Seamos Católicos - Distrito de México

4
Seamos Católicos Nº 591 - 2020 LA IGLESIA Y LA CREMACIÓN En este mes de noviembre, la Iglesia trae a la memoria de nuestra piedad filial el culto debido a nuestros difuntos. Este culto consiste principalmente en ofrecer sufragios por sus almas, de lo cual la Iglesia nos da ejemplo el 2 de noviembre, ofreciendo especialmente el Santo Sacrificio de la Misa y dando facultad a sus sacerdotes para que por tres veces lo celebren ese día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio. Pero, además, este culto incluye como elemento importante, que no debe descuidarse, el respeto que debemos a sus despojos mortales, y que se expresa muy apropiadamente en el rito de funerales. 1º Respeto de la Iglesia por el cuerpo de los difuntos La Iglesia profesó desde siempre un grandísimo respeto por los cuerpos de los difuntos, por haber sido los templos de Dios, redimidos por la sangre de Jesucristo y santificados por los sacramentos. Por eso prohibió durante mucho tiempo que se los abriera, y siempre se negó tajantemente a entregarlos al fuego, exigiendo que se los depusiera en una tierra bendecida en la que se consumieran naturalmente en espera de la resurrección: «Desde todos los tiempos la inhumación fue la práctica más general y constante de los pueblos, mientras que la cremación sólo figuró en la historia a modo de excepción» (Monseñor Freppel, 1886). De hecho, los fieles del Antiguo Testamento se distinguieron siempre por el uso de enterrar a sus muertos, excluyendo totalmente la cremación, y ateniéndose a la sentencia dictada por Dios contra Adán: «Volverás a la tierra de la que has sido formado» (Gen 3:19). Tan sagrado era entre los judíos este deber de enterrar a los muertos, aunque fueran condenados o enemigos, que Tobías se entregaba a él con riesgo de su propia vida, mereciendo con ello la alabanza del arcángel Rafael y el socorro de Dios (Tob 12:12). Por lo que a los cristianos se refiere, desde siempre practicaron la inhumación y se negaron a la cremación de los cuerpos, incluso al precio de grandes riesgos: El peligro de ser sorprendidos por los perseguidores de la religión cristiana. • El peligro de que los cementerios, una vez detectados, fueran violados o confiscados, como sucedió bajo el emperador Valeriano, o exhumados todos los cuerpos, como en Nicomedia bajo las órdenes de Diocleciano. • Peligro para la misma religión, ya que los paganos se valían de la costumbre de los cristianos de enterrar a los muertos para burlarse de ellos o denunciarlos. • Dificultades y riesgos supremos que suponía el trabajo de cavar los lugares funerarios para enterrar los cuerpos, y que produjeron las admirables catacumbas de Roma, testigo patente de la tenacidad de los cristianos en negarse a la práctica supuestamente más higiénica y económica de la cremación. Frente a estos múltiples riesgos, fácilmente habrían renunciado los primeros cristianos a la inhumación de los cuerpos, si fuera tan sólo una cuestión libre o indiferente. Sólo una razón gravísima podía obligarlos a esta

Transcript of Seamos Católicos - Distrito de México

Page 1: Seamos Católicos - Distrito de México

SeamosCatólicos

Nº 591 - 2020

LA IGLESIA Y LA CREMACIÓN

En este mes de noviembre, la Iglesia trae ala memoria de nuestra piedad filial el cultodebido a nuestros difuntos. Este cultoconsiste principalmente en ofrecer sufragiospor sus almas, de lo cual la Iglesia nos daejemplo el 2 de noviembre, ofreciendoespecialmente el Santo Sacrificio de la Misay dando facultad a sus sacerdotes para quepor tres veces lo celebren ese día ensufragio de las benditas almas delPurgatorio. Pero, ademas, este culto incluyecomo elemento importante, que no debedescuidarse, el respeto que debemos asus despojos mortales, y que se expresamuy apropiadamente en el rito de funerales.

1º Respeto de la Iglesia por el cuerpo delos difuntos

La Iglesia profeso desde siempre ungrandísimo respeto por los cuerpos de losdifuntos, por haber sido los templos de Dios,redimidos por la sangre de Jesucristo ysantificados por los sacramentos. Por esoprohibio durante mucho tiempo que se losabriera, y siempre se nego tajantemente aentregarlos al fuego, exigiendo que se losdepusiera en una tierra bendecida en la quese consumieran naturalmente en espera dela resurreccion: «Desde todos los tiempos lainhumacion fue la pra ctica ma s general yconstante de los pueblos, mientras que lacremación solo figuro en la historia a modode excepcio n» (Monsenor Freppel, 1886).De hecho, los fieles del Antiguo Testamentose distinguieron siempre por el uso deenterrar a sus muertos, excluyendototalmente la cremacion, y ateniendose a lasentencia dictada por Dios contra Adan:«Volveras a la tierra de la que has sido

formado» (Gen 3:19). Tan sagrado era entrelos judíos este deber de enterrar a losmuertos, aunque fueran condenados oenemigos, que Tobías se entregaba a el conriesgo de su propia vida, mereciendo conello la alabanza del arca ngel Rafael y elsocorro de Dios (Tob 12:12).

Por lo que a los cristianos se refiere, desdesiempre practicaron la inhumacion y senegaron a la cremacion de los cuerpos,incluso al precio de grandes riesgos:

• El peligro de ser sorprendidos por losperseguidores de la religion cristiana.

• El peligro de que los cementerios, unavez detectados, fueran violados oconfiscados, como sucedio bajo elemperador Valeriano, o exhumados todoslos cuerpos, como en Nicomedia bajo laso rdenes de Diocleciano.

• Peligro para la misma religion, ya quelos paganos se valían de la costumbre de loscristianos de enterrar a los muertos paraburlarse de ellos o denunciarlos.

• Dificultades y riesgos supremos quesuponía el trabajo de cavar los lugaresfunerarios para enterrar los cuerpos, y queprodujeron las admirables catacumbas deRoma, testigo patente de la tenacidad de loscristianos en negarse a la practicasupuestamente mas higienica y econo micade la cremación.

Frente a estos multiples riesgos, facilmentehabrían renunciado los primeros cristianos ala inhumacio n de los cuerpos, si fuera tanso lo una cuestion libre o indiferente. Solouna razon gravísima podía obligarlos a esta

Page 2: Seamos Católicos - Distrito de México

practica al riesgo de la propia vida: unprecepto emanado de los mismosapostoles, cuya violacion supondría, aldecir de San Inocente I, uno de los mayoresesca ndalos, y de la que nadie se podíadispensar ma s que en caso de estrictanecesidad. Este rechazo de la cremacionde los cuerpos se mantuvo contantementeen la Iglesia en el resto de toda su historia,como algo vinculado a la misma moralcristiana y en cierto modo a la fe; y poresta razon, los mismos pueblos barbaros enque esta practica estaba en uso (como habíalogrado estarlo en la misma Roma entiempos de su decadencia), fueronabandonandola gradual y sistematicamentea medida que se convertían al catolicismo.

2º Motivos de la Iglesia para enterrar loscuerpos y evitar su cremacion

¿Cuales son las razones de la Iglesia paramantener con tanto teson el entierro de loscuerpos y condenar con las mayores penasel uso de la incineracion o cremacio n? Tresprincipalmente, expuestas por la Revelaciono los Santos Padres:

a) La primera razon es la fe en lafutura resurreccio n de los cuerpos, quequeda bien expresada en el rito de lainhumacion, segun el simbolismo que le haatribuido toda la tradicio n cristiana. NuestroSen or mismo dijo: «Si el grano de trigo nocae en tierra y muere, no lleva fruto» (Jn12:24). San Pablo, en este mismo orden deideas, dice que por la muerte el cuerpo «essembrado en la corrupcion, pero resucitaraincorruptible» (I Cor 15:42). El cementerio,como su nombre griego lo indica, esjustamente eso, un «dormitorio» en que losfieles, descansando de esta vida, esperan eldespertar de la vida eterna. Se inculca así alos fieles que la muerte, si bien es unadestruccion, no lo es de manera absoluta ydefinitiva, como lo sería la cremacion, sinoso lo la pena con que hemos de cargar porcausa del pecado, pero de la cual hemos deser restaurados por el poder de Dios. Lacremación destruye esta dulce yconsoladora idea de sueno o descanso; elnombre de cementerio pierde todo susentido. Si a los cuerpos se los quema enlugar de enterrarlos, todas estas imagenesinspiradas, y las verdades que designan, sedesvanecen. Así como el grano, si es

cocinado, ya no puede sembrarse, asítambie n el cuerpo del hombre, si es reducidoa cenizas, pierde la figura de semilla y noresponde a la idea de resurreccio n queexplica San Pablo.

b) La segunda razon contra la pra cticade la incineracion es el caracter sagradodel cuerpo. En efecto, no solo nuestra alma,sino tambien nuestro propio cuerpo, es unmiembro de Cristo y un santuario en el quereside el Espíritu Santo; y por eso, el mismorespeto que le debemos en orden a lapractica de la castidad y de la modestia, seexige en orden al trato que le damos cuandomuere: «¿No sabeis que vuestros cuerposson miembros de Cristo? ¿He de abusar yode los miembros de Cristo...? No lo permitaDios» (I Cor 6:15). «¿Por ventura no sabeisque vuestros cuerpos son templos delEspíritu Santo..., y que ya no sois vuestros,puesto que habeis sido comprados a buenprecio?» (I Cor 6:19-20). Adema s, comoobserva San Agustin, de los cuerpos «sevalio el alma como de instrumentos y vasospara la realizacion de buenas obras»;igualmente, ese cuerpo fue redimido porCristo y santificado con los sacramentos,especialmente con el Bautismo, Matrimonioy la Extremaunción.

c) La Iglesia, al reprobar la cremación,tiene tambien como motivo importantísimo elhecho de que repugna, no solo a la piedadcristiana, sino tambie n a la misma piedadnatural, segun la cual nadie odia su propiacarne, ni obra violentamente contra ella:«Todo lo que se hace para dar sepultura alcuerpo, si bien no aprovecha directamente ala salud del alma, es un acto de humanidadconforme con la natural inclinacion, por laque nadie odia a su propia carne. Pues si unvestido o el anillo del padre, o cualquieraotra cosa que le haya pertenecido, son tantoma s estimables a sus hijos cuanto mayorhaya sido el amor que hayan profesado asus padres, de ningun modo puedendespreciarse los cuerpos, que llevamos masamigable e íntimamente unidos a nosotrosque cualquier vestido. Porque el cuerpo noes simplemente un ornamento o proteccionexterior, sino que pertenece a la mismanaturaleza del hombre» (SAN AGUSTIN).

Seamos Católicos nº 591

Page 3: Seamos Católicos - Distrito de México

3º La Iglesia condena la cremaciónPor todo esto la Iglesia, frente a la cremacionpromovida por asociaciones fundadas por laMasonería (y hoy aceptada por todos losEstados modernos), dicto severas medidascontra esta practica anticristiana, sobre todoen la instruccion del Santo OficioCadaverum cremationis, del 19 de junio de1926, en la que se decía:

a) La costumbre ba rbara de lacremacion de los cuerpos es impía,escandalosa y por lo tanto gravementeilícita, por cuanto se opone a la piedadnatural y cristiana hacia los cuerpos de losdifuntos, al sentir constante de la Iglesia, yha sido reiteradamente condenada por losSumos Pontífices.

b) No se podran administrar lossacramentos a los fieles moribundos quehayan pedido formalmente ser incineradosdespues de su muerte y que, despues de serdebidamente amonestados a retractar estavoluntad, hayan persistido en ella.Asimismo, queda estrictamente prohibidocelebrar publicamente la misa o lasexequias por el descanso del alma de estaspersonas, las cuales, ademas, quedanprivadas de sepultura eclesiastica.

c) Si la cremacion no responde alpedido del moribundo, sino que vieneimpuesta por presion o mandato de lospoderes publicos o de terceras personas, sepodra administrar al moribundo lossacramentos y concederle sepulturaeclesia stica, pero a condicion de que seevite todo escandalo, haciendo conocer quela cremacio n no fue elegida por propiavoluntad del difunto. Empero, incluso en esteu ltimo caso, no podra nunca el sacerdote,despues de las exequias, acompan ar elcuerpo del difunto al lugar de la cremacion.

Estas normas ya habían sido consignadasen el Derecho Canonico de 1917, quecodifica la tradicion cato lica de lainhumacion y la severidad de las penas paraquien la viole: • prescribiendo el entierro delos cuerpos y condenando la cremacio n;• declarando nula la voluntad del difuntoque haya dispuesto, por mandato,testamento o contrato, la cremacion desu cuerpo (canon 1203); • y priva ndolo desepultura eclesiastica (canon 1240) y de

todas las misas de exequias, aun deaniversario (canon 1241).

4º ¿Que hacer?Por desgracia, en mayo de 1963, Pablo VIaprobaba una instruccion del Santo Oficio enla que, considerando las nuevascircunstancias de los tiempos y la difusion dela pra ctica de la cremacion, se permitía laincineracion cuando no respondiese a lanegacion de los dogmas catolicos, sino so loa razones higie nicas, economicas u otras.Este permiso paso al nuevo Codigo deDerecho Cano nico, publicado en 1983 porJuan Pablo II, y que dice así: «La Iglesiaaconseja vivamente que se conserve lapiadosa costumbre de sepultar el cuerpo delos difuntos; sin embargo, no prohíbe lacremacion, a no ser que haya sido elegidapor razones contrarias a la doctrinacristiana» (canon 1176, § 3).

Eso hace que nuestras familias se veanconfrontadas hoy, cada vez mas, con casosde familiares o amigos que han pedido sucremacion pensando que la Iglesia lopermite, y que no han recibido de parte desus sacerdotes la amonestacion pararetractar esa voluntad. ¿Que hacer ensemejantes casos?

a) Ante todo, hemos de aferrarnos ala pra ctica bimilenaria de la Iglesia, lacual, así como no puede cambiar en cosasde fe, no puede tampoco modificarse encosas que atanen a las costumbres.

b) Por ende, es deber nuestrointentar disuadir de la cremacion aaquellos de nuestros familiares que la hayanpedido. En caso de que la hayan dejadoestipulada por testamento, ningun fielcristiano esta obligado en conciencia acumplir dicha voluntad, que la Iglesiasiempre considero impía y nula.

c) Sin embargo, si han pedido lacremación de buena fe, dada la confusionreinante, y no se ha logrado hacerles ver queva contra el sentir constante de la Iglesia, seles puede asegurar la asistencia de unsacerdote para los ultimos sacramentos, yhacerles celebrar luego misas y funeralescristianos.

Page 4: Seamos Católicos - Distrito de México

N.ª S.ª de Guadalupe Mínimas

Domingo 15 XXIV DESPUÉS DE PENTECOSTÉS2ª Clase

VI Después de Epifanía

07:30, 9:00, 10:30: Misas Rezadas12:00 Misa Rezada19:00 Misa Rezada

08:00 Misa Rezada09:30 Misa Rezada11:00 InstitutoCatecismo

Lunes 16 SANTA GERTRUDIS., VR.

3ª Clase19:00 Misa Rezada 07:30 Misa Rezada

Martes 17 SAN GREGORIO TAUMATURGO, OB. YCF.

3ª Clase

19:00 Misa Rezada 07:30 Misa Rezada

Miércoles 18 DEDICACIÓN DE LAS BASÍLICAS DESAN PEDRO Y SAN PABLO

3a clase

19:00 Misa Rezada 07:30 Misa Rezada

Jueves 19 SANTA ISABEL DE HUNGRÍA, REINA YVIUDA

3ª Clase

San Ponciano, Papa y Mr.

19:00 Misa Rezada 07:30 Misa Rezada

Viernes 20 SAN FÉLIX DE VALOIS, CF.

3ª Clase19:00 Misa Rezada 07:30 Misa Rezada

Sábado 21 PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMAVIRGEN MARÍA - (INICIO CRUZADA)

3ª Clase

16:45 Catecismo19:00 Misa Rezada

07:30 Misa Rezada

Domingo 22 ÚLTIMO DESPUÉS DEPENTECOSTÉS2ª Clase

07:30, 9:00, 10:30, 12:00 MisasRezadas19:00 Misa Rezada

08:00 Misa Rezada09:30 Misa Rezada11:00 Misa InstitutoCatecismo

Lunes 23 SAN CLEMENTE I, PAPA Y MR.

3ª Clase

Santa Felicidad, Mr.

19:00 Misa Rezada 07:30 Misa Rezada

Martes 24 SAN JUAN DE LA CRUZ, DR..

3ª Clase

San Crisógono, Mr.

19:00 Misa Rezada 07:30 Misa Rezada

Miércoles 25 SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA, VR.Y MR.

3ª Clase

19:00 Misa Rezada 07:30 Misa Rezada

Jueves 26 SAN SILVESTRE, ABAD

3ª Clase

San Pedro de Alejandría, Ob. y Mr.

19:00 Misa Rezada 07:30 Misa Rezada

Viernes 27 DE LA FERIA

4ª Clase

Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

19:00 Misa Rezada 07:30 Misa Resada

Sábado 28 DE LA VIRGEN MARÍA

4ª Clase16:45 Catecismo19:00 Misa Rezada

07:30 Misa Rezada

Domingo 29 I DE ADVIENTO1ª Clase

07:30, 9:00, 10:30, 12:00 MisasRezadas19:00 Misa Rezada

08:00 Misa Rezada09:30 Misa Rezada11:00 InstitutoCatecismo

Semanas del 15 al 29 de Noviembre