Teatro de Juan Radrigan

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indudable que el teatro chileno y latinoamericano en gene- ral esta particularmente vinculado a1 acontecer social, mas que otras artes, seguramente. Esa combinacion de texto mas montaje ha sido arma eficaz en la historia de nuestro continente para recoger las preocupaciones sociales, sir- viendo de instrumento donde muchas veces no hay otro. Es repetido el fenomeno historic0 en el cual le corresponde a1 teatro plantear aquello oculto o sumergido en 10s medios de comunicacidn mas oficiales y masivos. “El teatro latinoa- mericano -afirma el escritor chileno Antonio Skarmeta- pretende imitar a la realidad. Quiere convencer. Para de- nunciar o criticar 10s ritos de la calle, 10s reproduce en esce- na. Es un intercambio de signos entre el artista y la comuni- dad”.5 Debikndose a esta comunidad es que el teatro se liga con frecuencia a las posiciones sociales mas marcadas y recoge conflictos y acuerdos sociales sobre el escenario. De alli que la tipificaci6n hecha a continuaci6n sobre el tema de la marginalidad, guarde tan estricta concordancia con 10s grandes niveles de sucesos nacionales.

Per0 tambien es indudable que el nivel macrosocial no es el unico que influye sobre esta vision relativamente comun respecto a1 tema de la marginalidad. Como veiamos, la sen- sibilidad artistica y literaria venia haciendo suya esta preo- cupacion desde hace decenios como una especie de gran marea que lo inunda todo.

Por ejemplo, uno de 10s ejes matrices en Jose Donoso es, precisamente, la relacion de 10s marginados con sus domil nantes, el poder oculto en seres de extramuros, en emplea- dillos viciosos, defectuosos y como 10s desplazados tradicio- nales inoculan con su salvajismo primario la vida que se agota en desgastados patrones. Y este fenbmeno, pot- cierto, no es privativo nuestro sino universal. Las preocupaciones

’Antonio SkArmeta, Nurratiuu y dramaturgia en Arnkrica Latina, po- nencia presentada en el VI Festival Internacional de Teatro de Cara- cas, 1983.

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sociales de 10s herederos del Naturalism0 mas crudo, la in- troduccion de la coloquialidad en la poesia contemporanea, la progresiva ascensi6n del teatro politico, el teatro reporta- je y denunciador de Peter Weiss o de 10s movimientos nor- teamericanos como el Living Theatre, Mama Group, Open Theatre, van generando todo un ambiente de sensibilidad critica humoristica y corrosiva del cual el teatro chileno tambien se alimenta.

2. EL MARGINADO E N LA DRAMATURGIA DE LOS'60

En la dramaturgia de 10s '60 se define la marginalidad fun- damentalmente en tkrminos economicos: carencia de 10s beneficios sociales y de 10s bienes materiales de que dispone la sociedad moderna (techo, abrigo, salud, alimento) y que constituyen las reivindicaciones basicas de las luchas socia- les de 10s aAos '20 en adelante. Estas carencias repercuten en una precariedad de sus relaciones e instituciones. A la vez la identidad grupal es problematica, per0 existente. Esta se genera especialmente en su oposicion con aquellos que se plantean como 10s responsables de la situation de depri- vacion en que se encuentran: 10s sectores econornica o poli- ticamente dominantes. No obstante, 10s marginados son considerados un eje basal de la sociedad, estan en su cora- z6n en cuanto factibilizan con su mal remunerado trabajo la existencia de 10s grupos que gozan de 10s beneficios del sistema.

La aproximaci6n mas clasica es la del llamado teatro so- cial o politico, como el de Acevedo Hernandez en la dCcada de 10s '30-40 o Isidora Aguirre en 10s '60.6 Estas obras tie- nen un fundamento pedagbgico, a1 intentar exponer cual es la conformaci6n del sistema de poder y como se insertan diferencialmente en 61 las clases sociales. Se asume el punto de vista de 10s desposeidos, destacandose 10s sufrimientos y

6De Acevedo HernPndez se puede tomar como referencia Cami6n Rota, drama referente a conflictos campesinos. De Isidora Aguirre, Los Papeleros ( 1 963) y Los que van quedando en el camino (1969).

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wolff en LOS INVASORES (1964) y FLORES DE PAPEL (1970) busca mis bien comprender y explorar las limitaciones, te- mores paranoicos e inconsecuencias morales y sociales de la burguesia, siendo 10s personajes marginales figuras poeti- cas, aleg6ricas o abstractas que sirven de contrapunto o de activadores de la conciencia y de la prictica burguesa. Los marginados, junto con su dimensi6n material precaria y su- friente, portan una percepci6n lucida de la conducta psico- 16gica y socialmente determinada por el afin de poder eco- n6mico de la burguesia, proponiendo una utopia alternati- va de relaciones humanas.

Para este autor son 10s desposeidos, que estln a1 margen de intereses y comprornisos, 10s que poseen una verdad es- clarecedora que bota miscaras y quiebra convenciones e instituciones. Son la mayoria, 10s muchos que ya no estln dispuestos a seguir esperando que se les abra una puerta de participacih e integracibn. Irrumpen con fuerza avasalla- dora en la aparentemente ordenada- y comoda vida bur- guesa, copando casas y vidas, revolucionando el orden preexistente y proponiendo uno nuevo, basado ya no en el lucro, la dominacion, el individualismo materialista sino en la satisfacci6n de necesidades radicales: lo material brinda su valor de uso, lo social es una ocasi6n de compartir iguali- tariamente, de amar y proyectarse espiritualmente.

Mientras en Aguirre y Acevedo H. el marginado social es un hCroe combativo que se enfrenta a su opositor en una lucha desigual, saliendo fisicamente derrotado pero moral- mente enaltecido, en Diaz su abandon0 e indefinici6n ape- nas le permiten levantarse, siendo arrasado y destruido por 10s grupos dominantes, aun cuando representa lo mls res- catable de la sociedad y sus victimarios lo mls corrupto. Fi- nalmente, Wolff es el mls complejo en su planteamiento, ya que no privilegia ni a uno ni a otro sector social, siendo cada uno antagonista y protagonista a la vez. Los margina- dos, a1 destruir el orden burgues, aportan la esperanza de una liberacibn, justicia y humanizaci6n de la vida social y personal; a su vez, si bien la burguesia es develada en sus

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grandes y pequeiios crimenes, se le otorga el credit0 de una reserva moral desde la cual pueda reconocer su insensibili- dad respecto a la doliente existencia de 10s mas pobres, mu- &as veces fruto de sus acciones.

Vemos entonces que estas tres posibilidades se basan en un principio dramatic0 activo, en el cual existe una unidad de opuestos con fuerzas potencialmente equilibradas entre protagonistas y antagonistas, lo que supone una capacidad de transformacion y de accion historica. En Aguirre y en Diaz la accion dramatica suele generar la profundizacion del desamparo de 10s sectores marginados, per0 simulta- neamente su muerte o agonia se torna en aprendizaje y fuerza acumulable en la historia. En Wolff, la capacidad transformadora de 10s desposeidos es una posibilidad cier- ta, que brota del desequilibrio estructural y moral de la so- ciedad; transformacion que puede actualizarse o mante- nerse como una amenaza potencial sobre lo establecido, siempre presente aunque sea como suefio.

Los lenguajes que expresan estas aproximaciones son tambikn diversos per0 altamente correspondientes con su vision de mundo; en Aguirre y Hernandez, un realismo dramatic0 ylo melodrarnatico; en Diaz un absurdo-social y en Wolff un realismo simbolico-grotesco, si es que es posi- ble encasillarlos en estilos especificos.

Por ejemplo, el absurdo en Diaz brota de situaciones y conductas que violan agresivamente las bases de una tradi- cion humanista y cristiana legatoria de Occidente, las que surgen de medforas o polarizaciones de la relacion clases dominantes-desposeidos. Encerrar a un hombre en un ar- maria, ignorar su hambre mientras se come un festin ante sus ojos, darle zapatos de esqui para calzarlo, anunciar que ya no hay pobres en el pais, usar el cuerpo de un pobre por ellos asesinado para repetir ciclicamente un rito mortuorio que garantiza sus obras de caridad, beneficiandose econo- micamente por ello, muestra un desquiciamiento total. Asi, el acid0 humor negro que se proyecta de estos contras- tes mas que aludir a1 absurdo de la existencia en cuanto tal,

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llama la atencion sobre un sistema social especifico que sume en el sin-sentido la vida de sus miembros. Esta dife- rencia especifica el absurdo latinoamericano en relacion a la tendencia europea.

El lenguaje caracteristico del absurdo (desarticulado, in- coherente, con codigos sobrepuestos pertenecientes a dife- rentes matrices y contextos), expresa la inhumanidad alie- nada. Per0 61 es solo hablado por 10s grupos dominantes; 10s marginados, por el contrario, poseen un lenguaje rigu- rosamente logic0 por su sentido de realidad, copado de sentimientos, nostalgia y capacidad develadora de si mis- mos y de su entorno. La poesia le es propia por armonia, por simbolos que condensan una constelacion de sentidos; no por quiebre, reiteration y descontextualizaci6n, como ocurre con el de 10s grupos dominantes.

Toda la dramaturgia comentada, entonces, se basa en la relacion explicita entre un grupo desposeido, que apenas logra sobrevivir materialmente per0 que posee ansias de realizacion personal precedidas por una actitud moral, y otro grupo que dispone sobre la vida de 10s anteriores, ne- gandola, resistiendola o violandola. En algunos casos, se re- salta a 10s sectores dominantes, para focalizar sobre ellos la accion organizada de 10s marginados; en otros, para instar- 10s a que reaccionen sobre si mismos y tiendan hacia la hu- manizacion personal y social. En el primer caso, el destina- tario ideal de este teatro son 10s sectores populares, en el se- gundo, lo es la burguesia y 10s sectores medios. Per0 no se plantea una relacion de bloques monoliticos entre dichos sectores sociales en contraposicion; 10s desposeidos en- cuentran apoyo y comprension entre aquellos que partici- pan del sistema social: estudiantes, profesionales, emplea- dos de servicio, jovenes burgueses. A la vez, entre 10s mar- ginados hay algunos que se identifican positivamente con 10s poderosos. Asi, siendo una sociedad de oposiciones con- tradictorias, no est5 segmentada o atomizada, sino que po- see un flujo de action social permanente, encontrando la- zos de identidad que sobrepasan las barreras sociales.

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3. LA DRAMATURGIA DE RADRiCAN EN LA DECADA DEL’80

La dramaturgia de Juan Radrigan desarrollada en un con- texto histdrico diferente a1 anterior (entre 1978 y 1982) en el Chile del autoritarismo, posee marcados rasgos distinti- vos de 10s reciCn esbozados. Estos surgen de una opcion ra- dical: la de convertir a 10s marginados sociales en 10s perso- najes no soio centrales sino unicos dentro del espacio dra- maturgico. Copan el campo de lo tangible, de lo cierto, de lo real. Per0 a esta limitation del espectro social se contra- pone una ampliacion de la mirada, ya que se indaga en di- ferentes niveles de existencia y de vision de mundo de estos personajes, llegindose a elaborar una cosmovisi6n defini- da que se reitera y compone desde la totalidad de las obras, en variaciones concCntricas, pudiCndose llegar a decir que Radrighn es autor de una sola gran obra. La situacion limi- te en que se desenvuelven estos seres hace que la profundi- dad de sus conflictos sea desesperada, y es esta intensidad experiencial la que permite trascender la barrera de su ca- racterizacion socio-econ6mica para proyectarse a las bases de la condici6n humana misma, esencialmente desvalida en sus limitaciones corporales y espirituales.

Asi, conjuntamente con su caracter de denuncia social implicita en la exhibici6n de la extension y variedad de una miseria isolada de la sociedad que parece funcionar por otros cauces, posee la capacidad para recuperar a todos aquellos que estan de diferentes maneras marginados de lo social, de lo que 10s rodea, de si mismos, de lo trascendente, universalizando su problematica.

3.1 Los componentes de la marginalidad social

a) El aislamiento

La casi total desvinculacion de 10s mundos marginales con el todo social es la caracteristica distintiva de un conjunto

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de obras dramaticas chilenas del periodo 76-80,7 caracte- ristica que se extrema en Radrigan. Esta se opone fuerte- mente a1 periodo anterior, justamente definida por la im- bricacion entre sectores dominantes y dominados, unos en la funci6n dramatica de antagonistas y 10s otros en la de protagonistas. De este hecho, como veiamos, se derivaba su caracter de teatro social.

El espacio en que se desenvuelven las obras de Radrigan patentizan la marginalidad total de 10s seres que lo pue- blan, en un despojo de cosas y hombres que llena todos 10s rincones. Los personajes de Radrigan son expulsados de todos lados, de sus casas y ciudades 0, tras ya haber sufrido un sinfin de expulsiones, se autoexpulsan en busca de su humanizacion, a1 margen de lo social. Asi oturre en el per- sonaje masculino de HECHOS CONSUMADOS, en INFORME

en LAS BRUTAS, el aislamiento es s u unica experiencia, la que se define como expresion de identidad y valor perso- nal, rechazandose la posibilidad de prolongar su vida inte- grandose a la ciudad.

Muchos de sus personajes marchan a la deriva en 10s ex- tramuros de lo habitado, sin saber siquiera ddnde estan, como en ISABEL o en HECHOS CONSUMADOS. No les interesa saberlo, por lo demas. En INFORME PARA INDIFERENTES, An- dr& lleva aiios habitando y vigilando un lugar, 10s terrenos de la gran casa de un sefior, per0 ya ha olvidado completa- mente su geografia, la composicion y ubicacion de 10s obje- tos, de 10s caminos de entrada y salida. Campos abiertos, te- rrenos baldios, traspatios de casas o pueblos abandonados 0, cuando mas, cites o prostibulos de mala muerte son 10s rincones donde se hacina la multiple marginalidad de estos personajes. En estos escenarios difusos, parecen a primera

PARA INDIFERENTES, en EL LOCO Y LA T R I S T E . Incluso, COmO

’Pedro, Juan y Diego (ICTUS y David Benavente, 1975) Los Payasos de laEsperanm (TIT 1977); Tres M a d m y urn Rosa (TIT y David Benavente, 1979) Ver Juan A. Piria: “Teatro chileno en la dCcada del ’70: desarro- Ilo de un movimiento innovador”, publ. ICHEH, No 1982.

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vista estar suspendidos en el tiempo y en el espacio, como transfugas de zonas indeterminadas.

b) La relacio'n con 10s poderosos

Per0 la arnpliacion del espacio social de 10s propios margi- nados genera multiples pequeiias distinciones de tipos hu- manos, de oficios, saberes, valias, jerarquias sociales. Estas se contraponen a la extrema difusividad, fantasmal o miti- ca, con que se refieren a1 rest0 de la sociedad. De hecho, de las once obras aqui publicadas, en solo dos de ellas aparece fisicamdnte en el escenario un personaje vinculado a 10s cir- culos de poder social (en HECHOS CONSUMADOS y LA FELICI- DAD DE LOS GARCLA). En las otras, s610 se habla de ellos. En ambos casos, se trata de personajes subalternos, 10s manda- dos, lo que en cierto sentido tambikn 10s hace marginales, constituykndose una cadena sin fin de subordinados que ja- mas logran llegar a1 epicentro del poder social. Incluso en dos obras (EL INVITADO e INFORME PARA INDIFERENTES) 10s personajes dicen tener una proximidad espadal con su jefe, o con el poder maximo, pues comparten un lugar de habitation comun. Per0 jamas se encuentran, ni se comuni- can con 61: solo sienten su presencia intimidatoria y coarta- dora, que se cuela hasta lo mas recondito de su intimidad.

Este oponente, generador de una de las dimensiones de acoso fisico-sicologico de 10s personajes, es evanescente, lo que impide hacerle frente, desarrollar una secuencia de ac- ciones racionales de adecuacion medio-fin para superar o enfrentar el obstaculo. A1 igual que en otras obras de este periodo, no hay un responsable o interlocutor vhlido.

?A quikn alegar, protestar o acudir? Nadie aparece ni se hace responsable. Pero el invitado est5 penetrando la casa, invadikndolo todo, aunque nadie recuerda haberle pedido que viniera.

Lo que en la dramaturgia anterior, con oponente pre- sente, se convertia en lucha y enfrentamiento. aqui se desli- za hacia la impotencia, la desesperanza; el absurd0 kafkia-

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no se apodera de 10s cuerpos y las mentes de 10s margina- dos. La soledad, pues, es tambih de interlocutor que res- ponda 10s deseos de saber que sucede, por quC todo est5 al- terado, por quC no se puede reimplantar la justicia.

Inversamente, 10s pobres, 10s desvalidos, 10s sufrientes, aunque ya no tengan existencia real sobre este mundo, se les ve, corporizados, dando testimonio de si. Es la columna de hombres, mujeres y niiios (tmuertos?) que silenciosos y abatidos marchan desde la ciudad a una tierra de nadie, en HECHOS CONSUMADOS.

c) Eltemor

En la medida que se observan 10s efectos de las acciones de aquellos que ejercen algun poder -fuerza publica, secues- tradores, funcionarios estatales, vigilantes privados, agre- sores anonimos y nocturnos-, acciones que invariablemen- te afectan a 10s mas desvalidos, 10s personajes mas sensibles (en general 10s femeninos, aunque no exclusivamente) su- man a su estado de perplejidad, el de un miedo o terror sordo. Estan intranquilos, se simten acechados; han pre- senciado la violencia sobre otros o sobre si mismos, sin po- der encontrarle una justificacion. Se sienten amenazados por el solo hecho de existir, no por realizar acciones suscep- tibles de ser penadas. Incluso aquellos que poseen una cla- rividencia especial, que buscan en problemas de hondura filos6fica como AndrCs (en INFORME PARA INDIFERENTES) son incapaces de controlar el temor irracional que les pro- voca transgredir alguna norma de su patron. En conse- cuencia, AndrCs ha optado por el total inmovilismo fisico. Marta, en HECHOS CONSUMADOS, va lentamente dhdole an- tecedentes a Emilio sobre la causa de haberse casi ahogado en el rio: terne hablar, acusar a sus raptores, Cree a cada rat0 que pueden venir por ella. A1 igual que Sabina, que aunque su causa es a lo mas de delito tributario, terne por su integridad fisica: escucha permanentemente pasos que se acercan, cada vez mas pesados: ‘)Van a venir! iY0 sC que

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van a venir ahora!” La falta de pronombre personal que es- pecifique el sujeto de la accion en esta oracion hace grama- ticalmente nitida la indefinicion del agresor.

En un parlamento anterior de TESTIMONIO DE LAS MUER- TES DE SABINA nos encontramos con una de las escasas defi- niciones que aparecen en toda la obra de Radrigan, de 10s atributos de aquellos que 10s amenazan.

Rafael: Grita, PO, sale a la ca1le.a gritar a ver a ver qui& te va yuar. Sabina: tAsi que si 10s quieren matar, 10s matan no m&?*

Rafael: Tienen el billete, tienen lajuerza y encima dicen ” que tienen la raz6n ?que poimos hacer?

Sabina: iPero somos gente tambien!

iNo puee ser!

Vemos que este poder se da en el terreno econbmico, politico e ideol6gico; se alude a 61 como un estado de cosas dado, establecido, del que se conocen sus consecuencias, la amenaza a 10s marginados, pero no sus causas ni la interre- lacion entre ambos. Tema que se convertia en el objetivo de gran parte del teatro social de la decada anterior.

Esta falta de vinculo o de articulaci6n social fluida re- dunda en la compartimentalizacion y atomization social de 10s marginados, a ios cuales es imposible ya no so10 acceder a 10s bienes economicos, sino a1 dialog0 y a la confrontacion igualitaria con otros estamentos so~iales.~ Per0 este aisla- miento se proyecta incluso a la relaci6n con sus vecinos o iguales, con 10s cuales es posible tener chispazos de amistad Y amor, pero que miis comunmente se caracterizan por una abismante falta de solidaridad. La frase de Rafael “a ver quiCn te va yuar’’ aunque grite socorro en su propio con-

Los” es una manera popular de decir “nos”.

Este ha sido uno de 10s rasgos caracterlsticos de la sociedad chile- t na en el perlodo autoritario. Ver J. J. Brunner, publicaciones FLACSO,

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Santiago, Chile.

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ventillo es reveladora. Asi, no hay posibilidad de concertar alianzas, de unirse o allegar a otros para una lucha en co- mun." Cada uno se hunde en su propio sufrimiento o in- sensibilidad. De ahi la necesidad imperiosa de sobreviven- cia psiquica, la que impulsa a luchar por la amistad, el amor, la comprensi6n del sentido de la creaci6n.

d) La distancia cultural con 10s integrados

En la medida que en las obras se ve el mundo a traves de la mirada y la conciencia de 10s marginados, 10s parimetros de juicio de las conductas sociales brotan de sus propias ex- periencias y valoraciones. De si mismos conocen sus flaque- zas e incompetencias, per0 10s personajes que portan el mo- del0 cultural positivo se distinguen por su capacidad de dis- criminar entre el bien y el mal, de orientarse mediante cri- terios humanistas y no de inter& economico o politico, etc. Caracteres todos opuestos a 10s de 10s sectores dominantes. A1 igual como ocurre en gran parte de la dramaturgia pre- via, que valoriza lo marginal y desvaloriza 10s integrados a1 sistema.

A la vez, en el plano cotidiano, 10s marginados tienen maneras propias de relacionarse entre si, con 10s objetos y con la naturaleza. Se mencionan frecuentemente sus comi- das preferidas, las maneras de entretenerse entre amigos, de celebrar un acontecimiento o de -1amentarlo; en fin, multiples rituales, hibitos y usos caracteristicos otorgan a cada personaje una densidad cultural proveniente de una larga historia de convivencia dentro de un grupo social equivalente.

Es desde este marco que se realiza la evaluaci6n de 10s otros, de aquellos que no pertenecen a este mundo sino a1

" A h en forma incipiente o m9s desarrollada, la acci6n en comdn y la comprensi6n en las diferentes esferas sociales de la problemPtica de 10s desposeidos era otra caracteristica de la dramaturgia de 10s '60, aquf ausente.

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S&n,undo de 10s integrados a1 sistema social. Se ven con des- ,-oncierto, curiosidad, ridiculizacion y, muy frecuentemen- te, con una descalificacidn directa las conductas y valores

I de 10s que disponen de dinero o de una cuota de poder, ~ aunque sea subalterno. i Son 10s otros 10s extraiios, 10s poco humanos, 10s sin cul- 1 tura, 10s dkbiles, con lo que se compensa la sensacion de 1 miedo e indefencion que caracteriza su relacion con 10s an- ~ tagonistas. De alguna manera se extiende sobre todos 10s 1 habitantes de ese mundo la animadversidn o distancia que

se siente respecto a1 sistema. Asi por ejemplo, cuando Sabina le dice a Rafael que las

Cosas se arreglan con palabras y no con peleas, kste afirma 1 la correccidn de su actitud oponiendose a 10s otros, impli- cando que son cobardes y viven esclavos de las cosas mate- riales: “Eso sera entre 10s futres, ellos tienen miedo a arru-

I garse la ropa”. Tambien Marta en HECHOS CONSUMADOS compara su sensibilidad con la de 10s propietarios de vi- viendas: “Esa es la rabia mas grande que tengo con la gen-

, te; se encerraron en las casas y dejaron morirse 10s jardi- 1 nes”. Apunta asi a la indiferencia social, egoism0 e insensi- 1 bilidad que implica este encierro, despreocupado de man-

, En todo caso, se retrata a travks de ocasionales y gruesos , pincelazos a 10s miembros de esa sociedad distante, siempre 1 a traves de alusiones verbales. La constante es lo negativo ’ de su fisonomia o a lo menos lo diferente e incomprensible;

fisonomia jamas conocida o expuesta cercanamente, como en Diaz o Wolff.

tener vidas frAgiles y hermosas.

~ e) La funcidn dramdtica de 10s sectores dominantes

Aun cuando el antagonista nitido, corporeo, es raro en la obra de Radrighn, su presencia invisible en la mayoria de ellas tiene no obstante autkntica capacidad dramfitica, ya que es fuente, de tension constante, coartando 10s afanes de existencia liberada de 10s marginados, afectando sus com- portamientos y actitudes como hemos visto.

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Por otra parte, su indeterrninacion histhica, derivada de su presencia fantasrnal, es s610 aparente, ya que se ancla temporal y espacialrnente rnediante rnecanisrnos indirectos. Ternporalrnente, a traves del reiterado us0 del antes y del ahora, coincidiendo este ultimo con alusiones contingentes a la realidad econ6rnico-social chilena. Por ejernplo, a la ce- santia, cuya tasa real cercana a1 30% es inedita en el pais (Marta: “yo arreglaba jardines, pero qui& va a rnandar a arreglarjardines ahora” (. . .) Ernilio: “Y yo era tejeor, per0 corno estPn trayendo hasta las hilachas de ajuera, no hay pega ni pa’tejer a palillo”. ’

A su vez la ubicacion espacial se cornplernenta extratex- tualrnente por el context0 de recepcion cuando se montan en el pais. Es de suponer que 10s espectadores tienen expe- riencias, inforrnaciones, diagn6sticos respecto a su Cpoca y a 10s acontecirnientos diarios que rodean la sala o el lugar de exhibicidn de la obra, lo que 10s capacita para especificar la arnbiguedad, darle cuerpo a lo sugerido y para cornple- tar el todo social ... del cual se rnuestra su fragment0 mas desarnparado, sirnbolo de multiples rnarginalidades. Meca- nisrno respecto del cual el espectador habitual de teatro chileno tiene ya un entrenarniento dentro del circuit0 de teatro independiente critico.

3.2 Los componentes de la degradacion

a) La otra marginalidad

A diferencia de la drarnaturgia antes resefiada, en que 10s aspectos negativos y desquiciados se concentran en 10s sec- tores dorninantes, en Radrigh esta aproxirnaci6n es, corno

“Alude a la apertura a las importaciones de bienes de consumo realizada desde 1976 al implantarse la “economia social de mercado”, la que rompe con la politica de sustituci6n de importaciones sostenida por decenios. Una de las principales consecuencias es la quiebra de in- dustrias y la cesantia consecuente.

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veiamos, s610 un marco de fondo omnipresente. Se des- prenden de 61, destacindose en primer plano, factores pro- blematizadores igualmente poderosos en su calidad drami- tics y que atafien directamente a 10s marginados. Estos ulti- mos tambiCn portan elementos de degradacion moral y afectiva, que 10s desquician y deterioran de diversas mane- ras, aunque no 10s definen por completo como a 10s ante- riores.'' Asi, este autor no idealiza a 10s sectores populares; no perdona ni justifica sus errores en consideracion a su si- tuaci6n de oprimidos.

RadrigPn abre y despedaza a 10s marginados, exigikndo- les sin tregua que reconozcan sus faltas y limitaciones, que

, acrediten a cualquier precio su potencial humanizante. Esto es posible a pesar de que la frustracion y la autodesva- lorizaci6n se extiende a lo mPs intimo de sus personajes. M i s que anularlos, esta situaci6n es un impulso a buscar un trozo de dignidad que les permita sobrevivir. Si bien la ma- yoria de ellos posee la semilla de esta inquietud, hay algu- nos aparentemente locos, poetas o fil6sofos, para quienes este objetivo marca obsesionantemente su existencia, con

I singular fuerza: AndrCs, Marta, Sabina, la pate' cumbia, el predicador. Todos ellos llevan un mensaje desesperado, casi apocaliptico, como si fuesen la ultima reserva de la hu- manidad. Mensaje que en su expresion alcanza a ratos un nivel lirico, rayano en el hermetismo.

Los seres simples, sin mayor capacidad de reflexi6n o de autoconciencia que viven pasando, no logran entender completamente sus palabras, quedando sus horizontes de libertad y humanidad inconclusos, rotos en el aire. Su difi- cultad de comprender a 10s locos de espiritu 10s convierte de hecho en sus antagonistas, ya que se genera una incomuni- caci6n que profundiza en 10s profetas la sensaci6n de sole-

"La aproximaci6n que exime de toda culpa y responsabilidad a 10s I marginados la concentra, por ende, en los que se benefician del sistema I social.

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dad y exacerba su inutil lucha por abrirse camino en la mente y el corazon de sus interlocutores. Lo logran en oca- siones como en el LOCO Y LA TRISTE, se frustran en otras como en TESTIMONIO DE LAS MUERTES DE SAHINA 0 especial- mente en INFORMEPARA INDIFERENTES.

Asi ei conjunto de personajes de este mundo popular se remonta a la calidad de heroes t ragico~, '~ divididos entre sus debilidades y decadencias, y sus insondables ansias de ver satisfechas sus necesidades rnhs sentidas. En ellos se en- cuentra conjuntamente lo mas alto y lo mPs bajo de la espe- cie humana, provodndose un fuertisimo contraste drama- tic0 entre ambos absolutos.

Veamos, entonces, como se definen o manifiestan sus degradaciones y sus busquedas, las que escapan a una defi- nicion tradicional o simplista, siendo casi imposible encasi- llarlas en posturas ideologicas, teologicas o filosoficas esta- blecidas. Todas ellas llevan a completar el concept0 de mar- ginalidad desarrollado por Radrigan.

b) La degrudacio'n fhico-material

Toda esta soledad y marginacion de un mundo que aparen- temente funciona -mundo que no conocemos a1 interior de las obras, sino por referencias difusas de 10s persona- jes- tienen como fachada mas s6lida e imponente la mar- ginacidn economics y laboral de 10s personajes. La situa- ci6n de casi todos ellos es miserable, pertenecen a1 lumpen, a1 mundo de 10s oficios informales, sin profesibn, estudios o especializacion. Incluso no se habla de agrupaciones, re- marcando su caracter de abandon0 de todo grupo o comu- nidad. Aun cuando algunos de 10s personajes hubiera tra- bajado y tenido un pasar mediano, como Emilio o Andres, en el momento en que la obra se desarrolla estan a la deriva y sacan para comer de cualquier basurero, piden, compran

''Ver, Jorge Canepa, C.S.C., Juan Radrigan, Hechos Consumados, Revista Mensaje, junio 1982, Santiago, Chile.

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r-- lo rninirno, subsisten apenas. La rnuchacha de C U E S T I O N DE U B I C A C I O N , que rnuere desnutrida, es una arnplificacion dentro del terna de la obra cornpleta de Radrigan; es algo que puede pasarle a cualquiera de estos personajes. Esta pobreza deja una huella irnborrable, incrustandose en sus propios cuerpos cojos, sucios, enferrnos, alcoholicos, feos, harapientos, rnanualrnente ineptos. Con la vejez, estos ca- racteres se acentuan, hacikndose insoportables, corno en

Per0 esta fachada no es lo que da todo el caracter de rnargi- nalidad; sino mas bien es la intima escenografia que 10s per- sonajes deben transportar para dar a conocer su miseria mayor, la interior, la soledad de todo y de todos. Su desarn- par0 llega hasta el extrerno de lo ideologico, pues ninguno de ellos es capaz de articular un pensamiento politico, ni una cosmovisi6n que le ernpuje ojustifique a vivir.

LAS BRUTAS, EL LOCO Y LA TRISTE, S I N MCTIVO APARENTE.

c) La soledad sin 10s otros y con 10s otros

La soledad es una constante que se manifiesta doblernente. Por una parte, 10s personajes son pocos: dos, tres, cuatro cuando mas. Cuando es una pareja, no siernpre se trata de una constituida, sino que de un encuentro casual que une mornentanearnente dos soledades (HECHOS CONSUMADOS,

Radrigan practica un tipo de teatro no habitual, el monolo- go, en el que se exacerba esta condition de desarnparo hu- mano. Asi, 10s protagonistas tienen que habkrselas solos, mascullando su aislarniento.

Por otra parte, la cornpaiiia fisica, 10s lazos familiares institucionalizados, son garantia de un entendirniento y dialog0 real. Sabina prefiere hablar con las paredes a ha- cerlo con su marido que no la entiende en sus preocupacio- nes mas sentidas, que no la sabe escuchar realrnente. La rnuchacha de CUESTION DE U B I C A C I O N rnuere de abandono, rodeada de todos sus familiares que no quieren ver sus ne- cesidades.

INFORME PARA INDIFERENTES, EL LOCO Y LA TRISTE). Incluso,

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Todo ello lleva, corno es de esperar, a una soledad in- trinseca de 10s personajes, lo cual es una parte esencial de su rnarginalidad. No solo la rnayoria vive sola, esta aislada, sino que ademas rnasculla en su interior un universo pro- pi0 dificil de traspasar. Da lo rnisrno, por eso, que rnuchas veces hablen con alguien o digan un monologo. Sabina tie- ne suerios y pesadillas que le cuesta transrnitir a Rafael, 10s que su rnarido rnuchas veces torna a la brorna o no entien- de. Emilio en HECHOS CONSUMADOS dice frases aparente- mente sin sentido, pero que nacen de un discurso interior estructurado y de reglas propias. Para que decir AndrCs, que ruega a Polo que se quede con 61 en INFORME PARA INDI- FERENTES incapaz de soportar la soledad de la cual el otro tarnpoco puede sacarlo. Isabel narra sus peripecias, y su mundo interior brota sin detenerse, porque su soledad le ha llevado a articular su propio universo que se da vuel- tas sobre si rnisrno. El titulo de la obra expresa nitidarnente esta vision: ISABEL DESTERRADA EN ISABEL.

Es claro que las conductas de 10s personajes varian poco en estas obras. Hay hechos bisicos, de violencia o sangre, que pueden ocurrir, pero la rnovilidad de las acciones, el carnbio de conductas casi no existen. N o es so10 la rnargina- lidad material, sino tarnbiCn aquella que surge de las frus- traciones y desengalios frente a sus ex arnores familiares, conocidos, en surna a1 gCnero hurnano, lo que 10s va encla- vando en el desierto, provocando la rnencionada autoex- pulsion de la sociedad en un acto de repudio y desencanto de sus norrnas y relaciones entre 10s hombres, paralizando con ello su accionar social.

d) El desgaste de la familia

El aislarniento se ve especialrnente en el terreno familiar, concept0 que en Radrigan no aparece claro.

Las parejas, aquellas que a ciertas alturas de su vida ya no tienen un lazo fuerte de union, no solo aiioran un pasa- do juvenil en el cual estaban enarnorados y la vida les pare-

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cia alegre y llena de esperanzas; larnentan tarnbikn el aleja- miento de 10s hijos, su muerte o sirnplernente desapareci-

, miento. Sabina y Rafael se recrirninan rnutuarnente el no ver nunca a sus hijos; AndrCs, de INFORME PARA INDIFEREN- TES, recuerda con nostalgia a su hija y a su rnujer, a las cua- les perdi6 por razones no del todo claras. Incluso la duefia del prostibulo, en EL TORO POR LAS ASTAS, desea la llegada del rnilagrero para que le ayude a sacar a su hijo de la car- cel. En HECHOS CONSUMADOS, el protagonista piensa siern- pre en su hijo mayor, a1 cual no reconoceria en la calle. Hay incluso una queja por parte de otros de no haber podido te- ner hijos porque habrian sido incapaces de rnantenerlos. La desintegracion de un rnomento de unidad familiar, lu- gar donde coincidian las alegrias y 10s rnornentos intirnos de 10s personajes, parece rnarcarlos a todos.

Los personajes dan casi por hecho la irnposibilidad de un renacer arnoroso, por 10s golpes de la vida y las frustra- ciones acurnuladas. Incluso 10s nuevos intentos de arnar casi estan ausentes de las intenciones de 10s protagonistas. Y cuando logran establecer una relacion, no es mas que un momento que no es posible retener.

El encuentro de la pareja de HECHOS CONSUMADOS est5 casi exento de erotisrno. Su identificacion se produce r n b 'bien en el plano del rnutuo abandon0 que de otra cosa. Las mujeres, en LAS BKUTAS, reniegan del arnor y cuando una de ellas quiere conocerlo, las otras se lo impiden, se cie- rran ante un encuentro, evaden el tema. Incluso el posible casarniento que ernpieza en SIN MOTIVO APARENTE y deriva hacia EL LOCO Y LA TRISTE, nace de una broma, de una si- tuacion truculenta casi sin lubricidad.

Las ansias de encuentro y de formar una pareja se dan, pues, mas bien corn0 fruto de la desesperacion de 10s indi- viduos. La subsistencia, la lucha diaria, 10s golpes sufridos, las rnarcas o heridas o en 10s personajes se vuelven contra ellos, restandoles la posibilidad de acceder a algo rnejor con la rnujer o el hombre que tienen a1 lado.

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Es indudable que la estructura bPsica de muchas de las obras de Radrigan arranca, precisamente, por haber sido expulsados del paraiso, por haber perdido un lugar en el universo. En este sentido, marchan hacia atras: el especta- dor se encuentra con que las historias son reornos, no avances hacia un futuro dramatic0 paralizado por la eva- nescencia del antagonista.

e) La soledad ante Dios

En este mundo de ausencia y de vivir para adentro, Dios tampoco est& Isabel se pregunta a1 final de la obra d6nde esta la gente, que se hizo todo el mundo, per0 sin duda que su pregunta va mas alk. La religiosidad de LAS BRUTAS o las frases clisCs respecto a la religi6n no son mPs que panta- llas que esconden un gran vacio de absoluto, per0 a la vez un ansia de absoluto, de trascender, de buscar algo firme que oriente el mundo. Un mundo, seg6n 10s personajes, mal hecho. En EL TORO POR LAS ASTAS, el tema es claro: no hay un Dios milagroso que arranque de la miseria a 10s per- sonajes, que les de graciosamente las compensaciones que ellos buscan, sino mas bien un Dios esquivo; todos 10s anhe- 10s tendrin que ubicarse en la tierra, con un esfuerzo per- sonal.

Los personajes, entonces, son despojados de su familia, de su lugar fisico referencial, de 10s otros y tambien de algo superior que ordene el universo, que les dC sentido o que les ayude a superar su estado de muerte: las prostitutas de EL TORO POR LAS ASTAS, en la primera escena, dicen estar muertas y quieren vivir. Guardan, en el fondo, todo el an- helo del rest0 de 10s personajes de Radrigan.

3.3 La utopia: 10s caminos de la dignidad

a) La dimensibn de lo material

Hay un reconocimiento permanente de que la pobreza ma- 1 terial absoluta obstaculiza y deteriora la convivencia huma-

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na, y las relaciones interpersonales: en especial de pareja y filiales. “Cuando la mujer no puede entrar a1 almacCn, el hombre no puede entrar a la cama: Cse es el amor”. “Anda pa’esa maldita ciuda y pregunta quiCnes son 10s que han se- guio unios (. . .) 10s que toavia tienen pega, o 10s que siem- pre han tenio el billete largo”, dice Emilio en HECHOS CON- SUMADOS, insinuhndose cual fue la causa de la dolorosa se- paracion con su mujer. Junto con manifestar la injusticia que encierra esta maxima, que niega a 10s pobres una ar- monia familiar, estP el desencanto respecto a las limitacio- nes del amor humana impuesto por el inter& (0 necesidad) material.

La utopia implicita es llegar a1 amor que pueda resistir y manifestarse en la precariedad economica: se quiere a1 hombre o a la mujer porque es encachd por dentro y es esa di- mension del otro al que se aspira como ideal.

N o obstante lo anterior, habria condiciones materiales minimas que estan asociadas a la cultura occidental y que aportan a1 hombre una dignidad humana diferencial a lo animal. Son condiciones que en general son valoradas por la mujer: la lirnpieza del entorno (Marta barre con unas ra- mas el sitio baldio en que se encuentran, para convertirlo en un espacio de cultura y no de naturaleza: “Las mujeres siempre limpiamos (. . .). Pa 10s que no tenimos casa, cual- quier lao aonde’stemos es la casa)”. Igual cosa hace la pros- tituta en EL LOCO Y LA TRISTE a1 intentar darle un decoro a su entorno arreglando el escaso y deteriorado amoblado, de manera que la interprete en su sentido estCtico, y de que favorezca una relacion humana cllida. En esta rnisma linea las mujeres marginadas de Radrigan no buscan aumentar su status social ni obedecen a un sentido consumista cuan- do se preocupan de que su vestido las favorezca, estirando- lo o poniCndole un toque de color; so10 quieren lucir atrac- tivas frente a un hombre que las atrae. Es decir, se busca en 10s bienes materiales su capacidad de coadyuvar a una exis- tencia con un rninimo de condiciones que la alejen de la tie- rra, de la intemperie, de la fealdad. Es el rescate del valor

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de us0 de las cosas, como tambiCn el refuerzo de que en nuestra civilizacion ciertos usos y costumbres suponen que comer en una mesa con cubiertos y sillas es mas digno que hacerlo con la mano y en el suelo.

Por eso 10s personajes de estas obras reclaman su dere- cho a gozar de un bienestar fisico, viendo en su carencia un ataque mas a la posibilidad de ejercicio de su humanidad. Asi las ganas de superar su pobreza material llegan hasta la satisfaccion de necesidades basicas. un poco de comida, un cigarro, un techo donde guarecerse. Nadie sueha con un mundo de lujos: no es Cse su problema. Sus ansias, eso si, no tienen limites cuando buscan poseer un lugar en el mundo, una dignidad que les permita sobrevivir a su situa- cion de eternamente golpeados. Eso trata de inculcarles el milagrero a las mujeres de EL TORO POR LAS ASTAS, diciCn- doles que las cosas que quieren -un asado, un pecho nor- mal, un trabajo- son demasiado simples; que ellos deben remediar una situacion global, no entendida en una linea social claramente definida, sino en un tip0 de humanidad que les haga acceder a otro tip0 de vida en el amplio senti- do. Aqui RadrigPn se inserta claramente en una visi6n que caracteriza a la mayoria de 10s autores de la generacion del '57 y de creacion contemporanea: "Las limitaciones de la existencia, el caracter ominoso del mundo, no abruman de- finitivamente al hombre ni aniquilan su esperanza. Tampo- co le llenan de conformidad. Por el contrario, despiertan en el oscuras aspiraciones de eternidad e infinito, de comu- nicjn universal y de solidaridad humanas, de autenticidad y pureza ...".'* Estas ansias de perfeccion hacen que estos personajes salten, sin desmerecerlas del todo, las barreras materiales.

b) Lo pziblico y lo privado

En la seccion anterior, constatamos que el acoso de fuerzas

'4Goi~ Cedornil: La novelu chilena, Editorial Universitaria 1968, pag. 14.

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adulto es exigente, busca su autenticidad fundamental, no el pasar rutinario en que la unidad es aparente. Es la capa- cidad de dialog0 de esos seres, de encontrarse en sus anhe- 10s espirituales y de acompaiiarse en sus angustias y soleda- des donde reside el afecto verdadero. Hay parejas como la de TESTIMONIO DE LAS MUEKTES DE SARINA que, tras largos aiios de convivencia, no lo logran; otras, lo encuentran ra- pida y fugazmente, por haber quedado sedientas, en malas experiencias previas, de una relacion autentica y enaltece- dora. (EL LOCO Y LA TKISTE, HECHOS CONSUMADOS).

Es tal la fuerza con que se valora el afecto y la satisfac- cion de 10s anhelos personales en la convivencia gratifican- te con otros, que 10s conceptos de vida y muerte se le aso- cian directamente. Vivir es mantener la autoestima y la es- peranza, estar en el pensamiento y en el cariiio de otros. Morir es perder la fe en la vida, es dejar de existir en el co- razon de aquellos que lo contuvieron. Por ello, hay intensi- dades de vida y muerte. Mbs aun, la muerte fisica puede ser el comienzo de la vida real, valiosa, si significa la conquista de la dignidad y del amor; por el contrario, la vida fisica puede ser solo muerte: “No, de mi no se va’cordar nadie! Nadie me va’ir a ver o va’hablar de mi!, y o me voy a morir mas que toda la gente. Me voy a morir tanto cuando me muera!”, exclama Sabina cuando toma conciencia de la in- comprension y liviandad del afecto de su marido. Y luego comenta, reflexionando sobre el acoso extern0 y el deterio- ro de sus relaciones producido a1 desmitificar su pasado pa- cientemente adornado (para no enfrentar sus vilezas y cai- das en un afbn de mantener una apariencia de decoro y de, a1 menos, recuerdo de felicidad, en verdad jambs experi- mentad%): “Tamos muertos, 10s mataron ... cuando la gente se muere ya no le importa na;. por eso nos dijimos toas esas cuestiones”. Marta por su parte, explica por que dejo ir a-z Mario, su compaiiero de atios: “Es que una necesita cai-iiio de verda, no de mentira ?no vis que una ta viviendo de ver- da?” Emilio refiriendose a sus hijos emplea terminos simila- res: Marta: “2Voh tenis hijos?” Emilio: “Tenia”. -Marta:,

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“t Murieron?” Ernilio: “Si, de rnuerte entera”. Marta: “$orno es eso?” Ernilio: “Me olvidaron”.

Es asi corno las pkrdidas fisicas son rnenos sentidas que las espirituales. A1 hablar de su harnbre o necesidad de te- cho o abrigo, 10s personajes suelen distanciarse sarcastica- mente de esa situaci6n, a travCs del humor negro. Pero cuando se trata de sus carencias de trascendencia o de plenitud, lo asurnen con dolor fisico, material, ernplean- do un lenguaje sensible. En S I N MOTIVO APARENTE, el per- sonaje dice tener hambre de llorar. En HECHOS CONSUMADOS, Ernilio dice: “estaba frito, porque el unico pan que cura toas las harnbres es la justicia y esa cuesti6n anda mas per- dia que’el Teniente Bello”.

c) La trdgica paradoja de la dignzdad marginal

El logro de la dignidad hurnana de 10s personajes de Radri- gan les plantea exigencias cornplejas: se trata de afirrnar su derecho a exigir un lugar de residencia, en el cual poder es- tablecer relaciones hurnanas con capacidad de desarrollo, sustentadas en el respeto rnutuo y de 10s otros, en el reco- nocirniento de lo fundamental y de lo accesorio, y en la dis- ponibilidad de un rninirno sustento. Ello supone no vivir de las rnigajas del sisterna y superar la apatia de sobrevivir aceptando reglas que atentan contra sus valores y aspira- ciones.

Por elio, el carnino de la integridad del rnarginado social es necesariarnente el de su autodestrucci6n. El cumpli- miento de su utopia de existencia es impracticable dentro de las reglas de la sociedad establecida; de aqui que su satis- facci6n no puede proyectarse a1 futuro. 0 no se logra ja- mas, prefiriendo rnorir -en vida- (TESTIMONIO DE LAS MUERTES DE SABINA, SIN MOTIVO APARENTE) 0 se encuentra con la rnuerte para poder realizarlo (LAS BRUTAS, HECHOS CONSUMADOS, EL LOCO Y LA TRISTE). Incluso rnuchas veces la marginalidad de estos personajes es consecuencia del ejercicio de su bdsqueda de dignidad, que con el desarrollo

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de 10s acontecimientos 10s va empujando a1 limite de su po- sibilidad de existencia. La muerte de 10s protagonistas es su acto de rebeldia y de denuncia mas total a un sistema que no admite el ejercicio de la dignidad humana en vida.

3.4 La forma teatral

a) La estmctura dramdtica

Existe una aha correspondencia entre la vision de mundo de Radrigan, y la forma teatral que da a sus obras.

Ya hemos abundado sobre la falta de un antagonista dramatico, presente en la escena, aquel que simboliza a1 sis- tema socio-historico, causa de muchos de 10s conflictos y tensiones de 10s personajes. Esta se compensa con la exis- tencia de conflictos y polarizaciones secundarias entre per- sonajes igualmente marginales en lo socio-economico, per0 no en su aproximacion vital'a este hecho. Las ansias de ple- nitud y de lo que aqui hemos definido como dignidad de al- gunos protagonistas 10s llevan a enfrentarse con aquellos que no perciben esta dimension, intentando despertar su conciencia, cambiar sus conductas, lograr una comunica- cion autkntica que convierta las sendas soledades en comu- ni6n. 0, en cas0 de que compartan la conciencia de su mar- ginalidad, en construir una relaci6n fecunda o encontrar 10s modos posibles de su superacidn. Esta necesidad de comprension y de descubrimiento de aquello que 10s sume en la melancolia y la soledad interior 10s lleva a reflexionar sobre su vida, a ahondar en sensaciones y acontecimientos que 10s fueron marcando hasta la presente circunstancia, encontrando en esos recuerdos o valor para seguir en pos de su rehumanizacion, o antecedentes sobre las causas de su actual desazon.

No son las acciones realizadas sobre el escenario sino las evocadas verbalmente las que principalmente nos van transmitiendo la atmosfera del profundo caudal dramatic0 que subyace a las situaciones aparentemente estfiticas. Estas

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historias no son meras ankcdotas: permiten que el conflicto presente sea calibrado y reinterpretado a la luz de un histo- rial de marginaciones acumuladas hasta el limite de la resis- tencia sicologica y moral del protagonista. Ello se comprue- ba a1 constatar que el violento e inmisericorde desenlace de las obras no es gratuito; de hecho, ha existido una agudiza- cion progresiva del conflicto dramitico, radicada en 10s complejos mecanismos psicol6gicos de 10s personajes, in- sertos en un delicado cruce de lo macrosocial con lo micro- social.

La estructura dramitica manifiesta la impotencia de 10s protagonistas para transformar su situacion de marginali- dad en un sistema de relaciones establecidas, a1 no poder desarrollar un juego direct0 o un encuentro con sus anta- gonistas fundamentales. Tampoco sus seres proximos lo- gran aliviar sus tensiones, convirtiendose en un antagonista mis, o sumindose a su problemitica sin lograr colaborar a su superacion. El desarrollo del conflicto recae totalmente sobre 10s personajes protagonicos, 10s que deben absorber solos toda la carga fisica y emocional de su situacion de amenaza y degradacion, acrecentada por el hecho de rema- tar circunstancias anteriores similares. No tienen asi posibi- lidad de compartir, transmitir o negociar el conflicto con 10s responsables del sistema, de 10s cuales tampoco provie- ne ninguna accion tendiente a aliviarla o transformarla po- sitivamente. De aqui que el desenlace ocurre siempre en un punto de crisis elevado, provocado por la conducta de un personaje marginal que manifiesta una profunda transfor- macion de su conciencia y voluntad, que corona un proceso de busqueda de su espacio de dignidad. Se enfrenta asi a la muerte, a la marginalidad absoluta (muerte-en-vida), a1 quiebre de ilusiones miticas como unica alternativa, mien- tras las dinhmicas del sistema permanecen inconmovibles, reiterando una vez mis el ciclo de su violencia estructural.

En el piano de una interpretacion de la vision de mundo subyacente a este planteamiento dramitico, nos encontra- 'mos ante un desencanto historico, un escepticismo respecto

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a que el aislamiento social y soledad interior resultante pue- dan superarse sostenidamente; su logro a veces fukaz esta condenado a ser destruido, retornando a la muerte o a1 su- frimiento. Sin embargo, se reconoce una fuerza redentora proveniente de la actitud de personajes que dan testimonio de una grandeza heroica, como martires ejemplares. Pe. ro, ellos son destellos aislados, que se desenvuelven en el campo de lo privado, sin capacidad de conectarse en un movimiento social triunfante.

En el plano de la puesta en escena se plantea un gran de- safio, ya que Csta debe permitir captar la intensidad de la corriente dramatica que atraviesa subterraneamente la obra de Radrigan, que la aleja de la estructura de nitidos conflictos antagonista-protagonista restringido a lo social que caracterizara las pasadas decadas en el teatro chileno. Un juego de atmdsferas y claves gestuales que puedan atra- vesar las palabras en su aparente inmovilidad dramatica son necesarios de desarrollar para manifestar 10s cambios interiores de 10s personajes, lugar donde verdaderamente se plantea el conflicto.

Por otra parte, la estructura dramatica aristotklica, en es- pecial en su version realista ibseniana que se emplea como parametro clPsico de lo dramatico, ge funda en un pensa- miento logic0 heredero del racionalismo cartesiano. Esta forma de pensamiento en nuertra sociedad es patrimonio de 10s sectores sociales alzrstrados ligados a una formacion academica. La utilizacion de una estructura y de un lengua- je no lineal, y la permanente recurrencia a historias y rela- tos concretos en la obra de Radrigan, la hacen homoiogable a la forma habitual de produccion de conocimiento y de ge- neracion de conciencia de si y del entorno de la cultura po- pular. Su us0 en boca de 10s personajes marginales, condu- cente a la estructuracion agregada de una cosmovisidn des- de fragmentos de historias provenientes de una diversidad espacio-temporal es correspondiente, entonces, a la cultura de la cual se quiere dar cuenta. Este hecho hace que proba- blemente esta forma de construccion dramatica se encuen-

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tre r n b comodamente que otros lenguajes teatrales con uno de sus publicos destinatarios principales: el de extrac- cion popular.

b) El Lnguaie ornl

Los signos lingiiisticos y su sintaxis tambiCn poseen su fuente en un verdadero idealecto del castellano, empleado en sectores marginales de Chile. Dichos, frases hechas, pro- nunciacion. palabras, se remiten a un sector social inmedia- tarnente identificable, reforzando con ello su raigambre na- cional y su identidad con lo popular. Factor que tambiCn contribuye a anclar temporal y geograficamente la accion en el Chile de hoy, concretando asi las frecuentes impreci- siones del texto a1 respecto.

Por ser este lenguaje el unico dicho y oido en escena, su caracter de deformacidn de otro considerado culto o social- mente hegemonic0 se pierde, para convertirse en el patron valido y aut6nomo, con su propia estCtica y dignidad. Mas a h , cuando este lenguaje es utilizado de tal manera que junto con su nivel direct0 o referencial existe uno de ambi- giiedad poktica suprarealista, que ilumina areas magicas o filosoficas que sobrepasan el sentido comun. La metAfora, la insinuacion, es de us0 frecuente a1 referirse a hechos his- toricos que parecen ser innombrables, siendo su evasion un testimonio mas del context0 represivo en el que se emiten. El otro momento en que el lenguaje poktico es ocupado es cuando un personaje intenta expresar un sentimiento, una sensacion, una idea profunda y aun no codificada por el lenguaje habitual, siendo entonces las imagenes o la oposi- ci6n novedosa de tkrminos la que consigue atisbar una zona de significacion de otra manera indefinible.

En estos diferentes niveles de lenguaje, que manifiestan 10s matices complejos de la psicologia de sus emisores, tam- biCn esta presente un despiadado y punzante humor ne- gro. Este en general se emplea para resaltar sin contempla-

' ciones las situaciones de deterioro y dolor fisico que carac-

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teriza a 10s personajes y a su entorno social, provocando un distanciarniento del espectador y otorgando a 10s persona- jes una defensa psicologica que les perrnite incorporar esos sufrirnientos sin destruirse: La crudeza con que se habla de la cirrosis y de 10s efectos del alcoholisrno agudo en el LOCO Y LA T R I S T E , por ejernplo, o el cornentario “Los acidos le cornieron 10s pulrnones (. . .) Pucha, que6 mas chupao que giieso e perrera ... cuando le vi el caracho me dieron ga- nas de darle un sanguche” dicho con ocasion de la rnuerte de un arnigo provocada por una enferrnedad laboral en

racion. Este tono lo diferencia del teatro social de Acevedo Hernandez, por ejernplo, donde el recuento de rniserias siernpre se realiza en terrninos dolidarnente conrniserati- vos, jarnas satiricos o grotescos.

Nuevo desafio para la puesta en escena, que habra de conjugar no so10 lo coloquial con lo drarnhtico, sino tarn- biCn lo realista con lo rnagico, lo rnelodrarnatico con lo gro- tesco, si desea proyectar la cornplejidad de 10s lenguajes de estas obras, soportes de la diversidad de niveles en que se explora el terna de la rnarginalidad.

TESTIMONIO DE LAS MUERTES DE SABINA respaldan esta aseve-

c) Montaje y dz@sz6n

No es de extraiiar que las obras de Radrigan aun antes de ser publicadas se hayan rnultiplicado a traves de fotocopias de 10s libretos originales, recorriendo no so10 rnanos y ojos que 10s leen a traves del pais, sino tarnbien poblando espa- cios escknicos de la mas diversa indole. Aparte de su ternati- ca, el pequeiio nurnero de personajes, la casi absoluta des- nudez de sus arnbientes, la simplicidad del vestuario, la au- sencia de elernentos tkcnicos corno la ilurninacibn, el rna- quillaje o trarnoyas perrniten que sus rnontajes no posean rnayores requerirnientos econornicos o conocirnientos tea- trales especializados. A la vez, cualquier lugar y ocasion se puede volver adecuada para realizar un rnonologo, un diP- logo, una obra de este autor. Asi, no solo las salas acondi-

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cionadas para teatro han acogido estos montajes, sino tam- biCn salas parroquiales, auditorios sindicales e incluso can- chas deportivas y patios privados. El teatro serniprofesional y aficionado en Santiago y en provincias (Antofagasta, Val- paraiso, Concepcion, Rancagua, ChiloC) y no solo en Chile sino tambiCn en el extranjero (Uruguay, Suecia) se han in- teresado en rnontar estas obras. Por otra parte, existe el an- tecedente de que el teatro profesional El Telon, que mon- tara las principales obras de Radrigan, cornbina sus presen- taciones en una sala cornercial cCntrica de Santiago, accesi- ble para todo publico que tuviese inter& y pudiese pagar su entrada, con exhibiciones en 10s barrios perifCricos, a peti- ci6n de organizaciones poblacionales, estudiantiles, labora- les o eclesiasticas. En ellas tambiCn era posible realizar foros de discusion, para incrementar opiniones con 10s recepto- res.

Por ello, creernos que el teatro de Radrigan no solo bus- ca expresar, desde su peculiar vision de mundo, una reali- dad vinculada a un cierto sector popular, sino tambiCn como propuesta esdnica, es susceptible de ser realizada por teatros vocacionales insertos en un entorno social mar- ginal. No por ello es un teatro que permite puestas en esce- na no trabajadas: la aparente sencillez de sus obras escon- den una.cornplejidad a ser develada por actores y directo- res, a riesgo de reducir la obra de Radrigan a una lectura unidimensional.

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bre la que conviene rneditar: por una parte se detecta una insatisfaccion con reproducciones anteriores de ese lengua- je y de ese rnundo; por otra, la busqueda de un auditorio de clase media sugiere un desdoblamiento intelectual en el autor: a la vez se afirrna poseer una experiencia linguistica genuina que no debe ser adulterada por artistas extrafios a ese rnundo, per0 que debe ser elahorada y mostrada a un auditorio extrafio, con procedirnientos y convenciones dra- maticas forjadas y diserninadas por drarnaturgos de esa cla- se media extraria.’ El publico estable del teatro profesional independiente chileno procede de la clase media, media alta y alta en mas de un 90%, sectores caracterizados por al- tos indices de educacion, que por trabajo y profesi6n estan acosturnbrados a1 encuentro y descodificacion de forrnas sirnbolicas abstractas y cornplejas, publico cuyas preferen- cias kticas y estkticas privilegian especticulos teatrales de reflexion sobre la contingencia ’social, per0 con aspiracio- nes universalizantes.‘

Lo dicho es suficiente para comprender que la obra de Juan Radrigan, en este rnornento crucial de la historia chi- lena, puede ser entendida corno voluntad de rnantener un dialog0 de clases en circunstancias sociales de gran dificul- tad para ello. De otro modo no tendria sentido el desdobla- miento intelectual del drarnaturgo a1 exhibir la genuinidad de un rnundo para un publico extrario. Asi se reitera una vez mas la funcion asurnida por el teatro chileno reciente corn0 uno de 10s sustitutos de 10s espacios publicos clausu- rados para el contact0 entre clases sociales. Ante esto resul-

rritirn) (Minneapolis, hlinnesota: Minnesota Latin American Series (University of Minnesota); Centro de Indagacicin y Expresicin Cultural y Artistica ((:F.NK(:.A), Santiago, Chile, 1982).

“bid. El Tentro CIiilPno (11 IO de Septiembw & 1973.

“Maria d e la Luz Hurtado y Maria Elena Moreno El ptiblico del teatlo iirdepuitdirittr (Santiago, Chile: Centro de Indagacicin y Expresicin Cui- tural y Artistica ((:KNtX:A), 1982).

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ta obvio que una critica literaria abocada a1 estudio de la obra de Radrigan, puede lograr un enriquecirniento de su signification global y significaciones especificas prestando atencion a la problerniitica de su recepcion por un publico teatral y no preferenternente a un analisis mas esdtico de la estructuracion inrnanente de sus textos.

De aceptarse esta proposicion, la drarnaturgia de Juan Radrigin debe tener corno referencia el aparato te6rico propuesto por Jurgen Habermas para la constitucion de una pragmdtica universal.* Por ello se entiende la busqueda y el estudio de 10s fundarnentos para una cornunicacion que siente las bases para una acci6n social consensual que, en el context0 de la crisis historica mas reciente del Chile actual, irnplica el aprendizaje de nuevas forrnas de cornpor- tarniento para un dialog0 y transacciones politicas que con- duzcan a la redemocratizacion del pais. Esto dernanda el reconocirniento y aceptacion cornunitarias de un nucleo de sirnbolos y argurnentos rnorales que puedan ser asurnidos por la poblacion general corno norrnas de correccion, vera- cidad, intention de verosirnilidad y us0 de lenguaje que conforrnen una identidad colectiva. La adherencia a esas norrnas por 10s diferentes sujetos sociales abre carnino a la posibilidad de racionalizar la cornunicacion social. Para Ha- berrnas, el concept0 racionalimidn de la comunicacidn social es de irnportancia capital: 61 implica extirpar las relaciones de fuerza cornpulsiva que puedan existir de modo latente o patente en 10s canales cornunicativos entre clases sociales. Esa compulsion irnpide la solucion o regulacion consensual de conflictos. Por el contrario, en el esfuerzo cornunitario por irnplernentar una cornunicacion para el consenso, se proponen y diseminan ternas que dernarcan etapas en la adquisicion psiquica de nuevos roles sociales e identidades ' individuales y colectivas, con sus respectivas visiones de

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4Jurgen Habermas, Communzcatzoii aiid the Eztolutioit o j Socreb (Bos- I ton: Beacon Press, 1979).

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rnundo, las cuales, mas arnpliamente, perrniten la construc- cion de una nueva moral y de una nueva legalidad. Estable- cer una cornunicacion dernocratica, una cornunicacion no distorsionada por la compulsion, crea el espacio para la for- rnacion de estructuras institucionales con capacidad para reconstruir un proyecto de cultura nacional que integre a diversos sectores sociales en una obra de desarrollo econ6- rnico y social compartido. Esta institucionalidad inescapa- blernente afecta, segun el espiritu que anima a esos diversos sectores sociales, todo orden de actividad hurnana: 10s rno- dos productivos, la aplicacion tecnologica, las relaciones in- terpersonales, las organizaciones de base, las expectativas individuales de grupo y cornunitarias, la iniciaci6n y solu- cion de conflictos sociales. En otras palabras, esa institucio- nalidad afecta 10s tCrrninos de una cohesion social posible. En terrninos literarios, la problematica de las condiciones bptirnas, el diPlogo social de Haberrnas tiene un correlato en la conception de la obra literaria propuesta por Mijail B a j t i ~ ~ . ~ Bajtin ancla sus argurnentos en la prernisa basica de la episternologia rnaterialista: 10s contenidos mentales son elaboraci6n de relaciones y procesos sociales externos a la psiquis hurnana. Por tanto, la obra literaria, como forma de conciencia social originada en sociedades de clases dife- renciadas por su funcion en el proceso de su reproducci6n, esd constituida por 10s diversos lenguajes surgidos de esas diferenciaciones. Este es el concept0 bajtiniano de la hetero- glosiu esencial de toda obra literaria. Esta es un esfuerzo por articular (orquestur) una vision de rnundo en una uni- dad textual a partir y a pesar de esa heteroglosia. Por ello, la diversidad lingiiistica de las diferentes clases sociales queda relacionada en una tension dialogica de fuerzas cen- trifugas y centripetas. Estas ultirnas se caracterizan por la

.’The Dialogzc Imaginatzon Four Essays by M . M . Bakhtin. Michael Hol- quist, ed. “Discourse in the Novel”. (Austin, Texas: University of Te- xas Press, 1981).

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monia y subordinacion.

Los confines del reino de la degradacibn

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marginados: vagos, prostitutas de infima categoria, carga- dores de maletas en terminales de buses, matones por car- ga y otros criminales menores; obreros y dirigentes sindica- les desplazados; pequefios propietarios rurales a punto de desaparecer, dueiios de kioscos en mercados, reparadores de desperfectos caseros, todos kstos a punto de ser margi- nados o que malamente ocultan la realidad de un desem- pleo crbnico. En su pobreza son sucios, desaliiiados, andra- josos, en fin, zarrapastrosos. Habitan conventillos, casuchas miserables en poblaciones marginales de la gran ciudad, si- tios eriazos que son basurales, en que viuir guizas sea s610 una forma de decir, cuya atmbsfera es de desolacibn, de tristeza, de sor- didez. Con frecuencia su salud est% afectada por el alcoholis- mo, por tullimientos, mutilaciones; mueren jovenes por ci- rrosis. Su entorno est5 atiborrado de sintomas de una heca- tombe nunca explicada: sirenas de emergencia, automovi- les y ambulancias que pasan a alta velocidad, resplandores de conflagraciones visibles a la distancia, vientos que traen hedores de cuerpos pudrihdose; muchedumbres que marchan silenciosas e impertkrritas, abandonando la gran ciudad donde se ha dado una violencia desconocida, hom- bres que secuestran o intentan asesinar a quienes han sido testigos de sus depredaciones, agentes policiales que matan caprichosamente en la calle por mera suposicion de delito. Todos quedan sometidos a la arbitrariedad de una buro- cracia estatal hermktica, lejana, incomprensible, cuyos actos no parecen responder a 16gica alguna: aplica multas por violacion de leyes que nadie conoce, per0 que deben ser respetadas; causa panico y especulacion economica porque esparce el rumor de que las ovejas producen erosion y de- ben ser aniquiladas; envia maquinaria pesada para destruir casuchas de pobladores que han encontrado su ultimo re- fugio en alrededores miserables. La sensacion de estos es- pacios es de que ocurriritn cadstrofes inminentes, sensibili- dad acentuada con sirenas de urgencia, aullidos de perros, largos, prolongados, vientos malignos que presagian desgra- cias, ruidos de pasos que se acercan amenazadoramente.

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A pesar de estas anomalias y distorsiones, 10s seres mar- ginados luchan desesperadamente por expresar una hu- manidad hecha dCbil y rudimentaria por 10s valores, actitu- des y formas de conciencia que la miseria crea y reproduce. Esa humanidad menoscabada se muestra como una extre- ma limitacih del registro de fbrmas de conducta que per- rniten la expresi6n de cariiio, solidaridad y valoraci6n de las relaciones con otros seres, que permiten el cuidado fisi- co y espiritual de una persona para dignificarla como tal y, por sobre todo, como gran limitaci6n de maneras de con- cretar 10s talentos, intereses e inquietudes que caracterizan a una persona. Debido a esta mutilacibn, 10s personajes su- fren de una permanente aiioranza por la juventud perdi- da, 10s lazos de amistad y familia no mantenidos, 10s amores nunca cultivados, la ternura nunca mostrada. Obviamente 10s impulsos hacia la satisfaccih de estas necesidades estPn alli, pero, en su primitivism0 conductual, 10s personajes 10s desplazan a otros terrenos.

Por ejemplo, 10s varones gozan de una pobre comunion en orgias de alcohol y comidas que la miseria les permite ocasionalmente. La jerarquizacih social agudiza la sole- dad, la incomunicaci6n y las carencias negando a 10s perso- najes la posibilidad de crearse una identidad digna a travCs del medio mAs importante con que 10s individuos y 10s gru- pos forjan y enriquecen su personalidad: un empleo esta- ble, en cuyo trabajo las potencialidades latentes se manifies- tan constructivamente, tanto para el individuo, sus seres cercanos y la comunidad en general. MAS bien 10s persona- jes sobreviven de cortos trabajos ocasionales, robos, atracos, estafas infimas, prostituyendo su cuerpo para el lumpen, cuidando la propiedad de seiiores distantes y enigmAticos. En esto ultimo, aun preparados para agredir a otros despo- seidos para conservar su trabajo y preservar una grotesca superioridad jerPrquica. Si es que tienen trabajo perma- nente, se entregan a 61 con la sorna suicida de quien no ve la posibilidad de la autocreacih, sin0 el desgaste que anes- tesia la futilidad de vidas absurdas. Con razon es que algu-

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nos personajes se describen a si mismos diciendo cosas corno “siempre 10s hemos parecio a 10s animales”; “sornos duras como las piedras”; “tenis ojos de animal botao”; “so- mos iguales que los quiscos que salen de la tierra, tan un tiempo ajuera y despuks se secan y mueren, y nadie sae que salieron”.

La mujer es, sin duda, el ser mas desamparado en esta si- tuaci6n general. Su relacion con el v a r h es esencialmente de sumisi6n. El varon nunca supera 10s habitos y actitudes de su solteria. Responde a la presion de 10s amigos mante- niendo un supuesto prestigio corn0 rnujeriego, farreador, hombre sin comprornisos, con ingenio, palabreria y poder de co‘nvencimiento suficientes como para que su rnujer, abandonada de cornpafiia y apoyo, respete su autoridad a pesar de todo; por la violencia si es necesario. El someti- miento -que tarnbitn aqueja a la hija ante la autoridad pa- terna- proporciona a la rnujer solo un estrecho espacio de expresih. Preocupada por rnantener una relacion que el hombre puede descartar facilrnente, la rnujer expresa sus deseos y aspiraciones de modo indirecto, con sutiles suge- rencias que la burda sensibilidad del hombre no tiene finu- ra para reconocer, o bien desconoce conscienternente. Ella carga sola, entonces, con la responsabilidad de cuidar el ho- gar, a 10s hijos y de adrninistrar la escasez provocada tanto por el status social corno por el derroche del varon. Los re- sentimientos acumulados por la rnujer con el correr de 10s afios hacen que las relaciones de la pareja, particularrnente en 10s aAos de la vejez, se conviertah en un estado perma- nente de recrirninaciones y larnentos por una situation ya incorregible, que 10s acosos del orden social exacerban en extremo. Radrigan ha sido el dramaturgo que con mayor sensibilidad ha introducido al teatro chileno esta tematica injustificadarnente descuidada.

El cumulo de estas privaciones, traiciones y claudicacio- nes en conflicto con las esperanzas todavia no rnuertas, da a1 lenguaje de las obras un tono ocasionalmente lirico, por la necesidad de 10s personajes de verbalizar las tensiones

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que sufren y encontrar un significado hurnano para expe- riencias absurdas. En boca de vagos corno Ernilio, en HE- CHOS CONSUMADOS, ese lirisrno torna visos filos6ficos. Este lirisrno queda rnagnificado por el hecho de que 10s perso- najes deben dar testimonio de profundas intuiciones exis- tenciales con el unico rnedio con que cuentan: la trivialidad coloquial del dialect0 chileno mas popular. Para Radrigan este se caracteriza por el prurito de exhibir ingenio en todo rnornento, en una especie de conceptisrno rebajado que ba- naliza toda cornunicaci6n convirtiendola, mas bien, en oportunidad para echar tallas -chistes coyunturales- que exaltan el ingenio de quien las lanza y desacredita a quien las recibe. En Radrigan este us0 del lenguaje es elernento integral de un cuadro de alienacion que expone la infrahu- rnanidad de 10s personajes.

Dada esta clausura del rnundo personal y social, las op- ciones restantes para que 10s personajes concreten su hu- rnanidad son tan reducidas que ejercerlas ya irnplica una derrota. Para 10s varones el desarraigo y la vagancia son las opciones mas faciles por cuanto se liberan de cornprornisos y responsabilidades. Pueden entregarse asi a la vida des- preocupada y aventurera con que Radrigan 10s presenta en nurnero significativo. No obstante, esta resoluci6n queda viciada tanto por la traicidn de otra tendencia tarnbikn irn- portante, la estabilidad de las relaciones hurnanas rnejor expresada en la familia, corno por el dafio causado a 10s hi- jos por el abandon0 del padre. Otra opci6n irnportante es . la rnuerte, la cual asurne variables diferentes. La mas evi- dente es el alcoholisrno. Puesto que el registro de cornpor- tarnientos conducentes a la dignidad es escaso e inflexible, el hombre confunde la cornunion de la arnistad y la alegria con la orgia de alcohol que acarrea la enferrnedad y la muerte. En su hurnanidad rnenoscabada, el hombre con- ternpla su propia enferrnedad y rnuerte cercana como he- chos fatales que ni siquiera trata de rnodificar. Este abando- no de la capacidad para decidir un destino digno est5 de- tras de las variables restantes: el suicidio cuando se ha con-

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cluido que las opciones vitales perdidas son irrecuperables (LAS BRUTAS); el rob0 con que un obrero trata de crear ilu- siones para su familia, a pesar de la certeza de que el castigo inevitable destruiri precisamente a quienes quiere satisfa- cer (LA FELICIDAD DE LOS GARC~A); el cristianismo primitivo de imaginar que la muerte es el otro lado de esta vida, en que la diferencia esth en que las carencias materiales y espi- rituales estan resueltas eternamente (EL LOCO Y LA TRISTE).

Esta opcion ultima ilumina una tendencia constante en 10s personajes de Radrighn que antes mencionara so10 a1 pasar -la busqueda de la estabilidad en las relaciones hu- manas-. De una u otra manera 10s personajes aspiran a1 matrimonio o a una compafiia continua, en que el caririo mutuo puede dignificar a la pareja en medio de la injusticia del orden establecido, a pesar de las insuficiencias persona- les. Soporte de esta dignidad y de esta continuidad son las aspiracion a la casa propia, con muebles, objetos y utensi- lios que dan a la mujer la sensaci6n y certeza de poseer un espacio que, a1 ser dotado de lo necesario por el hombre, le gana el respeto de la mujer y a ella le asegura la certidum- bre de ser amada. Quienes han estado privados de esta ex- periencia estabilizadora, ante la muerte cercana son capa- ces de comprar un remedo de vida familiar contratando una prostituta ( S I N MOTIVO APARENTE), o fingen esa expe- riencia como juego final (EL LOCO Y LA TRiSTE). La cercania temitica entre un concept0 de estabilidad en esta vida, se la posterga a1 mis all5 del otro lado (EL LOCO LA TRISTE).

La nocion de ese otro lado hace patente la existencia de un fuerte componente religioso en la vision de mundo de Juan Radrighn. No obstante, Cste no es usado para hacer tolerable la falta de dignificacion material del ser humano en el presente histbrico. La introduccion de esta utopia sir- ve para hacer resaltar la alienacion actual de 10s personajes. De alli que, en un momento crucial de EL TORO POR LAS AS- TAS, el Milagrero, personaje que se siente obligado a revivir la mision de Cristo, desahucia la fiction de que 10s despo- seidos pueden ser redimidos por un ser superior y no por

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sus propios actos: “]Lo que vengo a decirles es pa toos! (Puma). Tan perdiendo el tiempo, se les esti yendo de las manos como aceite por el vidrio: itan perdiendo la vida! (. : .) Escondios como ratas asustis, no tienen salvacion; po- drian tar llorando y esperando cien aiios, docientos, per0 no sacarian na; porque la via stP dentro de ustedes, asi que si no la viven ustedes, ?qui& puee vivirla? (. . .) Per0 en- tiendan po, entiendan lo que les quiero decir: in0 hay mila- gros! iEso es lo que vengo a decirles; no hay milagros!” Esto queda reiterado en SIN MOTIVO APARENTE con la figura ejemplar del compadre. Aunque Cste sin duda posee mayor amplitud de conducta humanizadora, su fragilidad se muestra en el descuido de su alcoholismo y con su muerte imprevista a manos de un policia. Para Radrigin, la reden- cion humana e s d en 10s propios actos liberadores que 10s hombres realicen por si y para si. Por ello es que, ante un lamento por la injusticia de Dios demostrada en 10s sufri- mientos humanos, Emilio, en HECHOS CONSUMADOS, res- ponde: “no lo metai a 61. El no reparte las cosas, a lo sumo las hizo; son otros 10s que las reparten”. Tras estas palabras se sugiere una concepcion de Dios que ve en El un ser que se ha distanciado una vez iniciada la creacion, dejando a sus criaturas el desafio de luchar materialmente en el mundo por un orden social afin a 10s atributos divinos de amor y justicia.

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La elaboracibn teatral

Aunque Juan Radrigin ha hablado de su conocimiento de la obra de Beckett, Arrabal y Adamov,‘ resistimos la ten- t a c h de hablar de su dramaturgia como teatro del absurdo. Con este tCrmino, popular en la critica literaria de 10s aiios ’50 y ’60, se hacia referencia a la exploracidn de las reali#.ades

’Jorge Crinepa, C.S.C., “Juan RadrigAn. Herhos coitsumrtdoc”. Men- [ saje (Santiago de Chile, No 309, junio, 1982, p. 271).

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ultamas de la condiczdn humana mediante la aniquilacion me- todica de la logica, de 10s conceptos racionales y de la capa- cidad comunicativa del lenguaje.’ A no dudar, en la medi- da en que Radrigin sefiala la ilogicidad del sistema social como marco englobante de la vida de 10s personajes, se cuestiona la posibilidad real de producir significaciones que den sentido a1 hombre y a su mundo. Per0 este cuestio- namiento no responde a la conviccion de que la humanidad se debate en un vacio en que el conocimiento y el aprendi- zaje son inutiles y, por tanto, el ser humano se entrega a la indolencia y a la indecision acarreadas por el aplanamiento de todo valor que pueda sentar prioridades para la accion constructiva. Radrigan no ancla su discurso en lucubracio- nes metafisicas de un esencialismo humano ahistorico, sino en las consecuencias mas concretas de la historia chilena re- ciente. A partir de ellas se representa el drama de la lucha por la humanization y dignificacion de 10s desposeidos, lo cual implica, como creo haber demostrado, una confianza en la capacidad humana de autotransformacion. Dado este anclaje historico, a lo sumo debieramos conservar un aspec- to limitado de la definition teatro del absurdo: “Este diagnos- tics la condicion de la humanidad como falta de’proposito en una existencia que ha perdido armonia con su entorno (absurdo significa literalmente falto de armonia)”.8

De mayor importancia es analizar el modo en que Radri- gan elabora teatralmente su experiencia del mundo de 10s desposeidos. Aqui es precis0 indicar que su materia prima esta en la vida cotidiana de una subcultura fundamental- mente oral o con fuertes residuos de oralidad en sus for- mas de pensamiento. A1 contrario de las culturas que han interiorizado 10s procesos mentales de avance 16gico-lineal

‘AI nold P Hinchliffe, The Abrupd (London Methuen dnd Co. Ltd , 1969).

‘John Russel Taylor en The P e q u w Dictioitu?y of Theutie (1966) en Hinchliffe, p. 1

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y de abstraction asociados'con la escritura y la descodifica- cion de la palabra impresa, 10s integrantes de una cultura oral tienden a relacionar su lenguaje con situaciones coti- dianas de gran in mediate^.^ Esto compromete a 10s indivi- duos en una.intensa empatia participatoria que da a1 acto comunicativo una fuerte caracteristica verbomotora -el so- nido queda estrechamente asociado con gestos y movimien- tos fisicos-. Asi la realidad de la interaction mas inmediata aparece mas satisfactoria que cualquier abstraccion, por lo que el distanciamiento mental que permite el autoanAlisis de la personalidad o el analisis global del ser en su medio no son practicas frecuentes. Por ello es que en las represen- taciones de la realidad que provienen de culturas orales hay un constante enfoque de aspectos somaticos del ser huma- no que privilegian la materialidad corporal y la mano como instrumento. La primacia del sonido en la comunicacion produce, ademas, una mayor tangibilidad del contact0 hu- mano pues, en la cercania, la expresi6n de la interioridad de 10s individuos es Clara y visible. Con ello se da la posibili- dad de una cohesion de grupo, lo cual se traduce en un conservadurismo linguistic0 por el que el us0 repetitivo de frases, dichos y expresiones se convierte en cliches. Estos, por otra parte, toman un caracter conflictivo a1 usarselos en duelos verbales a raiz de la emotividad de la comunicaci6n oral. En este conjunto de caracteristicas encontramos las claves de 10s obstaculos encontrados por 10s personajes de Radrigan para explicar su propio ser social, a traves de un lenguaje no apt0 para tales abstracciones, lleno, ademas, de antagonismos muchas veces denigrantes.

A1 transferir este material a formas teatrales, Radrigan le proporciona una estructura logica abstrayente que lo convierte en acto estetico. Asi se trascienden las estrecheces de la subcultura de 10s desposeidos y se la transforma en

"Walter J. Ong. Orality and Lzteracy. The Technologizzng of the World (New York: Methuen and Co. Ltd., 1982).

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problernhtica etica para la totalidad de la sociedad chilena actual. Esa logica revela el us0 de la farsa corno rnetodo de elaboracion de la materia prima teatral."' Conste que ha- blo de la farsa corno me'todo organizatiuo que provee un rnar- co ir6nico para el conocirniento del rnundo representado. Lo ironic0 es un modo literario en que 10s personajes exhi- ben un poder de accion inferior a1 que se presume corno normal en el lector o auditorio, o en el que la actitud del poeta es de objetividad distanciada." La obra de Radrigan es ironica en la rnedida en que el deseo corno fuerza libera- dora de potencialidades hurnanas se resiste a aposentarse en sus mundos.

Para aquilatar en su justa rnediia la cornplejidad del arte de Juan Radrigan, es necesario reconocer el origen farses- co de su teatro, a pesar del riesgo de introducir un factor oscurantista a1 llarnar la atencion sobre un aspect0 del ge- nero farsa no absorbido todavia en 10s habitos acadkrnicos establecidos. Ellos fetichizan una vision del genero corn0 forma teatral ya incorporada a un repertorio consagrado por culturas caracterizadas por el extenso us0 de la escritu- ra y de la irnprenta. Asi es corno se define la farsa por la-ex- hibici6n de personajes de conducta inflexible, que 10s con- vierte en mascaras caricaturescas y risibles por su actuation rnednica y atolondrada, incapaz de resolver creativarnente las elecciones que dernanda el ser social. Aunque tal defini- cion es correcta, no torna en cuenta el origen de la farsa en las culturas orales. Si se atiende a1 origen de la materia tea- tral de Radrigan en la subcultura oral, se deberia hacer en- fasis en dos aspectos: Prirnero, el conservadurisrno lingiiis- tic0 de esta subcultura, que inflexibiliza la representacion

"'Robert C. Stephenson, "Farce as Method". Robert W. Corrigan, ed. Com~dy , Meuihig and Fwm (San Francisco. California: (:handier Publishing Company, 1965).

"Northrop Frye, Anatomy of Criticism. Four essays (New York: Atheneum, 1966). p. 366.

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de la conducta humana en un estrecho registro que lo me- noscaba. No en van0 se ha dicho que Radrigan parece ha- ber creado un paradigma dramatic0 extremadamente fijo, en que cada una de las obras desprendidas de 61 es un in- tento repetitivo de enfocar un aspect0 precis0 con mayor intensidad. Esta impresion corrobora la cercania de la pro- duccion de Radrigan con lo farsesco, lo cual, a su vez, com- prueba que el genero tambiCn debe ser considerado en su origen en la oralidad y no solo en su consagracion canoni- ca. Segundo, el inicio de toda forma farsesca en la recolec- cion de ankcdotas, bromas y chistes de la experiencia inme- diata de la tradicion oral. En cuanto a Radrigan, este aspec- to merece parrafo aparte.

A1 considerarse el problema de la farsa como metodo or- ganizativo de materia teatral, es conveniente tener en men- te que algunas de las obras principales de Juan Radrigan son textos que contienen largos parlamentos que giran en torno a ankcdotas cortas, muy cercanas al humor negro: 10s habitantes de un prostibulo hacen preparativos para nucer de nuevo con la llegada de un milagrero; una de las prostitu- tas usa una teta de goma, que se le cae con frecuencia, como protesis de una operacion de cancer (ELTORO POR LAS ASTAS); tres mujeres envejecidas acuerdan ahorcarse por- que “a las tres se 10s pas6 la via” (LAS BRUTAS); un borracho cirrotico y una prostituta lisiada juegan a tener casu a la es- pera de la muerte de el; la prostituta es apodada Putu e Cumbiu por 10s cimbreos de su cuerpo debidos a su pie equi- no (EL LOCO Y LA TRISTE). En SIN MOTIVO APARENTE, hay una variation del juego con una prostituta llamada Engufiu Bnllosrry porque “tenia una pata medio chulleca y no pisaba nunca donde uno creia qu’iba pisar’. C‘n reparador de des- perfectos hogareiios (un mnrytro tlmyuilln en el lenguaje coloquial chileno) entabla un dialog0 lleno de malentendi- dos risibles con un cuidador loco (INFORME PARA INDIFEREN- TEs); un cuidador mata a palos a un vago porque Cste no quiere moverse dos pusos mas alla del limite de la propiedad cuidada; un albariil finge haber ganado una fortuna en la

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drigan apunta a una utopia democratica de tono apocalipti- co en cuanto el fin del mundo demoniac0 sera seguido por otro en que se restaurari la unicidad eucaristica de lo hu- mano, lo natural y lo divino, como queda sugerido en la fantasia del otro lado: “Aila too es tan distinto, tan bonito ... Las casas son de madera y s’tan apartas, no una a1 lao de la otra como aqui, tan a media cuadra de distancia, pa’ que puea haber lao pa las plantas y too eso; la mayoria son clari- tas (. . .) y too ta lleno d’ese sol que no quema, que no hace traspirar; d’ese sol que alumbra y entibia nomas. No hay micros, no hay autos; y como no hay pobres, no se conocen patrones, carabineros, hospitales. All5 no se sabe lo que’es el hambre ni lo calabozos porque, iquien va a meter preso a alguien qu’es igual qui’uno? iQuien le va negar la comia a alguien qu’es igual qui’uno? ... Puta qu’es distinto alla, puta qu’es lindo ... ?Me vai acompaiiar? (. . .) Se juntan va- rias familias y hacen un juego a1 medio del campo isabis pa que?: pa esperar el amanecer, pa verlo toos juntos. Y a ve- ces, mientras esperan, bailan una cuestion parecia al valse ... Ahi es aonde te voy a encontar alguna vez ...”

Para resumir, de lo anterior se desprende que la comple- jidad draniatica de la obra de Radrigan esti en las alteracio- nes de tip0 tragico, melodramatico y c6mico que crea como tejido construido sobre un eje fundamentalmente farsesco. Sus personajes, mascaras mecanicas, visibles e inflexiblm ante la vida, a pesar de todo adquieren visos potencialmen- te tragicos a1 desconocer de manera consciente o incons- ciente valores y normas Cticas consagradas como Cticamen- te superiores por la sociedad, por dignificar a1 ser humano. A la vez, estos personajes se debaten en un campo melodra- matico por su incapacidad para tomar conciencia de 10s errores personales y 10s condicionamientos sociales que 10s afectan, lo cual reclama para ellos una conmiseracion pate- tica. Mis aun, estos mismos personajes introducen la ritua- lidad finalmente cohesionadora propia de la comedia con la promesa de una utopia, una vez superada la injusticia so- cial. Dificilmente se podria pensar en un autor nacional

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que haya tensado en tal extremo el conflict0 de lenguajes dramaticos.

Los limites de la imaganacidn dialdgaca

Despejada esta serie de problemas teoricos, descriptivos y de elaboracion literaria, ya es posible retomar la cuestion que suscitara este trabajo: el estudio de la forma en que Juan Radrigan ha creado implicitamerLre una proposicion Ctico-simbolica para una comunicacih consensual entre clases sociales. Ello mediante una afirmacion de la identi- dad de 10s desposeidos inevitablemente traspasada por ideologemas de hegemonia y subordinacion. Aqui reside el inter& de problematizar la obra de Radrigin en la cultura chilena actual.

A pesar de esa intencion afirmativa, es indudable que la reception de esta vision de mundo queda a merced de dis- torsiones inyectadas por el lenguaje hegemonic0 en sus dos formas actuales: el lenguaje autoritario que corresponde a la presente estructura de poder economico y politico y el que corresponde a la forma en que se institucionalizo la cultura teatral chilena como expresion orghnica de 10s sec- tores medios en el teatro universitario de 10s aiios 1950 y 1960.

Desde la perspectiva de una critica literaria formal, ei entendimiento del teatro de Radrigan queda mediatizado por las tendencias del teatro universitario anterior, cuya in- fluencia se ha prolongado hasta el presente. Como ejercicio critico, el teatro de Radrigap debera quedar insertado en una dimension de continuidad frente a la produccion tea- tral universitaria de las dkcadas 1950- 1960 para determi- nar las variaciones y rupturas de la tradicih introducidas por el autor. Una vez que esto se efectde, es inevitable pen- sar que, en la medida en que la comunicacibn consensual sea posible, el publico teatral de clase media -el gran con- sumidor de teatro nacional- tendera a la busqueda de un lugar comun en el mundo de 10s desposeidos, reduciendo

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asi la manifestacion genuina de ese otro radicalmente dife- rente a terminos de similitud que traicionan la voluntad del autor. La perspectiva ironica en que se ubica a1 espectador de clase media facilita en 61 la concentration en aspectos que 61 valora y que, desde su posicion de superioridad, en 10s desposeidos percibira como motivaciones imperfecta- mente logradas. Esta posibilidad resalta en Radrigan la preocupacion por la estabilidad de las relaciones humanas, tema recurrente en sus obras. El dramaturgo lo presenta como aspiracion a la armonia social malograda tanto por la infrahumanidad de 10s desposeidos como por las decisio- nes absurdas emanadas del centro del poder. Esa aspira- cion se traduce dramaticamente en una afioranza por una unidad familiar en que conyuges e hijos contribuyan a la mutua plasmacion de las potencialidades humanas latentes. Como unidad economica, la familia aparece como lugar para esa plasmacion, si es que dispone de 10s recursos mate- riales necesarios. Entendida asi, en Radrigan la estabilidad de relaciones humanas puede alcanzar rango de universal valid0 para todo grupo social. Las clases medias han podi- do disfrutarlo en la medida en que, como grupo relativa- mente privilegiado en el capitalismo, han gozado un mayor acceso a la acumulacion cultural. Es conveniente recordar que el teatro universitario de 10s afios 1950 y 1960, como forma cultural organica de 10s sectores medios, hizo de la metafora familia indice de salubridad de la sociedad en ge- neral. L a familia, como dinamica interna de relaciones po- sitivas ylo negativas, aparecia asediada por tendencias de la sociedad externa que introducian distorsiones y anomalias en su seno, las cuales se debatian en el curso de la accion dramatica. Para restablecer la sanidad y la armonia entre lo extern0 y lo interno, ese teatro desarrollaba un esquema melodramatico que acarreaba profundos sufrimientos en el grupo familiar, para culminar en tonos propios de la co- media, por cuanto se restituia la cohesion del grupo. La fuerte raigambre de esta metafora en el teatro de clase me- dia puede tener un impact0 distorsionador en la recepcion

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del teatro de Radrigin, puesto que ella es, mas bien, asunto lateral en su vision de mundo.

Por otra parte ese universal puede influir en el dialog0 entre clases sociales en la medida en que se lo conecte visi- blemente con el movimiento de promocion de 10s derechos humanos en su registro mas amplio de posibilidades, tanto espirituales como materiales. TambiCn en la medida en que el espectador de clase media asurna de ese mundo, quizas como reaccibn ante la amenaza implicita y latente en el es- cenario, de que 10s destinos absurdos contemplados alli Ile- guen a ser el suyo propio. De este modo se construye una opci6n literaria centripeta -en el sentido bajtiniano- en que discursos clasistas afines proponen un acuerdo de al- ternativa social ante el orden hegemonic0 superior que su- bordina a ambos. Este acuerdo implicito desplaza a1 discur- so autoritario de esa funcion y lo relega a la marginalidad. Como veremos mas adelante, esto no significa que la pre- sion de ese discurso autoritario deje de sentirse, y muy in- tensamente, sobre ese proyecto cultural alternativo. . La presion autoritaria se manifiesta en el momento en que se hace necesario visualizar agentes concretos de im- plementacion real de 10s derechos humanos para todo sec- tor social. En lo que respecta a 10s desposeidos, parece lo@- co pensar que su dignificacion solo procedera de la capaci- dad propia de generar agentes que hagan realidad esos de- rechos en 10s terminos especificos de sus necesidades y no como aspiracion que se contempla a la distancia, en 10s gru- pos favorecidos, quizas con envidia. Sin embargo, es en esta coyuntura donde intervienen las distorsiones a la comuni- caci6n consensual introducidas por el discurso autoritativo. Obviamente, esos agentes no pueden ser concebidos ni vi- sualizados en el espectaculo teatral. Los limites que Radri- gan debe auto-imponer a su expresividad permiten repre- sentar nada mas que una categoria abstracta de personajes que solo pueden ser calificados como desposeidos, malamen- te concretados con10 mayoria lumpen. Lo popular, que en la historia chilena anterior tuviera referentes partidistas y sin-

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dicales claramente definidos, en Radrigan son reducidos a un personaje enloquecido como Andres, en INFOKME PARA

INDIFEKENTES. Se trata de un antiguo dirigente sindical de- rrotado que, en sus meditaciones, llega a decir: “yo creo que 10s libros (de historia) tienen algo bueno y algo malo. Lo bueno es que uno descubre de repente que vivir es muy importante; lo malo es que, a1 mismo tiempo, uno se mira y se da cuenta de que es siempre y ha sido siempre una conipleta nulidad”. La asuncion de una derrota historica con tal nihilismo, junto con la reduccion de la concepcion anterior de lo popular a la categoria de los desposeidos, vacia de historia el mundo dramatic0 de Radrigan. Contradictoria- mente, ello distorsiona el esfuerzo hacia una cohesion con- sensual, puesto que el espacio de 10s desposeidos se con- vierte en campo de y para la conmiseracion, no para el en- tendimiento igualitario. Descartada la experiencia social popular acumulada hasta 1973 y continuada luego con todo tipo de obstaculos, no es de extraiiar que AndrCs, el ex dirigente sindical, repita con frecuencia: “No quiero recor- dar, no quiero recorda?.

Tal vision de la historia chilena actual parece correspon- der a las tesis que han visto una extensa capacidad de re- fundacion de la cultura nacional en el poder social autorita- rio surgido con la crisis institucional de 1973. Esa refunda- cion, iniciada con un modelo de desarrollo neoliberal que hizo de la economia chilena complemento de la internacio- nal, habria alterado la composicion de las clases sociales re- duciendo numCrica y efectivamente al proletariado y, por supuesto, su capacidad organizativa para expresar sus inte- reses. Por ello toma importancia la insistencia de Radrigan en representar personajes lumpen o lumperizados. De acuerdo con esas tesis, la regeneracion de 10s tejidos basicos

I4Debe tenerse presente que, al abrirse el telcin, Andrks aparece le- yendo un libro de historia que mechnicamente lista fechas de impor- tancia, pero sin significado en cuanto a acci6n humana. De alii que in- troduzca aqui esta interpolacicin, pues responde al sentido de la obrd.

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de esta cultura popular deberia realizarse permitiendo una evolucion propia de 10s movimientos surgidos en su seno, desenfatizando la injerencia de organizaciones partidistas, promoviendo entendimientos flexibles entre ellos para evi- tar comprornisos demasiado estructurados que supuesta- mente no corresponden a la realidad politica actual del pais. En RadrigAn, la apelacion difusa a la estabilidad fami- liar y a 10s derechos humanos coincide con ese proyecto. Tanto para 61 como para la dramaturgia de este autor, que- da porinquirir si es que esa refundacion cultural autorita- ria puede realmente provocar la amnesia colectiva. Hechos recientes parecen desaprobarlo.

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JUAN RADRIGAN

Juan Radrigan nacio en Santiago en 1937 en una familia de extraccion popular. Su padre era mecanico y su madre pro- fesora. Nunca asistio a la escuela, porque desde muy pe- quefio tuvo que trabajar para ayudar a mantener a su fami- lia. La alfabetizacion y las ensefianzas basicas las recibi6, 61 y sus tres hermanos, de su madre. Desde inuy joven, a 10s doce afios, ley0 avidamente todo cuanto caia en sus manos y en esa Cpoca empezo a escribir poesias y cuentos que nun- ca publico.

Durante muchos afios trabajo como obrero textil y, gracias a su formacion autodidacta, llego a ser presidente de varios sindicatos. Desde 1973 ha desarrollado 10s mas diversos ofi- cios: librero, vendedor, dependiente de tienda, envasador, entre otros. S610 en 1980 escribio su primera obra, TESTI- MONIO DE LAS MUEKTES DE SAHINA, montada por el Teatro del Angel. A partir de ese momenio, grupos profesionales y aficionados montan sus obras en muchas ciudades del pais. Las puestas en escena de Radrigan han llegado igual- mente a sindicatos, poblaciones, escuelas, y en general, lu- gares tradicionalmente perifkricos, como a las salas ckntri- cas de teatro profesional. En 1982 recibi6 el Premio del Circulo de Criticos de Artes de Chile por su vasta produc- ci6n dramatics.

Su origen popular ha marcado definitivamente 10s temas teatrales que desarrolla: “Siempre he vivido con ellos y 10s quiero a concho. Los conozco por dentro y no necesito in- vestigar con visitas 10s lugares donde viven para conocerlos mejor. Es un grupo lleno de valores y poesia que no se ex- presa por la falta de palabras o de confianza en si mismos”.

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TESTIMONIOS DE LAS MUERTES

I DESABINA

DRAMA EN T R E S ACTOS

Pieza que sirue de comedor, cocina y domitorio. Piso de tierra, una cama, una mesa, sillas. E n lugar destacado, una cocina a pa- rafina de dos platos; otros muebles y utensilios habituales, todo con bastante uso. La entrada, que no se ve, a la izquierda. Es inviemo. Llegan, discutiendo szn enojo, s A B I N A y R A F A E L. Es un ma- tnmonio de viejos, fuertes aun, que poseen un puesto de frutas en el que trabajan hace m6s de treinta afios. Ella porta una bolsa de malla con diversos paquetes en su interior.

R A F A E L - . . .No seai porfia PO, Sabina, saca la cuen- ta: pagamos cinco gambas por las tres cajas de platanos, dos mas por las paltas y tres por 10s limones; total una luca. &omo le vamo’hacer dos a1 tiro? Sino tamos na vendiendo or0 PO. Contimas que yo te dije que’l platan0 era re poco lo que deja ahora.

S A B I N A - (Sentandose pesadamente) Giieno, pero yo juntC mas di’una caja con 10s que’staban verdes; esos tam- b i h quean de cola; tenis que tomarlos en cuenta.

R A F A E L - (Sacandose el chaquetbn) ZComo 10s voy a to- mar en cuenta si toavia no 10s hemos vendio?

s A B I N A - Per0 es capital tambien. R A F A E L - (Tircindose sobre la cama) Claro, per0 es capi-

s A B I N A - {Capital detenio? Chis, giiena la que sacaste

R A F A E L - Asi se llama poh. Si hubieramo echao puras

s A B I N A - Y dale con las manzanas; soy mas porfiao

tal detenio; no es lo mismo.

ahora.

manzanas como te decia yo.

que’l paralitico que queria sacarle punta a1 lapi.

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R A F A E L - Esa era la papa ahora PO. Si voh no podis trabajar a gusto tuyo; son las viejas las que rnandan. CCuan- tas veces 10s preguntaron por rnanzanas en la rnaiiana? Lo que pasa es que aqui hay rnuchos jefes y pocos indios, si es uno el que tiene que rnandar no mas. ?No vis que si no quea la escoba con el negocio?

s A B I N A - cSabis que mas? Maiiana rnatarno el resto de platan0 que 10s quea y echarnos rnanzanas. Pero toy se- gura que no 10s van’agarrar ni pal tandeo; voh soi re rnaldi- to pa las tinch. (Poniendo la bolsa sobre la mesa) {Te acordai cuando te dio por trabajar la chirnoya? La echarnos verde y no pas6 na, despu6s la trabajarnos rnauras y se 10s ernpezd a podrir; entonces corno soi tan quedaito te la ernpezaste a tornar con vino pa no perderla toa; el rnanso negocito qui’hicirnos.

R A F A E L - (Condescendiente) Gueno, ahi me cai PO;

per0 jue una vez no rn5s y voh te habis llevao a puros porra- zos, jacuerdate de la tallita de las frutillas!

s A B I N A - <Que hice? R A F A E L - Lo rnisrno que hiciste con las paltas reina

PO: no pesabai na 10s cajones pa descontarlos, si no me prgo la cacha a tiernpo a esta hora tariarnos pidiendo cornia en un tarro. Ah, cy sabis que mas? En la rnafiana te pill6 dos veces dandoles el peso justo a unas viejas que’s taban espe- rando micro; voh sabis que ahora andan toas cuidando el billete, ?si no le caparnos 10s quilos a 10s que andan apuraos, con qui& 10s varnos a sacar 10s balazos? Ta gueno que te pulai ya PO.

s A B I N A - Chis, cpor que no 10s pescai a palos pa sa- carles la plata rnejor? Encirna que tenirnos la pesa arregla queris que me avive en la pesi; si soy yo la que’s ta ahi PO.

&rei que no da plorno cuando se ponen a reclarnar delante toos?

R A F A E L - Ahi es donde tenis que pararlos firrne PO,

ganartelos de prepo, <no vis que a ellos les da mas plancha qui’a uno tar gritando en la calle? (Sabina se pone a reir) ZDe que te’s tais riendo?

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‘ aiio ya ha cambiado abrigo tres veces. La otra vez taba con- versando con la vieja de 10s diarios y decia que’iba a sacar una tele a color. Toos se arreglan y nosotros caa vek vamos m b pa’bajo. . . Y toavia tenis alma de meterme chamullo con las cuentas.

R A F A E L - Que chamullo te’metio, vieja; si la cuenta ta bien saca.

s A B I N A - Bien s a d . . . Te dejara trabajar a voh solo en el puesto no parabarnos la olla ni con andamio.

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ramos p’arriba jue cuando tuviste en el hospital. Si no juera por mi toavia andariai vendiendo manzanas en un canasto. (Recordando) Pereciai pato cuando andavai con 10s canastos. (Se levanta y camina imitando un pato) “Man-za-nas. . . Man- za-naaa. . .” (Vuelve a sentarse riendo).

S A B I N A - Ahi tenis que’ra collerera, a 10s trece aAos ya andaba con 10s canastos. Y vos pasabai echao a1 sol.

R A F A E L - Eso era cuando saliamos a almorzar en la ffibrica PO; tenia que orearme, ?no vis que’l olor de la oleina que le echabamos a la lana se me pegaa en el cuerpo?

s A B I N A - f Y por que no te bafiabai mejor? R A F A E L - Chis, me ponia a baAar 10s pesaos se robaban

toa la lana. Asi no mas salian mas cargaos que un camion. En serio, Sabina; habia algunos que teniamo que empujar- 10s pa que pudieran empezar’andar. Don Albert0 decia: “Cuando doy la hora de salia tengo que irme corriendo a la oficina, porque de repente me van a robar a mi estos des- graciados”.

s A R I N A - Claro, si a ti te tenian de sapo. R A F A E L - No, sapo no. Obrerito nomas, per0 de con-

s A B I N A - (Murmurando) Lo malo ju6 que despuks te

R A F A E L - (Vavamente) 2QuC deci? S A R I N A - Que te tenian mucha confianza. R A F A E L - (Entwiasmado) Claro, el futre siempre me

s A B I N A - . . .Aqui es uste el que manda. R A F A E L - Arriba PO; en toa la fabrica no: en la pura

s A B I N A - Teniai cuatro gallos a tus ordenes. R A F A E L - Cinco, el viejo que preparaba la oleina tam-

biCn lo mandaba yo. Y una vez que se enferm6 el cardis- ta. . .

S A B I N A -. . Don Al’oerto te dgo: 2Se atreve a echar’andar la maquina? R A F A E L - Y la echC a correr nomas. (Suficiente) Chis,

fianza.

agarraste mucho la confianza.

decia. . .

mezcla. Pero, pa que sepai. . .

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si alguna vez me hubieran pasao un telar, tambien lo echo a correr.

S A B I N A - Lastima que te echaron a correr a vos pri- mero.

R A F A E L - iNo me’charon; yo me sali! S A B I N A - t Y la frisca te la dieron de pur0 agradecios? R A F A E L - Pucha que soy hocicona; yo busque el bo-

che pa poer comprarte el puesto, ?no vis que si me salia a la guena no me pagaban ni medio? (Puusu) CCuanto tiempo hara de’so, vieja?

s A B I N A - Mas de treinta aAos tienen que ser, porque yo ia a tener el Rafael cuando dejaste de trabajar.

R A F A E L - Pucha que soy antigua vos. De repente te van a sacar un parte por vieja.

s A I3 I N A - Un poquito menos vieja que vos, per0 mu- cho mas encacha. . . Acuerdate que hasta llanto te salio por esta pollita.

R A F A E L - Seris, serfs patua, Csabia como me decian a mi en la fabrica? “El Chiche de las Niiias”. Vos erai la que andaba como tonta detras de mi con 10s canastos.. . CPor que no 10s dejabai en la casa pa seguirme? Las medias plan-

~ chitas que me haciai pasar cuando llegabai a 10s bailes con 1 10s dos canastos llenos de manzanas. ~ S A B I N A - Claro, tan pulentos que’ran 10s bailes que

hacian. R A F A E L - Guenos eran PO, de primera comunion;

con musica y too. CTe acordai cuando jue a tocar la orques- ta de Armando Bonasco? Y Federico Ojea tambien fa; no, sino Cramos n5 cualquier cosa.

S A B I N A - Ah, per0 esos bailes no 10s hacia el sindicato de ustedes PO; esos 10s hacia el Clu.

.R A F A E L - El Clu con nosotros PO. CDi’a6nde ian a sa- car esos picantes pa pagar orquesta? Ellos ponian el pur0 local noma. (Puma) Mi’acuerdo cuando elegimos reina del sindicato y yo jui el apoderao de la que gano. . .

S A B I N A - Chis, la reina tenia mas pulgas que colchon

69 k

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de gitano. Toos creian quk’s taba bailando y era que’s taba rascando.

R A F A E L - (Casi con tristeza) . . . iPutas que’ra pulento y o en ese tiempo! La camisa de sea, blanca, con guelos en 10s purios, el pantalon ancho di’arriba y ajustao pa’bajo; (to- ccindose la mufieca) el @en boticario (golpedndose el bolsillo) y la guena torta en el bolso.. . Ah, y el zapato blanco con punta negra. Filorico total.

S A B I N A - Y o me peinaba a lo Veronica Laque, fte acordai?; y usaba una falda ajusta con guelo abajo, y zapa- tos de pulsera con suela de corcho per0 del corcho bueno, no como el de ahora.

R A F A E L - Claro. . . Pucha que’rai rica. Si toos no hu- bieran sabio que yo era gueno pa 10s charchazos te habrian tirao mas agarrones que. . .

S A B I N A - (Euocadoru) No, en ese tiempo la gente no era atrevia.

R A F A E L - Eran igual nomas oh, lo que pasa es que te respetaban porque andabai conmigo. . . Las mansas pepas que abrian cuando tirabai la pierna pal lao en el “Suin”. CTe acordai de’l Suin? CY de la Raspa? i Y de la Conga?

s A B I N A - En ese tiempo taba el “Fostr6” tambien. R A F A E L - iclaro! “iMejillones!” “iNorma!” “iEl Ba-

rrilito!” (Se leuantu impulszunmente. Bui1u)iEn Mejillones yo tuve un amor - y no lo pueo olvia! (Bailay cantu, casz con fero- cidad) iEra una linda rubiecita, ojos verde rnaaay; y ahora digan.. .

S A B I N A - (Yendo hacia d, sujetcindolo) iParala, viejo, pa- rala; ya no’s tai pa estos trotes: te p e e hacer mal!

R A F A E L - (Acezunte) iLos dejaan solos! (Anszosamente) CTe acordai que 10s dejaan solos a1 medio cuando yo le po- nia color? (Sentdndose)fQue decian?

s A B I N A - (Que decian, quienes? R A F A E L - La gente PO, 10s que’s taban mirando? S A B I N A - CY c6mo ia a saber yo si’s taba bailando con

R A F A E L - Es que voh no le colocabai tanto; no te me- voh?

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tiai aentro de la mdsica. (Pausa) Andabai toa la via preocu- pa de cuidar 10s canastos.

S A B I N A - Y a voh. A voh tambih tenia que andate cuidando.

R A F A E L - (Interesado) <A mi? S A B I N A - Me haciai sufrir; erai tan lacho. R A F A E L - No, lacho no, si yo no ]as buscaba; es que

tenia arrastre. Y habia que apechugar PO, como ia a pasar por gil. (Restandole importancia) Per0 eran custiones asi no- mas: yo’s taba metio con voh. (Pausa) fSabis por quk’taba metio con voh? Porque no me dejabai tirar las manos.

S A B I N A - (Sentida) fPor eso noma? R A F A E L - No, no por eso nomas. . . Me gustaba como

te reiai, como mirabai. . . y esa cuestion que teniai cuando 10s besabamos, esa cuestion como ronquio e gato; aunque me hubierai aguantao el salto me habria casao igual con voh. Per0 tenia metio esa idea de date una leccion pa que no juerai tan para. Siempre decia: “Ahora si que tiene que caer, ahora no se me’s capa ni llorando” iY nunca pasaa na

s A B I N A - f y que ia a pasar? CVoh creiai que yo era igual a esas pelas de la fabrica? R A F A E L - Per0 vendiai manzanas en la calle; no erai

nP de’l otro mundo. Chis, yo una vez hice caer a una que’ra secretaria PO. No, yo creo que si tu mama no hubiera si0 tan frega, voh tambiCn habriai caio. ?No cierto que me ha- briai dejao entrar a tu pieza si ella hubiera salio alguna vez?

S A B I N A - No, ni aunque hubiera vivio sola te hubiera dejao entrar; de mi no te ibai a reir.

R A F A E L - (Convencido) No, si habriai caio. A veces cuando 10s pegabamos 10s atraques en la puerta no erai muy que&, hace memoria. Lo que pasaba era que le teniai mieo a tu mama. (Pausa) Pucha que era giiena pa mosquiar la iiiora, no te dejaa vivir tranquila; teniai que andar too el tiempo apura y con mieo. (Resentido) Y habiendo pasao por too eso teniai alma de peliar conmigo cuando le daba per- miso a la Gloria pa que saliera un rat0 en la noche. Por eso

PO!

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se cas6 con el primer desgraciao que’ncontr6. S A B I N A - El Antonio no es mal mario, tiene giiena

profesih; lo que pasa es que ahora nadie manda arreglar bicicletas. Yo si que me cask con el primer desgraciao que’ncontrk, porque voh no sabis hacer na.

R A F A E L - Chis, giiena oh; muchas gracias. S A B I N A - De na. Eso te pasa por tarte riendo de mi

con tu secretaria, {por que no te casaste con ella si veiai que yo andaba vendiendo manzanas en un canasto? (Desafiante) Siguete riendo PO.

R A F A EL---(Mordaz) No, si yo no me’reio nunca de voh: el que se ri6 ju6 el Turnio.

S A B I N A - (Suspirando) Ya salio el pobre Turnio a1 bai- le. . . {Tuviste chupando?

R A F A E L - ?Que le encontraste? s A B I N A - (Euasiua) {A qui&? R A F A E L - AI Turnio, PO, de’l tamos hablando. {QuC

sacaa con tener pinta e gringo el mueno di’ambre? Era car- gador de la Vega noma; despuks cuando un jutre lo metici de lastima a la f5brica di’acidos se mandaa la parte que’ra quimico. Que ia’ser quimico sino sabia ni leer. (Agresiuo) {Me vai a negar que no sabia leer?

S A B I N A - Que SC yo PO, ni SC de lo que tai hablando. R A F A E L - ]Yo era mAs pulento, toa la via fui mucho

s A B I N A - {Y que te’stoi diciendo yo? R A F A E L - (Despuis de una pawa) CaliCntate un poco

comia sera mejor; tengo pura’hambre. s A B I N A - (Vuehe a sentarse. Abre 10s paquetes de la bolsa)

De pur0 lacho nomas no almorzaste. {Creis que no te cachi. en la mafiana que te cambiaste camisa porque ia’a ir 12 vieja de la fuente e soa? Mire, picao e la’rafia toavia el viejo; no digo yo.

R A F A E L - (Halagado) Sino pasa na, Sabina; le ayuo con 10s paquetes porque siempre 10s compra una giiena cacha e fruta. Per0 a esa vieja ya no le sale jug0 ni que la pongan en la maquina de moler carne.

mas pulento que’l!

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S A B I N A - (Saca pan y un pote de margarina) Y lo mIs bien que le pelai 10s dientes (Con infasis). N o te pillara yo, porque te dejaba miando por las orejas. R A F A E L - (Sefialando la cocina) ?No priende? S A B I N A - (Se para busca una panera, arregla el pan) TI

R A F A E L - (Brusco) ?Corn0 que ta mala, no la’rreglk

S A B I N A - Claro, re guena la dejaste; ahora se Cree lo-

R A F A E L - (Se leuanta la examina) Le sacaste el suple. S A B I N A - (Candorosa) ?Que suple? R A F A E L - La lata que le pongo aqui, PO (sefialando). S A B I N A - No, yo no le sacao na. R A F A E L - (Desarmando La cocina) Claro que se lo sacas-

te, yo la deje guena ayer. S A B I N A - Se le habra caio la cuestion. (Se sienta y se

pone a embadurnar el pan con margarina) Qye, cuando le Ile- vaste el paquete a la vieja,juC la Gloria pal puesto.

R A F A E L - (Dejando de trabajar) CY por que no me espe- ro?

S A B I N A - (Restdndole importancia) Es qui’iba apuri. R A F A E L - (Rezongando) Hace tiempo que anda apu-

ra. . . CPor que no le dijiste que me esperara? (Pausa) Pare- ce que hace un afio que no la veo. . .

mala, oh.

ayer?

comotora la custion; echa pur0 humo.

S A B I N A - Dos meses nomas, no seai alaraco. R A F A E L - No, de’l bautizo; de entonces que no la veo. S A B I N A - Por eso PO: dos meses. (Con cierta cautela)

R A F A E L - (Exaltado) iC6mo me va’tener mieo! ?Que

S A B I N A - Na PO. . . Es que como vos hablaste del ma-

R A F A E L - Yo no hable del; lo unico que dije jue que

S X B I N A - (Secamente) Vos no tenias na que meterte ya. R A F A E L - ?Ah no? (Apaszonado) Puta, si yo supiera

lSabis? Parece que te tiene mieo. . .

no soy su padre. . .? {QuC te dijo?

rio. . .

tenia ganas de sacarle la cresta.

I 73

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que lea levantao la mano alguna vez. . . No, a mi no me veni na conque no tengo que meterme; si llego a saber algo l’echo aceite hirviendo en las. . .

s A B I N A - si no le pega, ho; como va’pegarle. R A F A E L - (Todavia enardecido)Y si vos me venis a’ta-

jar. . . S ~ ~ ~ ~ ~ - ( A m o s c a d a ) Chita, iasi que ahora no te

pueen hablar de tu chiche? Se caso. <Entendis? Se caso. R A F A E L - (Terco) A mi no me importa, eso no tiene na

que ver. (Vuelue a ponerse a trabajar en la cocina) N o va’dejar de ser hija mia porque se caso.

S A B I N A - (Euidentemente resentida) 2Por que no te la amarraste a las pretinas pa que no te la quitaran?

R A F A E L - Vos no quisiste que vivieran aqui. S A B I N A - <Y aonde 10s ibai a meter, hocico e’tarro?

<Me habis tenio casa alguna vez? (Despectzua) Arregla luego esa cuestion sera mejor.

R A F A E L - <Le pasaste plata? S A B I N A - Si, ho, si le pas& R A F A E L - (Humilde) Podriamos comprarle un poco de

mercaderia. S A I N A - <Y por que no te acordai de’so cuando an-

dai tomando? R A F A E L - <Seris gilucha? {Aonde habis visto que al-

guien toma pa’cordarse de una cuestibn? Tomamo pa ol- viar. (Rapido) 2Todavia no encuentra pega el baboso?

S A B I N A - No, puros pololos. R A F A E L - (Derpectivo) iQuC va’cer pololos &e, si

no’aprendio ni a caminar! S A B I N A - Como va’andar bien si tiene una pieriia mas

corta; pucha que te gusta reirte de la desgracia ajena a vos. R A F A E L - Hace tiempecito que es cojo ya PO; taria

giieno que hubiera aprendio a andar, per0 ni eso se lio ocu- rrio.

S A B I N A - (Cahtzca) Oye, 2y el Rafael? R A F A E L - (Siempre trabajando) No se PO, no lue visto. S A B I N A - {Par ese si que no preguntai nunca, no?

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R A F A E L - i Y quC te voy a preguntar? Ta bien PO. C6rno no va’estar bien si sali6 a mi.

s A B I N A - Claro, el colchon con mas plurnas. (pausa) Si vos te hubierai puesto firrne di’un principio con ellos, ahora podrian ser otra cosa; per0 parece que les hubierai tenio mieo. No querian ir a la escuela y no iban nomas. Si no hubiera si0 por mi no hahrian terrninao ni las prirnarias.

R A F A E L - Que mas queriai que estudiaran, no !os ia- rnos a rnandar a la universia. Tenian que apechugar con la casa tarnbiCn. (Pausa) Pero el Rafael li’hace a too, a6nde lo pongai da juego. (Enumerando con 10s dedos) Te trabaja la carpinteria, te trabaja la soldaura, la gasfiteria, la zapateria. Chis, casi sali6 mas vi0 que yo; no, ese no se va’rnorir nunca di’harnbre. (Pausa) Per0 la que se descuadro pa’ser habilosa jut5 la Gloria. 2Te acordai cuando le di6 por dibujar? (Vu hacia la cama y se agacha).

s A B I N A - &uC vai’hacer? R A F A E L - (Tratando de alcanzar algo debajo de la cama)

S A B I N A - DCjala ahi nornas. Ya me 10s habis rnostrao

R A F A E L - (Levantdndose) ?No te gustan? s .4 B I N A - sf, pero despuCs te ponis a explicarrne la

cuesti6n de las figuras y no sabis na, me rnetis pur0 charnu- 110.

R A F A E L - No, si entiendo. si yo le pego a too un poco. Chis, si hubiera tenio tiernpo di’r a la escuela. . .

s A B I N A - QuC tiernpo iai a tener si entonces te lo pa- sabai chupando nom&; a vos en vez de rnarnadera te rne- tian una manguera a1 hocico. . . Pa lo Gnico que saliste vi- varacho jue pa las cuentas.

R A F A E L - (Sobdndose las manos; sefiahndo la cocana) ??a, ta lista esta cuesti6n. F6sforos.

s A B I N A - (Pasdndoselos) <No te conviene, no?. . . C6mo me jui a casar con este chuico con patas. . . Mas de treinta aiios casaos y no me tenis ni una cocina.

Por aqui tengo guard5 una caja con 10s dibujos qui’hacia.

corn0 mil veces.

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R A F A E L - Pa que queris muebles, ho; lo que vale es el

s A B I N A - (Perpleja) {Alegrias? R A F A E L - Chis, {y toas las parrillas que te habis co-

mio? {Y 10s cabros? {Y 10s llevas al tiatro? Pucha, no es por ofender, per0 acukrdate qu,e te conoci vendiendo manza- nas en un canasto. Y ahora tenis tu’rico puesto. Lo que pasa es que vos no te llenai con na; a 10s veinte membrillos reciCn se te destiempla un diente. Soy muy malagradecida: mala- gradecia y cochina, como decia mi santa madre.

cariiio, las alegrias que te dao.

s A B I N A - Cochina seria tu agiiela. R A F A E L - No, mi agiiela llegaa a ser tonta de limpia;

el que era cochino era mi taita. Fijate que mi mama tenia que barrerle la cara en la maiiana para ver si taba despier- to. (Sabina se pone u reir) C6mo seria de cochino que le sac6 la madre a1 cura cuando le tiro agua pal bautizo; en serio Sabina. Y .chupaor, pa quC te digo ma; con decirte que cuando taban cerraos 10s clandestinos se ponia a chupar 10s candaos pa no perder el viaje.

s A B I N A - (Siempe rzendo) Ya, dkjate, viejo loco. R A F A E L - {Te gusta que te hable de mi taita, no? s A B I N A - Pobre viejo; ya no le deben quedar ni 10s

giiesos y te tay riendo de’l. R A F A E L - No, si no tenia giiesos andaba afirrnao en

10s puros piojos. No te digo que en el cementerio 10s que- rian sacar un parte porque no llevabamos permiso de la sa- nidad pa enterrarlo.

S A B I N A - (Cuando puede dejar de reir) Soy muy vivo

R A F A E L - {Por que? S A B 1 N A - Porque yo te taba hablando de la cocina; de

R A F A E L - Y eso que no te’hablao de tu madre. s A B I N A - Chis, {la vai’agarrar con ella ahora? R A F A E L - No, es que ahora que tamos hablando de la

familia me podiai contar la firme; 2por quC no la enterra- ron en el zol6gico cuando murio?

vos.

la porqueria de cocina que me teni.

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-\

R A F A E L - Claro. S A B I N A - tPor quC no ios ha cundio? R A F A E L - Es que 10s dos cabros han tenio mala suer-

s A B I N A - ?Y nosotros? R A F A E L - Aqui tamos po. S A B I N A - (Mirando en rededor) Claro, aqui. . . R A F A E I, - (Animundose) Gueno, yas’ta terminando el

invierno y en la tempor5 de verano 10s poimos sacar 10s ba- lazos.

te, hemos tenio que seguir ayuandolos.

s A B I N A - (Sin convicctbn) Claro. R A F A E L - ?No crei? Siempre 10s ha io bien en verano. S A B I N A - Y siempre tamos igual. . . (Sombria) tSabis

R A F A E L - ?Sofiaste? ?Y en quC tiempo si te lo pasai

S A B I N A - (Sin hacerle caso) SofiC que me venia a ver. R A F A E L - ?Que te venian a ver? Pucha, tiene que ser

otra cuestion rara. Voh too el tiempo andai sofiando puras cabezas de pescao. Unas veces ti’andan siguiendo y no po- dis correr, otras veces te cai a un hoyo y no llegai nunca abajo. 2Por que no sofiai que te sacai la polla go1 mejor? SuCfiate algo encachao PO; apuesto que ahora sofiaste otra cuestion enred5.

S A B I N A - No, no es na enreda; sofie que me aparecia yo misma a nii.

R A F A E L - t N o vis? Q u C te’s taba diciendo? Igual que’sa vez que soiiaste que’s tabai sofiando.

s A B I N A - (Protestando) iSon suefios no! Yo’s taba aqui y me venia a ver.

R A F A E L - ?Y veniai con alas y toas esas cuestiones? s A B I N A - No, mhjoven nom& . . Mucho mhsjoven.

Taba send en ese lao, (sefiala un punto) cosiCndote el cha- quet6n cuando. . . R A F A E L - (Tomando la tetera del t i ) Chita, no le cam-

biaste tC; vamo a tomaronce pal dia el nis. . . s A B I N A - (Gritando) iTe estoy contando lo que sofik!

lo que sofie anoche?

roncando?

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R A F A E L - Giieno, PO, no gritis tanto. Voy a botar esta custion y vengo. (Sale. Sabana gueda inm6ual un momento, mi- rando desoladamente a1 uacio. Su rostro adquiere una expreu6n cansada y triste. Luego se encoge de hombros y se para a colocar las tazas sobre la mesa) (Entrando apurado, sacudiendo la tetera) Giieno, vieja. ?Que habiai soiiao?

s A R I N A - (Secamente) Na. R A F A E L - Chis, lte espantaste otra vez? (Sr ponr o

S A B I N A - (Yendo a golpear la muralla) Pedro, (tai ahi? R A F A E L - (De buen talante) No tis haciendo esa lesera

otra vez, ho; hasta que se te van a espantar 10s vecinos. S A R I N A - (Vuelue a golpear) {Tai ahi, Pedro? Ffjate

que anoche. . . R A F A E L - (Zntranqudo) ‘Oye, PO; cabreate. Chiintate,

note pongai pas5 pa la punta. s A B I N A - ?Par quk me voy a cabriar? Y o tengo que

hablar con alguien, no voy a tar hablando sola como loca; pa eso tengo vecinos. ( A la muralla) Pedro, fijate que ano- che.. .

R A F A E L - Pucha, vieja, chantate PO. (Conciliador) Mira, sis’ta giiena la venta maiiana vamo a ir a. . .

S A B I N A - Sis’ta guena la venta maiiana, le voy a com- prar la radio a1 “piola”; ya’sta giieno que tenga algo yo.

R A F A E L - No te metai con ese gallo, Sabina; ta muy rochao.

s A B I N A - (Terca) Se la compro noma. (Vuelue a sentar- se) Se la compro y se la compro. . . Yo no he tenio nunca ninguna cuesti6n. Vos no soi capaz ni de regalarme un par de medias.

echarle t i a la tetera)

R A F A E L - 2Y si grita? (Preocupado) s A B I N A - No ha gritao nunca. R A F A E L - Porque no lo han pillao. Per0 toi seguro

que cuando lo pesquen, a1 primer charchazo se va a lo pato. s A B I N A - No importa; voy presa. R A F A E L - Giieno, vos sabris, per0 despuks no andis ,

1 llorando.

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s A B I N A - (Y corn0 vos cornpraste un relo? R A F A E L - Per0 a un paita, no a un pato malo. s A B I N A - Claro, seguro que’l tajo que tenia en la cara

lo cornpro en el rnercado persa; o lo rnejor se lo hicieron en el paseo de 10s huerfanitos.

R A F A E L - si no era na tajo, ho. s A B I N A - No, si era la rnarca de la prirnera cornunion

que se le que6 pega en el caracho. N o soi na de vivo, cuan- do es algo pa vos si que no pasa na. (Suspirando) Putala desgracia pa grande. . .

R A F A E L - Chis, yo creia que te habiai guelto seiiora, hacia rat0 que no deciai asi.

S A B i N A - (Recordundo szibitamente) Ah ?sabis?: Te ten- go una re giiena. R A F A E L - (Interesado) &6? S A B I N A - En la rnaiiana, cuando te andabai pasiando

con esa vieja, me sacaron un parte. RAFAEL-iunparte?. . .

Quedan mudos, inmduiles. Se escuchan, l e j a n , 10s pasos de al- guien que se acerca.

FIN DEL PRIMER ACTO

Un mes despub. El mismo escenario. La misma forma de entrar. ,

R A F A E L - (Fastidiado) Puchas que soi linda voh; des- pu6s que te aguant6 la pal5 di’r a1 velorio del Turnio, te po- nis a trasrnitir corno loca. iNo tenia na que ver la cuestion

s A B I N A - (Sin amedrentarse) iTeniarnos que saber PO; ese parte ta mal pasao! R A F A E L - (Sentdndose en la cama) Pucha, tar5 mal pa-

sao, per0 ese gallo no sae na. (De aonde iba a sacar un arni- go irnpector el Turnio? (Pausa) (Y no le cachaste la pinta? Tenia rn5s hilachas que dulce de alcayota.

s A B I N A - (Sacdndose el chaquetdn; ponikndose a arreglar un poco el cuarto) Me’staba diciendo too lo que tenirnos que

PO!

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s A B I N A - (Angustiada) 6Y qu6 vamo’hacer entonces? R A F A E L - Na PO, esperar. s A B I N A - ipero qu6 vamo a esperar!

S A B I N A - iTenis que saber, vos soi el hombre! R A F A E L - Puta, re guena, cuando tamos afligios

s A B I N A*- Ha pasao un mes ya; un mes que no poimos

R A F A E L - (Sombrio) Eso es lo pior, no hay con quien

R A F A E L - (Abum’do) iQu6 ~6 YO!

noma te acordai que soy el hombre.

ni dormir tranquilos. . . Y ahora no poi aniiiarte. !

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peliar; no sabimos de aonde 10s estan apretando el cogote; no sabimos ni que hicimos. . .

s A B I N A - Y ni bolsas poimos vender ahora. R A F A E L - Las bolsas de Taiwan. Pa lo que ganabamos

s A B I N A - Pero era algo PO. (Suspirando) Pucha, si no

R A F A E L - Dale con el papel. si no servia pa na, ho. S A B I N A - iDecia que 10s habian sacao un parte! R A F A E L - (Armcindose a duras penas de paciencia) CY por

S A B I N A - NO SC PO. R A F A E L - i N o vis? S A B I N A - Gueno, decia. . . Me acuerdo que decia que

R A F A E L - Decia que la habiamo trasgredio. S A B I N A - iSi, eso! ?No vis que sabiai? R A F A E L - <Per0 que ley? s A B I N A - Ahi tenia un numero; ese numero queria

R A F A E L - Justo, pero vos viste que nadie sae a que ley

S A B I N A - iPero 10s que la hicieron tienen que saber! R A F A E L - Pucha, 10s que hacen las leyes tambien se

S A B I N A - CY a quien le vamo a preguntar entonces? R A F A E L - A nadie. . . Tate tranquila, vieja. Si el que

manda a 10s impectores ya 10s dijo que’l parte taba mal he- cho.

S A B I N A - Pero el que lo manda a el 10s dijo que la ley no se poia equivocar, que teniamos que haber hecho algo. (Pausa) iY0 no he hecho na; no he hecho ninguna cosa! (Exasperada) iPor que no dicen que quieren!

R A F A E L - (Yendo a abrazarla) No te aflijai tanto, Sabi- na. Si esta custion tiene que arreglarse. El quince 10s toca ir a1 jugao y alla vamo a solucionar too este lio. (Pausa) Vos te- niai que haberle zlsgao al desgraciao que te sac6 el parte.

con las bolsas.

hubierai perdio el papel. .

quC 10s habian sacao el parte, a ver?

habiamos hecho no sC que cosa con la ley.

decir lo que habiamos hecho.

pertenece ese numero.

mueren PO.

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, la cacha que soy vieja y hedionda y que tenis cara e perra?

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Qui& te va’recibir a vos si servis pa puro andar llorando y quejhdote. (Acerccindose a ella con ira creciente)<QuC te’staba haciendo yo? {A ver, que te’staba haciendo pa que te pusie- rai a abrir el hocico?

S A B I N A - (Retrocediendo asustada) {Y no queriai pegar- me? R A F A E L - iPero vos empezaste a mosquiar de puro

loca, yo ia’rreglar esa porqueria! s A B I N A - (Siempe asustada) ArrCglala PO. R A F A E L - iNo arreglo niuna lesera! (Agarra el chaque-

s A B I N A - (Aterrada) {Pa’onde vai? R A F A E L - iA la cresta, me voy a la cresta! s A B I N A - iNo te podis ir! Si vienen. . . ( A punto de 110-

R A F A E L - {Qui& va’venir? S A B I N A - Ellos PO, 10s de’l parte. iNo te podis ir! R A F A E L - Mi’s que van a venir, si no somos na crimi-

nales. (Balanceando el chqueto’n} {Te vai a dejar de hablar le- seras?

S A B I N A - (Llora) No tengo ganas de hablar na, no quiero hacer ninguna cuesti6n. . . (Se acerca a il, se apelotona en su pecho) Tengo mieo de’esa lesera, viejo. . . Quizas quC 10s va’pasar. . . R A F A E L - (Ablandado) Que 10s va’pasar, vieja, no seai

tonta, si es un parte nomas. s A B 1 N A - Es que nadie dice na. Una. . . Una no puee

defenderse. . . Es como cuando 10s cabros se empezaron a enamorar, habia que esperar, esperar nomas pa quear sola. R A F A E L - Chis, tc6mo quC sola? <Y y o toi pintao en la

muralla? s A B I N A - Per0 vos tenis arnigos y tomas con ellos 10s

sabados y domingos. No tenis que estar pensando. . . No te- nis como yo que estar too el tiqmpo aqui. Yo queria tener otras cosas alguna vez, una casa limpia, con suelo de tablas, y un ropero y toas esas cosas que tienen las demhs muje- res. . . Yo sabia que no las iba a poer tener, que no eran pa

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to’n de un manotazo)

rar) Si vienen aqui. . .

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mi, per0 siempre me hacia ilusiones. . . Ahora si 10s quitan el puesto nunca mas voy a poer tener esperanzas. iNo me pueen robar eso, no pueen!

R A F A E L - No seai tan exagera pos vieja, no le coloquis tanto; si 10s sacaron un parte noma. 2CuAntas veces no 10s han sacao partes?

S A B I N A - Si, pero derechos. Los han sacao partes OF tener la pesa arregla, por no barrer o por ocupar mucha verea; per0 siempre 10s han entregao un papel donde dice porquC 10s sacan el parte y lo vamo a pagar y too quea arre- glao, per0 ahora no sabimo que pasa; no sabimos que’s lo que hicimos.

R A F A E L - Se les olvi6 poner la causa noma, eso pas6 ~QuC mas va a pasar?

S A B I N A - No, si ese numero era la causa. R A F A E L - Taba mal hecho, vieja, no seai tan dura. S A B I N A - CY entonces por qut 10s mandaron esa otra

citaci6n donde dice que si no pagamos 10s van a meter pre- sos? Nosotros no 10s negamos a pagar; nadie 10s quiere re- cibir la plata porque tenimos que esperar que 10s digan cuAnto mas tenimos que pagar por no haber pagao a tiem- PO. iSe’stPn riendo de nosotros!

R A F A E L - N o , si son asi esas cuestiones; si uno no paga a tiempo le cobran con intereses.

S A B I N A - iPero si dicen que no hay parte, quC 10s co- bran! (Puusu) ~ V O S . . . vos hiciste algo?

R A F A E L - <Ah? 2Tai loca? S A B I N A - iClaro, vos tenis que haber hecho algo! Yo

te conozco, curao tenis que haberte puesto atrevio por ahi. R A F A E L - N o , vieja, no; en serio. iPucha, no la

vai’agarrar conmigo ahora!. . . Si hubiera hecho alguna cuesti6n me habrian llevao preso, no mi’ban a tar sacando partes.

S A B I N A - iPero es que yo tampoco he hecho na! R A F A E L - (Zntrunquzlo) Si, PO, es rara la cuestih. . .

Gueno, par el quince vamo a saber la firme en el jugao, pa qut 10s hacimos tanto problema. (Aparthndolu de si con suuvi-

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dad para ir hacia la cocina) Voy a ver esa cuestion. (La revisa) Qtra vez le sacaste el suple.

s A B I N A - Yo hice el pur0 desayuno en esa lesera. R A F A E L - Y ahi se lo sacaste, PO. s A B I N A - No, palabra: no le’sacao na. R A F A E L - HabrA si0 el impector entonces, con lo pa-

tuos que son a lo mejor vino a tomar choca. S A B I N A - iNo Ce acordi mAs de’so! R A F A E L - Justo, ahi tai bien; no 10s acordemos mas

de’sa lesera. S A B I N A - (Tomando una bolsa) Dame plata pa comprar

pan. Con la barreta dir a comprar la corona pal finao te la echaste toa a1 bolso.

R A F A E L - ?No tenis pan? CY por quk no me dijiste a la pad?

s A B I N A - CY no tabai tan enojao? R A F A E L - No si mi’ba a venir riendo, ?no viste que

casi me agarro a charchazos en el velorio por tu culpa? s A B I N A - De puro intruso nomas te metiste en la con-

versa. Y echando la bronca altiro; las cosas se arreglan con palabras.

R A F A E L - Eso sera entre 10s futres, ellos tienen mieo de arrugarse la ropa.

S A B I N A - Armar boche en pleno velorio, ahi te pasas- te; ya no respetai ni a 10s muertos. . .

R A F A E L - Yo no era amigo de’l finao, me traia re- cuerdos; vos sabis que siempre le’tenio bronca a 10s turnios.

SABINA-Yyoaloslai.. . R A F A E L - (Rapido, seco) . . .Ya, anda a1 pan, no quiero

peliar. S A B I N A - (Saliendo) Te gusta peliar, per0 no aguantai

na, ?no? Rafael se pone a hurgar buscando algo que le sirva para arreglar la cocina. Se pone a trabajar. La enciende, coloca la tetera. Des- puis saca cigam‘llos y se pone a fumar de pie a1 lado de la cocina.

s A B I N A - (Entrando con el pan) <La arreglaste?

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,=.--

R A F A E L - Logico, por algo soy diploma0 en cocinas a

s A B I N A - (Sacando elpan) La Carmen iba pal velorio. R A F A E I. - Pucha que tenia arrastre el Turnio. s A B I N A - No seai hereje, <no vis que’ta muerto? R A F A E L - Tara muerto, per0 lo turnio no se lia qui-

tao. (Pama) Gueno, <y de quC murio? s A B I N A - Dice la sefiora Julia que 10s Acidos le comie-

ron 10s pulmones, no sC en que cuestion trabajaba ahora. R A F A E L - (Conmiserativo) Pucha, que6 mas chupao

que gueso e perrera. . . Cuando le vi el caracho me dieron ganas de pasarle un sanguche.

s A B I N A - (Colocando las tazus) No te viniera a agarrar de las patas a la noche.

R A F A E L - tC6mo me va’garrar de las patas si es tur- nio? Pasaria toa la noche tirando agarrones pa 10s laos.

s A B I N A - (Conteniendo la risa) DCjate, hombre. R A F A E L - (Yendo a sentarse sobre el camastro) Dicen

S A B I N A - A lo mejor con tanta lluvia le habra caio al-

R A F A E L - <Viste c6mo andaba de hinchao? s A B I N A - Hinchao tiene que andar PO, si la cirrosi lo

tiene agarrao de las mechas ya. . . Cuidate, viejito que’s te mes se han muerto dos ya.

parafina.

que’l Manuel tambiCn ta mal.

guna gota di’agua a1 hocico.

R A F A E L - (Interesudo) <Des? $ha1 es el otro? s A B I N A - El Cacaraco, PO. R A F A E L - Ah, per0 a ese lo atropellaron. s A B I N A - Chis, iasi que si a vos te atropellan no vale? R A F A E L - No, es que’s distinto. (Pama) Cuando yo

trabajaba en la hilanderia. . . S A B I N A - . . .Se muri6 un gallo una semana y a la se-

mana siguiente se jue cortado otro. R A F A E L - Claro, una cosa asi te queria decir: era

como si la muerte se viniera acercando. Esa misma cues- tion, per0 mas pes&, la vi una vez en un pasaje donde vivia; en un pur0 mes se murieron cuatro personas en cuatro ca-

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R A F A E L - . . .o sea que tu mami jue siempre guena gente con vos.

S A B I N A - . . .La sefiora que se’staba muriendo era gorda, como chancho y tenia la cara colori. Taba bafia en sudor, per0 bafii entera y parece que queria ponerse a gri-. tar, per0 le salian puros ronquios de la boca. Toa la pieza taba cerra con cortinas negras y habia como diez mujeres a caa lao de la cama, llorando y rezando; querian que agarra- ra un crucifijo de bronce y la sefiora manotiaba pa toos laos y ellas le sujetaban y le hacian apretar a la fuerza el crucifi- jo . . .

R A F A E L - Ah, la’staban ayuando a bien morir. S A B I N A - Si, asi decian. Toas taban transpirando y no

dejaban de hablar y llorar ni un rato. La pobre %ora abria 10s ojos como platos, se revolvia, manotiaba; queria respi- rar. Per0 ellas no la dejaban ni un momento tranquila, por- que decian que ya taba agonizando como tres dias y que no tenia que sufrir mas. La ifiora abria la boca como pescao re- c i h salio del agua, per0 ellas la aplastaban contra la cama y le refregaban el crucifijo por el pecho, por la boca, por 10s ojos y lloraban y rezaban sin parar.. . Si hubierai visto como la aplastaban con el crucifijo, como se lo ponian de- lante de la cara “pidale que se la lleve, pidale que se la lle- ven”, le decian y la sujetaban y la sujetaban. . . No me voy a olviar nunca de’sa cuestion.

R A F A E L - Pero eso pasa en el campo nomas, poh Sa- bina.

s A B I N A - No, si noera en el campo. . . Promkteme que no vai a permitir que nadie se me acerque cuando me’stt5 muriendo. (Sobresultadu) Juramelo por tu hija por la Gloria. ?Per0 yo no te habia contaoesto antes?

R A F A E L - (Con ardor) iNo, nunca; me acordaria PO! Palabra, palabra.

S A B I N A - Si yo te habia pedido varias veces lo mismo. (Doloridu) Esa es la atencion que le ponis a mis cosas.

R A F A E L - Si no a lo mejor como siempre hablay cues- tiones tan parecidas te habis imaginao.

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s A B I N A - No me he imaginao na. R A F A E L - (Enfdtzco) En serio, vieja, no me habiai di-

s A B I N A - (Desconcertada. Para si)<Y que’s lo que he-

R A F A E L - (Sin comprender) fQuC hemos hecho, cuan-

s A B I N A - jLlevamos mas de treinta afios casaos! R A F A E L - Gueno, pero. . . jPucha, explicate PO! s A B I N A - (Desoladamente) iTreinta aiios! R A F A E L - Ya po, i y quk tiene? s A B I N A - &omo que que tiene? Treinta aiios hablan-

do toos 10s dias, trabajando juntos, durmiendo juntos y no sabis de quC hemos hablao, ?no te dai cuenta? R A F A E L - Chis, no le pongai tanto color, si no es na

pa tanto. . . Entre tanta macana que hablamos a uno se le tienen que olviar algunas cosas.

S A B I N A - (Abatida) Mentira. Encima de toas las por- querias que mian pasao, he’stao hablando sola, como una loca. R A F A E L - (Perdiendo la paciencia) Gueno vos sabis que

siempre he tenio mala memoria, quC queris que lia’ga. . . s A B I N A - si vos te murierai y alguien me preguntara

alguna vez como erai, yo me acordaria de too lo que te gus- taba, de lo que hablabai, de lo que queriai; me acordaria hasta de la manera de andar que tenis, per0 voh. . .

cho na.

mos hecho entonces?

do?

R A F A E L - Yo tambikn, PO, yo tambikn. S A B I N A - jNo, de mi no se va’cordar nadie. Nadie me

va’ir a ver o va’hablar de mi; yo me voy a morir mas que toda la gente! iMe voy a morir tanto cuando me muera!

R A F A E L - &6mo te vai a morir tanto? Ya no te pon- gai lesa. Toos 10s morimos una vez nom&.

S A B I N A - (Melancdlicamente) 2Te acordai del vestio lila? R A F A E L - (A la defensiva) fQuC vestio? s A B I N A - Un vestio lila, con lunares blancos. . . (sw-

pirando) Nunca tue uno asi. (Hablando siempre sola).

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R A F A E L - (Aliviado) Gueno, oh. CY como me voi’acor- dar entonces?

S A B I N A - Yo nomas sC de’se vestio. . . Como si hubie- ra vivio sola en el mundo; yo noma se. . . Taba en una vitri- na, siempre te llevaa pa’lla a verlo y me quedaba mirando- lo. . . En ese tiempo tabamos por casarlos y vos ganabai guena plata en la hilanderia, pero. . .

R A F A E L - (Vzvamente) i Ah, claro! Cuando yo trabaja- ba en la hilanderia era uno de 10s que ganaba mas billete, porque.. .

S A B I N A - (Mecanica, tristemente) . . .Porque cuando lle- gaba la lana vos fondiabai tres fardos en una pieza, pa tra- bajarla solo en el turno de la noche.

R A F A E L - (Alegremente) Viveza, PO; habia que ser vivo. ?No vis que cuando se acababa el material me dejaban solo arriba en la mezcladora y entonces. . .

S A B I N A - . , .El maestro Julian, el jefe de 10s telares, le decia a don Alberto: “El Rafael es el unico que poimos poner a trato, porque siempre 10s tiene mezcla pa la carda”.

R A F A E L - Justo, y entonces yo. . . (Mirandola) i(2u6 te pasa? iTai llorando! (Se levanta, la abraza) Pucha, no te pon- gai tan dificil pos, Sabina, ?que te pasa ahora? (Confundido) iY0 no te’hecho na!

S A B I N A - (Apartandolo como a un nzfio) Sientate, ho. R A F A E L - En serio, yo de’so que me contaste no me

acuerdo; per0 eso no quiere decir na. 2Por que te pusiste a llorar ?

S A R I N 4 - (Empujandolo con brwquedad) iGueno sienta- te di’una vez!

R A F A E L - (Sentandose, ofendido) Del que mi acuerdo siempre es de’l Turnio. De’se si que me acuerdo bien. Sabina no contesta. Sirue el te‘. Comen y beben. Hoscos silenciosos.

ca hai dejao que te lo cuente tampoco. 1 S A R I N A - (Resentida) Una vez soA6 conmigo, eso nun-

R A F A E L - Sha, tsacaste’l habla? s A B 1 N A - . . .Per0 yo vine a verme. R A F A E L - {Vos misma? CTai cucu?

1

~

1

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s A B I N A - Era un suefio. Vine a verme; era joven. . . De repente me vi para ahi. (Sefiala algzin lugar en hpieza) Yo taba ahi (sefiala), parchandote el chaquet6n. . . R A F A E I, - (Divertido) Chis, icbmo es la cuestibn? ZTa-

bay ahi? (Sefiala) <Y tabai ahi? (Sefiala) s A B I N A - Claro, PO; si vine a verme. R A F A E L - CY no’stabai durmiendo? S A B I N A - Durmiendo PO. R A F A E L - CY encima tabai ahi (sefiala) y ahi? (sefiah) 0

sea que tabai en tres partes altiro. s A B I N A - En dos nomas. ‘ R A F A E L - i Y quien taba durmiendo entonces?

R A F A E L - (Convencido) iTabai en tres partes entonces! S A B I N A - (Perdiendo la paciencia) iDCjame hablar!. . .

i_No te dig0 que’ra un suefio? Vine y me quee mirando un guen rato.

s A B I N A - iY0, PO!

R A F A E L - vos misma. S A B I N A - Claro, yo misma. Pero mucho mas joven.

R A F A E L - CY? s A B I N A - (Taciturna) Y de repente 10s pusimos a 110-

rar las dos. . . De lastima, de vergiienza. . . Si hubiera tenio un revolver me habria matao. . .

(Pawa) Como era antes de conocerte a voh. . . (Calla)

R A F A E I - (Sefialando la tetera) iQuea mas agua? S A 8 I N A - (Desesperada) iDame bola, PO! R A F 4 E L - si te’toi oyendo; lo que pasa es que no te

entiendo.. . S A B I N A - Si vos te aparecierai de repente cuando erai

joven y te vierai asi, tambiCn te pondriai a llorar y te darian ganas de matarte. Eso me pas6 a mi. iDi algo!

R A F A E L - (Ajeno) f Y que queris que te diga? S A B I N A - (Con desesperacidn) iNa. na; no digai na! R A F A E L - (Extrafiado) CPor que ia a querer matarme? S A B I N A - iPorque no soy na; porque soy un pobre to-

R A F A E L - Chis. i Y cuando he si0 mas pulento? rrante, por eso! /’

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Page 88: Teatro de Juan Radrigan

S A B I N A - Nunca; per0 siquiera podriai haber querio

R A F A E L - Pucha quia sacar harto con querer. s A B I N A - Lo que pasa es que la flojera te ha tenio

R A F A E L - (Irritado) {Sabis que mas? Parece que me

s A B I N A - (Para si) Pucha, por que no vendra uno de

R A F A E L - {Y pa que queris que vengan? Despuks de-

S A B I N A - iQuiero hablar, PO; quiero hablar! R A F A E L - Habla algo gueno entonce. Cuando no tai

lesiando con el parte, me’s tai echando la choria, yo no sC que te pasa a voh.

S A B I N A - (Violenta) iNo te acordis de’l parte! (Depo- niendo s u belicosidad) <Que varnos’hacer si 10s quitan el pues- to? iEs lo unico que tenirno! R A F A E L - (Restcindole importancia) Por ultimo no 10s

van a cortar las rnanos. Gueno, 2quCa agua o no? S A B I N A - (Dpsanimada) si, sf quea. (Se levantu mecdni-

camente y le sime) Los cortan, claro que 10s cortan las rnanos de raiz. . . {Aonde te van a dar pega a vos? No sabis hacer nP y tai viejo. . . y o tarnbiCn soy rnuy vieja pa que me reci- ban en alguna parte. No podernos vender a la mala en la ca- !le. No estarnos en edad pa’andar arrancando de 10s pacos. Debian dejarlos rnorir tranquilos, {por que no atrincan a 10s que tienen el billete, dig0 yo?

R A F A E L - Porque nosotros somos 10s que tamos pal combo y la pata; si no’stuvi6rarnos nosotros no habrian irn- pectores, ni jueces ni na.

S A B I N A - iyo no voy a dejar que me quiten el puesto! R A F A E L - CY a quikn le vai a reclarnar? s A B I N A - iA ellos, a1 que sea! R A F A E L - <A quiCn PO? No hay .nadie. El irnpector

dice que lo rnandan, el carabiner0 dice que lo mandan, el jefe de’llos dice que lo rnandan. Y el jefe del jefe tarnbikn se

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tener algo alguna vez.

siernpre agarrao. . .

voy a echar el pollo, voh tai con toa la idiotez ahora.

10s cabros ahora. iPa que rnierdas tiene hijos una!

cis que no 10s dejan cornprar na.

I

Page 89: Teatro de Juan Radrigan

la saca conque lo mandan. i con quien vai’hablar?. . . Si toos dicen que 10s mandan, tendriai que hablar con Dios nomas; El debe ser el que 10s manda a tms.

s A B I N A - Dios no me va’querer quitar el puesto, no seai hereje.

R A F A E L - CY como sabis? A lo mejor le molesta la pad .

s A B I N A - iNo agarris too pa la chacota! R A F A E L - Es que te ponis muy caldo e chancho. Na-

die 10s va a quitar na. El parte ta mal hecho, no corre; ya 10s han dicho en tres partes ya, cuando vai a entender.

s A B I N A - CEntonces por que 10s mandan mas citacio- nes y 10s dicen que 10s van a meter presos?

R A F A E L - Toos 10s papeles dicen eso: “Apercimiento de arresto”, per0 uno va y paga.

s A B I N A - i aue vai a pagar, PO; quk! R A F A E L - El parte, que vamo a pagar. s A B I N A - CY c6mo decis que ta mal hecha? R A F A E L - (Ofuscado) iY0 no he dicho na; alla 10s dije-

S A B I N A - (Temerosa) CEntonces puee tar bien hecho? R A F A E L - Alla en eljugao 10s van a decir la firme. s A B I N A - (Atribulada) ? N o vis-que 10s van a quitar no-

R A F A E L - Sin0 lo van a quitar na. s A B I N A - Pero, ~y si es cierto? <si es cierto, Rafael? R A F A E L - (Confundido) csi es cierto?. . . {si es cierto?

Lo mismo que alfinal detpnmer acto, quedan repentinamente mu- dos e imbuiles. Se escuchan pasos que se acercan, ahora de dos o tres personas.

ron!

mas el puesto?

FIN DEL SEGUNDO ACTO

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Page 90: Teatro de Juan Radrigan

TERCER ACTO

El mismo escenario. La misma forma de entrar. Pero esta vez Ile- gan sombrios, desmoralizados. Sabina trae una cartera grande y ordinaria en las manos. Se ven un poco mejor vestidos, pero siem- pre desgalichados.

S A B I N A - (Dejando la cartera sobre la mesa. Cas2 a pmto

R A F A E L - (Sentandose sobre la cama) Tan locos, tan toos

s A B I N A - {Y a que vana a venir, viejo? R A F A E L - {A venir? No, ho; a que van a venir. s A B I N A - si, yo le oi a1 viejo que te grit6 que iban a ve-

nir. {Que m b 10s quieren hacer? iTienen que ayudarlos, alguien 10s tiene que ayuar! R A F A E L - Grita PO, sale a la calle a gritar, a ver quien

te va’yuar. s A B I N A - {Asi que si 10s quieren matar, 10s matan no-

m&? i No puee ser! R A F A E L - Tienen el billete, tienen la juerza y encima

dicen que tienen la raz6n; {que poimos hacer? s A B I N A - iPero somos gente tambikn! R A F A E L - CQuikn te trato como gente? {Te hicieron

s A B I N A - iLa visitaora! { y si lajukramos a ver? R A F A E L - {Pa que? Los va’decir lo mismo: ‘‘YO no me

pueo meter en esa cuestion pa eso tiene quir. . .” (Rabioso) {Quk sC aonde?

S A B I N .4 - A lo mejor. . . Si no te hubierai puesto atre- vio. . .

R A F AE L - CY que queris? {Que me pusiera a llorar como voh? Ya 10s tenian en el saco. . . Puta, y justo ahora que venia la tempor5 guena. . .

s A B I N A - (Terca) Entonce, sin0 queris que vamos donde la visitaora, mandemo otra carta a1 diario. R A F A E L - {Y la que mandamo?

de llorar) Yo sabia, y o sabia. . .

locos.

cas0 en alguna parte?

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Page 91: Teatro de Juan Radrigan

s A B I N A - si, lpor qui. no la pondrian? R A F A E L - Es que’s tan enrrea esta cuestion, no deben

s A B I N A - {Pero le pusiste bien la direccion? R A F A E L - Bah l y que nojuimos 10s dos a dejarla? S A B I N A - Per0 a lo mejor teniamos que entregarla

R A F A E L - Eso hicimos, PO. S A B I N A - No, no la entregamos na personalmente,

?no viste que’l gallo que habia en ese m e s h dijo que se la dejaramos a Cl? A lo mejor no la entrego. (Rafael derrotado. Sabins ernpecinadu) iTiene que haber algo, no 10s pueen hacer esto! iEs pior que si 10s mataran! (Viendo p Rafael se apah a fumar) iNo fumis mh!

R A F A E L - Chis, giiena, oh; lasi que ahora no voy a poer fumar?

S A B I N A - iTenis que hacer algo!

S A B I N A - ipiensa, voh soy el hombre! R A F A E L - Yo te dije que trataramos de vender la pa-

S A B I N A - 2Y en que iamos a trabajar? R A F A E L - Ahora queamos mejor. S A B I N A - Y encima le,pasaste dos gambas a la Gloria. R A F A E L - Una. s A B I N A - Dos, yo te’staba sapiando. R A F A E L - Por la cresta, 2y qui. no es hija tuya tam-

biCn? Parece que le tuvierai bronca, too el tiempo me’stai palabriando.

S A B I N A - Si vos te ponis a regalar la plata lquC vamo a hacer cuando empecemos a tener hambre? Fijate en lo que hacis; voh crei que yo soy de qui..

R A F A E L - &e’s lo que t’iacen? S A B I N A - (Explotando) iY0 soy tu mujer pos, mierda;

yo soy tu mujer, a mi tenis que cuidarme! R A F A E L - jEstuhija! S A B I N A - iPero a mi teniai que quererme asi, a mi!

haber entendio.

personalmente.

R A F A E L - iQuC PO, qui.!

tente.

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Page 92: Teatro de Juan Radrigan

, -

(Pausa) Si alguna vez me hubierai dernostrao too ese cariiio y , si me hubierai cuidao corno a ella. . . Entonces ahora no me sentiria tan desgracia. . . Parece corno que se hubiera io toa la gente y toas las cosas, corno que no hubiera nadie mas que yo nornas. . . Mian pasao piores cosas que si hubiera vi- v i0 sola, porque he tenio que cargar con 10s cabros y con voh, he si0 un pur0 animal noma. La de cuestiones que se rnian rnuerto senta alla en el puesto. . Puchas la desgracia pa grande.

R A F A E L - (Picado) 2Por que decis eso? ~ A s i que yo no soy na? Pucha que soy linda voh. . . No viste corno que 10s jueron apretando dia’poco, sin dar nunca la cara. En’la c0’- misaria, en la municipalia, en el jugao; toos decian lo rnis- rno “Es la ley, no poirnos hacer na” Y la ley no est5 por nin- guna parte, no tiene cara, no tiene ojos, no tiene cuerpo. iAsi no se pueC peliar! 2Corno crestas te vai a agarrar con alguikn que no vei, que no’sta en ninguna parte? iEntiCn- derne, PO!. . . Y la agarrai conrnigo. Soy linda voh.

s A B I N A - Con voh tengo que agarrarla, a qui& mas le voy a reclarnar. CQueris que le pia ayda a1 vecino? {Eso queris? (Vu hacia la muralla y golpea) iPedro, Pedro! La ley y la patente.

R A F A E L - (Alumado) iNo’stis haciendo leseras! S A B I N A - Tengo que decirle a C1 PO, corn0 vos no te-

nis la culpa de n& R A F A E L - iPero quC culpa tengo yo de que 10s hayan

pasao un parte! DespuCs de un mes vinirnos a saber que’ra porque teniarnos la patente atrasa. Pero no la teniarnos atrasa, porque en la rnunicipalia no habian salio las nuevas. Entonces 10s hicieron llevar un papel que dijera esa cues- tion; per0 pa que 10s dieran cse papel 10s hicieron ir a vein- te oficinas distintas a conseguir otro papel prirnero y cuan- do 10s vinieron a dar el que 10s habian pedio ya habian salio las patentes. Entonces tuvirnos que ernpezar a pedir ocro que dijera que cuando ernpezarnos’hacer 10s trarnites no habian salio toavia. Y en too ese tiernpo la multa subia y su- bia, corno no mi’ba a poner a echar la bronca: me’s taban

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R A F A E L - Yo si que me acuerdo. Jue pal santo del Turnio, el 31 de agosto. . . Taba lloviendo, lleguC too mo- jao a buscarte. . . Tabai bonita; nunca te habiai puesto asi pa salir conmigo. Pa salir conmigo no guardabai ni 10s ca- nastos.. . Lo que no he entendio nunca, es c6mo pudiste ser tan degenerh pa ir acostarte altiro con un gallo que ni conociai. . . iEn la primera salia!. . . Y yo tratandote de ustC, invitandote a comer, a bailar. . . A lo mejor el Rafael no es ni mio siquiera. . .

S A B I N A - (Espantada) ~QuC dijiste?. . . <Que dijiste? R A F A E L - (Rencorosamente) isi queriai encatrarte, te-

niai que haberte encontrao conmigo! (Acercandose a ella) iconmigo!

s A B I N A - (Martirizada) iEsto te va a costar caro, caro! R A F A E L - Harto car0 me ha costao cuando me acuer-

do que me tue que conformar con sobraos. Y toavia me ve- nis a mirar en menos.

s A B I N A - Por cafiche te miro en menos. R A F A E L - Yo no te’cafichao nunca; ni a voh ni a na-

S A B I N A - Cafiche soy PO, desgraciao. ?No vivis a cos-

R A F A E L - (Volvie‘ndose a la cocina) i Andate a la cresta! S A B I N A - iPor que te’charon por ladron, por eso! No

R A F A E L - (Vehemente) iNo, no; yo no robe na! S A B I N A - Claro que robaste y no te metieron preso de

R A F A E L - gue unajuga que mi’hicieron!

RAFAEL-No,yoiaa.. . S A B I N A - (Implacable) <No te dio vergiienza cuando te

R A F A E L - iNo tenia na! JuC don Emilio el que me ca-

s A B I N A - . . .Te’ncerraron en la oficina y 10s llama-

die.

tillas mias? 2Por quC no trabajai en otra cosa?

podis trabajar en ninguna parte.

pura lastima.

s A B I N A - Una pilla.

trajinaron y te hallaron las madejas enrrollas en el cuerpo?

lumnid porque. . .

“f ron a toos pa que te vieran. . . I I 99

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R A F A E L - iY0 no habia hecho na! Don Ernilio. . . S A n 1 N A - (Con safia) {Ad que no te acordai cuando te

tenian encerrao y llarnaban a toos tus compaiieros pa que te vieran?

R A F A E L - iDejarne hablar! S A n I N A - iladron! iladron y cafiche, eso soy! R A F A E L - iY0 lo pill6 encirna del escritorio con la se-

s A R I N A - si, PO, no vis que e1 te enrroll6 las rnadejas

R A F A E L - (Angutiado) Parece que te alegraray. S A n I N A - No me alegro, es la verda. R A F A E L - (Dolorosamente) iMe tenis bronca! S A n I N A - iclaro que te tengo bronca! iPor voh no

tengo na; nunca he tenio na por casarme con voh!. . . Y ahora que me quitaron el puesto, me mataron.

R A F A E L - (Abatzdo) {Y toos estos arios? ?Too este tiernpo quemos vivio? (Pausa) Es rnentira; me habriai dicho algo. . . Pero. . . {antes del parte no estabamos bien? Yo crei.

S A B I N A - Bien. {Que me habis dao? Nunca he poi0 tener ni una radio a pila siquiera, tdonde ta lo qu’ernos vi- vio, lo que me habis dao?

R A F A E L - (Obtuso) {Tai enoja por lo que 10s pa‘so con el puesto? {Por eso decis esas cuestiones?

s A B 1 N A - iEl puesto no tiene na que ver en esto! R A F A E L - Entonces es porque hace tiempo qu’en la

noche. . . CPor eso deci que no te quiero? {Par que no pasa na? (Turbado) Es que yo. . . No sC. . . A lo rnejor el vino. . . Per0 voh sabis que antes. . . Me tenis bronca por too.

iiora de don Alberto, por eso me calurnnio!

en el cuerpo. Soy ladr6n y cafiche.

S A B I N A - {De que tai hablando? R A F A E L - De 10s dos PO, de 10s dos. Hernos tenio hi-

jos.. . S A n I N A - . . .{Hijos? (Mirando hucia todos lados) Si tu-

vierarnos hijos 10s vendrian a ver, 10s hablarian. No tuvimos suerte pa na. . . Y ahora no tenirnos lugar en ninguna par- te. . .

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R A F A E L - (Furiosamente) jToo es por culpa de’se parte desgraciao. . . Los engolvieron, 10s masacraron.. . Que la ley, que la ley. CY que le hicimos a la ley? jL0 unico que he- mos hecho es tratar de vivir!. . . Per0 toavia no 10s hemos muerto; toavia tamos vivos.

S A R I N A - Tamos muertos, 10s mataron. . . Cuando la gente se muere ya no le importa na; por eso nos dijimos toas esas cuestiones.

R A F A E L - No, no tamos muertos. Maiiana voy a ir bien temprano y. . .

s A R I N A - Van a venir. iY0 sC que van a venir ahora!

S A R I N A - N o sC. {Como vamo a saber si no tenimos drecho a saber ni por quC 10s mataron?

R A F A E L - No, no van a venir. Maiiana voy a ir a pri- mera hora y les voy a decir comojue la cuestion. Les voy a contar too desde el principio, sin choriarme. (Como repatien- do una lecczdn) Cuando 10s sacaron el parte, juimos a pre- guntar por que era, entonces ellos leyeron el papel y 10s dij. . . (Vaendo que Sabina no le presta atencidn)

s A R I N A - (vacia) si no 10s respetan, si no 10s escu- chan, no poimos vivir. . . Toa la via vivi engafia; nunca ia a poer tener na que juera mio pa siempre. . . Cualquier dia venian y me lo quitaban too.. . <En que mundo vivimos? <En quC mundo de mierda vivimos?. . . (Llora) Quedan mudos, estdtacos. Se escuchan pasos que se acercan, recaos, amenazantes.

R A F A E L - <A que?

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CUESTION DE UBICACION

3" EPISODIO DE LA OBRA

iiiVIVA SOMOZA!!!

Cuartucho de tablas con piso de tierra. El mobzliario se reduce a un camastro, un camarote de dos literas, una mesa debilucha, una c6- ntoda y algunas sillas. Sobre un cajbn, un equipo modular: colga- da de cualquier parte una radio-cassette.

Sdbado despuks de mediodia. Elizabeth arregla una polera sobre la mesa. Su hermano, Cristidn, manipula en el equipo.

E L I Z A B E T H - Ya PO, ap6rate pa escuchar algo; sin0 yo voy a poner mi radio.

c R I S T I A N - Es que no sC que le pas6 a1 balance, {no cachaste que'ste parlante (sefiala) tiene un ruido raro. (Ma- nipula).

E L I Z A B E T H - A lo mejor que6 chicharriento aonde regaste mucho aqui; {no vis que a la corriente le pasa no se quC cuestion con el agua? Dejalo asi no mas, mejor; des- puCs lo podis echar a perder y mi papa arma el tremendo cagtiiin.

C R I s T I A N - Chis, ?que tiene que armar cagiiin el? Pa eso es mio PO.

E L I Z A B E T H - A.qui no hay na tuyo, too es de toos. C R I S T I A N - {Y c6mo voh te acabronaste con la radio

case? E 5 I Z A B ET H - Mi papa dijo que'ra pa mi. Yo tengo

que'star encerra aqui too el dia haciendo las cosas. Y soy en- ferma PO, ?que no sabis?

C R I S T I A N - Vivaracha soy, no enferma; con la barre- ta de que no podis pasar rabias hacis lo que queris. Ahora te dio por andar con un torrante.

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E L I Z A B E T H - iEl Genaro no es torrante! c R I S T I A N - Ah, no, si es un ejecutio joven; seguro

que 10s sacos que anda trayendo a1 hombro 10s usa de Ja- mes Bond.

E L I Z A B E T H - iNo te’s tis riendo de’l; ya te dijo mi papa que yo no podia pasar rabias. . .! Ahora es cargaor no ma, per0 el dueiio di una pilastra ya le dijo que lo ia a dejar- lo a 61 a cargo cuando se arreglara un poco la cuestion.

c R I S T I A N - tY quikn va entrar a comprarle algo, si hasta las moscas hacen arch cuando lo ven? (Yendo rcipida- mente hacia ella) No, no; son bromas no mas: no te vaya a dar la cuestion de 10s desmayos y 10s viejos carguen conmi- go despuks. (Rasccindose la cabeza) Gueno, lvoh tenis anemia 0’s tai caga de 10s pulmones?

E L I Z A B E T H - N o sk PO; el viejo del seguro dijo que’staba desnutria, per0 mi mama dijo que cuando termi- naramos de pagar la tele iamos a ir donde un doctor gue- no. . . Pucha, per0 ahora se jueron a meter en esa otra. . .

c R I S T I A N - Es que 10s hace falta una a color: las en blanco y negro tan muy trillas ya.

E L I 2 A B E T H - (Sin conviccidn) Claro. C R 1 S T 1 d, N - (Volviendo a su equipo) Pucha, que tendra

esta cuestion ho. . . ?Tar5 cerrao el taller de la otra cuadra? 2Por quk no le vai a decir a1 Renato que venga un poco?

E L I Z A B ET H - Chis, correte: ese es mas lanzao que un peiiascazo; primer0 tira el agarron y despuks pregunta que

, queris. C R I S T I A N - (Serio) fTi’ha echo algo? E L I Z A B E T H - No, a mi no, per0 sk como es. (Volvien- 1 do a ponerse a coser) Y yo’s toi ocup8; tengo que terminar de

arreglar mi polera de la onda disco pa antes de la cuatro, porque como el Genaro le acarrea 10s bultos a1 dueiio de la “Disco Legua’s Star”, 10s convid6 pa que juCramos a dar una guelta pa’alli despuks del tiatro.

C R I S T I A N - l 0 sea que’testai haciendo una d’esas cuestiones amarras a1 lao?

E L I Z A B E T H - Claro PO, si esa es la moa ahora; las po-

I

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leras rayas. En la Disco Jolivd las presentaron la otra ve; puee ir con chor o con bluyin. ?Per0 yo’s toi muy flaca pa ponerme chor, no cierto?

c R I S T I A N - Claro, te pareceriai a esas escobas que se quiebran y las viejas las amarran con un trapo, (Se queda mi- rando la polera) ?A ver?. . . 2QuC’s lo que hiciste? (La toma) iPuta, m‘hiciste tira la camiseta del Clu!

E L I Z A B E T H - iTenia que ponerle rayas PO, si no te- nia ninguna polera raya. $6mo voy a ir a bailar Gri vestia de otra manera? iTengo que ir con la moa Disco color PO! CQueris que las demas se rian de mi?

c R I S T I A N - ipero es que la camiseta no es na mia, es del clu!

E L I Z A B E T H - (Gritundo) iNo me hagai pasar rabia; te voy acusar a mi papa que te llevaste gritandome toa la ma- iiana, te voy acusar! Uadea).

C R I S T I A N - DCjate de gritar, loca e mierda, yo no t’hecho na. Per0 esto no va a quear asi. . .

E L I Z A B E T H - Claro que no va a quedar asi PO: tengo que ponerle la insignia todavia.

c R I S T I A N - ?A si? ?Insignia le vai a ponerle? EspCra- te que lleguen 10s viejos no mas, ahi vamos hablar. Y no le hagai ninguna lesera mas a esa porqueria; te ponis hacer al- muerzo a1 tiro.

E L I Z A B E T H - 1’ te voy acusarte que me llevai dicien- do flaca a caa rato; 8c6rno yo no te digo na que voh parecis humita de zapallo?

C R I S T I A 1v - No, si eso ya pas6 ya: despuCs lo vamo arreglar. Pbnete hacer almuerzo no ma.

E L I Z A B E T H - N O hay na: mi mama dijo qui’ba a traer el arr6.

c R I S T 1 A N - Que van a traer si van a venir ocupaos con la tele. Hacete cualquier cosa por mientras, tengo pura hambre.

E L I Z A B E T H - Yo tambiCn tengo hambre, parece que tuviera un ndo en el estomago: per0 lo unico que quea es un poco e tC.

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C R I s T I A N - Noo, correte, el tC lava mas las tripas. Ya parecimos chinos, cuando no es arro es tC. iY0 quiero CO-

merme un bistC, un biste como 10s que se come la vieja del lao!

E L I Z A B E T H - Que si’s tan comiendo carne porque un camion les atrope116 el caballo no ma.

c R I S T I A N - ipero comen a caa rato! E L I 2 A B ET H - Tienen que comkrselo luego pa que

no se les pudra PO.

c R I S T I A N - Podria irse pa otro lao el olorcito. . . Pa mi que’sta vieja ta soplando con un cart6n p’ad. (Oliendo) Puta, y parece que l’echo ajito. . .

E L I z A B E T H - iNo hablis mas de comia! Arregla h e - go esa cuesti6n pa escuchar un poco de musica. . . Voh al- morzai en la pega, mi mama almuerza en la pega; mi papa tambiCn. . . <Y yo?

C R I s T I A N - No, si desde que subi6 el d6lar que no pue almorzar mas, {no vis que me subieron a1 tiro las letras del equipo? Y pa mas recacha ahora no hay pega 10s saba- dos. . . (Escuchando) {Sentis? Parece que llegaron 10s viejos.

E L I 2 A B E T H - (Prestando atencibn) iclaro, es un auto! (Corre hacia afuera. Regresa agitada) iTraen la tele, traen la tele; ven ayudar! (Cristicin sale up-esuradamente. Entran con Domitila y Emeterio. Los dos hombres cargan la tele.)

EMETERIO-Ya, dejCmosla arriba de la mesa por mien tras.

C R I s T I A N - No, es muy debilucha, se puee quebrar: pongamosla en el suelo.

E L I Z A B E T H - {Y si le cae tierra? El Cristian reg6 en la mariana, per0 ya se sec6.

E M E T E R I O - s i PO, la Elizabeth tiene raz6n. D 0 M I T I L A - Pero no va a’s tar ahi too el dia. C R I s T I A N - ColoquCmosla arriba de la cama un res-

D o M I T I L A - No, ahi si que no, voh sabis como ha pa- to, pa descansar.

sao la Eli estos dias, tiene que llevarse tendiendo.

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E M E T E R I 0 - iGueno, que alguien desocupe la como- da entonces!

C R I S T I A N - N o cabe, es muy angosta. iDejCmola en el suelo no ma!

E M E T E R I 0 - lQueris dejarte de gritar? (-4 Domitila) Junta dos sillas.

D 0 M I T I L A - Las sillas tienen ]as patas malas, es mas peligroso que ponerla arriba de la mesa.

C R I s T I A N - Pucha. CSae que mas?: coloquemola ahi no mas, ya ’stoi cabriao.

E M E T E R 1 0 - l N o t’he dicho que hay que tener una sola palabra? Dijiste que se podia caer: ya’s ta giieno que aprendai a defender tus convicciones. iNo se pone en la mesa aunque tengamos que’starla sujetando un afio! (A Eli- zabeth) iAyua de ahi! (A Domitila) iY tu agarra del otro lao! (Quedan 10s cuatro sosteniendo la tele).

D 0 M I T I L A - CY quC hacimos ahora? E M E T E R I 0 - Sujetarla, PO. E L I Z A B E T H - El Cristian tenia Fazon cuando dijo

que la dejaramos en el suelo: yo no pueo hacer juerza. D 0 M I T I L A - Claro PO, Emeterio, la Eli ta enferma. C R I S T I A N - si PO, no poimos tar asi too el dia. E M E T E R I 0 - isujeta! E L I z A B E T H - Era que hibieramos comprao una

C R I S T I A N - 0 poian haberla traio con la caja. D 0 M 1 T I L A - No seai tonto, como la iamos a traer con

la caja; teniamos que darle una lecci6n a la vieja Rosa, que se Cree tan superitante porque se sac6 una porqueria de ca- torce pulgas en un concurso. Cuando me llam6 pa mostr5r- mela decia que tenia gabinete acustico, sintonia con memo- ria y too eso; le habia borrao la marca, pero yo cache a1 tiro que’ra una “Teco” desechable: o sea mas malas todavia que las Sumsung y las Kolin, ?no vis que las “Teco” son corianas y como Corea tiene menos habitantes que Hong Kong, sa- ben menos de hacer televisiones? Per0 parece que la vieja 10s habia sentio hablar cuando 10s juimos en la mafiana, asi

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mesa primero.

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que no queria salir; si no es porque 10s cabros le pegan el pelotazo a la ventana, todavia tariamos en el taxi esperando que se asomara: ienvidiosa la vieja guevona, ah?

E L I Z A B E T H - Oiga, poh mam& ya’s toi cans& Y me van a venir a buscar pa ir a1 tiatro. . . 2Y si pusikramos dia- rios en el suelo pa dejarla mientras le buscamos lao?

C R I s T I A N - (Cansado) Justo. . . Ahi si que le atinaste. D 0 M I T I L A - fGueno, Emeterio? E M E T E R I o - Si, la idea es guena, pero tenimos que

caminar con cuidao pa no levantar polvo. (A Elizabeth) Ya, anda a buscar diarios.

E L I Z A B E T H - (Suelta, se pone a buscar) Pucha, no hay. De veras que 10s vendimos toos.

E M E T E R I O - CY e1 de ahora? <Que no vinieron a de- jar “El Mercurio”?

c R I S T I A N - si vinieron, es que no tenfamos pa dejar- lo.

D 0 M I T I L A - Trae cualquier cosa, Cquerk? Ya se m’stan durmiendo 10s deos. (Serialando con la cabeza) Trae ese mismo trapo no m i

E L I Z A B E T H - iEs mi polera! C R I S T I A N - i M’hizo tira la camiseta del clu pa hacer-

se esa cuestih. . .! (A Emeterio) iGuarde que se l’sth soltan- do!

D 0 M I T I L A - iPone eso no mA ho, <no vis que se 10s puee caer?

E L I Z A B E T H - ipero es que yo tengo que salir! E M E T E R I 0 - (A e t o s ) 2No t’sth diciendo que la pon-

D 0 M I T I L A - isujktenlo, sujktenlo! c R I S T I A N - iApdrate po!

gai?

(Elizabeth estira la polera en el suelo a regafiadientes. Dejan cui- dadosamente la tele encima. Se sientan en cualquzer parte, agota- dos.)

E L I Z A B E T H - (Mircindola desoladamente) Se va a ensu- ciar toa, se v’arrugar. . .

c R I S T I A N - Chita la cuesti6n pa pesfi.

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D O M I T I L A - Es que es acolor. E M E T E R I 0 - (Acezante) Claro, eso debe ser. C R I s T I A N - No, si no cs na eso: lo que pasa es que’s

tamos fallos a1 caldo. D o M I T I L A - (Quedo) jNo hablis tanjuerte que te pue-

den oir! (A Elizabeth, casi gritando) iEli ve si el pollo ta bien dorado!

E L I z A B E T H - (Mirando la polera) {Que pollo? D 0 M I T I L A - (Quedo) Mi’s que seri bien. . . (Se lewanta,

toma la tetera. Saliendo) {Pa quC trajiste pan de molde? {Que no sabis que a tu padre le produce vinagrera?

C R I S T I A N - ( A Emeterio) {Lo conoce? Yo lo he visto en las puras vitrinas. (Se queda pensando) {Salio con la tete- ra? (Sepega en lafrente) iChucha, otra vez va hacer tC!

E L I z A B ET H - (Por la polera) {A quC hora la vamo a sacar? El Genaro. . .

E M E T E R I o - tQuC Genaro? ?El cargaor? jYa te dije que no queria extremistas en mi familia!

E L I Z A B E T H - jpero si 61 no ha io nunca a la iglesia! E M E T E R I o - Yo lo vi, lo vi con mis propios ojos cuan-

do’staban preparando la cuestion del boico: andaba con bandera y too.

C R I S T I A N - Nosotros tambiCn andabamos con ban- dera, per0 la de nosotros era la que valia.

E L I 2 A B E T H - {Por quC la d’C1 era de papel? Per0 era una bandera chilena tambiCn: son iguales.

C R I s T I A N - Claro, si las banderas son iguales, per0 lo que cambia son las personas; o sea el moo de usarlas, {no cierto, papa?

E L I z A B E T H - {Gueno y voh que tenis que meter- te?. . . Tai picao porque t’hice tira la camiseta.

E M E T E R I o - No, el Cristian tiene razon, esa vez tu fa- moso Genaro taba gritando mucho mas atras: o sea que’s taba protestando contra 10s que protestibamos por el boi- CO.

D 0 M I T I L A - (Entrando rupidamente) Si no, Emeterio:

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_ _

lo que pas6 jue que detras de nosotros llego un trernendo lote a gritar a favor del boic6.

E L I Z A B E T H - Claro, si esa vez 61 llego atrasao, por eso se perdio el boic6.

E M E T E R I O - ?Y por que apret6 cueva cuando llega- ron 10s pacos?. . . Yo tengo rnuchas dudas con ese Gena- ro. . . (Piensa) A ver, Cquk rnusica le gusta?

E L I Z A B E T H - ?Que rnusica? El Bri PO, que rnusica le va gustar.

C R I S T I A N - Ah, ?no vis corno te caiste? El Bri se bai- la; no se canta na con la rnano en alto asi corno’s taba el.

D 0 M I T I L A - ?No seai polleruo, queris? No te rnetai cuando tu padre ’stC dicikndole algo a tu herrnana.

E M E T E R I O - Nosotros, 10s que no 10s rnetirnos en po- litica sornos 10s que producirnos, 10s unicos que l’estarnos poniendo el hombro pa recontruir el pais.

E L I z A B E T H - Chis, ?y qui& le va, a poner el hornbro mas que’l, que’s cargaor?

D o M I T I L A - No le discutai a tu padre, oye; 61 sabe rnuy bien lo que dice.

E M E T E R I O - No, dejala que discuta no mas, pa ir aclarandole las dudas, a veces es gueno tener una conversa- cion asi, pa que despuCs no les rnetan el deo en la boca: el tal Genaro sera cargaor, rnijita, per0 no’sta ubicao donde le corresponde, no se sabe ubicar bien dentro del contest0 hist6rico; es intrinsecarnente perverso.

E L I Z A €3 E T H - Oiga, no, PO papa, Cc6rno va a ser eso que dijo?: el me quiere.

C R I ST I A N - ?Que le dijo? NocachC na. E M E T E R I O - (&gulloso de sus conocamientos) Intrinse-

C R I ST I A N - Ah, cyquC’s eso? E M E T E R 1 0 - (Ganando tiempo) ?Ah?. . . ?Que’s lo

D o M I T I L A - (A CristzXn) Los que estan contra el go-

carnente perverso.

que’s intrinsecarnente perverso?

bierno, PO, si lo dijo bien claro tu padre.

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E M ET E R I O - Gueno, yo no quiero ni una cuesti6n mas de politica aqui. (A Elzzabeth).

C R I s T I A N - Gueno, solucionemos el problema de la tele pa que podamos almorzar alguna vez, PO. (Se acerca a1 televisor) {Aonde lo vamo a poner?

E M E T E R I 0 - (SefiaZhdola) Eso tiene que verlo tu ma- dre, aqui toos tenimos una tarea. Ya t’he dicho que organi- zando bien la familia primero, vamo a poder organizar bien el pais despuks; porque un padre que no piensa bien las cosas es igual que un presidente que no piensa bien las cosas: y pensar bien es hacer primero lo que,hay que hacer primero.

c R I S T I A N - 0 sea ponerse metas y irlas cumpliendo. E M E T E R I 0 - No, metas no, las metas son pa 10s puros

caballos, lo que uno tiene que acomodar primero son 10s plazos, fijarse un objetivo.

C R I S T I A N - ?La otra vez no me habia dicho que era a1 rev& la cuestibn? <O sea que importaban las metas y no 10s plazos?

D 0 M I T I L, A - iYa te dijo tu padre que no queria poli- tics aqui?

E L I Z A B ET H - Claro, ya’s ta gueno que se cabreen con eso. CVamo a tomar tC o no?

c R I S T I A N - Chis, como vamo a tomar tC ptra vez. ?Que ustedes no iban a traer cuestiones pa hacer almuerzo?

D 0 M I T I L A - No 10s alcanz6 pa pasar a la feria, asi que vamo a tener que apretarlos un poco. Hay que asegu- rar las letras primero pa poer tener giien crkdito.

c R I S T I A N - (Olfateando) iSienten? D 0 M I T I L A - (Haciendo lo masmo) ?Que? E L I Z A B E T H - (Acerccindose a la pared, olfateando) iLa

vieja Rosa ta friend0 carne! E M E T E R I 0 - (Rcipzdamente) Giieno, vieja, 2aonde ha-

bis pensao poner el televisor? D 0 M I T I L A - No se PO. 2Por que no cabra encima de

la cbmoda, cuando 10s otros que’mos tenio cabian lo mas bien?

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E M E T E R I O - Es que’l primer0 era chico, y el que ven- dimos pa dar el pie d’este era de 17 no mri. (Elizabeth se soba el estbmago, se toea la cabeza.)

c R I S T 1 A N - (A Emeterio) Oiga, a este tritelo con mls cuidado, a1 otro l’ech6 a perder ust6 el selestor, por eso 10s dieron tan poco.

E M E T E R I O - $6mo que lo ech6 a perder yo? iAsi que no se usar un televisor?

D 0 M I T I L A - Parece que el jueves, cuando dijeron que 10s Sandinistas tenian acorralao a Somoza, lo apagaste muy juerte. (Mirando a Elizabeth) <Que te pasa? (Se acerca a ella). . E M E T E R I 0 - No la apagu6 juerte, lo que pasa es que las mentiras que vienen de ajuera por el satelite, me ponen furioso. E€ con0 sur. . .

c R I S T I A N - ?El con0 sur? Parece que Somoza ta pa otro lao.

E M E T E R I O - Claro que s6 qu’s ta pa otro lao. Per0 cuando en un caJ6n se pudre una manzana. . .

c R I S T I A N - No la embarre PO, no hable de comia, <no ve que las tripas me empiezan a zapatiar a1 tiro?

E M E T E R 1 0 - jD6jame hablar! Te dig0 que cuando una manzana se pudre, pudre a toas las demb: eso es lo que quiero que entendai.

D 0 M I T I L A - (Tocdndole la frente a Elizabeth) Parece que tiene fiebre.

C R I S T I A N - No, tiene hambre. El olor de la carne que’s ta friend0 la vieja del lao a mi tambien me dej6 medio mariao. (Puma) Hace como dos semanas que tengo pesadi- llas con un bistk. Es grande, jugocito; viene a golpiar y cuando le abro la puerta, se rie y sale corriendo, a veces vie- ne acompaiiao de unas papas dorris asi.. . Pucha, y yo lo sigo y lo sigo toa la noche. . . Por eso caa dia toi mhs cansao y hambriento. (Cewando 10s ojos) Pero cuando lo pille lo voy a cortar por la mitA de un mordisco. Chis, si esta cuesti6n (se toca el estbmago) es pur0 grupo no mls: toi hinchao de

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pur0 pan; ya tengo las carretillas gasta de tanto masticar marraquetas. Per0 pal reajuste. . .

D 0 M 1 T I L A - iNo hablis mas de comia ho! (Llevando a Elizabeth hacia IC cama) Ven, tikndete un rato.

E L I Z A B E T H - f Y mi polera? Tengo que ir a la “Disco Legua’s Star” con el Genaro; ayer tuvimos ensayando el ul- timo paso de Bri que dieron por la tele. . .

E M E T E R 1 0 - iYa te dije que no queria desclasaos en mi familia!

D 0 M I T I L A - Dkjala tranquila ahora, ya vamo a con- versar d’eso.

EL I Z A B E T H - Me prometid que el ia a ir con una ca- misa de manga corta, con un bluyin prelavao que su her- mano se compro en el “Niu y almo nii”.

c R I S T I A N - ?Addnde? D 0 M I T I L A - En el Niuu alm6s niuu PO. (New, almost

new). E M E T E R I O - Nuevo, casi nuevo. Como no voy a co-

nocer eso. C R 1 S T 1 d, N - Ah, ahi donde ’stan las estrellas, si si he

visto: per0 es importao el puro nombre no ma PO: pa llenar de ropa toos 10s locales que se han abierto tendrian que an- dar toos 10s gringos en pelota. (Se para, se acerca a la tele) Gueno, enchufkmosla.

EM E T E R I 0 - icdmo la vai a enchufar en el suelo, hombre!

D 0 M I T I L A - Oye, Cristian, fpor quk no vai a ver si hirvid la tetera? No le vaya a dar enfriamiento a esta nifiita otra vez.

E M E T E R I 0 - Tapala bien, porque dijeron que podia quear tullia.

D o M I T I L A - Si, aqui me voy a quedar cuidhdola. C R I S T I A N - (Examincindola) Pucha, fsae que mas?

E M E T E R I O - (Acerccindose a ver) ?Video-Cassette? Esta tele no tiene hoyo pa enchufar el Beta Max.

(Hurgando) Tiene que tener.

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C R I s T I A N - No, no video cask: Beta rnax, otra cues-

D 0 M I T I L A - 2En serio que no tiene? E L I z A B E T H - Que no me pisen la polera, digales que

no me vayan a sacar las guardas que le puse: Las tengo hil- vanas no mas.

D 0 M I T I L A - No, si no la’s tan pisando. (Se acerca a ellos) (Quk’s lo que le falta? Oye Erneterio, tenirnos que ir a reclarnar a1 tiro.

E M E T E R I o - Pero si no sacarnos nada, ta cerrao, 10s sabados no trabajan en la tarde. Per0 no, este’sta pur0 esca- pando; corno le va faltar algo si es irnpord, no iban a po- nerse a traer cuestiones juleras. (Sefiala) <No vis que ahi dice clarito “Made in Hong Kong”? Y encirna trae el sello, que mas legitirna queris que sea.

ti6n mas rnoderna que salio.

D o M I T I L A - CY corno este dice que le falta algo? C R I s T I A N - No, si a lo rnejor ta por ahi el hoyo, vea-

D O M I T I L A - Yo creo que lo rnejor es que la probe-

c R I S T I A N - No sacarnos na. s i el Beta rnax es una

E M E T E R I 0 - (0 sea que no 10s dieron eso? c R I S T I A N - Es aparte, hay que cornprarlo aparte;

per0 vale corno tres veces mas que’l televisor. D O M I T I L A - iAllP no 10s dijeron ninguna cosa! (A

Emeterio) (No vis? Yo te decia que revisararnos bien. E M ET E R I 0 - Entiende PO, eso lo tenirnos que corn-

prar aparte, es pa otra cosa. D 0 M I T I L A - (Pa quk? E M E T E R I O - (A cristidn) (Pa quk es? C R I s T I A N - Es un aparato pa ver peliculas que vie-

E M E T E R I o - Video-casete PO. ?No t’estaba diciendo? C R I s T I A N - No PO, es otra cosa, esto es distinto. D o M I T I L A - Gueno, lpero la tele sirve o no sirve sin

rnola bien prirnero.

rnos.

cuesti6n que viene aparte.

nen en casete.

esa cuestion?

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c R I S T I A N - Claro, si no tiene na que ver. D 0 M I T I L A - {Y entonces, c6mo decis que le falta

eso? No, esta cuestion tenimos que probarla a1 tiro. E M E T E R I 0 - CY a6nde la vamos a poner? E L I Z A B E T H - (DLbil) Mama PO, cuando vamo a to-

D o MI T I L A - Esperese pues, miljita, <no ve que teni-

C R I S T I A N - Yo creo que lo vamos a tener que dejar

E M E T E R I o - iC6mo vamos a tener un televisor a co-

C R I s T I A N - Es que no hay otra parte, sin0 tendria-

D o M I T I L A - Quedaria muy ordinaria, y ademas no

E M E T E R I o - (Se rasca la cabeza) Pucha, que podria-

C R I s T I A N - Y como no tenimos ubicacion, tamos so-

D o M I T I L A - {Dkjate de leseras queris? Voh sabis que

C R I s T I A N - No, si yo lo dig0 en serio, no hay lao. E M E T E R I o - CPor que no se quedan callados? Teni-

mos que solucionar este problema como sea. ELIZABETH-Mama.. .MamP. . . D 0 M I T I L A - (Pensatka) ?Que? E L I Z A B E T H - iDigale a1 Genaro, que yo. . . E M E T E R I 0 - iYa sC lo que vamos hacer! E L I Z A B E T H - . . .No’staba enoja con el! C R I s T I A N - ?Que dice? ?Que dice la Eli? D o M I T I L A - (Hacia Elizabeth) Ya voy. (A Emeterio)

{Que pensaste? E M E T E R 1 0 - En vez de ponerle las tablas a la mesa,

hagamole un agregao a la cbmoda, y asi no 10s queamos sin tener a6nde comer: total es por unos dia no mas. (A Domiti- la) Desocupa un par d’esos cajones que tenia en la cocina.

114

mar te.

mos que ver aonde vamo a poner el televisor?

aqui mismo no mPs.

lor en el suelo! i Piensa bien en lo que tai diciendo!

mos que afirmar la mesa con unas tablas.

podriamos verla mientras comimos.

mos hacer entonces. Este es un problema de ubicacion.

naos.

a mi no me gusta la chacota.

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c R I S T I A N - (Tomandolo sorpresivamente de un brazo) {A

E M E T E R I 0 - (Extrafiado) {QuC? c R I S T I A N - (Mirandolo fljamente) {QuC tiene en ia

E M ET E R I 0 - (Cortado) {En la cara? (Se pasa la mano)

D 0 M I T I L A - (Mirandolo) {Aonde? c R ISTl A N - Ahial laode la boca. D 0 M I T I L A - (Limpicindole) N o tiene na, no tiene nin-

C R I S T I A N - (Acercandose mcis a i l ) Recien me vengo a

E M ET E R I 0 - (Retrocedzendo) DCjate de tonterias, que-

c R I S T I A N - if’asaron a servirse un rober a1 Burger! D 0 bf I T I L A - {QuC te pasa a voh? { Por quC deck eso

como si juera un crimen? (Absurdarnente violenta) iQu6 te ha- bis imaginao, rnoco. . . . E M ET E R I 0 - (Atajhndola) No. . . El tiene razon, Do- rnitila: jue malo lo que hicirno: hay que tener sentio de la autocritica, hay que andar siernpre con la verda.

D 0 M I T I L A - {Por q d va a ser malo comerse un espe- cial? Los que6 un resto y le dije a1 viejo que me convidara. Hacia tanto tiernpo que no andabarnos juntos.

E M ET E R I 0 - Claro 10s akanz6 pa un pur0 especial en el Baharnondes: que iarnos a ir a1 Burger, si teniarnos que dejar pal auto.

D 0 M I T I L A - Tuo gueno. . . 0 sea, no el especial: tar ahi 10s dos, eso era lo gueno tentendis? Yo tenia un poco de pena; no sC PO. {Por quC carnbiarfin tanto las cuestiones? Antes el tiernpo era corno calrnao, corno jugeton asi; ahora parece un animal que va saltar encirna di’una. {Te acordai que cuando pololiabarnos iarnos a1 tiatro toas las sernanas y despuCs 10s rnetiarnos a bailar en alguna quinta. Y cuando nacieron 10s cabros iarnos COQ ellos p’al parque o p’al cerro; yo no pensaba trabajar toavia, porque corno no habian salio

115

ver?

cara?

Na, que voy a tener.

guna cosa.

pegar la cacha. <A ver?, Ccherne el aliento.

ris? (Sefialando el televisor) Tenirnos que. . .

Page 111: Teatro de Juan Radrigan

toos estos adelantos (seriala 10s artefactos) con lo que voh ga- nabai 10s alcanzaba de mas. (Te acordai que 10s pasabamos riendo? (De que 10s reiamos tanto? No mi’acuerdo.. . No 10s ha pasao ninguna desgracia, per0 di a poco juimos olvi- dando de reirlos.

E M E T E R I 0 - No lloris por el pasao, Domitila; ya no somos jovenes per0 tenimos too lo que hay que tener.

D 0 M I T I L A - No, si jue un rat0 no mfis. DespuCs cuando pens6 en lo que habiamos io hacer me entre a con- formar. Me hubiera gustao que alguien 10s hubiera pre- guntao a toos 10s que’s tabamos ahi, que’s tabarnos hacien- do, pa poer decirle que nosotros habiamos io a buscar una tele a color. (Voh creis que alguno d’esos que’staban en el Bahamondes tenia tele a color? no, PO ninguno.

c R I S T I A N - Igual que allfi en la ffibrica, {quien va te- ner un equipo d’esos. (Lo seriala) Yo creo que ni 10s futres: este es un “Payoner” PO.

E M E T E R I O - Eso es pa que veai que no somos cual- quier cosa. Y en cuanto llevemos unas pocas letras d’este (el televisor) 10s vamos a meter a1 tiro en esa cuestion que dijis- te, pa tener too di un viaje.

D 0 M I T I L A - Pucha, lo que ami me gustaria tener es uno d’esos refrigeradores que dicen en la tele que’s el mfis premiao y vendio de europa. Tienen too independiente, o sea que voh ponis la carne en un lao, la verdura en otro, la fruta en otro y asi, too aparte. Y con un friser incorporao y selestor automfitico de temperatura, asi que no tenis na que’star esperando: el hielo sale a1 tiro, y voh ni lo tocai, porque viene por una canal asi y cae a1 vaso. Valen 72.424 pesos, per0 10s entregan con 2.427 de pie y 68 letras de 2.000.

E M ET E R I O - (Ta bien, ah? Las letras de 2.000 ni se sienten. Per0 tenimos que completar la linea elestronica primero.

c R I ST I A N - Ciieno, (y no 10s iamos a poner acomo- dar esta cuestion?

E M E T E R I O - Ah, claro; pongfimoslo a trabajar a1 tiro

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mejor pa prenderla di una vez. c R I S T I A N - i Y si almorzaramos primero? Quizas

qui’ora es ya. D 0 M I T I L A - No, voh me dejaste cachua con esa cues-

tion de que le faltaba el hoyo pal beta max: veamos esto pri- mero. (Lo empuja) Ya, vamos a desocupar 10s cajones. (Sa- len)

E M E T E R I 0 - (A Elizabeth) Ope, iaonde’s tara ese tarro con clavos que tenia?

EL I Z A B ET H - {Ah? {Tarro? E M E T E R 1 0 - (Acercdndose a ella) {QuC tenis? CTe due-

le algo? E L I Z A B ET H - No, tengo frio. . . per0 en algunas par-

tes tengo calor asi. Parece que m’estuviera cayendo, per0 cayendo por dentro. N o quiero dormir. . . No quiero caer- me.. .

E M ET E R I O - {Como te vai a caer si’s tai acosta? Esa debe ser debilida: Deja que acomodemo el televisor y va- mos a tomar tC a1 tiro. (Entran Domitila y Cristidn con 10s cajones.)

D 0 M I T I L A - ?Estos deciai voh? E M ET E R I 0 - (Yendo a tomar una) Claro, per0 10s la-

mos a tener que hacer tira. E L I Z A B E T H - No quiero dormirme, el Genaro dijo

que 10s iamos a juntar a las cuatro: va creer que’s toi enoja con 61. . .

D 0 M I T I L A - Tenis que hacer como una repisa asi. c R I S T I A N - Como un andamio sera, PO. DCjeme a mi

no m h , y o le pego re harto a esta cuestion (Golpea uno de 10s cajones con un pedazo defierro) .

E L I Z A B E T H - . . .Es gueno el Genaro, a veces me trae fruta pica de la que quea en la pilastra. . .

D 0 M I T I L A - ]No vai hacer tira las tablas PO! E M E T E R I 0 - {Y el tarro con clavos? E L I Z A B E T H - . . .Me dice “{Por quC tenis 10s ojos asi

c R I S T I A N - CSae que mas? No busque mas: usemos

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como tristes, flaca? {La pasai mal?”. . .

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estos mismos clavos no mas. Ya PO, lvamos a dejar la como- da ahi mismo o la ponimos ahi, (sefiala) pa que la veamos toos cuando’s temos acostaos?

E M E T E R I o - (A Domitila) ?Que deck voh? D o M I T I L A - (Intentando comerla) A ver, espCrate. E L I Z A B E T H - . . .No’s toi na triste, lo que pasa es que

a veces me da verguenza que me vea tan flaca. . . ?Que me habra pasao ahora que parece que tuviera un hoyo helao en el cuerpo? Sino pueo salir va creer que’s toi enoja. . .

D 0 M I T I L A - {Sabis? DejCmosla aqui no mas. (Toma unas tablas) Ya, hagamos el encatrao luego. (Acomoda las ta- blas) Ya, ven, Emeterio, clava ahi, yo te sujeto.

C R I S T I A N - No, ustC siga desarmando ese otro cajon, yo clavo. (Lo hace)

E L I z A B E T H - . . .No es na un hoyo, es como si hu- biera corrio mucho, mucho. . . CY aonde IleguC? He estao aqui no mas. . .

E M E T E R I 0 - Pero p6nele clavos lanceros; clava asi de lao, no derecho.

D 0 M I T I L A - &&IC dice la Eli? C R I S T I A N - No sC, no le entiendo. iSujeta PO! D 0 M I T I L A - iGuarda con mis deos! E L I Z A B E T H - . . .El s’iba a poner el bluyin prelavable

E M E T E R I 0 - Aqui hay mas tablas. Pucha, per0 esa

C R I s T I A N - No, si le vamo a poner otra cruza y ahi se

D 0 M I T I L A - Per0 tan re feaque se va ver. EMETERIO-La tapai con un paiio, si es por unos

dias; la otra semana termino de pagar el prkstamo y ahi pi0 otro a1 tiro pa comprar la mesa. (Probando la armazbn) CVoh creis que’s ta firme?

C R I s T I A N - Claro que’s ta firme; pongamosla no ma. E M E T E R I 0 - (A Domitila) fQuC decis voh? D 0 M I T I L A - (Probando) Si, y o creo que si. E M E T E R IO - Gueno, entonces ponghmosla.

y yo ia a ir con mi polera. . .

cuesti6n ta queando muy debilucha.

afirma. DCjeme a mi no mas, si va a quear flor.

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Page 114: Teatro de Juan Radrigan

(Cogen el televisor, lo llevan hacia la cdmoda.)

no’s toi enoja. . . E L I z A B E T H - . . .Genaro, Genaro. . . No’s toi enoji,

E M E T E R I 0 - <Lo soltarnos? D 0 M I T I L A - Si, si’s ta firme; per0 suekenlo despacio.

E M E T E R I O - iGuarda que se 10s cae! C R I S T I A N - iNo lo suelte PO! D 0 M I T I L A - iDejemola en el suelo otra vC! (Cuando

van hacaa el vestido) A ver, espkrese: aguPntela un poco en- tre 10s dos. (Suelta y acomoda el uestido en otro sitio) Ya ahi quea a1 lado del enchufe.

(Las tablas ceden.)

E M E T E R I 0 - fpensai prenderla ahi mismo? D o M I T I L A - Claro, sino no la vamos a probar nunca. E M E T E R I o - Gueno, prikndela mientras descansa-

D 0 M I T I L A - (Encendikdola) Tanto que lesiamos y a1

C R I s T I A N - No, y menos mal que la’stabamos asuje-

E M E T E R I 0 - Yo te decia que teniai que haberle pues-

D 0 M I T I L A - (Mircindola) Por suerte que la Eli se que6

E M E T E R I O - {Paonde vai? D 0 M I T I L A - Hacer tk po. (Sale) V o z L O c u T O R - . . .Tras una heroica defensa, el se-

leccionado chileno de futbol fue derrotado cuatro goles a cero por el poderoso representativo de Mozambique. . .

D 0 M I T I L A - (Desde udentro) Ya, Cristian, ven ayudar- me.

C R I s T I A N - (Sin moverse) Ya voy. V o z L o c u T O R - . . .me Fillol y Hans Gildemeister

fueron eliminados en la segunda vuelta del abierto de Boli- via. . .

D o M I T I L A - iVen, poh, Cristian, que yo tambien quiero ver las noticias!

mos un rato; y asi aprovechamos de ver las noticias.

final que6 aonde mismo.

tando cuando se partieron las tablas.

to clavos lanceros; ahi podiai clavar a lo derecho PO.

dormia. (Ademdn de salir).

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Page 115: Teatro de Juan Radrigan

E M E T E R I O - i Anda, poh, hombre, que no teniai tan- ta hambre! (CrkttAn ua a regafiadientes.)

V 0 Z L 0 C u T 0 R - Nadadora chilena que pretendia cruzar el Canal de la Mancha, sufre calambres antes de co- menzar su travesia.

c R I S T I A N - (Entrando con dos tams sewidas) Putas que’s tarnos guenos pal deporte. A lo mejor esos gallos tam- biCn toman puro caldo e tetera.

E M E T E R I 0 - Deja oir, Cqueris? V 0 Z L 0 C U T 0 R - Este fue un resumen de las princi-

pales noticias del pais. Y ahora las noticias internacionales. General Somoza habria desalojado a 10s rebeldes en la ciu- dad de Esteli. . .

E M E T E R I 0 - (Levantdndose entusiasmado) (Qiste, oiste eso!. . . iViva Somoza! iViva Somoza, mierda! (Se abrazan 10s tres. Luego Domitila vu a despertar a Elizabeth.)

D 0 M I T I L A - Eli. . . Eli, dispierta. (La remece) EM E T E R I OY c R I S T I A N - (A coro) isomoza, amigo! D 0 M I T I L A - Eli. . . Eli. . . (A ellos) Ta helP. (Gritando)

iEli. . . Eli. . .!

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LAS BRUTAS

La casa -por darle algzin nombre- donde transcurren 10s ultimos meses de la uida -uida, es aqui (tambiin una manera de decir)- de las hermanas Quispe Cardozo (‘Justa, 56 afios, Lucia 48, Lu- ciana 47), estd situada en un lugar llamado “Laguna de Puquio”, comarca precordillerana, cuyo unico punto geogrdfico posible de sefialar, es una muy relatiua cercania a Inca de Or0 y Potrerillos (unos dos dim a lomo de mula). Es un sitio znhdspito, frio y desola- do. Octubre de 1974. Amplia piezona con paredes de barro y techo de totora, que sirue de comedor, domitorio y cocina. U n catre, dos jergones; una banca, una mesa, piso. Arrumbadas en un rincdn, un lote de uiejas y oxa- dadas herramientas de minero de las que sobresale un pesado com- bo. Una antigua cocina a lefia. Piso de tierra, duro, irregular. La unica entrada es una puerta repetidumente rejorzada con tablas y cartones; una uentana en las mumas condiciones, crujiente, des- tartalada. Utensilios diuersos; un cajdn cun lana para escarmenar, otros tres o cuatro vacios, puestos uno sobre otro; a1 lado de istos un pequefio mesdn malamente hecho, que Luciana utiliza para hacer el pan y los quesos. Pese a1 hacinamiento se aduierte un cierto or- den, una cierta limpieza; la atmdsfera es de desolacidn, de tristeza, de sordidez. De pie, Justa, la jefa del hbgar, trenza una cuerda. De fuera llega la uoz de Luciana cantando. Justa escucha sorpendida, desapw- ba con tristeza. (Tiempo) Entra Luciana trayendo unos trozos de lefia.

J U S T A - 2Por quC’stai cantando? L U C I A N A - (Se encoge de hombros) No SC po. Por cantar

J U S T A - (Neutra) Nunca hemos cantao. . . Tan pasan- nomfi.

do cosas raras aqui.

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L u C I A N A - {Que cosas? J u s T A - No somos pa cantar, somos pa voltiar arboles,

L u c I A N A - Pa cantarlos, toos poimos cantar. J U S T A - No me gusta. L 6 C I A N A -- (Acomodando la lefia bajo la cocina) Soy ton-

ta voh, creis qu’estamos cambiando. No, si con la Lucia tambiCn 10s gusta mas pastoriar y cortar lefia, pero tenimo qu’estar aqui hasta que se arregle bien el tiempo; siempre lo hemos hecho asi. Gueno, y soy voh la que no te queris ir PO.

J u s T A - Yo no te digo d’eso, te digo que nu’hacen las cosas que haciamos antes. Yo sali ayer con viento y too y corte cuatro cargas de leiia.

L u c I A N A - Cuatro cargas no son na PO. Y despuks dormiste toa la tarde.

J U S T A - (Violenta) iMentira! L u c I A N A - (Se queda mirandola extrafiada) 2Por que te

enojai cuando te dicen que te cansai. Voh soy la qu’esta rara. (Se da vuelta hacia ella) Mejor cuentame como es eso, no seai mala.

pa criar animales; 10s cantos son. . .

J U S T A - ?Que te voy a contar? L u c I A N A - Lo qu’estabamos hablando cuando dijiste

que juera a buscar mas lefia: la cuestio esa del enamora- miento.

J U S T A - ?La Lucia encerro las cabras? L u C I A N A - Si, pero la “Mocha” se le meti6 pal bajo

J u s T A - Anda ayuarla, la va a pillar la noche. L U C I A N A - CDespuCs me contai? J U S T A - iAnda ayuarla! L U C I A N A - iNo me gritis! Dijiste qu’ibamos hablar. J u s T A - (Dejando de trabajar) {Pa quC queris saber eso? L u c I A N A - ?Pa quC? (Se encoge de hombros) No s e PO.

(Mira hacia afuera) Cuando s’esta terminando l’invierno, cuando empiezan a crecer las plantas otra vC, sobre too la

otra ve.

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per0 tenia 10s ojos igual que si la hubieran muerto a palos. Me dio mieo verla, parecia como si de repente too si’hubie- ra quedao mas callao, como si too tuviera esperando pa ma- tarla a una; y no habia caminos pa escapar, pa onde una mi- rara habia pur0 cielo negro y tierra sin na. . . Vi que los te- niamos que morir, que no poiamos arrancar pa ninguna parte: vi a la muerte encima de nosotros, Justa; la vi igual que cuando. . .

J U S T A - No hagai comparaciones tontas, la “Vieja” era un animal.

L U <: I A N A - (Para si’) Nunca conocio ninguna cosa. . . Yo SC que 10s animales no puee Ilorar, per0 parece qu’ella hubiera llorao, tenia tanta pena en 10s ojos: era lo mismo que un cristiano, Justa, lo mismo. (Gntos lejanos de Lucia aweando las cabras.)

J U S T A - Anda ayuarla luego ho. L U <: I A N A - (Levantandose, yendo a la coczna) Ya voy,

deja dejar prendia la cocina. (Manipula) iDios tambien es pa 10s animales, no cierto? Sobre too pa las cabras y las ove- jas. . . (La mira desconcertada) Per0 no la ayuo, a la “Vieja” no la ayuo. A lo mejor a nosotros tampoco 10s quiere. . . . J U S T A - (Molesta) No me hablis a caa rato, pos Lucia- na, {no vis qu’estoy trabajando?

L U C I A N A - <Tenis pena, tai preocupa? J U S T A - (Sobresaltada) < Por que deck eso? L U C I A N A - Es que siempre que te ponis a trenzar esa

J U S T A - Que me va a pasar aqui, no seai tonta; quiero

L U C I A N A - Ya pasamos cuando murib, eso jue pa la

J U S T A - Los qu’estan muertos no tienen fechas, se la

cuerda, es porque ti8 pasao algo. Yo si..

terminarla alguna vez pa llevarsela a mi taita, eso noma.

mid del invierno.

pueo llevar cuando quiera. L U C I A N A - <Y paquk? J U S T A - 2No ti’acordai?. . . Decia que la veta poia’star

en el fondo e la quebra e Cortadela, per0 nunca puimos ba- jar porque no teniamos cuerda, y ya’staba muy viejo pa ba-

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jar a pulso: por eso se la voy a Hear. L U C I A N A - CY pa que PO? Flores si, per0 eso pa que

le va servir. Contimas qui’hace muchos aiios ya que murio, 10s giiesos se le tienen que haber gastao. No, no es na eso: lo que pasa es qu’estai preocupa por algo, por eso trenzai: esa cuerda es como 10s phjaros malos, anuncia puras des- gracias. 2Tai preocupa porque no 10s compraron 10s que- sos?

J U S T A - No, eso no tiene na que ver; no importa que no 10s compren, 10s comimos nosotros.

L U C I A N A - Per0 tenimos qu’encargar azucar y te. . . Y tambikn 10s ta queando poca chuchoca.

J U S T A - No te preocupis; 10s que teniamos eran muy pocos pa hacer el viaje, per0 ahora vamo hacer dos cajones y 10s vamo a ir a vender pa Inca di’Oro.

L U C I A N A - Per0 son mas de dos dias de viaje, pos Justa. Y alla tampoco hay plata: asi dijo el primo, dijo que la gente no tenia aonde trabajar ahora.

J U S T A - El primo no sae na, tate tranquila. Y no teni- mos 10s puros quesos nomas pa vender, tambikn tenimos animales.

L U C I A N A - Yo no soy na cabra chica pa que m’estis conformando; voh sabis que lo que pasa no es na eso: lo que pasa es que no hay gente.

J U S T A - CGente? ?Que gente? Siempre hemos vivio solas por aqui.,,

L U C I A N A - Claro, per0 mi’acuerdo que antes habia alguna gente pa Ta quebra e la Coipa, y cuando iamos pa Tamberia, pal Salitral d pa la Tola, tamien llegaan algunos a pastoriar. iPor que no se ven ahora? CPa 6nde se jueron?

J U S T A - (Intrunquzlu) No sk PO. A lo mejor ta pasando lo mismo que hace aiios, cuando a toos les dio por irse a tra- bajar de mineros pa la Dulcinea.

L U C I A N .4 - No, no es na eso; no se ve pasar gente pa ninguna parte: es otra cuestion.

J U S T A - ?Que cuestion? ?Que sabk voh? L U C I A N A - Na, no SC na; per0 el aire viene arrastran-

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do una callaura de desgracia, ta anunciando algo y voh sa- bis lo que es. . .&&e es, Justa? iPor que no 10s decis?

J u s T A - Dejarne tranquila, yo no se na. Cuando venga don Javier le varno a preguntar. Anda pa onde la Lucia.

L L! (: i A N A - (Interesada) iVa venir? CVoh creis que va venir?

J u s T A - Si, si va venir. Siernpre viene cuando terrnina l’invierno.

L U C I A N A - CY que ira traer ahora? J u s T A - Quizas PO; per0 61 sae que lo que necesitamos

aqui son chornbas y pantalones gruesos. L U < : I A N A - ( S o f i a d o r a ) A rni me gustaria tener una

blusa, una blusa d’ese genero que le rnentan sea. J U S T A - ?Sea? CTai loca? <Pa que querfs tener una

blusa e sea aqui? L U C I A N A - Es que ya pas6 otro invierno ya PO. . . Y

yo nunca he tenio. (Nuevos gritos de Lucia) Vuir ayuarle, pa- rece que la “Mocha” se le pus0 terca otra ve. (Ademan de sa- lir)

J U S T A - (Para si. Sombria) L’invierno nua pasao, I’in- vierno no pasa nunca aqui. (Luciana se queda mirdndola sor- prendida. Justa reacciona, igua1me:ate sorprendida) CPor que me rnirai asi?

L U C I A N A - Hablaste igual que rni taita. . . tTi’acordai que despues que s’enferrno y no puo salir mas, se queaba rnirando p’ajuera y se quejaa del’invierno?

J U S T A - Si, si rni’acuerdo. Queria seguir buscando esa porqueria e veta.

L U C I A N A - Voh hablaste igual (aflzgzda); no te vai a rnorirte, Justa, no 10s vai a dejar solas.

J U S T A - Siernpre hernos tao juntas las tre, no anuncis desgracias, qu’es malo (haciendo el signo de la cruz), hace la cru.

L u C I A N A - (Escuchando) Parece qu’ernpezo a correr viento; pucha, cuando la va cortar. Voy p’alla ho.

J U S T A - (Rdpidamente) Hace la cru prirnero. (Luczana hace rdpidamente el signo y sale. Justa sigue trenzando

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Page 122: Teatro de Juan Radrigan

un breve momento. Se escuchan furiosos ladridos de perros. Justa presta atencidn. Abre la ventana. Otea. Grita hacza afuera: “iCa- liche, Pallen!. . . Lucaana, separa 10s perros que otra vez tan pe- lzando con el Alicanto!”.)

V 0 z L U <: i A - iNo le peguis a1 “Pallen” poh! V 0 Z L U C I A N A - iSuCltal0, “Caliche”, sudtalo!

(lusta toma rapidamente un palo y sale. Ecos de p’tos, de ladri- dos; interjecciones. Luego regresan las tres, dzscutiendo.)

L U C I A N A - ivai a tener que decirle a1 primo que se llee ese perro!

L u c i A - Claro, 61 es el que arma toas las peleas. J U S T A - No lo poimos degolver, siempre hemos tenio

un Alicanto aqui. L u c I A - (Sentundose agotada) Esas eran mafias del ma-

rio de mi madre: creia qu’eso I’iba a traer suerte. Per0 el Alicanto s’enojo porque le pus0 el nombre dC1 a un perro.

J u s T A - Que siga enojao: si no encontro 61 la veta, que no la encuentre nadie.

L U C I A N A - El viejo no servia ni pa carruncho y se meti6 a buscar una veta.

J u s T A - fQuC dijiste? L U C I A N A - Que no habia si0 nunca minero PO, no sa-

bia na. Ahi nomas se conoce: el Alicanto es un pAjaro que sale de noche, si, cuando se para en alguna parte se le po- nen las alas amarillas, hay oro; si se le ponen blancas, hay plata, f y c6mo ia a hacer eso un perro?

J U S T A - No era na pa que l’encontrara la veta PO: era igual que cuando una. quiere mucho a una persona y le pone el nombre d’ella a otra, eso era.

L U C i A - Y no andaa ni cerca tampoco, porque el Ali- canto no aparece por aqui, por aqui anda el zorro colorao, ese que cuando una lo encuentra y agarra una piedra pa ti- rarsela, se da cuenta que la piedra es di’oro. El no sabia ria de minas, tenia que haberse quedao de criancero noma. D’eso, de cabras, de ovejas, de burros, d’eso si que sabia harto, per0 la eda lo volvib tonto.

J U S T A - Nuera tonto, si alguien le hubiera ayudao a

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buscar y a cavar habria encontrao algo, per0 ninguno de 10s hombres quiso.

L u c I A - Claro, y empezo a vender animalis pa pur0 comprar leseras de herramientas; y voh le ayudabai, mien- tra nosotros 10s sacibamos la mugre detras de las bestias.

L U (: I A N A - Y teniamos que cortar treinta cargas de leiia a1 dia pa que siguiera comprando porqueria agotas.

L u (: I A - A mi toavia me da una cuestion como can- sancio cuando mi’acuerdo.

J U S T A - Si PO, harto debilucha’stai. Mira como queas- te por pur0 sacar una cabra di’un hoyo.

L u c i A - Patalean PO, no es na llegar y tironiarlas; ya te viera a voh yo.

J U S T A - Otra vez que se meta una ahi la voy a sacar yo pa que veai como s’hace.

L U <: I A N A - No es na cuestion de mafia, Justa: hay que tener juerza y ya’stamos viejas. Voh tambiCn tai vieja, antes t’echabai cualquier cabra a1 hombro cuando’staban enfermas, ahora cortai cuatro cargas de lefia y las manos te quean tiritando too el dia.

J U S T A - (Alterudu) iNo cierto, yo tengo la misma juer- za qui’antes, eso no es cierto! (Apuszonudu) iY0 bote un toro, lo agarre de 10s cachos y lo bot&!

L u (: i A - Eso pas6 hace mucho tiempo. Per0 la Lucia- na y yo te ayuamos; yo me le subi encima pa cargarlo pal lao.

L U (: I A N-L - Y yo no lo deje mover las patas. J U S T A - iPero yo lo tenia agarrao de la cabeza, yo se la

doble pa que cayera: ustedes son mentirosas! L U (: i A - N o t’enojis, Justa, la Luciana tiene razon, ya

no poiamos hacer las cosas que haciamos antes. (Puusu) M’empecC a dar cuenta d’eso con el balde, alla en el pozo (sefiulu) antes lo sacaa hasta el borde di’agua y ni lo sentia, ahora lo sac0 a medio llenar y me quea doliendo la cintura.

L U (: I A N A - (Sefiulando el combo) CTi’acordai que le- vantabai eso con una mano? Levantalo ahora PO.

L U (: I A - Claro, levantalo, a ver si podis.

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J U S T A - (Lo mzra. Duda. Vuelue a ponerse a trenzar)

L U C I A - si no es na juego, es pa que veai qu’estarnos

L U C 1 A N A - Ya po, ?a ver? L U (; 1 A - Hacelo corno haciai antes po.

(Justa continua trenzando, desasosegada) L U (: I A N A - <No vis corno ahora no podis?. . . (Se sienta

preocupada) <QuC vamo hacer cuando ya no 10s quee juerza ni pa amasar? (Pausa) El primo dijo qu’era mejor que juera- mos pensando en irlos pa onde rnentan Copiapo. . . Alla’sti el Vicente. *

No’starC haciendo na yo pa ponerrne a jugar.

toas iguales. (Se acercan a ella, la azuzan)

L u (: I .A - Y la Raimunda tambiCn. J U S T A - (Dura) No conozco a ningun Vicente ni a nin-

L c (: I .A N A - No seai hereje, la Raimunda es tu hija. J U S T A - iNo quiero ver mas a ese prirno por aqui!

Viene a puro cornerlos las cosas y a llenarles la cabeza de cuen tos.

guna Raimunda.

L c (: I .A - A mi no, a Csta. L c (: I .A N A - No son mentiras, son cosas qu’C1 ha visto. I, c (: I A - No, Luciana, la Justa tiene razon en eso; el

primo es harto mentiroso. Miren que v’haber una caja que habla sola y una cocina que de juego sin qui’una l’eche lefia. Igual que la cuestion de las escobas, que dijo que barrian sin ramas.

I. c (: I .A N .A - Claro que alla en Copiapo las escobas ba- rren sin ramas po, si son eleutricas.

I, c (: I A - jEleutricas? 2QuC es eso? I* L (: I .\ N .A - No si. po, asi dijo el prirno. J c S T .A - La -eleutricida es una cuestion que alumbra

sola, se usa en la pura noche; de dia no se ve. 1- c (: I .A - ?Que alurnbra sola? Corno v’hacer eso, Justa.

J c s T .A - Siendo po. Es como el sol, pero en la noche. Una aprieta una cosa en la pare (lo hace) y se priende. Pero es malo, n o es na natural: no lo da la tierra.

L c (: I .\ N A - < Y aonde viste eso tu?

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J u s T A - Lo vi hace mucho tiempo, una vez quejuimos con mi taita a comprar un barreno pa Inca di’Oro. Habia en las calles tambiCn, per0 esas no se como se prendian; era igual que tener un peazo de sol aentro di’un tarro e vidrio.

L u c I A - 2Y que hacen pa que no se les apague cuando hace viento o’sta lloviendo?

J u s T .4 - Es que es igual nomas PO, per0 no es lo mis- mo.

L U c I A N A - tY la caja que habla sola, la viste? J u s T A - No, d’eso no vi por ninguna parte; y tampoco

vi eso de las llaves que uno las abre y sale agua caliente, que te conto el primo: eso es mentira, en toas partes que abri sa- lia pura agua hela.

L U c; I A N A - No son mentiras, son moderniades de ahora; voh juiste hace mucho tiempo, por eso no viste na. Per0 61 jue hace poco, porque tu0 que llear a su mujer pa que le pusieran unos vidrios en 10s ojos pa que pudiera ver mas grande.

L u c i A - (Riendo) Vidrios en 10s ojos. . . Pucha que soy mentirosa, Luciana; como se ti’ocurre que una persona se va ponerse vidrios en 10s ojos pa ver mas grande.

J u s T A - Son cosas malas que hay en la ciuda. No ha- blemos mas d’eso.

L u c I A N A - Per0 si don Javier tambikn dice lo mismo, pos, Justa, ?que no lo habis oio?

J L S T A - No, no lo he oio nunca. L u c I A - Yo tampoco. L u C: I A N A - Les da mieo, per0 es verda. Por ser, dice

que hay una caja asi (A Lucia). Mira. (Coge el cajbn de la Lana y lopone sobre la mesa) 2Asi vis?

L u c i A - Esa es la caja que habla PO. L u (: I A N A - No, esta hace otra cosa. Puee ser d’este

porte o mas grande, per0 tu la ponis ahi, te sentai como a este lejos (toma dzstancza) y empezai a ver cosas: eso es lo que hace esta caja, se ven cosas.

L u C 1 A - ?Que cosas? L U C I A N A - Lo que querai PO: gente, rucos, animales,

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agua, piedras; lo que querai. iY la gente habla y va pa toas partes! Y si quieren van a caballo o en camion.

L U (: I A - tPor aentro de la caja? L u (: I A N A - Claro, per0 andan por la ciuda que tie-

L u <: I A - Como vai a meter un caballo en una caja

L u (: I A N A - (Znocente) Eso le dije yo tambikn a1 primo

L U (; 1 A - 8Yquk te dijo? L U (: I A N A - @’era de mentira. L U C 1 A - ?No vis? ?Que t’estaba diciendo yo? L u (: I A N A - No, de mentira la ciuda, se ve, per0 no es

na de verd5 y la gente tampoco. . . per0 es verda. . . Pucha, yo no se decir como lu’hacen, per0 es cierto; yo le creo por- que 61 sae mucho, ?no vis que siempre anda de ciuda en ciuda y ve toas las cosas?

nen ellos.

d’ese porte. CVoh creis que yo soy tonta?

PO.

L U (: I A - CY tu le creis, Justa? J U S T A - No, esas son cosas del diablo (se persigna), es

malo tentarlo. (Saca el caj6n de la mesa) La ciuda es mala: la Maria se jue p’alla y se murio, el Segundo sejue ~’3116 y se murio, y la Clara tambikn: too el que se va p’alla se muere.

~

I

L U (: I A N A - El Vicente ta vivo alia. J U S T A - tTa vivo? ?Lo habis visto? L U (: I A N A - No, no lo he visto, pero. . . J U S T A - Ta muerto: too el que se va di’aqui ta muerto. L U (: I A - (Persignundose) Hace la cru. J U S T A - (Fieramente) iNo, por ellos, no! L U <: 1 A N A - La Raimunda tambikn t i viva. El primo

J U S T A - iEl que no’& enterrao en la tierra, ta ente-

I

1 dice qu’esta viva, qu’C1 la vio.

rrao aqui! (Se golpea elpecho) Queamos las tres noma. (Silencio)

1 L U <: I A - Cuando pasha a ver como’staban 10s animales ‘ ’ que 10s habia dejao cuidando, el mario de mi madre, decia: ‘ “iAguBntense nomas, cuando encuentre esa veta, entonces

131 ,

1

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cuestiones raras en la sangre. Y mas a la Luciana, que siem- pre ha querio tener compade.

L U C I A - Es el primo el que le mete lesuras en la cabe- za.

J U S T A - No, el primo viepe muy a lo lejos: es la via. (Va hacza LT uentana, In abre, mira hacia afuera) El tiempo es igual qu’el viento, empuja y empuja, y no l’importa pa onde va uno. ZComo se le ocurre hacer esperar a la Luciana, si por estos laos no ha pasao nunca nadie?

L u C; i A - Mi’acuerdo que cuando a1 Segundo le dio por quearse mirando a lo lejos, el hombre qu’era mario e mi madre, le dijo: “Queate aqui noma, ayuandome a buscar la veta, no sacai na con tener giienas piernas: por aqui no hay caminos p’andar”. Per0 61 se jue nomas, era joven; y el tiempo de la juventu que le dicen, a veces es como un caba- 110 nueo que no entiende razones.

J U S T A - Era verdP lo que le decia, no puo encontrar ningdn camino y se murid de frio alla arriba; de hambre y de frio.

L U (; 1 A - T u conociai 10s derroteros, ipor que no lo acompadaste, Justa?

J U S T A - Si 10s hombres no querian ayuarle, tenia que ayuarle yo, no poia moverme di’aqui. (Cierra la ventana de un tirbn) Per0 se mi’olvidaron; con la eda se mi’olvidaron toos 10s caminos.

L U <; 1 A - Yo no t’estoy diciendo na. Yo nunca quise irme.

J U S T A - Erai igual que toos, queriai irte, per0 cuando se murio el viejo, ya se te habia pasao la via.

L u c i A - A las tre se 10s pas6 la via. J U S T A - Pero y o no’stoy amarga, voh y la Luciana si. L U (; I A - Es que voh conociste otras cosas, tuviste una

’ hija, y habis io pa Inca di’Oro. Per0 y o no quiero hablar d’eso ahora; ahora que no’sta la Luciana quiero hablarte di’otra cosa. (Mira hacia afuera) L’otra vez oi que 10s Bordo-

f nes habian vendio toos 10s animales. t J U S T A - (Preocupada) i Y que tiene eso?

133

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L c (, I A - Los Pastenes tambien. Y 10s Luna. J u S T A - ( E z m ~ 1 7 ~ ) Querran trabajar de mineros, ya ha

L u (. I .I\ - No, no es na eso. J U S T 4 - CY que’s entonces? L L’ (: f A - Voh sabis, yo se que voh sabis. Cuando vamo

a pastoriar n o hablai con nadie, te arrancai de la gente; pero sabis too lo que pasa. Y o no me quiero irme di’aqui, teniamos que haberlos io de j6venes, ahora no hay na pa nosotros en ninguna parte, tamos muy viejas. Si pasa algo que 10s obligue a irlos, prefiero matarme: yo no le tengo mieo a eso.

pasao.

J L’ S T 4 - iNo digai eso, no pasa na! L c c I 4 - Si pasa, de repente te pusiste mas vieja de lo

que soy; y ya hay pasto, pero no hablai de irlos con 10s ani- males. . . Nosotros con la Luciana somos duras como las piedras, no ci-eai que 10s vamo asustar.

J C S T 4 - ; N o se na, es cierto que no se na: dejame tranquila!

L c L I A - fY entonces por que no 10s hemos io?

L r (: I 4 N 4 - tLos vamos a irlos? CCuando? J c s T 4 - Luego, en cuanto se afirme el tiempo. CTaba

L c (: I 4 u 4 - Si. ?De que’staban hablando? Oi que gri-

L u (: I 4 - Como iamos a gritar, ho; tabamos hablando

L LI (: I A N 4 - N o hace na malo, ta gueno. N o me dio

J u s T 4 - Tiene que haberte dao, ta corriendo viento. L u (: I 4 N 4 - No me dio PO. Es una noche tan grande,

tan bonita. . . L u (: I A - CGrande? &6mo va’star grande? Tiene

qu’estar igual que siempre noma, aonde habia‘visto que las noches agranden o achiquen? Siempre son las mismas, siempre son helas, largas y feas.

(Llrgo LlccInnn)

too bien cerrao?

taban.

del tiempo, de lo que hace con las personas.

ni’un poco e frio.

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L U (: I A N A - N o po, tengo que calentarlo, taba hacien-

L L’ (: I A - 2Esa cuerda es pa cambiar la del pozo o es la

L L‘ (: I A N A - Pa ni’una de las dos cosas: es pa cambala-

L u (: I A - (AJusta) 2Es cierto? J U S T A - No, es pa llevarsela a mi taita. Pero si quisiera

cambiarla, la cambiaa por una chomba gruesa, no por pa- yas5s. (Se saenten aullidos de perro. Prestan atenczo’n, temerocac)

do hervir agua. (Saca urn olla, la pone cobre la cocinn)

qu’estai haciendo pa llevarsela al. . . ?

charsela a don Javier por una blusa pa mi.

L U (; I A N A - Tan aullando, ?que pasari? J U S T A - Na, que va pasar, siempre aullan. L U <: I A - Como’staremos de viejas que ahora le teni-

mos mieo hasta a 10s aullios de 10s perros. L U (: I A N A - A mi no mi’asusta lo que veo, lo que no se

puee pescar a palos es lo que me da julepe a veces, pero a veces noma.

J U S T A - (Abre la ventana) No sC v e na, too ta tranquilo. 1, U (: I A N A - Entonces es pior. L U (: I A - Claro, puee andar la muerte por las cabras

otra vC. J U S T A - (Cerrando la ventann) iNo hablis mas d’eso!

Ustedes tienen la culpa que 10s perros si’hallan puesto au- llar, han tao hablando too el dia de puras cosas malas. (Se perszgna. Lucia y Luciana hacen lo masmo)

L U (; I A - Se callaron. L U (: I A N A - (Escuchando) Si, puee haber sio algo que

L U (: 1 A - Ya, da comia luego pa que 10s acostenios. L U (: I A N A - Yo no tengo na ganas de comer. J U S T A - Yo si, y la Lucia tambien; dalos nomas. L U (: I A N A - (Revolvzendo) Esperate po, si la puse re- .

L U <: I A - fPor que no queris comer, tai enferma? L U (; I A N A - No, no tengo na.

movio el viento y 10s perros si’asustaron.

cikn.

(Nuevos aullidos)

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(Silrnczo) L u (: I A - iQueris una blusa, Luciana? L u (: I A N A - (Animadu) Claro, una blusa de sea, y en

I. L (: i A - Ah, queris una para. I, u (: I A N .4 - (Contentn) Claro, una para. J V S I A-jypaquk? 1, LI (: I A N A - (Confundida) ?Pa que?. . . Pa ponkrmela

Po. J IJ s T A - C Y que vai a sacar con andar de para por

q u i ? 1, V (, I A - Si queris una para, cambiasela a don Javier

por la “Changa”. L U ( : I A N 4- iNo, a la “Changa” no la cambio! La

“Changa” es mi amiga, ustedes son hermanas, pero ella es mi amiga.

J L’ s T A - Y no la puee cambiar por una pura para, ten- drian que ser muchas cosas mas. Pero ya no’stai pa andar con farda y con blusa, pos, Luciana.

L u <: I A N A - Ta llegando el verano, frio no me va dar. J U S T A - N o es na por el frio, es por la edi, tenis que

L CT (: I A N A - 2Y cuando tuve en eda de ponerme blusa

vez de pantalones, una farda.

ser mas recata.

y farda? (Aullidos)

L U (: 1 A - Antes. . . Igual que yo y la Justa. J U S T A - Pero eso ya paso. L LT (: I A N A - jNo 10s pusimos nunca, como ia a pasar! J U S T A - Paso po. L U (: i A - Igual que, paso la eda dir a la escuela, que

mentaa mi madre, la eda de enamorarse y la eda de tener hijos, too eso paso.

L U (: I A N A - iHiciste algo d’eso voh? L u (: i A - No, na, 2quk no sabis? * L L’ (: I A N A - 2Y entonces como ia a pasar? J u s T A - La via cumplio su parte, ella no tiene la culpa

de que no hayamos hecho na.

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L u (: I A N A - Eso es igual que si yo tuviera encerra y amarra a la “Changa” y despues dijera que no es culpa mia que no si’haya apariao, que no haya corrio por la quebrk y no haya dao leche.

L u (: I A - i Y qui& te amarro a vos? L u (: I A N A - (Se encoge de hombros) No SC PO. (Pausa) Si

pas6 la ed5 de cor1 er, la eda de enamorarse, la eda de tener hijos y la ed5 de ponerse farda, ?que eda 10s quea ahora, Justa? (Nuevos aullidos, largos, prolongados)

JL!STA-NOSCPO.NOSC.. .

FIN P R I M E R ACTO

El mismo escenano, dias despu6.r. Lucia prepara lana para tejer. Luciana hace e1 aseo, barre, limpia, corre cosas, etc. Justa parcha unos uiejos pan-talones. La atmbsfera er de tensibn, de aburrimzento. Trabajan un instante en silencio. Luego:

L U ( : I A - No echis tanta tierra PO, Luciana. L U (: I A N A - Tengo que apurarme, tengo que poner-

J U S T A - <Cuantos vai a sacar? L U (: I A N A - Unos veite seran PO.

J U s T A - iTan pocos? L L’ (: I A N A - No hay pa m5s PO.

L U (: I A - Harina tampoco t i queando. J u s T A - Si vi. L U (: I .4 N A - El tiempo si’afirm6. J Ll s T A - No si’afirmao. L L’ (: i A - Aqui no 10s van a venir a comprar 10s anima-

J L l s r ~ - D e j a que pasen dos dias mas, entonces 10s

L u (: I A - Tenimos que venderlos y despuCs encargar

me hacer 10s quesos.

les.

vamo a ir.

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hernos tao encerras tanto tiernpo. ( S i p e n trabajando en silencao)

L u c i A - (Pensativa) 2Y que saca una con saber lo que va a pasar, si no puke hacer na? Si tiene que Hover, lluee, si tiene que ternblar, tiembla. . . Si 10s tenirnos que rnorir, 10s morirnos. No poirnos hacer na. (Justa y Luciana permanecen en silencio. Cuando b t a llega, ba- mendo, a la puerta, se queda mirando hacia afuera.)

L U <: 1 A N A - Parece que ahora es dorningo. L u c i A - Yo me perdi hace rnucho tiernpo de 10s dias.

(AJusta) 2Es dorningo ahora? J U S T A - Parece que si. L U C I A N A - (Siemp-e mirando hacia afuera) Claro, es

dorningo; yo SC por el aire, o sea por el rn60 calrnao del tiernpo.

L U C 1 A - CY quC tiene que sea dorningo? L U C I A N A - Nb PO, yo digo noma. . . Dicen que en la

L U C: 1 A - 2Y quC hacen? L U C; I A N A - (Se encoge de hombros) No sC PO. L U c; i A - Una vez el Segundo le dijo asi a1 viejo qu’era

rnario de mi rnadre: “Ahora es dorningo -le dijo- ahora no hay que trabajar” Y el viejo agarro un palo y casi lo rnatb.

ciuda la gente no trabaja 10s dorningos.

J U S T A - Eso es rnentira, eso no pas6 nunca. L U C 1 A - Claro que paso. JuC antes que le diera la rna-

lura de cabeza y se pusiera a buscar vetas. L U C I A N A - Ah, claro, pa cuando 10s rnandaa a tbos a

distintas partes con las rnajas. L U C 1 A - Si, pa ese tiernpo. A mi y a1 Segundo 10s ha-

bia rnandado pa Vega de Chinche, y cuando ]leg6 a buscar el queso y a ver corno’staban 10s anirnales, el Segundo se I’encacho y le dijo asi. Entonces el hombre que se cas6 con mi rnadre le dijo: “Eso lo podra hacer Dios, por que 61 tiene de too, pero nosotros sornos pobres”. Y agarr6 un palo y le peg6 hasta que lo dej6 botao en el suelo, pa que no se le ol- viara nunca.

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J U S T A - <Par quC ti’acordai siempre de las puras cosas malas voh?

L U (; I A - Y de quC cosas guenas me voy acordar PO, siempre 10s hemos parecio a 10s animales.

J U S T A - Parece qu’es cierto qu’el encierro las ta vol- viendo locas.

L U C I A N A - N o es el pur0 encierro. La Lucia tiene ra- zon, somos. . . (Justa se pone tensa, la hace callar con gestos) 5QuC te pasa?

J u S T A - (A Lucia) ?A quiCn le pusiste el cencerro? L U (; I A - A la mama e la ‘‘Manchh‘ . ?Par que? J U S T A - Entonces no esna ella; senti algo viniendo del

lao e Bolillo. (Escuchan)

L U C 1 A N A - No siento na. L u c; I A - Y o tampoco. J U S T A - Si, si senti, yo no m’equivoco nunca. (Ladridos

L U C I A N A - Claro, tan alborotaos. No vaya a ser un

L U (: 1 A - PuCe ser el primo tambiCn. L U C I A N A - No, a 61 no lo desconocen. Vamo a ver.

(Ademan de salir) J U S T A - i EspCrate! Tiene qu’estar muy hambriao pa

tirarse p’aca, agarra un palo, como vai a ir asi. L U (: 1 A - (Pastindole un palo) Toma, yo le doy con la

pica que tengo ajuera. (Saliendo) Ven pos, Justa, antes que pesque algun animal. (Justa va hacia el lote de herramientas y coge el pesado combo con una mano. Pero este parece estar clavhdo en el suelo; desconcerta- da, lo toma con las dos manos y tira; apenas consigue moverlo de su sitio. (Ahora 10s ladridos de 10s perros estcin mezclados con 10s gntos de Lucia y Luciana.) Reune sus fuerzas y va a hacer un nue- vo esfuerzo por levantarlo, cuando aparece Luciann, excitada.)

L U C I A N A - iJusta, Justa: es don Javier! (Justa no se mueve, profundamente preocupada por su fracaso. Luciana se acerca a ella, inquieta) <QuC te pasa?

lejanos) ?No vis?

puma, vamo a ver mejor.

141

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J u s T A - (Sombria) Na. . . 2Es don Javier? (Intenta son-

L U (: I A N A - jClaro, si voh sabiai; ven vamo ayuarle! reir) ?No te dije qu’iba a venir?

(Salen)

INTERMEDIO

(Grttos e znterjecciones hasta que se calman 10s ladridos de 10s pe- rros. Luego entran con Javier -cualquier edad mcic allci de 10s cuarenta afios- alegre, vital. Entre Lucia y Luciana traen uno maleta.)

J A V I E R - Ustedes no tienen perros, tienen animales salvajes. (Busca u n aszento con la mirada) Permiso. (Se szenta)

L U C I A - Esa nomas es la manera que tenimos aqui pa protegerlos pos don Javier.

J A V I E R - (Saca un pafiuelo, se limpia la transpiracih) 2y de qui& se van a proteger aqui si hasta a 10s condores les cuesta llegar por estos lados. La pobre mula casi llega an- dando con las rodillas p’aca; un poco mas y tengo que traerla yo a1 hombro a ella. Con razon no han io nunca pa Copiapo ustedes.

L u (: I A N A - No, si hemos io; una v6 juimos a sacar carnC.

J A V I E R - Per0 eso juC pa cuando 10s elefantes tenian alas PO, yo no habia ni nacio toavia. (Rie) Gueno, cy como han tao por aqui, pues?

J U S T A - Como toa la via noma, igual. L u <: i A - (A Luciana) Dale algo pal cansancio PO. L. U C I A N A - ( A Jwta ) {QuC le pueo dar? J A V I E R - Aguita nomh, porque tengo que manejar;

si me cur0 pueo ir a dar a Potrerillos con la mula. L u <: i A - Nosotros tabamos creyendo que nu’iba a ve-

nir mas. Iamos a salir con 10s animales ya. J A v I E R - ?A entregarlos o a pastoriar? L U ( : I A - &omo a entregarlos o a pastoriar, dice

ustC?. . .lAquiCn se 10s vamo a entregar?

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v““‘- J 4 v I L L‘ c I A N A - No po, si hemos tao aqui. La Justa no ha

querio que 10s vamos. J 4 V I k. K - Ah, menos mal; yo crei que ustedes tambien

hahian caio. (Pnusn) No, pero yo decia: “A ellas no les me- ten el deo en la boca asi nomas” No voy a saer yo, que las conozco una montonera e aiios.

L LT (1 I 4 - (Tenso) ?Que paso? ?De que’sta hablando? J L‘ 5T A - iDale luego l’agua, pos Luciana, que no vis

que tiene se! J .4 v I E K - El Vicente queria venir avisarles pero yo le

d’Je que no habia pa que. “No sabran leer -le dije-, pero pa 10s negocios le ponen la pata encima a 10s gitanos”. No voy a saer yo, con too lo que mi’han pulpiao. (Rie)

J L‘ S T .A - Que lo van a pulpiar a uste, cuando por una chomba quiere un rebatio enter0 y quea mirando el otro.

L c <: i 4 - (Coufundrdn) No entiendo na. ?Qui& 10s queria hacer lesas?

J u s T A - Son cosas d’el ho, voh sabis como es. iDale luego I’agua, pos Luciana!

L u (1 i A N A - Esperate PO, taba oyendo. (Yendo a buscar- (0) CCuando vi0 al Vicente? ?Ta bien?

J A V ’ I E K - Si’sta bien. Ti trabajando en la hacienda “La Puerta” (Pnitsa) Gueno, bien de salu digo yo, porque en esos trabajos se gana tan re poco. De qu’esta alla que nunca me ha poi0 comprar na. Hasta hambre dCe pasar; ta frega la cosa por esos laos.

K - (Extrnfiado) 2 N o saen? ?No 10s vendieron?

. J LT s T A - ?Que le dijo? fSi’acord6 de nosotros? L u c i .A - tPor que preguntai por e1 ahora? Nunca

J A v I E K - Lo unico que dijo jue que no hicieran ni tal

J L1 S T A - N o pensamos irlos, nunca hemos pensao.

queris saber na con nadie.

d’irse p’alla.

, J A v I E K - Claro, si se; es que con la mentira esa, toa la gente s’esta yendo pa la ciuda. . . (Luciana le pasa una tnza con ngua) Gracias. (Seiialando e1 lote de herramientas) ?De cuantas libras es ese combo? En Rio Jorquera me encarga-

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1

ron uno (se leuanta, lo toma); a ver si hacimos negocio. J L’ S T .A - No, las herramientas no se venden. J A C‘ I E K - ?Piensan seguir ustedes buscando la veta? J u s T A - No, per0 no querimos vender las pertenen-

L 11 (; I A - Esas cosas son de toas, posJusta. J u s T A - iYa dijimos quelo demas era pa ustedes: las

herramientas son mias! L U (; I A U A - CY pa que las queris? J U S T A - Yo sabrC. J A V I E K - No es pa discutir, yo decia noma. L

cias del padre de nosotros.

(; i A - Mi’acuerdo que cuando a1 qu’era mario de mi madre le jui avisar qu’ella se habia muerto, se que6 un rato como si se hubiera guelto de piedra. DespuCs dijo: “Entonces ya no hay pa que buscar mas las veta” Y bdjo de 10s cerros pa pur0 enfermarse y morir. (Pausa) Nunca bus- co la veta pa darlos guena via a nosotros, como decia, eran mentiras; nosotros no le importabamos pa na: asi que no tenimos porque guardar esas cosas.

J u s T A - iSon mias, yo las usk con 61. . . Eso nomas es lo que tenimos d’ese tiempo: no tenimos na mas!

J A V I E K - Per0 no se enojen, si ya les dije qu’era una pregunta noma; si no se puke negociamos.lo de siempre y queamos tan amigos. (Sefiala la maleta) Traigo unas cuestio- nes macanuas ahi pa ustedes.

L U (; I A N A - ?Que cuestiones? J A v I E K - Novedades de la capital; me las trajo un so-

J ti S T A - ?Es ropa gruesa? J A v I E K - (Yendo hacia la maleta) Espkre, espere, ya les

voy a mostrar. (Pone la maleta sobre la mesa) En este tiempo no se usa ropa gruesa po, ya llego el verano; hay que po- nerse ropa mas delga. Traigo unas chalecas de cachemira que.. .

brino que hizo el viaje.

L U (; I A N A - CCachemira? {Y quk animal es ese? J A V I E K - No, noes un animal. L U c i A - Toa la ropa sale de 10s animales PO.

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r-- J A V I h K - Claro, per0 este tiene que ser un animal im-

I, 11 (: I A N I - CY fardas? CTrae fardas? J A v I h K - (Sntnndo lnc clinlrccis) Si, pero vean est0 pri-

melo. Miren, como no les van a gustar; fijense en la suavi- da, en 10s colores; d'esto es lo que tienen que usar ustedes PO. (Lr p a w una a t d [ i una)

J L' SI- A - (Sin retibirln) No, a nosotros no 10s sirve eso: querimos pantalones gruesos, chombas gruesas, d'eso que- rimos; no importa que no Sean bonitas, pero que abriguen.

1, U (: I A N A - (Acnncznndo 10 suyn, uno choletn rowdo) Mira que suavecita es, Justa; parece qui'una tuviera tocan- do un becerrito, y el color es el mismo que agarra el cielo en las tardes, cuando es verano.

L u (: I A - Per0 tendriamos que ponerlos como tres caa una pa que 10s abrigaran, pos don Javier.

J A V I E K - Por eso se usan cuando pica el sol; no son pa trabajar.

L U (: f A N A - ?Y pa que son entonces? J A V I E K - Pa salir, pa pasiar. J U S T A - Nosotras no hacimos eso. L u (: I A - Si PO, pa onde varno a ir. J A v I E'n - (Remedandole) Pa onde varno a ir. Pucha que

son guenas pa tirarse.al suelo ustedes. Jueran viejas y feas, pase; per0 toavia tiran su pinta. Si lo que pasa es que no se saen vestir, no tienen gusto, no tienen vanida. La mujer tie- ne que tener vanida, si no Ccomo va encontrar rnario enton- ces?

L u (; I A - Mis, que varno a encontrar mario nosotras. J A v I E R - 2Y por que no, quq no son mujeres? Las

mujeres son pa tener mario y pa tener hijos. Y a toas les gusta, chis, no voy a saer yo. Apuesto que en la noche. . .

J u s T A - iDejelos tranquilas, nosotros sabimos como vivimos! Dios quiso qu'estuvieramos aqui, e1 sae.

J A v I E R - No, ahi ta mal; ta equivoca, ?no v e que Dios vive si vive la gente? 0 sea que si ninguna mujer quisiera casarse y tener hijos, el mundo se acabaria y si se acaba el

portao, porque y o no lo c onozco.

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mundo se acaba Dios tambien PO: pa que e1 y la via no mue- ran, la mujer tiene que parir, esa es la ley.

J U S T A - Nosotros somos como la higuera, que mentaa mi madre: la higuera es de Dios tambien, aunque l’haya maldecio.

L u (: I A - Nosotros no somos mujeres malas p’andar buscando hombres. ?Que quiere que hagamos si nunca vie- ne nadie por aqui? No vienen ni pa cuando una s’esta mu- riendo. Cuando la itiora que vie pal Salitral se cay0 a la que- bra y se rompio l’espinazo, decian qu’iba a venir uno d‘esos caalleros que curan toas las enfermedades, pero’stuvo gri- tando dos dias y se murio y nunca vino nadie: ?si no vienen pa cuando una s’esta muriendo, como van a venir pa cuan- do una’sta viva?

J A V I E K - si, claro, ta un poco alejao p’aca. Pero a la mujer no le falta nunca, ?qui. ven que un pelo de mujer tira mas que una yunta e bueyes? Es cosa que se encachen un poco nomas, si pa toos hay en la vitia del setior.

L U (: I A N A - ?usti! Cree? J A V I E K - Claro PO, no voy a saer yo, que tuve dos her-

manas mas feas qu’el pecao mortal y lo mas bien que se ca- saron. Claro que 10s marios son harto mal encachaos, per0 caa diablo con su diabla nomas PO.

J U S T A - Esta es la via e nosotros, aqui’stamos tranqui- las. ?No dijo qu’el Vicente taba pasando hambre?

J A V I E K - Si, gana poco y pasa hambre; per0 no creo que se venga ni a cariones p’aca otra ve. Alla conocio. . .

J U S T A - jNo ha conocio na, nosotras sabimos! All5 la gente es mala, a1 que se va di’aqui lo tratan pior que a un animal. . . Una vez vino el Nicolas p’aca. . .

L U (: I A N A - {El Nicolas, Justa? iCuando? J U S T A - Una vez que ustedes taban campiando. En- ’

i L U (: 1 A - ?De quien? ?Que habia hecho? iEl era el mas

tranquil0 e toos! J U S T A - Eso no vale alia; all5 no vale ni 10 tranquil0 ni

lo honrao. En la hacienda donde’staba trabajando lo habian

tonces vino p’aca y me dijo que andaa arrancando.

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. . .1 ...- ..... _-_. , .

L u c I A N A - (Probandosela sobre la ropa) iAh, que linda! Mira, Lucia.

6. u c f A - Te quea rnuy corta, no pois andar con eso, no seai escandalosa. (Mostrando la suya) ?No trajo una mas Iarga d’este misrno color?

J U S T A - {Y pa quC queris eso? iNo pois andar corrien- do detras de las cabras vestia d’esa rnanera! (A Javier) ?Par quC 10s trae eso ahora? 2Por que no trae ropa gruesa?

J A v I E R - No hay PO. Antes traia porque cornpraa us8 en Potrerillos y en otras partes, per0 ahora la gente usa la ropa hasta que se le cae a pedazos. Tarnos en una crisis, hay que conforrnarse con lo que venga.

L U C I A N A - {Que es eso, crisis? J A V I E R - Es cuando no hay plata porque no hay tra-

L U C f A - (Corno dijo eso? No I’entendi na. J A V I E R - No, si yo tarnpoco entiendo, nadie entiende,

pero toos la sufrirnos. 0 sea, pa tratar de explicarles rnejor: {Tienen pa pagarrne en plata estas cosas?

L U C I A N A - No, no tenirnos; no hernos vendio na. J A V I E R - CY por que no han vendio? L U C f A - ?Par que no hernos vendio, Justa? J U S T A - Los duerios de rnajas no cornpran quesos, son

10s coyas 10s que compran; pero 10s duerios de rnajas dicen que ya no les cornpran 10s anirnales, asi que han echao a 10s coyas: 10s coyas no tienen pa cornprar na.

bajo; y no hay trabajo porque no hay plata.

J A V I E R - Esa es una crisis. L U C I A N A - ?v por quC no hay trabajo? Los anirnales

J A V I E R - Son cosas que vienen de la capital: cuando

L U C I A N A - ?La capital es la ciuda grande, que le lla-

J A V I E R - Claro, esa es la rnadrastra que tenirnos. J U S T A - Siempre la ciuda; too lo de la ciuda es malo.

?All5 no’sta ese caballero Gobierno, qu’es el que rnanda? J A V I E R - ?Caballero Gobierno? (Rie).

no han rnuerto, la tierra no se ha secao.

lluke all5 10s rnojarnos aqui.

man?

.

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L u c I A N A - ?Que vamo hacer, quC vamo hacer, Jus-

J A v I E R - iPero entikndanme, yo les estoy diciendo la

L U C i A - 2Cuando que6 en na? J A v I E R - Hace tiempo, cuando se dieron cuenta que

10s animales no arrancaan el pasto de cuajo. Es\ cierto, Jus- ta, y o no les miento. Pucha, ?no ven lo que pasa por vivir encerras?

L U C I A N A - A lo mejor es verdA qu’es mentira, Justa; 61 sae, 61 viene de la ciuda.

J A V I E R - Claro, creanme noma, no vendan 10s anima- les.

J U S T A - Tenimos que vender pa poer encargar azu- car y tC y chuchoca; tambien queamos sin porotos.

J A v I E R - Ah, gueno, pa comprar cosas si PO; igual que siempre noma.

L u c i A - {No vis, Justa? Tabai apena por na. Si 10s hu- bierai dicho algo, habriamos salio a preguntar. Per0 nunca 10s decis ni’una cosa.

J A V I E R - Gueno, gueno, no se vayan a poner a peliar PO; ahora tienen qu’estar tranquilas. DespuCs de la tempes- ta viene la calma; asi que elijan pilchas pa que vayan bonitas a pasar el mal rat0 a la fiesta e la Candelaria.

LUCIANA-{Como es eso? Nosotros no hemos io nunca, la oimos mentar noma.

J A V I E R - Es una fiesta muy re linda, va gente de toas partes; se baila, se canta, se conversa. . . Y se enamora tam- biCn pues, si el amor no tiene ed& y ustedes no’stan na tan pior. . .

ta? iTenimos que esconder 10s animales!

verda: eso ya no corre, que6 en na!

L u c I A N A - Lo que dice, don Javier. . . J A v I E R - Per0 si es cierto pues. Si lo que pasa es que

no se arreglan, per0 miras con paciencia son las treas gue- nasmozas. {No les han dicho que no son nA de feas, ah; no les han dichs nunca?

L u c i A - Mira, Justa; quien 10s va decir eso. J A v I E R - Nadie pues, si pasan encuevb aqui nadie les

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va decir na. Por eso tienen que salir, juntarse con otras per- sonas, a1 que se mua Dios lo ayua. Pucha, y mecon que con estas chalecas y estas faldas no les va faltar quien se les acer- que. . . jHan bailao alguna vk?

L U C I A N A - No, nunca; nosotros no sabimos eso. J A V I E R - t L e s ensefio un poco? Es re f a d . Mire

(Toma a Luciana. Da unos pasos). Per0 no tenga vergiienza PO; mire, asi. . .

J U S T A - (Aparthndola) iNo, dkjela! J A V I E R - ?Que le pasa? iNo es nA malo! J U S T A - iSi, es malo! Lo que ust6 ta haciendo es muy

malo. . . Pa la quebra e la Coipa, habia un viejo que se habia quedao sin nadie, per0 tenia 10s recuerdos de 10s que se ha- bian muerto y hablaa con ellos: por eso no’staba solo. Y en- tonces llego una coya mala y enferma y le dijo si acaso se queria juntar con ella; y el viejo le crey6 y se pus0 a querer- la. Per0 cuando la coya comio y durmio bien un tiempo, se sano; y entonces vino y se juC. El viejo lloro too el dia y toa la noche. Y despuks quiso empezar hablar con 10s muertos d’C1 pa consolarse. Per0 ya no habia muertos en la casa pa conversar, too taba lleno de la coya mala que se habia io, porque ella habia tocao toas las cosas y habia andao por toos 10s rincones. Y entonces el viejo se murio de pena, por- que ahi si que se que6 solo pa siempre. Uste ta haciendo lo mismo con nosotros, 10s quiere hacer olviar lo qu’hemos querio, siempre, 10s quiere poner otras cosas en la cabeza. Per0 esas cosas son malas igual que la coya. No son de ver- dP, no son de nosotros, se van.

J A V I E R - (Pernutino) si, a lo mejor tiene raz6n; no hay que cambiar lo cierto por lo dudoso, ni lo viejo por Io guenmozo.

L U C I A N A - Per0 yo me quiero quear con estas dos co- sas PO.

J A V I E R - jMe tejieron coipas? L U C i A-No, ovejas no tenimos muchas, salio poca

lana; salio pur0 pa tejerlos pa nosotros. Y m h que ustC quiere que se las hagamos de colores. . .

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J A v I E n - Gueno, entonces por too esto (sefida a Lu- czana) y por eso(A Lucia), me tendrian que dar tres ovejas.

L u (: I A N A - 2Tres ovejas? Eso es mucho, pos don Ja- vier.

J A V I E K - Pero es que tienen que tomar en cuenta que las ovejas de ustedes son de mala clase, son ovejas cuyanas.

J U s T A - 2Y qu’eso que trae uste es muy gueno? No PO, lo trae p’aca porque no se lo quiso comprar nadie en la ciudi. Asi que por too lo que tienen estas (Ius sefiala) y por azucar y tC mas encima, le podriamos dar una sola cabra (mtra n Luciana): La “Changa”.

L u <: I A N A - iNo, a la “Changa” no la cambio por na! J A v I ~n - Yo no tengo azucar ni tC, yo trabajo en

ropa; son otros 10s que traen eso. L u (: 1 A - Los da la plata pa encargarlas nosotros en-

tonces. J A \’ I E n - No, no pueo, no me conviene: una cabra y

una oveja por toa la ropa: menos no. L u (; I A N A - A la “Changa” no la cambio. (Le entrega la

ropa. Lucia Iiace lo mismo.) J f-1 s T A - ?No ve que querimos lo de nosotros mas que

a sus cosas de ajuera? J A v I E n - Per0 asi no vale PO: a la juerza no es carifio.

Uste las ta obligando. J U S T A - N o tenga mieo, era pa que viera noma. Aho-

ra le vamo a dar lo que dice; per0 si no trae lo que queri- mos, mejor no venga mas p’aca.

L U (: I A N A - 2Se la vamo a dlrsela? 2Queris darle a la “C hanga”?

J u s T A - No, a la “Changa” no, otras. Si no se las da- mos, las ganas de tener esas porquerias (sefiala la ropa) se les va quear metia adentro como una enfermeda. (Luciana vuelue a tomar las prendas, Lucia hace lo mismo.)

J A v I E n - (Cerrando la maleta) CS’enojo, Justa? Pucha, a ustk no hay como darle; per0 ya no le voy a decir ninguna cuestion mas, &a uno sae aonde le aprieta el zapato.

,

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J u s T A - Si PO, nosotros nachos, lo demas es cosa de Dios. , J A v I E K - &osa de Dios? Andese con cuidao con eso.

I Dios es igual que’l viento, no puee volver la cabeza p’atris; ’ una vez que crece uno ta solo: es mejor prevenir que curar, ~ no le deje toa la pega a Dios, porque despues viene la Ilan- 1 teria. (Rie) Pucha, verda que no m’iba a meter mas. ?Guan-

do salen a pastoriar otra ve? 1 I

L u (: I A - En dos dias mas sera PO, no cierto, Justa? . J U S T A - si, 10s vamo a ir luego. (hfira la ropa) ustk tra-

jo cosas malas. . . Muy malas. (A Lucia y Luciana) Ayuenle a escoger 10s animales.

J A V I E R - si consigo ropa gruesa voy a venir antes que I comiencen las otras nevazones. I (Justa no contesta, salen. Justa se sienta meditabunda. De fuera ~ llegan nuevamente ecos de ladridos y exclamaciones, que la lejania

ua acallando hasta extinguir. La mirada de Justa cue sobre el mon- i Mn de herramientas, se clava en ellas un instante. Se para, se aso- ~ ma a la puerta; luego se dirige hacia las herramientas; toma el l cmbo con una mano, intenta levantarlo; jala, angustiosa, deses- I peradamente, per0 no puede alzarlo. Rendzda y aterrorizada no ~ parece darse cuenta de la llegada de Lucia.) i L u c I A - iJusta, le dimos las dos mas. . . (Queda mirun- I dola extrafiada) CQue’stai haciendo? iSuelta eso! (La toma de 1 10s brazos.) I J U S T A - (Desasiindose) iDejame, tengo que levantarlo!

L U <: f A - iNo, Justa, no hagai eso, pa que! J U S T A - (Tironeando fieramente) iBote un toro, una vez

L U (: 1 A - (Sujetlindola) iNo hagai juerzas tontas, Justa,

J U S T A - isueltame, sudtame: tengo que poer! L U C I A - iDkjate, te pois desgarrar por aentro! iPBra-

te, pirate! (La ayuda) Es lo mismo que me pasa a mi con el balde di’agua, no seai tonta, no es na culpa tuya: es la eda, es la eda, Justa. (La abraza) {Que te dio por hacer eso? Mira como queste de cansa.

bote un toro: tengo que levantar esto!

no hagai juerza; si yo se que no podis!

I

I , 153

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J u S T A - (Sin responder a1 abrazo) Maiiana lo voy a le- vantar: ahora taba cansa; per0 mafiana lo voy a levantar aunque me reviente. Si una pierde la juerza aqui, se niuere, voh sabis.

V 0 z L u (: 1 A N A - jlucia, ven ayuarme a encerrar las cabras!

L u c I A - (Soltando a Justa) jToavia no, toavia ta claro! L U (; I A N A - (Asomhndose) Mira, ven a ver; de repente

s’empezo a cerrar y ‘sta corriendo viento. (Percibe algo extra- fio) ?Que les paso?

J U S T A - N h , no 10s pasa na. ?Sejue don Javier? L U <: 1 A N A - Claro, con la Lucia le dimos las dos cabras

mas viejas, per0 no se puo poner alegar, porque si se demo- raa mhs lo poia pillar el viento. (Mira hucza ufuera) A lo me- jor no alcanza a llegar a Bolillo. . .

L u c I A - {Va ser juerte? L U <; I A N A - Si; y tan bonito qu’estaba. . . L u c i A - A est’hora es asi PO: si ya’sta llegando l’hora

di’acostarse. L u <: I A N A - N o tengo na ganas di’acostarme. ZSabis?,

parece que juera a salir pa alguna parte. J U S T A - (Buscando sus materiales para trenzar la cuerda)

?Pa onde vai a salir? ,Allh ajuera no durariai ni’una hora. Yo no se hasta cuando vai’estar con esa lesera, parece que t’es- tuvierai volviendo loca.

L u c I A - El corazon de la gente no sae donde’sta la gente, pos Justa, 61 manda noma.

L u <: I A N A - Lo que pasa es que como voh ya sabis toas las cuestiones ya no t’importa na.

J u S T A - Cuando manden a matarlos 10s animales, preguntales a 10s que van a venir: diles que te digan como es el amor.

L U <: 1 A N A - jNo van a venir, don Javier dijo que no ian a venir!

L u C, I A - Los carabineros no han venio nunca pa’ac8. J U S T A - Yo no le creo a don Javier. L u (; I A N A - ?No le creis, Justa?

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J u s I A - Se han io muchos ya, a toos no 10s pueen ha-

L u (: I A - iPero nosotros no hemos hecho na pa que

J u s T A - Ellos tan lejos, no saen que las cabras no co-

L u (: I A - iTenimos qu’ir a decirles PO! L u (: I A N A - 2Y c6mo vamo a dar con el Gobierno ese,

si no sabimos aonde’sta? 2No viste que don Javier dijo que no’staba en Copiapo, qu’estaba en otra parte muy lejos?. . . (Que vamo hacer, Justa?

J u s T A - No se, hace tiempo qu’estoy pensando, pero no s6 que poimos hacer. . . Dicen que vienen di’a muchos, que no se les puee hacer na.

L u (: I A N A - iNo, yo no te creo! iNo pueen hacer eso! Voh sacaste eso pa no contar lo que sabis no mas.

J u s T A - que se? iYo no s& ni , dkjame tranquila con esa lesera!

L u (: I A N A - Si sabis, sabis too lo que dijo don Javier que tenia que hacer una.. . Nosotras con la Lucia somos igual que 10s quiscos, que salen de la tierra, tan un tiempo ajuera y despuks se secan y se mueren, y nadie sae que sa- lieron.

L u (: i A - Esa es la via que 10s dio el hombre qu’era ma- rio e mi madre, la Justa no tiene na que ver.

L u (: 1 A N A - Y o no l’estoy echando la culpa a ella: toi diciendo que somos igual que 10s quiscos, per0 no somos na quiscos, por eso me da rabia.

L u (: i A - Ya’stamos viejas y no tenimos que saber na. A mi me da verguenza cuando preguntai esas cosas como si juerai joven.

J u s T A - Y o no me que0 calla porque sea mala con voh, Luciana; me queo call5 pa que creas que es algo boni-

ber hecho lesos.

vengan a matarlos 10s animales!

men piedras, no saen n i di’animales.

to L u c I A - N o le digai na, no le contis na. J U S T A - Yo no s6 porque soy tan terca, no s e coni0 po-

dis esperar toavia con la eda que tenis. . . Per0 como p’aca

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no viene nunca nadie, te voy a decir como es: es malo, quea doliendo pa siempre como una maldicion. . .

L c‘ <: 1 A - N o digai na, Justa, pa que te vai acordar. J U S T A - . . .Pa entonces yo tenia dicisiete afios y an-

daamos buscando la veta cerca del lao e la raya. El aparecid de repente, dijo que andPa detras di’una cuea aonde habia meneas di’oro; mi padre le dio lao cerca del juego y le con- vidamos cafC. Sabia mas cosas que don Javier, per0 cosas mas bonitas. . . Tenia una mira como el color del agua cuando’sta clarita y una no sae si es verde o azul, y la cara no era na quema como la de nosotros: era dora. Decia que venia d’una parte aonde siempre habia sol, aonde no llovia nunca; a lo mejor por eso era asi. Dijo que como nosotros conociamos bien por ahi, le ayuaramos a buscar y que des- puCs 10s ayuaba a nosotros. Empezamos a salir 10s tre, y yo me ponia a1 lao d’C1 pa oirlo hablar y pa que me mirara. Cuando Ilegaa la noche, haciamos un juego grande y ha- blaamos y hablaamos; los contha como era la parte de aon- de 61 venia, de la gente, de las cosas, y a mi me gustia mi- rarle 10s ojos cuando se 10s alumbraba el juego. Taba con- tenta, taba muy contenta de vivir. . . Y una noche se vino pa mi lao, m’empezo hablar, me tom6 la mano; y o mi’asustk porque mi padre poia dispertar, la dije que se juera, pero no m’hizo caso. Me beso, era la primera vez en la via que al- guien me besaa y me dio gusto y verguenza; a1 rat0 empez6 a respirar como si’stuviera cansao, como si hubiera corrio mucho, y me decia que lo dejara mirarme por debajo de la ropa, qu’eso nu’era malo. Pero yo sabia qu’era malo, y le dije que si seguia ia a dispertar a mi padre pa acusarlo. Me puse a tiritar, tenia un mieo parecio a1 que tienen 10s ani- males cuando saen que va temblar. “No tengai mieo, si no te va pasar na”, me dijo. Y vino y me tap0 la boca con una mano y con la otra me apart6 la ropa, despuCs se pus0 enci- ma con too el peso; las piedras se me metieron en la espalda igual que cuchillos, y parecia que m’iba a ahogar; empecC a manotiar y a raguiiarlo con toas mis juerzas. Pero a Cl no le dolia na, no sentia na. La cara se le habia puesto fea, toa

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nadie. Voh conociai bien 10s caminos cuando 10s viejos se murieron podriai haberlos llevao pa otra parte.

J u s T A - {Pa bride? Nosotros no sabimos vivir en la ciuda, no nacimos pa eso.

L U C I A N A - iy pa quk nacimos entonce PO! L U C I A - iYa oscureci6, vamo a encerrar las cabras les

L U C I A N A - (Airada) iGueno, ho, vamos! digo!

(Salen desganadamente. Justa se queda mzrandolas desde la puer- ta, torua, desoladamente. Dos o tres horas despuis. Escenario a oscuras.)

L U C I A N A - (Quedo) Lucia, Lucia. . . {Sentis?. . . Ta lloviendo, ta lloviendo con viento. (Szlencio) Lucia, Lucia, oye.. .

L U C i A - Tate tranquila, {queris? Dkjame dormir. L U C I A N A - ?Per0 sentis? L u c I A - Si, si siento; son las ultimas lluvias. L u c I A N A - Parece qu’el tiempo 10s quiere dejar aqui

pa siempre, Lucia. J U S T A - Mafiana va amanecer gueno; estas lluvias son

cortas. Ya les dije que 10s iamos a ir luego. Duermanse. L U C I A N A - {Tambikn tabai dispierta? J u S T A - Si PO, si ustedes me llean dispertando. L u c I A N A - Tabamos hablando recien, tabai dispier-

J u S T A - Dukrmanse, si uno se acuesta es pa dormir. L U C i A - Per0 tu tabai pensando, Justa: {en que’stabai

pensando? {Por quk no poimos dormir? L u c I A N A - Yo no’stoi enojk contigo, nosotros no 10s

hemos enojao nunca. . . Yo no queria hacerte hablar d’eso; no pensis mas, Justa.

J u S T A - No’stoi pensando en eso, tate tranquila;

I dukrmanse. L u c I A - Mi mama no’staba enoja contigo, a ella le pa- 1

saan otras cosas. L U C I A N A - Claro, Justa, como no nacib aqui echPa de

menos su tierra, por eso era calla.

ta. {Por quk’stabai dispierta?

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L u c I A - Pasaa encerra, no queria acompaiiarlos a no- sotros ni a1 hombre que jue a buscarla a la ciuda pa ser su mario; por eso se la comio la soleda. Y a nosotros lo’st5 pa- sando lo mismo, asi que ahora que sabimos que no es cierto qu’iban a venir a matarlos las cabras, tenimos qu’irlos; ence- rra una no puee defenderse.

L U C I A N A - Oye. . . {nu’es una virgen la Candelaria? <Y si le jueramos a decir qu’estamos mal, que tenimos. . .

J U S T A - (Airada) iDuermanse di’una ve!

I L U C 1 A - No tengai rabia, Justa, voh tampoco pois ’ dormir. . . La soled5 lo’stA hablando, y cuando la soled5 l’empieza hablar a una, es que se la’sta tragando. Ya no vamo a ser mas gente, 10s empezo a tragar.

L u c I A N A - iEso es mentira!. . . {No cierto qu’es men- tira, Justa?. . . (Silencio) CPor quC no contestai?. . . CPor que

1 l nocontestai?. . .

FIN SEGUNDO ACTO

1 El mismo escenario, la mafiana de un dia gris y f d o . Luciana, que ha estado enferma, aparece semiincorporuda en el I carnastro. Mira atentamente a su alrededor, trata de escuchar. ‘ Llama a Justa y Lucia. Espera. V a a leuantarse cuando entra Lu-

I cia, tiene un aire cansado, morteczno.

L U C 1 A - CDispertaste? Con la Justa creiamos que no

L u c I A N A - Si, molia noma. L U C i A - (La toca) Ya no tenis fiebre; ayer se t’empez6

L U C I A N A - ?La Justa t5 enoja?

I 1 ibai a dispertar, mas. CTai bien?

r ,

a pasar.

’ L U C I A - No. (Se szenta a su lado) Creche de pur0 cuer- PO, Luciana, se te pus0 viejo el pur0 cuerpo. CPor quC hicis- te eso? {Pa quC te juiste a parar a la roca grande con tanto frio?

L u c I A N A - (Se encoge de hombros) No se PO, tonteras. L u C: I A - Tabamos tranquilas, tabamos contentas por-

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a

que 10s iamos a ir con 10s animales, y de repente te dio la chiflaura.

L U C I A N A - Son cosas que trae el aire, que trae la via, una no puke hacer nP. . . Tabamos alla ajuera, hablando de lo que teniamos que llear, cuando de repente la Justa dijo: “No te olvis del tarro pal agua, la otra vez tuvimos que vol- ver a buscarlo”. Lia a contestar, cuando voh dijiste de lejos: “iMira pal lao del cerro, Luciana: s’esta poniendo de colo- res”. Y yo mire y me dio una cuestion rara en el corazon, una cuestion como si me hubieran dao un golpe asi. Porque eso mismo: la tarde, el cerro que se ponia de colores y uste- des diciendo eso, ya habia pasao varias veces. . . hasta con el mismo aire que corria y el mismo color del cielo. . . 2M’en- tendis?: ya habiamos vivio eso. . . Entonces me agarro un mieo muy grande, porque vi que toos 10s dias son iguales pa nosotros, siempre son 10s mismos noma: es como no’star via. . . Por eso me puse la ropa nuea y me jui a esperar pa la roca grande, a esperar que pasara algo que no juera igual; per0 no p a d na, se jue el sol, llego el frio y no paso na.. .

L U C i A - La Justa tenia razon, no teniamos nP que po- nerlos esa ropa.

L U C I A N A - tY pa que la compramos? L U C 1 A - De testaruas que somos, de pur0 testaruas. L U C I A N A - El corazon es el testaruos. PO, Lucia, no

L U C 1 A - (Miru ha& ufueru) N’importa, ya n’importa. L U C I A N A - (Sorpendida) CN’importa? {Por que? L U c; i A - Cuando’stabai enferma 10s dio mucho mieo

con la Justa, no hayaamos que darte, porque las yerbas no querian llevarte la fiebre. Entonces la Justa salio a ver si en- contraa alguien pa que 10s ayuara, per0 anddo toa la noche y too el dia y no s’encontro con nadie. . . Y encima llovia y ventiaa, llovia y ventiaa. . . Cuando llego tuvimos hablando, tuvimos hablando mucho tiempo. . .

LUC I A N A - ?De que? 2De mi?

-

una.

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L U (; I A N A - (Se abraza a elk) i No, sola no, no me dejen sola! (Llora).

L u (: i A - iNo’stis Ilorando; nosotros no hernos llorao nunca!

L U (; I A N A - iEs que me da rnieo, me da rnieo! iY0 tarnbikn quiero irrne di’aqui, per0 no rnurikndorne, no rnu- rihdome!)

L U C I A - N o hay ni’una otra rnanera d’irse. Per0 no tengai rnieo, 10s varno a ir juntas, nunca 10s hernos sepa- rao.

L u c I A N A - Si 10s rnorirnos no varno’estar na juntas. ‘L U C 1 A - Si, porque 10s varno arnarrar de la cintura

tarnbikn, nadie 10s va poer separar; por eso esperarnos que te sanarai.

L u C I A N A - (Separandose de ella) &6rno es eso? {Corno es rnorirse, Lucia?

L u c i A - Es giieno, una descansa de too, de I’invierno, del harnbre, del viento, de too; y no tiene que quearse mas pensando, ya no tiene que echar mas de rnenos lo que no ha tenio nunca; es giieno irse, es giieno descansar.

L u c I A N A - {Pero’stai segura que no 10s varno a quear condenas a dar giieltas pa siernpre por aqui?

L u C I A-No 10s puee pasar eso, Dios rnanda too lo qui’una hace, El tiene que haberle ayudao a pensar a la Jus- ta, porque sae que no 10s quean juerzas pa vivir sin anirna- les y sin na en el corazon. El es giieno y sae too. {Corno 10s varnos quear dando giielta, si El rnisrno 10s quita el rnieo pa que 10s poarnos ir? No se puee enojar por algo por algo qui’hace El rnisrno PO.

L u C 1 A N A - De veras PO. . . Dee ser bonito no tener mas este ahogo aqui. (Se toca elpecho) Per0 voh tai triste, Lu- cia.

L u (: i A - (Vuelue la cara) No, no’stoi na triste. L U C: I A N A - (Incorporcindose en el camastro) 2Y la Justa?

L U C 1 A - TA en la roca grande. . . TB arnarrando 10s ZAonde’stfi la Justa?

cordeles.

I62

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Ni el mismo don Javier va subir nunca mas p’ad, no va ve- nir hacer negocio con nosotros noma; y 10s que compran quesos y animales tampoco.. . Per0 eso n’importa, lo qu’importa es que se me vino too el cansancio encima, ya no quiero andar mas, {pa que?

J U S T A - {Tenis mieo (Se acerca a ella) {Queris quearte aqui?

L U (; I A N A - iNo, no! (Se abraza impu&vamente a ella) iSola no!

J U S T A - ?No habis visto lo que les pasa a 10s que se mueren de frio cuando se pierden all5 arriba? Buscan algu- na cuea o alguna piedra grande y se acurrucan ahi; per0 no puCen hacer n i , porque el frio se les mete por toas partes, ,

se encogen, se arrebozan con la fraza, se calientan las ma- nos con la boca, se refriegan; per0 la juerza se les va quitan- do dia poco y tienen que quearse quietos: entonces el frio 10s empieza a matar despacito, como un animal malo, por eso quean con 10s ojos abiertos. . . Con la eda pasa igual, se viene encima dia poco y una no puke hacer na pa defender- se, per0 la agonia dura mucho mas tiempo. Yo no voy a es- perar eso: a mi no me humilla nadie.

L u (: I A N A - {Y. . . y 10s animales? J U S T A - ( S e separa de ella) Los animales se vienen con

nosotros, ellos son mas indefensos toavia, no 10s poimos de- jar sufriendo.

L u c I A N A - {La “Changa” tambiCn? J u s T A - TambiCn. L u (; I A N A - iY0 no me atreo, yo no pueo hacerles na! J u s T A - Y o lo voy hacer. L u <; I A - {Ti’ayuo? J u S T A - No, ayuale a la Luciana; ya 10s tengo ence-

rraos. (Comienza a ponerse urn especze d p guardapolvo.) L u (; I A N A - Primer0 a la “Changa”, Justa, pa que no

vea na. J U S T A - (Asiente con un movimiento de cabeza. Saca un

largo cuchillo de un cajbn) Hay que dejar bien limpio aqui. (Sale)

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Page 160: Teatro de Juan Radrigan

L U (; I A N A - (Comzenza a uestzrse) 2Ta nublao? L u (: I A - (Haczendo cosas de espalda a ella) 2Qu’irnporta

eso? L u (: I A N A - (Mirando) Si, ta nublao. 2Por que se habra

alargado tanto I‘invierno? (Vuelve a sentarse) No es na una la que se mata de soleda, a una la matan.

L U (; I A - cQuien? L U (; I A N A - Toes. L U (; I A - ~TOOS? L U (: I A N A - sf, tOOS.

L U (; I A - 2Como es eso? Aqui no hay nadie. L U (; I A N A - Por eso: porque 10s dejaro bods igual

L u <; I A - El hombre qu’era rnario e mi rnadre. . . L U (: I A N A - El nornas no tu0 la culpa; yo no se decir-

los, per0 es cdrno si la soleda juera un palo y toos 10s hubie- ran pegao con 61.

L U (: i A - Dkjate de pensar, si te ponis a pensar te vai a encontrar con el odio y te vai apretar entera; p’alli hay que irse suelta, hay que. . .

que anirnales.

L U (; I A N A - 2QuC varno hacer con la ropa nuea? L U (; I A - Ponerlos PO. (Mirundola) No te vistai asi, la

Justa dijo que teniarnos qu’irlos con lo rnejor; y tenirnos que dejar bien arreglao aqui tarnbiCn, porque. . . (Golpes, balidos, quejidos, etc.)

hacia la puerta). L U (: I A N A - iLa “Changa”, esa es la “Changa”! (Corre

L U (: i A - (Atajandola) iNo, quCate aqui, no rniris! L U (; I A N A - (Forcejeando) i“Changa”, “Changa”! L U (: I A - iQueate aqui te digo, tiene que matarlos a

L U (: I A N A - iLOS varno a ir en pecao! L U (: i A - iNo, si 10s dejarnos abandonaos 10s varno en

toos pa que no se queen sufriendo!

1 pecao. (Quedan abrazadns escuchando la algazara. Cuando esta cesa.)

L U (: 1 A N A - Ahora si que quearnos solas. . . L u (: I A - (Desprendihdose de ella) Ayuarne, tenirnos que

~

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Page 161: Teatro de Juan Radrigan

dejar arreglao aqui, si dejamos sucio pueen venir a vivir las himas.

L u c I A N A - {Que animas? L u C 1 A - Las qui’andan por aqui. L U C I A N A - {Andan h imas por este lao? iNo vis, yo

te decia: 10s vamo a quear dando guelta. L U C I A - N o , nosotros no; 10s que se quean dando

guelta son 10s que han hecho algo malo, 10s qui’han matao o 10s qui’han.. . iPero ven ayuarme PO, no miris mas p’ajuera 1

L u C I A N A - (Escuchando) Mira que que6 calla0 too. . . L U c; i A - (Escuchando) Si, ya no hay na. L U C I A N A - {Asies alk? L u c I A - N o sC, no sC. <Se ve la Justa? L U C I A N A - si, s’est8 lavando. . . {Y si all& es pior que

L u c t A - AWstAn toos 10s que se mueren, no puee ser

L u c I A N A - Frio. M’sta dando frio otra vC. L u C I A - Es qu’estay muy desabriga, ven. (Lu lleua ha-

cia el camastro) Sientate ahi, yo te voy ayuar a vestirte. (La ayuda).

L u c I A N A - {Por que 10s pas6 esto, Lucia? 2Por que tuimos que matarlos?

L U C I A - Callate, yo no s6 esas cosas. L u c I A N A - La muerte es pa siempre, con ella se ter-

L u C I A - (Intranqzn‘la) No, no es n8 asi: alla’sta Dios, no

L u C I A N A - Aqui tambiCn ta p@. L u c i A - Si, per0 no es igual. LUCIANA-Tiene que ser igual, es el mismo Dios

noma. . .{Par que en lugar de darlos juerza pa irlos, no 10s da juerza pa quearlos?

L u C i A - No me preguntis mas; aqui no sabimos mu- chas cosas de Dios, aqui no’stamos en la ciuda: sabimos que existe noma. Per0 si la Justa dice que 10s lavemos, que 10s

aqui de solo y callao?

solo. (Luciana se moge, frioldu) @uC tenis?

mina too. . . Y puke ser tan calla y tan negra. . .

puee ser mala.

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Page 162: Teatro de Juan Radrigan

vamo con la mejor ropa, es porque alla es gueno, ella sae. {No habis visto que a toos 10s que se mueren les ponen la mejor ropa?

LCCIANA-si.. . L u c 1 A - {No vis? L U C I A N A - (Impukiva) iRecemos, recemos, Lucia, pa

que se 10s pase el mieo! L U C 1 A - No, toavia no, cuando ya 10s vamo a ir. Pero

no me hagai hablar mas, yo no soy la Justa; ella es la que sae too. (Trabajan un instante en silencio, vistikndose y arreglando la cho- za.)

L U C I A N A - {Quk hariai si te subierai a la roca grande y vierai a lo lejos que hay gente? {Que hariai si no juera ver- da que se jueron toos?

L U C 1 A - Na. LUCIAN A - {Na? L U C i A - (Firme) No, na. A caa rat0 le agarro mas ley a

la via. Parece que hubiera'stao cien arios haciendo la misma lesera. . . Y que tuviera que vivir cien alios mas. {TU no sen- tis na? {No te dai cuenta?

L U C I A N A - (Mira un momento hacia afuera) Si me doy, y o tambikn le tengo ley a la via. . . Per0 no jue por lo que 10s dijo don Javier que 10s pas6 esto: juC por el encierro, juk por quearlos aqui, Lucia.. . Es como cuando una se pega en un brazo o en una pierna siguiendo a 10s animales, con el calor de la carrera no se da cuenta y puke pasar too el dia sin sentii- n5; per0 cuando una se saca la ropa en la noche y se ve la heria, entonces l'entra too el dolor y el mieo; asi 10s pas6 por quearlos encerras, 10s vimos la heria. . . (Siguen en sus guehaceres. Entra Justa, se ha sacado el guardapol- vo y se ha lavado. Comienza a cambiarse ropa en silencio.)

.

L u c i ~ - - - { L a s . . .las.. . J U S T A - Si, a toos, menos a1 Caliche y a1 Pallen, ellos se

L U C I A - {Y el Alicanto, no? 1 U S T A - No, 61 era di'aqui; alla no hay vetas pa buscar.

I I van a irse con nosotros.

I

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Page 163: Teatro de Juan Radrigan

L u c: i A - (Serialando la ropa que se esth cambiando) {No tenis n5 nueo que ponerte?

J U S T A - Con un cosa que una llee ta bien, zhiciste las coipas?

L u C i A - Si, aqui’stan. (Saca 10s gorros) La Luciana dice si vamo a rezar.

J U S T A - {A rezar? (Se sienta sobre la cama) tPor quC vamo a rezar?. . . Una vez 10s pusieron a la entra di’un ca- mino que 10s juC matando dia poco, <pot- quC vamo a rezar.

L U (: I A N A - iNo digai esas cosas ahora! J U S T A - Los animales qu’estuve matando en la pirca

tenian muchas cosas en 10s ojos, per0 ninguna era parecia a rezo: {por quC m’iban a rezar si les taba matando?

L U C I A N A - iNosotros no somos animales! J U S T A - Pal tiempo somos animales, {o te trato como

L U C i A - El tiempo no es na dios. J U S T A - (A Luciana) CPor quC’stai tan encogia? {Tenis

frio? Yo te dije qu’esas chombas eran muy delgas. (Le pasa otra) Ponete esta encima.

otra cosa?

U C I A N A - No, quiero ir con esta. J u s T A - Entonces salete del lao de la puerta. L U C I A N A - iDCjame tranquila! L U C 1 A - {QuC pensai tanto? (Luciana no contesta. Justa

saca la cuerda que ha estado trenzando) iEsa era la cuerda qu’estabai haciendo pa. . .

J u S T A - El sae, ya le dije. Tenimos que usarla, no poi- mos quear separas: siempre hemos tao juntas. (Se acerca a Luciana, la amarra de la cintura. Llama a Lucia) Ven, ajuera ya tengo too listo. (La uta)

L u C; I A N A - (Mirando hacia afuera) {Qui& 10s va a sa- car?. . . Los vamo a quear solas ahi pa siempre? (Justa co- mienzd a amarrarse. La luz decrece) {Los vamos a quear ahi pa siempre?. . . iContCstenme, contestenme!. . .

FIN DE LA OBRA ~

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(El ideal es poder mostrar la roca con 10s tres dogales. Y mejor azin si la roca tiene una vaga forma de cadalzo.)

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Page 165: Teatro de Juan Radrigan

EL LOCO Y LA TRISTE

El lugar donde transcurre la acczbn, es la pzeza prancapal de una casucha de poblaczrin callampa reczentemente erradzcada. Paeza, es s610 una forma de deczr, en realadad re trata de una especae de ca- j6n a1 que le faltara un costado; es una uerdadera ratonera, s6rda- da, agraetada. LOT “muebles”, una dervencgada cbmoda, un antz- p o uelador, unjergbn, asi como 10s demas objetos que la atzbo- rran, tabla, fierros, tarros, cajas de zartbn, etc., yacen despatarra- dos, como sa una bomba o un uendaual lo hubzese descuajarzngado todo. E n medzo de la deuastaczh se uen 10s bultos znfomes de dos perso- nas, una en e l j e r g h y la otra tzrada en el suelo sobre un m o n t h de taras. Por entre las rendgas de las destrozadas paredes entran brallantes, alegres rayos dP sol. Pasados unos anstantes:

V o Z H u I N C A - . . .DespuCs que 10s queamos tiesos, o sea despues que la gente dice que 10s morimos, desperta- mos en la mita de la noche y la mita de la tarde.

V o z E v A - Chis, tcomo es cso? V o z H u I N c A - No te pongai complica PO, si alla no

es como aqui. La mita de la noche y la mita de la tarde, te dan un color asi como cuando el sol se mete por entreme- dio de 10s troncos y de las ramas y alumbra el carnino. Too ta callao y tibiecito, no se ve a nadie ni se sientG na. Per0 no te da mieo, porque es como si por fin hubierai llegao a una parte que habis buscao desde el dia en que naciste.

V 0 Z E V A - iPero, que veis PO. que? V o z H u I N c A - iLa casa PO: la casa grande, la casa e

toos!. . . Tiempo. El Huinca -cualquier edad mas all6 de 10s treinta afios- se remue- ve inquieto, murmura cosas -en un ritmo que recuerda vagamente “La Rosa y el C1auel”-. DeJpzerta, observa extrafiado e1 lugar;

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Page 166: Teatro de Juan Radrigan

trata de ercuchar algun ruzdo, algunn uoz: todo estd en szlencio. H U I N (, A - (Desconcertndo) {Como es la cuestion? (Pnu-

ma) iC6mo es la cuestion! (Llama uisceralniente) i“Pata e Cum- bia”, “Pata e Cumbia”! (El bulto que yace en el jergbn se yergue sobrtwltndo. E< Eun, 11 “Pata de Cumbin”, una prostitutn coja (pie equino), ebna .y erfer- ma de soledad. Lo mirn, niira asurtada:)

E V A - {Que paso? {QuiCn grito? H c‘ 1 N (; A - Yo, no te habia visto. . . No me acorda-

E v A - iA6nde’stamos? {A6nde’stamos? H u I N c A - (Mzrado haczn todos 1do.r) Ah, ya m’estoy

trascurriendo.. . Esta es la casa de mi compadre.. . Per0 chita la cuestion pa rara. . .

E v A - (Recordando subitamente) iMc peg6; el Vitoco me peg6 en la pierna giiena! (Echa uzolentamente las tapas hacza airas +sta en enagua-; se nizra la pierno, se la palpa) iMe va quear marca; poi- culpa tuya me pegaron en la pierna sana, desgraciado!. . . Me va quear marca. . . (Llora).

H u I N c A - (Confundido) Pucha. . . No lloris, Pata, la. . . E v A - iNo me digai Pata, infeliz! H u I N (; A - Perdona PO. . . Es que ncf. se como te lla-

E V A - iNo tenis na que saber! H u I N c A - {Y como te voy a decir entonces? E V A -(Mostrdndole la pzerna) iMira como me queo,

mira como me queo! (Furiosamente) {Por que no te juiste a la posta? iY0 no quiero na con voh, me dai asco, a toas les dai asro!. . . {Por que no te juiste a morir a la posta y me de- jaste tranquila?

H u I N c A - (Gfendido) {Y quien te dijo que yo queria algo con voh? Tai mas destartala que trota e vaca y te venis a-mandar la parte. Yo no te dije que juerai a la fiesta ni te traje p’ad; jue mi compadre el que arm6 too el cagiiin. . . Yo nunca he querio tener ninguna cosa, el sol y la calle no- mas; asi que Cchate a volar a1 tiro, no te hagai ni’un proble- ma.

ba.. . Pucha.. .

mai.

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Page 167: Teatro de Juan Radrigan

E v A - (Senthndose a1 borde de la cama. Buscando 10s zapa- tos) Sabis que no me pueo irme: las cabras dijeron que m’iban amarrar con el viejo de la zapateria si no’staba con voh; si te dejo botao no me van a dejar trabajar en la plaza. tPor que me metis a mi en tus cuestiones? {Cuando he te- nio na que ver con voh yo?

H U I N <: A - (Encogie‘ndose de hombros) Ya te dije que y o no sabia ni’una cosa.

E V A - (Vistie‘ndose) Too el tiempo cargan conmigo, creen que porque soy enferma no tengo estomago, o que no sC pensar. Yo soy decente, no soy na como voh ni como ellas, por eso me tienen bronca.

H c‘ I N C A - Y o no te tengo bronca, te tengo lastima por lo amarga que soy. Per0 no tengo ganas de conversar; nunca mia gustao peliar, y menos con locas como voh, asi que chao nomas. (Saca una arm6nica del bolsillo delpantaldn.)

E V A - La que te tir6 de las patas sera loca PO, no yo. (El Huanca limpia la armdnica, golpehndola contra la palma de la mano) CY a qui& le tenis lastima? ?No te habis pegao la ca- cha que te andai deshaciendo solo? En vez de pedirle una receta pa la cirrosi a1 doctor deberiai pedirle algun remedio pa 10s gusanos. (Despectiva) Mire que se va comparar con- migo el Tgr i en to . . . (El Huinca toca la armdnica mirando para otro ado) ZPor que me hiciste chupar? 2Por que te me- tiste conmigo, te habia dao bola yo alguna vez? icontesta- me PO! (Dolorida) Yo no queria tomar. . . No queria volver a tomar nunca mas. . .

H IJ I N C A - (Zndiferente) ?Y quC te abrieron el hocico a la juerza pa echarte el vino?

E v A - Me dio la desesperaci6n PO; ?no vis que me pe- garon en la pierna giiena? (Se mira) Mi pierna. . .

H U I N c: A - Esa cuestion tu0 mala; jue una chancha re grande la que t’hicieron. Per0 mi compadre no sabia ese dato: juC el Piter el que le dijo que cuando’stabai chant5 ha- bia que pegarte en la pata giiena y te poniai a chupar como loca.

E v A - iPero el me peg6 PO, el Vitoco jue. . . Y encima

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Page 168: Teatro de Juan Radrigan

me querian amarrar con el viejo de la zapateria, como no m’iba a poner a tomar.

H u I N (: A - Barretas nomas: si uno quiere chantarse se chanta. Nadie puee mandar mis que uno en uno mismo, si no somos na animales PO: lo unico que tenimos 10s pobletes es la via, <van a venir a decirlos lo que tenimos que hacer con ella tambiCn? No PO. Lorea: en la posta un bacan me dijo que si seguia chupando m’iba a ir cortao en una sema- na, per0 yo chupo igual nomas, porque yo soy el que tiene que ver lo que me conviene o no. He si0 libre toa la via y no me voy a venir a echar p’atras ahora, porquC PO; yo tengo que seguir mi linea nomas.

E v A - Es que voh no servis pa na, no tenis a nadie: soy como 10s perros.

H u I N c A - Como 10s pajaros. E VA - Como 10s perros, rnierda; soy botao. H u I N <: A - CY que voh te creis muy pulenta? Soy har-

to poco mas que las guatas de 10s callejones nomas pos, ca- brita. En tres meses mas ya no te van a dar bola ni 10s cu- raos; acukrdate que tenis que andar choriando pa poder darle a1 mastique.

E v A - (Empezando a andar) Andate a la cresta. H u I N (: A - (Somiendo) tQuC‘stai haciendo? E v A - Me voy a lavar PO. H U I N C, A - Ah, yo creeia que’stabai bailando cueca,

ipucha que le metis cagiiin p’andar! (Rie alegremente) E V A - (Detenikndose) iY0 no te dao nunca confianza, ya

te dije ya! Yo no me comparo na con voh, muerto di’ham- bre!

H u I N c: A - iGiiena, “Pata e Cumbia” Erarrazuriz!. . . Somos toos del mismo lote nomas, no seai desclasa.

E V A - Desclasao seris voh, que tenis que firmar con el deo gordo. A mi me mandaron a la escuela desde qu’era chica. Y mi mami me obligaba a leer, porque era profesora y tenia puros libros giienos. (Enumerando) Tenia la colec- ci6n completa del Ridel, empasta y too, tenia Genoveva Brabante, tenia el Chilote, de Miguel Cervantes. . . (Despec-

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tiua) Que vai a saber voh d’eso. H u I N (: A - ?No vis que te cache que soy niofita? Tai

hablando puras cabezas de pescao: desclasa no es que no hayai io a la escuela, significa que soy krumira; o sea que te apartai del ganao.

E v A - Te caiste, porque krumira es cuando uno va tra- bajar y 10s demas tan chantaos. Tan superitante que te creis y no sabis na.

H u I N (: A - Se puee decir igual nomas PO, si las pala- bras no significan una pura cosa. Per0 no discutamos mas, porque la filosofia me da se. (Sobandose la boca) Tengo mas SC que un pescao en el desierto.

E v A - (Con grandes aspauzentos) iNo, no me vengai na con cuestiones: aqui no tomai ni’una cosa; despuCs te re- ventai y capaz que me encanen. Cuando yo me vaya toma lo que querai.

H u I N (: A - 2Sabis que mas? Si me seguis mosquiando te voy a enderezar la pata a charchazos. (Serialando) Parece que alla ajuera hay una pileta, lavate el caracho y te mandai a cambiar a1 tiro: a mi nadie me prohibe ninguna cosa.

E V A - Chis, puta que soy choro. H u I N (: A - No, si no soy na choro; per0 no le aguanto

a nadie que me mande: amigo de too, per0 esclavo de nada; asi soy yo.

E v A - (Salaendo) Correte, podrio desgraciao. . . Queria discutir conmigo el patuo. . . (El Huinca queda riendo. Toca un trozo de alguna alegre melo- dia. Luego se leuanta. Sus movimientos son lentos, pesados: no po- see jlexibilidad, su est6mago es redondo, abultado. Comzenza a re- w a r la pzeza, abre 10s cajones de la cbmoda, aparta trastos, farfu- lla. Eva regresa, trae mojados el pel0 y la cara.)

E V A - (Buscando con la mzrada) ?Con quC me pueo se- car?

H c‘ I N (: A - (Sin dejar de buscar) QuC SC yo PO. E v A - (Seccindose con la punta de la frazada) CY voh no te

H U I N (: A - Mas luego. vai a lavar?

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E v A - A mi m’enseiiaron andar limpia desde chica, mi

H u I N C A - Algo PO. E V A - (Amenazante) Ya te dije ya. H U 1 N <: A - iTengo se PO! (Tocandose el estdmago) Cuan-

do no tom0 m’entra a doler. (Vzendo que Eva ha quedado de pronto rigida) {QuC te pasa?

mama. . . {Quk’stai buscando?

E v A - (Desconcertada) No vi a nadie. . . H u I N C; A - {Aonde no viste a nadie?. . . {Testa dando

E v A - Alla ajuera. No hay nadie. H u I N c A - {No? (Vu. Se asoma) Pucha, de veras PO: no

E v A - (Yendo a mirar tambitn) {No vis qu’era cierto?. . .

H u I N c A - iHa, claro; ahora mi’acuerdo! Se 10s lleva-

E V A - {Pa 6nde se 10s llevaron? H u I N (: A - NO SC PO. E V A - {Asi qu’estamos solos aqui? H U I N (: A - Claro, solos. E v A - (Deja de mzrar. Sefiala las cosas de la pieza) {Y por

H L! I N (; A - Quinzas PO. E v A - A lo mejor hacen un bulevar, {no vis que ahora

tan de moda? H u I N C; A - Na de raro. (Se szenta sobre el camastro) Gue-

no, {tenis que me pasis un resto? Yo ando mas helao que 10s cocos de tarzan; y me vino re toa la se.

E v A - (Bziscando algo por todos 10s rincones) Chis, {tai mas fresco que te voy a pasar plata? {Soy mi lacho voh?

H u I N (: A - Voh no tenis lacho; ya te chutiaron hasta 10s rastrojos de cafiches que habian en la plaza. Como sera la alegria (Eva ha encontrado una horrible cartera grande, chillo- nu .y bwca en ella) que hasta “El Carne Amarga” se permitio darte la corta.

E v A - ( D i p a ) i Y 0 10s he chutiao a toos: a mi no me

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la de 10s pavos?

se ve a nadie.

No se oye na, ni se ve na: ni gente, ni perros, na. . .

ron a toos: por eso mi compadre 10s trajo p’aca.

que no se llevaron estas porquerias?

Page 171: Teatro de Juan Radrigan

bota nadie! (Saca una peineta y un espejo; le pasa el espejo) Su- jeta ahi, sirve pa algo.

H u I N C A - (Sosteniendo a duras penas el espejo con una mano) Lorea como’stoi: parece que me traguk un temblor.

E v A - AgPrralo con las dos manos, no me pueo ver. H u I N c A - (Mircindola atentamente) Pucha que soy fea

ho; parece que andaban con la cafia mala 10s viejos cuando te hicieron. . . Y pa mas recacha te falla la catimba.

E v A - Fea, per0 no podria como voh. H u I N C A - Trancurrete, junta un billete luego pa que

salvis la dignida despuks; porque si no te vai a tener que arrastrar por el suelo pa que te tiren un pan por las babas. No seai gilucha, Pata: ya te quea re poco hilo en la carreti- lla, no’stis desper. . .

E v A - (Quitbndole violentamente el espejo) iYa te dije que no me dijerai Pata! (Afrma el espejo en cualquier parte y sigue acicakindose)

H U I N C A -i- 2Y como queris .que te diga entonces? CQueris que te diga “Sefiorita Pata e Cumbia” (Reflexive) Pucha la cuestion pa rara: tamos casao y no sC ni como te llamai. . . {Casaos? (Tenso) ZTe casaste conmigo?

E V A - Chis, {tai mPs gil? H u I N c A - {Firme? Pucha, si me hubierai hecho algo

asi, ahi si que te sacaba la cresta. Toa la via e vivio libre, nunca he tenio amarras con nadie. iNo me pueen haber fregao a ultima hora: no me pueen haber hecho eso!

E V A - Si no ho, como vai a creer esa cuestion. H u I N C A - Mi compadre andaba hace tiempo con la

lesera de que m’iba a morir y que no habia tenio nunca casa, hijos y toas esas macanas. Decia que tenia que vivir como la gente, aunque juera un par de dias. iPucha la gen- te intrusa que hay en esta via: too el tiempo lo agarran a pu- rial& a uno y le dicen que lo hacen por su bien. . . (Agresiuo) ?Que jue lo que paso?

E V A - Na PO. Cuando el Vitoco te llev6 a la posta y le dijeron que te quedaba poco, empezo hacer una colecta pa despedirte, y despuCs 10s juimos toos pa donde el Peteo. . .

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H u I N c A - (Y por qut. arnaneciste conrnigo? Guarda, rnira que despuCs yo rni’acuerdo de toas las cuestiones, a1 principio nornas se me borra la pelicula.

E V A - Arnaneci aqiii PO. . . Ninguna de las cabras qui- so quedarse con voh, porque soy rnuy cochino y t’estai rnu- riendo; yo tampoco queria. . . Por eso rn’hicieron tornar a la juerza.

H u I N <: A - . . .Y 10s trajeron p’aci, pa que hiciCrarnos cuenta que’stabarnos casaos.

E v ~ - C l a r o , per0 no’starnos na casaos; corno se te puee ocurrir que alguien va a querer dorrnir con voh.

H u I N c; A - (Tai segura que no? Mi’acuerdo que 10s cabros hacian salu a caa rat0 por nosotros.

E v A - Taban lesiando ho, taban pur0 lesiando. (Asom- brada) (De verda que habiai agarrao papa?

H u I N c A - (Pa casarse hay que tener carnt. y toas esas cuestiones, no cierto?

E v A - Y novia tarnbiCn PO. (Saca un lapiz labial de la car- tera, se pinta) (Voh creis que yo rn’iba a casar con un botao como voh? Chis, antes prefiero ponerrne a pedir lirnosna.

H u I N c A - Y en eso andai PO, (0 creis que 10s rnachu- caos se acuestan con voh por 10s fundos que tenis? De Iasti- ma nomas, pos charcha, de pura lastirna.

E v A - (Te pedio algo alguna vez pa que abrai el hoci- co? N o tenis ni aonde caerte rnuerto y te van a rnachetiar. . .

H U I N C; A - Si tengo: la calle. Toas las calles son rnias, me pueo caer rnuerto en la que yo quiera. Y pa que sepai, ya tengo escogia la precisa, asi que en cuanto me sienta mas mal parto p’alla. (Preocupado) Lo malo es que no rni’acuerdo aonde’stP. La vi una vez que andaba curao, con el Pato y la Maiga. . . (Nostcilgzco) Parece que de repente hubiera retro- cedio hasta cuando yo era cabro, se me llego a espantar la curaera de la irnpresion. . . ~ L O S laos pueen repetirse, ver- da?

E v A - (Sin entender) (Repetirse? (QuC se puee repetir? H U I N C A - Los laos PO, las partes. . . Pucha, o sea 10s

lugares.

177

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E v A - Ah, las ciudades decis voh. iAsi que Santiago

H u I N c A - Si, per0 no too, un laito nomas. E v A - No; no pueen. H U I N C A - CC6moque no? E v A - No pueen PO. Mira (pone la cartera en una parte)

si esta cartera est& aqui, no puee’star en otra parte PO; no seai ignorante.

H u I N c A - Es distinto. . . Lo que yo te quiero decir es que me perdi una vez all& en el campo, cuando tenia siete alios. Tabamos en una parte que se llama PaiIlaco, p’alla pal sur.

E v A - CConocis de verda el sur o lo habis visto en 10s notiarios?

H u I N c A - Conozco too lo que hay que conocer, por eso se que no hay na pa nosotros aqui, si tenis una piedra tenis que perderla. Per0 no me tiris pa otro lao; lo que yo t’estaba contando, es que una vez que andabamos por el sur yo me perdi; me perdi porque como siempre me ha gustao torrantiar sali andar solo. . . Mi’acuerdo tan bien de la par- te aonde jui a dar. . . Los arboles eran largos y flacos, y cer- ca de ahi se sentia correr agua; como a media cuadra, asi pal lao, se vejan cuatro o cinco casas toas destartalas, per0 no habia gente por ninguna parte, pa onde voh mirarai se veia pur0 silencio y pur0 verde, no corria aire y el sol s’esta- ha arrastrando despacito pa 10s cerros, asi como cuando uno no quiere meter bulla; per0 lo m&s encachao era el gusto que tenia la tarde: un gusto fresquito, un gusto asi como a caminos, como a cosa bonita que va a pasar. . . Taba perdio, per0 no me dio ni concho e mieo, porque toa la via era amiga mia. Entonces me sent6 a esperar a mi taita, tran- quilo, igual que cuando uno se acuesta a esperar que llegue el otro dia; taba seguro qu’C1 iba a aparecer por ahi con el camion. Y asi juC PO: venia rikndose, como siempre, y le dijo a mi mama: “?No te dije, vieja, que lo iamos a encon- trar por el camino? Si este cabro sabe que yo no le fallo” (Puma) {Chora la cuestion, ah?

puee’star en otra parte tambi6n.

178

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E v A - (EncopCndose de hombros) No t’entendi ni paila; tabai hablando di’una calle y despuks saliste con una cues- tion de tu papito. (Guardando 10s utenszlzos en la tartera) Tai mas tocao qu’el timbre de la Carlina.

H u I N (: A - Es que lo que y o te queria decir, es que aqui en Santiago encontre un lao igual a ese aonde me paso a buscar mi taita: tan 10s mismos arboles, las mismas casu- chas, y hasta se siente correr agua. P’alla tengo qu’irme cuando sienta que me quea poco, como sabis si guelve a pa-

l sar el camion. Yo creo que si, eno cierto? (Desasosegado) ( Per0 no mi’acuerdo aonde es, no me pueo acordar. . . Y pa- \ rece que ya’stoy clotiando. . .

E v A - Que te vai a morir voh; esa es pura barreta pa tomar gratis. (Mirandolo como experta) No tenis ni guata.

H U I N C A - <Y quk mas queris que tenga? si no’stoy na embarazao PO.

E v A - A toos 10s que tienen cirrosi y’stan en las ultimas se les hincha bien la guata antes d e irse cortaos; asi le paso a1 Chumingo y a1 Cauquenes. Y a la guasa que andaba con el Lobito tambib, ?no te acordai?

r-

H u I N c A - (Mircindose)Yo tengo un guen resto. E v A - Si, per0 te falta. (Pausa) tCuantas veces habis io

H u I N (; A - Dos; aparte de 10s cuatro dias qu’estuve en

E v A - ?No vis?; tienen que ser mas de tres, despues si que te vai cortao. A ver, tpodis agacharte?

H u I N <: A - Claro PO, eso si: siempre he si0 gueno pa la girnasia; cachate el estilo. (Trata de tocar el suelo con las ma- nos. Lo consigue tras grandes esfuerzos, pero doblando lus rodillas. Acesante.) Y si queris ti’hago mas.

E v A - No, ta bien asi, si era pa ver nomas. (Experzmen- tada) T e falta; por lo menos te deben quear dos senianas mas. Lo que pasa es que tenis mucho liquido, fdesde cuan- do que no te sacai?

H u I N <; A - No mi’acordis mejor. (Grafcando) Asi es la jeringa que meten en la guata. No yo no voy mas, <pa que?

a la posta?

’ el Barros Luco.

I i

I ,

179

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E V A - Pa que te podai mover bien, si no te vai a morir igual que cuando atropellan a 10s perros y no se pueen mo- ver. Si esa cuestion de la jeringa no duele na ho; yo acom- paiiaba a1 Cacaraco cuando s’iba a la posta, despuks de dos dias volvia flor.

H U I N (:A - No, si s6 que no duele mucho;; per0 voh tai viendo el balde y toas esas cuestiones. Chis, y encima lo empiezan a retar a uno. No, yo no voy.

E V A - Entonces te vai a ir cortao mucho mas luego. H U I N (; A - Claro PO, si sk. E V A - (Extrafiada) CY no se te da na? H U I N (; A - Que se me va dar PO. Y aunque me diera,

CquC ia a sacar con pataliar? CTi’acordai del Lobito? Lo hi- cieron sufrir tanto en la posta, que dijo: “Duele mucho mo- rirse, compadre; mejor me voy a cuidar”. Y se chant6, no 10s queria acompaiiar a ninguna parte; se parecia a Toribio el naufrago, afirmao de las palmeras en la plaza. Hasta que un dia se peg6 la cacha y me dijo: jSae quk mas, compadre? Duele re harto morirse, ipero puta que’s pesao quearse solo: mejor vamos a chupar nomas!”

E v A - Y duro tres dfas, la media gracia. H I N (: A - iTres dias, per0 contento, si esa es la cosa!

(Pausa) Pucha, y o si que tengo suerte; siempre me quise cambiar pal otro lao en verano, porque’sta too alegre y ca- lentito y uno se puee ir en mangas de camisa. Si acaso la cuestion m’empieza a dar en la matiana taria flor, porque me aguantaria como pudiera hasta la tarde y me iria a espe- rar a ese lao que te dije. . :Quisiera’star alla a esa hora en que el sol se ha metio recikn pa entro y parece que too se queara parao de repente. . . ? N o te habis dao cuenta que a esa hora parece que alguien 10s tuviera Ilamando?

E v A - (Queda mircindolo sin comprender. Luego se encoge de hombros) Caa dia tai mas guevon. (Se para, tira Ins ropas de la cama hacia atrcis)

,

H u I N <: A - ~ Q u k vai hacer! E v A - La cama PO, en las casas hay que hacer las ca- 1

mas. I

180

Page 176: Teatro de Juan Radrigan

H U I N (; A - Per0 esa porqueria no es una cama PO; dC-

E v A - No, a mi m’ensetiaron desde chica a ser limpia y

H U I N (: A - 2Tuviste casa alguna vez? E V A - Siempre tue. H U I N (; A - Per0 y o no t’estoy hablando de voltiaeros;

t’estoy hablando de las otras casas.

E v A - D’esas PO. . . Era una casa que tenia drboles y plantas. TambiCn habia un banco de maera qu’estaba deba- jo de un castatio, ahi 10s poniamos a jugar con 10s otros her- manos. . . A1 fondo del patio pasaba una acequia, ahi tenia la artesa mi mama, una artesa de cement0 y mientras mi taita rastrillaba el suelo ella lavaba y cantaba; tenia una voz tan bonita. . . Mi’acuerdo de un valse que siempre cantaba, es un valse re antiguo. . . “Alma, si tanto te han herio, por- que te niegas a1 olvio, porque prefieres pagar. . .” (El Huin- cn tararea y baila, zntenta sacarla) Cbrrete, correte, picante, si no es na pa que te vengai a tirar a1 dulce; conserva la distan- cia.

H u I N (; A - Ah, pucha, de veras que voh bailai con pu- ros guachacas importaos. (Bailando solo) 2Y que pas6 con esa casucha?

jala asi nomas.

ordena. (Pausa) Y tambiCn que me gusta hacer las cosas.

E v A - Cuestiones PO. H U I N(: A - <De amor? E v A - No, por cuestiones de amor no mi’amargo: nun-

ca me han faltao. H u I N C A - 2Entonces te lanzaste a la via de pur0

acompleja porque naciste con una pata pal lao de 10s que- sos?

E v A - (Irritada) iNo te riai de mi, pelota de sebo des- graciao! ?Me rio de voh y o porque t’estay pudriendo?

H Li I N (: A - Perdona PO; era una conversa nomas. (Pausa) Cuando’stan curas toas las chimbirocas se caen de hocico a la tristeza, y dicen que les gustaria volver a la casa: 2a voh te gustaria?

*

181

Page 177: Teatro de Juan Radrigan

EVA - CVolver?. . . No, pa onde voy a volver; ya’stan toos muertos.

H U 1 N C A - Chis, iquk sejueron a la guerra? Como ian a morirse en patota, alguno tiene que quear.

E v A - No, no quea nadie. . . Y aunque queara alguno por ahi, ya’staria igual de hecho tira que yo: ya no seria lo mismo.

H U 1 N C A - No te tiris a1 suelo, que se te puee borrar el ombligo. CSabis? mirandote con paciencia no’stai na tan pal gato. A ver, tamina un poco p’alla pa luquiarte bien.

E V A - Cortala, fresco. H U 1 N C A - No, en serio; ahora que te acostaste cura

amaneciste penca, per0 cuando te chantai parece que toa- via sirvierai pa algo. Lo que pasa es que sofiai con cuestio- nes muy altas, por eso tenis que pasar llorando; si la felicida de la gente ta en cuestiones chiquititas, cuestiones que’stan a1 alcance de la mano. Por ser, cuando me pego un pencaci- to helao y despuks me voy a tirar a1 pasto, me llegan a dar ganas de gritar de pur0 gusto, per0 si quisiera tener un auto me tendria que poner a llorar, fentendis?

E V A - Es que como voh soy loco te conformai con too; no tenis na, no queris a nadie.

H U 1 N C A - &omo que no? Quiero mucho mas que voh, y o 10s quiero a toos, <no vis que no le tengo bronca a nadie? Ese es el amor PO: no odiar.

E v A - Pero entiende PO, cabeza e piedra: el hombre necesita a la mujer y la mujer necesita a1 hombre.

H U I N c: A - Justo. Y como yo necesito mucho, 10s quie- ro a toos.

E v A - (Desorientada) Con voh no se puee hablar, tai muy rayao. (Toma la cartera) iComo lo vamos hacer?

H U I N C A - fC6mo vamos a hacer, que? E V A - (Insegura) Es que tengo qu’ir. . . H U 1 N C A - Marcha po. E v A - Per0 es que alla en la plaza dijeron que m’iban

amarrar con el viejo de la zapateria si no’staba con voh un par de dias. . . 0 sea hasta que te murai.

182

Page 178: Teatro de Juan Radrigan

P

H u I N (: A - 2Por la cuestion del relo? ( E m nsiente con

E v A - Chis, despues que tuvimos toa la noche, queria

H u I N (: A - Pero ese viejo tiene el billete. E v A - Claro, si aparte de la zapateria tiene la pila de

negocios mas; per0 es mas apretao que abrazo de locos. Too el tiempo llega a la plaza cuando ya no hay ni’un brillo, asi que antes que pase la comision y 10s lleve tenimos qu’ir- 10s con 61, per0 no se raja ni con un taza de te.

H u I N (: A - Entonces ta bien; mas era que le hubierai choriao por abusaor. Echate a volar tranquila nomas, no le hagai cas0 a 10s cabros: no te pueen obligar a’star aqui.

E v A - No, si le tengo mieo a la pura Chofa, ella se puee poner a escapar, <no vis que me tiene bronca porque uno de 10s clientes d’ella se ocup6 conmigo y despu6s me queria ponerme pieza?

un gesto) {Y pa que se lo choriaste?

que me juera por 10s puros aplausos.

H U I N ( : A - 2Y te la puso? E v A - No, yo no quise, porque pa’star pa siempre con

H u I N (: A - Mira como tambikn tenis tu corazoncito. E v ..z - Chis, si ya te dije ya que yo no soy na como uste-

H U I N (: A - De harto poco te sirvio. . . Gueno, si te vai

E v A - Pucha, es que no hayo como hacerlo: yo n o .

una persona hay que quererla, y,yo no lo queria a 61.

des; yo se pensar, y tengo mi educacion tambien PO.

a marchar, marcha.

pueo caer en cana otra vez. . . Tengo ficha. - H u I N (; A - Ah, ya’stuviste aentro.

E v A - Si, per0 por hurto: fue liviana. H U I N (: A - tPor robo? E v A - Por hurto, no te dicen. Rob0 es cuando le pegai

H u I N (:A - (Y hurto? E v A - Cuando se lo sacai sin dolor, asi como la cues-

H U I N C A - La misma cosa nomfi. E v A - No PO, rob0 es mas pesao.

a alguien pa quitarle alguna cosa.

ti6n del relo.

183

Page 179: Teatro de Juan Radrigan

H U I N (: A - 2Y que te choriaste la otra vez? E V A - Yo no jui, jue el “Carne Amarga”. Se pitio una

cachi de herramientas y las fondio en el hotel aonde yo lle- vaba a 10s clientes, asi que cuando hicieron la reda 10s Ileva- ron a toos, tue como tres meses aentro. (Pausa) N o pueo caer otra vez, quizas cuanto me van a tirar ahora por reinci- dente. . , (Esperanzada) i Y si voy hacerle empefio pa la esta- cion y asi junto un billete pa comprarle un re16 a1 viejo? To- tal en la estacion tengo re hartos clientes tambib, juntaria plata re luego.

H u I N (: A - Claro, hacelo asi.

H u I N (; A - N o PO, pa que le voy a ir hacer empefio yo. E v A - Te digo que vai a hacer, aturdio.

H u I N C: A - N o sk PO; voy a ir a la plaza, a ver si agarro

E v A - Per0 ya no te la podis pa acarriar maletas. H u I N c A - Pueo pescar una lava di’auto. E v A - Menos toavia, ahi tenis que agacharte. (Se encoge

de hombros) Giieno, voh sabris. Per6 no les digai na en la pla- za que te dejk solo, no seai chueco. (Abre la cartera) Aqui me quea un resto, yo te paso pa que te vai.

H U 1 N (; A - (Recibzendo) Pulento, con esto tengo pa pa- sarlo flor el resto de mi via, lsoy raja voh, ah? Parecis esme- ril por lo gastaora. . .

E v A - N o tengo mas PO, acukrdate que anoche te tue que baldiar las tripas con vino.

H u I N (:A - No si’sta bien, caa uno da lo que puee, y eso es igual que darlo too. (Trata de estirarse) Pucha que ando tieso, parece que me hubiera penquiao con cemen- to. . . tVoh no vai a volver, no cierto?

E V A - f Y voh?

algun trote.

E v A - No PO, a que. iY voh! H u I N c A - Si no hago pa la hospederia voy a tener

que venir a dormir aqui, <no vis que ahora no se puee an- dar de noche por la calle?

184

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E v A - Claro, con esa agilidi que tenis, como no te van a tomar por extrernista. Vdmolos ho. (Salen)

FIN PRIMER ACTO

El mismo escenano, la tarde del mismo dia. El Cnico cambio es que sobre el remedo de cdmoda hay una bolsa de malla llena de paquetes y encima del cajdn que hace de velador se ve una botella de vino que ha sido abierta. El Huinca esta sentado sobre uno de 10s camastros, tratando de dibujar un mapa en el sue- lo con un palo. Eva se pasea por el cuartucho mircindolo todo con p a n atencidn. Ambos visten la misma ropa del @‘mer acto. La cartera de Eva -una alevosa agresidn a1 buen gusto- sobre una de las camas.

H u I N c A - . . .Tendriai qu’empezar andar por aqui (seriala con el palo), porque el Pato me dijo esa vez que iarnos a ir a un brillo por Vivaceta. DespuCs que cruzamos por esta calle ancha (sefiala) vi de golpe el m o n t h de arboles flacos y las casuchas a1 lao.. . Y el agua.. . iEntonces el agua que senti era la del Mapocho! iClaro! (Mirundola) iPero dame bola PO!

E v A - (De buen talante) Si t’estoy oyendo, habla nornas. H u I N C A - No m’estay na oyendo, desde que llegaste

E v A - Na. (Como a1 desgaire) Falta poco pal diciocho. . . H u I N c A - f Y eso quC tiene que ver? <Que tenis qu’ir

E v A - Claro pos, desgraciao, por eso toi ensayando el

H u I N c A - Guarda el hacha, pos india; si soy voh la

E v A - <Cbrno que cuestiones raras? Si te digo que falta

H U I N c A - Claro, es que no’starnos n i hablando d’eso. E v A - Yo si PO, yo’stoy hablando d’eso. Siernpre que se

acerca alguna fiesta me duele rnis juerte lo que no he tenio

qu’estay pensando en otra cosa. ~QUC te pas6?

a desfilar?

paso e ganso, {que no’stai viendo?

que salis con cuestiones raras.

poco pal diciocho, es porque falta poco.

185

Page 181: Teatro de Juan Radrigan

nunca. (Pama) Per0 a lo mejor no es na porque se acerca el diciocho, a lo mejor es por alguna de las cosas que me dijis- te en la mafiana; a veces pasa asi, hay palabras que se meten aonde una tiene COSBS escondias y las hacen salir p’ajue- ra. . . Per0 voh soy muy poca cosa, soy muy ignorante, que sac0 con explicarte.

H U I N (: A - Pucha, es que pa que te vai a poner hablar en inglCs PO, hablame en castellano no mPs, como sabis si te cacho algo.

E v A - Es que me da rabia hablar con voh, porque te las dai que sabis de too y no sabis na. Soy igual qu’el choro Lu- cho, que se mandaba la parte qu’era honrao, y lo habian echao hasta de la carcel por ladron.

H U I N C, A - ?Gueno, volviste a peliar o viniste acompa- iiarme?

E v A - A ninguna de las dos cosas, voh no me importai pa na. (Se szenta en el camastro) Tue pensando; mientras taba para en la estaci6n esperando algun cliente, me puse a pen- sar. . . 0 sea, yo no lo pensC: la idea me vino sola. . . Y me dio tanta felicida. . . CHabis visto voh que cuando corre uu viento juerte, las ventanas se abren de golpe y too @e!a y se regiielve?: Asi m’entro la alegria a mi por la idea que tuve.

HurNCA--QuCidea? E v A - No te pueo decir; porque si no entiendo yo que

tengo education, menos vai a entender voh, que no sabis ni aonde’stai parao. 0 sea que cuando vjque no pasaha na conmigo, vine y me dije: “Toi pur0 lesiando‘ aqui nomas; mejor me voy pa la casa”. Pucha, y cuando dije “mejor me voy pa la casa”, quede como clava, y me vinieron de no sC d6nde unas ganas parias de hacer no sC quC cosa.

H u I N C A - lC6mo no iai a saber? ?Que no’stabai sin- tiendo voh la cuestion?

E v A - Claro, es que como nunca me pongo contenta, no sC que se pue hacer con la alegria PO. (Se para) Per0 no me hagai caso, son maluras de cabeza. . . ? h i que toavia tai con la cuesti6n de irte a morir?

186

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r- ” H U I N C A - A morir no, a pasar pal otro lao. Pero tiene

que ser luego, porque ya’stoy como el forro. Me deben quear re pocos dias. Si supiera aonde’sd esta parte (sefiala), 1 me iria por ahi cerca y esperaria. (Viendo que Eva tironea las

~ tablas que tapzan la ventana) 2Quk’stai haciendo? E v A - 2Por que clausuraron esta ventana? H u r N c A - No se PO. iPero t’estoy hablando! E v A - Yo tambien, 20 creis qu’estoy tocando el piano? H U 1 N C A - (Rie) Me gusta qu’estis contenta; per0 no te

pasis de la raya, mira que te podis arrebatar, Pndate dia po- quito.

E V A - No’stoi contenta, yo no SC d’eso. (Sefiala la venta- nu) Lo que pasa es que la gente no sabe lo que tiene: cerrar las ventanas es iguai que taparle 10s ojos a las casas.

H u I N c A - Y no darle bola a 10s enfermos es igual que matarlos.

E v A - Voh no’stai tan enfermo, a mi no me la pegai. (Decidida) Voy abrir esta ventana. (Busca algo para hacer pa-

~ lanca) i H u I N (: A - iNo, eso si que no; d6jala asi nomas: esta ~ no es na casa tuya! (Reaccionando) zC6mo que no’stoy tan I enfermo? ~ E v A - No me hagai hablar, mejor, mira que yo he vivio

~ H u I N C, A - iDeja tranquila esa porqueria! 1 E v A - Tengo que abrirla; voh no te metai.

H u I N c A - iTe digo que me quiero ir’ I E v A - Andate PO.

H u I N c A - (Mostrundole) ?No vis como tengo las patas ~ de hinchfis? t I E v ~ - ( T r a b a j a n d o ) Porque queris nomfis: pa que te 1 juiste a tomar. l H U I N C A - Es que no mi’hallk encerrao; encerrao no 1 se siente cuando la via pasa a convidarlo a uno pa las picas

que tiene. “Prefiero que me maten a palos antes de dejar que me lleven preso”. Asi mismo le dije a1 paco ayer. . .

E v A - (Deja de forcejear) {A1 paco? <A cual paco!

I I

~

l

~

mucho. (Encuentra una tabla, vu hacia la ventana).

I

I 187

Page 183: Teatro de Juan Radrigan

H u I N c A - A uno que queria llevarle. Yo’staba ha- blando con don Rafael en el puesto de fruta cuando lleg6 la cuca, 61 me defendio, le dijo-que yo l’staba ayuando. (Sombrio) A caa rat0 me quieren llevar preso ahora. Y yo no hago na, nunca I’hecho na a nadie.

E v A - Es que andai muy torrante. H u I N C A - {Y eso quC tiene que ver? {Asi que porque

no ando pintiao no me van a dejar andar por la calle? {Que paso? {Que paso que de repente se pus0 tan perra la via? “No te quiero ver mas por aqui”, me dijo. “{Y por que?”, le dije yo. “No, no te vengai na a botar a choro -me dijo-; yo te dig0 asi nomas. Y te lo voy a decirtelo una pura vez, asi que ya sabis”. . . Yo no le pi0 na a nadie, lo unico que ocupo es un poco de aire y un poco de sol. . . iNo me pueen prohibir eso: no me pueen meter preso por tar viviendo!

E V A - Dile a ellos PO, que me venis a gritar a mi. (vuel- ve a trabajar en la ventana)

H U I N C A - {Pero no te dai cuenta como es la cuestion? Si me ven por la calle me van a meter preso y me voy a mo- rir en un calabozo, jme voy a morir encerrao! Y yo tengo que morirme a1 aire libre. Por eso me tenis que ir a dejar, pa que no me puean agarrar solo y me encierren.

E v A - {Y c6mo libraste piola cuando te viniste p’aca? H u I N c A - No me vine solo, me vinieron a dejar la

ifiora Sabina con don Rafael. (Seiiala la bolsa y la botella) Y tambien hicieron una colecta pa comprar comistrajo. Se descuadraron pa ser paletiaos.. . iPero cabrCate de lesiar con esa ventana PO!

E V A - (Empecinada) No quiero, tengo que abrirla. Si- gue hablando nomas. {Viste a la porqueria de tu compa- dre?

H u I N c A - No, no lo vi na. {Pero pa que queris abrir eso PO, pa que?

E V A - Pa mirar p’ajuera, no va ser pa ponerme a ven- , der pan amasao.

H U I N C A - {Y por que no mirai por la puerta? E V A - Porque no es lo mismo. I

188

Page 184: Teatro de Juan Radrigan

P--

H U I N (: A - tcomo no va’ser lo mismo? Y es mejor toa- via, porque veis mas.

E V A - Ajuera es pa sentarse a tomar el fresco despuks que una ha hecho las cosas; per0 mientras una hace !as co- sas la ventana tiene qu’estar abierta, tentendis?

l

H u I N (: A - No, no entiendo ni paila. E v A - Claro, si y te dije que no ibai a entender, ?no vis

que yo tampoco entiendo? Son maluras de cabeza. (Golpea la ventana con la tabla) iPucha que le metieron clavos a esta cuestion ho! CPor que no me ayudai abrirla?: Si voh me ayudai yo te voy a dejar aonde querai.

H u I N (: A - (Sefiala sus pies) N o pueo moverme di’aqui, no pueo andar.

E v A - tY como queris ir p’alla entonces? &reis que te voy a llevar a1 hombro?

H u I N (: A - (Verda que me vai a dejar si te abro esa cuestion?

E v A - Palabra; si despues que haga lo que quiero no te necesito pa na. (El Huinca se para a regafiadientes. La abre trds nlgunos esfuerzos) iGiiena, Giiinca, giiena! (La abre hasta atrus, alborozada) iAhi si que que6 bien, te pasaste! (Se acerca a 61, le toca la cara con las dos manos. Rien. Repentina- mente se dan cuenta de la situacio’n. Los coge un absurdo, un in- fantil rubor.)

H u I N c A - (Desasosegado) Ya, pasa la botella pal viaje y vimolos.

E V A - (Se retzra prudentemente) N o 10s poimos ir toa- via. . . Abrir una ventana no es arreglar una casa.

H U I N C, A - <Una casa? iNo me vengai n i con cuestio- nes raras, yo te dije que. . .

E v A - Per0 entiende PO: tengo que sentarme. H u I N c A - tSentarte?. . . CY no alcanzai en too ese

E v A - (Confundida) N o se trata d’eso. H u I N c A - CY ahi en la cama tampoco te podis sentar? E V A - N O . H U I N C, A - CPor que?

,

,

lao?

189

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E V A - Tiene que ser en una casa. . . Por eso tengo que arrnarla prirnero, tengo qu’ir a buscar otras cuestiones.. . Per0 no te asustis, no es na pa’star con voh; en una casa voh no servis ni pa estropajo. Y tarnbien que yo no me voy a quear aqui.

H u I N <: A - {Y entonces pa que queris encacharla? E v A - (Mientras habla sigue haciendo cosas) Pa saber lo

que quiero saber no me pueo sentar en una casa ajena. Y aunque esto haya quedao botao, too lo que hay aqui tiene las manos y el gusto de la iiiora de tu cornpadre, asi que soy corno una visita. Per0 cuando encache a1 gusto rnio y traiga otras cosas no voy a ser na visita, porque aqui van a’star rnis manos y mi gusto. (Vu hucia 61) Es por un rat0 nomas, Giiin- ca; cuando tenga too corno quiero, me siento un resto y despues me voy y no guelvo mas. Palabra, es un poquito nornas.

H u I N C A - (Yendo a sentarse a uno de 10s camastros) Lo que pasa es que queris tener casa, a costillas rnias. ?No digo yo que del arb01 caido todos quieren hacerse un ropero? No, no, chantate; yo no le aguanto a nadie que me agarre pa la palanca: explicate bien lo que queris hacer y ahi vei- rnos: con la verda podis hacer lo que querai conrnigo, pero con la rnentira. . . Ya, PO, dejate de hacer cosas, converse- mos. {Por quC deciai que ya venia el diciocho?

E V A - Porque es cierto PO, faltan tres dias. H U I N C A - {Y se te ocurrio poner una ram&? E V A - (Rie) Como voy a poner una ram5 aqui, ho. H u I N C A - {Entonces queris recibir rnachucaos? E v A - Giiena ho. {Por que no te dedicaste a cabr6n

H U I N C A - &ueris arrancharte? E v A - No, tarnpoco, ya te dije. H U I N C A - Pucha, i y quC queris entonces? E V A - Sentarrne PO, {no t’estan diciendo? H u I N C A - Tai ray&; tai mas ray5 que disco e casa e

E v A - Voh queris ir a sentarte a esperar la rnuerte, yo

con ese ojito que te gastai? Por aqui no pasa ni el viento po.

puta.

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r - me quiero sentar a probar como es la via: tquiCn ta mas loco? Ya te dije qu’era muy dificil de explicar, per0 no es na que se me haya ocurrio ahora, me viene andando de muy lejos por aentro, es como un suetio que no he tenio derecho ni a sotiar. . . ?Vis la gente que hay en toas partes voh? 2Y aonde’stoy yo? tAonde pueo entrar? Cuando ando haciCn- dole empeiio veo casas por toas partes; toas las calles, toa la ciuda, too el mundo ta lleno de casas, hasta 10s perros tie- nen algunas veces; per0 nunca ha habio ninguna pa mi, como si no hubiera nacio gente, como si hubiera nacio mal- decia. . . Por eso alla en la estacion se me ocurrio de repen- te que poia arreglar aqui y hacer cuenta qu’esa era mi casa. . . Per0 no pa quearme, yo se que no es na mia: es pa ver lo que se siente, pa ver como es nomas, ?entendis?

H u I N C A - CY despuks? E v A - DespuCs me voy PO, despues no importa. H u I N C: A - (Se para, vu hacia el “velador”, coge la botella)

Asi si. . . A 10s fallaos son 10s unicos que entiendo bien. Me pego un pencazo y te ayuo en lo que querai. . . Esta cues- ti6n pa la risa, es la h i c a cosa giiena que habis hecho en tu porqueria de via. . . Es lindo.

E v A - Per0 no tomis PO, {no vis que te puee hacer mal y despuks no me pois ayuar?

H u I N C; A - No, PO, ahi si que no te aguanto: esto es sa- grao.

E v A - Pucha, es que si tomai me voy tener qu’ir, por- que y o SC que te hace mal; asi como’stai ya no te aguantan las tripas. Voh no sabis como es esta cuestion. Una vez cuando’staba asila donde el Condesa, un viejo se murio d’esto mismo; se revent6 entero, la sangre le salia por la boca y la nariz, saltaba pa toas partes. . . Yo no quiero ver eso otra vez.

H u I N C; A - (Deja la botella) Ta bien PO, ;que queris ha- cer?

E v A - Quiero ir a buscar algunas cuestiones p’alla. (Se- riala)

H u I N c A - Anda po.

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E v A - No, anda voh (por la botella), la lechuga no se puee quear sola con el conejo.

H u I N (: A - (Sonde) Pucha, no hay cas0 con las madres, {ah? Se las saben toas, fsabis lo que me decia mi mamita a mi?, me decia: “No se meta nunca con viejas, mijo, mire que son mas atoraoras qu’el ulpo seco”. (Camina. Antes de llegar a la puerta:) Gueno, cy como te, jue en la estacion? {Agarraste algo?

E V A - (Evasiva) Tue muy poco. . . (Sefiala) ?Pa que son esos diarios?

H u I N (; A - N o se, mi compadre 10s machetiaria pa venderlos. ~ A s i que no agarraste ni’uno?

E v A - No, per0 yo sabia eso; sabia de mas que con la pierna asi no ia a poer trabajar, me da verguenza, quizas que se pueen creer di’una. . . En eso sali a mi mama, ella era asi de delica.

H u I N <: A - {Le hacia empefio tambien? Entonces la cuestion es mal de familia.

E v A - iC6mo se te puee ocurrir qu’ella lia hacer empe- fio, ho! Ella era limpia por aentro y por ajuera, no se com- paraba a voh ni a mi: no se comparaba a nadie.

H u I N <; A - fY cual era el cojinoa, C1 o ella? E v A - CabrCate PO, no te pongai pesao. Y o no hablo

de mi ni de mi familia con nadie, asi que no te vengai hacer el amigo.

H u I N c A - Ta bien, se me olvida que voh soy de la so- cieda. (Sale. Eva queda haciendo aseo. El Huinca regresa con una mesa toda destartalada) < Lorea, como’sta? Y ajuera tengo las sillas.

E v A - (Alegre) Ta guena, ta bonita (La mira por todas partes) Claro, ta flor. (La acomoda) Aqui la vamo a dejar: este va ser el comeor.

H U I N C A - (Vu, true ’un piso y un szlla) Aqui’sta el resto. (Las deja de cualquier modo. Vu a sentarse a uno de 10s camastros) Y no me hagai trabajar mas, porque quedC muy molio. Aqui vamo a ser igual que 10s indios: yo toco la trutuca y voh trabajai. (Saca la armbnica, toca. Eva lampia la mesa y Ius si-

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pT*

Uas. Luego sale; uuelue con un balde de agua y una escoba) 2Vai a regar tambien? Pucha que tomaste en serio la cuestion.

E V A - (Comaenza a regar con las manos) Cierra el hocico, no te vaya a entrar agua y te vai cortao de viaje.

H u I N c A - No te vaya a entrar a voh nomas, acukrda- te que pisai un corcho y quedai como una semana con la cafia mala.

E v A - Yo no tomo, ya no tom0 mas. En la maiiana jui pa.. . (Se encoge de hombros) Que te importa a voh lo que haya hecho yo. (Regando se ha acercado a 61) Levanta las pa- tas.

H u I N C A - (La retiene del balde, la mira) ?A ver? E v A - ?QuC? ?QuC’s lo que mirai? H u I N c A - Chita que tenis bonitos ojos, no me habia

pegao nunca la cacha. E v A - (Apartdndose halagada) ZTe vai a poner a reir de

mi ahora? H U I N C A - No, en serio: me dio un cuesti6n rara en el

corazon. (Pausa) Mi’acordC de un viejo que mate una vez alla en Iquique.

E V A - (Espantada) ?Que mataste? H u I N c A - Claro. Y o me habia juntao con una machu-

c i que vivia con un viejo que le decian “EL viejo de la jau- la”, era aguelo d’ella, y le decian asi porque una vez le rega- laron un phjaro y e l se pus0 hacerle una jaula; pero el paja- ro se muri6 de viejo y la jaula no salio nunca. Entonces le regalaron otro, y la misma cosa.

E v A - (Vuelve a regay) Ah, tai inventando otra de tus historias.

H u I N C A - No, firme. Lo que pasaba era que compra- ba unos palos re gruesos y 10s ia adelgazando a pura lija. . . Era un viejo lindo, un viejo mas gueno qu’el sol. “Aqui’sta- mos PO -decia-, haciendo esta jaulita”. Y se ponia hablar- me de su via; habia si0 de too, per0 ahora le quedaban las puras hilachas de 10s recuerdos. (Eva deja el balde, toma la es- coba) Oye, y que cristiano mas porfiao, no me dejo nunca que le ayuara hacer la jaula. A too esto la machuca se habia

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.

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puesto lingote conmigo; y queria que me queara a vivir con ella, asi que me tue que echar el broile. Per0 antes juntC 10s pesos que habia ganado mariscando y le compre a1 viejo la jaula mas encacha que’encontre, se la comprC con canario y too pa que se dejara de mosquiar. (Pausa) Pucha,no me voy a olvidar nunca de la mira que me pego. . .

E V A - (Barriendo) CY por eso te lo echaste? H U 1 N <; A - No si no lo mate: le cage la onda, qu’es cien

veces pior. Lo deje pato, tentendis? El habia encontrao una barreta flor pa ocupar el resto‘e via que le quedaba, por eso que dejaba que 10s palos se le quebraran de tanto adelaga- zarlos, per0 yo lo deje en pelota. . . Pucha que la embarre

E V A - CY que tengo que ver yo con ese viejo, que deck que t’hice acordar d‘Cl?

H U I N (: A - Tenis la misma mir5 de perro apaliao, de vieja qu’estan matando. (Suspira) Gueno, tte falta mucho?

E V A - NO, no hay na mas que hacer. (Se sienta en 2cn ex- tremo de la cama) ~Asi . . . asi que tengo ojos tristes?

H u I N c A - Claro, per0 si 10s tuvierai revueltos con un poco de alegria se te verian rnucho m5s encachaos. A ver, acukrdate de algo bonito que te haya pasao.

E V A - <Alga bonito?. . . {Que puee ser?. . . No mi’acuerdo de na. . . iAh, una vez que’estaba asila vi poi una ventana que un matrimonio se pus0 a bailar. . . (El Huznca tirita) {Que te pasa? CTe duele algo?

H u I N c A - No, es el frio. Ahora siempre tengo frio. (Se para) Me voy a tomar un pencazo. Y ahora si que te afo- rro si me venis atajar. (Coge la botellu).

E V A - (Pesnrosa) No la embarris, pos Guinca. . . H U 1 N (: A - No, ya te dije que no me venis na con lese-

E v A - No sC, le decian “El ajuerino”, porque no lo de- I I

H u I N (: A - Entonces este pencazo va como un home- ’

i

ras. ?Corn0 se llamaba ese viejo que viste morirse?

jaban entrar a ninguna parte.

naje pa el, y pa toos 10s viejos y viejas que no pueen entrar aonde quieren: iSalu! (Bebe. Le ofrece) Toma, mandate una guergueria voh tambikn. . .

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E v A - No, y o no pueo tomar. . . Jui pa onde la YamilC. H u I N c A - ?Pa onde la Yamilk? (Rie estruendosamente)

duiste pa que te estirara la pata? Esa pata no te la endereza ni Jesucristo ya PO. (Sigue raendo. De pronto queda er? suspenso, su rostro se desfgura, se toma el estdmago con las dos manos. Eva se paralog-tza, se queda mirandolo sin saber que hacer. El Huinca se queja; se deja caer sobre el jergdn, crispado,

E V A - (Reacciona con violencza) ?No vis, desgraciao? iY0 te dije que no tomarai!. . . iNo te encogai tanto pa que se p e a pasar! ( T o m un trapo y empieza a echarle aire, como si ese absurd0 recurso pudiese aliviarle en algo) iYa PO, Giiinca, dCja- te, yo no pueo hacer na, aqui no hay nadie.. . Pucha, pa que iria a volver. . . Asi como too la olvia a uno, porque crestas una no puee olviarse de too pa siempre, per0 no, too el tiempo una tiene que andar arrastrandose como pe- rra detras de la via. (El dolor va amainando lentamente. Queda laxo, inmduil) M’iba ayuar el desgraciao, quC m’iba ayuar. (Deja de echarle aire) Pero’sta bien que me pase, por bruta. (Decidida) Me voy a ir, no agunto leseras. (Toma la cartera. A1 Huinca) Me voy irme. (El Huinca no contesta. Lo toca) No hago ninguna porqueria, porque cuando una aguanta qu’el corazon la mande una vez, despuCs tiene que aguantarle que la mande toos 10s dias. (A1 Huinca:) iA voh t’estoy ha- blando!. . . tM’estay oyendo? Me voy, porque el desgraciao del coraz6n sae lo que a una le gusta, per0 no sae lo que le conviene. . . iMe voy!. . . tMe’estay oyendo?. . .

H u I N c A - (Cansadamente, sin moverse) Chao nomas. . . Ya se me paso.

E V A - <Podis pararte? H U 1 N C A - {Pa quC? <QuC queris bailar una cueca? E v A - iDCjate de lesiar ho! (Decidida) Y o voy a ir a bus-

car a 10s carabineros. H u I N c A - Chis, re giiena; enciina que me dio el man-

so ataque me queris mandar preso. E v A - iPero no seai asi PO!. . . 8No tenis nunca mieo?

T’estai muriendo, tentendis?. . . T’estai muriendo. Ellos tienen que llevarte a la posta, all6 te pueen hacer remedios.

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z6n muy grande y muy limpio, y voh en vez de corazon te- nis un basural. Pero yo te voy ayuar a limpiarlo antes d’irme.

E V A - Voh no me podis ayuar en na, porque yo SC mu- chas mas cosas que voh. (Pausa) {Pa quk quiero casa yo? Ya no me serviria de na. . . Las casas no se llenan con puros muebles, se llenan con hijos, con carifio, con hacer almuer- zo pa alguien: con via por delante. {Pero quk via puCe tener una vieja fea y cur5 como yo? {Pa que ia a querer tar al- guien conmigo? Eso habria si0 antes, mucho antes; per0 nadie me ofrecio na. . . Perdi toas las oportunidades sin ha- berlas tenio nunca. . .

H U 1 N C A - {No vis como’stai llena de mentiras? Por eso te sale too mal: habiai dicho que no queriai arreglar aqui pa vivir.

E v A - Y era cierto, en ese rato era cierto, no pensaba en na mas.

H U I N C A - Puke ser, lo vamo a dejar asi. Pero lo que si es mentira es que soy vieja y fea; no, si lo que pasa es que hay otras machucas que son mas j6venes y mas encachhs, por eso voh no agarrai na, pero. . .

Ev~-(Exaltada) iEso no es cierto, yo pueo trabajar mucho tiempo toavia, siempre he si0 la que ha ganao mas! Ahora me veo mal porque no he tenio plata pa arreglarme, per0 cuando ando pintia, cuando tengo pa comprar giienas pinturas. . .

H U I N C A - iNo me vengai con cuentos: la carne joven te corretio de toas partes!

E v A - iMentira, yo no’stoy ha deshacikndome dia poco como voh, borracho desgraciao! iY0 pueo trabajar, toavia pueo trabajar !

H u I N c A - iClaro que podis trabajar, per0 no de puta! Ahora las calles tan llenas de cabras, hay cabras basta de diez afios hacikndole empefio, y 10s viejos desgraciaos les hacen chupete, que te van a mirar a voh, con esa pata chue- ca y esa cara de perra huacha que tenis.

E v A - iVoh soy el que no servis pa nP, podrio infeliz,

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por eso te corretean de toas partes, soy pior que 10s anima- les, porque te tenis que esconder hasta pa morirte!

H u I N C: A - No, si no te enojis; si lo que te dig0 es cier- to: <que brillo pois tener voh a1 lao di’una cabra de quince? Por eso tian echao hasta de 10s piores barrios, que me venis con cuestiones de pinturas y leseras; como te pongai ya no te pesca nadie.

E v A - iDesgraciao, podrio, podrio! H u I N C: A - No sacai na con insultarme, la cuestion se

pus0 asi, per0 voh no tenis la culpa, te dejaron inservible, porque le torcieron el pescuezo a la via, per0 no tenis ni’una culpa, fquikn va tener culpa de estar vivo y que le di- gan que ya no sirve? Lo mismo que yo PO, <pa que quiero sanarme? <No vis que no me dejan tar en ninguna parte? Tamos clotiaos, tamos hasta las masas; per0 no 10s poimos arrastrar por el suelo, que se vayan a la cresta, iquC se va- yan a las mismas re crestas! Breve apagbn, uno o dos mznutos, durante el que se escucharci so- nido de viento. El uiento de la pepotencia, el vzento de la desgra- cia, que termznarci arrascindolo todo. El Huinca -ahora mcis vztal atin interiormente- aparece escogaen- do daaraos. Eva sentada.

H u I N c A - Ya PO; yo te dije que t’iba hacerte las aguir- naldas, per0 voh tenis que hacer el tonto causeo.

E v A - (Neutra) Dejate ho, si ya no pasa na. . . Me voy a irme.

H U I N C A - No, conmigo tai frita: si yo t’eche a perder la fiesta, y o ti’armo otra. Y no sacai na con decirme que no, porque yo soy mas porfiao qu’el viejo Tomb. El viejo To- mas era un pescaor que conoci en Talcahuano, las mulas eran una alpargata a1 lao d’kl; per0 la cuestion le dur6 hasta que una vez quiso mandarse a1 pecho a una sirena: ahi se ahogo el desgraciao buscandole por aonde, per0 no le aflo- jo. (La mira a hurtadillas. Eva apenas intenta una sonrisa) Des- puCs tue un amigo paralitico, ese si que se descuadro pa ser vivaracho, fijate que una vez entro a robar a una fabrica de cascabeles, y despuks, cuando’staban dandole la zumba co-

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-- E V A - Esperate PO. (Comienza a sacar cosas de la bolsa)

Salmon, azucar, tC, aceite. . . (Quedapensando) Oye, ?el Chu- mingo no se jue cortao porque se comi6 un sanguche de sardina? (Le muestra el tarro de salmdn) ~Es ta cuestion sera igual?

H u I N C A - Dale nomas, si pa morir nacimos. Pero pa- sate un toque pa afirmar la guata.

E v A - CY si te guelve a dar la pataleta? H u I N C A - (Indiferente) Mala cuea nom% pos, dijo el

conejo, y se juk a morir a otra cuea. E v A - (Decidida) No, no te doy ninguna cuestion: la

primera vez le pasan a una las cosas por ignorancia, pero la segunda le pasan por giievona. (Pausa) Ya PO. . . ?era cierto la cuestion de la casa? H u I N c A - Logimo. (Sofiador) Pucha, esa casa si qu’es

linda. . . E V A - ?Y aonde’sta? H u I N C A - . . .Es una casa mas grande que toa la via.

Y ahi nadie trata mal a nadie; ahi vai a ser mucho mas de lo que habis querio ser siempre.

E v A - ?Per0 aonde’sd, PO? H u I N (; A - A1 otro lao. 0 sea que tendriai que morirte

conmigo. Ev~--(Defraudada) Pucha, ?no vis que soy mentiro-

so?. . . H u I N (; A - No soy mentiroso, es cierto. . . Y es tan

grande mi casa, que toos 10s que voh habis querio alguna vez o tian querio, t’estan esperando all&. . . {Ti’acordai que en la maiiana te pusiste a llorar porque no teniai aonde vol- ver? Ahora tenis; no seai tonta, no me desprecis sin saber: mi casa tambikn tiene un banco debajo di’un castaiio y una seiiora ta cantando a1 lao di’una artesa, ?tiacordai? (Cantu) Alma, si tanto te han herio, porquC te niegas a1 olvio, por- que prefieres. . .

E v A - iD6jate de difariar ho!. . . Ellos, y too lo que ha- bia en la casa, han tao siempre muertos: la muerte les creci6 aentro antes que pudieran nacer.

200

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H U 1 N (: A - Chis, icorno es eso? E v A - A voh no te importa. Per0 alla aonde voh deck

tampoco hay na; no hay casas, no hay gente ni calles ni na: cuando una se muere se acaba too.

H u I N c A - En toas partes hay algo. Lo que pasa es que pa encontrarlo hay que creer, hay que trabajar.

E v A - Yo trabajo, siempre he trabajao. H u I N (: A - Per0 trabajai acosta PO, soy mas floja que

yo. (Pamu) Pucha, eso es lo lindo de alla: nadie tiene que venderse a otro pa hacerle al mastique, asegurandote la co- mia y las pilchas tai flor de te, porque eso es lo unico que se necesita pa vivir.

E v A - {Y vino? <Hay vino? Porque si no voh vai a salir arrancando cien por hora.

H u I N C A - No, a lk no hay vino; la via es el vino y toas las cosas. Chita, si Dios es muy encachao, las sabe toas. ?Sa- bis lo primero que te va decir cuando te vea llegar?. . . (Aco- moddndose) Mira, hace cuenta que y o soy Dios.

E v A - Sale p’alla, faonde habis visto que Dios tiene cara e bofe?

H u I N c A - (Riendo) Giiena ho, asi me gustai, alegre, tallera. Per0 deja decirte el discurso que te va mandar el hombr6n: (Doctoral) “Mire, hija, a ustk le dieron como tarro a1 otro lao, porque le toco ser pobre: y 10s pobres alla son igual que 10s limones, en cuanto alguien 10s ve empieza a estrujarlos. 0 sea que lo que pas6 jue que 10s que mande primero se avivaron y empezaron a usar a 10s demas pa que les hicieran la pega; eso ta mal, muy mal. Per0 lo mas gra- cioso es que cargan conmigo, y no PO, si es entre ustedes que tienen que arreglar la cosa ahora, yo ya les dije como tenian que hacerlo: no quiero que la tierra sea un fundo mio, jsi yo no soy capataz!. . . Per0 eso no quiere decir que no me puea espantar alguna vez si me siguen mosquiando mucho; claro qu’estoy seguro que si hago lloverjuego a 10s primeros que se comen asaos es a 10s pobres, per0 si se me sube la mostaza no me va quear otra. Pucha, uste me sali6 mas porfia que burro curao, si uste y toos 10s demas tenian que haber si0 como el Giiinca, mija: el Giiinca anduvo por

20 1

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toas partes y vi0 y aprendio, y no le hizo mal a nadie; per0 no le a g b t 6 a ningun vivaracho que lo viniera a usar, por- que sabia que yo 10s habia hecho a toos iguales. Gueno, ahora que sabe lo qu’es canela, espero que no se me vaya mas di’aqui. Agarre un peazo e tierra, hagase una casucha y sea feliz. (Hablando hacia el lado) Oye, Pedro, dale la direc- cion del Guinca a esta rnachuca, pa que la acornpafie rnien- tras se hace ambiente”.

E v A - (Riendo apesar suyo) Oye, que soy hereje voh. H u I N <: A - No, si es en serio, alla vai a tener hijos,

E v A - {Voh creis? H u I N (; A - Claro PO, si el otro lao existe corno no voy

a saber yo. DespuCs que 10s queernos tiesos, o sea despuCs que la gente dice quelos rnorirnos, despertarnos en la rnita de la tarde y en la rnita de la noche.

E v A - Chis, {corn0 es eso? H u I N (; A - No te pongai cornplica PO, si la cuestion no

puee ser igual que aqui. La rnita de la noche y la rnita de la tarde, te da un color asi corn0 el que da el sol en 10s bosques cuando se mete por el rnedio de 10s troncos y de las rarnas y alurnbra el carnino: ese es el color que veis en las cosas cuando despertai. Y too ta callao y tibiecito, no se ve a na- die, ni se oye na, per0 no sentis rnieo, sentis el pecho fres- quito, corn0 si. . .

casa, cornia segura y rnucho, rnucho carifio.

E v A - {Pero que’s lo que veis PO, que hay? H u I N (; A - La casa PO. La casa grande, la casa de toos:

lo unico que cambia es que alla no hay.ciudades, y corn0 no se conoce el odio. . . iPero no pongai esa cara PO!

E v A - {Que cara! H u I N (: A - Asi corn0 que no me creis. (Ofendido) Yo no

t’estoy contando rnentiras. E v A - No, si es bonito, sigue nornas. Si sC que soy loco,

pero.. . H u I N (: A - {No vis? (Despectivo) Por amarga te vai a

quear ajuera, porque pa entrar ahi tenis que irte cantando di’aqui; y voh no cantai ni que te pongan la corriente. iPu-

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cha, si lo unico que tenis que hacer es creer! E v A - &antando? Ahi si que te pasaste, icomo 10s va-

mos a morir cantando? Sera por lo bien que lo hemos pa- sao; no PO, toos 10s vamos llorando di’aqui, <no vis que 10s han tratao a puras paths nomas? ?De aonde vamos a tener animo pa ponerlos a cantar?

H U I N C A - No sC PO. Pero si queris irte pal lao gueno tenis que irte cantando. Asi me dijo una Machi pal sur; y ellas saen toas esas cuestiones.

E V A - {Una Machi? {Que’s lo qu’es eso? H U 1 h’ C A - Una vieja que sabe too. Es una bruja arau-

cana, per0 no d’esas viejas locas que andan por ahi viendo la suerte ni d’esas que andan arriba di’una escoba; estas sa- ben too, hablan con el viento, con la tierra, con las plantas: si quieren pueen hacer Hover, si quieren pueen hacer salir el sol; son serias, callas y nadie sabe la eda que tienen. Ella me dijo la cuestion del canto.

E v A - i Y voh le creis? H u I N c A - Claro, como no le voy a creer: ellas saben

E v A - Per0 es que voh te vai a reventar, fcomo te vai a

H u I N c A - (Tozudo) Si ella me dijo por algo sera. E v A - {Y quC vai a cantar? H u I N c A - No se, cualquier cosa que sea alegre. . . “La

E v A - (Raendo) f Y por quC no cantai “Adios pampa

H u I N C A - iNo te riai d’esas cosas ho! E v A - No, si no me rio, Guinca. . . Yo me la sC. (Canta:)

too.

poner a cantar?

rosa y el clavel”.

mia”, mejor?

La rosci, la rod con el clavel mi vida, hicierh hicieron un juramento. . .

H u I N c A - (Contento) iClaro, esa! (Cantando:) iNo me

E V A - No PO: noes asi. H u I N C A - &6mo que no?

tiris con rosas, allavallavi que tiene espinas, tira. . .

203

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E v A - No PO, despuCs sigue otra cosa (Pensando) A ver, deja acordarme. . . (Hablando) La rosa, la rosa con el clavel. Mi vida, hiciero, hicieron un juramento.. . (Cantundo) Y pusik, y pusieron de testigo

mi vida a un jazmin y un pensamiento. . . H u I N c A - . . .No me tiris con rosas

allavallava que tiene espinas. . . L 0 s D O S - Tirame con violetas

allavallava que son mas finas. Que son mas finas ay si allavallava rosa con dalia donde ira mi amorcito allavallava que yo no vaya que yo no vaya, ay si allavallava rosa con daliaaaa. . .

H u I N c A - jEsa era PO; ahora mi’acordk bien! (Admi- rado) Pucha que cantai bonito.

E V A - Y eso que no le quise poner mucho color. Chis, si una vez, cuando el Condesa andaba con la cuestion de hacer el festival de las casas de chiwbirocas a mi jue a la pri- mera que le dijo si queria cantar, pero yo no quise porque no sabia inglCs PO, asi que como m’iba a poner a cantar.

H U I N C A - Justo PO, no podiai ponerte hacer el ridi- culo. . . CSabis?, pensandolo bien, aqui quean cuatro mane- ras nomas de pasarlo bien y que la gente no se ria de voh: ser nortiamericana, ser japonb, tener el billete; o ser como yo, libre de toas las cosas que amarran.

E V A - ?Libre?. . . (Tai seguro que soy libre? H u I N c A - {Por quC dudai? Claro que soy libre, PO,

soy igual qu’el viento y qu’el rio: paso por toas partes, pero no echo raices en ninguna.

E V A - Toma, (Tim el tarro de salni6n a la cama) ahora qu’estay mas loco que nunca aprovecha de abrir ese tarro a mordiscos.

H U I N C A - No, Pbrelo voh; yo’stoy haciendo las aguir- naldas. (Miru hack ufuera) El dia no va durar mucho. . . Y

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tengo qu’estar all5 antes qu’el sol s’eche el pollo. . . ;Me vai a llevar, no cierto?

E v A - Claro. . . Per0 no vamo a llegar nunca. (Cantu- wea) La rosa, la rosa con el clavel. . .

H u I N c, A - {Par que no vamo a llegar? Ev~-(Corrida) Voy a buscar agua. (Ademdn de salir)

H U 1 N C A - (Se levanta) EspCrate. . . CPor que decis que

E v A - (Despue‘s de una pama) No yo te digo nomh. . . Cuando hemos llegao nosotros a ninguna parte. ‘ H u I N c A - (Alivzado) Ah. Pucha que me diste susto,

me lleguk a poner helao. (Puma) CNo’staris tomando en se- rio la cuesti6n de que 10s casamos, no? Yo me tengo qu’ir, esta payasfi a mi no me sirve.

EVA- IN0 es ninguna payasi: es una casa aonde debe’star !

H U I N C A - Pa voh, per0 no pa mi. E v A - Claro, si las cosas tuyas nomas son Ias que valen. H u I N c A - Valen igual, lo que pasa es que son distin-

E v A - Gueno, yo no quiero discutir. (Toma el balde} H u I N c A - (Retenie‘ndola del balde) Aguantate un resto.

Mira, yo sC que ayuarle a una mujer es igual que ponerse una soga a1 cuello, porque ustedes tienen mas gueltas que un trompo, y uno no se da ni cuenta cuando lo tienen enre- dao; per0 conmigo no te va cundir: CTa Clara la cuesti6n?

E v A - ?Que venis a pararme el carro a mi, piojo resuci- tao? $reis que si quisiera enredar a alguien iba a escoger un pobre picante como voh?

H u I N c A - No, si yo te digo nomas, pa que despuCs no’stemos gritando. Ayuar a la gente es qu\ererla, per0 no te confundai: es quererla de un moo mas grande, mas boni-

Ev~-(Suelta el balde) {Queris que te diga la firma, mandaor de parte? Voh necesitai mas ayua que yo; porque yo tengo soled&. per0 voh tenis mieo. Y eso es pior.

1

1 1 i

f no vamo a llegar?

Abre el tarro, por mientras.

tas.

to.

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Page 201: Teatro de Juan Radrigan

H U 1 N (; A - (Mieo? (A que le voy a tener mieo? E V A - A la via PO, por eso te habis aperrao tanto pa to-

mar ahora ultimo: te pegaste la cacha que te cambiaron la pelicula, que ya no podis andar de vago. Por eso t’estai mu- riendo, porque no queris vivir, per0 no porque estis tan en- fermo; si dejarai de tomar y quisierai vivir, te podriai sanar de mas, porque tian dao dos ataques nomas.

H U I N C A - iTres, mian dao tres ataques ya! (Muestra) iY tambien tengo 10s pies hinchaos!

E V A - De mieo, de pur0 mieo. La via siguio andando y voh quedaste botao en el camino igual que basura, porque no tenis agallas. Yo valgo mucho mas que voh, porque he peliao toa la via por tener algo, y voy a seguir peliando: a mi no me dejan tira asi nomas.

H u I N c A - (Y que habis conseguio? Na, ninguno de 10s dos tenimos ninguna cosa; per0 voh te habis pasao llo- rando y yo rihdome, voh habis tenio que venderte y yo no he vendio ni’un peazo de ufia. Ahora no me gusta como’sta la cosa y me voy PO, lque hay de malo?

E v A - iLo que hay de malo es que no habis servio de na! Es igual que si tu madre hubiera pario una piedra: ite- niai que tener casa, teniai que tener hijos, ropa, cosas!

H u I N (: A - 2Y pa que? (Aonde dice que’es obligacion tener eso pa vivir?

E v A - iDice aqui, guevon, (se toca el pecho) dice aqui aentro! Aqui es aonde dice eso a caa rato.

H U I N (; A - Gueno, per0 no te enojis, no sacai na. Na- die me ha poi0 cambiar en treinta afios y vai a poer voh.

E v A - No, si no m’enojo, te dig0 la verda nomas. . . (Treinta afios dijiste? (Toma e1 balde) Treinta afios chupan- do tendris.

H u I N c A - No, en serio; eso debo tener mas o menos. E V A - 2Y esa cara e viejo, se la pediste presta a tu ague-

H u I N (: A - Jue el trago. . . CY voh, que eda tenis? E V A - Cosa mia noma. (Sale)

lito?

(El Huinca queda preocupado. Va hacia la cama, coge el tarro.

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F Luego parece deczdzr que apuran mac lac guzrnaldas; toma una, ye encarama en un cajdn; esta tratando de ponerla cuando entre Eva con e1 agua.)

E v A - CY pa que’stai poniendo aguirnaldas? Si esta cuestion no es na una rama PO, es una casa.

H U 1 N (; A - iPero si voh me dijiste que pusiera porque venia el diciocho!

E v A - Per0 aonde habis visto que en las casas se ponen aguirnaldas?

H u I N <: A - (Se baja del cajbn) <Que hago entonces? E v A - Abre el salmon, por ahi tiene que haber uncla-

vo. (El Huznca toma el tarro) CSabis. . . como vamos a saber qu’es diciocho si no tenimos mas. y por aqui no hay nadie? Va a pasar igual que toos 10s dias. P6nelas mejor. (El Huznca le pasa el tarro. Sube el cajh.) Oye. . <Voh te vai a ir, no cier- to?

H U I N C A - Claro PO.

E v A - Y yo tambien. . . CEntonces pa que vamo dejar adornao? Capaz que se haga un incendio y carguen con no- sotros.

H u I N <; A - Si, eso es lo que digo yo. (Se baja) E v A - (Sibihna) CViste como no te dolia ni’una cosa2 H U 1 N (: A - (Sorprendido) <Ah?. . . (No encuentra que de-

czr) E V A - No hay caso, te pill0 en toas, y te agarro pal tan-

deo cuando quiero. Y tan tremendo que te creis. Ponelas . nomas ho.

H u I N <: A - No pongo ni’una lesera. E V A - Voh sabris; per0 tenimos un trato. (Pausa)

H U 1 N <: A - De pasa nomas. E v A - Por eso soy tan debilucho por dentro. Por den-

tro soy como esos pajaros que les pegan un periascazo y quean arrinconaitos.

H U I N c A - <Se t’esta despertando la madre conmigo, vieja degenera?

<Nunca viviste con una mujer?

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Page 203: Teatro de Juan Radrigan

EVA -{Sabis que te agarrC Ifistima, Guinca?. . . {Tu taita tambien era curao?

H U 1 N (; A - No, lacho si, per0 no curao. E v A - {Y tu mama? H u I N (; A - (Pensativo) {Mi mama?. . . No, mi mama lo

unico que hacia era esperar a mi taita. El se iba. . . Siempre s’estaba yendo. . .

E v A - ?Pa onde? H U I N (; A - N o sC, 10s caminos eran el agua y el pan de

una se que no se le acababa nunca. (Comaenza a poner nueva- mente las guirnaldas) Tenia un camion.. . D’eso es lo que mas mi’acuerdo, porque parece que naci en la cabina. Era un camion grande, a petrolio. Y parece qu’estaba enfermo de 10s pulmones. . . ePor que no venis a sujetar un resto aqui?

E v A - (Yendo a ayudarlo) {Quikn taba enfermo de 10s pulmones? {Tu taita?

H u I N (; A - No, el camion. Asi que cuando andaba mas de tres horas seguias se ponia a toser como condenao; y las mansas humareas que armaba: 10s cachaban como a diez quilometros de distancia cuando iamos llegando. Ahi vivia- mos.

E v A - En el camion. H u I N (: A - Claro. (Pausa) Mi taita era una mierda.

(Pausa) Per0 a lo mejor no era na una mierda. Ya, anda a hacer tus cuestiones nomas.

E V A - (Ponikndose a abrir el tarro con un clavo) {Le teniai mala?

H u I N (: A - Algunas veces, pero casi siempre lo queria. Nunca estuvimos en ninguna parte, siempre andabamos en el camion pa un lao y pa otro; invierno y verano, dia y no- che.. .

E v A - Igual que 10s gitanos. H u I N <: A - Igual que 10s perros; lo malo de la cuestion

E v A - ?Y en que trabajaba tu taita entonces si andaban era que no eramos na perros.

p’arriba y p’abajo?

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Page 204: Teatro de Juan Radrigan

H u I N C A - Era mecanico, se las machucaba en 10s fun- dos arreglando cualquier maquina quele pasaran.

E V A - CY por que no aprendiste esa pega? H u I N C A - Chis, tiriamos a querer aprender? Mi

mami 10s decia a caa rato: “A1 primero di’ustedes que pille tomando una Ilave, le corto las nianos de raiz”. Le tenia pura bronca a1 cami6n; ella queria lo que quieren toas las mujeres: tarse en alguna parte, tener una casucha segura, criar hijos y costumbres: echar raices. Pero lo mas que al- canzabamos a’star en alguna parte eran dos o tres meses, y giielta a subir a1 cami6n.

EVA - Entonces por eso saliste tan patas de perro, tu taita te peg6 el espiritu santo.

H U I N C A - Y eso que me baje del cami6n cuando tenia doce aiios. Me bajk porque m’entr6 a dar mucha pena mi mama. Siempre lloraba en las noches. Pero, ?sabis? cuando me tire p’abajo m’encontre con tanto espacio por delante, por detras y por t6os laos, que no hall6 pa onde cortar, les grande el mundo, ah?

E v A - Puee ser, pero pa nosotros no; nosotros le da- mos la giielta completa en un rato: te parai en Alonso Ova- lle con §an Diego, agarrai pa Nataniel, doblai por ahi hasta que llegai a Diez de Julio; por Diez de Julio te metis hasta San Diego, agarrai derecho, llegai a Alonso Ovalle otra vez, y ahi tenis la giielta a1 mundo.

H U I N C A - Pero ese no es too el mundo PO. E v A - Puce ser, pero es el mundo de nosotros. . . <Pa

6nde mas podis ir? H U I N C A - Giieno, eso es ahora que’stoy enfermo,

pero.. . E V A - Es lo mismo nomPs ho; enfermo o giieno y sano,

tis aonde’stis, le dai la giielta en un rato; 10s unicos que pueen decir qu’el mundo es grande son 10s bacanes, 10s que se acabronaron con el billete.

H U I N C A - El aire no se compra, el sol tampoco. E V A - §e compran, por eso te lo han quitao, por eso te-

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Page 205: Teatro de Juan Radrigan

nis que’star arrinconao aqui; y yo tambikn. . . Y ni siquiera el corazon tiene como irse pa lejos.

H u I N c A - Se va, claro que se va, iNo t’estoy hablando de cosas que se quedaron muy lejos. Por ser, mi’acuerdo que mi viejo era como hacha pa 10s charchazos, y tenia la costumbre de peliar con un cigarro prendio en la boca; so- bra0 total.

E V A - 0 sea que encima de loco era rosquero. H u I N c A - No, si no era rosquero. Lo que pasaba era

que como 10s queria mucho, caa vez que lleghamos a alguna parte, le metia boche y le sacaba la cresta a1 huasteco mhs capo pa 10s combos que hubiera, porque decia que asi no 10s ia a molestar nadie cuando C1 no’stuviera. . . Y partia quien sabe Dios pa onde; algunas veces llegaba despuCs de dos o tres dias con un quintal de harina y una cachh de dul- ces, otras veces llegaba pato, per0 siempre alegre y lleno de grasa.. . Le decian el “Mucha gente”, porque no paraba nunca de hablar y de reirse. El jue el que me’ensefi6 a tocar la arm6nica.

E v A - Y a ser irresponsable tambiCn. H u I N c A - No, si hubiera si0 irresponsable me habria

casao; pero tenia metia aentro esa cuesti6n de no poer tar nunca quieto. . :Ella lo esperaba mudh, siempre lo espera- ba mudh, pero C1 no llegaba, nunca llegaba. . .

EVA-2Y por que no lo dejaba botao? Chis, yo ia a aguantar a un gallo asi.

H U I N C A - Es que lo queria, y el que quiere a una per- sona se las aguanta toas. Cuando mi taita se reia y la abraza- ba era pior qu’el vino pa ella. Ademhs qu’era como tonto pal chamullo, nunca le faltaba una disculpa pa cuando de- saparecia: “Pucha, fijate que venia en lo mejor p’ach, vieja, cuando de repente se me subi6 la Viuda a1 cami6n y m’em- pez6 a decir que jukramos a buscar las moneas d’oro que habia enterrado el marlo antes que lo atropellaran. Pero como yo sabia qu’eran puras barretas pa matarme, me tape 10s oidos asi. (lo hace) iY ahi juC aonde me mandC contra un hrbol! Por eso tue que quearme arreglar el cami6n”.

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Page 206: Teatro de Juan Radrigan

E V A - 2Y ella creia esas mansas mentiras? Era harto agua e boldo entonces PO.

H U I N C A - Y o no sC si le creia, per0 eso era mas boni- to que creer cualquier otra cosa. Otras veces le salia conque se habia topao con el Trauco, con el Invunche o con cual- quier demonio. Nosotros nunca vim- na d’eso; lo dnico que vimos en patota jue cuando el cami6n que6 preso en el monte de la esperanza.

E V A - 2Preso en la esperanza? H U I N C A - Claro, detenio; o sea que no quiso andar

mas. Jue por alla por Cauquenes, justo a la hora de la ora- cion, cuando la tierra ta tibia y dora igual que una presa de pescao frito. Iamos saliendo del monte cuando empez6 a to- ser y se chant6 “Bajate a ver que pasa, Pedro”, le dijo mi taita a mi hermano. “No -le dijo mi mama-; esto tenis que verlo voh”. Entonces mi taita se baja y pega el tremendo grito: “iAl camion l’estan saliendo raices, a1 cami6n l’esta saliendo raices!” (QuC te parece?

E V A - Te pasaste, ahi si que te pasaste. H U I N C A - No, si era cierto, toos vimos la cuesti6n. Y

mi mama se reia nomas. Entonces lleg6 un huaso con una yunta e gueyes y empez6 a tirar; despuks lleg6 otro y otro, pero no habia caso, mientras mris tiraban, mas raices le sa- lian a1 camion. Y mi mama se reia nom& Empez6 a llegar gente de 10s pueblos que habia cerca de ahi, Huechehue, Tutuben, y hasta de Chegua. El sol se escondi6 y volvi6 a salir; y seguia llegando gente a mirar y a tirar de las cuer- das, per0 el camion no se movia ni media pulga. Y en eso le empezaron a brotar alas por toas partes; y las alas lo tira- ban p’arriba y las raices lo sujetaban, asi qu’el pobre camibn empezo a crujir como loco. Menos mal que en eso baj6 del monte un viejo mas viejo que toos y les dijo como era la cuestion: o sea que por ahi por el monte de la esperanza no podia pasar nadie que no’stuviera di’acuerdo, asi que si el viejo queria tener alas y mi mama sofiaba con raices, el ca- mion no iba a salir nunca mas de ahi; cachate el problemita.

E v A - (Y quC paso?

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Page 207: Teatro de Juan Radrigan

H U I N C A - Mi taita y mi mama se corrieron pa un lao a conversar; yo me acerqu6 a1 viejo, porque me tenia muy intrigao y le pregunt6 que como podia vivir tan solo por ahi. “El hombre es un desierto poblao por la esperanza”, me dijo.

E V A - Pero de que hablaron tu mama con tu papa, PO. H u 1 N c A - Ah, ella le dijo que le iba a dar la mita de

las rakes que sofiaba, y 61 le dijo que le iba a dar la miti4 de las alas que tenia. Entonces el cami6n que6 libre y puimos seguir; pero no sC si cumplieron, porque yo me baj6 a1 poco tiempo. . . <Par d6nde andaran ahora?

E v A - Por ninguna parte PO; d’ellos ya no tienen que quear ni la yombra de 10s giiesos.

H u I N C A - La gente no se muere, se cambia de casa: asi como lo voy hacer yo.

E V A - {Y 10s gusanos? <Que me decis de 10s gusanos? A ellos no les venis na con barretas, ellos te pillan tieso y co- men nomas.

H U I N C A - (Molesto) Gusano. . . E V A - Claro que te van a comer 10s gusanos PO, 20 te-

H u I N c A - N o te cuento ni’una cosa mas. Habla voh

E v A - Yo no tengo na que contar. H u I N c A - Habla nomas, si aqui tamos entre amigos. E v A - Es que es cierto. Cuando a una no la ha querio

nadie es igual que si no hubiera vivio; o sea que se levanta y se acuesta y esa es toa la via. Yo me que6 con too lo que tenia aentro, o sea eso que se les da a 10s hijos y a1 mario. . . <No habis visto voh que algunas mujeres cantan mientras hacen las cosas en la casa? Es por eso, porque han encon- trao a quien darle lo que tenian aentro, pero a mi no me quiso recibir nadie el carifio. Es igual que si la via hubiera si0 un rio y yo me hubiera quedao sent& en la orilla viendo pasar el agua.

H u I N C A - Chora la cuesti6n: yo no me quise amarrar

nis rompe filas voh?

ahora.

212

Page 208: Teatro de Juan Radrigan

r nunca y voh llorai porque no te amarraste. (Suspira) Gueno, asi es la via PO.

E V A - Claro, asi. (Se para) (§e puee hacer juego alli ajuera?

H u I N c A - Si; yo creo que si. <Pa quC? E V A - Pa hacer tC PO, no vamos a comer pur0 causeo,

tenimos que tomar tC. H U I N C A - (Escandalizado) <TC? iC6m0 se te murre

que vamos a tomar tC con el causeo, criminal! Es igual que si quisierai comer sandia con huevos fritos: vino, tenimos que tomar vino. Pucha que soy reaccionaria voh.

E V A - <Reaccionaria? <Que es eso? H U I N C A - Reaccionaria PO, o sea que tenis ideas asur-

das en la cabeza: se nota que no leis 10s diarios voh. E v A - iPucha, es que yo quiero tomar tC, no vino! H U I N C A - Y yo quiero tomar vino, no te. E V A - Gueno, voh tomai vino y yo tom0 tC PO. H U I N C A - (Sorpendido) Bah, pucha que’s f a d arre-

glar las cuestiones. <Y c6mo anda too tan patas p’arriba en- tonces? (Se encoge de hombros) Gueno, <tenis too listo?

E V A - Falta hacer el tC nomas. H U I N C A - No, yo te digo aqui. <Ta too como queris?

E V A - Ah, pa eso deck voh. (Mira en derredor) Si, esta es

H U I N C A - Ya PO, listo nomas (Saca kz urmbnzca) Sali-

E V A - Si. . . <Per0 voh creis. . .? H u I N c A - Claro, apechuga nomas, pa que tengai

E v A - No lesis PO.

<Esta cuesti6n es una casa?

unacasa. . .

mos p’ajuera, yo te toco algo y voh entrai. . . CTai lista?

algo que contarle a tus nietos.

(Salen. EL Huinca toca la a d n i c a desde afuera. Eva entra, ob- serua todo con tierno, deslumbrado interis. Recorre, palpa, se emo- ciona. La casa entra en ella como la visita del agua a1 desierto. Se sienta en uno de los cajones. Luego -atin un simulacro de equidad es mucho para ella- Uora, se &pa la cara con las manos. Breve apagbn.

213

Page 209: Teatro de Juan Radrigan

El uiento de la injusticia se escucha de nueuo. El Huanca tirado en la cama. Eva lo regah.

mal? E v A - CPor quC hiciste eso? 2QuC no sabis que ti’hace

H u I N c A - Era pa celebrar PO. Tabai tan contenta. . . E v A - Mentira. Mira como quedaste otra ve. Pucha, si

no queris vivir mPs porque no ponis d’una vez ese zapallo que tenis de cabeza debajo de las rueas di’un cami6n.

H U I N C A - No, 10s camiones son sagraos. Pero no me retis mAs, si ya’stoy bien. Ayuame a pararme pa ir a partirte unas tablas, y dCjate de abrir tanto el tarro.

E V A - No te ayuo ni’una lesera. H U 1 N C A - Si es un empujoncito nom&, despues par-

to solito. No te pongai caldo e chancho PO, ?no vis que asi es como se aburren 10s marios despuks?

E v A - No me vengai na con esa, ya te conozco ya. Yo no ando na acacha pa que. . .

H U I N C A - Di’un loco y de una triste tiene que salir un revoltijo mPs o menos. No seai lesa, no desaprovechis la ocasion ahora que ando volando bajo.

EVA - Que ia hacer con voh yo, soy mPs flojo que las tortugas.

-H u I N C A - Es que yo soy pal bolsillo, soy pal coraz6n. 0 sea que voh ganai pa vivir y yo te doy algo porque vivir: justo PO.

E v A - ~0 sea que mPs encima de loco y curao soy cafi- che?

H u I N c A - Como es la diuca es el nio, pos mijita. CBa oveja con su pareja.

E v A - Entonces tendriai que casarte con otro peazo de bofe nomb PO, charqui di’uva.

H u I N c A - {Siempre te ponis tan romantics cuando te declaran el amor?

E v A - Ya PO, corta el leseo. H u I N c A - No, es que a lo mejor es cierto que m’estoy

enamorando d e voh; total se han visto muertos cargando adobes. . . CCdmo te llamai?

~

2 14

Page 210: Teatro de Juan Radrigan

E V A - ?Pa quC preguntai, si 10s unicos nombres que te

H U I N C A - No, si no te corrai, yo te hablo en serio. . .

E V A - Meh, que no vai a saber. H U I N C A - No PO, ?no vis que toos te dicen. . . asi

E V A - Me llamo Eva. H U I N C A - ?Eva? (Riendo) icon razon te corretean de

toas partes PO! Chis, te correti6 hasta dio y no te van a co- rretiar aqui abajo, que son como aguja pa echar a la gente.

E v A - No empezis a palabriar PO, tamos conversando tan bien.

H u I N C A - {Tamos bien? E V A - Digo yo PO. . . {Y voh, como te llamai? H U I N C A - Luis. Huinca pa 10s amigos, y Huinquita

pa 10s intimos. Pero se acab6 la conversa, anda a hacer jue- go pa que tomis te, mira que s’esti pasando mucho l’hora.

E v A - Chis, pucha que soy lanzao: inventaste recien el casamiento y empezaste a mandar a1 tiro; pololea primero pos balsso.

H U 1 N C A - Oye, son bromas nomas, {ah! No vai a’star agarrando papas.

E V A - Como se ti’ocurre que voy a agarrar papas con voh, si SC que hablai puras cabezas de pescao.

H U I N C A - 2Y entonces por que se te alumbr6 tanto la cara!

E V A - ?Corn0 se me va alumbrar la cara! Si no soy na ampolleta PO. (Rie, sale)

H U I N C A - ?Pa onde vai? E V A - Hacerjuego pos, don Luis.

gustan a voh son Santa Rita o Santa Carolina.

&orno te llamai?

como te enojai?

(Instantes m h tarde se escucha ruido de tablas a1 partirse, y luego chisporroteo de fuego. Despuks Eva canta. EL Huinca la escucha extrariado. Luego saca la arm6nica y la acornparia. Cuundo termi- na:)

H T J I N c A - (Gritando hacia afuera} iSigue PO, mandate la otra! (Eva no contesta. Toca unos compases, pero tampoco ob-

215

Page 211: Teatro de Juan Radrigan

tiene respuesta. Entra Eva, en un estudo entre temeroso y asombra- do.)

E v A - N o hay nadie. All5 ajuera no se ve ni’un alma. . . H u I N C A - Bah, cy que no te dije que se 10s llevaron a

E V A - Es que pa onde miris no hay nadie. ?Pa bnde se

H u I N c A - NO SC PO. E v A - Asbmate. Ta igual que como te gusta a voh: el

sol s’esta escondiendo, too ta callao y no se ve a nadie por ninguna parte.

toos?

10s Ilevaron?

H U i N C A - (Znteresado) <En serio? E V A - (Yendo a lapuerta) Ven PO. H u I N c A - (Zntenta leuantarse) No, el viejo no me quie-

re soltar las tripas toavia. E v A - (Mirando hacia afuera) Parece qu’estuvikramos

desterraos.. . Pero no da mieo; es como si, las cuestiones jueran a empezar reciCn. . .

H U I N C A - (Que cuestiones? E V A - Too. Ven, ven a ver. H U I N C A - (La mira peocupado) Dame un pencaza sera

mejor, no’stis hablando leseras. E v A - No, no te doi mas pencazos. Y no te voy a convi-

dar na cause0 tampoco, te puee hacer mal. H U I N C A - Ya no hay na que me puea hacer mal; o sea

que no importa. E v A - (Se acerca a 61, se sienta en la cama) {Y si vivierai? H U I N C A - <Vivir? <Pa que? E V A - No sC PO, pa que vivai. . . Vierai que lindo ta all&

ajuera; ta too como limpiecito no hay tli’una bulla, y parece que hasta el aire se hubiera quedao parao pa escuchar no sk quecosa. . .

H U I N C A - No es nA alli ajuera ho (le toca el pecho): es ahi.

E v A - (Se toca) cAqui? (Se queda pensando) ?Voh creis que yo?. . . Cbrrete, fresco, zcrei qu’estoy enamor5 de voh? (Sobradora) Chis, yo he tenfo. . . 216

Page 212: Teatro de Juan Radrigan

H U I N C A - A nadie, pal corazbn no habis tenio nunca a nadie; asi decis a caa rato.

E v A - Claro, a nadie. (Se para) No conoci ni a mi mama siquiera.

H u I N C A - {Y la vieja que deciai que cantaba tan boni- to?

E v A - Era una vecina. Yo me criC con una tia medio loca que hacia jabones. . . Me’ech6 cuando tenia como ca- torce afios; o sea yo me jui.

H u I N C A - {Pa onde? E v A - Pa onde 10s vamos toos 10s que no tenimos na:

pa ninguna parte, pa la calle. Me hacia levantar a la sei de la mafiana a prender el horno pa empezar a lesiar con el sebo y la soa cadstica. Y en invierno el sebo amanecia duro como fierro, asi que habia que desarmar 10s barriles pa sa- carlo. Y encima ella se curaba y me retaba por too.

H u I N c A - Ya no se puee hacer na; queate calli me- jor.

E v A - Viviamos solas en una tremenda casa. . . Nunca me decia por mi nombre, me decia puro “Coja”, hasta cuando hablaba con la gente me decia asi “La coja le va Hear 10s jabones”; “La coja va pasar a buscar eso”; “La coja no ha terminao de cortar toavia”. . .

H u I N c A - Eso ya pas6, ya lo sufriste. E v A - . . . En las tardes se lavaba bien y se llenaba la

cara con polvo de arroz, se pintaba 10s labios y se ponia a pasiar por el sitio, como si‘stuviera esperando a alguien, y hablaba sola; a mi me daba mieo, porque parecia un fantas- ma. . . De repente se quedaba par& como si‘stuviera escu- chando algo; y despuCs empezaba a retar a la sefiora del lao: “iCillate, chllate, vieja desgraci9, que 110 me dejai oir si el viene!”, le gritaba. Y entonces se ponia a llorar y a tomar vino, tomaba hasta que quedaba both en el suelo, llorando a sollozos, pero yo no me le podia acercar, porque me tira- ba con las botellas o con lo que tuviera a mano. . .

H u I N c A - {Pa quC me contai too eso? E v A - iPa que sepai PO, pa que sepai!. . . Y despuCs

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que me jui fue pior, porque cuando una no puee entrar a ninguna parte tiene que botarse a puta, y cuando una tra- baja en eso lo ~ n i c o que hacen 10s cabrones y 10s cafiches es pegarte; te pagan igual si les dai harto o les dai poco: por- que la perra contenta no le hace empeiio. . .

H U I N C A - No me contis mPs. Yo sC que la habis pasao como el forro, per0 no pueo hacer nP. Es cierto, aqui no hay ninguna cosa pa 10s que no vinimos con un cuchillo en la mano. . . En cambio a1 otro lao. . .

E V A - (Se pura enojudu) El otro lao, el otro lao, quC te llenai tanto la tarasca: all5 no hay nP, aqui es aonde vale too. . . Y pa que sepai, esa parte aonde queris ir a esperar tampoco tP; ya no hay nP ahi.

H U I N C A - ,$orno que no?. . . CQuC’stai diciendo? E V A - Que no’stP. Ya no hay nP. H U I N C A - CC6mo que no va’star? iYo’stuve ahi! E v A - &uPndo? H U I N C A - No sC PO, hace tiempo pero’stuve ahi. E v A - Tariai, pero ahora hay un puro pelaero. Yo jui

H U I N C A - i Y c6mo no me habiai dicho? E v A - Pa que PO; que mal t’iba hacer creer eso. H U I N C A - zC6mo creer? iEs mi lao, es mi lao!. . . iEl

rio!. . . <No vis como’stai mintiendo?: jel rio no se lo pueen haber Ilevao!

E V A - El rio no; per0 ya-no hay casas ni Prboles por ninguna parte: botaron too.

H U I N C A - No puee ser, eso no te lo voy a creCrtelo nunca. Voh queris amarrarme, eso eso es lo que queris, por eso inventaste eso. (Autoconvencikndose) jClaro, por eso juC!. . . 2No cierto qu’es por eso?

E v A - No, no he inventao na, Giiinca: es la pura verdP. H U I N C A - . . .Esa parte existe y el otro lao tambiCn.

Pucha, si voh conocierai. . . All5 too es tan distinto, tan bo- nito. . . Las casas son de maera y estPn apart&, no una al lao de la otra como aqui, tan a media cuadra de distancia, pa que puea haber lao pa las plantas y too eso; la mayoria

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andar p’allP.

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son claritas. (Eva lo observa con lhtima y ternura) Y too ta lle- no d’ese sol que no quema, que no hace traspirar; d’ese sol que alumbra y entibia nom&. No hay micros, no hay autos; y como no hay pobres, no se conocen patrones, carabineros ni hospitales. All5 no se sabe lo qu’es el hambre ni 10s cala- bozos, <par quC, qui& va meter preso a alguien qu’es igual qui’uno? 2QuiCn le va a negar la comia a alguien qu’es igual qui’uno?. . . Puta qu’es distinto all& puta qu’es lindo. . . <Me vai acompaiiar?

E V A - Ya es muy tarde, Giiinca (sefiala hack afuera) Mira, el dia ya s’esd muriCndose.

H U I N C A - <Maiiana entonces? E V A - Claro, maiiana. H U I N C A - si, es mejor; porque parece qu’esth empe-

zando hacer frio. . . (Contento) Pucha, toi seguro que all5 te voy a encontrar en una de las fogatas.

E V A - <Fogatas? tCu5les fogatas? H u I N C A - Esa es otra costumbre que hay a&%. Sejun-

tan varias familias y hacen un juego a1 medio del campo, <sabis pa quC?: pa esperar el amanecer, pa verlo toos jun-’ tos. Y a veces, mientras esperan, bailan una cuesti6n pare- cia a1 valse.. . Ahi es aonde te voy a encontrar alguna vez. . . <Te imaginai lo contentos que 10s vamo a poner?

E v A - CY pa quC vamo armar ese tremendo cagiiin pa encontrarlos? <Que no m’estai viendo aqui?

HUlNCA-claro,esque.. . E V A’- No, si no vengai na con “es que”. Hay que ser

harto pasao por agua tibia pa pegarse el manso viajecito, pa hacer algo que uno puee hacer aqui. A un puro pasao por la cola del pavo como voh, se le poia ocurrir algo asi. (Ade- mdn de salir) Voy a ir a ver si ha hervio el agua ho.

H u I N C A - EspCrate. . . ~ E s o que deciai de que all5 no habia na, <no era cierto, verd5? (Pa quC ian a botar las casas y 10s Prboles?

E v A - Los unicos que saben porque hacen tira las cues- tiones, son 10s que las hacen tiras nom& PO, preguntales a ellos. (Sale. Regresa con la tetera. Comienza a revolver la ensala-

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da) Ya, anda acercindote, esta cuesti6n ta lista.

capi p’andar.

y te traigo en taci. (Rfe)

H U I N C A - Tengo 10s pies muy hinchados, no mi‘hallo

E v A - Entonces espCrate un rato pa irle hacer empefio

H u I N c A - Guena ho. Pucha que habis cambiao. E v A - La giiena via que m’estay dando voh PO. Y con

esa tremenda agilida que tenis ahora quizas aonde vamo a ir a parar. Ya, ven ho.

H U I N C A - No pueo, en serio: no pueo andar. (Mirdn- doselos) Pucha, como se le pueen hinchar tanto 10s pies a un cristiano. . . (Eva lo mira sonriendo) Pero no te riai PO. Yo una vez tue un perro que muri6 hinchado. Pero no de ci- rrosis, <ah?, 61 no le hacia a1 trago; era lacho, eso si, lacho y rosquero. §e llamaba “Torreja”, o sea que yo le puse asi. Lo conoci un2 vez que lo venia persiguiendo un caballo pa darle la fleta; gueno, primero I’ech6 C1 la anifia de pur0 jo- dio qu’era, pero el caballo andaba de maleta porque parece que lo habia retao la ifiora, asi qu’el pobre “Torreja” le cay6 flor pa descargar la rabia. Era por alla por Temuco, o pare- ce qu’esa vez yo andaba por otra parte. La cuesti6n jue qu’el caballo lo acorral6 en una pirca y lia empezar a tostar, cuando vengo y lo agarro a pefiascazos, entonces el caballo se chant6 y me peg6 una miri, asi como diciendo: “Gueno, jy a voh quiCn te pas6 la guitarra?” Y entonces el “Torreja” aprovecha qu’esti descuidao, pega un salto y le muerde un coco, ipucha, que manera de gritar ese pobre caballo! Si esta cuesti6n jue en la manana, per0 en la tarde toavia. . .

E v A - (Riendo) iYa, dkjate de contarme mentiras, yo no quiero saber na!

H U 1 N C A - Chis, re Guena: no pueo comer, no pueo andar, no pueo tomar, y ahora no queris qui’hable. PCgame una pat5 en 10s ojos pa no mirar tambiCn PO.

E V A - (Vu hucia 21, lo que& mirando) ZSabis que mas? Vamo aclarar a1 tiro un asuntito 10s dos. Si esta cuesti6n no la tienen que hacer na 10s puros hombres, y menos cuando son tan caios del catre como voh: {Tai interesao en mi?

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H u ! N c A - (Sorprendzdo) tInteresao?. . . 0 sea voh de-

E v A - Claro PO, pa que te hacis el leso. Si yo sC, una se

H u I N c A - Pero de que. . . No te pongai dificil ho. E v A - tSabis lo que t’estoy diciendo o no? H u I N c A - Es que. . . o sea que. . . Claro. E v A - (Perdiendo sus awestos) Ya PO, voh tenis que ha-

H u I N c A - Gueno PO: eso. (Y voh? E v A - Yo tambiCn PO, por eso te digo. H u I N C A - Perodi po. E v A - Voh tenis que decir, voh soy el hombrei. . 0 sea

H u I N c P. - Yo tampoco PO, si no es na asi la cuestion.

E v A - Hace voh. . . A mi me da verguenza. . . Ya PO.

H u I N c A - Tenis. . . Tenis bonitos ojos. E v A - Y voh no soy na tan. . . Ya PO; es que es distinta

la cuesti6n, no es na llegar y. . . Pucha, me tenis que decir otra cosa.

r- cis. . .

da cuenta.

blar. . . Yo ya te dije.

que hay que. . . iPucha, yo no sC ho!

iPero hace algo PO!

H u I N c A - Cabreate PO, c6rtala. E V A - iTai colorao! H u I N C A - Cbrrete, mire que me voy a poner colo-

E v A - Si no m’estoy nP riendo. . . Es que. . . Pucha, ies rao. . . iNo te riai PO!

que tenis que abrazarme pos pajarh! (Se abrauln. Breue apagbn. Vuelue a sonar el uiento del cueruo rencor humano. El Huinca est4 poniindole diarios a guisa de mantel a la mesa. Todo esth, en li medzda en que eso pueda notarse, limpio y ordena- do.)

E v A - (Que se ha peinado de otra manera, entra agitada, descompuesta) iGuinca: 10s tenimos qu’ir!

H U I N C A - <Ah? E V A - iLOS tenimos qu’ir, van hacer tira esta cuestih! H u I N C A - CCuPndo? tPor que van hacerla tira?

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E V A - iHabia unos gallos midiendo y yo les jui a pre- guntar: dijeron qu’iban a venir con unas maquinas pa lim- piar esto!

H U I N C A - CLes dijiste qu’estabamos aqui? E v A - No, les dije que andaba cachuriando. H U I N C A - Ta bien. (Suspire) Que vamo hacerle PO.

E V A - iC6mo 10s vamo a poner a comer: 10s tenimos

H U I N C A - CPaonde? E V A - <Pa onde?. . . No se PO. H U 1 N C A - (Se quedupensando) Chora la cuestion. E v A - CChora? H u I N C A - Claro, habiamos encontrao la ultima casa

del mundo y tambien vienen hacerla tira; tu gente ta caa dia mas loca. Sigamos con la fiestoca nomPs, a esos no se les puee entender que quieren.

E v A - iPero es que vienen a echar abajo esto, no en- tendis!

H U 1 N C A - La que no entendis soy voh: yo te dije que aqui abajo toos 10s encuentros duran hasta que 10s demas quieren. Pero no te preocupis, toavia 10s quea un resto. ,Y ese resto que 10s quea es mejor que too lo que habis vivio, no podis despreciarlo. Lorea (sefialu en derredor): la casa ta lista, la mesa ta puesta y el corazon ta contento, que mas queris.

CAlcanzamos a comerlos el cause0 diciochero?

qu’ir!

E V A - i Pero ellos tan all5 ajuera! u I N c A - Eso no importa: esto es lo que queriai te-

ner voh, ahora que lo conseguiste no podis dejarlo botao. Yo no creo en esto, prefiero irme pal otro lao, qu’es seguro; pero no te voy a echar a perder la alegria, porque ahora soy mia y esta es una manera de defenderte, asi que dale no- mas; aqui vamo a celebrar en una sola, toas las fiestas que no hemos celebrao. Ya, muevete, dale color, qu’es diciocho y 10s quea poco.

E v A - Pero. . .. f y despues? H U I N C A - (Mzrundo) {Ta giieno con esas aguirnaldas

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o queris poner rnfis? Pucha, rni’acuerdo di’un diciocho que pas6 una vez alla en. . .

E V A - (Intranquzh) Claro, es rnejor no pensar en na. Voy a ver si ha hervio I’agua.

H U I N C A - ?Pa que querk agua? E v A - Pal tC, PO. H U I N C A - iCbrno varno a tornar tC con cause0 y en

pleno diciocho! Voh seguis igual que antes de mala e la ca- beza: vino, hay que tornar vino.

E V A - iPero yo quiero tC, no vino! H U I N C A - (Le toca la cara) Yo quiero vino, no tC. E v A - Ah, tai lesiando. (Vu, vuelve sin nuda) Toavia no

hierve. . . (Contentu) iParece que se jueron, Guinca! H u I N - No te alegris na rnucho, a lo rnejor jueron

a buscar dinarnita pa terrninar la pega di’un viaje y irse ace- lebrar. (Rie) iYa te veo volando por el aire!

E V A - (Acercandose a C1) {En serio que no tenis rnieo? H U I N C A - No PO, corn0 voy a’star contento y voy a te-

ner rnieo. Ya, yo rne siento aqui en la cabecera, (lo hace) por- que soy el jefe de la familia, voh ahi a1 rnedio. Dale PO.

E V A - (Revolviendo el cuuseo) Toavia no’sth l’agua PO, no te dicen. Yo he visto que las rnujeres no cornen nunca tranquilas, porque tienen que llevarse parando a hacer cuestiones: pero aqui no va a ser na asi.

H U I N C A - 2 0 sea que querfs ser ernanciph? E V A - {Que’s eso? H u I N c A - Mira, anda por ahi nomas con hacerle ern-

E v A - tPor arnor? Lindo po. H u I N C A - No, no me vengai n5 con barretas. Ya,

E V A - No ha hervio toavfa, patrbn. H U I N C A - {Sabis?, tai igual que una vieja que conoci

E v A - cQuC vieja? ?Ya me vai a contar otra mentira? H U I N C A - ?C6rno que rnentira? (Ofendido) $reis que

petio sin cobrar.

anda a buscar l’agua.

alla en la Unibn: hacis puro tiatro con la choca.

te cuento rnentiras?

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E V A - No, son bromas. Me gusta que me contis esas co- sas. (Pausa) Igual que siempre: yo hago cosas y voh contai historias. (Mira hacia afuera) <De quC te acordaste ahora?

H U I N C A - De una vez que la muerte amanecib en mi hermana, por all5 cerca de la Uni6n, un pueblo que viene a quear entre Valdivia y Osorno. Como no la poiamos ver- lar en el cami6n, tuvimos que pasiarla con toa su muerte por el pueblo, hasta que un viejo 10s ernprestd una pieza donde guardaba las cosas pal invierno. Mi’acuerdo qu’esta- ba lloviendo a chuzo y por las rendijas entraba un frio que 10s llegaa a poner moras las manos y la cara. Cuando ya’sta- bamos medio congelaos, 10s duefios de la casa prendieron un tremendo brasero y se quearon con nosotros. (Eva mira hacia afuera tratando u2 escuchar) Pero como era la primera vez que veian un velorio tan rasca, 10s pegaban unas miras de lobos, y a caa rato le decian a1 viejo: “Los velorios de por aqui son con guitarra, con comia”. Mi taita se hacia el leso, o les mostraba a mi mama, que no paraba de mirarle la muerte a mi hermana. -<No vis que toos saben que pal otro lao hay que irse contento? -(Eva asiente, sin dejar de mirar ha- c ia afuera). Gueno, la cuesti6n jue que ya’estaba amanecien- do, cuando una vieja flaca como un cuchillo, se par6 y pus0 una tetera a1 medio de las brasas. Pero la alegria 10s dur6 re poco, porque cuando hirvi6 I’agua, la vieja mandinga se mando como diez mates seguios, y despuCs empez6 a ce- bade a1 viejo y a un giiasteco re grande, que habia io cre- yendo que la cuesti6n era con fiesta; asi que just0 cuando 10s tenia que tocar a nosotros se acab6 I’agua. DespuCs cuando pus0 mas y’stuvo lista, a 10s perlas les habia entrao la sk otra ve y pas6 la misma cosa. “Los velorios de por aqui son con guitarra, con comia”, decian enojaos, mientras so- plaban el matecito pa tomihelo. Pucha, yo creo que d’en- tonces se me que6 peg5 esta se tan grande aentro. (Pausa) Chita que pasamos cuestiones con 10s viejos. . . <Par a6nde andaran ahora? (Animoso) <Te imaginai cuando yo ande por ahi y vea el cami6n a lo lejos?

E V A - iA6nde lo vai a ver?

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tengamos ni’un brillo: lo que tenimos que hacer es irlos pa la casa grande.

E V A - CY por quC no poimos tener una casa aqui?. . . En estos dias la via m’entreg6 too lo que me habia escon- dio. . . {Ti’acordai que yo te decia que una casa no se Ilena- ba con puros muebles, con puras cosas? iAhora tengo too lo que me faltaba! Mira (le muestra corn si tuviera algo entre 10s brazos), no se ve, pero lo tengo too aqui. (Pausa) (QuC voy hacer con too esto? {Pa quC me lo devolvi6 entonces?

HUINCA-Te las dio pa que te las llevarai pa onde’stan las tierras giienas; pal lao aonde 10s vamos hacer una casa con cobertizo, pa sentarlos a mirar en la tarde cuando se va entran. . .

E V A - ipero es que nosotros tamos vivos, tamos vivos! H U I N C A - QuC sacai con tar via si toos creen qu’estai

muerta, ho. Aqui’sta vivo el que tiene el billete nomhs, 10s demas tan toos muertos; yo 10s he cachao bien: quieren en- trar a un tiatro y no tienen plata, quieren comprarse una pilcha y no tienen plata: quieren comer y no tienen plata. . . Yo no he necesitao nunca na, por eso lo he pasao bien, pero he vivio entre puros muertos; ahora creen que uno ha muerto hasta porque no tiene corbata: por eso me choriC y me quiero irme. . . iPor quC crestas he durao tanto! No s6 que porqueria de cirrosis me dio; no es la misma que le dio a 10s cabros.

E v A - ?No? (Absurdumente ilusionada) iClaro, si te hu- biera dao la firme ya te habriai reventao! A lo mejor. . . iA lo mejor voh tenis remedio!

H u I N c A - No, esta es pior; m’esta trabando entero, m’esta dejando como. . .

E V A - iClaro, tenis remedio!. . . Yo le voy hacer empe- iio y vamo a comprar cuestiones pa que te mejoris, vai a ver. (Se arregla el pelo, se estira la ropa) Ahora que dejts de to- mar, ahora que no ando cansa, pueo ganar plata: siempre he ganao; no vamos’estar na muertos, vamo a tener pa too. . . Mira (le muestra la pierna), ya no tengo na en la pier- , na, ya se me borraron toas las marcas, pueo trabajar.

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i

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E V A - <En serio?. . . {En serio que me queris, Giiinca? ?Me queris di’otra manera?. . . ~ A s i como a las que no le ha- cen empefio?

H U I N C A - Clara PO, cOmO mujer. (Puma. Se que& mi-

H u I N c A - No empecis voh, <no vis que yo tampoco le

E V A - Ya. H U 1 N C A - (Se para) Flor. ~ Q u C se hace primero, la

E v A - Parece que’s primero el civil. H U I N C A - Entonces tamos sonaos, porque Dios ta en

toas partes, per0 pa ir a1 civil hay que tomar micro. Y voh sabis que si salimos p’ajuera. . . (Gesto de degiiello) Per0 n’im- porta; ven p’acP, qu’el amor es el que vale. Los pegamos una abraza, 10s mandamos un par de calugazos huachss; enseguia el guen pencazo, y 10s declaramos mario y mujer hasta que la cirrosis 10s separe. 2Que te parece?

E v A - (Yendo) No es na asi. Cuando no hay curas ni ci- vil, hay que ponerse uno a1 lao del otro y cerrar 10s ojos un rato.

peg0 a esta cuestion? Di PO.

cuestion de la iglesia o la d’el civil.

H u I N C A - iQuiCn te dijo eso? E IJ A - Nadie, per0 asi tiene que ser. H u I N c A - (Ponzkndose en pose) Ah, flor, hagaamolo

E v A - Per0 cuando uno se casa asi, no se puee separar I PO.

a

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w

conmigo; yo dig0 lo mismo; per0 sin hablar, hay que decir- lo pa uno nomas.

(Lo hacen. Luego se abrazan. El Huinca rie nerviosamente.) H U I N C A - Ya, macanuo.

E V A - No te riai, Guinca, no te riai. . . H U 1 N C A - Si no m’estoy na riendo. . . Es que no hallo

que cresta decir. . . Ya, PO, sefiora Eva, cabrkese. . . <No ve que yo no he llorao nunca? (Se separan abochornados) Pucha, mi’acuerdo di’un viejo que decia que aqui too era pur0 ba- rro, entonces una vez abri6 una puerta pa arrancar, y a1 otro lao encontr6 otra puerta cerra, viene, la abre, l y que no encuentra otra puerta cerra? Entonces mir6 p’atrhs asi y. . .

E v A - (Vivamente) iEl barro, el barro medicinal! iAho- ra mi’acuerdo!

H U I N C A - <El barro? &ual barro? E V A - iHay un barro medicinal re gueno, se pone en el

cuerpo y sana too. Y o vi una vez a una ifiora que. . . H U I N C A - No ho; si ya no hay caso. Eso que de& es

igual que si un tren me hubiera cortao 10s brazos y me 10s quisierai hacer crecer con ventosas.

E V A - ?No queris vivir?. . . iLos casamos! H U I N C A - Y jue pa siempre, asi que ahora te tenis

qu’ir obligh conmigo. Mi’acuerdo que una vez pas6 un cas0 parecio a1 de nosotros, por all5 por Curanilahue. . . (Eva queda en suspenso. Lo huce callar con ademanes) ~QUC te pasa?

E v A - tEscuchaste? H U 1 N C A - (Tratando de oir) No, no siento na, <quk? E V A - iLas mhquinas, trajeron las maquinas!

H u 1 N C A - (Poniendo atencidn) Claro, son las mPqui-

E v A - (Acerccindose a 61) {Que vamo hacer, Guinca, quC

(Se escucha un lejano ruido de mriquinas.)

nas.

vamo a hacer! (El ruido se escucha mhfierte . Luego se detiene bruscamente.)

H u I N c A - (Vu hacia la mesa) Ya, cuando se casa tiene

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E v A - (Angustiada) iNo, Giiinca, no; dejate! H u I N C A - iViva el diciocho, rnierda! Mi vida, hiciero

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W

blas a1 guebrarse) Eva cowe y t o m su atroz cartera. Se para ante la puerta, mira a1 Huinca, que canta y baila rabiosamente. Se arremolinun en ella 10s recuerdos de su feroz pasado; su encuentro con el Huinca, y ese futuro de locura, que es, finalmente, lo Cnico con forma de esperanza que la uida ha @est0 frente a ella. Enton- ces se pone a cantar y bailar, pn’mero con temor, luego con enajena- da decisibn. Las cosas crujen, se uienen abajo. Queda . d o el ruido de las mdquinas.)

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jor lo arreglai bien en la casa. (A1 tarro). No, si tengo casa. (Pausa). Per0 no mi’hallo encerra, me gusta tar a1 medio de la via; ver casas, gente, perros, arboles, pijaros, toas esas cuestiones que le dicen a una que no sia muerto, aunque el corazdn haya caio a un hoyo donde no hay ninguna lu. Es cierto que toos 10s dias paso sola, per0 parece qu’el domin- go una tuviera dos veces abandona. Yo no se porque pasa eso, no s6 porque en 10s dias de fiesta me duele mas pa en- tro la soled& por eso salgo andar. (Presto atencidn n un trnn- seunte -que no se ue-. Cunndo pasa junto n ella:) Oiga, ?no tie- ne un cigarro que me de? Hace tantos dias. . . (El transeunte parece seguir de largo. Isabel se encoge de hombros. A1 tarro:) iQuC’stabamos hablando? Ah de la casa. Claro, si tengo. No te voy a decir que’s una tremenda casa, no, pa que te voy a venir con grupos: es una mejorita noma que levantamos con el Aliro, por all& por el final de Santa Rosa. . . tSabis, tabamos re bien, per0 de repente se les ocurrio hacer ahi uno d’esos edificios bonitos aonde vie la gente que tiene bi- llete, y vinieron y se 10s llevaron a toos pa otros laos. A no- sotros con el Aliro no 10s dieion ni bola, porque no Cramos na casaos ni teniamos hijos. Yo lo queria a 61 y me queria a mi, per0 10s pedian un papel firmao donde dijera eso. (A1 publzco). “Oiga -le dije a1 caballero qu’estaba incribiendo-, per0 ese papel tendria que firmarlo Dios noma PO. t Y aon- de quiere que lo encontremo?”. Y empece a preguntar: (Se- fialando:) CSae ustC aonde’sta? CSae ustC aonde’sta? CSae uste adnde’stb? (A1 tarro). La gente s’encogia di’hombros, miraba pa otro lao, o se tiraba a reir, como si’una tuviera preguntando por alguien que se habia muerto hacia mucho tiempo. (Pensativa). CPero el no sia muerto, verda? Si se hu- biera muerto se habria muerto la via tambien PO. . . Giieno, ’ la cuestion jue que se 10s llevaron a toos, y a nosotros nos dejaron botaos ahi hasta que vengan las maquinas a demo- ler. Es igual que vivir en un cementerio, ahi vie el pur0 tiempo, o sea el dia y la noche y la luna y el viento. Puras cuestiones que no te contestan cuando les hablai, y a mi me gusta hablar PO: por eso salgo andar. . . De que murid mi

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? ’ Yo creo que se tenia que haber enamorao de la via, no de la gente. ~ Q u k decis voh? (Lo golpea alegremente). iPucha que me gustaria tar con el Aliro, ahora que t’encontrk a voh pa conversar! Claro que’s rnedio celoso ah?; per0 como voh hablai tan re poco. . . CPero no va faltar la ocasion, verda? Con 61 andaarnos por toas partes, hasta pa Lota m’iba llear una vez, pa que conociera a su familia, dsea a mi suegra y a 10s cuiiaos; no puimos ir porque la venta de guesos y pa- peles se pus0 mala, y 61 queria que yo juera bien pintii ‘Torque como ellos no’stan enamoraos de voh te van a rni- rar la pura ropa”, me decia. . . Ahora quizb cuando vamo a poer ir, porque kl ta preso; hace mucho tiempo qu’stfi preso. . . zQu6’stara pensando? tSe acordarP de mi?. . . No’staba nA enojao, se juk riendose; me que6 rnirando y me dijo: “iLa manerita que tenis de dernostrar carifio voh ho, menos mal que no mate nA un caballo!”. Y se reia y se reia. (Puma). A lo rnejor por eso hablo tanto. CFrega la soleda, ah? Anda como perro detras di’una , te sigue pa onde vai. Per0 lo mas duro es la noche, ahi se vienen de golpe toas las

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car con mas juerza, es el tiempo en que erai joven y bonita, el dia en que un gallo te agarrb a besos alla en el parque pa un diciocho; el dia que teniai padre y madre y toos te ha- blaan: eso es lo que te dan ganas de llorar cuando te veis bota. (Puma). Dicen qui’una se puee volver loca pensando, que no se da ni cuenta cuando empieza a hablar sola: eso es lo que da mas mieo. . . Per0 yo digo, Ccomo se va a volver loca una de pura soleda, cuando hay tanta gente por toos laos? No puee ser PO. Eso es lo que me conforma. Chis, imaginate que me volviera loca, <qui& ia a esperar al Ali- ro? (Nostalgica). El Aliro. . . (Animada). CUn dia te lo voy a presentartelo, ah? Es re choro. . . CSabis c6mo lo conoci? Yo’staba comiendo una cuestion re giiena que me habia ’

dao una sefiora; era por alla por una plaza que quea pal lao de San Diego. Taba agacha asi, comiendo, cuando de re- pente siento que alguien canta. . . Me voy a acordar toa la via, era esa cancion que dice: (Canta un trozo de algunos de esos lacrimbgenos boleros de Lucho Barrios o Ramdn Aguilera), ?Bonita, ah? Era 61 PO; era 61 que venia cantando por el me- dio de la plaza, curao hasta las patas. Cuando lleg6 aon- de’staba yo, se par6 y me que6 mirando:

-Eh, mijita -me dijo-. tA6nde’stoy? -Ahi PO -le dije-. ?Que no se ve?

Era uno d’esos dias humedos y nublaos, unos d’esos dias que parece qu’estan llorando encima di’una. Pero cuando le dije asi, se largo a reir, y jue como si de repente hubiera salio el sol por toas partes. Dijo que habia llegao el otro dia de Lota, y que se habia puesto a chupar porque no tenia ni’un amigo. “Asi cuando termine de almorzar, la convio a tomarse un bajativo”, me dijo, y se larg6 a reir otra ve. No quiso hablar mas d’el, ni quiso que yo le contara cosas mias; ‘ porque dijo que las personas nacian cuando s’encontraban, que lo demas no importaa pa na. Y yo que no habia querio nunca a nadie y nadie me habia querio, empeck a sentir como ganas de agradecerle cosas a la via, como ganas de

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--a

Mi papa le rogo, porque l’hambre 100s taba haciendo ver too negro. Entonces el vecino lo convido a tomarse una bo- tella de vino, y juimos con 61, con la esperanza de que los- emprestara un billete, per0 lo tuo haciendo tomar toa la tarde y despuks s’enojo: “Patuo desgraciao -le dijo-, toavia que te di de tomar hasta que te cabriaste, queris que te em- preste plata”. . . Cuando llegamos a la casa mi taita se pus0 a Ilorar. (A1 tarro). 2Habis visto llorar a un hombre voh? No dicen na, no se quejan, no gritan; se quean mirando asi corn0 a lo lejos, y de repente voh veis que las lagrimas l’em- piezan a correr por la cara, y cuando 10s cachai se queren reirse y entonces es como si’stuviera llorando dos veces. , . YO tenia como sei aiios, per0 mi’acuerdo re bien. . . Por eso me puse a llsrar cuando el viejo me pas6 la botella; 61 se rio y le dijo a la emplia: “{No te dije qu’estas llegan a llorar de alegria cuando ven una botella de vino?, no las voi a cono- cer yo”. (Puma). Qu6 le ia a decirle PO, me vine: me puse a andar.. . Nosotros siempre tuvimos hambre; hambre de comia, de ropa, de alegria y de too y esa hambre que tenia- mos desde que nacimos, se 10s agrandd mas toavia cuando mi mama se chorio con mi taita porque no encontraa pega y le dijo que s’echara el pollo. “2Y 10s cabros?”, le dijo 61. “Se quean conmigo, yo voy a trabajar pa alimentarlos”, le dijo ella. (-41 tarro). Y o no te pueo decirte na, per0 si una perso- na ohia a otra de repente, es porque tiene algo nueo en el corazon, {no cierto? (Puma). 2Por que una se queara siem- pre con la mama? Yo conoci la desesperacijr Tirsndole 10s ojos a mi taita; mirandole Ica ojos se llegaa a un patio oscu- ro, a uri patio ame-t%o taba muerto; mi madre tenia pena en la cara, per0 mi padre tenia pena en el corazbn, tenia pena ahi aonde ya no sale mPs, aonde quea la mancha pa siempre. . . 2Por que una se queari toa la via con la ma- dre?. . . (saca la botella). D’entonces que la empezamos a pa- sar pior, porque al fin y a1 cab0 61 agarraba algun pol010 por ahi, per0 mi mama no PUO agarrar pega cas; nunca. (Pausa). L‘hambre, cornpadre, es larza y E q r a , es como- hoyo aonde una no termina nunca de caer. Per0 no cais na

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t le, quea hecha una pura mazamorra del color de la tierra, y asi mismo se ~- la van comiendo o la echan en una bolsa nay- lon pa repartirla en la casa. . . No pue agarrar na. 0 sea que habia pescao una manzana, la pesquC en el airecito, cuando reciCn fa cayendo del tarro a1 cami6n. Per0 llego una cabra como de ocho aiios que no habia poi0 meterse a1 vaciaero y m’empezo a mirar: era flaca y larga, 10s guesos le salian por toas partes. . . Per0 pior eran 10s ojos que tenia: ojos de ani- mal atropellao, ojos de tisica. Me que6 mirando nomi, no me dijo n5. Y pa que queria hablar si con 10s ojos taba gri- tando too lo que le pada. . . Cuando le di la manzana, la agarr6 con las dos manos y le dio una masd con un’ansia tan grande, que me dieron ganas de llorar. . . No se dio ni cuenta que s’estaba comiendo la parte podria, esa parte blanda, color caf6, que se guelve barro aentro de la boca; yo sabia que s’iba a poner a vomitar, asi que me jui. . . Pobre cabra, <cuPnto mas ira durar? (Puusu). Pucha, si yo juera la mujer de Dio, le diria: “Oye, viejo, tu que le pegai a la cues- ti6n de 10s milagros, abreles 10s ojos a 10s giles de all& abajo. Tan haciendo pueras cabezas de pescao con la via que les

‘ 1 diste. 0 sea que repartieron la risa y el billete pa unos y a

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-m

rales y duermen botaos en las calles?, eso es mucho peirles PO. Y a 10s otros tambikn es mucho peirles que se acuerden de voh, porque estan muy ocupaos pasiando y comiendo; es grave el problema, viejo: si no te mandai un milagrito luego, 10s vamo a quear mas solos que la soledfi; y pa mas recacha 10s mataron a1 hijo: iDispierta, dispierta, viejo, que all5 abajo 10s tam0 muriendo!”. (Se rie). Mujer de Dio, las cuestiones que se li’ocurren a una cuando no tiene con quien hablar. . . (Saca la botella, bebe. Triste:) Si PO, el unico que hablaa conmigo era el Aliro; per0 ahora ta preso.. . CQueris que te cuente la firme?. Yo Io mcti preso; no sabia que sin 61 m’iba pasar esto. . . 2Sabis por quk lo meti preso? Porque apretaa 10s pajaros. 0 sea que nosotros vendiamos pajaros. Cuando dejaron de comprar gueso y papeles en San Camilo, a1 Aliro se le ocurri6 vender pajaros, 10s ia flor, <no vis que no 10s costaa na? Per0 yo no me habia pegao nunca la cachri que cuando se 10s pasha a la gente les pegaa una apreth. Y entonces se morian a las dos o tres semanas, s’iban muriendo dia poco. El decia que asi tenia que ser el negocio pa que no se parara la venta; per0 yo no le poia aguantar eso, me daba mucha pena, porque es como matar niiios. Ahora nadie habla, nadie se rie, nadie salua; 10s pa- jaros son 10s linicos que cantan, si ellos se callan toa la via se va a quear calla, y nosotros 10s que no tenimos nP, 10s vamo a morir aplastaos por el silencio. . . Le rogu6, le Ilork, per0 n’hubo caso: “La via’sd asi, Isabel -me dijo-, si no mata- mos 10s pajaros te vai a morir di’hambre; lo hago pa que no te murai“. Dijo muchas cosas, pero yo no le aguantk, y vine y lo denuncik. Justo PO, que mas ia hacer. . . 2CuAnto tiem- PO le tiran a una persona por matar pajaros? Ya dee Hear mas di un aAo aentro y no he poi0 verlo, porque primer0 se lo llevaron a una parte y despuks a otra. He preguntao, per0 nadie sae. (A1 piblico). CAbnde’stara! <A6nde’stara? , 2 Ahde’stara? (Desalentada). Nadie sae aonde’sta Dios ni aonde’sd la gente. . . (A1 tarro). <auk les pasa a toos? jQuC les pasa que no hablan? <Que les pasa que no se besan, que no se rien? <Que les pasa que parece qu’estuvieran muer-

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guna ve, espereme send aonde mismo noma, no se ponga andar porque es pior. SiCntese y m’espera”. Yo no SC aonde me perdi d’el, no m’acuerdo; per0 a veces cuando salgo an- dar, me siento una o dos horas por ahi por si acaso me vie- ne a buscar. . . Per0 tampoco ha aparecio nunca.. . Y quC v’aparece PO, si e l tambien se perdio. . . (A1 turro, despuh de una puma). {Tai aburrio di’hablar conmigo? No te aburrai PO, {no vis que no quiero irme toavia? Total, aqui’sta fres- quito y tamos comodos. 2No es cierto qu’estamos comodos? Claro PO, tamos bien; si una no’sta bien cuando tiene el bi- llete largo noma, no: una’sta bien cuando hay alguien que la escuche, que le pone atencion, asi como voh. Porque pa no hablar con nadie una se muere mejor PO, que va’star le- siando. (Pensutivu). {Pero’sta bien rara la gente ah? Por ser ayer taba sent5 en una plaza arreglando esta porqueria (muestru el zuputo). Cuando llega un viejo y se sienta a mi lao. Mi’alegre PO. “Aqui si que vai hablar harto, Isabel”, me dije. Per0 ni mire a1 viejo, porque una no puee ser tan lanzi tampoco, ?no vis que altiro se creen otra cosa? Y no porque una sea pobre no va tener dinida PO. Asi que segui arre- glando el zapato igual que si no hubiera pasao na. Y de re- pente l’oigo hablar. Per0 como habl6 pa este lao (sefiala u su izquzerdo) y y o soy medio sorda d’ese oido, no I’entendi nP. Entonces me di guelta y le dije con toa correccion: “Perdo- ne caballero, per0 no l’entendi na lo que me dijo”. El viejo sigui6 chamullando sin darme ni bola, asi que le volvi a decir que me perdonara, per0 que por ese lao no entendia ni porque una vez me habia llegao un palo en una mocha que tuvimos con unos vecinos que le querian pegarle a1 Aliro all5 en una pic5 de San Rafael. Oye, y cuando termino de explicarle bien el asunto, el viejo se dio guelta pa mi lao mi enojao que si le hubiera sacao la madre, me miro con un ojos de loco y me dijo: “iY que tenis que entender, vieja i trusa; y o no’stoi hablando contigo yo’stoi hablando solc Y se pard y se juC ech5ndome garabatos. (A1 turro). {Que . parece? (Extrufiudu). Solo. Hablar solo. . . Pucha que tiene que ser triste eso. {No te digo que la gente s’esta volviendo

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SIN MOTIVO APARENTE. (Mon6logo)

Epoca actual. La accibn transcurre en el atardecer de un 17 de setiembre, en un sitio enazo, en medio del cual se ue un hoyo profundo. Tirada en cualguier parte, una pala. Pedro Garcia -cualquier edad mas alld de 10s cuarenta afios- entra, inquieto, desasosegado. Es el hombre que uuelue a1 lugar del horror, atraido por una fuerza ciega y sin nombre.

-Volvi PO ifior. . . tSae por que volvi? No sC PO. Palabra. . . 0 sea que mi’acordC que no le habia dicho nP, lleguC y parti nomhs; yo crei qu’era asi la cuestion, que no habia na mas que hablar, na mas que hacer. Igual que cuando uno sale harer un pol010 o una diligencia PO, termina y se va.. . Pero me comencC a ponerme raro; como si tuviera hambre o sC, per0 no hambre de comia o s6 de vino, di’otra cosa: era hambre de Ilorar. . . ipero como me voy a poner a llorar yo PO, ifior por la cresta!. . . ?No se ha sentio nunca ustC como animal enjaulao? ?No lia pasao que no sea lo que quiere, que lo unico que sae es que no’sta tranquilo?: eso es lo que me pasa a mi PO. . . Por eso tenia que venir a expli- carle la cuestion; la mala cuea es que no sC que tengo que explicarle. (Con cierto orgullo) Pero no crea que le tengo mieo o que vengo a rogarle: yo no he rogao nunca a na- die.. . Pucha, claro, me gustaria que no’stuviera enojao conmigo; igual que yo no’stoy enojao con ustC PO, si es re facil la cosa, tno ve que mafiana es diciocho y voy a llevar a la vieja a las ramas? Entonces alM me voy a poner a pen- quiar, y seguro que con la cafia me voy a empezar acordar di’uste, asi que rnejor que conversemos. Yo entendi re bien la cuestion, entienda ustC tambiCn PO. (Pawa) iEntendi? (Se encoge de hombros) tSae quC mas? No hablemos ni’una cosa, yo vine a buscar mi pala nomas. (Va a recogerla. Con ella en

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las manos) Asi. . . asi que ustC es casao y tiene dos cabros? ( S e escucha una sirena policial, que pasa y se pier&) d u e rara la cuestion, ha? Empez6 dia poquito, igual que cuando una persona se refria en una casa y despuCs va pegandole el re- frio a 10s vecinos y 10s vecinos al barrio; y uno no se da ni cuenta cuando anda toa la ciuda refria; epidemia parece que le llaman a eso. {Epidemia de quC le podriamos po- ner?. (Pausa. Camina unos pasos hacia el publico. Habla por en- czma de 61. Rememorando) Mi compadre era mas giieno que un cause0 de tomate con aji y cebolla. Curao y too uno lo miraba a 10s ojos y le parecia que se metia a una parte aon- de too era di’otra laya, aonde too era giieno; tenia una risa que se quedaba como balanciando en el aire. . . Y venir a irle siempre tan como el forro, desde que nacio que lo em- pezaron agarrar a charchazos. . . “Me tiraa a un hoyo -de- cia-; me tiraa aentro diun hoyo, compadre, y yo no le habia hecho na: habia nacio y queria vivir, queria vivir porque 10s dias son pa vivilos, 10s caminos pa andarlos” (Pausa) ?Pan- darlos? No, ahora son pa quear iirao, p’agarrarse las tripas y empezar a boquiar, pa llamar y que no venga nadie, pa irse y no poder volver nunca mas. . . pa eso son 10s caminos ahora, compadre. (Pausa) Yo sC que no le hubiera gustao esta macana a ustk: ustC era distinto. Per0 yo soy ignorante, no sC esas cuestiones tan bonitas que sabia ustC, 2donde las aprendio? <Qui& se las metid aentro? (Pausa breve) Puta. . . cy de quC le sirvieron? (Sombrio) En too eso agarre de venir a pensar aqui. La Rosa me decia:

-2Y quk’stai haciendo aqui? --Pensando PO, 2quC no vei? --CY por quC te venis a pensar p’ach si la casa’sta p’alla? -Porque pa pensar no se puee estar kncerrao PO. -Ah. -decia- {Y en quC’stai pensando? -En la cuestion de mi compadre PO.

-Mientras mas viejo mas eevon- me decia. Y s’iba ale- gando. Menos mal que en esos dias andaba contenta, porque le ha- bia prometio llevarla pa las ramas, que si no seguro que los

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sale mocha, porque yo no’staba pa aguantar leseras; y ella le tenia mala a mi compadre, fsae?: decia qu’era muy cu- rao. Claro qu’era cierto, ah? Muy macanuo seria, pero cuando se le calentaba el hocico no paraba de tomar hasta qu’empezaba a ver peliculas sin ir a1 tiatro; y entonces ella decia que por culpa d’61 yo no le daba plata pal guiso; usee sae como son las viejas pa trasmitir PO. Si mi compadre hu- biera si0 casao, la ifiora del habria cargao conmigo, la cues- ti6n es calentarle la cabeza a uno. . . Pucha, y vehir a ca- chimbiarlo a 61, quiera mas tranquil0 que velorio e muo. (Se anima, se acerca r n h a1 hoyo) Cuando lo conoci, yo habia salio a ver si pasaba algo pa engafiar el dia. Y o trabajo en el ter- minal de las micros que vienen de ajuera de Santiago, busco tacis pa 10s pasajeros; pero como ese dia no ian a llegar, me quede en la casa, y’staba mas aburrio que caballo e feria: por eso sali a dar una guelta. Lo encontrk afirmao di’un Ar- bol, ya andaba a medio filo ya. iY staba mirando el paisaje el perla! Cuando pas6 por el lao me dijo:

-iPuta qu’es linda la via, gancho! -{Linda? -le dije yo. -iClaro PO ifior, que no’sta viendo? -me dijo. Y me

mostro asi pa 10s laos, pa que apreciara. -Chis, {di aonde saliste? -le dije. -De toas partes. Como la via -me dijo. Y despuks me pregunt6 que a6nde podia encontrar una

-Pucha, pero ya’stai re mal ya PO -le dije. -Chis, no si’haga problemas, taita -dijo- Y se empez6

a buscar en 10s bolsillos, sac6 unos billetes t h s arrugaos y me 10s mostr6-; Loree toavia me quea un resto. . . 2Vamo a tomarlo un pencazo? Y o combio.

A un tontito le habian dicho; partimos PO. Me conto que se habia venio del sur porque se habia empezao a enamorar di’una mina y 61 no se queria amarrar. “Toi acostumbrao a agarrar mis pilchas y partir pa onde’stoy guelto. Naci asi PO, que le voy hacer: me le monto encirna a la via y parto pa onde me 116e: jsald, amigazo!”

pica.

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La via lo habia llevao pa tantas partes, que me pas6 toa la tarde oyCndolo hablar con el hocico abierto. iPucha que tenia historias el cristiano ho! Mi’habl6 de la Fiesta de la Ti- rana, de la Romeria del pescaor, de la Fiesta de la piedra; me chamull6 de trillas, vendimias y hasta de machitunes, unas cuestiones que hacen 10s araucanos. Lo que si qu’era medio raro pa hablar, porque’staba en lo mejor contando alguna cosa, cuando de repente salia con otra na que ver, y se quedaba mirandolo fijo a uno; despuCs seguia como si no hubiera pasao na. Por ser, mi’acuerdo que m’estaba con- tando como era una parte que mentaba “Oficina San Gre- gorio”, pal norte, cuando de repente me buscaba 10s ojos y decia: “CSae?, cuando uno dice que no quiere peliar con na- die, tiene que defenderse de 10s guenos y de 10s malos” “Chis, zcomo es eso?”, le preguntaba yo. “Piense, PO; pien- se”, decia, enseguia agarraba el vaso, se mandaba un penca- zo a1 seco y seguia hablando de “San Gregorio”. Ya pa cuando fan a cerrar la pic& se cay6 a 10s recuerdos de la in- fancia:

-zSae lo que hacia mi taita cuando yo me arrancaba de la casa? iMe tiraba a‘un hoyo, compadre!

--<A un hoyo? -Clare, a una noria seca. . . Me llegaa a miar gritando

toa la noche, pero no me sacaba. . . jPuta, a un hoyo, com- padre, a mi, que soy el torrante mas giieno p’andar que ha habio! Esa es la autorida, la ley que 10s quieren ensexiarlos; pero a1 que ha probao 10s caminos, a1 que ha probao la li- berta, tienen que carniarlo pa que se quee quieto.

(A1 hoyo) Claro, a veces yo no l’entendia. (Confundido) Giieno, la verdad es que siempre me ha costao entender las cosas, es que tue que empezar a machucirmelas desde qu’era muy cabro. La primera pega que tuve jue pa endere- zar clavos en una contrucci6n, despuks me habian tirao a revolver la mezcla, pero no me la pue; era muy xiecla; ense- guia entre a lijar muebles a una. . . COiga, no me dijo qu’era mueblista ustC?, algo asi parece que le alcanCC a escuchar. &6mo ’sta esa pega? 2Ta julera tambien? (Se escucha la sire-

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nu de 10s bomberos) Un incendio. . . CAonde sera? (Bwca, trata de uer) <QuC s’estara quemando ahora? (Hack el hoyo) {Ha’stao en algun incendio uste alguna vez? Yo si, eran como treinta casas, las habian quemao unos futres, porque decian que la gente no les habia pagao el arriendo (Hacia el hoyo) Pucha la manerita de cobrar que tienen 10s futres, ah? (Se encoge de hombros) Gueno, quC I’estaba diciendo yo? Ah, de cuando m’encontrC con mi compadre. Claro, me cay0 bien di’un principio el torreja; asi que a1 otro dia lo llev6 pal terminal y lo empeck a pulir:

-Mira -le dije-, aqui la pega es re papa,llo unico que tenis que hacer, es esperar que lleguen las micros y ofrecer- les auto a 10s pasajeros; con diez trotes guenos que agarris en el dia, tai flor.

-{Ir ahuscarles auto? <Eso noma? -Claro, eso noma. DespuCs, cuando te pulai, vai a ca-

char a1 tiro cuando el pasajero es paita, o sea guaso, como voh; entonces le pegai la avisa al tacista, pa que le embole la perdiz antes de llevarlo pa ende va: ahi agarrai otro resto.

-{Pa que 10s pulpeen, dice uste? -Geeno, hay que vivir PO -le dije. -No, yo no hago eso -dijo, ofendio. -<Y por que no? No seai gil, aqui tenis que avivarte. -No, compadre: yo no hago esa cuestion; a la via yo le

peleo a mano limpia noma. Pucha, y era cierto. No hacia ninguna de las cuestiones

que haciamos nosotros; era mas sano que un quilo de mejo- rales. En ninguna de las historias que contaba habian tajos, choreos o bronca: eran otras cosas: pura amist8, pura ale- gria. Con decirle que nunca lo habian maquiniao en la pes- ca; querer acusarlo de algo a 61, era como querer agarrar un pufiao de viento. Uno se quedaba mirandolo cuando hablaba y le empezaba a correr una cuestion por dentro, una cuestion rara, como si pudiera. . . Pucha, como si pu- diera ser bonito vivir. “Asi nomas puee ser libre uno PO - decia-: <no ve que las cosas malas amarran? Amarran a la carcel o a 10s remordimientos. Y un cristiano con remordi-

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segura?, asi que con darle pal Tito Guisar anda too bien go, que mas va a hacer uno. Per0 mi compadre decia que a las mujeres no les sirve que uno las quiera pa callao, decia que hay que decirselos o demostrarselos da vez en cuando. 0 sea, sacarlas a pasiar, o quedarselas mirando de repente y decides qu’esta encachas. . . Pucha, per0 mi vieja es re fea, como le voy a decirle eso. (Pausa) Giieno, ahora’sta €ea, an- tes. . . iQuk paso? <Que paso que se pus0 fea? 2Aonde’sta- ba yo cuando se la jue arrugando la cara? <Cuando se me jue poniendo flaca y se le hundieron 10s ojos?. . . Rara la payasa, de repente me dieron ganas d’ir abrazarla. Tenia razon mi compadre, iputas qu’es importante la vieja! Viera lo contenta que se pus0 cuando le dije que la ia a llevar pal parque. . . Pero, < y si me la matan? <Qu6 hago si me la ma- tan? ?No ve que ahora uno puee ir caminando tranquila- mente por la calle y de repente ta tirao en el suelo con la sangre salikndole a chorros por el cuerpo? iY lo pior es que no hay con q u i h cargar PO! (Puma) Pucha la cuestion jodia que 10s vino a pasar. . . Quien ia a pensarlo. . . Es que, tsae? cuando las desgracias no le tocan a uno, parece que pasa- ran muy lejos; y tambikn ta el mieo PO, nadie se quiere me- ter en lios. Y defender a una persona ahora es un lio re grande; ?no ha cachao ustk que cuando pasa algo en la ca- lle, la gente da giielta la cara y empieza andar asi como peg5 a la park? Hay algunos que parece que se hubiexan giielto curcos de repente, de tanto que se agachan p’andar. <FregP la cuestion, ah? Y no hay pa donde irse, porque lo que perdimos aqui, lo perdimos pa toa la tierra. Mi compa- dre las paraba. El too el tiernpo decia: “iPucha qu’es linda la via!” decia lo mismo aunque hubiera sol o juera uno d’esos dias d’invierno en que parece que llueve a gritos y toas las puertas tan cerras. Linda la via, p’arriba y linda la via p’abajo. Y de repente se chant6, no dijo mas esa cues- tion; la boca es le pus0 mua, la mira se le volvio negra. “Quee sobrando aqui -decia-, quee sobrando, porque no me la pueo pa sentir odio”’(Pausa) Yo creo que por eso no l’hizo ni’un empefio a mejorarse. Porque s’enfermo, tsae?

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Un dia lo tuvimos que llevar a la posta, con el Rola y el Lo- bito.

-Clotiamos, compadre -dijo cuando salimos. -<Clotiamos? <Que le dijeron que tenia? -Toi con la “Rosita”. -iNo’stC lesiando! -Chis, <y que queria que me diera? No m’iba a enfer-

mar de romaiso PO; toos 10s torrantes tenimos que morirlos de cirrosi, parece que juera de las chacras ustC. . . Gueno, <y quC le pasa?

No hall6 que decide. Me busquC aentro, pero no tenia ni’una palabra: taba como si me hubieran barrio.

-Tenis que cuidarte -le dijo el Rola-. Vai a tener que hacerle mas a1 mastique y menos a1 pencazo..

-isale p’alla! -le dijo mi compadre- Mis que me voy a entrar a cuidar ahora, yo chupo igual noma. Total ya’stoy hasta las masas.

-<No tiene miedo? -le preguntC. -{A que? {A morirme? {Ta mas gil? - <Firme, compadre? -Pucha, claro PO -dijo ofendio-; las preguntas que

hace. Aqui’sta la mia pa niorirme como quiero. Hay un sol chico saliendome por dentro, un sol qu’esta barriendo toas mis oscuridades, jc6mo voy a tener mieo, ifior!

Ahi mismo hicimos una vaca y partimos-a guaraquiarlos, que guevP!.

Y entre pencazo y pencazo se me ocurrib la idea: iClaro PO! era just0 que mi compadre tuviera una casa y una mu- jer antes de morirse. Pero no habia que decide nP, por si fa- llaba la cuestion, pa que lo iamos a ilusionar.

Mirandole la guata, sacamos la cuenta que le debian que- dar como dos meses pa irse cortao, asi que empezamos a batirle a las minas de por ahi pa que le hicieran el favor. .r Pero ninguna aguanto pal&: unas Se la sacaban conque te- nian su firmeza y otras querian que se bafiara primero. Pero aunque lo bafiaramos una semana lo juerte no se le ia a quitar. Y ademhs en una d’esas I’entraba agua a1 hocico y

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se 10s ia cortao de viaje. La unica que no tenia. . . (Se escucha una sirena policial, que pasa y se pierde) La unica que no tenia quien la cafichara era la “Engaiia Baldosas”, le deciamos asi porque tenia una pata medio chulleca, y no pisaba nunca %onde uno creia que ia a pisar. Per0 tambikn echo p’atras.

-No, chis; con ese no voy -dijo. -Per0 si no te vai a encatrar -le deciamos-, vai hacer

como que te casai con 61 noma.

-No, no aguanto barretas, despues le dan ganas y capaz que me ahogue.

-Puta que soy maldita -le decia la Coriza- f Y no te acordai de toas las veces que te ha pasao pa la cama cuando no ganai na? No, tenis que casarte con kl noma, si no no te vamo a dejar trabajar mas por aqui.

Pero no habia caso. Ya iamos a entrar a 10s charchazos, cuando el Piter se trascurrio y me llamo pa un lao. “No le digamos ninguna cuestion, curCmola noma; esta con la caiia va a toas las paras”, me dijo. Listo PO, ya teniamos ase- gura la novia. Y l’empezamos a trabajar a1 casamiento. Un casamiento con despedia de soltero y too. El “Carne Amar- ga” que6 encargao de juntar el billete pal vino; el Piter y el Lobito s’iban a poner con la musica y la Coriza se cuadraba con 10s duraznos pal arreglao: 10s demas 10s teniamos que conseguir el billeton pal mastique y pal arriendo de la pie- za. Taba tan contento porque hacia algo por 61, que no tuve tiempo de sentir pena porque s’iba a morir. La cuestion jue que teniamos hasta el auto listo -el auto del ciego Letelier, pa que vea que toos le tenian giiena a mi compadre-, cuan- do me peg& la cachh que la “Engaiia Baldosas” se habia chantao, que no queria tomar mas.

-Gueno, <y voh quC te pasa? -le preguntk.

-<Hasta cuando? -No, no tom0 mas. Jui pa onde la YamilC y ella me

-No seai lesa, giiena y sana no te va pescar ni la corrien-

.- -Toi chanta PO.

curb.

250

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I-

te -le dije-, voh tenis que tomar con 10s machucaos pa que agarren con voh, si no te vai a morir di’hambre.

Pero no habia caso. Menos mal que cuando le contC la cuestion a1 Piter, se le volvio a prender la ampolleta. “No te hagai problemas -me dijo-: colocale un par de patas en la gamba guena y se pone a chupar a1 tiro”.

-Ah, ?firme? -Claro, si asi lo hacia el Paila cuando se le ponia tiesa

i N o vis que cuida esa pata mas que un reloj di’oro? Per0 te- nis que aforrarle un dia antes, pa que le entre la pena.”

Flor PO. El jueves en la noche le busquC el odio a la “En- gaiia” y le puse dos patas en la catimba guena: una de refi- Ion y la otra de punta, pa segurar PO. Enseguia me peguC un par de pencazos y lejui a dar la guena nuea a mi compa- dre. . . S’espanto. Palabra se pus0 como si lo hubieran co- rrentiao. Dijo que nunca se habia querio amarrar con nadie ni con na, y que asi queria morirse, porque era feliz. “Ya me quea poco, no m’embarre ahora.. . iNo me embarre ahora, compadre por la cresta!”, decia. Y parecia que s’esta- ba ahogando, que queria llorar. . . Y de repente me trascu- rro: iClaro PO, 61 queria morirse en su ley, queria morirse como habia vivio: solo, libre, derecho; y mas ahora qu’esta- ba t6o patas p’arriba. . . Esa noche tomamos hasta que no 10s puimos parar del suelo. Y a1 otro dia just0 que agarro una lavA di’auto, asi que la seguimos hasta el viernes en la noche. (Pausa) Pucha, tibarnos en lo mejor (Fuerte sirena de ambulancia, que pasa y se pierde) Tabamos en lo mejor chu- pando aonde el Peteo, cuando veo que viene la Coriza con una bolsa e duraznos. Me 10s pasa y me dice: “Toma, ahi te- nis pal arreglao; mas atras vienen 10s otros. . . 2Aonde va ser la cuestion?” iPucha, y reciCn me pego la cacha que no le habiamos avisao a nadie que habiamos supendio el casa- miento! Que6 la mansa escoba. Decian que mi compadre era chueco, que no se la podia y cuanta macana; asi que m’entrk a quemar y salimos a discutir a la calle. El Lobito, que se habia choriao una radio a pila pa alegrar la fiesta, se pus0 a escapar que 10s habiamos corrio con la plata’el

25 1

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vino. . . Y ahi juC aonde la embarr6 mi cornpadre, porque en medio de su curaera, s’echaba la mano a1 bolsillo y decia: “Se paga. . . se paga. Si se ha pedio algo, se paga. . .” Y en- tonces. . . entonces un gallo que ia pasando, sac6 un caii6n d’este volao y le peg6 dos balazos. . . Pucha, tse da cuenta? Asi noma, sin tener na que ver, sin conocerlo ni na; vino y lo mat6, lo dej6 tirao ahi, igual que a un perro. Y despuCs se jue nomas PO. <Que le fan a hacer? <Que le ian a hacer si ale@ que mi cornpadre andaba armao y que lo habia amenazao? (Puma) {QuC dice ustC d’eso? <Que dice? <No le dije qu’estaba asi la cosa ahora? (Pamu) Claro, si yo sC que ustC no andaba ni cerca de la mocha; nunca conoci6 a mi cornpadre ni oy6 hablar de mi: per0 tiene que apechugar PO, aqui estamos t6os en la para. Uno no saca na con co- rrerse, con ser gueno o ser inocente: cuando llueve t6os se mojan. . . Pucha, claro, seria re lindo que hubiera una ley que prohibiera matar a la gente, o que castigara a 10s que matan, per0 no hay PO, asi que que le vamos hacer. Y no crea que l’estoy metiendo grupos, no: yo le discuto con 10s muertos en las manos; ipero ust6 sabe eso tambiCn PO, pa quC se hace el guevbn!. iMala cuea que sea casao y tenga chiquillos, mala cuea que lo vayan a quear esperando pa siempre!: iyo’stoy obligao a cobrar, y obligao no es cul- pao!. . . Pero, {sae? quiero decirle una cuestion: cuando le peg& con la piedra y lo arrastrC pa este hoyo, senti un do- lor re grande aentro, senti como si se me hubiera rejado el corazon pa siempre, porque yo no le tengo mala, como le voy a tenerle mala si no lo conozco: cache que no alcancC a verle ni la cara, con eso le digo too. Asi que no me tenga bronca, no es na personal. . . iPuta, c6mo va ser algo perso- nal si lo unico que quiero es que me perdone, iiior, que guelva a la via y diga que me entiende!. . . Lo que pasa. . . Lo que pasa es que la cuesti6n ta asi PO: s’echaron a mi cornpadre y yo me lo espinaceo,a uste, justo PO. Pagamos con la misma, y aqui 10s vamos toos a la cresta. Poi-que no crea que yo’stoy bendito no; maiiana o mas rat0 me puCe tocar a mi. . . <Quien puke saber ahora cuando lo van a ma-

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tar y por que? (Pausa. Mira hacia arriba) S’hizo de noche. . . CSae? tenia pensao dejarlo tapao, per0 no lo voy a tapar na; total, en este tiempo desgraciao, lquikn crestas va querer sacarlo de ahi?. . .

FIN

253

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EL INVITADO El Invitado o la tranquilidad no se paga con nada.

Despuis que la tranquila noche da paso a1 tranquilo dia, tranquilo me levanto. Me pongo 10s tranquilos pantalones, miro de reojo tu tranquila tristeza y tranquilo voy a lavarme. DesFe‘s me dirijo a la tranquila cocina; tranquila me deck lo mismo que ayer: -No busquis, no hay n6. Tranquilo salgo y me hundo en la tranquila ciudh. Tranquilos perros mean tranquilos arboles bajo un cielo con ritmo de ternura, mientras tranquilos cesantes, como yo, envidian a 10s tranquilos pordioseros que escarban en 10s tranquilos tarros. Tranquila pasa la mafiaana, tranquila la hermosa tarde; (tranquila quiero encontrarte, Sara cuando llegue sin nd). Tranquilo sigo buscando hasta que llega la tibia noche; tranquilo vuelvo a la casa, tranquilo me siento en la banca y ti’oigo decir tranquila: “YO tampoco encontre‘ 726”. Tranquilos 10s acostamos a soriar con tranquilidh. Tranquilos 10s despertamos, te ponis a llorar tranquila y tranquilo salgo andar. iFelicidh pa grande esta d‘estarse muriendo en tranquilidd!

Epoca actual. Lo unico que hay sobre el escenario es una banca negra. Entra Sara, mira a1 pziblico. Se devuelve.

254

c

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I s A R A - Como siempre: tranquilos. P E D R 0 - Entonces tienen qu’estar endeudados hasta

las rnasas, porque la tl;anquilida no se paga con na. ?No ha- bis oido?

S A R A - No hablis de rnasa, rnira qu’el horno no’sth pa bollos.

P E D R 0 - No te preocupis, que siempre 10s va quear el consuelo del buho: hicirnos lo que se puo. (Pausa) ?Lo hici- mos?

S A R A - T e dije que no quiero hablar mas d’eso. Ya paso; hablando d’eso las palabras sirven de cuchillos noma. Lo que tenimos que hacer ahora es olviar; olviar, pa poder ernpezar a vivir.

P E D R 0 - {CGmo esclavos? 255

Page 251: Teatro de Juan Radrigan

s A R A - Pa empezar a vivir. P E D R 0 - &6mo animales? s A R A - Pa empezar a vivir. P E D R 0 - (C6mo idiotas? s A R A - iPa empezar a vivir! P E D R o - (Despuis de una puma). Pa empezar a vivir. . .

A veces mi’alegro cuando no 10s contestan; hay algo en mi que no se quiere caer, yo nunca he querio morirme.

S A R A - Yo tampoco: por eso’stamos aqui. P E D R o - No PO, no m’entendis: aqui vinimos a suici-

darlos, venimos a matar t6o lo que 10s quea de giieno aden- tro, mejor dicho, a asesinarlo.

S A R A - Giieno, andate PO.

S A R A - Yo me queo, tengo que saber; me quea via y tengo que vivirla como t6os, es la unica manera. . . No seai tonto, yo no entiendo y voh tampoco, pero tenimos que ha- cerlo. iTabamos de acuerdo, no te podis echar p’atras!

P E D R O - jY VOh?

P E D R 0 - &reis que 10s van a decir? S A R A - Si, toi segura.

s A R A - Tincis PO. P E D R o - Hasta ahora nadie 10s quiere decir, toos nie-

gan. “Noo, yo no; yo soy igual que antes noma” dicen. CPor quC niegan lo que son?

S A R A - si no ho, si lo que pasa es que hemos tenio mala suerte, I’hemos preguntao a pura gente que es muy nuea en la cuestion. Pero ahora en la mafiana entr6 un mosco verde a la pieza y empez6 a dar giieltas, eso quiere decir giienas noticias.

P E D R o - Los moscos verdes quieren decir que va lle- gar carta.

S A R A - Son giienas noticias, voh no sabis na d’esas co- sas. Ya, no te hagai mas el leso y pregunta.

P E D R o - Per0 como digo yo, no en seco; o sea del principio, de que nacimos.

s A R A - Si’stamos aqui es porque nacimos, pa que vai a decir eso. Desde que llego el Invitao nomas, si ahi empez6 too. 256

PEDRO--porquk?

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olvido cocinar; y de tanto ver gente apen5 se me olvido como hay que poner la boca pa reirse, asi que cuando me rio parece que un aire me hubiera enchuecao la cara, y la gente me dice: ~ Q u k le pasa, le duelen las muelas?

P E D R o - Per0 antes no kramos ask too empez6 cuan- do lleg6 el Invitao.

s A R A - Invitao no; invitao es cuando uno convia a al- guien: y a kse yo no lo invite.

P E D R 0 - Yo tampoco: lleg6 solo. s A R A - Ni el viento llega solo, per0 pongamole que si. P E D R 0 - CC6rno que pongfimole? {vai empezar?

CM’estai echando la culpa a mi? s A R A - Ya te dije que no quiero hablar m5s d’eso (Con-

tando). La cuesti6n es que lleg6, y nosotros tenimos too jun- to.

P E D R 0 - (Contando). 0 sea que ahora vivimos en una

s A R A - Y la cocina tambikn PO. P E D R 0 - Claro, la cocina tambikn. Siempre se me olvi-

da, como no tenimos na que hacer ahi. . . s A R A - (Movit%f.ose y serialando). Aqui en este lao teni-

mos la cama de nosotros, la d’el Invitao ta all5 en esa otra punta. (Sefiula). En la cabecera de la cama d’el hay un pos- ter del Colo Colo, en la de nosotros, uno con tres marrs- quetas.

sola pieza. Ahi tenimos el comeor y el dormitorio.

P E D R 0 - 0 sea que en eso tamos a la moa, pan y circo. S A R A - A mi me carga el Colo colo, le agarrk mala

porque sirve de pura tapaera. Una no puee saber ninguna de las cuestiones que pasan por culpa d’C1.

P E D R o - Claro, eso es cierto: si no existiera el Colo Colo 10s diarios tendrian que salir con la mit5 de las p5ginas en blanco jY son balsuos con ropa y too! Por ser, mi’acuer- do d’esa vez que un terremoto mat6 a quinientas personad y en toos 10s diarios sali6 al otro dia en primera p5gina: “Heroica hazafia del Colo Colo gan6 con quinientos socios menos!”.

S A R A - Menos mal que hicieron el equipo despuks de 1 258 1

7

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por casa, es cien veces mPs desgracih. P E D R 0 - Los pobres no podimos darlos el lujo de la

seguridP, tenimos que apechugar como sea. Si queriai pa- sarte comiendo pasteles teniai que haberte casao con un pastelero y no conmigo; son re encachas ustedes, too el tiempo cargan con uno cuando la cuestion se pone mala: {que hacis voh pa comer?

s A R A - Abro la boca po.

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nemos ya a la primera concursante! (La sujeta para que no caiga. Sostenikndola). CSoltera o casada?

s A R A - (Apenas) . Cad. P E D R o - CProfesion?

P E D R o - iEliminada! (La suelta). S A R A - iPero si toavia no he cantao, pos caballero! P E D R 0 - iLa proxima concur. . . (Mira hacia am’ba).

iFlasch, Flasch de ultimo minuto! S A R A - (Sonriente locutora de continuidad. Leyendo). Esta

tarde se celebro el matrimonio de JosC Herrera de las Mer- cedes Irigorreb, con la seiiorita Mariela la Roi. No hay nin- guna duda que 10s comentarios del matrimonio de esta lin- da pareja que conforman Mariela y JosC, marcaran una huella indeleble en nuestra sociedad, como uno de 10s acontecimientos mas elegantes del presente ario. Las ma- drinas, Maria Teresa Stuven vestia un traje de gasa chifon pervachais, traido especialmente para esta boda desde Pa- ris, se veia tan linda, que dificilmente podria creerse que era la abuelita de la novia; Nancy Correa de Arratia, con un vestido color humo con mezcla de cafC; una combinacion super chic y moderna, tan distinguida y elegante que se destacaba abiertamente; Winzlia Lage de Webwe, estupen- da en lila con flores blancas; Chepita Tolosa, sensacionai como de costumbre, en imprim6 a rayitas; Margot Arriaga- da, en yersey con flores de colores, Mirasol de Huneeus, en color mantequilla; y Virginia Sotomayor en turquesa. Fue un flasch de ultimo minuto transmitido por cadena nacio- nal, las radioemisoras y canales de television pueden volver a sus programas habituales. (Se retira).

P E D R 0 - (Eufbrico). iMuy bien, mis queridos televi- ’

dentes, despuCs de esta sensacional noticia, volvemos a 4

nuestro programa: “Animese usted, Muerta de Hambre!”,’ “RPpido, rapido, la proxima concursante!

S A R A - Cesant. . .

. S A R A - (Mbs dkbbil aun.que antes). Yo. . . Yo. . . P E D RO - iMh ripido, mas rapido! 2QuC hace usted?

ZCanta, baiia, recita? ?Que Cree que hace! I f

260

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s A R A - Canto. . . Yo canto. P E D R 0 - (Sosteniindola a duras penas). CNombre? {Esth

inscrita? 2CuAndo fue la ultima vez que comi. . . que parti- cipo? iconteste, contestel

s .4 K A -.{&6 cosa? P E D R 0 - isu nombre, su nombre! s A R A - Sara Moreno. P E D R 0 - {Profesion? s A R A - Duefia de pieza. P E D R 0 - {Como es eso, duefia de pieza? s A R A - Es que con el Pedro no tenimos casa, vivimos

en una pura pieza. El Invitao. . . P E D R 0 - jPor ser la ultima concursante de esta tarde,

tiene derecho a mandar un saludo. {A qui6n quiere salu- dar?

S A R A - {No tuviera un poco di’agua que me diera? P E D R 0 - {A quien quiere saludar? s A R A - {No tuviera un poco di’agua que me. . . P E D R 0 - (Saca trabajosamente una tarjeta del bolsillo,

mientras la sostiene). iMuy bien, la sefiora participa con el tema “jSonriele a la vida!”

s A R A - (Demudada). Lo mhs importante en la via es sonreirle a1 mundo con optimismo y fe. Rie cuando toos est& tristes, rie solamente por reir. Si-un mal paso das nole.. . P E D R 0 - jEliminada! (La tira hacia un lado). Per0 de to-

dos modos la sefiora ha ganado un hermoso limpia-para- brisa para su vehiculo particular!

S A R A - (Desoladamente). Un hijo. . . 2Te habria gustao tener un hijo, Pedro?

P E D R 0 - (Confundido). Gueno. . . es que. . . Pucha, ahora’sth asi la cosa, per0 antes. . .

1 S A R A - Y ajuera t’esth esperando un lote de gallos

I 26 1 I

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con auto, que te atajan y te dicen que ellos son representan- tes de artistas y que voh cantai flor, asi que te quieren hacer una prueba. Lo malo es que te la quieren hacCrtela p’al lao del arrayin, de noche y aentro del auto.

P E D R o - Per0 voh no habis io nunca. . . S A R A - No PO, cdmo se ti’ocurre. Pero la humillacion

quea raspando aentro y se junta a las otras. P E D R o - {A cuales otras? Es ahora nomas que 10s va

mal. Cuando yo era desabollaor teniamos de too; la casa de nosotros era una casa llena de pan y de amigos. Y antes d’eso, antes de casarlos, te IlevPa a toas partes: a1 tiatro, a 10s bailes, a 10s paseos que haciamos en el taller. . .

S A R A - (Hacia adehnte, por encima del piblico). Mi’acuerdo qu’en la casa toos,sabian cuando voh ibai a ir a verme, porque me lo pasaba cantando toa la mafiana mien- tras hacia las cosas.

P E D R 0 - (Alivzado). Claro PO, si’sdbamos enamoraos. s A R A - Eramos jdvenes y alegres. . . Los queriamos

P E D R 0 ---M’ibai a esperar a la pega. S A R A - (A d). {Voh creis que hubiera cantao si hubiera

sabio lo que m’iba a pasar? PEDRO-(Enojao). {QuC tia pasao? No tia pasao na

grave, que le ponis tanto color. Yo te sigo queriendo igual noma, pa mi el amor no tiene na que ver con la pobreza.

s A R A - Pa mi tampoco; per0 61 no sabe eso: el amor viene y se muere di’hambre noma.

P E D R 0 - iPero quC queris quC li’haga! iNo pueo hacer ni’una cosa mis PO! {No viste que la otra vez me pasiaron a charchazos por el rin? {Cuando habia peliao yo?

S A R A - (Secretaria, promotor de box). {De ddnde viene ustC?

P E D R 0 - De la pega, sefiorita. S A R A - (Sonriendo). No, quiero decir, donde ha pelea-

P E D R 0 - Ah, aonde me insulten nomas PO, ahi rnismo

tanto.. .

do antes.

la peleo.

262

Page 258: Teatro de Juan Radrigan

s A R A - (Sorpendzda). 2Usted sabe de que se trata esto? P E D R 0 - Claro PO, de agarrarse a combos. No, si con-

migo va bien; yo he peliao en muchazas partes. Hasta en 10s

S A R A - (Znteresada). <En 10s diarios? Eso es muy bueno, ?corn0 es que no lo conozco?

P E D R O - Es que sali muy machucao en la foto, si el otro era un tonto re grande. Pucha, per0 le tir6 un agarron ‘ a la Sara PO, como no me l’iba ir encima. Hubiera visto la media mochita que armamos; a pat5 y combo, con gargajo en el ojo y too. No, si yo no le aflojo; si no me la pueo, la

r arrastro, y si no la pueo arrasttar, la peleo en el suelo, per0 no m’echo p’atras.

S A R A - (Riendo). No, no; yo crei que usted era boxea- dor. Esa clase de peleas no nos interesan aqui:*esta es otra clase de pelea, es con guantes y arriba de un ring.

P E D R 0 - ?Ah, con guantes? Flor PO, ahi duelen menos 10s combos. phi into pagan?

S A R A - No, lo siento mucho, per0 tendria que ser bo- xeador para poder contratarlo, en eso somos inflexibles, sin un certificado medico y un permiso de la federacion, es imposible contratarlo. 6 E D R 0 - Gueno, es que como no tengo eso, me paga

la mitP n o m h PO. 2Cuanto es? s A R A - Bueno, no mucho, per0 tendria la oportuni-

dad de salir en television. Y con esa tremenda pinta de ex- tranjero que se gasta, a lo mejor lo contratan para alguna telenovela, porque asi esta la cosa ahora.

P E D R o - Ah, ies pa salir peliando en esa cuesti6n al- fombri, aonde van 10s pitucos a tomar once mientras a uno le sacan la cresta? 2Esa cuesti6n parecia a 10s circos roman0 que salen en las peliculas? No, ahi tendria que tirarme un guen billete, porque es cierto que 10s combos no matan a nadie; ipero c6mo se va borrar uno de aentro la marca que le dejan esas minas y esos bacanes, que se rien y comen mientras arriba del rin tan barriendo con uno? No, tendria

1 que ser muy grande el billeton. 2Cufinto dan?

I diarios he salio, con eso le dig0 too. 1

I

263

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s A R A - Depende; si lo sacan a1 primero, trescientos

P E D R o - {Y si me sacan a1 segundo? s 14 R A - Cuatrocientos.

S A R A - Mire, son cien pesos mhs por cada raun que

P E D R o - CY si lo sac0 yo, sefiorita? s A R A - Entonces lo va a esperar afuera y le van a sacar

la cresta, porque es el otro el que tiene que ganar, a el lo es- tamos promocionando, 20 no ha leido en 10s diarios que es el mejor deportista de 10s ultimos tiempos?

PEDRO-(Contando). QuC ia a hacer PO, apechuguk. iPuta que pegha con mortaela el cristiano que me toco! A1 primer chinchorrazo m’hizo dar como tres gueltas comple- tas por el rin. Y enseguia se pus0 a esperar nom& que pasa- ra por el lao d’el, y ahi me mandaba el otro mangazo; y te pusiste a dar guelta otra vez, Pedro. . .

S A R A - (De nuevo en Sara). {Como le habrh io a1 Pedro? Ta tan re flaco, a lo mejor no lo dejaron peliar. No quiso que juera con 61, le dio plomo. (Pausa). {Y quC hubiera he- cho yo si hubiera ;isto que l’estaban pegando?. . .

casa 10s alcanza pa cuatro dias -pensaba yo-, puea ser qu’este desgraciao me yerre algun paipazo pa poer aguan- tar hasta l’otro raun”. Menos mal que me salv6 la santa, porque en una de las gueltas jui a dar a las cuerdas, y me agarre d’ellas como loco.

S A R A - (Arbitro). iYa PO, irior, suCltese de ahi: peiee. P E D R 0 - Chis, acaso amarrai a ese guev6n me suelto,

S A R A - iPelee, pelee! P E D R 0 - si PO, no vis que me comprk el caracho en el

s A R A - (A tirones con d). isi no se suelta lo descalifico!

P E D R 0 - {Y si me descalifican no me pagan?

pesos.

PEDRO-{Ysi.. .

aguante.

P E D R 0 - “Pucha, con cuatro gambas que llee pa la ”

{no vis c6mo me tiene?

mercado persa yo; no, di’aqui no me suelto ni a cafiones.

iSuCltese de ahi, pelee! 1 I

I

264 \

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s A R A - Asi jue como el amor se jue poniendo delgao como un cuchillo, se jue poniendo ciego, como cuando a1 viento le tapan 10s ojos.

P E D R 0 - contigo pan y cebolla, y que sea lo que Dios quiera. Poco quiso PO.

S A R A - 2Y c6mo iamos a poder defender el amor, si el que se 10s metio en la casa no 10s dejaba hacer na?

P E D R 0 - El Invitao no’staba en la pura casa: taba en toas partes, aonde uno juera ahi’staba El. Era como tener una espina metia entre el cuero y la carne.

s A R A - Y no teniamos ni la esperanza de esperar, por- que la ciuda entera ardia di’hambre por 10s cuatro costaos; tenia pena en una esquina y mieo en la otra.

P E D R 0 - Los quito el pan. s A R A - Los quit6 la casa y la alegria. No 10s dejo tener

un hijo. P E D R 0 - Per0 lo pior jue que lo juk haciendo dia

poco, como si hubiera tenio guardao un odio de aiios y aiios contra nosotros. . . iY tan alegre qu’erai, Sara!

s A R A - Yo nomas no; la via entera era como una can- cion pariendo otra cancion.

P E D R 0 - iPuta que la queria yo a ksta! s A R A - iPuta que lo queria yo a kste! P E D R 0 - Llevabamos re harto tiempo a puros porra-

zos, per0 unios, cuando de repente s’empezo a poner rara, se mi’arrancaba.

s A R A - Lo que pasa es que no tenis delicadeza, soy co- chino.

P E D R 0 - Barretas n o m k (Contando). Llegaa del tonto minimo. . . Si, porque ahora trabajo en el minimo; el Invi- tao me metio ahi. (Seponen enfila).

S A R A - (Sobdndose las manos). Chita que hace frio, $no tiene un cigarrito que me dk?

P E D R 0 - No, no tengo na. van pa 10s dos aAos qu’es- toy sin pega: me voy de pura flor de cuneta, per0 como anoche llovi6 se deshicieron toas.

s A R A - Claro, si lo mismo me p a d a mi, no encontrk

~

266

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ni’una cola seca. (Puma). {A que le hacia ustC antes? r

P E D R 0 - A la desabolla. 2Y ustC? s A R A - A too, pero mi pega es la costura. P E D R 0 - {Y tiene cabros? S A R A - Claro, tres.

s A R A - sf; t5bamos muy fallos a1 caldo. P E D R 0 - Con mi ifiora tampoco pasa na. S A R A - En toas partes pasa igual: ahora una echa un

polvo cuando sacuee la ropa n o m i P E D R 0 - Asi nomas es PO, por eso uno anda con men-

sa piedrecita. Calcule que yo cierro 10s ojos y me veo pata- liando a1 tiro. Por ser, ayer taba leyendo un diario viejo, cuando de repente me queo dormio, y suefio‘que me ha- bian llamao a hacer un pololo. 2Sae qui& me habia Ila- mao?: la rucia que le hace la propaganda a1 martini en la tele. Llega y me dice: “Quiero que me empapele el livin”. “Ya PO -le dije- le hacimos el presupuesto a1 tiro: {CuPnto le cost6 el papel?” (A Sura). Justo PO, {no ve que uno tiene que cobrar segun lo que valga el papel? Per0 ella no enten- dia mucho la mechica de la cobra, asi que se pus0 alegar y a tratarme de ladr6n. Entonces me corro p’atrgs, le pego una mir5, asi como de lao, y le aforro dos charchazos.

S A R A - Ta bien; porque ustC no le decia nB a ella como tenia que hacer su porqueria de propaganda, asi qu’ella no le tenia na que decir a ustC como hiciera la pega: caa uno en su cia uno nomas, digo yo.

P E D R 0 - Eso seria lo lindo, que nadie se metiera aon- de no lo llaman, per0 ustC sae que no es asi la cosa. . . Gue- no, como I’estaba contando, le pego 10s charchazos y agarro las cosas pa irme, cuando se para y me dice: “Asi me gustan 10s hombres”. Y me pega el tremendo calugazo; oiga, {y que no empezamos a hacer la cuestion ahi mismo? (Pamu). Chita que son encachaos 10s suefios, ah?, uno puee hacer las cuestiones que quiere. . . Pucha, {Me va creer que hacia como tres meses que me queria mandar a esa rucia yo?

267

PEDRO - {Y paro?

Page 263: Teatro de Juan Radrigan

(Pausa). Gueno, (otea) cy a quioras abren aqui? ?Que no em- piezan atender a las ocho?

S A R A - Claro, a las ocho, per0 son recikn las ocho y media: asi que falta como una hora toavia pa que empiecen a atender.

P E D R o - CY c6mo sera esta pega? Dicen qu’es pa ba- rrer plazas y pa arreglar caminos.

S A R A - Es re rara, yo tengo un zuiiao qu’entro el otro mes, 61 me cont6 como es la cosa; aqui en el minimo uno no trabaja na, per0 no le pagan na tampoco; o sea que le ase- guran la pura plata de la micro, porque si llega atrasao lo despiden a1 tiro.

P E D R 0 - Chis, tc6mo es la cuesti6n? LS’estA riendo de mi?

S A R A - N o , compadre: de 10s que s’estan riCndo es de nosotros.

P E D R 0 - (Contando). Y ahi’stoy, machucandomelas en el minimo. Llego en la noche mas aburrio que un pescao, me le acerco, y me dice.

s A R A - (Intranquih) Guarda PO, tiene cuidao. (Le rehziye).

P E D R 0 - Chis, ?que te pasa? s A R A - (Sefialando). Los puee ver, P E D R o - &6mo 10s va ver si’sta oscuro y mls encima

S A R A - ?Y si se de:pierta y se da giielta p’ad? N o , -

P E D R 0 - (La suelta. Contando). Entonces se 10s ocurrid

s A R A - Cajonera, las c6modas tienen espejo. P E D R 0 - Gueno. la cajonera. (Lo hucen). Qued6 flor. s A R A - (Mirando atentamente). si, per0 no tapa too. P E D R 0 - Pucha, per0 que importa que no tape ese lao,

no 10s va mirar con 10s pies. S A R A - N o , si no’sta tapao enter0 es igiial que si

no’stuviera tapao. Lo que pasa es que voh soy cochino y no t’importa que te vean.

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ta durmiendo guelto pa la park?

sueltame.

poner la c6moda delante de la cama d’El.

Page 264: Teatro de Juan Radrigan

P E D R o - <Y que hacimos entonces? S A R A - Pongamos la mesa delante tambien; le coloca-

P E D R 0 - <Y de aonde vamo a sacar un mantel largo?

s A R A - No s6 PO; le ponimos una sabana entonces. P E D R 0 - Se va ofenderse. s A R A - Mejor po. P E D R 0 - De veras, a ver si se pega la cacha y se va. (Si-

mulan poner la scibana) . s A R A - Tirala mas d’ese lao. P E D R o - SuCltala PO. Ya, $orno queo? S A R A - (Mirando apecktzvamente). Si, ahora’st8 bien.

(Se dirigen hacia el lugar donde debiera estar la cama. Pedro la abraza. Sara vuelve a rechazarlo). SuCltame, no pueo.

mos un mantel largo y tapa too el resto.

El de plistico se trasluce too.

P E D R 0 - {QuC te pasa ahora? S A R A - No sC PO. Me da verguenza. P E D R o - iPero si ahora no 10s puee sapiar ni aunque

S A R A - No puee mirar, pero puee oh. P ED R 0 - (Abum’do). Ah, asi’stamos sonaos PO, no le

vamo a poner la almua encima de la cabeza. ?Que hacimos? S A R A - (Sefialando. Contando). En este lao, teniamos

una banca igual qu’esa, pero sin pintar. (Coge la banca, la cambia de lugar y se sienta). Me sent6 y le dije: “IN0 sC PO, que queris que li’haga yo! iES0 tiene que ser privao, no con un gallo metio en la pieza!”.

quiera!

P E D R o - Yo no lo traje p’ad.

P E D R o - CY qui& ju6 entonces? S A R A - (Malhumorada). IrC a saber yo. . . P E D R 0 - Gueno, pero no te enojis conmigo. S A R A - No’stoi enoja, toi aburria. P E D R o - {Par que no tenimos via priva? S A R A - Ni de la otra tampoco, {o le llamai via a esta

porqueria? (Pedro gtiarda silencio). Contesta PO, {le llamai via?

SARA - YO menos.

269

Page 265: Teatro de Juan Radrigan

P E D R 0 - No es la via la mala, es la raza humana la bru-

s A R A - Lo mismo n o m i PEDRO - No, noes lo mismo. s A R A - Lo mismo es po. P E D R 0 - ;No te dicen que no? No seai porfii. s A R A - {Te vai a poner bravo conmigo? P E D R 0 - Cuidao, cabrita, no m’estis toriando, no te

s A R A - No te vaya a salir a voh nomas, mira que ya me

P E D R 0 - {Con que te tengo choriii? S A R A - Con too po. P E D R 0 - {Qu’Cs lo qu’es too? S A R A - T o o PO. No hacis nB; tai de puro adorno

P E D R 0 - Andate a la cresta. S A R A - Claro, con eso la arreglai toa. P E D R 0 - ipero que queris qui’haga!

P E D R 0 - {Entonces pa que abris el hocico PO! s A R A - iHocico tendra la vieja e tu madre! P E D R 0 - Ta muerta; la que lo tiene abierto toavia es la

tuya. Como serP de hocicona la vieja que cuando se rie se muerde las orejas.

s A R A - Y lo mas bien que le pelai 10s dientes pa que 10s de comia, si no juera por ella ya te habriai muerto di’ham- bre, atenio desgraciao.

P E D R 0 - Que van a tener pa dar esos piojentos, si co- men cuando botan la basura de 10s supermercados nomP. (Pamu). No vaya a sercosa que t’estC dando por alguno d’esos patuos que te esperan a la salia de la tele, y que por eso t’is tan alzP, mira que ahi si. . .

S A R A - 2Ahi si que que? (Despectiva). {Que vai a hacer voh (Setialu), A1 Invitao ya le falta poco pa obligarte a andar en cuatro patas y no. . .

ta.

vaya a salir la gata cap&

tenis bien choria.

nom&

S A R A - i N o s C p o !

P E D R 0 - A mi nomas no, a voh tambikn.

270

Page 266: Teatro de Juan Radrigan

qu’iba a cuidarme? P E D R 0 - (Quebrado). Si PO, Cse era. . . Eso Cramos t6os;

10s qu’ibamos a defender !o que queriamos, 10s que.. . ?Que paso? Es que tenimos una pura via nomas, puee ha- ber si0 eso, el mieo, o tambiCn. . . Per0 que importa ahora.

S A R A - CYa n’importa? ?Ya no te importa? P E D R o - No va a volver a ser nunca lo mismo. Voh te

juiste convirtiendo dia poco en un pafiuelo que s’iba agitan- do a lo lejos, despidikndose. . . Lo que no se hizo ayer ya no se puke hacer ahora, muerto el amor, ?pa quiCn va conquis- tar la tierra uno? ?Pa pasiarse,’ pa sentarse a fumar?

s A R A - Yo no me he io. P E D R o - Yo tampoco, pero’stamos lejos; pa que si-

guikramos unios tuve que rogarte, y cuando uno ruega, lo que consigue no sirve de na, es vivir por vivir nomi.

S A R A - Yo no te he dicho que no te quiera; lo que pasa es que tenimos tiempo p’al hambre, pa la verguenza y pa la desesperacion, per0 no tenimos Liempo p’al amor. Seria lin- do ir a esperarte a1 trabajo o que me besarai cuando llegai, ipero aonde voy a ir a esperarte si’stai cesante? Y quC me vay a besar, si aunque no quiera tengo siempre la cara de la que va p’al cementerio; voh no tenis la culpa y yo tampoco, no ti’acordis mas d’eso, mejor.

P E D R 0 - ?DespuCs de cuanto tiempo 10s pas6 esto? 1

Page 267: Teatro de Juan Radrigan

-7

siento na ahi. (Sefiala). Tiene una china en el hombro. s A R A - DCjela PO. P E D R 0 - Es que la puee picar. S A R A - Las chinas no pican, ?de a6nde viene ustC? P E D R 0 - De la pega; trabajo alia en la otra cuadra. S A R A - Le digo que de aonde viene que no sabe que

las chinas no pican. P E D R o - De la pega, ?no l’estoi diciendo? Trabajo en

la otra cuadra, soy desabollaor. 0 sea, ayuante, pero ya me sC casi toa la pega. ?Y ustk?

S A R A - No, yo no he desabollao nunca. (Rien. Pedro se sienta a su lado). P E D R 0 - No PO, le digo si trabaja. s A R A - si, si trabajo. P E D R 0 - (A6nde? S A R A - {Y pa que quiere saber? P E D R o - Pa ir a esperarla PO.

s A R A - No, a mi no me gusta que me vayan a esperar

P E D R o - ?Y que tiene eso? s A R A - No me gusta po. P E D R o - Entonces la voy a esperar cerca de su casa. S A R A - Ahi le sale pior; porque ahi a1 que no le gusta

es a mi papa. P E D R o - Pero si yo no lo voy a ir na a esperar a el PO,

la voy a esperar a ustC. (Pawa). ?No sera otra persona la que s’enoja.

a1 trabajo, porque a1 tiro empiezan a hablar.

s A R A - ?Quk Cree uste? P E D R 0 - No sC PO, nunca la he visto con nadie; conmi-

S A R A - ?Con ustC? ?CuAndo? P E D R 0 - En suefios po. s A R A - Mire que va sotiar conmigo, no sabe ni cOmO

P E D R 0 - Se llama Rosa. S A R A - NO. P E D R O - Carmen.

go n o m i

me llamo.

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S A R A - No, tengo nombre de vieja: me llamo Sara. P E D R o - Y yo Pedro. Sara y Pedro. (Se levanta). La

Sara y el Pedro. S A R A - (Se levanta. Contando). D’eso hace diez afios.

Entonces yo vivia en una casa que tenia el comeor y el dor- mitorio aparte; en esa casa. . .

P E D R o - DespuCs tambiCn tuviste too eso, si cuando llego el Invitao juC que 10s empezamos a ir p’abajo. Con lo que yo ganaba como desabollaor 10s alcanzaba flor. (Pausa). tTi’acordai que 10s dias viernes m’ibai a esperar a la pega y pasabamos a1 tiatro o a la fuente de soa? TambiCn iamos a cambiar revistas pa leer en la noche: Corin Tellao pa voh y novelas de comboy pa mi. . . 6Ya no hay cambios de revis- tas, ah?

s A R A - Y tiatros de barrio tampoco. P E D R 0 - Y las fuentes de soa tambikn s’estin acaban-

s A R A - Too s’esth acabando. P E D R 0 - tNosotros tambien? s A R A - (Sefialundo). tCuando se ira a ir? P E D R O - Masxato. s A R A - ?Miis rato? P E D R 0 - Claro, cuando 10s digan lo que vinimos a

preguntar: eso es lo que deciai voh; olviar pa empezar a vi- vir.

s A R A - tVai a empezar otra ve? Si no te hubierai pa- sao discutiendo con 10s vecinos, lo podriamos haber visto llegar y le habriamos cerrao la puerta.

P E D R 0 - tY aonde’stabai voh que no se la cerraste? S A R A - Preguntandote a voh por quC discutiai, 2quC

no ti’acordai? Per0 nunca me deciai na. “Voh no te metai, voh no sabis n5 d’estas cuestiones”: eso era lo unico que de- ciai. Ahi tenis ahora lo que 10s paso.

P E D R o - ~ A s i que yo nomas tengo la culpa? Si veiai que yo l’astaba embarrando teniai que haberte metio, teniai que haber apechugao.

do.

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S A R A - (Airada). iNo hablis rnPs d'eso, que sacai! iYa, pregunta di'una vez!

P E D R o - Otra vez te enojaste. . . {Voh creis que si aqui 10s dicen lo que querirnos saber, 10s varno a salvar? 20 sea, tar juntos y too eso?

S A R A - No sC PO (sefiala alpiblico), ellos tan juntos. P E D R 0 - (Sefiah). ?Pa que sera esta banca? S A R A - Pa que la gente se siente PO, no va a ser pa po-

nerse a esperar micro. Ya, no hagai rn& tiatro y pregunta. PEDRO- Me da una cuestion parecia a1 rnieo o la

pena. 2Voh no sentis nB? s A R A - Pregunta. P E D R O - No, 10s que se rnatan se rnatan juntos, pre-

gunternos 10s dos. (A1 piblico). Pucha, 10s echo de toas par- tes, prirnero jue de la pega, despues de la casa encacha que teniarnos cuando yo era desabollaor, de la ropa que usaa- rnos, de la calle, de la cornia. . .

s A R A - Per0 eso no jue lo ultimo ni lo pior: lo pior jue que tarnbikn 10s echo de nosotros rnisrnos.

P E D R 0 - &ut5 va pasar? va pasar con nosotros, Sara?

S A R A - 2A pasar? Ya pas6 ya PO. Los dejo igual que si de repente 10s hubierarnos encontrao con la turnba de Dios. Pregun ta.

P E D R 0 - iTe digo que va pasar contigo y conrnigo; que crestas va pasar con la cuestion del arnor! CVarno a re- cuperarlo? ,

s A R A - iNo sk PO, no se: ellos tan juntos! Lo unico que se es que no podirnos seguir asi, no podirnos: tenirnos que acosturnbrarlos pa poer vivir! iPregunta, pregunta!

P E D R O - iA la cresta too! si, a eso vinirnos: querirnos que 10s digan corno se acosturnbraron a vivir con el Invitao: querirnos ser corno ustedes!

S A R A - iNo poirnos ser distintos: diganlos, diganlos! P E D R 0 - iDiganlos, diganlos! s A R A - Diganlos. P E D R O - Diganlos. . .

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HECHOS CONSUMADOS

U n sitio baldio en 10s extramuros de la ciudad. Piedras, maleza, al- gunos papeles, etc. E n un extremo -izquierda- se ve el bulto de una persona (Marta) que duerme, tapada con un viejo sobretodo. A su lado, sentado sobre una piedra, un hombre calienta agua en una pequeria fogata. Cerca de ellos, de un cordel improvisado en dos estacas, cuelgan una blusa, una falda, una chomba y un par de medias; tambikn se ven dos sacos, un quintalero y un papero, ambos a medio llenar. Es una tarde f d a , gris. La mujer se revuelve inquieta, murmura cosas; el hombre se levan- ta, se inclina hacia ella, vivamente interesado. Escucha un instan- te. De p o n t o se tensa, como si hubiese escuchado o percibido algo en torno suyo. Se levanta sobresaltado, escudriria. Camina unm pasos tratando de tener una mejor visibn. La mujer despierta sobresaltada. Se queda mirandolo sin compren- der. Busca con la mirada.

M A R T A - ~ Y . . .yelMario? E M I L I o - (Sin mirarla) Menos mal que dispertaste, ya

MA R T A - iQu6 p a d ? E M I L I o - Parece que habia sentio pasos (escudriria,);

M A R T A - No, yo dig0 que’s 10 que paso: aonde’sth el

E M I L I o - ?Que Mario? Tabai sola. (Vuelve a sentarse) M A R T A - (Despuks de una pausa) Verdh PO. (Sonde, dis-

E M I L I 0 - No, yo ya no sueiio. M A R T A - {Te pregunto quien soy, de a6nde saliste? E M I L I 0 - (Vag0 gesto de sefial) De porai. M A R T A - (Mirando en rededor) ~QUC parte es esta?

me teniai preocupao.

per0 no se ve a nadie.

Mario.

culpandose) Taba sofiando. (Pausa) {Y voh?

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carretillas de tanto que hablai. E M I L I O - (Rie) ?Y quC queris que hable? M A R T A - Quiero saber que hago aqui PO. E M I L I 0 - Tai sent5 preguntawdo leseras. M A R T A - ipero c6mo vine a dar aqui: no mi’ acuerdo. E M I L I o - T’estabai ahogando, te saquk del canal; des-

puCs te quedaste dormia. (Pausa) ?Te tiraste o te caiste? (Marta guarda silencio. Se encoge de hombros) Ah, te tiraste.

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E M I L I 0 - <Voh creis que aunque hubiera pega, al- guien m’iba a dar con esta pinta?

M A R T A -‘*CY a6nde vivis? E M I L I 0 - Donde me dejan. M A R T A - {Y que erai antes? E M I L I O - Creia qu’era persona. ?Par quC me pregun-

M A R T A - Es que ahora. . . (Se acerca a 61, 10 mira) No,

E M I L Io - {C6moes eso?

tai tanto? CDesconfiai de mi?

voh no soy malo, tenis ojos de animal botao.

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de tarros). EM I L I 0 - {Y eso?

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r- {Viene de muy lejos?

jos: de ninguna parte. A u R E L I o - (Vuelve a acercarse a1 fuego) Si, de muy le-

MARTA--c6moeseso? A u R E L I 0 - Helado y plomizo. E M I L I o - No, ella dice que como puede venit de nin-

A U R E L 1 0 - (Abruptamente) 2QuC hacen aqui? M A R T A - CAqui? (Se encoge de hombros) N i PO. A u R E L I o - CC6mo llegaron a este lugar? E M I L I 0 - Ella se vino nadando, yo lleguC rnPs o me-

nos de aonde mismo lleg6 ustC. CPor quC? A u R E L I 0 - (Cast' para si) Tienen que haber encontra-

do algo: nadie se detiene donde no hay nada esperindo- lo. . . ?Que encontraron?

M A R T A - - & , no hemos encontrao ns, <no cierto, Emilio?

A u R E L I o - (Se para, husmea) Si se detuvieron aqui tie- nen que haber encontrado algo. . . 2Es cierto que no lo sa- ben?

E M I L I o - Cierto, ciertito, CquC podimos encontrar aqui? Este es un puro pelaero.

A u R E L I o - Algo tiene que estar esperhdolos. (Mues-

guna parte.

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M A R T A -- (Lo sigue un breve trecho) iEh, oiga. . .! E M I I. 1 0 -- Dkjalo. M A R T A - <Era un loco? E M I L I o - <Que decis voh?

E M I L I o - CY entonces pa que me preguntai? M A R T A - <Nose teda na? E M I L I o - Si lo que decia era verdh, no hay ninguna

parte aonde me puea escapar y si es mentira, pa que me voy a preocupar.

M A R T A - Oye, <y de que decia que tenia hambre si no era de comia?

E M I L I o - No, ahi si qu’estaba frito, porque el unico pan que cura toas las hambres es la justicia, y esa cuestibn anda m8s perdia que’l teniente Bello.

M A R T A - Pucha, y se juC p’all8: a lo mejor mas encima se cae a1 canal el pobre locateli.

E M I L I o - No, el canal t5 p’allft; viene asi, no atrave- sao.

M A R T A - (Extrafiada) 2 P’allP? <Y por que tamos tan le- jos?

E M 1 L I O - Aqui hace menos frio. M A R T A - <Y como me trajiste de tan lejos? E M I L 1 0 - A1 hombro po. M A R T A - Oye. . . y yo’staba. . . Ctaba con ropa? E M I L I 0 - Claro PO, to creis que la traiai en una male-

ta? Yo te la saque. Si te habia sacao del canal, no ia a dejar ~ que te murierai de pulmonia. (La sefialu) Pbnetela. I

M A R T A -Que si Po. I 1 ~

M A R T A - Tiene qu’estar moja toavia. E M I L I o - Ta seca, te la seque aljuego.

l M A R T A - < Por que me la secaste? ~ E M I L I o - Porque’staba moja PO. I M A R T A - No, quiero decir. . . 0 sea que nadie habia

hecho na por mi. La gente siempre pasa de largo nomas. . . 1 Y voh me cuidaste y me secaste la ropa. . . Gracias.

E M I L I o - (Despuks de una breve pausa) De que PO.

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1

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1 Cuando te tiris a1 agua otra vez, venis p’ac8 y yo te seco la I

ropa. {Vivis lejos? M A R T A - No tengo na casa. . . De qu’el Mario se ech6

el pol10 que ando sola. E M I L I 0 - {Por eso queriai lavar la ropa con voh aen-

tro? M A R T A - No, pas6 otra cuntion. E M I L 1 0 - {Que cuestion? M A R T A - Otra cuntion PO. (Puma) El Mario se jue

hace tiempo; se juk hace mucho tiempo: ya van a ser tres meses.. .

E M I L I 0 - {Pa 6nde sejue? M A R T A - Quinzb PO: se murib. (Vu hacia la ropl, la

palpa) De veras qu’estfi seca. Me la voy a ponermela. (Lo que- da mirando) Date giielta PO, seai caballero.

E M I L I o - (Sefialando) Ellos te van a ver. Y van cabros chicos tambikn.

M A R T A - (Mirando) VerdP PO. P6nete delante enton- ces. (Emilio se levanta, se para frente a ella) Per0 date giielta p’alla pos, fresco.

E M I L I 0 - ?No vis que hago chistes tambikn? (Se da vuelta) {El Mario era tu firmeza?

h.a A R T A - hfi compaiiero. E M I L 1 0 - tMuri6 solo o lo mataron? M A R T A - (Poniindose la ropa) No si. . . 0 sea que se

muri6 pa mi nom&: me dej6 bota. (Pausa) <Murib o lo rna- taron? No habia pensao nunca en eso. Un dia agarr6 las he- rramientas me que6 mirando y me dijo: “{Sabis que mas?, voh no tenis ni’dn brillo”. Y se jue. . . Llevaamos mas de sei aiios juntos.

E M I L 1 0 - ?Y voh no le dijiste nP? M A R T A - No PO, quk ia a decide: con la cama y la co-

mia no se ruega a nadie. . . Y tambikn que las cosas del co- raz6n no se arreglan con palabras, porque a la juerza no es cariiio.

E M I L I 9 - Orgullosa la rota tarnbikn. M A R T A - No, si no es que sea orgullosa, es que una

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necesita cariiio de verda, no de mentira, ?no vis que una t i viviendo de verda? (Ha terminado de ponerse la ropa) Ya, si queris te dai giielta, ahora podis mirar. (Emilio se da vuelta, la obserua detenadamente. Marta se cohibe) Ya PO, si es una mira a la rapida noma.

E M I L I o - Quedaste flor. Lo unico es que parece que hubierai planchao la ropa con una hoja de repollo. . (Que- da inmbvil, como escuchando)

I

M A R T A - ~ Q u k te pasa? EM I L 1 0 - <Tenis una idea asi como que lo’stin sa-

M A R T A - (Asustada, siguihzdole) iEl loco! E M I L I o - NO. M A R T A - (Sefialando) iEllos PO! E M I L I o - (Buscando, husmeando) Es otra cosa. . . Ende-

nantes tambiCn senti eso. . . M A R T A - No se ve a nadie; no hay Prboles ni piedras

grandes, no hay ninguna parte donde alguien se pueda es- conder.

E M I L I O - (Oscuramente) Hay alguien. . . Por aqui anda alguien dando giielta.

M A R T A - ZHiciste algo malo voh? E M I L I o - No creo. Pero eso no se sabe. . . <Y voh? M A R T A - No sC. Hablo, me rfo. ZEs malo eso? EM 1 L 10 - Puede ser. M A R T A - ZPor quC no 10s dicen lo que poimos hacer y

E M 1 L 1 0 - No pueden. (Pausa) M A R T A - Mejor 10s corrimos de aqui. EM I L I O - <Pa onde? M A R T A - Si PO, la cuestion ta igual en toas partes.

E M I L I o - Porque’stin haciendo un mundo mejor.

E M 1 L I 0 - Pa nosotros PO. M A R T A - Chis, <corn0 es eso? E M I L I o - (Yendo a sentarse) Anda a entender voh PO.

piando? CC6rno que hay alguien dando giielta? (Busca)

lo que no?

ZPor quk 10s persiguen?

~ M A R T A - ZPa quikn?

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M A R T A - 2Y quC se podra hacer? E M I L I 0 - Eso es lo que les gustaria saber a toos. (Pau-

sa) ?Tenis hijos voh? M A R T A - No. . . 0 sea que una vez quedC ernbaraza,

per0 lo perdi. (Se encoge de hombros) TambiCn qu’el Mario no queria. (Queda pensando) Per0 debe ser encachao tener un hijo, ?ah?. . . Yo he visto que ninguna TZ se les pone la cara mas bonita a las mujeres que cuando aprietan asi (mima) a un hijo en 10s brazos.

E M I L I o - Lindo es PO. . . Sobre too cuando te piden de comer y no tenis que darles. “Los hijos de 10s pobres son sanos y robustos, porque se crian en la tierra y andan en pe- lota”. CHabis oido eso voh?

M A R T A - Claro, las iiioras de 10s futres siempre dicen asi.

E M I L I 0 - Menos mal que tu mario sabia la papa. M A R T A - (Altiva) El Mario no era mi mario, 10s habia-

mos junta0 nomas. (Pausa) Per0 aunque hubiera si0 lo que hubiera sio, yo ya me habia pegao la cacha que no podia te- ner, porque no teniamos donde criarlo. Pucha, Dios debie- ra . . .

E M I L I 0 - No lo metai a 61. El no reparte las cosas, a lo sumo las hizo: son otros 10s que las reparten.

M A R T A - Claro, si se como se las reparten. . . Una vez llegaron a la casa y empezaron a sacar too p’ajuera. Mi mama 10s agarro a nosotros y se pus0 en un rinc6n: “LlCen- se too nomas, desgraciaos -1es dijo-, per0 a mi no me pre- gunten ni‘una lesera”. Ella m’enseii6 a no rogar; ella m’en- seA6 a pegarme con una piedra en el hocico antes de rogar.

E M I L I O - {Por quC les quitaron las cosas? 2Cuando juC eso?

*M A R T A - Hace tiempo, yo tenia como diez aiios. (Pau- sa) Per0 no me gusta hablar d’eso: me pueo poner triste. ?Voh tenis hijos?

E M I L I O - Tenia. M A R T A - ikfurieron? E M I L I 0 - Si, de muerte entera.

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M A R T A - CComo es eso? E M I L 1 0 - Me olvidaron. M A KT A - ( Y voh? EM I L I O - {YOque? M A R T A - ~ L O S olvidaste tambien? E M 1 L I 0 - ?Que pensai hacer? M A R T A - (Despuh de una breuepausa) N o SC PO: andar. E M I L 1 <) - (Y tenis pa onde cortar? M A R T A - NO. E M I L I 0 - Vai a llegar re luego entonces. M A R T A - (SeAalando excitada) iMira, un incendio! (Se

E M 1 L I 0 - (Que s’estara quemando ahora? M A R T A - YO conozco ese humo. . . es cuando se que-

E M I L I o - Lo que no se quema se cierra. (Va a sentarse) M A R T A - CConocis algun futre que tenga casa conjar-

E M I L 1 0 - dardin? No, tpor que? M A R T A - Pa que me hubierai dao la nombrh. Yo arre-

E M 1 L 1 0 - dardines?. . . CQuedan? M A R T A - Casi na. (Pausa) Esa es la rabia mhs grande

que tengo contra la gente: s’encerraron en las casas y deja- ron morirse 10s jardines.

paran, miran)

ma el pasto o el trigo.

din?

glo jardines; en eso trabajsbamos con el Mario.

E M I L I 0 - Hubiera si0 eso nomas. M A R T A - Perojue lo pior. . . Ahora era el tiempo de

10s claveles, de 10s medallones y de las dalias; despuks venia el tiempo de 10s gladiolos y de 10s crisantemos dobles. Se veia too tan bonito lleno de colores. . . Per0 dejaron secarse 10s jardines y yo digo: (que v’hacer la gente cuando llegue la primavera y no haya ninguna flor?

E M I L I o - Sin tierra aonde pisar y sin pan pa comer, no creo qu’eso le importe mucho a la gente ahora.

M A R T A - Voh soy igual que toos, l’echai la culpa de las penas a las puras cosas grandes, pero son las chicas, esas cosas que parece que no existieran, las que la van arrastran-

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do a una pal desierto. (Emilio no contesta. Marta da unospasos, separa frente a 61) Gueno, gracias por too, <ah?

E M 1 L I 0 - De que PO. (Silencio) M A R T A - (Sefiabndo) 2Las calles tan p’alla? E M I L I O - No, tenis que andar en sentio contrario a

M A R T A - tEntonces vienen de la ciuda? E M I L I 0 -A lo mejor. M A R T A - <Vendran arrancando? E M I L I O - (Mirando) No creo, se ven muy calmaos. Lo

que yo te digo es que tenis que andar en sentio contrario a ellos; lueguito vai a empezar a sentir un olor a podrio: si- guiendo por ese olor llegai a la ciuda.

ellos. (Sefiala)

M A R T A - {Y voh. . . que vai hacer? EM ILIO-(Saca cigarrillos) Ahora voy a fumar, des-

puCs no se. M A R T A - (Despuis de una pausa. Sefialundo el choquero)

CSabis?, me lo voy a tomar antes d’irme. . . No tengo na pla- ta pa pasar por ahi a tomarme un te.

E M I L I 0 - Si te lo vai a tomar, p6nelo a1 juego; ya’sta frio.

M A R T A - (Se sienta) Gueno, pongamolo un rato. jVoh vai a tomar?

E M I L I o - NO. M A R T A - (Busca que decir) < Hace frio ah? E M I L I o - Claro. M A R T A - <Va llover? E M I L I o - NO SC PO. M A R T A - tA6nde te ponis voh cuando h e v e ? E M I L I 0 - Aonde no me moje. M A R T A - (Rie) De veras PO. (Pausa) 2Es lejos aqui, ah?

E M I L I 0 - A buscar algo paljuego, s’esta apagando. M A R T A - (Ademdn de levantarse) Y o voy. E M I L I o - No, voh quedate cuidando 10s sacos.

(Emilio se para sin contestar) <Pa onde vai?

(Comienza a buscar; coge alguna rama, algrin papel; se pierde buscando. Marta se para, se mira la ropa, trata de alisarla, de aco-

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modarse el pelo, etc. Despuks coge el sobretodo y lo dobla cuidado- samente, corre 10s sacos de lugar. Saca una estaca del cordel y la

, usa a guisa de escoba para limpiar el lugar. La gente que pasa Ila- ma su atencidn. Se queda mirdndolos. Da unos pasos hacia ellos:)

M A R T A - (Gritando} iEh!. . . ?De d6nde vienen?. . . ?Pa onde van? icontesten, contesten!. . . fQuiCnes son?. . . ?QuiCnes son?. . . (Espera, se encoge de hombros; sigue rastrillando. Llega Emilio, con ramas, pedazos de tablas o cualquier objeto combustible. Queda mirdndola, perplejo.)

E M 1 L 1 0 - CQuC’stai haciendo? M A R T A - Limpiando PO. E M I L 1 0 - iPaquC? M A R T A - Pa qu’estk kmpio PO (sonrie). Las mujeres

E M 1 L 1 0 - Pero. . . Pucha, c6mo se ti’ocurre ponerte a

M A R T A - Pa 10s que no tenimos casa, cualquier lao

E M I L I 0 - (Deja caer 10s desperdicios) No seai tonta, ho. M A R T A - Chis, ite pareci6 mal? (Tim

E M I L I 0 - CSiempre habis si0 tan guen genio? M A R T A - Deli&. A mi no me viene a humillarme na-

die. E M I L I 0 - (Contento) iMacando! Ahi si que me gustas-

te. Si anduviera con sombrero me lo sacaba delante de voh, palabra. . M A R T A - 2M’estai columpiando?

E M I L 1 0 - No, en serio; a uno pueen patiarle y echarle abajo muchas puertas, y uno puee seguir aletiando, per0 si t’echan abajo la puerta de la dignida, ahi ya no podis por- que entonces ya no soy na, ni siquiera desperdicio, fcachai?

M A R T A - Mas o menos nomas. EM I L I O - Per0 si’sta re Clara la cuestion: en alguna

parte se abrio una puerta y entr6 de golpe too lo malo que

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siempre limpiamos.

limpiar aqui: jesta no es na una casa!

aonde’stemos es la casa.

estaca} iNo limpio ni’una lesera!

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1

hay. Del hambre, de la soleda y de las patas, ya no te salva ni Cristo; per0 la dignida te puee salvar de convertirte en animal. Y cueste lo que cueste, eso es lo unico importante.

M A R T A - 2Asi que con dignida o sin dignidk voy muerta igual? Chis, la esperancita que me dai. Con esa fe que tenis en la via, podiai dedicarte a consolar enfermos en el hospital, ganariai pura plata.

E M I L I o - No hay otra, por lo encacha que soy por dentro, me gustaria poder ofrecerte algo mejor, per0 eso es lo unico que 10s dejaron.

M A R T A - lOfrExerme? fT’estai como tirando a1 dulce conmigo?

E M I L I o - No, es un decir nomas. M A R T A - CTuviste casa alguna vez? E M I L I o - (Se adelanta, mira) Si per0 hace tiempo. (Se-

nula) Le pregunte a uno d’ellos que pa donde iban, pero si hizo el leso. . . 0 sea, me peg6 una mira como preguntan- dome si yo era guevdn o me hacia. . . De cerca se ven can- saos, se ven. . .

M A R T A - ?La echai de menos? E M I L I 0 - {AquiCn? M A R T A - Nose po; a tu mujer. E M I L I o - A gritos. Per0 que vamo hacerle, lo que se

pierde se pierde. La cuestion es aprender a no tener na. M A R T A - Per0 es que no somos na animales PO. Aun-

que sea un cunti6n que veces duela, el amor. . . E M I L I o - lAmor? Cuando la mujer no puede entrar

a1 almacen, el hombre no puede entrar a la cama: ese es el \ amor. Lo que creiamos que existia no existia: lo que 10s mantenia juntos era el pan, la cama o la necesida de compa- iiia, per0 Cramos gente sin amor. (Marta vu a potestar) No, no me vengai na con gestos; anda p’alla (sefialu), anda pa esa maldita ciuda y pregunta quienes son 10s que han se- guio unios: 10s unicos son 10s que toavia tienen pega o 10s que siempre han tenio el billete largo.

M A R T A - iPucha que soy amargo voh, ho! iY y o que te tenia desconfianza porque creia querai sapo! (Rie) No

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M A R T A - Yo no he tomao. (Pausa) {Corn0 sabe qu’es-

M I <; U E L - Tengo que saber too. (Pausa) Tome tran-

M A R T A - {Temprano pa que? (Miguel no contesta. Se

E M I L I o - Quinzas PO. M A R T A - Pucha el gallo pa superitante. Y voh lo tra-

E M I L I O - No me gusta la gente que anda arma, ni la

M A R T A - Pero no podis andar desafiando PO.

E M I L I o - Yo no desafio a nadie. No dependia de mi el que alguien me quisiera ni el que me dieran trabajo o un lugar pa vivir; pero si depende de mi el no permitir que na- die me atropelle: si no han podio obligarme a hacer algo que no me gusta, no habran podio obligarme a na, y a1 fi- nal, eso es lo unico que vale. Arrodillate voh delante de tu cagh de amor y de tu caga de esperanza, a mi dejame como soy nomas.

M A R T A - (Enojada) iY0 no me arrodillo delante de na, no seai hocicon!

E M I L I 0 - Queriai matarte. M A R T A - iMentira! E M I L I o - i Y que haciai aentro del canal? {Tabai

M A R T A - (Mirando hacia todos lados) No jui yo: me tira- .

tabamos tomando tC?

quila nomas. (Ykndose) Es temprano toavia.

pierde de vista. A Emilio) {Temprano pa que, dijo?

taste mal; tiene mas cuidao, {no vis que puee ser peligroso?

gente que llega de lao: siempre paren violencia.

aprendiendo a nadar?

ron. - E M I L I 0 - {Te tiraron? {Quikn? {El Mario? M A R T A - j Habla mas despacio PO! EM I L I O - No tengai mieo, no tengai mas mieo.

{Quien te tire? M A R T A - No se, yo no se quienes eran, con el mieo no

10s vi bien. (Casi divertida) Y tambiCn que me pas6 Ilorando. ‘ E M I L I o - {Llorando? Entonces m’engaiiaste: deciai 1

que no rogabai. , M A R T A - si no 10s rogue, llot-6 no mas. Jue una cun-

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M A R T A - (Tomcinddo) iNo, no vai!. . . Me dan mieo,

E M I L I 0 - isukltame, yo no tengo na que ver con voh! M A R T A - Y yo tampoco con voh PO, que me venk a

E M I L I 0 - (Extraffado) Pucha, tampoco le hacen ni caso

M A R T A - Verda PO. . . {QuiCnes son? 2Quiknes son? E M I L I 0 - Pueen ser cualquier cosa; per0 Sean quienes

Sean,-agarraron un camino. . . Y algun dia, andando y an- dando, tienen que llegar a alguna parte. A lo mejor asi tie- ne que ser uno, a lo mejor no hay mPs meta que la que uno se puea poner.

no quiero quedarme sola.

gritoniar.

a1 gallo del palo. . .

M A R T A - Per0 no le dan bola a nadie. E M I L I o - Me gustan. . . M’estan gustando. . . M A R T A - Gueno, Andate con ellos si te gustan tanto

PO. E M 1 L I 0 - {Por qu6 a1 que le preguntk endenantes me

dio a entender que yo sabia lo que l’estaba preguntando? Cuando a uno le dicen: “No se haga el leso, PO ifior”, lo’stPn acusando de algo. . .

M A R T A - ~ Q u k me decis a mi po? E M 1 L 1 0 - {T’enojaste? M A R T A - No, porque me voy a enojar; voh soy duefio

de hacer lo que querai. (Se sienta en el lugar de Emilio. Bwca en el saco)

E M I L 1 0 - {Queris comer algo? Ahi en el otro sac0 tengo algunas cuestiones. . . (Meditabundo) Lo que tiene una puerta de entra tiene que tener una puerta de salia. . .

M A R T A - (Deja de hurgar en el saco) ?De quC‘stai ha- blando ahora?

E M I L I 0 - (Yendo hacia el fondo) De lo mismo de siem- gre. D‘esa obligaci6n inevitable de tener que buscar y bus- car.

M A R T A - {soy raro voh, ah? E M I L I 0 - 2Como raro? M A R T A - (Queda pensando) No s6 PO.

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E M I L 1 0 - N o me hagai cas0 (Rehacihndose) Gueno, no terminaste de contarme lo que te paso.

M A K T A - N o me quiero acordar. Te contk pa que no creyerai que me habia tirao yo noma.

E M I L I o - 0 sea qu’iban pasando, les molestastes en algo, te metieron a1 auto y te vinieron a tirar a1 canal, asi no- m&, como quien prende un cigarro o sale a botar basura.

M A K T A - Claro, asi nomas. Per0 lo que pas6 paso; toi viva toavia: eso es lo qu’importa. (Emilio ua a alegar, se para, se acerca a PI) No, no me discutai: voh soy como atracarse a1 juego, quemai. Yo no quiero aprender a tener mieo, no quiero aprender a Ilorar. . . Es bonito vivir, la tierra no tie- ne la culpa de ni ; es como una casa sin murallas, donde hay de too lo que una necesita, de too lo que a una le gusta, sol, plantas, agua, frutas, pAjaros, de too; ella no tiene la culpa que. . . (Em& la hace callar) ?Qui. pasa?

E M I L I O - (Sefialando) Viene p’aca otra vez. M A K T A - (Mirando) ?Qui. quedra ahora? (Quedan de

pae, esperando. Aparece Miguel, hay algo de obscuramente amena- zmte en su cordialidad; algo que no se debe solamente a1 hecho de que lleue un palo)

M I (; u E L - Hola. MAKTA-Hola.. . M I (; LT E 1. - (Afirma e1 palo en su cuerpo, se soba la? mano?)

E M I L I o - Es qu’es invierno; lo raro seria que hiciera

M I (; u E L - (Sonriendo) Claro. M A K T A - Noseai roto po. M I (; u E L - (Siempre sonnendo) No, si no es na. (Pawn)

tTerminaPon de tomar tecito? E M I L I 0 - Yo si, ella no. M I (; u E L - ?No son yunta? E M I L I o - En yunta andan 10s gueyes. M I (; u E L - 2Ta enojao, amigazo? M A KT A - No, si es asi: dice que no le gusta hablar,

?Ta hela la tarde, ah?

calor.

per0 despuks hay que hacerlo callar a palos.

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M I (; u E L - (Subiendo. Con intencidn) Entonces yo'stoy I- flor pa hacerlo callar.

, E M I L I O - N ~ ~ ~ ~ ~ . M A R T A - (Rdpida) {Quiere un poco e tk? {Queria un

poco de tC? M I (; u E L - No, gracias, le preguntaba si habian tomao

nomas.. . Es que endenantes vine a dar una giielta, per0 como'staban tomando, no quise molestarlos.

E M I L I 0 - {Y en- quC 10s ia a molestar? M I (; u E L - Es que soy cuidaor. . . Me mandaron a de-

E M I L I o - CY? M I c u E L - Y que no pueen tar aqui PO. M A R T A - Claro, si ya 10s iamos a ir. . . 0 sea el por su

E M I L I o - ZPor que no poimos tar aqui? M A R T A - Porque no es casa de nosotros, si ya 10s dijo.

(A Miguel) Per0 nosotros no'stabamos a la mala, {ah? N o sa- biamos qu'era propied5 privh.

E M I L I o - La verda es que no sabiamos qu'el mundo era propieda priva, poi eso nacimos. (Se sienta) Si alguien se hubiera tomao la molestia de avi. . .

M I <; u E L - {Por que se sienta?. . . L'estoy hablando en serio. (Emilio no contesta) Los dejC estar aqui too el dia, no puke quejarse. (A Marta, que intenta sentarse) il'estoy ha- blando en serio, sefiora!

cirles qu'esta es propieda priva.

lao y y o por el mio.

M A R T A - N o soy seiiora. M I G u E L - Giieno, lo que sea. (A Emilio) iYa PO! E M I L I o - (Sacundose un zapato) No me voy a poder

M I (; u E L - Chis, zc6mo s'iba torcer un pie si'staba pa-

E M I L I o - Cosas de la via PO.

M I c u E L - No, no se I'as venga na a dar de vivaracho conmigo, gancho, mire que no tengo na muy giien genio. Vine hablarles con giienas palabras, incluso esperC que to- maran tC y too, per0 no se me pase, no se me pase.

ir. . . Me torci un pie.

rao ahi?

297

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M A n T A - Nosotros tarnpoco le hernos dicho ningdn atrevirniento; si ya 10s varnos a ir ya, pucha qu’est5 apurao.

E M I L I 0 - 2Por que quiere que 10s varnos? Este es un pelaero, aqui no rnolestarnos a nadie.

M I G u E L - Y 9 no sC, yo no tengo na que ver: e1 me rnando a decir que no queria encontrarlos aqui cuando lle- gara: yo soy rnandao.

M A R T A - <QuiCn es “El”? M I (; u E L - El patron PO.

M A n T A - CY a quioras llega? M I (; u E L - (Casi ofendido) Esa es cosa d’d PO.

E M I L I o - Entonces quea rnucho tiernpo toavia. ( A Marta) Torna t6 calrna nornis; ya sabis que en el sac0 chico hay cuestiones.

M I (; u E L - Eh, no pos, taita, no giievee: yo no quiero hacerles n5.

E M I L I o - Y entonces pa que 10s v’hacer PO. (A Marta) Ya, dale, y me dai a mi tarnbib.

M A n T A - (Pesa la situacidn) Nosotros no tenirnos pa donde ir. (Comienza a hurgar en el saco)

M I (; u E L - (Amenazante) <Asi que se van a botar a cho- res?

M A n T A - No tenirnos pa donde ir. . M I (; u E L - Esa es cosa de ustedes, yo no tengo na que

M A n T A - (Aswtadu) iNo, que v’hacer! M I (; u E L - Per0 si no quieren entender por las giienas

PO. iY yo tengo que cuidar mi pega! M A K T A - jMira pos, Ernilio! E M ’ I L I o - El que tiene que rnirar lo que v’hacer es el.

(A Miguel) Matar a una persona no cuesta na, arnigo, es un rninuto o dos. fPero, y despues? <Tiene casa? CTiene farni- lia? Saque la cuenta prirnero.

M I (; u E L - Ustedes tan en propied5 ajena, no me sale ni por curao.

E M I L I o - No sea tonto, %or, si 10s mata lo van a cruci- ficar, <no ve que si no pasa na entre 10s pobres la ley se

ver en eso. (Blande el palo) iYa se corrieron di’aqui!

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I muere di’hambre? La ley es un animal muy raro, amigo, no come carne fina, le gusta la carne flaca y traspira, como la suya y la mia.

M I G u E L - NO me venga na con cuestiones raras, ya lo cache que’s gueno pal chamullo; per0 a mi no me va embo- lar la perdiz. El patron siempre me ha mandao a decir que no le aguante leseras a nadie, porque yo’stoy en mi puesto.

M A K T A - Pero si nosotros no I’estamos alegando d’eso PO: ustk ta en su puesto y nosotros en el de nosotros.

E M I L I 0 - Claro, entienda que no le querimos crear problemas, pa que PO, si somos iguales.

M I G u E L - Y o tengo mi casa y mi pega, no me ando na metiendo en sitios ajenos.

M A K T A - Suerte la suya PO. Y o arreglaba jardines, per0 quien va mandar arreglar el jardin ahora.

E M I L I o - Y yo era tejeor, per0 como’stan trayendo hasta las hilachas de ajuera, no hay pega ni pa tejer a pali- 110.

M I C; u E L - Sentaos too el dia aqui menos van a encon- trar. (Deponaendo en algo su belicosidad) tEra tejeor? (Que te- jia?

E M I L I 0 - De too, frazas, casimir, toallas; de lo que ca- yera.

M I (; u E L - CY a6nde trabajo? E M I L I 0 - iPuff, aonde no trabaje! Tuve en la “Fre-

sia”, en Comandari, en Polax; hasta en el pasaizo de las ju- dias, alla en Pedro Alarcon, tuve, con eso le dig0 too.

M I (; u E L - Si, lo conozco. . . Yo tambiCn era textil. . . 0 sea soy.

E M I L I o - Ah pucha, que gueno, entonces somos cole-

M A R T A - Casi d e g a s nomas, porque 61 tiene pega.

i

1

I

I gas. E M I L I 0 - 2Quiere un poco e te? Llega a tener las ma- nos azules de frio.

tC y un sanguche de pan con pan va quedar flor. 1 I

M A R T A - (Sacando cosas del saco) Con un guen poco e

E M 1 L I O - CAlcanza pa 10s tres? I

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7

M I (; u E L - No, yo no quiero. Tengo que volver a la

M A R T A - ?En un lobo? Pucha la pega peligrosa que

E M I L I 0 - (Sonriendo) No, ho; es una maquina pa mo-

M I G u E L - CLa conoce tambien? E M I L I 0 - Claro, si me se casi toa la pega de hilande-

ria. (A Marta) Es una maquina pa hacer guaipe. Se trabaja con puras tiras viejas que 10s futres van a comprar a 10s ca- chureos; tiras sucias y hediondas, que levantan una tre- menda polvarea cuando se van moliendo.

M I G u E L - Eso seria aonde ha trabajao uste: aqui no se trabaja con desperdicios, se trabaja con recortes de las textiles.

E M I L I 0 - Asi debiera ser, per0 no es PO. CSe le tranca la maquina?

M I G u E L - En veces. E M I L I O - ?No ve? Es por 10s botones y ]as porquerias

que tienen las tiras, se meten en la estera y se van juntando hasta que trancan la maquina. (A Marta) A veces uno ni se ve a1 medio del polvo. (A Miguel) ?Le dan leche?

M I <; U E L - (Mirando corn0 a hurtadillas hacia e1 sitio por donde lleg6) No, que van a dar.

M A R T A - ?Y aonde’sta la maquina, que no se siente na di,aqui?

M I G u E L - (Seiialando) Alla; hay que doblar pa la iz- quierda, por ahi por donde se ven hurgetiando esos perros, mas o menos, y seguir derecho.

M A R T A - ?Tan lejos?. . . CY es dueiio de too est0 tam- bien?

M I G u E L - Y no solo d’esto. Nadie sabe las cosas que tiene.

E M I L I 0 - ?Con el puro guaipe? M I <; u E L - No, ?No le digo que ni yo s6 las cosas que

pega. Aparte de cuidar, trabajo en el lobo.

tiene.

ler tiras.

tiene?

300

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P-%-

E M I L I o - {Y en que podimos molestarle nosotros en- tonces si es tan poderoso?

M I (; u E L - No SC PO, pero me mandb decir que no queria verlos por aqui. (Paztsa) {Asi que pa que me van a crear problemas pos, no cierto?

M A R T A - {Trabaja mucha gente en la cunti6n del guaipe? A lo mejor 10s podria dar pega.

M I (; u E L - No, ni sueiie, ahora no podimos tomar a nadie. Calcule que de quince maestros tuvimos que bajar a cinco. Si hasta yo me tenio que meter en las mkquinas pa abaratar 10s costos. Per0 la gente no se da cuenta d’eso, yo no sC en que mundo viven; ya hace una semana que me esth fallando un maestro, en balde les dice uno que cuiden la Pew.

M A R T A - Ahi podria calchar este PO. M I G u E L - No, si esa es la maquina qu’estoy trabajan-

E M I L I o - Yo siempre tuve boches con 10s cuidao-

M I G u E L - {Ese que echaron a la centrifuga? E M I L I o - Claro, {lo conocib? M I G u E L - No, of hablar d’C1 nomhs. M A R T A - {Que’s una centrifuga? E M I L I o - Una mhquina donde se secan las telas des-

M A R T A - {Y a 61 lo echaron aentro? E M I L I o - Claro, por vaca. Era carpintero, pero des-

puCs que6 de portero, y jue el perro m5s grande que ha ha- bio. . . {No hay peor cufia que la del mismo palo, no?

M I (; u E L - Es que hay que ver las dos partes. Si a uno le dan un responsabilida tiene que cumplir. Por ser, a mi el patr6n me tiene ordenao que en horas de trabajo la gente no puee fumar, no puee comer y no puke conversar, y yo tengo que hacer cumplir eso PO, si pa eso me paga.

do yo.

res. . . Mi’acuerdo que habia uno que le decian “Palomo”.

pues de teiiirlas.

E M I L I o - Pero es cabrona la pega, <ah? M I G u E L - No, si’st8 too en que c5a uno se ponga en

su lugar nomhs, si habiendo orden no hay problema. Y

30 1

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7

tambien que nosotros no tenimos a nadie a la juerza: el que no le guste el trabajo se va nomas PO, pa que se va’star ha- ciendo mala sangre.

M A R T A - Mi’acuerdo que cuando andabamos arre- glando jardines con el Mario, cobrhamos tres gambas, con puchero incluio. Per0 cuando la situacion s’empez6 a poner mala, 10s quitaron el puchero; despuCs 10s empezaron a pa gar dos gambas, y despuCs una. . . Ese era el trato y noso- tros teniamos que aceptarlo, ipero puta que dolia!

M I G U E L - l Y que tiene que ver con lo qu’estamos conversando, Enchufese pos, seriora.

M A R T A - Es que 10s futres nunca daban la cara, siem- pre mandaban a las empliss a joderlos. SiCntese un rat0 PO.

M I G u E L - No, tengo qu’irme. (Pausa) CSe van a ir, no cierto? Pa que vamos a peliar.

M A R T A - Claro, si nosotros no querimos peliar, queri- mos vivir.

E M I L I 0 - La mala cueva es que ahora hay que pehar pa vivir. SiCntese un rato, que le va a hacer un poco di’agua.

M I G u E L - (Se sienta) Un ratito nomas. Tengo sola a la iriora allb.

E M I L I 0 - ~ L O S habria pegao con el palo? M A R T A - Nosotros no le hemos echo ninguna cosa a

E M I L I 0 -2Los habria pegao? M I G u E L - Ando con este palo, porque uno nunca

sabe con quien se va encontrar. (Pausa) Jue la vieja la que me dijo que lo trajera. . . Ta enferma, la cag6 el polvo de las miiquinas.

ustk.

M A R T A - ?Le lleo un pocoe tC? M I G u E L - No, gracias, nQ le va abrirle, ti5 acost5. (Se-

fiala) Y tambiCn que le tiene mieo a esa gente. (Los tres ha- blan mirando a la gente)

.

E M I L I o - No han dejao de pasar. M A R T A - Y va de too: viejos, cabros. . . ?Pa 6nde iran? M I G u E L - No sC, nadie sabe. E M 1 L 10 - Pero uste 10s tuvo corretiando endenante.

302

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M I G u E L - No, no 10s taba corretiando. Lo que pas6 jue que crei que a1 medio d’ellos iba el maestro que no apa- rece a trabajar. . . Pero no vi bien si era el, y como no me contest6 na. . .

M A R T A - Pero uste andaba con ese mismo palo. Cual- quiera se asusta.

M I G u E L - Y cualquiera se asusta d’ellos tambien. No hablan. ,

E M I L 1 0 - No piden. M A R T A - Andan nomas. EMILIO-Megustan.. . M A R T A - A mi me asustan; me asustan y me dan

pena. Se ven solos, cansaos. M I G U E L - A mi no me gustan ni me dan pena. (Dda

de mirar) Son como una amenaza, m’esdn poniendo de mala. (Puma) A 61 tampoco le gustan.

E M I L I 0 - CAquiCn? M I G u E L - AI patr6n. Ayer mand6 decir que si se-

M A R T A - CAyer? CEntonces cuando aparecieron? E M I L I O - Oiga. . . {Nodijo que su sefiora taba enfer-

M I G U E L - Claro, ta mal la vieja. E M I L I 0 - CY entonces c6mo 10s vio? M I G U E L - {Cbrno?. . . De veras PO. . . Y en la pieza

M A R T A - Tiene que haberlos sentio. M I G U E L - (Sin conviccibn) Claro, eso ha sio. Puea ser

que se cabreen de pasar antes que oscurezca, pa que no se asuste mas.

E M I L I O - (Pardndose) Ya no hay salvaci6n pa nadie. M I G U E L - (Cas2 v i o h t o ) CPor quC dice eso? E M I L I o - Los condenaos condenan. M A R T A - <Condenaos? fCondenaos por quikn decis

E M I L 0 - NO? (La mira) CY por quC no te echai una

guian pasando. . .

ma? <No dijo qu’estaba acosta?

d’ella no hay ventanas. (Silencio breve)

voh? CPor Dios? Dios no condena PO.

mirraita? (Se vu hacia el fondo)

303

Page 299: Teatro de Juan Radrigan

M A R T A - CY que voh te creis muy picho? (A Miguel) Aqui tiene un m o n t h de tiras PO, tpor que no se lo lleva y lo pasa por la mhquina? Se lo vendo.

M I G U E L - ( S e para) Yo no compro cachureo, es el pa- tron el que compra.

M A R T A - Se lo regalo entonces. (Yendo hacia Emilio) Gueno que con too el sebo qu’este tiene tranca hasta una lo- comotora, asi que le puee hacer tira la mPquina.

E M I L I o - Eso si que no, pobre pel0 limpio; limpio por dentro y por juera. Y acuCrdate que a voh te recogi del canal. (Arrepentido) No, no me hagai caso.

M I G u E L - (Yendo hacia ellos) {Siempre s’echan tantas flores?

M A R T A - No, si a este pescao lo conoci ahora nomas. E M I L I O - Contra esta no me casaria ni que me pagara

en oro: esta es un camino que sC que no sirve. Gueno asi de- biera ser. . . Pero por algo que tiene en 10s ojos, en el cora- zbn o no sC donde diablos, creo que volveria a andarlo. . . Y nunca llegaria a ninguna parte.

M A R T A - (Perphja. A Miguel) {Me insult6 o se me tir6 a1 dulce?

M I G u E L - Yo creo que le dijo una cuestion re fea, dele la cord a1 tiro nomas.

M A R T A - ( A Emilio) {Me insultastes? E M 1 L I 0 - (Sonrie) No, palabra que no; por lo menos

no quise. M A R T A - CPor quC te reis? Cambiaste, toavia no cacho

muy bien porque, pero te veis mas contento por dentro. . . Como si te hubiera llegao una guena noticia.

E M 1 L I O - Claro, la trajo 61. . <No oiste? M 1 G U E L - No es culpa mia, no me palabrke, compa-

dre: yo cumplo ordenes. Pero no soy enemigo di’ustedes, si juera enemigo n’estaria aqui conversando.

E M 1 L 10 - CConoce ustC a alguien que sea enemigo de nosotros? Y o no. Toos 10s quieren cien o doscientas yeces mas que a su madre y a su agiielita juntas; t6os se han pasao la via peliando por nosotros: escriben libros, hablan por la

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F-

radio, por la tele; sacan leyes que 10s favorecen en esto, en lo otro y en lo de mas alla. Palabra, nunca he sabio de al- guien que ocupe un cargo que no sea pa servirlos a noso- tros las veinticuatro horas del dia; pucha, si toos tan de acuerdo, si estan en 10s mismo, tquikn crestas es’el enemi- go? Diga PO.

M I (; u E L - N o sC, yo no me meto en eso, lo unico que s6 es que si no trabajo no como.

E M I L I o - Es que tendria que meterse, pos, compa- dre; porque esta cuestion significa dos cosas: o 10s tan gue- viando en patota, o el enemigo que tenimos es Dios.

M A R T A - Chis, no te pasis PO. E M I L I o - Pero claro PO; si no hay nadie en la tierra

qu’este contra nosotros, tiene que ser El nomas el que no 10s deje estudiar, el que 10s echa de las pegas, el que 10s saca a bofetls de las casas y el que 10s hace las mil y una.

M A R T A - No, yo creo que 10s tan gueviando en pato- ta; porque El no: Dios es lo unico que tenimos, es el unico que 10s escucha.

E M I L: I o - No, si pa escuchar es como navaja, pa con- testar es lo que cuesta.

M I G u E L - Perdone que le diga, pero lo que pasa es que uste es muy ignorante: El no contesta con palabras, contesta con hechos, arregla las cosas di’una forma que a nadie mas se le podia ocurrir. Eso si que lo SC bien yo pos, compadre: a mi me ayud6 con la vieja.

M A R T A - CY que no dijo qu’estaba enferma? M I (; u E L - Claro, y se va morirse. Pero yo no sabia que

hacer pa conformarme, porque siempre la he querio mas que la cresta, y cuando la muerte entr6 pa la pieza y se pus0 a esperarla, y o pensaba que cuando se la llevara ia a ser igual que si se llevara a too el mundo. Claro, porque la muerte de un ser querio trae muchas muertes detras pa uno: muertes pa la maiiana, pa la tarde y pa la noche; la mita de la cama vacia es una, la mita de la mesa, otra. . . y las palabras que uno no va a esciichar mas, que es la muerte que mas duele. Eso pensaba yo y’staba desesperao. . .

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Cuando de repente carnbio, se pus0 odiosa, se pus0 mala; no me deja’star ni un rat0 tranquilo, le duele tho, le molesta too. “Miguel, traeme agua -me dice- y cuando se la llevo me reta porque l’haya muy fria, muy caliente o muy tibia. Miguel arrCglame la ropa de la cama, secame la traspira- cion, anda a ver si te dan hora en el Seguro. Miguel, tengo hambre, Miguel, pasame la bacenica, no te durmai; pasame eso, pasame eso otro”. Miguel, Miguel, Miguel, ya me tiene loco, no me deja descansar ni de &a ni de noche. Ahora mismo me tiene qu’estar llamando pa cualquier lesera. Pu- cha, y ahora que le dio la cuestion que le diga a ellos (sefiala) que pasen por otro lao, es pior; asi que. . . Claro, no es que haya dejao de quererla. . . iPero puta que voy a descansar cuando se muera!

E M I L I o - 2Y eso haya gueno? En vez de hacer que la odiara, podria habCrsela mejorao.

M I G u E L - Yo no la odio, compadre; entienda bien lo que le digo. Per0 hay que reconocer qu’estuvo guena la mo- via.

E M I L I 0 - Perseguios sin enemigos, locos, marios con- formandose con la muerte de la esposa, gente, (sefialu) per- dia entre el cielo y la tierra, hambre, soleda, mieo. . . CSabe lo que le diria a Dios si lo encontrara por ahi? Le diria esta pura cuestioncita: “Eh, compadre; no le kiaga a otro lo que no le gustaria que le hicieran a ustC PO”. Eso noma le diria.

M I G u E L - Es que ustC es un resentio PO, ustC no Cree en na.

EM1 L I O - T ~ equivocao: creo que hay que creer en algo, si la mala cueva es que no hay en quC.

M I G u E L - Si en veces nomas que se pone mala la cosa, iiior; per0 hay que echarle pa’delante, ?no cierto, seiiora?

M A R T A - Claro, si cuando una se muere recien puke saber si la via es una porqueria o no porque’stando con via siempre puben cambiar las cosas. Ya, ya hirvio l’agua, Cchenle a 10s tarros; aqui’stan listos.

E M I L I o - (Vertiendo agua a 10s tarnos) Ella sabe lo que dice: es la presidenta del comitC mundial de la esperan-

306

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za. . . Ayer nomas se tiro un piquero a1 canal, de pur0 con- tenta porque la querian condecorar.

M i G u E L - ?En serio que se tir6 a1 canal? tPor quC? M A K T A - Cuestiones que le dan a una. No le haga

M I G u E L - 2Y ustC la saco? E M I L I 0 - Claro, de pur0 valiente que soy. M I G u E L - Conque la sac0 yo me la dejo pa mi. Ahora

que la otra se me va ir cord, me habria caio flor. (Le toca las posaderas con el palo)

caso.

E M I L I 0 - Pero la saque yo po. M A K T A - Chis, guena, serC pelota yo; ustC vaya a cui-

dar a su ifiora noma. M I G u E L - En cuanto me tome el tC. (Vuelve a tocarla,

apartrindola) Permiso. (Se pone en el lugar que ella ocupaba) Hacia tanto tiempo que no tenia un momento de descan- so. . . Ahora le dio la cuestion que queria morirse en su cama. 0 sea que oyo que la pega taba mala y Cree que 10s van a echarlos. Esas si que serian macanas, que uno no pu- diera ni morirse en su cama. Menos mal qu’el futre aparte de cuidaor me pus0 a trabajar en las mlquinas.

M A R,T A - Asi qu’esta ganando el @en billete. M I G U E L - N o , si es por lo mismo nomas, per0 me

afirmo en la pega PO; uste sabe como’sta la cuestion ajuera. Per0 el futre no es malo, si en cuanto sup0 que la iirora’sta- ba enferma, mand6 a decir que no apartara mPs tiras. Y si hacimos una guena entrega pa este fin de mes, me va arre- glar la libreta pa que no tenga qu’star pasando por indigen- te a la iiiora en el hospital, {no ve que por eso no 10s han dao cama?

E M I L I o - 0 sea qu’esta tirando p’arriba como loco. MIGUEL-Pa como’sta la cosa no me pueo quejar.

(Pausa. Serio) {Sabe un cosa? (Se para agresivo) Nunca sC si ustC s’esd riCndo de mi o no: tpor que no dice las cosas de frente?

E M I L I o - Yo no le he dicho na, si hay algo que le mo- lesta no cargue conmigo.

307

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M I (; u E L - iQuC me va molestar, PO! M A R T A - Lo hace por la seiiora qu’estk enferma, ho

<que no comprendis? M I (; u E L - ?Que hago por la iiiora? iY0 siempre he

trabajao! M A R T A - No s’enoje, ?no le cont6 que a nosotros con

el Mario 10s habian hecho trabajar por lo que querian y tu- vimos que aguantar? La via’sta asi, que le v’hacer ustC. Y uste tiene menos culpa toavia, porque lo hace por amor a su seiiora.

M I (; u E L - Pero, pucha, culpa de que. iDe que crestaS tan hablando ustedes!

M A R 1‘ A - No, si ya pas6, no si’haga mala sangre, por- que se va poner viejo muy luego. Yo conoci un cas0 mas o menos parecio a1 suyo. El era casao y tenia cuatro hijos. (Pausa) Vivian en un tremenda casa toa apolilla, que queda- ba en la calle San Isidro. No solos, ?ah?, eran como quince familias; asi que la casa, qu’era de dos pisos, taba llena de cabros, de ropa tendia, de curaos y de mujeres que pelia- ban por la baranda pa tender ropa.

M I (; u E L - (Seco) Ese era un conventillo entonces PO. M A n T A - (Digna) No, casa. E M I L I o - (Mirando) Mi’acuerdo de 10s judios. . . Mi-

rando a esa gente mi’acordk de los judios. M I (; u E L - De 10s gitanos sera. N o sabe ni historia y

tan tremendo que se Cree. E M 1 L 1 0 - De 10s judios; 10s gitanos sirven pa pur0 ver

la suerte y hacer pailas de cobres, fueron 10s judios 10s que tuvieron que andar vagando.

M I ( ; U ~ ~ - G i t a n o s , judios, que m’importa a mi: lo unico que sC es que si se acercan mucho a la casa, les sac0 la cresta a palos.

E M I L I 0 - Me gustan 10s judios, tienen el secreto de la union en la sangre. {Sabe cud puede ser ese secreto?

M A n 1’ A - iPero’staba hablando yo PO! M I (; u E L - Claro, siga nomas, y o no la interrumpi. ‘

M A R T A - (Por Emilio) A este no le gustan las cuestio-

308

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nes que y o cuento, no quiere conocerme.

61.

mai?

M I (; u E L - (Agresivo) Dele nomas, si aqui no manda na

E M I L I o - Eso lo dijo ella, no yo. (Pausa) {Cotno te lla-

M I <; u E L - (Sorprendido) {No sabe ni como se llama? E M I L I o - No, ic6rno te Ilamai? M A KT A - Marta. E M 1 L I O - (A Mzguel) Y o me llamo Emilio, cy ustC? M I (; u E L - No, yo no. M A R T A - (Riendo) iGuena, mira la que te dijo! M I G u E L - No, si hay que darle con la misma nom&

M A R T A - {Y como se llama? M I G u E L - Miguel. E M I L I 0 - Marta, Miguel y Emilio: listo, ya’stamos

presentaos. Y en la casa. ( A Miguel) Si, porque ella dice que cualquier lugar donde uno’stk es la casa di’uno. {Que dice ustC?

M I G u E L -No se me ponga vivaracho PO, no se me ponga vivaracho.

E M I L I O - {No C r e e en eso? No Cree que si uno nacio tiene qu’estar en alguna parte? Porque, {que hariamos en- tonces 10s que no teniamos pa pagar arriendo? {Matarlos?

M I G u E L - (A Marta) Siga PO; la’stoy escuchando por no ser mal educao nomas, per0 ya me tendria que haber io.

M A R T A - No, si no importa, no es na. . M 1 G U E L - Cuente nomas; si ya le dije qu’el no man- daba na aqui.

M A R T A - No, si era eso nomas: que una vez la seiiora del hombre que l’estaba contando s’enfermo igual que la suya, y ya iba a morirse ya, cuando justo qu’el llega un dia cargao de paquetes y mas contento que chancho en el ba- rro; traia de t60, ropa, comia; juguetes pa 10s cabros, y too nuevecito ipucha la felicida pa grande! Como seria que la sefiora se lleg6 a sanar de pur0 contenta. . . {O seria donde comio?. . .“Empieza aprender a reirte, vieja, que se 10s aca-

I

pa que se cabrCe.

309

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v

baron las penas pa siernpre -le decia-, jrnanso batatazo, rnanso batatazo!”

M I G u E L - tBatatazo es cuando en las carreras gana un caballo botao?

M A R T A - Claro; de ahi p’adelante jue pura alegria nomas: bien vestios, bien cornios y durrniendo en camas. . . Igual que la gente, igual que si hubieran si0 personas. . . Pucha la cuntion pa linda. . . (Calla)

M I G u E L - Gueno, t y que mas PO? M A R T A - (Ida) ?Ah? M I <; u E L - QuC mas PO, que rnh paso. . . Ya me tengo

qu’ir. M A R T A - Na. . . Que a la sernana siguiente lo vinieron

a buscar, no habia ganao nh en las carreras, habia robao en una de las casas pitucas aonde ia a encerar. “Y quC PO -dijo cuando se lo llevaron-, no 10s iamos rnorir sin conocer lo qu’era la felicida: sornos gente tarnbiCn”.

E M I L I o - Ah, Cse era tu taita; voh me contaste cuan- do s’estaban llevando las cosas de la pieza. Preso por robar- se un poco de felicidh. (Se para, enfrenta a Miguel parsimonio- samente, este se incomoda) CCrest6n el rnundo, no? (Va hacia el fondo) &uAndo cornenzaria esto y por que? Claro, porque a1 principio partirnos iguales, c sea que no habia un bacAn y un torreja: Crarnos iguales y partimos pa onde rnisrno.

M I (; u h L - ?Pa onde? E M 1 L 1 0 - N o sC PO. Sornos hechos consurnaos, no tu-

virnos arte ni parte en nosotros rnisrnos; 10s hicieron y 10s dijeron: “Aqui estan, vayan p’allA, per0 no 10s dijeron por- que 10s habian hecho ni a quC teniarnos que ir a ese lao que no conociarnos. . . ‘4 ese lao aonde lo unico seguro que ha- bia, era que teniarnos que rnorir. . .

M A R T A - ?De que’stai difariando ahora? M I G u E L - Pucha el gallo pa raro (oteando), no hay ni

viento y se le corrieron las tejas. E M 1 L I o - No, si cada vez me pego rnis la cach5. . .

Claro PO; rnorir no cuesta na, tarnos hechos pa eso, lo que cuesta es nacer; porque uno no nace cuando lo paren, nace

310

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r-- cuando es capaz de vivir. . . Y el que quiere vivir, tiene que romper un mundo. (Puma) El que quiere vivir tiene que romper un mundo. . . {De aonde saqut! eso? {Aonde lo oi? Pucha qu’es cierto. . . (Ensimismudo) Con la Yola no pudi- mos romper el mundo. . .

M A R T A - ?Qui& es la Yola? E M I L I o - {La Yola?. . . No sk: no quiso nacer. M 1 G U E L - (Despuks de una breve pausa) {Saben?: me

voy, en peleas de casaos yo no me meto. M A R T A - (Tontamente) ?Se va ir? M 1 G U E L - (Sonriendo) Claro, {no l’estoy diciendo? M A R T A - No, yo digo por si quiere llevarle un poco e

tt! a su sefiora. M I G U E L - No, gracias, ya la tengo atonta con tanto t6.

(Saca cigarrillos) {Fuma? M A R T A - En veces. Per0 si quiere me da uno pal viaje.

(Lo recibe) Gracias. M I G U E L - (Mirando hacia arriba) Claro, tienen que irse

luego, porque si no se van a mojar mas que no habiendo: va a llover.

E M I L I o - Si hay que mojarse, hay que mojarse. Tara de Dios.

M I G u E L - Yo me voy a fumar este cigarro y me voy. All5 no pueo fumar. (A Marta) Yo no st! como, oiga, pero el futre sabe too lo que pasa. Gueno que tiene razon tambib PO, all5 es peligroso fumar, tno ve que trabajamos con pu- ras tiras viejas? (Puma) ?Pa onde van agarrar ustedes?

M A R T A - (A Emilio) {Pa onde? E M I L I 0 - 2Pueo hacerle una pregunta? Endenantes

M I G u E L - Claro, diga nomas. E M I L I 0 - La maquina que le pas6 el futre pa que tra-

bajara.. . {es la misma donde trabajaba ese maestro que dice que desaparecio?

me que6 dando guelta.

M I G U E L - {Porquk? E M I L I o - Ustt! dijo que podia preguntarle. M I G u E L - No podia quedar both. Si una maquina se

311

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para atrasa la produccion y si se atrasa la produccion no hay utilidades. Y cuando en una industria. . .

E M I L I o - {Sabe? Yo decia porque. . . (Seriala) {Y si ellos fueran muertos, compadre?

M A R T A - {Muertos? No te pasis PO, {no vis que van andando? I. -

E M I L I o - Eso es lo unico que hacen. (A Mzguel) {No dijo que su seriora no 10s habia visto, pero que sabia qu’esta- ban pasando y se habia asustao? {No dijo que ustk habia vis- to a ese maestro? A lo mejor viene a reclamar su puesto. . . Tambikn puke venir a acusarlo di’algo.

MrGUEL-tUstC Cree que yo soy cabro chico? Los muertos tan enterraos.

E M I L I 0 - {Donde? CD6nde’stBn enterraos? M A R T A - No lo asustis, PO. Y no me asusti3 a mi tam-

poco. E M 1 L 1 0 - {Quk Cree ustC que son? {Muertos? {Cesan-

tes? <Sin casa? CGente que tiene mieo que le pase algo? En una d’esas poimos ser nosotros tambikn, total. . .

MIGUEL-iya, quk me pregunta guevas a mi, no m’embole mas la perdiz! iL0 unico que yo sC es que ustedes se tienen qu’ir di’aqui! (Vagu gesto de serial) P‘allP el futre ya no tiene na que ver y yo tampoco: asi que se corrieron, ya les habian dicho ya que’eran bonitos.

E M 1 L I O - Su patron no tendra nA que ver, pero siem- pre hay alguien que tiene que ver: es la misma cosa nomas.. M A R T A - Claro, si una puke’star en alguna parte

cuando es de noche nomas, cuando toas las puertas tan ce- rrhs; porque cuando es de dia, a1 tiro van y le dicen a una: “Oiga, no puke’star aqui” “{Por quk?”, les dice una. “Por- que no PO -le dicen- vayase mas p’alla. Y mas p’alM le di- cen lo mismo, asi que hay qu’estar andando nomas; y una se cansa PO, se cansa como animal, pero la siguen echando y echando. . . Pucha, una no le dijo a nadie que queria ser pobre, no le dijo a nadie que queria vivir: isi la hicieron vi- vir tienen que aguantarla en a l e n lao PO!

M I G U E L - Claro, si yo I’encuentro razon; pero no me

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haga problemas a mi, yo no tengo na que ver en esto.

vamos. M A R T A - ustk ta aquf PO, ustC 10s ta diciendo que 10s

M I G U E L - iPero me mandan PO, entienda! EM I L Io - &ui6n? M I G U E L - CC6mo qui&?, el patron PO. E M I L I O - ?CUB1 patron? M I G U E L - ?M’esta agarrando pal tandeo? (Agresivo)

2MAs encima me quiere agarrar pal tandeo? M A R T A - No, si es ask ta bromiando. Pero no es malo,

no es na malo. . . Yo ya lo conozco. EMILIO-Le pregunto quien es su patron, porque

desde que lleg6 ha’stao diciendo que les manda a decir las cosas.

M I G u E L - Y asi tiene que ser PO, ?c6rno se va a venir a meter a1 medio del polvo y de la bulla?

E M I L I 0 - ?Per0 quiCn es? ?Lo ha visto alguna vez? M I G u E L - (Despks de una breve pausa) No. (Pausa) ?Pa

E M I L I o - ?Pa que? Lo tiene encuevao en el ultimo rinc6n del mundo, entre maquinas que muelen y muelen sin parar, echando polvo y hediondez; su iriora s’esta mu- riendo bot5 en un rinc6n y 10s maestros desaparecen de re- pente. . . Per0 las mlquinas no pueden parar, asi que ust6 tiene que cuidar y trabajar, cuidar y trabajar. . .

quC?

M I G u E L - iCPllese, callese, irior! E M I L I o - ?A qui& l’esta obedeciendo? ?Pa quikn tP

cuidando too esto como perro?. . . Va a morir botao igual que su iiiora.

M I G u E L - iMe paga. . . Me paga!. . . Uno. . . uno tie- ne que tener un patron.. . Yo soy como tbos, soy como toos. . .

E M I L I o - ?Per0 qui6n es su patron? M I (; u E L - (Acosado) iNo sC, no sC: dkjeme tranquilo!

iNo me guevee mas, no me guevCe mas! jY0 s6 lo que hago, tengo que obedecerle; la vieja’sta enferma, s’esti murien- do, si 61 s’enoja y me echa no tenimos pa donde ir! iDejeme

313 I

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‘1

tranquilo, dejeme tranquilo, irior por la cresta! (Despuis de un momento de indecisidn coge 10s sacos.)

M A n T A - (Espantadn) {Que v’hacer? ?Que v’hacer? M I <; u E L - (Pone uiolentaniente 10s sacos tras e1 palo que

seruia de soporte para el cordel) i Aqui pueden poner sus por- querias! (Agarra el palo, se acerca a Emilio) iYa’sta mierda, se me acab6 la paciencia! {Te vai a ir o no?

M A n T A - (Se pone delante, mcis extrafindo que asustada) Oiga. . . {Aonde dijo? (Sefiala) CAhi?

M I (; u E L - Claro PO, si ahi ya no tenimos n i que ver nosotros.

M A n T A - (Incridula) t Ahi? c Ahi? (Da unos pasos, se pone detrcis de1 saco) {Tando aqui ya no 10s puke hacer na?

M I (; L‘ E L - No PO, si eso es di’otro duerio; a nosotros 10s corresponde hasta ahi nomas. (Muestra el palo) Siempre pongo palos pa marcar (mira a Emilio), per0 no faltan 10s desgraciaos que 10s sacan.

M A n T A - CY como no 10s habia dicho antes? M I (; u E L - {Y querian que $e 10s diera por escrito? M A R T A - (Contenta) Mira, Emilio: tenimos que correr-

10s unos pasos nomas. (Sonriendo) Permiso, {ah? (Va donde Emilio) Parate PO.

E M I L I 0 - {Asi que esa es la tierra prometia? (Pausa) {De qui& es?

M I (; u E L - No se, a1 duerio di’aqui (pasa a1 otro lado), no lo he visto nunca.

E M I L I o - Las llamas y el fuego.

M A R T A - Na, no dijo na. (Sonriendo) Ta en‘el lao de nosotros.

M I G u E L - Ah, perd6n. (Se deuuelue) Yo no soy n5 de 10s que atropellan, yo respeto la propied5 ajena. (Sefiala) {Les aylio?

M I G u E L - {Que dijo?

E M I L I o - No, no voy a poer ir p’allk: toy muy cansao. M A R T A - No te pasis PO, si son dos pasos nomas. E M I I. I o - tDos pasos pa donde? No, muchas gracias,

se 10s agradezco en el a h a . Palabra, si pudiera me pondria

314

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r--- a llorar a moco tendio de pur0 emocionao, per0 entiendan- me: son muchas veces ya las que me han obligao a dar dos pasos, muchas veces que he tenio que decir Si, cuando quie- ro decir No; son muchw veces ya las que he tenio que elegir no ser na. . . No, compadre: d’aqui no me muevo.

M I G u E L - Ah, Casi que no te vai a ir?. . . ~ A s i que te las vai a seguir dando de macanuo conmigo? (Blande elpalo)

M A R T A - iNo, pos, no! iD6jelos aqui nomas, si el futre no se va a dar cuenta de na!

M I G u E L - iNo pu60,el sabe too, siempre ha sabio too lo que hago!. . . iY tambikn qu’este desgraciao se ha’stao riendo de mi too el rato! iY0 no soy un estropajo, yo no me vendio a nadie: cuido lo que’s mio nomas, lo que me ga- nao!. . . iLlevo aiios trabajando ahi, no me van a venir a echar por culpa di’ustedes!. . . iY0 soy hombre, desgraciao, no soy na basura, no soy na basura! (Lo bota de un golpe)

I ’

M A R T A - iparate p6, Emilio, parate! M I G U E L - 2Te vai a ir o no, infehz?. . . CTe vai a ir o

no?. . . (Go apalea hasta matarlo. Consumado el hecho, se produce la com- tatacidn del absurdo; frente a1 cual sdlo emerge un remoto, un pa- tktico balbuceo de habztantes deshabitados.)

M A R T A - Desgraciao. . . desgraciao. . . No teniai que haberle hecho na, quien fa a saber qu’estabamos dos pasos mas p’aca. . . qui& ia a saber. . .

M I C; u E L - (Mecanicamente) Tenia que defender mi pega. . . Tenia que defender mi pega. . .

l

M A R T A - . . .‘Tarnos locos. . . tamos toOS locds. . . M I G u E L - . . .No soy na basura. . . N o soy na basu-

M A R T A - {Que hicieron con nosotros?. . . {Que re ra. . .

crestas hicieron con nosotros?

F I N

315

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EL T O R 0 POR LAS ASTAS

Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvirtzia, i q u i h la salard? Ni para la tierra es util, ni aun para el estercolero; la tiran fuera. El que tenga 0 2 0 s para oir, que oiga.

(San Mateo, 5.13. San Lucas. 14.34,35) .

Cuando se encienda la luz se verd: SaMn de un prostitulo de mala muerte, sbrdido, miserable. U n largo sofd, dos sillones -1as tres piezas de color id f inado, al- gunos resortes a1 aire-, seis o siete sillas, remedos de mesas, con manteles sucios de vino y de tiempo; vasos, botelhs vachs; un anti- guo am'mo, malamente remendado con t a b h de cajbn, encima un destartalado tocadiscos. Pegados a 10s muros, desnudos recortados de diarios y revistas.

Escenario en semipenumbras. Llegan, encogidas, sigilosas, dos di- fwasfiguras humanas. Se mueven lentas, pesadas.

v 0 Z M A D E - Prende po. V 0 z J A Q U E - EspCrate. 2Tai segura que 10s Verdu-

V o z MADE-Si . V 0 Z J A Q U E - <Ye1 Antonio? V 0 z M A D E - No, ese anda dando giieltas por ahi toa-

J A Q U E - Esto no me gusta. {Par quC volvimos p'ack? v 0 Z M A D E - Porque aqui 10s morimos PO. V 0 z J A Q u E - (Despuks de una breve pawa) Yo no me

V 0 Z M A D E - Es lo mismo. V 0 z J A Q u E - No PO, no es lo mismo. Cuando una se

muere porque le toca no tiene n l que alegar, per0 cuando

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gos si'acostaron?

via; per0 61 no importa.

he muerto; me mataron.

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r

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le quitan la via antes de tiempo es que le hacen una porque- ria re grande; y no es na contra una nomas, es un atropello contra el cielo y la tierra tambikn.

V 0 z M A D E - La muerte es una sola, Jaque; si la des- gracia grande jue que a nostros 10s mataron por dentro, no por juera.

V 0 Z J A Q U E - (Con creciente dolor y fuha creciente) Los tironiaron hasta que 10s separaron de la via. . . Los aparta- ron del olor de 10s hijos, del calor de 10s marios; 10s jueron rompiendo como ramas de drboles secos, 10s hicieron. . .

V o z M A D E - (Aflig-ida) No, no vai a maldecir; acukr- date que vinimos a nacer, acukrdate que volvimos pal sa16,i pa volve a nacer! (Enciende la luz. Jaque y Made, exageradamente pintadas, provocatiuamente uesti- das (mlis bitn, pattticamente provocatzvas) quedan un momento znmdviles.)

J A Q u E - N o se siente na, ah? M A D E - El Antonio es el unico que mete bulla a esta

hora, per0 quizas aonde se ha fondiao. J A Q u E - No; yo te digo aqui aentro (se toca). No se

siente ni’un cambio. M A D E - Yo si. (Se mueve, alegre, deslumbrada) Siento

como si la sangre me bailara adentro, como si la pie1 me apretara. (Quiere hacerla participar) iC6mo no vai a’star con- tenta, como no vai a entender!

J A Q U E - Si ho, si entiendo. Lo que pasa es que a veces la alegria no alcanza pa borrar toas las penas que una tiene adentro.

M A D E - <Sabis? Voh naciste pa puro poner de malge- nio a la via. Pero ahora tenis que cambiar (alegre) toiste?: te- nis que cambiar. (Seria) <No creis que El 10s va a salvar?

J A Q u E - (Conformandola) Si ho, si voy creyendo. M A D E - N o PO, tenis que decirlo con mas ganas; la fe

te tiene que salir del medio del coraz6n. Esto es la verdh. . . Es lo mas grande que puede pasarle a una persona (MoviPn- dola) iY 10s pas6 a nosotros, a nosotros, Jaque!. . .

Page 313: Teatro de Juan Radrigan

--- 3 A Q U E - Dkjate PO. . . ~ N O vis qu’estoy confundia? M A D E - No si na de cuentos. Empecemos. J A Q U E - ?A1 tiro? M A D E - (Buscando) Claro PO. J A Q u E - No PO, dkjame fumar primero; dkjame fu-

M A D E - (Deja de buscar) Ya, fumemos. J A Q U E - Per0 callas. Asi como pa despedirlos de toas

las cosas que 10s han pasao. M A D E - Chis, sera por lo giienas que han sio; despide-

te voh nomas, yo no las quiero ni ver. Voy a pensar en otra cosa. (Se sientan. Fuman).

M A D E - Cuando le dije a1 Antonio que ahora iamos a nacer de nuevo, me dijo “No son las personas las que tienen que nacer de nuevo, son 10s caminos” “Pero 10s caminos 10s hacen las personas”, le dije yo. “Si, per0 10s hicieron pa un solo lao” dijo 61, “por QSO es que tiene que parirlos de nue- vo” (Pausa breve) iRaro el Antonio, ah? (Pausa breve) Giie- no, jm’estai oyendo?

mar el ultimo cigarrito.

J A Q U E - (Casi mobta) Si ho. M A D E - CY entonces por quk no contestai? J A Q u E - Porque estoy pensando PO. Y tambikn que

voh hablai con respuesta paga: te contestai sola. (Pausa bre- ve) Monologo parece que le llaman a esa gueva.

M A D E - No digai garabatos PO. J A Q U E - Chis, ivai a empezar a mosquiar voh tambikn

con eso? M A D E - Es que la Verduga tiene raz6n: la purifica tie-

ne que ser completa. (Se levanta. Apagando el cigarn’llo en uno de 10s ceniceros de las mesas) Giieno, ita; lista?

J A Q U E - (Mostrando su c i g a d l o ) No he ter,minao toa- via PO, dkjame fumarlo tranquila: es el ultimo.

M A D E - iT’estai corriendo? Tenimos que hacerlo aho- ra; ya no vamos a trabajar mas.

J A Q U E - Es que me da plancha. . .

318

Page 314: Teatro de Juan Radrigan

M A D E - No seai tonta PO, como me vai a tener ver- guenza a mi.

J A Q u E - Pero es que yo sC toa tu via y voh sabis la mia, ?que vamos a decirlos?

M A D E - N o sC PO. La cuestion es que tenimos que echar p’ajuera too lo que hemos vivio, pa poder empezar de nuevo. (Yendo hacia un rincbn) Y tenimos que hacerlo por dentro y por juera. (Toma un lavatorio, lopone sobre una de las mesas; luego un jaw0 con agua. Se sienta. Mojando un trapo. Casi nostctlgica.) Y tambiCn qu’estai equivoch: yo SC de ti lo que voh queris que sepa, y voh sabis lo que yo quiero que sepai; no hay nadie que pueda contarle toda su via a al- guien: toos hemos tenio que hacer alguna vez cosas que 10s da vergiienza o mieo que se sepan. (Saca un espejo, comienza a limpiarse la cara) Ya, ven a sacarte la pintura. Y empieza hablar. vague nose mueue) iVen PO!

J A Q u E - (Yendo) <Y quC queris que te diga? M A D E - Na. Habla cualquier cosa nomas, asi van sa-

liendo solas las cuestiones. Si queris podis hacer como si no te acordarai na de lo que hemos hablao, o sea me preguntai aunque sepai lo qu’estai preguntando; tambiCn podis hacer como si yo juera. . . (Intempestiuo ruido de balazos, ayes, caweras; disparos en rctfagas y tiro a tiro. Se paran asustadas, mirando, escuchando, buscando rflugzo. El sonido cambia de tono, con algunas uariantes, helicbp- tero, brdenes. Luego, vuelve a cambiar.)

V o z L u (: i A - (Lejana) iApaga esa porqueria ho; que no vis la hora qu’es? (El ruido cesa)

M A D E - (Agztada, aliuiada. Sefialando a1 interior) Pucha, era el Verdugo qu’estaba escuchando las noticias.

J A Q u E - (Abn tensa, asustada) < N o ha terminao?. . . CToavia no ha terminao la guerra?

M A D E - Si termino ho; lo que pasa es que tienen una radio tan vieja, que da las noticias atrash. (Pausa) Pero’stu- vo gueno, porque se me habia olvidao lo m k importante: tenimos que rezar.

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J A Q u E - iRezar?. . . CAqui? M A D E - Claro PO. (buscando entre sus ropas) El Antonio

me copi6 un rezo del libro qu’esta leyendo el Verdugo; te- nimos que decirlo las dos. (Le muestra elpapel).

J A Q U E - (Lo observa detenidamente) Chis, no entiendo nP la letra, leelo voh sola primero.

M A D E - Ya; pero escucha con respeto, ah? J A Q U E - Si, dale nomfis. M A D E - (Leyendo) “TU iOh, Dios!, nos rechazaste y nos

destrozarte. Te airaste. iRestitUyelos!. . . Nos entregaste como ovejas destinPs a1 matadero, 10s dispersaste entre la gente. Hablamos y nadie 10s escucha, llamamos y nadie 10s responde. Nos aplastaste en lugar de chacales, y nos cubris- ta de sombras de muerte. iDespierta! 8Por quC est& dormi- do, Seiior? iN’0 nos abandonis pa siempre! 2Por quC escon- dis tu rostro, olvidandote de nuestra miseria y opresion? iLevantate y aylidalos! Todos se ha descarriao y a una se han corropio, no hay quiCn haga el bien; no hay ni’uno solo. ilevkntate y ayUdalos, en el dia de mi angustia te lla- mo: levantate, Seiior, y aylidalos!.”

J A Q U E - (Despuis de una breve pausa) Encachao. . . Yo nunca jui a la iglesia. . . (Se sientu) Nunca jui a ninguna par- te. . . La gente pobre se acuesta y se levanta; y un dia no se levanta mas, y esa es toa la via. Por eso es que a una no la van a ver nunca a1 cementerio cuando se muere: porque no ha hecho nfi. (Pausa) {Voh creis que podria tener un hijo?

M A D E - Claro PO. Per0 primero tenis que creer. Saca- te la pintura.

J A Q U E - Si creo, Made; apesar de too lo que me ha pa- sao, toi empezando a creer. (Toma el trapo, lo moja y comienza a pasdrselo por la cara).

M A D E - Con esa fe que lo deck no te salva ni Cristo; tenis que decirlo con ganas, no tenis que decirlo con el hoci- co: tenis que decirlo con el coraz6n.

J A Q U E - Lo digo de verd8. Si no creyera le habria me- tio cualquier chamullo a 10s Verdugos y habria aprovechao que termin6 la pelotera, pa ir hacerle empeiio a la calle.

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Page 316: Teatro de Juan Radrigan

M A D E - (Melancdlica, marando hacia afuera) La calle. . .

J A Q U E - Linda, debe estar linda. El Antonio me cont6

M A D E - {Pa 6nde? J A Q U E - No sC PO; eso no me lo dijo. (Pawa. Candoro-

M A D E - Claro PO, si ya te dije. J A Q U E - (Casiparasf) CY pa que? M A D E - No preguntis leseras; una no se propone na

con un hijo: una se siente feliz nomas. J A Q U E - Voh no habis tenio nunca, no podis saber. M A D E - Tai equivoca: tengo. Lo llevo encerrao aqui

(se toca) hace mucho tiempo; sC como es y SC como va a ser cuando crezca. . . Lo que pasa es que todavia no l’encontrao un padre.

J A Q U E - j Y tu mario? {No te mandabai la parte qu’erai casA?

M A D E - Tuve dos encontrones, per0 no pue querer a ninguno. (Se para, acciona) Uno era fuerte y el otro dCbil, pero ninguno de 10s dos tenia amor en el coraz6n; uno me mat6 la alegria a golpes, el otro me la mat6 con sus que- jios. . . A1 qu’era fuerte, cuando llegaba curao y sin plata, se le antojaba que me pusiera a cantar con 61. “Pero como me voy a poner a cantar, pos Jose -le decia yo-, ?que no vis que son como las tres de la mafiana?” “Son las diez de la no- che nomas -me decia d-: canta, no quiero que 10s vecinos piensen que t’estoy-dando mala via” Y entonces me sacaba a la rastra de la cama y me hacia cantar. 2Habis cantao llo- rando voh?, es como’starse ahogando. . . No, a1 JosC no po- dia darle mi hijo, me lo habria convertio en bestia; a1 que puke tener esclavos no l’interesa el amor.

iC6mo’stara?

que por toas partes hay letreros que dicen que vamos flor.

sa) 2Asi que voh creis que yo podria tener un hijo? .

’ :

J A Q U E - 2Y el otro? M A D E - Ya te dye: era dCbil, y 10s dCbiles no la quie-

ren a una, la necesitan, qu’es distinto. Cuando un machu- cao anda como perro detras de voh, cuidandote o pidiCn- dote disculpas a caa rato, es que te tiene de madre, de mu-

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Page 317: Teatro de Juan Radrigan

leta o de cualquier cosa, per0 no de mujer; si voh lo dejai botao, llora un poco, se busca otro techo y listo. . . No me gustan 10s abusadores, per0 10s giles que se arrastran me gustan menos.

J A Q U E - {Sabis que mfis? Yo creo qu’el cabro se te va morir de viejo aentro: soy muy complicfi. (Le muestra la cara) CComo quede?

M A D E - Flor; ahora si que parecis persona. J A Q U E - (Pascindole el pafio) Limpiate voh ahora. Y

aprovecha de pasartelo juerte pa que se te salga el pifien tambikn.

M A D E-(Tomando el trapo) Sale p’allfi, Dos en Una, ivoh creis que. . .

J A Q U E - jNo me digai asi! M A D E - iNo gritis ho, <no vis que te puCen oir 10s Ver-

dugos y 10s echan acostar? J A Q u E - Pero no ofendai PO, si’stamos mejorfindolos,

lte gustaria que yo te dijera “Humita de zapallo”? MADE-Giieno, perdona PO. Nunca mfis. (Jape se

para, se pasea) Sigamos conversando PO, tfibamos re bien. <De que t’estaba hablando yo?

J A Q U E - Del hijo que tenis y no habis tenio. M A D E - Ah, claro. Cuando yo entre a la ffibrica de cos-

mCticos van a cambiar las cosas, porque voy a ser otra per- sona, no voy a’star na entre puros rastrojos de hombres.

J A Q u E - iEso nom& le vai a pedir? ?Que te consiga pega?

M .4 D E - Si, eso es lo unico que quiero. . . Ahi va cam- biar too. . .

J A Q U E - (Despds de una breue pausa) <Es giievona una, ah?

M A D E - Cortala PO. J A Q u E - Es que es cierto; la via llega a tener las manos

hinchfis de tanto aforrarlos charchazos, y le basta una son- risa toa trapienta pa que volvamos a creer en ella como 10- ca4. (Yendo hacia el tocadiscos) Nacer debe ser igual que cuan- do una s’enamora: no importa el mal que ti’hagan, con tal

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1 J A Q u E - No, voh me cortai. M A D E - {Te quC? J A Q u E - Me avergonzai; no pueo desahogarme bien

cuando hay otra persona. M A D E - Entonces te vai a tener que quedar ahoga no-

mas, porque toavia no me quiero ir acostar. tPor que ti’acordaste d’el ahora?

J A Q U E - N o jue ahora, jue cuando me ocupC. M A D E - f Y venis a llorar recikn? 0 sea que voh llorai

con retroactivo. {Por que jue? J A Q C ~ E - Por un gesto que hizo un cliente. Cuando

s’estaba sacando la camisa, vi0 que le faltaba un b o t h , y en- tonces medio como que se rio asi, y movi6 la cabeza. . . Lo mismo que hacia el Ariel. (Pauta breve) Per0 si no es eso, es otra cosa, nunca falta: puee ser una mirk, un gesto, una pa- labra. . . Siempre hay algo que parece que abre una puerta

M A D E - . . . DiciCndote adios. (Golpea el suelo en compcis

J A Q u E - No, eso juC lo pior: no me dijo ni adios si-

~ aqui aentro (se toca el pecho) y lo veo. . .

de tango) Tan, tan.

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M A D E - Gueno, tenia raz6n tambien PO; si s’iba a la guerra no t’iba a despertar pa que le tocarai una marcha, te abria dejao mas triste.

J A Q U E - Too jue por ese viejo desgraciao, mire que venir a preguntarle leseras a una. . .

M A D E - ?Que viejo? J A Q U E - El que te he contao PO. M A D E - si sk; te pregunto pa que contis otra vez, pa

que te desahoguis. J A Q U E - Mi’acuerdo tan re bien. . . (Se para, mima

mientras vu contando) Yo’staba lavando en el patio, cuando senti que golpiaban. “Ni tonta pa abrir”, dije yo; “porque 10s que andaban pidiendo comia ya se han muerto casi toos, asi que si no es uno que viene a cobrar, es uno d’esos que andan vendiendo cuestiones de Taiwan”. Per0 como siguio golpiando y 10s podia echar abajo la puerta, m’entrk a cho- riar; asi que me sequC las manos a la rapida en el delantal, y parti a agarrarlo a chuchas -Perdona, ah?-. Pucha, y cuan- do abro la puerta lo primer0 que vi jue un par de ojos que me dejaron hela, igual que cuando a una le pedian el carnk en la calle. Eran como 10s ojos del invierno, como 10s ojos de 10s cuchillos; per0 cuando 10s segui mirando, se fueron volviendo dolorios, asi como cuando una’sta gritando pa callao; pucha, era igual que si voh habierai abierto la miri de un corder0 y te hubierai metio p’adentro. . . La cara era dorh, per0 como hecha en piedra, y la ropa que andaba tra- yendo era vieja, polvorienta, desconocia. . . Me vino un gol- pe de tristeza, reguelto con ganas de abrazarlo, de ser gue- na con 61. . . Per0 tambikn me vino, de no sk donde, un mieo como de condena. Me quedo mirando un giien rato, y despues me dijo: “2Es feliz ustk?”. . . Eso nomas me dijo, y despuCs se jue. Yo cerrk la puerta, mire p’atras, pa 10s dias que habia vivio desde qu’era chica; despuCs mire el ca- jon que usabamos de velaor, la cama llena de tiras, la mesa toa parcha. . . y me puse a llorar, que mas ia a hacer PO. “Cuando lleg6 el Ariel, que andaba buscando pega, le conte la cuesti6n. Y mientras le contaba, vi que la tristeza se le iba

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agrandando, agrandando en 10s ojos. “-El viejo tiene razon -dijo-; de lo unico que uno no

puee arrancarse, es de uno mismo. “-?Que queris decir? -le dije. “No me contest6 na. Y 10s quedamos callaos hasta qu’el

silencio 10s empez6 a doler, y entonces 10s acostamos; que mas iamos a hacer. . . Cuando dispertk en la maiiana, taba sola. . . Viejo desgraciao, mire que venir a preguntarle lese- ras a una.

M A D E - No jue na culpa d’kl ho; el viejo le abri6 las pepas nomas, pero el Ariel no’staba librando piola: tarde o temprano habria tenio que ir, de la guerra no se libra na- die: se muere peliando o se muere por no peliar.

J A Q U E - ipero es qu’d no tenia na que ver en esta pe- lotera!

M A D E - Eso es lo que dicen 10s muertos de 10s dos laos “Yo no tenia na que ver en esta guerra”, y tienen raz6n. . . Lo malo es que la guerra no sabe eso. SCuanto hace que no sabis d’Cl?

J A Q U E - De que empez6 PO. M A D E - eD’entonces? J A Q U E - D’entonces. (Sdenczo) M A D E - Mambru se fue a la guerra

que dolor, que dolor, que pena, Mambru se fue a la guerra, no sk cuando vendra. . .

(Silencio) J A Q U E - . . .Y nosotros queriamos tener un hijo. M A D E - Pero en ese tiempo no’stabai enferma PO; no

J A Q U E - No PO, ni pensaban. Tenia mis dos guenas

M A D E - ?El cancer puee dar de pena tambiCn? J A Q U E - No sk. Per0 el doctor dijo que habian si0 10s

apretones y 10s mordiscos de 10s clientes. M A D E - Por eso yo no le aguanto a ningun desgraciao

que me venga a morder. L‘otra vez le bot6 como cuatro

te habian sac0 la teta toavia.

pechugas. . . Eran lo mejor que tenia.

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dientes a uno con la bacenica; la Verduga s’enojo, per0 que rn’irnporta a mi, yo tengo que defender mi integrida.

J A Q u E - Es que sin el Ariel, yo ya no tenia pa quien defenderme; lo unico que queria era rnorirrne, desapare- cer.

MADE-Giieno, per0 eso ya pas6 Los diarios que traen 10s clientes dicen que ahora hay paz y tranquilida.

J A Q U E - Per0 eso lo dicen 10s diarios, no la gente; la gente se quea calla cuando una le habla d’eso. . . Lo unico que SC es que alla ajuera hay rnuchas corn0 yo, o sea que no son viudas, solteras ni cask. . .

M A n E - Claro, si’stai flor pa ernpezar de nuevo. J A Q U E - lPero, y si es cierto que la guerra no ha ter-

rninao? ?Si es cierto que la cosa’sta igual que cuando me vine p’aca? El Antonio no rniente, y dice que alla (sefiala) no hay respeto por na.

M A n E - Chis, giieno, ?y quC aqui te respetan rnucho? Seguro que te pudrieron la teta de tanto saludarte con besi- tos en la cara; no seai tonta ho.

J A Q u E - Es que voh no sabis las que pas6 antes de rne- terme q u i . En toas partes. . .

M A n E - (Hacie‘ndola callar. Escuchando) Guarda, parece que viene la gestapo. (Se paran con cierto temor. Entra Antonzo. Aliuiada) Ah, erai voh.

J A Q u E - CY 10s Verdugos? A N T 0 N I 0 - Si’acostaron hace rato. Don Victor dice

que no’stCn gastando luz de balde aqui en el salon. M A n E - (Vuelue a sentarse) Ya 10s varnos a ir, tabamos

conversando. A N T 0 N I 0 - VPyanse a cagiiinar a la pieza, rnira que

no’stan na rnuy de giiena. (Ve el lauatorio) CY ese lavatorio quC hace ahi?

J A Q u E - N o SC PO, tar5 esperando micro. M A n E - Los lavarnos ho, 10s sacarnos la pintura. A N T 0 N I 0 - El que cava la fosa cae dentro de ella, y el

M A n E - <Que queris decir? que i-ueda una piedra se le viene encirna.

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A N T 0 N I 0 - Que el que cava una fosa cae dentro de ella, y a1 que rueda una piedra se le viene encima. Dios les bendiga la inocencia. (Comienza a arreglar y ordenar las cosas)

M A D E - No te riai d’esas cosas PO, ?no vis qu’estamos limpiandolos pa poder cambiar de via.

J A Q U E - ~ A s i qu’estan enojaos? CY que culpa tenimos nosotros de que no venga nadie a esta porqueria? Per0 algo cay6 PO, yo me ocupk dos veces.

M A D E - Y se vendieron como tres botas y varios san- guches.

A N T 0 N I 0 - Con eso no sacamos ni pal guiso de ma- fiana. Y San Verdugo y Santa Vetduga querian terminar sus piadosos dias con una buena torta en 10s bolsillos. Pu- cha, si lo que tenian que haber hecho 10s cabrones, era jun- tarse toos y haber importao curaos de Taiwan, ahi 10s ha- briamos salvao. (Reflexiuo) Gueno que con el agua que ven- dimos aqui, hay que agarrar a palos en la cabeza a 10s gue- vones pa que se puean mariar.

M A D E - Frena el hocico, deslenguao; ahora hablamos di’otra manera aqui.

A N T 0 N I 0 - Chis, i y quikn les va a entender? La Ver- duga ta mas loca que una bala a1 aire, ya me veo hablando sin garabatos.

J A Q U E - No, si tiene razon en eso: tenimos que lim- piarlos por dentro pa que 10s puea ir bien; es igual que cuando una v’hacer la primera comunion, o cuando se va casar y no puee echar ni’un pato mas hasta que pase la cuestion del civil.

M A D E - Eso era cuando 10s giles andaban con polainas PO; ahora 10s novios se presentan en la cama.

A N T O N I o - No si I’esta poniendo mucho color con la camparia de la decencia y la moralida. A mi me dijo que te- nia que dejar lava la pinta ahora, porque desde matiana 10s quiere ver a toos bien pintiaos y chorriando amor y delica- deza por 10s cuatro costaos.

J A Q u E - (Mirando hacia afuera) Puea ser que la cues- ticin no sea como ir a meterse a un basural mas grande no-

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mas. . . A ratos me da mieo; juntC too lo que me quedaba pa poder armar esta esperanza: si la pierdo nunca mas voy a poder creer en na.

A N T o N I o - No: si las cosas han cambia0 mucho ajue- ra, Jaque: ahora podis ir a patinar a un bulevar o te pueden dar pega en una casa de masaje, despuCs metis la torta a una A.F.P. y quedai flor.

M A D E - (A Jaque) No le hagai caso, voh sabis qu’el dia qu’este se muerda la lengua va morir hinchao como sapo.

J A Q u E - (Vehemente, a Antonio) &6mo es? <Lo habis visto?

A N T O N I O - tAquikn? J A Q U E - A El, PO; a1 que va venir. A N T o N I o - No, no lo he visto ni sC cud es la buena

noticia que trae; lo unico que s6 es que aparecio de repente y que le dicen “El Milagrero”.

J A Q U E - 2Por que le dicen asi? MADE-Porque hace milagros PO, no va ser porque

vende pescao frito. A N T 0 N I 0 - (Dejando de hacer cosas) Mi’acuerdo que

una vez aparecid uno que le decian “El Cristo de Elqui”. Decia: “iTengan fese en mi, tengap fese en mi!” Y parece que la galla agarro papa y le tuvo fe, porque lo seguian como moscas a la miel. Claro qu’eran 10s mismos de siem- pre, o sea, torrantes, chimbirocas, cesantes, mujeres aban- donas, mudos, paraliticos y too eso. Yo no sC si hizo algo al- guna vez, si cur6 a algun enfermo o dio pan a algun ham- biento; de lo unico que mi’acuerdo es que un dia se subi6 a un arbol, alla en la Quinta Normal, pa deslumbrar a la galM con no sC que milagro, cuando de repente se vino abajo con rama y too y se sac6 la cresta en el suelo: ahi mismo se acab6 pa siempre “El Cristo de Elqui”. Creo que despuCs pus0 un almacCn en el sur y termin6 sus dias vendihdoles piadosos cuartos de azucar y octavos de tC a 10s guastecos.

M A D E - iEl no es asi! No es como la YamilC o las viejas que ven la suerte: El es de verda.

A N T O N I 0 - Si, eso dicen. . . Pero cuando la gente

328

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empieza a llamar milagro a comer dos dias sepios, puede llamar milagros a cualquier cosa. . . Hacer milagros es re f5cil: basta con quitarle algo a la gente y despuks entregar- selo de repente; la receta no falla.

J A Q U E - iNo 10s vengai a echar a perder, desgraciao: nosotros creimos!

A N T o N I 0 - Desgracia de ustedes nomas PO. Mire que venir a creer, precisamente en la unica parte donde ya no se puke creer na.

M A D E - No le hagai caso, si este es tan poca cosa que ni sabe qu’esta vivo. (A Antonio) Apuesto que no sabis ni que pedir.

A N T O N I o - Justo; cuando supe que la Verduga ia a traer a1 Milagrero p’aca, mesentk sobre Ias cenizas, m’em- peck a pegar con una teja en la cabeza y me larguk a medi- tar. . . Pero no encontrk quk decide, no encontrk quk pe- dirle.

J A Q u E - Chis, jc6mo no vai a tener que pedirle, si soy tan desgraciao?

M A D E - (A Jaque) Es tan desgraciao, que no es ni coli- pato.

A N T 0 N I 0 - (Risuerio) Guena ho, jasi que ahora hay que ser colipato pa ser feliz?

M A D E - No, pero a t6os 10s campanilleros les tienen que gustar las patitas de chancho, y con voh no pasa na: hasta en eso andai equivocao; no soy ni chicha ni limonA.

JAQUE-Soy como un dia nublao, como un giiey, como una piedra.

A N T 0 N I 0 - jY quk ustedes son muy pichas? M A D E - No, si no se trata d’eso; se trata de que voh tai

viviendo de puro boluo nomas, ya te tendriai que haber de- clarao muerto hace tiempo.

J A Q U E - Justo, nadie cont6 chistes en tu velorio, ni t’echaron tierra encima, pero’stai muerto. 2 A6nde te moris- te?

A N T 0 N I 0 - No he muerto, a1 contrario; la vida de la

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--

gente est2 hecha de miles de estaciones donde se sientan a esperar, yo. . .

M A D E - No vengai na con barretas, te moriste; ten quC parte jue? En muchas partes a mi me agarraron a palos y patas, pero no mori, quedC tambaliando nomas; a voh pa- rece que te pegaron con chancho en bolsa y quedaste seco. jCuPndo jue? CCuando tropezaste con una mujer que tenia dueiio? tCuPndo tu padre s’ech6 el pollo?

J A Q U E - 2Cuando t’echaron de la casa? <CuPndo te violaron en un potrero?

A N I- 0 N I 0 - (Sonriendo) CCuAndo me han violao? No te pasis PO.

J A Q U E - Pero es que algo te tiene que haber pasao, pos indio; si no te lo mandaron a guardar a voh, tienen que haber cargao con tu madre o con tu hermana. CuCnta no- mas, no tengai vergiienza, nosotros no podimos tener ver- giienza: ZquC culpa tiene el paralitico de tener que andar ti- ritanto toa la via? iQuC culpa tiene el ciego de no ver?

M A D E - Claro, pos peliento, trancurrete. Los machu- caos que han estudiao y dicen que las saben toas, dividen el ganao entre flojos y trabajaores, porque dicen que toos te- nimos las mismas posibilidaes. Pero Cchalos andar al mismo tiempo a una pituca del barrio alto y a mi, que naci y me criC en la poblaci6n Colo Colo, cambia hasta el cielo PO;

porque lo que pa mi era un anuncio de castigo, pa ella era una bendici6n. 0 sea que en las maiianas, cuando yo mira- ba p’arriba, sabia si’staba condenfi a rescoldiarme de calor o condenfi a chapotiar too el dia en el barro; y ella sabia s’iba a ir a la playa o le tocaba pasar senta cerca de la chiminea con las amigas: y las dos mirfibamos el mismo cielo, jcachai?

J A Q U E - Giieno, pero eso n’importa PO. M A D E - CCbmo que n’importa? Tamos hablando de lo

que 10s pas6 J A Q U E - Lo que 10s pas6 es que nacimos en el la0 ne-

gro, si eso ya lo sabimos: lo qu’estamos viendo ahora, es que va a pedir este descriteriao.

330

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I““-

MADE-Por eso PO: pa saber eso hay que mirar p’atras.

J A Q U E - Padelante, gilucha, Ca6nde habis visto que la esperanza ta p’atris?

M A D E - P’atras, de ahi es donde venimos con hambre de too. ( A Antonio) ~ Q u k deck voh?

A N T 0 N I 0 - AtrPs, adelante, mPs ade!ante, mis atrPs, too es la misma cosa ho: la gente vive crucifica por lo que no ha tenio nunca.

J A Q u E - No, por lo que 10s han quitao; si a mi no me hubieran sacao una teta. . .

A N T 0 N I O - (Vivuz) i Ahi’stA pos, tonta: pidele a1 Mila- grero que te devuelva la teta!

J A Q U E - (Humilde) Eso es lo que le voy a pedir PO. A N T O N I 0 - (A Made) CY voh? M A D E - Di voh primero. A N T 0 N I 0 - Ya les dije: no se me ocurre. . . Una vez,

una mujer llena hasta 10s topes de amor, de ternura y too eso, se abrio igual que cuando se abre una puerta, y yo sali andar, ciego y en pelota. La mujer se llamaba Mama o Ma- dre, no mi’acuerdo muy bien, porque a1 poco tiempo me llev6 donde otra mujer, que se llamaba Abuela. Como toa la via he si0 descuadrao de inteligente, ligerito aprendi a decide “Lela”, cuando le decia asi, ella se llegaba a derretir de puro emocionh, y ciega de ternura, con las lagrimas co- rriendole a chorros por las arrugas, me agarraba y me apretaba contra ella, como si yo hubiera si0 lo unico que existia en el mundo, despuks me dejaba en el suelo otra vez y me daba cualquier cosa pa que jugara o pa que comiera - o sea, no es que me comiera 10s juguetes, no m’iba a’star co- miendo un cami6n o una pala, no PO; lo que quiero decir es que a veces me pasaba un juguete y a veces un pedazo de pan-. . . Pero un dia no me dej6 ria en el suelo: abri6 la puerta y sali6 conmigo. Me dej6 donde una mujer que se llamaba Tia; Csta era una mujer que se lo pasaba mirando a1 cielo, como si tuviera miedo de que le cayera un ladrillo en la cabeza, asi que en invierno se le llenaba la boca de

33 1

Page 327: Teatro de Juan Radrigan

, - agua, y cuando se agachaba pa darme un beso, me dejaba too mojao. Entre moja y moja pasaron como tres aiios, y ya me habia acostumbrao a andar refriao, cuando un dia aprovech6 la moja pa pasarme un trapo por la cara, des- puts me pein6, abri6 la puerta y sali6 taquiando conmigo pa donde una mujer que se llamaba Amiga; esta amiga te- nia tres hijos, que cuando andaban de giiena me agarraban a combos y cuando andaban de mala me agarraban a patis. Un dia uno d’ellos me aforrd un aletazo tan juerte, que la mano le que6 doliendo y despues se le hincho; entonces la mujer que se llamaba Amiga, dijo: “No pos, cabrito, es gue- no el cilantro, per0 no tanto, jencima que t’estoy matando l’hambre venis a pegarles a mis cabros?, no PO, eso si que no”. Y guelta a la tandita de abrir la puerta y salir conmigo. Ahora juimos a parar a una parte que se llamaba “Ciudi del nitio”, ahi. . . Gueno, pa qut vamos a seguir: en el rest0 lo unico que cambia es el nombre de las personas; pero 1M- mense como se llamen, Profesor, Patron, Novia, Esposa, Hijo, Conocio, o lo que sea, el final siempre es el mismo: al- guien abre una puerta y yo salgo. . . No, no se mi’ocurre qut pedirle a1 Milagrero.

M A D E - Pidele un candao PO.

J A Q U E - No lesis PO, si’sti hablando en serio. M A D E - Pero es que con eso se aparta del lote PO. No-

sotros necesitamos un milagro, pa poder salir di’aqui y teni- mos que pedirlo juntos, pa hacer juerza. Lorea, la Verduga es tan desconfia, que a veces se pide el carnt ella misma, pero ahora ha cambia0 PO; ahora tiene confianza y va em- pujar con nosotros.

A N T 0 N I 0 - (Toma 10s manteles que ha juntado) Como no va tener confianza, si jue ella la que arm6 el caguin.

J A Q U E - Pero no te vai, indio, no seai roto. A N T 0 N I 0 - (Muestra sus pantalones) Tengo que lavar

la pinta toavia ho, y ya deben ser como las tres de la matia- na. (Ykndose) Ustedes vayan a acostarse luego, porque si no don Victor va a cargar conmigo por la lu.

J A Q U E - jS’enoj6?

332

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M A D E - No, que se va enojar: no sabe pa que sirve eso. J A Q U E - (Despuks de una pausa) loye, y a too esto, quk

M A D E - Algo pal hijo sera PO. J A Q U E - {Voh lo conocis? M A D E - No PO, si’sta preso.

J A Q u E - Ese jue el Antonio. iGuarda, pos, indio: si

M A D E - iNo gritis que te van a oir 10s Verdugos! J A Q U E - iQuC m’importa ami! iPrende PO! (Pausa) No

va prender na. . . Y tan bien qu’estabamos. (Pausa) Oye, cy por quC‘sta preso el hijo de la Verduga? {Se chorio alguna cuesti6n?

ira a pedir la Verduga?

(Se paga la luz.)

toavia tamos aqui!

M A D E - NO. J A Q U E - {S’echo a alguien? M A D E - NO. J A Q U E - Chis, {y entonces quC hizo? M A D E - (Pausa breve) No va prender na. Vhmolos, me-

J A Q U E - Pero quC hizo PO. M A D E - No s6, y o no le he visto nunca, no venia p’aca.

J A Q U E - {De nosotros? M A D E - No ho, de 10s enemigos. PBrate PO; vhmolos.

J A Q U E - Enemigo de 10s enemigos. . . 0 sea amigo de

M A D E - (Quedo) Por traidor. J A Q U E - Chis, {como es eso? M A D E - (Exasperada) iPucha, si yo no sC ho; no entien-

do d’eso: nadie entiende na; por eso ha durao tanto la gue- rra!

J A Q U E - {Ha durao?. . . {Entonces sigue?. . . Habla PO, habla.

M A D E - Ya te dije que no entiendo ho. . . (Se escuchan s610 murmullos.)

jor.

(Pausa) Es enemigo.

(Ruido de troperones.)

nosotros. . . {Y por quk’sta preso entonce?

333

Page 329: Teatro de Juan Radrigan

Dia siguiente. E l mismo escenario. Lucia, la cabrona, saca cuentas sobre una de las mesas. Victor, el cajiche, lee la Biblia en voz alta, despatarrado en el sofd: “. . .Y entonces se levantard pueblo contra pueblo, nacidn contra mcidn, hermano contra hermano. . . Per0 antes de too esto, a ustedes 10s perseguirdn; y les echardn mano y 10s azotardn, serdn llevados a la ccircel, jugados y condenaos. Y no habrd. . .” De la pieza del lado llegan claras las voces y las risas de Jaque y Made.

V i C T 0 R - (Iracundo) icillense, mierdas! L u c i A - jTe dije que no dijerai mis garabatos! v 1 C T 0 R - <y que no vis que s’estin riendo? L u c i A - No es n a de voh; sigue leyendo tranquilo. Y

pone atencibn, pa que aprendai. (Se levanta y sale a poner orden. Victor espera un momento, luego se para, va a la mesa y hojea 10s papeles. A1 lado, las voces callan. Victor va sentarse de nuevo. Entra Lucia; lo alcanm a ver antes que se siente:)

L u c i A - CQue’stabai haciendo! v i C T 0 R - (&%ala la mesa) Jui a ver. Pucha que cay6

L u c I A - (Vuelve a sentarse) Poco es, PO. V i c T O R - No alcanza ni pa pagar el vino. Ya no 10s

L u c i A - Eso es pa que veai lo que les pasa a 10s des-

V i c: T 0 R - (Deja la Biblia a1 lado) No, si. . . L u C i A - (Sin mirarlo) Lee. V 1 c T 0 R - (Vuehe a coger el libro) Te dig0 que no es na

eso, no seai porfii. Lo que pasa es que tenimos dos guatas y un campanillero que no es maraco, eso trae mala suerte. Y e‘ncima, a una de las guatas le falta una teta.

poco.

van a fiarlos mis.

creios.

L U C 1 A - iSe llama Jacqueline! V I C T 0 R - uacqueline? iToa la via se han llama0

L I C i A - iElla, te digo que ella! V i C T O R - Ah, voh decis pa que no diga groserfas.

tet. . .

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Page 330: Teatro de Juan Radrigan

?No t’estaris como pasando? Hablar bien aqui es igual que hablar en ingles PO, <no vis que la galla que viene p’aca en- tiende a puras chu. . .

L u (: i A - iCallate! Y lee, lentendis?: lee V 1 C: T 0 R - Gueno, , ~ y pa que me hacis leer a mi, si es el

otro el que tiene que saber las cuestiones? L u (: i A - N o se PO; pa que le preguntis, pa que le den

color; no vamos a’star callaos. V i (: T 0 R - t Y por que no leis voh? (Pausa breve) Total,

pase lo que pase, a1 final soi voh la que decidis toas las cues- tiones.

L u C: i A - Este ultimo tiempo me he sentio muy aplas- ta; 10s dias se me han vuelto como de cenizas. . . Debe ser la entra del invierno.

V i C T 0 R - Chis, per0 si toavia no ha entrao. L u c i A - En mi si, en mi ya entro. (Rehaciindose) Lee. V i C T 0 R - ( S e produce en 61 un sutil cambio de personala-

dad) Desde que te dio por hacer esta cuestion, toos 10s em- pezamos a poner raros. 2Sabis por que? Puee ser por dos cosas: porque miramos p’atrh, o sea porque algo 10s obligo a dar una guelta por el cementerio que tenimos cada uno; o porque Dios. . .

L u c i A - (Exaltada) iNo seai tonto: Dios no castiga! V i C T 0 R - (Inocente) Yo no he dicho na. L u c i A - Per0 lo pensai. V i C T 0 R - No: eso lo pensai voh; es el miedo que te-

nis. L u c I A - iNo sC, no sC! No hablemos d’eso. . .No m’en-

tiendo. . . Creo que el mieo que tengo, es que si El me falla, la quikn voy a recurrir? (Alucinada) Per0 no me puee fallar, Dios no puee’star contra nosotros!

V 1 C T 0 R - Pero si contra lo que hacimos. L u c i A - Lo que hacimos es pa poder seguir viviendo

la via que 10s dio. . . Duo que vivieramos y 10s multiplicara- mos, que vivieramos. . . (Extrariada. Sin enojo) ZPor que me hablai asi ahora? Voh no sabis nB de na, voh soy. . .

v I C T 0 R - Cafiche, nomas.

335

Page 331: Teatro de Juan Radrigan

L u C i A - Y o no te he dicho eso. V 1 C T 0 R - ?Y quC queris decir entonces? (Silentio) Cla-

ro, no sC na de na. (Cierra el libro) Siempre mi’acuerdo de una poesia que recit6 un viejo en un asao. . . Y o la escuchC de lejos. Se trataba de un gallo que las par6 que l’estaban pegando en la nuca; y entonces un dia decide hacerle la pi- lla; pide permiso en la pega y parte. . . Per0 en el camino empieza a tomar caldo e cabeza, empieza a pensar en too lo que iba a perder si acaso la perdia; si’acordo de 10s ojos, del cuerpo, de la voz, de lo bien que lo pasaban a veces, y en- tonces, justo cuando llega a la puerta, decide que es mejor no saberlo: y se degiielve. (Pausa) Claro, a veces es mejor no saber na. (Vuelve a su antigua personalidad) Gueno, tcuinto le pensai tirar a1 machucao ese? (Luckz no responde) Cuanto PO-

L u c i A - Una luca. v i C T 0 R - ?Una luca? ?Que’s importao? L u c i A - No seai confianzuo, El no es cualquier cosa.

Ademhs la luca no es toa pa El; El se deja dos gambas y el resto lo tenimos que repartir nosotros entre la gente que anda pidiendo. Per0 no hablemos m b , lee. (Llamando) iAn- tonio!

V i c T o R - ?Pa quC lo llamai? L U c i A - Lee.

(Entra Antonio. Pantalones traposos, arrugados; camisa limpia, tambikn ostensiblemente arrugada, zapatos lustrados. Tiene una escoba en las manos.)

A N T O N I o - ?Me llamaba, sefiora? V i c T o R - (Mirandolo de am’ba abajo) {Andai disfrazao

L u c i A - (Mirandolo extrafiada tambikn) cQu6 te pas&? A N T O N I o - Na PO, ?no me dijo que desde ahora te-

L u c i A - ?Y asi te pintiai? v i C T 0 R - si salis asi a la calle te van a llevar pres0 por

de turista?

nia que andar pintiao?

giiev&n. (A Lucia) Perdona. (Sigue leyendo)

336

Page 332: Teatro de Juan Radrigan

L u c i A - Oye, zsabis?, mejor anda como toos 10s dias

A N T 0 N I 0 - Es que tengo este puro tolompa: que6 asi

L u c I A - Gueno, no importa. duiste d6nde te mandk? A N T 0 N I o - Si, per0 no lo he poi0 encontrar; parece

que tiene mucha pega. V i C T 0 R - Ese no es trabajo, es apostolado; no seai ig-

norante. A N T 0 N I 0 - Guena, ta muy cargao a1 apostolao en-

tonces. He io a buscarlo a toas partes donde le hace a la pre- d i d , per0 hace dias que nadie lo ha visto.

L U C I A - ipregunta, pregunta: tenis que encontrarlo! A N T o N I o - Es que no se puee andar preguntando

mucho, ustC sabe la revoltura que hay; 10s tiempos de gue- rra son fregaos.

nomis

aonde ustC me dijo que lo lavara.

V i C T 0 R - Pero El no tiene enemigos, pos, saco. A N T o N I o - Si tiene: lo que es gueno pa unos, es malo

L U C f A - Per0 El ta aparte de too eso. fQuC mal puee

A N T O N I o - No sC PO; junta gente, lo’ siguen: eso es

L u c i A - j D h d e ? A N T o N I o - En el cerro. Dicen qu’estaba cabriao, que

iba triste hasta la muerte. L u c f A - jSubi6 solo? A N T O N Io - Claro, solo. L u C i A - (Pausa breve) Me da mala espina; tenis que

buscarlo y traerlo como sea: ya 10s quedan tres dias nom& pal viernes.

V i c T O R - jViernes? CPensai traerlo el fin de semana? ?Per0 si esos son 10s unicos dias que’sti cayendo algo?

L U C I A - Esa es la gracia: tiene que ser un sacrificio. V i c T o R - Es que ya no tenimos mercaderia PO. Chis,

cuando algun machucao pide mis de una botella, tengo, que salir corriendo pa la botilleria. {Sabis como me dicen

337

pa otros.

hacer?

peligroso. . . Parece que le dio mieo y se fondi6.

I

Page 333: Teatro de Juan Radrigan

en el barrio? “El expreso de medianoche”. No, yo creo que tenimos que hacerlo como lo hacen toos nomas: o sea que primer0 10s aseguramos el trago y el mastique y despu6s 10s ocupamos de Dios. . . Con too respeto, <ah?

L u c i A - No, tenimos que sufrir. ?Si no como va poder demostrar la fe una?

A N T 0 N I 0 - Claro, pa demostrar la fe, hay que tener mas paciencia que caballo e feria y mas aguante que bombo e circo; porque muchas veces la galla se muere, sin saber 10s resultados de la demostra de fe qu’esta haciendo.

v I C T 0 R - Voh te callai, arrollao e cuncuna, esto es se- rio, no tenis na qu’estar metiendo la cuchara a caa rato.

A N T O N I o - Chis, pucha qu’es solidario, tno le ha dao nunca por meterse a. . .

L U C I A - iYa, d6jense de gue. . .lesiar! (A Antonio) Par- tiste hacer lo que te dije. Y callao, no andis abriendo el tarro por ahi: si se me llena de gente aqui, no vamo a sacar na.

A N T 0 N I o - No hay cuidao, sefiora; a quien se le va a ocurrir hacer lo que hace ust6: la gente humilde no juega con la religion.

L u C i A - (Indignada) tQui6n te dijo que yo’staba ju- gando?

A N T 0 N I 0 - Los hechos, sefiora. Per0 yo no dije eso, lo pens6 nomas, jue “La vieja del tajo en forma de cruz” la que lo dijo.

V i C T 0 R - A esa vieja la echaron del infierno por en- vidiosa, no le hagai caso, Lucia.

A N T 0 N I 0 - Tiene un tajo en forma de cruz, por algo sera.

L U C f A - iQu6 m’importa a mi que tenga un tajo en forma de sandia si quiere, yo no tengo na que ver con ell4 ni con nadie!

V I C T 0 R - (Pausa breve) Per0 puee tener razon, ?ah? Voh no sabis na las mansas escobitas que deja Dios cuando s’espanta (golpea el libro); aqui dice PO. Y esta es una casa e. . .

L U C f A - iToos tenimos derecho a Dios, yo s6 lo que

338

Page 334: Teatro de Juan Radrigan

F=- hago! (A Antonio) iYa, anda a1 tiro donde te mandC! (Anto- nio no se mueve) i Anda PO!

A N T 0 N I 0 - tSabe, seiiora? Taba pensando. . . An- dan hartos vivarachos por ahi que se la’stin dando de Mila- greros.. .

L U C i A - iY0 quiero a1 verdadero; no me vengai na con pillerias, porque te niato!, tentendis?: jte mato, desgra- ciao!

A N T 0 N I 0 - No, si yo le decia nom& pa encontrarlo mis rapido. . . 0 sea que se pueen haber tirao toos pal ce- rro, pa hacer la pari. Pero la “Vieja del tajo en forma de cruz”, lo conoce: dice qu’ella me lo puee mostrar.

L u c f A - (Y cuinto te cobra? A N T 0 N Io - Na; lo unico que quiere es darle un beso

en la cara, pa ver si se le borra el tajo. L u C i A - (Perpleja) (Un beso?. . . tUn beso? VicTOR-Igualque.. . L U C i A - (htranquih, nerviosa) Callate, callate. . . A N T 0 N I 0 - (Que hago? (Le digo que giieno? LUCiA-YonosC,nosC.. . V f C T 0 R - (Leyendo) “Uno d’ellos, Caifas, qu’era sumo

sacerdote ese aiio, les dijo: Vosotros no sabis na, (no com- prendis que conviene que muera un hombre por el pueblo y no que perezca too el pueblo? No dijo esto de si mis. . .

L u c i A - (Alterada) 2QuC’stai diciendo? V i C T 0 R - Na PO: toi leyendo (muestra) aqui dice. L U C 1 A - t Y por quk leis eso? V i C T 0 R - Voh me dijiste que leyera PO. L U C i A - Per0 esa parte, ipor quC leiste esa parte! v i C T 0 R - Porque sale aquf PO. ANTONIO-Giieno, CquC hago, seiiora? UstC es la

L U C i A - iTrielo. . . traelo p’aci como sea!

A N T 0 N I 0 - T a bien PO, si lo dice ustC. . (Se vu lam-

V f c T o R - <Par quC no te limpiai las. . .

que tiene que decidir.

(Breve silencio)

pi4ndose las manos)

339

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L u c i A - iCuidao con lo que hablai, desgraciao; hasta cuando!

V i c T O R - (Per0 quC no viste lo que hizo? Es un gesto ofensivo pa voh.

L u c i A - (Se para accionu) Mira, de ahora en adelante, si no te cabriai con las groseriira, 10s vamos a tener que en- tender di’otra manera: yo no le voy a aguantar a nadie que me eche a perder la cuesti6n. Ya les dije a las cabras que a la que diga un garabato de aqui a1 viernes, le vamo a sacar cien pesos de multa por caa uno. Aunque tenga que matar- 10s a palos o echarlos a toos di’aqui, esta tiene que ser una casa purifid pa cuando venga el Milagrero. El Oscar ta mal, s’esth muriendo.

V i C T 0 R - No le piquis tanta cebolla PO, si’s5 preso nom& Chis, yo cuantas veces no he’stao en cana. Me he mandao a1 pecho como cinco parillhs ya. Pucha, si cobraran la corriente que le ponen a uno all& yo tendria que trabajar como cinco alios pa poder pagar; y na que te afligiai tanto.

L u c i A - Es distinto, C1 es mi hijo. Y ademas voh habis tao por reducior o por encubrior; per0 61 no’sti preso por na d’eso.

V f C T 0 R - A la Made y a la Jaque parece que les hu- biera amanecio por dentro: a voh te corre odio, ya m’estai cabriando.

L u c i A - No es odio; tengo algo que hacer y lo voy ha- cer. A1 Oscar tienen que dejarlo ver el sol antes de morir, tienen que dejarlo ver la luz.

vi C T O R - Claro. L u C I A - Asi que no quiero lios. (Yendo a juntar sus pa-

peles) No quiero que le peguis mhs a las cabras, no quiero. . . V i C T 0 R - (Cuhndo les he pegao? L U C A - si PO, no vis que a la Jacqueline se le cay6 el

diente comiendo,pasteles. V i C T 0 R - Ya te dije lo que habia pasao. Voh sabis que

cuando le da la de 10s monos y no quiere trabajar, se saca la teta postiza y la tira p’arriba del techo. Chis, ya’estoy ca- briao de andar encaramandome a buscPrsda po; y esa vez

340

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F- habia tirao la de 10s sabados y domingos toavia, la de goma, la guena. Y cuando me bajC del techo, too raguiiao y lleno de tierra, la pescb, me sac6 la madre y la tiro mas lejos toa- via, c6mo no m’iba a espantar, <no vis que 10s clientes me agarran a1 tiro pa la palanca? Pero le di un pur0 charchazo nomas, si no jue pa tanto.

L U C i A - Gueno, pero eso pad ; too eso pad . V f C T 0 R - Pero voh tai mal, <ah? Las mandas se pa-

gan cuando te las cumplen, no cuando se hace la pedia, asi que no teniai n5 que mandarle la luca: era cuando llegara aqui.

L U C i A - si sk, per0 tengo que asegurarme por t6os 10s medios de que venga. (Bmcamente) ?Que vai a pedirle voh? N o me habis dicho na.

V i C T 0 R - Ia a pedir lo que no pediste voh, o sea que 10s juera bien en el negocio. . . Per0 sin querer, por esa cuesti6n como de pascua que hay en el aire, se me ha io des- pertando en estos dias una esperanza. . . Yo iba pa ser otro, mi’acuerdo por las cosas que inventaba cuando era chico, por lo que me daba por soiiar; si 10s cabros iban a nadar, no nadaba, si jugaban, no jugaba: soiiaba nomas. Claro soy lo que no soy. . . Pucha, jue una injusticia re grande.

L u c i A - No t’entiendo na. V i c T o R - Es que yo tampoco me entiendo muy bien

toavia. Per0 de ahi parti6 too. . . Claro, yo tenia que ser como esos machucaos que no han tao nunca presos, que son pobres, pero que. . .

L u c i A - (Impaciente) iPero que queris PO, quC le pedi- riai! IC

V i C T 0 R - Quisiera. . . iQuisiera comerme un tre- mendo asao!

L u c i A - (Moksta) No seai tonto PO; tamos hablando en serio.

V i c T o R - Y en serio te lo digo. Me gustaria volver a’star en un patio de tierra, donde hay un parrbn, un chnta- ro de grea medio hecho tira, un cordel con ropa tendia. . . El cielo taba del color del fuego que se va apagando, el aire

34 1

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era tibio. . . Debajo del parr6n habia una mesa larga, larga, y encima la ensaia y la carne, olorosa, jugocita. . . Los hom- bres andaban en mangas de camisa, las mujeres con vestios ligeritos; y por entremedio andaba la Carmen, vestia de ro- sao, con cintillo blanco en la frente. Tenia diez alios nomas, pero. . .

L U C i A - (Enojada) Ya, cabrtate; yo no t’estoy na ha- blando de tu via, te pregund lo que queriai nomas.

V ~ C T O R - Por eso PO: quiero volver a’star ahi, pa empezar de nuevo.

L u C i A - (Amarga) Empezar de nuevo. . . Ustedes siempre tan pensando en empezar d e nuevo. “Ahora si, vieja, ahora si”, pero lo unico que hacen es acomodar su vida como quieren, y mientras viven, la vida de nosotras se va yendo como agua por las rendijas. Y un dia 10s miran, y ven que somos viejas, tontas y aburrias; y entonces se van. Y lo unico que queda pa nosotras es criar 10s hijos, que us- tedes van a ver, primer0 una o dos veces a1 mes, luego cada dos meses y desputs cuando se acuerdan; pero siempre golpiandose el pecho, abriendo el hocico a 10s cuatro vien- tos con el tremendo amor que les tienen. Amor de lejos, amor acomodao al tiempo libre que tienen. (Escupe a1 suelo) iBasuras! (Puma) iMade, Jaque!

V i c T 0 R - <Pa quC las queris? L u c i A - Pa que vengan a limpiar aqui, no podimos

recibir a1 Milagrero en este basural. V i C T 0 R - (Pardndose) Claro, hay que limpiar bien. L u C i ~ - ( R e c o g z e n d o sm papeles) Voh no, voh venis

conmigo; vamos a ver si 10s dicen como sigue el Oscar. (Au- toritaria) <Me vai acompaiiar, no cierto?

V 1 C T 0 R - (Resignado) Claro PO. (Entran Jaque y Made)

L u c i A - CA6nde se habian metio que se demoraron tanto en llegar? Hay que arreglar bien aqui. (Saliendo) Este les va decir lo que hay que hacer.

V i c T o R - (Se%zlando las fotos) Vamos a sacar too eso, despuCs vamos a raspar y trapiar el suelo, enseguia. . . 342

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M A D E - (Zumbona) Vamos arando, dijo la mosca. . . V 1 C T 0 R - {QuC dijiste? M A D E - Que ust6 no hace na PO. Cuando pone una

ampolleta tenimos que agarrarlo en brazos y darlo giielta, pa que no se came atornillando.

V I C T 0 R - Guarda, cabrita, mira que 10s genios no'stan na muy giienos.

J A Q U E - iPodimos poner un discacho mientras traba- jamos?

V 1 C T 0 R - No (Mira hacia la puerta); tamos en pleno recogimiento. '

J A Q U E - {S'estP riendo? {No Cree? V i C T 0 R - (Camina, ua sefialando) Primer0 vamos a co-

M A D E - ?No Cree? V O Z LUCIA-iVktOr! v I C T O R - iYa, ya! J A Q U E - (Antes que salga)?QuC le va pedir ustC? V 1 C T 0 R - (Se detiene. Despuis de una. breve pausa) Un

M A D E - L'estamos preguntando de verdP PO. V i C T 0 R - Claro, de verda: eso es lo que quiero. v 0 Z L U C I A - iYa pos, Victor!

M A D E - Un asao, mire qu'el Milagrero Be va poner ha-

J A Q u E - Per0 lo dijo de verdh. {No le viste la cara? M A D E - si, per0 como se le puee ocurrir que. . . (se en-

coge de homhros) Giieno, caa uno sabe aonde le aprieta el za- pato, dijo el cojo. (Se pone a amontonar las mesas y las sillas. Jacqueline saca las fo- tos de la pared.)

J A Q u E - (Mostrando uno de 10s desnudos) Asi era yo, (se toca); asi tenia mis pechitos. . .

M A D E - (Mirdndole el peqho) Parece que no, ?ah? J A Q U E - {Cbmo que no? Voh no me conociste.

l

1

rrer toas esas cuestiones pa un lao. . .

asao. . . Quiero comerme un asao.

, (Victor coge la Biblia y sale refunfufiando.)

cerle un asao.

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M A D E - CY c6mo tenis tan chica la que te quea enton- ces?

J A Q U E - No se PO, se me habr5 achicao con la enfer- meP. (Pausa) 20 me habra seguio la cuestion pa la otra? (Precupada) <Me habra seguio, Made? Nojui mls a control.

M A D E - (Yendo hacia ella, Soh!aria) No te aflijai, Jaque, eso ya no importa: El te va sanar, vai a volver a ser como an- tes, vai a ver. (Pausa) Pero, Csabis?, por si’acaso, no fumis mis hasta que El llegue; el tabaco es lo pior que hay pal cincer.

J A Q U E - CPor que Somos asi? MADE7$6mo? J A Q U E - Tan desgracib, tan sin brillo. M A D E - Ah, no sC po. J A Q U E - Es que las cosas tienen que pasar por algo. 2.4

quiCn le hace bien que me haya dao cincer? ?A qui& le hace bien que me hayan matao a1 Ariel?

MADE-No te pongai tan complici PO, si too se va arreglar pa siempre. Mira, cuando yo trabaje en la fibrica de cosmkticos, te voy a regalar una crema que borra las he- rias pa siempre. (Vuelve a su guehacer)

J A Q U E - Las cremas no borran lo que va por dentro PO.

MA D E - Per0 por ahi se empieza: voh te limpiai por juera y no te dai ni cuenta cuando ’stai limpia por dentra

J A Q U E - CY que herias voy a tener si El me va sanar? M A D E - Ah, de veras PO. J A Q U E - ?No creis? CNo’stai convencia? M A D E - No seai tonta; sino’stuviera convencia no

J A Q U E - (Yendo a poner su disco) Verda PO. . . M A D E - No hagai mis eso: te hace mal. J A Q U E - Me hace bien, descanso. . . Es un maldicion,

lo necesito cuando’stoy triste y cuando’stoy alegre. iNo se puee hacer na sola PO!

M A D E - Pero 10s Verdugos se van a enojar, no quieren que pongamos discos.

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“.

m’estaria haciendo un delantal celeste.

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J A Q U E - Yo no tengo la culpa: jue la guerra, que s’enojen con ella. (Pone el disco)

M A D E - No me voy a quedar na calk, no me voy a quedar na mirandote. . . (Jugue baila. Made, a piblico:) Lo de la fabrica de cosmeticos se me qued6 pegao de cuando era chica, del tiempo en que vivia en la Colo Colo (Puma). La fibrica’staba a1 €rente, cruzando la linia del tren. . . Gran- de, celeste, limpia. . . Pero a nosotros no 10s dejaban entrar, porque decian que la que no era puta era ladrona.. . Yo acompafiaba a mi taita, que ia a vender pan amasao a la en- trP; las miraba como si hubieran si0 de otro mundo, tan limpias, tan bonitas. . . y toas con su delantal celeste. . . Cre- ci sofiando con trabajar ahi, dia a dia, mes a mes, afio a afio.. . sofiando, esperando. Pero nunca me dejaron en- trar. . . Nunca, Jaque, nunca. . .

En el “Salbn” s610 quedan ahora unas pocas sillas. Jaque y Made friegan el piso. Victor pasa un trap0 con agua por las paredes. Tercos, mudos, cansados como galeotes.

J A Q u E - (Zrgui6ndose) Es inutil; esto hay que quemarlo y hacerlo de nuevo pa que quede limpio: la mugre ta muy pegi

M A D E - (Obstinada) Sigue nomas. Tenirnos que poder. J A Q U E - CY el Antonio? M A D E - Jue con la sefiora Lucia a averiguar como se

J A Q U E - {Y a6nde jue a averiguar? V i c T 0 R - No hablen tanto y trabajen mas. La Lucia

M A D E - Y 10s quea un dia nomas pos, Jaque. J A Q U E - 2Es seguro que va venir? M A D E - Claro, si el Antonio ya habl6 con El. J A Q U E - tC6mo es? {VerdP que. . . v f C T 0 R - Limpien PO, limpien.

puee recibir mejor a1 Milagrero, que hay que hacer.

ya tiene qu’estar por llegar.

(Tiempo)

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M A D E - Oiga, don Victor, ?y por que no lo recibirnos en la pieza de ustedes? Taba pensando. . . 0 sea que con agua y jab6n puee salir la mugre di’aqui; pero no lo que ha pasao, lo que ha pasao no sale con na: las borracheras, las peleas, 10s agarrones y too eso no se lirnpian con agua. El Milagrero va saber eso en cuanto entre aqui.

V I c T o R - La pieza de nosotros ta pior, ahi han corrfo hasta tajos. Denle color nornhs, si haciendole ernpeiio podi- rnos dejar como espejo aqui.

J A Q u E - 2Y si lo que dice la Made pasa con las perso- nas?

V i C T O R - <Que cosa? J A Q u E - La seiiora Lucia 10s dio una sernana pa que

no atendikrarnos clientes y pa que 10s porthrarnos bien. ?Tarnos purificaos? {Los hernos sacao la rnugre de aentro con eso? N o puee ser tan fhcil, soil muchos aiios de porque- ria.

M A D E - Nosotros no tenirnos rnugre aentro, porque no tenimos culpa de tener culpas.

J A Q u E - El Ariel decia qu’el rico no tiene la culpa de ser rico, pero qu’el pobre si tiene la culpa de ser pobre.

M A D E - ?O sea que tu famoso Ariel defendia a 10s ri- cos? Era harto vendio entonces.

J A y u E - N o PO, si no’staba conforme conque 10s po- bres fueran pobres.

M A D E - Ah, era rojelio entonces. J A Q u E - ?Que’s eso? M A D E - Rojelios son 10s que no’sthn conforrnes PO. J A Q u E - 2Entonces nosotras sornos rojelias? M A D E - (Pausa) CSomos? (A Victor) (Que dice ustk? V i c T O R - No se. . . No quise saber d’eso. M A D E - CY que sabe? (Pausa) ?De a6nde vino a parar

v i C T O R - Di’un castigo. J A Q U E - to sea de la chrcel? V i C T 0 R - N o , di’un castigo. M A D E - CY que hizo?

aqui?

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V I C T O R - NO se PO. J A Q U E - CTaba curao? V iCTOR-No. . Tenia la eda en que uno no puee

preguntar porque lo castigan. (Friega confuror) Lirnpiemos, apurkmolos.

M A D E - CY que varno hacer cuando terminernos? Toa- via 10s quea un dia pa qu’El venga.

v I C T 0 R - La Lucia dice que caa uno va’star en su pie- za.

J A Q U E - 2Y como 10s vamos a defender de 10s recuer- dos encerras en la pieza?

M A D E - Con la esperanza PO, con la esperanza. J A Q U E - 2Es seguro que va venir? M A D E - Claro, si el Antonio ya hizo el trato. (A Victor)

v i C T 0 R - si, ya’sta too listo. Lirnpiemos PO, h p i e - 2No cierto?

mos. (Trabajan un momento en silencio, con obscura obsesidn.)

J A Q U E - CCdrno se llama? M A D E - (A Victor) CCorno se llama? V I C T 0 R - No sC, todos lo conocen por el Milagrero

J A Q U E - Quiero ponerle el nornbre d’El a mi hijo. M A D E - {Y si te sale mujer? J A Q U E - (Picada) CY si a voh no te dejan entrar a la fa-

brica de cosrnkticos? MADE-(Enojada) ZC6rno no me van a dejar entrar?

iEl puee hacer eso demas! J A Q u E - Y entonces pa que me ponis dificultades a mi

PO. V I C T 0 R - No discutan; tenirnos qu’estar tranquilos.

(Golpes en la puerta. Luego de una breve indecisidn:) iNo traba- jarnos, ahora no atendirnos! (Siguen limpiando. Golpes)

podimos ocupar?

nornas.

J A Q U E - (A Victor) {Voy a decirles que ahora no 10s

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V i c T O R - Anda; per0 diles con guenas palabras.

M A D E - {Se fija c6mo es la cuesti6n? Ahora que no 10s

V I c T O R - Ni que 10s paguen en oro. La Lucia tiene

M A D E - {Por eso nomas?

V f c T 0 R - No, por eso nom&, no.

(Jaque sale)

podimos atender vienen clientes.

qu’estar por Ilegar, y capaz que 10s mate.

(Silencio)

(Entra Jacqueline, seguida por un hodwe en mangas de camisa. Es un hombre que se ve pleno, como lleno de esa armonia entre tier- nu y orgullosa que sigue a1 acto sexual, cuando no ha mediado otro compromiso que el del amor. (Es un simil que tom0 por la tranquila sensaci6n de libertad y bienestar que conlleua) Es el Milagrero.)

v i C T O R - f Y voh? J A Q u E - Ta buscando a la seiiora. MADE-Ahora no atendimos: no vamos a atender

J A Q u E - Si le dije, per0 no quiere entender; parece

M I L A G R E R 0 - (Tranquilo) N o ando con la caiia, sefio-

V f C T 0 R - Es que aqui no podis celebrar PO, ya no

M I L A G R E R 0 - No vengo a chupar, ya le dije, Le trai-

V i C T 0 R - (Interesado) 2Un encargo? <De quien? <Del

M I L A G R E R o - No sC como se llama: es una plata. J A Q U E - fVenis a cobrar? Tai sonao, porque no he-

mos trabajao en toa la semana. M A D E - (Voluiendo a su trabajo) 0 sea, recontra sonao,

porque no vamo a trabajar mas, asi que no te podimos pa- gar ni en gCnero.

V i C T 0 R - (Volviendo a su trabajo) Aqui no tenimos ni pa hacer cantar a un ciego; tenis que esperar a la seiiora.

M I L A G R E R 0 - {Pueo esperarla aqui?

mas.

que anda con la caiia.

ra: quiero celebrar, no olvidar.

atendimos.

go un encargo a la seiiora.

Oscar?

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(Silencio) V 1 C T 0 R - 2Voh tabai preso? M I L A G R E R 0 - (Sorprendido) fpreso? (Pausa) sf. . . J A Q U E - CY si. . . y si no le dijerarnos na? M A D E - <Tai loca? J A Q U E - iPero es que varno a perder too! v I C T 0 R - icallense, cierren el hocico! (Se acerca a1

M I L A G R E R 0 - No: a ella. Tengo que explicarle. v 1 C T 0 R - Darnel0 nornas, si es lo rnisrno. iYa PO! M A D E - {Que tenk que explicarle?

Milagrero) barne el billete.

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v i C T 0 R - iputa, aqui si que sonarnos! L U C i A - No. . . digai. . . groserias. . .

(Apagrjn breve. Luego se ilumana e1 sector donde el Milagrero hara su mondlogo, quedando 10s demas en semipenumbras.)

M I L A (; R E R 0 - (Pesaroso) Pucha, claro, yo 10s cache a1 tiro; ustedes son de 10s que no tienen velas en ningun entie- rro; son 10s cojos del a h a , 10s rnasacraos a plazo. . . Claro PO, 10s cache a1 tiro, asi que corno voy a querer engariarlos, si varnos gritando el rnisrno grito desde que nacirnos.

JAQUE-jQuedi.. . L U C 1 A - ishiit. . . Callate! M I L A (; R E R 0 - . . .Era lindo ir diciendole a la gente

que se quisiera y que entonces lo dernas venia solo, el pan, la pega, la tranquilida y too eso. . . iPero ponganse en mi h g a r PO! La cuestion ta rnuy espesa, rnuy podria; el arnor se I’escapa a la gente a chorros por 10s agujeros que les hizo la guerra, tan queando caa dia mas secos, caa dia mas va- cios; y tienen razon tarnbien PO, cuando la rnuerte o la arne- naza de la rnuerte es cosa de toos 10s dias, de que se va asornbrar uno. (Pausa) Y o no digo que no tengan salvacion, no varnos a venir a vivir con el corazon encerrao en el pe- cho, corno un animal asustado, no po, el corazon tiene qu’estar siernpre abierto corno una ventana, esa cuestion la se . Per0 lo que pasa es qu’el Hornbr6n me dio la pega, per0 no me dio las herrarnientas; no tenia na aqui aentro (se gol- pea el pecho) pa convencerlos, ni aqui en 10s ojos ni en la gar- ganta ni en las rnanos: jno tenia na en ninguna re crestona parte!. . . Y o n o se por que la agarr6 conrnigo; nunca he si0 na. Naci, creci, aprendi la pega de la carpinteria con el viejo de mi taita, y cuando aparecio la Magdalena 10s juntarnos PO. jA6nde habia algo corno pa que la agarrara conrnigo? En ninguna parte PO. iPor que tenia que elegirrne a mi!

M A D E - iEl sabe, si lo ehgi6 tiene que ser por algo: El sabe too!

M I L A (; R E R 0 - iNo, no! Perdi la tranquilida, perdi el taller, perdi a la Maiga, a 10s arnigos: desde qu’El me pus0

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toos. Per0 asi no, asi en pelota no, no pueo, nadie puee, por mucho que Uste haya clavao 10s ojos en 61. Porque ahora es dos veces el tiempo de Ja selva; ahora si uno pone la otra mejilla, la galla llega a tomar guelo pa mandarle el otro ale- tazo, y el hombre mas manso de corazon que he encontrao, shefia con abrir a su enemigo de arriba abajo y tirarlo a 10s canales donde corra el agua mas podria. Pucha, como’stara de negra la cosa, que ni 10s muertos se pueen ir a descansar, con eso le digo too. No, si no es na barreta pa correrme, no’stoy na exagerando: a unos, a la mayoria en realid& el agarron de la muerte 10s pillo desprevenios, 10s pi116 en pampa, asi que no saben porque murieron; y 10s que saben, 10s que sabian lo que les esperaba, miran como quedaron las cosas, miran como’stamos, y no entienden pa que mu- rieron, lo qu’es cien veces pior; asi que 10s que no saben por que y 10s que no saben pa que, andan p’arriba y p’abajo con su muerte a cuestas, refregandosela a uno por la cara. Y pa mas re cacha, 10s que siguieron vivos, parece que tampoco saben pa que viven despues de haber perdio tanto. iY Usti. quiere que yo cambie eso! <Con que ropa? Cacho que no haciCndole a nadie lo que uno no quiere que le hagan a uno, se soluciona too, ipero no entienden PO, tan ciegos, tan locos!. . . iNo SC lo que tengo que hacer, no sC lo que tengo que decir; palabra, no sC! i Y 0 no soy un salvaor, soy un pobre gallo, dejeme tranquilo, dkjeme tranquilo, por fa- vor!. . . Quiero volver a mi taller, quiero volver donde la Maiga y tener hijos. . . vivir. . . iUstC es Dios, no me puee condenar, suelteme, suelteme!. . . (Pausa)

Too eso le dije.. . Y entonces senti.. . iPucha, senti como si de repente me hubiera empezao a correr agua fres- ca por dentro!. . . jMe dej6 libre! (Eufbm’co)

(La luz se enciende uiolentamente. Lucia, Jaque, Made, Victor aparecen sentados; perplejos, desolados. Antonao en actitud de tranguila frustracidn.)

. iSOy el Manuel, volvi a ser el Manuel, nomas!. . .

L U C 1 A - iNo puee ser! M A D E - iMentira, esa es mentira!

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jes: yo soy un pobre gallo! iEl me habia librao, per0 me dej6 libre!

J A Q u E - iNo puee haberlo librao: eso querria decir que ya no quiere na con nosotros!

M A D E - No PO, no puee ser; tendria que seguir toa la via de estropajo. Y yo quiero entrar a la fibrica de cosmkti- cos: isoy como toas, no me pueen dejar ajuera! (A Antonio) iHabla PO, habla voh que sabis mas: dile como es la cues- tion!

A N T 0 N I 0 - La cuestion es como es nom& PO, que le vai hacer.

J A Q U E - iPero yo tengo que tener mi teta, pa poder seguir viviendo, quien me va querer asi! (Le muestra a1 Mila- grero) i Mire PO, mire: quien me va querer!

M A D E - ?No le queda na aentro? 2No se acuerda de na?

V i c T O R - (Sentbndose, abatido) Que en toa su via un hombre no se puea comer un asao.

L Ll C I A - iNo te sentis, tenimos que convencerlo que 10s ayue! (A1 Milagrero) CPor quk no quiere hacer na? CPor que somos putas, por quk'stamos podrias? CPor eso 10s des- precia tambikn?

J A Q c' E - iPero diga algo PO, aconskjelos, sinelos! iUstk mand6 decir que tuvikramos fe, dijo qu'eso era lo unico que necesidbamos: gueno PO, yo tehgo fe en ustk, tengo fe! (Se acerca, le t o w la mano) iToqueme, sineme! iSineme!

M A D E - iSukltalo, asi no; tiene que ser por volunth d'd!

J A Q u E - i Per0 que hable PO, quk hable! A N T o N I o - CY quk va hablar? Si jiiera carnicero, te

podria poner un pedazo de carne; si juera alcalde podria mandar que a1 Oscar lo dejaran ver la luz, antes de entre- gar las herramientas, si juera. . .

L u <: I A - iDejalo que hable El! M I L A G R E R 0 - Yo no tengo na que hablar, seiiora:

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vine a entregarle su plata nomas. (La deja sobre una silla. In- knta irse)

L U C 1 A - jPero entienda: no puede irse! J A Q U E - ilo’stiibamos esperando de hace una sema-

M A D E - iNo, no de hace una semana: de que nacimos! A N T 0 N I 0 - Ta pes5 la pista pa ustk, compadre; a la

M I L A G R E R O -Yo no les he quitao na; no les dije que s’escondieran a esperarme, eso se les ocurri6 a ustedes. Si dejaron hundirse la via, como piedra en el agua, no es cul- pa mia.

L U C 1 A - (Absurda, patktica, infantil) Oiga. . . ?no dijo que’staba contento y iba a celebrar.

M I L A G R E R O - (Risuefio) si. L U C i A - {Por que se rie? M 1 L A G R E R 0 - Porque va decir: “iCelebre aqui

PO!”. . . 0 sea que piensa que curao voy a soltar la pepa. Per0 no hay pepa que soltar, seiiora, convenzase.

A N T 0 N 1 0 - (A1 Milagrero) Aguiintele la barreta, la gente tiene que llegar hasta el fondo pa convencerse de la realida.

na!

: gente se le puee quitar el pan, pero no la esperanza. I

L U C i A - iNo es barreta, no seai patuo! M I L A G R E R 0 - No s’enojen; no podria ni aunque qui-

1 siera: no tengo plata. ~ L U C f A - N’importa, si too se jue a la cresta, que se 1 vaya di’un viaje; dkmolos un recreo maiiana seguimos ti- [ rando como siempre. (A Made y Jaque) Ya, ustedes traigan

las mesas y el tocadisco (a Antonio); voh anda a buscar el vino a mi pieza. (Le pasa las llaves) Y te hacis algunos sangu- ches.

A N T 0 N I 0 - (Murrnurando) La misa de 10s giles. . . L u c i G - ?Que deci? A N T O N I o - Na. {Abro la puerta? L u C i A - No, es pa nosotros nomas. (Antonio sale. A Ja-

que y Made, que nose han movido) iYa PO! M A D E - No hay tocadisco: s’echo a perder. .

355 I

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L u c f A - &uhndo? J A Q U E - Yo lo patie. . . Creia que no ia a bailar mPs

sola. L u C f A - N’importa, trae la radio de mi pieza enton-

ces. (No se mueven) iVayan a6nde les dicen! (Salen desgana- damente. A Victor:) iYa PO, animate!

V 1 C T 0 R - (Entre para si y para el Milugrero) Es la mar- ca. . . La miti de la gente con la que uno tiene que hablar, ve esa marca y lo desprecia; sabe que uno es inferior y que puee usarlo: con la marca del hambre uno’sth siempre aba- jo.. .

L U C I A - Ciliate, eso ya paso. V i C T 0 R - Yo no digo que ia a ser gerente o duefio de

fundo, pero sC que si no me hubiera encontrao con el ham- bre habria tomao por otro camino. Yo no creo que ninguna mujer para a un cogotero, a un cafiche o a un asesino; la que 10s pare es el hambre. . . Pero la cuesti6n ya no es esa, compadre: la cuesti6n ahora es, quien le da poder a otro pa que lo marque y lo condene a uno. (Friamente amenazador) <QuC me dice?

L U C i A - No le haga caso. (Se acerca a d. Cusi subrepti- cia) A lo mejor yo he si0 mala, no sC, eso lo sabe Dios no- mPs, si El me ha dejao hacer lo que he hecho, por algo serP; pero yo no quiero discutir eso: lo que quiero decide, es que si he si0 mala el Oscar no tiene porque pagar por mis cul- pas. . . Ta muriendo, la muerte se 1o’stP comiendo dia poco all5 en el calabozo. . . ya no puee hablar con la boca, es con 10s ojos que grita y grita que quiere ver el sol. (Lo toma) Es un poquito, un poquito nom& de luz la que quiere, ustC. . .

V f C T 0 R - iDCjalo tranquilo, l’estoy hablando yo! L U C i A - iVoh no tenis na que. . . V f C T 0 R - iYa, cabdate di’una vez con tu porqueria

L u C i A - <Cabrona? tCabrona desgracih? iMuerto

M I L A G R E R 0 - iNo, no hagan eso: apufialifindose se

de sol, cabrona desgracii! iHasta cuPndo vai a mosquiar!

di’hambre, atreuio, desgraciao; quC te habis imaginao!

alejan mPs!

356

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P-

L U C I A - ipero es que este infeliz no me puee venir a insultar: yo lo tengo de adorno; algunas mujeres se com- pran un perro fino pa salir a pasiar: yo lo compre a 61, lo tengo pa la vanidh, no pal corazbn, y pueo botarlo cuando quiera!

V i C T 0 R - Voh no soy de las que botan, naciste pa que te botaran a voh: te bot6 el mario, te bot6 el hijo, y yo te ha-

. bria botao cien veces ya si no llorarai y te arrastrarai como 1 perra. Pero. . .

M I L A G R E R O - iEspCrense! Yo vine a lo mio, nada Ellis.

V i C T 0 R - Ella tiene la culpa, yo ya me habia olvidao de too: jue ella la que arm6 este caguin que 10s dej6 a toos la escoba por dentro. iElla nomas tiene la culpa!

L U C I A - iNo le haga caso, no lo escuche na, no le de na el asao: ta lleno de odio! iY0 no, hagame cas0 a mi; yo no tengo venganzas que vengar: lo que pido es amor, amor del cielo, de la tierra, del infierno; no se de donde, pero amor!

J A Q U E - (Entrando con una antigua radio) CQue‘stAn ha- blando? (A Victor y Luch) CS’estPn arreglando solos? <Me quieren dejar ajuera?

M I L A G R E R 0 - No, no, sefiora, nadie la quiere dejar ajuera: no hay de donde. CabrCense.

V I C T 0 R - UstC tiene la culpa, en vez de traer alegria vino a armar puras peleas: nosotros tabamos bien sin saber na, tiibamos bien.

M I L A G R E R 0 - (hteresado) CY por que’sta mal ahora? ?Que sabe? Yo no he dicho na.

M A D E - ( A la rastra con dos mesas) <QuC pasa? <De quC’stPn hablando?

L U C I A - (Exasperadu) iDe na, ho! (A Jque) iPone esa

J A Q U E - <Pa que? L U C i A - iNo sC PO! (Rabiosa) iP6nela! M I L A G R E R 0 - (Para si) CPor que no me voy? (Ensi-

. mismado) CPor que no me voy? Habiamos quedao en que yo

357

I

;

, radio! ’

I

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no servia. . . (Se pasa las manos sobre la frente, sobre las mejillas, como si sudara copiosamente) Soy el Manuel. . . iSoy el Manuel nomas!. . . (Queriendo olvidar, substraerse) ?Y el vino? ? A h - de’sta el vino?

L U C i A - (Llamando) iAntonio, Antonk; apurate con el pan y el vino!

ro M A D E - (Toma a1 Milagrero, 10 lleva aparte) Y o no quie- na dificil, yo quiero un trabajo nomas. La fabrica’sth. :. L u c i A - iDkjalo tranquilo! (Llamando) i h ton io , An-

V i C T 0 R - (Para si) Habia una mesa larga. . . El pan y tonio! (A J a p e ) iPone esa radio di’una vez!

la carne y el vino taban encima. . . L u C I A - ( A Jaque) iHace lo que te due! J A Q u E - (Manipulando) N o prende PO, ta mala. (Desa-

nimada, desolada) N o quiero hacer na, no quiero hacer nin- guna lesera. . . ?Est0 es rnentira, no cierto? (A1 Milagrero:) tUstk decia de broma nomas, no cierto? (Entra Antonio, con vasos, pan y . botellas. Victor, hosco, medita- bundo, junta las mesas, quiere reconstruir la escena del asao; hace esfuerzos por recordar. El, Lucia y J a p e se ven tensos, sombrws. Made parece estar describiindole, con gestos, la fdbrica a1 Mila- grero. El le dice algo, ella lo mira, patitzca, loca.)

A N T O N I 0 - iPucha qu’sta anima la fiesta, ho! (A Ja- que) Pa qu’esa cuestion prenda tenis que aforrarle dos gol- pes arriba y uno a caa lao. (Deja las cosas sobre las mesas y lo hace) Cacha, si esta cuestion se Cree tambor, si no le pegai no suena. . .

bf I L A G R E R 0 - ( A todos) ?De cuindo qu’estan aqui? (Por Made) iElla m’est6 hablando di una fabrica que ya no existe!

M k D E - CComo que no? (Gritando) iC6mo que no! M I L A G R E R 0 - No, sefiora: ahi aonde ustk dice ya no

hay na: ta too abandonao. (Suena la radio. Confuso ruido de carreras, gritos, disparos, drde- nes y voces.deses$eradas.)

J A Q U E - iApaga eso: apagalo! -

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{Era eso lo que no me salia de aentro pa decides? (Bebe) Si, . 10s voy ayudar. . .

J A Q U E - (Yendo hacza 61) iA mi, a mi primero! L U C f A - iNo, a mi; porque yo no pido na pa mi: es pa

V 1 C T 0 R - (Apartcindola) jQuitate de ahi! M A D E - (Que uuehe con un delantal en las manos) iA mi

primero: yo jui la que lo convenci! M I L A G R E R 0 - i Apartense, apartense! iL0 que vengo

a decirles es pa toos!: (Puma) iTan perdiendo el tiempo, se les est5 yendo de las manos como aceite por el vidrio: tan perdiendo la via!

A N T 0 N I 0 - (Cansino) Esa es la cosa PO, tan pur0 esca- pando.

v I C T 0 R - iVoh callate, infeliz, callate! J A Q U E - jDigalos, digalos lo que tenimos que hacer! M I L A G R E K 0 - iY0 no pueo decirle a nadie lo que tie-

ne que hacer, seiiora; too lo que se hace pa vivir es gueno, ipero lo que se hace pa vivir! El que tiene una heria llora una vez, y despuCs aprieta 10s dientes, porque si llora dos veces se convierte en muerto. Escondios aqui como ratas asustas, no tienen salvacibn, podrian tar llorando y espe- rando cien afios, docientos, per0 no sacarian na; porque la via’sta aentro de ustedes, asi que sino la viven ustedes, CquiCn puee vivirla?

M A D E - iNosotros no querimos palabras: querimos ayua!

M I L A G R E R 0 - No hay nadie en el cielo ni en la tierra que puea ayudarlos; porque la via est5 aentro de ustedes.

V i C T O R - iEso ya 10s dijo! M I L A G R E R 0 - iPero Entiendan PO, entiendan lo que

les quiero decir: no hay milagros! iEso es lo que vengo a de- cirles: no hay milagros! (El- p p o -except0 Antonio, que mantiene su lejanidad- se echa hacia atrh, como ante un apestado, como ante un blasfemo terri- ble. Aturdidos, sobrecogidos. “No hay Milagros” rep-esenta para ellos el desarnparo, la desnudez profunda y completa. La pnmera . 360

mi hijo!

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F

en reaccionar, timida, asustada, es Luck:) L u c I A - ~ Y . . . ? t Y . . .Dios? M I L A G R E R 0 - Dios no es de 10s muertos, es de 10s vi-

vos, seriora, ide 10s vivos! Mientras a ustedes les crece l’hambre, mientras se les pudre la via encerraos aqui. . .

M A D E - (En llanto, en angustia) icallese, callese, noso- tros no lo’stabamos esperando pa eso. . . no lo esperfibamos paeso. . .

M I L A G R E R o - Clara que no PO; creian que ia a llegar con un sac0 de milagros a1 hombro. iCreian que otra vez ia a morir, solo como un perro!. . .

J A Q u E - Por favor. . . por favor. . . M I L A G R E R 0 - iNo hay favor, no hay milagros! J A Q U E - iNo puee ser!. . . Si El 10s parid. . . tpor quC

10s trata mal? CPor quC dejd que me arrancaran el pe- cho?. . . iUn padre no puee hacer eso!

L b’ C i A - iSi hay guerra tenia que darlos las armas pa defenderlos!

V i C T 0 R - El no lo puee haber mandao a decirlos que no 10s va ayuar; lo que no podimos hacer nosotros con la juerza que 10s dio, tiene que hacerlo El, en la de no, Ccdmo iamos a saber que existe?

A N T O N I o - Guarde, gancho; lo que quieren escu- char es que no’sta too perdio pa ellos; y aunque sea la men- tira mas grande del mundo, aunque pal fondo del corazdn ellos sepan eso, en vez de decirles la verda, tiene que decir- les que alglin dia les va dar lo que le piden; porque a eso le llaman esperanza. . . Tenga cuidao, que con tal de no tocar el fondo de ellos, pueen fregarlo. Echese el pollo, mejor, vayase.

M I L A G R E R 0 - No puedo. . . Toi como cayendo, pero no pueo parar. Toi ciego, toi como si hubiera tomao fue- go. . . 2Por que dije toas esas cosas? iPor quC tengo tanta ra- bia! iLos mataria a patas pa que m’entendjeran!. . . Pero. . . tpor quC me va condenar a mi? tPor quC me va conde- nar?. . . Maiga, Maiga. . . (Pausa. Furiosamente:) iEntiendan,

361

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entiendan, desgraciaos! (Busca, acosado) iEspkrense, esp6- rense aqui! (Sale. Ruido de golpes sobre tablas, crujir, estruendo.)

L U C i A - CQue'sta haciendo! iQU6 hizo! (Quiere ir a ver. La rodean, la atajan.)

J A Q U E - iDCjalo, El sabe! M A D E - (Deslumbradu) iLos vino ayuar, 10s vino

ayuar.. . (Una c l a d a d viene de afuera. Es una claridud recia, dura.)

M A D E y J A Q U E - (Asustadas, emocionadas) i b puerta, abrio la puerta. . .

M I L A G R E R 0 - (Entrando) No jui yo: jue la mano de Dios, la mano enoja. Per0 no la ab& na: ila echo abajo! (Se- riala) El que quiera vivir, salga. iSalgan corno salieron del vientre de su rnadre; corn0 salen las piedras de las rnanos, corno sale el fuego de 10s palos! iSalgan 10s presos por ellos rnismos, 10s presos por 10s dernas; 10s ternerosos, 10s escon- dios! (Enajenado) i Lloren 10s salvajes rnatadores, 10s falsos adivinos que reparten consuelos rnentirosos: Iloren, por- que han s i 0 derribas las puertas! iEstalle la gran indigna- cion de las viudas, de 10s harnbrientos, de 10s sin pega! iEs- cuchense larnentos de saquiaores; aullios de fieras resue- nen por el fin de la gloria de su poder!

L U C i A - (Desesperadu) iNo, no; no queriarnos eso, no lo esperabarnos pa eso!. . .

M I L A G R E R o - iSalgan, salgan! Lleven la via por las calles, como lleva el padre al hijo, vayanse por las trernen- das, por las anchas alarneas! iNo hay na escondio: el Brbol del bien y del mal, el arbol de la via: es la via! iCornan, co- man d'ella! iCornan, co. . . (Queda inmbvil, perplejo)

(El Milagrero siente que se le acaba la uida; pero no experimenta dolor, sblo ira y estupefaccibn.)

M I L A G R E R O - - N o , no, ccmpadre, no me haga esto!. . . UstC es el rey de 10s reyes, no puee echar su fuerza contra mi, yo soy un pobre gallo, no es justo. . . iPa que me echo al rnedio de 10s afligios entonces!, itenia que contarles

J A Q U E - CQu6 le pasa? iQu6 le pasa!

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' la firme! NO me pare el corazbn, ifior, no sea asi. . . Puta, ' jpero si jue ustk el que me hizo decirles eso!. . . i N O sea asi, no sea asi, iiior!. . .

1 (Habla, apostrofa, pero no se escucha. Es una muerte blanca, una l muerte sin dolor fisico. Pero el Milagrero se ve hasta el ultimo lle-

no de co'lera y terror. Victory las tres mujeres, que znconsciente- mente dun a1 hecho una connotaczdn sobrenatural, no zntentan in- teruenir; antes bien, retroceden, no quisieran ni siquiera mirar: es

1 como si viesen a Dios upretandole el cuello a1 Milagrero. Antonio, trds una breve indecisidn, vu hacia 61 y trata de ayudarle. Pero ya nuda se puede hacer.)

(Lentamente, el peso de lo perdido, va rompiendo el temor superti- cioso dentro de ellos.)

M A D E - ~ Q u k hacimos?. . . <Que vamo hacer ahora? A N T 0 N I 0 - (Tras una breve pausa) Ustedes, no sC PO;

L U C i A - (A1 Milagrero. Lenta) Levantate. . . V i C T 0 R - ( A Antonio, que se vu) iNo te podis ir. . . A N T 0 N I 0 - Tengo qu'irme. Siempre que alguien

abre una puerta, yo salgo. . . Chao Jaque, chao Made. (Sale. Victor hace amago de seguirlo; se detiene. Queda mirando hacia afuera.)

(Mecdnicamente, Jaque pende la radio. Baila su disco, ahora a1 son de Ins balas, p ' tos , carrerus, etc., que brotan de la radio. Made, en actitud de absoluto desamparo, rompe el delantal.)

LuCiA-(Absurda , loca) El Oscar quiere ver la Luz, quiere que lo dejen ver la luz no mas, levantate, lev5nta- te. . . (Queda s610 el sonido de las balas, las drdenes y 10s gn'tos.)

A N T o N I 0 - No hay caso: le fa116 la cuchara.

lo qu'es yo, tengo qu'irme. , I

L U C I A - ilevantate, levantate!

1

I F I N

363

Page 359: Teatro de Juan Radrigan

INFORME PARA INDIFERENTES (Drama)

“Lo absurdo nace de la confrontacidn entre el llamamiento huma- no y el silencio irrazonable del mundo. Est0 es lo que no hay que ol- vidar. A esto es lo que hay que aferrarse, puesto que toda la conse- cuencia de una uida puede nacer de ello. Lo irracional, ki nostal- gia humana y lo absurdo que surge de su enfrentamiento son 10s tres personajes del d r a m que debe terminar necesariamente con toda la lbgica de que es capaz una existencia”.

Albert Camas (El Mito de Siiqo)

Verano, kpoca actual. Cwclguier dia despuis de las cinco pasado meridiano. Andris -52, 55 afios-, aparece sentado leyendo a un costado de un box vacio. Fuera del camino para el uehiculo que debe guardarse alli, todo esta cubierto por un muy bien cuidado cisped. Este box pertenece a una elegante mansidn en donde Andrks ha pennanecido durante treinta afios. El donnitorio de su patrdn queda frente donde kl est6 sentado, en un segundo piso. AndrPs lee en uoz aha, lanuzndo de cuando en cuando rapadas y ansiosas miradas hacia su derecha, desde donde llegan ruidos de llaves y cafierias, mi como tambikn el eco de alguna cancibn ento- nada fuerte y desabridamente.

A N D R i2 s - . . .1337: inicio de la guerra de 10s cien arios; 1362- 1402, ocupacion de 10s balcanes por 10s otoma- nos; 1364- 1644, dinastia Ming: masacre de 10s. . . (Levanta la cabeza, escucha. Los ecos llegan claros desde el interior. Conti- nua leyendo.) 1369- 1405, reinado de Tamerlhn. Victoria SO-

bre 10s otomanos y la Horda Dorada; 1347- 135 1 , Europa sufre de la muerte negra hasta fines de siglo, muere casi un tercio de la humanidad; 1378-1417, gran Cisma de Occi- dente; 1429-1431, Juana de Arc0 cambia el curso de la

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rguerra en favor de Francia. Los. . . (levanta la cabeza. Escu- chando) la queman en la hoguera. . . (Deja el libro cuidadosa- mente a un lado, se levanta y mira hacia un costado, en el interior del box; alli parece ver algo que lo tranquiliza. Vuelve a sentarse a leer, sin dejar de prestar atencibn a 10s ruidos.) 1702, Guerra de la sucesi6n espafiola, cesi6n a. . . 2 1702?, no, no iba ahi, parece que era antes. (Busca) No puedo saltarme ninguna fecha. 1521, Hernln Cortks destruye el imperio azteca y tambikn. . . No, tampoco, tampoco, fd6nde iba? La historia no puede tener vacios, no importa que sea cruel; saberlo todo es la unica esperanza que tengo, si se me escapa algo mi razonamiento no serl vllido. . . kqui, aqui; 1434, si, eso era; 1434, gobierno de 10s mkdicis desencadena. . . (Se detie- ne bruscamente. Los ruidos han cesado. Toma una actitud de abso- luta concentracibn). . .1835, conflicto entre Santa Ana y 10s colonos de Tejas. Derrota mexicana en San Jacinto. . (Apa- rece Polo limpidndose las manos con un puriado de huaipe. Es un hombre vital, despreocupado, de unos 38-42 arios; sumamente jo- vial) 1837, reinado de Victoria, apogeo del imperio britlni-

P 0 L o - (Mirando desp-eocupadamente a su alrededor) ?No ve c6mo termink en un rato?

A N D R E S - (Asintiendo con un mouimiento de cabeza) 1839, guerra del opio, provocada por Inglaterra, quien ob- tiene Hong Kong y ventajas con. . .

I

1

co.. .

P 0 L o - (Mirdndole extrariado) iQuk dice? A N D R B S - (Cerraizdo el libro) Perdone, estaba leyendo;

cquk dice? P o L O - Que ya termink. Chis, si hubiera querio me la

piteo en una hora; per0 lo que pasa es que si uno hace las pegas muy rlpido 10s futres se chantan con el billeth. Como que se sienten estafaos, icomprende?

A N D R E S - (Que no ha entendido nada) Si, claro, por su- puesto.

P o L o - No se dan cuenta del tiempo que se ha demo- rao uno en aprender, o sea, no pagan 10s conocimientos. Ya ve ustk lo que cobra un ingeniero o un contaor por la pura

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firma; pero como uno es torreja creen que. . . (Szibitamente receloso) COiga. . . a ustC lo mandaron a vigilarme de la fa- brica o trabaja aqui?

A N D R E S - (Ambiguo) soy de aqui. P o L O - $6mo di‘aqui? CES pariente del futre? A N D R E S - No, no: eso no. P o L o - CY quC hace aqui entonces? A N D R E S - (Desasosegado) Cuido. P o L o - (Alivzudo) Ah, es el cuidaor. A N D R E S - (Efusivo) isi, si; eso es! P o L o - Guena pega. Pero a mi no me gusta, no mi’ha-

110 encerrao, yo tengo qu’estar siempre viendo gente, cues- tiones, movimiento, <comprende?

A N D R S - (Alegremente) si, si, por supuesto: eso es lo que he dicho siempre, aunque nadie me haya querido ha- cer caso: uno tiene que participar, no lo pueden condenar a mirar desde lejos. (Vehemente) 2No es justo que nos exi- lien, no es cierto? (Sombrio) Y menos en nosotros mismos.

P O L O - fC6mo dice ustC, exiliaos? A N D R E s - Separados, alejados; que nos olviden. P 0 L 0 - Ah, no PO, claro que no: si no somos na anima-

les p’estar echaos en un rinc6n. A N D R E S - (Perplejo) .<Se da cuenta?. . . CVerdadera-

mente se da cuenta de eso? (Para sf) Es increible, increible, jni siquiera Elisa se daba cuenta! Eso era justamente lo que yo le decia: “No soy un animal para estar pudriCndome en un rinc6n”, y no s610 a ella; estuve aiios y aiios gritandole eso a todo el que veia, pero nadie. . . nadie. . . (Inopinadu- mente) CQuiCn es usted? <Quit% lo mando?

P 0 L 0 - (Sorpendido) <Ah? (Pausa) CM’estA gueviando? A N D R E S - tRiCndome de usted? No, no, perdone; es

que estoy muy confundido. CQuiCn dijo que era? CCuAndo lleg6 me lo dijo, verdad?

P 0 L 0 - Claro PO iiior, c6mo no l’iba a decir: vine arreglar las caiierias. El futre me mand6. 0 sea qu’Cl le ha- bia dao la pega a mi compadre Lucho, pero como a mi com- padre le conviene mas trabajar el helao pa esta tempo&

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Page 362: Teatro de Juan Radrigan

me pas6 la pega a mi. Pero no hay problema, taita, si juimos 10s dos hablar con el futre, asi que sae toa la papa; {no le dijo na?

A N D R E s - Si, si, no se preocupe, eso no importa. Es que es muy raro: usted es la primera persona que esti de acuerdo conmigo. . . Ni siquiera Diego, mi propio hijo.. . El me insulto, me dijo.. . No, no quiero recordar; estoy contento, muy contento. {Sabe? cuando yo digo “No quiero recordar”, no recuerdo. Hace aAos que practico eso, se lo recomiendo, es muy fticil: cierre 10s ojos, apriete 10s pufios (lo hace), y repita con fuerza: “iN0 quiero recordar, no quie- ro recordar!”. . . Digalo desde la sangre, digalo con terror, y ver5 que de repente, sin darse cuenta, ya no recuerda nada. A1 comienzo, claro, cuesta un poco; pero despuCs es tan fticil como cerrar una puerta. . . Lo unico malo es que uno queda tan vacio por dentro, que ya no sabe si estA vivo o muerto: yo tengo que leer en voz alta para averiguarlo.

P o L O - 0 sea que uno quea como trasmitiendo. A N D R E S - {Como, tramitiendo? P o L o - Hablando con la soledi po. No, esa receta no

me sirve a mi, compadre: si uno’stti riviendo, tiene que vivir PO, justo. (Divertido) Pero pucha qu’es desparramao ustC pa conversar; ta hablando di’una cuesti6n y despues sale con otra. (Mirando a su alrededor) {Trabaja solo aqui?

r

1

1

A N D R Es - Si, solo. P 0 L O - Ah, por eso es tan gueno pa escapar. Yo he

perdio pegas re giienas por la misma cuesti6n, {no v e qu’es- tando solo mucho tiempo uno se raya ligerito? Mi’acuerdo qui’una vez me sali6 una pega re giiena en una escuela, y como le anduve cayendo en gracia a la directora, me dijo si me queria quear de cuidaor: daban casa, ropa, puchero, y encima tiraban un resto de billete, calcule. Mi vieja agarr6 papa a1 tiro: que la comia segura, que la cama, que la escue- la pa 10s cabros y cuanta macana. Pero yo cachC a1 tirante qu’eso era enterrarse en via, asi que le puse el dilema di’un viaje: la escuela o yo. Chis, claro po, justo, como se li‘ocurre que l’iba aguantar la pal8, no PO, nunca. (Condescendiente)

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Giieno, ustC es distinto, porque. . . A N n R E s - (Agresiuo) 2Por quk va a ser distinto? ?No

soy como usted yo, no soy persona? P o L O - Claro qu’es PO; per0 yo decia, como ya’stP car-

gao a1 aiio. . . A N D R E S - (Sin dirigirse a 61) Cuando entrC aqui, yo era

joven, no quisiera recordar, pero parece que creia en mu- chas cosas. (Pawa) En las mismas de mi padre, de mi abue- lo, de mi bisabuelo. . . en las mismas. . . (Bruscamente) jAho- ra soy viejo? ?Soy viejo?

P O L O - No pos, compadre; viejos, asi como pa querer botarlo ya de puro viejo, no: lo que pasa es que’sth medio pasao pa las pegas, jentiende?

A N D R E S - (De nueuo en su mundo) Claro, cuando pas6 eso, y vine a dar aqui, se acercaba la pascua y Diego queria una bicicleta. . . No, no, perdone: no era Diego el que que- ria la bicicleta, era Eugenia; 61 queria un auto a cuerda, peso yo no sabia en quC condiciones iba a quedar aqui, jcomprende?; todos eran rumores nomas, asi que no quise arriesgarme y termin6 comprPndole un ajedrez a Diego, y a Eugenia. . . A Eugenia. . . espkrese, jquC fuel. . . iAh, si: una caja con moldes de vestidos para recortar. No, no pudo ser asi: Eugenia no habia nacido todavia. . . (Dolido. Aswta- do) No me haga recordar, ipor favor; no me haga recordar!

P o L O - Chis, ipero si yo no I’estoy diciendo na PO!, es ustk el que larga el chorro; yo lounico que le due jue que ya’staba pasao de moda pa trabajar en otra cosa, ahora en ninguna pega reciben a nadie que tenga mPs de treinta aiios.

A N D R E s - (Interesado) jDbnde, en quC trabajos? <En las vidrierias?

P O L O - No, no en las puras vidrierias, en ninguna par- te.

A N D R E s - j Y quC hacen 10s que tienen mas de treinta afios entonces?

P o L O - Buscar pega PO, que mas van hacer si les quea via.

368

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A N D R E S - iPero eso es. . . es inconcebible!

A N D R E S - Que es injusto, que no es posible. P O L O - Ah, no gancho; no me venga na con politica,

AN D R k S - ?Que paso? P O L O - {No sabe? A N D R E S - Si, he estado leyendo (sefiala el libro), pero

todo me parece muy irracional; es como estar en el bi6gra- fo: veo hacer cosas a la gente, pero como no hablan, no s t porque las hacen, que 10s obliga, que 10s impulsa. {Me en- tiende?

P O L O - (Que no entiende nada) Claro, es la misma no- m&. (Le muestra el huaipe) tA6nde pueo botar esto?

A N D R E S - (Qut le estaba diciendo yo antes? No est& bamos hablando de trabajo, era de otra cosa. {De qut era, lo recuerda?

P 0 L o - Parece qu’estaba hablando de sus cabros; pero dijo que no se queria acordar. Giieno, me tengo qu’ir.

A N D R E S - {De ellos? {Que decia? P o L o - (Se gueda mirdndolo) Puta que tiene guena me-

moria ustt, gancho, se descuadr6. {No le dio nunca por meterse a detective? Taba diciendo que les habia comprao unas cuestiones, iiior.

A N D R E S - Ah, si, si; recuerdo que una vez le comprt un ajedrez a Diego, a1 principio no le gust6, pero desputs que le ensetit a jugar se entusiasm6 tanto que tuve que ins- cribirlo en un club. . . Elisa se pus0 en contra, decia que no era juego de niiios, que le podia atrofiar la mente, que 61 te- nia que jugar con otros niiios, correr, saltar, departir.. . Tambitn dijo que si me metia a1 sindicato no me lo iba a perdonar nunca, porque seguramente me iban a despedir y nadie me iba a dar trabajo nunca mhs. . . Pero yo s t que secretamente se sentia orgullosa de Diego y su ajedrez, por- que a veces la escuchaba decide a alguna vecina: “Esta ju- gando ajedrez”, y lo decia en un tono de ternura y admira- cion, que nunca tuvo para mi; para mi fue siempre lejana

P o L 0 - {QuC dijo?

mire que la cuesti6n t imuy pesk

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y dura, para mi fue siempre un sueiio por el que tenia que pagar un precio. . . N o quiero recordar, no quiero. . . (Re- pentinamente se para y grita hack arn’ba, hacia el segundo piso:) iSi, asi paso: hijo de puta, hijo de puta; estoy recordan- do!. . .

P o ~ o - ( M i r a n d o aswtado hacia arriba) 2A qui& le dice? {Ta el futre ahi, vino p’aca? N o la embarre, pos Taita, no la embarre: ?no ve que si s’espanta va cargar conmigo tambikn y no me va pagar na?

ANDRES-(Siempre mirando hacia aniba) No, no se preocupe: no est5 ahi, esta en la fabrica.

P o L o - l Y a quikn le dice asi entonces? A N n R E s - (Volviendo a sentarse) A 61, desde luego. P o L o - (Mirando hacia arn’ba) Claro, a 61. (Se encoge de

hombros. Le muestra el huaipe) Gueno, jefe, laonde pueo bo- tar esto? (Andris no contesta, se acew m6.s a i l ) lSe que6 dor- mio?

A N D R E S - (Cierra 10s ojos, aprieta 10s plfios) i N o quiero recordar, no quiero recordar!

P ~ ~ ~ - ( M o l e s t o ) iY0 no tengo na que ver con eso: quiero irme! (Lo iacude) il’estoy hablando!

A N D R E S - (Sobresaltado) {Ah? P O L O - (Mostrdndolo) Le dig0 que aonde pueo botar

A N D R E S - ZQuiere botar eso? Claro, alla a la vuelta de

P o L O - N o , no hay ninguno. A N D R E S - (Extrariado) ?No? P O L O - N o . Endenantes me puse a buscar el baiio

y’stuve dando gueltas por ahi por donde dice ustk; pero no vi n i n e n tarro: lo tinico que hay es una maquina de cortar pasto. (Recapacitando) ?Cueno, y quC no es el cuidaor ustk?

A N D R E s - Si, y se lo dije; hace mas de trein. . . P o L O - CY c6mo no sae aonde’sthn las cosas entonces? A N D R E s - (Preocupado) N o , no puede ser. Estoy segu-

ro de que hay un tarro grande ahi. La 6ltima vez que andu-

esto.

donde arreglo la caiieria hay un tarro grande.

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r ve por esos lados lo vi muy bien; usted tiene que estar equi- vocado.

P 0 L 0 - No PO, si le digo que nu’hay es porque nu’hay. La otra vez tuve un boche re grande con un futre, porque dijo que se habia refalao en un peazo de huaipe que yo ha- bia dejado por ahi, y no me queria pagar la pega: por eso le pregunto.

A N D R E S - Si, si; pero tiene que estar equivocado, yo lo vi; lo vi desde tan cerca como lo estoy viendo a usted. . . Recuerdo que fue para cuando bautizamos a Eugenia (Duda. Cierra los ojos haciendo memoria) No, no, espCrese: fue para un cumpleaiios, porque. . .

P 0 L 0 - (Riendo) iQuC chamullo m’esd rnetiendo aho- ra, iiior; tamos hablando del tarro!

A N D R E S - Claro, del tarro: eso es lo que le estoy di- ciendo, porque esa vez Elisa hizo una pequeiia fiesta para la niiia, per0 como yo no podia quedarme, me trajo unos dul- ces. DespuCs que me 10s servi me puse a caminar por ahi y entonces lo vi. (Pawa) Si, estoy completamente seguro, por- que tomo 61 (seriala hacia arriba) estaba por llegar no quise alejarme mucho, y tire la caja vacia desde ahi donde usted arregl6 la caiieria, pero como cay6 afuera tuve que acercar- me mas. Si, tiene que estar ahi todavia, yo no he visto pasar a nadie con un tarro. (Apesadumbrado) Nunca pasa nadie por aqui.

P o L o - (Se queda mircindolo conmiserativamente) ?Sac? no se haga problemas; voy a ir a buscar mis cosas y echo el huaipe en el maletin noma, total, me puee servir pa otra ve. (Se va sin esperar respuesta. Andrks gueda sumido en confwiones. Mira a izquierda y derecha, luego hacia arriba, vacila. Finalmente se decide: se leuanta y camina hacia el limite del box, de alli se pone a mirar si Polo ha dado con el tarro; no logra descubrzr nada, hace amago de avanzar, pero no se atreve. Consternado, vuelve a sen- tarse. Toma el libro, lee en 110.2 alta, sin ninguna entonacibn:

A N D R& s - 1936. Inglaterra: muere Jorge V; Alema- nia: Hitler ocupa la zona desmilitarizada de la Renania, vio- lando el tratado de Versalles; Espatia: Franco capitanea “el

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**

movimiento nacional” contra la republica, sitio de Madrid. Japon ocupa vastas zonas de China; Hitler toma Austria y la. . .

P 0 L o - (Regresando con su maletin de herramientas) {Ta viendo si’sta vivo? (Rie. Le muestra el maletin abierto) Vea, irior; estas son mis cosas.

A N D R E S - (Sin mirar el maletin) <Lo vio? P o L o - (Distraido) <Que cosa? A N D R E S - iEl tarro, el tarro! P O L O - Ah, no, no lo vi na. A N D R E S - <Per0 mir6 bien? PoLO-Xo, pa quC. (Pausa) Per0 no se preocupe, si

A N D R E S - {Esta seguro que busc6 bien? P 0 L 0 - ?Chis, va seguir? <Por que no lo va buscar ustC

A N D R E S - iNo puedo; tengo que estar aqui! (Sefiala el

P 0 L 0 - (Mirando ‘hacia el interior del box) Per0 esta cues-

A N D R E S - Bueno, ahora estP vacia, pero. . . P O L o - CSae que mas, gancho? Hace rat0 que m’esta

agarrando pa la palanca. (Estirando el maletin) Vea esta cues- ti6n, y chao pescao.

por ahi tiene qu’estar.

mismo si le interesa tanto?

box) iTengo que cuidar!

ti6n ta vacia PO, ifior, que le va cuidarle.

A N D R E S - No, no; cikrrelo nomas. P o L o - <Y si me llevo algo? A N D R E S - (Encogitfndose de hombros) Yo no tengo nada

que ver con eso. (Sefiala hacia arriba) El me hizo venir a esta hora para que le abriera la puerta, nada mas: no tengo que vigilarlo. No me paga para eso.

P o L o - <O sea que no es el cuidaor? A N D R E S - Por favor, se lo he dicho tanto. . . P o L o - (Mirando confundido a su alrededor) 2QuC cues-

ti6n es &a? . . .No se oyen ruios, no se ve gente. . . CViven viejos aqui? ?O sea qu’es un asilo, una cuesti6n asi?

A N D R E S - No, es un casa particular. P o L O - (Mirando con mhs detenimiento) Claro, chis; tiene

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toa la pinta de asilo. Yo hice una pega una vez en una maca- na d’estas, pero no era tan elegante; era pa viejos torre- jas. . . Pucha la cuestion pa triste, oiga; pasaban sentaos, mi- rando a lo lejos. . . eran como esas cuestiones que los futres van arrumbando en el patio de atrris, esas cosas que ya no mira nadie, que no le sirven a nadie y que les pega el sol y la lluvia y se van hundiendo solas en la tierra. . . (A Andris, sin mirarlo) ?Que miran 10s viejos, gancho? {Que piensan? Yo quiero ser un viejo creston, un viejo putamadre. . . Un viejo lindo, libre. Pucha, porque 10s tendran qu’encerrar, taitita. . .

A N D R E s - Elisa dijo: “Tenias que ser el guia, el hom- bre; de tus manos tenian que brotar paredes, tenian que brotar mesas, sillas, camas, y todas esas cosas que forman un hogar: tenias que tener amor en el corazon para noso- tros; pero nos llenaste de miseria, hambre y muerte. Nos vendiste, nos vendiste, Andrks: vendiste a tu mujer, a tu casa, a tus hijos. . .”

P O L o - 2Quikn es esa Elisa? ANDRES-Mimujer.. . P o L O - ?Ella lo tir6 aqui? A N D R Es -NO.

A N D R E S - ?Diego? No, 61 no est5 aqui; nunca quiso venir: esta en la casa. (Pausa) Bueno, ahora tampoco esta alla; est5 en un campeonato muy importante. (Busca en sus bolsillos) Mire, por aqui debo tener recortes de 10s diarios donde lo nombran. (Saca un month de papeles) A ver, a ver; no, esta es una carta que escribi6 Eugenia, una de esas com- posiciones que les hacen hacer en la escuela: tenia que decir . como eran sus padres. . . (Queda pensando) Imaginese, tenia once aiios cuando escribi6 esto. . . (Queda en silencio).

P O L O - ?SU hijo?

P o I . o - (Tratando de ver) <Que dice ahi? A N D R E S - Once aAos. . . ?de d6nde sac6 esto ella? P o L o - Per0 quk dice PO. A N D k E s - (Leyendo casi sin mirar) “Mi padre era un

hombre, no un oso; pero un dia le sucedi6 algo, y desde en-

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-.n

tonces duerrne, duerrne: nadie tiene la culpa de ser lo que ha nacido para ser; per0 todos tienen la culpa de ser lo que no han nacido para ser. Mi padre era un hombre, no un oso; por eso no hay prirnavera que pueda despertarlo”. (A Polo, despuks de una breve pausa) {Es una acusacion? {Un do- lor? {Un desprecio? (Muestra elpapel) Diga pues.

P o L O - Ah, no se PO; esas son cosas suyas. A N D R 6 S - Desde que entre aqui, ellos y Elisa fueron

corno un paiiuelo agitandose en el aire, perdikndose, per- diendose.. . {Usted sabe cuanto duran 10s carnpeonatos? Me refiero a 10s carnpeonatos de ajedrez.

P O L o - Noo, d’eso no tengo ni la mas pasajera idea. A mi preg6nterne por carnpionatos de chicha, de baile, de rnujeres; en eso si que le doy cancha, tiro y lao a cualquiera, per0 que voy a saber yo de carnpionatos de ajedrez, no la ernbarre PO.

A N D R E s - Se ha perdido un juego rnuy util. Diego so- lia decir que no, per0 yo siernpre he pensado que siendo una partida que se juega en el interior del hombre, tiene cualidades terapkuticas.

P o L O - {Tera quC? A N D R E S - Terapkuticas; bueno, en cierto modo, cu-

rativas. Si, es un juego saludable y entretenido. P o L O - iQuC va ser entretenia esa tontera, iiior! Ahi si

que se descuadro: esa rnacana es mas aburria que bailar con la herrnana. Pucha, con too respeto: uste llega a tornar gue- lo pa ser gil, es gil con alevosia y afkn de lucro. Entretenio el ajedrez, ahi si que. . .

A N D R 6 S - (Como si recikn se diera cuenta) {Por quC tiene el rnaletin en la rnano? (Angustiado) {Piensa irse?

P O L O - Chis, claro PO. {No le dije que termink la pega?

A N D R 6 S - (Parhndose con prestem, ansiosamente:) {NO podria quedarse un poco mas? Conversariarnos. . . Por fa- vor. . . Y o solo veo gente cuando me voy a dorrnir; per0 en- tonces ellos no pueden hablar, porque van a sus trabajos o salen a hacer diligencias. Hay una seiiora que me barre la

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pieza a veces, per0 desde que le conte el problema que te- nia con 61 (mira hucia am’ba), desde que le pedi consejo, ya no me espera, asi que la pieza siempre est5 vacia. . . vacia.

P 0 L 0 - Frega la cosa. Per0 hay que ver toos 10s laos tambiCn, tah? A lo mejor ustC se queria pitiar a la vieja PO.

A N D R E S - tQuC hice? P O L O - Se le tiro a 10s panqueques; queria agarrar

papa con ella. (Ante el gesto de extrafieza de Andris) iSe lo que- ria mandar a guardar, PO ifior! (Graficando) Ir a1 boche, tcomprende?

A N D R E S - Ah, no, no. Ella se fue porque le pregunte si comprendia mi posicih.

P o L O - ?No ve? <Que le dije? A N D R E S - (Sefialando) i Mi posici6n frente a el! (Pausa)

Por eso no esper6 mas hasta que yo llegara para irse, cuan- do tiene que decirme algo me deja un papel. He juntado un montbn de ellos, a <reces 10s leo; per0 no es lo mismo que sentir una voz. Y ya le dije que por aqui no pasa nunca na- die. . . 2Por que no se queda un poco mas? Hay tanto silen- cio aqui. . . Un ruido de palabras, un poco de compaiiia es lo unico que le pido. iHace tanto tiempo que estoy solo, tan terriblemente solo!. . . (Se hunde en su mundo).

P o L o - (Lo mira, se rmca la cabeza, confundido. Vuelue a guedarse mircindolo) iPuta qu’esta jodio ustC, gancho!. . . (Mira a su alrededor, lento, moroso; una miradu de extrafieza, de desorientacibn: de enfrentamiento con lo brutal y desconocido del mundo. Deja caer el muletin.) Si, si pueo acompafiarlo un res- to. (Trata de sonreir) Por too lo que no he io a1 cementerio.

A N D R E S - CAI cementerio? P o L O - 0 sea que ustC m’hizo acordarme de mi taita.

Me dio un tir6n aentro. A N D R E s - (Interesado) tPor que? tPor quC le record6 a

su padre? P O L O - (Despuis de una breve pausa) No sC PO. El era

putamadre, como yo; per0 m’hizo acordar d’C1.. . Nunca he tenio tiempo dir a1 cementerio. (Rehacikndose) Gueno, di- game la firme: CquC cuesti6n es Csta?

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A N D R E s - Una casa pues; es la casa del dueiio de la fibrica que lo mando aqui: 61 es mi patr6n.

P o L o - (Mirando hucia todos Zados) {Y las empliis? (Aonde’st5n las empliis que no se ven por ninguna parte?

A N D R E S - No hay: aqui no hay nadie mas que 151 y yo. P O L O - (Sefialando) ~ A s i qu’Cl viejo vive solo en esta

A N D R Es - Si. P o L o - (Enfhtico) Son locos estos gallos. (Mirando con

mcis detenimiento) Claro que son locos. Si yo juera Dios, le mandaba una mensa pat5 en las bolas y le quitaba la casa: las cuestiones tienen que ser pal que las necesita PO. (Pausa) Pucha, como se sentiria mi negra en esta mejorita, ipucha, c6mo se sentiria, ifior!

A N D R E s - A lo mejor no le gustaria; las mujeres tie- nen un modo faro de pensar.

P o L o - Mis que no l’iba a gustar; las mujeres le hacen chupete a las cuestiones caras, PO iiior, pucha que sabe poco de la via ustC. (Sefialando) Eh, (y esa macana es pisci- na?

mensa casa?

ANDRE S - si, creo que si. P O L O - Pucha, piscina y too. . . (Ta llena? A N D R E S - No, parece que no. Nunca he visto que al-

guien venga a Ilenarla. P o L O - iMe recondenara, la casa pa rara Csta! Tienen

de too y no usan na. CQuiCn arregla 10s jardines? Yo tam- biCn le pego a esa cuestion; a lo mejor aqui hay pega pa un giien rato. ZTienen a alguien o no?

A N D R E S - No sC, seguramente si hay alguien viene cuando yo me voy.

P o L O - Oiga, gancho, (ta seguro qu’est5 vivo ustk? A N D R E S - NO. P 0 L 0 - (Espantado) iAh! ANDREs-Bueno, pasar todo el tiempo sentado no

P 0 L 0 - CPasa too el dia sentao aqui? AND R E S - El dia no; la noche.

puede ser estar vivo.

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P o L o - (Se rasca la cabeza, confundido) N o entiendo nfi esta lesera. Se encoge de hombros, desatendikndose del asunto) ?A quC hora llega el futre?

A N D R E S - Casi siempre despuCs de las ocho. P o L o - (Calculando la hora por la claridad) Entonces lo

voy acompaiiar otro resto; me sirve pa que no cache que la pega era fficil.

A N D R E s - (Contento) Claro, claro (serialando); all5 adentro parece que hay una banca, si quiere la va a buscar y se sienta para que est6 mas cbmodo; creo que e s t i . .

P o L O - (Riendo) ?A1 lao del tarro? Pucha que le gusta el tandeo a ustC. (Mirando) Por aqui tiene que haber algo, no se preocupe. (Se mete a1 box; sale arrastrando un sac0 de ar- pillera a medio llenar) Aqui’sta PO, este. . .

A N D R E s - (Violento) j N o , eso no! (Se levanta con pestre- za, arrebatcindoselo) Esto es importante, es muy importante! (Lo apr’eta contra dl, lo pone a1 lado de donde est6 sentado. Breve pausa. Arrepentido de su brusquedud) Perdone, no quise ser maleducado, es que esto es muy importante para mi. . .

P O L O - CQUC es? {Que tiene ahi? A N D R E S - (Serialando su asiento) Aqui, sibntese aqui;

yo ya estoy cansado de estar sentado, venga, siCntese. P o L O - No, no, gracias; me tiro por aqui nomas: yo la

embarre (sentcindose en el pasto); no sabia que guardaba sus tesoros ahi. (Saca cigam’llos) 2UstC fuma?

A N D R E S - (Exageradumente cortks) Si, si, gracias. Aqui no puedo hacer ninguna otra cosa aparte de fumar y leer.

P o L o - (Parcindose a darle cigam’llos) {Y quC’st5 leyen- do? (Andrds le muestra. Lee en voz alta) “Historia del Hombre” (Gesto de comprensidn) Ah, de religibn: vangklico.

A N D R E S - No, no es un libro de religibn. P 0 L 0 - (Volviendo a sentarse) Yo nunca he poi0 leer li-

bracos asi tan grandes, me aburro ligerito. Me gustan las puras de comboy: Silver Kane y Quey Luguer; pucha, esos si que son giienos escritores; yo nunca ando sin uno d’esos. (Se levanta, abre el maletin y saca una novela de bolsillo sucia y doblada# Se la muestra.) ?No ve? (Ponikndosela frente a 10s ojos)

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Cache, “El Pistolero Tuerto”, pura accidn nomas, gancho; se pas6 pa ser guena. Y de verda PO, no como las de Marcia1 Lafuente Estefania aonde el jovencito saca la pistola y mata como a diez gallos con un puro balazo; chis, quikn le va creerle PO. . . (Andrks sufre un violento acceso de tos. Evidente- mente no estd acostumbrado u fumar) {Que le pasb?. . . {No le hacia na a1 cigarro? Pucha, como no me dijo PO.

A N D R E S - No, no es eso, es que. . . es que liltimamen- te he tenido un poco de tos.

POLO-No, si lo cache; zno ve que no s’echa na el humo pa entro? Taba fumando como mujer.

A N D R E S - (Mostrando la novela de Polo) {Que queria? P 0 L O - Na PO, se la’staba mostrando. A N D R 6 S - (Leyendo, sin tomark) “El Pistolero Tuerto”

(Condescendiente) Si, debe ser muy entretenida. P o L o - Claro, porque, {pa que se va hacer problemas

uno leyendo esas cuestiones que lo dejan como las tristes? No, yo leo pa entretenerme noma.

A N D R E S - Yo creo que 10s libros tienen algo bueno y algo malo. Lo bueno, es que uno descubre de repente que vivir es muy importante; lo malo, es que a1 mismo tiempo, uno se mira y se da cuenta de que es y siempre ha sido, una completa nulidad. (Pamu) Entonces. . . tpor que es impor- tante vivir? (Para si) Si no le es posible comprenderla, {de quC le sirve a1 condenado saber la causa de su condena? Y aun cuando pueda llegar a comprenderla, ?de que le sirve?

P O L O - 2No ve? Puro Lio. A N D R 6 S - Pero lo mas terrible, es que no se puede ce-

der, porque eso nos convertiria en marionetas volunta- rias. . . Cordero de Dios que quitas 10s pecados del mundo, cantaba ella. Y un hombre habia dicho: “iA ver, voh; pdne- te con el hocico vuelto pa la muralla; las manos en alto, las patas separas!” Y despuks las preguntas y 10s golpes; y enci- ma de todo, el pavor de saberse a merced de la brutalidad, el pavor indecible de saber que nadie en la tierra podrh in- terceder por uno, porque 10s unicos que podrian hacer algo estan gritando y retorciendose en la pieza del lado.

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c 1 -

Cordero de Dios que quitas 10s pecados del mundo, mira como te dejaron, cuando vai a poder ir a trabajar, cuando vai a poder paraste de nuevo: yo te decia que teniai que ve- lar por tu mujer y tus hijos. Cordero de Dios inconsciente, irresponsable, ahora no te van a recibir en ninguna parte, que va a ser de mi, que va a ser de nosotros. . . (Separa, c a w a todo pulmbn:) iCordero de Dios que quitas 10s pecados del mundo, ten piedad de nosotros, Cordero de Dios que. . .

P o L o - (Levantcindose rcipidamente) iEeh, no pos, gan- cho, no se ponga asi! Chis, como se va poner a predicar aqui. (No dijo que nu’era vangklico?

A N D R 12 s - Ella buscaba a Dios con la humillaci6n del miserable que busca a1 rico, con el temor animal del que va cayendo y no encuentra de que asirse. Per0 El le respondia con silencio, porque ella habia perdido el amor del princi- pio, el amor humano. . . Usted no sabe cuanto tiempo hace que estoy aqui, no sabe cuantos afios llevo pudriendome como un trapo viejo. No podia darles mas, ellos tenian que saberlo, tenian que estar a mi lado; per0 a1 final me queda- ba una sola cosa: la libertad. . . y tambikn me la pidieron. (Por quk no vienen a verme entonces? iNo tenian que olvi- darme, no tenian que despreciarme! iPuta de mi mujer, pe- rros de mis hijos!. . . Y o 10s queria. . . (Se sienta, abatzdo) Los queria. . .

P O L O - (Consokcindolo, confundido) Pucha, no pos, taiti- ta, no se ponga triste, calmese. . . (De aonde saca toas esas cuestiones? No se haga problemas, si esas cosas que dice ya pasaron ya. (Le muestra la novela) Mire, si quiere le empresto esta novela, pa que no se llene la cabeza de leseras; tome, si es regiiena. Se trata de una mina campiona que unos viva- rachos le querian quitarle el rancho; entonces, una vez qu’estaba Ilorando, porque ya s’iba a cumplir el plazo que el amo del pueblo le habia dao pa que s’echara el pollo, llega el joven, qu’era tuerto; se baja del caballo, se quea mirhndo- la asi un giien rat0 con el unico ojo y despuks le dice “Gur Morning”. . . (No ve que siempre que llega un gringo a al- guna parte dice “Gur Morning”?. . . Eh, per0 deme bola

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r- P O L o - Ya se me cur6 otra vez. UstC es mas porfiao

qu’C1 que queria hacer callar a un chancho a palos. iLa via hay que vivirla como viene nomas, las demas son puras pa- tillas! Yo en cuanto tengo un resto disponible, le digo a la vieja: “Ya, vieja, arreglate pa que salgamos” (Irguzindose como para dar una p a n noticia): La semana pasa juirnos a to- mar once a1 “Waldor”; ahi, sentaos 10s dos a1 rnedio de 10s bacanes iy golpiando la mesa! Chis, lpor que se va achicar uno? <Asi que las cuestiones giienas van a ser pa 10s puros que tienen el billete largo nornas? No PO, si Dios puso la mesa pa toos. lSae? un dia lo voy a convidar a mi casa, pa que vea las mensas fiestecitas que armamos con la vieja y las cufias. Tengo un equipo caballo e giieno, que paguk con puras pegas; tiene case, frecuencia modulb, efe erne, de too; ahi 10s ponimos a grabar con la vieja PO. Calcule el gus- tito que tenimos (comienza a enumerar) Lucho Barrios, Ra- m6n Aguilera, Palmenia Pizarro, Sonora Palacios: ni’un disco julero PO, puras pulenterias. No como 10s machucaos de ahora, que se van en puros saltos y peos nornas; estos que le dig0 ya son cantantes de verda, le hacen a1 senti- miento, a la realida. Por ejemplo, lust6 sabia que Palmenia Pizarro canta su via?, claro, lno ve qu’el hombr6n se le jue con otra mina? A e1 le dedic6 ese disco “Mi Mario” que tie- ne PO. <Lo ha escuchado uste? (Canta) ZGueno, ah? (Solida- rio) Pucha, como se sentira el hombre cuando lo escucha por ahi, <ah? Y no es na que ahora ella ’sta en Mejico: de San Felipe a Mejico, medio saltito. . . y ganando el tonto verde; no las chauchas di’aqui, <no ve que alla corre el do- lar? Chita que debe pegarle firme a la perra el pobre cris- tiano. Cache que aqui nornas ella grab6 corn0 doce lon- pley. {Y cuantos tiene que haber grabao en Mejico, ah? {Cuantos tiene que haber grabao? Saque cuentas que yo nomas tengo como cinco case de 10s que ha hecho alla, y caa uno vale como tres gambitas, po. (Pausa) No, si yo no me fijo en gastos pa pasarlo, bien; uste me rnira como si l’estuviera contando puras chivas: pa que le voy a’star engrupiendo PO, que voy a ganar. Claro qu’es cierto que la mayoria de las

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P guir viviendo!. . . (Directamente a Polo, buscando apoyo:) Ella nunca crey6 en mi para nada. Si alguna vez me hubiese sa- cad0 la loteria, lo linico que hubiera dicho, habria sido: CY que vamos a hacer cuando se nos termine la plata?. . . Pero yo la queria, la queria sin condiciones; la queria como por hambre, como por sed.

P o L O - Pucha, {no digo y o que uste es mas desparra- mao que una guatona en pelota pa conversar? <De quC’st5 hablando ahora? <De su iiiora?

A N D R E S - Si, de ella; la pobrecita no servia para la desgracia.

P o L O - 0 sea qu’era poco collerera. La mia no, chis. Cuando ando fall0 a la pega ella sale a rebusdrselas en lo que caiga: lava, cose, vende cachureos en la feria; hace cualquier cosa, per0 el guiso no falta. Por algo somos dos PO. No, lo qye pasa es que a uste su yunta no lo queria ni paila.

A N D R E S - (Interesado) {Usted Cree? P O L O - Claro PO. fC6mo lo van a querer a uno en las

puras guenas nomis? No, a ustk lo tenian pa asegurarse el techo y la comia: pa ni’una cosa mas. {Por que no le dio una guena huaica cuando le jodia la pita?

A N D R E S - CHuaica? P o L O - Tanda, pu ifior, patas. Con una pura ensala de

combos que le hubiera servio, la deja mas querendona que no habiendo. Pucha, claro; no, lo que pasa es que ustC se hace muchos problemas, la cuesti6n no es na asi. Por ejem- plo, cuando a la negra le dio conque yo manijaa chey y me comenz6 a sacar 10s choros del canasto, le mandC una zum- ba, que toavia me duelen las manos cuando mi’acuerdo: santo remedio, pa nunca mPs. Correct0 PO, correcto; por- que, claro, yo tenia otra minita, pa que le voy a decirle una cosa por otra, ipero ella no sabia PO, no me habia cachao!: lo hacia de pur0 desconfia. Y esas cuestiones si que no, pos, compadre; chis, <corn0 no 10s vamos a tener confianza si so- mos casaos? A6nde iamos a ir a parar, no PO, no. Apuesto a que ustC nunca. . .

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A N D R E S - (Abruptamente) iNo quiero hablar de ella, no quiero! (Se levanta, confundido) Perd6n, perd6n. . . no quise gritarlo. . . (Obsequioso) tSabe? Cuando C1 (mira hacia arriba) me dijo que usted iba a venir, comprC algunas cosas: ttiene hambre? <Querria comer o tomar algo?. . . Si quiero que me ayude, lo menos que puedo hacer es que se sienta grato.

P o L o - (Retrocediendo) {QuC le ayde? (Desconfiado) ?A

A N D R i? S - (Vacilante) No sC. . . P O L O - Chis, <y c6mo quiere que lo ayue entonces? ANDRE S - Es que no he pensado; hace tanto tiempo

que no queria pensar. . . Comprender. . . <Puede ser eso? Si, parece que eso era: comprender. Si yo pudiera decir que todo est5 bien, que corresponde, entonces. . . Porque, tsabe?, hubo un tiempo en que vivia en una casa donde una mujer barria, limpiaba y preparaba comida; tambiCn en esa casa, que era de adobes, con un gran patio en donde habia un naranjo, sonaban voces de niiios: uno se llamaba Diego, la otra Eugenia. Era mi paraiso, me lo habia ganado; pero de repente se quebr6. Yo lo entendi, porque no se puede ser feliz en un lugar en donde no son todos felices; Cramos una isla y la desdicha de afuera tenia que terminar por arrasarnos.. . Lo que no entendi fue lo que sucedi6 des- pues entre nosotros. . . <Estoy siendo claro, me esta enten- diendo?

P o L O - Pa quC lo voy a engatiarlo, algo nomas. Debe ser aonde me dio sC con la cuestion que dijo que tenia all5 aentro. (Rie)

,A N D R E S - iAh, si, si, claro! (Entra a1 box; vuelve con una botella y vasos. Le pasa la botella.)

P O L O - (Mirando la etiqueta) iAndate, el vino pa Giie- no! Se pasb; aqui si que se pad , compadre. (La destapa y sir- ve. Paladea golosamente. Se sienta en el pasto con la botella a1 lado) iEste si qu'es vino, no la porqueria que toma el pobre obrero! Pucha, en la matiana cuando paso a la pica, me tie-

quC?

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- -

A N D R E S - iPero piense antes de contestar, no lo haga todo tan sencillo! Morir es trigico, y morir sin haber hecho nada es doblemente triigico; es el colmo del absurdo.

P o L o - Pa morir nacimos PO, pucha que le pone color. (Se s h e . Le ofrece a Andrks. Este no acepta.)

A N D R E s - ?Que van a decir de usted despuks que muera? ?Quk era casado, tenia cuatro hijos y trabajaba en cualquier cosa? Eso no significa nada.

P o L o - (Amoscado) $omo que na? A N n R E S - iNada, nada: son generalidades! A lo que

voy es si alguna vez se ha preguntado por que naci6.iNacio para andar arreglando Haves? ?Para ir alguna vez a1 “Wal- dorf’? iNo pudo venir a hacer algo tan absurdo, tan sin ob- jeto!

P o L O - Pucha, l y a quC ia a venir entonces? A N D R k S - Eso es lo que tiene que comenzar a pregun-

P o L o - ?Y a quikn le voy a preguntar? A N n R E s - A usted mismo, desde luego. Por ahi se

P o L O - (Tenso) Chis, no se pase; no se pase, pos amiga-

A N D R ~ S - iSi est5 conforme con-lo que hace es un

P O L o - (Picado) Chis, l y quk ustC es muy pulento, gan-

A N D R E S - CPulento? {Que es eso? P o L O - Bacan, PO, poderoso, avivao; ?no m’esta tra-

A N D R E s - iHable de un modo que le entienda! P o L o - (Se para, encrespado) No me grite, amigazo; no

se ponga puntuo: esas cuestiones si que no. Chis, se raja con una bota y empieza a gritoniar a1 tiro; menos mal que no le aguantC la barreta de 10s shguches, porque ahi me agarra a combos. T a bien que se le corran las tejas, per0 no cargue conmigo.

tarse.

empieza a dejar de ser animal.

zo.

simple animal; porque lo que hace no significa nada, nada!

cho?

tando de gil? Cache la estofa que. . .

A N D R E S - iEs que usted se evade, no conversa! ,

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P o L o - (Con un obscuro sentimiento de culpa) Per0 es que ustk se pone muy complicao. 2Por quk no mi’habla de fut- bol, de tragos, de minas? Y encima se pone pasao pa la pun- ta. No, si yo soycuello pa la conversa; pero es que esas cues- tiones que habla ustk yo no las entiendo. 0 sea que no me hago problemas, ientiende? (Pausa) Ustk me puee decir que soy inorante, animal y toas esas cuestiones: per0 yo le digo esta pura cosita: 10s dos tamos viviendo la misma via, ocupamos el mismo aire y pisamos la misma tierra: per0 ustk lo ha pasao como el forro y yo no. Por otro lao, yo no tengo na qu’estar aqui, me pueo ir cuando quiera; pero lo’stoy acompafiando, porque me dio re mucha pena verlo tan solo, o sea que no soy tan animal como dice. (Contento, sonriendo) Giieno, ahora que le cant6 las cuarenta, {quk le parece si la empezamos a pasar bien? {Le gustan 10s chis- tes? iEso es lo que le hace falta, taita; acordarse de que hay que reirse! (Vital) Loree, cache esta adivinanza: Vieja vestia de negro, con el pajaro enterrao en la tierra. {Que es? Ca- che bien po: vieja de negro con el pajaro enterrao en la tie- rra. Ya po.

A N D R E S - (Neutro) No se me ocurre. P O L O - iLa viua, pu ifior! (Me) Y esto’tra: Entre un. . .

(Lo mira desalentado) Pucha, a ust6 no lo hace reir ni Chaplin Po; se pas6 pA ser amargao.

A N D R E s - (Ensimismado) Yo queria ayudarlo: lleg6 aqui y queria ayudarlo: todos necesitamos comprender.

P o L o - Chis, la manerita de querer ayuarme: casi 10s agarramos a combos. Fero no se preocupe, taita, yo no soy rencoroso.

A N D R E S - Usted tambikn tiene el deber de ayudarme. (Pawa) ?Lo han obligado alguna vez a hacer algo que no queria?

P o L o - {Obligarme? (Casi agreszvo) CQuikn va ’obligar- ‘ me?

A N D R E S - Por ejemplo, usted dijo que no le gustaba trabajar de cuidador; pero suponga que no le ofrecieran m5s trabajo de gasfiteria, que lo unico posible fuera ese tra- ’I

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bajo en la escuela que me conto. P 0 L 0 - No, no me pasa eso; no mi’ha pasao nunca. A N D R E S - Es so10 una suposicion, un ejemplo. P 0 L O - (Obstinado) No, es que no me pasa. ?No ve que

yo no le trabajo a la gasfiteria nomas? Y o le hago a1 estuco, a1 barni, a la pintura; le trabajo la carpinteria, la. . .

A N D R E S - iLe digo que es algo hipotetico! P 0 L 0 - {Que’s eso? En eso no he trabajao nunca. A N D n E s - iN0, no! Le pido que se Io imagine. P O L O - Ah, ?y paquC? A N D n E s - (Abruptamente) CSabe lo que hago aqui? P o L O - Chis, {otra vez? Cuida PO. A N D n E s - Si, {pero quC cuido? (Se levanta, se acerca a

P o L o - (Echandose instintivamente hacia atras) Too esto

A N D R E s - No, ya le dije que no tengo nada que ver

P o L O - (InLorporcindose a medias) {No? A N D R E S - No. (Sefialando el box) Cuido un auto. P 0 L 0 - (Sin compfender. Mirando hacia el box vacio.) <Un

auto? CCud auto? A N ~ ~ E ~ - ( M i r a n d o hucia el segundo piso.) El de 61.

(Pausa breve) Cuando llega lo guarda ahi, y yo me siento a cuidarlo. (Se sienta) El duerme ahi, en el segundo piso (sefia- la); a veces me paseo. (Se levanta y lo hace.) Per0 no puedo alejarme mucho mas all5 de este box (siemp-e pasecindose), porque si me paso de este limite se enoja. . . Yo no sC a que horas duerme, me parece que nunca, porque a veces me pongo a leer (se sienta y toma el libro), como desde hace mu- cho tiempo que tengo este puro libro y no puedo entender- lo, la mayoria de las veces me da suerio y cabeceo (lo hace).

i Entonces. . . (Parcindose sobresaltado) Entonces siento su tre- I mendo grito desde arriba: (gn‘tando) “iEl auto, hombre, el I auto: no lo descuide!” ’ P o L o - (Incorporhndose, asustado) iNo grite tan juerte

que lo puee oir alguien! (Se acerca a i l ) Pucha, calmese, tai-

61).

PO, que va cuidar.

con la casa, ni con el patio.

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ta, que le pasa. .iNo ve que si lo cachan vamos a perder 10s dos?

A N D R E s - (Controlhndose) No hay nadie. . . Ya le dije que aqui no hay nadie: el auto y yo nom& el auto y yo. . . Ya no hay hijos, ni mujer, ni casa ni nada.. . Antes hubo tantas cosas. . .

P o L o - (Incrkdulo) Per0 c&mo lo va tener pa puro mi- rarle el auto; tendri que lavarlo y too eso.

A N D R E S - No, lo linico que tengo que hacer es cui- darlo. (Pawa) Desde hace siglos que hago lo mismo. . .

P o L O - iPero de qui& va cuidarlo, si lo guarda aentro de la casa! (Se rasca la cabeza) Chita la pega pa rara. . . ?Fir- me que no tiene nP m& que hacer?

AND R k S - No, nada mas. P O L O - (Se queda pensando) Gueno, pucha, entonce es

la papa: no hace na y encima le pagan. Yo creia qu’el futre lo’staba pulmoniando firmeza; como habla toas esas cues- tiones. . .

A N D R E S - (Se acerca a 61) ?No comprende? iDijo que comprendia: dijo que no Cramos animales para estar echa- dos en un rinc6n: lo dijo!

P O L O - Ah, claro; per0 es que entonces ustC no me ha- bia dicho na como era la cosa.

AN D R E S - iY0 no le he dicho nada como para que cambie de parecer! iNo me puede hacer eso; yo no soy un desperdicio: soy una persona!. . . Una persona, entikndalo. (Quebrado) EntiCndalo, por favor. . . (Se sienta, abatido) “Bueno, i y de que te preocupas si tenemos para comer?” Asi decia Elisa, y asi me han dicho todos durante aiios y afios “Aguanta, aguanta, AndrCs, que afuera no hay traba- jo en ninguna parte”. Y aguantando me puse viejo, me puse viejo durmiendo; me puse viejo sin ver crecer 10s hi- jos, sin hablar con Elisa, perdiendole dia a dia; no es justo, no es justo. . . Si yo pudiera encontrar a alguien, si pudiera encontrar a una sola persona que comprendiera esta situa- ci&n, sabria que el mundo no estti loco, podrido y perdido para siempre. . . (Se para, se acerca a kl ) Ahora lo si.; ahora

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P o L O - CEn el treinta y tres ya tenia doce afios? Enton- ces ustC es mas viejo que sonarse con 10s deos.

A N D R E s - . . .TrabajBbamos con mas de cuarenta gra- dos de calor y todo estaba lleno de humo y olor a muerto; ese olor lo daba la carne quemada, como la mayoria Cramos nifios, nos llevabamos quemando y cortando.. . Per0 a lo que le teniamos mas miedo era a desmayarnos, porque en- tonces nos despedian sin apelaci6n.. . Cuando quebraba- mos algun chuico o alguna botella 10s capataces nos pega- ban. . . Nos encerraban en una pieza y nos patiaban sin pie- dad.. .

P o L O - Pucha, cy aguantaban que !es pegaran? A N D R E S - Era un tiempo feroz, no habia trabajo en

ninguna parte. P O L O - Aunque juera asi PO. Chis, a mi m’iban a venir

a pegar. . . A N D R E S - ZPor que me interrumpe? 2Por quC no me

deja hablar?. . . Yo no queria recordar, usted tuvo la cul- pa. . . Desde que vino el otro maestro a pintar esto (sefiala el box) no habia tenido oportunidad de hablar con nadie; crei que habia aprendido a olvidar. . .

P 0 L 0 - (Znteresado) <Pintan seguio aqui? Yo li’hago a too eso. PaletCese conmigo cuando el futre tenga otra pe- p i t a asi po.

A N D R E s - (Impaciente) Por favor; le estoy contando como comenz6 todo. ,

P 0 L 0 - (Bebiendo) Justo, justo; dCle nomas. Si yo le digo por siaca, ustC sae que nunca ta de mas. 2Asi qu’estaba frega la cosa, ah?

A N D R E S - si, muy mala. En ninguna parte recibian hombres, porque decian que eran revoltosos de la federa- cidn obrera. Y estaba el tifus exantemitico, que mataba po- bres a montones en 10s conventillos; la gente de la sanidad se metia a sac0 en las casas de 10s cesantes y sacaban 10s col- chones y las frazadas para quemarlas: todo eso pasaba, por eso tuvimos que entrar a trabajar 10s nifios y soportar lo que viniera. . . Llevaba cuatro afios ahi ya, cuando C1 (seria-

.

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tiempo las huelgas se podian declarar de un dia para el otro. (Pausa) Un dia, parece que hace un aiio o dos, no lo recuerdo, 61 lleg6 trayendo un papel donde decia que aho- ra las huelgas las tenia que autorizar el patr6n. jEs cierto eso?

P O L O - N o s6, yo no’estao nunca en huelga, zno ve que trabajo por mi cuenta? (Pausa) Oiga, compadre.. . jSae? Lo’stoy cachando que ustC es rojelio.. . CSabia que ahora 10s poimos ir a dar una giieltecita pa la pampa por tar hablando d’estas cuestiones? 0 sea, jsae lo que pasa? Hay liberti pa hablar, ustC puee hablar de lo que se le anto- je, pero tiene que peir permiso primero.

A N D R E S - ?Per0 c6mo va a haber libertad si uno tiene que pedir permiso para hablar? No entiendo.

P O L O - Yo tampoco, per0 asi es la cuestibn. Gueno, jquC le pas6 con el hombre? (Sefiala)

A N D R E S - Los demis vidrieros comenzaron a pedir lo mismo, entonces 10s empresarios se juntaron con 61 (seriala) y le exigieron que terminara con el mal ejemp!o, es decir con nosotros; le ayudaron a mantenerse sin pedido por un tiempo, para que pudiera ir parando hornos y despidiendo gente. . . asi pudo terminar con el sindicato. Despues co- menz6 de nuevo en la que tiene ahora. . . A mi me conden6 a estar sentado aqui para siempre, por haber formado un sindicato que no era apatronado.

P o L O - Chis, la mama condena: no hace na y mis en- cima le pagan.

A N D R E S - iFue un castigo inhumano, me inutilizb; me dej6 fuera de la vida!

P o ~ o - G U e n o , si no le gustaba la pega pa que le aguant6 PO.

A N D R E S - Yo era un fuera de la ley, me amenazb. . . Ademis la crisis, la cara de Elisa llena de 1Pgrimas. . . Y 10s golpes, esos golpes interminables que me habian dado.. . Parece que pens6 que cuando pasara todo podria comenzar a buscar otra cosa; pero despu6s naci6 Eugenia, y ademas ya nunca hubo una puerta abierta para mi en ninguna €A-

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brica. . . Asi que tuve que seguir y seguir aqui. . . P o L O - CY por eso se amardita tanto? Pucha, yo co-

nozco la cachP de gallos que trabajan de noche y na que gri- tan. Lo unico que tienen que cambiar, es la hora de hacer la cuesti6n nomas. . . CDebe ser raro a1 principio, ah? ?No ve que uno ta acostumbrao a guaraquiar de noche?

A N D R E s - Quiero que entienda esto: yo hubiera so- portado cualquier cosa si hubiera tenido amor, incluso hu- biera matado. . . Pero en un mundo en donde a un hombre se le permitia tener un esclavo, era demasiada injusticia ser considerado s610 como una bestia de carga por la propia es- posa: jera ser esclavo dos veces! Y no me diga que el mun- do esta lleno de mujeres y de hijos nuevos: no somos bes- tias.

POLO- Gueno, pero ya’sta frito; lo unico que tiene que hacer ahora es aguantar aqui nomas hasta que lo pille la jubilaci6n.

A N D R E S - CJubilar? 2Para que? No se d6nde estin, practique tanto el olvido, que no recuerdo que sucedio. Llegaba en la mafiana y me acostaba; dormia y dormia has- ta que era la hora de venirme. . . Despues creo que comen- cC a quedarme aqui. No sC, de eso ya no me acuerdo muy bien, todo se fue alejando, desdibujando, hasta que se per- di6 a lo lejos. . . (Cierra 10s ojos, uprieta 10s pufios) jNo quiero recordar, no quiero recordar!

P O L O - Eso es, taita, eso es: siga con la puerta cerrk; las cosas ya le dolieron una vez, pa que quiere que le guel- van a doler. . . Y tambiCn que si se acuerda bien de lo que le pas6 y quiere salir a cobrar, le va a irle re mal alli ajuera, porque. . . isae?, taba pensando (mira hacia la calle, con cierta obscura perplejidad) . . .es como si el tiempo no hubiera pa- sao. . . all5 ajuera ta el mismo despelote que ustC dejo. No, no hay donde perderse, taitita, quedese aqui noma; total, aqui es rey.

A N D R E s - CRey? {rey de que, de quien? iAqui no hay nadie! jMire, mire! Todo es inmovilidad, silencio, vacio. . . Soy una nada pensante, Ccomprende, comprende?

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P O L O - (Gesto de comprensidn, aunque es evidente que no ha entendido nada) Ah, claro, como no voy a entender: es frega la cosa. (Se estira. Otea) Gueno, cumpita, parece que lleg6 la hora de pirarse.

A N D R E S - (Preocupado) (Pirarse es irse? P O L O - Claro, echarse el pollo. (Sonriendo) <No ve

como’sta aprendiendo? A N D R E s - (Angzlstiado) iNo puede irse! (Se para)

iQuiCn sabe cuando va a volver a pasar alguien por aqui! P o L o - Es que ya no pueo quedarme mas, en serio, yo

lo acompafiaria otro resto, per0 ya es muy tarde. A N D R E S - iPero es que no tengo nada que hacer!. . .

No es que est6 solo, es mucho mas que eso: no hay nada ni nadie que est6 ligado a mi en toda la tierra. . . Es la soledad absoluta, la inutilidad absoluta.

P o L O - (Y la ifiora que nombra tanto? A N D R E S - Murib. . . muri6. . . P 0 L 0 - Ah, pucha. . . CNos’taba peliao nomas con

ella? Yo creia. . . (Y 10s cabros? A N D R E S - (Ellos?. . . Diego esta en un campeonato

muy importante; per0 ya debe de estar terminando y en- tonces va a venir. . .

P 0 L 0 - CY c6mo dice que no tiene a nadie? A N D R E S - jEllos estan vivos; estan vivos!. . . Los espe-

ro, 10s estoy esperando, vamos a conversar, a conversar mucho hasta aclarar las cosas, ya no me duerrno; incluso si Elisa quiere, podremos ir a1 bi6grafo o a. . . <Per0 vendran? Diego me dijo. . . Me dijo que yo era una mierda. “El hom- bre est& a1 frente -me dijo- delante de todo; usted es el ejemplo de como no se debe vivir: es una mierda”. . . tPor qu6 me dijo eso, por que me trat6 asi? Yo. . . Yo. . .

P 0 L 0 - (Y la nifia, compadre? A N D R E s - No s6, no se; me lo dijo, tuvo que decirme-

lo, per0 no se d6nde est& no lo recuerdo; y no puedo salir a buscarla, porque tengo que estar aqui. (Usted me com- prende, verdad? Hay que comer, hay que asegurar el bie-

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nestar de la familia; uno es el hombre, el que tiene que ve-

P o L o - (Somhio) Claro, claro, espCrelos aqui no- mas.. . Aqui’sta bien, compadre, ta flor; ta mucho mejor que ajuera, no se haga problemas. (Mirando hacia la calle) All5 ajuera no lo van a entenderlo. . . (Abre el maletin, saca la novela) Tome, se la dejo.

A N D R E S - (En un esfuerzo putktzco) Tengo otra botella ahi adentro, podriamos tomarla y conversar un poco mas. (Sefiala a su alrededor) Mire, todavia est5 claro. (Quiere entrar a1 box)

P 0 L 0 - (Atajhndolo) No, no, compadre; ya oscureci6, tengo que ir a cobrar la pega. . . (Sae quC m b ? No l’entendi casi na de lo que me dijo, pero, ?sac?: pidame algo.

A N D R E s - (Confundido) {Algo? ?Que le pida dgo? (Vuelve a sentarse) Quisiera ver a Diego. . . Lo obliguk a pen- sar desde Ios siete arios. En un mundo en donde s610 estaba permitido obedecer, yo lo obliguk a pensar desde 10s siete arios. . . (Le dije eso; se lo habia contado? (Disculphndose) Perdone, es que a veces no recuerdo algunas cosas. Diego no tuvo la culpa, de dbnde, de quC lugar de la tierra iba a sacar amor. . .

1 lar, cuidar, sacrificarse.

P O L O - (Desengafiado) No, pos, taita; eso no. A N D R E S - . . .si con Elisa eramos dos y no podiamos

querernos; de d6nde si el mundo se habia despedazado una vez y la bestia, la gran bestia de las siete cabezas, volvia a querer. . .

POLO-Pucha.. . A N D R E S - . . . sah del mar a park mas muerte y m5s

locura. . . No: era otra; era una segunda Bestia, mas pode- rosa. . .

P 0 L o - iNo, no! A N D R E S - iSi. si: era mas poderosa! (Se para, vehemen-

te, casi alucinado) Tenia dos cuernos semejantes a 10s de un cordero, pero hablaba como un dragon. (Polo se resignu a de- jade hablar; a esperar su oportunidad) EJerci6 toda la autori- dad de la primera bestia en presencia de ella e hizo que la

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tierra y todos 10s moradores de ella adorasen a la primera bestia. Hizo grandes sefiales, hasta hacer bajar fuego del cielo a la tierra delante de 10s hombres. Extravi6 a 10s mora- dores de la tierra, diciendoles que hiciesen una imagen en honor de la bestia, que tiene una herida de espada y que ha revivido. . .

P o L o - iYa, ya; chllese, dejeme hablar! A N D R E S - iTiene que saber, si quiere ayudarme tiene

que saberlo todo! Diego no podia hacer nada. . . Quisiera verlo, quisiera verlo ahora, para decirle lo que no pude de- cirle nunca. . . iAhora tengo tantas palabras adentro!

P o L o - iY0 no I’estoy hablando d’eso! (Se acerca a i l ) Le digo que me pida algo, per0 algo que yo pueda darle, compadre.. . Tengo que irme, pero quisiera. . . iPuta, como no me va entender!

AN D R k S - iEl que no entiende es usted! QuCdese y conversemos. . . Las palabras son buenas, ayudan, acla- ran. . . iEs lo unico que tenemos, entikndalo, si perdemos eso ya no quedara ninguna posibilidad de salvaci6n para nadie!

P o L o - No sea porfiao PO, ?no ve que si no va c h r a r pierde el pobre obrero? Y tengo que llevarle la plata a la negra; m’esta esperando pa ir a comprar mercaderia.. . Eh, ipor que no me acompafia y 10s pasamos a tomar unos pencazos juntos? Como sae si con la cafia se me despeja la pensaora y le pueo entender algo d’esas cuestiones que le da por hablar?

A N D R E s - iNo puedo, tengo que estar aqui! 2No de- cian todos que est0 era lo mejor, lo justo? iNo pueden cam- biar de parecer ahora! Se acabaron 10s tiempos: ya s610 queda el tiempo de soportar. Y aqui estoy soportando.. . soy un marido modelo, un padre ejeinplar. . . soy un ciuda- dano perfecto. . . perfecto.

P 0 L O - Dkjese de macanas, ifior; si eso ya no le sirve pa na.

A N D R E S - Tengo que estar aqui. . . Tengo que cubrir este importante puesto. . .

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P O L O - (Abum’do) CSae quk mas? Haga lo que quiera.

A N D R E S - (Atajdndole) iNo, no! P O L O - iCabrkese PO, dkjeme pasar; yo no pueo hacer

na por‘ustk, no entiende: ta loco! A N D R E S - {Loco? (Dolorosamente sorprendido) <Me dijo

loco?. . . {Por quC me dice asi? Y o no he hecho nada raro: me dijeron que estuviera aqui; hasta usted mismo me lo pi- dio.

(Va a buscar su maletin)

P o L o - ?Yo? ZCuando le he dicho na yo? A N D R E S - Me dijo que aqui estaba mejor. . . Me que-

ria prestar un libro para que no me aburriera. P O L O - Ah, eso jue endenantes. Claro, pero. . . iPu-

cha, es que ustC no quiere na! Le dije que lo comprendia, qu’el futre podia pasarle una radio o traerle compaiiia y no me dio ni bola; le dije que 10s juCramos a pegar un pencazo y na, le digo que le empresto el libro y na: iquk crestas es lo que quiere entonces, PO iiior!

A N D R E S - Se lo he dicho tanto: que me ayude. P o L o - i Pero en quC PO, en quC! A N D R E S - (Lo mira angustiado) No lo sC, no lo sC: es us-

ted el que tiene que sabedo. P o L o - No, no lo s k , no pueo cachar na: lo unico que

sC es que me gustaria ayuarlo; pero no sI5 como, no se mi’ocurre. . . Y se hizo tarde. (Un silencio. Polo t o m el male- tin)

A N D R E S - iNo, no puede hacer eso: qui& sabe cuan- do va a volver a pasar alguien porxiqui! (Lo toma de la ropa)

P 0 L 0 - (Forcejeando) iSuklteme, ifior, no se ponga cal- dillo; ya m’esta sacando 10s choros del canasto ya!

A N D R E S - iUsted me hizo recordar, yo no queria! P O L O - iSuklteme, le digo!

(Tras un uiolento forcejeo, en el que el mletin se abre y las herra- mientas se desparraman por el suelo, Polo le da un golpe; And& cae pesadamente a1 suelo. Polo se arregla las ropas a manotazos, lo mira despectiuamente y comienza a juntar Ips herramientas. Cuan- do ha recogzdo dos o tres, se queda pensando. Mzra a Andrks, que

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se ha medio sentado en el suelo. Se siente desasosegado. Es un hom- bre simple, bueno; s w motivaciones b4sicas han sido alteradas bru- talmente: es lo que le ata a Andrks: para irse en paz, para irse sien- do el mismo, necesita saber que todo est4 bien.)

P 0 L 0 - ?No ve lo que pasa por ponerse porfiao? Pu- cha, yo le decia (Pawa) PPrese, pos corril. (Andrks permunece en el suelo, sin contestar) Yo. . . Yo no queria pegarle; como voy a querer pegarle a ustC, si ha sufrio mks que la cresta. . . Y somos amigos, claro, somos amigos, pos taitita. (Va hacia 61, lo aywla a levantarse, a sentarse nuevamente en la banca) CTa bien? Eh, per0 contesterne PO, si yo no l’hice na; es ustC el que me ha’stao mosquiando. . . Pero, Csae?: se mi’ocurri6 una cuestion re giiena: tpor quC no me da la direcci6n de su cabra? Parece qu’es la unica que no le ha tratao mal: deme la direccidn y yo se la traigo p’acfi; palabra,’si no quie- re venir a la guena, se la traigo a la rastra.

A N D R E S - ?Eugenia? ?Eugenia dice usted? P o L O - Claro PO, yo la busco, ?no ve que como no soy

apatronao tengo tiempo demPs? ?A6nde’stfi? A N D R E s - (NosMlgico) Eugenia. . . Debe haber crecido

mucho, debe ser toda una seiiorita o quizas se haya hasta casado. . . Pero dentro de mi no, dentro de mi sigue siendo una niiia, porque yo no la vi crecer. . . Una vez llegue a dor- mir y ya no estaba. Parece que fue en el verano; si, porque Diego habia muerto en la primavera. . .

P o L O - tMuerto? ?No dijo qu’estaba jugando en un campionato?

A N D R f S - Un hombre sac6 un rev6lver y le dispar6 en la cara. . . La Bestia habia vuelto a surgir. . .

P o L O - ?La Bestia? ?CUP1 Bestia? A N D R f S - La Bestia de la mala unibn, la Bestia de la

sangre y la locura. . . Y o no lo sabia, no sabia que la habian revivido: estaba aqui. . . iNo me mire asi: usted sabe que tengo que estar aqui! ,

P o L o - iPero si yo no le‘dicho na, ni lo he mirao! A N D R E s - (Empecinado) Estoy haciendo algo muy im-

portante aqui: muy importante!

400

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P o L o - (Determinando seguirle la comknte) Claro, muy

A N D R E S - Pero eso no basta. P o L o - (Desconcertado) {No? A N D R E S - No. Cumplir con un deber no es vivir. P O L o - No PO, no es vivir. A N D R E S - . . .Porque si uno se limita a cumplir un de-

ber termina inevitablemente convirtikndose en un aut6ma- ta, en un criminal o en un loco; la mayoria de las veces ter- mina siendo las tres cosas.

importante.

P O L o - L6gic0, eso es lo que digo yo tambikn. A N D R E S - Es lo que le decia a Elisa, es lo que le decia

P o L O - No PO, no poimos. A N D R S - CEntonces est5 de acuerdo conmigo? P o L O - Cirilo pos, compadre, cirilo. A N D R E S - &kilo? {QuC es eso? P o L o - Que si PO; qu’estoy di’acuerdo. A N D R k S - {Que debemos hacer entonces? $u51 es el

P O L o - (Sorp-endido) <El camino?. . . {Cull camino? A N D R E S - iUsted me estA engaiiando, esta tratando

de conformarme: habla sin ninguna convicci6n! iNo puede hacerme eso, usted es la unica persona que hay en el mun- do: nunca volvera a pasar nadie por aqui!. . . No sabe c u h - to lo esperk. Desde el momento mismo en que me echaron de la pieza y tuve que venir a establecerme aqui, estuve es- perando que sucediera algo, un incendio, un temblor, un diluvio; cualquier cosa ,que pudiera hacer pasar a alguien por aqui: no puede hacerme eso, no puede darles la raz6n a ellos, descalificlndome por loco, no puede. . .?Quk hace? iDeje ese maletin!

P o L O - (Con el muletin en la mano) Mire, gancho, si se me pone puntuo otra vez, yo no respondo: dkjeme irme tranquil0 mcjor. De lo unico que me doy cuenta, es que dia poco m’estoy poniendo a pensar en otras cuestiones: ustk m’esta fregando. No quiero saber mas de sus cuestiones, no

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a todos: no podemos permitirlo bajo ningun precio.

camino?

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quiero. . . Pucha, jconformese PO, conformese, quk mPs va hacer!

A N D R E S - iyo no queria recordar, no queria! P o L o - Y no si’acordao de na; yo no le he oio na: vine

arreglar una llave y ahora me voy. En serio, eso nomas paso. (Pausa) Adib, {ah? (Le estira la mano)

A N D R E S - (Sin darle /a mano) Cuando Elisa se enfer- mo, no pude cuidarla, porque tenia que estar aqui; por eso le dije a Eugenia que la viera, “Cuidala bien -le dije-, por- que si ella muere. . .” t 0 era Eugenia la enferma? (Se aleja de Polo, sumzdo en su mundo) Es como si nunca hubiera existi- do ninguno de ellos, se esfumaron para siempre de la vida, se disolvieron. iY0 no queria olvidarlos tan completamente, se lo juro!. . . Pero ya no existen ni vivos ni muertos. No tengo a nadie que llamar, a nadie a quien esperar. . . Qui- siera saber que hice, quiCn soy. . tD6nde se fueron todos? iY0 no era distinto, por quC me desterraron, por que me dejaron abandonado aqui! (Polo comaenza a caminar subrepti- czizmente) Queria tener un trabajo, una casa, mujer, hijos: no era distinto a ustedes. . . La vida es un pajaro, un vas0 de cristal; todo lo que hice fue buscar un lugar donde estu- viera seguro. . . (@e& tenso, inmduil; como escuchndo ruidos) Un pajaro de cristal. . . (Escucha) . . .DCjame salir, mujer, dkjame salir. . . iNo, no se trata de elegir entre tu y ellos: es- tamos peliando por tener algo que no puedan destruir, no tenemos nada, nunca hemos tenido nada que Ellos estkn obligados a respetar; apfirtate, apartate, tengo que ir; quie- ro tener una vida sana, digna y normal junto a ti. . . iApPr- tate, apartate! (Pausa) Un pAjaro de cristal en las manos. . . (Como bwcando donde dejarlo) ?Donde, d h d e ? . . . {Por quk somos asi?. , . De 10s cuatro costados de la plaza, de 10s cua- tro costados de la calle, de 10s cuatro costados del barrio: de 10s cuatro costados de la vida, estan disparando. . . {Por que somos asi? iPor que somos asi!. . . iNo corran, no co- rran; si vinimos para a d no era para salir arrancando: no corran, no corran!. . . (Polo se desptde de 61 tristemente, hacikn- dole s e k s con la mano) . . .A1 principio la tierra estaba confu-

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F" sa y vacia y las tinieblas cubrian el rostro del abismo. Todo exiscia, frio, nebuloso, inconexo. Y de pronto se junto y fue un hacinamiento de cosas. Y algo latio, deforme, caotico, ardiente. . . Era la vida. Fue en medio de la confusion: iba hacia la plenitud. ?Hacia d6nde mas podia ir?. . . Per0 alli estaba la gente; gritando, sangrando, llorando, suplican- do. . . Pajaro quebrado para siempre, ya no hay lugar para ti en la tierra. . . Elisa, abre; abre, Elisa, volvi; todo esti lle- no de sangre aqui afuera. . . y de silencio. . . de silencio. . . Abre, no temas, no viene nadie: por aqui no va a pasar nunca nadie mas, tu eres todo lo que tiene el mundo esta noche. . . Digan algo, hagan algo; yo no pido mas que no estar solo. . . Un esbozo, un simple esbozo de palabra, que les cuesta. . . Un gesto, un movimiento, una mirada. . . so10 pido algo que cierre por un momento esta soledad, esta te- rrible soledad que se me ha abierto de par en par, que les cuesta, que les cuesta.. (Pausa larga) Si pudiera enten- der. . . Si pudiera entenderlo completamente. . . (Vu hacia el libro, lo abre, febril, alucinado) 1965; Guerra civil entre par- tidarios y oponentes del ex presidente Bosch; Rhodesia del sur proclama unilateralmente su independencia; India: choques armados en la frontera con Pakisdn; Vietnam del Sur: Thieu asume la presidencia despuCs de un golpe de estado; comienza la intervencion Mlica de Estados Unidos; Indonesia: Reaccion militar contra la influencia. . .

'

F I N

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LA FELICIDAD DE LOS GARCIA

El lugar donde viven 10s Garcia (viuir quizcis sea s610 una forma de decir), es un inmenso caserbn de tres pisos; lugubre, crujiente. Veinte fami l ia se hacinan alli. El sitio rezuma miseria; escaleras gastadas, pasillos oscuros, piezas estrechas. E l sol que penetra a ve- ces a 10s corredores, por lac pietas de las paredes y 10s rotos vidrios, es como la visita de Dios a1 infierno. La gente lava ropa, lucha con 10s nifios, barre, tose, prepara de comer; gesticula, rie e insulta; so- bre todo eso: insulta. Con rabia que en el fondo es una desesperada necesidad de ayuda y comp-ensibn.

1 ) Lamafiana. Calle de murallas agneiadas, de basura en las aceras. Perros fi- cos, estoicos. Algunos hombres, en penumbras por dentro, sentados, echados; quietos, jhcos y estoicos, como 10s perros. Miran, esperan. No saben qui. Mirar es lo ultimo, lo zinico que queda. U n nifio aparece cowiendo, lleva una bolsa uacia en las manos. Es delicado, hermoso; el pelo, dorado y abundante, le cae sobre la frente, como oleaje de sol; es blanco, tnite y delgado. Se para frente a una de las ventanas del segundo piso, p i ta: -iMamct, mamct! Espera. Mira a 10s hombres, que lo miran sin uer. Tira piedras a la ventana; espera. Esta se abre. La madre asoma la cara; ojerosa, despeinada: tiene la edad del sufrimiento. El nifio, mostrando la bolsa: -iDijO que no; no quiso fiarme: dijo qu'el pan no se fiaba! La mujer mira iracunda hacia el lugar donde debe estar el alma- c h : -iDesgraciao! El nifio queda bamboleando la bolsa, desorientado; inmerso en esa especie de fatal participacibn en lo doloroso de la vida. Los hombres y 10s perros; inmbviles, estoicos.

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Z A DE LOS GARCjA.

~

Luz de vela. Semipenumbra amarillenta, sdrdida. Una cocinilla a parafina de un plato, que humea y humea; el uelador manchado de esperma; dos catres $aces, 10s colchones hundidos en el medio; tz- ras, trastos, algunas sillas, una mesa. E n 10s catres duermen 10s hi- jos: Olga, un afio, y Marta, cuatro, lo hacen en uno; Francisco, siete, en el otro. Manuel y L u c h duermen en el suelo. Ella se ha levantado y pfepara el “almuerzo” que ha de lleuar su esposo. Se la ve partiendo tomates, a un lado, dos mawaquetas abiertas.

Junto a la puerta, un canasto con ropa lauada y estmjada, lista para ser tendida. Manuel, sentado en el jergbn, con el torso desnudo, se pasa la mano por la cara. La mayoria de 10s seres que habitan el caserbn, se han leuantado y uaven ruidosamente; 10s quejidos de las desuen- cijadas escaleras, ecos de p‘tos, llantos de nifios, rumores de dispu- tas y de risas, llegan claros a ellos.

L u c i A - Ya PO, levhtate. M A N u E L - (Con la mirada perdida) A1 tiro. (Pausa. Atis-

L u c I A - Tocando el piano, <que no sentis? (Rie) M A N u E L - (Extrafiado) Oye, 2y de a6nde sacai dnimo

L u c i A - Cambia el disco, pos, indio; toas las veces me

M A N u E L - NO, PO. L U C I A - {Y entonces? M A N u E L - (Despuis de una breue pausa) Es que no en-

tiendo. . . L u c i A - (Vierte agua de un balde a un saltado lavatorio)

Ya, mientras le hacis empeiio a en tender ,wnta te y te ve- nis a lavar las arrugas. (Rie. Luego, serialando el pan con toma- te:) Ahi te dej6 listos 10s singuches dejam6n con pepa pa que te llevis. (Ademdn de salir)

bando) 2Quk’stai haciendo?

voh pa reirte? 2Hacis tiatro o soy asi de verdzi?

preguntai lo mismo. ?Que me conociste di’otra manera?

M A N U E L - ?Pa dnde vai? L u c f A - (Muestra el canasto con ropa) A ganar lao pa

tender. Con la barreta qu’est5 criando y que tiene que secar

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- -- las mantillas, la vivaracha del doce ocupa toas las barandas.

M A N U E L - N’importa, no’stis peliando. L u c i A - Yo no peleo, indio: vivo. M A N U E L - <Sabis? Cuando me gane la polla gol, te

voy a comprar doscientos metros de baranda pa voh sola, y enseguia te voy a regalar veinte viejas pa que laven por voh.

L U C A - Flor PO. Pero mientras tanto Cchate una le- vantaita pa que te vai a la pega; mira que si t’echan ahf si que la vamos a ver con tongo.

M A N UEL-(Sombrio) Ya las tamos viendo.. . Anoche te quejaste otra vez.

L u C I A - (Rdpida) Taba soiiando. Lo que pasa es que en sueiios me rio di’otra manera.

M A N U E L - Son 10s pulmones. No debierai lavar mas. L U C I A - (Sefiala 10s bultos de 10s catres) <Y esos? M A N U E L - Claro; ellos. L U C i A - (Como si Manuel hubiese dicho una blusfemia)

M A N U E L - No, si loque yodigo. . . L u C i A - iL0 que voh decis se acaba, Mambru no vuel-

ve mas! (Ruido de batahoh) iEmpez6 la guerra por las baran- das; chao, saludos a toos! (Sale up-esuradamente, arrastrando el canasto.)

iNo hablis como si tener hijos juera malo, indio!

3) PEK VEKSAMENTE LOS KECUERDOS. Manuel se levanta. Se des ereza. Mira 10s bultos de las camas. Mi- rada negra de tristeza, ancha de ternura. Mirada que luego reco- rre el cuarto, lenta, ida. VOCES E N OFF.

P

L U 9 1 A - &bmo es el mar, indio? M A N U E L - Grande. L U C i A - Si, pero grande y que mas. M A N U E L - No te pueo decir, tenis que verlo. . . Es

grande, y otra vez grande. . . (Vu a lavarse. E l a p del lavatario se ensanchu, se ensancha. Y en ella estdn rejlejados 12 y L u c k , jbvenes, hosos.)

L u c i A - . . .Chis, dice que hacikndole empeiio, o sea

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poniendole color, el viejo se me puee ir cortao en dos me- ses; pero yo ni tonta, ino vis que siempre pasa lo mismo?:

- la plata se acaba y el viejo quea PO. (Rie) M A N u E L - (Ofendido) <Par eso noma? L U C i A - No, PO, si son cosas de mi mama, yo no tengo

na que ver. M A N U E L - Pero tenis que haberle pelao 10s dientes,

como se te tiro a1 dulce. L U C i A - Se les tira a toas: el que tiene almacen en 10s

barrios proletas, es igual qu’el que tiene auto en otras par- tes: creen qu’es llegar y agarrar.. . Lo malo es que mi mama s’esta cayendo a la onda de la tristeza, por ahi se me pone pes& la cuestion. Por la juerza no hay cas0 conmigo, per0 si se me pone triste toy frita.

M A N U E L - (Decidido) Yo voy a ir a hablar con ella. Ahora que me van a pasarme a maestro estucaor, ya no es na como antes la cosa.

L u c i A - <Y por que no hablai conmigo, mejor? <O te vai a casar con ella?

M A N U E L - <Casarlos?. . . Pero. . . Pucha, toavia no te- nimos na.

L U C 1 A - <Como que no?: Yo te tengo a voh y voh me tenis a mi. (Pawa) iApechugai?

M A N U E L - Claro PO; si yo me la pueo demas pa ha- certe feliz. . . Pero, <y tu mama?

L u c i A - iLa madre se acaba, Mambru no vuelve mas! (Risa de Lucia, alegre, cristalina. Manuel hunde las manos en el agua. Se laua ruidosa, ferozmente.)

4) VIAJE DE TODOS LOS D ~ A S . Manuel sale de la pieza con su paquete bajo el braro. A ambos la- des del largo pasillo, la gente viue con las puertas abiertas; unica manera de ventilar 10s cuartos despuis de la noche: es una enorme mina a pobreza abierta. Una mujer trata, angustiosamente, de convencer a su hijo (seis o siete afios) de que no la siga. Estorba el paso a Manuel.

M U J E R - iAndate, esperame en la pieza!

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N I 3 o - i T e n p hambre PO; no me diste tC! M U J E R - Yo tampoco tome, no habia. N I N O - Pucha, ipero por que no hay nunca tC ahora

M U J E R - iPorque se llevaron a tu padre, por eso! Ya te lo he dicho como cien veces, in0 me desesperis mas! Ten- go que ir a vender estas porquerias (Le muestra unas tiras de dukes) pa que podamos tomar tC. iAndate, bndate! (Brusca, a Manuel) <Y voh, que mirai?

M A N U E L - No miro, quiero pasar. (Pausa) 2Por quC no lo Ilevai?

M U J E R - iPor que mi’han quitao tres veces ya la mer- caderia: y si me la quitan ahora, voy a peliar! (Se hace a un lado) iPasa PO! (Manuel sigue andando sin pzsa. Dentro de 61, empujan, por en- tre las uiejas sombras, cosas nuevas, inquietantes. Innegablemente, en su uida se estdn desarrollando 10s dltimos y trdgicos aconteci- mientos; la pesencia de la muerte dentro de Lucia ha precipitado algo, no sabe muy bien quk, dentro de 61. Nueuos gritos lo detienen a1 pasar frente a otra de las piezas. Esta uez es una mujer que grita a su marido:)

(El continzia golpeando. Es un zapatero sordo y sombrio. Golpea, golpea; atdvico, desolado y feroz. La mujer grita una y otra uez, avisdndole:)

M U J E R - iEl tC, Julio: el tk’stb listo! (Mira a Manuel, perpleja) {Que hago? N o me oye, nunca me oye.

M A N U E L - P6nele la taza adelante PO, mukstrasela. M UJ E R - No puedo; si se la pongo en el banco I’hace

tira a martillazos: i Adembs de sordo es giievon! M A N u E L - (Rie, diuertzdo por la inusisitada salida) Mejor

ho, asi no se da cuenta de las porquerias que pasan. (LGS gastados zapatos de Manuel, sobre las gastadas tablas del piso, recorriendo pasillos, bajando escaleras. Voces:)

M U J E R - (Agztada) iQu6 pasa? iQuC pasa aqui, por quC’stAn peliando!

PO!

M U J E R - iEl t6, el t6, Julio: ya’stb listo!

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- R E - No pasa na, vieja intruss: rompo lo qu’es

mio! (Violento ruido de puerta a1 cerrarse.)

L H 0 M B R E - iEh, Manuel!, ?le hablaste a1 futre? M A N u ~ ~ - C l a r o , pero dice que toavia no sabe si le

dan la otra obra.

H 0 M B R E - Chis, conquejuega el colo colo en vez del Cobreloa, esta es la hora que tenimos a1 primer campidn de America.

M u J E R - Si PO, y habriamos comio campidn de amkri- ca too el afio; busca pega, yo no te traje na el diario pa que te pusierai a ver el deporte.

H 0 M B R E - Mijita, se me durmid una pierna, tvamo

M U C H A C H A - iAcuCstala con la que te tird de las pa- acos tar la?

tas!

M u J E R - iQuk hiciste, desgracih! iTe dije que remoja-

N I Q A - Pero si la Toiia se mio PO, y tue que cambiarla. M u J E R - (Desolada) ?Y con quk vamo a tomar desayu-

H 0 M B R E - (RisueAo) iya’sthn peliando OF las baran-

rai el pan, no que lo dejarai deshacerse!

no ahora?

das las viejas otra ve!

Manuel estuca, subido en un andamio de corta altura, Arturo, su ayudante, prepara la mezcla. El sol en 10s lomos, el cielo limpio, enorme. La gente trabaja lenta y muda, como zombies, como condenados; es un silencio pesado, triste. Manuel, que trabaja nornmlmente, queda de pronto inmdvil -uno o dos segundos-; y de repente comienza a lanzar la mezcla con inu- sitada viokncia. (El detonante, si hace falta y no es mucho recar- gar, podria ser, que a1 revolver la mezcla en la batea para echar el platach Cree ;er en ella, fugazmente, eljlujo y rejlujo del mar. E n cuyo caso, tend& que esbozar pz’mero una luminosa sonrka.) A1

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5) REMEZON EN LA CONSTRUCCI~N.

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--

rebotar contra la pared la mezcla se disgrega y sultan pedazos sobre Arturo.

A R T U R 0 - (Dejando de trabajar) Eh, guarde, pos maes- tro (muestra); loree como m’esta dejando la pinta. (Cordial) <Que le pas6? 2Peli6 con la iiiora?

M A N u E L - No, que voy a peliar con ella, a1 contrario. (Sigue trabajando)

A R T U R 0 - Yo trabajC una vez con un maestro qu’era * asi PO. Cuando peliaba con la iiiora llegaba con el charqui

largo, asi como lleg6 ustC ahora. Y’staba trabajando en lo mejor, cuando de repente tiraba la plana contra 10s ladri- 110s; cort6 como a cuatro ayuantes. Asi que un dia el futre le dijo: “2Sabis que mas? si no te divorciai, no te voy a dar mas pega”. . . Eh, pero conversemos, PO iiior, pa que se apura tanto.

M A N U E L - Dale nomas; con tres metros mas que tire- mos, quedamos flor.

A R T u R o - CY pa quC? Los van a cortar igual nomls, 2quC no oy6 que van a parar la obra?

M A N u E L - Por eso mismo: si salis mal, despuCs cuan- do empiecen de nuevo, no te llaman.

A R T u R o - 2UstC Cree que van a seguir despuks? M A N u E L - No; pero por siacaso, hay que salir bien.

<O tenis otra esperanza de pega? A R T u R o - No PO, ni’una. (Pausa) Pucha, dicen que

paran porque 10s bancos no les emprestan plata, qu’estiin quebraos, jc6mo van a quebrar 10s bancos, iiior! 2UstC Cree eso?

M A N u E L - La via s’esd hundiendo como piedra en el agua, eso es lo linico que sC.

A R T u R o - Pero ustk tiene salvaci6n PO, 2quC no va a encerar toas las semanas a la casa di’un ingeniero?

M A N U E L - (Volviendo a trabajar. Como a1 desgaire:) Siendo pa vivir no es pecao, pos maestro. (La plana detenida en el aire, en un fucilazo. El rostro de Manuel, boquiabierto, perplejo, contradictorio. Detrds, el cielo limpio, enorme.)

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Fuera de cuadro. , A R T U R 0 - CQuC le pasa, maestro?

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-- - r- V - o z M A N u E L - iNegra, negra. . . Somos ricos, so- mos ricos!. . . (Las mujeres, paralogidas, el viejo. . .)

8) ESTALLA L A VIDA. Manuel, cargado de paquetes y alegria, a la entrada del caserbn. U n taxi se aleja. U n grupo de muchachos que juegan a la pelota, sefijan en 61; dejan de jugar; lo rodean, incrkdulos, perdidos.

M U C H A C H O 1 -@ukhizo? M u c H A C H o 2 - {De abnde sac0 tooeso? M A N U E L - (Contento) Chis, {cbmo que de abnde? iEo

comprk PO! M U C H A C H 0 3 - (Alboromdo, 10s dientes a1 sol, como

anunciandole a la uida:) iChucha, don Manuel se sac6 la po- !la gol! (Algazara general. Entran, suben las escaleras fanfcirricamente. Lo tocan, lo acosan, lo admiran. E n el pasillo:)

ven pa mi pieza: entra! M U J E R - (Cerrcindole el paso) iManuel, Manuel, entra,

M A N u E L - (Extraiiado) {Pa quk? M U J E R - iPa que te toque, pa que mi viejo te toque! M U J E R 2 - (Tironecindole) iNo, a mi primero, a mi! H 0 M B R E - (Toccindolo) iYo’stoy sin pega hace un afio,

toy sin pega hace un aiio, Manuel! L U C i A - (AbriCndose paso) iQu6 hiciste; a quikn matas-

te, indio! M A N U E L - ( R i e n d o ) A nadie, tonta: ile achuntk, le

achunte! (Mostrando 10s paquetes) iTraigo cuestiones pa toos, y vamos a ir a comprar mas!

L U C 1 A - (Atontada, fe1i.z) {Mas? M A N U E L - Claro PO, si yo te decia que alguna vez te-

nia que achuntarle el palo al gato, y eso que. . . (Se da cuenta de que la gente lo mira, muda, suplicante. La gente, las tiras que visten. Y 10s ojos, sobre todo, 10s ojos. . .)

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9) En la pieza. NO SOLO DE PAN. . . M A N U E L - (Tirando-dejando 10s paquetes sobre una cama)

iMira, mira; pa voh, pa 10s cabros, pa toos! Lorea, cacha lo que te traje. (Desarma un paquete a tirones, saca un vestido, se, lo pueba por encima de la ropa. Ancho, largo, chillo’n. Lucia rie a gritos) Chis, <note gust6?

L U C 1 A - (Riendo) Pero mira PO, mira como me quea! M A N U E L - Giieno, lo acortai un poco PO; y si no te

gusta el color, lo teiiis, que tanto sera! (La toma, baila) L U C A - (Contenta) iDCjate, tai pisando el vestio! M A N U E L - <Tai contenta? (QuC m8s queris? L U C 1 A - (Asombradu) <Que mas? iNa PO! M A N U E L - (Pasmado) &6mo que na? iTenimos plata;

tenis que pedir! L u c f A-ES que.. . asi, de repente.. . No, no sC: na

mas. i Abramos 10s paquetes, mejor! M A N U E L - (Detenie‘ndola) No PO, chantate; como no

vai a saber. (La toma) <Que es la felicidl pa voh? LUciA-(Piensa) No, ya te dije: no se mi’ocurre. . .

Voh, 10s cabros. . . (Orgullosa, emocionada) La gente te mira- ba, te tocaba, querian que juerai d’ellos. . .

M A N U E L - icosas; te dig0 que cosas! L u C i A - (Estullando) i Q U C cosas ho; Csto es la felicida;

M A N U E L - (Desputs de una breve pausa) jNo hay caso: lo demhs son gustos cumplios nomas!

no te voy a entenderre nunca! (Rien, bailaaz; plenos, desatados. Bailando se acercan a la puerta. Manuel que& inmo’vil.)

M A N U E L - iPucha! L U C i A - (Preocupada) <Que te pasa? M A N U E L - (Sefialando) Ellos. Tan ahi; se me habian

L u C 1 A - Chis, cy queris entrarlos p’aca? M A N u E L - Tan ahi. . . sC qu’estan ahi. <No viste como

10s miraban?. . . Per0 son tantos, tantos.. . (Tenso) Y si.. . si. . . (La mira) iEl mar! Claro, voh y yo y t6os. . . iAl mar, sueiio compartio! <Que te parece?

olvidao. . .

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I ,-

L u c i A - (Deslumbrada) CIr a1 mar? CCuhndo? M A N u E L - iMafiana, mafiana mismo! (Abre la puerta)

’ (Sobre 10s mudos, sobre 10s gastados, suplicantes y terribles rostros, iAl aire, a1 aire: a1 mar!. . .

estalla el mar.)

9) ELPASEO. El mar, que estalla contra las rocas, violencia, esplma, inmemi- dad. Luego: Caravana de autos que se detiene, que se abren como pdjaros, gente que desciende, que se desparrama, a1 son de una ban& que toca a todo dar. Chiquillos que hacen sonar cornetas.

L U C i A - ( A Manuel, que la h v a con la vista tapada) iSukltame, sukltame, que me vai a botar!

M A N U E L - iNo, espkrate, espkrate! (A la gente que le si- gue) iUstedes quedense ahi nomas: esto es pa mi y pa ella!

L u C i A - (Riendo) iMe vai a botar! M A N U E L - iNo, andale, andale!

M A N U E L - iMira!

M A N u E L - ?Vis? ?Vis? ?Cbmo era? L U C i A - iGrande! M A N U E L - iGrande y que mas PO! L U C i A - Y. . . Y. . . iY otra vez grande! H 0 M B R E - iAqui se respira, aqui se respira! H 0 M B R E 2 - (Serialando a/ zapatero, que gira lentamente

mirando a1 cielo, embelezado) iCache a1 zapatero, ifior! cQuk’stA haciendo!

H 0 M B R E 1 - iRespirando, PO ifior: respirando via! H 0 M B R E 1 - iPucha, con orquesta y too, se pas6 don

H 0 M B R E 2 - Y mozos pa que 10s sirvan tambikn PO,

H 0 M B R E - (A Mujer que rie) CY de quk te reis? M U J E R - (Alegre, alegre) iQuk sk yo!. . .

(Y frente a1 mar:)

(Lucia. Pasmada, deslumbrada)

Manuel!

iquk no veis?

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M U J E R - Lucha, mira. L u c H A - ~ Q u C ? M U J E R - (Sefialando el espacio) iMira la cach5 de ropa

que se podria tender, tirando un cordel de all5 p’aca? (Rien) H 0 M B R E - (Haciendo bocina con las manos) iAtenci6n,

atencion t6os! j Atenciooon! (Producido el silencio) Nosotros, 10s vecinos del primer piso, hemos acordao que la fiesta tie- ne que ser inaugur5 con una cueca. Con una rica cueca bai- 1A en la playa, por don Manuel y su seiiora, aqui presente. (Exclamaciones)

M A N u E L - Listo nomh PO. (A Lucia) cQuC decis voh? L u c i A - iLe hadimos empefio PO! (Pide silencio) M A N U E L - cQuC vai hablar? L U C 1 A - Claro, voy a decir unas palabras. (Los mira a

todos) iSe acabaron las penas, Mambru no vuelve mas! (Exclamaciones, vivas. La banda permanece en silencio.)

M A N u E L - Giieno, cy? u N 0 D E L A B A N D A - (Acholado) Es qu’esa que pi&

la seiiora no la sabimos. (Risas)

un dice que tiene ella. GuaraquCenle nomfis. (La “orquesta” maltrata rudamente una cueca. Despuis la vida se desencadena violentamente. Alrededol; sol, espacio, voces, jaleo. Juegos perdidos u olvidados a golpes de miseria: rayuela, topeaduras, volantines, gallinita ciega; una locura folklbrica. Y 10s mozos uniformados, sirviendo aqui y alld, p-eparando el asa- do, arreglando la gran mesa. Globos a1 aire, rondas de nifios.) Todos en la gran mesa,

nuel antes d’empezar.

M A N U E L - No, si no es na el nombre de la cueca: es

H 0 M B R E 1 - Giieno, que hable; que hable don Ma-

M u J E R - Claro, asi tiene que ser. H 0 M B R E 2 - (Ebrio) Justo, que hable: asi tiene que

ser.

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r= L u C; i A - Ya, indio, te largaste. M A N u E L - Ya, listo nomas: voy hablar. (Se para) Gue-

no, no sC PO. . . o sea que lo unico que quiero decir, es que muchos de 10s qu’estamos aqui, no habiamos vivio nunca un dia como este, y que a lo mejor no lo vamos a volver a vivir. . . Entonce, yo quiero que sepan qu’este dia tiene un nombre: que se llama Lucia. Eso nomas queria decir. (A la orquesta) iToquen, toquen PO!

(La pantagrudica comida comienza. Despuis de ella, lo bucdico, lo baquico, lo alegre.)

10) EL HOMBRE QUE BUSCA. U n hombre busca entre 10s grupos, en un lento, casi sombrio reco-

‘rrido. Encuentra a Manuel. ’

H 0 M B R E - Don Manuel, lo buscan. Lo andan buscan- do.

MANU E L - {Qui&? H 0 M B R E - (Sefiala) &os.

M A N U E L - Negocios. . . Es pa negocios. (Mira a su al- (Lejos, se uen dos hombres, quietos, amenazantes.)

rededor) Menos mal que llegaron a ultima hora. M A N u E L - Hob. H O M B R E 1-Hola. H 0 M B R E 2 - si, es k c yo 10 conozco. Es el que te de-

cia que me hizo la pandereta de la casa, y despuks se lo re- comendC a Pedro Huerta. (A Manuel) Cuando vi tu nombre en la denuncia, no podia creer. . . Y la carita de santo que teniai; menos mal que no me metiste en un forro a mi. <Quk te pas&?

M A N U E L - Na PO. (Pausa) {Tenirnos que irlos a1 tiro? H 0 M B R E 2 -- Ah, no, si 10s varnos a sentar a esperar

que terminis tu fiesta, patuo. M A N U E L - Ya 10s iamos a ir ya. Yo decia. (Chantajea-

dor) . . .O sea que ustedes son dos nomas (seeah); y ellos han tomao, y son mis amigas, no les va gustar que me Ile- ven. {Por que no lo hacimos tranquilos? Son diez minutos nomas. . . (A1 que lo conoce) Que le cuesta, jefe.

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H 0 M B R E 2 - (Mirando) CY esa vieja? M A N u E L -- (Mzrando) Es mi ioora. Gueno, {que me di-

cen? (Silencio)

L u c i A - (Neruiosa, agitada) ?Que pasa? ?Que te pasa, Manuel?

M A N u E L - (Sonriendo) Na, negra, na, que me va a pa- sar. Negocios.

L U C f A - iNegocios? (A ellos, recelosa) ?Que negocios? &orno dieron aqui?

H o M B R E 1 - Preguntando. Fue f a d . . . Casi toda la ciudA sabia que ustedes se habian ganao la polla go1 y esta- ban celebrando.

L u c I A - Ah; pucha, pero llegaron muy tarde: ya’sta- mos por irlos. (Puma) Per0 algo quea, ?ah?

M A N U E L - No, negra, no. Diles que 10s vamos nomas; yo voy a conversar un resto con 10s amigos mientras tanto. Anda PO. . . Comenzb a correr un viento helao. . . (Rostro de 10s “amigos”. Comienza el desarme. La caraualw presta a partir.)

L u C i A - Ya, indio, vamolos. M A N u E L - NO, yo me voy a ir en el auto de 10s ami-

U N O D E L A ORQUESTA-?Eh, je fe , lo svamosa ir

M A N U E L - Claro, ja too chancho!

H 0 M B R E 2 - Ya, patuo, estira las manos.

gos, pa aprovechar de conversar; alla 10s vimos.

tocando?

(Cuando el ultimo auto parte:)

(Lo esposan. Sobre 10s restos de la fiesta:)

H o M E R E 1 - (off, Gueno. t y por que lo hiciste? M A N u E L - El mar. Ella queria conocer el mar. . . H 0 M B R E 2 - Chis, puta que soy lindo, giievbn, p o h

crei que somos tontos? (Rostro de Manuel:)

M A N hi E L - Si hubiera visto. . . iSi hubiera visto como --ia la via por el cuerpo!. . .