Terapia Rogeriano

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optimizadoras para el organismo, tendrían un valor positivo; por lo tanto, las que no mantienen ni mejoran el organismo, tendrían un valor negativo. Este trabajo abordará la visión de Carl Rogers sobre la persona humana, centrándose en los aspectos de la tendencia a la actualización y el concepto del yo que los tienen los individuos, junto a una breve reseña de la terapia creada por Rogers, basada en estos conceptos. La primera parte de este informe definirá el concepto de tendencia a la actualización, su expresión en el ser humano como potencial del desarrollo del yo y las características de los individuos que dan curso libre a éste. Después, se tratará del concepto del sí mismo, la discrepancia posible entre éste y el yo ideal - la denominada incongruencia- con sus consecuencias y los efectos de la resolución de la discrepancia. Tras esto, se entregarán las características del enfoque personalizado de terapia de Rogers: las condiciones necesarias para su establecimiento, el proceso de cambio en el cliente y las consecuencias de la terapia en la conducta posterior de éste. Finalmente, se establecerá una discusión acerca de las ventajas, limitaciones y desventajas de los puntos fundamentales del modelo de Rogers, junto al resumen de este trabajo. Este informe expondrá algunos conceptos básicos de la teoría de Rogers, como son el de tendencia a la actualización y el de concepto de yo, sin ahondar en los conceptos de valoración organísmica ni en los de ~ 1 ~

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optimizadoras para el organismo, tendrían un valor positivo; por lo tanto, las

que no mantienen ni mejoran el organismo, tendrían un valor negativo.

 Este trabajo abordará la visión de Carl Rogers sobre la persona humana,

centrándose en los aspectos de la tendencia a la actualización y el concepto

del yo que los tienen los individuos, junto a una breve reseña de la terapia

creada por Rogers, basada en estos conceptos.

La primera parte de este informe definirá el concepto de tendencia a la

actualización, su expresión en el ser humano como potencial del desarrollo del

yo y las características de los individuos que dan curso libre a éste. Después,

se tratará del concepto del sí mismo, la discrepancia posible entre éste y el yo

ideal - la denominada incongruencia- con sus consecuencias y los efectos de la

resolución de la discrepancia. Tras esto, se entregarán las características del

enfoque personalizado de terapia de Rogers: las condiciones necesarias para

su establecimiento, el proceso de cambio en el cliente y las consecuencias de

la terapia en la conducta posterior de éste. Finalmente, se establecerá una

discusión acerca de las ventajas, limitaciones y desventajas de los puntos

fundamentales del modelo de Rogers, junto al resumen de este trabajo. 

  

Este informe expondrá algunos conceptos básicos de la teoría de Rogers,

como son el de tendencia a la actualización y el de concepto de yo, sin ahondar

en los conceptos de valoración organísmica ni en los de incongruencia; se

darán algunas nociones sobre la terapia rogeriana, ya que las formulaciones

teóricas de Rogers se hacen plenamente comprensibles al enmarcarlas dentro

de la relación terapéutica. El modelo de Rogers pertenece a la corriente de la

psicología humanística, denominado específicamente  terapia no directiva,

terapia centrada en el cliente o enfoque personalizado, nombres variables de

acuerdo al grado de desarrollo de las ideas de este psicólogo.

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AGRADECIMIENTO

Quiero agradecer a Dios, porque ha sabido guiarme por el camino del bien,

dándome sabiduría, inteligencia para culminar con éxito una etapa más de mi

vida, y poder servir a la sociedad con mis conocimientos.

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DEDICATORIA

Dios, por darme la oportunidad de vivir y por estar

conmigo en cada paso que doy, por fortalecer mi

corazón e iluminar mi mente y por haber puesto en mi

camino a aquellas personas que han sido mi soporte y

compañía durante todo el periodo de estudio.

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RESUMEN

Este ensayo pretende mostrar un modelo terapéutico centrado en el paciente,

con un fundamento humanístico y científico que es el desarrollo humano, se

presentan las principales habilidades, actitudes, valores y experiencias

necesarias para facilitar el desarrollo integral de los individuos. Y se centrará

principalmente en las cualidades necesarias de un profesional idóneo en este

enfoque. Antes de señalar los principales aspectos de su abordaje para inter

actuar con sus consultantes, realiza una síntesis de proceso de desarrollo de

la Psicoterapia, en el cual predomina la relación significativa entre el terapeuta

y el paciente como elemento central de cambio.

Palabras clave: Desarrollo humano, Enfoque Centrado en la Persona,

psicoterapia auto dirigida, relación terapéutica.

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ABSTRACT

This paper aims to show a therapeutic patient-centered model with a humanistic

and scientific basis is human development, the main skills, attitudes, values and

necessary to facilitate the integral development of individuals experiences are

presented. And it will mainly focus on the necessary qualities of a qualified

professional in this approach. Before pointing out the main aspects of his

approach to inter act with its consultants, provides a synthesis of the

development process of psychotherapy, in which predominates the significant

relationship between the therapist and the patient at the center of change.

Keywords: Human Development, Person Centered Approach, auto

psychotherapy, therapeutic relationship.

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LA TERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE DE CARL ROGERS

Enfoque centrado en la persona

El Enfoque Centrado en la Persona o la psicoterapia autodirigida, se basa en la

obra de Carl Rogers (Rogers, 1951) del cual resalta un continuo empeño en el

camino de la libertad y de la liberación de las fuerzas del ser humano como

motor de la actualización de sus potencialidades a partir de la confianza y el

respeto a la persona.

Enmarcada dentro de la llamada “tercera fuerza”, la psicoterapia “rogeriana” es

el enfoque que mayor influencia ejerce actualmente sobre los psicoterapeutas y

consejeros norteamericanos, aún por encima de la terapia racional emotiva de

Albert Ellis y del psicoanálisis freudiano (Rogers, 1972).

La influencia que tuvo Carl Rogers fue de las corrientes existencialistas, la

fenomenología y psicología de la Gestalt, de donde adquirió una actitud de

confianza en la capacidad del ser humano en actuar libremente y decidir sobre

su propio futuro.

En la obra de Rogers nos presenta una teoría sobre la persona o la

personalidad, parte de ciertas hipótesis de trabajo. Lafarga (1986) las sintetiza

de la siguiente manera.

1. a) El proceso terapéutico está fundamentalmente motivado por el

impulso de la persona hacia el crecimiento, la salud y la adaptación. La

psicoterapia consiste en liberar a la persona de los elementos que

obstaculizan su desarrollo normal.

2. b) Este proceso está más vinculado a la expresión y clarificación de los

sentimientos que a la comprensión intelectual de la experiencia.

3. c) La compresión de las circunstancias del presente inmediato de la

persona es más importante que su pasado.

4. d) La experiencia de la relación terapéutica, y no la conceptualización de

ésta, es el elemento determinante del crecimiento en el proceso

psicoterapéutico.

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Sin embargo, la hipótesis central de la propuesta de Rogers, es la de que “el

individuo tiene la capacidad suficiente para manejar en forma constructiva

todos los aspectos de su vida que potencialmente pueden ser reconocidos en

la conciencia”. (Rogers, 1972).

Para el Enfoque Centrado en la Persona el individuo se ha visto siempre desde

su contexto sociocultural e histórico. Por ello, y en contra de algunas opiniones,

la consideración dinámica o constructiva de la tendencia actualizante está en

correspondencia con la existencia de una condición central de tipo relacional o

social: la aceptación de dicho potencial manifestada por la existencia de un

espacio de libertad de crecimiento como una comprensión empática, unas

condiciones favorables al aprendizaje significativo, un espacio para el

encuentro y el intercambio interpersonal libre y creativo.

Se puede decir que este es el planteamiento esencial del enfoque, y a su vez,

lo que genera mayores polémicas.

Rogers asume que en todo ser humano hay una tendencia innata a la

actualización, esto es, al desarrollo y a la superación constante, si se

encuentran presentes las condiciones adecuadas; que es algo similar que

propone Maslow al hablar de la autorrealización.

La raíz de este planteamiento es que la persona cambia, y esta persona que

cambia es descrita como un ser capaz de comprenderse y de reaccionar libre y

responsablemente a lo largo del desarrollo de su existencia y este desarrollo

será, como ya se mencionó, positivo si se encuentra en ciertas condiciones

ambientales favorables creadas por una relación interpersonal.

Rogers dice que el hombre es positivo por naturaleza, y por ello requiere de

respeto absoluto, especialmente en cuanto a sus aspiraciones de superación.

Rogers considera a la persona como un todo –organismo-organizado, dinámico

y abierto, en la que existe un deseo de estabilidad, de coherencia y deseo de

unidad y orden. Este organismo, dice, está constantemente en movimiento

hacia niveles superiores de conciencia y de realización. Para la realización de

este desarrollo dispone de un potencial organísmico como una tendencia a la

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autorrealización y autoperfecionamiento. Una tendencia direccional

constructiva.

Todo proceso determina un sistema fluido cambiante, en el que la relación de

ayuda va a permitir que el organismo encuentre un clima adecuado para que la

persona sea capaz de percibir su experiencia, ser más ella misma,

posibilitándose, de esta forma, aquel proceso de crecimiento que Rogers ha

encontrado experimentalmente en sus clientes en la relación psicoterapéutica.

Se trata de establecer un clima relacional orientado a que la persona se pueda

encontrar consigo misma y así pueda desarrollar sus potencialidades

inherentes. Es decir, el profesional que establece esa relación de ayuda por un

lado y la tendencia actualizante del individuo por otro llevan a la persona total a

su desarrollo integral.

Rogers le da verdadera importancia al paciente o cliente, como antes era

usado, y la aceptación incondicional y el respeto que se le tiene cobran igual

importancia, que se les considera factores que favorecen u obstaculizan la

adquisición del enfoque centrado en la persona. Aceptación y respeto deben

estar enraizados en la personalidad del terapeuta, formar parte esencial de su

ser, y ello pasa, antes que nada, por aceptarse a sí mismos.

Se puede decir, entonces, que el ser humano puede, si se le presentan las

condiciones adecuadas, desarrollarse o actualizarse, ampliar sus capacidades

y ser consciente de lo que experimenta a fin de poder autocontrolarse. “no se

puede manejar eficazmente lo que no se percibe conscientemente”, propone

Rogers, de ahí la necesidad de ampliar el concepto de sí mismo del paciente,

su “self”, y de incluir en él, el todo (o casi todo) lo que vivencia. Pero no se

pretende hacerlo actuando sobre él sino, como dice Kinget, “acompañándolo”

en la experiencia, brindándole las condiciones requeridas y dándole seguridad

(Rogers y Kinget, 1971).

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LA TERAPIA ROGERIANA

La terapia rogeriana ha cambiado de nombre a lo largo de su evolución:

Rogers la llamó no-directiva, por creer que el terapeuta al posicionarse frente al

cliente no lo debe guiar, pero sí estar ahí, mientras el cliente mismo llevaba el

curso de su proceso terapéutico. A través de la experiencia, Rogers se dio

cuenta que mientras más “no-directivo” era, más influía en sus pacientes,

precisamente, al asumir esa postura. En definitiva, los clientes buscaban un

guía en el terapeuta y lo encontraban aunque éste intentara no guiarles.

De manera que modificó el nombre de su terapia a “centrada en el cliente”. En

la actualidad, pese a que la denominación “no-directiva” y “centrada en el

cliente” siguen en vigor, se usa el término terapia rogeriana. Una de las frases

que Rogers utiliza para definir su terapia es “de apoyo- no reconstructiva”.

Terapia que no explica “el cómo” sino que apoya al cliente en que este trate por

sí mismo su dificultad, ya que si el terapeuta sostiene continuamente al cliente

éste no termina de responsabilizarse de su problema.

Si la independencia (autonomía, libertad con responsabilidad) es el objetico

terapéutico, el cliente no lo logrará si se mantiene dependiente del terapeuta.

Los pacientes deben experimentar sus introspecciones por sí mismos, en la

vida cotidiana, fuera de la consulta de su terapeuta. Un abordaje autoritario en

la terapia puede resultar aceptable en la primera parte de la terapia, pero al

final solo crea una persona dependiente.

La técnica básica rogeriana es el reflejo. El reflejo es la imagen de la

comunicación emocional, el terapeuta promueve, mediante intervención directa

sobre lo escuchado, que el cliente se dé cuenta de lo que él mismo está

comunicando. El reflejo es una técnica que debe ser tratada con mucho

cuidado, ya que de no ser así puede restar confianza al vínculo terapéutico. La

intervención debe surgir del corazón (genuino, congruente).

Así conectamos con los requerimientos que según Rogers debe tener un

terapeuta.

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Para ser un terapeuta efectivo debe tener tres cualidades especiales:

Congruencia. Ser genuino, ser honesto con el paciente.

Empatía. La habilidad de sentir lo que siente el paciente.

Respeto. Aceptación, preocupación positiva incondicional hacia el paciente.

Rogers dice que estas cualidades son “necesarias y suficientes”, si el terapeuta

posee estas tres cualidades el paciente mejorará, aun no haciendo uso de otro

tipo de técnicas. Si el terapeuta no muestra estas tres cualidades, la mejoría

será mínima, sin importar la cantidad de recursos técnicos y de conocimiento

científico de los que disponga.

La teoría de Rogers está construida a partir de una sola “fuerza de vida” que es

llamada la tendencia actualizante, una motivación innata presente en toda

forma de vida dirigida a desarrollar sus potenciales hasta el mayor límite

posible. No hablamos solamente de sobrevivencia. Rogers entendía que todas

las criaturas buscan lograr lo mejor de su existencia, y si no lo consiguen no

será por falta de deseo propio. Rogers resume en esta gran única necesidad o

motivo, todos los otros motivos que las demás escuelas terapéuticas

mencionan, porque es propio de nuestra naturaleza como seres vivos hacer lo

mejor que podamos.

Teoría de la personalidad de Rogers

Las proposiciones que están al comienzo de la serie son las más alejadas de la

experiencia del terapeuta y, por lo tanto, las más sospechosas, mientras que

las que aparecen hacia el final se acercan cada vez más al centro de nuestra

experiencia.

A. Características del niño

1. Percibe su experiencia como una realidad.

2. Posee una tendencia innata a actualizar las potencialidades de su

organismo.

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3. Interactúa con su realidad en función de esa tendencia fundamental a la

actualización.

4. En su interacción con la realidad, el individuo se comporta como una

totalidad organizada (gestalt).

5. Se inicia un proceso de valoración organísmica, en el que el individuo valora

la experiencia al tomar como criterio de referencia la tendencia actualizante.

B. El desarrollo del yo

1. Como consecuencia de la tendencia a la diferenciación

2. Como consecuencia de la interacción entre el organismo y el medio.

C. La necesidad de consideración positiva

1. A medida que se exterioriza la conciencia del yo, el individuo desarrolla una

necesidad de consideración positiva. La teoría no se interesa en saber si se

trata de una necesidad innata o adquirida. De acuerdo con Standal, que

formuló este concepto, es una necesidad adquirida:

2. La satisfacción de esa necesidad se logra necesariamente por medio de las

inferencias obtenidas a partir del campo experimental de otra persona.

3. La satisfacción de esa necesidad se relaciona con una gama muy amplia de

experiencias del individuo.

4. El proceso desatisfacción de la necesidad de consideración positiva es

recíproco, ya que cuando el individuo se da cuenta de que satisface esa

necesidad en otro, satisface, por eso mismo, su propia necesidad de

consideración positiva.

5. Los efectos de esa satisfacción son intensos en el sentido de que la

consideración positiva manifestada por cualquier persona se comunica, en

aquel que es objeto de ella, al conjunto de la consideración que éste

experimenta hacia esta persona.

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PRINCIPALES APORTES Y DESARROLLO DE SU ENFOQUE

Sobre la primera Fase: (un modelo de la ayuda)

La noción de No directividad, basamento no solo técnico en sus primeras

etapas de diferenciación de otros modelos, sino principal y fundamentalmente

ideológico filosófico.

La autorrealización como ejecución de un suceso abierto y continuo, y su

diferencia con otros autores, tales como Maslow y Bühler, que la consideraban

como proceso con una finalidad establecida. O como Erich Fromm que la

categorizaba con parámetros puntuales para alcanzarla.

Esto hizo que, Salvatore Maddi en su libro "Teorías de la Personalidad" (Edit.

El Ateneo), ubique al ECP, como una teoría de ejecución de los potenciales.

La necesidad de facilitar la apertura perceptual, desde donde se entraman los

conceptos nodales del marco actitudinal: empatía, incondicionalidad y

congruencia, como construcciones vinculares facilitadoras de un proceso de

ayuda, que se implementa a través de recursos, que en el caso de Rogers se

limitaron a los verbales.

Sobre la segunda Fase (Teoría del Si mismo): Si bien muchos autores

refieren al Self, a la noción de sí mismo (James, Rank, Jung entre muchos

otros), la posición de Rogers es propia. Es en principio una mirada

estrictamente fenomenológica, que si bien no desdeña la posibilidad de que

puedan haber cuestiones acerca de lo desconocido de sí mismo en cada

persona (para ello inventa el término de subcepción), se considera (al modo de

Husserl), un observador del fenómeno de la conciencia en sí misma.

No de lo consciente, sino de la conciencia como el fluir de lo propiamente

humano.

De la que cada uno capta fenomenológicamente de si, de la percepción del

campo fenomenal, de esa conciencia en tránsito existencial, y nos dice que lo

que determina la conducta humana está implícito en la dinámica de la

percepción consciente de la conciencia.

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Esta posición no es ingenua, sino todo lo contrario, en tanto se dirige a declarar

contra el peligro de las posiciones que suponen que las conductas humanas

están dirigidas" por aspectos desconocidos de sí mismas (que no niega que

pueden existir o leerse de esa manera).

Estas últimas implican una posición éticamente opuesta a la que sostiene la

"obligatoriedad" de hacerse responsable de sí mismo, tal como lo hace Rogers.

Si en algo es no directivo, y no permisivo, es en esto, en el dejarnos llevar por

un pensar que estamos determinados por fuerzas ocultas, y que muchas veces

hacemos cosas, y entonces cometemos actos de los cuales no nos hacemos

responsables.

En esto Rogers es bien Sartreano, bien humanístico existencial.

Desde allí nos ubica en una perspectiva unificadora del Self, que expresa en 19

tesis acerca de la personalidad, de las cuales sintetizamos las diez primeras,

porque que marcan la rigurosidad y coherencia de su pensamiento. Las nueve

que continúan se refieren al funcionamiento congruente o incongruente, óptimo

o conflictivo, que en el orden de la idea de este escrito no corresponden

analizar en esta oportunidad.

- El individuo vive en un mundo de experiencia, cuyo centro es él.

- El organismo reacciona frente a esa experiencia haciéndola su realidad.

- El organismo reacciona siempre como un todo organizado.

- El organismo tiende a autoactualizarse.

- Sus conductas tienden a satisfacer necesidades vitales, y se dirige a

metas que las faciliten.

- Estas metas son en general promovidas por emociones.

- Toda conducta emerge desde el marco de referencia interno.

- Ese marco de perceptivo de autoreferencia se desarrolla poco a poco y

va constituyendo el Self.

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- Este self, producto de la interacción con el medio, y de las valoraciones

que circulan entramadas, se organiza en forma intelectiva e incluye

percepciones y valoraciones de sí mismo.

- Estos valores, sean propios (mismicos) o de otros (yoicos e

introyectados), son experimentados en forma directa por el organismo.

Está clara la mirada holística del sí mismo que elige plantearnos nuestro autor.

Como sabemos, toda teoría es una construcción que pretende dar cuenta de

los fenómenos, es un mapa, no es el camino (de allí la frase de Levrero, como

epígrafe de este trabajo), por ello la de Rogers como tal nos conduce hacia un

lugar: el de la autoresponsabilidad de todo lo que hacemos, pensamos y

somos.

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PRINCIPALES IDEAS DE CARL ROGERS APLICADAS A LA

PSICOTERAPIA

La No directividad: Que brinda la libertad a la persona de tomar sus propias

decisiones, respetando sus tiempos y criterios, siendo el terapeuta un

acompañante del proceso que busca la comprensión de la propia persona y

sus circunstancias.

La Tendencia Actualizante: Es definida, en un principio por Rogers como ¨la

capacidad que tiene el ser humano, latente o manifiesta, de comprenderse a sí

mismo y de resolver sus problemas de modo suficiente para lograr la

satisfacción y la eficacia necesarias a un funcionamiento adecuado¨.

La Escucha Empática: Es la capacidad de entender, comprehender y

responder a la experiencia única del consultante. Es una modalidad de estar

que resulta de sentirse en la experiencia vívida del otro, colocándose ¨en los

zapatos que el otro calza¨, o dicho de otra manera ¨pretender ver el mundo del

otro con los ojos del otro¨. Por lo dicho implica tanto los aspectos emocionales

como los cognitivos del mundo vivido, es decir aquello que circula las

emociones y lo sentimientos o significaciones personales de las mismas.

La Aceptación o Valoración Positiva Incondicional: Implica aceptar al otro

tal cual es en el momento en que se está ofreciendo la ayuda, en el encuentro.

Esto significa que cuando el terapeuta experimenta una actitud fenomenológica

y positiva, no calificativa, de aceptación hacia cualquier cosa que el paciente es

en ese momento, el movimiento terapéutico o el cambio es más probable. Vale

aclarar que aceptar no es lo mismo que aprobar, en tanto lo que se acepta es

la experiencia vivida tal cual es, aunque la conducta sea reprobable desde

nuestro marco valorativo: En síntesis es comprender y aceptar lo que el otro

siente o experimenta, no lo que hace.

La congruencia o Autenticidad: Define la importancia de ser el que uno es en

la relación, sin construirse máscaras o fachadas que oculten los verdaderos

sentimientos que circulan en la misma. El terapeuta ECP debe estar abierto a

su experiencia, en plena conexión consigo mismo, sin abortar nada de ella,

para después ponerla con sumo cuidado a disposición del vínculo de ayuda.

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Chequeo de Percepciones: Es el modo en que definimos las intervenciones

terapéuticas desde el ECP, sean estas de carácter verbal, gestual, o desde

recursos imaginarios, corporales o de acción. Las intervenciones o

devoluciones que realicemos ante lo discursivo de nuestro consultante, serán

siempre un intento de acercamiento a lo que este, y nosotros en relación con

él, estemos percibiendo como expresado en el intento de búsqueda que

estamos facilitando.

Noción de Sí mismo: Es el concepto central desde el cual se construye toda la

teoría de la Personalidad que sustenta el ECP. Carl Rogers lo define así: ¨Es

un conjunto organizado y cambiante de percepciones de un sujeto que se

refieren a él mismo. Es una estructura perceptual que incluye las

características, atributos, cualidades y defectos, capacidades y límites, valores

y relaciones que el sujeto reconoce como descriptivos de sí mismo, y que

percibe como datos de su identidad. Esta estructura engloba todas las

experiencias del sujeto en cada momento de su existencia¨. El ECP es un

modelo de vínculo que propone la aceptación de la experiencia, de sí mismo y

del otro como un sí mismo semejante, facilitando el encuentro de persona a

persona.

Organismo:Representa el conjunto total de la persona, tanto en su vertiente

psíquica cómo física, alberga el campo experiencial o fenoménico y también el

sí mismo o el autoconcepto. El campo experiencial o fenoménico incluye todo

aquello que es experimentado por el organismo de modo consciente e

inconsciente, incluyendo las representaciones psicológicas de los impulsos

fisiológicos (hambre y sed) así como la influencia momentánea del recuerdo, la

experiencia pasada y el impacto de los estímulos internos en los órganos de los

sentidos.

El sí mismo o autoconcepto: Es una parte del organismo diferenciada de

modo gradual a través de la experiencia compuesta por las percepciones de las

características del yo, de las características de las relaciones del yo con los

demás y otros aspectos de la vida, junto con los valores ligados a estas

percepciones. El sí mismo está en contaste cambio debido a las nuevas

experiencias aunque no por eso deja de ser una “gestalt”, es decir un todo que

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es más que la mera suma de las partes. No importa cuanto pueda cambiar una

persona a lo largo del tiempo ya que está siempre retiene el sentido interno de

que aún es la misma persona. Además de nuestra percepción sobre cómo

somos, sobre nuestro “sí mismo real”, poseemos también nociones acerca de

lo que nos gustaría ser o “sí mismo ideal” y tendemos a aproximarnos desde el

“sí mismo real” al “sí mismo ideal” a través de la tendencia actualizadora.

Tendencia actualizadora: Es una tendencia innata en el organismo a

desarrollar todas las capacidades que sirven para mantener o mejorar el

organismo y también al sí mismo como parte del organismo. Esta tendencia

sería para Rogers el principio motivacional.

La tendencia actualizadora tiene las siguientes características:

a) Es innata: todos nacemos con ella, aunque el aprendizaje puede influir en

el modo específico de desarrollarla.

b) Es direccional: las personas actualizan capacidades positivas, es decir,

aquellas que sirven para mantener y mejorar el organismo. Las capacidades

negativas, como por ejemplo degradación y autodestrucción, no tienen que ver

con la tendencia actualizadora, ni son una característica de la persona; sino

que son algo que procede del ambiente exterior.

c) Promueve la autonomía: ya que a través de la tendencia actualizadora la

persona logra internalizar un mayor nivel de autocontrol.

d) Se expresa de diversas formas: siendo la responsable de toda la

diversidad y riqueza psicológica del ser humano.

e) Promueve el crecimiento y la diferenciación: el niño al nacer es una

totalidad débil, dependiente e indiferenciada, ya que tiene una escasa

diferenciación de las funciones psicológicas y no tiene autoconcepto. La

tendencia actualizadora posibilita que logre la diferenciación que da lugar al sí

mismo.

Funcionamiento pleno: Rogers describió una serie de características de

personalidad de aquellas personas que funcionan plenamente, lo que les

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acercaría a una vida plena. Estas características podrían ser un objetivo

psicoterapéutico o de los procesos de orientación y serían:

– Apertura a la experiencia: A estas personas ninguna experiencia o emoción

corriente les resulta amenazante, por lo que no tienen un sistema defensivo

excesivo y son capaces de explorar su propia interioridad y de conocerse cada

vez mejor a sí mismos.

– Vivir la existencia: Viviendo plenamente cada momento de la vida ya que al

hacerlo, según Rogers, cada momento es nuevo y diferente del anterior, ya que

lo que una persona es o será en el momento siguiente nace en ese momento

del presente sin que se pueda predecir por esa persona ni por los demás. Por

tanto, Rogers niega el determinismo. (Centrarnos en el presente).

– La confianza organística: Las personas que funcionan plenamente, cuando

tienen que tomar una decisión lo hacen en función de sus propias experiencias

internas organísmicas y no en función de las normas sociales de un grupo o

institución, ni siguiendo directamente las opiniones de otras personas.

– Libertad experiencial: La persona es libre y responsable para vivir su vida

del modo que elija libremente, dentro de sus posibilidades y circunstancias. Se

trata de una libertad experiencial que produce el sentimiento de ser el único

responsable de sus comportamientos y consecuencias.

– Creatividad: La persona que está comprometida con una vida adecuada es

del tipo de persona de la que surgen productos creativos como ideas,

proyectos, acciones nuevas, etc. y de la que surge un vivir creativo, son

personas que está y son miembros de la sociedad pero no prisioneros de ella.

Asumen responsabilidades de lo que hacen.

CLIENTE EN OPOSICIÓN A PACIENTE

Para muchos el uso del término cliente puede resultar chocante y contrario al

espíritu de la psicología humanista. El motivo de abandonar el término paciente

viene dado por la connotación del vocablo, relacionado con la patología, lo cual

implica una relación asimétrica en donde el enfermo busca la ayuda de un

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superior, el terapeuta o sanador. La contrapropuesta es que no existe tal cosa

como la enfermedad mental, sino formas disfuncionales de vivir.

El solicitante de un servicio o proceso psicoterapéutico toma así el término

cliente, ya que es una persona activa en la solución de su problema y, como

parte de esa búsqueda activa, ha decidido iniciar este proceso

psicoterapéutico. Dentro de la relación terapéutica, cliente y psicoterapeuta

tienen por tanto el mismo "estatus", de modo que el cliente es totalmente libre

para dirigir por medio de la psicoterapia su propio camino de desarrollo

personal.

EL PROCESO TERAPÉUTICO

Según Rogers, el cliente es el que lleva el peso de la terapia (auto-directividad)

y no el terapeuta. Sin embargo, el terapeuta tiene que ofrecer al cliente una

relación que se define por tres condiciones necesarias y suficientes para lograr

el éxito de la misma. Las tres primeras características o condiciones son

Empatía, Aceptación positiva incondicional y Autenticidad o Congruencia.Todo

el proceso de la psicoterapia puede traducirse como la actitud del

psicoterapeuta en una profunda creencia de respeto y aceptación del cliente y

de sus propias capacidades para el cambio: de este modo, todo lo que se hace

en la psicoterapia (si entendemos esta como una escuela o enfoque, de la que

surgen técnicas o estrategias) es la instrumentalización de esa actitud. Desde

el uso del silencio a la empatía, vienen a trasmitir este mensaje implícito.

Estas tres condiciones relacionales mencionadas son llamadas actitudes de

base:

- La aceptación y consideración incondicionalmente positiva de la persona

en búsqueda de ayuda. Se acepta sin condición alguna la manera en

que ella está dispuesta a revelarse y demostrarse en la relación frente al

terapeuta.

- La empatía centrada en la persona sufriente. Es la capacidad del

terapeuta de entrar en el mundo del cliente y de comprender con

exactitud sus vivencias como si el terapeuta fuese el otro. Esta

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comprensión empática facilita la concientización, favorece el

acompañamiento terapéutico y promueve el desarrollo personal.

- La autenticidad del terapeuta permite a menudo un diálogo sincero y

constructivo directo entre el terapeuta y el cliente.

- siendo un experto, pero él se comunica también como ser humano al

servicio del cliente sufriente.

La relación centrada en el cliente se define además por un mínimo de contacto

establecido entre el cliente y el terapeuta, el cliente debe estar en un estado de

incongruencia y por último, el cliente debe, de una manera u otra, darse cuenta

de la presencia del terapeuta y de la relación ofrecida (lo que, a veces, no

ocurre, por ejemplo en caso de una psicosis aguda).

Una relación definida por las actitudes de base genera una multitud de

interacciones terapéuticas cada vez más adaptadas a la relación con el cliente,

a su persona y situación particular, favoreciendo la capacidad natural e

inherente en cada persona de poder desarrollarse de manera constructiva

(tendencia natural de cada persona a su auto-actualización, es decir a

desarrollarse y madurar.

El ser humano nace con un conocimiento intuitivo (inmediato) de sus

necesidades organísmicas. A medida que se desarrolla, va empezando a

construir un esquema de sí mismo con base a ese conocimiento. En los

avatares de sus relaciones con el mundo y los otros, puede recibir dos clases

generales de retroalimentación: consideración positiva incondicional y

consideración positiva condicional. En tanto recibe ésta última, el sujeto, quien

tiene necesidad de aceptación, aprende a rechazar partes de su sí mismo que

los demás desaprueban, con lo cual pierde parte de su proceso de satisfacción

de esas necesidades que ya no reconoce de sí.

La tesis central e hipótesis de trabajo terapéutico, es que al dar consideración

positiva incondicional, entre otras "condiciones suficientes para el cambio

terapéutico", el cliente podrá recuperar su funcionamiento organísmico óptimo.

Constantemente, Rogers en su obra "Psicoterapia Centrada en el Cliente",

enfatiza que las emociones, en muchos casos disfuncionales, se manifiestan

visceral o fisiológicamente, pero que estas expresiones emocionales no han

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sido representadas (o simbolizadas según sus propias palabras)

adecuadamente en la consciencia, ya que su representación podría suponer un

peligro para la propia percepción que se tiene de sí (sí-mismo) y peligrar con

ello la propia autoestima. A través de esta psicoterapia el cliente toma

conciencia de tal expresión fisiológica y puede representarla e integrarla en el

conjunto de sus percepciones sobre sí mismo y el mundo).

EL PROCESO DE CONVERTIRSE EN PERSONA

Rogers describe el proceso que viven las personas que ingresan a terapia y

describe siete etapas.

1. Fijeza: es el estado que comúnmente es descrito como neurótico.

2. Vivir la experiencia de ser plenamente aceptado: al inicio de la relación

terapéutica, el primer cambio que vive la persona es entrar en un ambiente que

no le condiciona, lo que convierte en innecesarios los patrones de

comportamiento que ha desarrollado para enfrentar al mundo hostil y

condicionante en que se desenvuelve cotidianamente.

3. Desarrollo y flujo de la expresión simbólica: la persona en proceso comienza

a desarrollar una expresión verbal más allá de los lugares comunes y que le

permita expresarse con más propiedad conforme a su vivencia.

4. Flexibilización de los constructos y flujo de los sentimientos: se comienzan a

cuestionar los valores y creencias que han llevado a la persona a un estado de

permanente insatisfacción, y se permite ver las cosas de forma distinta.

Además, en esta etapa se advierte una mayor libertad para expresar los

sentimientos.

5. Flujo organísmico: la estructura personal del cliente manifiesta una mayor

relajación, los sentimientos son expresados con mayor libertad, las creencias

son libremente cuestionadas y hay una necesidad por explorar nuevas formas

de comportamiento.

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Page 22: Terapia Rogeriano

6. Inicio de la experienciación plena: es la fase de la terapia en que las

personas llegan al "punto de no retorno", donde es posible que abandonen el

proceso terapéutico y no experimenten retrocesos dado que toman conciencia

de que son ellas las responsables de su vivencia y experiencia.

7. Fluidez: es la descripción de una persona que funciona plenamente.

INCONGRUENCIA

La parte nuestra que encontramos en la tendencia actualizadora, seguida de

nuestra valoración organísmica, de las necesidades y recepciones de

recompensas positivas para uno mismo, es lo que Rogers llamaría el verdadero

yo (self). Es éste el verdadero “tú” que, si todo va bien, vas a alcanzar.

Por otro lado, dado que nuestra sociedad no está sincronizada con la tendencia

actualizante y que estamos forzados a vivir bajo condiciones de valía que no

pertenecen a la valoración organísmica, y finalmente, que solo recibimos

recompensas positivas condicionadas, entonces tenemos que desarrollar un

ideal de sí mismo (ideal del yo). En este caso, Rogers se refiere a ideal como

algo no real; como algo que está siempre fuera de nuestro alcance; aquello que

nunca alcanzaremos.

El espacio comprendido entre el verdadero self y el self ideal; del “yo soy” y el

“yo debería ser” se llama incongruencia. A mayor distancia, mayor será la

incongruencia. De hecho, la incongruencia es lo que esencialmente Rogers

define como neurosis: estar desincronizado con tu propio self. Si todo esto les

suena familiar, es porque ¡precisamente es de lo que habla Karen Horney!

DEFENSAS

Cuando te encuentras en una situación donde existe una incongruencia entre

tu imagen de ti mismo y tu inmediata experiencia de ti mismo (entre tu Ideal del

yo y tu Yo) (a partir de este momento utilizaremos indistintamente los

conceptos de Ideal del Self, Ideal del Yo, Yo ideal, etc. Para definir de forma

más simple el mismo concepto exclusivamente con fines docentes, aún

sabiendo que estos conceptos son etimológicamente distintos según las

distintas escuelas psicológicas. N.T.), te encontrarás en una situación

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Page 23: Terapia Rogeriano

amenazante. Por ejemplo, si te han enseñado a que te sientas incómodo

cuando no saques “A” en todos tus exámenes, e incluso no eres ese

maravilloso estudiante que tus padres quieren que seas, entonces situaciones

especiales como los exámenes, traerán a la luz esa incongruencia; los

exámenes serán muy amenazantes. Cuando percibes una situación

amenazante, sientes ansiedad. La ansiedad es una señal que indica que existe

un peligro potencial que debes evitar. Una forma de evitar la situación es, por

supuesto, poner “pies en polvorosa” y refugiarte en las montañas. Dado que

esta no debería ser una opción muy frecuente en la vida, en vez de correr

físicamente, huimos psicológicamente, usando las defensas.

La idea rogeriana de la defensa es muy similar a la descrita por Freud,

exceptuando que Rogers la engloba en un punto de vista perceptivo, de

manera que incluso los recuerdos y los impulsos son formas de percepción.

Afortunadamente para nosotros, Rogers define solo dos defensas: negación y

distorsión perceptiva.

La negación significa algo muy parecido a lo que significa en la teoría

freudiana: bloqueas por completo la situación amenazante. Un ejemplo sería el

de aquel que nunca se presenta a un exámen, o que no pregunta nunca las

calificaciones, de manera que no tenga que enfrentarse a las notas finales (al

menos durante un tiempo). La negación de Rogers incluye también lo que

Freud llamó represión: si mantenemos fuera de nuestra consciencia un

recuerdo o impulso (nos negamos a recibirlo), seremos capaces de evitar la

situación amenazante (otra vez, al menos por el momento).

La distorsión perceptiva es una manera de reinterpretar la situación de manera

que sea menos amenazante. Es muy parecida a la racionalización de Freud.

Un estudiante que está amenazado por las calificaciones y los exámenes

puede, por ejemplo, culpar al profesor de que enseña muy mal, o es un “borde”,

o de lo que sea. (Aquí también intervendría la proyección como defensa –

según Freud- siempre y cuando el estudiante no se crea además capaz de

superar exámenes por inseguridad personal. N.T.) El hecho de que en efecto

existan malos profesores, hace que la distorsión sea más efectiva y nos pone

en un aprieto para poder convencer a este estudiante de que los problemas

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Page 24: Terapia Rogeriano

son suyos, no del profesor. También podría darse una distorsión mucho más

perceptiva como cuando uno “ve” la calificación mejor de lo que realmente es.

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Page 25: Terapia Rogeriano

EL TERAPEUTA, CARACTERISTICAS Y FORMACIÓN

Rosemberg sintetiza brillantemente la participación y el rol del terapeuta en el

proceso antes mencionado: "El terapeuta es la verdadera persona que

realmente comprende las vacilaciones y debilidades del cliente y las acepta, sin

intentar negarlas o corregirlas. Acepta, aprecia y valora al individuo íntegro,

dándole, incondicionalmente, seguridad y estabilidad en las relaciones que

necesita para correr el riesgo de explorar nuevos sentimientos, actitudes y

conductas. El terapeuta respeta a la persona tal como es, con sus ansiedades

y sus miedos, por lo que no le impone criterio alguno sobre cómo debe ser. La

acompaña por el camino que ella misma se traza, y participa como elemento

presente y activo en este proceso de auto creación, facilitando en todo

momento la percepción de los recursos personales, y de los rumbos seguidos

en el camino, tal y como la persona los vivencia" (Rogers y Rosemberg)

Las características personales que Rogers considera necesarias en todo buen

terapeuta que intente instrumentalizar su enfoque son las siguientes: a)

Capacidad empática; b) Autenticidad; c) Consideración positiva incondicional.

Ello induce a pensar que el terapeuta centrado en el cliente no puede ser una

persona común y corriente, sino alguien especial, que cuenta con la

tranquilidad y la coherencia internas propias de la persona autorrealizada,

autorrealización que intentará contagiar al cliente. Sin embargo, no debe verse

al terapeuta como una persona superior; es alguien que sencillamente ha

logrado dar libre paso a su capacidad de actualización, y que por lo mismo

puede manejar con más eficacia y productividad su campo experiencial y

ayudar a que los otros también lo hagan.

Los rasgos mencionados no son innatos o imposibles de aprender. Rogers y

Kinget (1971) consideran que hasta una persona autoritaria puede desarrollar

actitudes no directivas; lo principal, el inicio digamos, es el deseo real de querer

adoptarlas. El proceso restante viene solo y se adquiere en la práctica

terapéutica, aunque puede ser catalizado a través del entrenamiento.

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Page 26: Terapia Rogeriano

ACERCA DE LA FORMACIÓN DE LOS TERAPEUTAS

Rogers (1972) establece cuatro fases en la formación de terapeutas centrados

en el cliente.

- La primera fase hace hincapié en el esclarecimiento de las actitudes del

aspirante a terapeuta, antes de centrarse en los aspectos técnicos. El

deseo de querer ser terapeuta rogeriano debe ser resultado de un

proceso de descubrimiento personal que no puede ser fomentado desde

fuera de ninguna manera.

- La segunda fase hace énfasis en las técnicas una vez que se han

aclarado las actitudes del estudiante.

- La tercera fase considera justo proporcionar al estudiante una

experiencia propia de la terapia, si es posible haciendo que él mismo se

someta a ella en condición de cliente.

- La cuarta fase señala que el estudiante debe ejercer la práctica

psicoterapéutica desde el momento mismo en que ésta sea practicable.

APLICABILIDAD DEL ENFOQUE ROGERIANO

Las experiencias terapéuticas, de consejería y orientación, desde la

perspectiva rogeriana, abarcan una amplia gama que va del trato de personas

normales, en condiciones pedagógicas o vocacionales, hasta la psicoterapia en

psicóticos esquizofrénicos (Rogers y otros, 1980).

Hay aplicaciones de esta concepción en diversas áreas como la clínica, la

educación, las relaciones de pareja, la ludo terapia, la dinámica de grupos (los

famosos grupos de encuentro), etc. Cubre un amplio espectro de edades,

desde niños de dos años hasta ancianos. Y esto es posible, creemos, porque el

enfoque no directivo o centrado en el cliente constituye además de una técnica,

aplicable a tal o cual problema, una concepción del ser humano y de las

relaciones interpersonales. Por ello trasciende los linderos del consultorio para

conformar una teoría sobre el "buen vivir", esto es, sobre el vivir plenamente,

en constante superación, abiertos a todas las experiencias, sin miedo, con

capacidad de elección y de responsabilizarnos por lo elegido.

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Page 27: Terapia Rogeriano

LAS TRES CONDICIONES PARA FACILITAR EL DESARROLLO

Para Rogers, el cambio constructivo de la personalidad en el paciente durante

la psicoterapia depende hipotéticamente de tres actitudes esenciales del

terapeuta., que son más importantes que las cualidades profesionales, la

orientación terapéutica o las técnicas de entrevista del terapeuta.

Su tesis es que existirán cambios en el paciente si existen en el terapeuta tres

patrones de actitud y en el paciente una condición especial.

El primero; es cuando el psicoterapeuta es él mismo, cuando en la relación con

el paciente él es genuino; se presenta sin “fachada”, o máscara y muestra

abiertamente los sentimientos y las actitudes que en ese momento fluyen en él,

a esto es a lo que Rogers define con el término de “congruencia”.

El segundo punto consiste en que cuando el terapeuta experimenta una actitud

cálida, positiva y aceptante hacia la realidad del paciente, se facilita el cambio.

Esto implica la disposición genuina por parte del terapeuta para que el paciente

manifieste todos sus sentimientos durante la terapia. A esto es lo que

denomina “interés positivo incondicional”.

La tercera condición esencial para el cambio es que el terapeuta experimente

una exacta comprensión empática del mundo interno del paciente; es decir,

que sienta el mundo de significados privados y personales del paciente como si

fuera el propio mundo, pero sin perder jamás la cualidad de “como si”. Esto es,

la empatía esencial para el cambio terapéutico.

Para estas tres condiciones siempre tiene que estar presente la relación

dialógica, así como determinadas condiciones personales y sociales como el

respeto al ser humano, el no ejercer el poder sobre el otro, el compartir el poder

dentro un clima de autenticidad en el que uno puede aprender del otro. Y como

ya lo dijimos estas condiciones nos deben permitir que consigamos lograr el

desarrollo favorable de la persona.

Carl Rogers es uno de los teóricos, terapeutas e investigadores más influyentes

en psicología. Su enfoque de terapia consiste en permitir que el paciente, que

él prefiere llamar cliente, tenga el control de su propia terapia. Originalmente, él

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Page 28: Terapia Rogeriano

lo llamó terapia no directiva, porque creía que el terapeuta debe mantenerse

alejado de tratar de ayudar activamente al cliente. En cambio, el terapeuta

debe ser un comprensivo ayudante que escucha.

Escuchar es una de esas habilidades que todo el mundo piensa que tienen,

pero pocos lo hacen en realidad. Rogers introdujo una "técnica" conocida como

reflejo: El terapeuta escucha al cliente y "refleja" los pensamientos y

sentimientos significativos diciendo al cliente lo que les oyó decir. Algunos

terapeutas hacen esto de una manera mecánica, lo que los hace sonar como

loros con un grado de psicología, pero eso no es lo que Rogers deseaba. Debe

ser una auténtica comunicación de comprensión y preocupación. Hoy en día, el

reflejo es sólo una parte de lo que se denomina la escucha activa.

Rogers cree que el trabajo del terapeuta no es tanto hacer esto o aquello, sino

"estar" de cierta manera para el cliente. Él habla de tres cualidades que el

terapeuta debe exhibir durante las sesiones de terapia:

1. Él o ella debe ser congruente. Básicamente, esto se reduce a ser honesto,

no ser falso. Rogers estaba preocupado en particular de que el terapeuta debe

ser honesto en lo que respecta a sus sentimientos. Sintió que los clientes

siempre pueden decir cuando estás fingiendo, por lo que con el fin de generar

confianza en la relación terapéutica, la congruencia es una necesidad.

2. Él o ella debe ser empático. El terapeuta debe ser capaz de identificarse

con el cliente, entendiéndolos no tanto como psicólogo sino como una persona

que también ha visto parte de sus problemas. El terapeuta debe ser capaz de

mirar a los ojos del cliente y verse a sí mismo. La escucha activa es la forma en

que el terapeuta puede mostrar que él o ella está tratando realmente entender

al cliente.

3. Él o ella debe mostrar al cliente una consideración positiva

incondicional. Esto no significa que el terapeuta tiene que amar al cliente, o

incluso como ellos. Significa que él o ella debe respetarles como ser humano, y

no juzgarles. Esta puede ser la cosa más difícil de hacer para un terapeuta,

pero Rogers cree que sólo sintiendo respeto puede mejorar un cliente.

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Page 29: Terapia Rogeriano

Ellis es una persona muy diferente de Rogers. Mientras que Rogers es un

terapeuta tranquilo y relajado, Ellis es más dinámico y tiene las mismas

posibilidades de discutir con sus clientes como de simpatizar con ellos.

Básicamente, Ellis cree que los problemas de una persona provienen de sus

creencias erróneas sobre el mundo, los demás y sobre sí mismos. Sus

creencias le llevan a ver las cosas, sentir las cosas, y hacer las cosas de cierta

manera, y si esas creencias son incorrectas, también lo serán su percepción,

sus emociones y sus comportamientos. Aquí están las doce creencias erróneas

más comunes:

Debo ser amado.

Algunos actos son irremediablemente malos y algunas personas están

condenadas.

Es absolutamente horrible cuando las cosas no van bien.

Todo mi sufrimiento viene de fuera, de los demás.

Me molestan los problemas y obsesionarme con ellos.

Debo evitar los problemas.

Necesito a alguien o algo más fuerte en que apoyarme.

Debo ser muy competente en todas las cosas, porque es malo ser imperfecto.

Una vez que sucede algo malo, me va a afectar para siempre.

Debo tener control sobre todo.

Solo puedo estar feliz evitando toda acción.

No tengo control sobre mis emociones.

Simplifica la lista un poco con tres creencias sobre el mundo, los demás y

nosotros mismos:

El mundo tiene que darme felicidad o moriré.

La gente debe tratarme bien, o ellos son malos.

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Page 30: Terapia Rogeriano

Tengo que ser totalmente competente o no valgo nada.

Su manera de lidiar con estas creencias erroneas es bastante simple: ¡Discute

con sus clientes! Les pregunta por qué tienen esta creencia, ¡qué tipo de

pruebas tienen que sean verdaderas - y qué tipo de pruebas también podría

tener que no sean ciertas! Él les pregunta, qué es lo peor que puede pasar si

usted renuncia a su creencia - y lo que es lo mejor ¡que puede suceder!

A pesar de que TRE suena muy diferente de la terapia de Rogers, tienen un

montón de puntos en común. Ellis, al igual que Rogers, cree firmemente que

todas las personas deben desarrollar una autoestima incondicional y deben

dejar de emitir juicios sobre sí mismos. Muchos terapeutas que combinan

aspectos de Rogers y Ellis comienzan con un acercamiento de escucha

tranquila de Rogers y más tarde, cuando el terapeuta y el cliente han

desarrollado la confianza y una relación real, empezará a usar el enfoque más

agresivo de Ellis.

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Page 31: Terapia Rogeriano

CONCLUSIONES

Se ha presentado aquí un nuevo Enfoque Centrado en la Persona, esbozando

algunas de las condiciones necesarias para facilitar el desarrollo integral del

individuo y de las instituciones.

Considero que el Enfoque Centrado en la Persona, reconoce el gran valor de

cada persona, promoviendo que el acompañamiento sea personal, atendiendo

y adecuándose a las necesidades individuales, respetando el tiempo y el

proceso de cada uno.

Esta puede ser una experiencia terapéutica que propicie la responsabilidad y

madurez y que favorezca el desarrollo de potencialidades creativas,

estancadas o maniatadas por los miedos y ansiedades. Permitiendo que sea

un verdaderamente un proceso de ayuda.

Rogers se intereso en el estudio del individuo en si mismo. Para esto desarrolló

una teoría de la personalidad centrada en el yo , en la que se ve al hombre

como un ser racional.el ser humano desarrolla su personalidad al servicio de

maspositivas,unaperSona con funcionamiento optimo es aquella cuyo

aoutoconcepto corresponden a sus capacidades innatas

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Page 32: Terapia Rogeriano

RECOMENDACIONES

Nosotros como grupo luego de realizar el trabajo monográfico compartimos con

muchos de los pensamientos del autor Rogers:.

• El objetivo de la Psicología Humanista es comprender y mejorar la

personalidad.

• Todas las personas tienen un potencial de crecimiento y el fin de la persona

es el desarrollo de sus capacidades positivas.

• El eje vertebrador del comportamiento son los procesos motivacionales.

La personalidad madura y equilibrada es el resultado del proceso de

autorrealización, es decir del proceso de convertirse en persona.

Esto supone cultivarse, crecer y madurar en armonía. Luego, aunque pueda

parecer un proyecto a largo plazo, no es así, significa saber vivir el presente.

La autorrealización no es un fin sino un proceso: es saber disfrutar de la vida;

aceptarse sin apartar la posibilidad de cambiar; valorar lo que uno piensa y

siente; ser independiente, valorar las relaciones con los demás sin someterse a

sus expectativas, resolver adecuadamente los conflictos; y además, es aceptar

la responsabilidad de la propia vida.

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ANEXOS:

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