Soldadito de plomo

Mucho más que cuentos

Proyecto Lector C.E.I.P. Vicente Aleixandre - Brenes - 1

EL SOLDADITO DE PLOMO

Había una vez veinticinco soldados de plomo. Se los regalaron a un niño el día de su

cumpleaños. Todos los soldados eran exactamente iguales, menos uno que difería de los

otros en tener una sola pierna y en que no le gustaban las armas sino tocar la trompeta.

Delante de la puerta de un castillo había una bailarina hecha de papel que llevaba un

vestido de gasa con una cinta azul. La bailarina tenía levantada una sola pierna. El

soldadito y la bailarina se enamoraron.



Por la noche, cuando el reloj daba las doce, los juguetes se ponían a jugar. Entre ellos

había una caja con un pequeño duende que se ponía en marcha. El duende dijo:

“Soldadito, la bailarina no es para ti.”

Por la mañana los niños pusieron al soldadito encima del marco de la ventana, y no sé si

fue obra del duende o de una ráfaga de viento que, de pronto, la ventana se abrió y el

soldadito cayó de cabeza desde el tercer piso al suelo.



En seguida se puso a llover. Después pasaron dos chicos de la calle que se encontraron

al soldadito, así que hicieron un barco con un periódico y pusieron al soldadito en

medio del barco. Y él navegó derecho hacia el agujero de la cloaca.

El barquito de papel bailó arriba y abajo. Y de vez en cuando daba vueltas hasta que

entró en un oscuro agujero. En el fondo de la cloaca encontró una rata enorme que no le

dejaba pasar. El soldado tocó la trompeta con fuerza y la hizo caer.



Entonces el barquito fue hacia el río. Allí se empezó a hundir. El soldado pensó en la

bailarina mientras bajaba hacia el fondo del río. Un pez grande se lo tragó entero. El pez

fue pescado, llevado a la pescadería y vendido a la misma casa de donde había salido el

soldadito.

El soldadito se encuentra de nuevo en la casa, donde fue llevado con los otros juguetes.

Allí se reencontró con su bailarina. En aquel instante, el duendecillo, enfadado, tiró al

soldadito dentro del fuego.



El soldadito empezó a notar el calor del fuego. De pronto, una corriente de aire se llevó

a la bailarina hacia las llamas. Por la mañana sólo se encontró un pequeño corazón de

plomo junto a la cinta de la bailarina.



SOLDADITO RATA PEZ soldadito rata pez

SOLDADITO RATA PEZ soldadito rata pez



DUENDE BAILARINA NIÑO duende bailarina niño DUENDE BAILARINA NIÑO duende bailarina niño



soldadito rata SOLDADITO RATA



pez duende PEZ DUENDE



bailarina niño BAILARINA NIÑO

Soldadito de plomo

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