FUENTE: Jean-Philippe VIRIOT DURANDAL en : “Le pouvoir gris. Sociologie des groupes de pression de

retraités”, collection le Lien Social, P.U.F., 2003, pp. 127-130.

BIBLIOGRAFÍA de referencia:

MENDRAS HENRI: “La seconde révolution française”, 1965-1984, París, Gallimard, NRF, 1988, 329 páginas.

RIFFAULT HÉLÈNE (Dir.): “Les valeurs des français”, París, Presses Universitaires de France, 1994, 332 páginas.

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bio social mediante el aprovechamiento del trabajo militante de base paraintentar la modificación de las políticas públicas. Sin embargo, la existencia deasociaciones para las personas mayores compuestas por miembros con puntosde vista muy diversos tiene por efecto involuntario el de calmar las opinionesmás radicales.

Otro grupo, el Nacional Council on Ageing36, es una asociación que agrupa aorganizaciones y profesionales. Pretende ser una voz a favor de las políticaspúblicas para las personas mayores. Su equipo de negociación se encuentra enWashington D.C. En el ámbito local, asociaciones como Friends and Relatives ofthe Institutionalized Aged in New York (FRIA)37 militan para el establecimiento o lamejora de los procedimientos legales o reglamentarios que gobiernan las resi-dencias de ancianos y las de cuidados personales. Esta estructura suministratambién informaciones que permiten la evaluación y elección de un estableci-miento, pasando por consejos de financiación.

El poder social

Los jubilados pueden disponer de tiempo y muchos de ellos gozan de buenasalud, por lo que tienen la posibilidad de representar un papel educativo en pro-vecho de las jóvenes generaciones, lo que se inscribe en la filosofía de MaggieKuhn, fundadora de los Gray Panters [Panteras Grises] (Consultation of Older andYounger Adults for Social Change)38. Esta última estimaba que la colaboración entrelas generaciones podría ser la mejor forma de promover el “poder gris”.Pensaba, con razón, que si los jóvenes conocieran mejor los problemas del enve-jecimiento serían más capaces de hacer frente al envejecimiento en mejores con-diciones. Un número creciente de personas mayores están en activo comovoluntarios en organizaciones no gubernamentales consagradas al medioambiente o a actividades de carácter social. Trabajan en numerosas organizacio-nes locales o nacionales como los Peace Corps39.

El Senior Environment Corps40 es un ejemplo de ellas. Se trata de una coalicióncon fines no lucrativos fundada en 1991 con motivo de un acuerdo entre la USEnvironmental Protection Agency41 y la American Association of Retired Persons, que

36Consejo Nacional del Envejecimiento [N. del T.].37Familiares y Amigos de la Edad Institucionalizada en Nueva York [N. del T.].38Asesoramiento de Adultos Mayores y Jóvenes para el Cambio Social [N. del T.].39Cuerpos de Paz [N. del T.].40Cuerpo Medioambiental de Mayores [N. del T.].41Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos [N. del T.].

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reúne a organizaciones de voluntarios preocupados por la protección del medioambiente y por el envejecimiento. Está presente en los Estados Unidos, en cadauno de sus estados, y en 20 países extranjeros. Esta coalición permite a los adul-tos de edad avanzada incrementar la posibilidad de representar un papel activoen la protección y la mejora del medio ambiente.

A partir de un programa de actividad y de una ética del medio ambiente, deabnegación y una competencia segura, las personas de edad más avanzada sededican a actividades como cultivar legumbres o flores, cuidar de los niños des-pués del horario escolar, observar la calidad de los arroyos y los ríos e informara la población sobre las maneras de preservar el agua potable. También puedenfacilitar una ayuda preciosa en los parques nacionales.

Igual que otros países del mundo, los Estados Unidos se adaptan a las nue-vas realidades del envejecimiento y exploran las vías y los medios de una mejoradecuación con las necesidades de su población senescente. Para tranquilizar aquienes temen que un número en aumento de personas mayores (en especial lageneración del baby boom, que alcanzará una masa crítica en apenas ocho años)imponga una carga demasiado pesada a la sociedad, se debe precisar que ladiversidad de su situación proporcionará nuevas posibilidades, aunque las per-sonas senescentes, debido a su número, cambien un poco la cara de nuestro país.

Es posible que la masiva prolongación de la vida de la población aporte másmadurez al conjunto del cuerpo social. Tal como dijo Bernard Shaw: "Los hom-bres no viven bastante tiempo. Cuando se mueren, son simples niños".

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1 - PODER E INFLUENCIA

EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

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La influencia de los mayores en los medios de comunicación es una relación recíproca. Losmedios de comunicación no perdurarían sin el asentimiento que su público les concede y les retiracon cada número difundido. Este mismo público no sería identificable como grupo social sin lasrepresentaciones que de él ofrecen los medios de comunicación. Son los grandes medios decomunicación generacionales, Notre Temps a la cabeza, los que han “construido la jubilación”porque, a diferencia de los Estados Unidos, la prensa militante a favor de los mayores es muyembrionaria en Francia. De la interacción entre el público y los medios de comunicación resulta,entonces, una tensión permanente a la cual contribuyen también las exigencias de rentabilidad delos grupos de prensa y los desiderata de los publicitarios para que la prensa generacionalpermanezca “sumergida en el gueto”. Los mayores, paralelamente, se apropian poco a poco de loneto. Pero falta por medir la incidencia de los medios digitales en el consumo de los medios decomunicación clásicos y el compromiso público de los mayores.

Armand Matelart ha observado que, en los siglos XVIII y XIX, los ingenierosciviles, con las redes que habían creado, carreteras, canales, telégrafos... habíancontribuido a desarrollar la circulación de los mensajes e intercambios. Losromanos, veinte siglos antes, habían sabido ya usar sus redes para llevar mensa-jes a los confines de su imperio en los plazos más breves. Y François Falc'hun(1909-1991), profesor de lengua celta, había observado el papel de los puentesy mercados en la propagación de la lengua francesa en Bretaña. La ausencia depuentes retardaba la transmisión, incluso la impedía.

Entonces, ¿qué es un medio de comunicación? El medio de comunicación es elsoporte técnico, permanente o no, de un mensaje que, por su parte, contiene infor-mación y/o un contenido emocional de coeficiente variable. La forma de este con-tenido suele estar subordinada a la naturaleza del medio de comunicación conmotivo, sobre todo, de las limitaciones materiales a las que somete la expresión.

La influencia de los mayores en los medios decomunicación: una relación de reciprocidad

JEAN-YVES RUAUX

Redactor jefe de Seniorscopie.com (grupo Bayard)

Profesor asociado en la Universidad de Rennes 2

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Otra fuente de subordinación: la sanción del público que compra o rechaza, que seabona o deserta. Fuerte poder que ejercen los mayores sin concederle atención.Son los campeones del abono a los diarios, revistas y magacines con una media del38 % y un pico del 44 % en el caso de los hombres mayores de 65 años.

Entonces, ¿influyen precisamente los mayores en los medios de comunica-ción? ¿En qué sentido? ¿No hay que preguntarse sobre la noción de medios decomunicación y, en especial, de medios de comunicación de mayores, antes decontestar? Por cierto, ¿quiénes son estos mayores?, ¿son baby boomers, papy boo-mers42, baby boomers en vías de conducir el papy boom43? Y sus medios de comuni-cación, ¿qué son? ¿”Medios para mayores por su destino”? ¿”Medios para mayo-res por deslizamiento” que han envejecido con su público? ¿No responden demanera distinta a las expectativas de sus lectores, con los cuales mantienen rela-ciones diferentes? ¿No hay que distinguir ya entre los medios de comunicaciónque los consideran como destinatarios terminales y los medios de comunicaciónque los identifican con prescriptores?

-Y los mayores, ¿no son alternativamente prescriptores y clientes, doctores y pacientes?-Buena pregunta, Holmes. Pero, ¿quiere decir que el mismo medio de comunicación puede

dirigirse a ellos en actitudes diferentes? ¿Que el público modela su propio diario a través delcorreo de los lectores, de la evolución de las ventas y del abono?

-Como mínimo, Watson, como mínimo.-¿No irá a defender que los periodistas sólo actúan por delegación?-Sí, sin ninguna duda. E incluso...-¿Incluso qué? ¿No pretenderá que los jubilados jueguen a ser periodistas?-Sí, a veces. Todo depende de su cultura. Pero, ¿cree usted que su práctica de los medios de

comunicación se queda en los diarios, en los magacines?-¿Por qué?-¿Por qué? Elemental, amigo mío: han comprendido ya las reglas de Internet y lo han

domesticado.

¿Cómo se crea un medio de comunicación para mayores?

La creación de medios de comunicación destinados a un grupo social concretoconstituye de por sí un desafío en la medida en que contribuyen a hacer visible, a

42Los baby boomers han crecido y ya son padres y hasta abuelos: ahora son papy boomers (papy = papá) y están apunto de jubilarse [N. del T.].43Con el correr de los años, la generación del baby boom se ha convertido en una nueva generación, la de los papyboom; su lema: "¡Jubilados, pero no en retirada!" [N. del T.].

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representar e, incluso, a anclar una categoría singular en el espacio público.L'Express de Jean-Jacques Servan-Schreiber había “inventado” la categoría socio-profesional de los directivos, porque daba una visibilidad estructurada a sus aspira-ciones, con una formulación y referencias visuales. La creación de Notre Temps, en1968, permitió sacar a la luz una problemática de la jubilación y ha hecho que lasociedad sea consciente de la existencia de los mayores en tanto que cuerpo socialdotado de una visibilidad, de asperezas, de especificidades, de reivindicaciones y deapetitos. Robert Baguet, presidente de honor del Instituto Nacional de la JubilaciónActiva (INRAC) es reconocido como el cofundador de Notre Temps con RogerLavialle, en el núcleo de un movimiento de ascendencia cristiana social que aban-deraba su concepto, hasta entonces desprovisto de materialización. Describe lascircunstancias de la creación del magacín en abril de 1968: “No habíamos surgidodirectamente de la corporación periodística. Los movimientos de juventud, lascorrientes sindicalistas habían sido nuestro universo de militantes preocupados poruna sociedad acogedora para todos. Es un proyecto social que fue la razón de serde este nuevo magacín. No pensábamos ser 'comerciantes de papel', sino promo-tores de una idea nueva de la que el diario debería ser la expresión y el vehículo. Enaquella época, el público de los mayores de 65 años era un público mal situado. Noestaba catalogado en los sondeos de Sofres... Hemos sido nosotros quienes, traba-jando con este organismo, hemos hecho aparecer nuevas clasificaciones. 65 añosera la edad de la jubilación. Con raras excepciones, este público vivía en situaciónde dependencia el poco tiempo que le quedaba de vida. La mayor parte eran ‘muer-tos sociales’, según los términos de Anne-Marie Guillemard”44.

Notre Temps ha contribuido, por consiguiente –imágenes, textos, exhortaciones delos títulos–, a estructurar el campo de las representaciones sociales. Remite al jubi-lado-lector una imagen elaborada de sí mismo y a la sociedad la representación valo-rizada de un cuerpo social. A diferencia del norteamericano AARP The Magazine,Notre Temps no es la herramienta de expresión suscitada por una asociación, ungrupo militante. Es el fruto validado de la intuición de empresarios de prensa quehabían advertido la demanda latente de un grupo –el de los jubilados– que ha ayu-dado a construir su representación, que hasta entonces tenían negada.

¿Influyen los mayores en los medios de comunicación?

Se impone una respuesta positiva, incluso si es preciso diferenciarla por sec-tores y preguntarse por la noción misma de medio de comunicación destinadoa las personas mayores.

44Directora de estudios en el Escuela de altos estudios en Ciencias Sociales. Ha publicado, además, L'Age de l'emploi,Armand Colin, 2003.

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Positivo: los mayores representan la fuerza del número. Son los más fieleslectores de la prensa diaria (PD). Ahora bien, la cantidad de lectores de la “PD”ha disminuido globalmente del 79 al 73% desde 1989 a 1997, mientras que la delos lectores mayores se ha mantenido en su conjunto (76%). Los consumidoresde más diarios son los hombres, con una sola excepción (el lector tipo de LaCroix es una mujer comprometida socialmente de 60 años, según BrunoFrappat, director). “Leer todos los días un diario es una actividad que sigue sien-do masculina –en este punto, las mujeres no han alcanzado a los hombres– yque cada día parece más característica de los agricultores y de los jubilados”,comenta Olivier Donnat.

¿Influyen los mayores en el contenido o la forma del diario? Sin ningunaduda, en ambas cosas. Para tener en cuenta el envejecimiento de sus lectores,Ouest France, por ejemplo, ha aumentado gradualmente el tamaño de suscaracteres tipográficos de base y armonizado el conjunto de su tipografía,desde el comienzo de la década de 1970. La “superrepresentación” de losmayores entre los lectores le obliga, por lo demás, a dinamizar y a variar suoferta para mantener (o encontrar) el equilibrio demográfico de su cartera delectura cuando su difusión llega a su límite máximo. Corre el riesgo de con-vertirse en un “medio para mayores por deslizamiento”, es decir un medio decomunicación que su público hace envejecer, como las revistas de actualidad(Express, Point, Nouvel Observateur), y que se distinguirá de los medios de comu-nicación destinados a mayores, Notre Temps, Pleine Vie (ex Temps Retrouvé),Vermeil...

Intuiciones y estudios45 se respaldan mutuamente en todas las empresas edi-toras para prevenir y paliar las caídas de difusión. Pero, desde hace más de vein-te años, Ouest France se estanca algo por debajo de los 800.000 ejemplares diariosvendidos, a pesar de una evolución demográfica del Ouest France, cuyo saldo per-manece positivo.

A diferencia de los diarios, la prensa periódica de proximidad no conoce nin-guna distorsión demográfica entre sus lectores, ni la marcada preponderancia deuna categoría de edad.

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45Prisma Presse, la filial francesa del grupo alemán Bertelsmann, había hecho de los largos estudios de mercado unaregla para lanzar un título nuevo. Así obtuvo el éxito de Femme Actuelle, destinado a un público femenino que pasaa ser mayoría, y de Prisma. Uno y otro venden más de un millón de ejemplares. Pero es la intuición la que ha impues-to el giro, al cambiar Voici, pensado inicialmente (1986-1987) como revista "femenina consumista" en "semanariorosa". Mientras que la primera fórmula tocó techo en alrededor de los 200.000 ejemplares, la segunda llegó rápida-mente a una difusión triple que desde entonces casi se ha mantenido.

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Dicho esto, la “rectangularización” progresiva de la pirámide de edades, conun acceso cada vez más masivo de las generaciones de edad avanzada, tendrátambién su incidencia sobre los lectores de las publicaciones, una influencia queentonces estará vinculada al simple efecto de las cohortes. Un francés de cadacinco tiene en la actualidad más de 60 años, para totalizar unos 12 millones. Entreinta años, los mayores de 60 años representarán la tercera parte de la pobla-ción, mientras que el número y la proporción de los menores de veinte añoshabrán caído de la cuarta a la quinta parte, lo que no dejará de incidir en elcometido de los editores de prensa (véanse las proyecciones del INSEE).

¿Obedecen el márketing y las redaccionesa una misma lógica editorial?

No forzosamente. Pero su interacción ayuda a distinguir la influencia de loslectores, mayores o no, en los medios de comunicación. En efecto, la identifica-ción, por parte de los compradores de espacio y los especialistas en márketing,de unos lectores mayores vinculados a una cabecera puede tener un efecto posi-tivo (mercado inmobiliario de gama alta presente en el Express, el NouvelObservateur y el Figaro Magazine) o negativo (cosméticos, moda, marcas prestigio-sas reticentes con la prensa generacional...). Los temas elegidos son objeto denegociaciones constantes entre la redacción y los servicios comerciales de unmagacín, sobre todo si es femenino o de mayores. La lógica publicitaria y la edi-torial no siempre coinciden. Pero después de Interdeco, que populariza el con-cepto de edad subjetiva, los publicitarios comienzan a centrarse en las personasde 50 a 64 años tras haber concedido toda su atención durante mucho tiempoal ama de casa menor de 50 años. Pero no por ello están menos animados deuna visión a veces “segmentadora” de su profesión. La compra de espacios, queson menores que en las revistas de actualidad, por ejemplo, hacen que las factu-ras publicitarias de los magacines para mayores no estén a la altura que su difu-sión supone. Una orientación, bastante reductora, que rinde culto a los valoresjuveniles46 puede conducir a modificar el contenido de la prensa para complacera los anunciantes y olvidar que la representación que se tiene de sí mismo y labúsqueda de informaciones pueden estar disociadas47, que las “exhortacionescontradictorias” que vive un público mayor hacen coexistir una portada de

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46El término jeuniste carece de equivalente en español, por lo que se utiliza una paráfrasis [N. del T.].47Plus Magazine, el mensual para mayores belga, propone simultáneamente en su número de diciembre de 2003 con-sejos de belleza, con fotos de jóvenes maniquíes, para "ser bella hasta el final de la noche" (págs. 110-112) y un expe-diente práctico sobre la hipertensión (págs. 88-90).

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magacín con un modelo de veinte a treinta años más joven que el destinatario yartículos centrados en los problemas de salud de los mayores (menopausia, oste-oporosis, próstata...).

Ahora bien, el mensaje no puede circular sin ósmosis entre continente y con-tenido, sin connivencia entre el medio de comunicación y sus lectores. Y el edi-tor no tiene la capacidad de fijar unilateralmente el contrato de lectura.

Esto se hizo patente en el caso del semanario Bonne Soirée, nacido en 1922 enBélgica antes de publicarse en Francia a partir de 1946, transformado en CôtéFemme. En 1999, el intento de rejuvenecer el título, sin tener en cuenta suficien-temente algunas aficiones de las lectoras, se saldó con el rechazo de numerosascompradoras de edad avanzada. Ello ha obligado a la dirección del grupoBayard a poner fin a la misión de los iniciadores de un cambio de fórmula dema-siado brutal, demasiado radical48, demasiado alejado de la cultura de la clientelalectora afectada. La cifra de difusión del magacín, después de una fuerte caída,se ha estabilizado después (2000-2003) con la vuelta a la combinación de las tresmaterias cuya alianza constituía la alquimia del título (cocina práctica, novela deficción, actualidad televisiva).

Los hábitos de lectura no se acomodan por fuerza a las innovaciones edito-riales. En 1999, Notre Temps se convirtió temporalmente en Notre TempsMagazine, a favor de una nueva fórmula ensayada porque la difusión de NotreTemps se desmoronaba. Pero Notre Temps Magazine no consiguió imponer a suslectores el concepto de una publicación con las secciones repartidas en dos cua-dernos, de modo que las secciones de ocio y de intercambios o de coleccionesquedaban relegadas al segundo fascículo. Los lectores castigaron esta opción,igual que los anunciantes, y la difusión siguió degradándose. Se recuperó cuan-do el magacín volvió a centrarse, a partir de 2000, en un solo cuaderno, con sussecciones esenciales (derechos, salud, ocio, relaciones).

¿Pueden conciliarse los intereses de dos generacionesde mayores en una misma publicación?

La adaptación de la prensa para mayores a las exigencias y, por lo tanto, a losvotos de su público, se hace cada vez más compleja, en la actualidad, con dosgeneraciones de mayores en la jubilación.

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48Tras haber conocido una difusión total vendida de 255.606 ejemplares en 1998, Bonne Soirée convertido en CôtéFemme toca techo en 197.855 ejemplares en 2000, o sea, una pérdida de más del 25 % de sus lectores en menos de 18meses.

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49Actualización periódica de estas medias en www.insee.fr y www.seniorscopie.com.50La creación de Bel Age Magazine (Bayard, 1998-1999), destinado a los mayores de 75 años, había captado a parte delpúblico de Notre Temps cuando su vocación era evitar la desafección por Notre Temps por parte de un público edadavanzada que tenía un enfoque de la vida distinto del de los mayores más jóvenes, núcleo del objetivo del magacín.

En 1950, la esperanza de vida masculina era de 63,9 años. Las mujeres podí-an dar por sentado que vivirían hasta los 69 años. Actualmente, esta esperanzade vida es de 83 años para la mujer y de 75 años para el hombre49. Así pues,varias generaciones de mayores se encuentran ahora jubiladas. Los baby boomerssesentaiochistas (generación de Jacques Dutronc y Brigitte Fossey) se codeancon los contemporáneos de Brigitte Bardot (la generación del contingente queparticipó en la guerra de Argelia) y la generación de Giscard d'Estaing y MichèleMorgan, que guarda un vivo recuerdo del sentido del deber impuesto por la edu-cación de antes de la Segunda Guerra Mundial y las privaciones inherentes alconflicto. Sus centros de interés no se identifican y su manera de abordar unmedio de comunicación tampoco: las informaciones relativas a los derechos dejubilación interesan sobre todo a las personas de 50 a 64 años, la genealogía auna población de edad más avanzada, en que la salud se convierte progresiva-mente en la primera preocupación.

Se observa, sin embargo, una unificación progresiva de los comportamientosa partir de las generaciones nacidas después de 1936. Unificación cuya conse-cuencia es hacer difícil la creación –y, por lo tanto, la supervivencia– de magaci-nes generacionales “segmentadores” para mayores50.

La extremada segmentación por edad de la prensa joven de Bayard (Popi,Pomme de Api, Okapi, Je lis déjà, J'aime Lire, Je Bouquine, Okapi, Phosphore...) y de lasdemás marcas de prensa joven (Fleurus, Milan) es obligatoria, porque acompa-ña a cada fase del despertar a la vida y del desarrollo intelectual, desde la niñezhasta la adolescencia. Impone un ritmo difícil a la vida de los títulos que debenreclutar nuevos lectores cada dos o tres años de promedio, a pesar de los costeseconómicos crecientes.

Por el contrario, una segmentación tan cortada es imposible en lo referentea la prensa para mayores. Un magacín dedicado a la generación de los mayoresde edad muy avanzada, que, por consiguiente, haga referencia a un pasado queincluya el período anterior a la guerra, la preeminencia de la moral religiosa enla organización de la vida social, la guerra y las privaciones que la acompañaron,con su moral del esfuerzo, tanto religioso como laico, moriría con la desapari-ción progresiva de sus lectores, sin haber podido renovar su público con moti-vo de la diferencia de valores con los baby boomers.

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En cambio, las jubilaciones masivas desde 2006 van a transformarlos en papyboomers51 que conseguirán borrar las diferencias de estilos de vida, no con losmayores, sino con las generaciones siguientes52, lo que paralelamente deberíaincitar más a los publicitarios a “anunciar” en los magacines para mayores.

Entonces, ¿influyen los mayores en los medios de comunicación? Sí, puestoque condicionan la evolución de los lectores y, por lo tanto, la existencia de unapublicación; sí, puesto que su asentimiento es necesario para su expansión, sindesconocer que una fidelidad demasiado estrecha a un público generacionalpuede ser factor de decrepitud de una publicación, incluso de desaparición pro-gramada.

En cambio, el examen de la influencia de los mayores en los medios decomunicación no se detiene ni en el márketing de prensa, ni en la prensa. Éstano es el único medio de comunicación, ni mucho menos.

¿No hay que dejar de distinguir entre los medios de comunicaciónque consideran a los mayores como destinatarios últimosde su mensaje y los medios de comunicación que los identificancomo prescriptores? Pero, por cierto, ¿no son alternativamenteprescriptores y clientes, doctores y pacientes?

Por completo. La prensa profesional se dirige al médico, al farmacéutico, alagente de viajes como prescriptor. Seniorscopie.com y la versión profesional deAgevillage.com se dirigen a trabajadores sociales, economistas, publicitarios,médicos que trabajan en el campo de los mayores, no a los propios mayores. Laprensa infantil hace de su lector un prescriptor en relación con los regalos quele hacen sus abuelos. Pero el lector es también prescriptor y destinatario del títu-lo que lee. Los grandes medios de comunicación para mayores realizan cada añoenvíos publicitarios destinados a varios millones de personas para mantener yrenovar su difusión, porque un abono conseguido es el fruto raro, a menudo, devarias decenas de contactos por correo. El mayor es, desde luego, prescriptorrespecto del título que desea sumarle a su audiencia y después conservarlo en suclientela. El medio de comunicación que quiera conquistar a un mayor, debe

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51En 2006, las figuras de mayo de 1968 se habrán convertido todas en sexagenarios confirmados, Alain Geismar ten-drá 67 años, Michel El Bris, 62 años, Serge July, 64 años...52La American Association of Retired Persons, tras haber intentado escindir su oferta editorial en dos publicacionesen función de la edad, con My Generation para los baby boomers y Modern Maturity para sus mayores, ha vuelto en2003 a un solo título, AARP The Magazine, adaptado con especificidades correspondientes a los 50-59 años, 60-69años, 70+ para quienes las temáticas de trabajo, salud o viajes no representan las mismas formas de identificación.

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adoptar, pues, sus códigos estilísticos (rechazo en Francia, y en todo el arcomediterráneo, de portadas que presenten modelos de madurez) y responder asus aspiraciones. Luego, deberá conservar desde ahora una programación detemas que tenga en cuenta sus preocupaciones, incluso que las anticipe.

Es cierto que existe un efecto del envejecimiento en el perfil de los lectores,en sus expectativas y, por consiguiente, en los temas abordados por la prensa,que se ejerce de forma invisible (mejora de la legibilidad, aumento del tamañodel carácter) y visible.

En la actualidad, su difusión (más de un millón de ejemplares mensuales)tiene anclados los dos principales magacines para mayores (Notre Temps y PleineVie) en una categoría de mastodontes a veces golpeados por la erosión de suslectores. Adolece, como la prensa de televisión, del desarrollo de una oferta demasa de suplementos cercanos a la gratuidad (TVMagazine, Versión Fémina) quepermite a los diarios hacer su oferta más atractiva, más federalista, a cambio deuna aportación módica del comprador53. Los magacines para mayores no pue-den hacer abstracción de este contexto competitivo que rebaja el precio de ventade la información. Los dos líderes en este sector ambicionan responder a lasexpectativas de unos lectores que pretenden organizar su nueva vida, cuandopasen a la jubilación, mediante actividades personales o colectivas, altruistas ode ocio. En el futuro, la clientela de nuevos jubilados estará cada vez más cons-tituida por cohortes de baby boomers. A partir de 2006, las jubilaciones afectaránentonces al menos a 150.000 personas más que el año precedente (o sea, más de800.000 en total anual), con motivo del famoso boom que siguió al final de la gue-rra y que ha persistido de forma neta y homogénea hasta 1973 (INED,Población de Francia: Evaluación provisional del 1 de enero de 2003).

En el análisis de las formas de influencia en los medios de comunicación,algunos distinguen de manera sutil:

– una “influencia externa”, es decir una influencia directa del lector sobre elcontenido editorial;

– una “influencia interna” que, por su parte, denota que la redacción y losespecialistas de márketing editorial han de hacer evolucionar una publica-ción en función de la desiderata que su intuición y su profesionalismo leshacen percibir en sus lectores.

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530,15 euros para Ouest France, cuya tarifa pasa de 0,70 euros a 0,85 euros el viernes, día de difusión de TV Magazine.

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Los analistas colocan bajo la locución “influencia externa” los datos corres-pondientes a la capacidad que tienen los mayores y los jubilados para reaccionarante la prensa a través de las cartas de los lectores que expresan su descontentoe influir en las representaciones relativas a la edad, las políticas en materia devejez y las personas mayores.

Es bien difícil distinguir estas influencias en lo que se refiere a identidad. Dehecho, si bien difieren por su modo de expresión, tienen un efecto convergentepara identificar al destinatario final de una publicación. Todo redactor jefe con-sidera el correo de los lectores como un barómetro, y sabe que las manifestacio-nes deben ser ponderadas, dada la “superrepresentación” de los “militantes dela pluma” en las tribunas o en las manifestaciones declarativas. La realidad refle-jada por las cartas de los lectores se mide menos fácilmente que las tendenciasenunciadas en los resultados de estudios cuantitativos o cualitativos de márke-ting editorial. Sin embargo, el correo representa el papel de una señal que a vecesdesencadena el lanzamiento de una encuesta54 o la publicación de un expedien-te.

Así pues, los medios de comunicación se enfrentan aquí a un poder reactivodifuso y no organizado de protesta, que emana de lectores o de escritores “elec-trones libres” cuya cantidad sería interesante estimar.

¿Qué hay de un poder organizado, es decir, una influenciade las organizaciones de jubilados que actúan en tantoque representantes de un grupo social y tienen estructuradauna acción de vigilancia mediática?

Se citará, como ejemplo, el Media Watch Program55de los Panteras Grises esta-dounidenses. (Nota de la redacción: véase, a este respecto, la entrevista del director de losPanteras Grises de los Estados Unidos en este volumen.)

En Francia, los baby boomers han instaurado, sin referencia generacional, unavigilancia crítica mediática y han creado un observatorio de los medios de comu-nicación (colocado bajo la responsabilidad de su inspirador en materia de visiónde dichos medios, el profesor Armand Matelart) a partir de la corriente altermun-dialista56 y en el cual Le Monde Diplomatique, sus dirigentes, Bernard Cassen e

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54El magacín de actualidad “60 millions de consommateurs”, que fue lanzado en la década de 1960 por una genera-ción consumista de la que los baby boomers han difundido y banalizado el mensaje con actitud reivindicativa, iden-tificaba posibles sujetos de encuestas a partir del voluminoso correo enviado al Instituto Nacional de Consumo porusuarios insatisfechos y clientes expoliados.55Programa del Observatorio de los Medios de Comunicación [N. del T.].

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56Hace referencia al Movimiento Altermundialista, también conocido como Movimiento por la Justicia Global, típi-co exponente de la denominada 'cultura antiglobalización', contraria al neoliberalismo y a todas las formas de impe-rialismo [N. del T.].57Término acuñado a partir del apellido de Louis Althusser, filósofo marxista francés (1918-1990) [N. del T.].58Término acuñado a partir del apellido de Pierre Bourdieu, sociólogo francés (1930-2002) [N. del T.].

Ignacio Ramonet, y su economista de referencia, Bernard Nikonoff, desempeñanun papel de reserva de pensamientos y argumentaciones críticas. Su publicaciónrevitaliza y vuelve a difundir, adaptadas, doctrinas (“althuserianas”57, “bourdieu-sianas”58, postmarxistas, tercermundistas, trotskistas, ecologistas...) pertenecien-tes a los arcanos adquiridos en sus años de formación en la militancia, que pre-cedió y siguió a la explosión de 1968. Esta corriente, surgida de un círculo depensadores baby boomers, irriga hasta la contestación estudiantil actual, que debe ala vulgarización de una parte de sus tesis lo esencial de sus eslóganes.

En cambio, las organizaciones de jubilados existentes en Francia, y en espe-cial las que constituyen la Confederación Francesa de Jubilados (CFR), creadabajo la égida de Jean-Louis Mandinaud en 2000, no desarrollan ninguna línea depensamiento que se abra a una reflexión o una acción social fuerte: su accióncon motivo de la canícula homicida del verano de 2003 se ha reducido muchasveces a algunos comunicados sin conexión permanente con la acción pública ycon los medios de comunicación.

El mensaje que incita al poder público a tomar más en cuenta la suerte de laspersonas mayores ha sido ya recogido por los responsables médicos o de resi-dencias de ancianos y las revistas comerciales para mayores, cuya audiencia(cerca de 10 millones de lectores) favorece la posición de enlace. Sin embargo,un principio de observatorio de las representaciones de los mayores en losmedios de comunicación se constituye progresivamente a través de la asociaciónTélescopâges ([email protected]), que reúne a profesionales (medios de comu-nicación, gerontología...) y representantes de asociaciones para las conferencias-debates en torno a la imagen y la representación de los mayores.

En los Estados Unidos, las organizaciones de mayores, y en vanguardia deellas la AARP, son productoras y vectores de información, mediante sus estu-dios, sus tomas de posición públicas y su trabajo de presión. La AARP cuentacon 35 millones de afiliados y su principal publicación, AARP The Magazine, sedifunde con más de 23 millones de ejemplares, lo que la convierte en el primerperiódico norteamericano, delante nada menos que del Reader's Digest o delNational Geographic, que han vendido hasta unos 10 millones de ejemplares cadauno en el territorio nacional.

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Los jubilados franceses, por su parte, no han llegado aún al grado de profe-sionalización de los estadounidenses o no son lo bastante influyentes para tenerpeso en los debates públicos al lado de los sindicatos. En cuanto a las publica-ciones de las asociaciones francesas de jubilados, quedan reducidas a modestosórganos de enlace. Difunden sus reivindicaciones con más dificultad que losmedios de comunicación comerciales, excepto en sus esferas de afiliados, eincluso en ellas, porque es frecuente que esta prensa de periodicidad variablesólo irrigue a los directivos del movimiento.

¿Por qué esta discreción? Por motivos históricos y culturales. La prensa mili-tante, y la tomada por tal, no ha reflejado nunca un verdadero éxito comercialen Francia. En cambio, la agonía de la prensa de opinión, la militante en parti-cular, no ha significado el fin de la circulación de las ideas. Pero muchos mediosde comunicación las transmiten. Es un medio de comunicación económicamen-te próspero –Le Monde Diplomatique– el que más transmite con periodicidad laspreocupaciones de los altermundialistas.

Queda en pie una cuestión importante: la de la aptitud de la inmensa cohor-te de los mayores franceses para convertirse en grupo de presión identificable eidentificado, porque una clase de edad no hace un movimiento si no puede fede-rarse con una identidad de aspiraciones. La reivindicación, por parte de laConfederación Francesa de Jubilados, de escaños para los jubilados en elConsejo Económico y Social, puede marcar la institucionalización del movi-miento sin darle una identidad, una visibilidad o una influencia mediática másfuertes. Los mayores rurales (FNCAR), con la federación más numerosa(750.000 afiliados), no dejan de considerar su entrada en el Consejo Económicoy Social a través de una extensión de su sección agrícola.

En cambio, ningún editor responsable olvida que los medios de comunica-ción están incluidos en un proceso económico, tan enmarcado por contingen-cias industriales como por la cultura de sus lectores. En 35 años, el volumen deaudiencia de la prensa para mayores se ha multiplicado por treinta, puesto quedistribuye al menos dos millones de ejemplares al mes, mientras que el primernúmero de Notre Temps, creador de este segmento de prensa, sólo vendió 70.000ejemplares en 1968. El éxito de esta prensa depende por completo de su apti-tud para responder a las aspiraciones de estos lectores, cuidando de que los másreivindicativos no acaparen su expresión en detrimento del conjunto y de que nila cultura de sus escritores y periodistas, a menudo más jóvenes que ellos, nitampoco la de los publicitarios, constituyan una pantalla para la formulación desus deseos.

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59La editora de Notretemps.com escribe esto en una nota fechada en julio de 2003: “Más de 200.000 mayores se hanconectado al sitio durante el mes y han desencadenado la visualización de 1.105.000 páginas. Desde octubre de 2002,el sitio, que antes sólo era accesible mediante abono previo, ha abierto sus páginas en acceso libre.60Encuesta de Ipsos Bayardweb, en noviembre de 2003, tomando como base 1.276 entrevistas.

Es una apuesta renovada en cada aparición y ello en un contexto cambianteal mismo tiempo en el universo de la competencia y por causa de la evoluciónde los soportes. Será interesante medir, en los próximos años, el efecto queInternet ejercerá sobre estos lectores (en Francia y en otras partes) y su interac-ción con su “modo de consumo” de los medios de comunicación.

¿Cómo se apropian los mayores de los nuevos mediosde comunicación?

Más pronto de lo que cabe imaginar. De aquí la integración de la cuestión desu apropiación progresiva de los medios de comunicación digitales en la refle-xión emprendida. El ordenador puede ser la herramienta de edición de mensa-jes escritos en una página y después difundidos en diferido, como el diario o ellibro. Sitios como www.seniorplanet.fr y www.notretemps.com, los dos creadosen 2001, han podido hacer, tras diversos tanteos, un medio de comunicación ala vez informativo y comunitario cuyo público se amplía progresivamente.

Un estudio dedicado por Seniorscopie (mayo de 2001) en Internet para mayo-res relacionaba más de una decena de sitios franceses en los que lo esencial hadesaparecido en los meses siguientes.

Lanzado en 2001 como modelo de un sitio accesible mediante pago,www.notretemps.com despega en 2003, abandonando ese modelo. Su frecuen-tación sobrepasa el millón de páginas vistas al mes en junio de 2003 y dos millo-nes en noviembre59. Su público le manifiesta una adhesión creciente, basada enel rechazo al “todo de pago”. Es un público formado en esencia por mayoresmás jóvenes (el 16% con menos de 50 años, el 69% con 50 a 64 años, el 15%con más de 65 años, una predominancia femenina60 con el 54% de mujeres, el46% de hombres, el 40% de personas en actividad) cuya composición modela larespuesta del medio de comunicación a su demanda.

LA PRÁCTICA DE INTERNET ¿VA A MODIFICAR LA EXPRESIÓN MILITANTE DE LOS MAYORES?

Los estudios, como las informaciones, lo ponen de manifiesto. Internet cum-ple con los mayores una revolución cuyos principales movimientos ya se hanpuesto en marcha. Los jóvenes contestatarios franceses llevan a Internet sus

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operaciones contra la publicidad del metro. En Japón, el partido Rojin, “The OldPeople's Party” 61, es el primer partido virtual japonés. Cristaliza en línea la cólerade los mayores que protestan contra la degradación de las prestaciones de laSeguridad social. Y pretende seguir siendo una piedra en el zapato de los políti-cos antes que perder sus virtudes 'picapica' por aceptar uno o dos escaños en elParlamento.

Por lo tanto, la web se convierte progresivamente en una herramienta al ser-vicio de las reivindicaciones de los grupos de presión de los mayores. Los ejem-plos abundan en el territorio de los Estados Unidos. La Comisión de los asun-tos públicos de Nueva York, los Panteras grises, Las Abuelitas furiosas deSeatle... se aprovechan de Internet para establecer repertorios de servicios ycrear vínculos con otros grupos. El éxito de las campañas para el transporte delas personas mayores o con discapacidad y la mejora del reembolso de los medi-camentos de los mayores con pocos ingresos deben mucho a estas nuevas redes.Simplemente, se han apoyado en las posibilidades que ofrece la herramientapara desarrollar un sentido muy fuerte de la defensa de una comunidad de inte-reses que bebe en la tradición más antigua de los pioneros norteamericanos.

En otras palabras, la irrupción de Internet puede modificar a la vez los com-portamientos sociales y la forma de abordar los problemas de las políticas públi-cas. A menudo se establece una correlación, que es indudable, entre la edad, elnivel de titulación, los ingresos y la práctica de las nuevas tecnologías, entre ellasInternet. Pero esta práctica es también el signo de evoluciones sociales fuertes,incluso transgresoras.

En los Estados Unidos, los mayores de 65 años constituyen el primer grupode crecimiento de la audiencia de Internet (Nielsen//NetRatings, noviembre de2003). Su frecuentación ha aumentado el 25% en un año. Es decir, que el núme-ro de 'mayornautas' ha pasado de 7,5 a cerca de 10 millones durante este perío-do (10-2002/10-2003).

Un análisis sutil de los resultados pone de manifiesto que el incremento de lafrecuentación es ampliamente femenino y que se caracteriza por un tiempo deconexión superior al de los hombres (+ 2 h. mensuales), con una atracciónimportante por los sitios de información. El mismo movimiento se manifiesta,con un retraso mensurable, en Francia, donde la edad de 50 a 64 años se ha con-vertido, sin embargo, en un factor de dinamización del mercado de la informá-

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61El Partido de las Personas Mayores [N. del T.].

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tica, porque la posesión de ordenadores progresa en estas edades netamente másdeprisa que en el resto de la población francesa, en relación con la cual casi hanneutralizado el retraso.

El 54,1% de los que tienen entre 50 y 64 años poseen un ordenador, frenteal 50,1% de los franceses. El margen de progresión ha sido del 12,5% en losaños 2002 y 2003 entre quienes tienen entre 50 y 64 años, frente al 8,4% en elconjunto de la población (Estudio Simm Scanner Interdeco de diciembre de2003 efectuado con 9.463 individuos representativos de la población de más de15 años).

Los mayores han querido ver antes de actuar y se adhieren, pues, a los con-ceptos de uso crítico de los medios de comunicación que han estado en elnúcleo de los debates de la primera Cumbre Internacional de la Informaciónque tuvo lugar en Ginebra hasta el 12 de diciembre de 2003.

Un estudio de Ipsos realizado sobre el público de Notretemps.com (diciembrede 2003, estudio relativo a 1.276 individuos) confirma este entusiasmo crítico quees el hecho por Notretemps.com (sitio líder en Francia con 500.000 visitas y2.000.000 de páginas vistas por mes; Nielsen//NetRatings, noviembre de 2003)por parte de un público más femenino (54% de mujeres, 46% de hombres) ymenos parisiense que la media de los internautas (Île-de-France 21%, provincia74%), pero muy ávido de informaciones, sobre todo financieras. El estudio reve-la que se trata de usuarios fieles (59% de consultas al menos una vez por semana).Revela también que los mayores tienen una frecuencia de uso (78% todos losdías), pero una duración de utilización de Internet bastante superior a la de lamedia de los internautas mayores de 15 años (9 horas por semana frente a 6 horasde media). Pero, sobre todo, son campeones en el estudio de informaciones. Enefecto, como el 96% de los franceses, utilizan la red para consultar mensajes yenviar correo. Pero el 79% lo emplearán para buscar informaciones y el 78% paraefectuar una investigación documental mediante un motor de búsqueda.

Este entusiasmo por la información en línea no perjudica en la actualidad ala prensa para mayores. Sólo falta por observar de qué manera actuará sobre suoferta editorial, su extensión y su periodicidad. Los investigadores atentos(sociólogos e historiadores de los medios de comunicación) podrán observar alargo plazo la manera en que un nuevo acceso a una información, que ofrecemás interactividad que un periódico, podrá influir en la capacidad de los mayo-res para decidir y consumir mejor, pero también para comprometerse en accio-nes de vigilancia y de reivindicación.

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La prensa para mayores:¿una potencia sin poder?

SERGE GUERIN

Profesor asociado en Ciencias de la comunicación, Universidad de Lyon2-Icom

La prensa que se destina a los mayores ha conocido un despliegue real desde hace más dediez años, con tiradas que sobrepasan a veces el millón de ejemplares. Falta decir que muy raravez está dirigida por los protagonistas en cuestión. Raras son las tentativas surgidas de lospropios protagonistas, ya estén institucionalizados o no.

Si bien la expresión de los jóvenes a través de los medios de comunicaciónescritos data del siglo XIX y ha conocido un desarrollo paralelo al de la demo-cratización de la enseñanza (Gonnet, 1988, 1995), la expresión directa de losmayores sigue siendo un caso de estudio todavía raro. Si se prosigue la analogía,se observará que el sindicalismo estudiantil que procede de la organización autó-noma (al menos en el plano formal) desde la Tercera República ha sabido impo-nerse en el ruido mediático desde los años de la década de 1950. Por el contra-rio, la organización de los mayores en fuerza organizada y autónoma (Viriot-Durandal, 2003), no ha llegado aún a desarrollar una capacidad de expresiónpública a la altura de su peso numérico y social. Esta dificultad de los mayorespara adquirir el estatus de agente autónomo (en el sentido, por ejemplo, deCrozier), esta imposibilidad casi ontológica de inscribirse en una lógica de hege-monía cultural (Gramsci, 1937), se encuentra muy lógicamente en el paisaje de laprensa dedicada a los mayores. De cierta forma, los mayores han integrado, en sudefensa, un comportamiento de intruso (Becker, 1985) que restringe su capaci-dad de asediar el campo mediático y de participar en el concierto mediático.

Este freno inconsciente es profundamente contradictorio con el peso demo-gráfico y cultural de los mayores en la actualidad y con la aspiración central decada individuo a expresar su diferencia y su indiferencia (Gauchet, 2003).

En primer lugar, la prensa escrita para mayores es una prensa volcada hacialos propios mayores. No inscribe su proyecto editorial en una lógica de encuen-

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tro con otras categorías, con otras generaciones. En este sentido, la prensa paramayores participa e integra la regla de la especialización que puede aparecercomo consustancial con el desarrollo de las revistas y, en particular, de la pren-sa femenina, cuyo desarrollo ha tenido lugar en torno a la búsqueda de la mejortraducción editorial posible de corriente sociológica en una perspectiva deencuentro con un mercado publicitario (Balle, 2003, Charon, 1991, 1999).Existen varias categorías de agentes que estructuran la voz de los jubilados y elcampo de la prensa especializada en la problemática del envejecimiento cuandose dirigen a un público amplio.

En este marco, el grupo de prensa francés Bayard se convierte en innovadorcon la creación en 1968 de Notre Temps (Guerin, 1998, 2000). Luego, y a medi-da que el peso demográfico y económico de los mayores se hacía más sensible,aparecieron otros títulos, el principal de ellos Pleine Vie (denominado, en una pri-mera época, Le Temps Retrouvé y sostenido al principio por las cajas de jubilación,antes de haberse integrado en el grupo británico Emap). Se observará el éxitoindudable de esta familia de prensa en cuanto a audiencia: Pleine Vie y NotreTemps se cuentan entre las primeras publicaciones mensuales francesas con difu-siones respectivas en el período 2002-2003 de 1.083.980 millones de ejemplaresy de 1.011.556 millones de ejemplares, según Diffusion Contrôle. La desviación esmucho más sensible en lo que respecta a la audiencia. Según las cifras de laAEPM62, durante el período 2002-2003, Notre Temps, con 4.360.000 lectores, semantiene a buena distancia de su principal competidora, Pleine Vie, que le siguecon “sólo” 3.292.000 lectores. La diferencia se explica, en gran parte, por elmodo de comercialización y la influencia de las mutualidades. Introducida hacemuy poco tiempo en el mercado, Vivre Plus, de tirada más modesta, se sitúacomo el tercer título del sector con una temática sensiblemente diferente queinsiste en diversos aspectos de la cohabitación familiar y trata de ocultar conhabilidad la lógica de gueto en provecho de una lógica más intergeneracional.Lyon Génération, un magacín dirigido a quienes tienen entre 55 y 70 años en laaglomeración lionesa, es, por su parte, el primer título regional en querer adap-tar el modelo al ámbito local. El título, publicado por primera vez en marzo de2004, intenta al mismo tiempo desdramatizar el discurso con su insistencia enlas relaciones con los hijos y con los nietos. Se observará también que la prensadiaria regional, dada la estructura de su clientela, ha asediado muy lógicamente

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62Siglas de Audiences et études de la presse magazine (Audiencias y estudios de las revistas), filial de la APPM:Association pour la promotion de la presse magazine (Asociación para la promoción de las revistas) [N. del T.].

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el mundo de los mayores. Varios títulos, como Ouest-France o también Sud-Ouest,publican de forma periódica un suplemento, de grafismo relativamente pocoelaborado, dedicado por completo a los mayores. Señalemos también el originalVite Lu, publicación ilustrada de aparición quincenal, construida a partir de unaselección de artículos de Ouest-France simplificados que aparecen y se distribuyenen las residencias de ancianos. En cuanto a Le Progrès o Les Dernières Nouvellesd'Alsace, han lanzado una sección de “mayores” dentro de sus ediciones “nor-males”. Se observará, además, que los nuevos títulos regionales inscriben en suspreocupaciones la temática relacionada con los mayores o la jubilación. Porejemplo, Le Parisién publica así, en el momento del salón de los mayores de París,un suplemento en asociación con Notre Temps. Esta nueva iniciativa editorialafecta también al sector de la prensa nacional. En particular, Le Monde ha inicia-do una sección semanal para mayores, cuyos ángulos están especialmente diver-sificados.

Esta dinámica se explica, en primer lugar, por motivaciones demográficas: elmercado de los mayores aumenta naturalmente y lleva a la prensa a responder almismo, puesto que este público es más sensible que los demás a lo escrito y a lafrecuentación de los medios de comunicación. Así, según Intercedo Expert, losmayores más jóvenes representan el 26% de los lectores de noticias. Más impre-sionante todavía: forman el 33% de los lectores de la prensa financiera y el 25%de la prensa de decoración. Otro ejemplo: el 44% de los mayores más jóvenesleen la prensa femenina de gran público y son el 47% más que el conjunto de lapoblación que lee los magacines centrados en la jardinería.

Pero esta recuperación de interés responde también a consideraciones deotro orden: el mundo publicitario comienza a comprender tímidamente el inte-rés de estos medios de comunicación por llegar a un público con un importan-te poder adquisitivo (los ingresos de los hogares de personas con más de 50años son superiores en el 15% a los de los más jóvenes) y que en la actualidadprivilegia el consumo sobre el ahorro.

Es tanto más sorprendente la paradoja entre esta concienciación y determi-nadas decisiones tomadas en el sector de la prensa diaria: si se juzga por deter-minadas modificaciones de fórmula y de maqueta, la idea de rejuvenecer la ima-gen y el público es siempre la ideología dominante. Pero este tipo de enfoque amenudo tiene el efecto de hacer huir a los mayores, descontentos por fórmulasnuevas poco convincentes y menos legibles, sin convencer a los jóvenes, queesperan de esta prensa que asuma su magisterio y no que se mantenga en equi-librio sobre una moda de duración determinada.

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Bajo la influencia del grupo Bayard Presse, o de forma independiente, unagran parte de Europa ha visto también surgir esta prensa, con Choice y 50 Plusen Gran Bretaña, Générations en Suiza, 50 & Piu en Italia, Plus Magazine enBélgica, Vi Over 60 en Noruega... Recordemos que, históricamente, es la AARP(American Association of Retired Persons) la que está en el origen del primero y máspujante magacín para mayores, Modern Maturity. Transformado ahora en AARPThe Magazine, distribuye 22 millones de ejemplares y se edita en tres versionessegún la edad del abonado.

Al lado de la prensa tradicional, existe otro segmento de prensa surgido deoperadores del sector gerontológico que se destina a los mayores: los títulospublicados por las mutualidades o instituciones de previsión (MG actualités,Humanis La revue, Génération 3...). Estos soportes son producidos, bien directa-mente por los servicios de comunicación de las organizaciones, bien por agen-cias especializadas (Verbe, Textuel, L'Agence, pero también SPS, un departamen-to dedicado de Bayard que aprovecha la experiencia adquirida a partir de NotreTemps). También aquí las difusiones pueden alcanzar cimas y pasar de un millónde ejemplares. Conviene señalar también los soportes destinados a los mayoresy que emanan de colectividades locales (desde el magacín Bords de Maine, creadoen 1996 por la ciudad de Angers, a la carta Lyon Citoyen Seniors, lanzada en febre-ro de 2004). En estos dos casos, la palabra de los mayores y de los jubilados pasapor el tamiz del periodista o de la agencia de comunicación y ocupa un puestoen una agenda definida por el editor. La expresión es la más solicitada en fun-ción de los temas elegidos por la redacción o por un comanditario. La expresiónindividual sólo puede desarrollarse por intermedio del correo de los lectores o,si existe, a través de los lugares dedicados a la libre opinión (editorial, correo,humor...).

En efecto, el análisis de los modos en que los mayores intervienen no podríadejar en la sombra la cuestión del correo de los lectores. Este modo de interven-ción del receptor es tradicional en la prensa. Antes incluso de los estudios demárketing, para la prensa fue un indicador precioso del sentir de los lectores.Los redactores jefes siempre han concedido gran atención al flujo y contenidode los mensajes, partiendo del principio de que si las personas se tomaban lamolestia de intervenir era porque representaban a muchas otras que no habíanido hasta el final de la iniciativa.

El correo de los lectores, dinamizado en la actualidad por el fenómeno delcorreo electrónico, se ha integrado profundamente en la lógica interna de untítulo como Notre Temps. Esta publicación mensual recibe alrededor de 15.000

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63Término acuñado a partir del apellido de Jünger Habermass, filósofo alemán nacido en 1929 [N. del T.].64Suena el teléfono [N. del T.].65El punto de mira [N. del T.].66Siglas de Télévision Numérique Terrestre (Televisión Digital Terrestre) [N. del T.].

cartas cada año, lo que constituye una forma de récord. Aparte de la publicaciónde determinadas misivas, este flujo suministra materia a los temas y permite alos redactores estar al tanto de las expectativas de los lectores. Pero se observa-rá que esta intervención no institucional, que se expresa de forma privilegiadaen Notre Temps, puede leerse como un modo de intervención de los jubilados enel espacio público, en el sentido habermassiano63 del término. En posesión deun tiempo disponible, de una apetencia por lo escrito y de un dominio de losmedios de comunicación adquirido a lo largo de años, los mayores son los pri-meros en escribir a las redacciones o en intervenir por las ondas, en especial enla radio. Las emisoras de radio generalistas multiplican desde hace algunos añosen su rejilla los programas “interactivos” en los que los oyentes crean el conte-nido con sus intervenciones, preguntas o críticas y sugerencias. Se observará,por ejemplo, el éxito y la forma regular de intervención de los mayores en laemisión Le téléphone sonne64 de France Inter. Estas emisoras, en particular FranceInter y Europe 1, que realizan sus mejores índices de penetración en las poblacio-nes con fuerte capital cultural y entre los mayores, suelen ser asediadas regular-mente por estos últimos. Lo mismo ocurre en el ámbito de las emisoras de radiode proximidad. Se observará, por otra parte, que existen algunas emisoras gene-racionales que se dirigen a los mayores a través de su programación musical,comenzando por Nostalgie. Pero ninguna adopta como objetivo dar la palabra alos mayores. Del lado de las televisiones, apenas hay alguna, salvo Tele-Melody,que contemple explícitamente este segmento de mercado. Sin embargo, la partede audiencia de televisión de los mayores de 50 años representa el 43,1% deltotal y las emisiones de juego como “La cible”65 son vistas por el 63% de estetramo de edad. La cadena de televisión por cable basa también mucho su exis-tencia en las elecciones musicales y la redifusión de antiguas emisiones. Por lodemás, resulta sorprendente que no se haya reservado ningún proyecto de tele-visión destinado a los mayores para la futura TNT66.

Editores profesionales o editores vinculados a agentes del campo gerontoló-gico, como las mutualidades, no tienen por su parte el proyecto de representara los mayores, sino de dirigirse a ellos, de responder a sus expectativas. SóloNotre Temps ha expresado la voluntad de ser una especie de portavoz de losmayores. Lo que ha empezado por traducirse en editoriales extremadamente rei-vindicativos, en especial los de Germaine Lacorre en la década de 1970, que se

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caracterizaban por un determinado voluntarismo. Así, en octubre de 1977,Germaine Lacorre, escribe que “estar jubilado no quiere decir ser retirado, serpuesto aparte”. Pero esta voluntad se ha realizado también por mediación decampañas lanzadas a favor de la puesta en marcha de reformas favorables a losmayores o a las personas de edad muy avanzada (Guerin, 1998). La más recien-te se refiere a la petición de trabajar un día festivo en favor de la asistencia a laspersonas mayores dependientes (septiembre de 2003). Sin embargo, si el títulose autoinviste de portavoz de un grupo social heterogéneo, no podría ser repre-sentativo de la diversidad de los mayores, y menos todavía de los jubilados. Porlo demás, este papel de portavoz produce un interrogante: ¿descansa en elemen-tos de representatividad distintos de la difusión y de la audiencia? No se ha efec-tuado ningún trabajo de reflexión, ni tampoco existe voluntad de agrupar pro-tagonistas para instaurar un diálogo y desembocar en los análisis y las reivindi-caciones. Fundamentalmente, este soporte de prensa, al pretender, ante todo, lamayor difusión posible y la posibilidad de captar las crecientes fracciones delmercado publicitario, apenas puede instaurarse al mismo tiempo como un espa-cio de reivindicación. La confusión de los papeles parece entonces perjudicialpara la comprensión del posicionamiento de la cabecera, tanto por parte de loslectores como de los anunciantes. Por lo demás, es evidente que el magacínNotre Temps sigue siendo un título editado por un grupo de prensa y no es nin-guna emanación de un grupo de presión. Las lógicas son diferentes y los obje-tivos también.

Sin embargo, importa subrayar que existen otras formas de expresión en elámbito de la prensa para mayores. Así, y desde 1919, La Voix Du Retraité, pre-tende mantener alto y fuerte el estandarte de defensa del jubilado. En la actua-lidad, el magacín pertenece a un pequeño grupo de prensa especializado en lainformación profesional y tiene una difusión del orden de los 30.000 ejempla-res. Persigue un enfoque “consumista” de la cuestión de las pensiones, en queel ángulo práctico y jurídico se trata de forma privilegiada y siempre en un sen-tido de defensa de los derechos. El conjunto está bastante diversificado, conestudios efectuados sobre la manera de abordar la jubilación en Europa o tam-bién temas de derecho y de salud. La publicación mensual propone también unaparte de magacín bastante reducida. Una cabecera de audiencia modesta, peroque presta servicios reales a sus lectores. La cabecera responde a una lógica pri-vada mientras mantiene un discurso fuertemente reivindicativo. Se beneficia asíde un espacio específico en el paisaje mediático destinado a los mayores. A sumanera, y con mucho menos medios y potencia, compite con Notre Temps en latrinchera de la representatividad y la reivindicación. El posicionamiento de la

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cabecera, en cambio, es más legible con motivo de su voluntad de circunscribirel espacio reivindicativo a la cuestión de los jubilados. Es cierto que, por noentrar en una lógica de integridad, es decir, por no querer ni poder abarcar elconjunto de los asuntos que pueden interesar a los mayores, La Voix Du Retraitéreduce sin duda su potencial de audiencia, pero afirma su diferencia. Másampliamente, para retomar el enfoque de Jacques Derrida, se observará queestos diferentes medios de comunicación garantizan, cada uno según su prismaeditorial, un “lugar de visibilidad pública” a diferentes categorías de la opiniónpública. Pero este tipo de medio de comunicación de ningún modo es represen-tativo de esta opinión pública. Sin embargo, existen otras tipologías editorialesen el mercado de los lectores mayores.

Los mayores experimentan una dificultad real para organizarse de modo colec-tivo y obtener un reconocimiento institucional (por ejemplo, la reivindicación deestar representados en el Consejo Económico y Social). Esto daña fuertemente sucapacidad de elevar una voz pública en el debate democrático. Esta situación seexplica por motivos culturales y vinculados al inconsciente colectivo de los mayo-res, pero también, en gran parte, por el rechazo de las organizaciones sindicales aperder su monopolio de representatividad. También expresa la consecuencia delas divisiones entre las federaciones de jubilados, su falta de profesionalismo y demedios financieros que reducen su capacidad de influencia (Viriot-Durandal,2003). Por consiguiente, estas organizaciones de empleados proponen, muy lógi-camente, soportes de expresión a los mayores a través de las revistas sindicales quese erigen en portavoz de los jubilados. Estas publicaciones se benefician delmismo grado de autonomía y de posicionamiento que los soportes equivalentesdedicados a un público segmentado por su estatus profesional, su pertenencia aun cuerpo profesional o a un convenio colectivo. Tampoco aquí la expresión esautónoma. La tercera forma de expresión de los jubilados en los medios de comu-nicación escritos proviene de las organizaciones de defensa de los mayores o delas personas de edad muy avanzada. Estos agentes, que se organizan progresiva-mente para conquistar los instrumentos de una intervención colectiva e institucio-nalizada, no han sabido desarrollar, hasta la fecha, un medio de comunicacióncomún para producir un discurso colectivo. Ello se deriva de una dificultad realpara superar las diferencias culturales e históricas. Sin embargo, las diferentes aso-ciaciones representantes de los mayores disponen cada una de su propio órganode prensa. Estos soportes, en general, responden más a lógicas internas que ademostrar una capacidad real para interpelar a la opinión pública, y a los mayoresen especial. Qué lástima cuando se imagina el peso mediático de un magacín des-tinado a los dos millones de afiliados de estas organizaciones...

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Vivre et agir es la principal cabecera actual. Esta publicación bimestral creadaen 1985 se publica, en efecto, con el apoyo del Movimiento de Mayores Rurales,la primera de las organizaciones de mayores (Viriot-Durandal, 2003). Afecta alos jubilados que habitan el medio rural o las ciudades pequeñas y funcionaampliamente como una pasarela entre los afiliados. Actualité Retraite, editada porla Unión Francesa de Jubilados (UFR), intenta inscribirse en una lógica más pro-fesional y juega con las reglas de escritura y de presentación periodística, laintroducción de notas de lecturas, una maqueta en color... Sin embargo, la publi-cación se centra, sobre todo, en la defensa de los derechos de los jubilados. Loque expresa una lógica fuerte en relación con los objetivos de la UFR. Por suparte, la Federación Nacional de Asociaciones de Jubilados (FNAR) por ahorapermanece más en segundo plano en su política de expresión exterior. Pero lallegada de antiguos profesionales de los medios de comunicación parece quedeberá acelerar la concienciación relativa a la importancia del “hacer saber” enuna iniciativa de influencia en el debate público.

Para completar este cuadro, se observará la multiplicación de los soportes deexpresión que emanan de asociaciones de jubilados surgidas principalmente degrandes empresas. Algunas de estas publicaciones sobrepasan varias decenas demillares de ejemplares. Señalemos, por ejemplo, el trabajo efectuado por laAsociación de Jubilados de Air France (ARAF), que, tras una fase de consulta asus 11.000 miembros, que ha suscitado el índice récord de 2.600 respuestas, secompromete en una política de modernización de su publicación, Présence desretraités de Air France.

Pero, aparte de estos editores institucionales, es singularmente difícil encon-trar en el sistema mediático (Mathien, 1989) magacines creados y difundidos porlos propios jubilados. Sin embargo, es crucial el desafío de una intervenciónautónoma por parte de los jubilados. En el mismo momento en que la realidaddemográfica tiene dificultad para encontrar su prolongación en la esfera demo-crática, la cuestión de la intervención de los mayores aparece como un elemen-to determinante para el futuro de esta categoría social.

Se observará, en este aspecto, el trabajo original y apasionante efectuado porel Conservatorio Francófono de los Diarios de Residentes en residencias deancianos. Este Conservatorio agrupa varios centenares de diarios ejecutados porlos propios residentes. Estos diarios expresan una palabra plural, que hace resur-gir las expectativas, las necesidades y los sentimientos de un público muy amplia-mente olvidado. Para los residentes, estos diarios son una manera de recordar yafirmar que siguen siendo protagonistas autónomos. Cada dos años, con el

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apoyo de la Fundación de Francia, el Conservatorio organiza un festival dondese premian los mejores diarios y donde se desarrolla un foro entre investigado-res, jubilados y dirigentes de residencias de ancianos.

En esta fase, conviene también volver sobre un recién llegado al mercado: LeTemps de Vivre, conocido al principio por los iniciados bajo el vocablo deAntirouille67. En efecto, esta cabecera tiene un lugar especial en esta familia deprensa. Este magacín de difusión modesta, que quiere guiar de modo diferentea los mayores, constituye una tentativa de inscribirse en una lógica de indepen-dencia frente a las organizaciones de mayores y los grupos de prensa. Se obser-vará que, para los primeros números, el fundador Michel Bertelier, también unapersona mayor, se había asociado con Renate Gossard, por lo demás responsa-ble número 1 de los Panteras Grises franceses, una organización de fuerte reso-nancia mediática pero con efectivos confidenciales que no trata de protagonizarel papel de representante tradicional e institucional de los jubilados. Esta publi-cación trimestral se posicionaba entonces como un magacín de proximidad rea-lizado por los propios mayores. Un magacín inofensivo que apenas se tomabaen serio y cuya presentación, estilo de expresión y modo de relación inducidocon el lector parecían relativamente alejados de los estándares profesionales. Alelegir este posicionamiento editorial, Antirouille no trataba de jugar el juego ins-titucional: en su primera fórmula, el magacín, trataba de construir, en el fondoy en la forma, un discurso más lúdico e informal que el que podría esperarsevista la edad de los protagonistas. Por lo demás, Antirouille se distinguía de suscolegas por el lugar que se daba a la expresión directa de los agentes. Se encon-traban allí tanto asociaciones de defensa de los jubilados como las voces de losresidentes en residencias de ancianos. La originalidad de la cabecera consistía, engran medida, en el tono utilizado y en el hecho de abordar con sencillez temasa veces complejos en torno a los cuales da la palabra a todos y rechaza el con-senso flojo.

Voluntariamente, la publicación conservaba en la época un aspecto “cole-gial”, lo que contribuye a inscribirla en un género editorial inaugurado por laprensa joven, a saber: las revistas de aficionados denominadas “fanzines”(Gonnet, 1995). ¿Se puede ver un signo en el hecho de que el primer magacínde vocación nacional destinado a los estudiantes de secundaria (creado, en ladécada de 1970, por jóvenes independientes) llevara el nombre de Antirouille? Elazar semántico no golpea más aleatoriamente que los demás...

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Sin embargo, en una segunda época, dado el débil rendimiento publicitario yuna cartera de abonados demasiado modesta, Michel Bertelier se ha acercado aotro editor, el grupo Hugo Edition, situado en el Sur de Francia y pretendepasar a la velocidad superior con el desarrollo de las ventas a través de abona-dos y por ejemplares. A causa de ello, la maqueta fue reorganizada y el contex-to editorial se centró a lo largo de tres ejes principales: salud / jardinería / gas-tronomía, turismo / ocio, y canción / música. Por lo demás, se abandonó el títu-lo original por otro más normalizado: Le Temps de Vivre. Un título cuyos dos tér-minos son utilizados cada uno a su manera por sus tres grandes predecesores...En resumen, Le Temps de Vivre pretende situarse como un retador de los gran-des soportes existentes, aunque su difusión sea de las más modestas, puesto quela tirada inicial fue de 30.000 ejemplares. El título, que había adoptado por obje-to abordar múltiples cuestiones vinculadas directamente al lugar de las personasmayores en la sociedad y a sus reivindicaciones, se mueve en lo sucesivo mássobre los dominios del ocio y del hedonismo, con un tratamiento editorial que,sin embargo, se distingue por diferentes testimonios o notas de humor abiertostanto a los individuos como a las organizaciones. Se observará, en particular, laChronique des Résidents, que ofrece un espacio para que los habitantes de una resi-dencia de jubilados puedan contar su vida diaria.

La intervención autónoma de los mayores recubre realidades polimórficas ytodavía poco institucionalizadas. Sin embargo, parece creciente y debería elevar-se con la llegada de una población todavía más al tanto de los procedimientosde intervención en el espacio público. En la actualidad, están en boga los pro-yectos de magacines destinados a los mayores. Los grandes agentes comoHachette, Le Monde o Le Point buscan, miran o desarrollan proyectos. Periodistasindependientes o no, brillan por su lado, agencias editoriales, antiguos directivosde prensa estructuran fondos en esta óptica, estrellas mediáticas se interesan enel segmento...

Observemos que es la hora de privilegiar títulos de “arte de vivir” más quesoportes demasiado identitarios y reivindicativos. Soportes que enfocan másbien esta nueva categoría sociológica que emerge claramente en la actualidad,que va de los 50 a los 65 años y que dispone de un poder adquisitivo globalmen-te considerable, situada entre los adultos y las personas mayores, que por nues-tra parte llamamos Boobos (burgueses bohemios) o nuevos mayores. Es unaexpresión que define los medios acomodados, eventualmente parisienses, queestuvieron muy implicados en los movimientos contestatarios de estudiantes deizquierda a finales de la década de 1960. Se reprocha a esta categoría de “ex

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revolucionarios” que luego se han acomodado muy bien al sistema capitalista ensu propio provecho. El editor que sepa captar y traducir las expectativas de estosBoobos se beneficiará de una fuerza de atracción excepcional ante los publicita-rios. A menos que las organizaciones de jubilados terminen por tomar una deci-sión y ganen la apuesta...

Bibliografía

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Los “Panteras Grises” y la guerra mediática.El caso del “Media Watch Program”en los Estados Unidos

ENTREVISTA DE TIM FULLER

Director de los “Panteras Grises”

POR JEAN-PHILIPPE VIRIOT-DURANDAL.

JPVD.: En nuestra entrevista precedente (volumen 1) explicaba ustedla importancia de la influencia de los medios de comunicación en la opi-nión pública. ¿Cuál es la estrategia de los “Panteras Grises” en esteámbito? ¿Puede presentar el programa de vigilancia de los medios decomunicación “Media Watch”?

TF: El programa “Media Watch” recoge justamente la idea de que los mediosde comunicación forjan las representaciones sociales. Da igual el medio decomunicación que sea, pero esta influencia es particularmente fuerte en el ámbi-to de la imagen (cine y televisión). Las representaciones de nosotros mismos ylos prejuicios colectivos están formados o influidos por modelos de identifica-ción presentes en determinadas imágenes, en la literatura o en los medios decomunicación. Dejan una marca persistente en los espíritus. La publicidad y lasdiversiones suelen apelar a los sentimientos comunes más elementales de unasociedad, que, a su vez, refuerzan los prejuicios culturales. El programa “MediaWatch” ha intentado responsabilizar a los medios de comunicación en las repre-sentaciones que ellos transmiten de las personas mayores. Este programa hapermitido tirar de la señal de alarma cuando han aparecido estereotipos o repre-sentaciones falseadas, no sólo relativas a las personas mayores, sino también decualquier otro grupo. Las ondas pertenecen a todo el mundo, no son privadasni están patentadas, y los ciudadanos tienen la responsabilidad e, incluso, el dere-cho de pedir cuentas a las grandes empresas mediáticas.

JPVD.: ¿Cómo se ha estructurado este programa y quién se ha ocu-pado de él?

TF: Hemos formado equipos que han observado la televisión y las películas.Luego, estos equipos debían elaborar reseñas. Se trataba de un trabajo volunta-

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rio coordinado desde una oficina. Esta última tenía la misión de verificar y ana-lizar los datos recogidos; realizaba estudios, informes y comunicados. Nuestrasobservaciones se apoyaban en ejemplos e iban acompañadas de recomendacio-nes, propuestas y soluciones alternativas. También hemos realizado estudioscuantitativos para conocer el número de veces que las personas mayores eranpresentadas como personas débiles, idiotas, torpes, extrañas, atrasadas o cual-quier otro calificativo negativo. También hemos registrado el número de pasospor pantalla de personas negras respecto de otras blancas, etc. Hemos reunidoestos datos para hacer una síntesis. En determinados casos, hemos estimado queera necesario actuar cuando denunciábamos públicamente esta o aquella repre-sentación discriminatoria. Nos ha ocurrido, incluso, tener que organizar un boi-cot o desencadenar una acción en los tribunales. Este trabajo ha sido eficaz,pero nunca ha suscitado una adhesión muy fuerte.

El programa “Media Watch” se basa en determinados criterios de análisis.Estos últimos se referían a la apariencia, el vestido, la elocución, la personalidady la descripción. Observar y describir con precisión las apariencias ayuda a pre-parar la acción.

Una de nuestras intervenciones en Nueva York ha permitido poner términoa un determinado anuncio publicitario que difundía la cadena de radio WOR-AM. Se trataba de un anuncio para una tienda de productos dietéticos. Poco máso menos, decía: “la clientela de nuestro almacén estaba compuesta por viejecitasen ropa de tenis. Desde ahora, recibimos jóvenes inteligentes que compran die-tética”. Una carta de protesta de “Media Watch” relativa a que las señoras mayo-res no fueran inteligentes ha conducido al anunciante a hacernos llegar excusasy nunca más hemos oído hablar de este anuncio.

JPVD.: Técnicamente, ¿podría inscribirse en este programa cada sec-ción de los “Panteras Grises”?

TF: Hemos apelado a voluntarios, hemos seleccionado criterios de observa-ción y luego hemos dejado a las secciones locales que se organizasen. Les incum-bía elegir las emisiones y las horas de escucha, los diarios y los magacines. Hansido también las secciones locales las que, en caso de necesidad, tomaban la ini-ciativa de ponerse en contacto con nuestra sede. Cuando hemos comenzado, setrataba de organizarnos para contestar a una pregunta concreta y apoyarnos enun grupo de voluntarios para conseguirlo. Cuando este programa debutó, en ladécada de 1980, los medios de comunicación apenas eran objeto de críticas. Enla actualidad, es más fácil para cada uno de nosotros hacer estas críticas.

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68Televisión por cable de acceso público por y para las personas mayores [N. del T.].69De vez en cuando [N. del T.].

En nuestros días hay muchos estudios realizados en torno a los prejuiciosculturales y su efecto en los medios de comunicación. En la época de su crea-ción, “Media Watch” representaba una verdadera innovación. Nadie más lo hacíay hasta nuestro método era inédito. Un ejemplo: a iniciativa del departamentode comunicación de la Universidad de California, en San Diego, ha comenzadoel programa PACE (Public Access Cabletelevision by and for Elders)68. En 1977, SanDiego tenía la mayor proporción de personas mayores de los Estados Unidos:alrededor de 300.000 personas mayores de 55 años. El programa PACE debíaponer a las personas mayores en relación con los estudiantes para que, juntos,pudieran adquirir las técnicas de vídeo con el fin de poner en marcha una red decomunicación para adultos de edad avanzada en la región de San Diego. De estemodo, más de 300 personas mayores de 50 años han recibido formación en laproducción de vídeo. El programa PACE ha desarrollado así un sistema de rela-ción entre las generaciones. Desde entonces, se considera como un modelo detelevisión comunitario colocado bajo el control de sus propios usuarios.

En Wisconsin, el programa de radio “NowandThen”69 trata de mejorar elpotencial social, físico y mental de las personas mayores. Les suministra lasinformaciones que les permiten realizarse con lo mejor de su capacidad con elfin de evolucionar lo mejor posible dentro de su entorno.

Maggie Kuhn, la fundadora de los “Panteras Grises”, conoció el éxito porquefue una de las primeras en intentar responsabilizar a los medios de comunica-ción. Era, por otra parte, una de sus grandes cualidades: había conseguido com-prender cómo funcionaban los medios de comunicación y, sobre todo, a poner-los al servicio de sus ideas. De esta forma ella pudo, como los demás, explotar-los en su beneficio.

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La revista 50 y Más: los jubilados, a la cabezadel gran mensual italiano

LANFRANCO MORGANTI

Presidente de 50 & Più Fenacom

Fundado en 1978, este mensual italiano es publicado por la asociación de mayores50&Plus Fenacom. Esta asociación de personas mayores y pensionistas actúa en favor delcompromiso activo de los mayores en la sociedad. Sostiene el compromiso de los mayores en laactividad profesional, pero también su participación política y su papel en la sociedad, sobre todoa través de acciones intergeneracionales. Se compromete también a hacer del envejecimiento unperíodo creativo de la existencia.

Con sus 124 páginas mensuales, la revista tiene una tirada media de 360.000ejemplares, lo que corresponde a alrededor de 1 millón de lectores (el 70%mayores de 64 años). La distribución se hace en los quioscos (a 2 € el ejemplar)y por abono (20€ en Italia; 41,50€ en el extranjero; pero es gratuita para losmiembros de la asociación 50&Más Fenacom en Italia y en el mundo). Un suple-mento unido a la revista les informa de las iniciativas específicas que se desarro-llan en las diferentes regiones.

Este magacín de actualidad, de información y cultura, se destina a la terceraedad, con numerosos artículos relativos a temas sociales y culturales. Constituyeuna aportación concreta a la formación de una nueva cultura social portadora devalores, de experiencias positivas y de compromisos activos a todas las edades.

Los artículos, los servicios y las encuestas son realizados por un equipo deperiodistas y de expertos externos reconocidos profesionalmente y por la redac-ción interna del diario.

Se encuentran en él todas los secciones ordinarias de la prensa para mayores(ocio, servicios, ofertas de acciones promocionales, convenios y consultas lega-les, fiscales, médicas, psicológicas, espirituales...), pero también estancias terma-les, concursos fotográficos, premios de prosa, de poesía y de pintura.

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Por último, se publican diferentes secciones específicas, entre las cuales(Cartas a 50&Plus, pequeños anuncios) las hay abiertas a la participación de loslectores.

La revista constituye así un medio de comunicación profesional que ha ocu-pado un lugar merecido en el universo mediático italiano y una fuerza al servi-cio de los mayores.

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Cómo se comunica la AARPcon sus miembros y con el público

LEIGH BAILEY Y TOM OTWELL

Relación con los medios de comunicación de la AARP

La AARP (American Association of Retired Persons) transmite información diri-gida a sus 35 millones de miembros, pero también destinada a los responsablesde las políticas y de los medios de comunicación, tanto a escala nacional comointernacional. En los Estados Unidos, la AARP representa a personas de 50 ymás años, un grupo que compone aproximadamente el 25% de la poblacióntotal. La mitad aproximada de esta población es miembro de la AARP. Con supreocupación por la autonomía y la dignidad de todos, esta institución trabajapor una mejora global de la calidad de vida y por la educación, pero tambiénlucha para el establecimiento o el mantenimiento de determinadas prestacionesmediante intervenciones ante los diferentes poderes.

Con motivo de su gran visibilidad nacional, la AARP posee un servicio muyactivo de relaciones públicas con los medios de comunicación. Desde hace tiem-po, la AARP constituye una importante fuente de informaciones relativas alconjunto de las cuestiones del envejecimiento. Cuando hace encuestas referen-tes al envejecimiento, la prensa norteamericana se suele volver hacia ella en lamedida en que puede obtener a través de la organización numerosas fuentes deinformaciones, estadísticas, opiniones, comentarios y consejos...

Desde su creación, en 1958, la AARP publica Modern Maturity, un bimensual(sustituido desde algunos meses por AARP The Magazine). La organización publi-ca también The AARP Bulletin, un mensual destinado a todos sus miembros.

Modern Maturity, ahora AARP The Magazine, es el magacín que conoce lamayor difusión en los Estados Unidos. Llega a unos 22 millones de hogares.Sólo Parade Magazine, encartado cada semana en la mayor parte de los diariosdominicales, se beneficia de una circulación más grande.

Las diferentes acciones de la AARP hacia los medios de comunicación apoyany refuerzan sus iniciativas en dirección al Congreso. Estas acciones comprenden

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la redacción y la inserción de artículos firmados en diversos medios de prensa;artículos que expresan los puntos de vista de la dirección de la AARP o de miem-bros de su Consejo de Administración. Se trata de reacciones contradictorias antedeterminados editoriales, cartas de puntualización enviadas a los diarios, entrevis-tas y comunicados. A estas gestiones hay que añadir la realización de vídeos rela-tivos a temas de actualidad, discursos, conferencias, intervenciones en el Congresoy otras actividades de esta naturaleza, dirigidos a los medios de comunicación conobjeto de sensibilizar al mayor número posible de personas acerca de nuestrosproblemas. Para nosotros, se trata de conquistar la simpatía del público y del legis-lador, sin olvidar, naturalmente, a los líderes de opinión y a los electores.

Entre las filiales de la AARP, se encuentra la AARP Services Inc. que controla yorganiza los diferentes servicios ofrecidos a nuestros miembros para mejorar sucalidad de vida. Los beneficios obtenidos de estas prestaciones son destinadosdespués a la financiación de misiones de la AARP, como la producción de infor-maciones de calidad o determinadas actividades educativas; esto permite unaextensión de servicios e intervenciones adaptadas más directamente al terreno.

Las actividades en materia de medios de comunicación de la AARP represen-tan un papel muy importante. Han permitido establecer y dar forma al debatenacional en curso en relación con un posible reembolso de los medicamentos alos beneficiarios de la protección sanitaria “Medicare”.

Cada semana, la AARP produce vídeos de numerosos asuntos. Son de pro-ducción interna y se distribuyen gratuitamente a las televisiones y agencias detelevisión por cable, en todo el territorio de los Estados Unidos. Estos vídeosson utilizados a menudo por los medios de comunicación en el momento deemitir las actualidades. La AARP produce también una emisión de radio sema-nal titulada “Prime Time” así como “Mature Focus”, un programa de radio queofrece a sus oyentes una gran variedad de opiniones y de participantes en tornoa los temas que interesan a los mayores de 50 años. Estas dos emisiones se dis-tribuyen gratuitamente al conjunto de las emisoras de radio.

Las televisiones y emisoras de radio comerciales no son totalmente “libres”.Necesitan los ingresos de la publicidad para financiar sus programas. Por suparte, las emisiones de la AARP cubren cuestiones que no se tratan, o tienen untratamiento insuficiente, en las emisoras comerciales.

Uno de los objetivos de la AARP es actuar de manera que su sitio web(www.aarp.org) suministre información relativa a la autonomía de las personasque envejecen, la salud, el bienestar y la gama de servicios ofrecidos a sus miem-bros. El sitio de la AARP recibe alrededor de un millón de visitas al mes.

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OK Senior, el magacín fenómeno

SERGE GUERIN

Profesor asociado en Ciencias de la Comunicación, Universidad Lyon2-Icom

El primer magacín creado por mayores para mayores, OK Senior, acaba depublicar un encuesta de choque realizada entre sus casi seis millones de lectores.Análisis de un fenómeno de sociedad desconocido todavía, pero que anuncia uncambio de perspectiva en la óptica de la elección presidencial de 2007.

Abril de 2006, trueno mediático en el cielo sombrío de la vida política y socialfrancesa: el magacín OK Senior acaba de publicar los primeros resultados de unaencuesta efectuada entre sus lectores a la vista de las elecciones presidenciales.La enseñanza, que en algunas horas ha circulado por las redacciones, se resumeen una cifra: más del 65% de los lectores de la publicación mensual han contes-tado al cuestionario. Lo que representa cerca de 1.722 millones de respuestas.Nunca tantas personas han expresado sus reivindicaciones de modo tan claro.Muchos han observado, para su sorpresa, que el revolucionario programa infor-mático establecido para tratar tan rápidamente esta enorme masa de informa-ciones ha sido desarrollado por cuatro informáticos jubilados con una edadmedia de 67 años; mientras que el cuestionario, por su parte, fue elaborado conla ayuda de dos antiguos profesores de sociología cuyas edades eran 69 y 74años. En la actualidad, los dos son invitados de la prestigiosa Universidad deSherbrooke, en Quebec.

Cada uno de los principales candidatos potenciales se ha visto obligado acomentar y responder a las reivindicaciones así expresadas por un número inusi-tadamente elevado de respuestas. Sobre todo, el desafío es esencial para los esta-dos mayores políticos, porque el conjunto de los cuestionarios procede de per-sonas inscritas en las listas electorales y de votantes normales. Por lo tanto, unpúblico capaz de hacer bascular el resultado del próximo plazo que, hasta ahora,se anunciaba como de los más indecisos y apretados. Incluso algunos, en los

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equipos presidenciales, se inquietaban por los efectos devastadores que tendríauna candidatura posible de uno de los tres editorialistas estrellas del magacín. Espreciso decir que, entre las enseñanzas de esta encuesta a tamaño natural, el con-junto de los analistas políticos ha señalado que los lectores del magacín se pro-nuncian con una mayoría aplastante (63,7%) a favor de un voto de castigo a pro-pósito de los candidatos que rechazaran comprometerse a crear un Ministeriode pleno ejercicio que agrupe la solidaridad generacional, la intergeneración y lacondición de las personas mayores. Este “Ministerio de la edad” podría serreforzado, incluso, con una Secretaría de Estado de personas mayores y de per-sonas con discapacidad.

De hecho, con ocasión de haberse publicado los resultados de esta encuestaexcepcional, el gran público y numerosos publicitarios descubrieron la existen-cia de este magacín extraordinario.

Sin embargo, OK Senior creó muy rápidamente un espacio de expresión espe-cífico. En sólo tres años, el magacín ha alcanzado una difusión de más de 2.650millones de ejemplares y desde hace siete meses se ha situado como el primermagacín francés, delante de los grandes títulos femeninos o dedicados a los pro-gramas de televisión y a las estrellas de la pequeña pantalla. OK Senior represen-ta, además, una audiencia total de 5.816 millones de personas. Ninguna cabece-ra de prensa había conseguido nunca una penetración como ésta en tan pocotiempo. Según el Observatorio de Influencia, OK Senior se cuenta entre las 10entidades o personalidades que ejerce más efecto sobre el devenir de la sociedadfrancesa.

Es preciso decir que el magacín ha sabido obtener, a través de su política edi-torial y la calidad de su maqueta, un lugar envidiable en el mercado de la pren-sa y de las ideas. Es el primer medio de comunicación de presión de la historiade la prensa, como han podido observar algunos sociólogos de los medios decomunicación con motivo de un reciente congreso internacional de investigado-res en información y comunicación, organizado por la Universidad Lyon 2.

Recordemos que, en su origen, OK Senior fue lanzado por la voluntad de losrepresentantes de las principales organizaciones de jubilados de hablar con unavoz común y directamente ante el gran público. Se ha beneficiado de un sor-prendente movimiento de implicación de varios millares de mayores de todaFrancia. Se han constituido en comités locales de difusión de OK Senior. Losjubilados venden el magacín pregonándolo en los mercados, delante de las agen-cias de viaje o también a la entrada de las estaciones de metro, de autobús o de

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tranvía. Estos comités locales multiplican también las reuniones públicas ymovilizan con gran regularidad a los cerca de 73 miembros de la redacción delmagacín. Esta publicación mensual ha tenido que crear un departamento espe-cializado para planificar y organizar este tipo de desplazamientos de la redac-ción. Los periodistas y, sobre todo, los nueve editorialistas, por su parte, tienena veces dificultades para responder a la importancia de las peticiones de loscomités locales.

Pero estos comités desempeñan también un papel importante en la produc-ción de contenido del magacín, puesto que representan más del 60% del volu-men del correo de los lectores publicado por OK Senior. Observemos que el con-junto de las contribuciones surgidas directamente de los lectores representa losdos tercios de la superficie de redacción de este magacín, decididamente nocomo los demás. Para responder a la importancia de este flujo de expresión, elmagacín ha creado un foro permanente en la web para permitir que los lectoresprosigan sus debates por este medio. No son menos de 38 jubilados voluntariosy formados quienes asumen las funciones de moderadores.

Los periodistas también sacan directamente su inspiración de los asuntosabordados por los lectores en sus correos electrónicos o postales y, por lodemás, solicitan muy a menudo a algunos comités locales que efectúen encues-tas y recojan datos e informaciones. El director de OK Senior se complace ensubrayar, además, que el magacín se beneficia de la redacción más grande deFrancia, por delante de la primera cadena de televisión.

La cobertura informativa de los resultados de la encuesta publicada por OKSenior ha tenido también efectos sobre la comunidad publicitaria, hasta el puntode que Luciano Bosio, director general de Carat Expert, el “grupo de expertos”(think tank) de la gran central de compra de espacio, ha estimado que la bajainversión publicitaria de OK Senior señalaba “en el mejor de los casos, incompe-tencia; en el peor, error profesional”. Se une así al comentario de Maurice Levy,presidente del grupo de publicidad Publicis (y considerado, con razón, como lafigura principal del mundo de la comunicación), que, en una tribuna libre publi-cada por Le Monde, subrayaba que el éxito de OK Senior marcaba la aparición delos jubilados como un poder de presión capaz de una expresión política autó-noma. Por su parte, los estudiosos de tendencias del euro RSCG habían publi-cado, hace sólo algunas semanas, una nota que hacía de OK Senior, “la respues-ta sensual y concreta de agentes sociales que responden con las armas de laprensa a una comunicación que tiende a virtualizarlos y negarlos”.

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Según determinadas fuentes dignas de fe, Jean-Pierre Cotett, nuevo Presiden-te de France Télévision, se estaría trabajando un proyecto revolucionario de susti-tución de France 3 por una cadena denominada OK Seniors TV en asociación conel magacín. Para quien estuvo en el origen del despegue de France 5, la penetra-ción de OK Senior demostraría que, en lo sucesivo, sería imposible que ningunacadena nacional de televisión dejara de hacerse eco de un fenómeno demográ-fico y social de gran importancia, que va a influir durante mucho tiempo en laevolución de la sociedad. Las negociaciones con el magacín habrían empezadoesta misma mañana.

Desde la aparición de esta encuesta sorpresa, la historia se acelera.

De nuestro enviado especial en el futuro.

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2 - PODER E INFLUENCIA

SOCIAL DE LOS JUBILADOS

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Este texto presenta una iniciativa nueva destinada a dar a las personas mayores laposibilidad de intervenir en la concepción de las políticas gerontológicas. Se trata de unainvestigación-acción, financiada por la Fundación Joseph Rowntree, sobre las insuficiencias de laparticipación de las personas mayores en las decisiones que les conciernen. La iniciativa comenzóen 2003 y fue objeto de un informe en 2005. El presente artículo describe otras experiencias,presentes o pasadas, que también tienen por objeto asociar a las personas mayores a laelaboración de los servicios que les atañen.

En un informe sobre la asociación de las personas mayores en la implanta-ción de servicios destinados a ellas (Carter y Beresford, 2000), se observan en elReino Unido nueve enfoques diferentes. Cada una de estas vías posee puntosfuertes y débiles. Ya sea a escala individual o colectiva, el informe indica que noexiste una manera única de hacer oír la opinión de las personas mayores. Losdiferentes tipos de implicaciones son los siguientes:

■ Información y presión.■ Tribunas, foros.■ Paneles de usuarios o de consumidores.■ Consultas.■ Grupos de jubilados / de usuarios consumidores.■ Servicios dirigidos por los usuarios.■ Pago directo.■ Redes.■ Campañas e intervenciones sobre el terreno.Los autores de este informe estiman que estos enfoques de la participación

proceden de una doble lógica, a la vez consumista y democrática.

Las personas mayores y su influencia enel desarrollo de los servicios gerontológicos:la perspectiva británica

NORMA V. RAYNES

Profesor de política social, Universidad de Salford (Inglaterra).

DRA. HEATER CLARCK

Profesora, University College, Chichester

DRA. JENNIFER BEECHAM

Profesora, investigadora de la Personal Social Services Unit70

de la Universidad de Kent, en Canterbury

70Unidad de Servicios Sociales Personales [N. del T.].

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71Ayudad a los Mayores [N. del T.].72Hablar en favor de nuestra Edad [N. del T.].

En el primer caso, los prestatarios de servicios se interesan por las personasmayores en tanto que consumidoras de servicios. La lógica de participación seutiliza entonces para recoger informaciones que permiten iluminar a los presta-tarios en relación con las adaptaciones y las evoluciones que se han de prever enel futuro.

El enfoque democrático, por otro lado, parte del principio de que cada indi-viduo debe tener algo que decir sobre las decisiones que le afectan. El enfoqueconsumista no comporta transferencia de poder, al contrario que el enfoquedemocrático, donde esta idea es fundamental.

Carter y Beresford han sacado a la luz el dato de que todas las formas departicipación o de implicación (ellos utilizan las dos nociones de modo indi-ferente) son a la vez políticas y muy complejas. No existen en este ámbitoreglas ni certidumbres en cuanto a los resultados. Los dispositivos concebi-dos para promover la implicación de las personas mayores no son siempreoportunos.

Tipos de implicaciones

Carter y Beresford afirman que el éxito de un proceso de participación, yasea individual o colectivo, pasa en primer lugar por un trabajo de información yde representación de los intereses. Pasemos ahora a dar una breve descripciónde cada tipo de participación de las personas mayores que, en lo esencial, se hasacado de los trabajos de Carter y Beresford.

■ Las tribunas, foros y consultas se encuentran muy difundidos por el ReinoUnido. Algunos se componen de individuos, otros de organizaciones depersonas mayores y otros que son mezcla de los dos casos anteriores.Cualquiera que sea su modo de organización, todos tienen el mismo obje-tivo: hacer oír la voz de las personas mayores. No todas las autoridadeslocales estimulan necesariamente las actividades de los foros, pero muchaslas apoyan con medios financieros o de otro tipo. Los miembros de losforos intentan inscribir esta participación de las personas mayores en lascuestiones que les afectan sobre una base lo más amplia posible. La asocia-ción Help the Aged71 organiza periódicamente una campaña nacional titula-da: “Speaking Up for Our Age”72. Esta campaña ha sido ideada para permitira las personas mayores hacerse oír sobre los asuntos que les conciernen. Se

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invisten del papel y dan sus opiniones en el transcurso de los foros. Susmiembros publican una carta mensual titulada “El Foro del Foro”, quepermite hacer circular la información en y para los grupos locales.

■ Los paneles de usuarios son convocados y organizados con frecuencia porlas autoridades locales para verificar las políticas en curso u oír comenta-rios y observaciones en torno a eventuales cambios de rumbo. Estospaneles no tienen vocación de ser representativos. Se trata de un medio dehacer participar a las personas que prefieren no intervenir en reunionespúblicas. Uno de estos paneles es bien conocido y representativo de estaforma de participación: se trata del panel Fife Scotland, que fue iniciado enEscocia por la asociación Age Concern Scotland. Se compone de siete gru-pos, cada uno de ellos constituido por ocho miembros. Con motivo de lasconvocatorias, se les solicita exponer su punto de vista sobre las cuestio-nes sanitarias o sobre los servicios sociales. Barnes y Bennett han descri-to determinados aspectos del trabajo de estos grupos.

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USUARIOS JUBILADOS COMPROMETIDOS EN LA DEFENSA DEL MARCO DE VIDA

Mehmet DUMANGÖZ, Doctorando en Sociología, Universidad Mme Bloch, EstrasburgoEn Francia, los mayores se movilizan por los transportes urbanos de su ciudad y

crean un DVD con el fin de sensibilizar a los jubilados de los barrios y a los cargoselectos locales en torno a este tema...

A iniciativa de un colectivo de jubilados bretones (Office des Retraités Brestois - ORB : Oficina deJubilados de Brest) y con el apoyo de la Fundación de Francia, los mayores se han movilizado entorno a los problemas vinculados a la utilización de los transportes colectivos del núcleo urbanode Brest para las personas mayores y con discapacidad.

La experiencia ha durado 4 meses y ha reunido a 25 miembros de la asociación, 6 de ellos atiempo completo. El equipo ha preguntado a los usuarios y se ha comprometido en una reflexiónglobal sobre la adaptación del sistema de transportes para las personas mayores. También se hanestudiado ejemplos de realizaciones en el exterior del núcleo urbano, en ayuntamientos vecinoscomo St Brieuc, Rennes o Morlaix. Con el valor de los conocimientos debidos a la experiencia yal análisis empírico de los usuarios, esta gestión se apoya en su capacidad de movilizarse parahacer emerger los problemas de la ciudad en el diario. Los jubilados han utilizado el vídeo yrealizado un DVD en que se seleccionan entrevistas de usuarios y de responsables de las políticasde transporte. Esta película de 25 minutos ha sido presentada a los jubilados en los diferentesclubes de barrio, pero también a los cargos electos del núcleo urbano con el fin de sensibilizarlosrespecto de esta problemática. Aunque esta iniciativa no tiene pretensiones de exhaustividad ni decientificidad, es más sencilla de acometer que posibles estudios científicos y, a la vez, más fácil de

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■ Las consultas representan una forma de participación utilizada con fre-cuencia. Son instituidas y controladas por responsables públicos. Puedenadoptar formas diversas: reuniones públicas, cuestionarios o grupos dereflexión en torno a un asunto concreto.

■ En el transcurso de estos diez últimos años se han desarrollado grupos deusuarios, compuestos por personas que utilizan los servicios sociales. Laagrupación puede adoptar formas diversas, desde el grupo local al gruponacional, e incluir a grupos de jubilados. Algunos de estos grupos se hanconstituido en asociaciones y pueden ayudar a sus miembros a adquirirconocimientos y hacerles aprovechar intercambios surgidos de la colabo-ración con otras personas afectadas por los mismos problemas.

■ En el transcurso de estos diez últimos años también se han desarrolladoservicios dirigidos por usuarios. En este tipo de organización, los usuariosde servicios tienen un papel central en las definiciones y la puesta en mar-cha de las prestaciones.

■ En adelante, existirán sistemas de pago directo a las personas mayores.Como Clark, Gough y MacFarlane (2004) han demostrado, esta posibi-lidad es susceptible de revolucionar las políticas sociales. Esta evolución

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comunicar. Al optar por este dispositivo, sus iniciadores han buscado permitir al público y a losresponsables de las políticas hacerse una idea rápida de los problemas de funcionamiento de lostransportes urbanos en su ciudad. Con esta herramienta, los responsables de las políticas públicas(cargos electos, responsables de los transportes...) tienen a su disposición testimonios concretosde usuarios de edad avanzada (autónomos o con discapacidad) que sacan a la luz determinadasdisfunciones a través su propia experiencia; por ejemplo: una parada de autobús situadademasiado lejos de las aceras o bien actos de violencia (inseguridad ciudadana) de que sonvíctimas. Estos testimonios ilustran generalmente problemas clásicos encontrados por laspersonas mayores. Más allá de la crítica, esta iniciativa se quiere constructiva y esboza algunaspistas de soluciones. Así, una señora mayor recomienda a las autoridades el desplazamiento deuna parada de autobús inaccesible a un emplazamiento en que los vehículos de la red detransporte urbano podrían dar mejor servicio.

En la actualidad, en Brest como en la mayor parte de las ciudades francesas, los jubilados ylas personas mayores constituyen, con los jóvenes escolarizados, el primer grupo de usuarios delos transportes colectivos. En bastantes aspectos, esta experiencia ilustra bien las respuestasposibles al envejecimiento de la población mediante la implicación de los jubilados en el marcode una democracia participativa y activa. Así pues, el “poder social” de los jubilados tomatambién la forma de una fuerza de propuesta.

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se basa en la sencilla idea de que, para hacer frente a necesidades expre-sadas de antemano, las personas puedan recibir dinero en lugar de ser-vicios. Esta posibilidad les permite ejercer un control de sus finanzas,comprar lo que necesitan y alquilar servicios a las personas de su elec-ción. Ha hecho falta tiempo para que el gobierno británico acepte estaposibilidad. En bastantes otros países, este tipo de dispositivo existe ya.Al principio, en 1996, gracias a la Community Care Act73 (pago directo), lasautoridades locales han podido efectuar pagos en metálico (en lugar deservicios) a personas de las que se habían evaluado de antemano lasnecesidades de asistencia y de servicios. Pero los mayores de 65 añosestaban excluidos de este enfoque alternativo. Ocho años más tarde, enfebrero de 2002, nuevas normas ponían fin a esta injusticia. Desde abrilde 2003, la reglamentación obliga al conjunto de las autoridades localesa ofrecer pagos directos a todos los que tienen derecho a ellos. La exclu-sión de los mayores de este tipo de dispositivo parece infundada. Sinembargo, Clark y su colega han subrayado el hecho de que sabemostodavía poca cosa del efecto que este nuevo modo de pago ejerce sobresus beneficiarios. Esto no tiene nada de sorprendente, puesto que en2001 y 2002, sólo 1.100 personas mayores recibían pagos directos y úni-camente 500 antes de este período.Todas las personas mayores no desean asumir la responsabilidad de estospagos directos. Numerosos profesionales lo piensan también y estimanque todos no tienen la capacidad de hacerlo. Las autoridades localesdeben asegurarse, pues, de que estos desembolsos sean atribuidos a per-sonas demandantes o en situación de asumir esa responsabilidad. Estesistema de financiación de la ayuda es operativo. Clark y sus colegas(2004) describen cómo se aplica en diversas situaciones. Según este estu-dio, las ventajas resultantes de la gestión directa de los recursos por partede las personas mayores (para permanecer independientes) superan neta-mente a los inconvenientes. Es importante que la ayuda así concedida seacreíble y realmente independiente, lo que implica, por ejemplo, que sesuministren informaciones relativas a las condiciones de empleo y a lamanera de gestionar los fondos puestos a disposición para emplear a unaasistenta doméstica. El gobierno actual está en fase de fijar los objetivosque deberán alcanzar las autoridades locales; objetivos cuya realizaciónserá controlada.

73El nombre completo es National Health Service and Community Care Act (Ley nacional de la seguridad social y laasistencia extrahospitalaria) [N. del T.].

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74Red de Usuarios de Wiltshire y Swindon [N. del T.].75Grupos de Pensionistas [N. del T.].76Foros de Ciudadanos Mayores [N. del T.].77Convención Nacional de Pensiones [N. del T.].78Se trata de una libreta, entregada por el Servicio de Pensiones, que contiene 26 cupones. Gracias a estos cupones, losjubilados pueden retirar en Correos, cada semana y en efectivo, el importe de su pensión.

■ Se han desarrollado redes entre determinados grupos y diferentes catego-rías de usuarios de servicios. Estos grupos funcionan en el ámbito regio-nal. Permiten crear vínculos entre los usuarios y los prestatarios de servi-cios. La “Wiltshire and Swindon Users Network” 74 es un buen ejemplo de esteenfoque participativo. Esta red une grupos de personas mayores con gru-pos mejor organizados alrededor de temas de salud mental, así comodeterminados usuarios. Está financiada por los organismos especializadosen el ámbito de la salud y de la asistencia social, así como por fuentes definanciación que apoyan algunos de estos trabajos.

■ Como Carter y Beresford (2000) han puesto de manifiesto, estos gruposa veces organizan campañas de sensibilización o utilizan formas de accióndirecta para romper la indiferencia de la opinión pública en relación condeterminados asuntos; acciones que pueden ser comprometidas por per-sonas ya activas en otros grupos, como los “Pensioners Groups” 75 o los“Senior Citizens Forums” 76. Las asociaciones de jubilados afiliadas a la“National Pension Convention” 77 se pelean por un aumento de las pensionesde Estado. Esta organización hace campaña actualmente contra el gobier-no porque rechaza la abolición del “pension book”78 y su sustitución por unatarjeta de pago con un código confidencial. Actualmente, unos cincomillones de personas cobran su jubilación en Correos gracias al “pensionbook”. El gobierno desearía generalizar este método de pago o el recursoa transferencias bancarias. Por lo demás, en Devon y en Cornualles, losgrupos de jubilados hacen campaña contra un aumento importante de losimpuestos locales.

Sentimiento de participación limitada en las personas mayores

A pesar de las numerosas posibilidades de participación, Carter y Beresfordnos indican que las personas mayores son marginadas a menudo. La mayor partede las personas, piensan estos autores, desean participar en la mejora de su exis-tencia y, de manera más altruista, en la de los demás.

En el Reino Unido, la participación de las personas mayores en el estableci-miento de las políticas que les conciernen ha sido irregular, y ello a pesar de los

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79Mejor Gobierno para las Personas Mayores [N. del T.].

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nuevos desarrollos descritos por Carter y Beresford. Sin duda, uno de los pro-yectos más determinantes depende de una forma de experimentación social.Este proyecto, titulado “Better Government for Older People” 79 ha sido ideado paraexplorar vías innovadoras a partir de las cuales las personas mayores podráncolaborar con los responsables políticos y administrativos. Esto les permitiráintroducir localmente servicios más adaptados a sus necesidades. La experienciase ha desarrollado en 28 sectores locales bajo formas diferentes. La financiacióncentral de estos servicios se interrumpió en el año 2000. Hayden y Boaz (2000)han evaluado una serie de programas destinados a medir la participación de laspersonas mayores en la redefinición de las políticas locales y los servicios.Revelan en su informe que “tenían el sentimiento obsesivo –a pesar de muchosesfuerzos por su parte y por la de los responsables administrativos– de que estono llevaba a ningún cambio”. Las personas mayores piensan que se dice mucho,pero que se hace poco, habida cuenta del tiempo invertido en estas iniciativasdesde el vértice hasta la base. Algunas de las manifestaciones a las que han sidoinvitadas a participar han traicionado el carácter marginal de la iniciativa.Muchas personas mayores tienen ingresos modestos, carecen de medios detransporte y pueden sufrir enfermedades. A veces dudan de su capacidad paracontribuir al debate. Muchas de estas reuniones participativas han omitido teneren cuenta sus necesidades particulares, necesidades que deben ser reconocidaspara permitirles que se sientan parte interesada del proceso. Las personas mayo-res de 70, 80 y más años tienen escasas expectativas y peticiones modestas.Hasta entonces, nunca se les habían pedido sus opiniones sobre los serviciossociales, ni en su calidad de individuos ni como miembros de asociaciones.

Bajo un ángulo más positivo, finalmente se han realizado muchos de los pro-yectos elaborados durante la fase activa de esta experiencia nacional. Un ejem-plo: las actuaciones de un grupo de trabajo compuesto por personas mayores delos distritos de Londres, Chelsea y Kensington. Este grupo se encarga de leer laspublicaciones de las autoridades locales y de aportar un punto de vista crítico.¡En consecuencia, estos textos son, desde entonces, inteligibles y legibles!

Cómo favorecer la participación de las personas mayores:algunas enseñanzas

Se han extraído lecciones relativas a los medios que hay que poner en mar-cha para incrementar el número de las personas mayores en las órganos de par-

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ticipación. Entre estas lecciones, se encuentra la necesidad de contar con perso-nas competentes y un mínimo de confianza y de atención a los aspectos prácti-cos de las condiciones de participación. Carter y Beresford (2000) estiman queunas buenas condiciones de acceso a la asistencia social son datos previos esen-ciales para una participación efectiva de las personas mayores. También hay quevigilar el transporte de los participantes y garantizarles unas condiciones decomodidad suficientes, lo que incluye dispositivos de escucha y de informaciónadaptados, así como determinadas posibilidades de elección entre las condicio-nes de la participación. Los detalles relativos a estas cuestiones importantes deorganización son descritos por Raynes (2001), en un estudio sobre la calidad delas residencias de ancianos y los servicios de asistencia a domicilio, y en los tra-bajos de Carter y Beresford. Es importante encontrar lugares de reunión acce-sibles y que el transporte esté garantizado, de manera que puedan participartambién quienes no dispongan de vehículo y las personas con discapacidad.Unos dispositivos que favorezcan la mejor escucha posible permitirán unabuena participación de las personas mayores, sin olvidar la posibilidad de dispo-ner de sillas de ruedas alrededor de la mesa. Raynes y sus colegas consideran quela presencia de alimentos constituye un elemento esencial para la buena marchade una reunión. Si la participación ha de traducirse en reuniones, hay que pre-ver un acceso verdadero a los debates y no sólo una presencia física. Tambiénes importante ofrecer posibilidades de participación distintas de las reuniones(Raynes y col. 2001). Para crear condiciones de confianza, es útil que los orga-nizadores y los prestatarios de servicios (que pueden ser impugnados) recibantoda la ayuda necesaria para conseguir una participación óptima. Hay que saber-lo: ¡la escucha de las personas mayores no es siempre un reflejo espontáneo,incluso entre los profesionales bien formados!

El concepto de bajo nivel de ayuda

El concepto de bajo nivel de ayuda procede de un modelo contable utilizadoen el Reino Unido para la distribución de los servicios a las personas mayores.Teniendo en cuenta las recomendaciones gubernamentales, los servicios socia-les han concentrado los recursos disponibles en los sectores que, según un estu-dio, tenían más necesidad de los mismos. Un informe encargado por la asocia-ción Help the Aged (2002) avanzaba que: “Consecuencia general de estas medi-das: menos personas han recibido ayuda a domicilio, pero en el caso de quienesreciben una ayuda, ésta ha sido mucho más consecuente” (p. 6), lo que por últi-mo ha exigido más recursos. Esa “orientación” se ha alcanzado en detrimentode una mayor difusión de los medios. Es lo que se ha calificado de bajo nivel de

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ayuda. Se trata de servicios tales como los quehaceres domésticos, la lavandería,la jardinería, el cuidado de la casa, el transporte y otras actividades. Aunque enel Reino Unido el transporte esté bajo la responsabilidad de una administracióndiferente que la de los servicios sociales, éstos últimos tienen un papel impor-tante que desempeñar para ayudar a mantener a las personas mayores en unbuen nivel de independencia con el fin de que puedan seguir ocupándose de suspropios asuntos. Hay pocas ciudades como Londres, donde el transporte es gra-tuito para las personas mayores de 60 años. Las zonas rurales, en especial, estánmal servidas por los transportes públicos. Raynes y col. (2001), Clark, Dyer yHorwood (1998) han evocado la importancia atribuida por las personas mayo-res que viven en su casa a servicios tales como los quehaceres domésticos. Laspersonas mayores están interesadas particularmente por estos servicios, consi-derados por los gestores como ayudas de bajo nivel. Para las personas mayoresafectadas (según Raynes y col.) son precisamente estos servicios los que les per-miten vivir en condiciones satisfactorias. La posibilidad de salir de casa, unostransportes adaptados y un buen seguimiento médico corresponden, según ellas,a la definición de una buena calidad de vida en el domicilio.

Según Clark y col.: “para gran número de personas mayores, el término deayuda de bajo nivel quizás tiene poco sentido. Se trata de una definición inspi-rada en los recursos invertidos a favor de las personas mayores. Esta definiciónestá en relación con un modo de selección para el acceso a los servicios. Aquítenemos un principio puesto a punto para controlar y, en consecuencia, paragestionar los recursos limitados” (p. 9). En estas condiciones, el “bajo nivel” setraduce por “pequeñas necesidades”, “pequeños valores” y “pequeñas priorida-des” en materia de recursos asignados. Sin embargo, son estos mismos servicioslos que las autoridades locales describen y las personas mayores considerancomo muy importantes.

Encuesta de las personas mayores sobre las ayudas de bajo nivel

La Fundación Joseph Rowntree ha sostenido una nueva tentativa de mejorarla participación de las personas mayores en la definición de las políticas que lesconciernen. Esta encuesta, animada por las personas mayores y relativa a las ayu-das de bajo nivel, es una iniciativa que atañe a todo el Reino Unido. Se trata dereunir a las personas mayores, a los responsables administrativos, a los prestata-rios de servicios y a los universitarios para explorar lo que quiere decir el “bajonivel de ayuda” y para hacer evolucionar, con las personas mayores, el debatepolítico sobre esta cuestión.

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80Comité de Asistencia Social y Discapacidad [N. del T.]. 81Grupo Directivo de Personas Mayores [N. del T.].

En 1998, el Social Care and Disability Commitee80 de la Fundación JosephRowntree consideraba la posibilidad de desarrollar un programa de “personasmayores” (Older People's Programme). Este comité tiene ya una larga historia de tra-bajo con las personas con discapacidad, los usuarios de servicios sociales y laminoría negra. Estas experiencias han contribuido a hacer progresar las ideassobre la manera de asociar a los usuarios de servicios a la definición de estosmismos servicios.

Tuvo lugar una consulta en la que participaban 25 personas (ocho personasmayores, ocho responsables políticos y directivos administrativos y nueve espe-cialistas en investigación y desarrollo). A partir de esta consulta, se constituyóun comité directivo: el “Older People's Steering Group” 8 1, que podía efectuar estu-dios para el programa de “personas mayores” (Older’s People's Programme). Estegrupo es el que, a finales de 2003, decidió lanzar una encuesta sobre las ayudasde bajo nivel. Esta encuesta se propone:

■ Determinar lo que desean las personas mayores en materia de ayuda einvestigar en qué puntos la ayuda clásica a las personas mayores no per-mitía suministrar una ayuda de bajo nivel.

■ Analizar un determinado número de opciones para desarrollar accionesde ayudas de bajo nivel susceptibles de convenir a un gran número de per-sonas mayores.

■ Actuar de manera que este trabajo pudiera servir de base a un nuevo con-senso a la vista de cambios necesarios y útiles para las personas mayores.Ponerse de acuerdo sobre lo que es posible y sobre lo que no lo es en rela-ción con eventuales cambios en las prácticas. Dado el caso, prever unincremento de los recursos para satisfacer las expectativas.

Una de los primeras cosas que los participantes en la encuesta deberán haceres establecer una forma de trabajar a partir de lo que significan las palabras “bajonivel de ayuda”. Este trabajo sobre la definición (no necesariamente en cuantoal servicio) deberá guiar la encuesta en su estudio de elementos de respuesta.

La encuesta va a empezar en seguida, trabajarán en ella 20 miembros, 12 delos cuales serán personas mayores y algunas serán también miembros del“Older People's Steering Group” de la Fundación Joseph Rowntree. Otras seránreclutadas de edades variadas en todo el país. Intentaremos establecer un equi-

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librio entre los sexos y el origen étnico. Intentaremos también incluir en laencuesta una persona, al menos, con una experiencia de trastornos mentales.Sabemos que esta tentativa constituirá un desafío, pero nos encontramos ani-mados al respecto por el trabajo de Bamford y col. (2001), que han descritolos medios por los cuales las personas afectadas de demencia podían partici-par en debates relativos a los servicios que ellas desearían ver desarrollados.Los demás participantes serán miembros de los servicios oficiales, prestatariosde servicios, políticos y universitarios. En esta encuesta, tenemos por objetivoinvestigar los elementos de respuesta por el mayor número de vías posible.Consideramos la creación de un sitio de Internet e intentaremos actuar demanera que todos los participantes en la encuesta puedan tener acceso a losdatos. Esto significa que la secretaría establecida para la ocasión (tres univer-sitarios, de los que uno será una persona de edad avanzada) deberá respondera las diversas necesidades de los encuestadores.

Los responsables de la encuesta deberán terminar su informe en mayo de2005. Los encuestadores analizarán entonces el material recogido y selecciona-rán los mejores modelos. A continuación, el economista del equipo cifrará loscostes de esta selección. De ello se deducirán prioridades. Los encuestadorestendrán que explorar la viabilidad de estos modelos en el contexto actual de laspolíticas y de las posibilidades de las administraciones encargadas de sus aplica-ciones. Es probable que algunos de los modelos de bajo nivel de ayuda, mante-nidos por los encuestadores, se sitúen fuera de cualquier estructura existente.

Esta encuesta abre perspectivas nuevas y sus objetivos son claros. La puestaen marcha de las propuestas que contiene se inspirará parcialmente en experien-cias del pasado; experiencias que intentaban favorecer la participación de laspersonas mayores y estimular a los profesionales a trabajar en relación con estasmismas personas mayores. Habrá mucho que aprender en el camino que lleva anuestros objetivos: en especial, ¿cómo reunir a las personas mayores, a los polí-ticos, a los administrativos y a los universitarios? Queremos sumar las fuerzas decada uno de los participantes en la encuesta; participantes que no representangrupos de presión, sino que están allí con el único objeto de analizar los datos.La encuesta permitirá a los universitarios de la secretaría presentar las cosas demanera inteligible y sin paternalismo.

Juntos comenzamos esta experiencia. La secretaría espera aprender muchoen el transcurso de este proyecto. Esperamos que nuestros socios produzcanconocimientos para nosotros, como nosotros haremos para ellos, con el fin depoder realizar debates colectivos. Ahora que nuestro sitio de Internet es opera-

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cional, nos complacerá compartir nuestras investigaciones con los lectores delos Cuadernos de la FIAPA. Recibiremos con interés las observaciones que ten-gan a bien hacernos a esta dirección: [email protected].

Bibliografía

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BAMFORD, C. (2001): “Consulting older people with dementia: the value of different approaches”, en C.MURPHY, J. KILLICK y K. ALLAN (Eds.), Hearing the User’s Voice, Stirling, Dementia ServicesDevelopment Unit

BARNES M., y BENNETT, G. (1998). “Frail bodies, courageous voices: older people influencing communitycare”, Health and Social Care in the Community, 6(2), 102-111.

CARTER, T.,y BERESFORD, P. (2000): Age and change: models of involvement for older people, York: JosephRowntree Foundation.

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HAYDEN, C., y BOAZ, A. (2000): Making a difference: Better Government for Older People ProgrammeEvaluation Report, Warwick, The University of Warwick, Local Government Centre.

RAYNES, N. V. (2001). Quality in Home Care Services, Bristol, Policy Press.

(NOTA DEL EDITOR: Téngase en cuenta que la traducción al español se ha realizado en 2006. El texto original en versión francesa apareció

los Cuadernos de la FIAPA. Investigación - Acción sobre el Envejecimiento. ¿El poder gris? Vol. II. Influencias Económicas y sociales, n.ª

3. Diciembre de 2004.)

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La cara oculta del poder gris o cómo influye enla utilización de los servicios sociales y sanitarios

MARC-ANDRÉ DELISLE

Profesor, Universidad de Sherbrooke

En colaboración con Hector Ouellet, Profesor jubilado,

Escuela de Servicio Social, Universidad Laval

En este artículo, ponemos de manifiesto que el poder gris no sólo es una fuerza políticamanifiesta, sino también una fuerza latente que influye en diferentes aspectos de la existenciade los mayores, entre ellos la utilización de los servicios sociales y sanitarios. Para hacerlo,recordamos los resultados de un estudio que hemos efectuado en torno a la participación socialy el recurso a los servicios para las personas mayores. Los resultados de este estudio corroboranlos de otros estudios y ponen en evidencia un aspecto singular del poder gris: el hecho de queopere con una determinada eficacia sin ser dirigido por ningún grupo o individuo en particular.Este fenómeno constituye, de alguna forma, "la cara oculta del poder gris". Es singular y dejaa todo el mundo perplejo en cuanto a sus implicaciones sociopolíticas.

¡Poder gris! Este concepto, nacido de reflexiones en torno a la acción socio-política de los mayores, toma una pluralidad de significaciones cuando es utili-zado por los sociólogos. J.-P. Viriot Durandal (2002, p. 8) lo define como “elconjunto de los medios de que disponen los jubilados y los mayores para prote-ger y defender sus intereses materiales e inmateriales”. Añade que el poder esuna “'probabilidad' de que un agente (individuo o grupo) pueda imponer suvoluntad en una relación social” (ibid.). En la obra que ha dedicado a este fenó-meno (2003, p. 6), precisa que el campo de acción de los grupos de mayores –y,por lo tanto, la influencia del poder gris– no se limita al ámbito político y que seextiende a las “actividades de carácter cultural, social, económico...” de estosgrupos. Dicho de otro modo, el poder gris es más difuso de lo que parece a pri-mera vista. Y entonces, puede ejercerse en todas las esferas de actividades dondeestos grupos operen, sobre todo la de la utilización de los servicios sociales ysanitarios.

Es lo que indican los resultados de un estudio que efectuamos en 1996, elcual pone de manifiesto que el poder gris no sólo tiene funciones manifiestas dedefensa de los derechos, sino también de las funciones latentes de modelado de

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82Las nociones de funciones manifiestas y latentes están tomadas de R. Merton. Para conocer las definiciones preci-sas, cf. Akoun, A., Ansart, P. (dir.), 1999, p. 227.83Hemos expuesto con detalle los aspectos teóricos y metodológicos del estudio y hemos publicado in extenso susresultados en diferentes documentos, entre ellos: Delisle, M-A., Ouellet, H., 2001 y 2002.84Según una escala de medida de la cohesión de los grupos que hemos adaptado. Cf. Lasnier, F., 1989.

los comportamientos individuales82. En este artículo, describimos la forma enque los principales conceptos se han hecho operativos y el modo de agrupaciónde los datos. Después, resumimos sus principales resultados y determinamos elalcance83.

Aspectos teóricos y metodológicos

El poder gris puede abordarse a través de la noción de participación social quedesigna los gestos planteados por los individuos y los grupos en el marco dedinámicas que tienen por objeto crear o mantener vínculos, promover intereseso defenderse contra los grupos hostiles (Argoud, D., 2001; Curtis, J., Baer, D.,Grabb, E., Perks, T., 2003). Y entonces, frecuentar un grupo de la tercera edad,ir a la iglesia o hacer voluntariado constituye una forma de participación socialde la misma categoría que militar en un partido político. Además, la participa-ción social puede ser nominal (detentar una tarjeta de miembro), activa (seguirregularmente las actividades de un organismo) o intensa (asumir un puesto degestión dentro de una asociación). Dado el caso, se trata de implicación o compro-miso social.

En el estudio que hemos efectuado, la participación social se ha hecho ope-rativa mediante las siguientes variables independientes: la pertenencia a gruposde fuerte participación (frecuencia superior a la media general) frente a la perte-nencia a grupos de débil participación; la pertenencia a grupos de fuerte cohesiónfrente a la pertenencia a grupos de débil cohesión84, así como la pertenencia agrupos donde la participación y la cohesión son ambas fuertes frente a la perte-nencia a grupos donde son débiles. En el tratamiento de los datos, hemos com-parado de dos en dos estos diferentes grupos en relación con las variables deutilización de los servicios y hemos tenido en cuenta las principales variablesconcomitantes que la literatura científica considera pertinentes. Hemos efectua-do análisis de regresión múltiple para medir el efecto neto de las variables departicipación-cohesión sociales.

El concepto de utilización de los servicios sociales y sanitarios remite a lasacciones que hacen las personas para informarse de los recursos disponibles,para consultar a los profesionales de la salud y de los servicios sociales y para

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obtener ayuda de los organismos competentes. Las variables de recurso a losservicios estudiadas han sido: las consultas médicas preventivas, las consultasmédicas curativas, el número de organismos de servicios contactados en eltranscurso de los seis últimos meses y el conocimiento de los servicios. Elestudio ha sido efectuado en 1996 con una muestra parcialmente aleatoria de360 personas de 50 y más años, que habitaban en su domicilio en la Orilla Surde Quebec y que participaban en las actividades de un grupo de mayores. Eleje central que aquí defendemos es que los grupos de mayores tienen unpapel no despreciable en la construcción de actitudes frente al mundo socialy, en nuestro caso, en relación con la utilización de los servicios sociales ysanitarios.

Principales resultados

Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que las organizaciones demayores son medios donde las personas se confían sus problemas, se inter-cambian informaciones y se ayudan entre sí. Así, las dos terceras partes de laspersonas interrogadas conversan de sus problemas de salud con las personasque encuentran y cerca del 40% de ellas hablan de sus dificultades persona-les con sus colegas. Los grupos de la edad de oro informan periódicamente asus miembros en relación con los servicios disponibles. También, más de lamitad de las personas interrogadas hablan de los profesionales a los que con-sultan y de los servicios que utilizan. Hay una apreciación cualitativa de losservicios, porque el 31% de estas personas ha recomendado ya un profesio-nal a uno de sus compañeros y el 21% de los sujetos del estudio ha indicadoun servicio a un colega. Sin embargo, sólo el 15% ha consultado a un profe-sional indicado por un miembro de los grupos de mayores y el mismo por-centaje de personas ha utilizado un servicio recomendado por uno de suscompañeros. Por último, el 56% de los encuestados han prestado ayuda a uncolega en el transcurso de los seis meses anteriores al estudio y el 44% de losindividuos afectados ha recibido ayuda por parte de un miembro de los gru-pos de mayores durante este período. Entre los servicios intercambiadosestán el transporte y la referencia a los organismos de ayuda, así como losconsejos sobre asuntos personales.

Los análisis estadísticos, muy variados, han puesto de manifiesto que la per-tenencia a un grupo de fuerte participación y de fuerte cohesión está correlacio-nada positiva y significativamente con las consultas médicas curativas a pesar delas demás variables consideradas (R2=0,28). Sin embargo, la salud percibida y el

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malestar psicológico son los primeros determinantes de este fenómeno. Por últi-mo, las consultas médicas preventivas están determinadas principalmente por lacirculación de la información en torno a los servicios, la salud percibida y elmalestar psicológico (R2=0,11). El número de organismos de servicios consul-tados es tributario del número de servicios conocidos, del número de problemasencontrados, de la circulación de la información relativa a los servicios, de lasalud percibida (negativamente), del número de hijos y de la participación en lascomidas de grupo (R2=0,245). Por último, el conocimiento de los serviciosdepende de la orientación hacia los servicios; después, del número de cuidado-res en caso de urgencia, del sexo (mujer), del número de años de residencia enel mismo municipio y de la pertenencia a un grupo de fuerte participación(R2=0,25).

Comentarios

Este estudio pone de manifiesto que las interacciones que se producen en elmarco de las actividades de los grupos de mayores afectan a la dinámica de uti-lización de los servicios, y ello teniendo en cuenta la salud física y mental de lossujetos. Esta es la constatación más importante de nuestro estudio, que corro-bora estudios efectuados en psicología social y en sociología de la salud (Mosey,J. M., Havens, B., Wolinsky, F. D., 1989; Musick, M .A., Herzog, R., House, J. S.,1999). Como han puesto de manifiesto los psicólogos sociales, un “campo defuerzas” se libera de los grupos y modula los comportamientos individuales(Guimond, S., 1994). Y entonces, los grupos no sólo tienen tendencia a impo-ner su norma a los individuos en lo relativo al recurso a los servicios, sino que,además, remiten a sus miembros a recursos específicos, fenómeno conocido delos sociólogos de la salud y que se reproduce aquí (Logan, J. R., Spitze, G., 1994).La fuerza que se libera de la norma del grupo amplifica o neutraliza entonces laque emana de las necesidades (reales o percibidas) de los sujetos, necesidadesque deberían favorecer la utilización de los servicios.

Por lo tanto, la participación social está vinculada significativamente a la uti-lización de los servicios. Ahora bien, la participación social está en el principiomismo del poder gris, porque en una democracia el poder emana de la acciónparticipativa de los grupos e individuos. Este poder actúa de manera manifiestay latente en el interior y en el exterior de los grupos de mayores. El poder mani-fiesto interno de estos grupos se refiere a su capacidad para organizarse y man-tener su cohesión. El poder manifiesto externo remite a su peso político, es decira su influencia en su medio y en la sociedad en su conjunto.

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La dimensión manifiesta del poder gris está bien documentada, como atesti-gua el excelente trabajo de J.-P. Viriot Durandal (2003). Pero la dimensión laten-te es menos conocida. Nuestro estudio desvela una de sus facetas: su efectosobre los patrones de utilización de los servicios por parte de los miembros dedeterminados grupos de la tercera edad. En este caso, se trata de un poder quees ejercido por los mismos grupos, casi siempre a espaldas de sus miembros yde sus líderes. Dicho de otro modo, opera sin ser dirigido por ningún grupo oindividuo en particular. Esto es lo que le singulariza y deja a todo el mundo per-plejo en cuanto a sus pormenores.

En lo interno, la acción participativa transforma a los mayores y orienta susconductas. En lo externo, les lleva a adoptar gestos análogos hacia los mismosobjetos. Aquí reside, quizás, la esencia del poder gris: su capacidad para mode-lar las actitudes de los sujetos, lo que les predispone a actuar de una maneraespecífica sobre el mundo que les rodea.

El poder latente de los grupos de mayores es bien real en lo que se refiere alrecurso a los servicios. En nuestro estudio, hemos establecido que la pertenen-cia a un grupo con fuerte participación y con fuerte cohesión ejerce un efectosobre las consultas médicas curativas. A falta de cifrarlo con precisión, se puedeimaginar lo que podría representar en cuanto a cantidad de servicios y de costescorrespondientes si ocurre que se trate de servicios utilizados de forma pocoadecuada. Entonces, algunos podrían estar tentados a intervenir ante los gruposde mayores para asegurarse de que sus miembros utilizan mejor los serviciosdestinados a ellos.

Incluso si los líderes de los grupos de mayores intentasen orientar elconsumo de servicios de sus miembros, es probable que no lo lograsen.Cuando más, podrían multiplicar las sesiones de información relativas a losproblemas de las personas mayores y a los servicios que permiten resolver-los. Otros resultados de nuestro estudio sugieren que esta manera de pro-ceder tendría un cierto efecto sobre el tipo de servicios utilizados, pero queeste efecto sería limitado, porque la mayor parte de los mayores frecuentansus grupos de iguales en principio y, sobre todo, para divertirse. Y después,el modo de utilización de los servicios es tributario de factores distintos dela información transmitida a su propósito por las autoridades competentes.De hecho, parece que la información que circula por las vías informalesejercía más influencia sobre los comportamientos de utilización de los ser-vicios que la procedente de la fuente autorizada. Ahora bien, podemos pre-guntarnos hasta qué punto sería posible y ético intervenir en las actividades

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corrientes de los grupos de mayores85. Éstas son cuestiones que merecen serplanteadas, pero que no podemos debatir aquí.

En tanto que investigadores, hemos puesto al día una dinámica cuyas impli-caciones en el plano socioeconómico son importantes y que interpelan a variosagentes, incluidos los propios mayores. Corresponde a éstos decidir si se debemodificar esta dinámica y encontrar los medios de conseguirlo, si llega el caso.Porque el informe entre la participación social y el recurso a los servicios es másun informe de influencia que de poder. Ahora bien, la influencia social tienemúltiples fuentes y es difícilmente controlable. El papel del poder gris y de quie-nes lo encarnan es tomar nota de estos fenómenos.

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MOSSEY, J. M.; HAVENS, B.; WOLINSKY, F. D. (1989): “The consistency of Formal Health Care Utilization:

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85El Comité de seguimiento de nuestro estudio ha propuesto que las personas en período de prácticas adecuadamen-te formadas se sienten con los mayores con motivo de las comidas comunitarias para transmitir informaciones preci-sas sobre los servicios disponibles. El Comité ha sugerido también que se informe más a los líderes de los grupos demayores sobre los servicios disponibles, porque los líderes son susceptibles de tener influencia en los comportamien-tos de utilización de los servicios de sus miembros.

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Empowerment y creatividad. Una experienciaen contextos rurales en el Norte de España

PILAR RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ

Gobierno del Principado de Asturias

[email protected]

Envejecimiento y ruralidad

Las condiciones de vida según el tipo de hábitat configuran circunstanciasmuy diversas, que es preciso considerar, y acaso de manera muy especial, cuan-do nos referimos a las personas mayores [1,2,3].

El Norte de España, atravesado por la Cordillera Cantábrica, mantiene núcle-os de población con carácteristicas demográficas muy marcadas por el procesode emigración de las generaciones jóvenes hacia las ciudades que se produjo a lolargo de las últimas décadas, y que ha motivado un alto índice de envejecimien-to, como lo muestra el hecho de que en muchos de los municipios rurales delPrincipado de Asturias el porcentaje de población mayor de 65 años es superioral 45%. Otras características de este tipo de hábitats, que originan consecuenciasadversas a sus vecinos, y, de manera especial a las personas mayores son:

■ Dispersión de la población, ya que ésta se distribuye en núcleos muypequeños y diseminados.

■ Orografía montañosa que dificulta el acceso a los servicios y a los mediosde transporte.

■ Escasa e inadecuada oferta de servicios de todo tipo y, de manera espe-cial, de los recursos sociales, debido al modelo predominante que hadeterminado diseños que sólo resultan válidos para las zonas urbanas.

■ Disminución de familiares y allegados de siguiente generación para ofre-cer apoyo y cuidados a las personas que necesitan ayuda permanente.

Estos condicionantes ponen de manifiesto la existencia de factores de riesgoasociados al aislamiento y restricción de las interacciones, así como a la mayordificultad para el acceso a los servicios públicos y a los bienes sociales y cultu-

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rales. Ello produce un retraimiento social y una reducción de las relacionesinterpersonales y de los intercambios, así como de la posibilidad de elegir ytomar decisiones, lo que en conjunto determina una aceleración del proceso dedesvinculación social. En suma, envejecer en ese medio produce pérdidas muyimportantes y una inflexión en la trayectoria vital que amenaza el mantenimien-to de la propia identidad y compromete la posibilidad de adquirir nuevos cono-cimientos y otras facultades que se promueven y se desarrollan mediante lasrelaciones interpersonales.

ROMPIENDO DISTANCIAS, UN PROGRAMA INTEGRAL PARA LAS ZONAS RURALES DE ASTURIAS

Se trata de un programa pionero en la búsqueda de soluciones para romperun pernicioso círculo vicioso (aislamiento - falta de servicios y de oportunida-des de participación - aislamiento), y se dirige a los principales moradores deestos territorios, que son las personas mayores. En su diseño se han tenido encuenta diversos estudios realizados en este ámbito territorial [4,5,6].

Rompiendo Distancias se implantó, como experiencia piloto de carécter innova-dor, en tres territorios rurales del Principado de Asturias, en los que viven 9.427personas de más de 65 años. La metodología planteada para la definición de losproyectos se inspiró en la IAP (Investigación, Acción y Participación). Para laintervención, se definió como eje el trabajo comunitario, la coordinación derecursos de todo tipo y la participación. En cuanto a la evaluación de resulta-dos, se realizó un diseño que combina técnicas cualitativas (grupos de discu-sión entre los miembros de las comisiones técnicas de seguimiento y protocolosde evaluación) con técnicas cuantitativas (encuestas a usuarios, familias y profe-sionales, con la aplicación de 684 cuestionarios, cuyos resultados fueron trata-dos con el paquete estadístico SPSS).

Se trata de un programa de carácter integral, cuyas características diferencia-doras aparecen reflejados en el cuadro 1. Como objetivos generales, en el pro-grama marco se fijaron los tres siguientes:

1. Promover el envejecimiento activo y la participación e integración social.2. Prevenir y atender las situaciones de dependencia a través de la mejora del

SAD, del acercamiento de recursos y la creación de nuevos servicios deproximidad.

3. Incrementar las redes sociales y el compromiso social mediante el fomen-to del voluntariado y la creación de cauces para expresarlo.

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El programa marco no contenía, como resulta obligado por las característi-cas enunciadas, actuaciones concretas prefijadas. Pero sí enmarcaba una estruc-tura en la que poder ir encajando después los proyectos específicos. Por eso, laprimera actuación que se encomendó a cada uno de los técnicos coordinadoresde los tres territorios fue la realización de un estudio que, metodológicamente,se inspiraba en la IAP [7,8,9], técnica que pretende promover la movilizacióndel grupo social objeto de investigación y motivar su participación en el desarro-llo de proyectos dirigidos a mejorar su posición social y la resolución de susnecesidades. Tal como se deduce de los contenidos recogidos en el programamarco [10], se trataba de hacer realidad un ambicioso proyecto de carácter inte-gral, que debía desarrollar actuaciones específicas para el cumplimiento de lostres grandes objetivos indicados.

El programa Rompiendo Distancias se inició en enero del año 2000 y finalizó,como iniciativa piloto, en diciembre de 2003. Se desarrolló siguiendo el siguien-te cronograma.

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FASE 1ª: Diseño del Programa y selección de Ayuntamientos donde aplicarlo (Enero 2000-Septiembre 2000).

FASE 2ª: Concreción y diseño inicial de los proyectos a desarrollar en cada zona (Octubre 2000-Febrero 2001).

FASE 3ª: Puesta en marcha de los proyectos (Marzo 2001 - Diciembre 2003).

Investigación de las necesidades de las zonas, detección de recursos aaprovechar y estudio de viabilidad de los subprogramas.

Puesta en marcha temporalizada de los diferentes subprogramas incluidos enlos proyectos.

Evaluaciones anuales de los proyectos de cada zona y evaluación global delprograma.

Redacción de informes anuales de evaluación.

Reuniones y visitas de seguimiento.

FASE 4º Evaluación y valoración final del programa (Octubre 2003- Diciembre 2003).

Actuaciones

Los resultados generales del programa han sido altamente satisfactorios [11]:Participaron en el programa 3.219 personas mayores, 169 familias y 219 volun-tarios (cuadro 2). En cada uno de los tres territorios en los que se implantó elprograma se han creado nuevos servicios de proximidad (transporte accesible,préstamo de ayudas técnicas, servicio de acompañamiento, comida a domicilio,

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biblioteca móvil, podología, edición de periódicos...), que constituyen iniciativasmuy innovadoras. Todos los participantes manifestaron un alto grado de satis-facción con las diferentes iniciativas emprendidas y con el desarrollo delPrograma en su conjunto (cuadro 3).

En este artículo se presentan algunos de los resultados de esta experiencia,restringidos a los relacionados con el objetivo 1 y, dentro de él, los que hansupuesto un incremento del empowerment y la creatividad de las personasmayores (autoorganización y promoción del asociacionismo, abuelos-maestrosen las escuelas rurales, concursos literarios y edición de libros de poesía, mon-tajes de teatro...). Nuestros resultados sugieren que se ha logrado poner en valorel potencial creativo latente de la personas mayores y su poder de influencia enel resto de la sociedad. Con ello, se ha mejorado su autoestima, su control sobreel medio y la modificación de estereotipos.

Actuaciones para la promoción del empowermententre las personas mayores

El empowerment, en la doble dimensión que ofrece a la hora de diseñar lasintervenciones (capacitar y dar poder), fue la estrategia seguida en la metodolo-gía planificada para lograr el cumplimiento del objetivo 1 mencionado. Estasfueron las principales actuaciones desarrolladas:

■ PARA PREVENIR LA DEPENDENCIA Y FOMENTAR LA AUTONOMÍA:– Programas y cursos para fomentar hábitos saludables de vida y procurar el mante-

nimiento psicofísico. Se han realizado ocho actuaciones anuales: charlassobre envejecimiento saludable y autocuidados, cursos de dietética ycocina, actividades de gerontogimnasia y talleres de memoria.

– Actividades culturales y acceso a las nuevas tecnologías. En la evaluación secontabilizaron nueve actuaciones cada año, unas dirigidas al desarrollocultural de las personas mayores y otras para facilitar su acceso a lasnuevas tecnologías, mediante cursos de informática y navegación porInternet.

– Cursos sobre habilidades de participación, autoorganización y apoyo mutuo. Serealizaron en las sedes de Asociaciones (cuando existían) o en las casasde cultura o salones de los ayuntamientos.

– Encuentros y dinamización social. Sólo en el año 2002 se realizaron dieci-séis actividades en este ámbito. En ellos, se ofrecieron muestras de lacapacidad creativa de las personas mayores (artesanía, folklore, teatro,

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literatura, cocina tradicional...). Mediante estos encuentros se consiguióincrementar la autoestima de los participantes, promover actitudesproactivas en el conjunto de las personas mayores y mostrar al conjun-to de la sociedad una imagen positiva y activa de los mayores.

■ PROMOCIÓN DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO Y DEL COMPROMISO SOCIAL:– Creación de Asociaciones y centros sociales. En esta iniciativa, ha sido crucial

el impulso de las propias personas mayores, autoorganizadas para ges-tionar y conseguir lugares donde reunirse para romper su aislamientoy servir de plataforma para el desarrollo de actuaciones dirigidas porellas mismas. A lo largo de los tres años de desarrollo del proyecto, sehan creado nueve Asociaciones: Tres en la Mancomunidad formadapor Cangas de Onís, Amieva, Ponga y Onís; cinco en la Comarca de laSidra, y una en Taramundi. Los centros sociales respectivos, que cons-tituyen su sede, se crearon mediante la rehabilitación de edificios pre-existentes (fundamentalmente, escuelas rurales).

– Experiencias intergeneracionales. Estas actuaciones han tenido una excelen-te acogida tanto entre los profesionales de la comunidad educativarural como de los niños, niñas y jóvenes de las aldeas y pueblos en losque el programa se desarrolla. En cuanto a las personas mayores, des-taca el fuerte impulso de autoafirmación, seguridad personal y autoes-tima que han significado. La capacidad de magisterio sobre unos sabe-res que carecían de visibilidad y aprecio social ha sido la nota más des-tacada de estas iniciativas, que son, según nuestra experiencia, las quemás rápidamente producen resultados en el desarrollo del empowerment.Se han realizado diez proyectos durante cada año y han consistido ensemanas de magisterio en las aulas escolares y también en salidas inter-generacionales para complementar el aprendizaje. Los temas desarro-llados han versado sobre: historia oral, tradiciones culturales, juegosdel ayer, rutas de montaña, artesanía, fauna y flora de cada zona...

– Voluntariado. Dentro del Programa se estimuló el desarrollo del com-promiso social hacia las personas mayores frágiles o en situación dedependencia del vecindario de todas las edades. Esta actuación se con-sideraba en el programa marco como un eje transversal y se obtuvie-ron los resultados, en cuanta a participación, que aparece en el cuadro2. Pero también se pretendió promover el voluntariado entre las pro-pias personas mayores, grupo de población que cuenta con un bienque es escaso en las otras etapas de la vida: el tiempo. Los resultadosde la experiencia en este ámbito es que han venido funcionado desde

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2001 cuatro programas estables de voluntariado desarrollado por per-sonas mayores (acompañamiento a personas frágiles, guías turísticospor la comarca, guías de rutas de montaña, elaboración de juguetespara niños de países en desarrollo).

Conclusiones

Los resultados obtenidos con la aplicación del programa permiten concluirafirmando que se han alcanzado en un grado suficiente los objetivos estableci-dos. Rompiendo Distancias ha posibilitado la creación y mejora de los servicios deproximidad y de prestaciones básicas para mantener la autonomía de muchaspersonas mayores y apoyar a las familias (servicio de comidas a domicilio, prés-tamo de ayudas técnicas, planes de adecuación de viviendas, mejora de la aten-ción domiciliaria coordinada con los servicios sanitarios...). Además, en el áreaque se ha seleccionado para esta colaboración, se ha conseguido impulsar la par-ticipación social y fomentar las relaciones interpersonalers y los intercambiosde un grupo de población que estaba aislado y en riesgo de desvinculaciónsocial. También ha contribuido a mejorar el capital social del entramado ruralmediante el desarrollo del movimiento asociativo, del altruismo y de los inter-cambios intergeneracionales. Ha venido, en suma, a promover el envejecimien-to activo, aspecto al que se concede la máxima relevancia en la literatura cientí-fica, que insiste en que las intervenciones con las personas mayores no sólodeben ir dirigidas a satisfacer las demandas de cuidados por las enfermedadesque concurran, sino también a mantener sus facultades y a conseguir una vejezsaludable [12,13], una de cuyas dimensiones es mantener una vida activa, parti-cipando socialmente y decidiendo sobre lo que les concierne.

En cuanto a la respuesta de las propias personas mayores, han tenido oportuni-dad de demostrar sus muchas capacidades y habilidades que, al hacerse visibles yser reconocidas, han contribuido a mejorar su autoestima y también a modificarestereotipos. Se ha podido resaltar, sobre todo, su capacidad de magisterio y laexpresión de una creatividad que pasaba inadvertida. Dan testimonio de ello lasiniciativas de voluntariado emprendidas o los programas intergeneracionales, cen-trados en la figura de abuelos y abuelas maestros. En el campo de la creatividadartística, han conseguido logros como la publicación de libros de poemas [14], laedición de calendarios y libros con recetas de cocina tradicional (Taramundi, 2002),la elaboración de juguetes y marionetas de alta calidad artística (Mancomunidad deCangas de Onís, Amieva, Ponga y Onís, 2001) o la autoría de obras de teatro conmontaje e interpretación incluidos (Venta de Las Ranas - Villaviciosa).

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Discusión

Con las actividades que se han desarrollado en el marco del programaRompiendo Distancias se ha evidenciado la capacidad de desarrollo del empowermentcon un grupo de población mayor cuyos entornos se habían caracterizado siem-pre por ser altamente “discapacitantes”, debido a los obstáculos objetivos existen-tes y a la consiguiente dificultad de sus habitantes para expresar sus capacidades alcarecer de espacios y de oportunidades que las favorezcan. Por tanto, una virtuddel programa descrito, que debe ser considerada a la hora de elaborar estrategiasde intervención, es que esta metodología de desarrollo del empowerment se ha rea-lizado precisamente en unos contextos rurales de montaña de gran dispersiónpoblacional y compleja orografía. Mediante este programa se ha convocado yalentado permanentemente a las personas mayores del medio rural para:

■ Identificar y poner en valor sus saberes (conocimientos y experiencias), asícomo activar su potencial de magisterio.

■ Desarrollar la confianza sobre su capacidad de aprendizaje de cosas nue-vas, como las nuevas tecnologías, el despliegue de capacidades artísticaslatentes, etc.

■ Fomentar sentimientos de altruismo para continuar siendo útiles a lasociedad y contribuir al desarrollo comunitario.

■ Promover actitudes de autocontrol sobre la propia vida y de autoorgani-zación con el grupo de pares.

■ Estimular la aparición de iniciativas propias capaces de remover obstácu-los y prociar cambios favorables en el entorno.

En resumen, esta experiencia sugiere modos de intervenir capaces de promo-ver el desarrollo de toda la potencialidad de un grupo de personas que, aunquede edad avanzada, pueden y deben seguir evolucionando. Puede afirmarse quelas personas mayores han respondido a la llamada que les estimulaba a abando-nar las actitudes de pasividad, retraimiento y desvinculación impuestas social-mente [15] y se han hecho presentes en la sociedad a través de la expresión desus conocimientos y sus posibilidades de acción. Con ello también se ha influi-do en una mejora de la imagen negativa que existe sobre el envejecimiento, con-tribuyendo así a un mejor conocimiento, respeto y dignificación de esta etapade la vida.

Se sostiene que los estereotipos preponderantes sobre las personas mayores(enfermedad, incapacidad de aprender, consumidores de recursos, etc.) sólocambiarán cuando muchas de ellas tengan la oportunidad de mostrar que tie-

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nen todavía mucho que decir, mucho que hacer y mucho que aportar a la socie-dad. Pero para ello, es preciso cooperar en la construcción de contextos que loposibiliten. Y los hábitats rurales, incuso los de más extremas condiciones deaislamiento, no deben continuar siendo discriminados a la hora de planificar opromover programas de intervención.

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10. RODRÍGUEZ. P., y MARTÍNEZ, T. (2002): “Rompiendo Distancias. Programa de dinamización y acercamien-to de servicios a las personas mayores en áreas rurales de población dispersa”, en Rev. Aghatos. Barcelona.

11. GARCÍA, J., y RODRÍGUEZ, P. (2004): “Rompiendo Distancias: Un Programa integral para prevenir yatender la dependencia de las personas mayores del medio rural”, en Revista Española de Geriatríay Gerontología (en prensa).

12. ROWE, J.W., y KAHN, R.L. (1987) “Human Aging: usual and successful”, en Science, 237.

13. OMS ((2002): “Envejecimiento activo: un marco político”, en Revista Española de Geriatría yGerontología, 37 (52)

14. Varios autores (2002): Concursu de poesía. Comarca de la Sidra. Asturias.

15. BERGER, P., y LUCKMANN, T. (1985): La construcción social de la realidad. Amorrortu. Buenos Aires.

¿ E L P O D E R G R I S ?

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INNOVACIÓN. El programa es pionero en la búsqueda de fórmulas diferenciadas paraofrecer una diversidad de servicios y programas capaces de dar respuesta a las necesidadesconcretas de las personas mayores que habitan en núcleos rurales.

FLEXIBILIDAD. Para poder adaptarse en la intervención tanto a las peculiaridades delterritorio donde se desarrolla, como respecto a las necesidades reales del conjunto de personasmayores que viven en él.

PARTICIPACIÓN. De los propios destinatarios del programa (personas mayores y gruposfamiliares), de los técnicos y responsables de las diferentes administraciones que actúan encada territorio, de los movimientos sociales organizados y del conjunto de la población.

COORDINACIÓN. Elemento clave para la concreción y desarrollo de proyectos a diseñar encada zona, en colaboración con cuantos agentes actúan en el territorio. La coordinación derecursos y la intervención comunitaria se concibe como la única estrategia válida para ofrecerrespuestas eficientes a las necesidades concretas de las personas mayores de las zonas rurales.

CORRESPONSABILIDAD. Por parte tanto de las administraciones locales como de las distintasasociaciones y del conjunto de la sociedad en el desarrollo de las diferentes actuaciones.

LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN-PARTICIPACIÓN (IAP) COMO MÉTODO. Alcombinar la intervención con la investigación y un proceso de evaluación continuo, RompiendoDistancias pretende avanzar y profundizar tanto en la detección de necesidades singulares delos lugares y de sus habitantes, como en la búsqueda de alternativas flexibles queproporcionen soluciones adecuadas a las diversas situaciones del mundo rural desde unproceso permanente de IAP que, a su vez, se dirija a incrementar el compromiso social en laresolución de los problemas colectivos.

CUADRO 1. Características de Rompiendo Distancias

Concejo de

Taramundi

Comarca

de la Sidra

Manc. Cangas de

Onís, Amieva, Ponga

y Onís

TOTAL

P. mayores 240 1557 1422 3219

F. cuidadoras 11 28 90 129

Voluntariado 72 122 25 219

TOTAL 323 1707 1537 3567

CUADRO 2. Participantes en el programa

Personas usuarias

CUADRO 3. Satisfacción global del programa

ProfesionalesFamilias

Puntuación media (rango 0-10)

8,3(Dt=0,1)

8(Dt=0,1)

7,4(Dt=0,2)

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La integración social y económica de laspersonas mayores. Una fuerza nueva

ROSITA KORNFELD MATTE

Directora del Programa para el Adulto Mayor, Universidad Pontificia Católica de Chile

Secretaria del Directorio de la Sociedad Chilena de Geriatría y Gerontología - IAG

Las personas mayores de 60 años representan en la actualidad el 10% de la población deChile, es decir, 1.300.000 personas; un porcentaje que debería alcanzar el 16% en el horizontede 2025. El 18% de las personas mayores son pobres y, entre ellas, una quinta parte vive pordebajo del umbral de pobreza. Este grupo social se enfrenta a dificultades importantes paraintegrarse activamente en la sociedad, que, por otro lado ejerce una fuerte discriminación hacia élmismo. De aquí la importancia de una política voluntarista que estimule la participación,remunerada o no, de las personas mayores en el mundo productivo. Para ejecutar dicha política,es indispensable ayudarlas a concienciarse de sus capacidades aparentes o potenciales. Porque larealización personal no termina en el momento de la jubilación. Este instante crucial de la vidamarca, muy al contrario, el comienzo de una nueva etapa en la que cuentan con una mayordisponibilidad para dedicarse y aprovecharla.

Aquí consideramos la noción de “poder gris” en el sentido extenso que le daJean-Philippe Viriot Durandal. Así pues, nos referimos al conjunto de las capa-cidades de que disponen los individuos y los grupos de personas mayores paradominar individual y colectivamente su existencia y para mantener así una deter-minada capacidad para actuar sobre (y en) la sociedad.

A la luz de estas consideraciones, la Universidad Pontificia Católica de Chile(P.U.C.Ch) estableció el “Programa para el Adulto Mayor”. La primera edicióntuvo lugar en abril de 1989. Hoy en día, 15 años más tarde, podemos afirmarque esta gestión ha dado plenamente sus frutos. En este artículo presentamosalgunas de las prioridades que nos hemos fijado para aportar a las personasmayores de Chile una formación que les permita integrarse en la sociedad ytransformarse en operadores económicos del país.

La creación de espacios para las personas mayores y sutransformación en protagonistas del cambio

En el caso de la sociedad chilena, la mayor parte de las personas mayores demás de 60 años poseen las condiciones de salud y capacidades para continuar

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desempeñando un papel activo en la vida social, profesional y cultural del país.A través de la creación del “Programa para el Adulto Mayor”, la P.U.C.Ch. hadeseado enmarcar y enriquecer un espacio abierto a las personas pertenecientesa este grupo de edad que quieran reemprender el camino de la universidad oingresar en ella por primera vez.

Con este objeto, en 1992 se creó el “Diploma en Gerontología social parapersonas mayores”, cuyo fin es ayudar a las personas mayores a continuar des-empeñando un papel social y económico en el seno de la sociedad.

Este diploma desarrolla dos ejes:1) Una formación que permite a los mayores asumir su propio proceso de

envejecimiento en condiciones sanas y participativas y que luego les per-mite formar redes de apoyo.

2) Enseñanzas relativas a los instrumentos teóricos, metodológicos y prácti-cos gracias a los cuales estas personas podrán trabajar -voluntariamente ono- con grupos de personas mayores, en especial cuando éstos vivan en lapobreza o sean particularmente vulnerables.

El desafío para la universidad consiste en respaldarles con el fin de que pue-dan prolongar su autonomía, compartir solidariamente sus conocimientos yobtener para algunas una remuneración que sirva de complemento a sus pensio-nes. Porque el importe de la jubilación en Chile, como en muchos otros países,es a menudo escaso. Estos ingresos contribuyen así a mejorar su situación en elplano económico.

En la actualidad, 460 personas procedentes de doce promociones se handiplomado ya, en su mayor parte mujeres jubiladas, en especial enseñantes, perotambién asistentes sociales, actrices o abogadas, por ejemplo.

A. ESTRUCTURA DEL DIPLOMA:

El programa de formación comprende un total de 120 horas académicas y120 horas de estudio y trabajos, individuales o en grupo. Estas horas están repar-tidas en 5 cursos, cada uno de ellos de 3 meses de duración. Se incluyen geron-tología social y dos cursos complementarios, uno de actividades recreativas y elotro de psicología, y deben realizarse en un período máximo de dos años. Lascondiciones requeridas para solicitar este Diploma son las siguientes: tener másde 50 años y ser titular de un certificado de estudios secundarios o su equivalen-te. El coste por trimestre es de 100 euros, importe asequible para personas con

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ingresos medios; por lo general, se conceden facilidades de pago, así como becasa las personas mayores que trabajen como voluntarias en instituciones de bene-ficencia.

El equipo de enseñantes es interdisciplinario y se compone de 20 profeso-res procedentes de diversas disciplinas (geriatra, psiquiatra, médico de familia,psicólogo, enfermera, masajista, profesor de educación física, trabajadoressociales, antropólogo, sociólogo, arquitecto, entre otros). Estos profesores hancursado, en su mayor parte, estudios de tercer ciclo y están especializados enámbitos muy específicos, como la autonomización de la salud, los programasde prevención, la educación participativa, la alimentación y los antioxidantes,la animación sociocultural, el desarrollo personal, la familia y las relacionesintergeneracionales, la previsión social, la adaptación del alojamiento y delentorno, etc.

CONTENIDOS DEL DIPLOMA:

Durante el primer trimestre, los estudiantes deben adquirir conocimien-tos generales relativos al envejecimiento. A través de un curso pluridiscipli-nar, el exceso de edad deja de ser una presentación exclusivamente centradaen la pérdida y subraya sus principales aspectos positivos. Más allá de lacomprensión de los procesos complejos del envejecimiento, los estudiantesdesarrollan también competencias metodológicas sólidas con el fin de mejo-rar su capacidad de presentar en clase sus trabajos de manera sintética y per-tinente (enfoque multidisciplinario de una problemática, investigacionesbibliográficas...).

El segundo trimestre se dedica al estudio de la salud mental en el transcursodel envejecimiento, a partir de diferentes enfoques, a la vez teóricos y prácticos.Al término de este módulo, los estudiantes deben aumentar su confianza en símismos y practicar técnicas de relajación y concentración, lo que permite iniciardeterminados trabajos en grupo.

El tercer trimestre se desarrolla en torno a la formación pedagógica y a lastécnicas de animación: los estudiantes aprenden diferentes técnicas tendentes apresentar los contenidos asociados a la gerontología de forma creativa, agrada-ble y muy participativa. También reciben formación en las técnicas de observa-ción, con objeto de optimizar su capacidad de análisis y de consulta en las orga-nizaciones de jubilados en las que intervienen. Los estudiantes aprenden así aformular un diagnóstico de las fuerzas y debilidades de los grupos y de las acti-

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¿ E L P O D E R G R I S ?

vidades que desarrollan. Luego, estas experiencias son presentadas, analizadas yevaluadas en clase.

A lo largo del cuarto trimestre, los estudiantes aprenden las modificacionesorgánicas derivadas del envejecimiento, así como las maneras de prevenir lasenfermedades más frecuentes asociadas a ellas. Con la colaboración de profeso-res tutores, también deben elaborar sus proyectos de capacitación y poner apunto su propio material para desarrollar un programa de formación de 30horas dirigido a grupos de personas mayores de la comunidad, que podrán apli-car en sus actividades futuras.

En el quinto semestre, los estudiantes, organizados en grupos de 4 a 6 per-sonas, realizan su cursillo con grupos de 25 a 60 personas mayores de institucio-nes privadas o públicas situadas en distintos barrios de la ciudad y, a veces, enzonas rurales relativamente poco alejadas. Cada grupo decide por sí solo loscontenidos y materiales utilizados, pero cada uno de ellos deberá desarrollar unproyecto que abarque las facetas siguientes: desarrollo personal y/o espirituali-dad, autonomización de la salud, actividad física, memoria, relajación y activida-des recreativas. El cursillo es supervisado por los profesores tutores y los pro-fesionales de la institución en cuestión.

B. EVALUACIÓN:

La evaluación guarda relación con la presentación de los trabajos en grupoe individuales solicitados por los profesores. El índice de absentismo máximotolerado en el curso es inferior al 20% y el índice de presencia obligatoriadurante los estudios es del 100%. Si un estudiante es incapaz de cumplir estecriterio, puede seguir el mismo curso en el marco de la promoción siguiente,sin coste suplementario. La ausencia de notas contribuye a crear un clima deseguridad y de confianza que permite a los estudiantes plantear preguntas yrepetir un ejercicio, una actividad o un trabajo tantas veces como sea necesa-rio. Esto elimina también toda competencia entre los miembros del grupo,cuya mejor recompensa es el elogio del profesor y la admiración de sushomólogos.

C. RESULTADOS:

Un estudio comparativo dirigido a un grupo de personas que habían cursa-do este Diploma y a un grupo testigo (que seguía otros cursos) (R. Kornfeld,1999) permite concluir que los miembros del primer grupo estiman tener unavisión netamente más favorable del envejecimiento y se consideran más efica-

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ces, han mejorado su estima personal y se sienten más seguros de sus conoci-mientos y competencias. El 88% de ellos aseguran tener la posibilidad de traba-jar con grupos de personas mayores, de participar en equipos de trabajo y dedesempeñar el papel de gerontólogo social en el seno de la comunidad. Por otrolado habían adquirido, como resultado de la formación, mejores prácticas deautonomización y se sentían capaces de compartir la enseñanza recibida con suentorno familiar, sus amigos y las personas mayores desamparadas. La mayorparte de ellos estimaban también haber evolucionado favorablemente en térmi-nos de salud física y mental, así como en el plano de sus relaciones interperso-nales y familiares.

Por último, aumenta de año en año el número de diplomados que llegana integrarse en los municipios, asociaciones de jubilados, fondos de com-pensación, grupos eclesiales, residencias de jubilados u otros, para trabajaren ellos como voluntarios o asalariados. Los estudiantes dan prueba tam-bién de una mayor aptitud para participar en las redes gerontológicas y per-feccionar sus conocimientos a través de seminarios, congresos o cursosorganizados en el país. La toma de conciencia de la importancia de la pro-blemática del envejecimiento se traduce en la aparición de nuevas oportu-nidades de integración para las personas mayores. Este diploma ha contri-buido a su inserción en los sistemas de decisión y de acción a favor de laspersonas mayores.

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Efecto en cuanto a la salud, la autovaloración, los conocimientos, las competencias, la vidafamiliar y la integración de los estudiantes del Diploma

Vida familiar

Salud

Habilidades

Integración

Autovaloración

Conocimientos

Diplomados Grupo testigo

33,366,6

11,170,2

63

81,4

22,288,9

59,3

88,9

77,7

88,9

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Promover los programas y las acciones dirigidas a mejorar la calidadde vida de las personas mayores frente a los desafíos importantes queles plantea el entorno

GÉNESIS

En 1996, el gobierno de Chile invitó a diferentes instituciones, a través delFosis (Fondo de Solidaridad y de Inversión Social) a participar en una colabora-ción denominada “Más vida para tus años”. Esta colaboración integró a losprestatarios de servicios de 10 comunas del país que trabajan para la poblaciónde la tercera edad que vive en la indigencia.

La Universidad Católica de Chile obtuvo colaboración para el proyecto en lacomunidad de Lo Espejo, una de las más pobres de la región metropolitana, enla periferia de Santiago.

La comunidad de Lo Espejo fue elegida por los poderes públicos con moti-vo de los graves problemas de abandono y de maltrato de personas mayores.Correlativamente, se registra en este mismo suburbio un escaso nivel de estu-dios y un fuerte desconocimiento de los derechos y de las cuestiones relativas alenvejecimiento. De donde resulta un acceso insuficiente, incluso inexistente, alos servicios sociales y sanitarios, pero también problemas de alcoholismo,delincuencia y paro.

La puesta en marcha del proyecto se ha desarrollado a lo largo de cuatro añosy ha permitido dar a 4.500 personas mayores pobres de la comunidad los instru-mentos y la formación que les permiten integrarse en la sociedad y encargarsede su propio desarrollo. Así es como nació en este espacio particular una nuevadisposición de las fuerzas sociales y económicas. Y ello gracias a la adquisiciónde recursos intelectuales en tres ejes: la autonomización, el desarrollo de micro-empresas y la sensibilización a los asuntos jurídicos.

A este efecto se han desarrollado siete programas fundamentales:

1. Evaluación de la población objeto (creación de instrumentos y definiciónde escalas).

2. Selección de la población objeto (definición de criterios).3. Formación (con la aplicación de una metodología que suscita la participa-

ción).4. Salud (formación de un equipo de trabajo interdisciplinario).

¿ E L P O D E R G R I S ?

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5. Nutrición (en particular, en materia de educación-prevención).6. Previsión social y asuntos jurídicos (creación de redes de difusión y de

atención).7. Actividades recreativas y trabajo en el seno de organizaciones comunita-

rias.Cada uno de estos programas se desglosó en varios subprogramas.

Con el fin de alcanzar los objetivos de esta intervención, se llevaron a cabovarias actividades de apoyo comunitario, a saber:

1. FORMACIÓN (CON UNA METODOLOGÍA DE EDUCACIÓN PARTICIPATIVA)

Personas mayores, profesionales y técnicos de la comunidad participaron enuna formación impartida a través de cursos y talleres, cada uno de los cualescorrespondía a su ámbito de competencia o a su campo de interés (salud, nutri-ción, etc.).

T O M O I I : I N F L U E N C I A S E C O N Ó M I C A S Y S O C I A L E S

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Efecto en cuanto a la salud, la autovaloración, los conocimientos, las competencias, la vidafamiliar y la integración de los estudiantes del Diploma

2. SALUD (FORMACIÓN DE UN EQUIPO DE TRABAJO INTERDISCIPLINARIO)

Las personas afectadas fueron atendidas por un médico geriatra y una enfer-mera geriátrica.

■ Gerontología de base: Se impartió una formación en salud integral a per-

Vida familiar

Salud

Habilidades

Integración

Autovaloración

Conocimientos

Diplomados Grupo testigo

33,366,6

11,170,2

63

81,4

22,288,9

59,3

88,9

77,7

88,9

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sonas mayores que trabajan con mayores en el marco de organizacionessociales. Esta formación les permite comprender los procesos de enveje-cimiento activo y dominar los principios de prevención del envejecimien-to. Además, tiene por objeto estimular la asunción de responsabilidades ensu comunidad en lo que respecta a las personas de su grupo de edad.

■ Curso de geriatría de base: profesionales del sector de la salud recibieronuna formación dirigida a la identificación, gestión y elaboración de unseguimiento de las patologías asociadas al envejecimiento. Una parte delprograma consistía también en sensibilizar a los cursillistas en lo referen-te a una mejor autonomización de los pacientes en la atención de su salud.

■ Talleres de formación en autonomización para personas mayores: el obje-tivo es enseñar a las personas mayores las maneras de hacerse cargo de símismas y de ayudar a las familias, lo que favorece la autonomización delas personas mayores.

■ Refuerzo de programas existentes para combatir enfermedades: se incre-mentó la asistencia de las personas mayores que sufren hipertensión o dia-betes y se reforzaron los programas ya existentes.

■ Asistencia médica: se proporcionó asistencia médica a las personas mayoresde la comunidad y se estableció un servicio telefónico para la toma de citas.

3. NUTRICIÓN: PROGRAMAS DE EDUCACIÓN Y DE PREVENCIÓN SANITARIA

■ Taller de formación para monitores en nutrición: dirigido a identificar lasnecesidades nutricionales de base de las personas mayores, describir y ana-lizar sus prácticas alimentarias y aplicar planes alimentarios a través de unmaterial didáctico.

■ Servicios consultivos a los diferentes clubes: Se aplicó un programa deformación dirigido a estimular las prácticas alimentarias sanas entre losmiembros de los clubes de la tercera edad con el fin de reducir los tras-tornos asociados a las enfermedades crónicas.

■ Coordinación con los dietéticos del dispensario: dirigido a mejorar los cui-dados en materia de nutrición a escala de dispensario, garantizar la conti-nuidad del programa mediante la formación del personal del dispensarioa cargo de la nutrición.

■ Atención de las personas mayores que presenten un riesgo elevado encuanto a la nutrición: mejora del estado nutricional de estas personas,coordinación con la familia para responder a las necesidades nutricionalesde este grupo de edad.

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4. PREVISIÓN SOCIAL Y ASUNTOS JURÍDICOS (CREACIÓN DE REDES DE DIFUSIÓN Y DE ASISTENCIA)

■ Una formación en materia de gerontología dirigida a los funcionarios acargo de las gestiones jurídicas y de las pensiones de tipo asistencial: diri-gida a dar a conocer las características de la persona de edad avanzada ycoordinar los servicios encargados de las pensiones de tipo asistencial yde la prestación de servicios de asistencia jurídica en la comunidad.

■ Una formación de monitores en previsión social y consejos jurídicos: diri-gida a formar voluntarios en las comunas para que puedan guiar y ayudara las personas mayores en las gestiones que hayan de efectuar y a presen-tar explicaciones al efecto. Puesta a punto de un fichero constituido pordiferentes fichas prácticas relativas a derechos.

■ Un apoyo a los servicios y gestiones: Instalación de una oficina de infor-mación donde una asistente social, con la colaboración de los monitoresque han recibido la formación, aporta una orientación relativa a las ges-tiones que hayan de efectuar por las personas mayores.

5. ACTIVIDADES RECREATIVAS Y TRABAJO EN EL SENO DE LAS ORGANIZACIONES COMUNITARIAS

■ Animadores de actividades recreativas para personas mayores: motivacióny formación de animadores que pueden colaborar en los programas recre-ativos desarrollados en distintos ámbitos a los que asisten personas mayo-res, como su domicilio, los clubes, los centros abiertos, etc.

■ Papel social y autogestión de las actividades de las personas mayores: elaumento de la participación de las personas mayores en el seno de sucomunidad les ha permitido concienciarse mejor de su capacidad paradesempeñar un papel en la sociedad. La formación permite a las personasmayores un análisis de los recursos de que disponen o que desean adqui-rir para actuar en su propio entorno.

■ Actividades de monitores formados en el seno de los clubes: puesta enpráctica de los conocimientos adquiridos por los monitores al servicio desus colegas, aumento de su participación en el seno de la comunidad ymejora de la calidad de vida.

■ Actividades a domicilio realizadas por monitores: ayuda a las personasmayores delicadas, con participación de la familia y de la comunidad.

■ Servicios consultivos para las personas mayores de la comunidad: instala-ción de una oficina que dé consejos en materia de organización y estructu-ración de las actividades de las personas mayores de la comunidad.

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COMENTARIOS RELATIVOS A LA GESTIÓN:

La primera actividad fue la formación de un equipo interdisciplinario de pro-fesionales que poseían conocimientos en gerontología y estaban dispuestos atrabajar en barrios populares y en zonas a veces retrasadas y peligrosas.

El proyecto comprendía varios elementos clave, a saber:

a. Poner en contacto, motivar y coordinar a los distintos agentes formales e informales dela comunidad.

El diálogo y los consejos permanentes del equipo profesional de laUniversidad ante las autoridades locales han favorecido:

■ La participación activa de las organizaciones de base.■ El uso más intensivo y racional de los recursos comunales, a menudo limi-

tados.■ La sensibilización de las autoridades con respecto a las políticas en mate-

ria de vejez y a las intervenciones sanitarias y sociales a favor de las per-sonas mayores.

b. Estimular la implicación de los individuos y de sus familias en la gestión de los asuntossanitarios y de solidaridad en el seno de la comunidad.

Es lo que ha conducido a que:■ Las personas, en particular las de edad avanzada, cuiden de sí mismas.■ Los miembros de las familias y las propias familias se ayuden mutuamente.■ La comunidad aporte su apoyo a quienes lo necesitan.■ Los profesionales impartan cuidados más integrales e inciten a la pobla-

ción a prestar su colaboración para conseguir la aplicación de un enfoquesanitario moderno e integral.

RESULTADOS:

Efecto en las personas mayores

Aunque la situación de dependencia no haya variado, el proyecto ha permiti-do a las personas mayores:

■ Modificar favorablemente su imagen del envejecimiento.■ Contemplar su propio envejecimiento de manera más positiva y compro-

metida.■ Desarrollar su estima personal, su autonomía y sus potencialidades.

¿ E L P O D E R G R I S ?

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■ Volver a implicar y diversificar los papeles de las personas mayores en elseno de su grupo familiar.

■ Reforzar su espíritu de solidaridad.■ Desempeñar un papel activo en el seno de su comunidad, sobre todo para

desarrollar acciones a favor de las personas mayores.■ Elaborar y sacar adelante proyectos de autogestión de interés social.■ Prevenir situaciones de riesgo y mejorar sus capacidades funcionales.■ Aprovechar su ocio o su tiempo disponible de manera más creativa.

T O M O I I : I N F L U E N C I A S E C O N Ó M I C A S Y S O C I A L E S

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Que el programa les haayudado a adoptar una actitudactiva frente al envejecimiento,

a desarrollar suspotencialidades y a recuperar

sus papeles en el seno delgrupo familiar.

Las personasde edad avanzada

perciben

Que su estima personal y sucreatividad se han

incrementado, aunque susituación de dependencia no

haya variado

Que sus capacidadesfuncionales han aumentado,que sacan más partido de su

tiempo libre y de suparticipación en las

organizaciones

Que su papel más activo en elseno de las organizaciones les

proporciona una mayorsatisfacción personal en larealización de proyectos de

interés social que favorecen suautonomía

EFECTOS DEL PROYECTO A MEDIO PLAZO

1. A escala municipal, los resultados son los siguientes:■ Las autoridades han adquirido conciencia de los problemas del envejeci-

miento.■ Se ha establecido una red social de apoyo interinstitucional.

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■ Se ha impartido una formación en la materia a los profesionales y a losdirigentes comunales.

■ Se ha elaborado un registro de las instituciones que han colaborado conel equipo de la Universidad Católica.

■ Se ha hecho un registro de todas las organizaciones de personas mayores.■ La experiencia ha dado buenos resultados y en la actualidad sirve de base

para otras organizaciones (ONG Tiempo), que han proseguido y prolon-gado el trabajo.

2. A escala de los dispensarios:

■ Se ha establecido un sistema de evaluación de los pacientes de edad avan-zada y protocolos de su transferencia a los hospitales.

■ Se ha dado formación al personal de los dispensarios.■ Se han efectuado intervenciones de tipo educativo ante las personas

mayores.3. A escala de las personas mayores:

■ Los dirigentes actuales y los nuevos dirigentes han recibido una forma-ción.

■ Han aprendido a elaborar sus propios proyectos.■ Se ha promovido la formación de nuevos clubes de personas mayores.■ Se ha establecido una red entre los clubes de los distintos sectores.■ Se ha aportado ayuda a la organización comunal de personas mayores.■ Se han entregado materiales educativos de apoyo (boletines, libros).

Este abanico de estrategias ha permitido que las personas mayores de lacomunidad que han recibido la formación ayuden a otras personas mayores másdesamparadas mediante la creación de una red de apoyo social entre personasmayores, el desarrollo de su fuerza personal y su papel de dirigentes comunalesque les permiten integrarse mejor en la sociedad.

¿ E L P O D E R G R I S ?

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El voluntariado de los mayores: una fuerzasocial y económica a favor de las personasmayores en el medio rural

CINDY LOMBARD

Agente de desarrollo y de soporte técnico a la red asociativa local

Federación Departamental de las ADMR de Doubs

El compromiso de los jubilados dentro de las asociaciones de carácter social no cesa dedesarrollarse. Las asociaciones de servicio a domicilio de las ADMR cuentan con numerososmayores entre sus voluntarios. Mediante el ejemplo de una federación departamental,intentaremos identificar las principales características de este voluntariado social de las ADMR yel poder que puede ejercer con sus acciones directas de proximidad.

Según varias encuestas realizadas por la Fundación de Francia (Jean JacquesAmyot, 1997), Francia contaba en 1997 con más de nueve millones de volunta-rios, que representaban unos 820.000 empleos a tiempo completo y un peso eco-nómico global estimado en más de 33 millardos de euros anuales (o sea, 217millardos de francos en 1997) según un programa comparativo de John Hopkins.

Al día siguiente de la Segunda Guerra Mundial, varios militantes se agrupa-ron para luchar contra la degradación de las condiciones de vida en el mediorural y la salida de las mujeres jóvenes hacia la ciudad. De este movimiento nacióla ayuda familiar, cuyo objetivo era aportar su apoyo a las familias rurales almismo tiempo que les procuraban una verdadera profesión a las mujeres jóve-nes surgidas en este medio. No fue hasta los años centrales de la década de 1960(después del informe Laroque sobre la integración de las personas mayores ensu medio de vida y la preservación de su autonomía) cuando el movimiento delas Ayudas Familiares Rurales (AFR) se interesó por las personas mayores y des-pués por la asistencia a domicilio. En 1976 se fundaron las asociaciones deAyudas a Domicilio en el Medio Rural (ADMR).

Los calores del verano de 2003, que se saldaron en Francia con 15.000 falle-cimientos suplementarios en el mes de agosto –el 80% de ellos, personas mayo-res–, no ha hecho otra cosa que reavivar el debate relativo a la necesidad derepensar el acompañamiento de estas personas aisladas y dependientes. Estas

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asociaciones de servicio a domicilio trabajan en el mantenimiento a domicilio yla integración social de las personas debilitadas. Intervienen con todos los públi-cos, pero con la débil renovación de las generaciones y el aumento de la espe-ranza de vida, las personas mayores se han convertido en el público predomi-nante. Agrupadas dentro de federaciones departamentales, estas casi 3.200 aso-ciaciones gestionadas y animadas por 260.000 afiliados, de los que 110.000 sonvoluntarios activos, ayudan en la actualidad a cerca de 380.000 clientes-afiliadosy emplean a unos 55.000 asalariados, la mayor parte a tiempo parcial. Forman lared de servicio de proximidad más importante de Francia.

A través de pequeños equipos de voluntarios procedentes de la poblaciónlocal, se desarrolla una acción colectiva creadora de vínculos sociales y de soli-daridad. Los papeles y compromisos de los voluntarios son decisivos para ello.En sus visitas a domicilio a las personas, los voluntarios proponen serviciosadaptados a las necesidades que han delimitado y evaluado juntos: ayuda a lavida diaria (quehaceres domésticos, planchado, preparación de comidas, com-pras, aseo personal y asistencia, custodia de hijos y apoyo escolar a las familias,acompañamiento psicológico...), transporte de comidas a domicilio y teleasisten-cia86. Estos diferentes servicios permiten que las personas mayores, sobre todo,continúen eligiendo por sí mismas la orientación de su vida con el fin de serautónomas el mayor tiempo posible.

El compromiso voluntario no implica sólo la propuesta de servicios, sinotambién su establecimiento y acompañamiento. Los voluntarios constituyen losexpedientes de demanda de cobertura del coste de ayuda a domicilio. Esta últi-ma es financiada en parte por la caja de jubilación y también por la persona,según sus ingresos. Contratan y dirigen sus asalariados y garantizan el segui-miento de las prestaciones (renovación de las solicitudes, control de las horasefectuadas y concedidas por las cajas de jubilación, encaminamiento de las fac-turas y salarios administrados por la federación, gestión de las cuentas).Verdaderos protagonistas de la vida local, los voluntarios proponen tambiénnumerosas fiestas y manifestaciones a la población, como meriendas con baile,venta de flores, de calendarios, y así favorecen la cohesión social, el conocimien-to de la red y también permiten a determinadas asociaciones financiar, comocomplemento de subvenciones locales, las “Casas de los Servicios”, lugar dondelos voluntarios se reúnen y acogen al público.

86Aparato electrónico de atención prioritaria que permite avisar las 24 horas del día en caso de problema.

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Las asociaciones están implantadas en el conjunto del territorio. Es el caso,por ejemplo, en un departamento rural del Franco Condado como el Doubs,situado al este de Francia. Polo administrativo y técnico, la federación del Doubsagrupa a 31 asociaciones locales y cuenta con más de 500 voluntarios, 800 asa-lariados y unas 3.000 personas asistidas de las que el 40% tenía en 2002 entre 70y 79 años y el 46% tenían más de 80 años. Entre estos voluntarios, más de lamitad están jubilados. La interrupción de la actividad profesional y la desapari-ción de una parte de la red relacional unida a ella vuelven a poner en duda laidentidad social de algunos jubilados que, mediante el voluntariado, intentanencontrar un lugar y una utilidad entregándose al servicio del prójimo. Además,el voluntariado es también una manera de luchar contra su propio envejecimien-to y de actuar sobre las representaciones de una sociedad que en la persona deedad avanzada ve un porvenir que le da miedo.

En Francia, fue en los años centrales de la década de 1980 cuando los jubi-lados se concienciaron, en un período en el que el Estado del bienestar estabaen crisis.

Es difícil cifrar este compromiso con detalle, dada la implicación más omenos duradera de las personas; sin embargo, se liberan grandes tendencias. Sientre los 500 voluntarios de la federación del Doubs los jubilados ocupan unnúmero importante de funciones, sobre todo los mayores, están lejos de formarun grupo homogéneo.

La concienciación asociativa parece intensificarse mucho en el momento dela jubilación y disminuir significativamente después de cumplidos los 75 años,cuando los jubilados expresan su deseo de aprovechar de otro modo su jubila-ción. Después de 20 años de compromiso, dejan su puesto a los “jóvenes”, sinabandonar por ello la asociación del todo.

Entre los voluntarios, jubilados o no, las mujeres ocupan un lugar importan-te, puesto que representan los dos tercios de las personas comprometidas. Estatendencia es todavía más fuerte entre los voluntarios no jubilados (se conside-ran las personas en edad de trabajar menores de 60 años, con o sin actividadprofesional), donde se encuentra la mayoría de las mujeres sin actividad profe-sional. Pero si bien se benefician de más tiempo libre, se implican esencialmen-te en las familias, al contrario que las mujeres jubiladas, que prefieren con muchoa las personas mayores y con discapacidad, a menudo dejadas de la mano de unasociedad que fija “barreras” vinculadas a la edad, a la discapacidad o a la enfer-medad.

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Si las mujeres, por lo general, se comprometen en acciones sobre el “terre-no”, que favorecen las relaciones, los hombres, por su parte, perciben la jubila-ción de una manera muy diferente, dando prioridad sobre todo a las responsa-bilidades y a la fuerte visibilidad social (puestos directivos, presidencia de aso-ciación, miembro del consejo de administración, del órgano directivo, tesorero)o también la tecnicidad a través de la teleasistencia. Estas grandes tendenciaspermiten distinguir tres tipos de compromisos dominantes:

■ El “compromiso asociativo local” es el que va a integrar al voluntario enel seno de la asociación local mediante una o varias responsabilidades, quesuelen caracterizarse por acciones sobre el terreno.

■ El “compromiso federal”, donde el voluntario se implica en la vidafederal y participa en la orientación de las opciones políticas de lasADMR. Los miembros del Consejo de Administración de la federaciónson siempre administradores de una asociación local. Esta obligaciónestá prevista en los estatutos, con el fin de dar a las decisiones y orien-taciones adoptadas una pertinencia en relación con las situaciones vivi-das localmente.

■ El “compromiso pluriorganizativo”, por su parte, va a trascender la red delas ADMR, puesto que el voluntario se adhiere también a otras asociacio-nes u organizaciones sociales y políticas. Aun cuando su pertenencia polí-tica a veces puede ser fuente de conflictos, sigue siendo a menudo unpunto fuerte para los voluntarios, sobre todo con ocasión de solicitudesde subvención a las colectividades locales.

Con un conocimiento local y una red relacional muy extendidos, sobre todogracias a sus historiales de vida, los voluntarios siguen anclados firmemente enel ámbito local. A la escucha de la población, son advertidos de las dificultadesencontradas de modo momentáneo o duradero, generalmente por las personasde edad muy avanzada. Pero son sobre todo consejeros, confidentes, solicitadospor las familias impotentes y desamparadas frente a los problemas de sus mayo-res. Muy a menudo, los voluntarios están en la instigación de las primeras ges-tiones administrativas. El Baremo AGGIR (Autonomía Gerontológica de losGrupos Iso-Recursos) es una de las herramientas de que se sirve el voluntariopara satisfacer la demanda de atención en las cajas de jubilación. Ideada paramedir las discapacidades de la persona según diferentes variables (coherencia,orientación, aseo personal, vestido, alimentación, eliminación, transferencias,desplazamientos en el interior y al exterior y comunicación a distancia), esta reji-lla determina seis Grupos Iso-Recursos, clasificados desde la persona más

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dependiente y con mucha pérdida de autonomía (GIR 1) hasta la persona queno necesita ninguna ayuda específica para realizar los actos discriminatorios dela vida diaria (GIR 6). Utilizada también por profesionales del polo gerontoló-gico de los servicios de acción social, este baremo permite que los mayores de60 años se beneficien de un Subsidio Departamental Personalizado deAutonomía (ADPA) desde enero de 200287.

Con este semiprofesionalismo, los voluntarios expresan cada vez con másfrecuencia la necesidad de recibir formación. La Unión Nacional ha creado asísu propio organismo de formación destinado a los voluntarios y asalariados,con la propuesta de diversos cursos de formación por jornadas sobre las dife-rentes funciones de los voluntarios, la vida asociativa, el voluntariado, perotambién sobre el derecho del trabajo, la contratación, la formación, la gestión

87Establecido por la Ley del 20 de julio de 2001, este subsidio, hasta un máximo de 1.106,76€, está destinado a las per-sonas evaluadas por el equipo médico social en GIR 1, 2, 3 y 4, y financia todos los tipos de ayuda.

Y SI LOS VOLUNTARIOS LLEGARAN A FALTAR,¿QUIÉN SE OCUPARÍA DE LAS PERSONAS MAYORES AISLADAS?

Australia: Escasez de cuidadores profesionales y voluntarios para los mayoresEntre 2001 y 2031, el número de mayores australianos debe aumentar en el 160%, tres veces

el crecimiento del número de personas de apoyo, limitado por la demografía al 57%. En 2031,Australia contará con 600.000 personas mayores dependientes, sin familia ni amigos que puedanocuparse de ellas. ¿Cuál es entonces la causa de la recesión de la mano de obra disponible para laasistencia a las personas mayores? El envejecimiento y la disminución del número de hijos.

Según previsiones del Centro Nacional de Estudios Económicos y Sociales de la Universidadde Camberra, Australia se enfrenta a una escasez drástica de cuidadores capaces de asistir alnúmero creciente de personas mayores y con discapacidad que viven en su casa. El estudio deeste Centro, titulado “¿Quién va a garantizar la asistencia? Cuidadores voluntarios y poblaciónque envejece” (Who's going to care? Informal care and an ageing population), demuestra que ladisminución del número de hijos, el incremento del empleo de una mano de obra femenina y elaumento de los divorcios no son los únicos motivos de esta escasez probable de personas deapoyo que garantizan voluntariamente la asistencia a las personas mayores. Su causa es ladebilitación de la población que envejece. The Sydney Morning Herald (Future shock: ageing nationfaces care crisis [conmoción futura: una nación que envejece se enfrenta a una crisis de asistencia],11/06/2004) informa de que en 2031 sólo habrá 35 voluntarios a tiempo completo para asistir a100 mayores enfermos que residen en su domicilio. En 2001 había 57. Incluso si se considera quelos mayores tendrán mejor salud en el futuro, los informes del estudio del Centro Nacional noprevén una mejora notable.

Fuente: seniorscopie.com

www.smh.com.au

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y la integración de los asalariados, la comunicación... También se organizanreuniones entre asociaciones y federaciones con el fin de comunicar a losvoluntarios nuevos datos técnicos y debatir las diversas situaciones queencuentran.

Si bien la federación existe gracias a las asociaciones, los voluntarios tienennecesidad de agruparse con profesionales para ser reconocidos y oídos a unaescala más importante. Esta dependencia mutua se manifiesta más como unacomplementariedad que como un freno, pero, con una población que envejececon una edad cada vez más avanzada y dependiente, las solicitudes afluyen y lasasociaciones se convierten en verdaderas empresas.

Por lo tanto, ser voluntario no se improvisa, y cuando la investidura asociati-va se transforma poco a poco en una segunda profesión, puede conducir alvoluntario a un auténtico agotamiento (“burn out”). Solicitados a diario, com-prendidas las tardes y los fines de semana, el equilibrio familiar de los volunta-rios se hace cada vez más frágil. Desgastado por responsabilidades cada vez máspesadas e importantes, el compromiso se hace a menudo tan pesado que empu-ja al voluntario a liberarse.

Para hacer frente a estas situaciones y responder a los deseos de los volun-tarios, se han puesto en marcha funciones intermedias con el fin de mantener-los en sus diferentes funciones. Por este motivo, y desde hace dos años, agen-tes de desarrollo y de apoyo técnico a la red asociativa local se han incorpora-do a los profesionales de la federación del Doubs. Con intervenciones sobreel terreno, ayudan a los voluntarios y participan en la vida asociativa y en lasreuniones. Garantizan también servicios permanentes en las asociaciones, conacogida del público, de beneficiarios y de asalariados que desean obtenerinformación.

La participación de los voluntarios es esencial. Ha permitido el desarrollo delempleo a través de la profesionalización de una parte de las actividades inicial-mente no remuneradas. Las asociaciones actúan así sobre el empleo y la inser-ción a escala local (es de subrayar que determinadas asociaciones dan empleohasta a 50 asalariados), tanto más cuanto que el Servicio de Ayuda a Domicilio(ADS), asociación intermediaria del ADMR, trabaja para la inserción profesio-nal de las personas al margen de la sociedad y proponen a las empresas y a losparticulares diferentes servicios: quehaceres domésticos, bricolaje, jardinería,mantenimiento del exterior de la casa...

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Con la reanudación del trabajo de las mujeres y la débil implicación de laspersonas de 20 a 40 años, los mayores podrían ocupar, de aquí a pocos años, unlugar todavía más importante en el voluntariado social.

Sin embargo, si bien su acción directa de proximidad no se limita sólo a unainfluencia en los sectores sociales, la renovación de las generaciones en el volun-tariado no cesa de debilitarse. Cada vez se hace más difícil reclutar voluntarios yconservarlos.

Sustituirlos por asalariados podría conducir a una pérdida de informacionesy a una menor disponibilidad relacional, sin contar con el inevitable aumento delas tarifas de ayuda a domicilio que excluirían financieramente a una parte de losbeneficiarios actuales, ya muy a menudo ayudados por sus descendientes.

El porvenir del poder social de los jubilados dependerá del reconocimientode la acción asociativa y de la implicación de los voluntarios mediante políticaspúblicas. Pero también dependerá de los modelos de jubilación que las nuevasgeneraciones de mayores estén dispuestas a asumir.

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El poder gris, en cuestión en Hungría

ZUZSA SZEMAN

Academia de Ciencias de Hungría, jefe de departamento

del Instituto de Sociología

Este artículo trata de los jubilados de la senescente sociedad húngara y de la manera en quese ha establecido contacto con los responsables de las decisiones políticas y económicas. Sedescubrirá también cómo, a través de una organización civil única, representante de las personasmayores a escala local, dichas organizaciones ayudan a las personas mayores y cuál es suinfluencia en ellas.

Este artículo puede leerse también en el sentido de que los individuos han pasado de lanoción de “necesidades desconocidas” a la defensa de sus intereses mediante las organizacionesciviles.

Grupos objetivos de las organizaciones cívicas

La sociedad húngara envejece tanto en el plano biológico como en el de lasociedad global. La proporción de los mayores de 60 años ha pasado del 18,9%en 1990 al 19,7% en 2000. Así pues, el envejecimiento natural de la poblaciónhúngara y el envejecimiento de la sociedad en su conjunto caracterizan laHungría contemporánea. Desde el década de 1980, la jubilación marca elcomienzo de un proceso de empobrecimiento que margina progresivamente alos jubilados como consecuencia de haberse prolongado la fase de inactividad alfinal de su carrera profesional. Una parte no despreciable de la población pasaasí prematuramente a la categoría de personas mayores. Dado el aumentoimportante del paso a la prejubilación, la proporción de los jubilados ha aumen-tado en el espacio de algunos años. Así, en 1990 representaban el 22,9% de lapoblación, después el 30% en 1995, y el 30,9% en 1998. Esta tendencia se pro-sigue actualmente (Statistical Pocket-book of Hungary 1999, 2000, KSH, 14,Nacional Social Insurance Directorate, Statistical Información, 1881, 97).

Las personas mayores están cada día más organizadas como consecuencia dela intensificación de los problemas sociales a los cuales se han visto enfrentadas.

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Así, las asociaciones regionales y nacionales se interesan por el ocio, pero seesfuerzan también en resolver los problemas relativos a los medios de existenciade los jubilados y a contribuir a su bienestar. Como su proporción es elevada den-tro de la sociedad, los jubilados se han convertido, desde los años centrales de ladécada de 1990, en un factor político importante. El segundo gobierno (de ins-piración socialista) que siguió a la caída del régimen comunista, creó en 1996 unConsejo de Personas Mayores, regulado directamente por el gabinete del PrimerMinistro. Entre sus miembros se encuentran representantes de diversas asocia-ciones de jubilados, tanto regionales como nacionales, alcaldes de colectividadeslocales, el Ministro de Finanzas, el de Asuntos Sociales, demógrafos del InstitutoNacional de Estadística, expertos del fondo del seguro de vejez e investigadoresindependientes. Incumbe a este Consejo debatir cuestiones que afectan a las per-sonas mayores. Aunque los jubilados representados en este Consejo hayan vistorechazadas por el Ministerio de Finanzas sus peticiones en materia de reforma delas jubilaciones, la creación de esta estructura ha puesto en marcha en Hungríaun proceso que en adelante se podrá frenar en el peor de los casos, pero no dete-ner. Será preciso, pues, tener en cuenta a los jubilados de ahora en adelante. Elgobierno formado tras las elecciones de 1998 transfirió la competencia delConsejo de Personas Mayores del gabinete del Primer Ministro al de AsuntosSociales y Familia. En consecuencia, el Consejo no está ya en contacto directocon el Primer Ministro, pero no por ello está totalmente separado de las decisio-nes que afectan a las personas mayores. Ante la proximidad de las elecciones de2002, el gobierno se interesó de nuevo por los problemas de los jubilados.

Es así como los jubilados se han encontrado en contacto con responsablesde la política económica y social de los países. Al mismo tiempo, se ha observa-do un desarrollo a escala microsocial. Estos movimientos se entroncan conorganizaciones cívicas, cuyo objeto es la mejora de las condiciones de vida y delbienestar de los jubilados. A menudo, son los mismos jubilados quienes han des-encadenado el cambio positivo, a través de iniciativas personales que se cursana las colectividades locales, a otras organizaciones cívicas o a otros agentes aescala nacional, con independencia del ministerio o del gobierno.

Una encuesta referida a cuatro ciudades húngaras, destinada a estudiar todaslas organizaciones cívicas de estas ciudades, ha determinado que las personasmayores figurarían entre sus principales grupos destinatarios y que iban en suayuda de diversas maneras a escala local. El ejemplo que sigue permitirá ilustrarla ayuda aportada por este tipo de organización a la población de edad avanza-da de un municipio, así como los múltiples efectos de este apoyo.

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En Békés, una ciudad pequeña del Sudeste de Hungría, los jubilados seenfrentaban simultáneamente a varios problemas sociales:

– inflación,– privatización,– cierre de fábricas,– hundimiento de las cooperativas agrícolas,– aumento rápido del paro, no sólo en la ciudad, sino también en toda la

región.

Estos problemas se acumulaban en la vida diaria de los jubilados, porquemuchos de ellos pertenecían a familias que tenían otro miembro también en elparo. La pregunta fundamental fue formulada en los términos siguientes:

“Mi jubilación me permite ir tirando muy modestamente, pero mi hijo y mihija han perdido su empleo. ¿De qué van a vivir? ¿Tengo que resignarme a darlesel poco dinero que poseo?”.

El intento de remediar estos problemas determinó la formación de laAsociación municipal para la defensa de los jubilados en esta ciudad (Békés) en 1993.Esta iniciativa llevó consigo un movimiento mucho más importante de lo pre-visto. La asociación agrupaba en principio a 38 miembros, pero 70 personasestaban ya presentes cuando se hizo la primera reunión. La asociación no dis-ponía de fondos y los documentos administrativos requeridos para su constitu-ción fueron cumplimentados con la ayuda de un jurista voluntario. La asociaciónha elegido un consejo de administración de cinco miembros y un comité desupervisión compuesto por tres miembros. Al cabo de los años, el consejo pasóa 7 miembros y el comité de supervisión a 10 miembros. A principios de 2000,la asociación contaba con más de 400 miembros. Experimentó un aumentoimportante de sus miembros en 1999, en especial cuando las personas tomaronconciencia de la eficacia del trabajo realizado por la asociación. En ese año, 100nuevos afiliados se sumaron a sus filas. El Consejo se reúne una vez al mes, igualque los miembros. El trabajo voluntario realizado bajo la égida de la asociaciónes mucho más importante que la reunión en sí. Los representantes de la asocia-ción que abarcan todos los barrios de la ciudad están en contacto diario con laspoblaciones locales. Son capaces de hacer circular informaciones y tienen unconocimiento preciso de la situación material real de las personas (los ingresosprocedentes de su huerto, sus gastos, su situación familiar, etc.). Los miembrosmás instruidos de la asociación están al corriente de los derechos y de las ven-tajas que pueden solicitar los jubilados. Están capacitados, entre otras cosas, para

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gestionar los asuntos relativos a los jubilados cuando es posible tener en cuentacircunstancias particulares. Los jubilados que perciben el mínimo vital puedencursar una solicitud de subsidio complementario a cargo de un presupuesto dis-tinto de la seguridad social, en tanto que haya fondos disponibles a este efecto.

La asociación ayuda también a las personas mayores a presentar solicitudesde asistencia social de urgencia ante su colectividad local. La ciudad cuenta con10 circunscripciones electorales. Gracias a los representantes de estas circuns-cripciones, la asociación de jubilados dispone de las informaciones más recien-tes relativas a los problemas de orden social que afectan a las personas mayores.Así pues, está capacitada para preparar una especie de “tarjeta social” informaly, en consecuencia, para solucionar problemas gracias a sus voluntarios. Puedeactuar de tres maneras:

1) Al amparo de las posibilidades ofrecidas por la seguridad social, ha empe-zado a:– Presentar solicitudes de ayuda a la seguridad social por cuenta de las

personas mayores cuya jubilación es inferior a 25.000 HUF (unos 104euros).

– Proceder a la verificación de los recursos de los solicitantes en lugar dela seguridad social (la cual carece de personal suficiente).A título de ejemplo, en 1999 la asociación presentó 160 solicitudes, quefueron aceptadas en su totalidad.

2) La asociación ayuda también a la colectividad local en la distribución de lasayudas concedidas cuando se encarga de la verificación de los recursos enlugar de ésta en tres campos:– La asignación de vivienda.– La asistencia social de urgencia.– El subsidio por defunción.Así ha podido obtener ayuda para 40 personas. La preparación de la veri-ficación de los recursos, requerida para la seguridad social y la colectivi-dad local, representa 400 horas de trabajo, una cifra que no incluye la acti-vidad voluntaria de los representantes de las circunscripciones.

3) Sin duda es muy importante evaluar las necesidades sociales y responder aellas, pero la asociación ha ido más allá de estas medidas de urgencia. Conmotivo de las elecciones locales de 1998, concluyó con la alcaldía unacuerdo al término del cual uno de sus delegados participará en los diver-

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sos comités con voz consultiva. Esto significa que miembros de la asocia-ción de jubilados toman parte en la preparación de las decisiones e, inclu-so, formulan recomendaciones en determinados casos. Esta clase de rela-ción no funciona todavía a la perfección; por ejemplo, no ha dado frutotodavía en la obtención de medicamentos gratuitos para los jubilados debajos ingresos. Pero, en conjunto, estas acciones son extremadamente efi-caces. Si sólo tenemos en cuenta las solicitudes de ayudas concedidas en1999, se estima que han mejorado el nivel de vida de 200 jubilados. Losmiembros deben pagar una cuota anual que equivale al 1% del importemedio de las pensiones ingresadas cada mes, que pueden pagar incluso losque perciben una jubilación mínima.

La asociación sólo recibe de la colectividad local una subvención anual de50.000 HUF (unos 208 euros). Al mismo tiempo, la asociación que ayuda asía las personas mayores ha reducido considerablemente la carga de trabajo dela colectividad local. Las cifras mencionadas arriba permiten deducir, en parte,la amplitud del trabajo realizado por esta asociación; lo que es menos visible,es la flexibilidad de la asociación, la confianza que el público afectado demues-tra al respecto, la manera en que difunde entre las personas mayores menosinstruidas las informaciones que les atañen bajo una forma comprensible einformal.

No se puede acusar a la colectividad local de no abonar más que una modes-ta pitanza a las organizaciones cuando se sabe que los 1,8 millones de HUF asig-nados para ayuda de las organizaciones civiles se han repartido entre 60 organi-zaciones de carácter social, aunque algunas de ellas hayan sido mucho menoseficaces y sólo se hayan reunido una vez al año a cambio de esta subvenciónpuntual; se estima, por lo general, que algunas de estas organizaciones han reci-bido más subsidios mediante su “presión” activa.

Hace tres años, la asociación de jubilados de Békés creó también una funda-ción con un capital de 100.000 HUF (unos 417 euros), destinada a ayudar a losmás necesitados: en la Navidad de 1998, por ejemplo, entregó 5.000 HUF (unos21 euros) a dos personas; en 1999, entregó a una persona un regalo de Navidadpor valor de 1.500 HUF (unos 6,25 euros). A principios de 2000, ayudó a las víc-timas de las inundaciones. El presidente del consejo de administración de la fun-dación, compuesto por cinco miembros, participa también en las reuniones conla asociación en el transcurso de las cuales se tratan diversos problemas de ges-tión de las finanzas y de los grupos y capas sociales desfavorecidos que necesi-tan ayuda, aparte de los jubilados.

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De esta manera, la asociación cumple un trabajo doble. No sólo ayuda a losciudadanos y a las personas mayores (a cumplimentar formularios), sino tam-bién a las instituciones, a la colectividad local y a la seguridad social. Al proce-der a la verificación de los recursos, aumenta las oportunidades de que se con-cedan indemnizaciones especiales a los jubilados necesitados, en la medida enque la seguridad social carece de personal para llevar a cabo esta verificación. Almismo tiempo, protege al ciudadano y presta un servicio a la colectividad localy al Estado. Con ello, “beneficia” a todo el mundo.

Gracias a este trabajo de “autoorganización”, el número de los afiliados de laasociación de jubilados se ha decuplicado, pasando de 38 inicialmente a 400. Porlo tanto, se puede entender este proceso bajo el ángulo de valor añadido social.Es así como el número de los “pobres aislados y necesitados” ha disminuido ytambién se ha iniciado un movimiento entre las personas mayores de estapequeña ciudad, similar a los que existen en los países de Europa occidental oen los Estados Unidos, a través del movimiento de los “Graue Panther” 88 o de los“Panteras Grises” y donde, en determinados casos extremos, las personas mayo-res salen a la calle para defender sus propios intereses.

88El equivalente alemán de los Panteras Grises estadounidenses [N. del T.].

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Organizar a los mayores para el poder

EDWARD M. GERLOCK

Miembro de la Coalición de Servicios de Manila.

Este artículo presenta un programa destinado a las personas mayores: (Community-BasedProgram of the Elderly: (CBPE). Existen tres motivos importantes que justifican la creación deeste programa en los países en vías de desarrollo: la primera es que durante toda nuestra vidahemos acumulado una sensatez y unas capacidades que no deben dejarse de lado, sino utilizarlaspara dar servicio a la sociedad; la segunda, más filosófica, es que la existencia humana debepermitir a los individuos crecer y participar en la vida hasta el final, y la tercera es que es máseconómico, eficaz y pertinente que sean las personas mayores las que suministren servicios a otraspersonas mayores en lugar del gobierno.

Un periodista del semanario internacional Asia Week ha viajado por lossuburbios superpoblados de Pasadena, en la Manila metropolitana, para entre-vistar a los miembros de una comunidad que trabaja en un programa en bene-ficio de las personas mayores, el CBPE. El magacín debía publicar un artículorelativo a “la crisis de la asistencia a las personas mayores”. Los 88 miembros delCBPE de Manila formaban parte de una coalición nacional creada por una orga-nización no gubernamental, la Coalición de Servicios para las Personas Mayores(COSE). Fundada en 1989 con la ayuda de HelpAge International (HAI)(www.helpage.org), esta organización trabaja con 23 personas del CBPE en la“Gran Manila” (el conjunto de las comunidades urbanas pobres) y con asocia-ciones a través del país. Aling Presing es su presidente. Preguntado acerca de ladiferencia aportada por la agrupación, Aling Presing contestó: “Antes, éramospersonas mayores con nuestros propios problemas de la vida diaria, pero desdeque nuestra comunidad se puso en pie, nos hemos convertido en una verdade-ra comunidad de personas mayores”.

Hace diez años, una organizadora de comunidades hizo una visita a cadabarrio de chabolas de Pasadena para trabar conocimiento personalmente con laspersonas mayores. La primera reunión tuvo lugar en la única casa bastante gran-

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de para acoger a todas las personas presentes. “¿Cuáles eran las expectativas deestas personas, es decir, qué esperaban de la creación de un grupo?”. “¿Quépodían hacer como grupo para favorecer la satisfacción de aquellas expectati-vas?”. Los mayores tenían una larga “lista de deseos”. Eran pobres y teníanmuchas necesidades. La organizadora de la comunidad expuso claramente queella no estaba capacitada para hacer milagros, pero que podía ayudarles a que seayudaran mutuamente.

Las dos prioridades que surgieron de un largo debate fueron la mejora de la saludy de los ingresos. Parecía más fácil de resolver el problema de la salud, con el fin deestablecer la confianza y la cooperación en el ámbito económico. ¿De qué recursosdisponía la comunidad en materia de asistencia? Algunas mujeres de edad avanzadacultivaban hierbas medicinales útiles, otra mujer conocía técnicas de masaje utiliza-das para todos los distintos tipos de enfermedades de Filipinas. Estaban dispuestasa ofrecer sus servicios a los grupos de personas mayores desamparadas.

¿Estaban interesadas otras personas en la idea de adquirir competencias sani-tarias para ayudar a estos grupos de mayores desamparados? Voluntarios no falta-ban. Un hospital local (St. Luke's) disponía del único centro de geriatría del país.¿Estaría dispuesto un grupo de voluntarios a reunirse con el médico que era res-ponsable del mismo con el fin de recibir formación para trabajar en provecho dela comunidad? La organizadora había prometido acompañar a este grupo si losmiembros aceptaban hablar de sus casos. Poco acostumbrados a dirigirse directa-mente a los funcionarios, necesitaron algo de tiempo para prepararse. El médicoresponsable los acogió con interés y benevolencia y prometió participar en el pro-yecto por intermedio de la organización no gubernamental COSE.

COSE organizó sesiones de formación en torno a los parámetros médicosfundamentales, como la presión sanguínea, el azúcar, los reumatismos, la artri-tis, así como la nutrición, los ejercicios, en resumen, el bienestar y las enferme-dades comunes en las personas mayores. Todos los meses, las personas que tra-bajan en la salud, que se llaman entre ellas “gerontólogos comunitarios”, sereúnen y debaten los acontecimientos del mes precedente, sus éxitos y sus difi-cultades. Mensualmente, estos trabajadores sanitarios siguen también otrassesiones de formación sobre diversos aspectos de la salud (reflexología, digito-puntura, cuidados dentales...). Los “gerontólogos comunitarios” están a dispo-sición de las comunidades de personas mayores, en una zona dada, a cualquierhora del día y de la noche. “A veces, las personas mayores vienen a vernos amedia noche y tengo una reserva de medicamentos justamente para este tipode intervención”, informa uno de los “gerontólogos comunitarios”. Los agen-

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tes sanitarios comunitarios no sustituyen a los médicos, pero saben determinarsi una persona de edad avanzada tiene necesidad de un médico o de un dentis-ta, o también si su problema depende de su propia competencia.

Así pues, el grupo se ha revelado eficaz en un ámbito particular y ha adqui-rido una cierta confianza en el concepto mismo de grupo.

Una fábrica situada en la vecindad confecciona bolsas para la exportación.¿Era posible que el grupo interviniese ante su director para recuperar los restosde caucho y hacer con ellos una guarnición para almohadas? Puesto que el médi-co del hospital había sido sensible a las necesidades de un grupo muy respetadoen la sociedad filipina, supusimos que el director de la fábrica sería favorable ala gestión. Se trataba también de demostrar nuestro poder de movilizar unnúmero importante de miembros del grupo. Este director no era un filipino yaproximarse a él exigió tomar precauciones especiales. La atención concedida alas personas mayores se pondría en el haber de esta empresa, a la vez localmen-te y en el exterior. Rápidamente, la empresa pidió a los miembros del grupo quefueran a buscar periódicamente los desperdicios de la fábrica. Las personasmayores se sientan en círculo, recortan la guarnición y cosen las almohadas.Observemos que el producto se ha hecho completamente competitivo en unmercado. Este proyecto ha necesitado un cierto grado de organización: tareasque había que efectuar, como, por ejemplo, la distribución de las funciones enla realización de las almohadas, responsabilidad del control de la calidad, estu-dios de mercado, reparto de los beneficios, etc. COSE permite después prestarfondos al grupo para financiar un cierto número de actividades individuales ocolectivas, como la venta de productos en el mercado, la cría de un cerdo... Elgrupo cobra a sus miembros endeudados un interés mínimo del 1% mensual,que se añade a las ganancias colectivas. Aquí aparece también la necesidad dedisponer de una organización más compleja (comité de crédito, tesoreros...).

En otro aspecto, las personas mayores, como las demás, sufren de soledad,de depresión, de problemas diversos de orden físico o psicológico. De ordina-rio, las personas recurren a alguien que los escucha y en quien tienen confianza.Pero, ¿qué ocurre con las personas solas aisladas? Los miembros dispuestos aescucharlos y acompañarlos han aceptado recibir una formación en “consejo nodirectivo”, es decir, en escuchar y ayudar a las personas mayores a superar susentimiento de rechazo y de soledad.

La lista es tan ilimitada como las necesidades humanas. Las personas mayo-res, cualquiera que sea su origen, son capaces de atender una gran parte de sus

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necesidades en tanto que comunidad. A menudo, cuando envejecen, las perso-nas pobres de nuestros barrios se preocupan menos de morir que de la deudaque temen dejar a cargo de su familia y de sus amigos con motivo del coste pro-hibitivo de los funerales. COSE añade el papel de intermediario entre sus miem-bros y los directores de las empresas de pompas fúnebres con el fin de permitira las personas mayores la cobertura de estos gastos. Por una cantidad mensualmódica, los miembros pueden beneficiarse de un seguro de exequias.

Progresivamente, la concienciación de pertenencia a una comunidad de per-sonas mayores se incrementa y permite la ampliación de los ámbitos de inter-vención de la asociación. Las leyes que ofrecen reducciones para las personasmayores en los transportes, la asistencia médica y la alimentación están pocodesarrolladas. Un grupo de personas mayores puede dirigirse a las personalida-des oficiales locales, pero también volverse hacia los legisladores que han idea-do las leyes para debatir su puesta en aplicación y su mejora. Repartidos en equi-pos, los miembros de edad avanzada del CBPE visitan a los miembros del sena-do que participan a la preparación de la legislación. Ejercen presiones sobreestos legisladores y encarnan la influencia de los mayores, que sin duda se incre-mentará en el futuro.

Una propuesta reciente tiene por objeto la creación de un consejo nacionalcompuesto por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales com-prometidas en la ayuda a las personas mayores de Filipinas. Los intereses de lamayoría de los más desfavorecidos están lejos de tener representación en todoslos comités nacionales. Sería preferible para ellos asegurarse de que este nuevoconsejo represente sus intereses.

La elección de los responsables de una organización debe efectuarse despuésde su creación y no antes. Estos responsables deben ser elegidos en función desu papel, y no de un estatus particular; en función de sus competencias y no deuna posición social particular. También es el momento de debatir la paridad: lamayoría de los miembros del CBPE son mujeres, y son ellas quienes demuestranposeer aptitudes para la conducción de las actividades. De aquí la importanciade velar por su presencia en los órganos de decisiones y de representación.

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89Monique Legrand, estudio nacional en curso sobre los afiliados a cinco grandes asociaciones de voluntariado eco-nómico.

La actividad de utilidad social, el voluntariadode los jubilados y el poder social

MONIQUE LEGRANDProfesora en Sociología, Universidad de Nancy II

Se asiste en Francia y en Europa, desde el principio de la década de 1980, a la aparicióny al desarrollo de asociaciones de jubilados atentos a conservar una utilidad social. Estemovimiento, todavía poco conocido y poco visible porque se ejerce, principalmente, a una escalamicrosocial, es difícil de cifrar. Los primeros resultados de nuestro estudio89 indican que másde 20.000 jubilados están ahora inscritos en varias estructuras de este tipo. A esta cifra,convendría añadir la de jubilados afiliados a asociaciones tales como los comedores debeneficencia, a grupos procedentes de cajas de jubilaciones complementarias o, incluso, acolectivos de iniciativa local.

Si bien los jubilados afectados por estas actividades no reivindican ningúnpoder, el análisis revela su capacidad de acción sobre la sociedad. El “podersocial”, que las actividades de utilidad social confiere a los jubilados, es comple-mentario, en bastantes aspectos, del “poder político” reivindicado por otrasagrupaciones de jubilados, como la Unión Federal de los Jubilados, la Oficina deEnlace de las Organizaciones de Jubilados, etc.

En este artículo nos interesaremos por las asociaciones de “jubilación útil”susceptibles de constituir un poder social real; después trataremos de com-prender la génesis de este movimiento, tanto en sus aspectos sociales comoindividuales, y, por último, intentaremos mostrar sus efectos sobre la colecti-vidad.

Si bien la reivindicación de un poder político y la manifestación de un podersocial no afectan a los propios jubilados en el ámbito sociodemográfico, sinembargo se trata de un mismo movimiento general de aspiración ciudadana y departicipación en las decisiones.

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El contexto social y el nacimiento de la jubilación útil y solidaria

Es importante subrayar que, hoy más que ayer, el cese definitivo de la activi-dad profesional constituye un acontecimiento de ruptura problemática queactúa sobre el proceso o el sentimiento del envejecimiento, pero que afecta tam-bién a las identidades sociales y plantea la cuestión esencial del sentido que se hade dar a la existencia. Se trata menos de buscar en qué ocuparse, de pasar eltiempo durante un período corto y, en cambio, más de colmar, de manera enri-quecedora y gratificante, un vacío social. Para numerosas personas mayores, elpaso a la inactividad profesional no es ni mucho menos un proceso “natural” nifácil, sino que está hecho de dudas, de titubeos, y se fundamenta en una verda-dera búsqueda de identidad que remite al “sentido del envejecer” (Vrancken,2001). Las actividades nuevas, las conductas sociales, asociativas o políticas,deben interpretarse entonces como otros tantos modos de respuesta a la crisisde las identidades.

La adquisición de compromisos en actividades socialmente útiles y la partici-pación activa en la vida de la ciudad dependen de varios elementos vinculados alas políticas públicas, al contexto sociocultural y a los perfiles de los jubilados.

EL DEBER DE LA JUBILACIÓN Y EL COMPROMISO SOCIOECONÓMICO

La salida definitiva de la actividad se inscribe en un contexto de exclusiónmás o menos legítimo90. Por una parte, las diversas formas de “prejubilación”, eldesempleo definitivo de los trabajadores que envejecen, o los juicios negativossobre la edad en el trabajo en la segunda parte de la vida activa (Guillemard yotros, 2000), representan una forma de descalificación profesional, incluso per-sonal, que comportan riesgos de precarización y de exclusión social para losindividuos cuyos finales de carrera profesional en “campana” suscitan un senti-miento de fracaso. Por otra parte, para los directivos superiores, los ingenieroso los altos funcionarios, la jubilación significa una ruptura brutal, “inconcebi-ble” en un recorrido todavía ascendente y satisfactorio.

Estas dos situaciones no dejan de tener una incidencia en la reorganizaciónde la vida de los jubilados. La gran mayoría de ellos vive con dificultad el recha-zo de la esfera productiva cuando sus capacidades físicas e intelectuales y sus

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90En Francia, cuatro asalariados de cada diez están todavía en actividad profesional a los 60 años; la proporción deempleo masculino del grupo de edad de los 55 a los 64 años ha pasado en 1971 del 73 % al 38,7 % en 1995.(CCAS,prestación de dependencia, etc.). Se comprende, pues, la aspiración ciudadana y la necesidad de utilidad social(Legrand, 1987) o la reivindicación política analizada por J. P. Viriot Durandal (1999).

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competencias en el trabajo les parecen todavía pertinentes y útiles. Tambiénpuede hablarse de vulnerabilidad social en los principios del cese de actividad.Si bien algunos caen en el “síndrome del jubilado”, muchos lo superan, y lasnuevas prácticas colectivas constituyen una “reacción contra...”, un rechazo dela inutilidad, de la descalificación social. La acción colectiva debería considerar-se como un corolario a la inserción y a la ciudadanía. Hay aquí un parámetro quehace de la necesidad de actuar una condición esencial de la participación activaen la sociedad. Seguir siendo actor, incluso ciudadano, es continuar, cualquieraque sea la situación en el mercado del trabajo, la actuación con los demás, la pro-ducción del vínculo, de la utilidad, del sentido.

LA CRISIS DE LAS POLÍTICAS EN MATERIA DE VEJEZ Y LA APARICIÓN DE UN “PODER GRIS”

La entrada en la nueva edad, es decir, en un nuevo tiempo de transición“entre jubilación y vejez” (Lalive d'Epinay, 1996) no es fácil, por una parte por-que el nuevo jubilado se encuentra solo, sin modelo de referencia. Por otra parte,tiene lugar en un contexto de crisis de las políticas en materia de vejez (A.M.Guillemard, 1986). Se sabe que la crisis del empleo y las reestructuracionesindustriales han tenido por efecto introducir datos y determinantes económicosen el campo de las políticas en materia de jubilación. El deslizamiento efectua-do por los poderes públicos hacia preocupaciones e intereses en cuanto a la ges-tión de los empleos en detrimento de las consideraciones sociales y culturales hadetenido la reflexión sobre el sentido del “envejecer” y ha reforzado los juiciossociales negativos con respecto a la edad. La toma en consideración de la diná-mica de la trayectoria vital y del envejecimiento no ha encontrado eco en los ele-gidos y en los que deciden.

De igual modo, al principio de la jubilación o de la prejubilación, el individuoencuentra una oferta de servicios y de animación en los ámbitos del ocio (diver-sos clubes de la tercera edad) o de la cultura permanente (Universidades deTiempo Libre) inadaptada a sus expectativas, porque estas prestaciones datan dela década de 1970.

En este contexto, los jubilados jóvenes con buena salud, preocupados por sulibertad, voluntarios para acciones útiles, que desean mantener vínculos socialescon todas las generaciones, rehúsan el modelo de la jubilación gueto (ocio oenseñanza entre personas de la misma clase de edad), procuran crear otrasestructuras y se oponen a un sistema político de asistencia en el marco de laayuda y de la acción sociales.

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EL PERFIL SOCIODEMOGRÁFICO Y LAS NUEVAS ASPIRACIONES

La transición de la vida activa a la jubilación depende también de las caracte-rísticas sociodemográficas de los individuos. Ahora bien, éstas son muy diferen-tes de las de los jubilados de la década de 1980. Los nuevos jubilados se diferen-cian de las generaciones precedentes en un gran número de puntos: menor dura-ción del trabajo, entrada más precoz en la inactividad profesional, mejores con-diciones de trabajo y de higiene de vida, recursos culturales, sanitarios y finan-cieros superiores, gran esperanza de vida sin incapacidad (unos 25 años), activi-dad profesional incrementada de las mujeres, círculo familiar extendido a losascendientes y descendientes (cf. la noción de generación pivote).

Las jubilados mayores o jóvenes (entre los 55 y los 75 años) constituyenuna generación singular respetada por la guerra y que ha conocido el creci-miento económico, el progreso social, la era del consumo, del ocio y de laeducación. Presentan también rasgos ambivalentes y paradójicos (Legrand,Noyer, 2001): más autónomos frente a los poderes organizados mientras queles exigen reconocimiento y valorización, preconizan un individualismo ymanifiestan preocupaciones altruistas. A partir de estas características, ¿cuá-les son sus deseos? Aspiran, simplemente, a una vida posprofesional equili-brada que comprenda tiempo para sí mismos, momentos con y para la fami-lia y actividades sociales fuentes de contactos sociales. Simplemente, quierenseguir siendo ciudadanos completos, es decir, trabajadores en activo, recono-cidos por sus conocimientos teóricos y prácticos, útiles, y participar en losdebates políticos relativos a la jubilación y al envejecimiento. También sonnumerosos los que rechazan ser definidos a partir del estatus de jubilado ypor un criterio de edad.

La creación de nuevas asociaciones responde a una voluntad de distinguirsede los jubilados de la “generación antigua”, con rechazo de la asimilación y conrechazo del sistema de asistencia. El análisis de los resultados del cuestionariode Nancy revela la voluntad de “seguir siendo autónomo”, de continuar orga-nizando y “gestionando la vida propia” fuera de la tutela o del control de lospoderes organizados: el 70% de los que contestan afirman que desean encar-garse de sí mismos. Demos la palabra por un momento a uno de estos nuevosjubilados: “nosotros somos diferentes de los antiguos, no queremos ser asisti-dos, no queremos más meriendas ni regalos... Tenemos aún cosas que hacer,que dar”. El sentimiento de la diferencia los empuja a adoptar prácticas de dis-tinción basadas en la negación de la ociosidad y de la inutilidad y en el rechazode la relegación.

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91Neologismo. Adjetivo acuñado a partir de seguranza (seguridad, hoy en desuso). En una sociedad en la que el neo-liberalismo ha hecho del riesgo un nuevo paradigma social, el Estado social abandona las protecciones colectivas(como la seguridad social) para establecer una sociedad privada y globalizada en la que los individuos se conviertenen “empresarios de sí mismos”, compradores de riesgo desocializados, responsables y, por consiguiente, culpables desus fracasos, ya que cada uno cotizará según su riesgo personalizado y por lo que pueda pagar por su salud (fondosde pensiones, etc.). Por ello se habla de sociedad/política/cobertura/técnica/solución segurancial. Esta corriente esobjeto de fuertes críticas en Francia [N. del T.].92Los ingresos medios eran entonces de 12.000 F (1.830 euros) para las parejas, de 8.000 F (1.220 euros) para los hom-bres solos y de 6.500 F (990 euros) para las mujeres solas.

EL CONTEXTO CULTURAL Y LA PARTICIPACIÓN DE LOS JUBILADOS

■ Un poder adquisitivo en progresión

La mejora de los recursos, gracias al progreso de la política segurancial91, hahecho posible una integración real en la vida de la ciudad y refuerza hoy unavoluntad de participación social.

En el transcurso de los décadas de 1980 y 1990, los ingresos medios de laspersonas jubiladas se han situado sobre el de los trabajadores en activo (CRE-DOC , 1999). Mientras que en 1950 era inferior del 20 al 30%, hoy en día essuperior, en promedio, del 10 al 20%. En 1993, los ingresos totales medios delas personas de más de 60 años equivalían, antes de impuestos, a 9.000 francosfranceses mensuales, o sea, 1.372 euros (Legrand, 1995)92. Pero estas cifras ocul-tan disparidades importantes en el seno de la población. En contra de las inten-ciones de los fundadores de la seguridad social, el seguro de vejez no ha supri-mido las desigualdades, sino que se ha limitado a atenuarlas.

Los jubilados están lejos de formar un bloque homogéneo en el ámbito eco-nómico, y el antiguo alto directivo del sector privado percibe por término mediouna pensión dos veces superior a la de los demás asalariados del mismo sector.Tampoco conviene olvidar que alrededor del 10% de los mayores de 65 añossólo perciben la pensión mínima de vejez. La titulación, el lugar de residencia(rural / urbana), la generación y el sexo siguen siendo factores discriminatorios.

Pero falta por decir que la nueva generación de jubilados se beneficia de uncapital económico ampliamente superior al de las generaciones precedentes.

■ Un modo de consumo cercano al de los trabajadores en activo

Según el CREDOC, varios indicadores atestiguan evoluciones en los com-portamientos de los jubilados: la proporción de posesión de un coche, de unlavavajillas, la práctica televisiva y las salidas de vacaciones. Detallaremos dos deellos.

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En lo que se refiere a la práctica televisiva, el informe del CREDOC mues-tra que, si en los años 1979-1980 la práctica cotidiana de la televisión aumenta-ba de modo importante con el avance en edad, en 1999 los jubilados no ven mástelevisión que las demás clases de edad. Por el contrario, son los menores de 30años quienes consumen en la actualidad más imágenes televisivas. Por lo demás,la práctica televisiva no remite ya sistemáticamente a una actitud de replieguesobre sí mismo o a un aislamiento, es cada vez menos exclusiva y, asociada aotros modos de ocupación del tiempo (asociaciones, redes de conocimientos,etc.), se ha convertido en fuente de apertura al mundo y de intercambios en lasrelaciones.

Igualmente, se constata una modificación en las salidas de vacaciones entrelas categorías de más edad: la proporción de salidas ha progresado notablemen-te para las personas comprendidas entre los 60 y los 70 años y permanece esta-ble de un grupo de edad a otro (entre el 65 y el 70%). Sólo a partir de los 70años se observa una ruptura en materia de hábitos de vacaciones y de viajes.

También conviene subrayar una permeabilidad, un incremento de la sensibi-lidad frene al prójimo y a la degradación del entorno social y económico. Estapreocupación altruista atestigua nuevos valores en el seno de la generación delos jubilados jóvenes y explica, en gran parte, una sociabilidad intensa que pasapor la práctica de solidaridades de proximidad y un compromiso asociativoimportante.

Los nuevos estilos de vida de los jubilados atestiguan la transición de unasociedad de ocio a una sociedad afectada por las dificultades socioeconómicas.

■ El boom asociativo

El fenómeno asociativo francés ha experimentado una expansión conside-rable desde hace 20 años. La “crisis del Estado del bienestar”, la desconfianzacon respecto a los poderes organizados, la búsqueda de una plenitud personaly, probablemente, la caída del compromiso militante (sindicatos, partidos)explican la recuperación de vitalidad de las asociaciones y el “boom asociativo”.Debe de haber alrededor de un millón de asociaciones en actividad, su núme-ro está en progresión constante: el número de asociaciones creadas anualmen-te ha pasado de 23.318 en 1975 a 47.998 en 1995 para alcanzar en 1997 la cifrade 62.646.

Tres franceses de cada diez son miembros de una o de varias asociaciones,que pueden contar con el compromiso de más de 9.000.000 de voluntarios

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(Debbasch y Bourdon, 1999). En el informe del CREDOC (Fourel y Loisiel,1999), los autores revelan que cerca de ocho franceses de cada diez están impli-cados, de cerca o de lejos, en la vida asociativa “... si se tiene en cuenta el con-junto de las personas participantes, aunque sea ocasional o financieramente sinafiliarse por ello a las asociaciones, puede considerarse que cerca del 78% de losfranceses están implicados en la vida asociativa”.

El voluntariado de los jubilados

LA JUBILACIÓN Y LA VIDA ASOCIATIVA

Las personas de 60 y más años no escapan a estas nuevas conductas sociales.El compromiso asociativo de los jubilados crece más deprisa que el de las demásclases de edad. Se asiste a una “evolución espectacular de los jubilados en mate-ria de sociabilidad” (Chokrane y Hatchuel, 1999). Según el CREDOC, el índicede participación de los quincuagenarios ha subido 14 puntos entre 1979 y 1999(del 30% al 44%). Se observa una tendencia idéntica entre los mayores de 70años (del 22% en 1979 al 40% en 1999). La afiliación sólo disminuye a partir delos 80 años.

Así pues, más de la mitad de las personas mayores son miembros de una aso-ciación por lo menos (Michaudon, 2000).

Por otro lado, si se compara la afiliación de las diferentes clases de edad, seobserva que los mayores de 60 años se implican más en las asociaciones que losjóvenes: una cuarta parte de los jubilados dedican más de 20 horas al mes a lasasociaciones, en comparación con el 15% de los menores de 25 años.Igualmente, las estadísticas nacionales ponen de manifiesto una disminución dela participación asociativa entre los menores de 40 años y una débil progresiónde los comprendidos entre los 40 y los 49 años, mientras que el aumento es rela-tivamente fuerte más allá de los 50 años y considerable para los mayores de 60años.

Dos encuestas realizadas en Nancy (Legrand y Noyer, 2001) entre jubiladosde 60 a 75 años revelan resultados idénticos. Los jubilados de Nancy observanel mismo tipo de conductas sociales que sus congéneres del ámbito nacional.Recordemos que, en nuestras encuestas, la asociación se convierte en el espacioexterior privilegiado tras el ocupado por la familia para encontrar un puestosocial y establecer contactos con los demás (es el caso del 37% de los encuesta-dos). Para cerca de la mitad de ellos (44%), la asociación se beneficia de una ima-

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gen positiva y un jubilado de cada seis declara tener la intención de afiliarse93.Los resultados del sondeo realizado con una cincuentena de asociaciones de laciudad de Nancy confirman la fuerte presencia de jubilados en las asociaciones:cerca de la mitad de las mismas han sido creadas con el concurso activo de losjubilados y, en el 90% de los casos, éstos desempeñan un papel activo y par-ticipan en las oficinas y en los consejos de administración. Así pues, puede con-siderarse que el jubilado es algo más que “un miembro ordinario”: se convierteen un “miembro implicado”. Es decir, que hay un verdadero deslizamiento, porno hablar de revolución, en el informe relativo a las asociaciones. A una partici-pación consumista se añade una implicación activa que traduce nuevas necesi-dades, una disponibilidad nueva.

LA DIVERSIFICACIÓN DE LA PRÁCTICA ASOCIATIVA

La práctica asociativa también se ha diversificado. Si bien el 15% de losmayores de 60 años se afilian a las asociaciones de personas mayores tradicio-nales, como las asociaciones de antiguos combatientes, las peñas de empresasy los clubes llamados de la tercera edad (INSEE, 1999), una gran mayoría seencuentra en asociaciones abiertas a todas las clases de edad. Lo que se buscaentonces no es tanto el contacto con los congéneres como la práctica de acti-vidades concretas. Por lo tanto, las asociaciones que recogen el beneplácito delos jubilados son las mismas que las de las demás categorías de edad, princi-palmente las que se inscriben en los ámbitos del deporte, el ocio y la cultura.Las asociaciones de ocio y de realización personal son apreciadas por el 8% delos mayores de 60 años. Se observa también una progresión importante de laimplicación en asociaciones con finalidad social y humanitaria (6% de los jubi-lados); las personas con edades de 60 a 69 años están sobrerrepresentadas enellas, puesto que constituyen ellas solas cerca de la quinta parte de los efecti-vos. Igualmente, la afiliación al sector de la ayuda al desarrollo económico pro-gresa, pero en menor medida. ¿Existe un retrato tipo de la edad de los afilia-dos? Éste tendría las características siguientes: tiene menos de 75 años, vive enpareja y tiene un nivel cultural y de formación más elevado que el de los miem-bros de los clubes de la tercera edad. Si bien las mujeres de edad avanzada seadhieren globalmente menos que los hombres, sin embargo parecen hacerloun poco más que las de menor edad (INSEE, 1999). Sin duda se encuentran

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93El desfase entre la intención de afiliación y el compromiso efectivo puede comprenderse en relación con varios ele-mentos: una representación negativa (un jubilado de cada diez ve una “trampa” en la asociación), una primera tenta-tiva poco concluyente. Algunos subrayan la escasa acogida que se les hace, una cierta timidez personal vinculada auna ignorancia del universo asociativo.

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menos disponibles que los hombres porque están obligadas a realizar otrastareas, en lo esencial familiares.

COMPROMETERSE PARA SER ÚTIL

Cuando se comparan los motivos del compromiso en las asociaciones men-cionadas por las encuestas nacionales y de Nancy, se observan tendencias idén-ticas. Por orden decreciente, se trata de estar en contacto con otros (“conservarel gusto del contacto”: 58%) y si es posible con representantes de todas las cate-gorías de edad, y de hacer algo útil. Los motivos vinculados a la necesidad deocupar el tiempo y a la voluntad de divertirse sólo intervienen en cuarta y quin-ta posición (24%). Que viene a ser lo contrario de los motivos de frecuentaciónde los clubes de la tercera edad. El análisis de las respuestas revela también lapreocupación por desarrollar actividades fuera de la esfera familiar, aunque elmodelo de la jubilación familiar siga siendo predominante: se trata de escaparalgún tiempo de la solicitud familiar, que, si bien es gratificante, a veces puedeasfixiar, en todo caso “encerrar” al jubilado. Se encuentra también una preocu-pación altruista real respecto de los más jóvenes, de los más ancianos y de laspersonas y grupos sociales en situación de pobreza y de exclusión (“ayudar a losdemás”: 24%).

Por último, el compromiso en la vida asociativa significa la búsqueda de unavida posprofesional equilibrada durante el período de transición que representael fin de la actividad profesional y la entrada en la vejez biológica: un equilibrioen torno a varios centros de interés: un polo de ocio (la jubilación es, sin duda,el tiempo del ocio, de los viajes, de la plenitud personal); un polo familiar (lajubilación permite una inversión de tiempo más importante y nueva en el senode la estructura familiar y provoca también expectativas nuevas por parte de losdemás miembros de la familia), y un polo de sociabilidad (la jubilación es tam-bién un tiempo de contribución a la vida social, un tiempo de utilidad social).

La apertura a los demás con la voluntad de poner a su servicio las competen-cias, los conocimientos y el saber estar adquiridos en todo el transcurso de lavida adulta, no sólo se traduce en la afiliación a las asociaciones, sino tambiénen la creación de asociaciones nuevas en las que implicarse mucho.

LAS ASOCIACIONES DE TRABAJO VOLUNTARIO

El marco en el cual se inscribe el voluntariado social y económico de los jubi-lados es muy amplio. Engloba asociaciones específicas y actividades variadas encolaboración con una multitud de socios económicos y sociales. La lista de las

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intervenciones sería demasiado tediosa, por lo tanto nos limitaremos también adescribir algunos ejemplos y nos detendremos con más detalle en las asociacio-nes de trabajo voluntario (véanse los anexos, disponibles en el sitiowww.fiapa.org) (Legrand, 1987).

De modo informal, individualmente o en pequeños grupos, los jubiladoscolaboran con misiones locales para el empleo, organismos de formación y deayuda a la inserción en el marco del taller de técnica de búsqueda de empleo ydel taller pedagógico personalizado; intervienen en centros multiservicios afavor de las personas mayores dependientes (bricolaje y pequeñas reparaciones);participan en las actividades de asociaciones, como los comedores de beneficen-cia, los visitadores de enfermos, etcétera.

Por otro lado, y de modo más institucional, los jubilados que se preocupanpor la difícil situación de los países en vías de desarrollo, de la degradación delentorno económico y del aumento del pauperismo en Francia, han creado solos,o con el apoyo de diferentes organismos, asociaciones de trabajo voluntario, lascuales se presentan bajo dos formas.

Los primeras pueden asimilarse a las ANPE94 de trabajo voluntario, queponen en relación a los demandantes de misiones (pequeñas empresas, artesa-nos, países en vía de desarrollo, colectividades territoriales, asociaciones, etc.) ya los jubilados voluntarios competentes en diversos ámbitos (técnico, agrícola,informático, contable, etc.).

Es el caso, en Francia, de AGIR a,b,c,d.95, ECTI96, EGEE97, PIVOD98 yOTECI99. Estas asociaciones agrupan en la actualidad a unos 10.000 jubilados,principalmente hombres (alrededor del 85%) pertenecientes a las clases mediasy superiores (90%). Sus socios son variados, así como sus misiones.Mencionemos algunos ejemplos, a título puramente indicativo: el Estado de

94Agence Nationale Pour l'Emploi (Agencia Nacional de Empleo) [N. del T.].95El nombre correcto es AGIRabcd: Association Générale des Intervenants Retraités - Actions de Bénévoles pour laCoopération et le Développement (Asociación General de Intermediarios Jubilados - Acciones de Voluntarios para laCooperación y el Desarrollo) [N. del T.].96El nombre completo es Ecti, Professionnels Seniors Bénévoles (profesionales mayores voluntarios); ECTI son lassiglas de Etudes et Consultations Techniques Internationales (Estudios y Consultas Técnicas Internacionales) [N. delT.].97Acrónimo de Entente des Générations pour l'Emploi et l'Entreprise (Acuerdo Generacional para el Empleo y laEmpresa) [N. del T.].98Siglas de Prospective Innovation Valorisation Opportunite Disponibilite (Prospectiva Innovación ValorizaciónOportunidad Disponibilidad) [N. del T.].99Acrónimo de Office Technique d'Études et de Coopération Internationales (Oficina Técnica de Estudios yCooperación Internacionales) [N. del T.].

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100Caisse de Retraite Interprofessionnelle (Caja de Jubilación Interprofesional) [N. del T.].

Mali pide un informe pericial para ayudar a la estabilización de las orillas del ríoNíger en cuatro ciudades; una pequeña empresa hortícola de Niza solicita laayuda de voluntarios para incrementar su actividad; varias DireccionesDepartamentales de Trabajo y Empleo requieren la participación de jubiladospara garantizar la acogida y el seguimiento de titulares de proyectos y de creado-res de empresa; una colectividad local propone a una de estas asociaciones ini-ciar a personas que tienen Contrato de Empleo Solidaridad en el conocimientodel medio empresarial y en la búsqueda de empleo; una empresa recurre a jubi-lados expertos para animar una etapa de preparación para la jubilación, etc. Lasmisiones se refieren a formación, consultoría, dictámenes, consejo, ayuda almontaje del proyecto y seguimiento individualizado. Por último, conviene subra-yar que las asociaciones, cuya vocación inicial era la transferencia de competen-cias hacia el extranjero, al principio de la década de 1990 ampliaron sus inter-venciones al territorio francés, a menudo a escala local. Se puede ver aquí nosólo una preocupación en lo referente al entorno próximo, sino también unaaspiración ciudadana en el sentido de más participación activa y productiva enla vida de la ciudad. El jubilado podría aspirar, pues, a una “ciudadanía demo-crática”, es decir, a una ciudadanía por la acción local en el marco de comunida-des restringidas. Sería entonces “un buen ciudadano” en la medida en que “elbuen ciudadano es el que se implica en la vida asociativa y actúa en el marco degrupos intermediarios que escapan, poco o mucho, a la misión del Estado”(Gresle, 1999).

La segunda forma de asociaciones de trabajo voluntario agrupa a los colecti-vos locales que asumen la función de lugares de producción donde se ejerce untrabajo libre (es el caso, por ejemplo, de los talleres de cerrajería y carpintería deNilvange, en Lorena) y de las asociaciones o grupos de jubilados nacidos en elfeudo de determinadas cajas de jubilación complementaria (citemos, comoejemplo ilustrativo, los grupos de la federación CRI100 y los Relevos Capimmec-Malakof).

Los talleres de cerrajería y carpintería, compuestos por obreros siderúrgicoscualificados, son un espacio de producción que funciona en autogestión y en elque los jubilados mantienen los conocimientos profesionales y permanecen acti-vos y útiles a la colectividad. Los talleres están abiertos varios días por semana parala población local, que encuentra en ellos una ayuda o consejos para diversos tra-bajos de reparación de objetos usuales; también son admitidos como organismo

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de formación complementaria dirigido a los jóvenes. De este espacio han surgidootras iniciativas, como la intervención para pequeñas reparaciones en el domiciliode personas con discapacidad o dependientes. Por último, la presencia de prejubi-lados y jubilados activos y emprendedores en un municipio que cuenta con másdel 50% de inactivos senescentes ataja un proceso de envejecimiento moral y con-tribuye a dinamizar la vida local. En efecto, el grupo de jubilados se ha asociado ajóvenes del municipio para evitar el cierre del bar mediante la creación de reunio-nes musicales y literarias. Las actividades de los Relevos Capimmec-Malakof sonsimilares a las de los “ANPE de trabajo voluntario”, puesto que se refieren al sec-tor de la economía solidaria, a la ayuda a las empresas y a las personas con dificul-tades de inserción. Sin embargo, aquí se añaden una dimensión de animación ybuena convivencia dirigida a los afiliados y una dimensión social y humanitaria.Los jubilados de los relevos intervienen ante los beneficiarios de la caja de jubila-ción mediante consejos y ayudas en diversas dificultades financieras y sociales,mediante visitas a domicilio y en hogares de jubilación, etc.

Unitilidad y poder social

La recreación de redes de sociabilidad y la puesta en marcha de actividadesútiles basadas en nuevas solidaridades permiten reconstruir una identidad socialvinculada a un “estatus” de productor de servicios (apoyo escolar, ayuda a lainserción profesional, a las empresas en dificultad, intervención ante personasaisladas y/o dependientes, etc.) y constituyen un sustituto del grupo primario desocialización que representaba la empresa o la administración. Sin embargo, elcompromiso voluntario no remedia únicamente las dificultades individuales,sino que, además, produce efectos colectivos innovadores. Estas asociacioneshan surgido de las transformaciones sociales y económicas; por ello, precisa-mente, pensamos que son portadoras de cambio y de innovación, dado que seinscriben en un espacio social sin ocupar (Forse, 1984).

UNA INTERVENCIÓN EN LA SOCIEDAD

Las motivaciones de los jubilados implicados en este tipo de asociacionessurgen legítimamente de necesidades personales y “egoístas”, pero también deconsideraciones y preocupaciones más amplias y altruistas basadas en una con-cepción “solidarista” de la sociedad, es decir, una sociedad en que la interdepen-dencia de los grupos sociales está en el centro del funcionamiento social. ¿Es unefecto de generación? ¿Es la particularidad de una generación nueva, pero toda-vía heredera de los pensamientos del siglo XIX?

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Sin poder contestar por ahora a esta pregunta, afirmamos, en relación connuestros trabajos, que el trabajo voluntario y el “neovoluntariado”, característi-cos de una fracción de esta generación de jubilados, se inscriben en una concep-ción social que descansa en la idea de la “donación y contradonación”. No setrata de “devolver” a la sociedad lo que ésta ha invertido, como es el caso delvoluntariado norteamericano, sino de continuar una forma de solidaridad mecá-nica.

PRODUCCIÓN DE SERVICIOS Y DE RELACIÓN SOCIAL

Las asociaciones de trabajo voluntario tienen dos efectos como mínimo: laproducción de relaciones sociales inéditas (entre jubilados voluntarios y jóvenes,parados en dificultad, personas mayores aisladas, fundadores de empresa) y laprestación de nuevos servicios (ayuda, apoyo, tutoría, etc.). Cumplen una fun-ción cultural porque producen valores (solidaridad y ayuda mutua) y una con-cepción distinta de las relaciones sociales entre las generaciones, relacioneshechas de solidaridad activa, intergeneracional y de proximidad. Al hacerlo, plas-man lo que J. Donzelot denomina un “social del tercer tipo”, es decir una orga-nización de las solidaridades que recubren las políticas de ayuda social (solidari-dad de la nación), las políticas de seguridad social (solidaridad interprofesionale intergeneracional basada en el trabajo), pero también las prácticas locales deayuda mutua (solidaridad dentro de la sociedad civil). También tienen una fun-ción social en la medida en que regulan relaciones interpersonales (conviviali-dad, intercambios).

ROTURACIÓN DE NUEVOS ESPACIOS DE ACTIVIDADES

Al intervenir en espacios no garantizados por profesionales (tutoría, interme-diación entre los universos de la formación y del trabajo, pequeñas reparacionesy bricolaje que los artesanos no se comprometen a realizar, etc.), los jubiladosvoluntarios crean nuevas necesidades de actividades de las que puede pensarseque terminarán por profesionalizarse y que, por lo tanto, generarán nuevosempleos, como ocurrió antaño con las ocupaciones de trabajo social (Théry,1986)

ACOMPAÑAMIENTO DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

Se ha escrito que los jubilados están atentos a responder a determinadasurgencias de la sociedad, en especial en el ámbito de la ayuda al desarrollo social(lucha contra las exclusiones) y económico (apoyo al empleo y a la empresa). Al

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hacerlo, proponen un proyecto de sociedad y apoyan las acciones de las políti-cas públicas. Las asociaciones tienen entonces una función política, dado quepersiguen objetivos precisos y de tipo técnico y económico porque garantizan laadaptación permanente del sistema a las presiones del entorno.

En definitiva, estas asociaciones de jubilados, cuya vocación es simultánea-mente cívica, social y solidaria, constituyen “contrapesos al principio democrático” y,en consecuencia, garantizan una democracia local. El sociólogo A. deTocqueville (1963) ha demostrado bien el papel de contrapoder ejercido por lasasociaciones que representan una forma de participación cívica y una descentra-lización del poder. No existe democracia sin contrapeso. Por lo tanto, las asocia-ciones son factores de innovación social y se plasman en una democracia de par-ticipación más directa, una democracia asociativa.

Conclusión

El modelo de la jubilación útil y solidaria es interesante por varios motivos.Como ha surgido de una necesidad de participación cívica, presenta una distan-cia con respecto a las estructuras tradicionales de jubilados (que no es cuestiónde criticar, pero cuyo funcionamiento ha de reconocerse más fundamentado enla autarquía, sobre la base de actividades de ocio y en dirección a los de más edady a los más aislados). Por el hecho de intervenir ante personas y grupos en difi-cultades sociales o económicas, los jubilados implicados manifiestan nuevas for-mas de solidaridad. Contribuyen así al surgimiento de otro modelo cultural delenvejecimiento. Este último se caracteriza por una preocupación altruista, lasolidaridad de proximidad y un compromiso asociativo y ciudadano. En conse-cuencia, modifica la significación social de la jubilación y la imagen del jubilado:la jubilación no es ni un retiro, ni una ruptura, ni un estado de incapacidad ytodavía menos un desentendimiento del problema social, sino una etapa en lacontinuidad del ciclo de vida individual. El jubilado es un agente social implica-do y comprometido, y no sólo un consumidor de bienes y servicios, un ciuda-dano que es representado y consultado y que sigue siendo un partícipe social depleno derecho. El jubilado adquiere así otra forma de ciudadanía basada en suimplicación y en el reconocimiento de su papel social en la ciudad.

Por último, las prácticas voluntarias y solidarias de los jubilados constituyenel vector de una transformación más amplia de la sociedad en la medida en queinician un nuevo modo de vida en la jubilación que se sustenta en otra relaciónen el trabajo, un trabajo libre. Así, al inventar un nuevo tiempo, el de la utilidad

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social donde el valor trabajo se sustituye por el de la contribución a la vida socialy económica, los jubilados voluntarios demuestran que, en situación de desem-pleo, es posible estar integrado y participar.

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Participación social e influencia económica: losmayores “jóvenes” de Dinamarca

PER H. JENSEN F.D.Profesor, Universidad de Aalborg

Director de la Escuela Nacional Danesa de Estudios sobre el Estado del Bienestar

Con la utilización de la experiencia danesa como punto de partida, el artículo plantea dospreguntas: en primer lugar, ¿en qué medida participan los mayores en las actividades sociales?En segundo lugar, ¿en qué medida los mayores, en su condición de consumidores e inversores(fondos de pensiones de jubilación, etc.) contribuyen a estructurar la economía?

El presente artículo es susceptible de hacer estallar el mito según el cual las personas mayoresviven una vida de aislamiento económico y social. Por el contrario, pensamos más bien quecontribuyen activamente a la organización social y económica de la sociedad.

La edad media de jubilarse en Dinamarca era de 62,2 años en 2000 (Jensen,2002). Según los cálculos más recientes, la esperanza de vida media para lossexagenarios es de 21,9 años (estadísticas de Dinamarca, 2003). En otras pala-bras, cuando los trabajadores en activo abandonan el mercado del trabajo, dis-ponen de muchos años para disfrutar de su jubilación en el marco de una “ter-cera edad” activa. Esta “tercera edad” se caracteriza por un elevado grado deindependencia en la organización de su propia vida. Cuando se menciona la“tercera edad”, los mayores se dividen a menudo en dos grupos: los mayores“más jóvenes”, entre los 60 y los 79 años, que suelen ser trabajadores en activoy en buena salud y los de “edad más avanzada” o “edad muy avanzada”, de 80y más años, que suelen experimentar problemas de salud y necesitan asistencia.Este artículo trata específicamente de los mayores “más jóvenes”.

Los mayores pasan mucho tiempo con su familia, en reuniones entre amigos,participando en actividades de ocio y haciendo voluntariado. Cuando se obser-van los resultados de estas actividades, se puede hacer una distinción entreganancias “sociales” y ganancias “de experiencia”. Las ganancias “de experien-cia” se refieren a los proyectos que la persona ha podido realizar, aquéllos conlos que siempre ha soñado. También se refieren a desafíos de ámbito personalque la persona estima gratificantes e importantes de realizar; por ejemplo, acti-

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vidades de orden espiritual, musical y físico. Las ganancias “sociales” se refierena las actividades que los mayores practican para desarrollarse y para destinar suenergía a la sociedad; por ejemplo, a su familia, a su círculo de amigos, a susredes de relaciones sociales, etc. Una cuestión subsiste, sin embargo; ¿en quémedida participan realmente los mayores en las actividades de orden social?Además, ¿a qué tipos de actividades conceden prioridad los mayores?

Una de las condiciones fundamentales para permitir a los mayores “desarro-llarse” es el acceso a recursos financieros. Este acceso es decisivo para permitir-les actuar en su condición de consumidores, porque el potencial de consumoconstituye “la construcción y la reconstrucción permanente de un modo de vidaque permite al individuo afirmarse” en la sociedad moderna (Featherstone yHepworth, 1995). En este contexto, no es inútil mencionar que, en la actualidad,los mayores tienen más recursos a su disposición y están más desahogados finan-cieramente que antes; pero los mayores, ¿son también verdaderamente ricos?Otro asunto es conocer si los mayores acomodados contribuyen a reestructurardeterminadas formas de organización de la economía; y ello en dos aspectos, elde su condición de nuevo segmento de consumidores y el de segmento de lapoblación que participa en diversas formas de inversiones financieras.

Este artículo trata específicamente de la participación social y de la influen-cia económica de los mayores más jóvenes.

Participación social

El envejecimiento remite a menudo a imágenes de soledad y de aislamientoen el plano social; pero la soledad es un concepto ambivalente. Las personas quesuelen estar solas no estiman necesariamente que estén aisladas o abandonadas.Además, los sentimientos de soledad no pueden interpretarse automáticamentecomo indicadores de aislamiento social. Es sorprendente que los sentimientosde soledad entre los mayores “más jóvenes” de Dinamarca no sean sensible-mente diferentes de los que se encuentran entre los tramos de edad inferiores(véase el Cuadro 1). Como se indica en el Cuadro 1, las personas sienten unpoco más la soledad a medida que envejecen. Pero en este contexto hay que pre-cisar que la soledad la experimentan, sobre todo, quienes viven solos y existe unarelación inversamente proporcional marcada entre la importancia de los ingre-sos y el sentimiento de soledad (Arendt y otros, 2003).

Es poco sorprendente que la parte de personas mayores “más jóvenes” queindica sentirse “aisladas” sea relativamente débil, en la medida en que la estruc-

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tura familiar en Dinamarca ha conocido cambios profundos. En Dinamarca essumamente raro que los mayores residan con sus hijos; el Estado del bienestarha tomado a su cargo una gran proporción de la asistencia y los servicios exigi-dos por las personas mayores. El 13,4% del grupo de 67 a 79 años y el 49,9%del grupo de 80 y más años se benefician de un servicio de ayuda domiciliariapagado por el municipio (Jensen, Larsen y Stoltenborg, 2004). Así pues, el muni-cipio está obligado a suministrar un servicio de ayuda a domicilio, es decir, deasistencia y ayuda personal para tareas cotidianas, en el domicilio de las perso-nas que hayan sufrido un debilitamiento de su capacidad funcional (física omental). Para los mayores que no pueden desenvolverse solos a pesar de unaayuda a domicilio, la única alternativa es el ingreso en un establecimiento espe-cializado o en una residencia de ancianos. En 2001, estos establecimientos espe-cializados y residencias de ancianos contaban con 63.933 residentes, es decir, el8% de la población con 65 o más años de edad.

En Dinamarca, las generaciones cohabitan raras veces; pero esto no signifi-ca que falten los contactos entre ellas. En 2000, sólo el 8% de los hombres de70 a 79 años de edad no habían visto a su(s) hijo(s) en el último mes, mientrasque para las mujeres de 70 a 79 años de edad este porcentaje sólo era del 3%(Platz, 2003). Los contactos con los hermanos y las hermanas, los nietos y otrosmiembros de la familia son también muy frecuentes. Además, los mayores dis-ponen de buenas redes de amigos; en 2000, el 80% de las personas con 60 a 69años y el 73% de las que tienen entre 70 y 79 años declaraban tener amigos conquienes compartir sus problemas personales (Platz, 2003). El 75% de los quetienen entre 60 y 69 años y el 72% de los que cuentan con 70 a 79 años decíantener amigos con los cuales se ponían en contacto al menos una vez a la sema-na. Por otro lado, es frecuente que estas amistades daten de su juventud o exis-tan desde hace muchos años (Leeson, 1999a).

Los mayores “más jóvenes” se sienten relativamente poco aislados; lo quepuede deberse también a su participación muy intensa en un abanico de activi-dades sociales diversas. Como muestra el Cuadro 2, un porcentaje muy impor-tante de personas mayores practican una actividad física o van a reuniones, con-ferencias, al teatro, al cine o a los conciertos una vez al mes como mínimo.

Se siente solo de 20 a 29 años de 30 a 69 años de 70 a 79 años 80 y más años

A menudo o de vez en cuando 26 17 18 26

Rara vez / nunca 74 83 82 74

FUENTE: Platz (2003)

CUADRO 1: Distribución en porcentaje: frecuencia del sentimiento de soledad y de aislamiento (2000)

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Una proporción muy elevada de daneses están afiliados a una o varias asocia-ciones. Si se excluyen las organizaciones sindicales y los partidos políticos, el65% de los daneses y el 59% de las danesas son miembros de una asociación.Por otro lado, es interesante subrayar que la afiliación a asociaciones aumentacon la edad (hasta la de 80 años) y que los mayores son miembros de más aso-ciaciones que los componentes de las generaciones más jóvenes (Larsen, 2003).A la inversa, la frecuencia de participación es más elevada entre los más jóvenesque entre las personas de edad más avanzada.

La participación social de los mayores es un recurso para la sociedad. Éste esespecialmente el caso cuando los mayores participan en acciones voluntarias. Laamplitud del voluntariado en Dinamarca no es inferior a la que se encuentra enmuchos otros países de Europa occidental. Como muestra el Cuadro 3, la dis-tribución de este voluntariado varía mucho de un país a otro.

Una proporción relativamente importante de la población danesa participaen “otras actividades de voluntariado”. En Dinamarca, este tipo de voluntaria-do se refiere generalmente a los deportes, la cultura y otras actividades de ocio(Koch-Nielsen y Clausen, 2002). El 31% de los que tienen entre 60 y 64 años yel 29% de quienes tienen entre 70 y 74 años participan en actividades volunta-rias (Leeson, 1999b).

De 60 a 64 años De 70 a 74 años

Actividad física 61 44

Reuniones / conferencias 30 40

Cursos / instrucción 25 11

Teatro / cine / conciertos, etc. 41 28

Cafetería / restaurantes / café 29 24

Actividades vinculadas a una asociación 29 28

Partidas de cartas / ajedrez, etc. 27 31

Billar / bingo, etc. 9 11

Práctica religiosa, etc. 15 21

FUENTE: Leeson (1999a)

CUADRO 2: Actividades diversas. Porcentaje de personas que participan en las actividades mencionadas al menosuna vez al mes (1997)

La participación social de los mayores es estimulada por gran número deorganismos. La asociación DaneAge (Aeldre sagen) (“La causa de las personasmayores”), fuerte con sus 460.000 miembros, es una organización potente cuyoobjeto, entre otros, es trabajar para mejorar de la calidad de vida de los mayores

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y para una igualdad de trato con las demás clases de edad. Sin embargo, DaneAgeno es simplemente una organización de presión ante el poder político; la afilia-ción a esta asociación permite acceder a un número considerable de ventajas;por ejemplo, tarifas preferenciales para los miembros en la compra de pólizas deseguro, de viajes, de gafas, etc. Los miembros tienen también acceso a serviciosjurídicos gratuitos y a entrevistas con trabajadores sociales. Por otro lado,DaneAge suministra también apoyo social y humanitario para los mayores másfrágiles; por ejemplo, el establecimiento de redes de carácter social, que puedencompensar, en ciertos casos, la ausencia de familia o de amigos. Igualmente, laCruz Roja danesa organiza visitas de voluntarios. Sus miembros visitan a losmayores para conversar con ellos en torno a una taza de café, escucharlos o leer-les en voz alta el periódico o un libro. La naturaleza de la visita la determinan elvoluntario y la persona a la que visita; por ejemplo, leer el periódico, preparar unmensaje de correo, dar un paseo, hacer las compras juntos, jugar a las cartas osimplemente intercambiar y apreciar la compañía del otro. En cambio, un volun-tario no se ocupa de tareas prácticas como lavar la ropa, la limpieza, etc.; de loúltimo se encarga el servicio municipal de ayuda a domicilio.

Dinamarca Alemania Reino Unido España Francia

Actividades de carácter caritativo 11 9 13 11 32

Actividades de orden religioso 7 9 13 11 15

Otras actividades de voluntariado 22 16 19 10 39

FUENTE: ISP (1998)

Cuadro 3: ¿Ha participado usted en actividades de voluntariado en el transcurso de los 12 últimos meses en unode los sectores siguientes? (en porcentaje)

II. Influencia económica

Actualmente, el sistema de pensiones danés descansa en cuatro pilares:■ Las pensiones de vejez, financiadas por los impuestos, de las que se bene-

fician, en principio, todos los ciudadanos. Una jubilación de base puedepercibirse a partir de los 65 años (desde 2004, a partir de los 67 años).

■ La ATP, la jubilación complementaria de los empleados, que se puedeconsiderar parte integrante de las disposiciones públicas, se aplica a todoslos asalariados en Dinamarca.

■ Las jubilaciones profesionales, basadas en los convenios colectivos labo-rales; actualmente, dos tercios de los asalariados disponen de este tipo dejubilación. Están amparadas por convenios colectivos laborales que com-prenden diversos sistemas de pensiones

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■ Los sistemas de pensiones individuales totalmente privados (estos siste-mas están en parte a cargo del Estado bajo la forma de reducciones deimpuestos).

En conjunto, estos cuatro pilares forman un todo. Para la gran mayoría de losfuturos jubilados, la prestación total de su jubilación comprenderá estos pilares.El sistema mixto de jubilación se ha previsto para responder a dos objetivosprincipales de la política pública: por una parte, tranquilizar a la población (lasjubilaciones no olvidan a nadie) y, por otra parte, mantener unos ingresos esta-bles calculados en función del importe que percibía la persona antes de su pasoa la jubilación.

En 2001, los ingresos medios de las personas solteras de más de 67 años erande unas DKK 121.700 (17.385 euros), mientras que una pareja de edad avanza-da de más de 67 años dispone de unos ingresos brutos medios de unas DKK206.000 (29.428 euros). En general, los mayores se benefician de situacionesfinancieras bastante cercanas a este nivel de ingresos y pocos de ellos pertene-cen a los segmentos más pobres de la población.

Los mayores que dependen exclusivamente de su jubilación de base son lospeor favorecidos. En 1999, el 24% de las personas de más de 67 años vivían enuna pareja en que la jubilación de base y la jubilación complementaria represen-taban globalmente la única fuente de ingresos. En 2001, el 4,7% de la poblacióndisponía de unos ingresos inferiores al 50% de los ingresos medios. Alrededordel 1,3% de los mayores forman parte de esta categoría. Sólo 9.000 personasmayores se encuentran en el segmento de población más débil financieramente(el umbral se fija en el 50% de los ingresos medios). Pero cerca de 45.000 per-sonas mayores tienen unos ingresos inferiores al 60% de los ingresos medios(Ministerio de Asuntos sociales, 2003).

En cuanto al patrimonio (ahorro e inversiones) de los mayores, la variaciónes bastante más importante que la variación relativa a los ingresos. Cerca del20% de las personas solteras y el 40% de las parejas poseen unos ingresos netossuperiores a 1 millón de coronas danesas (142.857 euros). El valor neto de lariqueza de los mayores se compone, a partes más o menos iguales, de bienesinmobiliarios y de otros de fácil liquidez. Sin embargo, se ignora cómo gastanlos mayores su capital durante su jubilación.

La descripción objetiva de los ingresos de los mayores es una cosa. Y otra, elmodo en que evalúan su propia situación financiera. Variaciones entre las prefe-rencias y las necesidades determinan que, entre personas que tienen ocasiones

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idénticas de consumo, algunas se consideren como desahogadas del todo finan-cieramente, mientras que otras, en la misma situación financiera, no compartenla misma percepción de su situación.

El Cuadro 4 refleja la subjetividad de los mayores con respecto a su propiasituación financiera.

La evaluación que los mayores hacen de su situación está influida por susexpectativas, su modo de vida, su capacidad de adaptación, etc. Por lo tanto, hayque ser prudentes antes de sacar conclusiones prematuras sobre la base de eva-luaciones subjetivas de las condiciones de vida. Sin embargo, si se combinan losevaluaciones objetivas y subjetivas de las situaciones financieras de los mayores,se observa que la situación financiera de éstos últimos es más bien próspera; enefecto, los mayores representan, de hecho, un segmento de clientela próspero yen aumento.

Si se consideran estos factores, es sorprendente descubrir que han sido raraslas estrategias de márketing y las campañas publicitarias dirigidas a los mayoresacomodados de Dinamarca. Según Froenes y Brusdal (2000), esta actitud esta-ría vinculada al hecho de que las estrategias de márketing, a causa de su fuerteinclinación a marcar “tendencia”, crean un “sesgo cultural” según el cual son losjóvenes quienes más consumen. La juventud se percibe como el período privi-legiado de consumo. Aunque sea exacto que las personas más jóvenes suelendisponer de unos ingresos más elevados que los mayores, éstos últimos tienensensiblemente menos gastos fijos, en la medida en que, por lo general, hanamortizado la hipoteca de su casa y no asumen ya la carga de los hijos.

Las empresas comerciales en Dinamarca están relativamente poco sensibili-zadas en cuanto a que los mayores representen un segmento de consumidoresacomodados. En un estudio piloto efectuado en 22 grandes empresas privadasdanesas (Jensen y Larsen, 2002), se ha preguntado a estas empresas “si el seg-

De 60 a 64 años De 70 a 74 años

Muy buena 17 26

Buena 70 62

Ni buena, ni mala 12 9

Pobre 0 3

Muy pobre 0 0

FUENTE: Leeson (2000)

CUADRO 4: ¿Cómo evalúa usted su situación financiera actual? Porcentaje (1997).

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mento de los mayores era interesante para su empresa” y “si este segmento seráimportante en el futuro para sus ingresos”. Las empresas que han contestado aeste estudio eran conscientes de la importancia del segmento de los mayores. El41% (nueve de las 22 empresas) estaba muy interesado en el segmento de losmayores, mientras que el 23% (cinco empresas) lo estaba menos. Entre las másinteresadas figura una gran empresa farmacéutica danesa. Quizás lo más nota-ble es que el 68% de las empresas que han contestado estiman que el segmentode los mayores será importante para sus ingresos en el futuro. Aunque de tama-ño limitado, esta muestra indica que estas empresas no han descuidado total-mente este segmento.

Sin embargo, podemos preguntarnos si estas empresas han dirigido realmen-te sus productos y han adaptado su márketing a este segmento. Sólo tres socie-dades han adaptado de manera significativa el desarrollo de los productos de suempresa a las necesidades de los mayores, mientras que seis empresas no lo hanhecho. Ocho de las 22 sociedades también han adaptado su márketing en fun-ción del nuevo segmento de los mayores, pero en menor medida. El interéspuesto en este segmento ha influido así en las acciones concretas de las empre-sas. Desde luego, puede esperarse que, en el futuro, este segmento ejerza unainfluencia significativa sobre las estrategias de márketing y de desarrollo del pro-ducto de las empresas. Los resultados demuestran que las empresas manifiestanposeer conocimientos insuficientes relativos a este segmento.

La inferior representación de este segmento importante de clientela en laestrategia de las empresas aparece también en sectores como la prensa. La pri-mera revista danesa dedicada al estilo de vida que se dirigía al público mayor(OPUS) no apareció hasta la primavera de 2003. Contempla más bien a perso-nas mayores de fuerte capital económico y cultural y comprende artículos quetratan de alimentación, buenos vinos, moda, arte, arquitectura, libros, música,anticuarios, restaurantes, etc. La revista organiza recepciones para sus lectores;por ejemplo, degustaciones de vinos y viajes; es así como la primera edición deOPUS incluía una oferta para jugar al golf y hacer un safari en África del Sur.

Aunque los cuatro pilares del sistema de jubilación danés sean relativamenterobustos, y aunque Dinamarca –en comparación con otros países– se encuentraen una situación totalmente favorable en el aspecto de desafíos demográficosfuturos, el debate público, sin embargo, ha presentado a los mayores como unacarga económica para el sector público y las generaciones más jóvenes (Jensen,2002). Este debate ha contribuido a la demarcación de nuevas divisiones entrediferentes grupos en la sociedad. Igual que la noción de clase, la edad pronto

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podría servir de criterio de distinción; por ejemplo, en el marco de los debatespresupuestarios de 2002, la cuestión consistía en saber si el presupuesto favore-cía a los “jóvenes” o a los “viejos”. Este debate ha alimentado los argumentosque defienden la abolición de la jubilación de base a cambio de las jubilacionesprofesionales. Se trata aquí de una tendencia que podría reabrir el debate sobrela manera en que podrían utilizarse los recursos de los fondos de pensiones dejubilación.

Conclusión

El Estado del bienestar está fuertemente desarrollado en Dinamarca. En1997, el 31% del PIB danés estaba destinado a los gastos sociales, cuando lamedia en la Unión Europea era del 28% (Eurostat, 2000). En cambio, los gas-tos destinados a las personas mayores son menos elevados que en los demás paí-ses de la Unión Europea. El 39% de los gastos sociales daneses estaban desti-nados a las personas mayores, mientras que la media de la Unión Europea eradel 45%. No obstante, ha sido posible construir un sistema de jubilación relati-vamente igualitario. Muy pocos jubilados están en una situación financiera difí-cil.

La buena situación financiera de muchos jubilados contribuye, como míni-mo, a dos aspectos importantes en el plano financiero. En primer lugar, los jubi-lados poseen un fuerte poder adquisitivo; dicho de otra forma, los mayoresconstituyen un segmento de clientela acomodada y en aumento. Por consiguien-te, las empresas no pueden permitirse descuidarlos a largo plazo. Podría espe-rarse, entonces, que las empresas incluyeran los intereses de los mayores en elsector de los bienes de consumo. De hecho, en Dinamarca pueden observarsetendencias embrionarias en esa dirección.

En segundo lugar, los mayores son codetentadores de un inmenso capital y,por lo tanto, pueden influir en las estrategias de inversión de los fondos de pen-siones de jubilación. Así, en Dinamarca se encuentran ejemplos de miembrosque han obligado a que sus fondos de pensiones de jubilación respeten precep-tos éticos en sus políticas de inversión. Los mayores poseen, pues, una influen-cia económica, en sus dos condiciones de consumidores e inversores.

Se pretende a menudo que un Estado del bienestar omnipresente, que haasumido responsabilidades sociales considerables, debilitará las comunidades ylas redes sociales y terminará por contribuir a la creación de un grado elevadode aislamiento social. La experiencia danesa rechaza esta hipótesis. Los mayores

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buscan su implicación activa en la sociedad a través de actividades diversas yextravertidas. Este poder de acción social incluye los potenciales de las personasmayores. Un porcentaje relativamente elevado de ellas participa en actividadesde voluntariado. En este campo, los mayores representan hoy un papel conside-rable en la formación de comunidades sociales.

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3 - PODER E INFLUENCIA

ECONÓMICA Y FINANCIERA

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Al contrario que sus mayores de la década de 1970, que se caracterizaban por un retiro dela sociedad y por un consumo descendente, los mayores de 50 años actuales se afirman comoagentes importantes de la sociedad y reivindican un comportamiento de consumidor enterado,incluso sagaz. Su influencia es económica y financiera, pero también social.

Un peso económico insoslayable

Con motivo del envejecimiento de la población y de una concentración delos recursos financieros disponibles a su favor, los mayores de 55 años represen-tan un potencial económico influyente. 19 millones en la actualidad, 25 en 2020,con un nivel de vida medio estimado en el 10% superior al del resto de la pobla-ción y con la posesión de la mitad del conjunto del patrimonio, los mayoresrepresentan un mercado estimado de más de 122 millardos de euros (InterdecoScanner 2000) (véase el cuadro 1).

Los mayores han venido aumentando cada vez más con la sociedad de con-sumo y han acompañado el desarrollo de la distribución y de las marcas.También, su experiencia les incita a comparar y reflexionar más. Por lo tanto,aprecian mucho la publicidad que da informaciones sobre los productos presen-tados; así son evaluadas las presentaciones de productos de belleza de NiveaVital o de L'Oréal que asocian imagen y texto.

Consumidores en activo, son sensibles a los servicios y a las ventajas que seles ofrecen. Éste es el caso de Sélectour, que nombra a sus clientes personasmayores “embajadores veteranos” y que desea hacerlos participar en la evolu-ción de su oferta. También es el caso de la enseña B&Q en el Reino Unido, que

El peso económico y la influenciade los mayores

ANNICK TAMATO-HANS

Doctorando en el Centro de Investigación DMSP101

Universidad de París-Delfinado

101Dauphine Marketing Strategie Prospective (Dauphine Márketing Estrategia Prospectiva) [N. del T.].

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les ofrece precios interesantes los miércoles y que ha contratado vendedores demás de 50 años para aconsejar a esta clientela.

Sin embargo, como son consumidores selectivos en sus compras, desean quelos productos y servicios respondan a sus necesidades, pero sin que por ello sean“especializados para personas mayores”. La leche enriquecida con calcio y vita-mina D, Candia Calcium Plus, no aclara, salvo de manera muy discreta, que“conviene especialmente a las personas de más de 50 años” (véase el cuadro 2).

Intercambios intergeneracionales determinantes

A través de su estatus económico y social, los mayores están en el núcleo deun sistema de influencia familiar y social. Sus diversos papeles repercuten en sucomportamiento de compra y en el de sus allegados. Estos consumidores aspi-ran a consumir mejor, lo que implica una adaptación de los productos y de losservicios, pero influyen también en la elección de generaciones más jóvenes.

La transmisión de valores a los más jóvenes

Las personas de 55 a 70 años desempeñan un papel importante, inclusodeterminante, en la familia; “La generación más solicitada es la que se encuen-tra situada en el centro de la cadena, entre abuelos e hijos, la de los adultos jóve-nes” (Attias-Donfut, 1995). Igualmente, para las personas ya jubiladas o ensituación de jubilarse, “estar jubilado” equivale a tener más “tiempo para sí”,pero también a una intensificación de las relaciones familiares (Paillat y col.,1989).

Los valores inculcados en la infancia adquieren un papel importante, inclusodeterminante, en el comportamiento y la integración social de un adulto(Moschis 1987, Roberto y Skogund, 1996; CREDOC / ILC Francia, 1998).Ahora bien, a menudo los abuelos son interlocutores seguros y disponibles parasus nietos; esta relación se caracteriza por una complicidad que se realiza en losjuegos y el ocio y a través del consumo. En efecto, el 45% de los mayores llevaa sus nietos a hacer las compras (el 28% muy a menudo) y al 63% se le incita aefectuar compras destinadas a ellos (Simm Scanner, 1998). Los abuelos actualesintervienen, pues, como “fuerzas compensatorias” que explican, por ejemplo,por qué no es útil efectuar esta o aquella compra o, al contrario que los “estimu-ladores” del consumo, animan al joven a tomar solo una decisión de compra ole hacen participar en la decisión familiar. Además, los abuelos son más propen-sos a dar su opinión sobre asuntos relativos al trabajo o a los ámbitos financie-

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ros, mientras que las abuelas intervienen más en relación con las actividadessociales.

Debido a su presencia, su propio comportamiento, sus consejos o sus suge-rencias, los abuelos pueden influir, por tanto, en esta o aquella adquisición o esti-mular el ahorro. En materia de regalos, los abuelos tienen tendencia a regalaralgo útil o educativo. Igualmente, cuando explican los objetivos de la publicidad,por ejemplo, transmiten sus valores de consumo (véase el Cuadro 3).

... pero la influencia es recíproca

Esta connivencia permite a los abuelos transmitir sus experiencias y “sacarprovecho” de sus nietos pequeños, mientras que los “grandes” les ayudan acomprender y a seguir las evoluciones de la sociedad. La presencia de nietos losobliga a estar al corriente de las últimas modas; lo que por ello mismo les per-mite estar siempre integrados en la sociedad, incluso de representar en ella unpapel muy activo y preponderante.

Así pues, podemos preguntarnos por la influencia tácita de los niños en laelección de ciertos productos, tanto más cuanto que “enseñar a un hijo a adap-tarse a un mundo cambiante exige de los padres referirse a estas nuevas fuentesde información (medios de comunicación de masas, amigos...)” (Gollety, 1999).Por eso, los abuelos que desean adaptarse a sus nietos, comunicar con ellos ycomprenderlos, están atentos a “seguir en el ajo” e, incluso, a “hablar su mismo idio-ma”. Esta exigencia y esta voluntad explican, en parte, el atractivo que tiene

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Menos de 50 años 13.000 € 85% 1% 3% 9% 2%

Más de 50 años 17.000 € 34% 52% 9% 4% 1%

Entre 50 y 59 18.000 € 75% 10% 6% 8% 1%

Entre 60 y 69 17.000 € 22% 65% 9% 3% 1%

Entre 70 y 79 16.000€ 9% 78% 10% 2% 1%

Más de 80 años 15.000 € 5% 81% 12% 3% 0%

FUENTE: INSEE, cálculo CREDOC, en Estudio ILC / Credoc, Le pouvoir et le róle économique des plus de 50 ans, 1996.

(1) Calculado a partir de ratios establecidos con datos de 1993 para los porcentajes.

(2) En euros.

CUADRO 1: Nivel de vida de los mayores y estructura de sus ingresos (1) (2)

Edad

Nivel devida indi-vidual enla familia

Ingresosde activi-

dadJubilados

Ingresosdel patri-

monio

Otrosingresos

Otros

De los que

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internet a los ojos de los mayores. Ésta es también la posición de la RATP102 através de los Jueves de mayores, que proponen a los jubilados “navegar porInternet”... para, sobre todo, dialogar con sus nietos; ésta es también la políticade Boulanger103 cuando ofrece cursos de formación para la utilización del orde-nador (véase el cuadro 4).

Un papel importante en materia de intercambiosde servicios y de flujos financieros

Aunque durante mucho tiempo las generaciones jóvenes ayudaban a suspadres de edad avanzada, ahora los flujos financieros operan desde las personasde edad más avanzada hacia los más jóvenes (Attias-Donfut, 1995). Así, el 55%de los mayores sostiene financieramente a sus hijos (Interdeco, 1998) y en pro-medio, el 6,3% de sus ingresos “transitan” hacia los más jóvenes; gracias a estastransferencias, el nivel de vida de los que tienen menos de 40 años ha mejoradoen un 7% (INSEE, 1996).

En la misma lógica, nuevos matrimonios, sobre todo “de edad avanzada”, sehan interesado en los productos de seguros de vida y de ahorro-vivienda, a causade la rentabilidad financiera de dichos productos y de la preocupación por pro-teger o ayudar a sus allegados (véase el cuadro 5).

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102Régie Autonome des Transports Parisiens (Empresa Autónoma de los Transportes Parisienses) [N. del T.].103Boulanger es un hipermercado especializado en electrodomésticos.

CUADRO 2: Parte de los mayores de 50 años en el consumo

– 60% de las compras de legumbres frescas

– 58,4% de las compras de cafés solubles

– 56,5% de las compras de carnes frescas

– 55,3% de las compras de tés o infusiones

– 54,4% de las comidas y sopas preparadas

– 52,7% de las aguas (natural y con gas)

– 50% de las compras de ayudas culinarias (cubitos de caldo y tabletas para preparación, hierbasy especias)

– 48,3% de las compras de chocolate en tabletas

– 44,8% de los yogures

FUENTE: Les 50 ans et plus, Etude Emap France 2001, sitio emapmedia

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Cuando se ocupan de ello, el 65% de los abuelos comparte “un

tiempo de ocio” con sus nietos

El 23% de los abuelos dedica la mitad de su tiempo libre a sus

nietos

El 49% de los mayores ve a sus nietos al menos una vez al mes

El 32% de los mayores se reúne con sus nietos varias veces por

semana

El 59% se siente muy cercanos a ellos

El 43% de los padres jóvenes vive a menos de 9 km de los

abuelos (frente al 31% de las parejas sin hijos)

El 86% de los abuelos tiene contactos semanales con sus hijos,

que a su vez son padres (frente al 77% si éstos no tienen hijos)

La generación intermedia expresa más a menudo el deseo de

residir más cerca de sus hijos / padres (el 53% desea vivir a

menos de 30 minutos, frente al 47% para los demás)

El 50% de las abuelas tiene menos de 60 años

El 70% de las abuelas encuentra que el teléfono móvil es un

medio de comunicación real, pero sólo lo utiliza el 17% de

ellas

El 10% de los abuelos posee un microordenador y el 17% una

consola de juegos

CUADRO 3: Retratos de abuelosAbuelos presentes

Abuelos cercanos y cómplices

Abuelos que conocen bien sus gustos (53%)

Abuelos “modernos”

FUENTE: Scanner INTERDECO 1998 y 2000; ATIAS-DONFUT C, SEGALEN M 1998.

Si bien estas ayudas materiales varían según el ciclo de vida y las necesidades,la importancia de los intercambios depende también de los recursos y de lasrelaciones afectivas, así como de la cultura familiar de solidaridad o de ayudamutua (Arrondel y Wolf, 1998). Sin embargo, podemos preguntarnos sobre elalcance de la influencia tácita u oficial de ciertos jubilados sobre la elección delas generaciones más jóvenes en cuanto al estilo de vida, a productos y servicioso a marcas.

Consumidores experimentados que ponen sus competencias alservicio de su entorno

UNA DELEGACIÓN, POR PARTE DE LOS HIJOS, DE UNA PARTE DE LA BÚSQUEDA DE INFORMACIONES

Con la llegada de la jubilación, el tiempo profesional, medido, condicionadoy organizado es sustituido por un tiempo cuya gestión y estructuración es libre

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(Ecochard, 1987; Guillemard, 1996; Gaullier, 1997). Puesto que el nuevo jubila-do no vive ya al “ritmo del tiempo social”, él mismo debe crear el acontecimien-to (Cabirol, 1987; Levet-Gautrat y Fontaine, 1987); por lo tanto, tiene que apren-der nuevas referencias temporales (levantarse y acostarse, comidas, emisiones deradio o de televisión, visitas de los amigos...), disponer del tiempo diario segúnlas pequeñas actividades para “pasar el tiempo” y aprovechar la ocasión de rea-lizar actividades más gratificantes para marcar los “tiempos fuertes” (Prono-vost,1996).

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Conjunto De 50 a 64 años

Pregunto a sus padres 51,9% 59,6%

Elijo regalos que no queden anticuados 15,4% 18,8%

Me informo de lo que está de moda 14,9% 16,6%

Compro regalos educativos 22,1% 25,5%

Hago regalos útiles 32,1% 36,9%

FUENTE: Simm Scanner Interdeco 2000, en Séniorscopie n.º 45, febrero de 2000.

CUADRO 4: Cuando los abuelos miman a sus nietos (modo de decisión)

En el marco del consumo, atentos a efectuar compras bien pensadas, “razo-nables” y “pertinentes”, los jubilados jóvenes utilizan así una parte del tiempodisponible para reflexionar y comparar. El tiempo asignado al consumo y a lasactividades vinculadas al mismo aumenta al llegar a la jubilación (Heslop yMarshal, 1990) y muchas personas jubiladas piensan que hacer las compras esuna actividad importante para distraerse (Gunter, 1998). Esta propensión apasar más tiempo en la función de abastecimiento puede conducir a algunos amodificar su proceso de búsqueda de informaciones (Beaty y Smith, 1987)mientras que otros se harán cargo de la fase de “búsqueda de informaciones”por cuenta de los familiares.

EN RELACIÓN CON SUS IGUALES

La socialización está vinculada a la noción de bienestar y a la satisfacción conrespecto a la vida y tiene repercusiones en el ámbito del comportamiento delconsumidor (Gunter, 1998). Para muchos jubilados, o personas a punto de serlo,la jubilación es sinónima de enriquecimiento personal/relacional y de activida-des valoradas en la sociedad. En este marco, la utilidad social es deseada e, inclu-so, reivindicada y pasa, en ocasiones, por la implicación en una asociación(Credoc, 1999).

Igualmente, cada vez hay más nuevos jubilados que aprovechan su “tiempolibre” para reunirse con los amigos. La parte principal de las estancias fuera del

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domicilio de los mayores de 50 años está motivada por una visita a la familia ya los amigos (47,3%) (Observatorio del Turismo, 1997).

Ahora bien, la opinión de los iguales sobre tal producto, tal servicio o talmarca representa un papel importante tanto en el aspecto de la recomendacióncomo en el del consumo. Con la asociación desarrollada entre los MayoresRurales y la Mutualidad Social Agrícola, se ha promovido una acción de sensi-bilización con respecto al equilibrio alimentario y el uso de los medicamentos,cuya contraseña es “Persona mayor, sea protagonista de su salud”. Igualmente,esta asociación permite adaptar y desarrollar el mantenimiento a domicilio de laspersonas mayores mediante la Presencia Verde. Los Mayores Rurales intervie-nen, organizados en relevos, ante las personas mayores en este sistema de tele-asistencia y pueden ayudar al nuevo abonado a familiarizarse con esta nueva téc-nica, mientras que la red Presencia Verde interviene como apoyo y en su fun-ción de formadora.

Los grupos de pertenencia y de referencia influyen en la elección de los pro-ductos consumidos, teniendo en cuenta la necesidad de identificación con dichogrupo (Cox, 1975; Childers y Rao, 1992); cuanto más visibles para los demás seala posesión y la utilización del producto, tanto más marcada es la tendencia delindividuo a adaptarse a los “usos y costumbres” del grupo al que pertenece (DeChernatony y Benco de Melu, 1995). Este comportamiento, que no es específi-co de los mayores, es utilizado por determinadas empresas que ponen en esce-na un personaje conocido, incluso emblemático, de toda una generación o de undeterminado estilo de vivir. Éste es el caso de la marca Optic 2000, que se aso-cia con Johnny Haliday para promover su “paquete progresivo”.

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% conjunto % de 50 a 64 años

Ayuda a financiar una compra inmobiliaria 13,9 15,1

Préstamo de dinero para salir de apuros 32,1 33,7

Consejo en la elección de bienes de equipo 9,3 12,0

Entrega periódica de dinero 12,1 13,4

Ayuda a pagar gastos grandes 23,1 25,4

Entrega de dinero en un momento en que lo necesitaban 19,3 22,3

Compra material para los hijos 24,4 28,9

Ayuda bajo una otra forma 34,3 37,9

Sólo se ha preguntado a las personas de más de 40 años. A priori, son las únicas susceptibles de tener hijos de más de 20

años que hayan dejado ya el domicilio. Entre los 50 a 64 años, el 73,7% de ellos tienen hijos de más de 20 años que han

abandonado el domicilio familiar

FUENTE: Simm Scanner Interdeco 2000, en Séniorscopie n.º 45, febrero de 2000.

CUADRO 5: Ayudas de los mayores a sus hijos de más de 20 años

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“CONQUISTAR EL MERCADO DE LOS MAYORES”Frederic SERRIERE, responsable del sitio de informaciones: www.leMarchedeseniors.com y fundador deSeniorStategic.“La red internacional de agencias de márketing de la que SeniorStrategic forma parte ha lanzado

un barómetro, el “Mature Market's Report” (Informe del Mercado Adulto), en cinco países deEuropa, en Japón, en Australia, en Canadá y en los Estados Unidos. El objetivo era medir laparticipación de las empresas en el mercado de los mayores. En Francia, se ha entrevistado a120 de las empresas más grandes y se han analizado a fondo sus estrategias.

Los resultados revelan ricas enseñanzas: de manera general las empresas europeas están atrasadasrespecto de las de Japón y los Estados Unidos. En este último país es donde encontramosmás investigaciones, estudios y acciones vinculadas al mercado de los mayores y puestas enmarcha por las empresas.

En Francia, el 82% de las empresas declaran no estar interesadas en los mayores. El 46% quierenevitar totalmente tener una imagen de “vieja”.

El pico de consumo, que había alcanzado los 49 años en 1995, se ha desplazado con regularidadpara situarse ahora en los 54 años. El 86% de los mayores de 50 años piensan que lapublicidad no va dirigida a ellos”.

FUENTE: Conquerir le marché des Seniors, Editions “Village Mondial”, octubre de 2003, 180 páginas.

Conclusión

La población de los mayores de 50 años va a crecer rápidamente en el trans-curso de los próximos años. Los industriales y los distribuidores no pueden des-conocer este objetivo. Así, este nuevo dato debe tenerse en cuenta, sobre todo,en la búsqueda de nuevos conceptos y de nuevos productos y en las políticascomerciales y de comunicación.

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104Aunque se ha traducido senior por 'mayor' en toda la traducción, en este artículo se respeta el término original yse deja sin traducir debido a las connotaciones terminológicas con que juega el autor. Aunque en español se admiteel término sénior, procedente del mismo comparativo latino ('más viejo'), sólo se usa con los sentidos siguientes: (1)pospuesto al nombre propio de una persona para distinguirla de un pariente de menor edad; (2) en el ámbito depor-tivo, para identificar a un deportista de la categoría superior, por edad o por méritos; (3) referida a un profesional demayor edad y, por tanto, de mayor experiencia [N. del T.].105Director principal de cuentas [N. del T.].106Gerente principal de marcas [N. del T.].107Vicepresidente principal o adjunto [N. del T.].

El márketing senior es una evidencia...

JEAN-PAUL TREGUER, PDG Senioragency

Agencia internacional especializada en baby boomers y personas mayores.

Evidente, sí, y, sin embargo... en 2003, en las grandes cadenas de TV francesas (TF1, F2,F3, F5...), las peticiones de programación hechas por los anunciantes y sus centrales de comprade espacio han sido definitivas: el 97% de estas peticiones se referían a... “el ama de casa demenos de cincuenta años” y a los destinatarios jóvenes.

Los mayores de 50 años, que “sólo” cuentan con 20 millones de consumidores que disponen dela mitad del poder adquisitivo disponible, ¡sólo han atraído al 3% de las inversiones en márketing ypublicidad de las marcas! Como se lee en la Biblia: “no hay peor ciego que el que no quiere ver...”.

Qué es un senior104

En su origen, “senior” hacía referencia a los soldados más veteranos de laslegiones romanas. A la larga, la palabra evolucionó de modo diferente según lospaíses. Señor en español y signore en italiano, se convirtió en seigneur en francés.En cuanto al inglés, éste fue sin duda el más fiel a la acepción latina, puesto quela conservó como distinción de madurez y de experiencia. Desde luego, en nues-tras profesiones, parecidas a los ejércitos mejicanos, se la coloca en todas las sal-sas: Account Executive Senior105, Senior Brand Manager106... ¡Senior Vice President!107

Cuántas bellas connotaciones...

Hoy en día, la palabra “senior” designa, mayoritariamente, a la población de 50y más años. ¿Por qué tan joven? Sería muy tranquilizador emparejarla con el con-

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cepto de jubilación. O mejor aún, con la residencia de ancianos (a menudorebautizada con “seigneurie”108 o “seniorie”109). También podríamos preguntarnos:¿por qué de tanta edad? Después de todo, los grandes deportistas se jubilanhacia los 30 años.

Hay algunas razones objetivas para ello:

■ En primer lugar, para la gente del márketing, 50 años es la edad de lamuerte del consumidor. En efecto, cuando se trata de gran público no sehabla de “ama de casa de menos de 50 años”. Horrible expresión machis-ta, por otro lado, a la cual los anglosajones prefieren la muy técnica“Principal Responsible of Purchase aged 18 to 49” 110.

■ Después, para los diversos expertos en población, hay una sucesión deacontecimientos importantes que ocurren en la cincuentena y que, clara-mente, cambian la vida. A los 49 años de media, las mujeres se conviertenen abuelas por primera vez. Tres años más tarde, en general, están enplena menopausia y a sus esposos se les advierte que ya es hora de dejarde fumar y de vigilar su alimentación. A los 50 años, los matrimonios ter-minan de amortizar el préstamo de su residencia principal y, a los 52, susúltimos hijos abandonan el “nido familiar”. Unos años más tarde, sus pro-pios padres fallecerán. A la triste noticia sucede a menudo una herenciano despreciable (hacia los 57 años, en promedio).

Así pues, con independencia del extraño vocablo comercial, es evidente quetodo impulsa a considerar los 50 años como una edad bisagra. Es la más cómo-da para tomar como punto de partida en una estrategia llamada de “márketingsenior”.

Lo que no es un senior

Con Senioragency hemos tenido la ocasión de animar centenares de seminariosen empresas. Nunca hemos presentado a los seniors como un todo. Por el con-trario, y aquí insistimos sistemáticamente, es preciso aplicar criterios de segmen-tación coherentes respecto de las especificidades de la empresa. Hay diversasopciones: ante todo, es necesario comprender que la población senior, propia-mente dicha, no existe. En efecto, las personas de 50 y más años representan un

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108Literalmente, 'señorío' (autoridad) o 'señoría' (título) [N. del T.].109Literalmente, 'sénior' [N. del T.].110Responsable principal de compras, de edad comprendida entre los 18 y los 49 años [N. del T.].

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grupo demasiado numeroso y diversificado para poder resumirlo, en un estere-otipo. Sin llegar hasta el “uno a uno”, ideal lejano del márketing, al menos espreciso perseguir la lógica de la segmentación. El enfoque generacional es unade las opciones. Éste ofrece la ventaja del dinamismo y de la comprensión socio-cultural. Así pues, podríamos hablar ahora de las generaciones de mayo del 68(nacida entre 1945 y 1955), Argelia (nacida entre 1935 y 1945), Liberación (naci-da entre 1925 y 1935), Krach (nacida entre 1915 y 1925), Años Locos (nacidaentre 1905 y 1915) y Verdún (nacida entre 1895 y 1905). Por lo demás, es unavisión de las cosas que, por nuestra parte, defendemos cada día más, sobre todocomo factor explicativo de la diferencia de comportamiento entre los nuevosseniors y sus ascendientes.

Pero hay de muchas otras formas de segmentar y cada una tiene sus méri-tos: edad, salud, actividad, tiempo disponible, clase social... Ninguna es deltodo perfecta y cada una puede servir para enriquecer a las demás. Por nues-tra parte, solemos optar por la edad como base de segmentación. Se trata, sinduda, de un enfoque artificial de las cosas, pero ofrece algunas ventajas no des-preciables:

■ La simplicidad. Todo el mundo comprende su principio y su contenido.Lo que no está tan mal sobre un asunto tan desconocido como el de losseniors. Muchos métodos de segmentación más justos y más originales nohan encontrado el éxito logrado porque no se comprendían.

■ La aplicabilidad. La edad es una noción que se encuentra en el núcleo decasi todos los estudios de mercado y todas las herramientas de planifica-ción. Es, pues, compatible, por ejemplo, con las herramientas de losmedios de comunicación, lo que es fundamental.

■ La universalidad. La edad es una variable cuyo efecto es similar y relativa-mente objetivo, cualquiera que sea el sector o el país afectado. Participa demodo determinante en los ciclos de la vida e, incluso, en las generaciones.Así pues, es un método de segmentación aproximado, pero menos parcialy a menudo más objetivo que la mayor parte de sus alternativas.

■ La durabilidad. La generación es un concepto seductor y muy dinámico.Pero, evidentemente, como las generaciones están en movimiento, esimposible gestionarlas de modo estable a través el tiempo. Así, una perso-na de 50 años de hoy es extremadamente diferente, en el plano generacio-nal, de otra persona de la misma edad de hace 20 años.

■ La eficacia. La segmentación por edades se aplica desde hace años ennumerosos programas comerciales. Cuando los demás métodos se suce-

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dían y se ponían en duda, la edad continuaba imponiéndose en casi todaspartes. Entonces, ¿es preciso, realmente, querer reinventar la rueda?

Para Senioragency, hemos creado y denominado cuatro segmentos de edad.Éstos son explotados de modo rentable desde hace más de cinco años y es pro-bable que permanezcan invariables algunos años todavía. Son los siguientes:

■ Los Veteranos (personas mayores de 50 a 59 años de edad).■ Los Liberados (personas mayores de 60 a 74 años de edad).■ Los Apacibles (personas mayores de 75 a 84 años de edad).■ Los Muy Mayores (personas mayores de 85 y más años de edad).Una cosa es segura: los seniors, tal y como se los representa en la mayoría de

las anuncios, ¡no existen! Sí, hay personas con más de 50 años que son sistemá-ticamente descuidadas por las políticas comerciales de la inmensa mayoría de lasempresas. Sí, hay una población experimentada, más exigente, globalmente aco-modada en el aspecto financiero y que a menudo tiene más tiempo libre. Perono hay un solo grupo numeroso que sería el de “los viejos” y que se dormiríapor las buenas en su sofá mientras bebe a sorbitos agua de Seltz.

El porqué de tantos frenos

1. La vejez es la antecámara de la muerte. Mirar en esa dirección da siempremiedo, especialmente en la cultura judeocristiana. Además, la mayor partede quienes deciden en materia de márketing o de publicidad tienen, engran medida, menos de cincuenta años: la vejez comienza así muy prontocuando se trata de consumo. “La vejez, está siempre quince años por enci-ma de nuestra edad”. Recuerden la impresión que les causaban los trein-tañeros cuando eran ustedes adolescentes. Esta regla es universal. Sidebiera haber una barrera que marcase el principio de la vejez, estaría detodos modos bastante después de los 50 años. Un estudio internacional,realizado con personas de todas las edades, la había fijado en los 78 años.¿La influencia de Tintin, “para los jóvenes de 7 a 77 años”?

2. Después de la moda y el deporte, la publicidad quizá sea la profesióndonde se es viejo antes. A los 30 años, un creativo se considera en segui-da como “desfasado”. Si no llega pronto a ser Director de Creación, osi no se recicla rápidamente en el cine o en la escritura de novelas, estáperdido.

3. No hay nadie más responsable que los publicitarios. Está también el pesode un fenómeno demográfico que nos sigue atormentando 35 años des-

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pués de su desaparición: ¡el “baby boom”! Desde hace 55 años, la juventudmoviliza todas las energías. Al principio, era normal. Había que crear guar-derías y escuelas, inventar distracciones y motivos de queja. Sólo que, a lalarga, la voluntad de creación se ha convertido en parálisis. Se ha caído enla tiranía del siempre joven hasta el absurdo. Y ahora, “todo el mundo selevanta para hacerse un buen estiramiento facial...”

4. Y aquí llega el gran terrorista del pensamiento del márketing: ¡el espectrodel rejuvenecimiento! “Todo lo que usted dice sobre los seniors es muyjusto, y ciertamente válido en prácticamente todos los casos. Salvo para mimarca. Porque ya sabe, mi marca sufre con la edad de su clientela. Mimarca debe reclutar consumidores jóvenes. Mi marca tiene necesidad devitalidad. Mi marca se debilita. Mi marca está en peligro de desaparecer...”.Ante este contundente argumento, la razón se adormece. ¿Y si en el fondola obsesión del rejuvenecimiento fuera un error estratégico? El MárketingGeneracional, como se ha visto antes, aporta una respuesta clara: ¡sí, setrata, sin duda, de un error estratégico! Considerar que una marca sólopuede vivir un plazo largo si adquiere nuevos consumidores con edadesinferiores a treinta años, es ignorar al mismo tiempo la demografía, losciclos de vida e, incluso, la biología humana.

El márketing senior es una evidencia

Todavía hoy, los productos destinados a los seniors se denominan “de nicho”.Menudo nicho, que no contiene menos del tercio de la población francesa. Y detodas las poblaciones de las naciones industrializadas. Si queremos estableceruna analogía canina, ¡sería entonces más correcto hablar de “perrera”! Sinembargo, todo el mundo sabe que hay más personas mayores de 50 años quemenores de 20 años. Nuestra sociedad está en pleno vaivén y el envejecimientova a acelerarse más en los próximos años. Antes de 2040, los mayores europeosrepresentarán la mitad de la población (véase el cuadro 1).

Entonces sí que nos mereceremos verdaderamente el sobrenombre de “viejocontinente”.

Tres fenómenos bien conocidos explican este vaivén: la prolongación de laesperanza de vida, la caída de la natalidad y la llegada en masa de los baby boomersa la edad de 50 años.

Por la combinación de estos tres fenómenos, el aumento del número deseniors es espectacular. Incluso podría hablarse de un verdadero maremoto sin

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precedente en la historia de la humanidad. ¡Realmente sin precedente! Porqueen otros tiempos, la esperanza de vida no llegaba ni siquiera hasta los 50 años(45 años de media en 1900). Ésta es probablemente una de las razones claveque explican la falta de conocimiento del objetivo: carecemos de perspectiva.En realidad, ni siquiera sabemos qué es realmente el envejecimiento. Los mis-mos seniors son los primeros sorprendidos de llegar en buena forma a la sesen-tena. ¡Y tampoco está preparado el cuerpo médico! Por otra parte, de todas lasespecialidades, la de geriatría es, con mucho, la menos popular. Una anécdotamuy reveladora a este respecto: en una publicación muy seria, un artículo seinquietaba por el aumento de los casos de cáncer de mama en las mujeres.¿Agujero en la capa de ozono? ¿Contaminación? ¿OGM111? De todas las hipó-tesis, la más evidente y la más verosímil nunca se ha contemplado. En la actua-lidad, hay más de casos de cáncer de mama simplemente porque hay una pobla-ción de mujeres más grande en edad de padecerlo. En tal contexto de ignoran-cia, ¿cómo sorprenderse de la ceguera de los profesionales del márketing y dela publicidad?

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111Organismes génétiquement modifiés (organismos genéticamente modificados) [N. del T.].112Es donde está el dinero [N. del T.].

1962 2000 2010 2020

Menos de 20 años 32% 25,6% 23,8% 22,5%

Más de 60 años 17% 20,6% 23,1% 27,3%

FUENTE: Ined según Insee con índice de fecundidad en 1,8.

CUADRO 1: Proporción de la población europea

“IT'S WHERE THE MONEY IS”112

El mito de la señora mayor que vive miserablemente de su escasa pensiónde viudez tiene la piel dura. Es cierto que, por desgracia, conserva un fondode verdad. Entre las capas de más edad de la población, raros eran los matri-monios en que ambos cónyuges tenían ocupación profesional y los medios deprepararse un verdadero plan de ahorro-jubilación. Por fortuna, desde la pos-guerra, la evolución de las mentalidades ha permitido cambiar rápidamente eldato: seguros complementarios, trabajo de las mujeres, acceso a la enseñanzasuperior...

Hoy, gracias a todo ello, la mayoría de los jubilados está constituido por ciu-dadanos cuya holgura financiera es la mejor. ¿Es sorprendente? Después detodo, han trabajado más de cuarenta años, se han apretado el cinturón muchas

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veces para poder amortizar su préstamo hipotecario (¡el 70% son propietarios!)y garantizar la educación de sus hijos. También han pagado impuestos, han coti-zado a la Seguridad Social, etc. Si todos estos largos esfuerzos no desemboca-sen en alguna mejora de la situación material, habría que formularse serias pre-guntas sobre nuestro modelo de sociedad...

El cuadro que figura a continuación refleja muy bien el dato de que son losjubilados quienes disfrutan de los ingresos disponibles más elevados. Por otraparte, hasta cumplidos los 50 años no es cuando el índice de ingresos se hacepositivo. Lo que significa concretamente que los más jóvenes, objetivo de todoslos esfuerzos de márketing, tienen menos dinero, incluso netamente menosdinero, que sus mayores. Y la distancia aumenta. En 2000, los seniors, es decirun tercio de la población, tenían la mitad del poder adquisitivo de los france-ses. En 2040, deberían tener los dos tercios. Se puede lamentar el empobreci-miento de los jóvenes, pero ignorar la holgura de los mayores no modificaráesta realidad.

T O M O I I : I N F L U E N C I A S E C O N Ó M I C A S Y S O C I A L E S

193EDAD

Menos de 26 años

De 26 a 30 años

De 31 a 40 años

De 41 a 50 años

De 51 a 60 años

De 61 a 65 años

De 66 a 70 años

Más de 70 años

Ingresos disponibles por unidad de consumo

81,8

92,5

97,0

99,4

104,9

107,8

112,5

103,8FUENTE: CERC e Insee

CUADRO 2: Ingresos disponibles por unidad de consumo según el tramo de edad

Por otra parte, no olvidemos que los seniors tienen un comportamientofinanciero netamente más sano que los jóvenes. No sólo están menos endeuda-dos (¡el 17,5% de los que tienen más de 65 años contra el 78,5% de los que tie-nen entre 35 y 44!), lo que es normal dado el aumento de sus ingresos disponi-bles, sino que, además, sus cuentas corrientes están muy rara vez en negativo. Ydisponen de reservas financieras serias, invertidas en bolsa, en el mercado delarte, en bienes inmobiliarios... En resumen, globalmente son buenos pagadores.¿Qué mejor perfil de comprador podría soñar una empresa?

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Consumen

Evidentemente, la holgura financiera no es una garantía de consumo.Muchos son todavía los anunciantes que piensan que los mayores de 50 añosconservan su dinero en cuentas bancarias, incluso debajo del colchón. La ideamás extendida es que si, efectivamente, las cargas disminuyen con la edad, losgastos también. El senior tipo empieza, pues, por ser previsor. Salvo en lo tocan-te a su salud, evolucionará irremediablemente hacia un perfil de avaro y, en con-trapartida, dejará una bonita herencia a sus descendientes. Por lo tanto, un con-sumidor de edad avanzada tendría pocas necesidades o caprichos y se sentiríasatisfecho perpetuamente con el mismo producto, si es posible, el menos caro.Pero los hechos son bien distintos. La holgura financiera se traduce realmenteen una voluntad de darse gusto a cualquier edad en su condición de consumi-dor. Con el aumento en poder de las generaciones de posguerra, mucho menosmarcadas por una época de privaciones, los mayores se convierten en los prime-ros clientes de un gran número de productos y marcas. Así, representan los pri-meros compradores de vehículos privados, de aguas minerales, de productos lác-teos, de cosméticos, de viajes de lujo, de electrodomésticos, de prendas demarca... Las tablas siguientes muestran, además, de modo evidente, que losmayores son consumidores positivos y dinámicos.

En cuanto al principio de un consumo prudente, todas las cifras y todos losestudios lo contradicen por completo. Evidentemente, a los 50 años, buennúmero de bienes de equipo se han comprado ya. Evidentemente, con los añoslos gustos se forjan y se hacen más difíciles de modificar. El buen sentido indi-

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113Fonds communs de placement (fondos de colocación comunes) [N. del T.].114Société d'Investissement à Capital Variable (Sociedad de Inversión a Capital Variable) [N. del T.].

Menos de 50 años 51,2% 84,2% 45,5% 2,7% 6,6% 10,3%

De 50 a 59 años 15,9% 82,0% 47,6% 5,6% 12,6% 16,7%

De 60 a 69 años 13,4% 81,7% 38,4% 7,2% 14,6% 16,4%

70 y más años 19,5% 85,2% 26,3% 9,6% 16,4% 14,4%

Total de los que tienen

más de 50 años48,8% 82,9% 37,4% 7,5% 14,5% 15,8%

FUENTE: El Marketing Book Seniors - Secodip 2000

Distribuciónde las

cartillas

Conjunto delos productos

de ahorro

Conjunto delos préstamos

vivienda

Obligacioneso FCP

113 SICAV114 Conjunto de

acciones

CUADRO 3: Índice de posesión de activos patrimoniales

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ca que los seniors, cualquiera que sea su situación financiera, tendrán un compor-tamiento más racional que los más jóvenes. Pero ello no les impide en absolutoconsumir, aunque con más exigencias y discernimiento.

DETRÁS DE CADA MAYOR, HAY UN COMPRADOR PARA OTROS

Sin volver en detalle a los principios y al funcionamiento del márketing inter-generacional, sin embargo recordemos que los seniors jóvenes están en el centrode las familias. Más del 80% de ellos son padres y abuelos. Igualmente, cerca del70% tienen todavía padres vivos. En el momento en que tienen, por fin, unacierta holgura financiera, se encuentran en la obligación (generalmente acepta-da de buen grado) de suministrar una ayuda tangible a las generaciones que lesrodean. ¡No es de extrañar que se les globalice a menudo bajo la apelación de“generación sandwich”!

Los abuelos son sensibles, en especial, a la educación y a la comodidad de susnietos. Destinan así hasta un mes de ingresos al año (más de 3 millardos deeuros) a regalos diversos, planes de ahorro, compras escolares... Subrayemos,por ejemplo, que los seniors realizan más del 30% de la compra de juguetes infan-tiles, reunidos todos los sectores.

Por todas estas ayudas hacia las generaciones más jóvenes, así como por lasdirigidas hacia las generaciones de más edad, los seniors jóvenes constituyen, enrealidad, el grupo más importante en materia de consumo.

Algunas trampas que hay que evitar

Como se ha visto en Francia, el márketing senior está en sus inicios. Adolecetodavía de un número incalculable de prejuicios y la inmensa mayoría de los

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Compra por Conjunto Más de 65 años

Necesidad 33% 34%

Placer 9% 15%

FUENTE: Credoc, Francia, enero de 1995

Sensible al precio 1993 1994 1995 1996

De 18 a 24 años 79% 81,5% 85,3% 84,5%

65 y más años 74,8% 73% 76,7% 65,3%

Sensibilidad de los jóvenes al precio + 5,2 pts + 8,5 pts + 9,4 pts+ 19,2 pts

FUENTE: Credoc, Francia, 1998

CUADRO 4: Consumo de los seniors en comparación con el resto de la población

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anunciantes y agencias no conocen prácticamente nada del objetivo.Consecuencia: aunque nuestra sociedad bascula en el “papy boom”, las campañas–demasiado raras– destinadas a los seniors suelen ser inadaptadas, incluso desas-trosas. Sin embargo, con un poco de buen sentido y hasta sin ser experto, esposible producir una comunicación válida. He aquí seis trampas que hay que evi-tar por todos los medios para triunfar en “perforar su caparazón”:

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115Poder gris [N. del T.].116Market & Opinion Research International (Investigación del mercado y la opinión internacional) [N. del T.].

PODER GRIS: BABY BOOMERS PRÓSPEROS EN EL REINO UNIDOTrudi DUTIE Ayudante de investigación en los ámbitos sanitario y socialMORI, Instituto de Investigaciones en el ámbito socialEl estudio “Grey Power”115 realizado por Help The Aged y MORI116, ha analizado el modo de vidade los mayores de 50 años en el Reino Unido: desde su poder adquisitivo a sus hábitos detelespectadores. Este estudio ha revelado que hay más personas mayores con mejor salud, másricas y más activas, en comparación con la generación precedente.

Los baby boomers de Gran Bretaña disfrutan de un estatus económico sin comparación con elresto de la sociedad. A finales de 1999, las mujeres y los hombres entre 50 y 64 años disponíande los ingresos más importantes y gastaban más que el resto de la población en bienes deconsumo, en alimentación y en ocio.

El estudio ha revelado que los más jóvenes entre los más “viejos” no han tenido nunca unavida tan agradable. Por ejemplo:

– Las personas entre 50 y 64 años tienen unos ingresos fuera de impuestos de 457 libras porsemana, comparados con una media de ingresos semanales de sólo 397 libras.

– Este mismo grupo de edad gasta 61 libras por semana en alimentación y en bebidas,comparadas con 55 libras para el conjunto de los hogares (77 libras frente a 67 si se incluyeel alcohol).

– Las personas de 50 a 64 años gastan 115 libras en desplazamientos en automóvil, en ocio yen servicios, frente a sólo 90 libras para la media semanal de los hogares británicos.

Las personas de edad más avanzada forman parte de una generación más tranquila. El estudioha mostrado que las personas de 65 y más años pasan 36 horas, y más, ante la televisión.

El estudio ha revelado también que hay más personas mayores, en comparación con las deotros grupos de edad, implicadas en el voluntariado o en las actividades religiosas. Los “jóvenesviejos” están también entre los más activos políticamente: el 24% de participación enactividades políticas frente al 16% en el resto de la población.

Fuentes: MORI /Help The Aged

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CONFUNDIR MARKETING SENIOR Y VISUALIZACIÓN DE LOS SENIORS

Con motivo de una entrevista para un magacín de televisión especializado, eldueño de una gran agencia parisiense, interrogado sobre el marketing senior,barrió el asunto con el dorso de la mano mientras afirmaba que “mostrar a losseniors en publicidad sólo funciona para un pequeño número de productos”.¡Buen ejemplo de la ceguera general! ¿Quién ha dicho que el marketing seniorequivalga a “mostrar a los seniors”? Sin embargo, muchos anunciantes creen quebasta con mostrar a algunos viejos con buena salud y utilizar una tipografía másgrande para conseguir convencer a los mayores de 50 años. Inútil decir que lamayor parte de las veces este enfoque sólo engendra decepciones.

Ser senior es, sobre todo, ser experimentado. Un ciudadano cualquiera de 60años tiene 60 años de consumo tras de sí. Puede interpretar muy fácilmente lasplataformas creativas existentes tras las campañas que se le proponen. ¿Cómopuede imaginarse, en estas condiciones, que la visualización de sus iguales bas-tará para seducirle? Sin una argumentación válida, capaz de demostrar el verda-dero valor añadido del producto, cualquiera que sea su ejecución estará conde-nada a fracasar. Podrá, incluso, perjudicar a la marca, en la medida en que serávivida a menudo como puro oportunismo. Una frase que vuelve a menudo ennuestras encuestas cualitativas es la siguiente: “Ahora que han terminado de des-plumar a los jóvenes, nos toca a nosotros...”.

Por otro lado, los seniors han tomado la costumbre de no ser afectados por lapublicidad, de manera que, incluso cuando ven a personas de su edad en cam-pañas, si el mensaje no está adaptado de entrada, las consideran como destina-das a los jóvenes. Se ve así una distorsión muy grande entre lo que considerancomo simpático, creativamente logrado, y lo que les habla realmente. Así, elballet acuático de los seniors de Evian, cualquiera que sea su calidad fílmica, notiene nada que ver con el marketing senior. Lo mismo ocurre con la espléndidacampaña de anuncios de Delvaux. Qué lástima, si se piensa que los mayores de50 años son los primeros clientes de cada una de estas dos marcas.

Aquí es preciso poner cuidado en no caer en el exceso opuesto. La utiliza-ción de seniors en la publicidad, si se apoya en una verdadera estrategia, puedecontribuir seriamente al éxito de una campaña dirigida. En especial, con destinoa las personas de edad más avanzada, que podrán así reconocerse y, al mismotiempo, comprender instantáneamente que el mensaje les está destinado. A esterespecto, el testimonio de una personalidad apreciada por su generación es espe-cialmente interesante, porque añade una verdadera base de credibilidad.

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Precisemos que en ningún caso se trata de una panacea, sino justamente, una vezmás, de una pista posible.

IGNORAR LAS CONSECUENCIAS DEL ENVEJECIMIENTO

Los directores artísticos son terroristas, como bien se sabe. Sobre todo, porparte de los diseñadores-redactores, que se obstinan en refinar textos destinadosa convertirse en ilegibles, inaudibles e invisibles. Si existe una regla del marke-ting senior que todo el mundo comprende con facilidad es, sin embargo, ésta.El envejecimiento nos llega a todos. Cualquiera que sea nuestra generación depertenencia y cualquiera que sea nuestra edad. Vista, oído, gusto, tacto, movili-dad... todas las funciones de nuestro cuerpo alcanzan su apogeo en la veintenapara debilitarse lentamente, hasta el fracaso final. Si se sabe esto, ¿por qué tan-tos publicitarios se obstinan en hacer sus creaciones inaccesibles? ¿Será que esti-man en exceso su profesión? Sin embargo, deberían saber que la publicidad noes siempre más que una forma de contaminación necesaria; en el mejor de loscasos, una distracción entre las noticias y el tiempo meteorológico.

Los seniors no aman nuestra profesión. Se les han prometido demasiadascosas que no se han realizado nunca. Y como ahora es rara la vez que alguien seinteresa por ellos, cierran su mente. Si no se hace ningún esfuerzo para ir en sudirección, es inútil esperar el menor interés por su parte. Una campaña, inclusoestratégicamente justa, no tendrá, pues, ninguna oportunidad de impresionarlossi no comienza con el BA-ba. Un ejercicio divertido: háganse con un magacínpara seniors y analícenlo. Se sorprenderán del número de anuncios con tipogra-fías minúsculas, con los cupones demasiado pequeños para poder cumplimen-tarse, con textos en rosa sobre fondo azul pastel... Hagan el mismo ejerciciodelante de su televisor. En la mayoría de los espacios publicitarios que se difun-den, la voz está cubierta por la música, el montaje es demasiado rápido, el nume-ro de teléfono es imposible de anotar, etc. ¿Están verdaderamente obligados losanunciantes a aceptar tales errores?

UTILIZARLOS COMO OBJETO DE BURLA

Los mayores, como es bien sabido, son un excelente asunto de chanza.Presentarlos agriados, ridículos, sobrepasados por los acontecimientos, no datade ayer. Aquí se trata probablemente de un ajuste de cuentas con la edad. Lapublicidad en particular, en su obsesión por el culto de los valores juveniles, sesirve “una loncha de viejo” en cada ocasión. Es cierto que, en la mayoría de loscasos, no utiliza esta clase de proceder para dirigirse a los seniors. ¡Esto sería el

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colmo! Pero no quiere decir por ello que sean ciegos o insensibles. Son tantoslos spots, carteles y anuncios que los han presentados bajo este ángulo negativo,que ahora el vaso está rebosante. No, en verdad, esto no les hace ya gracia. Losmás viejos se sienten rechazados de plano. En cuanto a los más jóvenes de ellos,esos quincuagenarios en la cumbre de su vida, en el mejor de los casos no sesienten afectados y, en el peor, tienen la impresión de que la toman con suspadres.

PONER EL DEDO EN LA LLAGA

En la cincuentena, las consecuencias del envejecimiento son más percepti-bles. Menopausia, presbicia, colesterol, fallecimiento de los padres, cercanía dela jubilación... inútil añadir nada. Y, sin embargo, he aquí todavía un juego en quelos publicitarios se lucen. El de la culpabilización de la edad. Con o sin burla, semuestran cuerpos hundidos, rendimientos disminuidos, espíritus aminorados...A veces se trata simplemente de hacer tomar conciencia de un problema. Pero,¿para qué un enfoque negativo? Los seniors no son conductores peligrosos a losque sea necesario recordar que la carretera mata. Cada día combaten el enveje-cimiento con la mayor energía. Recordarles que este combate está perdido poradelantado quizás no sea el mejor modo de crear simpatía por esta marca oaquélla. Por cierto que la vida, por fortuna, se vive de modo positivo.

EQUIVOCARSE DE GENERACIÓN

Los errores que consisten en recluir a los seniors en el grupo homogéneo lla-mado de los “viejos” son relativamente sencillos de identificar. Por ejemplo, sesabe que aunque la comodidad de lectura es importante para los mayores de 50años, los más jóvenes de entre ellos no tienen ninguna necesidad de comodidadde lectura que llegue hasta una tipografía de tamaño 18. Con el mismo espíritu,cualquiera comprende que mostrar a un abuelo que sube las escaleras sin difi-cultad no dice absolutamente nada a alguien de 55 años. Un error que, por elcontrario, es más difícil de dominar, porque reclama un conocimiento dinámicode la población senior, es la no aplicación de los principios del MárketingGeneracional. A veces puede ser sutil, pero en el plano de la adecuación delmensaje, puede marcar toda la diferencia. Como es, por ejemplo, creer que unveterano será sensible a una canción de Edit Piaf, mientras que es fan de losBeatles. Lo es también, en sentido inverso, tratar de federar todas las clases deedad en torno a los valores de los baby boomers. Los Liberados de hoy no forma-ban parte de los estudiantes de mayo del 68. Y, más de 30 años más tarde, nosiempre tienen –y nunca tendrán– la menor nostalgia de la época hippie.

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Seguramente la aparición de una nueva generación de seniors va a hacer volar enpedazos numerosas barreras. Pero, sin embargo, las consecuencias de la edad yde los ciclos de vida, igual que las diferencias culturales frente a los más jóvenes,no desaparecerán. Se ve, por lo demás, que hoy aparece una nueva forma deconflicto entre los treintañeros y sus padres, que, sin embargo, se suponen deuna generación muy abierta y cómplice. Por ello la revista Technikart pudo afir-mar hace dos años: “Los quincuagenarios que querían 'prohibir las prohibicio-nes' no apoyan ya la idea de rebelarse. Se han hecho tan reaccionarios y suficien-tes como sus padres” (Patrick Williams, 30 años).

Dominar las variables generacionales en su conjunto, saber gestionar los ele-mentos de acercamiento y de diferenciación, anticipar el modo en que los con-sumidores evolucionan en cada edad de su vida, es, probablemente, lo que fun-dará el marketing senior del mañana. Pero visto el retraso que lleva en las cues-tiones más evidentes, es probable que, para hacerlo, necesite todavía muchosaños.

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Poder e influencia en los fondosde pensiones: el caso danés

PER H. JENSEN

Profesor, Universidad de Aalborg

Director de la Escuela Nacional Danesa de Estudios sobre el Estado del Bienestar

En Dinamarca se han creado jubilaciones profesionales, basadas en los con-venios colectivos laborales, a finales de la década de 1960. Las cotizaciones delos asalariados se han colocado en fondos controlados por el movimiento sindi-cal y/o por sus miembros. En el transcurso de la década de 1980, el respeto delmedio ambiente se incluyó en el orden del día de numerosos fondos de pensio-nes de jubilación. Los miembros de la DJOEF, la asociación de abogados, eco-nomistas, especialistas en ciencias políticas y sociólogos, han estado entre losprimeros que exigieron estrategias de inversión de tipo "verde" en sus fondos depensiones de jubilación. Con motivo de una Asamblea General, en 1990, losmiembros exigieron que sus fondos garantizasen un enfoque respetuoso delmedio ambiente cuando hayan de realizarse inversiones. A pesar de la oposicióndel consejo de la asociación, los miembros “verdes” consiguieron hacer aprobaruna decisión que obligaba al fondo de pensiones de jubilación a vender sus par-ticipaciones en empresas contaminantes, y con ello impedir que sus miembrosfueran copropietarios de empresas que perjudicasen el medio ambiente; sinembargo, el Consejo de Administración rechazó plegarse a esta decisión. Estasituación permite subrayar la falta de espíritu democrático en los fondos de pen-siones de jubilación. En 1993 se votaron y adoptaron propuestas relativas a unamayor influencia de los miembros. Desde entonces, la DJOEF recurre a princi-pios más éticos en su política de inversión. Los estatutos del fondo de pensio-nes de jubilación de la asociación estipulan de este modo que la compra depaquetes de acciones de una empresa debe estar vinculada –al menos– a que laempresa respete las condiciones decididas por las autoridades nacionales (refe-rentes al medio ambiente, por ejemplo), así como las condiciones adoptadas pororganismos internacionales reconocidos y cuyo respeto ha sido aprobado orecomendado en Dinamarca. La DJOEF concede mucha importancia a que lasinversiones potenciales presenten pruebas de una buena gestión empresarial.

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También exige que la empresa tome medidas en materia de utilización de losrecursos, de las condiciones de trabajo de sus empleados, del efecto sobre elmedio ambiente y de la gestión de responsabilidades en materia de ética. LaDJOEF insiste en la capacidad de las sociedades para encontrar solucionesinnovadoras duraderas en el plano financiero, medioambiental y social. Además,la DJOEF no invierte en empresas especializadas en armamento.

Desde entonces, otros fondos de pensiones de jubilación han optado poraplicar estos principios. Los fondos de pensiones de jubilación han adquirido asíuna cierta importancia en la manera de concebir la evolución de las formas deorganización de la economía.

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Cómo tomar el control de una sociedad

ALBERT MAGARIAN

Presidente de la FIAPA

25 de mayo de 2006

Brome Incorporated, Sociedad Anónima con capital de 3.000.000 de dólares

212, East Street - Saint Louis, Nuevo México

Se invita a los Señores accionistas a la Asamblea General anual que tendrá lugar el 15de junio de 2006, a las 15:00 horas, en la sede social de la sociedad.

EL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN

Yo sostenía la invitación en una mano y un vaso de whisky en la otra. Habíantranscurrido tres meses desde el fallecimiento de mi mujer Elaine y yo no siem-pre lograba salir a la superficie si no era a fuerza de whisky.

Ella se había jubilado un año antes y su enfermedad se había desencadenadoprácticamente a continuación. Toda su vida había estado dedicada a BromeIncorporated, en la cual asumía las funciones de secretaria de dirección en el ser-vicio de Estudios e Investigación.

Los médicos habían diagnosticado una intoxicación debida el bromuro.Todas mis gestiones ante la sociedad para que tuviera en cuenta su enfermedady para la protección de los demás miembros del personal trabajador habían sidovanas.

Mi mujer y yo habíamos invertido periódicamente, desde hacía 20 años,todos nuestros ahorros en la sociedad, a la que ella estaba muy vinculada, y entrelos dos poseíamos el 3% del capital.

Después de abandonar, desde hacía 3 meses, mi despacho de arquitectura,estaba enclaustrado en mi propiedad de Pasadena en Nuevo México y esta invi-

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tación hizo germinar en mí una idea y entonces decidí asistir a esta AsambleaGeneral.

15 de junio de 2006, 15:00 h.

“Declaro abierta la Asamblea General”, estas fueron las primeras palabras deMike Rotman, Presidente de Brome Incorporated.

La hoja de presencia firmada circuló entre los asistentes y constaté que esta-ba representado el 27% del capital, cuyos titulares eran principalmente los ban-cos y los fondos de pensiones. El resto de las acciones estaba repartido en unamultitud de pequeños accionistas como yo y entre una buena parte de los miem-bros del personal de Brome Incorporated, jubilados o no.

Se desarrolló la letanía habitual de la Asamblea (informe moral, informe finan-ciero, informe de los interventores de cuentas) sin problema, habida cuenta de laimportante cifra de negocios y de los beneficios importantes que Brome obtenía.

En el momento de tomar la decisión de asignar los resultados, el Presidente,con el apoyo del Consejo de Administración, propuso asignar el 20% de losbeneficios a los miembros del Consejo, de distribuir el 10% entre los accionis-tas y de trasladar el resto para programas ulteriores de investigación y de inver-sión sobre el presupuesto futuro de 2007.

Pedí entonces la palabra e intervine para tener en cuenta la necesidad de pre-ver un presupuesto destinado a la protección de la salud de los miembros delpersonal y la asignación de una suma específica a las enfermedades eventuales eindemnizaciones causadas por la intoxicación de bromuro, de la que mi mujerhabía sido la primera víctima, por lo que yo sabía.

Hubo un clamor general contra mi propuesta. Los intervinientes argumenta-ron precedentes, fantasías, costes financieros prohibitivos y el poco interés queello representaba para los accionistas presentes. Reprimí mi indignación, no dijepalabra y me abstuve en todas las votaciones habituales de aprobaciones estatu-tarias y de asignaciones de los beneficios.

En una suspensión de la sesión que tuvo lugar antes del voto relativo a larenovación de los mandatos de los administradores, aproveché la ocasión paraponerme en contacto con Maria Thompson, colega de mi mujer, a quien cono-cía desde hacía muchos años, para pedirle que hiciera fotocopia de la hoja depresencia con la lista de los accionistas y sus direcciones.

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117Grupo de expertos [N. del T.].

La sesión se reanudó y yo me presenté al puesto de administrador. Por des-contado, fui derrotado y Mike me dijo:

–Debes cambiar de actitud si quieres formar parte de nuestro “brains trust” 117.

No dije nada, pero no dejé de pensar en ello. La sesión se levantó a las 19:00horas.

15 de junio de 2006, 21:00 h.

Sentado en el restaurante “Da Lolo”, vi llegar a Maria, a quien había invita-do a cenar. Ella traía bajo el brazo una cartera y con una gran sonrisa me sacóla copia de la hoja de presencia de la Asamblea y me la dio mientras añadía:

-¿Qué vas a hacer con ella?

-No tengo ni idea –le dije–, pero nunca se sabe, prefiero tenerla en mi poder.

La reunión se desarrolló muy agradablemente. Maria era una chica deliciosay la acompañé hasta su casa, saludé a su marido que la esperaba y volví a mi casa.

16 de junio de 2006

Llegué a mi oficina temprano, llamé a mi secretaria y le pedí que escribiera atodos los accionistas jubilados reflejados en la hoja de presencia para saber si sehabían manifestado síntomas de intoxicación en su caso o entre amigos antiguosde Brome.

De 57 cartas, recibí 4 respuestas positivas y entonces decidí llevar más lejosmi investigación. Maria me facilitó la lista completa de los jubilados y de los asa-lariados.

Una larga y fastidiosa investigación reveló 32 casos de enfermedad o de mor-talidad causadas por intoxicación. Eso me bastó y decidí pasar a la acción.

Como Elaine, mi mujer, había sido siempre muy estimada por todo el perso-nal, pedí a todos los accionistas jubilados de Brome confiarme sus poderes parala Asamblea General siguiente, les expliqué la situación y les confirmé que actua-ría en interés del personal todavía en activo.

Recogí así el 11% de los votos. Eran insuficientes para poder actuar y tuveque encontrar uno o dos inversores grandes, siempre ausentes en las Asambleas.

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Por suerte, mi hermano John conocía a uno: un importador de vinos y lico-res que poseía el 9% de las acciones. Llegábamos así al 23%. Me faltaba aún del3 al 4%. Hice visitas puerta a puerta a accionistas fuera de Brome y en 6 mesesconseguí convencer a una parte de ellos que representaban el 5%.

17 de mayo de 2007

Brome Incorporated, Sociedad Anónima con capital de 3.000.000 de dólares

212, East Street - Saint Louis, Nuevo México

Se invita a los Señores accionistas a la Asamblea General anual que tendrá lugar el 14de junio de 2007, a las 15:00 horas, en la sede social de la sociedad.

EL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN.

La invitación llevaba las mismas menciones que el año precedente, a excep-ción de la fecha.

14 de junio de 2007, 15:00 h.

Mike declaró abierta la sesión e hizo circular la hoja de presencia. Me las arre-glé para ser el último en firmar, lo que me permitió constatar que sólo estabarepresentado el 26% de las acciones.

A mi vez, firmé al margen de mi 28% y se produjo el pánico en la Asamblea.Mike levantó la sesión y solicitó verme. Pretendía una suspensión de laAsamblea, habida cuenta de mi nueva posición y se refirió a una fecha posterior.

Rehusé y exigí la continuación de la Asamblea y la discusión de los puntosdel orden del día.

En el momento de los votos, los administradores salientes fueron derrotadosy yo me hice elegir, junto con cuatro amigos jubilados presentes en la Asamblea.

Destituí a Mike de su función de Presidente y me presenté en su lugar paraponer en marcha una política de prevención de los riesgos a que estaba expues-to el personal e indemnizar a los 32 enfermos cuyos médicos habían diagnosti-cado los mismos síntomas de envenenamiento.

Maria sacó sus conclusiones y me dijo:

–Elaine estaría orgullosa de ti hoy.

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118Existe un cierto número de asociaciones de personas mayores que, históricamente, se han constituido sobre basesraciales. La ARPP (Association of Retired Persons and Pensioners: Asociación de Jubilados y Pensionistas) dispone de43 secciones en el conjunto del país. Sus miembros son casi en esencia blancos y jubilados. Gryskrag (= poder gris) esuna organización similar, pero más pequeña. Representa principalmente a blancos jubilados del trabajo que hablanafrikáans. Está en curso de disolución. Una asociación de pensionistas sociales negros que funcionaba en la región deEl Cabo en la década de 1990 también ha sido disuelta.

La jubilación: un dato fundamental del podereconómico y social de los ancianos

MÓNICA FERREIRA

Profesora y directora del Instituto Albertina y Walter Sisulu

sobre el envejecimiento en África

Universidad de El Cabo

Sin la pensión mínima de vejez, la gran mayoría de los mayores sudafricanos más pobresseguirían entre los más pobres. Esta pensión permite a las personas mayores, históricamenteperjudicadas por el Apartheid, beneficiarse de una protección social; el estatus de jubilado,individual y colectivamente, les confiere también un cierto poder. Los beneficiarios de una pensiónno se consideran ya únicamente como personas mayores, ciudadanos o consumidores que disfrutande derechos, sino que también se identifican con el estatus de jubilado. En Sudáfrica, no existeninstitucionalmente organizaciones que representen al conjunto de las personas mayores del país118,pero estas últimas, gracias a los medios de comunicación, se benefician involuntariamente de unainfluencia económica y social no despreciable.

El sistema de pensiones en Sudáfrica

Sudáfrica se encuentra entre los raros países de África (con Botswana, Mauricioy Namibia) que disponen de un sistema de pensiones no contributivo y universal.Este sistema está financiado por el presupuesto general y no exige ninguna cotiza-ción previa. Los criterios de elegibilidad se basan en la edad (65 años para los hom-bres y 60 años para las mujeres) y en el nivel de ingresos. Los beneficiarios percibenmensualmente el equivalente de 119 dólares norteamericanos. Aunque débil, estaasignación constituye una parte no despreciable de los ingresos medios de los hoga-res pobres que albergan varias generaciones (Møler y Ferreira, 2003).

Sudáfrica es una sociedad multiétnica. Bajo el régimen del apartheid, los gru-pos étnicos de negros y mestizos estaban privados de derechos sociales y las

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posibilidades de promoción estaban reservadas únicamente a los blancos. En2001, los negros representaban el 79% de una población de 44,6 millones dehabitantes con el 9% de mestizos, el 10% de blancos y el 2% de indios (InstitutoNacional de Estadística, Sudáfrica, 2003). Excluidos en gran parte del mercadoformal del empleo, los negros tenían un acceso limitado a los programas de jubi-lación pública o privada y muy pocos de ellos percibían jubilación. La mayorparte de los hogares negros son tan pobres que el análisis de los ingresos pre-vio a la atribución de la pensión excluye a muy pocas personas mayores. Segúnlas estimaciones, más del 90% de los negros y más del 80% de los mestizos lasperciben. El alto índice de cobertura de estas poblaciones refleja la alta accesi-bilidad a este tipo de derecho en Sudáfrica.

Estos ingresos mínimos se pagan individualmente, pero en los hogaresnegros compuestos por varias generaciones se comparten en el seno de la fami-lia (Møler y Ferreira, 2003; Sagner y Mtati, 1999; Møler y Sotshongaye, 1996).En las comunidades rurales, los ingresos de las pensiones circulan ampliamen-te. Permiten reducir la pobreza, apoyar las economías locales y contribuir al des-arrollo general (Ardington y Lund, 1995).

En el transcurso de los últimos años, este sistema de pensiones ha conocidouna expansión considerable y, en algunas de las nueve provincias del país, su cre-cimiento ha sido tan grande que la administración encargada de efectuar lospagos se ha visto en la imposibilidad de llevar a cabo su misión. Este fenóme-no ha engendrado crisis fiscales puntuales con los retrasos de pago, en particu-lar en el este de la provincia de El Cabo (Møler, 1998 y varias encuestas de losmedios de comunicación en 2003)119.

Por otra parte, este sistema de pensiones es objeto de numerosos fraudes porparte de funcionarios, intermediarios y beneficiarios. El gobierno central delega ladistribución de las pensiones a las provincias y las provincias a empresas privadas.Esta organización es bastante deficiente y plantea numerosos problemas logísticos.

El Gobierno parece considerar este programa de pensión como:

■ una forma de restitución a las personas mayores perjudicadas histórica-mente por el apartheid,

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119Después de una crisis en el sistema de pago de las pensiones en el este de la provincia de El Cabo en 1998, se habíaimplantado un procedimiento de racionalización para eliminar el fraude y la corrupción. Los pagos se hicieron toda-vía más irregulares y hubo muertos en las colas de espera, donde los pensionistas permanecían a veces varios días alfrío (Møler 1998). Una nueva crisis sobrevino durante el invierno de 2003 con más fallecimientos aún.

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120Møler y Sotshongaye (1996) estiman que el hecho de percibir una pensión aumenta el amor propio de las mujeresde edad avanzada, que disponen así de una autonomía financiera apreciable. Pueden ocuparse de su familia, lo quefavorece un sentimiento de utilidad social. Sin embargo, Sagner (2000) afirma que, si bien los pensionistas son finan-cieramente más independientes, el dinero que perciben también agrava su dependencia y refuerza las presiones mora-les que experimentan por parte de sus familiares para que ayuden a los demás miembros de la familia.

■ una red de seguridad contra la pobreza,■ un mecanismo de redistribución de las riquezas que contribuye al bienes-

tar de las familias, a la plenitud personal y, más generalmente, a la dismi-nución de la pobreza.

Por causa de la carga fiscal que representa este programa para el Estado, laperennidad de este sistema está lejos de haberse conseguido. Sin embargo, losrepresentantes de las organizaciones de trabajadores estiman que estas pensio-nes representan un derecho no negociable para las personas mayores, pobres ymeritorias, porque estiman que han sido incapaces de constituirse jubilaciones.

Identidad individual y colectiva de los pensionistas

Estas pensiones sudafricanas confieren poder y, cuando son las mujeres lasdetentadoras de este poder, recae sobre toda la familia. La regularidad de estosingresos, en un contexto donde los recursos de los demás hogares son inciertos,da peso a las decisiones de los beneficiarios en la familia, en especial en losámbitos de la educación y la salud (Møler y Ferreira, 2003). Los beneficiariostoman decisiones que afectan a los intercambios entre hogares, los hijos y losnietos y, por lo tanto, a la distribución y al consumo de los ingresos120. Por con-siguiente, gracias a estos recursos regulares, los beneficiarios se aseguran unmejor estatus social (HAI, 2003). Respetados y valorados en sus familias, sonautosuficientes y disfrutan de la consideración de su entorno.

Los beneficiarios de esta pensión revisten una identidad especial. En su con-dición de pensionistas, desarrollan un sentimiento colectivo de pertenencia a ungrupo social. Un artículo de Vrancken (2002, página 63-64) en el volumen 1 deCuadernos de la FIAPA, observa que la jubilación plantea, en realidad, un marcolegal para objetivar la categoría de los “pensionistas”, que son así identificadoscolectivamente por los poderes públicos. Otro artículo de Argoud (2002, p. 112)indica que la identificación de los jubilados con su grupo social contribuye ahacerlo más homogéneo. En su espíritu, esta categorización vinculada a la crea-ción del derecho a una pensión permite a la persona poner por delante su esta-tus y su identidad de jubilado, lo que, en el contexto sudafricano, transforma a

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los “viejos” en “pobres meritorios” y, por lo tanto, en pensionistas. Los sudafri-canos pobres y mayores están clasificados, en efecto, en la categoría de “pensio-nistas” y llegan a considerarse únicamente como tales. Por lo demás, es así comotambién los considera la sociedad.

Tomando como base la edad y en una historia común de desigualdades y deapartheid, los pensionistas sudafricanos pertenecen a un grupo social considera-do como pobre, viejo y meritorio. En el plano personal, los jubilados han des-arrollado un fuerte sentimiento de pertenencia a este grupo social a través delcual forjan, al mismo tiempo, una identidad individual y colectiva. Refuerzan suidentidad de jubilados y dejan de lado su estatus de persona de edad avanzada.Se consideran, además, como diferentes de simples beneficiarios de una pensiónde vejez cuando afirman su papel en el ámbito social (compra de alimentaciónpara la familia, gastos de gas y de electricidad, gastos de escolaridad de sus nie-tos) (Møler y Ferreira, 2003).

Los pensionistas comparten un cierto descontento con las demás categorí-as de jubilados, lo que refuerza su pertenencia al cuerpo social, así como unsentimiento de solidaridad con los demás jubilados. Sin embargo, su falta derepresentatividad institucional como grupo significa que pertenecen a unacategoría que Argoud (2002, p. 113) designa como una construcción colectivalevantada desde el exterior: concebida por los poderes públicos, tomada a sucargo por los profesionales y por el público y asumida por los medios decomunicación.

Los pensionistas sudafricanos no están ni movilizados en el seno de ungrupo específico ni comprometidos en acciones de grupos de presión. Hasta elpresente apenas se han expresado sobre su situación, y han dejado al cuidadode los gerontólogos e investigadores la tarea de hacer constar su situación, susnecesidades, su punto de vista y, por último, la defensa de sus intereses. Møler(1991) estima que la investigación ha sido uno de los vehículos que han permi-tido que los pobres, las personas mayores y los excluidos se hagan oír. Perocada vez es más corriente que los jubilados se comprometan en el análisis desu situación y estudien los asuntos que les afectan; cada día son más incitadospor las organizaciones de defensa de los derechos del hombre a que hablen porsí mismos. Al hacerlo, construyen representaciones simbólicas relativas a losjubilados, a falta de poder representarlos en un marco institucional. Vrancken(2002, p. 64) considera que esta reflexividad es mantenida por los medios decomunicación.

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121El 26 de abril de 1994, la mayoría de los mayores sudafricanos votaron por primera vez. En esta primera consulta,auténticamente democrática, los pensionistas se presentaron de forma masiva ante las cabinas. Los medios de comu-nicación mostraron muchas imágenes de electores de edad avanzada, de pie al sol, en colas interminables, dispuestosa cumplir su deber electoral (cf. Møler, 1995). En la cola, hacían gestos simbólicos del combate por la liberación.

La influencia de los pensionistas en los medios de comunicación

¿Cómo utilizan los pensionistas este poder para ganar influencia económica ysocial? Involuntariamente, gracias a los medios de comunicación. Consideradosde entrada como viejos, pobres y meritorios, se benefician de una fuerte legitimi-dad política como categoría social y económicamente dependiente.

En segundo lugar, como generación, comparten una historia común de luchacontra el Apartheid, lo que les confiere una legitimidad simbólica121.

En tercer lugar, a causa de su contribución, percibida o reivindicada, a loscombates contra el apartheid y de su lugar en la historia social, piensan que semerecen el reconocimiento del país mediante su derecho a una pensión, quesería un derecho y no un simple privilegio. Esta concepción individual y colec-tiva de sí mismos se encuentra reforzada por la opinión de camaradas más jóve-nes que, aun habiendo participado también en la lucha, reconocen los méritosde las personas de edad más avanzada y los consideran como las “madres y lospadres de la nación”.

La identificación de los pensionistas con la vejez y la pobreza resulta de unaconstrucción política y social donde son presentados como pasivos y relativa-mente inactivos. Cuando la política pública identifica a los pensionistas con unacategoría dependiente económicamente, justifica la existencia de un sistema deredistribución de ingresos importante, pero al mismo tiempo establece, al hacer-lo, una cierta dependencia económica de los beneficiarios de estas pensiones.Esta dependencia colectiva es reforzada por la lentitud del gobierno en recono-cer los derechos de las personas mayores a la autonomía y a la plenitud perso-nal, incluso cuando los poderes públicos parecen considerar más bien positiva-mente el envejecimiento. Y los medios de comunicación nacionales, poco fami-liarizados con las nociones de “envejecimiento activo” y de “envejecimientoproductivo” contribuyen muchas veces a reforzar las imágenes de dependenciade las personas mayores.

Los medios de comunicación presentan a los pensionistas como seres vulne-rables y sin poder político. La focalización en los datos y gestos de los pensio-nistas vulnerables y en los grupos de jubilados sin defensa, víctimas de las

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“injusticias” del pasado, refuerza los estereotipos. Los medios de comunicaciónarrastran así con ellos un amplio apoyo emotivo, político y social. Contribuyena polarizar las representaciones en los problemas de los pensionistas, como, porejemplo, en las dificultades de pago de las pensiones. Cuando presentan estosproblemas y obstáculos, refuerzan la visión que las personas tienen de los jubi-lados, a saber, la de seres vulnerables. Este modo de hacer “colectiviza” a lospensionistas como si representasen un bloque homogéneo privado de todadiversidad sociológica.

Argoud (2002, p. 113) considera que los pensionistas se convierten en “obje-tos” más que en protagonistas de su destino. Sin embargo, en la medida en quelos pensionistas no se benefician de ninguna representación institucional, losmedios de comunicación les ofrecen, a pesar de todo, una forma de mediación.Estos últimos sacan a la luz un cierto número de injusticias en sus columnas yestos relatos contribuyen a algunas evoluciones. Cuando los pensionistas care-cen de recursos para influir en los medios de comunicación, éstos constituyenun canal de expresión de sus quejas. Es así como los pensionistas ejercen unaforma de influencia. Y es así como la cuestión de las pensiones se ha converti-do en un asunto central en el debate sobre las políticas sociales en Sudáfrica,pero también en un asunto político y social sumamente delicado.

Consumidores de servicios públicos

Curiosamente, en Sudáfrica se ha creado, en la actualidad, un vínculo entreedad, pobreza, población en dificultad y poder con respecto al pasado. Los pen-sionistas sociales, que se benefician en gran parte de los ingresos de transferen-cia concedidas por el Estado y que disfrutan de una gran visibilidad, representantambién una importante fuerza económica y política. En efecto, estos jubiladosdisponen de recursos financieros que permiten sostener las economías locales enlas zonas rurales pobres. Los problemas de los jubilados generan también impor-tantes cuestiones ideológicas y políticas en el debate electoral. Los pensionistasestán en una situación financiera mejor que la de otros grupos o instituciones; losgastos de salud y de educación han disminuido últimamente en los presupuestossociales de las provincias. Sin embargo, el gobierno debería reconocer los dere-chos de los pensionistas en su condición de consumidores, lo que incluye el pagode las pensiones de manera honrada y el derecho a participar en sus reivindica-ciones. Los pensionistas tienen también necesidad de desarrollar los medios desu propia movilización por el canal de organizaciones representativas para hacervaler sus reivindicaciones y exponerlas. (Gorman, 2002, p. 114.)

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122Está en curso una revisión del sistema de seguridad social sudafricano (Departamento de Desarrollo Social, 2002)y prosiguen los debates con el fin de saber si los pensionistas sociales son verdaderamente “pobres meritorios”. May(2003, p, 37) avanza que en un contexto posterior al Apartheid, no es aceptable la identificación de determinadas per-sonas como “meritorias” opuestas a otras que lo serían menos. Analiza el discurso neoliberal en el cual los pensionis-tas no se describen ya como ciudadanos pobres y vulnerables con derechos, sino más bien como consumidores, parallegar a la conclusión de que los derechos individuales se han subestimado en el sistema de seguridad social sudafri-cano (ibid., p. 38).

Al mismo tiempo, los militantes no jubilados impugnan “el trato degradanteque reciben los pensionistas negros cuando perciben su pensión”. Los mediosde comunicación describen situaciones en que los pensionistas deben madrugary hacer colas interminables para, finalmente, recibir sus mensualidades. Hacepoco tiempo, los partidos de la oposición han fustigado a los gobiernos provin-ciales dirigidos por el Congreso Nacional Africano (African National Congress) porel caos que reina en los puntos de pago de las pensiones. Estos partidos consi-deran que el gobierno es insensible a este problema y recuerdan que: “son estaspobres gentes las que han puesto a este gobierno en el poder”.

Los pensionistas preguntados por los periodistas en el momento del pago desus pensiones en el este de la provincia de El Cabo –-una provincia en la que lospagos se retrasaron en junio de 2003– se sentían frustrados y humillados por esetrato y por la mala calidad del servicio. “Me entran ganas de llorar cuando metratan de una manera tan inhumana”, “apelo a nuestro gobierno a que ponga fina esta situación”, declaran algunos de ellos. Los medios de comunicación hanutilizado a menudo las manifestaciones completamente subjetivas de este oaquel jubilado cuando se representaban los problemas del grupo en su totalidad.Aunque dichas representaciones no tengan nada de institucionales, provocan lasimpatía del público hacia los pensionistas.

Los medios de comunicación siguen, pues, este camino trillado para contri-buir a la mejora de las organizaciones de jubilados y hacer presión sobre lospoderes públicos. Resulta de ello que los pensionistas se convierten en los pro-tagonistas involuntarios de su propio combate. Los medios de comunicación lle-gan, más o menos, a defender los derechos de los pensionistas en su condiciónde consumidores. Ahí es donde reside una parte de la influencia de los pensio-nistas en la sociedad sudafricana.

Pero ¿de qué manera percibe el gobierno a los pensionistas / consumidores?Aunque sean, ante todo, consumidores de servicios públicos, el gobierno losconsidera, sobre todo, como asistidos. En consecuencia, no siempre reconocesus derechos como ciudadanos y como consumidores122. Desde luego, reconoce

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su derecho a una pensión, pero no los estimula, en su condición de ciudadanos,a que se ocupen de sus propios asuntos. Por ello, con la intervención de deter-minadas organizaciones no gubernamentales123, los medios de comunicacióntoman a su cargo la defensa de los proyectos de los pensionistas en su condi-ción de consumidores. Sin embargo, los medios de comunicación no llegan a

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123Con el apoyo de asociaciones locales de muchos pensionistas, han ganado su proceso contra los gobiernos provin-ciales (Cabo del este y KwaZulu-Natal) por el no pago de la pensión (cf. Gorman, 2002, p. 144), éxitos que han sidodifundidos ampliamente en los medios de comunicación.124Arreglárselas con una pensión de vejez [N. del T.].

SUDÁFRICALas pensiones, factor de retroceso de la pobreza

Las pensiones de vejez de los negros de Sudáfrica tienen un importe de 109 USD mensuales(unos 90 €). A pesar de su módico importe, contribuyen a la disminución global de la pobreza.En efecto, se integran en la redistribución de los recursos en el clan familiar. Pero el país tienedificultad para soportar la carga.

En el transcurso de un estudio financiado por el Departamento Británico para el DesarrolloInternacional, los investigadores han constatado que el régimen de las jubilaciones financiadaspor el empresario sin cotizaciones individuales reduce la pobreza; pero subrayan que elpresupuesto de los países pobres con ingresos limitados no les permite asumir esta carga sin unaayuda exterior. En Sudáfrica, ese tipo de pensiones se ha revelado eficaz para reducir la pobreza.Es realizable financieramente, pero los jubilados lo consideran como un derecho; sin embargo, elinforme observa que, más especialmente en las zonas rurales pobres, los jubilados no sebenefician siempre del importe íntegro de su pensión. Sudáfrica es uno de los cuatro paísesafricanos –con Namibia, Botswana y la isla Mauricio– que ha instituido este sistema de pensionesa cargo de las empresas. Irinnews (Geting by on an old-age pension124; 02/03/2004) escribe que elsistema de pensiones de Sudáfrica refleja la historia del país. Los Blancos han percibido susprimeras pensiones en 1928, los Negros en 1940. Pero la disparidad de los importes sólo hadesaparecido un año antes de las primeras elecciones democráticas de 1994. El 64% de losjubilados –el 81% en las zonas rurales– declara que el dinero de las pensiones se añade a losingresos de los demás miembros de la familia debido a la tradición de las familias negras decompartir el dinero recibido, de manera que las pensiones aprovechan a muchas personas. Estapuesta en común de los ingresos permite cubrir los gastos de salud y educación. Aunquecomparten su pensión con los demás miembros de la familia, los jubilados más pobresconsideran que ello forma parte “de las cosas buenas de la existencia”. Según los investigadores,este sistema de jubilación ha evitado que la pobreza no cause más víctimas aún en las regionesorientales de El Cabo, donde es endémica.

FUENTE: Seniorscopie, www.irinnews.org

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trascender la identidad del grupo de “pensionistas” hasta representarlos simple-mente como ciudadanos iguales a los demás, con los mismos derechos que cual-quier otro consumidor.

Madres y padres de la nación

En 2001, el Ministerio de Desarrollo Social, en respuesta a numerosas inquie-tudes relativas a los abusos y al maltrato de que eran víctimas las personas mayo-res, decidió la creación de una comisión encargada de realizar una encuestasobre la naturaleza y la frecuencia de estos abusos, abandonos y malos tratos.Este comité se desplazó por todo el país para oír testimonios y tomar conoci-miento de las aportaciones escritas por un gran número de ciudadanos, perotambién por responsables de asociaciones. Los resultados de esta encuesta sehan publicado en un informe titulado: “Mothers and fathers of the Nation” (Madresy padres de la nación, 2001).

Este informe, comentado ampliamente por los medios de comunicación, haconcluido que los malos tratos experimentados por las personas mayores en loscentros de pago de las pensiones estaban entre los más graves. Las colas inter-minables y las dificultades encontradas en estos centros han eclipsado, en granmedida, los demás problemas. Los pensionistas han sido considerados comovulnerables, no sólo con motivo de los malos tratos sufridos y de los fraudes deque son víctimas por parte de algunos responsables, sino también a causa de lasinterrupciones de pago de determinadas indemnizaciones con motivo de difi-cultades administrativas, sin olvidar los prestamistas oscuros que rondan entorno a los centros de pago. Además, los pensionistas con frecuencia son vícti-mas de agresiones y de robos cuando se alejan de los centros con su dinero. Porúltimo, los pensionistas a menudo son explotados por sus hijos o por otras per-sonas interesadas en su pensión.

El Ministerio que ha decidido efectuar esta encuesta es también el Ministerioresponsable del pago de las pensiones. Es interesante subrayar que, una vez más,el informe objetiva las situaciones de maltrato o de explotación calificando a lasvíctimas de viejas, pobres, meritorias y vulnerables. Una más vez, las personasmayores eran calificadas de pensionistas y no de personas mayores o ciudada-nos.

La movilización de los pensionistas en el seno de un grupo para estar repre-sentados ante el gobierno es poco probable. Eso dependerá de fuerzas exterio-res. Al mismo tiempo, los mayores sudafricanos tienen necesidad de liberarse de

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su identidad de pensionistas a la cual están vinculadas las nociones de depen-dencia y vulnerabilidad. Para darles un medio de expresión auténtico, una rede-finición de esta identidad debería tener en cuenta su pertenencia étnica, sus dife-rencias socioeconómicas y sus aspiraciones. Una nueva identidad debería reco-nocer los derechos de las personas mayores como ciudadanos y consumidores,lo que podría ejercer un efecto emancipador sobre estas personas tanto tiempoestigmatizadas y marginadas como “pensionistas”. Los medios de comunicacióndeberían presentar, desde ahora, una imagen más positiva de los ciudadanosmayores como consumidores con derechos, más que como pensionistas enfer-mos y vulnerables. También deberían promover en la sociedad sudafricana unanueva identidad para estas personas y también un verdadero debate sobre la ciu-dadanía.

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El envejecimiento activo: un factor esencial deintegración socioeconómica para los mayores

DRA. ROSY PEREYRA

Directora del Centro Internacional de la Longevidad (ILC)

República Dominicana

Ha sido en el transcurso de la última década cuando los gerontólogos y los partidarios de unenvejecimiento armonioso han concebido el término de envejecimiento activo. Esperan disipar laestigmatización de una vejez dependiente que representaría una carga para la sociedad. Esteconcepto respondía a un temor: que las contribuciones de las personas mayores a la sociedad nohayan sido reconocidas; también que no hayamos constituido los conocimientos útiles para lacomprensión de estas contribuciones y, por otro lado, que no hayamos creado las políticas y lasprácticas susceptibles de ser puestas de relieve para el conjunto del cuerpo social.

El incremento de la duración de vida de la población mundial se considera,en general, como uno de los éxitos del siglo XX. El aumento masivo de la pobla-ción con 65 y más años tiene, y seguirá teniendo, efectos políticos y económi-cos importantes. El concepto de envejecimiento activo propone un marco deanálisis útil.

¿Cómo definir el envejecimiento activo? Existen varias definiciones, pero noslimitaremos únicamente a desarrollar dos de ellas. El Dr. Butler define el enveje-cimiento activo como la capacidad de trabajar en la condición de asalariado o lade voluntario en una asociación, de trabajar en la familia y de conservar la auto-nomía tanto tiempo como sea posible (Butler, R, 1975). La Dra. Helen Kerschnerdefine el envejecimiento activo como un medio de que la sociedad reconozca lasposibilidades y las capacidades de la población senescente. Así pues, se trata depromover la participación de los mayores en la vida social y su interés por la vidaeconómica; un interés por sí mismos, por sus familias, por su comunidad y porel resto de la sociedad. La Dra. Kerschner añade en su exposición que “el mode-lo del envejecimiento activo implica una participación en el trabajo remunerado,en el voluntariado, en la educación, en el ejercicio físico, en las actividades recre-ativas y en los viajes, en la defensa y en la promoción de determinadas causas, asícomo en la acción política y en el consumo” (Kerschner, H, 1998).

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Como acabamos de ver en estas dos definiciones, cuando hablamos de enve-jecimiento activo no nos referimos solamente al trabajo asalariado, sino a ungran número de actividades que dan sentido a la vida de las personas mayores.

Sin embargo, parece que existiera una relación estrecha entre una vejez logra-da y una vejez activa. Todos sabemos que el concepto de envejecimiento armo-nioso ha variado con el paso de los años. En la actualidad, no refleja sólo laausencia de enfermedades, sino también una cierta seguridad financiera, la satis-facción de estar activo, de tener un empleo, de ser independiente, de hacer fren-te a las dificultades de la vida y, por último, de permanecer en relación con loscuidadores y los allegados.

El estudio realizado en los Estados Unidos por la fundación MacArthur entorno al envejecimiento pone de manifiesto que posee más aspectos positivosque negativos. Las conclusiones de dicho estudio se publicaron en SuccessfulAging 125. Los doctores Rowe y Khan nos explican que una vejez feliz no estádeterminada únicamente por la herencia, sino también por elecciones individua-les tales como: un régimen alimentario correcto, ejercicio, prosecución de acti-vidades motivadoras, buen sentido y relaciones constructivas con los demás.Cuando analizan el papel de la sociedad en la promoción de una vejez armonio-sa, Rowe y Khan nos dicen: “Las claves de una vejez activa están en nuestrasmanos. Sin embargo, lo que podemos hacer por nosotros mismos depende, enparte, de las posibilidades y limitaciones a las cuales tenemos que hacer frente.En resumen, las actitudes y las expectativas de los demás hacia las personasmayores y determinadas políticas públicas no dejan de tener influencia” (Rowe,J.W; Khan, R.L, 1999). Deseamos añadir que, para experimentar el éxito de unavejez feliz, es preciso ser activo y viceversa.

Ahora vamos a analizar la forma en que las modificaciones de la estructurasocial, su difusión y el lugar que en ellas ocupan los hombres y las mujeres, sonsusceptibles de modificar la percepción del público acerca del envejecimiento,así como las diferencias que existen entre los países desarrollados y los países envías de desarrollo. En efecto, es en éstos últimos donde es más significativa larelación entre desarrollo y personas mayores. Con su experiencia, los mayoresrepresentan una baza importante para los países en vías de desarrollo. Una ven-taja que, sin embargo, puede perder importancia si las personas mayores sonmarginadas por leyes discriminatorias o por prejuicios de tipo discriminatorio

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125Envejecimiento con éxito [N. del T.].

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contra la vejez. Una vejez activa consiste en la producción de bienes y serviciospara el beneficio de toda la sociedad. No siempre se trata de actividades direc-tamente lucrativas, sino más bien de actividades dentro de la sociedad, comoocuparse de los niños, efectuar mediaciones o contribuir a orientar los destinosde una comunidad.

Dada la gran cantidad de personas mayores en los países con economías entransición, como la República Dominicana, toda mejora económica implica unincremento de la contribución de los trabajadores de edad avanzada. Sus cono-cimientos deberán aprovecharse y los métodos de trabajo hacerse más flexibles,lo que incluye el recurso al tiempo parcial y la creación de sectores nuevos másadaptados a las personas mayores.

En los países desarrollados, se ha considerado con demasiada frecuencia quelas personas mayores deberían dejar de trabajar. Este punto de vista se basaba,por una parte, en las reglas de la seguridad social y, por otra, en las leyes querigen las bajas por jubilación en los contratos de trabajo. Muchas de estas dispo-siciones se implantaron en un momento en que la esperanza de vida era menoselevada y también se basaron en la decisión de los gobiernos de que los mayo-res dejaran sus puestos a los más jóvenes. Para algunos, la existencia de sistemasde pensiones eficaces permitiría abandonar el mundo del trabajo sin una pérdi-da importante de ingresos.

Sin embargo, un descenso de la demografía provocado por la disminución dela fertilidad ha conducido, en muchos países desarrollados, a que se pida a lostrabajadores de edad avanzada la permanencia en sus empleos. Al principio delsiglo XX, el momento de la jubilación sólo era algunos años anterior al del falle-cimiento. En la actualidad, bien podría representar un tercio de la vida. Por lotanto, es evidente que esta mutación no dejará de influir en la decisión de pro-seguir un trabajo asalariado hasta una determinada edad. En efecto, la disminu-ción del índice de fertilidad en la última parte del siglo XX es susceptible deobligar a los baby boomers a permanecer más tiempo en el trabajo, y ello por lainsuficiencia del número de trabajadores jóvenes que cotizan para financiar laspensiones. Con motivo de las proyecciones demográficas, es indispensable con-tar con los trabajadores de edad avanzada. No sólo será difícil para los paísesdesarrollados el hecho de mantener un tercio de su población adulta en la jubi-lación, sino que, además, se trata de un despilfarro considerable de capital huma-no. En un país como España, donde el índice de natalidad es muy bajo, obser-vamos ya la necesidad de recurrir a la inmigración para responder a las deman-das de la industria y sostener el nivel de las prestaciones sociales.

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A pesar de estas constataciones, hay todavía personas que estiman que lacontratación de trabajadores de edad avanzada en nuevos empleos, o su presen-cia prolongada en su propio puesto, establece una especie de afrenta... Una acti-tud basada en la idea de que la edad afecta negativamente a los rendimientos.

Es evidente que las capacidades decaen con la edad, pero es preciso añadirque la velocidad de esta decadencia varía considerablemente de un individuo aotro. Esto se cumple también entre las funciones y las aptitudes de un individuo.La carrera y el historial personal son factores determinantes de las condicionesdel envejecimiento.

Sabemos que el envejecimiento conduce a transformaciones físicas y psíquicas.Pero, ¿cuál es la relación entre estas transformaciones y las aptitudes para el traba-jo? Varios estudios ponen de manifiesto que la eficacia en el trabajo aumenta, dis-minuye o no tiene ninguna relación con la edad. El resultado de estos estudiosvaría también en función de la medida del rendimiento y de la naturaleza del tra-bajo. En el metaanálisis de 65 estudios realizados por McEvoy y Cascio (Mc EvoyG.M; Cascio W.F, 1989), la edad y el rendimiento en el trabajo no están vincula-dos. Si partiéramos de que con la edad aparece una cierta lentitud, podríamos ima-ginar que la velocidad de golpeo de una mecanógrafa de edad avanzada sigue lamisma pendiente. Sin embargo, Salthouse llega a una conclusión sorprendente:“los rendimientos no varían con la edad” (Salthouse, TA, 1984). La explicación esque las mecanógrafas experimentadas no pulsan letras aisladas, sino fragmentosde frases o frases enteras, y ello por su gran práctica en las “ventanas visuales”. Elestudio concluye que los trabajadores mayores poseen una elevada motivación,están bien organizados, tienen una actitud positiva frente al trabajo y son menospropensos a la competencia; además, sufren menos accidentes laborales que losmás jóvenes. En cambio, si se accidentan, su tiempo de recuperación es más largo.Por último, el absentismo y la inestabilidad en el trabajo diminuyen con la edad.

El acervo profesional de los trabajadores de edad avanzada puede comple-tarse mediante el aprendizaje de nuevas tecnologías. De esta manera, podránconservar y asentar mejor sus funciones en el desarrollo económico. La contri-bución de los mayores es, sin duda, cualitativamente diferente, pero es eficaz.

En todos los países, los mayores deberían ser apoyados y estimulados; esti-mulados a desempeñar un papel activo tanto tiempo como deseen o puedan. Enel caso contrario, si no tuvieran ya la posibilidad de atender a sus necesidadesmediante una actividad productora, deberían poder beneficiarse de una protec-ción social suficiente.

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Por diversos motivos, casi todos los países disponen de leyes y reglamentosque limitan la posibilidad de los mayores de continuar en una actividad profe-sional, o de postular por un nuevo empleo. Con frecuencia se trata de una medi-da discriminatoria que impide el reconocimiento de una posible contribución delas personas mayores a la sociedad.

La productividad en el trabajo de las personas mayores se basa en la expe-riencia, la creatividad y la sagacidad, aunque no siempre lo comprenda todo elmundo. Es frecuente que estas competencias se ejerzan en el trabajo voluntario,en funciones electivas o en el papel más informal de mediador en el seno de unacomunidad.

Influencia de las poblaciones y de las migraciones en la productividad durante la vejez

La urbanización es la tendencia más notable de la segunda mitad del sigloXX. La población urbana de todas las edades se ha más que duplicado entre1950 y 1975 y se ha incrementado después desde el 55% de 1975 hasta 1990. Alprincipio de la década de 1990, el 45% de la población mundial, cerca de 2,4millardos de personas, vivían en zonas urbanas. Casi las tres cuartas partes de lapoblación de los países desarrollados está urbanizada, frente a algo más de latercera parte en los países en vías de desarrollo. Según las estimaciones deldepartamento de asuntos económicos y sociales de las Naciones Unidas, en1995 el porcentaje de personas mayores que vivían en las zonas urbanas de lospaíses desarrollados, que se situaba entre el 25 y el 30%, debería sobrepasar el50% en 2015.

Como la urbanización se debe, en gran parte, a la migración de jóvenes desdeel campo a las ciudades en busca de una vida mejor, se ha modificado la mediade edad en las regiones de origen y en las regiones de acogida. En los países envías de desarrollo, las zonas rurales ven aumentar su media de edad de maneradesproporcionada. Este desequilibrio demográfico resulta de las migraciones deadultos jóvenes hacia las zonas urbanas y, en determinados casos, de la migra-ción inversa de personas mayores de las zonas urbanas en dirección de las zonasrurales (Pereyra, R.E, 2001).

Si estas tendencias hacia la urbanización prosiguieran, entonces los temoresde conflictos entre generaciones estarían fundamentados. La urbanización enlos países en vías de desarrollo tiene, además, efectos negativos en las posibili-dades de empleo en las zonas rurales, sobre todo para los oficios tradicionales.

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Cuando un trabajador de edad avanzada pierde su trabajo, le resulta sumamen-te difícil encontrar otro. Por otro lado, el concepto de jubilación tiene pocaimportancia para los trabajadores independientes de los sectores rurales (sectoragrícola y pequeñas empresas); en las zonas rurales de los países en vías de des-arrollo, los mayores tienen tendencia a trabajar durante más tiempo que en cual-quier otro sector de la economía.

Con motivo de la modificación general de la pirámide de edades en los paí-ses en vías de desarrollo (la edad creciente de los propietarios rurales, un aumen-to de la longevidad en el campo y las migraciones en curso de las personas jóve-nes hacia las ciudades), son las capas de edad más avanzada las que representa-rán un papel activo en el desarrollo rural.

El envejecimiento en las zonas rurales de los países en vías de desarrollo esdiferente del envejecimiento en las zonas urbanas:

1. En las zonas rurales, los mayores no se jubilan, siguen trabajando hasta elagotamiento de sus fuerzas, aunque la naturaleza de sus actividades puedavariar en función de sus aptitudes físicas.

2. Las personas mayores de las zonas rurales viven en un entorno familiarmultigeneracional. Por lo tanto, su suerte está vinculada a la del grupo ensu totalidad.

3. En las comunidades rurales se observa una mayor solidaridad que en laszonas urbanas.

4. Una proporción relativamente escasa de la población rural es asalariada.Así pues, la mayor parte de ella no se ve afectada por una edad obligato-ria de jubilación, pero no está cubierta por ningún seguro.

La situación es diferente en el sector urbano. Hacia 2025, más de la mitad dela población de los países en vías de desarrollo vivirá en las ciudades. La urba-nización va acompañada de cambios en la estructura económica y en las relacio-nes sociales. El concepto de jubilación pasará a ser una realidad en los países envías de desarrollo para un número creciente de trabajadores de edad avanzada.En los sectores públicos y privados, los trabajadores deberán participar en losplanes de pensiones. El sector público, en concreto, ha sido objeto de presionescon el fin de bajar la edad de la jubilación para dejar sitio a nuevos trabajadores.Al mismo tiempo, la economía urbana demanda flexibilidad cada día con másexigencia. La transición hacia una situación de flexibilidad y el trabajo a tiempoparcial abren la posibilidad de que los mayores contribuyan durante más tiempoal desarrollo económico, y ello en condiciones mucho más favorables.

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En las zonas urbanas, hay un gran número de personas mayores que nuncahan conocido un salario. Son personas procedentes del medio rural que, a peti-ción de sus hijos, han ido a vivir en zonas urbanas. Las mujeres no han trabaja-do nunca porque sus maridos se lo prohibían. Estas personas pueden ser pro-ductivas en función de su estatus económico. Si proceden de las clases medias osuperiores, se dedicarán al voluntariado, mientras que si proceden de las clasespopulares se emplearán en actividades domésticas, se ocuparán de sus nietos otrabajarán a tiempo parcial.

Si se observa un mayor número de hombres de edad avanzada en las zonasrurales, es porque sus hijos prefieren tener a su madre junto a ellos en la ciudad.En efecto, la madre es más susceptible de ayudarlos en los trabajos domésticosy de ocuparse de los hijos mientras ellos trabajan.

Sexo y productividad

Las mujeres y los hombres de edad avanzada, con diferencias enraizadas ensus papeles tradicionales, pueden contribuir más al progreso social si estos pape-les, con sus potencialidades propias, son reconocidos y estimulados. La discri-minación contra las mujeres de edad avanzada debe frenarse con ayuda de polí-ticas que tengan en cuenta su pobreza, una pobreza que resulta de desigualda-des estructurales.

La integración de las mujeres en la economía formal ha constituido en todoslos países una de las tendencias fuertes de estos veinte últimos años. Este fenó-meno ha representado un cambio importante en la estructura de la poblaciónactiva en numerosos países en vías de desarrollo. En el pasado, la simple cons-tatación de que no trabajaban en la economía formal habría sido suficiente paramarginar la contribución económica de las mujeres de edad avanzada.

Sin embargo, en el transcurso de los próximos veinte años, las mujeres quehayan trabajado en esta economía envejecerán a su vez. Como ya no estarán enedad de procrear, las mujeres de edad avanzada podrán convertirse en un ele-mento importante del desarrollo económico si siguen siendo productivas. Paraque esto ocurra, será preciso catalogar sus necesidades esenciales, definir yponer a su disposición los programas de que tengan necesidad para mejorar ycompletar sus experiencias.

Por último, las funciones no remuneradas de las personas mayores, hombresy mujeres, que cuidan de los niños, de los adultos con discapacidad y de los

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ancianos, deben ser reconocidas, tratadas en su justo valor y estimuladasmediante ayudas públicas. Las instituciones universitarias, con el apoyo de losgobiernos, deberían efectuar investigaciones para profundizar los conocimien-tos acerca de las posibilidades económicas y las contribuciones no remuneradasde los hombres y de las mujeres de edad avanzada en beneficio de la economíay de la sociedad en su conjunto.

Debemos mantener presente que el envejecimiento y la pobreza constituyenvariables asociadas íntimamente. El envejecimiento activo no es sólo una nece-sidad social, sino también un imperativo económico.

“Aun cuando nuestro hombre exterior se va desmoronando, el hombre interiorse va renovando de día en día.” (II Corintios 4, 16.)

Bibliografía

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KERSCHNER H. (1998): Productive ageing a quality of life Agenda. Jam of Diet Assoc. 98: 1445-1448.

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El trabajo y la protección social, dos claves delanálisis del poder económico de los mayores:el caso de China

DELL PENG

Profesor en el Instituto de Estudios Demográficos

Universidad Renmin, Pekín, China

Aunque China haya mejorado su sistema de protección social y ampliado la cobertura de susistema de pensiones, sólo la cuarta parte de los chinos de edad avanzada percibe una jubilación.La mayoría de las personas mayores es económicamente dependiente de los descendientes; estasituación afecta de manera considerable a la independencia de las personas mayores, que seconsideran a menudo como una carga para sus familias. Para evitar esta situación y ser capacesde participar plenamente en la vida social, muchos de los “más jóvenes de los viejos” eligentrabajar el mayor tiempo posible. La mejora de la salud y un fuerte crecimiento económicopermiten a las personas de edad más avanzada trabajar durante más tiempo que antes. Estoabre nuevas perspectivas para las condiciones de vida y el “poder” de las personas mayores. Lasituación económica de las personas de edad más avanzada depende, pues, en gran medida, de sucapacidad de trabajar. De ello depende su nivel de recursos, así como su peso financiero en lafamilia.

A finales de 2003, la población china se estimaba en alrededor de 1,3 millar-dos de personas. Los mayores de 60 años representaban unos 130 millones, osea el 10,3% de la población. Los más viejos, con edades de 65 y más años,sobrepasaban los 90 millones y representaban en torno al 7% de la población.Estas cifras indican que China tiene la población de edad avanzada más nume-rosa del mundo y que entra en una nueva era de envejecimiento. Se estima queel número de los mayores de 60 años en China sobrepasará los 357 millones en2030 y los 439 millones en 2050, ó sea, la cuarta parte de la población total.

¿Por qué preocuparse, en este contexto concreto, de la participación en el tra-bajo de los cerca de 130 millones de personas mayores? El puesto de los más vie-jos en el trabajo puede ayudarnos a comprender su papel en el sistema económi-co y su situación financiera. Intentaremos comprender, en primer lugar, las con-diciones de su envejecimiento; si siguen en actividad, por ejemplo. A continua-ción, intentaremos saber por qué han elegido continuar siendo trabajadores enactivo. Por último, abordaremos la cuestión de su papel en la producción.

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Cuando se habla del trabajo de las personas de edad más avanzada en China, espreciso tener en cuenta que la sociedad china se basa todavía, en gran medida, enla agricultura, y que más del 75% de las personas de edad más avanzada habitanen las zonas rurales. Una mayoría de estos mayores rurales depende económica-mente de sus hijos para su subsistencia diaria y, sobre todo, al final de su vida.

¿Cuántas personas mayores trabajan en China?

En China, en comparación con los países desarrollados, la edad de jubilaciónes relativamente poco elevada. Las mujeres pasan a la jubilación a los 50 años ylos hombres a los 60. Así pues, la mayor parte de las personas se jubilan antesde cumplir 60 años. Pero un gran número sigue trabajando hasta una edad muyavanzada. En efecto, como la jubilación no es obligatoria en el sector agrícola,y habida cuenta de la fuerte proporción de la población rural, los chinos inten-tan prolongar lo más posible su actividad profesional. Por lo tanto, en compa-ración con otros países, en China hay muchas personas mayores en el trabajo.Según las cifras del censo de 2000, sobre la totalidad de los que tienen 60 y másaños, 43 millones estaban todavía en el trabajo, lo que representa el 33% de lapoblación total (Wu y Du, 2003).

En la medida en que el sistema de jubilaciones no está generalizado todavíaen las zonas rurales, el 43,2% de las personas mayores de 60 y más años estabatodavía en el trabajo en 2000. En cambio, los trabajadores de las ciudades sejubilan entre los 50 y los 60 años. El índice de participación en el trabajo de laspersonas mayores en las ciudades es bajo (el 10,1% en las ciudades muy grandesy el 19,7% como media en las ciudades en 2000). En este contexto, las personasmayores del campo representan la mayor parte de los trabajadores de edad avan-zada y, entre los 43 millones de personas mayores que trabajaban en 2000, el86,3% procedían de las zonas rurales. Por lo tanto, la proporción de las perso-nas mayores que aún trabajan es mucho más importante en el campo que en lasciudades (véase el cuadro 1)

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Hombres Mujeres Total

Metrópolis 14,8 5,7 10,1

Ciudades 27,4 12,4 19,7

Campo 54,9 31,9 43,2FUENTE: Oficina del censo (2002). Cuadros de 2000, Censo de la población de la República Popular deChina, China Statistical Publishing House, Beijing.

Cuadro 1: Proporción de los trabajadores de edad avanzada que están todavía en el trabajo en China en 2000

(en %).

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Los datos de esta tabla ponen de manifiesto que, en 2000, la proporción delas personas mayores en el trabajo en las zonas rurales era al menos tres vecesmás elevada que en las metrópolis y en las ciudades. Existen considerables dis-paridades entre hombres y mujeres en todas las regiones: los hombres de edadavanzada que siguen en el trabajo son unas dos veces más numerosos que lasmujeres de edad avanzada. Según el censo nacional de 2000, sólo el 4,8% de lostrabajadores de edad avanzada de las zonas rurales percibían pensiones, mien-tras que más de la mitad de los trabajadores de edad avanzada de las ciudades sebeneficiaban de ellas. (Wu y Du, 2003). Es evidente que, por las condicionesrelativamente atrasadas del modo de producción en el campo, una gran parte delas personas mayores deben atender por sí mismas a sus necesidades.

Con el desarrollo económico de China, el número de las personas mayoresque aún trabajan podría disminuir, sobre todo en las zonas rurales. El gobiernointenta ampliar la cobertura social a los que todavía están excluidos de la misma.En las zonas rurales del este se ha puesto ya en marcha un sistema de jubilación.En consecuencia, la proporción de jubilados en las zonas rurales está llamada aaumentar en el transcurso de la próxima década. Con mejoras en materia deeducación, de salud, y con cambios de las actitudes sociales, algunos jubiladosacaso prefieran seguir siendo trabajadores en activo.

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CHINA FRENTE A SU ENVEJECIMIENTOChina se enfrenta a graves dificultades para resolver los problemas vinculados al

envejecimiento.Un chino de cada diez tiene más de 60 años y la mayor parte de los mayores viven en el

medio rural. Sus ingresos mensuales medios en el medio urbano es de 75 euros y en Pekín unreconocimiento médico anual cuesta unos 132 euros, de los que alrededor del 70 al 80% seránreembolsados.

La situación en el campo es preocupante.Mientras que la longevidad, entre 1990 y 2000, ha pasado de 68 a 71 años y las condiciones

de vida han mejorado, los mayores constituyen todavía el grupo más desfavorecido de la sociedadchina. En el campo, dependen, sobre todo, de la ayuda de su familia o de sus propias habilidadespara continuar con el cultivo de la tierra.

Los expertos insisten en la urgencia de establecer un sistema de seguridad social que englobea los mayores del campo. El gobierno se esfuerza actualmente en mejorar el que ampara a losmayores de las ciudades. Los gastos del Estado a favor de las personas mayores se hanquintuplicado entre 1982 y 2000.FUENTE: seniorscopie.com

www.straitstimes.asia 1.com.sg

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En China, las diferencias en el trabajo entre hombres y mujeres, jóvenes ymenos jóvenes, no son significativas, porque el Estado ha adoptado una políti-ca de igualdad en el empleo y en los salarios. Sin embargo, por muchas razonesprácticas, las diferencias entre los sexos se agravan con la edad. Por ejemplo, ladiferencia inicial entre hombres y mujeres a la edad del paso a la jubilación hacemás difícil una recuperación del empleo para las mujeres a los 60 años, trashaber estado 10 años jubiladas. Es una de las explicaciones del débil índice departicipación de las mujeres de edad avanzada en el trabajo. Por otra parte, éstasúltimas tienen a menudo responsabilidades familiares, participan en la educaciónde sus nietos. Les resulta difícil trabajar fuera del hogar. En realidad, aportan untrabajo no remunerado que no figura en las cifras presentadas antes.

¿Por qué las personas mayores trabajan todavía?

Para garantizar los recursos de las personas mayores, la República Popular deChina ha promulgado una ley de defensa de los derechos y de los intereses deesta categoría de ciudadanos. Esta ley entró en vigor en octubre de 1996. Su artí-culo 10 estipula que las personas mayores estarán principalmente a cargo de susfamilias. El artículo 11 insiste de igual modo en los deberes de las familias haciasus ascendientes. En este marco, ayudar económicamente a las personas mayo-res se convierte desde entonces en una responsabilidad legal para las jóvenesgeneraciones; una obligación que, en definitiva, coincide con una importantetradición cultural en China.

Según la encuesta nacional de 2000, los ingresos anuales medios de las per-sonas de edad más avanzada era de 8.496 yuanes (1 euro = 9,59 yuanes) en lasciudades y de 2.232 yuanes en el campo (China Research Center on Ageing126,2003). Los ingresos de los ciudadanos de edad avanzada son más elevados quelos ingresos medios de los demás ciudadanos (6.280 yuanes), mientras que losingresos de los campesinos de edad avanzada son similares a la media de losingresos en el campo (2.253 yuanes).

Las diferencias entre los ingresos de las ciudades y los del campo –aunquelos niveles de ingresos son generalmente más bajos para los campesinos deedad avanzada que para los ciudadanos de edad avanzada– son todavía másimportantes entre los ricos y los pobres. Cerca de la mitad de los campesinosde edad avanzada disponían de unos ingresos anuales medios de menos de

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126Centro de Investigación sobre el Envejecimiento de China [N. del T.].

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127Aunque el texto original indica elevada (élevée), debe tratarse de un error, ya que estaría en contradicción con elresto del párrafo [N. del T.].

1.000 yuanes, proporción unas tres veces más baja127 que para los ciudadanosde edad avanzada. Los ingresos mensuales de un campesino de edad avanzadaera de 186 yuanes en 2000, es decir, un tercio de los de un ciudadano de edadavanzada (708 yuanes).

Históricamente, los recursos de los chinos de edad avanzada provienen, ala vez, de su trabajo y de su familia, en especial de sus hijos. Con la industria-lización y la urbanización, un número creciente de personas mayores se habeneficiado de las pensiones. Estas pensiones constituyen desde entonces elprincipal recurso de los ciudadanos de edad avanzada. Según el censo de 2000,el 58% de las personas mayores viven de su pensión, mientras que sólo el 4,4%en las zonas rurales la perciben. El porcentaje de los jubilados en las zonasrurales permanece casi idéntico desde hace 10 años, mientras que en las zonasurbanas se ha incrementado en el 20%. En estas condiciones, las disparidadesde ingresos entre las personas mayores de las ciudades y las del campo se hanagravado.

El censo de 2000 subraya de nuevo que los hijos representan un papel impor-tante en la atención de los padres. En el conjunto de las personas mayores de 60y más años, el 43,8% depende, principalmente, del apoyo financiero de sus hijosy de los demás miembros de su familia. En las zonas rurales esta proporción esdel 48,9%. Las investigaciones revelan también que las personas mayores depen-dientes principalmente de sus hijos viven bajo el mismo techo que estos últimos(Du, 2003). Esta situación se aplica, sobre todo, a los campesinos de edad avan-zada, en especial a las mujeres.

La Figura 1 indica que cuanto más avanzada es la edad de una persona másdepende de sus hijos, y ello por dos motivos: cuanto más envejecen las perso-nas, más se debilita su salud y más deben abandonar su trabajo en la agriculturay perder así su única fuente de ingresos. Por otra parte, cuanto más avanzada esla edad de las personas, menos susceptibles son de percibir una pensión, y máshan de contar con el apoyo de sus hijos. A largo plazo, como las bases de la eco-nomía han cambiado progresivamente y hay más personas que perciben pensio-nes, las condiciones de vida de los mayores deberían mejorar. Sin embargo, lasituación en el campo no es esa aún y es probable que los campesinos mayoressigan dependiendo todavía mucho tiempo de sus hijos.

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La figura 1 indica también que son los “más jóvenes de los viejos” quienessiguen aún en el trabajo. Este grupo representa una proporción mayor de jubi-lados, comparada con la generación precedente de los “viejos viejos”. En 2000,entre los 60 y 64 años, el 50% dependía de su trabajo y el 22% consideraba supensión como su principal ingreso. Si bien en este grupo de edad la proporciónde personas dependientes de sus hijos alcanzaba el 26%, se trataba de la propor-ción más débil, en comparación con los demás grupos de edad más avanzada.

Aunque un cierto número de personas mayores continúa trabajando paramantener sus ingresos a un nivel constante, la mayoría de ellas abandona pro-gresivamente el mercado del trabajo. La figura 1 indica que a los 60 años, cercade la mitad de las personas de edad más avanzada (55,5%) declara que el traba-jo representa su principal fuente de ingresos. A los 65 años, esta proporción seha reducido al 42,5%. A los 70 años, no representa más del 26,9% (Du, 2003).Sólo los “más jóvenes de los viejos” viven gracias a su salario y ello durante unperíodo relativamente corto. Hacia los 65 años, los trabajadores de edad avan-zada comienzan a abandonar el mercado de trabajo.

¿Qué hacen los trabajadores de edad avanzada?

Según los datos del censo de 2000, un número importante de los trabajado-res de más de 60 años se encuentra todavía en actividad. El 91,0% de los traba-jadores en activo de más de 60 años trabaja en la agricultura, la ganadería, lapesca y la explotación forestal; el 2,6% trabaja en el comercio, la restauración yla distribución y el 2,4% en la industria (véase el Cuadro 2). El reparto de lapoblación de edad avanzada sigue la curva del desarrollo económico del país.Como China es un país en vías de desarrollo, del conjunto de la población acti-va en 2000, el 64,4% estaba empleada en el sector agrícola, la actividad forestal,la ganadería y la pesca. El descenso del número de los trabajadores de edadavanzada en este sector es la principal variación observada entre los censos de1990 y de 2000. Pero, en el mismo período, la proporción de los trabajadores deedad avanzada, con respecto a los jóvenes, aumentaba en este sector.

El análisis de los datos del año 2000 que se refieren a las diferencias entrehombres y mujeres revela que las mujeres de edad avanzada que aún trabajanson, sobre todo, del sector agrícola (95,0%). Allí se las encuentra en mayornúmero que a los hombres. En segundo lugar viene el sector del comercio y dela restauración, que suma el 2,1% de los empleos de las mujeres de más 60 añosen actividad. La misma jerarquía se aplica a los hombres. Los datos ponen de

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manifiesto que ha aumentado el número de hombres de edad más avanzada conun empleo en la agricultura, el comercio y los servicios de mantenimiento, mien-tras que los efectivos de esta categoría han disminuido en la industria, los servi-cios y los organismos oficiales. Esta tendencia debe ponerse en relación con laevolución del sistema de pensiones. Además, la proporción de las mujeres deedad avanzada que trabaja en la industria y la agricultura ha disminuido, mien-tras que se ha incrementado para las mujeres de edad avanzada que trabaja en elcomercio (véase el cuadro 3).

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FIGURA 1: Recursos de las personas mayores en China desglosados por edades

FUENTE: Du Peng (2003). Posiciones y evolución de los recursos de las personas mayores en China, Estudio de Población, 2003(6)

Por último, es preciso subrayar que los campesinos de edad avanzada hanmarcado fuertemente el mundo del trabajo con su presencia. Y con razón, pues-to que representan las tres cuartas partes de la población de edad avanzada yconstituyen por ello un grupo mucho más importante que los trabajadores delas ciudades. La mayor parte de los trabajadores de edad avanzada rurales estánempleados en el sector agrícola, mientras que los ciudadanos de edad avanzadaestán presentes especialmente en la industria, el comercio y los servicios socia-

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les. El empleo de los trabajadores de edad avanzada está en íntima relación consu nivel de estudios. Entre la población de edad avanzada iletrada, el 95,8% tra-baja en la agricultura, las actividades forestales, la ganadería y la pesca. El 60,5%de los titulados universitarios ocupan puestos a diversos niveles en actividadescientíficas y técnicas. El 12,8% son gestores al servicio de organismos públicos,de partidos, de organizaciones no gubernamentales y de empresas, y el 11,7%ocupan funciones administrativas (Wu y Du, 2003).

Conclusión

En China, como en otras partes, inscribirse en una actividad social es muyimportante para las personas mayores. El trabajo es uno de los medios principa-les de esta integración social. Entre los 130 millones de personas mayores queviven en China, un tercio de ellas trabajan en el sector agrícola. ¿Se trata de que

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Total Hombres de más Mujeres de más

de 60 años de 60 años

Actividades Cantidad % Cantidad % Cantidad %

TOTAL 4.222.028 100 2.666.080 100 1.555.948 1001. Agricultura I 3.842.489 91,01 2.364.083 88,67 1.478.406 95,022. Minería 7.334 0,17 6.773 0,25 561 0,043. Manufactura 99.666 2,36 79.625 2,99 20.041 1,294. Electricidad, gas y agua 3.371 0,08 3.142 0,12 229 0,015. Construcción 19.678 0,47 18.968 0,71 710 0,056. Investigación geológica 1.727 0,04 1.649 0,06 78 0,017. Transporte y telecomunicaciones 11.881 0,28 10.953 0,41 928 0,068. Comercio II 108.812 2,58 76.605 2,87 32.207 2,079. Financiación y seguros 2.912 0,07 2.630 0,10 282 0,0210. Gestión de residencias III 2.273 0,05 1.988 0,07 285 0,0211. Servicios sociales 34.057 0,81 26.427 0,99 7.630 0,4912. Sanidad IV 21.273 0,50 17.209 0,65 4.064 0,2613. Educación, cultura y arte 26.747 0,63 22.798 0,86 3.949 0,2514. Investigación científica y técnica 4.086 0,10 3.558 0,13 528 0,0315. Organismos del Estado, partidos

y comités de ONG32.406 0,77 26.911 1,01 5.495 0,35

16. Otras actividades 3.316 0,08 2.761 0,10 555 0,04I La agricultura integra la ganadería, las actividades forestales y la pesca.

II El comercio integra la restauración, los muebles y la difusión y el almacenamiento de mercancías.

III La gestión de residencias comprende los inmuebles y los lugares públicos.

IV La sanidad integra el deporte y el bienestar social.

Nota: estas cifras presentan algunos elementos del censo, y el ratio tipo es del 9,8465% de la población de edad avanza-

da total.

FUENTES: Cálculos establecidos sobre la base de las cifras publicadas por la Oficina del Censo de la Población (2002),

Tabulation of the 2000 Population, Census of the People's Republic of China, China Statistical Publishing House, Beijing.

CUADRO 2: Distribución por actividad de los trabajadores de edad avanzada en China, 2000

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necesitan una actividad o trabajan por necesidad económica? Podemos interpre-tar los datos de dos maneras. Por una parte, el incremento de la esperanza de vidacon mejor salud permite a un número creciente de chinos trabajar más tiempo y,por otra parte, la falta de cobertura social en las zonas rurales representa un papelno despreciable en el hecho de que los campesinos de edad avanzada mantengansu actividad profesional en China. Se puede pensar razonablemente que, en una odos décadas, a medida que se extienda la cobertura social, habrá menos trabajado-res de edad avanzada. En China, el poder económico de los jubilados, que es loque aquí estudiamos, depende en alto grado de estas consideraciones.

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Cantidades % Cantidades % Cantidades %

4.222.028 100,00 2.666.080 100,00 1.555.948 1 00,00

1. Gestor de organismo público I 18.031 0,43 15.896 0,60 2.135 0,14

2. Personal científico y técnico de

diversas categorías59.406 1,41 50.658 1,90 8.748 0,56

3. Personal de oficina y asimilado 57.353 1,36 53.258 2,00 4.095 0,26

4. Agentes del comercio y de

los servicios148.280 3,51 105.855 3,97 42.425 2,73

5. Trabajadores de la agricultura II 3.847.332 91,13 2.366.146 88,75 1.481.186 95,20

6. Trabajadores de la industria, de

los transportes y sectores asociados89.550 2,12 72.614 2,72 16.936 1,09

7. Trabajadores no clasificados 2.076 0,05 1.653 0,06 423 0,03

I La gestión de organismos públicos comprende los partidos y ONG, Empresas del estado e instituciones.

II Los trabajadores de la agricultura integran la explotación forestal, la ganadería y la pesca.

Nota: Estas cifras presentan algunos elementos del censo de 2000, el ratio tipo es del 9,8465% de la población de edad

avanzada total.

FUENTES: CÁLCULOS ESTABLECIDOS SOBRE LA BASE DE LAS CIFRAS PUBLICADAS POR LA OFICINA DEL CENSO DE POBLACIÓN (2002), TABULATION

OF THE 2000, POBLATION CENSUS OF TE PEOPLE'S REPUBLIC OF CHINA, CHINA STATISTICAL PUBLISHING HOUSE, BEIJING.

CUADRO 3. Empleos en los cuales se encuentra más a menudo la población de edad avanzada en China, 2000

Ocupación TotalHombres de más

de 60 años

Mujeres de más

de 60 años

BIBLIOGRAFÍA

CHINA RESEARCH CENTRE ON AGEING (2003): “Data Analysis of the Sampling of Survey of the AgedPopulation in China”, China Standard Press.

DU PENG (2003): “The Status and Change of the Main living Resources of Older Persons in China”,Population Research (6).

POPULATION CENSUS OFFICE (2002): “Tabulation of the 2000 Population Census of the People's Republicof China”, China Statistical Publishing House, Beijing.

WU CANGPING Y DU PENG (2003): 2000 Census Report on Chinese Elderly, National Census Office.

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Las cooperativas de personasmayores en Ecuador

NELSON JURADO

Psiquiatra Gerontólogo, Miembro del Comité Técnico para el segundo Plan

Mundial del Envejecimiento

Las cooperativas de personas mayores son asociaciones de personas mayores en las cuales losafiliados agrupan sus ahorros. Estas cooperativas están reguladas por las leyes que rigen elsistema financiero y, por lo tanto, pueden actuar como instituciones financieras. Su composición ysus objetivos son totalmente distintos que los de las asociaciones de jubilados y de personasmayores que están reguladas por el Código Civil y que no tienen fines lucrativos. Estasasociaciones tienen objetivos sociales y políticos y pretenden representar a los mayores en la tomade decisiones de la sociedad.

El presente documento analiza algunos de los mecanismos mediante los cuales se organizanestas formas originales de autogestión económica para las personas mayores.

La vejez es un proceso irreversible, pero las enfermedades y los trastornosque la suelen acompañar no son inevitables. Las enfermedades cardiovasculares,metabólicas y degenerativas pueden evitarse o limitarse gracias a medidas queimpidan o retarden su aparición a edades avanzadas. En este marco es dondeson esenciales las prestaciones sanitarias de las cooperativas.

La experiencia de Ecuador pone de manifiesto que hay otros modelos alternati-vos de atender a las personas mayores. Demuestra también que las personas mayo-res son capaces de participar en una gestión de asistencia y participación social.

Contexto

En Ecuador, el porcentaje de personas mayores 60 años se ha duplicado enmenos de un cuarto de siglo: ha pasado del 3,4% en 1984 al 7% en 2000, esdecir, de 350.000 en 1984 y 850.000 en 2001, para una población total de12.174.628 habitantes (censo de 2001). De esta cifra, 231.000 personas estánjubiladas, lo que representa el 27% de la población de edad avanzada y 100.000reciben un Bono de Solidaridad (que se eleva a unos 11,50 euros mensuales). Setrata de una ayuda económica mensual que se concede a las personas que no

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pueden pagar su cotización a la Seguridad Social y que, por consiguiente, no per-ciben la pensión normal del Sistema General de Jubilación de la Seguridad Socialde Ecuador. Los jubilados que se benefician de este régimen perciben unos 120euros en 14 mensualidades anuales.

La suma mínima de supervivencia para una persona sola es de 117 eurosmensuales y de 297 euros mensuales para una familia de 5 miembros.

El principio de las cooperativas

Con motivo del debilitamiento del modelo de Estado del bienestar y de lainsuficiencia de este modelo para satisfacer sus necesidades, las personas mayo-res deben asumir por sí mismas las acciones necesarias para mejorar su calidadde vida. Esto pasa por la participación política a través de sus organizacionesrepresentativas, pero también por mecanismos que incrementan sus ingresos.

Al final de un largo proceso de agrupación, las organizaciones de personasmayores han ido obteniendo poder, poco a poco, en la sociedad ecuatoriana.

Es este contexto nacieron las Cooperativas de Economía y de Crédito, quetienen por objeto conceder prestaciones económicas y sociales, esencialmenteen materia sanitaria.

En la actualidad, la Cooperativa de Solidaridad, con sede en Guayaquil (el puer-to exportador más importante de Ecuador en el Pacífico), opera a favor de 6.600jubilados. Esta cooperativa fue reconocida por el Estado en diciembre de 2001.Mencionemos también la Cooperativa “Andalucía” en Quito (capital de Ecuador)que existe desde hace 34 años. Fue fundada en 1970 para promover un envejeci-miento activo en la población. En la actualidad cuenta con 36.000 miembros.

Organización de las cooperativas

La autoridad máxima de las cooperativas es su Asamblea, que reúne a todoslos miembros dos veces al año. Esta Asamblea elige un director, que dirige losdiversos aspectos administrativos, y un Consejo de Supervisión, responsable decontrolar las actividades esencialmente económicas (ingresos, gastos...).

Las ventajas de una organización de esta clase no son únicamente las deriva-das de la autogestión, sino también las de una cierta toma de poder de sus pro-pios recursos y prestaciones a través de la administración autónoma. Por suparte, el Estado sólo ejerce un papel de controlador y de regulador a escala legal.

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Los objetivos de las cooperativas recogidos en las leyes ecuatorianas son,ante todo, promover la cooperación económica y social entre los afiliados y apli-car los servicios de asistencia. No debe realizarse ninguna actividad con fineslucrativos.

Los grandes ejes propuestos por las cooperativas

Los proyectos de las cooperativas se articulan en torno a siete grandes ejes:

A - Repensar el poder1) Consolidar los programas existentes, suscitar iniciativas y crear nuevos

mecanismos de participación.2) Trabajar en la elaboración de un consenso para la toma de decisiones.3) Reforzar el voluntariado mediante la formación y la adquisición de ins-

trumentos dirigidos a ayudar a la comprensión de su entorno y a latoma de decisiones bien informada con respecto a las orientaciones dela Cooperativa. Favorecer un compromiso real de los agentes sociales.

4) Salir de un enfoque exclusivamente sanitario de la persona mayor e inte-grar el envejecimiento en el marco de concepciones en las cuales se inte-gran, al mismo tiempo, el bienestar del individuo y de su comunidad.

B - Repensar el envejecimiento5) Reforzar el concepto de envejecimiento activo. En ausencia de enfer-

medad, el acompañamiento de la persona mayor implica acciones deprevención y de animación.

6) Reorientar los sistemas y los servicios en función de las necesidades delas personas mayores.

7) Favorecer la igualdad social y la igualdad entre los dos sexos en las deci-siones de política pública.

En el seno de la comunidad, la diseminación de los conocimientos referen-tes al envejecimiento y la difusión de las innovaciones a la mayor profundidadposible incumbe a los proveedores de servicios, que deben actuar con totaltransparencia.

Las prestaciones concedidas a las cooperativas

Poner a disposición de los miembros créditos a los tipos del mercado, conlimitación de los márgenes bancarios.

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Entrega de certificados de aportación (son certificados concedidos a los aho-rradores periódicos de la cooperativa y que les da derecho a elegir y a ser elegi-dos durante las asambleas). En la práctica, estos certificados les permiten dirigirla cooperativa. Esta organización adopta los principios de una Asamblea deAccionistas.

■ Créditos de urgencia deducidos del importe de los activos.■ Tarifas preferenciales de los servicios médicos, que incluyen visitas de

especialistas y a domicilio.■ Prestación farmacéutica: venta de medicamentos a bajo precio.■ Ayuda al importe de las exequias para la familia del asociado fallecido.■ Formación para la creación de microempresas y estímulos a la actividad

económica a través de:– Cursos de panadería.– Pintura en lienzo.– Arte floral.– Costura.– Otros.

Conclusión

La acción de las cooperativas se inscribe en una estrecha relación entre la pre-vención y la predicción. La predicción se define como la capacidad de las coo-perativas para planificar su actividad a fin de mantener un equilibrio social, eco-nómico y afectivo frente a los riesgos aleatorios o probables de crisis endémicasen los aspectos financiero, social o sanitario que pueden afectar a los países envías de desarrollo como Ecuador.

En relación con la volatilidad del mercado, las cooperativas son garantes dela estabilidad y del desarrollo sostenible. Ofrecen también un modo de organi-zación democrático, en el cual las poblaciones de edad avanzada están estrecha-mente asociadas a las decisiones que les conciernen.

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Perspectivas...Replantearse el “poder gris” en el espacio público

JEAN PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

Profesor en sociología, Universidad del Franco Condado, miembro del GEPECS

(Grupo de Estudios para la Europa de la Cultura y la Solidaridad), Paris V, René

Descartes-la Sorbona

Las miradas cruzadas sobre el “poder gris” intercambiadas desde hace tres años en el ámbitointernacional para la elaboración de los dos últimos números de la revista conducen al análisisdel poder a partir de los envites políticos. El “poder gris” designa la acción de los jubilados ypersonas mayores en la vida democrática. Respecto de los múltiples factores analizados, la idea deun “peligro gerontodemocrático”, donde dominarían sin división los grupos de presión vinculadosa la edad, está temperada, en gran medida, por las condiciones sociológicas, económicas, políticas einstitucionales de la aparición de dicho poder. Pero, más allá, se trata de analizar lasinteracciones entre la edad y la sociedad en los demás campos, ya sean éstos mediáticos, sociales oeconómicos.

Ateniéndose escrupulosamente al análisis de los fenómenos observados en eltranscurso de los dos últimos décadas, parece finalmente que existe un fuertedesfase entre la imagen –a menudo transmitida por los medios de comunica-ción– de un “poder gris” omnipotente y la realidad de este poder en las dinámi-cas de fondo que han hecho evolucionar las políticas públicas. En los décadasde 1980 y 1990, las reformas de los sistemas de pensiones se han consideradodurante mucho tiempo, en los países desarrollados, como proyectos de muy altoriesgo, hasta parecer “tierra de nadie” política. Al principio de la década de 1990,el Primer Ministro francés, Michel Rocard, estimaba que una tentativa en esteasunto podría acabar con varios gobiernos, mientras que, en Washington, elexpediente de las pensiones parecía un “tercer carril”. Un carril de alta tensiónsimilar al del metro de Nueva York, que prometía una muerte segura a quien lotocase. Sin embargo, en menos de una década, casi todos los gobiernos deEuropa y de América del Norte han reformado su sistema de pensiones. Hastatal punto que podemos preguntarnos, con Robert Binstock, si este poder gris nose resumiría, en definitiva, en una “fanfarronada política”.

Porque el análisis del supuesto poder de un grupo social impone sobrepasarsu perímetro para medir su espesor; y su consistencia está vinculada con su

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capacidad de hacer masa y de movilizarse. Remite a la homogeneidad interna ya los recursos efectivos de que dispone este grupo social para influir en las deci-siones públicas. Ahora bien, los diferentes grupos de intereses de los jubiladosno están libres de las tensiones en el interior de un campo gerontológico com-puesto por fuerzas contradictorias y competidoras. Este juego de oposición y deconvergencias existe tanto en el interior del grupo (asociaciones, clubes o sindi-catos de jubilados) como en el exterior (asociaciones profesionales, gestorespúblicos, grupos patronales, empresas privadas...). Son otros tantos campos defuerzas que se ejercen sobre los responsables públicos para influir en las refor-mas de las políticas sociales.

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EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL

“Según Casey y otros autores (2003), los gastos dedicados a las personas mayores por lospaíses de la OCDE deberían aumentar en cerca del 7% del PIB en promedio entre 2000 y 2050,mientras que los gastos suplementarios vinculados a la asistencia sanitaria excederían a losvinculadas a las pensiones de vejez. (...) El envejecimiento de las poblaciones podría llevarconsigo una tendencia a la baja de la cotización de las acciones en general.

La asociación tradicional entre variables demográficas y macroeconómicas sugiere que elaumento previsto del índice de dependencia de las personas mayores, por una parte, y ladisminución descontada del número de los trabajadores en activo, por otra parte, podríanimplicar una disminución del crecimiento del PIB por habitante, así como un descenso delahorro y de las inversiones. Por ejemplo, según estas estimaciones, las modificacionesdemográficas podrían comportar en los países desarrollados una reducción del crecimiento delPIB real anual por habitante del orden del 0,5% en 2050.

Estudios recientes han intentado evaluar el efecto de los factores demográficos sobre losgastos en asistencia sanitaria. Diversas investigaciones realizadas por la OCDE y la UniónEuropea indican que los factores demográficos por sí solos van a implicar un aumento de losgastos de sanidad del 2 al 3% entre 2000 y 2050”.

FUENTE: FMI, World Economic and Financial Surveys, Chapitre III “The Global demographic transition”, septiembre de 2004.

¿Hacia un peligro democrático?

En primer lugar, conviene volver al término que hasta aquí ha servido de hiloconductor para las reflexiones sobre el poder de los jubilados y de las personasmayores. El “poder gris”, en tanto que expresión consagrada por los medios decomunicación, es bastante difícil de traducir como noción académica. Mientrasque la palabra “poder” remite a conceptos bastante familiares en ciencias huma-

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128La relación social, según Weber, se entiende como “el comportamiento de varios individuos en tanto que, por sucontenido significativo (Sinngehalt), el de unos se ajusta con el de los demás (aufeinander gegenseitig eingestelt) y seorienta en consecuencia” (Weber M., 1971, p.24).

nas, el calificativo “gris” no circunscribe claramente el público al cual se refiere.La noción de poder remite, en primer lugar, a la “probabilidad” de que un agen-te (individuo o grupo) pueda imponer su voluntad en una “relación social”128.Más allá del enfoque weberiano, Crozier y Friedberg vinculan “el poder” a “unarelación de intercambios” y de “negociaciones” en la cual “se comprometen almenos dos personas” (Crozier y Friedberg, 1977, p.56). En la encrucijada deestas tradiciones, el análisis presentado aquí entiende el poder como una capa-cidad individual o colectiva de actuar en una relación micro o macrosocial parainfluir en un objeto (la misma decisión) y su entorno (procesos de decisión for-males e informales). El entorno remite aquí a los marcos relacionales, es decir,al conjunto de los elementos políticos, económicos, sociales y culturales quecondicionan las actividades, las percepciones y las representaciones humanas entorno al objeto.

La imagen coloreada de este poder teñido de gris, en referencia a la huella deltiempo, mantiene una cierta opacidad en la definición de los contornos de lapoblación que recubre. Un primer enfoque, más bien restrictivo, limita el grupoa los jubilados únicamente, mientras que una segunda lectura más amplia admi-te el conjunto de los que, próximos a la edad de la jubilación, se integran en lossistemas de intereses vinculados al envejecimiento. Así, por ejemplo, el grupo depresión más importante de jubilados norteamericanos (AARP) se abrió a afilia-dos mayores de 50 años cuando la edad legal de la jubilación era de 65 años.Cualquiera que sea la opción elegida en la delimitación del grupo, cuando seevoca el “poder gris” a lo que se hace referencia es a su potencia numérica y asu rápida expansión vinculada al envejecimiento de la población. Así pues, elpoder gris expresa aquí, a la vez, el potencial y la acción de un grupo social–definido por lo avanzado de su edad y/o el estatus de sus miembros– cuyosrecursos, materiales o simbólicos, se movilizan para la defensa de sus interesesen la elaboración de la política de la vejez.

En el análisis del poder de los jubilados sobre las sociedades contemporá-neas, el interés de las ciencias sociales y políticas se ha trasladado esencialmen-te al campo político. Los debates sobre este tema intervienen en un contextointernacional donde las obligaciones de los presupuestos públicos conducen areconsiderar el papel del Estado del bienestar en materia de política de la vejez.El fenómeno del envejecimiento y sus repercusiones en determinados países,

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sobre todo los del G8, se considera, en bastantes aspectos, como un dato estra-tégico en la competencia a la que se entregan las naciones y los grandes polospolíticos y económicos mundiales. En esta perspectiva, la parte de la política dela vejez en el presupuesto global de las naciones está presente a menudo comoun factor de obligación estructural sobre el presupuesto de los Estados. Comoabsorbe una parte creciente de la riqueza nacional, los países ricos podrían per-der en competitividad frente a los países más jóvenes, menos opulentos perotambién menos protectores. Y la sangría creciente de las políticas de la vejezsobre los recursos presupuestarios globales comportaría, por otro lado, unarestricción de los márgenes de maniobra de los gobiernos sobre los demáscompartimentos de la acción política (reactivación del empleo, del consumo,seguridad nacional, defensa, investigación...). En Francia, desde la creación dela seguridad social, los gastos de protección social no han dejado de crecer enmedio siglo, y ha pasado del 12% de la riqueza nacional en 1949 al 28,5% en2000129. Por sí solo, el riesgo de vejez y supervivencia representaba más del 44%de los gastos de protección social al acabar el último siglo. En apenas cincuen-ta años, Francia, como la mayor parte de los países europeos, ha construido unanueva arquitectura de los sistemas de solidaridad colectiva que descansa en losimpuestos o en las cotizaciones sociales. Los debates públicos sobre las nuevasfronteras del Estado social son numerosos, como últimamente en Alemania(Schirrmacher F., 2004), en Australia (Ozanne E., en Cuadernos de la FIAPA,2004) o en los Estados Unidos (Peterson P., 2002; Roter, J., 2002; en Cuadernosde la FIAPA 2002). Hasta tal punto que, en Washington, el Centro de EstudiosInternacionales y Estratégicos (Center for Strategic and International Studies), másfamiliarizado con las cuestiones de relaciones internacionales y de seguridadque con las problemáticas sociales, ha emprendido un programa de estudiosobre las consecuencias mundiales del envejecimiento (Global Aging Initiative130).El jefe de este programa próximo a los conservadores norteamericanos (HewitP., en Cuadernos de la FIAPA, 2002) ha puesto en guardia a los países desarro-llados contra los efectos de un desequilibrio demográfico (que reforzaría elpoder político de los mayores) sobre el equilibrio presupuestario por causa dela dinámica de las necesidades sociales vinculadas al envejecimiento. Es olvidarque el crecimiento de los gastos sociales responde a factores más complejos,entre los cuales el envejecimiento es, sin duda, importante, pero no representa–ni de lejos– el único factor explicativo. Porque el incremento de la demanda

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129Fuente: Cuadro de la economía francesa, 2001-2002, INSEE, p. 100.130Iniciativa Global del Envejecimiento [N. del T.].

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social en materia de salud y de protección social a lo largo de toda la vida nodeja de interesar a los demás grupos de edad, ya se trate de los hijos, de lapoblación activa o de toda persona al final de su vida. Por lo demás, la mayorparte de este incremento hasta hoy se ha producido cuando la edad media dela población no pasaba de los 50 años.

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De 0 a De 15 a 65 y más

14 años 29 años años

Evolución de los efectivos de la clase de edad entre 2000-2015 (en millones) -8,6 - 11,3 + 15,7

Evolución de los efectivos de la clase de edad entre 2000-2015 (en %) - 11% - 12% + 22%

Evolución de los efectivos de la clase de edad entre 2015-2030 (en millones) -4,2 -8,5 + 23,3

Evolución de los efectivos de la clase de edad entre 2015-2030 (en %) -6% - 11% + 27%FUENTE: Eurostat 2000 y Fotakis 2004.

TABLA 1: Evolución de los efectivos por clases de edad (de 0 a 14 años), (de 15 a 29años ) y 65 y más añosen la Unión Europea de 25 países, entre 2000 y 2030 en Europa.

Sin embargo, conviene no eludir este debate sobre el fondo del asunto eintentar objetivar las repercusiones potenciales de las evoluciones demográficasen los equilibrios políticos.

En la mayor parte de los países desarrollados, las tendencias demográficasindican un crecimiento de los mayores de 60 años en la población total. Desdehace casi un cuarto de siglo, su número aumenta en la Europa de los 15. Su pro-porción ha pasado así del 15,5% en 1960 al 21,4% en 1999, cuando, en el mismotiempo, los mayores de 20 años descendían del 31,7% al 23,1%. Esta tendenciaal envejecimiento se confirma para la Europa ampliada a 25 países. La progre-sión de los que tienen 65 y más años en la población total será del + 22% entre2000 y 2015 y del + 27% entre 2015 y 2030, mientras que, al mismo tiempo, lasclases de edad más jóvenes (de 0 a14 años y de 15 a 29) no cesarán de debilitar-se demográficamente.

En los Estados Unidos, según las prospectivas de las Naciones Unidas, 33millones de estadounidenses sobrepasaban los 65 años al principio de la décadade 1990. Deberían ser 70 millones en 2030. Esta clase de edad debería ganarimportancia durante varias décadas más.

Mecánicamente, en Europa, como en la mayor parte de los países desarrolla-dos que experimentan estas evoluciones demográficas, aumenta la parte de jubi-lados en el cuerpo electoral. Como recuerda A. Campbel en 1996, cuando losmayores de 65 años constituían el 12.7% de la población total, representaban el24% de los sufragios expresados para la elección presidencial. (Campbel, 2003,

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p. 8). Este potencial político en expansión intriga a los medios de comunicacióne inquieta a los elegidos, hasta el punto de que una parte de la prensa anuncia-ba la llegada de un “poder gris” en las democracias occidentales desde finalesdel siglo XX. En los Estados Unidos, al final de la década de 1980 y en la de1990, varios artículos han estigmatizado el efecto del envejecimiento del electo-rado sobre las elecciones presidenciales de 1988 y de 1992 (Hornblower, 1988,p.35; Crenshaw, 1992). En Francia y en Europa, la influencia del voto de losjubilados también ha suscitado debates con ocasión de diferentes escrutinios(Viriot Durandal 2003ª).

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65 y más años De 35 a 64 años De 18 a 34 años

(personas mayores) (edad media) (jóvenes)

Presidenciales de 1996 84% 77% 57%

Intermedias de 1998 73% 59% 30%FUENTE: A. Campbel 2003 & National Election Study.

TABLA 2: Índice de participación en las elecciones de los Estados Unidos en 1996 y 1998

Fuerza y debilidad de los grandes números

Las perspectivas demográficas aseguran a los mayores de 60 años un poten-cial electoral creciente durante casi toda la primera mitad del siglo XXI, en lamayor parte de los países desarrollados. Los jubilados representan, efectivamen-te, un potencial político tanto más sustancial cuanto que su peso electoral sobre-pasa con mucho su peso efectivo. Varios factores intervienen en este exceso derepresentación. En primer lugar, en los países donde inscribirse en las listas elec-torales implica una gestión individual y voluntaria, la proporción de inscripciónde los mayores de 60 años en las listas electorales es más elevada a menudo quela de los más jóvenes. En Francia, por ejemplo, a mediados de la década de 1990,estaban inscritos tres cuartas partes de los menores de 20 años contra el 95% delos mayores de 45 años. (Heran y Rouault, 1995). En una muestra de más de100.000 personas, analizada por el INSEE en 1997, el 33,6% de los electoresinscritos tenían más de 60 años, lo que representa más que su proporción en lapoblación francesa en edad de votar. Por otro lado, la participación entre los 55y los 75 años está entre las más fuertes de todas las clases de edad. En los paí-ses donde el voto no es obligatorio, la proporción de abstención por cohorte esgeneralmente más elevado en la juventud y en la cuarta edad, pero tiene su míni-mo en la edad madura.

Por último, los jubilados, por su número y su propensión a votar, represen-tan una fuerza importante en el cuerpo electoral. En Quebec, Laurent Martel

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compara la proporción de los que tienen entre 18 y 34 años con los de 65 y másaños y concluye que en las dos décadas futuras deberíamos asistir a un “traspa-so de poder” en que “por primera vez en la historia, las personas mayores dis-pondrán de más votos que los jóvenes” (Martel, 1997). En los Estados Unidos,Jil Quadagno constata que, en los primeros años de la década de 1990, los mayo-res de 65 años votan prácticamente tres veces más que los de 18 a 24 años(Quadagno J., 1991, p.42). En 2003, Andrea Campbel distingue entre el índicede participación de los mayores (más de 65 años), el de las personas de edadmediana (de 35 a 64 años) y de los jóvenes (de 18 a 34 años). Constata un des-fase considerable entre los jóvenes y los mayores con - 27 puntos en 1996 y - 43puntos en las elecciones de mitad de período, respectivamente.

Ante la lectura de estos datos, parece que el foso más profundo sea el quesepara a los jóvenes del resto de la población. Nada más que entre los jóvenes ysus mayores directos, los dos grupos de edad están separados por 20 puntos en1996 y por 29 en 1998. Con motivo del último escrutinio presidencial de 2004,la distancia entre las cohortes sigue siendo notable, si bien su intensidad es dife-rente de las elecciones de mitad de plazo. Francia se enfrenta también a estastendencias, aunque a menudo estén menos contrastadas. Se han adelantado algu-nos elementos de explicación. Con frecuencia se ha evocado la relación genera-cional con la política y el civismo, pero también con sus formas de expresión.El vínculo de los jóvenes con la política parece más distendido. Dudan de lacapacidad del poder político para influir en la evolución de la sociedad y en suspropios problemas. De manera paralela, en las poblaciones de más edad, sobretodo las que han conocido la guerra, se observa un apego especial a la manifes-tación de la ciudadanía mediante el voto y un sentimiento todavía muy difundi-do de que se trata de una obligación cívica (Thomas H., 1996, p. 156-164). EnFrancia, como probablemente en bastantes otros países, las personas de edadmás avanzada permanecen en una lógica de “voto por principio” o de “voto pordeber”, mientras que los jóvenes tienen más bien una tendencia a banalizar surelación con este acto político y lo consideran como un simple derecho que sepuede utilizar o no. Pierre Bréchon observa incluso que “las personas de edadmás avanzada parecen estar dispuestas a votar aunque estén politizadas”, mien-tras que la debilidad del grado de politización tendría un efecto disuasorio másalto sobre los más jóvenes con edades los 18 a los 44 años en 1999 (Bréchon,2000, p.112).

El temor al peso de los mayores reside, pues, en la debilidad de implicaciónde los más jóvenes en el voto. Paradójicamente, si la legitimidad democrática se

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basa en la participación de los ciudadanos en el voto, es sorprendente inquietar-se por el alto índice de participación de una categoría de la población en lugarde deplorar el abstencionismo de otra y de poner en marcha una estrategia efi-caz que persiga la (re)conciliación con la política.

LA MUERTE CÍVICA O LA DECADENCIA

Esta primera paradoja no es anodina, porque anuncia otros desarrollos rela-tivos a las respuestas contempladas frente al envejecimiento del cuerpo electo-ral y al “exceso de representación” de los mayores en el sufragio. La más radicales, sin duda, la de Douglas J. Stewart, profesor invitado de la Universidad deCalifornia, que abogaba en la revista New Republic, “porque toda persona jubila-da o que haya llegado a los 70 años, en todos los casos lo antes posible, pierdasu derecho a votar” (citado por Vincent y otros, 2001).

La posición de Stewart es marginal y no ha sido tomada seriamente por lacomunidad universitaria. Pero no por ello es menos interesante en el plano dela sintomática social. Porque otras propuestas –a priori más moderadas, peroinspiradas en principios bastante próximos– aparecen de manera recurrenteen la literatura. Recordemos, por ejemplo, las posiciones defendidas porSilvano Möckli, profesor de la Universidad de Saint Gall en Suiza. Introducenuna concepción en la cual una representación equitativa del cuerpo socialimpone una intervención sobre el cuerpo electoral para evitar un fenómenode dominación de determinados grupos de edad. El proyecto de Möckli con-siste en minimizar el voto de las personas de edad más avanzada mediante laatribución de un coeficiente a cada clase de edad. A los 18 años, el multiplica-dor sería de 2, después se debilitaría en 0,01 por año. Como la importancia delvoto disminuye con la edad, la papeleta de una persona de 70 años sólo val-dría 1,48. Habida cuenta de la lógica decreciente del sistema de ponderación,¡es de esperar que los avances científicos no prolonguen demasiado la edad dela vida humana!131. La idea no se limita únicamente al laboratorio de un inves-tigador aislado. Peter Peterson, antiguo ministro de Comercio de los EstadosUnidos, director del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, se quejabaun día de la influencia política de los mayores en los Estados Unidos alMinistro de las personas mayores de Singapur. Cuenta la sugerencia que lehabría hecho éste último. El ministro Lee Kuan Yew sugería conceder dos

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131Para los adeptos a las prospectivas, apostemos por que el ser humano no alcance nunca la edad de 218 años quemarcaría -en este sistema- la edad límite de la existencia política y el principio de la muerte cívica. Más allá, el coefi-ciente del voto sería... ¡negativo!

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votos a los trabajadores en activo para contrarrestar la presión y la influenciaconsiderable de los jubilados (Peterson, P., 1999, p. 210).

Más sofisticado aún, Möckli propone un segundo dispositivo dirigido a mode-rar las amenazas del “poder gris” mediante una segunda herramienta correctora.Se trata de dar un derecho de veto a los más jóvenes como grupo minoritario. Losmenores de cincuenta años podrían beneficiarse entonces de una capacidad debloqueo en los proyectos sometidos a votaciones populares. En una entrevista,seis años después de sus primeras propuestas, Möckli baja arbitrariamente elumbral a los 40 años para determinadas elecciones (Möckli, entrevista).

¿HACIA UNA “DEMOCRACIA DE RECTIFICACIÓN”?

Sería la que instituyera el voto ponderado por clase de edad. Ya se trate de laintroducción de una democracia de rectificación que corrigiera mediante uncoeficiente los efectos supuestamente nefastos del voto de edad, ya se trate dela introducción de una ciudadanía con una duración determinada (CDD) a tra-vés de la caducidad del poder electoral con la edad, estas propuestas se basan enuna discriminación por clase de edad en la representación política que trastornalas concepciones contemporáneas de nuestros sistemas democráticos. Esteenfoque introduce, en realidad, una comunitarización del voto, en la cual losgrupos de edad se identifican con grupos de intereses antagonistas. Postula tam-bién una comunidad de cultura política e ideológica en el interior de estos gru-pos y una diferencia marcada con respecto a los demás grupos, tanto hacia arri-ba como hacia abajo en la escala de edades. El principio de ponderación entrelos diferentes grupos del cuerpo social y el cuerpo electoral descansa en la ideade una cuenta aproximada entre las características del cuerpo electoral y laimportancia de las problemáticas y de los intereses manifestados por gruposdominados demográfica o socialmente. Los dispositivos de ponderación nos lle-van, potencialmente, a una serie de otras revisiones fundamentadas en una cier-ta idea –evidentemente subjetiva– de la “buena representación política” de lasdiferentes partes del cuerpo social. Este enfoque de la democracia contemporá-nea comporta otros recortes basados en criterios distintos de la edad, como elsexo, el origen étnico y ¿por qué no la categoría socioprofesional, el tipo de esta-tus (privado / público), o el nivel de ingresos? La idea de una “democracia derectificación” basada en correctivos vinculados al conocimiento sociológico delos componentes del electorado y de los problemas sociales que con éstos serelacionan, revela y amplifica, de manera sintomática, la dificultad de las demo-cracias pluralistas contemporáneas para afirmar la igualdad de los derechos polí-

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ticos como un principio intangible y socialmente justo. Este debate intervieneen un contexto en que las formas legítimas de poder sobre las decisiones colec-tivas encuentran difícil liberarse de las tensiones identitarias y de las tentacionesde fragmentación por categorías.

¿CÓMO ANALIZAR LOS FUNDAMENTOS QUE INSPIRAN A LOS PARTIDARIOS

DE LA “DEMOCRACIA DE RECTIFICACIÓN”?

El sistema de justificación de este tipo de enfoque consiste, esencialmente,en asimilar el envejecimiento demográfico a una forma de dominación políticacontraria al equilibrio entre las clases de edad o los grupos generacionales; undesequilibrio considerado como nocivo para el dinamismo económico y políti-co de las sociedades modernas. Y, sobre todo, de las sociedades más ricas, quehan estructurado una parte de su política social en torno a los criterios de edad.Porque, al organizar la solidaridad con las personas de edad más avanzada (jubi-lación, salud, dependencia...), las políticas públicas han favorecido indirectamen-te la creación de grupos de intereses sociales considerables (Quadagno y Myles,1991; Viriot Durandal 1999). La pertenencia a una categoría de interés vincula-da a la política de la vejez refuerza el interés político manifestado por estas pos-turas y la movilización sobre estos temas incluso entre poblaciones de débilcapital económico y cultural, por lo general menos inclinadas a comprometerseo a votar (Campbel, 2003).

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LA MCCA (MEDICARE CATASTROFIC COVERAGE ACT: LEY DE COBERTURA

EN CASO DE CATÁSTROFE DE MEDICARE)Este proyecto de extensión de la cobertura médica y de integración de determinados riesgos

vinculados a la dependencia para los mayores de 65 años fue considerado, por muchosobservadores, como el más importante en la materia desde la creación del programa Medicare*. Peroel modo de financiación propuesto difería radicalmente de los mecanismos ordinarios de solidaridadnacional o de seguridad social, puesto que pedía un esfuerzo contributivo suplementario sólo a losbeneficiarios potenciales (los jubilados) y no al conjunto de los contribuyentes. En otras palabras, lafinanciación de la extensión del derecho a la salud para la población de los mayores de 65 añosdescansaba en la imposición de un impuesto a esa misma población. La progresividad de este nuevoimpuesto habría hecho gravitar una parte considerable de la financiación sobre las clases de edadavanzada más acomodadas, que a menudo disponían ya de seguros complementarios privadosfinanciados por su antigua empresa o por ellos mismos (Medigap). Por el contrario, habríanbeneficiado en alto grado a las personas mayores más modestas.

* Medicare cubre una parte de los gastos de salud de los mayores de 65 años en Estados Unidos.

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Más allá de estos datos, el temor de ver expresarse estos intereses en las rela-ciones de fuerza política empuja a algunos analistas a preguntarse acerca de lainfluencia política de las personas de edad más avanzada en la evolución de laspolíticas públicas. Los jubilados constituirían, en cierto modo, una comunidadde intereses de cortas miras cuyo objetivo consistiría, principalmente, en conser-var en el estado y en institucionalizar un sistema de redistribución que les favo-rece especialmente, pero cuyo coste amenazaría los equilibrios de medio y largoplazo (Van Parijs P., 1999). Dicho de otro modo, entre las personas de edad másavanzada se desarrollaría una actitud electoral irresponsable de la que algunosgrupos de presión o partidos demagógicos podrían sacar provecho en detrimen-to de las jóvenes generaciones, menos numerosas y peor representadas.

Una idea desarrollada a menudo consiste en utilizar la oposición dicotómicaentre los intereses de las diferentes generaciones. Peterson relata así un senti-miento compartido por una parte de la opinión estadounidense, según la cual:“En muchos lugares, un número creciente de militantes (de edad avanzada) ejer-cen presión para que bajen las becas escolares y las inversiones destinadas a losjóvenes” (Peterson, 1999, p. 206).

En realidad, la importancia numérica de la categoría de “jubilados y personasmayores” y su expansión demográfica ha hecho nacer representaciones muyaproximadas relativas al poder de este “grupo social” y a su capacidad de influiren las decisiones políticas. Porque el análisis postula a priori la homogeneidadde una categoría que, en definitiva, está muy dividida. El mito del “poder gris”y de la omnipotencia del grupo de presión de los jubilados ha sido sustituido, engran medida, por los medios de comunicación ante el desconocimiento del des-glose de esta población.

Los estudios relativos al efecto del envejecimiento sobre los presupuestossociales, sobre todo las partidas destinadas a los más jóvenes, siguen siendo rela-tivamente contradictorios. Determinados trabajos observan en determinadasconfiguraciones locales –donde el número de jubilados es especialmente eleva-do– correlaciones entre la estructura demográfica y el repliegue de los presu-puestos públicos para educación (Poterba, 1997). Por el contrario, en otros estu-dios, incluso en una configuración especialmente favorable para la expresión delos intereses de los jubilados en la vida pública (fuerte concentración de jubila-dos, índice de participación electoral muy elevado, presencia de grupos de pre-sión de personas mayores), el efecto de la presencia de poblaciones de edadavanzada no ha influido de manera significativa en la orientación presupuestariade las colectividades locales (Button J., Rosenbaum W., 1990). En todo caso,

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parece difícil extrapolar determinados datos locales hasta el ámbito federal,sobre todo en materia de comportamiento electoral o, incluso, de preferenciapolítica. La influencia de los jubilados y de sus organizaciones también es rela-tivizada en este escalón de la decisión política. (Wallace y otros, 1991). Hasta enlo más reñido del debate sobre la influencia del “poder gris” en los EstadosUnidos, el voto de las personas mayores está lejos de ser unánime, como con-firma el estudio de Laurie Rhodbeck para las elecciones federales de 1972 a 1988(Rhodbeck, 1993). Los jubilados no constituyen en el electorado un conjuntohomogéneo centrado en la defensa exclusiva de sus intereses, y sus sufragiossuelen seguir bastante repartidos por el tablero político. La heterogeneidad delos valores políticos y la influencia de factores distintos de la edad (situaciónsocioeconómica, pertenencia a grupos identitarios fuertes...) son factoresimportantes de división y de diversidad en los sufragios. El estudio de las prefe-rencias políticas de los jubilados nos remite así a las herencias que marcan laexperiencia individual y colectiva del mundo social y a su influencia en la iden-tidad y en los valores. El voto suele estar enraizado muy sólidamente en unacontinuidad vinculada a la historia individual, formada por referencias políticasy por sistemas de valores comprobados en el transcurso de la existencia. Asípues, las construcciones sociales anteriores a la jubilación influyen notablemen-te en las opciones individuales. Ya que la identidad política y social no desapa-rece al jubilarse cuando el individuo se integre en sistemas de intereses vincula-dos a la política de la vejez, como recuerdan en contextos diferentes DidierVrancken (2002) para Bélgica y Tatiana Kozlova (2002) para Rusia.

La cuestión de la homogeneidad no sólo se plantea en el ámbito de la cate-goría social, sino también en la escala de las organizaciones de defensa de losjubilados, cuya fuerza depende también de su capacidad para hacer masa. En losaños de la década de 1990, se han realizado trabajos sobre este asunto a escalanacional, sobre todo por Van Taselet Meyer (1992) en los Estados Unidos, porVincent, Paterson y Wale en el Reino Unido (Vincent y otros, 2001) o por otrosen Francia (Viriot Durandal, 1999 & 2003ª). Estudios comparativos efectuadospor Pratt en 1993 (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá) y por Alan Walker(1999) a escala europea, subrayan la diversidad de las formas de estructura y desu poder.

En ellos aparece que, a causa de su diversidad, las organizaciones no for-man masa necesariamente. Porque la representación de los intereses socialeses también un campo de poder con conflictos en los proyectos, los valores ylas estrategias.

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Las organizaciones se enfrentan también a adversarios cuyos medios finan-cieros, logísticos o relacionales son, a veces, más importantes, como subraya eljefe de los representantes del mayor grupo de presión de jubilados estadouni-denses cuando deplora su lucha desigual entre los intereses sociales y los gran-des grupos farmacéuticos (Roter J., 2002).

Por último, el poder de un grupo social y de los grupos de presión que lerepresentan depende también de la cultura de movilización de sus miembros. Lasituación varía muy fuertemente en función de los países. Pero la mejora delnivel sociocultural de los jubilados en los países ricos, su cultura más acentuadade acción política (sobre todo entre los baby boomers) y el tiempo libre de que dis-ponen los jubilados constituyen recursos nada despreciables. La fuerza de ungrupo no descansa así únicamente en el número o, incluso, en el nivel de recur-sos materiales y simbólicos de sus miembros, sino en su capacidad de movilizar-los. También es función de la coherencia identitaria del grupo, de su unidad entorno a proyectos, valores y hombres federativos (Pratt H, 1995). Por último,depende de su aptitud para producir conocimientos, (Beland D. y ViriotDurandal, 2003) pero también de entregar un mensaje claro, informado, profe-sional y legítimo en el espacio público. El caso de la MCCA (Medicare CatastroficCoverage Act, véase el recuadro) en los Estados Unidos es bastante sintomáticode la dificultad de reunir todas estas condiciones. En 1988, el Congreso nortea-mericano votó la MCCA y respondió así a las presiones de grandes organizacio-nes de jubilados y de sus aliados profesionales del sector gerontológico o aso-ciaciones de enfermos.

En menos de un año, enfrentamientos considerables rompieron la ley. Elmiedo a la presión fiscal aparece como el primer motivo de oposición a la refor-ma (Day C., 1993). El análisis de la posición de los mayores y de sus organizacio-nes, en el caso de la MCCA, revela que las categorías de intereses materiales ymorales en el seno de la categoría social “jubilado” no siempre son homogéne-as, incluso, en determinados casos, son francamente antagonistas. Estas diver-gencias fundamentan, en parte, las oposiciones entre los grupos de presión dejubilados. Determinadas organizaciones han abogado a favor de la ley, mientrasque otras la han combatido con su rechazo de la presión fiscal o su rebelión con-tra el principio de un sistema fiscal discriminatorio. La AARP, que defendía la ley,ha experimentado una doble división, en el exterior y en el interior de su propiocampo, a través de los conflictos internos en la organización y los que la opusie-ron a las demás organizaciones de personas mayores (Crystal S., 1990; Torres-GilF., 1992). Este episodio de la vida social y política estadounidense confirma que

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la divergencia de intereses entre ricos y pobres, o entre los que se benefician deuna protección y los que no sacan provecho de ella, puede primar a veces sobrelas categorías de edad. En nuestro caso, es forzoso constatar la dispersión delcampo de los “jubilados” en diferentes subgrupos de intereses y de opiniones.

Además, la adecuación directa e invariable entre los intereses materiales“objetivos” de los beneficiarios de la política social y sus comportamientos elec-torales es bastante discutible. Las personas mayores no son impermeables a lasproblemáticas de las demás clases de edad, sobre todo por causa de sus allega-dos. En Francia, Vincent Drouin anota, al final de un estudio sobre las eleccio-nes presidenciales de 1995 y 2002 y las legislativas de 1997, que las preocupacio-nes de los jubilados no se distinguen sensiblemente de las de los demás electo-res (Drouin V., 2002).

En 1995, a los mayores de 65 años lo que más les preocupaba era el desem-pleo, como a los menores de esa edad, aunque ya no estaban afectados directa-mente por la evolución del mercado del empleo. Las preocupaciones de los jubi-lados no se rigen sólo por la defensa de sus intereses de clase, sino también porsu exposición indirecta a las cuestiones sociales en su condición de padres oabuelos. La conservación de las conquistas sociales ocupa el segundo lugar enlas mismas proporciones entre los jubilados y los trabajadores en activo. No eshasta la tercera opción cuando las opciones divergen por fin; los mayores de 65años prefieren la seguridad a la lucha contra las exclusiones, favorecida por losmás jóvenes. La inseguridad física se considera, en general, como una preocupa-ción más fuerte para las personas mayores que para los más jóvenes.Determinados enfoques psicosociológicos ponen por delante los efectos de laedad biológica y el debilitamiento físico y sugieren que reforzarían la búsquedade protección y la reticencia a las modificaciones de las referencias familiares(conservadurismo). La bajada de la autoestima y del sentimiento de poder influiren su entorno explicaría también esta aspiración a la seguridad e influiría, portanto, en las actitudes y los comportamientos políticos. Por otro lado, la posi-ción en los ciclos de vida, con la progresiva constitución de un patrimonio y laadquisición de bienes materiales (propiedad inmobiliaria, automóvil...) haríantambién que el electorado que envejece fuera más sensible al aseguramiento delos bienes adquiridos. Es una hipótesis. Coincide con la idea de un efecto de laedad sobre los temas electorales y sobre el voto.

Sin embargo, en 2002, la seguridad ha pasado al primer lugar de las preocu-paciones de los franceses en todas las clases de edad. El tema no es, pues, el atri-buto específico de las personas de edad más avanzada.

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La adecuación entre categoría social de “jubilado”, interés material y prefe-rencia política, en la cual descansa, en gran medida, el miedo a un “poder gris”,no parece basarse siempre en una percepción racional y científica de los deter-minantes del voto.

¿UNA DOMINACIÓN CULTURAL?

Por el contrario, existe una segunda serie de hipótesis que defiende la idea deuna dominación de los mayores (no ya únicamente política, sino también cultu-ral) sobre las demás generaciones y cuyos efectos se traducirían, sobre todo, enuna influencia sobre los valores y los proyectos políticos. El argumento consis-te en presentar las rupturas intergeneracionales no ya tomando como base losconflictos entre grupos de intereses motores, sino a partir de oposiciones cultu-rales latentes que legitimarían el statu quo en materia de protección social einfluiría en la naturaleza misma de los debates políticos. El número impondríalas normas dominantes. Por consiguiente, el debilitamiento de la influencia con-servadora de los mayores en las sociedades enfrentadas a los desafíos de lamodernidad se impondría para evitar un repliegue pernicioso sobre los valoresdel pasado. Y las naciones podrían preparar entonces, serenamente, su futuro.Rene Knüsel y Dolores Castelli recuerdan la línea defendida a este efecto por sucolega Möckli: “Si se tiene en cuenta que el electorado mayor tiene un compor-tamiento electoral más conservador, sobre el porvenir de la democracia gravitanamenazas reales” (Knusel R. y Castelli D., 1995, p. 151). El voto de las personasmayores, a causa de su fuerza electoral, se presenta como una minoría de blo-queo político, incluso un poder de hipoteca sobre el porvenir. Las propuestas deponderación reposan, en definitiva, sobre un juicio de valor bastante normativode la “buena opción política”. Postulan implícitamente que las objeciones a losnuevos proyectos políticos presentados en nombre de los imperativos de la“modernidad” se resumirían en errores fatales de orientación contrarios al inte-rés general y al porvenir de las futuras generaciones. Estas representacionesgeneran un sistema de discriminación sin averiguar con precisión esos vínculosy sin analizar los fundamentos de la hostilidad a determinadas evoluciones.

Parecería que, en contra de la idea recibida, la mayor sensibilidad a las ideasconservadoras no sea imputable exclusivamente a un efecto de la edad.Envejecer no impulsaría inexorablemente al repliegue sobre valores conservado-res. El fenómeno es bastante complejo. En el caso francés, por tres motivoscomo mínimo. Parecería que el posicionamiento derechista de los mayores de 60años, asimilado hasta ahora al aumento del conservadurismo con la edad, no sea

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inmutable porque esté vinculado, en parte, a efectos de estructura y de genera-ción. La estructuración sociológica del electorado de los mayores de 60 añoscambia progresivamente en beneficio de las poblaciones más favorables a lospartidos de izquierda (menos agricultores, más asalariados, menos católicospracticantes, trabajo de las mujeres, voto femenino menos a la derecha...). Losefectos de la mortalidad diferencial, que jugaban a favor de la derecha, tambiéndeberían evolucionar. Las mujeres y las categorías sociales con una esperanza devida más alta votaban más por los partidos conservadores, pero esta tendenciaparece que debe reducirse. Las consideraciones de orden más generacional (apa-rición de las cohortes del baby boom) poseen la capacidad de hacer evolucionar loque se consideraba hasta entonces como una invariante del efecto de la edadsobre el posicionamiento político. Si bien es probable que el efecto de la edadexista en esta generación, no es lo bastante potente para compensar su inclina-ción por los valores de la izquierda. Así pues, la representación del “poder gris”como fuerza masivamente de derecha debe moderarse por la aparición progre-siva de los baby boomers en las cohortes de más de 60 años, que deberían mitigarla orientación conservadora del voto.

Pero si por conservadurismo se entiende una actitud opuesta a toda formade cambio y un repliegue sistemático sobre el pasado y lo existente, ¿puede iden-tificarse de veras el giro a la izquierda de los jubilados como un anclaje en acti-tudes más progresistas? La dicotomía conservadurismo/progresismo, que hamarcado profundamente las divergencias políticas en la generación de los jóve-nes activistas de la década de 1970, ¿tiene en la actualidad el mismo sentido y lasmismas connotaciones? Los desafíos políticos y sociales del siglo XXI, quepasan sin duda por la reforma del Estado, de sus ámbitos de acción y de susmodos de intervención, pueden implicar la creación de nuevos dispositivos dife-rentes de los que han conocido las generaciones del baby boom. Las líneas fron-terizas entre las responsabilidades individuales, familiares y públicas podrían noparecerse ya al paisaje familiar de la segunda mitad del siglo XX y provocar reac-ciones hostiles por parte de quienes han sido socializados en este contexto. Elconservadurismo “moderno”, ¿no consistiría en el rechazo a proyectarse ennuevas formas de organización de las solidaridades para refugiarse exclusiva-mente en la defensa de modelos antiguos conocidos y comprobados? Pero, almismo tiempo, las evoluciones actuales en la arquitectura de las solidaridadespúblicas, ¿pueden pasar por alto la constatación de la mejora considerable de lascondiciones de vida de los jubilados ocurrida en el transcurso de estos 50 últi-mos años? Son precisamente estas mejoras las que manifiestan hoy una parte dela generación del baby boom. Depositarios de esta memoria social, de la que los

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más jóvenes no disponen necesariamente, los más comprometidos de los babyboomers temen las evoluciones actuales con respecto a la historia del Estado delbienestar, que ha balizado su existencia (desarrollo de las maternidades, de lasguarderías, del sistema escolar y universitario, de la protección social...).Tomando como base esta conciencia, a la vez histórica y política, denuncian unavuelta atrás, con el retroceso (supuesto) de la intervención pública y una puestaen tela de juicio de las conquistas sociales y, por último, la difusión de una inse-guridad social similar a la que habían vivido sus padres antes de la guerra. Elprogresismo ofensivo de la década de 1970, manifestado por una parte de estageneración, ¿haría sitio, en definitiva, a un conservadurismo defensivo hoy endía? En estas condiciones, ¿cuál será la actitud política de los baby boomers en suconjunto, más allá de los más comprometidos, frente a las reformas de las polí-ticas sociales en las cuales la política de la vejez ocupa un puesto central?

Son preguntas que abren perspectivas interesantes para el análisis de los sis-temas de valores, de las opiniones políticas y de los comportamientos cívicos yelectorales en la próxima década.

Sin embargo, ¿es preciso rechazar el argumento relativo a los contrastes cul-turales y al conservadurismo de las personas mayores? La sociología aporta inte-resantes esclarecimientos sobre este punto. En algunos países, el conservaduris-mo es efectivamente más fuerte entre los jubilados. En Francia, por ejemplo,Bernard Denni o Vincent Drouin (Denni B., 1995; Drouin V., 1994) han reali-zado excelentes trabajos sobre la edad y el voto. En los estudios de opinión tam-bién se observan contrastes en los sistemas de valores y las representaciones,con una sensibilidad más grande frente al tema del orden y frente a la autoridady una adhesión mayor a la patria.

En este ámbito, la relación con la extranacionalidad (Europa, mundialización,inmigración. ..), es decir, todo lo que trasciende el marco nacional y sus referen-tes materiales o inmateriales en los cuales las antiguas generaciones se han socia-lizado fuertemente, se observan fuertes contrastes entre las cohortes. En 1997,el 67% de los mayores de 65 años consideraba que había demasiados inmigran-tes en Francia, o sea 11 puntos más que el conjunto del electorado y 22 con res-pecto a los de 18 a 24 años. Lo que no significa, por lo demás, una identifica-ción con la extrema derecha, sino una mayor inclinación hacia los que en la dere-cha tradicional manifiestan los valores conservadores (Viriot Durandal 2003ª).Esta inclinación concreta remite a diferencias profundas de socialización en lasantiguas generaciones. Porque a menudo no han vivido en un contexto dondela infancia, la escolarización y las actividades de juventud estaban marcadas por

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tantas ocasiones de reuniones y de vida con personas de origen nacional, étni-co, lingüístico y cultural tan diferentes como ahora. La apertura sobre la alteri-dad está vinculada también con el contexto y las historias de vida.

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APOYAR EL DESARROLLO DE LOS PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN...Estos dos volúmenes sobre “el Poder Gris” han sido realizados por la FIAPA gracias a la

colaboración de la Red de Investigación y de Intercambio Internacional “Edad y Ciudadanía”(REIACT). En el transcurso de estos tres últimos años, se han reunido más de 50 artículos ycontribuciones editados en 24 países. A través esta plataforma informal única que reúne auniversitarios del mundo entero que trabajan en estos temas, numerosos intercambios hanpermitido avanzar en la reflexión sobre las formas de poder y de influencia de los mayores en lassociedades contemporáneas, tanto en el ámbito político como en el económico, social o cultural.

La REIACT desea continuar reuniendo a grandes universidades y agentes de primera línea delámbito internacional (Estado, representantes de los jubilados y personas mayores, organizacionesno gubernamentales, asociaciones de profesionales, Fundaciones...) en torno a grandes ejes dereflexiones sobre la ciudadanía de los jubilados y de las personas mayores.

El objetivo es reforzar desde ahora esta red con la dotación de medios que le permita pasarde la fase de intercambio a la de la creación de estudios e investigaciones comunes a escalainternacional. Los centros de competencia y de conocimientos que han contribuido a la revistapodrán prolongar así sus trabajos en una perspectiva de comparación internacional a lo largo delos ejes trazados hasta aquí.

Los 5 ejes:

1) La influencia política de los jubilados: “¿Puede hablarse verdaderamente de un peligrodemocrático?”.

2) El poder social de los jubilados.

3 El poder económico.

4) El poder mediático.

5) Los responsables de las decisiones, públicos y privados, frente a los jubilados y a laspersonas mayores: “¿guerra o paz?”.

Igualmente, la Unión europea, que actualmente forma parte del entorno delos jóvenes, transciende un paisaje nacional que ha marcado fuertemente lasocialización de los jubilados. Conviene recordar estas diferencias de contextopara entender los contrastes generacionales en relación con su proceso de uniónmonetaria y política. En este plano, los mayores de 65 años eran, sin duda, máseuroescépticos que los más jóvenes. En 1997, sólo el 44% pensaban que Francia

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132Sondeo IFOP para Dimanche Ouest France, con una muestra de 1.005 personas. La pregunta planteada sería ésta:“Seis meses después de la puesta en marcha del euro, ¿echa de menos el franco?”.

se había beneficiado de su pertenencia a la Unión Europea, lejos detrás de losmás jóvenes. Pero en junio de 2002, justo seis meses después de la introduccióndefinitiva del euro que borraba las señas pluriseculares de las monedas naciona-les, los “nostálgicos del franco francés” eran apenas más numerosos entre losmayores de 65 años, sólo el 53%, frente al 48% en el conjunto de la población132.Este fenómeno de “conversión” enseña que la oposición, incluso a las edadesavanzadas, no es irreversible. La opinión de los jubilados ha evolucionado rápi-damente gracias al contacto con la realidad y a las acciones pedagógicas efectua-das por los poderes públicos y sus organizaciones de jubilados para preparar alas personas mayores en la transición al euro. Estas observaciones confirman lanecesidad de luchar contra la estigmatización de las poblaciones de edad avan-zada como elementos intrínsecamente reaccionarios. Sus posiciones de replie-gue son también reacciones a la falta de acompañamiento de transición en lasmutaciones del mundo contemporáneo. Cuanto más desconocidas, extrañas ylejanas sean las formas que adopten las marcas de la evolución, tanto más seránsusceptibles de convertirse en objetos de ensueño y de rechazo, y ello cualquie-ra que sea la edad de la población. Se plantea entonces la cuestión de la aptitudde las sociedades contemporáneas para evitar excluir de la modernidad, median-te la modernidad, a una parte de la población.

MINORACIÓN, ALTERACIÓN, PERIFERIZACIÓN

El debate sobre la edad y los derechos políticos remite a lo más profundo dela interrogación sobre las sociedades modernas y su relación con la ciudadanía.También nos informa muy útilmente sobre la integración de las personas mayo-res en el espacio público. Cuando Stewart condena a los septuagenarios a unaforma de “muerte cívica” antes de su desaparición física, consagra, en definiti-va, la idea de una “desaparición política” sustentada por el principio de una alie-nabilidad del voto con la edad. Remite –conscientemente o no– a un cuestiona-miento más fundamental relativo a las condiciones de la existencia política ysocial de los individuos de edad avanzada en la ciudad. La caducidad del dere-cho de voto no niega, por sí misma, la esencia de un derecho individual (comopuede ser el caso en enfoques de tipo racista), pero lo aniquila porque retira alos ciudadanos, por el solo dato de su estado de edad cronológica avanzada, sucapacidad para conservar un poder legítimo sobre las decisiones de la colectivi-dad a la cual pertenecen. El ciudadano mayor se convierte entonces en un suje-

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to colocado bajo la tutela de los que se sitúan en su ciclo de existencia en unperíodo temporal de “ciudadanía plenaria” justo entre la edad de la mayoría polí-tica (18 años en Francia) y el de la vejez institucionalizada por una edad límite.

Las raíces de esta forma de sujeción de las personas mayores a una parte delcuerpo social definido por su pertenencia a un grupo de edad remiten a lo quepuede definirse como un proceso de minoración por el cual el individuo pasa deun estatus jurídico de “mayor” al de “menor”. El menor –a causa de su edad–se distingue del mayor por una situación de inferioridad asociada a una supues-ta ineptitud para asumir determinadas responsabilidades por sí mismo. Estasituación presupone una incapacidad y comporta una dependencia jurídica. Asípues, definimos la minoración como un proceso dirigido a hacer pasar un indi-viduo o un grupo social a un estatus material o moral inferior (minor, en latín)al que era el suyo, hasta el punto de comportar la dependencia con respecto aun tercero (un adulto, un mayor o la sociedad en su conjunto). Este fenómenose fundamenta, en definitiva, sobre un proceso más general de alteración. Laalteración consagra una transformación esencial de los estatus, de los derechosy de los papeles sociales. Caracteriza aquí un cambio de estado y de naturalezaen la definición del individuo y de su relación con la sociedad. Stewart asumeclaramente esta posición, en la cual el individuo pierde un derecho fundamentalpor la única causa de su edad. En el caso de Möckli, la alteración existe pero úni-camente al final de un lento proceso de regresión. El proceso de regresión defi-ne el conjunto de las lógicas de reducción o de limitación de los derechos y delos estatus, pero también de los papeles sociales y de las funciones, aunque sinaniquilarlos en su esencia ni alterarlos en lo fundamental. Este proceso es exac-tamente el que se pone en marcha en el caso del sistema de ponderación deMöckli, que no suprime el derecho de voto, pero lo limita progresivamente. Laciudadanía, por tanto, no se ve afectada en sí, pero se reduce gradualmente hastael punto de ponerse finalmente en tela de juicio cuando el coeficiente multipli-cador anula el voto. En este caso concreto, nosotros nos situamos en el puntode ruptura, donde el proceso de regresión deja sitio a la alteración en que se fun-damenta la minoración en el plano jurídico.

Fundamentalmente, en el proceso de alteración, la persona “de edad avanza-da” se convierte en un individuo distinto, en “otro” (de alter133), es decir diferen-te de lo que la definía intrínsecamente antes de haber franqueado el umbral lími-te de una edad instituida socialmente. La alteridad no sólo inviste de sus cualida-

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133Alter (el otro) es la raíz latina de alterar (hacer otro).

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des y sus capacidades supuestas, sino también su poder sobre sí mismo y sobrelos demás. Entonces puede generar fenómenos de distinción y de distanciaciónrespecto de sí (lo que yo era “antes de”) y respecto de los demás, que condicio-nan a la vez los estatus, los papeles y las funciones en la sociedad. Sin llegar nece-sariamente hasta aniquilar la totalidad de los derechos o de los estatus, el proce-so de alteración puede excluir de manera sectorial y permitir un alejamiento delos centros de gravedad de toma de decisiones en todos los campos, sean éstospolíticos, económicos, sociales o culturales. Este alejamiento es lo que puede cali-ficarse de periferización, puesto que su efecto es colocar a los individuos alejados–progresiva o súbitamente– de los circuitos de poder, de decisión de acciones ode influencia en la sociedad por el único motivo de su edad y cualesquiera quesean, por otro lado, sus recursos, sus capacidades, o sus aptitudes objetivas.

Por lo tanto, más allá de los derechos políticos o cívicos, los procesos deregresión, de alteración, de minoración y de periferización afectan a otros com-partimentos del derecho tan fundamentales como los derechos del hombre y delciudadano, sobre todo el derecho a la vida y a la salud, pero también los dere-chos económicos y sociales. A partir de estos procesos es posible volver a ana-lizar la naturaleza de los estatus, de los niveles de poder o de responsabilidad, ytambién las relaciones entre el derecho formal y su aplicación real. Estos meca-nismos que trascienden los marcos jurídicos descansan en una cultura subyacen-te de la exclusión por edad, que inspira un conjunto de actitudes y prácticas dis-criminatorias en las interacciones con las personas mayores en todos los com-partimentos de la vida en sociedad.

El campo de intervención potencial de las organizaciones de defensa de losjubilados y de las personas mayores cubre pues, teóricamente, el conjunto de lasinteracciones entre las personas mayores y su entorno. En esta perspectiva, lacuestión de su poder se extiende al conjunto de las esferas en las que están impli-cados los intereses materiales o morales de sus miembros, ya sean estos intereseseconómicos, sociales o culturales. Es aquí donde la noción de poder gris abreperspectivas más generales en torno a la relación entre edad y sociedad.

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