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Sociedad del conocimiento, conocimiento social y gestión territorial Knowledge society, social knowledge and territorial management Sociedade do conhecimento, conhecimento social e gestão territorial Sergio Boisier Pontificia Universidad Católica de Chile Contato: [email protected] Resumen: El conocimiento o “capital cognitivo” y su tasa de incremento son las claves del Siglo XXI, no sólo del crecimiento económico sino también del lugar que países, regiones y ciudades ocuparán en el ordenamiento futuro de territorios “ganadores y perdedores” en el brutal juego competitivo de la globalización. La así llamada Sociedad de la Información o más ampliamente la Sociedad del Conocimiento, como la denominó Sakaiya, se basa en el permanente avance de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC), configuradas por dos ramas de actividad: informática y telecomunicaciones. Las TIC consolidan el conocimiento como nuevo factor de producción, puesto que la acumulación de conocimiento determina la capacidad para innovar en un entorno de facilidades crecientes de acceso a la información. El documento pasa revista a la incorporación de estas ideas en el campo del desarrollo territorial, cuyos elementos claves son la interconexión y la interactividad, la acción colectiva, la escala geográfica reducida, la escala virtual amplia, el constructivismo, la inter-subjetividad, el conocimiento y las innovaciones. Palabras clave: Innovación; Desarrollo local; Sociedad del conocimiento. Abstract: Knowledge or “cognitive capital” and its rate of increase are, for the XXI century, not only the keys for the economic growth but also the indicator of the place that countries, regions and cities will occupy in the future order of “winner and loser” territories in the brutal competitive game of the globalization. Thus, the so called “Information Society” or “Knowledge Society”, as it was called by Sakaya, is based on the permanent advancement of Information and Communication Technologies (ICT), formed by two activity branches: computer science and telecommunications. As ICT consolidates knowledge as a new production factor, the accumulation of this knowledge determines the capacity to innovate the increasing access to the information. This paper reviews the incorporation of these ideas to the field of the territorial development, which key elements are the interconnection and the interactivity, the collective action, the reduced geographic scale, the ample virtual scale, the constructivism, the inter-subjectivity, the knowledge and the innovations. Key words : Innovation; Local Development; Knowledge Society. Resumo: O conhecimento ou “capital cognitivo” e sua taxa de incremento são, no Século XXI, as chaves não apenas do crescimento econômico mas também do lugar que países e cidades ocuparão no futuro ordenamento de territórios “ganhadores ou perdedores” nesse brutal jogo competitivo da globalização. A assim chamada “Sociedade de Informação” ou “Sociedade do Conhecimento”, como denominada por Sakaya, baseia-se no permanente avanço das Tecnologias da Informação e das Comunicações (TIC), configuradas por dois ramos de atividade: informática e telecomunicações. As TIC consolidam o conhecimento como novo fator de produção, pois a acumulação de conheci- mento determina a capacidade para inovar em um entorno de facilidades crescentes de acesso à informação. Este texto analisa a incorporação dessas idéias no campo do desenvolvimento territorial, cujos elementos-chave são a interconexão e a interatividade, a ação coletiva, a escala geográfica reduzida, a escala virtual ampla, o construtivismo, a intersubjetividade, o conhecimento e as inovações. Palavras-chave: Inovação; Desenvolvimento local; Sociedade do conhecimento. materiales y demanda de valores no cuantificables”, un título que apunta a una saciedad no derivada del exceso de consumo sino más bien derivada de nuevas percepciones individuales y colectivas. Puesto que la edición inicial en japonés del libro de Sakaiya data de 1991, bien puede decirse que el autor ha hecho gala de una perspicacia notable al anticipar dos cuestiones que hoy se encuentran en el centro del debate: la importancia del conocimiento en la globalización por un lado, y el reconocimiento creciente del carácter axiológico, valorativo, del desarrollo y la emergencia, precisamente, de una demanda por cuestiones no materiales (paz, seguridad, solidaridad, justicia, etc.). En relación a la dupla globalización/ conocimiento, Delapierre (1995, p. 18) señala: “La segunda característica fundamental de la globalización es la importancia adquirida por el conocimiento en la organización y en el funcionamiento de las actividades económicas. Se trata, en primer lugar, del refuerzo en el contenido tecnológico de productos y procesos...En segundo Conocimiento: el código del siglo XXI Fue Taichi Sakaiya (1995) quien popularizó el término “sociedad del conocimiento” para describir su visión de la estructura de la sociedad venidera, en un anticipada historia del futuro. Una conclusión apresurada haría pensar que Sakaiya se refería exclusivamente al progreso técnico y a su importancia creciente en la elaboración de la producción, sea mediante la creación de nuevos productos, sea mediante la configuración de nuevos procesos y nuevas formas organizacionales. Sin embargo, el autor japonés apuntaba mucho más lejos y más arriba al introducir el concepto de va- lor-conocimiento, originado en percepciones subjetivas, un concepto que alude tanto al “precio del saber” como al “valor creado por el saber”, en otras palabras, es el precio o valor que una sociedad otorga a aquello que la sociedad reconoce como saber creativo, una especie de “valor de uso” sub- jetivo. Esto muy bien lo expresa el título de un ca- pítulo del libro de Sakaiya: “Saciedad de bienes INTERAÇÕES Revista Internacional de Desenvolvimento Local. Vol. 2, N. 3, p. 9-28, Set. 2001.

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Sociedad del conocimiento, conocimiento social y gestión territorialKnowledge society, social knowledge and territorial management

Sociedade do conhecimento, conhecimento social e gestão territorialSergio Boisier

Pontificia Universidad Católica de ChileContato: [email protected]

Resumen: El conocimiento o “capital cognitivo” y su tasa de incremento son las claves del Siglo XXI, no sólo delcrecimiento económico sino también del lugar que países, regiones y ciudades ocuparán en el ordenamiento futuro deterritorios “ganadores y perdedores” en el brutal juego competitivo de la globalización. La así llamada Sociedad de laInformación o más ampliamente la Sociedad del Conocimiento, como la denominó Sakaiya, se basa en el permanenteavance de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC), configuradas por dos ramas de actividad:informática y telecomunicaciones. Las TIC consolidan el conocimiento como nuevo factor de producción, puesto que laacumulación de conocimiento determina la capacidad para innovar en un entorno de facilidades crecientes de acceso ala información. El documento pasa revista a la incorporación de estas ideas en el campo del desarrollo territorial, cuyoselementos claves son la interconexión y la interactividad, la acción colectiva, la escala geográfica reducida, la escalavirtual amplia, el constructivismo, la inter-subjetividad, el conocimiento y las innovaciones.Palabras clave: Innovación; Desarrollo local; Sociedad del conocimiento.

Abstract: Knowledge or “cognitive capital” and its rate of increase are, for the XXI century, not only the keys for theeconomic growth but also the indicator of the place that countries, regions and cities will occupy in the future order of“winner and loser” territories in the brutal competitive game of the globalization. Thus, the so called “InformationSociety” or “Knowledge Society”, as it was called by Sakaya, is based on the permanent advancement of Informationand Communication Technologies (ICT), formed by two activity branches: computer science and telecommunications.As ICT consolidates knowledge as a new production factor, the accumulation of this knowledge determines thecapacity to innovate the increasing access to the information. This paper reviews the incorporation of these ideas to thefield of the territorial development, which key elements are the interconnection and the interactivity, the collectiveaction, the reduced geographic scale, the ample virtual scale, the constructivism, the inter-subjectivity, the knowledgeand the innovations.Key words: Innovation; Local Development; Knowledge Society.

Resumo: O conhecimento ou “capital cognitivo” e sua taxa de incremento são, no Século XXI, as chaves não apenasdo crescimento econômico mas também do lugar que países e cidades ocuparão no futuro ordenamento de territórios“ganhadores ou perdedores” nesse brutal jogo competitivo da globalização. A assim chamada “Sociedade deInformação” ou “Sociedade do Conhecimento”, como denominada por Sakaya, baseia-se no permanente avanço dasTecnologias da Informação e das Comunicações (TIC), configuradas por dois ramos de atividade: informática etelecomunicações. As TIC consolidam o conhecimento como novo fator de produção, pois a acumulação de conheci-mento determina a capacidade para inovar em um entorno de facilidades crescentes de acesso à informação. Estetexto analisa a incorporação dessas idéias no campo do desenvolvimento territorial, cujos elementos-chave são ainterconexão e a interatividade, a ação coletiva, a escala geográfica reduzida, a escala virtual ampla, o construtivismo,a intersubjetividade, o conhecimento e as inovações.Palavras-chave: Inovação; Desenvolvimento local; Sociedade do conhecimento.

materiales y demanda de valores nocuantificables”, un título que apunta a unasaciedad no derivada del exceso de consumo sinomás bien derivada de nuevas percepcionesindividuales y colectivas. Puesto que la edicióninicial en japonés del libro de Sakaiya data de 1991,bien puede decirse que el autor ha hecho gala deuna perspicacia notable al anticipar dos cuestionesque hoy se encuentran en el centro del debate: laimportancia del conocimiento en la globalizaciónpor un lado, y el reconocimiento creciente delcarácter axiológico, valorativo, del desarrollo y laemergencia, precisamente, de una demanda porcuestiones no materiales (paz, seguridad,solidaridad, justicia, etc.).

En relación a la dupla globalización/conocimiento, Delapierre (1995, p. 18) señala: “Lasegunda característica fundamental de laglobalización es la importancia adquirida por elconocimiento en la organización y en elfuncionamiento de las actividades económicas. Setrata, en primer lugar, del refuerzo en el contenidotecnológico de productos y procesos...En segundo

Conocimiento: el código del siglo XXI

Fue Taichi Sakaiya (1995) quien popularizóel término “sociedad del conocimiento” paradescribir su visión de la estructura de la sociedadvenidera, en un anticipada historia del futuro. Unaconclusión apresurada haría pensar que Sakaiyase refería exclusivamente al progreso técnico y a suimportancia creciente en la elaboración de laproducción, sea mediante la creación de nuevosproductos, sea mediante la configuración denuevos procesos y nuevas formas organizacionales.Sin embargo, el autor japonés apuntaba mucho máslejos y más arriba al introducir el concepto de va-lor-conocimiento, originado en percepcionessubjetivas, un concepto que alude tanto al “preciodel saber” como al “valor creado por el saber”, enotras palabras, es el precio o valor que una sociedadotorga a aquello que la sociedad reconoce comosaber creativo, una especie de “valor de uso” sub-jetivo.

Esto muy bien lo expresa el título de un ca-pítulo del libro de Sakaiya: “Saciedad de bienes

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lugar, la importancia del conocimiento en lasactividades industriales no se limita a la tecnología,pasa también por un aumento en la proporción deelementos no materiales en la inversión: formación,software, gastos comerciales, organización”(traducción libre del autor).

Precisamente debido a la importanciacreciente del conocimiento en la globalización (eseverdadero convidado de piedra de la contempo-raneidad, ese “objeto cultural no identificado” enlas palabras de Néstor García Canclini) es que eljuego competitivo en la misma globalización secomplejiza en forma permanente, es decir, los bienesy servicios transables son cada vez más complejosen el sentido, precisamente, de contener más y másprogreso técnico (información, conocimiento,innovación), los propios códigos de la globali-zación, vale decir, las reglas del juego (reglas denegociación, acuerdos, prohibiciones, excepciones,dinámicas temporales) también se hacen cada vezmás complejos, como lo podría atestiguar cualquiernegociador de acuerdos y tratados de comercio, losactores a su turno se complejizan en su estructuray en su operación e incrementan sus condicionescomo competidores1, el lenguaje se complejiza alintroducir un léxico nuevo que debe ser decodi-ficado para su socialización y finalmente, se imponeel inglés como una suerte de “megalenguajeglobalizador”.

Todo lo anterior tiene como consecuenciainmediata para todo territorio interesado en ser unsujeto competitivo y ganador, la necesidad decomplejizar su propia estructura interna para, deacuerdo a Luhmann (1997), reducir la complejidaddel entorno (sólo la complejidad puede reducir lacomplejidad) y equiparar la complejidad sistémicacon la del entorno. Colocando en lenguaje simpletanto a Luhmann como a Ashby, “no se puedeganar en un juego complejo con jugadores yestrategias simples”. Siempre de acuerdo al soció-logo alemán, la complejidad es la información quele falta a un sistema para poder comprender ydescribir completamente su entorno o bien a símismo. Conocer supone información, perocomprender supone conocimiento.

Desde el punto de vista del cambio de valo-res, el Programa de las Naciones Unidas para elDesarrollo (PNUD) en sus estudios recientes sobredesarrollo humano en Chile (PNUD, 2000) concluyeque la acelerada modernización del país en la dé-cada de los años noventa (cuya cara más visiblefue la duplicación del ingreso per cápita) ha dejadoa las personas con agobiantes sensaciones depérdida de...¿felicidad?, de bienestar emocional, deseguridad y que, como reacción, los chilenos“sueñan” con una sociedad más igualitaria en laque se fortalezca lo común al mismo tiempo que seintegra mejor en su propia diversidad dandoexistencia a una vida cotidiana con rostro más

humano. ¿Saciedad por sobre consumo con ape-nas US$ 5.000 por habitante o más bien por cambiode percepciones?

Desde la Canadian International Deve-lopment Agency, Normadin (1997:124) hace lasiguiente reflexión en torno al concepto dedesarrollo: “Con el tiempo, se ha producido unacreciente aceptación de que los seres humanos noson simplemente agentes económicos en búsquedaracional y unilateral de un mayor consumo de bie-nes y servicios. Los seres humanos también quierenvivir en un entorno físico agradable, en armoníasocial, en lugares tranquilos y seguros y en unacomunidad que les permita vivir un estilo de vidacompatible con sus aspiraciones sociales y cultu-rales. Igualmente importante desean ejercer su capa-cidad para hacer opciones para ellos e influir enlas opciones de su comunidad” (traducción libre).

Tienen razón todos aquellos que sostienenque el conocimiento se encuentra “detrás” de loscambios de los paradigmas científicos, productivos,organizacionales o de otra naturaleza, en mediode los cuales nos encontramos. Simultáneamenteel conocimiento termina por “traducirse” ennuevos productos de elevada sofistificacióntecnológica2 y también en nuevas maneras de pen-sar y de intervenir en asuntos tan complejos comopuede ser una propuesta de desarrollo local. Elsaber, el conocimiento, aparece como un eje trans-versal de un abanico de paradigmas emergentes.La necesidad de adquirir permanentemente nuevoconocimiento se convierte en un imperativo paraquien dirige una empresa tanto como para quiendirige un gobierno territorial o un organismo defomento del desarrollo así como, en último térmi-no, para cualquier individuo.

Para las regiones la cuestión no es menorcomo bien lo apuntan Maskell y Malmberg (1999:167-185): “Las regiones deben casi permanente-mente reconstruir estructuras obsoletas, renovarrecursos agotados, recuperar instituciones venci-das, revitalizar habilidades y reconstruir conocimi-entos inadecuados” (subrayado del autor).

En la introducción al libro Economie Globaleet Reinvention du Local, Savy y Veltz (1995:7)afirman que “El progreso técnico, a la inversa [delcapital], aparece cada vez menos y menos como unbien público accesible a todos. El es transmitidomediante las competencias inmateriales (laspersonas y las redes de personas) mucho más quepor medio de las máquinas o mecanismosestandarizados. Circula rápidamente, pero en es-feras restrictas, ya que las técnicas nuevas requierende un entorno de producción pero también de usocada vez más y más sofisticado” (traducción libre).

Se ha hecho común distinguir entreconocimiento codificado y conocimiento tácito ycrece la importancia de este último, que entre otrascaracterísticas muestra un poderoso anclaje

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territorial y escasa movilidad, precisamente por-que reside tanto en las personas como sujetosindividuales o bien en las personas como sujetoscolectivos, como sucede con gran parte del capitalcultural como lo plantea Boisier (2000a). De hecho,parte del progreso técnico deja de ser un bien pú-blico, perfectamente móvil y accesible a todos, comolo apunta Camagni (2000) al señalar la complejadialéctica y confrontación entre la hiper-movilidadde algunos factores productivos y el “anclaje”territorial de otros, actuando éstos últimos comofactores localizadores cruciales para los procesosde producción más avanzados, resultando, segúnCamagni en un aumento de las fuerzas centrípetasque empujan a los territorios ganadores del pasadoa ser también los ganadores del presente3. ¿Qué deextraño puede tener la verificación –en el caso chi-leno– de ser la Región Metropolitana la única“ganadora” según varios (y simples) estudios empí-ricos, a la luz de las consideraciones anteriores?

Es muy importante concluir resaltando lacreciente relación entre recursos humanos y capi-tal humano por un lado, y el conocimiento y laposición “ganadora” o “perdedora” de las regionespor otro. Si se entiende bien la cuestión, “ganar”no puede ser sino el resultado de más conocimiento,de más complejidad y de más velocidad y éstas sonvirtudes que en parte radican en las personas hu-manas, más que en máquinas, procedimientos einstituciones y por ello la valorización de los re-cursos humanos juega un papel central. Este es eltema del libro de la OCDE Compétitivité Régionaleet Qualifications, de no tan reciente aparición(OCDE, 1997). Hay también otro aspecto que ligaestrechamente la globalización con las TIC y con elconocimiento: la creciente virtualización y susefectos territoriales (Wong, 1999).

Puede apostarse casi con total seguridad ala consolidación de un “mundo virtual”, no sóloen términos organizacionales (corporacionesvirtuales) o culturales (la aldea global) sino tambiénen términos geográficos (regiones virtuales).Técnicamente, lo virtual es definido como “unabase de datos gráficos interactivos, explorable yvisualizable en tiempo real en forma de imágenestridimensionales de síntesis capaces de provocaruna sensación de inmersión en la imagen” (Quéau,1995: 15). La creciente virtualización de la economíaes uno de los factores relevantes que ha conducidoa una nueva geografía del poder en el mundo(Saasen, 1996); esta autora sostiene que un númerocada vez mayor de actividades productivas se estádesarrollando a través del espacio electrónico, elcual sobrepasa o anula cualquier jurisdicciónterritorial. Como consecuencia, dice Saasen, el avan-ce de la economía global en conjunto con las nuevastelecomunicaciones y las redes computacionalesque integran el mundo, han reconfigurado profun-damente instituciones fundamentales para los

procesos de gobernabilidad y responsabilidad enlos Estados modernos. Según lo menciona Wong(op.cit.), la técnica virtual, fundamentada en lasimulación, está constituyéndose en un nuevolenguaje que, por su celeridad y horizontalidad, setorna en un sexto poder.

Wong hace una enumeración de nuevasestructuras virtuales apuntando a: 1) realidad vir-tual; 2) producto virtual; 3) corporación o empresavirtual; 4) departamento virtual; 5) moneda virtu-al; 6) universidad virtual: 7) comunidad virtual; 8)región virtual. Esta última se encuentra en la partemás alta de la pirámide que representa la nuevamodalidad de configuración territorial (Boisier,1996), una modalidad que responde a la lógicaterritorial del actual capitalismo tecnológico propiode la globalización y ya no más al voluntarismopolítico del Estado, ex-cartógrafo de mapasregionales. Naturalmente, la virtualidad es clara-mente un sub-producto de las tecnologías de lainformación y de las comunicaciones, cuyo usorequiere tanto del hardware como del software, esdecir, de conocimiento.

Finalmente y como es conocido, la sociedaddel conocimiento o la nueva economía tiene unbasamento técnico en las Tecnologías de laInformación y de las Comunicaciones (TIC) queempujan la competitividad, la innovación y loscambios organizacionales en y entre empresas. Lainformación como factor de producción, según elEuropean Information Technology Observatory4 ,da origen a un nuevo modelo de organización intra-redes, a nuevas modalidades de integración verti-cal virtual (empresas red), a nuevas formas decooperación y alianzas estratégicas (regionesvirtuales por ejemplo) y al comercio electrónico einternet.

Es interesante destacar que en la “nuevaeconomía” el tamaño de los países y de las regioneses “lo de menos”, según lo afirma John Morgridge,Presidente de CISCO: “En esta economía el tamañono es lo determinante, sino que es la rapidez conque uno se mueve y la capacidad de las personas.Es verdad que hay que construir infraestructurapara tener acceso a la economía global, pero lo fun-damental son los otros puntos” (Morgridge, 2000).Esta es una observación muy interesante para laenorme mayoría de las regiones en todo el mundo,las que en general son sistemas socio-tecno-productivos de pequeño tamaño; viniendo estaopinión desde el mundo de los negocios informá-ticos, respalda la tesis de que la globalización ofreceoportunidades para los hábiles y rápidos así comoamenazas para quienes no pueden “ponerse atono” con las exigencias del entorno.

Evidentemente las TIC se encuentran ahoradetrás de los aumentos de productividad de em-presas y países (y regiones), productividad que, deacuerdo a Porter, es a su vez la columna vertebral

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de la competitividad. Por ejemplo en los EstadosUnidos de Norteamérica, la productividad agrega-da creció entre 1995/98 en alrededor de 2,3% anu-al debido a ganancias de productividad de la manode obra (0,25%), del capital (1,13%) y de latecnología (0,99%), pero siendo ésta última la demás rápida tasa de crecimiento con respecto al pe-ríodo 1990/95 (268%). Esta enorme tasa deexpansión es explicada por un crecimiento del 31% en tecnología no informática, del 44% en el usode computadoras, del 14% por nuevos software ypor un 11 % en comunicaciones.

Internet es, por supuesto, la tecnologíaemblemática de las TIC y de la sociedad del conoci-miento o de la nueva economía. Los descriptoresesenciales son ahora e-mail, e-government (G2C),e-business (B2B, B2C), e-employment, y el grado deconexión a la red y la intensidad de uso son losnuevos indicadores de “modernidad”. Desde estepunto de vista aparece clara la nueva situación dedisparidades internacionales: en los EE.UU. 50 %de los hogares (allí justamente hay que medir la“modernidad”) disponen de conexión a internet,en Europa el mismo indicador llega a un 23% y enAmérica Latina sólo llega a un 3%, ubicándoseChile a la cabeza con una tasa de conexión igual al10,1%, según estimaciones dadas a conocer por lacompañía Telefónica CTC Chile recientemente.

No obstante, ni las TIC ni la globalizaciónmediante ellas, han logrado la tan ansiada (por elsistema) homogeneización de productos a nivelmundial, inequívoca marca de la existencia de un“único mercado”. En efecto, basta ser consumidorde vídeos o de los más modernos DVD para tomarnota de la existencia de sistemas incompatibles,como por ejemplo, NTSC, PAL, SECAM, en el casodel formato VHS o de seis códigos (y zonas geográ-ficas) incompatibles en el caso del formato DVD.

Si ello ocurre como resultado de estrategiascomerciales, es un buen indicio de que no todo estáperdido desde el punto de vista del resguardo deidentidades.

A seguir, se exploran distintas interseccio-nes entre conocimiento y organizaciones,procedimientos y territorios, tratando de identifi-car en cada caso, los descriptores o palabras clavesen cada uno de ellos.

Conocimiento y sistema productivo:aprendizaje colectivo

La tecnología y el cambio tecnológico sonreconocidos ahora como los motores principalesen los cambios en el patrón territorial del desarrolloeconómico; el auge y caída de nuevos productos yprocesos productivos se da en los territorios y de-pende, en gran medida, de las capacidadesterritoriales para tipos específicos de innovación.

Según Helmsing (2000), dado el rápido cam-bio económico y tecnológico, las firmas necesitandesarrollar una capacidad dinámica para renovar,aumentar o adaptar sus habilidades de manera demantener el rendimiento económico. La innovacióny el aprendizaje son centrales y envuelven lacombinación de diversos conocimientos tecnoló-gicos, organizacionales y de mercado. SegúnLawson y Lorenz (1999), tres cuestiones básicas enel aprendizaje organizacional son: a) el aprendizajedepende de compartir conocimiento; b) el nuevoconocimiento depende de la combinación de di-versos conocimientos; c) existe inercia organiza-cional. Camagni por su lado argumenta que laincertidumbre yace en el corazón del problema dela innovación.

El “aprendizaje colectivo regional” es la for-ma de enfrentar la incertidumbre y la necesidad decoordinación. Según Helmsing, el aprendizajecolectivo puede ser entendido como la emergenciade un conocimiento básico común y de procedi-mientos a lo ancho de un conjunto de firmas geográ-ficamente próximas, lo que facilita la cooperacióny la solución de problemas comunes. Compáresecon el concepto comentado más adelante de“sinergía cognitiva” de Boisier, éste más ideadopara funcionar en el ámbito mesoeconómico ymesopolítico regional que en el ámbito microeco-nómico de las firmas

El aprendizaje colectivo es particularmenteimportante para la pequeña y mediana empresa(PyME) cuyo problema principal no reside necesa-riamente en su tamaño sino en su aislamiento.“Como empresas individuales, actuando individu-almente, están en una posición débil para compe-tir. Les faltan recursos, economías de escala y dealcance de las cuales disponen las firmas grandesy les falta una voz política necesaria para influirsobre su propio entorno económico y político”(Sengenberger y Pyke, 1991:8, citados por Helmsing,2000). Si no es mediante la asociatividad, el accesoa nuevas tecnologías se torna casi imposible.

La cuestión es que el aprendizaje colectivoasí como otras formas de asociatividad requiere deuna fuerte dosis de capital social, en los térmi-nos en que ahora se entiende este concepto, valedecir, redes de cooperación permanentes o no,basadas en la confianza interpersonal, capaces deoperar en contextos de “reciprocidad difusa”, másallá de relaciones familiares o amicales y orienta-das a la consecución de fines legítimos. No siemprelos territorios en los cuales el aprendizaje colectivode las firmas es más necesario cuentan con unadecuado stock de capital social.

En este contexto el concepto de “activosrelacionales” de las empresas (Storper, 1997) apa-rece como central para asegurar la innovación y lacompetitividad. Estos activos relacionales incluyenreciprocidad, confianza, la naturaleza de los lazos

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entre empresas, convenciones y rutinas que atan alos agentes a las culturas corporativas, y lasracionalidades conductuales y de acción, y la basecognitiva para el aprendizaje colectivo y laadaptación.

Conocimiento y competitividad:conocimiento codificado y tácito

Se puede parafrasear a Churchill advirtien-do a países, regiones, ciudades y organizaciones:ser competitivo o morir. Quizás no en términostan extremos, ya que los peligros son desaparecer,por cierto, para muchas organizaciones, pero so-bre todo, perder, para las entidades territoriales.Como lo prueba la historia, en no pocos casos “per-der” es igual a “morir” para ciertas ciudades, comofue, por ejemplo, el caso de las ciudades del salitreen el Norte de Chile o del caucho en la Amazoníabrasileña.

Una competitividad sostenida a largo plazosólo puede basarse en la creación y uso de ventajascompetitivas o dinámicas que, al revés de lasventajas comparativas basadas en la explotaciónde recursos naturales y en la comercialización decommodities (capaces de sustentar “buenosnegocios” a corto plazo), se construyen a partir delconocimiento y de la innovación. Como lo anotaRosales (1991): “La cuestión de la competitividaddescansa cada vez más en el conocimiento (cientí-fico, técnico, la capacidad de diseño, los sistemasde información) y en la gestión de la tecnología.Esta última ya no cabe concebirla en departamen-tos formalmente constituidos y limitados a lainvestigación y desarrollo; por el contrario, hoy endía la gestión tecnológica constituye una dimensiónestratégica de la empresa, la cual abarca el conjun-to del modo de accionar de la misma (proveedoresde materias primas, componentes y equipos,servicios de ingeniería, diseño y organización,servicios de investigación contratados de la univer-sidad y centros tecnológicos, cooperación empre-sarial) en la investigación y desarrollo, fabricacióny distribución”. Conocimiento para ser puesto alservicio de lo que Porter considera como el núcleoduro de la competitividad: la productividad.

Ha surgido un nuevo vocablo en el léxico dela competitividad: coopetencia, es decir, lacooperación para competir eficazmente, unconcepto inscrito en otro de amplia difusión:glocal, la simbiosis entre la dimensión global ylocal y un neologismo que debe ser leído en dossentidos. Hay que pensar globalmente para actuarlocalmente (para las firmas) y hay que pensar lo-calmente para actuar globalmente (para laspersonas). En torno a estas cuestiones Azúa(2000:IX) apunta: “Nuestro objetivo es formular unmodelo explicativo que contemple la dinámica dela competitividad bajo el efecto de fuerzas activas

que generan una red de conexiones tanto por símismas como a través de la gestión del conoci-miento” (subrayado del autor).

Una primera aseveración es entonces la queafirma la articulación entre competitividad yconocimiento. Una segunda es la que afirma elcarácter sistémico de la competitividad. Elconcepto de competitividad sistémica es atribuidopor la socióloga chilena Cecilia Montero a trabajosdesarrollados en el seno del German DevelopmentInstitute de Berlín5, partiendo de la base de que enmuchos países en desarrollo el entorno empresari-al eficaz (propiciado por la OCDE) es insuficienteo no existe. Desde esta perspectiva, agreganMontero y Morris (1999:336), “...es altamente rele-vante poner atención en el hecho que lacompetitividad es ‘construída’ por el hombre y quela localización de las firmas depende de laexistencia de un entorno capaz de responder enmejores condiciones a la complejidad creciente delas demandas de la globalización”.

Hay que agregar que el concepto decompetitividad sistémica debe ser entendido a par-tir de la configuración de un verdadero tejido deactores que estructuran una red de servicios en tor-no a un producto y una planta que superficialmen-te aparecen como titulares de la competitividad.Esta red tiene dos características: a) es tanto funci-onal (proveedores, reparadores, etc.) como territorial(gobierno local, agencias públicas y privadas vin-culadas al funcionamiento del propio territorio) ysobre esto Veltz (1995:37) afirma que “La perfor-mance de cada unidad es, de esta manera, más ymás sistémica y dependiente de su entorno”(traducción libre) y, b) su densidad es creciente enrelación a la proximidad a la planta. En otraspalabras, el carácter sistémico de la competitividades altamente territorializado y las redes ayudan adifundir el conocimiento tácito. NuevamenteVeltz (op.cit., 107) afirma que “La innovación, enparticular, parece fuertemente ligada a lasinteracciones específicas entre agentes y a losconocimiento tácitos que los unen” (traducciónlibre). El conocimiento tácito está constituido porelementos difíciles de codificar y, por lo mismo, dedifundir formalmente. Cuando estos elementos tá-citos se incrementan dentro de la base deconocimiento, la acumulación tecnológica seempieza a basar más en la experiencia y en loscontactos interpersonales. De acuerdo a VerónicaSilva (1994), el conocimiento tácito –por contra-posición al conocimiento científico adquirido porinversión en educación y en I&D– se adquierebásicamente por medio de la experiencia en elpropio proceso productivo y está representado porprácticas organizacionales, institucionales y estra-tégicas de los agentes económicos. Hay que preci-sar eso sí que el conocimiento tácito es también elconocimiento difuso (distribuido) poseído por los

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miembros de un grupo social, por una comunidadterritorial por ejemplo, y generado a través deprocesos históricos que forman parte del capitalcultural (Boisier, op. cit., 2000a).

El concepto de conocimiento tácito seinscribe en lo que Gibbons et. al., (1994) definencomo el Modo 2 de producción de conocimientocaracterizado por la transdisciplinariedad, laheterogeneidad y diversidad organizacional, elconocimiento producido en un contexto deaplicación, el reforzamiento de la “accountability”,y sistemas amplios de control de calidad, que estánmás allá de los árbitros académicos usuales. Puestoque este denominado Modo 2 de producción deconocimiento incluye consideraciones que estánfuera y lejos de lo meramente comercial, se puededecir que la ciencia se encuentra tanto en el merca-do como más allá de él. En este proceso, laproducción de conocimiento se difunde a través dela sociedad y por ello resulta posible hablar de unconocimiento socialmente distribuido y laproducción de conocimiento se convierte por ellocrecientemente en un proceso socialmentedistribuido.

Este tipo de enfoque resultará plenamentecoincidente con lo que más adelante se denominacomo conocimiento pertinente para una gestiónsocial del desarrollo territorial.

Helmsing (op. cit., citando a Maskell yMalmberg) sostiene que el conocimiento tácito lo-calmente imbricado se convierte en una fuentecrucial de una capacidad localizada. Diferenciasen el conocimiento tácito entre localidades, regionesy países no pueden ser fácilmente lavadas por laglobalización de mercados. Tanto la formación deun mercado mundial como el proceso decodificación aumentan la importancia de las capa-cidades heterogéneas y localizadas para construircompetencias específicas de las empresas y de esamanera generar variaciones en la competitividadde ellas. En una economía basada en el conocimien-to las capacidades localizadas aumentan lahabilidad de las empresas para crear, adquirir, acu-mular y usar el conocimiento un poco más rápidoque sus competidores más favorables en un senti-do amplio de costos. Este “ambiente” dado por talescapacidades localizadas contribuye a la difusióndel conocimiento tanto codificado como tácito.

A manera de síntesis, el conocimiento táci-to, sea contemporáneamente adquirido en el trabajo(learning by doing), sea tradicionalmente transmi-tido vía capital cultural, está adquiriendo unacreciente importancia para la competitividad ytambién para construir nichos de mercado conmonopolio respaldado por la cultura local(denominación de origen). La competitividad per-manente requiere de un insumo también perma-nente de conocimiento codificado, resultado deprocesos continuos de investigación y desarrollo y

cuanto más conocimiento codificado se introduceen procesos y lugares, más conocimiento tácito serequiere para un óptimo aprovechamiento delprimero.

Hay muchísimos ejemplos concretos de unconocimiento tácito que es socialmente distribuido,que genera nichos de mercado gracias a ladenominación de origen y que sirve de soporte auna competitividad territorial. Por ejemplo, en laregión de Midi-Pyrénées, en Francia, en la comunaRoquefort en el Departamento de Aveyron, elconocimiento tácito distribuido permite a estapequeña localidad fabricar el queso Roquefort. Nohay allí “la fábrica” de queso; simplemente todo elmundo sabe cómo fabricarlo y cualquier consumi-dor en cualquier parte del mundo sabe que se tratade un producto muy caro debido a una calidadmuy elevada. Precisamente el conocimiento tácitose encuentra más difundido en procesos fabrilesque basan su competitividad más en la calidad queen el precio.

Conocimiento y territorio: regiones queaprenden, regiones inteligentes, medioinnovador

Es tal la importancia actual del conoci-miento, precisamente en la sociedad del conoci-miento, que éste se ha desplazado desde el campomicro-económico funcional de la empresa y de lossistemas de producción al campo territorial, geo-gráfico, como tal, mediante conceptos que desdediferentes ángulos aprehenden la idea de nuevosdistritos industriales (NID, New IndustrialDistricts).

El concepto de learning region (región queaprende, región erudita, región informada) es unconcepto bien utilizado en la literatura académicaanglosajona. Richard Florida (1995:527-536)sostiene: “La nueva era del capitalismo requiereuna nueva clase de región...Las regiones debenadoptar los principios de la creación de conoci-miento y del aprendizaje contínuo; deben ser dehecho ‘learning regions’ ”. El concepto ha sidodesarrollado principalmente por Michael Storper,Richard Florida, Allen Scott, Kevin Morgan, DavidEdgington, James Simmies y otros. Se refiere aregiones con una ventaja económica sostenidabasada en la creación de conocimiento, en el soportepara estructuras de redes productivas y detecnología local y otras estructuras soportantes,“upgrading” de las destrezas laborales locales, yen la construcción de una cultura regional denegocios. En este enfoque, la “infraestructura hu-mana” regional y la “infraestructura de redes” esmás importante que la infraestructura física, deacuerdo a Edgington (1998).

De acuerdo con este mismo autor la idea delearning region proviene de la noción de que la

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innovación no es solamente un evento único (oneoff) centrado alrededor de acontecimientos de rup-tura cognitiva (breakthrough), sino más comoproceso basado en aspectos graduales y acumula-tivos de las trayectorias pasadas de desarrollo. Lateoría moderna de la innovación se desarrolló comoresultado de la crítica a los modelos linealestradicionales con su abrumador énfasis en lainvestigación formal, especialmente lainvestigación científica básica como fuente denuevas tecnologías. Con tal perpectiva, unacapacidad baja de innovación podía ser explicadapor una baja actividad en I&D (y un bajo gasto delpaís o región en I&D). No obstante, enfoquesrecientes apuntan a procesos basados eninnovaciones incrementales, lo que en esencia tieneque ver con “aprender haciendo” o con laorganización de procesos de innovaciones técni-cas y de difusión como un solo proceso integrado.Más aún, el aprendizaje interactivo y el empresa-riado colectivo resultan fundamentales para elproceso de innovación y envuelve el “aprenderhaciendo” (aumentando la eficiencia de lasoperaciones productivas), el “aprender usando”(incrementando la eficiencia en el uso de sistemascomplejos), así como “aprender interactuando”(articulando usuarios y productores para producirinnovaciones de productos).

Las investigaciones empíricas (muy pocasen América Latina, ninguna en Chile) han arroja-do algunas conclusiones: a] la importancia de lasredes locales de firmas e industrias y su impactoen la innovación regional; b] el papel de losgobiernos locales, y de las organizaciones cuasi-gubernamentales (tales como consorcios deinvestigación mixtos, públicos y privados) comocondición necesaria para llevar a cabo unainnovación contínua de producto; c] las learningregions requieren de un conjunto de infraestructu-ras que puedan facilitar el flujo de conocimiento,ideas y aprendizaje. Sin embargo, facilidades físi-cas tales como “parques científicos” e “incubado-ras universitarias” per se no conducirán a undesarrollo tecnológicamente basado, como tampocolo harán los inductores tradicionales a la inversiónindustrial, tales como suelo gratis, desarrollo deparques industriales o franquicias tributarias. Losespecialistas parecen concordar que para atraerinversión al desarrollo tecnológico avanzado, la“infraestructura blanda”, básicamente del tipoinstitutional building es más importante que la“infraestructura pesada” o física.

James Simmies (1997) es el editor de uninteresante libro colectivo que contiene una ampliadiscusión acerca del papel de la tecnología y delaprendizaje en el desarrollo regional. De particu-lar interés es el contraste que muestra entre los es-pecialistas “pro-globalización” y los “pro-especialización flexible”, una cuestión vinculada

a varios de los conceptos aquí examinados.Sin embargo, todavía está pendiente una

definición de región que aprende. Desde el campoorganizacional Garvin (2000:56) ofrece unadefinición totalmente aplicable a las regiones: “Unaorganización que aprende es una organizaciónexperta en crear, adquirir y transmitir conocimiento,y en modificar su conducta para adaptarse a esanuevas ideas y conocimiento”. Agrega este autorque una organización que aprende es experta encinco actividades principales: resolución sistemá-tica de conflictos, experimentación de nuevos enfo-ques, aprovechamiento de su propia experiencia ypasado para aprender, aprender de las experienciasy prácticas más apropiadas de otras organiza-ciones, y en transmitir rápida y eficazmente elconocimiento a todo lo largo de la organización6.

El concepto de región inteligente ha ganadopopularidad en la literatura a pesar de su escasaprecisión, que lo hace a veces casi mimético alconcepto de región que aprende. La noción deregión inteligente, parcialmente asentada en lateoría de la organización productiva, se concentraen un tipo de regiones innovadoras, creativas o queaprenden, y se interesa por los factores quedeterminan la dinámica económica de una regióny en particular, en la naturaleza de los procesosinnovadores tanto como en los factores ycondiciones que los estimulan. En los Estados Uni-dos, el Silicon Valley y la Route 128 se han trans-formado en los ejemplos célebres de regionescreativas e inteligentes, caracterizadas por unamano de obra altamente calificada, por estableci-mientos de investigación y enseñanza que seencuentran en la frontera del conocimiento, poragrupaciones de empresas de alta tecnología y poruna diversidad de actores institucionales que, porefectos sinergéticos, benefician a toda la región.Como otras aproximaciones, ésta de regiones in-teligentes, insiste en la interacción de diferenteselementos en los sistemas regionales de innovacióny en la importancia de su propio medio, como cal-do de cultivo de ideas y de valores sociales, de cul-tura y de savoir faire tecnológicos, de espíritu deempresa y de calificaciones del recurso humano.Por supuesto, el aprendizaje y la innovación sonde nuevo considerados como los factoresdeterminantes de la competitividad tanto de lasempresas como del propio territorio.

A fin de cuentas, la noción de “región inteli-gente” no puede ser muy diferente de aquello quese entiende por inteligencia en las personas: lacapacidad de aprender de su propia interaccióncon el entorno, es decir, la capacidad de cambiarpatrones de conducta ya que en un entorno turbu-lento la repetición de las prácticas del pasado, larutina, sólo puede garantizar el fracaso. Para ellose requiere de una amplia red de sensores paramonitorear el entorno y una considerable sinapsis

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interna, base de la complejidad estructural.Complejizar una región, como se comentó unacuestión inescapable en el marco de la globaliza-ción, es sentar las bases de una región inteligente.

Según Cooke (1993), las regiones inteligen-tes como Emilia-Romagna en Italia o Baden-Wurtemberg en Alemania, poseen buenas antenas(capacidad de monitoreo), manejan información decalidad (información selectiva de última genera-ción), disponen de una capacidad de auto-evalua-ción, tienen una disposición al aprendizaje y tienenla voluntad para poner en ejecución las leccionesaprendidas. Por otro lado, el concepto de “medioinnovador”7 se ha desarrollado principalmente enel seno del GREMI (Groupe de Recherche Europeénsur les Milieux Innovateurs), que incluye nombrescomo Aydalot, Camagni, Maillat, Perrin y otros.

Según Maillat (1995) el medio es un opera-dor colectivo que reduce los grados estáticos ydinámicos de incertidumbre que enfrentan las fir-mas mediante la organización tácita y explícita deinterdependencia funcional entre jugadores(actores) locales, realizando informalmente las fun-ciones de investigación, transmisión, selección,decodificación, transformación y control de lainformación.

La noción de “medio innovador” o entornolocal tiene, según Vázquez-Barquero, tres caracte-rísticas: a) en primer lugar, hace referencia a unterritorio sin fronteras precisas pero que forma unaunidad que es el lugar en que los actores se orga-nizan, utilizan los recursos materiales e inmate-riales y producen e intercambian bienes, serviciosy comunicaciones; b) los actores locales forman,además, una red a través de relaciones y contactos,con lo que se establecen los vínculos de cooperacióne interdependencia; c] un entorno local contiene,por último, procesos de aprendizaje colectivo, quele permiten responder a los cambios del entorno através de la movilidad del trabajo en el mercadolocal, los intercambios de tecnología de producto,proceso, organización y comercialización, laprovisión de servicios especializados, los flujos deinformación de todo tipo o las estrategias de losactores (Vázquez-Barquero, 1999:111).

El concepto de medio innovador permiteexplicar la dinámica económica de los sistemas deproducción y de las ciudades y regiones. No es sinembargo la única forma de respuesta a la velocidaddel cambio y otras formas de organización, inclusono espaciales, como redes sectoriales tambiénpueden resultar eficaces. Ambos constituyen me-canismos de aprendizaje y de reducción deincertidumbre.

Alonso y Méndez (2000) dicen que frente a laimagen shumpeteriana del empresario innovador,la idea de “medio innovador” destaca el hecho deque la innovación es, con frecuencia, un fenómenocolectivo, en el que la existencia de relaciones inter-

empresariales (mercantiles o extra mercado à laStorper) y de formas de cooperación no incom-patibles con el mantenimiento de un clima competi-tivo (coopetencia), puede favorecer y acelerar elproceso hasta el punto en que puede afirmar queson los medios quienes emprenden e innovan.

Desde tal perspectiva, el medio innovadorse define como un “conjunto de relaciones queintervienen en un área geográfica que reagrupa, enun todo coherente, un sistema de producción, unacultura técnica y unos actores. El espíritu de em-presa, las prácticas organizativas, los comporta-mientos empresariales, las formas de utilizar lastécnicas, de aprehender el mercado, y el saber hacerson, a la vez, partes integrantes y partes consti-tutivas de un medio” (Maillat, Quevit, Senn, 1993:4).

El medio innovador incluye un territorio,actores, recursos materiales e inmateriales, formasde interacción y una lógica de aprendizaje. Deacuerdo con Maillat, uno de los principales teóri-cos de los medios innovadores, éstos coexisten conotros espacios, como tecnópolis, distritosindustriales, y espacios periféricos, según sea eljuego entre la dinámica de aprendizaje y ladinámica de interacción.

Por cierto se agregan a los conceptos discu-tidos otros, como distrito industrial, cluster,tecnopolo, ejes de desarrollo y otros, todos los cualestratan de explicar los fenómenos de innovaciónaglomerativa y de dinámica territorial en el marcodel desarrollo endógeno y de los rendimientoscrecientes, estos últimos considerados como unasuerte de Viagra de la geografía económica8.

Lecciones de la experiencia en desarrolloterritorial en América Latina: un fracasorelativo debido a las debilidades delconocimiento y de los procedimientos

Como es bien conocido, las políticas públi-cas a favor del desarrollo territorial en AméricaLatina tienen una fecha de nacimiento perfecta-mente nítida. Sus primeras expresiones datan de1947 con la creación en México de la primeracomisión de cuencas fluviales en la cuenca del ríoPapaloapan y en 1948 en Brasil con la creación deun organismo similar en la cuenca del río San Fran-cisco en el Nordeste. A partir de allí, y bajo el am-paro de diferentes paradigmas y modelos institu-cionales (principalmente la TVA y la Cassa per ilMezzogiorno) las políticas de desarrollo regionalproliferarían experimentando un cambiosustancial a mediados de los años sesenta al cam-biar de escala (aparecen las políticas nacionalesde desarrollo regional) y de paradigmas (polos decrecimiento). La evolución de las políticaslatinoamericanas ha sido registrada principalmen-te por Boisier (1994) y por de Mattos (1996), entreotros. Siempre una comparación entre Europa y

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América Latina puede resultar irritante, como es elcaso ahora, si se tiene en cuenta que las políticasde desarrollo regional europeas, en cuanto políti-cas nacionales, tienen casi la misma edad que suscongéneres latinoamericanas y en tanto políticascomunitarias son bastante más recientes. Laproducción intelectual, la generación de políticasconcretas y los resultados, son infinitamente másamplios allá que en esta parte del globo.

En una última referencia (Boisier, 1999c), sesostiene que toda la historia de medio siglo deesfuerzos a favor del desarrollo regional en Améri-ca Latina termina en un abierto fracaso al paso delsiglo. En efecto, ni la tendencia a la hiper concentra-ción demográfica y de actividad industrial en pocoslugares (generalmente un único lugar) fueaminorada – en general la primacía urbana aumen-tó entre 1950 y 1970, pero sin embargo parece haberllegado a un punto de inflexión– ni las dispari-dades de ingreso inter-regionales fueron reducidas–si bien las evidencias empíricas no son conclusi-vas en ningún sentido como muestran variosensayos incluidos en un reciente texto (Mancha ySotelsek, 2001)– ni la extrema centralización de lossistemas decisionales públicos y privados fue sig-nificativamente modificada (sin perjuicio dealgunos avances notorios en Bolivia, Colombia yChile). De acuerdo al CELADE (Centro Latinoame-ricano de Demografía, ONU) los índices deprimacía entre 1950 y 1990 se elevaron en Brasil(de 0.869 a 0.949), en Colombia (de 0.705 a 0.992),en Chile (de 2.385 a 2.981), en Perú (de 3.539 a 4.296)y disminuyeron en Argentina (de 4.033 a 3.669) yen Venezuela (de 1.312 a 0. 878)9. En materia fiscalen 1992 los ingresos del primer nivel intermedio degobierno en Argentina, Brasil, Colombia y Chileeran 8.0%, 11.1%, 2.8% y 0.6% del total de ingresosrespectivamente y hay que hacer notar que Chile,que ostenta el más bajo guarismo, es el único paísque ha “constitucionalizado” sus regiones y queha establecido gobiernos regionales como entes pú-blicos con personería jurídica propia.

Este fracaso ha sido atribuido por diferentesespecialistas a distintas causas, desde posturasradicales de izquierda que sostienen la imposibi-lidad de un desarrollo regional en el marco de eco-nomías capitalistas dependientes con industria-lización tardía hasta posturas igualmente radicalesque se fundan en una supuesta sobre determi-nación sistémica (para espacios subnacionales) enel mismo marco anterior, que no dejaría espacio demaniobra a nivel local.

La posición de este autor y también de otrosapunta más bien a las carencias cognitivas yepistemológicas (Boisier, 1998) que impidieron for-mular intervenciones basadas en un conocimientocabal de las relaciones de causalidad ocultas de-trás de los fenómenos aparenciales de concentra-ción, disparidades y centralización, haciendo de

las políticas públicas simples apuestas con bajaprobabilidad de éxito, como la evidencia empíricaparece probar. Hubo y hay todavía, una conside-rable brecha entre los modelos mentales y los mo-delos reales de los procesos de cambio en elterritorio. John Friedmann diría simplemente queexistió un brecha entre pensamiento y acción.Además, la praxeología y los procedimientos alta-mente centralizados, no participativos, enmarca-dos en el así llamado paradigma del centro abajo(Stohr y Taylor, 1981) atentaron adicionalmente aléxito perseguido.

Sin embargo, y más allá del escaso grado deeficacia de las políticas regionales ya que sus obje-tivos se mantuvieron muy lejos del logro, se hanproducido evidentes cambios en la estructuraeconómica de las regiones y en las relaciones inter-regionales no ajenos a una generalizadamodernización de la infraestructura y del aparatoproductivo. Estos cambios –paradojalmente– hansido más el resultado de un neo-liberalismo que haabandonado el dirigismo planificador del pasadoy que ha empujado a las regiones a posicionarse, acomo de lugar, en el escenario del comercio inter-nacional globalizado, reservándose el Estado unadoble función: desregular por completo laexplotación de recursos naturales exportables ysobreregular negativa y autoritariamente el mun-do laboral. Reconocer esta realidad no significa porcierto, concordar con la direccionalidad de estoscambios ni con los costos sociales derivados.

A comienzos del tercer milenio una miradaal mapa latinoamericano de políticas regionalescontemporáneas10, muestra un conjunto vacío. Re-sulta difícil de entender la inexistencia de una po-lítica de ordenamiento territorial en un país conuna extensión como la del Brasil (8,5 millones dekm²), o en otro de tan pequeño tamaño y de posicióntan estratégica en el MERCOSUR como el Uruguay(187 mil km²) o el no menos estratégico caso de Pa-namá (54 mil km²) o, finalmente, en otro con unamorfología territorial tan extraña como Chile (5.000km de largo y ancho promedio de 140 km)11. Lapolítica de descentralización en sus variasdimensiones, más empujada por las necesidadesde la competitividad en la globalización que porconsideraciones más autónomas, tiene un discur-so bien estructurado en muchos países, pero larealidad se muestra llena de pliegues y repliegues.La política de fomento al crecimiento económicode las regiones o territorios subnacionalescualquiera sea su denominación, incluida latransferencia tecnológica, es quizás la más nítidasi bien sus mecanismos de control escapan a losorganismos públicos encargados precisamente deldesarrollo territorial para ampararse en otros seg-mentos del Estado. Por último, el fomento aldesarrollo en las regiones, por lo menos como se leentiende ahora, constructivista, intersubjetivo,

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valorativo e intangible, en las manos precisamentede las personas humanas y de las institucioneslocales, no aparece en parte alguna.

Un conocido libro publicado veinte añosatrás tenía como título: “Experiencias de planifica-ción regional en América Latina. Una teoría enbusca de una práctica” (Boisier, Cepeda, Hilhorst,Riffka y Uribe-Echevarría, 1981), generando la er-rada imagen de que efectivamente había un cuerpoteórico sólido que buscaba su inserción en lapráctica; hay que reconocer que habría sido máscertero haber escrito “una práctica en busca de unateoría”. Un subtítulo como ese mantendría su ple-na vigencia.

El desafío para una gestion eficaz: diseñaruna ingeniería de las intervenciones territorialesque simultáneamente genere conocimientosustantivo y prácticas asociativas. El concepto de“conocimiento pertinente”

El título de esta sección lo dice casi todo. Enefecto, si se desea promover una desarrollo regio-nal bien entendido, es decir, que beneficie

efectivamente a las personas humanas, comoindividuos y como grupos, y que al mismo tiempose ajuste a fortalecer la diversidad en el territorioen el marco de la unidad nacional12, habrá que“crear” un conocimiento (ambiciosamente, unparadigma) científico acerca de la causalidad delos procesos de cambio social en el territorio ytambién habrá que inventar procedimientos quehagan de la propia comunidad territorial el agenteendógeno de cambio, capaz de formular unapropuesta a tono con el mundo actual y capaz deejecutarla. Se trata, como se ha dicho tantas veces,de crear un sujeto colectivo regional. No es menorel desafío.

De hecho la tarea propuesta pierde algo dedramatismo si se tiene en cuenta que permanente-mente se han producido cambios paradigmáticos ocasi paradigmáticos en la cuestión regional. En losúltimos cincuenta años algunos de estos cambios –si es permisible representarlos mediante el cambiode los códigos y de los descriptores– se pueden apre-ciar a través de la siguiente propuesta de Cagmani:

Para todos los efectos prácticos, tanto enAmérica Latina como en ciertos países europeos,como los del Sur Mediterráneo por ejemplo, lasituación actual mezcla elementos de los dos últi-mos períodos anotados por Camagni.

Una puerta de entrada muy prometedorapara la tarea propuesta se halla en el encuentroentre la moderna lingüística y el constructivismocognitivo13.

La moderna lingüística derivada deHeidegger, Searle, Austin, Bourdieu y otros, ha sidoadaptada al campo organizacional por FernandoFlores (1989 principalmente) y Rafael Echeverría(2000) entre otros. Es precisamente Echeverría(2000:37) quien afirma: “Se ha reconocido que ellenguaje tiene un papel activo y generativo. Es loque llamamos el poder transformador de lapalabra... a través de él generamos nuevos objetosy productos, transformamos el mundo, abrimos ocerramos posibilidades, construimos futuros dife-rentes”. Por su parte Flores (1989:24) sostiene :“Nuestra teoría está organizada en torno a losconceptos centrales de ‘conversación’ y ‘diseño’.Conversación es la unidad mínima de interacción

social orientada hacia la ejecución con éxito deacciones. Diseño es nuestro nombre para la prácticainterpretativa de producir un discurso para admi-nistrar los tipos recurrentes de quiebres queimpregnan las prácticas humanas”14. Laconversación, que no es más que un acto de uso dela palabra, del lenguaje y del discurso entre dos omás interlocutores, habrá de convertirse en la piezafundamental de un nuevo procedimiento socialpara formular propuestas colectivas, participativasy asociativas, de desarrollo local, que den sentidoprocedimental al llamado paradigma de abajo ar-riba (Stohr y Taylor, op.cit.).

Estas propuestas son hechas por actores/sujetos (Garretón, 2000) que se crean a sí mismosprecisamente mediante el discurso que emana delas conversaciones sociales en torno al desarrollo.El constructivismo concede una importancia claveal discurso y al sujeto (Rosas y Sebastián, 2001). Eldiscurso se entiende como un elemento central, queorganiza toda la vida social y constituye a losindividuos en sujetos definidos por ciertos finesfijados por el mismo. La recursividad entre objeto ysujeto está en el centro del enfoque constructivista.

Conceptos claves en las políticas regionales por períodos históricos

1950/60 Infraestructura como condición del crecimiento económico regional1960/70 Atracción de actividades externas, polos de desarrollo, base exportadora1970/80 Desarrollo endógeno, PyMES, competencias (habilidades y atribuciones) locales1980/90 Innovación, difusión de tecnología, medios innovadores1990/00 Conocimiento, factores intangibles, aprendizaje colectivo2000/10 Capital relacional, interconexión, cultura local, e-trabajo

Fuente: Camagni R., op. cit., 2000.

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El constructivismo destaca la capacidad de ciertosdiscursos para “construir” la Nación [Región], in-terpelar a los individuos y constituirlos como“sujetos nacionales” [regionales] dentro de unadeterminada concepción de la Nación [Región],articulada por el discurso (Larraín, 2000). La for-ma de pensamiento y la acción propuesta a seguirse podría inscribir en las filas de aquellos queHopenhayn (1993) denomina como comunidadhumanística crítica, de fuerte presencia intelectualen Chile y cuyo momento positivo se traduce enuna forma de inserción del saber social en lasociedad, por la coincidencia que muestra con losvalores y con los procesos asignados al humanismocrítico por Hopenhayn.

La tarea de reconstrucción epistemológicacomienza por una sencilla demostración. Elconocimiento sobre desarrollo territorial acumula-do durante medio siglo de experiencias de políticaen América Latina no es adecuado al momentoactual, padece de una irremediable obsolescenciaen virtud de los acelerados cambios sociales,tecnológicos, económicos y políticos que hanacompañado a la actual fase de la globalización,particularmente si dicha fase se la identifica con laprimera crisis petrolera de 1973. Simplemente sepasó de un mundo caracterizado por sistemaseconómicos nacionales cerrados, estatizados y cen-tralizados a las antípodas, para estos efectos, con-figuradas por economías abiertas, privatizadas ydescentralizadas, todo ello en términos relativospor cierto.

Un solo y breve ejemplo empírico demuestrael juicio anterior. Durante el segundo quinqueniode los sesenta, el entonces gobierno chileno fueparticularmente exitoso en el diseño y la puesta enpráctica de una política de localización industrialque como resultado pudo establecer en ciudadescomo Arica, Iquique, La Serena, Los Andes,Casablanca, Rancagua, Concepción, Puerto Montt,una paquete nada de despreciable de industriasautomotrices, electrónicas, mecánica ligera,pesquera, neumáticos, componentes mecánicos,refinerías de azúcar de remolacha y otras, median-te el uso en particular de un instrumento de políti-ca económica, el arancel de importaciones quegravaba las importaciones de equipos de capital einsumos. Ello en el marco de una economía sobreprotegida algunos de cuyos aranceles superabanel 300% del valor CIF; naturalmente, en ese marco,reducciones del 50% o del 100% para instalacionesen las regiones sugeridas por la política constituíanfuertes rebajas a los costos fijos de instalación. Comotoda práctica, ésta generó conocimiento, cuyautilidad se acerca a cero en un contexto económicocomo el actual, con un arancel modal del orden del6% para la economía chilena. ¡ Obsolescenciacognitiva por cambio de contexto!

Para crear y difundir o distribuir socialmen-

te un nuevo conocimiento el primer paso consisteen definir quienes serán los “miembros del clubdel nuevo conocimiento”, por así decirlo. En otraspalabras hay que especificar a los actores, a losparticipantes en las conversaciones sociales en lascuales y mediante las cuales se producirá y circu-lará el nuevo saber. Como lo dice el PNUD: “Sinconversaciones, públicas y privadas, que tengancomo objeto a la sociedad no habrá aspiracionescolectivas” (PNUD, 2000), o, como también lo afir-ma la misma institución: “El Desarrollo (...) consis-te en hacer de los individuos y las comunidadeslos verdaderos sujetos, gestores y beneficiarios deldesarrollo. Ello sólo es posible si las personas soncapaces de entender esos cambios y gobernarlos asu favor” (PNUD, 1999, subrayado del autor).

Puesto que acá se participa plenamente dela apuesta política a favor de la sociedad civil queestá en el centro del proceso de redemocratizaciónde América Latina, hay un privilegio por convocara los actores representativos de la sociedad civillocal (por difusa que sea) y, como también acá sehace una apuesta a favor de la asociatividad, talconvocatoria debe incluir también a los actores re-presentativos de la sociedad política local (gobiernoy administración, partidos políticos, fuerzas arma-das) y de otros segmentos sociales ubicados entreambos polos, por ejemplo, miembros de la sociedad“mercantil” o económica, miembros de la sociedad“moral” (iglesias y otras organizaciones cuyos fi-nes son esencialmente éticos). Como esta convoca-toria se dirige a los “actores/sujetos” 15 y no a miem-bros masivos de las organizaciones, hay que cono-cerlos (con nombre, apellido, dirección, etc.) deantemano y ello supondrá poner en práctica unmétodo de identificación particularmente en lamisma sociedad civil, cuya naturaleza difusa,intersticial, porosa y poco formal, hace especial-mente difícil esta tarea16.

Hay que escapar de inmediato a la tentaciónde convertir estas conversaciones sociales en unaespecie de curso académico. No se trata de convertira los actores sociales en académicos o en enciclope-distas sobre desarrollo territorial. Se trata sí de so-cializar una forma de conocimiento denominadaacá como conocimiento pertinente, equivalente, nimás, ni menos, a la cantidad mínima de conoci-miento suficiente para que se entienda la naturalezasistémica, abierta y compleja del problema que con-voca, en este caso, la estructura del territorio y ladinámica de los procesos de cambio –crecimientoy desarrollo– en el territorio. Esto significa poderentender (no sólo conocer) el entorno del sistematerritorial, es decir, el medio y el interno de esemismo sistema, es decir, sus procesos de cambio.En este contexto el grupo convocado enfrenta deinmediato un dilema luhmanniano: reducir lacomplejidad del entorno actuando selectivamenteen él, haciendo relevante sólo la información per-

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tinente (Rodríguez, 1995) y dejando fuera otrasposibilidades.

Si se logra crear y sobre todo socializar unsaber capaz de interpretar de una manera consen-suada o compartida tanto la estructura como losprocesos de cambio, se está a un paso de lograrcrear una sinergia cognitiva en el espacio local.Se puede definir este concepto como la capacidadcolectiva para realizar acciones en común sobre labase de una misma interpretación de la realidad yde sus posibilidades de cambio. Si se puede crearesta sinergia cognitiva, se está cerca de lograr unconsenso social y cerca también de generar poderpolítico, el recurso fundamental para transformarpensamiento en acción. Hay que recordar tanto lasabiduría popular expresada en el dicho “la uniónhace la fuerza” como la académica, en las palabrasde Hanna Arendt; “el poder surge entre los hombrescuando éstos actúan unidos”17.

Conocimiento estructural y conocimientofuncional para la gestión territorial

Se denominará como “conocimientoestructural” al saber que permite comprender queun territorio organizado (llámese región, departa-mento, provincia, localidad, o como se desee) esuna estructura de naturaleza sistémica, abierta,compleja. Por supuesto, sería perfectamentecomprensible que un lector se preguntase, ¿es queacaso los especialistas, en particular, los acadé-micos, desconocen algo tan elemental? Mi preguntasería más bien, ¿lo sabemos en realidad? Porque sise examina la literatura tanto teórica como“práctica” es perfectamente evidente que en la granmayoría de los casos la región o cualquier otro seg-mento territorial usado para fines o analíticos opolíticos, es tratada mediante un enfoque que pri-vilegia decididamente el contenedor por sobre elcontenido y son escasas las referencias a la natu-raleza sistémica, abierta y compleja del contenido,que es el que define el contenedor, y no a la inversa.Como lo dice Martin (op.cit., 77) al criticar losplanteamientos de la “nueva economía geográfi-ca”: “ La cuestión fundamental en relación a cómose pueden conceptualizar de una manera signifi-cativa las economías ‘regionales’ y ‘locales’, y cómotales conceptos pueden ser traducidos a términosempíricos, no se considera para nada. En vez deello, hay un deslizamiento ontológico entre regio-nes y puntos y espacios abstractos, por un lado, yel uso a-crítico de unidades administrativas cuales-quieras en tanto sean útiles para propósitos ilustra-tivos y empíricos, por el otro” (traducción libre).

Por otro lado, se denominará como“conocimiento funcional” a un cuerpo cognitivocapaz de develar la forma cómo el sistema anteriorse articula con su entorno y cómo modela suspropios procesos de cambio, para estos efectos, el

proceso de crecimiento económico en el territorio yel proceso de desarrollo en el territorio.

Naturalmente que no es necesario comenzardando una definición de sistema, porque elconcepto sí se puede asumir como conocido. Perouna cosa es admitir que la región X, Y, o Z,constituye un sistema (aunque no se sepa muy biencuál es la multiplicidad de su naturaleza) y otramuy diferente es tomar en cuenta en forma perma-nente las modalidades, las potencialidades y lasrestricciones que supone operar con un sistema enforma sistémica.

Simplemente para tomar un punto de parti-da, elegido de la vastedad de la literatura actual, sepuede seguir a Johansen (1997:54) y apuntar queun sistema es “un conjunto de partes coordinadasy en interacción para alcanzar un conjunto de ob-jetivos o también que es un grupo de partes y obje-tos que interactúan y que forman un todo o que seencuentran bajo la influencia de fuerzas en algunarelación definida”. Al concepto de sistema se leagregan indisolublemente los conceptos de“subsistema” y “supersistema”. Cada sistema estáformado por partes que son los subsistemas y todosistema se encuentra inmerso en otro mayor queconstituye un supersistema, (una estructura“anidada” no significa una sobre determinaciónpara los niveles inferiores, siempre existen gradosde libertad). Todos pertenecemos a algún sistemafamiliar que, a su vez, forma parte de unacomunidad local, la cual, unida a otras comunida-des locales, forma parte de ciudades, regiones ynaciones. En todos estos casos se trata de sistemasque son subsistemas de otro sistema mayor. Un sis-tema es un conjunto de partes que funcionan comouna sola entidad y al funcionar como un todo tienepropiedades distintas de las partes que locomponen. Estas propiedades se conocen con elnombre de propiedades emergentes. Talespropiedades “sobresalen” por así decirlo del propiosistema cuando éste alcanza cierto nivel decomplejidad y desaparecen cuando se trata deefectuar reduccionismo analítico (la maladiecartesienne). Nada más apropiado que definir eldesarrollo endógeno entonces como...¡ una emer-gencia sistémica! Como lo apuntan poéticamenteO´Connors y McDermott (1998), no se puede en-contrar el arco iris en la lluvia.

Una consecuencia práctica de lo anterior porejemplo radica en que si se pretende estudiar unaregión mediante el artificio de estudiarla “de arri-ba abajo” (provincias componentes, comunas, etc.)en cierto momento la región desaparece como tal ylo que queda en manos del analista es un conjuntono estructurado de elementos que ya no definen ala región, porque se descendió más abajo del nivelde emergencia.

El asunto es que el método analítico en elcual todos estamos sobre entrenados intelectual-

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mente dificulta entender y por consiguiente difi-culta trabajar con la noción de sistema y es por elloque se requieren verdaderos cambios mentales parasuperar esta traba. El pensamiento sistémico esholístico y en círculos, más que en líneas rectas.Por tanto el concepto de “bucle de realimentación”resulta fundamental para entender el funciona-miento de un sistema y estos bucles son de refuerzocuando los cambios amplifican el cambio originalo de compensación cuando los cambios en el siste-ma se oponen y amortiguan el cambio original (estarealimentación puede dar origen a procesos deproalimentación, también de refuerzo o decompensación).

Gran parte de los “problemas” de la vidareal tienen una estructura sistémica, no siemprefácil de descubrir. Esto implica que la solución del“problema” debe necesariamente envolver unenfoque sistémico; no es posible lograr solucionessistémicas con acciones parciales, porque en últi-ma instancia las causas se encuentran en laestructura del sistema y no en su partes.

Pero quizás si lo más importante, desde elpunto de vista del conocimiento para la acción, estomar nota que los sistemas no funcionan a “ton-tas y a locas” y que por el contrario, su comporta-miento está cuidadosamente reglado por ciertasleyes de funcionamiento sistémico. El desconocereste hecho en la práctica lleva a las tan conocidaspropuestas de cambio (planes de desarrollo o comose llamen) que no son otra cosa que “wishfulthinking”. Johansen (1996) da cuenta de cinco leyesque tienen que ver con la supervivencia de los sis-temas:

a) la ley de la viabilidad, que tiene quever con la capacidad de la organización (¿región?)en relación a su existencia y permanencia comofenómeno real (en el caso de las regiones, no sólocon su creación administrativa). Esta ley exige queel valor de lo que la organización social entrega almedio (corriente de salida) tiene que ser capaz degenerar todo lo ella recibe de ese medio (corrientede entrada) y que es necesario para mantenerla enproducción, es decir, para que pueda seguir entre-gando al medio aquello que la caracteriza comoorganización y que garantiza su existencia;

b) la ley de la complejidad, en relaciónal concepto de complejidad dinámica del sistema,que sostiene que en la medida en que una organi-zación aumenta la especialización interna, ella ex-perimenta un incremento importante de su com-plejidad (que de hecho crece en forma exponencial)que tiende a incrementar la incertidumbre dentrode la organización;

c) la ley de la jerarquía de la autoridad,relacionada con el aumento de la variedad del siste-ma y en consecuencia de su complejidad y con lanecesidad de establecer reductores de la variedad.Mientras la especialización se constituye en un

amplificador de la variedad, la jerarquía es unreductor de ella y el equilibrio entre ambas permitela gobernabilidad de la organización. Hay unarelación directa entre la diferenciación (un aumentoen la división del trabajo) y la integración (jerarquíade la autoridad) y el sistema permanecerá viable enla mediad en que ambas variables se desarrollenequilibradamente. Una consecuencia prácticainmediata de esta ley, observable en muchos países(Chile es tal vez el mejor ejemplo en América Lati-na), es que si se desea hacer gobierno en un sentidopolítico en una región y no sólo administrarla (comoes el caso actual en Chile), es necesario aumentar elalcance y la profundidad de la descentralizaciónhasta alcanzar la intersección territorial y políticade ella;

d) ley del conflicto ya que la organizaciónsocial, por estar compuesta por partes especiali-zadas que se encuentran en una relación deinterdependencia, y dado el hecho que cada partetiende a maximizar sus propios objetivos,inevitablemente las partes se encuentran entre síen una situación conflictiva18;

e) la ley de la desmaximización , unaconsecuencia de la anterior y que implica que no esposible optimizar todos los subsistemas quecomponen un sistema dado en forma simultánea yque optimización del sistema completo conlleva lasub-optimización de algunas de sus partes19.

El siguiente concepto que debe ser interna-lizado mediante las “conversaciones sociales” esel concepto de apertura sistémica, o sea, lamanera cómo el sistema se relaciona con su entor-no o con el medio.

Desde el punto de vista teórico un sistemaabierto es uno que interactúa con su medio, impor-tando energía e información, transformando esosinsumos y exportando la energía y la informaciónconvertida; este intercambio es de tal naturalezaque logra mantener alguna forma de equilibrio(steady state) y además las relaciones entre el siste-ma y el entorno admiten cambios y modificaciones.Es obvio que los sistemas sociales son pordefinición sistemas abiertos, ya que en la prácticatodos los sistemas son abiertos en alguna medida.Cuanto más cerrado es un sistema, más energíaacumula dentro de él aumentando su entropía.

Desde un punto de vista mucho más elemen-tal, un territorio tal como una región constituye unsistema (tecno-socio-económico) considerablemen-te abierto, sobre todo en el contexto de la globali-zación. Los flujos de intercambio con un entornohoy ampliado considerablemente (el resto del país,el mundo) son enormes, al punto que una propor-ción significativa de las operaciones (de cualquiertipo) que se inician o que finalizan dentro del terri-torio tienen su finalización o su inicio fuera de él.

No pocas veces se observa en la práctica quepropuestas oficiales de desarrollo de regiones

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(estrategias, planes, etc.) utilizan una versión pri-mitiva y descriptiva de las relaciones de la regióncon el entorno (meras declaraciones acerca de cuánimportante es la globalización ahora, o cifras deexportaciones regionales, o propuestas sobreposibles obras de infraestructura para conectarregiones especialmente transfronterizas), escamo-teando lo esencial del nuevo paradigmaluhmanniano que hace del par sistema/entornosu eje central, así como en paradigma antiguo sueje estaba constituido por el par todo/partes.

Sistemas territoriales pequeños (como laenorme mayoría de las regiones en todo el mundo,aún cuando su área absoluta pueda resultarimpresionante) tienden a mostrar una elevadaapertura sistémica y la consecuencia más signifi-cativa de ello -como se verá más adelante- resulta-rá en transformar en exógeno al territorio su procesode crecimiento económico, desde el punto de vistadecisorio. Por otro lado, cuanto más abierto el sis-tema, mayor es su tendencia a llegar a un estadofinal disipativo y para evitarlo debe equilibrar losflujos intercambiados con su entorno. Un sistemadisipativo tiene la doble habilidad de aumentar yalmacenar información bajo la forma de nivelescada vez mayores de complejidad estructural in-terna y de “exportar” desorganización a su entor-no inmediato (Byrne, 1998). Cuanto más abierto elsistema, finalmente, menores los grados de libertaddisponibles endógenamente para su autocontrol,siendo entonces obvias las consecuencias sobre lamodalidad de hacer gobierno regional.

Volviendo a la práctica, toda región debehacer una operación de selectividad con respecto asu entorno, a fin de describir y entender su formade articulación. El entorno, para una regióncualquiera es simplemente el mundo. Todo entor-no y por supuesto el mundo, está constituido poruna multiplicidad casi infinita de sistemas, no to-dos los cuales son relevantes y pertinentes a laregión y por tanto al describir la articulación de laregión con el entorno habrá una reducción del en-torno –de su complejidad– (este es tal vez lacuestión central en los trabajos de Luhmann) paradejar en relieve sólo aquellos sistemas que configu-ran un recorte del entorno, verdaderamente signi-ficativo para la región20. Se trata de crear infor-mación pertinente, como se mencionó más atrás.

El tercer concepto a ser socializado esprobablemente el más difícil de comprender y noen vano se trata precisamente de la complejidad.

Hay en construcción un paradigma de lacomplejidad (Morin, Luhmann, Prigoyine, entreotros) que busca superar las restricciones delparadigma positivista. Según Morin (1994:60) “lacomplejidad a primera vista es un fenómenocuantitativo, una cantidad extrema de interaccionese interferencias entre un número muy grande deunidades... Pero la complejidad no comprende sola-

mente cantidades de unidades e interacciones...comprende también incertidumbres, indetermi-naciones, fenómenos aleatorios. En un sentido, lacomplejidad siempre está relacionada con el azar...Pero la complejidad no se reduce a la incertidumbre,es la incertidumbre en el seno de los sistemas rica-mente organizados”. Luhmann (1997:76) por suparte dirá que “...la complejidad es la informaciónque la falta a un sistema para poder comprender ydescribir completamente su entorno (complejidaddel entorno) o bien a sí mismo (complejidad delsistema)” y que solamente la complejidad puedereducir la complejidad.

Toda región, en cuanto sistema abierto ycomplejo, pero siempre con una complejidad me-nor que la del entorno, tiene como objetivo primariocomplejizarse a sí misma para poder reducir lacomplejidad del entorno y competir con la Ley deAshby en la mano.

¿Cuál es el significado concreto del postula-do anterior? ¿Qué significa, en la práctica,complejizar una región? Volviendo a Morin y a susprincipios de la complejidad (el principio dialógico,el principio de la recursividad organizacional y elprincipio hologramétrico) se observa que lacomplejidad tiene que ver con la variedad desubsistemas que pueden cobijarse dentro del siste-ma que se está denominando como “región”, conla jerarquía de ellos y con una fuerte presencia derecursividad 21 en sus interacciones.

Es evidente, como fue señalado al comienzo,que la globalización ha complejizado al mundo yespecíficamente, al entorno de cada región, lascuales, como también fue dicho, están ahoraobligadas a incrementar su propia complejidad. Enla práctica esto se traduce en la necesidad deintroducir más diversidad, más subsistemas en elsistema regional22, simplemente más actividades ymás organizaciones, dotándolas de mayores nive-les de autonomía (descentralización) y de buclesde refuerzo de los cuales la recursividad es un ele-mento estructural.

Un ejemplo sencillo del uso en terreno de lacomplejidad está dado por un análisis bien hecho,de buena calidad, de una comuna inserta en unaregión en tanto tal análisis sea capaz de dar cuentadel hecho que no sólo la comuna está en la región,sino que la región está en la comuna (la parte estáen el todo y el todo en la parte) y que por tanto no esposible describir y entender la comuna si no es“introduciendo” en ella su región. A pesar de seraristotélico, cuesta todavía habituarse a que la par-te está en el todo tanto como el todo está en la parte.El Aleph, el increíble punto descrito por Jorge LuisBorges, podría ser el más “ilustrado” ejemplo dehologrametría à la Morin.

Hay que dar paso ahora al conocimientofuncional, es decir, a una capacidad para compren-der el entorno específico regional y el interno de

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la misma región. Se trata de procesos de articulacióny de cambio.

Hay, en efecto, un nuevo entorno para eldesarrollo regional que puede ser descrito comocompuesto por tres nuevos escenarios, presentes enel medio (Boisier, 1996). El primero de ellos, elescenario contextual se construye permanentemen-te a partir de la intersección de dos importantesprocesos contemporáneos, económico uno, aperturaexterna y político otro, apertura interna. A su vez, laapertura comercial externa de países y regiones esempujada por la multidimensional globalización,expresión concreta funcional y geográfica del nuevocapitalismo tecnológico, en tanto que la aperturainterna de países y regiones es empujada por ladescentralización. Cabe notar que hay una fuerteretroalimentación entre ambas formas de aperturaya que no es posible ser competitivo con estructurasdecisionales centralizadas. El segundo escenario,denominado escenario estratégico, está siendo cons-truido mediante también dos procesos: nuevas mo-dalidades de configuración territorial que generanuna geografía política con componentes virtualesdictada por la lógica del sistema más que por elvoluntarismo del Estado, y nuevas modalidades degestión territorial que introducen en el plano de lagestión de los gobiernos locales criterios políticospara modificar las situaciones de dominación/dependencia y criterios empresariales (principal-mente la planificación estratégica) para aumentarla eficiencia del gobierno. El tercer escenario es elescenario político construido a partir del proceso demodernización del Estado entendida ésta desde elparticular ángulo de su capacidad (hoy inexistenteen América Latina) de hacer conducción territorialtanto como conducción política y a partir de lanecesidad de reinventar los gobiernos territorialespara que puedan asumir sus nuevas funciones comoconductor (político) y animador (social).

Figura 1

En relación a los procesos de cambio en elterritorio, esto es, el proceso de crecimiento econó-mico por un lado y por otro el proceso de desarrollo,lo primero que hay que señalar es que hoy es claroque se trata de dos procesos estructuralmente dis-tintos, sin embargo no independientes y articula-dos de una manera todavía desconocida pero queprobablemente asume la forma de un bucle o rizo.

La cuestión que se plantea es simple comoenunciado: se trata de descubrir una estructurasistémica como matriz causal del crecimiento y otracomo matriz causal del desarrollo. Esto es esencial:ya no es posible suponer que el crecimiento depen-de sólo de un factor como por ejemplo la inversión,o de la inversión más otros insumos porque se estáfrente a un asunto sistémico y su explicación cau-sal debe ser también sistémica.

Tomando como punto de partida la actualconceptualización de modelos de crecimiento quecalifican al proceso de crecimiento como endógenodebido a que los gastos en investigación e inno-vación se consideran guiados por la racionalidadeconómica23 y que identifican como los factores delcrecimiento a la acumulación de capital, de progre-so técnico, y de capital humano y “aterrizando”esta propuesta en el territorio concreto, se observala necesidad de ampliar el abanico de factorescausales incorporando como factores de crecimien-to el proyecto de país o proyecto nacional que entanto contenga una dimensión territorial “asigna”papeles o roles a cada región en ese mismo proyectoy cada una de estas posibilidades alternativasgenera diferentes senderos de crecimiento de largoplazo, así como el cuadro de la política económicanacional que, por la vía de sus dimensionesglobales y sectoriales afecta positiva o negativa-mente el patrón de crecimiento de cada región y,por último, la demanda externa (exportaciones másgasto de no residentes) como un elemento obvio.

Teniendo como telón de fondo esta matrizcausal hay que hacer notar que en el marco de laglobalización, la matriz de agentes decidores queopera “detrás” de los seis factores anotados, tiendea separarse más y más de la matriz de agenteslocales. En otras palabras, la región ve más y másdistanciada la posibilidad de controlar su propiocrecimiento y esto debería obligar a toda región apotenciar al máximo su capacidad para influir enlas decisiones pertinentes, por ejemplo, el flujo decapital que llega a la región, el diseño de determi-nados instrumentos de política económica, lacolocación de la producción en el mercado global,etc. Tal capacidad de influir va de la mano con unatecnificada capacidad de negociación y con unverdadero cambio cultural en relación a cómo laregión se plantea frente a estos factores exógena-mente controlados. Estas cuestiones estánexhaustivamente analizadas en varios textos deBoisier (1996, 1999a, 2000b)24.

NUEVO ENTORNO DE DESARROLLO REGIONAL

NUEVO ESCENARIOCONTEXTUAL

NUEVO ESCENARIOESTRATEGICO

NUEVO ESCENARIOPOLITICO

APERTURA EXTERNA

APERTURAINTERNA

GLOBALIZACION

DESCENTRALIZACION

NUEVA ORG.TERRITORIAL

NUEVA GESTIONTERRITORIAL

MODERNIZ.ESTADO

NUEVAS FUNC.GOB.REG.

REGIONESPIVOTALES

ASOCIATIVASVIRTUALES

CUASI-ESTADOSCUASI-EMPRESAS

TERRITORIALIDAD

CONDUCCIONANIMACION

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Figura 2

En relación al proceso de desarrollo hay queestar dispuesto a aceptar un desvío radical de laortodoxia, ya que como se dijo, hoy el desarrollo esentendido como el logro de un contexto, medio,“momentum”, situación, entorno, o como quierallamarse, que facilite la potenciación del serhumano para auto transformarse en personahumana, en su doble dimensión, biológica yespiritual, capaz en esta última condición, deconocer y amar. Esto significa reubicar el conceptode desarrollo en un marco constructivista, subjetivoe inter-subjetivo, valorativo o axiológico y por ciertoendógeno, o sea, directamente dependiente de laauto confianza colectiva en la capacidad para“inventar” recursos, movilizar los ya existentes yactuar en forma cooperativa y solidaria, desde elpropio territorio, generando, obsérvese, unaproalimentación de compensación. En tantoproceso y resultado intangible25, el desarrollo es elresultado de una matriz causal que no puede sinotener la misma dimensión26: la intangibilidad y portanto será inútil asociarlo con meros avancesmateriales. Como se ha dicho, más edificios paratribunales de justicia no garantizan más justicia,pero, ¿quién podría negar la necesidad de suconstrucción? El reconocimiento del carácterintangible del desarrollo conduce lógicamente abuscar factores causales igualmente intangibles ycomo es posible identificar un buen número de ellosy como también es posible someterlos a unataxonomía, el resultado es la identificación deciertos conjuntos más o menos homogéneos quehan sido denominados como capitales intangibles(cognitivo, simbólico, cultural, social, cívico,institucional, psicosocial, humano, y mediático) queen definitiva son articulados y direccionados pormedio del capital sinergético, capaz de matriciar elconjunto anterior27.

Figura 3

Hay que agregar al cuerpo del conoci-miento funcional una verdadera estructurasistémica del desarrollo que muestre además laconnotación valórica del concepto, en línea con elpensamiento de Seers, Sen, ul Haq, Jolly, BoutrosGali, Hirschmann, Furtado y otros intelectuales quedesde hace décadas han insistido en la dimensiónaxiológica del desarrollo y que enfatice la nociónhumanista del desarrollo.

Figura 4

La compleja figura anterior busca colocar enel centro de la cuestión del desarrollo la posibilidadpara todo individuo de alcanzar su plena dignidadcomo persona humana, en un marco de valores enel cual la libertad, la democracia, la justicia, la éti-ca, la estética, la solidaridad, y la variedadconstituyen sus elementos definitorios28. Enrealidad el objetivo central de toda propuesta dedesarrollo no puede ser otro sino otorgarle a losseres humanos su dignidad como persona. Comoes claro que jamás el desarrollo será un procesoindividual (no se puede ser persona si no es entrepersonas), este objetivo supone colocar a los sereshumanos en un tejido social que hay que densificar

CRECIMIENTO TERRITORIALEXOGENO

PROYECTO NACIONAL Y

ORDENAMIENTOTERRITORIAL

POLITICA ECONOMICANACIONAL

DEMANDA EXTERNA

CRECIMIENTO CON CAMBIO PROACTIVO

ACUMULACION DE

CAPITAL

ACUMULACION DE

PROGRESO TECNICO

ACUMULACION DE

CAPITAL HUMANO

DESARROLLO TERRITORIALENDÓGENO

DESARROLLO TERRITORIALENDÓGENO

UNA PROPIEDAD EMERGENTEDE UN SISTEMA TERRITORIAL

ALTAMENTESINERGIZADO

STOCK DE CAPITALES

INTANGIBLES

POTENCIAL DE

CRECIMIENTO

GRADO DE ENDOGENEIDAD

ACTITUD MENTAL

COLECTIVA

INTERACCIONES

UNA ESTRUCTURA CONCEPTUALPARA EL DESARROLLO

UNA ESTRUCTURA CONCEPTUALPARA EL DESARROLLO

OBJETIVO CENTRAL

SER HUMANOPERSONA HUMANA

COMUNIDAD

IDENTIDAD

MARCO VALORICOLIBERTAD, DEMOCRACIA,

JUSTICIA, ETICA,ESTETICA,SOLIDARIDAD,

VARIEDAD

MARCOINSTRUMENTAL

INGRESO, DISTRIBUCION,EMPLEO,

DISCRIMINACION

MARCO SINERGICO

CAPITALES:COGNITIVO, CULTURAL,SIMBOLICO, SOCIAL.CIVICO, INSTITUCIONAL,PSICOSOCIAL, HUMANO

MARCO ENDOGENOAUTONOMIA, REINVERSION,

CIENCIA &TECNOLOGIA,CULTURA

CONSTR.SOCIAL

REG.

VECTORESPRODUCT.

POL. SOC.

PyMES

EDUCACION

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y articular hasta que se transforme en unaverdadera comunidad, es decir, en una asociaciónde personas que basan su asociatividad en la“razón natural”, esto es, en la emocionalidad y enun sentido de pertenencia, como lo señalaraThonnies. Esta comunidad a su vez debe ser capazde transformarse en una comunidad imaginada(Anderson, 1991) con un fuerte sentido deidentidad. La configuración de esta comunidad conestas características da lugar a la construcción so-cial regional, proceso que a su vez debe ser capazde generar un conjunto de valores regionales espe-cíficos que se sumarán a los de carácter genéricomencionados anteriormente. Obsérvese que si noes posible realizar esta última operación, no existeen verdad una región 29, sólo aparece un recorte delterritorio nacional que de manera más o menos ar-bitraria se denomina “Región XYZ”. Si no existeen realidad una región, no se necesita un gobiernoregional ya que no existe nada que gobernar, sóloexiste un recorte territorial a administrar y en talcaso, un órgano desconcentrado del Poder Ejecutivonacional es suficiente. ¡Cualquier parecido con los“gobiernos regionales” establecidos en Chile porla Ley Orgánica Constitucional de Gobierno yAdministración Regional -LOCGAR- es intencio-nal y no una casualidad!

Como ya lo anotase Dudley Seers (1970), lasprincipales barreras que impiden la potenciaciónde los seres humanos para devenir personas, sonel hambre, el desempleo, y la discriminación. Inter-pretadas ahora en términos de nivel de ingreso,distribución inter- personal del ingreso, empleo, ydiscriminación, configuran un cierto marco instru-mental sobre el cual hay que concentrar la acción.Estas barreras a su vez se asocian de manera linealcon la productividad, con las políticas sociales(distributivistas y redistributivistas), con ladinámica de las PyMES (que son las generadorasnetas de empleo), y con el sistema educacional. Esta-blecidas esta relaciones parciales de causalidad esposible entonces trabajar con las institucionesasociadas los factores recién anotados.

Por otro lado y como fue ya escrito, atendidoel carácter subjetivo del desarrollo resulta impor-tante cuantificar, potenciar y articular los diversoscapitales intangibles que generan en definitiva eldesarrollo y por último, todo este “operativo dedesarrollo” debe ser realizado en forma endógena30

y ello tiene que ver con la descentralización efectiva,con la capacidad regional para retener y reinvertirin situ parte de su propio excedente, para generarsus propios impulsos de innovaciones tecnoló-gicas y, por supuesto, con la cultura, generadorade la indispensable identidad, que lejos de desa-parecer barrida por la globalización, se fortalececomo mecanismo de defensa a la alienación.

En relación a la intangibilidad del desarrollo,una cuestión que hace que muchos economistas

saquen a luz un escepticismo crítico, hay que obser-var que en relación a este tipo de concepto, comotambién en relación a otros, los especialistas engestión empresarial van, para bien de ellos y paramal de nosotros, bastante más adelantados en lareflexión. Por ejemplo, el libro de Roos, Roos,Dragonetti y Edvinsson (1997) sobre el capital inte-lectual de las empresas sería una lectura muyrecomendable para tanto estudiante y estudioso deldesarrollo; ayudaría a descubrir la importancia y elvalor de lo intangible (¿por qué Microsoft tiene unavalor de mercado proporcionalmente mucho másalto que el valor de sus activos en comparación conGeneral Motors por ejemplo?) en la valorización deuna organización (una región por ejemplo)31.

Síntesis: conocimiento al servicio de laacción

Cuanto mayor es el conocimiento, másaprendemos, pues podemos establecer másconexiones con lo que ya sabemos y, así, más am-pliamos y profundizamos nuestros conocimientos,sostienen O´Connors y McDermott (1998, op.cit.).Se aplica directamente este razonamiento a lacuestión del desarrollo (territorial) si se le entiende,como fue sugerido analógicamente, como unverdadero proceso de sinapsis colectiva, deconstrucción de complejos mapas mentales capacesde incluir las múltiples relaciones sistémicaspropias del desarrollo. Si se acepta este enfoqueresulta de suyo evidente que el desarrollo es unacuestión que tiene que ver principalmente con laspersonas y con las instituciones. Además, estareflexión de los psicólogos citados explica de unamanera sencilla, al revés de las alambicadasexplicaciones de los economistas, todo el “ruido”que se ha producido en torno a los nuevos modelosde crecimiento endógeno. Es fácil entonces enten-der que los factores tradicionales de producción(tierra, capital y mano de obra) presentan rendi-mientos decrecientes en tanto que el nuevo e impor-tante factor, el conocimiento, presenta rendimientoscrecientes. En otras palabras, si los individuos sonconsiderados como objetos de una función deproducción, como mano de obra simplemente, seentra al mundo de los rendimientos decrecientesen tanto que si son considerados como sujetos, comopersonas humanas capaces de aprender y conocer,se traspasa la puerta a los rendimientos crecientes.¡Así de simple! De paso se descubre una dimensiónética en el crecimiento endógeno.

Dror (1994) sostiene que se requieren elitesde gobierno democráticas, comprometidas yadecuadamente preparadas para representar elfuturo y los intereses de la comunidad y paraperfeccionar el eslabonamiento entre conocimientoy poder. Al mismo tiempo dice que deben hacersevigorosos esfuerzos para elevar el nivel de

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entendimiento popular en relación con temascomplejos. Parece claro que una comunidad infor-mada y sabia constituye un “milieu” favorable alsurgimiento de varios de los procesos acá comen-tados: el aprendizaje colectivo, la innovación, latransformación en una región que aprende y quees al mismo tiempo inteligente, la asociatividad yotros.

Como se discutió, la creación de una sinergiacolectiva a partir de un conocimiento distribuidogenera, a través del consenso, el poder necesariopara poner en práctica una propuesta de desarrollocuya audacia innovadora debe ser una funcióninversa al grado de retraso del territorio en cuestión.Sabido es que en medios sociales rezagados lainnovación y el innovador aparecen siempre comoun peligroso desafío al orden establecido, que,algunos por conveniencia y otros por temor, noquisieran modificar. Para no ser un Cristonuevamente crucificado, el conocimiento compar-tido derivado de un aprendizaje colectivo seconvierte en el mejor escudo protector y en la mejorestrategia para promover el cambio. Lasconversaciones sociales constituyen la forma de-mocrática para generar el poder necesario basadoen el conocimiento, poder capaz de romper lainercia y superar el miedo al desarrollo, porqueefectivamente, muchas sociedades parecen tenermiedo al desarrollo, quedan permanentemente ata-das a la falta de desarrollo, al subdesarrollo comoun verdadero “atractor”32 o como una combinatoriadel subdesarrollo como denomina Peyrefitte (1997)a una situación común caracterizada por unasociedad inmóvil, una sociedad hostil a la inno-vación, una sociedad fragmentada, una sociedadoscurantista, una sociedad de economía domina-da, una sociedad de penuria, una sociedad espas-módica en relación a la confianza en sus autorida-des. ¿Algún parecido con América Latina?

Sin embargo no se trata de hacer unaapología del conocimiento que pudiese llevar lascosas a una nueva era de “iluminismo raciona-lista”. El conocimiento es importante, sí lo es, y loserá cada vez más en la sociedad del conocimiento,pero no por mucho saber se hace mejor gobierno.Un buen gobierno depende de conocer y combinarsimultáneamente la ciencia y el arte de gobernar,de manera que el saber, la experiencia, la intuición,la ética, la comunicación, la prudencia y el amor(en el sentido de Humberto Maturana, como laemoción implícita del reconocimiento mutuo den-tro de la cual se dan las interacciones recurrentesque configuran un sistema social) conjugan un todoinseparable.

Tampoco se trata de crear conocimiento porel conocimiento, para la mayor gloria de los quesaben. Parece claro actualmente que el desarrollode un territorio cualquiera, nacional o subnacional,no lo “hacen” los tecnócratas ni los burócratas ni

los políticos. Lo hace la gente, las personas de car-ne y hueso que no levitan, que pisan la tierra diari-amente, que sienten cotidianamente que el progresoestá ahí, pero que se les escapa, en parte porque notienen el saber necesario en el mundo de hoy, enparte porque no tienen el poder para cambiar lascosas y principalmente porque no han descubiertoque el saber y el poder colectivos no son sino lasdos caras de una misma medalla.

El lenguaje entonces vuelve a aparecer en elcentro del desarrollo.

“El lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyoejercicio presupone un pasado que los interlocutores

comparten; ¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph,que mi temerosa memoria apenas abarca?”

Jorge Luis Borges

Notas1 Por ejemplo, la actual ley de fomento forestal de Argentina

transformó a este país en un actor mucho más complejopara Chile, en el contexto del MERCOSUR, dado quecomienza a amenazar la ventaja comparativa chilena ensilvicultura.

2 Si bien paradojalmente, el rescate de un saber ancestral amenudo revaloriza bienes y servicios muy elementales,pero que son valorados precisamente por su carácter limpioy orgánico (en el caso de productos agrícolas) o por sucarácter sui generis al ser el resultado de prácticasproductivas profundamente incrustadas en algunas cul-turas, como es el caso de muchos productos artesanales.Saber “codificado” y saber “tácito” se dan la mano através de nuevos o renovados productos.

3 Entiéndase ello como una tendencia y no como un resulta-do inexorable.

4 Citado en el proyecto “La sociedad de la información:retos y oportunidades para Andalucía”, preparado en elInstituto de Desarrollo Regional, Fundación Universitaria,Sevilla, España, 2001.

5 Esta afirmación de la socióloga chilena contrasta con otrasopiniones que ligan el concepto a la CEPAL.

6 Imposible ocultar un sentimiento de frustración personalal recordar cuántas veces este autor ha tratado,infructuosamente, de llevar al terreno de la gestión regio-nal, en particular al interior de algunos gobiernos regionales,estas ideas. Sólo queda el consuelo del concepto de “fracasofructífero” frente a “éxitos efímeros”.

7 A.Vázquez-Barquero se refiere al “milieu innovateur” como“entorno innovador”, una mejor traducción sin duda.

8 Para una crítica demoledora acerca de la nueva “economíageográfica”, véase R. Martín (1999).

9 Agradezco al Prof. Miguel Villa, del CELADE, su gentile-za al proporcionarme estas cifras.

10 Que incluyen políticas específicas como ordenamiento terri-torial, descentralización, fomento al crecimiento económicoy fomento al desarrollo en las regiones, al menos.

11 Colombia es un caso aparte debido a que en este país ladiscusión acerca de una Ley Orgánica de OrdenamientoTerritorial data de 1991 y hasta la fecha se han presentadono menos de ocho proyectos al Congreso de la República.

12 Recuérdese la famosa descripción de los frisos del frontisde la Abadía Benedictina que hace U. Ecco en El nombrede la rosa: “únicos en la variedad y variados en la unidad”.

13 Los “positivistas” se sentirán felices al descubrir, si no lohan hecho ya, que la palabra “constructivismo” ni siquieraaparece en los diccionarios más reconocidos en tanto quecomo concepto sociológico tampoco aparece en lasenciclopedias de ciencias sociales.

14 Para la noción de “quiebre” como interrupción de la acciónver la obra citada de Flores (p. 75).

15 Según Garretón (op. cit.) este concepto se refiere a losportadores de acción individual o colectiva que apelan a

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27Sociedad del conocimiento, conocimiento social y gestión territorial

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principios de estructuración, conservación o cambio de lasociedad, que tienen una cierta densidad histórica, que seinvolucran en los proyectos de cambio.

16 En el Instituto Latinoamericano y del Caribe dePlanificación Económica y Social, ILPES/CEPAL/ONU,se diseñó un software (ELITE) que permite identificar alos líderes de la sociedad civil.

17 En el transcurso del año 2000 el autor tuvo la oportunidadde diseñar y dirigir un experimento de creación de sinergiacolectiva, de asociatividad pública/privada y de moderni-dad, trabajando con un grupo de actores sociales de laRegión del Maule, en Chile. Este trabajo sistemático, organi-zado como un proceso conversacional, se extendió por trecesemanas consecutivas, con una elevada disciplina y se realizóbajo la égida de la Universidad de Talca, con el nombre de“Coloquios del Maule”. Veáse el libro Conversacionessociales y desarrollo regional (Boisier, 2000b).

18 Por ello siempre una política nacional de desarrollo regio-nal, precisamente dirigida a un sistema de regiones, debeincluir un fuerte componente (una sub clase de política)tendiente a compatibilizar la variedad de objetivos y me-tas de las regiones.

19 Fácil resulta entender los mecanismos de dominación/dependencia que la propia lógica del sistema impondráen un sistema múltiple de regiones.

20 Decir, como se dice en tanto documento oficial, que laregión X se inserta en un entorno amplio como consecuenciade la globalización o focalizar la cuestión exclusivamenteen las exportaciones regionales o alegar acerca de ladependencia del gobierno regional en relación al nacional,son frases sin sentido operacional en un caso o tautologíasdisfrazadas en otro.

21 Recursividad es la aplicación de un mismo principio a símismo en distintos niveles, como la espiral de una escalerade caracol. Se trata de la autoreferencia continuada. Unproceso recursivo es aquel en el cual los productos y losefectos son, al mismo tiempo, causa y productores deaquello que lo produce. Un fractal por ejemplo, es unproceso recursivo.

22 Es interesante notar que en el pasado los economistasregionales argumentábamos a favor de diversificar laestructura productiva de las regiones a fin de reducir suvulnerabilidad ante los ciclos comerciales o para aumen-tar las relaciones internas de insumo-producto paradisponer de multiplicadores más potentes, tanto deinversión como de empleo. Ahora la fundamentación seasocia a la necesidad de complejizar para competir.

23 Por tanto el progreso técnico deja de ser un factor residualy exógeno como en el modelo neo-clásico de Solow.

24 La conocida estrategia de capturar capital extranjero de-nominada como “guerra fiscal” en el Brasil es un ejemploextremo, y por extremo, errado, de la innegable necesidadque tienen los gobiernos sub-nacionales para operar conestrategias agresivas, tipo “cazador” (versus una pasivatipo “trampero”). Véase Arbix (2000).

25 Pero no del todo independiente de una base material enexpansión.

26 Definido el desarrollo como una propiedad emergente deun sistema (territorial) altamente sinergizado.

27 Concepto que comienza a aparecer en la literatura connombres diversos (capital territorial, capital relacional, etc.).

28 No se crea que este marco configura sólo un discurso; susconsecuencias prácticas son fácilmente deducibles.

29 Se podría decir que no se realiza en ese caso una operaciónautopoiética de construcción de membranas quedistinguen y separan la región de su entorno.

30 Para el concepto de desarrollo endógeno como el que aquíse usa véase S. Boisier (2000a), “Desarrollo local: ¿de quéestamos hablando”?

31 Este libro, así como otros, ilustra acerca de la vanapretensión de ser original hoy por hoy. Se cita (p. 86) a V.Perrone de la Università Bocconi el cual utiliza diferentescategorías de capital intangible (social, cultural, simbóli-co) idénticas a las usadas por Boisier (1999b), hecho quehabla precisamente de una transición paradigmática à laKuhn, al aparecer un nuevo lenguaje en forma simultáneay no preestablecida.

32 Estado estable al cual tienden los sistemas.

Sergio Boisier es Economista chileno, Consultor en DesarrolloTerritorial, Profesor Titular Asociado en la PontificiaUniversidad Católica de Chile y Miembro del Consejo Cien-tífico del Instituto de Desarrollo Regional de la FundaciónUniversitaria (Sevilla, España).

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