SOBRE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

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SOBRE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Fuente: www.leeryescribirenlausb.blogspot.com APRENDER A PENSAR José Antonio Marina El filósofo José Antonio Marina es profesor de educación media (de instituto le llaman en España), y actualmente está abocado a reflexionar sobre el uso de Internet en la enseñanza. Internet es un recurso fundamental, valiosísimo, pero sabiéndolo utilizar: El reto es aprender a pensar. Luis Montes "El ideologismo habitúa a la gente a no pensar, es el opio de la mente; pero es también una máquina de guerra concebida para agredir y 'silenciar' el pensamiento ajeno. Y con el crecimiento de la comunicación de masas también ha aumentado el bombardeo de los epítetos: una guerra de palabras entre 'nombres nobles', nombres apreciativos que el ideólogo se atribuye a sí mismo, y 'nombres innobles' que el ideólogo atribuye a sus adversarios". Giovanni Sartori, La democracia en 30 lecciones, Taurus, 2009, p. 89 José Antonio Marina: "Un burro con internet sigue siendo un burro" EFE , Sevilla 03/12/2009 - hace 2 horas comentarios +0 -0 (0 votos) El filósofo José Antonio Marina, que esta tarde ha ofrecido en Sevilla la conferencia "Aprender a pensar", sobre la aplicación de las nuevas tecnologías en la educación, advirtió que "un burro con internet sigue siendo un burro". Según Marina, internet es como poseer un carné de la estadounidense Biblioteca del Congreso, "una posibilidad de acceso, pero ¿qué se hace con ella?" De ahí que el filósofo señalara que los alumnos actuales, a la hora de buscar información en la red, "lo hacen muy bien", pero a la hora de aprender esa información "lo hacen muy mal", tal vez porque "es muy fácil almacenarla en el disco del ordenador", pero, advirtió, "la inteligencia creadora se basa en la memoria de cada uno, no en la del ordenador".

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TEORÍA Y LECTURAS SOBRE LA ARGUMENTACIÓN

Transcript of SOBRE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

SOBRE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

Fuente: www.leeryescribirenlausb.blogspot.com

APRENDER A PENSAR

José Antonio Marina

El filósofo José Antonio Marina es profesor de educación media (de instituto le llaman en España),

y actualmente está abocado a reflexionar sobre el uso de Internet en la enseñanza. Internet es un

recurso fundamental, valiosísimo, pero sabiéndolo utilizar: El reto es aprender a pensar.

Luis Montes

"El ideologismo habitúa a la gente a no pensar, es el opio de la mente; pero es también una

máquina de guerra concebida para agredir y 'silenciar' el pensamiento ajeno. Y con el crecimiento

de la comunicación de masas también ha aumentado el bombardeo de los epítetos: una guerra de

palabras entre 'nombres nobles', nombres apreciativos que el ideólogo se atribuye a sí mismo, y

'nombres innobles' que el ideólogo atribuye a sus adversarios".

Giovanni Sartori, La democracia en 30 lecciones, Taurus, 2009, p. 89

José Antonio Marina: "Un burro con internet sigue siendo un burro"

EFE , Sevilla 03/12/2009 - hace 2 horas comentarios +0 -0 (0 votos)

El filósofo José Antonio Marina, que esta tarde ha ofrecido en Sevilla la conferencia "Aprender a

pensar", sobre la aplicación de las nuevas tecnologías en la educación, advirtió que "un burro con

internet sigue siendo un burro".

Según Marina, internet es como poseer un carné de la estadounidense Biblioteca del Congreso,

"una posibilidad de acceso, pero ¿qué se hace con ella?"

De ahí que el filósofo señalara que los alumnos actuales, a la hora de buscar información en la red,

"lo hacen muy bien", pero a la hora de aprender esa información "lo hacen muy mal", tal vez

porque "es muy fácil almacenarla en el disco del ordenador", pero, advirtió, "la inteligencia

creadora se basa en la memoria de cada uno, no en la del ordenador".

En declaraciones a Efe, Marina señaló que las redes sociales en las que a diario interactúan los

adolescentes son como "una conversación con mucha gente, con las mismas ventajas e

inconvenientes de cualquier conversación, que si es estúpida, estupidiza a todos".

"Elevar el nivel de las redes es importante para toda la sociedad; de ahí que haya que aprovechar

para elevar la capacidad de los alumnos y aumentar su nivel de conversación, por una razón de

salud democrática, para evitar trivializar los debates públicos por falta de conocimientos", añadió.

"Una sociedad inteligente es aquella en la que sus ciudadanos manejan bien su conciencia,

razonan y argumentan y atienden los argumentos de los demás", señaló el filósofo, quien advirtió

de los peligros de una sociedad que sólo digiera mensajes breves y de un elevado nivel emocional,

o sea, eslóganes y consignas.

Tras recordar una encuesta que asegura que el 40 por ciento de los españoles mayores de 24 años

no comprenden el editorial de un periódico y asegurar que se ha sufrido "de manera brutal" una

disminución de la capacidad de comprensión, con la consiguiente vulnerabilidad social, consideró

que es preciso "desarrollar el sentido crítico de los alumnos".

Marina aseguró que las directivas de las UE sobre las ocho competencias básicas en materia de

educación ―que van desde la lingüística y la matemática a las de convivencia― están

"incompletas" porque, precisamente, falta "la del pensamiento crítico", o sea, la que enseñe a

pensar.

"Podemos formar borregos muy eficaces en esas ocho competencias, pero es mejor formar

personas muy eficaces", por lo que señaló que la pregunta es cómo utilizar las nuevas tecnologías

de la información "que fascinan" a los jóvenes.

La conferencia de Marina ha estado organizada por la Fundación SM y dirigida a doscientos

profesores andaluces que se han interesado en cómo las nuevas tecnologías pueden ayudar en la

tarea de enseñar a pensar a los alumnos.

Aprender a pensar: la competencia fundamental

Hace unas décadas, la psicología intentaba entender el funcionamiento del cerebro comparándolo

con un ordenador. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que los cerebros eran máquinas

infinitamente más complejas que el ordenador más potente, y no porque pudieran almacenar más

información, sino porque, a fin de cuentas, sabían utilizarla.

¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que los caracteres, sin un lector que sepa leerlos, es decir, los

datos, sin una inteligencia que sepa interpretarlos, no sirven de nada. El ordenador encuentra

precisamente problemas a la hora de hacer aquello que los niños enseguida aprenden a hacer:

interpretar signos, dándoles un sentido. Los datos son sólo significantes que necesitan de un lector

inteligente que pueda convertirlos en significados.

Esto es exactamente lo que queremos decir con “aprender a pensar”: sea cual sea la información

que tengamos delante, tendremos que elaborarla para que pueda sernos útil. En este sentido,

“aprender a pensar” es la competencia más básica de todas, pues ningún aprendizaje o

conocimiento podrá darse en nosotros si antes no hemos aprendido a interpretar la información.

En realidad, tiene mucho que ver con esa competencia filosófica que yo he defendido y defiendo:

la capacidad de discernimiento, de relación, y de comprensión y valoración del mundo hay que

inculcarla, no aparece “porque sí” en el alumno en cuanto lo ponemos delante de toneladas de

información. Es una de nuestras tareas como docentes, si no la más importante, ayudar al alumno,

como diría Sócrates, a alumbrar el conocimiento, a “concebirlo”, algo que solo puede hacer por sí

mismo pero para lo que necesita sin duda una guía.

Esta capacidad para pensar y convertir la mera información en conocimiento se hace ahora si cabe

más necesaria, cuando nos encontramos desbordados con la cantidad de datos que se vierten

cada día en Internet (el número total de páginas web supera los 600 millardos

―600.000.000.000―, 100 páginas por cada persona que hay en el mundo). Y, paradójicamente, es

la propia web la que puede ayudar a instruirnos e instruir a los ciudadanos del futuro para que

sepan navegar en esa marea de información.

Es importante que empecemos a pensar en las posibilidades de la web más allá de la función de

“buscador” de información. En este sentido, podemos hablar de tres funciones fundamentales de

Internet, aplicables de manera directa al ámbito educativo:

1. Información

2. Comunicación

3. Trabajo cooperativo.

De estas tres, quizá la que tenemos más descuidada como docentes es la tercera. Ya hemos dicho

que, tal como nuestra experiencia inmediata y los estudios relativos al tema demuestran, Internet

es fundamentalmente utilizado en el aula como buscador de información. Es algo que deberemos

seguir haciendo, y cada vez más, pero quizá podamos pensar en modos de encuadrar esa

“búsqueda de información” de manera que no resulte estéril, y acabe en un mero “copiar y

pegar”.

Con respecto a la comunicación, es algo que también utilizamos cada vez con más profusión, pero

quizá debamos ampliar los ámbitos en los que esta comunicación se da, y aprovechar las

herramientas digitales para estrechar los lazos entre los profesores y las familias, entre los centros,

y entre los propios docentes.

La época del profesor aislado ha terminado, y esto es así incluso para el que no quiera verlo: la

formación, el contacto con los padres, la relación entre profesores y alumnos, todo puede verse

enriquecido con las herramientas comunicativas puestas a nuestro alcance. Si “para educar hace

falta la tribu entera”, incluyámosla en nuestros “diálogos electrónicos”, y generemos redes de

cooperación que integren a todos los elementos educativos de la sociedad (es decir, a la sociedad

entera): padres, centros, profesores, alumnos.

Por último, en el trabajo cooperativo, a través de los blogs o las llamadas “wikis”, se encuentra el

vuelco metodológico necesario para transformar la práctica docente tal y como la entendemos

ahora. La “inteligencia compartida”, o inteligencia que surge por interacción en los grupos, ha sido

buscada y fomentada en la empresa privada, y en este sentido tenemos mucho que aprender de

ella.

Nuestros alumnos se crecen cuando hacen las cosas por sí mismos, y más si tienen el aliciente de

mostrar el resultado públicamente y de poder compartirlo y ayudar a otros. Es verdad que

nuestros jóvenes parecen estar perdiendo capacidades que antes nos parecían indispensables

para la adquisición de conocimientos (la capacidad de concentración, los procesos lineales de

atención), pero también están desarrollando otras nuevas, y es nuestra tarea enlazar unas con

otras de manera que aprovechemos las nuevas reforzando las “antiguas”.

Su capacidad de atender a varios canales de información necesita del criterio para resaltar unos en

detrimento de otros. Su capacidad de rápida asimilación y reacción a los estímulos necesita

también de la repetición, que asegure el paso de esos nuevos conocimientos de la memoria a

corto plazo a la memoria “de larga duración”. Etcétera, etcétera. Pensemos en lo que pensemos,

la labor del docente sigue ahí, como tutor del aprendizaje, como guía entre los gigabytes de

información, pues no debemos olvidar que estamos formando personas, ciudadanos, y no robots

ni esclavos.

Por eso mismo, “aprender a pensar” será siempre una necesidad, y una aventura que dura toda la

vida. (Subrayados y resaltados, LM)

José Antonio Marina

***

DISNEY Y EL PELIGRO DEL CORREO ELECTRÓNICO

Michael Eisner*

Como les ha sucedido a tantas compañías y personas recientemente, la red de computación de

Walt Disney se ha visto afectada por un virus. Ante mi repentina incapacidad de conectarme, tuve

tiempo para pensar, y me di cuenta de la increíble expansión que ha registrado el uso del correo

electrónico en muy poco tiempo.

Sin duda, los mensajes electrónicos son maravillosos: los viejos amigos se han encontrado de

nuevo; personas extrañas ahora son amigas; los abuelos han visto crecer a sus nietos a través de

fotografías enviadas por este medio; los investigadores han compartido apreciaciones y los

negocios han mejorado su productividad. Sin embargo, estas comunicaciones no están exentas de

problemas.

Debido a la rapidez de su expansión, el correo electrónico ha superado nuestra habilidad de

adaptación.

Es cierto que la gente se ha comunicado por escrito durante siglos; ello le dio al mundo invaluables

registros históricos. Sin embargo, en el siglo XX llegaron las tecnologías de la comunicación: el

teléfono, la radio y la televisión fueron inventos extraordinarios, pero todos conspiraron contra la

escritura de cartas. Luego, repentinamente, apareció el correo electrónico y todo el mundo

comenzó a escribir de nuevo. Sin embargo, a diferencia de los viejos tiempos, cuando una carta

era cuidadosamente escrita, leída y releída varias veces antes de enviarla, ahora escribimos y

mandamos notas tan rápido como pueden moverse los dedos.

Me he dado cuenta de que la intensidad de las emociones dentro de nuestra competitiva

compañía es cada vez mayor. Estoy convencido de que esto se debe al correo electrónico. Cada

disputa que se presenta parece derivarse de un malentendido generado por uno de estos

mensajes. En los años 70, asumí como costumbre que cuando estaba molesto con alguien escribía

el problema en un memorando y lo dejaba en la gaveta hasta el día siguiente. En el 99% de los

casos, ya para entonces la rabia había pasado o me daba cuenta de que mis argumentos no eran lo

suficientemente precisos como para salvarme de ser despedido. Generalmente, decidía tomar el

teléfono y hablar con la persona.

Con los correos electrónicos, nuestro impulso no es guardar el archivo, sino enviarlo. Nuestros

errores a menudo crecen cuando enviamos copias a otros destinatarios. Si algo puede causar el

derrumbe de una compañía o quizá de un país son los correos electrónicos que nunca debieron ser

enviados.

Este tipo de misivas enviadas de forma irreflexiva representa un virus sumamente destructivo.

Puede pervertir la sana ambición, convertir una apropiada búsqueda de oportunidades en

oportunismo, fomentar la desconfianza y el ocultamiento de la información (un irónico efecto

secundario de lo que debería ser una herramienta esencial de la comunicación y la apertura). El

correo electrónico implica emociones expuestas sin pantallas, opiniones no moderadas por el

lenguaje corporal y pensamientos irreflexivos. Tarde en la noche, en la frustración de estar solo o

sentirse desolado, el botón de 'enviar' puede ser una tentación irresistible ante el tropel de

pensamientos irreflexivos destinados a impresionar, agradar, o incluso a causar daño.

Dos palabras idénticas pueden tener un efecto completamente diferente si van acompañadas de

una entonación distinta y de expresiones faciales diferentes. Sin embargo, en la fría luz del rayo

catódico del correo electrónico, las mismas palabras que pueden ser cautivadoras son severas y

acusadoras.

Obviamente, la gente siempre ha utilizado las palabras con descuido. Sin embargo,' la lentitud de

los avances en el área de la comunicación solía protegernos de nosotros mismos. Ahora este ya no

es el caso. Para entrar al siglo XXI, deberíamos retroceder al siglo XIX. No se trata simplemente de

emular a los grandes escritores de cartas. Contamos con opciones que ellos no tenían (el teléfono

y el automóvil, por ejemplo). Tan importante como usar el correo electrónico lo es saber cuándo

no usarlo. Con algo de paciencia y sabiduría, podríamos damos cuenta del potencial del correo

electrónico para unir a la gente reflexivamente.

*(Eisner es presidente de Walt Disney)

(c) Financial Times (2000) - Traducción Teresa León - http://www.eud.com

EL FUTURO QUEDA EN EL 2020

Paul Brow. (The economist)

Traducción: Patricia Torres

2-8. El Universal, 23 de noviembre 2003

Científicos predicen cómo se vivirá en unos años.

Eficacia energética, menos tráfico y trabajo desde casa es la proyección.

En Hamstreet, una ciudad nueva del Reino Unido, Richard Dumill va al baño y se prepara para un

nuevo día. Es el año 2020, y cuando baja la palanca de la poceta, una muestra de orina o heces es

automáticamente analizada y enviada a su médico. Los niveles de colesterol están un poco

elevados, pero la computadora del laboratorio la descarta porque no hay nada anormal.

Escucha un leve zumbido: es el purificador de agua de su casa que se ha encendido. En el pasillo se

detiene un momento para leer el medidor de electricidad y ve que la cuenta está a su favor: su

generador eólico y sus paneles solares están enviando a la red de distribución más electricidad de

lo que su familia ha consumido.

En el piso de abajo, su esposa, Sarah, protesta. El "refrigerador inteligente" no envió el pedido de

pan y leche que ya debía haber recibido del servicio local de entregas a domicilio. Tendrá que

llamar por teléfono.

Así comenzará el día la familia promedio del Reino Unido en el año 2020, según esta visión de

cómo cambiarán nuestras vidas de los científicos de la Agencia Ambiental del Reino Unido.

Los hipotéticos Dumill trabajan para pagar la hipoteca de su casa —un préstamo a 55 años. Sarah

trabaja como asesora de personas que tienen una predisposición genética a una variedad de

enfermedades como el cáncer, por lo que no son elegibles para contratar seguros o solicitar

préstamos hipotecarios.

Richard normalmente trabaja desde su casa, pero en esta ocasión se moviliza en un auto que

utiliza hidrógeno como combustible a la compañía de corretaje de desechos y productos

reciclados en la cual trabaja. Rara vez ve las latas o el plástico reciclado que negocia, pero conoce

muy bien los precios que debe asignarles para venderlos en los mercados a futuro, donde las

compañías compran productos de desecho para utilizarlos en un futuro en la fabricación de otros

productos.

Cuando trabaja en su casa, un dispositivo telefónico enganchado a su oreja, que funciona con la

electricidad que genera su cerebro, le permite a su jefe comunicarse con él en cualquier momento

durante la jornada laboral. Richard siente cierto escepticismo hacia éste y otros de los numerosos

dispositivos electrónicos nuevos que supuestamente incrementan su eficiencia.

Hoy, al conducir el auto para ir al trabajo, selecciona cuidadosamente su ruta para evitar los

cobros por congestionamiento en las autopistas o en alguna de las ciudades que tiene que pasar.

Hace tiempo su compañía se mudó de Londres para reducir sus costos.

La pareja tiene una hija, Britney, adoptada como muchos otros niños: el conteo de

espermatozoides del británico promedio bajó a 30% de los niveles registrados en los años 40,

debido a los productos químicos utilizados con tanta frecuencia en los alimentos. No causa

ninguna satisfacción que muchos de los grandes fabricantes de alimentos se hayan declarado en

bancarrota en los últimos años debido a demandas colectivas introducidas por personas que no

podían tener hijos.

Debido a la campaña contra los preservativos en los alimentos y los altos precios del petróleo,

enviar alimentos frescos a sitios distantes es prohibitivamente costoso. Por eso, la familia tiene un

gallinero para conseguir huevos frescos y cultiva sus vegetales.

El panorama de la Agencia Ambiental del Reino Unido sobre la vida de los británicos en el año

2020 no es del todo negativo. La contaminación atmosférica ha disminuido, el transporte público

es mejor y los congestionamientos de tráfico quedaron en el pasado, entre otras razones porque

muchos trabajan en sus propias casas.

Según esta visión, a escala mundial las sociedades menos tecnológicas enfrentarán serios

problemas. Grandes zonas de África Central se tornarán inhabitables por los cambios climáticos. El

mar inundará muchas áreas costeras, lo cual causará una crisis de refugiados.

La visión de un estilo de vida muy diferente al actual para la familia Dumill —que incluye viajar por

tren a Europa Oriental durante las vacaciones porque los viajes aéreos se han tornado demasiado

costosos— se basa en los estudios presentados en una conferencia que se celebró recientemente

en Londres, llamada Visión 2020, y en la que los científicos prevén un futuro de eficiencia

energética en el cual los congestionamientos de tráfico son poco comunes y hay menos

contaminación atmosférica, pero los alimentos importados son un lujo.

Entre los conferencistas estuvieron presentes la Ministra del Ambiente del Reino Unido, Margaret

Beckett, y el director de la organización Friends of the Earth, Tony Juniper.

***

LA CULTURA DEL CELULAR

Juan Vandeveire

Centro de Información -CENINF

Es asombrosa la popularidad que han alcanzado, en pocos años, aquellos aparatitos inalámbricos

cuya batería cargamos cada día y que guardamos en la bolsa o en un estuche pegado al cincho. Se

nos informa que en Guatemala, donde solo 2% de la población tiene acceso a una computadora,

se ha vendido un mayor número de teléfonos celulares que el total de habitantes que pueblan

nuestro país. ¡Más celulares que gente! Esto todavía no significa que todos los guatemaltecos y

guatemaltecas sean dueños de un celular, porque hay quienes tienen dos o más celulares y otros

los cambian a menudo, ya que rápido pasan de moda los viejos modelos y a cada rato aparecen

nuevos, más atractivos. Pero, podemos decir que los teléfonos celulares o móviles vinculan a un

mayor número de personas, como ningún otro aparato, con la esfera electrónica.

Nos cambia el hecho de estar más tiempo “conectados”. La comunicación por teléfono,

anteriormente posible a partir de la casa, oficina o teléfono público, ahora se facilita casi en

cualquier lugar donde uno se encuentre. La persona se siente más segura: a la hora de una

emergencia, puede utilizar su celular para pedir ayuda o información importante. El teléfono móvil

puede salvar vidas. Me sirve para que un amigo me explique cómo resolver un problema técnico

que me tiene trabado. Puede servir para ubicar a un infante extraviado. Permite coordinar a

personas que trabajan a distancia. En lugar de tocar el timbre de la casa, puede uno hacer una

breve llamada para que, en el instante mismo de llegar, le abran la puerta.

Además, el celular nos cambia la vida al cambiarnos el paisaje urbano. Aquí nos referimos a las

torres que como antenas repetidoras posibilitan la comunicación telefónica pero al mismo tiempo

alteran el aspecto arquitectónico de las ciudades. Walter Benjamin ha sido uno de los primeros en

señalar cómo el cambio urbanístico revela profundos cambios sociales. Es conocido su estudio de

los “pasajes” que en la ciudad de París surgieron durante el siglo XIX. Se trata, un poco al estilo del

Pasaje Rubio que conocemos en la ciudad de Guatemala, de un corredor en medio de bloques de

casas y otros edificios, con elegantes techos de vidrio, en soportes de hierro. A ambos lados de

estos corredores, los peatones pueden encontrar almacenes de lujo y otros establecimientos

comerciales como restaurantes y peluquerías. Ofrecen a los “flaneadores”, es decir, a los

caminantes que no necesariamente sean compradores sino que dedican largas horas a pasear por

la ciudad, sin rumbo fijo y cuyos pasos también los llevan a los “pasajes”, donde pueden explorar

el microcosmos, el mundo en pequeño que se encuentra expuesto en las vitrinas. En los pasajes,

Benjamin ve el reflejo de una primera fase de la sociedad capitalista, cuando los productos

industriales todavía rivalizan con los objetos de arte. Ve en ellos también el reflejo del siglo

diecinueve.

Se sabe que para muchos políticos y urbanistas latinoamericanos, París ha funcionado como la

ciudad modelo. Imitarla en nuestro continente se veía de refinado gusto. Por eso, no nos extraña

que en la ciudad de Guatemala tengamos en la torre del Reformador una copia en miniatura de la

Torre Eiffel y en la avenida Reforma una copia, no solo de la arteria del mismo nombre en la

ciudad de México sino también de los grandes bulevares que diseñó el barón Haussmann en París

en la segunda mitad del siglo XIX.

Según el original método de Benjamin, que busca descifrar la cambiante realidad social en el

paisaje urbano que nos rodea, estamos tentados a concluir que las torres repetidoras de la

telefonía celular, que como hongos surgen en nuestro medio ―no solo en el paisaje urbano sino

también en el paisaje pueblerino y rural―, revelan la aparición de una sociedad cambiada, la

aparición de gente transformada por el celular. Los “pasajes” eran tímidos precursores de los

supermercados y gigantescos centros comerciales de hoy, a su vez nuevos complejos

arquitectónicos, que nos definen como sociedades de gente que cada vez “flanea” menos pero

corre para consumir más.

El celular nos facilita la comunicación. ¡Qué bueno! Pero esta comunicación también puede servir

para extorsionar o para monitorear asaltos, a veces desde autores intelectuales que se encuentran

en la cárcel, según información periodística. También hemos visto que la comunicación facilitada

no siempre es comunicación profunda. Rápidamente se banaliza la comunicación, cuando la

llamada por teléfono busca una fácil, aunque nada barata, escapatoria del aburrimiento. Muchos y

muchas no se conforman con el “frijolito”, el modelo más sencillo. Optarán, si pueden, por un

Blackberry o un IPhone, que te elevan en la jerarquía del prestigio.

Hay quienes se hacen adictos al celular, no solo mediante mensajes de voz, sino también a través

de mensajes escritos. Nos sorprendió la información acerca de una joven que enviaba cada día

cientos de mensajes escritos por celular y desde su carro, mientras iba manejando. El atractivo del

celular trasciende la comunicación telefónica: hay modelos, cada vez más sofisticados, que

también posibilitan escuchar música, tomar fotografías, conectarse a internet, ver películas y

utilizar el Sistema de Posicionamiento Global (GPS). No tardarán en aparecer versiones que

controlen nuestra salud, desplegando nuestra temperatura corporal y presión arterial. Aunque por

el celular también nosotros mismos estamos más controlados.

El teléfono móvil, dispositivo de comunicación, paradójicamente puede provocar la

incomunicación, por ejemplo, cuando cada uno de los miembros de una familia en su casa, en

lugar de intercomunicarse, se dedica a largas conversaciones por celular con sus amistades. Se ha

señalado lo superficial como una característica de la sociedad contemporánea: somos parte de

una sociedad “líquida”, diría Zygmunt Bauman. Es decir, una sociedad donde predominan las

relaciones efímeras, marcada por lo desechable, con una cultura configurada en parte por el

teléfono celular. No cometeremos el error de declarar incompatible la comunicación profunda con

la comunicación por celular. Pero ciertos usos y abusos de este aparato indudablemente llevan a la

superficialidad. Si las tecnologías que usamos determinan y hasta se convierten en nuestra cultura,

el celular nos cambia.

Regresando a la idea de Benjamin, a la par de las torres repetidoras, otro cambio fundamental en

nuestro paisaje es la presencia, cada día más abrumadora, de los enormes trailers que corren por

nuestras calles y carreteras, donde a veces se encargan de entorpecer el tráfico. ¿Qué llevan en

sus contenedores? Mercancías, entre las que no faltarán los celulares de último modelo, que tú y

yo estaremos tentados de adquirir. Además de cambiar el paisaje, estos trailers lo cambiarán aún

más a través de la necesidad de modificar la red vial. Los anillos periféricos en las grandes ciudades

son un ejemplo. En Guatemala está anunciado, como uno de los megaproyectos en la lista de

prioridades, la construcción de un nuevo periférico, no como el que ya está, que rodea

parcialmente la ciudad, sino uno que rodeará toda el área metropolitana: otro cambio social que

será visible en la urbanización.

***

LOS ARREPENTIDOS DEL FACEBOOK (reportaje)

David Alandete 11/11/2009

Las redes sociales se han convertido en peligrosas fuentes de información para despidos, fichajes o

ascensos ―La línea entre lo privado y lo público es imposible en la Red― Y empiezan las bajas.

¿Comunicación social del futuro o forma de control permanente? ¿Medio de expresión libre o

instrumento para coartar la libertad personal? ¿Espacio estrictamente personal o portal de imagen

pública? En el imperio de las redes sociales en Internet quedan todavía muchas fronteras borrosas,

fuente de graves problemas para los internautas. Con los beneficios de sitios como Facebook,

MySpace, Twitter o Tuenti han llegado los efectos adversos: despidos, acosos, traspiés y demás

problemas en unas redes que, a veces, pueden llegar a convertirse en enredos de pesadilla.

Al principio existía MySpace, que popularizó el uso de la página personal. Después de su

comercialización, en 2003, cualquiera podía disponer de un foro online en el que dar rienda suelta

a su vanidad y mezclar fotos, música e ideas. Todo aquello lo asumió y lo popularizó Facebook, que

además unió la famosa línea de "¿Qué estás pensando?", que se convirtió en el centro del

universo para Twitter.

Twitter, por su parte, se ha convertido en algo ubicuo, una red en la que expresarse con límite de

140 caracteres y que ha dado lugar al verbo twittear. Desde la pasada semana, además, opera en

español. Hoy en día todos twittean, desde la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, al papa

Benedicto XVI o la estrella televisiva Oprah Winfrey.

España dispone de su propia red. Se trata de Tuenti, creada en 2006 y a la que se accede

exclusivamente por invitación. Según su director de comunicación, Ícaro Moyano "cuenta con 6,8

millones de usuarios y es la página con más tráfico de España seguida por Google".

El líder mundial en su terreno es Facebook. Dispone de 300 millones de perfiles, casi un 5% de la

población mundial. La mitad se conecta a esa red a diario. El usuario medio tiene una lista de 130

amigos. Ese grado de interconexión y omnisciencia la ha hecho inmensamente popular.

Según BJ Fogg, director del Laboratorio de Tecnologías de la Persuasión de la Universidad de

Stanford (California), identificado como uno de los gurús tecnológicos del momento por la revista

Forbes, todo eso se debe a que es "la tecnología más persuasiva que ha existido". Según este

psicólogo, los creadores de ese portal lograron una de las armas de convencimiento e incitación

más perfectas del mundo online. "Facebook persuade porque te notifica qué novedades te

aguardan si te conectas. Te dice que tienes un mensaje, que han etiquetado una foto con tu

nombre, que te han invitado a un evento. Entonces quieres verlo, quieres experimentarlo. Y te

conectas. A otro nivel distinto, tus amigos en Facebook crean una red de centenares de personas

que está presente en Facebook, de la que eres parte, en la que te sientes integrado", explica.

A veces, sin embargo, puede ser un arma peligrosa. Para Curtis Smith, teniente en el cuerpo de

Marines de EE UU, ha sido una fuente de preocupaciones y ansiedad creciente. Cuando se alistó,

en 2008, borró a casi todos sus amigos de Facebook. Iba a conocer a muchos soldados, llegados de

todos los rincones del país. Sabría casi todo de ellos, y ellos sabrían casi todo de él.

Como todo joven de 24 años, el teniente Smith, que ha preferido usar un pseudónimo, había

tenido hasta entonces una ajetreada vida en Facebook. Exhibía fotos, vídeos e ideas. Había mucha

información en su perfil. Demasiada, pues quedaba claro que era gay. Y en el ejército de EE UU

impera una ley que prohíbe a los homosexuales reconocer que lo son cuando prestan servicio en

las fuerzas armadas, bajo riesgo de expulsión.

Smith decidió prescindir de sus amigos de Facebook. Uno a uno, los fue borrando a todos. "A los

que me importaban, a mis amigos de verdad, se lo dije. A los conocidos, simplemente los eliminé

sin más", explica. "Era necesario. Es casi imposible estar en Facebook, ser gay y ocultárselo a los

demás soldados. Ellos están también en la red. Te añaden. Y te preguntan por qué no les aceptas.

Puede llegar a ser una pesadilla".

Las redes sociales suelen cumplir una buena función. Según el psicólogo clínico Michael Fenichel,

las aplicaciones como Facebook "ofrecen muchas cosas valiosas en un solo paquete, por eso

mucha gente acaba confiando en ellas como su hogar para toda la actividad online que no esté

relacionada con el trabajo". "Facebook puede satisfacer necesidades muy variadas. Proporciona la

demostración de que uno es popular con listas de amigos largas. Permite recobrar el contacto con

amigos", añade. "Individualmente, puede hacer cosas maravillosas, como permitir a un parapléjico

que debe permanecer en casa hacer amigos y conocidos con otros que comparten el mismo tipo

de discapacidades, o que ni siquiera imaginan que él pueda tener una discapacidad. Puede ser

muy liberador".

Tanto, que uno puede escapar del lugar de trabajo en un solo clic, para comentar unas fotos del

viaje de verano o para cultivar una granja online en aplicaciones lúdicas. De hecho, el uso de redes

sociales en el trabajo se ha convertido en un dolor de cabeza para las empresas. Una encuesta

reciente de la consultora Nucleus Research reveló que, cuando una empresa no prohíbe el acceso

de sus ordenadores a Facebook, acaba perdiendo un 1,5% en productividad laboral de sus

empleados.

En este mismo estudio, en el que se entrevistó a 237 empleados, se descubrió que un 77% de ellos

tenía cuenta en Facebook, y que cada uno se pasaba, de media, unos 15 minutos diarios de horas

de trabajo conectado a ese portal. Con un panorama semejante, no es de extrañar que, a día de

hoy, un 54% de las empresas estadounidenses haya prohibido el acceso a las redes sociales a

través de sus servidores, según una investigación de la consultora Robert Half Technology, que

analizó unas 1.400 compañías.

Para aquellos a los que se les permite navegar por redes sociales, existe un riesgo, muy real, de ser

despedido. No sólo por conectarse simplemente a Facebook o MySpace, sino también por colgar

en la Red información sensible o comprometida. La consultora Proofpoint acometió un análisis

sobre la filtración de información corporativa confidencial a través de redes sociales en 75

empresas de más de 1.000 empleados. Un 8% de ellas despidió, por lo menos, a uno de esos

empleados por difusión de datos privados a través de esos sitios web.

En EE UU ha habido casos llamativos, bruscos finales de carreras brillantes a causa de enredos

antológicos en una red social. Y si no, que se lo pregunten al jurista Jonathan MacArthur, que en

2007 perdió su puesto como juez sustituto en los Tribunales de Justicia del Norte de Las Vegas

(Nevada) por la información publicada en su página personal de MySpace. En ese sitio web,

MacArthur destacaba uno de sus intereses personales: "Romperme el pie estampándoselo a los

fiscales en el culo... y mejorar mi capacidad de romperme el pie estampándoselo a los fiscales en

el culo".

No hay evidencias ni acusaciones de que MacArthur haya agredido, jamás, a un fiscal. Su

comentario, hecho en una página personal, suena a broma. Si se le pregunta, lo confirma: "Era,

obviamente, un comentario jocoso". Este experto abogado criminalista, con un currículo

impecable, había anunciado que se presentaría a las elecciones para juez en 2008. El campo de su

probable oponente comenzó a investigar en su pasado. Otros compañeros de profesión le

comentaron que corrían por la Red correos electrónicos con sus comentarios en una página de

MySpace. Finalmente, el fiscal del distrito David Roger presentó en el juzgado aquel fragmento de

la página personal de MacArthur, junto con otras muestras de su perfil de MySpace.

"Roger, envió un correo electrónico al tribunal explicando que si yo volvía a trabajar como juez

sustituto, presentaría mociones para recusarme en todos los casos, y presentaría una demanda

ética en mi contra", explica MacArthur, que sigue trabajando en Las Vegas como abogado,

después de perder unas elecciones a juez hace un año. "Todo fue una sandez sin fundamento,

pero suficiente para convencer al juez titular de que utilizarme como juez sustituto era un riesgo

para su imagen innecesario".

MacArthur destaca lo obvio. Que el comentario lo había hecho desde el punto de vista de su

anterior ocupación, como abogado defensor. Que se había sacado de contexto. Y que, además, las

duras limitaciones de imagen pública que se aplican a los jueces titulares no sirven para los jueces

sustitutos. "El 10 de agosto de 2007 se me informó de que no volvería a prestar servicio como juez

sustituto. Nadie de la administración de justicia me pidió una explicación o el acceso a mi página

completa de MySpace".

Aquel ascenso frustrado es una prueba de que los oponentes ―en el trabajo, en unas elecciones,

en la política― pueden buscar y buscarán en las redes sociales información dañina que usar a su

antojo. "De momento no creo que regrese a la política. Todo aquel proceso me costó un alto

precio", añade MacArthur.

Es normal que, para analizar el rendimiento laboral y las capacidades de los trabajadores, los jefes

y responsables utilicen no ya buscadores como Google, sino también las nuevas redes sociales.

Según un reciente estudio de la página web de información laboral CareerBuilder, participada, en

parte, por Microsoft, un 29% de los empleadores usa Facebook para comprobar si un candidato a

un puesto de trabajo es el adecuado o no. Un 21% prefiere MySpace y un 26%, la red profesional

LinkedIn.

Llaman la atención las razones de las empresas para no contratar a candidatos, todo un manual de

qué no hacer en Internet: "El candidato colgó fotos o información provocativas o inapropiadas en

un 53% de los casos... El candidato colgó contenido en el que refería beber alcohol o tomar drogas

en un 44% de los casos... El candidato hizo comentarios discriminatorios en un 26% de los casos...

El candidato mintió sobre sus cualificaciones en un 24% de los casos".

Parecen cuestiones de sentido común, pero en Facebook o MySpace el límite entre lo

estrictamente privado y personal y la imagen pública es extremadamente borroso. ¿Quién no

tiene a un compañero de trabajo o a algún jefe en la lista de amigos de Facebook? ¿A quién no le

han etiquetado en una imagen con una copa en la mano? ¿Quién controla a la perfección los

ajustes de seguridad para evitar que información privada esté al alcance de cualquiera?

Hay gente a la que esa interconexión le supone más un problema que un activo. Eugene Jones,

trabajador del sector inmobiliario de Washington, de 28 años, no tiene Facebook, ni Twitter, ni

MySpace. Cree que no le aportan nada a su trabajo y confía en una forma de comunicación más

directa y sencilla. "Cuando tengo algo que decir, lo digo en persona o a través del teléfono o el

correo electrónico".

Parece algo lógico. Generaciones enteras han vivido de ese modo. Pero hoy en día, en EE UU, es

una tarea muy ardua encontrar a un solo joven de 15 a 30 años que no tenga Facebook.

Cualquiera tiene una cuenta, aunque sea sólo testimonial. También están los actualizadores

compulsivos, los que cuelgan fotos, cultivan granjas virtuales, difunden los vídeos que más les

gustan y lanzan ovejas, zombies, corazones y bolsos de marca a sus amigos. Jones lo confirma:

"Cuando la gente me dice que me va a añadir en Facebook y yo respondo que no tengo perfil, me

miran como si estuviera loco, de verdad".

Según el doctor Fogg, de la Universidad de Stanford, la actitud de Jones es anacrónica. "No

conozco a nadie que se haya dado de baja en Facebook. Esa actitud sería semejante a decidir

abandonar la sociedad y vivir aislado en el desierto. Hay y ha habido, de siempre, gente que

prefiere ese estilo de vida. Pero yo no lo veo como algo natural. Lo interpreto como una

declaración de principios, como una voluntad de no estar conectado a una amplia red social".

El teniente Smith, de hecho, ha decidido regresar a Facebook. Va a dejar el cuerpo de Marines el

próximo año. "Por divergencias entre cómo veo yo la vida y qué representan los marines", explica.

De momento, ha añadido a algunos amigos. "A los de hace tiempo los tengo en un perfil limitado

según el cual no pueden escribir mensajes en mi pizarra ni pueden etiquetar fotos con mi nombre.

Es una medida preventiva hasta que logre la baja definitiva del ejército".

Hasta entonces, Smith seguirá sin estar plenamente en Facebook. Y eso le seguirá acarreando

problemas con sus amigos, que pensarán que está limitando su libertad de expresión. Puede que

las redes sociales llegaran hace poco más de cinco años, pero en el cambio de década son el

campo en el que se juega la comunicación del futuro. Y para la inmensa mayoría no hay vuelta

atrás.

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¿NOS QUEDARÁ ALGO DE PRIVACIDAD?

David Gelenter

La vida se transformará en datos electrónicos al alcance de los espías. Pero no se preocupen, hay

solución.

David Gelernter es director científico de Mirror World Technologies, crítico de arte de la revista

Weekry Standard y profesor en la Universidad de Yale

TIME, 18 DE FEBRERO DE 2000

Vivimos rodeados de ondas transmisoras de señales de radio y televisión. En el año 2025,

estaremos inmersos en una "ciberesfera" por la cual circularán miles de millones de "estructuras

de información" (invisibles pero reales, como las ondas de radio) que transportarán las palabras,

imágenes y sonidos de los cuales depende nuestra vida.

Para entonces, el mundo electrónico habrá alcanzado una cierta coherencia. En lugar de teléfono,

computadora y canales de televisión, habrá una sola red capaz de hacerlo todo, porque el

conjunto de esos elementos serán simples variaciones de un mismo tema. Su función será

sintonizar estas estructuras de información de la misma manera en que la radio sintoniza una

emisora. Estas ciberestructuras tendrán distintas formas y tamaños, pero una de ellas, la

"cibercorriente", será más importante que las demás. La cibercorriente será la crónica electrónica

de nuestra vida diaria que acumula registros como si fueran perlas irregulares en una cuerda

infinita. Este flujo virtual incluirá todas nuestras llamadas telefónicas, mensajes de correo

electrónico, cuentas y extractos bancarios. Después de alimentar toda esta información al

procesador de análisis estadístico, nuestros fieles servidores de software podrán intuir con

sorprendente precisión nuestros planes para el futuro cercano. Encontrarán en nuestra vida

patrones que ignorábamos por completo. Responderán correctamente a mensajes verbales

concisos (“Llamar a Julieta”, “Comprar comida”, “Imprimir las noticias”) porque sabrán

exactamente quién es Julieta, qué comida le hace falta y qué noticias queremos leer.

Todo parece indicar que en el 2025 la vida será sencilla. Nos deslizaremos en una alfombra mágica

tejida con datos minuciosos y análisis estadísticos. Pero si alguien logra acceder a nuestra historia

de vida electrónica, la expresión "invasión de la privacidad" adoptará un significado totalmente

nuevo. El ladrón nos habrá robado no sólo nuestro pasado, sino también una guía fiable para

nuestro futuro.

Estas estructuras de información recién están comenzando a emerger. Para el año 2025, una

buena parte de la información privada del mundo estará almacenada en computadoras

conectadas a una red global, y si un ladrón pudiera conectar su computadora a esa red,

encontraría —en principio— la electrónica desde su máquina a la de usted.

¿Entonces, cuál es la novedad? La tecnología siempre ha amenazado la privacidad, y esas

amenazas rara vez se concretan. Han sido derrotadas antes y volverán a serlo en el futuro por una

fuerza mucho más poderosa que la tecnología. No es la ley ni la prensa. Tampoco los burócratas ni

los jueces federales. Es la moral.

Después de todo, si quisiéramos podríamos tomar un par de potentes binoculares y espiar a

nuestro vecino. Pero no lo hacemos. No porque no podamos o porque es ilegal o porque no

estemos interesados —la curiosidad es un rasgo típicamente humano—. No lo hacemos porque es

indigno. Porque sabemos que está mal y que nos sentiríamos avergonzados si lo hiciéramos. Las

leyes no son buenas armas a la hora de proteger la privacidad. Generalmente, cuando nos

amparamos en la ley es porque algo malo ya ocurrió y la sociedad ha salido perdedora. Intentar

frenar el avance tecnológico es otra estrategia equivocada. Es un juego de tontos y no va a

funcionar. El mejor método para proteger la privacidad en el 2025 es el mismo método que hemos

utilizado siempre: enseñarle a nuestros hijos a diferenciar el bien del mal, haciéndoles saber que

confiamos en que harán el bien. Estamos obsesionados con la privacidad porque hemos perdido

de vista temporalmente una palabra más importante: la dignidad. Hablamos de nuestro "derecho

a la privacidad" pero no es eso lo que queremos decir. Esta gastada idea se derrumba apenas la

expresamos. ¿Privacidad para asesinar o para golpear a la esposa o a los hijos? ¿Privacidad para

maltratar a un animal?; ¿para falsificar dinero? La privacidad no es un derecho absoluto; es un

pequeño lujo que podemos darnos cuando lo conseguimos. La dignidad es una necesidad por la

que debemos luchar. Y llegado el 2025, nuestra vida será mejor. No por la revolución tecnológica,

sino por un renacimiento moral inevitable y mucho más importante.

***

Copiar y pegar, la nueva forma del plagio en la universidad

Preocupación en las aulas / Engaño o falta de conocimientos

Los docentes aprenden a detectar textos sacados de la Web

y presentados como propios

Domingo, 31 de mayo de 2009

Silvina Premat

La Nación

Cuando las respuestas de sus alumnos dan más información de la solicitada, revelan un nivel de

conocimiento superior al esperado o están escritas en un lenguaje y estilo diferente al habitual del

estudiante, el docente sospecha. ¿Estará frente a un texto copiado de Internet?

El apropiarse de ideas, afirmaciones o textos enteros ―acción más conocida como copiar y

pegar― es cada vez más habitual en el ámbito universitario. Lo que hasta hace pocos años era un

temor considerado exagerado por algunos es ahora cosa de todos los días, alentada por la

facilidad de acceso a los sitios de Internet y la multiplicación de portales que ofrecen textos

académicos, monografías y tesis.

"El copy/paste está siempre. Los profesores no se cansan de decirnos que, si sacamos algo de

Internet, pongamos bien las referencias, pero ellos qué saben. Las posibilidades en la Web son

infinitas", dijo con desparpajo Victoria, estudiante de 5° año de Medicina de la UBA y contó: "Hace

poco, haciendo un trabajo en grupo para Historia de la Medicina, encontramos un párrafo

perfecto para lo que queríamos decir. Por suerte una de las chicas se avivó y sugirió reescribirlo

usando sinónimos y nadie se dio cuenta".

En una recorrida de La Nación por distintas facultades y en consultas telefónicas se constató que la

preocupación por esta práctica está en los docentes y las autoridades.

"El concepto de plagio en la universidad está en contradicción con lo que ella es en cuanto

transmisión y generación de conocimiento atravesado por valores como el respeto a la verdad",

dijo María José Fittipaldi, coordinadora de la Secretaría Académica del Instituto Tecnológico de

Buenos Aires (ITBA). Allí trabajan en la prevención del plagio desde el comienzo de las carreras y,

cuando se dan casos, además de la sanción disciplinaria, se hace con un alumno un trabajo para

ayudarlo a tomar conciencia de lo que hizo.

Por eso, hay programas, como en la Universidad Virtual de Quilmes, que dedican dos clases de una

licenciatura en Administración, a explicar qué es el plagio y cómo evitarlo. Otras, como la

Universidad de Belgrano, incluyen esos contenidos en materias como Trabajo Final. En la

Universidad Católica Argentina (UCA), y en otras, el copy/paste es considerado una falta grave que

puede ser sancionada no sólo con desaprobar la materia, sino también con suspensión y hasta

expulsión.

"Nos preocupa que el alumno percibe la Red como un conocimiento global que pertenece a todos.

Por eso ponemos mucho énfasis en este tema", explicó Ana Kunz, titular de la materia Trabajo

Final de la UB.

Gonzalo Alvarez, secretario académico de la Facultad de Derecho de la UBA, explicó que a veces

"no se trata de plagio con intención dolosa, sino de extracción de fuentes de bajo nivel académico

y de dudosa proveniencia", que, de todas formas, debe ser sancionado por "hacer propio algo que

no lo es".

De su experiencia como docente recuerda un caso. En un trabajo de la materia Régimen Jurídico

de la Educación ―a mitad de la carrera de abogacía―, se repetía la expresión "en nuestra

Constitución", que sorprendió a Álvarez porque se refería a Uruguay. Pensó que el alumno era de

ese país, pero lo descartó tras chequear el documento del estudiante. Buscó algunas frases en

Google y encontró el texto íntegro. "Le hice rehacer el trabajo, pero no lo sancioné porque

consideré más importante que aprenda que eso no se debe hacer."

Un profesor de Filosofía de la Universidad de La Plata contó que el año pasado tuvo un 20% de

calificaciones CP (copy/paste). Cuando percibía algo extraño en los textos, los "googleaba" y, al

constatar que eran copias, les ponía esa nota. "A todos los que tenían un CP como nota les costó

mucho aprobar el final", afirmó el docente y agregó que este problema lo obligó a formular

preguntas más precisas en los trabajos.

Los docentes también encuentran ayuda en la Web. Hay software que compara archivos de Word

con toda la Red y estima el porcentaje de originalidad de los contenidos o confronta entre sí varios

archivos ―los trabajos prácticos de alumnos de un mismo curso― para detectar repeticiones.

Muchos estudiantes no ven nada malo en el copy/paste y hay otros que se sienten impunes. Como

el caso que contó María C., estudiante de Sociología: "En Filosofía Política, un compañero entregó

un trabajo copiado íntegramente de Internet. La profesora lo descubrió y, además de bocharlo, lo

escrachó frente a todos. El caso es grave porque ese chico ya estaba graduado como abogado".

En: <a

href="http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1134065">http://www.lanacion.com.ar/not

a.asp?nota_id=1134065</a>

<a href="http://materialesparalenguaje.blogspot.com/2009/11/material-teorico-para-el-

programa.html">SOBRE LA ARGUMENTACIÓN (material teórico)</a>

Cicerón definía la argumentación como «el discurso mediante el cual se aducen pruebas para dar

crédito, autoridad y fundamento a nuestra proposición». Argumentar consiste, pues, en aportar

razones para defender una opinión y convencer así a un receptor para que piense de una

determinada forma. La argumentación se utiliza normalmente para desarrollar temas que se

prestan a controversia, y su objetivo fundamental es ofrecer una información lo más completa

posible, a la vez que intentar persuadir al lector u oyente mediante un razonamiento.

Por ejemplo, María le dice a Juan: "Deja de fumar, que te vas a destrozar los pulmones". María ha

expresado una petición argumentándola (el tabaco perjudica los pulmones) para así justificar la

conclusión a la que quiere llegar: No hay que fumar.

Si la persona que argumenta conoce en profundidad el tema del que habla, diremos que es un

emisor cualificado. En cambio, cuando el hablante que argumenta transmite un mensaje

elaborado por otros (los testimonios de famosos en la publicidad, por ejemplo), diremos que es un

emisor interpuesto.

La argumentación y la exposición están estrechamente relacionadas: se expone para informar de

algo y esta exposición se puede argumentar para convencer y persuadir de alguna propuesta.

Ambas se pueden presentar de forma independiente. Sin embargo, frecuentemente se unen para

formar textos expositivo-argumentativo: editoriales, reportajes, ensayos, críticas, informes,

solicitudes, alegaciones, opiniones, tesis, sentencias...

Estructuración:

Un texto argumentativo consta de:

1. Tesis. Es la idea fundamental en torno a la que se reflexiona; puede aparecer al principio o al

final del texto. Ha de presentarse clara y objetivamente. Puede encerrar en sí varias ideas, aunque

es aconsejable que no posea un número excesivo de ellas, pues provocaría la confusión en el

receptor y la defensa de la misma entrañaría mayores dificultades.

2. Cuerpo argumentativo. Despliega la idea o ideas que se pretende demostrar desde dos

perspectivas: una de defensa de ellas, y otra de refutación contra previsibles objeciones. Esta

última actitud no es necesario que esté presente, pero sí la primera. Consta, por tanto, de:

A. Argumentos. Una vez expuesta la tesis, comienza el razonamiento en sí, es decir, se van

ofreciendo los argumentos para confirmarla o rechazarla.

B. Refutación. Puede hacerse de una tesis admitida o de las posibles objeciones que podría hacer

el adversario a un argumento concreto.

3. Conclusión. El autor, en su demostración, reflexiona sobre el tema desde todos los ángulos,

hasta llegar al objetivo deseado, que se ofrece como conclusión, a menudo anunciada al comienzo

del escrito. Puede presentarse de varias formas:

A. Afirmación de una tesis. El contenido que desarrolla el autor se presta en su final a abstraer de

los datos o ejemplos aducidos una idea general, explicativa del problema o de los fenómenos que

se traten, la cual asume un rango de tesis.

B. Con carácter sugeridor. Este tipo de conclusiones se distinguen porque el escrito, si bien en el

estadio final recoge en síntesis la idea sustancial de la exposición, no llega a hacer como definitivo

su razonamiento o a completar su información. El autor apunta sugerencias para futuros trabajos,

abriendo caminos hacia otras perspectivas antes de poner punto final a su propio texto.

Estrategias discursivas:

Las estrategias argumentativas son todos aquellos procedimientos discursivos que, de modo

intencional y consciente, utiliza el hablante o el escritor para incrementar la eficacia del discurso al

convencer o persuadir al destinatario en una situación comunicativa donde exista la

argumentación.

– Definición (se parte de una definición para crear concenso)

– Referencias (históricas, literarias, etc.)

– Citas / citas de autoridad ( se apela a las autoridades en el tema para dar fuerza al

planteamiento)

– Preguntas retóricas (para provocar la reflexión del lector)

– Contra-argumentación (anticipar y desmontar las posibles críticas a los argumentos propuestos)

– Ejemplificacion (casos concretos)

– Comparación

• Metáfora

• Analogía (asociación de dos hechos o ideas por similitud)

• Contraste / contraposición (dos posturas o ideas divergentes)

– Concesión (se reconoce cierta validez en posiciones contrarias a la propia)

– Ironía

– Datos / hechos / cifras / estadísticas

– Anécdotas

– Opiniones personales

Características lingüísticas:

1. La distribución del razonamiento en párrafos ayuda a asimilar mejor el contenido, a la vez que

favorece la organización de las ideas. Es indudable que un texto debidamente fragmentado en

párrafos es más fácilmente interpretado y asimilado que un texto indiviso.

2. Los nexos aseguran la evolución progresiva del texto, pues delimitan los párrafos entre sí,

además de señalar los cambios de contenido y de reflejar cualquier variación que se produzca en

el desarrollo del tema (conexión, restricción, oposición, relación causa-consecuencia, etc.). Suelen

ser frecuentes los nexos consecutivos que introducen la conclusión a la que se ha llegado tras el

razonamiento y que consolidan, por tanto, la opinión del autor. (en definitiva, en consecuencia, de

este modo...).

3. Normalmente se emplea la oración de modalidad enunciativa, con el fin de transmitir una total

objetividad. Por el contrario, las modalidades exclamativas, interrogativas o dubitativas son más

frecuentes en textos donde se acentúa la actitud personal del escritor.

4. Cuando se trata de un tema conflictivo parece ser habitual que el autor introduzca elementos

subjetivos, como si no pudiera evitar la intromisión apasionada de su punto de vista en la

argumentación.

5. Es frecuente también la utilización de frases irónicas, que tienden a desestimar los argumentos

opuestos a la tesis presentada. La ironía da por verdadera y seria una afirmación evidentemente

falsa; tiene como finalidad reprochar algo al interlocutor, o hacerle partícipe de la burla o

indignación del autor.

6. Ha de conseguirse la coherencia en su estructuración interna y también ha de observarse la

claridad en la elocución.

7. El uso de la repetición potencia el efecto de convicción en el lector y favorece la cohesión entre

las oraciones de un párrafo. No resulta adecuada en textos científicos, pues no aporta nada nuevo.

8. Es frecuente el empleo de tecnicismos correspondientes a la disciplina de la que trate el texto.

9. Se utiliza una sintaxis compleja, con largos períodos oracionales. Predomina la subordinación,

más acorde con la expresión del razonamiento.

10. Se usan también los incisos cuya finalidad es la de aclarar algún aspecto que si bien se

considera secundario, puede servir de apoyo al hecho principal.

Decálogo para elaborar un texto argumentativo

1. Determinar claramente cuál es la tesis del texto.

2. Definir el receptor a quien va dirigido el texto.

3. Cualquier afirmación ha de estar sustentada por una serie de argumentos, por lo que habrá que

buscar todos los argumentos posibles a favor de la tesis.

4. Tener en consideración las opiniones, creencias y valores del destinatario para elegir aquellos

argumentos que mejor puedan convencerle y desestimar los restantes.

5. Deben preverse las posibles objeciones del adversario a dichos argumentos.

6. Una buena introducción contribuye a captar la aprobación del auditorio.

7. El orden de los argumentos es un factor esencial. En beneficio del mismo, se evitarán las

divagaciones, que podrían entorpecer la comprensión. Los argumentos más sólidos se deben

incluir al final.

8. La conclusión debe tener fuerza e interés para ganar la complacencia del auditorio.

9. Emplear la lengua de forma adecuada, concisa y clara, sin renunciar a la ayuda que pueden

proporcionar los recursos literarios.

10. Si la exposición es oral, conviene memorizar de modo general el texto para producir una buena

impresión de seguridad en los oyentes.

Fuente: http://recursos.cnice.mec.es/lengua/profesores/eso2/t3/teoria_1.htm#arriba

Nota: damos las gracias a la profa. Adlin Prieto por estos materiales.

Guía de conectores

(fuente: http://leeryescribirenlausb.blogspot.com)

AGREGAR IDEAS

Asimismo (así mismo), además, también, de hecho, aunado a esto, de este modo, de esta manera,

de la misma manera, vale citar, a tal efecto, en este orden de ideas, otra vez, de nuevo, al mismo

tiempo, igualmente, adicionalmente.

NEGAR, OPONER O LIMITAR IDEAS

Pero, no obstante, sin embargo, empero, en oposición a lo anteriormente dicho, por el contrario,

en contra de, opuesto a, en cambio, de otro modo, por otra parte, en vez de, contrariamente, mas,

si bien es cierto que, no es menos cierto que, la verdad es que, aun cuando, ahora bien

PARAFRASEAR Es decir, esto quiere decir, parafraseando, en otras palabras, cabe decir, o lo que es

lo mismo que.

EJEMPLIFICAR O ILUSTRAR

Por ejemplo, verbigracia, va ilustrar esta idea, para ilustrar esto, es así como, tal como sigue, de

acuerdo con, especialmente, en particular, como, como puede apreciarse (suponerse, verse), tal

como sucede, para ejemplificar tal consideración el autor (ensayista, periodista…) nos explica

(aclara, expone, manifiesta…), otro caso particular es.

INDICAR ORDEN (DISCURSIVO, O TEMPORAL)

Seguidamente, en primer (segundo…) término (lugar), primero (segundo…), para empezar,

finalmente, en conclusión, por un lado, por otro, posteriormente, para continuar, por último,

luego, en lo sucesivo, inicialmente, en otro tiempo, otrora.

EXPRESAR CONCLUSIONES En conclusión, en suma, en resumen, resumiendo, como resultado de

lo anteriormente dicho, en tesis, finalmente, a manera de colofón.

INDICAR CONSECUENCIA

Por lo tanto, así, como resultado, como consecuencia de, por esta razón, así pues, por ende, según

esto, luego, entonces, de acuerdo con, por tal razón, de todo esto se desprende que, por

consiguiente, como efecto de, de suerte que, de donde se sigue, de ello resulta que, esto hizo que.

PRESENTAR SEMEJANZAS, DIFERENCIAS O IGUALDAD

A diferencia de, paralelamente, igualmente, de manera semejante, semejante a, por el contrario,

tanto como.

PRESENTAR CAUSA

Porque, pues, puesto que, dado, que, ya que, por el hecho de que, en virtud de.

EXPRESAR CONDICIÓN

Si, con tal que, cuando, en el caso de que, según, a menos que, siempre que, mientras, a no ser

que.

SEÑALAR CERTEZA

Es evidente que, es indudable que, no hay duda de que, nadie puede ignorar que, es

incuestionable que, de hecho, en realidad, está claro que, ciertamente, indudablemente.

ÍNDICE

APRENDER A PENSAR................................................................ 2

DISNEY Y EL PELIGRO DEL CORREO ELECTRÓNICO............ 8

EL FUTURO QUEDA EN EL 2020................................................ 11

LA CULTURA DEL CELULAR....................................................... 14

LOS ARREPENTIDOS DEL FACEBOOK (reportaje).................... 19

¿NOS QUEDARÁ ALGO DE PRIVACIDAD?................................. 27

Copiar y pegar, la nueva forma del plagio

en la universidad (reportaje).................................................. 30

SOBRE LA ARGUMENTACIÓN..................................................... 35

GUÍA DE CONECTORES............................................................... 39