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Maya Díaz Nayeli
Reporte de lectura de Hermanas devotas de Eileen Goudge
Eileen Gouge nació en la Bahía de San Francisco el 4 de Julio de 1950, en el seno de una gran
familia (seis hermanos). A los ocho años, comenzó a escribir historias cortas y poemas.
Abandonó la universidad para casarse a la edad de dieciocho años. Dos años más tarde ya
estaba divorciada, con un bebé y sin medios de apoyo. En 1986, fue publicada Garden of
Lies,su primera novela para adultos que se mantuvo en la lista de New York Times bestseller
durante 16 semanas, y la consagró como novelista. Hasta ahora ha publicado treinta y dos
novelas para jóvenes, trece de ficción femenina, así como numerosas historias cortas y artículos
de revistas, y un libro de cocina.
En 1992 publicó la novela Hermanas devotas, cuyo nombre original es Such
devotedsisters.
Esta historia comienza con dos hermanas, Doris y Eveline Burdock, originarias de
Clemscott, Kentucky, que desde niñas se han apoyado la una a la otra, pero con el paso de los
años se fueron distanciando a causa de celos, principalmente.
Al llegar a California, se cambiaron el nombre cuando comenzaron su trayecto hacia el
éxito como actrices. Doris, la hermana mayor, cambió su nombre a Dolly Drake, ella era una
mujer bella, de cabello rubio, pero de un tono apagado, sus ojos eran azules, un azul típico de la
mezclilla desteñida, demasiado claros. Era de estatura alta y de busto grande; ella era una mujer
reflexiva, sensible, amorosa, detallista, en pocas palabras, tiene un gran y buen corazón, pero no
tiene el amor de un hombre que la quiera para toda la vida.
Eveline, cambió su nombre a Eve Dearfield y ella era la hermana menor sólo por dieciséis
meses de diferencia, era la más hermosa de las dos aunque tuvieran rasgos parecidos, pero Eve
sabía cómo resaltarlos y darle belleza a su figura. Su cabello era un rubio natural, casi platinado,
sus ojos eran un azul índigo profundo; en su forma de ser, era un mujer frágil, dulce, divertida,
encantadora y en ocasiones generosa. Eve estaba casada con Dewey Cobb, un popular director de
cine, y desde que se casó con él, ella siempre se vestía muy elegante.
Eve conseguía todo lo que Dolly quería obtener: los mejores papeles protagónicos de
alguna producción fílmica, ganar permios, ser reconocida gracias a su trabajo, tener una pareja
con quien compartir el resto de su vida y formar una familia con él. Eve lo hacía sin intención
alguna, al contrario, ella quería que Dolly tuviera éxito y amor en la vida.
En el año de 1954 en Hollywood, California, en una visita que realizó Dolly a Syd, el ex
agente y ex prometido de Eve, que desde su ruptura, se convirtió en una persona amargada, le
propuso a Dolly que obtendría el papel protagónico de la película Devil May Care a cambio de
que ella enviara la carta (la cual había recibido anteriormente) al actual Senador Joseph
McCarthy a Capital Hill, Washington, D.C., en el que el contenido de esa carta destituiría por
completo a su hermana del medio del espectáculo.
Dolly pensó en todo lo que esa carta afectaría si la enviaba, pensó en su carrera como
actriz, en cómo la llevaría al estrellato, al éxito, pero sobre todo, pensó en su hermana y en su
sobrina Annie Cobb, la hija de Eve y el gran daño que les causaría a ambas.
Un día, Dolly se encontraba en su casa, cuidando a Annie, su sobrina de tres años de edad,
que para ser tan pequeña, tenía la mentalidad de una mujer adulta, pero era una niña muy
introvertida, tanto así que a Eve no la llamaba mamá o mami, ella la llamaba por el apodo que le
puso: Dearie. Annie tenía los ojos azul índigo de su madre, la tez era de un tono bronceado y su
cabello era oscuro y lacio como el de su padre, que lamentablemente, falleció en un accidente
aéreo hace un año. Annie había sido criada por nanas, ya que su madre casi no se encontraba en
casa.
Esa noche, Eve había ido a una fiesta con su pareja actual, Val Carrera, que para ser
exacto, Dolly era la antigua novia de Val, y cuando él vio a Eve, terminó con su relación con ella
y se convirtió en la pareja de Eve. Val era un hombre alto, musculoso, se vestía de una forma
muy casual, con un aspecto tejano, era moreno y de ojos negros, su cabello era blanco como la
nieve, lo cual era raro ya que él era joven. Val era realmente un hombre atractivo y ágil.
Cuando Eve fue a recoger a su hija acompañada de Val, llegó emocionada porque se había
casado con él en Las Vegas y además, su agente le prometió que le daría el papel protagónico en
la película Devil May Care, el personaje que Dolly ansiaba tener. Al cerciorarse de que los tres se
habían alejado de su casa, Dolly recogió el sobre con la carta que le había enviado Syd, y en él,
escribió la dirección del Senador McCurthy. Salió y lo deposito en el buzón que se encontraba en
la esquina de su calle. No fue hasta que la abertura del buzón se cerró de golpe, cuando Dolly
reaccionó y se dio cuenta del error que acababa de cometer.
Corría el año de 1966, Annie ya era señorita de diecisiete años, vivía en Santa Mónica,
California en su hogar llamado Bel Jardin, que significa jardín hermoso con Val, su padrastro y
su hermana menor de 11 años, Laurel Carrera, que también la llamaba Laurey. Con el paso del
tiempo, se convirtió en una mujer fuerte, no solo para sí misma, sino también para Laurel, pero en
momentos era una mujer débil, aunque casi no lo demostrara. En su aspecto físico, el cabello lo
traía corto, y era una muchacha bonita. Laurel, era una niña de tez muy clara, pero aun así, era
una niña muy bonita, como su hermana, y a diferencia de ella, Laurel no sudaba; era muy lista y
aprendía rápido, era amigable, amistosa y una gran artista, era dependiente de Annie, pero quería
demostrarle que también ella podía tomar decisiones.
Desde que Annie conoció a Val, siempre se había sentido incomoda junto a él, le
provocaba miedo y repulsión por la forma en cómo la miraba y la tocaba. Cuando Eve falleció a
causa de una sobredosis de píldoras y alcohol, la única familia que tenía Annie, era su tío Rudy,
el hermano mayor de Val, un hombre chaparro y de mal aspecto físico, pero era muy listo y un
abogado especializado en divorcios; y también lo era su tia Dolly, que no la había visto ni
llamado en diez o doce años, y hasta donde sabía, ella se había casado con un hombre adinerado
y que se había mudado a Nueva York.
Una noche, cuando Annie terminó de darse una ducha, descubrió a Val observándola
cuando ella se estaba poniendo su bata, él le ofreció su camisa para que se cubriera bien, pero
Annie la rechazó y comenzaron a discutir, ello lo culpaba por la muerte de su madre y él le
reclamaba que sólo lo había utilizado, de pronto, Val comenzó a tocar a Annie y ella en defensa
propia, lo golpeó en la cabeza con el objeto que se encontraba cerca a ella: el Oscar que ganó Eve
por mejor actriz. Annie le abrió la ceja derecha, y por tanto, Val se desmayó y le comenzó a
sangrar la herida, ella aprovechó para empacar sus cosas y las de Laurel, también las joyas de su
madre para luego venderlas y obtener dinero, y el Oscar con el que golpeo a su padrastro. Annie
despertó a Laurel y huyeron de su hogar, sin saber exactamente a donde dirigirse.
Habían transcurrido dos semanas desde que abandonaron Bel Jardin, ahora se encontraban
en Nueva York, el dinero que llevaban, más aparte el que obtuvieron de las joyas de su madre, se
les estaba acabando. Laurel consiguió una cita con Rivka Gruberman, la señora que les rentaría
un departamento de su edificio. Rivka, era una mujer agradable, tenía 6 hijos y toda su familia
era judía. Cuando rentaron el departamento, Annie tuvo que conseguir trabajo, y obtuvo uno de
mesera en un restaurante de comida rápida, era muy torpe y se confundía en las órdenes que
pedían los clientes. Un día cometió un grave error, derramó café sin querer, a causa de su torpeza,
a una señora que frecuentaba el lugar y además le entrego una comida que ella no había
ordenado. Sucedido esto, ella fue despedida. Laurel se quedaba a cargo de Rivka, y junto a ella
aprendió a confeccionar ropa y a cocinar, además de que Rivka las invitaba a festejar las
festividades judías.
Después de lo sucedido con su hermana, Dolly contrató a un investigador privado para
que le diera información de su hermana y sus sobrinas. Ella había cambiado durante estos años,
ahora vivía en Nueva York, se vestía con colores luminosos y de forma llamativa, pero muy
elegante. Había enviudado de Dale, su primer esposo, y tiempo después, conoció a Henri Baptiste
y se convirtió en su amante. Él era un hombre de cabello gris, alto, bien formado; era caballeroso,
detallista y católico, el único defecto que tenía él, era que estaba casado. Su esposa se llamaba
Francine, una mujer guapa, de esbelta figura, de cabello negro, vestía ropa elegante, pero era muy
religiosa y ellos llevaban veinte años de casados, tenían dos hijos, Gabrielle y Jean-Paul, por esta
razón y por muchas otras, Henri no se podía divorciar de su esposa para luego casarse y vivir
feliz con Dolly.
Él le proporcionó los recursos que Dolly necesitaba para que se convirtiera en lo que es
ahora: una exitosa chocolatier. Ella dirige Girod’s, un local dedicado a realizar grandes
creaciones con el chocolate, después de cinco años de esfuerzo, tiempo y dinero.
Dolly tuvo la idea de que se publicara un anuncio sobre ella y del trabajo que realiza con
el chocolate en el New York Times y en diferentes periódicos y revistas de la ciudad, con la
esperanza de que sus sobrinas lo vieran para así poder ayudarlas y cuidar de ellas, cuando al fin
las encontró, estuvo al pendiente de ellas, e incluso le ofreció trabajo a Annie en Girod’s.
Antes de que Annie se retirara del trabajo y se dirigiera a su casa, tenía que entregar un
pedido que se le había hecho a Girod’s por parte de un hombre llamado Joe Daugherty para un
restaurante llamado Joe’s Place. Al encontrarse ella en ese lugar, se topó con un joven, cuya
persona fue quien había ordenado el pedido, Joe Daugherty, y resultó ser que él era el dueño del
restaurante; él era algo parecido a un estrella de rock, aunque sus rasgos no tuvieran nada en
común, él era guapo, sus ojos eran los más lindos que pudieran existir, eran un cambiante color
avellana y musgo; y con el tiempo, ella se daría cuenta que él es un hombre caballeroso, buena
persona y de buenos sentimientos. Él tenía una novia, se llamaba Caryn, estudiaron juntos en la
Universidad de Yale, pero un día, ella decidió suicidarse y él, claro, quedó devastado, pues la
amaba demasiado.
Tiempo después, Annie y Joe se habían vuelto grandes amigos, y Laurel también
apreciaba mucho a Joe. Dolly se había acercado un poco más a sus sobrinas, y ellas también le
estaban tomando afecto.
Durante 1972, Annie, de ahora veinticuatro años de edad, se había convertido en una
mujer hermosa, y exitosa en Girod’s, tanto así, que estaba considerando que Henri la aceptara
como aprendiz y pasar tres meses en París aprendiendo a hacer chocolates.
Laurel, ya era mayor de edad, tenía dieciocho años, y al igual que Annie, ella también se
había convertido en una joven muy hermosa. Ella había desarrollado su talento artístico en la
pintura y en el dibujo. En su fiesta de cumpleaños, recibió regalos que le gustaron mucho, pero
para ella, el mejor de todos fue el de Joe, le había regalado un anillo de plata trenzada, que
significaba amistad, y Laurel como agradecimiento, lo besó en la boca, eso comprobó que ella
estaba enamorada de él, y Annie no pudo evitar sentir celos, porque ella también estaba
enamorada de Joe.
Dolly le dio la gran noticia a Annie que fue aceptada como aprendiz, que estaría a cargo
bajo las órdenes de Monsieur Pompeau, un gran maestro y experto en el manejo del chocolate, y
por lo tanto, estaría durante tres meses en París, pero para ella no era el momento de irse, pero su
boleto ya estaba comprado y su lugar asegurado, así que no tuvo otra alternativa que aceptarlo.
Después de una semana, ella y Joe se encontraban en el aeropuerto, él se despidió de ella con un
gran beso en la boca, y este acto provocó que Annie viviera confundida cada día durante esos tres
meses en un lugar completamente extraño para ella, pensando si Joe también la amaba como ella
lo amaba a él.
Laurel estuvo estudiando la universidad mientras Annie estaba en París, ella estaba
tomando clases de dibujo, y en una de esas clases, se reencontró con un viejo compañero, Jess
Gordon, un muchacho musculoso, de torso delgado, de tez clara y el cabello le caía sobre los
hombros, él era un chico atractivo.
Mientras Annie se encontraba en el extranjero y Laurel estando cerca de Joe, él comenzó
a dudar a quien de las dos hermanas amaba, porque a Annie la amaba, la deseaba, la extrañaba, le
gustaba su forma de ser y su belleza. Desde hace tiempo él siente eso por ella, pero ahora,
estando más tiempo junto a Laurel, él se sentía atraído hacia ella, y también la deseaba, pero no
sabía si lo que sentía por ella era amor o sólo era simple atracción, porque Laurel ya no era una
niña, era una mujer muy hermosa.
En París, Annie estaba aprendiendo a hacer todo tipo de chocolates, al igual el cómo saber
decorarlos, también conoció en ese lugar a Emmett Cameron, un hombre alto, moreno,
musculoso, de ojos color azul, con pecas en su cuerpo, y tenía un pie lastimado; él tenía un gran
sentido del humor, siempre con una sonrisa en el rostro, y cuando ella estaba junto a él, se sentía
muy bien, y la hacía olvidar la presión que le daba Pompeau, su instructor. Lo que más le
sorprendía de él, era que siempre traía puestas unas botas vaqueras, no importaba la ocasión y la
forma en cómo tenía que ir vestido, él siempre llevaba puestas sus botas.
Ellos dos, vivieron los mejores momentos en París que jamás se pudieron imaginar, y
Annie en esos momentos se olvidaba por completo de Joe. Transcurridos los tres meses de
aprendizaje, Annie regresó a Nueva York, y su tía Dolly le organizó una fiesta de bienvenida, ella
se sentía extraña, no era la misma Annie de hace tres meses, y Laurel se encontraba en la misma
situación, ella también no era la misma de antes. Cuando Annie y Joe se encontraron, volvió a
surgir entre ellos esa conexión que los unía, y los hacía sentir amados, y en un momento de
privacidad, ellos se dieron la bienvenida con un gran beso, sin pensar en las demás personas que
podrían salir lastimadas a causa de su relación.
Al día siguiente, Laurel le dijo a Annie que tenía tres meses de embarazo, ella estaba
completamente segura porque un doctor se lo había confirmado, cuando Annie le preguntó
quiénera el padre, Laurel evadía las preguntas contestando otras cosas, hasta que le dijo un
nombre: Joe.
Annie no podía creer lo que acababa de escuchar, cómo era posible que Joe hubiera
jugado con las dos de ese modo, ella fue a buscarlo a su departamento y le reclamó el embarazo
de Laurel y de cómo fue capaz de hacerle esto, por más que Joe trató de explicarle a Annie que él
no tuvo relaciones sexuales con su hermana, ella no se lo permitió, Joe se molestó por la
desconfianza de parte de Annie y se desilusionó de ella.
Cuando Annie llegó a su departamento, Laurel le confesó que Joe no era el padre de su
bebé, que el verdadero padre era un compañero de su escuela, Jess Gordon, que sólo estuvo con
él porque quería sentirse amada y demostrarle a Joe ella era una mujer madura. Las dos hermanas
tuvieron una discusión y se distanciaron, todo por estar enamoradas del mismo hombre.
Habían pasado ocho meses desde que sucedió esa discusión, Annie ya no se sentía tan
sola, Emmett se había establecido en Nueva York, y volvía a recordar esos momentos en París.
Lo que ahora le preocupaba era el destino que tendría el hijo de Laurel, ella no sabía si darlo en
adopción o quedárselo, a pesar de lo sucedido, ella era su hermana menor y le preocupaba su
bienestar.
Su tío Rudy, que desde que Laurel era una niña, la veía y la llevaba de paseo al zoológico
o alguna otra parte, le recomendó una pareja que desde hace tiempo pensaban tener hijos pero por
alguna razón, ellos no podían tenerlo, así que habían preferido adoptar, eran grandes personas,
según Rudy, y ellos eran los padres perfectos para el hijo de Laurel. Ella al no tener ninguna duda
de lo que su tío le había contado sobre esas personas, aceptó darlo en adopción, por el propio bien
del niño y el de ella.
Annie había establecido un local algo parecido a Girod’s, un lugar donde realizar sus
creaciones con el chocolate, pero con la diferencia de que ese local le pertenecía a ella, y lo logró
con el apoyo incondicional de Emmett, su gran amigo y confidente, también el apoyo de su tía
Dolly, utilizando el dinero del fideicomiso de la muerte de Eve, que según como se había
establecido, hasta que no cumpliera los veinticinco años, no recibiría ese dinero.
Laurel se encontraba en el departamento cuando comenzó a sentir contracciones, pero no
les dio demasiada importancia, ya que pensaba en otras cosas, pensaba en su bebé, deseaba que
fuera de Joe y también pensaba en él, pensaba en Annie, en lo mal que se sentiría si ella y Joe
terminaban juntos como pareja, y además tenía que terminar unos bocetos que serían las
ilustraciones de un libro infantil. De repente, sintió una contracción verdaderamente fuerte, no lo
podía soportar, sentía que se moría, sólo tuvo oportunidad de llamar a una persona para que la
ayudara, y esa, era Joe.
Cuando Joe llegó al departamento, encontró a Laurel en el suelo, acostada sobre su
espalda, ella estaba a punto de parir, ya no soportaba las contracciones, y como era de esperarse,
dio a luz en el departamento. Joe estuvo presente en ese momento tan especial para Laurel, y él
fue quien le dio nombre al recién nacido, era un niño, y se llamaría Adam.
Una vez en el hospital, laurel recibió la visita de una persona que pensó que jamás
volvería a ver, a su padre, Val Carrera, él no había muerto como se lo hizo creer su tío Rudy.
Cuando lo vio, ella se sorprendió, y su padre, por rencor, le contó sobre los planes que tenía en
mente su querido tío. Así que cuando su tío la fue a visitar, ella no lo quería ni ver, lo recibió por
simple cortesía, pero ella se sentía traicionada y usada, por ilusionarla con una familia que
adoptaría a su hijo, que le brindarían amor, eso no se lo perdonaría.
Después de unos días, Laurel y Adam regresarían al departamento con Annie, pero eso no
estaba del todo confirmado. Annie se encontró con Joe en el elevador, comenzaron a platicar
hasta que él le dijo sobre la decisión que había tomado respecto la situación en que se
encontraban, Joe se iba a casar con Laurel para que no criara sola a su hijo y se haría responsable
de ellos dos. Annie por supuesto no lo aceptó con calma, no podía creer que Joe le hiciera esto, si
antes no lo fue por el embarazo de su hermana, ahora sí lo era, porque ellos estarían casados.
Ya habían pasado seis semanas desde que Laurel salió del hospital, y cuatro desde que Joe
y ella se habían convertido en marido y mujer. Joe aún no se hacía a la idea de que se había
casado con la hermana de la mujer de quien realmente estaba enamorado, pero estaba dispuesto a
enamorarse de Laurel, por el bien de ellos dos, pero sobre todo, por Adam.
Durante 1980, ocho años después del nacimiento de Adam, comenzaron a ponerse en
orden ciertas cosas que desde un principio parecían estar confusas, y otras en cambio, se ponían
peor.
El negocio que había comenzado Annie desde hace unos años había obtenido un gran
éxito, se llamaba Tout de Suite, pero ahora necesitaba de un inversionista para que pudiera pagar
todas sus deudas y se pudiera expandir el negocio. Annie y Emmett continuaron juntos, pero
durante ese tiempo no confirmaron ninguna relación seria, eso hacía sentir mal a Emmett.
Laurel y Joe, seguían casados, y muy felices con Adam, Laurel estuvo embarazada en tres
ocasiones, y en esas mismas, perdió a sus bebés a causa de estrés. Joe seguía contando con la
amistad de Annie, y en ella encontró un lugar donde él puede expresarse y sentir el apoyo de un
ser querido. Pero esa amistad entre su esposo y su hermana, provocaba en Laurel una ola de
sentimientos que no sabía controlarlos. Llegó hasta tal punto que los dejó salir, sin tomar en
cuenta a los demás y a su punto de vista. Y ese mismo día, fue cuando Annie visitó a su hermana
para que le realizara la última prueba del vestido que usaría en la feria del chocolate. Annie notó
extraña a Laurel, y cómo no era de esperarse, Annie con el paso de los años se veía más hermosa
que nunca, en cambio Laurel no tenía ni tiempo para arreglarse. Adam quería mucho Annie, le
había tomado demasiado afecto, tanto, que ya tenía harta a Laurel con la demasiada urgencia de
su presencia. Annie le daba luz y vida al hogar de su hermana, eso era lo que Laurel sentía
cuando Annie la visitaba, pero a esas alturas a ella no le importaba eso, ya estaba harta de que su
hermana siempre fuera mejor que ella, que Annie siempre se metiera en su vida y con las
personas que más quería.
Al llegar Joe a su hogar, nunca imaginó que el momento que desde hace tiempo él
deseaba que sucediera, al fin llegara, pero con el paso del tiempo esa idea había cambiado de
dirección. Laurel desconfiaba de Joe, ella ya no sentía que él la amaba, que nunca llegó a amarla,
que siempre deseo más a Annie, así que ella le pidió que se separan por algún tiempo, hasta que
los dos hayan pensado bien las cosas y tomaran la mejor decisión para Adam, por lo que ninguno
de aquellos momentos felices que vivieron juntos, podían cambiar lo que Laurel había decidido.
Una noche, durante un pequeño descaso que le obligaron dar a Annie antes de que
amaneciera para el gran día de la feria del chocolate, ella y Emmett se la pasaron muy bien
cenando y platicando, Emmett desde hace tiempo, estaba enamorado de Annie, pero ella no
estaba segura si sentía lo mismo por él, y no la presionaba en ese aspecto, antes ya lo había
hecho, pero no se quiso arriesgar a hacerlo de nuevo, no hasta después de la feria. Después de esa
cena, Annie se encontró caminando enfrente del edificio donde se estaba quedando Joe, ella
llamó a su departamento mediante el timbre y Joe la invitó a pasar. Platicaron un momento sobre
la situación que estaban pasando Laurel y él, pero lo que sucedió luego de esa plática, fue algo
que los dos habían deseado desde hace muchos años atrás.
Al fin había llegado el gran día para Annie, el momento que definiría el rumbo de su
carrera y el de Tout de Suite. Ese día significó mucho para varias personas, antes de la
premiación, Emmett terminó por completo con Annie, él la había esperado por muchos años y ya
no quería seguir esperando más, en cambio Annie, se dio cuenta de que lo amaba, y que estaba
dispuesta a estar con él, pero ya era demasiado tarde para decirle eso. En el momento en que
estaban mencionando a los ganadores, el Tout de Suite, obtuvo el segundo lugar, otro golpe para
Annie en una sola noche.
Al tratar de alcanzar y detener al señor Felder, el inversionista con el que Annie realizaría
negocios, para que cerraran el trato en que habían acordado, aunque Annie no hubiera ganado el
primer lugar, Dolly fue atropellada y recordó el momento en cuando ella y Eve habían llegado a
California. Cuando se encontraba en el hospital, se dio cuenta de que Henri y Annie, siempre
estuvieron al pendiente de ella, y en una visita de su sobrina, Dolly trató de contarle lo que les
habían sucedido a ella y a Eve, quería contarle la causa por la que su hermana Eve, decayó en las
drogas y el alcoholismo, pero a Annie eso no le importaba, ni le interesaba saber, porque ella
consideraba a Dolly como una madre y la amaba, y nada de lo que le dijera cambiaría eso.
Había llegado el día de la boda de Dolly y Henri, al fin estarían juntos después de tantas
adversidades. Laurel y Joe llevaban once meses de separación y ninguno de los dos dio señal de
que quisieran volver. Laurel lo deseaba, quería estar de nuevo en los brazos de su esposo, pero
era el orgullo y la inseguridad del amor de Joe, lo que no le permitía reconciliarse con él. Al
término de la boda, Joe trato de hablar con ella, pero Laurel no quería saber nada al respecto, así
que Joe se le ocurrió una idea en la que Laurel lo escucharía: arrojarse entre los autos que
pasaban a gran velocidad por el lugar en donde se encontraban. Laurel fue corriendo a detenerlo,
y cuando lo hiso, Joe aprovechó para pedirle perdón por todos los errores que había cometido en
el pasado, y le pidió que se volviera a casar con él, que volvieran a comenzar de nuevo. Ella no
supo que decirle, pero cuando Joe le dijo que era a ella a quien realmente amaba, Laurel aceptó.
Antes de que ellos se retiraran de la fiesta en celebración por la boda de su tía Dolly con
Henri, Annie y Laurel conversaron, y en ella, las dos hermanas se perdonaron por todo el mal que
se cometieron la una a la otra sólo por obtener lo que querían. Se desearon felicidad, el amor que
les corresponde tener y en ellas dos ya no hubo ningún rencor, celos o envidia, y a partir de ese
momento, volvieron a ser las hermanas que a pesar de todo, estaban juntas, teniendo el apoyo y el
amor de la otra.
Tiempo después, en 1983, Annie viajó a Los Angeles, California por motivo de una cita
que había hecho con una persona de bienes raíces, Emmett. Él le mencionó que Bel Jardin, el
antiguo hogar de Annie, estaba en venta, pero ella no sólo viajó por ese motivo, sino que también
quería ver de nuevo a Emmett. Cuando los dos se encontraron, Annie sintió que él no había
cambiado nada en su forma de ser, seguía siendo el mismo Emmett que conoció en París,
conversaron un momento en el lugar donde se quedaron de ver y luego se fueron a casa de él para
mostrársela a Annie. Al llegar, ella vio que una mujer vivía con Emmett, y en ese momento pensó
que la posibilidad de volver a recuperar el amor de él, se había esfumado, que era demasiado
tarde para que estuvieran juntos.
Al estar a punto de llegar a Bel Jardin, Emmett le confesó a Annie que la casa ya había
sido vendida, ella se molestó con él por no decirle eso antes de que viajara hasta ahí, pero aún así,
él le dijo que podían entrar a ver la casa. Cuando llegaron, ella no estaba segura de poder entrar a
la casa, porque sentía que no le pertenecía a ella. Emmett le comenzó a pedir algunas sugerencias
de cómo arreglar la casa, Annie se sintió confundida de lo que Emmett le estaba pidiendo, hasta
que él le dijo que era el verdadero dueño de la casa. La compró por la razón de que quería tener
algo de Annie, además de que ya no soportaba el distanciamiento que había entre ellos, y que le
gustaría compartir esa casa con ella. Ella hubiera aceptado de no haber sido que Emmett ya tenía
a alguien con quien compartirla, pero Annie estaba equivocada, él no tenía una mujer con quien
compartir su vida, por más que él trató de sacarla de su corazón, no lo logró, Annie era el amor de
su vida, y eso sería para siempre, a ninguna otra mujer la amaría como a ella.
Annie para sellar con la propuesta que le había hecho Emmett, lo besó, y a partir de ese
momento, ellos compartirían el resto de su vida juntos, como la pareja que debieron haberlo sido
desde hace mucho tiempo.
Fuente:
Extraído de: http://www.desvansims.com/romance/goudge_eileen.htm. El día
Goudge, E. (1995). Hermanas devotas. 1ra. edic. (1992). Edivisión: México; D.F.