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Secuencia. Revista de historia y ciencias
sociales
ISSN: 0186-0348
Instituto de Investigaciones Dr. José María
Luis Mora
México
Mari, Oscar Ernesto
Los límites del Estado en la colonización de un espacio territorial argentino. El caso del Chaco durante
la reconversión de los años veinte y treinta en el siglo XX
Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 74, mayo-agosto, 2009, pp. 53-79
Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora
Distrito Federal, México
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127432003
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Sistema de Información Científica
Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Osear Ernesto Mari
Doctor en H istor ia. Invest igador ad junto del CONICET, Arge nti na. Docente de la Faculrad deH um anidades de la U niversidad Naci onal del Nordesre Ur.."NE, Resistencia, Chaco. Adscrito alInsriruro de Investigaciones Geohistóricas (1IGHI-CON1CET). Los temas de interés tienen qu e ver conla historia reg ional del N ordeste Argentino, especialmente los inherentes a las cuestiones sociales.Entre sus publicaciones relevantes, se encuentran dos libros, de los cinco hasra el momento publicados: El territorio nacional del Chaco durante la etapa conseruadora (1930-19 43), Instituto deInvestigaciones Geohistóricas-CoNlCET, Resistencia, 1999. 303 pp. (Cuadernos de Geo histo riaRegional, 37); Insegttridad y bandidaje en el territorio nacional del Chaco 19/7 71940, Instituto deInvest igaciones Geo históricas-CoNlcET, Resistencia, 1994, 175 pp. (Cuade rnos de GeohisroriaRegi onal, 30). Ha pub licado varios artículos en revistas como H istoria de América (IPGH); Reoista
Compltaense de Historia de América (España) ; Norte Grande(Chile); Academia Nacional de!tt Historia(Argenti na); Vitruvius (Brasil) entre otras, y últimamente se han publicado capítulos de libro enconocidas Editoriales de Arg enti na, como Prometeo y Lumi ere. En la actu alidad forma parte deun equ ipo de investigación compu esto por una veintena de investigadores de seis universidadesde Argentina y Brasil. conducidos por la investi gadora superior del CONICET, doctora NoemíGirbal-Blacha.
Resumen
En 1884, las reg iones periféricas de Argent inaque no integ raban la jurisdicción de las ant iguas provincias, fueron organizadas inst itucionalmente bajo la denom inación de territo riosnacionales. Estos inm ensos espacios que ocupa ban casi las dos terceras partes del país qu edaron bajo la tutela del Estad o, con un a estruc tura política y adm inistrativ a casi enteramentedependiente de las autoridades cent rales. La ideaera incorpo rar efectivamen te estas regiones a lavida nacional mediante el foment o de la coloni-
zaci ón y, al mismo tiempo, consolida r las fronteras. En el caso específico de Chaco, ubicadoen el nort e del país, el proceso atravesó instan cias parti culares con motivo del cam bio en losciclos económicos. Parte de la pro blemática resultante, como por ejemplo la conflictividad social en los ámbitos de producción y las lim itacion es del Estado para ejercer un adecuadocont rol, pre tenden ser puntos de análisis en elpresente artículo.
Palabras clave:Colonización, conflictos rural es, Chaco, Argentina.
Fecha de recep ción:juli o de 2008
Fecha de aceptación:octubre de 2008
The Limits of the State in the Colonizationof an Argentinean Territorial Sphere.
The Case of Chaco during the Reconversionof the 1920s and 1930s
Osear Ernesto Mari
Ph . D. in Hisrory, Assisrant researcher ar CONlCET, Argentina. Professor at thc Humaniries Faculryof the N arional Universiry of the Northeast (UNNE), Resistencia, Chaco. Arrached ro rhe Insrirurefor Geo-Hisrorical Research (IrGHI-CONlCET). Jssues relared ro rhe Regional Hisrory of rhe Norrheasrof Argentina, parricularly rhose inherenr in social issues. Relevanr publicarions inelude two ofrhe five books he has published ro dare: El territorio nacional del Chaco durante la etapa conseruadora(1930-1943), Instituto de Investigaciones Geohisróricas-Cosncnr, Resistencia, 1999,303 pp.(Cuadernos de Geohistoria Regional, 37); Inseguridad y bandidaje en el territorio nacional del Chaco1917-1940, Instituto de Investigaciones Geohist éricas-Comcsr, Resistencia, 1994, 175 pp.(Cuadernos de Geohisroria Regional, 30). Has published severa! artieles in journals such as HistoriadeAmérica (IPGH); Revista Complutense deHistoria deAmérica (Spain); NorteGrande(Chile); AcademiaNacionaldela Historia (Argentina); Vitruvius(Brazil) among others and has recently wrirten bookchaprers for well-known publishing houses such as Promereo and Lumiere. He currently belongsro a research team comprising rwenry researchers from universiries in Argentina and Brazil, directed by the rop CONICET researcher, Dr. Noerrií Girbal-Rlacha.
Abstraet
In 1884, rhe peripheral regions of Argentinathat did nor come under rhe jurisdiction of former provinces were inscitutionally organized asNational Terrirories. These irnrnense spaces,which occu pied nearly two thirds of rhe counrry, were under rhe srate's prorecrion , with apolirical and adrninistrative structure rhar wasalrnosr enrirely dependenr on central aurhoriries. The idea was ro effecrively incorporare
these regions into nationallife by encouragingcolonization while consolidaring the borders.In the specific case of Chaco, located in thenorrh of rhe country, the process acqui red particular features as a resulr of changes in the economic cyeles . Parr of rhe resulting prohJem,such as, for example, social confliets in producrion spheres and rhe stare's lirnired ahiliry roexert proper control, are analyzed in rhis arriele.
Keywords:Coloni zarion, rural conflicts, Chaco, Argentina.
Final submission:JuIy 2008
Acceptance:October 2008
Los límites del Estado en la colonizaciónde un espacio territorial argentino.
El caso del Chaco durante la reconversiónde los años veinte y treinta en el siglo xx
Osear Ernesto Mari
I NT RODUCCIÓN
L OS llamados tetritorios nacionales dela Argentina, oportunamente organizados mediante la ley 15 32 de
1884, fueron un idades polírico-adrninistrativas configuradas sobre aquellos espacios territoriales periféricos que se hallabanfuera de los límites de las originales provincias constituidas.
Por d icha ley se regularizó la situacióninsti tucional de estas amplias jurisd icciones, completándose de esta forma un proceso de normalización que venía llevándose adelante desde 1862 como parte delforta lecimiento del Esrado central. 1
Uno de los nueve territorios insti tu cionalizados en 1884 fue el Chaco, ubicado en el nor te de Argentina y que fueraconvertido en provincia en 1951 bajo lamisma denominación. Su nombre, difundido ya entre los naturales desde la épocahispánica, involucraba orig inalmente unespacio geográfico mucho mayor al de laactual jurisdicción política y comprendíaregiones que hoy pertenecen a los países de
I la ley núm. 28 del 17 de octubre de 1862 deNacionalización de los territorios" " estableció: 'T odoslos territorios existentes fuera de los lími tes o posesiónde las provincias, son nacionales,"
Paragu ay y Bolivia, así como también apa rte de algunas provincias norteñ as,como Salta, Santiago del Estero, Santa Fe,Formosa, y el Chaco p ropiamente dicho,
A diferencia de ot ras regiones del país,el proceso de incorporación efect iva deeste espacio a la vida nacional demandóuna est rategia distinta, teniendo en cuenta las particularidades de su geografía yel carácter de sus pueblos orig inarios.
Cubiertoen la mayor parte de su superficie por densas selvas y cerrados mamesvírgenes," y habitado por parcialidades indígenas guerreras, nómadas y resistentes ala asimilación con los blancos, los intenros de conquista, evangelización y poblam iento realizados desde los tiempos hispánicos habían fracasado repetidamente,permaneciendo este espacio como un sitiocasi inexpugnable en la mayor parte de suextensi ón, por lo men os hasta la primeradécada del siglo xx,
De hecho, debido a estas circunstanciasy en parte también paradistinguirlo de losáridos terrirorios del sur, du rante mucho
2 En Argentina se llama "monte" a la vegetaciónnat iva cerrada, propia de los lugares que tienen un rég imen de precipitación menor al de las áreas selvát icas, En este país, se denomina "monte virgen " al qu eno fue explotado comercialmente en el rubro forestal.
Secuencia [55] núm. 74 , mayo-agosto 2009
tiempo cronistas e historiadores se refirieron al Chaco como el "desierto verde", y ala sazón, este fue el último territorio en serincorporadode manera efectivay en toda suextensiónal dominio estatal. Transcurrieronparaeseentonces variascampañas militaresde sometimiento a los grupos indígenas;distintos encuadres institucionales y sucesivas modificaciones limítrofes, casi siempre en favor de las provincias colindantes.
Desde el punto de vista institucional elChaco atravesó -sintéticamente- por tresinstancias organizativas: la gobernación(desde 1872 hasta 1884); el territorio nacional (desde 1884 hasta 1951), y la etapa provincial, desde este último año.:'
Durante el comúnmente denominadoperiodo "territoriano' (seleccionado paraeste estudio), el Chaco mereció la mismaorganización política asignada a las demásjurisdicciones creadas en 1884. Su máxima autoridad fue un gobernador designado por el gobierno nacional; contósegún las épocas con uno o dos jueces letrados, también designados desde el podercentral, y había autoridades electivas únicamente en los concejosmunicipales constituidos, y en la justicia de paz.
El gobernador era designado por elpoder ejecutivo con acuerdo del Senado,duraba tres años en el ejercicio de sus funciones y podía ser redesignado para un
3 En el caso particular de Chaco , debe recordarse que la finalización de la guerra con el Paraguayobligó a crear con cierta urgencia la "gobernación delChaco" por decreto del 5 de febrero de 1872 a efecros de fijar una sede de gobierno en la zona, cuya delimitación aún estaba en discusión entre Argentina,Paraguay y Brasil. Dicho decreto tuvo un carácterprovisorio hasta que se definiera esta cuestión, pero detodos modos fue el primer esbozo de organizaciónde este territorio.
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nuevo periodo. Como autoridad superiordel territorio debía velar por el cumplimiento de las leyes y disposiciones nacionales, aunque durante buena parte de estaetapa los funcionarios designados fueronforasteros; algunos carecieron de suficiente vocación de servicio y, salvo casos excepcionales, tampoco mostraron mayorinterés por las problemáticas locales.
Bajo el mando del gobernador se hallaba la policía territorial y un limitadoplantel administrativo que se incrementóo disminuyó según la época, o bien deacuerdo con las características de gestiónde cada uno. De todos modos, en generallas funciones de los gobernadores fueronmás de gestión que de resolución, y susdecisiones estuvieron casi siempre sujetasa la aprobación del Ministerio del Interior.
Los habitantes de los territorios tuvieron derechos civiles pero no políticos, ysalvo aquellos que podían ejercitarse enlas contiendas cívicas locales, les estabavedada la participación en elecciones nacionales, tanto para presidente como pararepresentantes en el Congreso. Y si bienen la ley 1532 estuvieron previstas modificaciones a este restrictivo régimen amedida que se fueran dando ciertos progresos económicos y sociodemográficos(como instalación de legislaturas locales,o representación en el Parlamento, porejemplo), las mismas no pudieron hacerse efectivas,y sólo se cambió este esquemarecién cuando se produjo la provincialización de estos territorios.
De manera que durante la mayor parte del periodo territoriano, los habitantesde estas jurisdicciones estuvieron prácticamente reducidos a una condición de ciudadanos de segunda categoría, lo cual enla práctica significó desatenciones, omisiones y hasta cierta indolencia por parte
OseAR ERNESTO MARI
de los gobiernos nacionales frente a losproblemas que se presentaron en estas sociedades en formación
En lo que concierne específicamenteal Chaco, su particular proceso productiva y de poblamiento durante esta épocaofrece amplias posibilidades de estudiaralgunos de los aspectos más salientes dela problemática en la vida cotidiana en estas comunidades, y a la vez exhibir comouna muestra particular la relación de estassociedades periféricas con el Estado y unaparte de la dirigencia nacional.
En este sentido resulta particularmente interesante observar el mundo rural deeste territorio durante las décadas de losveinte y los treinta, puesto que fue este elentorno en el que confluyeron los contingentes humanos atraídos por la actividadforestal primero, y por el éxito en el cultivo algodonero luego; y también el escenario en el que se desarrolló el drama deun tiempo vertiginoso, efervescente y defuertes contrastes.
En las líneas que continúan se explicarán las distintas etapas por las que atravesó el Chaco desde el punto de vista socioeconómico, procurando identificar lascausas de la conflictividad social imperante en los ámbitos de producción (forestales y algodoneros) para interpretar finalmente las percepciones y acciones de ladirigencia local y nacional, y en definitiva, el papel desempeñado por el Estadofrente a esta problemática.
LAs ETAPAS DE LA COLONIZACIÓN
Y LAS TRANSFORMACIONES AGRARlASENTRE DOS DÉCADAS
Luego de finalizada la guerra de la TripleAlianza (1865-1870), cuyo teatro de ope-
raciones se desarrolló en buena medida enel espacio geográfico del Chaco, una delas priotidades del gobierno argentino fuela definición de los límites externos e internos y la incorporación efectiva de estaregión al dominio nacional.
Fijados los límites externos con elParaguay por el laudo del presidente estadunidense Rutherford Hayes en 1878, sepromovió desde entonces una ofensiva deocupación que supuso la intervención delejército, y cuyas operaciones finales concluirían recién hacia mediados de la década de 1910.4
El proyecto implicaba además de laocupación militar, una primera etapa depoblamiento; su expansión posterior haciael interior, y la definitiva organización política y administrativa del territorio, locual se haría según los lineamientos de laley 1532 .
Si bien la conquista y organización delChaco había estado pensada para llevarsea cabo en las dos décadas previas, la mencionada guerra con Paraguay retrasó surealización. La conjunción de la ocupaciónmilitar; el fomento de la colonización enlas riberas de los grandes ríos circundantes,? y la sanción de la ley 1532 de
4 Por decreto del 3 de septiembre de 1917se diopor terminada la misión de! último reg imien to quepermaneda en el territorio, con lo cual finalizaba lacampaña militar en e! Chaco . Esta decisión significaba que para la, autoridades nacionales los gruposindígenas ya no representaban un peligro, y por tanto ya no se justificaba la presencia de! ejército en lazona. Desde entonces, parte de las rareas de vigilancia en la campaña fueron cubiertas por distintos cuerpos de gendarmería "volantes" , de diversa conforma ción, duración, e imprecisa y variable jurisdicción.
, Nos referimos a los ríos Paraná , Paraguay yBermejo.
Los LíMITES EN LA COLONIZACiÓN DE UN ESPACIO TERRITORIAL ARGENTINO 57
1884 marcarían el inicio de una nuevaépoca para el Chaco, que hasta entoncesse hallaba bajo dominio indígena.
Independientemente de las tres instancias organizativas antes comentadas,intentos de periodización posteriores, odivisiones internas de algunas obras históricas hanservido parasecuenciar los distintos momentos por los que transcurrió elproceso de poblamiento en el Chaco.Oportunamente el reconocido historiadorchaqueño Guido Miranda esbozó una sistematización al respecto, prevaleciendo ensu propuesta un enfoque socioeconómico.
En su referencial obra Tres ciclos chaqueños" practicó una subdivisión en tresperiodos a los que denominó fundación, tanino y algodón, los que si bien no estánexplícitamente demarcados, son suficientemente demostrativos de las etapas dedesarrollo por las que atravesó el Chacohasta su provincialización. Dicha periodización es hasta hoy la más reconocida yutilizada.
Desde luego, cada una de estas etapastuvo sus particularidades respecto al mo delo de desarrollo, la ocupación del espacio, y la proyección demográfica, aunqueen determinados momentos se superponeny coexisten, por lo cual es difícil establecer cortes temporales que las separen.
Siguiendo este esquema de periodización, debe indicarse que el primer ciclorranscurre entre las dos últimas décadasdel siglo XIX y los primeros años del siglo pasado , época en la cual la conquistamilitar dejó libre la vía para la penetración y explotación de bosques y tierras.Con la creación de las primeras coloniasen el este se logró ocupar la ribera derechade los ríos Paraguay y Paraná, y hasta
6 Miranda, Tres, 1980.
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principios del siglo xx constituyó el único intento oficial de instalación. Y si bienestas iniciales colonias no tuvieron un augeinmediato, serían la punta de lanza paraun nuevo tipo de expansión y valorizaciónde las tierras de sus adyacencias.
Cada nueva ampliación de la fronteraen este momento fue acompañada de unmovimiento colonizador y de un reparto,arrendamiento o venta de tierras no siempre sensato. En este periodo se adjudicaron 15 000 000 de hectáreas en grandesfracciones cuya extensión no era inferiora las 8 000 hectáreas, señalándose comoejemplo paradigmático el caso de la compañía La Forestal (de capitales británicos),a la que le fueron adjudicadas más de2 000 000 de hectáreas .
Como consecuencia de esta inicial política de ocupación, se constituyó en la región una corona de latifundios que rodeóa los primeros emplazamientos de colonización y que abarcó el sur y sudeste delChaco; norte de Santa Fe; parte del estede Santiago del Estero; oriente de Salta,y parte de Formosa.
De esta forma, a principios del siglopasado lastierras húmedas del oriente, sury occidente del "Gran Chaco" eran de propiedad privada, y el incipiente interés porla explotación del quebracho colorado quecomenzaba a concentrarse en ellas para laobtención del tanino contribuyó a afirmarel latifundio, que se presentaba como único atractivo para la ocupación particular detierras en un medio virgen e inhóspito.
En estos grandes latifundios operaronunas pocas empresas que paulatinamentefueron acaparando el control de la activi dad extracciva . Mediante enclaves, comoobrajes y fábricas de tanino, situados enel interior profundo y aislado de los controles estatales, llegaron a concentrar casi
OseAR ERNESTO MARI
.rodos los rubros de explotación y comercialización de la actividad forestal, efectuando acuerdos sobre precios o directamente absorbiendo a pequeñas empresascompetidoras. Algunos casos, como porejemplo La Forestal Company o Las Pal-
o mas del Chaco Austra l, se constituyeronen verdaderos núcleos industriales d iversificados que propiciaron asientos poblacionales en sus inm ediaciones, todos ellosdirectamente dependientes de estas em presas y en donde no era posible residir nicomerciar sin autorizació n de las mismas.
El llamado ciclof orestal comenzó su declinación , aunque con esporádicos repuntes, hacia la segunda mi tad de la década delos veince por diversos faccores concur rentes: la disminución de la demanda mundial por sustitución de! tani no con otroscurtientes; e! progresivo reemplazo delcuero con materiales sintéticos; y a escalaregional, el crecimiento de los costos deproducción por agotamiento de bosques,la mayor distancia entre los obrajes y lasfábricas, y otras causas que se agregaríanmás tarde en desmedro de las ganancias.El resultado de esta situación fue e! cierre de fábricas, la clausura de obrajes conla consecuente desocupación de la manode obra, y el ocaso de pueblos ligados a laactividad.
Estos latifundios despojados de suriqueza forestal no recibieron reinversiones, aunque acogieron sin embargo a unaganadería criolla en campos poco receptivos, y si bien la actividad forestal conrinuó desarrollándose en el terr itorio du rante las décadas siguientes, ya no tendríae! mismo impacto en la dinamización económica y demográfica en la región. Dichopapel lo cumpliría desde este momentoun nuevo ciclo vinculado a la producción algodonera, en otra área geográfica, y
con particularidades distintas al procesoanterior.
Transcurrida la inicial etapa de poblamiento en la zona sur-oriental, el avancede la colonización hacia el interior delChaco se había reincentivado a part ir de lasanción de la ley 5559 de "fomento de losterr itorios nacionales", en el año 1908.Mediante la venta de tierras que autorizaba la misma se planificó sufragar los costos de los ramales ferroviar ios troncalesque contribuirían a integrar el territorio desudeste a noroeste, y con ello también aampliar la frontera agrícola.
Esta segunda avanzada de ocupacióndirigida por e! Estado implicó a partir deentonces la creación de numerosas colonias agrícolas, pastoriles y mixtas en el territorio, las que agregadas a las inicialescolonias del siglo anterior irían acogiendoa la masa inmig racuria que arribaría enlos años sucesivos.
Por ejemplo, entre 1905 y 1912 lapoblación del Chaco pasó de 2 1 000a 4 3 000 habitantes mediante un frentepionero que en ral periodo fue netamentenacional , compuesto en este caso mayori tariamente por correntinos." La limitadacapacidad de las colonias creadas hasta enronces y la propensión a la ocup ación espontánea de tierras , obligó a agregar en1921 medio millón de hectáreas, a lasmásde 130 000 que hasta entonces se habíanentregado para la colonización.
Para este preciso momento comenzaron a presentarse condiciones inmejorables para el poblamiento exitoso delinterior de! Chaco. Se hab ía terminado laconsrrucción de los principales ramales ferroviarios, y estaba aumentando el prec io
7 N ativ os de la veci na provin c ia de Corrien tes ,separada del Chaco por el río Paraná.
Los LíMITES EN LA COLON IZACiÓN DE UN ESPACIO TERRITORIAL ARGEN TINO 59
del algodón en los mercados internacionales, lo cual se acentuaría cuando en1922 disminuyó la producción estadunidense por la plaga del "picudo".
Por ensayos previos, en el Chaco ya seconocía la enorme potencialidad de estecultivo puesto que su ubicación geográfica, clima y régimen de lluvias (sobretodo en el interior) eran los ideales parasu desarrollo.
Si bien los incentivos oficialesparaproducir algodón en el Chaco habían comenzado en 1904 con la distribución gratuitade semillas y folletos explicativos, la actividad no había arraigado lo suficientepor el mayor interés que generaban lasactividades forestales y por la falta deestímulos en los precios. Los factores anteriormente enunciados, y la liberaciónde mano de obra como consecuencia dela declinación de la actividad forestal, propiciarían en este momento las condiciones necesarias para un cambio en el cicloeconómico.
Una acercada política inmigratoria incentivó nuevamente la entrada de contingentes --esta vezextranjeros-, principalmente de Europa del Este, que reforzaron elanterior frente pionero argentino. A partir del primer rercio de la década de losveinte y durante la mayor parte de la siguiente ingresaron al Chaco decenas demiles de inmigrantes que se ubicarían especialmente en el centro y sudoeste delterritorio, en donde florecía la actividadalgodonera.
En este periodo, y a diferencia del ciclo forestal, el minifundio fue la característica esencial de la ocupación del espaciofiscal del interior del Chaco. Se expandieron las chacras algodoneras en el centro ysudoeste con extensiones promedio de 50hectáreas, tamaño por enconces suficiente
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para sostener a una familia dedicada a estaactividad.
El apogeo del cultivo ocurrido encrela segunda mirad de la década de los veinte y la totalidad de la siguiente generó unpaisaje agrario muy peculiar donde todogiraba en torno al algodón. La periódicaafluencia de braceros para carpida y cosecha dinamizaba el comercio, y por supropia lógica, la actividad demandó distintos servicios y propició a su vez un proceso de industrialización primaria que seconcentró básicamente en el desmotadodel textil y la fabricación de aceite con susemilla. La instalación de desmotadoras,empresas de acopio, industrias aceiteras ycasas comerciales de ramos generales fueexponencial, y la cadena de servicios enfunción de esta producción se multiplicóconsiderablemente.
Los años transcurridos desde 1920hasta 1934 cambiarían radicalmente lafisonomía económica y demográfica delChaco, llegando a ocruplicarse, y en ciertos departamentos, a decuplicarse la población. De 60 500 habitantes se pasó a214 000 en este periodo; en 1936 se calculaban en 314 000, Y al finalizar estadécada se hablaba ya de 387 238 habitantes, regisrrándose así el crec imienropoblacional más alto de todas las jurisdicciones argentinas en la época.
De este modo, y en pocos años, el porentonces bien llamado oro blanco convirtió al Chaco en una de las jurisdiccionesmás prósperas de Argentina, atrayendocon su dinámica a miles de inmigrancesinternos y externos, y a emprendedores dediversos oficios que deseaban encontrarun futuro promisorio en este paraíso productivo. A raíz del ciclo algodonero, el Chacose convirtió en principal productor deltextil a nivel nacional y adquirió una iden-
OseAR ERNESTO MARI
Mapa la. Las etapas de la ocupación del espacio en el Gran Chacoent re fines del siglo XIX y mediados del xx
Colonias perimetralescreadas a fines de siglo '~ -
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Tierras privatizadas1'3
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Elaboró: Dionisia C áccres eon base en datos tomados de Bruni ard, "Gran", 1975-1978, y AtlaJ, 1995.
Mapa lb. Las etapas de la ocupación del espacio en el Gran Chacoent re fines del siglo XIX y mediados del XX
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i Colonias pastoriles y mixtas .i creadas entre 1907 y 1921.¡ '''''-ti .
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Colonias agrícolas credas
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Elaboró: Dionisio Cáceres con base en datos romados de Bruniard, "Gran", 1975-1978, y Atlas, 1995.
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Los lÍMITES EN LA COLO NIZACiÓN DE UN ESPACIO TERRITORIAL ARGENTINO 63
tidad distintiva que preservaría a lo largode varias décadas."
Sin embargo, la rentabilidad del cultivo al mismo tiempo que potenció lademanda de servicios y mano de obra,mostró también crudamente las limitaciones del Estado para atender tan colosal proceso. El entusiasta frente pioneroque arribó en busca de trabajo, tierra, fortuna o aventuras, y que puso ese empujetan característico que hizo del Chaco unsímbolo de pujanza, fue también el quepadeció las dificultades de su propiaafluencia aluvional.
La tarea de "hacer Chaco", estimulante frase creada por uno de los gobernadores de la época? y que se perpetuaría en lamemoria colectiva de los chaqueños, tuvocostos y sinsabores, aunque esas palabrassirvieron para redoblar esfuerzos cuandoasomaron momentos de adversidad entrelos pobladores de aquella sociedad en proceso de formación.
LA MASIVA AFLUENCIA INMIGRATORIA
Y LAS LIMITACIONES DEL ESTADO
EN EL CONTROL SOCIAL
Crisis de crecimiento: así podría definirseanticipadamente la situación que se vivióen el Chaco en el periodo que transcurrió
" La bibliografía que alude a la génesis y transición de estos tres cid os en el Chaco es suficientemenre conocida y coincidente en cérrninos generales ental periodización. Entre las referenciales al respectopueden mencionarse las de Miranda, Tres, 1980 (hayediciones anterio res y posteriores), y Bruniard, Gran,1975-1978.
9 Frase creada y usada habitualmente por el go
bernador José Conrado CasteJls, quien gobernó elChaco por dos periodos sucesivos (1933-1938). La
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desde mediados de la década de los veinre hasta finales de la de los treinta.
Cuando se examinan las estadísticasde producción y consumo, los censos nacionales y locales, las Guías de Comercioy las Memorias dejadas por algunos gobernadores de la época, puede advertirsecon claridad la magnitud de las transformacionesoperadas en el terreno económicoy social durante estos años. El territoriocomenzó a exhibirse ante la sociedad nacional como una tierra de progreso y plena de oportunidades, que parecía dejaratrás un pasado en donde había prevalecido la imagen de un espacio inhóspito yhostil a la acción civilizadora. Afluían ahora fuertes contingentes de colonos y jornaleros; capitales, empresas industriales,financieras y de servicios; comisionistas yvendedores de toda índole .
Las expectativas se hallaban abiertas yun creciente optimismo se apoderaba deaquellos que venían a "hacer Chaco", y nofueron pocos los agricultores argentinosque vendieron sus parcelas en las zonasmás fértiles del país para empezar de nuevo en un lugar donde todo estaba porhacerse, pero existía la posibilidad de acceder a la tierra fiscal, y donde una hectárea de algodón rendía una ganancia cuatroveces mayor que una de maíz.
Visto desde esta óptica es posible suponer que el apogeo algodonero propició unaexpansión homogénea y equitativa; quela bonanza fue acompañada por una adecuada adaptación de la infraestructurapública y privada; que sus utilidades llegaron proporcionalmente a todos los secrores involucrados, y que los mecanismos
m ism a es regularmente urilizada en la actualidad,preferentemente como esLogan en lascampañas publicitarias o políticas.
OseAR ERNESTO MARI
estatales cumplieron adecuadamente conlos requerimientos de este vertiginoso proceso productivo y demográfico.
Si bien las líneas precedentes permitenpresuponerlo, la efervescencia del mismono ha podido ocultar las dificultades propias derivadas de una afluencia masiva deinmigrantes nacionales y extranjeros quesobrepasó reiteradamente la infraestructura del territorio y las previsiones mejor calculadas por las autoridades centrales.
Algunos ejemplos de la historia deAmérica muestran las consecuenciasde los abruptos procesos de colonizaciónmasiva en torno a la incorporación de nuevos territorios, hallazgos de yacimientos, o explotaciones temporalmente muyrentables. Falta de infraestructura o sudesborde en caso de existir; dificultadespara aplicar regulaciones; desapego y/otransgresión a la ley; violencia; abusos, yconflictos sectoriales o de convivencia. Lospropios de la presión humana de frentespioneros que procuran su espacio vital enel ámbito a explotar; los inherentes a sociedades en vías de formación. 10
En el caso del territorio del Chaco, laetapa de ocupación del espacio agrícola yaún la que transcurre durante la consolidación del ciclo algodonero, se encuadraen la tónica de estos procesos, aunquedesde luego, con las particularidades propias de un ámbitogeográfico panicular;de una colonización dirigida y de componente multiétnico, y obviamente enfunción de una explotación renovableque permitía un afincamiento poblacional duradero.
la Los fenómenos más conocidos en este sentido,por su difusión a través de la Iireratura y la cinematografía, son los ocurridos en Estados Unidos y Brasil,especialmente duranre las llamadas "fiebres del oro".
Los problemas derivados de esta transición han sido cuantitativa y cualitativamente considerables como para serabordados en toda su complejidad en ellimitado marco de un artículo. En el casoespecífico del Chaco la literatura histórica se ha ocupado de destacar la relevanciade los conflictos sociales que, por diferentes causas, caracterizaron al Chaco durantesu época como territorio nacional. Algunos, por su magnitud o recurrencia,trascendieron en su momento el espacioregional, convirtiéndose en postales representativas de la problemática social de estas jurisdicciones marginales en aqueltiempo.
Al margen del ciclo productivo o laactividad económica a la que estuvieronasociados, deberían recordarse entre losmás resonantes, los ocurridos en inmediaciones de las antes mencionadas compañías Las Palmas (en agosto de 1920); en LaForestal, a comienzos de 1921 -que aunque acontecidos en el extremo norte de laprovincia de Santa Fe, repercutieron fuertemente en este rerritorio-; los de Napalpíen 1924 y 1925 (todos con un saldo denumerosas víctimas); o ya en la décadade los treinta y vinculados específicamente al ciclo algodonero, las rebelionesagrarias de 1934 y 1936, Yde menor gravedad, aunque también de larga duración,los conflictos de los obreros industrialesen la Gran Resistencia a principios de ladécada de los cuarentaY
lJ Entre fines de 1919 y la mayor paree de 1920hubo un fuerte estado de conflictividad entre los obreros y la paree patronal del ingenio LasPalmas, ubicado en la localidad homónima de Chaco. Esre ingenio, y talcomo han coincididovariosautores,era"unEstado dentro del Estado"; una compañía de capitales brit ánico-argentinos con 2 000 trabajadores en
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Podrían añadirse además, aunque porotros motivos - y por lo general desarrollados sordamente- , aquellos vinculados a ladisputa por la t ierra en áreas asignadasa la colonización , o los derivados de laausencia o deficiencias del cont rol estatal,como por ejemplo los producidos por lainseguridad cotid iana en el ámbito rural,o los conflictos de convivencia dentro
donde las condic iones laborales eran tan extensas comoopresivas; donde se pagaban bajos sueldos en vales,y do nde no era posi ble comp rar mercaderías fuera dela prop iedad , ni ejercer el comercio sin autorizaciónde la empresa.
En d iciembre de 191 9 hu bo un paro exitoso enel qu e los t rabajad ores consiguieron acor tar la jornad a laboral , y el co b ro de habere s en m on ed a nacional. Sin embargo, en m ayo d e 1920 la com pa ñíain ició una contraofensiva de contro l obrero con ayuda de miembros de la entonces Liga Pat rióti ca. Luegode varios incident es (huelgas y enfrentami ent os aislados) el conflicto se agudizó produciéndo se un sang riento choque entre obreros y fuerzas de la empresay la Liga entre el 9 y el 10 de agos to de ese año , cond ecenas d e vícti mas . El conflicto cu lmi nó el 20 deagosto , lueg o de la in tervención del e jército.
Posteriorme nte, a com ienzos de 1921) se repirieron sim ilares incidentes, y casi por Jos m ismos mo tivos, en orra de las grandes compañías enclavadas enel Chaco, La Forestal, de capi rales bri tánicos, m onopo lizadora de la activ idad taninera en Chaco y na rrede Santa Fe, y con un a estructura p rod uctiva y labo ral sim ilar a la de Las Palm as. P recisamente en lospueb los del norte de esra provincia ligados a la act ividad de la em presa, se produjeron huelg as y enfrentam ientos entre obre ros con la policía privada de lacompañía y agentes de la Liga Pat riótica. D ichos conflicros fueron descritos por la litera tura histórica y recreada en el filme Q/iebracho, entre otras muestras.
Enrre 1924 y 19 25 se produjeron - par mo t ivosesencialmente laborales- enfrenram ienros aislados entr e indígenas d e la reducción de Napalpí con colonos inicialm ente, y con policías luego, en e! in teriorde Chaco. Los sucesos conocidos como "La matanza deN apalpí" culm inaron con cerca de 200 abo ríge nes
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de la masa laboral en obrajes forestales yalgodonales.12
De este sintético listado, estos últimosson tal vez los que men or atención hanmerecido pese a que las fuentes disponibles permiten analizar, por ejemplo, quéconsecuencias producía, en términos deagi tación social, la masiva incorporaciónde trabajadores tem porarios y el parti cular frenesí de la temporada de cosechaalgodonera.
El tema constituye sin duda una parte insoslayable de la prob lemática socialdel Chaco en esta época y de allí el interés por recrear el contexto económico y
ejecut ados por paree de las fuerzas po liciales, en unhecho que hasta la actual idad continúa siendo debat ido. Respecto a los conflictos agrar ios de la década delos treinta, también de fuerre repercusi ón exrrarregional, se hará un a breve alusión en notas post erior es.La bibliog rafía sobre estos temas es basta nt e ampliay variada, pero una buena síntesi s de estos conflictospu ede hallarse en Me Gee D eur sch, Contrarrtnoinaon,2003, y Cordeu y Siffred i, A lgarroba, 197 1.
12 Auoque la colonización de! inter ior de! Chacoestu vo d irig ida desde e! Estado, la acción en mareriade dis tribución de tierras fue deficiente e incon srante. La lent itu d en mensurar y conceder la tierra púb lica hi zo que vast as extensiones fuesen ocupadas "dehecho" por los pioneros. Tal precariedad , que en buena parte de los casos se mantuvo por años, ocasionóno ¡xx::as disputas en tre los co lonos; en tre estos conganaderos p rov en ientes de p rovinc ias lim ítrofes-también inrrusos-, y obviamente con las comunidades indígenas origi narias que intentaban frenar elavance de los blancos sobre su espacio viral. Por ot raparte, debe ant iciparse que durante la década de Jostreinta , y a conse cuen cia de la intensa circulaciónde capi ta les, la defi cient e est ructu ra de seg uridady de vías de com unicación , y un medio geográficopropicio, se reg ist ró en e! Chaco un fenó meno conocido com o "bando lerismo rural ", que se m ant uvovigente por varios años y llegó a hacer colapsar el sistema de seg ur idad d el territorio.
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demográfico, para explicar los problemaspuntuales que surgieron, especialmenteen el ámbito rural, como resultado de laafluencia humana en esta etapa.
En su mayoría, los problemas que sehan anticipado estuvieron relacionados directamente con las características de cultivo, recolección y comercialización delalgodón, y ya por ese entonces, se suscitaron distintas opiniones entre la dirigencia local respecto a los criterios con quedebía encarars e el controlo solución delos mismos . .Las antagónicas visiones sobreesta problemática provocaron interesantes debates en este sentido; el Chaco deentonces era simultáneamente "oro y miseria", según la perspicaz observación deuno de sus más lúcidos dirigenres.!"
El algodonero es una planta que -independientemente de sus variedadesrequiere de una sostenida presencia humana para su desarrollo y cosecha, y comoes de suponer, las labores inherentes al cultivo y recolección en el Chaco fueroníntegramente manuales hasta años recientes. Ello requirió periódicamente la incorporación de fuertes contingentes debraceros para ser destinados a estas faenas.Como referencia debe indicarse que por
13 En 1935 Juan Ramón Lesrani, uno de los máslúcidos analistas del Chaco de aquel entonces, publicó un fascículoen el cual, con su característica agudeza, expresó su opinión respecto a algunas cuestionesque lo inquietaban sobre su tierra natal. El folleto,subtitulado Oro y miseria era, según sus propias palabras, un "hiriente alegato" para concienrizar a pueblo y gobierno acerca de la dicotomía que podía observarse en el Chaco de los años treinta : un territorioque en múltiples aspectos se mostraba floreciente ,pero que detrás de ese esplendor, ocultaba las máculas socialesengendradas por el propio fenómeno productivo. Lestani, Territorio, 1935.
ejemplo, parala campaña 1935-1936, sóloestas actividades involucraron a 129639trabajadores.14
Inicialmente, esta demanda se cubriócon mano de obra local -en buena medida indígenas-, pero la insuficiencianumérica de los nativos y la continua ampliación de la superficie cultivada exigió elcomplemento de trabajadores que provinieron, espontáneamente o incentivadospor los gobiernos locales o nacionales, deprovincias como Corrientes, Santa Fe,Salta o Santiago, y aun de países vecinos,como Paraguay. Por ejemplo, para 1935los requerimientos extraordinarios (es decir, extralocales) calculados para la cosecha de ese año hablaban de unas 30 000personas y, en efecto, ingresaron para lazafra 29407 braceros.' s
Teniendo en cuenta que la poblaciónpermanente del territorio ascendía entonces a 276343 habitantes, esta afluenciasignificaba elevar repentinamente en casi11% el número de personas residentes enel Chaco.
Pero además de braceros, temporalmente arribaba también una verdadera"legión" de viajantes, comisionistas, vendedores y pagadores de todos los rubrosque buscaban tomar su porción en estetiempo de bonanza. El movimiento humano que provocaba la temporada algodonera ha sido cuantificado por registrosportuarios y ferroviarios especialmente, yal respecto se ha estimado por ejemploque, en 1936, casi 300000 personas"transitaron" por este territorio, es decir,ingresaron y egresaron por distintas vías.Debe advertirse que en cada uno de estosmovimientos periódicos, siempre queda-
14 Ministerio de Agricultura, Censo, 1936, p. 88 .J5 Castells, Memoria, 1937 , p. 93.
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ba un remanente de personas que aquíse afincaban.l"
Estos repentinos cambios demográficosprovocaban naturalmente el desborde dela administración territorial, lo cual se evidenciaba particularmente en la incapacidad del Estado para ejercer un adecuadocontrol social. Por ejemplo el componentemedio que integraba la masa de cosecheros y sus precarias condiciones de residencia, constituían desde el inicio un germende conflictos en los que la fuerza pública-por distancia, insuficiencia o incompetencia- pocas veces podía intervenir.
El periodo de cosecha algodonera implicaba así, especialmente en las zonas ligadas a esta producción, una efervescenciaeconómica y social difícilmente observableen esta época en otras regiones del país.La frenética actividad, la circulación dedinero y el trajín humano otorgaban apueblos y colonias la imagen de atestadascolmenas en las que transacciones, regateos y disputas, formaban parte de la postal. El certero relato de un coetáneo hailustrado elocuentemente el ritmo febrilde este proceso al comentar sus circunstancias en una de las localidades más vinculadas a la producción algodonera, imagen esta que se repetía, aunque en otraescala, en los demás pueblos ligados altextil. 17
16 Por ejemplo, en el año 1936 entraron al terrirorio por distintas vías 299 414 pasajeros , y salieron267613, quedando por lo tanto un saldo favorable de31 801 pe rsonas en e! Chaco. Datos tomados deCastells, Memoria, 1936, p. 84.
17 "En tiempos de zafra, la estación del ferrocarrilse hacina de cosecheros santiagueños y correntinos,q ue acampan en la playa de maniobras, conven idaen una bolsa de colocaciones, a cargo de colonos quetratan de obtener e! concurso de los braceros y de llevarlos de inmediato a la chacra. Es pintoresca la dis-
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Naturalmente, y como directa consecuencia de este movimiento y de la masiva afluencia humana, se elevaban tambiénde manera exponencial los porcentajes depleitos entre las personas. La fricción cotidiana en los espacios laborales; el hacinamiento en los sitios de alojamiento; disputas por los precios de las "provistas" y enlos pesajes del algod ón.'" disponibilidadde dinero; espontáneas y primitivas formasde espatcimiento; alcoholismo; cansancioacumulado de extenuantes jornadas, y laslimitaciones institucionales para ejercerun adecuado control social, eran factorescombinados que favorecían y J?,?tenciabanlos conflictos de convivencia. 9
puta cuando escasea la mano de obra, entre los tratantes de parla tan difícil... [se refería a las diferenciasidiomáticas de los colonos].
Lascalles se atestan de camiones, volantas, sulkys,caballos, en los alrededo res del Banco, las cooperativa, y las casas de ramos generales; los carru ajes deben colocarse en varias hileras , entre las cuales hande moverse con prolijidad de hormigas por imperceptibles hilillos de espacio. En las fondas, una humareda olorosa de frituras, tabaco y alcohol se mezdacon el rumulrn de voces, fanfarronadas, risas y pendencias, como en las posadas de madera del 'Par-West'cinematográfico... Los almacenes y las tiendas debencerrar sus puertas varias veces al día, para atender laclientela que en ciertos momentos colma las dependencias, y renovar de hora en hora el públiro." Miranda, Ciclos, 1980, pp. 253-254.
ra La "provista" era el conjunto de mercaderías-generalmente comestibles- que el propietario de lachacra suministraba semanal o quinccnalmente a losbraceros luego de comprarlas en el pueblo o patajemás cercano. El valor de las mismas -sobrecargadosnormalmente en 25 o 30%- se descontaba en el momento en que el cosechero ent regaba su recolecciónpara el pesaje, también en básculas del propietariode! algodonal.
19 En un informe realizado por técnicos de laJunta Nacional del Algodón en 1939, uno de los ar-
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Los mismos, seguramente conteniblesdentro de un adecuado marco de controlsocial, se desarrollaban, sin embargo, enentornos rurales, lejos de las autoridades ode voluntades mediadoras. Las"garantías"del Estado no llegaban hasta los lugaresmás apartados del interior del territorio, yde esta forma, pequeños roces o diferenciaspersonales en estos ámbitos aislados, transitaban casi inexorablemente el caminohacia un desenlace violento.
De allí que entre los problemas máscomunes que se dieron en el ámbito ruralen lo referido a conflictos de convivencia,se destaquen las agresiones físicas conlesiones, y los homicidios , sin soslayardesde luego los delitos sexuales, que aunque habituales según la subrepticia información de los registros, son de difícilcuantificación por no haber sido hechos"denunciables" .
Estos delitos contra las personas, además de los condicionantes descritos, teníantambién otros factores inductivos, comopor ejemplo el grupo social involucradoen la problemática, sus pautas culturales,el hábitat laboral, y, sobre todo, la permisividad legal para el porte de armas.
El componente medio de jornaleros,agricultores y braceros estaba integrado,como es de suponer, por las clases más bajas de la escala social. En el caso de losbraceros, aun el profesional de la recolección, llamado "golondrina" porque alternaba en las zafras de diferentes regionesdel país, era normalmente analfabeto o se-
gumentos usados para promover el desarrollo de lamecanización de la cosecha algodonera consistió enque ello "evitarfa la exploración del bracero adventicio , germen permanente de disturbios sociales comoconsecuencia de su lamentable condición económica". Cosecha , 1942, p . 12.
míanalfabero.P sin instrucción adecuadaen el conocimiento de las leyes, y cuyo respeto al "orden" se basaba más bien en eltemor que inspiraba una autoridad "visible", que al autocontrol. Eran personas curtidas, acostumbradas a las privaciones de lavida itinerante, y con poco qué perder.
No obstante, la mayor parte de estamasa humana no venía al Chaco a buscarreyertas, sino una posibilidad de supervivencia por algunos meses. Usufructuabade los pasajes en ferrocarril costeados porel gobierno; alquilaba su fuerza laboral yla de su familia al mejor oferente, y luegoalternaba entre las chacras levantando loscapullos.
Aquí se alojaba precariamente, en elmejor de los casos en un cobertizo enel que se hacinaba con otras familias, ycon la intimidad preservada mediante divisorias de bolsas arpilleras.?! Esta promiscuidad significaba en buena medidael inicio de conflictos que se dirimían generalmente los fines de semana, días feriados o festivos .
La concurrencia a bailes, "boliches", juegas o reuniones espontáneas en algún"patio" o paraje cercano; el consumo dealcohol y la alteración de las emocionespropiciaban inexorablemente pendencias yejecución de venganzas.P En tal contexto,bromas, provocaciones o pequeñas diferen-
20 Según el informe Mara-Franchelli "60% delos cosecheros era analfabeto, no habiendo pasado elrercer grado los alfabetos". lbid., p. 15.
2 1 Bolsa de yute habitualme nte usada en el campo argentino para almacenamiento.
22 El "boliche" es una especie de taberna rural(antiguamente llamado "pulpería") , que sirve de aprovisionador dentro de un dererminado radio rural, ytambién de local de entretenim iento , en el cual seexpenden bebidas "al copeo". El "patio" O "bailanta" ,es un pequeño espacio improvisado (compactado y
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ciasde opinión eran motivadoras de pleitos,y estosdesembocaban casi indefectiblemente en la agresión física. Las riñas por ebriedad, juego o disputas sentimentales fueronconflictos recurrentes en el mundo ruraldel Chaco, tal como lo testimonian los partes diarios policiales de la época.
Lesionesy homicidios eran en la mayoría de los casos una consecuencia naturalde estas escaramuzas, ya que la mayoría de las personas portaba armas blancaso de fuego . El Código Rural lo autorizaba explícitamente en su articulado, y estadisposición -oportunamente discutida yrevisada- facilitó sin dudas la comisiónde delitos de sangte.23
la costumbre de portar y usar armas,normalizada entre las clases humildespor las letras del folklore rcgional .v" se
regado) de alguna finca, al que se lo prepara para unacelebración bailable circunstancial.
23 El Código Rural establecía: "La poli cía no podrá prohibir o rest tingir el derecho de llevar armas, yen consecuencia, ninguna persona será registrada conel objeto de averiguar si lleva armas consigo [...] (art.253), pero aclaraba en el siguiente [...) Es prohibidosin embargo hacer ostentación de armas O llevarlas ala vista, bajo pena de 10 pesos de multa." (CódigoRl/ral, 1910). En 1918 se intentó reformar el CódigoRural, y se ponía especial énfasis en la reconsideración de estos artículos . En el proy ecto de reforma seexplicaba que: "Dado el despoblamiento que existeen los territorios nacionales, no nos ha parecido prudente prohibir la porración de armas en la campaña,pero sí en los lugares poblados. El código actual nohace dife rencia alguna sobre el particular, sin dudaporque cuando se sancionó, había un número muyreducido de pueblos en los territorios." "Memoria delMinisterio del Interior 1919-1920", inédita, p. 338,en Archivo Histórico de la Provincia del Chaco (enadelante AHPCH).
24 La música popular denominada "Iiroraleña",en razón de que su ámbito de difusión (y nacimiento) es el litoral argentino (espacio lindante con los
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mantenía viva además por la inducciónpublicitaria ejercida desde los periódicoslocales, en donde se podían ver avisos ilustrados de armas de fuego incitándose a suadquisición para la defensa personal.
Por el mismo mandamiento culturallas cuestiones de honor se resolvían consangre, y en este sentido cabe destacar quelas venganzas por conflictos previos fueroncausa de un importante porcentaje de homicidios . Los partes policiales de entoncesreferidos a ello suelen habitualmente encabezar la información diciendo: "Por resentimientos anteriores se enfrentaron [...1,y en el hecho se produjo la muerte de unode los contendientes", lo cual reflejaba quela antigua práctica de los duelos por honorse mantenía vigente, aunque en los ámbitos rurales la acción era espontánea y sinlas formalidades conocidas. De hecho, ysi cabe el ejemplo, pese a las prohibicioneslegales, esta práctica se mantuvo en los ámbitos urbanos del Chaco -aunque esporádicamente- hasta principios de la décadade los cuarenta, y entre personas que noeran precisamente faltas de instrucción."
grandes ríos Paraná y Uruguay), y cuya máximaexpresión es el ritmo bailable en pareja llamado Chamamé, es la que penetró rápidamente entre las clasesbajas del Chaco por la periódica afluencia de jornaleros provenientes de la vec ina provincia de Corrientes.Este tipo de música se halla rodavía muy vigente --50
bre rodo en los ámbitos rurales- y sus letras suelencentrarse en la defensa del honor y la dignidad, loscuales deben preservarse -según los dicraclos-«, poniendo en juego la propia vida en la satisfacción deuna ofensa. El "culto nacional al coraje", oportuna ycerteramente identificado por Juan Agustín Garcfaen su conocido libro La ciudadindiana, se halla perfectamente expuesto en este género musical deArgentina.
25 La prohibición de la p ráctica de los duelosde armas había sido expresamente establecida en el
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la permisividad en la autorización pataportar armas constituyó sin dudas el principal factor desencadenante de hechos desangre, a tal punto que, en las estadísticasoficiales, entre las principales causas demuerte por motivos constatables figuranen primer lugar la bronconeumonía, seguida de la tuberculosis; en tercer lugarla muerte producida por armas de fuego,y en quinto lugar la producida por heridasde arma blanca.F"
Hacia 1934 estos datos se tornaronpreocupantes y el gobernador Castells inició gestiones para resrringir las licencias
artículo 270 de! Código de Policía de 1908. "Luegoque se tuviere noticias de estarse concretando un duelo, e! funcionario que corresponda, procederá a ladetención de! provocador y a la de! retado, si estehubiere aceprado e! desafío , y no serán puestos enlibertad, hasta que bajo palab ra de hono r, ofrezcandesistir de su propósito." Código de Policía, 1908 ,p. 49. Sin embargo, existen constancias de que esrapráctica continuó en vigencia al menos hasta bien enrrada la década de los cuarenra, tanto en e! ámbirolocal como en el nacional. En e! Chaco, fuenres de!año 1942 regisrran la permanencia de esra prácti ca,como puede observarse en e! incidente ocurrido enrree! secretario de la gobernación del Chaco, doctorCarlos Franco, y periodistas del periódico Norte, aquienes el primero desafió a una "reparación por lasarmas" por una denuncia en su contra publicada eneste medio. La VozdelChacoy El territorio , 8 de octubre de 1942.
26 Según lo consigna la Memoria Gubernativadel año 1934, de 2 544 decesos totales en el Chaco,excluyendo e! renglón señalado como "sin asistenciamédica" , puede observarse la siguiente escala en cuanto a las causas principales: bronconeumonía, 233 casos; tu bercolosis pulmonar, 171 casos. Los fallecidospor herida de armas de fuego (incluyendo los accidentes) fueron 156, mientras que los fallecidos porheridas de arma blanca fueron 64 . Enrre estas dos últimas causales se encuentra el sín cope card íaco , co n132 casos. Casrells, Memoria, 1934, p . 150.
que concedía el Código Rural en este sentido, ya que estaba probada su directa correlación con los hechos de sangre.:" Almismo tiempo este funcionario procuróprevenir los desórdenes y riñas en el interior del territorio, aplicando una metodología que le evitaba incrementar losrecursos policiales, cuyo aumento fuereiteradamente resistido por los poderescentrales."
En 1935, entre 3 213 decesos, y excluyendo los525 consignados como "sin asistencia médica", losfallecidos a consecuencia de heridas de armas de fuego pasaron al segundo lugar, con 165 casos, luego dela bronconeumonía que causó 246 muertes. En esteaño, los fallecimienros por heridas de arma blanca sumaron 79 casos. Castells, Memoria , 1935, pp. 50-51.
En 1936, enrre 3 309 defunciones, aunque no sedetallan específicamenre las causas de muerte, en laMemoria de Gobi erno de este año figuran 370 casosproducidos por "causas externas", es decir -y según elpropio docurnento-, decesos producidos mayoritariamente por heridas de armas de fuego y blancas.Castells, Memoria , 1936, p . 77 .
2 7 A la luz de los reveladores datos oficiales, elgobernador Castells solicitó asesoramiento al jefe dela policía de la capital federal: "La gobernación delterritorio nacional del Chaco se propone solicitardel poder ejecutivo, la adopción de medidas destinadas a restringir el abuso que importa la pocración dearmas que autoriza el Código Rural sancionado en1894, y que ya no responde a las necesidades de losmismos [...] A fin de documentar ampliamente lasmedidas que habrán de proponerse y con el propósito de estudiar las reglamentaciones existentes alrespecto en la capital federal, es que me permito solicitar a usted, todas las disposiciones vigentes sobreporcación de armas, rogando por razones de premura sirva ordenar que e! envío se lleve a cabo a la mayor brevedad" , en AHPCH, Copiadores de la secretaríade la gobernación del Chaco, gobernador José Casrells,26 de enero de 1934.
2" Una de las constantes de esta época en la relación entre el poder central y los territorios nacionales,fue la permanente reticencia a aumentar y capacitar las
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Observaciones anteriores demosrrabanque la mayoría de los enfrentamientos yhomicidios se producían los sábados enlos boliches y bailes del interior, especialmente como consecuencia del desenfrenoen el conswno de bebidas alcohólicas. Porello se inició una campaña en donde seimpondría el sistema del sábado inglés, porel cual se prohibía la apertura de localesese día, así como también el expendio debebidas alcohólicas en ferias, bailes y clubes.29 Estas medidas se complementaban
fuerzas policiales existentes en estas jurisdicciones. Seesgrimiere» en tal sentido carencias presupuestarias,aunque en el caso específico del Chaco, su cuantiosoaporte rentístico al fisco ameritó sobradamente laadaptación de la fuerza pública a su población en permanente crecimiento. Por e! contrario, el número deagentes decreció notablemente desde la segunda mitad de la década de los veinte y durante la siguiente,en una relación inversamente proporcional al incremento de la población y la producción. Es precisamente en esta distorsión en donde se evidencia con nitidez la indolencia de la dirigencia nacional respectoa las necesidades de estas regiones de frontera,
29 En diciembre de 1933 el gobernador Castellssolicitóal ministro de! interior Leopoldo Mela "disponga extender en los territorios nacionales los beneficios de la ley 11.640 (sábado inglés)". Motiva esta"que habiéndose aplicado con anterioridad en brevesperiodos [se refería a su aplicación durante la gestióndel gobernador Vrillaud en 1932, Copiadores, VrilIaud, 8 de abril de 1932 y 9 de mayo de 1932], además de las ventajas generales que evidenció, tiene e!excepcional efecto de provocar una enorme disminución de los delitos de sangre en e! territorio. En elChaco estos hechos se han venido produciendo especialmente los días sábados en los boliches del interior, como se demuesrra con las planillas agregadas; laclausura de estos negocios los días sábados ha impedido las reuniones que terminan casi siempre en pendencias cuchilleras, con la consiguiente alteración delorden", en AHPCH, Copiadores de la secreraría de la gobernación del Chaco, gobernador]osé Castells, 1 dediciembre de 1933, p . ] 13.
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además con la prohibición de carreras decaballos, riñas de gallos, juegos de taba ynaipes, muy difundidos en los ámbitosrurales,
El propósito era atinado, pero pocopráctico. En el Chaco de entonces no existía una fuerza policial nwnéricamente suficiente y competente pata ejercer estoscontroles, y además sus propios integrantes transgredían las normas, como puedecomprobarse en la documentación oficialy en los periódicos de la época, en los quela venalidad policial formaba parte de lainformación diaria.
Volviendo al estudio del enromo laboral como factor de incidencia en estaproblemática, el análisis de los registrosofrece datos reveladores respecto a los lugares en donde se producían estos hechos,como también acerca de las categoríassociales involucradas.
Por ejemplo, para 1934, año en quepor primera vez se realizan estadísticasconfiables al respecto, se contabilizan 167homicidios en el Chaco sobre un total general de 533 delitos contra las personas.Las cifras revelan que la mayoría de loscasos se produjo entre los meses de eneroy julio, es decir, el periodo de zafra algodonera, donde la afluencia de cosecherosera mayor. Allí se tienen los picos más alros, con 26 muertes en el mes de mayo,mientras que en septiembre ocurrieronsólo cuatro. Al año siguiente, el total dehomicidios se eleva a 230, y en 1936 alcanza su pico máximo de 238 casos.3D De
30 Para este año (1936) la población permanente del Chaco estaba calculada en 314 aoo habitantes.Sólo para brindar una referencia en las cifras, debedecirse que en la actualidad el Chaco posee 1 000 000de habitantes, y un homicidio común, aUlIque suceda en el ámbito rural, sale rirolado casi indefectib!e-
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ellos, 186 Y194 hechos, respectivamente,fueron cometidos por trabajadores rurales.
De la misma manera, el mapa de loshomicidios revela que los mismos se cometieron en las áreas circundantes a loscentros algodoneros más importantes,como Sáenz Peña y Quitilipi por ejemplo. A su vez, 82% de estos homicidios(en promedio redondeado de estos tresaños) fue cometido por jornaleros y peones, lo cual confirma que este tipo de delito se producía como directa consecuencia del tumultuoso frenesí de la cosecha yde la fricción cotidiana de la masa humana involucrada en esta acrividad.!'
Expuestos los datos, cabe preguntarseen qué medida esta problemática constituía una real preocupación para la sociedad, el gobierno local y, sobre todo, paralas autoridades centrales, que eran las queen definitiva controlaban los recursos financieros y humanos enviados a los territorios nacionales.
Debe señalarse en primer lugar que elestado de conflictividad social en los ámbitos rurales, concretamente en lo que derivaba en delitos contra las personas, notenía por entonces la trascendencia que enla actualidad le otorgan a estos episodioslos medios de difusión. De hecho, los medios gráficos del Chaco no contaban enaquella época con un aparrado destinadoespecíficamente a lo que hoy se conocecomo la sección policial. La informaciónsobre hechos delictuosos aparecía indistintamente en cualquiera de las páginasde los periódicos, mezclada con noticias deotra índole y, en tales casos, refiriéndose
mente en la primera plana de los diarios locales debido a su carácter casi excepcional.
31 Datos tomados de Casrells, Memorias, 1934,1935 Y1936, correspondientes a los mismos aíios.
preferentemente a los delitos cometidoscontra la propiedad.
No eran muy frecuentes las referenciasa hechos de sangre, violaciones, incestos,raptos, estupros, etc., y cuando se aludíaa este tipo de delitos, la información generalmente se circunscribía a episodiosocurridos en ámbitos urbanos, siempre ycuando su relevancia o la de los protagonistas involucrados ameritase su publicación. Sólo en raras ocasiones podíanencontrarse noticias de esta índole referidas a los ámbitos rurales y, en estos casos,se las presentaba de manera general yescueta, sin individualizaciones ni caracterización de los hechos; con un lenguaje deeufemismos y casi siempre apelando a laimaginación del lector cuando se tratabade delitos aberrantes. Aún no se practicaba el "amarillisrno", y parecía ser de malgusto hablar del submundo de la vida cotidiana en las clases más bajas.
De manera tal que la precariedad social en los ámbitos rurales, si bien era imaginada entre la población urbana, no teníapor entonces difusión periodística. Salvola denuncia o el reclamo humanitario quese hacía siempre en términos generalespor algunos periodistas que escribían enmedios de orientación socialista-como Estampa Chaqueña-, poca atención se prestaba, por ejemplo, a los altos índices de homicidios registrados en el Chaco de aquellaépoca. De hecho, estos datos, aunque presumibles, eran desconocidos en su realmagnitud por el conjunto de la sociedad.
De todos modos, con mayor o menorgrado de conocimiento sobre esta realidad,tanto para el gobierno como para la sociedad local en general, la cuestión no parecíarepresentar un problema determinante,puesto que entonces se asumía casi comoalgo natural que estos episodios ocurriesen
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dentro del componente social y el contexto en que se producían. El contraste de percepciones entre una parte de la dirigenciay el gobierno frente a la cuestión en estaépoca, ha sido perfectamente plasmado enel folleto Oro y Mireria, del político y periodista chaqueño Juan Ramón Lesrani.V
De allí que a escala gubernamental lasmedidas supuestamente correctivas a estasituación carecieron de sentido comúny, por lo tanto, de efectividad. Lasdisposiciones restrictivas, como las del sábado inglés, o las prohibiciones de algunos entretenimientos potencialmente inductores deconflictos no podíanser más que prerensio-
32 Sólo como una muestra de esta contraposición,puede comentarse lo que decía el gobernador Casrellsrespecto a las condiciones de vida y al trato Otorgadoa los trabajadores rurales : "el control sobre los precios de artículos de primera necesidad ; el contr alorsobre las balanzas; la represión del juego y la ventade bebidas alcohólicas en laschacras, han servido parademostrar qu e ha sido una preocupación constantede este gobierno y de la Comisión de Braceros el mejorar las condiciones de vida del trabajador rural, ylos resultados obtenidos han de ser sus mejores propagandistas para el futuro" , Castells, Memrma, 1935,p.97.
A su vez, por la misma época, Lestani exponíaen su publicación los juicios que le merecían las condiciones laborales y de residencia de los cosecherosde algodón y sus familias. "El cosechero que emigraanual mente de su provincia en número de más o me
nos 25 000 para el levantamiento del algodón, es unavíctima de la expoliación común del trabajador. Selo contrata por determinados precios, pero rara vezse cumple esto. Esta gente trabaja en muy malas cond iciones, pues las chacras carecen de galpones de albergue para sus peones, debiendo buscar cada uno deellos la mejor forma de afrontar las inclemencias deltiempo bajo los árboles, o en mal cubiertos techos depaja. Los altos precios que se fijan por la provisiónde comidas y por otras mercaderías de discutible calidad, saldan generalmente los jornales del cosechero",Lestani, Territorio, 1935, pp . 36-37 .
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nes idealistas, ya que no se contaba conuna estructura policial capaz de irnplernenrar estos controles en los ámbitos rurales.
Por otro lado, y tal vez en parte porlos motivos expuestos, desde el gobiernolocal hubo una inicial tendencia a minimizar o relativizar las altas tasas de delitoscontra las personas publicadas por la oficina de esradfsticas de la propia gobemación, apelando al atenuante de que frenteal continuo incremento poblacional, estascifras no aumentaban sino que, en realidad, decrecían.
Pero paradójicamente, al mismo tiempoen que desde el gobierno se "naturalizaban" estos elevados índices y se presentaba una ficticia imagen de la situaciónsocial del Chaco en Memorias de Gobierno y discursos, por vía administrativa seclamaba ante los poderes centrales por unaumento en las plazas policiales, o la creación de nuevas instituciones de control.Como otra paradoja cabe señalar queentre los argumentos de mayor peso utilizados para justificar estos pedidos, prevalecían más los que aludían a la falta degarantías para la propiedad particular(muy válidos en aquel momento), queaquellos que podían demostrar la vulnerabilidad de los pobladores rurales.
De todas maneras, las luces de alertapara la dirigencia nacional sobre algunosaspecros de la cuestión social en el Chacose prenderían a partir de una serie de sucesos que trascendieron el marco regionaly conmocionaron a la opinión pública.
En primer lugar, el llamado mouimientoagrario de 1936 (continuación de la granhuelga ocurrida en 1934),33 por su viru-
33 El movimiento agrario de 1936 fue la continuación de un conflicto iniciado en el interior delCha co en 1934 y lide rado por una asociación que
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lencia y repercusión extrarregional, obligó a los poderes centrales a colocar entrelas prioridades la búsqueda de solucionesde fondo para mejorar el control social eneste cerritorio.P"
Por otro lado, estos sucesos se combinaron con un simultáneo -y sintomátic(}auge del bandolerismo rural, que si bienya venía asolando el interior del territoriodesde principios de la década de los treinta, pata este momento ejecutaba los asaltos y secuestros más resonantes del país enaquellos años, volviendo impotentes a lasfuerzas de seguridad rerritorianas.P
tuvo actuación en otras regiones del país, y que seautodenominó Junta de Defensa de la Producción yde la Tierra. Esta agrupación, que inicialmente tuvoel propósito de mejorar los precios que se pagaban alcolono por el algodón, promovió las huelgas más virulentas de esra década en el Chaco. Para 1936 lasmotivaciones de esta Junta adquirieron un tinte fuertemente político, y la metodología de intimidaciónpuesta en práctica la convirtieron en una agrupaciónradicalizada y resistida por sus supuestos seguidoresy por la comunidad en general. Sus acciones violentas, que llegaron a hacer peligrar la campaña algodonera de ese año , terminaron cuando el gobierno local ordenó la represión del movimiento y la detenciónde sus principales dirigentes. No obstante, la efervescencia laboral producida por el conflicto, sirvió dealiciente -encre Otros motivos- para que los poderescentrales reirnpulsaran proyectos de creación de nuevas instituciones de control social.
34 Hasta ese momento se habían creado esporá
dicos cuerpos de gendarmería, o dispuesto efimerasampliaciones de los cuadros policiales para neutralizar temporalmente los conflicros, estallidos sociales,o problemas de seguridad. Resuelta la contingencia,esros cuerpos de gendarmería "volante" eran disueltos al cabo de unos po:os meses argumentándose motivos presupuestarios.
3' Durante el primer tercio de la década de lostreinta comenzó a difundirse en el Chaco el fenómeno del bandolerismo rural. El mismo, que se presen-
Este conjunto de eventos, queponíanal descubierto la verdadera situación deminoridad y desatención en la que se hallaba la mayoría de estas jurisdiccionesperiféricas, reimpulsarían precisamentedurante la segunda mitad de esta décadael reiteradamente postergado debate sobre la creación de una fuerza especial deseguridad para los territorios nacionales.La discusión sobre el tema se prolongaríadurante los meses subsiguientes, hallandoresultados concretos a mediados de 1938,cuando se dispuso la organización de unanueva institución de control estatal destinada específicamente a estos espaciosrerritoriales.P"
El ciclo algodonero en el Chaco habíademostrado de esta forma las limitaciones del Estado en la conducción de estosmodelos de colonización en las regionesfronterizas, pero al mismo tiempo las experiencias serían capitalizadas para las
tó también en otros territorios nacionales -aunqueen menor magnitud-, tuvo como característica especial en el Chaco una vigencia que se mantuvo duran.te toda la década; la espectacularidad de los asaltos ysecuestros, y los montos recaudados por bandolerosque a consecuencia de sus andanzas, terminaron convirtiéndose en miros populares.
36 En julio de 1938 se sancionó la ley de creación de lo que hasta hoyes la Gendarmería Nacional.Entre los argumentos más recurrentes que se esgrimieron en los debates parlamentarios, sobresalieron Jos
que aludían a la inseguridad e indefensión de los pobladores rurales de los territorios nacionales, particularmente en el Chaco. De hecho, esra fuerza instaló suprimer regimiento en este territorio que por entoncesera considerado como el menos seguro del país, y fueen el área rural algodonera donde estrenó sus primeras operaciones. La acción de esta fuerza militarizadaerradicó el bandolerismo e inauguró una nueva época en la que la inseguridad rural dejó de ser una cuesrión determinante en la vida de este territorio.
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enmiendas que se realizarían en los añossucesivos. Se iniciaba a finales de esta década una nueva etapa en la consideraciónde estas jurisdicciones, en la que habríade allanarse el camino para una reformainstitucional de fondo en las mismas.
BREVES CONSIDERACIONES FINALES
Una vez organizados los territorios nacionales en 1884, quedaron bajo la tutelaestatal con una estructura política y administrativa casi enteramente dependiente de las autoridades centrales. Con esteesquema se procuró integrar de maneraefectiva estas regiones a la vida nacional,mediante el fomento de la colonizacióny a través de un proceso progresivo ycontrolado.
Aunque el poblamiento fue dirigidodesde el Estado mediante leyes y políticasde fomento, este adquirió ritmos y particularidades propias en función de la receptividad y/o las potencialidades productivas de cada una de estas jurisdicciones.
En el caso específico del Chaco, dichoproceso atravesó al menos por tres etapassuficientemente definidas si es que se considera su evolución socioeconómica. Porsu relevancia y proyecciones, tal vez la másinteresante sea la que transcurrió entre lasdécadas de los veinte y los cuarenta del siglo xx, en las que al tiempo en que semodificó el ciclo productivo -pasándosede las explotaciones forestales a la preeminencia del cultivo algodonero- se produjo también -y como consecuencia deello- una súbita y fuerte afluencia inmigratoria atraída por las alentadoras perspectivas de esta transición.
La constante multiplicación poblacional; los bruscos cambios demográficos pro-
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ducidos por el periódico arribo de braceros; las deficiencias en la legislación, y laslimitaciones administrativas para atenderel vertiginoso proceso, ocasionarían losproblemas propios de este tipo de colonizaciones intensivas.
El fenómeno excedió ampliamente laplanificación estatal y las posibilidadesde la administración local, la cual pese aoscilantes intentos de adaptación, no pudoacompañar en tiempo y forma las crecientes demandas de una sociedad en desbordante expansión. Las deficiencias enmateria edilicia, comunicaciones, seguridad, educación, justicia y sanidad fueronconstantes, y la capacidad de gestión degobernantes y fuerzasvivas locales,muy limitada, en razón de las restricciones impuestas a autoridades y habitantes de losterritorios nacionales.
Las exteriorizaciones de algunos problemas resultantes se verían con claridadparticularmente durante el transcurso dela década de los treinta, época en la que,paradójicamente, se manifestó con todosu brillo el éxito del cultivo algodonero enel Chaco. Los registros estadísticos, laprensa, algunos representantes de la dirigencia local, estallidos laborales, y unainseguridad extendida en los ámbitos rurales, evidenciarían la precariedad en laque se hallaban algunos sectores de estasociedad que no llegaban a disfrutar delos beneficios del proceso, o se hallabanexcluidos de la protección del Estado .
Así, durante este periodo, con su formidable crecimiento, el Chaco se exhibíapujante y como un paraíso productivo queatraía inmigrantes, empresarios, y también funcionarios del Estado para evaluarlas presuntamente ilimitadas posibilidades de este territorio. Sin embargo, la problemática social en esta sociedad en vías
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de formación no pareció recibir los m ismos niveles de atención pot parte de lospoderes centrales, aparentemente más interesados en garant izar el flujo de rent aslocales al erario nacional que en revertir las carencias de buena paree de supoblación rural.
.A su vez - y salvo pocas excepciones-,entre la clase dirigente local pareció existir un tácito acuerdo para promocionar elChaco en el orden nacional omitiendociertos aspectos oscuros de su realidad socioeconómica. Así, en discursos, Memoriaso informes, se percibía cierta tendencia anormalizar o "naturalizar" algunas situaciones sociales lacerantes, y a ocultar o soslayar las qu e pudieran empañar la opulenta im agen de progreso que se habíaconstruido sobre esta jurisdicción, tan necesaria para asegurar la continuidad de laafluencia humana y de capitales.
De manera que la problemática socialen general , y particularmente las condiciones de trabajo, de residencia o segur idad de las masas que proporcionabanmano de obra al proceso algodonero, noconsti tuyeron una pr ioridad en la agendade la dirigencia local ni nacional. En alguna medida, esta escala de valores guardaba coherencia con los términos de unaépoca poco sensible a los problemas sociales y, además, en el Chaco estas eran lasexigencias de un proceso en el que la ambición de rápido progreso se anteponía;los sentimientos de solidaridad con las clases más bajas no estaba n incorporadoscomo un valor moral ni eran socialmenteponderables; el concepto de caridad pública no estaba aún difundido; las institu ciones normalmente encargadas de suprédica y ejecución (como la Igles ia) noestaban aún organizadas, y las de ben eficencia se hallaban apenas en sus albo-
res y operaban en restringidos espaciosurbanos.F
De allí que los asuntos inherentes a lacuestión social en los ámbitos rurales sóloadquir ían relevancia cuando sus manifestaciones virulentas desbordaban la capacidad de control de las inst itucioneslocales, y excedían, por sus dimensioneso consecuencias , el marco estrictamenteregional.
La creación de entidades que indirectamente se ocuparon de algunos aspectosde esta problemática en el ámbito rural(como la Comis ión de Braceros o la JuntaNacional del Algodón) instrumentadas en1935, serían los primeros tibios intentosde asistencia y control de este sector de lasociedad, y la antesala de una mejor atención del trabajador rural, que se perfeccionaría con la irrupción del peronismo.
Por lo demás, el Estado nacional quepor la ley 1532 se había arrogado el papelde tutor excluyente para garantizar la exitosa inclusión de estas jurisdicciones, tuvoimportantes limitaciones paracumplir conestos orig inales propósitos, puesto que laspoblaciones de todos los territorios debieron pasar por carenci as y desaten cionesqu e se hubieran evitado de haberse constituido en tiempo y forma las insti tuciones representativas locales originariamente previstas.
No obstante, el inicio de la década delos cuarenta sería la oportunidad para e!comienzo de! debate en e! que se reconsideraría la reorganización de estas jurisdicciones y su inserción , ya como un idadesautónomas y con plenos derechos de sus
37 La Ig lesia empezó a orga nizarse en el Chacorecién a partir de 1939. H asta ese mom ento la laborpastoral la desarrollaron algunas órdenes relig iosas,con alcances limitados.
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habitantes, en la estructura de provinciasdel Estado. El Chaco en tal sentido, seríanuevamente utilizado como laboratoriode ensayo y base argumental de las reformas por venir, las cuales se cristalizarían acomienzos de la década de los cincuentamediante la provincialización de los primeros territorios nacionales."
fuENTES CONSULTADAS
Archivos
AHPCH Archivo Histórico de la Provincia delChaco.
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