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Semana del 03 al 09 de Agosto 2015
[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]
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[Canción 63][E. Libro] [Inicio]
[ 11 ][ 12 ][ 13 ][ 14 ][ 15 ][ 16 ][ 17 ]
cl cap. 28 párrs. 10-17 (30 min.)
10. ¿Cómo manifiesta Jehová lealtad en lo que
respecta a sus principios?
[ 10 ] [Textos] Además, Jehová manifiesta lealtad a
sus siervos al ser fiel a sus principios. A diferencia de
las personas volubles, que se rigen simplemente por
sus caprichos y emociones, él mantiene inalterable su
criterio sobre el bien y el mal. A lo largo de los
milenios no ha cambiado su forma de ver asuntos
tales como el espiritismo, la idolatría y el asesinato.
Por boca del profeta Isaías dijo: “Aun hasta la vejez de
uno yo soy el Mismo” (Isaías 46:4). Por lo tanto,
podemos estar seguros de que nos beneficiaremos si
seguimos la clara guía moral de la Palabra de Dios
(Isaías 48:17-19).
11. Dé ejemplos de la fidelidad de Jehová a sus
promesas.
[ 11 ] [Textos] Otro modo como Dios demuestra
lealtad es siendo fiel a sus promesas. Siempre que
hace una predicción, se cumple. Por ello, declaró: “Mi
palabra que sale de mi boca [...] [no] volverá a mí sin
resultados, sino que ciertamente hará aquello en que
me he deleitado, y tendrá éxito seguro en aquello
para lo cual la he enviado” (Isaías 55:11). Al ser fiel a
su palabra, el Altísimo es leal a su pueblo. No le hace
esperar con ansias algo que no piensa efectuar. Tiene
una reputación tan impecable en este particular, que
su siervo Josué dijo: “No falló ni una promesa de toda
la buena promesa que Jehová había hecho a la casa de
Israel; todo se realizó” (Josué 21:45). Así pues,
podemos tener la certeza de que nunca quedaremos
decepcionados porque él incumpla alguna promesa
(Isaías 49:23; Romanos 5:5).
12, 13. ¿En qué sentidos dura “hasta tiempo
indefinido” la bondad amorosa de Jehová?
[ 12 ] [Textos] Como indicamos anteriormente, la
Biblia señala que la bondad amorosa de Jehová “es
hasta tiempo indefinido” (Salmo 136:1). ¿En qué
sentido? En primer lugar, porque su perdón de los
pecados es definitivo. Ya vimos en el capítulo 26 que
nunca saca a colación las transgresiones que haya
perdonado a una persona. Dado que “todos [hemos]
pecado y no alcanza[mos] a la gloria de Dios”, cada
uno de nosotros debería agradecer que la bondad
amorosa del Creador sea hasta tiempo indefinido
(Romanos 3:23).
[ 13 ] [Textos] Pero esta cualidad también es hasta
tiempo indefinido en otro sentido. La Biblia dice que
el justo “ciertamente llegará a ser como un árbol
plantado al lado de corrientes de agua, que da su
propio fruto en su estación y cuyo follaje no se
marchita, y todo lo que haga tendrá éxito” (Salmo
1:3). Imaginémonos un árbol frondoso cuyas hojas
nunca se secan. De igual modo, si de veras nos
deleitamos en la Palabra de Dios, llevaremos una vida
larga, apacible y colmada de buenos frutos. Las
bendiciones que Jehová concede lealmente a sus
siervos fieles son eternas. En efecto, en el nuevo
mundo de justicia que él instaurará, la humanidad
obediente gozará de su bondad amorosa hasta
tiempo indefinido (Revelación 21:3, 4).
Jehová “no dejará a los que le son leales”
14. ¿Cómo muestra Jehová a sus siervos gratitud
por la lealtad que demuestran?
[ 14 ] [Textos] El Altísimo ha demostrado vez tras
vez su lealtad. Dado que es consecuente en todo,
siempre es leal a sus siervos fieles. El salmista
escribió: “Joven era yo, también he envejecido, y sin
embargo no he visto a nadie justo dejado
enteramente, ni a su prole buscando pan. Porque
Jehová es amador de la justicia, y no dejará a los que
le son leales” (Salmo 37:25, 28). Es cierto que merece
que lo adoremos, pues es el Creador (Revelación
4:11). Aun así, como es leal, valora muchísimo
nuestros actos fieles (Malaquías 3:16, 17).
15. Explique cómo se destaca la lealtad de Jehová
en el trato que dio a Israel.
[ 15 ] [Textos] Movido por su bondad amorosa,
Jehová acude vez tras vez al auxilio de sus siervos
cuando se encuentran en dificultades. El salmista nos
dice: “Él está guardando las almas de los que le son
leales; de la mano de los inicuos los libra” (Salmo
97:10). Pensemos en el trato que dio a la nación de
Israel. Tras su milagrosa liberación a través del mar
Rojo, los israelitas cantaron a Dios: “En tu bondad
amorosa [“amor leal”, nota] has guiado al pueblo que
has recobrado” (Éxodo 15:13). La liberación que
efectuó en el mar Rojo fue una clara prueba de su
amor leal. Moisés dijo más tarde a los israelitas: “No
porque ustedes fueran el más populoso de todos los
pueblos les mostró Jehová afecto de modo que los
escogiera, porque eran el más pequeño de todos los
pueblos. Antes bien, por amarlos Jehová, y por
guardar la declaración jurada que había jurado a sus
antepasados, Jehová los sacó con mano fuerte, para
redimirlos de la casa de esclavos, de la mano de
Faraón el rey de Egipto” (Deuteronomio 7:7, 8).
16, 17. a) ¿Qué espantosa ingratitud manifestaron
los israelitas, y, no obstante, cómo les mostró
Jehová compasión? b) ¿De qué manera probaron
la mayoría de los israelitas que ‘no había
curación’ para ellos, y cómo nos sirve de
amonestación este ejemplo?
[ 16 ] [Textos] Claro, los israelitas, tomados como
nación, no agradecieron la bondad amorosa del
Creador, pues una vez liberados “siguieron pecando
aún más contra él, rebelándose contra el Altísimo”
(Salmo 78:17). En el transcurso de los siglos, se
rebelaron en múltiples ocasiones, lo abandonaron y
recurrieron a dioses falsos y prácticas paganas, que
solo sirvieron para degradarlos. Pese a todo, él no
rompió su pacto. Por el contrario, mediante el profeta
Jeremías imploró a su pueblo: ‘Vuélvete, oh renegada
Israel. No haré caer mi rostro airadamente sobre
ustedes, porque soy leal’ (Jeremías 3:12). Pero, como
vimos en el capítulo 25, la mayoría de ellos no se
conmovieron, sino que “continuamente estuvieron
burlándose de los mensajeros del Dios verdadero y
despreciando sus palabras y mofándose de sus
profetas”. ¿Cuáles fueron las consecuencias? Al final,
“la furia de Jehová subió contra su pueblo, hasta que
no hubo curación” (2 Crónicas 36:15, 16).
[ 17 ] [Textos] ¿Qué aprendemos de lo anterior? Que
la lealtad de Dios no implica que sea ciego ni fácil de
engañar. Ciertamente, él es “abundante en bondad
amorosa” y se complace en mostrar misericordia
siempre que hay base para ello. Ahora bien, ¿qué
ocurre cuando un pecador resulta incorregible? En tal
caso, Jehová se aferra a sus justas normas y dicta
sentencia condenatoria. Como se indicó a Moisés, “de
ninguna manera dará exención de castigo” (Éxodo
34:6, 7).
[E.M.T] [Inicio]
[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]
[P.S] Lectura de la Biblia: 1 Reyes 18 a 20 | Puntos
Sobresalientes
Respuestas a preguntas bíblicas:
18:21. ¿Por qué se quedó callado el pueblo cuando Elías le pidió que escogiera entre seguir a Jehová o a Baal? Puede que reconocieran que le habían fallado a Jehová al no darle la devoción exclusiva que él exige, y por lo tanto, se hayan sentido culpables. O tal vez tenían la conciencia tan endurecida que no veían nada malo en adorar a Baal mientras afirmaban ser adoradores de Jehová. Solo después que Jehová demostró su poder dijeron: “¡Jehová es el Dios verdadero! ¡Jehová es el Dios verdadero!” (1 Reyes 18:39).
20:34. Después que Jehová le dio la victoria a Acab sobre los sirios, ¿por qué le perdonó este la vida a su rey, Ben-hadad? En lugar de matar a Ben-hadad, Acab celebró un pacto con él, según el cual se le asignarían a Acab ciertas calles de Damasco, la capital de Siria, probablemente para establecer en ellas bazares o mercados. Con anterioridad, el padre de Ben-
hadad también se había apropiado de ciertas calles de Samaria con fines comerciales. Por eso, se puso a Ben-hadad en libertad para que Acab pudiera fomentar su comercio en Damasco.
Lecciones para nosotros:
19:1-8. Podemos confiar en que Jehová nos sostiene cuando afrontamos intensa oposición (2 Corintios 4:7-9).
19:10, 14, 18. Los verdaderos siervos de Jehová nunca están solos, pues lo tienen a él y también a la hermandad mundial.
19:11-13. Jehová no es un dios de la naturaleza, ni una simple personificación de las fuerzas naturales.
20:11. Cuando Ben-hadad se jactó de que destruiría Samaria, el rey de Israel contestó: “El que se ciñe [la armadura para la guerra] no se jacte como el que se [la] desabrocha” cuando vuelve victorioso de la batalla. Cuando nos encaramos a una nueva tarea, tenemos que evitar la confianza excesiva del jactancioso (Proverbios 27:1; Santiago 4:13-16).
[Nº1] Núm. 1: 1 Reyes 18:30-40
30 Por fin Elías dijo a todo el pueblo: “Acérquense a
mí”. De modo que todo el pueblo se acercó a él. Entonces procedió a componer el altar de Jehová que estaba demolido.
31 Así que Elías tomó doce piedras,
conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien la palabra de Jehová había venido diciendo: “Israel es lo que llegará a ser tu nombre”.
32 Y se puso a
edificar con las piedras un altar en el nombre de Jehová y a hacer una zanja, de más o menos la extensión que se siembra con dos medidas de sea de semilla, todo en derredor del altar.
33 Después puso en orden los
pedazos de leña y cortó en trozos el toro joven y lo colocó sobre los pedazos de leña. Ahora dijo: “Llenen cuatro jarrones de agua y derrámenla sobre la ofrenda quemada y sobre los pedazos de leña”.
34 En seguida
dijo: “Háganlo otra vez”. De modo que lo hicieron otra vez. Pero él dijo: “Háganlo la tercera vez”. De modo que lo hicieron la tercera vez.
35 Así el agua iba todo en
derredor del altar, y él llenó también de agua la zanja.
36 Y al tiempo que asciende la ofrenda de grano
aconteció que Elías el profeta empezó a acercarse y a decir: “Oh Jehová, el Dios de Abrahán, Isaac e Israel, conózcase hoy que tú eres Dios en Israel y yo soy tu siervo y que por medio de tu palabra he hecho todas estas cosas.
37 Respóndeme, oh Jehová, respóndeme,
para que sepa este pueblo que tú, Jehová, eres el Dios [verdadero] y tú mismo has vuelto atrás el corazón de ellos”.
38 Ante eso, el fuego de Jehová vino cayendo, y se
puso a comer la ofrenda quemada y los pedazos de leña y las piedras y el polvo, y lamió el agua que estaba en la zanja.
39 Cuando todo el pueblo lo vio, inmediatamente
cayeron sobre sus rostros y dijeron: “¡Jehová es el Dios
[verdadero]! ¡Jehová es el Dios [verdadero]!”. 40
Entonces Elías les dijo: “¡Prendan a los profetas de Baal! ¡No permitan que escape ni uno solo de ellos!”. En seguida los prendieron, y Elías entonces los llevó abajo al valle torrencial de Cisón, y allí los degolló.
[Nº2] Núm. 2: Débora (núm. 2). Tema: La mujer leal
alaba a Jehová (it-1 pág. 642)
DÉBORA
(Abeja).
2. Profetisa de Israel; esposa de Lapidot. (Jue 4:4.) No hay pruebas de que Lapidot y Barac fuesen la misma persona, como algunos han pensado. La relación entre Débora y Barac se debía únicamente a su interés común por liberar a Israel de la opresión cananea. Débora moraba bajo una palmera situada en la región montañosa de Efraín, entre Ramá y Betel, y “los hijos de Israel subían a ella para juicio”. (Jue 4:5.)
Jehová se sirvió de Débora para llamar a Barac, de Quedes-neftalí, y comunicarle que se había propuesto derrotar con 10.000 hombres al enorme ejército del rey cananeo Jabín que comandaba Sísara. Barac contaba con la promesa de Jehová de dar al enemigo en su mano, pero insistió en la presencia de Débora como representante de Dios —aunque era mujer— mientras él conducía las tropas al monte Tabor. Débora estuvo dispuesta a dejar la región segura donde se hallaba y unirse a Barac. Sin embargo, profetizó que “la cosa de embellecimiento” que coronaría la victoria llegaría a ser de una mujer. Estas palabras se cumplieron cuando Jael dio muerte a Sísara. (Jue 4:6-10, 17-22.)
El día de la victoria, Débora y Barac entonaron juntos una canción. Una porción de la misma está escrita en primera persona, lo que indica que la compuso Débora, al menos en parte. (Jue 5:7.) Entre las mujeres era costumbre celebrar las victorias con canción y baile. (Éx 15:20, 21; Jue 11:34; 1Sa 18:6, 7; Sl 68:11.) Esta canción le da a Jehová todo el crédito y alabanza por la victoria de su pueblo. Además, complementa de manera significativa la narración que le precede, por lo que ambos relatos han de considerarse en conjunto si se quiere tener un cuadro global de lo sucedido. Después de describir el poderío y la majestad de Jehová y recordar la condición de Israel antes de la lucha de Barac, la canción encomia a las tribus que respondieron a la llamada y pregunta por las que no lo hicieron. Además, da detalles acerca de la batalla y la derrota de los cananeos, la acción valerosa de Jael al matar a Sísara y la desilusión de la madre de Sísara, que esperó en vano los despojos y esclavos de Israel procedentes de la esperada victoria de su hijo. (Jue 5.)
[Nº3] Núm. 3: Consejos de la Biblia para los hijos (igw
pág. 27)
LOS HIJOS
“Hijos, sean obedientes a sus padres en unión con el Señor, porque esto es justo: „Honra a tu padre y a tu madre‟; que es el primer mandato con promesa: „Para que te vaya bien y dures largo tiempo sobre la tierra‟.”
(Efesios 6:1-3)
“Hijos, sean obedientes a sus padres en todo, porque esto es muy agradable en el Señor.”
(Colosenses 3:20)
[R. Servicio] [Inicio]
Reunión de Servicio
Tema del mes: Vayamos y hagamos discípulos
(Mateo 28:19, 20).
Canción 130
10 min. Ideas para ofrecer las revistas en agosto.
Análisis con el auditorio. Comience con dos
demostraciones de cómo ofrecer las revistas, basadas
en las presentaciones sugeridas. Analice las
presentaciones de principio a fin.
Algunas presentaciones
La Atalaya 1 de agosto
“¿Verdad que uno de los momentos más difíciles de la
vida es perder a un ser querido en la muerte?
[Permita que la persona responda.] Fíjese en esta
animadora promesa que nos da Dios. [Lea Revelación
21:3, 4.] Según la Biblia, nuestros seres queridos que
han muerto volverán a vivir. Esta revista explica por
qué podemos estar seguros de que esto sucederá.”
¡Despertad! Agosto
“Estamos mostrando un artículo que habla de la
increíble cantidad de información que contiene el
ADN de nuestras células. [Muéstrele la portada de
¡Despertad!] Muchas personas creen que la vida es
producto de la evolución, otras que fue creada. ¿Qué
piensa usted? [Permita que responda.] Esta revista
destaca descubrimientos acerca de la complejidad de
las células que han llevado a algunos científicos a
creer que la vida tuvo un Creador.”
10 min. Sáquele provecho al folleto Examinando
las Escrituras diariamente. Análisis con el
auditorio. Empiece con un discurso de cinco minutos
basado en el texto del año 2015. Luego pida a los
presentes que digan qué momento han apartado para
analizar el texto diario y cómo les ha beneficiado
hacerlo. Al final, anime a todos a leer y analizar el
texto para cada día.
10 min. Necesidades de la congregación.
Canción 26 y oración
Cántico 84 [Atalaya] [Inicio]
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Cristo amaba a las personas
“Mi cariño estuv[o] con los hijos de los hombres.”
(PROV. 8:31)
Cántico 99
¿PUEDE EXPLICARLO?
¿Qué pruebas ha dado Jesús de que ama a las personas? ¿Por qué nos llenan de esperanza los milagros que hizo Jesús? ¿Qué milagro de Jesús espera usted con más ilusión? 1, 2. ¿Qué pruebas ha dado Jesús de que ama a la
humanidad?
[ 1 ] [Textos] LA MÁS temprana y la mayor muestra
de la sabiduría de Jehová fue la creación de su primer
Hijo. Él era la sabiduría personificada, el “obrero
maestro” de Dios. Imagínese la alegría y la
satisfacción que debió sentir cuando su Padre
“preparó los cielos” y colocó los cimientos de la
Tierra. No obstante, había algo con lo que este Hijo de
Dios estaba especialmente encariñado: “los hijos de
los hombres”, la humanidad (Prov. 8:22-31). Como
vemos, desde antes de venir a la Tierra, Cristo sentía
un cariño especial por nosotros.
[ 2 ] [Textos] Debido al amor que le tenía a su Padre
y a “los hijos de los hombres”, el Hijo de Dios “se
despojó a sí mismo”, vino a la Tierra y dio su vida
como “rescate en cambio por muchos” (Filip. 2:5-8;
Mat. 20:28). ¡Hasta ese punto llegó su amor! Jesús
recibió poder de Dios para hacer milagros que
demostraron ese amor y fueron un anticipo de las
cosas maravillosas que hará en el futuro.
3. ¿Qué vamos a analizar en este artículo?
[ 3 ] [Textos] Venir a la Tierra le permitió a Jesús dar
a conocer “las buenas nuevas del reino de Dios” (Luc.
4:43). Él sabía que ese Reino santificaría el nombre
de su Padre y solucionaría de una vez por todas
nuestros problemas. Al leer sobre su ministerio,
encontramos muchas situaciones que demuestran el
cariño que nos tiene y nos ayudan a mirar al futuro
con optimismo y confianza. Veamos cuatro ejemplos.
“QUIERO. SÉ LIMPIO”
4. Describa el momento en el que Jesús se
encontró con un leproso.
[ 4 ] [Textos] Jesús se encontraba en plena campaña
de predicación. En una ciudad de Galilea observó una
escena muy triste: un hombre con lepra, una terrible
enfermedad (Mar. 1:39, 40). El médico Lucas dice que
el hombre estaba “lleno de lepra”, lo cual indica que
la enfermedad estaba muy avanzada (Luc. 5:12). El
relato continúa: “Cuando alcanzó a ver a Jesús, [el
leproso] cayó sobre su rostro y le rogó, diciendo:
‘Señor, si tan solo quieres, puedes limpiarme’”. Aquel
hombre estaba seguro de que Jesús tenía el poder
para curarlo; lo que quería saber era si tenía el deseo.
¿Por qué? Tal vez porque, en su experiencia, un
leproso no era más que un cero a la izquierda para los
fariseos. ¿Reaccionaría Jesús con el mismo desprecio?
¿Qué sentiría al ver su rostro, que probablemente
estaba desfigurado? ¿Qué hubiera hecho usted en su
lugar?
5. Cuando Jesús curó a un leproso, ¿por qué dijo:
“Quiero. Sé limpio”?
[ 5 ] [Textos] Al parecer, el leproso no gritó:
“¡Inmundo, inmundo!”, tal como ordenaba la Ley que
Jehová dio a Moisés. Pero Jesús no se lo echó en cara.
Más bien, se concentró en su problema, en su
necesidad (Lev. 13:43-46). Aunque no sabemos lo
que pasó por la mente de Jesús, sí sabemos lo que
pasó por su corazón. Lleno de compasión, hizo lo que
nadie hubiera podido hacer: se acercó, tocó al leproso
y, con una voz firme, pero tierna, le dijo: “Quiero. Sé
limpio”. Al instante, la lepra desapareció (Luc. 5:13).
Jehová no solo le dio a Jesús el poder para realizar
este milagro, sino también para demostrar lo
profundo que era su amor por la gente (Luc. 5:17).
6. a) ¿Qué llama la atención sobre la manera en
que Jesús curaba a las personas? b) ¿Qué nos
enseñan los milagros de Jesús?
[ 6 ] [Textos] Con el poder de Jehová, Jesús hizo
milagros asombrosos. No solo curaba la lepra, sino
también muchas otras enfermedades. La Biblia dice
que “la muchedumbre se asombró al ver que los
mudos hablaban y los cojos andaban y los ciegos
veían” (Mat. 15:31). Hoy día, los médicos pueden
trasplantar un órgano para curar enfermedades
graves, pero Jesús no necesitaba hacer eso. Él podía
curar cualquier órgano y cualquier parte del cuerpo
que estuviera mal. Y podía hacerlo al instante, incluso
a distancia (Juan 4:46-54). ¿Qué nos enseña eso? Que
Jesús, quien ahora es Rey en el cielo, puede y quiere
curar todas las enfermedades que existen. Cuando
descubrimos el modo en que trató a la gente al
curarla, nos convencemos aún más de que en el
nuevo mundo se cumplirán estas palabras: “Le tendrá
lástima al de condición humilde y al pobre” (Sal.
72:13). Así es, Jesús quiere ayudar a los que sufren y
lo hará muy pronto.
“LEVÁNTATE, TOMA TU CAMILLA Y ANDA”
7, 8. Explique lo que hizo Jesús en su recorrido de
Galilea a Judea.
[ 7 ] [Textos] Pasaron unos cuantos meses desde el
encuentro de Jesús con el leproso en Galilea. Su gira
de predicación lo llevó hasta Judea. El mensaje que
llevaba y su actitud bondadosa ya habían cambiado la
vida de miles de personas. Él deseaba con todas sus
fuerzas contar buenas noticias a los pobres, hablar de
libertad a los esclavos y consolar a los que tenían roto
el corazón (Is. 61:1, 2; Luc. 4:18-21).
[ 8 ] [Textos] Entonces llegó el mes de nisán.
Siguiendo el mandamiento de la Ley, Jesús fue a
Jerusalén para celebrar la Pascua. La ciudad estaba
abarrotada de personas que habían viajado para esa
fiesta especial. Justo al norte del templo había un
estanque llamado Betzata. Allí, Jesús encontró a un
hombre enfermo.
9, 10. a) ¿Por qué iba tanta gente al estanque de
Betzata? b) ¿Qué milagro realizó Jesús? (Vea la
ilustración del principio.) c) ¿Qué lección
aprendemos de este relato?
[ 9 ] [Textos] A Betzata iban muchas personas
enfermas que, por alguna razón desconocida, creían
que podían curarse si se metían en el estanque justo
cuando se agitaba el agua. Imagínese la escena: el
lugar está lleno de gente angustiada y sin esperanza
que aguarda con ansias para ver si ocurre un milagro.
Pero ¿qué hace Jesús en ese estanque si él tiene una
salud perfecta? Movido por la compasión, se acerca a
un hombre que lleva treinta y ocho años enfermo.
¡Más tiempo del que él lleva vivo en la Tierra! (Lea
Juan 5:5-9.)
[ 10 ] [Textos] ¿Puede usted percibir la
desesperación en los ojos del hombre cuando Jesús le
pregunta si desea curarse? Su respuesta no se hace
esperar. ¡Claro que quiere curarse! Pero cómo, si no
hay quien le ayude a meterse en el estanque.
Entonces Jesús le ordena que haga algo imposible:
que se levante, que tome su camilla y que comience a
caminar. ¿Cómo responde el hombre? Se levanta,
toma su camilla... y comienza a caminar. ¡Qué
conmovedora demostración de lo que Jesús hará en el
futuro! Él actuó con compasión, pues buscó a la
persona que más ayuda necesitaba. ¿Qué lección
aprendemos de este relato? Que debemos buscar a
las personas que están deprimidas por las cosas
terribles que suceden en el mundo.
“¿QUIÉN TOCÓ MIS PRENDAS DE VESTIR
EXTERIORES?”
11. ¿Cómo muestra Marcos 5:25-34 que Jesús
siente compasión por los enfermos?
[ 11 ] [Textos] Lea Marcos 5:25-34. La mujer llevaba
doce años sufriendo una situación humillante. Su
enfermedad había alterado todo aspecto de su vida,
incluso su adoración a Dios. Aunque “muchos
médicos le habían hecho pasar muchas penas, y ella
había gastado todos sus recursos”, no mejoraba. Un
día se le ocurrió intentar algo diferente. Había oído
hablar de un tal Jesús que curaba a la gente, así que
buscó la oportunidad para estar cerca de él, se abrió
paso entre la gente y tocó su ropa (Lev. 15:19, 25).
Cuando Jesús sintió que había salido poder de él,
preguntó quién lo había tocado. “Atemorizada y
temblando”, la mujer “vino y cayó delante de él y le
dijo toda la verdad”. Jesús se dio cuenta de que
Jehová la había curado, así que la trató con ternura y
le dijo: “Hija, tu fe te ha devuelto la salud. Ve en paz, y
queda sana de tu penosa enfermedad”.
Los milagros de Jesús demostraron que él se
preocupa de verdad por nosotros y por nuestros
problemas (Vea los párrafos 11 y 12)
12. a) Teniendo en cuenta lo que hemos analizado
hasta ahora, ¿cómo diría usted que es Jesús? b)
¿Cómo podemos imitar el ejemplo de Jesús?
[ 12 ] [Textos] ¡Qué bueno es Jesús! En su corazón
hay un lugar muy especial para los enfermos. En
cambio, Satanás intenta convencernos de que nadie
nos quiere, que no valemos nada. Pero Jesús
demostró con sus milagros que de verdad le
importamos y que nuestros problemas le preocupan.
Sin duda, tenemos al mejor Rey y Sumo Sacerdote
que podríamos soñar: es cariñoso y sabe ponerse en
el lugar de los demás. ¡Qué afortunados somos! (Heb.
4:15.) Es cierto que a nosotros puede costarnos
comprender los sentimientos de los que sufren una
enfermedad crónica, sobre todo si nunca hemos
pasado por algo así. Sin embargo, Jesús tenía una
salud perfecta y eso no le impidió ponerse en el lugar
de los enfermos. Hagamos lo mismo: esforcémonos
por ponernos en el lugar de quienes sufren por la
mala salud (1 Ped. 3:8).
NO PUDO CONTENER LAS LÁGRIMAS
13. ¿Qué nos enseña la resurrección de Lázaro
sobre la personalidad de Jesús?
[ 13 ] [Textos] A Jesús le dolía en el corazón ver
sufrir a la gente. Por ejemplo, cuando vio el dolor que
sentían los familiares y amigos de Lázaro por su
muerte, lloró. Y eso que sabía que lo iba a resucitar
(lea Juan 11:33-36). A él no le daba vergüenza
expresar sus sentimientos. Quienes lo observaron se
dieron cuenta del cariño que sentía por Lázaro y su
familia. Amaba tanto a su amigo que usó el poder que
le había dado Jehová para devolverle la vida (Juan
11:43, 44).
14, 15. a) ¿Cómo sabemos que Jehová desea
acabar con el sufrimiento? b) ¿Por qué usó Jesús
la expresión “tumbas conmemorativas”?
[ 14 ] [Textos] Jesús es “la representación exacta” del
Creador (Heb. 1:3). Por eso, sus milagros nos enseñan
que su Padre también desea borrar de la Tierra el
dolor que ocasionan la enfermedad y la muerte. En el
pasado, Jesús resucitó a algunas personas. Pero
pronto él y su Padre resucitarán a muchísimas más,
como él mismo aseguró: “Viene la hora en que todos
los que están en las tumbas conmemorativas [...]
saldrán” (Juan 5:28, 29).
[ 15 ] [Textos] ¿Notó la expresión que usó Jesús?
“Tumbas conmemorativas.” Conmemorar es
recordar, y eso es lo que hace Dios. Él, que creó el
vasto universo, recuerda cada detalle de nuestros
seres queridos que han muerto: su personalidad, sus
cualidades, sus vivencias... (Is. 40:26.) Jehová tiene la
capacidad y también el deseo de recordar a quienes
se han dormido en la muerte. Las resurrecciones de
las que habla la Biblia son solo un anticipo de lo que
ocurrirá a gran escala en el nuevo mundo.
LOS MILAGROS DE JESÚS Y NUESTRO FUTURO
16. ¿Qué oportunidad tendrán quienes sean
leales hasta el fin?
[ 16 ] [Textos] Si somos leales hasta el fin, podremos
experimentar uno de los milagros más grandes de
todos los tiempos: pasar con vida a través de la “gran
tribulación”. Pero eso no es todo. Poco después del
Armagedón, los sobrevivientes recuperarán
milagrosamente la salud (Is. 33:24; 35:5, 6; Rev.
21:4). ¿Se imagina ver a quienes están a su alrededor
deshaciéndose de lentes, bastones, muletas, sillas de
ruedas y ayudas auditivas? Jehová tiene buenas
razones para devolverles la salud a los sobrevivientes
del Armagedón, pues habrá mucho trabajo que hacer.
Con fuerzas renovadas, podrán poner manos a la obra
y convertir el planeta que Dios nos ha dado en un
hermoso paraíso (Sal. 115:16).
17, 18. a) ¿Por qué realizó milagros Jesús? b) ¿Por
qué debemos hacer todo lo posible por vivir en el
nuevo mundo que Dios ha prometido?
[ 17 ] [Textos] Las curaciones que hizo Jesús animan
mucho a quienes forman parte de la “gran
muchedumbre”, pues refuerzan su confianza en que
muy pronto desaparecerán por completo todas sus
dolencias (Rev. 7:9). Aquellos milagros fueron una
muestra de los tiernos sentimientos de Cristo y de lo
mucho que nos quiere (Juan 10:11; 15:12, 13). Su
compasión también nos recuerda el interés y el
cariño profundos que Jehová siente por cada uno de
sus siervos (Juan 5:19).
[ 18 ] [Textos] Vivimos en un mundo lleno de dolor,
sufrimiento y muerte (Rom. 8:22). Necesitamos el
paraíso que Dios nos ha prometido. Necesitamos
recuperar la salud. Malaquías 4:2 dice que todos los
que sean curados de sus enfermedades “saltarán de
alegría” cuando se vean libres de la esclavitud a un
cuerpo imperfecto (Dios habla hoy, 1994). Si tenemos
fe y estamos agradecidos a Jehová, haremos todo lo
posible por ver ese día con nuestros propios ojos.
¡Cuánto nos ha animado repasar los milagros que
realizó Cristo! Son, de hecho, una pequeña muestra
de la curación permanente que recibiremos bajo su
gobierno milenario.
Textos del Libro
Párrafo 10
(Isaías 46:4) Aun hasta la vejez [de uno] yo soy el Mismo; y hasta la canicie [de uno] yo mismo seguiré soportando. Yo mismo ciertamente actuaré, para que yo mismo pueda llevar y para que yo mismo pueda soportar y suministrar escape.
(Isaías 48:17-19) Esto es lo que ha dicho Jehová, tu Recomprador, el Santo de Israel: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar.
18 ¡Oh, si realmente prestaras atención a
mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente como un río, y tu justicia como las olas del mar.
19 Y tu prole llegaría a ser justamente como la
arena, y los descendientes de tus entrañas como los granos de ella. El nombre de uno no sería cortado, ni sería aniquilado de delante de mí”.
Párrafo 11
(Isaías 55:11) así resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado, y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado.
(Josué 21:45) No falló ni una promesa de toda la buena promesa que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se realizó.
(Isaías 49:23) Y reyes tienen que llegar a ser cuidadores para ti; y sus princesas, nodrizas para ti. Con
rostros a tierra se inclinarán ante ti, y el polvo de tus pies lamerán; y tendrás que saber que yo soy Jehová, de quien no quedarán avergonzados los que esperan en mí”.
(Romanos 5:5) y la esperanza no conduce a la desilusión; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones mediante el espíritu santo, que nos fue dado.
Párrafo 12
(Salmo 136:1) Den gracias a Jehová, porque él es bueno: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
(Romanos 3:23) Porque todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios,
Párrafo 13
(Salmo 1:3) Y ciertamente llegará a ser como un árbol plantado al lado de corrientes de agua, que da su propio fruto en su estación y cuyo follaje no se marchita, y todo lo que haga tendrá éxito.
(Revelación 21:3, 4) Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos.
4 Y limpiará
toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”.
Párrafo 14
(Salmo 37:25) Un joven era yo, también he envejecido, y sin embargo no he visto a nadie justo dejado enteramente, ni a su prole buscando pan.
(Salmo 37:28) Porque Jehová es amador de la justicia, y no dejará a los que le son leales. Hasta tiempo indefinido ciertamente serán guardados; pero en cuanto a la prole de los inicuos, esta en verdad será cortada.
(Revelación 4:11) “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas”.
(Malaquías 3:16, 17) En aquel tiempo los que estaban en temor de Jehová hablaron unos con otros, cada uno con su compañero, y Jehová siguió prestando atención y escuchando. Y un libro de recuerdo empezó a ser escrito delante de él para los que estaban en temor de Jehová y para los que pensaban en su nombre.
17 “Y
ciertamente llegarán a ser míos —ha dicho Jehová de los ejércitos— en el día en que produzca una propiedad especial. Y ciertamente les mostraré compasión, tal como un hombre muestra compasión a su hijo que le sirve.
Párrafo 15
(Salmo 97:10) Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo. Él está guardando las almas de los que le son leales; de la mano de los inicuos los libra.
(Éxodo 15:13) Tú en tu bondad amorosa has guiado al pueblo que has recobrado; tú en tu fuerza ciertamente los conducirás a tu lugar santo de habitación.
(Deuteronomio 7:7, 8) ”No porque ustedes fueran el más populoso de todos los pueblos les mostró Jehová afecto de modo que los escogiera, porque eran el más pequeño de todos los pueblos.
8 Antes bien, por amarlos
Jehová, y por guardar la declaración jurada que había jurado a sus antepasados, Jehová los sacó con mano fuerte, para redimirlos de la casa de esclavos, de la mano de Faraón el rey de Egipto.
Párrafo 16
(Salmo 78:17) Y siguieron pecando aún más contra él, rebelándose contra el Altísimo en la región árida;
(Jeremías 3:12) Ve, y tienes que proclamar estas palabras al norte y decir: ”„“De veras vuélvete, oh renegada Israel”, es la expresión de Jehová‟. „“No haré caer mi rostro [airadamente] sobre ustedes, porque soy leal”, es la expresión de Jehová.‟ „“No me quedaré resentido hasta tiempo indefinido.
(2 Crónicas 36:15, 16) Y Jehová el Dios de sus antepasados siguió enviando [avisos] contra ellos por medio de sus mensajeros, enviando vez tras vez, porque sentía compasión por su pueblo y por su morada.
16 Pero ellos continuamente estuvieron
burlándose de los mensajeros del Dios [verdadero] y despreciando sus palabras y mofándose de sus profetas, hasta que la furia de Jehová subió contra su pueblo, hasta que no hubo curación.
Párrafo 17
(Éxodo 34:6, 7) Y Jehová fue pasando delante del rostro de él y declarando: “Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad,
7 que conserva
bondad amorosa para miles, que perdona error y transgresión y pecado, pero de ninguna manera dará exención de castigo, que hace venir el castigo por el error de padres sobre hijos y sobre nietos, sobre la tercera generación y sobre la cuarta generación”.
Textos Atalaya
Párrafo 1
(Proverbios 8:22-31) 22 ”Jehová mismo me produjo
como el principio de su camino, el más temprano de sus
logros de mucho tiempo atrás. 23 Desde tiempo
indefinido fui instalada, desde el comienzo, desde
tiempos anteriores a la tierra. 24 Cuando no había
profundidades acuosas fui producida como con dolores
de parto, cuando no había manantiales cargados
pesadamente de agua. 25 Antes que las montañas
mismas se hubieran asentado, primero que las colinas,
fui producida como con dolores de parto, 26 cuando
aún no había hecho él la tierra ni los espacios abiertos ni
la primera parte de las masas de polvo de la tierra
productiva. 27 Cuando él preparó los cielos, yo estaba
allí; cuando decretó un círculo sobre la haz de la
profundidad acuosa, 28 cuando afirmó las masas de
nubes arriba, cuando hizo fuertes las fuentes de la
profundidad acuosa, 29 cuando fijó para el mar su
decreto de que las aguas mismas no pasaran más allá de
su orden, cuando decretó los fundamentos de la tierra,
30 entonces llegué a estar a su lado como un obrero
maestro, y llegué a ser aquella con quien él estuvo
especialmente encariñado día a día, y estuve alegre
delante de él todo el tiempo, 31 pues estuve alegre por
el terreno productivo de su tierra, y las cosas que
fueron el objeto de mi cariño estuvieron con los hijos de
los hombres.
Párrafo 2
(Filipenses 2:5-8) 5 Mantengan en ustedes esta actitud
mental que también hubo en Cristo Jesús, 6 quien,
aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración
a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios.
7 No; antes bien, se despojó a sí mismo y tomó la forma
de un esclavo y llegó a estar en la semejanza de los
hombres. 8 Más que eso, al hallarse a manera de
hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte,
sí, muerte en un madero de tormento.
(Mateo 20:28) 28 Así como el Hijo del hombre no vino
para que se le ministrara, sino para ministrar y para dar
su alma en rescate en cambio por muchos”.
Párrafo 3
(Lucas 4:43) 43 Pero él les dijo: “También a otras
ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino
de Dios, porque para esto fui enviado”.
Párrafo 4
(Marcos 1:39-40) 39 Y sí fue, predicando en las
sinagogas de ellos por todas partes de Galilea, y
expulsando los demonios. 40 También vino a él un
leproso, y le suplicó hasta de rodillas, diciéndole: “Si tan
solo quieres, puedes limpiarme”.
(Lucas 5:12) 12 En otra ocasión, mientras él estaba en
una de las ciudades, ¡mira!, ¡un varón lleno de lepra!
Cuando alcanzó a ver a Jesús, este cayó sobre su rostro
y le rogó, diciendo: “Señor, si tan solo quieres, puedes
limpiarme”.
Párrafo 5
(Levítico 13:43-46) 43 Y el sacerdote tiene que mirarlo;
y si hay una erupción de la plaga blanca rojiza en la
calva de su coronilla o de su frente como la apariencia
de lepra en la piel de la carne, 44 es un leproso. Es
inmundo. Inmundo es lo que debe declararlo el
sacerdote. Su plaga está en su cabeza. 45 En cuanto al
leproso en quien esté la plaga, sus prendas de vestir
deben ser rasgadas, y su cabeza debe dejarse
desaseada, y él debe taparse el bigote y clamar:
‘¡Inmundo, inmundo!’. 46 Todo el tiempo que esté en
él la plaga será inmundo. Es inmundo. Debe morar
aislado. Fuera del campamento es su morada.
(Lucas 5:13) 13 Entonces, extendiendo la mano, él lo
tocó, y dijo: “Quiero. Sé limpio”. Y al instante
desapareció de aquel la lepra.
(Lucas 5:17) 17 En el transcurso de uno de los días,
estaba enseñando, y estaban sentados allí fariseos y
maestros de la ley que habían venido de toda aldea de
Galilea y de Judea y de Jerusalén; y el poder de Jehová
estaba allí para que él hiciera curaciones.
Párrafo 6
(Mateo 15:31) 31 de modo que la muchedumbre se
asombró al ver que los mudos hablaban y los cojos
andaban y los ciegos veían, y glorificaron al Dios de
Israel.
(Juan 4:46-54) 46 Así que fue otra vez a Caná de
Galilea, donde había convertido el agua en vino. Ahora
bien, había cierto servidor del rey cuyo hijo estaba
enfermo en Capernaum. 47 Cuando este hombre oyó
que Jesús había venido de Judea a Galilea, se fue a
donde él y se puso a pedirle que bajara y sanara a su
hijo, porque este estaba a punto de morir. 48 Sin
embargo, Jesús le dijo: “A menos que ustedes vean
señales y prodigios, de ninguna manera creerán”. 49 El
servidor del rey le dijo: “Señor, baja antes que mi niñito
muera”. 50 Jesús le dijo: “Ponte en camino; tu hijo
vive”. El hombre creyó la palabra que Jesús le habló, y
se fue. 51 Pero ya mientras iba bajando sus esclavos lo
encontraron para decirle que su muchachito vivía. 52
De modo que él se puso a inquirir de ellos la hora en
que mejoró de salud. Por consiguiente, le dijeron: “Ayer
a la hora séptima lo dejó la fiebre”. 53 De manera que
el padre supo que era en la misma hora en que Jesús le
había dicho: “Tu hijo vive”. Y él y toda su casa creyeron.
54 De nuevo, esta fue la segunda señal que Jesús
ejecutó cuando vino de Judea a Galilea.
(Salmos 72:13) 13 Le tendrá lástima al de condición
humilde y al pobre, y las almas de los pobres salvará.
Párrafo 7
(Isaías 61:1-2) 61 El espíritu del Señor Soberano Jehová
está sobre mí, por razón de que Jehová me ha ungido
para anunciar buenas nuevas a los mansos. Me ha
enviado para vendar a los quebrantados de corazón,
para proclamar libertad a los [que han sido] llevados
cautivos y la apertura ancha [de los ojos] aun a los
prisioneros; 2 para proclamar el año de la buena
voluntad de parte de Jehová, y el día de la venganza de
parte de nuestro Dios; para consolar a todos los que
están de duelo;
(Lucas 4:18-21) 18 “El espíritu de Jehová está sobre mí,
porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los
pobres, me envió para predicar una liberación a los
cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para
despachar a los quebrantados con una liberación, 19
para predicar el año acepto de Jehová”. 20 Con eso
enrolló el rollo, se lo devolvió al servidor, y se sentó; y
los ojos de todos [los que estaban] en la sinagoga se
fijaron atentamente en él. 21 Entonces comenzó a
decirles: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de
oír”.
Párrafo 8
Párrafo 9
(Juan 5:5-9) 5 Pero estaba allí cierto hombre que
llevaba treinta y ocho años en su enfermedad. 6 Al ver
a este hombre acostado, y dándose cuenta de que ya
por mucho tiempo había estado [enfermo], Jesús le dijo:
“¿Quieres ponerte bien de salud?”. 7 El enfermo le
contestó: “Señor, no tengo un hombre que me meta en
el estanque cuando se revuelve el agua; y entretanto
que yo voy, otro baja antes que yo”. 8 Jesús le dijo:
“Levántate, toma tu camilla y anda”. 9 Con eso, el
hombre inmediatamente se puso bien de salud, y tomó
su camilla y echó a andar. Ahora bien, aquel día era
sábado.
Párrafo 10
Párrafo 11
(Marcos 5:25-34) 25 Ahora bien, había una mujer que
padecía flujo de sangre desde hacía doce años, 26 y
muchos médicos le habían hecho pasar muchas penas, y
ella había gastado todos sus recursos y no se había
beneficiado, sino que, al contrario, había empeorado.
27 Cuando ella oyó las cosas acerca de Jesús, vino por
detrás, entre la muchedumbre, y le tocó la prenda de
vestir exterior; 28 porque decía: “Si toco nada más que
sus prendas de vestir exteriores, recobraré la salud”. 29
E inmediatamente se secó la fuente de su sangre, y
sintió en su cuerpo que había sido sanada de la penosa
enfermedad. 30 Inmediatamente, también, Jesús
reconoció en sí mismo que de él había salido poder, y,
volviéndose entre la muchedumbre, se puso a decir:
“¿Quién tocó mis prendas de vestir exteriores?”. 31
Mas sus discípulos empezaron a decirle: “Ves la
muchedumbre que te aprieta, y ¿dices tú: ‘¿Quién me
tocó?’?”. 32 Sin embargo, él miraba alrededor para ver
a la que había hecho esto. 33 Pero la mujer,
atemorizada y temblando, sabiendo lo que le había
pasado, vino y cayó delante de él y le dijo toda la
verdad. 34 Él le dijo: “Hija, tu fe te ha devuelto la salud.
Ve en paz, y queda sana de tu penosa enfermedad”.
(Levítico 15:19) 19 ”’Y en caso de que una mujer esté
teniendo flujo, y su flujo en su carne resulte ser sangre,
debe continuar siete días en su impureza menstrual, y
cualquiera que la toque será inmundo hasta el
atardecer.
(Levítico 15:25) 25 ”’En cuanto a una mujer, en caso de
que el flujo de su sangre estuviera manando muchos
días cuando no fuera el tiempo regular de su impureza
menstrual, o en caso de que tuviera flujo que durara
más tiempo que su impureza menstrual, todos los días
de su flujo inmundo resultarán ser como los días de su
impureza menstrual. Ella es inmunda.
(Hebreos 4:15) 15 Porque no tenemos como sumo
sacerdote a uno que no pueda condolerse de nuestras
debilidades, sino a uno que ha sido probado en todo
sentido igual que nosotros, pero sin pecado.
(1 Pedro 3:8) 8 Finalmente, todos ustedes sean de un
mismo ánimo y parecer, compartiendo sentimientos
como compañeros, teniendo cariño fraternal, siendo
tiernamente compasivos, de mente humilde,
Párrafo 12
Párrafo 13
(Juan 11:33-36) 33 Jesús, pues, cuando la vio llorando, y
a los judíos que vinieron con ella llorando, gimió en el
espíritu y se perturbó; 34 y dijo: “¿Dónde lo han
puesto?”. Ellos le dijeron: “Señor, ven y ve”. 35 Jesús
cedió a las lágrimas. 36 Por eso los judíos empezaron a
decir: “Mira, ¡cuánto cariño le tenía!”.
(Juan 11:43-44) 43 Y cuando hubo dicho estas cosas,
clamó con fuerte voz: “¡Lázaro, sal!”. 44 El *hombre+
que había estado muerto salió con los pies y las manos
atados con envolturas, y su semblante estaba envuelto
en un paño. Jesús les dijo: “Desátenlo y déjenlo ir”.
(Hebreos 1:3) 3 Él es el reflejo de [su] gloria y la
representación exacta de su mismo ser, y sostiene todas
las cosas por la palabra de su poder; y después de haber
hecho una purificación por nuestros pecados se sentó a
la diestra de la Majestad en lugares encumbrados.
(Juan 5:28-29) 28 No se maravillen de esto, porque
viene la hora en que todos los que están en las tumbas
conmemorativas oirán su voz 29 y saldrán, los que
hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los
que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.
Párrafo 14
Párrafo 15
(Isaías 40:26) 26 Levanten los ojos a lo alto y vean.
¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel que saca el
ejército de ellas aun por número, todas las cuales él
llama aun por nombre. Debido a la abundancia de
energía dinámica, porque él también es vigoroso en
poder, ninguna [de ellas] falta.
Párrafo 16
(Isaías 33:24) 24 Y ningún residente dirá: “Estoy
enfermo”. La gente que more en *la tierra+ constará de
los que habrán sido perdonados por su error.
(Isaías 35:5-6) 5 En aquel tiempo los ojos de los ciegos
serán abiertos, y los oídos mismos de los sordos serán
destapados. 6 En aquel tiempo el cojo trepará
justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del mudo
clamará con alegría. Pues en el desierto habrán brotado
aguas, y torrentes en la llanura desértica.
(Revelación 21:4) 4 Y limpiará toda lágrima de sus ojos,
y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni
clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”.
(Salmos 115:16) 16 En cuanto a los cielos, a Jehová
pertenecen los cielos, pero la tierra la ha dado a los
hijos de los hombres.
Párrafo 17
(Revelación 7:9) 9 Después de estas cosas vi, y, ¡miren!,
una gran muchedumbre, que ningún hombre podía
contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y
lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero,
vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de
palmera en sus manos.
(Juan 10:11) 11 Yo soy el pastor excelente; el pastor
excelente entrega su alma a favor de las ovejas.
(Juan 15:12-13) 12 Este es mi mandamiento: que
ustedes se amen unos a otros así como yo los he amado
a ustedes. 13 Nadie tiene mayor amor que este: que
alguien entregue su alma a favor de sus amigos.
(Juan 5:19) 19 Por eso, en respuesta, Jesús pasó a
decirles: “Muy verdaderamente les digo: El Hijo no
puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa,
sino únicamente lo que ve hacer al Padre. Porque
cualesquiera cosas que Aquel hace, estas cosas también
las hace el Hijo de igual manera.
Párrafo 18
(Romanos 8:22) 22 Porque sabemos que toda la
creación sigue gimiendo juntamente y estando en dolor
juntamente hasta ahora.
(Malaquías 4:2) 2 Y a ustedes los que están en temor de
mi nombre el sol de la justicia ciertamente brillará, con
curación en sus alas; y realmente saldrán y escarbarán
el suelo como becerros engordados.”
Cántico 63
Siempre fieles
(Salmo 18:25)
1. Siempre fieles a Jehová Dios,
quien merece nuestro amor,
cumpliremos sus mandatos
con lealtad y devoción.
Dios es fiel y verdadero,
es escudo, gloria y sol;
él nos guía, nos alumbra
y nos da su protección.
2. Siempre fieles al hermano
que necesitado está,
correremos en su ayuda
al instante, sin dudar.
Con bondad y con respeto
hemos siempre de tratar
a los grandes, a los chicos,
a la entera hermandad.
3. Siempre fieles a los hombres
que ha nombrado el Gran Pastor,
seguiremos obedientes
su amorosa dirección.
Dios concede mil favores
a quien muestra lealtad,
a quien sirve con Su pueblo
en completa unidad.
(Véanse también Sal. 149:1; 1 Tim. 2:8; Heb. 13:17.)
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Cántico 130
El milagro de la vida
(Salmo 36:9)
1. Nace un bebé; brota una flor;
cae la lluvia; sale el Sol: ¡qué bendición!
El Creador nos da aire, tierra y mar;
cada día es un hermoso don de Jehová.
(ESTRIBILLO)
Y ¿cómo pagaré la bondad de Dios?
Le daré mi obediencia y mi corazón.
Vivir es un placer, es un privilegio,
regalo del Señor, milagro de Jehová.
2. En la vida habrá quien se cansará,
quien dirá: “Maldice a Dios y muere ya”.
Como Job seré; no me rendiré
y las gracias por la vida siempre daré.
(ESTRIBILLO)
Y ¿cómo pagaré la bondad de Dios?
Amaré al semejante con el corazón.
Vivir es un placer, es un privilegio,
regalo del Señor, milagro de Jehová.
(Véanse también Job 2:9; Sal. 34:12; Ecl. 8:15; Mat.
22:37-40; Rom. 6:23.) volver
Cántico 26
Camina con Dios
(Miqueas 6:8)
1. Con Dios camina en humildad,
evita la altivez;
mantén total integridad,
demuestra madurez.
Si te complaces en su ley
y amas la bondad,
si aprendes a confiar en él,
su mano te guiará.
2. Con Dios camina en santidad,
ten puro el corazón;
conseguirás su amistad,
verás su protección.
En lo que es limpio y veraz,
la mente has de poner;
a lo que es bueno y fraternal,
amor le has de tener.
3. Con Dios camina en lealtad
confiando en su poder.
Confórmate con obtener
abrigo y qué comer.
Camina siempre con Jehová
y entónale canción.
Su Reino al justo colmará
de dicha y bendición.
(Véanse también Gén. 5:24; 6:9; Fili. 4:8; 1 Tim. 6:6-8.)
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Cántico 84
“Quiero”
(Lucas 5:13)
1. ¡Oh, qué amor Jesús demostró!
La gloria del cielo dejó.
Descendió a morar con la humanidad,
su sangre por ella vertió.
El dolor del hombre mortal
curó con inmensa piedad.
Su misión realizó con gran celo.
A Dios dijo él: “Sí, quiero”.
2. ¡Oh, qué amor Jehová demostró!
A su esclavo fiel designó.
Le mandó pregonar su santa verdad
a hombres de toda nación.
Con amor debemos buscar
a quienes anhelan la paz,
y al hermano que pida consuelo,
gustosos decir: “Sí, quiero”.
(Véanse también Juan 18:37; Efe. 3:19; Fili. 2:7.) volver
Cántico 99
Alabemos al nuevo Rey de la Tierra
(Revelación 7:9)
1. Jesús y su congregación
reúnen un gran pueblo
de toda tribu y nación
que habita bajo el cielo.
Nació el Reino del Señor,
maravilloso don de Dios.
Ya no existirá más el dolor.
¡Hasta volverán los muertos!
(ESTRIBILLO)
Alabemos a Jehová
y a Jesucristo, el Rey,
quien su vida por todos dio.
Gracias a la sangre que él derramó,
tenemos la salvación.
2. “¡Que viva Cristo, el nuevo Rey!”,
gritamos jubilosos.
El Príncipe de Paz traerá
un mundo esplendoroso.
Al porvenir hay que mirar
de frente, con tranquilidad:
la Tierra un bello Edén será.
¡No más llanto ni sollozos!
(ESTRIBILLO)
Alabemos a Jehová
y a Jesucristo, el Rey,
quien su vida por todos dio.
Gracias a la sangre que él derramó,
tenemos la salvación.
(Véanse también Sal. 2:6; 45:1; Isa. 9:6; Juan 6:40.)
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(1 Reyes 18:1-20:43)
18 Y [después de] muchos días aconteció que la propia palabra de Jehová vino a Elías al tercer año, diciendo: “Ve, muéstrate a Acab, porque estoy resuelto a dar lluvia sobre la superficie del suelo”.
2 Por lo tanto,
Elías fue a mostrarse a Acab, mientras el hambre era grave en Samaria.
3 Entretanto, Acab llamó a Abdías, que estaba sobre
la casa. (Ahora bien, Abdías mismo había resultado ser uno que temía en gran manera a Jehová.
4 Por eso
aconteció que, cuando Jezabel cortó [de la existencia] a los profetas de Jehová, Abdías procedió a tomar a cien profetas y mantenerlos escondidos por cincuentenas en una cueva, y les suministró pan y agua.)
5 Y Acab pasó
a decir a Abdías: “Ve por la tierra a todos los
manantiales de agua y a todos los valles torrenciales. Tal vez hallemos hierba verde, para que conservemos vivos los caballos y mulos y no nos sean cortadas [más] de las bestias”.
6 De modo que dividieron entre sí la
tierra por la cual pasar. Acab mismo se fue solo por un camino, y Abdías mismo se fue solo por otro camino.
7 Al continuar Abdías por el camino, pues, allí estaba
Elías para encontrarse con él. En seguida [Abdías] lo reconoció y cayó sobre su rostro y dijo: “¿Eres tú, mi señor Elías?”.
8 Ante esto, él le dijo: “Soy yo. Ve, di a tu
señor: „Aquí está Elías‟”. 9 Pero él dijo: “¿Qué pecado he
cometido yo para que pongas a tu siervo en la mano de Acab para que me dé muerte?
10 Tan ciertamente como
que vive Jehová tu Dios, no hay nación o reino adonde no haya enviado mi señor a buscarte. Después que habían dicho: „No está [aquí]‟, hacía que el reino y la nación juraran que no te podían hallar.
11 Y ahora estás
diciendo: „Ve, di a tu señor: “Aquí está Elías”‟. 12
Y de seguro sucederá que, cuando yo mismo me vaya de ti, entonces el espíritu mismo de Jehová te llevará a donde yo no sepa; y yo habré ido a informárselo a Acab, y él no te hallará, y de seguro me matará, por cuanto tu siervo mismo ha temido a Jehová desde su juventud. 13
¿No le han referido a mi señor lo que hice cuando Jezabel mató a los profetas de Jehová, cómo mantuve escondidos a algunos de los profetas de Jehová, a cien hombres por cincuentenas en una cueva, y seguí suministrándoles pan y agua?
14 Y ahora estás diciendo:
„Ve, di a tu señor: “Aquí está Elías”‟. Y él de seguro me matará”.
15 Sin embargo, Elías dijo: “Tan ciertamente
como que vive Jehová de los ejércitos, delante de quien en verdad estoy de pie, hoy me mostraré a él”.
16 Por consiguiente, Abdías se fue a encontrarse con
Acab, y se lo informó; y por eso Acab fue a encontrarse con Elías.
17 Y aconteció que, en cuanto Acab vio a Elías, Acab
le dijo inmediatamente: “¿Eres tú, el acarreador de extrañamiento a Israel?”.
18 A lo que dijo él: “Yo no he acarreado
extrañamiento a Israel, sino tú y la casa de tu padre, porque ustedes han abandonado los mandamientos de Jehová, y tú te pusiste a seguir a los Baales.
19 Y ahora
envía, júntame a todo Israel en el monte Carmelo, y también a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y a los cuatrocientos profetas del poste sagrado, que están comiendo a la mesa de Jezabel”.
20 Y Acab
procedió a enviar [mensajeros] entre todos los hijos de Israel y a juntar a los profetas en el monte Carmelo.
21 Entonces Elías se acercó a todo el pueblo y dijo:
“¿Hasta cuándo irán cojeando sobre dos opiniones diferentes? Si Jehová es el Dios [verdadero], vayan siguiéndolo; pero si Baal lo es, vayan siguiéndolo a él”. Y el pueblo no dijo una palabra en respuesta a él.
22 Y
Elías pasó a decir al pueblo: “Yo mismo he quedado como profeta de Jehová, yo solo, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta hombres. 23
Ahora que nos den dos toros jóvenes, y que escojan ellos para sí un toro joven y lo corten en pedazos y lo pongan sobre la leña, pero no deben ponerle fuego. Y yo mismo aderezaré el otro toro joven, y tendré que
ponerlo sobre la leña, pero no le pondré fuego. 24
Y ustedes tienen que invocar el nombre de su dios, y yo, por mi parte, invocaré el nombre de Jehová; y tiene que suceder que el Dios [verdadero] que responda por medio de fuego es el Dios [verdadero]”. A esto todo el pueblo respondió y dijo: “La cosa está bien”.
25 Elías ahora dijo a los profetas de Baal: “Escójanse
un toro joven y aderécenlo primero, porque ustedes son la mayoría; e invoquen el nombre de su dios, pero no deben ponerle fuego”.
26 Por consiguiente, ellos tomaron
el toro joven que les dio. Entonces lo aderezaron, y siguieron invocando el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: “¡Oh Baal, respóndenos!”. Pero no hubo voz, y no hubo quien respondiera. Y siguieron cojeando en derredor del altar que habían hecho.
27 Y al mediodía aconteció que Elías
empezó a mofarse de ellos y a decir: “Llamen a voz en cuello, porque él es un dios; porque debe estar preocupado con un asunto, y tiene excremento y tiene que ir al excusado. ¡O quizás esté dormido y deba despertarse!”.
28 Y se pusieron a clamar a voz en cuello
y a cortarse según su costumbre con dagas y con lancetas, hasta que hicieron chorrear la sangre sobre sí. 29
Y aconteció que, tan pronto como pasó el mediodía y continuaron portándose como profetas hasta la [hora de] ascender la ofrenda de grano, no hubo voz, y no hubo quien respondiera, y no se prestó ninguna atención.
30 Por fin Elías dijo a todo el pueblo: “Acérquense a
mí”. De modo que todo el pueblo se acercó a él. Entonces procedió a componer el altar de Jehová que estaba demolido.
31 Así que Elías tomó doce piedras,
conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien la palabra de Jehová había venido diciendo: “Israel es lo que llegará a ser tu nombre”.
32 Y se puso a
edificar con las piedras un altar en el nombre de Jehová y a hacer una zanja, de más o menos la extensión que se siembra con dos medidas de sea de semilla, todo en derredor del altar.
33 Después puso en orden los
pedazos de leña y cortó en trozos el toro joven y lo colocó sobre los pedazos de leña. Ahora dijo: “Llenen cuatro jarrones de agua y derrámenla sobre la ofrenda quemada y sobre los pedazos de leña”.
34 En seguida
dijo: “Háganlo otra vez”. De modo que lo hicieron otra vez. Pero él dijo: “Háganlo la tercera vez”. De modo que lo hicieron la tercera vez.
35 Así el agua iba todo en
derredor del altar, y él llenó también de agua la zanja.
36 Y al tiempo que asciende la ofrenda de grano
aconteció que Elías el profeta empezó a acercarse y a decir: “Oh Jehová, el Dios de Abrahán, Isaac e Israel, conózcase hoy que tú eres Dios en Israel y yo soy tu siervo y que por medio de tu palabra he hecho todas estas cosas.
37 Respóndeme, oh Jehová, respóndeme,
para que sepa este pueblo que tú, Jehová, eres el Dios [verdadero] y tú mismo has vuelto atrás el corazón de ellos”.
38 Ante eso, el fuego de Jehová vino cayendo, y se
puso a comer la ofrenda quemada y los pedazos de leña y las piedras y el polvo, y lamió el agua que estaba en la zanja.
39 Cuando todo el pueblo lo vio, inmediatamente
cayeron sobre sus rostros y dijeron: “¡Jehová es el Dios
[verdadero]! ¡Jehová es el Dios [verdadero]!”. 40
Entonces Elías les dijo: “¡Prendan a los profetas de Baal! ¡No permitan que escape ni uno solo de ellos!”. En seguida los prendieron, y Elías entonces los llevó abajo al valle torrencial de Cisón, y allí los degolló.
41 Elías ahora dijo a Acab: “Sube, come y bebe;
porque hay el sonido de la ruidosa agitación de un aguacero”.
42 Y Acab procedió a subir a comer y beber.
En cuanto a Elías, subió a la cima del Carmelo y empezó a agazaparse a tierra y a mantener su rostro puesto entre las rodillas.
43 Entonces dijo a su servidor:
“Sube, por favor. Mira en dirección al mar”. Él subió, pues, y miró, y entonces dijo: “No hay nada absolutamente”. Y él pasó a decir: “Vuelve”, siete veces. 44
Y a la séptima vez aconteció que llegó a decir: “¡Mira! Hay una nubecilla como la palma de la mano de un hombre, que viene ascendiendo del mar”. Ahora él dijo: “Sube, di a Acab: „¡Engancha [el carro]! ¡Y baja para que no te detenga el aguacero!‟”.
45 Y mientras tanto
aconteció que los cielos mismos se oscurecieron con nubes y viento, y empezó a haber un gran aguacero. Y Acab siguió adelante montado [en su carro], y se encaminó a Jezreel.
46 Y la misma mano de Jehová
resultó estar sobre Elías, de modo que él se ciñó las caderas y se fue corriendo delante de Acab todo el camino hasta Jezreel.
19 Entonces Acab refirió a Jezabel todo lo que Elías había hecho y todo acerca de cómo había matado a todos los profetas a espada.
2 Ante eso, Jezabel envió
un mensajero a Elías, para decirle: “¡Así hagan los dioses, y así añadan a ello, si mañana a esta hora no hago tu alma como el alma de cada uno de ellos!”.
3 Y a
él le dio miedo. Por lo tanto, se levantó y empezó a irse por su alma, y llegó a Beer-seba, que pertenece a Judá. Entonces dejó allá atrás a su servidor.
4 Y él mismo
entró en el desierto camino de un día, y por fin llegó y se sentó debajo de cierta retama. Y se puso a pedir que muriera su alma, y a decir: “¡Basta! Ahora, oh Jehová, quítame el alma, porque no soy mejor que mis antepasados”.
5 Por fin se acostó y se quedó dormido debajo de la
retama. Pero, ¡mire!, ahora estaba tocándolo un ángel. Entonces este le dijo: “Levántate, come”.
6 Cuando él
miró, pues, allí junto a su cabeza estaba una torta redonda sobre piedras calentadas, y una jarra de agua. Y él se puso a comer y beber, después de lo cual volvió a acostarse.
7 Más tarde el ángel de Jehová volvió por
segunda vez y lo tocó y dijo: “Levántate, come, porque el viaje es demasiado para ti”.
8 Por lo tanto él se levantó
y comió y bebió, y siguió yendo por el poder de aquel alimento durante cuarenta días y cuarenta noches hasta la montaña del Dios [verdadero], Horeb.
9 Allí por fin entró en una cueva, para pasar la noche
allí; y, ¡mire!, hubo la palabra de Jehová para él, y pasó a decirle: “¿Qué negocio tienes aquí, Elías?”.
10 A lo que
él dijo: “He estado absolutamente celoso por Jehová el Dios de los ejércitos; pues los hijos de Israel han dejado tu pacto, tus altares los han demolido, y a tus profetas los han matado a espada, de modo que solo quedo yo; y empiezan a buscar mi alma para quitármela”.
11 Pero
aquella dijo: “Sal fuera, y tienes que estar de pie en la montaña delante de Jehová”. Y, ¡mire!, Jehová iba pasando, y un viento grande y fuerte estaba desgarrando montañas y quebrando peñascos delante de Jehová. (Jehová no estaba en el viento.) Y después del viento hubo un temblor. (Jehová no estaba en el temblor.)
12 Y después del temblor hubo un fuego.
(Jehová no estaba en el fuego.) Y después del fuego hubo una voz calmada y baja.
13 Y aconteció que tan
pronto como Elías la oyó, inmediatamente se envolvió el rostro con su prenda de vestir oficial y salió fuera y se puso de pie a la entrada de la cueva; y, ¡mire!, hubo una voz para él, y procedió a decirle: “¿Qué negocio tienes aquí, Elías?”.
14 A lo que dijo él: “He estado
absolutamente celoso por Jehová el Dios de los ejércitos; pues los hijos de Israel han dejado tu pacto, tus altares los han demolido, y a tus profetas los han matado a espada, de modo que solo quedo yo; y empiezan a buscar mi alma para quitármela”.
15 Jehová ahora le dijo: “Anda, vuélvete por tu
camino al desierto de Damasco; y tienes que entrar y ungir a Hazael por rey sobre Siria.
16 Y a Jehú nieto de
Nimsí lo debes ungir por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat de Abel-meholá lo debes ungir por profeta en lugar de ti.
17 Y tiene que suceder que, al que escape de
la espada de Hazael, Jehú le dará muerte; y al que escape de la espada de Jehú, Eliseo le dará muerte. 18
Y he dejado que siete mil permanezcan en Israel, todas las rodillas que no se han doblado a Baal, y toda boca que no lo ha besado”.
19 Por lo tanto, él se fue de allí y halló a Eliseo hijo de
Safat mientras estaba arando con doce yuntas delante de él, y él con la duodécima. Elías, pues, cruzó a donde él y echó sobre él su prenda de vestir oficial.
20 Por lo
cual él dejó los toros y se fue corriendo tras Elías y dijo: “Déjame, por favor, besar a mi padre y a mi madre. Entonces ciertamente iré siguiéndote”. Ante esto, él le dijo: “Anda, vuélvete; pues, ¿qué te he hecho yo?”. 21
Así que se volvió de seguirlo y entonces tomó una yunta de toros y los sacrificó, y con los aparejos de los toros coció su carne y luego la dio a la gente, y ellos procedieron a comer. Después de aquello se levantó y se puso a seguir a Elías y empezó a ministrarle.
20 En cuanto a Ben-hadad el rey de Siria, este juntó todas sus fuerzas militares y también treinta y dos reyes con él, y caballos y carros, y procedió a subir y a poner sitio a Samaria y a pelear contra ella.
2 Entonces envió
mensajeros a Acab el rey de Israel en la ciudad. Y pasó a decirle: “Esto es lo que ha dicho Ben-hadad:
3 „Tu
plata y tu oro son míos, y tus esposas y tus hijos, los mejor parecidos, son míos‟”.
4 A lo cual el rey de Israel
respondió y dijo: “Conforme a tu palabra, mi señor el rey, tuyo soy con todo lo que me pertenece”.
5 Más tarde los mensajeros volvieron y dijeron: “Esto
es lo que ha dicho Ben-hadad: „Yo envié a ti, diciendo: “Tu plata y tu oro y tus esposas y tus hijos me los darás. 6 Pero mañana como a esta hora enviaré a ti mis
siervos, y tendrán que registrar cuidadosamente tu casa y las casas de tus siervos; y tendrá que suceder que
cuanto sea deseable a tus ojos lo pondrán ellos en su mano, y tendrán que llevárselo”‟”.
7 Ante eso, el rey de Israel llamó a todos los ancianos
del país y dijo: “Fíjense, por favor, y vean que lo que este anda buscando es calamidad; porque envió a mí por mis esposas y mis hijos y mi plata y mi oro, y no los retuve de él”.
8 Entonces todos los ancianos y todo el
pueblo le dijeron: “No obedezcas, y no debes consentir”. 9 Por lo tanto, él dijo a los mensajeros de Ben-hadad:
“Digan a mi señor el rey: „Todo lo que enviaste [a decir] a tu siervo al principio, lo haré; pero esta cosa no la puedo hacer‟”. Con esto los mensajeros se fueron y le llevaron de vuelta la palabra.
10 Ben-hadad ahora le envió a decir: “¡Así háganme
los dioses, y así añadan a ello, si el polvo de Samaria haya de bastar para [dar] puñados a toda la gente que me sigue!”.
11 A su vez, el rey de Israel contestó y dijo:
“Háblenle: „El que se ciñe, no se jacte como el que se desabrocha‟”.
12 Y aconteció que luego que él oyó esta
palabra, mientras él mismo y los reyes estaban bebiendo en las cabañas, inmediatamente dijo a sus siervos: “¡Dispónganse!”. Y empezaron a disponerse contra la ciudad.
13 Y, ¡mire!, cierto profeta se acercó a Acab el rey de
Israel y entonces dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová: „¿Has visto a toda esta gran muchedumbre? Aquí voy a darla en tu mano hoy, y ciertamente sabrás que yo soy Jehová‟”.
14 Entonces dijo Acab: “¿Por medio de
quién?”, a lo que dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová: „Por medio de los jóvenes de los príncipes de los distritos jurisdiccionales‟”. Finalmente dijo: “¿Quién iniciará la acción de batalla?”, a lo que él dijo: “¡Tú!”.
15 Y él procedió a tomar la cuenta de los jóvenes de
los príncipes de los distritos jurisdiccionales, y llegaron a ser doscientos treinta y dos; y después de ellos tomó la cuenta de toda la gente, todos los hijos de Israel, siete mil.
16 Y empezaron a salir al mediodía, mientras Ben-
hadad estaba bebiendo hasta emborracharse en las cabañas, él junto con los reyes, los treinta y dos reyes que estaban ayudándole.
17 Cuando los jóvenes de los
príncipes de los distritos jurisdiccionales salieron los primeros, Ben-hadad en seguida envió [a ver]; y vinieron a informarle, diciendo: “Hay hombres que han salido de Samaria”.
18 A lo que él dijo: “Sea que para paz hayan
salido, deben prenderlos vivos; o sea que para combate hayan salido, vivos es como deben prenderlos”.
19 Y
estos fueron los que salieron de la ciudad, los jóvenes de los príncipes de los distritos jurisdiccionales y las fuerzas militares que estaban detrás de ellos.
20 Y se
pusieron a derribar cada uno a su hombre; y los sirios emprendieron fuga, e Israel fue persiguiéndolos, pero Ben-hadad el rey de Siria logró escapar sobre un caballo junto con los hombres de a caballo.
21 Pero el
rey de Israel salió y siguió derribando los caballos y los carros, y derribó a los sirios con una gran matanza.
22 Más tarde el profeta se acercó al rey de Israel y le
dijo: “Ve, fortalécete y nota y ve lo que vas a hacer; porque a la vuelta del año el rey de Siria va a subir contra ti”.
23 En cuanto a los siervos del rey de Siria, ellos le
dijeron: “El Dios de ellos es un Dios de montañas. Por eso resultaron más fuertes que nosotros. Por lo contrario, pues, peleemos contra ellos en la tierra llana, [y ve] si no resultamos más fuertes que ellos.
24 Y haz
esta cosa: Remueve a los reyes cada uno de su lugar, y pon gobernadores en vez de ellos.
25 En cuanto a ti,
debes numerarte una fuerza militar igual a la fuerza militar que cayó de tu lado, con caballo por caballo y carro por carro; y peleemos contra ellos en la tierra llana, [y ve] si no resultamos más fuertes que ellos”. Por consiguiente, él escuchó la voz de ellos e hizo precisamente así.
26 Y a la vuelta del año aconteció que Ben-hadad
procedió a reunir con fines militares a los sirios y a subir a Afeq para combate contra Israel.
27 En cuanto a los
hijos de Israel, se hallaban reunidos con fines militares y provistos, y empezaron a salir a su encuentro; y los hijos de Israel se pusieron a acampar enfrente de ellos como dos rebañuelos de cabras, mientras los sirios, por su parte, llenaban la tierra.
28 Entonces se acercó el
hombre del Dios [verdadero] y dijo al rey de Israel, sí, pasó a decir: “Esto es lo que ha dicho Jehová: „Por razón de que los sirios han dicho: “Jehová es un Dios de montañas, y no es un Dios de llanuras bajas”, tendré que dar toda esta gran muchedumbre en tu mano, y ustedes ciertamente sabrán que yo soy Jehová‟”.
29 Y continuaron acampados por siete días, estos
enfrente de aquellos. Y al séptimo día aconteció que empezó la acción de batalla; y los hijos de Israel fueron derribando a los sirios, a cien mil hombres de a pie en un día.
30 Y los que quedaron fueron huyendo a Afeq, a
la ciudad; y el muro vino cayendo sobre veintisiete mil hombres que quedaban. En cuanto a Ben-hadad, huyó, y por fin entró en la ciudad, dentro de la cámara más recóndita.
31 Así que sus siervos le dijeron: “Ve esto: nosotros
hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes de bondad amorosa. Por favor, déjanos llevar sacos sobre nuestros lomos y sogas sobre nuestras cabezas, y déjanos salir al rey de Israel. Tal vez conserve viva tu alma”.
32 Por lo tanto, se ciñeron de sacos los lomos,
con sogas sobre las cabezas, y vinieron al rey de Israel y dijeron: “Tu siervo Ben-hadad ha dicho: „Por favor, deja vivir mi alma‟”. A lo que dijo él: “¿Todavía está vivo? Es mi hermano”.
33 De modo que los hombres
mismos lo tomaron como agüero y prestamente lo tomaron como decisión espontánea de parte de él, y pasaron a decir: “Ben-hadad es tu hermano”. Por lo cual él dijo: “Anden, tráiganlo”. Entonces Ben-hadad salió a donde él; y él en seguida lo hizo subir en el carro.
34 [Ben-hadad] ahora le dijo: “Las ciudades que mi
padre le tomó a tu padre, las devolveré; y calles te asignarás a ti mismo en Damasco, lo mismo que mi padre asignó en Samaria”.
“Y en cuanto a mí, en un pacto te enviaré.”
Con esto él celebró un pacto con él y lo envió.
35 Y cierto hombre de los hijos de los profetas dijo a
su amigo por la palabra de Jehová: “Hiéreme, por favor”. Pero el hombre rehusó herirlo.
36 Por lo tanto, le dijo:
“Por razón de que no escuchaste la voz de Jehová, mira, te vas de mí, y un león ciertamente te derribará”. Tras eso, se fue de junto a él, y el león logró hallarlo y derribarlo.
37 Y él, al proseguir, halló a otro hombre, y dijo:
“Hiéreme, por favor”. De modo que el hombre le dio un golpe, golpeando y causando herida.
38 Entonces el profeta se fue y se quedó parado junto
al camino [esperando] al rey, y se mantuvo disfrazado con una venda sobre los ojos.
39 Y aconteció que, al ir
pasando el rey, gritó al rey y procedió a decir: “Tu siervo mismo salió y entró en lo más reñido del combate; y, ¡mira!, un hombre salía de la fila, y vino trayéndome un hombre y entonces dijo: „Guarda a este hombre. Si de manera alguna llegara a faltar, entonces tu alma tendrá que tomar el lugar de su alma, o, si no, pesarás en pago un talento de plata‟.
40 Y aconteció que, estando activo
tu siervo aquí y allí, pues, aquel mismo se había ido”. Ante esto, el rey de Israel le dijo: “Tal es tu propio juicio. Tú mismo lo has decidido”.
41 En esto él se quitó
apresuradamente la venda de sobre los ojos, y el rey de Israel llegó a reconocerlo, que era de los profetas.
42 Él
ahora le dijo: “Esto es lo que ha dicho Jehová: „Por razón de que has dejado salir de tu mano al hombre que me ha sido dado por entero para destrucción, tu alma tendrá que tomar el lugar de su alma, y tu pueblo el lugar de su pueblo‟”.
43 Ante esto, el rey de Israel
procedió a irse a su casa, sombrío y decaído, y llegó a Samaria.
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