TALLERES COMPLEMENTARIOS - buenosaires.gob.ar · Aparecen así en escena los 100 lenguajes de los...
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TALLERES COMPLEMENTARIOS
UNA FORMA ALTERNATIVA DE APRENDER EN EL JARDÍN
Categoría: Las formas de lo escolar
Seudónimo: Kikiriki
Hacer una buena escuela
Es como amasar un buen pan…
Como escribir un bello poema,
O diseñar un experimento científico.
Ciencia y arte
Intuición y experiencia
Ética y estética.
Coraje para encarar lo nuevo
Amor para transitarlo
Paciencia para sostenerlo
y confianza en que lo pequeño, como el pan, leuda, crece…
con tiempo y el deseo que el milagro ocurra.
En nuestro jardín entendemos la mejora como un proceso constante en el cual nos
involucramos todos.
Este proceso supone potenciar encuentros: con uno mismo, con los otros, y con el
entorno que nos rodea.
En este andar vamos descubriendo recursos personales, la fuerza del equipo, el
compromiso, aquello que es preciso pulir y mejorar.
Así vamos conformando nuestras identidades y un sello personal como comunidad que
aprende, que crece.
Entendemos que es preciso romper con la idea de escuela como contexto cerrado.
Construir entonces contextos intencional y pedagógicamente interesantes implica
preguntarnos en cada recorrido que proyectamos:
Estamos construyendo un contexto enriquecedor?
Para quiénes?
Cuáles esperamos sean los efectos de la participación en dichos contextos?
Generan éstos impacto social?
Sabemos que los efectos son siempre singulares y pueden operar a corto, mediano o
largo plazo, pero siempre buscamos que las personas que intervienen en estas iniciativas
cualquiera sea su edad, rol o función dentro de la escuela vivan junto con otros la
experiencia de ser sujetos que :
Hacen
Piensan
Articulan
Tejen redes
Enseñan
Aprenden
Se equivocan
Sienten
Se reinventan a sí mismos
Se conocen
Crecen
Cambian lo que es preciso cambiar
Formas de lo escolar
Alternativas, renovadas, reflexivas.
Un desafío que las escuelas y quienes las “hacemos” cotidianamente debemos asumir es
la búsqueda de espacios, tiempos y propuestas que contemplen para la primera infancia
encuentros y aprendizajes, que acompasen sus ritmos, sus necesidades y sus ganas de
ser y hacer solos y con otros.
Tras algunas pistas teóricas a partir de las cuales vamos construyendo nuestras
prácticas
Acerca del PODER y el SILENCIO
Todo vínculo con niños se inscribe en una modalidad de heteronomía, de diferencia
entre adultos mayores, independientes (en el mejor de los casos), portadores de saberes
y de haceres, relacionándose con niños pequeños, recién llegados, dependientes y
vulnerables en algunos aspectos.
El concepto de PODER comienza a jugarse en este vínculo.
Nos proponemos entonces reflexionar y abrir posibilidades a la multiplicidad de
sentidos que la palabra Poder evoca y a la multiplicidad de acciones que podemos o no
realizar cuando somos conscientes de dichos sentidos.
He aquí dos acepciones posibles:
Poder:
fuerza física y/o simbólica. Acto hegemónico. Atribución de un saber/verdad del
uno por sobre otro.
Potencia interna que mueve a la acción. Verbo relacionado a la posibilidad de
hacer.
Con los niños que acompañamos podemos ejercer el poder bajo formas violentas de
maltrato, negación del otro, sobre interpretaciones, excesos de significaciones, etc, etc
Sin embargo, también el PODER puede ser un “regalo” que les hacemos cuando
procuramos guiarlos a ser conscientes de su potencia interna, de su capacidad de hacer,
de ser y de decir.
De gestionar la propia existencia a medida que van creciendo aprendiendo a decidir y a
elegir por sí mismos.
También acerca del silencio descubrimos sentidos antagónicos.
Está el silencio que obtura y asusta, que acalla y violenta, pero también está el silencio
que respeta y escucha.
Trabajamos con el equipo docente en torno a un callar que tiene que ver con escuchar,
dar la palabra y ponerla a danzar en conversaciones que nos acerquen respetuosamente
a los otros.
Asociamos la palabra al lenguaje y desgajamos el lenguaje, como una naranja, en
múltiples maneras de expresar y decir lo que pensamos, sentimos, deseamos, tememos,
etc.
Aparecen así en escena los 100 lenguajes de los que hablaba Malaguzz i refiriéndose a
los niños y la “oreja verde” y sensible del adulto animándose a entrar en la “frontera
indómita”, territorio de infancia de los que hablaba Graciela Montes
Qué es un Taller?
Los talleres son espacios de experimentación y exploración en los cuales fomentamos
un clima de intercambio y colaboración, alentamos la expresión y la imaginación,
trabajamos con serenidad burbujeante, urgencias pacientes, sin prisas, sin pausas… con
pausas….
Habrá producciones…algunas “duraderas” para ver y mostrar y otras “duraderas” por la
experiencia, el aprendizaje y la acción sobre los objetos, que quedarán guardadas en el
disco rígido de cada cuerpo, alma y mente.
Inspira el trabajo en talleres la idea de un niño/a hacedor, potente, curioso, ávido por
conocer, aprender e interactuar con el entorno social, cultural y natural que lo rodea
Algo para recordar…
Hace ya muchos años, por la década del ´80 nuestro jardín desarrolló una modalidad de
trabajo en Talleres.
Dichos talleres, integrados por niños de edades heterogéneas, reemplazaban la jornada
escolar tradicional y eran coordinados por docentes que se capacitaban en el área
disciplinar que cada espacio ofrecía.
Así, cada día, niños y niñas llegaban y elegían en qué taller participar con una dinámica
que alternaba momentos de autonomía para elegir actividades, juegos y materiales con
otros más dirigidos en relación a una temática particular vinculada al área del taller.
Paseos, visitas, proyectos en pequeños grupos por interés, toda una gama de propuestas
construían un formato escolar alternativo que durante muchos años, con sus aciertos y
sus errores, marcó una diferencia en el modo de concebir al niño, al aprendizaje y la
relación docente-alumno.
Ecos de quienes lo vivieron…
¿Qué recuerdos tenés del “Jardín de los Talleres”?
Como mamá lo más rico fue ver como los chicos ganaban autonomía
Empezamos con 4 talleres y a medida que transcurría el tiempo iban surgiendo
nuevas ideas y las ganas de abrir más talleres
Aprender que todos los chicos eran nuestros alumnos fue un desafío
Al principio a las maestras nos costaba delegar
La posibilidad de vincularse con maestros diferentes era muy beneficioso para los
chicos
Los chicos de diferentes edades se hacían reeeee amigos
Que pudieran elegir y darse cuenta lo que más les gustaba hacer
Captar los intereses de cada uno y planificar recorridos en función de eso
Me metí como coordinadora en arte y descubrí un mundo nuevo y maravilloso
para mi
Recuerdo las capacitaciones a las escuelas de interior en las que maestros y padres
eran convocados para relatar la experiencia
Los años pasaron…
El jardín volvió a su formato más tradicional, el devenir de la vida hizo que las personas
y los proyectos cambiaran, sin embargo… las ansias innovadoras, reflexivas y
transformadoras nunca dejaron de respirarse en el jardín y tras treinta años, la
experiencia de algunos que lo habían vivido y el deseo de otros que querían saber “de
qué se trata”, nos animaron a abrir talleres nuevamente como intento y comienzo de
renovación pedagógica.
Desde hace tres años, tres veces por semana los niños y niñas de 3, 4 y 5 años eligen
autónomamente cada día en qué taller participar, así se configuran grupos heterogéneos
en edad y género donde se tejen vínculos de cooperación, juego, diálogo y proyectos
compartidos y gestionados por los propios chicos
Los recibe en cada espacio un docente que organiza el espacio pensando en que éste “se
ofrezca” como un abanico de posibilidades para ir probando.
El espacio, los materiales y las propuestas procuran ser coherentes tanto en lo que
respecta a la estética como al sentido que portan.
Estética y sentido que no responden a convencionalismos tradicionales sino a lenguajes
alternativos, diversos, polisémicos que habilitan un pensar y un hacer creativo,
divergente que se nutre de la singularidad de cada sujeto tanto como de las
interacciones siempre nuevas y originales que se producen cada vez.
Lugar del docente/coordinador del Taller
Pensamos al docente en este contexto como un “facilitador”
Que escucha más que habla
Que ofrece alternativas más que una única respuesta
Que piensa en procesos más que en resultados
Que observa
Que pregunta e interviene cuando entiende que es necesario hacerlo, incentivando la
acción autónoma de los niños
Que entiende los objetos como disparadores de fantasías, narraciones, motivos para
la fábula ( como escribía Gianni Rodari)
Que genera un clima lúdico, de investigación, juego y exploración
Que entiende la palabra como acto y procura ser coherente entre sus decir y su
práctica
Que entiende que la palabra es un lenguaje
Espacios y materiales
Los talleres se desarrollan en aulas, pasillos y gimnasios cuyos materiales y estructura
se redefinen en función de las características de cada taller.
Cada espacio tiene su encuadre, acuerdos compartidos y modos de funcionamiento que
son explicitados, compartidos y respetados por todos.
Estos acuerdos tienen que ver con:
Uso de los materiales y cuidado de los mismos
Inicio y cierre del Taller
Modalidad en la resolución de conflictos
Uso de un vocabulario común que todos entendemos (por ejemplo cupo de niños en
cada taller, quiénes empiezan a elegir cada vez, qué ocurre cuando un Taller esta
“cerrado”, etc)
Algunos de estos acuerdos son comunes y otros más específicos a la dinámica de cada
taller.
Cabe señalar también que algunos talleres ofrecen una actividad más libre y autónoma
(Arte, Teatro, Construcciones), en tanto otros son más pautados y guiados por el
coordinador que está a cargo (Baile, Ciencias, Huerta) o bien combinan momentos de
actividad guiada con otros de actividad autónoma.
Qué talleres están funcionando el presente año?
Construcciones
Arte
Teatro
Ciencias y Huerta
Danzas
La experiencia transitada en estos últimos tres años es altamente positiva y
enriquecedora para todos los actores que participan de la misma.
Se observa una notable diferencia con el formato tradicional de clases en los siguientes
aspectos:
1. Al ser grupos reducidos la comunicación y el intercambio se dan de manera más
fluida ( lo cual favorece especialmente a niños que en contextos grupales más amplios
les resulta más dificultoso participar)
2. Los docentes se muestran más relajados, sonrientes y comprometidos con la
tarea que llevan a cabo y en el vínculo que establecen con los chicos
3. Los chicos disponen de un “tiempo no apurado” en el que fluye la creatividad el
juego y la producción individual y cooperativa.
4. Comienzan ya desde la mañana a planificar y a acordar con otros qué taller
elegirán
5. Poco a poco comienzan a vincularse chicos de diferentes grupos y edades
generándose relaciones afectuosas y programas extra- escolares.
Esta iniciativa que venimos desarrollando pretende instalar poco a poco en los
maestros, en las familias y por supuesto en los chicos una vivencia de escuela
como espacio libre de investigación en la que tanto niños como adultos
aprenden, se animan, dudan, prueban, se expresan, escuchan y co-construyen
conocimientos acerca del mundo y de sí mismos. Participan en dinámicas
organizativas y auto-organizativas en las que cada intercambio, negociación,
error, divergencia o acuerdo, son fuentes de aprendizaje para todos.
Aún nos queda un largo camino por recorrer especialmente en relación a la
formación docente, como condición indispensable para llevar a cabo este tipo de
formato escolar alternativo en el que la escucha, la observación, la
documentación y la acción vayan de la mano con la sensibilidad, la emoción, la
creatividad y la certeza de que , como fuera señalado, la escuela se debe a sí
misma y a la comunidad la responsabilidad de cambiar, de mejorar y de
ofrecerse como contexto de desarrollo y auto realización para todos aquellos que
la hacen.
Que así sea…esto es sólo un comienzo posible