ROXANA 3
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UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMÍCAS
Doctrinas económicas
Teoría del equilibrio económico
Lima – Perú
2015
2
DEDICATORIA:
Este trabajo lo dedicamos a la profesora por el
gran aprendizaje que nos deja un tema tan
importante como este para que en un futuro
seamos muy buenos economistas.
ÍNDICE
1. Alfred Marshall..............................................................................6
2. Equilibrio Parcial...........................................................................7
3. Propiedades de dinero..............................................................14
4. Clases de dinero.........................................................................15
5. Funciones de dinero...................................................................17
6. Sistemas monetarios..................................................................20
7. Demanda de dinero....................................................................25
8. Oferta de dinero..........................................................................27
9. Equilibrio de mercado.................................................................29
Conclusiones..................................................................................31
Bibliografía......................................................................................32
Referencias....................................................................................33
3
INTRODUCCIÓN
A pesar de los múltiples avances y modificaciones que ha sufrido la teoría microeconómica
convencional, sus dos modelos canónicos continúan siendo el de equilibrio parcial y el de
equilibrio general. Contrario a lo que habitualmente se expone, existe abundante literatura que
torna insatisfactorios ambos instrumentos analíticos. El presente ensayo intenta exponer
algunos problemas de la teoría microeconómica dominante recuperando los trabajos que nos
parecen contienen los componentes más esenciales de las críticas desarrolladas hacia ambos
paradigmas. En este sentido, consideramos que presentar las principales debilidades y
limitantes de la teoría microeconómica neoclásica utilizando los elementos desarrollados a lo
largo de la historia del pensamiento económico es de importancia fundamental para el
progreso no sólo de la microeconomía sino también de la ciencia económica en general.
Además de la presente introducción, el resto del ensayo se encuentra compuesto de la
siguiente manera: en la sección II se aborda el equilibrio parcial concentrándose
principalmente en la crítica realizada por Piero Sraffa; en la sección III se trata el equilibrio
general haciendo énfasis en los resultados negativos derivados a partir de los Teoremas de
Sonnenschein-Mantel-Debreu y en el escaso contenido de esta teoría al no poder ofrecer una
explicación de la formación de precios ni la posibilidad de modelar economías monetarias sin
entrar en dificultades; la sección IV expone brevemente si la teoría de juegos puede ser
considerada una salida satisfactoria para los problemas de la teoría microeconómica
convencional; y finalmente la sección V presenta las principales conclusiones.
4
CAPÌTULO I
TEORIA PARCIAL DEL EQUILIBRIO
ECONOMICO
5
1. ALFRED MARSHALL
Postulados, aplicaciones y aportes a la economía, (Optimo del consumidor)
(Londres, 1842-Cambridge, Reino Unido, 1924)
Economista británico. Estudió en la Merchant Taylor’s
School y el St. John’s College de Cambridge, donde se
licenció en matemáticas en 1865. Fue profesor de
economía política en el Balliol College de Oxford
(1883-1885) y en la Universidad de Cambridge (1885-
1908). Convirtió Cambridge en la principal facultad de
economía de los países de habla inglesa, y tuvo como discípulos a importantes
economistas, como Pigou o Keynes.
Para Marshall "la economía política o economía, es el estudio de la humanidad en las
ocupaciones ordinarias de la vida; examina esa parte de la acción individual y social
que está más estrechamente conectada con la obtención y el uso de los requisitos
materiales del bienestar"1
En primer lugar señalemos que la contribución más importante de Marshall a la teoría
de la demanda fue la formulación clara del concepto de elasticidad precio de la
demanda, donde el precio y la cantidad demandada se relacionan inversamente.
El grado de la relación entre el cambio en el precio y el cambio en la cantidad
demandada se manifiesta mediante el coeficiente de la elasticidad del precio, que es la
relación de signo negativo entre el porcentaje de cambio de la cantidad demandada
sobre el porcentaje de cambio en los precios.2
En 1890 publicó su obra capital, Principios de economía, que durante muchos años fue
el principal libro de economía de todo el mundo. En el primer volumen de la obra
compaginó conceptos de la economía clásica como riqueza, producción, trabajo,
capital o valor con aportaciones de la escuela marginalista como utilidad y utilidad
1 http://www.gestiopolis.com/canales/economia/articulos/18/Ciclope13.htm
2 http://www.gestiopolis.com/canales/economia/articulos/18/Ciclope13.htm6
marginal. A los agentes de la producción (tierra, trabajo, capital) añadió un nuevo
factor, el de la organización industrial. En el segundo volumen realizó una exposición
del funcionamiento de los mercados, un análisis de oferta y demanda y expuso su
teoría del equilibrio parcial, de la formación de la oferta, la incidencia de los
monopolios y la distribución de la riqueza nacional. Los problemas más destacados que
analizó fueron el de la formación de los precios y la distribución de la renta. En el
primer caso estableció como determinantes del valor de un bien tanto el coste de
producción como la utilidad. A partir del valor del bien, la formación de los precios
vendría dada por la confluencia de la oferta y la demanda; la primera, determinada por
los costes de producción, y la segunda, por la utilidad marginal. También estableció
una relación entre precio y cantidad demandada cuya sintaxis gráfica (curvas de oferta
y de demanda) sigue vigente hoy día. Marshall fue el economista británico más
brillante de su época. También fue un profesor sobresaliente y ejerció una gran
influencia sobre los economistas de aquella época. Su mayor contribución a la
Economía fue sistematizar las teorías económicas clásicas y el desarrollo del concepto
de utilidad marginal. Subrayó la importancia del análisis minucioso y la necesidad de
adecuar las teorías a los nuevos acontecimientos. Se lo considera uno de los
antecesores de la economía del bienestar. Entre sus obras destacan: Principios de
Economía e Industria y comercio, publicadas en 1890 y 1919.
Concepción General del valor y los Precios: Los elementos que gobiernan el valor se
deben buscar, de una parte, en la utilidad aportada por los bienes consumidos, y, de
otra, en los esfuerzos y sacrificios implicados en la producción. Estas satisfacciones y
costes subjetivos son susceptibles de una evaluación por parte del mercado: el dinero
da una medida de las mismas. De este modo, en el mercado, la utilidad gobierna la
demanda y los costes gobiernan la oferta. Estas dos hojas de la tijera, como dice
Marshall, determinan los precios. Nosotros las analizaremos en su orden.
7
2. EQUILIBRIO PARCIAL
El equilibrio parcial es un concepto del equilibrio económico, ampliamente empleado
en microeconomía, que se centra en el estudio de una empresa; mercado particular o
sector económico asumiendo que la situación en el resto del sistema, especialmente los
precios de los bienes sustitutivos y complementarios, los niveles de ingreso de los
consumidores, etc., es constante. En otras palabras, el análisis del equilibrio parcial
propone que la venta de lo que un cierta empresa o tipo de empresas producen (todos
los bienes de cierto tipo disponible en el mercado) es independiente de la situación para
otros bienes o en otras empresas o mercados. El paradigma básico es que los precios se
ajustan hasta que la oferta iguala a la demanda. La simplicidad del modelo básico
inherentes en el modelo -introducido por Alfred Marshall- hacen la aproximación
fácilmente comprensible y manipulable. Sin embargo, esa misma simplicidad tiene la
consecuencia de producir resultados que, a pesar de parecer precisas, no
necesariamente reflejan situaciones reales. A nivel teórico el modelo presenta una
técnica simple pero poderosa para analizar relaciones que llevan a situaciones óptimas
de acuerdo con Pareto, establecer bases para comparaciones estáticas, etc. El análisis
tiene además la ventaja de concentrarse en el problema prácticos que confrontan ya sea
una industria o sector empresarial en particular.
El análisis del equilibrio parcial estudia el comportamiento de las unidades decisorias
individuales y el funcionamiento de los mercados individuales, considerados
aisladamente. Nos permite avanzar sobre fenómenos cada vez más complicados, pero
estudiándolos aisladamente: el equilibrio de un consumidor, el de un vendedor de
servicios, el de una empresa independiente, el de una rama industrial, pero sin tomar en
cuenta la interdependencia de un sector económico con el otro.
Por otra parte, el análisis del equilibrio general estudia simultáneamente el
comportamiento de todas las unidades decisorias individuales y de todos los mercados
individuales. Este se concibe como la conjugación de los equilibrios parciales de todos
los sectores de la economía de los cuales a su vez dependen de aquél. Tendremos así el
funcionamiento de la economía como un todo en el que los precios individuales forman
8
una red, un sistema estructural y orgánico al que se llama sistema de precios. Sirve
para determinar la eficiencia de los agentes económicos, cuyo alcance es indispensable
para lograr el bienestar de la sociedad.
2.1. EQUILIBRIO PARCIAL :
En el análisis microeconómico convencional de equilibrio parcial, las dos causas
de valor (Marshall, 1890) en un mercado (industria) en particular son la oferta y
la demanda, las cuales se construyen sobre el mismo principio de balance de
motivaciones individuales y se consideran independientes una de la otra (Keen et
al., 2001; Rosselli, 2005). Dicho en otras palabras, la oferta y la demanda son
elementos simétricos (Rosselli, 2005), donde por simetría se entiende que ambas
desempeñan el mismo papel en la determinación del precio y la cantidad de
equilibrio en un mercado particular.
De esta forma, el modelo canónico de representación de un mercado de una sola
mercancía en cuya producción interviene la existencia de un factor de producción
fijo es el siguiente:
Gráfica 1. Análisis de oferta-demanda en un mercado de una sola
mercancía.
En la Gráfica 1, P denota precio y Q cantidad, S es la curva de oferta y D es la curva de
demanda de mercado, mientras que P* y Q* representan, respectivamente, el precio y la
cantidad de equilibrio (esto es, el precio y la cantidad que igualan la oferta y demanda del bien
en el mercado).
9
En el esquema convencional representado en la Gráfica 1, la curva de demanda
de mercado se construye a partir de la suma horizontal de las curvas de demanda
de los consumidores individuales, mientras que la curva de oferta de mercado (ya
sea en el corto o en el largo plazo) se deriva a partir de la suma horizontal de las
curvas de oferta de las empresas individuales. La curva de oferta de una empresa
individual es creciente debido a que las empresas se enfrentan a costos
marginales crecientes pues en el corto plazo imperan los rendimientos
decrecientes del factor de producción variable y, en el largo plazo, imperan los
rendimientos decrecientes a escala.
Dejando de lado los problemas con la existencia de curvas de demanda y oferta
en un mercado3 y con la teoría de la producción neoclásica (véase por ejemplo
Keen, 2001; Lee y Keen, 2004; Keen y Standish, 2006), el defecto cardinal del
análisis de precios y cantidades en un marco de equilibrio parcial es que éste es
inadecuado para abordar el caso de industrias sujetas a costos variables
(Maneschi, 1986); esto es, es inadecuado para abordar el caso de industrias cuyos
costos varían con la cantidad producida. Esta fue la esencia de la crítica
desarrollada por Sraffa (1925; 1926; 1930), la cual, pese haber generado un
intenso debate en su momento junto con la “controversia de los costos”4, ha sido,
en detrimento del avance de la ciencia económica, prácticamente olvidada (Keen
et al., 2001). Así, el argumento toral de la crítica de Sraffa (1925; 1926) se refiere
a que el supuesto de caeteris paribus (es decir, que la situación en el resto del
sistema permanece constante) necesariamente se ve violado cuando los costos en
3 Un tratamiento de las condiciones que garantizan la existencia de curvas de demanday oferta en los mercados individuales excede los propósitos del presente ensayo. Sinembargo, es posible afirmar que no existe razón alguna para presuponer la existencia perse de curvas de oferta y demanda puesto que para su existencia se requieren condicionesmuy específicas de agregación individual que no pueden ser simplemente soslayadas(véase Keen, 2001 y Lee y Keen, 2004, además de la amplia bibliografía que allí se refiere).
4 La así llamada “controversia de los costos” se inicia con Clapham (1922), quien señalaque las leyes de los rendimientos representan un aparato lógico/teórico desprovisto decualquier contenido empírico, precisión o claridad (Aslanbeigui y Naples, 1997; HuertaQuintanilla, 2001). Para una buena síntesis de este importante debate del que hoy en díapoco se habla véanse los trabajos de Aslanbeigui y Naples (1997) y Blackenburg y Harcourt(2007).
10
las industrias son variables (Maneschi, 1986), y, por tanto, hace referencia a la
imposibilidad del análisis parcial para poder lidiar adecuadamente con la
interdependencia entre los costos de producción de los diferentes sectores
(Panico, 1991; Panico y Salvadori, 1994).
Sraffa (1925) comienza por distinguir que los rendimientos crecientes y
decrecientes se originan por causas distintas. Mientras que los rendimientos
decrecientes (los cuales originan costos crecientes y, por tanto, curvas de oferta
ascendentes) se deben principalmente a los cambios en las proporciones en que
los insumos productivos se combinan en una industria determinada (es decir,
cambios en los coeficientes técnicos de producción), los rendimientos crecientes
(los cuales originan costos decrecientes y, por tanto, curvas de oferta
descendentes) se asocian a cambios en la escala de actividad (esto es, cambios en
el tamaño de la industria en cuestión) que permiten a los productores aprovechar
nuevos métodos superiores de producción (Maneschi, 1986; Mongiovi, 1996).
Una vez que se entiende esto, la derivación de las curvas de costos deja de ser
una cuestión trivial o directa (Sraffa, 1925; Mongiovi, 1996). Por ejemplo, en
una industria sujeta a rendimientos decrecientes, un incremento en la cantidad
producida generará un incremento en los precios de los factores de producción
utilizados (pues al aumentar la producción, aumenta también la demanda de
éstos). Por tanto, para ser consistente con el supuesto de rendimientos
decrecientes, el análisis de equilibrio parcial requiere postular que las
condiciones de oferta y demanda de una mercancía deben ser consideradas
independientes tanto entre sí como entre la oferta y la demanda de todos los otros
bienes producidos en las otras industrias (Sraffa, 1926). En otras palabras, el
análisis de equilibrio parcial requiere que los movimientos a lo largo de las
curvas de oferta y demanda no ocasionen cambios o desplazamientos en sus
posiciones (Mongiovi, 1996). Sraffa (1926) señaló que lo anterior resulta ser un
supuesto ilegítimo ya que una variación en la cantidad producida por la industria
analizada pone en movimiento una fuerza que actúa directamente no sólo sobre
sus propios costos sino también sobre los costos de otras industrias, por lo que las
11
condiciones requeridas para un análisis de precios-cantidades dentro de un marco
de equilibrio parcial neoclásico necesariamente se ven perturbadas.
En lo que atañe a los rendimientos decrecientes (costos crecientes y, por tanto,
curvas de oferta ascendentes), si una industria que produce una mercancía en
particular incrementa su producción y si en la producción de la mercancía en
cuestión se utiliza una parte sustancial de un factor de producción que es también
utilizado en otras industrias y cuya oferta total se considera fija, entonces todas
las demás industrias deberán explotarlo más intensamente. De esta forma, el
costo de producción se incrementará no solamente en la industria que incrementó
su producción sino también en todas las demás industrias que utilizan ese factor
de producción para la producción de sus respectivas mercancías3. Además, dado
que las mercancías producidas por las industrias que utilizan un mismo factor de
producción son frecuentemente bienes sustitutos y complementarios y puesto que
la demanda de cualquier mercancía depende del precio de todos los demás
factores, entonces la modificación en el precio de la industria analizada generará
un efecto sobre su respectiva demanda que no puede ser simplemente pasado por
alto (Sraffa, 1926; Keen et al., 2001). Dicho en otras palabras, cualquier
movimiento a lo largo de la curva de oferta de la industria estará asociado con
cambios en los precios que causan que la curva de demanda de la misma
industria cambie de pendiente en formas que no son obvias (Aslanbeigui y
Naples, 1997). Debido a lo anterior, la curva de oferta en una industria no es
independiente de su curva de demanda ni de las curvas de oferta y demanda de
las demás industrias. Por tanto, para el caso de rendimientos decrecientes, el
análisis de equilibrio parcial no podría ser utilizado más que en aquella clase
ínfima de mercancías en cuya producción se emplea toda la cantidad existente de
un factor de producción (Sraffa, 1926). Si, por el contrario, se supone que la
industria en cuestión utiliza solamente una pequeña cantidad del factor de
producción que es utilizado también por las demás industrias, entonces un ligero
incremento en la producción por parte de la industria no generará un impacto
perceptible en la intensidad del uso del factor de producción. Los costos de
12
producción permanecerán sin cambios en todas las industrias en donde se utiliza
el factor de producción, incluyendo la industria que incrementó su producción.
Así, aunque las condiciones para la aplicación de un análisis de equilibrio parcial
se sostienen para este último caso, lo anterior significa que las industrias operan
con costos constantes y la demanda es irrelevante en la determinación del precio,
contribuyendo únicamente en la determinación de la cantidad producida. Lo
anterior conduce a concluir que los precios se determinan exclusivamente por el
lado de la oferta, cuestión que había sido ya previamente enfatizada por los
economistas clásicos y que puede representarse gráficamente como sigue:
Gráfica 2. Equilibrio en un mercado de una sola mercancía consistente con
el supuesto del caeteris paribus
Por tanto, la demoledora crítica presentada por Sraffa (1925; 1926; 1930) coloca
al análisis basado en el equilibrio parcial con curvas de oferta ascendentes
(rendimientos decrecientes) en un impasse: o éste es irrelevante (solamente útil
para estudiar aquella clase de industrias donde se emplea la totalidad de la
cantidad existente de un factor de producción) o es necesariamente contradictorio
(porque la oferta y la demanda en una industria no son independientes entre sí ni
entre la oferta y demanda de las demás industrias).
El argumento es similar en lo que concierne a los rendimientos crecientes (costos
decrecientes y, por tanto, curvas de oferta descendentes). Para poder sostener la
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coherencia lógica del equilibrio parcial en este caso resulta necesario prescindir
de las economías o deseconomías a escala internas a las empresas y de las
economías o deseconomías a escala externas a la industria en cuestión (Sraffa,
1926)5. Dicho en otras palabras, el análisis de equilibrio parcial requiere de
economías o deseconomías a escala que sean externas a las empresas pero
internas a la industria, es decir, aquellas originadas por un cambio en la
producción de la industria en cuestión pero que afectan únicamente a la función
de costos de la empresa6 (Panico y Salvadori, 1994). Sin embargo, las economías
que son externas desde el punto de vista de la empresa individual e internas para
la industria en su conjunto constituyen una clase de economías a escala bastante
infrecuente, tal y como el mismo Alfred Marshall se encargó de enfatizar (Sraffa,
1926). Por tanto, las curvas de oferta decrecientes son curvas de oferta cuya
existencia es bastante improbable (Aslanbeigui y Naples, 1997) y, por tanto, el
modelo general consistente con el equilibrio parcial debe partir del uso de curvas
de oferta horizontales (Sraffa, 1926).
Resumiendo, se puede decir entonces que una variación en la cantidad producida
en una industria sujeta a rendimientos crecientes o decrecientes provoca efectos
colaterales similares en otras industrias relacionadas (Opocher, 2003), violando
el caeteris paribus de la metodología del equilibrio parcial y, consecuentemente,
las funciones de demanda de los factores de producción necesarias para la
construcción de las curvas de costos marginales, las cuales a su vez construyen
las curvas de oferta en los diferentes mercados (Lee y Keen, 2004). Por tanto, la
interdependencia mutua entre las industrias es la principal fuente del problema
del análisis parcial (Panico, 1991) puesto que es incorrecto enfatizar los efectos
de las leyes de los rendimientos sobre una industria en particular mientras se
ignoran los efectos de igual importancia sobre su propia curva de demanda y
sobre el grupo de industrias relacionadas (Opocher, 2003).
2.2. LA TEORIA DE LA DEMANDA
14
La concepción marshalliana de la demanda difiere fundamentalmente de la
concepción clásica. Para los clásicos, la demanda se refiere a cantidades
necesarias para satisfacer necesidades particulares. Hay así "una demanda de
subsistencia" para alimentar la población, una "demanda de trabajo productivo"
correspondiente a la acumulación deseada de capital, una "demanda efectiva que
permite la remuneración de los factores a sus tasas naturales y hace entonces
venir los bienes sobre el mercado, una "demanda de bienes de lujo y de trabajo
improductivo" eventualmente para garantizar desembolsos suficientes, etc. De
esta concepción resultan dos consecuencias. La primera es que la demanda no es
un concepto general. Existen demandas correspondientes a campos particulares y
poniendo en juego comportamientos específicos que se deben articular, pero que
son, de partida, distintos. La segunda es que las demandas están difícilmente
relacionadas con los precios de mercado. La mayor parte del tiempo son rígidas,
inelásticas. La población debe ser alimentada, lo que determina la demanda de
trigo; se acumulará un cierto volumen de capital, lo que determina la demanda de
trabajo productivo; el arbitraje entre la prodigalidad y la parsimonia determinará
para los capitalistas y los propietarios de la tierra la demanda de bienes de lujo y
de trabajo improductivo... En efecto, como hemos visto, la reflexión de los
clásicos se dirige esencialmente hacia las fuerzas que gobiernan el precio natural,
los cuales dependen esencialmente de la oferta.
El concepto de demanda extraño al análisis clásico juega el papel central en el
análisis de Marshall. En primer lugar, porque la determinación de los precios de
mercado (y no el precio natural) es uno de los principales problemas de estudio,
de modo que la demanda toma un sitio natural al lado de la oferta. De otro lado,
porque la demanda se convierte en un concepto general, pertinente para el
conjunto de los mercados (productos, factores, bienes y servicios, activos reales y
financieros)
15
La concepción marshalliana de los "bienes económicos" que son objeto de una
demanda rompe radicalmente con la tradición clásica. Esquemáticamente,
podríamos decir que una economía produce menos "bienes", "satisfacciones" o
"utilidades", que los que los consumidores buscarán obtener en el mercado. Así,
los servicios, igual que los bienes materiales, satisfacen ese criterio. Un "bien
económico" es el que se compra en el mercado; su valor es el precio al que se
compra. En esta óptica, la distinción bien servicio carece de contenido analítico:
"a veces se dice que los comerciantes no producen: que, en tanto que el
carpintero produce los muebles, el mercader se limita a vender lo que ya está
producido. Pero esta distinción carece de base científica. Los dos producen
utilidades y ninguno de ellos puede hacer más". Una consecuencia anexa pero
importante se deriva inmediatamente: la antigua distinción clásica entre trabajo
productivo e improductivo desaparece. "Si se trata de tomar un nuevo punto de
partida, es preferible considerar todo trabajo como productivo, con excepción de
aquel trabajo que no consigue el objetivo al que se dirige y que, por ello, no
produce utilidad alguna".
Evidentemente la naturaleza de la demanda va a cambiar. Ya no se trata de una
simple cantidad requerida para la satisfacción de una necesidad particular, sino
de una relación que expresa, antes de toda transacción de mercado, la evolución
de las cantidades demandadas de acuerdo con los distintos precios posibles. Es
entonces un concepto ex-ante y es también una función que puede expresarse en
una curva.
Sin duda esta noción se impone ahora con la fuerza de lo evidente; pero no
podemos olvidar que al final del período clásico fue una formulación innovadora.
Por supuesto las curvas de demanda fueron trazadas antes de Marshall por
Cournot pero es el primer autor el que logró el mérito de desarrollar una teoría en
este campo.
16
La teoría de la demanda de Marshall es esquemática e incompleta y se concentra
en la demanda de un bien, o un grupo de bienes, frente a un entorno vagamente
definido. La función de utilidad del individuo se define como:
u(x) + w (y)
Donde x es el nivel de consumo del bien X, e y es el gasto en todos los demás
bienes medido en dinero de poder adquisitivo constante. El cómo se define tal
índice y si el precio de x está o no incluido en su cálculo es algo que no se aclara.
Asumiendo la utilidad marginal decreciente del consumo del bien X y del bien Y,
podemos deducir el gasto máximo e que el individuo está dispuesto a hacer para
asegurarse el consumo de x unidades del bien X, cuando dispone de un ingreso
total de m para gastar en todos los bienes. Esta función se define implícitamente
como:
u(x) + w (m-e(x,m))-w(m)=0
Así, puede obtenerse la función inversa de demanda del bien x como:
f(x,m) = ex(x,m)=u´(x)/w´(m-e(x,m))
Puede comprobarse con facilidad que la demanda aumenta con el ingreso y
disminuye con el precio del bien X. La demanda de mercado se obtiene
simplemente agregando las demandas individuales.
Si los individuos pueden comprar x unidades del bien X al coste monetario total
de c(x), entonces, el excedente del consumidor que éste obtiene con la compra es
igual a:
s(x,m)=e(x,m)-c(x)
Evidentemente, este excedente se mide en dinero. La ganancia en términos de
utilidad está dada por:
b(x,m)=u(x)+w(m-c(x))-w(m)
17
Si cada unidad puede adquirirse a un precio fijo, p, y si el consumidor maximiza
su bienestar dado p, entonces:
c(x)=x.p = x.f(x,m)=x.ex(x,m)En consecuencia:
s(x,m)=e(x,m)-xex(x,m)
Esta fórmula es exactamente la misma que obtendríamos al calcular la renta del
suelo, en cuyo caso e(x,m) es el producto obtenido de la utilización de una
cantidad x de factor variable, al que se le paga por su productividad marginal y m
es el equivalente de la cantidad de tierra. Precisamente por esa analogía, Marshall
utilizó hasta 1898 el término renta en lugar del, ahora más familiar, de excedente
del consumidor.
Para Marshall, este caso general resulta de poca utilidad práctica ya que depende
demasiado de elementos imposibles de observar en el comportamiento ordinario
de los individuos. Por eso, formula a continuación un caso especial que puede ser
útil como una aproximación, introduciendo el siguiente supuesto simplificador:
admitamos que el bien X es poco importante en el consumo y que, por lo tanto,
e(x,m) y c(x) son cantidades despreciables con respecto al gasto total m. En este
caso, es válida la siguiente aproximación:
w(m-z)-w(m) = zw´(m)
Además, la función de demanda puede expresarse como:
f(x,m)=u´(x)/w´(m)
y, el excedente del consumidor como:
s(x,m)=b(x,m)/w´(m)
Así, la función de demanda es proporcional a la utilidad marginal y el excedente
del consumidor al beneficio en términos de utilidad (a b); el factor de
proporcionalidad en ambos casos es el recíproco de la utilidad marginal del
18
ingreso (1/w'(m)). Este resultado supone entonces que la utilidad marginal del
ingreso es constante y es fundamental para la teoría de la demanda de Marshall y
para sus aplicaciones a la economía del bienestar.
Si la utilidad marginal del dinero es constante, el análisis de la demanda se
simplifica notablemente. Por ejemplo, cuando un precio baja, el ingreso real
aumenta. La restricción presupuestaria se desplaza y los gastos pueden aumentar.
Entonces, la utilidad del último franco gastado disminuye. En la teoría
microeconómica esto es denominado efecto renta y analiza la influencia de una
variación del ingreso sobre el consumo de un bien y sabemos que en el caso de
bienes inferiores este es negativo. En la derivación de su curva de demanda
Marshall descarta este efecto renta. Los bienes que él estudia son "de poca
importancia" de manera que las consecuencias sobre el ingreso real de una
variación del precio son descartables. La utilidad marginal del dinero se puede
considerar en estos casos constantes. Así es posible derivar la curva de demanda
de un bien en función de su precio. La idea subyacente es que pariendo de una
situación de equilibrio U´i/pi = U´m la disminución del precio significa que
ahora U´i/pi > U´m como U´m es constante hace falta una disminución de U´i
para restablecer el equilibrio. Esta baja se obtiene aumentando el consumo del
bien i. Pero aparte de que este razonamiento supone una utilidad marginal del
dinero constante. Todo el análisis se conduce con la hipótesis de independencia
de los bienes, de lo que resulta, una función de utilidad aditiva. Así que la
demanda del consumo de cada bien puede tratarse con independencia de la
demanda de los demás bienes. Marshall subraya que ciertos bienes son
complementarios (sólo pueden utilizarse en conjunto de acuerdo con una relación
técnica fija), y otros son sustitutivos (procuran indiferentemente la misma
satisfacción). Tener en cuenta todas estas interdependencias lleva necesariamente
a otra función de utilidad y hace más compleja la determinación del óptimo del
consumidor. Esa será la perspectiva de Edgeworth en su trabajo del Giornale
degli economisti (febrero 1891). A pesar de que Marshall menciona los trabajos
de Edgeworth en las reediciones de sus principios se mantiene en su concepción.
19
Él pensaba que las funciones de utilidad generalizadas "podrían tener un gran
poder de atracción para los matemáticos" pero añadía "parecen menos adaptadas
(que las funciones aditivas) para la representación de la realidad económica
diaria" (Apéndice XII). La teoría de la demanda planteada arriba parece
demasiado restrictiva; aunque parece indispensable generalizarla a un número
mayor de bienes Marshall no optó por ese camino, al menos en su obra
publicada. Evidentemente, aunque cada bien puede tener una participación muy
pequeña y despreciable en el gasto total, el consumo de todos esos bienes si
puede afectar la demanda de los demás y la utilidad marginal del consumo. Los
principios de Marshall nos ofrecen entonces una visión intuitiva del problema de
optimización del consumidor, pero no de su traducción en las distintas funciones
de demanda. Marshall, prefirió guiarse por objetivos más pragmáticos y esto no
le impidió admitir, por ejemplo, la existencia de bienes sustitutivos o
complementarios, e incluso la excepción de los bienes Giffen, todos ellos
incompatibles con la teoría expuesta más arriba.
2.3. LA TEORIA DE LA OFERTA
La oferta de bienes nace de la combinación de servicios productivos por parte de
las empresas. Podemos establecer una simetría entre la lógica marshalliana de la
determinación de la demanda y la de la oferta de servicios productivos. Así como
los consumidores se benefician de la utilidad de los bienes que adquieren los
oferentes de servicios productivos soportan desutilidades ligadas a la oferta que
proponen, Así como las utilidades crecen a ritmo decreciente las desutilidades
crecen a ritmo creciente. En suma, la producción implica costos y sacrificios que
en la mayor parte de los casos crecen por unidad producida medida que la
producción aumenta.
A esta idea general de la oferta de servicios productivos debe añadírsele otra.
Marshall supone que en principio existe todo un abanico de usos posibles para
los factores productivos, El trabajador puede elegir su empleador, el capital el
sector de su empleo. De ello resulta que los demandantes de servicios
20
productivos compiten por su obtención. Estos servicios irán a quien más les
pague y lo haga más rápido y con mayor seguridad. Frente a la utilización
alternativa, un principio de sustitución los conducirá naturalmente hacia la
rentabilidad más alta y más cierta.
La teoría Marshalliana de la empresa tiene dos aspectos principales. El primero
se refiere al modo en que el empresario combina los factores de producción. El
segundo a los ajustes que pueden efectuarse cuando se modifican las condiciones
de mercado. El primero puede tratarse inmediatamente: los empresarios son
racionales y tratan de maximizar sus beneficios bajos restricciones. En tanto
prevalecen las condiciones de la competencia, crecen de poder sobre los precios
de sus productos y sobre las remuneraciones de los factores. De modo que, para
un nivel dado de producción, la racionalidad conducirá a elegir el método menos
costoso de producción. El segundo punto, el de las posibles respuestas de una
empresa a la modificación de su entorno, es más complejo. Es aquí donde
Marshall introduce el tiempo distinguiendo tres, o cuatro, períodos.
El "período de mercado" es un período tan corto que la totalidad de las ofertas es
fijas. La empresa no puede responder a un cambio de la demanda ajustando la
oferta; será el precio el que se adapte. Este caso es evidentemente analíticamente
el más simple: cuando la oferta fija la cantidad la demanda fija el precio. En el
"corto período", el tamaño y el equipo de las empresas está dado (es decir su
capacidad de producción). Sin embargo son posibles los ajustes de producción,
ya que los obreros pueden hacer horas suplementarias o contratar algunos nuevos
y comprar las materias primas necesarias. Estos ajustes factoriales permiten
aumentar la producción con beneficios cuando crece el precio pero esto se hará
sin duda con costes marginales crecientes. En el "período largo", es la capacidad
de producción de la empresa la que es variable. En efecto, si el crecimiento de la
demanda se mantiene, puede ser ventajoso para las empresas el bajar el conjunto
de sus costes y aumentar la capacidad. A estos tres períodos, tradicionales en el
análisis Marshallianos, podríamos añadir, apoyándonos en el propio Marshall, un
período más largo de tiempo en el que las técnicas de producción se modifican.
21
A menudo se ha subrayado, y es importante, que estas distinciones temporales no
son de "calendario" si no "funcionales". Aun en el caso general y para un sector
determinado, el horizonte de corto plazo es más próximo que el de largo plazo,
las "duraciones" son fundamentalmente diferentes de una rama a la otra, de una
empresa a la otra. Este el marco temporal en el que se desarrolla la teoría de la
oferta de Marshall. A continuación nos concentramos en el análisis de la oferta
de largo plazo.
2.4. LA TEORIA DE LA OFERTA DE LARGO PLAZO
Para Marshall, la producción está organizada por las empresas, casi siempre
negocios familiares, en una permanente pugna por minimizar sus costes de
producción modificando sus métodos de producción de acuerdo con la llamada
"principio de sustitución". Este principio en Marshall es muy similar a las leyes
de selección natural y de supervivencia de los mejores. Las empresas de Marshall
no cuentan con libre acceso a las tecnologías de producción disponibles para
todos y más bien deben experimentar y probar permanentemente distintas
alternativas. La curva de oferta de largo plazo se define, para Marshall, para un
estado general dado de los conocimientos científicos y tecnológicos, pero cada
empresa debe explorar el modo de utilizar tales conocimientos.
En general, aunque la distinción no es del todo clara en Marshall, pueden
identificarse dos casos extremos de la teoría de la oferta a largo plazo. Por
comodidad podríamos referirnos a ellos como el caso de la agricultura y el caso
de la industria. El primero es mucho más fácil de analizar ya que se trata de un
sector en el que los procesos productivos son relativamente simples, no hay o son
mínimas las economías internas de escala, los bienes son homogéneos y fáciles
de comercializar, etc. El tamaño óptimo de la empresa es pequeño, de modo que
existe una elevada competencia y la gestión da poco margen a la innovación de
modo que no hacen falta habilidades especiales. A medida que crece el mercado,
aumenta el número de empresas idénticas o muy similares a las anteriores.
El precio de oferta de largo plazo de cada bien al que el sector puede abastecer el
mercado es justamente el necesario para cubrir los costes de producción en la 22
situación de mínimo coste, de modo que se consiga la adquisición de los insumos
productivos necesarios, para inducir la preparación adecuada de los trabajadores
que en el futuro remplazarán a los actuales, para sustituir la maquinaria y los
demás bienes de capital. El precio de la tierra debe también ser suficiente para
prevenir que esta se destine a usos alternativos, etc. En el largo plazo, a medida
que crece la producción el precio tenderá probablemente a crecer por la
necesidad de atraer al sector factores más escasos, como la tierra. Tal tendencia
podría ser mitigada por la sustitución de factores y por la existencia de posibles
economías externas debido al aumento de la eficiencia que se consigue, no dentro
de cada empresa, sino por la expansión del sector. Sin economías o des
economías externas la renta total generada por el sector será el área triangular
sobre la curva de oferta y bajo la curva de precio. Un resultado que
evidentemente no se aplica en presencia de economías externas.
Como en el caso de la demanda, la oferta de largo plazo depende del entorno
general en el que se desenvuelve el sector; pero, al igual que en la teoría de la
demanda, este entorno no es considerado en detalle por Marshall. Simplemente,
se asume que los precios están expresados en dinero con poder adquisitivo
constante, lo que no impide considerar la existencia de interrelaciones entre los
distintos sectores que Marshall no desarrolla con una teoría más completa.
El caso de la industria, es muy diferente. Los productos son ahora diferenciados,
su comercialización es difícil y las empresas deben construir una reputación en el
mercado que les permita mantener la conexión con el cliente. También hay, por
lo anterior, importantes economías internas de escala en la producción y la
gestión de las empresas requiere habilidades especiales y escasas. En su origen
las empresas aparecen como negocios familiares, organizados por un fundador
excepcional y, en su desarrollo posterior pasa por un ciclo vital de crecimiento,
consolidación, auge y decaimiento, a medida que el negocio familiar pasa a
manos de las distintas generaciones de propietarios de la misma familia. Aun en
el caso de las sociedades anónimas, es muy probable que las empresas maduras
caigan en el anquilosamiento y la burocratización. Por todo lo anterior, un sector
23
está formado por una multiplicidad de firmas, de distinto tamaño, con bienes
diferenciados y en distintas fases de su ciclo vital.
La curva de oferta de largo plazo no es una simple relación entre un precio único
y las cantidades ofrecidas. El precio a considerar es ahora un índice de todos los
precios de las distintas empresas del sector. Por supuesto, este precio debe reunir
las características del precio agrícola, garantizando la renovación de todos los
factores productivos. Pero, además de lo anterior, también debe permitir la
renovación constante de unas empresas por otras y, en equilibrio, mantener la
distribución por edades de las empresas. Ahora, en el caso industrial, ninguna de
las empresas se encuentra en una situación de equilibrio estático.
Las nuevas empresas se establecerán siempre que los beneficios esperados
durante todo el ciclo vital justifiquen el coste de oportunidad de la nueva
inversión, considerando que en las primeras etapas, mientras la empresa
establece su lugar en el mercado, los saldos de explotación serán negativos. Por
todo esto, Marshall propone el concepto innovador de la empresa representativa:
una parábola que evita el tener que considerar toda la distribución de empresas
diferentes que conforman un sector. Por definición, la curva de oferta de largo
plazo representará el coste medio de la empresa representativa. Marshall, estaba
convencido de que un observador atento podría identificar con facilidad la
empresa del mercado asimilable a la firma representativa.
El coste medio y el tamaño de la empresa representativa cambian a medida que
crece la producción del sector por dos razones principales. En cuanto mayor sea
el sector, es más probable que existan mayores economías externas,
disminuyendo el coste de cada empresa particular. En segundo lugar, y más
importante, en cuanto mayor sea la demanda, mejores serán las perspectivas para
una nueva empresa que desee construir un mercado para su producto y mayor
será entonces el tamaño que alcancen las empresas antes de empezar su fase de
decaimiento. Por ambas razones, lo más probable es que la curva de oferta a
largo plazo sea decreciente, a pesar del coste que supone atraer nuevos recursos y
talentos escasos para el sector. Las curvas de demanda derivadas de todos los
factores pueden servir para explicar las rentas que estos generan, pero su relación
24
con el excedente total del productor es confusa ya que éste, ya no puede ser
representado por un área triangular a partir de la curva de oferta de largo plazo.
Lejos de los esquemas simples de competencia atomística y perfecta, esta forma
de concebir la oferta de largo plazo es muy próxima a ideas posteriores de
competencia monopolística, desarrolladas algunas décadas después por autores
de la escuela de Cambridge e incorporadas sólo recientemente en las teorías
endógenas del crecimiento económico. Los bienes son diferenciados y las
empresas no son precio aceptantes, ya que cada una de ellas se enfrenta a una
curva de demanda decreciente en su mercado particular. Aunque las empresas
crezcan rápidamente y puedan aprovechar las crecientes economías de escala, no
podrán vender su producto sin construir lentamente una clientela y una
reputación en el mercado que permita, a su vez, construir una curva propia de
demanda. Todo esto toma un tiempo considerable comparado con la vida de la
empresa aunque, en casos excepcionales, el proceso se consolida rápidamente
dando lugar a un monopolio o a un número limitado de empresas que
interaccionan estratégicamente en un mercado.
2.5. EQUILIBRIO DE MERCADOS Y PERIODOS DE ANALISIS
El intento de Marshall de reconciliar los resultados de la competencia perfecta
con los rendimientos crecientes es complejo y problemático. Su concepto de
economías de escala externas a la empresa es sin duda innovador pero su análisis
está lejos de ser completo. Marshall estaba convencido que numerosas empresas
podrían beneficiarse de las economías internas de escala. En ese contexto, la
empresa está motivada a crecer con una oferta cada vez mayor a precios más
bajos y aumentando al mismo tiempo su participación en el mercado. Por ello, al
menos en principio, es esperable que el mercado termine dominado por un
número limitado de empresas de gran tamaño. Además, la existencia de
economías externas, relativas al sector, acentuará este proceso de concentración:
las grandes empresas estarán en mejores condiciones para beneficiarse de ellos
que las pequeñas.
25
Aceptado lo anterior, resulta que Marshall nos ofrece un conjunto de conceptos
que terminan por poner en duda, sino por cuestionar claramente, la existencia de
la competencia perfecta. A partir de la teoría de la oferta de largo plazo es
legítimo preguntarse si debemos aceptar la imposibilidad de la competencia y
resignarnos a la aparición necesaria de los monopolios. Además, si hay
rendimientos crecientes, qué debemos entender por equilibrio, etc. Marshall
rechaza las posibilidades anteriores y encuentra sus razones para ello en su
concepto del ciclo vital de las empresas. Las empresas nacen, crecen, se
consolidan, decaen y mueren y, en el curso de tal evolución, se encuentran en la
imposibilidad de captar indefinidamente las economías externas. Esta es, para
Marshall, una ley casi biológica aunque reconoce que las sociedades anónimas
pueden ponerla en duda. La comparación que hace Marshall entre la vida de las
empresas y el ciclo vital de los árboles en el bosque es esclarecedora al respecto
(Principios de Economía Política, p.263): en un momento dado, las economías de
escala (internas y externas) de las empresas en pleno crecimiento pueden estar
compensadas por los rendimientos decrecientes de las empresas en declive.
Precisamente por ello, es crucial el concepto de empresa representativa:
concebida como: "aquella que tiene la existencia normal y el éxito medio,
dirigida con habilidad normal y con acceso normal a las economías internas y
externas" (p.265) La hipótesis del ciclo vital y su corolario, la empresa
representativa, permiten, para Marshall, reconciliar la existencia simultánea de
economías internas y externas y del equilibrio competitivo en el largo plazo.
A modo de resumen de la representación de Marshall, puede decirse que la
demanda (relacionada con la utilidad) y la oferta (que depende de los costes de
producción) determinan los precios, cualquiera que sea el período de análisis: en
el mercado corriente, el corto y el largo plazo. Podría añadirse que la existencia
de economías de escala no impide en el largo plazo la existencia de un equilibrio
competitivo. Utilizando la metáfora célebre de Marshall, puede decirse que "las
dos hijas de la tijera" participan en la determinación de los precios y "resulta
conveniente discutir si es la hoja inferior o la superior la que corta el trozo de
papel, para saber si el valor está determinado por la utilidad o por el coste de
26
producción". Así, "en cuanto más corto sea el período de tiempo que
consideremos, mayor atención debemos prestar a la influencia de la demanda
sobre el valor y en cuanto más largo sea dicho período, mayor será la influencia
del coste de producción sobre el precio.
2.6. LA EMPRESA REPRESENTATIVA
Marshall, lo mismo que los clásicos, pretendió estudiar un mundo económico de
competencia perfecta. Para ello tuvo que hacer una abstracción de los mercados
reales que, en su época, eran mucho menos competitivos que a principios de
siglo. La existencia de grandes corporaciones en régimen de monopolio u
oligopolio eran cada vez más frecuentes, entre otras causas, porque los
rendimientos a escala decrecientes favorecían la concentración de la producción.
Sin embargo, a pesar de esta realidad económico palpable, Marshall insistió en el
equilibrio competitivo introduciendo en el análisis el concepto abstracto de la
empresa representativa, o prototipo de las diversas empresas reales de un sector,
que iba transformándose y evolucionando en el tiempo como si se tratase de un
proceso biológico de adaptación al medio (Blaug, 1978). Aunque Marshall
(1920) se refiere a una especie de “empresa media”, no se trata realmente de una
empresa promedio, sino de una empresa que representa a la industria y que se
desenvuelve en las condiciones de economías internas y externas que afectan a su
sector industrial.
2.7. TEORIA DE ELASTICIDAD
La contribución más importante de Marshall a la teoría de la demanda fue la
formulación del concepto de elasticidad. El grado de la relación entre el cambio
en el precio y el cambio en la cantidad demandada se manifiesta el coeficiente de
la elasticidad del precio, que es la relación de signo negativo entre el porcentaje
de cambio de la cantidad demandada sobre el porcentaje de cambios en los
precios. Sí el precio disminuye en un 1% y la cantidad demandada aumenta en un
1% el gasto o el ingreso total permanecerán sin cambio y el coeficiente será 1. Si
el precio disminuye y el gasto o el ingreso aumenta el coeficiente será mayor a 1
27
y se dirá entonces que el precio es elástico, por el contrario si el precio disminuye
y la cantidad demandada aumenta en un porcentaje menor entonces el coeficiente
será menor a 1 y entonces el precio será inelástico.
Existen diversas técnicas para medir la elasticidad.
La elasticidad precio de la demanda: mide cómo la variación (marginal) del
precio de un bien afecta a la cantidad demandada de ese bien, cuando todos los
demás factores permanecen constantes. Se calcula dividiendo el cambio
porcentual en la cantidad demandada por el cambio porcentual del precio.
La elasticidad cruzada del precio y de la demanda: mide cómo evoluciona y se
modifica la demanda de un bien cuando cambia el precio de otro. La elasticidad
cruzada se calcula dividiendo el cambio porcentual de la cantidad demandada del
bien X ante una variación porcentual del precio del bien Y.
La elasticidad demanda-renta: mide cómo afectan las variaciones de la renta a la
cantidad demandada de un bien. Se calcula dividiendo la variación porcentual de
la demanda por la variación porcentual de la renta.
2.8. ANALISIS DE BIENESTAR
Los equilibrios competitivos de largo plazo pueden tener la deseable propiedad
de asignar “eficientemente” los recursos. En este sentido, el análisis de equilibrio
parcial permite brindar una primera aproximación a dicho concepto. Una de las
características más atractivas de los mercados competitivos es que explotan
totalmente las posibilidades de obtener ganancias a través del intercambio. De
hecho siempre que hay intercambio (comercio) hay ganancias, sino ¿por qué
comerciarían? En el precio y cantidad de equilibrio, el valor de los recursos
adicionales necesarios para producir la última unidad (CMa) es exactamente
igual al valor que tiene para los compradores esa última unidad (P), esto significa
que no existen más intercambios mutuamente beneficiosos. A este punto se le
denomina eficiente en el sentido de Pareto, implicando que se agotaron las
oportunidades de comercio. Fuera del equilibrio pueden existir mejoras
28
paretianas, en el sentido que es posible mejorar el bienestar de algún grupo de
individuos (consumidores, productores o estado) sin empeorar el de otros. A su
vez, pueden existir mejoras paretianas potenciales, si los que ganan pueden
compensar a los que pierden e igual seguir ganando. Por lo tanto, una situación
es eficiente en el sentido de Pareto si maximiza el bienestar social o los
beneficios netos de los participantes, esto es, la suma del excedente del
consumidor y productor. Como se vio anteriormente el excedente del consumidor
(EXC) era la utilidad adicional que obtienen los consumidores cuando deciden
comprar un bien voluntariamente en lugar de verse obligados a pasar sin él.
29
CAPÌTULO II
TEORIA GENERAL DEL EQUILIBRIO
ECONOMICO
30
3. CLASES DE DINERO
4.1. EL DINERO MERCANCIA
La propiedad del dinero de ser un depósito de valor esconde los principales secretos del
dinero. Una mercancía es un buen depósito de valor en la medida en que la mayoría de
las personas estén de acuerdo en que realmente lo es.
La mercancía empleada como dinero tiene un papel dual: como tal mercancía cacao
grano metal precioso y como medio de pago generalmente aceptado para lo cual como
hemos señalado anteriormente de tener ciertas propiedades.
Supongamos que a una persona llamémosla Irene no le interesen especialmente las
monedas de cobre, ni en sí mismas ni por el cobre que contienen, estará tanto más
dispuesta a aceptarlas como pago por las mercancías que produce, cuanto más segura
este de que sus vecinos también las van a aceptar. Por lo tanto, para que una mercancía
se convierta en un medio de pago generalmente aceptado hace falta una buena medida,
expresa o tácita, de consenso.
4.2. LAS CARTAS DE PAGO O DINERO SIGNO
Una vez que se ha consolidado el uso del dinero metálico, la especialización creciente de
la producción exige un número de intercambios cada vez mayor y hace que surjan las
primeras innovaciones financieras para superar algunas de las limitaciones del metal. El
transporte de grandes cantidades de metales preciosos es una actividad costosa y
arriesgada.
El dinero signo es aquel dinero que tiene mayor valor como dinero que como cualquier
otro de sus usos.
4.3. EL DINERO PAGARE
La mayor parte del dinero empleado en las economías es dinero pagare, un medio de
cambio utilizado en la deuda de una empresa o de una persona , como por ejemplos los
31
depósitos bancarios ya que esto son deudas del banco que se compromete a entregar el
depositante dinero en efectivo siempre que lo solicite.
4.4. OTRAS CLASIFICACIONES DEL DINERO
Es tradicional que junto a las anteriores clases de dinero se hable del dinero legal y el
dinero bancario .a estos efectos ha de entenderse que se alude al proceso de creación del
dinero ,refiriéndose la legalidad al dinero signo cuya emisión en forma de en forma de
moneda metálica y de billetes esta monopolizada por una institución (en general, por los
bancos centrales de los distintos países ).el dinero bancario es aquel creado como
consecuencia del papel de intermediación de los bancos y que adopta la forma de
activos financieros indirectos aceptados generalmente como medios de pago.
5. FUNCIONES DEL DINERO
El dinero es tan usado que casi nunca nos detenemos a pensar en qué notable artilugio
es. Resulta imposible imaginar una economía moderna que opere sin dinero o algo muy
parecido. En una economía mítica de trueque, en la que no hubiera dinero, todas
las transacciones tendrían que consistir en el cambio de bienes (o servicios) entre
las dos partes. Los ejemplos de las dificultades del trueque son interminables. El
economista que quisiera un corte de pelo, tendría que encontrar a un peluquero que
quisiera recibir una lección de economía; Sin un medio de cambio, no funcionarían las
economías modernas. El dinero, como medio de cambio, hace innecesaria la “doble
coincidencia de deseos”, como que el peluquero y el economista se topen uno con el
otro en el momento oportuno.
32
5.1. EL MEDIO DE CAMBIO
Según Jiménez (2012) esta función conocida también como medio de
intercambio es la que distingue al dinero del resto de los activos financieros de la
economía. El dinero en forma de circulante y depósitos a la vista es usado en la
compra-venta de bienes y servicios sin ningún cuestionamiento a su
aceptabilidad como forma de pago en dichas transacciones. Su utilización como
medio de cambio promueve la eficiencia económica, ya que elimina muchos de
los costos involucrados en el intercambio de bienes y servicios, o los llamados
costes de transacción.5
Supongamos que en una economía no monetaria existen cien personas y que cada
una produce un bien distinto. Claramente, dichas personas no querrán solo
consumir su propia producción, sino también de la producción de otros. La doble
coincidencia de deseos significa que para que se lleve a cabo el intercambio entre
dos individuos es deseos al permitir el intercambio bilateral, ya no de bienes por
bienes, sino de dinero por bienes. Cualquier transacción implica la coincidencia
en la disposición del que compra y del que vende.
Hay un último Dornbusch (2009) menciona que es dinero todo lo que
generalmente se acepte a cambio. En el pasado se usó una variedad
sorprendente de dinero: artículos sim-ples como conchas, luego metales, papeles
que representaban derechos sobre oro o plata, papeles sólo con derechos sobre
otros papeles, y luego los asientos materiales y electrónicos en las cuentas de los
bancos. Por magnífico que sea el grabado de un papel, no es dinero sino se acepta
como pago. Y cualquier cosa que se acepte generalmente como medio de pago es
dinero, por raro que sea el material de que esté hecho. Así, hay una circularidad
inherente a la aceptación del dinero. El dinero se acepta como medio de pago
sólo por la idea de que después será aceptado como pago por otros.6
5 Félix Jiménez. (2012). Elementos de teoría y política macroeconómica para una economía abierta I. Teoría PUCP - Fondo Editorial. pág.:193.
6 Rudiger Dornbusch(2009) .Macroeconomía, 10ma Edición; pág.378
33
5.2. RESGUARDO DEL VALOR
Según Dornbusch (2009) es un activo que mantiene su valor al paso del tiempo.
Así, un individuo que tiene un resguardo de valor puede usar ese activo para
hacer compras en una fecha futura. Si un activo no guardara valor, no se usaría
como medio de cambio. Imagínese tratando de usar un helado como dinero,
cuando no hay refrigeradores. Difícil-mente habría buenas razones para entregar
bienes a cambio de dinero (helado) que se va a derretir en los siguientes minutos.
Para que sea útil como dinero, un activo debe ser un resguardo de valor, pero hay
muchos resguardos de valor además del dinero, como bonos, acciones y casas.7
Conocido por Jiménez (2012) como Depósito o reserva de valor quien menciona
que el dinero, en su función de depósito o reserva de valor, es utilizado para
guardar poder adquisitivo o capacidad de compra a lo largo del tiempo8. El
dinero no es el único depósito de valor, pues diversos activos financieros y no
financieros pueden desempeñar esta función. El dinero es el activo más líquido.9
5.3. UNIDAD DE CUENTAS
Según Dornbusch (2009) es la unidad a la que se cotiza precios y se llevan los
libros contables. Los precios se citan en unidades monetarias y centavos, que son
las unidades con que se miden las reservas de dinero. Por lo regular, la unidad
monetaria es también la unidad de cuenta, pero no es esencial. En muchos países
de inflación elevada, los dólares se convierten en la unidad de cuenta, aunque la
moneda local sirva todavía como medio de cambio.
Según Jiménez (2012) El dinero es una unidad de cuenta que simplifica la
fijación de los precios de los bienes y servicios. Usar el dinero como unidad de
cuenta disminuye los costos de transacción, pues reduce el número de precios
existentes en la economía y facilita la realización de las transacciones.
7 Rudiger Dornbusch(2009) .Macroeconomía, 10ma Edición; pág.3768 Félix Jiménez. (2012). Elementos de teoría y política macroeconómica para una economía abierta I. Teoría PUCP - Fondo Editorial. pág.:1949 . El grado de liquidez de un activo se mide por la facilidad con la que puede ser convertido en dinero y la rapidez con que puede ejercerse su poder de compra
34
5.4. ESTÁNDAR DE PAGO DIFERIDO
Dornbusch (2009) como estándar de pago diferido, las unidades monetarias
se usan en transacciones de largo plazo, como préstamos. El monto que hay
que pagar en cinco o 10 años se especifica en unidades monetarias y centavos,
que actúan como estándar de pago diferido. Pero aquí tampoco es esencial que el
estándar sea la unidad monetaria. Por ejemplo, el pago final de un préstamo
puede relacionarse con el estado del nivel de precios y no estar fijado en la
unidad monetaria. Este esquema se conoce como préstamo indexado. Las dos
últimas funciones del dinero son funciones que desempeña normalmente, pero no
necesariamente. Además, la función de resguardo de valor también la cumplen
muchos activos.10
Para Gimeno (2000) esta función del dinero se deriva del hecho de que los pagos
que han de realizarse en el futuro generalmente se especifican en dinero .desde
esta perspectiva, las unidades monetarias son las que permiten concretar las
transacciones a largo plazo, como los préstamos. Generalmente, cuando el
periodo de tiempo contemplado en la transacción es muy amplio, el pago final
no se concreta inicialmente, sino que su cuantía se suele hacer depender dela
evolución del nivel de precios a lo largo de dicho periodo. En ese caso se dice
que el préstamo esta indiciado.11
6. SISTEMAS MONETARIOS
Se conoce como sistema monetario a todo acuerdo que exista dentro de un territorio
(puede o no ser un estado) en el cual se establece un estándar de valor a un
determinado objeto, mismo que es usado como medida de riqueza y referencia de valor
de todos los demás bienes y servicios que pueda haber.
Los sistemas monetarios, en otras palabras, son aquellos en los cuales se fija el valor de
todos los objetos en base a uno en particular. A lo largo de la historia se han empleado
diferentes valores cuya presencia suele estar limitada, algunos de ellos han sido
10 Rudiger Dornbusch(2009) .Macroeconomía, 10ma Edición; pág.37611
GIMENO ULLASTRES, J. A. (2000). INTRODUCCION A LA ECONOMIA. MACROECONOMIA (1a. ed., 1a. reimp.). MADRID: MCGRAW-HILL INTERAMERICANA. Pag.97
35
metales como el oro y la plata (que incluso hoy en día se pueden referenciar como
valores de gran peso para las divisas), pero en otros casos en particular han sido tan
sencillos como la semilla del cacao.
6.1. PATRÓN ORO
Sistema monetario en el que el valor de la moneda es convertible en oro de una
calidad determinada a un tipo de cambio fijado previamente por ley. El Banco
Central está obligado a entregar oro a cambio de moneda, y viceversa, al precio
fijado oficialmente y en el momento que se le demande. La cantidad de oro de
que dispone el correspondiente país determina el montante de dinero en
circulación. Los tipos de cambio entre las diferentes monedas vienen
determinados por la cantidad de oro que contiene cada una de ellas, y estos
cambios se mantendrán fijos o variarán dentro de un margen muy estrecho; los
límites de este margen vendrán dados a su vez por el coste de transportar oro
entre los diferentes países. La importación y la exportación de oro es libre y, por
consiguiente, la base monetaria de cada país está directamente relacionada con
los movimientos internacionales de esta mercancía. Según este sistema, un país
con una balanza comercial favorable gana oro, lo que va a determinar un
incremento tanto de su base crediticia como del dinero en circulación. Esta
expansión de la liquidez del sistema conduce a una disminución de los tipos de
interés y a una expansión de la demanda, y a la postre a un incremento de los
precios que terminará por frenar las exportaciones y alentar las importaciones,
restableciendo el equilibrio de su balanza comercial. De igual modo, un país cuya
balanza comercial sea deficitaria perderá oro, lo cual obligará a la autoridad
monetaria a reducir la cantidad de dinero en circulación vendiendo títulos de la
Deuda o efectos públicos. Al disminuir la cantidad de dinero en circulación sube
el tipo de interés, se reduce la demanda efectiva y descienden los precios, con lo
cual mejora la posición competitiva del país frente al exterior y se restablece
nuevamente el equilibrio de su balanza comercial.
Muy vinculado en su origen al poderío de la libra esterlina durante toda la
segunda mitad del siglo xix, el patrón oro estuvo vigente en la mayor parte de los 36
países del mundo durante los años que precedieron a la Primera Guerra Mundial.
Restaurado nuevamente en 1925, fue abandonado definitivamente en 1931,
durante la Gran Depresión.
Medición de valores en términos de oro; nombre dado al Sistema Monetario
Internacional predominante antes de 1914.
Sistema monetario utilizado por la mayoría de los países desde el siglo XV hasta
el primer cuarto del siglo XX por el que se establecía el valor de una unidad
monetaria igual a su peso en oro. El oro disponible en las arcas de cada país
aseguraba la plena convertibilidad interna y determinaba, por consiguiente, la
cantidad de dinero en circulación. La cantidad de metal de cada moneda fijaba
los tipos de cambio frente las distintas monedas. Esta convertibilidad,
prácticamente fija, entre las distintas monedas y la disponibilidad del metal
mediante su libre importación y exportación fomentaban el comercio
internacional en un ambiente político estable. A raíz de la Primera Guerra
Mundial varios países optaron por abandonar el sistema y, a partir de 1922,
evoluciona el sistema monetario denominado de patrón de cambios-oro.
6.2. PATRÓN DE CAMBIOS-ORO
Sistema monetario que surge de la Conferencia de Génova de 1922 y cuya
principal característica era la no convertibilidad en oro de la moneda de un país
de manera directa, sino que se fija un valor constante para cada moneda con
respecto al oro. Este nuevo sistema surgió debido al inconveniente que tenía el
sistema patrón oro consistente en que la cantidad de dinero en circulación estaba
limitada a la cantidad de oro existente y ésta era insuficiente para hacer frente a
los cobros y pagos derivados de las transacciones internacionales. La escasez de
liquidez se intentó solventar aumentando las cantidades de libras esterlinas en
circulación pese a no tener respaldo real en oro. Al perder el Reino Unido la
importancia comercial que tenía y al no ser la libra convertible en oro, el sistema
se fue desmoronando paulatinamente y su agonía se prolongó hasta casi finales
37
de la Segunda Guerra Mundial, cuando en 1944 fue sustituido por el patrón de
cambios-dólar.
6.3. PATRÓN CAMBIOS ORO
El que rigió después de que el patrón oro fuera abolido y una vez que los
acuerdos de Bretton Woods se hicieron efectivos. Según este sistema, el Banco
Central está obligado a redimir su moneda no necesariamente en oro, sino en
cualquier otra divisa que sea convertible en oro. Fue adoptado por países
pequeños o pobres que no disponían de reservas de oro suficientes para mantener
la estabilidad de los tipos de cambio. Todos los países socios del FMI, al
garantizar la convertibilidad de sus monedas en dólares, los cuales a su vez eran
convertibles en oro, se consideraron incluidos dentro de este nuevo sistema. Fue
abolido formalmente en 1971, al suspender el presidente Nixon la convertibilidad
en oro del dólar.
6.4. PATRÓN DE CAMBIOS-DÓLAR
Sistema monetario vigente desde la conferencia de Bretton Woods (1944) hasta
principios de la década de los setenta, que sustituyó al patrón de cambios-oro y
por el que se da un valor fijo al dólar respecto al oro, y a las restantes monedas
un valor fijo en dólares, las cuales, a su vez, son convertibles entre sí.
6.5. LIBRE FLOTACIÓN.
En un sistema de esta naturaleza el tipo de cambio es fijado por la oferta y la
demanda de divisas. La oferta de divisas depende de factores como las
exportaciones, la entrada de capitales extranjeros y los ingresos por turismo,
entre otros.
38
Esto indica que el tipo de cambio flote libremente en el mercado e implica que el
gobierno se abstendrá de manipularlo, de tal manera que el precio del dólar se
fije por la interacción entre la oferta y la demanda. Ya que de un día para otro y
conforme a los indicadores económicos y lo que ocurra en la bolsa de valores, se
mantendrá la libre flotación.
En Costa Rica el tipo de cambio tiene un techo del cual no puede subir. Si las
personas quieren más divisas, el Banco Central debe suministrarlas por medio de
sus reservas, lo cual es un riesgo.
La libre flotación no es una de las vías más favorables para la economía del país,
considero que el sistema cambiario no se puede dejar por la libre dando pie a que
el mercado regule el precio del dólar como si fuera una mercancía más en la
calle. En un país como Costa Rica esto sería como liberar la economía y desde
mi punto de vista el estado tiene que ser interceptor, tiene que ser regulador, en
este tipo de consideraciones el estado debe tener una participación más
controladora.
6.6. LOS DIFERENTES SISTEMAS EN LA ACTUALIDAD
No siempre coincide el sistema oficial con el realmente practicado.
En la práctica, amplia gama de situaciones. Dada la proximidad entre algunos de
estas, las agruparemos en tres bloques:
a. Totalmente fijos. Incluye distintas modalidades:
No existe moneda propia nacional, bien sea porque el país pertenece a una
unión monetaria (p. Ej. Los países de la Unión Monetaria Europea) o porque
formalmente ha adoptado la moneda de otro país (p. ej. Panamá con el dólar).
Países con el régimen denominado “currency board”, que se basa en un
compromiso recogido en ley que determina un tipo de cambio fijo con otra
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moneda, y obliga al gobierno a limitar la emisión de moneda nacional a la
disposición suficiente de reservas. Un ejemplo de este régimen es Bulgaria
con el euro.
b. Fijos pero ajustables
Tipos fijos dentro de un rango de valores en relación con otra moneda o un
conjunto de monedas, que incluye algún tipo de compromiso por parte de las
autoridades para defender ese valor en los mercados, pero admite la
posibilidad de modificarse bajo determinadas circunstancias. Por ejemplo,
China.
c. Flexible
La moneda flota libremente o la intervención de las autoridades sólo se
produce bajo determinadas circunstancias y sin un compromiso explícito de
hacerlo, según el modelo ya descrito de “flotación sucia” o “flotación
gestionada”. Canadá es un buen ejemplo de la primera situación y Argentina
de la segunda.
7. DEMANDA MONETARIA
La demanda del dinero es todo aquello que las personas poseen, ya sean para ejecutar
diversas transacciones ya sean desde compras o pagos, hasta depósitos.
La demanda de dinero dependerá del ingreso y/o renta, ya que según a esta, la gente está
afecta a tener más o menos efectivo.
Esta también dependerá de la tasa de interés; la tasa de interés es el costo de conservarlo, en
otras palabras es el precio del dinero.
Geométricamente la demanda tendrá una pendiente negativa, ya sea dada por su relación
inversa con la tasa de interés y con su respectiva ecuación:
L=kY-hi
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En donde k y h reflejan la sensibilidad de la demanda al nivel del ingreso y tasa de interés
respectivamente.12
Como vemos en la gráfica, la cantidad tendrá una relación inversa a la tasa de interés, a mayor
tasa de interés, la cantidad será la mínima, puesto que la gente prefiere tener su dinero en un
banco ganando intereses y las empresas prefieren no invertir mucho; y pasa todo lo contrario
cuando tasa de interés es la mínima, la gente preferirá consumir más y las empresas invertir
más.
7.1. DESPLAZAMIENTO DE LA CURVA DE LA DEMANDA
El desplazamiento de la curva se puede dar, por citar un ejemplo, por un aumento del
ingreso, ya que a mayor ingreso, la gente dispondrá de un mayor poder adquisitivo por lo
tanto la curva se desplazara hacia la derecha.
12 Macroeconomía – Rudiger Dornbusch, 10ma Edición; Capitulo 3, pág. 23441
Y si fuera por una disminución del ingreso, la curva se desplazara hacia la
izquierda, ya que a menores ingresos, el poder adquisitivo se disminuirá.
Estos desplazamientos reflejaran cambios en la cantidad demandada, mas no en la tasa de interés, ya que en estos casos las tasas de interés es constante
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8. OFERTA MONETARIA
La cantidad ofertada del dinero, estará controlada por los Bancos Centrales de una
Nación13, en nuestro caso, estaría siendo controlada por el Banco Central de Reservas
del Perú (BCRP); ya que la oferta y demanda monetaria determinaran la tasa de interés.
El BCRP será el encargado de ejercer legítimamente el control monetario, ya sea su
emisión de monedas y billetes para su uso cotidiano; y regular la tasa de interés en el
Perú. La oferta del dinero es el efectivo que tiene la nación, más los depósitos a la
vista14.
La oferta del interés geométricamente es una recta paralela al eje de las ordenadas, con
esto representa una inelasticidad completamente perfecta, esto nos refleja que a
cualquiera que sea la tasa de interés, la cantidad ofertada será siempre la misma.
13 “Un banco central es un banco de banco y la autoridad pública que regula y aplica la política monetaria.” Economía – Michael Parkin, 10ma Edición; Capitulo 25, pág. 596
14 Entiéndase depósito a la vista, como aquel dinero que esta introducido en cuentas corrientes en instituciones financieras.
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8.1. DESPLAZAMIENTO DE LA CURVA DE LA OFERTA
La curva de la Oferta se desplazará cuando ocurra una variación en la cantidad de
dinero emitida por el Banco Central, supongamos que el país compra bonos del
gobierno15, lo cual provoca que la oferta monetaria aumente, provoca un
desplazamiento de la curva de oferta hacia la derecha.
Caso contrario, si es que el país, presta estos bonos, convergería en una disminución de la oferta, lo cual se ve reflejado en un traslado hacia la izquierda de la curva de oferta.
15 Título de Deuda emitido por un estado, país, entidad supranacional, etc. Lo cual permite que el emisor obtenga fondos directos, a cambio de devolver el capital inicial más los intereses.
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9. EQUILIBRIO DE MERCADO
El equilibrio del mercado monetario determinara el valor del dinero16, la cual será
reflejada por el cruce de la demanda y la oferta, a este punto que chocan, se le
denomina equilibrio de mercado Monetario a corto plazo.
Si la tasa de interés es más alta a la tasa de equilibrio, por consiguiente la demanda será
mucho menor a la cantidad ofertada, porque la demanda sería menor, ya que no habría
inversiones y por lo tal, menos efectivo en la población. Lo cual provocara que la
demanda de bonos sea muy alta, lo cual provocara que esta tasa descienda hasta llegar
a su equilibrio.
16 “…al igual que la oferta y demanda de los plátanos determina el precio de los mismos, la oferta y demanda de dinero determina su valor…” Principios de Economía – Gregory Mankiw; 6ta Edición; Capitulo 30, pág. 645
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Si la tasa de interés es menor a la tasa de equilibrio, la demanda seria mayor a la
ofertada, lo cual provoca que la gente retire sus bonos de instituciones financieras, la
cual provocaría un alza de la tasa de interés hasta llegar a su equilibrio.
CONCLUSIONES
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1. El paso delas economías de trueque alas modernas economías monetarias ha estado
propiciado por la aparición del dinero .El cual además, participa en otras funciones,
pero sobresale la función como medio de cambio, la que le da la entidad de dinero
como tal.
2. La moneda ha llegado a ser, de buen grado o a la fuerza, en muchas culturas
contemporáneas, una pieza clave en las relaciones humanas.
3. La emisión de dinero fiduciario puede ser mala cuando el gobierno, o el banco,
comienzan a poner en circulación un volumen de dinero que excede las necesidades
del comercio, sin embargo, cuando se pone un volumen razonable de dinero de papel,
el público puede terminar aceptándolo.
4. El sistema monetario ha sufrido grandes cambios pasando del patrón de oro al patrón
dólar para finalmente terminar con dinero fiduciario manejado por los bancos centrales
de cada país.
Bibliografía y referencias
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Dominick, S. (2009).microeconomia. México : : Mcgraw-hill S.A. Ediciones .
Stanley, L .(2009).historia del pensamiento económico. México: Cengage Learning.
Landreth, H. (2006).Historia del pensamiento economico, Madrid , España: Mcgraw-hill
Carra, R. (2000). Analisis Microeconomico-Equilibrio parcial. Macchi Grupo Editor
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