TIPNIS_1
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EL IMPACTO DE LA CARRETERA EN EL TIPNIS DESDE LA PERSPECTIVA DE UNA MUJER
BENIANA
Los mojeños (Mojos o Moxos) tienen su origen en Trinidad, Loreto, San Ignacio y San
Javier y todos sus alrededores (corresponden a las provincias Cercado, Marbán y
Mojos), los que nacieron allí, hijos de indígenas son MOJEÑOS. Los mojeños
originariamente ocuparon toda la parte central del departamento, tenían como límites
los territorios de los Cayubabas e Itonamas al norte, al oeste los Movimas y los
Chimanes quienes se movilizaban de forma permanente y a los Yuracaré en el sur.
El asentamiento del Mojeño en el Parque Nacional Isiboro Sécure es producto de
huidas y de movimientos mesíanicos propios de su cultura. Desde el siglo pasado los
Mojeños –Trinitarios buscaron en sus montes la protección frente a los reenganches
de fuerza de trabajo que se realizaban para los trabajos de la goma, es de esa manera
que quedaron despoblados muchos pueblos en el Beni y se poblaron otros.
El surgimiento como Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) se
inicia el 7 de marzo de 1987, se había organizado ya en la ciudad de Trinidad la Central
de Cabildos Indigenales Mojeños (CCIM) que agrupaba sólo a los Mojeños, con el
objeto de resolver en forma conjunta los problemas que los indígenas empiezan a
expresar, buscando la unidad en primera instancia de los Mojeños. Es así como surgen
Subcentrales en San Javier, San Ignacio, San Lorenzo, San Francisco e Isiboro Sécure.
En el 1er. Encuentro de Corregidores y Representantes Indígenas del Parque Nacional
Isiboro Sécure realizado en San Lorenzo, se vislumbra el proceso reorganizativo y de
recuperación socio cultural que todos los participantes pretenden, así como formular
de forma conjunta problemas y demandas que se tienen en la zona, los
Representantes eran todos aquellos indígenas no Mojeños.
Se resuelve exigir el cumplimiento del Decreto Ley Nª 07401 de creación del Parque,
donde se prohíbe el asentamiento de Colonos, además de otras resoluciones de gran
importancia relacionadas con la lengua, la danza, la música, la salud y la educación,
demandas que fueron puestas a consideración del Prefecto del Departamento del
Beni, consiguiendo su apoyo y se nominan a guarda forestales del TIPNIS a todos los
Corregidores y Representantes Indígenas a fin de resguardar los límites con
Cochabamba y el Parque Nacional.
En 1990 se llevan a cabo Encuentros de Corregidores y la mayoría de las zonas
declaran Territorios Indígenas a sus regiones, se otorga al gobierno un plazo hasta el 2
de agosto para que dé una respuesta, caso contrario se realizaría una marcha hasta la
ciudad de La Paz. El Gobierno realiza sus propuestas sin contemplar el territorio,
estas fueron rechazadas por las autoridades indígenas exigiendo su territorio, Se
realizan los preparativos y el 15 de agosto de 1990 se inicia la Marcha Indígena, los
indígenas del TIPNIS la apoyan incondicionalmente, la marcha tuvo una duración de 34
días, recorriendo un total de 607 Km. Se inicia una serie de propuestas y
contrapropuestas y finalmente el 24 de septiembre de 1990 en La Paz se firman los
Decretos, estando como Presidente de la República el Lic. Jaime Paz Zamora.
Este proceso, tiene mucha importancia porque es allí donde se unen todos los Pueblos
Indígenas del Beni en un solo objetivo, pedir Territorio y Dignidad, pero además de ello
es el escenario donde se conocen todos: Chimanes, Yuracaré, Itonamas, Movimas,
Cayubabas, etc, todas etnias del Beni. Y se crea a partir de allí la Central de Pueblos
Indígenas del Beni (CPIB).
El Parque Nacional Isiboro Sécure fue creado mediante Decreto Supremo Nª 07401 del
22 de noviembre de 1965, cuyos límites son por el norte, parte del hito
tridepartamental (La Paz, Beni y Cochabamba), Abra de Marimonos y a seguir por el
curso de los ríos Natusama y Sécure hasta la confluencia de éste con el rio Isiboro.
Por el Sur, por el curso de los ríos Yusama e Isiboro hasta la confluencia de éste con el
rio Chipiriri. Por el Este, de las juntas del rio Chipiriri, se sigue por la cuenca del rio
Isiboro hasta su unión con el río Sécure junto al puerto General Esteban Arze. Por el
oeste mediante las aguas divisorias de las cordilleras del Sejeruna y Mosetenes. El
Decreto no especifica la superficie por lo que se han utilizado cifras aproximadas de 1.2
millones de hectáreas. El D.S. de dotación de Territorio agrega una franja de
amortiguación de 5 Km. en las riberas oeste del Sécure y este del Isiboro.
El TIPNIS es y ha sido originariamente zona de asentamientos Yuracarés, debido a la
dispersión, movilidad poblacional y resistencia de los Mojeños y Chimanes estos se
establecen en la región, el D.S. de dotación de Territorio es para las tres etnias.
Los Mojeños tienen alrededor de 50 comunidades ubicadas a lo largo de los ríos Sécure
e Isiboro y en el centro de ambos ríos, a los Yuracaré se los encuentra en el sur, en los
límites con Cochabamba, son los que más soportan las presiones de los colonizadores,
productores de coca, comerciantes y misioneros, quienes los han desplazado hasta el
centro del Parque muy cerca de la laguna Bolivia y a los ríos Isiboro y Sécure. Los
Chimanes en cambio se encuentran ubicados al inicio del Sécure en las comunidades
de Areruta, Oromomo y Asunta en la ladera nor-oriental de la serranía de Mosetenes y
transitan todo el Parque hacia el norte hasta el Bosque de Chimanes.
El TIPNIS se encuentra en las faldas subandinas de la serranía Mosetenes con
transición a las sabanas, relativamente planas (con un impacto fuerte de inundaciones
estacionales), presenta una variación de ecosistemas debido a la topografía ya que se
halla dentro de una zona que cuenta con el conjunto ecológico más variado de Bolivia.
Se pueden distinguir las siguientes zonas: llanura aluvial (conformación de sabanas y
bosques inundables), pie de monte (terrenos planos a ondulados sin mucha influencia
por inundaciones) y serranías sub-andinas.
Esto favorece la presencia de una alta diversidad de especies, estando representadas
las siguientes ecoregiones: selva húmeda montañosa, selva subhúmeda baja, con unos
meses más secos y sabana inundada 5-7 meses (o más) con islas de bosque en parte
siempre verde.
En otras palabras posee dos terceras partes de selva o monte y una parte de sabana o
pampa, además de una pequeña zona de montaña, entonces se tiene en un solo
territorio: bosque de alta montaña, yungas, bosque húmedo tropical y sabana. Debido
a su extensa superficie boscosa, posee suelos pobres y frágiles que son esencialmente
para uso forestal, la zona además está surcada por una extensa red de ríos, arroyos y
lagunas.
En cuanto a su biodiversidad, se han podido registrar 70 especies de mamíferos, en el
Beni se conocen como 150 especies (48% de Bolivia), también se han registrado 50
especies de reptiles, 22 especies de anfibios (en el Beni hay un total de 90 en reptiles y
43 en anfibios), algo más de 500 especies en aves y un registro de 197 especies de
peces que representan el 60% de las 327 especies de la cuenca del Mamoré, estamos
hablando de una gran biodiversidad.
Las hipótesis que maneja el gobierno con respecto a los pueblos indígenas que viven
en el TIPNIS son que: la región es vulnerable, muy pobre, sufre de aislamiento y vacío
demográfico, carece de apoyo institucional o del Gobierno, por lo tanto plantea
desarrollarla mediante el incremento de la producción agrícola, pecuaria, forestal,
petrolera y para esto hay que impulsar el mercado, el transporte, la explotación,
financiamiento, etc. es decir todo lo referente al típico desarrollo urbano y rural
capitalista, sin respeto alguno por las comunidades indígenas que allí viven.
En este sentido el Gobierno (éste y los anteriores que han habido) identifican ésta área
como zona susceptible de colonización, además por tener una zona de yungas lo
convierte en favorable para plantar coca y por último deciden “si o si” construir una
carretera por medio de un Parque Nacional y de un Territorio Indígena como si no
existiera nadie para oponerse a dicho proyecto!!
Los problemas son realmente graves, el Gobierno no ha contribuido al Manejo del
Parque Nacional como área protegida, (existe un Plan de Manejo) es decir, no
proporcionó ningún financiamiento para su funcionamiento, y actualmente se tiene
asentada una organización cocalera en la zona, hay presencia de narcotraficantes,
contaminación química de suelos y aguas y la incorporación progresiva de indígenas
como fuerza de trabajo en esta actividad. Para solventar todo este conglomerado de
gente, la cacería de la fauna silvestre ha aumentado de forma alarmante, así como la
extracción de madera; la cantidad de colonos hasta el año 1992 triplicaba a la de los
indígenas y ha continuado en aumento.
Hoy 15 de agosto los indígenas salen nuevamente a marchar, esta vez en contra de la
construcción de la carretera que cruzará el TIPNIS. Conocemos todo lo que una vía
puede traer, el Gobierno se ha encargado de ilustrarnos (mediante videos) todo lo fácil
que será el ingreso a esta zona, así como la ejecución de proyectos con tecnología y de
cómo se cuidará el medio ambiente en este Parque Nacional (seguirá llamándose
Parque?). También se ha insistido en cuanto va a ganar el Departamento del Beni,
porque los productos podrán ser extraídos y comercializados de forma oportuna,
además de que las Comunidades tendrán acceso a los servicios de educación y salud
de Trinidad o Cochabamba.
Pero el Gobierno no habla sobre los impactos ambientales que acarrea la construcción
de una carretera en la que no existe “trazo” como ellos lo aseguran. Para empezar
una actividad o proyecto en Bolivia, se debe iniciar con una ficha ambiental, esta es
categorizada de nivel 1 o 2 según el impacto que pueda tener en el ambiente a
realizarse. Una carretera de este tipo es nivel 1, lo que significa realizar un Estudio de
Evaluación de Impacto Ambiental antes del inicio de la construcción, al momento
están construyendo el tramo 1 y el tramo 3 (existe movimiento de tierras en el lugar),
para lo que dicen tener permiso, pero no se ha presentado el informe, tampoco se
explica como un Ministerio de Medio Ambiente puede haber aceptado que una
carretera pase por medio de un Parque Nacional.
Los impactos socio ambientales son dos: directo e indirecto.
Impactos directos: la apertura de vía requiere realizar el desmonte, 300 y más Km., en
forma lineal y por 100 metros de ancho, consiste en talar árboles, no importando las
especies, no importa a quien pertenezcan, no importa si son refugio de aves, o
alimento de animales, sembrados para algún fin, como corredor para migración de
animales o si existen viviendas o un chacos dentro de este. Como la zona es baja y en
estaciones de lluvia se inunda, hay que construir muchos puentes y como lo sabe el
Ministerio de Medio Ambiente, se deben realizar pasos para la fauna, por lo tanto la
plataforma de la carretera deberá ser elevada, entre 4-6 metros de alto (o más), lo que
será un obstáculo para los comunarios que quieran acceder a la carretera o pasar de
un lado a otro de la vía.
Para hacer este trabajo, la constructora necesita tierra de ciertas características y
buscará de donde obtenerla, esto significa ingresar a todos los lugares posibles y
donde la encuentre procederá a su extracción y acarreo mediante caminos
secundarios que le faciliten el traslado hasta la obra dejando tras de sí grandes pozos y
destrucción, además de más arboles talados y un suelo inservible, al igual que los ríos
de donde se obtendrán la piedras y arena. Otro problema son los trabajadores, la
constructora emplea a trabajadores calificados y no calificados, para ello construye
campamentos y es allí donde surgen los problemas de las relaciones de esta gente
foránea con las comunidades aledañas, impactando especialmente en las mujeres y
niñas del lugar. Con todo este movimiento se tienen beneficios como empleo
temporal para algunos indígenas del lugar, compensaciones y reposiciones por cultivos
o viviendas que existan por donde pasa la vía, y compensaciones y acuerdos para las
comunidades, que se firman para permitirles el paso de la vía y que luego le cuesta
mucho a la Comunidad conseguir que la Empresa o Gobierno cumpla con dichos
compromisos. Nadie habla de los cultivos que quedaron divididos por la carretera y
como los comunarios atravesarán la carretera de un lado a otro y cosechar sus
productos, o si por el contrario tiene su corral en un lado y el pozo de agua al otro.
También existe el beneficio de venta de productos agrícolas a los campamentos, como
las comunidades no son mercantilistas ni el suelo les permite sembrar en demasía, la
mayoría de las comunidades podrán salir beneficiadas por lo menos un año. Todas las
comunidades estarán tentadas de dejar ingresar a contratistas o campamentos
auxiliares a sus lugares por recibir beneficios, obras o dinero en efectivo, esto no podrá
paliar todos los daños sociales y ambientales que tendrán durante su estadía y luego
de que se marchen y nadie les va a compensar por los daños y perjuicios.
Pero lo que en realidad se ve impactado de manera directa es el propio Territorio
Indígena, ya no lo será más y a pesar de lo que diga el Gobierno, con la construcción de
una carretera se dará vía libre para que cualquier persona pueda ingresar y asentarse
donde se le antoje, especialmente los cocaleros y madereros y con ellos los traficantes
de animales y narcotraficantes.
Se impactará de forma directa a la cultura de las etnias, a las familias, los chacos se
abandonaran por trabajar en la constructora y las actividades ancestrales de los
indígenas, con toda seguridad que desaparecerán. Otro impacto directo es con Parque
Nacional, un área protegida con alta biodiversidad, en la que la tala del bosque, el
ruido y exterminación de animales, significa arrasar con la fauna y la flora de manera
irreversible, por lo que ya no será más un Área Protegida.
Impactos indirectos: Todas las comunidades del TIPNIS y las estancias ganaderas que
están asentadas allí, se verán invadidas por foráneos, quienes demandarán compartir
el uso de recursos naturales y exigirán el cumplimiento de la función económico –
social o se le quitaran las tierras, luego de tres años de cualquier actividad extrativista
se quedarán con ambientes totalmente degradados y contaminados por el uso no
adecuado del suelo, además lo que antes era propio de las ciudades (delincuencia,
prostitución y otros extremos) también los tendrán a su alcance. Los que se
benefician son los transportistas, comerciantes y traficantes, es posible que con la
carretera también llegue la energía eléctrica al lugar y con ello todas las comunidades
cercanas a la carretera podrían acceder siempre y cuando paguen por el servicio. Por
lo demás no logro encontrar en que se beneficia el Beni con la construcción de esta
carretera.
¿Qué hacer?
El Presidente Evo Morales que tiene abogados para que arreglen las leyes, debe tener
también (¡por supuesto!) ingenieros que busquen alternativas para darle la vuelta al
TIPNIS, entonces, porque les pide a los indígenas que le den alternativas?!!. Se
construiría la carretera, siempre y cuando cuente con su EEIA, se agregue unos
kilómetros más al trazo y el beneficio será igual para ambos departamentos.
Con esta visión, se gana mucho más de lo imaginable, el Presidente quedaría como una
de las personas que más apoya al Medio Ambiente a nivel internacional y
posiblemente se lograrían fuentes de financiamiento para proteger esta área. El
Presidente Morales siempre ha estado fomentando e impulsando la cultura andina,
con esto también va a preservar la cultura de la zona, que son quienes han
desarrollado su vida en torno a los recursos del bosque y no creo que desee que estas
culturas del Beni desaparezcan.
Por último, es importante manifestarse en favor de las áreas protegidas, el Estado no
está siendo visionario, las áreas protegidas tienen un alto potencial económico a nivel
mundial, se paga por ellas, por su conservación que implica preservación y manejo,
estas áreas son reservorios de información genética, refugio de especies endémicas de
flora y fauna, toda región que cumpla con estos requisitos presta servicios ambientales
al mundo, es un sumidero de CO2, contribuye a la regulación del clima global,
proporciona oxígeno, medicinas, agua dulce, allí se encuentran los nacimientos de
cuencas(1); dejemos de ser exportadores de materias primas, donde se debe invertir
es en el bosque.
Se conoce tan poco de estos fascinantes ecosistemas y queda tanto por descubrir. El
TPNIS es cálido, es humano y es nuestro. ¡No lo destruya señor Presidente!!
(1) Para mayor información consulte:
:http://www.noruega.org.mx/News_and_events/Old_web/policy/environment/regnsk
ogen_i_brasil_sp/
Lic. Hortensia Antúnez R.
Socióloga con Maestría en Ecología y Conservación