Resolución de conflictos cuando intervenir resumen

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RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS: cuando intervenir y pautas a seguir La capacidad para afrontar conflictos es educable y que existen estrategias para convertir los conflictos en oportunidades educativas enriquecedoras para todos los que participan en ellas. Utilizar educativamente el conflicto entre hermanos requiere más tiempo que reprimirlo, por ello, lo ideal es no intervenir en el conflicto y guiar su solución autónoma por parte de los niños. PELEAS Y DISCUSIONES En las relaciones entre hermanos se producen un cúmulo de sentimientos que van del amor al odio y que se manifiestan con abrazos, mordiscos, besos, empujones, caricias o insultos. Las discusiones son naturales y frecuentes en las relaciones entre hermanos pero, cuando tienen lugar, alteran mucho a la familia. Independientemente de la circunstancia que motive la discusión entre los menores, es imprescindible que, los padres, se mantengan al margen, es decir, que no se pongan de parte de uno o del otro (da igual quién consideren que es el responsable). COMPETITIVIDAD La rivalidad es algo normal, es una competencia por obtener el cariño de los padres que, sin sobrepasar un cierto grado, ocurre con normalidad en todas las familias. El primer sentimiento de rivalidad y sensación de perder esa "exclusividad" con sus padres la tiene el niño cuando descubre que a éstos les gusta hacer otras cosas y con otras personas además de con él (con sus hermanos). ¿QUÉ PUEDO HACER CUANDO SURGEN ESTOS PROBLEMAS? PELEAS Y DISCUSIONES 1. En lo posible, es mejor no intervenir en el conflicto siempre que se guíe en su solución. 2. En los casos de intervención: no humillar al niño cuya postura no se apoya, dialogar la solución. 3. No aceptar las soluciones basadas en la agresión física, verbal o en la imposición de la fuerza. 4. No reprimir el conflicto, asumirlo como algo natural y aprovecharlo para proponer soluciones dialogadas y creativas. 5. Describir el conflicto, proponer varias soluciones y delegar en los hermanos la solución final. No aceptar que se practiquen amenazas. 6. Evitar comentarios del tipo: "¿Quién ha empezado a discutir?" o "Deja de molestar a tu hermano". Se debe animar a que resuelvan ellos solos sus desavenencias. 7. Cuando no quieren compartir sus juguetes, ropa, etc.: es importante que se les enseñe a los hijos estrategias para que aprendan a compartir (ej. dedicar media hora al día a prestarse los juguetes mutuamente y a jugar) 8. Cuando haya agresividad física, hay que separarles y, sin hablar ni discutir con ellos, se les manda a dos habitaciones diferentes para que se calmen y reflexionen. Se les puede decir: "Cuando os hayáis tranquilizado y tengáis la solución, volvéis a hablar y resolvéis el problema por vuestra cuenta". 9. No castigar físicamente al agresor. No prestar atención al agresor y centrarse en las consecuencias negativas que el comportamiento agresivo ha tenido en el otro. COMPETITIVIDAD 1. Es importante valorar y premiar el esfuerzo más que la actividad llevada a cabo, para que aprendan que, debido a las diferencias de edades, lo que requiere un pequeño esfuerzo para el mayor, para el menor cuesta mucho más. IPACE Psicología Aplicada SL Hezkuntza Zerbitzua Servicio de Educación GURASO ESKOLAK ESCUELAS DE PADRES Y MADRES

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RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS: cuando intervenir y pautas a seguir

La capacidad para afrontar conflictos es educable y que existen estrategias para convertir los conflictos en oportunidades educativas enriquecedoras para todos los que participan en ellas. Utilizar educativamente el conflicto entre hermanos requiere más tiempo que reprimirlo, por ello, lo ideal es no intervenir en el conflicto y guiar su solución autónoma por parte de los niños.

PELEAS Y DISCUSIONESEn las relaciones entre hermanos se producen un cúmulo de sentimientos que van del amor al odio y que se manifiestan con abrazos, mordiscos, besos, empujones, caricias o insultos. Las discusiones son naturales y frecuentes en las relaciones entre hermanos pero, cuando tienen lugar, alteran mucho a la familia. Independientemente de la circunstancia que motive la discusión entre los menores, es imprescindible que, los padres, se mantengan al margen, es decir, que no se pongan de parte de uno o del otro (da igual quién consideren que es el responsable).

COMPETITIVIDADLa rivalidad es algo normal, es una competencia por obtener el cariño de los padres que, sin sobrepasar un cierto grado, ocurre con normalidad en todas las familias.El primer sentimiento de rivalidad y sensación de perder esa "exclusividad" con sus padres la tiene el niño cuando descubre que a éstos les gusta hacer otras cosas y con otras personas además de con él (con sus hermanos).

¿QUÉ PUEDO HACER CUANDO SURGEN ESTOS PROBLEMAS?

PELEAS Y DISCUSIONES1. En lo posible, es mejor no intervenir en el conflicto siempre que se guíe en su

solución.2. En los casos de intervención: no humillar al niño cuya postura no se apoya,

dialogar la solución.3. No aceptar las soluciones basadas en la agresión física, verbal o en la imposición

de la fuerza.4. No reprimir el conflicto, asumirlo como algo natural y aprovecharlo para proponer

soluciones dialogadas y creativas.5. Describir el conflicto, proponer varias soluciones y delegar en los hermanos la

solución final. No aceptar que se practiquen amenazas.6. Evitar comentarios del tipo: "¿Quién ha empezado a discutir?" o "Deja de molestar

a tu hermano". Se debe animar a que resuelvan ellos solos sus desavenencias.7. Cuando no quieren compartir sus juguetes, ropa, etc.: es importante que se les

enseñe a los hijos estrategias para que aprendan a compartir (ej. dedicar media hora al día a prestarse los juguetes mutuamente y a jugar)

8. Cuando haya agresividad física, hay que separarles y, sin hablar ni discutir con ellos, se les manda a dos habitaciones diferentes para que se calmen y reflexionen. Se les puede decir: "Cuando os hayáis tranquilizado y tengáis la solución, volvéis a hablar y resolvéis el problema por vuestra cuenta".

9. No castigar físicamente al agresor. No prestar atención al agresor y centrarse en las consecuencias negativas que el comportamiento agresivo ha tenido en el otro.

COMPETITIVIDAD1. Es importante valorar y premiar el esfuerzo más que la actividad llevada a cabo,

para que aprendan que, debido a las diferencias de edades, lo que requiere un pequeño esfuerzo para el mayor, para el menor cuesta mucho más.

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2. Se deben concretar las responsabilidades de cada uno de los hijos, teniendo en cuenta su edad, e intentando evitar que el mayor cargue con las del pequeño.

ENSEÑALES A MANEJAR EL ENFADO

Todo el mundo se enfada: La ira no suele durar mucho tiempo, pero es un sentimiento muy fuerte que, además, genera mucha energía que de alguna manera hay que liberar.

Los niños se enfadan cuando sienten que alguien ha herido sus sentimientos o no pueden llevar a cabo lo que quieren hacer, los demás no les entienden o sienten que les han mentido o traicionado, se sienten solos o los demás no actúan de la manera que ellos quisieran.

Cuando los niños se enfadan, sus cuerpos reaccionan de la siguiente manera:- Sus corazones comienzan a latir rápidamente.- Es posible que les cueste respirar.- No piensan con claridad.- Tienen mucha energía acumulada y necesitan liberarla.

Ayúdales a mantener la calma y a estar relajados para evitar responder con actos fruto de la impulsividad del momento.

1. Indícale cómo debe reconocer que está enfadado: señales que le envía su cuerpo.2. Enséñale a calmarse: respirando profundamente, contando hasta 10, dando un

paseo, corriendo o escuchando música.3. Manten la comunicación con el niño, pero sin atosigar. Dejar que sea él quien

cuente si ha tenido problemas en el colegio.

4. Escúchale para que pueda expresar su enfado,

5. Si los otros niños ven que sus frases no le hieren, dejarán de utilizarlas.

6. Ayúdale a expresar sus sentimientos con palabras.

7. Explícales que no se debe pegar a nadie ni romper objetos 8. Evitar a los otros niños siempre listos para entrar en la pelea.9. Si otro niño intenta empezar una pelea lo que debe hacer es:

• Calmarse, respirar de manera lenta y profunda y mantenerse alerta.• Proponerle que IGNORE los insultos. Que no actúe, ni haga nada, ningún

comentario. A veces la falta de respuesta hace desistir al que insulta. Para ello también puede ayudar mantener distancia física con el niño en concreto.

• Si la situación persiste, hemos de orientarle para que cuando se burlen, que exprese claramente que no quiere que le digan eso

• Si no da resultado, preparar en casa posibles respuestas a las situaciones, y que el niño las ensaye como un juego de rol. (defensa verbal)

- Dando al otro una razón: "nos expulsarán del partido si nos peleamos".- Utilizando, si cabe, el humor: "no me gustaría pegarte mi resfriado".- Otros: “¿Por qué me dices eso?”, “Veo que no sabes hacer nada más

que no sea insultar”, “Creo que me tienes envidia y por eso me insultas”.

• No es adecuado responder a los insultos con más insultos, • Si nada de lo anterior funciona, la mejor opción es irse.• No intervenir los adultos a la primera: está bien que los niños sepan

enfrentarse solos a esas situaciones y “sacar las castañas del fuego” para que aprendan a relacionarse con los demás en todas las situaciones.

10. Los niños imitan la actitud de sus iguales. Por eso es importante que los padres sean modelos a seguir

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Conclusiones de casos trabajados sobre conflictos:

- No intervenir el adulto a la primera- No posicionarnos de parte de ninguno, nos confundiremos muchas veces (el mayor no

siempre es el culpable o quien debe ceder)- Evita dramatizar y culpabilizarles de tus sentimientos- Si los padres intervienen por un pequeño conflicto entre niños corremos el riesgo de

crear un nuevo conflicto entre adultos.- Cuando ellos no vean alternativas, ayudémosles a ver y valorar las opciones- Seamos modelo a la hora de solucionar conflictos- No justifiquemos la violencia bajo ningún concepto. Defenderse no es agredir.

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